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Los mundos distorsionados de Iván Illich y Paulo Freire Carlos Alberto Torres Director, Latin American Center, UCLA Director, Paulo Freire Institute, Graduate School of Education and Information Studies, GSEIS-UCLA. La década de los sesentas y la utopía La década de los sesenta impulsó projectos explosivos y fabulosos, donde la imágen de que todo era posible, desde la transformación individual hasta la revolución, se llevó al paroxismo. Este fenómeno no fue simplemente una experiencia en 1

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Los mundos distorsionados de Ivan Illich y Paulo Freire

Los mundos distorsionados de Ivn Illich y Paulo Freire

Carlos Alberto Torres

Director, Latin American Center, UCLA

Director, Paulo Freire Institute, Graduate School of Education and Information Studies, GSEIS-UCLA.

La dcada de los sesentas y la utopa

La dcada de los sesenta impuls projectos explosivos y fabulosos, donde la imgen de que todo era posible, desde la transformacin individual hasta la revolucin, se llev al paroxismo. Este fenmeno no fue simplemente una experiencia en Amrica Latina sino, prcticamente, tuvo lugar en el mundo entero.

En Amrica Latina, verdadero caldo de cultivo de una nueva sociedad, Illich y Freire, quiz inconscientemente, abrevaron en distintas perspectivas tericas que convergan en una idea similar de cambio social radical. Estas nociones de cambio radical se fundaban en un conjunto de teoras y orientaciones filosficas as como teolgicas que, en voga en ese momento, marcaban el espritu de la poca, un espritu osado, libertario y creativo.

Fue Herbert Marcuse quin sugiri que el uso del trmino Volksgeist en Hegel, refiere al espritu de una nacin, su historia, su religin, y el grado de participacin poltica que ha alcanzado. Pensando en Amrica Latina, su Volksgeist en los sesenta est estrechamente ligado a la revolucin y la trasgresin de las normas establecidas, as como a la creatividad crtica en el pensamiento, la innovacin en la ciencia y la tecnologa y la utopa en la poltica.

Este 'volksgeist' latinoamericano se acun en tradiciones ricas y antiguas, como muchas de las culturas milenarias que habitan este continente arisco volvindolo indgena, ladino y europeo a la vez, pero tambin recibi distintas contribuciones acadmicas de teoras que buscaban explicar y tambin transformar la realidad.

Entre estas teoras se cuentan la teora de la dependencia, establecida en los mbitos de la academia chilena en los sesenta con la publicacin del libro ya clsico de Fernando Henrique Cardoso y Henzo Faletto, Dependencia y Desarrollo en Amrica Latina, y que se expandi como reguero de plvora por todo el continente, articulando una de las crticas ms sistemticas a los modelos tradicionales de desarrollo econmico y social, y por supuesto al capitalismo subdesarrollado mismo, y en menor medida a las teoras de la democracia.

Si bien Dependencia y Desarrollo fu un libro seero, deberan mencionarse muchos otros autores como por ejemplo Andr Gunder Frank, Theotonio Dos Santos, los trabajos crticos de la CEPAL, Pablo Gonzlez Casanova, o Rodolfo Stavenhagen para nombrar solo algunos acadmicos de nota que contribuyeron a explicar el subdesarrollo latinoamericano, la explotacin y el colonialismo interno de la regin.

Pero no debemos dejar de lado la figura del revolucionario que tanto en su vida como en su muerte simboliz el espritu revolucionario de la poca, Ernesto 'Che' Guevara, cuyo discurso el 16 de agosto de 1961 en Punta del Este, en el marco de la sesin plenaria del Consejo Interamericano Econmico y Social, constituy la ms firme repulsa al modelo de desarrollo norteamericano, ejemplificado en la Alianza para el Progreso.

Como dijo recientemente Atilio Born en una introduccin a las Declaraciones de la Habana: "quin podra olvidar la estatura olmpica del delegado que la isla enviara ante dicha Asamblea, nada menos que Ernesto "Ch" Guevara, un personaje histrico-universal, como dira Hegel, y cuyo discurso fue una verdadera pieza maestra de la literatura poltica latinoamericana?

Junto con las crticas a los modelos de desarrollo , se articul tambien en mbitos acadmicos del continente por filsofos latinoamericanos, la mayora de ellos formados en Europa, una nueva perspectiva filosfica denominada Filosofa de la Liberacin. Destaca entre estos, como uno de sus representantes ms preclaros, el telogo, filsofo e historiador argentino Enrique Dussel.

Este modelo filosfico, elaborado desde ciertos goznes analticos de corte fenomenolgico y existencialista, pero incorporando vistas al pensamiento marxista, cuestionaban las nociones de alteridad en la racionalidad occidental, y buscaban incorporar nociones de las culturas tradicionales latinoamericanas, como opciones para la articulacin de un modelo civilizatorio ms racional y generoso que el modelo europeo etnocntrico, racista y autocentrado, as como autocelebratorio en terminos civilizatorios. Sin la perspectiva de la filosofa de la liberacin, y como veremos ms adelante, la educacin liberadora, hubiera sido impensable la cuestin del multiculturalismo en Amrica Latina, uno de los grandes temas que emergen en estado prctico en la poca, como parte de un pensamiento eminentemente postcolonialista al estilo de Franz Fanon y Albert Memmi, dos pensadores Europeo postcolonialistas altamente influyentes en el perodo en cuestin.

El tema de la autenticidad y la verdad, as como la cuestin de cul es el ethos del pueblo latinoamericano, articulaba mucho de los principios de esta filosofa de la liberacin, respetuosa de la tradicin disciplinar pero buscando la ruptura a partir de las emociones, las tradiciones de lucha, las prcticas sociales y las culturas de los pueblos de la regin.

En tercer lugar, mucho de lo que articula la vida de Paulo Freire y en menor medida, aunque tambin la perspectiva de Ivn Illich, est vinculado a la naciente Teologa de la Liberacin, tanto en mbitos catlicos como protestantes de la regin.

Este modelo teolgico centraba su idea liturgica, cannica, teolgica y moral, sobre la idea de la opcin preferencial por el pobre, como verdadero cnit y cuna del esfuezo religioso de las iglesias como iglesia popular o comunidades de base. Una opcin teolgica claramente en contradistinccin con el modelo de institucionalizacin civilizatorio que exista desde la conquista espaola; un modelo de religin donde las iglesias se encontraban ntimamente aliadas al poder, especialmente a las fuerzas armadas y los sectores dominantes.

Por ltimo, Paulo Freire mismo es un representante de la educacin popular, un modelo que naciendo originalmente en Espaa con vena socialista y anarquista , como impulso para la educacin masiva de la clase obrera, se transfiere al continente como un modelo para la educacin de los sectores populares, con una orientacin radical, y con objetivos polticos definidos y explcitos, aunque el termino 'educacin popular' haya sido apropiado por Domingo Faustino Sarmiento a fines del siglo XIX para denominar a la naciente educacin pblica.

Pero Amrica Latina no fue una excepcin. En los sesenta, en el mundo entero, respetando la lgica de la posibilidad a rajatabla, se gestaron revoluciones, se crearon invenciones impensables, se revolucion la tica sexual buscando al amor libre y la paz a traves de las emociones. Acunados en las canciones utpicas y romnticas de los Beatles, y especialmente el legado de John Lennon con su manifiesto anarquista "Imagine" la educacin, ltimo bastin de la cultura conservadora, no pudo resistir los embates de las utopas, los movimientos sociales, las prcticas de los partidos polticos y las ideas de los pensadores revolucionarios.

Ivn Illich y Paulo Freire, cada uno en sus campos de competencia, en sus distintos mbitos de insercin regional y localizacin ideolgica, y en funcin de diferentes pero no tan desencontradas especializaciones de estudio, alcanzaron el lustre de los grandes iconoclastas de la educacin, pregonando ora la concientizacin ora la desescolarizacin como alternativas a los mitos y rituales conservadores de una educacin bancaria y autoritaria. Su prdica ultrapas las fronteras y se convirti en un mensaje mundial.

Si uno quisiera hacer paralelos de estos dos gigantes de las ciencias de la educacin, con dos gigantes de los movimientos sociales en el mundo norteamericano, una posible comparacin que viene a la mente y no parece excesivamente forzada, son los paralelos entre Malcom X y Martin Luther King en el movimiento de derechos civiles en los Estados Unidos.

Uno representaba la transgresin radicalizada fundada en una crtica rayana con un llamado a las armas y a la confrontacin para derrumbar el sistema, imgen mtica de Malcom X como smbolo de los Black Panthers y la revolucin afro-americana en los Estados Unidos y el mundo. Martin Luther King, quien a la postre, especialmente luego de recibir el Premio Nobel de la Paz, result canonizado como el padre del movimiento de los derechos civiles en Los Estados Unidos, utiliz una tctica de confrontacin no-violenta, similar a la Gandhiana, para confrontar el racismo y la discriminacin racial en los Estados Unidos convirtindose en un smbolo anti-racista en el mundo entero.

Malcom X y Martir Luther King, cada uno de ellos en sus mbitos de competencia y localizacin, con diferentes estrategias y con diferentes niveles de recepcin de su mensaje, fueron importantes en la poca para confrontar el establishment y establecer en los Estados Unidos--un pas que se jactaba de una democracia liberal pero que exclua con un seudo apartheid de "iguales pero separados", especialmente en el Sur, a los afroamericanos-- una democracia que incorporara luchas antiraciales y las posibilidades de replantear, cuestionar y atacar la desigualdad como objetivo central de toda vida verdaderamente democrtica.

Malcom X y Martin Luther King, como habitualmente sucede con los lderes de movimientos revolucionarios, fueron asesinados, pero su mensaje y su ejemplo permanecen. Son constantes objeto de reflexin y deseo, invitacin a la constitucin de conos, y porque no, mrtires de una idea utpica por la cuales perdieron su vida. Cumplieron, casi sin saberlo, con el apotegma de Friedrich Nietzche cuando tan claramente declar:no conozco mejor objetivo en la vida que perecer, animae magnae prodigus, en la persecucin de lo grande y lo imposible.

La bsqueda de lo grande y lo imposible an a riesgo de perecer fue el objetivo de Malcom X y de Martin Luther King, como lo fueron los propsitos de Ivn Illich y Paulo Freire en su trabajo profesional y poltico. A diferencia de sus pares del movimiento social de derechos civiles norteamericanos, Illich y Freire tuvieron una larga vida, ejercieron su prdica en distintos lugares, y mucho antes, y por supuesto despues de su muerte, se convirtieron en mitos, smbolos e conos de la educacin crtica.

Pero al igual que Malcom X y que Martin Luther King, Illich y Freire fueron en su momento desestimados, despreciados, marginados, silenciados, incluso encarcelados y/o forzados al exilio, por lo cual ellos mismos, en uno de los pocos encuentros donde se juntaron a compartir y dialogar sobre sus ideas, se definieron como peregrinos de lo obvio, o de lo no tan obvio.

Por eso el mundo de Freire y de Illich fue, necesariamente, un mundo distorsionado; un prisma distorsionado como el nico mundo posible para cambiar la distorsin del mundo del establishment, del sistema, que se considera a s mismo tan normal.

La distorsin que ellos mismos representaban era la idea de una educacin liberadora y de calidad para el pueblo, una educacin que impulsara una verdadera democracia

igualitaria, en un mundo donde se puedan preservar las tradiciones y el medio ambiente mientras se busca un progreso y una revolucin de expectativas y estructuras; un mundo donde se puede cuidar de las generaciones nuevas invitndolas a vivir en una sensibilidad utpica y repensar los logros, pero tambien los fracasos de las viejas generaciones, para construir un mundo donde, en la afortunada frase de Paulo Freire, fuera ms facil amar.

Vale la pena entonces revisar algunas de las ideas de Illich y Freire, porque ambos nos siguen desafiando, aun despues de su muerte, con las ideas y el ejemplo con los cuales nos cuestionaron en vida.

Ivan Illich: Desescolarizar para Liberar

Ivan Illich naci el 4 de Septiembre de 1926, en Viena, Austria, primer hijo de Helen y Ivn Peter, un ingeniero civil. Mitad judio, mitad catlico, vivi en Viena hasta que esta cay bajo control alemn y a la edad de 15 aos emigr a Italia, donde vivi en Florencia y Roma, terminando su escuela secundaria en Florencia, en el Liceo Leonardo Da Vice, donde se gradu en 1942.

En la universidad de Florencia estudi qumica inorgnica y cristaloga entre 1942-1945 y en la Universidad de Roma continu sus estudios entre 1945-1947. Posteriormente en la Universidad Gregoriana de Roma estudi filosofa obteniendo su licenciatura summa cum laude, posteriormente, entre 1949 y 1951 estudi Teologa, obteniendo su grado cum laudem. Continu sus estudios en la Universidad de Salzburg con una tesis de doctorado (Ph.D.) en historia sobre el pensamiento de Arnold Toynbee, quien nos provee de un sofisticado anlisis de la evolucin de las civilizaciones. Continu sus estudios de doctorado buscando entender el micro y macro cosmos del mundo de Alberto Magno, conquistador de civilizaciones.

Hacia el principio de los cincuenta comienza su carrera de sacerdote. Dada su inteligencia sobresaliente y su exquisito dominio de lenguas (hacia el fin de su vida dominaba ms de 25 lenguas incluyendo varias lenguas orientales) fue destinado a una carrera diplomtica en el Vaticano, pero logr evitar dicho puesto burocrtico siendo nombrado sacerdote asistente (1951-1956), trabajando bajo las ordenes del Cardenal Spelman, en la Iglesia de la Encarnacin, en el Upper West Side de Nueva York, un vecindario portorriqueo. Fue enviado en 1956 como Vice-canciller de la Universidad Catlica de Santa Mara de Ponce, en Puerto Rico, y posteriormente funda en Fordham University, una universidad Jesuta en Nueva York, el Center for Intercultural Formation, trabajando como profesor de sociologa en el departamento de sociologa, y entrenando seminaristas que aprendian espaol y la cultura de Amrica Latina para luego desempearse en la regin como misioneros. Hacia 1961 se radica en Cuernavaca, donde inicia el famoso Centro Intercultural de Documentacin (CIDOC) que cerrar sus puertas en 1976. Este centro, bajo la inspiracin de Illich, influenciado por las ideas de Raymond Everett y con la presencia de un sinnmero de intelectuales radicales incluyendo Paul Goodman, Erich Fromm, Peter Berger, el obispo de Cuernavaca vinculado a la teologa de la liberacin, Sergio Mendez Arceo, y el mismsimo Paulo Freire, viajando desde Chile, el CIDOC se convierte en un lugar obligado para el estudio y la prctica de la educacin revolucionaria en el mundo entero.

Un crtico severo de la modernidad, Illich acusa a la Iglesia Catlica de promover a traves de sus misiones en Amrica Latina el American Way of Life." En 1967 el CIDOC es censurado por la Iglesia e Illich deja el sacerdocio. A partir de este momento comienza a peregrinar por el mundo, conchabndose como profesor invitado en distintas universidades y escribiendo muchos de los libros que lo catapultaron a la fama, incluyendo Nmesis Mdica, su primer libro, Celebration of Awareness (1970), Deschooling Society (1976), Tools of Conviviality (1973) y Energy and Equity (1970). Luego siguen su trabajos en ecopedagoga, gnero y profesiones, incluyendo libros como H20 and the Waters of Forgetfulness, Shadow Work (1981), Gender (1982), Disabling Professions (1977), etc.

Versatil y prolfero, incansable escritor y conferencista, Ivan Illich ofreci un anlisis sistemtico de un conjunto de temas que en su opinin explicaban la crisis del pensamiento occidental y como la racionalidad de la modernidad se constitua en un enemigo de las humanidades, de las ciencias, y por supuesto de la naturaleza.

Se consideraba un discpulo de un monje del siglo XII, Hugh of St. Vicher, e incluso escribi un comentario sobre el Didascalium de St Vicher (1993). Sus ultimos trabajos los realiza en universidades alemanas de Kassell, Berlin, Marbung, Oldenberg, y finalmente se radica en la universidad de Bremen desde 1991, recibiendo el premio de la paz de la ciudad de Bremen el 14 de marzo de 1998.

Acepta este premio con un discurso ejemplar de sus intereses en la poca, un discurso titulado The Cultivation of Conspiracy, donde refleja su conocimiento de lenguas, especialmente el Latn, y su preocupacin del momento, como llevar a cabo la tarea intelectual crtica, que en su opinin solo se puede desarrollar en el contexto de una philia, y en el contexto de un espritu monstico.

Afirma en su discurso de recepcin del premio que: Quedo absolutamente convencido que la bsqueda de la verdad no puede existir fuera del cuidado que provee la confianza mutua que florece en el compromiso de la amistad.

En la historia del pensamiento educativo, Illich debe seer clasificado por su asociacin con la escuela de teora crtica de Frankfurt. Hemos argumentado en otro lado que la crtica de Ivn Illich a la industrializacin representa la extensin ms influyente de la versin de la Escuela de Frankfurt a la crtica de la racionalizacin tcnica en la educacin y otras preocupaciones humanasLa posicin de Illich en educacin est basado en una fusin nica de la crtica de la racionalidad instrumental promovida por la Escuela de Frankfurt con variantes de los argumentos de los progresivistas, escuela-libre, y las tradiciones anarquistas y libertarias.

En sntesis, el modelo terico de Illich es lo que podramos calificar como un modelo de reproduccin burocrtico-clasista. En este modelo, Illich sugiere que la tendencias universales compulsivas de los sistemas de racionalizacin formal que se reproducen a s mismo en niveles cada vez ms altos (de aqu la referencia al modo industrial de produccin, siguiendo prcticamente la misma crtica de Herbert Marcuse a los modos industriales de produccin sovitico y americano), aunque este proceso tiene lugar dado los antagonismos de clase dentro de una variedad de formaciones sociales. De ah la crtica radical de Illich, desmitificando la ideologa de la escuela y criticando como futiles los esfuerzos liberales de reforma educativa. Su solucin educativa es instantnea y evocativa: desescolarizar.

Sin embargo, la riqueza del concepto de desescolarizar--y cabe recordar que las lonjas de aprendizaje que propona Illich para reemplazar la escuela anticiparon por ms de una dcada los efectos pedaggicos del Internetse perdi en el coro de sus crticos cuestionando el concepto como un principio anarquista que llevara no solo a la des-institucionalizacin de una de las mayores reas de poltica social en el mundo, sino tambien al caos. Sin duda alguna, muchos de las crticas de Illich a la educacin y las polticas sociales anticiparon, con mucho, crticas subsequentes y reflejan muy tempranamente, el tipo de aparato crtico que ciertas versiones del posmodernismo libertario ofrecieron al proyecto educativo y de modernizacin de la ilustracin. Luego de presentar los argumentos de Freire, veremos en conclusin la crtica que Freire mismo hace de Illich.

Paulo Freire: Concientizar para Liberar

A pesar de los paralelos en sus vidas, Paulo Reglus Neves Freire, aunque influenciado por los mismos tipos de debates de la poca, tradiciones intelectuales y religiosas afines, y quiz similares lecturas, ofrece una perspectiva diametralmente distinta a la de Illich.

Los cuatro grandes movimientos sociales y/o intelectuales que cobijaron el trabajo de Paulo Freire arriba mencionados, (teora de la dependencia, filosofa de la liberacin, teologa de la liberacin y educacin popular) tienen una neta raz e impronta latinoamericana, y no debe sorprender que hayan servido como plataforma para articular las ideas de Freire, un hombre muy sensible a las particularidades culturales que constituyen nuestras identidades. Lo dice en Cartas a Guinea-Bissau con su lenguage que por potico no deja de ser incisivo:

"Mi Recificidad explica mi Pernambucalidad, mi Pernambucalidad explica mi Nordestinidad, mi Nordestinidad explica mi Brasilidad, mi Brasilidad explica mi Latinoamericanidad, mi Latinoamericanidad me hace ser ciudadano del mundo. De Recife en cuanto es el contexto de origen que me marc, me marca y me marcar. Por eso digo que no me entienden si no entienden Recife, y no me aman si no aman Recife."

Freire nace en Recife, capital del Estado de Pernambuco y capital cultural del noroeste de Brazil, el 19 de Septiembre de 1921. Luego de trabajar como profesor de portugus en escuelas secundarias y tambin privadas, trabaja en el SESI, un servicio de formacin de mano de obra financiado por la industria de Pernambuco, como Director de Alfabetizacin entre 1947 y 1954 y luego Superintendente hasta 1957. Poco despus, su reputacin se extendi y fue nombrado Director de Cultura y Recreacin del Departamento de Documentacin y Cultura de la municipalidad de Recife. En 1959 concursa para una oposicin de catedrtico en la Universidad de Recife, sindole conferido el ttulo de Doctor en Filosofa e Historia de la Educacin con la tesis libre docente titulada Educao e Atualidade Brasileira," recientemente publicada post mortem. Luego de los xitos de su modelo de alfabetizacin, especialmente en la experiencia de Angios, en Rio Grande du Norte, Freire es nombrado por el gobierno de Joo Goulart, Director de la Comisin de Cultura Popular, 196364. Luego del golpe de estado,y habiendo sido acusado de subversivo, es encarcelado y setenta dias despus exilado hacia Bolivia, donde sigue rumbo poco despues hacia Chile donde tena contactos con la democracia cristiana. En Chile consigue trabajo como asesor de ICIRA, el Instituto de Capacitacin para la Investigacin de la Reforma Agraria, uno de los proyectos ms importantes del gobierno demcrata de Frei.

Trabajando en Santiago de Chile, publica sus dos primeros libros que reciben una enorme aceptacin, Educacin como Prctica de la Libertad (1967) que se convierte en un libro de lectura casi obligatoria para los educadores catlicos del continente, y Pedagoga del Oprimido (1968), un verdadero manifiesto revolucionario de la educacin que con el correr del tiempo, la reimpresin en ingls de ms de medio milln de copias, y la traduccin a ms de 30 lenguas, tiene que ser considerado, junto con Educacin y Democracia de John Dewey, los dos libros ms influyentes en la filosofa de la educacin del siglo XX.

En 1969 viaja a Harvard como profesor invitado, y estando all recibe informacin que su contrato en ICIRA-FAO no sera renovado, con lo cual acepta una posicin de consejero educativo en el Consejo Mundial de las Iglesias con sede en Ginebra, donde se radica desde 1970 hasta su regreso a Brazil, una vez que le devolvieron su pasaporte brasilero, en 1980. En el ao 1971 haba fundado con un grupo de exilados brasileos el IDAC, Instituto de Accin Cultural en Ginebra, desde donde se vincula a experiencias revolucionarias especialmente con las nacientes pases postcoloniales africanos.

Durante este perodo de trabajo en el Consejo Mundial de las Iglesias, se involucra como consejero educativo en los movimientos revolucionarios de Guinea Bissau, So Tom e Cabo Verde, escribiendo distintos textos donde sobresalen Cartas a Guinea Bisseau (1975), quiz uno de sus textos de anlisis ms vinculado al pensamiento marxista.

Estando en Europa se lleva a cabo el dilogo que consta en este libro entre Freire e Illich. Regresa a Brasil en marzo de 1980, y se emplea como profesor en las Universidades de Campinhas y posteriormente la Pontificia Universidad Catlica de So Paulo (PUC), donde curiosamente demoran muchos aos en reconocerlo con la categora de profesor-catedrtico.

Paulo Freire fue miembro fundador del Partido dos Trabalhadores, o PT, junto con Lula, el actual presidente de Brazil, Moacir Gadotti, otro de los fundadores del PT y quin represent a Paulo Freire en el acto de firma del acta constitutiva del partido junto con un conjunto de lderes obreros e intelectuales de izquierda. Cuando el PT gana las elecciones de la Municipalidad de So Paulo, la alcadesa electa, Luiza Erundina, le pide a Freire que sea Secretario de Educacin de la municipalidad de la ciudad de So Paulo. Freire acepta y permanece en este cargo durante los tres primeros aos de la gestin (1989-1981) renunciando para retomar su escritura y sus conferencias en el mundo entero.

Reconocido como uno de los fundadores de la pedagoga crtica, recibe ms de 50 doctorados honoris causa y distintos premios. Fallece en So Paulo de un ataque al corazn el 2 de Mayo de 1997, no sin antes haber dejado un ltimo legado intelectual, un pequeo libro que constituye una serie de meditaciones sobre la tica y la poltica docente, Pedagoga de la autonoma.

Freire e Illich: Visiones contrapuestas?

No cabe duda que a principios de la dcada de los sesenta, tanto Illich como Freire representaban dos conos del pensamiento revolucionario en educacin. Tampoco cabe duda que a pesar de las interpenetraciones de ambos pensamientos, el proyecto de crtica burocrtica de clase que responde al modelo de Illich con su crtica a la racionalidad instrumental, y el modelo de concientizacin, que constituye una opcin poltica pedaggica para reemplazar la educacin bancaria e impulsar el cambio social, tenan que necesariamente confrontarse en terminos de lgicas internas y en terminos de propuestas polticas de transformacin social.

Es el mismo Freire quin se encarga de tomar distancia de Illich en una discusin donde, en una pregunta, se lo ubic como prximo al modelo de desescolarizacin. Conviene citar a Freire in-extenso.

En este momento hay ciertos pensadores y llamemos cientficos sociales dedicados a la educacin, que estn cuestionando todo el sistema de educacin e insistiendo efectivamente en que no vale la pena perder el tiempo en investigar este sistema que tiene que ser reformado, porque los productos que est arrojando son productos que en realidad deforman en vez de reformarlo. De la pregunta de ustedes se llega a Ivn Illich a quien yo hago una crtica. Indudablemente, Illich es un hombre genial. Y en los prximos cincuenta aos, un historiador de la cultura o de la educacin va a tener que decir que Illich existi, indudablemente. Pero no hay que esperar cincuenta aos para hacer una crtica fundamental a Illich. Cuando l plantea todo el problema de la desescolarizacin a mi juicio cae en un error. El se niega constantemente a discutir la cuestin ideolgica, y es precisamente por esta razn por la cual no puede alcanzar, a mi juicio, la totalidad del fenmeno que analiza. A mi juicio, solamente al analizar la fuerza ideolgica que est por detras de la escuela como institucin social como puedo comprender lo que est siendo pero puede dejar de ser. Y aunque en un pas que hizo su revolucin la escuela sigue durante largo tiempo repitiendo la escuela anterior, la explicacin cientfica para esto est en lo que un autor llama dialctica de la sobredeterminacin, esto es, que la vieja superestructura de la sociedad que fue cambiada sigue preservndose, en contradiccin con la nueva infraestructura que se constituye. Durante largo tiempo esta contradiccin se da y, segun dice otro autor que analiza las universidades y las escuelas como fabricas de ideologas, lo que pasa es que la educacin sistemtica es el ltimo bastin en caer En primer lugar no es la escuela la que cambia la sociedad, sino que es la sociedad la que hace la escuela y, al parecer, la escuela se hace con sta dialcticamente. Segundo: hay sin embargo reas que no son neutras, claro, que pueden y deben ser analizadas y estudiadas hoy. Aun cuando comprenda los momentos del activismo en una sociedad, les confieso que tengo un miedo tremendo al activismo.

Quedar juzgar al lector si esta crtica acrbica de Paulo Freire se aplica a las postulaciones de Ivn Illich en educacin. Moacir Gadotti, hacindose eco de la crtica de Freire, concluye que: "En Illich, existe pesimismo en relacin con la escuela, en la medida en que l no cree en la posibilidad de recuperarla, motivo por el cual sera necesario combatirla y 'destruirla', desescolarizando a la sociedadEn Freire, por el contrario encontramos optimismo. La escuela puede cambiar y ser cambiada pues desempea un papel importante en la transformacin de la sociedad. Para esto, el primer paso es la 'concientizacin', siendo muy importante, por lo tanto, la formacin del educador."

Lo que no puede quedar duda alguna es que estos dos proyectos, tanto el modelo de desescolarizar, como el modelo de la concientizacin, aun cuando hayan tenido una enorme importancia en la historia de las ideas educativas, no constituyen una respuesta conclusiva a las demandas de hoy en da por una transformacin educativa radical que reclaman los sectores socialmente subordinados en el contexto de un modelo de globalizacin tan desigual como el que vivimos. Pero tambin es claro, me parece, que muchas de las ideas que fueron perguendose en los escritos, conferencias, y enseanzas de Illich y Freire continan interpelando la pedagoga y las fuerzas sociales, con una fuerza y un tesn incomparable.

Sin duda alguna, redescubrir este debate de los sesenta, y leerlo en la clave del nuevo siglo, no es meramente un ejercicio acadmico o de historia de las ideas, sino un compromiso poltico para aquellos que pensamos que la educacin puede, efectivamente, crear un mundo nuevo, donde sea ms facil amar; un mundo donde se respete tanto la amistad, como nos peda Illich como verdadera simiente donde puede florecer la verdad y el scholarship, y un mundo donde se respete el amor como invitacin a la utopa, la llamada perenne de Paulo Freire como profeta de una pedagoga de la libertad o la verdadera paideia pedaggica. En la seccin final, ofrecemos algunas reflexiones de como se podra pensar en revisar y actualizar las contribuciones de Freire e Illich en el contexto de las luchas por la justicia y la democracia dentro de la globalizacin en el siglo XXI.

Globalizar, Desescolarizar, Concientizar: A Modo de Conclusin.

En esta seccin presento primero un anlisis de las multiples caras de la globalizacin, ofrezco a rengln seguido algunas reflexiones sobre los principios de la resistencia a la globalizacin y finalmente, desde una perspectiva de la paideia pedaggica y la utopa poltica que reflejan las contribuciones de Paulo Freire y de Ivan Illich, ofrezco una serie de principios de aprendizaje crtico que son tiles en las luchas por la transformacin social frente a la globalizacin y las luchas por la identidad. Este aprendizaje crtico se lo debemos a los trabajos pioneros de Illich y Freire, narrativas que son inspiradoras, y pueden ser adaptados perfectamente a las circunstancias actuales.

Las multiples caras de la globalizacin.

La globalizacin ha sido definida como la intensificacin de relaciones sociales mundiales que vinculan localidades distantes de manera tal que lo que ocurre en un lugar est siendo afectado por eventos que ocurren a miles de kilmetros de distancia y viceversa. Para algunos, la globalizacin ha transformado el tiempo y el espacio facilitando complejas interacciones e intercambios-- que en el pasado eran imposibles--, se lleven hoy a cabo como actividades cotidianas. Otros ven a la globalizacin como un asalto sobre las nociones tradicionales de sociedad y estado, afectando la naturaleza misma de la ciudadana y del cambio social.

No cabe duda que la globalizacin no es un fenmeno nuevo, pero la globalizacin contempornea que experimentamos es diferente a las globalizaciones del pasado. La celeridad con que se mueven el capital, la tecnologa y la mano de obra a travs de la fronteras, muestra que esta globalizacin es diferente de la globalizacin de la cultura griega o romana, o de la globalizacin que llev a la expansin de las grandes religiones del mundo, solo para citar ejemplos conocidos. El ritmo y la extensin de los modelos son diferentes.

La importancia de la globalizacin con respecto de la educacin y la solidaridad social adquiere nuevas dimensiones si uno considera las distintas caras de la globalizacin. Hay por lo menos cuatro grandes caras que merecen ser consideradas.

La primera es la globalizacin desde arriba; la globalizacin del modelo neoliberal que postula la apertura indiscriminada de las fronteras a la mobilidad del capital y las mercancias, la creacin de multiples mercados regionales, la proliferacin de intercambios financieros y cibernticos prcticamente sin controles y la presencia de sistemas de gobierno internacional o trasnacional (como las prcticas del Fondo Monetario Internacional) por encima de los estados naciones. La nocin central de este modelo de globalizacin es privatizacin y desregulacin selectiva del estado.

Hay una segunda forma de globalizacin, que llamaramos globalizacin desde abajo, o antiglobalizacin que se opone simtricamente a la primera, donde individuos (curiosamente el Papa ha sido uno de los ms visibles crticos de la globalizacin neoliberal) instituciones y movimientos sociales se oponen a la globalizacin corporativa con la propuesta, expresada en las mobilizaciones de Seattle y Gnova que no puede haber globalizacin sin representacin.

Hay una tercera forma de globalizacin que se vincula ms a los derechos que a los mercados, la globalizacin de los derechos humanos, que afecta las prcticas de la ciudadana y las culturas tradicionales. La imgen de una ciudadana plural y una democracia cosmopolita es el slogan de este modelo globalizador de Occidente.

Finalmente, hay un cuarto fenmeno globalizador, cada vez ms importante, que se extiende ms all y quiz incluso en contraposicin con los mercados y los derechos humanos: la globalizacin de la guerra internacional contra el terrorismo. La seguridad a toda costa, como precondicin para la libertad, es el leit motiv de este modelo globalizador, mientras que su contrapartida, la globalizacin del terrorismo fundamentalista postula que slo el caos puede provocar el cambio social.

Resistencias

Pensar la globalizacin como multifactica afectando cada espacio y prctica social nos permitir tambien pensar que las instituciones y prcticas tradicionales de la solidaridad y la ciudadana pueden haber encontrado sus propios lmites histricos en el capitalismo contemporneo, necesitando redefiniciones, tanto tericas y retricas como polticas, de magnitud.

Pero claro, no puede haber una redefinicin de los modelos de solidaridad social sin una afirmacin de la necesidad de justicia social, ahora, como nunca, maltratada por la globalizacin neoliberal. Tampoco puede haber una redefinicin de las prcticas sociales sin acudir al papel de la educacin liberadora, como nos propona Paulo Freire, o del uso de la tecnologa al servicio de una tica de la racionalizacin, como nos propona Ivn Illich.

Esa falta de justicia social que se viste de nios con cara sucia mendigando en las esquinas urbanas de Amrica Latina, nios malnutridos en pueblos del interior murindose de hambre, ancianos pidiendo limosna con verguenza luego de haber trabajado toda su vida, o simplemente esos rostros que, como dijo el poeta Oliverio Girondo, en Persuasin de los das son

multitudes

que desde un sexto piso

podrn semejarse a caviar envasado,

aunque de cerca apestan:

a sudor sometido,

a cama trasnochada,

a sacrificio inutil,

a rencor estancado,

a pis en cuarentena,

a rata muerta.

Si hablamos de resistencias a la globalizacin neoliberal, tenemos que hablar de la pedagoga del oprimido, y de la pedagoga de la esperanza, que nos leg Paulo Freire y del espritu de crtica pedaggica, utpica y ecolgica que nos ofreci Ivn Illich. Una pedagoga que consciente o instintivamente es practicada, todos los das, en pasillos de escuelas mal provistas con edificios desvencijados, en salones de aula donde reina el hambre y la miseria, pero tambin las ganas de ensear y aprender, en auditorios, salones y traspatios de iglesias y clubes de barrios donde se reunen alumnos con demasiados aos para confesarlos, aprendiendo sus primeras letras de alfabetizados, en escuelas que se han convertido en la ltima lnea de defensa de la solidaridad social organizada frente al pandemonium desatado por el neoliberalismo.

Quiero hablar de resistencias a la globalizacin desde una perspectiva de la crtica. Sin embargo, cuando empleamos el termino 'crtica', en el contexto de la teora crtica que practicaban Paulo Freire e Ivn Illich, tan cercana a la escuela de Frankfurt y a la tradicin neomarxista Gramsciana, la nocin de crtica adquiere un sinnmero de significados.

Primero y casi como sentido comn, hablar de crtica implica una evaluacin negativa. Esto es, claramente, uno de los sentidos del terminos; pero en la teora crtica es una evaluacin negativa como un propsito de desvelar las mistificaciones ideolgicas de las relaciones sociales.

Hay un segundo significado, quiz ms fundamental, y que tiene connotaciones metodolgicas. La crtica como un conjunto de presuposiciones sobre la naturaleza de la realidad, del conocimiento y de la explicacin social. La base de esta nocin de crtica es el supuesto, tan bien desarrollado en la obra de Paulo Freire y en menor medida en las contribuciones de Illich, que todos los intercambios sociales envuelven un elemento de opresin y de dominacin, y que el papel de las ciencias sociales, y de la educacin en especial, es exponerlo, criticarlo, y si se me deja usar la terminologa religiosa, exorcizarlo para alcanzar relaciones sociales democrticas e igualitarias.

Finalmente, hay otra dimensin de la crtica en los dominios de la teora crtica, que considero fundamental para las prcticas polticas y acadmicas, la crtica asociada a la auto-reflexividad del investigado y las bases linguisticas de la representacin social que construye el investigador-- dado que toda narracin es una construccin social. Esto es importante porque toda nacin requiere una na-rracin.

Las bases de la resistencia a la globalizacin, siendo esta eminentemente una globalizacin de la economa poltica del capitalismo, est en la poltica. La poltica est ntimamente vinculada al control de los medios de produccin, reproduccin, distribucin, acumulacin, y consumo, de recursos materiales y simblicos.

Sin embargo la poltica y lo poltico, no puede ser restringido a los partidos polticos, a las actividades de los gobiernos y sus crticos, o al hecho de votar regularmente como prctica de la democracia. Las actividades polticas tienen lugar en las esferas pblicas y privadas, y estn vinculadas a todos los aspectos de la experiencia humana que envuelve el poder.

Es desde este punto de vista, de la poltica como un conjunto de relaciones de fuerza en una sociedad determinada, que las relaciones entre educacin y poltica deben ser examinadas. Es desde este punto de vista, de la poltica educativa como relaciones de fuerza en una sociedad crecientemente globalizada, que las tendencias deletreas de la globalizacin deben ser expuestas, confrontadas y rechazadas en la constitucin de esferas pblicas y sociedades civiles democrticas donde se planifique la participacin social, la representacin poltica y la deliberacin social.

Quisiera concluir estas reflexiones sobre la importancia de la resistencia a la globalizacin, es decir, la importancia de la utopa, con las palabras que Paulo Freire pronunci en la Universidad de San Luis, en 1996, como agradecimiento a una celebracin de su obra. En esa ocasin Freire dijo: "como educador, como poltico, como hombre que piensa la prctica educativa, sigo profundamente esperanzado. Rechazo el inmovilismo, la apata, el silencio. Digo en mi ltimo libro, que est siendo traducido ahora en Mxico, que no estoy esperanzado por capricho sino por imperio de la naturaleza humana. No es posible vivir plenamente como ser humano sin esperanza. Conserven la esperanza. "

Aprendizajes Crticos

Conservar la esperanza es ahora, ms que nunca, un imperativo poltico categrico, no solo una expresin de deseos. La esperanza es la base central en la construccin de una antropologa poltica de la educacin que, siguiendo a Illich y Freire, articule lo que en la jerga acadmica se denomina la 'poltica de la diferencia." Este tema nos ubica en el terreno de las vinculaciones entre educacin, democracia y ciudadana.

No se puede pensar la educacin sin pensar la constitucin democrtica del ciudadano. Hemos sealado en otro lugar que el gran dilema de la ciudadana y de la democracia radica justamente en esto: los sujetos democrticos estan habilitados para participar, para escoger sus representantes, y para monitorear su desempeo. Estos no son solamente prcticas polticas sino tambin y sobre todo prcticas pedaggicas, es decir, son substantivas en la constitucin del sujeto pedaggico como sujeto poltico. Pero claro, los individuos no se encuentran, especialmente a temprana edad, preparados para participar en la poltica.

Necesitan ser educados para la praxis poltica. Esto implica una educacin en los fundamentos normativos, el comportamiento tico, y el desempeo tcnico en los avatares de la democracia. El dilema entonces es simple pero su resolucin compleja: la democracia implica un proceso de participacin social de individuos que son considerados iguales, pero al necesitar la educacin de estos individuos para la prctica de la democracia, nos recuerda que la educacin requiere un principio de enriquecimiento cultural de gente que ni es tabula rasa, en terminos cultural, cognitivos y/o morales, pero tampoco esta totalmente equipado para el ejercicio radical de sus derechos y obligaciones democrticas.

Freire, quiz ms que Illich--aunque muchos de los ltimos escritos de Illich sobre la importancia de la 'philia' o sus crticas a los abusos del medio ambiente apuntan en esta direccin--invita a una pedagoga del oprimido como plataforma tica en decidir que tipo de educacin a escoger (una educacin bancaria o una educacin liberadora), insistiendo que enseamos 'a favor' de alguien, y 'en contra' de alguien, un principio central para el magisterio, y elemento central en estudiar las vinculaciones entre educacin y poltica. Junto con esto, tanto Illich como Freire nos legaron un mtodo y una epistemologa de la curiosidad que constituye una exploracin de los dilemas ticos y cognoscitivos de la condicin humana. Finalmente, en ambos casos recibimos un legado donde la nocin de dilogo es clave para el entendimiento humano, para el aprendizaje y la nutricin del espritu, y para vincular investigacin con transformacin social. No puede haber resistencia a la globalizacin sin alternativas, sin prcticas reales de transformacin de la realidad.

Un segundo aspecto de la poltica de la diferencia es algo que exudan tanto Freire como Illich en sus escritos, 'border crossing' o la trasposicin de las fronteras, cruzando las lineas de la diferencia, donde el sujeto pedaggico no es homogneo; por el contrario, los ciudadanos sin individuos diversos, en muchos casos productos de culturas hbridas y sujetos a un desarrollo cultural, econmico y moral asincrnico.

Esto lleva a un tercer nivel de preocupacin epistemolgica y poltica, que reactualiza tanto las contribuciones de Freire (especialmente en pedagoga) y de Illich (especialmente en ecologa y ecopedagoga), el lenguage de la posibilidad. Si bien esta idea de que hay un 'lenguaje de la posibilidad' que permite articular modelos polticos y simblicos alternativos ha sido criticado--enfatizando que la idea de posibilidad puede ser 'de-empowering', vaga y carece de orientaciones organizacionales y pragmticas, requisitos indispensables para la poltica--es claro que tanto en Freire como Illich este lenguaje de la posibilidad se constituye en una narrativa anti-racista, anti-sexista, anti-clasista y postcolonial. Frente a las narrativas de la modernidad neoliberal, la contraposicin con una narrativa que cuestione la dominacin aparece entonces como un pre-requisito para la crtica y la resistencia.

De ah entonces que frente a la globalizacin, es imperativo recuperar los principios normativos y analticos de un lenguaje de la posibilidad definido como manera de confrontar el conjunto de lneas de diferencia creados por procesos histricos asincrnicos de explotacin, opresin y dominacin. Pero cuidado, no debemos olvidar frente a los desafos de la globalizacin actual, las repercusiones de los procesos de dominacin, tanto de las instituciones como de las conciencias, que lo precedieron, y que de alguna manera incluso le dieron su forma histrica actual.

Una cuarta manifestacin de estos aprendizajes crticos es pensar que las identidades son construidas en un proceso de contestacin y lucha, y siempre estan sujetos a multiples interpretaciones. Las identidades son construcciones sociales con bases materiales e histricas , y en la realidad, se fundamentan (o si admitimos el lapsus althusseriano, estan interpeladas por) percepciones sobre el conocimiento, la experiencia y el poder, particularmente sobre cual conocimiento es, o debera ser considerado, legtimo, y debe contar, cual experiencia debe ser celebrada y de la cual se debera aprender, y como el poder puede ser negociado entre los diferentes conocimientos y experiencias. Incluso ms, la misma nocin de experiencia, que parece estar en la base de la nocin de identidad, es algo producido histricamente, culturalmente y discursivamente.

Por eso, como seal hace ms de tres dcadas Michael Apple, y reafirm constantemente en sus trabajos, la ligazn entre poder y conocimiento se vuelven centrales en cualquier agenda prctica de investigacin y de formulacin de polticas educativas, particularmente en esta fase de la restauracin neo-conservadora.

Frente a la discusin de la identidad y del multiculturalismo, se alza una enorme cuestin: la unidad en la diversidad. No se puede crear una ciudadana democrtica radical y multicultural sin atender a la cuestin de la unidad en la diversidad. Hay varias opciones para pensar este dilema que, claramente, se refleja en las distintas tensiones epistemolgicas y polticas que existen en el trabajo de Paulo Freire. En primer lugar, y antes que nada, hay que explorar el grado de hibridizacin de las culturas y la nocin que todo sujeto est constituido por multiple identidades y afiliaciones multiples. Este reconocimiento de las complejidades establecidas por el proceso de hibridacin cultural y la nocin de identidades multiples en la construccin social y psicoanaltica de los sujetos, cuestionar cualquier tentativa de esencializar diferencias basadas en raza, gnero, clase, nacionalidad, etnicidad, religin o preferencia sexual. En segundo lugar, ms que lidear con las diferencias en compromisos polticos y ticos como contradicciones primarias, se las podra ver como contradicciones secundarias, o como lealtades conflictivas en la construccin social de las identidades. Esto ahorrara enormes horas de discusiones irrelevantes entre grupos progresistas tratando de buscar las diferencias entre ellos msmos, ms que las comunalidades. Esto a su vez abre reas de negociacin en el contexto de alianzas progresistas basadas en identidades multiples y comunidades de aprendizaje compartidas.

Para que esto se lleve a cabo, una premisa fundamental es evitar esencializar la lucha cultural. Tambin esto implica reconocer los 'insights' que pueden existir en el pensamiento del enemigo. Por ejemplo, y refirindose a los Estados Unidos, el intelectual negro quiz ms importante de su generacin, Cornel West, esta preocupado por el 'colapso cultural y la escalada de nihilismo autodestructivo entre los pobres y los muy pobres." El nihilismo ciertamente ofrece bases muy pobres para el avance de la democracia. Insiste West que hay una decadencia innegable en Amrica que lo asusta ms que cualquier otra cosa: "Por una decadencia cultural sin precedentes me refiero al colapso del sistema de nutricin de los nios. La incapacidad de trasmitir los significados, los valores, los propsitos, la dignidad y la decencia a los nios y nias."

A pesar de estar situadas histricamente, las observaciones de Cornel West se aplican a muchas sociedades latinoamericanas. Facilitar la nutricin y el aprendizaje a nios y nias, jvenes y adultos es lo que se supone la educacin pblica--junto con la familia y otras pocas instituciones sociales--deben hacer. Esto es lo que la investigacin educativa debe estudiar: los lazos indisolubles entre teora y prctica. Solo as podriamos construir un mundo, que como nos aconsejaba Freire, sea "menos feo, menos cruel, y menos inhumano, un mundo donde sea ms fcil amar"

La democracia es un sistema desordenado, pero sobrevive porque incluye una esfera pblica para los debates y contiene un conjunto de reglas que las personas siguen aunque no se beneficien de las mismas. Las escuelas y universidades en cuanto comunidades democrticas no pueden estar menos comprometidas con la expansin del discurso democrtico. Sin una exploracin seria y sistemtica sobre la diversidad cultural, la ciudadana y las responsabilidades de la educacin, las bases de la democracia y el discurso democrtico per se se encuentran en riesgo. Sin una teora y una prctica da la ciudadana multicultural y democrtica que sea tcnicamente competente, ticamente definida, espiritualmente comprometida y polticamente factible, el pueblo perecer: "Donde no hay visin, el pueblo perece."

Primera y Segunda Declaracin de La Habana--prlogo de Atilio Alberto Boron. Buenos Aires, Nuestra Amrica, 2003, pgina 5.

Nacido en Mendoza, Argentina, en 1934, Enrique Dussel, estudi filosofa, historia y teologa en Europa. Ha publicado ms de 60 libros y 300 artculos de investigacin. Sin lugar a dudas es uno de los precursores de la teologa de la liberacin latinoamericana con una vasta obra que cruza diversos terrenos temticos y especializaciones. Su trabajo de investigacin incluye una serie de libros sobre la historia de la iglesia latinaoemricana, filosofa, etica y Marxismo. Desde que tuvo que emigrar de Argentina en 1975 reside en la Ciudad de Mxico. Es profesor de filosofa en la Universidad Autnoma Metropolitana-Iztapalapa (UAM-I) y en la Universidad Nacional de Mxico (UNAM). Entre sus textos recientes se cuentan Etica de la Liberacin en la edad de la globalizacin y la exclusin. Madrid: Trotta, 1998. Sus estudios sobre la historia de la iglesia incluyen los libros: De Medelln a Puebla : una dcada de sangre y esperanza, 1968-1979; The Church in Latin America, 1492-1992; History and the theology of liberation : a Latin American perspective; A History of the Church in Latin America: Colonialism to Liberation (1492-1979; Ethics and the Theology of Liberation; Philosophy of Liberation; Para una tica de la liberacin latinoamericana. 2 volumes. Buenos Aires: Siglo XXI, (1973), y dos renombrados libros que inspiraron a toda una generacin de intelectuales radicales en el continente: Amrica Latina: Dependencia o Liberacin. Buenos Aires, Fernando Garca Cambeiro editor, 1973; El dualismo en la antropologa de la Cristiandad. Buenos Aires, Editorial Guadalupe, 1974.

Vease Carlos Alberto Torres. The Church, Society and Hegemony. A Critical Sociology of Religion in Latin America. Westport, Connecticut and London, England: Praeger, 1992. Foreword por E. Dussel, traducido por R. A. Young; Carlos A. Torres Novoa. Religin, Sociologa y Hegemona. Mxico, Ediciones Gernika, 1990.

Vase Carlos Alberto Torres, La poltica de la educacin no formal en Amrica Latina, Mxico, Siglo XXI, 1995; Carlos Alberto Torres, editor. Education and Social Change in Latin America. Melburne, Australia, James Nicholas Editor, 1995; Moacir Gadotti y C. A. Torres. Estado y educao popular na Amrica Latina. Campinas, So Paulo, Brazil: Papirus, 1992.

Citado en Carlos Alberto Torres, Democracy, Education, and Multiculuralism. Dilemmas of Citizenship in a Global World. Rowman and Littlefield, Lanham, Maryland, 1998, pgina 259.

La biblioteca del CIDOC es ahora parte de la biblioteca de El Colegio de Mxico, Ajuzco, Distrito Federal, Mxico.

Tema del curso que dictaba en Bremen hacia el fin de sus dias en el ao 2002.

Leo Hoinacki & Karl Mitcham, editores, Ivan Illich: Whats He Said. Rowman and Littlefield, Lahman, Maryland, (1999). Cita tomada de la versin de la conferencia de Illich que se encuentra en internet.

Raymon Allen Morrow & Carlos Alberto Torres, Social Theory and Education. A Critique of Social and Cultural Reproduction. New York, State University of New York Press, 1995,pgina 225. Versin en espaol Ediciones Popular, Madrid, 2003.

Cartas a Guinea-Bissau: apuntes de una experiencia pedaggica en proceso, 7a edicin. (Mxico: Siglo XXI, 1986).- Citado en Peter Lownds "A Pedagogia do Mangue: Olinda, Pernambuco, 2002," paper presentado a la Mid-Term Conference del Research Committee in Sociology of Education, International Sociological Association, Universidade Lusofona de Humanidades e Tecnologias, Lisboa, Septiembre 18-20, 2003.

Paulo Reglus Neves Freire. Educao e Atualidade Brasileira. So Paulo, Cortez Editores-Instituto Paulo Freire, 2001-Prefacio, Fundadores do Instituto Paulo Freire, Organizao e contextualizao, Jose Eustquio Romo, depoimentos, Paulo Rosas y Cristina Heiniger Freire. Versin al castellano, Mxico, Siglo XXI Editores, 2001.

Moacir Gadotti, Paulo Freire. Su vida y su obra. Bogot Colombia, CODECAL, 1992.

Carlos Alberto Torres, Mara del Pilar OCadiz, y Pia Lindquist Wong. Educao e Democracia. Paulo Freire, Movimentos sociais e reforma educativa. Lisbon, Edies Universitrias Lusfonas. 2002; edicin en cataln

Publicado en ingls como Pedagogy of Freedom. Ethics, Democracy and Civic Courage. Lahnman, Maryland, Rowman and Littlefield, 1998. En espaol, Pedagoga de la autonoma. Siglo XXI, Mexico, 2000; en cataln

Vase conversando con Paulo Freire: Cuadernos de Pedagoga, Barcelona, 7/8 (1975) 25-29, citado en Carlos A. Torres. Paulo Freire, Educacin y Concientizacin. Salamanca, Sgueme, 1980, pgina 113.

Gadotti, obra citada, pgina 124.

Esta seccin se basa en el paper preparado como conferencia inaugural de la Conferencia sobre Resistencia cultural: arte, tecnologa y educacin popular frente a la globalizacin, con motivo de la Inauguracin del Centro Hipermeditico Experimental Latinoamericano (cheLA) y del Instituto Paulo Freire de Buenos Aires 24, 25 y 26 de Julio, 2003, en la sede de cheLA, Iguaz 451, Parque Patricios, Buenos Aires, Argentina. Conferencia patrocinada por el Consejo Latinoamericana de Ciencias Sociales (CLACSO), el cheLA (Centro Hipermeditico Experimental Latinoamericano), el Centro de Estudios Latinoamericanos (UCLA) y el Instituto Paulo Freire (UCLA)

No puedo dejar de mencionar un ttulo de un artculo del telogo Segundo Galilea: "La liberazione como Incontro fra Poltica e Contemplazione" Prassi de Liberazione e Fede Cristiana, Concilium, N 6, 1974, Brescia, pginas 29-45. Llamo la atencin sobre las vinculaciones dialecticas entre praxis de transformacin poltica y contemplacin porque me parecen paralelos ineludibles cuando uno imagina la paidea pedaggica de liberacin y la problemtica de la utopa de la transformacin social en el contexto de una tica liberadora, responsable, cuidadosa del otro o la otra, y honesta.

Con la lucidez y erudiccin que lo caracteriza, Raymond Allen Morrow critic el modelo presentado ms arriba por carecer de un anlisis de la globalizacin de la cultura. Esta es una observacin que me parece vlida y que invita a imaginar una quinta cara de la globalizacin, pero una cara que como luces de nen, aparece y desaparece una y otra vez, ntrisicamente vinculada a los cuatros modelos arriba mencionados. Vase el trabajo de Raymond Morrow, "Culture and Globalization," paper presentado a la Conferencia sobre Globalizacin y Educacin, UCLA, Agosto, 5-8, 2003.

Carlos Alberto Torres, Democracy, Education, and Multiculuralism. Dilemmas of Citizenship in a Global World. Rowman and Littlefield, Lanham, Maryland, 1998. Traduccin al espaol, Siglo XXI editores, 2002.

Paulo Freire. Politics and Education. Los Angeles, California, UCLA Latin American Center Publications, 1998, translated by Pia Lindquist Wong y con una introduccin de Carlos Alberto Torres.

Michael W. Apple, Education and Power, Boston y Londres, Routledge, 1992; Teachers and Texts: A Political Economy of Class and Gender Relations in Education. Nueva York y Londres, Routledge, 1986; Official Knowledge: Democratic Education in a Conservative Age, Nueva York y Londres, Routledge, 1993; Teora Crtica y Educacin. Buenos Aires, Mio y Dvila Editores, 1997.

Esta seccin est desarrollada ms ampliamente en Carlos Alberto Torres (org.) Teora Crtica e Sociologa Poltica da Educao. Op. Cit, pginas 63-102.

Cornel West, Prophetic Thought in Postmodern Times . Monroe, Maine: Common Courage Press, 1993,pgina 196.

Ibidem, pgina 16.

Proverbios, 29:18, Antiguo Testamento.

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