La Politica de La Vanguardia R Williams

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  • 5/13/2018 La Politica de La Vanguardia R Williams

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    3La politica de la vanguardia

    En enero de 1912, una procesi6n de antorchas, eneabezada por rniern-bros de la Comuna de los Trabajadores de Estocol rno, ce lebre el scxage-simo terce r cumpleafios de August Striudberg. Se hicieron endear bande-ras rajas y sc entonaron himnos revolucionarios.

    Ningun momento ilust ra mejor e l carac ter contradictorio de Ia polfti -ea de 10 que hoy se l lama de manera mui tiforme (y confusa) "movirnien-to Modernista" 0 "vanguardia". En una dimension simple, la aclamaci6nde Strindberg no es sorprendente. Treinta afios antes, alpresentarse reto-ricarnente como "hijo de una sirvienta", habia declarado que en una epo-ca de erupci6n social se pondria dellado de quienes vinieran, arrnas enmano, desc le aba jo. En unos versos que cont raponen a Swartz, el inventorde la polvora -usada por los reyes para reprimir a slls pueblos- con No-bel , el inventor de la dinarnita , cscribio:

    iTo, Swartz , h ic is te publi ca r una pequefi a edici6nPara los nobles y las casas principescasl.Nobel ! Tii publi caste una enorrne edicion popularConstante rnentc rcnovada en c icn mi l ejempiarcs.'La metafora de la edicion haec explfci ta la asoc iac ion entre el escri tor

    radical, experimental y popular y la clase revolucionaria en ascenso. Unavez mas, desde 1909 habia regresado a los temas radicales de su juven-tud, 'j a tacaba a la aristocracia , los ricos, e l mil ita rismo y el establish-ment I iterar io conservador. Esta asociacicn de enernigos era igualmentecaracterfstica.

    I. Citado en O. Lngercrnntz, August Strindberg, Londres, 1984, pdg. 97.

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    72 LA POLtT1CA DEL MODERNISMONo obstante, casas muy diferentes habian sucedido en los afios inter-

    medias. El hombre que habra escrito: "Cuando pienso en la dernencia delmundo puedo Ilegar a enloquecer", habfa proseguido: "Estey ernpefiadoen tarnaf ia revolucion contra m. mismo , y se me cae el velo de los ojos".?E~ta es la transicion que llcgaremos a reconocer como un movirnientoclave en el arte moderno, y que ya en 1888 permitio que Nietzsche escri-b iera sabre la pieza de S tr indbcrg El padre: "Me ha sorprendido mas aliade toda medida encontrar una obra en la que mi propia concepcion delarnor -cuyo medio es la guerra y el odio mortal de los sexes su l ey fun-damen tal- esta tan mugnfficamente expresada" ." Strindberg con firmo elreconocimiento mutua: "Nietzsche es para mf el espiritu moderno que seatreve a predicar el derecho del fuerte y el sabio contra el necio y el pc-querio (los democratas)"." Esto sigue siendo radicalismo, y sin duda unr ad ic a li sr no o sa d o y violento. Pe ro 10 que ocurre no es s6lo que ahora losenemigos han cambiado y se identifican en 10 sucesivo con las tenden-cias que antes hablan side reconocidas como liberadoras: el progreso po-litico, la emancipacion sexual, la opcion de la paz contra la guerra. Tam-bien sucede que los antiguos enemigos desaparecieron detras de estas; enrigor de verdad, quicnes portan hoy las sernillas del futuro son el fuerte yel poderoso: "Nuestra evolucion [...J quiere proteger a las especies fuer-tes contra las debiles, y la agresividad actual de las mujeres me parece unsfntorna del retroccso de la raza".? EI lenguaje es el del darwiuisrno so-cial, pero podemos distinguir so u sa entre estos arti st as radicales can res -pecto a lasjustificaciones relativ amente banales de un nuevo y duro (des-'carnado) orden social planteadas par los .apologistas direcios delcapitalismo. La que surge en las artes es un "darwinisrno cultural", en elcual los espfritus radicales fuertes y osados constituyen la vcrdaderacreatividad de la raza, De tal modo, no ha y solo una acornetida contra losdebiles -los democratas. los pacifistas, las mujeres- sino contra todo elo rden social, moral y religiosovEl "retroceso de la raza" se atribuye alcr istianismo, y Strindberg pod ia saludar a Nietzsche como "el prof eta delderrocamicnto de Europa y la cristiandad"."

    Tenemos que volver u pcnsar, cntonces, en las antorchas y banderasrojas de 13Comuna de los Trabajadores, En detenninado tipo de analisis

    z.m. (Jag. 122.3 . Citado en M. Meyer, August Strindberg , Londrcs, 1985, p(\g. 205.4. Ibid,S. Ibid.6. Ibid.

    LA POLlTlCA DE LA VANGUARDIA 73es irnportante trazar los carnbios de posici6n, y en realidad tambien lascontradicciones, de los individuos complejos. Pero para comenzar a en-tender las complejidades mas generales de la polfrica de la vanguardia,t enemos que observar, m as alia de estes hombres singulares, la turbulentasucesion de movimientos a rt fst icos y formaciones culturales que confor-man la verdadera histor ia del Modernismo y por 10tanto de la vanguardiaen tantos pafses de Europa. La emergencia de estos grupos autoconscien-tes, designados y autodesignados es un indicador clave del movirnientoen su sentido mas amplio,

    Podemos distinguir tr es fuses pr incipales que se habian desarrolladorapidamcn te durante fines del sig lo XIX. Inicialmente, hubo grupos inno-vadores que procuraron proteger sus p racticas denlro del creciente prcdo- 'minio del mercado artfstico y contra Ia indiferencia de las acadernias for-males. Estes grupos se transformaron en asociaciones alternativas masradical mente innovadorus, que trataban de obtener sus propios instru-rnentos de produccion, distr ibucion y publicidad; por ult imo, pasaron ~ser formaciones plenamenre opositoras, decididas no solo a promover supropia obra sino a atacar a sus enernigos del establishment cultural y,mas alla de ellos, a todo el orden social en el cual esos enernigos habfanobtenido su poder y ahara 10 ejercfan y reproducian. Asf. la defensa deun tipo particular de arte se convirtio en principio en la autogestion de unnuevo tipo de arte y luego, de manera crucial, en un ataque e n su nornbre .contra todo el orden social y cul tura l.

    No es faci! hacer distinciones simples ent re el "Modernismo" y In"vanguardia", en especial debido a que muchos usos de estos rotulos sonrerrospectivos. Pero puede tomarse como hipotesis operativa que el Mo-dernismo cornienza can el segundo tipo de grupo -Jos artistas y escrito-res experirnentales alternativo s y radicalrncnte innovadores-, mientrasque la vanguardia se inicia con los grupos del tercer tipo, plenamenteopositores. La vie ja metafora militar de la van guardia, que habia sidoempleada en polftica y en el pensamiento social desde no antes de la de-'cada de 1830 -y que habra implicado una posicion den tr o de un progresohumano general-, se aplicaba ahora directamente a estes recientes movi-rn ientos miluan tes, aun cuando hubieran renunciado a los elementos reci-bidos del progresismo. EI Modemismo hubia propuesto una nueva clasede arte para una nueva clase de mundo social y percept ive. La vanguar -dia, agrcsiva desde el principia, se vela a sf misma como la brecha haciael futuro: sus miernbros no eran los portudores de un progreso ya repeti-tivarnente definido, sino lo s militantes de una creatividad que reanirnanay l iberarfa a la humanidad.

    Asf, dos arios antes del hornenaje de la Cornuna de los Trabajadores a

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    74 LA pOLlnCA DEL MODERNISMOStrindbe rg , los fu turi stas habian publicado sus manifies tos en Paris y Mi-lan. Podernos percibir c laros ecos del Str indberg y el N;ctzsche de la de -cada de 1880. En el mismo lenguaje del darwinismo cultural, la guerra esla ;ctividad necesaria de los fuertes, y el medio de hacer saludable a lasocicdad. Se sefiala a las mujercs como ejemplos cspeciales de debilesque refrenan a los fuertes, Pero hay ahora una militancia cultural mas es-pecf fica : "Tomad vuest ros pica s, vuest ra s hachas y mart il los , y demo led ,dernoled sin piedad las ve nerables ciudades. Adelante, prended fue go alos estantes de las hibliotecas. Desviad los canales para inundar los rnu-sees. [... ] Dejad entonces que vengan los alegres incendiaries con dedoscarbonizados. ( .. . ] [Aquf estamos! [Aquf estamos !".1Las di recc ioncs sonmas pa rt icula te s, pero podemos recordar, mien tr as los e scuchamos, la ce-lebracirin de Strindberg de la dinami ta en "una enorme edici6n popular" .COil la salved ad de que su violencia se habfa vinculado a "quienes ve-nfan, arrnas en rnano, desdc abajo": una imagen central y tradicional dela revoluc i6n. Hay una di fc rcnc ia s ign ifica tiva en e l compromise futuri s-ta con 10 que, a primera vista, parece el mismo movirniento: "Cant are-mos a la s gran des muchedurnbres exc itadas par e l t raba jo, el placer y losdisturbios r . . : ] las marcas multicolores y polifonicas de larevolucionv.!Cualquiera que tenga buen aida para los matices del palabrerlo sobre lar evo lucion , basta nuest ra prop ia cpoca, reconoce ra e l cambio, y tarn bienlos confusos y desconcertantes elementos de estos repetidos llamados ala revolucion, muchos de los cuales, en las presiones de la historia ulte-r ior, se convertir ian no.solo en alternativas sino ell verdadcros antagonis-ta s politicos.

    El ll 'amamiento d irecto a Ia revo luc ion polf tica , basada 'en los movi-mientos obre ros, e staba en ascenso justarnentc a 10 largo de esie pe rfodo.La exhortac ion fu turi sta a dest rui r Ia " tradicion" se superpone con los I ls-rnados soc ia li sta s a dest ru ir todo e l orden soc ia l existen te . Pero "las gran-des muchedurnbre s excitadas par eI trabajo, el placer y los disrurbios", y" la s rna reas rnu lt icolore s y po li f6n icas de la revo luc ion", si bien pa recensuperponerse, ya e stan -en espec ia l con la ventaja de la mirada re trospcc-tiva- a un mundo de distancia de los partidos firmemente organizadosque ut il izurian un soc ia li smo c ient ffico para dest ru ir a los hasta entoncespodcrosos y e rnanc ipa r a los basta entonces carentes de pode r, I~a cornpa -racion se uplica en ambos sentidos. Contra el carril unico de la revolu-cion prole taria ~st:\n las "rnareas multicolorcs y polifonicas", Las "gran-

    7. U. Apollonio (comp.). Futurist Manifestos. Londres, 1973. pag. 23.8. tbid., pag. 22 "

    LA POLlTlCA DE LA VANGUARDIA 75des muchedumbres exc itadas par [ ... ] los disturb ios '' cont ienen todas lasambigi iedades existen te s ent re r evo luc ion y camava l. Por ot ra pa rte, y demane ra c rucia l, aunque su p leno desa rrol lo e s pos te rior , e sta la d ife renc iadec isiva ent re las ape laciones a 1a . tradicion de la r azon y l a nueva celc-bracion de la creatividad que tiene muchas de sus fuentes en 10 irracio-nal, e l recientemcnte valorado inconsciente y los fragmentos de suefios,Las base s sociales que habian parccido fus ionarse cuando la Comuna delos Traba jadores honr6 a Strindberg -un esc ritor que habia exp lorado in-tensamente e sa s fuentes inconsc ientes - pod fan aha ra con tra starse con lamisrna fuerza: la clase obrera orgunizada con su disciplina de partido ys ind icato; e l movimiento cul tur al con su asociac ion movil de ind iv iduoslibres y Iiberadores, y a menudo deliberadamente marginales.

    Aquello que fue "rnoderno", que fue sin duda "vanguardia", es hoyrelativamente viejo. Lo que revelan sus obras y su lenguaje, aun en susn iveles mas vigorosos, e s un penodo historico ident if ic able, del cua l, s inembargo, no hemos salido del todo. Lo que ahora podemos identificar ensus anos 'mas actives y creativos, subyacente a sus rnuchas obras, es unagama de d ive rsos me todos y practices artfsticas en rapido movimiento, yal mismo tiempo un conjunto de posiciones y creencias relativamente. constuntes.

    Ya he rnos sefialado e l enfa sis en la c reat iv idad, Este tenfa preceden-tes, dcsde luego, en el Rcnacimiento y mas ade lante en e l movimiento ro-rnantico, cuando el termino, a primera vista blasferno, se invento yusaen abundancia. Lo que indica este enfasis ta nto en el Modernismo como. en In vanguardia es lIII desafio y en definitiva un rechazo violcnto de latradicion: In insistencia en una clara ruptura can el pasado. En ambos pe-r fodos anteriore s, aunque de di fe rentes mane ra s, hubo una fue rte ape la -ci6n al renacimiento: e l a rte y el aprcndizaje , la vida del pasado, eranfuentes, esrfrnulos de una nueva creatividad, contra un orden presenteagotado 0 de formado. 'Es ta ape lacion pe rdur6 has ta una fecha tan tardiacomo la del movimiento a ltema tivo de los prerra fael is ta s, un mode rn is-mo consc iente en su hora; e l pre scnte y e I pa sado inmedia to dcben sc r r e-chazados, pero hay un pasado mas lejano, a partir del cual puede renacerla c reat ividad. La que ahora conocemos como Mode rnismo, y cicrtarncn-re como vangua rd ia , c ambia todo eso . La c reat ividad esta Integra rnenteen las nuevas obra s, las nuevas consirucciones: todos los modelos tradi-c iona le s, a cade rn icos y has tu i lustr ados son real a po tenc ia lrnente host i-les a ella, y hay que ba rrer con ellos.

    Es cierto que. como en el movimiento romantico -con su apelaci6n a la rte fo lklor ico de los pueblos marg ina le s-, hay tambien una di fe renc ia la-teral. EI arte vista como primitive 0 ex6tico pew creativarnente poderoso

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    76 LA POLiTICA DEL MODERNI$MO-y ahora, dentro de un imperialismo desarrollado, accesible de fuentesmucho mas amp lias, en Asia y Africa- sc conside ra en varies movimien-tos diferentes, dentro de esta turbulenta garna creativa, no solo comoejernplar sino como forrnas que pueden entrelazarse con 10 consc iente-mente moderno . .Es ta s ape laciones a l "Otro" -en real idad, a rtes a lramentedesa rrol lada s de sus prop ios luga re s- se eombinan con una asoeiae i6nsubyaeente de 10 "primitive" y 10 "inconsciente". Al misrno tiempo, sinembargo, y muy marcado en la competeneia entre estos movirnientos, sepone un enfasis sin precedentes en los rasgos mas evidentes de un mun-do moderno urbane e indust rial iz ado: I a c iudad, la maquina , la ve loc idad,e l e spac io - Ia ingenieria c rcat iva , construccion de un futuro- . EI cont ra s-tc con e l h incap ie rornant ico cent ra l en la c rent ividad esp iri tua l y naturaldi ff ci lmente podrfa ser mas agudo.

    No obstante, la gama de nuevos movimientos operaba tam bien -1 0que es decisivo para sus relaciones con [a polftiea- en un mundo socialmuy diferente. Al enfasis en la cre atividad y el rechazo de la tradiciondebemos agregar un tercer factor cormin: que todos estes movimientos,i tnp licita pero con mas frecuencia explfcitarnente, afirmaban ser antibur-gucses. En realidad, "burgues", en todasu rica garna de significado, re -sulta ser una clave para los numerosos movirnientos que sostenfan ser 10contrario. Escuelas y rnovimientos se sucedieron rcpetidamente unos aotros, fundidos 0mas a menu do fragmentados en una proliferacion de is-mos. Dentro de ellos, individuos de notable singularidad perscguian larealizacion de sus proyectos aparenternente y en a lgunos a spectos auten-ticarnente aut6nomos, vincu.lados con prontitud por el historiador pe rocon frecuenc ia expe ri rnentados de mane ra di recta como a islados y aislan-tes. En cada una de. las artes se enconrraron rnuchasy div ersas solucionestecnicas a los recien dcstacados problemas de la represcntaci6n y Ia na-rracion, y a aspectos que cstaban mas alla de 10 que llego a considerarsecomo restricciones de la finalidad y [a forma. Para muchos artistas y es-critores en 'actividad, estas consideraciones operativas -los verdaderosmetod os de su arte- eran siempre preponderantes en su espiritu; en rigorde verdad, a vcces podfan a islarse como evidencia de [a singularidad ypureza del arte. Pero cualquiera fuera el camino tornado, siempre habfaun unico contraste a 6I. Hostil, indiferente 0 rneramente vulgar, 10 bur-gues era la masa que eI a rt is ra c reat ive debfa ignorar y evitar, 0 bien sa-cudir, ridiculizar y atacar cada vez mas.

    Ninguna cuesiion es mas importa ntc para nuestra comprension de cs-tos movimicntos 'antafio rnodernos que la ambigucdad del terrnino "bur-gues". La ambiguedad subyacente era historica, en tanto dependfa de lavariable posicion de clase desde Ia cual se vcfa 10 burgues. Para la corte ,.I~~ .

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    y In aristocracia, el burgues era a [a vez mundane y vulgar, socialmentepretenc ioso pe ro obs tinado, mora li sta y estrecho de esplritu. Para la cla-se obrera que recicn se organizaba, sin embargo. en el centro del escena-rio no solo estaba el individuo burgues con su cornbinac ion de moralidadegoista y comodidad a su propio servicio, sino tambien la burguesia co-mo una c la se de e rnpleadore s y contrcladores del dinero.

    La mayoria de los a rt istas , cscritores e intelectuales no se encontrabanen n inguna de estas posiciones fijas de clase. Pero de maneras diferentesy variables podian superponer sus quejas a las de cada una de las c lasescont ra ~[ calculo burgues de l mundo . Eslubun los dist ribu idores y Iibrerosque, dentro del recien dominante mereado cultural, trataban las obras de

    . a rte como ' s imples rnercanclas, cuyos valores se deterrninaban por el exi~to 0 el fraeaso comercial. Las protestas contra esta situacion podfan su-perponerse a la critica marxista de la reduccion del trabajoa una rnercan-cfa transable . Los grupos 'ar tfsticos altemativos y opositores eran intentosdefensives de superar e l mercado, Iejanamente analogos aldesarrollo dela negociacion colectiva por parte de la clase obrera. As! podia haber almenos una identificaci6n negativa entre el trabajador explotado y el artis-ta explotado. No obstante, uno de los puntos centrales de su queja contraeste tr atamiento del a rte consistla en que el arte creativo eraalgo mas ques imple t raba jo; sus val ore s cul tu ra le s y e sp iri tua le s, 0 luego los esteticosse vefan especialmente ultrajados cuando se afianzaba la reducci6n alacondicion dc mcrcancia. De ese modo el burgues tarnbien podia ser vis-to, sirnultanea 0 alternativamcnte, como la figura vulgar, obstinada, mo-ralista y e st recha de espiritu de la que ja aristocratica.

    Hay innumerables variaciones en estas denuncias esencialmente dis-tinguibles contra la burguesfa. La manera como cada mezcla () va riacionse presentaba polfticamente depend fa, de un modo crucial, de las difcren-cias en las estructuras sociales y politicas de los numerosos pafses en queestes movimientos ternan actividad, pero tambien, en Iorrnas a vecesmuy diffc iles de ana liza r, de las proporciones de los di fe rentes e lementosen las posic iones antiburguesas,

    En el siglo XIX, elelernento derivado de la crftica aristocratica era na-turalrnente mucho mas fuerte, pero encontro una forma metaf6rica propiaque sobrevivirla, pateticamente, en eJ siglo xx, para set tornada inclusopor las personas mas irnprobables: la pretension -a decir verdad, III a fir-maci6n- de que el artista era el autentico a ri stoc ra ta ; tenfa que serlo e fec-ti varnente, en e l sent ido espi ri tual , si pretendia ser un artista. Detras deesta afirmacion se reunio un vocabulario alternativo, desde el "resto" cul-turalmente superior de Arnold hasta Ia intelligentsia vi ta lrnente no corn-prometida de Mannheirn, y de rnanera mas individual en la proposicion

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    _y por ult imo eJcul to- del "genic" y "el superhornbre", Naturalmente, Iaburguesfa y su mundo eran desde tal es poslciones objetos de host il idad ydcsden, pero no fue necesar io que la afirmacion se fo rmu lar a con muchafr ccuencia para amp liarse hasta una condcna gener alizada de la " rnasa"que estaba mas alia de todos los artistas au ten tico s: aho ra, no so lo la bur-guesla sino e l populacho ignorantc que estaba fuera del a lcance del a rt e 0era ho stil a cl de una manera vulgar. Cualquier residuo de una ar istocr a-ci a rea l podia en ocasioncs inc lu ir se en este t ipo de condena : los barbarosmundanos a lo s que sc con fundia of e ns i vamente con lo s verdadero s aris-tocratas creati vas.

    Por otro lado, cuando los movimientos obreros , socialistas y .anarquis-tas elabo raron su p rop io tipo de critica eidentificarona los miembros dela bu rguesfa como los organ izadores y agentes del capitalisrno y por 10tanto la f uente especrfica de la reduccion de todos los valor cs humanosmas generales. jncluidos los del ar te , a l d inero y el comercio.Tos artistastuvieron Iioportunidad de unirse 0 apoyar un rnovi rn iento amplio y ere -c iente que der roca rj a y sus ti tu ir fa Ia soc icdad burguesa. Esta act itud po-df aasumir la fo rma de una identificacion negativa en tr e los artistas y lost raba jadores, p() r s er ambos grupos practi camente exptorados y' oprimi-dos; 0, aunquecon rnenos frecuencia, una iden tif icacion positiva, en laque .108 art ist as se compromet ian, en su art e y f ucra de el, con las causasmas grandes del pueblo 0 los trabajadores,

    Asi, pues, dentro de 10que a p rimerav ista pueden parecer denunciasfnt irnamente comparables de 10burgues-ya hay posiciooes radicalrnentediferentes, que en def in it ive conduci rl an , t anto de rnanera te6ri ca comobajo la pr esion de una crisis po lftica r eal, a tipos de politica no so lo dife-rentes s ino directamente opuestos: el fascismo 0 el cornunismo; la social-democracia 0 e l conse rvadur ismo, y c l cuI to de la excelencia.

    Esta se rie s incronica t iene que cornple rncnta rs e, ademas, con la se; .1ediacronica de laverdadera burguesfa. Eri sus primeras e tapas se habfa he-cho hincapie en la empresa product iva y comercial independiente, Iibrede las restricciones de la regulacion estatal y el privi legio y los preceden-tes, 10que en lit practice co incidia Inr ir namente con lasituacion vital ylos deseos de muchos art is ta s, que ya se encontraban precis amente en esasituacion. En rcalidad 110 sorprende que tantos de estes - incluidos , i roni -carnente. muchos ' ar ti st as vanguardi st as en las ultimas etapas de sus ca-rr eras- se convirtieran en este sentido en bu rgueses buenos y exitosos: ala vez atentos a contr olar su propia p roducci6n y sus b ienes y -10 que irn-por taba mas en 11presentac ion publi ca - apoteos is f inal de esa f igura bur-guesa cen tr al, el indiv iduo sober ano Este es atin hoy el pequerio cambiode la autoprescntacion artfstica convencional.

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    No obstante, la bu rguesfa verdadera no se hab ra deten ido en esas p ri-meras etapas. A medida que recogio los frutos de su produccion libre eindcpendiente, ins is tio con vigor en los derechos de los bienes acumula -dos (en oposici6n alos heredados), y per 10 t anto en sus fo rmas de esta-b lece rse , Aunque en Inpract ice est as se cnt re lazaban con formas mas an-tiguas de propiedad y establecimiento en e l esrado y la a ri stocrac ia , huboun cnfasis d istintivo en la mor alid ad (y no solo en cl heche en b rute) dela propiedad y el orden.

    Un e jemplo par ti cula r, de gran impor tanc ia para e l Moderni smo y lavanguard ia, es 10que llego a llarnarse Ia familia burguesa. La familiabu rguesa r eal no fue la invento ra del matrimon io como propiedad , n i dela in clu si6n en el de la do rninacion mascu lina sob re las mujeres y los hi-jos . La inic ia tiva burguesa dentro de estas for rnas feuda les cstablec idashabla consi stido en accntua r e l scntimiento persona l -al principio r id icu-I izado como sentimental - como fundarncnto apropiado para e l mat rimo-nio , y, en conexion con csto , el cuidado directo de los hijos. La fusion deestas ideas de la f amilia can las formas consag radas de propicdad y esta-b lecimiento fue mas un hfbrido que una verdadera c reac ion burguesa.

    No obstante, hacia la epoca del Moderni smo, l as contradicciones de: este hfbrido iban en aurnento. EI enfasis en el sentimiento personal setr ansforr no rapidamen te en un en fasis sobre el deseo irresistible y aunmornentaneo, cuya supresion impli ca rfa contrar ia r l a humanidad. EI cui -dado de los hijos podfa 'experimentarse como una fastidiosa forma decontrol. Y l a represion de las mujeres, dentro de un s ist ema soc ia l res tr ic -tivo, se porua cada vez mas en tela de juicio, Tampoco implica ninguna

    " reducci6n de Ia natural eza de estas t rans formac iones sef ia la r cuanto masvigorosas SE hic ie ron cuundo 11burgues ia , debido a su mismo exi to eco-nomico, paso a form as mas consolidadas. Las l imit ac ioncs economicasmediante l as cua les l asformus mas ant iguas hablan rnantenido eI controlpractice se debi litaron no 8610 a causa de los' cambios generales en Ia _ .economia y la d isponibil idad de nuevas c lnses de t raba jo (sobre todo pro-f esionales). sino debido a una consideration mas cruda: que el h ijo 0 lah ija de una familia burguesa estaban finuncieramente en cond iciones derec la rnar nuevas Iormas de l iberac ion, y en una cantidad s igni fi ca tiva decasos pod fan usa r e fcct ivarnente l as ganancias de la burgues fa economi -ca para conducir cruzadas polit icas y art is ticas contra ella.

    Asi, la crf tica de la fam ilia burguesa era tan ambigua como la criticamas general de la burguesia como tal. Con el mismo vigor y la mismaconfi anza que las pri rneras generac iones burguesas , que habian cornbat i-do contra los monopolios y privi legios esratales y aristocraticos, una nue-va generac i6n, aun mayori ta ria rnente burguesa por prr ict ica y herencia,

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    1I.i i I~_l.III

    l ucho, basada en e l mismo princ ip io de la soberania del indiv iduo, cont rae l monopol io y e l privi lcgio del matrimonio y la familia, E s cierto queesta lucha fue mas vigorosa entre 10, indiv iduos rel ativamente mas j6ve-nes, en su ruptura encaminada hac ia nuevas direcciones e idcnt idades.Pero en muchos aspectos, uno de los pr in eipales elemento s del Moder-n is rno fue su condicion de autenti ca vanguardia, en deseos y relacionespcrsona les, de la misma burgues ia exitosa y en desar ro llo. Los desaf fosdesesperados y las profundas conmociones de la pri rnera fase iban a con-vertirse en las estadis ticas e inc1uso las convenciones de una etapa poste-rior del mismo orden.

    De tal modo, 10 que observamos s incr6nicamente en la gama de pos i-ciones abarcadaspor la revueltu antiburguesa tambien 10advert irnos, dia-c ronicamente, dentro de la evoluci6n de la burguesia que en def in itivaprodujo sus propias sucesiones de disidentes distintivamenteburgueses.Este es un elemen to clave de la pol it ica de la vanguardia, y es necesa rioque 10recordernos especialmente cuando observamos formas que parc-cen ir mas alla de la po lftica 0 hasta desechar la como i rrel evante . Asf ,dentro de la c rf ri ca aparentc de la famil ia burguesa hay una pos ic ion queen realid ad es una critica y un reebazo de todas las fonnas sociales de re-producc ion hum ana . La "fami li a burguesa" , con todas sus conoc idas ea-rac tens ti cas de propiedad y control , a menudo es en sus tanc ia una expre-si6n encubr idora del r echazo de las mujeres y lo s hijos, que asurne laforma de un rechazo de la "domesticid ad", EI ind iv iduo soberano sc verest ringido por cua lquie ra de tal es for rnas. EI genio es dornest icado pore ll a. Pero como ha y pocas opciones cn favor del celibate, y s610 una li-rnitada (aunque adoptada y valorada de manera novcdosa, y hasta direc-t amentc asociada con e l a rt e) por l a hornosexualidad, l a campaii a mascu-lina par la liberacion se asocia con frecuencia, como en los casos deNietzsche y St rindberg , can un gran resentimiento y odio hac ia l as muje-res, y una reduccion de los hijos a elementos de la lucha entre individuosincompatibles , En esta fuerte tendencia, la l iberaci6n traduce el deseo co-mo perpe tuamcnte movil : en princ ip io , no puede a lcanzarse en una rela-c ion establecidao en una soc iedud. No obstante , a l mismo t ie rnpo los re-c lamos en favor de la I ibcrac ion huruana , contra l as formas de propiedac ly otros coutroles econ6micos, son formulados. can mucho nuis arnplitudy cada vez mas -puesto que esa es la ironia, aun de la primera fase- pormujeres,

    As f, pues, hernos vis to que 10 novedoso de 1a vanguardia cs el d ina-mismo agresivo y la afrenta con sciente de los reel amos de lib eracion ycreat iv idad que , a 10la rgo de todo e l pcnodo Modemis ta , sc for rnularon~ehecho mucho mas extensamentc. Tenernos que cxarninar ahora las for-

    ,;. -- - .. . l' I' : 4tf Z--tNw.JjO--~; .....-.

    LA POLfT1CA DE LA VANGUARDIA 81mas var iables de sus in te rs eccioncs rca les con la pol ft ica. En sus tanc ia ,estas cubr en todo el espectr o politico, aunque en Ia gran mayorfa de loscasas hay un movimiento vigoroso hac ia l as nuevas fuerzas pol tt icas queiban mas a li a de la ant igua poli ti c a imper ia l y const ituc iona l, t an to antesde la guerra de 1914-1918 como, con una intensidad rnucho mayor , du-rante e ll a y despues . Podemos identi fi ca r brevernente a lgunas de las prin-

    : cipales corrientes,Bubo , en p rimer lugar, una fuerte atraccion por las fo rmas del anar-quismo y el nih ilismo, y tambien del soc ia li srno revoluc ionario que , en

    .su representacion estet ica, tenian un caracter comparablemente apocalfp-t ico, En definit iva, las contradicciones entre estes divcrsos t ipos de adhe-s i6n iban a se r evidentes , pero hubo una c la ra vinculaci6n inic ia l ent re e lasa lto vio lento a las convenc iones exi st entcs y los prograrnas. de anar-quistas , nihil is tas y socialistas revolucionarios . La insis tencia profunda. en la l iberac i6n del indiv iduo creat ive l Iev6 a rnuchos hac ia e l a la anar -qu ista, pero ell especial despucs de 1917 , el pr oyecto de revoluci6n he-ro ica podia tomar se como model a par a la liberaci6n co lectiv a de todoslos indiv iduos. La hos ti li dad hac ia l a guerra y e l rni li ta rismo tambien a li -mento esta tendencia general , desde los dadai st as hasta los surrea li st as y .desde los s imboli st as rusos hasta los formalis ta s de ese mismo pal s.

    Por otro lado, e 'l compromise con una ruptura vio lenta con el pasado,muy evidente en e l futur ismo, conduci ri a a t empranas a rnbiguedades po-l it icas . Antes de 1917 la retor ica de la vioJene ia revolucionaria podia pa-reeer congruente con 1aglorificaci6n explfci ta que los futuris tas i talianoshacian de la v iolencia en la guerra. Solo fuc despucs de 1917, y de la cri-s is consiguiente en otras partes, que ambos tipos de violencia terrninaronpor dis tingui rs e plenamente . Por entonccs, dos futur is tas , Mar inett iyMayakovsky, se habfan movido en direcciones absolutamente opuestas :Marinet ti can su apoyo al fascismo italiano, Mayakovsky COIl su campa-f ia en favor de una cul tura popular bolchevique , La retor ica renovada delrechazo y la des inregrac ion violenta en Ia Ale rnania de los a fios veinteprodujo asoc iaciones dentro del expresionismo y movimientos conexosque hac ia f ines de Iadecada , y l uego en espec ia l con la l legada de Hit le r,ll evaron a diferentes esc ri tores a tomar pos ic iones en los palos ext remesde la polfrica: el fascismo y el cornunismo.Dentro de estos diversos carninos, que pueden recor re rse hasta l iega ra posiciones polfticas explfcitas, ha y un conjunto rnuy comple jo de adhe-siones que, segun parece, pod ian tomar una u o tra via, Una de las carac-t er ls ti cas sorprendentes de var ies movirnientos, t anto dentro del Moder-nismo como en la vanguardia, es que el rechazo del orden socialexi stcnte y su cul tura e ra apoyado e incluso direc tamente expresado me-

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    82 LA POLiTICA DEL MODERNlSMOdiante e l r ecurso a un a rte mas s imple : ya. se t ra ta ra de l primi tivo 0 exoti-co, como en el intcres manifestado por los objetos y forrnas africanas ychina s, ya de los e lementos " folkloricos" 0 "populares" de sus culturasnatales. Como en el caso anterior del "medie valisrno" del movimientoromantico, esta expansion que daba 1a e spalda e iba mas alla del ordencul tura l existen te iba a tener re sul tados pol it icos muy diversos . En e l ini -cio, el principal impulso fue "popular", en un sentido polftico: esta era laverdade ra a repr imida cul tura nat iva que habfa s ido sofocada por las for .mas y formulas acudernicas y del establishment. No obstan te , a Jmis ruotiernpo se la valoraba en los rnisrnos terminos que el arte exotico porquerepre sentaba una t radicion humana mas gene ra l, y en especial a causa delos elementos que podian considerarse como ide ntificadores de su "pri-mi tivisrno", una cal if ic ac i6n que corre spondfa a l cnfa sis puesto en e l re i-no innatamente crcativo, informe e indomado de 10p rcrracional y lo in-consciente, incluso esa vitalidad de 10 ingenuo que, de manera tanespecial e ra un esumulo conduc tor de la vangua rd ia .

    Podemos vcr entonces por que esros enfasis, al madurar, se encarni-naron en diferentes direcciones politicas. EI enfasis "folkI6rico", cuandos~proponfa como evidencia de una tradicion popular reprimida, podiadesembocar r apidamente en tendenc ia s soc ia li stas y ot ra s radica le s y re-vo lucionarias . A esto podia uni rse una vers ion de la v ital idad de 10inge-nuo, como testimonio de los nuevos tipos de arte que liberarfa una revci-luc i6n popular. POl 'otro lado, una insistencia en 10 "folklorico" comoparte de un tipo particular de enfasis en "el pueblo", podf'a.conducir aident if ic ac iones nacionales y f ina lmente naciona li stas muy fuertes , 'de lac1ase a .Ia que recurrieron abundanternente el fascismo italiano y cl ale-man.

    De igual modo, sin embargo, el hincapie puesto en Ia creatividad de16 pre rracional pod ia t ransforrna rse en un rechazo de todas las formas "depol ft ic a supuestamente racional , inc luyendo no s610 e l progre sismo l ibe -ra l s ino tambien e l soc ia li smo c ie ruffico, has ta e l extr eme de que . en 'unave rs ion , la poi ftica de la acc ion , de Lafue rza i rre tlexiva , pudo idea liza rsecomo necesariamente liberadora. Desde luego, no fue esta la unica con-elusion del enfasis en 10p rcrracional, La mayorfa de los surrealistas sepasa ron en los afios t re in ta a la re si stenc ia cont ra e l f asc ismo: por supues-to, como resistenc ia act iva y dcsorganizadora . Bubo tambien una larga (einacabada ) in te racc ion ent re e l psicoana li si s, c ada vez mas la expre sionteorica de la acentuaci6n de 10"pre rr ac iona l" , y c l rna rxismo, pa r enton-ces la exprc sion te6rica dorn inante de la c la se obre ra revoluc iona ria. Hu-bo rnuchos intentos de fus ion de l impulso revoluc ionario de ambos , tan-to en general como en relacion particular can una nneva polftica sexual

    i,A POLfTlCA DE LA VANGUARDJA 83que ambos de rivaban de las discut ida s pr ime ra s Fuentes modernistas . Sinembargo, tambien hubo un recha zo fina l de toda polnica, en nombre delas realidades m as profundas de la ps ique dina rnica ; y ,den tro de e lla, unacorriente influyente en favor de form as conservadoras de orden, que seconsideraba proponfan al menos cierto marco de control para los ingo-bernables impulses, tanto de la psique dinarnica como de la "rnasa" a la"mul ti tud '' prc rracionales. .

    Los dive rsos movirn ienros que tomaron estas di recc iones d ife rentcsy opuestas siguieron teniendo en cormin una prop iedad gene ra l: todoseran pioneros en nuevos metodos y prop6sitos en la escritura, el arte yel pensamiento, Es e ntonces un hecho comprobado que, par esta rnisrnaraz6n, fueron muy a rnenudo rechazados.por las principales fue rzas po-Ifticas: Los nazis iban a englobar a los Modernistas de izquierda, dere -cha y cen tro dent ro del Kulturbolschewismus. Entre mediados y lines delos attos veinte, los bolcheviques en el poder en la Union Sovietica re-chazaron virtualrnente el rnismo espectro de tende ncias. Durante losFrentes Populares de la de c a da del treinla, hubo un reagruparniento defuerzas : los sur real istas con los real is ta s soc ia le s, los const ruc tivistascan los a rt istas fo lkl6r icos , e l inte rnaciona li srno popula r con e l nac iona-l ismo popular . Pe ro e sto no perdur6 mas a lla de e sa breve c ircunstanc iainrncdiata, y a 10 largo de Ia gllerra de 1939-1945 las fuerzas se reenca-raron en direcciones y transformaciones separadas, para rcaparecer enotras alianzas effmeras en los afios de la posgucrra y en especial en ladecada del sesenta, en 10 que parecio/una renovacion de las e nergfasoriginales,

    Dentro de la gama de posibilidades generales era muy importante 10que sucedfa en los difcrcntes paises en que teruan su base los movimien-tos de vanguurdia, 0 donde encont raban re fug io . Las verdade ra s base s so-c ia le s de la pri rnera vanguardia fue ron a la vez cosmopoli ta s y me tropo-litanas, Hubo una rapidajransferencia e interaccion entre diferentes ,paises y diferentes capitales, y la modalidad profunda de todo el movi-miento, como en el Modernismo, fue precisamente esta movilidad a tra-ves de las fronteras: fronteras que se contaban entre los componentesmas obvios del viejo orden que habra que rechazar, aun cuando tuentesfo lkl6rica s nativa s se inc lu fan como e lementos 0 inspiracion del nuevoarte, Habfa una intensa competenc ia pero tam bien una coexistencia radi -cal en las grandes capitales imperiales de Paris, Viena, Berlin y San Pe-tersburgo. 10misrno que, de una manera mas limitada, en Londres. Cadauna de estas concent raciones de r iqueza y pode r, y de l e stado y la acade -mia, habra atraldo, dentro de sus misrnas complejidades de contactos yoportunidades, a quienes mas se Ie oponian. La dinrirnica de la metr6poli

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    84 LA POLIT ICA DEL MODERNISMO

    i rnperi al ist a e ra , entonces , la vcrdadcra base de esta oposicion, de mane-ras que ya sc han cxp lorado en el vo lumen Unr ea l C it y_ 9

    Esto iba a suceder olra vez, pero de formas esenc ia lrnente diferentes,despues de las conmociones de la guerra de 1914- ] 918 Y l a RevolucionRusa. Parfs y Berlfn (hasta la llcgada de Hitler) eran los nuevas g randescentros, pero la reunion no era ahora exclusivamente de art is ta s, e sc ri to-res e iniel ec tuales pioneros que buscaban contactos y solidar id ad en lamultip licid ad de sus movimicntos, sino en rnucho mayor rnedida de ex i-liados y emigrado s polilicos: un movimiento que mas tar de se r epetir fa,con un en fasis aun mas grande, en Nueva York.

    Asf , pues, exi st e c ie rt a continuidad est ructural dentro de las ca rnbian-tes s ituacioncs de las capitales metropoli tan as. No obstante, cualesquierafueran los lugares donde los a rt is ta s pudie ran estar 0 establecerse, las cri-s is poli ti cas cornplc ta rnente nuevas delmundo poster ior a 1917 produje -ron una clase de diversidad diferente de Ia rnovil y competitiv ade lo sa iios anter iores a 1914. ASI, l os Moderni st as y vanguardi st as rusos se en-contraban en un pafs que habfa a travesado 1 3 revoluc ion y la guerra c iv il .Blok, en Los doce, pudo escrib ir un poema simbolista tardio sob re docesoldados del Eje rc ito Rojo conducidos por Cr is to a travcs de una tormen-ta hacia el nuevo mundo . Mayakovsky paso del dcsapcgo liberado de Lanube ell pantalones (1915) ala aclarnacion de la r evoluci6n en Misteriobufo (1918) y luego, despues del r echazo oficial del arte Modern ista y devanguard ia, a la ob servacion satirica del supuesto nuevo rnundo en Lachinche (1929). Son a lgunos e jemplos ent re muchos, en la turbulenc ia deesos afios, cuando la relacion entre politica y arte ya no era cuestion demanif ie sto sino de pract ica dif fc il y a menudo pel igrosa .

    Los furu ristus italianos tuvieron una exper iencia muy diferente per ocompar ab le. La rctor ica anterior los habia Ilevado al fascisrno , pero suver?adern manifestacion consist io en imponer nuevas pruebas, y diversasvan antes de adaptacion y reserva. En Ia Republica de Weimar habra to-davia una diversidad act iva y competi tiva , y la cor riente se d irigfn canfuerza contra la cultura burguesa y sus form as. Pero mientras P iscator pa-"so de la Liga Espartaco al Teatro Proletario, el poeta Tucholsky, en unarat if icac ion de nuest ro a ruil isi s anter ior, dec la re que "uno es burgues porpredisposicion, no po r nacimiento , y menos que nada por p rofesion" : 10esto es, burgues, no como una clasificacion po litica sino espiritual. La

    iI}

    9. Edward Timms y David Kelley (cornps.), Unreal City: Urban Experiences ill Mo-dem European Literature and Arl. Manchester. 1985.

    )0. Vea se A. Phelan, "Le ft-wing Me lancholia". en A. Phelan (comp.), The Weimar

    I.,!.

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    L A POL iTI CA DE L A VANGUARDIA 85

    crisis term inal del fin de la repub lica y cl ascenso de los nazis al poderforzo una polar izac ion ent re los escr itores que habfan tenido una estrechapar ti cipacion en eJexpresionismo, y cuyos representantes ser i' an Brechten la i zquierda revoluc ionari a y Gott fr ied Benn en la derccha fasc is ta ,

    En los pafses que en este perfodo no sufrieron un cambio radical depodcr en el estado, los efectos, aunque no menos complejos, fueron amenudo menos drarnaticos. Bubo un notable a linearniento de esc ri toressur real ist as con Incausa ant ifascis ta en Franc ia , pcro a li i, C0l110 en Gran

    . Bretana , fue pos ib le sostener c ie rt a solida ridad pol ft ica contra l a guerra ye l fasci smo dentro de una diversidad de movirnientos li te ra rios y princ i- 'pios culturales. En el periodo del Frente Popular, tarnbien se hizo g ranhincapie ell el elernen to de la po sicion vanguardista o riginal que hab iarechazado las insti tuciones culturales oficiales y buscado nuevos publi -co s -yen algunos casos.icomo en los co rnienzo s de la Union Sov ietica,nuevos publicos populares= para tipos mas abiertos de arte.Estaba pre-sente In tendencia izquierdista de Ins obras de Auden e Isherwood, queabr evaban en el expresionisrno aleman; pero tambien hubo una colo ra-.c ion vanguardi st a en e l c ine rea li st a soc ia l y documental, y en los movi-mientos teatrales, que se propornan romper con las formasfijas de la fie-cion y las insti tuciones burguesas cerradas,

    En Gran Bretai in , s in embargo, t ambien hubo Lil la rendenc ia s igni fi ca -tivamen te diferen te, en lu cual cl Modernismo literario se movio de ma-nera explfcita hacia la derccha. EI vorticismo de Wyndham Lewis, unaversion del futur ismo, se desa rrol lo de modo idiosinc ras ico, pero la posi -. cion vanguardi st a carac te rfst icamente total de Pound ter rn ino en e l fasci s-mo , y la version de Years del "pueblo" , sostenida al p rincipio po r un rno -virniento amplio y multif orme, dev ino un nacionalisrno de derecha. EIcaso mas interesante, por ser el mas influyente, es el de Elio t, v isto desdelos afios vein te hasta lo s cuarenta como el pocta modern ista clave. Elio tdesarrollo 10 q ue hoy puede considcrarse como una posicion antigua ymoderna, en la que una experimentacion I iterar ia 'in cesante se mov i6 ha-c ia un e li ti smo consc iente y se propuso hacer hincapie en la tradicion(tan distin ta de los anterio res rechazos Modern istas y vanguard istas delpasado); 10 cual, en cf ccto , aparecia como subver sive de un o rden socialy cultural in to lerable por superficial y auto engafioso (yen ese sentidoaun burgues). .

    La guerra de 1939-1945 puso fin a muchos de estos movi mien lOS y

    Dilemma, Manchester, 1985 [Trud. cust.: 1 dilema de Weimar, valencia, Ediciones Al-fonso cl Magnanirno] .

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    t ransfor rno la mayorfa de las posiciones anteriore s. No obstan te , aunquerequiere un analisis separado, cI periodo qu e se inicia en 1945 muest ramuchas de las si tuac iones y tens iones anter io rc s y, a dec i~ ve rdad, mu-chas recurrencias -aunque modificadas, en sus ejemplos mas series- deposiciones e i n ic i at i va s . T i enen que sefialarse a Ia sazon dos nuevos fae-tores sociales .dado que las continuidades y semejanzas de tecnica, filia-cion y manifiesto pueden aislarse con dcmasiada facilidnd en una historiaestetica separada: en sf rnisrna, una de las formas influyentes de un 1110-dernisrno cultural de posguerra que habfa observado Ia cornplejidad de

    , las numerosas crisis polfticas,Primero, l~ ' vanguardia, e n eI sentido de movimiento artistico que es

    a l mismo t iempo una carnpafia cultura l y politica, paso a 'se t notablemen-te menos cormin. Pe se a clio, ha y desde las primeras etapas posicionespo lf tica s vangua rdista s -disidentes con respec to a las fo rmas burguesas

    . f ijas, pe ro sin embargo disidentes burguesas= que puedenconsiderarsecomo la avanzada genuina de una burguesfa internacional verdad~ramen-te modern a que surgi6 a partir de 1945. La polftica de esta Nueva Dere-cha, con su version dellibertarismo en la disolucion Q desregulacion detodos los lazos y todas las formaciones nacionales y culturales en interesde 10 que se presenta como mercado abierto ideal y sociedad verdadera-mente abierta, ra rece re trospect ivamente muy fami liar . Pues la soberanradel ind ividuo . se propone como forma polft ic a y cultural dominant, aunen un mundo mas notor iamentc conirolado par un pode r cconomico yrni li ta r concent rado. Que pucda propone rse una forma.tal , en tales condi -ciones, depende en parte de aquel enfasis que enotro.tiempo, dent ro deimpc rios c stablec idos c ins ti lu~iones conservadora s, fw'e ta; l de sa fiante ytan marginal. . , .~

    Segundo, en particular en el cine, las artes visuales y la publici dad,c iertas tecnicas que otrora fuerorr experimentales y significaron verdade-ras conmociones y a fr eutas , se han conve rt ido en convenc iones ope ra ti -vas de un arte comercial de a rnplia distribucion, dorninado desde uno spocos centros-culturales, mientras mochas de las obras originales se in-corpora ron d ir ec tamente a l comerc io internaciona l corporative , Es to nosignifica decir que el futur ismo, 0 cualquier . otro de los movirnientos devanguardia, haya encontrado su futuro literal. La retorica puede ser aiinde innovaciones inccsantes. Pero en lugur de lu rebeli6n esui el trtificoprogra rnado dclespec taculo, en sf rnismo s ign ifica tivamente rnov il y; a lrnenos en la superficie, deliberadarnente desorientador ,

    Tenemos que recorc Ia r entonces que la po li tica de la vangua rd ia , des-de el inicio, podia if hacia uno u otro lado. El nuevo arte podfa encontrarsu ,Jugar en un .orden social nuevo 0 en un viejo orden cul tur almente

    LA rorrnc DE LA VANGUARDJA 87t ransformado pe ro por ot ra parte pe rsi stente y recuperado . Lo que e ra ab-so lutarnente segura, desde las pr ime ra s agi ta ciones del Modernismo has-ta las fonnas mas extrernas de Ia vanguardia, es que nada pod fa mante-nerse del todo como e ra: que las presiones intern as y las contradiccionesi nt ol er ab le s f or za rl an a lg un t ip o de c amb io s r adi c al c s, Mas allri de las di-recciones y a f il i ac i one s pa rt i cu l ar es , en e st o s ig ue radicando la impor -tancia historica de este racimo de rnovimientos y notables artistas indi-viduaIes. Y dcsde entonces, si bien de nuevas forrna s, las presiones ycont radicc iones gene ra le s a iin son intensas, s i en muchos a spec tos 10 sonatin mas , todavia hay mucho que aprender de las complejidades de su vi-goroso y deslumbranre desarrollo.