La Polémica de El Problema (1899)

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  • Revista Mexicana del CaribeISSN: [email protected] de Quintana RooMxico

    Molina Jimnez, IvnLa Polmica de El problema (1899), de Mximo Soto Hall

    Revista Mexicana del Caribe, vol. VI, nm. 12, 2001Universidad de Quintana Roo

    Chetumal, Mxico

    Available in: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=12801205

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  • LA POLMICA DE EL PROBLEMA (1899),DE MXIMO SOTO HALL

    IVN MOLINA JIMNEZUniversidad de Costa Rica*

    RMC, 12 (2001), 147-187 [147]

    * Centro de Investigacin en Identidad y Cultura Latinoamericanas (Ciicla)San Jos, Costa Rica, Amrica Central.

    AbstractThis article takes as its starting point the debate that arose in CostaRica in the 1980s and 1990s regarding the work of Guatemalan writer,Mximo Soto Hall: El problema. This text was considered by literarycritics to be the first anti-imperialist novel in Latin America. This con-clusion is questioned in the present article, on the basis of a detailedanalysis of the family and political antecedents of Soto Hall, his in-tellectual trajectory during the first half of the XX century and his linkswith the authoritarian governments of Rafael Iglesias in Costa Rica andManuel Estrada Cabrera in Guatemala.Key words: Maximo Soto Hall; Anti-imperialism; authoritarianism; Rafael Iglesias;Manuel Estrada.

    ResumenEl presente artculo parte del debate que provoc en la Costa Rica delas dcadas de 1980 y 1990 una obra publicada casi un siglo atrs por elescritor guatemalteco Mximo Soto Hall: El problema. Esta obra fueconsiderada por la crtica literaria posterior como la primera novelaantiimperialista de Hispanoamrica. Tal conclusin es cuestionada conbase en un anlisis detallado de los antecedentes familiares y polticosde Soto Hall, de su trayectoria intelectual durante la primera mitad delsiglo XX y de sus vnculos con los gobiernos autoritarios de Rafael Iglesiasen Costa Rica y de Manuel Estrada Cabrera en Guatemala.Palabras clave: Mximo Soto Hall; antiimperialismo; autoritarismo; Rafael Iglesias;Manuel Estrada.

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    THE CONTROVERSY SURROUNDINGEL PROBLEMA (1899), BY MAXIMOSOTO HALL

    RsumOn doit le prsent article au dbat provoqu au Costa Rica au cours desdcennies 1980 et 1990, par une oeuvre publie il y a presque un siclepar lcrivain guatmaltque Mximo Soto Hall: Le Problme, considreultrieurement par la critique littraire comme le premier roman anti-imprialiste de lAmrique hispanique. Cette conclusion est controverseaprs lanalyse dtaille des antcdents familiaux et politiques de SotoHall, de sa trajectoire intellectuelle durant la premire moiti du XXEsicle et de ses attaches avec les gouvernements autoritaires de RafaelIglesias au Costa Rica et de Manuel Estrada Cabrera au Guatemala.Mots-cls: Mximo Soto Hall, antiimprialisme, auoritarisme, Rafael Iglesias,

    Manuel Estrada.

    SamenvattingHet artikel stelt nieuwe vragen naar aanleiding van de discussie in CostaRica in de jaren tachtig en negentig van de vorige eeuw over het werkEl Problema, geschreven door de Guatemalteekse schrijver MximoSoto Hall aan het einde van de negentiende eeuw. El problema werddoor de literaire kritiek beschouwd als de eerste anti-imperialistischeroman van Spaans Amerika. Deze conclusie wordt ter discussie gesteldop grond van een uitgebreide analyse van de familiaire en politiekeantecedenten van Soto Hall, van zijn intellectueel traject gedurendede eerste helft van de twintigste eeuwde en van zijn banden met deautoritaire regeringen van Rafael Iglesias in Costa Rica en van ManuelEstrada Cabrera in Guatemala.Kernwoorden: Mximo Soto Hall, antiimperialisme, autoritarisme, Rafael Iglesias,

    Manuel Estrada.

    IVN MOLINA JIMNEZEscuela de Historia-Universidad de Costa Rica

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    E l escritor guatemalteco Mximo Soto Hall public en elSan Jos de 1899 la novela titulada El problema. Estaobra suscit dos vivas polmicas con casi cien aos de diferenciaentre una y otra, entre los intelectuales costarricenses.1 El texto,que circul originalmente tras el conflicto de 1898 entre Espaay los Estados Unidos, se ubica en 1928, cuando el ro San Juan,que sirve de frontera entre Nicaragua y Costa Rica, era la base deun canal interocenico, construido por el capital estadounidense,y el istmo centroamericano, donde ya prevaleca el idioma ingls,se aprestaba a anexarse a la nueva potencia. Por qu esta obrafue acogida con inters y pasin a finales del siglo XIX y del XX, yprcticamente olvidada en el intermedio?

    1. LA POLMICA DE LAS DCADAS DE 1980 Y 1990

    El segundo debate, falto de toda referencia al primero, se inicien 1984, cuando el investigador lvaro Quesada Soto public enla revista Aportes un artculo titulado significativamente Elproblema. Primera novela antimperialista. El texto de Soto Hall,segn el comentario precedente, se caracteriza por un enfoqueelitista y fatalista, ya que el pueblo est ausente del relato y esintil todo esfuerzo por enfrentar la anexin de Centroamricaa Estados Unidos. La obra, sin embargo:

    refleja admirablemente los lmites y contradicciones de la oligar-qua liberal criolla medio patriarcal, medio burguesa ante elcrecimiento del capitalismo y del imperialismo hacia fines de siglo.Pero el valor de la novela no es nicamente histrico. En muchosaspectos los planteamientos de esta obra readquieren, en el mo-mento histrico que vive Costa Rica y Centroamrica, una inespera-da vigencia [Quesada Soto, 1984, 32].

    1 La investigacin que sirvi de base para este artculo se realiz en el Cen-tro de Investigacin en Identidad y Cultura Latinoamericanas (Ciicla) y fue finan-ciada por la Universidad de Costa Rica.

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    La ltima frase de Quesada Soto se refera a un contex-to muy preciso: en 1984, al tiempo que se agudizaba el conflictomilitar en Centroamrica, se intensificaba la presin de los Esta-dos Unidos sobre Costa Rica. El propsito estadounidense era do-ble: obligar al gobierno de Luis Alberto Monge (1982-1986) a acelerarla liberalizacin de la economa costarricense, en especial enel sector financiero, y a prestar el territorio para la operacin debases desde las cuales los contras, financiados por Washington,pudieran atacar a la Nicaragua sandinista de modo similar a comoya lo hacan desde Honduras (Rovira, 1987). El problema de finalesdel siglo XX era un terreno frtil para que el libro impreso en elSan Jos de 1899 despertara un inters creciente.

    El artculo publicado en Aportes en 1984 evidencia, con todo,una cierta contradiccin entre el ttulo y el contenido, ya que elautor, en vez de definir a El problema como la primera novela an-timperialista, se limita a sealar que constituye un brillanteantecedente de las obras del profesor Carlos Gagini, El rbolenfermo (1918) y La cada del guila (1920), consideradas comolas que inauguraron, en la narrativa costarricense, la denunciadel imperialismo de los Estados Unidos (Quesada Soto, 1992, 32).2

    El desfase indicado quiz fue producto de que los editores de larevista, en un afn por captar la atencin del lector, modificaronel nombre original que tena el ensayo.

    El examen de los textos posteriores que Quesada Soto elaborsobre El problema avala lo expuesto, ya que no insisti en desta-car su carcter antiimperialista (Quesada Soto, 1992, 7-29; 1994,125-140); y en 1998, en Uno y los otros, adverta que esa novela,a la que tambin era aplicable el calificativo de pro-yanqui:

    puede leerse como una indagacin inquietante y lcida en las apo-ras del proyecto nacional oligrquico: al mismo tiempo que repro-duce sus planteamientos discursivos e ideolgicos, parece tambinparodiarlos, reducirlos al absurdo y llevarlos hasta sus ltimas con-secuencias, ah es donde se pone en evidencia su carcter alienadoy autodestructivo [Quesada Soto, 1998, 69]3

    2 Sobre las novelas de Gagini, vase Altamirano (1973, 7-14).3 Vase tambin Quesada Soto (2000, 21).

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    El profesor de origen chileno asentado en Costa Rica, JuanDurn Luzio, public en 1985, en la revista cubana Casa de lasAmricas, un artculo titulado Estados Unidos versus Hispano-amrica: en torno a la novela del 98. La visin fatalista dellibro de Soto Hall es contrastada, en este ensayo, con la ofrecidapor El rbol enfermo y La cada del guila de Gagini, en las cualeslos personajes costarricenses siempre pertenecientes a la cimade la jerarqua social vencen moral o militarmente a los yanquis.El problema, sin embargo, es definido de manera vacilante, yaque al tiempo que el autor destaca que parece ser la primeraobra antiimperialista de la literatura hispanoamericana, inspira-da en la ciencia ficcin al estilo de Julio Verne, reconoce que

    ms all del mbito textual, Soto Hall y Gagini mantenan entoncesopiniones opuestas en el terreno poltico nacional con respecto ala presencia de los Estados Unidos en la regin. De aqu tambinque las obras de Gagini parecen una contestacin a la de su adver-sario: ante la solapada anglofilia de Soto Hall responde Carlos Gaginicon dos obras abiertamente antinorteamericanas que sospechamosescritas para refutar a El problema [Durn Luzio, 1992, 39].

    La Universidad de Costa Rica public en 1992 la segundaedicin costarricense de El problema, cuya introduccin reprodu-ce una versin aumentada del texto que originalmente circulen Aportes en 1984, y por el estudio dado a conocer en Casa de lasAmricas en 1985. La vuelta a la circulacin, al ampliar el accesoa la novela, facilit que se profundizara el debate sobre suantiimperialismo. El profesor Rodrigo Quesada Monge fue el pri-mero que se pronunci al respecto, y pese a las crticas queformul a las opiniones de Quesada Soto y Durn Luzio (las calificde supersticiones ideolgicas), no fue capaz de superarlas,especialmente porque no capt la vacilacin con que esos autoresdefinieron el relato del escritor guatemalteco:

    temo que calificar de antiimperialista la novela de Soto Hall es,por decir lo menos, bastante atrevido; atrevimiento que adjudicoa sus exgetas del presente, ms que al mismo escritor. A mi modode ver, aunque no llega a ser pro imperialista, la obra es un bien

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    logrado panegrico aristocrtico de un progresismo consecuente-mente conservador El presunto antiimperialismo de Soto Hall,que no es suyo, ha sido impuesto desde el presente, no me ha lle-vado a conocer mejor las oligarquas centroamericanas. Eso mellev a leerlo y hacerlo mo en su misma salsa, haciendo a un ladolas picantes especies leninistas con que algunos lo quisieronaderezar. Y cuando quise comprenderlo como un liberal de izquier-da, asustado por lo que vea a su alrededor, me result fcil concluirque, por encima de todo, Soto Hall era un artista, y no un idelogodispuesto a vendernos el mejor de los catecismos antiimperialistas,para que los malos cocineros del presente hicieran sus sacrificadosguisos polticos [Quesada Monge, 1992, 45 y 57-58].

    El enfoque sobre la novela que se esconde detrs de estametfora culinaria no es, en el fondo, muy distinto de lo expuestopor Quesada Soto y Durn Luzio. Lo mismo se puede decir de unartculo que el fillogo Leonardo Sancho-Dobles public en larevista Acta Acadmica en 1993, en el cual ofrece una interpreta-cin de El problema en el contexto del Quinto Centenario y a laluz de Los trabajos y los das de Hesodo y de la oposicin entreedad de oro y edad de hierro y civilizacin versus bar-barie. El resultado final es una versin ampliada de varios delos planteamientos que circularon originalmente en Aportes yCasa de las Amricas, en la cual se enfatiza el concepto de raza,no el de imperialismo:

    el contexto histrico y social del momento cuando se publica lanovela dan pie para plantear la subordinacin de las culturas, o lasrazas dbiles ante la civilizacin fuerte y dominadora el textode Soto Hall pone en evidencia el derecho natural del ms fuertepara subordinar y explotar al ms dbil como una justificacin de ladominacin norteamericana pone a la tecnologa, la fuerza, la te-nacidad y el empeo venciendo finalmente a la naturaleza, el idea-lismo, el ensueo y el engao [Sancho-Dobles, 1993, 64 y 68].

    El escritor Jos Ricardo Chaves, a diferencia de QuesadaMonge y Sancho-Dobles, analiza El problema desde una perspec-tiva imanolgica, con el propsito de determinar la contribucin

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    de tal texto a la conformacin de una opinin sobre lo extranjero.La ausencia de los conceptos de imperialismo o antiimperialismoen el texto de Soto Hall es, en este sentido, fundamental, yaque patentiza que

    lo que el autor afirma una y otra vez no es el enfrentamientoeconmico entre pases latinoamericanos y los Estados Unidos, sinola absorcin de una raza dbil y decadente, la latina, por otrafuerte y poderosa, la sajona, absorcin que, por otra parte, no ne-cesita recurrir forzosamente a la violencia sino que ms bien se dade forma natural, en una visin darwinista de la existencia, dondelos dbiles sucumben ante los fuertes La categora central no esimperialismo sino raza [Chaves, 1994a, 84].

    La vacilacin de Quesada Soto y de Durn Luzio al referirseal antiimperialismo del texto de Soto Hall tampoco fue captadapor Chaves quien, adems de calificar sus comentarios comotradicionales, advirti en un artculo publicado en el peridicoLa Nacin en marzo de 1994:

    se ha ido extendiendo como neblina, un cierto clich con respectoa El problema, el de ser la primera novela antiimperialista latino-americana, a partir de una observacin del estudioso Seymour Men-ton y que crticos recientes como Klaus Meyer-Minnemann, lvaroQuesada o Juan Durn Luzio, repiten y amplan, ya por ingenuidad,ya por llevar agua a su molino [Chaves, 1994b, 15].

    La parte final de la cita precedente alude a la dimensinpoltica de la polmica: en tanto Quesada Soto y Durn Luziopublicaron sus estudios originales sobre El problema en Aportesy Casa de las Amricas, dos revistas de izquierda, Sancho-Dobles yChaves dieron a conocer sus opiniones en Acta Acadmica y enel peridico La Nacin. La primera es editada por la UniversidadAutnoma de Centroamrica (UACA), claustro privado ideolgica-mente conservador, y el segundo es un tradicional vocero y de-fensor de las cmaras empresariales costarricenses y extranjerasy de la poltica exterior de los Estados Unidos, en especial la im-pulsada por el ala ms derechista del Partido Republicano.

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    El curso de la polmica anterior, el final de la crisis poltico-militar en el istmo, la cada del muro de Berln y la posteriordesintegracin del mundo sovitico y la creciente influencia delposmodernismo en las ciencias sociales y literarias, fueron fac-tores que contribuyeron a disociar El problema del concepto deantiimperialismo. La variacin en el contexto poltico e intelec-tual, sin embargo, no supuso que la novela se desactualizara, yaque como lo seal Quesada Soto en 1998:

    [el texto] que Soto Hall dio a luz en Costa Rica hace casi cien aos,cuando se consolidaba bajo el auge del liberalismo y el positivismoun primer modelo de identidad nacional, no deja de encontrar hoy,al agonizar el siglo veinte, bajo el auge del neoliberalismo y la globali-zacin, parecida e inquietante vigencia [Quesada Soto, 1998, 69].

    El aspecto que ms sorprende del debate que gener El pro-blema en las dcadas de 1980 y 1990 es que ninguno de los par-ticipantes (ni siquiera Quesada Monge, que abog por un dilogoentre los historiadores de la sociedad y los de la literatura) (Que-sada Monge, 1992, 52) se pregunt cul fue el impacto que tuvola novela en 1899, quin era Mximo Soto Hall, cul era su inser-cin en los crculos polticos e intelectuales de finales del sigloXIX y en qu medida tales datos podran ser tiles para contextuarmejor su obra.4 Por qu este escritor guatemalteco, que pona enentredicho el futuro de la nacin costarricense en un momen-to en que los liberales procuraban consolidarla, fue uno de losprincipales colaboradores de la Revista de Costa Rica en el sigloXIX, la ms importante publicacin oficial de esa poca?

    2. MXIMO SOTO HALL Y SU PRODUCCIN LITERARIA

    El joven guatemalteco que desembarc en Costa Rica alrededor de1896 (tena entonces 25 aos, ya que haba nacido el 5 de julio

    4 Quesada Soto apenas seala que Soto Hall estuvo vinculado con la dicta-dura de Estrada Cabrera en una nota de pie de pgina (Quesada Soto, 1994, 140;1998, 59).

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    de 1871) provena de una acaudalada familia de empresarios,profesionales, polticos e intelectuales. El padre, Mximo, fueun mdico y abogado hondureo, con fuertes intereses en la mi-nera y en el comercio al por mayor en Tegucigalpa; en 1857, semud a Guatemala, en condicin de ministro plenipotenciariode su pas en esa capital [Oyuela, 1994, 18-22; Durn, 1944, 3).

    Mximo Soto Hall (1915)

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    El traslado precedente ocurri unos 14 aos antes de que se ini-ciara la reforma liberal guatemalteca, un proceso que fue funda-mental para la carrera poltica de otros dos parientes del autorde El problema.

    El hermano del escritor por el lado de su padre, Marco AurelioSoto Martnez (1846-1908), y su primo, Ramn Rosa Soto (1848-1893),5 ocuparon cargos importantes durante los gobiernos guate-maltecos de Miguel Garca Granados (1871-1873) y de Justo RufinoBarrios (1873-1885), y ulteriormente, con el apoyo de este ltimo,lideraron la reforma liberal en Honduras entre 1876 y 1883, unocomo presidente y el otro como su idelogo y ministro general(Taracena, 1993, 190-194). La reorganizacin administrativa yjurdica del pas se aun con una creciente apertura al capitalextranjero, sobre todo al de los Estados Unidos, contexto en elcual el mandatario hondureo dueo ya de una considerablefortuna fund, junto con el empresario de Nueva York, Washing-ton S. Valentine, la Rosario Mining Company en diciembre de1879 (Posas y Cid, 1983, 26-33).

    El enfrentamiento posterior con Justo Rufino Barrios supusoel fin del gobierno de Marco Aurelio: en mayo de 1883, presionadopor la presencia de tropas guatemaltecas en la frontera norte,solicit permiso al Congreso para trasladarse a los Estados Unidospor razones de salud; antes de irse, sin embargo, vendi la mayo-ra de sus bienes. El exilio, primero en San Francisco de California,y luego en Pars (donde muri) fue el destino del ex presidente(Burgess, 1972, 347); en contraste, su socio estadounidense, Va-lentine, tendra un porvenir brillante, ya que se convertira enel concesionario del ferrocarril interocenico en 1890, y seraconocido como el Rey de Honduras a comienzos del siglo XX(Euraque, 1996, 3-6).

    La infancia del autor de El problema fue ajena, sin embargo,a las vicisitudes polticas de su hermano y su primo en Honduras:nacido como hijo pstumo, ya que su progenitor falleci, al pare-cer, seis meses antes del parto,6 el nio creci y se educ en la

    5 Ramn Rosa Soto vivi en la ciudad de Alajuela, Costa Rica, entre 1885 y1886 (Valle, 1993, v).

    6 Mximo Soto, de acuerdo con lo afirmado por Virgilio Rodrguez Beteta,falleci en enero de 1871; sin embargo, segn Durn, muri un ao antes, en 1870

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    patria de Jos Milla y de Gmez Carrillo. La opcin de permaneceren la antigua capital colonial no fue casual, dado el origen de lafamilia materna. La madre era hija de una guatemalteca ca-sada con William Hall, socio de una importante casa comer-cial (Hall, Meany & Bennett) establecida en Guatemala en 1826, yvicecnsul britnico en dicha ciudad, donde falleci en 1865 (Naylor,1988, 120).7

    La carrera poltica e intelectual de Soto Hall, apoyada en elestratgico trasfondo familiar ya expuesto, empez temprano.En 1890, a los diecinueve aos, Rubn Daro le dedic un sonetoen el cual lo calific de bohemio humano, pensador divino(Daro, 1967, 52),8 y public su primer poemario, titulado Paraellas; y en 1892, fue designado secretario de la legacin de Gua-temala en la capital espaola.9 El joven, que estuvo en Europadurante casi tres aos, aprovech la ocasin para visitar Italia,Inglaterra y Francia pas donde vivi en casa de Marco Aure-lio, entonces asentado all, edit entre 1893-1894 un libro decuentos (Dijes y bronces) y una novela (El ideal) en Madrid, untomo de poesa en Pars (Poemas y rimas), y conoci a un amplioespectro de polticos y escritores, de Emilio Castelar a WilliamE. Gladstone y de Bartolom Mitre a Francisco Icaza.

    La razn especfica por la cual regres a Centroamrica esdesconocida an, pero en 1896 Soto Hall viva ya en San Jos,laboraba en varios peridicos, editaba una revista y empezaba aintegrarse al crculo de intelectuales vinculado con el gobiernoautoritario de Rafael Iglesias (1894-1902). La estancia en CostaRica fue vital en varios sentidos: en ese pas, conoci a su primeraesposa, Julia Bonilla, con quien tuvo un hijo y de la que se di-vorciara pocos aos despus; public su novela ms clebre y, afinales de 1897, empez una larga y profunda amistad con Manuel

    (Rodrguez Beteta, 1949, xviii; Durn, 1944, 3). La madre de Soto Hall, en todo caso,parece que volvi a casarse, ya que el escritor tuvo una hermana menor, Mara.

    7 Vase tambin Quesada Monge (1998, 248-250).8 Posteriormente Rubn Daro (1967, 749), le dedicara unos versos a Amy

    Miles, la segunda esposa de Soto Hall.9 Lo que sigue se basa, excepto cuando se indique una fuente especfica,

    en el impreciso relato de Rodrguez Beteta (1949, xiii-xcvi).

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    Estrada Cabrera, enviado por Guatemala en misin diplomticaa la capital costarricense (Arvalo Martnez, 1982, 40).10

    El ascenso al Poder Ejecutivo de Estrada Cabrera, en febrerode 1898, fue el inicio de una dictadura que se prolong por 22aos, y con la cual Soto Hall colabor decidida y sistemtica-mente. El escritor Rafael Arvalo Martnez, en Ecce Pericles,destac que el seor Presidente

    fue sensible siempre al halago de los escritores famosos, a muchosde los cuales, desde los comienzos de su gobierno, pag esplndida-mente. Los discursos patriticos del 15 de septiembre estaban en-comendados a Alberto Mencos, Jos A. Beteta, Mximo Soto Hall yotros de renombre [Arvalo Martnez, 1982, 118].

    La conversin en un verdadero intelectual orgnico del rgi-men supuso que el autor de El problema se ocupara de las msdiversas tareas: fue agente diplomtico en varias ocasiones, dipu-tado al Congreso, editor del peridico El Guatemalteco, escritorde cartillas cvicas, discursos y libros de texto (en 1917, publicuna Biografa de Estrada Cabrera al alcance de los nios) y fuepromotor del seor Presidente entre los intelectuales latino-americanos, a los cuales procur identificar con su gestin. Elcaso ms exitoso, en este sentido, fue el del bardo limeo JosSantos Chocano, a quien, durante una visita a Costa Rica a iniciosdel siglo XX, Mximo Soto Hall instruy en los secretos de supatria (Snchez, 1954, 19). El poeta peruano se convertira enun defensor ardiente de la dictadura ilustrada de Guatemala(Arvalo Martnez, 1982, 94 y 271).

    La colaboracin con el rgimen, aparte de los diversos em-pleos que le depar, tuvo otras ventajas que el escritor guatemal-teco no vacil en aprovechar: en su condicin de revisor oficialde El Libro Azul de Guatemala, publicado en 1915, Soto Hall fuedefinido, en el captulo sobre los intelectuales, como ...el poetade los tiempos actuales ms conocido en Amrica y Espaa, altiempo que su madre era celebrada como una mujer de ...vastos

    10 Sobre el conflicto personal entre Arvalo Martnez y Soto Hall, vase laversin de la hija del primero Arvalo, Teresa (1971, 184).

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    Amy Miles (1915)

    y... profundos conocimientos (Jones, Scoullar, y Soto Hall, 1915,101 y 103).11 El autor de El problema, no satisfecho con lo anterior,se dedic dos pginas completas, en las cuales un supuesto dis-cpulo celebraba su vida y su obra literaria. Este texto conclua:

    ltimamente ha sido postulado Candidato para la Presidencia deHonduras, y por sus antecedentes de familia y por sus mritos per-sonales es acreedor a tan alto puesto, al que sin duda alguna alcan-

    11 El texto no est firmado, pero es verosmil que fuera escrito por el pro-pio Soto Hall.

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    zar. Ha hecho mucho por su patria y por las letras Hispanoameri-canas, y eso es motivo suficiente para que su nombre sea siemprerepetido con encomio [Jones, Scoullar y Soto Hall, 1915, 167].

    El propsito de Soto Hall de aspirar a cargos ms altos en lapoltica del istmo quiz se inspir en la experiencia de MarcoAurelio, cuarenta aos atrs: si este ltimo ascendi al sillnpresidencial en Honduras con el apoyo de un dictador (JustoRufino Barrios), el autor de El problema tal vez podra lograr lomismo con el respaldo de otro (Manuel Estrada Cabrera). El es-fuerzo por capitalizar el legado de su hermano, sin embargo,fracas estrepitosamente al provocar una violenta oposicin porparte de los liberales hondureos, quienes no vacilaron en califi-car al poeta ms conocido en Amrica y Espaa de guatemal-teco trapisondista (Valladares, 1972, 85-86).

    El extenso periodo de Estrada Cabrera fue el contexto enque Soto Hall rehizo su vida personal: en mayo de 1918, se cascon Amy Miles, hija menor de un matrimonio estadounidenseasentado en Guatemala;12 dos aos despus, se encontraba enWashington cuando la dictadura colaps tras la insurreccinpopular de abril de 1920. El final del rgimen supuso para elescritor un largo exilio, que lo condujo primero a Venezuela, ydespus a Chile, Argentina y Uruguay, en condicin de correspon-sal de una revista de Nueva York, Editor and Publisher. El autorde El problema, aunque represent a su pas en varios congresosy conferencias internacionales en Suramrica, esper unos seisaos para volver a su tierra natal: en julio de 1926, se incorpor ala Sociedad de Geografa e Historia con un estudio sobre BernardoMonteagudo y Jos Cecilio del Valle (Soto Hall, 1926a).13

    La calurosa acogida que, segn Amy Miles, se le dio a su es-poso no bast para que la pareja se quedara en Guatemala, y pocodespus parti a Suramrica, donde Soto Hall se integr al pe-ridico La Prensa de Buenos Aires, ciudad en la cual falleci el 13de mayo de 1944, prximo a cumplir los 73 aos. El escritor, unos

    12 La biografa y una foto de Amy Miles figuran en la pgina anterior a la delartculo sobre Soto Hall (Jones, Scoullar y Soto Hall, 1915, 165).

    13 Este texto fue publicado tambin en: Anales de la Sociedad de Geografae Historia de Guatemala. Guatemala, 3: 1-4 (septiembre de 1926 a junio de1927), pp. 15-24.

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    diez o doce aos antes de su muerte, visit de nuevo su pas deorigen, ocasin que aprovech la dictadura de Ubico (1931-1944)para tratar de cooptarlo; pero l, al parecer, declin la oferta:en carta ntima a un amigo le explicaba despus: no le gustabala poltica dura del presidente. Bastante habamos ya tenidocon aquella otra, inapelable de haca aos (Rodrguez Beteta,1949, lxxix ).

    El eventual rechazo de la propuesta de Ubico, sin embargo,quiz obedeci a algo ms que el disgusto por un estilo de go-bierno: en efecto, a partir de su exilio, Soto Hall trat de darle unnuevo impulso a su carrera literaria. El complemento de lo an-terior fue el esfuerzo que emprendi, desde mediados de ladcada de 1920, por construirse una reputacin de intelectualantiimperialista, clave para disimular su pasado como colabora-dor estratgico de la dictadura de Estrada Cabrera. El cuadro 1,aunque se basa en datos fragmentarios (67 libros y folletos lo-calizados para los aos 1890-1952), traza las tendencias principa-les en la produccin impresa del autor de El problema.

    CUADRO 1. La produccin impresa de Mximo Soto Hall:primeras ediciones (1890-1952)

    Perodo Ttulos Pas de Ttulos Extensin Ttulos Tema/ Ttulopublicados publicacin (pginas) gnero

    1890-1895 4 Guatemala 30 1-10 6 Poesa 151896-1902 7 Argentina 9 11-24 11 Historia 111903-1920 31 Costa Rica 9 25-49 8 Poltica 91921-1952 22 Estados Unidos 4 50-99 4 Novela 9Desconocido 3 Espaa 3 100-199 14 Ensayo 5

    Chile 2 200-399 7 Antropologa 4El Salvador 1 400 y ms 3 Economa 4Francia 1 Desconocido 14 Cuento 3Venezuela 1 Geografa 2Desconocido 7 Teatro 2

    Educacin 2Sociologa 1

    Total 67 Total 67 Total 67 Total 67

    Fuentes: Librera Espaola (1908), Soto Hall (1926b), Dobles Segreda (t. IV,1930 y t. X, 1968), Vela (1944), Valenzuela (1962), Morales Santos (1983), AlbizrezPalma (1984), Cazali vila (1992), Figueroa Marroqun (1988).

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    Los dos primeros periodos, correspondientes al debut comoescritor de Soto Hall en Guatemala, su estada en Europa y supermanencia en Costa Rica, se caracterizaron por un ampliopredominio de las piezas literarias sobre las de otra ndole (ochode un total de 11 ttulos). Lo publicado entre 1890 y 1902 fue, ala vez, poco folletinesco: de los 11 textos indicados, siete por lomenos tenan 100 o ms pginas. El costo que supuso convertir-se en intelectual orgnico de la dictadura de Estrada Cabrera sevislumbra en los datos de los aos 1903-1920: la literatura pasa ser una prctica excepcional (10 de 31 obras), al tiempo quese concentraba en la produccin de opsculos, ya que la extensinde por lo bajo 21 de los 31 manuscritos que dio a la imprentafue igual a las 50 pginas o inferior a esa cifra.

    El derroche de su talento le fue sealado incluso por RafaelArvalo Martnez en un amargo poema, en el cual, entre otrosaspectos, le expres:

    Como un prdigo loco por la senda has pasado;tu vida me parece un ro no encauzado

    que fecund mil campos, pero pudo hacer ms.Y hoy canto la tarea que pudiste haber hecho,tu vida mal empleada, tu destino deshecho,tu juventud perdida que nunca vuelve atrs.

    [Arvalo Martnez, 1959, 515.]14

    La experiencia del exilio, despus de 1921, fue el marco enque Soto Hall volvi a darle nfasis al quehacer literario (9 de 22ttulos), y tendi a descartar la elaboracin de folletos: de esas22 obras, 12 como mnimo tenan 100 pginas o ms. El examentemtico de lo que produjo en esta poca revela dos fasesbastante definidas. La primera, correspondiente a la dcada de1920, se distingui por la publicacin de varios textos en los quedenunci la intervencin de los Estados Unidos en Amrica Latina,entre los cuales destacan la novela La sombra de la Casa Blanca(1927), y un ensayo que circul en 1928, Nicaragua y el imperia-

    14 El poema no est fechado, pero probablemente fue escrito luego de lacada de la dictadura de Estrada Cabrera.

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    lismo norteamericano. El autor de El problema fue, segn loque expuso en este ltimo libro, un admirador del lder rebeldede las Segovias: sin ms amparo que la selva ni otro auxilio quela opinin, ni otro recurso que el que ha podido tomar al enemigo,el general Sandino sigue manteniendo la integridad nacional(Soto Hall, 1928, 104).

    La evocacin de los prceres de la independencia de Hispano-amrica (Monteagudo y del Valle), y la defensa del ideal pana-mericano, fueron otros rasgos que caracterizaron la etapaantiimperialista de Soto Hall. El decenio de 1930, sin embargo,fue testigo de una variacin significativa en su produccin, quegir en un sentido histrico y mstico: ya en 1926, haba publicadoel poemario Herodas; el cual fue seguido entre 1935 y 1938, porlas novelas El San Francisco de Ass americano, Pedro de San JosBethencourt, Diego Portales y La divina reclusa; y entre 1937 y1941, por tres ensayos sobre la cultura maya. El acercamiento auna temtica piadosa no deja de sorprender en un escritorprocedente de una familia que jug un papel clave en las reformasliberales efectuadas en Guatemala y Honduras en el siglo XIX.15

    3. EL CONTEXTO EN QUE SE PUBLIC EL PROBLEMA

    La intelectualidad costarricense, en la dcada de 1890, experi-ment un proceso de diversificacin y diferenciacin, en cuyocurso las personas de mayor edad, vinculadas con el gobiernoautoritario del presidente Rafael Iglesias, consolidaron su dominioen las principales instituciones culturales de la poca entreotras, la Biblioteca, el Museo y la Tipografa nacionales y elaparato educativo. El caso de los ms jvenes fue distinto: porlo comn procedentes de familias de extraccin popular y bene-ficiarios de becas estatales, una vez que terminaron sus estudios(aun los que se graduaron en el exterior), se encontraron con

    15 El trnsito de posiciones liberales e incluso radicales a otras de carctermstico no fue excepcional entre los intelectuales latinoamericanos. Vase, porejemplo, el caso del poeta costarricense Roberto Brenes Mesn (Molina Jimnez,2001a, 201-203).

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    que, pese a su preparacin, las opciones para colocarse, ascendery publicar eran limitadas, y que la vieja guardia esperaba deellos deferencia y respeto (Morales, 1993, 57-185).

    La respuesta de la nueva intelectualidad fue tratar deampliar el mercado cultural, una estrategia propiciada por elalza de la alfabetizacin en el universo urbano (ms del 80 porciento de las personas de 10 aos y ms saba leer y escribir enel San Jos de 1904). El afn por abrirse un espacio condujo aesos jvenes, entre los cuales destacaron el filsofo y educadorRoberto Brenes Mesn, el poeta Jos Mara Zeledn y el novelistaJoaqun Garca Monge, a acercarse al anarquismo y al socialismo,a criticar el orden establecido (fueron adversarios de Iglesias) ya vincularse con organizaciones de artesanos y obreros. La cues-tin social y el papel que deba jugar la educacin como unava de redencin para los sectores populares fueron dos de losejes principales de su discurso pblico (Molina Jimnez, 1995,131-194; 2002, 29-41).

    El compromiso con los intereses y las reivindicaciones delos trabajadores urbanos y rurales, sin embargo, fue ms una es-trategia para cotizarse polticamente en la esfera pblica queuna actitud vital. La juventud disidente comparta con la viejaguardia desprecio y temor por las culturas populares, a la vezque se apropiaba de la misin de redimirlas en un sentido secu-lar y positivista mediante el aula, la conferencia y la prensa. Loslmites de esta propuesta pronto fueron evidentes: a medidaque estos jvenes escalaron puestos en la jerarqua estatal y enel universo poltico, abandonaron su ideario radical, e inclusoBrenes Mesn y Garca Monge colaboraran con la nica dicta-dura que experiment Costa Rica en el siglo XX: la de los Tinoco(1917-1919) (Molina Jimnez, 2001a, 180-181 y 187; Fischel, 1992,129-136).

    El San Jos de 1896 atestigu la llegada de un joven gua-temalteco que, aunque por su edad era apenas poco mayorque Brenes Mesn (nacido en 1874), se incorpor sin demora a lavieja guardia. El trasfondo social y poltico de su familia, suexperiencia en Europa y sus contactos en el istmo, lo convertanen una figura clave. El mejor indicador de la insercin exitosa

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    de Soto Hall es que pronto se hizo amigo del presidente RafaelIglesias y en 1896 public, en la Tipografa Nacional (dirigida porel espaol Juan Fernndez Ferraz entre 1890 y 1901) (GonzlezFlores, 1976, 138), el poemario Aves de paso. Versos sueltos,prologado por el diputado Leonidas Pacheco (Dobles Segreda,1968, t. XI, 26-27; Obregn Lora, 1995, 385). El taller estatal raravez imprima libros de versos, y en la ltima dcada del siglo XIX,slo produjo cinco ttulos de esa ndole.16

    El Directorio comercial de San Jos de 1898 enlista a SotoHall como periodista y vecino de la calle 20, casa nmero 279.17

    La descripcin es exacta, puesto que por esa poca ya habasido jefe de redaccin de los peridicos El Heraldo y el Diario deCosta Rica, y editaba junto con el escritor cartagins Rafaelngel Troyo, la revista literaria Pinceladas (Vega, 1999, 75 y 80;Ovares, 1994, 72). El activo papel que despleg en el universoperiodstico condujo a Jos Santos Chocano a afirmar que, cuan-do lo conoci en 1900, el intelectual guatemalteco viva devo-rado por el maquinismo de la prensa diaria (Chocano, 1954,1498). El autor de El problema, sin embargo, acababa de con-solidar su insercin laboral e institucional en Costa Rica: en efecto,en 1898 el presidente Iglesias lo design auxiliar y en 1899 directorde la Biblioteca Nacional, cargo que desempe hasta 1902 (BrenesRosale y Corts Enriquez, 1988, 38; Solano Murillo, 1995, 100-101).

    El propio Soto Hall se afan, desde temprano, por favorecersu integracin a la cultura oficial: alrededor de 1897, publicuna composicin titulada Costa Rica (Nez, 1951, 30),18 lacual sera incluida posteriormente en el principal libro de textoescolar editado a inicios del siglo XX: El lector costarricense. Esta

    16 Las dificultades que enfrentaban los escritores especialmente los msjvenes para publicar en el San Jos de esa poca, se analizan en: Molina Ji-mnez y Fumero Vargas (1997, 95-120).

    17 Directorio comercial de San Jos, 1898, 67.18 Hasta ahora no ha sido posible localizar la versin original de esa compo-

    sicin ni la fecha exacta en que fue publicada. A inicios de 1898, cuando casiestall una guerra entre Costa Rica y Nicaragua por incidentes limtrofes, SotoHall declam el poema indicado ante las tropas que partan de San Jos para lafrontera. Vanse: Obregn Lora, (1981, 243); Molina Jimnez y Ros Quesada(2002).

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    obra, compuesta por cuatro tomos y compilada por Carlos Gagini,19

    conoci cuatro ediciones entre 1901 y 1924: una en Barcelona,una en San Jos, una en Pars y la ltima en Nueva York (DoblesSegreda, 1968, t. X, pp. 47-51, 73-74, 102-103 y 200-201). El poetaguatemalteco, tras elogiar la riqueza agrcola y natural del pas,la belleza de las mujeres y el carcter industrioso del labriego, secomprometa al sacrificio mximo:

    Costa Rica: si atrevidoAlgn da el extranjero,Con mpetu de guerreroPisa tu suelo querido,

    Al verlo en sangre teidoMe sentir audaz y fuerte,Seguir tu propia suerte,Tus sentimientos prolijos,Y yo, sin ser de tus hijos,

    Ser el primero en la muerte[Soto Hall, 1901b, 104]20

    La distancia que Soto Hall establece en el poema entre l,por su origen guatemalteco, y el pas que lo acogi (yo, sin serde tus hijos), tiende a desaparecer en los textos histricos quedio a conocer posteriormente; en 1901, en Un vistazo sobre CostaRica en el siglo XIX, parece ya un costarricense ms, al afirmar:

    el ao de 1821 dejamos de pertenecer Espaa, y de entonces paraac, cunto hemos conseguido. `Qu diferencia tan grande existeentre aqulla provincia, poco menos que desconocida, pobre, sin

    19 La seleccin de ese poema como lectura escolar es interesante, ya queGagini consideraba a Soto Hall como su enemigo gratuito (Gagini, 1963, 139).Presion el gobierno de Iglesias al compilador para que incluyera ese poema?

    20 Gagini parece que no public una versin ntegra; con todo, vale la penadestacar que en esta poesa figuran ya varios elementos que luego aparecernen la letra del Himno Nacional de Costa Rica, compuesta por Jos Mara Zele-dn en 1903. Vase al respecto: Melndez (1953); Amoretti (1987); Molina Jimnez(2001a, 69-73).

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    esperanza de abandonar su viejo rgimen que existi a principios[del siglo XIX] y la Repblica de hoy, pequea, pero prspera,floreciente y feliz, respetada y ocupando un puesto digno entre elcoro de las naciones civilizadas [Soto Hall, 1901a, 5-6].21

    El poema de 1897 y el libro de 1901, aunque podan ser in-terpretados como un reconocimiento del avance experimentadopor el pas durante el siglo XIX, tambin caba conceptuarlos deotro modo: un elogio del rgimen autoritario de Rafael Iglesias.El poema A Costa Rica, segn el periodista Francisco MaraNez, haba provocado ya un sabroso juicio del abogado yfuturo presidente, Ricardo Jimnez (Nez, 1951, 30). La iden-tificacin con el oficialismo coloc a Soto Hall en la mira delos intelectuales y polticos opositores al gobierno, los cuales,tras la apertura democrtica de 1902 (Salazar, 1990, 200-211),dominaran la vida electoral y el quehacer cultural costarricen-ses durante la primera mitad del siglo XX.

    La vinculacin con los crculos dominantes de finales deldecenio de 1890 fue una estrategia ventajosa a corto, pero no alargo plazo para Soto Hall. Los jvenes radicales, en particular,le podan reclamar, aparte de su amistad con Iglesias y con la in-telligentsia orgnica del gobierno, haberse aprovechado de esoscontactos para promover su carrera literaria e institucional. Elescritor guatemalteco, adems, fue hostil con algunos de los in-tegrantes del grupo intelectual encabezado por Roberto BrenesMesn, ya que fue por consejo del autor de El problema segncuenta Francisco Mara Nez que la duea de la Librera eImprenta Espaola, Mara viuda de Lines, rechaz publicar Elmoto, de Joaqun Garca Monge, considerada la primera novelacostarricense (Nez, 1953, 12-13).22

    21 El parntesis del texto es mo.22 Vase tambin Herrera (1999, 29-30). En un intercambio posterior, ocu-

    rrido en octubre de 1926 y en el cual prevalece la formalidad sobre el entusiasmo,Soto Hall calific a Garca Monge de lder de la cultura hispanoamericana, yeste ltimo afirm que el nombre del escritor guatemalteco ...est inscritocon caracteres propios y muy honrosos en los anales literarios de esta comarca[Costa Rica]. Repertorio Americano, nm. 15, octubre de 1926, pg. 227.

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    La escasa simpata que al parecer despert Soto Hallentre los intelectuales que definieron la historia de la culturacostarricense del periodo 1890-1950, dej su impronta en variosniveles: la indiferencia con que fue acogida su produccin literariay el olvido en que sus textos quedaron posteriormente;23 su escasapresencia en la lista de colaboradores del clebre RepertorioAmericano (Echeverra, 1989, 1809-1810),24 revista dirigida entre1919 y 1959 por Garca Monge, la cual ni siquiera inform sobreel bito del autor de El problema en 1944;25 y su exclusin de lacrnica escrita por Luis Felipe Gonzlez Flores sobre el aportede los guatemaltecos al desenvolvimiento educacional y cient-fico de Costa Rica (Gonzlez Flores, 1976, 55-62).

    La estrecha colaboracin de Soto Hall con la dictadura deEstrada Cabrera difcilmente contribuy a elevar su estima entresus adversarios intelectuales y polticos;26 en tales circunstancias,lo ya expuesto obliga a reconsiderar lo afirmado por lvaro Que-sada Soto en 1992:

    la novela El problema de Mximo Soto Hall (1871-1944), publicadaen San Jos en 1899, debera ser considerada cronolgicamente laprimera novela nacional, de no haber sido escrita por un guatemal-teco. Ese hecho, junto con el espinoso problema que el autor seatrevi a evocar en el texto, son los nicos factores que podranjustificar la casi total ignorancia de que fue objeto esta novelapor parte de la historiografa y la crtica literaria costarricenses[Quesada Soto, 1992, 7].27

    23 La magnitud de esta indiferencia se vuelve ms obvia cuando se consideraque de los 67 textos conocidos de Soto Hall, nueve, por lo menos (un 13.4 % deltotal), fueron publicados en Costa Rica.

    24 Soto Hall public seis ensayos, un relato, un poema y una resea en el Re-pertorio Americano entre abril de 1926 y mayo de 1935. El escritor guatemalteco,sin embargo, no figura en las colecciones de lecturas editadas por Garca Mongeentre 1911 y 1929, en las cuales s fue incluido su compatriota y adversario,Rafael Arvalo Martnez. Dobles Segreda (1930, t. IV, 363-375).

    25 Repertorio Americano, 1945, 1-384.26 La prensa costarricense, durante el periodo de Gonzlez Vquez (1906-

    1910), calificaba a Estrada Cabrera de dictador. Vase Meja Colindres (1953, 123-124).27 La itlica es del original.

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    4. LECTURAS DE EL PROBLEMA

    La publicacin de El problema en 1899 provoc una intensapolmica periodstica (por lo menos, 20 artculos) que se extendientre los meses de septiembre y octubre.28 El eje de la mismafue si la raza latina o hispana sera desplazada y absorbida por laanglosajona, con la consiguiente anexin de Centroamrica a losEstados Unidos. Los participantes en tal debate se dividieron en-tre quienes vean en la novela una profeca inevitable, dado elexpansionismo econmico estadounidense, y quienes la conside-raban una advertencia oportuna y patritica para que las socieda-des del istmo introdujeran los cambios necesarios para eludir elfuturo planteado por Soto Hall. El escritor salvadoreo AlbertoMasferrer, por esa poca vecino de San Jos, expres:

    la primera jornada debe ser la mejoracin de la raza: mejoradla porel cruzamiento con razas puras y vivas; no la ahoguis en alcohol;llevadla al gimnasio; que adquiera msculos; que cobre nervios sa-nos y sangre de impulso constante. Y luego infundid en estos cuerpos,alma propia, alma nacional, alma regional [Masferrer, 1899, 2].

    El debate de 1899, cuyo contenido coincide con el anlisisde El problema planteado por Sancho-Dobles y Chaves en 1993 y1994, careci de una discusin acerca del impacto que tal novelapoda tener en el proceso en curso de invencin de la nacin.29

    Este silencio es tanto ms significativo cuanto que, desde ladcada de 1880, la cultura oficial tena entre sus objetivos priori-tarios la conversin de campesinos, artesanos y otros sectorespopulares en ciudadanos costarricenses. La estatua del hroede la batalla de Rivas (11 de abril de 1856), Juan Santamara,fue inaugurada en Alajuela apenas en 1891, y el Monumento a la

    28 El debate se encuentra publicado en Molina y Ros, 2002. Para un balancede esta discusin, vase: Ros Quesada, Vernica, El impacto de la novela ElProblema de Mximo Soto Hall en 1899. Primera aproximacin (en prensa).

    29 El nico de los crticos de la novela que se aproxim a esta problemti-ca fue el que firmaba con el pseudnimo de Marjoln, segn el cual, aunque laobra tena gran valor, hera los sentimientos de los verdaderos patriotas e insulta-ba a la juventud costarricense. Ros Quesada, El impacto de la novela....

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    guerra contra los filibusteros capitaneados por William Walker,acababa de ser develado en el San Jos de 1895 (Palmer, 1992,169-205; Fumero, 1998; 2000, 403-436).

    Por qu los crculos comprometidos e identificados con elproceso de invencin de la nacin costarricense callaron antela edicin de una novela que le auguraba a Costa Rica un desalen-tador porvenir como pas soberano? La pregunta es compleja y,sin duda, admite varias respuestas tentativas, complementariasms que excluyentes. La primera consiste en que el texto deSoto Hall pudo ser visto simplemente con indiferencia por intelec-tuales y polticos en su mayora abogados de orientacin po-sitivista que, desde tiempo atrs, conceptuaban la lectura deobras literarias como una actividad poco seria, tpica de mujeresy asociada con el ocio (Masferrer, 1949, 283-301; Bonilla, 1981,15; Molina Jimnez, 1995, 97-98).

    Los que conocan los antecedentes personales del autor po-dan, a su vez, leer la novela casi como una crnica familiar: enefecto, el audaz empresario estadounidense que figura en Elproblema, Mr. Crissey, fcilmente evocaba a Valentine, el sociode Marco Aurelio; la oposicin entre las protagonistas femeninas,Margarita (de ascendencia espaola) y Emma (una costarricense-anglosajona), quiz tena su origen en el contraste entre la pri-mera (Mara Francisca Martnez) y la segunda (Guadalupe HallLara) esposa del padre de Soto Hall; y las discusiones sobre lasdiferencias entre las razas a lo mejor eran un eco de las conversa-ciones que sobre ese tema escuch el escritor guatemalteco ensu casa paterna o en la de su abuelo materno.

    La novela, por ltimo, poda ser leda en un sentido poltico:la Costa Rica a punto de anexarse a los Estados Unidos en 1928,poco se pareca al pas que en 1899 era conducido por RafaelIglesias. El gobierno, pese a su carcter autoritario, acababa decomenzar la construccin (1895) del ferrocarril al Pacfico, de pro-piedad costarricense (una diferencia clave en relacin con eldel Atlntico, controlado por el capital extranjero), y de inau-gurar el Teatro Nacional (Calvo Gamboa, 1980, 189-190 y 201).La crtica que Soto Hall formula en su texto a la prensa quepublicaba artculos rimbombantes y a los artistas e intelectua-les que copiaban los modelos forneos y desprecian todo lo

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    nuestro (Soto Hall, 1992, 78-79 y 110), quiz en el fondoera un disimulado ataque a los adversarios de su amigo personal,el Presidente.

    El propio Soto Hall, al tanto del carcter provocador de sunovela (y de los costos que poda tener para su carrera literariae institucional en suelo costarricense),30 procur desradicalizarsu planteamiento: con este fin, ubic la trama de su relato en unrea perifrica del pas cerca de la frontera con Nicaragua,invent una geografa para la ocasin (New Charleston, SanRafael) y limit al mximo toda alusin concreta al pas que lohaba acogido (Costa Rica se cita dos veces, y San Jos en tresocasiones) (Soto Hall, 1992, 77, 132 y 158-160). El problema,adems, evita referirse a figuras pblicas pasadas o presentes,a smbolos nacionales y a la historia patria: en efecto, el hroeJuan Santamara y la guerra de 1856-1857 brillan por su ausenciaen ese texto.

    El escritor guatemalteco, al descontextuar culturalmentela novela, le rest efectos dramticos (por ejemplo, imagneseque el protagonista principal, Julio Escalante, en vez de regresara San Rafael, retornase a San Jos y descubriera que el MonumentoNacional fue sustituido por una estatua de George Washington),pero la hizo ms aceptable y conjur su potencial sacrlego. Laestrategia anterior tena la ventaja adicional de que volva im-preciso el trasfondo espacial de la trama, algo que poda inducira error a lectores poco familiarizados con la geografa del istmo.El crtico literario y compatriota de Soto Hall, David Vela, fueuno de tales vctimas: en su opinin, los personajes de El pro-blema son nicaragenses y el relato se desenvuelve en Nicaragua(Vela, 1944, 400).31

    La polmica que provoc la novela en 1899 fue insuficientepara consolidarla en un contexto cultural que, despus de 1902,empez a ser dominado por los adversarios de Soto Hall, por lo

    30 El escritor guatemalteco debi de estar al tanto de las graves consecuen-cias que tuvo para el pintor costarricense, Enrique Echandi, contradecir el nacio-nalismo oficial de la poca, al elaborar un leo poco heroico de Juan Santamara,el cual provoc un escndalo en 1897 (Ferrero, 1996, 67-93).

    31 Ramn Luis Acevedo, basado en Vela, cometi el mismo error (Acevedo1982, 75-76).

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    que la obra experiment una creciente desvalorizacin, que con-dujo a su olvido posterior. El proceso descrito es visible ya en unensayo que circul entre el 5 y el 9 de julio de 1904, en el peridi-co josefino Las Noticias, escrito por Francisco Gil Mayorga. Esteltimo, en el censo municipal de San Jos efectuado en noviem-bre de ese mismo ao, se declarara viudo, de 39 aos, de ocupa-cin salonero y vecino del barrio Hospital. El lugar donde residaera asiento, en esa poca, de una poblacin socialmente di-versa, que inclua pequeos comerciantes, empleados pblicos,artesanos, obreros y algunos de los sectores ms pobres del cascocapitalino (Acua, y Molina, 1992-1997; Briceo et al., 1998,105-108).

    El dato ms interesante de Gil Mayorga es que, segn lo queconfes en su resea de El problema, desde 1901 estuvo internadoen el Asilo Chapui, debido a que su chifladura era fenomenal(padeca de una severa adiccin al alcohol); una vez que se lepermiti salir, la viuda de Lines: haciendo un mohn delicio-ssimo, me dijo Como usted ha estado guardadito, tengo muchobueno y mucho nuevo para usted, don Paco: Mximo Soto Hall,El Problema, dijo alargndome un tomito en cuarto menor ycon cubierta amarilla, al cual me lanc yo cuasi con transporte(Molina Jimnez, 2001b, 151).32

    El entusiasmado lector, sin embargo, pronto qued decep-cionado; en sus propias palabras: medida que iba leyendoel tomito, el desencanto iba apoderndose de m al extremoque antes de terminarlele arroj con rabia Me enferm la te-sis, el tema, nunca la factura (Molina Jimnez, 2001b, 152).

    La razn por la cual procedi tan violentamente se explica por laforma cmo Gil Mayorga se apropi del texto: en vez de con-ceptuarlo como una novela antiimperialista, consider que elescritor guatemalteco era un

    excelente poeta metido en hora mil veces maldita detestablecomerciante literario, escribir El Problema en honor de los yankees,dime de dnde es de dnde fu tu seor padre? Fu turco? EL

    32 El texto de Gil Mayorga no es, por supuesto, la primera resea de El pro-blema. Vase Molina y Ros (2002).

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    PROBLEMA no me gusta. Es obra de mercader, nunca de poeta.Soto Hall se ci para escribirla el mandil azul del carnicero italianoseor Cannossa, descalzndose sus blancos guantes de artista. Yes por sto que EL PROBLEMA le sali malo, le sali malo porquefu escrito por metros, por yardas, for the pounds, para ganarledinero a algn escritor anglosajn como Appleton & Co. de NewYork, nunca con la pluma que escribiera Catalina, que es bellsimaobra de poeta quintaesenciado, porque no soaba su buen autor,al escribirla, en las rubias onzas americanas de ningn editor neo-yorquino [Molina Jimnez, 2001b, 153].

    El enfoque de Gil Mayorga es importante porque, de serrepresentativo de la opinin que los intelectuales nacionalistasy radicales en su mayora, adversarios de Rafael Iglesias tenande la novela, explicara cmo fue conceptuado el texto duranteel quinquenio posterior a la polmica de 1899. La suposicin deque El problema fue escrito con un propsito puramente comer-cial, y en aras de interesar a un editor neoyorquino, podra pa-recer, en principio, poco verosmil; pero una vez que se evocanlos vnculos polticos y familiares de Soto Hall, es evidente queuna opcin de esta ndole quiz fue considerada por el escritorguatemalteco.

    EPLOGO: EL ANTIIMPERIALISMO DE EL PROBLEMA

    La definicin de El problema como una novela antiimperialistafue el resultado, en cierto sentido inesperado, de un complejoproceso. Este texto fue, al parecer, el ms editado de todos losque public Soto Hall: segn David Vela, alcanzaba ocho tirajesen 1928 (Vela, 1994, 398).33 Las ediciones cuyos datos bibliogr-ficos se conocen son: la costarricense de 1899, una ecuatoria-na de 1906, la guatemalteca de 1911 y una chilena de 1938. Laobra, adems, circul como folletn en los peridicos Diario de

    33 El supuesto discpulo de Soto Hall afirmaba en 1915 que, a esa fecha, Elproblema gozaba ya de diez ediciones (Jones, Scoullar y Soto Hall, 1915, 167).

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    Centroamrica (Guatemala, 1902) y El Comercio (Quito, 1906)(Valenzuela, 1962, 170-171; Echeverra, 1957, 225-227; Soto Hall,1906). Los distintos contextos sociales y culturales en que fueimpresa facilitaron una apropiacin diferenciada de su contenido.

    La interpretacin pro-yanqui que efectu Francisco GilMayorga en 1904 una versin radicalizada de varias opinionesexpuestas durante la polmica de 1899 no fue compartida porotros lectores quienes, de acuerdo con lo expuesto por DavidVela en 1944, consideraron El problema desde perspectivas muydiversas:

    Vargas Vila la elogi en su tono exagerado y altisonante: es elapocalipsis de una raza; Pierre Ville la calific de admirable, aten-diendo al fondo y a la forma; Csar Borja recomend la originalidady bien entendido patriotismo del autor; Rafael Villegas [militar yperiodista colombiano residente en Costa Rica] anunci el mstrascendental y ms sugestivo de todos los libros de imaginacinescritos en Centro Amrica; Francisco Garca Cisneros declar queSoto Hall, conocedor del pueblo y observador libre de convencio-nalismos, haba conseguido un resultado imparcial, sincero y alto;tambin Tefilo Braga, sabio y poeta portugus consagr con suelogio a Mximo Soto Hall [Vela, 1944, 398-399].34

    El poeta Jos Santos Chocano, a su vez, compar El problemacon Ariel, el clebre ensayo que el uruguayo Jorge Enrique Rodpublic en 1900; en el prefacio a la edicin guatemalteca de1911, el bardo peruano expres:

    quisiera yo poseer un arte mgico de adaptacin, para refundir enuno solo ambos libros: de este modo, Ariel desplegara su vuelosobre el canal abierto de El problema Amemos la solariega casaen que nacimos; pero hospedemos en ella Nuestra Seora la Ci-vilizacin... colguemos nuestra pereza secular del clavo de un ama-ble recuerdo; y ganemos el pan de nuestra vida independiente,

    34 Vela no indica la fuente de esos comentarios, pero todos proceden de laedicin de 1911 de la novela. Vase Soto Hall (1911, v).

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    con el sudor de nuestro trabajo. El verdadero peligro no est en lagrandeza de los dems, sino en nuestras propias pequeeces...Mximo Soto Hall ha resuelto el problema, al escribirlo: es una no-vela castellana que pudo ser escrita en ingls. That is the question[Chocano, 1911, vii-viii].

    La adscripcin de El problema a la tradicin arielista quepropuso Chocano es interesante porque, contrario a la visinfatalista del texto de Soto Hall y a su virtual anglofilia, el ensayode Rod convocaba a los intelectuales a enfrentar el pesimis-mo con que se vea el futuro de Hispanoamrica, a rechazar laadmiracin por los Estados Unidos, y a reafirmar los valores hu-manistas de origen latino (en sus versiones espaola y francesa,especialmente) (Hale, 1986, 414-415). La definicin de la novelaque propuso el poeta peruano comport, sin duda, un giro signi-ficativo en comparacin con la opinin expuesta por Gil Mayorgaen el San Jos de 1904.

    El proceder de Chocano es revelador, adems, de la circuns-tancia que durante el siglo XX condicion la apropiacin de Elproblema. Este texto se adelant a los dos discursos principalesbajo cuya luz fue posteriormente ledo: el arielismo, que tuvouna enorme influencia en las dcadas de 1900 y 1910; y ms tar-de, el antiimperialismo. La existencia de una corriente crtica delos Estados Unidos, visible desde el decenio de 1890, se agudi-z tras la derrota espaola de 1898 y el xito de Ariel en 1900;pero la configuracin de una tradicin especficamente antiimpe-rialista fue un fenmeno del periodo 1917-1921, que correspon-de al triunfo bolchevique en Rusia y a la fundacin de los pri-meros partidos comunistas en Amrica Latina (Pakkasvirta, 1997,87-98).

    La ausencia del concepto de antiimperialismo en los textosde Chocano y de los escritores citados por Vela no es, por lo tanto,sorprendente; en contraste, s es interesante destacar que yaen 1911 Soto Hall invitaba al lector a apropiarse de El problemacomo una novela patritica. La edicin guatemalteca se abre,en efecto, con la siguiente dedicatoria: a mi hijo Rafael SotoHall. Hace doce aos, cuando Ud. dorma en la cuna, escrib y

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    35 La edicin original carece de dedicatoria y de prlogo. El supuesto dis-cpulo de Soto Hall, en 1915, destacaba en relacin con esta novela: aparte desu importancia poltica hay en esta obra un hermoso canto la mujer Nor-teamericana (Jones, Scoullar y Soto Hall, 1915, 167).

    publiqu la primera edicin de este libro. Que los sinceros senti-mientos de patriotismo que inspiraron sus pginas, inspiren todoslos actos de su vida (Soto Hall, 1911, iii ).35

    La vinculacin con el discurso antiimperialista fue tambinproducto de una escogencia deliberada de Soto Hall: como seexpuso ya, entre 1927 y 1928, public una novela y un ensayocontra la intervencin estadounidense en Nicaragua. La base paraque El problema fuera ledo como un texto precursor de esosotros qued as estructurada. El primero que al parecer esta-bleci una filiacin tcita entre la obra que circul en San Josen 1899 y La sombra de la Casa Blanca fue el escritor Justo A.Facio, quien fuera subsecretario de Instruccin Pblica duranteel periodo en que Rafael Iglesias ejerci la presidencia de CostaRica (Sotela, 1920, 26).

    El artculo de Facio, fechado en noviembre de 1928 e impresoen el Repertorio Americano del 22 de marzo de 1930, ofrece co-mentar las novelas de 1899 y 1927; pero, en la prctica, slodiscute, desde una perspectiva todava arielista, El problema:

    conviene advertir ahora, como explicacin del problema, que si elpueblo nativo se transformaba, en cuanto concierne a su ndole,con arreglo a extico dechado, esto ocurra porque en l se agita-ba una virtualidad sensible por naturaleza a acuciosas y laudablesemulaciones; prcticamente, patentizbase en l la posesin deesa virtud al poner en uso los mtodos de trabajo con que la razainvasora se aseguraba el xito en todas aquellas obras que empren-da; as lo vemos en El problema, que de ese modo, con certifica-ciones irrecusables, desacredita el injusto concepto de inferioridaden que a los latinoamericanos se nos tiene con respecto a la gentedel Norte conclyese que El problema comporta un hbil alegatoreivindicatorio, de ningn modo inoportuno, en favor de los indo-espaoles [Facio, 1930, 188].

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    El comentario precedente, ms an que el prefacio de Choca-no, supone una lectura completamente inversa de la que Gil Ma-yorga hizo en 1904. El artculo de Facio no asocia El problema conel concepto de antiimperialismo, pero una vinculacin de estetipo era ya inminente:36 se intuye en el trmino de penetracinextraa, utilizado por Vela en 1944 (Vela, 1944, 400), y fueconsumada por el periodista y amigo del escritor guatemalteco,Francisco Mara Nez; en un folleto publicado en San Jos en1946, afirm:

    al filo del nuevo siglo, Mximo Soto Hall, alto exponente de lasletras guatemaltecas edit su novela El problema, que sali delos talleres de doa Mara v. de Lines en 1899. Describe una fincaen la zona Atlntica y plantea el problema del imperialismo nor-teamericano En ese momento histrico, lo yanqui era lo grosero,lo material, lo inmediato. Soto Hall se propuso demostrar tambinque era posible novelar describiendo un paisaje criollo y tomandocomo personajes a gentes del pas, a los modestos conchos denuestros campos [Nez, 1946, 13-14].37

    El estudioso y diplomtico dominicano, Max Henrquez Urea,calific a El problema en 1954 como una obra de intencinpoltica, aunque no antiimperialista, como era el caso de La som-bra de la Casa Blanca (Henrquez Urea, 1954, 391). La diferenciaanterior desapareci en un amplio trabajo que el profesor esta-dounidense, Seymour Menton, public en 1960 acerca de la novelaguatemalteca. La definicin avanzada por este acadmico prepa-r el terreno para que el texto impreso en el San Jos de 1899

    36 Garca Monge ubic inmediatamente despus del comentario de Facio,un artculo de Juan del Camino (Octavio Jimnez Alpzar) sobre el imperialis-mo estadounidense en la aviacin comercial. Estampas. El imperio del aire es tanfunesto como el de la electricidad. Repertorio Americano. San Jos, XX: 12 (22de marzo de 1930), pp. 188-189. Acerca de Juan del Camino vase Ortiz (1995,41-58).

    37 La lectura de Nez es bastante singular, ya que el escenario laboral deEl problema es una fbrica, no una finca, y el paisaje nacional y los tipos popularesprcticamente no figuran en el texto.

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    fuera apropiado por una nueva izquierda latinoamericana, queempez a configurarse tras el triunfo de la revolucin cubana afinales de la dcada de 1950: a Mximo Soto Hall le toca la dis-tincin de haber escrito la primera novela antiimperialista, Elproblema (1899), que por su tema ms que por su valor artsticoha gozado ya de ocho ediciones (Menton, 1960, 124).

    Los artculos de Quesada Soto y de Durn Luzio, a la luz delo ya expuesto, fueron esencialmente continuadores de unatradicin de crtica literaria que, desde la dcada de 1940 por lomenos, empez a asociar El problema con el concepto de anti-imperialismo; tendencia que fue reforzada por Klaus Meyer-Minnemann y Ramn Luis Acevedo entre 1979 y 1982 (Acevedo,1982, 75-76; Meyer-Minnemann, 1991, 169-170).38 El principalaporte de los primeros dos estudiosos citados fue promover unarevaloracin del texto publicado en 1899 facilitada por la edi-cin de 1992 que destacaba, aunque no sin vacilacin, el ca-rcter radical de su contenido. El efecto de tal nfasis es visibleen los juicios emitidos por investigadores tan dismiles como elnicaragense Jorge Eduardo Arellano y las costarricenses Mar-garita Rojas y Flora Ovares, que coinciden en definir la nove-la como antiimperialista (Rojas y Ovares, 1995, 50; Arellano,1997, 50).39

    La decisiva descontextuacin de la obra y del autor era unacondicin esencial para que una definicin de tal ndole fueraverosmil, tanto entre 1930 y 1960, como en las dcadas de 1980y 1990. El olvido de las circunstancias especficas en que se publi-c El problema (la vinculacin del escritor guatemalteco con elgobierno autoritario de Iglesias y sus conflictos con los opositoresa ese rgimen), de la polmica de 1899, de las races familiares deSoto Hall y de su papel como intelectual orgnico de la dicta-dura de Estrada Cabrera, era indispensable para afiliar la novelacon el concepto de antiimperialismo. El casi novelesco FranciscoGil Mayorga quiz no erraba al sealar en 1904: no negar que

    38 La edicin original en alemn de esta ltima obra es de 1979. Meyer-Minnemann no identifica el pas en que transcurre El problema.

    39 Vase tambin Quesada Camacho (2001, 256).

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    es EL PROBLEMA el himno ms hermoso que he ledo en caste-llano, producto de un compatriota de Pepe Milla y Batres Montfar,en honor de la raza sajona (Molina Jimnez, 2001b, 153).

    E-mail: [email protected] recibido el 16/04/01, aceptado 21/01/02

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