Jesus Huerta de Soto - Socialismo Calculo Economico y Funcion rial

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  • 8/2/2019 Jesus Huerta de Soto - Socialismo Calculo Economico y Funcion rial

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    NUEVA BIBLIOTECA DE LA LIBERTADColeccin dirigida porJess Huerta de Soto

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    Unin Editorial

    SOCIALISMO,CLCULO ECONMICO

    Y FUNCIN EMPRESARIAL3. edicin

    JESS HUERTA DE SOTO

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    1992 JESS HUERTA DE SOTO 1992 UNIN EDITORIAL, S.A.

    2001 UNIN EDITORIAL, S.A. (2. edicin) 2005 UNIN EDITORIAL, S.A. (3. edicin)

    c/ Colombia, 61 28016 MadridTel.: 913 500 228 Fax: 913 594 294

    Correo: [email protected]

    ISBN: 84-7209-420-0

    Depsito Legal: M. 00.000-2005

    Compuesto y maquetado por JPM GRAPHIC, S.L.c/ Martn Macho, 15 28002 Madrid

    Impreso por GRFICAS MURIEL, S.A.

    Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra est protegido por las leyes, queestablecen penas de prisin y multas, adems de las correspondientes indemnizacionespor daos y perjuicios, para quienes reprodujeran total o parcialmente el contenido deeste libro por cualquier procedimiento electrnico o mecnico, incluso fotocopia, grabacinmagntica, ptica o informtica, o cualquier sistema de almacenamiento de informacin osistema de recuperacin, sin permiso escrito de UNIN EDITORIAL, S.A.

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    Dedico este libro a la gloriosa memoriade Ludwig von Mises

    en el 70 aniversario de su obraDie Gemeinwirtschaft

    Untersuchungen ber den Sozialismus.

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    PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIN

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    PREFACIOA LA TERCERA EDICIN

    En esta tercera edicin de mi libro Socialismo, clculo econmico y fun-cin empresarial, que mucho me agrada presentar de nuevo a los lectores

    y estudiantes de habla espaola, deben tenerse en cuenta las mismas tresobservaciones que ya efectuaba hace cuatro aos en el prefacio a la segun-da edicin y que, por tanto, deben darse aqu por reproducidas.

    Durante el periodo transcurrido desde la anterior edicin han tenidolugar dos hitos importantes. Por un lado, se ha terminado de preparar la

    versin inglesa de este libro, que, Dios mediante y con el ttulo de Socialism,economic calculation and entrepreneurship, ver la luz en Inglaterra yEstados Unidos, publicada por una prestigiosa casa editorial. En segundo

    lugar, se constata que cada vez son ms numerosos los investigadores, alum-nos y profesores, tanto en Espaa como en el resto del mundo, interesadosen profundizar en la concepcin dinmica de la competencia y los proce-sos de mercado, aplicndola a la teora de la imposibilidad del socialismo

    y del intervencionismo econmico. Por todo ello ha sido preciso fundar unarevista cientfica que, con el ttulo de Procesos de Mercado: Revista Euro-

    pea de Economa Poltica1, sirve de aglutinante y medio de publicacin delos esfuerzos investigadores, especialmente de las nuevas generaciones deestudiosos de lo que se considera hoy en da a nivel internacional que cons-tituye la pujante y muy productiva Escuela Austriaca de Economa, que estdesarrollando un paradigma capaz de sustituir al hasta ahora dominante,que ya ha entrado en fase aguda de crisis, decadencia y disgregacin.

    Finalmente, he de resaltar el gran entusiasmo y espritu universitario que,promocin tras promocin, manifiestan los alumnos que utilizan esta obracomo libro de texto en mis clases de la licenciatura. Ellos, junto con mis

    1 Los interesados pueden solicitar los distintos nmeros ya publicados de Proce-sos de Mercadoa travs de [email protected], o consultarlos en la pgina web:

    www.jesushuertadesoto.com.

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    SOCIALISMO, CLCULO ECONMICO Y FUNCIN EMPRESARIAL

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    discpulos del doctorado y ayudantes de la Ctedra de Economa Polticaque profeso en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, constituyen elmejor estmulo y ayuda para seguir impulsando en nuestro pas el nobleprograma de investigacin de la Escuela Austriaca de Economa.

    Formentor, 22 de agosto de 2005JESS HUERTA DE SOTO

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    PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIN

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    PREFACIOA LA SEGUNDA EDICIN

    Me complace presentar a los lectores de habla espaola la segunda edicinde mi libro Socialismo, clculo econmico y funcin empresarial. Tres ob-

    servaciones considero pertinente efectuar en esta Presentacin.En primer lugar, esta nueva edicin mantiene ntegramente el conteni-do, estructura y paginacin de la primera edicin. De esta manera se evi-tan confusiones y se facilita la labor de los estudiosos e investigadores quemanejen las ya abundantes referencias y citas a la primera edicin que hanaparecido en la literatura especializada. La nueva edicin ha sido, en todocaso, enteramente revisada y corregida de las erratas y errores que se des-lizaron en la primera edicin. Igualmente se ha aprovechado para actuali-zar algunos artculos y ediciones de libros citados a pie de pgina y en labibliografa, efectundose tambin unas ligeras y poco numerosas modifi-caciones estilsticas. Aparte de estas pequeas modificaciones no se ha efec-tuado ningn otro cambio.

    En segundo lugar, y por las razones indicadas en el prrafo anterior, seha renunciado a incluir y comentar en esta edicin los libros y trabajos mssignificativos que sobre el socialismo se han publicado desde la aparicinde la primera edicin: aparte de no ser muy numerosos, poco es lo queaportan de nuevo que no haya sido dicho ya y su comentario detalladohubiera trastocado sustancialmente el contenido de este libro que hemospreferido dejar inalterado1. S merece la pena destacar, no obstante, el hitoque ha supuesto la publicacin por primera vez en Espaa de todos losartculos que Hayek escribi en la polmica sobre el clculo econmicosocialista, incluidos en el Volumen 10 titulado Socialismo y guerrade laedicin castellana que dirijo de las Obras Completasde F.A. Hayek2. Por su

    1 Merece la pena citar, al menos por la amplitud de su enfoque, el libro de David-

    Ramsay Steel From Marx to Mises: Post-Capitalist Society and the Challenge of EconomicCalculation, Open Court Publishing, La Salle, Illinois 1992. Tambin puede ser de algnprovecho repasar la polmica mantenida en el mbito de la Review of Austrian Economics,entre los profesores Joseph Salerno, Jrg Guido Hlsmann, Hans-Hermann Hoppe yLeland Yeager a lo largo de los aos 1992-1995 sobre las supuestas diferencias de enfo-que entre Mises y Hayek en sus respectivas crticas al socialismo, y que por las razonesque doy en las notas a pie de las pginas 169 y 178 considero, con Leland Yeager, queson ms bien ficticias que reales.

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    importancia este volumen ha de considerarse un complemento obligado alpresente libro del que no disponan los lectores de lengua espaola cuan-do apareci en 1992 su primera edicin.

    En tercer lugar, gran satisfaccin le produce al autor de estas lneas elconstatar cmo, durante los nueve aos transcurridos desde la publicacinde la primera edicin de este libro, se ha venido desmoronando la inter-pretacin tradicional sobre el debate en torno a la imposibilidad del cl-culo econmico socialista, abrindose paso un nuevo consenso entre loseconomistas que, con carcter mayoritario, ya aceptan que dicho debate

    fue ganado por los economistas austracos Mises y Hayek. Buena pruebade ello es cmo Mark Blaug, uno de los tratadistas de ms reconocidoprestigio en el campo de la historia del pensamiento econmico, ha es-crito que de forma lenta y extremadamente reacia he llegado a darmecuenta de que ellos (los tericos de la Escuela Austraca) estn en lo cierto

    y de que todos los dems hemos estado equivocados, afirmando adems,al evaluar la aplicacin del paradigma neoclsico cara a justificar la posi-bilidad del clculo econmico socialista, que es algo tan ingenuo desdeel punto de vista administrativo como para dar risa. Slo aquellos emborra-chados con el modelo de equilibro esttico perfectamente competitivopueden haberse tragado semejante tontera. Yo mismo fui uno de los quese la trag en mis aos de estudiante en los 50 y ahora no hago sinomaravillarme ante mi propia falta de agudeza3. Este reconocimiento esmuy importante pues slo abrazando la concepcin dinmica del merca-do y del proceso empresarial que cultivan los economistas de la Escuela

    Austriaca pueden apreciarse los errores socialistas y ello implica todo uncambio de visin en el mundo de la ciencia econmica que, si se conti-na, habr de revolucionar sus fundamentos y de hacerla mucho ms rica,fructfera y humanista a lo largo del nuevo siglo que acaba de comenzar4

    Formentor, 28 de Agosto de 2001JESS HUERTA DE SOTO

    2 F.A. Hayek, Socialismo y guerra, Vol. 10 de las Obras Completas de F.A. Hayek,edicin espaola al cuidado de Jess Huerta de Soto, Unin Editorial, Madrid 1998.3 Mark Blaug y Neil de Marchi (eds.), Appraising Economic Theories, Edward Elgar,

    Londres 1991, p. 508 yThe Economic Journal, vol. 103, n 421, Noviembre de 1993, p.1.571.

    4Vase Jess Huerta de Soto, La Escuela Austriaca: mercado y creatividad empre-sarial, Edit. Sntesis, Madrid 2000. El autor agradece el envo de cualesquiera comenta-rios sobre la segunda edicin de su libro a la direccin: [email protected].

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    PREFACIO A LA PRIMERA EDICIN

    PREFACIOA LA PRIMERA EDICIN

    El presente libro es el resultado de un dilatado proceso personal deformacin intelectual que se inici hace casi 20 aos, en el otoo de1973, cuando comenc a asistir de la mano de mi padre, Jess HuertaBallester, y gracias tambin a los buenos oficios de Jos Ramn CanosaPenaba, al seminario semanal sobre Economa Austriaca que todos losjueves por la tarde mantenan en Madrid los hermanos Joaqun y LuisReig Albiol en el domicilio particular de este ltimo. El entusiasmo einagotable apoyo recibido en todo momento por Luis Reig, junto conla preparacin, asistencia y participacin en las sesiones semanales deeste seminario, a lo largo de la dcada de los 70, supuso para m noslo una extraordinaria experiencia intelectual de incalculable valor enmi etapa de formacin como economista, sino adems la oportunidadde llegar al convencimiento de que slo siguiendo el paradigma de laEscuela Austriaca se poda dar respuesta a los interrogantes y solucio-

    nar las inconsistencias de otros paradigmas alternativos que, como elkeynesiano y el de la Escuela de Chicago, al principio me parecieronengaosamente atractivos.

    Posteriormente, en 1980, y gracias a una recomendacin del ya Pre-mio Nobel de Economa Friedrich A. Hayek, as como a una beca delBanco de Espaa para la realizacin de estudios superiores de Econo-ma Poltica en la Universidad de Stanford, pude dedicar dos cursosacadmicos completos a profundizar mis conocimientos sobre la Escuela

    Austriaca en general, y su teora del capital y de los procesos de merca-do en particular. Debo reconocer la gran ayuda recibida durante esteperodo de Leonard Liggio y de Walter Grinder, del Institute for Humane

    Studies, entonces situado en Menlo Park justo al lado de la Universi-dad, y en concreto que hicieran posible la gran experiencia intelectualque para m supuso tanto conocer a Murray N. Rothbard, uno de losms brillantes alumnos de Ludwig von Mises y conspicuo miembro dela actual Escuela Austriaca, como discutir con l algunos de los temasms polmicos e interesantes de la Ciencia Econmica.

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    De regreso a Espaa en 1983, y tras la satisfaccin que supuso reci-bir de manos de su majestad el rey Don Juan Carlos I el Premio Inter-nacional de Economa que lleva su nombre por mis estudios sobre losplanes privados de pensiones y la privatizacin de la seguridad social,fui invitado por Gustavo Villapalos Salas, actual rector de la Universi-dad Complutense de Madrid, a formar parte del Claustro de dicha Uni-

    versidad, en la que actualmente imparto clases de Economa Polticacomo Profesor Titular. Debo agradecer profundamente a mis alumnosde Economa Poltica, tanto de los cursos de licenciatura como del doc-torado, el esfuerzo, entusiasmo y dedicacin que han venido ponien-do por aprender y profundizar en los principios esenciales de la Eco-noma Poltica en general y de la Escuela Austriaca en particular. Suelevado nmero a una media de 300 alumnos por curso entre el doc-torado y la licenciatura, superan ya, despus de 7 aos, los 2.000 alum-nos me impide, por razones obvias de espacio, que no de mereci-miento, citar expresamente a todos los que con ms brillantez hansobresalido. No obstante, de entre todos ellos no puedo dejar de citarpor su vala acadmica, colaboracin y apoyo a Esteban Gndara True-ba, Eugenio Illana Rodrguez, Miguel Angel Ferrero Andrs, Sara Gon-zlez Prez y Carlos de Miguel.

    Durante los ltimos aos de mi actividad docente he venido llegan-do al convencimiento de que era preciso elaborar una teora del socia-lismo que, encontrndose profundamente arraigada en la metodologasubjetivista de la Escuela Austriaca, se basase en las teoras de la accinhumana y la funcin empresarial tal y como han sido desarrolladasprimero por Ludwig von Mises y despus, sobre todo, por Israel M.Kirzner. E igualmente he llegado a la conclusin de que es precisoadoptar una nueva definicin de socialismo, mucho ms fructfera yexplicativa de los problemas reales, que permita dar un tratamientounitario a los distintos tipos de socialismo que se dan o que se han dadoen la historia, y que adems pueda impulsar el futuro desarrollo de la

    Ciencia Econmica que, a partir del enfoque propuesto, creo que pue-de y debe convertirse en toda una teora sobre los efectos de la coac-cin institucional.

    La primera vez que tuve la oportunidad de someter a discusin p-blica mi nueva concepcin del socialismo fue con motivo del semina-rio que organic para el Liberty Fund en el Real Colegio Universitario

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    PREFACIO A LA PRIMERA EDICIN

    Mara Cristina de San Lorenzo de El Escorial, del 30 de octubre al 1 denoviembre de 1988, sobre el tema Economic Calculation, EconomicPlanning and Economic Liberty. En dicho seminario tuvieron una bri-llante participacin, entre otros,1 Gerald P. ODriscoll y Don A. Lavoie.Este ltimo, uno de los mejores especialistas sobre el debate en torno ala imposibilidad del clculo econmico en el socialismo, me hizo verla importancia de profundizar en dicho debate, as como la necesidadde proceder a una revisin y reevaluacin global del mismo desde elpunto de vista de la nueva concepcin del socialismo que propona.

    De esta manera comenz la redaccin del manuscrito de lo que, ybajo el ttulo general de Anlisis Crtico del Socialismo: Terico, Hist-rico y tico, pretende ser una obra que con la necesaria extensin yprofundidad analice de manera integrada el fenmeno socialista en susms importantes facetas, y que sistematizando y partiendo de lo ya reali-zado por otros tericos en este campo, permita dar una serie significa-tiva de pasos adelante en la comprensin, explicacin y prevencin delsocialismo. La finalidad de dar a conocer los captulos que van com-pletndose, no slo para evitar un innecesario retraso en la publicacinde los mismos y que sera ineludible dado lo extenso del programaemprendido, junto con la necesidad prctica de dotar a mis alumnos

    con nuevos y ms actualizados materiales de estudio, han aconsejadola publicacin de la primera parte de mi trabajo, aquella que bsica-mente corresponde al tratamiento tericodel anlisis crtico del socia-lismo, con el ttulo que ahora se presenta de Socialismo, Clculo Eco-nmico y Funcin Empresarial. Dejando para una futura publicacinla aplicacin del anlisis terico propuesto en el presente libro tanto ala interpretacin histrica de los casos reales de socialismo, como alestudio de su admisibilidad tica y al desarrollo de una teora sobre suprevencin y desmantelamiento.

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    1

    Participaron en este seminario del Liberty Fund, adems de los profesorescitados en el texto, los siguientes: Karl H. Paqu, del Instituto de Economa de Kiel;Charles King, del Liberty Fund; Norman P. Barry, de la Universidad de Buckingham;Carlos Rodrguez Braun, Jos T. Raga Gil, Francisco Cabrillo Rodrguez, SantosPastor Prieto, Lucas Beltrn Flrez y Pedro Schwartz Girn, todos ellos a la saznen la Universidad Complutense de Madrid; Antonio Argandoa, de la Universi-dad Central de Barcelona; Henri Lpage, del Institut de lEntreprise de Pars; y LuisReig Albiol de Madrid.

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    Han ledo el manuscrito del presente libro, ofreciendo valiosos co-mentarios crticos y sugerencias, los siguientes profesores: Israel M.Kirzner, de la Universidad de Nueva York, Lucas Beltrn Flrez, JosLuis Prez de Ayala y Lpez de Ayala, Jos T. Raga Gil, Francisco CabrilloRodrguez y Carlos Rodrguez Braun, todos ellos de la UniversidadComplutense de Madrid; Pedro Schwartz Girn de la Universidad Aut-noma de Madrid; Santos Pastor Prieto de la Universidad Carlos III deMadrid; Joaqun Trigo Portela de la Universidad Central de Barcelona;

    y Javier Paredes Alonso de la Universidad de Alcal de Henares. A todosellos hago constar mi profundo y sincero agradecimiento y les eximo,como es lgico, de cualquier responsabilidad sobre el contenido finalde la obra. Una versin en ingls del Captulo III fue esbozada en lareunin regional de la sociedad Mont Plerin que tuvo lugar en Pragaa primeros de noviembre de 1991, siendo posteriormente presentadacon mucho ms detalle y discutida en la First European Conference on

    Austrian Economics que, encabezada por Israel M. Kirzner, tuvo lugaren la Universidad de Maastrich del 9 al 11 de abril de 1992. 2

    He de agradecer, igualmente, el esfuerzo de mis colaboradoras Car-men Galiana, Sandra Moyano y Ann Lewis, pasando a mquina y corri-giendo las distintas versiones del manuscrito. Tambin agradezco a mi

    esposa, colaboradora y alumna Sonsoles Huarte Gimnez el esfuerzo,paciencia y dedicacin con que ha soportado mis largas horas de estu-dio y trabajo a costa de un tiempo precioso que en muchas ocasiones yen circunstancias normales hubiera debido dedicar a mi familia. A to-dos ellos hago constar mi agradecimiento.

    Seoro de Sarra, 7 de julio de 1992J. H. S.

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    2 Publicada con el ttulo de The Economic Analysis of Socialism, cap. 14 deNew Perspectives on Austrian Economics, Gerrit Meijer (ed.), Routledge, Londres

    y Nueva York 1995.

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    NDICE

    N D I C E

    CAPTULO I: INTRODUCCIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

    1. SOCIALISMO Y ANLISIS ECONMICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21El fracaso histrico del socialismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21El punto de vista subjetivo en el anlisis econmico delsocialismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24Nuestra definicin de socialismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25La funcin empresarial y el concepto de socialismo . . . . . . . . . . . . . 26El socialismo como error intelectual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

    2. EL DEBATE EN TORNO A LA IMPOSIBILIDAD DEL CLCULOECONMICO EN EL SOCIALISMO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

    Ludwig von Mises y el inicio del debate sobre el socialismo . . . . . . 28La indebida desviacin del debate hacia la esttica . . . . . . . . . . . . . . 29Oskar Lange y la solucin competitiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30El socialismo de mercado como imposible cuadratura delcrculo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30

    3. OTRAS POSIBLES LNEAS DE INVESTIGACIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311. Anlisis del denominado socialismo autogestionario . . . . . . . . . 312. La llamada planificacin indicativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323. La saludable depuracin de responsabilidades cientficas . . . . . 324. Consecuencias del debate en la evolucin y futuro

    desarrollo de la Ciencia Econmica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 335. Reinterpretacin y anlisis histrico de los distintos tipos

    reales de socialismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 386. El desarrollo de una teora sobre la inadmisibilidad ticadel socialismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

    7. Elaboracin de una teora sobre la prevencin y eldesmantelamiento del socialismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

    4. CONCLUSIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

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    SOCIALISMO, CLCULO ECONMICO Y FUNCIN EMPRESARIAL

    CAPTULO II: LA FUNCIN EMPRESARIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

    1. DEFINICIN DE LA FUNCIN EMPRESARIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41La accin humana: fin, valor, medio y utilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . 43Escasez, plan de accin y acto de voluntad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44Concepto subjetivo de tiempo: pasado, presente y futuro . . . . . . . . 45Creatividad, sorpresa e incertidumbre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46El coste como concepto subjetivo. El beneficio empresarial . . . . . . . 48Racionalidad e irracionalidad. Error y prdida empresarial . . . . . . . . 49Utilidad marginal y preferencia temporal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50

    2. CARACTERSTICAS DE LA FUNCIN EMPRESARIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51Funcin empresarial y perspicacia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51Informacin, conocimiento y empresarialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52Conocimiento subjetivo y prctico, no cientfico . . . . . . . . . . . . . . . . 52Conocimiento privativo y disperso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54Conocimiento tcito no articulable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57Carcter esencialmente creativo de la funcin empresarial . . . . . . . . 60Creacin de informacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64Transmisin de informacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65Efecto aprendizaje: coordinacin y ajuste . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66

    Arbitraje y especulacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68

    Derecho, dinero y clculo econmico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68Ubicuidad de la funcin empresarial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73El principio esencial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74Competencia y funcin empresarial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77La divisin del conocimiento y el orden extensivo decooperacin social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80Creatividad versus maximizacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83Conclusin: nuestro concepto de sociedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84

    3. FUNCIN EMPRESARIAL Y CONCEPTO DE SOCIALISMO . . . . . . . . . . . . . . . . 85

    CAPTULO III: EL SOCIALISMO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

    1. DEFINICIN DE SOCIALISMO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

    2. EL SOCIALISMO COMO ERROR INTELECTUAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

    3. LA IMPOSIBILIDAD DEL SOCIALISMO DESDE LA PTICADE LA SOCIEDAD . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96El argumento esttico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96El argumento dinmico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97

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    NDICE

    4. IMPOSIBILIDAD DEL SOCIALISMO DESDE EL PUNTO DEVISTA DEL RGANO DIRECTOR. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100

    5. POR QU EL DESARROLLO DE LAS COMPUTADORASIMPOSIBILITA AN MS EL SOCIALISMO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104

    6. OTRAS CONSECUENCIAS TERICAS DEL SOCIALISMO . . . . . . . . . . . . . . . . 110Descoordinacin y desorden social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111Informacin errnea y comportamientos irresponsables . . . . . . . . 116Efecto corrupcin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118

    Economa oculta o irregular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123Retraso social (econmico, tecnolgico, cultural) . . . . . . . . . . . . . . 124La prostitucin de los conceptos tradicionales de ley y justicia.La perversin moral que crea el socialismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126El socialismo como opio del pueblo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134Conclusin: carcter esencialmente antisocial del socialismo . . . . . 135

    7. DIFERENTES TIPOS O CLASES DE SOCIALISMO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136El socialismo real o de las economas de tipo sovitico . . . . . . . . . 136Socialismo democrtico o socialdemocracia . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137Socialismo conservador o de derechas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140La ingeniera social o socialismo cientista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141Otros tipos de socialismo (cristiano-solidario, sindicalista,

    etc.) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1468. CRTICA DE LOS CONCEPTOS ALTERNATIVOS DE

    SOCIALISMO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148Su concepto tradicional y el proceso de formacin del nuevoconcepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148Socialismo e intervencionismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151La inanidad de los conceptos idlicos de socialismo . . . . . . . . . . . 153Podr rehabilitarse algn da el trmino socialismo? . . . . . . . . . . 154

    CAPTULO IV: LUDWIG VON MISES Y EL INICIO DEL DEBATESOBRE EL CLCULO ECONMICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157

    1. ANTECEDENTES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1572. LA ESENCIAL APORTACIN DE LUDWIG VON MISES . . . . . . . . . . . . . . . . 170

    Carcter y contenido bsico de la aportacin de Mises . . . . . . . . . . 172

    3. EL FUNCIONAMIENTO DEL SOCIALISMO SEGN MARX . . . . . . . . . . . . . . . 181

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    SOCIALISMO, CLCULO ECONMICO Y FUNCIN EMPRESARIAL

    4. CONSIDERACIONES ADICIONALES EN TORNO ALA APORTACIN DE MISES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188La refutacin misiana de Marx . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188El clculo monetario de prdidas y ganancias . . . . . . . . . . . . . . . . . 191La suficiencia prctica del clculo econmico . . . . . . . . . . . . . . . . . 192El clculo como problema de carcter esencialmenteeconmico (y no tcnico) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 194La concentracin empresarial y el clculo econmico . . . . . . . . . . 196

    5. PRIMERAS PROPUESTAS SOCIALISTAS DE SOLUCIN ALPROBLEMA DEL CLCULO ECONMICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200El clculo econmico en especie . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200El clculo econmico en horas de trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203El clculo econmico en unidades de utilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . 206

    CAPTULO V: LA INDEBIDA DESVIACIN DEL DEBATE HACIALA ESTTICA: LOS ARGUMENTOS DE SIMILITUD FORMAL

    Y LA LLAMADA SOLUCIN MATEMTICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209

    1. LOS ARGUMENTOS DE SIMILITUD FORMAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209Los argumentos de similitud formal de Eugen vonBhm-Bawerk y Friedrich von Wieser . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211

    La aportacin de Enrico Barone como argumento de similitudformal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215Otros tericos de la similitud formal: Cassel y Lindahl . . . . . . . . . . 217

    2. ANLISIS DE LA SOLUCIN MATEMTICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217El artculo de Fred M. Taylor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219La aportacin de H. D. Dickinson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221La solucin matemtica en la literatura alemana . . . . . . . . . . . . . . . 225

    3. CONSECUENCIAS NEGATIVAS PARA EL DEBATE DE LASOLUCIN MATEMTICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226

    4. EL MTODO DE PRUEBA Y ERROR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233Crtica del mtodo de prueba y error . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236

    5. LA IMPOSIBILIDAD TERICA DE LA PLANOMETRA . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245

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    NDICE

    CAPTULO VI: OSKAR LANGE Y LA SOLUCINCOMPETITIVA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265

    1. CONSIDERACIONES INTRODUCTORIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2652. ANTECEDENTES HISTRICOS DE LA SOLUCIN

    COMPETITIVA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 270Las aportaciones de Eduard Heimann y Karl Polanyi . . . . . . . . . . . 270La crtica anticipada por Mises, Hayek y Robbins en contra dela solucin competitiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275

    3. LA APORTACIN DE OSKARLANGE: CONSIDERACIONESINTRODUCTORIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285El modelo de Lange-Breit . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 286

    4. OSKARLANGE Y SU MODELO CLSICO DE SOCIALISMODE MERCADO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 288Precios de mercado versus precios paramtricos . . . . . . . . . . . . . . 289El primer prrafo de Lange . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 291El segundo prrafo de Lange . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 294El tercer prrafo de Lange . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 297El cuarto prrafo de Lange . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 305

    5. ANLISIS CRTICO DEL MODELO CLSICO DE LANGE . . . . . . . . . . . . . . . . 309

    Una aclaracin terminolgica previa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 309Descripcin del modelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311Dos interpretaciones sobre el modelo de Lange . . . . . . . . . . . . . . . 313

    Anlisis crtico de la interpretacin ms amplia del modelode Lange . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3151. La imposibilidad de elaborar la lista de bienes de capital . . . . . 3152. La completa arbitrariedad del perodo temporal de fijacin

    de los precios paramtricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3173. La inexistencia de un verdadero mercado para el trabajo y

    los bienes y servicios de consumo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3184. La inanidad de las reglas propuestas por Lange . . . . . . . . . . . . 3195. La imposibilidad terica del mtodo de prueba y error . . . . . . 3276. La arbitraria fijacin del tipo de inters . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3307. Ignorancia en cuanto al comportamiento tpico de los

    organismos burocrticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331Otros comentarios sobre el modelo clsico de Lange . . . . . . . . . . . 338

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    SOCIALISMO, CLCULO ECONMICO Y FUNCIN EMPRESARIAL

    6. TERCERA Y CUARTA ETAPAS EN LA VIDA CIENTFICADE LANGE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 341Tercera etapa: La dcada de los 40 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 341Cuarta etapa: De la Segunda Guerra Mundial hasta su muerte.El abandono del mercado y la alabanza y justificacin delsistema estalinista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 344Eplogo langiano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349

    CAPTULO VII: CONSIDERACIONES FINALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 353

    1. OTROS TERICOS DEL SOCIALISMO DE MERCADO . . . . . . . . . . . . . . . . . 353Evan Frank Mottram Durbin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 354El libro The Economics of Socialism de Henry DouglasDickinson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 361La contribucin de Abba Ptachya Lerner al debate . . . . . . . . . . . . . 371

    2. SOCIALISMO DE MERCADO: LA IMPOSIBLE CUADRATURADEL CRCULO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 379

    3. MAURICE H. DOBB Y LA COMPLETA SUPRESIN DE LA LIBERTADINDIVIDUAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 386

    4. EN QU SENTIDO EL SOCIALISMO ES IMPOSIBLE? . . . . . . . . . . . . . . . . . . 397

    5. CONCLUSIONES FINALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 410

    BIBLIOGRAFA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 413

    NDICE DE MATERIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 437

    NDICE DE NOMBRES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 443

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    INTRODUCCIN

    CAPTULO I

    INTRODUCCIN

    En este captulo introductorio nos proponemos resumir las princi-pales peculiaridades y novedades del anlisis del socialismo que va-mos a efectuar en este libro. Igualmente se efectuar un breve resumen

    y evaluacin del contenido, estructura y conclusiones de la obra; paraterminar indicando una lista de posibles lneas de investigacin que,partiendo del anlisis propuesto, estimamos que, por su gran inters eimportancia, sera preciso emprender.

    1. SOCIALISMO Y ANLISIS ECONMICO

    El fracaso histrico del socialismo

    La cada del socialismo en los pases del Este de Europa es un acon-tecimiento histrico de primera magnitud que, sin duda alguna, hapillado de improviso a la mayor parte de los estudiosos de la CienciaEconmica. No se trata, tan slo, de que la economa como ciencia nohaya estado a la altura de circunstancias histricas de enorme impor-tancia que no ha sido capaz de prever, sino que tampoco, y esto es anms grave, ha sabido desempear el papel de proporcionar al gnerohumano el instrumental analtico necesario para permitirle evitar a tiem-po los graves errores cometidos.1 Todo lo contrario, en muchas oca-siones se ha utilizado su aureola y prestigio cientficos para justificar y

    1 Desde esta ptica parece incluso relativamente poco importante el hechode que la economa como ciencia se haya puesto de nuevo en evidencia cuandoha sido preciso echar mano de ella para llevar a cabo la transicin hacia unaeconoma de mercado en los sistemas recin desmoronados, habindose puestode manifiesto que era poco o nada lo que los economistas haban investigado eneste campo, que hasta ahora no se haba considerado de inters incluir en casiningn programa de investigacin cientfica.

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    SOCIALISMO, CLCULO ECONMICO Y FUNCIN EMPRESARIAL

    alentar polticas econmicas y sistemas sociales que ostensiblementehan fracasado, con un coste desproporcionado en trminos de sufri-mientos humanos.

    Ante esta situacin, los economistas del mundo occidental, lejos demanifestar un profundo malestar o desconcierto, siguen haciendo suciencia como si nada hubiera sucedido.2 Y en aquellas contadas oca-siones en las que un economista de prestigio se ha planteado la inc-moda cuestin relativa a lo que ha podido suceder para que la mayorade los tericos profesionales fueran incapaces de evaluar adecuadamen-te y prever a tiempo el curso de los acontecimientos, se han dado res-puestas que, por ingenuas y superficiales, son muy poco satisfactorias.

    As, por ejemplo, se ha hablado de un error en la interpretacin delos datos estadsticos que, procedentes de los sistemas de socialismoreal, se habran aceptado por la profesin sin el suficiente espritu cr-tico. Tambin se ha mencionado la insatisfactoria consideracin cien-tfica que se ha dado al papel que los incentivos juegan en la vidaeconmica.3 Poco ms es lo que hasta ahora se ha odo de mea culpapor parte de la profesin y de sus miembros ms destacados. Nadie, omejor dicho casi nadie, se ha planteado la posibilidad de que quiz laesencia misma del problema radique en el mtodo y en la forma de

    hacer economa que han venido preponderando en nuestra ciencia,precisamente a lo largo del mismo nmero de aos que de maneraaproximada y durante este siglo han pervivido los sistemas socialistas.

    Y son ms que suficientes los dedos de una mano para enumerar aaquellos economistas que han acometido la inexcusable y trascenden-tal tarea de sacar a la luz y reevaluar el contenido del debate en torno ala imposibilidad econmica del socialismo que, iniciado a instancias deLudwig von Mises en 1920, se extendi a lo largo de las dcadas subsi-

    2 No ha ocurrido as con los economistas ms prestigiosos de los pases delEste de Europa, como tendremos la oportunidad de analizar in extensoen loscaptulos siguientes. Adems, estos autores son los ms conscientes de las insufi-ciencias tericas de la ciencia econmica occidental, lo cual a menudo les produ-ce una curiosa sensacin de desazn y desconcierto tericos, que sus arrogantescolegas de Occidente no terminan de entender.

    3 stas eran las nicas explicaciones que mencionaba Gary Becker en suPresidential Address, en la Reunin Regional de la Mont-Plerin Society que tuvolugar en Praga, Checoslovaquia, del 3 al 6 de noviembre de 1991, bajo el ttulogeneral de In Search of a Transition to a Free Society.

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    INTRODUCCIN

    guientes.4 Dejando a salvo estas tan aisladas como honrosas excepcio-nes, parece como si la mayora de los economistas prefiriesen orientara partir de ahora sus investigaciones extendiendo la ley del silenciosobre todo lo escrito hasta hoy sobre el socialismo, tanto por ellos mis-mos como por sus predecesores.

    Y, sin embargo, no puede pasarse la pgina del socialismo en laHistoria como si su fracaso ninguna influencia fuera a tener sobre elconocimiento humano de tipo cientfico. En efecto, la historia del pen-samiento econmico quedara completamente coja si de nuevo ste sedispersara a partir de ahora en el anlisis de los problemas puntualesms acuciantes de cada momento, olvidando la necesidad fundamen-tal de someter a una profunda reevaluacin y estudio crticos los anli-sis sobre el socialismo hasta ahora efectuados y, en particular, de pro-nunciarse definitivamente, en trminos de refutacin terica, sobre estesistema social. Aparte de que si esto fuera as, forzosamente tendra queconsiderarse que la ciencia econmica otra vez habra traicionado lasgrandes esperanzas que la humanidad tiene derecho a poner en ella.En efecto, el socialismo, como sistema abstracto de pensamiento fuer-temente arraigado en la innata arrogancia o soberbia racionalista delser humano,5 estar histricamente predestinado a aflorar de forma

    recurrente, si es que no se aprovecha la oportunidad histrica que concarcter nico y quizs irrepetible ahora se nos presenta para hacer unprofundo examen de conciencia terico, explicitar los errores come-tidos, reevaluar globalmente el instrumental analtico utilizado y nopermitir que se d por cerrada ninguna etapa histrica sin haber llega-do con carcter previo a las necesarias, y tan definitivas como sea po-sible, conclusiones tericas.

    4 De entre todos ellos destaca el trabajo de Don A. Lavoie Rivalry and CentralPlanning. The Socialist Calculation Debate Reconsidered, Cambridge UniversityPress, Cambridge 1985, y que se ha convertido en una referencia ineludible paratodos los estudiosos de la materia.

    5 sta es la tesis que F.A. Hayek expone en su Fatal Conceit. The Errors ofSocialism, publicado como volumen I de los Collected Works of F.A. Hayek, porRoutledge, Londres 1989. Existe una traduccin al castellano de Luis Reig Albiol,prologada por m y publicada con el ttulo de La Fatal Arrogancia. Los Erroresdel Socialismo, como volumen I de las Obras Completasen 22 volmenes de F.A.Hayek, por Unin Editorial, Madrid 1990.

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    SOCIALISMO, CLCULO ECONMICO Y FUNCIN EMPRESARIAL

    El punto de vista subjetivo en el anlisis econmico del socialismo

    La tesis bsica que mantenemos y desarrollamos a lo largo de estelibro es que el anlisis del socialismo slo puede y debe llevarse a cabodesde la ptica de una profunda y clara concepcin de la accin hu-mana y de los procesos dinmicos de interaccin social a que la mismada lugar. O, expresado de otra forma, que el anlisis econmico delsocialismo hasta ahora efectuado, en su mayor parte no ha sido capazde incorporar satisfactoriamente el individualismo metodolgico y la

    perspectiva subjetivista que, de acuerdo con Hayek, son imprescindi-bles para el desarrollo de nuestra ciencia. En efecto, segn este autorit is probably no exaggeration to say that every important advance ineconomic theory during the last hundred years was a further step in theconsistent application of subjectivism.6 Y esto es precisamente lo quenos hemos propuesto en nuestro trabajo de investigacin sobre el so-cialismo; a saber, desarrollarlo sobre la base de una radical y coheren-te aplicacin del subjetivismo, es decir, fundamentarlo en torno a lams ntima y esencial caracterstica del ser humano: su capacidad paraactuar de una manera empresarial y creativa.

    Desde esta ptica debe entenderse el esfuerzo continuado que he-

    mos efectuado para desprendernos en cada momento y en todos los6 Probablemente no sea ninguna exageracin el afirmar que todos y cada

    uno de los avances ms importantes de la teora econmica durante los pasadoscien aos ha sido resultado de ir profundizando en la aplicacin coherente delsubjetivismo. F.A. Hayek, The Counter-Revolution of Science, Free Press ofGlencoe, Nueva York 1952, p. 31 (existe una magnfica reedicin de LibertyPress, Indianpolis 1979). Hayek aade en la nota 24 de las pp. 209-210 que elsubjetivismo has probably been carried out most consistently by L.v. Misesand I believe that most peculiarities of his views which at first strike manyreaders as strange and unacceptable are due to the fact that in the consistentdevelopment of the subjectivist approach he has for a long time moved aheadof his contemporaries. Probably all the characteristic features of his theories,from his theory of money to what he calls his apriorism, his views about math-ematical economics in general, and the measurement of economic phenomenain particular, and his criticism of planning all follow directly from his centralposition. (Al igual que en el resto de las notas de este libro, y mientras no sediga explcitamente lo contrario, la cursiva es ma y no figura en el texto origi-nal. Por otro lado, siempre que ha sido posible hemos reproducido las citastextuales en su idioma original, si bien todas aquellas incluidas en el textoprincipal se encuentran convenientemente traducidas al castellano en las co-rrespondientes notas a pie de pgina.)

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    INTRODUCCIN

    contextos de nuestro trabajo de los restos de ese objetivismo que ex-plcita o inconscientemente an impregna mltiples reas de nuestraciencia, hacindola estril y dificultando enormemente su futuro desa-rrollo. Y aunque nunca pueda llegarse a la seguridad absoluta de ha-ber evitado todas las posibilidades de que el estril objetivismo queinunda nuestra ciencia haya podido introducirse subrepticiamente ennuestro anlisis (quizs y especialmente debido a los largos aos dedeformacin acadmica que cualquier estudiante de economa sufredurante sus estudios universitarios), se ha hecho todo lo posible porromper con el paradigma imperante que todo lo ahoga. De manera quehemos sido especialmente cuidadosos evitando caer en el error deconsiderar que los fenmenos econmicos tengan una existencia ma-terial y objetiva al margen de la interpretacin y conocimiento subje-tivos que de los mismos van creando los seres humanos cuando actan.Hemos pasado, por tanto, a concebir la economa como una ciencia quetrata exclusivamente sobre realidades espirituales, es decir, sobre lainformacin o conocimiento subjetivos que se crean y generan por losseres humanos en los procesos de interaccin social.

    Nuestra definicin de socialismo

    El deseo ya enunciado de aplicar el subjetivismo con el mximo ri-gor y consistencia posibles al anlisis del socialismo se plasma, antetodo, en nuestra definicin de este sistema social. En efecto, ya hemosdicho que para nosotros la esencia ms ntima y caracterstica de lanaturaleza de todo ser humano es su capacidad para actuar de formalibre y creativa. Pues bien, desde esta ptica, entendemos que socialis-mo es todo sistema de agresin institucional contra el libre ejercicio de

    la accin humana o funcin empresarial. Ms adelante, en el Captu-lo III, tendremos la oportunidad de explorar con detalle todos los ele-mentos e implicaciones de nuestra definicin, analizando las importan-tes y fructferas ventajas comparativas de la misma en relacin con el

    resto de las definiciones que hasta hoy se han utilizado. Ahora slo nosinteresa recalcar que al concebir el socialismo como la sistemtica an-tiaccinviolenta o, si se prefiere, coaccininstitucional, nuestro anli-sis del socialismo inevitable y necesariamente se generaliza y se con-

    vierte en toda una teora econmica sobre la coaccin institucional.Adems, se hace evidente que el anlisis de las implicaciones tericas

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    SOCIALISMO, CLCULO ECONMICO Y FUNCIN EMPRESARIAL

    que produce la agresin sistemtica contra la accin e interaccin hu-manas exige con carcter previo comprender y conocer con la suficienteprofundidad los principios bsicos del anlisis terico de la accinhumana no coaccionada, y a este fin se encuentra dedicado todo elCaptulo II de este libro, que desarrollamos bajo el ttulo genrico deLa funcin empresarial.

    La funcin empresarial y el concepto de socialismo

    Nuestra concepcin de la funcin empresarial es a la vez muy am-plia y precisa. En un sentido general consideramos que los conceptosde funcin empresarial y accin humana son sinnimos. En un sentidoms estricto, la funcin empresarial consiste en la capacidad tpicamentehumana para darse cuenta de cules son las oportunidades de gananciaque existen en el entorno. La accin, por tanto, es un fenmeno tpica-mente empresarial cuyos principales elementos y caractersticas estu-diamos con detalle en el Captulo II. De entre todas ellas, la ms sobre-saliente es la capacidad creativa y coordinadora de la empresarialidad.En efecto, todo acto empresarial crea y genera nueva informacin denaturaleza tcita, dispersa, prctica y subjetiva, y hace que los actoresimplicados en el mismo tiendan a ajustar o disciplinar su comporta-

    miento en funcin de las necesidades y circunstancias de los dems,creando de esta manera, espontnea e inconsciente, los vnculos quehacen posible la vida en sociedad. Adems, slo la funcin empresa-rial es capaz de generar la informacin que es precisa para hacer posi-ble el clculo econmico, entendido como todo juicio estimativo sobreel resultado de los diferentes cursos de accin. Pues bien, la adecuadaidentificacin y comprensin de la esencia de este maravilloso procesode coordinacin social y clculo econmico que slo surge de la fun-cin empresarial permite entender por contraste y comparacin losgraves efectos de descoordinacin social y ausencia de clculo econ-mico que forzosamente ha de producir toda coaccin institucional ejer-

    cida en contra de la funcin empresarial libre. Es decir, slo una ade-cuada comprensin de la esencia de los procesos del mercado y lasociedad puede hacer entender claramente todas las implicaciones,principales y secundarias, del sistema socialista que, desde esta ptica

    y de manera interrelacionada, son detalladamente analizadas en elCaptulo III.

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    INTRODUCCIN

    El socialismo como error intelectual

    Ahora bien, si el socialismo ha sido en muchas ocasiones defendi-do en crculos cientficos, polticos o filosficos, es porque se ha cre-do que el proceso de coordinacin social poda hacerse mucho msefectivo y perfecto mediante la utilizacin sistemtica de la coaccin. Arefutar tericamente esta idea dedicamos toda la primera mitad delCaptulo III, elaborando nuestro argumento desde dos puntos de vis-ta, el esttico7 y el dinmico, que son distintos pero complementa-

    rios. Nuestra conclusin es que el socialismo, entendido de esta mane-ra, no es sino un error intelectual, puesto que tericamente no es posiblecoordinar la sociedad mediante la utilizacin e imposicin sistemticasde mandatos coactivos.

    La segunda mitad del Captulo III se dedica, por una parte, a estu-diar las implicaciones y consecuencias secundarias de nuestro argumen-to esencial en una perspectiva concatenada y multidisciplinar; dedicn-dose otra parte a explicar y defender nuestra definicin de socialismofrente a las concepciones alternativas que histricamente han venidoutilizndose. Por ltimo, se presenta una anatoma de las diferentes

    variedades o tipos histricos de socialismo que, distinguindose entres por sus distintas motivaciones, grados de intervencin y otras pecu-

    liaridades, comparten todos ellos el denominador comn de fundamen-tarse, en mayor o menor medida, en el uso sistemtico de la violenciaen contra del libre ejercicio de la funcin empresarial.

    2. EL DEBATE EN TORNO A LA IMPOSIBILIDAD DEL CLCULO ECONMICOEN EL SOCIALISMO

    A la luz del anlisis del socialismo que hemos comentado en el apar-tado anterior se hace evidente la necesidad de reevaluar el debate que

    7 Nuestro argumento esttico nada tiene que ver con el anlisis del equili-brio o concepcin esttica que tanto criticamos ms adelante, en el Captulo IV y,en general, a lo largo de todo el libro. No obstante, por referirse al carcter dis-

    persode una informacin hipotticamenteya creadano hemos encontrado untrmino mejor para distinguirlo del argumento ms dinmico, que se refiere alproceso de creacin de nuevainformacin. Ms adelante (p. 68) veremos cmonuestros dos argumentos, el esttico y el dinmico, son desde nuestro puntode vista igualmente dinmicos, y por tanto igualmente incomprensibles para elanlisis econmico del equilibrio. Y es que ambos argumentos se refieren a pro-cesos sociales simultneos e indistinguibles, que tan slo estudiamos separada-mente por razones estrictamente didcticas.

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    sobre la imposibilidad del clculo econmico socialista tuvo lugar enlos aos 20 y 30 de este siglo entre Mises y Hayek, por un lado, y dife-rentes tericos partidarios del socialismo, por otro. En primer lugar,recordemos, como anteriormente hemos argumentado, que la histri-ca cada del socialismo recientemente acaecida en los pases del Estede Europa obliga a todo investigador serio y honesto a repasar y ree-

    valuar lo que en el campo de la teora ya se dijo sobre el socialismo poraquellos que con ms ahnco y profundidad estudiaron los problemasimplicados. En segundo lugar, nuestra concepcin de la funcin em-presarial y el socialismo no es sino la culminacin de una sntesis te-rica que de forma embrionaria surge con el inicio del debate, y se for-ma y perfecciona evolutiva y paulatinamente conforme ste sedesarrolla; el anlisis y reevaluacin del debate es, por tanto, impres-cindible para comprender con detalle y claridad todas las implicacio-nes del anlisis del socialismo que aqu proponemos. Finalmente, elestudio del debate pone de manifiesto el fracaso del paradigma domi-nante, basado en el anlisis del equilibrio, para entender los proble-mas tericos del socialismo. En efecto, al fundamentarse dicho anlisisen el estudio desde la ptica del mecanicismo newtoniano y del equi-librio o, si se prefiere, de la inaccin repetitiva, se hace imposible si-

    quiera distinguir cul es el ineludible problema terico que plantea lacoaccin institucional. El hecho, adems, de que la mayora de los co-mentaristas y autores de las fuentes secundarias sobre el debate proce-dieran del mencionado paradigma explica por qu fueron incapacesde comprender el contenido del desafo planteado por Mises y Hayek,as como la pervivencia durante tantos aos del mito en torno al triunfodel lado socialista en la polmica que comentamos.

    Ludwig von Mises y el inicio del debate sobre el socialismo

    No es una pura casualidad que el debate se iniciara a raz de lasaportaciones elaboradas por Mises poco despus de la Primera Guerra

    Mundial. En efecto, slo alguien que, como Mises, haba llegado a te-ner un profundo conocimiento sobre la esencia e implicaciones de losprocesos de mercado movidos por la accin humana fue capaz de in-tuir y comprender los insoslayables problemas de clculo econmicoimplicados por el socialismo. A estudiar los antecedentes y el conteni-do de la aportacin seminal de Mises dedicaremos todo el Captulo IV.

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    INTRODUCCIN

    En l ponemos un nfasis especial tanto a la hora de situar a Mises enel contexto histrico en el que llev a cabo su histrica y transcendentalaportacin y en el cual predominaba una concepcin del socialismotpicamente marxista, como a la hora de demostrar que el anlisis delsocialismo de Mises es un anlisis, dentro de la mejor tradicin de laEscuela Austriaca, de teora dinmica y que, por tanto, nada tiene que

    ver con el anlisis esttico del equilibrio, ni tampoco con la lgica purade la eleccin que se ha elaborado en torno al mismo. El captulo ter-mina con un detallado estudio crtico de las primeras propuestas so-cialistas de solucin al problema del clculo econmico: el clculo enespecie, en horas de trabajo y el llamado clculo en unidades de utili-dad, ninguna de las cuales logr hacer frente a los insoslayables pro-blemas tericos planteados por Mises.

    La indebida desviacin del debate hacia la esttica

    La absurda idea de que slo es teora el anlisis econmico delequilibrio, que impregna y subyace debajo del paradigma dominante,desvi inevitablemente el debate hacia los problemas de la esttica. As,

    y tal y como estudiamos en el Captulo V, los economistas no enten-dieron el desafo de Mises y, o bien dndose cuenta de que su anlisis

    no era de equilibrio no lo consideraron como terico, sino ms bienrelativo a cuestiones prcticas; o bien, como sucedi con los ms, in-terpretaron el desafo misiano en los restringidos trminos del equili-brio y la estricta lgica pura de la eleccin, sin darse cuenta de que elpropio Mises, ya desde un principio, clarsimamente haba establecidoque el socialismo no planteaba problema alguno en trminos estticos,por lo que su argumento terico en contra del mismo era esencialmen-te dinmico y se basaba en su teora de los procesos de interaccinhumana que se dan en el mercado. Por todo ello, la desviacin deldebate hacia la esttica fue irrelevante(pues la esttica nada tena que

    ver con el original desafo terico planteado por Mises en contra del

    socialismo), y adems indebida, pues esteriliz completamente la po-lmica terica (el punto de vista esttico impidi ver en dnde radica-ba el problema y comprender su esencial naturaleza insoluble). A lolargo del Captulo V se analizan adems los distintos intentos de so-lucin matemtica propuestos por los economistas socialistas, em-pezando por los argumentos de la similitud formal existentes en

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    trminos estticos entre el mercado y el socialismo, y terminando conlas aportaciones ms depuradas de Taylor y Dickinson. Finalmente, seefecta un detallado estudio del mtodo de prueba y error, concebi-do como sistema prctico de solucin al correspondiente sistema deecuaciones. Este captulo termina con un anlisis crtico de los mode-los planomtricos que, fundamentados en las aportaciones de los te-ricos socialistas descritas en el mismo, se han venido desarrollando hastanuestros das con terca insistencia.

    Oskar Lange y la solucin competitiva

    Posiblemente, la idea de que Oskar Lange fue capaz de refutar te-ricamente el argumento de Mises en contra del socialismo sea uno delos mitos ms importantes en la historia del pensamiento econmico.En efecto, tanto los manuales y libros de texto ms conocidos comoprcticamente todas las fuentes secundarias sobre el debate recogen,de forma tan categrica como superficial, la mencionada versin mticasegn la cual Mises fue refutado por Lange. Este mito, a su vez, ha sidotrasladado, sin justificacin ni anlisis crtico alguno, a dos generacio-nes enteras de economistas. Por este motivo hemos considerado im-

    prescindible efectuar con gran detalle un minucioso estudio crtico dela solucin competitiva propuesta por Oskar Lange, que incluimos enel Captulo VI y que, por su contenido, extensin y profundidad qui-zs sea una de las partes ms novedosas e ilustrativas de nuestro es-fuerzo por aplicar la metodologa subjetivista al campo del anlisis eco-nmico del socialismo. Y, de hecho, bastar con que nuestro estudioal menos contribuya, junto con otras aportaciones recientes sobre lamateria y que sern citadas en su correspondiente lugar, a arrumbardefinitivamente el mito de que Mises fue refutado por Lange, para quenos consideremos suficientemente satisfechos con nuestro trabajo.

    El socialismo de mercado como imposible cuadratura del crculo

    El Captulo VII y ltimo completa nuestro anlisis de la solucincompetitiva con el estudio de las aportaciones realizadas al respecto,con posterioridad a Oskar Lange, por Dickinson, Durbin y Lerner, y enl llegaremos a la conclusin de que la competencia y el socialismo, al

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    INTRODUCCIN

    igual que la accin creativa y la coaccin, son conceptos radical y esen-cialmente contradictorios. Curiosamente, esta misma posicin ha sidomantenida, como tambin estudiaremos, por toda una corriente de teri-cos socialistas que, encabezados por Dobb, siempre han tachado dehipcritas y visionarios a sus colegas partidarios del socialismo demercado. Tras unas consideraciones sobre el verdadero sentido de laimposibilidad del socialismo se incluye al final de este mismo captuloun breve resumen de las conclusiones ms importantes de nuestroestudio.

    3. OTRAS POSIBLES LNEAS DE INVESTIGACIN

    El anlisis terico del socialismo que se propone en este trabajo nose agota, como es lgico, con el mismo. Todo lo contrario, considera-mos nuestro estudio como un primer paso que abre el camino a unaserie de lneas de investigacin que, siguiendo el punto de vistametodolgico aqu desarrollado, estimamos que podran emprenderseo reelaborarse con muy prometedores resultados. De entre todas es-tas futuras lneas de investigacin podramos destacar las siguientes:8

    1. Anlisis del denominado socialismo autogestionario

    Aunque hoy muy desprestigiado, sobre todo por el rotundo fraca-so econmico, social y poltico del modelo yugoslavo, estimamos degran inters terico la aplicacin de nuestro enfoque al socialismo au-togestionario o sindicalista, especialmente por los peculiares proble-mas de coordinacin que este modelo plantea a todos los niveles, ascomo por el hecho de que el mismo a menudo haya sido defendidocomo una tercera va, capaz de resolver los problemas que planteantanto el capitalismo como el socialismo, entendidos en su sentido tra-dicional.

    8 La lista, como es evidente, no pretende ser exhaustiva y responde al esque-ma de un segundo volumen sobre el socialismo, continuacin de ste y cuyo con-tenido en relacin con alguna de las lneas mencionadas ya se encuentra, al me-nos parcialmente, elaborado.

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    2. La llamada planificacin indicativa

    Aunque hoy tambin prcticamente relegada al olvido, creemosnecesario el estudio de la planificacin indicativa por los siguientesmotivos. Primero, porque este modelo tuvo un nutrido grupo de de-fensores especialmente en los aos sesenta, que trataron de justificarsus posiciones sobre la base de una serie de argumentos tericos, ensu esencia muy parecidos a los que subyacen bajo el modelo del so-cialismo de mercado, y que en su momento quedaron prcticamente

    sin contestar. Por ello hoy, a pesar de haber cado en el desuso, es pre-ciso volver a analizar adecuadamente la planificacin indicativa, an-tes de darle el carpetazo terico definitivo. En segundo lugar, porque,como consecuencia del curioso fenmeno que acabamos de describir(abandono u olvido de una serie de posiciones tericas sin haber efec-tuado el necesario estudio y pronunciamiento cientfico sobre las mis-mas), diversos economistas de los pases del Este de Europa han pre-tendido resucitar de nuevo la planificacin indicativa como panaceapara hacer posible el resurgir de sus economas. Y en tercer lugar, fi-nalmente, es preciso resaltar que nuestro anlisis del socialismo encuen-tra un perfecto campo de aplicacin en la teora de la planificacin

    indicativa, pues son precisamente los mismos argumentos tericos queexplican la imposibilidad del socialismo, y que analizaremos en estelibro, los que impiden que la planificacin indicativa pueda llegar acumplir sus pretendidos objetivos. Y lo mismo sucede con todo unconjunto de tcnicas que, como las tablas input-output, muchos econo-mistas cientistas siguen tercamente pretendiendo utilizar como un ins-trumento para hacer factible la planificacin (sea sta o no indicativa).9

    3. La saludable depuracin de responsabilidades cientficas

    Uno de los aspectos ms curiosos en relacin con el debate sobrela imposibilidad del clculo econmico socialista es el relativo a la for-

    9 Tal es el caso del economista cientista Wasily Leontief, el cual, siempre de-seoso de encontrar nuevas aplicaciones para su criatura intelectual (tablas input-output), no duda en proponer continuas intervenciones y agresiones en el cuer-po social. Vase al respecto Leontief and the Critique of Aggregative Planning,en Don A. Lavoie, National Economic Planning: What is Left?, Ballinger Publishing,Cambridge, Massachusetts 1985, pp. 93-124.

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    macin y mantenimiento durante tan largo nmero de aos (casi cua-renta) del mito de que el debate haba sido ganado por los tericossocialistas y, por tanto, de que el socialismo como modelo no plantea-ba problema terico alguno. En la formacin de este mito son especial-mente responsables, no slo los tratadistas que elaboraron las fuentessecundarias sobre el debate, sino toda una legin de economistas quea lo largo de todos estos aos, o bien dieron por buena la versin mspopular sin molestarse en profundizar por su cuenta, o simplementeignoraron todo el debate considerando evidente que el socialismo noplanteaba ningn problema terico. Aunque podamos afirmar que lamayor parte de la comunidad de cientficos sociales en relacin con elproblema planteado por el socialismo no ha estado a la altura que lahumanidad tena derecho a exigirles, fracasando como mnimo a la horade cumplir con su importantsimo deber cientfico de avisar y advertira los ciudadanos sobre los graves peligros inherentes al ideal socialis-ta, existe una gran diferencia a nivel individual de cada terico entrelos casos de mala fe, negligencia o simple ignorancia. Por ello, se haceimprescindible llevar a cabo una muy saludable y formativa depuracinde responsabilidades cientficas que, de cara a la ciudadana y al futurode la historia del pensamiento econmico, site a cada terico, con

    independencia de la fama, nombre o popularidad que coyuntural ypasajeramente haya podido adquirir, en el lugar que verdaderamentele corresponda.10

    4. Consecuencias del debate en la evolucin y futuro desarrollo

    de la Ciencia Econmica

    Quizs la ms atrevida de las tesis mantenidas en nuestro trabajo seaque la cada del socialismo habr de tener un profundo impacto sobreel paradigma hoy dominante y la forma de hacer ciencia econmica enel futuro. Y es que parece evidente que algo crtico ha fallado en la

    Economa cuando un hecho tan trascendental, y salvo rarsimas excep-ciones, no ha podido ser adecuadamente analizado con carcter pre-

    10 Un ejemplo de esta lnea de investigacin se encuentra en el interesantsi-mo trabajo de Don A. Lavoie A Critique of the Standard Account of the SocialistCalculation Debate, publicado por The Journal of Libertarian Studies. AnInterdisciplinary Review, volumen V, n. 1, Invierno de 1981, pp. 41-87.

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    vio. Afortunadamente, en la actualidad, y gracias al duro golpe recibido,estamos en condiciones de evaluar correctamente la naturaleza y el nivelde la falta de graduacin de las gafas tericas del paradigma dominante,que hasta ahora ha impedido a la profesin apreciar e interpretar conla suficiente claridad los hechos ms sobresalientes del mundo social.

    Adems, no va a ser preciso empezar desde cero, pues gran parte delos nuevos instrumentos analticos han venido siendo elaborados yperfeccionados precisamente como consecuencia y a impulso de la

    necesidad de los tericos de la Escuela Austriacade explicar, defen-der y depurar sus posiciones a lo largo del debate en torno a la impo-sibilidad del clculo econmico socialista.11

    Aunque aqu no es posible enumerar todas las reas de nuestra dis-ciplina que se ven afectadas ni mucho menos desarrollar con detalle elnuevo contenido de las mismas, podemos, por va de ejemplo y sincarcter exhaustivo, enumerar algunas de ellas. Entre todas quizs debacomenzarse por el mtodoadecuado para nuestra ciencia. Y es que sonprecisamente las mismas razones que imposibilitan el socialismo (rela-tivas al carcter subjetivo, creativo, disperso y no articulable de la in-formacin que se utiliza en la sociedad) las que tambin hacen imposi-bles los ideales de contrastacin emprica y medicin especfica quehasta ahora se venan manteniendo con tanta ilusin como ingenuidad.

    Y todo ello sin que sea preciso referirnos a los negativos efectos que elformalismo matemtico y la perniciosa obsesin por los anlisis basa-dos en la plena informacin y en el equilibrio han tenido sobre el de-sarrollo de nuestra ciencia. Igualmente es necesario abandonar la teo-ra funcional de la determinacin de los precios y sustituirla por unateora de los preciosque explique cmo stos se forman dinmicamentecomo resultado de un proceso secuencial y evolutivo movido por la

    11 Israel M. Kirzner ha puesto de manifiesto la gran importancia que el debatesobre la imposibilidad del clculo econmico socialista ha tenido como cataliza-dor, a la hora de hacer posible el desarrollo, perfeccionamiento y correcta arti-culacin de las teoras de la Escuela Austriaca, en general, y en particular, delanlisis y comprensin de la teora de la funcin empresarial y los procesos din-micos de creatividad y descubrimiento que se dan en el mercado. Vase a estosefectos su The Economic Calculation Debate: Lessons for the Austrians, en TheReview of Austrian Economics, volumen 2, Lexington Books, Massachusetts, 1988,pp. 1-18.

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    fuerza de la funcin empresarial; es decir por las acciones humanas delos actores implicados, y no por la interseccin de misteriosas curvas ofunciones carentes de toda entidad real, pues la informacin que senecesita para elaborar las mismas no existe ni siquiera en la mente delos actores implicados. Tambin es preciso abandonar y reconstruir laburda teora esttica de la competencia perfecta y del monopolio, sus-tituyndola por una teora de la competencia entendida como procesodinmico de rivalidad netamente empresarial, que hace irrelevantes einexistentes los problemas de monopolio entendidos en su sentido tra-dicional, y fija su atencin en las restricciones institucionales al libreejercicio de la empresarialidad en cualquier rea del mercado.

    La teora del capital y del intersse ve, as mismo, profundamenteafectada por la concepcin subjetivista que considera bien de capitala todas y cada una de las etapas intermedias, subjetivamente consi-deradas como tales por el actor, dentro del contexto de la accin con-creta en que se ve inmerso, y cuya experiencia de culminacin gene-ra precisamente la idea subjetiva del transcurso del tiempo. El capitalaparece como una categora mental del clculo econmico o estima-cin subjetiva por parte del actor del valor a precios monetarios demercado de cada una de dichas etapas. Esta concepcin aclara, ade-

    ms, el carcter protagonista de la preferencia temporal a la hora dedeterminar el inters, as como la inexistencia de relacin causal algunaentre el inters y la productividad del capital. La creencia en esta rela-cin se basa en tres errores distintos pero ntimamente relacionadosentre s: el anlisis exclusivo de un estado de equilibrio con ajusteperfecto, la consideracin de la produccin como un proceso instan-tneo que no conlleva tiempo, y la creencia de que el capital es unmtico fondo de existencia real separado de la mente humana y quese reproduce solo.

    Quizs la teora del dinero, del crdito y de los mercados financie-ros constituya el desafo terico ms importante para nuestra ciencia

    en el prximo siglo. De hecho nos atrevemos a afirmar que cubierto elgap terico que representaba el anlisis del socialismo, el campo msdesconocido y a la vez trascendental es el monetario, en donde impe-ran por doquier la coaccin sistemtica, los errores metodolgicos y eldesconocimiento terico. Y es que las relaciones sociales en las que se

    ve implicado el dinero son, con gran diferencia, las ms abstractas y

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    difciles de entender,12 por lo que el conocimiento generado e implica-do por las mismas es el ms vasto, complejo e inaprensible, lo cual haceque la coaccin sistemtica en esta rea sea, con diferencia, la ms da-ina y perjudicial. La teora del intervencionismo, en general, y la delos ciclos econmicos, en particular, se ven perfectamente englobadasen la definicin y anlisis del socialismo propuestos en este libro y queclaramente explican los perturbadores efectos sobre la coordinacinintra e intertemporal del mercado que motiva la coaccin sistemtica,en todas las reas, y en especial en la monetaria y fiscal.

    La teora del crecimiento y del desarrollo econmicobasada en elequilibrio y en los agregados macroeconmicos se ha elaborado deespaldas al nico y verdadero protagonista del proceso: el ser humano

    y su perspicacia y capacidad creativa empresarial. Es, por tanto, pre-ciso reconstruir toda la teora del crecimiento y el subdesarrollo eli-minando todos los elementos justificativos de la coaccin institucionalque hasta ahora la hacan daina y estril, recentrndola en el estudioterico de los procesos de descubrimiento de las oportunidades dedesarrollo que permanecen inexplotadas, por falta del imprescindibleelemento empresarial. Algo parecido podemos decir de toda la deno-minada economa del bienestar, que fundamentada en el fantasma-

    grico concepto paretiano de eficiencia se hace irrelevante e intil, puesexige para su manejo operativo un entorno esttico y de plena infor-macin que jams se da en la vida real. La eficiencia, por tanto, ms quede los criterios paretianos depende y ha de venir definida en trminosde la capacidad de la funcin empresarial para coordinar de maneraespontnea los desajustes que surgen en las situaciones de desequi-librio. La teora de los bienes pblicosdesde siempre se ha construidoen trminos estrictamente estticos y de equilibrio, presuponindoseque las circunstancias que determinan la denominada oferta conjunta

    y no rivalidad en el consumo estn dadas y no van a cambiar nunca.

    12 The operation of the money and credit structure has, with language andmorals, been one of the spontaneous orders most resistant to efforts at adequatetheoretical explanations, and it remains the object of serious disagreement amongspecialists ... The selective processes are interfered with here more than anywhereelse: selection by evolution is prevented by government monopolies that makecompetitive experimentation impossible. F.A. Hayek, The Fatal Conceit. TheErrors of Socialism, The University of Chicago Press, Chicago 1989, pp. 102 a 103.

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    Ahora bien, desde la ptica de la teora dinmica de la funcin empre-sarial, toda aparente situacin de bien pblico crea una oportunidadclara para ser descubierta y eliminada mediante la correspondientecreatividad empresarial, por lo que en la perspectiva dinmica de losprocesos empresariales libremente ejercidos el conjunto de bienes p-blicos tiende a hacerse vaco, desapareciendo as una de las coartadasms manidas para justificar en muchas reas sociales la coaccin sis-temtica e institucional en contra del libre ejercicio de la funcin

    empresarial.Finalmente, nos referimos a las teoras de la escuela de la eleccinpblicay del denominado anlisis econmico del derechoy de las ins-tituciones, que actualmente se debaten por desembarazarse de la mal-sana influencia del modelo esttico basado en la plena informacin yque est motivando un anlisis pseudocientfico de muchas normas,sobre la base de unos presupuestos metodolgicos idnticos a los queen su da quisieron utilizarse para justificar el socialismo y que dejantotalmente de lado el anlisis dinmico y evolutivo de los procesossociales de tipo espontneo generados e impulsados por la empre-sarialidad. Y es que resulta evidentemente contradictorio pretenderanalizar las normas y reglas basndose en un paradigma que presupo-ne la existencia de plena informacin en cuanto a los beneficios y costesderivados de las mismas, pues si existiese tal informacin, las reglas ynormas no seran necesarias (podran sustituirse ms eficazmente porsimples mandatos), y si hay algo que justifica el surgimiento evolutivodel derecho es, precisamente, la ignorancia inerradicable en que se veconstantemente inmerso el ser humano.

    Podramos mencionar otros muchos campos de investigacin (teorade la poblacin, anlisis econmico de los ingresos impositivos y laredistribucin, la ecologa de mercado, etc.), pero estimamos que conlas reas mencionadas ya se ha ilustrado suficientemente por dndecreemos que en el futuro evolucionar la ciencia econmica, una vez

    depurada de los vicios tericos y metodolgicos que la cada del socia-lismo ha puesto en evidencia, todo lo cual esperamos que habr de darlugar a una verdadera ciencia social al servicio de la humanidad, muchoms amplia, rica y explicativa.

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    5. Reinterpretacin y anlisis histrico de los distintos tipos

    reales de socialismo

    Se trata en esta lnea de investigacin de reelaborar, a la luz del an-lisis econmico sobre el socialismo que proponemos en este libro, eltrabajo efectuado en el campo de los sistemas econmicos compara-dos, y que en su mayor parte, por carecer del necesario instrumentalanaltico, hasta ahora ha adolecido de importantes defectos. El objeti-

    vo es, por tanto, llevar a cabo un detallado estudio de reinterpretacin

    histrica de todos y cada uno de los distintos tipos de socialismo quese han dado o an siguen perviviendo en el mundo real, con la finali-dad, no slo de ilustrar la teora, sino de observar hasta qu punto loshechos parecen desenvolverse o no segn lo expuesto por sta.

    6. El desarrollo de una teora sobre la inadmisibilidad tica

    del socialismo

    Es preciso plantearse si los esfuerzos efectuados para encontrar unafundamentacin terica a la idea de justicia y a sus implicaciones ado-lecen o no de los vicios metodolgicos y analticos criticados en nues-tro trabajo. O, expresado de otra forma, hay que intentar reconstruir lateora de la justicia abandonando el paradigma esttico y de plena in-formacin, para dar entrada a la realidad creativa e incierta de la accinhumana, de manera que pueda estudiarse hasta qu punto el socialis-mo, adems de tratarse de un error intelectual y de un fracaso histri-co, es o no, con carcter adicional, ticamente inadmisible.

    7. Elaboracin de una teora sobre la prevencin

    y el desmantelamiento del socialismo

    Si se llega a la conclusin de que el socialismo, adems de un fraca-so histrico y un error intelectual, es ticamente inadmisible, ser final-

    mente necesario elaborar toda una teora tctica y estratgica sobre eldesmantelamiento y la prevencin del socialismo. Se tratar de estu-diar las dificultades especficas que plantea el desmantelamiento de cadatipo histrico de socialismo (real, socialdemcrata, autogestionario,etc.), evaluando en general las ventajas e inconvenientes de las distin-tas alternativas o cursos de accin, y en particular del gradualismo

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    INTRODUCCIN

    versusla revolucin, segn las circunstancias especficas que puedandarse en cada caso. La prevencin, por ltimo, adquiere una importan-cia protagonista, dado el carcter recurrente, sinuoso y esencialmentecorruptor de los mecanismos que fomentan en cada momento el resur-gir del socialismo y que hace que sea preciso estar continuamente alerta,no slo en el campo cientfico, sino tambin al nivel de la defensa yfomento de las instituciones, hbitos, principios y comportamientospautados que exige todo entramado social sano y libre de coaccionessistemticas.

    4. CONCLUSIN

    Era preciso efectuar todas las anteriores consideraciones para situardebidamente en su contexto nuestro estudio sobre el socialismo y lacoaccin institucional. Slo una adecuada comprensin de la teorageneral de la accin humana puede aclarar las ineludibles consecuen-cias que surgen siempre que se pretende impedir por la fuerza el libreejercicio de la accin empresarial. El centro de nuestro anlisis es, portanto, el ser humano, entendido como sujeto actor y creativo, que lu-

    cha denodadamente a lo largo de la historia por manifestar y ejercer sums ntima naturaleza libre de las trabas y coacciones que, de manerasistemtica y con los ms variados e injustificados pretextos, se le quie-re imponer.

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    LA FUNCIN EMPRESARIAL

    CAPTULO II

    LA FUNCIN EMPRESARIAL

    No siendo posible entender el concepto de socialismo sin compren-der previamente la esencia de la funcin empresarial, el presente cap-tulo se dedica a estudiar el concepto, las caractersticas y los elementosbsicos de la empresarialidad. Nuestra idea de la funcin empresariales a la vez muy precisa y genrica. Se encuentra ntimamente relacio-nada con un concepto de la accin humana entendida, por un lado,como una caracterstica esencial y eminentemente creativa de todo serhumano y, por otro lado, como el conjunto de facultades coordinado-ras que son las que espontneamente hacen posible el surgimiento, elmantenimiento y el desarrollo de la civilizacin. Finalmente, nuestroanlisis de la empresarialidad nos permitir proponer una definicinoriginal de socialismo, entendido como enfermedad social cuyos sn-

    tomas ms caractersticos son un generalizado desajuste y extensadescoordinacin de los comportamientos individuales y procesos so-ciales que constituyen la vida en sociedad.

    1. DEFINICIN DE LA FUNCIN EMPRESARIAL

    En un sentido general o amplio la funcin empresarial coincide conla accin humanamisma. En este sentido podra afirmarse que ejercela funcin empresarial cualquier persona que actapara modificar elpresente y conseguir sus objetivos en el futuro. Aunque esta definicin

    a primera vista podra parecer demasiado amplia y no acorde con losusos lingsticos actuales, hay que tener en cuenta que la misma res-ponde a una concepcin de la empresarialidad cada vez ms elabora-da y estudiada por la ciencia econmica1 y que, adems, es plenamen-

    1 El principal tratadista sobre la concepcin de la funcin empresarial desa-rrollada en este libro es Israel M. Kirzner, Profesor de Economa de la Universi-

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    SOCIALISMO, CLCULO ECONMICO Y FUNCIN EMPRESARIAL

    te conforme con el original significado etimolgicodel trmino empre-sa. En efecto, tanto la expresin castellana empresacomo las expresio-nes francesa e inglesa entrepreneur2 proceden etimolgicamente del

    verbo latino in prehendo-endi-ensum, que significa descubrir, ver, per-cibir, darse cuenta de, atrapar; y la expresin latina in prehensaclara-

    dad de Nueva York. Kirzner es autor de una triloga (Competition and Entrepre-neurship; Perception, Opportunity and ProfityDiscovery and the Capitalist Pro-cess; libros publicados por The University of Chicago Press, Chicago 1973, 1979 y1985 respectivamente; del primero de tales libros hay una traduccin al castella-no, publicada en 1975 en Madrid por Unin Editorial, con el ttulo de Competen-cia y Funcin Empresarial) en la que ampla y profundiza impecablemente en losdistintos aspectos de la concepcin de la empresarialidad que inicialmente fuedesarrollada por sus maestros Ludwig von Mises y Friedrich A. Hayek. Adems,Kirzner ha dado a la luz un cuarto libro dedicado todo l a estudiar las implicacio-nes que en el campo de la tica socialtiene su concepcin de la empresarialidad,titulado Discovery, Capitalism, and Distributive Justice, publicado por Basil Blac-kwell, Oxford 1989. Finalmente, cuando este captulo ya haba sido redactado, haaparecido otro notable libro de Kirzner, The Meaning of Market Process. Essays inthe Development of Modern Austrian Economics, Routledge, Chapman & Hall,Londres 1992, que recoge, junto a las aportaciones ms recientes del autor, unaserie de trabajos anteriormente publicados que, siempre que ha sido posible, yahan sido tenidos en cuenta en el presente libro. En Espaa el anlisis econmicobasado en la funcin empresarial, dejando aparte mis propios trabajos, ha sidotocado entre otros por Jos T. Raga, Proceso Econmico y Accin Empresarial,en Homenaje a Lucas Beltrn, edit. Moneda y Crdito, Madrid 1982, pp. 597 a 619;por Pedro Schwartz en su Empresa y Libertad, Unin Editorial, Madrid 1981, es-pecialmente en su Captulo III, pp. 107 a 148; y tambin por Juan Marcos de laFuente, El empresario y su funcin social, Fundacin Cnovas del Castillo (3.edicin), Madrid 1983.

    2 Es curioso observar cmo en la lengua inglesa se ha producido la recepcinliteral del trmino francs entrepreneur. Esta recepcin ha sido relativamente tar-da, y as, por ejemplo, en la traduccin al ingls, aparecida en 1821, del Tratadode Economa Polticade Juan Bautista Say, se pone de manifiesto cmo todavano se haba verificado dicha transferencia terminolgica, vindose obligado eltraductor, C.R. Prinsep, a traducir torpemente la expresin francesa entrepreneurpor la de adventurer. En este sentido pueden consultarse, por ejemplo, las pgi-nas 329 y 330 de la mencionada edicin inglesa, reeditada en 1971 por AugustusM. Kelley en Nueva York. Stuart Mill, por su parte, se lamenta de que en su lengua

    no exista un trmino equiparable al francs entrepreneurcuando afirma en 1871que it is to be regretted that this word undertaker is not familiar to an Englishear. French political economists enjoy a great advantage in being able to speakcurrently of: les profits de lentrepreneur. Principles of Political Economy, reedi-cin de Augustus M. Kelley, Fairfield 1976, nota a pie de la pgina 406. Mill serefiere aqu, casi literalmente, al ttulo del epgrafe III del Captulo VII del libro 2.de la 16. edicin del Trait dconomie Politiquede J.B. Say (reimpresin de Sla-tkine, Ginebra 1982, p. 368).

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    mente conlleva la idea de accin, significando tomar, agarrar, asir. Ensuma, empresa es sinnimo de accin y as en Francia el trminoentrepreneurse utiliza ya desde muy antiguo, en la alta Edad Media,para designar a las personas encargadas de efectuar importantes accio-nes,3 generalmente relacionadas con la guerra, o de llevar a cabo losgrandes proyectos de construccin de catedrales. En nuestra lenguacastellana, uno de los significados del trmino empresa, de acuerdo conel Diccionariode la Real Academia Espaola, es el de accinardua ydificultosa que valerosamente se comienza. Y tambin desde la EdadMedia empez a utilizarse el trmino para denominar a las insignias deciertas rdenes de caballera que indicaban el empeo, bajo juramen-to, de realizar una determinada e importante accin.4 Ahora bien, elsentido de empresa como accin est necesaria e inexorablemente unidoa una actitud emprendedora, que consiste en intentar continuamentebuscar, descubrir, crear o darse cuenta de nuevos fines y medios (todoello de acuerdo con el significado etimolgico ya visto de in prehendo).

    La accin humana: fin, valor, medio y utilidad

    Haber definido la funcin empresarial con referencia al conceptode la accin humana exige que aclaremos qu entendemos por sta.La accin humana es todo comportamiento o conducta deliberada.5

    3 Bert F. Hoselitz, The Early History of Entrepreneurial Theory, en Explorationsin Entrepreneurial History3, n. 4, 15 de abril 1951, pp. 193-220. Versin espaolaen el Cap. 9 de J.P. Spengler y W.R. Allen, El pensamiento econmico de Aristtelesa Marshall, Edit. Tecnos, Madrid 1971.

    4 As, por ejemplo, podemos le