Introduccion a La Economia - Maurice Dobb

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Introducción a la economia

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  • OPULAR

    LA EC

  • MAURICE DOBB

    FONDO DE CULTURA ECON~MICA

  • .; EL NACIMIENTO DE LA ECONOMfA POL~ TICA

    La economa poltica tuvo su cuna en esos cambios &les, econmicos e ideolgicos, que marcaron da transicin de la Europa Occidental hacia la nue -va era burguesa. En Francia y Alemania los restos idel feudalismo estaban a punto de desaparecer. iEl centro de gravedad en lo econmico y en lo poltico se desplazaba en favor del advenedizo - "tercer estado". En Inglaterra la burguesa se haba consolidado mucho antes, y el Estado bur- 'pis , que persegua una poltica comercial, se haba establecido dos a tres siglos antes. Inglate rra tuvo entonces sus escritores econmicos -Tho- nias Mun, Locke y Sir William Petty-, los cuales se preocuparon ms por cuestiones particulares de 1 poltica estatal que por crear un sistema terico. Hacia fines del siglo xvm apareci una nueva sec- - - 'kin de la dase bureuesa: una clase de ca~itdistas

    U m. A mdustriales cuyos intereses estaban en contra del sistema vigente establecido por los intereses agra- rios y comerciales de la aristocracia conservadora del siglo XVIII. Fue en Francia, ms que en Ingla- 10

    terra, en donde el concepto unificado de una sacie- dad econmica apareci por primera vez corno el objeto de la Economa Poltica. Los fisicratas franceses del siglo xwn bosquejaron los p d e s que Adam Smith fue llenando en su investiga- cin sobre La riqueza de las naciones y que Ricar- do desarroll en su anlisis de la distribucin de la riqueza.

    Tanto Francia como Inglaterra vieron entonces aparecer abundantes fermeiltos de nuevas ideas, formuladas en el lenguaje de las ciencias naturales, que desde Bacon y Descartes ganaban cada vez ms seguro terreno. Frente ai antiguo orden auto- ritario, con sus impuestos, cdigos y sanciones, se levantaba el concepto de un "orden natural", cuya mano slo se vea cuando el hombre, rotos sus yugos, volva a la libertad, y de cuyas sanciones dispona la voluntad popular. En oposicin al "derecho divino" autoritario se levantaba el "de recho natural" del individuo. Fue en este cuadro en el que se desarroll el concepto de una sociedad econmica. Esta sociedad econmica estaba toda- vlcl en germen y se modelaba dentro de los lmites de un sistema de sanciones y de prohibiciones que a1 principio foment, pero que despus detuvo su S1turo desarrollo como una &dad independien-

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  • te. De aqu que, en contra de las orientaciones 5 autoritarias del mercantilismo -que sostena que Q; un sistema comercial slo exista como tal en vir-

    tud de una reglamentacin minuciosa del Estado L-fy A. F .! y que, faltndole tal control, caera en el caos-, kri- J ;- 'i la Economa Poltica ofreca la concepcin de un E '

    orden econmico regido por una "ley naturai" que "marchara sola" si se la dejaba sola y que dara los mejores resultados si la "ley naturai" pudiera operar librem~nte y sin estorbos. El indi- viduo tena un "derecho natural" de buscar su propio interls personal porque, al hacerlo as, ayu- dado por aquella "mano invisible", fomentaba el bien comn. Descubrir y enunciar esta "ley na- tural" fue el papel de la Economa Poltica; y el consejo que ofreci al soberano no fue cmo regla- mentar, sino cmo dejar de reglamentar los nege cios econmicos a fin de fomentar la mayor ri- queza de la nacin. Y mientras los fisicratas forjaban la frase laissez-faire, laissez-aller (dejad hacer, dejad pasar), los economistas ingleses se- guan a Adam Smith explicando esa imponente simetra de las armonas econmicas que acabara por nacer si no era ahogada o estrangulada por una contranatural atencin obsttrica. De modo que la Economa Poltica tuvo su origen y deriv6 12

    Fy- su fuerza como una franca apologtica del indivi- - dualismo capitalista.

    Un orden econmico regido por una "ley natu- ral" debe tener un principio unificador. Por ms - - complejos y aparentemente arbitrarios que sean los

    J

    6 fenmenos, tienen que ser explicables en trminos de generalizaciones que puedan formar entre s un todo lgico y consistente. La ciencia no se limita a clasificar todo segn un arreglo arbitrario de casilleros, o a ponerlo todo en un conveniente sistema de tarjetas, por mis que esto sea un recurso preliminar necesario. Su objeto final es reducir el laberinto de las d-rencias cualitativas que percibe el ojo a un comh denominador nico. Los fi- sicratas fueron los primeros que concibieron con precisin el orden econmico como anlogo a un organismo natural; y la analoga dominante que se ocurra era que la sociedad econmica era un sistema de la circulacin de la riqueza. 4 Cul era la fisiologa de este proceso? El sistema econmi- co era a la sociedad humana lo que el cuerpo era a la personalidad humana: la base fsica para el desarrollo de funciones mis elevadas, y era condi- cin del progreso social que el sistema ecn6mico fuera capaz de producir al Estado y a la dase g e bernante el mayor excedente posible con el que el

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  • desarrollo del Estado y de la cultura pudiera reali- zarse. El famoso Tableau conomique de Ques nay estaba hecho para mostrar que, del rendi- miento anual, una parte iba por intercambio a reponer lo que se haba consumido durante el ciclo anterior; otra parte no necesitaba volver al sistema econmico para recomenzar un nuevo ciclo de produccin y circulacin, sino que queda- ba como un excedente, ~urplus o poduit net; y el trabajo se juzgaba "productivo" en tanto que poda crear un excedente. Lo que consuman el comer- cio y las manufacturas era lo que necesitaban para alimentar sus actividades. La industria cambiaba los productos que no utilizaba por la produccin agrcola que requera su demanda de materias pri- mas y la subsistencia de sus obreros. La industria por este acto de intercambio no haca mis que dar un quivalente por un equivalente recibido, y no producfa, por lo tanto, ningn excedente. Mira- beau deca: "Le doy un pedazo de pao a un sas- tre: no ser nunca capaz de aumentarlo de modo de sacar de .i una casaca para l y otra para m." La agricultura, por su parte, cambia parte de sus productos por las manufacturas que necesita para el sostenimiento de la agricultura y de la poblacin agrcola, tales como implementos y vestidos. Pero 14

    lo que cambia por manufacturas mr lo que usa .para subsistencia y simiente, no agota el total de lo producido por la tierra: una tercera parte va a la clase terrateniente en forma de renta, sin obtener, en cambio, ningtn equivalente. Esta parte era el excedente esencial o produit net del sistema eco- nmico, y la agricultura era la nica que produca

    'dicho excedente. El progreso consista en el con- tinuo incremento de este produit net.

    Estas ideas han sido malentendidas tan frecuen- temente por los Gltimos economistas, que, en ge- neral, slo se asigna a los fisi6cratas un lugar mo- desto en los cuadros de la Economa Poltica. Los libros de texto acostumbran pasarlos de largo re- prendindolos por haber cometido la tontera de afirmar que slo la agricultura era "productiva", sin darse cuenta de la definicin esencial de lo "productivo" como creador de excedente o produit net, y escapndoseles tarnbiln toda la significacin fundamental de la distinci6n entre excedente, pro- ducto bruto y costo como el concepto unificador de la economa poltica. Al descubrir ese exce- dente slo en la agricultura, los fisicratas no afirmaban nada tan tonto como sostienen sus ca- lumniadores: se trataba de un concepto que naci de la sociedad econmica anterior a la Revolucin

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  • al papel en el campo de las ideas

    Adam Smith (1723 - 1790), influido grandemen- te por los fisicratas, se preocup mucho ms en escribir un comentario sobre cuestiones econmicas especficas y en proponer una tesis prctica que

    entre la antigua y la nueva era. En cuanto a su en establecer una unidad de concepto. En esto forma, parece descansar sobre la sociedad arist* segua plenamente la tradicin del empirismo in-

    gls. Al mismo tiempo, su exposicin era ms comprensiva en el campo de las soluciones prcti-

    Cierto es que no contiene ninguna profeca ms completa en sus detalles, g respecto al industrialismo del siglo 5 ni respecto su defensa de la nueva filosofa burguesa de liber- a-las necesidades y funciones de una nueva clase cho ms precisa. Su investiga- burguesa. Y quC fundamento haba para tales la causa de la riqueza de las naciones ideas en la Francia del siglo XVIII? Pero mi empeiio 4 present variadas y &lidas generalizaciones emp- d j to en favor de la desaparicin de las restriccio. ; ricas respecto a la divisin del trabajo y a la acumu- nes feudales al desarrollo agrcola y a la inversin capital, una vigorosa crtica del mercan- de capitales en los trabajos del campo; su insisten- do anasis de los efectos de las cia en la libertad de comercio y en la renta de la S de uibutacin. En cuanto a tem- tierra como base apropiada para la uibutdn; peramento difera mucho de los fisicratas, y a su concepto de un orden econmico "natural" que- todas luces de Quesnay. Su empirismo tena a h u f t r n ~ o n ~ f a solo", sin la ayuda de un control de toques de atomismo. Estaba siempre bien dispues

    autoridd, tienen una significacin revolucio- to a ser eclCctico cuando la oportunidad pareca naria. En el campo de las ideas econmica^ fua -10. El nico punto doctrinal de considera- rm como el Juan Bautista de la prbxima r ~ * Gt5n en que difera de los fisicratas era en la luci&n burguesa, asi como Vo1tak.e 7 ~IOU- cin de Cstos de que s610 la agricultura era 16 *7

  • "productiva"; pero, fiel a su temperamento, dej incremento constitua un conveniente elemento de ah el asunto y no prosigui el desarrollo del con- cepto de un produit net en las manufacturas. Por otra parte, Ricardo (1772 - 1823), cuyo tempera- ga para el progreso. Ricardo fue por excelencia el mento esencialmente continental era en muchos profeta econmico de la burguesa industrial. aspectos la anttesis del de Adam Smith, estaba m& dentro de la tradicin directa de los fisicratas (en su manera de ver y en sus mktodos, ms que en sus conclusiones). Se preocup por establecer un principio unitario que sirviera para interpretar todos los fenmenos principales del sistema econ- mico. Se preocup particularmente, como los fisi- cratas, por el problema de la distribucin de la riqueza. En su exposicin, el produit nct o renta adquiri precisamente el aspecto de una extorsin a las clases trabajadoras en beneficio de la clase pasiva de terratenientes. ste fue un importante

    - cambio de perspectiva. En su teora del beneficio present6 virtualmente una segunda especie de produit net, inferencia que Marx no tard en des-

    - arrollar-: el produit nct de la manufactura. Pero -

    perteneciera a un gnero igual y ms amplio. S e - gn consideraba los ingresos de la burguesa -clase formada por acumuladores de capital in- dustrial y pioneros del desarrollo industrial- su

  • de "ley natural", los economistas polticos llegaron a concebir un "valor natural" o principio de equi-

    LA TEORfA DEL VALOR valencia econ6mica, que no era necesariamente si- nnimo de los "valores del mercado" realmente

    ~1 fisiocrtico descansaba francamente alcanzados y que slo se alcanzara plenamente en sobre la distincin entre el excedente y el costo, y el mercado cuando prevaleciera un "orden natu- sobre la nocin de equivalencia. En el proceso de circulacin de Quesnay se daba por supuesta la equivalencia real que se estableca en el mercado al cambiar una mercanca por otra. Pero tal equi- valencia del mercado no era una cosa estable: el paio no conservaba un valor invariable en trmi- nos de trigo, sino que cambiaba de un ao a otro y aun acaso de una a otra semana. (Cul era el secreto de tales cambios? Haba alguna base de equivalencia fundamental, "natural", que el valor del mercado no poda siempre expresar de un modo adecuado? Era racional que el trigo se vendiera por encima de su valor y el pao por abajo del suyo? Si as era no habra un oculto excedente escondido en la opxaci6n de intercam- bio?

    Tales consideraciones condujeron directamente a buscar una teora del valor, y sta vino a ser d inters supremo y la estructura esencial de la Eco- no& Poltica clsica. Preocupados con las ideas 20

    ral" -el sistema individualista ideal del laisscz- fairc. Y como tal valor era un principio de "ley natural", tendra en s por necesidad algo esencial- mente propio, justo y armonioso. As como la ciencia natural trataba de propiedades tales como la "longitud" y el "peso", pareca que la ciencia econ6rnica debera poder descansar sobre el hecho bsico del "valor". Comnmente se distingua entre el "valor intrnseco" y el "valor extrnseco" o valor real de cambio. Petty (623 - 16&1) utiliz la interesante distincin entre "baratura natural, que depende de las pocas o muchas manos nece sarias para producir lo indispensable (as el trigo es ms barato cuando un hombre lo produce para diez que cuando lo produce para seis)", y "bara- tura poltica, que depende de que sean pocos en cualquier comercio los intermediarios oficiosos y en exceso sobre lo que sea necesario". Mucha ener- ga se ha gastado despus en demostrar que los economistas clsicos se confundan al hablar de

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  • "medida de valor", por la que a veces entendan la "causa del valor" y a veces el patrn de medida (trigo, trabajo u oro) que serva para expresar el valor. Es probable que los economistas clsicos no hayan analizado muy a fondo su concepto: es fcil confundir en las palabras, y, por lo tanto, en el pensamiento, la longitud o extensin espacial con las medidas convencionales metro, decmetro y kilmetro. Sin embargo, esta confusin no impor- taba mucho para su razonamiento, y la crtica olvida cul era la esencia de su punto de vista. La cosa, la cantidad que constitua el "valor intrn- seco", en cuanto poda ser una abstraccin aparte, constitua tambin ipso jacto una medida invaria- ble de "valor", lo mismo que un kilogramo de algo constituye un peso y medida a la vez. Pero la confusi6n de que s se puede acusar ciertamente a los primeros economistas fue la confusin entre costo y valor. Era francamente una tentacin el identificar ambos: la distinci6n entre producto bruto y producto neto descansaba en el concepto- de un costo que consista de lo que era "necesario" para mantener en movimiento el sistema p r o d u ~ tivo: el alimento indispensable de la mquina eco- nmica, ambos: la distincin entre producto bruto y producto neto. En cada ciclo de produccin 22

    cierta cantidad va al sistema econ6mico: simientes, mantenimiento de los obreros, etc. En el curso de un ciclo de produccin se produce bastante para reemplazar el costo original o gasto ms algo en aadidura: el produit net. Mientras este proceso es concebido en trminos de una sola mercanca compuesta -trigo- como suceda con Sir Wil- liam Petty y en cierto modo con los fisicratas, el concepto era fhcil. El costo real de una cosa con- sista en el gasto necesario de trigo para financiar su produccin, y era una consecuencia razonable suponer que esto constitua el "valor naturai" de la mercanca." Pero tan pronto como, ademb dei trigo, induimos otras mercancas en la subsistencia U necesaria", cae por tierra la simplicidad de la

    explicacin y nos vemos envueltos en el problema circular de establecer primero la equivalencia de las diversas mercancas (digamos: trigo, carne y pao) que constituyen el costo. Para resolver esta dificultad se busc6 entonces una transici6n entre el trigo necesario para alimentar a los trabajadores y el trabajo real como constituci6n del "costo" fun- damental y base del "valor natural". El trabajo fue

    * Debo esta interpretacin de la doctrina cldsica y algunas otras ideas que siguen, al seor P. Sraffa, de King's Collegr, Cambridge.

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  • esencialmente la accin creadora de toda produo cin, el sine qua non para transformar lo que ofre 'orden natural" las mercancas tendan a inter- da la naturaleza en lo que el hombre necesita en cambiarse a sus equivalentes de trabajo, lo hizo realidad. El "costo real" para una humanidad que en el supuesto de que la competencia tendera a se ganaba su vida trabajando consista en la can- , establecer un nivel nico de salarios (para la mis- tidad de trabajo que era necesario invertir; y pare ma calidad de trabajo) y un nivel nico de benefi- ci6 "natural" que las diversas mercan& fueran cio a travCs de las diversas lneas de produccin. estimadas o valuadas en proporu6n al trabajo que PUesto que la cantidad relativa & salarios gastada, requera su produccin. digamos, para producir un metro de pao y una

    Pero la idea primitiva del costo como "subsisten- arroba de mgo, sera proporcional al trabajo em- cid' no dejaba de sembrar confusibn. Desde el pleado, y puesto que las ganancias, siendo el mis- punto de vista de un patr6n y de la clase de ks . mo tanto sobre el gasto de capital en ambos casos, empresarios en general, el "costo" consista en seran proporcionales al gasto en salarios, se segua Gltimo anlisis en el gasto para la subsistencia de que los valores relativos (salarios mis beneficio) los trabajadores -condicibn necesaria de la pro- del trigo y del pao seran proporcionales al tra- duccin. Lo que los trabajadores, con SU esfu=o, bajo invertido en la produccin de ambos. En devolvan al patrn en demasa era lo que repre- suma, su argumento equivala a identificar el costo sentaba para la clase de los empresarios el producto en dinero con el costo real: los precios del merca- /- neto del sistema: la fuente del beneficio sobre el do seran proporcionales al costo en dinero (sala-

    l capital. Marx fue el primero en sealar esta con- fusibn cuando acus a Ricardo de confundir el- una o dos mal comprendidas ideas de Ricardo, es completa- mente contraria a los hechos. Basta leer el detallado y pene trabajo como base del valor (el gasto cuantitativo trante anilisis de los fisicntas, Smith, Ricardo y algunos y real de esfuerzo) con los salarios pagados a los otros economistas menos conocidos en la obra de Man,

    Thcorien ber den Mehrwert (casi desconocida entre nos- trabajadores (el valor de su fuerza de trabajo)." otros) para comprender lo absurdo de tal afirmacin. [Existe

    de tal obra traduccin al espaiiol bajo el ttulo de Historia * La frecuente afirmacin de que Marx era un hombre Crftica de la T e d a de la Plwsuala, publicada por el Fondo

    de lecturas y juicios precipitados, que basaba sus teoras en de Cultura Econmica.]

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  • rias), y los costos en dinero proporcionales al tra- bajo invertido.

    Esta coincidencia del valor normal del mercado con el valor en trabajo era vlida mientras el ca- pital fijo, representado en maquinaria y edificios, guardara la misma relacin con el capital emplea- do en salarios en todas las industrias. Pero esto evidentemente no era as: en la agricultura o en la fabricacin de relojes la relacin del trabajo res- pecto a la maquinaria ser relativamente alta, y en la produccin de fierro o de algodn relativamen- te baja. Ricardo citaba esto como una "excepcin": en su primera edicin como una excepci6n de m e nor importancia que no invalidaba su principio general, y en su tercera edicin la aceptaba ya como una modificaci6n ms seria de su teora. Y era en realidad una modificacin seria. Porque, segn el alcance de las variaciones de la relacin entre la maquinaria y el trabajo, las mercancas se intercambiarn realmente en el mercado, no en proporcin al trabajo invertido para producirlas (incluyendo el trabajo acumulado que representa la maquinaria), sino algunas a un valor ms alto y otras a uno m& bajct. En los casos en que una cantidad relativamente considerable est inmovili- zada en edificios y W t a s , la necesidad de que 26

    este capital obtenga un tipo normal de beneficio (pues de otro modo podra emigrar a otra parte) exigir que estas mercancas se cambien a un valor ms alto por mercancas producidas con menos maquinaria. ~a coincidencia entre el valor de tra- bajo y el valor del mercado cae por tierra: si el trabajo constituye el "costo real" fundamental, en- tonces la equivalencia que el mercado expresa no es esta equivalencia ms fundamental, sino que ms bien los valores del mercado son iguales a los salarios mb el tanto normal de ganancias sobre el

  • I

    aumentaba el mercado del trigo, una vez que esta- ban ya labrados los suelos ms frtiles, el cultivo

    RICARDO Y LA RENTA DE LA TIERRA se extenda a los suelos inferiores en donde el gasto de trabajo necesario para producir una arroba de

    Y la renta de la tierra? 2 Existe la renta porque trigo era mayor que en las tierras mejores. El los productos agrcolas se intercambian en el mer- ,valor del trigo era fijado por el trabajo invertido cado a valores ms altos, relativamente a su equi- al margen del cultivo, es d e , bajo las condiciones valencia de trabajo, que las manufacturas? 2 Existe naturales favorables. Pero como el precio del trigo porque los valores agrcolas son iguales, no slo a .en el mercado se nivelaba al costo en las tierras los salarios ms un tanto normal de utilidad sobre inferiores, el trigo cultivado en las tierras mejores, el capital empleado, sino a salarios mr ganancia en las que el costo por arroba era menor, produ- y tambin mc renta? En otras palabras, 2aparci cia un excedente. Esto constitua la renta ece ca la renta porque el intercambio en el mercado nmica y tocaba al terrateniente, de un modo entre la agricultura y la industria haca que la 'directo si era a la vez propietario y agricultor, e in- primera diera menos del equivalente de lo que directamente a travs de la competencia de los reciba en cambio? Ricardo contest claramente I agricultores por los mejores suelos, si el propieta- "no" a esta pregunta utilizando un ingenioso ex- rio arrendaba su tierra. La renta resultaba as un pediente analtico. Cmo iba l a admitir la in-

    I producto de la liberalidad de la naturaleza que la consistencia de un "orden natural" que produca clase terrateniente poda anexar como atributo de equivalentes de intercambio "contranaturales"? su derecho de propiedad. Y como el progreso de Pero la respuesta obedeca completamente a la- la sociedad aumentaba el valor dado a estas escasas sutileza del expediente: no era independiente de , J cualidades de la n a d e z a , haba que recurrir a l. Este expediente era el concepto de lo diferen- tierras cada vez menos fGtiles, con lo que el mar- cial, tan grato desde entonces al corazn del econo- gen del cultivo se ampliaba y la renta tenda a mista. La renta exista debido a las diferencias ; subir. Con el desarrollo del industrialismo los sala- en la fertilidad de los diversos suelos. Conforme ' rios tenderan a permanecu en o cerca del nivel 28 29

  • 1 - - - '

    de subsistencia (debido a la ley de la poblacin y . Pero haba que decir en favor de la tautologa ri- a la competencia de los trabajadores por el em- , cardiana lo siguiente: la razn de la elevacin de pleo), el tipo de utilidad (con la acumulacin I este precio agrcola era 5 limitacin de los recur- progresiva del capital, la cada de los precios y la , , sos naturales y no la obra mudable de las institu- elevacin del costo de la produccin agrcola) ten- , ciones o de las restricciones hechas por el hombre. dera a caer y al mismo tiempo las rentas tenderan t El terrateniente, en su papel de dueo de propie- a elevarse. i dades naturales limitadas, era un agente pasivo y

    La exclusin de la renta del problema del valor no deliberado de dicho proceso, y la aparicin de del mercado -excluida como elemento determi- la renta estaba de acuerdo con el "orden natural" nante de los precios por el fallo, que ha sembrado de relaciones de intercambios o de valores: no lo tanta confusin, de que "la renta no entra en el violaba.

    - costo de produccinn- era completamente formal. r Pero a Ricardo preocupaban menos las caracte- Era un engao en su estructura analtica, era un i rsticas cualitativas de la renta y el beneficio que engao en su definicin, la ms sencilla de las tau- ,i los factores que las hacan variar y que la insisten- tologas y nada ms. Si el precio se igualaba al cia en el antagonismo de clases que exista en ellos. costo en el margen, entonces la renta no tena nada i Y en esto fue claramente un defensor del nuevo que ver con i por la simple razn de que la renta orden industrial. Su teora de la renta como un no apareca en el margen. Pero segua siendo ver- excedente obtenido a expensas de las clases indus- dad que si se hablaba del costo medio de la p r e i triales y como una carga sobre sus ingresos, fue ducci6n de productos agrcolas, la renta apareca una artillera pesada terica contra los intereses porque era menor la cantidad de equivalentes del de los terratenientes y contra la legislacin, como costo de la agricultura en el intercambio del mer- las "Leyes de Granos" (Corn Laws) que, al cado por un costo equivalente dado producido por aumentar la renta, reducan los beneficios. Fue la manufactura. En otras palabras, la renta apare- el-economista burgus por excelencia porque pre- a porque el precio del trigo se elevaba por en&- sent, ms clara y plenamente que nadie antes ma del costo medio de la produccin del trigo. de l, el "orden econmico natural" como una uni-

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    1 . 1

  • dad conceptual, y el progreso como consistiendo esencialmente en el proceso de industrializaci6n capitalista. Con 61 lleg6 al cenit la Economa Po- ltica burguesa. Sus continuadores inmediatos ape nas hicieron otra cosa que repetir y desarrollar s~ ideas. John Stuart Mil1 (1806 - 1873), con todas sus cualidades indiscutibles, fue en el fondo una inteligencia cauta y sin originalidad, que represen- t6 el papel de un cuidadoso editor, comentarista e intrprete de la Economa Poltica, ms que el de un inventor de nuevas ideas.

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    DESPUS DE RICARDO

    La caracterstica ms importante de la Poltica clsica posterior a ralmente considerada como Vino indudablemente el impasse al que haba llegado Ri peo de identificar los valores del costo real. Dentro creo que esto debe verse com dencia, pues significaba de parte ms fundamental del la investigaci6n fisiouAtica, pirismo y el eclecticismo. La soluch no era en realidad una solucin: no esquivar el problema. Consisti6 en tualmente la concepci6n de costo real "costo real" se conserv de nombre, pero contenido, con lo que fue bastante para y destruir su signicaci6n esencial. Fue A&& Smith el primero que import la frase 'a y pena" al problema del. costo real; pero cuanda refera a i trabajo como base del vdw, pareca que lo tomaba con ms frecuencia en su sentido or&

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  • nal y objetivo de gasto material y concreto de energa humana que en ningn sentido subjetivo y psicolgico. Con los sucesores e intrpretes de Ricardo la concepcin de costo real descans ya franca y plenamente sobre una base subjetiva. Mc- Culloch haba definido el "valor real" como de- pendiente de "la cantidad de trabajo necesario"; pero al mismo tiempo parece haber definido el "afn y pena" de Smith como medidas por "el sa- crificio de aquellos que lo realizan (el trabajo)".* Y despus de l el costo real" se volvi claramente algo psicolgico -una aversin o malaise men- tal-. Dado este cambio de contenido, el siguiente paso fue lgicamente la "abstinencia" de Senior (la renuncia a consumir en el presente para aho- rrar e invertir), como una segunda categora del costo real; la "abstinencia" daba la "explicacin" del beneficio y no clasificaba ya a ste dentro de la categora de un excedente. El costo real era igual a trabajo ms abstinencia. El costo nomi- nai y el precio eran iguales a salario ms beneficio. Por lo tcanto, los valores del mercado coincidan con el costo real. El dilema de Ricardo pareca r e suelto. Pero la solucin no era solucin. Una vez

    * J. R McCulloch, Principlcs of Political Economy (1825), PP* 215470 34

    que fue abandonada la concepcin unitaria del costo real, la posibilidad de usarla como un con- cepto de equivalencia entre mercancas necesaria- mente se vino abajo: resulta ya ocioso investigar si las cosas se cambiaban o no & el mercado sobre la base de dichos equivalentes. Tenamos ahora dos seudocantidades dises- "trabajo7' y "abs- tinencia"- cualitativamente diferentes. 2 Cmo igualarlas para formar una cantidad nica: el costo real? 2 Se iba a igualar una hora de trabajo con la abstinencia del goce de S 10.00 en una hora, un da, una semana o un ao? El "costo real" subsisti nada ms como un expediente de catalogaci6n para abarcar dos categoras dismiles que s610 podan igualarse en trminos de dinero, es decir, en tr- ninos de sus valores de mercado, que dependan ellos mismos, por supuesto, del valor que en el mercado tena el dinero. Si las primeras reflejaban a este ltimo 2 cmo podan basarse en i l ? 2 QuC sentido tenan las investigaciones sobre la identi- dad de ambos? Quiz una psicologa hedonista, que explica la conducta humana como movida por previsiones de placer y dolor, podra llegar a una solucin reduciendo ambos -"abstinencian y "tra- bajo"- a los trminos de una sola cantidad: "do- lor''. Pero esta solucin, aunque fue sugerida,

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  • nunca lleg a definirse con claridad. Si lo hubiera sido es probable que el concepto de sacrificio hu- biera tenido que ser despojado en gran parte del sentido que generalmente se le da. De cualquier modo, es muy discutible que tal solucin fuera aceptada en la actualidad. As las cosas, Senior encontr una dificultad enorme, en mi opinin insuperable, para fijar los lmites de su concepto de la abstinencia. Haba "sacrificio" o "costo real" implcito en el prstamo de bienes que haban sido heredados, as como en el pristarno de bienes que haban sido acumulados de nuestras propias rentas? Si as era, qu diferencia haba entre el prtstamo de una fbrica o de un ferrocarril y el prstamo de una parcela? Si no era as -segn opinaba Senior- 2 por quC un l t e tan arbitrario para las virtudes del sacrificio? En tanto que costo real significara "sacrificio", pareca no haber solu- cin: no podemos sacrificar sino lo que tenemos, y el sacrificio resulta scnciilamente una "funcin" de las oportunidades que se presenten, vara segn esas mismas oportunidades y no constituye de nin- gn modo nada fundamental. La bsqueda de una teora del valor fue ya nada ms una bsque- da emprica -una compilacin de las diversas cau- sas inmediatas de las variaciones en el precio del 36

    mercado- que no podra proporcionar ningn juicio respecto a la adecuacin "naturd', propit dad, conveniencia u otras condiciones del sistema de equivalentes de cambio que estableca el mer- cado. Pero haba ms: una vez que desapareci un sistema adecuado de costo real, no hubo ya base para ninguna distincin fundamental entre pre ducto bruto y producto neto, y el concepto de excedente no tuvo ya ningn sentido aplicable.

  • .. - m

    MARX Y LA PLUSVAL~A

    La tradicin que vena desde los fisicratas a tra- vs de Ricardo no pas a los descendientes directos de Cste, sino a Marx (1818 - 1883), quien tom el sistema de Ricardo, lo despoj de su armazn de "ley natural" y revolucion su significacin cualt tativa. Marx es notable precisamente por estas ca- ractersticas de su obra que muy raramente han sido apreciadas; pero destacado sobre el fondo de la clase de cuestiones que la Economa Poltica clsica se preocup por responder, puede decirse que su sistema coron el edificio clsico. Y lo coron por cierto de una manera tpicamente he- geliana: en la forma en que Marx afirmaba en su filosofa de la historia que haba vuelto a Hegel de revs: ponindolo sobre sus pies siempre que lo encontr de cabeza, por medio de una interpre- tacin materialista de la historia que vino a susti- tuir la interpretacin idealista.

    Marx no parti del concepto de orden natural como base del sistema capitalista; para l el capi- talismo no constitua el punto final del progreso econmico: era histricamente relativo y transita 38

    rio. Por esto no lo mova ningn deseo de identi- F ficar los precios del mercado con el costo real. El 1 I trabajo en su sentido objetivo - e l gasto de energa ' humana de msculos y nervios- constitua el valor: sta es la valoracin mial que haba que

    aplicar a las mercancas que eran Guto del t r aba j0 .p Era el equivalente fundamental, la norma por laF: r- '=: que podamos juzgar la significacin de las rela-! : ;; ciones de precios establecidas por el mercado bajob - - a distintas clases de condiciones. Sin el trabajo no - $ haba una norma ltima. No podramos decir si$- , cierto acto de intercambio representaba un cambioc ; : de equivalentes o no, y asi, sin Cl, no tena sentido1 ?< el concepto fisiocrtico de "excedente" como algol':; -

    I - acumulado sin que ningn equivalente fuera abi --- sorbido en cambio. Bajo cierta clase de condiciei S nes * los precios del mercado coincidiran con lar

    - valores. Se cambiara equivalente por equivalente pero de ningn modo bajo toda clase de con nes. En la falta de comprensin de esto ra precisamente las monstruosas equivocaciones infiuyeron sobre casi todos los crticos posteri de Marx. ste nunca idenafic el valor del

    1-

    * Por ejemplo, lo que Marx, un poco oscuramente, llama ' "una sociedad de produccicn de mercandad simples", en C voi. I de EZ capital. c

    I

  • cado con el valor en trabajo, como Ricardo trat de hacerlo. C6m0, pues, podra haber una "gran contradiccin" cuando Marx, en el volumen 111 de - El Capital, al desarrollar lo que Ricardo aceptaba como una "excepci6n", declar expresamente que en las condiciones del capitalismo moderno las ; mercancas no se cambiaban a sus valores, sino a lo , - que Cl Uamaba su "costo de produccin"? Esta lti- [ rna cantidad era igual a los salarios ms un tanto normal de beneficio sobre el capital empleado, y difera del "valor" en la misma proporcin en que la relaci6n entre maquinaria y trabajo -lo que 61 llamaba la "composicin orgnica del capital"- variaba en las diversas categoras de industrias.

    El problema de Marx era determinar la caracte- rstica propia, la significacin social del beneficio capitalista. Si era un excedente en el sentido fi- siocr~tico de valores pagados a alguien sin haber dado en cambio equivalentes, < c6mo apareca y de quC condiciones dependa su aparicin? El mCto- do que sigui6 Marx fue tomar una "sociedad de mercanca simple" en la que las mercancias se cam- bian a sus valores (evitando la complicacin de diversas composiciones de capital), e investigar d m o poda aparecer un excedente en tales condi- ames. No poda aparecer durante el cambio, por- 40

    que era un cambio de equivalentes. Su respuesta fue que apareca de la particularidad de la fuerza de trabajo consistente en que es una mercanca que produce ms mercancas de las consumidas para producir la fuerza de trabajo original -con- sumidas como medios de subsistencia necesarios para reemplazar la energia gastada-. La fuerza de trabajo produca un valor mayor que su propio valor. El capitalista compraba trabajo al valor de Cste, y eso constitua para 61 el gasto primario de la producci6n. El valor de la fuerza de trabajo se

    . determinaba por la cantidad de trabajo necesario para producirlo, es decir, por la subsistencia nece- saria para mantener al obrero en capacidad de tra- bajar en cualquier clase dada de condiciones y en cualquier tiempo dado. El capitalista poda apr* piarse como su beneficio la diferencia entre este va- lor (es decir el salario) y el valor bruto que produ- ca el ejercicio del trabajo. El salario era el pago de equivalente por equivalente: la subsistencia del obrero reemplazaba la energa que Cste gastaba al servicio de su patrn. El beneficio, en cambio,

    1 naca de la cualidad particular de la mercanca fuerza de trabajo, gracias a la que, al entrar en

    i operacin, el trabajo creaba un valor mayor que su propio valor: la ganancia naca de una explota- I 41

  • cin de la diferencia entre el valor del trabajo y el producto de ste. De aqu su particularidad cuali- tativa que Marx designaba con el trmino de "plusvala"; de aqu un antagonismo de clase entre los que reciban y los que producan la plusvala, que en nuestro tiempo es mucho ms importan- te que el antagonismo de Ricardo entre el terrate niente y el capitalista.

    Pero la Euerza de trabajo figuraba solamente como una mercanca, comprada y vendida en el mercado de trabajo> bajo una serie definida de con- diciones histricas: cuando los procesos histricos haban creado un proletariado sin bienes y sin otros medios de vida, por una parte, y una clase propietaria, por la otra. La aparicin del beneficio, por lo tanto, no era una categora "natural" que tuviera sus races en un orden natural de cosas: era una categora de ingreso propia de una etapa particular de las instituciones histricas y de una forma particular de la sociedad de clases.

    En las etapas finales de su anlisis, Marx prc; sent las condiciones que eran motivo de que los precios del mercado difirieran de los equivalentes del salor. La primera de stas era la necesidad, impuesta por la competencia de capitales en busca de beneficios, de derramarse de tal modo que 42

    produjeran un inters igual por unidad moneta- ria, as como el agua encuentra un nivel comn si hay suficientes vasos comunicantes. Esto haca que las mercancas que haban sido producidas con una proporcin relativamente grande de capital fijo con respecto al trabajo, fueran vendidas por enci- ma del equivalente de su valor, y que las mercan- cas que haban sido producidas con una propor- cin relativamente pequea de capital fijo con respecto al trabajo, fueran vendidas por debajo del equivalente de su valor. Pero esta divergencia no era de tal naturaleza que invalidara su ecuacin central, que cambiara el carcter de plusvala que tena la utilidad. Provocaba una distribucin dis- tinta del excedente entre las diversas lneas de la industria y cambiaba las proporciones de la pro- duccin en las diversas lneas, pero no afectaba la ma nitud de la plusvala en el conjunto de ellas. &M- **&{. - m . 5A-431

    ~*&tY

  • LA NUEVA ECONOMfA

    En las tres ltimas dCcadas del siglo xnr la Eco- noma Poltica sufri una transformacin impor- tante, cuya significacin es distinta y ms profunda de lo que generalmente se cree. De un modo in- dependiente y simultneo, la llamada escuela aus- triaca, por una parte, con Menger, Bohm-Bawerk y Wieser, como sus figuras mayores, y Jevons en Inglaterra, construan el nuevo armazn dentro d d cual -segn la expresin de Jevons- la ece noma se mueve desde entonces. Detrs de ellos sep'an Marshall, en Inglaterra, y Walras y Pareto, de la llamada escuela de Lausana, en el Continente europeo.

    A primera vista el cambio parece primordial- mente un cambio formal. La nueva escuela ideol- gica se cita frecuentemente como la escuela de la Utilidad Marginal, para dar idea de las dos cara@ tersticas ms importantes de las nuevas teoras. La primera diferencia notable entre los viejos y los nuevos economistas consista en un desplazamiento de la atencin hasta entonces puesta en la oferta y el costo hacia la demanda del consumidor y la 44

    utilidad como determinantes del valor de cambio. El valor no se vea ya como determinado por el trabajo, ni siquiera por el trabajo m h la abstinen- cia, sino por la capacidad de una mercanca de dar satisfaccin a los consumidores (es decir, por su utilidad). Desde el punto de vista de los deseos de los consumidores, esto representaba una posi- cin psicolgica y hedonista ante el problema. La segunda caracterstica de las nuevas teoras fue el subrayar el efecto de los cambios en el margen: por ejemplo, la prdida o ganancia de utilidad que provena de "un poco menos" o "un poco ms" de cierta mercanca (digamos pao, trigo o t) ; y era la utilidad de este "un poco menos" o "un poco ms" (la bctilidad marginal) lo que se consideraba importante en la determinacin del valor. La im- portancia dada al margen h e el resultado del in- tento de construir la ciencia econmica dentro de un cuadro matemtico. Jevons (1835 - 1882), por ejemplo, tuvo grandes dificultades para demostrar que la economa debe ser una ciencia matemtica en su forma, sea que el economista use en la prc- tica palabras o signos algebraicos. Emple as con- cepciones matemticas de clculo diferencial y ecuaciones funcionales como una tkcnica analtica apropiada; y como el cilculo diferencial trata en

    45

  • trminos de pequeos incrementos y decrementos (del "un poco ms" o "un poco menos" de algo), los economistas se inclinaron a expresar sus t ea

    '

    ras en trminos de cambios marginales de esta especie. .

    Pero el cambio fue an ms profundo: fue un cambio de visin conceptual, y un cambio en el tipo de cuestin a la que haba que responder. No preocupaban primordialmente a los nuevos econo- mistas concepciones de "costo real" y "exceden- te''; no estaban interesados en un principio de valor intrnseco como una clave para el problema de la equivalencia. Les interesaba una investiga- cin ms emprica: las causas de las variaciones en los valores del mercado. Esta investigacin limi- taba su horizonte respecto a la mdula terica de la economa, y todos los principales problemas econmicos podan ser reducidos a estos trminos. Era natural que, al realizar tal investigacin, la analoga con una teora del equilibrio fuera suge- rida por la mecnica. El "valor" representaba . cierta "posicin" o "nivel" que, en equilibrio, ocu- . paba una mercanca respecto al resto de las mer- cancas. Considerado as el "valor" era siempre un valor "relativo", y el concepto de "valor absoluto'' como una "estrella fija" del universo econmico,

    46

    no tena sentido. El propsito de la teora eco& mica era el de fijar la serie de equilibrios que re- sultaran en las di~ersas~clases posibles de condi- ciones; as como una teora de la mecnica nos permite calcular que, dado un conjunto de fuer- zas obrando sobre cierta situacin, las cosas se detendrn en una cierta posicin de equilibrio. Pero, como saben todos los que han movido un conjunto de poleas o han reflexionado sobre la estructura de un puente colgante, puede no ser siempre posible calcular un "equilibrio estable" cuando se contrarrestan entre s fuerzas y tensia nes opuestas; fuera de que, en ciertas situaciones muy complipdas, podemos no conocer el nmero suficiente de hechos que nos permitira calcular cul ser el nuevo equilibrio si ponemos en movi- - miento el sistema desplazando una de las fuerzas en accin. De manera que para que podamos caicular un equilibrio, deben llenar ciertas condi- ciones la situacin estudiada y nuestro conocimien- to de ella. De que estas condiciones se cumplan o no, depende nuestro juicio respecto a si una

    - teora del equilibrio en economa, as como en ' pecnica, es o no adecuada.

    i , El querer calcular un equilibrio en una situa- ci6n dada, es comparable al conocidci intento de

  • 1 "resolver" en lgebra un sistema de ecuaciones si- multneas. En estas ecuaciones hay diversas "va- riables desconocidas" (generalmente representadas por x, y, x, etc.) y diversas "constantes" (gene- ralmente representadas por a, b, c, etc.). Respecto a las primeras, se supone que en un principio no sabemos nada sobre ellas. Las ltimas son parte de los datos conocidos del problema: se les da oi puede drseles algn valor o nmero particular; y la "solucin" aritmtica de las ecuaciones a la que se llegue en la prctica diferir se& el valor dado a las "constantes". La "solucinv' consiste en determinar o encontrar el valor de las incg- nitas (las x, y, a, etc.). Existe una regla sencilla. para saber si un sistema de ecuaciones puede ser. resuelto; tiene solucin si "el n h e r o de ecuad ciones (o de relaciones conocidas) es igual al n-. mero de variables desconocidas que hay que de- terminar". Y sta es la regla para saber si una teora del equilibrio es o no adecuada.

    La teora econmica ha empleado la concep cin de las "ecuaciones funcionales": una cantidad se expresa como "funci6nS' de otra si aquClla vara o se mueve con la otra en al& sentido particu- lar. Ha empleado, adems, ecuaciones funciona- les de un tipo general o "arbitrario", que no hacen 48

    ms que fijar algunas relaciones funcionales entre cantidades, pero ninguna relacin en p&ulr#. Por estos medios ha llegado a conclusiones de un carcter ms general: la aplicaci6n de una teora dada a un campo mayor de casos posibles. Por ejemplo, la doctrina econ6mica puede suponer que la demanda del consumidor de "un poco ms" de x disminuir en relacin con la cantidad que de esa x sea ofrecida en venta, pero sin especi- ficar la naturaleza precisa de esta variacin de la demanda, y de esta manera se puede considerar que x representa un nmero mayor de casos par- ticulares (por ejemplo, trigo, pao, caf, fon6gra- os o trabajo).

    En la nueva economa, por tanto, no se trataba p de buscar una "causa" nica del valor, un principio o elemento primario al que pudieran ser referidas todas las cuestiones de cambio y distri- buci6n. No se necesitaba ya (por lo menos para una teora del valor como ahora se la concibe) analizar todo en trminos de lo que era virtual- mente un factor nico de produccin: un trmino comn del costo real en relacin con el cual pu- dieran ser resueltas las diferencias cualitativas. Se trataba de agrupar ciertas relaciones funcionales, tsdj-hs wdes, combinada y "simultneamen&"' Y-,

    49

  • determinaban el valor. Era slo una cuestin de conveniencia el ntimero de factores de produo ci6n que hubiera, siempre que pudiramos contar con bastantes supuestos respecto a la existencia de ellos. Todo lo que se necesitaba era poder dar por sentado un nmero suficiente de condiciones y des- descubrir el nmero justo de variables independien- tes, para que se alcanzara un determinado equili- brio. En la busca de estos factores independientes, Jevons y los austriacos transfirieron su atencin de las condiciones de produccin al consumo, de la oferta a la demanda, y buscaron cul era el prin- cipal factor determinante de lo que sostena la demanda del consumidor. Y en este punto el he- donismo les dio una buena pista. La demanda del consumidor era un reflejo del deseo del consumi- dor; y el deseo a su vez -por lo menos en los hombres de razn- tena sus races en el placer que daba el objeto deseado. Jevons llam utilidad a esta capacidad de dar placer. Los economistas anteriores haban indicado que el valor no poda estar en funcin de la utilidad, porque algunas mercancas, como el agua, eran de gran utilidad y de poco o ningn valor, y otras, como los brillan- tes, tenan poca utilidad pero gran valor; y Marx haba sealado que la utilidad no era una cantidad 50

    1

    y que no poda, por lo tanto, tener relacin con un valor cuantitativo. El descubrimiento que Je- vons y los austriacos afirmaban haber enunciado, h e que el precio era una funcin, no de una suma de uklidad (lo que evidentemente no poda ser), sino del incremento de utilidad, de la utilidad adi- cional que ofreca al consumidor la unidad margi- nal de una oferta dada.

    Por ejemplo, de una existencia dada de pescado - nue se ofrece a la venta en un mercado en un da -. jdeterminado, la utilidad marginal de dicha exis-

    y- itencia sera la utilidad para cualquier consumidor ltima porcin del pescado ven-

    ensirna parte se quiere decir que la centsima parte, en mil parte y as para otras can-

    no poda ser mayor que esta pescado se venda a un precio ni-

    pues de otra manera la ltima porcin no un comprador que pensara que le con-

    el punto de vista de la utilidad o b ms pescado a este precio; mien-

    tras que, por otra parte, el vendedor de pescado, deseando obtener el mayor precio posible, es de presumir que no se deshara de su pescado a un precio apreciablemente abajo de dicho precio. Sea

    51

  • o no la utilidad en s una cantidad, de todos mo- dos este incremento marginal de d a es suscep- tible de encontrar expresin en una forma cuan- titativa. Jevons deca: "Repetidas reflexiones e investigaciones me han llevado a la opinin algo nueva de que el valor depende por completo de la

    dad.. . Se encuentra con frecuencia que el ajo determina el valor, pero slo de una ma-

    mera indirecta a l variar el grado de utilidad de las mercancas por medio de un aumento o de una reduccin de la oferta." *

    El punto de partida de la nueva teora fue una observacin emprica respecto a la naturaleza de los deseos, que ha sido descrita de modos diversos,

    o la "Ley de la utilidad decreciente" o la ey de la saciedad de las necesidades". La uti- ad de una cosa aumentar5 generalmente con la tidad que de ella se posea y goce, pero en genb

    ral en una escala descendente; el incremento de la utilidad producido por un incremento de la oferta, tender hacia cero en un punto cercano o distan- te: el punto de saciedad. Era este incremento de utilidad en cualquier punto dado -"el grado fi-S nal de utilidad", como deca Jevons, o la "utilidad

    W. A. Jevons, Thewy of Poliu'cd Economy (1871)~ p i giMS 1-2

    52

    margina" que llamaba Marshall- lo que daer- minaba el valor, ya que esto fijaba el monto del poco ms o del poco menos de la cosa a la persona en cuestin, y de esta manera detuminaba el tan- to al que estaba dispuesto a cambiarlo por alguna otra cosa -por dinero o por otras mercancfati. Supongamos, por ejemplo, dos personas, A y B, que cambian trigo por pao. Poramos expresar la utilidad del trigo y del pao para cada una de las partes como una funci6n de las respecti- vas cantidades de trigo y pao que poseen. Al vendedor de trigo le convcndrB seguir dando trigo por pao hasta el momento en que la utilidad de la arroba de trigo de que se desprende sea igual a la cantidad de pao que obtiene en cambio, y la otra parte obrar5 de modo semejante. De aqu que la posicin de equilibrio 4 punto en que cesa el intercambio entre dos- ser5 ese grado de inter- cambio en el que la utilidad marginal del trigo y la del pao son iguales para cada parte. De aqu que, dada esta condicin y la forma de la funcin de utilidad para las dos partes, puede calcularse un determinado equilibrio: la cantidad de trigo y paio cmbiada. Expresado simblicamente en th- minos de las dos mercancas a y b, tenemos las siguientes condiciones de equilibrio:

    53

  • (XI) . 9 2 (xd que ste tiende a establecer, ms que awnenm, -=-=- ql (Y~) Y Y* (y~) reducir naturalmente este provecho comn.

    LOS precios son considerados sencillamente

    en donde 6 1 (xl) y 91 (Yi) representan las funci* como el resultado de valoraciones subjetivas en la nes de utilidad de a y b respecto a A, Y da (m) Y mente de los individuos interesagos. Expresado % (ya) las funciones de utilidad de a y b res- en la forma sencilla de dos mercan& que se peno a B. ~n forma grfica la relacin entre el . truecan una por otra, el problema no presenta PPI de funciones de utilidad respecto a A, puede gran dificultad, y en la forma de tratar el caso ms q e s a r s e como una curva, y lo mismo en el caso sencillo se ejemplifica la unidad interna de la m*

    I de B, y el equilibrio estar4 representado por derna economa. Pero cuando abandonamos este punto de intusecci6a de ambas curvas. caso abstracto y vemos de cerca las condiciones

    En este problema hay dos ecuaciones y dos in- del mundo econmico, en donde el cambio no se

    &@m, ,dc manera que las ecuaciones tienen una hace generalmente entre los propietarios de 6 soluci6n determinada. Algunos economistas se tencias de dos mercancas, sino entre los producto.

    han apresurado a sealar, como un corolario de res Y 10s consumidores, y en donde el comprador

    este razonamiento, que este grado de equilibrio no hterviene en una sola transaccin aislada, sino

    de intercambio que las condiciones de un mercado en multitud de transacciones relacionadas enw 4 libre tienden a establecer, es lo que da la mhima se presentan diversas complicaciones. ~n las dis-

    acumulaci6n comn de utilidad a las personas que tintas formas de tratar estas complicaciones radi-

    .intervienen m el cambio; en otras palabras, 10 can principalmente las diferencias entre las -e-

    que coincide con lo que es socialmente deseable las de economistas posteriores a Jevons; de modo

    desde un punto de vista hedonista. Cualquiera que, en muy gran parte, las diferencias entre esta

    interferencia en un mercado libre y en los precios ep~uelas son puramente formales.

    ~ s t a era la opinin de Jevons. De entonces ac Se ha llegado a establecer que en un trueque directo las condiciones no bastan pan d;u una sola soluci6n.

  • EL "COSTO REAL" SUBJETIVO

    L PRIMERA Sure de complicaciones aparece cuan- do nos damos cuenta del hecho de que en el mundo comercial moderno no tienen una utili- dad directa para el vendedor las mercancas que vende: "valen" para l s610 lo que han costado. Su dctaminaci6n de vender es una funci6n, no de la utilidad que las mercancas tienen para l

    I (como en nuestro ejemplo del trigo y el pao), l

    sino del costo de ellas. Es, pues, necesario un an- lisis del costo. Parecerla que en este punto los ece nomistas habian vuelto a la cuesti6n que preocup a sus antecesores clsicos. El costo de una mercan- ca acabada lo constituye el precio que se paga por los factores de producci6n necesarios para producirla. El problema se reduce a determinar el vahx de los factores de produccin, tierra, tra- bajo y capital. Ha sido motivo de mucha confu- sin la costumbre de los economistas de designar con el nombre de "distribuci6n" esta parte de su invdgu&n, y de imaginar que en este punto daban una respuesta apropiada a las mismas cues- times a Iris que rcapondian los f i s ih tas y Ri- - - -_ SS - -

    cardo. En realidad el tema era, en gran parte, un tema distinto. La cuesti6n clsica fue principal- mente la pmtin'pm'dn (del producto total) que tocaba a las diversas clases sociales y las caracte- rhticas comparativas de tales participaciones. La nueva cuestin era sencillamente el precio del mercado por unidad de las mercancas componen- tes que entraban en la producci6n de las mercan- cas acabadas. Los factores de producci6n, aunque su nmero se fijara en tres o en veinte, eran sim- plemente estas mercancas componentes; y para los fines de la nueva investigaci6n se diferencia- ban entre s por caractersticas que no eran ms

    I fundamental& que las expresadaspor la x g la y de nuestro ejemplo del pao y del mgo. Para in- vestigar su valor haba simplemente que aadir ciertas variables adicionales a la serie de ecuacio- / nes simultneas; y para tener la soluci6n total se - requera agregar un nmero semejante de nuevas ecuaciones. Formaban parte de las condiciones de equilibrio simultneo de las mercancas acabadas ay -de las intermediarias (o instrumentales).

    Los austriacos utilizaron una condici6n senci- lla para resolver el problema. Supusieron que la cantidad de los agentes de produccin se determi naba de un modo independiente. Para este pr

  • I 6 -

    - - - - _I -7 -

    psito llamaban "independiente" al hecho de que Za produccin de las diversas mercancas exigir los cambios en la oferta de dichos agentes no de- que los factores de producci6n se combinen en pendan del precio de ellos, ni de las mercancas diversas proporciones: la produccin de trigo ne- ni de ninguna otra de las variables relacionadas cesitar ms tierra que capital, en contra de lo que directamente con el problema. De aqu que la - ocurre en la produccin de pao. Los "coeficientes oferta de la tierra, del trabajo y del capital pudiera acnicos" para una mercanca x pueden expre- considerarse como fija para cualquier problema: - parse por una serie que representa las cantidades p d figurar como "constantes" en las ecuacio- , de cada uno de los diversos factores necesarios para nes. El problema tena as una solucin sencilla: producir una unidad de x. El promedio de la suma el valor de cada factor poda entonces expresarse . de todas estas mercancas (x , y, z ) nos dar enton-

    1 scndlamente como una funcin de los precios ces los "coeficientes tcnicos" para el sistema eco-

    de las mercancas que produca. sta es la fa- nmico en general. Cada cambio en la tcnica mosa "teorh de la productividad marginal". Dada, cambiar estos "coeficientes tcnicos" en las indus- digamos, la oferta de trabajo, sta tender a distri- .xrias particulares y en la industria en general -por buirse entre las diversas clases de produccin, de ejemplo, una nueva invenci6n que aumente la manera que el valor de un incremento del pro- . ,proporcin de la fuerza mecnica en relacin con ducto causado por un incremento del trabajo (su , e1 trabajo humano en alguna industria o grupo de productividad marginal) sea igual en todos los industrias- y estos cambios afecta~n tanto a los casos; y el valor de ese incremento que la unidad - precios de las mercancas como a los precios rela- fuial o marginal de trabajo agrega al producto - tivos de los factores de produccin. total, determina el valor de este factor de produc- Jevons, por otra parte, no recurri a esta suposi- 6n. Hay entonces n incgnitas adicionales en el - cin simplificadora respecto a la oferta de los fac- problema (el precio de los n factores de produo '- ltores de produccin, excepto en el caso dc la tierra. cin) y n ecuaciones funcionales adicionales. :.La oferta de trabajo, por ejemplo, era probable que

    Walras, y ms tarde Cassel, introdujeron, ade- . hmbiara si haba cambios en los salarios, ya que un ms, el concepto de los "coeficientes tcnicos". , salario ms alto es un mayor aliciente para un tra- 5s 59

  • bajo ms intenso y de mayor duracin. La oferta de trabajo constitua, por lo tant9, otra cantidad desconocida por determinar. En este punto Jevons aplic, consecuentemente, el mismo concepto hedo- nista que haba aplicado a los problemas de la d a

    l manda. As como la demanda poda expresarse como una funcin del "placer" o de la "utilidad",

    I

    h oferta de trabajo poda ser expresada como una uncin del "dolor" o de la "molestia" o desutili- dad que implicaba el trabajo. No la oferta de .trabajo en s misma, sino la funcin de desdidad del trabajo era para Jevons la magnitud indepen-

    I diente con la que se resolva el problema. "El trabajo -escribi& proseguir6 hasta que el in- cremento de utilidad de alguno de los empleos llegue a quilibrar el incremento de dolor. Esto es tanto como decir que.. . el incremento de uti- lidad derivado del p&er empleo de trabajo es igual en cantidad al sentimiento del.. . incrcmen- to de trabajo con que se obtiene."'

    Este mtodo de &atar el problema fue amplia- do por Marshall, con quien lleg a ser la base de una tentativa para justificar la concepcin clk sica del ''excedente'', y para realizar una sntesis entre la escuela modyna y la disica. Ya hemos

    Thmy of Political Economy, p. 185.

    observado que nunca se ha aclarado completamen- te si los primeros economistas, cuando se refe- ran a los "costos real&, los conceban en un sentido objetivo o subjetivo. En lo esencial pare- cen haberle dado la significacin de alguna can- tidad objetiva "consumida", por ejemplo, trigo o el gasto de energa fsica. Pero ya con Smith y MacCulloch haba muestras de que la idea variaba hacia un contenido puramente subjetivo. Con Senior fue ya clara la identificacin de "costo real" con "sacricio". La dcsurilidad de Jevans y los "esfuerzos y sacrificios'' de Marshall descen- dan en lnea recta de aquC1, y con ellos el conte- nido exclusivamente psicolgico de la vida fue por dems evidente. El "sacrificio" se meda, no por ninguna cantidad objetiva, sino por el dolor o aversin provocados en el espritu de la persona agente de este esfuerzo o abstinencia. Para Mar- shall el trabajo del obrero, el ahorro del inversio-

    , nista y el riesgo del cnkcprmeur ( 4 "asegurador" : de los riesgos de un negocio), todo implicaba i dicho "costo real". Para convencer al trabajador

    1 de que trabajara, al inversionista de que ahorrara y a l mtrepetzeur de que comprendiera, era nece- saria una compensacin equivalente al sacrificio: una utilidad para compensar la dcsuhlidad. Y

    61

  • esta compensacin necesaria, que se requera para atraer cantidades diversas de trabajo, capital y empresa, poda representarse como una uncin de la oferta o como una tabla de precios de la oferta. Marshall deca: "El esfuerzo de todas las 1 distintas dases de trabajo que estn directa o indirectamente involucradas en su producdn, junto con la abstinencia, o ms bien junto con las esperas necesarias para ahorrar el capital utilizado m su produccin: todos estos esfuerzos y sacri- ficios conjuntos sern llamados coso real de pro- dwcidn de las mercancas. La suma de dinero que hay que pagar por estos esfuerzos y sacrificios se

    I llamar, o bien su costo de produccin en dinero, o sus gastos de produccin; stos son los precios que hay que pagar para obtener una oferta ade- cuada de los esfuerzos y esperas requeridos para producir la mercanca, o, en otras palabras, son su precio de oferta." * Notemos que la identii- cacin del precio con el "costo real" era solamente

    I en el margen; y por esto la compensacin de un factor (que representaba la desutilidad marginal que implicaba dicho factor) tendera a exceder a la desutilidad media implcita. Esta diferencia entre el sacrificio y la compensacin constitua

    Primiplcs of Economics (1890)~ p. 339. 62

    7-L ..a- m a -

    C - I - . - - 8

    varias especies de los excedentes de los productores -un excedente de utilidad sobre desutilidad- que era sencillamente o tq faceta del llamado exce- dente de los consumidores que un consumidor obtena de la diferencia entre la utilidad marginal y la utilidad total: la diferencia entre lo que pa gaba y lo que obtena.

    Marshall y su escuela han sido llamados a veces los neo-clsicos, en oposicin a loa austriacos y a algunos de sus secuaces norteamericanos, como J. B. Clark y T. N. Carver, que francamente se se pararon de la primitiva Economa Poltica. La razn para tal nombre est en su intento de con- servar las concepciones clsicas del costo real y de la renta La renta de la tierra, segn la exposicin de Marshall, permaneca cualitativamente distin- ta de las compensaciones de los dems factores de produccin, debido a que la oferta de la tierra era fija, independiente de la accin humana, y de que ningn "costo real" -ningn "esfuerzo o sacrificioa'- estaba implcito en la oferta de ella. Como un importante corolario se segua que la renta econmica poda ser gravada o suprimida de cualquier otro modo, sin que la oferta de la tierra fuera menor; mientras que disminuir los salarios o el inters, al reducir la compensacin

    63

  • por debajo del precio de oferta necesario del tra- bajo y del ahorro, acarreara una contraccin de la oferta de estos factores de produccin. Marshall tuvo, s in embargo, el cuidado de suavizar la rigi-

    -1: i

    dez de la distincin de Ricardo. Vea la renta de 1 la tierra "no como una cosa aparte, sino como la especie principal de un gnero ms amplio": de-

    l mentos del "excedente de los productores" aparc- an en los ingresos ganados por otros factores de

    i

    produccin, y particularmente el capital inmovi- 4

    lizado en edificios y plantas tena todas las carac- tersticas de la tierra por el perodo de durabilidad

    : 1

    de tal capital (por esta razn forj el trmino de cumiwmta para designar una perspectiva limitada a un corto perodo de la restituci6n del capital inmovilizado en forma permanente).

    Por otra parte, en la exposicin adoptada por los austriacos, y ms claramente todava en el caso de Gustavo Cassel, desaparece completamente la base para tal distincin: todas las utilidades son igualmente "excedentes" o iguaimente "gastos n e cesarios". La distincin no tiene ya sentido, pues, por hiptesis, todos los factores de produccin descansan sobre la misma base. La oferta de to- , dos ellos se supone dada: no hay para qu discutir una relacin funcional entre la oferta de ellos y 64

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    su compensacin. Tales escritores han declarado categricamente que el nico costo es la prdida de las utilidades que un factor pudo habcr produ- cido si se hubiera aplicado a un rcso dUtinto de aquel al que se aplic en la prctica. Costo es sencillamente el otro "lado del escudo" de la uti- lidad: se compone sencillamente de utilidades de las que nos hemos privado al adoptar cierto modo de accin. El economista norteamericano Daven- port ha analizado todo costo como "costo de opor- tunidad". Cassel habla del "principio de escasezn como base comn para las recompensas de todos los factores de produccin, mientras que en Iogia- terra Wicksteed dedica muchas pginas a enun- ciar su tesis de que la teora ricardiana de la renta era solamente un caso especial de la ms amplia teora de la productividad marginal, y de que lo que puede decirse respecto a la tierra se puede d e cir igualmente, con los mismos supuestos, rcspeo to a cualquiera de los dems factores de p r o d u ~ cin.

  • EQUILIBRIO GENERAL Y PARCIAL

    LA SEGUNDA serie de complicaciones aparece cuan- do de un caso simplificado de intercambio entre dos mercandaa, digamos pao y trigo, pasamos a dderaciones ms complejas de equilibrio en el mundo real, en dande se realiza constantemente la compra y la venta de una gran variedad de mercanch. Al considerar el precio de cualquiera mercanca especial, digamos trigo, debemos con- siderarla como si se interwnbiara por la masa total de las dems mercancas o por el poder ad- quisitivo generalizado, o sea el dinero. (Las dos cosas vienen a ser lo mismo, ya que el dinero no tiene utilidad por s mismo fuera de la de las cosas que puede adquirir.) De aqu que la demanda de trigo de los compradores (ya sea medida en tr- minos de dinero o & las mercancas en general) debe ser expresada como funcin no s610 de la utilidad marginal del dinero de los compradores. La reacci6n de stos se considera que es tan peque- a que puede ser despreciada (lo que los mate- mticos llaman "los infinitamente pequeos de segundo orden"). Un supuesto semejante tiene 66

    que hacerse por parte de la oferta. Hay que suponer que un cambio & la produccin total de cierta mercanca particular (digamos, medias de seda) no afecta de un modo apreciable la deman- da de los factores de p rodudn (tierra, trabajo, capital) y que, por lo tanto, no altera el precio de ellos. Este supuesto ser viido si la producci6n de la mercanca en cuesti6n ocupa s610 una parte pequea de los factores de produccin de toda la comunidad. Sin embargo, cuando se considera una mercanca como el trigo, que ocupa un lugar importante tanto en el gasto medio de los consu- midores cuanto en el empleo de uno o ms de los factores de produccin, este &modo supuesto vie- ne a tierra, y s610 resulta posible una solucin por los mitodos ms complejos de la Escuela de Lau- sana. El desdn con que se han visto estas limi- taciones esenciales de un anlisis del equilibrio parad, ha originado, aun entre los grandes, algu- nas impresionantes falacias. Por esta razbn, esas divisiones en "elasticidad de la demanda", "uuli- dades crecientes", etc., tan familiares a los libros de texto, resultan trampas para los incautos