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INTERSECCIONES PSI REVISTA DIGITAL DE LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA - UBA Intersecciones Psi Revista Electrónica Año 5 – Número 15 Junio de 2015 Secretaria de Ext., Cultura y Bienestar Universitario Nora B. Vitale Director general Jorge A. Biglieri Director editorial Gabriel E. Guralnik Jefa de Redacción Victoria Melieni Asistente de Redacción Alejandro Polledo Diseño Agustina Valdés Diagramación Leonel M. Corso Sergio Scotto Alejandro Zeitlin Colaboran en este número: Luis Acebal Sabrina Cabariti Osvaldo L. Delgado Juan Jorge Michel Fariña María de los Angeles Izcurdia Alicia Lo Giúdice Lucía Rossi Rudy Osvaldo Varela

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INTERSECCIONES PSIREVISTA DIGITAL DE LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA - UBA

Intersecciones PsiRevista Electrónica

Año 5 – Número 15Junio de 2015

Secretaria de Ext., Cultura y Bienestar Universitario

Nora B. Vitale

Director generalJorge A. Biglieri

Director editorialGabriel E. Guralnik

Jefa de RedacciónVictoria Melieni

Asistente de RedacciónAlejandro Polledo

DiseñoAgustina Valdés

DiagramaciónLeonel M. Corso

Sergio ScottoAlejandro Zeitlin

Colaboran en este número:

Luis AcebalSabrina CabaritiOsvaldo L. DelgadoJuan Jorge Michel FariñaMaría de los Angeles IzcurdiaAlicia Lo GiúdiceLucía RossiRudyOsvaldo Varela

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EDITORIALSimetrías, oposiciones y anacronismosPor Gabriel Guralnik

PERSPECTIVAS: PSICOLOGÍA Y DERECHOS HUMANOSLa APA norteamericana y la ética profesional frente a la violación de Derechos HumanosPor Juan Jorge Michel Fariña

Derechos Humanos y neutralidad: una lección en acto de Fernando UlloaPor Juan Jorge Michel Fariña

El sentido del juicio a las Juntas militares, a treinta años de su realizaciónPor Luis Acebal

La práctica psicoanalítica en el “Centro de Atención por el Derecho a la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo”, Área PsicoterapéuticaPor Alicia Lo Giúdice

Reflexiones acerca del cumplimiento en nuestro país de la Declaración Universal de los Derechos HumanosPor Osvaldo Varela, María de los Angeles Izcurdia

ESPECIAL 30 AÑOSNuestra Facultad cumple 30 años. Parte 2Por Lucía Rossi

VIGENCIAEn nombre de mi historiaPor Sabrina Cabariti

LIBROSLa realidad, el sujeto y el objetoPor Leonardo Peskin

MusicoterapiaPor Ariel Zimbaldo (comp.)

Variaciones del humorPor Jacques-Alain Miller y otros

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ÍNDICE

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Manual de rehabilitación cognitivaPor Carolina Feldberg, Ignacio Demey (comps.)

AdiccionesPor Laura A. Boeiro

ACTUALIDADEl cambio de paradigma en el siglo XXI y el docente universitarioPor Osvaldo L. Delgado

HUMORMesa redonda: Los límites del encuadre (fragmento) Por el equipo Buffet Freud.Por Rudy

ÍNDICE

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INTERSECCIONES PSI REVISTA DIGITAL DE LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA - UBA Año 5 - Número 15 - Junio 2015

ISSN: 1853-9793 4

Simetrías, oposiciones y anacronismos

Por Gabriel Guralnik

El 20 de noviembre de 1945 comenzaba, en Nüremberg, el juicio contra 24 dirigentes nazis. Acusados de guerras de agresión, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, fue necesario un esfuerzo considerable para sostener un proceso legal que casi no tenía leyes previas en las que apoyarse, contra personas que habían cometido los delitos en jurisdicciones distintas de las que provenían sus jueces. El esfuerzo fue posible, ciertamente, porque Alemania había dejado transitoriamente de existir como Estado, y fuerzas armadas extranjeras ocupaban su territorio: los criminales nazis no tenían un ejército en el que sustentarse.

Decía Borges que al destino le gustan las simetrías y los leves anacronismos. En tiempo histórico, 40 años es, sin duda, una corta distancia: un anacronismo leve. En abril de 1985, con cuatro décadas exactas de diferencia, comenzaba en la Argentina el juicio a las juntas militares de la dictadura instalada en 1976. La simetría, sin embargo, termina allí. Los jueces argentinos pertenecían al msmo Estado que los acusados. Las Naciones Unidas había creado ya (y formalizado desde 1948) instrumentos para juzgar crímenes de lesa humanidad. Habían incluso, incorporado la figura de genocidio, vocablo creado por Raphael Lemkin en 1944. Ya Hannah Arendt había rescatado el mal radical kantiano, y mostrado cómo el mal radical podía, como en Eichmann, ser banal (incluso había desarticulado el fundamento de la –por entonces tan mentada- obediencia debida, extrayendo de la tercera Crítica de Kant la facultad del juicio reflexionante; pero esa es otra historia).Nos convoca, de nuevo, una simetría. Se cumplen 30 años del juicio a las juntas de la última dictadura militar argentina. Y un juego de oposiciones (que no son, en el fondo, más que otra forma de simetría). Aún en democracia, el Estado argentino mantenía su continuidad. La sociedad civil había elegido libremente a sus autoridades, pero las fuerzas armadas, hostiles a la nueva situación, se mantenían intactas. Nadie se engañaba con respecto a la disposición de los militares de reaccionar violentamente si se veían amenazados, tal como terminaron haciendo Aldo Rico y sus secuaces en 1987. La figura de Raúl Alfonsín se agiganta cuando recordamos que, ya el 15 de diciembre de 1983 (apenas a cinco días de asumir el poder político), sancionó un decreto que ordenaba procesar a las juntas militares. Como se agigantan las de los fiscales y jueces que, sin el amparo de un ejército de ocupación, llevaron a cabo uno de los procesos más valientes de la historia, contra temibles asesinos que aún le apuntaban a toda la sociedad.Nos convoca, decíamos, una simetría. Y algunas oposiciones. Dedicamos este número a la articulación entre Derechos Humanos y la problemática psicológica, con especial énfasis –no puede ser de otro modo- en las traumáticas consecuencias de la represión y la desaparición de personas durante la dictadura militar. Alicia Lo Giúdice nos presenta la práctica psicoanalítica en el Centro de Atención por el Derecho a la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, del que es protagonista ya desde los tiempos del juicio a las juntas. Luis Acebal aporta la mirada psicológica desde la joven ciencia de la victimología. Osvaldo Varela y María de los Angeles Izcurdia nos acercan sus reflexiones acerca del cumplimiento en nuestro país de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y Juan Michel Fariña nos recuerda una lección en acto del gran psicoanalista Fernando Ulloa, abordado por un espía militar disfrazado de “subversivo” en el ámbito mismo de su espacio analítico.Como siempre, valiosos aportes complementan nuestra sección Perspectivas, e integran nuestra revista. Osvaldo Delgado reflexiona en “El cambio de paradigma en el siglo XXI y el docente universitario”, sobre temas no tan lejanos a los que mencionamos más arriba. Sabrina Cabariti presenta, con “En nombre de mi historia”, una investigación exploratoria y cualitativa acerca de la elección de los nombres dados a los bebés y cómo esta decisión refleja la historia transgeneracional de los padres. Lucía Rossi continúa con el especial por los 30 años de nuestra Facultad (creada, sugestivamente, el mismo año en que se realizó el juicio a las juntas militares).El mismo año en que tenia lugar el histórico juicio a las juntas militares argentinas, Terry Gilliam presentaba “Brazil”. Un régimen totalitario, que mezclaba burocracia y represión, en un mundo distópico donde el Estado era funcional a una todopoderosa corporación privada. Una metáfora casi puntual de los intereses que, de la mano del ministro Martínez de Hoz, había venido a representar la dictadura militar. Un recordatorio de que la represión, la corrupción y la desigualdad son lados de un mismo triángulo, y de que la eliminacion de uno de ellos no implica, automáticamente, la de los otros dos, y de que, existiendo los otros dos, el que falta retorna siempre.Gabriel Guralnik

Nota especial: retrasamos dos días la publicación por un trabajo fundamental que nos acercó Juan Jorge Michel Fariña. Se trata de una breve compilación, elaborada por él mismo, del informe presentado por la prestigiosa firma legal Sidney Austin con respecto a las gravísimas violaciones del código de ética por parte de profesionales de la APA (American Psychological Association). El informe (conocido ya como “Informe Hoffman”), se centra en las violaciones a los derechos humanos derivadas de la así llamada “guerra contra el terrorismo”, y de la participación en ellas de profesionales de la APA. Creemos que el trabajo de Fariña justifica este breve retraso. GG.

EDITORIAL

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INTERSECCIONES PSI REVISTA DIGITAL DE LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA - UBA Año 5 - Número 15 - Junio 2015

ISSN: 1853-9793 5

La APA norteamericana y la ética profesional frente a la violación de Derechos Humanos

Por Juan Jorge Michel Fariña

Con fecha 2 de julio de 2015, la firma legal Sidney Austin emitió un detallado informe relativo a gravísimas violaciones de la conducta ética por parte de profesionales de la APA (American Psychological Association) en el marco de la ofensiva de los EEUU contra Irak. Elaborado por David Hoffman, Danielle Carter, Cara Viglucci, Heather Benzmiller, Ava Guo, Yasif Latifi y Daniel Craig, se ha comenzado a hablar de él como “Informe Hoffman”.En esta nota, Juan Jorge Michel Fariña nos ofrece una valiosa compilación, traducida por él mismo, de algunos aspectos salientes del Informe Hoffman.

La APA norteamericana colaboró secretamente con la administración Bush en la justificación ética y legal de los interrogatorios a prisioneros en el marco de la guerra antiterrorista post 11 de septiembre. Esta información, ya conocida desde hace casi una década, ha sido confirmada ahora por una investigación independiente encomendada por la propia APA y cuyo informe final se dio a conocer el 10 de Julio de 2015. La investigación fue dirigida por David Hoffman, un abogado de Chicago que trabaja para la firma Sidley Austin, auditora en la que la APA delegó la tarea.Es importante aclarar la iniciativa de esta investigación fue el resultado de una larga batalla de psicólogos progresistas de los Estados Unidos dentro y fuera de la APA. Una de las principales activistas de este movimiento fue nuestra colega Brinton Lykes, Profesora de Psicología Social y Comunitaria en Boston College, directiva de la Fundación Ignacio Martín Baró y co-fundadora de la Red de Salud Mental y Derechos Humanos. El informe que sigue está tomado de distintos materiales por ella recopilados. Al final del artículo se consignan lecturas recomendadas.El comunicado de prensa oficial de la APA, lleva como título: Press Release and Recommended Actions: Independent Review Cites Collusion Among APA Individuals and Defense Department Officials in Policy on Interrogation Techniques.http://www.apa.org/independent-review/independent-review-release.aspxDe entrada el comunicado encuadra la situación bajo la figura de “collusion”, colusión, en español, es decir, un pacto que se establece entre dos personas u organizaciones con el fin de perjudicar a un tercero. En este caso se trata de la alianza de psicólogos miembros de la APA y funcionarios del Departamento de Estado para sofisticar los interrogatorios a prisioneros –la llamada “enhanced interrogation”, o “técnicas reforzadas de interrogatorio”. Según el informe de la comisión investigadora dos ex presidentes de la APA formaban parte del comité que brindaba asesoramiento a la CIA. Uno de ellos fue el responsable de brindar el argumento de que “la deprivación de sueño no constituye tortura”. Se trata del mismo profesional que obtuvo luego un puesto en una compañía consultora fundada por quienes supervisaron el programa de interrogación de la CIA.

PERSPECTIVAS - Psicología y Derechos Humanos

Stephen Behnke, por su parte, Director del Departamento de Ética de la APA en aquel momento, fue el encargado de coordinar las declaraciones públicas sobre interrogatorios a prisioneros, tarea que realizó de manera conjunta con un psicólogo militar de alto rango. Sugerentemente, obtuvo luego un contrato del Pentágono para colaborar en el entrenamiento a interrogadores, tarea que llevó a cabo mientras ejercía su puesto en la APA, sin el conocimiento de la comisión de Ética que allí integraba.El informe Hoffman es el primero en examinar de manera detallada y sistemática el papel que jugó la APA en el programa de interrogatorios. Utilizando emails recientemente develados, sostiene que las acciones se iniciaron a partir de la divulgación pública en 2004 de fotografías de abuso de prisioneros por parte del personal militar norteamericano en la prisión de Abu Ghraib en Irak. Para salvar al programa de interrogatorios y mantener el trabajo de los psicólogos involucrados, altos funcionarios de la administración Bush trabajaron en contacto con miembros prominentes de APA, habilitando así al Departamento de Justicia para argumentar en secreto que el programa era legal y no constituía tortura, ya que los interrogatorios estaban siendo monitoreados por profesionales de la salud.En un momento en que la CIA y los funcionarios del Departamento de Defensa estaban desesperados por obtener inteligencia que pudiera ayudarlos a frustrar nuevos complots terroristas, estuvieron dispuestos a pagar generosamente por expertos que pudieran darle un viso de legitimidad al programa de interrogatorios. Fue así que destacados psicólogos estuvieron dispuestos a complacerlos, en nombre de “consolidar las relaciones institucionales y optimizar el crecimiento de la profesión”, tal como aparece en un pasaje del informe.Lo interesante es que en 2005 la APA conformó un grupo de trabajo para analizar estas espinosas cuestiones. El grupo, mayoritariamente compuesto por “informantes de seguridad nacional,” concluyó que los psicólogos podían reanudar la asistencia en los interrogatorios.En aquel momento la asociación civil Physicians for Human Rights, con sede en Boston, apeló al Departamento de Justicia para que iniciara una investigación penal relacionada al papel que estaba jugando la APA en el Programa de interrogatorios. “Como profesionales de la salud mental, nuestra primera obligación debe ser hacia nuestros pacientes,” dijo el Dr. Kerry Sulkowicz, psiquiatra y vicepresidente de Physicians for Human Rights, para concluir luego que “La connivencia de la APA con el aparato de seguridad nacional del gobierno es uno de los más grandes escándalos de la historia médica de los Estados Unidos”.Si bien Rhea Farberman, vocera de la APA, negó que el grupo hubiera coordinado tales acciones con el gobierno, la documentación hallada

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INTERSECCIONES PSI REVISTA DIGITAL DE LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA - UBA Año 5 - Número 15 - Junio 2015

ISSN: 1853-9793 6

PERSPECTIVAS - Psicología y Derechos Humanos

muestra que la administración Bush dependía más estrechamente de los psicólogos que de los psiquiatras o cualquier otro profesional de la salud para monitorear los interrogatorios, y ello se debía a que la APA había dado su apoyo a la participación de los psicólogos. Esto fue revelado en 2006 por un alto oficial del Pentágono.Hoy está claro que la APA “priorizó la protección de los psicólogos –aún aquellos que podrían haber incurrido en comportamientos reñidos con la ética– por encima de la protección al público”, tal como consta en el informe Hoffman. Luego de que el informe se hiciera público el viernes 10 de julio de 2015, la APA emitió un pedido de disculpa: “Las acciones, políticas y falta de independencia de la influencia del gobierno descrito en el informe Hoffman, representan la incapacidad para vivir a la altura de los valores fundamentales,” dijo Nadine Kaslow, ex presidente de la organización en un comunicado. “Lamentamos profundamente y pedimos disculpas por el comportamiento y las consecuencias que sobrevinieron.”Si bien el Programa de interrogatorios se ha cerrado y en 2014 la Comisión de Inteligencia del Senado emitió un detallado informe describiendo al programa como ineficiente y abusivo, hasta ahora la administración Obama se ha rehusado a procesar a los torturadores. El informe Hoffman y toda la evidencia que ahora sale a la luz torna cada vez más indefendible esa posición. Ahora bien, la American Psychological Association es la organización de psicólogos más numerosa del mundo, contando en la actualidad con 122.500 investigadores, educadores, clínicos, consultores y estudiantes. ¿Cómo llegó la APA a quedar comprometida en esta situación? ¿Por qué fueron los psicólogos los profesionales convocados para asistir y justificar el uso de interrogatorios? ¿Por qué la American Psychiatric Association y otras asociaciones médicas han tenido un rol más progresista que el de la APA? En una próxima nota avanzaremos con algunas hipótesis al respecto.

Traducción y edición de Juan Jorge Michel Fariña

Informe Hoffman (Julio 2015), en inglés: http://www.apa.org/independent-review/APA-FINAL-Report-7.2.15.pdfCostanzo, M; Gerrity, E. & Lykes, MB. (2006) Psychologists and the Use of Torture in Interrogations. Analyses of Social Issues and Public Policy, Vol. 6, No. 1, 2006, pp. 1--14 Lira, E.: (2008) Psicología, Ética y Seguridad Nacional: El Rol de los Psicólogos. Psykhe [online] Vol.17, Nº 2, 5‐16, 2008. http://www.scielo.cl/pdf/psykhe/v17n2/art01.pdfSalomone, G. Z.: (2011) Los principios éticos y su articulación con las normas jurídicas e institucionales: el debate sobre Guantánamo como analizador. Memorias III Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología. Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires. htp://www.proyectoetica.org/descargas/textos_y_articulos/III_Congreso_Salomone_Guantnamo‐APA.pdf

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ISSN: 1853-9793 7

Tomemos la siguiente anécdota, originada en una comunicación personal de Fernando Ulloa. El Dr. Fernando Ulloa, psicoanalista de reconocida trayectoria en la vigencia de los derechos humanos, recibe en 1978 –plena dictadura militar–, la derivación de un paciente a través de un colega de suma confianza. El paciente, un hombre de mediana edad, correctamente vestido, llega puntual y relata una situación de conflicto matrimonial. Pero en un momento dado interrumpe su relato y dice “antes de continuar hay algo que necesito decirle. Yo lo elegí a usted como terapeuta porque soy subversivo y quiero analizarme con usted porque necesito sentirme seguro en mi terapia y sé que usted atiende subversivos”. Ulloa se levanta enérgicamente de su sillón e indicándole la puerta de calle le dice “Retírese inmediatamente, yo no atiendo subversivos”.

El hombre se incorpora de su sillón, sorprendido y algo turbado. Pero rápidamente se recompone, y cuadrándose se presenta ante Ulloa como el capitán fulano de tal, oficial de Inteligencia del Ejército, a la vez que le dice: “lo felicito doctor: nunca atienda subversivos”.[1]

Propondremos organizar la situación siguiendo el método hegeliano de inversiones dialécticas:

1. Primer desarrollo de la verdad: el paciente se presenta como “subversivo” y solicita ser atendido en su condición de tal, Ulloa lo rechaza enfáticamente y lo expulsa de su consultorio. Leída de manera literal, la situación es la de un terapeuta que niega atención a un paciente en razón de su ideología, que discrimina a un paciente a partir de un rasgo particular ¿Actúa este terapeuta en nombre de la neutralidad? Un elemental seguimiento de los códigos deontológicos, diría que no.[2]

Primera inversión dialéctica: En realidad, Ulloa no lo expulsa por ser “subversivo”, sino porque advierte que se trata de un engaño. En el español del Río de la Plata (diferencia entre idioma y lengua), el adjetivo “subversivo” no se suele utilizar en primera persona. Alguien a quien los militares hubieran señalado como “subversivo”, nunca se hubiera nombrado a sí mismo como tal –podría haber dicho “militante popular”, “delegado gremial”, etc. La lengua delata una impostura: el pretendido paciente no es otra cosa que un espía. El pedido de terapia es una trampa.

2. Segundo desarrollo de la verdad, Conjeturamos entonces que cuando lo expulsa de su consultorio Ulloa actúa animado por una estrategia de supervivencia en tiempos difíciles. Su intervención está destinada a desbaratar la maniobra del impostor, respondiéndole lo que conviene.

Abandona su posición de terapeuta. Falta a la neutralidad, pero no lo hace por impericia o imprudencia sino simplemente para salvar su vida. Si el otro no es un paciente, él queda relevado de su función de analista.Segunda inversión dialéctica: Pero podemos conjeturar que Ulloa escucha más allá de lo que calcula, y como buen analista no puede dejar de escuchar aun en la situación extrema en la que se encuentra. No puede dejar de escuchar semejante impostura del discurso. Que el otro elija nombrarse con una palabra que lo delata, no puede ser completamente azaroso. “Soy subversivo” encuentra en Ulloa la réplica enfática “no atiendo subversivos”, que acompañada del gesto de expulsión, adquiere una virulencia inesperada y conmueve la situación, produciendo un efecto que la trasciende.

3. Llegamos así a un tercer desarrollo de la verdad: “no atiendo subversivos” puede ser leído entonces como una interpretación: “no atiendo impostores”. En cuanto el analista escucha el síntoma en el discurso del otro, elige, sin calcularlo del todo, una fórmula que adquiere un doble alcance. Por un lado desmonta la farsa, desnudando la grosera maniobra del espía; pero por otro envía un mensaje al sujeto: si desea analizarse deberá regresar desde otro lugar. Para ello es imprescindible que abandone el de impostor con el que se acaba de presentar.Inesperadamente, la intervención de Ulloa, alcanza al sujeto más allá del yo de la máscara con que se presenta. Si alguna vez este hombre regresa a un consultorio, deberá hacerlo desde otro lugar. Desde la farsa y la impostura no hay lugar en el consultorio de Ulloa ni de ningún analista que se precie de tal. No sabemos qué hará el sujeto con todo esto. Pero la apuesta analítica está echada. La intervención de Ulloa recupera así toda su potencia ética.[3]

Notas:

[1] La anécdota, publicada por primera vez en un reportaje a Michel Fariña en la revista

La Maga, en 1998, fue comunicada por Fernando Ulloa en 1983, durante el trabajo

de supervisión clínica que Ulloa realizó con pacientes familiares de desaparecidos y

detenidos por razones políticas en el Movimiento Solidario de Salud Mental.

[2] Ver código de la American Psychological Association, Principio C.

[3] Nótese que la potencia del ejemplo no surge de una prédica abstracta de la

neutralidad analítica, sino de su puesta en acto. Y su vía argumental es por la

negativa: “no atiendo subversivos”, indica aquí lo contrario de su enunciado: sí lo estoy

analizando. Pero no en la opereta que ha montado sino en relación a la verdad que

lo llevó a engañar (se) en ella. El impostor queda descolocado, pero no burlado, sino

imprevistamente esclarecido. Su turbación evidencia la interpelación de la que acaba

de ser objeto: cuando profiere la advertencia que le indicaba el guión, sus palabras

dejaron ya de ser amenazantes para el analista, que emerge intacto de la situación.

Derechos Humanos y neutralidad: una lección en acto de Fernando Ulloa

Por Juan Jorge Michel Fariña

PERSPECTIVAS - Psicología y Derechos Humanos

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ISSN: 1853-9793 8

Tres décadas han pasado ya desde la realización del juicio a los mandos militares que dirigieron y llevaron a cabo la política represiva más cruel que, hasta ese momento, había soportado la Argentina.

No había antecedentes en el mundo de que el poder civil, en nuestro caso, consagrado democráticamente en las urnas tras la derrota post Malvinas y la consiguiente retirada del poder militar, enjuiciara a los responsables de la represión llevada adelante desde el corazón mismo del estado nacional.Sin duda, fueron días históricos, signados por la presión, las amenazas y la convicción de que la realización del juicio era la salida democrática ineludible que no podía permitirse vacilaciones o demoras.En los tiempos vertiginosos que recorren la historia argentina, treinta años parecen tal vez suficientes para olvidar, o amortiguar la importancia trascendente de ese hecho que hoy queremos analizar brevemente.Y nos parece necesario enmarcar nuestro pequeño análisis en los días previos a la sustanciación del llamado juicio a las Juntas. Con un poder militar intacto, que se había replegado, entregado el gobierno y parte, no todo del poder que ejercía, y una opinión pública estremecida y sacudida por las revelaciones sobre el destino y la muerte sufrida por miles y miles de compatriotas. A esto hay que agregarle la emergencia y fortaleza cada vez más creciente de los organismos de Derechos Humanos y un estado de movilización y debate ciudadano con pocos antecedentes.En un país acostumbrado a los golpes de estado y las interrupciones más o menos constitucionales de los períodos presidenciales, la marca distintiva del gobierno militar del periodo 1976/1983 se había constituido en conformarse no sólo como la más violenta y brutal práctica represiva conocida.A la vez, había sido la más sistemática, planeada y eficaz agresión no solo contra el tejido social que constituía el colectivo nacional, sino contra los psiquismos individuales de cada uno de los ciudadanos, a quienes se busco desorientar, aterrar y dirigir con una eficacia probada.La ruptura del lazo social, el buscado incremento de las conductas paranoicas individuales, la diseminación del terror, la supresión de las identidades y la represión inmotivada fueron las características de esa época, y sus consecuencias fueron y han sido transmitidas durante mucho tiempo.Los miles y miles de víctimas de lo que entonces empezó a conocerse como terrorismo de Estado, junto a una opinión pública expectante, acompañaron la idea y la realización de enjuiciar a los máximos responsables militares de esa política.Frente a los números que por ese entonces intentaban dimensionar la magnitud de la tragedia: 30.000 desaparecidos, miles de exiliados, y las nuevas palabras que la cultura acuñaba para rodear conceptos hasta

entonces desconocidos, como detenido-desaparecido, exilio interior, etc. ¿Cuál era la validez del juicio?¿Por qué despertaba entonces la adhesión que efectivamente logró, y por que treinta años después, conviene acercarse a ese fenómeno irrepetible?La respuesta es fundante para entender como un estado democrático opera en relación a las víctimas.Y si bien desde planteos ideológicamente radicalizados siempre se intenta minimizar la importancia del juicio, esta no resultó, bajo ningún punto de vista, ni banal ni intrascendente.Porque la pregunta sobre cómo se puede resarcir a la víctima de un delito, si bien el caso citado tiene las dificultades propias del abordaje de un delito cometido desde las propias estructuras estatales, puede trasladarse a la cuestión sobre cómo actuar con quién ha sufrido un perjuicio al realizarse la comisión de un delito.Y la ciencia victimológica, con escasas cuatro décadas de aparición, puede aportar datos sobre este tema.A la pregunta sobre que puede esperar una víctima, es necesario responder haciendo antes algunas consideraciones previas sobre el mismo origen del delito. Si bien el caso del terrorismo de estado tiene una especificidad y una densidad propia y característica, el delito parece constituir una parte fundante de la sociedad, con la cual debemos convivir sin naturalizar su existencia.Probado entonces que la políticas criminales exitosas son aquellas que bajan la tasa delictual, puesto que su eliminación es un imposible, al haber delito necesariamente habrá victimas.La víctima en tanto tal, sufre un doble perjuicio. En lo individual ve atacada su estructura psíquica al ser objeto de un daño impensado y repentino, de cuyas secuelas deberá reponerse. Y como integrante de un colectivo social más amplio, ve afectada la relación contractual que la une a la sociedad misma.Y este perjuicio doble, por otra parte se articula necesariamente, ya que mientras más rápido se pongan en función y se muestren eficaces los mecanismos punitivos del estado para reparar el daño causado a la víctima por su agresor, más rápidas y mejores condiciones objetivas se manifiestan para así poder trabajar intrapsiquicamente en las consecuencias del daño causado.Siguiendo a Sigmund Freud, podemos afirmar que la vida en sociedad y la constitución misma de los aparatos legales del estado son un enorme esfuerzo cultural de la especie humana para poner un límite a los verdaderos deseos que la impulsa, que no son otros que la destrucción del semejante. Los dispositivos legales-punitivos se conforman mediante una renuncia pulsional que delega en una construcción artificial del hombre la necesaria reparación del daño causado por quien ha desafiado la legalidad vigente y por ende, debe ser de alguna manera castigado.

El sentido del juicio a las Juntas militares, a treinta años de su realización

Por Luis Acebal

PERSPECTIVAS - Psicología y Derechos Humanos

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ISSN: 1853-9793 9

PERSPECTIVAS - Psicología y Derechos Humanos

El largo camino desarrollado por las ciencias penales y el estudio criminológico ha desandado la idea de la pena de muerte, los castigos corporales y ha dejado casi como única alternativa la privación de la libertad como forma de penalización.Sin tomar partido por este hecho, el juicio de quien afectó los derechos individuales de otra persona (víctima) y la condena sub siguiente, si esta correspondiera, se tornan así en, prácticamente, la única retribución percibida, que se efectúa en el plano simbólico, para quien ha sido afectado por la comisión del delito.Ahora bien, es sabido que la dictadura militar actuó no utilizando toda la pesada maquinaria estatal para efectuar su cometido. A cambio de ello, prefirió disimular su accionar y disfrazarlo al tiempo que lo negaba.Viviendo la cruel paradoja de quienes se presumía debían defender al ciudadano lo atacaban y mataban, al tiempo que negaban esta acción, el ciudadano quedaba aislado y confrontado a la violencia tanto de la mentira que se le intentaba hacer pasar por verdadera como al desamparo en que quedaba frente a la violencia que lo golpeaba.De allí que la restauración democrática haya traído el alivio de un funcionamiento diferenciado de la justicia, volviendo a ser ella pensada como uno de los tres poderes de la república y no como parte integrante y fundamental del desamparo y la complicidad frente a la violencia reinante.Si el normal funcionamiento del poder judicial es un requisito indispensable para la salud republicana, al mismo tiempo lo es para que las víctimas del delito reciban de una manera más o menos ordenada la retribución en el plano simbólico que reparara, al menos parcialmente, el daño ocasionado.La enorme importancia que a treinta años de su efectivización adquiere el juicio a las juntas está dado justamente en que como pocas veces, la sociedad sintió que pese a haber sido brutalmente castigada, atacada con una violencia desconocida hasta ese momento e intentado ser llevada al aislamiento y la soledad, la retribución simbólica representada por la frase “juicio y castigo” venía a reparar esa inmensa herida del cuerpo social abierta por el terrorismo de estado.Treinta años después, y al parecer afortunadamente dejadas atrás las épocas de la brutalidad de los tiranos ¿hay una mejora en cuento al tratamiento de las víctimas?Y si bien la respuesta es larga, compleja y tiene varios y sustanciales puntos que pueden permitir una respuesta favorable, el telón de fondo sobre el que se formula esta pregunta al parecer permanece inmutable.Cuando el estado declina su poder punitivo alegando para esto pretextos ideológicos, no solo es esperable la emergencia de la violencia social como muestra sintomática de la emergencia de lo pulsional reprimido. También se condena al olvido a las víctimas del delito, negándoles su retribución simbólica y obligándolas a realizar un trabajo psíquico mucho más arduo y doloroso.

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ISSN: 1853-9793 10

Este año se cumplen 32 años de democracia en nuestro país y 30 años del histórico juicio a las Juntas Militares responsables de la dictadura cívico-militar en Argentina entre los años 1976 y 1983 que puso en marcha métodos de Terrorismo de Estado, implementando una maquinaria perversa sobre la población produciendo la “desaparición forzada de personas” como forma de persecución política.

En un acto ético y ciudadano los familiares se organizaron como “Abuelas de Plaza de Mayo” para lograr la localización y restitución de identidad de alrededor de 500 niños que habían sido secuestrados junto a sus padres o nacidos durante su cautiverio ilegal. Haciendo uso de los aparatos del Estado han conseguido que 116 de ellos la recuperaran y con ello sus lazos familiares, la historia de sus padres, su familia y su lugar en el sistema de parentesco, anudando las tres generaciones necesarias para que una transmisión se cumpla.

Con el primer gobierno democrático lograron la creación del Banco Nacional de Datos Genéticos, organismo creado en el año 1987 por la Ley 23511 para guardar las muestras de material genético de las familias denunciantes en Abuelas y así poder realizar las pruebas para determinar el índice de “abueleidad”, descubrimiento científico que lograron y que permite ubicar parentesco aún en ausencia de una generación. Asimismo lograron la creación de la CONADI (Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad) y la incorporación en los artículos 7, 8 y 11 del “Derecho a la Identidad” en la Convención Internacional de los Derechos del Niño sancionada en el año 1989 por las Naciones Unidas y que son conocidos en el mundo como los “artículos argentinos” e incidieron para que en dicha Convención cambiara el estatuto jurídico del niño que pasó a ser considerado “sujeto del derecho” haciendo caer la posición del objeto en que era considerado en las leyes vigentes hasta ese momento. Lo sancionado por dicha Convención pasó a ser incluido en la reforma de la Constitución Nacional en el año 1994.

La práctica psicoanalítica en el “Centro de Atención por el Derecho a la Identidad de Abuelas

de Plaza de Mayo”, Área Psicoterapéutica

Por Alicia Lo Giúdice

PERSPECTIVAS - Psicología y Derechos Humanos

En el siguiente cuadro podemos apreciar el estado actual de la búsqueda de Abuelas.

Datos relevados hasta mayo de 2015, aportados por el área “Archivo Biográfico Familiar de Abuelas de Plaza de Mayo”, coordinado por Marcelo Castillo.

Lo acontecido produjo una catástrofe social que como genocidio afectó a la comunidad convirtiéndose en un trauma histórico. Genocidio es un término acuñado por Raphäel Lemkin en el año 1944 que nombra el aniquilamiento de los pueblos (cidio: aniquilamiento, genos: grupos, clanes). En el año 1948 el término pasó a tener un estatuto legal con la aprobación, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, de la “Convención para la prevención y sanción del delito de genocidio”, que lo definió como un crimen contra el derecho de gentes, sea cometidos en tiempos de paz o de guerra. Es el ejercicio criminal de la soberanía estatal. Dicha Convención incluye como genocidio el traslado por la fuerza de niños de un grupo a otro grupo, como ocurrió en nuestro país a partir de su secuestro y apropiación. Es recientemente que esta situación es reconocida en juicios por crímenes de lesa humanidad.

En el Juicio a las Juntas Militares el caso de los nietos buscados por las Abuelas no fue considerado como un plan premeditado sino que obedecía a “excesos” de los intervinientes en la represión. Abuelas no se conformó con

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lo planteado y como querellante inicia en el año 1996 un juicio para probar que hubo un Plan Sistemático de Apropiación de Niños que sufrió varias postergaciones y finalmente comenzó a celebrarse en el año 2011 y que concluyó el 5 de julio de 2012 y que tuvo como testigos también a los nietos que recuperaron su identidad. En la sentencia el Tribunal Oral Federal Nº 6 se expidió condenando a los acusados “por tratarse los hechos juzgados de delitos de lesa humanidad, implementados mediante una práctica sistemática y generalizada de sustracción, retención y ocultamiento de menores de edad, haciendo incierta, alterando o suprimiendo su identidad, en ocasión del secuestro, cautiverio, desaparición o muerte de sus madres en el marco de un plan general de aniquilación que se desplegó sobre parte de la población civil con el argumento de combatir la subversión, implementando métodos de Terrorismo de Estado durante los años 1976 a 1983 de la última dictadura militar”. A los máximos responsables se los condenó a cadena perpetua, entre ellos a Jorge Rafael Videla, quien falleció en el año 2013 mientras cumplía la sentencia.

Como practicantes del psicoanálisis nos interrogamos por la época que nos toca vivir y tomamos en consideración las subjetividades que produce, según nos recomendara Jacques Lacan, dado que la misma hace marca y da marco a nuestra historicidad y constituye las condiciones en las que ejercemos nuestra práctica.

Nos preguntamos qué incidencia puede tener el discurso analítico en un organismo de derechos humanos En principio, nos propusimos disponer un dispositivo analítico para alojar lo excluido del discurso totalitario, que en su forma más extrema tomó a la población infantil y produjo la “desaparición forzada de niños por razones políticas”.Los niños fueron violentamente separados de sus padres y sus familias y entregados para su crianza a personas pertenecientes a las fuerzas armadas, a colaboradores y a cómplices. En unos pocos casos fueron dados en adopción haciendo pasar a los niños como abandonados, en esta práctica estuvo involucrado el “Movimiento Familiar Cristiano” que se dedicaba, en aquellos años, a facilitar adopciones. Los niños nacidos en campos de concentración y en cautiverio ingresaron en este sistema ilegalmente, facilitados por monjas que operaban con militares para la entrega de niños.

Ellos crecieron ignorando que el origen del vínculo con quienes los criaban “como si” fueran sus hijos se basaba en su secuestro y desaparición así como la de sus padres. Iniciaron sus vidas en una situación de desamparo radical ya que se los despojó de su familia, de su historia, de su cuerpo y de su nombre, viviendo en un estado de excepción sin saberlo, dado que su situación falsificada, así como su documentación, filiación e identidad. Su estatuto de ciudadano es paradójico ya que su estado de excepción se sitúa dentro y fuera del orden jurídico y el mismo se constituye como norma de vida.

Con esta práctica del secuestro de niños bajo un gobierno totalitario se consuma otro modo del exterminio dado que, al inscribirlos como propios, se produce otra forma de filiación que es la optimización racional del encierro que responde a una lógica concentracionaria y que reniega, en tanto mecanismo perverso, de lo acontecido.

La pista de esta lógica me la enseñaron algunas analizantes, una de ellas, quien había sido secuestrada junto a sus padres a sus veintitrés meses y que

vivió durante seis años apropiada, en el análisis dice que “en esa época yo era medio tonta, no me preguntaba”, pasado más de quince años después del segundo tramo de su análisis, y retomando, ubica que “vivir con quienes me criaron era como vivir en un campo de concentración, lo vivía pero no me daba cuenta”; otra analizante que había nacido en un campo de concentración y exterminio, pues sus padres habían sido secuestrados y “desaparecidos” mientras su mamá cursaba un embarazo de 8 meses, en el espacio y tiempo analítico ubica que cuando era pequeña realizaba un juego que ahora le resulta extraño: se ataba las manos y se vendaba los ojos y trataba de recorrer la casa para ver si ubicaba lugares, también tenía por costumbre leer la guía de teléfono, entonces se pregunta ¿buscaba nombres, direcciones?

El psicoanálisis vincula la familia a la lengua, en tanto que la lengua que cada uno habla es cosa de familia, reservorio de los significantes con los que cada quien inscribe su deseo. La lengua nombra eso que nos vino de afuera y nos da vida. Lengua viva que anima y se anima en cuerpos vivos y hace posible una transmisión y es primordialmente el lugar donde se aprende la lengua materna y da lugar al equívoco. La designamos de acuerdo con Freud, como la “otra escena” que el lenguaje ocupa por su estructura elemental que se resume en la de parentesco.

Jacques Lacan nos aportó que las denominaciones de parentesco tienen el alcance de instituir el orden simbólico ya que anudan y trenzan, a través de las generaciones, el hilo de las estirpes. La confusión de las generaciones es lo que, en la Biblia, como en todas las leyes tradicionales, es maldecido como la abominación del verbo y la desolación del pecador.

Si la lengua crea el parentesco, el pequeño sujeto al ser secuestrado y apropiado, se lo despoja del contexto familiar donde se prende a sus marcas singulares. Es ahí donde se abre el espacio concentración ario, dado que obligados a tomar la lengua de quienes ejercieron las funciones materna y paterna, desde una particular perversión, con usurpación y banalización del amor, se vieron sometidos al estrago que produce una filiación falsificada, sostenida por una mentira acerca de su origen, en donde se niega la práctica del secuestro y apropiación, que incluyó una filiación basada en el asesinato de los padres. Ocultamiento doble ya que se negó también la búsqueda de la familia.

Proponemos la filiación como construcción, entonces hablaremos de parentalización, pues hay una elección de los padres, como hay una elección de los hijos, el lugar que el niño ocupa en la familia es una construcción. La parentalización implica una operación, es una acción a ser llevada a cabo por un sujeto que conlleva efectos. Subjetivar la cadena generacional supone que cada sujeto se responsabiliza por su lugar y su función. La filiación pensada como construcción implica un trayecto que permitiría hacerse hijo de los padres y padres de los hijos, así se introduce el acto, la responsabilidad y el deseo. El marco ético está configurado por la legalidad, el deseo, la responsabilidad subjetiva y el registro del amor.

El discurso canalla no se hace responsable de lo sucedido, callan y suelen dar vuelta la situación y hacer que la responsabilidad recaiga en otro lado, en muchos casos en los nietos que se animan a averiguar su origen y así develar el delito a que fueron expuestos. Poder localizar lo vivido y a que situación se vieron sometidos les abre un camino para reubicar responsabilidades y desarmar el discurso único de los apropiadores y del supuesto amor.

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Esto genera un trabajo psíquico suplementario para aceptar lo vivido e iniciar un trabajo de duelo tanto por lo vivido como por la situación de sus padres “desaparecidos”.

La conexión con la familia les abre un espacio a las preguntas sobre sus padres, sobre las expectativas que había en torno a su nacimiento que le permiten armar una versión acerca de los padres y de sí mismo y del deseo que estuvo en su origen, esto da lugar a la construcción de un relato en donde pueden hacerse hijos de esos padres “desaparecidos” y nietos de los abuelos y familiar de otros familiares y reconocerse en ese deseo para poder transmitirlo a la generación siguiente, sus hijos.

Encontramos en cada uno los efectos de la traición de la palabra, de aquellos que creían que eran sus padres y su familia, quienes mantuvieron la situación amparados en el Terrorismo de Estado. Así se pierde garantía de la palabra del otro al que se suponía protector y portaba los valores familiares. Lograr un nuevo espacio de confianza es costoso, pero el encuentro con la verdad histórica que le aportarán la familia y las Abuelas, abre una dimensión nueva de su propia vida y de la de sus padres, aun con el dolor que implica.

Se produce una alteración del tiempo porque lo organizado hasta ese momento se trastoca y los saberes disponibles se vuelven inoperantes. Ubicar lazos y funciones es un trabajo suplementario que implica aceptar que habían vivido y/o nacido en una situación traumática desconocida y renegada.

Saberse deseado, buscado y encontrado o que él mismo tomó el camino del encuentro hace que los vínculos construidos durante la apropiación se vayan deconstruyendo.

He sido testigo de como se anudan rápidamente a la historia y al deseo familiar, en muchos casos reconociéndose rápidamente en el nombre dado por los padres. Se trata de un verdadero acto del sujeto que se reconoce en ese deseo que lo anticipó.

En mi caso comencé mi práctica psicoanalítica en Abuelas a partir de atender la primer nieta restituida por orden judicial y con las pruebas genéticas, que mostraban parentesco con la familia que la había localizado y reclamaba su restitución de identidad y la recuperación de los lazos familiares, que incluyó la convivencia con su abuela materna.Era el año 1985 y la niña había sido restituida en diciembre de 1984, en ese momento no pertenecía al equipo psicoterapéutico de Abuelas, pero a través de un familiar que me conocía solicita iniciar un trabajo analítico juntas. Es en el año 1990 tomo a mi cargo la coordinación del área a pedido de su presidenta Estela Carlotto y de la comisión directiva.

Dicha niña había sido secuestrada a sus 23 meses en el año 1978, en Montevideo, Uruguay, en donde estaba radicada junto a sus padres desde hacía un año. Este secuestro formó parte de lo que se conoce como el “Plan Condor” en donde los ejércitos de los países limítrofes podían actuar secuestrando o trasladando prisiones, libremente.

La apropia un policía de la Provincia de Buenos Aires y su esposa y la vuelven a inscribir en el Registro Civil como recién nacida y como hija propia, con datos filiación falsos, intentando borrar mágicamente los años vividos y

obligándola a vivir de acuerdo a su nueva inscripción que implicó, asimismo, un atraso de dos años en su incorporación al sistema escolar.

Ante este arrasamiento de la subjetividad su actitud fue paradojal: por un lado, logró retener su primer nombre, pues era al único al que respondía y como no se lo pudieron cambiar quedó incluido en el nuevo documento falso; y por otro lado, hubo una detención de su desarrollo óseo durante dos años, detectado con posterioridad con exámenes forenses periciales, en el juicio por su restitución de identidad. Su acto retención del nombre lo podemos leer como resistencia del inconsciente a la apropiación y la detención de su desarrollo óseo como respuesta al desamparo radical en que quedó expuesta a partir del arrasamiento de la subjetividad al ser secuestrada, apropiada y privada de sus padres.

El juez que entendía la causa me solicitó en diferentes oportunidades un informe acerca de lo trabajado con la paciente, en los mismos sostenía la necesidad de un espacio familiar confiable para asegurarle una estabilidad a la pequeña a partir de la restitución jurídica.Con dicho juez tuve que diferenciar padres de apropiadores, pues intentaba asimilar su situación a la de una adopción, ignorando o pretendiendo ignorar que la apropiación de niños es una ruptura de la legalidad, en este caso amparada en el Terrorismo de Estado.Asimismo tuve que plantear a la Cámara Federal cuando sus apropiadores reclamaban visitas como si se tratara de niños de padres separados, que escuchen el “no” de la pequeña sujeto que se negaba a verlos cuando conoció la situación a la que estuvo sometida, pues si no escuchaban la posición de la niña y se producía una disociación de la personalidad la responsabilidad sería de la justicia y no sólo por la situación de apropiación. La Cámara aceptó los términos del informe y no otorgó las visitas.

El análisis tuvo tres momentos: el primero hasta la obtención de los documentos legales que demoraron tres años por la dificultad del Juez para diferenciar apropiación y adopción, el segundo tramo cuando solicita retomar entre sus catorce y dieciséis años y hace siete años nuevamente reinicia el trabajo analítico. Cuando comienza el juicio por Plan Sistemático es convocada como testigo ya que en dicho juicio está incluido su caso, conmovida por la situación solicita más frecuencia en sus sesiones y aparecen otros recuerdos de la época en que vivió con la familia que la apropió, confirmando lo que pensaba acerca de lo concentracionario. Ubica su situación de permanente extrañeza pero, sus fallidos intentos de alejarse, como en lugar de entrar en la casa donde vivían querer correr hacia otro lado, pero en ese momento, ninguna palabra le fue nombrada para ubicar lo que le ocurría, privándola del lenguaje que pudiese legitimar lo que había registrado.

Sigmund Freud plantea que los traumas son vivencias en el cuerpo propio o percepciones sensoriales de lo visto y oído, es decir impresiones recortadas de temprana infancia que marcan el cuerpo. Hay un anudamiento entre trauma y cuerpo dado que las percepciones sensoriales, lo visto y oído, vivencia o impresión siempre afectan y comprometen al cuerpo, a su sensibilidad. Solo el psicoanálisis es capaz de devolver a la memoria lo que se constituyó en traumático para cada uno, se trata de ubicar cómo el trauma opera para que desde el más allá, entre en el funcionamiento del principio del placer

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Si el paradigma freudiano del trauma es la neurosis traumática extraída de la neurosis de guerra, su modo de tratamiento es el juego del fort-da. Sea que el exceso intrusivo venga del propio cuerpo, lo pulsional o del exterior -como aquello a lo que los cuerpos fueron sometidos durante en el Terrorismo de Estado- se trata para cada uno de cómo salir de la inermidad, del desvalimiento, del sin recursos y de su angustia correlativa.

Freud pone a consideración la lógica de lo que considera el primer juego simbólico creado por un niño, su nieto de un año y medio, que ponía en escena la ausencia materna a partir del uso del carretel y lo acompañaba de dos sonidos, leídos como fonemas: fort (fuera) cuando lo arrojaba por fuera de la cuna y da (acá), al retornarlo.El juego completo era entonces, desaparición y aparición, siendo la primera parte la que repetía reiteradamente pero, según Freud, el placer estaba ligado a la segunda. El juego ponía en escena la marcha de la madre y la renuncia a la satisfacción pulsional a la que el niño estaba dispuesto al permitirla. En la repetición del suceso desagradable -la partida de la madre-, el niño pasó de ser el objeto pasivo de esa ausencia a tomar un papel activo creando un juego a partir de la ausencia, que deja su caída como objeto para la madre, haciendo entrar este suceso dentro del principio del placer. Inventa un juego como modo consentir a la renuncia que dejó una ausencia haciéndose así, dueño de la situación.

Freud desprende de este juego el impulso a elaborar psíquicamente algo que ha causado intensa impresión, algo traumático, para así dominarlo. La disposición a la creación es del niño, el dominio es del principio del placer, el regocijo del juego y la dignidad es del sujeto que ha decidido hacer otra cosa que padecer lo desagradable dándole la vuelta a la impotencia. Esto que implica un cambio en el decurso de la pulsión de muerte y un cambio de decisión respecto de lo traumático vivido.

El trabajo analítico con la niña restituida que fue realizado en tres tramos con sus entradas y salidas a la manera del fort-da, le fueron posibilitando una apertura a un espacio propio y para poder ubicar las marcas particulares de la catástrofe vivida, logrando otro espacio para habitar, recordando que para habitar se necesita construir mundo.

Como política del psicoanálisis, desde nuestro Centro pusimos en marcha un dispositivo analítico que produce el inconsciente en acto y el analista, por su posición en el discurso, introduce una hiancia en el discurso común para dar lugar al discurso del inconsciente, que surge siempre en su dimensión de ruptura del sentido establecido y promueve el deseo de “pura diferencia” respecto de lo vivido, de las identificaciones y del objeto plus de gozar que habitan al ser hablante.

Restituirse, para cada uno de los nietos, habiendo recuperado sus derechos en el plano jurídico, será un trabajo de subjetivación que podrán realizar en el espacio analítico, como sitio de lo posible para que surja el sujeto del inconsciente, en donde podrá cernir las marcas singulares del estrago, con la deslocalización del goce que conlleva. En dicho espacio se trata de la búsqueda del sujeto que transporta una verdad, un saber no sabido, pero vivido.

Experiencia analítica para que otra lengua sea posible, como nos recuerda J.Lacan en la clase 10 del 13.4.76 del Seminario 23 “El sínthoma” cuando

dice que “uno elige hablar la lengua que uno habla efectivamente. De hecho, uno no hace más que imaginarse elegirla, y lo que resuelve la cosa es que esta lengua, al fin de cuentas, uno la crea. Uno crea una lengua en tanto que en todo momento uno le da sentido (…). En todo momento uno da un pequeño retoque, sin lo cual la lengua no estaría viva. Ella sólo está viva en tanto que en todo momento uno la crea, y es en eso que no hay inconsciente colectivo, que solo hay inconscientes particulares, en tanto que cada uno, a cada instancia, da un pequeño retoque a la lengua que habla”. Se trata de recuperar lo más vivo de sí como modo de salida del discurso del Otro, que durante la apropiación lo petrificó y que da paso a un decir singular. Para llevar un “entre” a término se necesita decisión, dar lugar a ese tiempo propio que abre un camino nuevo para salir de lo siniestro silenciado y de lo forzosamente olvidado.

El deseo del analista se orienta hacia la construcción del síntoma en tanto creación, ya que porta memoria, memoria pulsional de lo vivido que resiste al discurso, así el sujeto podrá hacer síntoma en la historia, encarnarla, ya que a la historia se la crea con el síntoma. Invención que posibilita un espacio para la vida.

Para concluir comparto unos párrafos del escrito de María Eugenia Sampallo Barragán quien nació en cautiverio y recuperó su identidad en el año 2001 y que fue la primera nieta restituida que se incluyó como querellante en el juicio por su apropiación, para juzgar al matrimonio que la apropió y al militar que la entregó.

En la acusación que presenta al Tribunal dirá “la única huella que conservamos de aquella herencia y aquella historia fue nuestro cuerpo y nuestra sangre, que señaló, indicó, acusó, en cada momento de nuestra vida, la fisura que existía en el discurso de los apropiadores”. En el texto que presenta a la justicia incluye un fragmento del poema de Bertrolt Brecht “A los combatientes de los campos de concentración”.

El 31 de marzo de 2008 unos días previos a la sentencia del Tribunal que entendía su causa, lee un escrito en una conferencia de prensa ante los medios nacionales e internacionales en la sede de Abuelas.

“Normalmente, al difundirse las noticias sobre apropiaciones de menores durante la última dictadura, erróneamente emplean los siguientes términos para referirse a las personas que inscribieron como hijos propios a quienes no lo eran: se emplean las fórmulas “padres adoptivos”, “padres del corazón” o simplemente “padres”.Lo que quiero destacar es que tanto en mi caso, como en muchos otros, no se trata de “padres adoptivos”, puesto que no existió ningún trámite de adopción. Yo fui inscripta como hija propia por estas personas, con una fecha de nacimiento falsa, un lugar de nacimiento falso, padres falsos, a partir de un certificado de nacimiento falso. (…)En cuanto al término “padres del corazón”, imagino que se hace referencia a cierta relación filiatoria a partir del afecto.Pero entonces podemos preguntarnos si una persona que robó a un recién nacido, que le ocultó que fue robado, que tal vez secuestró o torturó a sus padres, que lo separó de ellos y de su familia, que le mintió siempre respecto de sus orígenes, que –más frecuentemente de lo que uno quiere pensar- lo

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maltrató, humilló, engañó, en forma cotidiana, que lo separó de su familia a conciencia, si una persona que hizo todo esto, o algo de todo esto, puede saber y sentir qué es el amor filial.Yo respondo que no, que el vínculo con este tipo de personas queda determinado por la crueldad y la perversión.(…) creo que de ninguna forma es correcto llamarlos “padres”, puesto que padres fueron aquellos de los que nos separaron a la fuerza cuando nacimos o al ser muy pequeños.(…) las personas que hoy se encuentran imputadas por mi apropiación me criaron sin ningún consentimiento por parte de mi familia, la cual me buscó desde antes de mi nacimiento, que tuvo lugar durante el cautiverio de mi madre.(…) sé que la curiosidad de muchos los inclina a preguntarse qué es lo que siento yo para con mis apropiadores.Puedo decir que no siento nada. Ningún vínculo emotivo me une a ellos.Sólo me voy a referir a cierto sentimiento de culpa, que creo que en algún momento es inevitable sentir, puesto que la relación que diseñan los coloca en un rol “salvador”: en este sentido, mis apropiadores sostenían que yo había sido abandonada.Hay un momento en el que lo perverso de la relación, construida en esos términos, se hace evidente: cuando comprobamos que el derecho a conocer nuestros orígenes implica develar el delito del que somos víctimas. Para mí primó mi derecho a conocer quiénes habían sido mis padres, qué había sucedido con ellos y conmigo.(…)En el alegato (…) expresamos que el robo de bebés, la apropiación de niños nacidos durante el cautiverio de sus padres o secuestrados junto a ellos, es un delito de lesa humanidad y entendemos que ya es hora de considerar su gravedad en estos términos y dejar de minimizar el impacto que tuvo y sigue teniendo en nosotros, en nuestras familias y en la sociedad en su conjunto.Los precedentes pueden rastrearse a lo largo de la historia argentina y pueden analizarse las consecuencias desastrosas en el presente, en el tráfico de niños, por ejemplo.Nuestros padres fueron perseguidos por razones políticas; muchos fueron asesinados o están desaparecidos, muy pocos viven y están separados de nosotros y nos siguen buscando. Nosotros fuimos apropiados por razones políticas.(…)Nuestras madres y nuestros padres no nos abandonaron. Vivimos gracias a ellos, que soportaron las más terribles condiciones durante su cautiverio ilegal. Solamente a la fuerza pudieron separarnos de ellos.Concluye con estos interrogantes:¿Cómo se puede mitigar la crueldad de cientos de secuestradores y secuestradoras? ¿Con la venganza? Creo que nos salva de ella conocer la noción de justicia, que es lo que mi familia, las Abuelas, yo y tantos esperamos durante 30 años. Ahora es el Tribunal Oral Federal N° 5 quien debe contraponer a estos 30 años de impunidad, la Justicia”.Dicho Tribunal estaba integrado por los jueces Guillermo Andrés Gordon, Daniel Horacio Obligado y Ricardo Luis Farías, quienes el día 4 de abril de 2008, se expiden condenan a los acusados con penas muy menores respecto de lo solicitado tanto de la querella como de la fiscalía.

Hay historias que necesariamente tienen un nuevo comienzo, este comienzo es promesa y está garantizado por cada nuevo alumbramiento. Si “la verdad alumbra lo que perdura” como dice Victoria Montenegro, otra nieta restituida, también posibilita otro espacio para la vida.

Se tratará, entonces, de dejarnos enseñar por nuestra experiencia y ubicar no sólo lo que el psicoanálisis nos aporta sino lo que de dicha experiencia nos abre a la interrogación psicoanalítica.

Bibliografía:

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Un comentario

En el año 1994, la reforma constitucional efectuada, incorporó en el art. 75 inc. 22 de nuestra Constitución Nacional diversos Tratados Internacionales, entre ellos la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948. Pensar sobre el respeto de los Derechos Humanos en nuestro país a la luz de la actualidad, impone aludir también a temas conexos de diversas índoles como ser: el concepto de derecho y de dignidad, nuestra realidad actual nacional y por supuesto la idea de justicia, entre otros.

El art.° 75 inc. 22 (ordenado por la reforma Constitucional de1994)“Corresponde al Congreso:Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del hombre; la Declaración Universal de Derechos Humanos; la Convención Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; el Pacto Internacional de derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo; la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas Formas de Discriminación Racial; la Convención sobre la Eliminación de todas Formas de Discriminación de la mujer; la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles Inhumanas o Degradantes; la Convención sobre los Derechos del Niño; en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la primera parte de esta Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos. Solo podrán ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo Nacional, previa aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara. Los demás Tratados y Convenciones sobre derechos humanos, luego de ser aprobados por el Congreso, requerirán del voto de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara para gozar de la jerarquía constitucional.”Los instrumentos internacionales seleccionados para su inclusión, relacionados con los derechos humanos de los que nuestro país es Estado parte, son aquellos que conforman la base del sistema internacional y del sistema regional de protección de los derechos humanos. Son las declaraciones Universal y Americana como marco de interpretación del conjunto de los derechos y el alcance de las garantías consagradas por otros instrumentos como la Convención Americana o Pacto de San José de Costa Rica; Pacto de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo; Pactos

de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y su protección facultativa como instrumentos concretos de enumeración de derechos humanos y las herramientas procésales para hacerlos efectivos. Finalmente los Pactos y Convenciones específicos contra el Genocidio, la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles Inhumanas o Degradantes; contra la Discriminación de la mujer; contra todas Formas de Discriminación Racial; y por los Derechos del Niño; que consagran medidas parea desterrar prácticas generalizadas en los países de América Latina y en nuestro país. Así como promover acciones positivas que apunten a superar situaciones de desventaja cívica, política, económica y social de grupos históricamente marginados en nuestro país.

La jerarquía constitucional de estas convenciones debe entenderse ratificatoria de la Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, y la estipulación de la Convención de Viena sobre los Tratados. En cuanto a la superioridad de los tratados y acuerdos internacionales respecto de la ley nacional debe entenderse su ubicación en la pirámide normativa, se explicita mediante la formulación “se entenderán complementarios de los derechos y garantís consagradas en la primera parte de la Constitución”; entendiendo por esto que no limita el campo de la tutela del establecida por el poder constituyente del 53, sino que la perfecciona y ampara hasta el alcance establecido en los Tratados. Un tratado entonces no podrá derogar un derecho establecido en la Constitución, pero sí incorpora nuevos derechos.Los demás tratados de derechos humanos no enumerados y aprobados, tendrán jerarquía superior a las leyes y podrán alcanzar rango Constitucional; y el Congreso así lo declarase por dos tercios de la totalidad de sus miembros, porque es la fórmula que obliga al consenso de más de un partido y no la imposición de uno sobre otro.La innovación del constituyente del 94 es la atribución conferida al Congreso para la denuncia de un tratado, y no una facultad exclusiva del Poder Ejecutivo requiriendo el voto afirmativo de las dos terceras partes del total de sus miembros.Los tratados internacionales que no se refieran a los derechos humanos, tendrán jerarquía superior a las leyes. Los tratados pertenecen al Derecho Internacional y su incorporación al Derecho Interno depende del sistema y la práctica constitucional de cada Estado.Generalmente en ellos se fija la fecha de su entrada en vigencia, después del depósito del instrumento de ratificación, o del canje de ratificaciones efectuado por los países signatarios. La ratificación internacional supone a su vez la existencia de una ley aprobatoria, dictada por los organismos constitucionales competentes de cada estado.

Reflexiones acerca del cumplimiento en nuestro país de la Declaración Universal de los

Derechos Humanos

Por Osvaldo Varela y María de los Angeles Izcurdia

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Los tratados universales se aplican incluso a los casos provenientes de los países no ratificantes; siempre que el Estado que lo aplique lo hay ratificado.

Algunas conceptualizaciones

La clasificación de los Derechos Humanos los divide en: 1) derechos del sujeto singular: derecho a la vida, a la libertad, a la propiedad, a la intimidad; y 2) derechos el sujeto colectivo: derecho a la paz, a la protección de un ambiente sano, al desarrollo de los pueblos, a la protección de las minorías, a la protección o uso del bien común de la humanidad.Según el Dr. Negri “el derecho es un proyecto de armonía social, fundado y realizado en el respeto de la persona del hombre”. El fundamento ético en que se basa el respeto de la persona del hombre, tiene que ver con que el derecho busca una sociedad donde todos los hombres sean respetados, y en la cual se reconozca y valore la especial dignidad que cada persona posee por el solo hecho de existir.Sabemos que la dignidad humana es una sola, pero surge una pregunta ¿qué se entiende por dignidad? La dignidad sería una cualidad que tiene todo ser humano por el solo hecho de serlo, que lo hace pasible de merecer ser respetado como tal. Dos son los elementos que determinan la dignidad humana : su carácter de persona moral, en tanto el hombre posee una responsabilidad que le es propia y es la responsabilidad que tiene consigo mismo frente a su compromiso con la realización de los valores por los que es vocado; y su singularidad que deviene de su carácter de unicidad. La dignidad humana es el centro de los contenidos morales del derecho.Ahora bien, el derecho intenta proteger y sostener esa dignidad humana.Aquí cabría plantearse una pregunta ¿cuáles son las condiciones para una vida digna? Pareciera hasta obvio enumerar esas condiciones; aunque sabemos –y a lo largo de este desarrollo ampliaremos- que ésta obviedad teórica, es excepcionalmente encontrada en nuestra actual realidad argentina. Entonces, diríamos que se consideran como condiciones esenciales para una vida digna: la libertad (de expresión y de elección), la igualdad (igualdad de oportunidades), la justicia social, la seguridad social, la paz, el trabajo con remuneración justa y vacaciones pagas, la asistencia de salud, poseer una vivienda (propiedad – bienes), la educación, el esparcimiento, la vestimenta, el alimento, y la posibilidad de formar una familia; sosteniéndola apoyándose en el cumplimiento de las condiciones mencionadas.Más aún, estas condiciones para una vida digna las podemos encontrar en nuestra Constitución Nacional , Primera Parte, Declaración de derechos y Garantías, en los art.° 14 y 14 bis ; siendo los mismos plenamente congruentes con los art° 22 al 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, incorporada a nuestra Constitución por el art. 75.Una sociedad estratificada, basada en un régimen económico de escasez cada vez mayor para las clases más bajas, se transforma en una sociedad basada en la desigualdad y por lo tanto viola los derechos humanos.El autor William Robson habló del “Estado de bienestar” haciendo referencia a una sociedad que posea una transformación en el ámbito de la política social a partir de la acción estatal. Este “Estado de bienestar” (valga su doble interpretación) es uno de los objetivos que menciona el preámbulo de nuestra constitución “... promover el bienestar general...”. Pero este bienestar general, hoy por hoy, no es tal; siendo que encontramos una gran desigualdad económica, un alto índice de desempleo, recortes salariales (aún a jubilados), asistencias esenciales que el estado debería proporcionar y garantizar su cumplimiento a los ciudadanos y no lo hace, como ser:

brindar sistemas de salud, seguridad y previsión social; además de un rápido crecimiento de la pobreza. Este último síntoma enunciado –el crecimiento de la pobreza- quizás sea el más grave de todos ya que está considerada que la extrema pobreza es la más seria violación a los derechos humanos, porque limita el resto de los derechos.Ives Lacoste cuando caracteriza a los países subdesarrollados dice: “son aquellos en donde no hay un aprovechamiento total de los recursos; y hay miseria”. Además de ello, siguiendo el pensamiento de este autor, podría considerarse a la Argentina como un país subdesarrollado ya que presentamos una subalimentación de amplios sectores de la población, una situación de subordinación económica dependiendo de países hegemónicos, estructuras sociales atrasadas, procesos de desaparición de la clase media, bajo nivel de educación, y estado sanitario deficiente entre tantas otras cosas que configuran nuestra realidad.

Vigencia actual de los derechos humanos en nuestro país

¿Cómo se logra un real respeto por la dignidad humana? Es decir, ¿cómo se consigue que se cumplan los Derechos Humanos? ¿Basta con que se encuentren escritos en la ley? No alcanza con el deseo para que éste se cumpla; por lo tanto no es suficiente la letra escrita, para que ella se imponga en la práctica. Encontramos -en nuestro criterio- en el preámbulo de nuestra Constitución el modo en que debe alcanzarse ese respeto de la dignidad humana, y por consiguiente el cumplimiento de los Derechos Humanos; y ello es “...afianzar la justicia, consolidar la paz interior,... promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad...”. Dentro de esto me parece fundamental –por las circunstancias particulares de nuestro país- lograr “afianzar la justicia”.Ulpiano define a la justicia como: “perpetua y constante voluntad de dar a cada uno lo suyo”Según Stammler “el derecho es un intento de justicia”, y como tal busca el respeto de la esencia del hombre. ¿Cuál es la esencia del hombre? Su dignidad. Para que ésta sea tal, debe protegerse y asegurarse la libertad, la igualdad y el bienestar general.Es dable cuestionarse –ingenuamente-: ¿se cumplen en nuestro país los Derechos Humanos? Ya se ha dicho que desde lo formal la respuesta es positiva, debido a que la Constitución Nacional contempla y enumera Derechos Humanos; pero la realidad evidencia que hay una gran masa de población argentina en la cual los Derechos Humanos son burlados y vulnerados diariamente.

Franco Basaglia hace una diferenciación entre lo que denomina “necesidades reales” y “necesidades artificiales”. Las necesidades reales de un ser humano son, básicamente, las necesidades que impone la subsistencia: alimento, vestimenta, higiene, salud, vivienda, educación; mientras que las necesidades artificiales, son aquéllas necesidades artificialmente creadas, pero, ¿por quién?. Por el sistema capitalista, por el modelo consumista y productivo, que exige ser parte de una macro estructura sistematizada de tal modo que se crea un círculo cerrado, y quien no pertenece al mismo queda por fuera de una forma estigmatizante. Como ejemplo de esto podría tomarse el slogan comercial de una famosa tarjeta de crédito que rezaba “pertenecer tiene sus privilegios”, también hemos escuchado todos que “pertenecer marca la diferencia”. ¿Qué diferencia. La de las distintas clases sociales a las que el hombre pertenece.

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Es la satisfacción de las necesidades reales lo que hace al cumplimiento de los Derechos Humanos. Pero la paradoja está en la desigualdad evidente: es justamente la clase alta –sector minoritario socialmente- (que forma parte del sistema capitalista, promotor del consumismo), aquella que tiene satisfechas no sólo las necesidades reales, sino que también, y principalmente las artificiales (ej: celulares, ropa de marca, electrodomésticos, autos, tarjetas de crédito, etc). Mientras que gran parte del resto de la sociedad no puede alcanzar siquiera la satisfacción de las necesidades elementales. Esto nos lleva a pensar en un sistema social plagado de injusticias y desigualdad (contraposiciones a puntales fundamentales de los Derechos Humanos, como son la justicia y la igualdad).La pregunta sería: ¿se respetan los Derechos Humanos? No. Al decir de Basaglia se “criminalizan las necesidades”. Parafraseando al autor: “la criminalización de las necesidades es en realidad la naturaleza artificialmente construida, de manera que se encuentran frente a frente violencia y criminalidad, la una en respuesta a la otra, sin que se sepa ya más reconocer qué cosa es la necesidad real... No existen necesidades -reales- en tanto no se las toma en cuenta, ni respuestas a esas necesidades”. Porqué sostengo que se criminalizan las necesidades. Porque estos sujetos quedan por fuera de una sociedad que los estigmatiza y margina por ser pobres.

Después de todo lo expuesto queda planteado un interrogante: ¿Hasta cuando las condiciones para una vida digna van a seguir dependiendo de la clase social a la que un hombre pertenece? Acaso ¿no somos todos seres humanos?

Una reflexión

La Declaración Universal de los Derechos Humanos comienza diciendo: “Considerando: que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana...”

Para que se cumpliesen las condiciones necesarias para una vida digna sería preciso lograr en primera instancia y en forma conjunta, una reforma institucional y económica. Es imprescindible conseguir un cambio en nuestras instituciones, las cuales son las que ostentan el poder político que podría revertir las actuales circunstancias en las que se encuentra nuestro país; pero para ello, este cambio debería implicar la eliminación de los sectores corruptos que vician a estas instituciones, esos mismo sectores que al no tomar en cuenta las necesidades reales de la población dejan a una gran masa en un estado de vulnerabilidad social del cual les es prácticamente imposible sustraerse por sus propios medios. De esta manera se posibilitaría alcanzar un cambio también en la economía, con una mejor distribución de las riquezas, y un mejor planeamiento en cuanto a la recaudación de impuestos (tomándose en cuenta la situación de cada sector social).

El Estado debe brindar las condiciones indispensables para el desarrollo personal y social; para lo cual es menester que se consiga la reactivación productiva y económica. El cambio también implicaría restablecer un sistema de valores, y marcar pautas más rígidas por parte de la justicia distributiva. Es necesaria una concientización que replantee los valores, y brinde participación popular para poder alcanzar ese cambio.

Un plan económico que tenga que ver con lo justo, tiene que respetar al hombre que está por encima de las cosas, reconociéndole su dignidad y buscando el bienestar general.La tarea es la lucha diaria para lograr el cambio y la concientización de que la dignidad del hombre está por encima de todo. La propuesta es trabajar como agentes de cambio dentro de las instituciones para así lograr que las mismas puedan dar respuestas satisfactorias a los fines para los cuales han sido creadas. Para ello, es indispensable dejar a un lado la crítica vana para dar paso al debate efectivo y a la acción eficaz.El plan de acción tendría que basarse en la igualdad, fundada en la libertad; pero además como sociedad debemos acompañar ese cambio, responsabilizándonos cada uno en lo que le toca. La voluntad política es imprescindible, pero si ésta voluntad no está apoyada en la voluntad del “pueblo soberano” nada es posible.

Finalmente tomamos una frase de la Dra. Flores:“El derecho es la opción en el camino, que actúa como motor para construir una democracia que garantice los derechos humanos y nos dé posibilidades de crecer internamente y en nuestras vinculaciones internacionales”.

Bibliografía: Basaglia, Franco / Basaglia Franca – “Los crímenes de la paz” – Editorial Siglo XXI,

México, 1987.

Constitución de la Nación Argentina.

Conferencia dictada por la Dra. Flores – Titular de la materia Derechos Humanos –

Universidad Nacional de Lomas de Zamora – Bs. As., Octubre de 2001.

Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Ekmekdjian, Miguel – “Manual de la Constitución Argentina” – Ed. Depalma- Bs. As.,

1994.

Fauroux, María G. – “Ideas para una introducción al derecho” – Editor: Pablo Huergo,

4ta. Edición, Buenos Aires, 2000.

Justo Lopez, Mario– “Nociones de historia de derecho político” – Ed. Depalma – Bs.

As., 1984.

Sarmiento, Domingo F. – “Facundo” – Bs. As., 1979.

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Delich, Rector interventor hablando, izq. Secretaria de Extensión Alicia Azubel; Secretario Académico Carlos Sayago -marido de Alicia Messiga- y Rosalía Schneider.

Sally Schneider (Docencia), Anibal Duarte (Investigaciones); Hugo Vezzetti y Francisco Delich.

Claudio Alonzo, Celia Frylistein, ?, Reina Cheja.

Este artículo compila recuerdos informales testimoniados por quienes institucionalmente están nombrados en los documentos. Personas que al hablar, en realidad representan grupos. Así el contrapunto, los diálogos, el juego de construcción de consensos y disensos muestran cómo los grupos se mueven unos en relación con otros, se influencian, negocian, se asocian, pactan y hasta llegan a neutralizarse mutuamente. Aprenden a convivir: a veces se excluyen, se aceptan y cambian. Los que hablan son portavoces de lugares y grupos. En la tensión entre persona y representatividad, matices de personalismo y estrategia grupal, la democracia recién inaugurada encuentra a los actores improvisando nuevos roles, a las personas desentrenadas en convivir colectivamente, y a la vez, con muchas responsabilidades de construcción institucional postergada y obligada a reconstruir lógicas de participación perdidas. Grupos nuevos diferenciados de viejos grupos. Entre los nuevos grupos que emergen encontramos la paradoja que no sólo retratan diversas generaciones: los estudiantes; nuevas generaciones ávidas de participar eligen tempranamente sus centros de estudiantes, desde 1982 y 1983, y son muy participativos. Como los estudiantes, los grupos de graduados son militantes políticos ligados a las asociaciones profesionales. Estos grupos son los primeros en lograr representación. Los profesores, el claustro más difícil -en tanto se conforma y resulta según el Estatuto universitario de los concursos- tarda en construirse y allí se tensan grupos que venían, grupos de afuera con gran actuación institucional en los 60’s, grupos nuevos. Influencias, incidencias, militancias. También se invitó a testimoniar a actores informales. Como fuentes y documentos estarán colgados en el Archivo Virtual y pueden consultarse; nos arriesgamos a incluir estos testimonios que constituyen perspectivas personales y pueden contener imprecisiones pero el entretejido constituye “nuestra novela” e ilumina desde distintas perspectivas una construcción colectiva: nuestra Facultad desde la palabra de sus actores.

Nuestra Facultad cumple 30 años. Parte 2

Por Lucía Rossi

ESPECIAL 30 AÑOS

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¿Los escuchamos?

Único Testimonio Escrito: Hugo Vezzetti (12/05/15)

“Como es sabido, la Facultad fue creada en noviembre de 1985. Recién entonces fui nombrado Decano Normalizador, cargo que mantuve hasta que se pudieron completar los pasos necesarios de la normalización: la elección de los consejeros, la constitución del Consejo Directivo y la elección de la primera Decana, Sara Slapak, en octubre de 1986. Mi cargo anterior era el de Delegado Normalizador, lo que implicaba que era delegado del Rector, Francisco Delich. Fui designado en ese cargo en febrero de 1984, de modo que en total mi gestión duró dos años y diez meses.¿Por qué Delegado del Rector? Respondía a la situación de la Carrera de Psicología que había sido separada de la Facultad de Filosofía y Letras en 1974, si no me equivoco, durante el período oscuro de la intervención a la UBA comandada por Alberto Ottalagano durante la gestión de Oscar Ivanissevich en el Ministerio de Educación. Se daba una situación insólita, de una carrera que no estaba integrada a una Facultad; lo mismo sucedía con la Carrera de Sociología. Y así se mantuvo durante los años de la dictadura. Pero la Carrera había cobrado una autonomía de hecho en su funcionamiento y eso no cambió con la gestión de Delich. En la práctica yo decidía como un interventor, no dependía de sus instrucciones aunque obviamente lo consultaba; y debo decir que el Rector siempre me respaldó.Sobre las circunstancias anteriores, las que llevaron a Delich a proponerme el cargo, sólo puedo transmitir lo que después me contaron. Hay otros que deberían aportar su testimonio. Yo no participé en ese proceso previo que se desarrolló en los grupos que trabajaban dentro de la UCR, los equipos técnicos que venían preparando las propuestas para la gestión universitaria. Por lo que sé, había dos grupos y cada uno impulsaba un candidato para Psicología. Uno estaba integrado por graduados y algunos docentes que habían participado en la gestión universitaria en los comienzos de la Carrera en los sesenta, antes de la intervención de 1966. Llevaba como candidato a Aníbal Duarte, que había sido consejero en aquellos años. Del otro grupo puedo decir menos; creo que eran estudiantes y respondía a uno de los sectores de la Juventud Radical. Proponían a Roberto Harari, que había sido Presidente de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (APBA) en los comienzos de la asociación. Yo también había tenido actuación en la APBA, pero después, en los años de la dictadura. Yo era vicepresidente en 1978 cuando fue secuestrada Beatriz Perosio, finalmente desparecida, y tuve que asumir la presidencia y llevar adelante las gestiones que se pudieron hacer para reclamar por ese crimen. Era conocido en ese ámbito y por mi participación en la Revista Argentina de Psicología. Y fuera del campo psi Delich me conocía porque yo formaba parte del grupo que sacaba la revista Punto de Vista, una revista de cultura y política dirigida por Beatriz Sarlo.Lo cierto es que el Rector electo, Delich, recibía las propuestas que le hacían llegar los grupos que dentro del radicalismo trabajaban en las distintas facultades y carreras. Y la de Psicología no llegaba porque los dos candidatos se neutralizaban mutuamente. Allí surgió la idea de un tercer nombre, para resolver ese impasse. No estoy seguro quién propuso el mío: los testimonios no son coincidentes. Pero quienes me proponían estaban en el grupo que apoyaba a Duarte. Me consultaron, acepté considerarlo y tuve una entrevista con Delich. Le pedí unos días para pensarlo. Era totalmente inesperado para mí, pero al mismo tiempo sabía que no asumía solo, ya que iba a apoyarme en el grupo que venía trabajando, con Aníbal y Adela Duarte, Sally Schneider,

Susy Kaufman. También consulté con la APBA que en ese momento estaba dirigida por el peronismo. Estaban Osvaldo Devries y Silvia Chiarvetti. Ellos, como la mayoría en la sociedad, habían pensado que Italo Luder iba a ganar las elecciones; habían preparado sus propuestas para la Carrera y tenían su propio candidato, Pancho Ferrara. Pero me conocían, no pusieron objeciones y de algún modo dieron su apoyo. Sobre esas bases acepté.¿Por qué lo hice? Yo no tenía un interés particular en la universidad mi mayor vocación por la gestión, que sabía que iba a ser ardua. Pero había votado a Alfonsín y después de haber pasado por la experiencia de la dictadura sentía que estaba obligado, como ciudadano ante todo, a contribuir a esa nueva etapa de construcción democrática. Tenía claro, lo habíamos conversado con el Rector, que había que sacar a la Carrera del pozo de desprestigio y aislamiento en que había caído en los años de la dictadura. Ante todo había que reestablecer el funcionamiento de los claustros: eso era básicamente la “normalización”. Los estudiantes ya se habían organizado, tenían elecciones; en fin eran elecciones del Centro de Estudiantes, pero tenían una legitimidad que nadie podía discutir. Los graduados de algún modo estaban representados por la APBA que se integró al Consejo Asesor. El problema mayor era la organización del claustro de profesores y por eso los concursos tuvieron desde el principio la mayor importancia.En el comienzo, el Secretario Académico fue Carlos Sayago. Yo no lo conocía y la verdad es que nunca me llevé bien con él. Es lo único que Delich me impuso porque era parte del acuerdo con Franja Morada. Yo designé a Alicia Azubel como Secretaria de Extensión y a Aníbal Duarte en la Dirección de Investigaciones: no era una Secretaría todavía pero le dimos un tratamiento equivalente y fue una de las áreas nuevas que se desarrollaron (foto 1). El otro acierto de ese primer tramo de la gestión, creo, fue designar a Susy Kaufman a cargo del área de Concursos, donde trabajó con completa autonomía. Y creo que los concursos se hicieron con extremo cuidado. Aunque hubo, por supuesto, algunos disconformes porque perdieron sus concursos (incluso algunos que se distanciaron); el criterio fue designar jurados bastante inobjetables y respaldar sus dictámenes; y cuando había disidencias siempre respaldé a la mayoría. Nunca hablé con los jurados. Además incorporé a una asesora legal, Alicia Ruiz (hoy es jueza del Superior Tribunal de Justicia de la Ciudad) que fue de gran ayuda. Hubo un solo concurso en el que prosperó la impugnación, por vicios formales, el de Azcoaga, que se hizo nuevamente.Pero previamente a los concursos hubo que establecer las bases académicas y administrativas: la creación de los departamentos y la aprobación del nuevo plan de estudios, que se discutió mucho en la Carrera. Todo se hizo como resultado de un trabajo de equipo. Al poco tiempo Sayago se retiró y asumió Alicia Azubel como Secretaria Académica. Y María Strático ocupó la de Extensión. A Alicia y a María yo las conocía de los tiempos de mi gestión en la APBA. Todos trabajamos mucho, pero quiero recordar especialmente a los que ya no están, a Aníbal Duarte y a María Strático.Cuando asumí todos los profesores y los docentes estaban designados para el año académico que comenzaba. Eran designaciones interinas; y obviamente no podíamos dejar a los mismos profesores hasta que se sustanciaran los concursos. Hubo que cubrir esas cátedras de inmediato y revisar las designaciones que todavía se hacían de acuerdo con el viejo Plan. En eso trabajó la comisión asesora. El criterio fue que continuaran sólo los profesores que tenían antecedentes o más trayectoria, como León Ostrov o García de Onrubia. García de Onrubia había sido interventor designado de la dictadura en la Carrera; por eso algunos querían excluirlo. Yo hice mis averiguaciones. Descubrí que otros profesores lo habían propuesto para

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evitar un interventor militar; y que había terminado en malos términos con la gestión de la dictadura en la universidad. Decidimos que siguiera como profesor hasta el concurso. Pero la mayoría de las cátedras se renovaron dos veces en esos años, primero con las designaciones interinas y luego con quienes fueron ganando los respectivos concursos.Finalmente, estaba la relación con los estudiantes. Sería muy importante contar con el testimonio de los estudiantes que participaron en esos años en las comisiones y en el consejo. El Centro estaba dirigido por el Partido Intransigente. Cuando asumí el presidente era Pablo Semán, quien también cursaba la carrera de sociología. Finalmente optó por recibirse en ésta última y hoy es un sociólogo conocido. Su padre, Elías Semán, era un abogado que integraba el grupo de los desaparecidos de Vanguardia Comunista, al igual que Beatriz Perosio. Él sabía que yo había militado en esa organización y había conocido a su padre. Teníamos un buen trato a nivel personal, pero la política del centro era crítica respecto de la gestión. Yo tampoco tenía un apoyo pleno de la Franja Morada, sobre todo después de la renuncia de Sayago. De modo que me respaldaba sobre todo en el equipo y en el trabajo: las iniciativas fueron saliendo y así se llegó a la aprobación del nuevo Plan de estudios y a la creación de la Facultad.Hugo Vezzetti en testimonio verbal: “Habría que consultarla a Alicia Azubel… En el Grupo inicial de graduados estaban Sally Schneider, Adela, Sara, Aníbal…” Un grupo de Franja Morada proponía a Harari”. Había varios grupos: uno de la Juventud Radical… otra Revolucionaria. Se fueron neutralizando entre sí. Cuando Delich es designado Rector Normalizador pide un nombre para Psicología y lo demoran… Se entrega a último momento, el último fin de semana: finalmente le dan mi nombre”. Me propone el grupo con experiencia previa en la carrera de los 60’: Sally Schneider, Aníbal Duarte (consejero en los 60); a Harari no se lo convoca, por presión de los estudiantes”. “Importante: Susy Kaufman en Concursos y Sara Slapak y Reina Cheja en Orientación al estudiantes se ocupan de restablecer la delicada relación con los estudiantes”. En una de las primeras reuniones cae Aníbal con una hoja de cartulina gigante con marcadores de colores y un mapa de plan de estudios a mano”. Susy Kaufman: “Había un argumento tóxico: la psicología asociada a la subversión”. Había asambleas, Laboratorios a cargo de Sara Slapak, Reina Cheja, Felunia Gelblum que atendían ingresantes, pero también egresantes”. Vezzetti: “Los estudiantes ya habían elegido sus representantes en el CEP en el 83 cuando asumimos. Pablo Semán del PI. Si contextualizamos, en 1983, la izquierda de la juventud estudiantil era minoría en el período de mi gestión. En APBA estaban Devries y Chiarvetti, tenían un delegado que se llamaba Pancho Ferrara. Además había sectores del radicalismo de Franja Morada como Alicia Mesiga.Delich dice tener dos candidatos. Harari y Aníbal Duarte -que representaba nuestro grupo. Los dos nombres se neutralizan entre sí. Tanto Harari como Vezzetti, venían de APBA. Vezzetti: “Yo venía de Punto de Vista, de escribir “Historia de la locura en Argentina”. Todo fue inesperado. No tenía contactos previos, a Sally sí la conocía de la Asociación. Les pedí un fin de semana para pensarlo y consulté con Silvia Cervetti, me dio su aval sino no aceptaba solo, me apoyaba el grupo de Aníbal Duarte, Adela, Susy y Sally. Las demás Facultades ya habían armado sus equipos con propuestas y nombres”.Sally: “En el caso de Socio y Psico eran carreras atípicas separadas de Filo en el 74 por Otalagano en la Universidad e Ivanisevich en el Ministerio de Educación” Vezzetti: “La Carrera de Psicología funcionaba con un nivel de autonomía fuerte

.Yo era Delegado del Rector. Asistía a Consejo Superior con voz pero sin voto. En la productividad Delich me respetaba. Así el 1° de febrero de 1984, suspendí mis vacaciones y quedo como Delegado Rectoral hasta noviembre de 1985 en que creada la Facultad paso a ser Decano Normalizador que se completa en noviembre del 86. En una Mesa Redonda de Normalización y Universidad me acuerdo que participaban Oscar Terán y Tomás Abraham en 1984, un alumno pregunta si no era una contradicción normalizar la institución. A lo cual Terán contesta: “Normalizar una institución en Argentina es lo más subversivo” ¿Qué es Normalizar? Reestablecer el pleno funcionamiento de los claustros y reestablecer la autonomía. Los Estudiantes ya estaban organizados en el CEP y tenían sus Consejeros. Tampoco había problemas con la elección de consejeros graduados que provenían de APBA. El problema era profesores. Algunos habían podido mantenerse durante le proceso como Ostrov o Grego. Era una tarea estratégica de la normalización el llamado a concursos del claustro de profesores. Tarea exigente que asumió Susy Kaufman. Convocaba, llamaba gente dispersa. Una tarea titánica. Gente con ganas de colaborar como jurados. Boca a boca, tocábamos la puerta pidiendo CV. Los profesores se enojaban muchas veces: primero interinos, después concursaban y eso que buscábamos jurados inobjetables, respaldábamos a los jurados por la mayoría. Hubo solo un concurso irregular, el de Azcoaga con muchos vicios legales, nos amparábamos en la Asesora Legal, Alicia Ruiz; Jueza del Tribunal Superior de la Corte Suprema de la Ciudad. Sally Schneider representante del grupo docente con fuerte inclusión institucional en los 60 y decisión de participar y volver. Opina, recuerda, “Adela Duarte participa en forma indirecta, ya que muchas reuniones se hacían en su casa por ser la esposa de Aníbal Duarte”. Adela Leibovich dice “yo no quise participar formalmente en los grupos por el protagonismo de Aníbal; pero decidí hacerlo una vez que ganara un concurso; sin embargo estuve ahí en los acontecimientos y puedo aportar mi punto de vista: Aníbal iba a ser delegado normalizador. Pero tuvo un enfrentamiento con Delich quien quería imponer a la Secretaría Académica por presión de grupos cercanos a Alfonsín que tenían otro candidato, Harari. Ante la desesperación, en el grupo (Sally, Diana Rabinovich), aparece como alternativa el nombre de Hugo Vezzetti en boca de Aníbal y se acepta”. “El Rector no aceptaba los candidatos que le proponían los grupos, al menos a nuestro candidato, Anibal Duarte. Es el día de hoy que ignoro por qué. Había un candidato sin grupo –Harari– de afuera, que tenía gran influencia y llegada directa al Rector: se autoproclamaba radical; se presentaba como máxima autoridad con un CV excepcional. Andaba por las suyas; ni había estado antes, ni contactaba con los grupos existentes; ni asistía a las reuniones: Horacio Harari venía por la propia y tenía gran llegada. Salvo el Rector nadie lo aceptaba: no representaba a nadie, a ningún grupo. Fue así que apareció el nombre de Hugo Vezzetti de la revista Punto de Vista”. Un docente recuerda: “Harari era psicólogo, radical, dirigía una institución: Mayéutica; profesor de psicoanálisis en la Universidad del Salvador; Director de Nueva Visión y de Psyche en la Universidad. Todos estudiábamos con él en los 80”. Interviene conflictivizando los concursos de Psicopatología y Francesa”. “Acá vemos alguien que sólo influye arriba. No logra apoyo. Nuestro grupo hablaba con estudiantes y graduados. Me acuerdo de Leonor Núñez que se reunía con nosotros por estudiantes. Sayago del grupo que estaba de antes estaba con Alicia Messiga, delegada de graduados. En esa primera época, yo era Secretaria de Docencia”. Grupos que hablan con grupos: docentes, graduados, nuevos, viejos.Los grupos de docentes y profesores dirimen sus cuestiones en los concursos:

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Adela Leibovich: “Había tensiones con el grupo procedente de la Facultad, gente de la cátedra de Ostrov que había ascendido académicamente. De ATP a profesores adjuntos y titulares. Ese tema influyó especialmente en el concurso de la asignatura Psicoanálisis. Se presentó una autoridad: Ricardo Avenburg e Irene Friedenthal de la cátedra de Ostrov. El primero dio una clase coloquial, con estilo libre y campechano, simple, no había preparado una clase en el sentido formal… Irene Friedenthal llevó un escrito, leyó y ganó. ¡Qué mal se quedó Avenburg! Tenía publicaciones, estaba en APA, en el Hospital Israelita… En esa época la Asociación de Psicólogos, estaba en todo, era muy influyente…”. Alguien comenta que Avenburg era médico y de APA. Tuvo en 1974 una cátedra paralela a la de Psicoanálisis de Ostrov. Eso explicaría que en la entrevista concursal para el concurso por la cátedra de 1984, presentara un programa de esa época, sin actualizar, y eso sumado a su informalidad le jugara en contra académicamente en el resultado del concurso. Asignada inicialmente a Psicología Clínica, Diana Rabinovich recuerda: “La interna del psicoanálisis era estridente: participo en el jurado de la asignatura Psicoanálisis; éramos Ostrov, García Reynoso y yo. Se presentaron Ricardo Avenburg de APA, Harari e Irene Friedenthal. En la entrevista Avenburg presenta un programa de los 70’, Friedenthal leyó una clase muy elaborada. Hubo en un momento dictamen dividido, Ostrov se inclina por Avenburg y yo me inclino por Friedenthal por la calidad de la clase.Otras internas dentro del psicoanálisis impactan en uno de los primeros concursos, el de Escuela Francesa. Una participante pretendió descalificarme argumentando que escribí el escrito de Fishman.

Grupos de Estudiantes…Lucas Lucillo cuenta que ya desde 1982-83 había Centros de Estudiantes constituidos. Él mismo, fue presidente del CEP de Filosofía y Letras. Entre los primeros en elegir Centro de Estudiantes estuvieron Psicología, Exactas, Filosofía e Ingeniería. En Psicología, Diego Semán del PI (“somos la patota del Doctor, Oscar Alende”) y Leonor Núñez de Franja, Suni Rodríguez; Jaime Pansik. Además había dos líneas radicales: una de Balbín (que tuvo en 1974 dos meses de influencia por un pacto con Montoneros en un momento de vacilación, previo a la intervención Otalagano)”. Claudio Alonzo precisa: “Una era la corriente Nacional y Popular que gana en Ingeniería y tenía su expresión en la Juventud Radical revolucionaria y la Junta Coordinadora”.

Continúa Lucas Lucillo: “Las líneas del PCR de los 70 se nuclean alrededor de la Revista Punto de Vista: Vezzetti, Beatriz Sarlo, a los que se suman los exilados procedentes de Méjico que van llegando como J.C. Portantiero, constituyen el Club Socialista. La Coordinadora no quería ni PI ni PCR. Es posible que Diego Semán también recomiende a Vezzetti”.Susana Iglesias, recuerda los momentos antecedentes cuando era no-docente: “Ingreso en la Carrera de Psicología en 1983 por una amiga. Fui secretaria del Secretario Académico Torres cuando todavía era Decano Mario Penna; última época del proceso. Cuando me tomó a prueba me dijo: “Si no servís te tiro por la ventana”. Tenía sede en Corrientes 3032, hoy el Rojas. Cuando viene Hugo Vezzetti Alicia Azubel es su Secretaria Académica y María Estrático su Secretaria de Extensión, de quien paso a ser su secretaria. En esa época Extensión se ocupaba de cubrir la parte médica, el Comedor, el Jardín maternal y los Convenios. APBA era muy influyente entre los graduados. Habían ganado los radicales: Claudio Alonzo, Horacio Cárdenas; Mónica Kreuze Ureta; también Dulce Suaya. Gloria Autino representabala

Gremial Docente”. “Con Vezzetti se da la transición de Carrera a Facultad. El Decanato, las Secretarías y la Sala de Consejo funcionaban en Independencia en el tercer piso, saliendo del Antiguo ascensor a la derecha. Todas las ventanas daban a Independencia. Cuando es Facultad viene Sayago como Secretario académico”.

Los graduados…Horacio Cárdenas Rivarola: “Jorge Sevilla, ex pareja de Liliana Perossio, desaparecida por la dictadura siendo Presidenta de la Asociación de Psicólogos; de la oposición política, es quien conecta a Vezzetti con la línea socialista del Radicalismo”.

El consejo Asesor…Ana Fernández: “Estuve sólo los primeros seis meses en el Consejo Académico. Fue una época de reconstrucción de la Universidad. No había climas adversos o de enfrentamiento. Sí aparecieron después con la designación de jurados y los concursos que mostraban tensiones entre los grupos. Con quien más acordamos en cuestión con la calidad académica era con Diana Rabinovich. Coincidíamos con la idea de excelencia académica, en la línea de las universidades europeas. Con Aníbal Duarte compartía la importancia del tema de inaugurar la investigación acá. Con Beatriz Grego compartíamos afinidades gremiales, y políticas. Lucia Rossi: “¿Quien era Isabel Lucioni?” Ana Fernández responde: “Presidenta histórica de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires y fundadora. Tenía mucha formación psicológica y psicoanalítica. Fue clave en la época de hacer “legal” lo “legítimo” en cuanto a la profesión. Personería legal, incumbencias. Tenía una formación impecable” Adela y Sally eran la memoria viva de la universidad antes del ‘66. Como yo venía de la Universidad de La Plata, la cosa allá había sido muy distinta, había sido otra la historia… otro proceso… En La Plata empezó la cosa con Tono, éramos muy compinches. Con Vezzetti, nos conocíamos políticamente: habíamos cursado un grupo de estudio con Sciarretta sobre Lacan. Me ofreció la cátedra de psicología social pero yo le sugerí a Goyo Kaminsky que estaba regresando de afuera .Yo prefería “Grupos”, mi especialidad. Con Vezzetti y Duarte había un clima de respeto y aprecio que lo daba la tarea compartida en un momento fundacional en el que Vezzetti me convocó. Tengo el mejor de los recuerdos… Estaba también Enzo Carriolo que ayudó a Goyo Kaminsky cuando tuvo su episodio, pero ya era del Consejo Consultivo Académico después de agosto. Goyo concursa en Psicología Social, pero ganó Eva Muchinik. Antes que en los grupos yo pensaba en la excelencia”.“Se discutían propuestas y nombres, apareció una nueva que me pareció maravillosa y apoyé calurosamente: Para “Niños” la propuesta de Rodulfo y su esposa. Estaba Alicia Stolkiner en Extensión. “Los profesores de esa apoca éramos todos interinos bregando por la situación concursal para constituir y normalizar el claustro de Profesores. Yo por ejemplo concursé “Grupos” en el 85. Hubo concursos en casi todas las materias, 16 concursos de titulares. Vezzetti tenía un criterio muy abierto y democrático. Tenía a Alicia Azubel de Secretaria Académica con buena formación lacaniana, apoyada por los estudiantes por su militancia. Antes había estado Sayago. Apoyado por la Franja, venía de estar en la Facultad. Muchacho muy, muy culto, con una cabeza… ¡Brillante! Muy cultivado. Por problemas personales no podía sostener el cargo, aunque tuviera mucho poder. Después no sé cómo le fue en el concurso. Creo que pasó. Pero empezó a tener problemas en la cátedra. Recuerdo a Sally y Alicia Azubel”. En Psicoanálisis estaba Beatriz Grego, quien daba Freud a la letra e

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Irene Friedenthal a cargo de la primera cátedra de Freud. Fueron abriendo la puerta al lacanismo. En Psicopatología la primer cátedra queda a cargo de Beatriz Grunfeld con Amalia Baumgart de adjunta; y la segunda cátedra a cargo de Roberto Mazzucca, con un programa espectacular lacaniano con gran nivel en el momento fundacional. Ambos programas brillantes. Roberto Mazzuca siempre me invitaba a la cátedra y yo a él a la mía como lo más natural: hoy sería impensable. El espacio era “Los maestros de la sospecha”: Marx, Freud y Nietzche con Luis Hornstein, Gruner y Horacio Gonzalez y luego Foucault y Deleuze con Mazzuca y Tomás Abraham”. Roberto Mazzuca: “Recuerdo casi nada de aquel Consejo Asesor. Solo anécdotas que pueden servir para que nos divirtamos un poco. Había una mujer muy molesta de la Asociación de Psicólogos que le hacía la vida imposible a Hugo y le escuchaba las conversaciones atrás de la puerta. Había un chico de Psicología Social también traído por Hugo, no recuerdo su nombre que tuvo un ataque epiléptico en plena sesión. Todos quedaron impresionados y no pudieron seguir trabajando. No podía entender por qué se dio por finalizada la reunión y cómo psicólogos y profesionales quedaran tan traumatizados porque alguien tuviera una crisis de epilepsia”. “En el Consejo Asesor, había gente de La Plata: Ana Fernández. Para mí lo único y lo más importante fue hacer el nuevo Plan de Estudios. El mayor trabajo fue ese. A mi entender era fantástico y nunca se cumplió. Hubo sí dos equivocaciones: los dos idiomas considerados asignaturas, en vez de requisito y un sistema de materias bimestrales cuatrimestrales, anuales de 50, 100 ,120 y 180 horas que le daba al plan gran plasticidad. A mí me encantaba. Pero por cuestiones operativas todas se transformaron en cuatrimestrales o anuales, como Psicoanálisis y Psicopatología”. Originariamente entré como graduado procedente de APBA. En ese momento no había tanta división del claustro. Si había dos grupos que se reunían por su cuenta y con Delich. A Delich le sorprendían los grupos de psicología porque de otras facultades abundaban las postulaciones personales. Éramos los únicos. ”Un grupo se reunía en la casa de Diana Rabinovich, Sally, Sara, los Duarte, y gente de social que después dejó de participar. Era un grupo radical. Lo proponían a Aníbal Duarte. Pero detrás del argumento de que tenía que aceptar a Sayago como Secretario Académico, se escondía el argumento de su falta de producción científica. El otro grupo era el que venía estando, lo lideraba Beatriz Grego”. Harari era un graduado psicólogo muy amigo de Devries de APBA “Un día en la casa se Sara con Tausk se nos ocurrió el nombre de Vezzetti. Sara se anticipó a proponerlo a Delich, Vezzetti era de izquierda, acababa de sacar un libro. A Delich le gustó. Los grupos lo aceptaron. Vezzetti aceptó a Sayago como Secretario Académico”.“Ostrov asistía siempre al Primer Consejo. Recuerdo que me impresionaba la pleitesía, respeto y consideración con que trataba a Diana Rabinovich, había sido su alumna y creo fueron jurados en alguna materia, seguramente en Psicoanálisis que ganó Irene Friedenthal, Harari se sintió ofendido y se consideró discriminado”. La Facultad se creó en noviembre de 1985. A partir de ahí Vezzetti fue Decano Interventor y se aceleraron los concursos. En el mío –Psicopatología– era jurado Etchegoyen de APdeBA, otro el presidente de APBA se suponía tenía que defender la los psicólogos ya que se había decidido que a igual mérito había que optar por psicólogos y Fernando Ulloa, quien entra en lugar de Isabel Calvo, a quien impugno por analizarse con Betty Grunfeld. Eso me jugó en contra. Betty Grunfeld decía que tenía los votos de Ulloa y de Etchegoyen. No era psicóloga, era médica, estaba en cuarto lugar en Antecedentes. La clase era inaudible, hablaba bajo. Hubo empate. Etchegoyen inteligentemente argumenta que siendo ambas clases

excelentes, elige a Grunfeld. Sabíamos que ella secretariaba APdeBA y la conocía de ahí. Pero la sorpresa fue que el presidente de APBA, la Asociación de Psicólogos, adoptó el dictamen de Etchegoyen, en vez de ayudarme. ¡Ahí debe haber influido Harari y su bronca porque estudiaba con él! Yo venía a cargo de la cátedra dictando interino y Grunfeld se quedó con la cátedra!!! Ahí con el CEP y Graduados, Messiga y Alonzo; hicimos una petición y se abrió una segunda cátedra. Fui Consejero por graduados hasta concursar. Voté en contra cuando hubo que votar la reducción del Plan de Estudios, muchas asignaturas pasaron a ser electivas. “A Sara me la propone como candidata María Julia García. Se ve que había hablado con todos!” “Sara se alió con estudiantes, graduados -Cárdenas, Alonzo- habían ganado la Asociación de Psicólogos y una minoría de profesores”.“¡Qué buen Decano fue Vezzetti! Hablaba y escuchaba a todos. Era culto, académicamente aceptable. Respetaba los procedimientos establecidos…”María Julia García: “Hubo dos etapas: Consejo Asesor y Consejo Académico Consultivo a partir de agosto de 1984. Recuerdo que me fui de vacaciones en febrero y en marzo una amiga me entera. Me entero por afuera de casualidad. Después sí; me llega la notificación. Seguramente me llamaron porque había sido interventora en 1973. De esa época recuerdo que renuncié enseguida porque había mucha influencia de los Montos. Estaba de Decano de Filo, el cura O’Farrel, misógino. Solo éramos tres mujeres: Adriana Puiggrós por Ciencias de la Ecuación, la de Bibliotecología y yo. Knobel era titular de Evolutiva y había un grupo de auxiliares del Peronismo revolucionario que eran muy influyentes. Como Secretaria Académica, tenía una oficina en el tercero de Independencia por donde estaba el Instituto, con mamparas, una mesa y tres sillas, sin presupuesto ni personal administrativo”. “Volviendo al 84, el Consejo Asesor estaba constituido por profesores a propuesta de los grupos técnicos del Radicalismo. Delich consultaba mucho a la APBA por graduados, por eso en ese consejo está como delegado graduado Francisco “Pancho” Ferrara; vicepresidente de APBA. En el centro de Estudiantes estaba Pablo Semán y Giraldo que eran de la Juventud Universitaria Intransigente línea frondizista dentro del radicalismo. Pablo Semán era hijo de un compañero de militancia de Vezzetti, desaparecido; y por el cual Hugo tenía un afecto entrañable”.Entre los profesores estaban Diana Rabinovich, Aníbal Duarte y Susana Gass que participaba activamente por el radicalismo. Ostrov: “¿Decís que estuvo? Nunca fue”.“Gregorio Kaminsky, El Colorado, venía de afuera, era de Psicología Social, se descompuso en Consejo y lo ayudó Enzo Carriolo. Estaba también Sally Schneider que venía de un exilio en Perú, muy amiga de Sara. Me contó que los equipos deportivos olímpicos peruanos ya tenían psicólogos como asesores. Cuando me llama Vezzetti, lo hace para resolver el problema de los exámenes de marzo de Evolutiva Niñez. Tuve reuniones con los estudiantes: de 20 a 30 alumnos me comentaron los contenidos que había dado el titular anterior y acordamos los términos del examen. Solucioné el problema con los estudiantes. Yo sentí que lo ayudé. Él, sin experiencia, venía del grupo chino del comunismo, del Salvador y del consultorio. El segundo problema fue el calendario académico. Estaba extendido el tiempo administrativo y comprimido el académico. Todo había quedado en manos del personal administrativo –por suerte– en un sentido”. Enzo Carriolo comenta: “Me sumo al Consejo Asesor como representante de la Gremial. Vezzetti convoca a Adjuntos y JTP con historia. De la primer época, previo al 66, Diana Aisenson, Sara Slapak, Azcoaga, Reina Cheja; grupo que se había desconectado de la Facultad desde esa época. Yo me incorporo en el 70 en la cátedra de Knobel, Evolutiva, y estoy hasta el 75. Llegué a ser JTP

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de las dos evolutivas, Clínica de Niños y Psicopatología. A Onrubia lo respetaba académicamente, aunque no era psicólogo. Lo conocí cuando yo trabajaba en el Agote y él estaba en el Instituto del Menor y la Familia. Durante el proceso defendió la autonomía de los Psicólogos. Vezzetti nos convocó a María Julia García y a mí. La gremial de Psicología era necesaria por el deterioro salarial. PSIDUBA: fui hacedor de esa gremial. También estaban Gloria Autino, a quien elegimos presidenta y siempre llegaba al final de las reuniones; Jorge Fainstein; Santos Collebella; Martínez (Adjunta de Samaja) y María Mucci, que siempre fue excelente trabajando. En la gremial me encargaba de la Sección Asuntos Profesionales y Científicos. La parte académica que intervenía en la tripartita para la confección del Plan de Estudios y en simultánea en el Congreso… Luchábamos por la Ley del Psicólogo. Yo era Adjunto de María Julia; luego se abrió la segunda cátedra. La gremial se sentaba en el Consejo Consultivo Académico. Con todas las diferencias, empujábamos para el mismo lado. Acompañé y apoyé todo lo que me parecía valioso. Eso me costó, pero opino que la vida es “sanamente desprolija”. Siempre busqué puntos de conciliación y encuentro. Nunca planté banderas. Planteábamos estrategias. Porque o nos juntábamos o se iba todo al diablo. Los estudiantes venían con muchas ganas de participar y había Asambleas frecuentes. Había un profesor de izquierda que gritaba y de tanto gritar se desmayaba, tenía como ataques histéricos. Me planté en una asamblea que propiciaba el maltrato. Vezzettti tenía muy buen trato, trataba de crear un buen clima entre estudiantes, graduados y docentes. Tratábamos de frenar a los violentos. En una asamblea en el aula Magna de Independencia estaban todos, el gobierno era radical, Vezzetti tenía formación de izquierda; venía de la Vanguardia Revolucionaria y el Club Socialista. Era un sábado a la tarde, estaba colmado. Sería en el 84/85… empezaron a gritarle a Vezzetti. Subo, me juego y digo: “Soy crítico a la gestión, me conocen, pero no puedo permitir insultos y agresiones por respeto a la institución y a la persona del Decano”. Logré frenar la escena”. “El primer cuatrimestre del 86 salen los primeras 23 designaciones de profesores: Narciso Benvenaste, Beatriz Grego, Irene, Adela y Aníbal Duarte, Azcoaga entre los que me acuerdo; pero no daba más que para hacer una sola lista con ocho titulares y ocho suplentes. Yo fui primer suplente. Así llega Sara a Decana. No fue una cuestión ideológica con Vezzetti. Fue una cuestión histórica y de resarcimiento: queríamos que fuera un egresado de nuestra carrera. Hubo muchas luchas. Sufrimos la exclusión, persecución y maltrato a profesores, destino incierto, rogando que las instituciones nos incluyeran… Por ejemplo, hubo muchos de nosotros que nos negamos a matricularnos bajo la ley de Onganía. Vezzetti representaba a la izquierda. Peronistas y radicales graduados estaban juntos en APBA. En esa etapa de organización necesitábamos todos los apoyos posibles. El gobierno era radical. Un peronista no podía ser candidato. La llamo a Sara –yo conversaba con ella, tenía trato fluido–, y le pregunto: hay que definir quién y convencer a la gente. “Yo no tendría inconveniente” contestó. Graduados: cuadros militantes del radicalismo, al parecer, ya le habían hablado. Profesores: María Julia García; Saforcada; Adela y Aníbal Duarte; Azcoaga; Tono Castorina; Beatriz Grego y yo. Estudiantes del PI: eran Slatopovsky y Carlos Neri; Norman Pautasso por el peronismo, Sally Schneider, Celia Frylistein y Roberto Mazzuca por Graduados.Ahí se vio la diferencia: Vezzetti siempre escuchaba. Sara era muy soberbia. Al principio acompañábamos pero después empezó a haber diferencias y discutíamos. Se armó el Frente de los Cinco. Al año teníamos que ratificar. Se armó un nuevo grupo con nuevas alianzas de estudiantes, graduados y profesores. “Así, ya habiendo sido elegido Schuberoff como Rector de la UBA, quedan como Consejeros Profesores Mazzuca, Adela y Saforcada Consejero y Vicedecano. La ratifican a Sara. Tono y María Julia que se suman

a la minoría de Profesores. Se trató de defender el concurso de Samaja con Beatriz Grego como veedora. Con Vezzetti, desde la tripartita participamos en el Plan de Estudios y cuando la modificación del Plan luchamos para que las Evolutivas no pasaran a ser optativas como querían algunas tendencias”.Reina Cheja: “Se inscribieron 3000 estudiantes y Vezzetti nos encarga a Felunia Gelblum, Sara Slapak y a mí la Sección Orientación al Estudiante. Organizamos el ingreso a la Carrera, un curso de tres meses con materias psicológicas que dictaban Beatriz Grego e Irene Friedenthal. Se normalizaba el dictado de las materias: a los que venían de antes -la escena base fueron los concursos de Ipar de la Asociación de Psicólogos en que comenzamos los psicólogos a dar clases (en el 67)- de la que salen 29 materias: 13 APBA, 13 para los Psiquiatras y 13 para los Forenses. Después vino el 73-74 con Maria Julia García. En el ‘84, Delich plantea la creación del CBC: Introducción a la Psicología, Neurobiología con Azcoaga, Psicoanálisis. Se va normalizando lentamente el claustro de profesores con los concursos. No había asignatura de Derechos Humanos, empezamos a plantear su necesidad. Los que empiezan a elegir representantes primero son los estudiantes luego los graduados. Organizado el CBC, yo continúo en la Facultad con Orientación al Estudiante, organizando grupos de reflexión, por las dificultades de las materias, los miedos, problemas de aprendizaje, alumnos perturbados, con dificultades para estudiar, para integrarse a los grupos, para concentrarse… Se trabajó mucho los primeros tres años. Vezzetti escuchaba a todos, era muy democrático, trataba de que las cosas funcionaran de la manera más armoniosa posible. Para proveer las cátedras pedíamos antecedentes, CV. Para organizar la carrera se trabajó muchísimo de la mañana a la noche” Alicia Stolkiner: “En la época de Vezzetti era profesora adjunta de Psicohigiene y Salud Mental. Participé activamente en el debate por la reforma del Plan en el ‘85. De hecho fue propuesta mía suplantar el nombre de Psicohigiene por Salud Pública y Salud Mental. Preventiva era obligatoria. Electivas del área eran Planificación, Epidemiología y Estrategias de Intervención Comunitaria”. Cuando se eligen autoridades por un año en noviembre del ‘86, fui Secretaria de Extensión. Esa elección se hizo con el compromiso de renunciar al año porque el total de profesores regulares era muy pequeño (un poco más que los 16 de la lista). Era todo muy precario: los sueldos simbólicos, tenía una oficina en el tercer piso con una secretaria part-time”. Los primeros Consejeros Graduados electos y Consejeros SuperioresHoracio Cárdenas Rivarola: “Elegido Consejero graduado en el Consejo Superior, participo de la votación por la creación de la Facultad y de la elección del Primer Rector en Democracia. Estoy a la hora de votar la creación de la Facultad de Psicología –noviembre del ‘85–. Vezzetti no vota por ser Decano Normalizador, aunque asiste a la sesión. Hubo resistencia y objeciones por el tema económico, las Facultades de Agronomía y Veterinaria y el Decano Sanz de Derecho. Hubo que intervenir argumentando con recuerdos de otras épocas en que Psicología y Sociología eran vapuleadas y se las descalificaba argumentando que eran ciencias de tiza y pizarrón” En marzo, en la Asamblea Universitaria elegimos Rector de la UBA a Schuberoff. Ganamos también la Asociación de Psicólogos a Avellutto. Alonzo, yo y luego Tausk.Silvia Quesada: “En diciembre de 1983 asume Alfonsín. En 1984 se comienza a trabajar en preparar el CBC: Alicia Camillioni, Sara Slapak, Elvira Romera; Felunia Gelbaum y Melilla y yo. Larga en 1985”. “Shuberoff era Decano normalizador de Ciencias Económicas. En Diciembre 85 se constituye la Asamblea que se reúne en marzo de 86 y lo elige Rector de la Universidad hasta el 2002”.

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Cárdenas Rivarola: “En 1985, Vezzetti se distancia de Franja Morada. Pagliari y su grupo le informan a Shuberoff que no le darán su apoyo como candidato. Shuberoff busca Decano para Psicología a través de operadores del radicalismo y aparece el nombre de Sara Slapak quien venía de colaborar con A. Camillioni en el armado del CBC y de pertenecer al grupo asesor”. Claudio Alonzo y yo- ya elegidos Consejeros por el claustro de Graduados por la lista Vigencia- le pedimos a Sara ser nuestra candidata a decana. Yamila Conde Ocampo: “Sara Slapak es elegida en octubre de 86 por un año- claustro de graduados y estudiantes habían elegido representantes, pero los escasos concursos realizados daban un exiguo claustro de profesores (15-16) no era una base representativa. Se reelige en octubre 87 ya con E. Saforcada como Vicedecano. Trabajaba en Docencia Rosa Jaitín de Langer, la llamábamos rolanger”. Enrique Saforcada: “En el 85 había elegidos consejeros por graduados y estudiantes, entre ellos Claudio Alonzo”. Le propongo a Sara trabajar juntos (en representación del grupo mío) y Sara me responde que “No solo digo sí, sino que me gusta la idea de gestionar con un hombre” -Estoy a lo que dispongas- le respondo. Me dice que me busque un escritorio cerca de ella y que me delega la parte de Personal y Administración”. Al día siguiente de haber sido elegidos, a las 8 de la mañana comenzamos a trabajar. Cuando vuelve de la primer reunión de Consejo Superior me dice “todo lo que hablamos el lunes, no va a poder ser. Nunca me vas a reemplazar en Consejo Superior”. Es vox populi que no iba. Una sola vez en 8 años la reemplacé. “Cuando nos eligen es por el plazo de un año, porque en el claustro de profesores solo había 14 profesores concursados; eran muy pocos (entre ellos Beatriz Grego, Diana Rabinovich; Anibal Duarte, Azcuaga), para octubre de 87 las rivalidades siguen y se arma una segunda lista. Polo Salvarezza, Anibal Duarte, Adela. Seguía la misma cantidad de profesores”. Para ir a lista única y desarmar la segunda vuelvo como Vicedecano entre 86-90, Sara es apoyada por el movimiento estudiantil. “Yo quería armar el área comunitaria con Tucho Isaac Levar; Galli; Sara. Me preguntan, me consultan y se crea el Programa Avellaneda. El movimiento estudiantil se divide, empiezan a graduarse. En 90-94: La relación sigue tensa. Intermedia Lucilo de Extensión Universitaria y luego Topf. Me excluyen del Programa Avellaneda porque denuncio corrupción”. Claudio Miceli, de Prensa en esa época, recuerda: “Hice el CBC en el ’85, entré en el ‘86. La escena cuando Stolkiner le tira una taza o un cenicero en la cara fue cuando Saforcada era Vicedecano recién electo y en Consejo Directivo. No se podían ni ver, ni estar en el mismo espacio físico”.“Malfé estaba a cargo de Planeamiento, se ocupaba de Infraestructura y estaba planificando el posgrado que recién se estaba armando. Presentó un proyecto institucional de organización de distribución de espacios institucionales. Se fue muy, muy ofendido porque le denostaron el proyecto. Lo tomó como una cuestión totalmente personal. Renunció a las cátedras de Institucional y Trabajo. Renuncia y se va a Sociales llevándose a su gente con él. Hay una carta que escribe, acompañado por otros docentes, repudiando la posición institucional de las autoridades de Psicología. Una ruptura institucional. Se fue de la institución. En sus teóricos, cuando fui alumno de institucional, Vezzetti era Profesor Adjunto que daba teóricos, daba Foucault e Historia de la Locura en Argentina”. Roberto Mazzuca: “Perdimos a Ricardo Malfé de Institucional. Hizo un estudio institucional, una propuesta para estructurar la distribución de espacios del nuevo edificio, que fue desestimada. Por este episodio lo perdimos y fue una pérdida para la institución. Lo conocía del concurso en la Asociación

de Psicólogos. Miceli continúa: “Roberto estuvo en la cátedra de Malfé. Se reunían los fines de semana en una quinta de Malfé, Roberto Mazzuca, Vezzetti y otra gente. Vezzetti siempre estudioso, leyendo, metido en sus libros. Finalmente Mazzuca queda a cargo de Posgrado. Otro histórico de la cátedra de Malfé fue Juan Carlos Perotta”.

Sally Schneider: “Antes de la Facultad, muchas directivas del Ministerio. El poder de arriba hacia abajo. Creada la Facultad, electas sus autoridades, el poder se invierte: va de abajo hacia arriba, con mayor autonomía. Gestioné en Docencia, siendo Azubel Secretaria Académica. Buscábamos currículum, entrevistas para cubrir las cátedras como fuera. Saforcada viene de Córdoba. Lo conocí cuando viajaba a Córdoba a ayudar a constituir la Asociación de Psicólogos allá, su relación con Stolkiner, era pésima. Los dos cordobeses se mataban, había que mantenerlos separados”. Lucrecia Mailhes, no-docente histórica de nuestra Casa de Estudios recuerda: “En el ‘76 me echaron y volví en el ‘83 a Rectorado en la Sección de Becas. Pro Psicología dependía de Rectorado. Pedí de nuevo el pase a Psicología donde estuvimos muy incluidos y fuimos muy considerados desde el principio. Vezzetti era muy inclusivo y de escuchar. Muy respetuoso, nos contuvo, siempre se preocupó, nos daba lugar. Éramos considerados parte de la estructura universitaria. Fue Delegado Normalizador, después Decano Normalizador. Había que armar todo y estábamos un año rezagados respecto de las otras Facultades. Cuando se arma la oficina de Consejo, había que estudiar mucho: estaba Betty Crocce, Yamila Conde Ocampo. Participamos en la confección del reglamento del Consejo Directivo y en la elección de Sara. Tuvimos que reconstruir la estructura y rearmar toda la carrera administrativa. Yo ya era delegada, fuimos armando todo; en esa época tuve a mi bebé. A 30 años recuerdo que fueron años fuertes, lindos, de mucha discusión. Tiene que ser así. Estoy muy orgullosa de pertenecer a esta institución. Siempre participamos en el Consejo Directivo con voz pero sin voto. Vezzetti era muy especial, nos hubiera gustado que siguiera, pero bueno, así es la política, así lo entendimos y apoyamos a la nueva decana. De esa época tengo un recuerdo hermoso. Se armó la Oficina de Alumnos, la Dirección General. En principio todos teníamos categorías bajísima -¿Te acordás de Polli?- Después me fui a APUBA; ahora me estoy jubilando”. Finalmente Vezzetti apunta: “Había que correr contra el tiempo: había plazos estrictos para establecer la estructura académica, el plan, departamentalizar, los concursos en 180 días. Ahí Sayago renuncia –eso nos trae problemas con la Franja– y queda en la Secretaría Académica Azubel, aunque Sally de Docencia dependía directamente de Decanato… Había que salir a conseguir aulas por la hipermasividad”. “Había quienes colgaban cartelitos solicitando ayudantes…” Susy Kaufmann: “Sí hubo tensión y conflicto cuando hubo elecciones. Pero el traspaso se hizo ordenadamente. Aunque se preveía un estilo más duro de la militancia estudiantil y de graduados”.

¿La conclusión? De ustedes depende entretejer el entramado de historias personales institucionales a veces muy pasionales; con pequeños olvidos, distorsiones, imprecisiones, detalles de color recordando que son un caleidoscopio de perspectivas entretejidas de recuerdos; un modelo para armar. Historia viva.

Continuará…

ESPECIAL 30 AÑOSESPECIAL 30 AÑOS

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ISSN: 1853-9793 25

Sara Slapak: Saforcada, Dulce Suaya; Claudio Alonzo; Oscar Schuberoff; Sally Schneider. Sara Slapak; Alicia Camillioni; Juan Samaja. Inauguración de HY.

Sara Slapak, ?, Delich, ?, Cárdenas Rivarola.

Claudio Alonzo y Horacio Cárdenas Rivarola. Hoy.

ESPECIAL 30 AÑOSESPECIAL 30 AÑOS

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Resumen

El trabajo presenta una investigación exploratoria y cualitativa acerca de la elección de los nombres dados a los bebés y cómo esta decisión refleja la historia transgeneracional de los padres. Se tomará en cuenta para el desarrollo de la investigación los conceptos de Lebovici (1985) acerca del bebé imaginario como heredero de la transmisión transgeneracional y las nociones de Tania Zittoun (2004) sobre cómo en la transición hacia la paternidad-maternidad, la elección del nombre del primer hijo funciona como un recurso simbólico para desarrollar nuevas habilidades como futuros padres.

Este trabajo se enmarca dentro del área de la Psicología Perinatal, la cual abarca el momento del embarazo, parto, puerperio y los primeros meses de vida del niño. Este enfoque implica un abordaje multifocal centrado en el vínculo que se establece entre la madre y el niño, donde convergen factores: biológicos, psicológicos y sociales.Molenat (1992) sostiene que el proceso de maternidad (embarazo, parto, puerperio) representa una crisis vital para el grupo familiar. Pero la mujer podrá solucionarlo en función de su historia personal infantil y su historia actual. (Molenat, F, 1992)Sin embargo, Oiberman (2007) aclara que es necesario diferenciar la maternidad del maternaje. Este ultimo es el proceso psicoafectivo que acontece cuando la madre tiene al niño. La maternidad en cambio es el proceso sólo biológico. Dentro de la misma línea de pensamiento, Lebovici (2002), afirma que la parentalidad es algo diferente a ser padre biológico: para ser padre es necesario haber trabajado previamente en sí mismo y comprender primero qué ha heredado de los propios padres en la historia de su vida.Esta historia consta de elementos de los padres, de los abuelos, los que van a concentrarse en el mandato transgeneracional transmitido al futuro niño. A este bebé, los padres le darán un nombre el cual remitirá a secretos, fallecimientos, héroes, etc., por lo tanto, el niño será portador inconscientemente de esa herencia. Por eso la elección de un determinado nombre para ser otorgado a los niños es un asunto de suma importancia para él en sus relaciones con otras personas.

Filiación

Según Kletnicki, A. (2000) la función materna es aquella que introduce al sujeto parlante en la vía de la transmisión de un deseo que es siempre singular. Lo importante es el lugar que ocupa ese hijo en el deseo del otro y lo que

significa que alguien debe donar un sitio donde se pueda alojar este sujeto. (Kletnicki, A. 2000).¿Para qué se desea al niño?, ¿Qué lugar ocupa en la novela familiar?, ¿Qué se dice, cómo se habla de él, qué circunstancias sociales lo esperan?, son preguntas que al responderse van conformándole un lugar para vivir. (Kletnicki, A. 2000).Así es como la adopción, por ejemplo, constituye un ejemplo de la autonomía que existe entre la acción biológica de la procreación (que compartimos con las demás especies animales) y la función de filiar, obviamente humana. Puede existir una madre que quede embarazada, que de a luz a un bebé, pero que no desarrolle respecto de este niño el deseo materno [1] . Puede ceder al bebé en adopción a aquellas personas que no están en condiciones biológicas de procrear y que desean un hijo. A través de la ley, estas personas pueden filiar a un hijo, a ese bebé, es decir lo incluyen en una cadena simbólica, otorgándoles un lugar, un nombre, igual que ocurriría con un hijo biológicamente propio y deseado. (Gutiérrez, 2000) De esta manera esta familia le va otorgando un sitio donde este bebé se pueda alojar.

Elección de un nombre

Según Finch (2007), la selección de los nombres de los niños es una forma en que los padres pueden optar por confirmar y reforzar la particularidad de las relaciones de parentesco que son importantes para ellos. De este modo, el tema de la continuidad en el tiempo es un elemento importante –este autor sostiene que se utilizan los nombres de las personas de generaciones anteriores, a modo de “preservar” su vida por muchas décadas más, dándole una vida más larga a través del niño. Así, la importancia de la continuidad temporal se ve reforzada por la evidencia de que los primogénitos son los más propensos a ser llamados por nombres de familiares. (Rossi, 1965; y Alford, 1988) Varias explicaciones han sido ofrecidas, incluyendo la idea de que los hijos primogénitos son vistos como los que crean una nueva generación, por ello hay alguna conexión con las generaciones anteriores. Según algunas investigaciones antropológicas, nombrar es un acto esencialmente social, esto es un elemento fundamental en los procesos de incorporación social y la constitución de la persona. (Benson, 2006)Así, el acto social de nombramiento, es el mismo acto de constitución de la personalidad, y está fundamentalmente arraigada en el parentesco. Algunas investigaciones (Alford, 1988; Hey, 2000; Scott, et al., 2002) sostienen que la constitución de la personalidad a través de los nombres, visto desde la perspectiva sociológica, también tiene que estar relacionada

En nombre de mi historia

Por Sabrina Cabariti

VIGENCIA

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con contextos sociales, económicos y políticos particulares. El mismo requisito de tener un nombre fijo se remonta al surgimiento del Estado Moderno, vinculado inicialmente a los derechos de propiedad de certificación y, posteriormente, a la necesidad del Estado de mantener la información exacta sobre los ciudadanos individuales.

Elección de nombre como recurso simbólico

Tania Zittoun (2004), investigadora en la Facultad de las Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, en un estudio realizado en Suiza sobre el proceso de elección del nombre que se le dará al primer hijo, analiza el uso de los recursos simbólicos [2], que influyen en esta decisión. Para Zittoun, una tarea concreta de resolver durante la transición a la paternidad es encontrar un nombre para el niño que viene. Los padres piensan en los signos de sus grupos de pertenencia, nacionales, religiosos. Evalúan nombres como algo de los sentidos: según el sonido, el gusto y la forma, y se preocupan por cómo van a encajar con apellidos u otros nombres de la familia. Se imaginan el niño, o ellos mismos, como padre de una niña llamada fulano de tal. En la selección de un nombre (especialmente para un primer hijo) los padres no sólo están determinando la personalidad de su hijo, sino también están tomando un paso clave en la definición de su propia identidad nueva como padres. (Zittoun, 2004). Entonces podemos decir que elegir el nombre del hijo supone la actualización de representaciones pasadas de los propios padres y activa representaciones futuras.

Ser madre y el deseo de un hijo.

Un aspecto que no debemos olvidar es: ¿Qué es el deseo de un hijo? El deseo de un hijo es deseo de trascender. Es el deseo de todo ser humano de prolongarse y tener continuidad entre los seres vivos, aún cuando ya no esté. El deseo de un hijo no se refiere al proceso orgánico de la reproducción, sino que implica la capacidad de donación, reparar los propios traumas infantiles, desplegar logros, transmitiéndoles a la próxima generación, la trascendencia y con ella elaborar lo posible de lo imposible de la muerte.Según Lebovici (1983) el ansia de la maternidad no viene del día en que una mujer joven, sujeta a un programa de planificación de la natalidad, decide tener un hijo. Los fantasmas que nacen y subsisten en torno de la maternidad dependen sin lugar a dudas del nivel de desarrollo y de la sexualidad infantil. Los juegos de la niña con las muñecas, que comparten con hermanos y amigos; el hacer que se es, el papa o la mama, o que se es la maestra, constituyen algunos ejemplos para referirnos al deseo de ser madre.Para Lebovici: “El deseo del hijo quizás corresponda con un registro distinto, en el que el acento esta puesto, en ese producto de la maternidad que llamamos “hijo imaginario” Del mismo modo, Fainblum sostiene “A un niño se le habla, y se lo habla antes de su nacimiento. Está anticipado en su discurso, tiene un lugar en el deseo de sus padres, un lugar de hijo. Algo de la historia de los progenitores esta en escena, vendrá a completarla, a rectificarla, a realizar los sueños de los mismos”. Fainblum (2000) aclara que con respecto al futuro bebé se cifran expectativas, ilusiones, será doctor, será bailarina…tendrá los ojos mas lindos del mundo, no se parecerá a…. Un proyecto se despliega: la trascendencia más allá de la muerte.En ese hijo “su hijo” se juega el narcisismo de los padres, el ideal de los mismos, dimensión interviniente en la construcción del aparato psíquico del recién nacido.

Según Lebovici (1983) la madre mantiene relaciones reales e imaginarias con el bebé. El bebé se mueve, patea, está quieto y su madre relaciona e interpreta estos movimientos con sucesos de su vida cotidiana y estados de ánimo. Este hijo imaginado se construye, según Lebovici, a partir: a) del deseo de maternidad y sus fantasmas, b) de la situación real de la madre, y c) un trabajo de representación activo análogo a las ensoñaciones diurnas o fantasmas concientes.Pero para este autor en realidad, cuando el bebé nace y la madre lo toma en sus manos, no tiene un solo niño en sus brazos, tiene por lo menos tres niños:

1- El primer bebé es el hijo imaginado, elaborado durante el embarazo producto de sus fantasías y ensueños preconscientes. Es el hijo que la madre ha tenido porque quiso estar embarazada. Este es el niño que va a transmitir el destino transgeneracional. Lebovici aclara “Por lo tanto el hijo imaginario es el fruto de la historia transgeneracional de la madre y del padre, la historia que constituye un mandato para el destino del niño”; Por lo tanto, este niño imaginario proviene del deseo de embarazo. Sin embargo, el deseo de embarazo no es lo mismo que el deseo de un hijo. (Lebovici, 1985) Durante el primer mes de gestación, la madre tiene la sensación de estar embarazada, más que de tener en su vientre a un niño. O sea la madre sabe que esta embarazada, pero no hay un bebé en su cabeza. En un segundo tiempo tiene la sensación de tener un bebé dentro de su cuerpo, lo que lo hace presente, más real.Pero recién cuando comienza a percibir los movimientos fetales puede imaginarse al bebé, es decir que será objeto de sus ensueños, que va a imaginar a un futuro niño, o niña, bailarina o futbolista. Es el niño que va a transmitir el destino transgeneracional, lo que se ve muy bien en la elección del nombre.Entonces, Lebovici, introduce en relación a las interacciones imaginarias, la influencia del peso transgeneracional. La madre incorpora en los cuidados maternos, aquello que siente en tanto madre, pero también lo que siente como hija de sus propios padres. Por lo tanto el bebé imaginario es el deseo de un hijo.2- Sin embargo, nunca la realidad de un hijo se articula exactamente con lo imaginado respecto de él, por eso el segundo es el hijo de las fantasías inconscientes y por lo tanto es aquel niño que remite a su propia infancia. Este segundo hijo es un niño fantasmal, inconsciente y remite a la identificación primaria con sus padres.3- El tercero es el hijo producto de la interacción. Es el hijo de la realidad material, es real, de carne y hueso con el cual la madre interactúa de acuerdo a sistemas programados, que se enriquecen con sus fantasmas y sus ensoñaciones imaginarias. Es también el hijo que penetra en el universo del sistema familiar y contribuye a asegurar el equilibrio de este, o a modificarlo.Sabemos que nombrar a una persona evoca una imagen, una historia, un sentimiento de gusto o estilo personal. Por esta razón, la construcción de un nombre, y su uso a través de un curso de la vida, puede reflejar de algún modo la historia transgeneracional de los padres. De estos padres que le dieron el nombre, con una disposición interna y con una red de parientes con los que la totalidad o parte del nombre del bebé se conecta. Por lo tanto, el nombre del bebé tendrá su propia individualidad y reflejará de algún modo esta dimensión familiar.Por esta razón, la hipótesis que se intentó demostrar en el presente trabajo fue la siguiente: “La elección del nombre del bebé refleja de algún modo la historia transgeneracional de los padres.”

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Conclusión

Teniendo en cuenta que la construcción del nombre nos constituye como sujeto y en función de la investigación realizada, esbozaré algunas cuestiones sobre la elección de los nombres en los bebés.Los bebés tienen la necesidad de una historia y de una historia que no sea únicamente genética. Pero esta historia pasa por la historia de sus padres y la de sus filiaciones. Los nombres tienen el doble carácter de denotar la individualidad de la persona, así como marcar las conexiones sociales. Entre la variedad de influencias que pesan sobre los padres en la elección de los nombres de sus hijos -religioso, cultural, de la moda- la opción de seleccionar un nombre con alguna conexión a la familia, es muy importante. Es así como los nombres pueden servir para conectar al individuo en las relaciones familiares, aunque el modo en que se refleja esto, puede variar. El nombre del familiar que va a ser seleccionado para que sea el nombre del nuevo integrante esta relacionado con el nombre de uno de los padres o de los abuelos. También aparecen los nombres de los padres modificados. Por ejemplo Paula, porque el padre es Pablo.Varias veces el nombre elegido es de alguien que ha muerto. Esto sirve para preservar la memoria de ese ser querido. (Finch y Mason, 2000). No solo los padres son los que eligen nombres de familiares para sus hijos varones para simbolizar la continuidad de la familia (Alford, 1987), las madres, aunque en menor proporción, también eligen el nombre del padre, o de los abuelos para nombrar a sus hijos. Otras opciones para elegir los nombres para los bebés surgen de los distintos gustos por el nombre que esta a la moda, por productos culturales concretos como personajes de películas, de libros, de leyendas, de novelas, paginas de Internet.Aunque según algunas investigaciones (Alford, 1987; Zonabend, 1980) los primeros nombres indican el grupo de un niño, el grado de pertenencia familiar, o sirven para clasificar su orden dentro las generaciones, nosotros observamos que en realidad el segundo nombre del bebé es el que funciona como este indicador de conexión con la familia. Para concluir diré que aunque los padres confirmen que el nombre del bebé fue elegido por moda, gusto, por su connotación semántica, por algún personaje de películas, libros, o novelas; la decisión que lleva a su elección está siempre atravesada de algún modo por su historia transgeneracional. Igualmente, se debe tener en cuenta las particularidades y singularidades de cada caso, cada vinculo es diferente y cada historia también, y eso es lo que lo hace único al bebé y lo que diferencia su nombre de los demás, aunque sean nombrados de la misma manera. Por ejemplo, si dos nenes de la misma edad se llaman Valentín, la historia del proceso de elección de ese nombre en cada familia es distinta una de otra, y esto es lo que los hace diferentes.

Notas[1] Ya mencionamos la diferencia entre maternidad y maternaje. Maternaje es el

proceso psicoafectivo que acontece o no en la mujer cuando tiene al niño. Maternidad

es el acontecimiento biológico.[2] Los recursos simbólicos son constelaciones complejas, como objetos o ritos dentro

de la familia, las tradiciones religiosas o nacionales, u objetos que son compartidos

como libros, novelas, pinturas o experiencias propias que provocan o despiertan

recuerdos

[3] Lebovici, S. (1983), El lactante, su madre y el psicoanalista. Las interacciones

precoces, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1988.[4] Fainblum; Alicia.” La familia. El hijo nacido, el hijo esperado, ficha de cátedra de

Psicología de la Discapacidad, Facultad de Psicología, UBA, 2000

“En nombre de mi historia” es una investigación realizada para la Cátedra de Psicología

Perinatal a cargo de la Dra. Alicia Oiberman.

En mayo de 2013, a través de una práctica de la facultad de psicología de la

Universidad de Buenos Aires y el hospital Naval Cirujano Mayor Pedro Mallo sito en

Buenos Aires, fue posible realizar la experiencia, con observación participativa, 10

entrevistas informales y no estructuradas, guiadas por un instrumento creado para los

fines de la investigación.

Sabina Cabariti es Licenciada en Comunicación Social (Universidad de La Matanza,

2001), y egresada de Licenciatura en Psicología en la Universidad de Buenos Aires

(2013). Entre 2008 y 2010 como estudiante ha investigado las creencias y actitudes

hacia la diabetes y su influencia sobre las estrategias de afrontamiento en pacientes

diabéticos, dentro del marco del Voluntariado Universitario en Investigación en Psi-

cología (UBACyT 2008-2010). También ha sido colaboradora en el área de prensa y

difusión de campañas de distintas ONGs. Actualmente desarrolla su tarea profesional

como psicóloga clínica de adultos en consultorio privado e instituciones privadas

dedicadas a la salud mental, y realiza pericias psicológicas para estudios jurídicos y

como perito de oficio.

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“Afecciones psicosomáticas en cuidadores de familiares enfermos” en la revista

Electrónica de la Facultad de Psicología- UBA. Intersecciones Psi. N° 4 de septiembre

de 2012.

“La tecnología Informática, una nueva herida narcisista”. Publicado en la revista

Electrónica de la Facultad de Psicología- UBA. Intersecciones Psi. Año 3 Número 9 de

Diciembre de 2013.

“Entre realidades y poemas” Antología de Poesías, Editorial Dunken, Buenos Aires,

2015

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ISSN: 1853-9793 30

La realidad es lo que primero se les presenta a los psicoanalistas cuando abordan cualquier producción humana. Constituye el contexto en el que se desenvuelven las acciones en el mundo y donde se expresan las formaciones del inconsciente. En ella evaluamos las estructuras clínicas, caracterizando el deseo, el valor fálico de referencia y la sexuación, según las expresiones del sentido del goce. Es en la realidad de la transferencia donde intervenimos y sostenemos los tratamientos. Si bien hay múltiples realidades, hay una condición para que se organice cualquier realidad que es la función del fantasma. En este libro se hace una tarea de deconstrucción de los diversos componentes que la configuran desde la primera infancia. Leonardo Peskin explica los múltiples conceptos que intervienen en la creación y funcionamiento de la realidad, describiéndolos mediante ejemplos clínicos, históricos y literarios que ilustran cada concepto que se va agregando. La base teórica es tomada de las obras de Freud y Lacan, extendiéndose sin embargo a otros autores, posfreudianos y poslacanianos. La consitución de la subjetividad, el lugar del sujeto y la ubicacdión de los objetos son centrales para comprender cómo funciona la realidad, se los describe desde diversas perspectivas ya que un enfoque restringido parcializaría el carácter trascendente que tiene comprender la realidad en sus múltiples facetas.

En este sentido, Néstor Braunstein afirma en el prólogo que Leonardo Peskin es el “escritor de una obra novedosa que interesará a los psicoanalistas que se atreven con los conceptos más debatidos y debatibles de la re-flexión de los conceptos de Freud en la enseñanza de Lacan; aquí, el de estos falsos amigos que son la realidad y lo real. Para una aventura semejante el prologuista no puede aplicarse a seguir los vericuetos del texto para corregir o para refrendar las novedades que surgen, como en este libro, al doblar cada página. Doblar, dar vuelta. Doblar como en el cine o en la tele, reproducir palabras, traduciéndolas. Doblar, duplicar el texto con las ventajas acrecidas por un diálogo con el autor”

La realidad, el sujeto y el objeto

Por Leonardo Peskin

LIBROS

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ISSN: 1853-9793 31

La práctica de la musicoterapia implica en sí misma una diversidad que incluye tanto el campo de la música como el de la salud.

En musicoterapia se debe entender la música en un sentido muy amplio como una herramienta que lleva implícita lo más valioso para la tarea terapéutica, el sonido, la vibración-movimiento y la posibilidad de poner en marcha todo un sistema perceptual que implica todos los sentidos corporales y que abre paso a la fantasía y la imaginación.

Más allá de su validación y reconocimiento por parte de la comunidad de musicoterapeutas de todo el mundo, los modelos teóricos en es este campo son consecuencia de un proceso histórico de desarollo de la musicoterapia y primeramente surgen como abordajes y métodos terapéuticos, caracterizados por el uso de la música -ya sea desde una perspectiva médica, psicológica o educativa- y poniendo el énfasis en investigaciones de índole cuantitativa, cualitativa o mixtas.

Este libro surge de la necesidad de que los musicoterapeutas y profesionales de la salud de habla hispana interesados en la temática tengan acceso a los cinco modelos teóricos en musicoterapia y a los fundamentos teóricos de la práctica musicoterapéutica.

En este sentido, la obra que aquí presentamos constituye un aporte valioso no sólo para nuestro colectivo profesional, sino también para todos aquellos interesados en las posibilidades que ofrece la musicoterapia y las formas de abordaje que le son propias.

Musicoterapia

Por Ariel Zimbaldo (COMP.)

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ISSN: 1853-9793 32

Habría que esclarecer una cosa. En absoluto es lo mismo tratar la oposición manía/melancolía a partir de dos identificaciones contrarias, que hacerlo a partir de la alienación/separación. La problemática de la identificación condujo a Freud en 1922, en su “Psicología de las masas...”, a esta constatación: “El fundamento de estas oscilaciones espontáneas del (humor) es (...) desconocido”. (...) Freud intenta atrapar eso a parte de la identificación.

Alienación y separación es un binario completamente diferente al de las dos identificaciones: la manía está del lado de la alienación y la melancolía del lado de la separación. La alienación, cuando funciona normalmente, es un momento de la identificación. Eso no ocurre en el caso de la manía, en la que no tenemos tiempo. Tampoco estamos anclados a la identificación con S1, eso resbala en un delizamiento metonímico infernal. (...) Sin duda es lo que justifica a Binswanger cuando habla de la disolución del ego. También tenemos la disolución del superyó que, como decía Lacan, en su fase más profunda, es el objeto a. Estamos aliviados de lo que el objeto a representa como condensación de goce, y en cambio, tenemos la excitación maníaca.

La separación a partir de la cual se puede leer la melancolía es la separación del sujeto de la cadena significante, y se separa en cuanto el objeto a por recubrimiento de dos faltas; es la pequeña complicación del esquema de Lacan. Vemos que es un abuso hablar de identificación con el objeto en la melancolía. Es más cómodo hablar así, pero (...) no responde en absoluto al criterio freudiano de la identificación. es una identidad con el objeto. El binario alienación/separación forjado por Lacan con otros fines es más potente para ordenar los fenómenos de la manía y la melancilía. que la tesis de las dos identificaciones, que puede, no obstante, ser convincente sólo para algunos casos. Me parece que la base fundamental está en el binario alienacio/separación.

Jacques-Alain Miller

Variaciones del humor

Por Jacques-Alain Miller y Otros

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ISSN: 1853-9793 33

El interés por el funcionamiento del cerebro y sus infinitas conexiones y posibilidades ha despertado la curiosidad científica, desde los primeros descubrimientos en esta materia hasta nuestra época, en la que los nuevos conocimientos respecto del área se han incrementado abundante y aceleradamente.

Una de las áreas de la neuropsicología y de las neurociencias que ha mostrado mayor desarrollo en los últimos años es la que estudia los mecanismos y procesos que puede llevar adelante el cerebro humano para recuperar y/o compensar sus funciones luego de sufrir un daño. Los tratamientos de intervención cognitiva, entre los que se incluyen la estimulación y la rehabilitación, representan un conjunto de estrategias que apuntan a optimizar la recuperación neuropsicológica, conductual y funcional de los pacientes que han presentado algún tipo de lesión cerebral. Estas intervenciones son procesos a través de los cuales las personas con daño cerebral trabajan junto a los profesionales del servicio de salud y su entorno más cercano para remediar o aliviar los déficits cognitivos que surgen tras una afección neurológica.

El contenido de este Manual de rehabilitación cognitiva se sostiene en la práctica clínico-asistencial de la Unidad de Neurociencias Cognitivas del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (INEBA). El equipo de profesionales que lo conforma se ha propuesto estudiar las implicancias y resultados de sus intervenciones en la búsqueda del progreso de los tratamientos de sus pacientes. El producto de ese análisis y su conceptualización teórica dieron lugar a esta publicación.

La presente obra se constituye desde este novedoso enfoque y está dirigida a profesionales de la salud, especialmente psicólogos, fonoaudiólogos, terapistas ocupacionales, y neurólogos con (o en) formación en neuropsicología.

Destinatarios ideales de esta obra son todos aquellos que trabajan o se están formando en una tarea tan compleja como apasionante: la búsqueda del restablecimiento cognitivo y funcional de los pacientes afectados y de sus familias.

Manual de rehabilitación cognitiva

Por Carolina Feldberg, Ignacio Demey (Comps.)

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ISSN: 1853-9793 34

Las adicciones son una realidad que nos circunda y nos interroga cotidianamente. Cuál es la motivación del adicto, cuál su relación con el deseo y su goce, cómo se instala y se constituye como sujeto -o no sujeto- son algunas de las preguntas que el libro de Laura A. Boeiro plantea.

Para la autora, es posible un tratamiento “para un sujeto adicto cuando la droga falla como respuesta”, porque el adicto “con su síntoma de segunda naturaleza testimonia la falla de la droga como respuesta”.

En ese sentido, Adicciones recorre una serie de temas y asuntos relativos a la clínica de la adicción, con varias presentaciones de casos y con la discusión acerca de la operatividad de los grupos monosintomáticos y los grupos de autoayuda, el trabajo con las familias y el aporte de la logoterapia en modelos de rehabilitación.

Como bien dica Laura A. Boeiro, la primera cuestión para pensar la clínica de la toxicomanía tiene que ver con que “la intervención de los analistas ha de ser una intervención sobre los goces y modos de gozar; y que pensar el goce no es pensar necesariamente el objeto, ya sea como resto causa de deseo o plus de gozar, el objeto pequeño a siempre opera siempre en relación a ese efecto-sujeto... Pero los adictos sufren. Y en virtud de que ese famoso displacer no opera para ubicar la angustia, los adictos padecen desbordes clínicos (por enfermedades asociadas o accidentes) de gran importancia. Muchas veces son estos mismos límites del cuerpo los que permiten un corte y otras veces, no”.

Adicciones

Por Laura A. Boeiro

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ISSN: 1853-9793 35

El rector de nuestra universidad, Profesor Dr. Alberto Barbieri, ha dicho que el “Programa la Universidad de Buenos Aires para el siglo XXI”, “persigue como propósito generar una contribución al estudio y reflexión sobre la situación actual de la UBA, así como las tendencias y las transformaciones en la agenda de la educación superior en las últimas décadas, de cara a los desafíos del siglo XXI” (1)

Esto implica, según mi punto de vista, abrevar en los principios fundamentales de la reforma universitaria de 1918 y actualizarlos en consonancia con la época y con la nueva realidad latinoamericana.

Con la reforma, en la UBA “se enriqueció notablemente la actividad universitaria en todas las facultades, y se hizo conciencia más general que en las etapas anteriores que el único horizonte que la universidad abría no era el estrictamente profesional” (2)

Es en esta perspectiva que brindo mi aporte a este Programa.

El capitalismo tardío del siglo XXI en el cual intentamos vivir, se presenta con un doble efecto:

La aceleración de la caducidad de los objetos.La multiplicación de millones de seres desechables.Sabemos que el mercado capitalista, requiere de la aceleración de los tiempos del circuito operativo para incrementar sus ganancias.

Los objetos de este mundo técnico, pasan a ser caducos inmediatamente de ser producidos y de crear la demanda para consumirlos.

Lo vertiginoso de la articulación inversión –producción – mercado, se ha acelerado como nunca antes.

A su vez, la oferta que crea demandas respecto a objetos cada vez más efímeros, ha dado lugar a un circuito de inversión de dinero sobre dinero, sin ningún sostén en genuinas tasas de producción.

Los gobiernos de los grandes países centrales de Occidente, han pasado a ser los “Socorristas” de los grandes bancos al borde de la quiebra, por los grandes negocios especulativos donde obtuvieron ganancias sin límites.

Debemos aquí dejar en claro, que estos gobiernos, no socorren a sus millones

de desocupados, hipotecados, desclasados sumidos en la desesperación, y ahora por fin en la indignación.

En nuestro país hemos tenido un anticipo de lo que sucede en el llamado mundo desarrollado, durante los años 2001 y 2002. También fruto del carnaval especulativo de la década de los 90.

Desde una perspectiva psicoanalítica podemos decir que el capitalismo tardío, así como hace estallar los términos de la solidaridad social, degrada lo simbólico a lo imaginario, propicia el reinado de la mercancía, produce la caída de los ideales, llama al imperativo de goce sin límites, produce las figuras del cínico y el canalla, busca reemplazar las ideologías por una supuesta aptitud de gestión aséptica, que en verdad es absolutamente ideológica, produce el efecto de la imposibilidad de historización y de aptitud reflexiva, ante lo vertiginoso de la información y de la imagen coagulada, que inhibe las posibilidades asociativas.

La política se vuelve mercancía, simulacro, sin debate, ni argumentos.

Caen los velos, todo se da a ver produciendo un efecto de sugestión adormecedora.

La anestesia informativa del “Panóptico mundial”, logra que veamos con el mismo desapasionamiento una película de guerra, que una guerra verdadera en vivo y en directo.

¿Dónde y cómo poner un límite, un no, a ese goce oscuro que produce objetos y seres humanos como total y absolutamente caducos, por una voluntad sin límite, una voluntad de goce que se alimenta precisamente de una producción de desechos?.

A los más pobres, se les deja además de la carencia y la privación de objetos reales, imaginarios y simbólicos; el exceso de violencia y de drogas.

A los sectores medios de la sociedad, no se les reconoce la aptitud de ciudadanos, sino de meros consumidores de objetos cada vez más inútiles, caducos.

La falta estructural del sujeto es metamorfoseada como falla imaginaria que el mercado podría colmar.

El cambio de paradigma en el siglo XXI y el docente universitario

Por Osvaldo L. Delgado

ACTUALIDAD

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ISSN: 1853-9793 36

ACTUALIDAD

A las clases más altas, el enriquecimiento vertiginoso y una banalización, que excluye todo criterio ético.

En la actualidad, a partir de que la interacción entre el capitalismo y la ciencia termina en la compenetración de ambos al servicio de la eficiencia en el mercado, la separación entre ciencia pura, aplicada y tecnología está al servicio de negar la interacción y retroalimentación entre ellas, sustrayendo la responsabilidad de los científicos con el modelo “ciencia martillo” (la responsabilidad sólo estanca en los que disponen política y económicamente del instrumento) ya que en verdad el aspecto práctico en la actualidad siempre está presente y por lo tanto todas esas actividades quedan comprometidas por los efectos: “implicancias para la vida social que acarrean directa o indirectamente sus productos”.

La tensión entre la libre investigación y la prohibición de ésta, no sólo se resuelve para el investigador Mario Heler en el “llenado” de los vacíos jurídicos sino que en sus palabras “la mejor situación se da cuando la dimensión ética no está resguardada sólo por alguna disposición legal (que además no puede prever todos los conflictos posibles) sino una práctica cotidiana preocupada y ocupada en la búsqueda de la moralidad”.

Considero que el circuito: superyó –renuncia– pulsión, se expresa con brutal presencia en el desencadenamiento del discurso capitalista. Lo que Zizek denomina “violencia del ello” freudiano, es acorde con la forclusión del Nombre del Padre en la cultura.

La declinación de la “imago paterna”, es correlativa de los fenómenos de “Ley de hierro” en lo social.

Podemos destacar los efectos de la lógica anunciada, en la extensión de ciertas modalidades de presentación del padecimiento subjetivo.

La disolución de la familia nuclear propia de la modernidad, adquiere otras modalidades (familias ensambladas) que sostienen la trama libidinal que le es acorde; pero también se crean “nuevas familias” donde impera la ley de hierro: Las sectas, las bandas delincuenciales y las barras bravas.

El estallido de los lazos sociales y la caída de la solidaridad como valor, promueve las figuras del cínico y del canalla.

El activismo sexual, se ha convertido en la modalidad contemporánea, de huir de la inquietud del deseo y de la afectación por el amor.

Los nuevos campos de concentración, que son las villas miserias, producen a la extrema pobreza, ya no correlacionada sólo con la carencia de los objetos necesarios para la subsistencia, sino con un exceso (drogas, armas, etc.). Un estar a solas con la pulsión de muerte sin mediación simbólica.

El incremento de la psicopatologización y psicofarmacolización de la vida cotidiana, que se ha extendido hasta la niñez, genera efectos sociales novedosos.

El ser humano vuelto mercancía, la omnipresencia de la técnica, la organización escolar (especialmente privada) desde la primera infancia, toma

a los niños en función de los “gerentes” que deberán ser, anulando de hecho la niñez como tal.

Los fenómenos de segregación, fundamentalmente en los llamados países desarrollados, cobran cada vez mayor violencia social y estatal.

La devaluación de los términos del amor, son correlativos de un imperativo de goce, que promueve tomar al otro como objeto de uso.

Todo esto y mucho más que podemos enumerar, son efectos directos de lo mencionado al inicio.

El discurso capitalista, pseudodiscurso sin envés y sin corte, que rechaza la dimensión de lo imposible, promueve el imperativo de goce superyoico sin regulación, expulsando los términos de la castración.

“El discurso capitalista se caracteriza por intentar borrar la imposibilidad lógica y suturar la brecha ontológica” (Jorge Alemán).

Este discurso expresándose en una contingencia histórica, se presenta sin embargo como eterno, irremplazable, absoluto como el circuito superyó –renuncia– pulsión. Se presenta, no lo es.

Los objetos técnicos han alcanzado el cenit de la cultura contemporánea, y tratan a los sujetos como desgarrados por una división imaginaria que el objeto podría colmar.

Se trata del consumidor, no del ciudadano. La política declina de los ideales y se presenta como gestión.

Todo se da a ver, las guerras de aniquilación de los pueblos enteros para el saqueo de recursos naturales, son presentados por los medios de comunicación como un videojuego, produciendo efectos de anestesia psíquica, en el que queda atrapado en la sugestión mediática.

La técnica médica, en su orientación estética, se presenta como aquella que puede dar una identidad. Se propagandiza prometiendo que puede otorgar una identidad sexuada, como si esta existiera. Promueve la creencia que los sujetos pueden ser causa de sí mismo, y tener una certidumbre respecto de una supuesta identidad sexuada.

Se retrocede al pre-freudismo, realizando debates donde la biología decidiría la posición sexuada, y las funciones parentales y maternales.

También hallamos en el ámbito político distorsiones que generan respuestas equivocadas.

Por ejemplo, se habla de la crisis del capitalismo, cuando no ha habido tal crisis, sino la crisis de ciertos semblantes institucionales que se presentan como reguladores del mismo.

El capitalismo ha aprendido a revolucionarse permanentemente a sí mismo.

En los países subdesarrollados, algunos sectores atacan los semblantes de

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ISSN: 1853-9793 37

las instituciones, tomando a estos semblantes como meros simulacros al servicio de la explotación.

Están guiados por un odio a la democracia como lo formula Ranciere, ya que la democracia devela que se trata de un colectivo social, una comunidad articulada alrededor de una hiancia.

Querer taponar esa hiancia con algún “ser”, sea este cualquiera, implica fundamentalismo, segregación, violencia del ello.

Taponar esa hiancia, que Lacan llamó de diferentes modos: no hay relación sexual, no hay Otro del Otro, no hay metalenguaje, etc., lleva necesariamente a lo peor.

El malestar de que somos sexuados, parlantes y mortales, abre un abanico de existencia social de las diferencias imposibles de suturar.

La concepción teleológica, de que la historia tiene un sentido y éste es venturoso, de que ese sentido está asegurado de antemano. Que el tiempo de la historia, irremediablemente llevará a una forma superior de sociedad sin malestar. De que podemos saber exacta y anticipadamente ese sentido, ha llevado a enormes fracasos y sacrificios de vidas humanas.

El psicoanálisis es fundamental para poder pensar la constitución de la subjetividad, de la hiancia irreparable en el sujeto y en la sociedad. Por eso resguarda de todo totalitarismo y de todo “esencialismo”.

Así como ha estallado el orden simbólico que aún reinaba en el siglo XX, el orden natural, las tradiciones, los principios de autoridad legados de la imago paterna, la estructura familiar tal como la hemos conocido, se evapora.

El derecho al goce toma la delantera y se entroniza al yo. Los lazos que antaño eran ocultos, prohibidos, estigmatizados, hoy colman las pantallas televisivas y marcan la tendencia dela época. Nos encontramos con el porno exhibido o como espectáculo, accesible para cualquiera muy fácilmente.

Los fenómenos de adolescentización imaginaria de los padres, la desintegración del patriarcado, y ante tal amenaza, el rebote de la violencia de género.

Si a la caída del patriarcado la podemos pensar como algo muy positivo, la exaltación del goce, implica una caída de los términos del amor y el deseo.

El desafío mayor que tienen los docentes universitarios, es la cuestión de cómo producir un encuentro con los alumnos que sea fructífero, teniendo en cuenta que los primeros se han instituido como sujetos en un mundo radicalmente otro que el de los jóvenes actuales.

¿Cómo hablar su propia lengua para hacernos escuchar, sin que esto implique identificarnos al fantasma de la época?

Sostener el semblante de la época del patriarcado, o por el contrario, adquirir un simulacro de adolescente, lleva al más absoluto fracaso.

El empuje al goce de la época actual, se lleva muy mal con el deseo, y es sólo con el deseo que es posible estudiar, formarse, investigar, utilizar los recursos tecnológicos actuales para desplegar la pasión por el saber, por el desafío de la cultura, y la dignidad humana que ella implica. Como docentes, la ética del deseo debe orientarnos y en ella radica nuestra autoridad.

Esta misma ética, es la que permite articular la suficiente formación, con la sociedad que sostiene a la universidad, poniendo el saber y la investigación al servicio de las necesidades y los proyectos del pueblo, en cada momento histórico.

No quiero concluir este aporte, sin mencionar un comentario de Tuilio Halperín Donghi, respecto al golpe militar de 1930 y la cuestión de la reforma universitaria:

“La revolución del 6 de septiembre de 1930, en efecto, fue considerada bien pronto por quienes podían interpretarla más autorizadamente como una respuesta al fracaso de la experiencia democrática que en nuestro país había comenzado catorce años antes; cada vez se advertía con mayor claridad que los cambios introducidos en el ámbito universitario eran parte de esa experiencia, y eran vistos con el disfavor que acompañaba a cuanto había ocurrido en la etapa inmediatamente dejada atrás. En esta opinión no coincidían tan sólo los jefes del movimiento militar y los más influyentes entre sus asesores políticos; también podemos hallarla expresada por periódicos muy escuchados, que habían mantenido largas reservas frente al movimiento de reforma y tendían ahora a identificarlo con el puro triunfo de la demagogia en la Universidad” (3)

Este fue el “huevo de la serpiente” que alcanzó el estatuto genocida con el golpe cívico-militar de 1976. Esta lucha es continua, aunque en vez de golpes militares, se produzcan “golpes de mercado”.

Notas:(1) Presentación del “Programa la Universidad de Buenos Aires para el siglo XXI”. Prof.

Dr. Alberto Barbieri.(2) Historia de la Universidad de Buenos Aires. Tulio Halperín Donghi. Eudeba. Pág. 109.(3) Ibíd. Pág. 117

Osvaldo Delgado es doctor en Psicología por la UBA, analista miembro de la Escuela

de Orientación Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis.

ACTUALIDAD

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ISSN: 1853-9793 38

Hoy, un fragmento de una mesa redonda que intenta delimitar cuestiones, o bien, limitarlas.Por el equipo Buffet FreudPrólogo por el Prof Karl Psiquembaum

Mi experiencia como psicoanalista es, creo que ustedes ya lo saben, larga. O, para usar un lenguaje menos fálico, extensa[1]. Son años de encuentro con colegas, pacientes, maestros, de enriquecimiento personal en el sentido amplio del término y, a veces, no voy a negarlo, también en el estricto, (aunque no fue mi caso, lamentablemente, no voy a negarlo). He escuchado, entonces, gran cantidad de cuestiones alrededor del encuadre, desde la cantidad de sesiones adecuadas ( que giraban de 134 por semana, a una por década), lo que debe durar cada sesión ( desde toda la vida a un milisegundo, pasando por la opinión de algunos lacanianos, que creen que “ la sesión termina cuando usted llega” , aunque no especifican “a donde” debe llegar usted para que la sesión termine.

En congresos, jornadas y coloquios[2] se ha debatido arduamente sobre cuales son los límites de la analizabilidad. Se han llegado a conclusiones definitivas, como “ por ejemplo: “en psicoanálisis nada es definitivo”, contradictorias, como “toda certeza es delirante, esto es cierto” y fundamentales, como tantas otras que no vamos a nombrar ahora por no recordarlas.

Básicamente se decía que para considerarse en análisis:

El paciente debe estar vivo.El paciente debe estar presente.el analista debe estar vivo.el analista debe estar presente.Las pautas deben cumplirse simultáneamente, y en el mismo lugar.El paciente y el analista no deben ser la misma persona, ni tampoco intercambiar sus roles. Todas estas conclusiones, y algunas más, conmovieron profunda y superficialmente al movimiento Buffet Freud, por lo que sus integrantes decidimos generar nuestra propia mesa redonda, pára tener así nuestras propias pautas que contribuiran al conocimiento de la técnica psicoanalitica, o bien, depende como se vea, a la resistencia contra la misma, que nunca nos faltan detractores.Prof Karl Psíquembaum.

El diván y la mesa

Prof Psíquembaum: Estimados y estimadas colegas y colegos. He visto con inquietud que el tema del encuadre les ha provocado angustia, ansiedad, miedo, pruritos varios en diversas zonas del cuerpo y de la mente, e incluso, inquietud. Si creyera en el ataque de pánico, me atrevería a firmar que algunos de mis colegas y algunas de mis colegos sufren algo que se podría llamar así. Como no creo en la existencia de tal cuadro, estimo entonces que mis colegas simplemente alucinaron. Pero en cualquier caso, declaro abierta la cuestión, para así poder despejar ciertas dudas y dudosas certezas.

Lic Snob: Profesor, una vez un paciente me preguntó si yo podría ser paciente suyo.

Prof Psíquembaum: ¿mío, o de él?

Lic Snob : de él.

Mesa redonda: Los límites del encuadre (fragmento) Por el equipo Buffet Freud.

RUDY

HUMOR

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ISSN: 1853-9793 39

Prof Psíquembaum: ¿Y usted que le contestó?

Lic Snob: ¿Y a usted qué le parece?

Prof Psíquembaum: me parece, licenciada, que no debería usted responderme con otra pregunta, cuando estoy intentando ayudarla

Lic Snob: Disculpe, profesor doctor, pero no me estaba refieriendo a lo que le contesté a usted, sino a él, Al paciente, le dije “¿Y a usted qué le parece?”

Prof Psíquembaum: Es notorio, licenciada, que con su inexperiencia puede usted confundir ya sea a pacientes novatos, como a dotados y experimentados analistas Para usted , ahora yo vendría a ser “usted” ya que estamos hablando, mientras que su paciente vendría a ser “él”. Entonces si usted dice “a usted que le parece”, yo entiendo que me lo está diciendo a mi, ya que yo soy “usted” y no él

Lic Snob: ¿Yo soy “usted”?

Prof Psíquembaum: ¡de ninguna manera! ¡Yo soy “usted”, usted, es “yo” ¿no se lo enseñaron de niña?

Padre Rafael Goldstein; Disculpe usted, profesor, pero quizás lo importante no es lo que piense usted, ni yo, ni ella, sino lo que surja de Él.

Prof Psíquembaum: Lo disculpo, no solo eso, lo absuelvo, Padre, ya que usted habla “en nombre del padre”, pero le debo recordar que las instancias no son “usted, yo y ella” sino “ Superyó, yo y ello”.

Dra Hellen Goodmorning: ¡Y dale con el machismo!

Padre GOldstein: Las instancias podrán ser tres, pero el aparato psíquico es uno, doctor.

Prof Psíquembaum: Padre, el concepto que usted introduce constituye una Interesantísima Trinidad, pero no veo que nos lleve a resolver el tema que nos propone la licenciada ¿puede ser uno paciente de sus propios pacientes? ¡y a mi me parece que es totalmente absurdo porque ¡ser pacientes de sus pacientes, sería como ser psicoanalista de su propio psicoanalista, o ser padre de sus padres!

Dra Anafreudiana Traumengarten: Sin embargo, a veces uno debe ser paciente, cuando por ejemplo los pacientes repiten lo mismo, repiten lo mismo, repiten lo mismo, repi… ¡uy, perdón ¡no se que tengo en la cabeza! ¡ah, sí, un sombrero, que me lo regaló un paciente y no me animo a sacármelo por miedo a que se sienta despreciado y me ataque.

Prof Psíquembaum: ¿por qué teme usted que su paciente la ataque? No usar el sombrero no parece ser un motivo suficiente.

Dra Traumengarten: ¡Ay, doctor, como si mis pacientes necesitaran de un motivo racional para atacarme! ¡Doctor, usted podrá ser un gran psicoanalista, pero no sabe nada de política! ¡los países se atacan unos a otros, y después buscan un motivo racional que más o menos los justifique, ¡después, no antes!

LIc Supositoire: Quisiera señalar, si fuera necesario, que existe alguna clase de diferencia entre un país y un paciente. Digo, no me imagino a un paciente atacando a un país. Salvo que se trate de un caso de narcisismo extremo, o bien, una psicosis tal que el paciente se imagine que él solo es toda una nación.

Dr Frank Furter: ¡l’etat cest moi, l’etat cest moi!

Prof Psíquembaum: ¿usted se refiere a Luis XIV, el monarca absolutista del siglo XVII?

Dr Furter: No lo sé, pregúntenle a Frida, mi lora, que es quien repite esa frase día y noche, espantando a mis pacientes que huyen de mi consultorio al escucharla.

La mesa continuó durante 40 días y 40 noches…, pero nosotros, dejamos aquí por hoy.

[1] Son conocidas las competencias entre profesionales de la salud mental, sobre todo practicantes del psicoanálisis, para ver quien la tiene más extensa, a la trayectoria.

[2] En general se trata de congresos depsicoanalisis, pero en algún caso pudo haber sido de biología, matemáticas, o incluso religioso

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