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Comité de Seguridad Alimentaria Mundial Grupo de Alto Nivel de Expertos en Seguridad Alimentaria y Nutrición Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del documento de consulta Mayo de 2011 Benoit Daviron Niama Nango Dembele Sophia Murphy Shahidur Rashid i

Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

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Page 1: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Comité de Seguridad Alimentaria Mundial

Grupo de Alto Nivel de Expertos en Seguridad Alimentaria y Nutrición

Informe sobre volatilidad de precios

Primer borrador del documento de consulta

Mayo de 2011

Benoit Daviron Niama Nango Dembele

Sophia Murphy Shahidur Rashid

i

Page 2: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Prefacio

En octubre de 2010, el recientemente reestructurado Comité de Seguridad Alimentaria

Mundial (CFS, por sus siglas en inglés) solicitó a su Grupo de Alto Nivel de Expertos en

Seguridad Alimentaria y Nutrición (HLPE) que realizara un estudio sobre volatilidad de

precios y que presentara los resultados de dicho estudio en la siguiente sesión programada

para el mes de octubre de 2011.

El Grupo de Alto Nivel de Expertos en Seguridad Alimentaria y Nutrición (HLPE) se creó en

octubre de 2009 como elemento esencial de la reforma del CFS y como pilar científico y

basado en el conocimiento de la Alianza mundial por la agricultura, la seguridad alimentaria y

la nutrición. El HLPE inició sus actividades en julio de 2010 con ocasión del nombramiento

de su Comité Directivo. El HLPE tiene como objetivo mejorar la solidez de la formulación de

políticas al ofrecer asesoría independiente a fin de ayudar al CFS a lograr consenso político y,

a la vez, tomar decisiones políticas sobre la base de evaluaciones generales.

Luego de la 36º reunión del CFS, el HLPE recibió el mandato de realizar estudios y presentar

recomendaciones de política respecto de cuestiones relativas a seguridad alimentaria mundial.

Uno de tales estudios corresponde a volatilidad de precios que trata “todas sus causas y

consecuencias, incluidas las prácticas que distorsionan el mercado y sus vinculaciones con

los mercados financieros, así como las políticas, medidas, instrumentos e instituciones

apropiados y coherentes para la gestión de los riesgos que se derivan de una excesiva

volatilidad de los precios agrícolas. Esto debería incluir actividades de prevención y

mitigación para los productores vulnerables y los consumidores, especialmente los pobres,

las mujeres y los niños, que sean apropiadas para los distintos ámbitos (local, nacional,

regional e internacional) y que se basen en el examen de los estudios disponibles. El estudio

debería considerar la forma en que las naciones y poblaciones vulnerables pueden

asegurarse el acceso a los alimentos cuando la volatilidad provoca perturbaciones del

mercado”.

En conformidad con los procedimientos del HLPE, se designó un equipo de proyecto para que

realizara el estudio y preparara un documento que detallara los resultados del análisis y

recomendaciones relativas a instrumentos clave de política para reducir la frecuencia y la

magnitud de crisis de precios, controlar riesgos, fortalecer las estrategias de supervivencia

ii

Page 3: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

para enfrentar la situación y mejorar la resiliencia en todo contexto (hogar, nacional, regional

e internacional), con especial énfasis en opciones para países en vías de desarrollo y prestando

particular atención a políticas que generan un impacto positivo en la seguridad alimentaria de

los hogares. Se espera que las recomendaciones de políticas ofrezcan una serie de

instrumentos y procesos receptivos que den respuesta a contextos y situaciones cambiantes

(por ejemplo, nuevas perturbaciones, eventos inesperados, etc.) y que exigen de un equilibrio

entre las opciones de manejo de riesgos y de respuesta a riesgos para garantizar la capacidad

de resiliencia. Se solicitó al equipo de proyecto que considerara los siguientes aspectos:

o Perspectivas de economías en desarrollo

o Medidas de adaptación y mitigación del cambio climático

o Incentivos para que los agricultores continúen produciendo versus alimentos de bajo

costo a corto plazo para los consumidores

o Soluciones integrales y globales

o Conflicto e inestabilidad

o Énfasis en un crecimiento que favorezca a los pobres

o Elementos sensibles de la nutrición

o Impacto de diversas recomendaciones sobre grupos vulnerables, incluidos mujeres y

niños.

El presente documento de consulta documenta los resultados y las recomendaciones

preliminares del equipo de proyecto, los que se sustentan en una vasta bibliografía

internacional, experiencias personales y en los antecedentes proporcionados por una consulta

pública digital previa respecto de este tema. Cabe destacar que la presente no es una versión

definitiva, sino un primer borrador entregado para consulta pública electrónica de expertos, la

que se realizará en forma previa a la finalización del documento por parte del HLPE. El

informe final deberá ser aprobado por el Comité Directivo del HLPE en el mes de julio de

2011 y será puesto a disposición del CFS a modo de preparación para los debates que se

realizarán en el marco del 37º periodo de sesiones del CFS (entre el 17 y el 22 de octubre de

2011).

iii

Page 4: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

El proceso de consulta en línea tendrá por objeto revisar las recomendaciones del documento

y ayudar a refinar, fortalecer y explicar con precisión las recomendaciones de manera de

garantizar que ofrezcan una orientación clara a los responsables de las decisiones nacionales,

regionales y mundiales que deben hacer frente a la volatilidad de precios.

Atentamente,

Profesor MS Swaminathan, Presidente del Comité ejecutivo del HLPE

iv

Page 5: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Índice

Preface ..................................................................................................................................................................... i 

INTRODUCTION .................................................................................................................................................. 7 

I.  Recent price volatility in international food markets: three interpretations .................................................... 3 

A.  Excessive food price volatility ................................................................................................................... 6 

1.  Food demand ......................................................................................................................................... 7 

2.  Food supply variability ........................................................................................................................ 12 

3.  Trade policies ...................................................................................................................................... 14 

4.  Speculation on future markets ............................................................................................................. 17 

B.  CYCLICAL FOOD CRISES ................................................................................................................... 21 

1.  Looking for world agricultural cycles ................................................................................................. 23 

2.  The decline of agricultural investment ................................................................................................ 29 

3.  The decline of public spending on agriculture..................................................................................... 30 

4.  The decline of public support more broadly ........................................................................................ 33 

C.  EMERGING SCARCITIES..................................................................................................................... 36 

1.  When the green revolution met its limits............................................................................................. 38 

2.  An unlimited demand for agricultural product .................................................................................... 43 

II.  Price transmission and its consequences for food security ...................................................................... 47 

A.  The transmission of international price volatility to domestic markets varies across developing country

domestic markets............................................................................................................................................... 47 

B.  But price volatility that results from domestic sources is also, a permanent problem in many poor

countries............................................................................................................................................................ 52 

C.  Consequences of price volatility on food security ................................................................................... 58 

III.  Policy options to address price volatility ................................................................................................. 60 

A.  International options ................................................................................................................................ 60 

1.  Slowing down speculation................................................................................................................... 60 

2.  Restoring confidence in the international trading system.................................................................... 62 

3.  Building stocks at the world and regional level................................................................................... 70 

v

Page 6: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

4.  Investing in an agro-ecological agriculture ......................................................................................... 76 

5.  Curbing the growth of developed countries food demand................................................................... 77 

IV.  National options ....................................................................................................................................... 78 

1.  Assessment of national response to the 2007-2008 price spike........................................................... 79 

2.  National policy options to manage volatility ....................................................................................... 85 

3.  Accounting for country specificities in managing food price volatility............................................... 90 

References:............................................................................................................................................................ 98 

vi

Page 7: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

vii

INTRODUCCIÓN

Desde el año 2006, los precios internacionales de los alimentos han experimentado dos alzas

abruptas. La primera fue interrumpida por la crisis financiera mundial, mientras que la

segunda aún persiste. El presente informe tiene por propósito (i) analizar las causas de esta

nueva volatilidad de los precios internacionales de los alimentos y sus consecuencias para los

países pobres en lo concerniente al comportamiento de sus precios internos y la seguridad

alimentaria de las poblaciones vulnerables y (ii) proponer recomendaciones clave de política

en el contexto nacional e internacional.

De esta forma, la primera parte del informe trata las causas de las recientes alzas de los

precios internacionales de los alimentos y propone tres interpretaciones distintas para los

fenómenos. La primera interpretación define las alzas de precios de los alimentos como un

problema de “volatilidad de los precios agrícolas” (y con ello sugiere de manera implícita que

los precios elevados no se mantendrán) y como un problema permanente y casi natural de los

mercados agrícolas. La segunda interpretación apunta a la existencia de crisis alimentarias

internacionales periódicas (década de los cincuenta, setenta y periodo actual) y plantea que

ellas se pueden explicar por el carácter cíclico de las inversiones en la agricultura. La tercera

interpretación postula que las actuales alzas de precio constituyen una señal temprana de

futuras y extensas situaciones de escasez en los mercados agrícolas.

Este informe no opta por una de las tres interpretaciones, sino que destaca su carácter

complementario. Por ejemplo, la necesidad de una inversión pública sustancial en agricultura,

es decir, la lección principal de la segunda interpretación (crisis cíclica), se percibirá en una

forma claramente distinta si se toma en consideración la tercera interpretación (futuras

situaciones de escasez).

La segunda parte del informe demuestra, en primer lugar, que las alzas de los precios

internacionales de los alimentos se han transmitido en forma irregular a los precios internos

en países en vías de desarrollo. En la mayor parte de los países, tal transmisión tardó un

tiempo, si bien persistió el alza de los precios internos de los alimentos. En muchos países

Page 8: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

pobres, en especial en África, esta volatilidad importada de los mercados internacionales se

sumó a la volatilidad crónica nacional de los precios locales de los alimentos. Asimismo, la

segunda parte del informe entrega cierta información sobre las consecuencias de la volatilidad

(importada e interna) de los precios en la seguridad alimentaria de poblaciones vulnerables.

Dado que muy pocos estudios entregan información pertinente resultó difícil realizar una

evaluación de tales consecuencias.

La tercera parte de este informe entrega recomendaciones clave de política para enfrentar la

volatilidad de precios y sus consecuencias para la seguridad alimentaria. En el contexto

internacional, se analizan los seis objetivos siguientes:

‐ Reglamentar la especulación

‐ Restaurar la confianza en el comercio internacional

‐ Acumular existencias en el ámbito regional y mundial

‐ Invertir en agricultura agroecológica

‐ Reducir la demanda de alimentos en países desarrollados

Estos seis objetivos plantean dos cuestiones fundamentales. La primera es el lugar que se le

otorga al comercio en las estrategias de seguridad alimentaria. A lo largo de casi tres décadas

se ha planteado que la participación en comercio constituye el método más eficaz de manejar

la seguridad alimentaria. Se han realizado numerosos esfuerzos por establecer normas e

instituciones que garanticen una competencia justa en los mercados agrícolas internacionales.

Se argumentaba que el “acceso al mercado” era exclusivamente un problema para los países

exportadores. Las recientes alzas de los precios de los alimentos, sus causas y sus

consecuencias han demostrado que el “acceso al mercado” también puede constituir un

problema para los países importadores. Precios en rápido ascenso en los mercados de futuros,

prohibiciones a las exportaciones y demanda competitiva de parte de automovilistas ávidos de

energía han puesto claramente en duda que el comercio internacional pueda garantizar la

seguridad alimentaria. Dicha duda se ve acrecentada por el cada vez más debatido fracaso de

la Ronda de Doha.

La segunda cuestión es el futuro a mediano y largo plazo de la relación entre oferta y

demanda en los mercados de alimentos. Dada la función que cumplen los biocombustibles,

2

Page 9: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

resulta fácil relacionar las recientes alzas de precios de los alimentos al futuro incierto de los

combustibles fósiles y de manera más general al agotamiento de recursos naturales. Cabe

destacar el comentario de Martin Wolf en el punto más álgido del alza de precios de

2007/2008 “… El aspecto más importante sobre los debates acerca del cambio climático y del

suministro energético es que está replanteando la cuestión de los límites. Es por ello que el

cambio climático y la seguridad energética son asuntos de tal importancia geopolítica ya que

si hay límites para las emisiones, podría también haber límites para el crecimiento. Sin

embargo, si efectivamente existen límites para el crecimiento, dicha situación socava las bases

políticas de nuestro mundo. En consecuencia, volverán a surgir conflictos muy intensos por la

distribución –de hecho ya están surgiendo- entre diferentes países.” (Wolf 2007 citado por

Evans 2010). Desde este punto de vista, reducir la demanda de alimentos en países

desarrollados es ciertamente una problemática mayor para la seguridad alimentaria mundial

en el largo plazo.

Más adelante el informe ofrece recomendaciones de política en el ámbito nacional. Luego de

evaluar posibles políticas, el informe primero presenta una serie de instrumentos disponibles

para abordar la volatilidad de precios. Luego reitera la necesidad de tomar en consideración la

especificidad de cada país y de elaborar una estrategia nacional que integre la volatilidad de

precios como componente del modelo de Documentos de Estrategias de Reducción de

Pobreza (DERP).

I. Volatilidad  de  precios  reciente  en  mercados  internacionales  de alimentos: tres interpretaciones

Desde el año 2006, los precios internacionales de los alimentos han experimentado dos alzas

abruptas (la segunda alza aún persiste), situación que no se había registrado en los mercados

internacionales de alimentos en veinte años. El Cuadro 1 resume tales alzas de precios, las que

oscilaron entre un 37,5 % (en el caso del azúcar) y un 224 % (en el arroz) entre enero de 2007

y junio de 2008. Por su parte, el precio del trigo aumentó un 118 % entre enero de 2007 y

marzo de 2008, mientras que el precio del maíz se incrementó en un 77 % entre enero de 2007

y junio de 2008 (Global Food Markets Group, pág. 24, 2009). Posteriormente los precios

comenzaron a descender hacia fines de 2008 (consulte la figura 1). En efecto, luego de la

abrupta alza, los precios del arroz y del trigo cayeron un 55 % durante el segundo semestre de

2008, en tanto que el maíz disminuyó un 64 % ciento en el mismo periodo (Blein y Longo

3

Page 10: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

2009).

Cuadro 1: Índices de precios de los alimentos (2000=100)

1990-2006

Average

2008 Highest

monthly value

2009

Annual

Average

2010

Annual

Average

2011

January –

March

average

Food

Cereals

‐ Rice

‐ Wheat

‐ Corn

Fats and oils

Sugar

124

126

129

130

122

127

120

292 (June)

340 (April)

448 (April)

305 (June)

324 (June)

341 (June)

165 (Feb.)

205

214

274

196

187

216

222

224

215

241

196

209

244

260

284

289

229

281

319

321

348

Fuente: Banco Mundial (2011).

Figure 1 : Free market commodity price indices, monthly, 1990 January – 2011 February  

Measure – Price indices 2000=100 

 

Source : UNCTAD 

Más adelante, los precios internacionales de los alimentos volvieron a aumentar drásticamente

en el segundo semestre de 2010 y el índice de precios de los alimentos superó los niveles

4

Page 11: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

históricamente elevados de 2007-2008 (Ortiz, Chai et al. 2011). El índice de precios de los

alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación

(FAO) aumentó en más de un 30 % entre junio y diciembre de 2010, mientras que el índice

para los precios de los cereales registró un alza de un 57 % durante el mismo periodo (Ibid).

Las cifras demuestran lo volátiles que siguen siendo los precios. Por otra parte, al analizar los

movimientos de los precios de los cereales en mercados internacionales entre enero de 2006 y

diciembre de 2011 es posible observar que los precios han registrado más alzas que bajas, lo

que implica un aumento general de los niveles promedio de los precios. Por otra parte, cabe

destacar que los precios de los alimentos no han vuelto a tener los niveles registrados antes de

2007/2008. Por el contrario, hoy los precios fluctúan en torno a un nivel dos veces superior

que el promedio del periodo 1990-2006.

Dichas alzas han generado gran cantidad de análisis y debates que buscan caracterizar y

solucionar el “problema de la volatilidad de los precios de los alimentos”. A continuación se

presenta un resumen de algunos de tales análisis y debates. Para comprender las distintas

perspectivas que existen respecto de este tema resulta útil establecer una diferencia entre tres

interpretaciones disímiles pero complementarias sobre la reciente volatilidad de los precios de

los alimentos en mercados internacionales.

1. La primera interpretación – dominante en el análisis del tema – define las alzas

de precios de los alimentos como un problema de “volatilidad de los precios agrícolas”

y con ello sugiere de manera implícita que los precios elevados no se mantendrán

(dicho de otra forma: la cura para los precios elevados es precios elevados). Se piensa

que la volatilidad de precios es un problema endémico y permanente de los mercados

agrícolas que se relaciona, por ejemplo, con una reducida elasticidad de la demanda y

perturbaciones climáticas que afectan a la oferta. Además del nivel “normal” inherente

de la volatilidad en mercados agrícolas, existe la “excesiva" volatilidad, como la que

ha caracterizado a gran parte del periodo desde 2007.

2. La segunda interpretación apunta a la existencia de crisis alimentarias

internacionales periódicas (década de los cincuenta, setenta y periodo actual) y plantea

que ellas se pueden explicar por el carácter cíclico de las inversiones en la agricultura,

específicamente el aumento y la disminución de la inversión pública;

3. La tercera interpretación postula que las actuales alzas de precios constituyen

5

Page 12: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Cada una de estas tres caracterizaciones de volatilidad de precios se relaciona con distintos

horizontes de tiempo: corto, mediano y largo plazo. Asimismo, cada una de ellas pone en

evidencia problemas distintos de eficiencia económica y equidad en el contexto internacional.

El resto del análisis de esta parte del informe se centra en mercados internacionales de

alimentos y explica cada una de las interpretaciones con alto grado de detalle.

A. Excesiva volatilidad de los precios de los alimentos

La volatilidad de precios puede resultar difícil de definir y aún más de medir. En términos

generales, la volatilidad de precios es la variación ascendente o descendente que registra un

precio en un periodo determinado. Dicha variación puede ser cercana a cero (baja volatilidad)

o tener una magnitud mayor (tendiente a la alta volatilidad). El periodo en que se registren las

variaciones reviste importancia dado que la volatilidad se mide en un periodo breve. Para los

economistas, las variaciones de precio son un componente esencial del funcionamiento

normal de los mercados. Prakash (2011:3) nos recuerda una de las aseveraciones básicas en

economía: La esencia del sistema de precios consiste en que la escasez de un producto básico

motiva un incremento de su precio, dando lugar al mismo tiempo a una reducción del

consumo y a un aumento de la inversión.” Un cierto grado de volatilidad es esencial para el

funcionamiento de los mercados.

La mayor parte de la bibliografía diferencia entre volatilidad normal y extrema, las que a su

vez pueden caracterizarse como buena y mala volatilidad. No obstante, no es fácil encontrar

un consenso en torno a tal diferenciación. No existe una medida sencilla que resulte aplicable

6

Page 13: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

a todas las situaciones. Prakash (2011) sugiere lo siguiente: “Sin embargo, la eficiencia del

sistema de precios comienza a verse afectada cuando las variaciones en los precios son cada

vez más inciertas y abruptas hasta llegar a una superabundancia en que los precios quedan

sujetos a ‘volatilidad extrema’ o ‘crisis’ si usamos terminología más popular.” Agrega que

“intentar cuantificar la magnitud exacta de una perturbación que podría escalar y convertirse

en una crisis es complejo y está sujeto a un cierto grado de arbitrariedad. Tal ejercicio debe

considerar el factor vulnerabilidad (…). En consecuencia, un mejor método para caracterizar

la volatilidad extrema y la crisis está relacionado con la probabilidad de que la perturbación

trastorne la capacidad de un país de amortiguar la perturbación o bien de mitigar su efecto. En

este caso ‘capacidad’ dice relación con el grado de vulnerabilidad de un país”. La definición

de volatilidad extrema respecto de vulnerabilidad implica que no existe un criterio o umbral

universal para identificarla.

Aparte de su efecto tanto en las personas como en los países, la evaluación de si la volatilidad

de precios es normal mide la relación que existe entre variaciones de precios y las llamadas

‘variables fundamentales del mercado’. En ocasiones se utiliza el término ‘volatilidad

excesiva’ para designar una variación de precios que no puede explicarse fácilmente por un

cambio en la oferta o en la demanda. Esta ambigüedad inherente expone a las evaluaciones de

volatilidad a infinita controversia, como se evidencia en el actual debate sobre la función de la

especulación en la formación de precios y si ésta ha redundado en volatilidad excesiva o no.

No resulta sencillo establecer una línea de base a partir de la cual medir volatilidad normal y

volatilidad excesiva.

Con un enfoque más pragmático, diversos autores han utilizado una diversidad de métodos

para evaluar si los precios de los alimentos están experimentando mayor volatilidad con el

tiempo o no (Calvo 2008; Gilbert y Morgan 2010; Huchet-Bourdon 2010; Abbott 2011). Casi

unánimemente concluyen que no se registra una tendencia hacia una mayor volatilidad de

precios en los últimos 50 años (es decir, desde 1960 hasta ahora). No obstante, destacan que la

volatilidad en los mercados internacionales de productos básicos agrícolas es hoy más elevada

que en las décadas de los noventa y 2000, si bien no tan alta como en la década de los setenta.

Aun así, la volatilidad se produce por muchas razones. Es importante que los responsables de

la toma de decisiones comprendan qué factores están generando la actual volatilidad excesiva

y qué puede hacerse para reducirla/manejarla. En la bibliografía existente se analizan

7

Page 14: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

numerosas causas con el objeto de explicar la volatilidad de los precios de los alimentos y su

reciente aumento. La siguiente sección ofrece un resumen de este análisis en cuatro

subsecciones: demanda de alimentos, oferta agrícola, políticas comerciales y especulación.

1. Demanda de alimentos

Las características de la demanda de alimentos no es precisamente una causa de volatilidad de

precios, si bien incrementan la prevalencia de precios volátiles. Se analizarán tres

características: inelasticidad de los precios de los alimentos, perturbaciones de la demanda y

sustituibilidad entre productos básicos.

a) Inelasticidad  de  los  precios  de  los  alimentos:  una  distribución  muy 

desigual en el contexto mundial

Casi todos los análisis de volatilidad de los precios de los alimentos comienzan recordando

que el consumo de alimentos es inelástico con respecto a los precios, es decir, que las

personas deben comer independientemente de lo elevados que puedan llegar a ser los precios.

Esto implica que se requieren variaciones sustanciales de los precios para ajustar la demanda

a cualquier exceso o déficit de la oferta. Hasta aquí es un tema sabido. Lo que ha sido materia

de menor análisis es la distribución desigual de la elasticidad de los precios de los alimentos

en el contexto mundial. Todo el mundo debe comer, pero no todos tienen la misma capacidad

de pagar más cuando los precios se elevan.

Los consumidores con distintos niveles de ingresos y que adquieren productos muy distintos

está compitiendo indirectamente en los mercados internacionales de alimentos. Para los

consumidores acomodados de los países de la OCDE, los precios agrícolas representan una

pequeña parte del valor global de los alimentos altamente elaborados que consumen y el gasto

en alimentos constituye solo una pequeña parte de su presupuesto total. Esto hace que los

consumidores acomodados sean relativamente indiferentes incluso a fluctuaciones bastante

pronunciadas de los precios de los productos básicos no elaborados. En términos económicos,

este tipo de consumidor es más inelástico con respecto a los precios que los consumidores

pobres que viven en los países menos adelantados (PMA) que fundamentalmente compran

productos básicos no elaborados. Lo anterior implica que los precios de los productos básicos

agrícolas representan una proporción mayor del precio final que pagan por alimentos y que el

gasto en alimentos constituye una parte importante del gasto del hogar. En 1996, la

participación del gasto en alimentos en el presupuesto alcanzaba el 73 % en Tanzania,

8

Page 15: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

mientras que el los Estados Unidos dicha participación era del 10 % (Seale, Regmi et al.

2003).

En consecuencia, los países más pobres son mucho más sensibles a las variaciones de los

precios de los alimentos que los países más ricos (Regmi, Deepak et al. 2001). La figura 2

ilustra la elasticidad de los precios de los cereales y aceites vegetales calculada para 114

países clasificados en función de su PIB per cápita a 1996. Queda en evidencia la relación

inversa que existe en el contexto mundial entre ingreso y elasticidad de los precios de los

alimentos. Para los países más pobres, la elasticidad-precio de la demanda de cereales y

aceites/grasas es equivalente a -0,5. En contraste, para los países ricos es casi cero. Cuando se

registra un alza de precios, la población de los países pobres come menos.

Figura 2: Distribución de la elasticidad de los precios en el contexto mundial

‐0,6

‐0,5

‐0,4

‐0,3

‐0,2

‐0,1

0

Zambia 

Benin 

Sierra Leone 

Congo 

Vietnam 

Pakistan 

Kyrgyzstan 

Moldova 

Jordan 

Jamaica 

Syria

Peru

Thailand 

Venezuela 

Belize 

Swaziland 

Belarus 

Dominica 

St. Lucia 

Bulgaria Fi

ji

Turkey

Romania

Chile

Poland

Estonia

Tunisia

Uruguay

Hungary

Oman

Slovenia

Greece

Portugal

Ireland

Mauritius

New Zealand

Sweden

France

Belgium

Italy

Germany

Japan 

Bermuda 

Barbados 

Denmark 

United States 

Unconditional Frisch own‐price elasticity, 1996

Cereals

Oils and fats

Fuente: Regmi, Deepak et al. 2001

Por otra parte, parece ser que la diferencia entre la elasticidad de los precios de los alimentos

en los países más pobres y más ricos se está acentuando con el tiempo (consulte la figura 3

extraída de Regmi, Deepak et al. 2001): la pendiente de la curva se acentúa entre 1980 y

1996. La elasticidad de los precios está aumentando para los países pobres y disminuyendo

9

Page 16: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

para los ricos.

Figura 3: Distribución de la elasticidad de los precios de los alimentos en el contexto

mundial, 1980-1996

Middle income countriesLow income countries High income countries

Fuente: Regmi, Deepak et al. 2001

Esta relación inversa entre ingreso y elasticidad de los precios de los alimentos implica que

dado que los ingresos van en aumento en todo el mundo, la demanda mundial de alimentos se

está tornando cada vez menos elástica respecto de los precios. A su vez, las variaciones de la

oferta provocan mayores niveles de volatilidad de precios porque la demanda no disminuye

aunque decline la oferta. Es más, la relación inversa que existe en el mundo entre ingreso y

elasticidad de los precios de los alimentos implica que, en una situación de libre mercado, los

países más pobres absorben una proporción mayor del ajuste cuantitativo necesario para

equilibrar el mercado.

Ciertamente, una de las preguntas que nace de esta observación es qué efecto está generando

el consumo de biocombustibles en la elasticidad de los precios de los alimentos en los Estados

Unidos y Europa. Al parecer en estos momentos no hay ningún estudio dedicado a este tema.

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Page 17: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Algunos observadores sugieren que podría utilizarse la producción de biocombustibles para

incrementar la elasticidad de los precios de los alimentos. No obstante, dada la situación

actual (respaldo público, uso reglamentario y ausencia de mecanismos para restringir los

suministros), resulta más que probable que la mayor producción de biocombustibles esté más

bien disminuyendo el nivel ya reducido de la elasticidad de los precios de los alimentos de los

países ricos.

b) Perturbaciones de la demanda: el auge de los biocombustibles

En teoría, la demanda de alimentos solo debería cambiar con relación a la población y al

ingreso y debería ser relativamente inmune a la influencia de tendencias pasajeras. Por esta

razón, rara vez se producen perturbaciones de la demanda de alimentos. Tales perturbaciones

solo pueden ser provocadas por la innovación tecnológica y la intervención del gobierno. Este

es precisamente el caso de los biocombustibles. La producción de biocombustibles se ha

disparado tanto en los Estados Unidos como en Europa desde 2004 (cuadro 2), situación que

ha generado una perturbación sustancial de la demanda en los mercados de cereales y aceites

vegetales.

Cuadro 2: Producción de biocombustibles (millones de litros)

1995-1997 2000-2002 2007-2009

USA

Ethanol

Biodiesel

4542

0

7167

29

34887

2318

EU

Ethanol

Biodiesel

102

450

1034

978

4889

8041

Brazil

Ethanol

Biodiesel

14177

0

11490

0

25308

957

Fuente: Base de datos Aglink de la OCDE

Desde un nivel casi equivalente a cero en 2004, la industria de biocombustibles utiliza hoy

casi un cuarto de la producción de maíz de los EE.UU. y la mitad de la producción de aceites

vegetales de la UE (consulte el cuadro 3). A pesar la leve polémica inicial, hoy en día casi

nadie pone en duda el hecho que la producción de biocombustibles haya sido un factor

11

Page 18: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

importante en las alzas recientemente experimentadas por los precios de los alimentos (FAO

2008; Mitchell 2008; OCDE 2008).

Cuadro Nº 3: Participación de la producción agrícola

2007

Maize, US

Share of US output

Share of world ouput

23.2 %

8.4 %

Vegetable oil, EU

Share of EU ouput

Share of World Output

47.2 %

8.7 %

Fuente: Steenblick 2010

c) Sustituibilidad  de  productos  básicos:  el  nuevo  vínculo  entre  energía  y 

alimentos

Las perturbaciones que se producen en un mercado específico de productos básicos agrícolas

se transmiten a otros mercados de productos básicos agrícolas a través de la sustitución de

productos que generan consumidores y transformadores. La sustituibilidad crea fuertes lazos y

sincronías entre los precios de los productos básicos. Por otra parte, siempre ha existido la

sustituibilidad entre productos básicos agrícolas. En los últimos 50 años, esta sustituibilidad

se ha visto fortalecida por el desarrollo de la industria de piensos, bien conocida por su

capacidad de sustituir cereales y oleaginosas de manera rápida y eficiente.

Frente al actual auge de la industria de los biocombustibles, el petróleo también ha pasado a

ser sustituible por productos agrícolas. Históricamente, los precios de la energía han afectado

a los precios de los alimentos a través del costo de los insumos agrícolas, es decir, gasolina,

fertilizantes y plaguicidas. Hoy en día, el precio de los alimentos también se ve afectado por

el creciente uso de productos básicos agrícolas utilizados para la producción de

biocombustibles.

Sobre la base del análisis de Tyner (2007), FAO demuestra que con un precio del petróleo del

orden de los 100 USD por barril, los productores de etanol de los Estados Unidos pueden

permitirse pagar hasta 162 USD por tonelada métrica de maíz para la producción de

biocombustibles, con subvenciones de hasta 220 USD. (FAO 2008). Asimismo, FAO

12

Page 19: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

demuestra que con un precio de 120 USD por barril de petróleo (es decir, el precio registrado

en el mes de abril de 2011) y con las subvenciones actuales, la producción de etanol seguiría

siendo rentable con precios máximos del maíz de 270 USD. Cuando los precios del petróleo

superan un determinado nivel (50 USD según cifras del Banco Mundial para 2009, 75 USD

según Hertel y Beckman 2010), el precio del maíz pasa a tener una fuerte correlación con el

precio del petróleo, de manera tal que un aumento de un 1 % en el precio del petróleo puede

provocar un aumento de alrededor de un 0,9 % en el precio del maíz (Banco Mundial

2009:73, consulte también Tyner 2010). Según la FAO, el mismo tipo de correlación puede

observarse en el caso de otras tres materias prima para producir combustibles: colza, soja y

aceite de palma (FAO 2008: 40).

2. Variabilidad de la oferta de alimentos

Frente a una demanda inelástica, suele considerarse que la variabilidad de la oferta de

alimentos constituye la causa principal de volatilidad de precios. A este respecto, cabe

mencionar dos visiones (Gouel 2010):

‐ Para la gran mayoría de los autores, la variabilidad de la oferta agrícola es

resultado de eventos climáticos (sequía, inundación, heladas tempranas, etc.). ¿Es

posible que las actuales alzas de precios sean resultado de incidentes climáticos más

frecuentes? Los especialistas argumentan que la creciente frecuencia de eventos

climáticos extremos es una de las manifestaciones del cambio climático (Easterling,

Aggarwal et al. 2007), si bien no se dispone de los datos necesarios para sustanciar tal

aseveración. La Base de Datos Internacional sobre Desastres (http://www.emdat.be/) 

proporciona  alguna  información  que  indica  que  se  está  produciendo  un  número 

creciente  de  inundaciones  y  temperaturas  extremas,  sin  embargo,  no  existe  un 

vínculo  claro  entre  este  hecho  y  la mayor  variabilidad  de  la  oferta  agrícola. No

obstante, algunos analistas plantean que sí existe dicho vínculo (por ejemplo,

McCreary (2011) sugiere que las graves sequías que han afectado a Australia y al

oeste de Canadá son muestras claras de tal cambio).

‐ Para algunos autores, la variabilidad de la oferta y, por ende, la volatilidad de

precios son endógenas, es decir, que son resultado del comportamiento de los actores

del mercado. Este argumento supone que los productores tiene expectativas bastante

13

Page 20: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

ingenuas y basan sus decisiones relativas a producción en el precio real y reducen su

producción cuando los precios son bajos, de manera tal que durante el periodo

siguiente verán la situación opuesta de precios elevados y viceversa (Prakash 2011:

29; Mitra y Boussard 2008). La liberalización del mercado genera un nuevo contexto

que podría explicar la existencia de tales fenómenos (conocidos por los economistas

como los fenómenos de la telaraña) en el contexto mundial. Aun cuando cierta

evidencia empírica demuestre la existencia de ciclos medios para ganado y los cultivos

de plantas perennes, sigue siendo muy limitada y, por otra parte, no se ha identificado

otra evidencia para los mercados de cereales y oleaginosas.

El comportamiento de los agricultores puede ser más complejo que lo que sugiere el modelo

de la telaraña, al menos en el contexto del apoyo y las intervenciones al estilo de la OCDE. En

los Estados Unidos, si bien el número de acres plantadas con cereales disminuyó a fines de la

década de los noventa y se registraron modificaciones en los apoyos a los precios y

contracciones de precios tanto en los mercados internos como internacionales, la producción

real aumentó. Pareciera ser que los agricultores aumentan la superficie cultivada cuando los 

precios  son  altos,  si  bien  no  necesariamente  reducen  la  producción  cuando  los  precios 

disminuyen,  al  menos  en  el  corto  a  mediano  plazo  (Ray,  2000 

http://www.agpolicy.org/weekcol/011.html). Este efecto no altera las decisiones de inversión

de los no agricultores en el sistema alimentario (investigación y desarrollo en el sector público

y/o por parte de compañías privadas) en circunstancias que se esperaría los bajos precios

redujeran su interés. De hecho, la inversión pública en investigación y desarrollo agrícolas ha

disminuido. Cabe destacar que la inversión comercial en biotecnología, que ha sido sustancial,

se ha centrado en tecnologías destinadas a hacer que las plantas sean más tolerantes a diversos

insumos, como por ejemplo herbicidas, y no en métodos orientados a incrementar la

producción.

3. Políticas comerciales

a) Políticas habituales de estabilización de precios

Las políticas internas de estabilización de precios siempre incluyen medidas que apuntan a

aislar a los mercados internos de fluctuaciones de precios internacionales. Al hacerlo, reducen

el número de consumidores y productores que participan en el ajuste cuantitativo entre oferta

y demanda, lo que a su vez impone un mayor ajuste para el resto del mundo y, por ende, una

14

Page 21: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

variación de precios internacionales más marcada. Mientras mayor sea el mercado mundial,

menores deberían ser las variaciones de precios necesarias para equilibrar la oferta y la

demanda. Uno de los objetivos de las políticas de liberalización y de las negociaciones

comerciales de la OMC fue precisamente establecer un mercado mundial unificado que fuera

lo suficientemente grande para ‘absorber’, con pequeñas variaciones de precio, cualquier

perturbación de la oferta o de la demanda.

No obstante, disparidades sustanciales en los ingresos registrados por los países y entre

distintas poblaciones al interior de los mismos países suponen ajustes muy desiguales entre

aquellos que destinan la mitad o más de sus ingresos a productos básicos agrícolas y quienes

gastan menos de un 10 % de su ingreso en alimentos y dentro de dicho porcentaje una parte

mínima se destina a productos básicos no elaborados.

Tradicionalmente, la mayor parte de los mercados agrícolas internacionales se caracteriza por

su exigüidad, es decir, mercados donde se intercambia solo una pequeña proporción de la

producción o consumo mundiales. Debido a esta exigüidad, se supone que toda alza marcada

en la oferta de exportaciones o demanda de importaciones registrada en un país debería

provocar una fluctuación de precios sustancial. Según Anderson (Anderson 2009: 5), “a

comienzos de la década de los ochenta, la inestabilidad de los precios internacionales de los

alimentos fue tres veces mayor de lo que habría sido en un marco de libre comercio para tales

productos. Esto sugiere que la volatilidad relativamente alta en el mercado internacional de

alimentos es provocada por la exigüidad de dicho mercado, lo que a su vez es producto del

uso de instrumentos variables de política comercial para aislar a los mercados internos de

alimentos de fluctuaciones en los mercados internacionales”.

En la práctica, la relación ‘exportaciones mundiales’: ‘consumo mundial’ no es un buen

indicador para evaluar el grado de integración del mercado. El mercado internacional del trigo

deja en evidencia la debilidad de este indicador. Durante los últimos 30 años, se ha exportado

aproximadamente un 20 % de la producción mundial de trigo, si bien en los pasados 15 años

se ha registrado una leve tendencia a la baja. No obstante, en muchos países, incluidos los

estados miembros de la UE y la ex Unión Soviética, los actuales precios internos se

encuentran más conectados a los precios internacionales que hace 20 años. Se exportan

menores volúmenes de trigo, sin embargo, en muchos países los precios internos están mucho

más cerca de los precios del mercado internacional que en el pasado.

15

Page 22: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

De hecho, resulta bastante difícil hacerse una idea clara del grado de integración del mercado

en el ámbito mundial. Lo que sí se sabe es que la situación actual es muy dispar. Algunos

países han conectado sus precios internos a precios internacionales (por ejemplo, la UE),

mientras que otros, como India y China, han mantenido políticas de estabilización que en el

caso del arroz o del trigo aíslan los precios internos de las fluctuaciones de los precios

internacionales (OCDE 2009; Yang, Qiu et al. 2008). Otros países han vinculado sus precios,

si bien han demostrado que intentarán aislar sus mercados si los precios internacionales se

tornan en exceso volátiles.

De esta forma, no procede explicar la actual volatilidad de precios haciendo referencia a las

políticas habituales de comercio asociadas a la estabilización de los precios internos. Es un

hecho de los mercados mundiales de alimentos están más integrados que hace 20 años.

También es un hecho que están más integrados que en los años 60, cuando los precios de los

alimentos eran espectacularmente estables.

b) Perturbaciones del comercio

Muchos autores plantean que los cambios abruptos en la política comercial son una de las

principales explicaciones para las alzas de precios registradas en 2007/2008. Se mencionan las

restricciones a las exportaciones y los aumentos repentinos de las importaciones como

explicación para el comportamiento de los precios del arroz durante este periodo en particular.

Diversos autores (Slayton 2009; Dawe y Slayton 2010; Headey 2011) han publicado informes

detallados de la secuencia de restricciones a las exportaciones (prohibiciones) aplicadas por

países exportadores (India, Viet Nam, Tailandia) y las compras generadas por el pánico que

ella desencadenó en el mercado internacional.

De la misma forma, Yang, Qiu et al. 2008 describen las distintas medidas adoptadas por el

gobierno chino para limitar la transmisión del alza de precios del arroz de 2007/2008 a los

mercados internos: liberación de reservas gubernamentales, eliminación de toda subvención a

las exportación de maíz, aplicación de un nuevo gravamen a las exportaciones y luego una

prohibición de las exportaciones de cereales.

Un sitio Web de FAO entrega información detallada sobre las medidas de política

16

Page 23: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

gubernamentales adoptadas en 2007 y 2008 para reducir el efecto del aumento de precios

(http://www.fao.org/giews/english/policy/index.asp) (consulte también Demeke, Pangrazio et

al. 2009). Según este estudio que analiza respuestas de política en 81 países en vías de

desarrollo, 25 países impusieron impuestos o restricciones a las exportaciones. De manera

más reciente, el alza del precio del trigo registrada en 2010 fue en parte provocada por una

prohibición de las exportaciones impuesta por el gobierno ruso luego de la grave sequía y de

los incendios devastadores que se produjeron ese verano.

Este comportamiento es un ejemplo de respuestas específicas mal coordinadas ante cambios

en mercados mundiales o internos que exacerban los efectos de crisis de precios en mercados

internacionales. Las opciones de política adoptadas por países exportadores como Rusia,

Argentina e India enviaron una señal clara a los países importadores de que el mercado

internacional seguía siendo fundamentalmente un mercado residual en el que seguían

primando los intereses nacionales. Mientras tanto, la tentación de los países importadores de

reducir sus tarifas de importaciones durante el alza de precios demostró ser contraproducente

ya que tendió a incrementar la demanda de la oferta disponible e hizo que los precios se

elevaran aún más.

4. Especulación en mercados de futuros

La función de la especulación en las recientes alzas de los precios de los alimentos es materia

de fuerte controversia. El debate se inició con el alza de precios de 2007/2008 y aún persiste.

La sincronía de las variaciones en los precios sugiere que más allá de la situación fundamental

específica de cada producto básico, existen factores comunes que están en juego. Uno de ellos

podría ser la especulación.

La especulación es una parte intrínseca de cómo opera el mercado de futuros. Su función es

controversial, si bien muchos economistas defienden la especulación al argumentar que se

trata de un factor indispensable para el buen funcionamiento de los mercados de futuros. Los

especuladores asumen el riesgo relativo a precios que los operadores de los mercados

(comerciantes, fabricantes) no quieren llevar sobre sus espaldas. Por otra parte, los

especuladores abren un mercado para los operadores de cobertura, quienes requieren de un

seguro contra el riesgo ya que los agricultores buscan mantener precios en caso que los

mismos se contraigan al momento de la cosecha. Por su parte, los transformadores buscan

17

Page 24: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

mantener precios para protegerse de alzas de precios. Dado que los especuladores compran

cuando el precio es bajo y venden cuando se eleva, estos actores equilibran los precios

extremos.

No obstante, si no están sujetos a una reglamentación, los especuladores pueden provocar un

daño significativo al mercado. A raíz del colapso bursátil y la depresión de la década de los

treinta, el gobierno estadounidense estableció reglamentaciones y mecanismos de

fiscalización destinados a restringir los efectos negativos de una especulación no controlada.

Todo actor del mercado de productos básicos que no estaba comprando ni vendiendo

existencias físicas quedó sujeto a límites de inversión, en otras palabras, no le estaba

permitido a ningún actor suscribir contratos por más de 11 millones de bushels de cereales

(De La Torre Ugarte y Murphy 2008). Estas reglamentaciones se vieron reducidas durante la

década de los noventa. El congreso estadounidense aprobó la Ley de Modernización del

Mercado de Futuros de Productos Básicos en el año 2000, con lo cual debilitó las normas

relativas a límites a las posiciones y abrió las puertas a una posible especulación en los

llamados mercados secundarios no sujetos a reglamentación (Frenk 2011). Hacia 2008, los

dos mayores fondos de índice registraban una posición combinada de 1 500 millones de

bushels de cereal, mientras que la posición larga total para todos los fondos de índice

superaba los 2 200 millones de bushels (de la Torre & Murphy, 2008).

El volumen de actividad de los mercados de futuros lleva a muchos analistas a creer que una

mayor especulación es una causa importante, si no la principal, de una creciente volatilidad de

los precios de los alimentos. Este fenómeno se describe como la ‘financialización’ de los

mercados de productos básicos (Domanski y Heath 2007) , o bien, como la ha descrito la

UNCTAD, la “presencia creciente de inversionistas financieros en bolsas de futuros de

productos básicos” (UNCTAD 2009: 53).

Gran cantidad de autores (Ghosh 2010; de Schutter 2010) plantean que la aprobación de la

Ley de Modernización del Mercado de Futuros de Productos Básicos dio vida a un nuevo

producto financiero: el índice de productos. Un fondo de índice de productos está compuesto

por una cantidad de productos básicos distintos. Estos índices son comercializados por

bancos, quienes a su vez cubren su exposición a través de contratos de futuros de productos

básicos en bolsas de productos básicos. Los índices de productos presentan diversas ventajas

respecto de otros productos financieros que los hacen muy atractivos para los inversionistas:

18

Page 25: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

el rendimiento presenta una correlación negativa con el rendimiento del capital invertido en

acciones y bonos, lo que hace que el índice de productos resulte útil para enfrentar la inflación

y las variaciones del tipo de cambio del dólar. Los fondos de índice tratan a los productos

básicos agrícolas como cualquier otro activo que se compra y vende a fin de obtener una

utilidad. Según determinadas estimaciones, el dinero invertido en fondos de índice de

productos se incrementó cinco veces, pasando de 46 mil millones de USD en 2005 a 250 mil

millones de USD en marzo de 2008 (WDM, 2010).

Un análisis publicado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo

(UNCTAD) en 2009 concluyó lo siguiente: “parte del auge de precios de productos básicos

registrado entre 2002 y mediados del 2008 y la posterior caída de los precios de los productos

básicos se debieron a la financialización de los mercados de productos básicos. En su

conjunto, estos resultados respaldan la visión de que los inversionistas financieros han

acelerado y magnificado las variaciones de precios provocadas por factores fundamentales de

oferta y demanda, al menos en determinados periodos” (UNCTAD 2009).

Otros autores plantean que la especulación ya sea no tiene o bien tiene un efecto mínimo en

los precios. Sanders, Irwin et al. (Sanders, Irwin et al. 2008) realizaron un análisis exhaustivo

de los datos publicados por la Comisión de Transacciones sobre los Futuros de Productos

(CFTC) en sus tres informes sobre: compromisos de los comerciantes, comerciantes del índice

de productos y participación de bancos en mercados de futuros. Dichos informes confirman el

incremento sustancial de las posiciones abiertas en muchos futuros que se inició a fines de

2004 y se extendió hasta 2008. Asimismo, demuestran el fuerte aumento de la participación

de las posiciones abiertas totales en fondos de índice registrado desde comienzos de 2005

hasta mediados del 2006, periodo en que la crisis de precios de los alimentos alcanzó su punto

más álgido.

. “En la mayoría de los mercados, el porcentaje de posiciones abiertas en fondos de índice

alcanzó su nivel más alto en 2006 y a partir de entonces se ha estabilizado, si bien el volumen

de la posición absoluta sigue aumentando” (17). Aun cuando se ha incrementado el monto del

dinero especulativo, la participación del total en fondos de índice se ha estabilizado.

Sanders, Irwin et al (2008) no identifican ningún nivel históricamente alto de actividad

especulativa usando un índice que suele utilizarse para evaluar la suficiencia de especulación

en mercados de futuros de productos agrícolas (el índice T de Working). Según su análisis,

19

Page 26: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

“el tan publicitado aumento de las posiciones especulativas exclusivamente largas va

principalmente acompañado de un incremento comparable de cobertura corta” (Sanders, Irwin

et al, 2008, 14).

Los autores mencionan otras tres razones para su escepticismo respecto de la función de la

especulación:

‐ La mayor concentración de actividad especulativa exclusivamente larga se

presentó en mercados pecuarios y no de cereales y oleaginosas. Cabe destacar que los

mercados pecuarios no registraron un auge de precios en 2007-2008.

‐ Se registraron precios muy elevados para productos básicos sin mercados de

futuros y en mercados de futuros agrícolas que no están incluidos en el índice de

productos más famoso (por ejemplo, arroz, leche).

‐ El periodo de crecimiento más acelerado de actividad del fondo de índice se

registró en 2004-2005, antes del auge de precios.

Gilbert (2010) intentó cuantificar qué proporción de los precios elevados de futuros de

productos básicos entre 2006 y 2008 fue producto de un comportamiento de burbuja

especulativa. El autor utilizó un innovador procedimiento econométrico desarrollado por

Phillips, Wu y Yu (2009) para estudiar siete mercados: petróleo, tres metales no ferrosos

(aluminio, cobre y níquel) y tres productos básicos agrícolas (trigo, maíz y soja). Descubrió

fuertes indicios de una burbuja especulativa en el mercado del cobre, un resultado

problemático para el petróleo y el níquel y cierta evidencia para la soja, sin embargo, no

identificó indicios el caso de los mercados de aluminio, maíz y trigo. Por otra parte, Gilbert

(2010) estimó un efecto muy restringido de las inversiones basadas en índices en los precios

de los cereales y concluyó lo siguiente: “Según esta estimación, sería incorrecto plantear que

los precios elevados del petróleo, metales y cereales fueron provocados por inversión basada

en índices, aun cuando los inversionistas de índices sí parecen haber magnificado variaciones

de precios esencialmente impulsadas” (Gilbert 2010: 28).

De manera más reciente, cuando una vez más los precios comenzaron a elevarse a mediados

de 2010, el Comité de Problemas de Productos Básicos de FAO concluyó que los

responsables de tal alza eran “malas cosechas inesperadas” y “comportamiento especulativo y

no “variables fundamentales del mercado mundial” (FAO, 2010). El Comité destacó cinco

20

Page 27: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

áreas de mayor preocupación:

a) La carencia de información confiable y actualizada sobre oferta y demanda de

cultivos y volúmenes disponibles para fines de exportación.

b) Escasa transparencia de los mercados en todos los niveles, incluidos los mercados

de futuros.

c) Vínculos cada vez mayores entre los mercados externos, en especial, el efecto de la

‘financialización’ de los mercados de futuros.

d) Cambios inesperados provocados por las situaciones de seguridad alimentaria en el

contexto nacional.

e) Compras generadas por el pánico y el acaparamiento.

Al parecer, una serie de factores ha hecho más compleja la función de los especuladores de

productos básicos. Dichos factores incluyen la desregulación de los mercados, el colapso de

barreras reglamentarias que en algún momento separaron a los bancos de las compañías de

seguros, la movilidad de capital en la economía mundial, el volumen de transacciones típico

de hoy en día y la mayor combinación de intereses entre tales contratos comerciales. Esta

situación llama a mayor investigación dado que las nuevas circunstancias ponen a prueba los

supuestos históricos sobre cómo operan los mercados de productos básicos.

B. CRISIS ALIMENTARIAS CÍCLICAS

La idea de que las crisis alimentarias son un fenómeno periódico aparece mencionada en gran

cantidad de documentos de análisis (Gardner 1979; Timmer 2010; Headey y Fan 2010;

Prakash 2011; Abbott, Hurt et al. 2008; Banco Mundial 2009) y declaraciones políticas (por

ejemplo, la “Declaración de los líderes mundiales del G-8 realizada en L’Aquila”). Timmer

(2010) presenta la idea en forma concisa y sencilla: “Las crisis alimentarias mundiales son

eventos relativamente infrecuentes, que se producen unas tres veces por siglo. No obstante,

también tienden a ser eventos periódicos que se presentan cada tres décadas

aproximadamente, lo que sugiere una causa cíclica subyacente” (Timmer 2010: 1). En sus

Perspectivas Económicas Mundiales (Banco Mundial 2009), el Banco Mundial ofrece una

presentación que abarca un siglo completo de dichos ciclos donde identifica cuatro auges de

productos básicos desde Primera Guerra Mundial: 1915-1917, 1950-57, 1973-74 y 2003-2008

(consulte la figura 4 y el cuadro 4).

21

Page 28: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Figura 4: Cuatro auges de los productos básicos desde la Primera Guerra Mundial

Fuente: Grilli y Yang (1988) para el periodo comprendido entre 1900 y 1947; Banco Mundial

para el periodo 1948 a 2008.

Cuadro 4: Características principales de los auges de los productos básicos

Common features 1915–17 1950–57 1973–74 2003–08

Rapid global real growth

(average annual percent) — 4.8 4.0 3.5

Major conflict and geopolitical

Uncertainty

World War

I Korean War

Yom Kippur

War,

Vietnam War

Iraq conflict

Inflation Widesprea

d Limited Widespread

Limited second

round effects

Period of significant

infrastructure investment

World War

I

Postwar rebuilding

in Europe and Japan

Not a period of

significant

investment

Rapid buildup of

infrastructure in

China

Centered in which major

commodity groups

Metals,

agriculture Metals, agriculture Oil, agriculture

Oil, metals,

agriculture

Initial rise observed in prices of Metals,

agriculture Metals Oil Oil

Preceded by extended period

of low prices or investment No

World War II

destroyed

much capacity

Low prices

and a

supply shock

Extended period

of low prices

Per cent increase in prices

(previous trough to peak) 34 47 59 131

Years of rising prices prior to

peak 4 3 2 5

Years of declining prices prior to

trough 4 11 19 —

Fuente: Banco Mundial 2009: 55

22

Page 29: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

1. Identificación de ciclos agrícolas mundiales

Si limitamos nuestro análisis a los productos básicos agrícolas y al periodo posterior a la

Segunda Guerra Mundial, es posible relacionar crisis alimentarias sucesivas a la evolución de

las existencias mundiales. Recientemente, Gilbert (2010) ha analizado esta relación en los

mercados de cereales. Según este autor, “las bajas elasticidades implican que pequeñas

perturbaciones de la producción pueden tener un fuerte impacto en los precios. No obstante, el

efecto de las perturbaciones en los precios de los productos básicos se ve moderado por la

constitución de existencias. Los precios bajos originados en perturbaciones positivas de la

oferta, perturbaciones negativas de la demanda o ambas, implican probables rendimientos

positivos de la constitución de existencias. En consecuencia, la demanda de existencias

aumenta la demanda de consumo hasta el punto en que el rendimiento esperado de la

constitución de existencias es equivalente al tipo de interés aplicable a inversiones con un

nivel de riesgo comparable. La caída de los precios es moderada en la medida que la oferta

excedentaria es absorbida en las existencias. Este mismo mecanismo opera para el exceso de

demanda resultante de perturbaciones negativas de la oferta o perturbaciones positivas de la

demanda que generan una reducción de las existencias y por ende incrementan la oferta. El

punto es que la reducción de existencia requiere de inventario. Una vez que se produce el

agotamiento de las existencias, el precio sencillamente lo determina la igualdad de las

condiciones de producción y la demanda de consumo. La restricción de no negatividad de las

existencias implica que el comportamiento de constitución de existencias será más eficaz para

moderar variaciones de precios a la baja que al alza. Lo anterior lleva a concluir que, por lo

general, los ciclos de precios de los productos básicos mostrarán curvas de largos tramos

bajos y planos interrumpidos ocasionalmente por áreas de picos.” (Gilbert 2010: 8).

La forma más sencilla de estudiar la evolución de las existencias mundiales es medirlas como

porcentaje del consumo mundial (consulte la figura 5). El ciclo resulta más evidente para el

maíz, producto que presenta una clara disminución de las existencias en la década de los

sesenta y su punto más bajo a comienzos de la década de los setenta, seguido de una rápida

acumulación que se mantuvo hasta fines de los años ochenta y posteriormente un nuevo

descenso que continuó hasta mediados de la década de 2000. Se observa una evolución

similar en el mercado de los aceites vegetales desde inicios de la década de los setenta (no se

23

Page 30: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

dispone de datos para la década de los sesenta) cuando se registra un incremento en los

volúmenes de existencias que perdura hasta fines de la década de los noventa, momento en

que se produce un descenso lento pero progresivo de este producto. Las existencias mundiales

de arroz también muestran un comportamiento de incrementos y disminuciones, si bien

durante un periodo más prolongado. De esta forma, las existencias aumentan en forma

continua entre comienzos de la década de los sesenta y los primeros años de la década de los

noventa para caer abruptamente desde 2000. Por su parte, las existencias mundiales de trigo

no registran un comportamiento cíclico claro.

Figura 5: Existencias mundiales como porcentaje del consumo mundial de maíz, trigo,

arroz y aceites vegetales, 1960-2010

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

35%

40%

45%

50%

1960/1961 1965/1966 1970/1971 1975/1976 1980/1981 1985/1986 1990/1991 1995/1996 2000/2001 2005/2006 2010/2011

Percentage of world consumption

Corn

24

Page 31: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

35%

40%

45%

1960/1961 1965/1966 1970/1971 1975/1976 1980/1981 1985/1986 1990/1991 1995/1996 2000/2001 2005/2006 2010/2011

Percentage of world consumption

Wheat

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

35%

40%

1960/1961 1965/1966 1970/1971 1975/1976 1980/1981 1985/1986 1990/1991 1995/1996 2000/2001 2005/2006 2010/2011

Percentage of world consumption

Rice

Série1

25

Page 32: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

0%

2%

4%

6%

8%

10%

12%

14%

1960/1961 1965/1966 1970/1971 1975/1976 1980/1981 1985/1986 1990/1991 1995/1996 2000/2001 2005/2006 2010/2011

Percentage of world consumption

Vegetable oil

Fuente: Producción, abastecimiento y distribución del Departamento de Agricultura de los

Estados Unidos

El análisis estadístico de Gilbert (2010) sobre la relación entre los precios internacionales y

las existencias de los tres cereales se centra en la relación que existe entre desviaciones desde

la tendencia estimada para el precio real (precio actual al que se le aplica como deflactor el

índice de precios al consumidor (IPC) de los Estados Unidos) y la relación entre las

existencias mundiales y el consumo de tales productos. La conclusión de Gilbert (2010:11) es

que “al parecer las bajas existencias han sido necesarias, pero no suficientes, para mantener

altos los precios en forma histórica, lo que sugiere que en el mejor de los casos las existencias

ofrecen una explicación parcial de las variaciones de precios”.

¿Es posible observar la dinámica cíclica en la producción? Sí, en parte. La Figura 6 ilustra la

evolución del índice de producción mundial neta per cápita de cereales y alimentos. Ambos

índices evolucionaron sobre la base de patrones muy diferentes. Resulta evidente que la

producción mundial per cápita de cereales registra un comportamiento bastante similar al de

las existencias mundiales de arroz: incrementos de la producción desde comienzos de la

26

Page 33: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

década de los sesenta hasta mediados de la década de los noventa, seguidos de disminuciones

que se mantienen hasta comienzos de la década de 2000 y nuevos aumentos posteriores. La

producción mundial per cápita de alimentos (que incluye los cereales) no evidencia esas

drásticas variaciones de mediano plazo. No obstante, la producción disminuyó (desde

mediados de la década de los ochenta hasta mediados de la década siguiente) y luego se

aceleró (a partir de mediados de la década de los noventa).

Figura 6: Índice de producción mundial neta per cápita de cereales y alimentos

70

75

80

85

90

95

100

105

110

115

1961 1966 1971 1976 1981 1986 1991 1996 2001 2006

Titre de l'axe

Net per capita production index for cereals and food (base 1999‐2001)

Cereals

Food

Fuente: FAOSTAT

Por último, es posible identificar ciclos en la dinámica de intensificación de la agricultura

mundial. La figura 7, extraída del Informe del Banco Mundial de 2008 (Banco Mundial

2007), presenta la evolución del índice de crecimiento del rendimiento de los cereales desde

inicios de la década de los sesenta. Aquí es posible observar una tendencia de disminución de

largo plazo interrumpida por una alteración que se presenta entre fases cuando disminuyen los

índices de crecimiento (desde comienzos de la década de los sesenta hasta comienzos de la

siguiente, desde inicios de la década de los ochenta hasta comienzos de la década de 2000) y

cuando aumentan (desde principios de la década de los setenta hasta principios de la década

27

Page 34: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

siguiente y al parecer desde inicios de la década de 2000).

Figura 7: Índices de crecimiento del rendimiento de los principales cereales

 

Growth rates of yields for major cereals are slowing in developing countries

Average annual growth rate, % 6

5

4

3

2

1

0

1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005

Source: FAO 2006a. Note: Data smoothed by locally weighted regressions.

Fuente: Banco Mundial 2007: 67

28

Page 35: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

2. La contracción de la inversión en agricultura

La dinámica cíclica de los precios internacionales de los alimentos y de la producción agrícola

mundial puede atribuirse a la evolución a mediano plazo de las inversiones públicas y

privadas en agricultura. La figura 8 ilustra en qué forma disminuyó progresivamente el índice

de crecimiento anual de las existencias de capital agrícola en el mundo entre fines de la

década de los setenta y fines de la década de los noventa al caer, en promedio, desde un 1,4 %

a un 0,3 %. Esta contracción fue generada principalmente por cambios en las existencias de

capital agrícola en los países desarrollados, las que en realidad disminuyeron en términos

absolutos durante la década de los noventa. Todas las regiones del mundo desarrollado han

experimentado un proceso de descapitalización que ha afectado a la agricultura (consulte el

cuadro 5): Primero fue América del Norte, desde comienzos de la década de los ochenta, le

siguió Europa occidental y Oceanía a principios de la década de los noventa y por último

Europa oriental y la ex Unión Soviética. Durante este primer periodo (1975-2000), el índice

de crecimiento de las existencias de capital agrícola evolucionó de manera distinta en los

países en vías de desarrollo. El índice de crecimiento siguió siendo bastante elevado hasta

mediados de la década de los noventa, cuando disminuyó como resultado de la caída

registrada en América Latina.

Figura 8: Índice de crecimiento anual promedio de las existencias de capital agrícola

‐1

‐0,5

0

0,5

1

1,5

2

1975‐79    1980‐84    1985‐89    1990‐94    1995‐99    2000‐04    2005‐07   

Average annual rates of growth in the ACS

Developing countries

World

Developed countries

Fuente: von Cramon-Taubadel, Anriquez et al. 2009:

29

Page 36: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Cuadro 5: Índice de crecimiento anual promedio de las existencias de capital agrícola

Region 1975-79 1980-84 1985-89 1990-94 1995-99 2000-04 2005-07

World 1,43 1,03 0,93 0,79 0,32 0,48 0,52

Developed 1,23 0,64 0,17 -0,11 -0,76 -0,28 -0,11

N. America 1 -0,16 -0,23 0,05 0,14 -0,12 0,02

W. Europe 0,93 0,74 0,06 -0,5 -0,27 -0,14 -0,1

Oceania -0,84 0,24 0,51 -0,17 -0,54 0,49 0,42

Transition 2,03 1,55 0,62 0,07 -2,77 -0,71 -0,31

Developing 1,67 1,46 1,73 1,67 1,27 1,1 1,01

Latin A & C 2,15 1,4 1,76 1,4 0,39 1,16 0,22

Near East & North Africa

0,93 1,76 1,99 1,87 0,71 0,93 0,99

Sub-Saharan Africa

1,68 1,42 1,23 1,86 1,65 1,64 0,96

East & South East Asia

1,75 1,37 2,04 1,8 1,86 1,35 1,73

South Asia 1,61 1,49 1,19 1,42 1,22 0,34 0,32

Fuente: von Cramon-Taubadel, Anriquez et al. 2009

El índice de crecimiento de las existencias de capital agrícola ha presentado un aumento

sostenido en todo el mundo desde inicios de la década de 2000. Esta tendencia es resultado de

una reversión de las tendencias de crecimiento en los países desarrollados. El índice de

crecimiento de las existencias de capital agrícola sigue siendo negativo en Europa occidental,

Europa oriental y la ex Unión Soviética, sin embargo en una medida mucho menor que

antiguamente. Por su parte, en Oceanía y (levemente) en América del Norte este índice

registra cifras positivas. Por el contrario, el índice de crecimiento de las existencias de capital

agrícola sigue disminuyendo en los países en vías de desarrollo y se aprecia una evolución

muy divergente entre regiones en desarrollo. Desde mediados de la década de 2000, el índice

de crecimiento en América Latina, África subsahariana y Asia austral es mucho menor que el

registrado en la década de los setenta. Asia oriental y sudoriental son las únicas regiones en

30

Page 37: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

desarrollo en que el índice de crecimiento de existencias de capital agrícola sigue siendo

relativamente estable.

3. La contracción del gasto público en agricultura

La desaceleración del crecimiento de la inversión en agricultura tuvo lugar durante un periodo

de limitado apoyo público a la agricultura. Fan y Saurkar (2009) utilizaron el Anuario de

Estadísticas de Finanzas Públicas del FMI para calcular el gasto público en dólares reales

(fijado en 2000) en 44 países en vías de desarrollo. El cuadro 6 presenta un resumen de los

resultados de este estudio. Para el grupo en su totalidad, el gasto en agricultura se incrementó

a razón de un 3,2 % anual entre 1980 y 2002. Calculado como porcentaje del PIB agrícola, el

gasto público disminuyó desde un 11 % a un 6,7 %. Respecto de los países desarrollados

donde la proporción fue frecuentemente superior a un 20 %, dicho nivel es en extremo

reducido. En África, el gasto siguió registrando un nivel bastante estable (entre un 6 y un

7 %). En Asia, el gasto agrícola aumentó levemente (desde un 8 a un 10 %), mientras que en

América Latina cayó de manera abrupta (desde un 19 a un 11 %).

Cuadro 6: Gasto público en agricultura (44 países en desarrollo)

2000 international dollars, billions per cent of agricultural GDP

1980 1990 2000 2002 1980 1990 2000 2002

Africa 7.3 7.8 9.9 12.6 7.4 5.4 5.7 6.7

Asia 74.0 106.5 162.8 191.8 9.4 8.5 9.5 10.6

Latin America 30.5 11.5 18.2 21.2 19.5 6.8 11.1 11.6

Total 111.8 125.91 190.89 225.61 11.2 7.9 6.9 6.7

Fuente: Fan y Rao 2003; Fan y Saurkar 2006.

El índice de crecimiento del gasto público en agricultura en países en vías de desarrollo fue

especialmente bajo entre 1980 y 1990. Medido en dólares internacionales de 2000, dicho

índice se redujo en dos tercios en América Latina y se estancó en África. Asia fue la única

región en vías de desarrollo en que el gasto público continuó creciendo en forma

relativamente estable y casi se duplicó entre 1980 y 2000.

31

Page 38: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Esta desaceleración general del gasto público también afectó a la investigación agrícola. La

figura 9, extraída de Beintema y Elliot (20009), ilustra la importancia de la menor inversión

pública en agricultura registrada entre 1981 y 2000. Esta tendencia no fue generalizada en

todas las regiones del mundo. En Asia, la inversión pública en agricultura se redujo, si bien se

mantuvo bastante alta (en torno a un 4 %) en gran medida como resultado del elevado

crecimiento de la investigación y del desarrollo agrícola registrado en China e India. Por el

contrario, en promedio, el gasto en África casi se estancó entre 1980 y 2000 para luego

disminuir en la década de los noventa. En América Latina, el gasto público en investigación y

desarrollo agrícola creció levemente en la década de los noventa (menos de un 1 %) luego de

la significativa desaceleración registrada a fines de la década de los setenta.

Figura 9: Índices de crecimiento del gasto público en investigación agrícola, 1981-2000

Fuente: Beintema y Elliott 2009.

La ayuda financiera proporcionada por países de la OCDE y organismos multilaterales a los

países en vías de desarrollo no contrarrestó esta tendencia. En efecto, la Asistencia Oficial al

Desarrollo (AOD) contribuyó a la tendencia de alejar la inversión pública de la agricultura en

los países más pobres. Medida en términos constantes, la ayuda ofrecida por países de la

OCDE para la agricultura se redujo en forma casi continua desde fines de la década de los

ochenta hasta mediados de la década de 2000, con lo cual quedó en un cuarto de su anterior

nivel. La ayuda proporcionada por organismos multilaterales disminuyó en forma previa

(mediados de la década de los ochenta) y se estabilizó en un tercio de su volumen inicial a

contar de mediados de la década de los noventa (consulte la figura 10).

32

Page 39: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Figura 10: Tendencias en ayuda a la agricultura, países del CAD y organismos multilaterales, 1971‐2008

 

0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

7000

8000

9000

1971

1972

1973

1974

1975

1976

1977

1978

1979

1980

1981

1982

1983

1984

1985

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

USD Million, constant 2007 prices

Trends in aid to agriculture 

DAC Countries

Multilarteral agencies

 

Fuente:  OCDE 2010

4. Análisis más detallado de la disminución del apoyo público

El análisis del gasto público directo en agricultura en países en desarrollo debe realizarse a

través de un examen del apoyo indirecto generado por la intervención pública en los

mercados. Se conoce un gran número de publicaciones a este respecto. Quizá la medida más

conocida sea la estimación de la ayuda al productor (EAP) de la OCDE. La EAP evalúa el

valor monetario de transferencias de política, incluida la ayuda relativa a precios emanada de

medidas fronterizas y pagos presupuestarios. Kym Anderson y sus colegas en el proyecto de

Distorsión agrícola calcularon una variación de esta medición para su reciente análisis de

largo plazo (Anderson, Croser et al. 2009). De tal forma, calcularon lo que ellos denominan

tasa nominal de asistencia para 75 países y 70 productos, con lo que cubrieron cerca de dos

tercios de la producción agrícola mundial. La tasa nominal de asistencia (NRA por sus siglas

en inglés) se “calcula como el porcentaje en que las políticas públicas han elevado los

rendimientos brutos de los agricultores por encima de los valores que obtendrían sin la

intervención del gobierno (o bien que los han reducido si la NRA<0). Se incluyen todas las

subvenciones a los insumos específicas para determinados productos” (Anderson, Croser et al.

2009: 5).

Para la totalidad de países en vías de desarrollo, la tasa nominal de asistencia ha disminuido

desde aproximadamente un -25 % a comienzos de 1960 hasta un -32 % a inicios de la década

33

Page 40: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

de los setenta para luego registrar un incremento continuo hasta un +9 % durante el periodo

2000-2004. Esta evolución refleja especialmente el gasto de la tasa nominal de asistencia

asignado a exportaciones que estuvieron sujetas a elevados impuestos (explícitos o implícitos)

entre las décadas de los sesenta y ochenta. Hoy, sin embargo, están en general casi exentas de

impuestos. Los cambios en la política monetaria (por ejemplo, el fin del doble tipo de cambio)

explican en gran medida este cambio desde tasas de asistencia negativas a positivas. La

evolución de la tasa nominal de asistencia para productos que compiten con las importaciones

y que revisten la mayor importancia para la seguridad alimentaria es mucho menos drástica.

La tasa nominal de asistencia ha sido siempre positiva y se incrementó desde un 15 % a casi

un 40 % a comienzos de la década de los ochenta, cuando los precios internacionales

comenzaron a caer. Posteriormente, los niveles de la tasa nominal de asistencia se redujeron

para estabilizarse en torno a un 20 a un 25 % (consulte la figura 11).

Figura  11:  Tasa  nominal  de  asistencia  para  productos  exportables,  productos  que  compiten  con  las importaciones y todos los productos agrícolas cubiertos en países en vías de desarrollo 1960‐2004  

‐60

‐50

‐40

‐30

‐20

‐10

0

10

20

30

40

50

1960‐64 1965‐69 1970‐74 1975‐79 1980‐84 1985‐89 1990‐94 1995‐99 2000‐04%

NRA to exportable, import‐competing and all agricultural product in developing countries

Exportable

Import‐competing

All agricultural products

 

Fuente: Anderson, Croser et al. 2009  

Los cambios de la tasa nominal de asistencia en el contexto regional son muy divergentes. En

dos regiones específicas, América Latina y China-Asia sudoriental, la tasa nominal de

34

Page 41: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

asistencia se elevó de manera marcada desde inicios de la década de los setenta, a partir de

una cifra negativa, para llegar a un monto positivo y superior a un 10 %. En contraste, la tasa

nominal de asistencia en Asia meridional fue muy elevada en las décadas de los sesenta,

setenta y ochenta (en torno a un 40 % con un nivel máximo de un 60 %, en promedio, entre

1985 y 1989), luego disminuyó en la década de los noventa hasta un 15 % para remontar

nuevamente, si bien sin alcanzar el nivel de la Revolución Verde. Por último, la tasa nominal

de asistencia de África ha fluctuado alrededor de un 10 % (con excepción del periodo

comprendido entre 1985 y 1989 en que se elevó hasta casi un 60 %), sin embargo, cayó a tan

solo un 2 % a comienzos de la década de 2000, lo que constituye un nivel históricamente bajo.

Estas cifras sugieren que no existe una relación sencilla en que ‘distorsiones’ en los mercados

agrícolas compensen de cierta forma el lento crecimiento o la falta de inversión pública, dado

que las políticas de los países difieren abiertamente en este respecto. Podría ser el caso para

América Latina, pero ciertamente no lo es para Asia meridional y África.

Por último, si bien no por ello menos importante, el apoyo público a la agricultura en países

de la OCDE disminuyó en forma continua a contar de mediados de la década de los ochenta.

Las cifras de la EAP se presentan en la figura 12 como porcentaje de los ingresos brutos de la

explotación. La EAP cayó desde un 38 % en 1987 a un 26 % en 2006 y volvió a disminuir en

2007 y 2008 (debido al alza de los precios internacionales) a cerca de un 20 %.

Figura 12: Evolución del indicador de ayuda (EAP porcentual) en países de la OCDE,

1986-2009

15

20

25

30

35

40

1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009p

% PSE

OECD: Evolution of Indicator of Support

Fuente: OCDE, base de datos EAP/EAC

35

Page 42: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Las cifras antes detalladas implican que los países de la OCDE están echando marcha atrás

desde diversos tipos de apoyo a los productores que históricamente han contribuido a

importantes excedentes de productos básicos agrícolas. Con frecuencia tales excedentes

terminaban en mercados internacionales, vendidos por un precio menor que su costo de

producción en desmedro de productores competidores en países en vías de desarrollo (Ritchie,

Murphy et al. 2003). La figura 13 a continuación detalla la disminución de la producción de

alimentos per cápita, tanto en los Estados Unidos como en la Unión Europea luego de la

abrupta caída de la EAP de fines de la década de los noventa y comienzos de la década

siguiente.

Figura 13: Producción de alimentos per cápita en la UE y EE.UU., 1961-2009

60

65

70

75

80

85

90

95

100

105

110

1961 1966 1971 1976 1981 1986 1991 1996 2001 2006

Food production par capita, Index (base 1999‐2001)

EU

USA

 

Fuente: FAOSTAT

Al parecer, el masivo apoyo público a los biocombustibles es la excepción al movimiento

general por reducir la ayuda financiera a la agricultura en los países de la OCDE. En forma

bastante incoherente, la UE y los EE.UU. han incrementado la demanda de productos básicos

agrícolas, incluidos los alimentos, a través de su apoyo a la industria de los biocombustibles al

mismo tiempo que han reducido su apoyo a la producción agrícola, tanto en forma local como

en los países pobres. En 2009, el apoyo gubernamental a los biocombustibles llegó a ocho mil

millones de US Energía 2010). D en la UE y EE.UU. (Agencia Internacional de

C. SITUACIONES EMERGENTES DE ESCASEZ

¿Las recientes alzas de precio indican un cambio más radical en la capacidad de la agricultura

36

Page 43: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

mundial de satisfacer un crecimiento de la demanda que parece no tener límites? Escasez es la

palabra clave en esta tercera interpretación de las alzas de los precios de los alimentos.

Asimismo, es un término que aparece en un creciente número de publicaciones preparadas por

una gran cantidad de observadores: Académicos (Koning, Van Ittersum et al. 2008; Comité

Permanente de Investigación Agrícola 2011; McIntyre, Herren et al. 2009; Evans 2010),

centros de estudios (Brown 2011 :60; Evans 2009), bancos (Rabobank 2010; Schaffnit-

Chatterjee 2009), organizaciones de la sociedad civil (Heinberg y Bomford 2099) y

organizaciones internacionales (IMF 2011). Es necesario comprender si la crisis alimentaria

es indicativa del fin de un extenso periodo de sobreproducción estructural en mercados

agrícolas internacionales que se ha visto posibilitado por el uso masivo de recursos naturales

baratos (petróleo, agua, biodiversidad, fosfato, tierra). En otras palabras, ¿estamos viviendo el

fin de un periodo de crecimiento de la producción agrícola sin precedentes en la historia que

de hecho se sustentó en una estrategia semejante a la de la minería?

La rápida caída de los precios de los productos agrícolas de 2008 y 2009 tendió a confirmar la

idea que las alzas de precios de 2007/2008 eran otra manifestación de la volatilidad intrínseca

de los mercados de alimentos. No obstante, hoy, en 2011, los precios han vuelto a subir al

renovarse el crecimiento económico mundial. Con todo, no solo los precios de los alimentos

van en aumento. Desde 2003 también se han elevado los precios de los fertilizantes. Estos

productos registraron el mismo punto máximo que los precios de los alimentos en 2007-2008

y han retomado la tendencia alcista desde comienzos de 2010. En abril de 2011, los precios

del fosfato (SFT) y de la urea eran cuatro veces más altos que los registrados en 2000

(consulte la figura 14).

Figura 14: Precios mensuales de los fertilizantes, 2000‐2011

 

37

Page 44: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

0,00

200,00

400,00

600,00

800,00

1000,00

1200,00

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

$/mt.

Fertilizers monthly prices, 2000‐2011 

Phosphate (TSP)

Urea

 

Fuente: Banco Mundial

En el marco de esta tercera interpretación de por qué han aumentado los precios de los

alimentos, el término escasez se utiliza en un sentido amplio para designar “no solo una

escasez observada de recursos naturales, sino también una dependencia percibida sobre

recursos naturales y temor de su agotamiento global” (Passenier y Lak 2009: 17). Se trata de

un concepto social y no natural, “porque la escasez depende del nivel de demanda” (Comité

Permanente de Investigación Agrícola 2011: 12); no es que se carezca de suficientes recursos

para satisfacer las necesidades humanas, sino que no hay suficientes recursos para satisfacer

la demanda humana.

1. Cuando la revolución verde llega a su límite

Como es bien sabido, desde la década de los cincuenta, el crecimiento de la producción

agrícola se ha sustentado ampliamente en el crecimiento de los rendimientos por hectárea

(ha), mientras que la superficie total cultivada ha aumentado en forma bastante menor desde

1,4 millones a 1,5 millones entre 1950 y 2005 (McIntyre, Herren et al. 2009). Este

crecimiento sustancial del rendimiento agrícola tiene una estrecha relación con el mayor uso

de insumos por hectárea, en especial el uso de fertilizantes. Por ejemplo, la figura 15

demuestra que desde el año 2000 el crecimiento de la producción agrícola ha ido muy a la par

con el mayor uso de fertilizantes nitrogenados. En estrecha relación con este creciente

consumo de insumos agrícolas, el mejoramiento genético ha cumplido una función esencial en

38

Page 45: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

el crecimiento agrícola, dado que ha ofrecido un flujo continuo de nuevos cultivares para los

agricultores.

Figura 15: Producción agrícola mundial, superficie agrícola mundial y uso de fertilizantes

nitrogenados

0

20

40

60

80

100

120

140

1961 1966 1971 1976 1981 1986 1991 1996 2001 2006

Index base 1999‐2001

World agricultural production, world agricultural  and nitrogen fertilizer use 

World agricultural production

Nitrogen fertilizer consumption

World Agricultural Area

Fuente: FAOSTAT

Este modelo de crecimiento agrícola, conocido en los países en vías de desarrollo como la

‘revolución verde’ pero que también se ha dado en los países desarrollados, es hoy en día

materia de fuertes debates y gran cantidad de interrogantes. No es posible hacer justicia a las

publicaciones existentes sobre dicho tema en este documento. No obstante, las siguientes

secciones destacan algunas de las tendencias que representan las poderosas limitaciones al

futuro de este modelo destinado a elevar la producción agrícola. Esta presentación de las

limitaciones actuales no considera los efectos esperados o proyectados del cambio climático,

que se espera fortalezcan algunas de las tendencias hacia el agotamiento que ya existen, en

especial del agua (IPCC).

a) Cierre de la brecha de rendimientos experimentales

La preocupación primordial es la evolución del potencial de rendimiento de nuevos cultivares

39

Page 46: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

y la brecha de rendimientos experimentales. Se define potencial de rendimiento como el

rendimiento de una variedad de cultivo cuando se cultiva en ambientes en los que está

adaptada, sin limitación de nutrientes ni agua, y donde las plagas y las enfermedades se

encuentran efectivamente controladas. La diferencia entre el potencial de rendimiento y el

rendimiento real alcanzado por los agricultores representa la brecha de rendimientos

experimentales explotables.

El estudio de Cassman et al (Cassman, Dobermann et al. 2003) menciona, respecto de la

evolución de rendimientos del arroz, trigo y maíz, que “aun cuando la mejora de conservación

continuamente identifica nuevos cultivares con un potencial de rendimiento equivalente a

variedades más antiguas, no existe un incremento en el potencial de rendimiento en si”. En

otras palabras, las mejores variedades cultivadas en las mejores condiciones hace 30 años

registraban un rendimiento equivalente al de las mejores variedades cultivadas en las mejores

condiciones hoy en día. Lo anterior significa que la mayor parte del mejoramiento genético ha

apuntado a contrarrestar la creciente presión sobre el medio ambiente (en su mayoría

presiones relativas a enfermedades e insectos). Frente a este potencial de rendimiento casi

estancado de las nuevas variedades, los rendimientos reales han experimentado un aumento

creciente en el mundo. Los rendimientos reales solo han mejorado como resultado de cambios

en las condiciones de cultivo que han permitido que los productores reduzcan la brecha de

rendimientos experimentales, no porque haya surgido una variedad nueva cuyo potencial de

rendimiento sea más elevado. En la actualidad, los rendimientos reales del arroz en China,

India e Indonesia y del trigo en México, están llegando a casi el 80 % del rendimiento

potencial, nivel que Cassman et al (2003) consideran que constituye un nivel máximo en la

explotación agrícola. La situación es especialmente aguda para el arroz pero mucho más leve

para el maíz. En realidad, las tendencias de rendimiento dejan ver estancamiento en diversas

regiones de Asia (McIntyre, Herren et al. 2009: 21).

b) Destrucción de las fuentes de insumos

La búsqueda del crecimiento agrícola también se ve directamente amenazada por el

agotamiento de muchos de los recursos que lo sustentan. Desde 1960 se ha abandonado un

tercio de las tierras agrícolas del mundo porque se han degradado e inutilizado y se estima que

año a año se destruyen cerca de 10 millones de ha (Schade y Pimentel 2010). Es evidente que

se ha producido un exceso de extracción de las aguas subterráneas, en especial en el noreste y

40

Page 47: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

norte de África, donde el agua de riego se extrae de acuíferos fósiles. En vastas áreas de China

e India, los niveles de agua subterránea están disminuyendo a razón de tres metros por año

(Unidad de Estudios de Perspectivas Mundiales(FAO) y Departamento de Gestión de

Recursos Naturales y Medio Ambiente (FAO) 2011). La salinización es otro de los factores

que amenaza la agricultura de regadío. No obstante, las estimaciones sobre el área que

probablemente se verá afectada por la salinización varían ostensiblemente y oscilan entre un

10 % y un 15 % de las tierras de regadío.

Al igual que el resto de la economía, la agricultura hace frente a una probable escasez de

petróleo y gas natural. Durante los últimos 50 años, el crecimiento agrícola, y de manera más

general el suministro de alimentos, se ha sustentado fundamentalmente en el uso intensivo,

tanto directo como indirecto, de tales combustibles fósiles. Las estimaciones relativas al

desempeño del sistema agroalimentario son muy divergentes. Según algunos autores, el

sistema agroalimentario de EE.UU. utiliza más de siete calorías –en su mayoría provenientes

de combustibles fósiles– para producir cada caloría de energía alimentaria (Heinberg y

Bomford 2099). Dada la importancia del consumo energético en el transporte y la

transformación de productos básicos no elaborados, la agricultura solo representa el 20 % del

uso total de energía. Sin embargo, según esa cifra, la agricultura consume más calorías de las

que genera. Se estima que el sistema alimentario británico registra el mismo bajo desempeño

(Lucas, Jones et al. 2006). Una gran parte de la energía utilizada en explotaciones agrícolas

corresponde a fertilizantes, en especial, fertilizantes nitrogenados. En la producción de pan de

trigo del Reino Unido, la mitad de la energía se destina a fertilizantes, 90 % de ellos

fertilizantes nitrogenados (Woods, Williams et al. 2010).

El fosfato es otro insumo esencial que podría agotarse en los años venideros. La producción

agrícola intensiva depende de los fertilizantes fosfatados derivados del fosfato mineral. La

extracción mundial de fosfato natural se ha triplicado desde la Segunda Guerra Mundial. Las

reservas mundiales de fosfato mineral se concentran en un grupo limitado de países, incluidos

China, Estados Unidos y Marruecos. El suministro de fertilizantes fosfatados se ve

amenazado por la reducción de la reservas, aun cuando las estimaciones relativas a las

existencias son contradictorias. Algunos estudios plantean que de continuar los actuales

niveles de extracción, las reservas se agotarán en un periodo de 50 a 100 años (Cordell,

Drangert et al. 2009). Otros estudios hablan de un nivel máximo inminente de fósforo (Dery y

Anderson 2007). Mientras tanto, otros argumentan que no es muy probable que se produzca

41

Page 48: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

un agotamiento en el futuro cercano y que solo se habrá extraído entre 40 % y 60 % de los

recursos actuales hacia fines del presente siglo.

c) Contaminación del patrimonio común

El uso de fertilizantes nitrogenados, junto con la fijación a través del cultivo de leguminosas y

el esparcido de estiércol, constituyen una fuente de preocupación dada su interferencia con el

ciclo del nitrógeno. Hoy en día, las actividades humanas transforman más nitrógeno hacia la

atmósfera en formas reactivas que todos los procesos combinados de la tierra. Una gran parte

del nitrato reactivo termina en cursos de agua y zonas costeras, lo que a su vez contribuye a su

eutrofización. En regiones húmedas, hasta un 30 % del aporte de nitrógeno a la agricultura se

filtra hacia sistemas de agua. Según la primera Evaluación Europea del Nitrógeno (Sutton,

Howard et al. 2011), se estima que el costo total de la contaminación del agua y de la

atmósfera por nitrógeno y sus consecuencias en ecosistemas y en el cambio climático oscila

entre 70 000 y 320 000 millones de EUR al año, (es decir, 150 a 736 EUR por persona al

año), cifra que equivale a más del doble de los beneficios monetarios derivados de la

agricultura.

Rosckström, Steffen et al. 2009) identificaron una cantidad de variables ambientales (cambio

climático, acidificación de los océanos, ozono estratosférico, ciclo biogeoquímico del

nitrógeno y del fósforo, cambio del sistema topográfico, tasa de pérdida de biodiversidad)

como ‘los límites planetarios’— es decir, el límite dentro del cual se supone que la humanidad

debería ser capaz de operar en forma segura. El estudio estimó que la actual fijación de

nitrógeno atmosférico debería reducirse a cerca de un 25 % de los niveles actuales de fijación

agrícola e industrial.

Junto con el metano y el anhídrido carbónico, el óxido nitroso es uno de los gases de efecto de

invernadero emitidos por la agricultura. En 2005, las emisiones de gases de efecto de

invernadero de la agricultura correspondieron a entre un 10 % y un 12 % de las emisiones (un

30 % cuando se considera también la deforestación). El metano y el óxido nitroso, ambos

poderosos gases con efecto de invernadero y estrechamente relacionados a la producción

ganadera, contribuyen al recalentamiento mundial en mayor medida que el anhídrido

carbónico. En consecuencia, la agricultura tiene un efecto en el recalentamiento mundial

equivalente al de la industria y superior al del transporte.

42

Page 49: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Ciertamente, todas estas externalidades negativas de la ‘agricultura’ moderna, por definición

no se incluyen (o se incluyen solo en forma marginal) en los costos de producción. Por ello,

no pueden invocarse para explicar el alza de los precios de los alimentos. Desde este punto

de vista, no es posible incluir un análisis de la contaminación generada por la agricultura en

un informe dedicado a la volatilidad de precios. No obstante, desde una perspectiva a largo

plazo que tiene por objeto el logro de desarrollo sostenible y seguridad alimentaria, estos

costos deberán internalizarse de alguna forma. De hecho, las actuales alzas de los precios de

los alimentos, en los casos en que no han generados problemas mayores en el lado del

consumidor, deberían considerarse como una oportunidad para fines de política pública de

manera que al menos se inicie este proceso de internalización de los que hoy corresponden a

costos conocidos en la agricultura industrial.

2. Demanda ilimitada de productos agrícolas

Frente a un aumento de la oferta con una cantidad cada vez mayor de limitaciones, la

demanda de alimentos parece no tener límites. El cuadro 8 presenta los índices de crecimiento

del consumo mundial para tres productos principales: cereales, aceites vegetales y harinas.

Cuadro 8: Índice de crecimiento del consumo mundial de cereales, aceites vegetales y

harinas, 1980-2009

1980-89 1990-99 2000-2009

Total world 1,8% 1,0% 1,8% Cereals

World less FSU* 1,9% 1,9% 1,9%

Total world 4,9% 4,5% 5,2% Vegetable

Oils World less FSU 5,2 4,7% 5,3%

Total world 3,6% 4,2% 3,8% Meals

World less FSU 3,6 4,8 3,7

Fuente: Datos de Producción, abastecimiento y distribución del Departamento de Agricultura

de los Estados Unidos

En primer lugar, el cuadro 8 ilustra cómo la sustancial contracción de la demanda de

43

Page 50: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

alimentos en la ex Unión Soviética y Europa oriental ha facilitado el equilibrio entre la oferta

y la demanda mundial de cereales. Solo en la ex Unión Soviética, el consumo de cereales se

redujo desde 215 millones de toneladas métricas en 1990 hasta 105 millones de toneladas

métricas en 1999 para luego recuperarse y llegar a cerca de 130 millones de toneladas

métricas en 2010, volumen aún lejano del nivel alcanzado en 1990. La producción también se

contrajo durante este periodo, si bien en menor proporción, para luego volver a aumentar

entre 1999 y 2008. Dada esta divergencia, la ex Unión Soviética pasó de ser importador de

casi 50 millones de toneladas métricas a fines de la década de los ochenta a ser exportador de

55 millones de toneladas métricas en 2008. Esta marcada evolución del comercio de cereales

de la ex Unión Soviética, provocada por un acontecimiento totalmente contingente,

contribuyó de manera decisiva a retrasar el alza de los precios internacionales de los

alimentos. Para el resto del mundo, el crecimiento del consumo de cereales ha sido muy

estable durante los últimos 30 años, con un crecimiento anual promedio de 1,9 %. Desde

2000, con la estabilización de la situación en ex Unión Soviética, el crecimiento del consumo

mundial de cereales recuperó el ritmo registrado en la década de los ochenta.

El crecimiento del consumo de aceites vegetales y harinas de semillas oleaginosas ha sido

menos sensible a la crisis económica de la ex Unión Soviética. El índice de crecimiento del

consumo de aceites vegetales y harinas de semillas oleaginosas también ha sido más elevado:

aproximadamente un 5 % para los aceites vegetales y cerca de un 4 % para las harinas.

a) Crecimiento de la población y urbanización

El crecimiento de la población ha sido el principal motor del crecimiento del consumo de

alimentos. La población mundial se duplicó entre 1961 y 2001, sin embargo, dado que el

crecimiento demográfico se está desacelerando, su influencia está disminuyendo. El índice de

crecimiento de la población alcanzó un punto máximo de un 2,2 % anual en 1963. Hoy, dicho

índice ha disminuido hasta un 1,2 %. Los países en vías de desarrollo, en especial aquellos de

África, concentran los mayores niveles de crecimiento demográfico (90 %).

La urbanización es la principal causa de cambios en la demanda de alimentos. En 2009, la

cantidad de personas que vivía en áreas urbanas (3 420 millones) era mayor que la cantidad de

personas que vivían en áreas rurales (3 410 millones). En contraste, en 1950, la población

urbana sólo alcanzaba el 23 % (732 millones) de la población mundial.

44

Page 51: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Se supone que, como resultado de su estilo de vida sedentario, las poblaciones urbanas tienen

menores necesidades de alimentos que la población rural. Un hecho aun más importante es

que el mercado debe satisfacer todas sus necesidades de alimentos. La urbanización implica

una transformación de la dieta, incluido especialmente un cambio hacia alimentos más

diversificados y un mayor consumo de productos elaborados que son más sencillos de

cocinar. La urbanización descarta el uso de excrementos humanos como fertilizante, a menos

que se dispare el costo de los abonos normalmente utilizados.

b) Aumento del ingreso, consumo de productos pecuarios y desechos.

Junto con la urbanización, el aumento del ingreso ha sido el principal impulsor de cambio en

el consumo de alimentos. Tal aumento va acompañado por una tendencia hacia los productos

pecuarios, el azúcar y el aceite vegetal (Kearney 2010). El consumo de productos pecuarios

ha registrado un incremento sustancial en los países en vías de desarrollo desde la década de

los sesenta. El consumo de leche casi se ha duplicado, el consumo de carne se ha triplicado y

el consumo de huevos se ha quintuplicado en el mismo periodo (FAO 2010). No obstante,

este crecimiento presenta una distribución muy dispar. El crecimiento más notable se ha

producido en Asia oriental y sudoriental. En China, el consumo per cápita de carne, leche y

huevos se incrementó cuatro, diez y ocho veces respectivamente. Por el contrario, el consumo

de carne y leche disminuyó levemente en África subsahariana. En su conjunto, los países

desarrollados registraron un aumento leve en el consumo de productos pecuarios: un 0,6 %

per cápita por año para la carne, un 0,5 % para la leche y un 0,6 % para los huevos entre 1995

y 2005. Con todo, los patrones fueron muy disímiles entre grupos de productos básicos. Por

ejemplo, el consumo de carne sigue aumentando en los Estados Unidos (un 0,8 % anual) y

disminuyendo en Francia, los Países Bajos y Nueva Zelandia. A pesar del rápido aumento

observado en el consumo de productos pecuarios en la población de países en desarrollo, las

cantidades consumidas per cápita siguen siendo muy desiguales. Por ejemplo, en 2005, el

consumo anual per cápita de carne era equivalente a 127 kg en EE.UU., 83 kg en Alemania,

81 kg en Brasil, 59 kg en China, 5 kg en India y 4 kg en Burundi.

Los desechos de los alimentos aumentaron simultáneamente con el ingreso y la urbanización.

Se estima que en el Reino Unido se desecha cerca de un tercio de los alimentos adquiridos por

los hogares (WRAP 2009). Hall et al. (2009) calcularon el contenido energético de todos los

45

Page 52: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

desechos de los alimentos de Estados Unidos y demostraron que tales desechos per cápita

aumentaron en un 50 % entre 1974 y 2003, con lo cual llegaron a más de 1 400 kcal por

persona por día. Los desechos de los alimentos han aumentado de manera progresiva desde

cerca de un 30 % de la oferta de alimentos disponibles en 1974 hasta un 40 % en años

recientes.

c) Nueva demanda competitiva de productos agrícolas

Dado que nuestras sociedades dependen de los combustibles fósiles, ellas han estado

acostumbradas a limitar (virtualmente) sus demandas de biomasa a los alimentos. Las

sociedades industrializadas exigen poco de la tierra para obtener sus materiales de

construcción o vestimenta y nada exigen para calefacción o transporte. Esta ausencia virtual

de demanda no alimentaria fue un cambio radical de lo que se concibe como sociedad

tradicional. El posible fin de las reservas de combustibles fósiles o la necesidad de restringir

su uso como resultado del cambio climático nos lleva a un nuevo hito.

Ya hemos analizado el uso de productos básicos agrícolas en la producción de

biocombustibles. En realidad, los biocombustibles son solo un primer paso significativo hacia

el uso de recursos biológicos (o biomasa) para fines no alimentarios Otros usos se están

gestando. Lo que está en juego es la transición hacia la bioeconomía (Langeveld, Dixon et al.

2010).

El retorno a los recursos biológicos para la provisión de bienes y servicios antes

proporcionados por fuentes no biológicas (para combustible, materiales de construcción,

textiles, etc.) no está exento de problemas. Por una parte, se trata de un desarrollo

potencialmente positivo. La dependencia de combustibles fósiles genera demandas agobiantes

sobre divisas escasas en muchos países en vías de desarrollo y el uso de la tierra para producir

energía y para satisfacer otras necesidades no alimentarias ha sido siempre una característica

de las economías rurales. Por otra parte, una cantidad de países de la OCDE han aumentado

sustancialmente su uso ya insostenible de recursos naturales y energéticos al utilizar fondos

públicos para insertar a los biocombustibles en patrones de consumo energético. Al mismo

tiempo, han agregado a este conjunto la demanda de energía de países ricos además de la

demanda de alimentos de todo el mundo, con lo cual han incrementado las inelasticidades de

46

Page 53: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

la demanda, como se describió anteriormente.

El problema acentuado por el consumo de biocombustibles no radica en los biocombustibles

per se; pocas de las críticas dirigidas hacia los biocombustibles son inherentes a la tecnología.

Más bien, el problema radica en la forma en que la industria de los biocombustibles destaca

las desigualdades: entre el consumo de energía de quienes viven en países ricos y la demanda

insatisfecha de alimentos en países más pobres; entre las pocas empresas transnacionales de

agronegocios y empresas de energía que han invertido en biocombustibles y los países en

desarrollo importadores netos de alimentos que confían en los mercados internacionales para

obtener una parte de su suministro de alimentos.

Si bien el uso de biomasa como fuente de energía es masivo entre los países en desarrollo, la

industria de los biocombustibles que compite por los productos básicos agrícolas se sustenta

en enorme medida en economías industrializadas y emergentes. Los mayores usuarios de

biocombustibles son la Unión Europea, los Estados Unidos y Brasil, mientras que China e

India van camino a convertirse también en grandes usuarios (IEA, 2007, pág. 15). En

conjunto, Brasil y Estados Unidos producen más del 75 % de la oferta mundial de etanol

(Brasil utiliza caña de azúcar mientras que Estados Unidos utiliza maíz). La UE produce casi

el 80 % del biodiesel mundial y prácticamente la mitad del biodiesel del mundo se produce

solo en Alemania a partir de nabina (UNCTAD, 2006). Volatilidad de precios en el contexto

nacional y seguridad alimentaria [Original incomplete/incompleto en original]

II. La transmisión de precios y sus efectos en la seguridad alimentaria

A. La  transmisión  de  la  volatilidad  internacional  de  precios  hacia  los mercados nacionales varía entre los mercados nacionales de los países en desarrollo.

Si bien el incremento en los precios de los alimentos en los mercados internacionales

representa una seria amenaza para los grupos vulnerables de los países en desarrollo, el

impacto de la crisis alimentaria internacional está determinado por la inflación y la volatilidad

de los precios de los alimentos en el mercado interno y no por los precios de los alimentos a

escala mundial (Mousseau 2009). Las consecuencias de la volatilidad de los precios

internacionales de los alimentos en la seguridad alimentaria pueden variar ostensiblemente

tanto entre países como al interior de ellos.

47

Page 54: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Los estudios relacionados con la transmisión del alza de precios de 2007-2008 indican que en

la mayoría de los países en desarrollo las alzas de los precios internacionales no se han visto

plenamente reflejadas en los precios internos. Este traspaso se caracteriza por un lento

proceso de ajuste y una escasa correspondencia entre los precios nacionales y las variaciones

de los precios internacionales en el corto plazo, siendo esta adaptación más evidente en el

mediano plazo (Dawe 2008; FAO 2009; Daviron, Auber et al. 2008; Minot 2010; Blein y

Longo 2009; Dialo, Dembele et al. 2010).

Dawe (2008) analizó la transmisión de los recientes aumentos en los precios internacionales

de los cereales registrados en los mercados internos de siete grandes países de Asia mediante

el estudio de las variaciones acumuladas en el precio internacional y nacional real del arroz

entre el cuarto trimestre de 2003 y el cuarto trimestre de 2007, es decir, antes que el alza de

precios llegara a su fin. Los resultados indican que el incremento del precio real del arroz en

el mercado interno representa apenas el seis por ciento del aumento del precio real mundial

del arroz en Filipinas comparado con el 64 por ciento en China (consulte el cuadro 9).

Cuadro 9: Variación acumulada porcentual de los precios reales, tercer trimestre de 2003 al

cuarto trimestre de 2007

Country World price

(US$)

World price in

Domestic

currency

Domestic price

in Domestic

currency

Pass through

(%) = 3/1

Bangladesh 56 55 24 43

China 48 34 30 64

India 56 25 5 9

Indonesia 56 36 23 41

Philippines 56 10 3 6

Thailand 56 30 30 53

Viet Nam 39 25 3 11

Notas: La información sobre China compara los años 2003 y 2007; la información sobre

Vietnam compara los años 2003 y 2006 (anual)

Fuentes: Cuadro extraído de Dawe, David (2008)

48

Page 55: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Los porcentajes de transmisión sirvieron para clasificar estos siete países en dos grupos. El

primero de ellos (India, Bangladesh, Indonesia, Filipinas y Viet Nam) incluye países

considerados “estabilizadores” pues el aumento de los precios internos corresponde a menos

de la mitad del alza de precios en el mercado mundial. Dichos países utilizan instrumentos de

política tales como existencias, adquisiciones, distribución y restricciones comerciales

impuestas por el estado a fin de salvaguardar a los precios nacionales de eventuales aumentos

en los precios internacionales. En el segundo grupo las variaciones en los precios

internacionales se reflejan en sus mercados internos. Tal es el caso de China y Tailandia,

donde el porcentaje de transmisión sobrepasa la mitad de las alzas de los precios

internacionales. Si bien en estos países se recurrió a las existencias y a las adquisiciones,

también se permitió que los precios internos se equipararan con los cambios experimentados

por los precios internacionales. El resultado en el caso de China resulta sorprendente si se

considera la política comercial impulsada por el país. Se observa una mayor presión

inflacionaria dentro del país en lugar de un traspaso real del aumento de precios

internacionales.

Blein et al. (2009) repasan una serie de estudios sobre la transmisión de los precios

internacionales del arroz y el maíz a los mercados internos durante el alza de 2007-2008. De

dicho análisis se desprende que la mayoría de los mercados internos han sido menos afectados

por las crisis de los precios internacionales, aun cuando se reconoce que la situación varía

según el país y la región. Por ejemplo, en el último tiempo se ha registrado una alta

transmisión de precios en Darfur, lo cual tiene sentido por cuanto se trata de una región

fuertemente dependiente de las importaciones. Ello se explica porque el gobierno de Sudán no

ha puesto en marcha medidas que puedan controlar la transmisión de precios (FAO 2011). En

aquellas áreas del África Subsahariana donde los precios nacionales e internacionales se

mueven a la par, se espera una transmisión al mercado interno de aproximadamente un 54 %

del alza de los precios internacionales. En contraste, un tercio del aumento real del precio

internacional del arroz se traspasó, en promedio, a los mercados internos de Asia. Se detectó

una fuerte transmisión del precio del arroz en Senegal, el cual depende de las importaciones

de arroz provenientes de Asia para satisfacer más del 83 por ciento de sus necesidades de

consumo interno (Blein et al. 2009).

Minot (2010) estudió las tendencias de los precios de los alimentos en el África subsahariana

49

Page 56: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

durante el periodo 2007-2008, pudiendo establecer un alza promedio de 63% —en dólares de

EE.UU.— en 83 precios de alimentos en doce países de África entre junio de 2007 y junio de

2008. En promedio, esta alza correspondió a un 71% del aumento de precio de dichos

productos en los mercados internacionales. La mayor transmisión de variaciones de precios

internacionales hacia los mercados nacionales tuvo lugar en Malawi y Etiopía, donde los

precios internos subieron más que los precios internacionales debido a factores de política

interna y a fuertes cambios en la producción. Las menores alzas de precio se observaron en

Sudáfrica, Ghana y Camerún, con un total entre el 25 y el 39 % del aumento de precios a

escala mundial. En lo que respecta a los alimentos básicos, la transmisión de precios

internacionales a los mercados internos de los doce países africanos registró su mayor nivel en

el caso del trigo (111%) seguido del maíz (112%). La cifra correspondiente al arroz fue de

sólo 41 por ciento, reflejándose con ello la mayor presencia de países de África oriental y

meridional en la muestra, puesto que en ellos el arroz tiene menor participación en la

composición total del consumo que en los países de África occidental. De hecho, el estudio de

los patrones de transmisión por país y por alimento básico revela que las alzas internas del

precio del arroz en Senegal representaron en promedio un 87 % del aumento de los precios

internacionales comparadas con el 35 % en Mozambique.

Esta visión relativamente optimista de los efectos del alza actual en los precios de los

alimentos a escala mundial está fuertemente influida e incluso se contrapone a un reciente

estudio de la UNICEF (Ortiz et al. 2011), según el cual, a pesar de que el alza tardó en llegar a

ciertos continentes (África, América Latina), el aumento en los precios internacionales

registrado en 2007/2008 fue traspasado en su totalidad a los precios internos (en algunos

casos la transmisión superó incluso este total). Más aun, los índices de precios nacionales

parecen no haber descendido tan rápido como los precios internacionales con posterioridad a

julio de 2008 (consulte la figura 17). Por el contrario, en varios continentes los precios

internos volvieron a aumentar apenas los precios internacionales recuperaron su tendencia al

alza. De esta forma, la transmisión hacia los mercados internos no se produjo durante la baja

ocasionada por la crisis, como tampoco durante el alza. Al comenzar la caída de los precios

internacionales, una serie de mecanismos impidió que esta baja beneficiara en su totalidad a

los países en desarrollo.

Figura 17: Precios locales de los alimentos por región, enero 2007 a noviembre 2010 (o

su versión más reciente)

50

Page 57: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

(valores no ponderados del índice promedio; enero 2007=100)

Fuente: Figura extraída de Ortiz et al. (2011), Escalating Food Prices, UNICEF, página 8.

FAO (2010) y estimaciones del autor. Nota: La muestra incluye cinco países de Asia

meridional, cinco de Asia oriental, 16 de América Latina y el Caribe, siete de la

CEE/Mancomunidad de Estados Independientes y 24 de África subsahariana. No se incluye la

Región de Oriente Medio y África del Norte puesto que sólo se dispone de información sobre

un país en desarrollo de esa región (Djibouti).

Al comparar los países según su nivel de ingreso, la información disponible sugiere que los

países de escasos ingresos han sufrido una mayor alza de precios que los países de ingreso

medio y que los países ricos. Esta tendencia a enfrentar mayores aumentos de precio que

afecta a los países de escasos ingresos se vio aumentada durante la crisis alimentaria de 2007-

2008 y nuevamente en la segunda mitad de 2010. Por ejemplo, los precios de los alimentos en

los países de escasos ingresos se situaron un 8,3 % por encima de los países de ingresos

medianos en agosto de 2010, alcanzándose una diferencia de 12,6 en noviembre de 2010

(Ortiz et al., 2011). Entre agosto y noviembre de 2010, los precios de los alimentos

aumentaron en promedio cinco por ciento en los países de bajos ingresos comparado con un

0,8 % en los países de ingreso mediano. Esta diferencia en el grado de transmisión de precios

refleja en parte la necesidad de contar con recursos para mantener los mercados internos

protegidos de los mercados internacionales. Los países de bajos ingresos no contaron con

51

Page 58: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

recursos suficientes para poner freno a la transmisión de precios, por lo que debieron enfrentar

una mayor volatilidad.

B. La  volatilidad  de  precios  derivada  de  fuentes  internas  también constituye un problema permanente en muchos países pobres

Según Galtier (Galtier 2009), en los países en desarrollo la volatilidad surge de dos fuentes

principales: la volatilidad importada desde los mercados mundiales y las fuentes internas de

volatilidad. Los estudios realizados con anterioridad a las recientes alzas de precios sugieren

que, en los países en desarrollo, las fluctuaciones en los precios internacionales dan cuenta de

una porción muy pequeña de la variabilidad de precios internos. Ello significa que las causas

de la volatilidad interna son fundamentalmente endógenas (Byerlee, Jayne et al. 2005).

La volatilidad externa influye sólo en la medida en que un país dependa del comercio

internacional y permita que los precios internacionales se transmitan a su mercado interno. La

volatilidad endógena se da con mucho mayor frecuencia en países sin litoral, en países cuyos

costos de transporte interno y comercialización son elevados (situación muy común en el

África Subsahariana) y en el caso de alimentos básicos que no se comercializan en el mercado

internacional, puesto que no se cuenta con el efecto potencialmente estabilizador de las

importaciones o exportaciones. En consecuencia, en estos países las fuentes de volatilidad son

mayormente internas y no externas.

Al comparar los precios internacionales y nacionales registrados con anterioridad a la crisis de

2007-2008, se confirma que la volatilidad interna ya era un fenómeno fuertemente asentado

en muchos países en desarrollo. Brown et al. (Brown, Hintermann et al. 2009) analizaron la

variación interanual del precio del mijo (alimento que no se transa en los mercados

internacionales) en tres países del Sahel (consulte la figura 18 más adelante) y el precio

internacional del maíz entre 1992 y 2006, concluyendo que la volatilidad del precio interno

del mijo es mayor que la del precio internacional del maíz. De hecho, la variación interanual

del precio del mijo fue mayor que la fluctuación del precio internacional del maíz en los tres

países sahelianos. Cabe hacer notar que no se aprecia una correspondencia absoluta entre los

valores máximos y mínimos de ambas series de precios. Por consiguiente, la decisión de

estos países de recurrir a importaciones de los mercados internacionales como forma de

52

Page 59: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

controlar la inestabilidad de la producción interna de alimentos básicos no comercializables

fue plenamente acertada. Tal fue el caso de la crisis de alimentos provocada por la sequía que

afectó al Sahel en 2004-05.

Figura 18: Precio del mijo en Bamako (Malí), Niamey (Níger) y Ouagadougou (Burkina

Faso)

Fuente: Brown et al. (2009) en Markets, Climate Change and Food Security in West Africa.

Daviron et al. (2008) también estudiaron el modelo de transmisión de las fluctuaciones de los

precios internacionales hacia los precios de los mercados nacionales en cuatro países de

África (Senegal, Malí, Níger y Madagascar) antes de la crisis de alimentos. En su análisis se

constató que la dinámica de los mercados respecto de los granos secundarios (mijo y sorgo)

en el Sahel se encuentra completamente alejada de los precios internacionales de los

alimentos. No obstante, los precios al consumidor de los granos secundarios producidos

localmente mostraron una inestabilidad mucho mayor que los precios al consumidor del arroz

importado, a pesar de encontrarse por debajo de los precios internacionales, lo cual refleja las

condiciones de la oferta interna y la debilidad de los mercados (consulte la figura 19).

Efectivamente, antes de las actuales fluctuaciones de los precios internacionales, estos países

se apoyaban en los mercados internacionales como forma de estabilizar los precios al

consumidor.

53

Page 60: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Figura 19: Precios al consumidor del arroz importado y el maíz y mijo producidos

localmente en Niamey.

0

50

100

150

200

250

300

350

400

450

Fcfa/Kg

Consumer price in Niamey

Imported rice

Local corn

Local millet

 

54

Page 61: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Fuente: Daviron et al. 2008 

En Addis Abeba, entre 1996 y 2003 -periodo en el cual el precio internacional del maíz

gozaba de relativa estabilidad- el precio al por mayor fluctuaba entre 50 y 250 dólares de

EE.UU. por tonelada métrica (Byerlee 2005). Los consumidores de África austral (Malawi,

Mozambique y Zambia) también se han visto afectados por las fuertes variaciones en los

precios al por menor del maíz blanco entre 1994 y 2004.

Las fuentes internas de volatilidad no se circunscriben únicamente al continente africano.

Hazel, Shield y Shield (Hazel, Shields et al. 2005) comparan la volatilidad de los precios

internacionales y de los productores de trigo y maíz en los países importadores en desarrollo

entre 1971 y 2003. Tanto Bolivia como Brasil y México exhiben coeficientes de variación

para el maíz y el trigo por encima del 65 %, lo cual contrasta con los respectivos 23 y 29 %

registrados en los mercados internacionales.

Figure 20: Export and Import Parity Prices of Wheat 

55

Page 62: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Sólo en Asia los precios mostraron mayor estabilidad, con coeficientes de variación de 8%

para el trigo en India (Hazel, Shields et al. 2005), 5 % para el precio de los productores de

arroz en Viet Nam (Minot et al. 2000); y coeficientes de variación del precio del arroz al por

mayor en seis países de Asia, los cuales fluctúan entre 12% en Bangladesh y 25% en

Filipinas.

A los factores naturales que acentúan la volatilidad de precios en los países en desarrollo se

suman los altos costos y el riesgo de los sistemas de comercialización (los cuales se vuelven

aun más riesgosos debido a las erráticas políticas gubernamentales que desincentivan la

acumulación privada de existencias y las inversiones destinadas a reducir costos en la

estructura de comercialización). Son varias las condiciones estructurales presentes en estos

mercados que ayudan a mantener los altos niveles de costo y volatilidad. Los mercados de

estos países tienden a ser muy débiles, dado que los agricultores sólo venden una porción

mínima de su producción, la cual se destina fundamentalmente al autoabastecimiento. Por

ejemplo, los agricultores de Burkina Faso sólo venden el 10 ó 20% de su producción de

cereales, principalmente durante la cosecha (Brown, Hintermann et al. 2009).

Cuando la producción cae, los agricultores restringen sus ventas más de lo que reducen la

producción. De modo inverso, cuando la producción crece, los agricultores incrementan sus

ventas más de lo que aumentan la producción. El carácter inelástico de la demanda de

alimentos asocia esta gran variabilidad de excedentes de alimentos no comercializables

disponibles en el mercado a una gran volatilidad de precios. Además de la debilidad de los

mercados, la demanda y la oferta varían debido a que muchos agricultores que son vendedores

netos en años normales o considerados buenos se tornan compradores netos en años de

escasez. Esta inestabilidad de la demanda y la oferta, junto con la precaria infraestructura de

mercadeo, la fragilidad de las instituciones y la falta de información de mercado para la

mayoría de los actores amplifica la volatilidad de los precios internos. Más aun, la estructura

de la mayoría de los mercados urbanos del África Subsahariana donde se comercializan

productos agrícolas tiende a estar dominada por unos cuantos operadores de importancia cuya

gran capacidad importadora les permite financiar una parte sustancial de la acumulación

interna y la importación de cereales, además de controlar las escasas actividades de

almacenamiento comercial existentes.

Además de las variaciones en la producción interna derivadas de perturbaciones naturales y

56

Page 63: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

climáticas y del bajo rendimiento de los mercados agrícolas internos, la existencia de políticas

gubernamentales inadecuadas aumenta la volatilidad de precios internos en los países en

desarrollo. En muchos casos, las intervenciones gubernamentales desincentivan la

acumulación privada de existencias y las inversiones en infraestructura que podrían ayudar a

estabilizar los mercados internos. Como ejemplos de políticas inadecuadas cabe mencionar

políticas comerciales inestables, intervenciones impredecibles por parte del gobierno y las

prácticas locales de adquisición y distribución de alimentos en los mercados de productos

alimentarios.

La inestabilidad macroeconómica también contribuye a la inestabilidad de los precios de los

alimentos. Ello se hizo más evidente en los años 80 y 90 en aquellos países latinoamericanos

afectados por perturbaciones macroeconómicas, especialmente las bruscas devaluaciones de

los tipos de cambio y la alta inflación interna. Esta situación ya no es tan frecuente, aunque

algunos países sí debieron enfrentar importantes alzas en el IPC general y el de alimentos.

Como ejemplo se puede citar a Etiopía, donde dos factores de política macroeconómica

exacerbaron la situación de precios de los alimentos en 2007-2008. En 2005-2007, la oferta de

dinero superó al crecimiento general de Etiopía, lo cual derivó en una inflación nominal

general (Banco Mundial, 2007). A comienzos de 2008, el gobierno se vio enfrentado a un

déficit en la balanza de pagos como consecuencia del alza brusca en las facturas del subsidio a

los combustibles. Para atacar este problema, el Banco Central inició un proceso de

racionamiento de divisas que impidió las importaciones del sector privado. Como resultado,

los precios internos sobrepasaron ampliamente el nivel de paridad de las importaciones. La

figura 19 ilustra los precios de paridad de las importaciones y exportaciones de trigo. En ella

se aprecia la forma en que éstos se comportaron en los mercados internos en periodos

diferentes. Cabe destacar el hecho que el precio interno comenzó a subir con anterioridad a la

crisis mundial de alimentos, no se ajustó al precio mundial durante la crisis mundial de

alimentos y comenzó a aumentar fuertemente mucho después del desplome de los precios

internacionales. Los consumidores pobres debieron aguantar esta perturbación en los precios

por casi dos años.

En síntesis, es posible afirmar que, entre los años 90 y la primera mitad de la década de 2000

—momento en que las fluctuaciones de los precios internacionales de los alimentos eran

limitadas— en muchos países en desarrollo los precios internacionales mostraron una

estabilidad mucho mayor que los precios nacionales o, más específicamente, los precios de los

57

Page 64: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

productos alimentarios importados fueron más estables que los precios de los productos

locales. Para los consumidores urbanos, la importación de alimentos actuaba como una

especie de seguro que ofrecía seguridad y estabilidad. Como consecuencia de las sucesivas

alzas de los precios internacionales, los consumidores urbanos han perdido esta seguridad. Al

no haber políticas de estabilización que regulen los precios de los alimentos locales, la

estabilidad de los precios internacionales surge como una necesidad de sobrevivencia (o al

menos de bienestar) para muchos consumidores urbanos pobres. No obstante, la estabilización

de los precios internacionales por sí sola no garantiza la estabilización de los alimentos

locales, tanto para los consumidores como para los productores.

C. Efectos de la volatilidad de precios en la seguridad alimentaria

La cantidad de estudios que abordan este tema es demasiado reducida como para permitir

evaluar el impacto de las recientes alzas de los precios internacionales de los alimentos en la

seguridad alimentaria. Cabe hacer notar el contraste entre el gran número de modelos

elaborados con el fin de estimar los efectos y la escasez de estudios que proporcionen pruebas

de las reales consecuencias.

El Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo publicado por la FAO presenta una

estimación anual del número de personas subnutridas en el mundo. Este número se elevó de

unos 850 millones en 2007 a unos 1 023 millones en 2009 (FAO 2010). No obstante, esta

estimación se basa principalmente en la disponibilidad de alimentos, no en el acceso a los

mismos. Por lo tanto, es posible que el número real de personas subnutridas sea mayor.

Compton, Wiggins y Keats (Compton, Wiggins et al. 2010) compararon la información

obtenida a partir de estudios de terreno con las predicciones realizadas a comienzos del alza

de precios de 2007-2008, concluyendo que “los países pobres que son importadores netos de

alimentos —estados isla como Haití, países en conflicto y regiones importadoras de arroz de

África occidental— fueron los primeros en sentir los efectos del alza mundial en el precio de

los alimentos. Sin embargo, los altos precios de los alimentos también afectaron

profundamente a los consumidores pobres de regiones exportadoras netas de alimentos tales

como Tailandia, Uganda y el norte de Mozambique” (Compton et al. 2010:12). Los grupos

más afectados fueron los trabajadores informales (tanto urbanos como rurales), los

58

Page 65: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

agricultores pobres cuya producción no alcanza o apenas basta para generar excedentes para

la venta, los pequeños comerciantes de alimentos y los productores de productos básicos

cuyas relaciones de intercambio decayeron frente a los cereales comestibles. En general, los

trabajadores asalariados formales sortearon de mejor forma la situación.

Crompton et al (2010) concluyeron que “la prevalencia de la falta de peso y la emaciación en

niños pequeños aumentó en casi la mitad según las encuestas aplicadas en Bangladesh,

Camboya y Mauritania con posterioridad al aumento de precios de los alimentos (p. ej.

emaciación entre un 17 y un 26 % en los sectores rurales de Bangladesh). Entre los factores

causantes de dicha situación se cuentan los recortes en la entrega de alimentos

complementarios (de destete) y el menor consumo de alimentos más caros y nutritivos. Las

alzas en los precios de los alimentos derivaron hacia una reducción generalizada de la

diversidad de la alimentación, la cual permite predecir una situación de malnutrición por

carencia de micronutrientes. (Compton et al. 2010: 56). No obstante, los autores señalan que

la escasez de información relativa a las diferencias de impacto en los hogares se debe a que

gran parte de los informes generados durante la crisis de alimentos pasó por alto las

diferencias de género y otras.

Por último, Crompton et al (2010) aconsejan una evaluación de largo plazo del impacto de las

alzas de los precios de los alimentos. De hecho, algunas de las medidas de corto plazo que

protegían al consumidor podrían llegar a tener efectos de largo plazo en la seguridad

alimentaria. Es así como la rebaja de impuestos a las importaciones reduce el ingreso del

gobierno y su capacidad de proporcionar bienes públicos.

Un estudio de Acción contra el Hambre realizado en Etiopía, República Centroafricana, Sierra

Leona y Liberia en 2008 entrega información acerca del impacto del alza de precios en la

seguridad alimentaria (ACF 2009). La organización escogió estos países puesto que en ellos

la tasa de admisión en programas de alimentación aumentó de manera anticipada respecto a la

norma estacional. Los datos recopilados indican que, en Etiopía, los altos precios fueron

seguidos de cerca por un alza en las tasas de malnutrición y mortalidad en menores de cinco

años. Sin embargo, la ACF también indica que “no todos los países se han visto afectados de

la misma manera. Los resultados obtenidos en la República Centroafricana sólo registran

ligeras alzas de precio y un aumento estadísticamente insignificante en las tasas de

malnutrición. La investigación realizada en Sierra Leona reveló que incluso en la capital

59

Page 66: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Freetown era posible constatar diferencias de precio y de reacción en los hogares” (ACF

2009:15).

Evidentemente, la inestabilidad endógena es una causa importante de la inseguridad

alimentaria. Devereux (Devereux 2009) estudió el efecto de una dimensión específica de la

volatilidad endógena —la estacionalidad de los mercados de alimentos— en Ghana, Namibia,

Malawi y Etiopía. Devereux destaca lo perjudicial que resulta la volatilidad de precios para la

nutrición. Por ejemplo, en Malawi la relación causal entre los precios del maíz y la

malnutrición infantil adquiere ribetes dramáticos: entre octubre de 2004 y enero de 2005 —

periodo en que los precios del maíz se duplicaron— las hospitalizaciones por malnutrición

aguda se multiplicaron por siete, para luego descender a medida que los precios del maíz

bajaban.

La inestabilidad endógena también produce efectos de largo plazo en las inversiones en

producción agrícola y en los ingresos de los agricultores (Poulton, Kydd et al. 2006). Según

demuestran Cummings et al. (Cummings, Rashid et al. 2006) en el caso de Asia, “la

estabilización de precios resultó vital para la incorporación generalizada de las nuevas

variedades de rendimiento elevado de trigo y arroz, lo cual benefició tanto a los productores

(gracias a un mayor ingreso) como a los consumidores (mediante precios menores)”.

III. Opciones de política para enfrentar la volatilidad de precios

A. Opciones en el plano internacional

1. Frenar la especulación

Muchos gobiernos han expresado su descontento con ciertos aspectos de la reglamentación

vigente en materia de mercados agrícolas. Por ejemplo, la Organización Internacional de

Comisiones de Valores, a través de su Comité técnico, creó un Grupo de trabajo sobre futuros

de productos básicos en respuesta al llamado del G8 a estudiar el funcionamiento de una serie

de mercados de futuros (especialmente petróleo). Hoy en día, muchos gobiernos se muestran

partidarios de un Impuesto a las transacciones financieras (FTT, por sus siglas en inglés)

como forma de ayudar a mejorar el funcionamiento del mercado y de aportar fondos a las

60

Page 67: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

disminuidas arcas fiscales (GREMA 2010: 68). Las sumas de dinero destinadas a la

especulación en el mercado de futuros son enormes y las preocupaciones que aquejan a

algunos de los actores que dependen de los mercados (agricultores, comerciantes o

reguladores) han sido motivo suficiente para buscar una reglamentación más estricta. Los

costos de las transacciones para todos los actores se han elevado considerablemente junto con

las sumas de dinero actualmente en el mercado. Los países cuya seguridad alimentaria

depende parcialmente de los mercados internacionales y cuyo poder de compra (tanto en lo

que respecta a los montos que pueden desembolsar como a la anticipación con que pueden

planear sus compras) es significativamente restringido deben actuar con especial cautela.

En 2009, Gary Gensler, Presidente de la Comisión de Comercialización de Mercadería de

Futuros de EE.UU. (CFTC, por sus siglas en inglés), dijo a los legisladores norteamericanos

que “el máximo histórico alcanzado por la volatilidad ha mermado la capacidad de muchos

agricultores y otros negocios de recurrir al mercado de futuros para gestionar sus riesgos de

precios”. (citado en Jones 2010).

Entre las principales demandas de las ONG y de otros actores, algunos de los cuales son

antiguos comerciantes, se cuentan:

Imponer una estricta fiscalización reguladora de los mercados de productos

básicos

Aumentar la transparencia al exigir la aprobación y transacción en bolsa de la

mayor parte de los contratos de productos básicos agrícolas

Dotar a los organismos gubernamentales de la autoridad para reglamentar los

derivados extrabursátiles. Con esta fiscalización se pretende impedir que los grandes

bancos manipulen y arrinconen a los mercados de productos básicos

Establecer límites

Volver a implantar reglas que ayuden a distinguir a los operadores del mercado

(los que deseen comprar o vender productos básicos) de los especuladores

Los gobiernos que alojan a los mayores mercados de productos básicos (principalmente el

Reino Unido y los Estados Unidos) tienen una especial responsabilidad frente a la comunidad

internacional de garantizar que los intercambios atienden todos los intereses, no solo los de

los grandes inversionistas. El Grupo de Trabajo Interinstitucional recomienda al G20

61

Page 68: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

incentivar a los países en desarrollo a que utilicen los contratos a plazo como forma de

garantizar precios más estables para sus importaciones de cereales. Ello redobla la

importancia del funcionamiento de los mercados de productos básicos. Lo mismo ocurre con

el asesoramiento en materia de política entregado a los países en desarrollo importadores

netos de alimentos en cuanto a establecer contratos a plazo con el fin de asegurar

importaciones a precios menos volátiles. El uso eficaz de los futuros de productos básicos

requiere de un gran caudal de conocimientos y finanzas, ninguno de los cuales abunda en

muchos países pobres. Asimismo, aun cuando la especulación solo contribuye a exagerar la

volatilidad inherente del mercado, tales exageraciones pueden marcar una diferencia

ostensible en el costo de los cereales adquiridos por un país pobre en un día cualquiera.

2. Restaurar la confianza en el sistema internacional de comercio

La mayoría de los países depende del comercio para garantizar su seguridad alimentaria. Para

algunos países en desarrollo importadores netos de alimentos las importaciones de alimentos

cumplen un papel de vital importancia. La persistencia de la volatilidad y los mayores precios

de los mercados internacionales de productos agrícolas básicos desde la crisis de precios de

2008 plantean un desafío para las políticas públicas de muchos gobiernos. La crisis de

precios, y en particular la respuesta a esta crisis por parte varios países que dominan las

exportaciones agrícolas, demostraron a los países importadores que una política de seguridad

alimentaria dependiente de los mercados internacionales adolece de grandes limitaciones.

Entre ellas cabe mencionar problemas de larga data que han estado en la mesa de

negociaciones por largo tiempo. Otros son más recientes.

La desconfianza surge de varias fuentes, a saber:

La aplicación arbitraria de limitaciones y prohibiciones a las exportaciones

La incapacidad de avanzar en las conversaciones sobre comercio multilateral

La falta de cláusulas de desarrollo en los tratados de inversión o los acuerdos

comerciales bilaterales entre países disímiles

La fragilidad de la ayuda alimentaria y los mecanismos de apoyo financiero

como alternativa para garantizar las importaciones de alimentos en periodos de

escasez

La deficiente información sobre el real estado de las reservas mundiales de

62

Page 69: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

La falta de elementos institucionales que garanticen el compromiso comercial

de los exportadores de alimentos

a) Reglas de la OMC

La OMC alberga los acuerdos que crean las reglas vinculantes del comercio internacional, así

como los derechos de propiedad intelectual. También acoge al mecanismo de solución de

diferencias, el cual cuenta con la facultad de imponer sanciones a aquellos estados miembros

que no cumplan con las obligaciones emanadas de sus tratados. No todos los países se han

integrado a la OMC: 153 países son miembros y 30 países se encuentran aún en el a menudo

largo proceso de incorporación. Durante los últimos 15 años, los gobiernos han insistido que

la OMC es el principal —de hecho el único— foro de discusión de materias comerciales.

Hasta cierto punto, lo anterior ha complicado el papel de la OMC, puesto que se ha visto en la

obligación de debatir temas que suscitan escaso interés o ante los cuales tiene escasa

competencia, tales como cuestiones de índole ambiental, la ayuda alimentaria de urgencia y la

creación de empleos.

Más aun, desde la Ronda Uruguay las negociaciones agrícolas se han concebido y llevado a

cabo en un contexto de sobreproducción estructural. Dada esta situación, los conflictos

comerciales entre los países exportadores han sido señalados como el problema que más urge

solucionar. La meta era garantizar la igualdad de competencia entre proveedores y el acceso a

los mercados; acceso a los mercados para los exportadores, claro está, no para los

importadores. Dicho de otro modo, las negociaciones de la OMC en materia de agricultura

estaban orientadas hacia los países exportadores. Algunos autores han destacado el

desequilibrio existente entre las restricciones a las importaciones y a las exportaciones al

interior del Acuerdo de la OMC sobre Agricultura. Dicho acuerdo fue esbozado por grandes

exportadores agrícolas con el fin de aumentar su acceso a los mercados y mitigar el daño

causado por los subsidios europeos y norteamericanos a las exportaciones. Había escaso

interés en aquellos países que necesitaban apoyar o expandir su producción agrícola puesto

que los intereses predominantes de la época se centraban en el daño que dicho apoyo podría

causar si los alimentos producidos fueran volcados a los mercados mundiales. Al mismo

tiempo, muchos países han aumentado considerablemente su dependencia de las

63

Page 70: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

importaciones para completar su abastecimiento de alimentos.

Durante un decenio, una de las principales pugnas en las negociaciones de la OMC ha

enfrentado a exportadores agrícolas que luchan por un mayor acceso a los mercados y a

importadores de alimentos que defienden su derecho a elevar y bajar las tarifas con el fin de

proteger a sus productores de las crisis de precios. Resultó irónico, entonces, que en 2007-

2008 fueran los importadores quienes redujeran sus tarifas y los exportadores pusieran coto a

la oferta mundial de alimentos. 25 países exportadores impusieron restricciones, tributos e

incluso prohibiciones a las exportaciones. El llamado a brindar mayor apoyo a los productores

internos y a reducir la dependencia de las importaciones de alimentos no cayó en saco roto

para los importadores, muchos de los cuales se encuentran bajo una fuerte presión interna para

aumentar la autosuficiencia alimentaria. Es más, la crisis demostró que las disponibilidades

exportables no son eternas, que los inventarios mundiales de un cierto número de productos

básicos son preocupantemente bajos y que la competencia entre las demandas de la industria

alimentaria y de la industria de biocombustibles ha puesto en riesgo las necesidades

alimentarias de los países más pobres. Si los mercados de alimentos se encuentran ya en una

situación de escasez, o si esta se visualiza en el largo plazo o se manifiesta a través de crisis

periódicas, se hace necesario adoptar una nueva perspectiva en las negociaciones de la OMC

que priorice la seguridad alimentaria.

En términos del comercio mundial, el efecto más perdurable de la crisis de los precios de los

alimentos ha sido echar por tierra lo poco que aún quedaba del Programa de Doha. Desde

comienzos de 2011, se han multiplicado las voces que abogan por la necesidad de abandonar

el Programa de Doha pues no ofrece posibilidad alguna de acuerdo y porque se ha convertido

en un obstáculo para las reformas y acuerdos comerciales que deben necesariamente ser

multilaterales. Si bien el G20, los países BRIC y otras asociaciones internacionales de países

insisten en sus llamados a terminar con la Ronda de Doha lo antes posible, resulta evidente

que los gobiernos involucrados en las negociaciones llevadas a cabo en Ginebra no están aún

dispuestos a llegar a un acuerdo. Algunos gobiernos abiertamente preguntan cómo una agenda

aprobada en 2001 en respuesta a una agenda a su vez ideada en 1986 y completada en 1994

puede ofrecer respuestas a un mundo que ha cambiado tanto desde entonces (Sudáfrica, Abril

de 2011).

Se ponga o no fin a Doha, las respuestas de inspiración comercial de 2007 y 2008 fueron

64

Page 71: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

descoordinadas y abruptas, exacerbaron la volatilidad de los mercados internacionales y

perjudicaron los intereses de los más vulnerables. El sistema no logró su meta de convencer a

los países importadores (la mayoría) que los mercados internacionales eran lo suficientemente

confiables en épocas de crisis.

Si la OMC gestiona un proceso de transición en el cual las negociaciones comerciales no

dependan de rondas, se podría incluir una serie de puntos en la agenda comercial que no son

parte de la agenda de Doha. tales como:

La creación de reglas más estrictas respecto de las restricciones a las

exportaciones: informar el objetivo con anticipación, adoptar medidas de duración

limitada (como por ejemplo salvaguardas especiales); requerir algún tipo de

evaluación independiente que determine que la seguridad alimentaria se encuentra

amenazada (quizás una tarea para el Equipo de respuesta rápida dependiente del

Comité de Seguridad Alimentaria Mundial); exentar las importaciones de alimentos y

los contratos de suministros alimentarios de urgencia;

Exenciones más claras para proteger la asistencia humanitaria (ayuda

alimentaria y suministros de urgencia) de influencias comerciales;

Flexibilidad para aumentar los aranceles según condiciones definidas con

anterioridad;

Flexibilidad para que los países utilicen incentivos a la producción en la

medida en que se cumpla con ciertas condiciones (p. ej. énfasis en productores de

pequeña escala (principalmente mujeres); diversificación de los cultivos de seguridad

alimentaria; fortalecimiento de las existencias de alimentos estratégicos; también quizá

limitar las exportaciones de dichos productos o exigir impuestos a las exportaciones

para evitar el dumping).

b) Servicios de importaciones

La volatilidad de los precios de los alimentos aumenta la vulnerabilidad de quienes viven en

la pobreza. Del mismo modo, aumenta la vulnerabilidad de países enteros cuyos suministros

de alimentos dependen en gran medida de los mercados internacionales. En el mercado

internacional, los compradores más vulnerables son aquellos países con elevados niveles de

importaciones, escasa diversidad de alimentos y ningún colchón de reservas en divisas. Existe

la posibilidad de que estos países recurran a algunos servicios financieros pero hasta la fecha

65

Page 72: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

estos no han funcionado, ya sea porque tardan demasiado tiempo en desembolsar los fondos

(p. ej. STABEX) o porque ni siquiera han sido consultados debido a una interpretación

estrecha de la ley. También hay una serie de propuestas listas para su consideración. Los

gobiernos deben entonces preguntarse si la comunidad multilateral se encuentra preparada

para garantizar que los mecanismos financieros tantas veces analizados y a veces aplicados

efectivamente funcionen y, en caso contrario, qué debe cambiarse para garantizar su

funcionamiento en el futuro.

c) Información sobre las variables fundamentales del mercado

Las transacciones del mercado dependen de la información, las instituciones y la

infraestructura. La globalización ha sido testigo de una enorme expansión de la

infraestructura, la cual se ha visto reforzada por la llegada de buques portacontenedores e

instalaciones de almacenamiento que permiten proteger las mercancías perecederas tales

como los alimentos, además de disminuir sustancialmente los tiempos de entrega. Se puede

afirmar que la información está a la vez más y menos disponible que antes. Herramientas

tecnológicas tales como las imágenes de satélite y las posibilidades que ofrece la Internet para

compartir información de manera económica, expedita y precisa hacen que la obtención de

ciertos tipos de información sea mucho más fácil que antes. Por otra parte, la eliminación de

la mayoría de las existencias públicas en los países de la OCDE y la privatización de casi

todas las empresas comerciales del Estado han concentrado la información respecto las

cantidades disponibles de un determinado producto básico y su ubicación en las manos de un

puñado de empresas férreamente controladas que dependen del secreto para operar con éxito.

Como ya se ha dicho, algunas de las herramientas diseñadas para proporcionar información

acerca del mercado, como los mercados de futuros, también se encuentran en entredicho

debido a los niveles de financialización de esos mercados.

d) Ayuda alimentaria y redes de seguridad internacional

Ni el sistema internacional de ayuda alimentaria ni los diferentes fondos creados con el fin de

ayudar a los países en desarrollo a financiar las bruscas alzas en los costos de las

importaciones de alimentos funcionan especialmente bien. Entre los problemas que los países

en desarrollo deben enfrentar se encuentran el financiamiento inadecuado y la reglamentación

demasiado restrictiva que rige las autorizaciones de ayuda. No existe razón por la cual estos

66

Page 73: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

problemas no puedan resolverse, siempre y cuando los países donantes estén dispuestos a ello.

(1) Programa Mundial de Alimentos

El Programa Mundial de Alimentos se basa en el dinero como forma de adquirir la ayuda

alimentaria necesaria para cumplir su labor en los mercados internacionales. Más aun, la

mayor parte de su financiamiento se entrega una vez declarada la necesidad, haciendo

ineludible la compra en el mercado al contado, donde a menudo los precios son los más

elevados. La volatilidad excesiva e inesperada limita la capacidad del organismo de responder

a las necesidades humanas. Para el PMA, los máximos ascendentes de precio tienen el mismo

efecto que los recortes presupuestarios. En marzo de 2008, el PMA hizo un llamado

extraordinario a hacer frente a las fuertes alzas de precio de los alimentos y los combustibles

puesto que el número de personas que requerían de su ayuda aumentaba rápidamente en tanto

que su presupuesto en USD rendía cada vez menos en el mercado

(http://www.wfp.org/node/7904).

Para abordar este problema, el PMA ha realizado varios proyectos piloto a fin de abastecerse

de los alimentos necesarios con proveedores locales de las regiones donde se encuentra

trabajando. En 2010, el 14 % de los alimentos en los 20 países en los que se ha puesto en

marcha el programa (Iniciativa Compras en aras del progreso) provino de productores de

pequeña escala de la región. (http://www.wfp.org/purchase‐progress). El programa apunta,

en parte, a estabilizar la producción local de alimentos y al mismo tiempo a disminuir la

dependencia del PMA de los mercados internacionales. El programa tiene como meta

explícita fortalecer la capacidad productiva y de mercadeo de los pequeños productores de los

países afectados por la inseguridad alimentaria.

En 2008, el PMA llevó a cabo un programa regional de abastecimiento llamado Servicio de

compra a plazo (Forward Purchase Facility) en África oriental y austral

(http://home.wfp.org/stellent/groups/public/documents/resources/wfp202623.pdf). Entre las

fortalezas del sistema se cuentan ahorros en los costos al tener cierto control sobre cuándo

comprar y comprar a granel; menores tiempos de entrega dado que los alimentos ya se

encuentran en la región; provisión más precisa debido al menor tiempo entre la solicitud y la

entrega y mayor flexibilidad. El PMA identifica una serie de limitaciones, muchas de las

cuales podrían ser subsanadas por los donantes. En este grupo se cuentan el financiamiento

67

Page 74: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

para ampliar el programa piloto, la eliminación a las restricciones que los donantes imponen a

la ayuda alimentaria y, principalmente, el aumento en la disponibilidad de financiamiento

anticipado disponible.

Este año, los países del G20 se encuentran analizando una propuesta que podría ampliar el

piloto, volviéndolo permanente. El informe interinstitucional recomienda que:

“Los gobiernos del G20 apoyen al Programa Mundial de Alimentos en el desarrollo de

un sistema efectivo en términos de costos que consista en pequeñas reservas

humanitarias de alimentos emplazadas de forma estratégica antes del fin de 2011.”

(Informe interinstitucional, 14 de marzo de 2011. Volatilidad de precios en los

mercados agrícolas y de alimentos: Respuestas de política).

Otra de las propuestas del G20 actualmente en estudio corresponde a la creación de un código

de conducta que proteja las reservas humanitarias de alimentos. Una de las preocupaciones

surgidas a raíz de la crisis de 2007-2008 es la necesidad de resguardar la ayuda humanitaria

urgente de las limitaciones a las exportaciones. Otra es el deseo de garantizar total

transparencia y rendición de cuentas a fin de certificar que los países no harán mal uso de los

alimentos con fines humanitarios para obtener dividendos políticos.

(2) Convenio sobre la Ayuda Alimentaria

El Convenio sobre la Ayuda Alimentaria podría cumplir un papel muy útil si fuera reformado

desde su raíz. En la actualidad, el convenio abarca a Argentina, Australia, Canadá, Estados

Unidos, Japón, Noruega, Suiza y la Unión Europea y sus estados miembros. El convenio

pretende proporcionar un marco de negociación para lo que se considera ayuda alimentaria, la

cantidad de ayuda alimentaria que cada miembro del convenio se comprometerá a aportar a

las respuestas humanitarias de ese año y la forma en que se garantizará que ningún miembro

recurra al engaño, por ejemplo, promoviendo sus exportaciones como si se tratase de ayuda

humanitaria. Al igual que las negociaciones de la OMC sobre agricultura, el Convenio ha

estado muy expuesto, desde sus orígenes, a los problemas derivados de la sobreproducción de

los países exportadores y la búsqueda de una competencia justa entre ellos. De hecho, la

ayuda alimentaria ha sido mayoritariamente utilizada para eliminar excedentes, tal y como

indica la conocida relación inversa entre el nivel de existencias mundiales de cereales y el

volumen de ayuda alimentaria (OCDE, 2005; Barret y Maxwell, 2006).

68

Page 75: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Según algunos gobiernos, mientras espera el fin de la Ronda Doha, el Comité de Ayuda

Alimentaria ha luchado durante los últimos diez años por implantar nuevos parámetros que

indiquen la forma de distinguir la ayuda alimentaria de las operaciones comerciales. Mientras

aún subsiste Doha, los negociadores del Comité de Ayuda Alimentaria han redoblado sus

esfuerzos por llegar a acuerdos y se espera que finalmente renueven el convenio en 2011 (con

seis años de retraso).

Las propuestas de reforma abarcan una mayor transparencia, flexibilidad, compromiso con los

volúmenes a fin de resguardar la capacidad de entrega de la volatilidad de precios, una

definición más amplia de lo que debería entenderse por ayuda alimentaria y un papel para los

países receptores y las organizaciones que participan de la entrega de ayuda alimentaria en el

marco del tratado. Por otra parte, el Banco Canadiense de Cereales Alimentarios ha propuesto

que los aportes de los países signatarios a las existencias regionales de urgencia sean

considerados parte de sus compromisos para con el Comité de Ayuda Alimentaria. Bien

administradas, dichas existencias podrían otorgar algún grado de protección contra la

volatilidad de los mercados mundiales.

e) Comentario final acerca del comercio

La presente sección sobre el comercio se organiza en torno a una simple idea: que es posible

volver a confiar en el comercio internacional si se introducen algunos cambios relativamente

menores al régimen alimentario internacional actual. Se podría argumentar, sin embargo, que

los responsables de las decisiones deberían tomar en cuenta la posibilidad de que el problema

de la confianza sea bastante más complejo, al menos por dos razones:

‐ La situación absolutamente nueva surgida del desarrollo de los

biocombustibles (el cual aún cuenta con subsidios e incentivos públicos, aunque

quizás ahora mismo o en el corto plazo se vuelva económicamente viable sin

necesidad de dicho apoyo). El desarrollo de los biocombustibles ha creado un nuevo

tipo de demanda que puede dejar fuera a los países pobres y a las poblaciones

afectadas por la inseguridad alimentaria. Lo anterior representa una amenaza real para

cualquier país que dependa de los mercados internacionales para alcanzar la seguridad

alimentaria.

69

Page 76: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

‐ El círculo vicioso que conlleva la incompleta liberalización del mercado en un

contexto de alta volatilidad de precios. Anderson et al. podrían tener razón al afirmar

que una mayor liberalización de los mercados agrícolas contribuiría a reducir la

volatilidad. No obstante, dado el contexto actual, ningún gobierno está en condiciones

de exponer a una población aún no expuesta a la inestabilidad ‘extranjera’. Por el

contrario, la situación confirma la postura de quienes se niegan a vincular los precios

internos con los internacionales. Visto así, devolver la confianza en el comercio

internacional y limitar la volatilidad de precios se torna una condición precedente para

una mayor liberalización y no un producto de ella.

En la actualidad, algunos gobiernos ya están considerando abiertamente alternativas al

término del Programa de Doha, lo que redobla la necesidad de que los gobiernos renueven su

decisión de elaborar una estrategia comercial más amplia. ¿Será este el momento apropiado

para avanzar en los compromisos de liberalización acordados durante la Ronda Uruguay o

estarán los países interesados en un enfoque diferente para abordar sus obligaciones

comerciales multilaterales?

3. Acumular existencias en el ámbito regional y mundial

“Todos los máximos de los últimos 40 años han sido asociados con una escasa

relación existencias-uso. Contar con más información sobre los niveles de existencias

y una mayor conciencia acerca de los peligros de una escasa relación puede ser de

utilidad”. (Food Price Crisis FAQs, Steve Wiggins, Julia Compton & Sharada Keats;

Actualización de octubre de 2010, ODI. Reino Unido).

Las reservas de cereales constituyen una herramienta tanto obvia como práctica que ha estado

en uso por miles de años. Los economistas no logran ponerse de acuerdo respecto de los

méritos relativos del comercio y las reservas, enfrascándose en un debate que a menudo

supone que, hasta cierto punto, las políticas se contraponen unas a otras. La idea de contar con

reservas de alimentos parece tener más adeptos entre quienes no creen que una liberalización

del comercio contribuya realmente a la seguridad alimentaria. Por el contrario, los que han

hecho suyos los argumentos a favor del libre comercio tienden a considerar las reservas como

una distorsión del mercado y un gasto público innecesario. De hecho, las políticas en materia

70

Page 77: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

de comercio y de reservas pueden constituirse en estrategias complementarias. Una reserva

bien administrada proporciona una respuesta importante a las fallas propias de los mercados

de productos básicos agrícolas.

Las existencias de cereales normalmente se entienden como la cantidad de cereales

acumulados al final del año comercial, la cual pasa a ser parte de la oferta para el año

siguiente. Las existencias de cereales tienen dos importantes efectos en los precios. Por un

lado, las existencias de fin de año afectan directamente las expectativas de precios para el año

siguiente, de tal forma que una cantidad importante de existencias crea una presión a la baja

de los precios, en tanto que una cantidad reducida de existencias al final del año tenderá a

elevar los precios. Por otro, las existencias físicas son tangibles y por lo general conocidas. Si

en un determinado mercado reina la incertidumbre, las existencias añaden una cuota de

certeza que ayuda a estabilizar los precios. En cierto sentido, las existencias actúan como una

cura milagrosa para muchas de las causas de la volatilidad (Galtier, 2011; Murphy 2009).

“Por lo general, las mismas existencias pueden servir varios propósitos al mismo tiempo, es

decir, pueden actuar como existencias activas para los programas de distribución, existencias

reguladoras para fines de estabilización de precios o existencias de seguridad alimentaria para

socorro en emergencias”. (Dorosh, 2009). Asimismo, cabe hacer notar que esta ha sido

también una de las razones del fracaso de las existencias nacionales, puesto que han sido

usadas como forma de resolver demasiados problemas al mismo tiempo. Es poco probable

que una existencia pueda atender más de un propósito debido a que cada nuevo objetivo

requiere de una cantidad diferente de cereales y de reglas de operación distintas.

Las existencias pueden servir para contrarrestar las variaciones de precio en el corto plazo (ya

sea absorbiendo los excesos si los precios caen o distribuyendo las existencias si los precios se

disparan). Las existencias son particularmente útiles para neutralizar conductas especulativas

de accionistas privados, en especial la tentación de acaparar cuando los precios comienzan a

subir y los comerciantes ven la oportunidad de aumentar sus ganancias restringiendo la oferta.

Las existencias no son el instrumento apropiado para tratar de influir en las tendencias de

largo plazo de la oferta, la demanda o los precios. Para tener éxito, las existencias deben

responder a estas tendencias (Shaw, 2007). Es importante tener en cuenta que las existencias

tampoco son la solución al hambre crónica. Han sido diseñadas para amortiguar las crisis de

corto plazo e impedir que las crisis se agudicen o exacerben una situación de por sí frágil. Las

existencias responden a las preocupaciones por el abastecimiento de alimentos y no al acceso

71

Page 78: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

a los mismos, aunque pueden ayudar a crear un ambiente de mayor estabilidad que, a su vez,

estimule la producción y la inversión en el sector agrícola y genere precios más estables para

los consumidores.

Uno de los argumentos esgrimidos en contra de la creación de reservas es que las reservas

públicas desincentivan al sector privado respecto a mantener reservas propias. Pero las

empresas privadas tampoco demuestran gran interés en conservar existencias debido al gasto

que ello significa. Como es lógico, los comerciantes deben mantener un cierto nivel de

existencias y las empresas privadas tenderán a guardar existencias sobre todo si se esperan

alzas de precios por encima del costo de almacenamiento (interés que rápidamente puede

derivar en prácticas de acaparamiento prohibidas por la mayoría de los países pero difíciles de

hacer cumplir). No obstante, el sector privado se ha resistido a mantener el tipo de existencias

que podrían hacer frente a la volatilidad. Uno de los puntos centrales es que las existencias de

los comerciantes no son transparentes. Más aun, la volatilidad reporta beneficios a los grandes

comerciantes puesto que tienden a conocer la oferta y la demanda mundiales mejor que nadie

y tienen mejor acceso a ellas. Por los tanto, las pocas compañías que dominan el comercio de

productos básicos agrícolas no cuentan con incentivo alguno para regular la volatilidad. Es, en

definitiva, una situación riesgosa pero muy rentable para quienes manejan la información y

cuentan con la mayor capacidad financiera y el acceso a la infraestructura mundial de

transporte y distribución.

Desde un punto de vista de política pública, existe una serie de razones por las cuales las

reservas internacionales podrían tener sentido a pesar de que en el pasado las dificultades

técnicas y la falta de voluntad política parecieran imposibles de superar. Las reservas

internacionales permiten paliar problemas tales como la opacidad de los actuales mercados de

productos básicos y la volatilidad generada por la incertidumbre. Aunque la tecnología

permita entender mejor cuáles cultivos pueden ser mejorados gracias técnicas como las

imágenes de satélite, etc., la privatización de la mayoría de las empresas comerciales del

estado de los países exportadores (la única que aún sobrevive es el Consejo Canadiense del

Trigo) y la continua consolidación de comercio privado de cereales han reducido el flujo de

información disponible. Los fuertes recortes al financiamiento de los servicios del gobierno de

EE.UU. asestarán un nuevo golpe a los esfuerzos por recopilar y divulgar la información.

Algunos economistas y gobiernos de países industrializados han criticado las existencias por

72

Page 79: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

considerarlas demasiado costosas. A pesar de ello, los innegables costos de mantener una

reserva casi nunca se comparan con los costos de las intervenciones humanitarias, las cuales

representan una de las formas más ineficientes de canalizar la ayuda al desarrollo, y mucho

menos con los elevados costos en padecimiento humano que el no hacer nada conlleva. Como

siempre ocurre, cuando una situación alcanza el nivel de crisis ya se han perdido vidas y en

otras el daño causado es irreversible (niños menores de dos años), en tanto que las demandas

de corto plazo superan ampliamente las inversiones de largo plazo que podrían ayudar a

formar un sector agrícola estable y rentable. Para los países susceptibles a las emergencias y

aquellos que se ven obligados a pagar por la ayuda humanitaria que reciben en épocas de

emergencia, la adopción de medidas de política pública que podrían reducir la volatilidad de

los mercados internacionales, tales como las reservas, parecen ser una buena inversión.

(IFPRI, 2008, 2009)

Las existencias también pueden estar dirigidas a complementar y fortalecer mercados que

funcionan apropiadamente. No es necesario que entren en conflicto con ellos. En el contexto

internacional, son varios los tipos de existencias actualmente en discusión.

Reservas alimentarias internacionales de emergencia. El propósito principal

de mantener existencias de emergencia es facilitar una respuesta de ayuda alimentaria

más rápida. Los donantes también pueden llegar a reducir costos si cuentan con algún

grado de flexibilidad en los plazos de compra de la ayuda alimentaria. Los países

receptores se ven beneficiados por una mejor gestión del riesgo puesto que si se crean

de forma oportuna, las existencias de emergencia aumentan la cantidad de alimentos

disponibles en el país. Las reservas de emergencia ejercen un efecto local limitado en

los mercados porque los volúmenes involucrados son pequeños. Las existencias

protegen al menos a una parte de la demanda de alimentos de los grupos vulnerables

de los mercados internacionales.

Existencias regionales. Un número considerable de regiones ha unido sus

esfuerzos para coordinar las reservas de alimentos. Por ejemplo, en octubre de 2010 la

ASEAN decidió transformar su proyecto de reserva piloto en una reserva permanente

de arroz. Se trata de volúmenes reducidos y los estados miembros han manifestado su

firme intención de no interferir con los mercados comerciales, lo cual lleva a

preguntarse si efectivamente se recurrirá a dicha reserva algún día. No obstante, la

73

Page 80: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

La creación de existencias internacionales ha sido propuesta en numerosas

ocasiones por varios gobiernos. En 1954, los gobiernos encargaron a la FAO la

realización de un estudio acerca de lo que llegó a llamarse una ‘reserva mundial de

alimentos’ (Shaw, 2007). No obstante, ni en su oportunidad ni en ocasiones más

recientes (p. ej. la primera Cumbre Mundial sobre la Alimentación a comienzos de la

década de los setenta) las conversaciones entre actores multilaterales sobre la creación

de una reserva internacional han tenido resultados concretos. En teoría, la creación de

una reserva internacional no precisa involucrar a todos los actores importantes

(importadores o exportadores) para lograr resultados significativos. En parte, dicha

reserva podría servir para dar garantías a los compradores y vendedores de que un alza

brusca e inesperada de los precios sería improbable dado que las existencias

amortiguarían los efectos de un cambio imprevisto en la oferta o la demanda. Una de

las propuestas, la cual se analizará con mayor detalle en los párrafos siguientes,

consiste en contar con un fondo multilateral que administre los contratos de cereales y

que establezca existencias mínimas para utilizar las relaciones en un sistema de

reservas transparente y físicamente difuso. Las existencias no serían distribuidas o

reabastecidas de acuerdo con señales de precio, sino de acuerdo con las cantidades

físicas disponibles de tal o cual producto básico.

Para crear una reserva, los gobiernos deben enfrentar (al menos) cuatro desafíos:

1. Cómo financiar la reserva.

2. Cómo gobernar la reserva.

3. Cómo hacer frente a las intervenciones de precio.

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Page 81: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

4. Cómo administrar los inventarios físicos.

a) Existencias mundiales

Las ideas más controvertidas giran en torno a la creación de un tipo de existencia estratégica

internacional de alimentos, posiblemente elaborada a partir de las existencias de los

exportadores pero sometida a algún grado de gobernanza multilateral. Galtier (2011) propone

un tipo de acuerdo internacional tendiente a mantener un nivel mínimo de existencias

alimentarias. McCreary (McCreary 2011) sugiere la creación de un fondo multilateral, con

aportes de los países importadores y exportadores, que permita garantizar un nivel mínimo de

existencias para utilizar proporciones de ciertos alimentos básicos. Una de las propuestas

consistiría en que los costos sean financiados por todos los países, en proporción a su

participación en el consumo de la producción mundial. Los países exportadores se

beneficiarían de la confianza creada en el mercado, en tanto que los países importadores

gozarían de una mayor protección contra la volatilidad de los mercados internacionales. Los

gobiernos que forman parte de tal esquema serían los dueños de las existencias. Para evitar las

habituales complicaciones surgidas de los acuerdos internacionales sobre productos básicos,

el esquema no se centraría en la defensa de una banda de precios, sino en la defensa de un

cierto nivel de existencias mundiales medido en términos de la relación existencias-uso.

McCreary propone mantener las existencias en los países exportadores, donde ya existe una

importante infraestructura y donde la señal del mercado sugeriría que las existencias se

encuentran disponibles para aquellos importadores que las necesitaren. Los países

importadores por lo general no toman en cuenta que las existencias de otros países

importadores se encuentran disponibles, a pesar de lo obvio que resulta que las existencias

alimentarias también pueden exportarse de un país importador a otro.

b) Existencias regionales

El apoyo a iniciativas como RESOGEST en África occidental ofrece a la comunidad de

donantes la oportunidad de permitir que un organismo regional (en este caso la CEDEAO)

asuma el papel conductor de la gestión de situaciones de emergencia en la región. A pesar de

su lento despegue, esta propuesta tiene importantes virtudes, entre las cuales se cuenta la

proposición de una fase inicial en que se intercambie personal y se compartan oportunidades

75

Page 82: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

de capacitación y aprendizaje con el fin de familiarizar a los funcionarios públicos

involucrados con las grandes diferencias de contextos y limitaciones nacionales.

4. Invertir en agricultura agroecológica

Tal como se insistió en el Informe sobre el desarrollo mundial de 2008 (publicado en 2007), la

inversión agrícola resulta una necesidad imperiosa. En ese entonces, dicho informe defendía

el papel fundamental de la agricultura en la mitigación de la pobreza. Desde la publicación del

informe, las recurrentes alzas en los precios de los alimentos han demostrado que las

inversiones agrícolas son necesarias para garantizar la seguridad alimentaria mundial.

Últimamente, los precios notoriamente más altos de los mercados mundiales, la incertidumbre

acerca del abastecimiento futuro y los mandatos públicos de aumentar el consumo de

biocombustibles han incentivado a varios países ricos importadores netos de alimentos y a

inversionistas privados a adquirir o arrendar tierras en los países en desarrollo. Si bien la

posibilidad de que esta ola de inversiones dé lugar a una nueva fase de crecimiento de la

agricultura no puede descartarse, también es probable que, debido a que la producción

agrícola genera numerosos efectos externos, esta misma ola genere no pocos problemas

sociales, ambientales y de seguridad alimentaria. En parte, esto puede requerir de una mejor

gobernanza de la inversión extranjera en agricultura en aras a proteger los intereses de los

productores locales, salvaguardar los recursos naturales y garantizar el acceso a los alimentos.

Dado que en la agricultura la baja inversión viene seguida de manera cíclica por un exceso de

inversión, sería conveniente contar con algún grado de coordinación mundial. Aclarar las

reglas de inversión puede ser parte de la solución, pero ciertamente resulta insuficiente. De

ahí que la inversión pública deba ayudar a resolver el problema.

Es muy difícil intentar averiguar qué tipo de política será más eficiente en la promoción de

modelos de producción agrícola que respondan a las crecientes limitaciones ecológicas. En el

contexto de la Revolución Verde, las políticas agrícolas puestas en práctica para apoyar los

ingresos de los agricultores, tanto en los países desarrollados como en desarrollo, intentaron

promover la agricultura de capital intensivo. Hoy en día, se necesita una agricultura mucho 

más intensiva en términos de mano de obra y conocimiento (de Schutter 2010; Swaminathan

2010; UNEP & UNCTAD 2008; http://www.rimisp.org/getdoc.php?docid=6440). Hacen falta

76

Page 83: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

experimentos en gran escala que desemboquen en políticas públicas que puedan apoyar esta

transición.

Los gobiernos tienen razón al preguntar acerca de cómo aumentar la productividad en

aquellas zonas donde esta es baja, cómo evitar la acumulación de desperdicios y la

contaminación (ambos problemas ahogan hoy a la agricultura industrial), cómo hacer frente a

la proliferación de nuevas plagas y malas hierbas surgidas por el uso excesivo de algunos

pesticidas, antibióticos y herbicidas. Tal y como se ha planteado en otros trabajos, esta lucha

necesitará de la inversión de los donantes bilaterales y de los aportes a iniciativas

multilaterales tales como el Programa mundial de agricultura y seguridad alimentaria.

También debería servir como incentivo a los gobiernos para familiarizarse con el trabajo

agroecológico y algunas formas alternativas de comprender los costos y beneficios de invertir

en diferentes modelos de agricultura (UNEP & UNCTAD 2008;

http://www.rimisp.org/getdoc.php?docid=6440).

5. Disminuir la creciente demanda de alimentos de los países

desarrollados

Si se da crédito a las posibles consecuencias de la tercera interpretación de la actual alza de

precios de los alimentos, entonces la demanda mundial de alimentos también debe ser

sometida a intervenciones de política. Los mismos países que abogan por una significativa

liberalización de los mercados en las discusiones internacionales sobre el comercio mundial

(EE.UU., Canadá, Brasil) son también usuarios de biocombustibles (y en algunos casos los

subsidian). En ausencia de algún mecanismo que permita limitar la demanda del sector

energético cuando la oferta disminuye como hasta ahora, resulta difícil entender por qué un

país en desarrollo debería aumentar su dependencia en los mercados internacionales. Dichos

mercados no solo proveen una nueva oferta, sino que también incorporan nuevas formas de

competencia para los escasos recursos bajo una nueva demanda.

Enfrentada a un aumento de la oferta con una cantidad cada vez mayor de limitaciones, la

demanda parece no tener límites. De hecho, siempre ha sido vista como una variable exógena

que no puede siquiera cuestionarse. Es más, los informes indican que, en 2050, el consumo

habrá crecido en un 70 % o incluso se habrá duplicado, dependiendo de la fuente. La

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Page 84: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

conclusión inmediata es que la producción deberá aumentar al mismo ritmo antes de 2050.

Sin embargo, diversos autores insisten en que ello no será posible (Schade y Pimentel 2010).

La disminución de la demanda de alimentos debe integrarse como un objetivo de las políticas

públicas de los países desarrollados.

Brian Wright propone lo que en efecto puede constituir una compra de los contratos por

materia prima para producir biocombustibles cuando el abastecimiento se restringe, en cuyo

caso los gobiernos pagarían a la industria de biocombustibles para no aumentar la producción

con el fin de proteger la oferta de alimentos para fines alimentarios.

Limitar el uso de alimentos para producir biocombustibles constituye el primer objetivo para

lograr disminuir la demanda. Se debería abandonar la incorporación de los biocombustibles a

los combustibles líquidos mediante mandato, así como el apoyo financiero. No obstante,

también se hace necesario disminuir el consumo de productos pecuarios. Según Pelletier y

Tyedmers, quienes utilizaron las proyecciones de la FAO, en 2050 el sector ganadero “podría

llegar a ocupar o incluso sobrepasar ampliamente la mayor parte del espacio operativo seguro

de la humanidad, de acuerdo con las mejores estimaciones actuales (Pelletier y Tyedmers

2010). La “inevitabilidad” de la llamada “transición nutricional” debería, por tanto,

cuestionarse. ¿Acaso los países desarrollados necesitan realmente tal cantidad de carne con

efectos tan perjudiciales para la salud? ¿Es realmente necesario que los países en desarrollo

pasen por lo mismo?

Intentar cambiar los hábitos de consumo es una tarea ardua que requiere de una estrategia de

largo plazo. La tributación diferenciada es uno de los instrumentos actualmente disponibles

para tal fin. Puede usarse asimismo para promover aquellas carnes cuya producción requiere

de menos recursos. Aun así, probablemente una de las fórmulas más fáciles sería la creación

de oportunidades para escoger comidas sin carne en aquellas situaciones en que tal opción sea

posible, como por ejemplo en los comedores y restaurantes escolares y de empresas.

IV. Opciones nacionales

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Page 85: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

1. Evaluación de la respuesta nacional al alza de precios de 2007-2008

Mousseau (2009) y Demeke et al. (Demeke, Pangrazio et al. 2009 analizaron las diversas

medidas tomadas por los países en desarrollo para contener la volatilidad de precios de los

alimentos. Estas medidas pueden clasificarse según el objetivo que persigue el país que las

pone en práctica. El primer grupo de intervenciones estuvo dirigido a evitar las alzas de los

precios internos al limitar la transmisión de las variaciones de los precios internacionales a los

marcados internos. El segundo grupo buscó apoyar el acceso de los más pobres a los

alimentos, en tanto que el tercero apoyó la respuesta a la oferta de productos agrícolas de

corto plazo.

a) Intervenciones  para  evitar  las  alzas  en  los  precios  internos  de  los 

alimentos

Estos conjuntos de respuestas abarcaron medidas comerciales y fiscales, gestión y

distribución de existencias públicas y medidas de control de precios y antiespeculación:

Medidas comerciales y fiscales: Estas medidas fueron rápidamente adoptadas por los

países en desarrollo. De los 81 países incluidos en el censo de medidas adoptadas por

los países en desarrollo elaborado por la FAO, 76 países aplicaron medidas de

reducción de los aranceles a las importaciones con el fin de disminuir la inflación de

precios internos de los alimentos a mediados de 2008. Otros 22 países redujeron el

impuesto al valor agregado para los productos alimentarios básicos importados.

Aproximadamente 25 países, es decir el 31 % de los países encuestados, prohibieron o

restringieron las exportaciones de cereales en la primera mitad de 2008. Las rebajas

tributarias a las importaciones se mostraron menos eficaces en contener la inflación de

los precios internos de los alimentos por cuanto dichos impuestos ya eran bajos debido

a los programas de ajuste estructural que habían echado por tierra los aranceles de los

países en desarrollo. Estas medidas no solo no lograron contener eficazmente las alzas

en los precios de los alimentos, sino que sus costos presupuestarios fueron muy

elevados, tornándose insostenibles para muchos países de bajos ingresos.

Las prohibiciones y restricciones a las exportaciones resultaron eficaces para contener

la inflación de los precios de los alimentos a los consumidores, aunque tal práctica dio

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Page 86: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

lugar a una fiebre por comprar en los países importadores y tuvo un efecto

amplificador en la volatilidad de precios, especialmente la del arroz. A partir de su

revisión de las publicaciones relativas a este tema, Mousseau (2009) concluyó que el

principal determinante de la diferencia en la transmisión de precios desde el mercado

mundial a los mercados nacionales de los países de Asia fue la serie de medidas

gubernamentales destinadas a limitar las exportaciones con el fin de mantener una

oferta suficiente en los mercados internos. Los precios también descendieron en

Tanzania en 2008 debido a una buena cosecha y a las prohibiciones a las

importaciones y exportaciones, lo cual contrasta con el país vecino de Kenya, donde

los precios se dispararon.

Gestión y distribución de existencias públicas

Los países que gozan de niveles de existencias adecuados y reglas de distribución bien

definidas pudieron estabilizar sus precios internos de alimentos de mejor forma. En

general, se trata de países cuyas estrategias en materia de seguridad alimentaria están

bien desarrolladas. Varios países de Asia, entre ellos India, Indonesia y Pakistán, han

contenido la inflación de los precios internos de los alimentos de manera satisfactoria

mediante la gestión y la distribución de sus existencias públicas. Según la encuesta de

la FAO, la gestión y distribución de las existencias públicas fue puesta en marcha en

35 países, cifra que representa el 43 % del total de países encuestados. La

distribución de existencias públicas se dio de tres formas: ventas subvencionadas,

programas de ayuda alimentaria y reposición de las existencias comunitarias para

seguridad alimentaria, como fue el caso de Malí. Dependiendo del tamaño de las

existencias y de la rapidez de distribución de las mismas en el mercado interno con el

fin de impedir el acaparamiento por parte de los agricultores, los comerciantes y los

consumidores, las existencias públicas constituyen una herramienta poderosa para

contener la volatilidad de precios de los alimentos, especialmente en el caso de países

sin litoral, a pesar de que el costo fiscal puede llegar a ser muy elevado. Las

existencias públicas y las existencias comunitarias para seguridad alimentaria han sido

el principal mecanismo de contención de la volatilidad de precios de los alimentos en

Malí desde la crisis alimentaria de 2004-2005, en especial la alta fluctuación

estacional de los precios de los alimentos. Este mecanismo ha servido para que Malí

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Page 87: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

haga frente a las crisis de los precios de los alimentos de 2007-2008 sin sufrir protestas

urbanas como las que afectaron a sus vecinos Senegal, Côte d’Ivoire y Burkina Faso.

Dorosh (2009) estableció que las existencias públicas han ayudado a los países del

Asia meridional a evitar “alzas de precios muy importantes". De hecho, India,

Pakistán y Bangladesh recurrieron a sus existencias públicas para hacer frente a la

crisis de alimentos y limitar sus efectos negativos en la seguridad alimentaria de sus

habitantes.

Medidas antiacaparamiento y de control de precios

Algunos países han intentado controlar los precios de los alimentos mediante la

promulgación de leyes antiacaparamiento. Otros países han tratado de negociar la

evolución de los precios de los alimentos con el sector privado. Tales negociaciones

por lo general se llevaron a cabo con los principales exportadores e importadores

privados ya sea para poner coto a las exportaciones o para garantizar suministros a

precios asequibles para la mayoría de los consumidores. Tal fue el caso de Malí,

Senegal, Burkina Faso y Níger durante la crisis de 2007-2008. De la experiencia de los

países de África occidental se desprende que este tipo de intervención fracasó en su

intento de contener la inflación de los precios de los alimentos. Es más, en un entorno

caracterizado por el rápido aumento en los precios de los alimentos, se hacía difícil

que los importadores respetaran los precios anteriormente acordados con el gobierno.

b) Intervenciones para apoyar el acceso de los pobres a los alimentos.        

Estas medidas comprenden respuestas tanto de los gobiernos como de las organizaciones

internacionales.

Las intervenciones se han centrado fundamentalmente en los programas relacionados con las

redes de seguridad social. Los programas existentes fueron ampliados en muchos países y a la

vez se crearon nuevos programas. Por ejemplo, el financiamiento destinado a programas de la

red de protección social en Bangladesh aumentó de USD 668 millones a USD 854 millones,

de los cuales USD 300 millones se utilizaron para establecer un fondo para los programas de

trabajo (Monceau, 2010). En su mayoría, tales programas involucraban mecanismos de

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Page 88: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

transferencia de efectivo o de alimentos e incluían intervenciones alimentarias en las escuelas.

Otros programas, en tanto, se centraban en el aspecto nutricional, especialmente de niños y

mujeres embarazadas y lactantes.

Las intervenciones más exitosas en cuanto a las transferencias de efectivo y alimento se

encuentran en Brasil, México y algunos países de Asia. Muchos donantes prefieren las

transferencias en efectivo a aquellas en alimentos puesto que con las primeras se ahorran los

costos de distribuir los alimentos y no se crean distorsiones en los mercados internos de

alimentos. No obstante, a menos que el programa sea indizado en relación con la inflación de

los precios de los alimentos, la cantidad de efectivo entregada a cada hogar alcanzará para

comprar cada vez menos alimentos si los precios mantienen su tendencia al alza. Por lo tanto,

los programas de transferencia de efectivo se vuelven menos eficaces cuando los precios

suben rápidamente, como fue posible apreciar en muchos países en desarrollo en 2008, y

pueden dar lugar a una mala gestión.

Las transferencias en efectivo no deberían considerarse como una alternativa a otras formas

de intervención gubernamental. Si la oferta de alimentos se restringe, el mayor poder

adquisitivo derivado de las transferencias de efectivo deberá acompañarse de una distribución

adecuada de las existencias públicas o de las importaciones comerciales con el fin de

suplementar la disponibilidad interna, todo ello con el propósito de contener la presión sobre

los precios derivada de la mayor demanda. Si la oferta no crece, la inyección de un mayor

poder adquisitivo al sistema no hará otra cosa que aumentar la inflación de precios de los

alimentos. En consecuencia, para ser considerada óptima, una intervención debe combinar

medidas de estabilización como por ejemplo la distribución de existencias públicas o la

facilitación de mayores importaciones con el fin de aumentar la disponibilidad de alimentos

con transferencias de efectivo y la incorporación de raciones para aumentar el acceso de los

pobres a los alimentos (Dorosh, 2009).

c) Intervenciones destinadas a aumentar  la oferta  interna de alimentos en 

el corto plazo

Con anterioridad a la crisis de alimentos, la mayoría de los países en desarrollo se apartó de

las políticas basadas en la autosuficiencia alimentaria nacional en favor de políticas de

82

Page 89: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

seguridad alimentaria que promovieran una combinación de producción nacional y comercio,

en especial un tipo de comercio regional que tomara en cuenta la complementariedad de los

recursos al interior de las subregiones. Las recientes crisis de los precios mundiales de los

alimentos se han caracterizado por prohibiciones y restricciones al comercio y han aumentado

el riesgo de aplicar un enfoque comercial a la seguridad alimentaria. Varios países en

desarrollo han reorientado sus estrategias de seguridad alimentaria hacia un mayor

autoabastecimiento nacional de alimentos básicos (Staatz et al., 2008).

Un ejemplo notable de las iniciativas de política puestas en marcha durante la crisis de 2007-

2008 es la “Gran Ofensiva Agrícola para la Alimentación y la Abundancia” (GOANA, por sus

siglas en francés), destinada a llevar al país desde un 20 % de autoabastecimiento de arroz en

2007-2008 a un 100 % de autoabastecimiento en 2015. Filipinas siguió los pasos de Senegal

al declarar el autoabastecimiento de arroz como un objetivo de política de mediano plazo.

Staatz et al. (2009) argumentan que estas estrategias de autoabastecimiento tienen el mérito de

concentrarse en el sector agrícola y poder llevar a mayores niveles de inversión productiva en

agricultura. No obstante, destacan el elevado riesgo de una mala asignación de recursos de

dichas políticas puesto que no consideran las ganancias obtenidas del comercio regional e

internacional que generan las ventajas comparativas.

Los países han recurrido a un gran número de intervenciones para aumentar la producción de

alimentos en el corto y mediano plazo, con el fin de reducir su dependencia de las

importaciones de los mercados mundiales tornadas costosas e inciertas por las recientes crisis

mundiales de los precios de los alimentos. Según Mousseau (2009), los principales

instrumentos utilizados para aumentar la oferta agrícola durante la crisis fueron los siguientes:

Subvenciones y distribución de insumos agrícolas (fertilizantes, semillas, etc.);

Reducciones tributarias, bonos y subvenciones al combustible para bombas de

riego;

Precios mínimos garantizados en las explotaciones, además de adquisiciones

gubernamentales;

Ampliación de los servicios de extensión;

Apoyo al crédito, seguros y cancelación de deudas de agricultores;

Apoyo a la infraestructura de riego y de almacenamiento;

83

Page 90: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Apoyo a la gestión de la cadena de valor e información del mercado.

El instrumento más comúnmente utilizado en los países en desarrollo es la entrega de insumos

subvencionados, principalmente semillas y fertilizantes. Por ejemplo, Mousseau (2009) señala

que la FAO entregó insumos agrícolas a 370 000 pequeños agricultores en aproximadamente

80 países, en tanto que el Banco Mundial recurrió a su Programa de respuesta a la crisis

mundial de alimentos (GFRP, por sus siglas en inglés) para ayudar a 20 países a proveer de

insumos agrícolas a sus agricultores.

Las otras medidas aplicadas consisten en el apoyo entregado a la inversión en riego y los

servicios de extensión, así como la condonación por parte del gobierno indio de las deudas de

los pequeños agricultores, las cuales ascendían a USD 15 000 millones en 2008. Los apoyos

a los precios de los agricultores fueron más frecuentes en Asia que en otras partes del mundo,

así como las subvenciones al riego para los pequeños productores pobres y marginales. En

África occidental, el conjunto de medidas de política se enfocó mayoritariamente en

subvenciones a los fertilizantes y las semillas de arroz y maíz, servicios de extensión, mejor

acceso al crédito y subvenciones a los equipos agrícolas y de procesamiento en algunos

países.

Resulta difícil evaluar la eficacia de las intervenciones individuales por cuanto los países han

aplicado paquetes de medidas en lugar de medidas individuales. Con todo, las respuestas de

suministros han sido positivas en muchos países (Diallo et al., 2009), y la mayoría mantiene

algunas de estas medidas en aplicación. Si bien la eficacia de estas medidas está más allá de

cualquier duda, el problema radica en su sostenibilidad fiscal dado el fuerte énfasis en las

subvenciones. Otra duda es si acaso las subvenciones llevan a los agricultores a adoptar

nuevas tecnologías que reduzcan los costos económicos (no solo financieros) unitarios de

producción o si simplemente aumentan la producción con mayores costos marginales

siguiendo la tendencia de las actuales curvas de la oferta sin necesidad de cambiar de

tecnologías. Aun si las subvenciones llevaran a los agricultores a adoptar tecnologías que

redujeran los costos al disminuir el riesgo de probar estas tecnologías, ¿podrían los gobiernos

eliminar las subvenciones con el tiempo? Encontrar respuestas a estas interrogantes resulta

crucial para diseñar estrategias de subvención a los insumos que resulten fiscalmente

sostenibles.

84

Page 91: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

2. Opciones nacionales de política para hacer frente a la volatilidad

La volatilidad de precios genera problemas de seguridad alimentaria ya que afecta el ingreso y

el poder de compra de los hogares. Desde esta perspectiva, se pueden visualizar dos grandes

soluciones que podrían poner fin al problema de la volatilidad. La primera apunta a la

estabilización de los precios, en tanto que la segunda intenta reducir los efectos de la

volatilidad en los ingresos y el poder de compra (Galtier 2010). Ambos instrumentos pueden

a su vez dividirse en dos grupos: instrumentos inspirados en el mercado e intervenciones

estatales en los mercados. Al combinar las categorías y los tipos de instrumentos se obtienen

seis clases de instrumentos (como se indica a continuación). La tipología propuesta es una

forma conveniente de organizar el sinnúmero de instrumentos de política que se utilizan en

los países en desarrollo y que varios analistas han considerado apropiado defender en vista de

las recientes fluctuaciones internacionales del precio de los alimentos.

85

Page 92: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Instrumentos de política y tipos de intervenciones utilizados para alcanzar la seguridad alimentaria en un contexto de volatilidad de precios Policy instruments

Reducing the eventuality and size of price volatility

Coping with price volatility

Market-support instruments

1. Make markets work better in time and space

Information systems Transport and communication infrastructure Increase competition in both domestic and import trade Private sector storage development through improved access to financing Grade and standards

2. Financial products Crop/livestock insurance (index based)

Credit and savings associations.

Emergency loan programs

‐ Access of importers to trade credit ‐ Credit for producers and consumers

State interventions

3. Balance supply and demand Trade interventions

‐ Public stocks procurement and release

‐ Price bands

Enhance productivity in smallholder farming

‐ Input subsidies

‐ Water control

‐ Soil and water management to stabilize yields

‐ Production for home consumption

‐ Research/extension

‐ Access to improved seeds

4. Social safety nets for vulnerable

Cash and food

transfers School feeding programs Productive safety nets (Prevent asset sales by smallholders)

86

Page 93: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

‐ Local purchase for social program

‐ Producer price stabilization

Fuente: Basado en Galtier 2010

La primera categoría de instrumentos apunta a hacer que los mercados funcionen mejor en

el tiempo y el espacio. La idea principal es que si los productores, comerciantes, fabricantes y

consumidores que compran o venden alimentos reaccionan de manera oportuna y apropiada,

bastará una pequeña fluctuación para poner fin al desequilibrio. Los instrumentos de esta

categoría deben facilitar las opciones (de tiempo, lugar, producto y tecnología) que las

personas escogen. El instrumento propone fundamentalmente infraestructuras de mercado de

carácter material e institucional (sistema de información, capacidad de almacenamiento,

clasificación, etc.).

La segunda categoría de instrumentos tiene como propósito entregar a los productores,

comerciantes y fabricantes la posibilidad de adaptarse al riesgo de precios. Los instrumentos

son productos financieros tales como el intercambio de contratos en el mercado futuro y

seguros para los cultivos y el ganado con crédito entregado ex post, a fin de reforzar la

posibilidad de reaccionar luego de una crisis.

La tercera categoría dice relación con las intervenciones directas destinadas a equilibrar la

oferta y la demanda en el mercado interno. Las intervenciones pueden darse en el corto

plazo mediante el comercio exterior (actuando directamente sobre los precios de las

importaciones y/o exportaciones) o las reservas públicas de alimentos. La intervención

87

Page 94: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

también puede intentar equilibrar la oferta y la demanda en el largo plazo al elevar la

productividad agrícola (subvenciones a los insumos, control del agua y gestión del suelo y del

agua para estabilizar los rendimientos, etc.).

Las existencias públicas pueden administrarse como reservas reguladoras o como reservas

alimentarias de urgencia. Por lo general, las reservas reguladoras se utilizan para estabilizar

los precios dentro de una cierta banda de precios y beneficiar a los consumidores y

agricultores pobres y no pobres mediante adquisiciones y precios de venta mínimos. La

principal limitación para su utilización es el alto costo fiscal, el cual excede la capacidad

presupuestaria de muchos países. Tal fue la experiencia de los países del África subsahariana

en los años setenta, cuando los directorios de marketing que administraban estas existencias

se declararon en quiebra. Las reservas reguladoras fueron, por tanto, reducidas y

transformadas en reservas alimentarias de urgencia o en existencias de seguridad alimentaria

dirigidas principalmente a mitigar crisis alimentarias localizadas en algunos países. Otra

limitación relacionada consiste en la dificultad que surge cuando las fronteras no son

herméticas y los países vecinos no se ciñen a políticas de precio similares. Un país que

intenta aplicar una política de reservas reguladoras se ve obligado a estabilizar no solo sus

precios internos, sino también los precios de todos sus socios comerciales vecinos, situación

que torna este tipo de operaciones aún menos sostenibles desde el punto de vista financiero.

Las existencias de seguridad alimentaria están normalmente dirigidas a crisis de alimentos

localizadas en un país, por lo que su gestión dependerá de la presencia de algún sistema de

alerta. La crisis de alimentos vivida en el Sahel en 2004-2005 demuestra que estas existencias

no responden bien a las crisis de alimentos de gran escala que afectan a varios países. Más

bien, se ajustan a las variaciones estacionales locales y a los déficits de producción

localizados, especialmente cuando estos se relacionan con las existencias a escala

comunitaria. Dada la incapacidad de las existencias de seguridad alimentaria de enfrentar la

volatilidad de precios en el contexto nacional, los países en desarrollo deberían considerar la

posibilidad de transformar las actuales existencias de seguridad alimentaria en existencias

reguladoras vinculadas a las reservas comunitarias con el fin de reducir las fluctuaciones

estacionales de precios y otros tipos de volatilidad que afectan a los mercados internos. Para

ello se requiere de reglas extremadamente claras y transparentes sobre los precios de compra

y distribución; si la forma de administrar estas existencias es deficiente, pueden llegar a

sobrepasar la capacidad privada de almacenamiento, la cual necesita ser promocionada para

88

Page 95: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

reducir el costo fiscal de limitar la volatilidad de precios.

El comercio regional tiene el potencial de enfrentar de manera eficaz la volatilidad nacional

de precios de los alimentos, puesto que amplía la escala comercial al hacer la oferta más

elástica, de manera que un cambio en la producción nacional causado por el clima no conlleve

fluctuaciones extremas de precio en el mercado nacional. Sin embargo, la fiabilidad de los

mercados regionales como instrumento de seguridad alimentaria se vio fuertemente afectada

durante la crisis alimentaria cuando los países prohibieron y restringieron las exportaciones a

los mercados regionales de Asia y África. Será necesario restaurar la confianza en los

mercados regionales, lo cual hará necesario que las organizaciones nacionales aborden este

punto. Por ejemplo, el método del Programa general para el desarrollo de la agricultura en

África (CAADP por sus siglas en inglés) pretende lograr políticas nacionales de seguridad

alimentaria más armonizadas y desarrollar programas regionales que se encarguen de las

barreras al comercio regional y los efectos derivados importantes (p. ej. instalaciones de

almacenamiento certificadas regionalmente como forma de mantener la fluidez del mercado

en épocas de precios altos).

Entre los instrumentos utilizados para impulsar la escasa oferta y aumentar la productividad

de los pequeños agricultores se cuentan la provisión de insumos subvencionados,

especialmente fertilizantes y semillas, servicios de extensión y apoyo a los precios mediante

adquisiciones como forma de reconstituir las existencias públicas. Estos instrumentos se

aplicaron con fuerza a través del uso intensivo de subsidios, lo cual plantea el problema de la

sostenibilidad de estas medidas. De hecho, una estrategia de seguridad alimentaria óptima

debe combinar la producción nacional con las existencias reguladoras y el comercio. Por

ejemplo, Mauritania, Senegal y Sierra Leona en África occidental cuentan con estrategias de

seguridad alimentaria inspiradas en una combinación de grandes importaciones de arroz

provenientes de Asia e importaciones de granos secundarios (mijo, maíz y sorgo) de países

vecinos (Staatz et al., 2008).

Por último, la cuarta categoría abarca una amplia variedad de redes de seguridad constituidas

durante los últimos decenios: transferencias de efectivo y alimentos, programas alimentarios

en la escuelas, redes de seguridad productivas tales como alimentos por trabajo o alimentos

para la capacitación. Las recientes crisis mundiales de precios de los alimentos en la

seguridad alimentaria han golpeado fuertemente a los países incapaces de proporcionar ayuda

89

Page 96: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

alimentaria a las personas carentes de poder adquisitivo. La estrategia bidimensional aplicada

en la mayoría de los países consistió en intentar limitar las alzas de los precios internos de los

alimentos y garantizar que las personas marginadas del mercado por los altos precios tuvieran

acceso a alimentos gracias a modelos mejorados de redes de seguridad. Si bien existe una

gran diversidad de tipos de redes de seguridad, todos tienen por objetivo ayudar a aquellos

que no pueden comprar durante las crisis alimentarias a acceder a los alimentos ya sea

mejorando su poder adquisitivo (transferencias de efectivo) o distribuyendo los alimentos en

forma directa.

Las redes de seguridad productivas requieren que sus beneficiarios trabajen en construir la

infraestructura que aumente la resiliencia de los sistemas locales de producción de alimentos

(p. ej. infraestructura de riego, conservación de agua y suelos, agroforestería, etc.) o bien

asistan a sesiones de capacitación que les permitan aumentar su capital humano y con ello

mejorar su productividad. Los programas de alimentación escolar y apoyo a la nutrición

también constituyen poderosas herramientas de desarrollo de capital humano. Además, si se

obtienen localmente, ofrecen oportunidades a los pequeños productores.

En el marco de las políticas de liberalización, los instrumentos que ayudan a adaptarse a la

volatilidad de precios (productos financieros y crédito) y las redes de seguridad han sido

promovidos como la estrategia óptima a seguir. Permitir que los precios fluctúen y tratar las

consecuencias era percibido como la forma más eficaz y eficiente de solucionar el problema

de la volatilidad de precios. Ambos tipos de instrumentos parecían absolutamente

complementarios, estando el primero orientado de preferencia hacia los productores y los

comerciantes, y el segundo hacia los consumidores. No obstante, los productos financieros

que permiten a los países en desarrollo adaptarse a la volatilidad de precios de los alimentos

no rindieron los grandes frutos esperados. De hecho, las redes de seguridad resultaron

incapaces de prevenir la descapitalización y el debilitamiento de los hogares más pobres. La

crisis de 2005 en Níger ha sido particularmente ilustrativa de esta debilidad.

Por lo tanto, los instrumentos de política propuestos en el menú del cuadro 2 deberían

combinarse para tener el mayor efecto posible y adaptarse plenamente a la estrategia de

seguridad alimentaria de cada país. Lograr por fin la seguridad alimentaria requerirá que los

países en desarrollo elaboren estrategias de seguridad alimentaria similares a las estrategias de

reducción de la pobreza. La finalidad de tales estrategias es garantizar un abastecimiento

90

Page 97: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

interno suficiente y al mismo tiempo proteger los precios internos de variaciones extremas

para así reducir los riesgos tanto para los comerciantes como para los pequeños productores e

incentivar sus inversiones en la producción de alimentos. Estas estrategias deben estar

respaldadas por políticas coordinadas y por acciones del gobierno en los niveles subregional,

regional e internacional. Tal es el caso de los métodos utilizados por el Programa general para

el desarrollo de la agricultura en África (CAADP por sus siglas en inglés), los cuales

pretenden lograr políticas nacionales de seguridad alimentaria más armonizadas y desarrollar

programas regionales que se encarguen de los efectos derivados importantes (p. ej.

instalaciones de almacenamiento certificadas regionalmente como forma de mantener la

fluidez del mercado en épocas de precios altos).

3. Considerar las variables específicas de cada país al administrar la

volatilidad de precios de los alimentos

Los registros de las políticas relacionadas con la volatilidad de precios son mixtos. Una de las

razones de esta mezcla de resultados puede estar en el hecho que estas políticas han fracasado

en su intento por considerar la dinámica y la heterogeneidad de los contextos nacionales. Los

fundamentos de las políticas son dinámicos, por lo que los instrumentos de política deben

adaptarse a los cambios registrados en ellos. Por ejemplo, las políticas de precios de productos

agrícolas adoptadas por los países asiáticos con el fin de promover la revolución verde fueron

formuladas en una época en que no existía una infraestructura adecuada, información de

precios o instituciones de gestión de riesgo en estos países. Gran parte de estos contextos ha

cambiado y en aquellos países que no se adaptaron al cambio las políticas se volvieron

costosas e incluso, en ocasiones, contraproducentes (Rashid et al. 2008; Cummings et al

2009). Asimismo, los contextos nacionales son diversos, con grandes variaciones entre los

países en desarrollo.

La problemática de contar con una política óptima dirigida a hacer frente a la volatilidad de

precios de los alimentos radica en dar con la combinación exacta de los instrumentos

anteriormente presentados. Para ser eficaz y eficiente, dicha combinación debe adaptarse a los

contextos específicos de cada país. Tres características nacionales parecen ser las más

importantes:

91

Page 98: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

a) El carácter de la volatilidad de los precios internos

La volatilidad de los precios internos puede originarse al interior del país, como es el caso de

la variabilidad de la producción interna debido al clima y del mal funcionamiento de los

mercados internos, o provenir del exterior mediante el comercio y la integración a los

mercados internacionales, o ambos. Galtier (2009), siguiendo a Byerlee (2005), sostiene que

los instrumentos óptimos de política utilizados para contener la volatilidad de precios

probablemente variarán dependiendo de la fuente de la variabilidad.

La verdad es que la importancia relativa de la volatilidad importada o endógena depende en su

mayor parte del grado de integración del país con los mercados internacionales (apertura y

posibilidad de comercialización de los principales productos básicos) y de sus condiciones

macroeconómicas.

b) La vulnerabilidad del país y de los hogares

La vulnerabilidad surgida de las crisis internacionales de precios se ve aumentada si el país

gasta grandes sumas en alimentos importados. En este caso, los altos costos de importación

pueden ocasionar problemas en la balanza de pagos, los cuales pueden a su vez derivar en

otros problemas macroeconómicos e inestabilidad.

Por otro lado, los hogares que exhiben una cesta de la compra concentrada —es decir,

dependen de uno o quizá dos productos básicos— son más vulnerables a las crisis de

alimentos internas que los hogares cuya cesta de la compra es más diversificada. La idea de

fondo es simple. Cuando el consumo se concentra en un solo producto básico —como es el

caso del arroz en Bangladesh y el maíz en los países de África meridional— este ocupa un

porcentaje importante del gasto de los hogares. De ahí que un alza de precios pueda amenazar

la seguridad alimentaria de los más pobres. Por el contrario, si la cesta de la compra es más

diversificada, las fluctuaciones en la oferta y en los precios en un mercado de productos

básicos pueden ser parcialmente absorbidas por otros mercados. Lo anterior es

particularmente cierto cuando los hogares están acostumbrados a consumir productos básicos

no comercializables tales como la yuca, el tef o el plátano. No obstante, Campon et al. (2010)

92

Page 99: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

señalan que, en muchos países, el nivel nacional no es relevante para estimar el grado de

diversificación de la cesta de la compra. Lo que se considera diversificación de la cesta de la

compra puede en realidad corresponder a modelos regionales de consumo.

c) La capacidad institucional

La capacidad de aplicar instrumentos que hagan frente a la volatilidad de precios presenta grandes variaciones en los distintos países. Considérese por ejemplo la creación de programas de redes de seguridad bien dirigidos. Se trata de intervenciones de política justificadas, independientemente del nivel de desarrollo, que son defendidas por todos como un instrumento que permite resistir las crisis de precios de los alimentos. Entre los inevitables desafíos que rodean la puesta en práctica de estas políticas se cuentan la capacidad nacional de evaluar la vulnerabilidad, la identificación de beneficiarios y la entrega eficaz de transferencias (alimentos o efectivo). Lo anterior se puede ilustrar con dos ejemplos nacionales. Primero, en India, como en otros países de Asia, los programas de redes de seguridad surgieron de las políticas de precios agrícolas que involucraban adquisiciones, almacenamiento y distribución. Los programas de redes de seguridad tales como el sistema de distribución pública y el modelo de garantía de empleo sirvieron como puntos de salida de las existencias adquiridas por el gobierno mediante su programa de apoyo a los precios. La aplicación de estos programas hizo necesaria la creación de una enorme capacidad institucional y humana que incluyó un organismo de logística de los alimentos con una infraestructura que cubriera todo el país, un ministerio especialmente dedicado y casi medio millón de tiendas del estado. Aun así, la eficiencia de los programas de redes de seguridad del país ha sido cuestionada por las fugas y los altos costos de transferir beneficios a los consumidores pobres. El costo de transferir USD 1 de beneficios a los beneficiarios del sistema de distribución pública de la India se sitúa en aproximadamente USD 7. Supuestamente, las fugas al mercado de los alimentos dirigidos a los beneficiarios de las redes de seguridad fluctúan entre el 20 y el 30 % del total.

El otro ejemplo es Etiopía, cuyo gobierno puso en marcha uno de los programas más

ambiciosos de su tipo en África, llamado Programa productivo de redes de seguridad (PSNP

por sus siglas en inglés), en 2005. Fue una apuesta arriesgada de parte del gobierno, por

cuando involucró transferencias tanto de efectivo como de alimentos a los beneficiarios. Los

beneficiarios de áreas remotas recibieron transferencias de alimentos (3 kg de trigo), en tanto

que los beneficiarios en las áreas más avanzadas recibieron el equivalente en dinero (ETB 6).

Al iniciarse el programa, los beneficios para los receptores de efectivo y alimentos eran

equivalentes. Sin embargo, el país se vio afectado por una altísima inflación en los años

siguientes, con una inflación de alimentos del 100 % en 2008. En consecuencia, los receptores

de efectivos (que recibían ETB 6) sólo podían adquirir la mitad del trigo que en 2005, lo que

socavó fuertemente los beneficios de aquellos hogares que recibían transferencias de efectivo.

Lo anterior aparece ilustrado en la figura 20, donde la línea horizontal representa el valor de

los alimentos (3 kg de trigo) y el área en rojo indica el valor del efectivo en términos de

93

Page 100: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

cuánto podía comprar un hogar con ETB 6. Si el precio del trigo es de ETB 2,0 por

kilogramo, los beneficios deberían haber sido equivalentes (ETB 6 para adquirir 3 kg de trigo)

para ambos tipos de beneficiarios, lo que hizo necesario introducir un ajuste inmediato a los

beneficios de ambos tipos de beneficiarios. No obstante, el gobierno dejó pasar dos años antes

de ajustar las transferencias de efectivo debido al temor de que dicho ajuste pudiera alimentar

la inflación y que sería muy difícil revertirlo en el futuro.

Los programas de redes de seguridad en estos dos países evolucionaron a los largo de los

decenios, por lo que puede llegar a pensarse que estos países cuentan con la mejor capacidad

institucional para la creación de programas de redes de seguridad de sus respectivos

continentes. De hecho, en algunos países la capacidad institucional para poner en marcha

programas de redes de seguridad es débil o simplemente nula. Un reciente estudio elaborado

por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias acerca del

desempeño operativo de las reservas estratégicas de cereales en África indica que un

determinante crítico de su eficiencia operativa es el hecho que dichas reservas se encuentren

bien integradas a las redes de seguridad y a los programas de urgencia. Si este vínculo no

existe, el costo de mantener las existencias (tanto los costos financieros directos como los

efectos indirectos negativos en los mercados) se tornan exorbitantes. El informe también

concluye que los vínculos entre las reservas estratégicas de cereales y un programa esencial

de red de seguridad —alimentación escolar o alimentos por educación— son prácticamente

inexistentes en algunos países. Considérense, por ejemplo, las siguientes conclusiones

94

Page 101: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

específicas de cuatro países: Etiopía, Kenya, Malawi y Malí. En Malawi, la ampliación del

programa de alimentación escolar ha sido objeto de encendidos debates, en tanto que en Malí

y Etiopía los programas de alimentación escolar equivalen a 4 000 y 6 500 toneladas

respectivamente. Dado el tamaño de la matrícula escolar total, estas cifras resultan

insignificantes. De acuerdo con las estimaciones de dicho estudio, para alimentar a los niños

que asisten hambrientos a la escuela se necesita una cantidad adicional de 450 000 toneladas en

Etiopía, 108 000 toneladas en Kenya, 152 000 toneladas en Malawi y aproximadamente 90 000

en Malí. Estas cifras reflejan una importante demanda latente para los programas de

alimentación escolar que solo pueden mejorar el capital humano futuro de estos países.

El debate subraya el hecho que a menos que se preste atención a la heterogeneidad de la

capacidad institucional de los países, los instrumentos de política normalmente

recomendados pueden no rendir los frutos deseados. Si bien el ejemplo se refiere

únicamente a los programas de redes de seguridad, el mismo argumento resulta válido para

los seguros por eventualidades climáticas, las existencias regionales e incluso las reservas

estratégicas de cereales o las medidas de control del comercio.

Las tres características nacionales —carácter de la volatilidad de precios nacionales,

vulnerabilidad y capacidad institucional— presentadas anteriormente pueden aplicarse para

desarrollar una tipología general. Compton, Wiggins y Keats (2010) destacan la importancia

para las organizaciones internacionales y los gobiernos nacionales de contar con predicciones

precisas respecto de los países y los grupos poblacionales más afectados por una crisis de

precios de los alimentos. Una tipología de este tipo puede servir para aumentar la rapidez y la

precisión de la acción. El Banco Mundial (2005) lo intentó, mas no logró identificar y

clasificar los países en términos de su exposición a las crisis mundiales de precios y la

vulnerabilidad asociada. Hay otras razones que aconsejan un mayor desarrollo del ejercicio

tipológico realizado por el Banco Mundial. En la actualidad, el PMA realiza trabajos de

evaluación de la vulnerabilidad en muchos países. Las conclusiones de estos estudios servirán

para nutrir los ejercicios tipológicos. Las conclusiones más importantes para incorporar a la

tipología serán las lecciones aprendidas de las crisis mundiales de alimentos de 2007-2008.

Los estudios de casos nacionales acerca de cómo los gobiernos han respondido a la crisis de

alimentos de 2007-2008 están cada vez más difundidos. Ello proporcionará valiosa

información acerca de cómo han respondido los países y de si las capacidades institucionales

fueron lo suficientemente apropiadas como para aplicar estas políticas.

95

Page 102: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Adicionalmente y de forma muy complementaria, las políticas dirigidas a enfrentar la

volatilidad de precios deberían incluirse en las estrategias generales de seguridad alimentaria.

Después de todo, la volatilidad de precios constituye un desafío por cuanto afecta la seguridad

alimentaria y, por lo mismo, debería considerarse parte de la estrategia de seguridad

alimentaria. Curiosamente, ni las estrategias de crecimiento ni las estrategias de mitigación de

la pobreza de los países en desarrollo parecen incluir una estrategia de este tipo. Los

documentos del programa de apoyo a la estrategia de lucha contra la pobreza (PRSP por sus

siglas en inglés) de la mayoría de los países prestan poca atención al tema. Tanto es así que en

los abultados documentos de algunos países el término “seguridad alimentaria” no aparece

mencionado más que unas cuantas veces. El cuadro 10 presenta los resultados de tan simple

ejercicio. En él se cuentan los términos relacionados con la seguridad alimentaria incluidos en

los documentos de la PRSP en 14 países. No se trata aquí de un ejercicio científico, pero al

menos da una idea de la escasa atención que se presta a las estrategias de seguridad

alimentaria. Cabe destacar que términos clave tales como ‘redes de seguridad social’ y

‘nutrición infantil’ ni siquiera aparecen en la mitad de los países de la muestra. Nuevamente,

se trata de medidas brutas pero sirven para ilustrar el hecho que los documentos de la PRSP

pasan por alto aspectos esenciales de la seguridad alimentaria, es decir, el acceso y la

utilización de los alimentos.

Una forma de abordar esta problemática es mediante el desarrollo de un programa de

estrategias de seguridad alimentaria (FSSP por sus siglas en inglés) a escala nacional que no

solo permita cubrir la brecha sino también ofrecer información detallada hasta hoy no

disponible acerca de la heterogeneidad en que la presente nota ha hecho hincapié.

96

Page 103: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

Table 10:  Common policy interventions adopted by countries to address the 2007608 food crisis

            Africa    Asia    LAC  Overall 

            ____________________________________________

Countries surveyed        33    26    22  81   

1.  Interventions to prevent price increases 

Trade policies: Reduction of tariffs/custom fees On imports 18 13 12 43 Restricted or banned exports 8 13 4 25 Domestic market measures: Suspension/reduction of VAT/Taxes 14 5 4 23 Release public stocks at subsidized prices 13 15 7 35 Administered prices 10 6 5 21  2.  Interventions to support the poor’ access to food   Safety net programs 

Cash transfer 6 8 9 23 Food assistance 5 9 5 19 Increase disposable income 4 8 4 16 3.  Interventions to boost domestic food supply in the short run  Production support(input subsidies) 12 11 12 35 Production safety nets 6 4 5 15 Fertilizer/seed programs 4 2 3 9 Market interventions 4 9 2 15 ___________________________________________________________________________ Source: Demeke, Pangrazio and Maetz,  (FAO) 2009 

97

Page 104: Informe sobre volatilidad de precios Primer borrador del

 

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