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CLÍNICA: Los síntomas pueden presentarse de manera súbita, progresiva o fluctuante, como puede ocurrir en el síndrome de alarma lacunar . Cada unos de los tipos de infartos se presentan con una serie de síntomas específicos. Síndrome motor puro: Es el tipo más frecuente (hasta un 54% de los casos). Se trata de una hemiparesia o una hemiplejia facio-braquio-crural sin síntomas corticales. Las localizaciones del infarto más frecuentes son: la cápsula interna en su brazo posterior, la protuberancia, el mesencéfalo o la corona radiatta. Un 30 % de los casos aproximadamente quedan con una hemiparesia leve residual. Síndrome sensitivo puro: Se trata de una hemi-hipoestesia facio-braqui-crural. Puede asociarse dolor de tipo neuropático. La localización más frecuente del infarto es el tálamo (núcleo posterior) o la cápsula interna. No tiene que haber igualmente datos de afectación cortical. Se afectan todas las modalidades de sensibilidad o respetando la sensibilidad profunda. Si se ven afectadas todas las modalidades de sensibilidad, puede deberse a una isquemia con mayor alcance del tálamo o de las proyecciones tálamo-corticales. Disartria-mano torpe: Representa aproximadamente un 5% de los síndromes lacunares. La localización del infarto más frecuente es en la protuberancia aunque también puede deberse a una lesión en la rodilla de la cápsula interna. La torpeza de la mano se pone particularmente de manifiesto con la escritura. Paresia con hemiataxia: Es un síndrome que combina hemiparesia con síntomas cerebelosos de manera ipsilateral. Suele afectar más a la pierna que al brazo por lo que también se le conoce como síndrome de paresia crural y ataxia. Se puede deber a una lesión en las vías cortico-ponto-cerebelosas. Los lugares más frecuentes de infarto son el brazo posterior de la cápsula interna, la protuberancia baja o el tálamo. En algunos casos se han descrito manifestaciones adicionales como anisocoria o nistagmo. Síndrome sensitivo-motor: Se presenta como su nombre lo indica con un déficit motor y sensitivo de manera simultánea, igualmente sin ningún dato de afectación cortical. Los lugares más frecuentes de infarto son el tálamo y la cápsula interna.

Infarto Lacunar

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INFARTO LACUNAR.

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Page 1: Infarto Lacunar

CLÍNICA:

Los síntomas pueden presentarse de manera súbita, progresiva o fluctuante, como puede ocurrir en el síndrome de alarma lacunar. Cada unos de los tipos de infartos se presentan con una serie de síntomas específicos.

Síndrome motor puro:

Es el tipo más frecuente (hasta un 54% de los casos). Se trata de una hemiparesia o una hemiplejia facio-braquio-crural sin síntomas corticales. Las localizaciones del infarto más frecuentes son: la cápsula interna en su brazo posterior, la protuberancia, el mesencéfalo o la corona radiatta. Un 30 % de los casos aproximadamente quedan con una hemiparesia leve residual.

Síndrome sensitivo puro:

Se trata de una hemi-hipoestesia facio-braqui-crural. Puede asociarse dolor de tipo neuropático. La localización más frecuente del infarto es el tálamo (núcleo posterior) o la cápsula interna. No tiene que haber igualmente datos de afectación cortical. Se afectan todas las modalidades de sensibilidad o respetando la sensibilidad profunda. Si se ven afectadas todas las modalidades de sensibilidad, puede deberse a una isquemia con mayor alcance del tálamo o de las proyecciones tálamo-corticales.

Disartria-mano torpe:

Representa aproximadamente un 5% de los síndromes lacunares. La localización del infarto más frecuente es en la protuberancia aunque también puede deberse a una lesión en la rodilla de la cápsula interna. La torpeza de la mano se pone particularmente de manifiesto con la escritura.

Paresia con hemiataxia:

Es un síndrome que combina hemiparesia con síntomas cerebelosos de manera ipsilateral. Suele afectar más a la pierna que al brazo por lo que también se le conoce como síndrome de paresia crural y ataxia. Se puede deber a una lesión en las vías cortico-ponto-cerebelosas. Los lugares más frecuentes de infarto son el brazo posterior de la cápsula interna, la protuberancia baja o el tálamo. En algunos casos se han descrito manifestaciones adicionales como anisocoria o nistagmo.

Síndrome sensitivo-motor:

Se presenta como su nombre lo indica con un déficit motor y sensitivo de manera simultánea, igualmente sin ningún dato de afectación cortical. Los lugares más frecuentes de infarto son el tálamo y la cápsula interna.

Page 2: Infarto Lacunar

Síndromes lacunares atípicos:

Estos cuadros se presentan con menos frecuencia que los llamados síndromes clásicos. Pude haber diversas manifestaciones como son:

Formas parciales o incompletas de los síndromes clasicos

Síndromes alternos de troncoencéfalo

Trastornos del lenguaje transitorios

Hemicorea, distonía, hemibalismo o pseudocoreoatetosis.

Duración: el periodo de tiempo en el que se produce la recuperación y el grado de la misma están relacionados con la severidad inicial del ictus; a mayor gravedad la recuperación será menor y más lenta.La recuperación funcional se completó en el 95% de los pacientes a las 13 semanas y varió en función de la gravedad inicial del ictus. La función más alta en las AVD se alcanzó en un promedio de 2 meses en pacientes con ictus leves, 3 meses en ictus moderados, 4 meses en los graves y 5 meses en los muy graves. Incluso en estos últimos, pasados 5-6 meses del ictus, es improbable que aparezcan cambios en el grado de recuperación funcional [Jorgensen HS et al; 1995]. El tratamiento rehabilitador debe terminar cuando no se identifiquen nuevos objetivos funcionales.

Este patrón se caracteriza por manifestarse con la extremidad superior con el hombro en aducción y rotación interna, el codo flexionado y antebrazo en pronación, muñeca en flexión y garra de dedos con el pulgar en aducción:

El tratamiento empieza ya en las fase de ingreso hospitalario con la educación al paciente y al cuidador de la higiene postural correcta de la extremidad pléjica, que prevenga los acortamientos musculares y tendinosos, y evitar microtraumatismos sobre el hombro parético

En los casos de hemiplejia espástica no se inmovilizará con cabestrillo o similar, ya que aumenta la rigidez. En las parálisis flácidas puede alternarse su uso para evitar subluxación anteroinferior, especialmente durante la práctica de la marcha y las transferencias. No se recomienda la infiltración local con esteroides.