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8/15/2019 El Capital (Tomo I, Volumen I), Karl Marx
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BIBLIOTECA DLL PENSAMIENTO SOCIALISTA
Tòmo 1/
Libro primeroEl pretesode produccióndel capital
siglo¡vmlu tn t )
(ilium'sV ,
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biblioteca
del
pensamiento socialista
SERIELOS CLÁSICOS
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edición a cargo
de
pedro scaron
traducción,
advertencia y notas de
pedro scaron
KARL
MARX
libro pr im ero
EL CAPITAL
CRÍTICADE LA ECONOMÍAPOLITICA el procesode producciónde capital
I
msigloveintiunoeditores
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pp. 43 -10 2 del pre sent e volu men y apén dice al fina l delvolumen 3 del tomo i), sino también el texto de la últimaversión del capítulo con el de “La forma de valor”, quefiguraba como apéndice de la edición alemana de 1867y que también hemos incorporado a nuestra edición: juntoa párrafos y hasta páginas intactos, hay fragmentos quedesaparecen, otros que se transforman totalmente, textosque se fusionan, extensos agregados, frases que son des
prendi das de sus emp lazamientos originales e inse rtad asen otros. El tomo i de El capita l comienza a convertirse enalgo así como un enorme palimpsesto en el que capasde redacción gene ralm ente (no siem pre) más ricas recu
bren bue na pa rte de la red acc ión orig inar ia.
c) La versión francesa, publicada en entregas de agostode 1872 a noviembre de 1875. En parte se trata nada másque de una traducción (y en muchos lugares de una mu y
pob re traduc ción, desparejamente revisada por Marx) dela segunda edición alemana. Pero también cabe considerarla —p ara bien y para mal— como una nueva versión, la tercera, del tomo i de El capital. Para mal porque Marx,que solía estimar a los franceses como revolucionarios
prácticos pero no como teóricos, simplif icó — por momentos adocenó— m uchos de los pasajes más complejos y
pro fun dos del origin al. Si se hub iera lim itad o a esa tareavulgarizadora y a corregir los errores más notorios de latraducción francesa, ésta, como decía Marx de la obrade Comte en uno de los pasajes suprimidos de la primeraedición alemana, no habría tenido más que una importancia
puramente local (menor, por ejemplo, que la de la traducción rusa de Danielson, que Marx consideraba excelente).Pero el autor compensó en cierta medida esas simplificaciones al injertar en el tronco endeble del texto francésuna serie de agregados, en su mayor parte muy valiosos,y efectuar en algunos pasajes una reelaboración que recuerda, aunque no iguala, la realizada con motivo de la
segunda edición alemana.Luego de la muerte de Marx, Engels publica otras tresediciones del tomo i de El capital: la tercera alemana(1883); la inglesa (1887), que es una simple traducción
per o pre sen ta, en cua nto a las citas, una nov edad sustancia lde la que nos ocuparemos más adelante, y la cuarta alemana (1890). Como lo explica en los prólogos a esas
VIII
ediciones (ver aquí, pp. 23, 27, 33), el albacea políticoy literario de Marx intródujo en el texto no pocas variantes. Se basó para ello, fundamentalmente, en un ejemplarde la segunda edición alemana y otro de la versión francesaen los que Marx había indicado qué pasajes de ésta debíanincorporarse a aquélla, y en sustitución de cuáles.2 Engelsincorporó a la obra, fuera de eso, cierto número de comentarios y aclaraciones suyos, no siempre distinguidos porlas iniciales D. H. (d er //erausgeber, el editor). Las ediciones cuidadas por Engels no deben tomarse por el texto definitivo de El capital (no hay tal text o def ini tiv o) sinocomo un valioso y autorizado esfuerzo por establecer elcuerpo de lo que podr ía haber sido una nueva edición del
primer tom o prep ara da po r Marx. Nada más que podría , porq ue cues ta con ceb ir que Mar x — de no hab er frus tradola muerte esa posibilidad— no hubiera incorporado a esanueva versión, además de los agregados recogidos de laedición francesa, un sinnúmero de nuevas variantes.3
2 Karl Kautsky, que consultó el ejemplar de la segunda ediciónalemana anotado por Marx y utilizado por Engels, sostiene en el
pr ól og o a su “ed ici ón p op ul ar ” de l to m o i (p ub lic ad a en 1914 ) qu eEngels “no tomó en consideración todas las anotaciones manuscritasde Marx ”. (Karl Kautsky, “Vo rwort zur Volksausgabe von 1914”,en K. Marx, Werke, Schriften, Briefe, ed. por Hans-Joachim Lieber,Stuttgart, t. ív, 1962, p. 951.) Pero Kautsky no sólo las “tomó enconsideración” sino que introdujo por su cuenta en el texto alemánmuchas de las simplificaciones de la versión francesa, rebajandoaquél al nivel de ésta.
3 De las dificultades que se le presentaron a Engels en su tra ba jo da n fe un as po ca s fa lla s de en sa m bl am ie nt o, en ge ne ra l m en ores, que se advierten en la cuarta edición. Hay alguna frasecítarepetida (no lo estaba ni en la segunda edición alemana, de dondela tomó Marx insertándola en un extenso agregado a la versiónfrancesa, ni en ésta, donde sólo aparece dentro de ese agregado);una inserción que al no efectuarse en el lugar adecuado vuelveconfusas las alusiones de la frase siguiente; una referencia desorien-tadora al “texto del capítulo” en un pasaje concebido como nota pe ro qu e, pr ec isa m en te , qu ed ó in co rp or ad o al te xt o; un ca so enque se corrige un pasaje del texto —conforme a la fe de erratasde la segunda edición— pero no la no ta correspondien te, con locual aquél y ésta entran en contradicción, etc. (Cfr. la segundaedición alemana de 1873, pp. 651, 743, 812, 737/830, la versiónfrancesa , ed. de Garnier-Flammarion prologada por Althusser,París, 1969, pp. 453, 527, 680, y Marx-Engels, Werke, Berlín,Dietz Verlag, t. xxm, 1962, pp. 654-655, 741, 699, 732. Véansetambién, para dos de esos desajustes, nuestras notas 254 y 263, alfinal del volumen 3 del tomo 1. )
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¿Cuál es el objetivo de esta breve recapitulación? Recordar el hecho obvió, pero frecuentemente olvidado, sim
ple, pero fecu ndo, de que no existe una versión del primertomo de El capital, sino varias. El tomo i de El capita l noes ni su primera edición, ni su segunda edición, ni la versiónfrancesa (nos referimos a sus variantes no simplificadoras,naturalmente, pues lo demás interesa poco), ni las ediciones cuidadas por Engels, sino todas esas ediciones enconjunto, y fundamentalmente las publicadas en vida deMarx.4 Optar por una es sacrificar las otras (en la medidaen que no coinciden cpn la elegida). Descartar cualquierade ellas es desechar una etapa en la evolución dialécticade El capita l —que no brotó de la cabeza de Marx tancabalmente formado como Atenea de la de Zeus— yrenunciar al conocimiento de textos y variantes de enormevalor. Cuando Marx, por ejemplo, escribe en 1877 unaréplica al populista ruso Mijailovski acerca de El capital, se refiere sucesivamente a tres pasajes concretos de laobra: el primero sólo figura en la edición príncipe, el segundo está tomado de la edición alemana de 1873 y eltercero es una variante de la versión francesa, variante queEngels recogió sólo parcialmente en la cuarta edición. Deesos tres pasajes un lector de esta última edición —la más
4 La identificación entre el tomo i de El ca pit al y su cuartaedic ión a lemana ha penetrado tanto en la conciencia general queincluso algunos especialistas, aunque sab en perfectamente que huboediciones anteriores, tienden continuamente, por así decirlo, a olvidarse de que las mismas existieron. Sólo así se explica, por ejemplo,que en su interesante edición de Œuvres de Marx, MaximilienRubel, para comparar la versión francesa con el “texte original”o “texte allemand” utilice la edición Dietz de 1947, que se basaen la cuarta edición alemana. Este desacierto inicial lleva a Rubela suponer que toda frase o párrafo que figure en la versión francesa pe ro no en la cu ar ta ed ic ió n ale m an a ha sid o “a gr eg ad o” (“a jo ut é” ) po r M ar x a aq ué lla , cu an do en re ali da d ta nt o pu ed e tr at ar se de pa saj es ef ec tiv am en te añ ad id os po r M ar x a di ch a ve rsi ón co m o detextos de la primera edición alemana que sobrevivieron en la fran-cesa pero no en las ediciones germánicas posteriores a la primera (es el caso de las frases a que erróneamente alude Rubel en susnotas 565/1, 572/1 572/2) o de textos que figuraban en la segundaedición alemana y fueron eliminados por Engels a partir de latercera edición (como sucede con la nota comentada por Rubel en1342/1). L o m ás curioso del caso es que ocasionalmente Rubelconsulta la edición de 1867, de la que ha rescatado un par de pa sa jes m uy in te res an te s. Cu an do no es tá n vi cia da s po r la cir cu ns tancia apuntada más arriba, sus comparaciones de textos suelenser ilustrativas.
X
difundida en Alemania y, salvo en Francia, internacionalmente— sólo tendrá acceso pleno a uno y parcial a otro.-1
Una edición crítica del tomo i tendría necesariamenteque incluir (además de los borradores éditos e inéditos correspondientes al mismo) todas las versiones del libro
pub licadas por Mar x. Po drí a rep rod uci rlas suces ivame nte,con el registro más completo posible de sus coincidenciasy diferencias. O, más sencillamente, tomar como base la segu nda edició n alem ana y registrar en notas y apéndices:
a) las diferencias entre la primera edición y la segunda;
b) los agregado s y v ariante s de la vers ión fran cesa , conindicación precisa de cuáles eran los que Marx se proponíaincluir en una nueva edición alemana;
c) las enmiendas y comentarios introducidos por En-
gels en las ediciones a su cargo;d) el texto original de todas las citas efectuadas por
Marx.6
La presente edición no aspira a tanto. Pretende ser,sencillamente, una prim era apro ximació n a una edició n crítica de El capital en castellano. En nuestro trabajo noshemos ajustado a los criterios siguientes:
1) El texto básico — pero no el único, como se verá—es el de la última edición alemana publicada en vida de Marx, la segund a. Nuestra fuente ha sido la edición envolumen de 1873 (fechada como de 1872), Karl Marx,
5 “Brief an die Red aktion d er Otetschestwennyfe Sapiski”, en Marx-Engels, Werke, t. xix, 1962, pp. 107-108.
6 Los ins t i tutos de marxismo-leninismo de la URSS y la RDAhan anunciado recientemente que preparan una edic ión realmentecompleta (la primera) de las obras de Marx y Engels, dentro de lacual se incluiría una edición crítica (también la primera) de El ca pi-tal. Lamentablemente , es te importante proyecto editoria l sería de
muy lenta realización. En 1946, en una nota preliminar a su versiónde E l cap ita l, Wenceslao Roces se refería con entusiasmo a la granedición científica que preparaba el Instituto Marx-Engels-Lenin, deMoscú, “en la que se registrarán todas las variantes de las distintasediciones originales de la obra y los trabajos y materiales preparatorios, muchos de ellos aún inéditos, que le sirvieron de base”.Desde que Roces escribió esas esperanzadas líneas han transcurridoveintiocho años, algunos más de los que necesitó Marx para concebiry redactar, en su totalidad, dichos materiales preparatorios y ediciones originales.
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Das Kap ital Kri ti k der poli tischen Öko nom ie, 2$ ed.corregida, Hamburgo, Verlag von Otto Meissner, 1872.7
2) De la primera edición hemos conservado (ver elapéndice al final del volumen 3 del tomo i ) la versión original del capítulo i (fuente: Karl Marx, “1. Die Ware”,en Marx-Engels, Studienausgabe Politische Ökonomie, ed. por Iring Fetscher, Francfort del Meno, t. n, 1966, pp. 21 6-2 46 ) y el apén dice titu lad o “D ie We rtform ”(fuente: Karl Marx-Friedrich Engels, Kle ine öko nom ische Schriften, Berlin, Dietz Verlag, 1955, pp. 262-288). Trasalgunas vacilaciones mantuvimos también los subrayadosde la primera edición, suprimidos en las siguientes por unsimple problema de costos de imprenta. Son de suma eficacia didáctica, contribuyen a una comprensión más cabaldel texto. Pero presentan también, cuando como en nuestrocaso se los traslada a ediciones posteriores a la primera,ciertos inconvenientes. Los agregados a la segunda edicióny siguientes carecen por lo general de subrayados, con locual puede suscitarse en el lector la falsa impresión deque en esos textos nuevos Marx no encontraba nada quedestacar. Y como la redacción de los textos de la primeraedición conservados en las siguientes suele presentar modificaciones, no en todos los casos se puede determinar conexactitud qué expresiones o frases deben ponerse de relievey cuáles no. Como fuente para los subrayados de la primeraedición hemos recurrido a Karl Marx, Das Kapi tal, Berlín,Dietz Verlag, 1959. Al comparar los subrayados del capítulo i de la edición Dietz con los que figuran en los pasajesidénticos y similares de “La mercancía” y “La formade valor” (los textos de la primera edición recogidos aquíen el apéndice mencionado) advertimos ciertas diferenciasque parecen deberse, en su mayor parte, a omisiones deaquella edición. Como, desafortunadamente, no dispone
7 Los libros tienen su historia. El ejemplar que utilizamos perteneció a una institución a la que cupo un papel importante en ladifusión de las ideas socialistas en la Argentina, el club “Vorwärts”,fundado a fines del siglo pasado por emigrantes alemanes. Segúnuna tradición oral que recogimos de un ex integrante de la asociación, Juan B. Justo recurrió también a un ejemplar pertenecienteal “Vorwärts” (en su caso de la cuarta edic ión a lemana) para real izar su traducción del tomo i de E l ca pit al. La valiosísima bibliotecadel club, que durante cierto tiempo corrió el riesgo de perderse,lamentablemente no es hoy de fácil acceso para los investigadoresrioplatenses (fue donada a la Fundación Ebert, con sede en Bonn).
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mos de un ejemplar de la versión de 1867, no hemos pod ido zan jar ade cua dam ent e la cuest ión.
3) Registramos en subn ota s (separadas del texto y delas notas de Marx por una raya a todo el ancho de la página) todas las variantes introducidas por Engels en latercera y cuarta ediciones alemanas, y que en su mayor
pa rte cons isten en la inse rció n de pasa jes tom ado s de laversión francesa.8 Cuando la traducción alemana de Engelscoincide exactamente con el original francés de esos fragmentos, nuestra traslación de los mismos se basa en eloriginal; si la versión alemana difiere ligeramente del original nos ajustamos a aquélla y no a éste (es pos ible que entales casos Engels haya seguido instrucciones manuscritasde Marx). Los agregados de Engels que éste marcó concorchetes en las ediciones a su cargo figuran aquí entre llaves { }, prec edid os por las iniciales F. E. Los ubicamos
no en lás subnotas sino directamente en el texto o notasde Marx, ya que el lector puede identificarlos fácilmentecomo interpolaciones de Engels. Para el texto de la cuartaedición alemana utilizamos, entre otras reimpresiones, eltomo xxm de las Marx-Engels Werke, Berlín, D ietz Verlag,1962, que corrige algunos pequeños errores no enmendados por Engels ni por editores posteriores; 9 para lasmodificaciones introducidas en la tercera y cuarta edicionesnos apoyamos en nuestro cotejo personal y (sobre todoen lo que tiene que ver con la tercera edición) en KarlMarx, Da s Kapi tal, Francfort del Meno-Berlín, Verlag Ull-stein, 1969. Esta última edición nos ha resultado útil, pues com o la nue stra se bas a en la segu nda edición alemana y registra en subnotas las variantes de las edicionesalemanas cuidadas por Engels. Presenta muchas fallas, noobstante, lo que obliga a utilizarla con sumo cuidado.10
8 No hemos cre ído necesario cons ignar a lgunos cambios es t ilísticos insignificantes, muchas veces imposibles de reflejar fielmenteen la t raducción a nues tro idioma, tan diferente del a lemán.
9 En gene ral hemos seguido a esta edición —sin registrar encada caso los cambios respectivos en las subnotas— en todo loque tiene que ver con las referencias bibliográficas, ya que en lasegunda edición no pocas de éstas son inexactas o incompletas.
10 En ciertos casos los editores no indican que determinados pá rr af os o fr as es de la se gu nd a ed ici ón de sa pa re ce n en las sig ui en tes (pp. 519-520, 557-558, 569); señalan en notas que tal o cualtexto de la tercera y cuarta edic iones sig ue a cierto pasaje de lasegunda cuando en real idad lo su st itu ye (pp. 517, 572-573, 652,
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4) Para no recargar excesivamente de notas el tomo i,y teniendo en cuenta que ésta no es todavía la edicióncrítica a la que aspiramos, sólo por excepción recogimosvariantes de la traducción francesa no incorporadas porEngels a la tercera y cuarta ediciones alemanas. Nuestrafuente en este caso fue una reimpresión moderna de latraducción de Roy: Karl Marx, Le capita l, lib. i (con
pró log o de Lou is Al th usse r), Par ís, Ga rnier-Fla mm a-rion, 1969. Consultamos también Karl Marx, Le capital, en Œuvres de Karl Marx - Écono mie , t. i (con notas deMaximilien Rubel), París, Éd. Gallimard, 1963. Pese a lasvirtudes, en muchos aspectos, de su aparato crítico, laedición de Rubel no puede utilizarse como fuente única
pa ra com par ar la vieja versión de Ro y con el tex to de lasediciones alemanas, ya que el editor — como lo indica enun nota— enmendó muchísimos errores del traductor sin
dejar constancia en todos los casos de esas alteraciones.5) Un difícil problema que se plantea en toda trasla
ción de El capital es el de las citas, que cuantitativamenteconstituyen una parte considerable del original. Es necesario distinguir dos casos muy diferentes:
a) En las ediciones alemanas del tomo i preparadas porMarx o Engels, la mayor parte de las citas que figuran en las notas al pie de página aparecen en el idioma originalde la obra extractada por Marx, sin traducción alemanaalguna; en las ediciones alemanas posteriores a la muertede Engels, a partir por lo menos de la “Volksausgabe” deKautsky (1914), casi todas esas transcripciones se tradu
jeron al alem án, supr imi éndo se los textos en inglés, francés,etcétera. (En Werke se aplica un criterio intermedio: lostextos originales de esas citas se incluyen en un apéndice.)
Mu tat is mut and is, seguimos en este punto la norma aplicada
660-661, 685); no registran en algunas páginas variantes terminológicas exactamente iguales a las que sí consignan en otros lugares
(pp. 560, 576, 579, 712, etc.); dejan de anotar otras variantes decierta importancia (pp. 119, 139, 580, 581, 603, 620, 652, 661,692-693, 705, 707, etc.); hay sitios donde ajustan el texto de lasegunda edición al de la cuarta sin indicarlo, como deberían, enlas subnotas (pp. 502, 539, 597, 601, 602, 670, etc.); registran comode la 3? y 4? ediciones variantes que ya figuraban en el apéndicede la 2? edición (pp. 112, 607). Con todo, aunque parcialmentefallido, la edición Ullstein constituye un primer intento de aproximación a una edic ión crí t ica de El cap ita l.
XIV
en la edición de Kautsky. No traducir esos textos habríavedado o dificultado el acceso a los mismos por parte demuchos lectores; mantenerlos en sus idiomas de origen dentro de las notas de Marx y traducirlos en subnotas habríaaumentado en exceso la complejidad de nuestra presentacióndel libro (ya peligrosamente parecida, por momentos, a lade Mo del o para arm ar ). En todos estos casos optamos,naturalmente, por la traducción directa (del inglés, francés, italiano, etc.) en vez de retraducir de las versionesalemanas que aparecen en las ediciones modernas.
b) Pe ro la soluc ión no tiene po r qué ser la mismacuando se trata de citas incluidas en el texto: la mayor
par te de ésta s no figu ran en inglés, francés, etc., en lasediciones cuidadas por Marx, sino que fueron vertidas porel autor al alemán. Cuando verificamos que la traducciónefectuada por Marx coincide exactamente con el textooriginal, nuestra traducción se basa en éste, no en aquélla.Si no coincide (en ocasiones Marx parafraseaba, en vezde citar), nuestra traslación se basa en la de Marx, noen el texto origin al.11 Nos hemos limitad o a registrar en lasnotas del editor (al final del volumen 3 del tomo i) parte de las variantes detectadas (fundamentalmente cuando lasmismas aparecen en citas de libros) y a señalar con puntossuspensivos entre corchetes (. . .] los cortes dentro de citascuando los mismos no fueron indicados por Marx (losindicados por éste aparecen como puntos suspensivos sincorchetes). Por último, cuando Marx traduce una cita y lamantiene además en el idioma original, hacemos otro tanto.Dejamos en el idioma de origen expresiones y citas literarias breves que Marx no traduce; en estos casos agregamos a continuación, entre corchetes, la traslación castellana de las mismas.
Para la confrontación de citas con sus originales noshemos valido, principal pero no exclusivamente, de una
11 Hay casos en que los comentarios de Marx a un a c i ta es tánligados , en mayor o menor medida, a las variantes introducidasen la misma; restaurar la segunda obligaría a modificar, e inclusoa suprimir, en ciertas ocasiones, los primeros. Es lo que Engelshizo, en algún lugar, cuando revisó el texto de la versión inglesa(en este caso era imperativa la restauración del texto original de todas las citas, abundantísimas, tomadas de obras e informes ingleses)y lo que hizo el propio Marx, en el caso de una cita de Mili, conmotivo de la segunda edic ión rusa del tomo i . Nosotros , por su pu est o, no po dí am os pe rm iti rn os lib er ta d alg un a co n el tex to.
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bu ena reedici ón mo der na de la versión inglesa del tomo ide El capital : Karl Marx, Capital A Critical Analysis of Capitalist Production, t. i, Moscú, Foreign Languages Pub-lishing House, 1954. Con motivo de la primera publicaciónde la misma, Eleanor Marx verificó las numerosísimastranscripciones de libros e informes oficiales ingleses quefiguran en la obra y restauró el texto original de los mismos; algunas de las citas que ella no pudo verificar lo hansido por los editores de Moscú. Advertimos al lector, contodo, que fundarse en esta edición presenta algún riesgo:en un par de casos comprobamos que la disimilitud entreel texto de una cita hecha por Marx en las edicionesalemanas y su presentación en la versión inglesa no sedebía a error de M arx, sino a descuidos — explicables enuna tarea tan dificultosa— de su hija Eleanor o de loseditores soviéticos.12
6) En cuanto a la traducción en sí misma, hemos procurado ceñirnos al texto original con la mayor fidelidad
posible, aun al prec io, aquí y allá, de sacrif icios estilíst icos.Probablemente Engels no estuviera en lo cierto cuandoafirmaba que su gran amigo era “el escritor alemán másdifícil de verter a otro idioma”,13 pero no cabe duda deque es un autor de ardua, laboriosa traducción, tanto porla versatilidad de la forma (Marx utilizaba con soltura ellenguaje literario y aplicaba con rigor la terminología demuchas ciencias, pero no le hacía ascos al habla cotidiana,salpicada de sabrosos modismos populares) como por ladensidad excepcional del contenido.
12 En la p. 46, n. 1, de la edición que manejamos, los editoressuprimieron las comillas a una c i ta breve de Adam Smith (que pr ec ed e a ot ra m uc ho m ás ex ten sa ) se gu ra m en te po r su po ne r qu e noera textual; lo es, sin embargo, sólo que en Wealth o f Nations aparece después, no antes, del pasaje de Smith que Marx extractaa continuación. En la p. 422, n. 143, de la segunda edición alemana figura una c i ta de Owen qué comienza con es tas palabras :“Since the general introduction of expensive machinery”, etc.; sise la confronta con la misma transcripción en Capital, p. 403, n. 1,
se observa que en ésta falta la palabra “expensive”. Pero a juzgar po r un a ed ici ón m od er na de la s Observations on the Effects of the Manufacturing System, de Owen, la palabra no fue interpolada
po r M ar x, sin o in de bi da m en te om iti da po r los ed ito re s de la ve rsi óninglesa. Hay, a la inversa, por lo menos cuatro casos en que nose corrigen descuidos de Marx en la transcripción de citas (pp. 406,545, 569, 588).
13 F. Engels , “Wie man Marx nicht übersetzen solí” , en Marx-Engels, Werke, t. xxi, 1962, p. 230.
XV I
Hemos tenido una preocupación especial por verter demanera correcta y uniforme los términos técnicos. Procuramos atenernos, en lo posible, a la recomendación deEngels: un término técnico debe traducirse siempre por una y la misma expresión en el otro idioma.1* (En latraducción de estos términos técnicos contamos con la im-
por tan te colab oraci ón de Mig uel Mur mis , defensor tenaz — a veces dem asiado inflexible, a nuestro juicio— de lanorma enunciada por Engels. Murmis leyó las primeras300 páginas de la traducción y contribuyó a establecer elvocabulario empleado en la misma.) La redundancia, sinembargo, es mucho más tolerable en alemán que en español, y de ahí que en ocasiones optemos, a título de ejemplo,
po r “jo rn ad a de tra ba jo ” en vez de la mu cho más frecuente“jornada labo ral”, X 9 ue empleemos “de dinero” comosinónimo de “dinerario”, o “mercantil” en vez de “de mer
cancía”, etc. Asimismo, para evitar las frecuentes anfibologías a que da lugar el uso reiterado de la preposición de, hay casos, por ejemplo, en que en lugar de la “forma demanifestación” (“Erscheinungsform”) de una cosa hablamos de la “forma en que se manifiéste” esa cosa, etcétera.
El propio M arx, por lo demás, ‘Sabía bien que “nohay ciencia en que sea totalmente evitable” el uso, porcierto inconveniente, “de los mismos termini technici ensentidos diferentes”. Puede ocurrir, también, que en una
pág ina de El capital se emplee determinada palabra comoexpresión técnica y poco más allá en una acepción comúny hasta coloquial: “einzeln”, por ejemplo, se utiliza enocasiones en un sentido rigurosamente filosófico de “singular” (como distinto de lo “particular” y lo “general”),mientras que en otras equivale simplemente a “individual”,“suelto”, “separado” .16 Y aunque no son frecuentes, haycasos en que Marx — que no vivía, por cierto, en un mundode marxistas— se deja llevar por lo que Engels llamabael “lenguaje económico corriente” (véase, aquí, p. 211 ynota 28 bis); llega incluso alguna vez a utilizar un término
14 Ib íd em .16 Compárese con la dificultad que en La ide olo gía ale ma na
pr es en ta la tr ad uc ci ón de la “A uf he bu ng de r A rb ei t” (li ter al m en te“abolic ión del t rab ajo”): según se entienda la palabra “Aufhebung”en su sentido vulgar o en su acepción técnica hegueliana (eliminación y conservación, supres ión que a l mismo t iempo mantiene) e ltérmino tiene significados diferentes.
XV H
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tan justa y duramente censurado por su amigo (en el prólogo a la tercera edición alemana) como “Arbeitgeber”(literalmente “dador de trabajo”) en el sentido de “patrón” .16 En todos estos casos, naturalmente, el traductordebe resistir la tentación de querer ser más marxistaque Marx.
La terminología marxiana ya ha tomado carta de ciudadanía en español y no hemos creído necesario ni oportuno introducir innovaciones radicales. Tuvimos en cuenta,no obstante, otra recomendación de Engels en su críticaa un intento fallido de traducir El capita l al inglés: “expresiones alemanas de nueva acuñación exigen expresionesinglesas de nueva acuñación”.17 Mantuvimos, así, algunostérminos ya empleados en nuestra traducción de los Grund-risse de Marx: vertemos Meh rarb eit por plust rabajo (en laversión de Justo “sobre trabajo”, en la de Pedroso “sobre-
trabajo”, en la de Roces “trabajo excedente”) y Me hrp ro-dukt por plu spro duct o (en Justo “producto neto”, en Pedroso “sobreproducto” y “producto líquido”, en Roces“producto excedente”). Y si en los Grundrisse tradujimoslos sinónimos alemanes Me hrw ert y Surpluswert por plu s-valía y plusvalor, respectivamente, aquí vertemos siempre
Me hrw ert (que de aquellos dos es el único que aparece) po r plusvalor (en Justo “supervalía”, en Pedroso y Roces“plusvalía”). De esta manera quedan morfológicamenteligadas categorías que lo están en alemán, pero no en lastraducciones castellanas anteriores de El capital: por unlado ¿»/«¿trabajo, ¿»/«¿producto, ¿»/«¿valor (Mehrarbeit, Mehrprodukt, Mehrwert); por otro lado valor y plusva/orTérminos como “supervalía” y “plusvalía” velan un tamola relación entre el Wert (que en español no se llama“valía” sino valor ) y ese incremento o “excedente porencima del valor originario” (subrayado nuestro — P. S.)al que Marx denomina Mehrwert (plusva/or). El capitalista, dice Marx, no sólo quiere producir “un valor de uso,
16 Marx-Engels , Werke, t . xxm, p. 486. En E l ca pit al, aunqueespaciadamente, aparecen expresiones similares y análogas: en elcaso de los patrones, Werk geben (dar trabajo), A rb ei t au sge be n (dar, distribuir o repartir trabajo), beschäftigen (ocupar, dar ocupación); en el caso de los obreros, A rb ei t su ch en (buscar trabajo).(Ibidem, pp. 303, 491, 486, 735.) “También a veces cabecea, soñol iento, e l buen Homero.”
17 “Wie man M arx . . . ” , p . 230.
XVIII
sino un valor, y no sólo valor, sino además plus valo r ”(subrayados de Marx); el valor, escribe en otro lugar, “sedistingue como valor originario de sí mismo como plusva/or”; el plusva/or es el valor del plusproducto; “el carácter de un valor en cuanto plusva/or muestra cómo llegó alas manos de su propietario, pero no modifica en nadala naturaleza del valor o del dinero” (subrayados nuestros — P .S.) .18 Si en estas frases sustituimos plusvalo r
por “su pervalí a” o “pl usv alía”, hab rem os velad o lige ramente el pensamiento que en Marx era diáfano.
De manera análoga hemos mantenido en castellano laimportante relación entre fre md y En tfr em du ng (ajeno yenajenación), que queda innecesariamente oscurecida cuando se traduce esta última palabra alemana por “alienación”.Oscurecimiento inevitable en francés (d’autrui-aliénation)y otras lenguas románicas que, a diferencia del español, no conservaron ningún adjetivo derivado del latín alienus (ajeno) y sólo han podido construir, sobre la base dealienare, alienatio, términos cultos y opacos del tipo de“alienar”, “alienación” (compáreselos con sus equivalentescastellanos trasparentes “enajenar” y “enajenación”).
No hemos creído conv eniente, en camb io, man ten er latraducción literal y única de M om en t empleada en la versión castellana de los Grundrisse ( “momento”). Por unlado, “momento” es sumamente anfibológico (más aun queen alemán, donde este M om en t es neutro y el Mo me nt temporal es masculino); por otro, es evidente que en distintos pasajes de El capital Marx usa ese término comosinónimo absoluto, según los casos, de Stufe (etapa, estadio, fase), Phase (fase), Elem ent (elem ento), etcétera .16
7) Hemos agregado, al final del presente tomo, másde trescientas notas de diversa índole: explicativas de términos desusados o de acontecimientos talvez poco conocidos u olvidados por muchos lectores, bibliográficas
18 Marx-Engels , Werke, t. xxm, pp. 165, 201, 169, 607, 605.19 Ib id em , pp. 26, 52 y 526. En la traducción inglesa del
tomo i , concienzudamente revisada por Engels, M om en t y su pluralse traducen por element(s) (pp. 48, 743), ph ase (s) (105, 138, 364),apparition (129), fa cto r(s ) (178, 559), ste p (485), fo rc es (503) y,last but not least, momento (751, dos casos). No aducimos el casode la traducción francesa porque en ella es normal que de unmismo término técnico a lemán se proporcionen varias —cuandono variadís imas— traducciones diferentes .
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lectores que logren salir airosos, como en las no infrecuentes conversiones de una negación en afirmación porhaber desaparecido el adverbio “no” (pp. 102, 187, 306,316, 466, etc.) o en los frecuentísimos errores de fechas(1870 por 1770, 1870 por 1735, 1876 por 1836, 1880
por comienzos del decen io de 178 0: todo s estos deslicesfiguran en sólo siete páginas —30 0-306— de la ediciónque comentamos). Sin duda, buena parte de estos yerrosno se deben al traductor sino a una corrección poco esmerada, pero no es éste el caso, seguramente, de los numerosos desaciertos de interpretación que oscurecen de manera directa el significado de textos de Marx o de losautores por él citados.
Talvez importe poco a la mayor parte de los estudiosos(no siempre comparten éstos la pasión del economista
Marx por la literatura, esa otra manera de aproximarsea la realidad y de comprenderla) que algunos personajesde Shakespeare sean difícilmente reconocibles en la versión de Roces (mistress Quickly se presenta, en la p. 14,
baj o el espes o velo germ ánico de “W ittib Hu rtig” , Ho tsp ur deja su lugar en la p. 72 a un impreciso “amigo de empinarel codo”) o que más de una cita del Fau sto se desdibuje
por entero (“ como si encerra se un alma en su cue rpo” , p. 146, en vez de “cu al si tuv iera den tro del cue rpo elamor”). Tampoco afecta lo esencial del texto que la pala
bra “Na gel” (“ clav o” ) se vier ta reg ular mente por “ag uja”(pp. 315, 389, 411, 459, etc.) o “Tapete” (“papel pintado” o “de empapelar” ) por “alfombra” (pp. 191, 192,236, 363-365, 398, 413, 458, etc.), ni que “Pottasche”(“potasa”) se traduzca por “ceniza” (p. 127) o “Schiffs-
baue r” ( “co nst ruct ore s de bar cos ” ) por “con stru ctoresde bobinas” (p. 569), etc. Pero las cosas comienzan a sergraves cuando el sustantivo “Zunahme” ( “aumento” ) setraduce por sus antónimos “disminución” (p. 595) y “descenso” (pp. 523, 533, 534), o “nimmt [ .. .] ab” ( “dis
minuya”) por “aumente” (p. 544) y “abgenommen”(“disminuido”) por “aument[ad]o” (p. 584). O cuandode ocho veces que aparece la misma expresión “Geldwert”(“valor del dinero”) en un solo párrafo del original alemán, se la vierte cuatro veces por “valor del dinero” y otrascuatro por “valor del oro” (p. 60). Si es comprensible queen la traslación de un libro tan denso como el de Marxse deslicen algunos desaciertos, parece excesivo que en una
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sola página, la 44 de la edición que examinamos, aparezcanentre otros estos errores e imprecision es:21
Dietz 85: In den a lt-asia tischen, antiken, usw.Produk tionsweisen.
Dietz 85: Unreife des individuellen Menschen
D i e t z 8 5 : au f u n mitte lbaren Herrschaftsu n d K n e c h t s c h a f t s v e r hältnissen
Dietz 85: Diese wirkliche Befangenheit
Dietz 85: des praktischenWerkeltagslebens
Dietz 85: Das Unzuläng
liche in Ricardos Analyse [ . . .1 —und es is t die best e
O sea: En los modos de pro du cci ón pal eoa siàt ico ,antiguo, e tc .
O sea: inmadurez delhombre individual
O sea: en relaciones directas de dominación yservidumbre
O sea: Esta inhibic ión[limitación, restricción]real
O sea: de la vida práctica, cotidiana
O sea: Las insuficiencias
en el análisis que [. . .]efectúa Ricardo —y elsuyo es el mejor—
FC 44: En los sistemasde producción de la Antigua Asia y de otros
pa íse s de la An tig üe da d
FC 44: carácter rudim e nta r io de ) hom breideal
FC 44: en un régimendirecto de señorío y esclavitud
FC 44: Esta timidez rea)
FC 44: de la vida diaria ,laboriosa y activa
FC 44: Cuán insufic iente
es el análisis que trazaRicardo [. . .1 —y el suyo es el menos malo—
Pero veamos unos pocos de los errores que, lamenta blemente, pululan po r tod o el libro:
Dietz 68: Bailey [. . .]wähn t [ . . .] vernichte tzu haben
Dietz 74: Um den rela-tiven Wert des allgemei-nen Äquivalents auszu-drücken, m ü s s e n w i rvie lmehr die Form IIIum ke hre n .
Dietz 91: Sie [die Waren] müssen also allseitigd ie H ä n d e w e c h s e l n .Aber dieser Händewechs el b i l d e t i h r e n A u st a u s c h , u n d i h r A u s tausch bezieht s ie a lsWerte aufeinander undrealisiert sie als Werte.
Dietz 106: jede Spur desWertverhältnisses
O sea: Bailey [. . .1 seimagina haber destruido
O sea: Para expresar el valor relativo del equi-valente general, hemosde invertir , antes bien,la forma III .
O sea: Por eso tienen todas* [las mercancías] quecambiar de dueño. Peroeste cambio de dueñoconstituye su intercam bio , y su int erc am bio lasre laciona recíprocamentecomo valores y las realiza en cuanto tales.
O sea: toda huella de lare lación de valor
FC 29: Bailey [. . .1 creehaber descubierto
FC 34: Para expresar el valor relativo del equi-valente general, no tenemos más remedio quevolver los ojos a la form a I I I .
FC 49: He aquí por quéunos y otros [¿los poseedores de mercancías?)tienen que darse constantemente la mano. Este apretón de manosforma el cambio, el cualversa sobre valores quese cruzan y se realizancomo tales valores.
FC 62: todas las huellasdel concepto de valor
21 En el siguiente cotejo, FC significa la ed. cit. de la versiónde Roces; Dietz equivale a la reimpresión del texto original em
pl ea do po r aq ué l: K ar l M ar x, Da s Ka pi ta l - K ri ti k de r po lit isc he n Ökonomie , Berlin, Dietz Verlag, 1959. Las traslaciones que damosaquí del texto alemán no siempre se ajustan, en cuanto al tenor literal, a las que de los mismos pasajes figuran en el cuerpo denues tra vers ión, ya que nos interesa que e l lec tor pueda compararcontenidos, no simples formas.
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Dietz 125: zersplitterte,gle ichzeitige und räumlich nebeneinander fa ll en d e ( . . .1 T e i l m e t a morphosen
Dietz 130: Details wieSchlagschatz
Dietz 130-131: Der Wegaus der Münze is t aber
Dietz 146: Boisguillebert,Marschall Vauban, usw.
Dietz 149: im W estender amerikanischen Felsengebirge
Dietz 159: Die Bewegungde s K a p i t a l s i s t da he rmasslos.
D ie tz 162: D e r W e r twird also pro zess iere nd er
We r t , pr oz e s s i e r e nde s Geld und als solches K a- pit al.
Dietz 171: Wucherkapi-tal
Dietz 175: Kusas Umwälzung
Dietz 177: Auch die ökonom isc he n K a te gor ie n
. .1 t r ag e n i h r e g e schichtliche Spur.
Dietz 201: se inen Dienern
D ie tz 207: U m die s e4 2/3 Millionen herauszubekommen
Dietz 236, 411, 535, 536:Mehrarbeit
Dietz 239: Da der Ar be its tag = a b + b coder a c is t
Dietz 261: das Bäckergewerbe [ is t] s te ts mitK a ndida te n überfüllt
Dietz 265: So ist endlichd i e S c h a u m b l a s e d e rTorysympathie für den st ä d ti sc h en — be ile ib enic ht de n ländlichen—Lohnarbeiter gepla tz t.
D ie tz 278; Es i s t d i eAgrikultur Westindiens
O sea: metamorfosis pa rciales, fragmentarias, simultáneas y espacialmente yuxtapuestas
O sea: detalles como elmonedaje
O sea: Pero e l caminoque sale de la casa dela moneda es
O sea.: Boisguillebert, elmariscal Vauban, e tc .
O sea: al oeste de lasMontañas Rocosas [, en No rte am éri ca, ]
O sea: El movimientodel capital es, por tanto,carente de medida.
O sea: El valor se vuelve , por tanto, valor en
pro ces o, din ero en pr o-ceso y, en cuanto tal,capital.
O sea: capital usurario
O sea: la revolución deCuza
O sea: También las ca tegorías económicas [. . .]llevan la señal de lahistoria .
O sea: a sus servidores
O sea: Para llegar a esos4 2/3 millones
O sea: plu str ab ajo [o,s e gún l a t e rm inolo gíae m p l e a d a p o r R o c e s ,“ trabajo excedente”!
O sea: Como la jornadalaboral es = a b + b c, o sea a c
O sea: la industr ia panadera está siempre con- ges tio nad a de aspirantes
O sea: Así estalló, porfin, la burbuja de lasimpatía tory po r el asalariado urbano, jen mo do alguno por el rural ,claro está!
O sea: Es la agriculturade las Indias Occidentales
FC 79: metamorfosis parciales desperdigadas, sinconexión alguna en eltiempo ni en el espacio
FC 83: detalles como laacuñación de moneda
FC 83: Pero e l caminodel oro para dejar deser. moneda es
FC 97: Boisguillebert,M a r s c h a l l V a u b a n yotros autores.
FC 99: en las montañasdel oeste de América
FC 108: El movimientodel capital es, por tanto,incesante.
FC 110: El valor se convierte , por tanto, en va-
lor progresivo, en dinero pro gre sivo , o lo que eslo mismo, en capital.
FC 118: capital a interés
FC 122: el destronamiento de Kusa
FC 123: Las categoríaseconómicas [. . .] dejantambién su huella histórica .
FC 144: a su Señor
FC 148: Para sustraersea estos 4 2/7 millones
FC 173, 321, 426, 428: plu sv alía
FC 177: Como la jornada de trabajo es = a b
a b { b e , o s e a ------
b c
FC 195: la industr ia panadera tiene s iempre ex -ceso d e d e m a n d a d e braz os
FC 199: Así fue comoesta lló, por f in, la bom ba de jab ón de la sim pa tía tory po r el pr ol etariado del campo —no
po r el de la ciu da d,¡Dios nos libre!—
FC 209: La agriculturade la India occidenta l
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Dietz 279: Zufuhr derArmen- und Waisenkinder aus den Workhouses
Dietz 283: Die Ordonnanzen wurden erlassen1836 bis 1858.
Dietz 301: In dem Ges e tz buc h, da s de r E influss der Sklavenhalter[ . . .1 dem Territoriumv o n N e w - M e x i c o a u fherrschte
Dietz 301: ShylockscheGesetz der 10 Tafeln
Dietz 303: System derOberaufsicht
D ie tz 310: Zw ölf Mä dchen bügeln und legena uf in e ine m kle ine nZimmer von ungefähr 10Fuss im Quadrat
O sea: suministro de niños pobres y huérfanosde los workhouses
O sea: Las ordenanzasse promulgaron de 1836a 1858.
O sea: En el código quela influencia de los esclavistas impuso al territorio de Nuevo México
O sea: ley shylockianade las Diez Tablas
O sea: sistema de vigilancia [o supervisión]
O sea: Doce muchachas pl an ch an y pli ega n enun cuartito de aproximadamente 10 pies por10 pies [o en un cuarti to cuadrado de aproximadamente 10 pies de
ladol
FC 210: envío a lasworkhouses de los huérfanos e hijos de pobres
FC 213: Estas ordenanzas fueron decretadas en1836, debiendo regir hasta 1858.
FC 228: En e l Códigoque imponía a l terr itoriode Nuevo México la influencia de los esclavistas
FC 228: shylockiana leyde las XII Tablas
FC 230: sistema de fa bri cac ión
FC 236: Doce muchachas planchando- y plegando en un cuartuchode unos 10 pies cuadrados 22
22 Es te error t iene un pasado, y has ta más de una docena de pa sa do s, co m o la riv al de lad y W in de rm er e. G en er ac io ne s delectores de E l ca pit al se han visto obligadas a creer que 12 muchachas (además de una es tufa) podían caber y has ta t rabajar en un“cuartucho” de 10 pies cuadrados, o sea de algo menos de un metro cuadrado, o que de 14 a 20 niños (véase p. 390 en Roces) podíancomprimirse de a lguna manera en otro “cuartucho que acaso notiene más que 12 pies cuadrados” (1 2 pies cuadrados = 1,11 m 2)o que un ser humano podría sobrevivir encerrado una noche (véase p. 58 5) en el eq ui va le nt e de “u na ca ja de 4 pie s cú bi co s” (0,11 m '1;se debió decir en un cubo de 4 pies de arista). Estos tres erroresse repiten en muchas traducciones de El ca pit al , por e jemplo enla versión de Roy prologada por Althusser (ed. cit., pp. 625, 336,505), en la anotada por Rubel (ed. cit., i, pp. 830, 1312, 1379-1380),en la i ta l iana de Delio Cantimori (11 capitale, Roma, Editori Riu-niti, 1970, i, 1, p. 323; i, 2, p. 178; i, 3, p. 144), en la de Pedroso(ed. cit., pp. 215, 345, 512), en la retraducción de Floreal Mazía(Buenos Aires, Cartago, 1973, pp. 297, 447, 662). La única excepción parcial que conocemos es la versión de Justo, quien se equivoca en dos casos (pp. 224, 539) pero acierta en uno (p. 360): “una pe qu eñ a pi eza , qu iz á no m ay o r de 12 pies en cuadro” (¡y no de12 pies cuadrados!). Como es natural, en cambio, esta familia deerrores no aparece en la versión inglesa de E l ca pit al, por la simple
razón de que aquí se reproduce el texto original de los informesofic ia les bri tánicos extractados y traducidos por Marx. En descargode tantos traductores de E l ca pit al señalemos que estos yerrosaparecieron también en . . . edic iones a lemanas de la obra (por lomenos hasta la segunda, ed. cit., pp. 301, 490, 720); en descargode Marx, digamos que es mucho más fáci l confundir entre s í lasexpresiones inglesas “feet square“ y “square feet” que las alemanas“Fuss im Quadrat” y “Quadratfuss” , y que en la fe de erra tas dela segunda edic ión e l propio Marx corrigió por lo menos dos deesos errores (los de las pp. 301 y 720).
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Dietz 324: Kohlenwasserstoffverbindungen
D i e t z 3 4 7 : n e b e nschlechten Aussenstän-den
Dietz 378: der funktionierende Arbeitskörper
Dietz 387: Sie [die Manufaktur} gipfe lte a lsökonomisches Kunstwerkauf der bre iten Grundlage des s tädtischen Handwerks und der ländlichhäuslichen Industrie .
Dietz 392: Luft machteigen
Dietz 394: des Schwungrads
D ie tz 442: We nn N otam Mann is t
Dietz 460: wodurch ihreA nz a hl da s Be dür fn i snach Arbeit überste igt
O sea: hidrocarburos
O sea: además de lascuentas incobrables
O sea: el cuerpo actuante del trabajo
O sea: [La manufactura! descollaba, como obrade artificio económica,sobre la amplia base delartesanado urbano y de laindustria doméstica rura l.
O sea : El aire hace siervo
O sea: del volante [orueda motriz]
O sea: En casos de emergencia
O sea: con lo cual sunúmero [el de los obreros adultos] resulta excesivo con respecto a lanecesidad de trabajo
FC 247: combinacionesde carbono
FC 267 : con la falta demercado
FC 293: la individualidad física del obrero
FC 300: Su obra de artificio económica [la dela manufactura] se viocoronada por la vastared del artesanado ur ban o y de la ind us tri adoméstica rura l.
FC 305: El aire hacedueño
FC 307: del grado deimpulsión [e l traductorlee Schwung-grad en vezde Schwung-rad]
FC 348: Cuando existe pe nu ria de ho mb res [ve rsión li tera l del modismoalemán, muy desafortunada aquí porque Marxanaliza un caso de ‘‘exceso55 de hombres y penur ia de “ t r a ba jo” !
FC 363: haciendo queaumente con ello la demanda de trabajo
[Aunque hasta aquí hemos incluido apenas un error decada cuarenta o cincuenta registrados —muchos son losllamados y pocos los escogidos— este cotejo ocupa yademasiado espacio. Veamos un puñado de ejemplos delresto del tomo i:]
Dietz 511: Subsumtiondes Produzenten
Dietz 529: Der “neue jur ist isc he Ra tte nk ön ig ”
D ie tz 609: Te i l de sMe hrprodukt s
Dietz 648: Gelüste nachm e n s c h l i c h e r F o r t e n t wicklung
Dietz 649: Hume auf se inem Sterbebett s ich mitLukia n und Whis t a m üsierte
O sea: subsunción [su bo rdi na ció n] del pr od uc tor
O sea: E] “nuevo em bro llo [o in trí ng uli s] ju r íd ic o”
O sea: pa rte de l plu s- pr od uc to [o del “p ro du cto excedente” ]
O sea: vele idades de unmayor progreso humano
O sea: Hume se entretenía en su lecho demuerte con Luciano y e lwhist
FC 406: absorción del pro du cto
FC 406: El “nuevo reyde las ra tas jurídicas”[traducción li tera l delmodismo alemán]
FC 489: parte del tra ba jo exc ede nte
FC 520: apetitos de perturbación humana
FC 522: en su lecho demuerte , Hume se divertía leyendo a Luciano ya Whist
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Dietz 696: Die Hälfteder Arbeiter im Strand[. . .] Dieser Strand
Dietz 562: Unterdes verlumpen und verkrankensie mit Mann und Maus
Dietz 727: G aleerensträfling
Dietz 731: Ebenso hierve r s c hle c hte r t e Wohn-l i c hke i t s - und s ons t igeV e r h ä l t n i s s e a n d e rQuelle der “Überzählig e n” .
D ie tz 760: e ine m be rühmten Juris ten jenerZeit , Sergeant Snigge
Dietz 771: Bauernlegen
D ie tz 789: S ie e robe r tdaher auch erst dem industr ie llen Kapita l den ga nze n inn ern M ar kt.
Dietz 789: [siel fragen,wie Gott den Kain nachseinem Bruder Abel, soden englischen Grundaris tokraten
Dietz 796: Die Überbesteuerung
Dietz 797: Wie die königliche Flotte , rekrutier e n s i c h d ie Fa br ike nvermittelst der Presse.
D ie tz 798: La nc a s hi r enamentlich, bis zu jenerZ e i t ve rg le ic hungs w e isdünn bevölkert und unfruchtbar
O sea: La mitad de losobreros del Strand [. . .]Este Strand [un conocido barrio de Londres]
O sea: Entre tanto, sedegradaban y enferma ba n un o tra s otr o
O sea: condenado a tra baj os for zad os
O sea: También aquí laexistencia de los “su pernumerarios” se debe a le m p e o r a m i e n t o q u e severifica en las condiciones habitacionales y enlas demás condiciones.
O sea: a un juris ta famoso de la época, el serg ean t [mejor ser jea nt]
SniggeO sea: expulsión de loscampesinos
O sea: Conquista por pr im er a vez pa ra el ca pi ta l in du str ial , pu es, to -do el mercado interno.
O sea: pr eg un tan a losa r i s tóc r a ta s rur a le s ingleses, como Dios a Caín po r su he rm an o Abel
O sea: La sobrecarga deimpuestos
O sea: Como la marinareal, las fábricas reclutan su personal por medio de la leva.
O sea: e s p e c i a lm e n t eLa nc a s hi r e —ha s ta e s aépoca re la tivamente poco
p o b la d o e im pr od uc tivo—
FC 560: En la costa , lamitad de los obreros[. . .] E sta cos ta
FC 562: Entre tanto, sellenaban de miseria y enfermedades, juntos hom
bre s y rat on es [se tra du celiteralmente el modismoalemán]
FC 585: forzado de galeras
FC 589: También aquíempeoran las condicionesde vivienda y las demáscondiciones de vida, porculpa de los “brazos so br an te s” .
FC 614: un juris ta famoso de la época, Sergeant Snigge
FC 623: asentamientosde campesinos
FC 637: Sólo ella conquista , por tanto, e l ca
pi ta l ind ust ria ] qu e ne cesita el mercado inte-rior íntegro.
FC 637: preguntan a losaris tócra tas rura les ingleses, como Caín a Dios[sic] por su hermanoAbel
FC 643: El encarecimiento excesivo de losartículos
FC 644: Las fábricasreclutan su personal, como la Marina real, pormedio de la pr ensa. 23
FC 644: Lancashire so bre tod o, que ha sta en tonces había s ido unaciudad [sicl relativamente poco poblada e im
pr od uc tiv a
23 La curiosa idea de que la R oy al N a vy rec lutaba sus marineros “por medio de la prensa” y no a palos (véase, en un buendiccionario inglés, los artículos pre ss, pre ssg an g, pr es s mo ne y, etc.)es patrimonio de las t raducciones españolas de E l ca pit al. Véase,además de Roces, Justo, p. 594, Pedroso, p. 562. También laed. cit. de Cartago, p. 737, aunque en la versión de Roy quele sirve de original (p. 562 en la ed. prologada por Althusser)la palabra pre sse aparezca subrayada, precisamente para hacer veral lector que no se la usa en su sentido más habitual, sino en elde leva {presse des matelots, por ejemplo).
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Dietz 804: Der Fort- O sea: El progreso de la FC 649: Los progresosschritt der In du strie industria l . . sustitu- de la industria l . . .] ,[. . .] setzt an die Stel- ye, con la unificació n re- hacen que el aislamientole der Isolierung der Ar- volucion aria de los obre- de los obreros por la bei ter du rc h di e Ko n- ros po r la aso cia ció n, su co nc ur ren cia sus titu ya sukurrenz ihre revolutio- a is lam iento provocado unión revolucionaria por nare Vereinigung durch por la competencia . la asociación,die Assoziation.
La desprolijidad que empaña los aciertos de Roces — y conv iene subra yar que pese a todo esos acierto s exis-ten, y que no son pocos — se man ifie sta tamb ién en lasdemasiado frecuentes omisiones de palabras, grupos de
palabr as, frase s y, o casional men te, pár rafos. Pa ra no extendernos sobre omisiones meno res, digamos que en la p. 152falta un párrafo que en Dietz, p. 210, ocupa 13 líneas,y que en la p. 468 se han omitido dos frases y ademásuna extensa nota (18 líneas en Dietz, p. 584). Estas ausencias se compensan, por así decirlo, con la inserción de
pequ eño s com enta rios o explicacio nes inte rpol ados porel traductor en el texto de Marx. Talvez se pueda disculparque en la p. 18 la palabrita alemana “so” (“así”, “de estasuerte” ) se transforme en “Es lo mismo que acontece enotro orden de relaciones, donde”, etc., pero parece totalmente inadmisible, para citar un par de casos entre muchos, que en la p. 426 se limite una tesis de Marx con laacotación: “Dentro del capitalismo”, o que en la p. 533el traductor explique, sustituyendo al autor: “Pero estecrecimiento no es constante, sino relativo”, etcétera.
Todo lo que antecede confirma, creemos, nuestra afirmación inicial: la versión de Roces, pese a sus méritos(sobre todo estilísticos, pero muchas veces también inter
pre ta tiv os ), debe utili zarse con precauc ión. Ello no significa desconocer el valioso aporte de Roces a la difusióndel pensamiento de Marx y, muy especialmente, el que hayasabido demostrar que la exposición de los temas económicose históricos más complejos no está necesariamente ligada ala chatura e insipidez del estilo, tan frecuente en otrasversiones de los clásicos.
Las dos últimas versiones castellanas del tomo i de El capita l constituyen una clara involución.24 Vergonzante-
24 No nos referimos aquí a la efectuada por un equipo de traductores anónimos supervisados por Raúl Sciarretta (Buenos Aires,Ediciones Corregidor, 1973), ya que de la misma hasta ahora sólose ha publicado un volumen que comprende los capítulos I-IV,
pr ec ed id os de un a in tro du cc ió n te ór ica de Lo ui s Al th us se r en la
XXVIII
mente en un caso y de manera semivergonzante en el otro,ambas versiones —la publicada por EDAF (Madrid, 1967)y la de Floreal Mazía para la Editorial Cartago (1973)—se basan en el texto francés de dicho tomo. Nada habríaque objetar, naturalmente, a una traducción castellana deltexto de Roy si la misma apareciera en el marco de unaedición crítica de todas las versiones del primer tomo.Pero cuesta entender las razones científicas que puedanllevar a desechar las versiones alemanas del tomo i, totalmente escritas por Marx, en beneficio de una traslaciónque en el mejor de los casos habría sido totalmente revisada por Ma rx y que, salvo agregados incorporab les (y en gran parte incor pora dos por Eng els) al cuerpo de la segund a edición alemana, es notoriamente inferior a ésta.
La reiteración de estas retraducciones — ¡como si no
hubiera una enorme masa de textos de Marx y Engelsescritos originalmente en idiomas más accesibles que elalemán y a la espera de su primera traslación al castellano!— hace necesario un análisis más profundo de laversión francesa en que se basan. En la defensa de éstase hace hincapié, a falta de argumentos más sólidos, enque Marx, tal como lo declaró en distintas oportunidades,la habría revisado totalmente. Riazánov aconsejó cierta vezque sometiéramos “a examen crítico las palabras de Engels, como las de cualquier historiador”. También las deMarx. Y el examen crítico muestra que es muy dudosoque esa revisión (el propio Marx, en su epílogo a Le capi-tal, destaca la despareja prolijidad de la misma) hayasido total: en la traducción de Roy existen errores —másadelante veremos algunos— que no podían escapar a laatención del autor si éste hubiese leído los pasajes corres
pon dien tes.Mucho más importante que determinar el carácter total
o parcial de la revisión efectuada por Marx, sin embargo,es establecer cuál fue la naturaleza de la misma. Sin duda,
gran parte de su labor (un “trabajo del demonio”, le escribiría a Sorge el 21 de junio de 1 872 )25 consistió enexpurgar parte de los errores de Roy, quien recibido al principio con los brazos abiertos como excélente traductor deFeuerbach, pronto motivó la acerba decepción de Marx y
que se recomienda “dejar deliberadamente de lado, en una primeralectura”, los capítulos i-m. Hemos seguido el consejo.
25 Marx-Engels, Werke, t. xxxm, p. 477.
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sus allegados.26 Pero Marx, como ya indicamos esquemáticamente, no se redujo a enmendarle las planas a Roy:
1) Por un lado, incorporó a la versión de Roy no poco s texto s nuevos , algun os de ellos ext rao rdinar iam ent eimportantes. Cuando Marx, en el epílogo a la edición francesa, escribe que ésta “posee un valor científico independiente del original” y que por ello “deben consultarla incluso los lectores familiarizados con la lengua alemana”,
se refiere prec isam ente a esos agrega dos.27 2) Por otr o lado, el objetivo de la revisión, como lo
dice expresa y reiteradamente Marx, fue “aclarar la cosaa los franceses” (carta a Sorge del 23 de abril de 1872),“acomodar al gusto del público francés” determinados pasajes (car ta a Danielson del 28 de mayo de 18 72), 28 volverla redacción “más accesible al lector [francés]” (epílogo
a Le cap ital ). A los errores de Roy no corregidos se sumó,así, la simplificación practicada por el propio Marx paraque su obra, lo esencial de su obra, resultara accesiblea ese público francés “tan impaciente por llegar a lasconclusiones” que podía desalentarse al ver que el caminoera más ard uo de lo que había ima ginado .29
20 “La traducción [francesa] de la primera parte del libro”, leescribe la hija mayor de Marx, Jenny, el 3 de mayo de 1872 aKugelmann, “no es tan buena como por la fama del t raductor,el señor Roy [.. .], teníamos toda la razón de esperar.” “El trabajoque me ocasiona revisar la traducción misma [de Roy] es increíble”,comunica Marx a Danielson e l 18 de enero de 1872. “Probablemente me habría dado menos trabajo s i desde un primer momentohubiera hecho yo mismo la cosa. Y encima, el resultado de talesemplastos y remiendos [Zurechtflicken] es siempre un frangollo.”Conceptos similares expresa en cartas a Sorge (21 de diciembrede 1872) y a Bolte (12 de febrero de 1873). ( Ib íd em , pp. 700, 560,552, 564.)
27 A la durísima crítica de Engels contra la versión francesa(“fuerza y savia y vida se han ido al diablo”, se ha adquirido“cierta elegancia” al precio de la “castración del lenguaje”) todolo que contesta Marx es: “Creo que encontrarás cosas sueltas
[algunas cosas, detalles: Einzelnes] que están mejor que en alemán”.( Ib íd em , pp. 94 y 96.)28 Ib íd em , pp. 469, 477.29 Prólogo a la edic ión francesa (carta de Marx a La Chatre ;
véase, aquí, p. 21). (La edición de Cartago sigue con tanta fidelidada su similar francesa que reproduce esa carta en facsímil de puñoy letra de Marx, en francés, sin traducirla al castellano. Requisitoeste que parecería tan imprescindible —o quizás tan prescindible—como traducir al español el cuerpo de la versión francesa.)
XX X
Revisión simplificadora de Marx y fallas del traductorse conjugan, pues, para convertir buena parte del texiofrancés en una vulgarización, y por momentos en unavulgarización defectuosa, de la obra original. Se desdibujay confunde la terminología, en general tan precisa, de lasversiones alemanas.30 Un “sich verwertender Wert” (24204, W 228, “valor que se valoriza a sí mismo” ) se transforma en “une valeur qui fait des petits” (TFA 165, Cartago 217 “un valor que engendra hijos”) ; la “Verwertungdes Werts” (24 614, W 618, “valorización del valor”) sereduce a la “accumulation” en TFA 428 (Cartago 565“acumulación”); “verwertet” (24 638, W 642, “valoriza”)se traduce por “fait fructifier” (TFA 675, Cartago 588“hace fructificar”) y la “Selbstverwertung des Kapitals”(24 379, W 386, “autovalorización del capital” ) se meta-morfosea en el “rendement du capital” (TFA 268, Cartago
357 “rendimiento del capital” ). Uno esperaría que si Marxantepone a esta última expresión, en otro pasaje del original alemán, el adjetivo “beständig” (“beständige Selbstverwertung des Kapitals”, 24 632, W 634), Roy deberíalimitarse a añadir a su traducción anterior del término elepíteto francés “constant”, pero no es así: nos habla ahora,inspiradamente, del “miracle, toujours renaissant, de sesvertus prolifiques” (TFA 438, Cartago 581 “el milagro,siempre renaciente, de sus virtudes prolíficas”). “Verwertung” (“valorización”) admite variadas equivalencias(no siempre demasiado equivalentes) en la versión de Roy,
pero es frec uen te que su pres enc ia resu lte tan enoj osa quese suprima la palabra o, incluso, la frase entera en que sehalla inserta: la “augenblickliches Verwertungsbedürfnisdes Kapitals” (24 267, W 284, “momentánea necesidad devalorización del capital”) se transforma en simple “besoinmomentané du capital” (TFA 203, Cartago 269 “necesidades momentáneas del capital”), lo que modifica, empo brecién dolo drá stic am ente, el sent ido de tod a la import antefrase en que está incluida esa expresión; de manera análoga, en las primeras líneas del capítulo vil (ix en la versiónfrancesa) se tacha la frase “o en otras palabras, la valori
30 En el cotejo siguiente, “2^” significa segunda edición alemana, ed. cit.; “W”, Marx-Engels, Werke, t . xxm; “TFA”, t raducción francesa prologada por Althusser, ed. cit.; “Cartago”, laversión de El ca pit al publicada úl t imamente por dicha editoria l .
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zación del valor del capital adelantado C” (subrayadosde Marx; cfr. 2? 201, W 226 y TFA 163, Cartago 21 5) .31
Estas vacilaciones y empobrecimientos se extienden prá ctic am ente a tod a la term inología cien tífi ca de E l capi-tal. La “Vergegenstándlichung der Arbeit” (2? 152, W181, “objetivación del trabajo” ) cede la plaza a “réaliserdu travail” (TF A 130, Cartago 174 “realizar trabajo” ).“Fronarbeit” (2? 228, W 250, “prestación personal servil”o “corvea” ) se traduce en el mismo párrafo de la versiónfrancesa una vez por “servage” y otra, con mayor imprecisión aun, por “serf” (TFA 181, Cartago 236-237 “servidumbre” y “siervo” ). El “potenzierte Arbeit” ( “trabajo po ten ciado” o “tr ab ajo elevad o a una pot enc ia” ) a veceses “travail puissancié”, pero otras “travail complexe”(cfr. 2? 325 y W 337 con TFA 237, Cartago 318 “tra
baj o com plejo” ). Un a “im man ente r W ide rsp ruch” (2? 426 -427, W 429-430, “contradicción inmanente” ) bien puedeconvertirse en una “contradiction intime” (TFA 294,Cartago 391 “contradicción íntima”). La “Arbeitsqual”o “Qual der Arbeit” (2® 670, 671, W 673, “tortura deltrabajo”, cfr. también W 674) se trasmuta en a) “travailforcé”, b) “souffrance” (TFA 472, Cartago 619 y 620“trabajo forzado” y “sufrimiento”), manera de traducirque dilapida la riqueza conceptual del original, porque el
31 Las dificultades en la traslación francesa de los derivadosde We r t (valor) guardan es trecha re lación co n la resistencia encarnizada que se oponía en Francia a la introducción de neologismos,incluso a los de irreprochable, raíz latina y perfecta formación,como es el caso de “valorisation” y “valoriser” (eran los tiem
po s, ap ro xi m ad am en te , en qu e Ba lza c im pu gn ab a un ve rb o ho y tanusual como “individualiser” o Victor Hugo censuraba, como de“mauvais style”, el término “individualité”, tal como dos siglos antesVaugelas había anatematizado una palabra tan normal, por as í decirlo, como “exactitude”, a la que tachó de “monstre”). El autorizado Di cti on na ire ét ym ol og iq ue de la lan gu e fra nç ai se de Bloch-Wartburg (43 ed. rev. y aum., Paris, 1964, p. 662) fecha en 1907 la pr im er a ap ar ic ió n co no ci da de l té rm in o valorisation. Pe ro M a rxno sólo fue un innovador en economía política, sino también, al pa re ce r, un cr ea do r de . . . ne olo gis m os fr an ce se s. H ar to , ev id en te mente, de las veleidades de Roy con la traducción de “Verwertung”,en el capítulo xxiv (publicado en 1874 ó 1875) de la versiónfrancesa ya había traducido “Verwertungsmittel” por “moyens [. . .]de valorisation” (subrayado por Marx), agregando a l pie de páginaesta comedida nota filológica: “Nos parece que la palabra valori- sa tio n expresaría con la mayor exacti tud e l movimiento que hacede un valor el medio de su propia multiplicación” (TFA 425 y 670).
XXXII
tormento del trabajo no se agota en el hecho de ser “forzado” y no todo “sufrimiento” es una “Arbeitsqual”, nimucho menos. Ni siquiera las categorías fundamentales del
pens ami ento econ ómico ma rxia no se salv an de esta con fusión generalizada: “Mehrarbeit” (“plustrabajo”) sueletraducirse por “surtravail” (en Cartago “sobretrabajo”),
per o no fal tan los casos en que se susti tuye ese térm ino po r una expresió n tan amb igua como “t ravai l ex tra ”, queel lector tenderá a asociar, como es obvio, al trabajo efectuado fuera de la jornada laboral “normal” (TFA 199,230, Cartago 263 y 309 “trabajo extraordinario”). Otrotanto ocurre con “Surplusarbeitszeit” (“tiempo de plustra baj o” ), expresión de la cual sin el menor esfue rzo hemosencontrado en Roy tres traducciones distintas (tan sin esfuerzo que dos de ellas figuran en el mismo párrafo):“temps extra” (?), “temps de travail extra” (?) y “temps
de surtravail” (cfr. 2? 207 y 241, W 231 y 262 con TFA167 y 615; en Cartago 219 y 248 una pequeña omisióncomplica algo más la cosa: “tiempo de trabajo excedente”,“tiempo de trabajo” y “tiempo de sobretrabajo” ).
Al uso de una terminología caótica y muchas vecesinapropiada se suman las frecuentes supresiones de frasesy párrafos (más raramente, de páginas). Dichas supresiones obedecen a motivos variados. La molesta polisemiade la palabra francesa “argent” (“plata” o “dinero”, segúnlos casos) parece haber sido la causa de un par de cortesen TFA 99 (Cartago 126, cfr. 2? 97 y W 131 ).32 A laintención de poner el texto al nivel filosófico del lectorfrancés —nivel que Marx no suponía particularmentealto— se debe, sin duda alguna, la poda de muchos delos pasajes en que es más patente la influencia de Hegelsobre el autor de El capital . Para no hablar de numerosassupresiones menores, digamos que una página y media desaparece, por ejemplo, en TFA 366 (Cartago 488, cfr. 2^532-533 ó W 533-534) y que otra página aun más hegue-lianizante es suprimida en TFA 422 (Cartago 558, cfr. 2?
607-608, W 609-610). El deseo de no herir el orgullonacional del lector francés es, muy probablemente, lo
32 Véase la nota (TFA 587-588, omit ida en Cartago 84) dondeMarx explica lo confusas que resultarían en francés expresionescomo “forme argent de l’argent” (¿forma dinerada de la pla ta ,forma argéntea del dinero?) o “l’or devient argent” (que podríainterpretarse, equivocadamente, como la pesadilla de un alquimista).
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que indujo a Marx a reducir a una frase la lapidaria notadedicada a Comte en la primera edición.33 Consciente dela popularidad de Proudhon entre los obreros franceses, elautor eliminó, atenuó o despersonalizó muchas de las críticas más mordaces contra aquél.34
Un cotejo pormenorizado entre las ediciones alemanasy la francesa ocup aría .demasiado espacio. Basta rá unadocena de ejemplos, creemos, para que el lector advierta
po r sí mismo algu nas de las carencias y simpl ificacionesde la versión francesa. Para no complicar esta confrontación no la hacemos entre el original alemán, la traducción de Roy y sus respectivas traslaciones castellanas, sinosimplemente entre estas dos últimas:
2* 49, W 86: Lo misterioso de laforma mercantil consiste sencilla
mente , pues, en que la misma re-tle ja ante los hombres e l caráctersocia l de su propio trabajo comocaracteres objetivos inherentes a los pr od uc to s de l tra ba jo , com o pr o pi ed ad es soci ales na tu ral es de di chas cosas, y por ende, en que tam bié n ref lej a la rel aci ón soci al qu emedia entre los productores y e l tra ba jo glo bal , co mo un a rel aci ón soci alentre los obje tos, existente a l margende los productores. Es por medio deeste quid pro quo como los productos del trabajo se convierten en mercancías, en cosas sensorialmente su
pra sen sib les o soci ales.
TFA 69, Cartago 87: He ahí por quééstos [los productos del trabajo] se
convierten en mercancías, es decir,en cosas que se perciben y no se pe rci be n, o cosas soci ales.
33 Esta nota también aparece abreviada en la segunda ediciónalemana (2? 342), que se publicó poco antes de la versión francesay, en general, le sirvió de base. Pero como lo demuestran numerosascartas de Marx y Engels (ver por ejemplo We r k e , t. xxxm, pp. 432,453, 457, 465, 469, 495, etc.), Marx trabajó a la vez en la preparación de las dos ediciones (corregía pruebas de la alemana yoriginales de la francesa) o, más exactamente, de la primera partede ambas edic iones . No podía quedar en la vers ión a lemana unanota suprimida en la francesa por esos motivos. A razones similaresse debió, muy verosímilmente, el que se eliminara de la segunda
edición alemana una referencia polémica sobre “el semirruso ymoscovita perfecto Herzen”, ya suprimida en la versión rusa de El ca pit al (marzo de 1872).
34 No deja de ser curioso que los editores de la versión francesa ut i l izada por Cartago se manifies ten muy preocupados porres taurar en notas e l ant iprudonismo de Marx, pero no su anti-comtismo.
XXXIV
2* 71-72, W 107-108: El comportamiento puramente a tomístico de loshombres en su proceso soci al de
f»reducción, y por consiguiente iaigura de cosa que revisten sus pro
pia s rel acio nes de pr od uc ci ón —f igu ra que no depende de su control, desus acciones individuales conscientes— se manifiesta ante todo en quelos productos de su trabajo adoptanen general la fo rm a de me rca ncí as. El enigma que encierra e l fet ich e del dinero no es más, pues, que elenigma, ahora vis ible y deslumbrante, que encierra el fetiche de lamercancía.
2* 133, W 165: El valor adelantadooriginariamente no sólo, pues, seconserva en la c irculación, s ino queen ella modifica su magnitud de valor, adic iona un plu sva lor o sevaloriza.
[Pasaje suprimido en TFA 82, Cartago 105.]
TFA 118, Cartago 159: En consecuencia, el valor anticipado no sólose conserva en la circulación, sinoque además modifica en e lla su magnitud, le agrega algo, se valoriza.
[El plus valo r del texto original se convierte en simple
“plus” (excedente) en la versión francesa y en “algo”en la de Cartago.]
2* 134, W 166: Si se trata, por consiguiente , de valorizar el valor, existela misma necesidad de valorizar las£ 110 que [as £ 100, ya queambas sumas son expresiones limitadas del valor de cambio, y portanto una y otra t ienen la mismavocación de aproximarse , medianteun incremento cuantita tivo, a lariqueza absoluta .
2* 150, W 180: El capital, por ende,no puede surgir de la c irculación, yes igualmente imposible que no surjade la c irculación. Tiene que brotara l mismo tiempo en e lla y no enella.
2* 163, W 192: El trabajo es, en pr im er lu ga r, un pro ces o en tre elhombre y la natura leza , un procesoen que e l hombre media , regula ycontrola su metabolismo con la natura leza .
2* 593, W 596: El obrero mismo, po r co ns igu ien te, pro du ce con sta ntemente la riqueza obje tiva comocapital, como poder que le es a jeno,
que lo domina y lo explota , y e lcapitalista, asimismo, constantemente pr od uc e la fue rza de tra ba jo como fu en te su bje tiv a y abstracta de ri-queza, separada de sus propios medies de objetivación y efectivización,existehte en la mera corporeidad delobrero; en una palabra , produce a ltrabajador c om o as alar iado. Estaconstante reproducción o perpetua-ción del obrero es la [conditio] sine qua non de la producción capita lis ta .
TFA 119, Cartago 159: En cuantoel aumento del valor es el objetivofinal del movimiento, 110 esterlinasexperimentan la misma necesidad decrecer que 100.
[Pasaje suprimido en TFA 128, Cartago 173.]
TFA 139, Cartago 187: El trabajoes, ante todo, un acto que se desarrolla entre e l hombre y la naturaleza.
TFA 413, Cartago 547: La continuidad o repetic ión periódica del
pro ces o de rep ro du cc ió n ca pit ali stareproduce y perpetúa , por lo tanto,
la base: e l trabajador en su calidadde asalariado.
x x x v
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2* 612, W 617: En el capítulo anterior consideramos el plusvalor, o ensu caso el plusproducto, sólo como fon do individual de consumo del capitalista', en este capítulo, hastaaquí, únicamente como fon do de acumulación. Pero no es ni unacosa ni la otra, sino ambas a la vez.
TFA 427-428, Cartago 565: Hastaaquí hemos encarado la plusvalía ,ora como fondo de consumo, oracomo fondo de acumulación del ca pi tal ist a. Es un a y ot ra cosa a la vez.
2* 614, W 618: í. . .1 condic iones materiales de producción que son lasúnicas capaces de constituir la base real de una formación socia l superior cuyo principio fundamental seael desarrollo pleno y libre de cadaindividuo.
TFA 428, Cartago 565: í . . condiciones materiales que son las únicascapaces de formar la base de unasociedad nueva y superior.
2* 619, W 623: En la misma medidaen que le es a jena la “ contradicción”hegueliana, fuente de toda dia léctica, Mili se siente como un pez enel agua en medio de las contradicciones más vulgares.
[Pasaje suprimido en TFA 672.]35
2* 632, W 634: Todas las potenciasdel trabajo se proyectan como potencias del capital, así como todaslas formas de valor de la mercancíalo hacen como formas del dinero.
[Pasaje suprimido en TFA 438, Cartago 583.1
2* 646, W 649: No pueden ocurrirlas cosas de otra manera en un modode producción donde e l trabajadorexiste para las necesidades de valorización de valores ya existentes, envez de existir la riqueza objetiva pa ra las nec esid ade s de de sar rol lo deltrabajador.
TFA 448, Cartago 595: ¿Y cómo po dr ía ser de ot ro mo do , cua nd oel trabajador sólo existe para aumentar la. riqueza aje na, cread a por él?
2» 671 (en W 674, ligeras diferencias de redacción): [ la condic ión deexistencia del asalariado es la] venta de su fuerza de trabajo pa ra au m en tar la r iqueza a jena o para la au-tovalorización del capital.
TFA 471, Cartago 619: [ la condic iónde existencia del asalariado esl laventa de su fuerza.
No creem os que sea necesario pro long ar esta con fro ntación abrumadora. La lealtad con nosotros mismos y conel lector nos obliga, en cambio, a señalar que ett no pocos
pasa jes el texto fran cés resis te bien la com paración con las
15 En Cartag o 571 este pasaje aparece directamente in corporado al cuerpo de la nota, sin indicación de que se lo ha tomadode las ediciones alemanas. En supresiones de este tipo se basaLouis Althusser, sin duda, para sostener, por interpósita persona,que “la dialéctica de Marx no tiene nada que ver con la de Hegel"(ver Louis Althusser, “Rudiments de bibliographie critique”, en K.Marx, Le ca pit al, ed. cit., p. 29); Marx, en cambio, creía que la“contradicción” hegueliana era la fuente de toda dialéctica.
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versiones alemanas y que en ciertos casos aislados las su per a.36 Veamos un par de ejemplos:
2* 386, W 393: Es, en realidad, mucho más fácil hallar por el análisisel núcleo terrenal de las brumosasapariencias de la re ligión que, a lainversa , partiendo de las condic ionesreales de vida imperantes en cadaépoca, desarrollar las formas divinizadas correspondientes a esas condiciones. Este último es el único método materia lis ta , y por consiguientecientífico.
TFA 637-638, Car tago 362: [. . .1Es mucho más fácil encontrar poranálisis el contenido, el núcleo terrenal de las nebulosas concepcionesde la re ligión, que hacer ver, porun camino inverso, cómo las condiciones reales de la vida se revisten
po co a po co de un a fo rm a eté rea .Ése [en francés “c’est la” : “éste” ,“este último” ! es el único métodomaterialista y por lo tanto científico.
[En la versión alemana Marx parecería proponernos unamisión más bien irrealizable: hallar o desarrollar, porejemplo, las para nosotros desconocidas concepciones religiosas de los hombres del paleolítico a partir de sus condi
ciones reales de vida, que sí conocemos con cierta aproximación; en la versión francesa el autor propone una tareadifícil, pero claramente factible.]
2* 515, W 512: El desarrollo de lascontradicciones de una forma histórica de producción, no obstante , ese l único camino histórico que llevaa la disolución y transformación dela misma.
TFA 351, Cartago 466: Pero e l únicocamino real por e l cual un modo de pr od uc ció n y la org an iza ció n socia lque le corresponde marchan a sudisolución y su metamorfosis es eldesarrollo histórico de sus antagonismos inmanentes. Éste es el secretodel movimiento his tórico que losdoctrinarios, optimistas o socialistas,no quieren comprender. [Esta últimafrase , que fa lta en Cartago, la tomamos de la versión francesa.]
Ahora bien, si se exceptúa la existencia de algunasvariantes que, como las que hemos señalado, deberían sercuidadosamente relevadas y luego incorporadas en notasa una edición crítica de E l capita l, no quedan más razoneslegítimas que las afectivas para explicar el hecho de queen Francia se siga editando, en vez de una traducción científica del libro, la defectuosa versión de Roy. Hasta inves
tigadores como Althusser —cuyas tesis antiheguelianas se bene fician dire ctamen te, por así deci rlo, de la desheguelia-nización del texto francés— recomiendan “a quienes puedan hacerlo” la lectura del “texto alemán”, “porque Marx,
36 No nos referimos aquí , obviamente , a los agregados deMarx incorporados por Engels a la tercera y cuarta edic ionesalemanas, sino precisamente a las variantes que Engels, por lasrazones que fuera , no tuvo en cuenta .
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que dudaba de la capacidad teórica de los lectores franceses, en ocasiones atenuó peligrosamente la nitidez delas expresiones conceptuales originales”.37 ¿Por qué, entonces, no verter el texto alemán al francés, para que quieneshoy no pueden hacerlo tengan acceso, por fin, a las expre- sion es conc eptuale s originales en toda su nitidez?™
Pero si los franceses pueden sentirse ligados a la versión de Roy por razones afectivas (“le cœur a ses raisonsque la raison ne connaît point”), éstas, suponemos, nohan de ser las de más peso cuando se trata de los editoresde Roy en español. Es justo reconocer que en el caso dela edición de Cartago —ya estemos ante notas originaleso tomadas de Éditions Sociales— se hace un módicoesfuerzo por corregir algún error de la versión francesa(p. 113, n. 16) o rescatar alguna variante breve o notasde las ediciones alemanas (por ejemplo en pp. 103, 111,122, 149, 506 y otras). Pero esas notas del editor suelenser confusas y muchas veces parcial o totalmente erróneas.Se atribuyen a la “14 ed. alemana de El capita l ” pasajesque figuran en todas las ediciones alemanas de la obra(pp. 103, 111, 500, etc.). Involuntariamente, no cabe duda,el editor se anexa en la p. 38, n. 1, una nota que en realidad es de Engels y en la p. 116, n. 19, un comentario cuya pat ern ida d suele atr ibu irse a Ma rx .39 En la p. 47 0 se delimita mal (quedan tres, prácticamente cuatro párrafos fuera) un largo pasaje añadido por Marx a la traducciónfrancesa e incorporado por Engels a la cuarta (no a latercera) edición alemana. Una nota de la p. 596 es un
37 “Av ertissem ent. . en ed. cit., p. 19.38 Ratifica la superioridad del “texto alemán” sobre la vieja
vers ión-francesa e l hecho de que es perfectamente pos ible incor p or ar a aq ué l lo s ag re ga do s y va ri an te s va lio so s de és ta — y lasedic iones a lemanas cuidadas por Engels son un primer e importante pa so en esa di re cc ió n— , pe ro pr ác tic am en te im po sib le ef ec tu arla tarea inversa . E llo “habría quebrantado la armonía del texto” ,reconocen los mismos prologuistas de Éditions Sociales que, asom br os am en te , no ven “m ot iv os pa ra pr ef er ir [a la de Ro y] un atraducción francesa hecha de las ediciones alemanas más recientes”.(Cartago, p. 16.)
39 En compensación, seguramente, se mantiene con toda fidel idad una vie ja erra ta de la t raducción francesa (se omiten lascomillas de una cita y la frase donde se explica la autoría de lamisma), con lo cual cinco líneas de Gustav von Gülich sonatribuidas a Marx (cfr. TFA 559 y Cartago 734 con 24 785 yW 781-782).
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compendio perfecto de inexactitudes: sostiene que unextenso pasaje (mal delimitado, además) “figuraba en notaen las dos primeras ediciones alemanas” y que “Engelsse inspiró en la edición de Roy para integrarlo al textode la 34 y 44 ediciones alemanas”. Sin ser escépticos pornaturaleza, nos parece más bien difícil que en las edicionesalemanas de 1867 y 18721873 pudiera figurar un fragmento en el que se transcribe extensamente un artículoinglés de 7574; en cuanto a Engels, éste no parece haberseinspirado demasiado en la “edición de Roy”, al menos enese punto, ya que no integró el pasaje aludido ni al textoni a las notas de ninguna de las ediciones cuidadas por él.(Se trata, en realidad, de un agregado hecho por Marx a laversión francesa y no recogido en las ediciones alemanas
pos ter ior es. ) Tamp oco “fig uraba en no ta en la 14 y 24 edi
ciones alemanas” el pasaje al que se refiere el editor enCartago, p. 600; es, realmente, otro agregado a la versiónfrancesa, agregado que Engels (en contra de lo que se diceen la nota del editor) no “reintegró” sino incorporó al textode la tercera y cuarta ediciones alemanas. Nadie estáexento de cometer errores, naturalmente, pero cuesta entender la utilidad de un aparato crítico que en vez deaportar información correcta al lector no especializadosuele desorientarlo.
Señalemos, por último, que la afirmación del traductor 40 de que “todos los textos utilizados por Marx [ . ..]han sido traducidos de sus respectivos idiomas”, de que“no hay textos retraducidos” (subrayados de Mazía) esen primer término curiosa, porque no parece muy lógico preocu parse tan to por tra duc ir directamente a los aúto rescitados por Marx cuando se retraduce a Marx mismo, y ensegundo lugar inexacta. Dicha afirmación parece fundarseen una lectura apresurada del prólogo de Éditions Sociales,donde de ningún modo se dice, por ejemplo, que los editores franceses hayan segui do “todas las correcciones de
citas hechas por Eleanor Marx”, etc., sino tan sólo que lastuvieron “muy en cuenta”; corrigieron las versiones francesas de esos textos (ingleses) cuando tales versiones “diferían en forma palpable” de la traducción alemana de losmismos en la cuarta edición, cuidada por Engels, y, en
40 “Cómo se tradujo la genia l obra de Marx, explicado porFloreal M azía” , en Nu es tra Pa lab ra, Buenos Aires, octubre de 1973.
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8/15/2019 El Capital (Tomo I, Volumen I), Karl Marx
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algunos otros casos, cuando a juicio de ellos en la traslación francesa de esos textos “se presentaban contrasentidos manifiestos”, etc. Una rápida compulsa entre unaveintena de las citas que aparecen en la edición de Cartagoy sus originales (tal como figuran, para el caso de lostextos de ese origen idiomàtico, en la versión inglesa deltomo i), arrojó el siguiente resulta