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Título del documento: Ciudad de Medellín: realidades institucionales y límites
ideacionales del gobierno abierto1
Documento para su presentación en el VIII Congreso Internacional en Gobierno,
Administración y Políticas Públicas GIGAPP. (Madrid, España) del 25 al 28 de
septiembre de 2017.
Autor(es): Corrales Acosta, Franci M
Email: [email protected]
Twitter: @hischis
1 La presente ponencia es un avance de la investigación: Cambio de las políticas públicas de gobierno
abierto: Caso Medellín 2000-2016, para optar el título de Magíster en Políticas Públicas de la Facultad de
Ciencias Sociales (FLACSO sede Ecuador).
Resumen/abstract:
El Estado se ha visto impelido a generar procesos innovadores para atender a los
acelerados cambios y la emergencia de multiplicidad de cuestiones que afectan el
mundo de la vida. En este sentido, cobra relevancia la pregunta ¿qué tan preparado está
el Estado para pasar de una administración tradicional, encargada de las operaciones
organizativas a una administración con líderes que crean valor público y los que se les
demanda innovación?. Se sostendrá que, por un lado el diseño organizativo del Estado
limita la acción de los actores, porque en la carrera por implementar medidas
anticorrupción y de transparencia, se crean normas que eleva el control sobre la función
pública y crea mayores responsabilidades para los intermediarios que llegan a cumplir
un rol de cuasi-gobierno. Por otro lado, los actores técnicos-profesionales, se están
formando en lógicas administrativas que llevan implícita la innovación, no como una
teoría sino como habilidad, conocimiento y acción y es, en esta perspectiva amplia,
cuando las ideas encuentran su límite.
Palabras clave: gobierno abierto, ideas, instituciones, innovación, Medellín, política
Nota biográfica:
Autora:
Franci M. Corrales Acosta
E-mail: [email protected]
Título de pregrado: Sociología
Título de posgrado: Magister en Ciencias Políticas
Universidad: Universidad de Antioquia
Ciudad: Medellín
País: Colombia
Año: 2016
Filiación Institucional: Estudiante de Maestría de Políticas Públicas de la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales –FLACSO- Sede Ecuador.
El presente artículo es producto de la reflexión temática desarrollada para la tesis de la
Maestría de Políticas Públicas: Cambio de las políticas públicas de gobierno abierto:
Caso Medellín 2001-2016. En la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales –
FLACSO- Sede Ecuador.
I. Introducción
Tal parece que la innovación se ha instalado en el lenguaje público como una forma de
llevar a cabo los desafíos de una sociedad que está en continuo cambio, interconectada y
que ha diversificado el mercado del conocimiento. Pero los cambios en la
administración pública, han sido una constante que le ha acompañado históricamente,
toda vez, que la renovación de cada gobierno trae consigo unos desafíos políticos para
los cuales, parece, la gestión pública no se ha adaptado. Así que, la demanda por la
innovación es una exigencia de múltiples entradas a la que no es sencillo dar respuesta.
Además, la naturaleza logra tener un efecto invaluable en esos cambios cuando decide
tener una expresión de desencanto con los cursos de acción de un territorio, este es el
marco extremo de las emergencias que requieren acciones inmediatas. Pues estas
pueden ocasionar efectos inesperados que demandan no solo atender la emergencia, sino
que sugiere una dosis de innovación.
En este sentido, cobra relevancia la pregunta ¿qué tan preparado está el Estado para
pasar de una administración tradicional, encargada de las operaciones organizativas a
una administración con líderes que crean valor público y los que se les demanda
innovación?. Se sostendrá que, por un lado, el diseño organizativo del Estado limita la
acción de los actores, porque en la carrera por implementar medidas anticorrupción y de
transparencia, se crean normas que eleva el control sobre la función pública. El efecto
más cercano es la coexistencia de formas de gestión pública: burocrática, gerencial y de
gobernanza que termina por priorizar las responsabilidades de entidades que llegan a
cumplir un rol de cuasi-gobierno, que profundizan la desconfianza.
Por otro lado, el efecto institucional de la acción pública entra en contradicción con los
actores técnicos-profesionales que se están formando en lógicas administrativas que
llevan implícita la innovación, no como una teoría sino como habilidad, conocimiento y
acción quienes no encuentran legitimidad para actuar, es allí donde las ideas encuentran
su límite.
Instituciones realidades sostenibles
El institucionalismo sociológico ha introducido el proceso organizativo al análisis de la
política, en especial para exponer en qué medida la norma y valores estructuran las
conductas y por tanto, las decisiones de los individuos. Los institucionalistas, proponen
dos dimensiones: una cultural, constituida por valores y creencias; y una estructural,
entendida como las formas en que las instituciones se relacionan con la sociedad, los
individuos y el Estado. De esta manera, el individuo está determinado (incluyendo sus
conductas, intereses e ideas), por la cultura, las normas y valores. La premisa de esta
corriente es la actuación de los actores fundada en la “lógica de lo adecuado”.
El rol de las instituciones entonces es clave para la definición de los cursos de acción.
De acuerdo con March y Olsen (1997) es este marco de interpretación que evidencia
una relación recíproca entre política y sociedad, una interdependencia que hace de las
instituciones una dinámica parmente. Según lo señala Peters las instituciones son el
rasgo estructural de la sociedad o de la forma de gobierno tanto en su carácter formal
(reglas, normas, leyes, ministerios) como informal (costumbres, hábitos, prácticas
aceptadas por un grupo). Sin embargo, pese a la relación reciproca con la sociedad, las
instituciones trasciende los individuos, haciendo de las interacciones, un rasgo
predecible fundamentalmente porque las instituciones suponen sostenibilidad en el
tiempo, valores compartidos y pertenencia.
La innovación paradojas y realidades
La estructura organizativa del Estado se ha afianzado a lo largo de la historia. Este
proceso de desniveles ajustes y desajustes ha representado, por lo menos, en los últimos
30 años una tendencia fuerte a centrar la atención en la “organización de la
desconfianza”2 (Elster). No significa que sea un tema nuevo, por el contrario, siendo
parte de organización del Estado y que ha acompañado su desarrollo, por ejemplo el
sistema de pesos y contra pesos; lo que se ha renovado es sus perspectivas y
orientaciones. En otras palabras, asistimos a un momento en el que la sociedad ha hecho
uso de mecanismos de vigilancia que ha perfeccionado el Estado y las multinacionales
hacia afuera y, están virando hacía el Estado mismo. Es como hacer que el ojo se mire
así mismo. No obstante, emerge de este viraje unas interesantes paradojas:
Mientras crece las demandas ciudadanas en volumen y en diversidad, el
funcionario público tiene que lidiar con la desconfianza pública. La sociedad no
confía ni en la capacidad ni en la intensión innovadora del funcionario técnico –
burócrata –. A menudo se piensa que, el funcionario público maximiza los
2
beneficios en favor propio o, del político electo (Moore 1998). Sin embargo, la
innovación se le admite al directivo político.
Así que, de este se origina otra paradoja: se demanda al político la innovación,
pero quien está en la cotidianidad de la implementación de las políticas públicas
son los funcionarios técnicos. Ahora bien, la diferencia entre funcionario técnico
(burócrata) y un directivo político, es decir, la diferencia teórica y práctica entre
política y administración constituyen más una dificultad para la gestión, que una
posibilidad. Según Moore, la sociedad no está preparada para exigir que la
innovación produzca valor público (Moore 1998, 44).
Por lo tanto, emerge la paradoja discrecionalidad vs transparencia, la primera
como competencia de los políticos que siguen siendo amplia. Mientras, la
segunda afecta funcionario público (técnico). Se constriñe con mecanismos de
control que, por un lado, le exige atender a las demandas del ciudadano como si
se tratase de un cliente, en otras palabras satisfacer el cliente. Y por otro, se le
exige responder “legal y éticamente al Estado” haciendo que en ocasiones no
coincidan las demandas de los ciudadanos con las decisiones de política (Peters
1995).
Estas paradojas se cierran con el secreto y la transparencia. En esta, el centro
son los mecanismos que hay a disposición para el control de la acción política.
Mientras la sociedad del conocimiento, una sociedad tecnologizada y cambiante,
exige innovación y respuestas a los emergentes problemas, el Estado
permaneces rígido, al menos eso evidencia la normatividad.
Como se verá más adelante, estas paradojas se conjugan en una serie de prácticas
institucionales que no son ni homogéneas ni predecibles, por lo que, este ponencia se
presenta como una aporte a la discusión que un requiere mayor profundidad y por
supuesto, otras perspectivas de análisis.
1. La idea de gobierno abierto: una gran paradoja
La paradoja entre secreto y transparencia, va más allá de la discrecionalidad como una
cuestión de seguridad nacional. Como se mencionó anteriormente, los mecanismos que
se han perfeccionado en el Estado, se están volviendo hacía él. Esto es posible si se
tiene en cuenta que hoy la discrecionalidad no es un discurso que revista un valor
público en sí. Ni se promueve un estado de cosas que favorecen el rol invisible de la
burocracia que sí lo era en palabras de Bobbio para El Príncipe de Maquiavelo (Bobbio
1986, 69). Este era un buen referente de la racionalidad tradicional, incluso la
racionalidad carismática de Weber operaba bajo este privilegio, o en palabras de Ramió
las prácticas de spoils system que configura el modelo de patronazgo y clientelar (2016,
2-3).
Contrario a este sistema de prebendas y de “poder invisible” en el campo político actual,
la transparencia se ha constituido en un principio fundamental que integra la
información y el conocimiento como proceso de ajuste al rol del Estado y del
ciudadano. El giro que esto significa, genera la posibilidad de abrir el gobierno hacía
alternativas para afrontar la “inmoralidad de la política”. Implica conocimiento experto,
información abierta y en otras palabras, hacer público el poder invisible, que a decir de
Bobbio, es la gran promesa de la democracia como régimen “en el que el poder supremo
(supremo en cuanto es autorizado a usar, exclusivamente y en última instancia, la
fuerza) es ejercido en nombre y por cuenta del pueblo mediante el procedimiento de las
elecciones” (Bobbio 1986, 80).
Un principio entonces de la democracia, radica en la que los gobernantes son vistos por
los gobernados, y estos a su vez son vistos por los gobernantes. Así, los portales de
transparencia y las políticas de gobierno abierto en Medellín, son muestra de una
apuesta de la administración pública por “desenmascarar lo invisible”, esto es: “formas
de "desocultamiento" por medio de la crítica libre y el derecho de expresión de los
diversos puntos de vista” (Bobbio 1986, 80). Esto a su vez, supone la separación con
respecto al modelo clientelar y de patronazgo del que habla Ramió.
Con la influyente legislación internacional que incorpora la información como un
derecho, múltiples propuestas se han gestados. Algunos defendiendo estas perspectivas
como parte de la libertad de expresión en la democracia liberal y otros como, parte de la
opinión pública. No obstante, lo significativo es que la información desde 1948 es un
Derechos Humanos (Fuentemayor 2004, 15). En Colombia, por ejemplo la Constitución
de 1991 así lo proclama, razón por la cual ya desde 1995, en Medellín el derecho a la
información estaba incorporado a las demandas de la ciudadanía.
A partir del gobierno de Sergio Fajardo (2004) es que se incorpora al Plan de Desarrollo
Municipal de Medellín, lo que se constituye en importante hito para la participación de
ciudadanos informados, una ciudadanía que tiene poder. Paralelo a ello, en 2004 ya se
iniciaba al Estado la necesidad de abrir los datos, una demanda que se habría fortalecido
por el acceso a las tecnologías de información y comunicación. Este concepto ya se
usaba en Inglaterra, en los años 50, cuando se demandaba “abrir las ventanas” del
Estado y reducir la discrecionalidad burocrática, con lo cual se lograría someter al
escrutinio público las acciones de la administración pública (Ramírez-Alujas 2013,
204).
La información y la apertura toman un matiz estratégico cuando el BID comienza a
hablar de transparencia en los años 90. Proteger la inversión, luchar contra la corrupción
y vigilar las políticas de los países receptores de la cooperación internación, se
constituye en la primera estrategia pragmática que posibilitaba “abrir las ventanas” del
Estado. A este proceso se sumó la ciudadanía con mecanismos de veedurías y de control
social con “espíritu de visión, ambición, confianza y cooperación que han caracterizado
nuestros esfuerzos por combatir esta cara de la corrupción internacional y por crear un
mundo más transparente y justo” (BID, 2013).
De las múltiples mecanismos, estrategias e ideas que han abordado la transparencia. El
gobierno abierto ha significado la (re)creación de valor público de la información, los
datos y el conocimiento a partir de tres (3) elementos de la democracia:
información/conocimiento, transparencia y participación. Y aporta un elemento
adicional que llega a facilitar el proceso de la creación de valor público y es la
colaboración. Lo que para Bobbio sería el “poder público en público” se facilitaría con
esta perspectiva de reducción a la discrecionalidad (Bobbio 1986, 69).
Esta compleja confluencia de factores ideacionales del gobierno abierto, no llega
reinventar o renovar la democracia; por el contrario, el Gobierno Abierto complejiza las
relaciones Estado-sociedad, gobierno-ciudadanía. No solo se está hablando de informar
acerca de cómo se toman las decisiones, sino que se promueve el conocimiento que no
se limita a la difusión de datos o publicación de las acciones del Estado, sino que
promueve una acción que involucra habilidades, creencias pero también valores.
Este cambio además, plantea una nueva perspectiva a la ya amplia discusión acerca de
la participación. El esquema “ustedes opinan yo decido” está en peligro de ser
desplazada por una idea de participación que se ha dado en llamar, participación por
implicación. Esto es, que los diferentes actores involucrados en un determinado
problema social, no solo opinan, sino que están presentes en los ciclos de la política.
Desde el problema hasta la toma de decisión, pasando por la implementación y la
evaluación. Al menos en el plano de lo ideal, este es el aporte de la propuesta
colaborativa. La incidencia de los diversos actores en la gestión de las políticas. Para
lograrlo, el Estado tiene que ceder poder, pues como lo señala Maynz (2005), hoy no es
posible pensar en un Estado que es capaz de garantizar la resolución a todos los
problemas.
Otro elemento significativo que aporta el gobierno abierto, es los datos abiertos. Si bien
Bobbio se refería a la publicidad de las decisiones, el gobierno abierto apunta a una
democracia directa que implica mayor nivel de conocimiento de los gobernados frente a
los que hacen y deciden los gobernantes. Esta perspectiva, complejiza la propuesta de
Bobbio que planteaba, por cuenta de la democracia representativa la desaparición de la
“anacrónica democracia directa”. La complejiza en tanto que, vincula mecanismo de
interconexión que parece servir como discurso de ventajas competitivas incorporando
métodos y referentes de la administración privada reduciendo cada vez más, la ya
delgada línea entre los público y lo privado en función de la eficientización de servicios
y derechos que provee el Estado y, abre la posibilidad, cada vez más clara, para la
actuación de diversos actores privados y no públicos en la toma de decisión. Tal vez, lo
más complejo en esta perspectiva es la relación siempre compleja entre instituciones
democráticas y el poder de los hombres.
La apertura de las formas de gobernar que tradicionalmente se han centrado en la
actuación del Estado y, avanza en la perspectiva de promover una acción más activa de
los diversos actores que les afecta las cuestiones relacionadas con lo público, no ha sido
solo una perspectiva del gobierno abierto, la gobernanza ya lo habría abordado. No
obstante, lo controversial que aparece ante esta renovada relación público-privado: es
las dinámicas de la gestión pública en un contexto de democracia representativa. En
consonancia con lo propuesto por Ramió, Calame dirá: “las sociedades mismas se
transformaron y los modelos clásicos de la democracia y de la acción pública ya no
corresponden a las necesidades de la época” (2008, 30). Para la mayor parte de estos
autores la gobernanza reduce las competencias del Estado, ya por la autogestión como
lo propuesto por Mayntz (2005) o por un gobierno más interactivo en la esfera global
como lo enunciado por Calame (2008).
Para Ramió, la gobernanza debilita el Estado, sin embargo, la perspectiva futura que
propone es una “gobernanza institucionalizada e inteligente con una notable expansión
del Estado”, un modelo, que según señala, es una red de metagobernanza con un
importante rol de la institución del Estado, no para contraer sus competencia sino una
continua expansión de las mismas derivadas de la expansión de los bienes públicos, que
dirige la Administración Pública (Ramió 2016, 13). En sentido amplio, abrir los datos y
sobre todo, un gobierno abierto en perspectiva de gobernanza, incide en por lo menos
tres (3) diferentes dimensiones de la democracia, tal como:
a) El campo corporativo que se expresa en los partidos políticos y sindicatos.
Quienes se han sentido afectados, tanto por la información que llega a los
ciudadanos y la ampliación y diversificación de las demandas de estos, como por
la expansión de expertos-tecnócratas que intervienen en las decisiones y por
consiguiente en la orientación de las políticas (Ramió 2016, 9);
b) Las elecciones y, por supuesto el voto como su común forma de expresión; en el
que se ha desplegado múltiples estrategias, que mediante la utilización de la web
2.0. Permite a los políticos procesos de proximidad con el electorado como lo
que desencadenó la campaña presidencial de Barack Obama en 2008 en Estados
Unidos y campañas como: el referendo por la paz en Colombia, el Brexit en
Inglaterra y demás, en una colisión de multiplicidad de información que tiene el
peligro de producir efecto de saturación y a su vez de desinformación;
c) El ejercicio del gobierno y con este la gestión pública: que además de la toma de
decisiones pública posee como objeto de estudio la organización y
administración de los recursos económicos, humanos, materiales y tecnológicos
de las administraciones públicas canalizados en procesos de trabajo orientados a
la eficacia y eficiencia de los resultados (Ramió 2016, 76). A quienes se les está
demandando mayor cercanía a la ciudadanía, experticia y responsabilidad en los
ajustes o transformación de este momento social.
Esta última esfera es de interés en esta ponencia, por cuanto rige no solo las decisiones
sino la operación misma de las administraciones públicas; significa la confluencia de la
democracia electoral en cuanto al poder jerárquico de los representantes y las
necesidades y demandas de las poblaciones. Tomando como referente la propuesta de
Ramió, los ajustes tecnológicos y los cambios económicos sociales y políticos
“vislumbra una transformación radical, al enésimo intento, del modelo burocrático
impulsado durante el siglo XX” (Ramió 2016, 1). Sin embargo, que significa para una
ciudad como Medellín adoptar este discurso como componente de la gestión pública. A
continuación se presenta algunas reflexiones al respecto, tomando como referencia las
transformaciones administrativas en la ciudad.
2. Medellín las realidades institucionales y los límites ideacionales
Medellín ha sido una ciudad aplicada que ha incorporado las transformaciones de la
gestión pública en las diferentes fases de cambio de acuerdo a los movimientos que se
han gestado en los niveles internacionales y nacionales. Desde el año 2000 con el
gobierno de Luis Pérez Gutiérrez (2001 – 2003), se realizaron esfuerzos por concretar la
modernización del Estado y la aplicación de políticas anticorrupción; propuestas como
new public management , la gobernanza, el gobierno en línea y administración en línea,
fueron algunos de los referentes más recurrentes de este proceso. Que se han concretado
en las diferentes versiones de Planes de Desarrollo en las Alcaldías de: Sergio Fajardo
(2004-2007) con la digitalización del gobierno el énfasis es la transparencia y la ética
pública; Alonso Salazar (2008-2011) que adopta el buen gobierno como principio para
la competitividad de la ciudad; Aníbal Gaviria (2012-2015), con la modernización y
restructuración de una administración más gerencial y su propuesta de conglomerado
administrativo y, finalmente, la confianza institucional y la innovación administrativas
en el Gobierno de Federico Gutiérrez (2016-2019). Todo ello, reflejado en instrumentos
de la políticas como:
Cuadro 1.1. Instrumentos de la política
Tipo de Instrumento Instrumento Características
Estructura de
implementación
Programa Medellín Digital
Comité de Dirección
Secretaria de planeación
La política de gobierno en línea incluye una estructura
de implementación amplia; cada secretaria representa
un propósito que se busca coordinar para hacer de
(Organización) Secretaria de Servicios
Administrativos
Secretaria de educación
Secretaria de participación3
Plataformas temáticas
www.medellin.gov.co
Medellín una ciudad Digital, posteriormente, los
perspectiva de hacer un uso de los datos inteligente,
sugiere la adopción del gobierno abierto.
Normativos
Política Pública de transparencia:
Acuerdo Municipal No. 086 de 2008
Programa Medellín Digital: Acuerdo
Municipal 821 de 2007
Estrategia Medellín Ciudad
Inteligente
Masificación de internet: Acuerdo
Municipal 68 de 2010 Municipal
Planes de Desarrollo Municipales
entre 2007 y 2012
Ruta N Acuerdo Municipal 284 de
2010 (Asociación del Municipio con
la Corporación Ruta N
Información y probidad
Educación, cultura del emprendimiento y los
programas de gobierno electrónico son los
fundamentos de este acuerdo municipal
Modernización del gobierno
Las metas definidas por cada gobierno entre 2007
y 2012, se observan en el plan de Desarrollo, que
al inicio de cada periodo
Innovación y conocimiento para el desarrollo
Económico
Información y
comunicación
pública
Pilar contenidos y Servicios
Pilar de comunicación Pública
Portales ciudadanos:
www.medellin.edu.co;
www.culturaemedellin.gov.co;
www.reddebibliotecas.org.co;
www.medellindigital.gov.co;
www.medellincultura.gov.co
Contenidos para las plataformas digitales de las
secretarias municipales
Reducción tramites y procesamientos de
información
Difusión de la inversión del Municipio de Medellín
y programa asociados a las secretarias de: Cultura,
Educación, Planeación y Privada
En una ciudad como Medellín, no es posible pensar el gobierno abierto, sin darle una
mirada al modelo de ciudad, el modelo de la sociedad del conocimiento. Como se puede
observar en el Cuadro 1.1, la modernización de la gestión pública ha estado
acompañada de dos elementos: la competitividad y la tecnología. Desde 2000 hasta
2017, este ha sido el leguaje que ha hecho que la ciudad transite entre la ciudad digital y
la ciudad inteligente. La educación ha sido el gran pilar de esta transformación:
“preparación de las generaciones futuras”. Posteriormente, con la creación de Ruta N, la
innovación y el emprendimiento terminarían de conjugar la visión de una sociedad que
hace uso inteligente de los datos, de las tecnologías y se proyecta en el mundo. En
3 La secretaria de participación no está implicada en los procesos de gestión de las tecnologías, al menos no de manera formal. Sin embargo, se incluye por la importancia que ha tenido en la ciudad de Medellín los procesos participativos. En el artículo no se toma en cuenta este aspecto, pero es considerado relevante porque la participación es uno de los pilares del gobierno abierto.
últimas, siendo un poco reduccionista, una ciudad con tal potencial, requiere un Estado
moderno y por supuesto, un Estado conectado y garante de estos propósitos.
La ciudad cuenta con las condiciones para la construcción y renovación de las prácticas
de gestión pública, como se observa en el Cuadro 1.1., transparencia, datos, tecnologías,
recursos e innovación, son parte de un engranaje amplio que facilita la acción de un
gobierno abierto. No obstante, La política tiene muchas aristas que se atomizan en una
o varias entidades de la administración pública; algunas se han logrado integrar, otras
permanecen desarticuladas y otras, se articulan de manera tangencial. Con la política
pública de transparencia se promueve la visibilidad de la información pública, para ello
se cuenta con medios virtuales e interactivos con la expectativa de facilitar el acceso a la
información y mejorar los resultados. El énfasis de la política es el control sobre lo que
no me detendré. Lo que interesa destacar en este momento es que, si bien, existe una
política como la de transparencia lo que no está claro es el manejo de los datos abiertos,
de la información. Para ilustrar esto, veamos el siguiente caso:
Entre octubre de 2016 y abril de 2017 se ha registrado en la ciudad de Medellín, por lo
menos, tres (3) alertas públicas ambientales. La perspectiva de tener un aire
contaminado permanentemente ha llevado a las autoridades a desplegar una serie de
herramientas que permitan, no solo tomar decisiones inmediatas, sino que posibilite
contar con la legitimidad suficiente para llevar a cabo acciones impopulares capaces de
revertir el daño. Una preocupación que coincide con ciudadanos que se han movilizado
en favor de una aire limpio y, de condiciones ambientales saludables, que implican la
interoperabilidad de varias de las dependencias de la administración pública.
Estos siete (7) meses han sido importantes para que los actores se encuentren y
promuevan acuerdos que aporten al mejoramiento del medio ambiente. Para ello, la
Administración Municipal promovió información abierta, se gestaron datos abiertos, a
través de los sistemas de medición ambiental y una serie de recomendaciones se
comenzaron a hacer públicas; al parecer la innovación colaborativa, tendría una
oportunidad. Este proceso fue posible, gracias a la plataforma MiMedellín, una ideación
que surge por iniciativa del programa Medellín Ciudad Inteligente y que integra los
principios del gobierno abierto de acuerdo a la figura 1.1.
Figura 1.1
De este evento, en el que se permitió el acceso a datos para dar inicio a la creación
colaborativa entre ciudadanos y gobierno, y bueno, empresa privada, quedaron acciones
significativas que comienzan a tener dinámica propia en la ciudad. De las que destaco
tres premisas
a) la colaboración entre empresa privada y gobierno inicia con la movilidad como
preocupación y lleva a la construcción de alternativas
b) la alianza entre la empresa privada y organización de la sociedad civil, permite
crear alternativas para monitorear el medio ambiente, que llevará a la producción
de datos cualificados.
c) la colaboración y participación de la empresa privada en este proceso, inicia el
mercado de los datos, que de ser el único referente, afectará no de manera muy
oportuna las políticas públicas.
¿Qué pasó con los datos? ¿En qué quedó el proceso de participación y colaboración?.
Las políticas se han centrado en transparencia haciendo énfasis en la responsabilidad y,
escasamente, se valoran los criterios de colaboración y participación ni que decir, de los
datos abiertos que, por demás, parecen funcionar de manera aislada en entidades
separadas. En el caso ambiental, se puede observar que pese a que se generen todos los
procedimientos, la decisión vuelve a la responsabilidad centralizada del gobierno, así el
ciclo que se podría asumir desde el gobierno abierto, se cierre de manera insospechada.
Tal vez esto explique que un grupo de actores haya tenido la suficiente fuerza como
para generar mayor presión que deriva en menos acción colectiva; esto tiene impacto en
las decisiones públicas que minaron esta oportunidad y, la decisión volvió a ser un tema
de Estado centralizado y jerárquico. Como consecuencia hay un repliegue institucional,
se genera el “cierre de datos” y se retorna a la circulación fragmentada de información.
En lo formal, los procedimientos del gobierno abierto están visibles, enunciados en el
ley, no obstante este resultado de la acción pública puede entender en la coexistencia de
tres modelos: el gerencial que busca eficiencia y eficacia en el manejo de los recursos;
el tradicional que representa la permanencia de una burocracia pesada, rígida y
apolítica, la encargada de la racionalidad del Estado y la gobernanza, que lleva implícita
la colaboración entre actores –desde diferentes perspectivas, unas más orientadas a la
empresa privada otras, a la sociedad civil, en algunos caso a la confluencia de ambos –
en palabras de Ramío, esta coexistencia deja vacíos en los espacios en el que, a la menor
oportunidad se reactiva el viejo modelo de patronazgo y clientelar (Ramió 2015).
A este vacío, como argumentaré a continuación, se suma que en el proceso de
escalamiento, o incrementalismo de las políticas de ajustes a la gestión pública se han
configurado otros valores materiales y morales. Por consiguiente, se pasa de un poder
en público a la creación de un nuevo valor de la función pública, que le banaliza, pues
eleva a un creciente valor de mercado a través de la actuación de un gobierno que llena
los vacíos mediante la diferencia en las formas de operar la implementación de las
políticas. Para este caso las políticas de gobierno abierto y de TICs, debilitando la
imagen del funcionario público. Es en este sentido en el que se profundiza la
desconfianza, desestima la innovación y se procura mayor control.
Medellín un ciclo idas y venidas: realidad institucional
Para Bobbio la reducción de secretismo es posible verlo reflejado en el gobierno local,
por la posibilidad de ser vigilado, de ser controlado. El gobierno local está en esa
“pecera totalmente transparente” en la que el ciudadano puede escrutar. Para la
construcción esa gran pecera, las normas internacionales iniciaron con la transparencia y
posteriormente con las tecnologías de información y comunicación. Luego de que el ojo
del gran hermano se hiciera un acompañante permanente por los avances tecnológicos,
se puede decir, que en términos de construcción social y conocimiento, se incorporó a la
cotidianidad de las ciudades.
En particular, si se tiene en cuenta que el ojo que vigila está en todas parte, por cuenta
de una tendencia a constituirnos en vigilantes de la sociedad. Quien arroja un papel al
suelo, la persona que fuma en un establecimiento público y en general la ampliación del
escrutinio público de la moral social, llego al fin, a la administración del Estado. Vigilar
al vigilante. Posteriormente, con el lenguaje de la transparencia, dos elementos se
conjugaban en cuidado de lo público y los mecanismos para cuidarlos un proceso que se
había abierto con la Nueva Gestión Pública e implicaba eficiencia, eficacia y
modernización.
En el caso de Medellín, entre 1995 y 2017, se han implementado programas de
conectividad en toda la ciudad, que derivan en infraestructura física y digital4. La gran
pecera se complejiza, la infraestructura física crece a pasos agigantados y se
complementa como los entornos virtuales. En efecto de esa acción del gobierno local,
no descentraliza la administración, sino desconcentra la acción (Entrevista realizada
mayo de 2014, Iván Darío Castrillón). Es decir, se crean alternativas para llegar a
lugares donde antes no había presencia del Estado. Esto tiene un doble efecto por un
lado, se amplía la oferta de la administración pública y con ello, la facilidad para
atender las necesidades del Estado. Por el otro se incrementa la presión sobre los
empleados públicos que por demás no están preparados para el cambio, como se expone
a continuación.
La función pública y sus complejidades
La adecuación de la forma de gestión ha llevado a la implementación de diversos
enfoques, haciendo una diferenciación en la forma de atender a la ciudadanía, en la que
prima la búsqueda de alternativas que permitan a la ciudad incorporarse al mercado de
manera más rápida. Ello, se evidencia en las diferencias de acuerdo las formas de
asumir la gestión del gobierno haciendo uso de las tecnologías de información y
comunicación en tres instrumentos de política de la Alcaldía Medellín:
4 Programas que preparan la como Medellín Digital, Ruta N, Parques Bibliotecas, Aulas Abiertas, Telecentros, entre
otros, han girado en torno a este propósito.
Tabla 1.2
Programa Propósito Modelo de gestión Resultado
Ruta N5 Innovación/competitividad Gobernanza Dinámicas de mercado
MEDInteligente6 Ciudadanía/ tecnología Gerencia Gobierno abierto marginal
Telecentro7 Ciudadanía/conectividad Burocracia Acceso a servicios
La convergencia de estos tres instrumentos, es que inciden en la transformación de la
relación ciudadanía-Estado. Los dos últimos: Medellín Inteligente y Telecentros
iniciaron con la implementación de estrategias de gobierno en línea. El segundo,
Medellín Inteligente, posibilitó la transición hacia el gobierno abierto con la plataforma
MiMedellíne, en la que convergen los tres pilares de: transparencia, colaboración y
participación y, el ultimo Ruta N, significa una reorientación a la forma de entender los
datos, adopta para sí la plataforma MiMedellín, le cambio de orientación y comienza a
elaborar, una propuesta para la adopción de políticas de datos abiertos en la ciudad.
Con los telecentros se destaca la tendencia a una gestión burocrática. En este caso en
particular, el propósito es garantizar, mediante la presencia de técnicos expertos, la
eficiencia de los recursos y la eficacia en la satisfacción de la necesidad, Sin embargo,
no resulta favorable para una parte de estos ciudadanos. Según expresan los
representantes de la comunidad que tienen a su cargo la conducción de los telecentros.
Los “funcionarios” [sic.] no saben cuáles son las necesidades: “programa un curso de
web 2.0 con la Universidad Católica del Norte en poblaciones que no saben, siquiera,
manejar el Word” (Grupo Focal realizado en abril de 2014, Líderes promotores de
Telecentros en Medellín). Por tanto, mientras la ciudadanía demanda del proceso
5 La Fundación Ruta N es una organización mixta en la que intervienen Proantioquia como la organización que agrupa las empresas más importantes de Antioquia y la Alcaldía de Medellín. UNE y EPM. Creada en 2009, tiene en mandato de gestionar los procesos de innovación tecnológica y económica de la Ciudad. A partir de 2015 tiene a cargo la plataforma MiMedellín y se encuentra elaborando una propuesta para la implementación de gobierno abierto6 Medellín Inteligente, es el tránsito de ciudad Digital a ciudad Inteligente que tiene como propósito “fomentar y facilitar el buen uso de las Tecnologías de la Información en la ciudadanía, fundamentalmente en educación, tanto para el segmento escolar oficial como para el apoyo a la Cultura del Emprendimiento y los programas de gobierno electrónico”7 Lo telecentros son centros de cómputo coordinados por líderes barriales, fundamentalmente de las Juntas de Acción Comunal. Quienes además de gestionarlos, se han capacitado en el manejo de los entornos virtuales de gobierno en línea y operan como centros de acompañamiento para trámites en línea. Una discusión que ha atravesado el proceso es la autogestión y autosostenibilidad; hasta el 2014 el debate estaba entre consolidarlas como una empresa social o seguir como un proceso de carácter comunitario, asunto que no resolvió el Consejo Municipal entre 2011 y 2015.
gestión para el desarrollo económico, autosostenibilidad y autonomía. Para la
administración este proceso, tenía más un componente de intervención para facilitar el
acceso a TIC, a la ciudadanía.
En lo sustancial parece no haber acuerdo, tanto más si se considera las diferencias del
papel de los Telecentros a partir de la visión del gobierno y de la ciudadanía. Así que,
afecta otro aspecto fundamental de este proceso y es, que no se cumple la función
fundamental de hacer que la ciudadanía haga un uso de los servicios y los dispositivos
diseñados para ello, de manera innovadora. Más bien, se ha privilegiado el uso
instrumental del gobierno en línea, resolver inquietudes, realizar trámites y consultas
resulta fácil y asequible por estos medios. Pero los proceso participativos, siguen siendo
refrendados en el tradicional espacio de lo público, separando en este caso, la
participación de las tecnologías.
Esto se debe, en principio a que si bien los telecentros son una iniciativa comunitaria,
las habilidades cognitivas y la conexión del instrumento con el potencial competitivo no
se ha logrado. En palabras de los funcionarios, la ciudadanía no tiene el conocimiento
para aprovechar las tecnologías de información y comunicación para su desarrollo. En
esta medida, la función del Estado, interventor y garante, es llevar las tecnologías. Un
enfoque de políticas distributiva, que en segunda instancia, provee los servicios pero se
ocupa marginalmente de las condiciones integrales de la población que accede a ellos.
En ese sentido, lo que evidencia la forma de operar este proceso en particular es que las
contradicciones entre la sociedad del conocimiento y la sociedad industrial, no se cierra
con intervenciones focalizadas en solo aspectos técnicos.
Al parecer, la función de potenciar las tecnologías para un uso inteligente es de
Medellín Digital. De acuerdo con el propósito del Acuerdo Municipal 821, mediante la
educación, le empresa y el gobierno en línea se construía el camino para la Sociedad del
Conocimiento. Los avances en educación y en gobierno, han sido significativos, pues
además de reducir la brecha digital a 49% de la población que no cuenta con
conectividad, se ha digitalizado la mayor parte de la función pública en Medellín. Lo
que resulta significativo de este proceso, es que la opción de implementación se ha
llevado a cabo bajo la figura de gerencia administrativa.
La característica de Medellín Digital es que cuenta con autonomía administrativa. Se
centra en los resultados más que en el proceso. Si bien, la operación de este proceso al
principio no sugería retornos económicos, en un segundo momento, se intentó mediante
una propuesta de auto-sostenibilidad, lograr la venta de servicios para un sector de la
sociedad y la garantía de acceso para otra. De cualquier manera la idea de hacer una
administración eficiente y eficaz, marcó la estrategia de Medellín Digital. Cabe anotar,
que la implementación ha estado a cargo de una institución externa. En todos los casos
son empresas sociales del Estado: la Universidad Pascual Bravo y la Fundación
Empresas Públicas de Medellín.
RutaN es la representación de la Gobernanza inteligente que sugiere la transformación
de las interacciones con el propósito de generar entornos colaborativos para la toma de
decisión que es la disposición de tecnologías al servicio de la ciudadanía, para acceder a
la toma de decisión como se ilustra en la figura 1.1, pues en Ruta N donde encuentra
asiento la estrategia de MiMedellín, para lo cual “un ágora virtual, como territorio
colectivo, es un escenario deseado y un avance en los propósitos participativos”
(Corrales 2015).
En este sentido, la sociedad no está preparada para hacer frente a la paradoja de la
innovación, a menos que priorice una tendencia de estas hacia el mercado. Es decir, uno
de los mayores retos de los telecentros, es reducir la brecha digital en poblaciones
marginales. Con los procesos de inversión social y restructuración del estado de cosas
en la ciudad de Medellín, las fronteras de la marginalidad se han desplazado, por lo cual
los Telecentros han dejado de ser parte de los territorios marginales para ocupar un
lugar en los barrios emergentes de la ciudad. Ahora bien, con los procesos de
participación ciudadana, la “profesionalización de la participación” han facilitado que
los líderes comunitarios, no solo cuente con un importante número de certificados sino
que han hecho de los espacios del voluntariado, una fuente de ingreso económico
(Saldarriaga, López y Corrales 2013). Se conjuga entonces, una tendencia a
mercantilizar las formas de expresión de lo social. Tal vez, así se halle un lugar más
activo en la sociedad del conocimiento.
En efecto, puede decirse que las comunidades han asimilado la importancia del internet,
como instrumento para acercarse al Estado y por consiguiente, al mercado. Con los
telecentro, salas de internet accesibles a las comunidades, el gobierno se proponía
reducir la brecha digital. A su vez, a través de estos se proporciona conectividad, se
dinamiza procesos de apropiación y, disponen recursos anuales de sostenimiento y
capacitación. La oportunidad que observó la comunidad más afectadas por los conflictos
y por tanto, de más inestabilidad económica, los telecentros se han convertido en un
proyecto de sostenibilidad (Grupo Focal realizado en abril de 2014, Líderes promotores
de Telecentros en Medellín). La perspectiva es convertir los más de 64 telecentros de la
ciudad en microempresas sostenibles, cambiando su valor de uso. La administración
municipal, habría propuesto hacer de los telecentros, laboratorios de innovación y
colaboración a través de un mecanismo subsidiario de Ruta N. Sin embargo los líderes
de los telecentro se adelantaron a su propuesta y con esto, se generó un escenario de
disputa del bien común, una disputa entre lo que el gobierno que considera que los
Telecentros deben ser un proyecto de innovación liderado por los profesionales y
expertos y, lo que las comunidades hacen de él, para su beneficio, no del todo colectivo;
por tanto, de ambos lados la idea del valor público se desdibuja.
Los incentivos para la innovación en Medellín, se han asegurado a través de Ruta N.
Así, el gobierno cuenta con procedimientos que permiten llevar la administración
pública más allá de las fronteras de restricción propias de la Ley y, se ha consolidado
como una ciudad inteligente que trastoca los límites del Estado y asegura una relación
directa con grandes empresas del sector telecomunicaciones. Por tanto, Medellín es una
ciudad con los mejores estándares de servicios de Colombia. Con un nivel bajo de
corrupción y una nivel alto de inversión. Al menos, así lo evidencia la Contraloría de la
Nación, en los informes de hace por lo menos 10 años que certifica a la ciudad como
pionera en los procesos de transparencia8. Es a esta forma de confianza a la que virado
los esfuerzos de la ciudad. el juego mediático que ha tenido Medellín, no solo ha
impactado la confianza inversionista, sino que le ha proporcionado reconocimientos a
nivel mundial como ciudad digital en el 20119 y la ciudad más innovadora del mundo en
8 Los boletines de la contraloría de Medellín, así lo afirma. Ver página de la contraloría http://www.cgm.gov.co/paci/rpc/SitePages/Inicio.aspx9 Ver: http://www.elcolombiano.com/historico/medellin_recibio_el_reconocimiento_de_ciudad_digital-CYEC_151829
201310 y recibió el reconocimiento “Premios Asiet Ciudades Digitales 2015” como
ciudad inteligente11.
Los incentivos a la innovación se han plasmado en las esferas más significativas del
desarrollo urbano; los parques, las infraestructura tecnológica y las alianzas público
privado han servido para dinamizar la economía local y para modernizar la
administración pública a la vez que la ha vuelto más dinámica y eficiente. No obstante,
la relación público privada se ha fortalecido a favor de las multinacionales, la muestra
de ello es que los telecentros aún continúan en una frontera borrosa que no le facilita
salir de la vocación comunitaria, no porque no haya proyecto, sino porque la ciudad está
proyectando mayor nivel de intervención del mercado. La ciudadanía, con limitaciones
en su conocimiento, no solo obstaculiza tal pretensión. Sino que sugiere, que este tipo
de “innovaciones” serán marginales frente a las propuestas del mercado. De esta
manera, se asegura el juego de los expertos. La tendencia al uso de MiMedellín, para la
construcción colectiva de propuestas innovadoras se han centrado en los flujos del
mercado más que en la solución de los problemas sociales relativos a la injusticia social
y la histórica desigualdad social.
La fuerza del mercado en Medellín, no solo está definiendo las sendas de los que es
políticamente importante, sino que ya participa de debates en el concejo Municipal, no
para definir las políticas públicas, sino para informar las decisiones que se han tomado
en la pecera pública, la administración pública. Una controvertida sociedad entre
Millicom12 y Une, esta última empresa mixta del Estado. Y no es que haya violado la
Ley, sino que justamente haciendo uso de las disposiciones legales es que han cambiado
las formas de contratación de más de 1100 empleados, a través de una SAS13 que creó la
compañía Millicom. Esta acción, significa la reducción de salarios y pone en riesgo la
estabilidad laboral y la liquidación de estos “empleados públicos”; esto no es
10 Ver: http://www.urnadecristal.gov.co/gestion-gobierno/por-qu-medell-n-es-ciudad-m-s-innovadora-mundov11 Ver: http://www.elcolombiano.com/antioquia/medellin-premiada-por-parques-del-rio-y-como-ciudad-inteligente-AH300970512 Millicom International Cellular, S.A. es un operador de telefonía móvil que opera comercialmente bajo la marca Tigo, con presencia en América y África.13 Una sociedad por acciones simplificadas puede constituirse por una o varias personas naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, su naturaleza es comercial, pero puede hacer actividades tanto comerciales como civiles, se crea por documento privado y nace después del registro en la cámara de comercio. Esta figura por su flexibilidad tiene como función social las microempresas de baja cuantía, estimula el emprendimiento y a innovación. No obstante, empresas multinacionales como Millicom hacen uso de esta figura, no solo para evadir impuestos, pues no inscriben patrimonio, sino que le facilita declararse en quiebra y por tanto, no asumir responsabilidad civil en caso de liquidación de los empleados.
precisamente corrupción o clientelismo. Esto es, uno de los males que considero más
peligroso en el marco de una gobernanza inteligente y es, que en el proceso de
innovación del Estado y con la incorporación de la Empresa privada, el valor del bien
común, se transformado por cuenta de la valor comercial que este ha adquirido con
fuerza, al menos en Medellín, en los últimos 20 años.
En este sentido, con lo señalado hasta ahora, además de la brecha económica y de
acceso al mercado como lo que ocurre entre los telecentros, que podría ser solo
anecdótico en una ciudad de cualquier rincón de Colombia, pero se trata de la “ciudad
inteligente” la de los privilegios a la sociedad Une-Millicom. Una dimensión emerge y
se interpone entre el proceso de producción de información, es decir, entre el open data
y la participación y, me refiero al conocimiento. La forma en que se presente el
gobierno abierto como lo está sugiriendo Ruta N, demanda el manejo especializado, no
solo de las tecnologías, sino de la información. Un conocimiento especializado del uso
de la data que circulan en los espacios flujos, demanda un ciudadano experto, que con
sus habilidades podrá participar en términos de sus demandas, pues se amplía el
supuesto de que “cada grupo específico de ciudadanos comprenda lo que se está
informando” (Kaufman 2013, 2).
Esta puede nombrarse como otra brecha, la del conocimiento. Pues sin conocimiento
experto, no se podrá decodificar la información que circula. Además, al aumentar
difusión de información, se amplía el data y se complejiza los servicios, para lo que,
cada vez más, al Estado se le dificulta garantizar la gestión sistemáticas y manejo de
documentos con datos estándares de acceso público y de comprensión en lenguajes
comunes. Una muestra de ello, es el aumento de derechos de petición, que según los
señalan los funcionarios públicos, debilita la administración pública. Si bien, los datos
están en la página web y el acceso a la información se ha cualificado, la creciente
necesidad de los ciudadanos por obtener información detallada y procesada, hace que se
recurra de nuevo al mecanismo análogo de información.
El efecto que ha generado estas diversas vertientes de la transformación de la relación
Estado-sociedad deriva en los que Peters (1995) llama el “Estado vaciado”.
En el nivel macro: la pérdida de legitimidad de la acción pública. por un lado la
creciente desconfianza hacía la incapacidad de Estado para el recaudo de
impuesto y la desconfianza en la capacidad que tiene el Estado para garantizar
derechos. Como el acceso a la información, al conocimiento y por su puesto a
las tecnologías. En últimas, se trata de la desconfianza hacia el Estado por
cuenta de un desdibujamiento en sus capacidades básica para la atención de los
ciudadanos.
En el nivel meso: que deriva en la reducción de las competencias del Estado
para la prestación de los servicios básicos. Lo que se evidencia en la creación de
Ruta N como garante de la innovación en Medellín que “actúan en nombre del
Estado pero sin los controles asociados al hecho de ser un servidor del Estado”
(Peters 1996, 408)
En el nivel micro: tanto los políticos como los ciudadanos desconfían del
funcionario público y si bien, en este relato no es posible evidenciarlo. Si se
puede observar la tendencia a disociar las demandas ciudadanas como es el caso
de los telecentros y las decisiones del gobierno local.
Además de lo señalado por Peters, la información también se convierte en un elemento
que escenifica el “Estado vaciado” pues, de las políticas de accountability, que según el
autor debilita la responsabilidad social del funcionario; también hace de los mecanismo
como el derecho de petición un factor de desconfianza. Pues a través de este no
necesariamente se resuelve de manera más clara las inquietudes de la ciudadanía. Cabe
anotar, que esta necesidad es nueva y, que amplía las características del Estado vaciado
de Peters de acuerdo a lo que se observa de acuerdo al gobierno abierto.
En este sentido, la información se constituye en una pugna pues su interpretación y
manejo queda de nuevo del lado de los expertos, haciendo que se creen empresas de
interpretación de datos que procesan y vende la información, una vez más, se devuelve
al mercado la posibilidad de “tipificar la necesidad” (Ramió 2016). Esto se corresponde
a una crítica al supuesto de que “a mayor acceso a la información en línea, menores
niveles de comprensión del mundo real” (Kaufman 2013, 2-6), que no necesariamente
llega a todos los ciudadanos y las ciudadanas, ni a todos los funcionarios y funcionarias.
Pues, pongamos que a los ciudadanos les interese el tema de la nueva plataforma de
contratación de Une-Millicon ¿cuántos saben a qué funcionario habría que dirigirle el
derecho de petición?. Sí llega a la Secretaria de Desarrollo Económico ¿todos los
funcionarios podrán dar cuenta de esta decisión?. Si es así ¿se cuenta con la información
clara, accesible y oportuna?.
Esta perspectiva pone en aprietos la perspectiva de Levy, toda vez que considera que: “a
mayor conocimiento, mayor democracia porque hay más intercambio y porque se
ampliaría las bases para la construcción de identidades colectivas y las del
conocimiento. Según señala, favorecería la difusión y circulación de los conocimientos,
las inteligencia, en los espacios flujos. Además esto facilitaría la evaluación de procesos
e información en tiempo real y daría lugar a la nueva forma de la democracia virtual”
(Levy 2004, 48).
3. Epilogo: para continuar la reflexión
Lo más significativo de esta exposición es como las realidades institucionales han
adoptado diversidad de caras dependiendo de instrumento de política del que se trata.
En este caso tenemos tres instrumentos para la Sociedad del Conocimiento que han
implicado la coexistencia de tres formas de administración de lo público, la burocrática,
la gerencialista y la gobernanza. Esta coexistencia lo que permite concluir es que,
además de afectar la lógica de interacción ciudadanía-Estado, deja un vacío en el que se
ha posicionado una tendencia hacia el mercado y un ocultamiento a las necesidades
sociales históricas de la ciudad. Un contexto que limita la emergencia de ideas
innovadoras en una población y facilita la del mercado.
Tanto la ciudadanía como los funcionarios públicos, requieren una cualificación propia
de las demandas de un mundo moderno que requiere habilidades y conocimiento que
permita responder a los retos de la innovación. Innovar no es inventar, pero crear y
recrear el espacio social es un aprendizaje en construcción. La ciudadanía y la
administración del futuro, aún no está en la academia. De acuerdo con Giraldo, los
desarrollos de la academia en Medellín ha girado en torno a la brecha dura: hardware y
software, conectividad y acceso (Entrevista realizada mayo 2014, María Elena Giraldo);
laboratorios de hardware como Ruta N y, las ingenierías de universidades como EAFIT,
Universidad de Antioquia y Universidad Pontificia Bolivariana. Además de los canales
de comunicación Teleantioquia y Telemedellín. Y los programas de parques
Bibliotecas, Telecentros y demás, han sido un significativo esfuerzo para que la ciudad
inteligente sea una realidad. Al menos eso es claro en el portal MedInteligente.
Si bien es cierto, como perspectiva futura puede ser una oportunidad, en la realidad, el
conocimiento y el aumento de información que circula es un arma de poder que abruma,
segrega y profundiza la desigualdad. Sí a esta condición le sumamos que la balanza se
sigue inclinando hacía un lado de la sociedad, hacia el lado del mercado, se observa
pocas probabilidades de una gobernanza más justa que transforme las condiciones de la
sociedad en general.
No obstante, una perspectiva es observable y deseable. Se trata de re- producción de
territorialidades virtuales, no solo como ágoras de deliberación, pues en los metrarelatos
digitales se comparte información a través de Facebook, Twitter, entre otros, pero no se
procesa. Sin embargo, la circulación de información tiene sentido en la media en que los
grupos sociales definen las dinámicas de los espacios flujos. Estos espacios en
perspectiva futura podrían ser orientados a que los metarelatos se especialice –no
profesionalmente, sino como demanda ciudadana- ahí sí, para transparentar la gran
pecera desde afuera, pues mientras el valor de lo pública siga siendo un producto del
mercado, las relaciones del Estado sigan estando del lado de las mercancías y a los
gobierno les interese la publicad para marcar favoritismo en las encuestas y para ganar
premios, solo quedará el recurso de la vitrina de las redes sociales para exponer, la
injusta inclinación de la balanza.
Ya no se trata de la corrupción, que es suficientemente interpelada y perseguida por una
amplia red de instituciones que juegan del mismo lado del mercado como el Banco
Mundial, sino, como una red de ciudadanos y funcionarios públicos que puedan hacer
observable el fango que se levanta en la pecera, cuando un político de la nueva era, tan
mediático y “popular” se encuentra en la mesa de negociación del invisible mercado,
que no termina por transparenta sus intenciones. Esta sería una buena manera, aunada al
principio de colaboración para que la ciudadanía, siga presionando la transformación de
la gestión pública en beneficio de la mayoría y no de los poderes ocultos.
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