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DOCUMENTO SANTA FE I Las relaciones interamericanas: Escudo de la seguridad del nuevo mundo y espada de la proyección del poder global de Estados Unidos 1 L. Francis Bouchey Roger W. Fontainte David C. Jordan Gordon Summer Lewis Tambs, Ed. Introducción por Ronald F. Docsai El continente americano se encuentra bajo ataque. América Latina, la compañera y aliada tradicional de EstadosUnidos está siendo penetrada por el poder soviético. La Cuenca del Caribe está poblada por apoderados soviéticos y delimitada por Estados socialistas. Ningún gran poder es lo suficentemente fuerte para conducir políticas exteriores hemisféricas como si las diferentes regiones del mundo estuvieran aisladas y no se afectaran entre sí. Históricamente la política de Estados Unidos hacia América Latina nunca ha estado separada de la distribución global de poder, y no existen razones para pensar que lo que suceda en la década de los ochenta entre los mayores Estados en un área del mundo, no afectará las relacoines de poder en los otros continentes. La Doctrina Monroe, la piedra angular histórica de la oplítica de los Estados Unidos hacia América Latina, reconocía una íntima relación entre la lucha por el poder en el Viejo y el Nuevo Mundo. Los tres grandes principios de esta doctrina eran: a. "No más colonización europea en el Nuevo Mundo". b. Abstención por parte de los Estados Unidos en los asuntos políticos europeos". c. "Oposición por parte de Estados Unidos a la itnervención europea en los gobiernos del Hemisferio Occidental". 1 Difundido por: Proyecto Emancipación [email protected] - www.emancipacion.org 1

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SANTA FE I

DOCUMENTO SANTA FE ILas relaciones interamericanas: Escudo de la seguridad del nuevo mundo y espada de la proyeccin del poder global de Estados Unidos[footnoteRef:2] [2: Difundido por: Proyecto [email protected] - www.emancipacion.org]

L. Francis BoucheyRoger W. FontainteDavid C. JordanGordon SummerLewis Tambs, Ed.Introduccin por Ronald F. Docsai

El continente americano se encuentra bajo ataque. Amrica Latina, la compaera y aliada tradicional de EstadosUnidos est siendo penetrada por el poder sovitico. La Cuenca del Caribe est poblada por apoderados soviticos y delimitada por Estados socialistas. Ningn gran poder es lo suficentemente fuerte para conducir polticas exteriores hemisfricas como si las diferentes regiones del mundo estuvieran aisladas y no se afectaran entre s. Histricamente la poltica de Estados Unidos hacia Amrica Latina nunca ha estado separada de la distribucin global de poder, y no existen razones para pensar que lo que suceda en la dcada de los ochenta entre los mayores Estados en un rea del mundo, no afectar las relacoines de poder en los otros continentes. La Doctrina Monroe, la piedra angular histrica de la opltica de los Estados Unidos hacia Amrica Latina, reconoca una ntima relacin entre la lucha por el poder en el Viejo y el Nuevo Mundo.

Los tres grandes principios de esta doctrina eran:a. "No ms colonizacin europea en el Nuevo Mundo".b. Abstencin por parte de los Estados Unidos en los asuntos polticos europeos".c. "Oposicin por parte de Estados Unidos a la itnervencin europea en los gobiernos del Hemisferio Occidental".

As, la Doctrina Monroe y el principio de no transferencia formaron la base primera y fundamental de la poltica latinoamericana de Estados Unidos, enfocndose en el impacto de las rivalidades europeas de poder sobre el Hemisferio Occidenta. El objetivo de seguridad de Estados Unidos era prevenir que cualquier poder europeo en expansin obtuviera avances estratgicos en el Nuevo Mundo, como resultado de las guerras, alianzas cambiantes o revoluciones en el Viejo Mundo. La Doctrina Monroe serva como un sensible dispositivo poltico para determinar cualquier amenaza a la seguridad de la Repblica. La Doctrina proclamaba que ciertas actividades en el Hemisferio Occidental no podran ser interpretadas "de ninguna otra forma que no fuera como manifestaciones no amistosas hacia los Estados Unidos". La Doctrina prohiba la adquisicin de territorios a poderes no americanos, la introduccin de sistemas extraos, y la intervencin en el Hemisferio Occidental. La Doctrina fue multinacionalizada y compatibilizada con la Organizacin de los Estados Americanos por medio de la Declaracin de Caracas de 1954, la cual sealaba que:"La dominacin o el control de las instituciones polticas de cualquier Estado del continente americano por el movimiento comunista internacional, que extienda a este Hemisferio el sistema poltico de un poder extracontinental, constituira una amenaza a la soberana e independencia poltica de los Estados americanos, poniendo en peligro la paz del continente, y exigira la realizacin de una reunin de consulta para considerar la adopcin de una accin apropiada de acuerdo con los tratados existentes". La proyeccin del poder global de los Estados Unidos descansa sobre un Caribe cooperativo y una Amrica del Sur que brinda su apoyo. La exclusin de los poderes martimos del Viejo Mundo de Cuba, el Caribe y Amrica Latina ha ayudado a Estados Unidos a gnerar un poder excelente para desarrollar actividades de balance en los continentes africano, europeo y asitico. Amrica Latina, tanto como Europa Occidental y Japn, es parte de la base de poder de Estados Unidos. No podemos permitir que se desmorone ninguna base de poder norteamericana, ya sea en Amrica Latina, en Europa Occidental o en el Pacfico Occidental, si es que Estados Unidos debe retener energa extra para ser capaz de jugar un rol equilibrador en otras partes del mundo. Para un Estado equilibrador como Estados Unidos, no hay posibilidad de una accin global flexible si su poder est inmovilizado o bloqueado en cualquier rea. En realidad, en reas vitales para el potencial de poder de cualquier nacin, no es suficiente la preservacin del statu quo.Estados Unidos debe buscar mejorar su posicin relativa en todas sus esferas de influencia. Si existe una prdida de firmeza con respecto a la importancia de mejorar la posicin relativa de poder de una nacin, ser entonces slo cuestin de tiempo hasta que el Estado inactivo sea reemplazado por su competidor.Estados Unidos est siendo desplazado del Caribe y Centroamrica por un sofisticabo gero brutal superpoder extracontinental, que manipula Estados clientes. La influencia sovitica se ha expandido poderosamente desde 1959. La Unin Sovitica est en la actualidad instalada con fuerza en el Hemisferio Occidental; Estados Unidos debe remediar esta situacin.Antes de plantear las recomendaciones especficas del Comit de Santa Fe para una poltica responsable de Estados Unidos hacia Amrica Latina para la dcada de los ochenta, deben comprenderse las premisas y consecuencias de la poltica reciente de Estados Unidos hacia Amrica Latina, y presentarse los principios y suposiciones necesarios para enfrentar la peligrosa dcada de los ochenta.Las races del presente dilema de seguridad de Estados Unidos se ubican a comienzos de los aos sesenta, a saber, en el fracaso de Baha de Cochinos en 1961, y en el posterior Acuerdo Kennedy-Krushchev que puso fin a la crisis de los misiles cubanos en 1962. En aquella oportunidad el incremento en la amenaza ms all de lo que se consideraba previamente como tolerable, hizo que se aceptara lo que anteriormente era inaceptable. La clara adopcin por parte de Washington, durante la Guerra de Vietnam, de la posicin de que Amrica Latina no era importante estratgica, poltica, econmica ni ideolgica mente, erosion an ms la posicin de Estados Unidos. Y las premisas de la distensin posteriores a Vietnam desarrolladas por los presidentes Richard Nixon y Gerald Ford (de que incluso una Unin Sovitica intransigente y disruptiva careca de la capacidad para desarticular un sistema internacional con una distribucin ms plural del poder, y en el que China apareca como un aliado de facto de Estados Unidos en la contencin de la Unin Sovitica) se transformaron en la base de la poltica de Estados Unidos.Las polticas iberoamericanas del presidente Jimmy Carter, intelectualmente apoyadas en los informes de la Comisin para las Relaciones Estados Unidos-Amrica Latina y del Instituto de Estudios Polticos (IPS) son la culminacin de este proceso de acomodamiento por medio del cual Amrica Latina es excluida del inters estratgico de Estados Unidos, y los regmenes latinoamericanos independientes son abandonados frente a ataques extracontinentales por parte del movimiento comunista internacional.Los gobiernos latinoamericanos saban muy bien que la Administracin Carter, al tomar posesin, buscara normalizar las relaciones con Cuba. Los informes de la Comisin y del IPS planteaban la necesidad de emprender ciertos cambios bsicos en el enfoque de Estados Unidos hacia Amrica Latina en general, y hacia el Caribe en particular. Argumentando: a) Que la seguridad militar no necesitaba ser el objetivo dominante ni el principio ordenador para la poltica de Estados Unidos en Amrica Latina. b) Que Estados Unidos no debera continuar la poltica de aislamiento de Cuba; c) Que "el apoyo material de Cuba a los movimientos subversivos en otros pases latinoamericanos ha disminuido en los aos recientes"; (I) Que Estados Unidos debera poner fin al embargo comercial a Cuba, y e) Que un "nuevo acuerdo equitativo con Panam, respecto al Canal, podra servir a los intereses de Estados Unidos no slo en Panam, sino en toda Amrica Latina", la Comisin y el IPS idearon el final de la presencia norteamericana en el Caribe. El informe del Instituto de Estudios Polticos era optimista ante los gobiernos socialistas de Jamaica y Guyana, y emple la frase "pluralismo ideolgico" para provocar una actitud receptiva de Estados Unidos hacia los modelos socialistas prosoviticos de desarrollo econmico y poltico.El presidente Carter reflej esta actitud en su discurso de Notre Dame en 1977, cuando declar que Estados Unidos haba superado un "temor desproporcionado al comunismo" El perdn de los convictos terroristas portorriqueos, la actitud descuidada hacia los esfuerzos de Fidel Castro por llevar al movimiento no alineado a una posicin substancialmente ms prxima a la sovitica, y la cordial recepcin en la Casa Blanca en 1979 a tres miembros sandinistas de la junta revolucionaria de Nicaragua, incluyendo a uno entrenado en Cuba, se transformaron en caractersticas de la poltica de Estados Unidos hacia Amrica Latina.Estados Unidos est cosechando las consecuencias de dos dcadas de negligencia, miopa y autoengao. Ahora, la Administracin Carter se enfrenta a una Unin Sovitica instalada vigorosamente en el Caribe y a una Centroamrica posiblemente marxista y con una orientacin procubana. En contraste con las polticas simplistas norteamericanas, la Unin Sovitica ha empleado tcticas sofisticadas tanto para incrementar las conexiones del comunismo internacional en Amrica Latina, romo para reducir la presencia de Estados Unidos en la regin.La Habana acepta la doctrina de Mosc de que no existe un nico camino de acceso al poder para el comunismo, y que los marxistas locales pueden emplear la persuasin pacfica, medios violentos o una combinacin de la va pacfica y la accin directa en el camino hacia el poder, y que el gobierno de Estados Unidos y las instituciones financieras privadas pueden otorgar reconocimiento diplomtico y apoyo financiero a los movimientos marxistas latinoamericanos, si se les maneja adecuadamente.El Kremlin busca unir el marxismo al nacionalismo y el antinorteamericanismo latinoamericanos, y explotar la incapacidad o la falta de decisin de los formuladores de poltica norteamericanos, para apoyar alternativas a los movimientos marxistas en la bsqueda de una Iberoamrica progresista y estable. Habiendo definido as el parmetro intelectual para los clientes, adversarios y objetivos, la Unin Sovitica ha conseguido expandir sus nexos con los gobiernos de Amrica Latina, a la vez que simultneamente fomenta la subversin y la revolucin all donde la oportunidad aparece. La polt~ca exterior sovitica est basada en la creacin del caos y la explotacin de oportunidades, y la base del poder norteamericano en Amrica Latina no es inmune.El rgimen de Castro ha estado dando apoyo directo a las guerrillas urbanas y rurales en todo el Hemisferio desde 1959.Cuando en 1967 Castro activ la OLAS (Organizacin Latinoamericana de Solidaridad), lo hizo bajo la consigna de que "es el deber de todo ejrcito revolucionario hacer revoluciones".El xito cubano en el Caribe y Centroamrica es asombroso. Guyana, bajo el gobierno del primer ministro Linden Forbes Burnham, es un Estado rnarxista prosovitico. Forbes Burnham solicit ser miembro asociado del COMECON en enero de 1977. Georgetown le permiti a Cuba utilizar el aeropuerto internacional de Guyana para el reabastecimiento de combustible durante la incursin inical cubana en la guerra civil de Angola en 1975. Aderns, cuando 70 delegados de 18 pases delCaribe asistieron a una conferencia de sindicatos en George town, pidieron mejoras en las condiciones de trabajo en el Caribe por medio de la copia "del moclelo socialista cubano"; deploraron la explotacin "capitalista e irnperialista" de los pueblos del Caribe y alabaron a la Cuba comunista por haber eliminado la explotacin.El primer ministro de Jarnaica, Michael Norman Manley visit Cuba en julio de 1975, Granma, el peridico comunista cubano, lo calific de "un sincere amigo de la Revolucin Cubana". El hijo de Manley estudia en La Habana. Su gobierno dio aprobacin oficial a la aventura cubana en Angola, y su polica, que es rnavor que el ejrcito jamaiquino, es entrenada en Cuba. En la teora de que el gobierno laborista de Manley era nacionalista y de que no tena ninguna conexin forzada con Mosc, Jarnaica recibi 22 millones de dlares de ayuda nortearnericana en 1978.Maurice Bishop lleg al poder en Granada en marzo de 1979. El nuevo aeropuerto de Bishop est siendo construido por los cubanos. Este campo areo controla el canal de agua profunda que bordea a la isla de Granada, a travs del cual fluye el 52 por ciento de todo el petrleo importado por Estados Unidos. Buques tanques de Arabia, Africa y Amrica Latina Ilegan al Caribe y entregan el petrleo a las refineras de Bahamas y las Islas Vrgenes, Trinidad, Aruba y Curazao para su procesa miento y transporte posterior a Estados Unidos. Adems, cerca de la mitad del aluminio importado por Estados Unidos del Caribe llega de Jamaica.

EI Canal de Panam tambin juega un papel vital en el abastecimiento de petrleo a Estados Unidos. Panam se encuentra bajo el control de un rgimen militar de izquierda, el cual, de acuerdo con la CIA, fue el intermediario en la transferencia de armas cubanas y norteamericanas a los sandinistas en la toma del poder por los marxistas en Nicaragua, en julio de 1979. El Salvador y otras naciones de Centroamrica estn ahora amenazadas por las guerrillas revolucionarias. Mientras tanto, el gobierno de Estados Unidos contina con una clara actitud de indiferencia estratgica, a la vez que exige reformas sociales, econmicas, agrarias y de derechos humanos, como si incluso la ms perfecta resolucin de estos problemas pudiera detener a la expansin colonial castroide y a la subversin, y pudiera, por lo tanto, resolver las cuestiones estratgicas como un subproducto.El Comit de Santa Fe sostiene que la poltica de Estados Unidos se encuentra en desorden, que las normas del conflicto y el cambio social adoptadas por la Administracin Carter son las mismas de la Unin Sovitica, que el rea en disputa es territorio soberano de aliados de Estados Unidos y de socios comerciales que pertenecen al Tercer Mundo, que la esfera de la Unin Sovitica y sus apoderados se est expandiendo, y que el balance anual de ganancias y prdidas favorece a la URSS:La respuesta norteamericana de huida camuflada ante el imperialismo sovitico debe ser invertida. Estados Unidos debe presionar a favor de una solucin inventiva, creativa y estratgica a esta situacin. El realismo tico proporciona el apoyo moral subyacente a los principios de la poltica exterior que Estados Unidos ha utilizado tradicionalmente para solucionar el problema del valor y el poder en los asuntos extranjeros. La intervencin de Estados Unidos en el extranjero estaba slo justificada si responda a la seguridad de la Repblica, y no se legitimaba por la conformacin de cualquier orden particular en cualquier otro pas, a menos que estas actividades se vincularan con una amenaza extracontinental a Estados Unidos. Estados Unidos puede otorgar esta misma perspectiva nacionalista a todas las naciones de Amrica Latina que no desarrollen una relacin de semivasallaje con un superpoder extracontinental. Tal conexin semicolonial introduce un internacionalismo esterilizante en la cultura y en los pases del Hemisferio Occidental, y socava una poltica latinoamericana basada sobre la reciprocidad.El Comit de Santa Fe quiere subrayar que Estados Unidos no desea perseguir una poltica de intervencin en los asuntos internos y exteriores de cualquier nacin latinoamericana, a menos que los Estados iberoamericanos sigan polticas que ayuden e instiguen la intrusin imperialista de poderes extracontinentales. Una poltica de Estados Unidos hacia Amrica Latina que tenga estas caractersticas, tiene el potencial para un sustancial apoyo latinoamericano, especialmente entre los regmenes independientes que an quedan. Hace muchos aos el bien conocido jurista internacional chileno, Alejandro lvarez, escribi. La Doctrina Monroe representa a los intereses de todo el continente, y todos los Estados de Amrica han aceptado mantenerla. Adems, aunque hasta este momento Estados Unidos haya sido su nico defensor, en la actualidad sera posible encontrar Estados latinos lo suficientemente poderosos como para mantenerla si Estados Unidos se rehusara a hacerlo.Estados Unidos debe desarrollar una poltica hacia Amrica Latina que fomente la seguridad norteamericana e iberoamericana, que se base en la independencia nacional mutua y en la dependencia interamericana, que promueva el desarrollo econmico y poltico autnomo basado en nuestra herencia cultural y religiosa, que acepte lmites a los impulsos norteamericanos para promover reformas internas en Iberoamrica y que reconozca y respete la dignidad y sensibilidad de nuestros vecinos. En 1914, el estadista peruano Francisco Garca Caldern escribi acerca de la importancia del estilo en la poltica. Sus palabras deberan ser nuestra gua en los ochenta:(...) los latinos tienen un sentimiento positivo hacia las formas y un cierto respeto hacia las actitudes apropiadas (...) Nada los irrita ms que la tosquedad de los polticos de Washington (...)La diplomacia, no importa cuan diestramente sea aplicada, es, sin embargo, slo un mtodo para obtener objetivos de poltica exterior. La poltica exterior y la estrategia nacional son, a su vez, instrumentos por medio de los cuales los pueblos buscan expandir o defender sus intereses. Tanto la defensa de la soberana de una nacin como la preservacin de la identidad cultural de un pueblo son fundamentales para garantizar su supervivencia. Estos dos elementos estn siendo suprimidos y esterilizados por el comunismo internacional. Slo una poltica norteamericana dirigida a preservar la paz, a promover la produccin y a lograr la estabilidad poltica, puede salvar al Nuevo Mundo y garantizar la posicin global de poder de Estados Unidos, la cual descansa sobre una Amrica Latina segura y soberana. El continente americanos se encuentra bajo ataque. Duda Washington?

PRIMERA PARTE

LA AMENAZA MILITAR EXTERNA

Propuesta N 1

Revitalizar el sistema de seguridad hemisfrica apoyando el Tratado Interamericano de Asistencia Recproca (TIAR) y tomando el liderazgo en la Junta Interamericana de Defensa, a fin de apoyar la larga lista de resoluciones dirigidas a incrementar la seguridad del Hemisferio contra las amenazas externas e internas.La poltica cambia, pero la geografa no. Este Hemisferio es todava la mitad del globo, nuestra mitad, la mitad americana. Nuestro futuro geoestratgico, econmico, social y poltico debe estar asegurado por un sistema hemisfrico de seguridad. Los sueos de Simn Bolvar y Thomas Jefferson son tan vlidos en la actualidad como lo fueron en 1826. El TIAR, o Tratado de Ro, es tan vital actualmente como lo era en 1948, cuando se firm en Bogot. La poltica de Estados Unidos debe dirigirse hacia la reconstruccin de un sentido de comunidad e intereses mutuos, los cuales son elementos esenciales de la revitalizacin de este tratado. la amenaza representada por los masivos esfuerzos del eje sovitico-cubano para subvertir internamente y para atacar desde fuera a los gobiernos legtimos de este Hemisferio, slo puede ser contrarrestada dentro del marco de referencia de tal acuerdo de seguridad. La armada sovitica de mares clidos, junto con la masiva presencia sovitica en Cuba, representa un claro peligro para todas las naciones libres del Hemisferio. El Tratado de Ro es una respuesta medida y prudente a esta flagrante amenaza.El rgano del Tratado de Ro es la Junta Interamericana de Defensa, la cual se estableci con el propsito de aconsejar y recomendar a los gobiernos miembros aquellas medidas que fueran necesarias para la seguridad de este Hemisferio. Las polticas actuales han sido destructivas de la utilidad del Tratado y de la Junta. Las resoluciones claramente planteadas por la JID en relacin con la amenaza sovitico-cubana, han sido totalmente ignoradas y pasadas por alto por las recientes administraciones. Estados Unidos debera apoyar y ayudar a la JID en la consecucin apropiada de sus funciones.El sistema de seguridad de este Hemisferio debera consistir en tres elementos o niveles. El primero y bsico es el Tratado de Ro; el segundo sera un subconjunto del primero: las organizaciones de seguridad regional; el tercero consistira en acuerdos bilaterales entre los diversos miembros de los primeros dos niveles.

Propuesta N 2

Estimular acuerdos de seguridad regional que contribuiran a la seguridad, tanto hemisfrica como regional, contra las amenazas externas o internas a la seguridad.Como se deline en la primera propuesta, el acuerdo bsico de seguridad para este hemisferio debera ser el Tratado de Ro. Sin embargo, esto representa slo el primer aspecto de un conjunto que tendra tres elementos. Operando bajo el paraguas nuclear que protege a todo el Mundo Libre, el Tratado de Ro representa un acuerdo estratgico de primera magnitud, a un mismo nivel que la OTAN y que nuestros acuerdos de seguridad con Japn, Australia y Nueva Zelanda.Por mala fortuna, este acuerdo no es suficiente. La gente no se relaciona fcilmente sobre una base hemisfrica: el concepto es abstracto y la capacidad de un ciudadano medio para relacionarse con un acuerdo es difcil, si no imposible. Por lo tanto, necesitamos algo con lo cual ellos s puedan relacionarse. El acuerdo regional cumple con este requisito. Un argentino o un paraguayo pueden entender sin dificultad la existencia de un acuerdo regional para la seguridad del Atlntico Sur. Les asegura su alimentacin, sus exportaciones y sus importaciones. Es inmediato y claro, mientras que el concepto de seguridad hemisfrica es difcil de visualizar, es confuso para sus experiencias, y tambin sugiere una pesada mano norteamericana.La poltica de Estados Unidos debe consistir en estimular y apoyar tales acuerdos de seguridad regional. Lo anterior est en claro contrate con las polticas actuales, que han estado dirigidas a desanimar tales mecanismos. El fracaso del acuerdo de seguridad regional de Centroamrica (CONDECA) es un buen ejemplo. Esta organizacin de seguridad regional ha sido y es un obstculo importante para la subversin cubano-panameo-norteamericana (sic.N.del.E.) de los gobiernos bajo ataque: El Salvador, Honduras y Guatemala.

Propuesta N 3

Reactivar, como el tercer elemento de nuestro sistema hemisfrico de seguridad, nuestras tradicionales vinculaciones militares en el continente, ofreciendo entrenamiento militar y ayuda a las fuerzas armadas de continente americano, con un nfasis particular en los oficiales ms jvenes y en los suboficiales. Ofrecer ayuda tcnica y psicolgica a todos los pases de este Hemisferio en su lucha contra el terrorismo, independientemente del origen de este ltimo.

Las polticas de la dcada pasada con respecto a la venta de armas y a la ayuda para la seguridad, han fracasado y estn desacreditadas aqu y en el extranjero. La nica justificacin a las ventas de armas y a la ayuda de seguridad, es el fortalecimiento de la seguridad y la viabilidad de Estados Unidos y sus aliados en el sentido ms amplio. Nuestro papel de lderes y nuestra tecnologa nos imponen esta onerosa responsabilidad. Los trgicos fracaso recientes en el rea, particularmente en este Hemisferio, han animado a nuestros enemigos y enfurecido y confundido a nuestros amigos.Ahora nos debemos poner en marcha a fin de enfrentar tanto la amenaza externa como la interna, utilizando la ayuda de seguridad para fortalecer nuestros intereses nacionales. Esta ayuda toma muchas formas y debera ser cuidadosamente diseada para satisfacer las necesidades mutuas de nuestros aliados y amigos. A travs de una cuidadosa evaluacin conjuntamente realizada con nuestros aliados, podemos utilizar las grandes reservas de talento y fuerzas disponibles en este Hemisferio a fin de contener la amenaza combinando nuestro arsenal de armamentos con los contingentes humanos del continente, podemos crear un Hemisferio libre, capaz de parar la agresin sovitico-cubana.Utilizando el entrenamiento militar de nuestro pas, Estados Unidos puede proporcionar no solamente un liderazgo profesional de primera clase, sino tambin un modelo moderado para el resto del personal militar del continente americano y sus familias. Viviendo en Estados Unidos y observando nuestro proceso poltico en accin, los lderes militares de este Hemisferio pueden volver a sentir el respeto y la admiracin que antes tenan por Estados Unidos. Las ventajas militares estratgicas que se ganarn gracias al entrenamiento, al equipo y a la logstica comunes son obvias. Mientras que se esforzaba heroicamente para conseguir esto en la OTAN, la Administracin Carter destruy sistemticamente todos los intentos de cooperacin y comunidad en este Hemisferio, con la nica excepcin de la dictadura de extrema izquierda y brutalmente agresiva de Omar Torrijos. Esta poltica debe revertirse.

Propuesta N 4

Si los presentes tratados fracasaran, colocar al Canal de Panam bajo la proteccin de la Junta Interamericana de Defensa, con el objeto de asegurar que las naciones de este Hemisferio tengan un acceso libre y justo a las cuencas del Atlntico y el Pacfico.

Los Tratados del Canal de Panam, a pesar de los mejores esfuerzos realizados por la Administracin Carter y ciertos elementos del gobierno panameo, se encuentran en problemas. El presidente Arstides Royo ha formalizado algunos de estos problemas en una reciente carta dirigida al presidente Carter. La Casa Blanca no ha aclarado la situaicin; en realidad, el presidente Carter no ha expresado una sola palabra al respecto de la situacin. Bsicamente, los dos pases han ratificado y estn hablando sobre dos conjuntos diferentes de tratados. El problema ahora es cmo manejar un tema bilateral potenciallmente peligroso y explosivo. Tradicionalmente, en los asuntos interamericanos, cuando las negociaciones bilaterales fracasan en la resolucin de alguna cuestin estratgica importante, los enfoques multilaterales a menudo sirven para solucionar problemas que de otra manera aparecen como intratables. El Canal de Panam tiene un valor estratgico vital para la mayor parte de los pases de este Hemisferio. Su seguridad y disponibilidad son de gran inters para los pases del Norte, Centro y Sudamrica. Si adjudicramos esta responsabilidad a los firmantes del Tratado de Ro, los cuales a su vez podran designar a la JID como su agente, el problema estara ubicado en un plano estratgico adecuado y se elevara a la posicin de visibilidad internacional que tanto merece. Si trasladramos la JID al Canal, estableciramos una zona de seguridad bajo las diecinueve banderas de la JID y relizramos ejercicois combinados, los pases libres del continetne americano estaramos hacindole saber a los soviticos y a sus aliados comunistas en este Hemisferio, que nos encontramos listos, deseosos y capaces de defender nuestros intereses vitales. La operacin diaria y el necesario mantenimiento del Canal podran ser realizados por personal panameo y norteamericano, o por medio de contratistas privados.

SEGUNDA PARTELA SUBVERSIN INTERNA

Propuesta N 1

La poltica norteamericana en Amrica Latina debe reconocer la vinculacin integral entre la subversin interna y la agresin externa.La Doctrina Rolds, denominada as en honor del presidente de Ecuador, debe ser condenada. Plantea que las potencias extranjeras no violan el principio tradicional de la no intervencin, si su involucramiento en los asuntos internos de una nacin constituye una defensa de los derechos humanos. Una poltica cada vez ms audaz del Departametno de Estado de ataque a los gobiernos anticomunistas sobre la base de supuestas violaciones a los derechos huanos, ha constituido un fundamento oportuno para tal intervencin. En virtud de la decisin comunista de utlizar todos los medios disponibles para destruir el orden capitalista y para tranformar al mundo, la seguridad interna y externa devienen en inseparables. La desestabilizacin a travs de la falsa informacin y la polarizacin constituye el primer paso. A medida que asalto subversivo prosigue a su fase terrorista y luego a la guerrillera, el apoyo y la intervencin externos (generalmente cubanos), que era originalmente ideolgico, se funde en el apoyo logstico e incluso en el reclutamiento de voluntarios extrnajeros para pelear en la guerra de liberacin nacional.La relacin entre la subversin y el terrorismo es la misma que existe entre el todo y las partes. Una guerra revolucionaria generalmente se desarrolla a travs de diferentes fases.La guerra comienza con el establecimiento de un aparato subversivo. La segunda fase consiste en actividades terroristas y antigubernamentales en nombre de los derechos humanos y la liberacin; la tercera fase es la guerra de guerrillas. La cuarta fase es la guerra total que ocnduce a la ofensiva final, tal como ocurri en Nicaragua 3n 1979 y probablemente sea el caso de El Salvador en 1980. A travs de toda la campaa, una andanada creciente de propaganda se refiere a Estados Unidos.Las metas principales de la guerrilla subversiva y urbana que enfrentan a la sociedad existente son cuatro:a) Demostrar al "pueblo" que las autoridades son impotentes para darle proteccin e incluso para protegerse a s mismas en contra del terror.b) Financiar niveles crecientes de violencia, propaganda y terror por medio del secuestro, el asesinato y el robo.c) Provocar al as autoridades para que reaccionesn exageradamente. (El objetivo aqu es radicalizar a individuos que podran simpatizar con la revolucin, pero que probablemente no tendran una participacin activa si no fuera por la sobrerreaccin que produce odio y polarizacin, as como la prdida del apoyo norteamericano).d) Derrocar al gobierno establecido combinando las tres primeras metas con la "propaganda del hecho". Como un paso importante dirigido a su meta ltima, los terroristas crean el caos.El triunfo sandinista en Nicaragua sigui claramente este modelo, pero tambin incluy un nuevo elemento: la agresin externa por medio de tropas con bases operativas en Costa Rica, que fueron equipadas con armas importadas, va Panam, de Cuba y de Estados Unidos.Los sandinistas incluan cuadros comunistas de otros pases. A pesar de toda esta ayuda internacional, cuando Somoza dej el pas los insurgentes ni siquiera haban conseguido todava su objetivo de liberar la ciudad de Rivas, cercana a la frontera costarricense, desde donde intentaban proclamar un gobierno provisional. Somoza y la guardia nicaragense abandonaron la lucha debido a que Estados Unidos haba cortado el reabastecimiento de municiones.La base nicaragense en el continente americano facilitar una repeticin del nuevo modelo revolucionario de Nicaragua. Ya se han enviado a las guerrillas en Guatemala las armas norteamericanas previamente vendidas a Nicaragua. Guatemalas la porcin estratgica de Centroamrica, en virtud de su colindancia con los vastos campos petroleros mexicanos.

Propuesta N 2

La formulacion de poltica de Estados Unidos debe diferenciarse de la propaganda que aparezca en los medios de comunicacin generales y especializados, inspiradas por fuerzas abiertamente hostiles a Estados Unidos.

La cobertura de la realidad poltica latinoamericana por los medios de ifnormacin norteamericanos es inadecuada, y muestra un sesgo sustancial a favor de los partidarios de la transformacin socioeconmica radical, sobre bases colectivistas, de los pases menos desarrollados. La reforma y el desarrollo a menudo no se distinguen de la revolucin comunista, y las noticias prestan una atencin insuficiente a las diferencias geofsicas y sociolgicas peculiares que existen entre, por ejemplo, Guatemala y Costa Rica, o entre Argentina y Per. Esto da como resultado un estmulo a la visin equivocada de que las nicas alternativas son la oligarqua o los regmenes autoritarios que profesan el anticomunismo, y alguna forma de populismo de izquierda o socialismo.Los activistas radicales explotan la escasa comprensin sobre los pases particulares y los errores de cocnepcin respecto a las alternativas polticas y econmicas reales, por emdio de la inyeccin de un flujo continuo de informacin falsa que abusa de nuestros amigos y glorifica a nuestros enemigos. La manipulacin de los medios de informacin a travs de grupos vinculados a las diferentes iglesias y de otros grupos de presin denominados de defensa de los derechos humanos, ha desempeado un papel cada vez ms importante en el derrocamiento de gobiernos autoritarios, pero favorables a Estados Unidos, y en su reemplazo por dictaduras antinorteamericanas, comunistas o procomunistas, con un carcter totalitario.

Propuesta N 3

La poltica exterior de Estados Unidos debe empezar a contrarrestar (no a reaccionar en contra) la Teologa de la Liberacin, tal como es utilizada en Amrica Latina por el clero a ella vinculado.

El papel de la iglesia en Amrica Latina es vital para el concepto de libertad poltica. Desafortunadamente, las fuerzas marxistas-leninistas han utilizado a la iglesia como un arma poltica en contra de la propiedad privada y del capitalismo productivo, infiltrando la comunidad religiosa con dideas que son menos cristianas que comunistas.

Propuesta N 4

Estados Unidos debe rechazar la suposicion errnea de que, frente a los gobiernos autoritarios, puede desarrollar e imponer fcilmente alternativas democrticas al estilo norteamericano, as como dejar de lado la conviccin igualmente conflictiva de que, en tales situaicones el cambio per se es inevitable, deseable y del inters norteamericano. Esta creencia ha inducido a la Administracin Carter a participar activamente en el derrocamiento de gobiernos autoritarios no comunistas, a la vez que adoptaba una posicin pasiva frente a la expansin comunista.

Propuesta N 5

La poltica de derechos humanos, que constituye un concepto cultural y polticamente relativo que la presente Administracin ha utilizado para itnervenir a favor del cambio poltico en algunos pases de este Hemisferio, afectando de manera adversa la paz, la estabilidad y la seguridad de la regin, debe ser abandonada y reemplazada por una poltca no intervencionista de realismo poltico y tico.

La naturaleza cultural y ticamente relativa de la nocin de los derechos humanos queda clara cuando se advierte el hecho de que los argentinos, los brasileos y los chilenos encuentran repugnante que en Estdos Unidos, en donde legalmente se autoriza la liquidacin de ms de un milln de nios en gestacin cada ao, se sienta moralmente violentado ante la muerte de un terrorista que lanza bombas y ametralla a civiles inocentes.Ellos preguntan, qu pasa con los derechos humanos de las vctimas del terrorismo de extrema izquierda? Los que toman las decisiones en poltica en Estados Unidos deben descartar la ilusin de que alguien que arroja un cctel molotov en nombre de los derechos humanos respeta tales derechos. De la misma manera, los crticos ms vociferantes de las instituciones de un pas y su manera de vida no articulan ncesariamente las aspiraciones populares de la mayora.Una poltica de derechos humanos ideolgicamente motivada y aplicada de manera selectiva va en detrimento de los derechos humanos correctamente concebidos. Ha costado amigos y aliados a Estados Unidos, y nos ha hecho perder la influencia en pases importantes de Amrica Latina. Incluso ha contribuido a la desestabilizacin y la prdida, o prdida prospectiva, de pases como Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Costa Rica.En ninguna parte los derechos humanos a la vida, a la propiedad y a las libertades civiles estn hoy da ms seguros que antes de la inciiacin de la campaa selectiva de derechos humanos en 1977. La realidad de las situaicones que enfrentan los gobiernos latinoamericanos que se encuentran bajo ataque por grupos revolucionarios itnernos, apoyados por el eje sovitico-cubano, hay que entenderla no simplemente como una amenaza a alguna supuesta oligarqua, sino como una amenaza a los intereses de seguridad de Estados Unidos.Si Estados Unidos se conforma con una poltica exterior que promueva la paz, la estabilidad y la exclusin del comunismo del continente americano, habr bastantes ocasiones para promover el respeto de libertades civiles concretas, y una verdadera mejora econmica para todos los pueblos del continente americano.

TERCERA PARTELAS POLTICAS ECONMICAS Y SOCIALES

A. Energa

Propuesta.

Estados Unidos debera alentar y ayudar a las naciones del Hemisferio Occidental para que desarrollen su potencia energtico en materia petrolera, nuclear, agrcola e industrial. Debe revivirse la frmula Eisenhower de "tomos para la paz" y de intercambio de capital y tecnologa por energticos.

Un alto consumo de energticos y una tecnologa de avanzada son caractersticas de las modernas sociedades industrializadas. La produccin es la consigna para el progreso. Puesto que el avance y la modernizacin de Amrica Latina son mutuamente ventajosos para todo el continente, Estados Unidos debera tomar el liderazgo en el intercambio de capital y tecnologa por importaciones de energticos.Iberoamrica est dotada con un vasto potencial petrolero. Mxico, Venezuela, Ecuador y Argentina se encuentran entre los principales productores del mundo. No obstante, esas reservas -vitales para el Mundo Libre en momentos en que los abastecimientos del Medio Oriente estn en peligro- son limitadas. Por lo tanto, Estados Unidos debera ayudar en el desarrollo de fuentes alternativas de energticos tales como la energa nuclear, la fusin, la geotrmica y la solar, ya que si Iberoamrica va a asumir su papel en la defensa de Occidente, debe modernizarse.Las naciones recientemente industrializadas de Amrica Latina ya estn comprometidas en el desarrollo nuclear. Hay que satisfacer las necesidades de energa para el desarrollo actual y futuro. La oposicin norteamericana por parte de las Administraciones Ford y Carter a las instalaciones atmicas de Amrica Latina nohan detenido los proyectos y simplemente han empujado a Mixo, Brasil y Argentina a adquirir tecnologa nuclear en Europa Occidental y Japn. Por consiguetne, Estados Unidos no simplemente perdi ingresos sino tambin influencia en estos programas nucleares. Los combustibles fsiles son finitos. Estados Unidos debe asumir el liderazgo en un programa de tomos para la paz que acelere la produccin industrial y an la agrcola.Los alimentos son un arma en un mundo de guerra. Cuatro de los siete productors agrcolas con excedentes del mundo se encuentran en el Hemisferio Occidental: Canad, Estados Unidos, Brasil y Argentina. Junto con los productores del Pacfico -Australia y Nueva Zelanda-, el continente americano podra ejercer una presin poderosa sobre Estados potencialmente hostiles, teniendo como rehenes a sus importaciones de alimentos, y as modificar el balance entre el Nuevo y el Viejo Mundo.

B. AGRICULTURA

Propuesta N 1

Tanto la poltica comercial de Estados Unidos hacia los pases de Amrica Latina como los programas de ayuda para su sector agrcola, deberan intentar maximizar las ventajas comparativas en la produccin y fomentar el desplazamiento hacia la produccin de cultivos comerciales que incrementen el comercio recproco.

Los mercados norteamericanos para furtas y verduras frescas de invierno constituyen el ejemplo ms obvio de dnde una reduccin de las barreras de importacin a los mercados norteamericanos para los productos latinoamericanos podran maximizar las ventajas comparativas para un beneficio mutuo.El suelo, el clima y los costos relativos de la mano de obra en relacin con la tecnologa dan a Estados Unidos ventaja en el costo de produccin para cereales y legumbres vis vis Mxico, Amrica Central y el Caribe. De manera semejante, la Cuenca del Caribe posee ventajas en la produccin de frutas de mesa, verduras y azcar. Sin embargo, el maz y el frijol son un producto bsico en la dieta de mcuhos de estos pases. Los minifundistas de Guatemala o Nicaragua podran recibir un ingreso mayor convirtindose a la produccin de cultivos comerciales tales como esprragos, frambuesas, etc., para vender al mercado norteamericano, y comprando a cambio maz importado de Estados Unidos.Consciente de la realidad eocnmica de las ventajas comparativas, la agricultura chilena est alejndose rpidamente de la produccin de granos y expandiendo la produccin de cultivos especializados para la exportacin hacia Oriente, Europa y Estados Unidos. En general, el trigo puede comprarse ms barato en la Argentina de lo que cuesta producirlo en Chile, mientras que los cultivos especializados pueden venderse a precios ms altos en otros lugares.

Propuesta N 2

En la medida que Estados Unidos aliente la diersificacin de la agricultura latinoamericana con el fin de maximizar las ventajas comparativas en la produccin deber permitir su acceso al mercado norteamericano.Estados Unidos debera intentar expandir su demanda de la tradicional porduccin azucarera de la cuenca del Caribe, por medio del desarrollo y la compra de combustibles alcohlicos fabricados sobre la base de azcar.

El precio del petrleo dela OPEP y la dislocacin que ste ha causado en las balanzas de pago de los pases de este Hemisferio, hace que sea altamente deseable la introduccin rpida de fuentes alternativas de energa que tengan un carcter renovable. Al mismo tiempo, Brasil, Jamaica y otras naciones del Caribe deficitarias en petrleo, pueden y deben producir recursos en su programa de combustible alcohlico. Estados Unidos debera sumarse a este esfuerzo, contribuyendo con toda la tecnologa avanzada que est disponible.

Propuesta n 3

El congreso de Estados Unidos debera establecer, por medio de la Agencia para el Desarrollo Industrial -ADI- (sic. N.del E.), un programa de prstamos directos a la agricultura dirigidos a empresas cooperativas o comunidades tribales.

La propidad comunitaria tribal de la tierra es una tradicin secular de las culturas indgenas. De la misma manera las cooperativas son una institucin til y eficaz para la accin solidaria y la propiedad conjunta del capital productivo para el desarrollo y la operacin.En Guatemala, donde el gobierno est abriendo enormes reas de tierra virgen al asentamiento de indgenas cuyas propiedades en las zonas altas se han fraccionado progresivamente con el crecimiento demogrfico de cada generacin, principalmente, las nuevas tierras se asignan en propiedad comunitaria, si se asignan en forma privada, no pueden ser vendidas ni embargadas como consecuencia de su hipotecameinto. La provisin de recursos crediticios para estos campesinos es de vital importancia, y el gobierno est alentndolos inteligentemente a que desarrollen cultivos comerciales para la exportacin en vez de producir el maz y los frijoles traidiconales para su propio consumo.Proporcionando capital para constituir nuevas instituciones de prstamo dirigidas a estas empresas de caractersticas nicas, que no tienen la garanta de tierras hipotecables, Estados Unidos podra estimular a los gobiernos que buscan ayudar a su poblacin campesina pobre a escapar a la agricultura de subsistencia. Una accin por parte del Congreso publicitara el compromiso de asistencia de Estados Unidos, y otorgara la posibilidad de control para asegurar que la ayuda norteamericana se dirige a empresas libres y productivas, en vez de programas estatales no econmicos.

Propuesta N 4

Es necesario aumentar el nfasis actual que Estados Unidos pone en el desarrollo de la infraestructura pblica rural, estimulando empresas pequeas creativas en la generacin de utilidades y que habrn de reinvertir una porcins significativa de sus ganancias en el entrenamiento y en la asistencia tcnica a campesinos locales, tanto en el transcurso de sus operaicones normales como a travs de proyectos especiales orientados hacia la comunidad.

Desde 1974 la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (ADI), ha sido encargada de la tarea de concentrar sus recursos en ayudar a mejorar el destino de los segmentos ms pobres de la poblacin en los pases menos desarrollados, que son, en la mayora de los casos, los pobres del campo.En la Amrica Latina continental, tal vez la mayora de la poblacin muy pobre, agrcola y rural, son indgenas no europeizados que mantienen estilos de vida e idiomas tradicionales precolombinos. Demasiado frecuentemente, los esfuerzos para mejorar el nivel de vida de estas personas e integrarlos a la economa moderna de sus pases parten de la premisa, latente o explcita, del imperialismo cultural. Esto es explcito cuando se parte de que es preciso erradicar los patrones culturales tradicionales para mejorar el nivel de vida de la poblacin indgena; y latente cuando se introducen programas de desarrollo o asistencia que son inapropiados para el ambiente cultural que existe, y que podran tener xito solamente en la medida en que la gente abandone sus maneras y actitudes tradicionales.La construccin de carreteras, plantas hidroelctricas y altos hornos es incomparablemente menos til, para esta gente, que la instalacin de sistemas sencillos de agua potable, la introduccin de nuevos cultivos capaces de mejorar sus dietas deficientes en vitaminas y proporcionar cultivos comerciales para vender, y la enseanza de cmo cuidar a sus ovejas para aumentar as su abastecimiento de carne y de lana para el consumo o la venta. Para ayudarlos ahora y abrir el camino a la transformacin cultural -si esto es lo que ellos deciden que quieren-, estas personas necesitan tecnologas y tecnologas sencillas que muestren resultados perceptibles y que sean fcilmente aplicables a su situacin inmediata.Un personal innovativo y adaptable que trabaje y viva con estos pueblos indgenas, y no enormes cantidades de dinero, es la clave para ayudarlos. El sistema existente para la asistencia al desarrollo no es apropiado para ayudar a que lag ente se ayude a s misma en el contexto de su situacin, ya que o bien opera a travs de estructuras institucionales pblicas remotas, demasiado sofisticadas e impersionales, o bien porque -como en el caso del Cuerpo de Paz- el personal es demasiado transitorio como para ganar la confianza de las personas a las que se dirige, o est inadecuadamente capacitado en las tecnologas ms apropiadas. Se necesita, en cambio, un enfoque de largo plazo, localizado y altamente personalizado.Las pequeas empresas privadas, orientadas al lucro en un rea determinada pueden ser el mecanismo uqe ayude a las poblaciones indgenas locales, particularmente, pequeas mpresas agrcolas que estn comprometidas a usar las utilidades de forma tal que tengan un impacto social en el desarrollo de la comunidad.

C. LA DEUDA

Propuesta

El Congreso de Estados Unidos debera llevar a cabo inversiones peridicas de los problemas de deuda de las naciones latinoamericanas, y orientar su poltica de desarrollo hacia el objetivo de crear un mercado latinoamericano autnomo de capitales.Cojn el fin de complementar y coordinar el esfuerzo por establecer un mercado de capitales iberoamericano autnomo, el Congreso debera alentar la ivnersin extranjera privada directa.

Tal vez el obstculo ms grave para el desarrollo econmico en Amrica Latina en la actualidad es la creciente carga de la deuda. El crecimiento interno es y seguir siendo reducido, a causa de la creciente necesidad de utilizar las escasas divisas para pagar el servicio de la deuda externa. La reciente experiencia de Per proporciona un ejemplo de este problema regional.En junio de 1978 se consideraba que Per estaa al borde de la cesacin de pagos. La deuda del gobierno peruano sumaba ms de 5 mil millones de dlares, y si se hubieran hecho efectivos los interreses para 1978, estos pagos hubieran representado ms del 55% de los ingresos totales de Per por concepto de exportaciones. La regla general sobre la proporcionalidad entre la deuda y los ingresos de divisas es: el servicio de la deuda no deber exceder el 25% del ingreso anual bruto de divisas. La deuda industrial (sic. N.del E) privada peruana aadi otros 2 mil millones de dlares a la deuda externa de Per. Se evit dejar de cumplir con esta deuda total de 7 mil millones de dlares gracias a que los bancos privados refinanciaron su pago y hubo un aporte de ayuda gubernamental norteamericana. Los banqueros privados norteamericanos, europeos y japoneses propusieron pagos que se les deba efectuar en el ao 1978. Adems, la ADI otorg a Per un prstamo agrcola rural a un plazo de 20 aos por un valor de 15 millones de dlares (a una tasa de itners del 2% para los primerso 7 aos y del 3% para los restantes). Despus del prstamo del gobierno norteamericano, los bancos privados hicieron un nuevo prstamo en diciembre de 1978, con plazos ms largos para cubrir los pagos pospuestos.Las propuestas acerca del problema de la deuda latinoamericana que se hacen en Estados Unidos, generalmente sugieren incrementar el flujo de fondos pblicos estadounidenses a los bancos multinacionales (BMN), y renegociar o alargar los plazos de pago de la deuda privada. Adems, piden al Congreso incrementar su contribucin a los bancos multinacionales y proporcionar fondos directos en casos de cesacin de pagos. Estados Unidos, bajo la direccin del Congreso, necesita revisar y desarrollar una poltica coherente para enfrentar los problemas de la deuda en Amrica Latina, dentro del contexto de una poltica dirigida a estimular el desarrollo y a promover un mercado latinoamericano autnomo de capitales.

D. EL MOVIMIENTO SINDICAL LIBRE

Estados Unidos, trabajando con y a travs de la AFL-CIO y de otras organizaciones sindicales independientes, debera formentar el movimiento sindical libre en Amrica Latina, ya que los sindicatos autnomos son esenciales para el avance econmico y la defensa de las instituciones democrticas.

La productividad es la clave del progreso. Los obreros, los ejecutivos y el capital comparten la responsabilidad de incrementar la produccin industrial y agrcola. La empresa privada y la economa de libre mercado han demostrado de manera clara que son superiorers a las economas controladas con capitalismo de Estado, en la tarea de producir las mercancas y los servicios que requieren los consumidores.Un movimiento sindical libre, si est basado en la eleccin y en la asociacin voluntaria, es fundamental para la filosofa de una economa de mercado libre. Adems, el derecho de los trabajadores para organizarse en su propio inters, no solamente para asegurarse su proteccin econmica, sino tambin una defensa poltica contra el poder monoplico, pblico o privado, nacional o inernacional, es de inters tambin para la libertad. Estados Unidos, uno de los pocos pases que ha dado una oportunidad al trabajador, es el agente ideal para proteger y apoyar al movimiento sindical libre, el cual, por su propia supervivencia e inters, debe tener una postura firme contra el estatismo y el centralismo.

E. LA TRANSFERENCIA DE TECNOLOGA

Propuesta N 1

Estados Unidos debera transferir tecnologa para el continente americano, como parte de la renovacin estratgica de este hemisferio. Los objetivos seran fortalecer los nexos hemisfricos y mejorar la seguridad a travs de la construccin de sistemas polticos y econmioos viables de libre empresa, aliviando as la pobreza, el hambre y la enfermedad, problemas crticos para muchos de los pases del continente americano.

Durante la dcada pasada, la transferencia de tecnologa ha sido una irritante constante de las relaciones hemisfricas. Particularmente en los ltimos tres aos, los aliados de Estados Unidos han presenciado cmo se transfera tecnologa norteamericana a los soviticos y a las Naciones de Europa Oriental, mientras que al mismo tiempo la Administracin Carter les negaba esta posibilidad. Como otro ejemplo crtico del uso cnico e hipcrita de los derechos humanos como arma poltica, los amigos de Estados Unidos en el Hemisferio Occidental estn confundidos y molestos por esta discriminacin ultrajante e indebida en la transferencia de tecnologa.El impacto es total y devastador, condenando a millones de personas alfabetizadas y capaces a una existencia de pobreza o semipobreza. Para las poblaciones indgenas el futuro es an ms funesto. La retrica de la extrema izquierda acerca de los derechos humnos y la dignidad no tiene significado alguno para las familias hambrientas, estn en los Andes o en la isla de Cuba.Al adoptar una poltica que aliente la transferencia de tecnologa como slo uno de nuestros instrumentos estratgicos, Estados Unidos no solamente realzara su propia reputacin como lder responsable del Mundo Libre, sino que contribuira de manera sustancial a la mejora de los derechos humanos en el continente americano.Como una contribucin recproca a nuestra cultura comn, nuestra seguridad, nuestro sistema econmico y social conjuntos, la transferencia de tecnologa tiene el mayor potencial para el futuro de un contintente americano libre y fuerte.

Propuesta N 2

Como parte de una nueva poltica hacia este Hemisferio, Estados Unidos debera adoptar una estrategia de transferencia de tecnologa semejante a la que actualmente est en vigencia con Israel. Esta poltica reconocera que el Mundo Libre combine los recursos humanos con la tecnologa de Estados Undios para mejorar la red econmica, poltica y social de los pases individuales. Constituira una respuesta importante y positiva a los problemas de la pobreza, el desempleo y la miseria econmica que son los viveros del comunismo y del terrorismo urbano. Evidentemente, esta poltica debera ser diseada para satisfacer las necesidades de cada pas individual.

Histricamente ha existido cierta renuencia por parte de Estados Unidos hacia la transferencia de tecnologa a Amrica Latina. Las razones de esto son mltiples y variadas. Basta decir que esta renuencia ha producido frustracin y hostilidad por parte de los latinoamericanos, en la medida que han presenciado a Estados Unidos transferencia de tecnologa a otras reas del mundo, inclusive del bloque comunista. En la opinin de algunos de ellos, esto fue parte integral de la agresin econmica de Estados Unidos al resto del Hemisferio. Este tema fue repetido y amplificado por los movmientos comunistas en el continente americano.La transferencia de tecnologa es un problema muy complejo y complicado que involucra a varias reas, algunas de las cuales son inmediatas y sencillas, tales como la presencia de cientficos en instalaciones de alta tecnologa norteamericana. Otras son ms difciles y requieren de ms tiempo, tales como el entrenamiento de ejecutivos y programadores en instalaciones de Estados Unidos y en el pas receptor. Lo que es ms, algunas reas estn complicadas por diversas leyes que gobiernan las regalas y las patentes. Ejemplo de esto son los paquetes tcnicos que se transfieren a un pas para permitir que en l se fabrique un producto determinado. Esto ltimo requiere de un alto nivel de capacidad tcnica o de una ayuda sustancial de alguna otra fuente. Ya es hora de que Estados Unidos, como parte de una nueva poltica hacia nuestros vecinos en este Hemisferio, adopte una poltica ms esclarecida y estratgicamente ms sensata en relacin con la transferencia de tecnologa.

F. EDUCACIN

Propuesta

Estados Unidos debe tomar la iniciativa ideolgic. Es esencial el estmulo a un sistema de educacin en Amrica Latina que ponga el nfasis en la herencia intelectual comn del continente americano. La educacin debe inculcar el idealismo que habr de servir como un instrumento para la supervivencia.

El objetivo de la guerra lo constituyen las mentes de la humanidad. La ideopoltica habr de prevalecer. Estados Unidos ha fracasado de manera especial en proyectar los ideales de la libertad poltica, la iniciativa privada, el decentralismo dogmtico y el patriotismo prudente que el pueblo norteamericano sostiene. A pesar de las diferencias regionales, estos mismos conceptos heredados de la cultura griega, la ley romana y la moralidad judeocristiana son comunes tanto a la Amrica ingesa como a la Amrica Latina. As, mientras que el entrenamiento tcnico es necesario para el progreso material, la educacin filosfica es primordial. Las dosgrandes preguntas de cualquier poca: quin soy yo? y qu hago aqu?, siguen presentes en la actualidad. Las respuestas son mltiples y variadas, y armonizan bien con la diversidad del continente americano. Pero, con la excepcin de los Estados marxistas totalitarios del Hemisferio Occidental, las naciones independientes comparten una tradicin comn.La educacin es el medio por el cual las culturas retienen, transmiten y hasta promueven su pasado. As quien controla el sistema de educacin determina el pasado o cmo se ve a este tanto como el futuro. El maana est en las manos y en las mentes de quieens hoy estn siendo educados.Estados Unidos no debera tratar de imponer su propia imagen a Iberoamrica. Ni el pluralismo liberal ni la democracia wilsoniana se han exportado existosamente. Sin embargo, deberamos exportar ideas e imgenes que alienten la libertad individual, la responsabilidad poltica y el respeto a la propiedad privada. Debe iniciarse una campaa para captar a la lite intelectual iberoamericana a travs de medios de comunicacin tales como la radio, la televisin, libros, artculos y folletos, y tambin debe fomentarse la concesin de becas y premios. Puesto que la consideracin y el reconocimiento son lo que ms desean los intelectuales, tal programa los atraera. El esfuerzo norteamericano debe reflejar los verdaderos sentimientos del pueblo norteamericano, y no el estrecho espectro de Nueva York y de Hollywood: si la imagen no es genuina fracasar. Estados Unidos debe proporcionar la voluntad y la filosofa que se hallan detrs de las polticas cocnretas, si es que el continente americano va a sobrevivir y a prosperar.

G. LAS POLTICAS ECONMICAS, COMERCIALES Y DE INVERSIN

Propuesta N 1

Estados Unidos debera promover una poltica favorable al capitalismo privado, el libre comercio y la inversin directa interna y extranjera en empresas productivas en Amrica Latina.

El capitalismo est dirigido hacia la produccin. El socialismo se concentra en la distribucin: hay que tener algo que dar, en primer lugar. De los dos tipos de capitalismo -el privado y el estatal-, el capitalismo privado ha sido tradicionalmente el ms productivo. De ah que Estados Unidos debera, por el bien comn tanto de la Amrica Latina como de la Amrica inglesa, promover la empresa privada.El comercio y la ayuda son esenciales. La reduccin de las barreras arancelarias entre las naciones independientes del continente americano facilitar el intercambio de bienes y servicios. Mientras que Estados Unidos debera dar un tratamiento arancelario preferencial a todos los productos agrcolas y a algunos productos industriales latinoamericanos. Iberoamrica debera responder con reciprocidad. La importacin liberal por parte de Estados Unidos de productos agrcolas y bienes industriales claves para Amrica Latina, estabilizara los ingresos de divisas de Iberoamrica, ayudando de esta manera al pago de sus servicios de la deuda, y aliviando la necesidad de prstamos del gobierno norteamericano.

Propuesta N 2

Estados Unidos, con el fin de facilitar el comercio interamericano, debera no solamente buscar un vnculo ms estrecho con la Asociacin Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) y con el Sistema Econmico Latinoamericano (SELA) sino que debera tambin solicitar su asociacin a estas dos organizaciones. Sera factible que Estados Unidos tuviera una participacin plena en la ALALC y en el SELA una vez que se estableciera un mercado de capitales autnomo latinoamericano.

Propuesta N 3

La poltica econmica exterior de Estados Unidos debera consistir en influir sobre los bancos multinacionales para que cooperen con Estados Unidos en el control de la inflacin, en el apoyo a esquemas de autofinanciamiento en sectores productivos, en el estmulo al desarrollo energtico -hidroelctrico, nuclear y de gas-, y en el financiammiento de proectos tales como la electrificacin rural.

Propuesta N 4

Estados Unidos debera apoyar la reforma institucional de los bancos multinacionales y dirigir aportes del Congreso al Banco Interamericano de Desarrollo para programas de desarrollo especfico, tal como hizo Venezuela en 1975. El Congreso debera considerar la idea de un Fondo Monetario Latinoamericano, con el propsito de ayudar al desarrollo de las capacidades de formacin autnoma de capital dentro de Amrica Latina para propsitos productivos.

Todas las empresas multinacionales son asuntos importantes para quienes estn preocupados por el desarrollo econmico. Pero los bancos multilaterales de desarrollo son elementos crticos de una poltica norteamericana dirigida a estimular la autonoma y la cooperacin entre las naciones americanas. El Banco Mundial ofrece una gran cantidad de dinero a muchos pases. Pero su preocupacin principal no es Amrica Latina. El Congreso debera seguir utilizando su inflencia, e instando al Banco Mundial a que apoye a las naciones hispanoamericanas que buscan la autonoma la cooperacin con Estados Unidos. Establecido en 1959 con un capital autorizado de mil millones de dlares, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) fue fundado para responder a las demandas latinoamericanas de una agencia de prstamos que financiara exclusivamente a los Estados latinoamericanos sobre una base flexible. La gran mayora del capital del BID fue asignada para respaldar operaciones bancarias regulares mientras que el 15 por ciento se destin a operacines especiales apra conceder prstamos suaves, Estados Unidos tom el 41 por ciento de las acciones regulares y el 66 por ciento del Fondo para Operaciones Especiales (FOE). El BID ha operado sobre las bases del principio de la autoayuda entre sus miembros. En julio de 1976 nueve naciones no americanas se integraron al BID, que ahora se ha convertido en un banco multirregional.El Congreso ha mostrado una creciente preocupacin acerca de la falta de supervisin, la apertura de las operaciones y la responsabilidad de los bancos multinacionales. Una reafirmacin del Congreso en estos asuntos sera bien acogida, no simplemente porque es el causante norteamericano quien proporciona fondos sustanciales para estas instituciones, sino tambin porque el Congreso necesita evaluar la eficiencia general de estos programas y coordinar las polticas econmicas directas e indirectas de Estados Unidos.

Propuesta N 5

Estados Unidos debera ayudar a proteger a las industrias medianas latinoamericanas de la amenaza de destruccin que implican las empresas multinacionales.

Latinoamrica est industrializndose. Aunque la mayora de sus lderes han abonado la tesis de Ral Presbhich (respecto de que mientras los precios industriales tienden a incrementarse los precios de los productos agrcolas tienden a disminuir) y, por consiguiente, lanzado un programa demasiado ambicioso de industralizacin y abandono de los campos y granjas por la fbrica, existen muchas medianas que son econmicamente viables. Estas industrias pueden competir en el mercado abierto si no son estranguladas y ahogadas por el dumping de las empresas multinacionales que aspiran a mantener un monopolio. La integracin del Pacto del Amazonas y del Pacto Andino en diciembre de 1979, as como el fortalecimiento del SELA (Sistema Econmico Latinoamericano) indican que los iberoamericanos son conscientes del problema. Estados Unidos, en cooperacin con la ALALC y el SELA para la reduccin de aranceles y el establecimiento de una supervisin a las empresas multinacionales con base en Estados Unidos, puede contribuir a rescatar a estas industrias del grupo mediano.

CUARTA PARTE

LOS DERECHOS HMANOS Y EL PLURALISMO IDEOLGICO

Propuesta N 1

Estados Unidos debera cesar de dirigir hacia sus aliados su inequitativamente aplicado actual programa de derechos humanos.Un programa de derechos humanos vigorosa y equitativmente aplicado es el arma milagrosa de Estados Unidos contra la Unin Sovitica y sdus satlites y sustitutos. Curiosamente, la Adminisracin actual, a pesar de los Acuerdos de Helsinki y los Basket Two Agreements, no ha intentado seriamente aplicar su doctrina de derechos humanos contra la Cuba de Castro, la Nicaragua sandinista u otros satllites soviticos en el Hemisferio Occidental. Sin embargo, Argentina, Brasil, Chile, El Salvador, Guatemala, la Nicaragua de Somoza y Paraguay -todos aliados de antao- han sido acosados.Frente a la opcin de un aliado ocasionalmente deplorable y de un enemigo consistentemente deplorable desde 1977 Estados Unidos ha ayudado a su adversario y se ha enemistado con su aliado. El resultado, como fuera sealado en la seccin sobre la subversin interna, ha sido la desestabilizacin de los gobiernos amistosos que estaban convencidos de que confrontaban una guerra civil inspirada y apoyada internacionalmente, y que han actuado en consecuencia.

Propuesta N 2

Estados Unidos debera aplicar la doctrina del pluralismo ideolgico a todo el espectro poltico, no simplemente a los regmenes internacionalistas de la izquierda.Desde 1977 Estados Unidos ha practicado una poltica de pluralismo ideolgico sesgada. El Salvador se encuentra sitiado por insurgentes y apoyados por otros pases. Intentando estabilizar la situacin, Estados Unidos ayud a la instalacin de una junta militar en San Salvador el 14 de octubre de 1979. No obstante el pas sigue en el caos. Adems, la intervencin norteamericana para impedir una serie de tentativas de golpe de Estado desde noviembre de 1979 por parte de elementos nacionalistas de las Fuerzas Armadas Salvadoreas, no slo ha desestabilizado an ms a esta nacin, isno que ha constituido una burla del principio del pluralismo ideolgico. El Departamento de Estado parece considerar como idnticos al pluralismo ideolgico y a los regmenes internacionalistas de izquierda, por lo que elimina automticamente a los partidos nacionalistas de derecha o aun a los de centro. Esta aplicacin desigual de una doctrina esencialmente correcta, simplemnete ha servido para fortalecer el dominio de la Unin Sovitica y de sus sustitutos en el Caribe y en Amrica Central.

QUINTA PARTELAS RELACIONES INTERAMERICANAS

A. RELACIONES ESPECIALES CON PASES BRASIL, MXICO CUBA

Propuesta N 1

Estados Unidos debe consagrar una atencin particular a tres naciones -Brasil, Mxico y Cuba-, en virtud de su especial importancia en el Hemisferio Occidental.Una nueva poltica para el continente americano supone ms que la suma de sus partes. Estados Unidos necesita ms que un conjunto de relaciones bilaterales satisfactorias con ms de 20 pases que van desde Canad hasta Argentina. Sin embargo, no es posible pasar por alto las partes individuales.Tres pases en especial necesitan una atencin minuciosa por su importancia intrnseca y por los fracasos que han tenido los esfuerzos de la Administracin Carter para mejorar las relaciones con cada uno de ellos. Estos pases son Brasil, Mxico y Cuba. Brasil y Mxico son seleccionados porque su tamao y su fuerza ocupan el primero y segundo lugar en Amrica Latina. Cuba, por otro lado, a pesar de su tamao pequeo y de sus recursos insignificantes, se ha convertido en nuestro adversario mms importante en el Hemisferio, extendiendo su influencia y la de la Unin Sovitica mucho ms all del continente americano.

Propuesta N 2

Estados Unidos debera anunciar pblicamente una poltica de estmulo a la adquisicin y al uso apropiados y razonables de tecnologa avanzada por parte de Brasil, inclusive el uso pacfico de la energa nuclear. Estados Unidos no debe hacer comentarios pblicos sobre los los derechos humanos en Brasil, y debe abrogar el requerimiento impuesto por el Conreso de informar sobre la condicin de los derechos humanos en pases amigosd y aliados.El prximo presidente de Estados Unidos debera extender una pronta invitacin al presidente de Brasil a una reunin de trabajo en Washington con el fin de preparar plticas que incluyan el comercio, la deuda y las cuestiones de energa. Adems, Estados Unidos debera estimular activamente el acercamiento entre Argentina y Brasil, ya que abre nuevas posibilidades para el desarrollo econmico rpido del Cono Sur, un desarrollo que ayudar a estimular el crecimietno en los pases de la periferia del Cono, Bolivia, Paraguay y Uruguay.Brasil. Braisl es la repblica gigante de Amrica del Sur. Su poblacin (120 millones), su tamao (mayor que Estados Unidos continental), su fuerza econmica (200 mil millones de dlares de PNB) y sus recursos naturales legendarios hacen ya de l una potencia regional formidable. Para fines de este siglo, Brasil deber convertirse en una potencia mayor en el contexto mundial.Como resultado de la suerte, las circunstancias y la poltica racional, Estados Unidos casi siempre ha disfrutado de buenas relaciones con Brasil, en agudo contraste con nuestras relaciones frecuentemente tumultuosas con las repblicas de habla hispana. Brasil fue, por ejemplo, el nico pas de este Hemisferio que, junto con Estados Unidos y Canad, hizo una contribucin sustancial de sangre y tesoro a la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial.En 1976, durante el ltimo ao de la Administracin Ford, las relaciones entre Brasil y Estados Unids probablemente haban llegado a su apogeo. Se ciment una relacin especial dej trabajo en un memorndum de entendimiento firmado por los ministros de relaciones exteriores de Estados Unidos y de Brasil. Ese memorndum prometa consultas estrechas entre los dos pases en todos aquellos asuntos que los afectaran.Sin embargo, la Administracin Carter puso rpidamente fin a la relacin especial, haciendo una fuerte presin sobre Alemania Occidental para que sta cancelara su acuerdo nuclear con Brasil en una actitud que la Casa Blanca ni siquiera se molest en notificar de antemano a los brasileos.Las tentantivas de la Administracin Carter para fortalecer la no proliferacin nuclear en Amrica del Sur fueron almism o tiempo torpes y sin xito. Para Brasilia signific que Washington haba emprendido una indebida interferencia en sus propios asuntos. Peor todava, sintieron que Estados Unidos tena la intencin de negar tecnologa de avanzada a una economa en desarrollo, una sospecha que los funcionarios brasileos tenan desde haca mucho tiempo.La insensibilidad de Estados Unidos respecto al acuerdo nuclear fue igualada, si no seobrepasada, por la crtica abierta de la Administracin Carter hacia la situacin de los derechos humanos en Brasil, pas que, dicho sea de paso, aun aplicando los criterios de la Administracin, para finales de la dcada de los setenta se encontraba entre los mejores de la regin. Adems, el seor Carter todava agrav el error de su Administracin adoptando una actitud fra hacia el gobierno de Geisel durante su visita oficial a Brasil en 1977, un retraimiento que se complementaba con plticas cordiales con activistas de los derechos humanos. En la segunda escala de su viaje, Carter increment el fastidio de Brasil al abrazar al dictador militar de Nigeria, que no era por cierto un ejemplo en materia de derechos humanos.Estas polticas gemelas de no proliferacin nuclear y de derechos humanos envenenaron las relaciones con nuestro tradicional amigo y aliado en un momento de la historia en el cual Brasil est empezando a materializar su potencial. En el futuro cercano las relaciones podrn componerse, pero no mejorarse totalmetne. Los brasileos han planteado claramente que la vieja relacin nunca podr ser restaurada completamente, porque futuras administraciones podran hacer lo que hizo el seor Carter, a saber: destruir los antiguos supuestos, literalmente, de un da a otro.En vista de nuestros equivocados esfuerzos recientes para manipular a Brasil y a la poca atencin puesta en la mejora de las relaciones entre Estados Unidos y Brasil, defendiendo as los intereses norteamericanos, la nueva Administracin debe tomar la iniciativa de mejorar las relaciones con este pas clave.

Propuesta N 3

Mxico. Este pas debe tener la ms alta prioridad para la prxima Administracin. Si no es por otra razn lo es porque las relaciones entre Estados Unidos y Mxico se encuentran en su punto ms bajo desde la primera presidencia de Woodrow Wilson. Los errores de la Administracin Carter no es todo lo que no est bien en nuestras relaciones con nuestro vecino del Sur. Nuestra relacin con Mxico es una relacin inherentemente difcil, de las ms difciles que Estados Unidos tiene en el mundo. Pero la clara ineptitud de la Casa Blanca ha llevado casi al punto de ruptura a una relacin siempre difcil. El primer error del seor Carter fue prometer demasiado y realizar demasiado poco. La promesa inicial en los primeros meses de 1977 sugiri que podra concretarse una relacin especial con Mxico. El entonces recientemente electo Jos Lpez Portillo crea en esta promesa y necesitaba desesperadamente de nuestra ayuda despus de la debacle de los ltimos aos de su predecesor.La confianza de Mxico en esta relacin especial fue socavada en los primeros meses de la Administracin Carter cuando el Departamento de Energa bloque un acuerdo sobre gas natural elaborado por Mxico y por las compaas de gas norteamericanas. Fue socavada todava ms despus del nombramiento de un embajador norteamericano sobre quien exista consenso acerca de su incompetencia. Estos errores iniciales fueron agravados por una visita presidencial a la Ciudad de Mxico que no inclua negociaciones de importancia, pero que fue deteriorada por errores diplomticos del mandatario norteamericano, despus de haber recibido un reproche de su contraparte mexicana. Finalmente, la Administracin Carter hizo una tentativa de encubrir su poca comprensin de los asuntos mexicanos y nombr a un segundo embajador para asuntos mexicanos con sede en Washington. Se supona que este embajador coordinara las negociaciones de un cierto nmero de asuntos pero slo tuvo xito en aumentar la confusin.

Hemos perdido tres aos. Desafortunadamente casi todos los asuntos que necesitan resolverse deben concretarse antes de fines de 1981. El gobierno de Lpez Portillo tiene un ao ms d e poder efectivo despus de 1980. Durante su ltimo ao de presidencia (1882) el poder se deslizar de sus manos a medida que su sucesor desarrolle poder poltico. Adems si se sigue el patrn de poltica mexicana del ltimo medio siglo, el prximo presidente mexicano se encontrar polticamente ms a la izquierda y, por lo tanto, ser ms difcil de tratar.De todas maneras, el instinto propio de la Administracin Carteer para tratar con regmenes a la izquierda de este pas es moverse hacia la izquierda en un intento vano de compatibilidad mutua.Desafortunadamente en el caso de Mxico tal movimiento por parte de Estados Unidos resulta en que el rgimen mexicano se desplaza an ms hacia la izquerda, con el fin de conservar la muy necesaria distancia entre Estados Unidos y Mxico.El novelista mexicano Carlos Fuentes ha criticado a Estados Unidos por considerar a Mxico solamente como un pozo petrolero, pasando por alto a la gran civilizacin que efectivamente es Mxico. El seor Fuentes tiene un buen argumento. Pero con demasiada frecuencia los escritores olvidan que los gobiernos tratan asuntos tan terrenales como el precio del gas, del petrleo y del tomate. El problema es que Estados Unidso ha fracasado en su manejo de lo terrenal, pero lo terrenal en este caso es fundamental.La prxima Administracin debe enfrentar las cuestiones crticas de coemrcio, energticos e inmigracin, y los acuerdos negociados deben estar en vigor para 1982.Estados Unidos debera iniciar inmediatamente plticas interrelacionadas de alto nivel acerca de los energticos, la inmigracin y el comercio.Se debera eliminar la embajada especial para asuntos mexicanos, y el embajador de Estados Unidos en Mxico debera ser el jefe de la delegacin en las negociaciones. Estados Unidos debera mantener sus mercados abiertos a los productos mexicanos. La meta no es el establecimiento de un mercado comn en Norteamrica, sino mantener abierto un mercado norteamericano para los bienes mexicanos, particularmente aquellos que provienen de industrias de mano de obra intensiva.Estados Unidos y Mxico deben buscar una solucin al flujo de trabajadores indocumentados a Estados Unidos. La meta es proporcionar empleo temporal para un nmero determinado de ciudadanos mexicanos. La aplicacin estricta de la cuota ser responsabilidad tanto de las autoridades mexicanas como de las norteamericanas.Estados Unidos y Mxico deben elaborar acuerdos de largo plazo para el abastecimiento de gas y de petrleo. La meta para las importaciones norteamericanas de petrleo es alrededor de dos millones de barriles por da para principios de la dcadas de los ochenta. Tal acuerdo podra beneficiar a ambos pases. Para Estados Unidos, sin embargo, la importacin de petrleo mexicano junto con compras mayores a otros productores del Hemisferio Occidental, aliviara su dependencia del petrleo del Golfo Prsico para 1985.

Propuesta N 4

Estados Unidos debe lanzar una nueva poltica para el Gran Caribe incluyendo Centroamrica. Esa poltica proporcionar una ayuda mltiple para todos los pases amigos que se encuentren bajo el ataque de las minoras armadas que reciben asistencia por parte de las fuerzas externas hostiles. El programa combinar los elementos ms exitosos de la Doctrina Truman y de la Alianza para el Progreso. Asimismo, Estados Unidos reafirmar el principio fundamental de la Doctrina Monroe, a saber, que no se permitir a ninguna potencia hostil el desarrollo de bases o de aliados militares y polticos en la regin. Una Doctrina Monroe revitalizada ser multilateral, un punto de vista que desde hace mucho tiempo sostienen las repblicas claves de latinoamrica.Estados Unidos ya no puede aceptar el status de Cuba como Estado vasallo de los soviticos. Hay que calificar a la subversin cubana claramente como tal, y hay que resistirla. El precio que La Habana debe pagar por tales actividades no debe ser un precio bajo. Estados Unidos solamente puede restaurar su credibilidad tomando una accin inmediata. Los primeros pasos deben ser francamente punitivos. Los diplomticos cubanos deben irse de Washington. Hay que reanudar la exploracin area. Hay que cortar los dlares de los turistas norteamericanos. Hay que revaluar el acuerdo de pesca de 1977, altamente ventajoso para la flota de pesca cubana.Estados Undios debe ofrecer a los cubanos alternativas claras. Primero debe quedarle absolutamente claro al gobierno cubano que si siguen con el pasado se tomarn otras medidas apropiadas. Cuba. Esta nacin ha sido un problema para los formuladores de poltica norteamericana desde ms de dos dcadas. El problema no est ms cerca de resolucin actualmente que en 1960: de hecho, el problema ha crecido hasta tener proporciones verdaderamente peligrosas. Cuba no solamente es un arma efectiva para la Unin Sovitica en frica y en el Medio Oriente, sino que es crecientemente efectiva como una fuerza para la subversin de nuestro flanco sur: el Caribe y Centroamrica.La prxima Administracin debe entender que La Habana no quiere relaciones normales, salvo bajo sus propios trminos, que son opuestos a los intereses de seguridad ms fundamentales de Estados Unidos y de nuestros amigos en el Hemisferio Occidental. Cuba no aceptar un modus vivendi con este pas que comprometa su relacin con la Unin Sovitica.Por ms de una dcada, la subordinacin de La Habana a las metas de poltica exterior de Mosc ha llevado a ambas potencias comunistas a nuevas alturas de influencia en el mundo. En frica y Medio Oriente, los cubanos han contribuido con la fuerza mlitar que mantiene en el poder a los regmenes marxistas de Angola, Etiopa y Yemen del Sur. Estos pases, a su vez, proporcionan a Mosc y a La Habana todava ms oportunidades en frica Central y Meridional (zona rica en minerales) y en el Golfo Prsico (regin rica en petrleo).Mientras tanto, la ayuda cubana movimientos de izquierda en Nicaragua, El Salvador y Guatemala en los ltimos dos aos ha convertido a Centroamrica en una regin de gran inestabilidad. Esto, a su vez, presenta oportunidades tanto para Cuba como para la Unin Sovitica en Mxico, con su petrleo, y en Panam, con su canal.Finalmente queda el problema obvio de la creciente presencia militar y de inteligencia de la Unin Sovitica en la misma Cuba. La Administracin Carter no ha hecho nada acerca de los pilotos soviticos que hacen misiones de defensa area supersnicos (MIG 23) ni de los submarinos que estn siendo transferidos a los militares cubanos. No ha hecho nada acerca del mejoramiento de las bases militares de Cienfuegos y de San Antonio de los Baos, ni acerca de las instalaciones de la inteligencia sovitica cerca de La Habana.Cuba tendr que responder en algn momento acerca de su colaboracin con los soviticos en una poltica exitosa de subversin y desestabilizacin de este Hemisferio. Al mismo tiempo, debemos fortalecer a nuestros amigos que quedan en la regin y llevar a cabo, al fin, algunas medidas preventivas.La Habana tendr que responder por sus polticas de agresin contra Estados hermanos en el continente americano. Entre estas medidas estar el establecimiento de Radio Cuba Libre bajo el patrocinio abierto del gobierno de Estados Unidos, que proporcionar informacin objetiva al pueblo cubano que, entre otras cosas, detalle los costos de la lamentable alianza de La Habana con Mosc. Si fracasa la propaganda, hay que lanzar una guerra de liberacin nacional contra Castro.La segunda alternativa consistir en alentar a que los cubanos hagan un cambio radical en su poltica exterior. Aunque es improbable que Estados Unidos pueda recuperar a Cuba del control de la Unin Sovitica, debemos poner en claro que si se termina la alianza cubano-sovitica, Estados Unidos ser generoso. La economa cubana est en ruinas, demolida por veinte aos de mala gestin y modelacin sovitica. La ayuda de Estados Unidos debera sobrepasar con mucho lo que an el rgimen de Castro est exigiendo como un paso norteamericano hacia la normalizacin de las relaciones. As, hay que presentar a La Habana dos opciones claras. Esta tendr la libertad de escoger una u otra, pero Estados Unidos debe llevar a cabo la amenaza o la promesa con igual vigor.

B. LAS RELACIONES HEMISFRICAS

Propuesta

En vista de los problemas comunes que enfrentaremos en el continente americano en las prximas dos dcadas, los Estados americanos deberan establecer un Comit de Desarrollo Energtico, abierto a todos los pases del Hemisferio, que se dedique a fomentar la cooperacin en el desarrollo racional de los recursos de gas y de petrleo en todo el Hemisferio, a revitalizar el Comit Interamericano de Defensa, el Mando Continental Interamericano y el Tratado de Ro, a revitalizar la propia OEA y a reubicar la secretara en Panam.La idea del Hemiserio Occidental como un lugar especial, polticamente distinto del Viejo Mundo -sobre todo de Europa-, ha sufrido altibajos desde el momento de su concepcin en el siglo XVIII. A veces la idea ha sido exagerada; se esperaba demasiado de ella, demasiado pronto. En otros momentos, como el actual, era pasada por alto, particularmente en Estados Unidos. Asimismo, en ocasiones la idea ha sido utilizada por una nacin persiguiendo su estrecho propio inters. Promover el auto inters nacional no es, por supuesto, un comportamiento patolgico, pero pocas veces basta para convencer a los dems de que la idea hemisfrica es ventajosa para ellos tambin.Sin embargo, durante toda la historia de este Hemisferio se puede decir que la idea misma nunca ha sido completa y definitivamente repudiada. A menudo ha servido a los intereses de la comunidad americana, y las instituciones e instrumentos creados por consentimiento comn, aunque lejos de ser perfectos, han ido perfeccionndose por medio del mtodo de aproximaciones sucesivas, durante casi dos siglos. El Hemisferio como idea, entonces, es un proceso por el cual los miembros de esta comunidad se han unido en beneficio comn. La meta de este proceso no es clara, aunque nadie propone una federacin hemisferica de Estados, una sola Amrica, en oposicin a un mundo nico. Las Amricas son plurales en la cultura, en la historia y en las instituciones polticas, pero estn unidas por aspiraciones similares, por la fuerza de la geografa y por la experiencia histrica compartida. En las ltimas dcadas de este siglo estarn tambin unidas por necesidades, peligros y oportunidades comunes.Hay dos intereses bsico primordiales que combinan los tres factores recin sealados: primero, la seguridad nacional; segundo, la estabilidad econmica.El primer factor refleja simplemente el hecho de que la mayora de las repblicas en el continente americano han adoptado, en mayor o menor medida, los principios de un gobierno representativo y democrtico limitado en su autoridad.No hay ninguna pretensin de que todos los regmenes cumplan perfectamente con estos requisitos, pero todos ellos son medidos en trminos de estos valores, y en grado notable el ideal de las formas de gobierno no totalitarias tiene todava vigencia. Adems, este principio se encuentra atacado por una ideologa hostil y ajena, cuyos partidarios, principalmente la Unin Sovitica y Cuba, estn apoyando a las minoras armadas inclinadas a la revolucin, una revolucin basada en principios radicalmente antidemcrticos, antilibertarios. La resistencia ante estos ataques es vital y no se puede hacer solamente sobre una base bilateral. El contraataque debe ser multilateral, como fue el caso en la Segunda Guerra Mundial. Existe un instrumento disponible para la multilateralidad: la Organizacin de Estados Americanos. El principal reclamo en contra de la OEA es que sirve solamente a los intereses de los Estados Unidos. Este no ha sido siempre el caso, pero la dispersin de las funciones de la OEA en todo el Hemisferio podra ayudar a superar tal sospecha. Adems, proponemos que la sede de la OEA se traslade de Washington a Panam para fines de siglo. Panam, por supuesto, fue la sede de la primera reunin interamericana en 1826, convocada por Simn Bolvar. Panam est ubicado en una posicin central en el Hemisferio, y su economa basada en los servicios podra acomodar a una secretara interamericana dentro de dos dcadas. Adems, la ubicacin de la secretara de la OEA en Panamn estimulara la interamericanizacin del canal transstmico y fortalecer a la economa panamea por la presencia adicional del Comit Interamericano de Defensa y de sus fuerzas defensivas de proteccin. Otra necesidad es la de proporcionar estabilidad econmica en el Hemisferio. Ninguna nacin de ste es invulnerable al colapso econmico. La economa norteamericana tiene un impacto importante sobre las economas de los Estados latinoamericanos. Pero la economa de Amrica Latina -especialmente sus mayores economas- tiene un impacto creciente sobre Estados Unidos. Esa tendencia continuar durante lo queu queda del siglo, por lo menos. As, cada parte del continente americano se ha convertido en dependiente de las dems para el comercio y la inversin. Sin embargo, la poltica norteamericana no ha reflejado este hecho en lo absoluto.Para garantizar la prosperidad futura de todo el Hemisferio, los mercados nacionales deben mantenerse relativamente abiertos. Hay que permitir que la tecnologa fluya libremente con base en los principios del mercado. No deberamos restringir indebidamente la inversin, sino hacer que trabaje para el desarrollo ecnmico racional de cada pas. Ms importante an, hay que dejar claro que durante las prximas dos dcadas el continente americano deber aprender a depender de sus propios recursos naturales, especialmente de los energticos, si es que el Hemisferio quiere seguir siendo econmicamente sano. Las dos mayores naciones del continente americano, Brasil y Estados Unidos, son peligrosamente dependientes de los abastecedores extranjeros de petrleo, es decir, extrahemisfricos. Estos mismos abastecedores son extremadamente inestables y demasiado cercanos a la Unin Sovitica para ser considerados como confiables en el futuro. Es solamente una cuestin de prudencia que nuestro Hemisferio se vuelva independiente en materia de energticos en la prxima dcada. Se puede hacer. No solamente Mxico y Venezuela son ricos en petrleo actualmente, virtualmente todas las naciones del Hemisferio -inclusive Estados Unidos-poseen fuentes de gas y petrleo que hasta ahora no han sido explotadas. Especialmente este es el caso de Argentina. Lo que necesita cada nacin productora es una poltica racional para el desarrollo de los energticos; desafortunadamente el principal pecador en este aspecto es Estados Unidos. Ya existe conciencia de la necesidad de desarollar el mercado intrahemisfrico de energticos. Los brasileos y los argentinos toman la delnatera. Mxico y Venezuela los siguen de cerca. solamente Estados Unidos y Canad, entre los principales pases, parecen poco conscientes de las posibilidades.

C. CANAD Y EL CONTINENTE AMERICANO

Propuesta

Hay que inducir a que Canad asuma ms responsabilidades en la defensa americana y en el desarrollo, extendiendo su influencia a las antiguas colonias britnicas en el Caribe y alrededor del Caribe.La idea hemisfrica en su versin mxima siempre ha tenido sus lmites geogrficos en el Cabo de Hornos y en el Paralelo 49. El gran espacio blanco, por supuesto, es Canad, pas que por razones histricas y culturales ha mirado hacia Gran Bretaa y en un menor grado hacia Francia, ms que hacia el Hemisferio Occidental. Aunque Canad se ha mantenido generalmente retirado de la comunidad itneramericana, ha sido observador de la OEA durante muchos aos, y es miembro del Banco Interamericano de Desarrollo. La plena participacin de Canad en la OEA y en sus instrumentos es una cuestin que Canad debe decidir, por lo que no debe hacerse ninguna presin en el futuro cercano o lejano. No obstante, hay que alentar con entusiasmo a que Canad cumpla con sus responsabilidades en la regin, promoviendo el desarrollo econmico y la civilidad poltica del Caribe de habla ingles