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PRÓLOGO Lo que va a leer a continuación es una pequeña obra, pero con un gran propósito: hacer ver y hacer llegar al lector la capacidad que tiene uno mismo para hacer algo si así se lo propone. Basta con un conjunto de valores, que son llevados al mundo de la fantasía, y que el autor, en nuestra vida real, ha sabido transmitirnos estos últimos años a todos los que le conocemos.
Con su lectura, las sensaciones que puede experimentar el lector pueden ser dispares. Y me explico. Aquellos que han tenido la suerte de asomarse a ese mundo fantástico, cargado de energía “blue”, van a percibir una serie de recuerdos, sentimientos y emociones, porque en algún momento ellos mismos recibieron esa energía y del mismo modo la supieron transmitir. Por el contrario, para el que llega a este mundo por primera vez, con su lectura va a encontrar la excusa perfecta para intentar adentrarse en él un poquito más, porque les garantizo que todo lo que van a leer en este cuento, lo tienen al alcance en la vida real. Escribir estas líneas es un gran honor y, a su vez, todo un reto. Sin pensarlo acepté la propuesta de un gran amigo, gran músico, pero ante todo, una grandísima persona, que se cruzó en mi vida hace ya tres décadas y, a pesar de que a los pocos años nuestras vidas siguieron diferentes caminos, nos volvimos a encontrar, haciéndome sentir como si el tiempo no hubiera pasado, y llenándome en cada reencuentro de esa capacidad y fuerza, tanto física como mental, que él sabe transmitir. Manu Contreras, ha saltado del pentágrama, a la “máquina de escribir” –como se diría en otros tiempos -‐, y ha sabido reflejar el sentido de palabras como Amóblua, Kálowa o como dice su título, “Blue Magic”. Un mundo de fantasía al que, si nos lo proponemos, podemos llegar. Está en nuestras manos. Está en nuestros corazones.
Raúl Coco Díez
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THE BLUE MAGIC Capítulo 1 (La Magia Azul)
Érase una vez, en un país lejano, un precioso y majestuoso
bosque, donde la naturaleza se extiende más allá del horizonte y donde los tupidos árboles ensombrecían con delicadeza las frondosas y verdes praderas. Un lugar donde el agua cristalina del río refresca las calurosas mañanas de verano, y donde impregna, como si de un cuadro se tratara, el precioso reflejo del atardecer. A la caída del sol, una espectacular luna llena da las buenas noches rodeada de un brillante manto de estrellas.
Al sur del río, donde el agua es más cálida, un grupo de rocas
que besaban la orilla rodeaban un maravilloso árbol que destacaba entre todos los demás. Su corteza era fuerte, rugosa y tan ondulada que sus pliegues podrían servir como escalones.
En lo alto del árbol había una pequeña y humilde choza de
madera. Sus tablas estaban viejas y desgastadas, apenas protegían de las heladas del fío invierno, y su tejado filtraba las tibias lluvias que la inundaban en los periodos estivales. Sin embargo, desde lo más alto del árbol, se podía divisar la más hermosa visión que ningún hombre haya visto jamás; todo un bosque frondoso y brillante que cubría más allá de donde la vista alcanza.
Solo un ser en el bosque con una sensibilidad especial sería
capaz de apreciar y encontrar un lugar tan mágico, y convertirlo en su refugio y morada.
Es allí, entre las ramas del árbol, alejado del mundanal ruido, donde vive un ingenuo y pequeño tigre de ojos curiosos y dulce sonrisa.
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Era un tigrito muy especial y peculiar. Nació con las patitas muy cortas y llegado el momento no crecería más; es por ello por lo que sus padres le pusieron de nombre “Pasito”. A los papás de Pasito, les preocupaba mucho que Pasito no pudiera defenderse ni adaptarse a la dura vida de la selva. Pasito no podía correr rápido y ellos dedicaron todo su tiempo a enseñarle cómo protegerse. Por esta razón y a diferencia de las demás criaturas de su especie, Pasito vivía en lo alto de un árbol. Al margen de sus limitaciones, a los padres de Pasito les importaba muchísimo que su hijito fuera un buen tigre y tuviera un gran corazón por lo que creció rodeado de mucho amor y cariño. Pasito era muy risueño y soñador, y siempre estaba inventándose juegos nuevos para poder disfrutar con sus amiguitos. Le gustaba mucho ayudar a los demás, hacer que se sintieran bien. Le encantaba construir cosas y vivir los sueños como si de una realidad se tratara… Le apasionaba soñar, soñar, y soñar… Era un tigre muy feliz… aunque había una cosa que perturbaba su paz. Pasito tenía una empatía desmesurada. Él siempre se ponía en el lugar de los demás cuando cualquier animalito se sentía mal. Podía sentir cómo se siente cualquier animal de la selva cuando está triste, y eso le hacía sufrir mucho. Aunque era pequeñito, tenía una gran fuerza, entereza y una gran iniciativa para hacer cosas. Muchos animales de la selva se metían con él porque corría muy poco debido a sus cortas patitas y cuando hacían carreras siempre se quedaba atrás. Aunque trataban de burlarse de él, a Pasito no le importaba. Él se alegraba mucho de no ser como ellos y siempre sonreía. Sus padres le enseñaron que no es bueno reírse de los demás por nada del mundo, y que siempre había un lado positivo de las cosas… A él le encantaba tener siempre una sonrisa y que todo el mundo estuviera contento.
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Pasito tenía un más mejor amigo que siempre estaba a su lado. Él no se podía subir a los árboles porque pesaba mucho y además era un poco torpe. Se llamaba Orejitas, y era un elefante blanco con un corazón gigante.
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Les encantaba tirarse al río haciendo bombas desde las piedras y se lo pasaban muy bien porque orejitas salpicaba mucho. Muchas noches, en una pequeña explanada de césped en la ladera del río, se ponían panza arriba mirando al cielo y les encantaba contemplar la luna y el firmamento. Dibujaban animales uniendo estrellas y soñaban despiertos con alcanzar alguna de ellas. Les apasionaba ver las perseidas y pedir deseos. Esos momentos siempre eran los más especiales. Una noche de verano, tras una larga tormenta tropical que se asentó en la selva durante dos incesantes semanas, algo muy extraño sucedió… Pasito, refugiado bajo la única esquinita de la choza que le resguardaba de la tormenta, podía oír tras el tejado el leve susurro del viento y entrever las últimas gotas de agua. De repente, la persistente lluvia paró por completo y se hizo el silencio. En tan solo un segundo, las nubes se disiparon y Pasito pudo contemplar entonces algo diferente en ese inmenso y precioso cielo estrellado. Algo diferente brillaba en el cielo, y cada vez se hacía más grande. Lo que parecía una simple estrella blanca, se iba convirtiendo, por arte de magia, en una inmensa y resplandeciente luz azul que poco a poco se iba acercando a la choza. A medida que se acercaba, lo que parecía una mágica luz azul, como por arte de magia, se convirtió en un precioso y majestuoso Hada Azul que venía montada en un hermoso y resplandeciente cisne de color celeste. Pasito no daba crédito a lo que estaba viendo y una y otra vez se frotaba los ojitos con sus patitas para comprobar que no era un sueño y que lo que allí estaba viendo era absolutamente real. Era tan real, que, asustado y temblando, se acurruco en la esquina de la choza con mucho miedo.
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Sin saber cómo, tras oír una sutil y delicada voz, una inmensa calma le inundó el corazón y en un instante dejó de temblar por completo. Era la voz más dulce y hermosa que jamás había escuchado, llena de paz y armonía. Sus palabras eran música para los oídos que salían de una bella sonrisa y penetraban por completo en el sensible corazón de Pasito. El Hada Mágica tenía el poder de ver el interior de todos los seres vivos y pudo apreciar cómo el corazón de Pasito era muy especial y diferente al de los demás, aunque él, aún no lo sabía. Pasito tenía lo que en Amóblua llamaban el “Corazón Azul”. El hada se acercó a Pasito sutilmente y le dijo: Hada Bélya: Hola Pasito, no te asustes. Soy Bélya. Soy un Hada Azul. Vengo de un mundo muy lejano llamado “Amóblua” que está a millones de kilómetros de tu planeta, en la Constelación de Escorpio.
He venido porque quiero enseñarte un mundo nuevo. Un mundo donde reside la magia que tienes en tu corazón, una magia azul que hace de ti lo que eres, alguien bondadoso, trabajador, honesto y compañero y nos gustaría mucho que vinieras con nosotros para que lo conozcas, lo veas y lo sientas como nosotros lo sentimos. Pasito boquiabierto, intentaba entender las palabras del Hada Bélya prestando toda su atención. Hada: Aunque en el planeta Tierra no lo sabe casi nadie, nuestros mundos están muy unidos desde hace miles de años, y son muy parecidos; pero hay algo que es diferente.
En la tierra respiráis un aire puro. Aire que vuestra naturaleza limpia y oxigena; en cambio, en Amóblua, la “Magia Azul” es la energía que nos creó y que nos mantiene vivos. Es como el aire que respiramos.
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Pasito, asentía entusiasmado, invitando al Hada Bélya a que le contase más cosas de aquel enigmático lugar. Hada:
Hace muchos siglos, los grandes Magos Egipcios descubrieron que nuestra “Magia Azul” en realidad, provenía de vuestro planeta. El planeta Tierra. Esta “Magia Azul” era una energía que crean todos los seres vivos de la Tierra cuando hacen actos de bondad por los demás de manera desinteresada. Pasito: ¿En Seeeeeeerio? Hada:
Sí Pasito, cada vez que las personas hacen algo bueno por los demás sin otro motivo más que el de sacar una sonrisa, hacer que los demás se sientan mejor, cuidar a los desvalidos y ayudar a cualquiera a ser feliz etc… su corazón se llena llenando de Magia azul, y poquito a poquito, va convirtiéndose en un “Corazón Azul”. Esa energía, construyó nuestro mundo a través de los sueños y de esa manera nació Amóblua. Pasito:
¿A través de los sueños? ¿En Seeeeerio? Hada:
Sí Pasito, sí., Pero ahora… tenemos un serio problema. Hemos visto que en la tierra se han olvidado muchas cosas, y la “Magia Azul” casi se ha perdido. Hay muchas personas que sin saberlo, se han vuelto egoístas y envidiosas y si con el paso del tiempo, olvidaran por completo hacer cosas buenas por los demás, llegaría un momento en el que la “Magia Azul” de este mundo se perdería.
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Pasito sorprendido preguntaba:
¿En Seeeeerio? ¿Se perdería? El Hada respondió:
Sí Pasito, sí. Se podría perder y el mundo se convertiría en un mundo malo y egoísta.
Pero hace poquito, descubrimos que había una luz en la tierra que destacaba de entre todas las demás y que brillaba muchísimo.
Esa luz es la que está en tu interior, la tienes en tu corazón, es tan intensa que ha llegado a nosotros y pudimos ver entonces que tú tienes el Corazón Azul.
Es por eso, por lo que nos gustaría que vinieras a Amóblua, conocieras el poder de la Magia Azul y regresaras a la tierra para intentar transmitir esa Energía Azul a todo tu planeta. Así, podríamos hacer de este mundo, un mundo tan especial como el de tus sueños. Pasito, muy sorprendido respondió al Hada:
Pero ¿Yo…? ¿Por qué yo? … Yo no soy especial.
El Hada Respondió: Pasito, tú has llenado tu corazón de muchísima “Magia Azul” porque has hecho muchísimas cosas por todos los demás, por tus amiguitos, por tus padres. Has ayudado mucho y nunca has esperado nada a cambio. Has ayudado incluso a quienes no conoces, has respetado la naturaleza y has sido muy buen tigre. Eso ha hecho que tu corazón esté rebosante de “Magia Azul”. Por eso hemos venido a buscarte. Todo el mundo es diferente y especial, solo que, hay muchos que no lo saben o no quieren saberlo porque hacer cosas buenas requiere más esfuerzo. Todos y cada uno tienen la fuerza y la capacidad para hacer muchísimas más cosas de lo que creen, y tú puedes ayudarles a que encuentren esa fuerza en su interior.
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Pasito, abrumado, sin saber cómo ni porque, no dudó en creer en la sonrisa del hada y en todo lo que había escuchado, y aunque le encantaba la idea, en seguida una imagen le vino a su cabeza. La imagen de su amiguito Orejitas. Ellos siempre estaban juntos y si viajaba a Amóblua, Orejitas se quedaría solito, y eso le entristecía. Así que le preguntó al Hada Bélya. Pasito: Hada Bélya. Yo tengo un amiguito, Orejitas, que es muy especial para mí y es mi más mejor amigo. ¿Podría venir el también? El Hada sonrió y señaló con su mano hacia el cielo. Dos preciosos cisnes azules se acercaban con dirección a la choza preparados para llevar a Pasito y a Orejitas hasta Amóblua. El Hada Respondió: Por supuesto Pasito, ya lo teníamos previsto. Siempre habéis sido inseparables y vuestro ejemplo de amistad es algo muy importante que también queremos que se contagie, y si a él le apetece también puede venir. Pasito se puso tremendamente contento dando saltos de alegría y contesto al Hada Bélya: Pasito: ¡Muchísimas gracias Hada Bélya! ¡Voy corriendo a buscarle!
Y sin más, Pasito y Orejitas se fueron con el Hada Bélya montados en los preciosos cisnes camino de Amóblua, ese Mágico Mundo, donde podrían ver y sentir lo que la Magia Azul ha conseguido. Así podrían transmitirla a todo nuestro planeta para que no desaparezca y conseguir hacer de este mundo, un mundo mejor.
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Capítulo 2 (Llegada a Amóblua)
A lomos de los cisnes mágicos, abrazados a su suave plumaje y
acariciando las estrellas, Pasito y Orejitas tuvieron el viaje más maravilloso que jamás pudieron soñar, y en apenas un instante, a la velocidad del cosmos, llegaron a Amóblua. Ese precioso “Mundo Azul” donde muchas sorpresas y aventuras les esperaban.
Tras una preciosa nube de brillantina, podía divisarse lo que
serían las puertas de un enorme castillo. Un majestuoso e inmenso castillo azul con una gigantesca puerta que daba acceso a un paraíso de ilusiones repleto de magia. Hada Bélya: Bueno Chicos. Ya hemos llegado. ¡Bienvenidos a Amóblua! Llamaremos a la puerta del Castillo para que nos abran. Pasito y Orejitas felices, sorprendidos y boquiabiertos, no podían parar de sonreír. De repente, un simpático y gordinflón mayordomo llamado Sebastián, se acercó a la puerta para recibir a Pasito y a Orejitas. Sebastián hablaba un poco raro. Era un hombre muy inteligente y hablaba muchos idiomas, y a veces mezclaba las palabras. Le encantaba su trabajo, y le apasionaba hacer que la gente se sintiera muy bien y muy a gusto. Soñaba con hacer realidad los sueños de los demás y le entusiasmaba hacer reír a la gente. A Sebastián, le gustaban mucho los trucos de magia. El solo sabía un truco y… siempre lo repetía una y otra vez como si fuera nuevo; y aunque le hacía mucha ilusión, la verdad es que se le daba muy mal y siempre le pillaban el truco.
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Sebastián:
Bienvenigooos a Amóblua amigüitos. Un mundo donde la pagz y el amog, son la eneggía que nos une y nos alimenta. A Pasito y Orejitas les encantaba como hablaba Sebastián, era muy gracioso. Él era muy listo y culto porque le gustaba mucho leer. Le gustaba hablar y contar historias preciosas y divertidas para que la gente se divirtiera. Pasito y Orejitas se lo pasaron muy bien. Pasaron todo el día juntos y se hicieron grandes amigos. Sebastián, al igual que Pasito y Orejitas, también tenía un más mejor amigo. Su gran amigo era Monsieur Rubbin. Monsieur Rubbin era muy entrañable y generoso, y estaba profundamente enamorado de su señora, Ana, que siempre fue el amor de su vida. Era un hombre muy educado y elegante que siempre iba vestido con un precioso traje azul. Le encantaba la música y apasionaba cantar. Tenía una voz privilegiada. Siempre cantaba una canción que hablaba de la amistad entre su gran amigo Sebastián y él. Sebastián llevo a Pasito y Orejitas hasta la morada de Monsieur Rubbin. Tenía muchas ganas de que le conocieran. Para él era muy especial e importante porque les recordaba mucho a la amistad que ellos tenían.
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Sebastián: Amiguitos, Me Gustaguia Muchio Presentagos a mi más mejog y fiel amigo Monsieur Rubbin. Monsieur Rubbin: ¡Hooooola queridos Amigos! Cuánto placer me da conocerles. Me han hablado mucho de ustedes. Pasito responde: ¡Hola Monsieur Rubbin! Sebastián nos ha hablado también mucho de usted. Dice que ustedes son muy buenos amigos al igual que Orejitas y yo. Me da mucha alegría conocerle. Estoy seguro que usted nos podrá enseñar muchas cositas para que podamos transmitírselo a nuestros amigos en la Tierra. Monsieur Rubbin: ¡Ooooh, que encantadores son! Y cuánta “Magia Azul” poseen. Respondía Monsieur Rubbin mirando con una amplia sonrisa a Sebastián. Tras una intensa jornada, los nuevos amigos regresaron al castillo. Sebastián les había preparado una bonita habitación para que pasaran la noche y pudieran descansar. Habían compartido un día Maravilloso hablando de cómo se conocieron y cómo se hicieron amigos. Es entonces donde Pasito y Orejitas descubrieron que su amistad era también muy especial y que ese ejemplo podría servir de inspiración para que muchas personas comprendieran el verdadero significado de la amistad.
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Capítulo 3 (Primer día en Amóblua)
A la mañana siguiente, Pasito y Orejitas iban caminando al
amanecer por los grandes parajes que rodeaban el castillo, observando y admirando el maravilloso paisaje que allí se presentaba. Era como si toda la naturaleza formara parte de la misma energía y los árboles y las rocas fueran mágicos. Parecía que todas las plantas sonreían a su paso.
Tras llegar a un pequeño rellano, de repente, algo que se movía
bajo un árbol llamó la atención de Pasito y Orejitas. Se acercaron corriendo y curiosos se quedaron observando.
Parecía una vieja y desgastada caja de madera que daba
saltitos, como si un animalito en su interior estuviera atrapado. Pasito y Orejitas se miraron el uno al otro y sin dudarlo un instante, abrieron la caja para poder ayudarle. Pero al abrirla… la sorpresa fue que no había ningún animalito dentro. En realidad, había lo que parecía una simple y antigua lámpara de fuego. Estaba sucia y llena de polvo.
Orejitas, llenó sus pulmones de aire y con su trompa, pego un
soplido muy fuerte a la lámpara para quitarle todo el polvo y de repente… ¡¡BOOM!! Un fuerte resplandor y una bocanada de humo salieron de la lámpara dejando a Pasito y Orejitas sentados en el suelo. No se lo podían creer. Un inquieto y gracioso genio salió de la lámpara. Tras un enorme bostezo y unos ejercicios de estiramiento dijo en voz alta: Genio de la lámpara:
¿Quién osa despertarme?
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Pasito y Orejitas, que ya conocían la historia de los genios de la lámpara maravillosa, se pusieron muy muy contentos dando saltos de alegría diciendo: Pasito y Orejitas:
¡Es un genio! ¡Es un genio! ¡Es un genio! ¡¡Bien, bien, bien!!
Genio de la lámpara: ¡Jooo! Muchas gracias por liberarme.
Me quedé un poquito traspuesto bajo el árbol y cuando me quise dar cuenta no podía salir. Orejitas, un tanto confuso se dirigió a Pasito: Pero… ¿No es un poquito delgado y escuchimizado para ser un genio? Los genios suelen ser muy fuertes, grandes y poderosos, y este pobre genio parece que no ha comido en miles de años. Genio de la lámpara: ¿Escuchimizado yo? ¿Cómo dices? ¡ Aha, Aha! Mi nombre es Albert el Genio y soy un genio genial… Soy un poquito delgaducho y poca cosa, ya lo sé, pero no importa, los genios cachas están pasados de moda. Además, mis antepasados me decían que era especial porque siempre intenté ser una buena persona, y me decían que mi fuerza está en mi “Magia Azul” Pasito: ¿Ah, sí?
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Sorprendido y un poco confundido preguntó Pasito: Pasito:
Pero Genio Albert ¿La “Magia Azul” tiene fuerza? Albert el Genio: A ver, a ver…Mira Pasito, escúchame atentamente: En la “Magia Azul” reside lo que en Amóblua llamamos “La Fuerza de Uno”. La capacidad que tienes en tu interior para hacer cosas por los demás si te lo propones. Tú eres un Tigrito que a pesar de tu tamaño y tus patitas, has conseguido hacer muchas cosas buenas por los demás y por la naturaleza, y eso te llenó el corazón de “Magia Azul”. Por eso estas aquí, porque te hiciste muy especial. Todo el mundo tiene esa misma capacidad para hacer cosas buenas, para ser “Generoso” y “Honesto”, para mostrar “Respeto” a los demás y “Esforzarse” para cambiar las cosas que no sean correctas. Hay mucha gente que no lo sabe y hay que ayudarles a que lo descubran buscando en su interior. Cada momento que Pasito y Orejitas vivían en Amóblua era absolutamente mágico. Estaban aprendiendo muchísimas cosas y eso les hacía sentir muy felices. Tenían muchas ganas de contar a sus amigos de la tierra todas las aventuras y experiencias que estaban viviendo. Al igual que Orejitas, Albert el Genio era muy bromista, y se pasaron todo el día contándose las anécdotas de todas las bromas que habían gastado los dos. Se lo estaban pasando muy bien.
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Entre tanto, en el Castillo de Amóblua, Sebastián no hacía más que pensar en cómo hacer algo especial para los invitados. Y entonces se le ocurrió una genial idea. Como le encantaban las fiestas y hacer feliz a los demás, sin pensarlo dos veces, decidió organizar a Pasito y Orejitas un Gran Festín de bienvenida para que pudieran conocer a todos los amigos de Amóblua. Así que llamó a su amada Estrella, una bellísima compañera del castillo que siempre le ayudaba en las tareas domésticas y de la que Sebastián siempre estuvo enamorado desde el instante en que la conoció. Estrella estaba obsesionada con la limpieza y siempre estaba limpiando. Era muy curiosa, despistada y le encantaban los cotilleos. Constantemente estaba haciendo preguntas, pero en este caso, fue oír de la boca de Sebastián la frase:
¡Estrella¡ ¡Vamos a organizar un festín¡ Estrella salió disparada sin preguntar y se puso a limpiar todo el castillo como si nada más importara. Sebastián, sin esperar un instante, llamo a Christal, Márea y a su equipo especial de operaciones para que le ayudara a organizar todo el festín. En seguida se pusieron manos a la obra y comenzaron a llamar a todos los amigos de Amóblua para que al día siguiente todos juntos pudieran llevar a cabo esa gran idea de Sebastián.
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Capítulo 4 (El Bosque de los animalitos)
Al día siguiente, antes del amanecer, todo un gran equipo de
amigos formado por maquilladoras, peluqueras, estilistas, pintores, carpinteros, electricistas, técnicos, cuidadores y muchos más, aguardaban a las puertas del castillo preparados con sus equipos y herramientas para trabajar con toda la ilusión del mundo en lo que sería “El Gran Festín Azul” de todos los tiempos. Todos los habitantes de Amóblua estaban allí.
Mientras Sebastián y todo el equipo de operaciones preparaban
el gran festín, Monsieur Rubbin, llevó a Pasito y Orejitas al bosque. Quería enseñarles algo que era tremendamente importante en Amóblua. Algo que era vital para su mundo. Digamos que lo más vital que la Madre Naturaleza les podía enseñar.
Allí les esperaban el gran Alú el Oso, con su hijo Aluito y los
animalitos del Bosque. Alú era un Oso muy grande y bonachón que vivía en el bosque.
Era muy chistoso y le encantaba que le rascaran la espalda. Tenía un corazón muy grande y todo el mundo le quería mucho.
Alú, era muy sabio. Era el encargado de cuidar a Los animalitos
del bosque y transmitirles todo lo que la Madre Naturaleza nos da y nos enseña. El encargado de distinguir lo más banal, de lo más vital.
Alú:
Hola Pasito. Hola Orejitas.
Pasito y Orejitas: Hola Alú. Cuántas ganas teníamos de conocerte.
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Orejitas: Sebastián y Monsieur Rubbin nos han contado muchísimas cosas
de ti.
Pasito: ¡Síiii! Tenemos muchas ganas de que nos enseñes muchas cosas
para que podamos transmitirlas a los habitantes de nuestro mund Alú:
Qué alegría que me digáis eso. Os estábamos esperando. Estábamos deseando que llegarais. Veréis.
Madre Naturaleza es muy sabia, y a lo largo de nuestra historia hay algo muy importante que nos enseñó y que es realmente vital. Venid, sentaros a mi lado y os contaré. Todos se sentaron en el suelo alrededor de Alú junto a un viejo y rugoso tronco de árbol que utilizaba para rascarse la espalda.
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Alú: En Amóblua no hay cosa o ser que sea más importante que otro.
Toda cosa y todo ser vivo en Amóblua son igual de importantes, porque todos tienen la misma “Magia Azul” y cada cosa y cada ser tiene una función distinta e imprescindible para que el planeta pueda convivir.
La “Magia Azul” se encuentra, tanto en los más bellos y grandes árboles, como en el denostado estiércol. Si la magia solo se encontrara y formara parte de las cosas bonitas, no existiría el equilibrio en la naturaleza. Por eso toda cosa y todo ser son igual de importantes. La propia “Magia Azul” es solidaria. Si no existiera el Estiércol que nutre la tierra, los árboles no crecerían fuertes y hermosos
Pasito:
O sea que, en el bosque, todos se respetan y se necesitan, ¿verdad? Da igual que sean pequeñitos o grandes, o que sean más guapos o más feos. Todos son igual de importantes. ¿No es así?
Alú: Claro que sí Pasito, aunque no solo en el Bosque, sino en todo el mundo de Amóblua. Por eso es tan importante. Además el “RESPETO” es uno de los cinco valores más importantes de todo Amóblua. Pasito: ¿Los cinco valores? Alú: Sí Pasito el secreto de los Cinco Valores, pero… paciencia, muy prontito los descubrirás. Fue una mañana y una tarde maravillosa llena de muchas historias y juegos con los animalitos del bosque. Antes del anochecer, Pasito, Orejitas, Monsieur Rubbin, Alú y los Animalitos del Bosque emprendieron camino del Castillo de Amóblua. Sin que Pasito y Orejitas lo supieran, una grandísima sorpresa les esperaba. El Gran Festín que entre todos prepararon lleno de sorpresas para dar la bienvenida a los tan especiales invitados del planeta tierra.
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Capítulo 5 (El Gran Festín)
Después de todo un día de muchísimo trabajo y esfuerzo, al final de la noche ya estaba todo preparado en el castillo a la espera del regreso de Pasito y Orejitas. Todo quedó espectacular y maravilloso Limpiaron y sacaron brillo a todo cuanto veían, y colgaron muchas lucecitas por todo el castillo. Gracias a la abundante comida que la Madre Naturaleza de Amóblua nos brinda, el Chef Don Fegsans preparó un exquisito catering para todos. Salvárus, el Gurú de las pócimas y sus mágicas manos, prepararon y sirvieron los cócteles más increíbles que se podían degustar. Una grandísima y fantástica Orquesta de más de 100 músicos, afinaba sus instrumentos y preparaba, lo que sería un precioso espectáculo de bienvenida. Y… ¡Y! ¡Por fin llegó el momento que tanto estaban esperando todos los habitantes de Amóblua! Pasito y Orejitas ya se encontraban en la puerta del Castillo. Todos estaban súper nerviosos y costaba guardar silencio. Querían que el Gran Festín fuera algo muy especial que no olvidaran jamás y que transmitiera esa “Magia Azul” y esa energía para hacer cosas por los demás. ¡De repente…! Las puertas del Castillo se abrieron y la Orquesta comenzó a sonar. Todo era absolutamente Mágico y Majestuoso. Habían preparado un increíble espectáculo de bienvenida.
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Allí no faltaba nadie: Estaban las Musas de Amóblua. Cuatro chicas muy guapas y coquetas, que no se les daba muy bien eso de escuchar. No paraban de hablar entre ellas de cotilleos y chismes. Los Hermanos McFly. Cinco hermanos muy diferentes que cantaban siempre juntos. Tenían unos nombres muy peculiares: Guapo, Alto, Bajito, Listo y Tontín. Les gustaban mucho las canciones antiguas y los coches de carreras. Las bailarinas del guateque. Ellas eran la alegría de Amóblua. No sabían andar sin estar bailando. En cuanto escuchaban música, se les movía todo el cuerpo. Los increíbles ISwat. Equipo especial que cuida y protege el castillo de posibles invasores extraterrestres. Son tremendos atletas que están siempre alerta. Los hermanos Picopalo. Eran los mensajeros del Castillo. Se pasaban el día haciendo carreras por el castillo con su Palomovil. Tampoco faltaron Dinio el Snorkel, un buzo muy holgazán con acento sureño que se encargaba de limpiar el fondo del mar y al que le gustaba tomar el sol y ponerse muy morenito. No podían faltar Alú el Oso y su hijo Aluíto, siempre rodeado por los Cuervos, las Cuervas y los Animalitos del Bosque, un verdadero regimiento de Scouts a los que les encanta desfilar al paso de los exploradores. Todas las princesas de Amóblua, las ratoncitas, las hechiceras, los guardianes del bosque con sus tambores y muchos más, querían tener la oportunidad de dar la bienvenida y poder conocer a los queridos invitados. Para Pasito y Orejitas fue la noche más especial de sus vidas. Comprobaron cómo todos y cada uno de los habitantes de Amóblua trabajaron juntos y en armonía con el único propósito de compartir esa ilusión y energía que tenían dentro para intentar que la gente llene su corazón de “Magia azul”.
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Capítulo 6 (El Gran Mago Lauth-‐Amon)
Fue Un festín espectacular. Todo lo que Pasito y Orejitas
vivieron allí fue mágico. La energía, positividad, la fuerza y el amor que se respiraba en todo el entorno era algo inexplicable. El trabajo en equipo, la capacidad para hacer cualquier cosa que se proponían.
Todo cuanto veían les llenaba de fuerza y les motivaba a querer
hacer cosas desinteresadamente con el único propósito de hacer sentir bien a los demás. Solo querían intentar contagiar esa iniciativa. Estaban seguros de que eso haría de nuestro mundo, un mundo mejor, y estaban deseando llegar a la tierra para intentar transmitirlo.
De repente, a Pasito, algo le llamó mucho la atención. En el
lugar donde todo era Azul y todo estaba absolutamente reluciente, había algo que le extraño mucho. Entre toda la multitud de amigos de Amóblua, un resplandor diferente brillaba en el castillo. Una aureola de luz dorada que rodeaba un corazón azul, destacaba del resto. Era como si alguien proyectara una energía diferente. Pasito, anonadado, preguntó enseguida al Hada Bélya. Pasito:
¡Hada Bélya¡ ¡Hada Bélya¡ ¿Qué es esa luz dorada que resalta sobre todas?
Hada Bélya: Querido Pasito. Esa luz dorada que resalta de entre todas es la energía que desprende el más antiguo de los sabios egipcios y el mago de entre todos los magos. Un Mago de Egipto muy sabio que convirtió los sueños de los habitantes de la tierra en la realidad que estáis contemplando. ¡El Gran Mago Lauth-‐Amon!
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Él es una persona terrenal muy entrañable y bondadosa al que le encantan la naturaleza y todos los seres vivos. También es muy bromista y tiene mucho sentido del humor. Le apasionan los niños y siempre, siempre sonríe. Él vive con nosotros desde la creación de nuestro mundo. Representa las raíces de nuestra existencia, desde los tiempos ancestrales hasta nuestros días. Su energía no desaparecerá jamás a no ser que esa “Magia Azul” se pierda. Al mago Lauth-‐Amon le apasiona soñar. Él, al igual que tú, tiene un don muy especial. Él es capaz de vivir sus sueños como si de una realidad se trataran. Cierra sus ojos y comienza a imaginar cosas que le apasionan. Se concentra mucho y al cabo de los minutos, su cuerpo cae en un profundo y placentero sueño, y consigue que su mente este consciente y despierta dentro del sueño. Pasito y Orejitas no perdían ni un ápice de atención a lo que el Hada Bélya les decía. Intuían que algo muy sorprendente iban a descubrir. Pero… lo que no sabían ni podrían llegar a imaginar es, que esa capacidad que ellos también tenían para vivir los sueños mientras dormían, era la clave que hizo posible la existencia de Amóblua.
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Hada Bélya:
El Mago Lauth-‐Amon fue quien descubrió que los buenos actos desinteresados y el hacer felices a los demás, generaban una placentera sensación de bienestar en uno mismo y decidió investigar científicamente el por qué eso ocurría.
Fue entonces cuando descubrió que nuestro organismo, en esas
situaciones de bienestar, generaba una energía diferente a la energía que hace que nuestro cuerpo funcione. Esa energía se almacenaba en el corazón, y como todo el mundo sabe, la energía jamás desaparece, sino que se transforma. Con lo cual, su pregunta fue:
Si la energía que genera nuestro organismo se transforma en
combustible para nuestro cuerpo. ¿Qué pasa con esa energía que se almacena en nuestro corazón? ¿Qué pasa con esa energía que resplandece de manera diferente con un precioso aura azul?”
¿Sabéis? El Mago Lauth-‐Amon, tenía el presentimiento de que
esa energía podría convertirse en algo que fuera importante para todo el planeta, y dedicó todo su tiempo a encontrar la manera de transformar esa energía.
Pasaron muchos años desde su descubrimiento y el Mago Lauth-‐Amon no conseguía avanzar en su investigación. Pero, un día inesperado, de repente tuvo la mayor de las ideas que jamás se le había ocurrido.
Como El Mago Lauth-‐Amon tenía esa capacidad de soñar y ser
consciente dentro de sus sueños, decidió utilizar su magia para canalizar esa energía azul a través de sus sueños y transformarla en algo mágico. Fue entonces cuando algo muy muy especial ocurrió…
¡Y lo cambió todo!
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En un profundo sueño, el Gran Mago estaba contemplado las estrellas y pudo observar un acontecimiento que jamás había contemplado. A media noche, cuando en una noche clara, una hilera de estrellas se alineó tras la luna en forma de escalera y parecía como si se alinearan frente al mago… Lauth-‐Amon, elevó sus manos para alinearlas con la luna y los Astros, y comprobar si esa alineación era casual o tenía algún sentido. De repente, una pequeña bola de fuego azul apareció entre sus manos. Apenas pesaba pero aumentaba su tamaño cada segundo. Lo que comenzó como una pequeña mota de polvo, en tan solo unos segundos alcanzó el tamaño de una montaña. No paraba de crecer, crecer y crecer, y a medida que crecía, se elevaba a lo alto del cielo como si de un globo se tratara. Era como si aconteciera al nacimiento de una nueva estrella de entre las manos del Gran Mago. Minutos después, ya en el cielo, a la velocidad de la luz y con un tamaño comparable al de un planeta, el Gran Mago anonadado, pudo divisar cómo ese resplandor azul, se alineaba entre esas estrellas y se asentaba en el lugar de donde provenía la Magia del Mago. La constelación de Escorpio. Signo de su fuerza y su poder. Así fue como nació Amóblua. Cómo el Gran Mago Lauth-‐Amon hizo de sus sueños, la realidad de nuestro mundo. Consiguió lo que jamás nadie había logrado. Convertir esa energía azul que anidaba en su corazón en algo mucho más especial. Algo realmente Mágico. Un mundo donde esa energía no se perdiera jamás y pudiera transformarse en la realidad tus sueños. Fue entonces cuando decidió llamar a esa Energía, La “Magia Azul”
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Capítulo 7 (Kálowa)
Pasito y Orejitas parecían hipnotizados con la historia de esa
magnífica luz dorada. Hada Bélya, se dio cuenta y preguntó: Pasito, Orejitas. ¿Os gustaría conocer al Mago Lauth-‐Ámon? Pasito y Orejitas dando saltos de alegría respondieron: ¡Por favor, por favor, por favor…! ¡Nos encantaría! Hada Bélya: Pues acompañadme y os lo presentaré. Pasito y Orejitas no podían disimular su alegría. A ellos, que les encantaba la magia, iban a conocer al mago de entre los magos. El hada Bélya les llevo hasta su presencia y… ¡cómo no!, el Mago que era muy educado, se presentó ante ellos. Mago Lauth-‐Ámon: Hola Pasito. Mi nombre es Lauth-‐Ámon, y soy Mago. Ya sé que estáis pensando…jejeje. Como soy Mago, tengo el poder de leer vuestras mentes. Os explicaré el por qué mi luz es diferente a la de todos los demás habitantes de Amóblua. Aunque mi corazón es azul, mi aura dorada proviene de las raíces de la primera isla de nuestro mundo. He venido desde el lugar más especial de Amóblua. Una pequeña y hermosa isla paradisíaca llamada “Kálowa”. Como si de un majestuoso oasis se tratara, su arena brilla como el oro, y sus palmeras son altas y esplendorosas.
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Está situada en el Mar Azul, un mar de aguas cristalinas al sur de los montes del Siáu. Al atardecer, se puede contemplar la preciosa isla en su máximo esplendor de belleza, cuando las dos lunas de Amóblua Laysha y Marasha, bañan, con una preciosa luz dorada, los símbolos más importantes de Kálowa. “Las Esfinges del Valor”. (Sin saber por qué, Pasito y Orejitas recordaron entonces las palabras del Oso Alú sobre los Cinco Valores) Kálowa es el motor de nuestro mundo, núcleo de nuestra energía donde nuestros mundos se conectan y posee el resplandor dorado de la tierra de mis antepasados. “Egipto”. Es el lugar donde reside la magia azul de las personas buenas que desaparecieron ya del planeta tierra. Sus cuerpos quedaron allí en la tierra, pero su “Magia Azul” viajó hasta nuestro mundo, Magia que permanecerá eternamente en la Isla de Kálowa. Pasito estaba impresionado. La energía que desprendía el Mago Lauth-‐Amon estaba llena de Paz y Amor. Pasito:
Señor Mago. ¿Que son las Esfinges del Valor? Mago Lauth-‐Amon: Muy buena pregunta amiguito. Prestar mucha atención. Hace millones de años, pude descubrir que los actos de bondad y desinterés de los que se alimenta la Magia Azul que reside en Kálowa, están sustentados en cinco valores como principios fundamentales. La HONESTIDAD, La GENEROSIDAD, El RESPETO, El ESFUERZO y el QUINTO VALOR que es el que hace posible los cuatro valores anteriores. Cada uno de estos Cinco Valores esta, representados en la Isla de Kálowa por una esfinge mágica con un símbolo que los recuerda. Solo los actos de bondad desinteresada que sean Honestos, Generosos, Respetuosos y producto del Esfuerzo, llegarán a crear esa “Magia Azul”.
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Pero jamás se podrán conseguir sin el valor más importante de todos. El Quinto Valor. El secreto más importante para crear la tan preciada “Magia Azul”. Pasito: ¿A sí? Y ¿Cuál es el quinto valor? O es que… ¿no se puede decir porque es un secreto? Mago Lauth-‐Amon: Claro que se puede decir, además es el principal valor que tenéis que transmitir en vuestro Planeta. Es el Valor que hará posible todo lo bueno que os propongáis. El Valor que siempre os hará crecer y que os hará sentir felices. Ese valor es " La ACTITUD".
La Actitud es un Valor totalmente voluntario que cada uno puede
moldear libremente, y que puede englobar en su interior los cuatro valores anteriores si uno se lo propone. Cinco valores capaces de instaurar en uno mismo el poder de LA FUERZA DE UNO. La capacidad para hacer algo si te lo propones. Es en el quinto valor donde reside el secreto mejor guardado de los egipcios, donde podrás encontrar el mayor de los poderes jamás imaginado y la llave q abrirá las puertas de Kálowa. Tener una buena actitud hacia la vida, hacia las personas y hacia todas las cosas es la única manera de conseguir todo lo bueno que te propongas. Como tú quieras comportarte, depende únicamente de ti. Tú Eliges. Tener una mala actitud hacia la vida y hacia los demás, sin esos valores, hará que no se te llene el corazón de “Magia Azul”.
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Pasito: ¿En seeeerio Señor Mago? Y ¿cómo podemos saber quién tiene “Magia Azul” en el corazón? Mago Lauth –Amon: Pasito, a todos se nos conoce por nuestros actos. Los actos representan las prioridades, el interés o desinterés hacia los demás y hacia las cosas. Los seres que tengan esos cinco valores harán actos que representen esos valores. Además, cuando te encuentras con gente azul, lo sabrás, porque sentirás una increíble sensación especial cuando los tengas a tu lado. Es muy importante que sepas que cada minuto que pasa, es una nueva oportunidad para comenzar a tener una buena actitud y llenar tu corazón de “Magia Azul”. Tan solo hay que rectificar las cosas malas que se hagan, esforzarse mucho en cambiarlas por cosas buenas, honestas y generosas. Luchar cada día por ser una buena persona. Hay que hacer cosas por los demás. Es como cuidar las flores, porque si no las regamos, las flores se marchitan. Las palabras del Mago hicieron pensar mucho a Pasito. Pasito se dio cuenta que no bastaba con ser un buen tigrito, sino que era muy importante hacer cosas por los demás. Y recordó aquellas palabras que sus padres le decían: “Pasito, siempre que puedas intenta que aquellas seres que estén a tu alrededor puedan sentirse lo más a gusto posible, eso siempre será algo bueno y tus actos hablaran por ti.” Pasito se sentía tremendamente orgulloso de cómo sus padres habían conseguido transmitirle algo tan importante Entonces Orejitas, pregunto al Mago: Señor Mago, ¿Cómo llega esa “Magia Azul” hasta Kálowa? ¿También les recogen los cisnes?
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Mago: Jejeje…. ¡Qué va Orejitas! Veras, escucha Atentamente: Cuando descubrí este mundo hace miles de años, pude crear a
través de la magia una puerta estelar que comunicara nuestros mundos. La Tierra y Kálowa.
En Egipto, tierra de todas mis generaciones, coloqué unas piedras
mágicas en lo alto de las tres pirámides del Cairo que sirvieran para atraer y canalizar todo esa “Magia Azul” que residía en los corazones de todos aquellos seres vivos de la Tierra.
A través de un Portal Mágico que generan esas piedras, esa
energía se transporta hasta otro Portal Mágico situado en Kálowa, donde construí otras tres pirámides mágicas que transformarían esa energía en lo que cada uno sueña en convertirse mientras reside en la tierra.
Y así, Kálowa se convirtió en la tierra soñada por todos. Todos los habitantes de Amóblua son producto de los sueños y de la energía de tantas y tantas buenas personas que habitaron la tierra. Pero tanto hablar, tanto Hablar… ¿Os gustaría conocer Kálowa? Pasito y Orejitas emocionados saltaban y saltaban. Todo era como un increíble Sueño. Pasito y Orejitas: Sí, Sí, Sí, Si…. Por favor… Nos encantaría. ¡Eso sí que sería un increíble sueño! Muchísimas Gracias. Y sin más contemplaciones. El Mago Lauth-‐Amon, alzó sus brazos extendiendo su enorme capa, y creó una gran bola dorada translúcida que les trasladaría directamente a la isla de Kálowa, y en tan solo un instante desaparecieron del castillo.
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Capítulo 8 (El Faraón y los Cinco Valores)
Tan solo un segundo después la gran bola dorada creada por el
Gran Mago Lauth-‐Amon aparecería en medio de un paraje sin igual. Era algo Majestuoso, mucho más hermoso de lo que pudieron imaginar. Kálowa era como una gran isla de luz Dorada, dentro de una atmosfera de increíble energía azul.
El brillo era diferente del resto de Amóblua, pero su corazón
seguía siendo azul. Era como un oasis en el desierto donde se asentaban, las tres Pirámides Egipcias que el Gran Mago les había descrito.
Todo el entorno que se contemplaba en la isla, reflejaba los
antecedentes Egipcios y los sueños del Mago Lauth-‐Amon, en aquel tiempo pasado. Pero, a su vez, las influencias de los sueños y de la “Magia Azul” que llegó a Kálowa, de los habitantes de la tierra a lo largo de los tiempos, también se fusionaron con ese entorno, lo cual, daba como resultado un paraje muy especial, peculiar y de curiosas combinaciones. Era como estar en el antiguo Egipto, pero con influencias estéticas de todos los tiempos. Allí se podía sentir esa misma energía que invadía todo el mundo de Amóblua.
En la isla de Kálowa, las tres pirámides que construyo el Mago
Lauth-‐Amon, presidian el centro del paraíso. Eran tres réplicas de las pirámides construidas en Egipto. En lo alto de la pirámide central, al final de una larga escalinata, es el lugar donde se encuentra el gran Portal Mágico que comunica nuestros mundos.
En Kálowa, a los pies de la gran pirámide, el gran Faraón de
Kálowa, Ádan-‐Amon, aguardaba la llegada de los invitados. Llevaba un precioso ropaje que lucía con gran orgullo.
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Tras el destello de esa aura dorada, aparecieron Pasito y Orejitas junto con el Mago Lauth-‐Amon. Mago Lauth-‐Amon: Bienvenidos a Kálowa amiguitos. Tierra de sueños y de “Magia Azul”. Aquí frente a vosotros, os presento al gran Faraón de Kálowa. Faraón Ádan-‐Amon: Buenas noches, habitantes de ese amado planeta tierra. Bienvenidos a Kálowa, Tierra de sueños.... paraíso eterno donde residirá por el resto de los tiempos la “Magia Azul” de aquellos seres que abandonaron vuestro planeta. Magia que se abasteció del amor y de los buenos actos que nos hicieron soñar y que nos hicieron crecer. “Magia azul” de aquellas personas y seres que nos dieron todo sin esperar nada a cambio, que nos enseñaron el camino de la vida y nos mostraron el amor hacia los demás. Pasito y Orejitas, al ver al Gran Faraón, trataron de arrodillarse ante él, ya que pensaban que en esa época en Egipto era la tradición, pero enseguida el faraón les se acercó a ellos y les impidió que lo hicieran. Faraón:
Queridos Amigos, Pasito, Orejitas, No os arrodilléis. No os dejéis impresionar por mis ropajes faraónicos. No por ser el Faraón soy más importante que los demás. Soy el Faraón de Kálowa porque soy el primer habitante Azul de toda Amóblua.
Esta Ropa, me la confeccionaron con la mayor de las ilusiones los
habitantes de Kálowa por ser el más viejito, y la llevo con un grandísimo placer y agradecimiento, pero debéis de saber algo muy importante
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En Kálowa, a diferencia del antiguo Egipto, no existen las jerarquías ni clases sociales.
Al igual que en el resto de Amóblua, todo el mundo es igual de importante y todos los habitantes que aquí residimos, siempre pensamos en lo mejor para todos. Trabajamos siempre en equipo porque nos apasiona. Nos gusta estar juntos y unidos y aportar cada uno lo mejor que tenemos. Eso nos hace sentir muy felices. Pasito:
Eso es maravilloso. En la tierra, muchos se ríen de mí porque tengo las patitas muy cortas y me quieren hacer sentir que soy un inútil, pero yo no les hago caso.
Mis padres me enseñaron que, aunque no pueda correr tan
rápido como ellos, puedo hacer otras muchas cosas diferentes, incluso cosas que ellos no pueden... jeje.
Señor Faraón, Todo lo que veo es precioso. El Gran mago nos ha
contado mucho a cerca de la Isla de Kálowa y todo lo que vemos es genial. En Kálowa, al igual que en el antiguo Egipto, todo estaba repleto de pinturas y símbolos que reflejaban parte de la historia de Kálowa. Pero… algo llamó mucho la atención de Orejitas. Algo que destacaba de todo lo demás y que ya el Mago Lauth-‐Amon les había contado. Cinco símbolos muy significativos destacaban por su gran belleza. Orejitas:
Mira Pasito, Las cinco Esfinges que nos decía el mago. Señor Faraón, ¿Esas son las esfinges del Valor que nos decía el Mago Lauth-‐Amon?
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Faraón: Efectivamente Orejitas. Esas preciosas esfinges doradas que
rodeaban las Pirámides, son las Esfinges del Valor. Representan los cinco Valores más importantes de Kálowa. Esas esfinges son mágicas y cada una está cuidada y custodiada por los Guardianes del Valor. Cinco guardianes que por su nombre y personalidad hacen honor a su valor: Honéstor, Génersor, Réspetor, Ésfortor y Áctitor. Venid aquí y os contaré: Pasito y Orejitas se sentaron al lado del faraón y como ya era de costumbre, no perdían atención alguna. Faraón:
Honéstor es el guardián de la Honestidad. Honéstor es el más inteligente de todos los guardianes. Todos en Kálowa siempre quieren pedirle consejo. Él siempre quiere hacer lo correcto, a pesar de que lo correcto pueda perjudicarle o hacerle sufrir. Es muy apasionado y enamoradizo y le encanta hacer de celestino…jeje
Génersor es el guardián de la Generosidad. Es un guardián muy
charlatán y un poco…. Insistente. Es extremadamente generoso, le apasiona hacer regalos a los demás y compartir todo cuanto tenia. El mago Lauth-‐Amon le tuvo que hacer un hechizo para que no regalara la ropa que llevaba puesta, porque… ya os podéis imaginar... Génesor tenía un maletín mágico del cual sacaba todo lo que su corazón necesitaba para dar a los demás.
Luego está Réspetor, es el guardián del Respeto. Es el mejor
amigo de Honéstor. Es muy educado, le encanta sacar lo mejor de todos los demás. Le encanta la música y siempre está bailando.
Ésfortor es el guardián del esfuerzo. Es un poco hiperactivo. Le
encanta trabajar, construir, hacer muchísimas cosas. Siempre está cuidando toda la Isla. Riega las palmeras, da de comer a los animalitos… nunca para.
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Y por último está el guardián del Quinto Valor. El mayor de los tesoros de Kálowa. El Valor que hace posible los cuatro valores anteriores y esa “Magia Azul”. La “ACTITUD”. La manera de estar dispuesto a comportarse para hacer las cosas.
Áctitor es su Guardián. Él es quien nos enseñó que si te lo
propones y tienes una buena actitud, tienes el poder para cambiar las cosas y hacer cosas buenas. Él es muy nervioso e inquieto, y muy gracioso. Le encanta Cantar y es un gran actor. Tiene miles de actitudes. Tiene siempre una actitud genial para todo lo que se propone.
Nosotros en Kálowa, tenemos el privilegio de recibir toda esa
“Magia Azul” y los sueños de todos los seres y las personas de la tierra que fueron realmente especiales. Todos están aquí con nosotros enseñándonos cada día lo mejor de vuestro mundo y el amor que pudieron sentir hacia sus seres queridos y que jamás perderán.
Todos coinciden en que la tierra es un planeta absolutamente
maravilloso y es por eso por lo que nos resulta muy difícil comprender por qué ahora más que nunca, existe tanto egoísmo, tanta envidia, y tantas guerras. Pero… ¿Sabéis una cosa?
“Todo puede ser mejor si tienes una buena ACTITUD.” Esa sería una gran frase que Pasito y Orejitas jamás olvidarían. De repente, un leve destello de luz irrumpió en ese mágico instante. Era la señal que predecía el más mágico de los acontecimientos. El Mago Lauth-‐Ámon y el Gran Faraón cruzaron con gran complicidad sus miradas y mientras el Mago alzaba sus brazos al cielo el Gran faraón les dijo:
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Faraón:
¡Corred amiguitos! Id hacia aquel rellano de tierra al lado de la poza de agua, acomodaros en un banco de piedra que hay bajo las palmeras y prestar mucha atención:
Una nueva luz se acerca y veréis un nuevo despertar de Kálowa.
Vais a tener la gran suerte y el privilegio de poder contemplar cómo esa energía azul proveniente de la tierra, se transforma en lo que alguien soñó llegar a ser una vez. Es entonces cuando toda Kálowa se iluminará de nuevo y recibirá esa llegada como siempre la recibe, con su “Magia Azul” llena de sorpresas y emociones, y con la mejor Actitud de todos los habitantes de Amóblua. Cada llegada de energía es una explosión de júbilo y felicidad. ¡No perdáis atención! Y en ese mismo instante, la oscuridad y el silencio se hicieron dueños de Kálowa. Y tras unos inquietantes segundos, que se hicieron eternos, una gran puerta estelar con una brillante luz azul se abría en lo alto de la pirámide principal de Kálowa. Lo que allí ocurrió fue algo absolutamente inexplicable para Pasito y Orejitas. Todo un amanecer de energía, como si de un ritual se tratara. En tan solo un instante después de ese destello de luz, aparecieron en la isla todos los habitantes de Amóblua, dispuestos para recibir, con la mejor de sus actitudes y de sus sonrisas, al nuevo habitante de Kálowa. Pasito y Orejitas no podían quitar ojo al increíble suceso que allí acontecía, otro impresionante espectáculo con bailarines, músicos, acróbatas, magia, luces de colores y fuegos artificiales…Las esfinges del valor brillaban, las pirámides si iluminaban y las palmeras parecían cobrar vida. Muchos de sus ya nuevos amigos, estaban reunidos allí para el gran acontecimiento.
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Allí estaba la prueba. Con esa Actitud y con esa Fuerza que nos llena el corazón de “Magia Azul”. Todo lo que uno sueña ser en la tierra, se hace realidad en esa pequeña Isla de Kálowa. Fue en ese momento cuando Pasito y Orejitas comprendieron en toda su plenitud las sabias palabras que el Gran Faraón les concedió y todo lo que habían aprendido en toda esa estancia en el mundo de Amóblua. Nuestros amiguitos, ya estaban preparados para partir hacia la tierra. Habían recibido tanto amor y tanta fuerza que no tenían palabras para expresarlo. Descubrieron que la buena Actitud que ellos siempre tuvieron en la tierra, fue la clave que les trajo a Amóblua y les hizo vivir esa increíble aventura. Llevaban consigo la esencia de los cinco valores imprescindibles para llenar el corazón de “Magia Azul”. La “HONESTIDAD”, La “GENEROSIDAD”, El “RESPETO”, El “ESFUERZO” y sobre todos ellos, La buena “ACTITUD”. Valores que conforman La Fuerza de Uno, esa fuerza que tienes en tu interior para hacer algo bueno por los demás. Ahora ellos, tienen oportunidad de intentar transmitir y contagiar esa Actitud y esa Magia, a los habitantes de la tierra, para que jamás se pierda el mundo de los sueños y de la “Magia Azul” y así, hacer del planeta Tierra, un mundo mejor.
Llena tu corazón de Magia Azul. Tu Actitud lo hará posible.
Escrito por: Manuel Ángel Contreras Sanz Dibujos: Stella Goñi