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E. I.KENNEY Y \I/. V. CLAUSEN (eds.) HISTORIA DE LA i. T ITERATTJRA CLASICA l--- l I ' I (CAMBRIDGE UI\TIVERSITY) II LITE,RATURA LATINTA vERsIÓN ESPAÑoLA DE ELENA sovsÍN EDITORIAL GREDOS MADRID 4',i 8i

Catulo Nueva Poesia

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E. I.KENNEY Y \I/. V. CLAUSEN (eds.)

HISTORIADE LA

i. T ITERATTJRA CLASICAl--- lI

'I (CAMBRIDGE UI\TIVERSITY)

II

LITE,RATURA LATINTA

vERsIÓN ESPAÑoLA DE

ELENA sovsÍN

EDITORIAL GREDOS

MADRID4',i 8i

223

<<Catvlli veronensis liber>>

(CATVLLI VERONENSIS LIBER)) 30

Cui dono lePidum nouum libellum

arida modo Pumice exPolitum?

Corneli, tibi; namque tu solebas

meas esse aliquid Putare nugas-

iam tum, cum oustts es unus ltalorum

omne aeuum ribus exPlicare cartis

doctis, IuPPiter' et laboriosis'

;;"r; noii t¡u¡ quidquid hoc tibetti'

qualecumque quod' o Patrona ,uirgo'

Plus uno maneat Perenne saeclo'

[¿Aquiénvoyadedicarmiagraciadolibritonuevo,reciénalisadoconáridapiedrapómez?Ati,Cornelio:puestúsolíasestimarenalgomisbagate-las,yadesdeque,únicoentrelositálicos,osasteexponerlahistoriadetodoslos tiempos en tres libros ¿o.ior, por Júpiter, y trabajosos' Acepta' por tanto'

como cosa suya el content;;;..;'".T']:..' valga-lo que valiere. ¡Qué él'

oh virgen protectora' sobreviva intacto más de un sigloll

con este poema breve y oportuno, del que prácticamente no hay preceden-

te, Catulo " n""nta a 'i mi'*o;;t;t; t; übro' Los comentaristas citan

a Meleagro:

Moüoo qí)',o, rívt rúv6e qéperg nú.yxopnov ü,or6úv,

'f, Ií! I "ái teúfoq üpvoOetÓv otéqcrvov;

úvuoepÉvMe}.éc[Tpoq,&pt(ó}rp6t,Ator}¿I";;ú;"vov roútov é[enóvqoe 1úPtv"'(Anth' Pal" 4' l' l-4)

[¿Aquién,Musaamada,estavariagavilladedicas?¿Quiénhizoestaguir-nalda de poéticos timnoJLa teiió rur"rt"g'o y a liocles' el bien envidiable'

"o"'"r'á este recuerdo gtato a sus labores'l

LaMusa,elpoetaysulibro,y-*amigoalquevadedicado:hayunasemejan-zaaparenteySuperficial.CatuloconocíaelpoemadeMeleagroeinclusopuede

haberlo tenido en mente ,.rurrJo-componía er suyo. ¿pero, en definitiva' qué

tiene que ver la estudiaau ,.*itez de caturo con ra extensa idea implicada

en el poema a. tut.t."gro? El o;;;" de catulo es personal y romano' La publi-

cación de ra chronicaae Nepo-t. or*"r.io'"ü j-p"**to' No es que catulo

fingiera una gratitud que no sentía' pero su gratituá no podía ser simplemente

literaria. corrr.iio Nepote era;;;ién ciudadano de la Galia Transpadana' con-

--Tr* oarte aparecía originalmente en crass. philorogy,'rr, 1976, y se ha reimprimido en

forma utgo "t'uáu por gentile za de la Universidad de Chicago'

224 La nuevu orientación de la Poesfa

siderablemente más viejo que Catulo, con amigos importantes en Roma, espe-

cialmente Cicerón y Ático, y como autor consagrado había dedicado palabras

de elogio o ánimo al joven. No es improbable que Catulo admirase sin reservas

el panorama cronológico que Nepote había logrado o que valorase mucho su

juicio crítico. Unos veinte años después, Nepote sostenía que L. Julio Cálido

(es importante tal vez que Nepote dé su nombre completo) era el poeta más

elegante, con mucho, que la época había producido después de la muerte de

Lucrecio y Catulo:

L. Iulium Calidum, quem post Lucretii Catullique mortem multo elegantis'

simum poetam nostrom tulisse aetatem uere uideor posse contendere 3r.

¿Ha olvidado Nepote a los amigos de Catulo, Calvo y Cina? ¿Era demasiado

viejo Nepote para apreciar a Cornelio Galo o Virgilio, cuyas Bucólicas se aca-

baban de publicar? Sólo es probable una conclusión: como su amigo Cicerón,

Nepote no se preocupaba de los cantores Euphorionis. Pero como Cálido y

otros valores, era un amante del verso, del verso osado, según Plinio, Epíst.,

5, 3, 6, y por ello, receptor adecuado de un librito de poemas cortos, sobre

todo en endecasílabos, en el que había poco o nada abiertamente neotérico.

¿Era este libellus -un rollo de papiro- sustancialmente lo mismo que un

liber -un codex o libro en el sentido moderno- el que apareció asombrosa-

mente en-Verona hacia finales del siglo xm? Sin duda hay una delicada ironía

en el menosprecio de Catulo de su propio libro, pero ningún libellus contendría

tantos versos ni los largos poemas podrían considerarse en broma como nugae,

en particular el Peliaco quodam, que por sí solo debe haber formado un libe-

llus, como el Culex, de la misma extensión aproximadamente, o la Clrls (un

poco más largo), ZmYrna o Io.Cualquier esfuerzo, por muy sutil o elaborado que fuera, para probar que

EI libro de Catulo de Verons es un todo artístico, dispuesto y publicado por

el poeta mismo, se basa en un hecho obvio: la limitación física del antiguo

rollo de papiro. Y para Catulo, como para escritores anteriores y posteriores,

el rollo de papiro era el único <libro>> hasta el advenimiento del codex. Se

sabe ahora demasiado del rollo griego y puede inducirse demasiado del latino

para dejar lugar a la duda o a alegatos especiales. El libro 5 de Lucrecio,

aunque de unos mil versos menos que el supuesto libro de Catulo, es aún ex-

traordinariamente largo (unos 1.457 versos). Un rollo corriente contendría un

libro de la Eneida de Virgilio, de los Amore,s o eL Ars Amatoria de Ovidio,

de la Tebaida de Estacio, de Juvenal, de Marcial. Un rollo de 700 a 900 versos

por término medio 32.

t, Att., 12, 4, una bibliografía comenzada alrededor del 35 a. C. y terminada después de la

muerte de ¡itico en 32 a- C.32 Cifras exactas en Birt, 1882, 292'3-

<<Catvlli veronensis liber>> 225

¿Qué contenía, pues, el libellus dedicado a Nepote? No puede darse una

respuesta precisa, pero. un poema de Marcial, que con frecuencia imitaba a

Catulo, y el propio poema de dedicatoria indican la respuesta.

Es la época para estar alegres, las Saturnalia. Marcial invita a Silio Itálico,poeta épico serio y constante imitador de Virgilio, a solazarse y leer la poesía

que le envía, libros <plagados de graciosas chanzas>>:

nec torua lege fronte, sed remissa

lasciuis madidos iocis libellos.síc forsan tener ousus est Catullusmagno mittere Passerem Maroni.

(4, 4, 1l-14)

[no leas con entrecqjo fruncido, sino con la frente despejada estos iibritoshenchidos de jocosidad ligera. Así también quizás el tierno Catulo se atrevió

a enviar su gorrión al gran Virgilio.l

Así puede hacer el dulce Catulo... Una fantasía muy agradable para ambas

partes. Resulta claro por el contexto que Marcial se refiere a un libro como

el suyo (un libellus de 680 versos, que no da lugar para huecos) y no a unpoema o dos; y lo hace así siguiendo la costumbre de la Antigüedad, citandola primera palabra del primer poema -en este caso, del primer poema después

del poema de dedicatoria, que podía haber considerado perteneciente a la co-

lección completa-.Tanto en metro como en estilo, el poema de dedicatoria está en consonancia

con los poemas que siguen, 2-60 o más exactamente cincuenta y siete poemas

y dos fragmentos, 2b y l4b. De éstos, cuarenta y cinco están en endecasílabos,

un hermoso verso (6, l7 lepido... uersu) en un hermoso libro, favorito de lospoetas neotéricos. En esta parte de la colección es reconocible la intención ar-tística. Dos poemas similares estar.án separados por un poema distinto en temao metro: 2 y 3, el gorrión de Lesbia, por 2b; 5 y 7, los besos de Lesbia, pot6; 34 y 36, himno y parodia del estilo hímnico (36, I l-16), por el 35; 37 y39, Egnacio y sus brillantes dientes, por el 38. La disposición del 37, 38, 39y 41,42y 43 parece especialmente cuidadosa. 37 y 39 sen poemas más largos,de la misma longitud casi (20 y 2l versos) en coliámbicos separados por unpoema breve (8 versos) en endecasílabos; el 37 y 39 terminan con una palabradel mismo significado: urina y loti. En cambio, 4l y 43 son poemas brevesde la misma extensión (8 versos) en endecasílabos separados por un poemalargo (24 versos) en el mismo metro. Los tres poemas son ataques a prostitutas,4l y 43 directamente, 42 indirectamente. Tal cosa no es suficiente para probarque el libellus contenía todos los poemas polimétricos, pero sí razón probablepara creer que contenía la mayoría. de ellos y en su orden actual.

Si Catulo no editó sus ((poemas reunidos>>, ¿quién lo hizo y cuándo? Unmiembro de su círculo, un íntimo amigo quizas -en cualquier caso, un homouenustus como él y poco después de su muerte, cuando todavía sería posibleH.. DE lrrER¡TURA LATINA. _ l-5

L-.

226 La nueva orientación de la poesía

hacerlo-. El editor, por llamarle de algún modo, reunió todos los poemasque pudo encontrar, poemas en papeles de Catulo en Roma o Verona, poemasen poder de amigos, poemas...33. ¿Cómo los reunió? Para comenzar teníael libellus: podía añadirle cualquier poema polimétrico no publicado. Una deci-sión mecánica fácil que no alteraría el orden de lo ya publicado. Si el tibeltusterminaba con el 50 34

-y por varias razones el 50 sería la terminaciónperfecta-, es explicable la posición del 51, que precedería al ll, como el 2precede al 3 y el 5 al 7, o al menos estaba más cerc a. La cuarta estrofa del5l es algo insatisfactoria y no hay inventiva de interpretación que la haga pare-cer de otro modo 35.

¿Tal vez este famoso poema apasionado no sería suficien-temente del agrado de su autor? ¿Lo dejaría Catulo fuera d,el tibellus y loañadiría el editor, relacionando el primer verso del 50 (otiosi) con la últimaestrofa del 5l (otium, otio, otium)? El 53 y el 56 son divertidos buscapiés,el 52 y el 59 menos; eI 57 es tan elegantemente obsceno como el 29, el 5gextraordinariamente conmovedor. Catulo puede haber omitido estos poemas,pudiendo suponerse las razones, o tal vez los escribiera después de haber publi-cado su libellu.s. No es preciso suponer que muriera inmediatamente despuéso que dejara de escribir en estos metros que eran de su agrado. poco puedehacerse del 54; el 55 se lee como un experimento métrico fallido; el 5gá debeestar inacabado y el 60 es un simple fragmento. ¿Terminaría de este modoCatulo su libellus, su hermoso libro de poemas? No, pero sí lo haría el editor,más preocupado de preservarlo que de presentarlo.

El segundo libellus, el del editcr, comienza con el 61, un epitalamio, poruna razón bastante sencilla: está virtualmente en el mismo metro que la mayo-ría de los poemas del libetlus de Catulo. AI lado, el editor pondría el otroepitalamio (62) y después el Attis en galiambos (63) para separar los dos poe-mas en hexámetros, de-modo que el epilio (64) disfrutara del honor del últimolugar.

El editor había decidido conservar todos los poemas elegíacos juntos, sinimportar la extensión. Otra vez una decisión fácil, mecánica. No debe suponer-se, sin embargo, que el editor fuera una persona sin gusto, puede agradecérselepor el contrario cierto arte en la disposición. El tercer libettus comienza conun poema elegíaco suficientemente largo, 65-6. Tal vez el editor lo consideróapropiado inicialmente a causa de la referencia a las Musas en los versos delcomienzo:

Etsi me adsiduo conJectum cura doloreseuocat a doctis, Hortale, uirginibus,

nec potis est dulcis Musarum expromere fetusmens onimi... (65, l-4)

intersticios.

33 Naturalmente perdió unos. pocos; Mynors, 195g, 106.

'o un libettus de 7i2 versos, que no permite la laguna en 2b o 14á o35 Véase más adelante, págs. ZZ7-228.

Lesbia, Sirmíón, Calvo 227

[Si bien, postrado por un incesante dolor, la angustia me tiene alejado,Órtalo, de las doctas vírgenes y los dulces frutos de las Musas no pueden

brotar en mi espíritu...l

Tres rollos, tres libelli, conteniendo el primero los poemas l-60, u 863 ver-sos, sin tener en cuenta la laguna del 2b o l4b o los intersticios; el segundo,

los poemas 6l-4, u 802 versos, teniendo en cuenta la laguna del 61, pero nola del 62 o el 64 o los intersticios; el tercero, los poemas 65-i 16,- o &4 versos,

sin tener en cuenta la laguna del 68 (después del verso l4l) o 78b o los intersti-cios, o 2, 309 versos en conjunto 36.

Otra consecuencia del tamaño del rollo es que las ediciones completas de

la obra de un autor no existirían, a no ser en el sentido de que el rollo que

las contenía se guardaba en el mismo cubo... Sólo después de la invencióndel codex y sobre todo del vellum codex llegarían a ser posibles los volúmenes

conteniendo el corpus completo de la obra de un autor 3?.

En la Antigüedad tardía, probablemente en el siglo rv, estos tres rollos, o más

bien rollos copiados de ellos, se trasladaron a un codex, en el que el primerpoema serviría ahora de dedicatoria para la colección entera. De tal codex pro-cedería Et libro de Cotulo de Verona tt po. un .u-'ino largo y azaroso.

LESBIA, SIRMIÓN, CALVO

5l

IIIe mi par esse deo uidetur,ille, si fas est, superare diuos,qui sedens aduersus identidem te

spectat et auditdulce ridentem, misero quod omniseripít sensus mihi; nam simul te,

Lesbia, aspexi, :,:,,.o,

super mi

lingua sed torpet, tenuis sub artus

flamma demanat, sonítu suoptetintinont aures, gemina teguntur

Iumina nocte.

36 Lostresprimeroslibrosdelas OdasdeHoraciosepublicaron juntos, treslibelli: elprimerocon 876 versos; el segundo 572 versos y el tercero 1.004 versos -2.452

versos en total, sin permitirintersticios-.

" Kenyon, 1951, 65.3E Documentación adicional de esta argumentación en Claussen, 1976c.

l0

228 La nueva orientución de la poesía

otium, Catulle, tibi molestum est,otio ercultas nimiumque gestis

otium et reges prius et beotasperdidit urbes.

[Semejante a un dios se me aparece,y, si lícito fuese, superior a é1,

el que sentado frente a ti sin cesarte mira y te oye

reír dulcemente, eso que en míarrebata todos los sentidos, pues en cuantote veo, Lesbia, aparecer radiante,

mi voz se apaga,se me traba la lengua, bajo mis miembrosarde sutil llama, con singular sonidome zumban los oídos, y cubre mis ojos

una doble noche.El ocio, Catulo, te es pernicioso:en el ocio te exaltas y atribulas.El ocio, en otros tiempos, perdió reyes

y felices ciudades.l

Este se toma generalmente como el primer poema de Catulo a <Lesbia>.Catulo observa celosamente, así se imagina la escena otro hombre que conversacon ilodia: sus sentidos se agitan, casi desfallece, recuerda un antiguo y apa-sionado poema de safo 3e: @aíveraí por rcflvoq íooq 0éotorv <<Se me figuraigual a los dioses>. De ahí, de una situación alterada, esta traducción y deahí también el pseudónimo de Lesbia. Pero Lesbia ya no precisaba más explica-ción que Cintia o Delia y las demiís. Ya había sido presentada, en endecasíla-bos, al lector del libellus, 5, l. viuamus, mea Lesbia, atque amemus <<vivamos,Lesbia mía, y amémonos>. Se ignora un aspecto menos romántico. Se tratade hecho de un primer poema, el primer poema latino escrito en estrofas sáfi-cas: un experimento literario audaz y no totalmente logrado. Los poetas hele-nísticos, aunque dados a renov¿u viejas formas, no intentaron ésta; tal vezla conocían mejor. El poema de Catulo puede pretender con derecho ser elprimer poema sáfico después de Safo.

De ningún modo es una traducción inerte: Catulo estaba preocupado porrenovar a Safo, por actualizar su poema. A una traducción literaria de su pri-mer verso añade un segundo enteramente suyo, que le presta una nota de so-lemnidad romana o0. Los versos 5 y 6 le presentan rodeado de su propia desdi-cha, misero... mihi; su estado general aparece precediendo al diagnóstico delos síntomas particulares. Los síntomas de Safo han sido reordenados por Ca-

re Y bien conocida, una <pieza antológica>, Russell, 1964, sobre 10,2 y Ross, 1969a, 149-50.Catulo no había leído del todo las opera omnia de Safo.

o0 Fedeli, 1972,276 a sus ejemplos añádase Suet., Div. Aug., 9g.

t5

Lesbia, Sirmión, Calvo 229

tulo de modo que el de la vista queda el último: era en primera instancia lavisión de Lesbia la que casi le había acobardado. En la tercera estrofa es dondeCatulo, el poeta neotérico, ha modelado y acrisolado a Safo más cuidadosa-mente. Hay un detalle de técnica helenística -la posposición de sed- al co-mienzo; una sofisticación verbal -gemino... nocte- al final. En cada versoaparece la cesura en el mismo punto, coincidiendo con el final de una cláusula,y cada cláusula está separada. Con esta estrofa termina la imitación de Safo(Catulo no la tiene en cuenta en su cuarta estrofa), pero no el poema.

Para muchos lectores, sin embargo, siempre parecerá que termina -comosostenía Landor- con la hermosa cadencia lumina nocte; una especie de éxito

prematuro que puede que Catulo no lograra intencionadamente. La <<reuniónde emociones> de Safo (llamada así por <Longino>: ncr0óv oúvo6oq) concluíaal parecer con un breve soliloquio moralizante: <Pero todo es soportable...>>.(El primer verso de una quinta estrofa, probablemente la final, se conservaparcialmente corrupta en <Longino>.) Catulo ideó una conclusión semejante,pero con una referencia más larga, romana en su sensibilidad. En esta asocia-ción falla el poema: la estrofa añadida es abrupta e inconsecuente y el mecanis-mo de efecto -otium, otio, otium- demasiado evidente. La inquietud eróticadel poeta parece contingente, apenas relacionada con la decadencia y caídade los imperios

58

Caeli, Lesbía nostra, Lesbia illa,illa Lesbia, quam Catullus unamplus quam se atque suos amauit omnes,

' nunc in quadríuiis et angíportisglubit magnanimi Remi nepotes.

[Celio, mi Lesbia, aquella Lesbia,Ia Lesbia aqueila a la que Catuloamó más que a sí mismo y que a los suyos,ahora por esquinas y callejonesse vende a los nietos de Remo, el magnánimo.l

La repetición del nombre de ksbia es extraordinariamente conmovedora.El equivalente más próximo en latín es tal vez el angustiado grito con el quecicerón comienza una carta a su hermano, l, 3, I Mi frater, mi frater, mifrater <<Hermano mío, hermano mío, hermano mío; que recuerda el lamentode David por su hijo: <¡Absalón, hijo mío¡ ¡Hijo mío, Absalón!)). El poemaconsta de una sola frase de implacable intensidad que culmina con la fuerteyuxtaposición glubit magnanimi: una palabra corriente, salida de la nada, yuna palabra muy heroica. Como el único de los poetas romanos que es capazde hacerlo, puede Catulo con tal fuerza trasladar el peso del pasado míticoa su enorme sentido propio del daño y la repugnancia.

230 La nuey,o orientáción de la poesía

36

Annales Volusi, cacata carta

<Los Anales de Volusio...>> Este drástico verso, el prirnero y el último delpoema at, define su tema: la poesía, lo antiguo y pasado de moda opuestoimplícitamente a lo elegante y lo nuevo: la poesía de Catulo, Cina y sus ami-gos, de los que este poema se supone qu'e es un elemento espécimen a2.

Lesbia había hecho un ridículo voto a Venus y Cupido: si Catulo volvíaa ella y cesaba de dedicarle sus feroces <yambos>, ofrecería los versos másescogidos del peor poeta (refiriéndose a Catulo) al lento dios del fuego. Catuloda su consentimiento: que se cumpla su gentil voto y ¡al fuego los Analesde Volusio! Lesbia, como la enamorada de Cecilio en el poema precedente,es una docts puella, una mujer inteligente, seductora, cuyo gusto respecto ala poesía y los poetas es impecable. Este peculiar enredo de poesía (o pedante-ría, como llega a ser a veces) con la pasión no es fácil de entender, ni siquieracon ayuda de la <explicación> de Catulo (68, l-40).

La divertida farsa del voto de Lesbia sirve de pretexto a la plegaria deCatulo a la diosa del amor y el mar, un pasaje exquisito de geografía literariay personal:

nunc, o caeruleo creata ponto,quae ssnctum ldalium Vriosque apertos,quoeque Ancona Cnidumque harundinosamcolis quaeque Amathunta, quc.eque Golgos,quaeque Dunachium Hadriae tabernam... (ll_15)

[ahora tú, hija del mar azul, que habitas el sagrado Idalio y la llanura deUrios, Ancona y Gnido fértil en caflas y Amatunte y Golgos y Dirraquio,taberna del Adriático...l

Hadriae taberna: ¿jerga marinera adquirida por Catulo en su viaje a Bitinia?Aquí sirve para rebajar el tono elevado de la invocación hasta el nivel conversa-cional del resto del poema (l-10, lG20).Idalio, urios, Ancona o3, Gnido, Ama-tunte, Golgos, Dirraquio

-nombres todos de lugares donde la diosa del amorera venerada, con escasa ceremonia, como puede suponerse, en Dirraquio-.

Un verso en Peliaco quondam: quaeque regis Golgos quaeque Idalium fron-dosum (que reinas en Golgos y en el frondoso Idalio>> (64,96) indica quecatulo ha leído y recordado a Teócrito: aeonorv', ü fol,yóq te xoi 'I6úl,tovérpíl.qoaq, <<señora, que amas Golgos e ldalio> (r5, 100). catulo habría leído

ot Como 16, I y 57, l, versos igualmente drásticos.o' Cf . supra, pág. 213214.a3 Es conocido por otro poeta, Juvenal, 4,40, que Venus tuviera un templo en Ancona. Hacer

poético un lugar desconocido o no cantado anteriormente como aquí, asociándolo con nombresilustres, está dentro de la tradición alejandrina; cf . 64,35-6 (cieros).

Lesbia, Sirmión, Colvo

sobre Gnido y probablemente también la habría visitado en su viaje en barcopor la costa de Asia Menor (46, 6), ya que era una atracción turística y parece

que llegó por el Sur hasta Rodas (4, 8). Golgos, Idalio y Amatunte eran ciuda-

danos de Chipre -ciudadanos que Catulo no había visto nunca-, relaciona-

das las tres con el mito de Adonis. Y Amatunte, de acuerdo con Pausanias

9,41,2, éra un antiguo santuario de Adonis y Afrodita. Pero Amatunte nopuede hallarse ni en prosa ni en poesía, con anterioridad a Catulo. ¿Dóndeencontró Catulo un nombre tan raro? Con la mayor probabilidad en la Zmyrnade Cina oo; lo emplea aquí como emplea Sátraco en el 95: para halagar a unpoeta amigo y subrayar el contraste entre la poesía nueva y la vieja. Quedantres hombres: Dirraquio, Urios, Ancona, nombres de los tres lugares de escala

en el viaje de Catulo a través del Adriático en la primavera o el verano del

56 a. C. 45. Desde Dirraquio cruzó a Urios, un pequeño puerto en el ladonorte del Monte Gargano, después recorrió la costa hasta Ancona siguiendoun viento favorable o6, y más tarde hasta el Po (¿cerca de la desembocadura

de Padua?), y finalmente llegó a casa, a Sirmión.

3l

Tal vez ningún poema de Catulo haya sido *-an persistentemente malentendi-do o a pesar de su brevedad, tan incompletamente leído. El tema del poeta,

la vuelta a casa, es probable ocasión de un sentimiento difuso; sin embargo,el 3l no es un poema sentimental. Cualesquiera que fueran las emociones que

Catulo sintiera cuando llegó a Sirmión, no eran <<las más sencillas y más natu-rales... expresadas abiertamente> (Kroll y otros de modo semejante) -no, cier-tamente, como están expresadas en este poema-. La felicidad de Catulo se

refleja exactamente en la viveza y el juego complicado, en la <alegría> de sulenguaje.

El poema comienza con una idea brillante, uterque Neptunus: Neptuno ensu doble capacidad, esto es, dulce o salada. (Un confuso recuerdo de un viejodios itálico de los lagos y ríos puede haber persistido en la región del Po.)

Paene insulorum, Sirmio, insularumqueocelle, quascumque in liquentibus stagnis

marique uasto fert uterque Neptunus...(l -3)

4 ¿Y Amathusia (68, 5l)? De modo semejante, P4rtenio en su Aphrodite (fr. 3) llama a la

diosa <<Acamantis>> por Acamante, un oscuro promontorio de Chipre. Seguramente no se debea la casualidad que casi todos los fragmentos de Fartenio se han conservado en geógrafos.

ot Wiseman, 1969, 4Z-5.o6 Cf. 4, 18-24. Dante, Purg.,28, lg-21, oyó el viento del Sur, el siroco, agitando las ramas

del pinar en Chiassi (Rávena), por donde Catulo habría navegado.

231

232 La nueva orientación de lo poesía

[Sirmión, pupila de todas las penínsulas y de todas las islas que, en los

lagos de límpidas aguas y en el ancho mar, se elevan sobre ambos Neptu-nos...] 47.

Evidentemente, Catulo estaba contento de estar en casa:

quom te líbenter quamque laetus inuiso

[¡con qué placer y qué alegría vuelto a verte!]

una afirmación clara, p€ro calificada inmediatamente con una alusión geográfi-ca juguetonamente erudita a la manera de Calímaco (o Partenio):

uix mi ipse credens Thyniam atque Bithynosliquisse campos...

(5_6)

[apenas acabo de creer que he dejado Tinia y los llanos de Bitinia...]

Los tinios y los bitinios eran en realidad tribus adyacentes pero distintas (He-rod., l, 28), como Catulo habría aprendido en Bitinia, p€ro no se preocupabanada por la diferenciación étnica e incluso muestra una sutil indiferencia anteel agreste territorio de la provincia.

o quíd solutis est beatius curis,cum mens onus reponit ac peregrinoIabore fessi uenimus larem ad nostrumdesiderotoque acquiescimus lecto?hoc est quod unum est pro laboribus tantis.

(7-l l)

[¡Oh, qué hay más dulce que sentirse libre de afanes, cuando el alma dejasu carga y, agotados por las fatigas en tierra extraña, volvemos a nuestroslares y hallamos el descanso en la anhelada cama! He aquí mi única recom-pensa por tales penalidades.l

Otra vez una afirmación clara, mas amplia y ocupando el centro del poema,sólo con una insinuación de deliberada retórica en el contraste peregrino/nos-trum; pero calificada de nuevo en una exuberancia de expresión final:

salue, o uenusta Sirmio, atque ero gaude,gaudete uosque, o Lydiae lacus undae,ridete quidquid est domi cachinnorum.

(13-15)

[¡Salve, oh bella Sirmión!; alégrate con el regreso de tu amo; alegraos tam-bién vosotras, olas del lago Lidio; reíd, cuantas hay en casa, tropel de las risas.]

a7 Véase pág. 236, n. 52.

Lesbio, Sirmión, Calvo 233

o uenusts Sirmio: uenustus pertenece a la misma línea de sentimientos que

ocellus (2 ocelte). Sólo otro escritor usa ambas palabras sobre lugares encanta-

dores, Cicerón -referidas a sus villas, Att., 16, 6, 2 ocellos ltaliae, a la orilla

del mar en Astura (?\, Att., 15, l6b, I haec loca uenusta-. (Sobre el lenguaje

de Catulo en sus poemas polimétricos el ((comentador> más ilustrativo con

mucho es Cicerón en sus cartas.) Pero el vocativo aquí es único y casi personi-

fica a Sirmión. El tono es mucho más elevado en el segundo apóstrofe o Lydiae

lacus undoe; un ejemplo de enálage o <epíteto transferido>>, una figura apro-

piada para el estilo más elevado de poesía. Sin embargo, persuadidos de que

Catulo había de ser más sencillo en sus poemas más breves, algunos críticos

querían desembar azar al verso de su figura y de su alusión excesivamente erudi-

ta (con la emend atío limpidi, lucidae o alguna parecida): evidentemente leían

o eran partidarios de un poema bastante diferente'

85

Odi et smo. quare id faciam, fortasse requiris'

nescio sei fier¡ sentío et excrucior.

[Odio y amo. ¿Cómo es posible?, preguntarás acaso. No sé, pero siento

que es así Y es una tortura.l

El sentimiento del lenguaje corriente: catorce palabras, un poema. El lector

puede quedar extrañamente conmovido, y tal vez se pregunte por qué' No,

no hay adorno en el. lenguaje, ni alusión culta ni palabras muy chocantes. Co-

mo mucho, probablemente, se destaca así excrucior en este contexto: mientras

excrucior puede significar el más profundo dolor, es plautina y coloquial, como

discrucior en 66, 76 o Plaut., Cos., 276 ego discrucior miser omore <yo desdi-

chado me muero de arnor)); apenas se siente la metáfora. Todo el efecto de

un poema de dos versos solamente, un dístico, ha de depender más bien, o

también, de lo comprimido y exacto de su forma. El hexámetro es activo en

el sentido (faciam), el pentámetro pasivo (fieri). La fase inicial del hexámetro

(od(i) et amo), es equilibrada por la frase final del pentámetro (sentí(o) et ex-

crucior) y el pentámetro está articulado de forma que hay un énfasis rítmico

en nescíoy sentio: no sé, siento. El poema no define tanto el sentimiento como

el hecho de sentir.109

Iucundum, mea uita, mihi proponis amorem

hunc nostrum inter nos Wrpetuumque fore'di magni, facite ut uere promittere possit,

atque id sincere dicat et ex animo,

ut liceat nobis toto perducere uita

aeternum hoc sanctae foedus amicitiae'

[Me aseguras, vida mía, que este amor nuestro será para nosotros la felici-

dad y que no tendrá fin. Grandes dioses, haced que su promesa sea una reali-

dad, que sus palabras sean sinceras y salgan del corazón' para que podamos

hacer durar tanto como nuestra vida el lazo sagrado de un eterno cariño.]

.-!

234 La nueva orientoción de la poesía

El poema va desde la blanda elegancia del primer dístico a través de laseriedad juguetona del segundo hasta la solemne conclusión del tercero. ¿Porqué decae entonces el verso final y culminante? O más bien, ópor qué lo pare-ce? Lesbia propone amor (amor) Catulo opone la amistad (amicitia): la estruc-tura del poema y en particular del último verso requiere que esta <amistad>>

sea el término más fuerte, de más peso. El lector no puede esperar tener unsentido contemporáneo del romano de amicitia y mucho menos de su absolutapropiedad aquí. Amicitia es básicamente un término politico, bien entendidoy susceptible de exacta definición.

amicitia en política era una relación responsable. Un hombre esperaba de sus

amigos no sólo apoyo en las elecciones, sino ayuda en los peligros de la vidapública, las interminables acusaciones por motivos políticos formuladas porsus enemigos personales, sus inimici, sus rivales en la lucha por la carrerapolítica y por las múltiples recompensas de la vida pública. Para el político,la amistad era un acuerdo sagrado 48.

Catulo (mal empleo> la expresión foedus amicitiae para definir la naturalezainhabitual de la relación que desea tener con Lesbia. Aeternum hoc sanctaefoedus amicitiae: el orden de las palabras entrelazadas es helenístico 4e, el senti-miento romano auténtico

El segundo dístico depende principalmente de adverbios para lograr el efec-to -más precisamente, dos adverbios y una frase adverbial-. Catulo recorda-ba un pasaje del Eunuchus de Terencio (un joven hablando a una prostituta):

utínam istuc uerbum ex animo ac uere diceres'potius quam te inimicum habeam'! si istuc crederemsincere dici, quiduis possem perpeti.

(r7s-7)

[¡ojalá pronunciaras la palabra de corazón y con verdad: <<antes de tenertecomo enemigo>>! Si pudiera creer que hablas así con sinceridad, sería capazde sufrir lo que fuera.l

En estos dos pasaj€s, y sólo en estos dos, están combinados tres adverbios.Potius quam te inimianm habeam: ¿sugiere inimicus en este contexto las posibi-lidades eróticas de un vocabulario político para Catulo? Sea como fuere, Catu-lo descubrió esta potente metáfora y se la apropió. Los elegíacos augústeosla olvidaron.

o8 L. R. Taylor, citado por Ross, 1969a,84. Sobre el uso metafórico de Catulo de su vocabula-rio político -amicitia, foedus, fides, fidus, iniuria, pietas, pius, officium, bene facere, bene uelle-cf" Reitzenstein, l9l2; Ross, 1969a,80-95. Más ilustrativa a este respecto es una carta escritapor Cicerón a M. Licinio Craso en el 54 4. C., Fam., 5, 8: nótese especialmente amicitiae fides(2), foederis, sanctissime (5).

ae Y por esta razón rechazada por Reitzenstein, 1912,28-g, que prefería leer aeternae hocsancte según el MS de Oxford.

Lesbia, Sirmión, Calvo>> 235

50

Hesterno, Licini, die otiosimultum lusimus in meis tabellis,

ut conuenerat esse delicatos:scribens uersiculos uterque nostrum

ludebat numero modo hoc modo illoc,reddens mutua per iocum atque uinum.

(l-6)

[Ayer, Licinio, en momentos de ocio, nos entregamos largo tiempo en mis

tablillas, como habíamos convenido, a juegos de ingenio. Nos divertíamos

cada uno de los dos escribiendo pequeños versos, ora en un metro' ora en

otro y replicándonos mutuamente en medio de la chanza y el vino 50.1

Catulo y Calvo habían pasado un día de ocio juntos bebiendo y haciendo

versos improvisados. Un (certamen de ingenio>>: ut conuenerat esse delicatos.

(Delicatus es prácticamente intraducible. Es una de esas palabras usadas por

Catulo y, presumiblemente, Calvo y los demás, deliciae, lepor, lepidus, illepi'dus, facetioe, infacetus, uenustus, inuenustus, iucundus, elegans, inelegans, inep-

tus, ludere; palabras frecuentes en Plauto y Terencio, y sin embargo, usadas

por los neotéricos, indican una sensibilidad especial.) Catulo se fue tan entu-

siasmado por la gracia y el ingenio de Calvo -tuo lepore incensus, Licini,

facetiisque (7-8)- que no pudo comer ni dormir; por fin, medio muerto de

fatiga, escribió este poema como medio de apaciguar su ardor.

Una de las cartas de Cicerón 51 estaba escrita en circunstancias similares,

una breve carta a su amigo el abogado Trebacio Testa que comienza así: Illuse-

ras heri inter scyphos <Ayer te burlaste de mí entre copas)>. Al principio había

sido una aburrida cuestión de derecho testamentario. Al volver a casa <<después

de haber bebido bien y tarde>>, Cicerón buscó el capítulo pertinente, halló que

estaba en lo cierto y escribió a Trebonio por la mañana para decírselo, termi-nando con un gracioso cumplido al joven. La carta de Cicerón y el poema

de Catulo tienen en común que cada uno de ellos había estado inspirado por

el momento, pero hay una diferencia fundamental. La carta de Cicerón estaba

dirigida únicamente a Trebacio; el poema de Catulo, aunque iba dirigido aCalvo, estaba pensado para publicarse. Después de todo, Calvo no necesitaba

que se informara sobre lo que Catulo y él habían hecho unas horas antes,pero sí los lectores que se enterarían a causa del poema.

El poema parece ser una efusión de sentimiento; y es también, como puede

esperarse, una composición meticulosa. Está formado por tres partes: seis ver-sos (l-6) sobre la reunión del día anterior, siete versos (7-13) sobre la reacciónemocional de Catulo, y ocho versos (14-21) divididos en otras dos subsecciones

-t U*-,.aducción anónima publicada en 1707: Duckett, 1925, 103.st Fam. 7, 22, citado por Fraenkel, 1956, 281-2.

t-_

236 La nuevo orientsción de la Poesía

(la forma está tan calculada como implica el término) de cuatro versos cada

una: la realización del poema (14-17), y una graciosa advertencia a Calvo:

nunc audox caue sis, precesque nostras'

oramus, caue desPuas, ocelle,

ne Poenas Nemesis reqoscat a te'

est uehemens dea: laedere hanc caueto'

(18-21)

[ahora guárdate, por favor, de desdeñar mis ruegos' niña de mis ojos t" Si

no qrri"r., que Némesis se vengue de ti- Es una diosa temible: guárdate de

ofenderla.l

Tradicionalmente se decía que Némesis castigaba todo acto o discurso petulan-

te, pero su cólera podía evitarse escupiendo, preferiblemente tres veces' A esta

curiosa costumbre se alude en despr,ras (aquí por primeravez en este sentido)

y el tripl e caveat: coue, cqtte, caueto, colocando detrás la forma arcaica para

dar un énfasis solemne-burlón'

Este poema tiene, finalmente' un rasgo único: se dirige a Calvo no una

vez, sino cuatro: Licini (I), Licini (8), y dos veces -paraindicar la intensifica-

ción del sentimiento- con creciente efusión y afecto: iucande (16), ocelle (19\.

Tan adecuada es la respuesta de Catulo a la naturaleza apasionada y vehemente

de su amigo más querido 53'

sz ocelle: un término diminutivo cariñoso que

'3 En Séneca el Viejo, Contr', 7, 4, 6-8' hay

el ingtés es incaPaz de reflejar.

un vivaz (retrato)) de Calvo.

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