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EI Quinteta e CambIidge

CASTI JOHN L (1998) El Quinteto de Cambridge. Madrid._20Taurus

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EI Quintetae CambIidge

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JOHN L. CASTI

EL QUINTETODE CAMBRIDGE

UNAOBRADE ESPECULACION

CIENTIFICA

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Titulo original: The Cambridge Quintet. A Work afScientific Speculation© 1998,John L. Casti

© De la traducci6n: Irene Cifuentes© De esta edici6n:

Crupo Santillan a de Ediciones, S. A., 1998Torrelaguna, 60. 28043 MadridTelefono (91) 74490 60Telefax (91) 7449224

• Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, S. A.Beazley, 3860. 1437 Buenos Aires

• Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, S. A. de C. V.Avda. Universidad, 767, Col. del Valle,Mexico, D.F. C. P. 03100

• Distribuidora y Editora Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, S. A.Calle 80, n.O 10-23Telet()Jlo: 635 1200Santa1"{,de Bogota, Colombia

Diseiio de cubierta:.Juan Pablo RadaFotografla: Alfonso ZubiagaISBN: 84-306-0285-2

Dep. Legal: M-26.911-1998Printed in Spain - Impreso en Espana

Todos 10s derechos rcservados.Esta publicaci6n no puede serreproducida, ni en todo ni en parte,ni registrada en 0 transrnitida pOl',

un sistema de recuperacionde informacion, en ninguna formani pOl' ning611 rnedio, sea rueclnico,fotoquimico, electr6nico, magnetico,electrooptico, pOl' fotocopia,o cualquier otro, sin el permiso previapOl' escrito de Laeditorial.

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INDICE

Prologo. La historiacomienza 19Capi tulo 1. EI j erez: Una velada en el Christ's. . . . . . . . 25Capitulo 2. La sopa: Cerebros ymaquinas . . . . . . . . . . . 53Capitulo 3. EI pescado: Mentes ymaquinas . . . . . . . . . . 81Capitulo 4. La carne: Significado y maquinas . . . . . . .. 107Capitulo 5. La ensalada: Lenguaje y pensamiento .. " 135Capitulo 6. EI postre: Vida y condicion de persona. .. 171Capitulo 7. Los puros y el conae: Conducta social,culturaypensamiento 193

Epllogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . .. 217

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A la memoria de Alan Turing yJohn von Neumann,creadores de la era moderna de la informatica

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Ellibro que tiene usted en sus manos no es una novela,sino una obra de ficci6n que forma parte de un generoemergente al que me gusta calificar de 'ficci6n cientifi-ca'. El vocablo japones para este tipo de trabqjo es shOset-SU, un termino bastante mas amplio y flexible que el de'novela'. Una obra como esta, si bien contiene elemen-tos de ficci6n, tiene mas de cr6nica; en este caso, se tratade una obra que intenta transmitir, en un escenario ficti-cio, los problemas intelectuales y cognitivos que se lesplantean a los seres humanos comprometidos en confi-guraI' la ciencia y la tecnologia del futuro. Si este librot'uera un escrito de divulgaci6n cientifica convencional,me habria limitado a plasmar 10 que sabemos acerca delas motivaciones y las ideas de las personas implicadas,pero en el supuesto de que mi objetivo hubiera sido ha-cer una obra de ciencia ficci6n 0 una novela general, lahistoria se hubiera tenido que atener a los principios yconvencionalismos de esos generos, concentrandose enel desarrollo y el cambio de las ideas universales de lospersonajes dellibro hasta la resoluci6n de los conflictos.Pero en la ficci6n cientifica el objetivo primordial esmuy distinto. Consiste en hacer una exposici6n global y

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realista de las ineertidumbres inteleetuales y emociona-les que suponen conformar el futuro del eonocimientohumano. Asi que, en este sentido, la fiecion cientificatiene como mision tratar de imaginar de que modo lasdecisiones del pasado conformaron el mundo en el quehoy vivimos, y como las decisiones que hoy tomamosafeetaran al mundo del futuro.

El conflicto que aqui se examina es un conflieto deideas que opone a Ludwig Wittgenstein yAlan Turing aambos lados del problema: ~Esposible que una maqui-na piense? Una cena ficticia es un buen lugar de reunionpara especular sobre el modo en que estos dos titanespodrian haber debatido el asunto, asi como para inter-calar de vez en cuando las ideas de los demas pensado-res presentes en la misma en una panoplia de temas co-nexos sobre la naturaleza de la cognicion humana y laposibilidad del pensamiento mecanico. Parafraseandoal conocido "mediologo" Marshall McLuhan, las ideasconstituyen el mensaje de este libro.El amanecer de una nueva era intelectual es siempre

un momenta de emociones y tumultos. En esos periodosde transicion entre 10 antiguo y10 nuevo se intereambianmuch as ideas opuestas e incluso los espiritus mas pro-fundos quedan atrapados en las tendencias encontradasque sopIan en el dominio reeien nacido. El inicio de ladiseiplina que ahara llamamos 'inteligencia artificial' noes una excepcion. Asi que ellector no debe sorprendersede que en la narraeion fieticia de la reunion hipotetiea-pero po sible- que aqui se presenta, se muestre en al-gunas ocasiones a los participantes haciendo manifesta-ciones que, en cierto modo, se desvian de 10 que podria-

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mos imaginar que hubieran dicho apoyandonos en suspublicaciones.Esuna realidad bien conocida de la vida academica, y

de otro tipo, que a menudo la gente dice cosas en las ter-tulias que no estarfa dispuesta a poner por escrito al diasiguiente. Esto es normal. Otro hecho de la vida intelec-tual es que decadas despues de producirse un suceso de-cisivo,sobre todo despues de que los participantes en elmismo hayan sido elevados al rango de idolos, examine-mos el suceso y las personas desde la perspectiva de 10queha ocurrido durante las decadas -0 los siglos- interme-diosyno desde la perspectiva del instante en que ocurri6.Esta es la situaci6n de la historia que aqui se cuenta. Loslectores que esten familiarizados con los argumentos fi-los6ficos y los avances tecnicos del debate de los ultimoscincuenta alios sobre la maquina inteligente, veran lostemas que se discuten aqui de una forma totalmente dis-tinta a c6mo los veian unos gigantes intelectuales de latalla de los invitados de Snow cuando esos temas eran re-cientes y no estaban limitados por las vagas meditacio-nes y los prejuicios personales de los fi16sofos, los cienti-ficos informaticos y los neurofisi6logos del momento.Hoy dia todo el asunto de la IA (Inteligencia Artificial)parece muy distinto de 10 que parecia en el verano de1949. Esto es algo a tener en cuenta cuando se valorenlas opiniones imaginarias de los participantes tal comolas presento en las paginas de especulaci6n siguientes.

Una ultima advertencia: Por el bien de la presenta-cion, he trasladado varios temas conceptuales de la IAdesde su epoca real en las decadas posteriores a 1950 almomento de esta cena. Ellector no debe deducir de esto

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que sostengo que fueran algunos de los invitados a lacena quienes desarrollaran ideas como la teoria de laadquisici6n dellenguaje de Noam Chomsky 0 el dJe-bre argumento de la Habitaci6n China de John Searle.Imaginarque estas ideas se habian puesto en circulaci6nen aquel momento es una cuesti6n puramente especu-lativa. 2C6mo habrian reaccionado los participantes enla cena? La secci6n final dellibro corrige todas estas fal-tas de cronologia, e indica algunas lecturas adicionalessobre estas cuestiones y otras que se discuten en el con-junto de esta narraci6n.Por ultimo, unas palabras de agradecimiento alas mu-

chas personas que han prestado su ayuda en la prepara-ci6n de este libro. Por su asesoramiento sobre la idea ge-neral, asi como por sus comentarios sobre la propuestaoriginal, quisiera expresar mi gratitud a Greg Chaitin,KirkJensen, GeorgeJohnson,JeffJohnson, Melanie Mit-chell, Tor Norretranders yJeff Robbins, asi como al editororiginal dellibro, Eamon Dolan. Las lecturas de la penul-tima versi6n del manuscrito a cargo de Doyne Farmer,Atlee Jackson, David Lane yJohn Wyver,me ahorraronmuch as meteduras de pata tanto lingiiisticas como decontenido. A cada uno de ellos les doy lasgracias mas sin-ceras por una labor bien hecha y nada envidiable. Final-mente, toda la gloria es para el editor dellibro, RichardBeswick, que en todo momenta ayud6 y nunca entorpe-ci6, apoyandotile en esos momentos sombrios e inevita-bles en el curso de todo libro cuando parece que el pro-yecto nunca tendra fin.

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C.P. Snow (1905-1980)Novelista, funcionario yfisico, demos-tro con sus propios logros que la divi-sion que el pregonaba de la sociedadoccidental en "dos culturas polares"

-las ciencias y las humanidades- no tenia que ser ab-soluta. Snow se doctoro en fisica por Cambridge (1930),en don de fue Fellow del Christ's College. Contrato talen-tos cientificos para el Ministerio de Trabajo durante laSegunda Guerra Mundial y posteriormente fue miem-bro del Parlamento ydel gobierno. La conferencia Redeque dicto en Cambridge en 1959, "Las dos culturas y larevolucion cientifica", advertia de las consecuencias dela falta de comunicacion entre los cientificos y los hu-manistas. En 1964le fue otorgado un titulo de noblezavitalicio.

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Alan Turing (1912-1954)Matematico que en 1936, siendo estu-diante en Cambridge, public6 un ar-ticulo en el que creaba una maquinate6rica que podia pasar de un estado a

otro siguiendo un conjunto de reglas establecidas. Esta"maquina de Turing" condujo a un proyecto informati-co que presagiaba la estructura 16gica de los modern osordenadores digitales. Durante la Segunda Guerra Mun-dial, Turingjug6 un papel preponderante en los esfuer-zos por descifrar los c6digos del enemigo. Despues traba-j6 en el desarrollo de los primeros ordenadores, sobre lasteorias de la inteligencia artificial y sobre las aplicacionesde las matematicas a los metodos bio16gicos. En 1952,Turing fue deten;do por violar los estatutos britanicos so-bre la homosexualidad, y se suicid6 a los 41 allos. La obrade teatroBreaking the Codede Hugh Whitemore (1987)esta basada en la vida de Turing.

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J.B.S. Haldane (1892-1964)Genetista, divulgador cientifico yacti-vista politico, contribuy6 con sus ana-lisismatematicos en el campo de la ge-netica de poblaciones a llenar el vacio

entre la genetica clasica y la teoria evolutiva. Despues deestudiar en Oxford, Haldane pas6 diez anos en Cambrid-ge antes de hacerse cargo, en 1933, de una catedra en elUniversity College de Londres. Ademas de su labor pu-ramente cientifica, Haldane fue un marxista fiel y du-rante muchos anos fue director del consejo editorial deThe Daily Worker, el peri6dico del Partido Comunista Bri-tanico. Haldane se desilusion6 del comunismo a raiz delcaso Lysenko en 1948. Emigr6 a la India en 1957, dondeprosigui6 sus trabajos en estadistica y genetica hasta sumuerte.

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Erwin Schrodinger (1887-1961)Fisico, Premio Nobel y famoso por sutrabajo en mecanica cuantica. Despuesde doctorarse en la Universidad de Vie-na en 1910, Schrodinger sucedi6 aMax

Planck en la citedra de £1sicate6rica de Berlin en 1927.Debido alas amenazas nazis, emigr6 de Alemania en1933, el mismo ano que comparti6 el Premio Nobel de £1-sica con Paul Dirac. En 1939 Schrodinger se uni6 al re-cien formado Instituto de Estudios Avanzados de Dublin,donde, en 1944, en su serie de conferencias "2Que es lavida?", sent6 las bases de 10 que actualmente es la biolo-gia molecular. Schrodinger pas6 sus ultimos anos investi-gando 10 que Ie habia interesado toda la vida: los funda-mentos de la £1sicay sus repercusiones para la filoso£1ayel pensamiento religioso de Oriente.

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LudwigWittgenstein (1889-1951)Tal vez el fi16sofo mas influyente deeste sigloyunico en los anales de la fIlo-sofia por haber desarrollado dos filoso-fias enteramente diferentes a 10 largo

de su vida, la segunda de las cuales rechaza por completola primera. En 1912,Wittgenstein empez6 a estudiar la fi-losofia de las matematicas con Bertrand Russell en Cam-bridge; este trabajo condujo a su obra maestra TractatusLogicrrPhilosophicus, que escribi6 durante su servicio en elejercito austriaco durante la Primera Guerra Mundial. Ha-bi<~ndosedesprendido de una cuantiosa herencia, Witt-

t. genstein enseri6 en la escuela elemental de Austria du-rante los arios 20, y no fue hasta 1929 cuando regres6 aCambridge para reanudar su labor fIlos6fica. En 1939 Ieasignaron la catedra de filosofia que anteriormente osten-tara G.E. Moore, de la que dimiti6 en 1947 para dedicar

~; IUS ultimos arios a escribir sus multiples ideas. La obra dei:i Wittgenstein sobre ellenguaje, los fundamentos de las

..I.f'.·~ntatematicas, ]a 1000cay el significado arroj6 gr..m cao tidadde luz nueva sobre dlVersosproblemas, espeClalmente el

7' '..escepticismo yel problema de otras mentes.i,

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La revolucion comenzo en 1935 a primera hora de latarde de un dia apacible del verano ingles, cuando aAlan Turing, un estudiante del King's College de Cam-bridge, se Ie ocurrio un artilugio teorico para resolver elProblema de la Decision, una famosa cuestion pendien-te de logica matematica. Casi al mismo tiempo, en la salacomiln del departamento de matematicas de Princeton,tenia lugar un acalorado debate sobre otro enredo mate-matico que llevo al desarrollo de un nuevo tipo de calcu-10 logico, el que coloca la nocion heurlstica de 10 que sig-nifica realizar un computo sobre una base matematicasolida.Una decada despues, estimulado por su labor des-cifrando codigos durante la Segunda Guerra Mundial,Turing comenzo,junto conJohn von Neumann y otrosen Inglaterra y Estados Unidos, el proceso de transferirestos conceptos matematicos abstractos del calculo y lalogica a los ingenios computadores actuales.Hacia mediados de los anos 40, todos vieron clara-

mente las ventajas practicas y cotidianas de las compu-tadoras*. Pero los cientificos que iban por delante en el

•Aunque en Espana la traducci6n correcta de 'computer' seria ordena-dor, he creido mas oportuno utilizar la acepci6n de computadora de-

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desarrollo de estas maquinas, sobre todo Alan Turingen Inglaterra yJohn von Neumann en Estados Unidos,ya estaban empezando a reflexionar sobre las destrezasfundamentales de las mismas, incluido su potencial pararealizar much as de las tare as que hasta entonces se ha-bian considerado del dominio exclusivo de los seres hu-manos. La existencia de estas "maquinas computadoras"despert6 una pletora de enigmas psico16gicos, filos6fi-cos, socio16gicos y lingiiisticos clasicos sobre la esenciade la naturaleza humana que siguen siendo tan recien-tes y oportunos como aquel dia decisivo en que Turinginvent6 su "maquina de Turing". Yel que ocupa el pri-mer puesto en la lista de enigmas es la eterna pregunta:~Que tienen de especiallos seres humanos? Una formade agudizar esta cuesti6n es preguntar: "~Puede una ma-quina computadora tener una capacidad cognitiva com-parable a la del hombre?" De un modo aun mas general:"~Podria desarrollarse alguna vez una maquina hasta elpunto de otorgade pie nos derechos humanos?"Las dificultades para ponerse de acuerdo en una cues-

ti6n esencialmente filos6fica de este tipo residen, en granparte, en aclarar que queremos decir por "pensar", porel termino "maquina" ypor la palabra "humano" al igualque en cualquier concepto concreto del comportamien-to inteligente. En este sentido, el tema de las maquinasinteligentes entra de lleno en el terreno de la filosofia,pero con una peculiaridad. El rasgo que separa el pro-blema de las maquinas inteligentes de otros enigmas fi-10s6ficos como: '~Que es verdad'? 0 '~Que esjusto'? es

bido a la epoca, finales de la decada de los 40, en la que se situa la acci6nde este libro (N. de la T.)

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que al menos uno puede imaginar la construccion deun ingenio fisico cuyo comportamiento no se pueda dis-tinguir cognitivamente del de un ser humano normal.0, en todo caso, asi 10 pensaba Turing al terminar susobligaciones de descifrado de codigos en Bletchley Parkal final de la Segunda Guerra Mundial.Para separar la realidad de la fantasia en esta clase de

especulaciones, hacemos aqui la hipotesis de que en elverano de 1949 Sir Ben Lockspeiser, Cien tifico Jefe delgobierno, y Sir Henry Tizard, asesor cientifico del Minis-terio de Defensa, discutieron el asunto de las maquinasinteligentes con el famoso novelista y fisico (yposterior-mente portavoz del gobierno para ciencia y tecnologia)C.P. Snow y Ie pidieron que sondeara a la comunidadcientifica en relacion con las probabilidades de que secumpliera esta 'transespeciacion'. La respuesta de Snowfue organizar una cena informal en el Christ's Collegede Cambridge, su alma mater, a la que invito a Turingjun-to con otros varios pensadores influyentes cuyos diversosconocimientos e intereses estaban relacionados con lacuestion general de si alguna vez se podrian construirmaquinas que realmente pudieran pensar. Lo que siguea continuacion es una descripcion ficticia de las ideasque circularon alrededor de la mesa aquella noche de.Tuniode 1949.

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EIhombre alto, calvo, con aspecto de buena persona,el traje ligeramente arrugado yunas gafas de monturade concha, parecia mas bien un perro pach6n de ojoscaidos mientras iba yvenia por sus antiguas habitacio-nes del Christ's College dando instrucciones a Sim-mons, el criado, sobre d6nde colocar exactamente labandeja con los vasos y las botellas de jerez, whisky yagua y, en general, reviviendo un pedazo de su vidaaqui cuando era estudiante. Si, Charles Percy Snow sehallaba de nuevo en su elemento, al menos por esta no-che. Simmons, desde luego, se habia ocupado de todoy se las arreglaba para soportar la mezcla de nerviosis-mo impaciente y nostalgia de Snow con el estoicismocaracteristico de la servidumbre britanica. Se decia queera estupendo tener a Mr. Snow otra vez de vuelta enel colegio, siquiera por una breve estancia. Era una las-tima que se Ie viera tan preocupado por la cena de estanoche. Debia estar esperando a gente muy importan-te, pens6 el criado mientras colocaba las bebidas y losvasos en el aparador.Mientras daba vueltas inspeccionando los arreglos

para la cena, Snow rememor6 una reciente discusi6n

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con Sir Henry 1 a proposito de ese sujeto Turing y sugrupo de Manchester. Segun Sir Henry, estaban inten-tando construir una maquina que en definitiva seriacapaz de pensar igual que un ser humano. Sibien com-partia el escepticismo de Sir Henry acerca de la posibili-dad de que una maquina hiciera alguna vez algo remo-tamente parecido a escribir una novela como Guerra yPaz, 0 incluso resolver un simple problema de logica,Snow convino en que las repercusiones potenciales erande tal envergadura que el gobierno debia investigarlopor si hubiera la mas minima probabilidad de que pu-diera realizarse. Muy inteligente por parte de sir Henryinsinuar que organizara esta cena como medio de llegaral quid de la cuestion, penso Snow. Todas las especiali-dades academic as y los expertos en ciencia y filosofiareunidos esta noche alrededor de una mesa deberian,desde luego, ser capaces de arrojar un poquito de luzsobre si los sueiios de Turing acerca de una maquinainteligente son solamente fantasias academicas 0 tienenalguna base real.

Desolada, triste y miserable Gran Bretaiia de post-guerra, rezongaba John Burdon Sanderson Haldane;su humor se hada mas sombrio por momentos al mis-mo ritmo que el tiempo frio y lluvioso de Cambridge,impropio del final de la primavera. Mientras entraba enel Christ's College por StAndrew's Street, Haldane mirohacia arriba alas dos enrevesadas tallas que adornaban

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las torres de la entrada del colegio. Parecia que Ie estu-vieran mirando tristemente desde arriba; sus ojos ape-nados, como de antilope, daban la impresi6n de que, aligual que Haldane, se lamentaban por un imperio quenunca seria el mismo. 0 quiza, meditaba Haldane, s610sentian empatia por un tipo atrapado en una tormentaen el condado de Cambridge cuando en justicia deberiaestar tomandose un pastel de carne y riiiones muy ca-liente y un trago de whisky en la taberna de su barrio.Ponderando fugazmente esa agradable visi6n,JBS atra-ves6 la puerta que daba acceso al Primer Patio del cole-gio camino de asuntos mas serios.AI avanzar a traves del Primer Patio, los pensamientos

de Haldane volvieron rapidamente a la preocupaci6nmucho mas inmediata de que se habria propuesto su vie-jo amigo Percy Snow cuando Ie insisti6 en que cogiera elsiguiente tren desde Londres para 'tomar un bocado conalgunos amigos' en sus antiguas habitaciones del Christ's.Si era tan condenadamente importante, pens6, 2por queno podian haberse reunido en Londres? La firme negati-va de Percy de revelar sus razones para la cena -apartede decir que era algo 'que te interesa, mucha ciencia y unpoco de filosofia'- fue irritante, por no decir algo peor.Yel pesimo viaje desde Londres no mejor6 las cosas. Aun-que nunca fue un gran admirador de los FerrocarrilesBrit<inicos,ni siquiera cuando eran puntuales en tiemposde paz, Haldane se preguntaba a menudo si el Ministeriode Transportes se habia enterado de que la guerra habiaterminado. Nunca se adivinaria por el servicio de esta no-che, refunfuii6. Creia que en 1949, al menos los trenesdeberian volver a cumplir sus horarios, aun si el resto del

I.' _p.a.is.n.O.lO.h.a.C.ia.'.E.n.r.e.al.id.a:.9., .se.n./a.J•.u.S.t.O.d.e.c.ir.q.u.e.e.l.h.u.- ••••

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mor de JBS era, por 10men os, tan desagradable como eltiempo, ymostraba casi la misma probabilidad de tornar-semas alegre de un momenta a otro.Mientras se apresuraba mas aHadel Master's Lodge ca-

mino del Fellow'sBuildingsituado al fonda, el alto, corpu-lento y calvo Haldane tenia la apariencia de una morsajuguetona, pero de bastante mal caracter, una impresionque a decir de sus conocidos solo la acentuaba su bigotehirsuto de color arena, sus modales bruscos y su tono devoz como un ladrido. Y su temperamento quisquillosocontribuia a que algunos de sus detractores se refiriesena eI como a 'ese cactus Heno de puas' en las conversacio-nes de pasillo fuera de su laboratorio de la Universidadde Londres.AI acercarse alFellow's Building, Haldane se pregunta-

ba todavia acerca del comentario provocad6r de Snow:'mucha ciencia y un poco de filosofia'. ~Desde cuandoles importaba un comino la filosofia a los mandarinesdel gobierno como Snow?Y; ~desde cuando empezaronlos asesores cientificos de Su Majestad a pedir consejoa los genetistas sobre cualquier cosa, especialmentefiloso-fia? Que cosa mas rara, penso Haldane mientras empu-jaba la pesada puerta de roble y empezaba a subir la es-calera hacia los aposentos de Percy.

Los dedos electricos del dolor exploraron su abdo-men como criaturas vivasque parecian anhelar la esen-cia de su mismisima alma en tanto que hacian olvidar elcielo gris y nublado de Cambridge y el bullicio de los ca-tedraticos, los estudiantes y los comerciantes de SidneyStreet. LudwigWittgenstein se detuvo un momento para

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apoyarse contra la esquina de un edificio, en un intentopor relegar el dolor a un pequeno rincon de su cerebrodonde 10 pudiera controlar, si no vencer. Cuando reco-1>roel alien to, rememoro los tristes acontecimientos deunas pocas semanas atras, sintiendo todavia la pesadum-bre del cancer terminal que se Ie habia declarado en Vie-na a su hermana mayor Hermine, el mismo azote que pa-l'eda tambien haber puesto la garra de muerte sobre supropia vida. Su mirada, normalmente intensa ypenetran-tc, y su rostro apacible, habian dado paso al aspecto in-quieto, las mejillas hundidas y la palidez de un santo me-dieval de una pintura de El Greco. Por la forma en que laenfermedad pareda avanzar, precisaria de un milagropara acabar de dictar sus ideas sobre los juegos del len-guaje antes de marcharse de Cambridge a finales de meso~yque iba a sacar el de esta enigmatica invitacion a

cenar del novelista Snow, un hombre al que nunca ha-bia conocido y cuyas novelas Ie paredan pedantes, te-diosas y demasiado "britanicas" para tomarlas en serio?~Como es que habia aceptado esta extrana invitacion?Quiza fue el comentario de Snow de que la cena de estanoche bien pudiera abrir un nuevo capitulo en el pensa-miento filosofico moderno. Un discurso rimbombantetipico de literato, penso Wittgenstein. Pero tuvo que ad-mitir que Ie pico la curiosidad pensar que hombres deletras poco importantes como Snow conodan sus traba-.iossobre la filosofia dellenguaje y de la mente.Pero la cena de esta noche todavia podria interesar-

Ie, penso, sobre todo si Snow mantenia su promesa deque Turing estaria ahi. No habia visto a Turing, un hom-bre masjoven que el, desde que en la primavera de 1939habia asistido a sus conferencias sobre la filosofia de las

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matematicas. Yaunque entonces habian tenido sus dife-rencias acerca de la naturaleza de la verdad matematicay de 10 que significaba llevar a cabo un 'c6mputo', Tu-ring habia realizado desde entonces un trabajo magni-fico sobre la esencia de las maquinas computadoras y surelaci6n con la epistemologia y la mente. Wittgensteinsonri6 para sus adentros; despues, cuando el dolor em-pez6 a apaciguarse un poco, reanud6 su arduo recorridopor Sidney Street camino del Christ's.

Es extraiio c6mo el curso de la vida viene impuestopor las vueltas, en apariencia menores e inc1uso intras-cendentes, del destino, meditaba el apuesto taballerode pelo rizado y traje de tweed gris, cuando el tren condestino a Cambridge arranc6 por fin de la estaci6n deLiverpool Street en Londres. El mes pasado, en unaemisi6n radiof6nica de la BBC, hable sobre ellibre al-beddo, el pensamiento humano y el indeterminismoque sirven de base ala teoria cuantica. Yahora me en-cuentro conque voy a reunirme con uno de mis oyen-tes para discutir un asunto que el describe como "de lamayor importancia nacional". Seguramente este Snowdebe saber que soy extranjero y que no estoy en posi-ci6n de llevar a cabo ningun tipo de labor secreta parael gobierno de Su Majestad; aunque hubiera sido difi-cil rechazar la invitaci6n. Ademas, un novelista y politi-co de la talla de Snow pondria al menos una mesa de-cente e invitaria a algunos compaiieros agradables paraconversar, e inc1uso quiza a una 0 dos damas atractivas,pens6 el hombre, siempre ala caza de nuevos retos yconquistas -tanto intelectuales como personales-.

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Bacia 1949, el "apuesto caballero", profesor ErwinSchrodinger, era uno de los fisicos mas famosos y publi-camente notorios del mundo. En 1933, siendo directordel Instituto de Estudios Avanzados de Dublin, recibi6d Premio Nobel de Fisica por ser uno de los principalesarquitectos de la teoria cuantica de la materia. Baciapoco que Schrodinger se habia lanzado en una linea deinvestigaci6n cientifica totalmente nueva que entrana-ba el estudio de la base fisica de los organismos vivos.Mientras el tren serpenteaba por los arrabales de Lon-dres, record6 el misterioso comentario de Snow duran-te su corta charla telef6nica en el sentido de que estospuntos de interes biol6gicos recien descubiertos consti-tuian un aspecto clave del asunto que queria discutiresta noche. Lastima que no hubiera presion ado un pocomas a Snow sobre ese asunto, pues podria haber aclara-do que relaci6n podia haber entre la fisica de una celu-la viva y ese misterioso asunto "de gran interes nacio-nal" de Snow. Pero no importa. Dentro de pocas horastodo quedaria aclarado, pens6 Schrodinger, mientrasque, absorto en sus pensamientos, miraba por la venta-nilla la expansi6n urbanistica de la campina del este deInglaterra.

jCielos!murmur6 el revisor para si,mientras el hom-bre enjuto de pelo negro entraba en el vag6n. Babia algoc1aramenteindecoroso, cuando no sumamente sospecho-so, en un hombre que vestia la parte de arriba de un pija-ma debajo de una chaqueta de sport - sobre todo cuan-do parecia que no la hubieran limpiado ni planchadodesde que sali6 de la tienda, como pudo observar el re-

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visor al tiempo que recorda el vag6n comprobando losbilletes.Sin duda ninguna, el revisor habria recibido una gran

impresi6n de haber sabido que el hombre de "aspecto sos-pechoso" y chaqueta de sport arrugada, que retorda y do-blaba nerviosamente su billete de segunda c1aseaCam-bridge, era uno de los que mas habian contribuido alareciente victoria de los aliados sobre Alemania, un hom-bre desconocido para el gran publico pero consideradoen los drculos cientificos como un genio algo excentrico.Alan Turing habia servido durante la guerra en Bletch-

leyPark, una propiedad rural a medio camino entre Cam-bridge yOxford, trabajando como descifrador de c6digos.Cuando a comienzos de la guerra se supo que los milita-res alemanes enviaban 6rdenes codificadas a sus fuerzasutilizando una maquina denominada Enigma, un puiia-do de matematicos capitaneados por Turing estudiaronmetodos para descifrar el funcionamiento de la maquinaEnigma usando mensajes interceptados y diversas tecni-cas de busqueda. Estos cientificos desarrollaron estrate-gias que finalmente les llevaron a descifrar los mensajescomo si estuvieran recibiendo los textos no codificadosdirectamente desde el Alto Mando aleman. Hacia el finalde la guerra, Turing habia tenido el suficiente contactocon los sistemas electr6nicos ysus aplicaciones como paradescubrir pautas en los datos que Ie permitieron pensarseriamente en construir una maquina computadora quepudiera reproducir realmente -cuando no superar- losprocesos inteligentes de la mente humana. Yesta mismaidea era la que esa tarde ocupaba su cabeza durante la tor-tuosa ruta que el tren tenia que seguir para ir de Man-chester a Cambridge.

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Aieno alas miradas de desaprobaci6n del revisor, Tu~ring pas6 la mayor parte del viaje mirando al techo, me-ditando sobre la conferencia Lister que pronunci6, aprimeros de mes, un colega de la Universidad de Man-chester, el famoso neurocirujano Sir GeoffreyJefferson.~C6mo puede un hombre ser tan obstinado, rezong6Turing, para pensar que porque una maquina no esteconstruida de partes bio16gicas como carne y huesos, yno tenga emociones como un perro planidero 0 un ninorisueno, no sea capaz de pensar racionalmente? Esta vez,se dijo Turing soltando una risilla, el viejo Jefferson hametido realmente la pata con estos argumentos cargadosde emoci6n y totalmente infundados que afirman que siuna maquina no puede escribir un soneto 0 componerun concierto, entonces no puede exhibir un comporta-miento inteligente como el humano. El hombre parececreer de verdad que el pensamiento procede de la com-posici6n del cerebro, no de su funcionamiento real. Delmismo modo, uno podria pensar que un reloj de mune-ca de acero y cristal no puede dar la hora porque no tie-ne un pendulo oscilante y una caja de madera como elreloj de pie. ~C6mo pudo la BBC transmitir un argu-mento tan estupido?Turing esperaba que la cena de esta noche ayudara a

poner de nuevo las cosas en su sitio. Tenia la sensaci6nde que la promesa de Snow de reunir a algunas personasinfluyentes para entablar una discusi6n cientifica sensa-ta sobre la posibilidad de construir una maquina inteli-gente, ayudaria a arreglar las cosas. Indudablemente, esteSnowparecia tener todas las conexiones poHticas perti-nentes. Ysu afirmaci6n de que tanto el Ministerio de laCiencia como el Ministerio de la Guerra estaban intere-

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sados en la Maquina Computadora Automatica (ACE)*era un signo de 10mas estimulante, pensaba Turing mien-tras se anotaba mentalmente intentar hablar con Snowen privado durante la velada a fin de obtener apoyo delgobierno para construir laACE.

Snow se volvi6 de espaldas al comedor de su aparta-mento, adornado con paneles de roble y vigas, y a travesde la puerta que 10 comunicaba con el sa16n de estilogeorgiano dirigi6 su mirada hacia la placa situada encimade la chimenea. Conmemoraba a otro Charles, CharlesDarwin, que habia ocupado estas mismas habitacionesdurante su permanencia como Fellow del Christ's haciamas de un siglo y medio. Cuill grande es el privilegio delos escogidos para 'ingresar en la Universidad de Cam-bridge, para seguir las huellas de hombres ilustres, atra-vesar las mismas puertas, dormir don de ellos habian dor-mido, despertar donde ellos habian despertado', pens6Snow,recordando laspalabras inmortales de Wordsworth.Ycuan apropiado parecia que la conversaci6n de esta no-che tuviera lugar en las habitaciones que habian alberga-do al hombre que casi sin ayuda catapult6 el estudio de lahumanidad desde la esfera subjetivay emocional de la teo-logia al dominio objetivo y racional de la ciencia.Snow tenia la sensaci6n de que, desde luego, la discu-

si6n de esta noche se centraria en la cuesti6n de que es 10que hace al hombre ser un hombre y no una maquina, e

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indudablemente este era un tema en el que Darwin hu-biera participado con gran entusiasmo. Por mucho queuno fuera impermeable al sentimiento de tiempos pasa-dos, Snow creia que habia momentos en los que actuabacomo una draga. Es una especie de neblina, reflexion6para si, que 10 envuelve a uno en estas habitaciones cuan-do mira afuera la capilla del colegio, toea losviejospanelesde roble 0 echa unvistazo por encima de los tejados haciacl King's. SiDarwin cayera hoy en el Primer Patio, pens6Snow,se sentiria inmediatamente como en casa; todo aquiha permanecido durante tanto tiempo sin cambios queSnow se preguntaba si alguna vez los habria - e intima-mente esperaba que no-.Snow se dej6 caer en uno de los asientos del sal6n jun-

to a la ventana que daba sobre el Primer Patio y se per-miti6 sonar por un momenta mientras rememoraba lacantidad de noches que habia pasado en este cuarto es-cuchando a Allberry 2 con tar las dificultades ocultas detraducir la escritura copta, 0 tratando de conversar conTrend 3, su vecino del otro lado del vestibulo, un hombredaramente exaltado que siempre tenia la habilidad decomenzar sus frases en ingles pero era totalmente inca-paz de terminarlas en otra cosa que no fuera en espanol()portugues. Pero sobre todo, Snow pensaba en Hardy 4,

cuyamuerte hacia algo mas de un ano habia sido un gol-

vC.R.C. AUberry, orientalista y Fellow del Christ's, que muri6 en la RAF(RoyalAir Force, Fuerzas Aereas Britanicas) durante la guerra.

K,IohnBrand Trend, catedratico de espanol yFellow del Christ's College.

~(;odfrey Harold Hardy, afamado matematico, catedratico de matemati-t'flS, Fellow del Trinity College y uno de los amigos mas Intimos de Snowen Cambridge.

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pe muy doloroso. En su cabeza casi podia oir la voz sua-ve de Hardy diciendo una vez mas, "Ten presente a esehombre", cuando con su estilo inimitable pidi6 de nue-vo a Snow que juzgara las habilidades para jugar al cric-ket de uno de los nuevos hombres de Fenner's 5. Aque-lIas excursiones a Fenner's con Hardy a principios delverano, seguidas de unas cuantas partidas de "stumpz" 6despues de cenar, eran algunos de los recuerdos de suepoca en Cambridge que Snowguardaba con mas carinoen su memoria. Que sencilla, y en cierto modo mas pura,pare cia la vida en aquellos dias felices antes de que elmundo ardiera en llamas.

jCaramba! ~Que es ese alboroto en el pasillo? Salien-do de su ensueno, Snow salt6 de su butaca y fue hasta laentrada donde los golpes y las fuertes pisadas ya habianalcanzado proporciones epicas.''Vaya,Haldane. Por el alboroto del corredor y el tam-

borileo en la puerta, debi haber adivinado que era us-ted. Entre, hombre, y quitese ese abrigo mojado. ~C6mofue el viaje desde Londres?""Abominable, por si quiere saberlo", buf6 Haldane.

''Vagones atestados y salidascon retraso no dicen muchosobre las perspectivas de los Ferrocarriles Britanicos devolver ala puntualidad de los tiempos de paz. Ni tampo-co se puede decir que ayude mucho a mi estado de ani-mo", anadi6 con amargura.

5 El campo de cricket de de Cambridge.

6 Un juego de cricket d la Universidad e mesa.

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Antes de quitarse el grueso chaqueton de lana y elsombrero de fieltro negro, Haldane echo una ojeada ra-pida alrededor del salon; avanzo hacia uno de los asien-tos junto ala ventana y miro a su alrededor la suite dehabitaciones como sibuscara un oido compasivo a quiendirigir sus sentidas quejas acerca del tiempo y los Ferro-carriles Britanicos, 0 de ambos."Parece que soy el primero en llegar. Debo decir que

encuentro su invitacion un poco extraiia, Snow. 2Que estodo este asunto de maquinas computadoras, mentes yfilosofia? 2Que relacion pueden tener estas cosas con los'intereses nacionales?Dejando que esta perorata Ie resbalara por la espalda

con silenciosa diversion, Snow se pregunto que mosca Iehabia picado aJSB esta noche. Para calmar a su amigo,Snow sonrio enigmaticamente y dijo, "Todo a su debidotiempo, todo a su debido tiempo. Esperemos a que lle-guen los demas invitados antes de tocar estos temas. Mien-tras tanto, 2puedo ofrecerle una copita de jerez?"'Justo 10 que me hace falta, amigo mio. Ya no ser que

me equivoque, todo. indica que tiene usted en el apara-doruna botella de amontillado bastante decente. Vale lapena ser Fellow de un colegio rico como el Christ's, 2no,Snow?""En realidad, ahoraFellow Honorario," respondio Snow.

"Por10menos elMasternos mima aveces a losviejos.""Sino me equivoco, acaban de llegar mas invitados su-

yos," dijo Haldane, mientras Snow Ie alargaba una cop adejerez.Dejando su copa, Snow se dirigio al pasillo. AI tiempo

que Ie llegaba la cadencia extraiiamente desorientadorade unas palabras dichas en un idioma extranjero, Snow

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abri6 la puerta y ha1l6 aWittgenstein y Schrodinger quellegaban al mismo tiempo. "jAb! Nuestro contingenteaustriaco," dijo. "Muybien. Me pareci6 oir el sonido delaleman en el pasillo. Yjusto a tiempo, ademas. No haynada que admire mas en un hombre que la puntuali-dad. Pasen par favar."Lo unico que Schrodinger yWittgenstein tenian en co-

mun era la nacionalidad austriaca, el exilio y una inclina-ci6n por las cuestiones filos6ficas.Schrodinger, hijo de unquimico industrial ybot<inicoaficionado, tenia un aspectomuy elegante con su traje de tweed gris de tres piezas; susojos azul claro chispeaban detras de sus gafas de intelec-tual de montura met<ilicaque se habian convertido en susello de identidad en las fotos del grupo de fisicos-Rein-senberg, Bohr, Pauli, De Broglie, Born, Dirac y Schrodin-ger- que habian dado origen ala revoluci6n cuan tica.Es-tas gafas descansan b~o una fren te alta yun cabello rizadocastaiio claro, una pequeiia parte de la apariencia perso-nal de un hombre que rezuma una extraiia mezcla deenorme encanto personal y total preocupaci6n de si mis-mo. Esto no deja de ser, tal vez,un poco ir6nico en alguienfamoso por llevar una vida sexual irregular y compleja,centrada alrededor del dificil equilibrio de cohabitar consu mujer y su amante en el ambiente cat6lico y estricto deDublin. Race mucho tiempo que Schrodinger, un hom-bre totalmente agn6stico en el sentido occidental, ha re-chazado todo tipo de sistema etico basado en intereses co-lectivos, abogando, tanto de palabra como por escrito, paruna variante personal del concepto vedico de que el yoyelmundo son una sola cosa-y eso es todo-.Como ejemplo de contraste, Wittgenstein ha pasado

toda su vida enfrascado en la lucha moral por intentar

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ser 10 que el denomina un hombre "decente". Para el,esta ha sido una batalla progresiva hacia el triunfo so-bre las tentaciones de ser deshonesto por orgullo y va-nidad. A diferencia de Schr6dinger, Wittgenstein estaimbuido de una moralidad religiosa fundamental, en-vuelta en la creencia de que para comprender la eticahay que considerar el mundo en su conjunto. A su vez,esta conviccion Ie llevo a prestar servicio como enfer-mero en un hospital durante la Segunda Guerra Mun-dial y a expresar un sentimiento de profunda simpatiapor los intereses de la clase obrera. Mientras entra pe-nosamente en el salon arrastrando los pies, Wittgen-stein parece palido y algo contraido, proyectando laimagen de un hombre resignado a una muerte que notardara mucho en llegar."Por favor,sirvanse una bebida del aparador," ofrecio

Snow.'Tenemos un jerez muy bueno de la bodega del co-legio. 20 preferirian ustedes algo mas fuerte?" Schr6din-ger se puso una medida generosa de whisky,y Ie aiiadioun poco de soda. Pasando por alto la invitacion de Snow,Wittgenstein, que era hombre de una incapacidad innatapara soportar el parloteo ylos comentarios banales comu-nes a este tipo de situaciones, se encamino hacia el otrolado de la habitacion.Algo desconcertado por 10 imprevisto de la descor-

tesia y el comportamiento extraiiamente retraido deWittgenstein, Snow se Ie acerco y durante unos mo-mentos miraron por la ventana hacia el Master's Lodgeal otro lado del patio, perdidos en sus propios pensa-mientos. Incomodo por el largo silencio, Snow Ie ex-preso finalmente sus condolencias por la muerte de suhermana.

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"Si, estos ultimos meses han sido dificiles para todalafamilia," replic6 Wittgenstein suavemente. "El cancerdebe ser seguramente una de lasmuertes mas dolorosas,yHermine sufri6 muchisimo al final. Gracias aDios aho-ra todo ha terminado," dijo pensativamente mientras se-guia mirando el oscurecer de una tarde de principios deverano y la lluvia chocando contra el patio.Schrodinger se les uni6 en la ventana y Snow Ie felici-

t6 por su reciente elecci6n como miembro extranjero dela RoyalSociety."Un verdadero honor. Pero en todo caso,no creo que se pueda comparar a la emoci6n de recibirel Premio Nobel, ~no?"pregunt6 Snow."Siempre es una fuente de satisfacci6n que los colegas

nos reconozcan con algun tipo de honor 0 premio. Sinembargo, me resulta extraiiamente inc6modo que mecoloquen en la posici6n de un profeta sin honor en supropio pais," seiia16Schrodinger."~Debo deducir que esta usted considerando volver

a Austria?" inquiri6 Snow."No tan pronto como quisiera, me temo. Es posible

que la guerra haya terminado, pero todavia estin gober-nando el pais los mismos locos peligrosos. Yestos nazisson como los elefantes, amigo mio. Tienen muy buenamemoria. No olvidaran pronto mi alegato contra ellosdurante mi breve estancia en Graz -yyo tampoco."

Dejando a un lado la amarga evocaci6n de Schrodingerdel reciente periodo nazi en Austria, Haldane intervino enla conversaci6n ypregunt6 aWittgenstein sobre un rumorque circulaba a prop6sito de que se habia trasladado a Ir-landa despues de dimitir como sucesor de G. E.Moore enla catedra de filosofia de Cambridge dos aiios antes.

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"He estado viviendo en Dublin desde que me fui deCambridge," replico Wittgenstein, "aunque en estos mo-mentos estoy aqui visitando a unos amigos.""2Enque esti trabajando ahora?" pregunto Haldane."Principalmente me ocupo de ordenar mis ideas de los

ultimos alios para su publicacion. Me marchare dentrode pocas semanas a visitar a Malcom, mi antiguo alumno,que ahora es profesor en la Universidad de Cornell en losEstados Unidos, y quiero acabar de dictar mis notas antesdeirme."Wittgenstein se detuvo un instante para meditar sobre

como habian cambiado sus ideas sobre ellenguaje en losultimos veinte alios, y repaso mentalmente su opinion deque ellenguaje era un fenomeno publico 0 social. Luegoexplico que "En estas notas me propongo subrayar que ellenguaje solo puede funcionar simas de una persona acep-ta las reglas. Ellenguaje, yaven, es una realidad social pu-blicamente asequible, no un tipo de esencia cuya natura-lezapueden elaborar en susmentes unicamente por purorazonamiento"."Yono soy un filosofo profesional," dijo Haldane,

"pero 2no es este concepto dellenguaje diametralmenteopuesto al que adelanto tiempo atras en su libro Tracta-tus Logico-Philosophicus? En d, usted parece sostener quecl mundo debe constar de objetos sencillos que puedenrelacionarse mutuamente de ciertas maneras, indepen-dientemente de los hombres y dellenguaje. Esto parece-ria indicar que el mundo esta constituido por hechos,que simplemente son reordenaciones de objetos 'atomi-cos' sencillos. 20 me equivoco?""Si, en aquel momenta tenia la impresion de que to-

dos los enunciados que tenian sentido se podian anali-

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zar 0 descomponer en un conjunto de enunciados queson como pinturas de las configuraciones de los objetos.Pero si este fuera el caso, entonces el analisis de talesenunciados es el metodo de filosofia correcto. El signifi-cado se convierte, pues, en una relacion pictorica. Peroahora rechazo esta idea del significado como herramien-ta. Estoy convencido de que el significado de un enun-ciado es sencillamente la suma total de todas las form asen las que el enunciado se puede utilizar."Wittgenstein puso despues un ejemplo de este nuevo

concepto del significado. "Consideren," dijo, "10 que yollamo un 'juego linguistico'. Existen dos rasgos impor-tantisimos de losjuegos que son pertinentes a la forma deusar ellenguaje en la vida cotidiana. El primero es quelosjuegos son practicas regidas por reglas, mientras queel segundo es que estan relacionados entre si por una es-pecie de aire de familia. Un buen ejemplo de esto 10 cons-tituyen losjuegos del ajedrez y las damas.""Bien, ~que ocurriria sime dolieran las muelas?" pre-

gunto Haldane. "~Como hace una pintura de esto?""Esdel todo erroneo pensar que cuando decimos algo

como 'tengo dolor', ese dolor sea un objeto interno de-finido, identificable, que notamos en nuestro interior ycomunicamos a otras personas. No podemos hablar denuestra vida mental como si estuvihamos contando ex-periencias intimas. AI men os esto es 10 que induciria auno a adoptar mi antigua teoria de la pintura. Ahoradigo que la conducta y las circunstancias son esencialespara comprender como hablamos de la vida mental.""Si Ie he entendido bien," dijo Haldane, "su conclu-

sion es que no se puede hablar de nuestro conocimientode la mente al viejo estilo cartesiano. No podemos supo-

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ner alegremente que los componentes del mundo sean dedos clases absolutamente diferentes: un mundo exteriorde objetos s6lidos y visibles en el espacio y el tiempo, y unmundo interior de pensamientos y sentimientos. Su nuevateona dellenguaje dina que estos dos mundos se superpo-nen intimamente y que no se puede hablar de los pensa-mientos y sentimientos internos que no esten relacionadoscon la manifestaci6n de los pensamientos y los sentimien-tosen las circunstancias en que ocurren. 2No es asi?"Antes de que Wittgenstein pudiera contestar, Snow in-

tervino para cortar este docto discurso. "Ybien, Wittgen-stein," pregunt6, "digame, 2c6mo encuentra la vida fueradel seno academico de Cambridge?"Este era un tema que obviamente Wittgenstein habia

buscado con ahinco, pues rapidamente volvi6 la cara ha-cia Snow; sus ojos parecian haber recobrado, al menosmomentaneamente, su consabido destello e intensidadcuando bruscamente solt6 una respuesta: "La prefieroinfinitamente. La vida academica es detestable. El chis-morreo del que hacia las camas en mi colegio superabacon mucho el ingenio hip6crita del intercambio de re-plicas ocurrentes de la High Table. Einstein tenia raz6n aldedr que para hacer una labor intelectual autentica 10mejor era ganarse la vida como zapatero durante el dia,y hacer el trabajo de pensar por la noche."A pesar de que el mismo habia sido siempre un intru-

so en las instituciones academicas britanicas, Haldane sesinti6 ligeramente desconcertado por el ataque de Witt-p;enstein contra el mundo academico, y trat6 de llevar ladiscusi6n de nuevo a un terreno men os contencioso, ad-virtiendo aWittgenstein que "Algunos de mis colegas mar-xistas de Londres mencionaron que hace algun tiempo

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estuvo usted planeando trasladarse a Rusia y dedicarse ala enseiianza en Moscu. ~Escierto?""En realidad visite Rusia en 1935. Pero queria ayudar-

les a construir el comunismo trabajando en una granjacolectiva, no enseiiando en la ciudad. Me interesa la cla-se obrera, no la clase intelectual.""~Que ocurrio?" inquirio Schrodinger."Ocurrio que descubri que la vida en Rusia era muy

parecida a ser un soldado en el ejercito. Nada podria des-truir mas rapidamente mis simpatias por el regimen rusoque la progresion de ese tipo de distinciones de clase quevi aparecer alli. Es suficiente para que Gran Bretaiia pa-rezca en comparacion verdaderamente igualitaria. Enrealidad, yo soy un comunista de corazon. Para mi, elproblema es que el regimen ruso no 10 es.""Yohe visitado Rusia varias veces," dijo Haldane, "y

me ha impresionado muy favorablemente el trato quedan a los cientificos y a la ciencia. Pero no puedo decirque realmente acepte la clase de comunismo de Stalin;es demasiado economico.""Piense en la pureza espiritual que emana del ideal

comunista, Haldane. La clase obrera de las granjas y delas fabricas es la que construira una sociedad saludabley etica, no los cientificos en sus laboratorios 0 los buro-cratas y generales en sus despachos," entono Wittgen-stein.Con una cierta aspereza, Haldane replico que "Has-

ta el caso de ese Lysenko el ano pasado, no habria discre-pado mas con usted. Pero ahora no estoy tan seguro. Laintromision de Stalin en la ciencia y el trato que otorgoa todo aquel que pusiera en duda las idiosincrasicas teo-rias geneticas de Lysenko, me obliga a revisar mi entu-

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siasmo por la ideologia marxista. Realmente no puedosoportar como estan pisoteando a los adversarios de Ly-senko.""La tirania no me indigna," dijo Wittgenstein. "Lo im-

portante es que la gente tenga trabajo."Este hombre es un manojo de contradicciones, penso

Haldane, incapaz de contestar a una declaracion tan es-trafalaria. Se aparto de la conversacion y regreso al apara-dor pararellenar su vaso.Mientras tanto, Snow y Schrodinger se habian enca-

minado al otro lado del salon y estaban inmersos en unahonda discusion sobre el problema del libre albedrioque Schrodinger habia sacado a relucir una semanas an-tes en su programa de la BBC, durante el cual habia ha-blado del papel de los electrones en los procesos delpensamiento humano.Schrodinger explicaba que en su opinion "La incerti-

dumbre que surge de la naturaleza mecanocuantica delelectron no tiene absolutamente nada que ver con el pro-blema dellibre albedrio frente al determinismo comocorresponde a la conducta humana. Yesto a pesar delhecho incuestionable de que el origen de toda conductadepende en el fondo de la actividad electrica del cerebro.Pero debo decir que ultimamente no he estado trabajan-do mucho en fisica. En lugar de eso, mis pensamientosvuelven ami preocupacion inicial par la filosofia. AIpa-recer, el primer amor nunca se olvida.""Muy cierto," admitio Snow. "Pero esta labor sobre

la relacion entre los electrones y el pensamiento suenacomo si estuviera usted trabajando tanto en biologiacomo en filosofia. He visto su librito, J,Que es la vida?, yparece que los problemas que usted plantea sobre la fi-

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sica de los sistemas vivos serian de 10 mas adecuadospara nuestras discusiones de esta noche.""Lo que nos devuelve al tema principal, Snow. 2Para

que nos ha hecho venir aqui?""Hace un momenta Ie dije a Haldane que les contare

todo a su debido tiempo. Sin embargo, creo que descubri-ra que elviajeha merecido su tiempo. Masque nada, la co-cina del colegio nos ha prometido una buena comida. Yme atrevo a decir que esto no es algo que deba tomarse ala ligera en estos tiempos. Todavia queda un invitado porvenir yveo por la hora que, como la mayoria de los mate-maticos, es un poco informal cuando se trata de acudir auna cita. Pero estoyseguro de que vendra en seguida."Wittgenstein se uni6 a Schrodinger y Snow, y en-

frentandose a este ultimo expres6 con cierto sarcasmo,"Su invitaci6n mencionaba un asunto de gran impor-tancia potencial para el pais. No puedo imaginar nadaque tenga interes para mi, en tanto que fi16sofo, quepueda interesarle al Gobierno de Su Majestad. Un fi16-sofo no es un ciudadano de una comunidad de ideas.Esto es 10que Ie hace ser un fi16sofo.Ysean cuales seansus intenciones, puede usted excluirme si tienen algoque ver con los militares. Ahora que la guerra ha ter-minado, no estoy dispuesto a aportar un minuto de mitiempo a esa maldita 'guerra fria' que se esta creandoentre los americanos y los rusos. Asi que espero que nosea esto por 10que nos ha traido aqui esta noche.""Mi querido amigo," replic6 Snow, "permitame que

entierre sus temores a este respecto. Cada uno de ustedestrae a esta ocasi6n unos conocimientos yun punto de vistamuyespeciales, que son de suma importancia para los te-mas que quiero exponerles en la reuni6n deesta noche.

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Si bien puede que los militares se interesen por nuestras(Ieliberaciones, no existen implicaciones castrenses inme-(Iiatas -ni siquiera a largo plazo- en los asuntos quequiero poner hoy encima de la mesa. Este es simplementeun encuentro informal de pareceres, organizado con elfinde tener sus opiniones sobre algunos temas sumamen-Ie especulativosy,debo decir, basicamente filosoficos."En ese momenta se oyeron unos leves golpecitos pro-

cedentes del pasillo. La voz de Haldane resono muy fuer-Ie, "Esperemos que sea el invitado que Ie falta, Snow.Echare un vistazo."Abriendo la puerta de par en par, Haldane se encon-

1.1'0 frente a un hombre menudo que llevaba una gabar-dina mas bien deteriorada, por debajo de la cual asoma-ba una chaqueta de pijama bajo una americana de sport.(;ompletaba el cuadra de la quintaesencia del academi-co desaliiiado un par de pantalones de franela que pa-redan estar sujetos precariamente por no mas que unI.row de cordel 0, quiza, una cuerda. "Ah, el Dr. Turing,supongo," bromeo Haldane.Al igual que muchos matematicos, Alan Turing era

esencialmente un introvertido, mucho mas en casa conlos simbolos abstractos y las inevitables cadenas de razo-namientos logicos que con las ambigiiedades tacitas, lasinsinuaciones y las vicisitudes enervantes de los asuntoshumanos. Mientras Haldane y Snow Ie hacian pasar alsalon, Turing tartamudeo una disculpa por su tardanzay mascullo indiferente algo sobre problemas con las co-nexiones de los trenes desde Manchester."Nada como los Ferrocarriles Britanicos para hacer

que un hombre llegue a su destino demasiado tardepara el aperitivo," se compadecio Haldane.

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"Estabamos empezando a preguntarnos que habriasido de usted, Turing," dijo Snow algo picajoso. "Esus-ted muy amable al haber po dido venir aqui esta noche.~Puedo ofrecerle unjerez? Pero jespere! Quiza se esteusted entrenando para una de esas carreras de fondoen las que he oido que compite. Si es as!, tal vez prefie-ra algo con un poco menos de alcohol.""Si,gracias. Un poco de agua 0 un vasa de gaseosa es-

taria muy bien," replico Turing con voz sosegada, casitimida."~Conoce usted al resto de los invitados, a Schrodin-

ger, Haldane yWittgenstein?""Conozco a Wittgenstein y a Haldane, desde luego,"

dijo Turing; parecia bastante timido. "En realidad, fuialas conferencias de Wittgenstein sobre los fundamen-tos de las matematicas hace algunos anos. Pero nuncaconocl a Schrodinger," dijo volviendose hacia el hombrede Dublin."Esun placer, Turing," sonrio Schrodinger estrechan-

do la mana del hombre mas joven con cierto entusias-mo. "Desde hace tiempo admiro su labor matematica. Mecomplace tener la oportunidad de conocerle por fin."Volviendose para saludar a Wittgenstein, Turing co-

menzo a hablar con su caracteristico tartamudeo. Algoazorado, Wittgenstein Ie dio lasgracias por la separata deun articulo que Turing Iehabia enviado sobre lasmatema-ticas de la computacion, y Ie menciono que habia segui-do con gran interes la labor realizada en ese campo. Lue-go Ie pregunto sobre sus actividades durante la guerra."Gran parte de ella la pase desarrollando metodos para

descifrar codigos," contesto Turing. "Esaactividad me lle-vo a pensaren como podrian construirse mecanismos fisi-

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cosque pudieran realizar los tipos de calculos te6ricos quecsbozaba en mi trab<yoanterior. Ahora estoy absorto enlosproblemas te6ricos y de ingenieria que rodean la cons-Lrucci6nde este tipo de 'maquinas calculadoras.'""25erefiere usted a que esta construyendo una maqui-

na fisica real que sigue las reglas para realizar calculos?"Wittgenstein se maravillaba en voz alta con un tono de li-gera incredulidad."5i,eso es exactamente 10que estoy haciendo. Hace un

ano, uno de mis colegas de Manchester escribi6 el primerconjunto de reglas que jamas se han escrito para una ma-quina de este tipo. A estas reglas les llamamos programa,"declar60rgullosamente. "Este programa 10gr6 calculard factor mas grande de un numero muy grande.""2C6mode grande exactamente?" pregunt6 Haldane."No recuerdo el numero en particular. De todas for-

mas, tiene poca importancia. Ese calculo fue nada masque para probar el funcionamiento de la maquina. Noobstante, 10que es verdaderamente importante es queahora disponemos de una maquina que puede realizarc~llculosexactamente como una' computadora' huma-na. En mi opini6n, es capaz de mucho mas que eso. Ha-cer un calculo numhico tal como hallar el factor masgrande de un numero es simplemente un caso especialde un tipo de operaci6n mucho mas general, la manipu-laci6n de los simbolos. A mi juicio, este es el ingredienteesencial del pensamiento humano. Asi que tenemos laesperanza de poder construir una maquina que puedapcnsar como un hombre.""Pura basura," exclam6 Wittgenstein. "Esuna insensa-

tt:z aplicar el termino 'pensante' a cualquier tipo de ma-quina, ya sea una maquina computadora 0 una maquina

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de vapor. Pensar exige estados mentales y la propiedad detener estados mentales esci absolutamente ligada al aje-treo de la vida cotidiana de los hombres. Esti usted mez-clando dos cosas totalmente diferentes, Turing, cuandohabla de realizar cilculos matematicos con una maquinacomputadora y cuando habla de esasmaquinas realmen-te inteligentes."Percibiendo el comienzo de una discusion acalorada,

Snow acudio a separar a los combatientes extendiendolas manos en un gesto aplacador que imploraba tanto aTuring como a Wittgenstein que dejaran sus argumen-tos para mas adelante. "Caballeros, por favor," in terce-dio, "Veo que ya han abordado uno de los temas clavepor los que les habia pedido que vinieran. Asi que les su-giero que pasemos al comedor y continuemos la discu-sion mientras cenamos""Nome iria mal un poco de alimento," tercio Haldane.

"~Quepiensa usted, Schrodinger? ~Pasamosal comedor?""Me parece perfecto. Pero quiero oir mas, mucho

mas, acerca de la 'maquina inteligente' de Turing. ~Comoesta construida? ~Deque principios de la fisica y las ma-tematicas depende? ~ycomo piensarealmente? No me ireesta noche de estos aposentos sin que Turing nos de unaexplicacion completa de todas estas cuestiones."

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CEREBROS YMAQUINAS

Un fuego acogedor chisporroteaba en la chimeneabajo la placa conmemorativa de Darwin, templando lanoche intempestivamente fria. Los invitados se situaronalrededor de una mesa rectangular de roble puesta conelegancia y dispuesta para cinco: Turing se sent6 enfren-te de Wittgenstein, en tanto que Schrodinger tomabaasiento en ellugar opuesto a Haldane. Retirando la sillade su sitio en la cabecera de la mesa, Snow orden6 a Sim-mons que trajera la sopa, una exquisita y cremosa bisquede langosta."Una sopa magnifica, Snow. Felicite ala cocina del

colegio," proclam6 Haldane, cuyo animo parecia haber-se alegrado desde que apareci6 el criado con la sopa.Estir6 el brazo para tomar una rebanada de pan de lacesta que habia sobre la mesa y seiia16 que "Desde lue-go, parece que la escasez de los tiempos de guerra esagua pasada en el Christ's College - en todo caso en lacocina.""Ojala fuera asi," dijo Snow tristemente mientras mi-

raba a Haldane muy serio por encima de susgafas. "Mor-tunadamente, sin embargo, por deferencia al Gobiernode Su Majestad, el Master ha sido 10bastante generoso

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como para hurgar en las reservas del colegio yofrecernosalgunos de los ingredientes del menu de esta noche."Despues se volvio para dirigirse a la mesa en general.

"Yaque todos ustedes tienen curiosidad por saber porque les he pedido que vinieran aqui esta noche, permi-tanme que les diga, por fin, cmil es el proposito de nues-tra reunion."Snow comenzo a exponer el objeto de la cena resu-

mien do parte de la labor de Turing durante la guerraconcerniente ala maquina codificadora alemana Enig-ma, y el trabajo teorico anterior del propio Turing enGran Bretaiia y el de otros como Von Neumann 1 yChurch 2 en America."Este trabajo ha convencido a algunos asesores cien-

tificos del gobierno de que es factible construir maquinascomputadoras potentes," observo Snow. Luego paso aseiialar que "En realidad, la primera maquina de estetipo ya esta funcionando en Manchester. Hoy por hoy, dala impresion de que estasmaquinas seran sumamente uti-les para resolver algunos de los problemas que se presen-tan en matematicas y en ciencias naturales -descifradode codigos, calculo de los patrones de flujo de los liqui-dos, determinacion de las trayectorias de los planetas ydemas-. Por interesante e importante que sea todo este

lJohn von Neumann, matematico americano de origen hungaro. Desarro-116la teoria de los juegos, una buena parte de la economfa matematica y laprevisi6n meteorol6gica numerica, ademas de hacer contribuciones fun-damentales alas matematicas puras. Fue el inventor de la idea de un pro-grama almacenado para el ordenador digital.

2 Alonzo Church, l6gico americano que desarro1l6 el calculo lambda, unlenguaje l6gico que es el equivalente matematico de los procedimientos deTuring para formalizar el concepto de calculo.

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trabajo, no es por 10 que les he llamado a discutir aquiesta noche. Antes bien, me gustaria oir sus sinceras opi-niones sobre si existe la posibilidad de que estas maqui-nas sean utiles para tare as cognitivas mas generales deltipo que asociamos normalmente al pensamiento crea-tivo humano."Cambiando la idea fundamental de sus comentarios

introductorios sobre el fundamento teorico de base deestas computadoras, Snow hizo un breve informe sobrela relacion entre la computacion y las matematicas. "Afinales de los arros 20, en los circulos matematicos sedaba por sentado que toda cuestion matematica bienplanteada debe tener una respuesta determinada, verda-dera 0 falsa. Por ejemplo, supongamos que afirmo quetodos los numeros pares resultan de la suma de dos nu-meros primos. Entre los eruditos matematicos esta es unaafirmacion conocida como la Conjetura de Goldbach ..Los conocimientos convencionales de hace algunas de-cadas hubieran sostenido que una proposicion mate-matica bien definida como esta debia, necesariamente,ser verdadera 0 falsa. Ademas, deberia existir una cade-na de razonamientos logicos que condujera, en un nume-ro finito de pasos, a la que es el caso de esas dos posibilida-des.De cualquier forma, asi pensaban losmatematicos deesaepoca.""Yasi piensa todavia hoy dia gran parte de la gen te,"

empezo a decir Turing, "incluida la mayoria de los cien-tificos.""Desde luego," continuo Snow. "Pero en 1931, ellogi-

co austriaco Kurt Godel demostro que los matematicosestaban equivocados. Hizo saber que en todo sistema 10-gico con el suficiente poder de expresion como para per-

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mitirnos enunciar todas las proposiciones posibles sobrenumeros, debe existir, al menos, una afirmaci6n que nopueda demostrarse ni rebatirse siguiendo las reglas 16gi-cas de ese sistema. "Turing interrumpi6 de nuevo. "Exactamente. Codel

demostr6 que no toda cuesti6n matematica tiene que te-ner una respuesta afirmativa 0 negativa. Mejor dicho,cabe la posibilidad de que una cuesti6n, aunque sea unasencilla sobre numeros, no se pueda resolver. En reali-dad, Codel demostr6 aun mas. Su trabajo muestra queexisten cuestiones que aunque no se puedan resolver porlas reglas del sistema 16gico, se pueden considerar real-mente verdaderas si saltamos fuera de ese sistema -nose puede demostrarque sean verdaderas-.""Muchas gracias por ayudar a aclarar estos detalles,"

observ6 Snow friamente.Entonces Schrodinger pregunt6, "~Noes este hecho

sencillamente una transposici6n en terminos matema-ticos de la famosa Paradoja de Liar [Paradoja del menti-roso]? ~Algocomo declarar, 'Aste enunciado esfalso'?"Exactamente", respondi6 Turing de nuevo, que al pa-

recer no era capaz de frenar su entusiasmo por discutirestas cuestiones matematicas."Si me permite continuar", dijo Snow, "Ie prometo

que en seguida volveremos a discutir en detalle estos te-mas fascinantes."Finalmente, Turing se reclin6 en su sillay se sumi6 en

un silencio mohino al tiempo que Snow proseguia: "Esimportante tener presente que uno de los supuestos cru-ciales sobre los que se apoyan los resultados de Codel esque el sistema 16gicoque utilicemos debe ser consistente.Esto significa que utilizando las operaciones 16gicasdel

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sistema, no es po sible establecer que la misma proposi-ci6n sea tanto verdadera como falsa. Esto plante a enton-ces la cuesti6n de c6mo podemos saber siun sistema l6gi-co es consistente 0 no. Codel dio tambien una respuestarnuyescueta: ino podemos! Estableci6 el hecho de queningun sistema l6gico puede demostrar su propia consis-tencia."Inclinando la cabeza en direcci6n a Turing, Snow pro-

sigui6. "Poco antes de la guerra, Mr.Turing, aqui presen-te, ha1l6 una forma de traducir estos resultados l6gicossobre numeros y matematicas en resultados analogos so-bre calculos y computadoras. Tal vezahora pueda cederla palabra a Turing, que tendra mucho gusto, estoy segu-ro, en hacernos un breve recuento de su trabajo en este

T . ';l"campo. 2 unng .."Muchas gracias," dijo Turing, que estaba radiante por

la perspectiva de describir sus resultados ante un grupotan ilustre."En 1935, asisti, aqui en Cambridge, a un ciclo de con-

ferencias que daba Max Newman sobre l6gica matemati-ca. En un punto determinado de las conferencias, New-man hab16 del Problema de la Decisi6n de Hilbert 3. Esteproblema se pregunta si existe una estructura l6gica sufi-ciente para demostrar 0 rebatir todo enunciado materna-tico. El trabajo de Codel, de apenas cuatro aiios antes,habia destruido para siempre la creencia de Hilbert deque debia existir una estructura l6gica de ese tipo. Pero

K David Hilbert, profesor de matematicas en la Universidad de Gottin-I!'l'll, Alemania. Uno de los matematicos mas famosos de este siglo y lfderell! la escuela de filosofia matematica denominada "formalismo", que fuelIniquilada por el trabajo de Godel.

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yo enfocaba el problema desde un punto de vista total-mente distinto al de Godel. Mi idea era considerar quelos pasos 16gicos que se dan para construir una pruebason los mismos que seguiria una calculadora human apara realizar un c6mputo.""Algunas personas," dijo Snow, sintiendo para variar

una especie de placer perverso por poder interrumpir aTuring, "incluido Mr. Turing, estin convencidas de queeste tipo de resoluci6n de problemas matematicos es sim-plemente la punta de un iceberg, en el sentido de que laimportancia real de estasmaquinas reside en su capacidadpara imitar el pensamiento humano. Pero para muchos,este concepto parece traido por los pelos.""Si," interrumpi6 Haldane. "Hace unas semanas, es-

cuche la conferencia Lister de Sir Geoffrey Jefferson enla BBC, en la que sostenia que esas maquinas son incapa-ces de un pensamiento creativo porque sus componen-tes no son bio16gicos.""Talvez sea asi," continu6 Snow. "Ese es uno de los te-

mas que examinaremos aqui esta noche. Pero si existe si-quiera la mas minima posibilidad de que algun dia secreen maquinas computadoras que puedan pensar real-mente, el hecho tendria una importancia tan enorme entodos los aspectos de la vida humana que el Gobierno deSu Majestad cree que la idea deberia tomarse en serio."Snow concluy6, "Asi que les he pedido que vinieran

esta noche para darme sus opiniones francas y sincerassobre este asunto. ~Esposible la construcci6n de una ma-quina inteligente, siquiera en principio? ~O existen obs-taculos 16gicos, filos6ficos y/0 tecnicos que nos impedi-ran construir alguna vez uno de esos ingenios? Despuesde nuestras deliberaciones, tratare de aquilatar su saber

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colectivo en un informe para el Ministro de la Ciencia.Pero antes de que entremos de lleno en esta cuestion delas maquinas inteligentes, creo que ayudaria a poner eltema en perspectiva si Turing tomara de nuevo la pala-bra y nos pusiera amablemente al dia sobre el funciona-miento de las computadoras, asi como por que cree queestas maquinas guardan parecido con el cerebro huma-no tanto en su estructura como en su funcion. ~Turing?"Turing dejola cuchara y,extendiendo lasmanos sobre

la mesa, bajo la vista y comenzo a hablar tartamudeandocon voz suaveyapenas audible. "Una computadora meca-nica," dijo, "esta constituida basicamente por una grancantidad de posiciones de direccion llamadas almacen 0memmia, yuna unidad fjecutora que lleva a cabo las diversasoperaciones individuales que entraiia la realizacion de uncaJculo. Estas operaciones constituyen 10que llamamosprograma. Una operacion de este tipo, 0 paso del progra-ma, constaria de la suma 0 comparacion de dos cantida-des almacenadas en diferentes sitios. Dejenme ilustraresta idea usando estos tazones de sopa vados y las cucha-ras que hay encima de la mesa."Turing cogio los tazones que habia delante de Schro-

dinger, Haldane yWittgenstein, los puso en fila delantede eIyprosiguio. "Imaginemos que quiero usar la maqui-na para sumar los numeros 1y 2. La computadora empe-zaria por todos los tazones que esten vados, tal como es-tan ahora. Para sumar 1y 2, coloco primero una cucharaque representa el numero 1dentro del tazon de Hal-dane ydos cucharas para e12 dentro del de Wittgenstein.La maquina consulta entonces su program a para sumarque, en efecto, tendria una instruccion que dice, 'Cogelascucharas del tazon de Haldane yponlas en el tazon de

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Wittgenstein. Cuando termines esta operacion, toma elconjunto de cucharas resultante del tazon de Wittgen-stein y trasladalas al tazon de Schrodinger. Por ultimo,imprime el numero de cucharas del tazon de Schrodin-ger en una cinta.' Asi suma una computadora 1y 2 paradar 3. Creo que queda claro como imita este proceso lospasos que ejecutaria una calculadora humana para reali-zar la misma suma.""Pero seguramente su computadora debe tener algo

mas que unos tazones de sopa y un as cucharas sucias,"interpuso Haldane con aire de incredulidad. "Siesto estodo 10 que supone, seria muchisimo mas facil sumar 1y 2 a mana en un trozo de papel-o incluso en mi cabe-za- que acudir a una de sus maquinas.""Desde luego," dijo Turing. "Pero haymucho mas que

eso. Los tazones de sopa y las cucharas son solo para dar-les un indicio de cuan sencillas son las operaciones basi-cas de una maquina como esta.""2Por que no nos da unos cuantos detaHes mas?" pi-

dio Snow. "Pienso que necesitaremos comprender algomas de estas maquinas y su funcionamiento para lograrver alguna conexion entre su modo de operar, el de loscerebros humanos y los procesos inteligentes."Turing recogio la sugerencia de Snow y prosiguio

con su narracion sobre como funciona una computado-ra. "Podriamos describir esta maquina como una oficinade correos gigantesca con muchos apartados. Dando unpaso mas adelante en esta analogia, se puede pensar quelas instrucciones que debe ejecutar la computadora lasHeva a cabo un empleado de correos que trabaja bajola supervision del administrador postal. De hecho, unacomputadora consta realmente de una unidad Hamada

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control que hace exactamente esta funcion supervisora.De modo que, al igual que con los tazones de sopa, parasumar dos numeros el empleado coge las cantidades delos dos apartados que contienen los numeros que se hande sumar, realiza la suma y coloca el resultado en un ter-cer apartado. Las operaciones que sigue el empleado son10 que se denomina un algoritmo, y estan codificadas enel programa que sigue la maquina."Schrodinger interrumpio: "Todo esto es sumamente

interesante, Turing. Pero no consigo ver como un apara-to rudimentario como es una enorme oficina de correospuede realizar algun computo que sea util en la practi-ca. En fisica, a menudo necesitamos calcular cantidadescomo la energia total 0 el momento angular de un gransistema de particulas tales como atomos 0 planetas. Es-tos calculos entraiian complicadas operaciones, inclui-da la suma de las interacciones entre miles -0 inclusomillones- de estas particulas. E incluso cuando realiza-mos a mana versiones simplificadas de estas operaciones,es frecuente que los computos generen paginas enterasde calculos y ecuaciones. 2Como es posible que su 'com-putadora-oficina postal' pueda realizar este mismo tra-bajo mejor 0mas deprisa?""A primera vista, parece como si mi computadora

f'uera demasiado simple para hacer otra cosa que no fue-ra el tipo de calculo mas rudimentario," respondio Tu-ring. "Pero en mi articulo sobre los numeros computa-bles y el Problema de la Decision de Hilbert demostrematematicamente que cualquier cantidad que pueda ob-tenerse siguiendo una serie de reglas, se puede calcularpor medio de una 'computadora-oficina postal' exac-tamente del mismo genero que acabo de describir. Asi

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que, en realidad, mas que la idoneidad de la maquinapara la tarea de calcular esta 0 esa cantidad, nuestrapreocupacion es el aspecto practico de como construiresa maquina."Quiza pueda usted explicar brevemente como se las

ingenio para establecer que una computadora del tipooficina postal pueda realmente calcular cualquier canti-dad que pueda ser calculada," pidio Snow. "Esonos ayu-daria a comprender el poder de este tipo de maquinas,asi como sus limitaciones.""En realidad es muy sencillo," respondio Turing. "En

mi estudio de computacion utilice un tipo teorico de'computadora de papeI'. Algunas personas ya han em-pezado a llamar a esto una maquina de Turing," observoen voz baja con un leve deje de orgullo. "Consta de doselementos: una cinta infinitamente larga, dividida en cua-drados, cada uno de los cuales puede contener los sim-bolos '0' 0 '1'. Yuna cabeza detectora que puede moversehacia delante y hacia atras a 10 largo de la cinta, un cua-drado cada vez, leyendo el simbolo del cuadrado en cursoybien dejandolo invariable 0 bien escribiendo un nuevosimbolo en ese cuadrado. En cualquier etapa de la ope-racion, suponemos que la cabeza detectora puede estaren una de las finitas configuraciones a las que llamamosestados. Lamaquina tiene una aguja que en todo momen-to se situa en una de las letras A, B, C, etc. Esta letra re-presenta el "estado" de la maquina en ese momento. Unaparte del programa Ie dice ala maquina como tiene quecambiar la posicion de la aguja, dependiendo del estadoen que se encuentre en ese momento y cual sea el sim-bolo del cuadrado de la cinta que la cabeza este leyendoen ese instante."

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Estadoactual

o

Metiendo la mana en el bolsillo de su chaqueta, Tu-ring saco un bloc de notas en el que rapidamente esbozoun diagrama que mostraba un ejemplo de una de esasmaquinas computadoras "oficina postal", cuya cabezadetectora podia encontrarse en alguno de 10sdoce es-tados a 10sque designo con las letras A a L."El comportamiento de una de estas maquinas teo-

ficas viene fijado por su program a, que es una lista deinstrucciones que Ie dice ala maquina 10que tiene quehacer en el caso de que se encuentre en una serie decircunstancias. Ya que en cualquier etapa de la opera-cion la cabeza detectora tiene dos informaciones -elsimbolo de la cinta que esta leyendo en ese momenta y

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su estado actual- una orden tipica dice algo asi: 'Si es-tas en el estado Ay estas leyendo el simbolo 0, mueveteun cuadrado ala derecha y entra, digamos, en el estadoB.' En este sistema, las posibles actuaciones de la cabezadetectora son:

1.Moverse un cuadrado ala izquierda.2. Moverse un cuadrado ala derecha.3. Sustituir 10 que esta escrito en el presente cuadradoporun 1.

4. Sustituir 10que esta escrito en el presente cuadradoporunO.

5. Conservar el estado actual.6. Cambiar del estado actual a otro.7. DETENERSE."

'Todo esto es fascinante," interrumpio Haldane. "Pero2podria mostrarnos como se puede utilizar este sistemapara calcular realmente?""Por supuesto. 2Que Ie gustaria calcular?""2Que Ie parece si nos muestra como suma este chis-

me 1y 2 para dar 3?" replico Snow. "Solo queremos ha-cernos una idea general de como opera con un proble-ma sencillo."Entonces Turing examino paso par paso como utili-

zaria uno esta maquina para sumar los dos numeros enlugar de utilizar tazones de sopa y cucharas. "Lamaqui-na empieza con una cinta en la que todos los cuadra-dos llevan el simbolo 0," explico. "Como antes, supon-ga que queremos sumar 1y 2. Comenzamos por poneren la cinta un solo 1y una secuencia de dos Is separan-dolos por un 0 para indicar que son numeros aparte."

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Luego esboz6 en su bloc de notas el programa para queuna maquina de tres estados realice esta suma 4,*.

Simbolo leido

Estado 1 aA 1,R,A 1,R,BB 1,R,B a,L,CC a, STOP STOP

"Ahara bien," prosigui6, "este program a hara que lamaquina se detenga cuando halle una secuencia de tresIs consecutivos en una cinta que por 10 demas contienetodo Os.He aqui el porque. Por convenio, suponemosque la maquina empieza en el estado A leyendo el pri-mer simbolo a la izquierda que no sea un cero. Puestoque necesariamente este simbolo es un 1, el programaordena a la maquina que rescriba ellen el cuadrado,que se mueva un cuadrado a la derecha y que se quedeen el estado A.Yaque la maquina esta todavia en el esta-do A y el simbolo leido en este momento es el 0, el pro-grama indica que deberia escribir un 1,moverse ala de-recha y entrar en el estado B. £1 siguiente simbolo leidoes un 1, de modo que la maquina rescribe un 1, se mue-

"Las inscripciones de la tabla se interpretan de la siguiente manera: si lat'abeza detectora se encuentra en el estado A y lee el simbolo 1 en la cinta,entonces el programa dice que en esta situaci6n la acci6n de la cabeza de-tectora es (l,R,A). Esta es la estenografia de la maquina de Turing paradecir a la cabeza que "sustituya el simbolo del cuadrado actual por un 1, seIllueva un cuadrado ala derecha ([R]ight) Yentre en el estado A".Las de-mas instrucciones del program a se interpretan de manera similar.

• En el caso de la L que aparece en la tabla, el programa orden a a la cabezadetectora que se mueva un cuadrado a la izquierda ([L]eft en ingles).(N. dela T.)

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ve un cuadro a la derecha y sigue en el estado B. Des-pues de llevar a cabo el resto de los pasos del programa,la cabeza detectora finalmente se para teniendo la cintala misma apariencia que la cinta de entrada -salvo quese ha eliminado el 0 que separa las secuencias de Is querepresentan a los numeros 1y 2-. De modo que, talcomo yo afirmaba, la cinta tiene ahora tres Is en fila,que es el resultado de sumar los dos numeros que habiaen la cinta al principio. Y,par supuesto, pueden ustedesver que los numeros 1y 2 no tienen nada de especial.Este mismo programa se podria utilizar para sumar dosnumeros cualesquiera. "Schrodinger interrumpi6 de nuevo, quejandose de

que "Esta computadora parece que esta bien para su-mar numeros pequenos como 1y 2. Pero no parece quesea muy prometedora como mecanismo practico pararealizar unos ci1culos mas amplios como los que se ha-cen en fisica. Par ejemplo, da la impresi6n de que parasumar 1.234.567.890 y 9.876.543.210,0 ca1cular la raizcuadrada de 1C, se tardaria mucho tiempo haciendolo deesa manera. Simplemente expresar estos numeros en sucinta de entrada exigiria acaso una cinta de una longitudde varios cientos de metros.""Todo depende de 10 que usted entienda por practi-

co," replic6 Turing. "Si tiene que hacer las operacionesa mano, como 10 hice yo para mostrarles c6mo se suma1y 2, entonces es una tarea muy lenta y estare de acuer-do en que no parece muy prictico. Pero si puede dispo-ner que un mecanismo electromecanico haga cosascomomover la cabeza detectora de la cinta y llevar a cabo lospasos del program a a una velocidad mucho mayor de laque es capaz cualquier ser humano, entonces se abren

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nuevas posibilidades para que estas maquinas realicencalculos que ningun hombre podria hacer jamas."Turing hizo aqui una pausa momentanea pensando

en su antiguo companero de colegio David Champer-nowne, quien una vez plante6 el mismo tipo de cuesti6nque Schrodinger acerca de hacer calculos con numerosgrandes. Champernowne habia inventado incluso el nu-mero especifico 1.234.567.891.011.121.314 ... que se for-maba escribiendo losnumeros enteros positivosen orden,como una especie de caso de prueba de 10 que se podiacalcular en la maquina de Turing. Turing sonri6 para susadentros cuando pens6 en c6mo habian designado a estenumero 'El Campe6n Sin Precedentes' en honor deChampernowne *. Su atenci6n volvi6 al presente cuandoSnow pregunt6: "~Estoes a 10 que se referia usted antescuando decia que un aparato de apariencia rudimentariacomo este es capaz de hacer cualquier tipo de calculo quepueda imaginarse?" "Exactamente. Mi articulo de 1936mostraba que, si bien es po sible que una computadorade estas caracteristicas tenga que dar muchos pasos 0 ne-cesite una cinta muy larga para llevar a cabo la clase decalculos a los que se refiere Schrodinger, absolutamentetodo 10 que se pueda imaginar que resulte de seguir unconjunto de reglas -incluidos todos los calculos nume-ricos posibles-lo puede calcular del mismo modo pasoi:\ paso este tipo de maquina. Las unicas condiciones sontener el tiempo suficiente para pasar por todas las eta-pas del calculo y tener una cinta 10bastante larga para al-

• Turing y su amigo designaron a ese numero "The All-time Champ".Champ significa campe6n y es tambien una abreviatura de Champernow-ne. (N. de la T.)

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macenar todos los resultados intermedios. En rigor, micomputadara teorica debe tener a su disposicion unacantidad infinita de cuadrados, 0 'apartados de correos',en la cinta.""jAb!" espeto Haldane. "Pensaba que tenia que haber

una trampa en alguna parte. 2Cuando fue la ultima vezque vieron ustedes una oficina de carreos infinita? Da laimpresion de ser un mundo fantastico, como los que in-ventan los matematicos y par 10 que son famosos. 2Quetiene esto que ver con los calculos reales como los queSchrodinger acaba de mencionar?"Turing explico, "Loque la maquina necesita realmen-

te es la capacidad de sumar tantos cuadrados de cintacomo exigiria almacenar los resultados intermedios deun calculo determinado. De modo que para cualquiercalculo que se detenga despues de un numero finito depasos, la maquina no requiere, despues de todo, una cin-ta infinita, sino solo una finita."Snow capto rapidamente este punto y planteola cues-

tion: "2Sepuede saber de antemano cuanta cinta se ne-cesita para un calculo determinado?""No, no se puede," contesto Turing un poco ala de-

fensiva. "En general, antes de empezar un calculo no hayforma de saber cuanta cinta se va a necesitar 0 cuantospasos Ie llevara acabar. Simplemente hay que estar pre-parado para alargar la cinta a medida que se desarrollael calculo."A continuacion sugirio que "Si se dan un program a

determinado y los datos de entrada que este va a manejar,seria en verdad muy util saber antes de empezar el calcu-10 cuantos cuadrados de cinta seran necesarios para com-pletarlo. En el mejor de los casos, uno quisiera tener una

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especie de 'metaprograma' que aceptara el programaoriginal y los datos de entrada como sus datos de entra-da, y averiguara despues cuanto tiempo y cuanto espaciode la cinta de almacenamiento necesitara el program aoriginal para completar su tarea. A resultas del trabajode Codel, ya en 1935 sospeche la existencia de alguntipo de metaprograma que resolviera este problema de in-decision. y, en el mismo articulo en el que presente micomputadora hipotetica, establed el hecho de que esverdaderamente imposible encontrar un procedimien-to 'universal' de ese tipo para determinar cuantos cua-drados de cinta requiere un cakulo concreto.""Asique," observo Schrodinger, "estos resultados de

Godel muestran que existe un problema que no sepuede resolver siguiendo los pasos de un programa.Los resultados suyos, por otra parte, dicen que para unproblema dado, no hay modo de saber si tiene 0 no so-lucion."Turing inclinola cabeza en selial de afirmacion - yad-

miracion - pues nunca antes habia pensado de esa ma-nera en la relacion de su propio trabajo con el de Codel."Pero este resultado no significa que no se pueda en-

contrar un procedimiento de decision tal para algunosprogramas y algunos datos de entrada, ~no?" continuoSchrodinger. "Par ejemplo, un programa cuya tarea con-sista en leer la cinta de entrada y detenerse cuando lle-gue al primer 1 seguro que tiene ese procedimiento, yaque en ese caso existe la regIa de decision simple: si losdatos de entrada contienen siquiera un solo 1, entoncesel programa se detendra despues de un numero finitode pasos, el numero exacto determinado por 10 lejos quefie encuentre el primer 1del cuadrado de partida; de otro

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modo, el programa se ejecutara sin cesar. De modo quetodo 10 que hay que hacer es mirar la cinta de entrada yver sihay un 1 en eHa.Si10 hay, el programa se detendra;de 10 contrario, no 10 hara."Por supuesto," respondi6 Turing. "La dificultad es-

triba en dar con una soluci6n unica para el problema deindecisi6n que opera en todos los casos -para todo pro-grama y conjunto de datos posibles-. Yla mayoria delos programas son mucho mas complicados que el suyo,cuyo criterio para detenerse depende normalmente decantidades que se producen en el curso del calculo. Estasreglas de detenci6n pueden ser: si aparece tal 0 cual can-tidad, parate; de 10 contrario, sigue calculando. Pero engeneral no podemos decir que clase de cantidades apa-receran hasta que no hagamos el calculo.""Toda esta charla sobre maquinaria calculadora, cin-

tas infinitas, criterios de detenci6n y demas, no tienetodavia mucha utilidad para mi," refunfuii6 Haldane."Simplemente me esta haciendo pasar hambre. Estoydeacuerdo con Schrodinger en que la computadora de pa-pel de Turing deberia poder calcular te6ricamente cual-quier cosa que se pueda calcular siguiendo una serie dereglas, 0 un 'programa'. Pero 10 que quisiera saber espara que sirve esa maquina 2Sepuede convertir esta teo-ria del calculo en un aparato real para realizar los calcu-los reales que entraiian cosas como construir puentes 0manejar trenes?""Los calculos practicos para construir puentes son fa-

ciles,"dijoWittgenstein, animandose finalmente a entraren la conversaci6n. "Talvez Turing sera capaz un dia deconstruir una computadora mecanica que regocije el co-raz6n de un fisicoe ilumine los dias de un ingeniero. Pero

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como nos ha recordado Snow, estamos aqui para discu-tir un tema mucho mas profundo, el problema de si unade estas maquinas puede pensarrealmente como un serhumano. Yno alcanzo a ver en absoluto la relacion en-tre escribir y borrar un monton de Osy Is en una largacinta con pensar. 2Como puede alguien creer por unsolo momento que este tipo de maquina de escribir sim-bolos tenga algun parecido con los procesos del pensa-mien to que tienen lugar en el cerebro humano? Los ce-rebros no son maquinas y seria un error absoluto creerque 10 son."Turing se disculpo por disentir. "En primer lugar, de-

jenme explicar la constitucion fisica del cerebra. Creoque entonces veran de que modo su estructura esta re-presentada fielmente en la estructura de la computado-ra. Quiza despues podamos discutir mas fructiferamentecomo podria un aparato de este tipo ser capaz de pensarverdaderamen te."Turing tomo alien to y se detuvo un momento recor-

dando sus much as lecturas y conversaciones sobre neu-rofisiologia y procesos biologicos. Finalmente, ofrecioal grupo un relato muy conciso y simplificado de comofunciona el cerebro."Elcerebro humano se compone de un gran numera

de elementos llamados neuranas, diez mil millones se-gun las estimaciones de algunos. Estas neuranas estanconectadas entre si a traves de un entramado sumamen-te denso de 'cables' llamados axones y dendritas.""Algoasi como una red gigantesca de distribucion te-

lefonica, 2no, Turing?" pregunto Haldane."Estaes una buena imagen a tener presente", convino

Turing. Luego continuo. "Sepuede pensar que la neuro-

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na es un tipo especialmente primitivo de interruptorque en todo momento s6lo puede estar 'ON' u 'OFF' *.Que el caso sea uno u otro esta determinado por las se-nales que recibe la neurona de las demas neuronas alasque esta conectada.""Demodo que es un poco como disparar una pistola,"

interrumpi6 Haldane. "Ejerces una presi6n sobre el gati-110y cuando aque11asupera la resistencia del mue11e, lapistola se dispara. La (mica diferencia es que cada neuro-na puede estar recibiendo muchas senales, senales queconstituyen la informacion de salida de otras neuronas.Pero aun cuando pueda haber muchas informaciones deentrada, una neuron a en particular solo envia una unicainformacion de salida a otra neurona. Algunos de los ca-nales de informaci6n de entrada de las neuronas son ex-citadores, que es como aplicar mas presion sobre el gatillo;otros soninhibidores, de modo que las senales que 11eganala neurona a 10largo de estas rutas se sustraen de la infor-maci6n de entrada total de la neurona, como si disminu-yera la presi6n sobre el gatillo. Si la suma de todas estasinformaciones de entrada positivas y negativas supera unnivel minimo determinado, la neurona dispara un impul-so a su canal de informaci6n de salida; de 10contrario, semantiene OFF.""~Puedo continuar?" dijo Turing con cierta aspereza.

"La mayoria de los neurofisi6logos y psic6logos creenque los patrones que crean estos disparos neuronales enel cerebro constituyen una parte importante de la base de

* He creido conveniente mantener ambos vocablos, ON (encendido, ex-dtado) y OFF (apagado, inhibido), en su versi6n inglesa debido a su acep-tad6n general, sobre todo en el ambito de la electr6nica. (N. de la T.)

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los procesos del pensamiento humano y,por ella, de laconducta humana."Como Turing hiciera una pausa, Schrodinger intervi-

no en la pelea. "Estoyempezando a comprender ahoracomo se podria hacer una analogia entre una compu-tadora yun cerebro. Ambos suponen el almacenamien-to de una gran cantidad de datos elementales, un 0 0 un1 sobre un cuadrado de la cinta de la computadora yun estado ON u OFF en una neurona. Ademas, tanto lacomputadora como el cerebro transforman estos datosen patrones. ~Esesta la analogia basica que esta ustedpersiguiendo, Turing?""Exactamente. El cerebro almacena sus datos en for-

ma de patrones que crean los disparos de sus neuronas.Cada uno de esos patrones es un listado de que neuro-nas estan ON y cuales estan OFF en un momenta deter-minado. Estos patrones estan asociados a 10 que llama-mos 'pensamientos' de una forma que en realidad nadiecomprende todavia. Por otra parte, la computadora al-macena sus datos en los 'apartados de correos' de losque hable hace unos momentos. Este patron es tambien,sencillamente, una secuencia de Osy Is 0, 10 que es 10mismo, de ONs y OFFs.Yen ambos casos hay un modode modificar 10 que hay almacenado en un emplaza-miento de memoria particular, bien haciendo que lasdiferentes neuronas disparen en el cerebro 0 bien eje-cutando una instruccion del programa de la maquina.Lo que me lleva a creer que efectivamente podemosconstruir una maquina inteligente es la sorprendentesimilitud entre las actividades funcionales de almace-namiento y cambios de patrones en las neuronas delcerebro y las mismas actividades en el funcionamiento

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de la computadora. El unico obstaculo parece ser tecno-l6gico, no l6gico."Entonces Snow ariadi6: "No obstante, el elemento cla-

ve aqui es 10que hacen estos componentes cerebrales, node 10que estan hechos. Yesto significa que tenemos queobservar 10que sucede en la corteza del cerebro, que esdonde aparentemente tienen lugar los procesos cogniti-vos superiores del hombre.""Asies," seria16Haldane, y explic6 que "la corteza es

una capa de pliegues sucesivos que forman la parte ex-terna del cerebro. Esta regi6n, en los hombres, a menu-do se denomina neocortex, que es la parte mas reciente delcerebro desde el pun to de vista evolutivo. Pero aun masimportante, es la parte del cerebro donde tienen lugarel pensamiento y el razonamiento. La corteza se puededividir en muchisimas areas tanto estructurales comofuncionales. Pero todas las partes estan constituidas porlos mismos componentes basicos y estan unidas de for-ma similar, de modo que las diversas funciones asocia-das alas distintas partes de la corteza se deben probable-mente alas distintas seriales sensoriales que les llegan,no a una diferencia de estructura."Turing describi6 despues algunos resultados inn ova-

dores obtenidos unos arios antes y que aportaron la basete6rica para su analogia cerebro-maquina. "En 1943,"dijo, "Warren McCulloch, un neurofisi6logo de la Uni-versidad de Illinois, yWalter Pitts, un estudiante de ma-tematicas de la Universidad de Chicago, publicaron unarticulo maravilloso acerca de c6mo se podria reprodu-cir el funcionamiento de un grupo de neuronas conec-tado a otras neuron as empleando elementos puramentel6gicos. El modelo considera que una neurona se activa

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y luego dispara a otra neurona de la misma manera queuna proposici6n en una secuencia l6gica puede ence-rrar la verdad 0 falsedad de otra proposici6n. Ademas,podemos representar la analogia entre las neuronas yla l6gica en terminos de ingenieria como senales quepasan -0 no logran pasar- a traves de un circuito elec-trico. S6lo hay un pequeno paso, al menos en principio,desde la estructura l6gica abstracta desarrollada porMcCulloch y Pitts hasta su aplicaci6n a los elementosfisicos de una computadora e1ectr6nica."Wittgenstein no pudo contenerse mas. Tirando su

servilleta, se inc1in6 sobre la mesa para impugnar lasafirmaciones de Turing. "jNo ira a decir que el patr6nde datos almacenados en esos diversos apartados decorreos de la maquina 0 en el modelo ON/OFF de lasneuronas del cerebro puede ser interpretado comopensamientos! Suponga que huele usted a pan recienhorneado 0 que tiene la imagen del rostro de su abue-la en la mente. Si abro ahora su craneo y observo todasesas neuronas de su cerebro en ON yOFF, seguramen-te no podre decir: 'Ah, aqui esta el patr6n A, asi queTuring debe estar pensando en una rebanada de panreciente. Yaqui llega ahora el patr6n B, de modo queTuring ha cambiado de idea y ahora esta pensando enhacer una visita a su abuela.'"Deteniendose s6lo un momenta para recobrar el alien-

to,Wittgenstein prosigui6."No puedo observar los procesos mentales de los de-

mas. Ytampoco puedo observar los propios, en el senti-do literal de 'observar'. Asi que, ~d6nde estamos? En lastinieblas, eso es.Nos encontramos dentro de un conjun-to de confusiones que no se puede resolver mediante in-

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trospeccion 0 analisis conductual. Ni tampoco se puederesolver por medio de una teoria del pensamiento. La uni-ca solucion proviene de una investigacion conceptual,un analisis de como utilizamos palabras como 'inten-cion', 'voluntad' y 'esperanza'. Estas palabras obtienensu significado de una forma de vida, de un juego linguis-tico, muy diferente al de describir y explicar los fenome-nos fisicos corrientes de la vida cotidiana.""Y,"continuo, "10 mismo debe suceder con una com-

putadora. Si quito la cubierta de la maquina y observocada uno de los cuadrados de la cinta, el patron de da-tos que forman los simbolos escritos en estos cuadradosseguramente no me dice en que esta pensando la maqui-na. En realidad, no comprendo en absoluto como puedeusted decir que eso es 'pensar'. Es necesario un hombresituado fuera de la maquina para interpretar que estospatrones se refieren a algo."Schrodinger interrumpio esta diatriba y pregunto,

"~Niega usted que haya leyes del pensamiento que po-damos descubrir para explicar el acto de pensar, delmismo modo que usamos la ley de la gravedad 0 las le-yes de la quimica para explicar los fenomenos fisicos?""Digo que toda la concepcion moderna del mundo

se basa en la ilusion de que las llamadas 'leyes de la na-turaleza' expliquen los fenomenos naturales," replicoWittgenstein.Snow intervino para cortar la discusion, al men os por

el momento. "Si esta usted insinuando, Wittgenstein,que no solo el pensamiento humano traspasa la obser-vancia de reglas, sino tambien todos los demas procesosnaturales, eso va a exigir su propia explicacion. Pero veoque Simmons esta listo para servir el pescado, as!que su-

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giero que, mientras el cumple con su deber, hagamosuna pequeiia pausa y llenemos nuestras copas con unpoco de este Montrachet que tiene tan buen aspecto."

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MENTES YMAQUINAS

Simmons se movia en torno a la mesa sirviendo a cadauno de los invitados un lenguado meuniere ligeramentedorado y baiiado en mantequilla. Mientras tanto, Snowreflexionaba sobre el problema planteado par Wittgen-stein. Se preguntaba ~como es que un conjunto de Is yOssobre una cinta 0, si vamos a eso, un patron de ONs yOFFs en las neuron as de un cerebro puede originar pen-samientos? ~Como es posible que un conjunto de sim-bolos mas 0menos arbitrarios escritos en una cinta-oalmacenados en un cerebro- puedan llegar a significaralgo tan dispar como el sonido de la campana de unaiglesia, el destello de un relampago 0 incluso este mismoproblema que me preocupa y que entraiia la relacionentre los simbolos y el pensamiento? Seguramente pen-sar es algo mas que transformar una hilera de Osy Is enotra hilera por el estilo -par muy rapidamente que seproduzca la transformacion 0 par much as de estas hile-ras que se puedan transformar de una vez-. En reali-dad, Turing no puede hablar en serio, ~verdad?, cuandodice que una maquina que no hace mas que mezclar sim-bolos es capaz de reproducir los procesos racionales de lamente humana.

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Expresando en voz alta sus preocupaciones, Snow sevolvio hacia Turing y dijo: "Creo que puedo hablar porboca de muchos de nosotros al decir que me parece lite-ralmente increible pensar que una maquina que solo pue-de desplazar as y Is de un lugar a otro de una cinta seacapaz de pensar como un hombre. Tal vez lograriamoscaptar mas facilmente la esencia de su razonamiento siexplicara usted exactamente como cree que estas hile-ras de simbolos en su maquina llegan a tener de verdadalgun significado.Haldane levanto un momenta la vista de las delicias

de su plato y apoyo la peticion de Snow. "Ami tambienme inquieta la idea de que las manipulaciones pura-mente sintacticas de las hileras de simbolos de una cin-ta de computadora puedan originar alguna vez objetosexquisitos y cargados de semantica como este excelentetrozo de lenguado. Digame, Turing, ~en que lugar de sucinta deberia mirar para encontrar esta deliciosa porcionde pescado, eh?" pregunto mientras mostraba un bo-cado de pescado en su tenedor. "Respondame a esto, siquiere, y admitire la capacidad de su maquina para te-ner pensamientos como los mios."Turing comprendiolas dificultades que afrontaba al

intentar explicar como se transformaba por arte de ma-gia la sintaxis en semantica; durante un momenta f~olamirada en la lluvia, que ahora golpeaba con mas fuerzaque nunca contra los cristales de las ventanas, y se agitoen su silla un poco desconcertado tanto por la confusionde Snow como por la intensidad de la pregunta de Hal-dane. ~Como se puede explicarcientificamente un instin-to visceral 0 una conviccion firme? se pregunto a si mis-mo. ~Que clase de argumentos logicos puedo dar a un

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materialista hostil como Haldane, 0 Schrodinger, paraconvencerles de que la inteligencia es simplemente cues-tion de seguir el tipo adecuado de reglas? Diga 10 quediga, seguro que Wittgenstein argumentara en mi contrahasta su ultimo aliento. 2Por que acepte venir esta nochea esta reunion? La situacion es verdaderamente desespe-rada. Pero ahora estoy metido hasta el cuello, asi que su-pongo que no hay mas remedio que echarse al rue do yesperar 10mejor.Turing bebio un largo trago de agua y se aclaro la gar-

ganta; luego se lanzo a explicar como podrian los simbo-losde una cinta dar lugar a un pensamiento autentico. Enprimer lugar, les conto como una hilera de Osy Is en la cin-ta de una computadora puede codificar cualquier tipo deidea, objeto 0 accion que pueda expresarse en lenguaje."Hablemos un instante sobre el trozo de lenguado de

Haldane," empezo. "Supongan que quiero representar lapalabra LENGUADO sobre la cinta de mi maquina. Unaforma sencilla de hacerlo es establecer un esquema en elque cada simbolo del alfabeto latino tiene su propia yunica hilera de Osy Is. Hay muchas maneras de hacereste tipo de codigo, pero permitanme mostrarles una deellas. Cojan un bloque de ocho cuadrados de una cinta;cada uno puede contener un 0 0 un 1, por 10 que ese gru-po de ocho cuadrados puede exhibir un total de 2 x 2 x 2x ... x 2 = 28 = 256 patrones distintos de Osy Is. Asi pues, acada uno de estos patrones Ie puedo asociar uno de los

~'j

f 256 simbolos, 10 que basta totalmente para acomodar to-das las letras y simbolos que se puedan encontrar en, di-

1 gamos, un gran diccionario de la lengua inglesa. PorIejemplo, supongan que decido representar la letra a mi-I nuscula por la hilera 00000001, mientras que asigno elI:~ 85i'l

'">i,

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patr6n 00000010 ala letra b, yasi sucesivamente. De estamanera, cada letra del alfabeto, los numeros del 0 a19, lossignos de puntuaci6n como? y !, Yotros simbolos orto-grcificostales como (y], pueden tener su propio c6digoespecial en forma de secuencia de ocho Osy Is. Entonces,utilizando este esquema, puedo representar la palabraLENGUADO en una cinta por medio de una serie deocho grupos de ocho cuadrados -un grupo por cadauna de las ocho letras de la palabra-. Y si se introduce lapuntuaci6n adecuada y otros simbolos de la escritura in-glesa, el mismo esquema me permitira codificar cual-quier idea que se pueda comunicar de forma escrita.""Todo esto esta perfectamente claro," dijo Schrodin-

ger. "Pero 10unico que hace es cambiar un grupo de sim-bolos por otros.""Cierto," admiti6 Turing. "Pero una vezque hemos co-

dificado de esta forma una situaci6n 0 un pensamientoconcreto, el programa de la m1quina puede transformarlas hileras en hileras nuevas. Y es posible descifrar estasnuevas hileras en enunciados en ingles, uno de los cualespodria expresar la textura y el sabor del trow de lengua-do que hay en el tenedor de Haldane 0 incluso los pensa-mientos que corren por su mente mientras contempla elplacer que obtendra cuando Ie hinque los dientes.""~Estiusted diciendo que las instrucciones del progra-

ma que cambian los simbolos de la cinta hacen 10mismoque el cerebro humano cuando hace que las neuronas es-ten ON u OFF en el proceso de pensar?" inquiri6 Snowenarcando las cejas en sellal de incredulidad."Basicamente, Sl. Desde luego, no sabemos todavia

cuales de esas instrucciones son las que utiliza el cerebroy ni siquiera como las almacena y las utiliza."

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"La transformacion meramente pasiva de simbolospor medio de una orden predefinida no es la idea que yotengo de 10 que es pensar," se entrometio Haldane. "Perotalvez si el programa es capaz de 'aprender' examinandolos resultados de sus acciones, y los modifica conforme aello, eso nos bastaria para caer en la tentacion de llamar-10 'inteligente'."Turing recuperola palabra y continuo su descripcion

de como creia el que operaba el cerebro para crear el pen-samiento. "Estoy convencido de que al cambiar los sim-bolos de una cinta por otros nuevos, una computadorarealiza exactamente el mismo tipo de procedimientoque el cerebro en el proceso de pensar cuando hace quelos diferentes patrones de neuronas disparen en distin-tos momentos y asi se originen 10 que llamamos 'pensa-mientos'.""Pura sofisteria," exclamo Wittgenstein. "~Donde en-

cuentra usted el significado de la palabra LENGUADO entodo este simbolismo? ~Como puede afirmar que una hi-lera de simbolos como los Osy Is agrupados segun un es-quema de codificacion completamente arbitrario pudiera'rf!/enrserealmente ala porcion de pescado que se encuen-tra en la punta del tenedor de Haldane? La designaciondel fragmento de proteina que llamamos 'filete de len-guado' solo puede llevarse a efecto dentro del contextode un lenguaje evolucionado, uno en el que ya existant't~glaspara distinguir objetos, utilizar nombres y realizaruperaciones. Los criterios para esto no se encuentran enli:l16gicade lasmaquinas, las cintas y los codigos, sino en lapnktica real de una comunidad lingiiistica. No se puedeinfundir este tipo de significado a una hilera inanimadade sfmbolos, simplemente inventando un conjunto de re-

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glas que dicen como transformar estas hileras en unasnuevas.""~Nosesti usted diciendo que el significado solo surge

del tipo de consenso social que nos permite comunicar-nos mutuamente por medio dellenguaje natural?" pre-gunto Snow con un tono de voz que denotaba sorpresa."Exacto. El significado solo puede proceder de la par-

ticipacion en un juego linguistico. Las maquinas com-putadoras nunca pueden serjugadores en el tipo de jue-go que estamos jugando ahora mismo. Turing esta muyequivocado al creer que 10 que la maquina podria 'pen-sar' que es un pedazo de lenguado tiene algiin parecidocon 10 que cualquiera de nosotros piensa sobre ese mis-mo trozo de pescado. Nosotros tenemos una concepcioncomun sobre este fragmento de pescado porque compar-timos una forma de vida. Ysi es que la maquina juega aalgunjuego linguistico, 10 que dudo seriamente, seguroque no es ninguno de los que juegan los seres humanos.A fin de cuentas, el significado reside en la practica so-cial, no en la logica."Como Wittgenstein se fuera animando yagitando cada

vez mas al expresar su argumento, Schrodinger se incli-no hacia su compatriota y Ie puso la mana en el brazo enun intento por calmarle un poco. "Espere un momento,Wittgenstein," dijo. "Turing puede tener algo que deciral respecto. Si bien el tipo de significado que concede-mos al exquisito trozo de lenguado de Haldane procedede la experiencia y la participacion humana en un esti-10 de vida compartido, no veo claro que, al menos enprincipio, este significado no pudiera estar codificadoen el circuito neuronal de nuestros cerebros de la mis-ma forma que, segun afirma Turing, puede codificarse

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en la cinta de una computadora. Sin embargo, 10 que nocomprendo en esta linea argumental es como entra enel proyecto de Turing el tipo de conducta inteligenteasociado al aprendizaje.""Si,"intervino Snow. "Como Turing acaba de descri-

birlo, no parece que su maquina pueda hacer otra cosaque mover los simbolos de un lado a otro de la cintaconforme a unas instrucciones predefinidas que consti-tuyen su programa. Pero esta no es en modo alguno laforma de comportarse que tienen los seres humanos.Siempre estamos dispuestos a cambiar de opinion, aadaptarnos a circunstancias nuevas, a dar respuestas in-coherentes en situaciones aparentemente identicas y,engeneral, a comportarnos de una forma extraiia e impre-decible. Si una computadora no puede hacer esto, en-tonces no veo como podria exhibir jamas algo parecidoa 10 que llamariamos inteligencia humana."Turing, que estaba de acuerdo con Snow y Schrodin-

ger, respondio: "Una maquina computadora solo seracapaz de exhibir inteligencia si puede modificar su pro-grama a la luz de una nueva informacion. De modo quecuando la maquina lee los nuevos patrones de datos deentrada presentes en su cinta, necesitara tener instruc-ciones para cambiar las reglas de ejecucion actuales 0, sise quiere, 'meta-instrucciones'. De esta forma, el progra-rnapodria aprender y adaptarse -como hacen los sereshumanos- a un entorno variable y a unas circunstanciasque eI 've' a traves de los datos de entrada en la cinta.""Peropara hacer esto habria que darle ala maquina los

rnismosdatos de entrada sensoriales que todos tenemosy dejarla 'crecer', por asidecirlo, en el mismo entorno quelos hombres, ~no?" pregunto Schrodinger en voz baja.

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Turing medito un momenta y luego contesto: "Deje-me volver a exponer someramente mis argumentos a fa-vor de la posibilidad logica de crear una maquina inteli-gente. Una razon importante que sustenta mi creenciaen la viabilidad de la idea es el hecho de que se pueda fa-bricar un mecanismo que imite casi cualquier parte pe-queiia de un hombre. Elmicrofono 10hace por el oido yla camara hace 10mismo por el ojo. Las cuestiones queestamos discutiendo aqui incumben principalmente alsistema nervioso. Y,desde luego, podriamos construirmodelos electricos bastante exactos que copien la es-tructura y la conducta de los nervios, aunque parece queno haya demasiado interes en hacerlo. Seria mas biencomo esforzarse en fabricar coches que marchen sobrepiernas en lugar de seguir utilizando las ruedas.""~Insinua usted que para construir una 'maquina in-

teligente' habria que tomar a un hombre en su totalidady tratar de sustituir cada una de sus partes por un meca-nismo?"cuestiono Haldane. "Seguramente seria una ta-rea monumental, yaun cuando la criatura se concluyeraseguiria sin tener contacto con la comida, el sexo, el de-porte ymuchas otras cosas de gran interes para los sereshumanos.""Aunque es probable que esta sea la forma 'segura'

de producir una maquina inteligente, en conjunto pare-ce demasiado lenta e impracticable," respondio Turing."En cambio, mi propuesta es tratar de ver 10 que se pue-de hacer con un 'cerebro' mas 0 menos incorporeo cuan-do se Ie provee, a 10 sumo, de los organos de la vista, elhabla y el oido. Claro esta que entonces nos enfrentamosal problema de encontrar ramas de pensamiento adecua-das para que la maquina pueda ejercer sus poderes so-

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bre ellas.A este respecto, pienso que los ambitos del aje-drez, la criptografia y las matematicas son buenos candi-datos porque requieren poco contacto con el mundoexterior.""Supongamos por un momento que pudiera usted dar

a su maquina estos datos de entrada sensoriales," dijoHaldane. "~Comopodria utilizarlos para cambiar suspro-gramas internos a fin de adquirir conocimientos en undominio tan limitado como lasmatematicas 0 el ajedrez?""Bueno," especulo Turing, "probablemente deberia-

mos empezar con una maquina que tuviera una capaci-dad muy pequeiia para llevar a cabo operaciones com-plicadas 0 para reaccionar de forma disciplinada alas6rdenes. Luego, aplicando una interferencia adecuadaque imite la educacion, deberiamos tener la esperanzade modificar la maquina hasta poder confiar en que pro-chtiera reacciones precisas a ciertos comandos.""~yque me dice de un dominio de discurso muy res-

tringido, como las matematicas,?" dijo Wittgenstein."cComo aprenderia matematicas una maquina?""En el caso de las matematicas, supondria informar a

lamaquina sobre series de objetos, como puntos y lineas,as! como sobre las operaciones logicas necesarias paraformar series nuevas. Pero en realidad no puedo ofrecer-Ie ahora un relato completo y detallado de como se haceexactamente, por la sencilla razon de que no 10 se -jto-c1avia!- Esta es la idea que impulsa nuestra investiga-d6n actual. Pero estoy absolutamente convencido deque no hay escollo logico 0 tecnologico que nos impi-cia llevar a cabo este plan. Lo que falta en este momentoes s6lo la voluntad -y, por supuesto, los recursos- pararealizarlo. "

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Haldane sefialo entonces que "Hace un momentanos hablaba usted del trabajo de McCulloch y Pitts queintenta reproducir los circuitos neuronales del cerebromediante formulas matematicas que, al menos en prin-cipio, se podrian construir a partir de componentes elec-tricos modern os como valvulas, reles y demas. Tal vez,para que la maquina tuviera la capacidad de aprendery adaptarse, se Ie podria facilitar un sistema para ajus-tar la fuerza de las conexiones entre las neuronas artifi-ciales de esa red de circuitos.""Eso es precisamente 10 que pienso," replico Turing.

"Dejenme mostrarles cual seria la apariencia de una deestas redes neuronales artificiales."Turing tomo de nuevo su bloc de notas y dibujo un dia-

grama que mostraba como debia ser la estructura del en-tramado de neuronas que imaginaron McCulloch y Pitts.

capa Ide entrada

capaoculta

cap ade salida

"Lo que digo es que si consideramos que el patronON/OFF de las neuronas de entrada es analogo a lossimbolos de entrada de la cinta de la maquina, y que elpatron de disparo de las neuronas de salida se corres-

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ponde con los slmbolos de salida de la cinta, las cone-xiones entre las neuronas transformarian el patron dela capa de entrada en un patron de la capa de salida.Esto quiere decir que estas conexiones realizan la mis-mlsima funcion que el programa de la maquina compu-tadora, de modo que los dos sistemas -una red neuro-nal y una maquina de Turing- son completamenteequivalentes. Lo que puede hacer una 10 puede hacerla otra.""~Significaesto que McCulloch y Pitts demostraron

que no existe diferencia entre una red de neuronasmatematicas como esta y la computadora abstracta quenos ha mostrado antes?" pregunto Snow."jS!!Eso es precisamente 10 que demostraron," res-

pondio Turing, que empezo a tartamudear en su entu-siasmo por describir este trabajo. "Tanto la red neuro-nal como la maquina realizan exactamente las mismasoperaciones; segun lajerga'matematica, son 'isomorfi-cas'. De modo que todo 10 que pueda hacer una de estasredes neuronales 10 puede hacer una de mis maquinascomputadoras, y viceversa. As!, por ejemplo, se puedeconsiderar que el estado mental de Haldane cuandoesta pensando en ese trozo de lenguado en su tenedorno es mas que una fase del program a de una computa-dora. Ypuesto que podemos construir tanto las redesneuronales como las maquinas computadoras utilizan-do dispositivos electronicos, podemos considerar queestos dispositivos proporcionan una teoria electrome-canica de los estados mentales. En cierto sentido, estosignifica que la biologla equivale a la electronica.""Ha estado usted mas bien callado, Schrodinger," ob-

servoSnow."Como fisico, ~quepiensa de la idea de cons-

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truir un cerebro artificial a partir de valvulas, cables ydemas?""Lo que me desconcierta en este momento", replico

Schrodinger, "essiTuring piensa que podemos construiruna maquina electronica que imite al cerebro humanoen alguna de sus funciones, 0 si dice que realmente esposible imitaro reproducirfielmente un cerebro humanode una forma electronica. Me pregunto, Turing, si po-dria usted aclararnos este pun to. ""Lo intentare. Desde el punto de vista de exhibir un

comportamiento inteligente como el humano, no veoque haya mucha diferencia. A no ser, desde luego, queusted piense que hay algo especial en la constitucionmaterial del cerebro humano que explique sus destre-zas cognitivas, y que este 'algo especial' no 10 puedacap tar un sistema de circuitos electronicos.""Bueno, no hay que ser adivinos para imaginar su opi-

nion sobre esto, Turing," dijo Snow sonriendo. "Pero~por que no nos 10 cuenta de todas formas?"

"Claro," contesto Turing. "Missentimientos son cla-ros y precisos en este asunto. Creo que no hay absoluta-mente nada de especial en la composicion material denuestros cerebros, al menos por 10 que respecta al pensa-miento.""Incluso podria decir que ese asunto no tiene im-

portancia, ~verdad?" bromeo Haldane *."Abuen seguro, esta es una forma de decirlo," respon-

dio Turing con una ligera sonrisa. "Lo que importa, sin

* En esta frase, el autor hace un juego de palabras con el vocablo 'matter'y el verbo 'to matter' que significan 'asunto' y 'tener importancia', res-pectivamente, entre otras cosas. De ahf la broma. (N. de la T.)

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embargo, es 10 que de verdad hacen los componentesdel cerebro -basicamente sus neuron as- y la forma enque estan conectadas mutuamente. Estos aspectos fun-cionales y estructurales del cerebro son los que Ie dan supoder cognitivo. Estoy convencido de que si construimosneuronas electronicas y las conectamos del mismo modoque 10 estan en el cerebro humano, este mecanismo elec-tr6nico incorporaria reglas para el pensamiento yla activi-dad del mismo tipo exacto que las presentes en el cerebrohumano. Esta maquina realizaria justamente las mismasfunciones que realiza el cerebro. La inteligencia de la ma-quina pro cede de la complejidad de todas y cada una delasreglas que constituyen el programa, no de sus fases in-dividuales que pueden ser muy elementales, tal como yavimos cuando sumabamos 1y2."Snow se dio cuenta de que con estas afirmaciones

mas bien atrevidas, Turing estaba identificando la figuraconstante del aprendizaje, el procesado de la informa-ci6n y la actividad cognitiva, defendidas por los psic6lo-gos conductistas, con el mecanismo de la computaci6n."Tal como yo 10 veo, al sustituir el concepto de una

red de reglas mecanicas por la red causal de conexionescstimulo-respuesta de los conductistas, usted afirma quela gramatica l6gica del proposito, la elecci6n y el apren-dizaje se pueden captar dentro del marco de un conjun-to de reglas mecanicas e incorporarse alas instruccionesde un programa de computadora," aiiadio Schr6dinger.Wittgenstein no pudo aguantar mas. Se levan to de la

mesa de un salto y empujando su silla hacia atras empezoa pasear de un lado a otro de la habitacion con la miradaperdida en un dominio mas aHadel tiempo y el espacioque solo el podia ver.Wittgenstein desafi6 a Turing.

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"~Enque circunstancias puedo decir que alguien estasiguiendo una regIa? Si se pulsan los botones '20', '25' y'x' de una calculadora y se obtiene el numero 500, estono significa que se haya calculado 20 x 25. La pregunta:'~C6mo se lleg6 ala respuesta correcta?' es una preguntasobre las reglas que se utilizaron. S6lo por alcanzar la res-puesta correcta no podemos decir que alguien -0 algo-esta calculando.""Pero Turing dice que eso es exactamente todo 10que

requiere; 10unico que cuenta es la conducta, no c6mo selleg6 a ella," sena16Schrodinger."Pero yo digo que si a nosotros nos parece que calcular

es la funci6n de una maquina," continu6 Wittgensteinfulminando a Schrodinger con la mirada por haber teni-do la osadia de interrumpirle, "lamaquina es el ser huma-no que realiza el calculo. S610porque una regIa se pue-da mecanizar no significa que la regIa sea 'mecanica'.Ninguna regIa se puede considerar como la descripci6nde un mecanismo. Las maquinas de Turing son simple-mente hombres que calculan. La cuesti6n de si una ma-quina puede pensar es simple y llanamente incontestableporque es l6gicamente absurda. Es como preguntar deque color es el 3."Luego, como un globo que se desinfla lentamente,

Wittgenstein pareci6 quedarse sin fuerzas. Con una ex-presi6n afligida ymas bien aturdida en su rostro, regres6a su silla, se desplom6 en ella y baj6 la mirada hacia lamesa; parecia haber perdido por completo el hilo de ladiscusi6n.C Entre tanto, Haldane se volvi6hacia Turing diciendo:"Elrazonamiento de Wittgenstein parece sugerir que pen-sar es mucho mas que seguir una serie de reglas. Me pre-

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gunto como diablos se podrfa determinar si uno de sus'cerebros electronicos' esta pensando de verdad 0 simple-mente produce resultados a partir de un conjunto de re-glasque Ie hacen parecer como siestuviera pensando igualque usted yyo. 2Existealguna prueba objetiva que pudie-ra utilizarse para diferenciar estas posibilidades?""2Como diablos decide uno si otro hombre esta pen-

sando?" respondio Turing quisquilloso. "Ninguno de no-sotros tiene acceso a la vida mental intima de otro. Lo(mico que podemos hacer es juzgar basandonos en laconducta de una persona. YoIe digo 0 Ie hago algo a us-ted, y usted reacciona de una cierta manera. Luego yoreacciono a su respuesta y asi sucesivamente. Despues deuna sucesion de tales interacciones, decido que es ustedun ser inteligente en lugar de una masa informe de ma-teria inanimada como esta jarra de agua 0 el cuchilloque hay sobre mi plato. Asi es como llegamos a conside-rar que otros hombres piensan como nosotros.""2Como comprobaria empiricamente esta clase de

'pensamiento'?" pregunto Snow."Yopropondrfa la siguiente prueba. En lahabitacion

de allado coloco una computadora programada parapensar como un ser humano yjunto a ella un ser huma-no autentico; mediante un teletipo conecto cada uno dedlos a una maquina de escribir situada en esta habita-cion. Entonces les pido que se sienten ala maquina deescribir y en tablen una conversacion por escrito con unoU otro a traves del teletipo - pero no les digo con quient~stanconversando, si con la maquina 0 el hombre.""~Quetipo de preguntas puedo hacer?" inquirio Snow."Puede hacer cualquier tipo de pregunta que desee,

cualquier tipo de manifestacion y, en general, conver-

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sar de aca para alla tal como hemos estado haciendoaqui esta noche."jAh!, pens6 Schrodinger, Turing esta estableciendo

un tipo de experimento gedanken * para ilustrar el con-cepto de pensamiento, 10 que Ie record6 su propio "ex-perimento mental", ahora famoso, que habia inventa-do para ilustrar algunos de los enigmas que rodeabanlasmediciones en teoria cuantica yen el que intervenianuna caja cerrada yun gato."Ahora supongan que les permito interactuar de este

modo con quien sea 0 10 que sea que se encuentre enla habitaci6n de al lado," prosigui6 Turing; "digamosque interactuan durante una hora y que realizamos esteexperimento muchas veces. Si al final de esta serie deexperimentos no fueran ustedes capaces de distinguirfidedignamente al hombre de la maquina, yo sosten-dria que 0 bien la maquina es inteligente 0 ustedes, loshumanos, no 10 son. De modo que si estan ustedes dis-puestos a aceptar que los humanos son inteligentes, en-tonces no comprendo por que no conceden losmismosderechos ala maquina. Despues de todo, este es el pro-cedimiento exacto por el que estoy decidiendo en estemismo momenta que ustedes son verdaderamente in-teligentes. Al observar sus reacciones a 10 que estoydiciendo y haciendo en diversas circunstancias, he lle-gado ala conclusi6n de que son ustedes un ser inteli-gente como yo.Y no porque tengan bigote 0 dos ojos 0cualquier otro motivo que pertenezca a su aparienciafisica. Unicamente porque actuan y reaccionan de cier-

* En aleman en el original. Experiencia de pensar 0 simular condicionado("como si" 0 "si"). (N. de la T.)

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ta manera es por 10que admito que son las reaccionesnormales de unos hombres inteligentes en tales cir-cunstancias. ""De modo que usted dice que esta especie de ,]uego

de Imitaci6n' es la clase de prueba objetiva correcta paradecidir si una maquina computadora es capaz de pensarcomo un hombre. ~Eseste su razonamiento?" pre gun-t6 Snow."Asies", contest6 Turing."AIenfocar su prueba de inteligencia sobre el compor-

tamiento externo de una maquina 0 una persona masque sobre 10que ocurre dentro del cerebro de esa maqui-na 0 esa persona, se ha colocado usted directamente en elcentro de la practica conductista en psicologia," sena16Schrodinger. Record6 que si bien los conductistas de losanos 20, gente comoJohn D.Watson, eran mas bien ambi-valentes en cuanto a sus teorias sobre el papel de los 'esta-dos mentales' internos como causas del pensamiento, ne-gaban rotundamente que alguna de estas caracteristicasinternas del cerebro pudiera contribuir a una teoria cien-tijica de la conducta 0 los procesos mentales humanos."Segun estos presuntos conductistas, s6lo las acciones

que se observan externamente pueden formar la base deuna teoria cientifica admisible de la conducta," anadi6Haldane. "Laprueba de inteligencia de Turing, pues, pa-rece ser simplemente una transferencia de este paradig-ma conductista del hombre ala maquina."AIigual que sucedi6 con los argumentos de los conduc-

tistas,la prueba de Turing sufri6 un ataque inmediato porparte de casi todos los presentes alrededor de la mesa.Haldane emprendi6 el asalto alJuego de Imitaci6n

sosteniendo que "AIparecer se tiende a aprender mas

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sobre la naturaleza de otro ser eombatiendole que obe-deeiendole. Pero los meeanismos no pueden sentir pla-cer, ni entusiasmarse con los halagos ni, en general, mos-trar cualquier tipo de reaccion emocional consciente. Demodo que me parece que la unica forma de estar segu-ros de que una maquina piensa es siendo realmente lamaquina.""Esa es una vision muy solipsista que haria imposible

la comunicacion de ideas," replico Turing. "Siestuvierausted en 10 cierto -cosa que no creo ni por un momen-to- miJuego de Imitacion no bastaria como prueba deinteligencia, yaque nunea podriamos estar seguros de quealguna persona mas este pensando sin serrealmente esaotra persona. Con todo, estoy perfectamente dispuestoa conceder que usted piensa yme figuro que usted tam-bien 10 estaria a admitir 10mismo sobre mt. De modo quesiento tener que decir que encuentro este razonamientomuy poco convincente. El solipsismo no es una respuestaparanada."Snow volvio ala lucha diciendo: "Quizas no, Turing.

Pero par 10 que usted ha dicho hasta ahora sobre el fun-cionamiento de lamaquina computadora, me parece amique esta solo puede hacer 10 que Ie ordenamos que haga.Tiene una serie determinada de instrucciones que cons-tituye su programa y sigue esas instrucciones al pie de laletra, paso a paso, hasta que se para. Asique no compren-do como diablos podria manifestar la maquina imprevi-sibilidad, libre albedrio, incoherencia 0 cualquiera delas muchas otras cosas que observamos en el comporta-miento humano cotidiano."Turing respondio inmediatamente: "Este es el mismo

tipo de reparo que expuso la hija de Lard Byron, Lady

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Lovelace, hace casi un siglo cuando trabajaba con Char-lesBabbage en su 'maquina analltica'. Yle dire 10mismoque probablemente Ie dijo Babbage a ella. No siempreesta claro que consecuencias tiene un hecho determi-nado; concretamente, no esta nada claro que cantidadesse computaran en el curso de un calculo que se realizasiguiendo un conjunto de reglas determinado. Incluso silas reglas son sencillas cuando se toman por separado, elpasar por una sucesi6n de muchos miles -0 miles de mi-llones- de etapas utilizando estas reglas puede originarfacilmente unas cantidades totalmente inesperadas. Unamaquina que aprende y que es capaz de modificar las ins-trucciones de su programa basandose en los nuevos da-tos de entrada que se presentan, es un ejemplo excelentede mecanismo que sigue unas reglas. De manera que si,la maquina puede muy bien hacer solamente 10que Ieordenemos que haga, pero ni siquiera podemos preverlas consecuencias de esas instrucciones."Llegado a este punto, Schrodinger seiia16: 'Wittgen-

stein ha dado ya algunas excelentes razones que apoyanla informalidad de la conducta humana. AIparecer es ab-

.. solutamente imposible proporcionar reglas de conducta¥ que abarquen cualquier eventualidad; en resumen, pare-f ce ser que la vida es mucho mas que seguir simplementeN un conjunto de reglas. Asi que no comprendo c6mo un~ tipo de maquina cualquiera -incluso una capaz de ma-,;,l dificar sus reglas- pueda reproducir lospatrones de con-i ducta humanos si algunos de esos patrones no estan re-G gidos por ninguna regIa en absoluto."t Turing se qued6 un poco perplejo ante tal objeci6n,1k:i; sobre todo viniendo de un cientifico de la talla de Schro-I

1:.. dinger, ya que pensaba que eso era equivalente a negarr

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la existencia de una estructura 0 patr6n en la conductahumana. Respondiendo a Schrodinger, dijo: "la (micaforma de descubrir leyes de conducta es buscandolas.Pero nunca podemos estar seguros de haber buscado conel ahinco 0 durante el tiempo suficientes. Talvez, las con-ductas que pensamos se haHan fuera del dominio de lasreglas estan en realidad determinadas por unas reglas uotras, y simplemente no hemos sido 10bastante listos 0diligentes en nuestra busqueda."Schrodinger eludi6 esta respuesta sacando a relucir

el trabajo de Codel sobre l6gica matematica que Turinghabia mencionado anteriormente'. "Pero usted mismonos dijo que Codel demostr6 que existen enunciados so-bre numeros que no se pueden probar 0 rebatir siguien-do una serie de reglas l6gicas. Aun asi, nosotros los hu-manos podemos ver que tales enunciados tienen queser necesariamente ciertos; simplemente no podemosdemostrarque 10sean. ~Significaesto que hay cosas que lamente humana puede conocer que una maquina nun-ca puede?""Los resultados de Codel constituyen mas bien una

pista falsa en este contexto," objet6 Turing. "El Teore-ma de incompletud de Codel supone que el sistema 16-gico que se utiliza para demostrar 0 rebatir enunciadossobre numeros es consistente y esta libre de errores. Estosignifica que no es posible demostrar y rebatir el mismoenunciado dentro de las reglas del sistema y que nuncacometemos un error l6gico cuando aplicamos las reglasdeductivas del sistema. Si faHaalguna de estas condicio-nes, tambien 10hacen las conclusiones de Codel. Perolos seres humanos cometenerrores y actuan de modo in-consistente. Yuna maquina que reproduce los patrones

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de conducta humanos tendria que hacer 10 mismo. Asique no veo como se aplican aqui los resultados de COde!."Haciendo una pausa en la discusion, que ahora se ha-

bia vuelto algo acalorada, Turing alargo el brazo paracoger lajarra de agua mientras los demas discutian lasafirmaciones ycontraafirmaciones que habian volado ra-pidas yfreneticas a traves de la mesa.Snow reavivo la conversacion intentando resumir la

situacion hasta ese momento: "Meparece que 10 esencialde los argumentos contrapuestos gira alrededor de si unsolo conjunto de reglas puede servir como unico genera-dor de conducta humana, concretamente conducta cog-nitiva. EI argumento de Turing se mueve en el supuestode que un conjunto de reglas, si es 10 bastante extenso 0si se Ie permite actuar a 10 largo de un numero suficien-te de etapas, puede llevar a una conducta que a un obser-vador externo Ie parezca logica, esponcinea, emocional,irracional y/0 creativa. EI contraargumento de Wittgen-stein es que ningun seguimiento de reglas, por muy largoo complicado que sea, puede nunca explicar la amplitudde la vida cognitiva humana. En el mejor de los casos,una maquina de estas que sigue un as reglas solo puedeimitar 0 simular una pequena parte de la experienciahumana. De modo que la unica forma de reproducirun humano es siendouno.""La idea de una maquina inteligente es demasiado

horrible de contemplar," exclamo Haldane alargandosu copa para que Snow Ie sirviera un poco mas de Mon-trachet. "Algunos de nuestros colegas de Cambridgeque se interesan mas por la teologia podrian decide queel pensamiento es una fun cion del alma inmortal delhombre. Las maquinas no tienen alma; por 10 tanto,

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las maquinas no pueden pensar - Damas!-~Que dicea esto, Turing?""2No tiene usted la sensaci6n de que esta linea argu-

mental encierra una grave limitaci6n ala omnipotenciadel Todopoderoso?" contrarrest6 Turing. "Parece quequiere usted creer que los humanos son, de una formasutil, superiores al resto de la creaci6n. Si eso es asi, ten-dremos, desde luego, que admitir todos este hecho yyoabandonare gustoso mi visi6n de una maquina que pue-da pensar como un hombre. Pero, que yo sepa, no existetal prueba de superioridad intrinseca de los humanos. Demanera que hasta que alguien presente un argumentoirrefutable para esto, me veo obligado a considerar estetipo de objeci6n como una opini6n demasiado fantasti-ca e ilusoria."Haldane se lanz6 entonces a 10 que a todos pareci6 una

especulaci6n medio en broma y sin ton ni son para recha-zar elJuego de Imitaci6n. "Suponga," dijo, "que su interpe-lador tenia un canal de comunicaci6n extrasensorial conquien sea 0 10 que sea que habia al otro lado de la panta-lla, de forma que podia distinguir a la maquina del hom-bre sin utilizar el teletipo. ~Noanularia esto su prueba?".''Vilgame Dios, hombre," exclam6 Wittgenstein, "esta

usted introduciendo algo aun mas especulativo que lamaquina cognitiva de Turing. Sivamos a dejar que la dis-cusi6n se eleve a la estratosfera mistica, ~por que no con-siderar que una inspiraci6n divina Ie dice al interpelador10 que hay al otro lado de la pantalla? Realmente ha idousted un poco demasiado lejos con esta idea de la per-cepci6n extrasensorial. "Sorprendentemente, Turing permaneci6 callado du-

rante un momenta 0 dos antes de responder a la obje-

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cion de la percepcion extrasensorial de Haldane. "De-beria pensar que una comunicacion extrasensorial deesta clase invalidaria ciertamente mi prueba de inteligen-cia. Todo 10 que puedo decir es que si usted admite lapercepcion extrasensorial, entonces podria pasar cual-quier cosa. En ese caso, elJuego de Imitacion dejariade ser una buena forma de decir si la maquina pensabacomo un hombre 0 no, ya que siempre se podria distin-guir al hombre de la maquina. Pero hasta que la existen-cia de estos tipos de comunicacion se establezcan cienti-ficamente, seguin~apoyando elJuego de Imitacion comola forma correcta de proceder."Durante este intercambio, Snow estuvo meditando si-

lenciosamente sobre el argumento anterior de Wittgen-stein acerca de la base social dellenguaje. De pronto, viocomo todo ello encajaba con la creencia que tenia haciamucho tiempo de que las palabras son siempre mas sen-cillas que la realidad que representan; porque si no, sen-tia que la discusion y la actuacion colectiva sedan impo-sibles.Asi que siWittgenstein esta en 10 cierto al decir quelas palabras surgen de alguna manera de la colectividadsocial, penso Snow, tendria sentido que esa.colectivi-dad acordara expresiones para la realidad bruta quefueran mas sencillas que la propia realidad. De 10 contra-rio, ellenguaje nunca podria servir como un tipo de ta-quigrafia para la comunicacion. Satisfecho por este ras-tro de conocimiento en la relacion entre ellenguaje y elmundo, la concentracion de Snow se vio interrumpidacuando Simmons aparecio en la puerta preguntando sipodda servir el plato principal."Parece que Simmons esta listo para servir. De mane-

ra que quizas este sea un buen momento para interrum-

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pir la discusion y disfrutar de una breve pausa antes delplato principal," sugirio Snow al grupo."Desde luego," respondio Schrodinger, "Turing nos

ha dado de nuevo algo en que pensar con este Juego deImitacion, ya que parece estar directamente relaciona-do con el problema que antes nos planteo Wittgensteiny que entrana la relacion entre el pensamiento y ellen-guaje. Tal vez podriamos aventurarnos un poquito masen profundidad en este asunto y su relacion con el pro-blema de la maquina inteligente. A mi modo de ver, almen os, si empleamos la prueba que sugiere Turing paradeterminar siuna maquina piensa verdaderamente 0 no,no veo como podemos evitar aceptar el papel del len-guaje en el pensamiento."Haldane aiiadio: "Ami entender, el Juego de Imita-

cion de Turing se basa exclusivamente en un intercam-'bio lingiiistico entre quien este 0 10 que este al otro ladode la pantalla y el interpelador humano. Indudablemen-te, esto parece indicar que cualquier tipo de maquina quepiense tendria que tener unas aptitudes lingiiisticas hu-manas como requisito minimo para ser considerada inte-ligente. Ademas, Wittgenstein nos dice que tales aptitu-des solo pueden surgir de un estilo de vida compartido,cosa que excluye alas maquinas, por 10 que parece queaqui hay una contradiccion directa con la idea de una ma-quina que piensa como un hombre. En cuanto a mi, megustaria que se discutiera mas este asunto para ver si po-demos encontrar alguna salida al dilema.

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SIGNIFICADO Y MAQUINAS

Mientras Simmons se apresuraba alrededor de la mesaquitando el servicio de plata y los tazones sucios y ponien-do cuchillos y tenedores limpios para el plato de carne,Wittgenstein se disculp6 para ir allavabo yTuring deam-bul6 distraido hasta el sal6n para contemplar brevemen-te por la ventana la tormenta que agonizaba. Con los dosadversarios temporalmente fuera de la mesa, Snow apro-vech6 la oportunidad para preguntarles a Haldane ySchrodinger que opinaban de los argumentos que se ha-bian expuesto hasta ese momento."Turing parece estar ofreciendo una visi6n del cere-

bro como si fuera algo parecido a una maquina procesa-dora de simbolos," dijo Snow, "en la cuallas hileras de Osy Is sobre una larga cinta llegan en cierto modo a signi-ficar cosas tan dispares como una taza de te 0 un viaje aChina. Asi que me gustaria ... ""Lo que me desconcierta," interrumpi6 Haldane es-

trepitosamente, "es que estos simbolos carecen literal-mente de sentido, Snow. Turing podria igualmente ha-ber utilizado puntos y cruces 0 estrellas y cuadrados, 0incluso colores como el negro y el blanco, como indica-dores en su cinta. 2C6mo diablos puede creer que la ma-

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quina comprendera de verdad que estos simbolos tie-nen un contenido? ~Como es posible que unas hilerasabstractas de simbolos tengan algun significado en y porsi mismas?"Como Wittgenstein y Turing regresaran al comedor,

Schrodinger puso el tema sobre la mesa para que 10exa-minaran. "Mientras ustedes estaban fu~ra nos hemosdevanado los sesos para resolver como llega esta compu-tadora, que solo parece capaz de reordenar los patronesde Osy Is de una cinta, a comprender 10que estos repre-sentan realmente. Es facil ver que 10sseres inteligentescomo nosotros, situados fuera de la maquina, podamosatribuir un significado a estos patrones. Pero ~comopue-de una maquina como la de Turing llegar interiormentea este tipo de comprension con solo mover los Osy Is deun lado a otro de su cinta? Esta es la cuestion que nosdesconcierta. "Antes de que Turing pudiera responder a este enig-

ma, Simmons volvi6 a entrar en la habitacion llevandouna pila de platos limpios; procedio a cortar unas gene-rosas lonchas de un rosbif grueso yjugoso, y las puso enlos platos acompaiiadas de patatas asadas y judias ver-des. Rompiendo la tregua impuesta por estas maniobrasculinarias, Wittgenstein empezo a atacar la idoneidadde la prueba de Turing para comprobar la inteligencia delamaquina."Turing nos ha dicho que 10unico que necesita su ma-

quina para ser considerada 'inteligente' es poder con-vencernos de que es humana dando respuestas que no sepuedan distinguir de las que esperariamos recibir de unsemejante. De modo que si no podemos distinguir contoda certeza las respuestas de una maquina de las de un

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hombre, entonces una de dos, 0 la maquina es inteligen-te 0 el hombre no. 2Esasi, Turing?""Si, ese es un resumen acertado de mi argumento en

favor delJuego de Imitacion como prueba de inteligen-cia," convino Turing."Bien, entonces" dijo Wittgenstein, "consideremos

un tipo dejuego diferente. De hecho, es uno que se sirveexactamente de la misma habitacion cerrada y del mismoesquema de comunicacion que esteJuego de Imitacion."Wittgenstein aparto su plato a un lado y esbozo el si-guiente marco hipotetico en tanto Snow hacia senas aSimmons para que llenara las copas de todos con un sa-broso Borgona, a su parecer el complemento perfectode lasjugosas lonchas de rosbif poco hecho que tenianen sus platos."Supongan que sentamos a Snow en la habitacion

cerrada de Turing," continuo Wittgenstein. "Dentro deesta habitacion se encuentra el teletipo junto con un granlibro que contiene dos column as de simbolosjeroglificos.Ahora traigamos a Schrodinger, un hombre que com-prende esosmisterios, y pidamosle que escriba expresio-nesjeroglificas sobre el teclado del teletipo. Tal vez aho-ra Schrodinger nos hara el favor de escribir una de esasexpresiones en el bloc de notas de Turing."Schrodinger apunto rapidamente la siguiente colec-

cion de simbolos jeroglificos:

Wittgenstein continuo: "AIver esta relacion en el tele-tipo, Snow abre ellibro y busca la hilera de simbolos de

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Schrodinger en la columna de la izquierda. Cuando en-cuentra esta hilera, teclea la hilera opuesta en la colum-na de la derecha. El conjunto de simbolos correspon-diente a esta expresi6n deberia ser:

Lo que tenemos aqui es un intercambio escrito entreSnow y Schrodinger del mismo tipo que el que Turingnos quiere hacer creer constituye la esencia de la inte-ligen cia y la base de suJuego de Imitaci6n. Despues devarios intercambios de este genero, Schrodinger tienemotivos para creer que 10 que hay al otro extrema del te-letipo no es otra cosa que un habil egipt6logo, puestoque reconoce inmediatamente que la respuesta desde elinterior de la habitaci6n cerrada es una respuestajero-glifica sensata a la expresi6n que habia tecleado desdenlera de la habitaci6n. Pero, en realidad, no hay ningunegipt6logo dentro de la habitaci6n. S6lo es Snowque te-clea furiosamente una serie de simbolos que no tienenningun sentido para el en respuesta a otra ristra de sim-bolos, igualmente sin sentido, que se Ie presenta en elteletipo."Haldane levant6 la vista de su plato y pregunt6 si 10

que Wittgenstein afirmaba era que las actividades deSnow dentro de la 'Habitaci6nJeroglifica' eran las mis-mas que realizaba la cabeza detectora de la maquinade Turing cuando se movia de un lado a otro leyendo,escribiendo y borrando simbolos de la cinta."Exactamente," replic6 Wittgenstein. "No hay absolu-

tamente ninguna diferencia entre 10 que hace Snowden-

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tro de la habitaci6n cuando lee los simbolos en el teletipo,consulta el diccionario y pasa la respuesta a la cinta, y 10que hace la maquina de Turing cuando lee un simboloen su cinta, consulta su program a y luego escribe un nue-vo simbolo."Entonces Snowpregunt6: "Demodo que el asunto en

cuesti6n es que si yo no comprendo 10que significan esossimbolos, la maquina de Turing tampoco puede enten-der los simbolos de su cinta. 2Noes eso?""Asies," contest6 Wittgenstein. "Ysi no hay compren-

si6n, tampoco puede haber pensamiento. Ni Snow ni lamaquina piensan porque ninguno de ellos es capaz decomprender 10que representan las hileras de simbolosque estan procesando. Asi que yo les pregunto, 2d6ndeesta la semantica, en la habitaci6n 0 en la maquina?""Dejenme ver si he entendido el quid de ese asunto

de la Habitaci6nJeroglifica," dijo Haldane. "Parece queWittgenstein establece dos puntos fundamentales. El pri-mero es que desde la perspectiva de Schrodinger comoobservador fuera de la habitaci6n, quien sea 0 10que seaque se encuentre dentro pasa la prueba de conducta in-teligente que especifica elJuego de Imitaci6n de Turingporque da respuestas sensatas alas preguntas que Ieplantean desde fuera, y esas respuestas no se puedendistinguir de las que esperariamos obtener de un egip-t610go humano inteligente. Pero el segundo pun to deWittgenstein es que desde la perspectiva de Snow situa-do dentro de la habitaci6n, no hay comprensi6n en ab-soluto; por eso no hay pensamiento, porque no existeninguna combinaci6n sintactica de simbolos que Ie per-mita a Snow saber 10 que realmente significa la hilerade simbolos."

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"No creo que usted ignore alegremente las enormesdificultades que tiene el 'simple' acto de buscar en el dic-cionario jerogllfico todos los diversos simbolos que se co-rresponden," dijo Snow."Claro que no," anadio Haldane. "Aun cuando se pu-

dieran eludir las restricciones fisicas de tamano que undiccionario como ese tendria que tener, la prueba de in-teligencia de Turing 'fuera-del-sistema' tiene un proble-ma anadido.""~Ycual podria ser?" inquirio Turing mas bien mal-

humorado."Bueno," continuo Haldane. "Suponga que ordena to-

das las conversaciones de, digamos, una hora de dura-cion, en una estructura arborea. Entonces, siguiendo estaestructura, la maquina podria interactuar con el interpe-lador de una manera indistinguible de la de un ser hu-mana inteligente. Con todo, la maquina estaria simple-mente abriendose paso, rama a rama, a traves de estearbol. Esto me sugiere que la maquina no tiene estadosmentales en absoluto.""Asique usted piensa que 10malo de esta estructura ar-

borea y, por 10 tanto, de la prueba de Turing, no es la con-ducta que genera sino la forma como 10 hace. ~Esasi?"pregunto Snow."Exacto," contesto Haldane. "En mi opinion, Hamar

inteligente a una conducta es afirmar como se produceesa conducta."Schrodinger armo entonces un gran revuelo cuando

manifesto: 'Volviendo al argumento en primera personade Wittgenstein en contra de que la maquina tenga esta-dos cognitivos, dejenme decir que encuentro que esta li-nea argumental es similar a afirmar que por arran carle

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las patas a una mosca la voya dejar sorda. Y2por que no?Despues de todo, ya no va a saltar mas cuando de unapalmada.""2Aque se refiere?" pregunt6 Snow."Bueno, al parecer el argumento de Wittgenstein tiene

una cierta validez aparente. Pero pienso que escarbandobajo la superficie encontraran que se apoya en fundamen-tos 16gicosmuy poco s61idos,"respondi6 Schrodinger.Antes de que Schrodinger pudiera continuar, Turing,

que habia permanecido en silencio durante estas deli-beraciones sobre su propuesta para identificar la inteli-gencia, solt6 su tenedor estrepitosamente, empuj6 su pla-to hacia un lado y se reincorpor6 ala discusi6n."La posici6n de Wittgenstein estaria mas clara para

mi siyo expresara sus razonamientos en terminos pura-mente axiomaticos." Alarg6 el brazo a traves de la mesapara coger su bloc de notas y procedi6 a trazar rapida-mente los tres supuestos principales de Wittgenstein yla conclusi6n 16gicaque se derivaba de ellos:

EIArgumento de la Habitacion Jeroglifica

Axiorna 1: Los programas son objetos puramen-te sintacticos.

Axiorna 2: Las mentes humanas tienen un con-tenido semantico.

Axiorna 3: La sintaxis no puede dar origen alasemantica.

Conclusion: Los programas no son necesarios nisuficientes para las mentes.

"Por muy seductor que parezca este argumento," pro-sigui6 Turing, "estoy de acuerdo con Schrodinger. Witt-

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genstein se las ha arreglado para colar en los axiomas al-gunos supuestos ocultos que arrojan serias dudas sobrela conclusi6n.""~Porejemplo?" ladr6 Wittgenstein, en su tono tfpica-

mente belicoso."En mi opini6n, su argumento atrae la atenci6n so-

bre el sistema equivocado, Wittgenstein. Usted habla deque Snow esti dentro de la Habitaci6nJeroglffica reci-biendo y enviando hileras de sfmbolos misteriosos en elteletipo. Luego sostiene que puesto que esta claro quesus estados mentales dentro de la habitaci6n no tienenuna comprensi6n de losjeroglfficos, entonces no hay entoda la situaci6n estados computacionales que esten li-gados semanticamente al intercambio de informaci6nentre Schrodinger fuera de la habitaci6n y Snow den-tro de ella.""Eso es 10 que yo afirmo, desde luego," replic6 Witt-

genstein blandiendo amenazadoramente su cuchillo ysu tenedor en direcci6n a Turing. "Toda esta situaci6nno tiene sentido.""Siento discrepar," arguy6 Turing. "Talesestados com-

putacionales existen; son los estados de la habitaci6n en-tera. No es suficiente con que dirija su argumento uni-camente a los estados del cerebro de Snow, ya que elconstituye s6lo una parte de la Habitaci6n Jeroglffica.Esto serfa como centrar la atenci6n solamente en la cabe-za detectora de una computadora ignorando por com-pleto la cinta. Pero siconsidera la propia habitaci6n comoun sistema completo, entonces este sistema posee estadoscon un contenido semantico."Wittgenstein fulmin6 a Turing con su mirada a traves

de la mesa ypregunt6 "~ycuales son esos estados?"

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"Permitame que se 10 explique".A continuaci6n, Turing dijo que al igual que la compu-

tadora constaba de la cabeza detectora, el program a y lacinta, la habitaci6n constaba del teletipo, el diccionario ySnow.De modo que en ambos casos habia que considerarlos estados del sistema completo y no simplemente los deuna parte.Haldane interrumpi6 esta explicaci6n y pregunt6 a

Turing: "Esta usted diciendo que el sistema que nos ocu-pa 10 constituye Snow mas ellibro mas el teletipo mas lapared que separa todo esto de Schrodinger. ~No es asi?""Puro disparate", objet6 Wittgenstein. "La paraferna-

lia fisica no tiene nada que ver con mi argumento. Esteno cambia 10mas minimo si eliminamos la habitaci6n ha-ciendo que Snow se aprenda de memoria el diccionariode respuestas jerogllficas a todos los datos de entrada quese Ie puedan presentar."Snow pens6 para si en c6mo podria hacer esto sin

aprender jeroglificos como por casualidad durante elproceso. Despues de todo, pens6, s6lo tengo un conjuntode sistemas motores y perceptivos. De modo que, al final,deberia hacer las asociaciones pertinentes entre los sim-bolos que me llegan a traves de mis 6rganos sensoriales ylos simbolos 'correctos' que devuelvo. Casi como si estu-viera leyendo estos razonamientos que tenian lugar en lamente de Snow,Wittgenstein respondi6 a esta objeci6n.''Ysi piensan ustedes que Snow se aprenderia losjero-

gllficos de un modo u otro mientras memoriza el diccio-nario, no 10 haria. Por ejemplo, podriamos imaginar quedesarrolla otro sistema cognitivo completamente distinto.Este sistema tiene el efecto de producir otra persona den-tro de su cuerpo, una persona inaccesible al Snow que te-

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nemos aqui sentado con nosotros a la mesa. Esto condu-ce a una multiplicidad de sistemasque comparten un uni-co cuerpo fisico - cada uno con su propia semantica."Durante este intercambio, Schrodinger limpiaba dis-

traidamente las gafas con su servilleta mientras pondera-ba la coherencia del experimento mental de Wittgensteiny trataba de separar las diversas hebras del argumentopar su consistencia logica. Le parecia que la cadena derazonamientos en su conjunto no era muy consistente-pero tampoco estaba del todo seguro de donde se en-contraba exactamente el fallo-. Asi que mientras los de-mas se ocupaban en discutir si la HabitacionJeroglificacomo entidad {mica entendia de verdad los jeroglificoso no, Schrodinger utilizo un argumento equivalente defisica con la esperanza de que aclarara la logica que sub-yace ala HabitacionJeroglifica."Supongan," dijo Schrodinger, "que en vez de consi-

derar una propiedad tan dificil de aprehender como elsignificado, observamos una propiedad fisica como la lu-minancia. Tratemos de reproducir los argumentos deWittgenstein en el contexto de la fisica de la luz y vea-mos a donde nos lleva."Tomando prestado el bloc de notas de Turing, con-

tinuo: "Consideremos la formulacion axiomatica de laHabitacion J eroglifica que hizo Turing y traslademosla a10 que podriamos llamar la Habitacion Luminosa. Lue-go concluimos con la cadena de razonamientos que heesbozado en esta hoja. No tendran dificultad para obser-var la carrespondencia entre este argumento y el emplea-do par Wittgenstein hace un momenta con su Habita-cion Jeroglifica. "

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EIArgumento de la Habitacion LuminosaAxioma 1:La electricidad y el magnetismo son

fuerzas.Axioma 2: La propiedad esencial de la luz es la

luminancia.Axioma 3: Las fuerzas no son, por simismas, ni

constitutivas de, ni suficientes para,la luz.

Conclusiones: La electricidad y el magnetismo noson ni constitutivos de, ni suficien-tes para, la luz.

"SiWittgenstein hubiera planteado este argumento enel siglopasado, poco despues de que Clerk Maxwellsugie-rese que las ondas luminosas y electromagneticas son unay la misma cosa, la Habitaci6n Luminosa podria haberservido muy bien como objeci6n aparentemente irrefuta-ble ala afirmaci6n de Maxwell.Pero se hubiera equivoca-do," concluy6 Schrodinger con cierta autoridad."Si,yaveo a 10 que se refiere," dijo Snowmientras em-

pezaba a comprender lentamente. "Siun hombre mue-ve un iman arriba y abajo en una habitaci6n oscura, lateoria de Maxwell afirma que esto crea un circulo propa-gador de ondas electromagneticas, de manera que la ha-bitaci6n se iluminaria. Pero pOIjugar con imanes todos'sabemos' que si agitamos uno delante de nosotros no seproduce luminancia alguna. Asi que seria inconcebibleque se pudiera crear una luminancia real simplementemoviendo fuerzas magneticas de aca para alIa. Pero, enrealidad, esto es exactamente 10 que ocurre."De modo que ahi estaba la esencia del experimento

mental de Schrodinger. ~C6mo habria respondido Max-

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well a este desaflo a su teoria de que el electromagne-tismo y la luz son exactamente el mismo fenomeno?Turing se lanzo inmediatamente a defender la teoria

de Maxwell afirmando que "Una forma en que Maxwellpodria contrarrestar el argumento de Schrodinger seriainsistir en que el experimento de la Habitacion Lumino-sa no ilustra adecuadamente el fenomeno flsico de la lu-minancia porque la frecuencia de oscilacion del iman esdemasiado baja. En consecuencia, generaria un as ondasde energia cuyo ritmo oscilatorio es demasiado bajo paraque el sistema visual humano 10 perciba."Schrodinger se defendio de este ataque serralando

que "La rapidez con que se mueve el iman no tiene nadaque ver con todo esto. Segun la teoria de Maxwell, la ha-bitacion donde se encuentra el iman movil contiene todo10 esencial a la luz. De modo que usted no puede recha-zar la Habitacion Luminosa diciendo simplemente queel iman se mueve demasiado despacio.""Pero aqui se deberia tener en cuenta la biologia de

nuestro particular sistema nervioso," objeto Turing. "Porejemplo, Maxwell podria afirmar que la habitacion seilumina realmente, pero a una frecuencia de radiaciondemasiado baja y a un nivel de intensidad demasiado de-bil para que el sistema visual humano 10 pueda detectar.Desde luego, en la epoca de Maxwell-los arros 1860-una respuesta de este tipo hubiera provocado carcajadasy burlas ya que la habitacion esta oscura como boca delobo. Pero, por supuesto, hoy dia todos sabemos que Max-well estaba en 10 cierto. Yesto es 10 importante del argu-mento de la Habitacion Luminosa. Consideremos porun momenta 10 que en realidad nos dice este experimen-to mental.

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"En primer lugar," continu6 Turing, "a pesar de su ve-rosimilitud intuitiva, el Axioma 3 del argumento sobre laincapacidad de las fuerzas para crear luz es totalmentefalso; en segundo lugar, la Habitaci6n Luminosa no nos'dice absolutamente nada acerca de la naturaleza de laluz; y, finalmente, 10 que se necesita para resolver el pro-blema de si la habitaci6n se ilumina 0 no, es un progra-ma de investigaci6n que estudie en que condiciones elcomportamiento de las ondas electromagn,eticas crea lu-minancia. Asi que, aun cuando la Habitaci6nJerogllficade Wittgenstein parezca que es 'semanticamente oscu-ra', esta apariencia no puede justificar la afirmaci6n deque la manipulaci6n de los simbolos nunca puede origi-nar un 'significado real'."Despues de haber dado cuenta de una raci6n de car-

ne y patatas digna de un alabardero, Haldane se hallabaplet6rico de energia y estaba listo para volver a la discu-si6n. "Ami me parece," dijo, "que toda esta charla sobrereunir simbolos en hileras y si estas hileras significanalgo 0 no, pasa por alto el verdadero sentido del pensa-miento humano.""~Deque manera?" pregunt6 Snow."En mi opini6n, el pensamiento entraiia mucho mas

que el mero c6mputo de las funciones adecuadas. Pen-sar exige la capacidad de percibir el mundo a tu alrede-dor y desplazarte par el. El problema con la computado-ra de Turing es que no se mueve.""~Estausted diciendo que si colocamos la maquina de

Turing dentro de un 'hombre mecanico' que tenga unaparato sensorial artificial, una especie de 'robot' podriadecirse, tendriamos algo que piensa de un modo funda-mentalmente distinto al de un cerebro separado del cuer-

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po?" pregunto Schrodinger con un cierto grado de in-credulidad."Talvez,"replico Haldane. "Un robot se acercaria mu-

cho mas a mi idea de un objeto inteligente que una ma-quina que simplemente esta ahi quieta y piensa siguien-do una serie de reglas. "Turing se lanzo en apoyo de Haldane y dio un nuevo

giro a su argumento en favor de una maquina inteligente."Una razon positiva importante para creer en la posibili-dad de producir maquinas que piensan radica, como dijeantes, en el hecho de que es posible fabricar mecanismosque imiten cualquier parte pequeiia de un hombre.""Como usar un microfono para imitar un oido 0 una

camara para realizar la misma funcion que un ojo," dijoSnowrecordando lasanteriores comparaciones de Turing."Exactamente," replico Turing entusiasmandose con

su tema. "Por 10 que respecta al pensamiento, estamosinteresados principalmente en el sistema nervioso. Y noparece que exista un obstaculo especial para construirun simulacro electronico completo de todo el sistemanervioso. Asi que una forma de emprender la tarea deconstruir una maquina inteligente seria coger un hom-bre en su totalidad y tratar de sustituir todas sus partes,una por una, por mecanismos."

"Esta seria una labor enorme," seiialo Schrodingercon cierta sospecha. "Habria que incluir camaras de tele-vision, microfonos, altavoces, engranajes y todo tipo deservomecanismos para controlar estos artilugios, amende un 'cerebro' electronico que coordine todo ello."Wittgenstein lanzo una mirada algo ceiiuda a Turing

y pregunto, "~Estausted insinuando seriamente que sisoltamos un artefacto de estos en el campo, como el que

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deja al monstruo Frankenstein en libertad, seria capazde aprender cosas por si mismo yvolverse asi 'inteligen-te'? Permitame que vuelva a hacer hincapie en el puntocrucial de que una maquina tan literalmente increibleseguiria sin tener contacto con muchas cosas de interespara los seres humanos. Es absurdo imaginar que cual-qui era que sea el tipo de 'inteligencia' que alcanzara unartefacto mecanico de estos, fuera de algun modo simi-lar a la que posee un hombre.""Admitire este punto," dijo Turing. "Propongo que

veamos 10 que puede hacerse con un 'cerebro' que maso menos carece de cuerpo pero que esta provisto, a 10sumo, de los organos de la vista, el habla y el oido. Porsupuesto, con tales limitaciones en la entrada de infor-macion sensorial debemos encontrar ram as adecuadasdel pensamiento para que la maquina pueda ejercer suspoderes en ellas. Lasmas apropiadas parecen ser losjue-gos como el ajedrez y las damas, al igual que otras tare asbasicamente linguisticas como la traduccion, la cripto-grafia y las matematicas. Antes discutiamos el trabajo deMcCulloch y Pitts sobre la creacion de redes neuronalesartificiales que reproducirian los sistemas de circuitos ce-rebrales por medio de componentes electronicos en vezde neuronas 'organicas'. Este es el tipo de cerebro elec-tronico en el que estoy pensando."Intentando restanar el flujo torrencial de conocimien-

tos de Turing sobre el pensamiento mecanico, Snow co-menzo a rellenar las copas de agua de cada uno mientrasse esforzaba en esclarecer las conexiones generales en-tre los organ os sensoriales y el pensamiento. "Sihe com-prendido bien el argumento de Haldane, 10 que dice esque para percibir algo como esta jarra de agua es nece-

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sario hacer algo mas que ejecutar simplemente una fun-ci6n; de algun modo se debe interaccionar con la jarra.Por ejemplo, el sistema visual-el cristalino, la retina, elnervio 6ptico, etc.- tiene que procesar la luz que se re-fleja de lajarra, el sistema motor debe manipularla parallenar las copas de agua y asi sucesivamente. Si una ma-quina puede hacer esto, entonces tendria que saber ne-cesariamente 10 que significan estas senales visuales. ~Esesta la idea clave de su razonamiento, Haldane?""Basicamente, eso es 10 esencial," replic6 Haldane."Bueno, discrepo totalmente," dijo Turing con una

nota de determinaci6n en su voz. "En primer lugar, noes cierto que una computadora este ahi sin hacer nada.Si asi fuera, no podriamos interaccionar con ella progra-mandola, introduciendo datos y obteniendo resultados.Asique no puede afirmar que las computadoras no pien-san y seguir manteniendo que la computaci6n mas la in-teracci6n es suficiente para pensar, puesto que ya tene-mos interacci6n con las computadoras."Entonces Schrodinger dijo: "Para poder justificar su

creencia de que un robot podia pensar pero no una ma-quina, Haldane deberia explicar por que estos tipos deinteracciones normales con la maquina no son los 'ade-cuados'. Ademas, tendria que mostrar cuales son los ti-pos de interacci6n adecuados. ""Yoopino 10mismo," replic6 Turing."Bien, Haldane, ~cuales son a su parecer los tipos de

interacciones adecuados?" pregunt6 Snow.Haldane respondi6: "Supongamos que los datos de

entrada sensoriales que recibe el ojo humano son proce-sados por el sistema visual como senales anal6gicas, no di-gitales. Asi, las senales se transmitirian al cerebro como

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numeros reales de precision infinita y no como numerosenteros de precision finita, que es 10 unico que puedeproducir un procesador digital como la maquina de Tu-ring. En ese caso, el cerebro saca un provecho esencialde 10 que vienen a ser cantidades no computables, can-tidades que nunca se podrian obtener en una maquinadigital siguiendo un conjunto de reglas.""2Insinua usted que la unica forma que tiene el siste-

ma visual de recuperar la informacion adecuada del me-dio ambiente es emplear un tipo de procesamiento deprecision infinita? Si es asi, dejeme recordarle la fisica deesta situacion" dijo Schrodinger con cierta autoridad."Incluso las supuestas senales analogicas del tipo que us-ted sugiere estan sometidas no solo al ruido de su entor-no, sino tambien a los errores de medicion que limitan laprecision con la que se pueden medir. De modo que no escierto que se puedan transmitir numeros reales de preci-sion infinita mediante tales aparatos. Esta usted hablandode una idealizacion matematica, una ficcion fisica... ""Dejando aparte un momenta esta restriccion fisica,

2sugiereusted que existe un componente crucial del pen-samiento que no es esencialmente computable por unamaquina como la de Turing?" inquirio Wittgenstein in-terrumpiendo la objecion de Schrodinger con una propia.Antes de que Haldane pudiera responder a estas pre-

guntas, Snow empezo freneticamente a dar golpecitosen su copa de agua para atraer la atencion de los comba-tientes de esta discusion cada vez mas especulativa yacalorada y que Ie parecia que estaba desviando el rum-bo hacia 10 esoterico. Sentia que habia Hegadoel momen-to de tratar de resumir las ideas y opiniones encontradasque habian estado zumbando de acapara aHadurante

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mas 0 menos la ultima media hora y traer las delibera-ciones de vuelta a la realidad."Dejenme ver si puedo reunir las afirmaciones y con-

traafirmaciones que han circulado por aqui esta noche.Turing empezo proponiendo su Juego de Imitacioncomo una forma de identificar la conducta inteligente-en los hombres y las maquinas-. Este es un tipo deprueba en tercera persona que cae de Heno en el senode la practica conductista en psicologia. Como todos us-tedes saben, estoy seguro, esta practica centra su aten-cion en la conducta extern a de un objeto en respuestaa los estimulos sensoriales. El argumento de Turing esque si la interpelacion prolongada de la maquina no nospermite distinguir sus respuestas de las que da un huma-no, entonces debemos declarar que la maquina es 'pen-sante'. 2Eseste un resumen acertado de la postura queha mantenido usted, Turing?""Totalmente satisfactorio," respondio Turing."Esta bien," continuo Snow. "Despues, Wittgenstein

presento un contraargumento en primera persona basa-do en suHabitacion Jeroglifica, bastante irreal pero suma-mente instructivo. Nos pide que imaginemos el funcio-namiento de una maquina computadora desde el interior,mientras mueve los simbolos de un lado a otro de la cin-ta segun las instrucciones codificadas en su programa.Segun esta imagen, es imposible que la maquina tengacapacidad para comprender 10 que significan realmenteestos simbolos; de modo que es imposible que piense. 2Eseste el quid de su afirmacion, Wittgenstein?""Una burda caricatura de mi postura, apenas suficien-

te para este debate," replico el filosofo austriaco algo irri-tado por la excesiva simplificacion que Snow habia he-

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cho de su experimento mental. "Pero 10 aceptare por elbien de la discusi6n. "Snow dej6 pasar estos refunfunos en silencio y con-

tinu6: "Ahora llegamos alas objeciones planteadas con-tra la Habitaci6nJerogllfica, las cuales, segun el princi-pio de que el enemigo de mi enemigo esmi amigo, creoque podemos considerar equivalentes a argumentos afavor delJuego de Imitaci6n de Turing. Ante todo, estala afirmaci6n de Turing de que si bien mi cerebro den-tro de la habitaci6n no puede tener por si mismo esta-dos computacionales con un contenido semantico, lahabitaci6n entera, con las paredes, el teletipo, mi cere-bro y el diccionario de conversiones, posee sin duda ta-les estados. A esto 10 podriamos denominar la respues-ta de los 'sistemas' a Wittgenstein, ya que sostiene queel sistema completo de mi cerebro mas ellibro de con-versiones mas todo el resto de la habitaci6n constituyeun objeto con estados computacionales cargados deseman tica. ""Acontinuaci6n, Schrodinger trajo a colaci6n 10 que

eI llama la Habitaci6n Luminosa, a fin de hacer una ana-logia entre la luminancia, una propiedad fisicade la radia-ci6n electromagnetica, y la propiedad mental del cerebrosegun Wittgenstein, esto es, el significado. Si entiendo elrazonamiento de Schrodinger, la conclusi6n es que nosresulta dificil creer que las fuerzas de la electricidad yel magnetismo son en realidad 10mismo que la luz. Demanera que, por analogia, encontramos igualmente di-ficil admitir que el contenido significativo pueda surgirsimplemente de la interacci6n de unos vulgares simbo-los. Pero, segun la l6gica de la Habitaci6n Luminosa deSchrodinger, asi es."

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Esta ultima parte del resumen de Snow sobresalt6lige-ramente a Schrodinger, que aclar6 su posici6n. "Preferi-ria decir que no veo un obstaculo l6gico a que el signifi-cado surja de una maquina que simplemente procesaunas secuencias de simbolos en otras nuevas formadas apartir de los mismos simbolos. Con respecto a si el signi-ficado surge en realidad de tales operaciones, bueno, estaes una cuesti6n empirica. S6lo se puede establecer me-diante la observaci6n y el experimento."Inclinando la cabeza hacia Schrodinger en senal de ca-

llado agradecimiento por ayudar a poner orden en suargumento, Snow dirigi6 una mirada hacia la puerta ydijo: "Antes de proseguir con este resumen, veo que Sim-mons esta esperando impaciente para llevarse nuestrosplatos y seguir adelante con el siguiente. Asi que ~leape-teceria a alguno de ustedes otra raci6n de este deliciosorosbif an tes de encomendarselo a su custodia?""Una carne absolutamente magnifica, Snow," sena16

Haldane. "Esuna lastima que no la consigamos con masregularidad, pero ya he comido mas de 10que me corres-ponde." Como los demas murmuraron su consentimien-to, Snow hizo senas a Simmons para que retirase los pla-tos y continu6 su resumen de los argumentos a favor yencontra tanto del Juego de Imitaci6n como de la Habita-ci6n Jeroglifica.Durante el relato de Snow, Turing se retorcfa y agita-

ba en su silla como si estuviera plagado de pulgas. Final-mente, Ie interrumpi6 en mitad de su informe diciendobruscamente: "Meopongo rotundamente ala afirmaci6nsin fundamento de Wittgenstein de que la visi6n externayen tercera persona de una maquina inteligente repre-sentada por mi Juego de Imitaci6n no capta la esencia

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de como distinguimos un ser inteligente del que no 10 es.A diferencia de Wittgenstein, creo que esta vision exter-na es la unica valida."Tal vez desee ilustrarnos acerca de por que conti-

mla usted aferrado a esta idea fantistica," respondio Witt-genstein en un tono extraiiamente tranquilo."Muybien," dijo Turing. "Considere un reloj de pen-

dulo como el que hay am:contra la pared. Visto desde fue-ra, este reloj nos marca la hora. Creo que todos podemosestar de acuerdo en que ese es su prop6sito primordial.""Evidentemente, los relojes marcan la hora. Para eso

estan," dijo Haldane. "Pero, 2que tiene que ver el crono-metraje con elJuego de Imitacion?""Observado desde dentro, el reloj yano realiza esa fun-

cion," dijo Turing. "Sidesmonto el reloj y extiendo todoslos componentes sobre esta mesa, deja de ser un crono-metro. Su capacidad para medir el tiempo depende deque las piezas esten ensambladas e interaccionen correc-tamente con sus vecinas. De modo que la capacidad delreloj para marcar las horas -y que nosotros 10 reconoz-camos- depende de que nos encontremos en el exteriordel conjunto de piezas que interaccionan. En este senti-do, el cronometraje es una funcion externa y holisticade un reloj; no se puede reconocer estando dentro de lacoleccion de engranajes, poleas, muelles y demas. Esuna propiedad emergente de estas piezas y de su interac-cion mutua."Snow volvio a tomar la palabra y dijo: "2Afirmausted

que esta situacion esta relacionada con la HabitacionJe-roglifica? 2Que la destreza de la habitacion para losjero-glificos se aprecia cuando la vemos desde fuera en suconjunto? 2Yque si se 'desmonta' ya no tiene esa destre-

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za? 2Pretende usted que la comprension de losjeroglifi-cos es una fun cion holistica de la habitacion?""Esaes precisamente mi postura. Estoy seguro de que

si un cerebro se desmenuza quirurgicamente, no exhi-bira una gran capacidad para comprender nada," res-pondio Turing. ''Ysi solo se observan sus componentespor separado, esta HabitacionJeroglifica tampoco."Schrodinger fue desde la mesa hasta la ventana; pa-

reda perdido en sus pensamientos mientras miraba latormenta que arreciaba afuera de nuevo despues de unacalma pasajera. AI cabo de unos momentos de reflexionsilenciosa, regreso a la mesa y obsequio al grupo con unanueva forma de enfocar el debate dentro/fuera entreTuring yWittgenstein. "Loshindues y los budistas tienenla creencia de que, ala larga, todo es apariencia," dijo contranquilidad. "Sostienen que no existe tal cosa como elcontenido 0 el significado. Lo que percibimos como con-tenido es simplemente la apariencia externa de otra capao nivel. Comparan esto con una cebolla: se quita unacapa de piel y hay otra debajo. Ysi se quitan todas las ca-pas de piel, no hay absolutamente nada dentro. Asi que,como he dicho hace un momento, no veo un obstaculologico a que el significado surja de un procesamientode simbolos, por la sencilla razon de que es muy posi-ble que no exista tal cosa como el significado."Snowtuvo de nuevo la sensacion de que el debate daba

un marcado giro hacia 10 filosofico y trato de devolver lascosas a la realidad material ypractica.''Todos estos argumentos han supuesto que la compu-

tadora solo interacciona con su entorno en un cierto es-tilo. Basicamente, el entorno consiste en el operario dela maquina que coloca los simbolos sobre la cinta. La

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maquina se comunica entonces con el operario escri-bien do otros simbolos en su cinta. Haldane planteo lacuestion de si este tipo de interaccion tan restringido esdemasiado pobre para que se produzca el pensamiento.Nos dijo que quizas alguna clase de robot provisto deaparatos sensoriales como ojos y oidos podria pensar,pero no un objeto como una maquina que simplementeesta ahi, un trozo pasivo de vidrio, metal y ceramica. Di-cho de otro modo, la interaccion sensorial con el entor-no al estilo humano es una condicion necesaria para queun objeto sea capaz de pensar.""Eso es," se entrometio Haldane. "El pensamiento

es una combinacion de computacion e interaccion. Lainformacion sensorial que entra en el cerebro es im-portante."Turing no pudo resistirse a aiiadir, "Talvez Haldane

tiene razon en esto. Pero 10 que no dice es que si estasinteracciones estilizadas que utiliza la maquina para to-mar contacto con el mundo no son del 'tipo adecuado'para la inteligencia, entonces ~que son? ~Debemos repro-ducirel aparato sensorial humano? ~Esnecesario dadeala maquina los sentidos del gusto, el tacto y el olfato?~OIe basta con poder ver y oir? Ysi de un modo u otrotenemos que crear una version de estos cinco sentidospara la maquina, wor que deberiamos pensar que cual-quiera de estos sentidos humanos no son procesos com-putacionales por si mismos?"Entonces Schrodinger propuso la idea de que" Qui-

zas los organos sensoriales como los ojos y los oidos tie-nen que transformar la informacion de la realidad enuna forma especial que pueda utilizar el cerebro. En esecaso, supongo que es posible que este proceso de trans-

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formacion pudiera sobrepasar el tipo de computacionque puede realizar la maquina de Turing.""Silas cosas son asi," dijo Snow, "nos encontrariamos

en una situacion en la que pensar exige datos de entradasensoriales que a su vez no se pueden obtener por seguirunas reglas, es decir, por una clase cualquiera de procesocomputacional. Esto excluiria, desde luego, la mera ideade una maquina inteligente. Pero aceptar una de estas hi-p6tesis, no digamos las dos, es mucho pedir.""Que extrano que 10 que es crucial para la cognici6n

resulte ser exactamente la informacion que nosotros, comocientificos, no podemos medir con nuestros instrumen-tos," senalo Schrodinger sarcastico. "Sibien admito queeste podria resultar ser el caso, no hay actualmente prue-bas concluyentes -en realidad, ninguna prueba- de quelas cantidades inmensurables sean un ingrediente esen-cial de la cognicion humana."Haldane cerro definitivamente esta linea de ataque so-

bre la posibilidad de crear una maquina inteligente sena-lando que "Uno de los principios mas apreciados de laciencia y la filosofia es la navaja de Ockham, en el sentidode que la explicacion de cualquier cosa debe ser 10massencilla posible, pero no mas. Se me ocurre que explicarla cognicion en funci6n de los datos de entrada sensoria-les no computables es un ejemplo excelente de como vio-lar este principio. Hasta que no yea algo que se asemejemas a una prueba que a una mera opinion personal yunaespeculacion desenfrenada, seguin~~creyendo que todoes computable hasta que se demuestre 10contrario."Wittgenstein habia estado meditando tristemente en

silencio durante la mayor parte de esta discusion sobre elaparato sensorial y el pensamiento. Inesperadamente,

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salio de su letargo y les dijo que "Todo pensamiento hu-mana esti intimamente ligado a su expresion linguisti-ca. No puede existir pensamiento sin lenguaje. Hace yados horas que estoy sentado escuchando una charla sinsentido sobre maquinas, organos sensoriales, simbolosydemas, sin oir una sola palabra sobre lenguaje. ~Comopuede alguien hablar de una 'maquina inteligente' sintener en cuenta ellenguaje mediante el cual se represen-tan sus pensamientos? Todo 10 que se ha dicho hasta aho-ra alrededor de esta mesa es un completo disparate sinologramos entender esto."Un poco pillado de improviso por la brusquedad del

arrebato de Wittgenstein, Snow trato de devolver la dis-cusion a este punto."Sino me equivoco," dijo, "fue Aristoteles quien dijo

que los seres humanos son, en esencia, animales queusan ellenguaje. Si este es el rasgo que define 10 que sig-nifica ser humano, entonces resulta logico que para queuna maquina reproduzca el pensamiento humano debetener el 'don' de la palabra, como dice Wittgenstein.""~Pero que clase de lenguaje emplearia una maquina

as!?"pregunto Haldane precisando el sentido de la ob-jecion de Wittgenstein. "Y;~eseste tipo de lenguaje com-patible con el que emplea el cerebro humano? Ami meparece que esas son las cuestiones que hay que esclare-cer para comprender las posibilidades de la maquina deTuring para pensar como un ser humano.""Desde luego, esa parece ser la cuestion," dijo Snow.

"Yeste parece ser un momenta excelente para hacer unbreve descanso en nuestras deliberaciones antes de que

l Simmons sirva la ensalada. Tal vez podamos todos medi-I' tar este asunto de como participa ellenguaje en los pro-l

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cesos del pensamiento humano y compartir esas opinio-nes cuando volvamos a la mesa. Pero, por ahora, sugieroque volvamos a llenar nuestras copas, estiremos un pocolas piernas y regresemos a la mesa dentro de, digamos,mas 0menos diez minutos para continuar en pos de esteasun to crucial.

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LENGUAJE YPENSAMIENTO

De vuelta a la mesa, los invitados encontraron en cadasitio una copiosa ensalada verde con tomates ligeramen-te rociada de aceite yvinagre. Mientras se pasaban unosa otros los molinillos de sal y pimienta y empezaban acomer este manjar dificil de conseguir, Snow reabrio eltema de los hombres y ellenguaje.'Wittgenstein nos ha recordado que 10 que distingue

a los hombres de otras criaturas vivientes es nuestra ca-pacidad de usar ellenguaje para expresar nuestros pen-samientos y comunicarlos al resto de nuestra especie. Demodo que si la maquina de Turing pasa la prueba queel esbozo y nos convence para que pensemos que es hu-mana, de ello se deriva que poseera destrezas lingii!sti-cas como las de los hombres. (Estamos todos de acuerdoen esto?""As!es," musito Haldane con la boca llena de ensala-

da. Seiialando aWittgenstein con el tenedor como si Ieapuntara con un rifle, Haldane continuo: "Creo que Witt-genstein ha dado justo en el clavo. (Que sentido puedetener considerar que una maquina piensa como un hu-mana a no ser que podamos comunicarnos con ella enun lenguaje humano, no el extraiio lenguaje de progra-

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macion de largas hileras de Osy Is que present6 Turingantes? Denme en todo momento palabras y frases afec-tuosas e idiosincrasicas, no hileras de Osy Is esteriles,lejanas y primitivas."Schrodinger dio unos golpecitos con el cuchillo en el

borde de su plato para atraer la atencion del grupo e in-terrumpiola discusion para aclarar un detalle. "Antes demeternos en el tema dellenguaje humano yen como po-dria adquirirlo la maquina de Turing, podriamos aclararla diferencia entre la forma en que los humanos utilizanellenguaje para comunicarse y la forma en que se comu-nican otras especies, como los pajaros 0 las hormigas.Los hay que tambien emplean el termino 'lenguaje' paradescribir estas formas de comunicaci6n animal. Asi queme gustaria asegurarme de que todos decimos 10mismocuando hablamos del 'lenguaje humano', en compara-cion con estas otras form as de comunicacion. c:Que esexactamente 10 que separa las formas de comunicacionhumanas de estos otros tipos?""Un pun to excelente, Schrodinger," seiialo Snow.

"Haldane, c:legustaria explicar mas detalladamente estadiferencia?"c:Porque yo? penso Haldane. No soy especialista en

lenguajes. Pero como no era hombre que rechazara elpodio cuando se Ie ofrecia, dejo su ensalada y se enfren-to al reto de Snow."Lanuestra es la {micaespecie capaz de usar ellengua-

je en toda su extension, 10 que significa que los sereshumanos pueden emplear un conjunto relacionado designos convencionales para comunicarse. Aunque es po-sible que otros animales tales como los pajaros y los mo-nos se comuniquen mediante signos, como las aves que

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chillan cuando se presenta un peligro, 0 las abejas querealizan una complicada danza para comunicar ellugardonde se encuentra el alimento, estos signos no consti-tuyen un verdadero lenguaje.""~Ypor que no?" pregunt6 Turing."La raz6n reside en los terminos relacionado y conven-

cionales. Cuando hablamos de un signa 'convencional',nos referimos a que el signo no tiene una relaci6n natu-ral con la cosa de la que se esta hablando. Asi, por ejem-plo, la palabra 'agua' no esti relacionada de una formaevidente con el materialliquido al que se refiere; la pa-labra no tiene un significado intrinseco, y podriamosemplear tambien el termino frances eau 0 el aleman Was-serpara describir 10que queremos decir. Esto difiere con-siderablemente del tipo de signa que podria hacersepara indicar 'agua', como hacer un movimiento ondu-lado con la mano. El uso del simbolo 'agua' tambiendifiere del chillido porque, mas que una reacci6n espon-tinea, es un c6digo aprendido y acordado para un liqui-do concreto."Continuando con su discurso, Haldane sena16que el

termino 'relacionado' significa que los humanos usanellenguaje como una compleja disposici6n de signos quese puede usar en una cantidad ilimitada de combinacio-i nes de unos con otros. Esta relaci6n es la que permite que

t los humanos formen combinaciones para expresar prac-~ ticamente cualquier pensamiento que pueda tener uni cerebro, desde un toro embistiendo a una apacible tardef de verano y al olor del he no recien segado. Las infinitas, posibilidades de hacer distinciones y de formar combi-J; naciones de estas distinciones mediante el uso de reglasi y estructuras gramaticales es el segundo rasgo que dife-#,

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rencia los lengu<yeshumanos de los tipos de sistemas decomunicacion mas primitivos."De modo que," conduyo Haldane, "si bien algunos

puedan sostener que las propiedades caracteristicas dellenguaje humano -sign os convencionales y relacion-difieren de la comunicacion animal solo en el grado, sonsin embargo reales y son los que dan allenguaje humanosu poder de expresion. Ycreo que comprenderan ...Interrumpiendo este discurso, Wittgenstein dijo tran-

quilamente: "Un perro no puede mentir, pero tampocopuede ser sincero."Sorprendidos por este extraiio anuncio, el resto del

grupo espero en silencio a que Wittgenstein compIetarael pensamiento, cualquiera que fuese, que Ie habia im-pulsado a hacer esa manifestacion inesperada y no pro-vocada. Con la mirada fJjaen la mesa, continuo despuesde una larga pausa."Un perro puede estar esperando que venga su amo.

~Por que no puede esperar que venga el miercoles si-guiente? ~Esporque no tiene lenguaje? Si un leon pu-diera hablar, no podriamos entenderle. ~Por que digouna cosa asi, Haldane? ~Por que la digo?""Que me cuelguen si 10 se, Wittgenstein. Pero si Ie

entendiera, no creo que tuviera much os problemas conun leon."Con una mirada feroz, Wittgenstein acallo el inicio de

una risita de Schrodinger ante esta muestra de brusque-dad por parte de Haldane, y siguio adelante: "Tener unlenguaje es tener una forma de vida. Todo 10 que deci-mos esta totalmente vinculado a 10 que hacemos. ~Comopuedo saber en que mundo habita un leon? ~Ycomo pue-do tener la esperanza de comprender su lenguaje? ~No

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logro comprenderlo porque no puedo mirar dentro desu cerebro? (Porque hay algo detras de sus palabras queno puedo entender?"Talvez seria mejor si volvemos sobre este punto un

poco mas tarde," dijo Snow rapidamente, en un intentopor cortar un prolongado monologo de Wittgensteinsobre la naturaleza dellenguaje. "En este momento, veoque nuestro interes se centra en la relacion entre ellen-guaje y el pensamiento. Concretamente, en como el ce-rebro asocia ellenguaje al pensamiento. Estoy seguro deque Turing tiene ideas al respecto.""Efectivamente, me gustaria decir algo sobre esto,"

replico Turing. "Como manifeste antes, no veo ningunadiferencia importante entre el funcionamiento del cere-bro yel de una computadora -incluida la forma en que

t el cerebro utiliza ellenguaje para comunicar el pensa-i_·.·.'... miento-." Cogiendo lajarra de agua que se encontraba'" delante de el, Turing prosiguio. "Basicamente, mi idea esi que un concepto como el de jarra de agua esta codificadot en el cerebro por un conjunto concreto de neuronas en~ posicion ON yOFF. Este patron interacciona entonces~ con otros patrones neuronales, por ejemplo, el patroni para copa y el patron para verter, para crear pensamien-

ji tos mas complejos como verter agua de la jarra en la copa.Creo que una computadora puede pensar de la mismai forma, manipulando varios patrones en su memoria, ha-I ciendo que interaccionen mutuamente, montando ydes-f montando 10 que en un cerebro humano llamamos 'pen-, samientos'."~ Entonces Schrodinger dijo: "Asique dice usted que elIti cerebro contiene un tipo de 'lenguaje del pensamiento'.I Dnos patrones de neuronas codifican todos los diversosf~

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conceptos del mundo y el cerebro los ensambla segun al-gunas reglas -una 'gramatica del pensamiento', como sidijeramos- para dar origen a 10que consideramos 'pen-sar'. ~Esesta su idea?""Si, creo que responde bien a 10 que pienso," contes-

t6 Turing.Wittgenstein clav6 su tenedor en un trozo de lechuga y

record6 con cierta amargura que esta idea del pensamien-to podia considerarse como un tipo de "mentalengu<ye"codificado en el cerebro. En este sentido, la idea de Turingsobre ellenguaje y el pensamiento era una reminiscenciade su propia teoria de la pintura dellenguaje propuestaen su libro Tractatus Logico-Philosophicus. Mientras repasa-ba todas las razones que Ie habian llevado a rechazar pos-teriormente esa idea dellenguaje, Snow, casi telepatica-mente, expres6 algunas de esas mismas preocupaciones."Lo que Turing acaba de apuntar parece muy pr6ximo

en espiritu a la idea dellenguaje que Wittgenstein pro-puso hace algunos anos. Por 10 que recuerdo -y quizaWittgenstein pueda corregirme sime equivoco- esta 'teo-ria de la pintura' dellenguaje afirma que ellengu<ye y larealidad tienen una forma l6gica comun. Esto suponeque ellenguaje refleja la realidad y que las proposicioneslingiiisticas pintan los hechos."Entonces Haldane interrumpi6: "~Serefiere usted a

que el punto en el que ellenguaje se acopla a la realidades a traves de la relaci6n entre un objeto real y el nom-bre que ellenguaje atribuye a ese objeto?""Exactamente," replic6 Snow. "La forma en que la rea-

lidad se proyecta en las proposiciones es para que el mun-do real y ellenguaje tengan una estructura l6gica comun.Por eso, los enunciados lingiiisticos tienen sentido cuan-

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do se pueden correlacionar con la realidad. Asi,por ejem-plo, decir que 'el Royal Albert Hall esti en Londres'tiene todo el significado. Pero no tiene ningun sentidodecir 'esta Royal el Hall Albert Londres en' .Por supues-to, se podrian urdir distintas gramaticas, 0 reglas, dentrode las cuales este ultimo enunciado tuviera sentido. Peroen el seno de la gramatica convencional de la lengua, notiene en absoluto una estructura l6gica.""Demodo que la principal exigencia de esta teoria de

la pintura dellenguaje es que entre la estructura l6gicadellenguaje y la estructura l6gica del hecho que defien-de ellenguaje ha de haber algo en comun. ~Eseso?" pre-gunt6 Schrodinger."Eso es exactamente," interrumpi6 Wittgenstein. "Y

esa relaci6n entre el hecho y su expresi6n en lenguajees precisamente 10 que nunca se puede expresar en len-

~ guaje. Las palabras de un lenguaje no pueden expresarj nunca esta correspondencia. Asi que abandone esta vi-i' si6n dellenguaje que refleja la l6gica; es un completoI desatino."

i•.~.;r~~.:._,..,.,... "Espere un momento," dijo Snow."Repasemos esta tea-'.. ria en relaci6n con la idea del pensamiento de Turing que

10 asemeja a impulsar y combinar en el cerebro diversasii!fi representaciones simb6licas de objetos reales. Esto cua-~ dra bastante bien con su teoria de la pintura. Lo unicol que necesitamos es asociar el c6digo simb6lico de los ob-4!l jetos de Turing con las pinturas de su teoria."I Wittgenstein, frustrado, arroj6 su servilleta y estall6:f "Ha malinterpretado usted completamente 10 que quie-f ro decir por una 'pintura'. La pintura no es la represen-~.~ taci6n de un objeto en la mente; no estoy hablando aquiI de imagenes graficas de trenes, mesas 0 chisteras. Me es-I'

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toy refiriendo ala imposibilidad de expresar la relacionentre el objeto y el nombre que ellenguaje Ie atribuye.La relacion solo puede mostrarse, nunca manifestarse ex-presamente en lenguaje. Es este 'mostrar' y no 'hablar'10 que es la pintura. Pero esta es una pintura erronea dellenguaje y renuncio por completo a ella.""Ha hecho un juego de palabras sin proponhselo,

2no,Wittgenstein?" bromeo Haldane ante esta doble re-ferencia inadvertida de Wittgenstein alas 'pinturas'."Por favor,perdone mi confusion respecto al papel de

las 'pinturas' en la teoria dellenguaje que presento enel Tractatus", se disculpo Snow. "Pero como de todas for-mas parece que ahora cree que esta teoria de la relacionentre ellenguaje y el pensamiento es una estupidez, talvez sea un buen momento para volver sobre su afirma-cion anterior de que ellenguaje esta intimamente ligadoa una forma de vida. Es de suponer que esto se relacio-na con su postura actual sobre el papel dellenguaje enel pensamiento. Si tuviera usted la amabilidad de expli-carse sobre este asunto, estoy seguro de que seria muybeneficioso para todos nosotros."Ala solicitud de Snow,Wittgenstein casi salto de su si-

lla como si soltaran a un perro encadenado, ansioso portomar la palabra. Inclinandose hacia delante y dirigien-dose al grupo con gran intensidad, dijo: "Ellenguaje noes en absoluto una pintura. Antes bien, es una herramien-ta, un instrumento de precision.""2Pero un instrumento para que?" pregunto Turing."Para hacer juicios. Una criatura sin lenguaje, como el

perro 0 elleon del que hablaba hace un momento, es, enrigor, incapaz de tener razon 0 de estar equivocado sobrealgo, segun el caso."

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"2Lodice en serio?" dijo Haldane inesperadamente.2Creerealmente que cuando mi perro trata de coger unarama en la calle creyendo que es un hue so no esti come-tiendo un error? 2Que no esti claramente equivocado alcreer que larama es un hueso?""Bueno, su perro puede, desde luego, cometer un

error. Pero 10 que estoy diciendo es que no es un erroracerca de que la ram a sea un hueso. Para cometer unerror acerca de 10 que realmente es el caso en esta situa-ci6n, su perro tendria que aplicar el concepto equivo-cado. Ysu perro no puede poseer el concepto de hueso,aunque es posible que sea capaz de reconocer uno enuna situaci6n determinada."Entonces Schrodinger pidi6 que se elaborase mas este

punto fundamental. "2Quiere usted decir que el perrosabe como reconocer un hueso pero que no sabe que talo cual cosa esen realidad un hueso?""Exactamente," respondi6 Wittgenstein. "Este tipo de

conocimiento es el que proporciona ellenguaje; el otor-ga el concepto de hueso. Esta es la raz6n por la que hacerjuicios depende del uso dellenguaje."Entonces Haldane lleg6 al fondo de la cuesti6n: "De

modo que si mi perro no se puede equivocar acerca deque la rama sea un hueso, entonces no puede tener unlenguaje, al menos no en el sentido humano. Esto estabastante claro. Pero plantea la cuesti6n de cual es exac-tamente la clase de organismos que pueden poseer este

J tipo de lenguaje semejante al humano. 2Essencillamen-t te una propiedad de un tipo concreto de estructura ce-" rebral? 20 entrana algo mas?"ri Ahora estamos llegando a alguna parte, pens6 SnowIi mientras cogia el molinillo de pimienta y esparcia unn-~-

~:

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poco sobre su ensalada. Todo el argumento de Turing so-bre la reproduccion de los procesos del pensamiento enuna maquina gira decisivamente sobre este punto, se dijopensativo. Si el pensamiento exige lenguaje yellenguajeexige un tipo particular de estructura cerebral, po sible-mente junto con otras cosas tambien, entonces tal vez po-damos liquidar la cuestion de las maquinas inteligentesconvenciendonos de que sencillamente las maquinas notienen el 'material' apropiado para ellenguaje. Me pre-gunto si este tipo de argumento es 10 que hay detras de lahostilidad evidente de Wittgenstein hacia la conviccionde Turing en la posibilidad de un cerebro electronico.Justo cuando Schrodinger se aclaraba la garganta y

empezaba a hablar, Wittgenstein se inclino sobre Hal-dane y dijo: "La estructura del cerebro humano no es 10mas importante para ellenguaje. Es probable que mi ce-rebro y el de su perro no tengan una estructura muy di-ferente, solo que el mio es un poco mas grande. Lo quees esencial para ellenguaje -y que su perro no tiene-es la compania de otros usuarios dellenguaje.""Asipues, usted afirma que en el fondo no puede ha-

ber un lenguaje personal" dijo Turing. "El lenguaje esuna cuestion de convencion social. ~Eseso 10 que cree,Wittgenstein? ""Digo que para hacer juicios, convenir en que casos

son ejemplos de conceptos como huesoy en que casos no10 son, es necesario un lenguaje. Hacer estas distincioneses 10 que constituye seguir una regIa, contrariamente aactuar de una forma instintiva como el perro de Haldane.En un seguimiento de reglas autentico, se tiene que dis-tinguir entre seguir realmente la regIa y 10que simplemen-te parece que es seguir la regIa."

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"Me temo que no Ie he comprendido," dijo Haldane."2Porque no puedo tener una regIa personal que yo sigo,una regIa que sea solo mia? Y si la tengo, 2par que nopuedo decir si la estoy siguiendo correctamente 0 no?""Una regIa personal no es en absoluto una regIa. Para

tomar parte en una autentica conducta regida por unaregIa, hay que ser miembro de una comunidad que apo-ye la regIa yque sirva de autoridad en cuanto a que cons-tituye seguir y no seguir la regIa," replico Wittgenstein."Este es, indudablemente, un punto fundamental en

nuestra discusion sobre ellenguaje," dijo Snow. "Pero to-davia no tengo claro como puede usted rechazar la ideade que yo pueda seguir una regIa personal, desconocidapara cualquier otra persona de esta mesa.""Si," dijo Schrodinger. "Suponga que enseiiamos

una regIa a alguien mostnindole la secuencia de illlme-;,; ros 1, 2, 4, 8, 16,32 ... Y luego Ie pedimos que continuei la secuencia de 'la misma forma'. Probablemente, se-1 guira con 64, 128, 256... comprendiendo que cada nu-·,fJ mero de la secuencia original se formaba doblando el•..'. numero precedente. Pero suponga que en lugar de eso

11;'escribe 35, 38, 41, 44... Si Ie indicamos que no esta con-

i·...· ·c· · · · ,·.••· · ,.· tiouaodo de la tnisma forma, podria decir que 00 estaba'. usando la regIa de doblar, sino otra diferente: 'doblarel numero hasta el32 y despues sumar 3'. Lo que no en-tiendo bien es par que no puede tener esta regIa per-

!to.It' sonal y luego decirnos sencillamente cual entiende elI que es la regIa."I Apoyando el ejemplo de Schrodinger, Snow dijo, "Si,, 2por que no puede tener esta regIa personal y luego al-[, canzar un acuerdo verbal con nosotros sobre que regIai va a utilizar en un momenta dado?"Ij

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La respuesta de Wittgenstein fue directamente al meo-110de la razon de por que los lenguajes personales son im-posibles. Miro alrededor de la mesa del modo penetranteque Ie era caractenstico y respondio a Schrodinger ySnow."La razon por la que simplemente no puede decide

a Schrodinger que regIa esti siguiendo es que la con-ducta verbal que implica decido es de por si una activi-dad regida por reglas. De modo que si no estamos segu-ros de si dos personas siguen la misma regIa matematica,la coherencia nos obliga a ser escepticos acerca de siusanlas mismas reglas linguisticas cuando discuten cua.!se su-pone que es la regIa -la regIa de 'doblar' 0 la regIa de'doblar-hasta-32-y-luego-sumar-3 '-."Perplejo por toda esta chachara de reglas, Turing pre-

gun to: "Bien, entonces ~Como demonios podemos estarseguros de que cualquiera de nosotros esta siguiendo lamisma regIa que otra persona? 0, aun peor, ~como pue-do estar seguro de que regIa estoy siguiendo yo mismo?""Solo puede haber una respuesta a esto, Turing," con-

testa Wittgenstein con la mejor voz de profesor que se di-rige al alumno. 'Varias personas que siguen la misma re-gIa no tienen por que tener la misma concepcion internay personal de una regIa. Mas bien significa que estan deacuerdo en la practica; hay un control publico que determi-na si10 que estin haciendo es seguir la misma regIa 0 no."De modo, penso Haldane para si mismo, que siWitt-

genstein tiene razon no puede existir una cosa como elsolipsismo; deben existir seres inteligentes ademas demi mismo. Si hacer juicios exige un lenguaje, y si ellen-guaje es una actividad regida por reglas que exige uncontrol publico de las mismas, entonces la ausencia deotras personas significaria que no podria hacer juicios.

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Asi que si estoy haciendo juicios -pensando- tiene quehaber otras inteligencias. Ni siquiera puedo librarmede esta conclusion dudando que pienso, porque dudardel solipsismo es, de por si, unjuicio. jVayaargumento!Poniendo voz a estos razonamientos, Haldane decla-

ro dirigiendose al grupo: "Si el argumento de Wittgen-stein es'correcto, entonces para que una persona sigaunaregIa es necesario que haya al menos otra persona quetambien la siga; no puede haber un lenguaje personal 0una interpretacion personal de 10 que significaseguir unaregIa. Pero al parecer esto encierra que una computado-ra como la de Turing no puede saberrealmente que estasiguiendo una regIa -0 un programa- ypor eso nuncapuede pensar de verdad como un humano.""Bueno,"dijo Turing con una mirada de perplejidad

en el rostro, "sin entrar en consideraciones de si ellen-guaje es una relacion grafica entre las palabras y los obje-tos de la realidad, 0 es un tipo de consenso social basadoen las reglas, tal como afirma Wittgenstein ahora, yo sigoqueriendo oir su opinion sobre si el pensamiento se daen cualquiertipo de lenguaje.""La idea de un lenguaje del pensamiento tropieza

. t' con un dilema propio," respondio Wittgenstein. "Poruna parte, aunque mis palabras se puedan interpretaren relacion con 10 que yo pienso, la interpretacion que

i yo hago de mis propios pensamientos no tiene absolu-

lr,•......._....'.:.. tamente ningun sentido. Por otra parte, esto significa. que los elementos fisicos que constituyen mi verdaderopensamiento no tienen la misma relacion con la reali-

1· dad que tienen las palabras."IIe Entonces Schrodinger dijo: "Asi pues, si los pensa-I' mientos dan significado alas frases, deben tener un con-i!I~

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tenido simbolico. Pero esto conduce a un tipo de regre-sion infinita muy perversa, casi maligna." Mirando la pa-red par encima de la chimenea, continuo: "Por ejemplo,si descuelgo la placa conmemorativa de Darwin que hayen aquella pared, la sostengo y pro nuncio una frase, lafrase mas la placa es susceptible de menos y diferentesinterpretaciones que la propia placa."Tambarileando distraidamente con los dedos encima

de la mesa, Haldane senalo que "Parece que todo esto re-sulta en que hay lazos de union entre los pensamientos yellenguaje. Pero no exigen ninguna vocalizacion interna.La pregunta '~Que estas pensando?' no es la descripcionde un proceso interno sino una expresion de mi sucesionde pensamientos con palabras. ~Esasi,Wittgenstein?"Antes de que Wittgenstein pudiera responder, Turing

continuo apresuradamente este argumento. "Compren-do que la propia capacidad para tener pensamientos 0

creencias exige la capacidad para manejar simbolos. Peroesto no se debe a que los pensamientos que no se expre-san deban estar en un lengu~e; antes bien, se debe a quela expresi6n de los pensamientos ha de darse lingiiisti-camente."Wittgenstein saludo la intervencion de Turing y vol-

vio a su argumento sobre hacer juicios. "Atribuir el pen-samiento solo tiene sentido en caso de que tengamoscriterios para identificar los pensamientos. Debemos sercapaces de distinguir entre pensar A en lugar de B. Estosignifica que los pensamientos tienen que poder expre-sarse y solo hay una gama de pensamientos muy limitadaque se puede expresar mediante el tipo de conducta nolingiiistica que vemos en, digamos, los monos y los p3ja-ros. Los pensamientos se podrian vincular mas a la con-

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ducta potencial que alas actividades mentales reales.Pero el caso es que, desde luego, se necesita un ciertotipo de lengu~e. Los seres humanos son esencialmenteanimales que usan ellenguaje.""Bien dicho, Wittgenstein. El propio Aristoteles no po-

dria haberlo hecho mejor," observo Snow. "Dejeme ver sipuedo resumir donde nos encontramos en este asuntodellenguaje del pensamiento. Lo que hasta ahora he per-cibido de la discusion es que pensar equivale a hacer jui-cios. Pero para hacer un juicio es necesario el uso de unlenguaje. En consecuencia, el pensamiento exige algUntipo de lenguaje. Yaunque pensar suponga una repre-sentacion simbolica de nociones y objetos de la realidad,no es ni mucho menos tan simplista como una manipu-lacion directa de esos simbolos en el cerebro segun unconjunto de reglas linguisticas; no hay una gramatica delpensamiento. Por ultimo, tenemos la afirmacion de Witt-genstein de que mas que una relacion grafica entre obje-tos y palabras, ellenguaje humano es una actividad basa-da en reglas. Aver, ~mehe dejado algo?""Parece que ha abarcado todo," asintio Turing. "Pero

en mi opinion todavia queda abierta la cuestion de si se Iepuede dar esta capacidad linguistica a la computadora.""Talvez," replico Snow, "esta usted utilizando el verbo

equivocado. Quizas no es algo que se Ie de a la maquinadirectamente, sino mas bien algo que la maquina puedeadquirir. Despues de todo, ellengu~e no se introduce enlos ninos humanos junto con la leche de sus madres. Esalgo que adquieren al estar expuestos a una comunidad

'" conereta de hombres que usan un lenguaje concreto."II,: Turing estuvo de acuerdo y senalo que "Ami me pare-i\ ce que un conocimiento exacto de como adquieren losl

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ninos ellenguaje aclararia considerablemente la relacionentre ellenguaje y el pensamiento, incluso quizas ayuda-ria a resolver el problema que ha planteado Wittgensteinacerca de la distincion entre ellenguaje como herramien-tay ellenguaje como pintura.""Desde luego," observo Haldane. "Es evidente que

si una computadora tiene que reproducir el pensamien-to humano, entonces va a tener que reproducir tam-bien la capacidad linguistica humana. De modo que elconocimiento de como adquieren los humanos ellen-guaje deberia darnos algun indicio referente a si unamaquina podria ser capaz de adquirir el lenguaje delmismo modo."Mientras Simmons semovia silenciosamente de un lu-

gar a otro retirando los platos de ensalada y los tenedores,cepillando las migas de la mesa y disponiendo los platospara el postre, Snow pen so por un momenta en cual desus invitados estaba mejor situado para resumir el pensa-miento actual sobre la cuestion de la adquisicion del len-guaje. Finalmente, se volvio hacia Haldane y pregunto,"Talvez en tanto que biologo, Haldane es el que esta masproximo de todos nosotros alas diversas teorias opuestassobre la adquisicion dellenguaje. 2Seria tan amable dehacernos una resena de las ideas que la comunidad cien-tifica tiene actualmente en este campo?"."Nome importa intentarlo," contesto Haldane, "pero

quiero aclarar desde el principio que 10 que tengo quedecir es poco mas que el relato de un profano interesa-do. No soyen modo alguno un linguista ni he estudiadodetalladamente el problema de la adquisicion dellengua-je." Despues de haber expresado estas reservas, Haldanecomenzo su informe.

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"En primer lugar, seamos claros sobre los heehos empi-ricos que cualquier teoria de la adquisicion dellenguajedeberia poder explicar. En eHosse incluye el hecho de quetodo nino normal es capaz de dominar un sistema abun-dante de conocimientos asociado a cualquier lenguaje hu-mana sin una ensenanza significativa, que este dominiotiene lugar aun cuando el nino solo este expuesto directa-mente a una pequena fraceion de todas las expresionesposibles dellenguaje, yque ellengu<ye se adquiere mas de-prisa cuando el nino tiene entre dos y tres anos de edad."Schrodinger interrumpio la disquisicion de Haldane

yobservo: "Esta claro que, de estos hechos, 10mas impor-tante es que un nino puede crear frases que no ha oidonunea antes. Este es, al parecer, un obstaeulo sumamen-te significativo para cualquier teoria que dependa de lasimple memorizacion 0 el aprendizaje rutinario.""Esverdad," continuo Haldane. "Sin embargo, es ex-

trano que las ideas actuales sobre la adquisicion del len-guaje sugieranjusto 10 contrario; el problema de 'la-ea-reneia-del-estimulo' no juega un papel muy esencial quedigamos en estas teorias.""(Podria por favor explicar brevemente una 0 dos de

estas teorias, Haldane?" sup Iieo Snow, algo impacientepor Hegar a los temas esenciales que rodeaban el proble-ma de la adquisicion dellenguaje."Estoyseguro de que todos ustedes han oido hablar de

la escuela de pensamiento psicologico Hamada los conduc-tistaso a veces solo conductismo," manifesto Haldane.Schrodinger observo enseguida, "Hace un rata apun-

tamos que sostienen que tratar de explicar la conductahuman a postulando la existencia de estados mentales delcerebro es poco cientifieo."

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"Asies.Algunas personas han extrapolado esta creen-cia para referirse a la afirmaci6n de los conductistas deque tales estados mentales no existen. Pero tengo la sen-saci6n de que s610algunos conductistas muy radicalesllegarian tan lejos; es mas sencillo decir que si se quierecrear una teoria cientifica de la conducta debe basarseen fen6menos que puedan observarse directamente, noen cosas como los sucesos mentales que, en principio, noson observables."Haldane empez6 a reseiiar la base conductista de la

conducta humana, una teoria que recordaba de nuevo laprueba que Turing present6 al comienzo de la veladapara determinar si la maquina piensa 0 no. Esa pruebaestaba completamente en el espiritu del programa con-ductista, ya que se basaba en la idea de que 10que ocurredentro de la maquina es ajeno en cuanto a decidir el es-tado cognitivo de la maquina; es la conducta de la maqui-na que se observa desde fuera la que interviene unica-mente en la formaci6n de estejuicio."Asipues, ~que diria un conductista acerca de la cues-

ti6n de la adquisici6n dellenguaje?" pregunt6 Snow."Basicamente diria que el aprendizaje de un lenguaje

es un tipo de respuesta condicionada, mas 0 menos comola de ese perro de Pavlovque aprendi6 a babear con an-telaci6n ala comida siempre que su entrenador haciasonar una campana," respondi6 Haldane."De modo que, segun esta idea, un nino aprende la

palabra agua, por ejemplo, cuando se Ie da algo de bebercada vez que tiene sed. Cuando esta situaci6n se repitemuchas veces, el cerebro del nino crea una asociaci6nentre la palabra agua y ese liquido transparente y frescoque apaga su sed. ~Eseso?" pregunt6 Schrodinger ar-

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queando las cejas levemente incr€~dulo, como para in-sinuar que s610un psic610go se atendria a una teoriaque estaba tan renida con los hechos observados de laadquisici6n y la ejecuci6n dellenguaje."Esencialmente si," replic6 Haldane timidamente. "Se

que suena increlble, pero este es el nucleo de la idea con-ductista sobre la adquisici6n dellenguaje. Se producepor una larga secuencia de situaciones de estimulo-res-puesta que se llegan a codificar en el cerebro del nino.""Indignante," estall6 Wittgenstein sacudido de su le-

targo por semejante idea. "Esta visi6n de la adquisici6ndellenguaje supondria que el nino nunca podria crearpalabras 0 frases nuevas que no hubiera oido a los de-mas. ~C6mo es posible que alguien pueda creer que enellapso de un ano 0 dos un nino pueda lograr cierto gra-do de fluidez en un lenguaje mediante un metodo deaprendizaje semejante? jSimplemente inconcebible!""No estoy defendiendo la visi6n conductista, Wittgen-

stein, s610estoy informando sobre ella," reaccion6 Hal-dane mas bien ala defensiva."Seguramente debe haber otras teorias que estudien

mejor los hechos reales observados de la adquisici6n dellenguaje que usted esboz6 antes," dijo Snow intentan-do desviar la atenci6n de Haldane de las criticas airadasdeWittgenstein a los conductistas yvolver al tema que lesocupaba. "Quiza una idea de la mente como un mecanis-mo bastante menos pasivo de 10que creen estos conduc-tistas llevaria a una teoria mas acorde con los hechosreales.""En efecto, existe una teoria en esta llnea que ha sido

propuesta par un psic610go suizo llamado Piaget," dijoHaldane. "Afirma que la mente humana origin a 10que

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llamamos conducta inteligente como un proceso de cons-truccion de la realidad en vez de actuar simplementecomo receptor pasivo y procesador de la informacionque recibe del mundo exterior."Entonces Turing seiialo: "Por 10 que recuerdo, la teo-

ria de Piaget se diferencia notablemente de los conduc-tistas en que requiere que una mente activay explorado-ra utilice las representaciones mentales internas en elcurso de su construccion de la realidad.""Tiene usted razon," continuo Haldane. "Piaget pien-

sa que introducir tales entidades en el estudio de la men-te no es menos cientifico que, digamos, el que un fisicocomo Schrodinger introduzca una particula esencialmen-te no observable, como un neutrino, en la teoria de lamateria.""~ycomo ve Piaget la adquisicion dellenguaje?" pre-

gun to Schrodinger."Por 10 que he leido, Piaget dice que la adquisicion

dellengu<ye no se diferencia en nada de la adquisicion decualquier otra destreza en la etapa adecuada del desa-rrollo intelectual. Cree que la criatura humana atravie-sa varias fases de evolucion mental desde el nacimientohasta la pubertad, que van desde la construccion deconceptos como el espacio y el tiempo al concepto dela realidad como un subconjunto de mundos posibles.Ellenguaje es uno de los muchos conceptos mentalesadquiridos durante este proceso global," explico Hal-dane.

"~Comoaprender a atarse los cordones de los zapa-tos 0 montar en bicicleta?" pregunto Turing."Ami modo de ver no hay una diferencia esencial," re-

plico Haldane.

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"Me temo que todavia no logro comprender comopuede explicar esta teoria de la adquisicion dellenguajeel modo en que el nino es capaz de ser creativo en el usodellenguaje," objeto Schrodinger. "Pero tal vez al permi-tir -0 incluso al exigir- el uso de conceptos mentales,Piaget puede arguir que se accede ala creatividad reu-niendo estos conceptos en diversos tipos de patronesnuevos mediante cierta especie de gramatica internaque combina los simbolos linguisticos.""Si,ninguna de estas teorias se adapta totalmente a los

hechos reales observados de como los humanos adquiereny usan ellenguaje," admitio Haldane. "Pero parece, entodo caso, que es todo 10 que tenemos por el momento."Durante este intercambio, Turing habia estado mur-

murando para si mismo y llenando distraidamente subloc de notas de misteriosos garabatos y dibujos. Ante laconfesion de Haldane de que las explicaciones teoricasde como se adquiere ellenguaje eran tan poco convin-centes yjustificaban tan mallas observaciones cotidianasque verdaderamente no aiiadian mucha, interrumpio eldiscurso de Haldane para presentar al grupo sus propiasreflexiones sobre el tema."Hemos acordado que uno de los rasgos mas caracte-

risticos que separan a los hombres de otros animales es ellenguaje. Ypuesto que ellengucye procede de las accio-nes de nuestros cerebros, resulta logico que el cerebrohumano deba tener algo que 10 diferencie fundamental-mente del cerebro de otros organismos.""Estoestamuy claro para todos nosotros, Turing. ~Pero

a donde conduce?" pregunto Schrodinger impaciente."Tenga paciencia conmigo un momento," dijo Turing

al tiempo que continuaba su argumento. "Supongan,"

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dijo, "que la evoluci6n ha concedido a nuestros cerebrosuna estructura que esti especializada en ellenguaje, unaespecie de '6rgano' dellenguaje, si quieren."Ahara vino el punto culminante de la teoria de Tu-

ring: la idea de que todos los lenguajes humanos son en10 fundamental el mismo lenguaje, en contraste directocon las ideas predominantes de linguistas como Ferdi-nand Saussure y Leonard Bloomfield, quienes subraya-ron la variedad de los lenguajes humanos mas que sussemeJanzas."Elaboremos un argumento analogo al que ofreci an-

tes sobre las computadoras. En ese argumento les dijeque la maquina que esboc€~era universal, en el sentidode que introduciendo un programa adecuado la maqui-na podria estar hecha para emular cualquier otro tipo deproceso computacionaL (Por que no podria ser igual conellenguaje? Quizas en lugar de que los lenguajes huma-nos sean fundamentalmente distintos, como parece a pri-mera vista, todos los lenguajes son exactamenteiguales conrespecto a su estructura mas profunda."Entonces Snowpidi6 a Turing que aclarase este punto

esencial de su teoria. "(Quiere usted decir que al igualque todas las computadoras son esencialmente la mismamaquina, las cuales se pueden programar para hacer queparezcan maquinas diferentes, hay una estructura del len-guaje -creo que 10 llam6 '6rgano'- en el cerebro hu-mana que representa la estructura profunda de todos loslenguajes humanos?""En efecto," respondi6 Turing entusiasmandose con

su tema. "Talvez hay una parte de nuestro cerebro queesta estructurada especificamente para ellenguaje. Delmismo modo que podemos conectar una computadora

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para que realice las operaciones que demanda cualquierprograma, esta parte del cerebro especifica para ellen-guaje tiene la habilidad de poner en practica los aspectosconcretos de cualquier lenguaje humano. Todo 10 que senecesita es que el entorno proporcione los detalles dellenguaje que se ha de aprender. Esta estructura basicaqueda, pues, programada por el entorno de modo queel poseedor de un cerebro aqui en Cambridge acaba ha-blando ingles en lugar de, digamos, el chino 0 el espanolque hablaria esa persona si su cerebra hubiera estadoexpuesto a un ambiente chino 0 espanol hablante enHong Kong 0 Madrid.""2Afirma usted que adquirir un lenguaje especifico

como el aleman que yo adquiri en Viena es como progra-mar su maquina computadora?" pregunto Wittgenstein."AIparecer, usted dice que al igual que el program a Iedice ala maquina universal que otra maquina ha de fin-girse, el entorno germano hablante de Viena Ie dijo alorgano dellenguaje de mi cerebro que lenguaje debiaponer en practica."Turing contesto ampliando esta idea: "Lo que tengo

'in mente' es realmente algo mas profundo que eso.Hace un par de horas explique como la estructura mate-rial de una computadora ha de poder realizar ciertasoperaciones basicas, cosas como mover un simbolo deun lugar a otro de la cinta de memoria, 0 sustituir unsimbolo por otra diferente. Pienso que esta parte del ce-rebra humano para ellenguaje tambien esta estructura-da de una forma especial, para que pueda llevar a cabociertas operaciones basicas asociadas a un lenguaje hu-mano. Estas podrian ser cosas tales como distinguir losverbos de los nombres, encadenar sonidos basicos para

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crear palabras y poner palabras en orden sucesivo paraformar frases.""~Podria decirnos, por favor, de que forma ayuda

esta vision dellenguaje a explicar algunos de los hechosempiricos que menciono antes Haldane con respecto acomo adquieren y usan los ninos ellenguaje?" pregun-to Snow."Indudablemente, el problema mas importante que

explica esta teoria es 10que Haldane denomino anterior-mente el problema de la 'carencia-del-estimulo'. Si todoslos ninos normales tienen instalada en sus cerebros la gra-matica basica de todos los lenguajes desde el nacimiento,es bastante facil ver como, incluso los ninos pequenos,podrian formar frases que nunca habian oido antes. Enesencia, los ninos ya 'conocen' la estructura de todas lasfrasesposibles gramaticalmente correctas. Podriamos ima-ginar que cada nino tiene codificada en su cerebro unaplantilla de la estructura de todas las frases posibles y que10 unico que el nino tiene que hacer para formar y pro-nunciar una frase real es colocar las palabras adecuadasen las ranuras abiertas de esta plantilla.""Cabe suponer, entonces, que las palabras proceden

de la exposicion allenguaje nativo del nino, igual que laactivacion de ciertas plantillas de [rases y el rechazo deotras. ~Esasi?"pregunto Haldane."Esa es la idea general," confirmo Turing."Esto sugeriria la existencia de una especie de grama-

tica universalimplicita en todos los lenguajes humanos,"observo Schrodinger.Snow intervino con entusiasmo: "Si la teoria de Tu-

ring es correcta, debe haber una 'estructura profunda'comun a todos los lenguajes, 10 que Schrodinger acaba

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de denominar una gramatica 'universal'. Sin embargo,10que en realidad observamos en los diferentes lengua-jes humanos seria entonces, simplemente, una estructu-ra superficial determinada por el lenguaje concreto quese habla. Probablemente, usted ha reflexionado sobre ellengu~e mas que ninguno de nosotros, Wittgenstein.~Que dice acerca de esta idea que ha propuesto Turing?"Wittgenstein sacudi6 la cabeza energicamente y du-

rante un momenta f~6 su mirada en el techo antes de vol-ver su atenci6n al grupo. Comenz6 a atacar las especula-ciones de Turing recordandoles su idea dellenguaje talcomo la exponia en el Tractatus. "Apesar de que abordaalgunas de las cuestiones empiricas mas basicas sobre laadquisici6n dellenguaje de un modo atractivo, creo quela teoria de Turing adolece de losmismos defectos que mehicieron rechazar mi denominada 'teoria de la pintura'dellenguaje.""~C6mo es eso?" pregunt6 Haldane."El problema fundamental de ambas teorias es que

suponen que la mente humana contiene una especie dealmacen de simbolos y que cada simbolo representa unaespecie de 'atomo' linguistico. Luego, las teorias pasan asugerir un tipo de calculo l6gico que combina estos sim-bolos de diversas maneras para crear una expresi6n lin-guistica, que despues severbaliza en ellenguaje hablado.En el caso de Turing, este calculo es simplemente la es-tructura intrinseca de esta gramatica universal; en el casode mi propia teoria anterior, el citlculo es una aplicaci6nneuro16gica de la l6gica cotidiana de las proposiciones.Pero como he dicho en repetidas ocasiones, esta idea delcalculo tiene defectos fundamentales. Ellenguaje es mas,mucho mas que esto."

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Wittgenstein paso a reafirmar su postura de que ellen-guaje es un fenomeno social y censuro a Turing por omi-tir este componente esencial que hace que ellenguajesea unico a los seres human os. Despues de esta enhgica yvivazdefensa de sus ideas, Wittgenstein se quedo callado;de nuevo se hallaba absorto cuando Schrodinger pregun-to acerca de la naturaleza de esta gramatica universal."Por 10 que nos ha dicho Turing, parecerfa que la esen-

cia dellenguaje es la pura sintaxis, al menos en tanto encuanto la estructura intrfnseca dellenguaje este codifica-da en esta gramatica universal del cerebro. Si esto es asf,entonces no veo una diferencia importante entre ellen-guaje de programacion de la computadora que ustedesbozo antes y que incluye enuneiados tales como 'Susti-tuir ell por el 0' y 'STOP', Ylos lenguajes humanos. Am-bos serfan sistemas formales, fundamentalmente un con-junto finito de reglas para manejar sfmbolos.""En efecto, 10 serfan," replico Turing. "Lo interesante

serfa, entonces, que tipo de sistemas formales constitu-yen. ~Son sistemas 'simples' que solo tienen un numerofinito de posibles enuneiados? ~O tienen una capacidadinfinita? Sospecho firmemente que esto ultimo. Perc>enese caso, hay muchas clases distintas de infinidades posi-bles. Ypara comprender ellenguaje, tendrfamos que sa-ber cual de estas posibilidades esta codificada en elorga-no dellenguaje humano.""Pero ~enque parte de su esquema se encuentra el sig-

nificado de un enunciado, Turing?" dijo Haldane. 'Todoeso de hablar, de formar frases gramaticalmente correc-tas utilizando la gramatica universal del cerebro esta muybien, pero construir frases de esas que son un completo ytotal disparate es faeil."

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"2Por ejemplo?" dijo Turing."2QueIe parece 'Los pensamientos rojos caminan tran-

quilamente'?" dispar6 Haldane. "Ahi tiene un ejemplode una proposici6n que, sin duda, esti expresada correc-tamente segun las reglas de la gramatica inglesa. Sisu teo-ria es exacta, entonces pude construir esta frase utilizan-do la gramatica universal de mi cerebro que habia sidof~ada en la 'modalidad inglesa'. Sin embargo, su conte-nido semantico es nulo. Asi que 2en que parte de su teo-ria figura el hecho de que estas palabras esten totalmen-te desprovistas de significado?"."No 10 se," admiti6 Turing. "Lo que usted llama mi

'teoria' de la adquisici6n y ejecuci6n dellenguaje es, eneste punto, s610una conjetura. A mi me parece que laidea de un 6rgano dellenguaje tal que contenga una gra-matica universal y que forme parte de los derechos denacimiento de todo nino normal, es una forma de eludiralgunos de los defectos evidentes de las teorias de la ad-quisici6n dellenguaje que nos esboz6 antes. Pero, in-dudablemente, no puedo afirmar que mis especulacio-nes esten libres de sus propios defectos."Mientras Turing guardaba silencio para meditar so-

bre estos defectos, Schrodinger anadi6, "2Por que tene-mos que elegir una cosa u otra? 2Por que la adquisici6ndellenguaje no puede encerrar tanto el mecanismo for-mal de Turing para la sintaxis como una capacidad ge-neral de aprendizaje que asocie el significado a los sim-bolos? No veo ninguna raz6n 16gica para que las cosasno pudieran hacerse de este modo."Snow veia que el tiempo estaba pasando y que esta li-

nea argumental se estaba desviando del tema principalde discusi6n para el que habia reunido a sus invitados.

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De modo que, en este pun to, volvioa entrar en la conver-sacion y llevo de nuevo la discusion al tema que les ocu-paba: la necesidad que tiene una verdadera maquinainteligente de adquirir fluidez en un lenguaje humano."Parece que estamos de acuerdo en que si vamos a

considerar que una computadora es realmente inteligen-te, es necesario que posea un lenguaje humano." Snowlanzo una mirada aWittgenstein que seguia mirando alas musaranas malhumorado, y continuo: "Pero pareceque estamos divididos en como podria una maquina ad-quirir exactamente esta capacidad linguistica. Turingaboga por un organo dellenguaje en el cerebro, que pro-porciona una estructura sintactica universal sobre la cualse puede construir cualquier lenguaje simplemente parexposicion; Wittgenstein, sin embargo, nos dice que elsignificado es la esencia dellenguaje y que esto solo sepuede adquirir en un contexto social."Interrumpiendo el resumen de Snow, Schrodinger

observo: "Apesar del hecho de que la teoria de Turingse base en la sintaxis en tanto que la de Wittgenstein seapoya en la semantica, las dos concuerdan en que el as-pecto esencial de la adquisicion dellenguaje es social;los ninos aprenden un lenguaje en particular por estarexpuestos a una poblacion que habla ese lenguaje. Demodo que tal vez sea este el punto en el que debamoshacer hincapie antes que enredarnos en los detalles decomo se representa exactamente el lenguaje dentrodel cerebro.""Aeso iba," dijo Snow no sin cierta aspereza. "Consi-

deremos como podria una maquina computadora adqui-rir la destreza para ellenguaje humano. 2Alguna idea decomo se podria hacer esto, Turing?"

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"Antes dije que una de las razones mas alentadoraspara creer que la construcci6n de una maquina inteli-gente es un proyecto factible, es la posibilidad de fabri-car mecanismos que imitan cualquier parte pequeiia deun hombre. Asi que si tratamos de producir una maqui-na que posea ellenguaje humano, es evidente que unaforma de proceder es seguir el modelo humano tan fiel-mente como podamos.""No demasiadofielmente, espero," coment6 Schrodin-

ger con cierta ironia. "No estoydel todo seguro de cuantoanhelaria tener una computadora acurrucandose amilado en una noche fria de invierno.""jBah!"buf6 Haldane. 'Tendra que ser una noche ver-

daderamente muy fria para que una cosa asi pueda ocu-rrirIe, Schrodinger."Avergonzado hasta el sonrojo por estas alusiones alas

conocidas inclinaciones sexuales de Schrodinger, Tu-f, ring empez6 a explicar rapidamente que esa no era la'IIi clase de simulaci6n humana que se proponia. Pero an-f tes de que llegara muy lejos en su aclaraci6n, le-dio uno7j." de sus accesos de tartamudeo yno tuvo mas remedio quelt.. hacer una pausa para tomar un sorbo de agua y calmar-I' se. Despues de unos instantes, consigui6 dominarse yi~ continu6.I "Deberiamos empezar con una maquina que tuvieraI una capacidad muy pequeiia para realizar operacionesf 0 para reaccionar a la intervenci6n externa de una formaI, disciplinada. Despues, recurriendo a una intervenci6n~! adecuada -en realidad la educaci6n simuladora- de-f'Jt, beriamos tener la esperanza de modificar la estructurade la maquina hasta que pudiera confiarse en que produ-jera reacciones determinadas a ciertas circunstancias lin-

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guisticas. Este seria el principio del proceso y, de mo-mento, es muy dificil preyer como podria continuar.""~Harealizado usted algun experimento de este gene-

ro con las maquinas de su laboratorio de Manchester?"pregunto Haldane."En realidad, si," respondio Turing con un deje de or-

gullo. "El adiestramiento de un nino depende en granmedida de un sistema de premios y castigos, 10 cual sugie-re que se deberia poder completar la organizacion de unamaquina, en un principio desorganizada, con la inter-vencion de solo dos datos de entrada: uno para el 'pla-cer' y el otro para el 'dolor'. Hemos hecho experimen-tos con algunos de estos sistemas placer-dolor.""Sin entrar en detalles tecnicos, me pregunto si po-

dria usted explicar como funcionan estos sistemas," pi-dio Schrodinger arqueando las cejas con curiosidad."En terminos generales, todos los sistemas estan es-

tructurados mas 0 menos del mismo modo. Las configu-raciones de la maquina vienen descritas por dos expre-siones que llamamos 'expresion del caracter' y'expresionde la situacion'. En un momenta determinado, el carac-ter y la situacion,junto con las senales de entrada proce-dentes del entorno, determinan el caracter y la situacionen el momenta siguiente. La intervencion placenteratiende a f~ar el caracter, mientras que los estimulos do-lorosos tienden a trastornarlo, modificando rasgos quepreviamente eran f~os."Snow observo que "Esta definicion suena demasia-

do ambigua y general para ser de much a utilidad.""Probablemente sea asi,"admitio Turing. "Pero la idea

es que cuando el caracter se modifica pensamos en ellocomo un cambio en la maquina, pero la situacion es sim-

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plemente la configuracion de la maquina descrita porel caracter. EI proposito es que los estimulos dolorososse produzcan cuando la conducta de la maquina seaerronea, en tanto que los estimulos placenteros tenganlugar cuando sea correcta. Con los estimulos adecuados,uno puede esperar que el caracter tendera hacia la con-ducta deseada y que la erronea llegara a ser inusual."Turing paso a describir la organizacion de uno de es-

tos sistemas, en el cual el procedimiento era, primero,dejar que la maquina funcionara durante mucho tiem-po con una aplicacion continua de estimulos dolorososjunto con varios cambios de datos sensoriales. Aunquela conducta de la maquina se inclinaba hacia una en laque raramente, si acaso, se producian actuaciones 'erro-neas', Turing les dijo que la tecnica de aprendizaje realno era muy semejante al tipo de procedimiento que seensenaria a un nino. De modo que no creta que este ex-

~ perimento en particular fuera la forma acertada de ense-1 nar a una maquina a adquirir las destrezas lingiiisticas.t "Dejeme ver si he comprendido correctamente estej'j~ experimento," dijoWittgenstein con un tono falsamenteI amable, casi suave. "Usted otorga a la maquina todos losi aparatos sensoriales de un ser humano -ojos, oidos, unai nariz para oler y una piel para el tacto- y coloca este,,' robot en un entorno humano. Usted cree que por estartt! expuesto allenguaje de esta comunidad humana, la ma-I quina adquiriria el lenguaje por medio de una reconfi-i guracion de los circuitos electronicos que constituyen el~'" cerebro del robot. ~Esesto 10 que esta tramando, Turing?"II "Mas0 menos," respondio Turing.I "Esto es completamente ridiculo," exclamo Wittgen-11 stein. "Solose pueden atribuir pensamientos -incluidas

I

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las expresiones linguisticas significativas- alas criaturasque participan de una forma de vida en la que esas ex-presiones tienen sentido. £1 concepto de 'dolor' se ca-racteriza por su funci6n concreta en nuestra vida. Solollamamos 'dolor' a una sensacion que tiene esta posi-cion, estas conexiones con nuestra vida. Usted podriacalificar la conducta de su maquina de dolorpero no secorresponde mas con 10 que nosotros los humanos lla-mamos 'dolor' que si la hubiera calificado de 'placer','humor', 'alegria' 0 'pena'. La maquina no puede com-

prender 10 que usted quiere decir por 'dolor' mas de 10que puede comprender estas otras emociones humanas.Y sin esta comprension, no se puede decir de ningunmodo que una maquina conozca ellenguaje."Cuando Wittgenstein finalizo este ataque en contra

de la posibilidad de que una maquina adquiriese algunavezverdaderas destrezas humanas para ellenguaje, Sim-mons aparecio en la puerta y discretamente Ie hizo seiiasa Snow de que estaba listo para servir el postre. Viendoque las ideas contrapuestas sobre la adquisici6n del len-guaje por parte de una maquina habian empezado a pa-sar de los hechos reales alas opiniones personales y am-biguas, Snowpens6 que era un momenta oportuno parareconducir la discusion por canales mas productivos."Caballeros, veo que Simmons hace seiias desde la

puerta. Tal vez sea este un indicio para que desviemosnuestra atencion dellenguaje a otro marco cultural hu-mana igualmente fascinante: las artes culinarias. Asiqueles propongo que hagamos una pausa y Ie dejemos qui-tar estos platos y servir el postre. Tanto Turing comoWittgenstein han insinuado que el hombre aislado nodesarrolla ningun poder intelectual, linguistico 0 de

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otra indole. Cuando reanudemos la discusi6n, me gusta-ria abordar el desarrollo de otros aspectos de la culturahumana ademas dellenguaje, cosas como la religi6n, elarte, la literatura y otros ingenios creativos. Tengo la sos-pecha de que esa discusi6n arrojara una luz diferente so-bre el tema de si las maquinas podrian adquirir algunavez la clase de inteligencia que asociamos a los humanos."

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Empujando una mesita de ruedas, Simmons ofreci6 acada uno una copa alta llena de harina de avena hervi-da y fruta, adornada con una gene rosa porci6n de natamontada y todo ello rematado con unas gotas de whiskyde malta escoces."Aja,"exclam6 Haldane aplaudiendo en selial de apro-

baci6n. "Unas gachas de avena al estilo escoces. Senci-llamente debo felicitarle par elegir el postre perfecto pararematar estamagnifica comida, Snow.""Talvez dulcificara un poco nuestro debate," respon-

di6 Snowfriamente. "Nuestras deliberaciones se han cen-trado en el papel dellenguaje en la cognici6n, pero mepregunto c6mo encajan en todo esto los valores socialesy la cultura. Si ellengu~e es tan importante para el pen-samiento humano, entonces unos temas culturales masamplios tambien deben serlo. Despues de todo, ellen-guaje no es mas que la expresi6n de una cultura, si biende una visible y de especial importancia.""En efecto, 10 es," aliadi6 Schrodinger. "Creo que fue

su escritar britanico George Orwell quien una vez dijoque 'La estructura polltica determina ellenguaje yellen-guaje determina el pensamiento'. De modo que si esta

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en 10 cierto, ynosotros tambien al centrar la atenci6n enel lenguaje como ingrediente basico del pensamientohumano, entonces cualquier discusi6n sobre maquinasque piensan como hombres ha de tener en cuenta losfactores socialesy culturales."Wittgenstein apart6 a un lado sus gachas de avena y

replic6 a estos argumentos diciendo: "Examinemos esteextraiio postre que acaban de colocar delante de noso-tros. Haldane dice que es un potingue escoces. Ahorabien, ~que Ie hace decir eso? ~Porque puede identificar-10 inmediatamente como escoces y Schrodinger 0 yomismo no podemos reconocer mas que una mezcolanzade granos, frutas, nata ywhisky?Simplemente es porqueHaldane esta familiarizado con la cultura escocesa ypareso ve que la mezcla de su copa es escocesa. Por otra par-te, yo no tengo esa imagen en mi mente, asi que aminunca se me pasa par la cabeza la idea de Escocia y delas destilerias escocesas de whisky.Lo que vemos depen-de de d6nde hayamos estado y de la totalidad de nues-tras experiencias vitales. De modo que para que una delas maquinas de Turing me incite a pensar que ella esHaldane, tendria que haber tenido las mismas experien-ciasvitales que Haldane. Ellenguaje es impartante parael pensamiento y ellenguaje es s6lo la expresi6n en pa-labras de una cultura."Antes de que Wittgenstein pudiera lanzarse de lleno a

este tema, Schrodinger intervino diciendo, "AIparecer,este argumento sugiere que una poblaci6n de maquinasinteligentes del genero que prop one Turing tendria quedesarrollar todos las peculiaridades culturales que vemosen las poblaciones humanas. 0 al menos tendrian quedesarrollar cosas como la religi6n, el arte, ellenguaje,

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etc., si hubiera alguna posibilidad de que considerara-mos que su inteligencia es 'humana'."Mordiendo el anzuelo encubierto en este comentario,

Turing volvio a reiterar su punto de vista de que si estasmaquinas inteligentes debian explorar el mundo fisico einformarse sobre el como hacen los humanos, habia quedotarlas de los mejores aparatos sensoriales posibles."Pero hablar de una sola maquina, 0 'robot', de este

tipo es un asunto muy distinto que hacerlo de una pobla-cion de tales artefactos," dijo Snow. "AIprincipio penseque hablabamos del primer caso, pero desde que esta-mos discutiendo que la capacidad linguistic a y la culturason senas distintivas de la inteligencia humana, pareceque hemos pasado al segundo. Por mi parte, no compren-do como se puede hablar justificadamente de la apari-cion de una cultura en una isla desierta habitada par ununico ser humano -0, si vamos a eso-, por un solo ro-bot. ~Que piensa usted, Haldane? Usted es aqui el ex-perto en como aparecen los organismos y evolucionanlas poblaciones.""Hace algunos anos, sugeri que el origen de la vida se

encuentra en las grandes moleculas organicas que pro-bablemente abundaban en los oceanos de los primerostiempos de la Tierra. AImoverse de un lado a otro dentrode esta 'sopa' organic a diluida, estasmoleculas podian in-teraccionar por un proceso analogo al de la cristalizaciony reproducirse formando moleculas similares a partir decomponentes mas sencillos. La vida, pues, solo comenza-ria cuando unas cuantas de estas moleculas se asociaranmutuamente de un modo mas 0 menos permanente.""Segun esta idea," dijo Schrodinger, "si se rompiera

una bacteria y se pasaran sus componentes a traves de un

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filtro, dejaria de estar viva. Pero cuando los materialesseparados por filtraci6n se unieran de nuevo para for-mar las bacterias, tal vez entonces la vida volveria a em-pezar. ~Noes asi, Haldane?""Exactamente," dijo el bi6logo. "La vida es un fen6-

meno de resonancia entre moleculas."Entonces Turing anadi6: "Lamayoria de las plantas y

los animales superiores se pueden subdividir hasta cier-to punto sin matarlos. Pero una celula viva no puededividirse asi; al cortarla y separar sus componentes sedestruye su funcionamiento como objeto viviente. Estosugeriria que la celula es una unidad de vida muchomas fundamental que el organismo multicelular en suconjunto."Entusiasmandose con este tema, Haldane respondi6

euf6rico: "Asies. Esto es exactamente 10 que podria es-perarse si la vida fuera un fen6meno de resonancia en-tre moleculas en vez de entre estructuras mas grandes.Si mal no recuerdo, Schrodinger, usted expresaba lasmismas ideas en su librito ~Que es la vida?, que al pare-cer esta despertando un gran in teres actualmente."Antes de que Schrodinger pudiera responder, Witt-

genstein irrumpi6 diciendo, "Supongamos que tiene us-ted raz6n y que los procesos vitales dieron comienzo ensu 'sopa' primitiva. ~Que hay de la mente? ~Cuando evo-lucion6 una simple bacteria en algo que pudieramos de-cir que tenia una mente?"Haldane respondi6 indicando que la mente es tam-

bien un fen6meno de resonancia, como la vida misma.Pero una resonancia entre grupos de objetos mas gran-des que los simples atomos, tal vez agregados de cHulasque peri6dicamente sufren perturbaciones electricas.

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"Pero no hay motivo para atribuir una mente a orga-nismos tales como los protozoos 0 las plantas superioresyes probable que, en el mejor de los casos, sea sumamen-te rudimentario en todos los animales salvo en unos po-cos," declaro Haldane con cautela. "Estoy convencido,"dijo, "de que la mente no es una especie de fenomenomisterioso que se agrega encima de la materia, sino quees una entidad aparte que interacciona con sistemas ma-teriales corrientes."Turing se levanto de su silla para cuestionar este pun-

to y senalo que ese concepto de la mente seria equivalen-te a afirmar que el estudio de los fenomenos mentales yano era del dominio de la ciencia, puesto que la posturade Haldane confinaba la existencia de la mente a un pro-blema de metafisica.Snow tenia la sensacion de que la discusion perdia el

rumbo y entraba en una larguisima digresion sobre es-peculaciones metafisicas acerca de la mente, por 10 queinterrumpiolas objeciones de Haldane antes de que pu-diera desarrollarlas por completo. "Pensemos acerca decomo encaja todo este discurso sobre el origen de la viday la mente en la cuestion que estamos discutiendo aqui,"dijo. "~Que tiene ello que ver con que podamos crear unamaquina que piense?""Para comprender como estan entrelazadas la vida y

la mente 0, si 10prefiere, la vida y el pensamiento, tene-mos que lograr un mejor entendimiento de que es 10 quesepara a los seres vivosde los no vivos,"respondio Schro-dinger. "~Por que razon exactamente consideramos queesta mosca que zumba alrededor de la mesa esta viva yno otorgamos la misma propiedad a esta silla en la queestoy sentado?"

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"Lo siento, Schrodinger, pero no veo claro por que te-nemos que definir la vida para que podamos seguir con-siderando la posibilidad de una maquina que piense.2-Quetiene que ver la definicion de vida con este asunto?"pregunto Snow."Todos estamos de acuerdo, creo, en que para que

una maquina exhiba todo el espectro de la inteligenciahumana deberia poseer todo el espectro del aparato sen-sorial humano y asi podria interaccionar con la realidady aprender acerca de la vida humana de un modo muysimilar a como 10 hacen los niiios," dijo Schrodinger amodo de respuesta."Esa es, al parecer, nuestra postura comun," acordo

Turing."Bien, entonces," continuo Schrodinger, "2-comose

pueden tener todas estas capacidades sensoriales y detratamiento de la informacion que conducen ala cogni-cion e ignorar precisamente el problema de que clase deobjetos las pueden poseer? Que nosotros sepamos, sololos seres vivoscombinan los procesos sensoriales y de in-formacion hasta un pun to que les otorga conocimientocognitivo. Asi que, tal vez, un paso util seria pre gun tarque esta vivoy que no 10 esta.""Ahora comprendo que es 10 que pretende," admitio

Snow. "Tal vez el asunto se aclararia si nos indicara suspropias ideas sobre las 'huellas dactilares' que caracteri-zan a un organismo vivo."Schrodinger se alegro de poder complacerles. "En

mis ultimas conferencias en Dublin, llame la atencion so-bre la capacidad de los seres vivospara transportar infor-macion. Concretamente, 10que me interesaba era don dealmacena exactamente la celula vivala informacjon nece-

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saria para hacer una copia de S1misma y prolongar lavida del organismo. Mi conclusi6n provisional es que estainformaci6n se almacena en las proteinas que constitu-yen todas las celulas vivassegun un patr6n cristalino queno se repite.""2Peropor que pone usted tanto enfasis en este asunto

del almacenamiento de la informaci6n?" pregunt6 Snow."Principalmente parque todas las actividades funcio-

nales basicas que caracterizan a los organismos vivosde-penden de la disponibilidad de informaci6n. De modoque el elemento clave es d6nde se almacena la informa-ci6n y c6mo la utiliza la celula.""2Que tipo de actividades cree usted que distingue a

un ser vivo de uno que no 10 es?" pregunt6 Turing."Enmi opini6n, hay tres rasgos que Ie separan a usted,

Turing, de una piedra de la calle. El primero es que tieneusted un metabolismo, mediante el cual obtiene energ1adel entorno y la transforma para aumentar su propia su-pervivencia. A continuaci6n, sus celulas tienen un os pro-cedimientos de autorreparaci6n incorporados para cuan-do la maquinaria celular comience a fallar. Y,por ultimo,sus ceIulas son capaces de replicarse, por cuanto puedenfabricar copias exactas de S1mismas, aunque no necesa-riamente perfectas.""As1que 2dice usted que las actividades funcionales

que separan a los seres vivos de los no vivos son el meta-bolismo, la autorreparaci6n, y la replicaci6n?" pre gun-t6 Haldane."Eso es," confirm6 Schrodinger.En este momento, Wittgenstein interrumpi6las lec-

ciones de Schrodinger sobre la vida y dijo: "No puedeinsinuar en serio que una maquina, simplemente par el

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hecho de poseer estas propiedades de la vida, adquierade repente las destrezas cognitivas humanas.""No insinuo tal cosa," respondi6 Schrodinger. "Estas

propiedades son necesarias para la vida. Pero par el he-cho de poseerlas no se puede decir que un arganismosea cognitivamente semejante a un ser humano.""Yo diria que si," buf6 Haldane. "Incluso una humilde

bacteria posee los rasgos que segun Schrodinger caracte-rizan la condici6n de viviente.Yno me gustaria en absolutoque mis procesos mentales se comparasen con los de unabacteria. Apuesto a que tampoco a ninguno de ustedes."Snow intervino en este pun to para devolver la discu-

si6n al tema principal, el de que propiedades tendria queposeer una maquina para considerarla un ser inteligente.La biologia esta muy bien, pens6, pero para ser humanohace falta mas que una mera organizaci6n quimica. ~Quehay de la moral, la etica e incluso la cuesti6n de la identi-dad? ~Que significa ser una persona? se pregunt6. ~Yquetiene que ver la identidad personal con pensar como unhumano? Le parecia que merecia la pena poner el temasobre la mesa para que el grupo 10examinara."Dejenme trasladar la discusi6n desde la biologia a 10

que supongo que s610 se puede considerar filosofia,"comenz6. "Desearia obtener su saber colectivo sobre elasunto de la condici6n de persona para las maquinas.Supongan que los ingenieros y demas cientificos logra-ran construir un artefac to con un aparato sensomotordel tipo que desea Turing, e incluso 10 dotaran de lastres cualidades de la vida de Schrodinger. ~Cabria espe-rar que esa maquina se 'desarrollara' en un ser cogniti-vo al que finalmente consideraramos una 'persona'? ~Oes esto una especie de fantasia antropom6rfica?"

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Casi antes de que estas palabras hubieran salido dela boca de Snow,Wittgenstein salta de la silla hacia de-lante como si Ie hubieran empujado con un palo afiladoyexclamo: "Snow, es absolutamente impensable supo-ner que una maquina -siquiera con todas las fantasti-cas propiedades que Ie ha dado- pudiera considerarseuna 'persona'. La sola idea es una enorme confusion decategorias. Seria 10mismo que decir que el numero 7 es'verde'. Sencillamente, la condicion de persona es ini-maginable para un objeto que no sea un ser humano decarne y hueso."En absoluto intimidado por este arran que tipicamen-

te wittgensteiniano, Haldane replica: "Espere un mo-mento, Wittgenstein. Creo que tenemos que examina,rel problema de que es 10 que queremo5 decir por condi-cion de persona referida a los humanos antes de sacarla conclusion de que una maquina no puede poseerlatambien.""Estoy de acuerdo," intervino Turing. "Sin entrar

en consideraciones de 10 que significa ser una perso-na, 2como puede decir que una maquina viva e inteli-gente, del genero que ha descrito Snow, no puede seruna? Es un razonamiento claramente obstinado afir-mar esto por decreto, por no decir que tambien esmala filosofia.""Asipues," dijo Snow, "examinemos 10 que significa

ser una 'persona'. 2Tieneusted alguna idea sobre el tema,Schrodinger?"Sin parar de moverse en su silla, Schrodinger jugue-

teaba distraido con la cuchara de postre mientras mirabaa Snow con aire pensativo. Despues de unos momentosde silencio, comenzo de un modo vacilante a encararse

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con el reto que Snow Ie habia planteado: infarmar de 10que significa ser persona."Dejenme decir para empezar que veo este asunto

dividido en dos partes. En primer lugar esta el pro ble-ma de la identidad personal. 2Que es 10 que nos permitedecir que una persona es la misma persona a 10 largodel tiempo? Esto conduce directamente a la nocionque hemos estado considerando hasta ahora, a saber,la concepcion de condicion de persona par parte delas personas. ""2Perocomo puede ser un problema la identidad per-

sonal?" quiso saber Turing. "2Noes la identidad de unapersona una de las verdades mas fundamentales que hahabido en el curso de los tiempos? Piensen simplemen-te en las repercusiones que tendria un cambio de estaidea en todo nuestro sistema de creencias.""En efecto," replico Schrodinger. "Precisamente par

eso debemos tener el concepto claro antes de introdu-cirnos en una discusion de este genero. De 10 contrario,nos encontramos en un embrollo que no lleva a ningunaparte. Asi pues, 2que es exactamente 10 que me permitedecir que el Wittgenstein que veo aqui ahara es la mis-ma persona que subia conmigo las escaleras hace unaspocas horas?""0, sivamos a eso, el mismo Wittgenstein que conocio

en Austria hace una decada," aiiadio Haldane."Sila memoria no me falla," intervino Snow, "haydos

teorias tradicionales sobre esto. La primera dice que unapersona es ante todo un organismo fisico en estado defluctuacion. Asi que la identidad de la persona equivaleala identidad de ese sistemafisico.Podriamos pensar queesto es la mitad 'cuerpo' del dualismo mente-cuerpo de

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Descartes. La otra teoria afirma que 10 que cuenta, hastael punto de constituir una persona, es la continuidad delos estados mentales. Esta es la mitad 'mente' de la con-dicion de persona.""Asipues, el fisico teorico sostiene que si el Snow aqui

presente era un chino delgado y bajito cuando 10vio porultima vezy luego viene una irlandesa alta afirmando queella es Snow, no tendriamos motivos para tomar sus afir-maciones en serio. Antes bien, usted dira que eso es im-posible y Ie cerrara la puerta en las narices. Los organis-mos fisicos son exactamente 10 que son las personas. ~Eseso, Snow?"pre gun to Haldane."Con su estilo inimitable ha captado usted la esencia

de la postura del fisico teorico," replico Snow.Como Wittgenstein se retrajera un poco ante este cru-

ce de ideas, Turing pregunto cual era la opinion del teo-rico de la mente. "Mi interpretacion es que el teorico dela mente dice que este tipo de argumento fisico confun-de un principio operativo con una intuicion teorica. Enlugar de concentrarse en la estructura fisica, el teorico dela mente diria que es perfectamente posible imaginar queuno se despierta una manana y descubre que tiene uncuerpo totalmente nuevo.""De hecho," senalo Schrodinger, "esta fue precisamen-

te la premisa de la famosa novela de Kafka, La metamorfo-sis, en la cual el protagonista, Gregor Samsa, se despertouna manana para descubrir que se habia transformadoen un insecto gigantesco.""Un ejemplo instructivo, sin duda," continuo Turing.

"Ahora bien, a mi me parece que si creemos en la posibi-~ lidad de que una cosa asi pueda ocurrir, entonces nues-j

tra idea de 10 que constituye una 'persona' no esta com-

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pletamente ligada a nuestro concepto de 10 que es elcuerpo fisico de una persona. Si 10 estuviera, esta tramakafkiana seria totalmente impensable.""2Pero que es 10 que usted entiende por 'continui-

dad mental'?" inquiria Schrodinger.Recordando que habia sido el filasofo John Locke

quien sugiria que la memoria es el tipo adecuado decontinuidad mental, Snow indica que la memoria es laque vincula las experiencias pasadas de un individuo asus conocimientos presentes, y 10 hace de tal forma queno pueden ligarse a los conocimientos de ningun otroindividuo.Incapaz de permanecer mas tiempo callado ante 10

que percibia como una discusian completamente desca-rriada, Wittgenstein se inclina sobre la mesa, f~a su mi-rada penetrante en Snow y pregunta: "2Que ocurririaentonces si dispusiera de una tecnologia 'borradora dementes' de modo que pudiera limpiar la memoria de unindividuo sin que Ie afectara a su salud fisica? Supongaque la sociedad utiliza este borrado de memorias comopena capital alternativa. Ahora Ie pregunto, Snow, 2quepreferiria usted: tener una muerte organica por mediode las barbaridades habituales, como el verdugo, 0 queIe borren la mente?"Snow mira a Wittgenstein por encima de sus grue-

sas gafas de montura de concha y replica, "No veo nin-guna razan para elegir una en vez de otra. 2Esque esta-ria en mejores condiciones sime borraran el cerebro?""Eso suena a un argumento subrepticio a favor de la

teoria de la continuidad mental," observa Turing. "AIpa-recer, 10 que dice es que si la continuidad mental se des-truye, la continuidad fisica tiene poco valor."

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"Un momento," interrumpio Haldane. "Antes de sa-car conclusiones precipitadas, examinemos con un pocomas de detenimiento la postura del teorico de la conti-nuidad fisica."Haldane serralo que no es del todo extrarro que a una

persona Ie falten partes del cuerpo sin que ello afecte 10mas minimo nuestra percepcion de la condicion de per-sona de un individuo. "La gente pierde una pierna enuna guerra 0 Ie extraen un ojo infectado sin que pense-mos en absoluto que ese individuo se ha convertido enuna persona diferente. En 10 que atarre ala identidadpersonal, parece que solo es el cerebra 10que cuenta. Asipues, es la continuidad cerebral, no la continuidad fisicaen su conjunto, la que apoya la teoria de la continuidadmental. En este sentido, y a pesar de todo, la continuidadmental es mas importante que la continuidad fisica.""Bueno," dijo Turing, "si solo cuenta el cerebra, de-

jenme praponer el siguiente experimento mental. Efec-tuemos un mapa minucioso de todas las neuronas, sinap-sisy demas conexiones del cerebra de Haldane. Ahorasupongan que sustituyo cada uno de estos componentespor un equivalente electronico -tubos de vado, cables,resistencias, etc.- todos ellos conectados exactamentede la misma forma a como estan unidos los componen-tes del cerebro de Haldane. Entonces, no solo esta co-pia electronica del cerebro de Haldane deberia pensarjusta como Haldane, sino que segun la teoria de la conti-nuidad fisica deberia de ser Haldane."Entonces Schrodinger arradio: "Segun esta asom-

brosa fantasia, Turing, esta usted afirmando que los es-tados mentales de Haldane son el resultado de los po-deres computacionales del cerebro. Este es una especie

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de computacionalismo, en el cual esos estados mentalesconstituyen el proceso del cerebro, que conduce alaidentidad personal que simplemente es una 'identidaddel proceso'."En respuesta a la perspicaz observaci6n de Schrodin-

ger, Turing declar6, "Si10 que usted llama computacio-nalismo es cierto, puedo, en principio, transferir en al-gun momenta el estado funcional de mi cerebro a unamaquina computadora y pedirle que realice mis proce-sos cerebrales. "

"Asi pues," dijo Snow, "cuando esta transferencia secomplete y se 'reactiven' los procesos de su cerebro, estenuevo sistema seria Turing desde todos los puntos devista excepto el puramente material. Los estados menta-les de la maquina se reanudarian donde Turing los ha-bia dejado, de la misma forma que mis estados mentalesse reanudan por la manana donde los habia dejado cuan-do me fui a dormir la noche anterior."De nuevo Wittgenstein respondi6 al desafio y objet6

que "Este computacionalismo no ofrece mas que una es-pecie de inmortalidad. Una vez que 'usted' este captu-rado en un programa yen un conjunto de registros dedatos, no morira a condici6n de que sigan existiendo ma-quinas computadoras 10 bastante complejas como pararecibirle y ejecutar su programa. jQue asombroso dispa-rate es todo esto!"'\~Que quiere decir?" pregunt6 Snow"Quiero decir que suponga que Turing decidi6 copiar

su cerebro e introducirlo dentro de una maquina en elmomenta de su muerte. Pero en lugar de copiarlo den-tro de una maquina, algun bromista ingenioso decide ju-gar sobre seguro y hacer una copia simultanea para me-

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terlas dentrode dos maquinas. Ahora, de repente, tene-mos dos Turings que no se pueden distinguir ni funcio-nal ni mecanicamente.""Bueno, 2Yque?" dijo Haldane. "Tanto mejor, diria yo,

pues ahora Turing tendra dos cuerpos en lugar de uno Ypodria tener el doble de experiencias."Wittgenstein lanz6 sus manos al aire en seiial de frus-

traci6n Yse dej6 caer hacia atras en su silla con una mira-da de disgusto en su rostro. Pero antes de que pudieraresponder a Haldane, Schrodinger interrumpi6 dicien-do: "No, eso no sirve para nada. Comprendo el argumen-to de Wittgenstein - y la verdad es que es sutil. Turing sehabia propuesto hacer s610una copia y esa copia sma eLPero ahora hay dos copias yambas no pueden ser Turing.Pensar 10contrario constituye una enorme violaci6n dela 16gicabasica. Porque supongamos que T es Turing an-tes de su muerte, en tanto que A y B son las dos copias.Entonces, segun el marco hipotetico de Wittgenstein, AyB tendrian que ser uno y el mismo individuo. Pero estono tiene sentido, ya que A y B son dos individuos distin-tos, a pesar de 10mucho que se parecen mutuamente.""Si, en efecto. Ahora 10 comprendo," reconoci6 Hal-

dane. "Un computacionalista afirmaria que A es T y seacual sea lajustificaci6n que haya para esta afirmaci6n es lamisma que para decir que B es T.Pero no puede haber unrazonamiento para afirmar que A es B. Bueno, quizas estos610demuestre que el computacionalismo se equivoca.""No estoy tan seguro," dijo Snow. "Este tipo de proble-

ma de divisi6n no se limita al computacionalismo, sinoque se extiende a toda descripci6n de la condici6n depersona que explique la continuidad mental basada enla continuidad de un proceso mas que de una entidad."

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Snow paso a explicar la diferencia entre dividir algocomo un pastel y un acontecimiento como un concierto.En el primer caso, podemos compartir el pastel dividien-dolo en trozos y al hacerlo as! reducir la naturaleza ffsicadel pastel. Pero supongan que tenemos una actuacionmusical que tiene lugar en una sala de conciertos y que vaa ser retransmitida por la radio, de modo que mucha gen-te pueda participar de ella sintonizando la emisora. As!pues, el acontecimiento del concierto se 'divide', pero noen el sentido en que dos personas dividen un pastel. Es-tas dos nociones de division, dijo Snow, solo se tornan in-comprensibles cuando hablamos de la identidad per-sonal porque estamos habituados a pensar en nosotroscomo entes, no como procesos. As! que este tipo de ar-gumento apoya a los teoricos de la continuidad ffsica.

"Despues de o!r todos estos argumentos," dijo Schro-dinger, "llego a la opinion de que quizas 10 que importaen toda esta transferencia en ellecho de muerte no es lasupervivencia de Turing, sino simplemente la continui-dad. Aqu! nos hemos concentrado en si Turing, en tantoque Turing, sobrevive a esta transferencia a una maquina;pero esto conduce a todos estos problemas logicos acer-ca de si 10 que sobrevive es realmente Turing 0 no. En miopinion es mejor decir que 10 importante es si hay al-guien que sea la prolongacion de Turing.""Esto se acerca a la idea vedica de los m!sticos orien-

tales," observo Haldane."As!es," replico Schrodinger con entusiasmo. "Dejen-

me explicar esto planteando cuatro preguntas que es-tan directamente relacionadas con 10 que estamos dis-cutiendo. 2Existe un yo? 2Existe un mundo ademas dem!? 2Dejo de existir a la muerte de mi cuerpo? 2Deja de

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existir el mundo al morir mi cuerpo? Mi respuesta alascuatro preguntas es decir que solo existe un ser univer-sal al que la tradicion vedica llama Brahman. YBrah-man abarca toda la realidad en una unidad sin costuras,integra; Brahman es puro pensamiento.""Recuerdo haber discutido esta tradicion en mis visi-

tas a la India," seiialo Haldane. "Que yo recuerde, Brah-man esta asociado a un poder llamado Maya a quien sedebe la aparicion del mundo; Maya es el supuesto mate-rial gracias al cual percibimos el mundo tal como es.""Exacto," replico Schrodinger. "Elalma ignorante no

pude ver mas ana de Maya;pero el alma ignorante, que enrealidad es Brahman, esta enredado en el mundo irrealde Mayay la unica salida es por elVeda. El yo y el mundoson uno -y son todo-. Todos los yoes estan unidos enuna consciencia; todos nosotros somos aspectos diferen-tes de una unica unidad mental."Snow seiialo entonces que la vision de Schrodinger

de la 'unica unidad' se oponia directamente ala afirma-cion anterior de Wittgenstein de que el hecho de que po-damos compartir un lenguaje y unas creencias que ten-gan sentido es un acto social; las palabras no son unapropiedad personal de individuos aislados, pero extra-en sus principales significados del uso publico que lesdan en situaciones colectivas."En efecto," aiiadio Wittgenstein, "el caracter publico

de como logran las palabras su significado arroja muchaincertidumbre sobre la imagen de la experiencia humanaindividual a la que Schrodinger, al parecer, considera ine-ludible: la de lasconsciencias hermeticamente separadas."Schrodinger respondio: "Para apoyar mi postura, de-

jeme emplear uno de los argumentos de su obra anterior,

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Wittgenstein. La solucion de este dilema de la pluralidadcontra la unidad no se puede demostrar logicamente, yaque el pensamiento logico es parte de los fenomenos yesti totalmente involucrado en eHos;solo se puede demos-trargraficamente. Estas experiencias comunes de las queusted habla y que sirven de base al significado que damosalas palabras, conducen alas relaciones que la logica for-malo las ciencias exactas nunca han comprendido. Estasrelaciones nos hacen volver ala metafisica, a algo que vamas aHa de 10 que es directamente accesible ala expe-riencia.""Talvez este apun te metafisico sea una buena ocasion

para cerrar este tema," dijo Snow. No veo que haya for-ma racional alguna de establecer este argumento de lacondicion de persona, al menos aqui esta noche. Asi quedejenme cambiar la marcha y pedirles a todos que exa-minen la no cion de las pautas de conducta social queson al parecer tan caracteristicas de los humanos. Estoypensando en las acciones sociales individuales como sonla creacion de obras artisticas y los actos altruistas, asicomo en las actividades colectivas como la religion y lasestructuras politicas. Parece ser que estas tambien for-man parte de 10 que significa ser humano. De modo queme gustaria escuchar 10 que piensan acerca de la relacionque puedan tener con reproducir el pensamiento hu-mana en una maquina. Por ejemplo, ~podriamos algunavez tener la esperanza de ver aparecer algo asi como una'cultura de las maquinas' por el hecho de, digamos, co-piar cerebros humanos en maquinas individuales?""Caramba, Snow," interpuso Haldane. "Antes de em-

prender estas cuestiones de tanto peso, tal vez podriamoshacer un pequeno descanso y reanudar la discusion en

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el salon mientras tomamos un poco de conac y fuma-mos un buen puro.""Esuna idea estupenda, amigo mio. Siento no haber

pensado en ello antes. Pero si, dejemos esta mesa a losoficios de Simmons y estiremos las piernas un rata an-tes de ir al salon para continuar estas reflexiones."

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CONDUCTA SOCIAL, CULTURAY PENSAMIENTO

Mientras Simmons iba yvenia alrededor del salon ofre-ciendo cafe, Snow, con una copa de conac en las manos,se apoyo contra la repisa de la chimenea y dijo al grupo:"Les sugiero que prueben este excelente conac; y,por fa-vor, cojan un puro de la mesita auxiliar. Son Montecristoscuban os, devolucion de un pequeno favor a un amigo delForeign Office.""Demodo que, a pesar de sus esfuerzos, el Foreign Of-

fice tiene, despues de todo, una cierta virtud compensa-dora," observo Haldane mientras ejecutaba los ritualesde costumbre de humedecer, cortar y encender el puro.Wittgenstein yTuring ocuparon sitios en los extremos

opuestos del sofa grande, ambos con un aire mas bien ab-sorto y taciturno. Schrodinger hablo desde la butaca si-tuada frente ala chimenea. "Mire, Snow, esta noche he-mos pasado mucho tiempo discutiendo el componentesocial que sirve de base a 10 que los humanos llamamos'inteligencia'. Si uno tuviera una computadora como laque propone Turing complementada con el mejor apa-rata sensorial posible, me pregunto si una poblacion deestas maquinas se agruparia en unidades sociales deltipo de las que han formado los seres humanos y otros

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animales. 20 es esta idea demasiado inverosimil para to-marla en serio?"La reflexion visionaria y audaz de Schrodinger dio

nuevas energias a Turing, que respondio inmediatamen-te: "Elana pasado, en America, el profesor Von Neumanndemostro que no existe un obstaculo logico ala existen-cia de una maquina que pudiera hacer copias de si mis-ma. De modo que siuno imagina una poblacion de talesmaquinas autorreproductoras, de ahi a suponer que laseleccion natural pudiera conducir a la formacion degrupos sociales, e incluso ala aparicion de una especie de'cultura' en esapoblacion de maquinas, hay solo un paso."

"Cuentenos mas acerca de los resultados de VonNeumann," dijo Schrodinger.Turing procedio a describir 10 que Von Neumann se

proponia. "El imaginaba una maquina a la deriva en un'mar' de materias prim as a partir de las cuales se puedenfabricar las piezas necesarias para reproducirse a si mis-ma. Von Neumann demostro despues que si esta maqui-na incluyera un plano que detallara su propio program a,tuviera capacidad para la construccion universal y po-seyera una unidad de control y una copiadora, entoncesesta maquina podria logicamente fabricar una copia per-fecta de si misma.""2Ycomo realiza la maquina esta tarea milagrosa?"

pregunto Haldane."La idea fundamental es que, en primer lugar, la ma-

quina interpreta su plano y construye una copia de simis-ma juntando las diversas piezas necesarias a partir delentorno. Pero esta copia todavia no contiene el plano; essencillamente una copia de la maquina. La unidad decontrol cambia entonces de la 'modalidad construccion'

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a la 'modalidad copia' y utiliza la copiadora para sim-plemente reproducir el plano. Esta copia se une luegoa la nueva maquina, obteniendose de ese modo un ob-jeto que ya es una copia completa del original- incluidoel plano."En este punto, Haldane interrumpio de nuevo el re-

lato de Turing sobre el trabajo de Von Neumann di-ciendo: "jAh!, pero las fuerzas evolutivas que dan lugara una nueva especie exigen justo 10 contrario. Las co-pias deben ser imperfectas, de modo que algunas copiasse crean un poco mas iguales que otras. Esta diferenciaes 10 que da ala seleccion natural algo a 10 que agarrar-se y con 10 que trabajar.""Bueno, creo que uno podria imaginar como sucede-

ria esto durante el proceso de la reproduccion," replicaTuring. "Supongan que cuando la maquina fabrica uninstrumento de agarrar para que sea la 'mano' de su co-pia, comete un pequeno error cortandole los 'dedos' ala longitud equivocada. Este instrumento de agarrar se-guiria funcionando y,de hecho, puede funcionar mejorque el original. De esta manera, en las generaciones ve-nideras la seleccion natural podria favorecer mas copiasde la copia que del original. "Entonces Snow observo, "Desde luego, esto solo ocu-

rriria si el error en el corte pudiera incorporarse de al-gun modo al programa de la maquina que se incluye enla copia. 2No es cierto?""0 pudiera ser que los errores se cometieran directa-

mente en el plano," respondion Haldane. "Deuna formau otra, estasespecies de mutaciones tienen que encontrarel modo de entrar en el programa si han de aparecer enlas generaciones futuras. Esta es la tesis fundamental de

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la genetica evolutiva yes 10 que ha originado ultimamen-te en Rusia todos las dificultades debidas a las ideas deLysenko. De un modo u otro, este charlatan ha convenci-do a Stalin de que rasgos como los dedos mas largos, quetienen ventajas en el medio ambiente, pueden trasmitir-se ala siguiente generacion sin necesidad de estar codifica-dos en el programa del organismo.""~Quiere decir que este asunto de Lysenko que esta

aconteciendo ahora en Rusia trata simplemente del tipode herencia que defendia Lamarck hace anos?""En efecto, esto es 10 esencial," replico Haldane. "Pero

el trasfondo politico ha hundido cualquier aspecto cienti-fico que pudiera tener."Entonces Schrodinger pregunto: "~Podria usted de-

cir algo mas acerca de Lysenko y de par que sus ideas so-bre genhica han causado tanto furor en el mundo cien-tifico?"'Trofim D. Lysenko," explico Haldane, "esun campesi-

no ignorante que casi sin ayuda se las ha arreglado paraacabar con la agricultura -y gran parte de la ciencia-sovietica a 10 largo de casi una generacion. Hijo de ungranjero, en 1929 trato de contarle al mundo sus experi-mentos en el cultivo de guisantes de invierno antes decosechar el algodon. Penso que este descubrimiento erasensacional, pero no era sensacional en absoluto. En rea-lidad, la idea era muy antigua.""~Que ocurrio?" pregunto Turing."Un ano despues, el padre de Lysenko sembro grano en

invierno y obtuvo una cosecha en primavera. AIenterarse,Lysenko reclamo inmediatamente que se diera credito alaidea diciendo que demostraba sus propias 'teorias' agrko-las. Su estrepitosa fanfarronada dio resultado ayudandole

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a conseguir un puesto en el Instituto de Genetica yRepro-duccion de Odessa. Ypuesto que las cosechas de inviernoeran obviamente malas, a Lysenko Ie pusieron a cargo deun departamento especial para estudiar este problema.""En 1935,"continuo Haldane, "Lysenko dio una char-

la en una reunion de representantes de granjas colecti-vas, en la que 10 esencial fue que todos aqueHos que noestuvieran de acuerdo con sus teorias de la reproduc-cion vegetal eran enemigos del pueblo. Por casualidad,el propio Stalin se encontraba entre el publico ymas tar-de comento: 'Bravo, camarada Lysenko.' A partir de esemomento, todo el mundo supuso que Lysenko era unprotegido de Stalin e inmediatamente 10 ensalzaron enla prensa sovietica como un 'genio de la tierra' .""jAh!, la dimension polltica entra en escena," asintio

Schrodinger."Sl,"replico Haldane, "ypoco despues Lysenko tenia

una camarilla de seguidores que obtuvieron titulos, re-compensas y trabajos punteros en todos los aspectos dela vida cientifica sovietica, asi como en los consejos de re-daccion de los periodicos y revistas. Un asunto extraiio.Es evidente que la biologia y la genetica se estan desarro-Hando muchisimo en otras partes del mundo, pero Ly-senko dispone todavia del oido de Stalin y esta malin-formando a 'El Lider' con respecto al estado de la cienciaen la URSS. Son incontables los honores y titulos que Iehan concedido al hombre; incluso Ie han erigido esta-tuas en algunas ciudades de provincias.""~Pero las teorias de Lysenko tienen alguna base

cientifica?" pregunto Snow."Mire, Snow," replico Haldane algo dolido, "las ideas

cientificas de Lysenko son un monton de basura. Tam-

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bien podria sostenerse que de los perros que viven enestado salvaje nacen zorros. No conozco a ningun gene-tista vivo que Ie dedicara ni un momenta de atencion atal disparate. Ylo peor de todo esto es que Stalin no escu-chara en estos asuntos a nadie mas que a Lysenko por10 bien que se ajustan sus ideas ala ideologia marxista.Se 10 aseguro, muchos excelentes genetistas sovieticoshan sido arrestados -e incluso fusilados- por hablaren contra de Lysenko.""(Como llego usted a meterse en este lio?" pregunto

Schrodinger."De alguna forma se divulgo la idea de que, puesto

que soy genetista y marxista, debia apoyar las estrafala-rias teorias de Lysenko. En realidad, las cosas se pusierontan feas que a principios de este ano me vi obligado a pu-blicar una condena explicita de este rumor en el ModernQuarterly. Esmuy triste para el movimiento socialista quela ideologia politica empiece a dietar a la naturaleza 10que puede y 10 que no puede hacer. Le hace a uno re-plantearse su compromiso con la causa (no?"Llegado a este punto, Wittgenstein se vio obligado a

advertir que "Cualquier cosa que pudiera decirse sobreel caso Lysenko, desde luego no es occidental, de modoque los argumentos de Lysenko no pueden medirse pormedio de los patrones occidentales. Pero el culto alaciencia es el mayor de los males de este siglo. Asi quesolo por esta razon me opongo al marxismo."Turing anadio, "Elmarxismo alega que es cientifico,

pero solo como expresion de la necesidad de que el cam-bio historico tenga una logica que la ciencia pueda justifi-car. (Pero como puede alguien sostener en serio la nocionmarxista de que algo como la ciencia pueda ser explica-

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do mediante los 'modos de producci6n dominantes'? Esun completo disparate.""No necesariamente," replic6 Wittgenstein. "2Quien

conoce las leyes segun las cuales se desarrolla una socie-dad? Estoy totalmente seguro de que constituyen un li-bro cerrado hasta para el hombre mas listo."Ante esta extrana observaci6n de Wittgenstein, Snow

intervino: "Tal vez podriamos volver al asunto que nosocupa. 2Que conclusiones se pueden sacar de todo estoacerca de la probabilidad de que una poblaci6n de ma-quinas inteligentes desarrolle conceptos sociales comoun sistema politico, 0 incluso modelos culturales como lareligi6n 0 el arte?"Bastante molesto por esta pregunta, que pareda in-

sinuar que acaso no habria diferencias importantes en-tre los humanos y las maquinas, Wittgenstein se inclin6hacia delante y contest6 bruscamente: "Mire, Snow. Es-tos conceptos de cultura de los que habla estan comple-tamente ligados a la idea de ser humano; son una parteintegrante del flujo de la vida humana. Ahora bien, su-pongo que es posible imaginar que estas maquinas com-parten una forma de vida propia. No 10 se. Pero inclusosi 10 hacen -y si esta forma de vida les lleva siquiera adesarrollar algo asi como una 'religi6n'- no sera enmodo alguno la misma que nosotros los humanos en-tendemos por una forma de vida. La religi6n de una ma-quina, por ejemplo, seria como mucho una especie depatetica parodia de la religi6n humana.""No estoy convencido de esto en absoluto," dijo Schro-

dinger. "A menudo, en las religiones orientales se distin-gue muy poco entre animales yhumanos en cuanto a queambos se consideran parte de una sola unidad -el Veda,

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por ejemplo-. Asi que me parece discutible, por nodecir otra cosa peor, hacer una distinci6n basandose uni-camente en que los humanos son entes compuestos decarbono en tanto que las maquinas estin hechas de 'sus-tancias'diferentes."Ante esta introducci6n de los animales no humanos en

la discusi6n, Snow inquiri6: "Usted puede considerar queel ciempies tiene alma, Schrodinger, pero esta no es unaafirmaci6n objetiva.Seme ocurre que esmas una cuesti6nde fe 0 incluso una atracci6n por una religi6n sectaria. ""Siento discrepar," dijo Schrodinger disculpandose.

"Esta no es en absoluto una visi6n religiosa, oriental 0 deotra indole. Por ejemplo, Leibniz sostenia en el siglo XVIIque todas las cosas, hombres 0 rocas, estaban compuestasde una cantidad infinita de almas pequeiiitas. Yyo creoque el contemporaneo de Leibniz, Baruch Spinoza, hu-biera estado de acuerdo con eL""~Pero tener un alma implica tener una mente?" pre-

gunt6 Haldane."No, en absoluto," respondi6 Schrodinger. "Lo que

quiero hacerles ver es que la idea de que las mentes y lasalmas esten reservadas habitualmente a los seres hu-manos es puro chauvinismo antropom6rfico y no existeuna raz6n l6gica para que no puedan poseerlas los ani-males, las piedras, las nubes 0, por 10 que a esto respec-ta, las maquinas.""Bien, ~que hay de las pautas humanas normales de

conducta social, como son el ser amable con tus familia-res 0 evitar cosas como las relaciones incestuosas? ~Pode-mos esperar en realidad que una sociedad de maquinasadopte tales normas culturales s6lo porque son inteligen-tes y piensan como los humanos?" pregunt6 Haldane.

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Con esta pregunta, Haldane puso encima de la mesala cuestion de la influencia de la cultura sobre la conduc-ta en contraposicion ala conducta impuesta unicamentepor la herencia."Elproblema de en que medida la herencia genetica

determina la conducta humana, se ha debatido casi des-de el primer momenta de la publicacion del revolucio-nario trabajo de Darwin," observo Snow. "Asique paraalgunos de los aqui presentes, como yo mismo, discutireste asunto en las antiguas habitaciones de Darwin en elChrist's parece extranamente pertinente, aunque noexento de un cierto aire de deja vu."Penetrando con cautela en este campo de minas inte-

lectual, Schrodinger expuso la idea de que "Siaceptamosnuestra propia naturaleza animal, parece bastante razo-nable suponer que muchas de nuestras pautas de con-ducta son simples consecuencias de este hecho. Me figu-ro que una sociedad de maquinas desarrollaria pautasanalogas a partir de su propia historia evolutiva. Pero noveo ninguna razon de por que estas pautas deberian imi-tar necesariamente las que nosotros hemos heredado denuestro pasado evolutivo.""Tratemos de separar los componentes de esta cues-

tion," dijo Snow. "Por una parte, esta el problema de 10que podriamos denominar 'naturaleza frente a crianza'en los humanos. Luego esta la cuestion totalmente apartede si la evolucion de la conducta social de las maquinasseguiria a la de los humanos. Yolas veo como dos cues-tiones muy distintas que no deberian mezclarse.""Ya10 creo que 10 son," dijo Haldane. "Cuando se tra-

ta de las pautas de conducta humana," prosiguio, "unodelos tipos de conducta mas desconcertantes de expli-

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car para los deterministas geneticos es el hecho de seramable con los demas a costa propia. Si nuestra conduc-ta estuviera verdaderamente dirigida a aumentar la ca-pacidad de un individuo para colocar la mayor cantidadposible de sus genes en la siguiente generaci6n, es dificilver c6mo sacrificandose para ayudar a otra persona sepodria contribuir a este objetivo. De modo que tal veznuestras norm as culturales que premian este tipo deconducta pesan mas que la 'supervivencia de los mas ap-tos' de Darwin -al menos cuando se trata de la conduc-ta humana-.""No estoy tan seguro," objet6 Turing. "Hayvarias for-

mas de poder explicar la conducta altruista desde el pun-to de vistade la idoneidad darwiniana sin tener que invo-car ciertas acciones especiales, tipicas de los humanos,aprendidas a traves de la cultura.""2Por ejemplo?" pregunt6 Snow."Bueno, una forma seria que los familiares cercanos

se ayudaran mutuamente. Puesto que, digamos, dos her-manos comparten la mitad de sus genes, si un hermanoayuda al otro, esta acci6n tiene el efecto de elevar la pro-babilidad de que los genes de ambos hermanos sobrevi-van en la siguiente generaci6n.""Comprendo 10 que quiere decir," replic6 Snow. "En

realidad, los dos individuos no tendrian siquiera que es-tar relacionados, porque si yo ayudo a los genes de Hal-dane a sobrevivir,esa acci6n tambien puede ayudar a misgenes a pasar ala siguiente generaci6n -siempre que yopueda esperarque Haldane pague mi ayuda con la mismamoneda-.""Si. Esto seria una especie de altruismo 'reciproco,"

observ6 Turing.

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"De acuerdo, podemos ver como la conducta aparen-temente altruista de los humanos se podria explicar me-diante un egoismo puramente genetico. Pero 2que pasacon las maquinas?" pregunto Schrodinger. "Despues detodo, esto es realmente 10 que estamos discutiendo aqui.""Esoes,"convino Snow."2Quepasacon lasmaquinas?"Volviendose de espaldas a la ventana, don de habia es-

tado mirando la luna, que finalmente comenzaba a aso-mar par detras de las nubes, Wittgenstein dio unas zanca-das hacia el centro de la habitacion y exclam6: "Todosustedes no dicen mas que tonterias. AIparecer piensanque no hay mas diferencia entre cierto tipo de maquinainteligente y un hombre que el hecho 'casual' de queuno esta hecho de carne y hueso en tanto que el otroesta compuesto de metal, vidrio, madera 0 sabe Dios quemas. Bien, yo les digo que hay una brecha abismal en-tre los dos -y ello no tiene nada que ver con el mate-rial del que estan compuestos-. Los human os son loshumanos y participan en interacciones sociales huma-nas. Las maquinas, no importa 10 ingeniosamente queimiten a los human os, no pueden convertirse en huma-nos solo por imitar las interacciones sociales humanas.Si, es posible que las maquinas sueiien, pero esos sueiiosestan tan lejos de ser los sueiios de un humano como 10esta una pala mecanica de ser el jardinero del colegioque cava en el patio. Incluso es un error garrafal hablarde los pensamientos de una maquina, de sociedades ydemas, en los mismos terminos en que tratamos esosmismos conceptos respecto a los humanos."Despues de esta exaltada manifestaci6n de su escepti-

cismo hacia la idea misma de crear inteligencia humanaen una maquina, Wittgenstein se desplomo en el sofa y

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miro f~amente la placa de Darwin encima de la chimenea;parecia estar desafiando al propio fantasma de Charlesa rebatir su argumento a favor de la unicidad intrinsecadel hombre en su conflicto interminable con la maquina.Snow bebio un trago largo de conac y dio una calada

a su puro; luego intervino para llenar el penoso silencioque se habia instalado en la habitacion despues del cri decoeur * de Wittgenstein. Agitando su puro como un direc-tor de orquesta, desplazo el meollo de la discusion lejosde los asuntos terrenales de las maquinas y los humanospidiendo al grupo que dirigieran sus pensamientos li-teralmente a los cielos.'Tal vezpodamos lograr cierta perspectiva en este asun-

to del hombre-contra-Ia-maquina pensando en como nossentiriamos al considerar cosas como los derechos huma-nos y el concepto de condicion de persona para una inteli-gencia alieni gena. Supongan, por el bien de la discusion,que manana por la manana aterrizara en ParliamentSquare una nave espacial procedente de Andromeda y deella saltara un ser totalmente extraterrestre. Para darle unpoco de emocion ala situacion, dejenme suponer que dealgiin modo este ser es capaz de hablarle al Primer Minis-tro en un ingles perfecto, pero que su aspecto fisico se ase-meja a nuestra peor pesadilla -una criatura peluda seme-jamte a un mamut, con doce piernas como tenticulos conventosas en los extremos, un agujero abierto a modo deboca, antenas por oidos, etc-. ~Que pasa despues? ~Esta-riamos dispuestos a conferir la condicion de persona a esainteligencia semejante ala human a aun cuando su aspec-to fisico difiera radicalmente del nuestro?"

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Antes de que la discusi6n sobre este asunto pudiera si-quiera empezar, Wittgenstein apart6 ruidosamente sucop a de conac sin tocar y se quej6 a Snow de que la pre-gunta carecia de sentido. "La escena que usted describeno tiene absolutamente ningun sentido, Snow. ~C6mopuede imaginar que estos seres extraterrestres podrianalg-unavez comunicarse en modo alguno con nosotroslos human os? La comunicaci6n mediante el lenguajes6lo resulta de la participaci6n en una forma de vidacompartida. Mire la situaci6n aqui en la Tierra. Ni si-quiera nos podemos comunicar con criaturas que hancomun con nosotros una historia evolutiva, como los mo-nos, las ballenas 0 las termitas. Asi que ~C6mo puedepensar que podriamos ser capaces de comunicarnos conseres que aparecieron en un entorno enormemente dis-tinto a traves de una senda evolutiva radicalmente dife-rente? Simplemente, es imposible, jincluso inconcebible!""Yahemos escuchado sus opiniones sobre ellengu~e

y el pensamiento en los grupos sociales, Wittgenstein,"dijo Snow bruscamente con un leve asomo de irritaci6n."Yseguramente vale la pena considerarlas seriamente,pero no todos nosotros compartimos su opini6n sobreeste asunto."Turing levant6 su copa para atraer la atenci6n de Snow

e insinu6, vacilante, que "Talvezexista un tipo de lengua-je universal que deban compartir todas las inteligenciastecnol6gicamente avanzadas. Despues de todo, la hip6-tesisde Snow es que estos andromedanos han construidouna nave espacial en la que pueden viajar por las gala-xias. Obviamente, esto exige un nive! de progreso tec-nol6gico sobre el que nosotros s6lo podemos sonar. Yodiria que existen ciertas verdades acerca del universo £1-

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sico que esa tecnologia exigiria que los alienigenas cono-cieran -cosas como el valor de It, las leyes del movimien-to celestial, las propiedades de los atomos, ete. No meresulta inconcebible que se pudiera construir un lengua-je alrededor de estas verdades universales y que pudie-ramos utilizarlo para intercambiaralgo significativo conesos seres.""Un argumento excelente, Turing," aiiadio Schrodin-

ger. "Estoy seguro de que la fisica en Andromeda es lamisma que la fisica aqui en la Tierra. Yeste hecho puedeservir de base para construir un sistema de comunica-cion que ambos podamos compartir.""Si, no puedo imaginar por que las leyes que rigen el

movimiento planetario 0 las reacciones quimicas debe-rian ser diferentes en Andromeda," intervino Snow. "Asique tal vez podria ser factible un tipo de lenguaje basadoen el calculo 0 en los espectros atomicos como medio decomunicacion cosmica. (Que piensa usted, Haldane?""De acuerdo, Snow, concedo que es probable que las

leyes de la materia inanimada no sean en Andromedadistintas que aqui en la Tierra. Pero esto no significa quela conducta de organismos como sus andromedanos tipomamut y provistos de doce brazos vaya a ser en modo al-guno algo similar a 10 que vemos en la Tierra. De modoque, a este respecto, me muestro favorable ala posturade Wittgenstein de que 10 que hace humano a un huma-no no es nuestra constitucion fisica, sino mas bien nues-tras pautas sociales. Yes sumamente improbable que es-tas sean comprensibles para un andromedano, menosaun que sean en cierto modo similares.""Bien, (como piensa que podrian diferenciarse de no-

sotros?" pregunto Turing con curiosidad.

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"Diosmio," exclamo Haldane, "podrian diferir de tan-tas form as que es diflcil enumerarlas todas. Dejeme po-nerle solo un par de ejemplos. Suponga que los andro-medanos no usan dinero para el intercambio de bienes.o suponga que racionan a los ninos 0 que practican elincesto. Estas pautas sociales serian extranas para noso-tros; pero tales pautas de conducta constituirian la basede su forma de vida, por 10 tanto de su lenguaje, si he-mos de creer a Wittgenstein. Asi que ~como demoniospodriamos empezar a tener un intercambio de ideasvalido con tales criaturas?"Entonces Snowpregunto: "~Insinuausted que sino po-

demos tomar contacto cognitivo con estos andromedanoses pues inconcebible que podamos considerarles 'perso-nas' en elmismo sentido que a los demas humanos?""Eso es," afirmo Haldane. "Pienso que bien podemos

creer que son criaturas que merecen consideracion, delmismo modo que tratamos a nuestros gatos y perros conrespeto y carino. Pero de ninguna manera pensariamosque estos extraterrestres son 'personas'.""~Hayalguna diferencia entre los seres de Andromeda

y las maquinas inteligentes de Turing a este respecto?"pregunto Schrodinger. "Silos andromedanos no son per-sonas, entonces no veo ninguna razon para otorgar elmismo calificativoalas maquinas inteligentes," concluyo.Snow dio otra calada a su puro; mira a Turing por en-

cima de sus gafas ypregunto: "Bueno, Turing, ~que diceusted a todo esto? ~Esta de acuerdo con Schrodinger yHaldane sobre este asunto de la condicion de personapara sus maquinas?"En su ansia por expresarse, Turing empezo a tartamu-

dear ligeramente y replica nervioso: "Nunca he abogado

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en favor 0 en contra de este asunto de la condici6n depersona para las maquinas. Mi unica preocupaci6n hasido si se podia construir 0 no una maquina tal que des-plegara una inteligencia del mismo orden que observa-mos en nuestros pr6jimos humanos. A pesar de 10que heoido aqui esta noche, todavia creo firmemente que nohay un impedimento 16gico ala fabricaci6n de una deestas maquinas. Si quiere introducir cuestiones moralesy eticas, como la condici6n de persona, los derechos dela maquina y demas, no tengo inconveniente. Pero estosotros problemas no tienen absolutamente nada que vercon la cuesti6n de la inteligencia de la maquina.""Bien," dijo Snow, "parece que mas 0 menos hemos

vuelto al punto de partida en esto de la relaci6n entrementes y maquinas. Como se esta haciendo tarde, talvez les pediria a cada uno de ustedes que resumiera bre-vemente su postura en este tema. Ys610para asegurar-me de que hablamos del mismo asunto, dejenme expo-nerlo de nuevo. Basicamente, es 10que Turing acaba dedecir: 2Hayalguna raz6n 16gicapor la que no podamosconcebir un progreso tecnol6gico hasta el punto de po-der construir una maquina computadora con unas capa-cidades cognitivas que no pudieran diferenciarse de lasde un ser humano? Puesto que usted, Wittgenstein, hasido el mas vociferante ala hora de oponerse a ella, qui-zas Ie pediria que empezara par resumir par que estausted en contra de la mera noci6n de una maquina in-teligente."Wittgenstein se levant6 de su asiento en el sofa y em-

pez6 a pasear alrededor de la habitaci6n reuniendo fuer-zas para el asalto a gran escala sobre Turing, Snow0 cual-quier otro que pudiera contemplar este asunto como un

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tema de debate intelectual serio. Por ultimo, sevolvi6paraenfrentarse a los demas yhabl6, suavemente al principio,pero con una intensidad que iba en aumento a medidaque su respuesta cobraba impetu."La mera idea de una maquina que piensa como un

hombre es algo totalmente absurdo. Puede que sea posi-ble construir una maquina que tenga exito en elJuego deImitaci6n de Turing, incluso que nos convenza de quepiensa como ustedes yyo. Pero no se dejen engaiiar; has-ta donde llega el pensamiento humano, esto seria unfraude. El pensamiento humano esta completamente li-gado allenguaje, que a suvez es una consecuencia direc-ta de una forma de vida compartida -la vida humana-.Yninguna maquina, sin tener en cuenta 10 habilmenteque haya sido construida, podra nunca compartir esaforma de vida simplemente porque esuna maquina. Demodo que no, Snow, no creo en absoluto en la posibili-dad de una maquina inteligente.""Por razones filos6ficas, no tecnicas ~no?" pregunt6

Snow, simplemente a modo de aclaraci6n.""Lamera cuesti6n carece de sentido por toda serie de

razones," replic6 Wittgenstein."Deacuerdo," suspir6 Snow. "~Quedice usted sobre el

tema, Schrodinger?""Tengo una sensaci6n bastante ambivalente acerca

de todo el asunto, Snow. Por una parte, no puedo per-cibir ningun impedimento l6gico 0 tecnico para crearel tipo de maquina que preve Turing. Pero me pregun-to cual podria ser la finalidad de un aparato como ese-aparte de demostrar nuestro virtuosismo tecnico eingeniero-. ~Que se consigue construyendo una ma-quina asi?"

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"Bueno, ese es por completo otro problema y tal vezes mejor que 10 examinemos en otro momento," dijoSnow. "Ahora mismo, me interesa mas la viabilidad de laidea en comparacion con su valor real."Entonces Schrodinger continuo: "Si,desde luego. En

ese caso, supongo que tendria que ponerme de parte deTuring y decir que no veo ninguna razon fisica 0 tecnicapara que no pudiera construirse una maquina que nosconvenciera de que piensa como un hombre."Ante esta respuesta, Snowinclinola cabeza en seiial de

benevolo consentimiento y luego pidio a Haldane quediera su opinion sobre la posibilidad de una maquina in-teligente."Me temo que tengo que tomar una postura por com-

pleto agnostica acerca del asunto. Sencillamente, no mesiento a gusto del todo con la idea de conferir a un arti-lugio mecanico un atributo humano basico como es lacapacidad cognitiva, par muy habilmente que este cons-truido. Tengo la sensacion de que es probable que sepueda construir una maquina que pueda hacer trucosde salon y tal vez incluso convencernos de que es unente que piensa. Pero ~significaesto que piensa como unhumano? No 10 se. Pero seria sumamente esceptico. Elcerebro animal -y el humano en particular- tienealgo muy especial, y dudo mucho que esa peculiaridadse pueda reproducir en un aparato mecanico. De modoque cuando se trata de pensar como un ser humano, meinclinaria hacia el antiguo veredicto escoces del 'no de-mostrado'."Snow observo la reaccion de Turing a este resumen

de opiniones y Ie pregunto si tenia alguna reflexion de-finitiva que quisiera compartir con el grupo.

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"Gracias, Snow.No tengo mucho que aiiadir a 10 queya he dicho sobre el tema en el curso de la discusi6n deesta noche. Pero quiero aclarar el detalle de que nuncahe tenido la sensaci6n de que una de mis maquinas repro-duciriarealmente un cerebro humano en un medio dife-rente. Parece que alguno de ustedes ha interpretado err6-neamente mi argumento en favor de que la maquinainteligente equivale ala creaci6n de una copia del cerebrohumano en metal, vidrio y plastico. Este no es en absolu-to mi prop6sito. Mis convicciones -y mis objetivos-son mucho mas modestos. Dicho de un modo sencillo,10 que me interesa es reproducir los procesos del pensa-miento humano, no la fisiologia humana. Ahora bien,acepto la posibilidad de que para hacerlo sea necesarioreproducir el cerebro humano. y, desde luego, si esta re-producci6n fuera posible, entonces, por ese mero hecho,cabe suponer que tal cerebro mecanico pensaria exacta-mente como un humano. Pero mi argumento es que latecnologia modern a nos permitira capturar los procesosdel pensamiento humano en una maquina con muchomenos que la reproducci6n completa de un cere bro. "Sin mas, Snow dej6 su copa, se levant6 y se dirigi6 a los

alli presentes. "Caballeros, se esta haciendo tarde y pien-so que, par una noche, hemos llegado todo 10 lejos quepodemos en este asunto de lasmaquinas inteligentes. Talvez podamos digerir 10 que se ha dicho aqui y reunirnosde nuevo para continuar la discusi6n dentro de un mes 0dos, si nuestros diversos programas 10 permiten. Peropar ahora creo que ha llegado el momenta de reflexio-nar, no de seguir discutiendo.""Muybien, muy bien," aiiadi6 Haldane. "Si ese reloj

que hay encima de la repisa de la chimenea va bien, aun-

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que sea aproximadamente, voya tener que apresurarmesi quiero coger el ultimo tren de esta noche para volver aLiverpool Street."Mientras el grupo se levantaba de sus asientos y se diri-

gia hacia el pasillo para recoger sus abrigos y sombreros,Snow dijo: "Seglin Ie entendi antes, Turing, esta noche seva a alojar en susantiguos aposentos del King's. (Es cierto?""Si,10 confirme con el portero del colegio cuando ve-

nia de camino hacia aqui a primeras horas de la noche,"replica Turing."Yusted, Wittgenstein, (se queda en casa de los von

Wright?" inquiria Snow."Si," respondia Wittgesntein."He pedido al portero de aqui, del Christ's, que arre-

glara la habitacian de invitados del colegio para usted,Schrodinger. (Le parece bien?""Muybien, Snow," replica el austriaco. "Me temo que

en este momento seria un poco molesto para mi volver aLondres, asi que tendre que dejar a Haldane que hagael viaje solo esta noche.""Estupendo. Asi pues, todos ustedes estan bien custo-

diados esta noche," dijo Snow acompaiiandoles al vesti-bulo. "Permitanme que les agradezca de nuevo habersetornado el tiempo de venir hoy a Cambridge. Sus opinio-nes sobre el asunto de las maquinas inteligentes estaranmuy presentes en mi informe final al ministro. Les estoysumamente agradecido por su tiempo. Para mi ha sidouna noche esplendida e intelectualmente provechosa. Es-pero que todos ustedes se hayan beneficiado de la discu-sian tanto como yo.""Claro que si, estoy seguro," replica Schrodinger.

"Tengo la seguridad de hablar por todos nosotros cuan-

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do digo que rara vez hahia cenado tan bien y con unoscompaiieros tan estimulantes. Muchas gracias por invi-tarnos a este agape culinario e intelectual.""Ha sido un placer," respondi6 Snow. "Que tengan

un rapido trayecto a sus respectivos domicilios. Y; denuevo, muchisimas gracias a todos porvenir."Snow cerr6 la puerta al ruido de las pisadas de sus in-

vitados en la escalera mientras bajaban hacia el patio; serecost6 contra la puerta y dio un suspiro, tanto de aliviocomo de satisfacci6n personal. Volvi6 al sa16n, se sirvi6otra buena copa de coiiac y se dej6 caer en el sofa. jQuenoche! pens6. Pero ~c6mo demonios iba a preparar uninforme al ministro que realmente hicierajusticia al aba-nico de ideas que acababan de circular por la habitaci6n?~C6mo puedo comparar la postura filos6fica de Witt-

genstein en contra de las maquinas inteligentes con losargumentos tecnicos de Turing? Y~D6nde encajan lasideas de Schrodinger yHaldane sobre el origen de la viday la forma de comportarse de los organismos vivosen estecuadro general? Como si esto no fuera bastante, se dijoSnow pensativo, esta tambien el experimento mental dela Habitaci6nJeroglifica de Wittgenstein. Tal como 10expuso, desde luego parece una refutaci6n convincentede la idea de que una maquina pueda pensar como unhombre. Sin embargo, en cierto modo, la fuerza de esteargumento se debilit6 por la discusi6n del pensamientoy ellenguaje que sigui6 a continuaci6n. ~C6mo puedoempezar a transmitir las sutilezas de estos temas e ideasopuestos a alguien como el ministro, que come su cien-cia a mordisquitos y sin sabores asperos? Bien, concluy6acabando con 10que quedaba de coiiac, anteriormentehe escrito informes con mucha men os informaci6n ala

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que recurrir que este. Se levant6 del sofa y se estir6 concalma; luego apag6 las luces y se dirigi6 al dormitorio.El enigma de la maquina inteligente no iba a resolverseen una noche, pens6, y manana sera otro dia ...

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C .P. Snow logr6 una cierta notoriedad intelectual en1959, cuando en las Conferencias Rede acun6 la frase'las dos culturas' para describir el abismo de ideas glo-bales que separaba las ciencias de las humanidades. En196411eg6a ser par del reino ymuri6 en 1980. Haldaneemigr6 a la India en 1957, en parte disgustado por elmodo en que el gobiernobritanico manej6 la crisis deSuez. AlIi continu6 su trabajo en genetica hasta sumuerte en 1964. El librito de Schrodinger, ~Que es lavida? impuls6 el campo de la biologia molecular, queempezaba a florecer - a pesar de que Watson, Crick yotros demostraron que esavisi6n de la estructura del genera err6nea. Schrodinger regres6 finalmente a Viena,donde vivi6el resto de su vida, muriendo en 1961.Alan Turing se suicid6 en 1954,justo tres anos despues

de que Wittgenstein sucumbiera al cancer de pr6stata queya sufria en la cena de Snow.De modo que tampoco vivi6para ver el nacimiento del campo que John McCarthybautizara como 'inteligencia artificial (IA)' en el hoy diafamoso Congreso de Dartmouth en el verano de 1956.Por acuerdo popular, el programa intelectual del mo-

vimiento mundial para la IA, el mismo que existe en la

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actualidad, se establecio en esta reunion del DartmouthCollege.Entre los asistentes habia lumbreras tales como Clau-

de Shannon, famoso por la teoria de la informacion;Marvin Minsky, decano del Laboratorio de IA del MIT *;Frank Rosenblatt, pionero de las redes neuronales; Her-bert Simon, economista galardonado con el Premio No-bel, asi como Alan Newell, colaborador durante muchotiempo de Simon en la Carnegie-Mellon University. Es-tas personas iban a formar la espina dorsal de la comu-nidad investigadora en IA mientras se extendia a travesde America del Norte y el mundo en la decada de los 60.En Dartmouth se abordo el problema de la inteligencia

de lasmaquinas de dos maneras fundamentales. El primerenfoque, defendido por Newell y Simon, opinaba que lacognicion era un fenomeno de alto nivel que en ciertomodo podia 'separarse' del cerebro, del mismo modo quese separa la nata de la parte superior de una botella de le-che pura. El credo de este grupo es que la inteligencia esun procesado cerebral de simbolos. Asipues, crear una in-teligencia similar en la maquina requiere simplementecrear los adecuados sustitutos de silicona de los simbolosque usa el cerebro y luego generar las mismas reglas queemplea este para impulsar estos simbolos de un lado a otrodel mismo. Esta es la esencia de 10 que llego a denominarseIAde 'Arriba-Abajo'. Olvidar la estructura fisica real del ce-rebro y centrar la atencion en los simbolos y reglas que go-biernan su combinacion en simbolos nuevos ymayores.

* MIT son las siglas del Massachussetts Institute of Technology, famosocentro universitario situado en Cambridge, localidad cercana a Boston,en Estados Unidos. (N. de la T.).

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La leal oposici6n al enfoque Arriha-!\h;,jo ('II 1),111

mouth estaba encabezada por Frank Ros('lIhL,t1, qllil'lldestac6 la verdadera estructura neuronal lid (,(,ll'hlo.Esta idea 'Abajo-Arriba' establecia b{lsicallH'nl(' quI' bestructura real del cerebro humano es importalll(' parala ejecuci6n de su funci6n cognitiva y,por consigll i(,l1t(',si se quiere construir una inteligencia mecanica, habr!aque tratar de simular esta estructura en hardware.Estasdos escuelas de pensamiento sobre la IA se dispu-

taron la supremacia durante los primeros anos 60, hastaque un acontecimiento imprevisto dio la ventaja a los queapoyaban el enfoque Arriba-Abajo. Este acontecimientofue la publicaci6n, por parte de Minsky y su colabora-dor Seymour Papert, de un resultado que demostrabala imposibilidad de utilizar uno de los modelos neurona-les de Rosenblatt, el Perceptr6n, para resolver un simpleproblema de l6gica booleana. Por alguna raz6ri inexpli-cable, la interpretaci6n de este resultado puramente ma-tematico fue que una red neuronal nunca podria emularlas actividades del cerebro humano, ya que el cerebropodia resolver facilmente este problema l6gico en tantoque la maquina de Rosenblatt no podia. Despues de lapublicaci6n de este resultado 'devastador', la provisi6nde fondos de investigaci6n para la IA Abajo-Arriba seagot6 y los estudiantes abandonaron el tema para tra-bajar en los planteamientos Arriba-Abajo. Los libros Ma-chines VVho Think (Maquinas que piensan) de PamelaMcCorduck (San Francisco, Freeman, 1979) y The Mind'sNew Science (La nueva ciencia de la mente) de HowardGardner (Nueva York, Basic Books, 1985), constituyenun relato muy instructivo y autorizado de toda esta pri-mera epoca del movimiento de la lA, Arriba-Ab~o y

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Abajo-Arriba, asi como una divertida cronica de las di-versas personalidades que participaron en el.Durante los anos 60 y 70, la investigacion en IA se

concentro en la exploracion de la tacticaArriba-Abajo.Esto encierra muchos enfoques diferentes del problemade como identificar los tipos adecuados de simbolos delpensamiento y las reglas para manipulados a fin de con-seguir una computadora que, desde el punto de vistacog-nitivo, se comporte exactamente como usted y como yo.El obstaculo mas grande en estos afanes fue elllamadoproblema de la 'inteligencia de fondo'. Como conse-cuencia del desarrollo cognitivo humano desde la infan-cia, todos llevamos con nosotros una cantidad enormede informacion basica acerca de como es el mundo; lascomputadoras no disponen de tal catalogo de conoci-mientos al que recurrir, 10 que hace muy dificil que unamaquina comprenda una frase como, 'La pelota esta enel corral'. En este contexto, cualquier humano recono-ceria inmediatamente la palabra 'corral' como el corra-lito don de juegan los ninos. Pero (como proporcionarese conocimiento a una maquina? Actualmente, los in-vestigadores de la IAArriba-Abajo todavia se esfuerzanpor resolver este problema.Debido al escaso progreso realizado en la IAArriba-

Abajo por los que abogan por la creacion de una auten-tica inteligencia de las maquinas,junto con los avancesfenomenales de la tecnologia informatica durante los ul-timos veinte anos, la gente empezo a revisar, en los anos80, el enfoque original Abajo-Arriba de Rosenblatt de laIA por via de las redes neuronales. Pero en razon delprincipio de que si resucitas una vieja idea debes dadeun nombre nuevo, esta linea de investigacion fue deno-

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minada 'conexionismo'. EI mislllo PCITOCOIldislilltc)collar. .. Una fuente irremplazablc paLl Lt lilosoll;l ddconexionismo, asi como mucho mas so\)rc IlIClltcS,('('\('bros ymaquinas, es la obra de Douglas llo/stadler (;iirld,Escher; Bach: An Eternal Golden Braid (Codel, Escher, Bach:EI eterno gal6n de oro) (Nueva York,BasicBooks, 1979),ganador del premio Pulitzer.En cualquier caso, pronto qued6 claro que el resulta-

do de Minsky y Papert, que puso fin al trabajo sobre lasredes neuronales en los anos 60, no afectaba la idoneidadde la idea para las maquinas inteligentes y este hecho,junto con la disponibilidad generalizada de un hard-ware informatico potente y barato, condujo a un resurgirde la investigaci6n sobre la IAAbajo-Arriba que hoy diatodavia continua. Un relato magnifico de todo este traba-jo sobre la IA tanto Arriba-Abajo como Abajo-Arriba sepuede encontrar en el entretenido libro ArtificialIntelligen-ce:A Philosophical Introduction (La inteligencia artificial:Una introducci6n filos6fica) de Jack Copeland (Oxford,Blackwell, 1993).Los anos 80 tambien fueron testigos dellanzamiento

de dos andanadas, a las que dieron mucha publicidad,en contra de la idea de una maquina inteligente. La pri-mera fue el infame argumento de la Habitaci6n chinadel fi16sofoJohn Searle, que parodia el tema del experi-mento mental de Wittgenstein de la Habitaci6n Jero-glifica. Los argumentos de Searle contra la idea de laprueba de Turing como una forma valida de determi-nar la inteligencia, se presentan energicamente en sulibro Minds, Brains, and Science (Mentes, cerebros y cien-cia) (Cambridge, MA,Harvard University Press, 1984). EIsegundo gran ataque contra la IA fue eillamamiento de

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Roger Penrose al Teorema de Godel en su libro The Em-peror's New Mind (La nueva mente del emperador) (Ox-ford, Oxford University Press 1989), que tuvo un granexito. Pienso que se puede decir con seguridad que nomuchos fi16sofos 0 cientificos se adhieren a cualquierade estos argumentos por todas las razones expuestas porlos invitados ala cena de Snow. Asi que no las volvere aexplicar aqui. Retrospectivamente, el favor que tantoSearle como Penrose han hecho a la s6lida comunidadde la IA ha sido sacudirla para que repensara seriamen-te los aspectos filos6ficos que sostienen su investigaci6nyformulara contraargumentos eficaces.Como punto final de este rapido resumen de la inves-

tigaci6n en IA desde la epoca de Snow, permitanme quediga unas palabras sobre los dos problemas basicos quelos fundadores de la IA presentaron como misiones casisagradas en la epoca de la reuni6n de Dartmouth, hacecasi 50 anos. Son los problemas del juego de ajedrez porcomputadora y la traducci6n dellenguaje natural. 2D6n-de se encuentra hoy dia la IAcon respecto a estas cuestio-nes fascinantes?En 1997, el campe6n mundial de ajedrez Gari Kaspa-

rov fue derrotado en un torneo por Deep Blue-II, el pro-grama de ajedrez por ordenador que predomina. Y,dehecho, inc1uso en un ordenador domestico, los buenosprogram as de ajedrez juegan ahora a un nivel que s6lolos jugadores expertos pueden tener la esperanza devencer. Asi pues, finalmente, la afirmaci6n hecha en losanos 50 de que para fin de siglo el campe6n mundial de~edrez seria una maquina se ha hecho realidad. La au-tentica broma, sin embargo, es que en aquellos dias setenia la impresi6n de que al crear el programa de un cam-

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peonato de ajedrez se arrojaria ell CilTto III(lcl~).dg') ,Ie'1uz sobre 1a forma en que 10s hlllllallos n'slJ('h~'11 l(l~,problemas. Bueno, no hubo tanta sunil'. 1':11Ic;dicl;l(l,10 que se aprendi6 es que 1a forma ell que los gl;lIlc1csmaestros y 10s buenos programas juegall al ajedll'l 110tienen nada que ver una con otra. De modo que 1;1o!>c-raci6n fue un exito, ipero e1paciente muri6!Sin embargo, 10que se puede decir es que Deep B111l'-11

ha pasado una especie de prueba de Turing para e1 (~je-drez. Yes muy interesante sena1ar 1aobservaci6n de Kas-parov de que podia ver una 'inte1igencia extrana' en e1juego de Deep Blue. Esta es una perspectiva muy distintade 1a que tienen 10s disenadores del programa, que co-nocen 1amaquinaria a fondo pero no pueden apreciar 1asuti1eza de su juego. De modo que para Kasparov, que escapaz de apreciar sus poderes, e1programa se ha conver-tido en una especie de persona.A pesar de todo esto, 1aconstrucci6n de programas de

ajedrez no nos ha ensenado casi nada acerca de 1as des-trezas y metodos cognitivos humanos. E11ibro Kasparovversus Deep Blue: Computer Chess Comes of Age (Kasparov con-tra Deep Blue: e1 ajedrez por ordenador llega a su ma-yoria de edad) de Monty Newborn (Nueva York, Sprin-ger-Verlag, 1997) proporciona un resumen semitecnico,pero no obstante ameno, de este gran -aunque falli-do- experimento.Por 10 que se refiere a su eficacia en e1mundo real y

cotidiano, 10s program as de traducci6n de idiomas tie-nen muchisimo menos exito que sus equiva1entes de aje-drez. Pero 1aeficacia no 10 es todo. Yen cuanto alas ma-quinas que rea1izan esta funci6n de 10mas humana, delmismo modo que 1arealizan 10shuman os, 10sprogram as

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de traducci6n han mostrado una mejora con stante -sino extraordinaria- en el ultimo medio siglo.Algo de esteprogreso se debe a una investigaci6n sistematica de lasteorias linguisticas de Noam Chomsky que fueron intro-ducidas en el texto. Ellibro The Linguistic Wars (Las gue-rras linguisticas) de Randy Harris (Nueva York,OxfordUniversity Press, 1993), es una buena fuente introduc-toria de los logros y debilidades de esta teoria. Al pasarde las rudas y penosas consultas al diccionario a los pro-gram as de hoy dia que realizan una tarea aceptable ha-ciendo traducciones no muy exactas, pero aprovecha-bles, existen razones para confiar, si no esperar, que noeste muy lejano el dia en que algo asi como un traductoruniversal del tipo Star-Trek sea una realidad. Las razonesdel porque se hallan en ellibro An Introduction toMachi-ne Translation (Una introducci6n ala traducci6n meca-nica) de W.John Hutchins yHarold L. Somers (Londres,Academic Press, 1992), que constituye un buen puntode partida.Si el medio siglo de trabajo sobre la inteligencia arti-

ficial ha enseiiado algo, es que capturar la cognici6nhumana dentro de una maquina es un asunto muy pro-blematico. Las cosas que los humanos hacen bien -re-conocimiento de modelos, visi6n, inferencia inductiva,creatividad- las maquinas las hacen mal, y viceversa.Esto no quiere decir que los procesos cognitivos huma-nos no se puedan reproducir en una maquina, pero es unasunto mucho mas complicado de 10 que nadie pensabaenlos aiios 50. Ymuch os piensan ahora que conseguirque las maquinas piensen como los humanos es un ejer-cicio comparable a conseguir que los robots jueguen alfutbol. Podria ser posible, pero ~con que finalidad? Es

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como conseguir que un caballo baile. Esmucho mas be-neficioso reconocer que este medio siglode investigaci6nha demostrado que son dos formas de inteligencia dife-rentes y que coexistiran pacificamente durante un cortoperiodo de tiempo. Despues del actual, aunque breve,interregno, los caminos de las maquinas y los humanosse separaran como se separaron los humanos y los delfi-nes hace muchos milenios. Si Turing estuviera vivohoy,sospecho que sentirla una perversa satisfacci6n al verque su sueno se ha realizado.

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El origen de las fotografias que aparecen en la secci6n Dramatis

Personcees:

Wittgenstein: Foto de la cubierta dellibro Recollections ofWittgen-stein, R. Rhees, ed., Oxford University Press, Nueva York, 1984 (cre-

dito fotografico: Ben Richards)

Haldane: Foto de la cubierta dellibro On Being theRight Size and

Other Essays,]. Maynard Smith, ed., University Press, Oxford, 1985

(credito fotografico: Syndication International)

Turing: ultima placa fotografica dellibro Alan Turing: The Enig-

ma, de Andrew Hodges, Burnett Books, Londres, 1983 (creditos fo-

tograficos: la Royal Society y el King's College, Cambridge)

Snow: Foto de la cubierta dellibro Stranger and Brother:A Portrait

ofCP Snow, de Philip Snow, Scribners, Nueva York, 1982 (credito

fotografico: Bern Schwartz)

Schrodinger: Foto de la cubierta del libro Schrodinger: Life and

Thought, de Walter Moore, Cambridge University Press, Cambrid-

ge, 1989 (no consta ningun credito para la foto)

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John L. CastiEl.Quinteto de Cambridge

Imagine una tormentosa noche de verano en la que el no-velista, fisico y asesor cientifico C. P.Snow invita a cuatro

. de las mentes mas notables de la epoca'a una suntuosacena en sus habitaciones del Christ's College para discutir unode 105 temas cientificos mas novedosos del momento:, Es posibleconstruir una maquina que pueda reproducir 105 procesos cog-nitivos humilnps? Los distinguidos invitados de Snow son elfisico clJantico Erwin Schrodinger, el filosofo Ludwig Wittgen-stein, el genetista J. B.S~Haldane y el matematico Alan Turing.Con la precision, sutileza y brillantez narrativa que caracterizansus obras, J. L.Casti recrea un momenta (mico y emocionanteen la gran historia de las ideas cientificas y reconstruye 10quecada uno de estos grandes hombres pod ria haber dicho si real-mente se hubieran reunido a cenar esa noche.La discusion del quinteto anticipa toda.s las cuestiones basicasCluese han planteado en torno a la inteligencia artificial durante105 cincuenta alios que han transcurrido desde entonces.,Puedeuna maquina pensar 0 simplemente procesar informacion? ,Esel cerebro meramente una maquina procesadora de simbolos,como insinua Turing? ,Es posible que no exista, como proponeWittgenstein, pensamiento sin lenguaje, ni lenguaje sin la in-teraccion de 105 seres humanos?J.. L. Casti ha creado un libro fascinante, una novela de ideasaccesible que explora la naturaleza esencial de la mente y lamaquina, combinando el debate filosofico y cientifico, 105 por-menores de una epoca y la viva representacion de unos perso-najes extraordinarios.

«Una nueva forma de explicar la ciencia y un festin intelectualen todos 105 sentidos».

«Un experimento Iiterario inigualable que hace que 105 argu-mentos cientificos y filosoficos cobren nueva vida».

IANSTEWART