Caride Gómez

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/25/2019 Caride Gmez

    1/9

  • 7/25/2019 Caride Gmez

    2/9

  • 7/25/2019 Caride Gmez

    3/9

  • 7/25/2019 Caride Gmez

    4/9

    Jos Antonio Caride Gmez. (1998). Aula de Innovacin Educativa. [Versin electrnica]. Revista Aula de InnovacinEducativa 77

    La escuela en el medio rural

    Crnica y alternativas para la reconstruccin de una identidad en crisis

    Jos Antonio Caride Gmez

    Entre un pasado difcil y un futuro incierto

    Hace dcadas que la escuela - mal llamada rural- centra el inters de abundantes crnicas pedaggicas y sociales. Enconjunto, son la expresin de una mirada plural, inquieta y, en ocasiones, sensible a los avatares de una institucineducativa permanentemente desafiada por las realidades sociales y culturales del entorno que la acoge; no slo pararegistrar sus problemticas y destacar sus realidades crticas, sino tambin para afirmarla y proyectarla en alternativas quepermitan mejorar cuantitativa y cualitativamente sus opciones de futuro.

    Aunque con discursos desiguales por su emocin, su contenido y sus significados, la mayora coinciden en poner de relieveun denominador comn: no es posible entender o imaginar la educacin institucionalizada en el medio rural al margen delas condiciones de una civilizacin campesina que la ha albergado y asociado a las incertidumbres de su propio destino,

    abocndola a compartir una trayectoria de transformaciones demogrficas, socioeconmicas y culturales que anticipan unporvenir incierto para el desarrollo, no slo de la educacin, sino de la propia ruralidad.

    En general, diremos que son crnicas de una escuela, de una educacin y de una sociedad problematizadas tanto en suidentidad como en su entidad institucional: una escuela contrariada en su apertura al territorio, hasta el extremo de nopoder definirse como rural, sino, simplemente, de ubicacin rural; una educacin limitada en sus cantidades y calidades,carente de estructuras y misiones que la amplen mucho ms all de la escolaridad obligatoria, y no siempre; una sociedadrural, en fin, sometida a una prdida significativa de su potencial contribucin al desarrollo global de la sociedad, inmersaen la inconclusa crisis del sector primario, la desertizacin poblacional, la disolucin o la fragilidad de aquellos sistemaseconmicos, sociales y culturales que tradicionalmente se fueron asociados a la configuracin o pervivencia de lassociedades agrarias.

    En el pasado, son crnicas de una escuela a la que se presenta agregada al paisaje, ms o menos inmersa en la vidacotidiana de pueblos y aldeas, tal y como relat el periodista Luis Bello (1973) en el peridico madrileo El Sol al darcuenta de sus viajes por la geografa gallega, en 1929; tambin con el trasfondo de un tiempo histrico, son memorias de

    escuelas en las que se retratan maestros y maestras que identifican su biografa (real o imaginaria) con vivencias yexperiencias educativas de profunda insercin rural, como leemos en la narrativa de Josefina Aldecoa (1991) o en la obrade Antn Costa (1989); diremos, asimismo, que muchas de esas crnicas son testimonios de proyectos e iniciativascomprometidas con la renovacin pedaggica (dentro y fuera del aula), generalmente confiando en un futuro esperanzadopara el mundo rural, a modo de escuelas vivas, como la de Orellana; en libertad, como la de Fregenal de la Sierra; enmarcha, como las propuestas por el colectivo Campos de Castilla; campesinas, como las del Barco de Avila, o en casa,como las que desde hace ms de dos dcadas consiguieron ampliar las oportunidades educativas de miles de nios y niasde Galicia o Asturias.

    Hoy, cuando la globalizacin y la interdependencia son un exponente de los tiempos que corren, las crnicas de la escuelaubicada en el medio rural tambin comienzan a hablar de su incorporacin a la sociedad red (Castells, 1998), de lautilizacin intensiva de nuevas tecnologas para facilitar su salida exterior, de programas educativos configurados a modode aldeas digitalesorientadas a promover la integracin de la escuela pblica del medio rural en los modernos sistemas dela comunicacin y la informtica, en el caso espaol con implantacin inicial en la provincia de Teruel (abril de 1998) yposterior expansin a otras comunidades autnomas; lo que supone caminar por la senda que aos atrs abrieranexperiencias similares en Francia, Inglaterra o Alemania al objeto de favorecer la transmisin del conocimiento, el usocompartido de recursos didcticos y la cooperacin intercentros.

    El cuestionamiento de los escasos logros alcanzados por la escolarizacin rural, unido a la ineludible acomodacin de lasinstituciones educativas de las zonas rurales a los procesos de cambio social, sita sus crnicas ms recientes en laperspectiva de un reestructuracin (necesaria y urgente) de la educacin en el medio rural, al objeto de movilizar recursosy generar nuevas expectativas para que la escuela pueda y deba

    ...Constituirse en un factor de progreso del medio rural, promoviendo su evolucin hacia un modelo cultural y social distintocapaz de conciliar pasado y futuro, conservacin y mutacin, naturaleza y modernidad

    si atendemos a la opinin de Francisco Lpez Ruprez (1998), director general de centros en el Ministerio de Educacin yCultura, del que tiene la mxima responsabilidad Esperanza Aguirre; crnicas que hablan de posibilidades para conciliar la

  • 7/25/2019 Caride Gmez

    5/9

    calidad de la educacin con la calidad de vida en las zonas rurales, aunque las realidades nos desvelen la distanciaexistente entre los discursos y los hechos, carentes, como todava estamos, de decisiones de poltica educativa (aunquetambin cultural, econmica, ambiental, sanitaria, social, etc.) que reconviertan la escuela ubicada en el medio rural enunaautnticaescuela rural.

    O, mucho ms an, que aproximen las condiciones de la ruralidad (y de quienes la habitan) al logro de una vida digna,sustentable y justa en trminos de bienestar material y social. Porque, como indica Barrio (1996: 85-87), la atencin debecentrarse en algo ms que en cuestionar la poltica de concentraciones escolares de aos pretritos, incluso admitiendo que

    ...No se puede seguir hablando de la escuela rural porque, sencillamente, sta no existe... sera ms preciso hablar deescuela en el medio rural. Desde esta ptica, la reflexin ira paralela a los retos, desafos y disyuntivas que tieneplanteados el conjunto del sistema educativo en el nuevo contexto internacional.

    Aludimos a una escuela para la que el calificativo de rural ha devenido en un problema ms que en una solucin; unaescuela a la que histricamente se ha considerado bastante indiferente a sus circunstancias prximas, dbil en loscompromisos que adquiere como institucin comunitaria (en muchos casos es el nico y ltimo servicio pblico que semantiene en una determinada localidad), deshauciada en sus infraestructuras y recursos materiales, desestimada en susposibilidades como espacio cultural, marginal en los dominios de las administraciones que dirimen las polticas educativas,disfuncional y/o limitada en sus logros: en suma, la parienta pobre (Ortega, 1995) de un sistema educativo que seformaliza al comps de la industrializacin y del progreso urbano, a cuyos requerimientos se subordinan las medidas conlas que se procura impulsar la modernizacin de los establecimientos escolares en los ltimos siglos.

    Con problemas de fondo, soluciones parciales y esperando alternativas

    La falta de una poltica educativa especfica para el medio rural (que no dudamos ha de observarse en trminos de unadiscriminacin positiva) ha retardado o impedido la consecucin de avances significativos en la concrecin prctica de losprincipios constitucionales que evocan el derecho a la educacin y la igualdad de oportunidades, lo que no consiste tan sloen garantizar un mnimo de escolaridad obligatoria para todos los nios y nias por un tiempo estipulado; ni en posibilitarla libertad de enseanza que se equipara a la eleccin de centros educativos por parte de los padres, dada la nfimapresencia de los que son de titularidad privada en las zonas rurales; ni en arbitrar programas de choque que se restringena los estrechos moldes de la educacin compensatoria, desde hace dcadas sometida a severas crticas; ni en la dotacincoyuntural de centros de recursos, por escasa y no siempre bien planificada; ni en la mera reordenacin de las escuelasunitarias en agrupaciones, como se viene haciendo en Espaa desde mediados de la dcada de 1980, generalizando latipologa de los centros o colegios rurales agrupados (CRA).

    Adems, aunque sea obvio afirmarlo, no puede perpetuarse la definicin de una escuela (sea sta o cualquier otra)simplemente por su tamao, el nmero de sus unidades o la procedencia de sus alumnos; los rasgos han de ser otros:desde una adecuada contextualizacin en el territorio hasta la determinacin de sus objetivos y finalidades, sus pautasorganizativas, sus prcticas curriculares, etc., por lo que la cuestin acaba situndose en la participacin o no de las

    escuelas en los proyectos de desarrollo local y comunitario, en las responsabilidades concretas que adquieren con undeterminado modelo de sociedad y de vida..., y esto tiene mucho que ver con la elaboracin y gestin de los proyectoseducativos de centro.

    Por decisivas y resolutivas que puedan ser algunas de las medidas que se han adoptado, todava puede afirmarse que noson suficientes para resolver la complejidad de una situacin que tiene un alcance estructural y una vasta envergadura,cuando menos si se contempla en la perspectiva de los mltiples problemas especficos que diferentes colectivos socialesatribuyen a la escuela en el medio rural (vase cuadro 1). Como expresaba el Consejo Escolar del Estado en su Informesobre el estado y situacin del sistema educativo en el curso 1991-92,

    ...Debe sealarse que, a pesar de los recursos dedicados a la escuela rural [sic], es necesario realizar un esfuerzo mayor,sobre todo para compensar las desigualdades que se producen, y de cara a la implantacin de la LOGSE. Dicho esfuerzodebe plasmarse en el diseo de un modelo de ordenacin del medio rural y en el desarrollo de medidas concretas depoltica educativa y de personal que respondan al objetivo de una escuela pblica de calidad, favoreciendo especialmente adicho medio.

    Seguimos esperando... y el consejo escolar instando en trminos parecidos a que se "configure un plan para esta escuelaen Espaa", tal y como se ratifica en el Informecorrespondiente al curso 1995-1996 y en sus precedentes.

    En este punto es imprescindible detenerse para significar que hablamos de un mundo rural instalado en una larga crisis,confrontado con la aventura de la modernidad y sus requerimientos; un mundo harto de visiones idealistas, uniformizantesy polticamente correctas, como tambin se expresa en las crnicas que adoptan el formato de estudios e informessociolgicos sobre la escolarizacin rural, en decretos y normativas que invocan o provocan cambios en una realidadescolar a la que se reconoce hecha al atraso, a la pobreza, al abandono..., tal vez porque

    ...Decididamente, la escuela no naci para el mundo rural, sino en las ciudades, y por una necesidad de las ciudades(Ortega, 1994: 212).

  • 7/25/2019 Caride Gmez

    6/9

    Crnicas stas que tienen su rplica en los testimonios que surgen de manifestaciones, jornadas, grupos de trabajo,movimientos de renovacin pedaggica, asociaciones de padres..., denunciando la carencia de medios, la distancia a loscentros escolares, la soledad de los maestros, las decisiones sobre las redes de centros, la desigualdad de oportunidades...,al tiempo que procuran reacciones de anlisis y bsqueda de alternativas. En este sentido, no podemos olvidar que,instados por el miedo a la muerte de los pueblos, la respuesta a la red de centros de la ESO en las zonas rurales convocabaen Madrid a ms de 50.000 manifestantes en mayo de 1996:

    Nos hemos unido (expresaban las agrupaciones convocantes) porque no queremos el desmantelamiento escolar de lospueblos, el cierre de colegios, el traslado diario de los nios a decenas de kilmetros, la masificacin y las carencias de los

    centros. No aceptamos la falta de recursos y de presupuestos para la educacin pblica y la degradacin de las condicioneseducativas.

    Sucede, finalmente, que hay muchas realidades de esta escuela que no llegan a expresarse en crnicas, formando parte delos silencios que se imponen en la convivencia cotidiana con el desamparo, la pobreza (casi una tercera parte de loshogares rurales espaoles son calificados como "pobres" en comparacin con un 12 % de los urbanos), la marginalidad o elprogresivo derribo de la ruralidad (singularmente desde mediados de la dcada de 1960), ante la presin ejercida por unproceso de urbanizacin que aprovecha la aparente y sugerente imagen del modus vivendide las ciudades. Como expresaTiana (1997:13)

    ...Ubicadas en el medio urbano las experiencias educativas ms relevantes, no es extrao que los historiadores se hayancentrado en ellas, sin preocuparse por la reconstruccin de la vida en las modestas escuelas rurales.

    Hemos de advertir que la lgica social a la que se remiten los destinos del mundo rural, de la educacin y de las escuelasque se asientan en su geografa no es aleatoria. Como se ha podido demostrar (Caride, 1983 y 1992), son el resultado de

    un complejo entramado de situaciones crticas, relacionadas con el afianzamiento de los desequilibrios territoriales y de lasdesigualdades sociales, que, segn Lefebvre (1978:15), es inseparable del proceso de urbanizacin que se extiende portodo el planeta, de modo tal que

    ...Lo que define a la sociedad urbana va acompaado de una lenta degradacin y desaparicin del campo, de loscampesinos, del pueblo, as como de un estampido, de una dispersin, una proliferacin desmesurada de lo que antao fuela ciudad.

    Todava ms: la ruralidad, lejos de reconstruirse desde s misma como un proyecto de vida autnomo e integral, atento asus propias necesidades y valores, claudica de nuevo ante las exigencias de una relativamente uniforme mentalidadurbana; y que, como sabemos, adems de conseguir expandirse y cautivar con facilidad a las jvenes generaciones (con lacooperacin de las instituciones educativas y de los medios de comunicacin social), establece una profunda ruptura concualquier modelo de sociedad que la contradice, en particular con la que identificamos como rural (Caride, 1998).

    Por una escuela integradora y orientada al desarrollo rural integrado

    En este contexto, es fcil entender las razones que esgrime la Unin Europea cuando proclama la necesidad de continuarcon la transformacin de las estructuras agrarias, a tenor de los cambios que se produzcan en los sistemas productivos yen las polticas de los mercados, recurriendo para ello a una aplicacin ms o menos reglamentista de la poltica agrariacomn. Y que, como se sabe, ha derivado en un sinfn de conflictos en determinados estados y regiones. En todo caso, nopuede obviarse que las iniciativas ms recientes de la Comunidad insisten en la obligacin de que la poltica rural debe iracompaada de un enfoque integrado global en el que estn incluidas la agricultura, la planificacin territorial, elaprovechamiento de los recursos con perspectivas de pluriactividad y la proteccin del medio ambiente; de uno u otromodo, parece que se mantienen latentes las orientaciones de lo que se conoce como "desarrollo rural integrado".

    Tambin en este contexto es comprensible la preocupacin de la Comisin Europea por contribuir significativa yeficazmente a la mejora del nivel y de la calidad de vida en las zonas rurales, comenzando por la infancia; lo que, segnindican, requiere mejores polticas, modelos ms apropiados y una dotacin ms consistente de recursos, ya sea a travsde la actuacin de los diferentes Estados miembros o de los fondos estructurales (FSE, FEDER, FEOGA). Lasrecomendaciones que hay que contemplar son, entre otras, las siguientes (Cohen, 1995:66-67):

    - Los Estados miembros deben desarrollar una poltica amplia y coherente para garantizar el acceso de los nios y niasrurales a servicios de buena calidad.

    - Los Estados miembros deben facilitar la gestin de modelos apropiados y de estrategias de financiacin para la prestacinde los servicios.

    - Los Estados miembros deben analizar los requisitos legales, los mecanismos de financiacin y la formacin necesaria paraafrontar las necesidades rurales. Deben recopilar y analizar informacin comparativa sobre los niveles de los servicios delas zonas urbanas y rurales, as como cualquier otra informacin pertinente.

    - Los Estados miembros deben alentar la adopcin de un enfoque de colaboracin entre los rganos administrativospertinentes, no slo los competentes en materia de bienestar y la educacin, ocio y actividades recreativas, sino tambin

  • 7/25/2019 Caride Gmez

    7/9

    los que se ocupan del desarrollo agrario y rural. Los Estados miembros deben velar por el que las polticas de atencin a lainfancia contemplen toda la gama de funciones de los servicios y no se inspiren nicamente en el mercado de trabajo ni,por el contrario, hagan exclusin de ste.

    - Los Estados miembros deben colaborar con la Comisin Europea difundiendo informacin y facilitando el intercambio deideas e informacin sobre las formas de prestacin de los servicios en las zonas rurales, as como fomentando la utilizacineficaz de los fondos estructurales para el desarrollo de la infraestructura de atencin a la infancia.

    Particularmente, creo que es en el marco de un desarrollo efectivo y armnico de la atencin a la infancia donde debe

    situarse la renovacin y el cambio de una escuela que acepte decididamente los retos que le impone su presencia en elmedio rural. Y que, cuando menos, la obligar a plantearse como cuestin fundamental si es posible que exista una escuelaespecficamente rural o si, por el contrario, debe tenderse a un modelo urbano, aunque de tamao reducido (Martn de laCalle, 1993:17). En la sntesis que realiza esta autora, desde el punto de vista de los objetivos de la escuela rural seobservan dos tendencias: una ve en esa escuela una forma de vivir el campo; la otra da preferencia al desarrollo del nio.En el primer caso se trasluce la preocupacin de dar a los jvenes el sentimiento de pertenencia a su regin, de tener suspropias races, aunque garantizndoles los aprendizajes necesarios en todo el mbito social; en la segunda tendencia seinsiste en la necesidad de ensear a los nios a colaborar con los dems, de impregnarles del sentimiento de pertenecer aun mundo ms amplio, lo que no impedira recurrir a mtodos que se apoyen en el medio rural concreto.

    Ante este dilema, ha de insistirse en que la diversidad de las condiciones rurales reclama una gran flexibilidad en lasestrategias que se orienten a tomar y ejecutar decisiones, admitiendo que se ha de partir de realidades rurales tambindiferenciadas en sus necesidades y en sus proyectos de futuro (zonas de montaa, espacios en procesos de urbanizacin,etc.). Y que, lejos de deparar una institucin escolar tipo, constreida y uniforme, sea capaz de convertirse en unverdadero laboratorio de renovacin educativa: una escuela basada en la relacin individual con el alumnado, con susraces culturales y sus entornos diferenciales, tal y como expresa Tonucci (1996). Creemos que para tal fin es precisoredefinir los criterios organizativos e institucionales que fundamentan los procesos de escolarizacin en el medio rural,promoviendo una dinmica que ponga nfasis en las funciones socioculturales de la escuela como institucin comunitaria ycentro polivalente de educacin y cultura (Caride, 1994:47). Las razones son bastante lgicas: toda escuela necesitaconstruir sus realidades adecundose a un proyecto, siempre e independientemente de su localizacin geogrfica en unmedio rural o urbano.

    Concluimos sealando que lograr cambios significativos en los enfoques y las experiencias educativas, adecuando lasprcticas pedaggicas a las necesidades y peculiaridades del medio rural, supone adentrarse en un proyecto poltico,econmico y cultural de amplio alcance; y que, inevitablemente, ha de ser congruente con modelos de desarrollo socialrepensados a escala humana, orientados al protagonismo de las personas, comprometidos con cada territorio y con susidiosincrsicas manifestaciones culturales, ecolgicamente sustentables y plenamente democrticos. Adems de la infancia,hemos de contemplar a los jvenes, a los adultos y a los mayores como verdaderos referentes de una educacin que seextiende a lo largo de toda la vida, tambin en las comunidades rurales.

    Las exigencias de un modelo de desarrollo integral e integrador que sea garante de estos logros, atento a las alteraciones

    que se estn produciendo en la composicin sociolgica de los ecosistemas rural y urbano, derivan hacia importantesdesafos para la educacin y las instituciones educativas, a las que no pueden ser ajenas las nuevas necesidades formativasy de aprendizaje de la poblacin, a lo largo de toda la vida y segn estilos de convivencia, que pueden ser muy variados ydiferentes. En estos desafos estn implcitos planteamientos alternativos que reclaman la adopcin de nuevos conceptos ymtodos, formas ms plurales de acceso y transmisin del conocimiento, de elaboracin de propuestas y de adopcin depolticas educativas que sean ms coherentes con los cambios estructurales que experimenta la sociedad mundial en lasltimas dcadas. No slo para aceptarlos; a veces tambin para reconvertirlos hacia lo que ha de ser ms justo y deseablepara el futuro de la humanidad.

    Cuadro 1. Problemticas especficas de la escolarizacin en el medio rural

    A. Relativas a las circunstancias personales, sociales y culturales de los alumnos

    - Dficit en las condiciones sociales y culturales del medio familiar

    - Desmotivacin y bajas expectativas en el alumnado

    - Altos ndices de fracaso escolar, estimado como bajo rendimiento acadmico

    - Carencia de oportunidades para la formacin posobligatoria

    B. Relativas a las condiciones infraestructurales y materiales de los centros

    escolares

    - Escasa dotacin presupuestaria de los centros para hacer frente a sus necesidades

  • 7/25/2019 Caride Gmez

    8/9

    - Insuficiencias en los recursos (equipamiento y mobiliario), as como en los materiales didcticos disponibles

    - Disfuncionalidades en la arquitectura escolar y la disponibilidad de espacios

    - Desatencin en el mantenimiento y conservacin de los edificios

    - Problemas de salubridad e higiene en las instalaciones

    C. Relativas al marco poltico y administrativo

    - Escasa atencin por parte de las administraciones educativas

    - Dificultades en la adecuacin de los centros al marco legislativo de la reforma

    - Configuracin de la red de centros: infantil, primaria y secundaria

    - Carencias vinculadas a la falta de equipos de apoyo a la escuela o a la tarea de inspectora

    D. Relativas a las relaciones escuela-comunidad

    - Ubicacin del centro y necesidades ligadas al transporte y comedores escolares

    - Realizacin de actividades extraescolares y/o curriculares fuera de la escuela

    - Descenso demogrfico (prdida de alumnado) y despoblamiento del medio rural

    - Escasa participacin de los padres en la dinmica de los centros educativos

    E. Relativas al profesorado y a sus condiciones de trabajo docente

    - Dficit en los procesos de formacin inicial y en servicio, relacionados con el desempeo de la profesin en el medio rural

    - Falta de reconocimiento a la labor docente, unida al aislamiento y soledad de muchos profesores

    - Alta movilidad del profesorado, incidente en la dificultad para constituir equipos docentes estables

    - Problemas coyunturales en las relaciones del profesorado con padres y madres

    Fuentes: Grupos de discusin con maestros de educacin infantil y primaria en Galicia; encuesta del gabinete de la reforma(MEC) relativa a la experimentacin de la reforma en el ciclo superior, ao 1991, en siete zonas rurales espaolasdiferentes. Elaboracin propia.

    Hemos hablado de:EducacinEscuela integradoraMedio ruralGlobalizacinDesarrollo rural integradoComunidad rural

    Bibliografa

    ALDECOA, J. (1991): Historia de una maestra. Barcelona. Anagrama.

    BARRIO, J.M. (1996): "Existe la escuela rural?", en Cuadernos de Pedagoga, n. 251, pp. 85-89.

    BELLO, L. (1973): Viaje por las escuelas de Galicia. Madrid. Akal.

    CARIDE, J.A. (1983): Ruralidad, educacin institucional y desarrollo social en Galicia. Universidad de Santiago deCompostela, Santiago de Compostela (Tesis Doctoral).

  • 7/25/2019 Caride Gmez

    9/9

    CARIDE, J.A. (1992): "Educacin y desarrollo en las comunidades rurales deprimidas. La pedagoga social en el marco deun enfoque integrado", en Revista Interuniversitaria de Pedagoga Social, n. 7, pp. 19-37.

    CARIDE, J.A. (1994): "Mestres no rural: lecturas sobre un oficio", en Revista Galega do Ensino, n. 2, pp. 39-49.

    CARIDE, J.A. (1998): "Do rural ao urbano: problemas e dessafios para a educaao", en DIAS DE CARVALHO, A. (coord.):As cidades e os rostos da excluao. Porto. Universidade Portucalense. (En prensa.)

    CASTELLS, M. (1998): La era de la informacin: economa, sociedad y cultura. La sociedad red (vol. I). Madrid. AlianzaEditorial.

    COHEN, B. (1995): Servicios de atencin a la infancia para familias rurales. Comisin Europea/Red de Atencin a laInfancia. Bruselas.

    COSTA, A. (1989): Escolas e mestres. A Educacin en Galicia: da Restauracin Segunda Repblica. Xunta de Galicia,Santiago de Compostela.

    LEFEVRE, H. (1978): De lo rural a lo urbano. Barcelona. Pennsula.

    LPEZ RUPREZ, F. (1998): "Aldea Digital". Programa de Nuevas Tecnologas de la Informacin y de la Comunicacin.

    Ministerio de Educacin y Cultura. Madrid. En http://www.pntic.mec.es/adigital/docs/aldea1.htm

    MARTN DE LA CALLE, C. (1993): "Los pases industrializados afrontan la modernizacin de la escuela rural", en ComunidadEscolar, 20 de octubre, p. 17.

    ORTEGA, M.A. (1994): "Escuela rural o escuela en lo rural? Algunas anotaciones sobre una frase hecha", en Revista deEducacin, n. 303, pp. 211-242.

    - (1995): La parienta pobre (significantes y significados de la escuela rural). Madrid. CIDE/MEC.

    TIANA, A. (1997): "Prlogo: rasgando el silencio", en LACRUZ, M.: Entre surcos y pupitres. Historia de la Educacin Agrariaen la Espaa de Franco. Madrid. Endymion, pp. 11-14.

    TONUCCI, F. (1996): "Un modelo para el cambio", en Cuadernos de Pedagoga, n. 247, pp. 48-51.

    Direccin de contacto

    Jos Antonio Caride GmezUniversidad de Santiago de Compostela