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HAROLD CHERNISS "LA HISTORIA DE LAS IDEAS Y LA ANTIGUA FILOSOFÍA GRIEGA"

Breve historia de la ideas, de Cherniss

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H. Cherniss Filosofía Antigua

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HAROLD CHERNISS, LA HISTORIA DE LAS IDEAS Y LA ANTIGUA FILOSOFA GRIEGA

HAROLD CHERNISS

"LA HISTORIA DE LAS IDEAS Y LA ANTIGUA FILOSOFA GRIEGA"

HAROLD CHERNISS

"LA HISTORIA DE LAS IDEAS Y LA ANTIGUA FILOSOFA GRIEGA"

En: Estudios de Historia de la Filosofa en homenaje al profesor Rodolfo Mondolfo con motivo del quicuagsimo aniversario de su doctorado, Universidad Nacional de Tucumn, Facultad de Filosofa, 1957, fascculo I, pp. 93-114.

(Hay reed. en: Harold Cherniss, Selected Papers, ed. L. Tarn, Leiden, 1977.)Traduccin de Lena Balzaretti. Revisin de Armando Poratti y Pilar Spangenberg.

Tanto "historia" como "idea" son palabras griegas, si bien el significado o los significados de sta ltima, en griego, son tan diferentes de lo que se entiende por ella en ingls corriente, que prefiero evitarla excepto en su sentido tcnico filosfico y emplear en cambio "pensamiento", "concepto" o "nocin". "Historia", no obstante, no slo es una palabra griega; la concepcin que comnmente pretende expresar, las relaciones causales entre un acontecimiento y otro y la investigacin de esas relaciones, es una invencin o descubrimiento griego, o, como algunos historigrafos modernos podran preferir llamarla si fueran conscientes de su origen, una invencin de la imaginacin griega y una manifestacin del prejuicio griego a favor de los ordenamientos esmerados y la sistematizacin racional. Desde la sexta centuria a. C. los pensadores griegos estuvieron obsesionados por el deseo de establecer relaciones causales entre todas las entidades y eventos de los cuales haban adquirido conocimiento; y esta actividad, sus objetos de la clase que fuera, y la explicacin resultante que se supona que representaba el sistema o proceso objetivo fueron todos llamados [histora]. "Bendito es", dice Eurpides, "quien aprendi esta [histora] contemplando el eternamente joven orden de la naturaleza inmortal.1* Los primeros "filsofos", como los llamamos por retroferencia del trmino, fueron todos "historiadores" en este sentido, "investigadores" no meramente de la cosmogona, de los procesos fsicos inanimados, de la biologa y la psicologa, sino tambin de la antropologa y de acontecimientos polticos y sociales, antiguos y contemporneos. De sus obras [94] poseemos slo exiguos fragmentos y referencias de segunda o tercera mano, pero existe suficiente evidencia para mostrar que incluso los jnicos, los primeros de los "pre-socrticos", no fueron exclusivamente "historiadores de la naturaleza" o "fisilogos" y que probablemente todos, y sin duda algunos de ellos, consideraron el origen fsico de las cosas slo como el primer captulo en su investigacin de las causas del mundo del hombre, en el cual vivan. Acaso ellos, entonces, extendieron esta investigacin a los orgenes y a modificaciones de las creencias y opiniones de los hombres e intentaron construir una genealoga, para emplear una de sus propias metforas,2 de los pensamientos y de las palabras que expresan el pensamiento y lo influencian a su vez? Acaso ellos, en resumen, haban concebido la nocin, aun de una manera cruda y primitiva, de lo que aqu llamamos "historia de las ideas"?

Por cierto, eran agudamente conscientes de la multiplicidad y diferencia de las costumbres y opiniones humanas, la clase de diversidad que en el mundo fsico les pareci que peda una explicacin. Hecateo de Mileto3 comenz su historia con la declaracin de que l iba a escribir la verdad como l la perciba, porque los relatos transmitidos por los griegos eran muchos y absurdos, y Hecateo fue a su vez utilizado por Herclito,4 junto con Jenfanes, Pitgoras y Hesodo, para sostener por va de ejemplo su aseveracin de que mucha informacin no produce entendimiento. Lo que ha quedado de la mayor parte de esos primeros escritores contiene censuras igualmente agudas a las doctrinas de sus predecesores y a la opinin de la mayora. Jenfanes, que aparentemente adopt una posicin extrema de sentido comn emprico en oposicin a toda sutil "teora cientfica", llama con desdn a la guerra de los dioses con los titanes y los gigantes "ficciones de los antiguos".5 Herclito, que expres el mismo completo desprecio tanto por la multitud que segua a falsos maestros como por los "polmatas",* porque ellos no perciban el verdadero logos, recibi de Parmnides la suprema afrenta de que los [95] trminos de su logos se utilizaran para describir a los hombres que deambulan en completa ignorancia, encarando ambos caminos y creyendo que ser y no ser son la misma cosa y no la misma.6 Todos los procesos que los hombres creen ser reales, Parmnides declar que no son sino palabras que ellos mismos haban establecido;7 y Empdocles, reprendiendo a los hombres por suponer que cualquier cosa puede llegar a ser o ser destruida, adapt para su propio uso la acusacin de Parmnides de que esos presuntos procesos son meramente nombres equivocados.8

Tal censura no est equilibrada por el reconocimiento de deuda alguna con los pensadores anteriores, ni siquiera la obvia del estmulo. Esto puede ser un resultado incidental de los estragos del tiempo, que nos dej tan poco de lo que escribieron los presocrticos, pero el tono de lo que nos fue preservado hace al menos improbable cualquier explicacin generosa como sta. Herclito se jacta de que "investig dentro de s mismo", es decir, que haba no aprendido de ningn otro sino que haba encontrado la verdad por introspeccin.9 A esta va l debe haberla considerado abierta para todo el que tuviera la voluntad de tomarla, pues afirm que el pensamiento inteligente es comn a todos;10 y aunque censur a la humanidad por tomar como sus instructores (11) a los poetas y a la muchedumbre, atribuy la diversidad y falsedad de las opiniones de los hombres al hecho de que ellos se desvan del logos comn hacia los ilusorios pensamientos propios,12 como los hombres durante el sueo vuelven cada uno a su mundo privado lejos del cosmos nico que comparten mientras estn despiertos.13 Empdocles explic la multitud de doctrinas errneas como el resultado de "visiones parciales" de la verdad: cada individuo, no habiendo visto ms que una pequea parte de la totalidad, est convencido de que aquello que le toc en suerte en su breve vida lo es todo;14 y [96] aplic15 esta explicacin especficamente a la afirmacin de "sentido comn" de Jenfanes16 de que la tierra desciende extendindose hacia el infinito. Estas explicaciones tienen ms afinidad con las teoras del conocimiento, sin embargo, que con cualquier teora de la interrelacin o desarrollo de los pensamientos, opiniones o doctrinas. El germen de tal teora podra ser ms plausiblemente reconocidoen un fragmento del no-filosfico Jenfanes,17 quien dice que los dioses no revelaron a los mortales todas las cosas desde el comienzo, sino que los hombres, buscando, descubren con el tiempo lo que es mejor. sta es una antigua, tal vez la ms antigua expresin de la teora del progreso intelectual y cultural que, ms tarde, lleg a ser lugar comn del pensamiento griego;18 e intrpretes positivistas, combinando este fragmento con uno que ellos suponen que expresa una doctrina escptica,19 adjudicaron a Jenfanes el presentimiento de sus propias nociones acerca de la naturaleza del progreso cientfico. Es tentador suponer que el fragmento que cit encierra la nocin de que todo descubrimiento o invencin de alguna manera est determinado por aqullos que lo precedieron, pero no hay seal de que Jenfanes fuese consciente de esta implicacin, e, inclusive si lo fue, hay un largo paso desde tal nocin a la doctrina de que hay una conexin causal similar entre los pensamientos de los hombres y sus opiniones. Jenfanes parece ms bien haber pensado que en la esfera de lo invisible e intangible hay una verdad objetiva a la que diferentes hombres pueden aproximarse en diferentes grados pero nunca asirla con certeza tal como es, ya que cada uno la contamina con su propia fantasa.20 Observ que diferentes pueblos atribuyen a los dioses distintas apariencias y adems que cada uno creaba los dioses a su propia imagen; los etopes los hicieron negros y atos; los tracios, de ojos celestes y pelirrojos; y seal la universalidad de [97] esta tendencia diciendo que las bestias, si pudieran dibujar o modelar figuras, les daran a los dioses su propia forma. De esto concluy que la atribucin de cualquier rasgo humano, caracterstica o actividad a la divinidad es un error subjetivo de los hombres, aunque no rechaz sobre los mismos fundamentos la nocin de la divinidad misma. Por el contrario, asever la unidad de la divinidad, cuya naturaleza indag mediante una clase primitiva de teologa negativa, al desmantelar todas las diversas opiniones humanas relativas a ella.21 No hay evidencia para mostrar si pens o no en generalizar este mtodo de emplear diversas opiniones para invalidar una con otra y tomar el residuo como la aproximacin ms cercana posible a la verdad; pero en todo caso no intent explicar la subjetividad incluso de la creencia teolgica ms all de mencionar la transferencia a los dioses de las formas, hbitos y funciones de sus devotos, y trat todas las variadas opiniones como si estuvieran en el mismo nivel, sin intentar establecer ninguna conexin causal entre ellas.

La diversidad o difusin de las creencias religiosas, de las costumbres y de lo que puede llamarse los instrumentos o manifestaciones de la cultura, no obstante, comprometi ampliamente la atencin de los primeros investigadores griegos, quienes en sus especulaciones consideraron los fenmenos principalmente desde el punto de vista de los orgenes. Un ejemplo es el caso del alfabeto, que, segn la tradicin griega, fue invencin de Palamedes. Hecateo22 "corrigi" esta tradicin diciendo que Dnao haba llevado el alfabeto a Grecia, lo que es decir que el alfabeto griego provino de Egipto, Herdoto,23 ms tarde, sostuvo que el alfabeto fue introducido en Grecia por los fenicios y apropiado, primero, por los jonios, que le introdujeron algunos cambios. Despus de eso casi todos tuvieron su propia tesis particular que defender en relacin con este problema. Lo que concierne a nuestro inters presente, sin embargo, es la suposicin comn a todos ellos de que la existencia de la escritura en diferentes lenguas en diferentes [98] pases debe ser explicada por la transferencia directa de la escritura de uno a otro, la consecuente suposicin de una nica escritura original y la tendencia a identificar mediante nombres personales a los agentes de la invencin y de las transferencias. Suena tardo y extrao cuando uno escucha al escoliasta de Dionisio de Tracia24 decir que la probabilidad es que haba inventores de alfabetos en cada regin y que esto explica por qu los caracteres empleados por diferentes pueblos son diferentes. Tal nocin de descubrimientos o invenciones independientes de instrumentos o costumbres similares parece no habrseles ocurrido nunca a los primeros escritores, como por ejemplo Hecateo;25 y ciertamente la posibilidad no est nunca sugerida en los varios pasajes de Herdoto que tratan de estos temas. En ellos se supone siempre un nico origen, aun en el inusual caso en que Herdoto no puede decidir cul es el origen de una costumbre ampliamente difundida,26 y en este caso, como en todos, se supone que los griegos, si comparten la costumbre o el uso del instrumento, son los que tomaron en prstamo, no los creadores de l. As fue, para no mencionar ms que unos pocos ejemplos y aquellos que conciernen a la historia intelectual, que los griegos obtuvieron de Egipto la geometra,27 la creencia en la metempsicosis,28 y los nombres de los dioses, stos ltimos llevados por va de los pelasgos, que inventaron los pocos que no se introdujeron originariamente de Egipto.29

Esta bsqueda de los orgenes, que en la literatura existente podemos observar en primer trmino que fue perseguida por un vasto mbito en la historia de Herdoto, aunque hay indicaciones de su prctica en fecha mucho ms antigua, fue sistematizada en forma de catlogos de Heurmata que primero aparecieron bajo influencia sofstica al final de la quinta centuria y finalmente se publicaron en la coleccin peripattica titulada Peplos.30

La observacin de las diversas costumbres y creencias humanas impuls al mismo tiempo al pensamiento griego en otra direccin, una direccin claramente indicada por las implicaciones que Jenfanes [99] haba visto en las formas diversas de los distintos dioses nacionales. Herdoto, quien con tanta asiduidad y confianza busc el origen nico de costumbres similares, dio una notable expresin tambin a esta tendencia. Cambises, escribi,31 mofndose de las costumbres religiosas de los egipcios, mostr claramente que estaba violentamente loco porque, si se propusiera a todos los hombres que escogieran la costumbre ms bella de todas, cada grupo, despus de examinar todas, escogera las suyas; y en apoyo de esta afirmacin cuenta la historia de los griegos y los indios, que fueron ofendidos por la impa sugerencia de que cada grupo deba disponer de sus muertos del modo como el otro grupo consideraba piadoso. Antes de Herdoto, Pndaro haba sealado la cuestin suscintamente: "Diferentes costumbres son corrientes en diferentes pueblos y cada uno alaba su propia justicia".32 Qu implicacin vio Pndaro en esto no se conoce, ya que el fragmento se preserv aislado; la moral que Herdoto extrajo fue la de la tolerancia de las diferencias de creencia, pero la semilla de esta tolerancia podra florecer con la misma facilidad en un completo cinismo. Si la diversidad de opiniones acerca de la forma de los dioses no haba conducido a Jenfanes al atesmo, al menos le haba parecido probar que las diversas opiniones sobre el tema eran todas errneas. Herclito parece haber pensado que haba descubierto una aprobacin para las diversas costumbres de diferentes hombres cuando declar que todas las leyes humanas se nutren de una sola ley divina;33 pero al mismo tiempo haba enfatizado la distincin que iba a conducir a la conviccin de que la misma diversidad de leyes y costumbres humanas probaba que todas son igualmente arbitrarias, artificiales e invlidas, opuestas todas a la moralidad verdadera o natural ms bien que diferentes manifestaciones o aspectos de ella. As fue cmo Sfocles pudo hacer que Antgona, en lo ms alto del fervor moral, apelara, contra los estatutos del Estado, "a los estatutos no escritos que no subsisten por hoy ni ayer sino para siempre y de los que nadie conoce sus comienzos".34 Para los hombres del "iluminismo sofstico" la diversidad de costumbres humanas no implicaba tal "estatuto no escrito" superior al que todos los hombres estn obligados en consciencia a obedecer, sino la relatividad y la artificialidad de [100] toda ley y costumbre y una incompatibilidad entre esas convenciones y la naturaleza. "Asuntos de ley o costumbre", dijo Antifn,35 "son accidentales, pero los mandatos de la naturaleza son necesarios; los primeros son resultados de la convencin y no surgen por s mismos, mientras que los ltimos se alimentan de s mismos y no son convencionales La mayor parte de lo que es justo segn la ley es enemigo de la naturaleza". Puesto que las costumbres llegaron a ser vistas como invenciones humanas, se supuso que ellas haban sido inventadas por seres humanos particulares, an si esos individuos ya no podan ser identificados con un nombre, como Critias36 supuso que haba habido algn individuo nico que haba inventado la nocin de religin y que haba persuadido a los hombres a adoptarla. Esta tendencia y, lo que es ms importante, el tipo de argumentos ticos en apoyo de la cual se empleaba, aparece parodiada en el final de Nubes de Aristfanes37 donde, cuando el padre, al objetar haber sido golpeado por su hijo, argumenta:

En todas partes la costumbre ha puesto la prohibicin de golpear a los padres,

el hijo replica:

No fue un hombre el primero que estableci esta ley,

como t y yo, y no es por la palabra que persuadi a la multitud

en antiguos tiempos? Y no me es menos lcito a m

establecer una costumbre nueva para que la aprenda la edad futura,

Que los padres que antes azotaban a sus hijos sean azotados a su vez?" Y por aadidura agrega un argumento que parodia la oposicin entre naturaleza y convencin y la teora, adoptada por Demcrito,38 de que el hombre aprendi las artes y destrezas imitando a los animales inferiores:

Observa a los gallos y a todas las otras bestias que puedas nombrar.

Golpean a sus padres por todos lados. Y sin embargo son exactamente lo mismo

que nosotros, salvo que no juegan a legislar.39

Una reflexin sobre la diversidad de la teora y la opinin cientfica o filosfica y la opinin llev a una conclusin similar a la que [101] se haba alcanzado por tal reflexin en la esfera de la ley y la costumbre y culmin en el nihilismo intelectual de Gorgias y en el relativismo intelectual de Protgoras. Se podra haber esperado que los sofistas explotaran no meramente la diversidad de las opiniones cientficas sino la posibilidad de una etiologa y una historia de tales opiniones con el fin de sustentar su escepticismo en este campo, al modo en que buscaron establecerlo en las esferas tica y social; pero no hay seal de que vieran esta oportunidad o de que de algn modo intentaran construir una relacin causal entre las opiniones y teoras que ellos hacan jugar una contra otra con el propsito de desacreditarlas a todas.

Adems de los intentos para identificar orgenes e inventores, hay en la literatura pre-platnica conservada testimonios slo de otro tipo de tratamiento histrico de opiniones filosficas o cientficas. Demcrito.40 en su Pequeo Dicosmos, dijo que las teoras que conciernen al sol y a la luna que Anaxgoras haba propuesto no eran suyas sino que haban sido robadas por l de los pensadores anteriores. Un fragmento de Herclito41 cuya autenticidad es dudosa acusa a Pitgoras, de modo similar, de haber copiado los escritos de otros y de haber reclamado como propia la sabidura resultante. A primera vista la acusacin de plagio parecera que tiene poco que ver con la historia de las ideas, pero, como los catlogos de Heurmata, se volvi una de las frmulas aceptadas por los historiadores post-aristotlicos de la filosofa y, como otras frmulas en la historia del pensamiento humano, fue finalmente tomada tan seriamente que se convirti en un motivo para alterar los testimonios, para dar cuenta de los cuales haba sido establecida originariamente. El historiador irnico puede divertirse al observar que Demcrito mismo fue acusado por un escritor epicreo de haber plagiado el Gran Diacosmos de Leucipo,42 cuya misma existencia el mismo Epicuro neg.43 Para citar slo otro ejemplo, Platn fue acusado de haber plagiado los escritos de Protgoras44 y de Filolao;45 y en [102] base de otra versin de esta hiptesis, el "original" del cual se supone que copi el Timeo fue ms tarde falsificado y todava se conserva.46 Los motivos para estas tardas acusaciones de plagio fueron, por supuesto, variadas y complicadas, y en ellas haba, frecuentemente, malicia y celo profesional de las escuelas rivales; pero es importante entender que la frmula abarc a veces lo que ahora llamamos la influencia de un autor sobre otro y que en tales casos es slo un ejemplo de la cruda externalizacin de la historia de las ideas, de la cual la frmula de los Heurmata es otro.

Lo que Platn hizo con esta frmula de los Heurmata es una instructiva introduccin a su actitud con respecto a la historia del pensamiento en general. En el Fedro (47) Scrates da una explicacin sobre la invencin de la escritura, atribuyndola a Theuth, uno de los dioses que habit Egipto en tiempos antiguos, y cuenta cmo Thamus, el rey, explic al inventor que su invento tendra los efectos contarios a los que l esperaba. Es por la crtica de Thamous, por supuesto, que Scrates cuenta esta historia del invento, que l introduce como una tradicin egipcia; pero para dejar esto perfectamente en claro Platn, al final, hace que Fedro y Scrates tengan un breve intercambio de observaciones que define su propia concepcin de los lmites y empleos de tales categoras histricas. El sofisticado y joven Fedro sabe que el relato no es "histricamente verdadero" y el comentario que hace inmediatamente a su conclusin es: "Scrates, t inventas con facilidad cuentos de egipcios y de hombres del lugar que te plazca." Scrates replica que la generacin de Fedro es ms sabia que la de los hombres antiguos, quienes, en su simplicidad, se satisfacan con la verdad aunque proviniera de troncos o piedras, en tanto que a Fedro le importa quin ha dicho una cosa porque su preocupacin no es solamente si lo dicho es verdadero. Esto, obviamente, no es meramente lo que dicen los comentaristas, una advertencia a los lectores de no tomar la historia de Scrates como literalmente verdadera; tambin es la confesin de Platn de que para l la importancia de una teora o juicio est en su significado y validez y no en su autor o en su origen; pero es adems la disculpa de Platn [103] para su propia tcnica de presentar en forma de historia temporal asuntos que cree en verdad que trascienden la temporalidad. Aqu est, en lugar de la inconsciente e ingenua externalizacin de la historia del pensamiento, el reconocimiento consciente de la externalizacin como una tcnica de anlisis y representacin, con la advertencia concomitante de que la representacin no es la verdad sino slo un smbolo de ella. La advertencia es repetida ms explcitamente en el Timeo,48 donde Platn se disculpa por describir en secuencia temporal la creacin de los factores materiales y espirituales del universo y dice que esta manera de expresarse es una consecuencia de lo contingente o del azar, que es un elemento importante en la constitucin del hombre. La misma forma de expresin que Platn elige emplear, el dilogo, es una aplicacin de esta tcnica de externalizacin, la externalizacin del pensamiento que es el dilogo del alma consigo misma, con los diferentes momentos representados por diferentes personajes cuyos nombres son nombres histricos y cuyas mscaras y tonos estn retratados de manera tan realista que grandes eruditos han insistido en que todo esto no puede sino ser historia, no una ficcin de Platn sino las verdaderas palabras de Scrates y de sus compaeros y oponentes registradas con fidelidad. Mucho ms difcultoso ha sido para los lectores comprender en qu sentido son histricos aquellos pasajes de los dilogos que declaran tratar de la interrelacin de las doctrinas de los primeros filsofos.

En el Fedn49 hay un famoso pasaje en el cual Scrates cuenta cmo en su juventud se comprometi con apasionamiento en la investigacin de la naturaleza, esperando aprender las causas de las cosas, cmo las distintas doctrinas de los filsofos anteriores, no nombrados pero identificables, lo dejaron ms desconcertado que nunca, cmo sus esperanzas se reanimaron cuando escuch hablar del [Nos] de Anaxgoras y se desvanecieron nuevamente cuando ley el libro de Anaxgoras y cmo finalmente, desesperado, se refugi en su propio mtodo dialctico y en la teora de las ideas. Este pasaje fue tomado por algunos eruditos literalmente como un informe histrico del desarrollo de Scrates, y en las referencias a las distintas doctrinas mencionadas [104] trataron de identificar las influencias histricas sobre el pensamiento de Scrates; pero entonces tambin hay que tomar la culminante teora de las ideas como la doctrina de Scrates, no de Platn, y toda la evidencia que tenemos y hay mucha habla en contra de esto.50 Platn, entonces, pens que esto era su propia autobiografa intelectual transferida a Scrates? Slo en el sentido de que no era ni lo uno ni lo otro exclusivamente, sino un generalizado "progreso del filsofo", y un "progreso del filsofo" en el que los progresivos estadios estn representados por las doctrinas particulares de la antigua filosofa, dispuestas de acuerdo con una interpretacin esquemtica. El filsofo simbolizado por Scrates comienza con una oscura percepcin de aquello que este progreso tiene que clarificar. l busca las causas de las cosas, [hai aitai] que l especifica al comienzo como la causa "por la cual", , [di t]51 sin ser consciente an de la implicaciones de esta especificacin. En primer trmino, indaga en vano a travs de las diferentes teoras mecanicistas, las cuales estn dispuestas esquemticamente y no de acuerdo con su secuencia histrico-cronolgica y entre las cuales est incluida la parte mecanicista de la doctrina de Anaxgoras,52 cuyo autor no se nombra, porque su doctrina ha sido dividida en dos para que la parte no mecanicista con la cual est especialmente conectado su nombre pueda usarse para representar el segundo estadio. Es slo despus de que el filsofo se ha desilusionado de la promesa que aquella parte de la teora de Anaxgoras, la concepcin del , par3eca hacerle, que entiende por qu las doctrinas del estadio anterior slo acrecentaban su desconcierto; pues ahora a causa de la sugerencia de Anaxgoras que el mismo Anaxgoras no entendi, Scrates puede aclarar esa causa que estaba buscando desde el comienzo como el [di}a t] y ver que es la causalidad final en cuanto se distingue de la condicin necesaria a la que, dice Scrates ahora,53 la mayora de la gente, como los hombres que buscan su camino en la oscuridad, errneamente le dan el nombre de "causa". Este breve anlisis del pasaje muestra, [105] creo, que mientras Platn se ocupa aqu de la interrelacin de las teoras filosficas y emplea como elementos de su construccin doctrinas que fueron sostenidas por personas histricas, su propsito no es dar cuenta del desarrollo de un individuo en particular o de la totalidad de la filosofa precedente. Ha puesto en la secuencia temporal de una narracin lo que consideraba que era la relacin necesaria de las diversas maneras posibles de ver el problema de la causalidad; y, si bien todo el "progreso" en su totalidad culmina en la teora de las ideas, no podemos siquiera suponer que la teora por ello describa o que Platn haya querido describir el camino por el cual l lleg a esa teora.

De modo que Platn pretenda algo distinto de lo que nosotros entendemos por un relato histrico cuando en el Teeteto54 escribi que, con la excepcin de Parmnides, todos los sabios que se sucedieron desde Homero, el padre de la tragedia, y Epicarmo, el padre de la comedia, deben ser considerados como concordantes en la proposicin de que nada existe para siempre, sino que todas las cosas estn siempre en proceso de devenir, y da como ejemplo de estos sabios los nombres de Protgoras, Herclito y Empdocles. Sin duda pretenda muy seriamente acentuar que el relativismo que en este dilogo elabor, y que en su forma elaborada puso en boca de Protgoras, haba sido siempre un aspecto del pensamiento griego o tal vez haba sido y sera siempre un aspecto de todo pensamiento humano. Sin embargo, no atribuy validez en s misma a la forma externa en la que expres esta interpretacin. Esto est claro a partir del hecho de que alter esta forma para adaptarla a los diferentes contextos, como cuando en el Cratilo55 hizo que Scrates declarara haber descubierto la doctrina de Herclito en versos de Homero, Hesodo y Orfeo, e incluso atribuirla a los hipotticos fundadores del lenguaje, pero no hizo mencin de Protgoras, Empdocles o Epicarmo. Cuando recordamos, adems, la opinin expresada por Scrates en el Protgoras56 concerniente al uso y posibilidad de descubrir lo que los poetas realmente quisieron decir, no se puede suponer que Platn habra defendido seriamente las interpretaciones mediante las cuales ley en los versos de Homero la doctrina [106] del flujo o de la relatividad. Que Homero haya o no defendido en realidad esa doctrina de manera consciente o que no lo haya hecho de ningn modo, no le preocupa; Platn crea que la actitud hacia la realidad de la que tal doctrina es una manifestacin, era tan vieja como el pensamiento mismo; l quera un smbolo mediante el cual pudiera expresar esa creencia de manera ms vvida y as us a Homero como smbolo y nada ms.

Es por la misma razn que en el Sofista57 se dice de la doctrina elatica de la unidad del ser que ha "comenzado con Jenfanes e incluso antes". El opuesto de la nocin de que el ser es mltiple debe haber sido tan antiguo como esta nocin. No slo Empdocles, quien es posterior a Parmnides en el tiempo, sino tambin Herclito, quien sin duda fue anterior, se representa all como habiendo buscado un trmino medio entre estos dos extremos; y puede haber sucedido que para evitar un obvio anacronismo el nombre de Parmnides no se mencione junto con el de Jenfanes en este pasaje. Esto no quiere decir que Platn aqu "reacomodara" la historia; l no estaba interesado en absoluto en la historia entendida como secuencia temporal de las teoras. En su opinin, las tendencias hacia lo mltiple y lo uno y el trmino medio entre ellos estn siempre presentes en el pensamiento humano, y el esquema lgico dentro del cual analiza este hecho no temporal tergiversa este hecho, no ms de lo que lo hace a su vez la externalizacin histrica de la verdad en el tiempo o, mejor dicho, no tanto.

Esta diferencia entre la actitud de Platn y la nuestra con respecto a la historia del pensamiento est ejemplificada de un modo ms llamativo por un pasaje posterior del Sofista,58 en el cual describe como una gigantomaquia la discusin entre los materialistas y los "amigos de las ideas"; los primeros hacen bajar todas las cosas a la tierra e insisten en que solamente tiene existencia lo que puede ser tocado y percibido, y los ltimos se defienden desde una altura invisible y sostienen que las ideas inteligibles e incorpreas son la existencia verdadera. "Entre ellos", dice Platn, "hay entablada para siempre una guerra sin lmites". Los estudiosos modernos, casi sin excepcin,59 han supuesto que los dos partidos aqu descritos deben haber sido [107] personas histricas a las cuales han intentado identificar de inmediato, no sin mucha controversia.

Ciertas caractersticas atribuidas a continuacin ms adelante en el mismo pasaje hacen posible determinar los grupos particulares que Platn us como modelos para las descripciones; pero Platn ha dicho que la lucha contina por siempre; y por eso las personas histricas cuyos lineamientos particulares de argumentacin y designacin fueron tomados para la descripcin o quizs inclusive la sugirieron no son lo ms importante para l sino que solamente sirvieron como smbolos de dos facciones que l vio siempre en conflicto en el pensamiento humano.

Tales consideraciones no aparecen en Aristteles, quien aparentemente supuso que Platn se haba propuesto en sus esquemticos anlisis hacer "historia". As, el uso de Homero por parte de Platn lo llev a considerar con toda seriedad si el poeta haba sido realmente un filsofo fsico antes que Tales y si haba anticipado la doctrina de este ltimo.60 Sobre esta cuestin pronunci un non liquet; pero Aristteles no slo tom el uso similar que hizo Platn de Jenfanes en la misma manera literal sino que lo acept como cierto en este sentido, por lo que en virtud de esta concepcin equivocada Jenfanes se convirti en el fundador de la escuela eletica y en el maestro de Parmnides.61 Ejemplos como ste indican que Aristteles no entendi la tcnica deliberadamente no histrica de Platn, pero a pesar de esto, su propio modo de tratar el pensamiento anterior no carece de alguna similitud con el de Platn y no dej de ser influido por l.Una afirmacin como sta puede a primera vista parecer tanto paradjica como hertica. El historiador ms docto de la filosofa griega ha rendido tributo a la investigacin histrica y a la erudicin de Aristteles y lo ha llamado el iniciador de la historia de la filosofa;62 y el tratamiento aristotlico de sus antecesores en sus obras conservadas es tan extenso y detallado que gran parte de sus escritos parecen historias de la filosofa y, ledos en s mismas, dan la impresin de haber sido escritos con lo que llamaramos un propsito puramente histrico. Casi todo problema filosfico que discute est introducido por una descripcin del tratamiento anterior de los problemas, [108] y stos estn generalmente presentados no como meras listas de diferentes opiniones sino como doctrinas que en sus orgenes y en sus caractersticas peculiares estn relacionadas de alguna manera unas con otras. La explicacin, por ejemplo, en Metafsica A, de las influencias que fueron responsables de la formulacin platnica de la teora de las ideas,63 y en el ensayo Acerca de la generacin y la corrupcin,64 el informe sobre el fundamento y los orgenes de la teora atmica parecen haber sido escritos por un historiador moderno y, de hecho, han sido reproducidos como informes satisfactorios y precisos por la mayora de los historiadores de la filosofa griega.

Cuando se observa, sin embargo, que en diferentes contextos Aristteles da informes distintos de la misma doctrina, omitiendo o enfatizando distintas partes de ella, encontrando en ella significados e implicancias diferentes y hasta incompatibles, y explicando sus orgenes y su transfondo de maneras bastante diversas, y especialmente cuando se observa adems que tales variaciones son siempre relevantes para algn sector en particular de su propia doctrina filosfica, cuyo establecimiento constituye el contexto ms amplio,65 entonces se hace evidente que estas exposiciones fueron escritas con un propsito que no era meramente histrico y que el carcter de cada exposicin e interpretacin estaba determinado por este propsito.

Aristteles fue ciertamente influido por la forma literaria en la que haba escrito Platn, pues l mismo escribi dilogos; pero como no sobrevive ninguno de ellos no puede saberse si eran algo ms que imitaciones superficiales de la expresin literaria de Platn. Puede ser el efecto de esta misma influencia en un sentido ms profundo, sin embargo, lo que hizo que tantos escritos tcnicos conservados de Aristteles consistan en discusiones aporticas. Cada una de estas discusiones es una especie de dilogo en los que los interlocutores son reemplazados por las exposiciones de las opiniones anteriores que son confrontadas unas con otras. Cada opinin est dirigida a contribuir a la conclusin de la discusin, que es la propia doctrina de Aristteles; y este fin determina la eleccin e interpretacin de las opiniones de sus predecesores en cada [109] contexto particular. El propsito de estas exposiciones del pensamiento anterior fue, entonces, dialctico ms que histrico; pero la justificacin de esta tcnica dialctica est en su concepcin de la historia del pensamiento. l crea que la verdad completa haba sido descubierta y perdida muchas veces, que su propio sistema era la culminacin de uno de estos ciclos de descubrimiento, y que todas las doctrinas previas conocidas por l eran vestigios vagos y confusos de la verdad y por lo tanto intentos "balbuceantes" de expresar su propio sistema. Estas doctrinas anteriores fueron entonces el material del cual, por combinacin e interpretacin, pudo ser reintegrado el modelo disperso de la realidad;66 inversamente, la nica regla por la cual podan ser juzgadas, comparadas y distinguidas las anteriores doctrinas deba ser la medida en que lograron aproximarse a la norma que era el sistema de Aristteles, y l las agrupa y reagrupa para enfatizar ya un aspecto de su teora, ya otro. Aun la exposicin de la filosofa anterior que constituye la totalidad del primer libro de la Metafsica es de hecho un argumento dialctico en apoyo de la doctrina aristotlica de los cuatro tipos de causalidad y fue concebido como tal. "Es evidente", dice Aristteles en la conclusin de su exposicin67 "que todos los hombres parecen buscar las causas mencionadas en la Fsica y que no podemos mencionar ninguna adems de ellas; pero las buscan de manera vaga; y, aunque en un sentido ya hayan sido todas descriptas anteriormente, en otro no han sido descriptas para nada, ya que la filosofa anterior es en todos sus aspectos como alguien que balbucea, en cuanto es todava joven y est en sus comienzos". Como ejemplificacin final de esto explica que Empdocles, a pesar de no haber expuesto claramente la posicin por la cual su doctrina es empleada all, hubiera estado necesariamente de acuerdo con la explicacin de Aristteles de sta, si hubiera sido expuesta ante l. Aristteles no previ la posibilidad de que los problemas que preocupaban a los primeros pensadores pudieran haber sido diferentes de los suyos. A l le interesaban sus opiniones como aproximaciones variables a una expresin de la verdad que es idntica para todos; y, si a veces su tratamiento de ellas tiene para nosotros ms semejanza con la historia que el de Platn, esto se debe principalmente a que esta verdad, que l concibi [110] como la causa final de todas estas opiniones filosficas, ya no era ms, como para Platn, el mundo extratemporal de las ideas sino su propio sistema filosfico, cuya expresin las sucedi en el tiempo como la completa floracin de aquello que estas opiniones contenan en germen y que se haba manifestado slo parcial e imperfectamente.Sin embargo Aristteles, si bien no fue un historiador de la filosofa, fue en otro sentido el fundador de la historia de la filosofa. l alent o quizs incit a sus alumnos o asociados en el Liceo a emprender investigaciones histricas en muchos campos, entre las ms famosas e influyentes de las cuales estaban la Historia de la Msica de Aristoxeno, la Historia de las Matemticas de Eudemo y la Historia de la Filosofa Natural de Teofrasto. La mayor parte de esta obra peripattica fue puramente analstica, o lo que deberamos llamar compilaciones de materiales para la historia ms que escritos histricos. Al mismo tiempo se cultivaba entre los peripatticos un gusto por la biografa, que desde el comienzo se inclin fuertemente hacia lo escandaloso. De la obra de Teofrasto derivaron todos los llamados posteriormente escritos doxogrficos, resmenes ms o menos elaborados de las opiniones de los filsofos dispuestos de manera enciclopdica por individuos o por escuelas, con adiciones posteriores hechas por manos slo identificables conjeturalmente. En ellos y en los fragmentos conservados de la Historia de Teofrasto, de la cual derivan en ltima instancia, puede discernirse cierta influencia de Aristteles, de la cual Aristteles, en buena fe, no puede ser considerado responsable. Las configuraciones y las interpretaciones dialcticas que l haba empleado fueron tomadas como historia literal por Teofrasto, as como Aristteles haba tomado a veces literalmente los esquemas dialcticos de Platn. Adems, Teofrasto comenz a emplear como un recurso regular para explicar las semejanzas aparentes en las opiniones y formulaciones de diferentes pensadores, la asuncin de la relacin maestro-alumno y la estructura de escuelas filosficas, una construccin a la que Aristteles haba recurrido ya ocasionalmente y que ms tarde result un artificio altamente elaborado por los historiadores. Esto no es ms que un ejemplo, si bien el ms obvio y notable, de la siempre creciente externalizacin de la historia de la filosofa desde este punto en adelante en los tiempos antiguos; los extremos a los que [111] fue llevada podran verse en el libro primero de Digenes Laercio en donde todos los filsofos hasta Clitmaco, Crisipo, Teofrasto y Epicuro, esto es acadmicos, estoicos, peripatticos y epicreos, son hechos entrar dentro de dos escuelas derivadas por lnea directa de sucesin de Tales y Fercides.

A partir de la poca helenstica se escribieron historias de la filosofa que estaban separadas de todo filosofar; pero en consecuencia ellas no fueron ms que listas de opiniones filosficas o secuencias de biografas de los filsofos, que consistan en gran parte en ancdotas personales e inclusive aquellas opiniones y estos detalles biogrficos eran derivados corrientemente no de escritos originales de los filsofos en cuestin o de informes histricos serios, sino, por reflejos mltiples, de los pasajes dialcticos de Aristteles, de las ficcionalizadas y escandalosas biografas peripatticas o de dilogos y novelas filosficas como los de Herclides Pntico, Aristoxeno, Clearco y Eratstenes. El sedimento de todos estos escritos se ha preservado para nosotros en la no digerida, acrtica y a menudo autocontradictoria coleccin de Digenes Laercio titulada Vidas y opiniones de los filsofos eminentes, la cual, al ser nica, y habiendo sobrevivido a sus fuentes, sirvi como base de todas las historias modernas de la filosofa griega.

Cuando los filsofos trataron con el pensamiento anterior, lo hicieron o para repudiarlo al establecer su propia originalidad absoluta, como hizo Epicuro, o para leer en algn escritor ms antiguo sus propias doctrinas, como los estoicos hicieron con Herclito o Plotino con Platn. El descontento con la multiplicidad de dogmas filosficos dio origen al sincretismo, que oper acomodando las diferencias entre doctrinas divergentes, o al escepticismo, que reuni todas las diferencias conocidas de opinin acerca de cualquier punto en cuestin a fin de probar que no es posible un conocimiento seguro acerca de nada; pero ni los sincretistas ni los escpticos procuraron explicar cmo tales diferencias de opinin aparecieron o bien relacionarlas unas con otras o con circunstancias y condiciones que podran haberlas determinado. En una palabra, no hay en ninguna parte de la filosofa griega [112] o en la propia historia de la filosofa griega nada que corresponda a lo que nosotros denominamos historia de las ideas.

Ya he indicado por qu Platn y Aristteles no se interesaron en la historia del pensamiento como mera historia. Ellos estuvieron interesados en otra cosa, en la naturaleza de la verdad objetiva, en las ideas o universales que no tienen historia ms que en las tentativas de seres humanos particulares de formular en el pensamiento o en el discurso la naturaleza de esta verdad exterior. Cuando ellos buscaban, cada uno a su manera, formular la naturaleza de esta verdad o indicar el procedimiento por el cual ella puede ser comprendida (pues los escritos de Platn al menos tienen ms el segundo propsito que el primero), hicieron uso de nombres y formulaciones histricas, no cabe duda, pero los usaron como material para ser reformulado por sus mtodos dialcticos, no con la intencin de volver a trazar exactamente el rumbo particular que el pensamiento haba tomado en el pasado, sino a fin de destacar los aspectos tpicos o universales a partir de estas imperfectas manifestaciones particulares: Platn lo hizo forjando un panorama ideal de la filosofa, cuyos momentos deben estar siempre presentes en el pensamiento humano, como el problema de lo uno y lo mltiple, dice,69 como una afeccin inmortal y eterna del discurrir humano que no tuvo comienzo y nunca tendr un fin; Aristteles, remodelando el material histrico como lo remodela la tragedia a fin de establecer no lo que ha acontecido sino lo que puede acontecer, con lo cual la tragedia resulta ms filosfica que la historia.70 Para Aristteles, como para Platn, la posibilidad misma de lo que nosotros llamamos una historia de las ideas habra parecido incompatible con la filosofa, que para ellos implicaba una verdad objetiva y eterna discernible directamente por cada mente humana individual.

Algo de esta actitud fue caracterstica de todo el pensamiento filosfico griego. La doctrina de la relatividad de la sensacin, tan ampliamente sostenida por los presocrticos, no fue extendida por ellos al conocimiento y al objeto de conocimiento; Herclito, Parmnides y Empdocles dieron por sentado una verdad objetiva, cuyo conocimiento es posible directamente y slo directamente por cada individuo, y los atomistas y epicreos, cuya teora [113] del origen de las artes en la imitacin humana de los animales pudo haber sido extendida a una teora del crecimiento y desarrollo del pensamiento humano, no hicieron tal extensin de ella sino que explicaron el estado mental y el conocimiento de cada individuo independientemente por el cambiante impacto sobre cada uno de los tomos, que para ellos constitua la nica verdad objetiva. El caso de Protgoras y los posteriores escpticos es el ms instructivo de todos en esta conexin, pues hubiera sido de esperar que, cuando ellos rechazaron la posibilidad de alcanzar la verdad objetiva, hubieran explicado las distintas opiniones de los hombres en trminos de la influencia sobre las mentes humanas de su entorno y de sus antecedentes lingsticos, culturales y filosficos. No hicieron esto; pero en su lugar dejaron para cada hombre un mundo autnomo en s mismo, generando su propio pensamiento sin relacin con los de sus predecesores. Tan penetrante fue la nocin de que el pensamiento de cada individuo est orientado a una verdad universal y objetiva de algn tipo y determinado por ella, que gente como esta, que neg la existencia o la accesibilidad de tal verdad, no pudo considerar la relacin de los pensamientos del individuo con ninguna otra cosa a menos que fuera hacer de ellos meramente epifenmenos de la sensacin. Explicar los como pensamientos que pasan de una mente a otra, crecen, se desarrollan, cambian y desaparecen para reaparecer posteriormente bajo un aspecto cambiado o distinta intencin, les habra parecido ms mitolgico que el mito declarado de Protgoras de la distribucin por Zeus de un sentido de justicia a los hombres, pues habra sido dotar de vida y de individualidad propia a lo que son slo funciones de mentes individuales. No tenan la exitosa hiptesis de la evolucin biolgica para facilitarles el uso de la metfora del crecimiento, mutacin y desarrollo de las ideas como tales.

En lo que cncierne a los bigrafos y doxgrafos, los antiguos especialistas en historia de la filosofa escribieron como recopiladores de eventos o cronistas sin ninguna comprensin crtica de los problemas filosficos con los que los protagonistas de sus historias haban luchado, ni de las diversas tcnicas que haban sido empleadas para resolver estos problemas, ni de las diferentes maneras en las que las soluciones haban sido determinadas por la condicin de los problemas y el modo de atacarlos. en la medida [114] en que trataron de explicar la filosofa, cuya historia supuestamente estaban escribiendo, lo hicieron mediante accidentes biogrficos de las vidas de los filsofos, o tratando dogmas como cuentas pasadas de una columna a otra y sumadas, restadas o intercambiadas en los registros de las escuelas. De ellos no poda esperarse una historia de las ideas, pues no se ocupaban de las ideas, sino a lo sumo con un eptome de su expresin y con las vidas de aquellos que las haban expresado. Su obra es til para nosotros slo porque la mayor parte de la filosofa de la cual esa obra pretende ser una historia y no lo es, ha desaparecido; pero los lmites de su utilidad son penosamente estrictos y muy peligrosos de sobrepasar, y su influencia posterior hasta el presente ha sido siniestra, pues la completa externalizacin de la historia de la filosofa antigua ha sido impulsada y mantenida en gran medida por su ejemplo. No puede haber una historia real de la filosofa a menos que el historiador haga filosofa y la haga dentro del marco de su temtica y al mismo tiempo conserve su facultad crtica desapasionada y vigilante sobre la filosofa que est repensando. Ese por eso que los antiguos doxgrafos no fueron historiadores de las ideas, y es por eso que gran parte de la historia moderna de la filosofa antigua es apenas mejor que la doxografa, pero inversamente alcanza para explicar por qu el Profesor Mondolfo ha hecho una contribucin tan amplia a una autntica historia de la filosofa antigua, por la cual todos nosotros estamos tan fuertemente en deuda con l.

NOTAS* Los nmeros entre corchetes en negrita remiten al nmero de pgina de la edicin original del texto de Cherniss.

[93]

(1) Eurpides, fragmento 910 (Nauck); cf. para el uso de [histora] Diels, Dox. Graec., p. 102, n. 2 y Wyttenbach Ad Platonis Phaedonem 96 A (Platonis Phaedon, editio auctior, 1830, pp. 256-7).

[94]

(2) Cf. Heidel, Anaximanders Book, p. 263, n. 62 y Aelio, V. H. IV, 17 (citado por Schuhl, Essai sur la Formation de la Pense Grecque, p. 148, n. 1).

(3) Frag. 332 (Mller) = la (Jacoby [I, p. 7]).

(4) 22 B 40 (Diels-Kranz; todas las referencias a los presocrticos corresponden a la 5a edicin de Die Fragmente der Vorsokratiker).(5) Frag. 1 (I, p. 128, 2).

* "polmatas" = polymaths, palaba inglesa construida a partir de polymatha = "poseedores de muchos conocimientos o informaciones" (n. del r.).

[95]

(6) Frag. 6 (I, p. 233, 4-9).

(7) Frag. 8, 38-41 (I, p, 238, 7-10).

(8) Frag. 11 (I, p. 313, 18-20) y Frag. 8 (I, p. 312, 7-10).

(9) Frag. 101 (I, p. 173, 11) y A 1. 5 (1, p. 140, 23-24).

(10) Frag. 113 (I, p. 176, 4).

(11) Frag. 104 (I, p. 174, 3-6) y Frag. 57 (I, p. 163, 7-9).

(12) Frag. 2 (I, p. 151, 1-4).

(13) Frag. 89 (I, p. 171, 3-5); cf. frag. 72 (I, p. 167, 9-11) el cual sugiere que Herclito entiende la proporcin: el hombre despierto sin inteligencia es semejante al hombre dormido, es decir, el inteligente: el no inteligente despierto: : el no inteligente despierto: hombre dormido.

(14) Frag. 2 (I, p. 309, 2-6).

(15) Frag. 39 (1, p. 329, 5-7).

[96](16) Frag. 28 (I, p. 135, 16-17).

(17) Frag. 18 (I, p. 133. 13-14).

(18) Cf. por ejemplo Iscrates, Paneg. 32; Queremn, frag. 21 (Nauck B, p. 788); Mosquin, frag. 6 (Nauck B, pp. 813 ss.), que es particularmente interesante porque en las lneas 20-21, se mencionan las explicaciones del progreso de tiempo mencionado: 1) el concerniente a Prometeo (es decir, el don de un poder superior), 2) la necesidad, 3) la naturaleza como resultado de un hbito prolongado; Lucrecio V, 783 ss., especialmente 1105 ss.

(19) Frag. 34 (I, p. 137), 2-5; cf. Shorey, Class. Phil., VI, (1911), pp. 88 ss. sobre la interpretacin de Gomperz.

(20) Frag. 34 (I, p., 137, 2-5); cf. Wilamowitz, Hermes, LXI, (1926), p. 280 y el artculo de Frnkel al que hace referencia.

[97](21) Frags. 11-16 (I, pp. 132-133) y frags. 23-26 (I, p. 135).

(22) Cf. Scholia in Dionysii Thracis Artem Grammaticam, p. 183, 5-9 (Hilgard). El Anaximandro mencionado al lado de Hecateo es probablemente el ms joven de este nombre (cf. Jacoby, Fr. Gr. Hist. 9 F 3, I, p. 160), aunque Kleingnhter ( [PROTS HEURETS] pp. 40, 45, 64) supone que se trata del filsofo milesio.

(23) Herdoto, V, 57-59; cf. Kleingnther, op. cit., pp. 60-64.

[98](24) Scholia in Dionysii Thracis Artem Grammaticam, p. 183, 16-17 (Hilgard).

(25) Cf. Kleingnther, op. cit., p. 46.

(26) II, 167; cf. Kleingnther, op. cit., p. 53 y pp. 57 ss.

(27) II, 109, 3.

(28) II, 123.

(29) II, 4, 2; 50; 52-53.

(30) Cf. Kleingnther, op. cit., pp. 146-151

[99](31) III, 38.

(32) Frag. 203 (Bowra) = 215 (Schroeder).

(33) Frag. 114 (I, p. 176, 5-9).

[100](34) Antgona, 456-7.

(35) Oxyrh. Pap. XI, N 1364 ed. Hunt, frag. A, cols. 1-2 (II, pp. 346-8).

(36) Frag. 25 (II, pp. 386-9), lneas 12 y 41-2.

(37) 1420-1424.

(38) Frag. 154 (II, p. 173, 11-15).

(39) Nubes, 1427-29.

[101](40) Frag. 5 (II, p. 134, 7-10).

(41) Frag.129(I, p.180,13 ss).

(42) 67 B 1 a (II, p. 80, 7 ss).

(43) Cf. Bailey, The Greek Atomists and Epicurus, p. 66.

(44) 80 B 2 y 5 (II, p. 264, 12-19 y p. 265, 13 ss.).

(45) 44 A 1 (I, p. 398, 13-18).

[102](46) Timeo Locro, [per psykhs ksm ka phsios](cf. Harder, R. E., Zweite Reihe, VI, 1, 1223).

(47) 274C - 275C.

[103](48) 34 C.

(49) 96 A ss.

[104](50) Un fragmento de evidencia interesante es Metafsica 987 B 31-33, una reminiscencia obvia de Fedn 99 E ss., que muestra que Aristteles tom la ltima parte de esta "biografa de Scrates" como referida a Platn y no a Scrates.

(51) 96 A 8-10.

(52) 96 C 7 - D 3.

(53) 99 A - B.

[105](54) 152 E ss.

(55) 401 B - 402 D.

(56) 347 C - 348 A.

[106](57) 242 D - E.

(58) 246 A ss.

(59) Hay algunas excepciones, principalmente Paul Friedlnder (Platon, II, p. 525, n. 1). Cf., sin embargo, Cherniss, Aristotle's Criticism of Plato and the Academy, I, p. 439, n. 376.

[107](60) Metafsica 983 B 27 984 A 2; cf. Ross, Metaphysics, I, p. 130.

(61) Metafsica 986 B 21 ss.; cf. Ross, op. cit., p. 153.

(62) Zeller, Phil. Griech., I, 2, p. 1361.

[108](63) [N. de los T.: sin referencia en el original]

(64) De Generatione 324 B 35 - B 15.

(65) Vase Cherniss, Aristotles Criticism of Presocratic Philosophy, passim, por ejemplo pp. 220-221, p. 113, y captulo VII, por ejemplo p. 349.

[109](66) Cf. Cherniss, op. cit., p. 348 y las referencias.

(67) Metafsica 933 A 11 ss.

[111](68) I, 13-15.

[112](69) Filebo 15 D.

(70) Potica 1451 B 4 ss.