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INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS (I.D.E.A) BOLETIN DE CIENCIAS DE LA NATURALEZA N.° 24 DIPUTACION PROVINCIAL DE OVIEDO - 1979

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INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS (I.D .E.A)

BOLETIN DE CIENCIASDE LA

NATURALEZAN.° 24

DIPUTACION PROVINCIAL DE OVIEDO - 1979

Page 2: BOLETIN DE CIENCIAS - BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PRINCIPADO DE

Estudio de la flora y vegetación m uscinal acüática de la zona occidental, asturiana, por M. E.cVigón A rv izu ....................................................................... 3

" ' ' ' 1 ^ > 1 . .h o .-r ¡ ; c ■,1 - ' - • ' (;Estudio de los grupos sanguineos “A bo” y “R h” en asturianos del S. E.,. ^.or I?ed,rp G ó m e z G ó m e z . . . . . . y . . , ......................................................... 91

A parición de un P h yse ter Macrocephalus L.1 en G ijón ’ (Asturias)' (Cetacea, ¿ / i Odontoceti, Physeteridae), por M. Concepción Pérez García ................. 101

A puntes para ¡un qatálogo de los peces, de A sturias: IF Ptíólis gunnelhxs (L innaeus, 1758), (P isces, Percomorphi, F*holidaé)', nueva especie para

I' la fauna ibérica,, por Juan Luis. Domenech y Miguel M. de la Hoz. 107t . ' ( r ) } A

Poliplacóforos de las costas asturianas. L Estudios taxonóm icos, por .)] Nuria A nadón , ......... ..................................................................................................... 119

\ r ;• i - .................!Nota‘ prelim inar' sobre -R iose l leo l isA n ád ón i n. geíi., n: sp., Un nuevo

A eolidaceo (M ollusca: Opisthobranchia) capturado en R ibadesella, '' A sturias, España, por J, A. Ortea ................................................................ 131

Contribución al conocim iento del género OresigeniiS Jeannel, 1945 (Zona ' 3 de- Covadonga, Asturias), por J. M.a Salgado ................................................ 143

' Jv ■' c ' ' ^ ' •' v

N uevos datos sobre los Pinnipedos de las costas atlánticas ibéricas, i ’ por Carlos Ñores Quesada y Gregorio R. González ................................... 151

Sobre la presencia de un delfín de Risso Grarñpus ' G nsfeus;'(CuW'ér,1812) en la costa cantábrica (Cetacea, O dóntoceti, D elphinidae), por .) M.a Concepción P érez García ..................................................................... 159

“D os n uevas especies ibéricas de Onchidoris (M ollusca :■ Opisthobran- 7 quia: D oridácea) colectadas en Asturias, por J. A. O rtea ..................... 167

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Precio del n ú m ero :

1 España.; p ts« ^ E xtranjero: 3*8 pts.¿S 0 < ?

S U M A R I O

s.

Págs.

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INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS (I.D .E.A)

BOLETIN DE CIENCIASDE L A

NATURALEZAN.° 24

DITUTACION PROVINCIAL DE OVIEDO - 1979

Page 4: BOLETIN DE CIENCIAS - BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PRINCIPADO DE

Depósito L egal: O. 43.— 1958

IMPRENTA "LA CRUZ" Hijos de Rogelio Labrador Pedregal

San Vicente, 8.—Oviedo, 1979

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SUPL. CIEN. BOL. IDEA, n.° 24 - 1979

ESTUDIO DE LA FLORA Y VEGETACION MUSCINAL ACUATICA DE LA ZONA OCCIDENTAL ASTURIANA (*)

POR

M. E. VIGON ARVIZU

CAPITULO I

INTRODUCCION

En el momento de plantearse el tema de este trabajo como te­sis doctoral, se pensó que sería interesante iniciar de algún modo el estudio de las comunidades de briófitos en el que hasta enton­ces poco era lo que se había hecho en España.

Ahora bien, para iniciar un estudio de tal envergadura, pensa­mos que lo m ejor sería comenzar por aquellas comunidades que se desarrollaran en un medio lo más uniforme posible; con esto quedaba determ inado que estudiaríamos las comunidades acuáti­cas. Para fijar aún más los factores externos a los briófitos, pen­samos elegir una zona geológicamente homogénea, condición que cumple a la perfección el sector occidental de Asturias, con su mo­nótona alternancia de cuarcitas y pizarras; de esta form a quedó establecido que estudiaríam os las comunidades de briófitos acuá­ticos que crecen en aguas ácidas, marcando los límites del te rri­torio a estudiar allí donde se acaba la uniform idad geológica.

Antes de pasar a la exposición detallada de este trabajo quiero m ostrar mi agradecimiento a la Dra. SIMO, directora de esta te­sis, así como a todas aquellas personas que, de un modo u otro, han hecho posible la realición de este trabajo.

(*) El presente trabajo es la primera parte de la Memoria de Tesis Doc­toral de la autora. Presentado el día 4 Julio 1977, en la Universidad de Ovie­d o ; calificado con “Sobresaliente cum laude”.

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DATOS GEOGRAFICOS E HIDROGRAFICOS

La zona objeto de estudio abarca el sector occidental de la re­gión asturiana, y se encuentra comprendida entre los 2o 27’ 00" — 3o 21' 30" de longitud W y los 42° 52’ 30" — 43° 45' 40" de latitud N; con una superficie de, aproximadamente, 4.000 Km.2 Sus lími­tes son los de la provincia de Oviedo, excepto en el E, donde el lí­mite queda definido, de acuerdo con criterios geológicos, por la cuartica blanca masiva del Ordovícico inferior situada inm ediata­mente al E del Antiforme del Narcea.

Los datos hidrográficos, incluidos en la Memoria de Tesis Doc­toral, han sido recogidos de los Anuarios que publica la Dirección General de Obras Hidráulicas (Ministerio de Obras Públicas), y se refieren a los ríos Eo, Navia y Narcea.

Además, en estos mismos anuarios, se publican datos de análi­sis químicos de las aguas de algunos de los ríos de nuestra zona. De todos ellos hemos escogido: la tem peratura del agua, el pH, la cantidad de iones Ca ++ mg/1, la cantidad de iones C1 mg/1 y los gases disueltos; estos datos afectan a los ríos Eo, Esva (con dos estaciones de aforo), Ibias, Narcea (con dos estaciones de afo­ro), Navia, Negro y Porcia.

Nosotros hemos realizado medidas de tem peratura y de pH en todos aquellos ríos, arroyos y torrentes en que hemos hecho re­colecciones. Aunque de manera general, para la consulta de todos estos datos nos remitimos a la obra original, sí queremos seña­lar que, m ientras los valores de pH dados por el Servicio de Obras Hidráulicas oscilan entre 6,1 en el río Negro y 7,8 en el río Nar­cea, el valor que nosotros obteníamos en estos y otros ríos (aun­que no en las mimas localidades) era constantem ente de 5,5.

Nuestras valoraciones fueron realizadas en el campo m ediante los papeles indicadores de pH de la casa Merck; hay que tener en cuenta, por tanto, la posibilidad de una cierta oscilación de este valor, aunque nunca superior a 0,5 décimas, ya que en este caso quedaría reflejado en los indicadores utilizados. Al com probar la diferencia existente entre nuestros resultados y los del Ministerio de Obras Públicas, verificamos la exactitud de los papeles indica­dores mediante un pHmetro, coincidiendo los resultados en ambos métodos.

Los ríos y arroyos más im portantes, entre los que se han hecho recolecciones, son los que se indican a continuación con sus ca­racteres propios:

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R. Anguileira: Nace en la fuente del Cañizal con el nom bre de río de los Boudois y, después de serpear por fértiles praderas que recogen sus aguas, desemboca en la Riveiría, playa de Tapia de Casariego. Próximo a su desembocadura existe el puente de su nombre y es río pródigo en anguilas. Tiene por afluente el Muria, que, a su vez, aum enta su caudal con las aguas de los arroyos Or- jales, Regó y Gomaza.

R. Arganza: Nace en la falda norte del Pico Pedrarias, cerca del Pozo de las Mujeres Muertas, en el concejo de Cangas de Narcea. Discurre hacia el oriente por tierras de Cangas, Allande y Tineo. Desemboca en el Narcea por Argancinas, en la divisoria de los con­cejos de Cangas y Tineo.

B.° Argum oso : Afluente del río Llantero.R. Barayo : Riachuelo que atraviesa la parroquia de Villapedre

(Navia) y desemboca en el Cantábrico por La Bolortada.R. Bárcena: Nace en los manantiales y vertientes de Fanfaraón

y montes de las M orteras (Tineo), y desemboca en el m ar, jun to al cabo de Busto, cerca de Cueva (Luarca). Sus afluentes principales son: por la izquierda el Navelgas y el Naraval y por la derecha el Orio y el Mallene.

R. Barcia: Nace en la Bobia, atraviesa la zona de Campos (Ta­pia de Casariego) y desemboca entre los cabos Cebes y Blanco.

A.° Busm arzo : Arroyo que nace en la ladera NE del Pico de Busmarzo, y que es la cabecera del río Cabo.

R. Cabo: Continuación del anterior; desemboca en el Cantábri­co entre Ballota y Cadavedo.

B.° Carlangas: Afluente del río Negro con el que se une cerca de La Venta y que recibe, a su vez, las aguas del arroyo del Goyo y del barranco Sapinas.

R. Cibea: Riachuelo que nace en la Sierra de Llamera, atravie­sa la parroquia de su nombre, en el concejo de Cangas de Narcea, y desemboca en el Naviego por su margen derecha.

R. del Coto: Afluente del río Narcea, en el que desemboca en Regla de Perandones, a 6 Km. de Cangas de Narcea. Nace en la Sierra de Valvaler y atraviesa una abrupta y prolongada garganta recogiendo el agua de numerosos arroyos, tales como el Cabreiro, Bao, Roguero, Braña, Yaceu... Las nueve sierras que aprisionan al río del Coto abarcan un contorno de 60 Km.; en el frente NE — SW, entre Perandones y el puerto del Pozo de las Mujeres Muertas (24 Km.), se hallan las de San Damián, Cerveriz, Valledor y Busteagudo; en el frente contrario las de Valvaler, Valdebueyes, Queipo, Ferras y Bergueda.

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R. Eo: Nace en Fonteo, valle de Pedrón (Lugo), pasa por las localidades asturianas de San Tirso y Abres, y desde Vegadeo for­ma una espaciosa ría en cuyo margen oriental se encuentran Cas- tropol y Figueras. Sus aguas corren de S a N y después de haber servido de límite entre las regiones asturiana y gallega, desembo­ca en el m ar Cantábrico. Recibe por la derecha los afluentes si­guientes: Turia, Sábelo, Ouria (al que afluyen a su vez el Lamei- rón, el Chao de Monte y el Sourido), Louteiro, Puronia, Suarón (en el que desembocan el Lormes, el Añides, el M ontouto y el Mo- jardín), y ya en la ría, el Seares, el Loutoira, el Lieiro, el Fontela y el Barbesa.

R. Esqueiro: Nace cerca de Monés, en la parroquia de Luarca, baña las tierras de la parroquia de Santa María de Soto de Luiña y llega al m ar en la ensenada de San Pedro. En su curso alto reci­be tam bién el nom bre de Llantero y tiene un afluente por su m ar­gen derecha que es el Panizal.

R. Ferrera: Afluente del río Uncín, al que se une un poco antes de la playa de la Concha de Artedo.

R. Frejulfe: Rio que pasa por la aldea del mismo nom bre en la parroquia de San Salvador de Piñera (Navia) y desemboca en el Cantábrico, en la Playa de Frejulfe.

A.° Frío: Afluente del Navia, en el que desemboca poco antes de Sarandinas, a 13 Km. de Coaña.

A.° Gumio: Nace en la vertiente occidental del m onte Penouta, en Trapella. Es tributario del río Porcia en el concejo de El Franco.

R. Ibias: Con 55 Km. de recorrido, es el mayor afluente del Na­via. Nace en el puerto de Cerredo y desemboca en el paraje del Puente Boadil, próximo a la cuarta presa del Navia. Se le clasifica en cinco sectores que corresponden, en el curso alto, a los conce­jos de Degaña, Narcea e Ibias, y en el curso medio y bajo al de Ibias. El prim er tram o, de 18 Km., cruza el valle de Degaña, cer­cado por cimas que superan los 1.000 m.; lo pueblan la villa de Degaña, el pueblo de Cerredo, las aldeas de Fondovegas y Rebollar y la cunqueira de Tablado. El segundo sector es una cuña de 4 Km. en el concejo de Cangas de Narcea. El tercer tram o, de Ibias a De- gaña, lo constituyen 3 Km. de desfiladero. Las zonas baja y media del río se extienden entre Veigas y Marentes; es el sector más lar­go, 28 Km., discurriendo entre foces y cañadas. El quinto sector del Ibias, de sólo 2 Km., comienza pasado el pueblo asturiano de Marentes y llega al Navia en el térm ino lucense de Negueira de Muñiz.

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R. de Lavio : En su parte alta es el arroyo Brañanueva, y des­pués de atravesar la parroquia de Lavio, desemboca en el río Ca­ñero frente a Alienes (Luarca).

R. Llantero : Constituye el curso alto del río Esqueiro.A.° Lorm es: Arroyo que nace en las proximidades de Espina

(Vegadeo), pasa por la parroquia de Santa Marina de Meredo y desemboca en el río Suarón por su margen izquierda.

R. Mallene: Afluente del río Cañero y que, a su vez, recoge las aguas del arroyo San Pelayo y del arroyo Cortín.

A.° das M esías: Arroyo que pasa por la parroquia de Las Vei- gas, en Santam arina, y que se une en Secades con el río Turia, el cual, a su vez, desemboca en el Eo.

A.° de la M esta: Nace en el collado de Gobia y desemboca en la margen derecha del río Cibea, en la localidad de Villarino de Cibea (Cangas de Narcea). A su cauce contribuyen las fuentes Prie­ta y Rabo de Asno.

R. M uniellos: Nace en las proximidades de los montes de su mismo nombre, en el concejo de Cangas de Narcea. Pasa por Moal y recibe las aguas de los arroyos Candanosa y Requejo, jun to a las de los regueros de Polleiros, Bisuero, Fondesa, Collada y Beiciella, antes de verter sus aguas en el Narcea, por su margen izquierda, en las proximidades de Posada de Rengos.

R. Muñás: Afluente del río Cañero, en el que desemboca por Pontigón.

R. Muria: Río que vierte sus aguas en el río Anguileira y que recibe las aguas de los arroyos Orjales, Rege y Gamazá.

R. Narcea: Es uno de los ríos más caudalosos de la provincia. Nace en el monte de Granda de Rioconco, lindante con la provin­cia de León, a unos 1.600 m. de altitud; poco después se le une un m anantial que sale de Fueyos, llamándose, el punto donde se unen, Fuentes del Narcea, de donde toma nombre el río. Dentro del con­cejo de Cangas de Narcea atraviesa el Pueblo, Vega de Rengos, La Noriella, Ventanueva, Cibuyo, Regla de Perandones, Cangas, Co- rias, Antrago.... Fuera de esta demarcación municipal pasa, entre otras poblaciones, por: Villanueva, Posada, Soto de los In­fantes, Castañedo, Bárzana... hasta que confluye en Ambas Mes- tas con el Nalón. A parte de los numerosos arroyos y corrientes menores que afluyen a sus orillas, entre sus principales afluentes es preciso citar: por la derecha, el Gillón, el Naviego, el Antrago, el Oñón, el Turia y el más im portante de sus afluentes, el Pigüeña, que confluye con el Narcea en San Martín de Miranda; por la iz­

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quierda recibe los ríos del Coto, Arganza, Gera y Nonaya, que le rinde tributo poco antes de llegar a Cornellana.

R. Navelgas: Afluente del Es va que atraviesa la parroquia de San Juan de Navelgas. Nace en las inmediaciones de Santiellos, en la parroquia de Rellanos (Tineo), atravesándola de sur a norte; pa­sa por los térm inos de Parada, Barzanallana, La Carrizal, Navel­gas, Vega de Muñalen y La Rehollada. Recibe las aguas de los arro ­yos Cálabre, Vallineferrerà, Foyedo, Chorcito y Castandiel. Toda la cuenca del Navelgas se encuentra en la parte alta del río Esva, como «El cuarto de los Valles». Es un río de aguas limpias y ba­tidas.

R. Navia : Con 147 Km. de recorrido, nace en la provincia de Lugo, en el térm ino de Piedrafita del Cebrero, en el sistema oro­gràfico de la Sierra de Rañadoiro. Se nutre con diversas fuentes (Das Lamas, Afreita, Corba...) de pequeño caudal y desciende en dirección noroeste hacia Nogales y Cruzul, en donde se le úne por la izquierda el río de Cruzul y por la derecha los de Cancelada, Bolles, Ferreria, San Andrés y el río de Val. Al llegar a Becerreá avanza en dirección NE hacia Navia de Suarna entre im presionan­tes desfiladeros, engrosándose con los ríos de Cervantes y Vilela y los «regueiros» de Everna, Villar, Cabanela y Yosteiro. E ntra en la provincia de Oviedo y pasando por las aldeas de Coea, Pena de Nogueira, Ernes y Grandas de Salime, siguen afluyéndole, por la derecha, las aguas de los ríos Ibias, del Oro y del Couto, y por la izquierda los de Marondo y Abilleira. Desciende encajonado por la parte oriental entre las estribaciones de los altos de Serán, el Hó­rreo y San Esteban, y los montes de Coriseos, Valonga y Pico Lie- rías, recibiendo como afluentes los ríos Agüeira, del Couto, Llore­do y Naveda. Ensancha notablemente su cauce discurriendo cerca de Doiras, Castrillón, Serandinas, Trelles y Armental, serpeando constantem ente hasta llegar a Navia, a la vera de cuya villa desem­boca en el m ar Cantábrico formando una amplia ría. En este re­corrido final afluyen al Navia los ríos de Cabornal, Anleo, Urubio, Meiro y Cachafol.

R. Negro: Nace en la montaña de Río Negro, que lim ita el con­cejo de Luarca con el de Villayón. Después de un recorrido de 19 kilómetros y tras atravesar la villa de Luarca, rinde sus aguas en el Cantábrico, en la llamada playa prim era de Luarca. Actualmen­te sólo está canalizado desde la entrada en la villa y, aunque una buena parte del año pasa por largos estiajes, el desnivel que trae desde su nacimiento, en épocas de abundantes lluvias, propicia su desbordamiento, inundando las vegas de Raicedo, y en ocasiones,

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la propia villa de Luarca. Tiene varios ramales, entre los que des­tacan: el Cabañín-Fornes, río Pequeño, de Menudero o de la Uz y el río Modreiros.

R. Nonaya : Nace en términos de la parroquia de Bodenaya, en el concejo de Salas. Dentro de los límites de esta parroquia y la de Ardesaldo, recibe varios arroyos o riachuelos que acrecientan su caudal. Después de algunos kilómetros de recorrido llega a la villa de Salas, a la que atraviesa, continuando su curso a través de Villazón y Cornellana, donde vierte sus aguas en el Narcea. Su recorrido es de 20 Km. y sus afluentes más im portantes son: el río San Vicente, por la derecha, y el Camuño y el Figares, por la iz­quierda.

R. Ouría: Nace en el lugar de su nombre (Taram undi) y reci­be las aguas de los arroyos Lameirón, Bordel, Chao do Monte y Lourido. Pasa por el caserío de Tuigas, Vega de Ouría y Ferrería, donde desemboca en el Eo por su margen derecha.

R. Panizal: Afluente del río Esqueiro.A.° Pendía: Nace en Penouta (Boal) y recibe las aguas de los

regueros de Regueirón y Villanueva antes de unirse al arroyo Das Pondas, para desembocar en el Navia por su margen izquierda.

R. Polea: Nace en las proximidades de San Bartolomé de Par­lero (Villayón). Pasa cerca de Bullimeiro antes de desembocar en el río Carbonel, que es a su vez afluente del Navia, cerca del puen­te que lleva su nombre. Enriquecen sus aguas los arroyos Bora- lloira, Degollada, Brañúas, Penacuervo, M anantial y Cárcabas.

R. Porcia: Río truchero y salmonero que nace en Fuentesagra- da, en la sierra de la Bobia, y pasa por el monte Xan Xul y el pue­blo de Amulero, form ando la cascada de Cioyo. Continúa su curso por Brañalibrero, Brañatuicille, Candosa, Sueiro, Vega de Ouría..., recorriendo en total 20 Km. Por la derecha confluyen en él los ríos del Mazo y Bao; este último, el más im portante, se le une cerca de Sueiro, en el concejo de El Franco; y los arroyos Carcedo, Po- sadía, Vega de Ouría, Villarín y Gumio. Por la izquierda lo enri­quecen el río Cabo y los arroyos Navedo, del Valle y el Barranco de la Degollada. Sirve de límite entre los concejos de El Franco y Tapia, después de haber nacido en Castropol.

R. Pum ar: Nace en la Fuente del Baso, en la sierra de Cazar- nosa, dentro del concejo de Cangas de Narcea. Pasa por Pum ar de las Montañas, Pontones y Besullo, antes de tribu tar sus aguas, jun­to al Comba, en Noceda, al Arganza, a su vez afluente del Narcea.

R. Suarón : Nace en la garganta de Villanueva, ladera NO del pico de Bobia, y pasa por Peña Tormil, Vijande, Meredo y Vega-

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deo, por donde desemboca al Eo. Recibe, por la izquierda, las aguas de los arroyos Meredo, Lormes, Montouto, M onjardín, y por la derecha las del Añides, Pereira, De los Cobos y Xiax.

R. de Tol: Nace en Acebedín (Tapia de Casariego), pasa por Tol (Castropol) y Serantes (Tapia de Casariego), desembocando en el Cantábrico por la playa de Sarello.

R. Turia : Nace en la Vega de Turia y atraviesa Taramundi; de­semboca en el Eo después de recoger las aguas de los arroyos Aba- reira, Mestas, Brañeirú y Mazo.

A.° del Vado: Afluente del río Polea.A.° Valiños: Arroyo que desemboca en el río Cabreira, en Puen­

te Cabreira.A.° de la Vieja: Arroyo del término de Paredes (Luarca) y que

desemboca en el río Bárcena.

DATOS GEOLOGICOS

Desde el punto de vista geológico, la zona estudiada se sitúa dentro de Herciniano de la Meseta Ibérica; de acuerdo con la di­visión en zonas de la misma, realizada por LOTZE (1945), se loca­lizaría principalm ente dentro de la zona Asturoccidental-Leonesa comprendiendo también su límite con la Zona Cantábrica (Anti- forme del Narcea). En su mayor parte, esta zona se encuentra constituida por materiales pertenecientes al Paleozoico inferior y en menor proporción al Precámbrico; son materiales que han su­frido un metamorfism o débil y varias deformaciones en el trans­curso de la Orogénesis herciniana. Se observan escasos apunta­mientos graníticos, así como depósitos estefanienses y terciarios discordantes sobre los materiales anteriores.

Dentro de la región estudiada pueden distinguirse, desde el pun­to de vista estratigráfico, tres grandes grupos: Precámbrico, Cám- brico-Ordovícico discordante sobre lo anterior y Silúrico, separa­do por una laguna estratigráfica de los m ateriales ordovícicos. Li- toestratigráficam ente se pueden diferenciar, de abajo arriba, las siguientes formaciones:

1.—Pizarras del Narcea (Precámbrico).2.—Cuarcitas de Cándana (Cámbrico inferior).3.—Caliza de Vegadeo (Cámbrico inferior).4.—Serie de los Cabos (Cámbrico medio a Ordovícico inferior).5.—Pizarras de Luarca (Ordovícico medio).

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6.—Formación Agüeira (Ordovícico medio? superior).7.—Pizarras y Ampelitas silúricas.8.—M ateriales cuaternarios sobre la Rasa.

DATOS CLIMATOLOGICOS

Los datos básicos para fijar el clima de una región son la pre­cipitación y la tem peratura; pero, tanto en el estudio de las pre­cipitaciones, como en el de la tem peratura, el principal problem a con que se tropieza en Asturias es la escasez de datos y su d istri­bución irregular en el espacio y en el tiempo. En nuestra zona de trabajo hemos escogido diez estaciones, combinando la existencia de datos pluvio- y term ométricos, y el mayor número de años en funcionamiento.

De las diez estaciones, cuatro están en la costa y seis en el in­terior. Excepto los datos de las estaciones costeras que han sido to­mados de la tesis de DIAZ, todos los datos de las restantes esta­ciones han sido recogidos en el Observatorio Meteorológico de Oviedo.

A continuación damos la relación de estaciones indicando su situación geográfica, latitud y longitud, así como la cuenca hidro­gráfica a la que pertenecen y el número de años en funcionamien­to:

Estación Altitud Latitud N Longitud W Cuenca Años

Tapia 20 m 43°34/10// 3°15'20" Costa 9Castropol 25 m 43°31'40" 3°20/30// Costa 23Navia 80 m 43°32/30// 3°03'30" Costa 8Barcia 100 m 43°32'20" 2°49'00" Costa 14Ibias 308 m 43°02'20" 3°11'10" Navia-Ibias 10Rellanos 340 m 43°23'40" 2°56'10" Esva-Bárcena 15Tineo 640 m 43°20'00" 2°43'40" Nalón-Narcea 33Muniellos 670 m 43°02/00// 2°59/40" Nalón-Narcea-Muniellos 10S- M. Oseos 700 m 43°15'50" 3°16'30" Navia-Agüeira-S. Martín 28Leitariegos 1525 m 42°59/50// 2°43'50" Narcea 31

Para cada una de dichas estaciones, hemos realizado una serie de cuadros en los que se recogen datos sobre precipitación, tem ­peraturas medias mensuales, tem peraturas medias de las máxi-

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mas, tem peraturas medias de las mínimas y tem peraturas extre­mas absolutas, calculados a partir de las observaciones realizadas en las distintas estaciones.

El resultado final de la elaboración de los datos existentes pa­ra cada estación queda reflejado en el siguiente cuadro:

Estación Prec. anual Tmns. med. Tmn. frío Tmx. cd. Tmx. abs. Tmn. abs.

Tapia 727,5 mm 13,2 5,3 20,5 30,0 —3,0Castropol 997,5 mm 13,4 5,3 22,8 35,4 —3,0Navia 1049,6 mm 13,2 3,9, 23,2 31,0 —9,0Barcia 1347,7 mm 13,2 5.0 22,8 33,0 —3,0Ibias 1229,6 mm 12,7 1,7 27,8 35,2 —5,0Rellanos 1458,4 mm 11,7 2,1 22,8 31,0 ^ , 0Tineo 1168,3 mm 10,4 1,5 21,8 29,9 —4,2Muniellos 1980,5 mm 10,2 -0 ,1 23,9 32,6 —4,8S. M. Oseos 1448,4 mm 9,9 —0,3 22,8 32,0 —6,6Leitariegos 1665,8 mm 5,0 —5,4 18,1 30,8 —20,0

La complicada e im portante orografía de la zona estudiada jus­tifican la elevada precipitación. La favorable influencia que ejer­ce la proximidad al m ar en la riqueza de las precipitaciones se m a­nifiesta en dos aspectos: como principal fuente de sum inistro de humedad a la atm ósfera y también como origen de los núcleos hi­groscópicos de condensación; las alineaciones m ontañosas facili­tan una elevación adicional a los movimientos convectivos de aire en los frentes cálido y frío.

Como se puede apreciar en el cuadro, hay una gran variación en los valores de las tem peraturas, variación que nos va a m arcar las diferencias entre la zona costera, atem perada por la acción sua­vizante del mar, la zona del interior y la montaña.

DIAGRAMAS

Una vez que los datos recogidos han sido elaborados, hemos realizado, para cada una de las estaciones, el diagrama climático de WALTHER y LIETH, que representa el año ideal, calculado a partir de las tem peraturas y precipitaciones medias mensuales de los n años de observación que existan en cada estación.

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En este diagram a se sitúan en el eje de abcisas los meses del año y en el de ordenadas la precipitación en mm y la tem peratura media mensual, guardando la proporción P=2T. Se indican ade­más: el núm ero de años de observación, la altitud de la estación sobre el nivel del mar, la tem peratura media anual, la precipita­ción media anual, las tem peraturas máxima y mínima absoluta, así como la tem peratura media de las máximas del mes más cáli­do y la tem peratura media de las mínimas del mes más frío.

El período húmedo queda representado, en el diagrama, por la zona de rayado vertical entre las curvas de precipitación y tempe­ratura, quedando la prim era siempre por encima de la segunda. Los tram os en negro de la parte superior de la curva de precipita­ción representan precipitaciones medias mensuales superiores a los 100 mm, a partir de los cuales la escala de precipitaciones se redu­ce en la proporción 1/10. Cuando la curva de precipitación pasa por debajo de la curva de tem peratura es que tiene lugar un período de sequía; esta zona de intersección se marca con punteado.

Cuando la tem peratura media de las mínimas de un mes de­term inado es superior a 0°C, pero la tem peratura media de las mí­nimas absolutas de ese mismo mes es inferior a 0°C, es probable que haya helada; esto se representa, en el diagrama, en la parte inferior del eje de abcisas mediante un rayado transversal. Cuan­do, tanto la tem peratura media de las mínimas, como la tem pera­tu ra media de las mínimas absolutas, son inferiores a 0°C, la hela­da es segura y se representa en negro, también en la parte inferior del eje de abcisas.

Además, hemos utilizado la clave para la delimitación de las subregiones fitoclimáticas que elaboró ALLUE ANDRADE (1966), partiendo de los diagramas climáticos de WALTHER y LIETH. Es una clave dicotòmica basada en los factores que, dentro del con­junto de valores sistemáticos definidores de un clima, tienen una significación diferencial. Estos factores son: la altitud, la precipi­tación anual, la tem peratura media del mes más frío y el número de meses áridos existentes. Para la zona estudiada los resultados son:

Estación de Tapia........................... Subregión V (VI)Estación de Castropol ................ Subregión V (VI)Estación de Navia ....................... Subregión V (VI)Estación de Barcia ..................... Subregión V (VI)Estación de Ibias ........................ Subregión IV (V)Estación de Rellanos ................... Subregión V (VI)Estación de Tineo ...................... Subregión VI

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Estación de Muniellos .............. Subregión VIEstación de S. M. Oseos ......... Subregión VIEstación de Leitariegos ........... Subregión X

Hemos de señalar, sin embargo, que no hemos aplicado la cla­ve de una m anera absoluta, sino lógica. Si lo hubiéram os hecho de form a absoluta, las estaciones de Castropol, Barcia de Luarca y Navia, pertenecerían a la subregión VI, que corresponde al clima centroeuropeo. Dado que el valor que va a separar el clima cen- troeuropeo del clima atlántico-centroeuropeo es que la tem pera­tu ra media de las mínimas del mes más frío sea superior o inferior a 6°C, y que en dichas estaciones los valores son de 5,3, 5 y 3,9 res­pectivamente, consideramos más lógico anexionarlas a la subre­gión V (VI), es decir, al clima atlántico-centroeuropeo, dada su proxim idad al mar.

Algo parecido es lo que ocurre con la estación de Tapia de Ca­sariego. Si aplicamos la clave absolutamente, dicha estación per­tenece a la subregión fitoclimática IV (VI), es decir, a un clima m editerráneo subhúmedo de tendencia centroeuropea, dado que presenta más de un mes de período árido y que la tem peratura media de las mínimas del mes más frío es inferior a 6°C. Sin em­bargo, como el valor de dicha tem peratura, en la estación de Ta­pia, es de 5,3°C y la proximidad al m ar es patente, consideramos más lógico incluirla en la subregión V (VI), es decir, en un clima m editerráneo subhúmedo de tendencia atlántica.

Las denominaciones numéricas resultan suficientemente preci­sas y ágiles, pero, sin embargo, es necesario disponer de nombres que, además de servir para la denominación de subregiones, encie­rren en sí mismos una idea diferencial del clima. La solución adop­tada por ALLUE ANDRADE consiste en homologar los valores de las distintas subregiones con las calificaciones de KOPPEN-THRAN. Haciendo nosotros esto mismo, obtenemos la siguiente correspon­dencia:

Subregión IV (V) ....... Clima m editearráneo subhúmedode tendencia atlántica

Subregión V (VI) ....... Clima atlántico-centroeuropeoSubregión VI ............... Clima centroeuropeoSubregión X ................ Clima de alta m ontaña

El clima mediterráneo subhúmedo de tendencia atlántica está caracterizado por una humedad apreciable en intervalos no esti-

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vales y durante nueve o diez meses; los inviernos son suaves (mes más frío entre + 1°C y +13°C) y los veranos desde frescos a muy cálidos (mes más cálido entre +13°C y + 30°C). En cuanto a su fi­siognomía, es fundam entalm ente la de los bosques más o menos esclerófilos y planiperennifolios pertenecientes al dominio de la aestidurilignosa y de la aestilignosa, al grado de la Genista florida- Quercus pyrenaica.

El clima atlántico-centroeuropeo se caracteriza por una hum e­dad perm anente con o sin influencias oceánicas; los inviernos son desde suaves a fríos (mes más frío entre —6°C y + 10°C) y los ve­ranos entre frescos y dulces (mes más cálido entre + 15°C y + 23°C). Hay probabilidad de heladas al menos en un mes. Este clima es propio de los bosques planiperennifolios y bosques mezclados co­rrespondientes al dominio de la aestilignosa, y dentro de ésta, al grado de Quercus robur-Calluna vulgaris y con una cierta frecuen­cia al grado de Fagus sylvatica-Abies alba.

El clima centroeuropeo está definido por una hum edad prácti­camente perm anente con influencias oceánicas o sin ellas; las pre­cipitaciones máximas son frecuentemente otoñales o estivales; los inviernos son fríos o muy fríos (mes más frío predom iantem ente entre —20°C y -f 2°C) y los veranos dulces (mes más cálido casi siempre de menos de 20°C); las heladas son seguras. Fisiognómica- mente pertenece al dominio de la aestilignosa, fundam entalm ente al grado de Fagus sylvatica-Abies alba, con bosques planicaducifo- lios y mezclados, que adoptan formas suboceánicas, subcontinen- tales y simplemente continentales.

El clima de alta m ontaña es un clima sin características univer­sales y en cada caso poco homogéneo, debido al rápido ascenso al- titudinal. Las tem peraturas son más frías y en ciertos niveles es más lluvioso que en las regiones climáticas circundantes, con es­peciales características en las cumbres; desde luego la existencia de períodos con helada es segura. Fisiognómicamente es una rápi­da sucesión de formaciones que en un pequeño espacio tienden a reproducir las transiciones latitudinales de la zona.

VEGETACION POTENCIAL

La zona occidental asturiana forma parte de la provincia atlán­tica (RIVAS MARTINEZ, 1973a), que, básicamente puede identifi­carse con el sector Ibero-atlántico de DUPONT (1962). Dicha pro­vincia atlántica coincide con el territorio ibérico eurosiberiano, que se encuentra inmerso en el reino floral holártico.

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Muchos han sido los autores que han estudiado la vegetación superior de esta región, por lo que a ellos les rem itim os para una información más completa. Nosotros sólo incluimos en esta publi­cación una catena de la vegetación potencial con aquellos te rrito ­rios climáticos que, a nuestro entender, tienen una mayor repre­sentación.

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CAPITULO II

BRIOF1TOS ACUATICOS

Se consideran briófitos acuáticos, solamente aquellos que viven en el agua constantem ente o que tienen capacidad de nadar en ella, quedando excluidos, por tanto, los briófitos palustres semiacuáti- cos que enraízan en el suelo cubierto de agua, pero que sobresalen de ésta y tienen su principal parte vital en el aire.

Pocas son las especies típicamente acuáticas (Fontinalis, Cin- clidotus), ya que en su mayoría son variedades y formas acuáticas de especies terrestres o anfibias.

Las variedades, según KOPPE, han estabilizado hereditariam en­te razas capacitadas para la vida acuática; son, por tanto, modifi­caciones de musgos terrestres y palustres que se com portan como especies, es decir, conservan, junto a los cambios de adaptación al medio acuático, sus características peculiares.

Las formas, por el contrario, han nacido, a través de la vida acuática, de form as típicas de briófitos no acuáticos y son modifi­caciones que no se heredan. Cuando un musgo palustre queda su­mergido, sufre una serie de modificaciones para adaptarse a su nuevo medio vital, pero cuando la cubierta de agua desaparece, al cabo de cierto tiempo, y el musgo crece otra vez en la tierra hú­meda, sus nuevos brotes vuelven a tom ar el aspecto de las formas terrestres originales. KOPPE señala como auténticas form as acuá­ticas aquellas que pueden desarrollarse bajo el agua durante lar­go tiempo y denomina formas acuáticas «falsas» aquellas que, co­mo Plagiochila asplenioides fo. riparia, Philonotis fontana fo. laxi- folia..., perecen después de algunas semanas o meses si la cubier­ta de agua no desaparece.

Entre los briófitos acuáticos pocos son los que viven nadando o flotando librem ente sobre la superficie del agua. KOPPE señala, para W estfalia, Ricciocarpus natans, y Riccia fluitans, que prefie­ren aguas estancadas, cálidas y ricas en nutrientes. Nosotros sólo hemos encontrado Riccia fluitans, que aparecía, no flotando, sino sobre el limo de los canales desecados en una zona turbosa bajo la Laguna de Arbás.

El resto de los briófitos acuáticos forman, sin excepción, parte del bentos, aunque, en ocasiones, puedan encontrarse flotando li­brem ente después de haber sido arrancados accidentalmente de su soporte, como por ejemplo Sphagnum subsecundum var. obesum.

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Los briófitos acuáticos están sometidos a una serie de condi­ciones especiales, entre las que hay que señalar, en prim er lugar, el contacto perm anente con el agua en estado líquido, lo que redu­ce al mínimo la utilidad de los elementos conductores, especial­m ente del haz central del tallo y del tejido auxiliar del nervio fo­liar. Las disposiciones para reducir la respiración, como cutícula espesa, papilas, ... que observamos en los musgos aéreos, faltan, por supuesto, en los musgos acuáticos; lo mismo ocurre con los órganos y tejidos aeríferos, tales como la capa epidérmica del ta­llo y los estomas de la cápsula, que faltan en las distintas especies de Cinclidotus y Fontinalis.

Las principales condiciones mecánicas a que están sometidos los briófitos acuáticos son las siguientes: presión hidrostática, dismi­nución de la acción de la gravedad y efectos meránicos de tracción debidos a la corriente de agua.

La presión hidrostática aum enta alrededor de una atm ósfera cada diez metros. Esto tiene im portancia para musgos como Tham- nobryum alopecurum var. lemani, que vive en el Lago Leman a unos 54 m. de profundidad, y para Brachythecium rivulare var. lacustre, que vive en el mismo lago a 30 m. de profundidad. Para el resto de los briófitos acuáticos, observados hasta 8 m. de pro­fundidad, la presión hidrostática no difiere apenas de la presión atm osférica media.

Por el hecho de la inmersión, los briófitos acuáticos están sus­traídos en parte a la acción de la gravedad, de lo que resulta un aligeram iento de su sistema mecánico que, en ausencia de otras influencias contrarias, puede acarrear una reducción notable de éste.

Desde el punto de vista mecánico es necesario distinguir, entre las condiciones a que están sometidos los musgos acuáticos, según que vivan en agua inmóvil o muy calma o bien en agua corriente o agitada.

La adaptación de los que vegetan en aguas calmas a estas con­diciones especiales de hidrostasia, se traduce en la reducción más o menos considerable del sistema mecánico, tal como se observa, por ejemplo, en los esfagnos acuáticos. Esta reducción del sistem a me­cánico afecta sobre todo: a la zona cortical del tallo, cuyas paredes celulares están poco espesadas; al nervio de la hoja, que se encuen­tra desprovisto de haces de estereidas y es más delgado y más cor­to que en las formas no hidrófilas (Leptodictyum y Drepanócla- dus); a las células basilares en la inserción de la hoja, cuyas pare­des tampoco están engrosadas; a los bordes de la hoja que son ge­

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neralm ente unistratos, no engrosados, sin margen y ordinariam en­te planos; y por último, al pedicelo de la cápsula, que es muy cor­to o nulo. Hay además un alargamiento de talos, tallos y ramas, al que acompaña generalmente una disposición más laxa de las ho­juelas a lo largo del tallo. Con ambas modificaciones consiguen no sólo facilitar la suspensión en el agua sino también un aum en­to de la superficie asimiladora, lo que implica, por ejemplo en los esfagnos, un aum ento de los clorocistes a expensas de los hialo- cistes. Por últim o los rizoides son delgados y se rompen fácilmen­te, por lo que la planta puede quedar nadando libremente.

La adaptación de los briófitos acuáticos a las aguas corrien­tes (reófilos) acarrea, por el contrario, un reforzam iento en gene­ral muy acusado del sistema mecánico. Los musgos que viven en las aguas agitadas o cursos de agua con fuerte corriente (rápidos, cataratas, cascadas...) están sometidos, por el hecho del movi­miento del medio, a efectos de tracción considerables, a los que se vienen a añadir, en ciertos casos, los efectos mecánicos produ­cidos por los sólidos arrastrados por el agua (limo, arena, gra­va...). Para resistir al arrancam iento, la laceración, etc., a que es­tán expuestos, presentan disposiciones morfológicas especiales que consisten, sobre todo, en un desarrollo muy marcado de los ele­mentos mecánicos: esclerénquima prosenquim atoso, se espesan y refuerzan las paredes celulares de los tejidos del tallo, de la ner­vadura, de la zona de inserción y los bordes de las hojas. Así, en las formas reófilas de Plátyhypnidium riparioides, el cilindro cor­tical del tallo está form ado por cinco o seis capas de pseudoeste- reidas con paredes muy engrosadas, m ientras que en las form as de aguas tranquilas, este mismo cilindro no presenta más que tres o cuatro capas celulares con paredes más estrechas. Una reomorfo- sis extrema, en la especie anterior, se presenta en ejem plares que viven en aguas muy rápidas; la planta sólo está representada por un tallo verde alargado y ramificado que lleva algunos rudim entos de hojas reducidos a las nerviaduras. En general, los musgos reó­filos vienen caracterizados por una marcada reducción de las su­perficies vulnerables, del diám etro del tallo y de los ejes secun­darios y por un reforzam iento de la nerviación, que es persistente en muchos casos.

En general los briófitos reomorfos están fijados sólidamente al sustrato por paquetes de rizoides abundantes y resistentes, co­mo ocurre en las distintas especies de los géneros Cinclidotus, Fontinalis, Hygrohypnum, así como Scapania undulata. En algu­

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nos casos se adhieren al soporte por toda su longitud (Hyocomium armoricum).

Las hojas carinadas, tubulosas, conduplicadas, con margen en­grosado, representan también, en cierta medida, una disposición protectora, propia para aum entar la resistencia mecánica.

Los musgos evitan, por lo demás, las estaciones en las que es­tarían expuestos a la acción de corrientes violentas: se fijan con preferencia sobre las superficies verticales o sobresalientes, dis­puestas al am paro de la corriente de m anera que la masa de agua que cae pase por encima.

Sin embargo, es preciso tener en cuenta que no todos los brió- fitos reófilos están bien protegidos contra estas acciones mecáni­cas; particularm ente las hojas de las hepáticas (ej. Scapania un- dulata, Plectocolea obovata, Marsupella aquatica ...) están frecuen­tem ente estropeadas a causa del movimiento del agua. Muchas ve­ces se encuentran ejemplares de Scapania undiilata que apenas presentan una hoja intacta.

Del mismo modo que todos los musgos anfibios, e incluso m u­chos terrestres, pueden soportar durante un cierto tiempo una cu­bierta de agua, todos los musgos acuáticos pueden soportar perío­dos más o menos largos de desecación. En prim er lugar se desecan los tallos más largos y las ramas más separadas, m ientras que la zona más densa del césped retiene aún una humedad considerable. Al evaporarse ésta, van pereciendo poco a poco todas las partes de la planta. Sin embargo, antes de que todo el césped esté m uer­to, sobreviene de ordinario una nueva cubierta de agua, después de la cual las yemas que han permanecido vivas germinan y el m us­go se regenera de nuevo. La resistencia a la desecación es diferen­te para las distintas especies: Fontinalis antipyretica soporta me­jo r la desecación que Cinclidotus fontinaloides pero peor que Cin- clidotus riparius.

Por el hecho de habitar en un medio cuyas propiedades de ab­sorción difieren notablemente de las del medio aéreo, los briófi- tos acuáticos están sometidos, en lo que concierne a la radiación, a unas condiciones particulares que deben traducirse en fenóme­nos especiales de adaptación. Con respecto a las radiaciones lumi­nosas debemos señalar que están sometidos en general a condicio­nes de claridad disminuida.

De m anera general los principales fenómenos de adaptación a esta disminución de luz, que encontramos en los musgos acuáti­cos, consisten en:

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— Un desarrollo notable del aparato clorofiliano, de m anera que las células de todos los tejidos están abarrotadas de cloroplas- tos que se disponen perpendicularm ente a la incidencia de los ra­yos luminosos.

— La reducción de la cutícula y del espesor de las paredes ce­lulares superficiales.

— Alargamiento de los ejes y una disposición, de tal manera, que la mayor superficie posible de los tejidos asimiladores esté expuesta a la luz. En las aguas que discurren por zonas despeja­das y que reciben, por tanto, directamente los rayos solares, las hojas se disponen verticalmente para protegerse contra el exceso de luz; m ientras que en las que discurren por zonas resguardadas (bosques, ...) las hojas se disponen horizontalm ente y bien sepa­radas.

Las formas acuáticas de los musgos higrófilos son generalmen­te estériles, aunque en parte se multiplican vegetativamente me­diante fragmentos de tallos y ramas que se desprenden. A su vez, los musgos hidrófilos pueden fructificar, sino en el agua, sí cuan­do la estación se ha desecado.

Dado que no nos hemos limitado a estudiar tan sólo la flora de ríos y arroyos, sino que la hemos ampliado a taludes rezum an­tes, torrentes, zonas en general con largos períodos de emersión, y que la nom enclatura utilizada por los distintos autores, para significar la apetencia mayor o menor por el agua de los distintos briófitos, es muy variada y puede llevar a confusiones, señalamos a continuación los conceptos que, a nuestro entender, son los más correctos y que serán por tanto los que utilicemos. Así, pues, en­tendemos por:

— Hidrófita. Planta acuática con los órganos asim iladores su­mergidos o flotantes (ej. Fontinalis squamosa). Es sinónimo de hidatófito, voz poco usada actualmente.

— Higrófita. Planta de medios muy húmedos, pudiendo sopor­ta r cortos períodos de inmersión (ej. Riccardia pinguis).

—Helófita. Planta anfibia, que arraiga en el suelo sumergido o encharcado y alarga su eje, que asoma en el aire (ej .Aulacomnium palustre).

—Mesófita. Según WARMING (1895), planta ni acuática ni xe- rófita, es decir, propia de medios emergidos y provistos de hum e­dad en arm onía con la tem peratura (ej. Fossombronia angulosa, Isothecium myosuroides).

Teniendo en cuenta lo hasta ahora expuesto, con relación a los briófitos acuáticos, vamos a hacer un comentario de los que, en

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nuestra opinión y a partir de las observaciones realizadas en el campo, se com portan como tales en el occidente de Asturias. Al­gunas de las especies que se comentan a continuación aparecen en la bibliografía consultada con ecología diferente, como es el caso de Madotheca porella e Hyocomium armoricum, considerados en general como higrófitos, pero que en nuestra zona se encuen­tran : com pletamente sumergida en todas las estaciones la prim e­ra especie y completamente sumergida en un porcentaje elevado de localidades la segunda.

Chiloscyphus polyanthus var. rivularis. Aunque la especie, en todas sus formas, es fuertemente higrófila, sólo la variedad rivu­laris es auténticam ente acuática. Crece sobre piedras y raíces en arroyos y ríos carentes de cal, constituyendo céspedes que KOPPE denomina «formas de corriente», que pueden tener hasta 10 cm. de longitud y presentan, en general, hojas escasas y flácidas. Se­gún este mismo autor, las necesidades de oxígeno de esta estirpe son altas, pero nosotros la hemos recolectado abundantem ente re­partida en toda la zona, tanto en aguas corrientes, como en aguas más tranquilas, aunque nunca completamente estancadas.

Todos los ejemplares recolectados en ríos y arroyos pertene­cen a la variedad, m ientras que al tipo sólo pertenecen ejem plares recolectados en taludes más o menos rezumantes.

Madotheca cordeana. Aunque en g e n e r a l coincidimos con AUGIER, WATSON y HUSNOT, considerándola como especie hi- drófila, puesto que en una de las ocasiones en que se recolectó se encontraba sumergida en las rocas de un arroyo, hemos de seña­lar que en o tra localidad form aba céspedes sobre taludes muy re­zumantes, no sumergida, y peor desarrollada que en la prim era lo­calidad.

Madotheca porella. Según varios autores, esta especie aparece tanto en los bordes de ríos y arroyos, como sumergida; sin em bar­go, en las cuatro localidades por nosotros encontrada, aparecía siempre sumergida. Su aspecto externo es parecido al de Chilos­cyphus polyanthus var. rivularis, pero sus céspedes, de un verde más oscuro, más firme y más delgados, la hacen inconfundible a simple vista.

Marsupella aquatica. Crece sobre rocas en arroyos sin cal y de tal modo que esté la mayor parte del año cubierta por el agua. De com portam iento m ontano en Centroeuropa, la proxim idad al océa­no hace que descienda en nuestra zona hasta 40 m.

Las diferencias de esta especie con Marsupella emarginata son realm ente mínimas. CASARES las separa por el hábitat: Marsu-

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pella aquatica en lugares sumergidos y M. emarginata en lugares más o menos mojados pero no sumergidos. Sin embargo, esta se­paración no es tan clara como parece a prim era vista, ya que el ni­vel del agua en el río oscila a lo largo del año y aunque, en general, la hemos recolectado en rocas sumergidas de ríos y arroyos, tam ­bién aparece en rocas emergidas o del borde. Por o tra parte, los caracteres morfológicos y anatómicos con que las separan diver­sos autores son cuantitativos y se pueden encontrar todos los gra­dos intermedios, sin ver una separación clara entre las dos espe­cies, como lo dem uestran los dibujos que se incluyen. Le damos la razón a WATSON cuando duda si el tratam iento de estas dos es­pecies, como distintas, sea correcto.

Marsupella sphacelata. Especie más bien rara, que crece en los arroyos alpinos de corriente no muy rápida (WATSON, 1968). Son características sus hojas flácidas, con lóbulos obtusos y anchos y el seno en form a de uve.

Se ha recolectado en dos localidades: sumergida en un arroyo de la Laguna de Arbás y en taludes muy rezumentes. Considerada como especie hidrófita por WATSON, pensamos ha de am pliarse su ecología, de acuerdo con BOROS, ya que se encuentra en locali­dades no siem pre sumergidas.

Nardia compressa. Aunque es una especie a la que los diferen­tes autores dan una ecología higrófita, en la zona estudiada apare­cía sumergida en el 80% de las localidades en que fué recolecta­da. Se tra taba en general de arroyos de pequeño tam año y con bas­tante corriente, y aunque los céspedes eran grandes y fuertes, en ningún caso aparecía fructificada.

También hay que señalar que en la zona occidental asturiana no se com porta como especie montana, ya que la hemos recolecta­do incluso a 80 m. de altitud.

Plectocolea obovata. Especie muy característica por el olor a zanahorias que despiden las plantas en estado fresco. Crece nor­m alm ente en las aguas poco profundas de los arroyos de m ontaña, carentes de cal, y es muy sensible a la falta de humedad.

En las localidades en que recibe las salpicaduras y las brum as de las cascadas, se form an unos ejemplares muy fuertes, con po­cos rizoides, hojas grandes y separadas del tallo. Sus necesidades de oxígeno son muy grandes.

En dos de las localidades en que se recolectó esta especie se tra taba de rocas y taludes muy rezumantes, pero en las cinco res­tantes, los ejem plares estaban completamente sumergidos.

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Riccardia sinuata. Esta especie, como afirm a KOPPE, tiene un com portam iento típicamente acuático y en muy raras ocasiones helofítico. Crece en arroyos sin cal, sobre piedras y rocas inunda­das o sumergidas y algunas veces sobre raíces. El mencionado autor habla de una forma submersa de esta especie que aparece en charcos pantanosos y aguas estancadas; form a no encontrada en la zona, entre otras razones, porque se estudian con preferen­cia ríos y arroyos.

Los céspedes de mayor tamaño aparecen en las zonas de me­nor velocidad de corriente, creciendo, con el talo sujeto casi por toda su superficie a la roca, en aquellos lugares en los que la co­rriente es más fuerte.

Ampliamente distribuida por toda la zona occidental asturiana, sólo en tres ocasiones se encontró en torrentes o taludes rezu­mantes.

Algunas veces hemos recogido Riccardia pinguis sobre las ro­cas inundadas de arroyos. KOPPE habla de una form a rivularis para estos ejemplares sumergidos, pero sólo la diferencia del ti­po, porque el talo es algo más alargado. De todas maneras no es un auténtico briófito acuático, a pesar de que BOROS la califica de especie higro-hidrófita, ya que normalmente aparece en torren­tes o taludes rezumantes que tienen agua tan sólo durante una época del año, pasando el resto del tiempo humedecida. Es bastan­te frecuente en la zona.

Algo sim ilar ocurre con Riccardia m ultifida que crece en talu­des rezumantes, torrentes, zonas pantanosas más o menos enchar­cadas y bordes de arroyos, pero no en el lecho del arroyo, como Riccardia sinuata. En el occidente asturiano está menos difundida que la especie anterior.

Scapania undulata. A pesar de que KOPPE afirm a que esta hepática crece m ejor en los arroyos de m ontaña, de tal m anera que sólo esté fuertemente humedecida pero no sumergida, única­mente en cinco de las cincuenta y cinco localidades en la que la he­mos recolectado no aparecía sumergida.

Presenta, además, las típicas modificaciones de la vida acuáti­ca, como son los tallos alargados y desnudos en la base, fuertes rizoides que la fijan al sustrato y casi todas las hojas fuertem ente carcomidas. Soporta bien las zonas de corriente rápida, pero tam ­bién se halla en los bordes con agua más rem ansada o en lugares de poca velocidad de corriente.

La variedad dentata, que MULLER considera como una varie­dad menos acuática de la especie, no es tan abundante como ésta.

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Su com portam iento es más bien anfibio, ya que aunque en el 50% de las localidades se encontraba sumergida, los m ejores céspedes eran los que se desarrollaban en taludes rezumantes o bordes de arroyos.

Ni la especie ni la variedad presentaban periantos en ninguna de las localidades en que fueron recolectadas.

Solenostoma cordifolium. En general, los distintos autores con­sultados le confieren una ecología que oscila entre hidrofilia e hi- grofilia. Así, por ejemplo, WATSON, en Gran Bretaña, afirm a que a veces esta especie es miembro de la flora briofítica característi­ca que se desarrolla alrededor de los arroyos de m ontaña, comu­nidad que incluye musgos como Bryum pseudotriquetrum y Phi- lonotis fontana, pero que es igualmente típica sobre las rocas su­mergidas de los arroyos de m ontaña donde está asociada con Sca- pania undulata.

En la única localidad en que ha sido recolectada se encontraba com pletamente sumergida y asociada con Scapania undulata, Chi- loscyphus polyanthus var. rivularis e Hyocomium armoricum.

Brachythecium rivulare. En la mayor parte de la bibliografía que se ha consultado, este musgo es considerado como higrófito, sin embargo en el 93% de las localidades en que se encontró apa­recía sumergido.

KOPPE habla de dos formas acuáticas: una de aguas más o menos estacadas (fo. flu itans) y otra de aguas con fuerte corrien­te (fo. cataractarum). Para cada una de ellas especifica una serie de características, sobre todo de aspecto externo, de adaptación a los distintos tipos de agua. Entre los ejemplares que hemos reco­lectado, unos son de tallos fuertes y más o menos alargados (como en la fo. flu itans) y otros también fuertes pero con ram as cortas y denudados en la parte inferior (como en la fo. cataractarum ); sin embargo, hemos preferido hablar solamente de la especie, ya que lo que no existían eran las diferencias ecológicas que señala el mencionado autor.

Cinclidotus fontinaloides. Esta especie, típicam ente acuática, sólo ha sido recolectada, por nosotros, en una localidad. KOPPE señala como adaptaciones a la vida acuática sus tallos largos, fle­xibles y resistentes, además de los fuertes rizoides que lo fijan al sustrato. Es capaz de soportar largos períodos de emersión, du­rante los cuales, según este mismo autor, es fértil, m ientras que cuando está sumergida permanece estéril. Aunque en la localidad occidental asturiana se presentaba sin esporófitos, la hemos reco­lectado, en otras zonas de la región, fructificada y sumergida.

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La no abundancia de este musgo en la zona estudiada pensa­mos es debida a que prefiere, para desarrollarse, aguas y sustra­tos con reacción básica.

Cryphaea heteromalla var. aquatilis. Como musgo acuático presenta una serie de adaptaciones al medio que la diferencian bien del tipo, tales son: los tallos alargados y denudados en la ba­se, pocas ram as, hojas anchas, obtusam ente apiculadas y de m ar­gen generalmente plano. En el occidente asturiano se encontró so­lamente en las rocas sumergidas del río Eo y no expuesta a una gran velocidad de corriente.

Según MACHADO, CAMUS demostró que se tra taba de una bue­na especie y no de una simple variedad hidrófila ya que, aunque pueden desarrollarse más o menos próximas, conservan siempre bien constantes sus caracteres distintivos y no se presentan for­mas de transición.

Si tenemos en cuenta que las variedades acuáticas son el re­sultado de unas adaptaciones al medio, con carácter hereditario, parece correcto el tratam iento que se le da a esta estirpe, bajo el punto de vista nomenclatural.

Fontinalis antipyretica. Es el típico musgo acuático adaptado a este medio, con tallos largos y flexibles, suficientemente fuertes para evitar el deterioro por la acción mecánica de la corriente. Es muy plástico y adaptable, de modo que puede vivir en las más dis­tintas condiciones del medio. Como resultado de esta gran capa­cidad de adaptación presenta una extraordinaria variabilidad que algunos autores califican de modificaciones no hereditarias. Sin embargo, KOPPE afirm a que las plantas de hojas anchas de las aguas quietas se diferencian hereditariam ente de las formas grá­ciles de los arroyos.

Nosotros la hemos recolectado en todo tipo de ríos y arroyos: con aguas muy rápidas, con aguas lentas, bordes presentan­do todos los grados intermedios y extremos, desde form as muy robustas a las muy tenues. La única variedad que hemos determ i­nado es la var. gracilis que se encontraba sumergida en un arro ­yo de poca profundidad y de corriente no muy rápida. Los carac­teres más típicos de esta variedad son: el aspecto débil de la plan­ta, las pequeñas hojas caulinares medias con quilla ligeramente curvada.

De todas maneras y de forma general podemos decir que Fon­tinalis antipyretica, en el occidente asturiano, prefiere para su de­sarrollo las aguas con poca velocidad de corriente, más o menos remansadas.

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Fontinalis dálecarlica. Este musgo, nuevo en la flora española, parece en principio una form a débil de Fontinalis squamosa, dife­renciándolas los caracteres siguientes: hojas periqueciales acumi­nadas; hojas caulinares mucho más cóncavas, más pequeñas, más estrechas; cápsula con el opérculo menos apiculado y dientes del peristom a con m enor número de laminillas.

Como todas las especies del género, es típicam ente acuática y aparecía sumergida en el río del Coto, en una zona con bastante corriente.

Fontinalis hypnoides. Como en el caso de la especie preceden­te, sólo la hemos determ inado de una localidad: com pletamente sumergida en las rocas del río Turia, con cauce ancho y poca ve­locidad de corriente, lo que responde a las modificaciones que pre­senta la planta, como son las hojas casi planas, separadas del ta­llo, lo que confiere a los tallos un aspecto débil.

Fontinalis squamosa. Especie propia de arroyos sin o pobres en cal, en los que flota form ando céspedes de 10—20 cm. de largo, en aguas poco profundas. Como típicas modificaciones a este mo­do de vida hay que destacar: los fuertes rizoides y los tallos y ra ­mas alargados, robustos y flexibles; hojas cóncavas de lomo re­dondeado y sus células estrechas y con paredes engrosadas. Como protección contra la excesiva radiación solar, a la que puede verse sometida en las aguas claras y poco profundas o durante deseca­ciones ocasionales del arroyo, sus céspedes presentan un color verde tan oscuro que a veces es casi negro y sus hojas están muy im bricadas.

Esta especie se encuentra ámpliamente distribuida en la zona y en m últiples ocasiones hemos recolectado ejemplares que pre­sentaban un gran núm ero de esporófitos.

Solamente en dos localidades no aparecía sumergida, debido a un fuerte descenso en el nivel del agua, provocado por la gran se­quía del año 1976.

H ygrohypnum ochraceum. KOPPE dice de esta especie que es pronunciadam ente acuática, y sus céspedes se desarrollan en ríos y arroyos de corriente rápida. Sus modificaciones para la vida acuática consisten en fuertes rizoides, vigorosos tallos y recias ho­jas cóncavas con fuerte nerviación.

En la zona estudiada aparecía siempre sumergida en ríos y arroyos, aunque no en el lecho de los mismos, sino en el nivel me­dio del agua, lo que quiere decir que puede estar expuesta a perío­dos de desecación. Desecación que soporta, según HERTEL, m ejor

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que Platyhypnidium riparioides. Otros autores la señalan sobre ro­cas húmedas en o al lado de los arroyos.

Al menos en la zona estudiada no se com porta como m ontana, ya que se recolectó incluso a 50 m. sobre el nivel del mar.

H ygrohypnum dilatatum es también especie acuática, recolec­tada en un arroyo de m ontaña de corriente rápida. M ientras que Hygrohypnum eugyrium aparecía sobre las rocas, más o menos m ojadas, de los bordes de un manantial.

Isothecium myosuroides var. rivulare. Es más robusta que la especie y sus hojas cortamente acuminadas o incluso obtusas y más im bricadas dan un aspecto cilindrico a las ramas.

Crece sobre rocas no calcáreas y cantos rodados en arroyos sombreados por árboles deciduos, tanto sobre las que se encuen­tran sumergidas durante largos períodos, como sobre aquellas que sólo se sumergen en los períodos de crecida. Forma norm al­mente céspedes puros, sin encontrarse en mezcla con otros brió- fitos.

Nosotros la hemos recolectado en dos localidades, en un caso sumergida y en la zona de corriente y en el otro caso no sum er­gida, aunque lo estaría en las épocas de niveles más altos.

Leptodictyum riparium. Esta especie, que parece ser tan fre­cuente en toda Europa, sólo la hemos recolectado en dos locali­dades.

Como señalan KOPPE y MACHADO, es una especie muy poli­morfa de la que se han descrito numerosas variedades que no pa­san de ser simples formas dependientes de las condiciones inme­diatas del medio.

KOPPE señala para Westfalia cuatro formas, que separa por los caracteres morfológicos y que responden a la adaptación a los distintos tipos de agua. Nosotros sólo señalaremos una para el oc­cidente asturiano, fo. longifolium, de hojas estrechas, lanceoladas, larga y finam ente acuminadas; recolectada en las aguas no dema­siado rápidas de un arroyo.Platyhypnidium riparioides. Briófito típicamente acuático que en­contram os con mucha frecuencia en los distintos ríos y arroyos visitados, a pesar de que KOPPE afirme que el tipo crece higrofí- ticamente sobre múltiples sustratos, llegando a originar sólo oca­sionalmente formas acuáticas. Para este autor son dos las formas acuáticas básicas: fo. atlántica, que crece en las aguas corrientes y fo. complanata, que lo hace en las aguas lentas o estancadas.

N osotros señalaremos para nuestra zona la fo. cylindricum, cu­yas hojas fuertem ente imbricadas dan a las ramas un aspecto mar-

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cadamente cilindrico e inconfundible que se m antiene constante en las catorce localidades en que ha sido recolectada. Ecológica­mente la diferencia entre especie y forma podría ser el carácter más higrofítico de la última, ya que en algunos casos aparece so­bre rocas no sumergidas, aunque sí salpicadas o muy humedecidas y en otros, aún cuando aparece sumergida, lo hace en un nivel su­perior al de la especie, por lo que está expuesta con más facilidad a períodos de emersión e incluso de desecación. Esta es la única form a con validez sistemática entre los ejemplares por nosotros determinados, dado que es una especie muy polim orfa y que pre­senta toda la gradación de caracteres entre las formas más débiles y las más robustas.

Sphognum subsecundum var. obesum. Esta estirpe, a la que se asimila tam bién la var. crassicladum, constituye la única variedad acuática del Sphagnum subsecundum, aunque en ocasiones ha sido considerada con categoría de especie.

El agua conforma una serie de cambios característicos que dan lugar a plantas más alargadas que en el tipo, ramas más separadas, hialocistes estrechos, con los clorocistes proporcionalm ente más anchos y una casi total ausencia de poros en las hojas rameales.

En el occidente de Asturias aparece sumergida en canales, cu­netas, partes baias de taludes y bordes de arroyos, pero siempre en lugares donde el agua se encuentre más o menos remansada.

Además de los briófitos acuáticos mencionados con anteriori­dad, señalamos a continuación una serie de estirpes que, aunque de m anera general pueden ser consideradas como higrófitas, me- so-higrófitas o incluso mesófitas, en nuestra zona tienen un com­portam iento hidro-higrofítico.

Jubuía hutschinsiae. Aunque según BOROS, es una especie me- so-higrófita, en las tres localidades en que la hemos recolectado se com portaba más bien como hidro-higrófita. En Arbón, en un m anantial con una caída de casi 90° se encontraba tapizando las rocas por donde discurría el agua; en Corbazos, en un regato con m enor inclinación que el anterior, crecía sobre las piedras que originaban el desnivel; en el río Ferreras cubría las rocas de unos dos m etros de alto, con una inclinación de 90°, por encima de las cuales discurría el agua.

De todas formas hemos de señalar que es posible que, en las épocas más secas del año, estos regueros o fuentes podrían que­darse sin agua y entonces las plantas tendrían que soportar v a r io g ^ ^ ¿ /q ^ meses de emersión. f f

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Solenostoma pum ilum var. rivularis. Esta variedad hidrófila de Solenostoma pum ilum , presenta una serie de modificaciones, debidas al medio acuático, como son: el alargam iento de los ta­llos, las hojas laxas, espaciadas y de inserción oblicua, con un co­lor en los céspedes mucho más oscuro que en el tipo. Aún cuando el aspecto externo y morfológico coinciden con los de Solenosto­ma triste y carecemos de periantos, que son los que m arcan una diferenciación más neta, la ecología típicam ente caldcóla de So­lenostoma triste frente a la típicamente acidófila de Solenostoma pum ilum var. rivularis nos llevó a determ inarla como tal, ya que el pH del sustrato sobre el que se desarrollaba era de 4,5.

Brachythecium plumosum. Calificada por algunos autores co­mo higro-mesófita, en nuestra zona se presenta norm alm ente a la a ltura del nivel medio del agua, por lo que puede encontrarse tan­to sumergida como emergida, siendo este caso bastante más fre­cuente, pero en ningún caso se com porta como mesófita.

Es una especie bastante variable que en la zona estudiada pre­senta dos formas, una de hojas anchas y o tra de hojas muy estre­chas, pero sin que se puedan señalar otro tipo de diferencias, ni siquiera ecológicas, entre ambas formas. Salvo en dos localidades, se encontró fructificada y se desarrollaba bien, tanto en lugares descubiertos, como sombríos.

Fissidens polyphyllus. Por supuesto, no se tra ta de una especie exclusivamente hidrófila, pero, en el 66% de las localidades donde se encontró, aparecía sumergida en ríos y arroyos.

No pudimos constatar ningún tipo de diferencias, ni de desa­rrollo ni morfológicas, entre los ejemplares sumergidos y aquellos que crecían en torrentes o en rocas rezumantes. En los dos casos se tra ta de céspedes bien desarrollados y parece alcanzar un desa­rrollo óptimo en lugares sombríos y profundos, donde se encuen­tre menos expuesta a la desecación en los períodos de mínima co­rriente; apareciendo estéril en todas las ocasiones.

Sumergida se encuentra, tanto en las rocas expuestas a una gran velocidad de corriente de agua, como en las que se sitúan en los bordes más remansados, formando bien céspedes puros o aso­ciada frecuentem ente con Hyocomium armoricum.

H yocomium armoricum. La ecología que la mayor parte de los autores consultados confieren a esta especie es de higrofilia. Sola­mente STORMER, en Noruega, la ha encontrado, como nosotros, sumergida en ríos y arroyos.

La variabilidad de esta especie va de acuerdo con el hábitat, aun­que, como siempre aparecen formas intermedias entre los dos ex­

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trem os, no se les concede validez taxonómica. Fn arroyos de co­rriente rápida encontram os una forma robusta, caracterizada por largos tallos rastreros que se fijan a la roca por numerosos haces de rizoides; de estos tallos nacen ramas oblicuas o casi erectas que decrecen en longitud hacia el ápice del tallo, form ando exten sos céspedes con innum erables ramas que apuntan en dirección a la corriente.

La o tra form a crece sobre la tierra y las rocas al lado de los arroyos, sujeta solamente a inmersiones periódicas y creciendo bajo condiciones más eutrofas. Es una form a débil, con las ramas dispuestas más regularmente, pero son, al igual que las hojas, mucho más pequeñas que en la form a prim era.

De estas dos formas habla ya V. ALLORGE en «Catálogo pre­lim inar de las muscíneas del País Vasco», al señalar que la espe­cie es muy variable en tamaño, dando lugar a una form a muy ro­busta en las aguas puras y a una forma débil en las aguas limosas, neutras o ligeramente alcalinas.

Al contrario de lo que, según STORMER, ocurre en Noruega, Gales y Escocia, en la zona occidental asturiana es la form a robus­ta la que aparece fructificada, debido probablem ente a la dulcifi­cación del clima en nuestra zona y a que esta form a robusta se de­sarrolla aquí en rocas salpicadas.

Parece preferir rocas ácidas y evitar arroyos con tem peraturas muy bajas en el agua. Puede actuar como pionera en la superficie desnuda de las rocas y form ar, al cabo de poco tiempo, grandes céspedes, ya que sus numerosos tallos y ramas actúan como filtro que retiene las partículas minerales que pueda transporta r el agua.

Aunque norm alm ente form a céspedes puros, se encuentra aso­ciada frecuentem ente con Fissidens polyphyllus, cuya ecología es muy similar.

Racom itrium acicülare. Crece normalmente sobre rocas perió­dicamente sumergidas, tanto en zonas despejadas como sombrías, prefiriendo en general rocas no calcáreas.

Las ram as son generalmente cortas pero en los ejem plares su­mergidos puede presentar tallos más largos y con más ramas. Es característica la denticulación apical de las hojas.

Con cierta frecuencia se asocia con Brachythecium plumosum, ya que sus hábitats preferidos son semejantes.

En el occidente de Asturias no se com porta como especie mon­tana, ya que la hemos recolectado a 40 m. de altitud.

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Lámina I.—A, B, C, D, F y G: Marsupella aquatica (Schrad.) Schiffn., hojas y células del ápice o de los bordes.—E: Marsupella emarginata (Ehrh.) Dum.

Hojas y células del borde.

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Lámina III.—Fontinalis dalecarlica B. S. G. A: aspecto externo de los talos, con el opérculo del esporófito muy puntiagudo y las hojas periqueciales

apiculadas.

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Lámina IV.— 1: Drepanocladus fluitans (Hedw.) Warnst. fo.? A : aspecto ge­neral de la planta; B: hojas del talo; C: células de la base y del ápice de Jas hojas. 2: Hygrohypnum eugyrium (B. S. G.) Broth.—A: hojas caulinares;

B : células de las orejuelas.

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COMENTARIOS AL DESARROLLO HISTORICO DEL ESTUDIO DE

LAS COMUNIDADES MUSCINALES ACUATICAS.

La prim era descripción de una asociación de briófitos acuáti­cos, de form a clara, es debida a P. ALLORGE, quien en 1922 des­cribió para el Vexin francés la asociación de Racomitrium acicula- re y Scapania undulata. Esta asociación la localiza en las piedras de los arroyuelos cuyas aguas presentan una débil mineralización y que están secos en primavera y otoño, ya que su caudal está directam ente ligado a las precipitaciones atmosféricas. Los brió­fitos que se establecen en las piedras de estos arroyos están so­metidos, por tanto, a frecuentes alternativas de emersión e in­mersión. Según ALLORGE la asociación que aparece en el Vexin francés, es un representante empobrecido de la que se encuentra bien desarrollada y extendida en las regiones silíceas de Europa occidental.

En el cuadro de inventarios de esta asociación, publicado por ALLORGE, son especies exclusivas Scapania undulata, Racomi­trium aciculare y Brachythecium plum osum ; especies electivas: Grimmia rivularis (syn. Schistidium apocarpum fo. rivulare) e Hy- groamblystegium irriguum ; especie preferente Brachythecium no- puleum y especies accesorias Chiloscyphus polyanthus var. rivula­ris, Cinclidotus fontinaloides, Fontinalis antipyretica, Thamno- bryum alopecurum, Hygrohypnum palustre, Brachythecium ruta- bulum, Oxyrrhynchium rusciforme y Cratoneuron filicinum.

Como comparación incluye el autor unas listas de especies que m uestran la composición de la asociación en Europa occidental, entre ellas:

a) La prim era lista, realizada en La Vendée, comprende: Ma- dotheca porella, Fissidens julianus, Barbula cylindrica, Cinclidotus fontinaloides, Grimmia trichophylla, Grimmia commutata, Grim­mia rivularis, Racomitrium aciculare, Orthotrichum rivulare, Fon­tinalis antipyretica, Fontinalis squamosa, Fontinalis camusi, Fonti­nalis duriaei, Cryphaea lamyana (C. heteromalla var. aquatilis), Thamnobryum alopecurum, Amblystegium riparium, Hygroamblys- tegium fluviatile, Cirriphyllum crassinervium, Oxyrrhynchium rus­ciforme.

Es considerada como la raza atlántica de la asociación, carac­terizándose esencialmente por Madotheca porella, Cryphaea lamya- na y Scorpiurum rivale y secundariamente por Fissidens julianus, Hygroamblystegium fluviatile e Hyocomium flagellare.

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b) Realizada en un arroyo en Bergen (Noruega), contiene:

Alicularia compressa Haplozia sphaerocarpa Scapania undulata Racomitrium aciculare Racomitrium protensum

Hygrohypnum dilatatum Hygrohypnum palustre Hyocomium flagellare Brachythecium plum o sum

c) Efectuada cerca de Giromagny (Vosgos), consta de:

Scapania undulata Thamnobryum alopecurumRacom itrium aciculare Hygrohypnum eugyriumRacomitrium protensum Brachythecium plum osumFontinalis squamosa Oxyrrhynchium rusciforme

d) Lista realizada sobre bloques de granito sumergidos en Seuge (Alto Loira), comprende:

Alicularia compressa Hygroamblystegium irriguumRacom itrium aciculare Hygrohynum dilatatumFontinalis squamosa Hyocomium flagellareFontinalis antipyretica Brachythecium plum osumTham nobryum alopecurum Oxyrrhynchium rusciforme

Estas listas de especies (b, c y d) representarían, según ALLOR­GE, una raza submontana.

En 1926 describe KAISER, en su trabajo «Die Pflanzenwelt des Hennebergish-Fránkischen Muschelkalkgebietes», el Fontinaletum antipyreticae y Thamnietum alopecuri; a pesar de múltiples inten­tos no hemos logrado ver este trabajo, pero como ambas asocia­ciones han sido muy comentadas por autores posteriores, con ellos las discutiremos.

Algo parecido nos ocurrió con el trabajo de GAMS de 1927, «Von den Follateres zur Dent de Morcles», en el que describe el Oxyrrynchietum rusciformis y menciona también Tham nietum alo­pecuri.

Más tarde, KOCH (1936) describe un Fontinaleto-Pachyfissiden- tetum grandifrondis sobre las rocas calcáreas en Linth. No nos ocuparemos de la asociación ya que se desarrolla sobre rocas cal­cáreas, pero sí de la alianza en la que el autor incluye esta asocia­ción. Se tra ta de la alianza Fontinalion, que abarca, según KOCH, las asociaciones, en general pobres en especies, de briófitos acuá­ticos sumergidos, que se desarrollan norm alm ente sobre roca, aunque en ocasiones puedan aparecer también sobre madera. Es­tas asociaciones pueden vivir tanto en aguas corrientes como es-

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tancadas, siendo Fontinalis antipyretica la única especie claram en­te característica de la alianza.

El siguiente trabajo, que trata, al menos en parte, de las com u­nidades de briófitos acuáticos fué realizado por HERZOG en 1943, en La Selva Negra. En el apartado dedicado a estas com unidades señala, para la región estudiada, dos comunidades («Verband»): la de Brachythecium rivulare-Racomitrium aciculare y la de Fon­tinalis.

La prim era coloniza, según el autor, casi todas las rocas de los bordes de arroyos con corriente rápida, arroyuelos, ... situados en la zona de salpicaduras que se inundan durante la época de creci­das, pero que en los meses de verano sobrepasan am pliam ente la frontera del agua. Dado el gran número de lugares en los que es posible que se desarrolle la comunidad es imposible esperar, afir­ma HERZOG, que en cada mancha aparezcan las dos especies ca­racterísticas o que, aún cuando aparezcan, am bas sean dom inan­tes. En algunos casos se presentan en esta com unidad una serie de musgos acom pañantes característicos, como pueden ser:

Brachythecium plum osum Mnium punctatumBrachythecium populeum Mnium hornumDichodontium pellucidum Hygrohypnum ochraceumPlatyhypnidium rusciforme Bryum alpinumChiloscyphus pallescens Bryum bim umMadotheca cordeana Bryum ventricosumCtenidium m olluscum var. subplumiferum Schistidum alpicola var rivulare H ygrohypnum palustre var. subsphaericum

HERZOG diferencia en esta comunidad dos variantes: en el cinturón superior del bosque, aunque según las condiciones loca­les baja a veces a algunos valles, se encuentra la facies de Hygro­hypnum dilatatum-Scapania undulata, con estos dos briófitos co­mo especies dominantes; a ellos se asocia, permaneciendo fiel a la facies, Haplozia cordifolia, especie que se encuentra sólo en una zona. La segunda facies es la de Hygrohypnum mackayi, cuya apa­rición queda restringida a altitudes medias en los valles del sur de La Selva Negra. Debido al carácter oceánico de la especie, es un elemento de asociación geográficamente muy notable.

El au tor señala que dado que la mayoria de los briófitos men­cionados soporta largos períodos de inmersión, son capaces de ori­ginar form as flotantes y de vivir como auténticos musgos acuáti­cos que crecen en las zonas perm anentem ente sumergidas del lecho

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del arroyo. Se asocian entonces a los musgos auténticam ente acuá­ticos que form an por su parte una comunidad propia.

Tres son los musgos fundamentales que menciona HERZOG para la segunda comunidad —Fontinalis— : Fontinalis antipyreti­ca, Fontinalis gracilis y Fontinalis squamosa, especie, esta última, que puede ser calificada de verdadero elemento montano. Afirma que sólo en raras ocasiones puede hablarse de una dominancia de las tres especies de Fontinalis, siendo mucho más frecuentes Bra­chythecium rivulare (y su variedad cataractarum) y Platyhypni- dium rusciforme; Amblystegium fluviatile y Schistidium alpicola var. rivulare se presentan sólo esporádicamente. En una facies de alta m ontaña H ygrohypnum dilatatum representa el papel más im­portante, jun to con Scapania undulata y en ocasiones Haplozia cordifolia.

Por últim o menciona el autor una comunidad subalpina de bor­des de arroyo que se desarrolla en las rocas irrigadas y en las par­tes de la roca siempre sumergidas; es la comunidad de Blindia acu- ta. A ella pertenecen, junto con la especie que da nombre a la co­munidad:

Scapania undulata Marsupella aquaticaScapania dentata Haplozia sphaerocarpaScapania subalpina Bryum ventricosumScapania irrigua Fissidens osmundoidesScapania nemorosa var. jorgenssenii

Este mismo autor, junto con HOEFLER, publica en 1944 el tra­bajo «Kalkmoosgesellschaften um Golling», en el que incluyen la comunidad de Brachythecium rivulare y la del Thamnium. Al en­contrarse ambas en terrenos calcáreos las especies que las acom­pañan son caldcólas, por lo que sólo las mencionamos para que al tra ta r de las comunidades acuáticas que aparecen en el occi­dente asturiano, podamos plantear las diferencias que se puedan encontrar.

Scapanietum undulatae, descrito por SCHWICKERATH (1944), se presenta en Hohe Venn, tanto en los arroyos más o menos pan­tanosos, como en los arroyos montanos, formando una comuni­dad peculiar. Se desarrolla sobre los bloques de roca por los que pasa la corriente o también en aquellos que sólo están humedeci­dos por el agua del arroyo, así como en las piedras del lecho. La única especie característica es Scapania undulata, aunque quizás se logre, afirm a el autor, mediante una investigación más amplia, encontrar otras especies que también lo sean. En las localidades

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más altas es Alicularia compressa, con frecuencia incluso sin Sca­pania undulata, quien forma céspedes compactos; SCHWICKE- RATH considera esta especie como diferencial alpina. Otras espe­cies que se asocian de vez en cuando y que, por tanto, son consi­deradas por el autor como acompañantes son:

Anceura pinguis Hygrohypnum palustrePellia epiphylla Cephalozia bicuspidataThamnobryum alopecurum Diplophyllum albicansFontinalis antipyretica var. gracilis.

Dos son las alianzas que de las comunidades de aguas corrien­tes, en el distrito de Uppsala, menciona KRUSENSTJERNA (1945): la alianza Acicularion (Federación de Racom itrium aciculare) y la alianza Rhynchostegion (Federación de Rhynchostegium riparioi- des).

Como briófitos típicos y más o menos dominantes de la alian­za Acicularion, señala el autor, Racomitrium aciculare, Scapania undulata, Brachythecium plumosum y M nium hornum. Según SJORS, los pequeños arroyos por él visitados presentan una vege­tación similar, pero el papel principal lo representan: Marsupella aquatica, Racom itrium aciculare, Scapania undulata y Fontinalis dalecarlica. Así como, en la zona investigada por SJORS, Fontina­lis antipyretica falta por completo, en el distrito de Uppsala esta especie aparece con frecuencia, dando una mayor am plitud ecoló­gica a Acicularion.

Las asociaciones que según KRUSENSTJERNA se desarrollan relativam ente típicas en Huddunge y Járlasa son: Dalecarlicetum (Unión de Fontinalis dalecarlica), Scapanietum undulatae (Unión de Scapania undulata-Fontinalis antipyretica) y Brachythecietum plum osi (Unión de Brachythecium plumosum-Racomitrium acicu­lare).

En la prim era, Dalecarlicetum, se presentan como especies más im portantes: Fontinalis antipyretica, Fontinalis dalecarlica y Schis- tidium agassizii.

En Scapanietum undulatae dominan: Fontinalis antipyretica, Scapania undulata y Dichelyma falcatum; aunque a veces, según el autor, pueden llegar a ser dominantes Chiloscyphus rivularis, Lejeunea cavifolia y Porella rivularis, que norm alm ente aparecen mezcladas en las «sociedades» de las otras especies.

Subraya KRUSENSTJERNA que pueden presentarse en esta asociación incluso especies que son dominantes en Brachythecie-

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tum plumosi, como ocurre con Brachythecium populeum, B. plu- mosum, Drepanocladus uncinatus y algunas veces Fissidens adian- thoides.

Scapania undulata es característica, tanto para la asociación, como para la alianza, aunque en grandes extensiones no llegue a ser dom inante o tenga un papel secundario en el desarrollo de la comunidad.

La tercera asociación, Brachythecietum plum osi, presenta nu­merosas especies características:

Brachythecium plum osum Racomitrium aciculareBrachythecium populeum Schistidium apocarpumDrepanocladus uncinatus Lejeunea cavifoliaFissidens adianthoides

pudiendo cualquiera de ellas llegar a ser dominante, al menos en los riachuelos pequeños. En las orillas de los arroyos, donde la co­rriente se hace más lenta, aparece sobre las rocas Climacium den- droides y en ocasiones Brachythecium rivulare.

Dichelyma falcatum se presenta con frecuencia, dominante o no, incluso en esta asociación, aunque, como señala el autor, en Uppsala se desarrolla normalmente no en los arroyos sino en los bordes, sobre las rocas, bajo los bosques de pinos. En estas rocas se forma, en la parte basal, un horizonte de Dichelyma que llega hasta el nivel más alto que alcanza el agua en las épocas de cre­cida.

En las rocas inclinadas y sobrepasadas por la corriente, se en­cuentra, jun to con Racom itrium aciculare y Brachythecium plu­mosum, Racom itrium fasciculare, constituyendo una variante de la asociación.

La segunda alianza, Rhynchostegion, se presenta típicam ente sobre las rocas en o al lado de los riachuelos, alcanzando su m ejor desarrollo cuando éstos form an cascadas. Aunque, en el distrito de Uppsala, Rhychostegium riparioides es poco frecuente, el autor adopta, tanto la terminología, como el contenido de asociaciones y alianzas dadas por WALDHEIM en 1944.

Las especies que, según KRUSENSTJERNA, separan esta alian­za de la alianza Acicularion son fundamentalmente: Amblystegium riparium —que restringe su presencia a aguas eutrofas—, Leskea polycarpa, especies del género Cinclidotus y Rhynchostegium rus- ciforme, ya que ninguna de ellas se presenta en el distrito de Upp­sala en la alianza Acicularion.

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De las tres uniones que integran esta alianza: Octodiceras ju- lianus unión (Octodiceratetum ), Amblystegium riparium-F ontina- lis antipyretica unión (Amblystegietum riparii) y Leskea polycar- pa-Hygrohypnum luridum unión (Leskeetum ), sólo nos ocupare­mos de la segunda, ya que es la que presenta una mayor sim ilitud con algunas de las comunidades por nosotros vistas.

La asociación Amblystegietum riparii tiene como especies do­m inantes más im portantes: Amblystegium riparium, Fontinalis an­tipyretica e Hygroamblystegium fluviatile, aunque esta últim a no es demasiado frecuente. Amblystegium riparium no aparece siem­pre, pero si el fondo es suficientemente pedregoso o existe cual­quier tipo de madera, se presenta con regularidad; esta especie, de todas formas, no puede ser considerada, en opinión del autor, como especie característica de la alianza, ya que aparece tam bién sobre trozos de m adera vieja, viejos pozos, charcas, localidades en las que se acompaña de otros briófitos totalm ente diferentes.

Dentro de la asociación a que nos estamos refiriendo, diferen­cia el au tor tres «sociedades»: la sociedad de Fontinalis antipyre­tica, la de Amblystegium riparium y la de Hygroamblystegium flu ­viatile. Las dos prim eras se encuentran en la asociación intercam ­biándose mutuam ente, aunque es más frecuente la prim era que la segunda. La sociedad de Hygroamblystegium fluviatile se encuen­tra poco representada en Uppsala. En general, es sólo esta especie la que aparece como constante y dominante, ya que su form a de crecimiento perm ite, sólo excepcionalmente, que otras especies en­tren a form ar parte de la sociedad. Aunque en la zona de traba jo el au tor no encontró Hygroamblystegium fluviatile en riachuelos, sí la observó en Bohustan (región alejada de Uppsala), en unión de Rhynchostegium riparioides e Hygrohypnum ochraceum.

Por últim o y como resumen, incluye el autor un cuadro en el que se insertan las dos alianzas con sus asociaciones correspon­dientes, de acuerdo con la estratificación vertical en que se desa­rrollan, siguiendo los tipos biológicos propuestos por DU RIETZ en 1940.

Acicularion RhynchostegionGeoanfibias Brachythecietum plumosi Leskeetum H idroanfibias Scapanietum undulatae Amblystegietum riparii Euhidrófilas Dalecarlicetum Octodiceratetum

El prim er trabajo en el que se habla de asociaciones de brió­fitos en la Península Ibérica fué realizado por ALLORGE en 1947.

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Aunque no denomina, en general, ninguna asociación según la te r­minología utilizada actualmente, sí define las comunidades —me­diante listas de especies— que según sus observaciones en la Pe­nínsula, aparecen con más frecuencia en los distintos medios.

Al referirse a las comunidades reófilas de aguas ácidas (pH entre 5 y 6,5), afirm a que el tipo posee su plenitud florística en las regiones de gneis y granito de la Península, con precipitaciones abundantes, es decir, Galicia, el Noroeste de Portugal y los aflora­mientos graníticos de las montañas asturianas y vascas.

Las condiciones ecológicas óptimas para esta comunidad tipo se presentan, según ALLORGE, en arroyuelos y torrentes de pen­diente rápida, con débiles variaciones hidrostáticas y agua fría. En estas condiciones las especies principales, todas característi­cas exclusivas o preferentes, que constituyen la asociación, son:

Riccardia m ultifida Fissidens polyphyllusNardia compressa Fontinalis squamosaMarsupella aquatica Hygrohypnum ochraceumScapania undulata Hygrohypnum lusitanicumScapania dentata Brachythecium plum osumRacom itrium aciculare Hyocomium flagellareFontinalis antipyretica var. gracilis Isothecium myosuroides var. rivulare

En un arroyo con orillas abruptas se pueden distinguir, según el autor, varias bandas muscinales superpuestas paralelam ente en relación al lecho del arroyo. En la parte permanentem ente sum er­gida aparece Fontinalis squamosa; a nivel del agua, sumergidas en parte, incluso los años con lluvias menos abundantes, Nardia compressa, Scapania undulata e Hygrohypnum lusitanicum for­m an una segunda banda; por encima de éstas se instalan las gran­des Hypnaceas que sufren períodos de emersión prolongados va­rias veces al año.

A este núcleo característico de la asociación se añaden otros briófitos igualmente reófilos pero indiferentes en cuanto a la reac­ción del agua y que, por tanto, son comunes a las distintas asocia­ciones de aguas corrientes; este es el caso de Platyhypnidium rus- ciforme, Brachythecium rivulare, Cirriphyllum crassinervium, Thamnobryum alopecurum y Cinclidotus fontinaloides. Indica ALLORGE que esta asociación no sube en la Cordillera Cantábrica por encima de 1200 m., pero en cambio desciende hasta el nivel del mar.

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Además de la Península, esta asociación, que se podría denom i­nar, a partir de sus especies características, asociación de Fissidens polyphyllus e Hyocomium flagellare, se encuentra, con casi todos sus elementos, en las regiones con clima hiperatlántico de Europa occidental.

En el piso montano y alpino de las m ontañas silíceas de la Pe­nínsula, esta asociación está reemplazada por una asociación muy pobre en especies pero de ecología comparable, aunque más psi- crófila y más estenoterma, caracterizada por especies del género Hygrohypnum {H. molle e H. dilatatum con preferencia). Se sitúa por encima de 1600 m. en Pirineos y Cordillera Central y por enci­ma de 2500 m. en Sierra Nevada.

En los grandes ríos de las zonas graníticas y gneíssicas del Norte y Noroeste de la Península (o más generalmente, que fluyen sobre rocas ácidas), la acidez del agua disminuye fuertem ente de­bido a la contaminación por las poblaciones y la industria. El agua es entonces débilmente ácida, neutra o incluso débilmente alcalina, las oscilaciones de tem peratura son mucho más amplias y la intensidad luminosa es mucho más fuerte. Faltan aquí los briófitos característicos de arroyos y torrentes; Fontinalis squa­mosa aparece raram ente siendo sustituida casi siempre por Fonti­nalis duriaei, m ientras que Racomitrium aciculare y Brachythe- cium plum osum se siguen manteniendo, al igual que las especies reófilas indiferentes. Se implantan además otras especies que fal­tan en los arroyos, como Porella pinnata, O rthotrichum rivulare, Cryphaea lamyana y Scorpiurium deflexifolium, que se instalan, bien en las rocas descubiertas en las aguas bajas, bien en las ra ­mas inferiores de los árboles de la orilla. Esta asociación, según ALLORGE, podría caracterizarse por estos cuatro briófitos euri- term os y neutrófilos, que se localizan siempre a baja altitud (como máximo 500 m.).

En 1953, HUBSCHMANN puso de manifiesto la existencia del Oxyrrhynchietum rusciformis Gams, 1927 en el Norte de Alemania, donde coloniza las zonas por las que se precipita el agua estancada artificialm ente o las rocas y paredes continuam ente salpicadas o sumergidas. En general, se presenta Platyhypnidium rusciforme como la única especie existente, aunque en ocasiones sus céspedes están recubiertos por un enrejado verde claro de algas.

En cambio, en los lugares naturales montanos, con condiciones ecológicas similares a las anteriores, disminuye fuertem ente la can­tidad de Platyhypnidium rusciforme al ser desplazado por especies

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m ontanas como Thamnobryum álopecurum y numerosas hepáti­cas, sobre todo del género Scapania.

Señala el autor la incertidum bre de considerar o no esta co­m unidad de musgos salpicados como una asociación peculiar, ya que la especie característica aparece (con constancia variable) en casi todas las comunidades de briófitos acuáticos.

En 1967, este mismo autor, vuelve a com entar sobre esta aso­ciación, aunque en esta ocasión en relación con el valle del Mosel. La localización de la asociación es prácticam ente igual a la des­crita en el trabajo anterior (presas, diques, cascadas naturales o artificiales, ...) pero aquí está exuberantemente desarrollada, sobre todo en los pequeños arroyos de los barrancos laterales del Mosel.

Dentro de Oxyrrhynchietum rusciformis diferencia HUBSCH­MANN, en el valle del Mosel, dos subasociaciones: una subasocia- ción típica, frecuente a lo largo del río y una subasociación con Thamnobryum álopecurum, que se desarrolla en pequeños arro ­yos sombríos, de m ontaña, con corriente fuerte y agua fría, tanto sobre cal como sobre pizarra.

Además de esta asociación, se presenta también en el valle del Mosel, una comunidad que HUBSCHMANN denomina comunidad de Fontinalis antipyretica. Pertenece al grupo de asociaciones de comunidades de briófitos acuáticos, que viven casi todo el año sumergidos (Alianza Foritinalion antipyreticae — Orden Fontina- letalia antipyreticae HUBSCHMANN, 1957). El autor opina que esta comunidad debe considerarse como un fragmento de otras co­munidades de briófitos acuáticos y no con el rango de asociación •que muchos autores confieren a sus inventarios (Fontinaletum antipyreticae, Kaiser, 1926, Gams, 1927, y otros).

Dos son las asociaciones cuva presencia denuncia este mismo au tor en 1971 en la Isla de Madeira: Racomitrio-Scapanietum un- dulatae Allorge, 1921 (^Asociación de Racomitrium aciculare y Scapania undulata) v Platyhypnidietum riparioidis Gams, 1927.

La prim era de ellas se desarrolla sobre rocas y cantos rodados en los arroyos de m ontaña más fríos. La parte baja de estos arro ­yos está colonizada por Cinclidotus fontinaloides var. maderensis, estirpe que se ve sustituida por Racomitrium aciculare a medida que va ascendiendo el arroyo.

El Platyhypnidietum riparioidis Gams, 1927, se sitúa en los mismos lugares aue lo hace en las otras dos regiones en. las que su presencia ha sido denunciada por HUBSCHMANN, apareciendo tam bién aquí, en Madeira, la subasociación de Thamnobryum alo- pecurum.

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En su trabajo sobre la vegetación y comunidades de musgos de Altotting en Oberbayem, KOPPE (1955) dedica un apartado a las comunidades acuáticas y semiacuáticas; en este apartado in­cluye la asociación (socion) de Thamnium, la asociación de Bra- chythecium rivulare y asociación de Fontinalis.

En las rocas de los bordes sombríos del río Alz, humedecidas al menos por el agua proveniente de las lluvias, Thamnobryum aíopecurum se extiende sobre superficies de varios m etros cuadra­dos, form ando entonces el «Thamnium socion, Herzog, 1944». Ade­más de Hygrohypnum palustre, mencionado por HERZOG, KOPPE recolectó algunas hepáticas como Haplozia riparia, Chiloscyphus polyanthus, Metzgeria conjugata, Conocephalum conicum y Pellia fabbroniana. Sólo en raras ocasiones sobre las rocas en o al lado del agua de arroyos grandes o del mismo Alz, Thamnium atopecu- rum se encontraba en una cantidad tan pequeña que podía consi­derarse como un musgo acompañante de las comunidades si­guientes.

«Brachythecium rivulare socion, Herzog, 1944» se desarrolla en las zonas encharcadas de los manantiales y en los bordes de los arroyos, pero no en el lecho. La especie principal crece tanto sobre sustratos firmes como blandos, presentando diversas formas se­gún las condiciones locales. Las especies acom pañantes que, se­gún KOPPE, aparecen como dominantes en soportes firmes son:

Dichodontium pellucidum Hygroamblystegium íluviatileHygrohypnum palustre Oxyrrhynchium speciosumHygroamblystegium irriguum Oxyrrhynchium swartzii

Sobre las raíces de los árboles y sobre m adera se encuentran Mnium rostratum y Brachythecium rutabulum. Sobre suelos blan­dos:

Calliergon cuspidatum Cratoneuron íilicinum Philonotis calcarea Bryum bim um Bryum ventricosum M nium punctatum

En «Fontinalis socion», KOPPE incluye, de acuerdo con HER­ZOG, todos los musgos de las aguas corrientes de arroyos v señala como especies observadas en su zona de trabajo: Fontinalis anti- pyretica, F. gracilis, Rhynchostegium rusciforme y Brachythecium

Mnium seligeri Mnium undulatum Riccardia pinguis Pellia fabbroniana Chiloscyphus polyanthus

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rivuíare var. cataractarum. Indica el autor que debido probable­mente a la irregularidad del nivel del agua, los musgos son gene­ralm ente escasos y no se encuentran en todos los arroyos.

Cuatro son las comunidades de musgos acuáticos que, según PHILIPPI (1956), se desarrollan sobre materiales del Precám brico en el sur de La Selva Negra:

1.—Chiloscypho-Scapanietum undulatae. En los materiales pre- cámbricos sobre los que se desarrollan las comunidades de brió- fitos acuáticos, distingue el autor dos zonas: una que está casi siempre sumergida, es decir, permanece la mayor parte del año bajo el agua y una segunda zona que sólo queda sumergida en las épocas de crecida.

En la prim era zona crecen Scapania undulata y Chiloscyphus polyanthus var. rivularis que caracterizan una asociación análoga, según PHILIPPI, al Scapanietum undulatae de SCHWICKERAT (1944). Este Chiloscypho-Scapanietum, am pliam ente difundido en La Selva Negra, sube en los valles hasta los 400 m.; a p a rtir de aquí Scapania undulata no se presenta, m ientras aue Chiloscvphus polyanthus aparece en repetidas ocasiones en la llanura del Rhin V en la región de los ríos de La Selva Negra. A menudo crece sobre m uros de cemento, junto con Amblystegium varium ; otras veces, sin embargo, evita sustratos básicos.

PHILIPPI diferencia, dentro de la asociación, tres subasocia- ciones: a) una de corrientes lentas, con Fontinalis antipyretica y, esporádicamente, Fontinalis squamosa (nunca sobre sustrato bá­sico); b) una subasociación típica en lugares con corriente rápida; y c) una subasociación de lugares salpicados con Platyhypnidium rusciforme como especie diferencial. Advierte el au tor que quizás se mezclan en la últim a el Oxyrrhynchietum y el Chiloscypho-Sca­panietum, ya que en lugares de corriente rápida se pueden separar claram ente la típica subasociación del Chiloscypho-Scapanietum y el Oxyrrhynchietum (P. riparioides prefiere corrientes muy rápi­das o lugares salpicados).

Comenta además PHILIPPI, en relación con el Scapanietum de SCHWICKERAT, en el que este último autor considera a Nardia compressa como especie diferencial de una peculiar variante al­pina, que probablem ente se tra ta de una comunidad local propia, a la que provisionalmente calificaría de Nardio-Scapanietum. En cuanto al Scapanietum que indica KRUSENSTJERNA para el cen­tro de Suecia, sólo se diferenciaría del Scapanietum de Europa cen­tral por la presencia de Dichelyma falcatum.

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2.—Solenostomo-Scapanietum. En la región de Feldbergs, don­de Chiloscypho-Scapanietum se enriquece con la presencia de So- lenostoma cordifolium, se desarrolla esta asociación. Esta hepática noratlántica tiene aquí una de sus pocas localidades centroeuro- peas, bajando hasta los 450 m. en los valles.

Esta asociación la señala PHILIPPI como una comunidad de cal, propia de los valles del Feldbergs y del Wildgutach, siendo su especie característica Solenostoma cordifolium; o tra especie ca­racterística de esta asociación, aunque muy rara es Hygrohypnum smithii.

3.—Brachythecietum plumosi. Se desarrolla en la parte supe­rio r de las rocas que se encuentran en los arroyos. Sus especies características son: Racomitrium aciculare, Schistidium alpicola var. rivulare y Brachythecium plumosum, aunque esta últim a se extiende también al Scapanietum. Es una asociación frecuente en el norte y el sur de La Selva Negra (falta en el centro) que des­ciende con los arroyos hasta los 250-300 m.

Separa PHILIPPI en esta asociación dos subasociaciones: una típica de lugares soleados, con Schistidium alpicola var. rivulare como diferencial y otra de lugares sombríos, cuyas especies di­ferenciales son Plagiochila asplenioides y Lejeunea cavifolia. Afir­ma por último que el Brachythecietum plumosi de La Selva Ne­gra sólo se diferencia del descrito por KRUSENSTJERNA por la presencia de Schistidium alpicola.

4.—Oxyrrhynchietum rusciformis. En lugares salpicados o de corriente muy rápida, se desarrolla normalmente Platyhypnidium rusciforme. Scapania undulata y Chiloscyphus polyanthus pene­tran en la comunidad en los lugares salpicados, pero faltan en los lugares con corriente rápida. Es una asociación muy pobre en es­pecies que generalmente sólo incluye Platyhypnidium rusciforme, aunque en raras ocasiones se presenta también como característi­ca Hygroamblystegium fluviatile.

En relación a la comunidad descrita por HUBSCHMANN (1953), alega PHILIPPI que los inventarios de este autor representan sólo «pro parte» la comunidad típica, y el resto de los inventarios per­tenecerían, en su opinión, a una subasociación rica en Platyhypni­dium, de la asociación Leskea paludosa-Ámblystegium riparium.

En 1965, en un trabajo sobre las comunidades de briófitos del barranco del Wutach, PHILIPPI habla de nuevo sobre las com u­nidades de briófitos acuáticos. En esta región las rocas ácidas y básicas están unas al lado de las otras, así como las aguas ricas y pobres en cal, lo que hace que, tanto la flora, como la vegetación

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de briófitos acuáticos sea muy interesante. Estos briófitos recu­bren un cinturón de medio metro de ancho en las rocas muy in­clinadas y los bloques del Wutach y sus afluentes, determ inando, el cambio de nivel del agua, una fuerte zonación de comunidades puras en este cinturón.

Al referirse, en concreto, a las comunidades de briófitos acuá­ticas acidófilas, indica el autor, que están particularm ente bien desarrolladas en el Haslach, m ientras que en el Wutach, al estar contaminado por aguas residuales, faltan especies evidentem ente ligadas a aguas limpias (Hygrohypnum dilatatum, Solenostoma cordifolium).

La comunidad más frecuente, en las zonas cristalinas del ba­rranco del W utach, es la de Racomitrium aciculare, que coloniza estaciones sobre la línea media del agua, que sólo estarán sum er­gidas en las épocas de crecida. Subraya PHILIPPI que el carácter ácido de la roca determina, en este caso, la composición de la co­m unidad más intensam ente que el agua, a menudo rica en cal; ésto hace que la comunidad se encuentre, tanto en las aguas su­cias del W utach, como en las aguas calcáreas del Rotenbach y en el Haslach.

Las especies características de esta comunidad son: Racomi­trium aciculare y Schistidium al picola, actuando Brachythecium rivulare como especie diferencial. Al lado de la subasociación tí­pica, Bryum caespiticium, B. turbinatum y Ceratodon purpureus, diferencian una subasociación rica en substancias nutritivas. En la parte superior, lisa y seca, de los bloques de roca, se form a la transición a la subasociación de Pterigynandrum decipiens, con Pterigynandrum filiform e var. decipiens y Grimmia hartmani, co­mo especies diferenciales de las comunidades de briófitos saxí­colas.

Dado que comunidades análogas se han descrito en el sur de La Selva Negra, como Brachythecietum plumosi, PHILIPPI acon­seja traba jar aún sobre más m aterial antes de llegar a la redac­ción definitiva de la comunidad de Racomitrium aciculare.

En las rocas mojadas, en general sumergidas, del Haslach y del Rotenbach, Scapania undulata, C. polyanthus y Solenostoma cordifolium, caracterizan el Chiloscypho-Scapanietum o bien el Solenostomo-Scapanietum.

Sobre las rocas de arenisca, mojadas durante cierto tiempo, caracteriza Solenostoma pumilum, junto con Scapania undulata (con frecuencia pobremente), Mnium punctatum y Dichodontium pellucidum (como especie diferencial), una comunidad peculiar de

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briófitos acuáticos: el Solenostometum pumili. Esta asociación está lim itada a las areniscas de la región, aunque se encuentra de form a sem ejante en la zona de arenisca del W de La Selva Negra.

En este mismo trabajo, incluye PHILIPPI un apartado en el que se refiere a las comunidades de musgos acuáticos en situacio­nes extremas. Al lado de las comunidades que reaccionan clara­mente al carácter ácido o básico del agua y del sustrato, se en­cuentran una serie de comunidades que aparecen tanto en las re­giones calcáreas como en las cristalinas; se tra ta de asociaciones de briófitos en situaciones extremas, que necesitan ser cubiertos por corrientes rápidas y no desecarse más que en raras ocasiones; en estas comunidades se antepone el factor agua al factor edáfico.

Característica de este tipo de situaciones es la comunidad de Hygrohypnum ochraceum-Fissidens crassipes. Son características: Fissidens crassipes var. rufipes, Hygrohypnum ochraceum e Hy- groamblystegium fluviatile; a veces aparecen también Platyhypni- dium rusciforme y Brachythecium rivulare.

Dichodontium pellucidum y Racomitrium aciculare (sólo en los barrancos cristalinos) diferencian, según PHILIPPI, la subasocia­ción seca de la comunidad anterior. Hygroamblystegium fluviatile es una débil especie diferencial de la subasociación típica, mien­tras que Fissidens crassipes var. rufipes tiene aquí su óptimo. Jun­to a una variante típica, Fontinalis antipyretica y Leptodictyum riparium, diferencian una variante de lugares con carriente lenta. Por o tra parte, según la presencia regular de Platyhypnidium ripa- rioides, la comunidad se puede ordenar como vecina a las comuni­dades de musgos salpicados (Platyhypnidietalia Philippi, 1956).

En las localidades salpicadas o con corriente rápida, que se secan regularm ente en verano, Platyhypnidium riparioides tapiza por completo la superficie de las rocas, faltando en general otras especies. Esta comunidad, ampliamente difundida por todo el ba­rranco del Wutach, responde en su composición florística a los inventarios del sur de La Selva Negra.

Finalmente, menciona PHILIPPI una comunidad que se desarro­lla en lugares con corriente lenta y que raram ente se deseca, ca­racterizada por Fontinalis antipyretica. En ocasiones al lado de esta especie se encuentran distintas formas de Platyhypnidium rusci­forme.

HAGEL (1965) denuncia en la zona W del Wienerwald, la unión de Platyhypnidium rusciforme-Chiloscyphus polyanthus. La eco­logía de esta unión está determinada por la fuerte dependencia, de las especies que la constituyen, al agua con corriente. Se sitúa,

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por tanto, próxima a la línea media del agua, estando con fre­cuencia perm anentem ente bajo la acción de la corriente. A su vez esta ecología determ ina el aspecto deteriorado de Platyhypnidium rusciforme; Chiloscyphus polyanthus consigue substraerse a la in­fluencia de la corriente, gracias a sus hojas planas y la fuerte adhesión de sus céspedes a las rocas. En lugares protegidos hay un cambio en el aspecto de la comunidad, ya que Platyhypnidium se desarrolla entonces exuberantemente y también Chiloscyphus se destaca con mayor intensidad de la roca. A las dos especies típicas se añaden, en ocasiones, Thamnium alopecurum, Cratoneuron fi- licinum y Brachythecium rivulare.

Según HAGEL esta comunidad responde a la unión de Platyhyp­nidium rusciforme dada por POELT en 1954, instalándose en la m itad inferior del nivel medio del agua, sobre m uros y rocas eno al lado de los arroyos con corriente rápida y ricos en oxígeno; Chiloscyphus serviría como especie diferencial localmente especí­fica.

MAGNEE en 1968, aún cuando no menciona asociaciones en sentido estricto, sí habla de una serie de comunidades que se de­sarrollan sobre las piedras silíceas constante o periódicam ente su­mergidas .Así, cuando la pendiente se acentúa, provocando un rá ­pido fluir del agua, las piedras casi siempre sumergidas están re­cubiertas por una comunidad característica de las aguas limpias débilmente ácidas. Esta comunidad comprende: Riccardia sinua- ta, Scapania undulata var. dentata, Chiloscyphus polyanthus y Pla­tyhypnidium riparioides.

En las pequeñas cascadas de los arroyos no se encuentra más que Platyhypnidium riparioides acompañado esporádicam ente por Chiloscyphus polyanthus.

Brachythecium rivulare sólo aparece sobre los bloques silíceos sumergidos en aguas tranquilas o incluso raram ente alcanzados por éstas. Excepcionalmente, MAGNEE recolectó, en este medio: Hygroamblystegium fluviatile, H. tenax, Fissidens rivularis, Riccar­dia pinguis y Thamnobryum alopecurum.

En las piedras sumergidas del río Ourthe, sobre las que fluyen aguas rápidas y tum ultuosas, que se secan en gran parte en los meses de verano, aparece una flora muscinal homogénea constitui­da por: Hygroamblystegium fluviatile, Platyhypnidium riparioides y Cinclidotus nigricans.

En la reserva natural del Bodetal denuncia NORR (1969) la pre­sencia de cuatro asociaciones:

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a) Scapanietum undulatae Schwickerat, 1944, se desarrolla so­bre las rocas de un pequeño arroyo cuyas aguas fluyen con fuerza y se desecan momentáneamente en el verano. La fuerza del agua es tal que las hojas de Scapania undulata están fuertem ente corroí­das, m ientras que Hygrohypnum ochraceum presenta una m ayor resistencia al efecto mecánico del agua. Las especies característi­cas de esta asociación son aquí, según la autora, Scapania undula­ta e H ygrohypnum ochraceum.

b) Brachythecietum plumosi K rusenstjerna, 1945, puebla los bloques de roca por encima de la línea media del agua en el Bode y sus afluentes, siendo con frecuencia Brachythecium plum osum la única especie existente. La autora señala además que esta comu­nidad entra en contacto, en la línea media del agua, con el Oxy- rrhynchietum rusciformis. No observó, sin embargo, en la región investigada, la subasociación de lugares sombríos con Plagiochila asplenioides y Lejeunea cavifolia descrita por PHILIPPI en 1956.

c) Oxyrrhynchietum rusciformis Gams, 1927, está muy difun­dido en las aguas de corriente rápida y ricas en oxígeno, cuyas es­taciones se secan en el verano. Al igual que en los otros casos en que ha sido mencionada esta asociación, Platyhypnidium riparioi- des tapiza como única especie la superficie de la roca, aunque en los lugares donde el agua fluye con menos fuerza, otras especies son capaces de penetrar en los céspedes de Platyhypnidium.

d) Thm am nietum alopecuri Herzog y Hofler, 1944, se presenta bien desarrollada en las zonas de salpicadura del arroyo en los va­lles laterales húmedos y sombríos, así como, en ocasiones, en las orillas del Bode. Como comunidad de contacto se conecta, bajo la superficie del agua, con la asociación anterior. NORR señala que los distintos autores sitúan la asociación, unos en las comunidades acuáticas, y otros en las comunidades de rocas; justifica su orde­nación junto a las prim eras en el Bodetal, dado que en una sola ocasión se observó muy alejado del agua y en las demás en las zo­nas de salpicaduras. Señala por último que esta asociación por ella investigada tiene pocas especies acompañantes.

Por su parte DUNK (1972) denuncia, para la región de arenis­cas de Mittel- y Oberfranken, la presencia de las asociaciones Fon- tinaletum antipyreticae Kaiser, 1926; Platyhypnidietum ruscifor­mis Gams, 1927; Leptodictyo-Fissidentetum crassipedis (All., 1921) Philippi, 1956 y Scapanietum undulatae Schwickerat 1944, dentro de las comunidades de aguas corrientes pobres en cal.

Fontinaletum antipyreticae se desarrolla en arroyos con corrien­te relativam ente lenta. Junto con F. antipyretica se encuentra Lep-

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todictyum riparium, algunas algas (Cladophora glomerata, Zygne- ma, ...) y unas pocas fanerógamas como Callitriche hamulata, Gly- ceria fluitans, Potamogeton crispas y P. pusillus. F. antipyretica caracteriza una comunidad propia, siempre sumergida y pobre en otros musgos, que según DUNK, es característica para su zona de trabajo y que se encuentra excepcionalmente bien desarrollada en el curso bajo del Schwabach.

Sin embargo, el autor considera, de acuerdo con HUBSCHMANN (1957-67), que esta comunidad debe tratarse sólo como un frag­mento de otras comunidades de musgos acuáticos.

El Platyhypnidietum rusciformis se establece en las presas y rocas en aquellas partes donde el agua fluye con mayor velocidad. Es, del mismo modo que en el caso anterior, una comunidad pobre en especies y tam bién muy difundida por toda Europa. La especie característica de la asociación es Platyhypnidium rusciformis.

El au tor señala en la región tres variantes de la asociación; una variante típica que comprende, además de la especie caracte­rística, Leptodicíyum riparium y Brachyíhecium rivulare, y que ha sido denunciada por numerosos autores (KAISER, 1926; GAMS, 1927; KOCH, 1936; POELT, 1954; HUBSCHMANN, 1954 y 1957; PHILIPPI, 1956 y 1965). Una segunda variante, rica en cal, con Cra- toneuron com m utatum y Riccardia pinguis. En la tercera variante de esta asociación, al lado de la especie característica, crece Chi- loscyphus polyanthus en las rocas verticales sombrías, en contacto con Tham nobryum alopecurum, Fissidens pusillus y Rhynchoste- giella jacquinii. Subraya el autor que, a menudo, es difícil una se­paración exacta de las comunidades debido a la pequeña superfi­cie en la que se encuentran.

Por o tra parte, DUNK considera que teniendo en cuenta la si­tuación local, no se puede form ar otra variante con Thamnium alopecurum análoga a la que propone HUBSCHMANN en 1965. Se­ñala por últim o como más interesante la variante de Chiloscyphus, que es capaz de soportar bien la desecación.

Así como las comunidades denunciadas hasta ahora en la re­gión, se encuentra, en general, a 300 m. de altitud aproxim adam en­te, el Scapanietum undulatae aparece tan sólo en altitudes superio­res a 400 m.

Scapania undulata coloniza pequeños arroyos cuya agua, ex­trem adam ente pobre en cal, fluye muy rápida. Según DUNK, esta especie se asocia muy raram ente con otros musgos y siem pre a gran distancia del nacimiento del arroyo; así lo hace con Fonti-

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nolis antipyretica, Platyhypnidium rusciforme y Scapania nem o­rosa.

El últim o trabajo que vamos a com entar en este apartado es el realizado por HERTEL en 1974, en la región NW de Bayern. En el capítulo dedicado a las comunidades epilíticas de musgos acuáti­cos en las zonas silíceas, menciona el autor las asociaciones si­guientes:1.— Fontinaletum antipyreticae (Kaiser, 1926) prov.: se encuentra

en arroyos y ríos de altitud colina hasta subm ontana, tanto si el agua es rica en cal o no. Aparece en rocas y otros m ateriales de corrosión de menor tamaño siempre que estén sumergidos (la especie soporta mal la desecación) prefiriendo, en general, las aguas tranquilas y evitando, en consecuencia, zonas de cho­que o lugares con corriente rápida.

Aunque HUBSCHMANN (1957 y 67) y DUNK (1972) consideran esta asociación como un fragmento de otras comunidades de brió- fitos acuáticos, y así es descrita por KOCH (1936), PHILIPPI (1956) y otros, HERTEL opina que en la región investigada es imposible incorporarla a otras comunidades de briófitos acuáticos.

Resulta en cambio, un nuevo aspecto, cuando se consideran en los inventarios no sólo los briófitos sino tam bién las algas fila­mentosas, como señalan HERZOG (1943), HUBSCHMANN (1967) y DUNK (1972), y las plantas superiores que aparecen si se agranda la superficie de inventario. En tales lugares F. antipyretica crece jun to con Callitriche hamulata, Glyceria fluitans, Potamogeton cris- pus, P. perpusillus, Myriophyllum spicatum, M. alterniflorum y Ranunculus fluitans.

HERTEL encuentra una relación natural del Fontinaletum an­tipyreticae con el Ranunculetum fluitantis descrito por ALLORGE en 1922; comunidad de corrientes relativamente rápidas y aguas claras que se desarrolla en ríos y arroyos del nivel subm ontano a una profundidad de unos 45 cm.

Por o tra parte y según comenta HERTEL, WEBER en 1967 des­cribe una serie de comunidades acuáticas que ordena en Callitri- cho-Myriophylletum alterniflori Steusloff, 1939, comunidad que vi­ve en aguas claras, frescas y ricas en oxígeno a una profundidad entre 25 y 110 cm. La velocidad de corriente es de 0,2 a 1,1 m /seg. Al lado de las especies características de la asociación, Callitriche hamulata y M yriophyllum alterniflorum, aparecen Fontinalis anti­pyretica y Platyhypnidium rusciforme que son consideradas co­mo especies diferenciales de un grupo de asociaciones de Fontina­lis antipyretica.

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2.—Fontinaletum squamosae ass. prov.. Esta comunidad se presen­ta en las localidades no calcáreas en los ríos de las Fichtelge- birges, en estaciones ecológicamente similares a las de F. an- tipyretica pero sustituyendo a esta especie en altitudes m onta­nas y subm ontanas, ya que al ser F. squamosa una especie sep­tentrional y m ontana es un competidor más fuerte.La comunidad crece sobre cantos rodados y bloques de roca

en aguas claras y oxigenadas a una profundidad entre 30 y 50 cm.HERTEL afirm a que F. squamosa forma, de m anera análoga a

F. antipyretica, céspedes puros, por lo que, en su opinión, no es posible conectar esta comunidad con otras comunidades de brió- fitos acuáticos, aunque existan ciertas relaciones con Scapanietum undulatae y Platyhypnidietum rusciformis.

Los inventarios realizados por HERTEL en el curso medio del Fichtelnaab, m uestran F. squamosa asociada con plantas superio­res, inventarios que serían anexionables al Callitricho-Myriophylle- tum alterniflori Steusloff, 1939, sustituyendo F. squamosa a F. an­tipyretica en el nivel m ontano y submontano. Aunque considera que lo correcto sería hablar de una variante con F. squamosa, den­tro de la. asociación de plantas superiores mencionada ,en la que esta especie actuaría como diferencial de aguas claras oxigenadas y con corriente rápida, crea provisionalmente una asociación a la que denomina Fontinaletum squamosae y que presenta como es­pecie característica F. squamosa.3.—Scapanietum undulatae Schwickerat 1944. Se presenta en Ba-

yern, a altitudes montanas, donde domina Scapania undulata m ientras que Fontinalis squamosa, Fontinalis antipyretica y Platyhypnidium rusciforme no aparecen en altitudes superio­res a los 600 m.Esta comunidad crece preferentemente en arroyos fríos, dis­

tróficos y oxigenados o en el curso alto de los ríos de m ontaña, en las regiones silíceas, faltando en las calcáreas. La comunidad co­loniza rocas y cantos rodados en estaciones sumergidas la mayor parte del año, semejantes a aquellas en que se desarrolla F. squa­mosa, pero, a diferencia de esta especie, puede crecer en las zo­nas en las que esté expuesta a la fuerza de la corriente. Por o tra parte y tam bién a diferencia de F. squamosa y F. antipyretica, Sca­pania undulata puede desarrollarse en estaciones por encima de la superficie del agua, siempre que estén algo mojadas por las sal­picaduras.

Por todas estas razones HERTEL afirma que la com unidad tie­ne una am plitud ecológica mucho mayor que las asociaciones ve-

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ciñas. Y no está de acuerdo con PHILIPPI (1956) ni con NEUMAYR (1971) en separar distintas asociaciones con Scapania und.ula.ta, ni en el desglose en subasociaciones que realizan estos autores. Dis­tingue tan sólo, dentro de una única asociación, dos subasociacio­nes: una con Solenostoma sphaerocarpum —en localidades m on­tanas— y o tra con Chiloscyphus polyanthus var. rivularis o con Chiloscyphus pallescens var. fontana —en localidades bajas—.4.—Plathyhypnidietum rusciformis Gams, 1927. Difundida en Ba-

yern, en altitudes desde colinas hasta subm ontanas. Crece en su formación más típica en las rocas irrigadas por aguas ricas en oxígeno, tanto ácidas como básicas, en general en la zona de choque, así como en las rocas mojadas, estén por encima o en la línea media del agua.Se tra ta de una comunidad pobre en especies, en la que gene­

ralm ente se presenta sólo P. rusciforme, especie característica de la asociación, así como de todas sus categorías sintaxonómicas su­periores.

HERTEL no está de acuerdo con HUBSCHMANN en diferen­ciar una subasociación con Thamnium alopecurum ya que aunque esta especie crece al lado de P. rusciforme, sus investigaciones so­bre la ecología de ambas especies le han llevado a constatar que Thamnium se desarrolla óptimamente fuera de la zona de las sal­picaduras o del goteo de las cascadas; m ientras que en tales loca­lidades la vitalidad de P. rusciforme es óptima, los pocos tallos de Tham nium que aparecen se encuentran fuertem ente deteriorados. Por o tra parte, en las zonas de choque de los arroyos, Thamnium crece en la parte superior de la roca, por encima de la línea supe­rior del agua, de m anera que las salpicaduras sólo le alcancen en la base de los tallos.5.—Hygrohypnetum ochracei ass. nova. HERTEL describe esta

asociación de los arroyos de montaña, entre 430 y 750 m.La comunidad se desarrolla en los grandes bloques de roca por

encima de la línea media del agua, entre Platyhypnidietum rusci­form is y Brachythecietum plumosi, aunque en ocasiones aparece tam bién en lugares de influencia antropógena (presas, esclusas, ...). Al lado de H. ochraceum, especie característica de la asociación, sólo aparece ocasionalmente P. riparioides, como representante de categorías superiores. Scapania undulata y Fontinalis squamosa penetran en ocasiones en la comunidad a través de la base de la roca.6.—Brachythecietum plumosi Krusenstjerna, 1945. Tiene su centro

de difusión entre los 400 y los 700 m., donde coloniza rocas en

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y al lado de ríos y arroyos. Se sitúa siempre por encima de la línea que m arca el nivel medio del agua, por lo que sólo estará sumergida en los períodos de crecida.Se tra ta , según HERTEL, de una comunidad anfibia en contac­

to con el Platyhypnidietum rusciformis y con el Scapanietum un- dülatae, en la que HERTEL diferencia dos subasociaciones: una de lugares más secos y soleados, con Dichodontium pellucidum y Schistidium alpicola var. rivulare como estirpes diferenciales, y o tra de estaciones húmedas y sombrías con Lejeunea cavifolia y Plagiochila asplenioides como especies diferenciales.

Plectocolea hyalina forma, según el autor, facies dentro de esta comunidad, en la superficie llana de las rocas de los arroyos mon­tanos.

Este mismo autor denuncia la existencia en Bayern de un gran número de comunidades acuáticas pero que se desarrollan en aguas con un alto contenido en cal y por esta razón no las incluimos en el presente trabajo.

CAPITULO III

VEGETACION MUSCINAL ACUATICA DEL OCCIDENTE ASTURIANO

En el estudio de la vegetación, sea ésta del tipo que sea, exis­ten dos fases: una fase analítica y una fase de síntesis.

La fase analítica comenzó en nuestro caso con la clasificación de los briófitos que, en las prim eras visitas a los ríos y arroyos de nuestra zona de trabajo, presentaban un carácter acuático más o menos marcado.

Una vez conocidos los briófitos, era necesario seleccionar la co­m unidad (=«bestand» de BRAUN BLANQUET e «individuo de aso­ciación» de GUINOCHET) de la que form aban parte, partiendo de la base de la uniform idad de esa comunidad (BRAUN BLANQUET prefiere el térm ino uniform idad a homogeneidad). Entendiendo por comunidad una parte de la vegetación, consistente en la interac­ción de poblaciones que crecen en un mismo medio uniform e y m uestra una composición florística y estructural que es relativa­mente uniform e y distinta a la de la vegetación circundante.

La prim era condición para que la uniform idad exista es que no haya límites estructurales obvios y la segunda condición es que la composición florística sea uniforme.

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Una vez elegida la comunidad, seleccionamos una superficie m uestra que, en general, recubre una gran parte de la mism a y sobre la que se realiza el inventario.

Este método ha sido criticado frecuentemente por su subjeti­vidad; sin embargo, es deseable seleccionar las superficies a inven­ta ria r de m anera que representen efectivamente la vegetación que estam os estudiando y no comunidades totalm ente distintas, mez­cladas, incompletas o inestables. Es decir, si deseamos que los in­ventarios realizados sean útiles para representar equitativam ente las distintas comunidades, es mucho m ejor una selección subjeti­va de la superficie de muestreo que la elección de ésta al azar.

Después de haber constatado que una superficie de vegetación es florísticam ente uniforme y que en ella existen una serie de es­pecies abundantes y /o dominantes, se delimitan las comunidades cuando aparecen cambios cualitativos, es decir, cuando una o más especies se retiran y entran otras. En muchos casos, sin embargo, los cambios son cuantitativos más que cualitativos: la composi­ción específica difiere poco de una zona a o tra adyacente, pero varía la proporción relativa de abundancia y cobertura. En casos de duda o cuando el modelo de vegetación es desconocido, es re­comendable analizar la vegetación como conjunto, así como rea­lizar inventarios independientes en las distintas áreas que en opi­nión del investigador se manifiesten.

El tam año de la superficie de inventario depende en gran me­dida de la estructura de la vegetación que estamos estudiando, aunque tam bién puede verse afectada por el tam año de la com u­nidad. En nuestro caso son lo suficientemente pequeñas para que puedan ser am pliam ente analizadas en un inventario, en el que se presentan todas las especies que aparecen regularm ente en la co­munidad. En aquellas comunidades extrem adam ente uniform es y pobres en especies, en las que las diferencias en abundancia y co­bertu ra son de fundamental importancia, han de tenerse en cuen­ta estas diferencias a la hora de establecer el tam año de la superfi­cie a inventariar.

El área mínima analítica, que nosotros utilizaremos, podría de­finirse, para cualquier comunidad, como un área representativa; m uestra adecuada de las especies con presencia regular en la co­munidad. La decisión en cuanto al tamaño puede basarse, en este caso, sobre el número total de especies de la comunidad.

El área mínima sintética quedaría definida, según BRAUN BLANQUET, como la superficie mínima que, por regla general, será ocupada por una m uestra de la comunidad, si el conjunto es-

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pecífico norm al es capaz de desarrollarse. En este caso la deci­sión en cuanto al tam año de la superficie de inventario afecta, no sólo a la com unidad en sí misma, sinó al conjunto de com unida­des que presentan una misma composición. Es obvio que para po­der juzgar esto en el campo es necesario conocer con anterioridad la combinación de especies características. No obstante, num ero­sos autores, incluido BRAUN BLANQUET, señalan que la deter­minación del área norm al de las especies, aplicada analíticam ente a la comunidad, es el modo de encontrar el área mínima.

El análisis florístico, por su parte, se basa en la estimación de dos índices: cobertura-abundancia ( = abundancia-dominancia) y sociabilidad.

La abundancia indica la densidad de individuos de una especie dada en la superficie inventariada. El grado de cobertura se mide como el porcentaje del área total de la superficie inventariada que es ocupada por una especie determinada. Aunque BRAUN BLAN­QUET indica que el térm ino dominancia, generalmente usado como sinónimo de cobertura, es menos apropiado que éste, su utilización está prácticam ente generalizada entre los seguidores de esta es­cuela.

Abundancia y grado de cobertura se estiman conjuntam ente en una única valoración combinada, de acuerdo con la escala pro­puesta por BRAUN BLANQUET:

r uno o pocos individuos.+ individuos ocasionales y cobertura menor a 5%.1 indivs. abundantes y con cobertura muy baja, o menos abun­

dantes con cobertura más alta, en cualquier caso menor del 5%.

2 Muy abundantes y cobertura del 5-25%.3 25-50% de cobertura, sin tener en cuenta el núm ero de in­

dividuos.4 50-75% de cobertura, sin tener en cuenta el número de in­

dividuos.5 75-100% de cobertura, sin tener en cuenta el núm ero de in­

dividuos.

En nuestros inventarios aplicamos el signo + cuando los in- ____dividuos eran ocasionales y la cobertura era inferior al 1%.

La sociabilidad es una medida del grado de agrupam iento efe> las unidades de planta de una especie, teniendo en cuenta que una unidad de planta puede ser un individuo, un renuevo o un

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brote que form an parte de un individuo. Por estas razones y de­bido a la especial form a de crecimiento de los briófitos, hemos pres­cindido en nuestros inventarios de este segundo índice.

Además de los datos florísticos, se indican tam bién en los in­ventarios: fecha, número de registro, localidad topográfica, expo­sición, inclinación y en general la naturaleza geológica del sustra­to, que nosotros en este estudio no incluimos debido a la especial uniform idad geológica del mismo. Se incluye, además, el tam año de la superficie de inventario y un mapa con la situación más exac­ta posible de las localidades visitadas. En ocasiones se han tom ado datos complementarios a los anteriores, como valores de pH en agua y suelo, así como tem peratura del agua.

Una vez realizados los inventarios es preciso com pararlos; este es el punto de partida de la fase de síntesis, que nos llevará a la distinción de comunidades básicas y su clasificación final en sin- táxones.

Con este propósito se tabulan los inventarios en una m atriz que se denomina tabla de inventarios, tabla prim aria o tabla bru­ta. En esta tabla prim aria se colocan todos los táxones en el m ar­gen izquierdo, de m anera que a cada uno se le asigne una fila y a cada inventario una columna.

La tabla prim aria es reordenada posteriorm ente en una tabla estructurada en la que se distinguen y caracterizan una o más co­munidades básicas uniformes. Una vez consultada la bibliografía análoga más im portante, esta tabla sociológica puede ser presen­tada como tabla de sintaxon, en general, para una asociación.

Finalmente los sintáxones son compulsados en el campo, lo que puede llevar a la realización de nuevos inventarios, que serán o no incluidos... Así, la clasificación de la vegetación, en el sistem a de BRAUN BLANQUET, es esencialmente un proceso iterativo en el que la verificación de unidades en el campo constituye una parte esencial.

Hemos realizado también tablas de presencias para los distin­tos sintáxones denunciados, entendiendo por presencia la aparición de un taxon en una tabla de vegetación y medida como el porcen­taje de inventarios, en relación al número de inventarios compa­rados, en que ese taxon se presenta, sin tener en cuenta la abun­dancia-dominancia. El grado de presencia puede ser calculado, por tanto, de cualquier número de inventarios sin considerar la dife­rencia de tam año de las superficies inventariadas.

El grado de presencia se indica, en números romanos, en cinco clases de porcentajes:

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I = presencia de 1- 20%II = presencia de 21- 40%

III = presencia de 41- 60%IV = presencia de 61- 80%V = presencia de 81-100%

A partir de todo lo expuesto con anterioridad y utilizando el método que nos ha parecido más idóneo, método que, por otra parte, es utilizado por los briólogos que actualm ente traba jan en el dominio de la briosociología, hemos realizado el estudio de las comunidades de briófitos acuáticos en el occidente asturiano.

Una vez confeccionadas las tablas estructurales o sociológicas, a p artir de los inventarios realizados en el territo rio estudiado, he­mos llegado a la denuncia de los sintáxones que nos parecen más representativos y que pasamos a exponer.

Para facilitar la realización de las tablas y no tener que indicar en cada uno de los inventarios la localidad, se incluye, en prim er lugar, la lista de localidades visitadas, asignándose a cada locali­dad un número.

1.—Arroyo Lindebarcas, antes de Novellana, km. 135, en la ca­rretera de la costa.

2.—Arroyo Posadlo, km. 6 de Soto de Luiña a Brieves.3.—Río Llantero, entre Soto de Luiña y Brieves.4.—Río Panizal, a la salida de S. Cosme, entre Soto de Luiña

y Brieves.5.—Arroyo, Km. 136 en la carretera de la costa. (Afluente del

Lindebarcas?).6.—Barranco de Argumoso, después de Las Longas, entre Soto

de Luiña y Brieves.7.—Río Mallene, a la salida de Monés, entre Soto de Luiña y

Brieves.8.—Arroyo de la Vieja, antes de Paredes.9.—Rocas rezum antes en el borde del río Navelgas.

10.—Río Navelgas.11.—Arroyo en la carretera a Paredes.12.—Río Orio, en el km. 282 de la carretera de La Espina.13.—Río Polea, entre Villayón y Ponticiella.14.—Taludes rezum antes en el km. 291, a la salida de Trevías.15.—Taludes rezumantes en el km. 289, entre Brieves y Pontigón.16.—Arroyo en el km. 282 de la carretera de La Espina.17.—Barranco Carlangas, km. 2 de Luarca a Pola de Allande.

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18.—Arroyo en el km. 6, antes de Telares, de Luarca a Pola de Allande.

19.—Abrevadero y lavadero pasado Leiriella. Km. 13 de Luarca a Pola de Allande.

20.—Río Esqueiro, en S. Pedro de Luiña.21.—Río Esqueiro, en S. Pedro de Luiña.22.—Río Negro. En el km. 7 de Luarca a Villayón.23.—Arroyo Pequeño. Km. 7 de Luarca a Villayón.24.—Arroyo Pequeño. Km. 7 de Luarca a Villayón.25.—Arroyo Gumio, antes de El Gumio. Km. 29 de Boal a Ro­

zadas.26.—Río Navia, a la salida de Arbón.27.—M anantial junto al embalse de Arbón.28.—Fuente en el km. 2 antes de La Venta. De Luarca a Pola

de Allande.29.—Torrente en el km. 11 de Luarca a Belén, pasado Menudero.30.—Arroyo Ouría, en la salida de Vega de Ouría. Km. 23 de

Rozadas a Lagar.31.—Río Porcia antes de La Veguina, entre Lagar y La Roda.32.—Reguero Sta. Eulalia, antes de Las Viñas. Km. 22 de Navia

a Boal.33. Arroyo que vierte al A.° Pequeño, km. 15 de Luarca a Vi­

llayón.34.—Río Nonaya, km. 263, entre Salas y La Peña.35.—Río Lavío, km. 279 bajando La Espina, antes de Castañedo.36.—Arroyo Aguilar, en la playa de Aguilar.37.—Arroyo Frío, km. 15 de Navia a Boal.38.—Nacimiento del río de La Vieja, km. 14 de Luarca a Pola

de Allande.39.—Arroyuelo en el km. 13 de Luarca a Villayón.40.—Paredes de la Fuente del Oso, carretera a la playa de Agui­

lar.41.—Abrevadero abandonado, km. 34 de Luarca a Pola de Allan­

de.42.—Arroyo en el km. 8 de Vegadeo a Sta. Eulalia de Oseos, an­

tes de Castromourán.43.—Río Turia en el puente antes de Conforto; entre Puente

Nuevo y Taramundi.44.—Arroyo antes de Villaodriz, en la carretera de Vegadeo a

Lugo.45.—A.° de Los Valiños, antes de Bres. (Entre Vegadeo y Tara­

mundi).

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46.—Río Barcia, en el km. 30-31 de la carretera de Vegadeo a Sta. Eulalia de Oseos.

47.—Río Porcia, antes de La Barrosa, entre Lagar y La Roda.48.—Afluente del Porcia, en el puente de la desviación a La

Roda.49.—Torrente cerca de Vegalagar, en la carretera al M onaste­

rio del Coto.50.—Río del Coto; km. 16 de La Regla al M onasterio del Coto.51.—Río del Coto; km. 14 de La Regla al M onasterio del Coto.52.—Arroyo en el km. 10 de Vegadeo a La Garganta.53.—Arroyo de Montouto en el km. 2 de Vegadeo a La Garganta.54.—Arroyo que desemboca en el Lormes; en el km. 9 de Ve­

gadeo a La Garganta.55.—Pequeño arroyo nada más pasar Taramundi.56.—Río Eo, en la carretera a Villarmide.57.—Arroyo Acebeiral, entre La Garganta y Villanueva de Oseos.58.—Arroyo que va a desembocar al A.0 Villanueva, km. 5 de la

Garganta a Villanueva de Oseos.59.—Torrente del río Grandas, en el km. 8 de San M artín de

Oseos a Pesoz.60.—Arroyo Villanueva, km. 5 de La Garganta a Villanueva de

Oseos.61.—Canal, en la cuneta de la carretera de La Garganta a Vi­

llanueva de Oseos.62.—Río Suarón, en el puente del km. 2 a Meredo.63.—Arroyuelo, pasado el Pto. del Acebo. (Nacimiento del río

Navalón).64.—Arroyo Ouroso, pasado el Alto de La Garganta, en km. 22

a Sta. Eulalio de Oseos.65.—Río Muniellos.66.—Arroyo pequeño que vierte al río Muniellos.67.—Río Ibias, antes de Fondos de Vega.68.—Río Tablizas, en el Fondo Fuencolubrera.69.—Río Muniellos, en el puente de La Cerezal.70.—Río Cerezal, en el Chabolo de La Cerezal.71.—Río Muniellos, en el Fondo de Las Varas.72.—Río Cerezal, en el Fondo de Llerona.73.—Río Tablizas, después del Puente de Las Gallegas.74.—Río Tablizas, antes del Puente de Las Gallegas.75.—Río de Las Gallegas.76.—Río Cibea, antes de Cibea, en la carretera de Las Mestas

a Genestoso.

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77.—Río Arganza, en el puente antes de Noceda.78.—Arroyo grande, en la carretera a Besullo.79.—Arroyo, en la carretera a Besullo.80.—Río Pumar, por encima de Besullo.81.—Torrentes, pasado el Puente del Infierno (cerca de Cangas

de Narcea).82.—Torrente, en el km. 10 al Monasterio del Coto.83.—Arroyo, en la carretera al Monasterio del Coto.84.—Arroyos del Reguero de los Prados, subiendo el Pto. Ra-

ñadoiro.85.—Río Ferrera, en la desviación a Faedo; km. 125 de la ca­

rretera de la costa.86.—Arroyo de Candano, antes de Sta. Marina de Ballota; km.

121 de la carretera de la costa.87.—Río Cabo, km. 147 de la carretera de la costa.88.—Río Negro, antes de La Venta; km. 2 de Luarca a Pola de

Allande.89.—Arroyuelo que vierte al Navelgas.90.—Río Bárcena, en la carretera de Bárcena a Borrés.91.—Río Barayo, antes de Santiago de Villapedre; km. 321, en

la carretera de la costa.92.—Torrente que cae al Barayo; km. 321 de la carretera de

la costa.93.—Río Anguileira, km. 352 de la carretera de la costa.94.—Arroyo del Busmarzo, km. 150 de la carretera de la costa.95.—Río Frejulfe, en la desviación a Vidural.96.—Río Tol, en la desviación a Tol; km. 355 de la carretera de

la costa.97.—Arroyo del Vado, en el km. 2 de Villayón a Ordovaga.98.—Río Muñás, en Castañal de Ferrera.99.—Corvazos (Trevías). Bosque de La Encantada.

100.—Arroyo Ablanedo, cerca de Coaña.101.—Río de Ferrera, antes de Trevías; torrente en el río.102.—Talud rezumante, en la carretera de Soto de los Infantes a

Cangas de Narcea.103.—Muniellos, taludes silíceos muy mojados.104.—M onasterio del Coto, taludes rezumantes.105.—Besullo, taludes rezumantes.106.—Laguna de Arbás.107.—Del Connio a Ibias, pasado Centenales, talud rezumante.108.—Arroyo de la carretera de Paredes a Naraval.

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**UMTO DE LCITAKICSO«

MAPA HIDROGRAFICO DEL

OCCIDENTE ASTURIANO

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l0CalÍdad 61 S? 1« *4 60 94 63 1 94 86 20 89 5 20 8 20 5 i 4 16 89 86 66 70 7S “ 88 "” 87 T 32 32 87 73, 69 24 7 68 87 2S 65 51 80A ltitu d en m 640 780 250 130 640 130 1000 110 130 55 30 230 100 30 150 30 100 100 100 1% >30 55 710 730 710 450 50 40 290 290 220 40 710 720 PO 450 /10 40 .0 700 6 . . 0/JExposición M N N N Mí N N N H KR M N V N N N F N N F N j® K V U M N N N B E M N E N W B « N EInclinación en (*) 10 s 10 - 10 90 s 60 30 - - 1s „ . 10 „ _ _ . 80 „ „ iq- - - - - 10 10 40 » - - 40 - ¿aCobertura en %, • 95 80 60 20 75 80 80 90 90 05 85 ?S 60 85 75 75 40 60 60 50 80 50 70 50 90 80 SO 70 75 93 8Q 60 80 SO 80 85 25 €3 50 60 50 20Superficie en n r 0 ,06 0,1 0,04 0,02 0,09 0,06 0,03 0,09 0,02 0,fifi 0,06 n ,l 0,02 0,1 0,02 0,06 0,02 n<05 0,02 0,04 0,1 0,0G 0,09 0,06 0,09 0 ,6 0,02 0 ,2 0,0S 0,04 0 ,04 0 ,2 0,1 P.s06 4 0,07 0,09 0,1 4 1 t . it o r t o l 1 2 3 4 5 6 7 6 9 10 1t 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 25 24 2S 25 27 28 29 39 SI 32 33 34 33 26 37 ¿8 39 40 4t 4 .

Caract.de Asociación y Al»

SícLpatiiCL unduZ&t& . . # 2 2 2 S 4 4 S 4 S S S 2 ' l t í 1 2 2 3 2 > 3 4 - 4 3 S 5 3 S á 2 2 2 l t t t

D if.de Subasociaci&x _____ _____________

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E if.d e ‘Variante

m u* cwymux. [ T T T ' " 3 ... 5 2^~s~~z\ ............................. ..... ........................................................ ..... ........................................................ ...........................D if.de variante

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Caract.de Clase *

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Tliiide.ni polyphyitul » » 3 . . . 2 2 . [ * * * * * * * * * * . . . ....................................................................................... ............ . . * * » 2 • 6 • *Hijoo.omíuki atmahizm . . . 2 1 3 , 2 * * * * * * • • • .................................................................................................. ............

UaMtxpeMa. aquatíax. • 2 1 . 2 . . , * * " * * * * * * * * . . . . . . 1 . * » ................................................... ............Racomíttám aUcuíoAZ • • • * . . . . ! * * * ..................................................... ’ * . . . 2 2 . . . . 1 » 1 ..................................................* * * *Vmtohypñm e&k&am ...................................................* ’ * * * ’ * ’ * . . . . ..................................................., , 2 . + . 2 . * . . *

En un sólo inventario ffttcaatiûî jitn z tiíA SR 10i 1 ; t i p ie d¿c,tcfm tU p & U m en:iis2jP£eo&c»£eft obovaU .en 1Z:4;Ruítt&i actaitegZa, en 20:1; lemma ¿Cum££fctíen 25:1 '¡HyQfiohypnm ¿U M ia itm en 26:2',B c¡m en 3 1:2 jB/cac í/iec<íum púam um en 30:2;fóuc/í&Ua sp.- en 35:+;p£»tecaA>wji sp. en jó;+,

F«CM¿¿ens bujaldw ssp. v-fotáwtai en 4 1 ;*.

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109.—Suelo encharcado, en la carretera de Muros del Nalón a La Concha de Artedo.

110.—Suelo encharcado en el km. 135 de la carretera de la costa.111.—Talud rezum ante en la playa de Caroyas.112.—Arroyo Ribón.

Scapanietum undulatae Schwickerath, 1944 (TABLA I)

Subas. Subas.typicum fontinaletosum

Caract. de Asociación y Al.Scapania undulata V V

Dif. de subasociaciónFontinalis squamosa V

Dif. de VarianteNardia compressa II

Dif. de VarianteRiccardia sinuata IIIChiloscyphus polyanthusvar. rivularis II

Caract. de ClasePlatyhypnidium riparioides II IVFontinalis antipyretica II

CompañerasBrachythecium rivulare I IIFissidens polyphyllus I IH yocomium armoricum IMarsupella aquatica IRacom itrium aciculare IIH ygrohypnum ochraceum I

Esta asociación, am pliam ente difundida en Europa, tanto en las zonas bajas de Europa del norte como en las m ontanas de Europa Central, es la que se encuentra m ejor representada en el occidente asturiano, donde podemos encontrarla a partir de los ¿0 m. de altitud.

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En general, podemos decir que la comunidad prefiere los arro ­yos montanos, fríos, distróficos y oxigenados o los cursos altos de los ríos, siempre sobre sustrato silíceo.

La especie característica de la asociación y que le da nombre, tiene una gran am plitud ecológica, por lo que podemos encontrar la comunidad, tanto en situaciones más o menos protegidas de la corriente, donde se desarrolla bien Fontinalis squamosa, como en las estaciones con corriente fuerte o incluso en situaciones por en­cima del nivel medio del agua, siempre que estén m ojadas por las salpicaduras, ya que la resistencia de Scapania undulata a la dese­cación es, con mucho, superior a la de F. squamosa o F. antipyre- tica. De todas formas, ]os lugares más típicos de desarrollo del Scapanietum undulatae están sumergidos la mayor parte del año. No podemos afirm ar con HERTEL, de m anera categórica, que el Scapanietum undulatae se sitúe siempre justo por debajo de la línea media, ya que aunque en ocasiones ocurre ésto (río del Coto, río Tablizas, río Muniellos, ...) no es menos cierto que en otras muchas ocasiones tapiza las piedras del lecho del río o del arroyo (río Esqueiro, R.° Sta. Eulalia, río Negro, A.° Pequeño, ...).

Según HERTEL, en estaciones subm ontanas Scapania undula­ta se asocia con Fontinalis antipyretica y Platyhypnidium rus- ciforme (especies características de la clase), m ientras que en el curso superior de las aguas de montaña, S. undulata form a colo­nias puras, ya que, afirm a este autor, F. squamosa, F. antipyretica y P. rusciforme retroceden a partir de los 600 m.; sin embargo, en la región por nosotros estudiada, S. undulata se encontraba en un arroyo junto a la Laguna de Arbás, a 1.700 m., asociada con F. an­tipyretica, Chiloscyphus polyanthus var. rivularis y Riccardia mul- tifida.

SCHWICKERAT describió esta asociación en 1944 de Hohe Venn, con una combinación de especies que HERTEL considera como la subasociación típica; sin embargo, los inventarios con Nardia compressa nosotros los consideramos como una variante m ontana de esta subasociación.

Otros muchos autores, ya mencionados en el desarrollo h istóri­co de la briosociología acuática, denuncian esta asociación en di­ferentes lugares de Europa: DUNK (1972)., NORR (1969), y KRU- SENSTJERNA (Í945), cuyós iriveñfarios de la región de Uppsala sólo se diferencian dzX Scapanietum centroeuropeo por la presen­cia de Dichelyma jalcatum.

PHLIPPI en 1956 menciona dos asociaciones con Scapania un­dulata: Chiloscypho-Scapanietum y Solenostomo-Scapanietum, se­

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parando en la prim era, tres subasociaciones (con F. antipyretica, típica y con Platyhypnidium riparioides). Sin embargo, pensamos que ambas comunidades deberían ser consideradas como simples subasociaciones de Scapanietum undulatae. Lo mismo ocurre con los inventarios de Chiloscyphus polyanthus var. rivularis y Scapa­nia undulata, que NEUMAYR (1971) incluye en el Chiloscypho-Sca- panietum de PHILIPPI (1956).

HERTEL denuncia la presencia de Scapanietum undulatae en Bayern, diferenciando una subasociación de lugares bajos, con Chiloscyphus polyanthus var. rivularis o bien Chiloscyphys palles- cens var. fontana y una subasociación m ontana con Solenostoma sphaerocarpum, en lugar de S. cordifolium, especie subatlántica que PHILIPPI incluye como característica en su Solenostomo-Sca- panietum.

En el occidente asturiano hemos diferenciado dos subasocia­ciones:

A) Una subasociación typicum (Inventarios 1-25) que corres­pondería al Scapanietum undulatae denunciado por HERTEL; se desarrolla en estaciones por debajo de la línea media del agua y con corriente fuerte.

Dentro de ella distinguimos, en nuestra zona de trabajo, dos variantes:

a) Variante de Nardia compressa (Inventarios 1-9) que se de­sarrolla en estaciones justo por debajo de la línea media, en pequeños arroyos sombríos, en altitudes montanas. Sin embargo, también aparece entre los 100 y 200 m., en aque­llos arroyos que están tan sólo a 1 ó 2 km. de la costa, de­bido a la oceanicidad.

En esta variante se presentan con frecuencia Fissidens polyphy- llus e Hyocomium armoricum, especies típicamente atlánticas y que aquí consideramos, aunque no sabemos si correctam ente, co­mo simples com pañeras, ya que la comunidad de ambas especies nos planteó una serie de problemas que serán comentados más adelante.

Es señalable que no se presentan nunca especies características de categorías superiores, que sí aparecen en la o tra variante y en la segunda subasociación.

b) Variante de Chiloscyphus polyanthus var. rivularis-Riccar- dia sinuata (Inventarios 10-20). Se presenta en las estacio­nes de m enor altitud y con corriente rápida que sólo se dese­can en raras ocasiones; ambas especies actúan como diferen­ciales de la variante, que se encuentra bien desarrollada en ríos como el Esqueiro y el Panizal y en el A° de La Vieja.

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Consideramos interesante la presencia de Riccardia sinuata, ya que es, en general, considerada como especie higrófita y en el oc­cidente asturiano tapiza las piedras del lecho, junto con Chitos cyphus polyanthus var. rivularis, permitiéndole su fuerte adhesión a las piedras, soportar la corriente.

Esta variante se presenta tanto en estaciones abiertas como sombrías.

B) Subasociación fontinaletosum squamosae (Inventarios 27- 43). Se desarrolla en las estaciones más protegidas de la corriente, que son las preferidas por F. squamosa, a una profundidad de 30-50 cm. por debajo de la línea media del agua, al ser una especie, como todas las del género, poco resistente a la desecación.

La comunidad crece en las rocas de arroyos, con aguas claras y oxigenadas, más o menos sombríos, tanto en altitudes m ontanas como submontanas, o incluso en altitudes inferiores (40-90 m.) cuando la proximidad al m ar es grande (río Cabo y río Negro).

No pensamos que se deba hacer una asociación independiente con F. squamosa, tal como la que describe HERTEL, ya que para nosotros es bien clara la relación existente entre el Scapanietum undulatae y estas comunidades donde F. squamosa es dominante. Aunque los céspedes de F. squamosa sean más llamativos por su tamaño, en la base de los mismos y más o menos entremezclada, se encuentra Scapania undulata. Dada la am plitud ecológica de es­ta especie, pensamos que es lógico considerar, y así lo hacemos, F. squamosa como especie diferencial de una subasociación del Scapanietum undulatae.

La relación de las comunidades de F. squamosa con el Platy- hypnidietum rusciformis es a nuestro entender, al menos en la zo­na estudiada, nula, puesto que esta asociación se desarrolla, bien en los lugares con corriente muy rápida, bien en estaciones salpi­cadas y que por tanto están una buena parte del año desecadas, condiciones ambas que no soporta nunca F. squamosa.

En los inventarios por nosotros realizados y que anexionamos a Scapanietum undulatae sólo aparece P. riparioides como especie característica de categorías sintaxonómicas superiores. F. antipy­retica se presenta sólo en la subasociación típica y dentro de ella en la variante de Chiloscyphus polyúnthus-Riccardia sinuata debi­do a que, en general, F. antipyreticá prefiere localidades bajas y abiertas.

Queremos señalar la presencia de Brachythecium rivulare, es­pecie que distintos autores mencionan como característica de la alianza Brachythecion rivularis, propia de comunidades anfibias

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subm ontanas de aguas básicas. En nuestra zona se presenta con gran frecuencia sobre sustrato silíceo, bañada por aguas ácidas, acompañando a especies que necesitan una inm ersión perm anente, así como a otras que soportan una cierta desecación, lo que con­tradice las condiciones señaladas como típicas para esta especie. ¿Se debería incluir tal vez como especie característica de clase?; nosotros la consideramos como compañera, esperando en posterio­res investigaciones sobre las comunidades acuáticas de las zonas calcáreas asturianas, llegar a una conclusión a este respecto.

Como especies compañeras consideramos también Hygrohyp- num ochraceum y Racom itrium aciculare, que en sus estaciones óptim as actúan como características de asociaciones propias. No pensamos que la presencia de Racomitrium aciculare sea debida a un excesivo tam año de las superficies inventariadas, como indica HERTEL para situaciones análogas, sino más bien a qtie el espec­tro ecológico de esta especie es bastante amplio, lo que le perm ite alcanzar las localidades propias de Scapanietum. Aparece tam bién como com pañera, aunque más raram ente, Fissidens polyphyllus que es capaz de soportar inmersión, pero que, como indicamos an­teriorm ente, form a parte de una comunidad propia, que com enta­remos más adelante y cuya posición sinsistem ática es incierta.

No hemos encontrado la subasociación m ontana con Solenosto- ma sphaerocarpum, mencionada por HERTEL, ni el Solenostomo- Scapanietum Philippi, 1956, con Solenostoma cordifolium; sí en­contram os am bas especies, pero cada una en una única localidad y aunque en los dos casos realizamos inventarios, creemos que no son suficientes para poder hablar de subasociaciones o variantes de estas especies, en la asociación que estamos considerando.

Hygrohypnetum ochracei Hertel, 1974 (TABLA II)Caract. de AsociaciónHygrohypnum ochraceum VCaract. de AlianzaScapania undulata IIICaract. de ClasePlatyhypnidium riparioides IIIFontinalis antipyretica ICompañerasFontinalis squamosa IIBrachythecium rivulare IRacom itrium aciculare I

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La presencia de esta comunidad ha sido denunciada en Europa del norte y central en altitudes desde subm ontanas hasta alpinas, aunque su centro de difusión se localiza con preferencia entre 450 a 750 m. En el occidente asturiano baja la comunidad hasta los 50 metros, en estaciones como las del A° Ablanedo, B° Carlangas o el río Negro, que se encuentran muy próximas al Cantábrico.

Coloniza rocas sumergidas la mayor parte del año en arroyoso ríos de pequeño cauce, tanto sombríos como soleados.

PHILIPPI (1965) habla de una comunidad de Hygrohypnum ochraceum-Fissidens crassipes var. rufipes, que se desarrolla en lu­gares calcáreos o acidófilos, sobrepasados por una corriente ráp i­da y que se desecan en raras ocasiones; es decir, la com unidad de­pende fundam entalm ente para su desarrollo del factor agua. Co­mo señala HERTEL, se tra ta de una comunidad mixta, ya que Hy­grohypnum ochraceum es una especie preferentem ente acidófila, m ientras que F. crassipes var. rufipes es fundam entalm ente basó- fila.

En Oberbayern la comunidad se sitúa, según HERTEL, por en­cima de la línea que marca el nivel medio del agua, entre el Pla- tyhypnidietum rusciformis y el Brachythecietum plumosi. En prin­cipio el autor la considera como una asociación de situación sin- sistem ática incierta: por la composición florística desearía incluir­la HERTEL en las comunidades anfibias de las regiones silíceas, m ientras que la ecología de la asociación hablaría en favor de una conexión con las comunidades de estaciones salpicadas.

En nuestra zona de trabajo se presenta, en general, en situa­ciones más parecidas a las descritas por PHILIPPI: aparece nor­m almente sumergida, aunque justo por debajo de la línea media del agua, por lo que en ciertas ocasiones podría estar desecada; en estas estaciones aparece también expuesta a una cierta veloci­dad del agua, pero nunca tan elevada como la de las estaciones de Platyhypnidietum. Por otra parte, al tra tarse de una región clara­mente silícea, no aparece la otra especie que caracteriza la comu­nidad descrita por PHILIPPI, F. crassipes var. rufipes.

Scapania undulata se presenta en los inventarios de PHILIPPI como característica de clase, pero pensamos que aquí actúa como característica de alianza, en prim er lugar porque la comunidad se presenta en estaciones sumergidas (Scapanion undulatae) y en se­gundo lugar porque la ordenación jerárquica se ha esclarecido en algunos aspectos desde que PHILIPPI realizó su trabajo en 1965.

Como especies características de la clase encontram os P. ripa- rioides y F. antipyretica (esporádicamente), presentes ambas en los

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_ 7 i —

inventarios realizados por PHILIPPI (la segunda como diferencial de una subasociación de estaciones con corriente lenta), pero que en los inventarios de HERTEL no aparecen, o, m ejor dicho, sólo se presenta P. riparioides en raras ocasiones.

Otra especie que PHILIPPI incluye como característica de cla­se, pero que nosotros consideramos, por las razones expuestas con anterioridad, como compañera, es Brachythecium rivulare. Tam­poco esta especie se encuentra en el Hygrohypnetum ochracei de­nunciado por HERTEL.

Otras especies compañeras, en nuestras localidades, son F. squa- mosa y Racomitrium aciculare. La presencia de F. squamosa apo­ya el carácter sumergido de la comunidad, y no podemos decir que se trate, al menos en Asturias, de una invasión de esta espe­cie en la parte basal de la roca, como afirm a HERTEL. Por su parte la presencia de Racomitrium aciculare indicaría la mayor posibilidad de emersión en las estaciones del río Muniellos, donde se realizaron los inventarios 9 y 10, únicos en los que se aprecia un cierto carácter anfibio.

Nunca hemos encontrado Marchantía polymorpha, especie que HERTEL cita como compañera de alta frecuencia, lo que apoya una vez más el carácter sumergido de la asociación en nuestra zo­na de trabajo.

Ninguna de las dos subasociaciones descritas por PHILIPPI para el barranco del Wutach ha sido localizada en el occidente astur.

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TABLA

. IX

ASO

CIACIO

N

Hyg.'iohypnetum ochAactá.

Hertel

1974

Localidad

100

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17 62

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65 106

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Altitu

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en m

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50 700

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NN

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NE

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Inclin

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(°) 45

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perficie

en m

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0,09 -0,06

0,1 0,06

0,09 0,1

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6

N°de

orden 1

2 3

4 5

6 7

8 9

10 11

12

Caract.d

e A

sociació

n

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5

55

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e A

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12:2. v

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TABLA. I I I

ASOCIACION BKachijthe.cie.tm p liw c il Krusenstjema 1954

SUBASOCIACION le je .u n e .ta m cavZ^olÁo.e. ¿ c h t i t id iz -toium

Local idad 16 3 65 32 34 32 87 27 19 34 59 33 74 77Altitud en m 190 160 700 290 500 290 40 40 490 500 700 200 710 500Exposición v: E E F N E N sw vr. N E N W sInclinación en (°) 20 10 - 20 5“ - 30 50 90 - 10 - 10 5Cobertura en l 95 ■ 80 95 90 95 70 80 70 85 60 SO 60 70 50Superficie en nr 0,04 0,09 0,1 0,1 0,08 0,09 0,09 0,06 0,06 0,04 0,06 0,04 0 ,06 0,06N°de orden 1 2 3 4 5 6 7 Oo 9 10 11 12 13 14

Caract.de Asociación y Or.

Siachtjtheciim plm oium S S S 4 4 3 4 3 4 3 3 • • •

Dif.de Subasociación

Lejeunea cav ilo tía . , . # 1 1 # 2 1 1 iLejeunea pateni • • • • • • • . 2 . . . • •

Dif. de Subasociación

Sch ii t id ú m apccaipum £o. KivulaKc • 2 1

Caract.de Alianza

Kaccmiítu'um acicutaie.• • 2 3 2 3 2 2 • • • 4 4 2

Caract.de Clase

Víatjhijpni cUum a ipattc-ídei • + • • • • • 1 1 • • + • •

Comí'añeras

Mtuuni punctatiuv. « + . . 1 + + •hhuuupetCa aquatiea. . , 1 + 1 1 . . • •Hyoccmiium anmoKicum . t 4 • 2 1 . • •F/M<deni lenfiulatuÁ • • « +

• • • • • • •

En un solo inventario:S'iach//thec ¿ m Ku.ta.bufm en 1 •.2)Bxachijthecíum súvatoAC en 1 '. + \Ue.tzac.?u.a. con Racomí tAium aquaticum en 7:1 ;Hn<wr, undu ta tm en 11 : + ;C 'ithct’u.c¡iuM ftivaZa.K.t en 14:1.

ugata. en 1:+;

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Brachythecietum plutnosi K rusenstjerna, 1945 (TABLA III)

Caract. de Asociación y Or.Brachythecium plum osum IV

Caract. de AlianzaRacom itrium aciculare IV

Caract. de ClasePlatyhypnidium riparioides II

Dif. de SubasociaciónLejeunea cavifolia IILejeunea patens

Dif. de SubasociaciónSchisíidium apocarpum fo. rivulare I

CompañerasM nium punctatum IIMarsupella aquatica IH yocom ium armoricum IFissidens serrulatus I

Comunidad bien representada en Europa, cuyo centro de di­fusión se sitúa entre 400 y 700 m. aunque la especie que da nom­bre a la asociación se presenta desde las zonas llanas hasta los 2.400 m. en los Alpes.

Se desarrolla en la parte superior de las rocas preferentem en­te silíceas, en y al lado de ríos y arroyos, en estaciones situadas generalmente por encima del nivel medio del agua; de este modo en las épocas de nivel más bajo, la comunidad puede encontrarse hasta 0,5 m. por encima de la superficie del agua. Se trata , en consecuencia, de una comunidad sometida a frecuentes alternati­vas de em ersión e inmersión y capaz de soportar desecación du­rante una gran parte del año.

Esta com unidad anfibia está en contacto, tanto con el Platyhyp- nidietum, como con el Scapanietum, presentando, sin embargo, una ecología netam ente diferente a la de estas dos asociaciones.

Es análoga al Racomiírietum acicularis Philippi, 1965 con el que m uestra una total semejanza en la composición florística y en el habitat. Lo mismo sucede con la asociación de Racom itrium aciculare y Scapania undulata Allorge, 1922, y, en parte, con la

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asociación de Fissidens polyphyllus e Hyocomium armoricum Allor- ge, 1947. Algo parecido ocurre con la comunidad señalada por HUBSCHMANN en la Isla de Madeira, bajo el nombre de Raco- mitrio-Scapanietum.

Como tal asociación fue descrita por KRUSENSTJERNA (1945) en la región de Uppsala y posteriorm ente fue denunciada por dis­tintos autores (PHILIPPI, 1956; NORR, 1969; NEUMAYR, 1971 y HERTEL, 1974) en numerosas localidades centroeuropeas.

Estam os de acuerdo con HERTEL en que no se deben separar dos comunidades independientes (una de Racomitrium aciculare y o tra de Brachythecium plumosum), como parece desprenderse de los trabajos de PHILIPPI (1956 y 1965) y NEUMAYR (1971); aunque el prim ero advierte que, dado que comunidades análogas se han descrito en el sur de La Selva Negra, bajo el nom bre de Brachythecietum plumosi, es necesario traba jar sobre más m ate­rial antes de llegar a la redacción definitiva de la comunidad. Pen­samos que el problem a se plantea tal vez, debido a la presencia, en la comunidad de Racomitrium aciculare, de Brachythecium ri- vulare, especie que PHILIPPI califica de diferencial. Ahora bien, según HERTEL, ya que la comunidad descrita por PHILIPPI se desarrolla en localidades donde aguas calizas fluyen sobre rocas silíceas, se tra ta tan sólo de que Brachythecium plum osum susti­tuye, tanto en el sur de La Selva Negra, como en la región investi­gada por HERTEL, a Brachythecium rivulare que caracteriza las comunidades anfibias en zonas calizas, aunque su com portam ien­to sea indiferente.

Por o tra parte, en el curso superior de los ríos y arroyos, Bra­chythecium plum osum queda reemplazada frecuentem ente por Ra­com itrium aciculare; sin embargo, sería incorrecto hablar en es­tos casos de una comunidad propia: R. aciculare es especie ca­racterística de la alianza y presenta en Brachythecietum plum osi una constancia demasiado alta para separarla en una comunidad independiente. Además su espectro ecológico es demasiado amplio como para que pueda ser considerada como especie diferencial de la asociación, como propone SJOGREN (1964).

PHILIPPI diferencia en el Brachythecietum plum osi dos sub- asociaciones: una típica de lugares soleados y más secos, caracte­rizada por Schistidium alpicola var. rivulare y o tra de estaciones sombrías, con mayor humedad atm osférica y diferenciada por Lejeunea cavifolia y Plagiochila asplenioides.

En el occidente asturiano la asociación se encuentra muy bien representada, coincidiendo con los caracteres ecológicos señalados

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en otras regiones europeas; se encuentra particularm ente bien desarrollada en las rocas no sumergidas de los ríos Nonaya y Cabo y en el R.° Sta. Eulalia. Denunciamos, también en nuestra zona, la presencia de las dos subasociaciones, aunque no hemos recolectado Plagiochila asplenioides, especie que HERTEL califica de débilmente diferencial.

Como especies características de categorías superiores se pre­senta tan sólo Platyhypnidium riparioides; entre las com pañeras queremos subrayar, por las razones que se expondrán al tra ta r de la comunidad Fissidens polyphyllus-Hyocomium armoricum , la pre­sencia de Marsupella aquatica e Hyocomium armoricum. También HERTEL señala como peculiar la aparición de Marsupella aquatica entre los céspedes de Racomitrium aciculare y Scapatíia undulata, en las rocas de arroyos montanos con una elevada humedad atm os­férica.

Oxyrrhynchietum rusciformis Gams 1927 (TABLA IV)

Es la comunidad de briófitos acuáticos más difundida, ya que además de las múltiples localidades europeas conocidas, se pre­senta también, según HUBSCHMANN, en el M editerráneo, Cana­rias e incluso en Canadá.

La especie que le da nombre a la asociación, Platyhypnidium riparioides {—Oxyrrhynchium rusciforme), podemos encontrarla, en el occidente asturiano, desde el nivel del m ar hasta 760 m. La comunidad presenta su centro de difusión en altitudes que oscilan entre ambas, puesto que Platyhypnidium riparioides desaparece en las estaciones montanas.

Dado el carácter indiferente de la especie característica de la asociación, la comunidad tiene una gran am plitud ecológica en

Característica de Asociación. Al., Ord. y Cl. Platyhypnidum riparioides V

Compañeras Brachythecium rivulare Chiloscyphus polyanthus var. rivularis Scapania undulata Fontinalis squamosa Thamnohryum alopecurum Vaucheria sp.

IVIV

IIII

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lo que respecta a la química del agua, por lo que podemos encon­trarla, tanto sobre sustratos y aguas ácidas, como básicas. Platy• hypnidium riparioides resiste débilmente la desecación, pero la so­porta m ejor que Fontinalis antipyretica; su resistencia a la inm er­sión es inferior a la de Scapania undulata o de cualquiera de las especies del género Fontinalis.

La comunidad se desarrolla típicamente en estaciones con co­rrientes muy rápidas o fuertemente salpicadas, que se secan regu­larm ente en verano y, secundariamente, en lugares antropógenos. En tales estaciones está sometida a un gran desgaste mecánico que llega a dañar de tal form a a la especie característica, que con fre­cuencia sólo presenta los tallos y los ejes rameales.

Se tra ta de una asociación muy pobre en especies en la que, generalmente, sólo aparece Platy hypnidium riparioides; Chiloscy- phus polyanthus var. rivularis y Scapania undulata se encuentran asociadas con aquel en las estaciones salpicadas, pero faltan siem­pre en las de corriente muy rápida.

La «Unión de Platyhypnidium riparioides-Chiloscyphus polyan­thus» descrita por HAGEL (1966), responde evidentemente a dichas estaciones salpicadas.

PHILIPPI (1956) señala Hygroamblystegium fluviatile como o tra especie, aunque escasa, característica de la comunidad. HER- TEL considera que se tra ta de una especie (H . fluviatile) que, al menos en Oberbayern, es poco fiel y constante en la comunidad, pero sin embargo la califica de especie diferencial de una subaso- ciación dentro del Oxyrrhynchietum, aunque no indica en que se basa para realizar este desglose de la asociación.

HUBSCHMANN (1953, 67 y 71) diferencia una subasociación de localidades m ontanas sombrías en las que Tham nium alopecu- rum actúa como especie diferencial. Sin embargo, de acuerdo con las investigaciones de HERTEL, el desarrollo óptimo de ambas especies tiene lugar en zonas ecológicamente diferentes, por lo que tal subasociación carecería de sentido.

En el occidente asturiano la comunidad está perfectam ente desarrollada, sobre todo en sus estaciones naturales (sólo un in­ventario corresponde a la zona de caída del agua de una presa). Platyhypnidium actúa como especie característica de todas las categorías sinsistem áticas, m ientras que Fontinalis antipyretica, que HERTEL señala también en sus inventarios como especie ca­racterística de clase, sólo se presenta y escasamente en un único inventarío de los que de esta comunidad hemos realizado.

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Como com pañeras calificamos a Chiloscyphus polyanthus var. rivularis y a Scapania undulata, que como mencionamos con an­terioridad, se asocian con Platyhypnidium en las estaciones salpi­cadas; Bracliythecium rivulare se presenta frecuentem ente también en esta comunidad, m ientras que Fontinalis squamosa lo hace más raram ente.

COMUHIOACES BRIOFiTICAS ACUATICAS ACIOOFItAS 0ti. OCC¡DENT£ ASTUñtAN'O

1 — Ky|r*lytMtHi ic H t l í tortol 1.974

i - IncMtkickt»* Im iW fJirM l 143

2« - IrtchyifoíttM hfOMto**« c4vtf»liM I.IJ4

í l - *I»im W ttfcitlUíiHttft ftHlíffWfSC

3 — Sebvkkiutfc 1.944

U - Sc«M»*ttan »»¿«latM lyp U i» , « r iM lf 4« N«rét« ScMríckartlk 1.944 p».

Jk - S;«Mnntaa mifefctM tjjitw i, »tnwtt é% Chilmy»k#i *•». rtv«torit - Plkcar#« lituwto 1.951 M -

Se — «tteiitH taittitttoim* u to ii mi

4 — Oiyrrhynchttltf» 6«Pt I 927

Tham nietum alopecuri Gams, 1927.

Esta comunidad, denunciada en diversos puntos de Europa cen­tral, se encuentra también en nuestra zona de trabajo. De acuerdo con lo dicho por HERTEL, se trata de una comunidad, nunca su­mergida, que se desarrolla en la parte externa de la zona de sal­picaduras donde existe una fuerte neblina de agua y por tanto la humedad atmosférica es alta. Por estas razones, sólo uno de los múltiples inventarios realizados en torrentes, cascadas... podemos considerarlo como representativo de esta comunidad tal y como

$~la describen para Europa HERTEL, DUNK y PHILIPPI entre otros, v Este inventario fue realizado en los bordes de una cascada en

el río1; Llantero, a 160 m. de altitud, con orientación E, una incli­nación aproximada de 70° y una cobertura dej 80%. En una su­perficie de 0,1 m .2 se encontraban:

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4 Thamnobryum alopecurum2 Brachythecium rivulare1 Platyhypnidium riparioides

La situación de esta comunidad en la jerarquización sociológica es incierta: NEUMAYR (1971) la sitúa dentro de la alianza Lejeu- neion cavifoliae Philippi, 1956, mientras que HERTEL (1974) pre­fiere de momento no incluirla dentro de ninguna alianza y señala interrogativam ente, como característica de alianza, Brachythecium rivulare y como característica de clase, también con interroga­ción, Platyhypnidium rusciforme. Esta será la postura que adopte­mos nosotros hasta que realicemos un número de inventarios su­ficiente para determ inar su posición sinsistemática.

Comunidad de Hyocomium armoricum-Fissidens polyphyllus (Allor- ge 1947) prov. (TABLA V).

Características de Comunidad A B CFissidens polyphyllus V IV IVHyocomium armoricum V V IV

Características de otras comunidades Scapania undulata VRacom itrium aciculare IVBrachythecium plumosum III

Características de clasePlatyhypnidium riparioides II II IIFontinalis antipyretica I

Compañeras Plectocolea obovata Lejeunea cávifolia Marsupella aquatica Riccardia pinguis .

■ V ' Brachythecium rivulare -

' Cuando ALLQRGEJ, eri 1947, habla de la asociación tipo de.las comunidades oxifilás, reófilas.;. de los arroyuelos y torrentes enca­jonados, con pendiente rápida, variaciones hidrostáticas débiles y agua fría, que alcanza su plenitud floristica en el norte de la

IIII II

IIII

II

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Península y la denomina «asociación» de Fissidens polyphyllus e Hyocom ium armoricum, se refiere, desde luego, a la comunidad que vamos a com entar en este apartado, pero en sus listas se mez­clan especies de otras comunidades (F. antipyretica var. gracilis, F. squamosa, R. aciculare, B. plwnosum , H. ochraceum ), debido probablem ente y en nuestra opinión, a que este au tor menciona todas las especies que caracterizan los arroyos silíceos del norte de la Península, tanto si están dentro, como fuera del agua. Desde este punto de vista es sorprendente la fidelidad que existe entre la lista de especies mencionadas por este botánico genial y las que se presentan en cualquiera de los ríos o arroyos por nosotros vi­sitados.

Comparando la zonación que, según este au tor se presenta en un arroyo con pendientes abruptas y las especies que él considera como características exclusivas o preferentes de la comunidad, con las observaciones e inventarios por nosotros realizados, llegamos a la conclusión de que son varias las comunidades que ALLORGE engloba dentro de su «asociación».

La zona siempre sumergida —banda inferior con F. squamosa, según ALLORGE— correspondería a la subasociación que deno­minamos foníinaletosum squamosae en Scapanietum undulatae; la zona situada justo por debajo del nivel medio del agua —banda en el nivel del agua, con Nardia compressa, Scapania undulata e Hygrohypnum lusitanicum— correspondería a la variante de Nar­dia compressa que nosotros incluimos en la subasociación típica de Scapanietum undulatae-, la zona situada por encima del nivel medio de agua y sometida a períodos de emersión prolongados —banda por encima del nivel medio del agua, donde se instalan las grandes Hypnaceas—, correspondería, en nuestra opinión, a Brachythecietum plumosi. f

Ahora bien, en las dos últimas bandas se presentan frecuente­mente las dos especies euatlánticas que mencionamos como ca­racterísticas de la comunidad, F. polyphyllus e H. armoricum', el problem a se plantea al intentar encajar esta comunidad en o entre las o tras comunidades acuáticas definidas.

F. polyphyllus es capaz de colonizar, tanto las piedras del lecho, como ocurre en el río Negro, A.° Pequeño, B.° Carlangas, río Cabo, como las partes de las rocas situadas inm ediatam ente por debajo de lá línea media, o incluso torrentes y taludes muy rezumantes. Tiene, por tanto, una amplitud ecológica grande, tal vez más am ­

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plia que la de Scapania undúlata, ya que soporta m ejor que esta especie la desecación.

H. armoricum, en cambio, restringe más su zona de aparición: se sitúa justo por debajo de la línea media del agua (sólo muy excepcionalmente en el lecho del arroyo), o en las rocas salpica­das del río, o también, como F. polyphyllus, en torrentes y taludes muy rezum antes; evidentemente soporta m ejor la desecación.

Tanto una como otra especie no suben por encima de 1.000- 1.200 m. pero bajan, en cambio, hasta el nivel del mar.

Expondremos a continuación como se presentan estas especies en el territo rio por nosotros investigado:

A) Taludes muy rezumantes y torrentes pequeños (InventariosI-10), con una fuerte pendiente (60-90°); ambas especies tapizan, bien la superficie de rezume, bien la zona del torrente cubierta por el agua, presentando un perfecto estado de desarrollo; en ocasionesH. armoricum presentaba cápsulas, lo que es lógico, ya que los briófitos acuáticos fructifican con mayor facilidad en períodos de emersión.

En este tipo de estaciones se presenta, como especie caracterís­tica de clase, Platyhypnidium riparioides y como especies que, pen­samos deben considerarse compañeras: Lejeunea cavifolia, Plecto- colea obovata y Riccardia pinguis, todas ellas con un m arcado ca­rácter higrófilo.

B) En las rocas del río, no sumergidas excepto en los niveles más altos de agua, pero sí salpicadas por la corriente (InventariosII-20) vuelven a presentarse F. polyphyllus e H. armoricum —esta últim a con más frecuencia—. En estas localidades se asocian nor­malmente, bien con Brachythecium plumosum, bien con Racomi- trium acicülare o con ambas.

Tomadas aisladam ente estas comunidades, podríam os consi­derar H. armoricum y F. polyphyllus como diferenciales de una variante atlántica del Brachythecietum plumosi, sin embargo, la presencia de estas dos especies en Scapanietum undulatae, nos re­trae a definirla como tal.

Como en el caso anterior, la única especie característica de clase es P. riparioides; aparece también B. rivulare, que como en oca­siones anteriores, consideraremos como compañera, así como Le­jeunea cavifolia y Marsupella aquatica. Hemos de señalar que L. ca­vifolia actúa en el Brachythecietum plumosi como especie dife­rencial de una subasociación propia de estaciones sombrías; el papel de M. aquatica en esta comunidad es quizá más im portante si tenemos en cuenta que ALLORGE la señala como especie carac­

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terística, exclusiva o preferente, de su com unidad de F. polyphy- llus-H. armoricum, y que en nuestros inventarios aparece con una cierta frecuencia, pero preferimos esperar a ulteriores investiga­ciones antes de darle una categoría superior.

C) Por último, Fissidens polyphyllus e Hyocomium armoricum colonizan también rocas sumergidas en estaciones situadas por debajo de la línea media del agua. En este tipo de localidades se encuentran asociadas con Scapania undulata en todos los inven­tarios realizados (Inventarios 21-37).

En algunas ocasiones aparecen sólo H. armoricum y S. undu­lata (Invts. 33-37), en otras F. polyphyllus y S. undulata (Invts. 21- 24), y en las demás localidades (Invts. 25-33) S. undulata está aso­ciada con las dos especies características de la comunidad. La m a­yor abundancia de F. polyphyllus en aquellos inventarios en que esta especie se presenta sóla con S. undulata, en com paración a la misma situación de H. armoricum, indicaría la mayor resisten­cia de aquella a la inmersión. En nuestra opinión se tra ta , en to­dos los casos, de una comunidad que se desarrolla en el seno de Scapanietum undulatae.

Aunque podríam os considerar F. polyphyllus e H. armoricum como especies diferenciales de una variante atlántica de Scapanie­tum undulatae, su presencia en los inventarios de Brachythecietum plum osi nos impide hacerlo, ya que la ecología de am bas asocia­ciones es netam ente distinta.

Como característica de clase, nuevamente P. riparioides —tam ­bién aparece esporádicamente F. antipyretica, m arcando el carác­te r sumergido de la comunidad en estas estaciones—. Racom itrium aciculare, considerada como compañera, se introduce en ocasiones en la comunidad, gracias a su am plitud ecológica.

Queremos mencionar la presencia de otras tres especies, que, aunque se presentan cada una en un único inventario, tienen una cierta im portancia. Solenostoma sphaerocarpum, que ha sido con­siderada por HERTEL como diferencial de una subasociación mon­tana de Scapanietum undulatae; Solenostoma cordifolium, con idéntica actuación dentro de Scapanietum undulatae y vicariante de la anterior, según HERTEL, aunque PHILIPPI la considere ca­racterística, jun to con S. undulata de una asociación propia (So- lenostomo-Scapanietum); Marsupella aquatica, cuya presencia en los inventarios es frecuente, como indicamos anteriorm ente.

Las únicas y mínimas diferencias que hemos podido constatar en cuanto al aspecto externo de las dos especies discutidas, com­parando las localidades sumergidas con las no sumergidas, son

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las hojas ligeramente corroidas de F. polyphyllus en las estaciones sumergidas y el tam año de tallos y céspedes algo menor en las mismas; con respecto a H. armoricum las diferencias son aún me­nores, ya que los tallos son algo más robustos, no sólo en las estaciones expuestas a la corriente, sino también en aquellas en las que la acción de las salpicaduras le afecta más directam ente.

Al tener en cuenta simultáneamente las situaciones B) y C) sólo quedaba la posibilidad de considerar las dos especies como consti­tuyentes de facies, tanto en Scapanietum como en Brachythecie- tum, siempre que se viera la comunidad como subordinada de otras comunidades acuáticas. Esta posibilidad quedó tam bién des­cartada dada la no dominancia de las especies litigiosas en nin­guna de las dos asociaciones.

En 1922 definía ALLORGE, como ya comentamos, la comuni­dad de Racom itrium aciculare y Scapania undulata para el Vexin Francés, que se asimila a Brachythecietum piumosi. En dos de las listas que incluye este autor, de distintos puntos de Europa, apare­ce, jun to con R. aciculare y B. plumosum, H yocomium armoricum, lo que apoyaría la inclusión de la comunidad com entada en Bra­chythecietum pium osi; pero además, en estas listas, tam bién se encuentran Nardia compresa, Scapania undulata y Fontinalis an- tipyretica, lo que hablaría en favor de su dependencia de Scapa­nietum undülatae.

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Por otro lado, el mismo autor, en 1947, indica como com unidad vecina a la de F. polyphyllus-H. armoricum la señalada por KRU- SENSTJERNA en 1945 para la región de Uppsala, sin especificar si se tra ta de Scapanietum o de Brachyíhecietum. Si estas dos aso­ciaciones son vecinas a la comentada, vuelve a presentarse el pro­blema de su situación en una o en otra.

Dado que la comunidad de Fissidens polyphyllus e Hyocomium armoricum existe obviamente, que su am plitud ecológica va desde parte del Scapanietum hasta el Brachyíhecietum plum osi y zonas rezum antes, y que se tra ta de una comunidad típicam ente a tlán ti­ca (según ALLORGE, se encuentra en todas las regiones de Euro­pa con clima hiperatlántico), pensamos que, de momento, lo co­rrecto es considerarla como comunidad independiente, si bien sin darle rango de asociación —aunque posiblemente lo tenga— espe­rando en posteriores investigaciones poder llegar a darle una cate­goría sintaxonómica.

Oenanthetum crocaíae Br.—Bl., Berset et Pinto, 1950 (TABLA VI)

Característica de AsociaciónOenanthe crocata III IV

Dif. de SubasociaciónFoníinalis squamosa V

Dif. de SubasociaciónFoníinalis antipyreíica V

CompañerasPlaíyphypnidium riparioides IV IIIBrachyíhecium rivulare IV IIChiloscyphus polyaníhus II IIRiccardia sinuaía IRacomiírium aciculare I

Esta comunidad, típicamente atlántica, puebla todos o casi to­dos los arroyos con poca velocidad de corriente, en el occidente astur, desde la costa, donde la denuncia DIAZ (1975), hasta 800 m. de altitud, tanto en zonas abiertas como sombrías.

Es aquí, con carácter de subasociación, donde pensamos que deben incluirse las comunidades, tanto de Foníinalis aníipyreíica

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TABIA V

ACOMUNIDAD DFs f¿6¿idtus poZyphi/ZZui-Hc/ocomcum amofUcum

B(A llorge 1947) prov.

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Localidad 87 37 22 9 29 92 9 18 23 2 33 34 34 33 34 25 37 24 48 32 97 1 27 38 11 37 58 95 17 64 25 91 34 52 72 34 32A ltitu d en m 40 260 90 270 295 '80 270 250 90 160 200 500 500 500 500 660 260 90 200 290 290 110 40 500 320 260 640 110 50 840 660 50 500 320 720 500 290Exposición N W E S w N S W E Nif N N N N N N W E B E W N W E N ¥ W N N W N N N NE W N EInclinación en (°) 80 90 70 90 60 40 90 80 30 80 30 5 . . 10 » 1 0 « =. 60 70 - 30 - 20 _ * 10 - - 5 50 10 80 70Cobertura en % 95 90 95 90 95 70 95 70 60 90 95 80 85 60 70 65 70 40 90 90 95 90 50 90 80 70 90 80 40 80 80 90 80 60- 50 75 95.Superficie en m 0,06 0,09 0,07 0,04 0,07 0,06 0,09 0,06 0 ,2 ( ,08 0,06 0,04 0,09 0,06 0,04 0*04 0,06 0,08 0 ,2 0,09 0,02 0,03 0 ,1 3,04 0,04 0,06 0,09 0 ?04 0 ,2 0 ,1 1 0 ,1 0,06 0,09 0,06 0,06 0,04N°de orden 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 2 1 22 23 24 25 26 27 28 23 SO 31 32 33 34 35 36 37

C aract, de Comunidad

FiMidtn* po lyphyllm . . + 2 3 3 3 3 3 5 2 2 3 2 3 3 . , 4 4 5 2 3 2 2 2 2 2 1 1 9 9 e « *Hyocomium aJmoKitm

C aract.de o tro s sintáxones

Stapania undulata

3 5 5 4 4 5 3 3 3 3 S 2 2 2 2 2 4

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4RacomiüUum acicutaAt * 8 4 2 2 1 5 2 é e o o • 9 9 • » » » . .Rfiachythzci'um plumoAum • * • • • • • S 2 S • 4 3 . . 0 . d 9 0 © O 9 . . &

C aract.de Clase

PZatyhypnidiuni fiipa>U,oidtí> . 1 . * 2 . 2 e 9 1 1 & Z © 0 2 1 a • 1 $ 2 1 9 9TontinaZií, antipyfintiaa. • • • • • • • • • . 9 & d e 9 © • 9 9 ® 0 • d • 1 @ 9 9 . • 2 © 9

Compañeras

PlectocoZea obovata . . . 2 „ 2 9 9 9 e © • • O m <5 e , 0 S ©Lejtunea cavifio lia 1 • • . . . , •f* d 1 2 . 9 0 © 9 « $ 9 6 . •UauuptlZa aquatica • • . . . e * * 1 . 2 . * 9 2 • 9 $ 9 O a a £’Ric.taA.dia. pinguiA • 1 . . . a „ • © 2 e e t 9 © © © » © © 9 © o <S> eBsiachythzcium HÁvuZaAz * • * O 9 1

En un so lo inven ta rio : Cyalódlatijon ta z ath oviK tu en 5 :2 ;?Ugiotht<üum denUa v&T.fUvulaxüt en 18:1; F¿i¿iden¿ ¿eAAul Soleno&tom ¿pham aafipm en 31 s+ ;te ra &uw en 37:2.

í • • * • • • 1 « .

-tZmVÍAZM en 1:3; Vla.Qiothtc.ium ¿ijivaticum en 1 : 2 ¡VoZy&Uchum ulatum en 9: + ;Miua»i punctatm en 12:1;Isothtcium myoAuAoidtA atuA en 20:1 \H ett>iottadim htttH.opte.fwwi. en 23:1 ;Fi6¿idtn& caíX ¡iza l l u v i a t i l i á en 31 :3 jRatowÁtAivm aquaticum en Z2:2')SoZeno¿t

cOMíiunz en 3 :1 ;Uñiusm hcwufíi ©n var .fUvuZaAZ en 16:2; 0h ilo i cyphui poZt/cuvthui atu i en 23:1 ','Ritc.o.Kdia. ¿inuata en 25:2; orna coMÜ^oZium en 34:2;S'u/um p¿zu.do ttáquz.”

e © © ' & 9 s 2 © &

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como de F. squamosa y no considerarlas, como hacen distintos autores, como comunidades independientes.

Ambas especies colonizan rocas y piedras en el lecho de ríos y arroyos en situaciones siempre sumergidas; sin embargo, F. an- tipyretica se presenta en aguas ricas o pobres en cal indistin ta­mente, m ientras que F. squamosa falta en las regiones calcáreas. Por o tra parte, la am plitud ecológica altitudinal de F. squamosa es m ayor que la de F. antipyretica, a la que sustituye en las zonas m ontanas o subm ontanas. En cualquier caso, ambas especies pre­fieren estaciones protegidas de la corriente, aunque F. squamosa, según nuestras observaciones, puede soportar una cierta corriente.

En general, los distintos autores consultados, hablan de la co­m unidad de F. antipyretica como un fragmento de otras comuni­dades de briófitos acuáticos: así el Fontinaleto-Pachyfissidente- tum grandifrondis que describe KOCH de las rocas calcáreas del Linth; subasociación de Fontinalis antipyretica en el Leptodictyo- Fissidentetum Philippi, 1956; fragmentos de todas las com unida­des pertenecientes a la alianza Fontinalion antipyreticae, como se­ñalan HUBSCHMANN (1957 y 1967) y DUNK (1972).

Solamente dos autores, KAISER y GAMS, consideran estas co­munidades con rango de asociación.

HERTEL, aunque provisionalmente acepta Fontinaletum anti­pyreticae, indica que si se agranda la superficie de inventario y se tienen en consideración las fanerógamas, se presenta un nuevo aspecto que nos habla de la relación de estas comunidades con las acuáticas de plantas superiores; por un lado con el Ranunculetum fluitantis Allorge, 1922 y por otro con el Callitricho-Myriophylle- tum alterniflori Steusloff, 1934.

En cuanto a las comunidades de Fontinalis squamosa, descri­tas como asociación provisional por HERTEL, existen, según este autor, relaciones con Scapanietum undulatae, Platyhypnidietum riparioidis y Callitricho-Myriophylletum alterniflori. Las relaciones con la prim era ya han sido expuestas al tra ta r de dicha asocia­ción.

Teniendo en cuenta todos estos aspectos, hemos llegado a la conclusión que en las zonas bajas y submontanas, en aquellos arro ­yos de aguas claras y corriente no excesivamente rápida, en los que se desarrolla Oenanthetum crocatae, F. antipyretica y F. squa­mosa actúan como especies diferenciales de dos subasociaciones: una de ellas (Inventarios 17-25), diferenciada por F. antipyretica, en las zonas casi totalm ente remansadas y otra, diferenciada por F. squamosa (Inventarios 1-14) en aquellas estaciones en las que

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el agua fluye con una ligera corriente, la máxima que puede sopor­ta r Oenanthetum crocatae.

Se incluyen además una serie de inventarios en lps que no apa­rece la especie característica de la asociación —O. c^ocata— debi­do probablem ente a que la superficie sobre la que realiza,mos el inventario era demasiado pequeña tratándose de una comunidad de plantas superiores. Esta podría ser también la explicación para la ausencia de otros táxones característicos de la asociación o de categorías superiores, como Galium palustre ssp. elongatum, Ru- m ex conglomeratus, Nasturtium officinale ..., apareciendo tan só­lo en una ocasión Verónica beccabunga, especie característica de la alianza (ver DIAZ, 1975).

1 . - O e n a n t h e t u m c r o c a t a e f o n t i n a l e t o s u » a n t i n y r e t i c a e . .

2 . - O e n a n t h e t u m c r o c a t a e f o n t i n a l e t o s u m s q u a m o s a e .

Al considerar estas comunidades como integrantes una aso­ciación de plantas superiores, perfectamente definida y sinsistema- tizada, todas las especies muscinales, excepto Fontinalis, pasan a ser simples compañeras, dejando de considerarse P. riparioides, p. ej., característica de clase, como se califica en las distintas co­munidades muscinales acuáticas.

Las relaciones de la especie F. antipyretica con el Ranuncule- tum fluitantis son, a nuestro entender, débiles y hasta cierto pun­to dudosas, ya que aunque DIAZ (1975) la incluye como caracte­rística de dicha asociación, en algunos de nuestros inventarios no

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incluidos aquí, es F. squamosa quien se asocia con Ranunculus fluitans y sólo en muy raras ocasiones F. antipyretica, hecho que nos parece más lógico, ya que el Ranunculetum fluitantis se desa­rrolla en ríos de corriente rápida y F. antipyretica es propia de ríos con corriente lenta.

Las relaciones de las especies de Fontinalis com entadas, con la asociación Callitricho-Myriophylletum alterniflori, vistas por HER- TEL en su zona de trabajo, no las podemos señalar aquí, al no ha­ber sido denunciada esta asociación en Asturias. Sin embargo, ob­servando en distintos trabajos la situación en la que normalmente se desarrolla esta asociación, nos parece equiparable a la que pre­fiere Oenathetum crocatae en la zona por nosotros estudiada, tal vez variando un poco la profundidad a la que puede llegar la pri­mera.

Comunidad de Dumortiera hirsuta.

ALLORGE en 1947 menciona de la parte superior de arroyos con aguas ricas en bicarbonato cálcico, próximas a las fuentes o rezumes que las alimentan, una «asociación» caracterizada por Solenostoma triste, Chiloscyphus polyanthus var. rivularis, Jubula hutschinsiae, Dumortiera hirsuta, Fissidens crassipes, Fissidens grandifrons, Fissidens rivularis, Dichodontium pellucidum, Rhyn- chostegiella curviseta, Hygrohypnum luridum y Cratoneuron com- m utatum ; com unidad que está sometida a frecuentes alternativas de inm ersión y em ersión prolongadas y que, según este autor, pa­rece especial de la Iberia húmeda.

En nuestra zona de trabajo, cuyo sustrato es m arcadam ente silíceo (los valores de pH en el suelo sobre el que vivía Dumortiera hirsuta oscilaban entre 4 y 5), se presentan tanto D. hirsuta como Jubula hutschinsiae, si bien en más ocasiones la prim era que la segunda. J. hutschinsiae se mantiene en estaciones análogas a las que señala ALLORGE, pero D. hirsuta aparece, no sólo en las zonas de rezume o torrentes, sino en los bordes de ríos y arroyos.

A parte de Chiloscyphus polyanthus var. rivularis, no hemos encontrado asociadas con ellas ninguna de las restantes especies mencionadas por el autor como constituyentes del núcleo caracte­rístico de la «asociación».

Las especies con las que se presentan más frecuentem ente aso­ciadas son: Riccardia pinguis, Scapania undulata, Pellia epiphylla e Hyocom ium armoricum. En una ocasión, D. hirsuta aparece aso­

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ciada con Solenostoma pum ilum var. rivularis, que podría actuar como vicariante acidófila de Solenostoma triste.

Si existe una conexión con el Solenostom etum pum ili Philippi 1965, es algo que deberemos com probar más adelante, una vez realizado un núm ero suficiente de inventarios de esta comunidad, tanto en zonas ácidas como básicas.

Sinsis temática.

Dos son las tendencias que podemos observar a la hora de sinsistem atizar las comunidades de briófitos acuáticos.

Por una parte HUBSCHMANN (1957) preconiza la existencia de dos clases fitosociológicas en las que se englobarían este tipo de comunidades: la clase Brachythecietea plum osi Hübschm ann 1957 y la clase Fontinaletea antipyreticae Hübschmann 1957.

La clase Brachythecietea plumosi con el orden Brachythecieta- lia plum osi Philippi 1956 comprende, según el mencionado autor, las alianzas y asociaciones de aguas ácidas del nivel montano. En este orden incluye tres alianzas: Racomitrion acicularis Krusenst- jem a 1945, Scapanion undulatae Philippi 1956 y Endocarpion Braun Blanquet 1949. Estas alianzas engloban, a su vez ocho asociacio­nes, pero HUBSCHMANN no indica cuales son las diferancias en­tre las alianzas, ni que asociaciones pertenecen a cada una de ellas.

La clase Fontinaletea antipyreticae, para la que crea un orden nuevo Fontinaletalia antipyreticae Hübschmann 1957, comprende, según el autor, las comunidades acuáticas de las zonas bajas de Europa central. La creación de la clase y el orden queda justifica­da, en opinión de HUBSCHMANN, porque aunque Fontinalis an- tipyretica (característica de la clase y el orden) aparece esporádi­camente en las comunidades de la clase Brachythecietea plumosi,lo hace en cantidad y constancia mucho menor, por lo que dicho autor piensa que bien puede considerarse como especie caracte­rística de una clase independiente.

El orden Fontinaletalia antipyreticae queda entonces dividido en tres alianzas: Fontinalion antipyreticae Koch 1936, Rhynchoste- gion Waldheim 1944 y Fissidention crassipedis Koch 1936. Ya que las dos prim eras alianzas carecen de especies características pro­pias, pero presentan ecologías muy diferentes, HUBSCHMANN pre­fiere reducirlas a grupos de asociaciones, hablando de un grupo de asociaciones de comunidades de briófitos acuáticos que viven casi todo el año sumergidas ( = Fontinalion antypyreticae) y de un

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T A B U VI

ASOCIACION O ç .n a n t k t t i m c M c a i a e . B r a u n B l a n q t i e t , B c r s e t f> P i n t o 1 9 5 0

SUBASOCIACION f c n i i n o Z e t o l t m ¿ q u a m o ia e . £ o n t¿ n a ¿ e £ o & u m a n t i p y K t t C c u i z

L o c a l i d a d SO 6. 4 2 4 7 ' 8 0 7 6 4 3 8 5 2 2 3 2 9 0 9 0 9 0 9 8 4 6 4 6 6 7 9 3 4 4 4 4 5 0 2 3 2 0 3 5 8 (i

A l t i t u d e a m 6 7 0 2 9 0 4 0 0 1 5 0 6 7 0 7 1 0 1 4 5 3 0 9 0 2 9 0 3 2 0 3 2 0 3 2 0 2 6 0 6 4 0 6 4 0 7 5 0 3 0 1 0 5 1 0 5 3 0 0 9 0 3 0 2 4 0 50

E x p o s i c i ó n E N S E E NE N SW N E E N E N E M i Sfc' S S N E S E w E N K N

I n c l i n a c i ó n e n ( ° ) 4 5 . - 5 - 1 0 - - - - 1 0 5 - - - - - - - 5 2 0 - -

C o b e r t u r a e n * 9 5 9 5 5 0 20 8 0 9 0 9 0 5 0 SO 5 0 5 0 4 0 3 0 7 0 3 0 4 0 5 0 6 5 10 20 2 0 8 5 SU 70 6 0

S u p e r f i c i e e n ib? 1 0 , 1 0 , 0 4 0 , 2 1 0 , 1 1 0 , 3 4 0 , 0 9 1 0 , 3 0 , 2 0 , 3 4 4 0 , 2 0 , 2 0 , 1 0 , 1 0 , 0 4 0 , 1 0,0<> 0 , 0 9 0 , 2

K ° d e o r d e n 1 2 3 4 S 6 7 8 D 1 0 11 1 2 - 1 3 1 4 1 5 1 6 1 7 1 8 1 9 2 0 2 1 2 2 2 3 2 1 2 5

C a r a c t . d e A s o c i a c i ó n .

, O e.ncui.thc c A o c a t á • • • • • 3 3 3 2 2 ‘ 1 1 1 ; 2 2 2 1 1 1 +• . • •

D i f . d e S u b a s o c i a c i ó a

T o iv t in a t¿ & ¿ q u a m i c c 5 5 2 1 1 1 1 2 2 3 1 1 2 4 1 1 • •

C i f . d e S u b a s o c i a c i ó n

F o 'n t i n a t í i a n t¿ p y H (L t¿ c jL . r . • - . - . . . 1 1 2 2 1 1 • 2 4 3 3 3

C o m p a ñ e r a s

V ta .t i jh tjp r u .c U m A ¿pa> U o¿de& 1 + 3 + 3 1 2 2 2 7. + A 3 2B la c l i í j t h e c ¿ u m jU vuZ oac .

1 -1 2 1. 1 2 1 1 1 + 2C IU to ic y p h u A p o h ja n th u Av a r . f i i v u I w l Á i . . + 1 • • 2 . • . 1 . . + 1

R a c o m ts u u m a c U c u ta x e . 2 1

C a flA C ig o n e C la . c tiijM d cU a . 1 . . . • • • . . 4*

R i c c a n d ia i i n u a t a .t ía d c t h í c a p o n e t l ’.iz . . . . . . . # . . 1 •

L a m n e a ¿ l u v . i a t i l i l . 5 . t 1

V a u c h i ' i ü t s p .• • + • 1 . - • • 2 • • •

E n u n s o l o i n v e n t a r i o :V o n t¿ m iL ü > d n Z íc .i i i t t¿ C A e n 1 : + ; r i í d c c < t t p ( ; i í s p . e n 5 : 2 ; C £ a d o p h o fu t g ú m o A c u ta . e n 3 : 1 ; ? ¿ í n t a c . o l t a huaJU.no. a x T 3 : + ; F y í¿ ¿ ¿ d e n ¿ o i m m d ó M c s e n

4 : 1 ¡E uA hcfncfU ítm c o n ¿ e x t u m e n 5 : + S c a p a i i i a u n d a t a ta . e n 8 : 2 ; S p h a g w m ¿ u b ic c u n d tm t v a r . e b e i u m e n 1 0 i+ ;V e A O K íc a 6 e c c a f> m ig a .“ ' e n 1 3 : 1 ; l h ¡ f U o p h M m s p . e n 1 7 : 2

L t p t e d ¿ c i t i u t n K ip a x i s m e n 1 8 : 2 '¡V w w 'it-c& ’u z h ü i& iita . e n 2 0 i1 iH m y tc ¡u ¡p n u m o c h f ia c c ip n e n 2 2 : 1 .

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grupo de asociaciones que han de soportar largos períodos de desecación Rhynchostegion). La alianza Fissidention crassipedis englobaría las comunidades de aguas básicas.

Esta es la ordenación que sigue también NORR (1969) en su trabajo sobre las comunidades del valle del Bode.

PHILIPPI en 1957 representa la otra tendencia en cuanto a la sinsistem ática de las comunidades muscinales acuáticas. Toma co­mo base la clasificación de KRUSENSTJERNA (1945) quien dife­rencia dos alianzas: Acicularion All. nov. y Rhynchostegion Wal- dheim, 1944. En la ordenación de este autor la alianza Acicularion engloba Brachythecietum plumo si as. nov. y Scapanietum undula- tae Schwickerath, 1944; pero PHILIPPI opina que cada una de estas asociaciones debe englobarse en alianzas propias, puesto que Acicularion de KRUSENSTJERNA carece de uniform idad fisiog- nómica. Propone, por tanto, una alianza Racomitrion acicularis —que englobaría las comunidades anfibias— y donde se incluiría Brachithecietum plumosi, y o tra alianza Scapanion undulatae —que com prendería las comunidades sumergidas— donde se incluirían Scapanietum undulatae, Nardio-Scapanietum, Chiloscypho-Scapa- nietum y Solenostomo-Scapanietum.

En cuanto a la alianza Rhynchostegion, que comprende según PHILIPPI, Leptodictyetum riparii y Leskeetum paludosae, consi­dera este autor justificada su existencia, pero no apropiado el nom­bre, ya que Rhynchostegium riparium es sinónimo de Platyhypni- dium rusciforme y la lista de especies que menciona KRUSENST­JERNA no indica un Oxyrrhynchietum rusciformis, sino una co­munidad de corriente lenta con Leptodictyum riparium y Fontina- lis antipyretica; PHILIPPI la denomina Leptodictyon ripari aun­que faltan especies características propias, ya que L. riparium es sólo una especie característica del orden.

Las comunidades de musgos de aguas ácidas las engloba en el orden Brachythecietalia plumosi, m ientras que las de aguas bási­cas pertenecen al orden Leptodictietalia riparii.

Completamente aparte de estas comunidades se encuentra, se­gún PHILIPPI, la asociación Oxyrrhynchietum rusciformis, para la que crea una alianza y un orden propios y que engloba las co­m unidades salpicadas (Platyhypnidion rusciformis-Platyhypnidie- talia rusciform is), ya que la comunidad tiene pocos rasgos en co­mún con las otras comunidades, tanto en lo que se refiere a la ecología (presencia en aguas ácidas y básicas), como en el núme­ro de especies (en general, solo se presenta P. rusciforme).

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Como las separaciones entre los tres órdenes no son claros, PHILIPPI prefiere englobarlos en una única clase —Platyhypnidio- Fontinaletea— que comprenderá todas las comunidades muscina- les acuáticas.

Esta ordenación es la que sigue HERTEL (1974) y la que tam ­bién seguimos nosotros para las comunidades estudiadas en la zona de trabajo.

Clase Platyhypnidio-Fontinaletea Philippi 1956.Or. Brachythecietalia plumosi Philippi 1956.

Al. Scapanion undulatae Philippi 1956.As. Scapanietum undulatae Schwickerath 1944.

Subas, typicum Schwickerath 1944 p. p.Var. Nardia compressa Schwickerath 1944 p. p.Var. Chiloscyphus polyanthus-Riccardia sinuata Phili­

ppi 1956 p. p.Subas, fontinaletosum squamosae nova.

As. H ygrohypnetum ochracei Hertel 1974.Al. Racomitrion acicularis K rusenstjerna 1945.

As. Brachythecietum plumosi K rusenstjerna 1945.Subas, lejeunetosum cavifoliae Philippi 1956.Subas, schistidietosum Philippi 1956.

Or. Platyhypnidietalia riparioidis Philippi 1956.Al. Platyhypnidion riparioidis Philippi 1956.

As. Oxyrrhynchietum rusciformis Gams 1927.

Comunidades de situación sinsistemática incierta.As. Thamnietum alopecuri Gams 1927.Comunidad de Fissidens polyphyllus-Hyocomium armoricum (Allorge 1947) prov.

Comunidades relacionadas con la vegetación superior.Al. Glycerio-Sparganion Br.-Bl. & Siess. 1942.

As. Oenanthetum crocatae Br.-Bl., Berset & Pinto 1950. Subas, fontinaletosum squamosae nova.Subas, fontinaletosum antipyreticae nova.

D epartam ento de Botánica Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo

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ESTUDIO DE LOS GRUPOS SANGUINEOS «ABO» Y «Rh» EN ASTURIANOS DEL S.E.

POR

PEDRO GOMEZ GOMEZ

El presente estudio es una aportación más al conocimiento de los caracteres antropológicos de esta población asturiana, junto a otros ya realizados por nosotros (caracteres morfotipológicos, dermatoglifos, degustación de la PTC. etc.) asi como el conocimien­to de la antropología de la región asturiana y de la zona cantá­brica. A los estudios realizados, en otros trabajos en el valle san- tanderino de la Liebana y los leoneses de Valdeón, Sajam bre, Ca­beceras del Cea, y Esla ya estudiados (GOMEZ, 1976) aqui se añaden los datos recogidos sobre grupos sanguíneos (ABO y Rh) de los valles del S. E. asturiano limitados por la Sierra de la Cuera, los Picos de Europa y sus ramificaciones entre las cuencas del Cares y Sella.

Indudablem ente el aislamiento de estas poblaciones, debido a la falta de vías de comunicación ocasionada por lo accidentado de la geografía, ha influido en las características sociales y bioantro- pológicas de ellas.

Una idea bastante aproximada del aislamiento de esta pobla­ción nos la proporciona el estudio de las relaciones m atrim onia­les habidas (solo como adelanto de un estudio más completo) en el período 1900-1910, el 94% de los m atrim onios celebrados son endógamos, es decir, fueron contraidos entre individuos indíge­nas de la zona. Hemos tomado como punto de referencia la dé­cada de principios de siglo, ya que una de las condiciones puestas

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a los individuos para participar en la m uestra respectiva, ha sido que sus cuatro abuelos fueran oriundos de dicha zona, lo que nos rem onta en el tiempo dos generaciones más allá de la actual.

Figura 1

La Muestra estudiada.

A las cuatro poblaciones leonesas ya dichas, añadimos aquí una m uestra de 183 individuos de los valles asturianos dichos. Las condiciones de m uestra son las habituales en estos estudios: que los individuos sean oriundos de los valles por sus cuatro abuelos y que no se hallen emparentados en grado próximo, excluyendo hasta prim os carnales. Ello nos ayudará a com pletar el estudio de la distribución de las frecuencias de los grupos «ABO» y «Rh» en esta Zona Cantábrica.

La m uestra obtenida mediante punción venosa ha sido analiza­da posteriorm ente en el laboratorio. Para ello se ha empleado el método de porta-objetos (el método del tubo se ha usado en casos dudosos). Los sueros usados en la determinación han sido los de las casas ORTHO y DADE, comunmente empleados en estas deter­minaciones.

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FRECUENCIAS DEL «ABO» EN ASTURIANOS DEL S. E. Y DISTRIBUCION REGIONAL

CUADRO NUM. 1: Número de muestra, frecuencias fenotípicas re­lativas del «ABO».

POBLACIONES N O A B AB

Asturianos del S. E. 183 0,5300 0,3880 0,0492 0,0338Valdeón ......... 100 0,4400 0,4500 0,0700 0,0400Sajam bre ........ 45 0,4000 0,4444 0,0444 0,1111Esla .................. 248 0,3589 0,4758 0,1290 0,0363Cea ................... 117 0,4188 0,5043 0,0256 0,0513Asturias ......... 13649 0,4321 0,4556 0,0763 0,0359León ................. 11628 0,3615 0,5106 0,0832 0,0448Santander ..... 7809 0,3926 0,5007 0,0703 0,0364Palencia ......... 4604 0,3566 0,5035 0,0812 0,0586Vasco E sp........ 1298 0,5410 0,4060 0,0370 0,0130

CUADRO NUM. 2: Frecuencias génicas del sistema «ABO».

POBLACIONES «r» «p» «q»

Asturianos del S. F, 0,7355 0,2311 0,0334Valdeón .......... 0,6682 0,2808 0,0501Sajam bre ....... 0,6712 0,2932 0,0350Esla .................. 0,5887 0,3126 0,0987Cea ................... 0,6636 0,3167 0,0196Asturias .......... 0,6555 0,2870 0,0576León ............... 0,5999 0,3335 0,0665Santander ...... 0,6656 0,2711 0,0633Palencia .......... 0,5901 0,3375 0,0723Vascos Esp. .. 0,7350 0,2370 0,0240

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Los datos han sido tomados de PICAZO J. (1964) para las cua­tro provincias, los de los Vascos de MARQUER (1963) y los de otras poblaciones de GOMEZ (1976).

La distribución de frecuencias de este sistem a acusan una he­terogeneidad de acuerdo con la geografía. En la distribución del

FRECUENCIAS GENIOAS DEL ALELO "0"

Figura 2

alelo «r» del grupo «O» (figura 2) los Asturianos del S. E. destacan notoriam ente, por sus niveles de frecuencias, entre las poblacio­nes lim ítrofes: Asturianos en general, santanderinos y leoneses de Valdeón, Sajambre, Cea y, sobre todo, del Esla. Por o tra parte es­tas frecuencias acercan los Asturianos del S. E. a la media dada por MARQUER (1963) para las poblaciones de vascos españoles (0,735).

En líneas generales en la distribución de dicho alelo en la re­gión existe un aumento de frecuencias de S. a N. de León a Astu­rias y de Palencia a Santander.

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En la distribución de frecuencias del grupo «A» (figura 3) los asturianos del S.E. difieren de las poblaciones leonesas de Valdeón y Sajam bre de los Santanderinos y también de la población astu­riana general. De nuevo los asturianos del S.E. se acercan a la me­dia de frecuencias dadas por MARQUER para los vascos españoles (0,2311).

FRECUENCIAS GENICAS DEL ALELO "A"

Figura 3

Grupo (A»: respecto a la distribución de frecuencias fenotípi- cas y alélicas del grupo «O» (ver cuadro 1, figura 2) los Asturia­nos del S.E. difieren, por sus bajos niveles de frecuencias, de las poblaciones del entorno geográfico: Asturianos, Santanderinos, Leoneses de Valdeón y Sajambre, poseen niveles más bajos.

Inversam ente a lo apuntado para el grupo «O» existe en el « un descenso de frecuencias de Sur a Norte.

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Grupo «B»: en las frecuencias de este grupo los Asturianos delS. E. (cuadro 1, figura 4) poseen unas frecuencias próximas a las halladas en Sajambre, e inferiores al resto de las poblaciones li­mítrofes, salvo la población del Cea, que se halla situada más al sur, sin lim itar directam ente con la asturiana aquí estudiada.

FRECUENCIAS GENICAS DEL ALELO "B"

Figura 4

La distribución del alelo «B», aunque existe un nivel inferior de frecuencias en Santander respecto a Palencia, y en Asturias res­pecto a León, la distribución geográfica dentro de la región mues­tra una mayor divergencia en su distribución.

Los leoneses del Esla poseen unos valores de frecuencias más elevados que la población total de leoneses y que los palentinos, e incluso son superiores a todas las frecuencias provinciales halla­das por PICAZO (1964) dentro de la península.

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Por el contrario estas frecuencias disminuyen casi hasta desa­parecer en la población del Cea, que posee un nivel notablem ente inferior a la de los leoneses en general, a la del Esla y a la palen­tina.

FRECUENCIAS DEL Rh —

CUADRO N.° 3: frecuencias porcentuales del Rh (—)

POBLACIONES N Rh (—)

Asturianos del S .E ........................................................ 183 23,50Valdeón (GOMEZ, 1976) ............................................ 100 27,00Sajam bre (GOMEZ, 1976) .......................................... 45 15,56Esla (GOMEZ, 1976) .................................................... 256 21,09Cea (GOMEZ, 1976) .................................................... 117 8,55Asturianos Hors y G. Marcos 1951a) ..................... 1342 17,29

(Pons 1964a)Leoneses (Hors 1951a) ................................................ 200 18,00Tierra de Campos y Montes de Torozos (MESA,

1975) 361 18,83M aragatos (Hors 1951a) ............................................. 300 17,00Vascos Esp. (MARQUER, 1966) ............................... 1673 25,10

La distribución de frecuencias del grupo R h — (figura 4) vienedada en frecuencias fenotípicas porcentuales del Rh —. usamos di­chas frecuencias porcentuales para poder com parar las de esta po­blación con otras anteriorm ente estudiadas por otros autores. El valor de frecuencias del R h — de los Asturianos es elevado, sola­mente superado por los leoneses de Valdeón y algo superior, aun­que próximo, al de los leoneses de Esla. El nivel de frecuencias de la población de Valdeón para este carácter se acerca, e incluso su­pera al prom edio de los vascos españoles (25,10%), según los datos dados por MARQUER, y aún cuando las otras dos series son infe­riores a ellas las frecuencias se acercan a las de dicha serie.

Nuevamente se m uestra la discordancia de la población leone­sa del Cea, que difiere por su bajo nivel del resto de todas las po­blaciones de esta zona de la cantábrica,palentinos y asturianos,

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igualmente los leoneses de Sajambre difieren de los leoneses del Esla, Valdeón y Asturianos.

El valor de frecuencias del R h — es ligeramente superior en León y Palencia que en Asturias.

DISCUSION Y CONCLUSIONES

Las características de estas poblaciones estudiadas (GOMEZ,1976) como son el número reducido de la población y el aislamien­to en que se han mantenido hasta el presente, como lo dem uestran

FRECUENCIAS FENOTIPICAS DEL "Rh” NEGATIVO

Figura 5

las elevadas frecuencias de matrim onios endógamos en los valles, nos hacen pensar en fenómenos del azar y efectos de la consagui- nidad dentro de las poblaciones. Que el aislamiento es una condi­ción im pórtate, se dem uestra por el contraste que existe en la dis­

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tribución de grupos sanguíneos hallada entre poblaciones más nu­merosas. Grandes poblaciones humanas con pocas restricciones a la emigración tienen numerosos parecidos en las frecuencias de cada grupo. Cuando ocurren cambios en las frecuencias génicas, estos son graduales, de una población a otra, form ando patrones clinales de variación. De este modo la emigración génica entre las poblaciones mayores parece superar cualquier tendencia hacia la diferenciación abrupta que se observa en los grupos pequeños y aislados.

Pensamos que la existencia de pequeñas comunidades repro­ductivas aisladas con extraordinaria variación intergrupal, en las frecuencias de alguno, pero no en todos los alelos conocidos, hace sospechar que la deriva génica sea responsable de tales variacio­nes (PONS, 1961).

Dichas condiciones parecen encontrarse cumplidas en el caso de las poblaciones de la zona cantábrica aquí estudiada.

Estos efectos de la deriva pueden ser potenciados por los de la consanguinidad, que sabemos es grande en estas poblaciones. Val- deón posee una elevada proporción de m atrim onios de doble con­sanguinidad en tercer grado, primos segundos). Este hecho pue­de dejarse no tar más de lo conveniente por su influencia, al no te­ner en cuenta en la tom a de m uestra más que el segundo grado (prim os herm anos) que fueron excluidos.

Otra causa posible es la heterogeneidad inicial de las poblacio­nes con una distin ta participación de las diferentes tipologías co­mo hemos visto. También entra dentro de lo posible, dado el nú­mero pequeño de habitantes de los castros celtas, que según histo­riadores y etnólogos parece han contribuido en gran parte a la for­mación de las poblaciones actuales de la región, que las diferen­cias aparecieran desde el principio.

Como conclusión de este trabajo sólo harem os referencia a la im portancia de la geomorfología y geografía en general, en las di­ferencias tipológicas y genéticas de las poblaciones humanas. Así como la coincidencia en algunas características con los pirenaico occidentales, aunque esperamos nuevos datos de los estudios que en la actualidad se están realizando en el Departamento de Antro­pología de la Universidad de Bilbao.

Departamento Anatomía y Antropología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo

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BIBLIOGRAFIA

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APARICION DE UN PH YSETER MACROCEPHALUS L. EN GIJON (ASTURIAS)

(CETACEA, ODONTOCETI, PHYSETERIDAE)

POR

M. CONCEPCION PEREZ GARCIA

El día 18 de Mayo de 1977 apareció un cetáceo em barrancado en la pequeña playa de la Ensenada muy próxima al muelle inte­rio r de Gijón (Asturias). Se trataba de un Physeter macrocephalus (P. catodon) L., conocido vulgarmente por el nombre de cachalote. El ejem plar estudiado era un macho que pesó, cinco días después del hallazgo, unas 19 toneladas aproximadamente (Fig. 1).

Suponemos que el animal había muerto en alta m ar, debido a las fuertes lesiones producidas por la colisión contra algún barco, ya que presentaba tres profundos cortes en la cabeza, como puede apreciarse en la Fig. 2.

Se tom aron algunos datos biométricos y morfológicos en el mis­mo lugar del hallazgo, al igual que las fotografías que acompañan a esta nota.

Para la tom a de las medidas, que a continuación se mencionan, se ha seguido el método internacional de K.S. NORRIS (1961); di­chos datos biom étricos son los siguientes:

1. Longitud total, tom ada desde el extremo de la m andíbula superior hasta la unión de los dos lóbulos de la aleta cau­dal: 10.600 mm.

2. Altura de la aleta dorsal, desde el extremo proximal hasta el extremo distal: 290 mm.

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3. Longitud de la base de la aleta dorsal: 890 mm.4. Anchura máxima de la aleta caudal: 2.700 mm.5. Profundidad de la hendidura media entre los dos lóbulos

de la cola: 190 mm.6. Longitud desde el extremo de la m andíbula superior hasta

la inserción de la aleta pectoral: 2.820 mm.7. Longitud de la aleta pectoral tom ada desde la inserción

anterior de la misma hasta su extremo: 1.150 mm.8. Anchura máxima de la aleta pectoral: 500 mm.9. Longitud desde el extremo de la m andíbula superior hasta

la com isura bucal: 1.900 mm.10. Longitud desde el extremo de la m andíbula superior hasta

el centro del ombligo: 4.700 mm.11. Longitud desde el extremo de la m andíbula superior hasta

el punto medio del orificio genital: 5.730 mm.12. Longitud desde el extremo de la m andíbula superior hasta

el punto medio del ano: 6.900 mm.

En la Fig. 4 se presenta un esquema de cómo se han tomado las anteriores medidas.

En la figura 1 se puede observar que el ejem plar, motivo de la nota, carece de mandíbula inferior, pues había sido cortada con el fin de extraer los dientes; aprovechamos la coyuntura para con­tarlos y m edir algunos, resultando 34 dientes funcionales distribui­dos de la siguiente forma:

Rama m andibular derecha: 16 dientes.Rama m andibular izquierda: 18 dientes.

Se observó el maxilar superior y no se vió ningún diente vesti­gial, quizás estuviesen recubiertos por la piel de las encías. La al­tu ra media de los dientes medidos fué de 86 mm. y el diám etro máximo medio de 45 mm.

El ejem plar presentaba una coloración gris azulado oscuro en las partes superiores, blanca en las inferiores y parcialm ente blan­co en los flancos, pues se fundían los dos colores.

La distribución geográfica de esta especie es muy amplia. Se citan ejem plares encallados en casi todas las costas europeas.

CASINOS v VERTCAD ('1976') recopilan para las costas v m a­res españoles de la Península Ibérica (incluyendo las islas Balea­res y el Estrecho de G ibraltar) 14 citas de cachalotes. La más re­ciente corresponde a un ejemplar de 9 m. de longitud total que

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apareció flotando, con heridas de arpón, en S’Arenal (Mallorca) el 8 de Marzo de 1952 (Anonym us, 1952).

CASINOS y FILELLA (1975) citan un ejem plar em barrancado en el Puerto San Miguel (Ibiza) en los prim eros días del año 1973. XAMPENY y FILELLA (1976) han dado datos sobre tres cachalo­tes machos capturados frente a las costas atlánticas de Galicia el día 11 de Agosto de 1974, y, finalmente, CASINOS et al. (1977) es­tudiaron un ejem plar macho, con la mandíbula inferior fractura­da, capturado por los balleneros de la factoría de Cangas de Mo- rrazo (Pontevedra) el día 12 de Julio de 1975.

Para las costas asturianas sólo tenemos dos referencias: la pri­m era corresponde a un ejem plar capturado en Tazones en el año 1778 (CABRERA, 1914). La segunda es la de un animal de unos 17 m. de longitud total encallado en Arnao (Avilés), el 7 de Abril de 1942 (PLANCHUELO, 1942).

No obstante, NOVAL (1976) señala la presencia de un grupo de 50 cachalotes m erodeando las costas de Asturias, entre Gijón y Ri- badesella, en los prim eros días de Mayo de 1976, pero sin aportar más datos.

AGRADECIMIENTO

Debo agradecer la gran colaboración de R. Corbato Coto, que obtuvo los datos m erísticos y realizó las fotografías que se adjuntan. (Recibido el 26 de Mayo de 1978)

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RESUMEN

Se cita un ejem plar de Physeter macrocephalus L. varado en Gijón (Asturias), el día 18 de Mayo de 1977. Se incluyen algunos datos biom étricos y morfológicos sobre el mismo. Según nuestras referencias es la tercera cita de esta especie en la costa asturiana.

RESUME

Cette note s'occupe d'un exemplaire de Physeter macrocepha­lus L. qui s’est échoué à Gijón (Asturias), le 18 Mai 1977. On appor­tent des données morfologiques et des m ensurations sur cette spé­cimen. A notre connaissance c'est la trosième fois que l'on signale des Cachalots pour les côtes du Asturias (Mer Cantabrique).

SUMMARY

Record of a sperm whale in Gijón (Spain).A specimen of Physeter macrocephalus L. stranded at Gijón,

N orthern Spain, on 18 th May 1977 is recorded and biom etric, morphological and colour data are given. This is the third record of the species in the coasts of Asturias.

Departamento de Zoología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo

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Fig. 1.— P h yse ter mctcrocephalus L. Ejemplar macho encallado enGijón.

F ig. 2.— D etalle de la parte anterior de la cabeza de P h yse te r m a-crocephalus L.

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Fig. 3.— A leta caudal de P h yse ter m acrocephalus L. en la que pue­de observarse la hendidura m edia entre los dos lóbulos de la cola-

(Fotos: R. Corbato).

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BIBLIOGRAFIA

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APUNTES PARA UN CATALOGO DE LOS PECES DE ASTURIAS:

II Pholis gunnellus (Linnaeus, 1758), (Pisces, Percomorphi, Pholi- dae), nueva especie para la fauna ibérica

POR

JUAN LUIS DOMENECH y MIGUEL M. DE LA HOZ

INTRODUCCION:

Como ya apuntábam os en un prim er trabajo (De la Hoz y Or- tea, 1975-1976), proseguimos con la recogida de material íctico en aguas de Asturias, con el objetivo de ir ampliando la lista de los peces de la región.

En base a los resultados obtenidos, lanzamos la hipótesis de que las aguas de nuestra región presentan unas condiciones muy especiales, con lo que las posibilidades de encontrar especies inte­resantes para la fauna m arina eran muy amplias.

Estas puntualizaciones se han vuelto a ver reforzadas con la determinación de otras nuevas citas, que lo son además de para Asturias, para la Península Ibérica y Norte de España.

Así sucede que Pholis gunnellus es citada por prim era vez en la Península Ibérica, Chlorophthalmus agassizi lo es para el Norte de España y que Cyttus roseus constituye la cuarta cita que sobre este pez se hace en Europa, destacándose lo cercano en el tiempo que se producen sus capturas (Quéro, 1970, Blacker, 1973 y Quéro y Robles Pariente, 1977), a su vez el área de distribución que men­cionan los últim os autores es ampliada.

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Otras especies que no incluimos en este catálogo son nuevas para la fauna íctica m arina de Asturias. Es el caso de Cottus bu- balis (Eufrasen, 1786) determinada y localizada en la ensenada de Bañugues por Domenech, y que Lozano y Rey (1952) sitúa en las regiones vecinas a la nuestra. Tanto C. bubális como C. scorpius son especies típicas de zonas rocosas y relativam ente abundantes, sobre todo la prim era, y las diferencias sistem áticas claras (pri­m era espina preopercular y membranas branquiostegas).

Así pues, los resultados de las investigaciones llevadas a cabo tanto en la zona litoral como en la m ar libre, nos m uestran resul­tados en cierto modo muy interesantes.

a g r a d e c im ie n t o :

Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a los patrones de los arrastreros con base en Avilés, Octavio Gutiérrez y Marcelo Menéndez (Melilla) por las facilidades m ostradas en to­do mom ento para la recogida del material a bordo de sus barcos, «Isla La Deva» y «Vicente Murcia», respectivamente.

n o t a :

En el apartado referente al número de ejem plares estudiados, ponemos, además del número de ellos, unas referencias:

D Z U O : Departamento de Zoología, Universidad de Oviedo, indica el lugar donde se encuentran depositados los ejem plares es­tudiados.

168.1.1/1: Esta numeración es la que CLOFNAM trae para las distintas especies determinadas en la región estudiada y la adop­tamos para los peces, que perteneciendo a este catálogo, se en­cuentren depositados en el DZUO. La últim a cifra (después de la barra) indica el número de orden de archivación.

Orden: PERCOMORPHI (Perciformes).Familia: PHOLIDAE.Especie: Pholis gunnellus (Linnaeus, 1758).Diagnosis: Muus y Dahlstróm, 19.71; Lotina, 1975; Lindberg,

1971 (para la familia).

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Sinónimos: Blennius gunnellus Linnaeus, 1758.Ophidium imberbe (Linnaeus, 1758).Gunnellus affinis (Reinhardt, 1837).Muraenoides ingens (Gilí, 1861).

Ejemplares: Uno. D Z U O - 168.1.1/1.Dimensiones: Longitud total: 116,0 mm.

Longitud cefálica: 14,0 mm.Altura del cuerpo: 17,0 mm.Diámetro ocular: 2,5 mm.

Sustrato de recogida: En cubetas que deja la bajam ar y bajo piedras cubiertas de algas, en niveles medios de marea.

Localidad: Ensenada de Bañugues, 43° 38' N. y 05° 50’ W. Fecha de recogida: 20 de Octubre de 1977.

i— i cm.

Figura 1.— Pholis gunnellus (L innaeus, 1758), nueva especie para la faunaIbérica.

Distribución general: Desde el norte de Rusia al Canal de la Mancha, para las costas continentales europeas; Islas Británicas, Islandia, sur de Groelandia y costa Este de América del Norte, desde la Tierra de Baffin a Massachuset (Fig. 3).

Distribución ibérica: Nueva para la fauna de la Península Ibé­rica.

Descripción: Pez de aspecto anguiliforme, comprimido lateral­mente y que sobrepasa en algunos casos los 250 mm. La cabeza es redondeada y pequeña, con el hocico corto y los labios gruesos, los dientes son muy pequeños. Las aletas pectorales son pequeñas y las ventrales son sumamente reducidas y en posición yugular, la aleta dorsal recorre casi toda la longitud del cuerpo y se caracte­riza por tener todos los radios óseos y de nueve a trece manchas rtegras a lo largo de su base. Las escamas son dim inutas y la piel resbaladiza, de ahí uno de sus muchos nombres llevados al caste­llano en las traduciónes. El color puede ser pardo am arillento o

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como en el caso de nuestro ejemplar de una tonalidad pardoazu- lada (Fig. 1).

Biología: Se alimenta a partir de pequeños crustáceos y otros animales marinos. Alcanza la madurez sexual a los tres años cuan­do mide entre 170 y 200 mm. (Muus y Dahlstrom, 1971). La freza la realiza entre Noviembre y Marzo, dependiendo de la latitud (Muus y Dahlstrom, 1971; Burton, 1974). Los huevos son deposita­dos en masa alcanzando en conjunto un diám etro de unos 25 mm. Eclosionan a los treinta días dando larvas de nueve a diez milíme­tros (Muus y Dahlstrom, 1971 y Burton, 1974), acto seguido emi­gran a aguas más profundas, cercanas a los sesenta metros, donde llevan vida pelágica hasta que ya jóvenes vuelven a aguas rr.ás so­meras.

lh° • is q u n n e 1 1 us guardando una puesta

en una concha, (según Erhenbaum, en

P.P. G r a s s é , 1958).

Pholis nunnellus enrollado alrededor de su

puesta (según Le Da no is, en P»P. Grassé 19F3)

Figura 2.— Pholis gunnellus (L.) y distintas form as de proteger a su puesta(de P. P. Grassé, 1958).

Nidificación: Ponen sus huevos en lugares de abrigo y sin pre­via adecuación de él. La adherencia al sustrato es debida a filamen­tos glutinosos que llevan en una parte de su superficie. Parece sér que toda la masa de huevos está recubierta por una fina película de la que depende el éxito de la freza, de ahí el cuidádo que ponen los padres para su protección (Burton, 1974). Según Gudger, 1927

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(en L. Bertin, 1958) las circunstancias influyen sobre Pholis de tal form a que si no encuentra una concha vacía o a su conveniencia, se contenta con enrollarse alrededor de la puesta, ésta acción la realizan tanto el macho como la hem bra (Fig. 2).

H abitat: Es un genuino pez bentónico de aguas poco profundas, que prefiere grupos de rocas cubiertas de algas. Frecuentemente habita la zona interm areal (Hureau y Monod, 1973). De larva lleva vida pelágica (Muus y Dahlstróm, 1971).

Nombres castellanos: Dentro de la literatura científica consul­tada en castellano, de traducciones de otros idiomas fundam ental­mente, encontram os las siguientes denominaciones:

Pez m antequilla (Muus y Dahlstróm, 1971).Bienio anguila (Burton, 1974).Nueve ojos (Burton, 1974).Aguila de Manteca (Burton, 1974).Regala de roca (Herald, 1966).Pez m anteca (Herald, 1966).Creemos que el segundo es el más apropiado, ya que otros nom­

bres son utilizados para denominar otros peces (Burton, 1974). Para Asturias proponemos el nombre de BABOSU MANTECA.

Orden: ZEOMORPHI (Zeiformes).Familia: ZEIDAE.Especie: Cyttus roseus (Lowe, 1843).

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Diagnosis: Albuquerque, 1954-56; Quéro y Robles Pariente, 1977. Sinónimos: Zeus roseus Lowe, 1843.Ejemplares: Uno. D Z U O - 120.3.1/1.Dimensiones: Longitud total: 126,6 mm.

Longitud cefálica: 46,7 mm.Longitud ocular: 30,2 mm.Distancia interorbitaria: 9,9 mm.Altura del cuerpo: 60,9 mm.Anchura del pedúnculo caudal: 6,8 mm. Diámetro ocular: 14,6 mm.

Sustrato de recogida: Sobre fondos de arena, entre 235 y 375 m etros de profundidad.

Localidad: Banco de pesca de Las Tiberas (Playa de ...), 43° 59' a 43° 56' 30" N. y 6o 66' a 6o 41' W.

Fecha: 22 de Abril de 1977.

Distribución general: Golfo de Guinea, Marruecos, Madeira y Península Ibérica.

Distribución Ibérica: Costas de Portugal y NW. de España. Su área de dispersión aum enta hacia el Este, aunque poco. Su pre­sencia viene a corroborar los resultados obtenidos por Quéro y Ro­bles Pariente, 1977 (Fig. 5).

Descripción: Presenta ocho radios branquióstegos, carece de escudos espinosos bajo las aletas dorsal y anal como sucede en

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los otros dos representantes de la familia en aguas europeas, en la aleta anal, se encuentran dos radios espinosos. Su coloración es rosácea presentando zonas ventrales casi transparentes. Alcan­za un tam año máximo de 350 mm. La boca es sumam ente protác- til y está provisto de pequeñísimos dientes (Quéro y Robles Pa­riente, 1977; Albuquerque, 1954-56), (Fig. 4).

* C yttu s roseus (Lowe)Figura 5.— L ocalidades de captura. ® P holis gunnellus (L innaeus)

* Chlorophthalmus agassizi Bonaparte

Biología: No conocemos ninguna referencia al respecto.H abitat: En las aguas de la Península Ibérica es capturado con

cierta frecuencia en los fondos de la plataform a y dej talud con­tinental.

Citas para Ibéria: De la literatura científica consultada tene­mos:

1970, Quéro en NW. de España.1973, Blacker en W. de Portugal.1977, Quéro y Robles Pariente en NW. de España.Nombres en castellano: No tenemos ninguna referencia en la

bibliografía citada. Proponemos como denominación para el cas­tellano el de SAN PEDRO ROSA, ya que los m arineros de la zona lo identifican como tal, señalando que es «diferente», en «algo». Para Asturias proponemos el de SANMARTIN ROXIU.

Orden: INIOMI (Scopeliformes).Familia: CHLOROPHTHALMIDAE.Especie: Chlorophthalmus agassizi Bonaparte, 1840.

- -i—

Diagnosis: Lozano Rey, 1947; Smith, 1965; Tortonese, Lotina, 1975.

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Sinónimos: Hyphalanedrus chalybeius Goode, 1881.Pelopsis caudata Facciolá, 1883.

Ejemplares: Uno. D Z U O - 55.1.1/1.Dimensiones: Longitud total: 136,1 mm.

Longitud ocular: 10,5 mm.Longitud cefálica: 32,0 mm.Anchura del pedúnculo caudal: 7,7 mm.Altura del cuerpo: 17,5 mm.Distancia interorbitaria: 3,8 mm.Diámetro del ojo: 17,0 mm.

Sustrato de recogida: Fondos de arena entre 235 y 350 m etros de profundidad.

Localidad: Banco de arrastre de Las Tiberas (Playa de ...), 43° 59’ a 43° 56' 30” N. y 6o 55’ a 6o 41' W.

Fecha: 12 de Abril de 1978.Distribución general: Mediterráneo, Península Ibérica (m edite­

rránea), Mar de los Sargazos, Cabo Verde, Azores, en las costas am ericanas de Massachuset a las Guayanas y en el sur de Africa.

Figura 6.—Chlorophthalmus agassizi Bonaparte, 1840 y su postlarva(según Toaning).

Distribución Ibérica: Nueva para la zona norte de la Península; está citada en las aguas m editerráneas (Baleares) (Fig. 5).

Descripción: Cabeza deprimida al igual que el hocico, ojos muy grandes y ovalados, de color verde amarillento. La boca es de ta­maño normal, sin sobrepasar su parte posterior, la vertical del centro del ojo; la mandíbula inferior es prom inente, los dientes son dim inutos y dispuestos en varias filas, el vómer y los pala­tinos están también provistos de dientes. Puede alcanzar más de 200 mm., la línea lateral tiene de 50 a 55 escamas alargadas. La prim era dorsal, las ventrales y la anal son más altas que largas.

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El color es am arillo parduzco con finas bandas y punteaduras de cromatóforos dispuestos de forma regular por el cuerpo y de co­lor negro (Fig. 6).

Biología: Se nutre de crustáceos y pequeños cefalópodos (Tor- tonese, 1970). Según Mead (en Tortonese, 1970), es herm afrodita. La larva es pelágica presentando bandas de crom atóforos anchas y oscuras en los flancos del cuerpo. La postlarva a los 25 mm. de longitud tiene una mancha negra en la base del pedúnculo caudal y otra en la base de la aleta dorsal (Fig. 6). Su carne es comesti­ble (Tortonese, 1970).

Habitat: Pez epipelágico cuando larva, se hace batial cuando adulto. Vive en los mares templados y cálidos. Se le puede pescar en los lugares cercanos a la costa pero lo más frecuente es hacerlo en la plataform a y talud continental.

Nombres castellanos: Sólo conocemos denominación en nues­tro idioma para este pez en Lotina, 1975, que lo llama OJIVERDE, nombre que consideramos muy apropiado si tenemos en cuenta que su etimología latina del género quiere decir ojo verde.

Para Asturias proponemos el de VERDIGÜELLU.

Discusión: Tres nuevas especies han sido citadas en Asturias con un ejem plar cada una. Tienen área de distribución septentrio­nal la prim era de las estudiadas y m editerránea y atlántica cálida y tem plada las otras dos. Esto viene en parte a confirm ar que en las costas asturianas se debe de encontrar una zona de mezcla de dos sistemas de aguas diferentes.

R E S U M E N

Una nueva especie para la fauna ibérica es citada en este tra ­bajo, se tra ta de Pholis gunnellus (Linnaeus, 1758) único represen­tante europeo de la familia Pholidae.

Cyttus roseus (Lowe, 1843) es nuevamente encontrado en aguas Ibéricas tras las recientes menciones de Quéro y Robles Parien­te (1977).

Finalmente una nueva especie para el Norte de España, Chlo- rophthalmus agassizi Bonaparte, 1840 se cita en este trabajo.

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R É S U M É

Une nouvelle espèce pour la faune Iberique a été cité dans cet travail, il s'agit de Pholis gunnellus (Linnaeus, 1758), étant l'u ­nique represéntam e européenne de la famille Pholidae.

Cyttus roseus (Lowe, 1843) a été retrouvée dans les eaux Ibéri­ques après avoir été cité par Quéro et Robles Pariente (1977).

Finallement, on a trouvé pour le Nord de l'Espagne une nou­velle espèce: Chlorophthalmus agassizi Bonaparte, 1840.

Departamento de Zoología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo. ESPAÑA.

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POLIPLACOFOROS DE LAS COSTAS ASTURIANAS

I. ESTUDIOS TAXONOMICOS

POR

NURIA ANADON

INTRODUCCION

Siendo los Moluscos un grupo bastante estudiado sorprende, sin embargo, la escasez de estudios faunísticos dedicados a la cla­se Poliplacóforos, grupo preferentemente de zonas interm areales y por lo tanto de fácil recolección, aunque —y esta podría ser la razón— de difícil determinación.

En las costas ibéricas, los trabajos que aportan datos sobre Poliplacóforos son muy escasos (HIDALGO, 1867, 1883, 1890, 1917; MALUQUER, 1915; NOBRE, 1938/40). Hay estudios más recientes sobre las costas m editerráneas (CASTELLO, 1973; ROS y ALTIMI- RA, 1977) pero no existen trabajos similares recientes sobre las costas atlánticas. Por ello creemos que es interesante dar una idea de la composición faunística de los Poliplacóforos de las costas atlánticas españolas, iniciándola con este estudio sobre la costa asturiana. A éste seguirá otro estudio ecológico de los Poliplacó­foros asturianos, de los que sólo existen citas esporádicas e im pre­cisas en los trabajos de HIDALGO.

MATERIAL Y METODOS

Hemos procurado reunir m uestras de todo el litoral asturiano, desde la ría del Eo hasta la zona oriental de Asturias, obtenidas en distintos meses del año y especialmente en 1977 y 1978.

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Los ejemplares se han obtenido por dos métodos: a p artir de m uestras obtenidas por rascado de una superficie rocosa de la que se recogían todos los organismos, separando posteriorm ente los Poliplacóforos para su identificación; o bien recogiendo ejem ­plares bajo las piedras que quedan al descubierto en la bajam ar, y en grietas de rocas.

Por el prim er método se recogieron sobre todo ejem plares de muy pequeño tamaño que se encontraban entre otros organismos como algas, crustáceos, otros moluscos, etc. Por el segundo ejem ­plares, en general de mayor tamaño, que se encontraban en la cara inferior, no iluminada, de piedras más o menos desprovistas de vegetación.

Para la localización de los lugares m uestreados dividimos la cos­ta asturiana de acuerdo con el sistema de coordenadas U.T.M., en cuadrículas de 100 Km. de lado, según recomienda la European Invertebrate Survey (C.I.E.) para facilitar estudios biogeográficos posteriores de los distintos grupos.

A continuación damos una lista de las estaciones m uestreadas indicando el concejo al que pertenece y las coordenadas U.T.M. con precisión de cuadrados de 1 Km. de lado:

1.—Playa de Salías (Castropol) 29 T PJ 60212.—Ensenada de Cartavio (Coaña) 29 T PJ 79253.—Playa de Cada vedo (Luarca) 29 T QJ 12264.—Playa de Oviñana (Cudillero) 29 T QJ 24295.—Concha de Artedo (Cudillero) 29 T QJ 26276.—Playa de Verdicio (Gozón) 30 T TP 68357.—Playa de Bañugues (Gozón) 30 T TP 73348.—Playa de Aramar (Gozón) 30 T TP 76329.—Playa de Peñarrubia (Gijón) 30 T TP 8825

10.—Playa España (Villaviciosa) 30 T TP 962411,—Pedrero de Rodiles (Villaviciosa) 30 T UP 092212.—Playa de La Griega (Colunga) 30 T UP 171913.—Playa de Caravia (Caravia) 30 T UP 231614.—Ribadesella (Ribadesella) 30 T UP 341415,—Playa de San Antolín de Bedón (Lianes) 30 T UP 501116,—Lianes (Lianes) 30 T UP 570917,—Buelna (Lianes) 30 T UP 6906

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Situación de las estaciones muestreadas.

RESULTADOS

Los resultados obtenidos se exponen a continuación en form a de inventario. La clasificación que seguiremos en éste coincide fundam entalm ente con la de BERGENHAYN (1955); para cada es­pecie damos los sinónimos más utilizados, el tam año máximo de los ejemplares obtenidos, las localidades donde se han recogido, núm ero de ejemplares, su distribución en las costas ibéricas y sus características principales.

Clase POLIPLACOPHORA Orden NEOLORICATA Bergenhayn, 1955 Suborden LEPIDOPLEURINA Thiele, 1909 Familia Lepidopleuridae Pilsbry, 1892

Lepidopleurus cajetanus (Poli, 1791)Lepidopleurus cancellatus (Sowerby, 1839)

Suborden ISCHNOCHITONINA Bergenhayn, 1930 Familia Chaetopleuridae Píate, 1899

Chaetopleura fülva (Wood, 1815)Familia Ischnochitonidae Dalí, 1889

Lepidochiton cinereus (Linneo, 1766)Familia Callochitonidae Píate, 1901

Callochiton laevis (Montagu, 1803)Suborden ACANTHOCHITONINA Bergenhayn, 1930 Familia Acanthochitonidae Hedley, 1916

Acanthochiton com m unis (Risso, 1826)Acanthochiton fascicularis (Linneo, 1766)El inventario, basado en esta clasificación, es el siguiente:

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Le pid o pl e u r u s cajetanus (Poli, 1791).

Sinonimia: Holochiton (Lepidopleurus) cajetanus (Poli)Es una especie no muy abundante, de la que sólo tenemos 5

ejem plares correspondientes a tres localidades: Oviñana, Concha de Artedo y Aramar.

Las dimensiones máximas encontradas para los ejem plares de Asturias son similares a las dadas por HIDALGO (1917), LELOUP y VOLZ (1938) y NOBRE (1938/40). El ejem plar de la playa de Aramar es el mayor de los cinco, con 27 mm. de longitud y 6 mm. de anchura.

Distribución.— Lepidopleurus cajetanus tiene una distribución amplia, estando citada por HIDALGO (1917) en num erosas locali­dades m editerráneas y en alguna atlántica, así como en Guetaria y Asturias (sin especificar) para el N de España.

Características de la especie.—Tiene form a alargada, con los bordes laterales paralelos y forma semicircular en el extremo an­terior, siendo la parte posterior más aguda, de tipo ovoide.

La concha está formada por placas espesas, altas, no carenadas y con ornamentaciones características que hacen a esta especie fá­cilmente distinguible.

Placa anterior adornada con 7 a 10 cordones espesos, concén­tricos, separados por surcos. Las placas interm edias presentan es­trías longitudinales finas e irregulares en el área central; en las áreas laterales, que son triangulares más espesas y sobresalientes, aparecen cordones horizontales concéntricos similares a los de las placas terminales. La placa caudal es un poco distinta a la cefáli­ca, tiene form a semioval con el ápice prominente. La parte anterior de esta placa está adornada con líneas finas longitudinales simila­res a las de las áreas medianas de las placas interm edias y la par­te posterior, por cordones espesos concéntricos con gran inclina­ción.

En los ejemplares de mayor tamaño el aspecto de la concha es un poco diferente, por el desgaste y ro tura de las áreas medias, más delgadas en su porción posterior; adquiriendo así esta parte posterior la form a de W abierta e irregular que proporciona al ejem plar un aspecto muy tosco que no tiene en los individuos más jóvenes.

La zona marginal es estrecha, de color blanquecino-amarillen- to. La coloración general del animal es amarillo-tostado, más o menos oscurecido según los ejemplares.

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Esta especie se encuentra pegada a las rocas en los niveles in­feriores de las mareas vivas.

Le pid o pl e u r u s can cellatus (Sowerby, 1839)

Es una especie no muy abundante, sólo disponemos de cuatro ejemplares, dos procedentes de la playa de la Griega (Colunga) y los otros de Bañugues.

Las dimensiones máximas de nuestros ejemplares son menores que las dadas por HIDALGO (1917) y LELOUP y VOLZ (1938) pa­ra la especie (7 mm.) pues el mayor de nuestros ejem plares tiene 5 mm. de largo por 2,5 de anchura.

Distribución .—Esta especie sólo ha sido citada por HIDALGO (1917) en el norte y noroeste de España, no estándolo en las costas de Portugal. Las citas del Cantábrico son de Guetaria y Asturias, sin especificar localidad en esta última. En las costas m editerrá­neas españolas tampoco ha sido citada hasta ahora, estándolo sin embargo en el Adriático (LELOUP y VOLZ, 1938). Esta escasez de citas en el litoral ibérico posiblemente se deba al pequeño tam año de la especie, que hace que pase desapercibida.

Características de la especie.—Esta especie tiene form a oval alargada, con los bordes laterales paralelos, arqueada regularm en­te pero sin carena y con zona marginal estrecha. La anchura es aproxim adam ente igual a la mitad de la longitud.

La placa cefálica tiene forma semicircular con radios granulo­sos poco definidos y la placa caudal tiene también form a semi­circular pero con un ápice prominente y con mucha inclinación. Las placas interm edias, que tienen forma rectangular, m uestran en sus áreas medias unas líneas granulosas longitudinales m ientras que en las áreas laterales presentan gránulos en disposición radial poco ordenada.

La zona m arginal es estrecha y presenta escamas no imbricadas y con una fran ja por el borde inferior de espículas cortas.

La coloración de fondo es am arillo-anaranjado o blanquecino, pero con frecuentes zonas ennegrecidas dispuestas sobre todo en las placas cefálica y caudal y en las áreas laterales de las placas intermedias.

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Chaetopleura fulva (Wood, 1815)

Sinonimia: Chiton fulvus (Wood, 1815)De esta especie poseemos un ejemplar procedente de la ría del

Eo (playa de Figueras, próxima a la de Salías) en Asturias y otro de la provincia de Santander.

Las dimensiones del ejem plar de Figueras son 42 mm. de lon­gitud y 27 de anchura, las del ejemplar de Santander un poco m a­yores: 50x28 mm. Estas dimensiones se encuentran entre las nor­males para la especie, según HIDALGO (1917) y NOBRE (1938/40).

Distribución.— Chaetopleura fulva es una especie de distribu­ción preferentem ente atlántica. La única cita m editerránea corres­ponde a G ibraltar, HIDALGO (1917). Para el norte de España sola­mente ha sido citada en varias localidades gallegas, las más sep­tentrionales, Portosín y Mugardos; por lo tanto constituye la pri­m era cita para el Cantábrico y para las costas asturianas.

Características de la especie.—De todas las especies de quito- nes de nuestras costas es el de mayores dimensiones.

Tiene concha alargada, bastante ancha, espesa, con carena en la línea media. La placa cefálica tiene form a más oval y es menor que la caudal. Las seis placas intermedias son subcuadrangulares.

Las áreas medianas o centrales de las placas están ornam enta­das con num erosas líneas longitudinales granulosas, un poco irre­gulares, que en la zona media están más espaciadas. Las áreas la­terales y las áreas de las placas cefálica y caudal presentan líneas radiales divergentes y no granulosas.

La zona m arginal es coriácea más o menos uniform e pero con algunas espinas dispersas salientes y de color castaño claro.

La coloración de la concha es castaño-verdosa, con las líneas que constituyen la ornamentación blanquecinas y zonas ennegre­cidas preferentem ente en las áreas centrales.

Vive sobre piedras en fondos lodosos.

Lepido ch ito n c in e r e u s (Linneo, 1766)

Sinonimias: Trachydermon cinereus (Linneo), Lepidopleurus marginatus Pennant.

Es una especie bastante frecuente en la mayoría de las playas muestreadas, habiéndola recogido en las siguientes: Salías (Cas- tropol), Cadavedo, Oviñana, Bañugues (Gozón), A ramar (Gozón), Peñarrubia (Gijón), Rodiles (Villaviciosa), Caravia y San Antolín

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de Bedón (Llanes). El número de ejemplares recogido en cada una de las localidades se m uestra en el Cuadro I.

Las dimensiones máximas encontradas para la especie en As­turias son 19 mm. de largo por 9 de ancho, que están dentro de los límites dados por HIDALGO (1917), NOBRE (1938/40) y LELOUP y VOLZ (1938).

Distribución.—Tiene una distribución amplia, tanto atlántica como m editerránea. En Asturias había sido citada únicamente en Candás por HIDALGO (1917).

Características de la especie.—Es una especie muy polimorfa debido a las variaciones de color que presenta.

Tiene form a ovalada, ancha, con la concha bastante convexa, levemente carenada. La placa posterior es más pequeña que la ce­fálica y ambas presentan 8 ó 9. hendiduras en las láminas de inser­ción. Las placas interm edias tienen una hendidura simple.

La ornam entación de las placas está form ada por numerosos gránulos ovales dispuestos en filas longitudinales sobre las áreas medianas y desordenadam ente, pero en dirección transversal, en las áreas laterales.

La zona marginal es estrecha, con pequeñas escamas im brica­das, y bordeada de una franja de espículas.

La coloración es muy variable, por lo cual esta especie fué con­siderada como dos distintas (NOBRE, 1938/40): Chiton cinereus y Chiton marginatus. A la descripción de Chiton cinereus correspon­den los ejem plares de color ceniciento, gris-oliváceo y con un jas­peado negruzco a veces. A la de Chiton marginatus corresponde la descripción de ejemplares más diversamente coloreados, colora­ción que puede ser uniform e pero generalmente es a manchas; los tonos más frecuentes son amarillos, rosados, naranjas, azules, et­cétera. Muchos ejemplares m uestran, además, en la parte posterior de las áreas laterales de las placas una franja muy estrecha de ban­das alternativam ente claras y oscuras.

La coloración de la zona marginal puede ser también a bandas gruesas alternativam ente claras y oscuras u homogénea, siempre en tonos claros.

Los ejem plares mayores de esta especie los hemos encontrado siempre bajo piedras o en grietas, m ientras que los más pequeños (más jóvenes) proceden del rascado de superficies rocosas.

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Callochiton l a e v is (Montagu, 1803)

Sinonimias: Callochiton achatinus (Brown, 1827); Chiton do- riae (Capellini, 1858).

Especie no muy abundante en las costas asturianas, de la que poseemos cinco ejemplares procedentes de la ensenada de Carta- vio (Coaña), Verdicio (Gozón), Bañugues (Gozón) y Ribadesella (2 ejs.).

Las dimensiones máximas de nuestros ejemplares son de 17 mm. de longitud y 11 mm. de anchura, que coinciden con las dadas por HIDALGO (1917), LELOUP y VOLZ (1938) y NOBRE (1938/40) pa­ra la especie.

Distribución.— Callochiton laevis es una especie hasta hace po­co no citada en la costa m editerránea española (ROS y ALTIMI- RA, 1977) aunque sí en la francesa, adriática y norteafricana, lo estaba tam bién para el Atlántico y el Cantábrico. En el Cantábrico esta citada por HIDALGO (1917) en San Sebastián y Asturias (sin especificar localidad).

Características de la especie.—Tiene form a oval, alargada, con zona marginal bastante ancha; las placas son casi lisas, discreta­mente carenadas. La prim era más pequeña que las demás, con el borde externo redondeado; la última un poco mayor y tam bién se­m icircular. Las placas intermedias no tienen apenas diferenciación entre área central y laterales (éstas un poco granulosas) y presen­tan las láminas suturales fusionadas.

La zona marginal tiene numerosas escamas afiladas, más largas que anchas, dispuestas regularmente en form a imbricada. Del bor­de de esta zona sobresalen ampliamente largas espinas arqueadas, muy frágiles, que no forman una franja continua por el borde.

La coloración es rojiza o castaña más o menos uniforme, o blanquecino-amarillenta con grandes manchas rojizas o castañas. Esta coloración se extiende igualmente a la zona marginal.

Vive adherido a las rocas que quedan al descubierto en la ba­jam ar.

Acanthochiton co m m unis (Risso, 1826)

Sinonimia: Acanthochiton discrepans Brown.Es una especie menos abundante en el litoral asturiano que A.

fascicularis, parecida a ésta pero de mayor tam año que ella. Sólo poseemos cuatro ejemplares, uno procedente de la playa de Ba-

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ñugues (Gozón), dos de una localidad próxima, la playa de Aramar (Gozón) y el cuarto de Rodiles.

Las dimensiones máximas encontradas en estos ejem plares as­turianos son de 30 mm. de largo por 23 de ancho, que se acercan a las dadas por NOBRE (1938/40) —25 a 30 mm. de largo por 15 de ancho— para la especie en Portugal y son menores que las da­das por HIDALGO (1917) para España y LELOUP y VOLZ (1938) para el Adriático.

Distribución.—Tiene una distribución tanto atlántica como me­diterránea y ha sido citada anteriorm ente por HIDALGO (1917) para La Coruña, Santurce y Guetaria, siendo ésta la prim era cita para Asturias.

Características de la especie.—Como ya hemos indicado antes, es una especie muy próxima a A. fascicularis, hasta tal punto que algunos autores la consideran como una variedad de mayor tam a­ño (PHILIPPI, 1836-44, en NOBRE).

Es, pues, de mayor tamaño que A. fascicularis, más ancha, con concha carenada espesa. Las áreas de las placas no son diferencia- bles. A los lados de la carena las placas están ornam entadas con granulaciones redondeadas planas o cóncavas, más próximos entre sí que los gránulos de la otra especie de Acanthochiton. Esta carac­terística de la form a y separación de los gránulos junto con el ta­maño es lo que la diferencia de A. fascicularis.

La zona marginal es muy ancha, con numerosas espinas qui- tinosas simples y también fascículos de espinas a los lados de las placas.

La coloración es pardo-grisácea, a veces rojiza por algunas zo­nas, pero generalmente entre espinas y fascículos se encuentra acú- mulo de detritus que ocultan la coloración en el animal recién co­gido.

Viven en la zona interm areal, debajo de las piedras que quedan al descubierto en la bajam ar.

Acanthochiton fa sc ic u l a r is (Linneo, 1766)

Especie muy abundante en el litoral asturiano que hemos en­contrado en num erosas localidades. Muchos de los ejem plares son de muy pequeño tamaño, jóvenes, procedentes del rascado de su­perficies rocosas.

Poseemos ejemplares de las localidades siguientes: playas de Salías (Castropol), Cadavedo, Concha de Artedo, Verdicio, Bañu-

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gues, Peñarrubia (Gijón), Rodiles (Villaviciosa), Caravia, Ribadese- 11a, San Antolín de Bedón y Llanes.

Las dimensiones máximas de los ejemplares encontrados co­rresponden al ejem plar de la playa de Salías con 19 mm. de longi-

LOCALIDADES

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Lepidopleurus oajetanua

lepídopleni'ua oanoellatua

Chaetopleura fulva

Lepidoohiton oineveuB

Caltoahiton Zaavia

Aeanthoohiton ccmmimie

Aaant’hoehiton faeeioulavie

1 3 1

2 2

1

16 3 5 17 3 12 4 3 3 2

1 1 1 2

2 1 1

1 9 2 11 4 25 8 1 22 166 106 144 3 6

Cuadro I.—Número de ejemplares de cada especie recogidos en las distintaslocalidades de muestreo.

tud y 8 mm. de anchura. El n.° de ejemplares de cada una de las lo­calidades se m uestra en el Cuadro I.

Distribución .—Tiene una distribución tanto atlántica como me­diterránea y en Asturias había sido citada anteriorm ente por H I­DALGO (1917) en Candás.

Características de la especie.—Tiene form a oval alargada, alta, con placas carenadas, muy parecida a A. comm unis pero de m enor tamaño. Las áreas de las placas no son diferenciables y están cu­biertas de granulaciones ovales más separadas entre sí que en las granulaciones de A. communis.

La zona marginal es ancha, con fascículos de sedas quitinosas a los lados de las placas.

La coloración es muy variable, desde tonos am arillentos claros a pardo-grisáceo, pardo oscuro o naranja vivo.

Vive en zonas intermareales, adherido a las piedras.

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AGRADECIMIENTOS

Quiero hacer constar mi agradecimiento a Ana M.a Quero y al Dr. J. A. Ortea por haberm e proporcionado algunos ejem plares de este trabajo y al Dr. R. Anadón, que puso a mi disposición el ma­terial recogido durante su estudio de las comunidades intermarea- les del litoral rocoso asturiano, realizado con ayuda de una Beca de la Fundación Juan March.

RESUMEN

Se estudian los Poliplacóforos recogidos en 17 estaciones inter- mareales situadas a lo largo de la costa asturiana, cuyas coordena­das U.T.M. se indican.

Se ha encontrado un total de siete especies, de las cuales dos son prim eras citas para Asturias, Acanthochiton com munis y Chae- topleura fulva, constituyendo esta últim a también prim era cita pa­ra el Cantábrico.

Se ha comprobado que la especie más abundante es Acantho­chiton fascicularis, seguida por Lepidochiton cinereus. Se da una descripción de cada especie y su distribución para el N de España.

SUMMARY

The Polyplacophora collected at 17 intertidal stations the astu- rian coast of known U.T.M. coordinates are studied.

Seven species are recorded Acanthochiton comm unis and Chae- topleura fulva are new species for Asturias, and the la tter also is new cite for the Cantabric Sea.

The m ost abundant specie is Acanthochiton fascularis followed by Lepidochiton cinereus. A description of each specie and ist dis­tribution in the N orth of Spain is given.

(Recibido el 20 de Abril de 1978)

Departamento de Zoología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo

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NOTA PRELIMINAR SOBRE RIOSELLEOLIS ANADONI n. gen., n. sp., UN NUEVO AEOLIDACEO (MOLLUSCA: OPISTHOBRANCHIA) CAPTURADO EN RIBADESELLA

ASTURIAS, ESPAÑA.

POR

J. A. ORTEA

INTRODUCCION

Durante mis trabajos de recogida de Opistobranquios interma- reales realizados durante los años 1973 a 1978 en la costa asturiana, he tenido ocasión de encontrar entre más de un centenar de espe­cies un ejem plar de Aeolidaceo que por su coloración y particula­ridades de sus rinóforos y papilas me sugirió, casi inm ediatam en­te, que se tra taba de una especie, e incluso un género, nuevos pa­ra la ciencia.

Buscado intensam ente durante distintas épocas del año, tan­to en el área en que fue localizado, como en otras localidades en las que existe el hidrario Myriothela que es probablem ente su ali­mento; no lo hemos vuelto a capturar. Es por esta razón, por lo que, transcurridos tres años desde la captura inicial, nos hemos decidido a publicar la presente nota, ampliación de lo ya publicado, en el resum en de la tesis doctoral del autor (Ortea, 1977).

Como consecuencia de la escasez de materiales, el presente tra ­bajo se refiere fundam entalm ente a los datos morfológicos obser­vables sin dañar al único individuo recogido y se ha redactado con

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la esperanza de que podamos capturar en el futuro algún otro ejem plar que nos perm ita conocer su anatom ía interna.

La descripción de un género nuevo para la ciencia en aguas eu­ropeas no debe por otra parte causar en este tipo de animales ninguna extrañeza, máxime si tenemos en cuenta que en el Medi­terráneo son varios los de descripción reciente (Antonietta Schme- kel, 1966 y Dicaía Schmekel, 1967 entre otros) y el M editerráneo es uno de los mares en que el conocimiento de estos animales está más avanzado; hecho que contrasta fuertem ente con el área lito­ral estudiada por nosotros donde por prim era vez se traba ja de form a continuada en el conocimiento de estos animales.

Rioselleolis anadoni n. gen., n. sp.

D e sc r ipc ió n

REGION CEFALICA: La cabeza es de coloración rosa-violáceo (rojo, 3) algo más intenso que el color general del cuerpo. Anterior­mente se prolonga en unos palpos largos (2’5 mm.), afilados y de sección casi circular que el animal encorva algo hacia arriba cuan­do se desplaza. La coloración de los palpos es rosa en los dos te r­cios inferiores y blanco opaco en el tercio apical.

Los rinóforos (Lám. I, fig. 1-3), tan largos como los palpos (2'5 mm.) ocupan una posición medio-dorsal en la cabeza y son muy característicos. Su coloración es rosa fuerte (rosa de anilina o de fucsina) (rojo, 48) con el ápice blanco opaco. Presentan una base común anterior resultado de la soldadura de las dos «qui­llas» que cortan verticalmente a las laminillas que lo componen. Posteriorm ente no están soldados sino que descansan independien tem ente sobre la cabeza dándole a la soldadura un carácter da «escudo» protector del espacio inter-rinofórico. Por su form a al desplazarse nos recuerdan a la silueta con que se suele figurar las orejas de una liebre en los cuentos infantiles.

El núm ero de laminillas rinofóricas es de 24, su aspecto es perfoliado y recuerdan en su disposición a las de Glossodoris, muy uniform es, algo inclinadas, apretadas y poco salientes. Posterior­m ente se unen sin ningún tipo de ondulación ni tubérculo. La sec­ción del rinóforo es oval-oblícua, con la parte posterior más re­dondeada.

Los ojos están localizados en áreas despigmentadas situadas en los laterales de la base de los rinóforos y sobre ellos se ven por transparencia los ganglios rinofóricos.

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1

3

2

Lámina I

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MALFORMACION: La posibilidad de que la soldadura anterior de los rinóforos sea una anomalia ha sido tam bién considerada dada la frecuencia con que estas suelen ocurrir en los Opisto- branquios. El hecho de solo disponer de un ejem plar no nos per­m ite asegurarlo con certeza aunque si podemos decir que aparte de la soldadura rinofórica no aparecen en el animal otras ano­malías como encogimiento de los palpos, desplazamiento torpe o encorvado... que suelen aparecer cuando tienen lugar las m alfor­maciones rinofóricas. Tanto si se tra ta o no de una malformación la distribución dicotòmica de las papilas, que luego veremos, le continua dando entidad de género nuevo; ahora bien, en el caso poco probable de que fuera un carácter distintivo supondría un prim er carácter diferenciador del género y justificaría incluso la creación de una nueva familia.

EL PIE

Es largo y afilado, sobrepasándole las papilas un mm. por cada lado. Su coloración es rosa-violáceo muy pálido. Presenta un sur­co anterior algo profundo que se prolonga por sus ángulos, tenta- culiformes y afilados. En sus dos tercios posteriores se ve por transparencia la glándula digestiva de un azul marino casi negro.

LAS PAPILAS

Son de coloración muy característica, su superficie es rosa- violáceo con una mancha lanceolada amarillo oro a la que sigue o tra naranja para term inar con el ápice rosa-violáceo (Lám. 1 fig. 4-5). Interiorm ente el lóbulo hepático es de color azul m arino (azul, 476) enm ascarado en parte por la mancha am arilla y superando solo ligeramente la mitad de la papila.

Se distribuyen dorsalmente en unos siete grupos apretados con una ramificación dicotòmica que parte de la base de cada papila comenzando en las mayores, más internas y situadas directam en­te sobre las ramas hepáticas principales y term inando en una lí­nea de papilas externas, tan apretadas, que su conjunto tom a el aspecto de un cordón longitudinal continuo con aspecto de «vo­ladizo» bajo el cual y como a unas tres o cuatro papilas tras el espacio interhepático se encuentra situado el ano.

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Las papilas comienzan a aparecer justo delante de los rinófo- ros, dejan un área dorsal descubierta que llega hasta la term i­nación del área cardiaca y luego cubren apretadam ente el cuerpo tras dicha área. Al final, dejan una corta cola (2 mm. en el ej. recogido) teñida dorsalm ente de rosa-violáceo oscuro.

Queremos finalmente insistir una vez más en la distribución dorsal y dicotòmica de las papilas, carácter que suponemos muy prim itivo en concordancia con el hecho de ser Pleuropróctido, y que perm ite por simple supresión de ramas hepáticas obtener los esquemas papilares de los géneros que integran las familias con que puede estar relacionado (Lám. II).

LAMINA II

La supresión de ramas hepáticas, permite a p artir de un es­quema papilar prim itivo como el de Rioselleolis (Tipo O) obtener los esquemas papilares de un gran número de géneros de Aeoli- dáceos, pertenecientes o no a las familias con que puede estar re­lacionado.

Asi tenemos que al Tipo 1 podemos aproxim ar Herviella.Al Tipo 2 Coryphella, Her mis senda...Al Tipo 3 Pruvotfolia, Moridilla, Phidiana...Al Tipo 4 Dicata, Nanuca, Phyllodesmopsis, Setoeolis, Phyllodes-

mium, Dondice, Jason, Sakuraeolis, Facalana, Austraeolis, Shinaeolis, Armanda, Godiva, Noumeaella, Echinopsole...

Siendo además posible numerosas combinaciones entre los dis­tintos tipos. Asi por ejemplo con las anteriores de Tipo 4 y las posteriores de Tipo 2 tendríamos Cratena. Con las anteriores de Tipo 4 y las posteriores de Tipo 3 tendríamos Favorinus. Hileras en las anteriores y arcos en las posteriores nos darían Antonietta y Palisa. Una mezcla de arcos e hileras en anteriores y posteriores sería el caso de Facelina y finalmente una reducción de ram as de m anera anárquica nos daría Babaina por ejemplo.

EL CUERPO

Es muy esbelto y afilado, alto y de sección subcuadrangular con los flancos algo hundidos. En el lado derecho están situados en prim er lugar y bajo la ram a hepática derecha la abertura ge/ ^nital, luego el poro renal en el espacio interhepático y finalmentjíé:

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el ano algo más atrás y bajo la prim era ram a hepática derecha del hígado izquierdo. Los orificios están situados en la zona alta del flanco y casi alineados.

ANATOMIA INTERNA

No se ha hecho la disección del único ejem plar recogido hasta el momento.

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DIMENSIONES DEL HOLOTIPO

Para la medida de las mismas hemos seguido el código pro­puesto por RISSO-DOMINGUEZ, 1963.A = 13,5 mm.; Ac = 11 mm.; Af = 10 mm.Bf = 1’4 mm.; Bx = 1'5 mm.C = 2 mm.; D = 2'5 mm.; E = 4'5 mm.; F = 1*2 mm.R = 2'6 mm.; dR = 0'5 mm.; Tf = 2'5 mm.; Tdx = 0'3 mm.

DEPOSITO

El Holotipo se encuentra depositado en el D epartamento de Zoología de la Universidad de Oviedo junto con diapositivas en color realizadas sobre el animal vivo. En fecha próxima será en­viado al Museo de Ciencias Naturales de París.

NOMBRE

Al género hemos decidido llamarlo Rioselleolis en recuerdo de la localidad en que fue recolectado: RIBADESELLA.

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A la especie la denomino R. anadoni en agradecimiento al pro­fesor Dr. E. ANADON por su asesoramiento en la realización de mis trabajos malacológicos en la costa asturiana.

Localidad Tipo : Ribadesella (43° 25N; 05° 5W), interm areal, ni­veles bajos de m area en marea viva (LWS); bajo piedra plana con el hidrario Myriothela en charco de marea con Codium.

DISCUSION

En el estado actual de nuestra investigación, y a falta del co­nocimiento de su anatomía interna, especialmente la rádula, no podemos identificar a Rioselleolis con ninguno de los géneros co­nocidos de Aeolidaceos ni encuadrarlo con exactitud en ninguna de las familias.

Es bien cierto que por el hecho de ser Pleuropróctido podía ser incluido dentro de los Coryphellidae, pero hay que tener en cuenta que como ya indicara Tardy, (1965), una división de los Aeolidá- ceos en función de las posiciones que ocupan el ano y poro renal como la que propone Franc (1968), tiene el inconveniente de sepa­ra r de form a tajante y artificial, familias y géneros que tienen en­tre sí más afinidades que la diferencia que supone una posición distinta del ano y poro renal. Asi por ejemplo, Cerherilla Bergh, 1873, siendo Pleuropróctido, tiene suficientes afinidades con Aeoli- dia Cuvier, 1797, y Aeolidiella Bergh, 1867, Cleiopróctidos, para ser incluido dentro de los Aeolidiidae. Asi pues, nuestro Aeolidáceo podría estar relacionado con géneros de otras familias tales como Baeolidia de los Aeolididae o Babaina de los Favorinidae de Bergh, 1889, que propone Abbot (1974).

La solución a estas hipotéticas aproximaciones la encontraría­mos con una disección que perm itiera conocer la anatom ía in ter­na del animal. Una rádula triseriada lo aproxim aría a los Corypre- llidae, uniseriada a las restantes familias. Ahora bien, a pesar de que es relativam ente fácil extraer el bulbo bucal sin dañar exce­sivamente al animal, también es cierto que en ocasiones surgen im ponderables que originan la pérdida del m aterial de m anera irre­versible. Dada la rareza de esta especie, un solo ejem plar en cinco años de muestreos en los que fue buscado con prioridad absoluta, hemos preferido conservarlo íntegro y esperar a la captura de un nuevo ejem plar para completar su estudio, complemento de esta nota.

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RESUMEN

Rioselleolis anadoni n. sp., n. gen. procedente de la costa de Asturias se describe en este trabajo. Pleuropróctido, está caracte­rizado por su rinóforos con laminillas oblicuas y su distribución papilar dicotòmica.

SUMMARY

Rioselleolis anadoni n. sp., n. gen. of the Asturias coast is des­cribed in this work. This Pleuroproctic is caractericed by its ri- nophores w ith oblique leaflets and by its dichotomic papilar dis­tribution.

Departamento de Zoología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo

NOTA.—Para la coloración se ha hecho uso del “Código Internacional de Colores” de E. SEGUY, 1936.

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CONTRIBUCION AL CONOCIMIENTO DEL GENERO Oresigenus JEANNEL, 1945

(ZONA DE COVADONGA, ASTURIAS)

POR

J. M.a SALGADO

Antes de empezar este trabajo quiero poner de manifiesto que me propongo dar algunos datos más completos sobre la descrip­ción de Oresigenus y, sobre todo, añadir algunas mediciones rea­lizadas sobre buen número de ejemplares y ? de las dos cavida­des conocidas hasta el presente; y, en especial, dar a conocer los esquemas de determ inadas estructuras fundamentales para cual­quier buena determinación y que faltan en la descripción origi­nal realizada por Jeannel en 1948.

NOTA

La prim era descripción fue presentada en el V Congreso In ter­nacional de Entomología celebrado en Madrid por C. Bolívar y Piel- tain, pero al tener que abandonar España después de la guerra, di­cha descripción quedó «in litteris», hasta que R. Jeannel aprove­chando m aterial previamente cedido por el Museo de Madrid, lo dió a conocer conservando para género y especie los nombres que figuraban en la comunicación de C. Bolívar.

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MORFOLOGIA

Talla grande y forma ancha; pronoto algo campaniform e, es decir, presentando su máxima anchura en los ángulos posteriores, con los lados claramente sinuados antes de estos ángulos. Por o tra parte, el edeago presenta la parte term inal del lóbulo medio de form a muy característica.

No obstante se puede decir que los caracteres generales son de Speocharis sin estría sutural, pero con el estilete del saco in­terno muy evolucionado; sin apenas señales de fañeras elem enta­les e inserto sobre una placa redondeada en form a de concha, además de llevar los estilos laterales con tres sedas.

De acuerdo con Jeannel, este género representa en la serie fi­lática Speocharis un estado evolutivo semejante al de Bathysciella de los Bajos Pirineos con relación a la serie filática de Speonom us: de la misma form a que Bathysciella jeanneli AB. se relaciona fi­láticamente con Speonomus alexinae JEANN.; Oresigenus se liga a Speocharis occidentalis JEANN. y también a Speocharis jeannei COIFF., éste último habita en su misma zona.

Oresigenus jaspei JEANNEL.O. jaspei JEANN., 1948., Not. Biospéol., p. 73-74.

Tipo: Cueva del Reguerín (Mus. París)

MORFOLOGIA

Longitud: 3'7-4’4 mm.; anchura máxima 2'4 mm. Destacando que com parativamente casi siempre son más largas y anchas las 2 que los $ (Fig. 1, a).

Forma elíptica, convexa; color rojizo testáceo brillante; pun­tuación muy fina, no alineado transversalm ente sobre los élitros; pubescencia dorada y corta.

Antenas finas que alcanzan o sobrepasan los dos tercios de la longitud del cuerpo en los cf pasando un poco de su m itad en las $ Los artejos alargados y estrechos, cinco a ocho veces tan largos como anchos. (Fig. 1, d).

Las longitudes proporcionales de los artejos antenales son (1):

(1) Las notaciones se han realizado sobre 4 g y~4 $ " d e cada una de las cuevas. Tomando medidas de cada uno de los artejos, tanto de la antema derecha como de la izquierda y hallando la media.

En las proporciones 1 mm. equivale a 55’6 unidades.

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Cva. del Reguerín

¿i n-is's- ’s-n’s-is-is o-n-is-n's-zo's. $: íó's-mrs-irs-ms's^T'ss’s-is’s-irs-n's.

Cva. del Infierno

n - ió - m i- i s - i s - i s 's - io ’s - M - n ^ 's . ? : í ó ' s - i s - i r s - n ' s - m ^ n ’s -io -n 's -ii- is 's .

Dentro de las pequeñas variaciones que se pueden encontrar, ya com parando un solo individuo con respecto a los demás de su misma cavidad o de individuos que viven en cavidades distintas, cabe destacar las diferencias en longitud del últim o artejo entre los ¿ y $; los demás, por lo general, son proporcionalm ente más cortos en las ? Por o tra parte mencionaremos la igualdad o casi igualdad de los artejos 3, 4 y 10 entre sí y, a su vez, de los 5, 6 y 9 entre sí; además de la relación de menor a mayor longitud de los artejos 2, 1, 8 y 11.

Pronoto muy transverso, algo más estrecho que los élitros, cam­paniforme, su máxima anchura en el borde basal que es doble de la longitud del pronoto sobre la línea media; lados sinuosos, lige­ram ente estrechados antes de los ángulos posteriores que son agudos y un poco salientes hacia afuera; base rectilínea en su parte media, pero curvada lateralmente.

E litros un tercio más largos que anchos, algo dilatados en el cuarto anterior donde se mide la máxima anchura del cuerpo, es­trechados después de form a gradual hasta el ápice; lóbulos api­

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cales estrechos, libres y separados el uno del otro por una hen­didura lineal; sin estría sutural.

Quilla mesosternal muy alta, del tipo Speocharis; es decir, en lámina delgada, saliente, redondeada hacia adelante y prolongada hacia atrás por una apófisis aplicada sobre el m etasternón.

Patas largas y delgadas, tibias intermedias fuertem ente arquea­das y espinosas; arm adura apical como en Speocharis; protarsos del am pliam ente dilatados, sus artejos desligados, siendo el p ri­m ero más ancho que el ápice de las tibias y más largo que ancho.

Edeago pequeño comparado con el tamaño de la especie, del tipo Speocharis, con la parte terminal del lóbulo medio de estruc­tu ra muy típica; estilos laterales delgados, de la misma longitud que el lóbulo medio, con maza dilatada, globosa, arm ada de tres sedas de longitud mediana, algo curvadas y casi iguales entre sí; saco interno con un estilete bastante delgado, muy evolucionado, sencillo e inserto en la base sobre una placa redondeada, tan —o algo más largo— que la mitad de la longitud del lóbulo medio, y con una serie de espinitas muy difusas en form a de banda delgada delante del cuello del lóbulo medio. (Fig. 1, b-c).

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— 147 —

Especie que destaca por su talla muy grande, mayor que la nor­mal del grupo; a menudo, dos veces más voluminoso que Speocha­ris minos JEANN.

OBSERVACIONES

Entre los representantes de la cueva tipo (Cva. del Reguerín) y los de la Cva. del Infierno, cabe destacar algunas pequeñas dife­rencias que expongo a continuación para que al efectuar el estudio de alguno de estos ejemplares no exista confusión.

En cuanto a estructuras externas:Mayor tam año y anchura de cuerpo, menor longitud de antenas

y más acentuado el estrechamiento del protórax en los individuos de la Cva. del Reguerín; pero sobre todo cabe reseñar la mayor igualdad en longitud entre los artejos 7 y 11 tanto entre los como entre las ? en los representantes de la Cva. del Reguerín, m ientras que existe clara diferencia en los de la Cva. del Infierno.

En cuanto a estructuras internas:El saco interno de los individuos de la Cva. del Reguerín pre­

senta un estilete un poco más corto y fascículo de espinas algo más extendido, aunque también muy difuso.

Todo este buen número de pequeñas diferencias son debidas más bien a una variabilidad intraespecífica, por ello, pienso que no tienen consistencia suficiente que justifique la creación de una nueva especie.

DISTRIBUCION.

H asta el mom ento sólo conocido en cuevas de los Picos de Europa, zona de Covadonga.

Cabe destacar que desde su descubrimiento en la Cueva del Reguerín, por C. Bolívar en 1938, no se habían vuelto a recoger nuevos ejem plares hasta el 26 y 28 de Octubre de 1973, por J. Co­llado. Pero un hallazgo interesante fue realizado por J. Comas el 9-VIII-74, al encontrar nuevos representantes de Oresigenus en o tra cavidad distinta —Cueva del Infierno— situada en la misma zona, y distante de la anterior unos 700 m. Por o tra parte, en esta últim a cueva se ha encontrado cohabitando con Speocharis jeannei COIFF.

Oviedo: Cueva del Infierno y Cueva del Reguerín, ambas en Covadonga.

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RESUMEN

La presente nota tra ta de la descripción del gén. Oresigenus, especie O. jaspei, de una forma más completa que la descripción original realizada por Jeannel a mediados de siglo.

Se efectúan una serie de mediciones sobre buen número de ejemplares, machos y hembras, y se da a conocer la estructura del órgano copulador masculino de este género cavernícola Can­tábrico, hoy conocido, de las cuevas del Reguerín y del Infierno, en los Picos de Europa.

RÉSUMÉ

Il s'agit dans la présente note, de la description du gen. Oresi­genus, espèce O. jaspei, d'une forme plus complète que la descrip­tion originelle réalisée par Jeannel vers la moitié du siècle.

On fait une série de mesures sur un bon nom bre d'exemplaires, mâles et femelles, et l'on fait connaître la estructure de l’organe réproducteur masculin de ce genre cavernicole Cantabrique, au­jourd 'hui connu, des grottes del Reguerín et del Infierno, dans les Picos de Europa (Oviedo).

Facultad de Biología -León D epartamento de Zoología Universidad de Oviedo

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BIBLIOGRAFIA

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NUEVOS DATOS SOBRE LOS PINNIPEDOS DE LAS COSTAS ATLANTICAS IBERICAS

POR

CARLOS ÑORES QUESADA y GREGORIO R. GONZALEZ

INTRODUCCION

Es realmente escaso el número de citas de Focas en el litoral atlántico de la Península Ibérica, no sólo a causa del carácter errático de los ejemplares encontrados o capturados en estas cos­tas, sino por la poca información recogida que guarde un mínimo de validez para su identificación específica. Por ello hemos creído interesante investigar y publicar una serie de nuevos registros sobre los Pinnipedos hallados en el litoral Noroccidental de Ibe­ria, que constituye el límite meridional de los desplazamientos de algunas Focas de la costa Este del Atlántico Septentrional.

CITAS PUBLICADAS

H asta el momento, las únicas referencias que hemos podido en­contrar sobre estas especies en la Península Ibérica figuran en la Tabla 1.

Aparte de estas citas y de las que constituyen el motivo de este trabajo, en la últim a década hemos podido conocer la existencia de al menos otras cinco Focas en Asturias y Galicia, si bien no h mos podido identificarlas por el momento.

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— 152 —TABLA

1

Citas de

Focas en

el litoral

atlántico de

la Península

Ibérica registradas

con anterioridad

a la

publi­cación

del presente

trabajo.

ESPECIE LOCALIDAD

AUTOR R

EFERENC

IA

CO

NSU

LT.

Halichoerus

grypus Praia

da A

rrabida B

roteiro Them

ido (1947)

» »

» »

» » »

» »

Santoña Zuleta

Zuleta (1962)

» »

* Llanes

» » »

» »

Santoña Blas

Blas (1964)

» »

Foz do

Mondego

Matos

Teixeira (1978)

Phoca vitulina

Ferrol López

Seoane López

Seoane (1861)

» »

Galicia

Alonso López

Cabrera

(1914)»

» M

ar C

antábrico C

abrera » »

» »

Unquera

Cabrera/C

endrero C

abrera/Cendrero

(1914)»

» Avilés

Planchuelo Planchuelo

(1952)»

» B

uarcos O

liveira y

L. Vieira

Themido

(1947)»

» Foz

do D

ouro Dos

Santos » »

» »

Mira

» » »

»»

» Peniche

Bocage » »

» »

Praia de

Angueiras

» » »

* D

eterminación

dudosa.

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— 153 —

NUEVAS CITAS

EJEMPLAR núm. 1.— Halichoerus grypus (Fabricius, 1791).Fue capturado en la Bahía de La Coruña, en el mes de Septiem­

bre de 1976, en el m ar, entre el Dique de Abrigo que protege el Puerto y la Playa de Mera. La captura se llevó a cabo en la prim era ocasión en que fue avistado. Fue transportado al Institu to Ocea­nogràfico, donde se la depositó en una piscina de agua m arina, apareciendo m uerto al día siguiente. Practicada la disección del cadáver, se le observó un tum or que cubría gran parte de una de las extremidades.

DESCRIPCION

La descripción de los caracteres externos está hecha a partir de la piel extendida y curtida, por lo que no podemos incluir algu­nos detalles morfológicos de interés.

Rinario constituido por los orificios nasales, casi paralelos y separados en su base. La longitud de la piel desde el hocico hasta el extremo de la cola es de 96 cm., distancia que sería algo m enor en el ejem plar completo, lo que constituye un claro indicio de la corta edad del animal. Las aletas anteriores están provistas de cinco uñas, la segunda ligeramente más larga que la prim era y la tercera, siendo la cuarta y la quinta más cortas que las precedentes.

Coloración ventral y lateral clara, de tonalidad crem a pálido. En la parte superior del rostro comienza, ensanchándose progre­sivamente, una banda gris que se extiende sobre el dorso del ani­mal, descendiendo muy diluida por las extremidades anteriores y alcanzando el extremo de la cola y de las extremidades posteriores. Sobre este fondo gris existen algunos reflejos plateados que lle­gan a extenderse a los flancos. El abundante moteado negro está constituido por manchas normalmente ovaladas, de unos 15 mm. de longitud, orientadas en sentido del eje principal del cuerpo; estas manchas son abundantes sobre la banda dorsal gris, se ha­cen más raras en los flancos y desaparecen en la región ventral, lo que según Hewer y Backhouse (1959) corresponde a un modelo femenino de pelaje. La identificación que llevamos a cabo con este precario m aterial fue confirmada por D. Ignacio Olaso, que pudo observar al animal al ser capturado y que le practicó la disección.

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EJEMPLAR núm. 2.— Halichoerus grypus (Fabricius, 1791).Capturado vivo el 8 de Octubre de 1977 en la playa de la Concha

de Artedo, a unos cuatro kilómetros de Cudillero, Asturias, cuando reposaba sobre los cantos de la orilla. Nos fue posible observar este ejem plar el 25 de Abril de 1978, fecha en que fueron tomados los datos que a continuación se señalan. Durante todo este tiempo fue m antenido en cautividad en una cetárea de unos trein ta m etros cuadrados de superficie, siendo alimentado con unos tres kilogra­mos diarios de pescado fresco y Cefalópodos.

DESCRIPCION

Cuerpo oval, alargado. Cabeza de perfil ligeramente cóncavo, casi recto, sin cuello aparente en reposo, haciéndose visible sólo al estirarse. Cuatro vibrisas superciliares sobre cada ojo, las dos anteriores cortas y las posteriores bastante más largas. Fuertes vibrisas nasales dirigidas hacia atrás, que había empezado a mu­dar poco antes según se nos informó. Uñas claras por debajo y oscuras por su cara superior, siendo en las extremidades anterio­res la prim era algo más corta que las dos siguientes. Rinario cu­bierto de pelo, con los orificios nasales muy alargados y casi pa­ralelos.

Cabeza de color gris casi uniforme que se vuelve pardo grisá­cea hacia el hocico, ligeramente más claro alrededor de los ojos y los orificios auditivos. Cuello y dorso con algunas manchas gri­ses más claras. Labios bordeados de oscuro. La región ventral, más clara y carente de moteado, adquiere al secarse una tonalidad am arillenta, presentando dos manchas grisáceas probablem ente de­bidas al rozamiento del pelaje con el suelo, ya que coinciden con los puntos de apoyo al moverse en tierra; una de ellas, am plia y alargada, se situaba en la región torácica, y la otra, más pequeña, en la región abdominal. Próximas a la cola y sim étricam ente dis­puestas respecto a ella, presenta dos pequeñas calvas oscuras. La cola, aplanada, es oscura en su cara dorsal y con el borde claro.

La coloración general del dorso corresponde a la que Hewer y Backhouse (1959) asignan a los machos, es decir, dorso funda­m entalm ente oscuro con manchas claras, aunque no pudimos ve­rificar el sexo por ningún otro carácter sexual secundario, ya que el animal no había llegado a la pubertad.

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Fig. 1.—Localidades de captura: Halichoerus grypus (círculo negro); Phoca vitulina (círculo blanco). Nuevas citas: H. grypus (triángulo negro); P. vitulina (?) (triángulo blanco), se indican con los números con que figuran en e l texto. Excluimos las citas que no se refieren

a una localidad determinada.

Fig. 2.—Detalle de la cabeza del ejemplar de H. grypus capturado en la Concha de Artedo (Asturias), en el que pueden apre­ciarse dos de los caracteres típicos de la especie: Frente recta, en línea con la región nasal y orificios nasales alargados y casi paralelos. (Foto. Gregorio R. Gon­

zález).

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Los sonidos emitidos, a parte de frecuentes exalaciones bruscas de aire, fueron una especie de quejidos nasales y, cuando estaba irritada o asustada, un gruñido también nasal.

DIMENSIONES

Las dimensiones de este ejem plar (tabla 2), si bien carecen de valor sistemático por corresponder a un individuo juvenil en ple­no crecimiento, son útiles como indicadores de la edad.

TABLA 2

Dimensiones del ejem plar núm. 2, H. grypus. El peso corres­ponde al momento de la captura, y el resto de las dimensionesfueron tom adas seis meses después.Peso (en el momento de la c a p tu ra ) ................................... 11,5 Kg.Longitud desde el hocico al extremo de la cola ............... 1080 mm.Longitud del miembro anterior, desde el borde axilar

posterior al extremo de la segunda uña ................... 180 mm.Longitud del miembro posterior ....................................... 210 mmLongitud de la cola ................................................................ 90 mm.

EJEMPLAR núm. 3.— Phoca vitulina (Linnaeus, 1758)?.Fue vista de form a regular en la Ría de Villaviciosa, Asturias,

entre el 19 de Abril y el 2 de Junio de 1978, habiéndose ausen­tado de la misma por espacio de algunos días la semana anterior a su definitiva desaparición.

A pesar de haber visitado la Ría por dos veces a fin de identi­ficarlo personalm ente, en ningún caso pudimos localizar al ani­mal. A pesar de ello, hemos podido recoger información detallada y observar algunas fotografías que nos han perm itido identificar al animal como posible P. vitulina.

Según los informes recogidos, su longitud total era de aproxi­m adam ente 1500 mm., y su peso de unos 100 kg.; por estar en esta especie am pliam ente solapadas las dimensiones de ambos sexos, no hemos podido extraer ninguna conclusión acerca de este ca­rácter.

Presentaba una m arcada querencia por determinados lugares, que coinciden am pliam ente con los hábitats señalados por Hewer (1977) como preferidos por la Foca común en Inglaterra; así, du­

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rante el día descansaba en los bancos de arena o lodo próximos a la boca de la Ría, dejándose ver frecuentem ente en los alrede­dores del em barcadero del Puntal; al atardecer ascendía por la Ría para dorm ir de noche en los prados próximos al agua, lle­gando a avistarse alrededor de medio kilómetro aguas arriba del río Sobregu, por encima de Villaviciosa.

CONCLUSIONES

Lo prim ero que llama la atención al revisar las citas de Pinnipe­dos en las aguas atlánticas de la Península Ibérica en los últim os veinte años, es la amplia dominancia en números de la Foca gris sobre la Foca común, a pesar de que la prim era captura de Hali- choerus grypus en aguas españolas parece datar del año 1960 (Zu- leta, 1962). Esto nos hace pensar no sólo que la Foca gris no es un visitante excepcional de nuestras costas, sino que algunas de las referencias poco concretas que Cabrera (1914) considera Phoca vitulina, como sucede con los ejemplares de Galicia, pudieran co­rresponder en realidad a H. grypus, tal como refiere Themido (1947) que ocurrió con las citas de Broteiro. A esta especie per­tenecerían probablemente las Focas de las que hemos tenido no­ticia y no hemos podido identificar, ya que a menudo se refieren a capturas efectuadas en la prim era mitad del Otoño, período en que han sido encontrados prácticam ente la totalidad de los ejem ­plares citados de Foca gris.

Un detalle a constatar es la presencia de ejem plares de H. gry­pus de muy corta edad, capturados en su período errático post­natal, como queda confirmado por los ejemplares 1 y 2 que nosotros aportam os; como contrapartida nos parece interesante destacar la captura de una hem bra adulta de esta especie en la Praia da Arrábida, en la costa portuguesa (Themido, 1947).

Por últim o, es de resaltar la inclinación que m ostraron los ejem plares 2 y 3 por los hábitats típicos en que se encuentran respectivam ente H. grypus y P. vitulina en sus lugares de cría en las Islas Británicas; nada podemos decir a este respecto del ejem ­plar 1, ya que fue capturado en el m ar antes que pudiera haberse visto en tierra.

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AGRADECIMIENTOS

Queremos dejar constancia de nuestro agradecimiento a Fran­cisco Ñores y Claudio Pardo, que nos perm itieron exam inar el m aterial; a Ignacio Olaso, Juan Cortés y Bernardo Busto por los interesantes datos que nos proporcionaron, y a Concepción Pérez y Consolación Fernández por la desinteresada ayuda que nos pres­taron en todo momento.

RESUMEN

Han sido hallados dos jóvenes ejemplares de Foca gris (Hali- choerus grypus), uno en La Coruña, Galicia (capturado en Sep­tiem bre de 1976), y el otro en la Concha de Artedo, Asturias (cap­turado en Octubre de 1977), con lo que se incrementa sensiblemen­te el número de citas de esta especie en aguas españolas. Se da cuenta tam bién de un ejemplar, probablemente de Foca común (Phoca vitulina), que fue visto entre los meses de Abril y Mayo de 1978 en la Ría de Villaviciosa, Asturias.

SUMMARY

Two young specimens of the Grey Seal (Halichoerus gryptis) have been found, one in La Coruna, Galicia (NW coast of Spain), captured on Septem ber 1976, and the other one in Concha de Arte­do, Asturias, (N coast of Spain). With these two records the num ­ber of records for the Spanish coasts is increased. Another speci­men, probably of the Common Seal (Phoca vitulina) seen in the months of April and May in the Ria of Villaviciosa, Asturias, is also recorded.

Departamento de Zoología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo

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ADDENDA

Con posterioridad a la elaboración del presente trabajo, fue hallado m uerto un ejemplar de Halichoerus grypus en una red de enmalle, a dos millas de la costa en la vertical de Otur (Luarca, Asturias), el día 2 de Junio de 1979. La época de aparición de este ejem plar y su tamaño, poco habituales en nuestras costas, junto con algunos caracteres coincidentes con el ejem plar núm ero 2, nos hizo pensar que podría tratarse del mismo individuo, cuya huida se nos confirmó posteriormente. En el tiempo aproximado de un mes, el punto más alejado de la Concha de Artedo donde pudo ser localizado fue la Ría de Navia, unos 32 Km. al Oeste, una semana antes de su captura definitiva. Practicada la disección del ejem plar, el examen de los testículos y el baculum reveló que efec­tivamente se trataba de un individuo juvenil, próximo a. la pu­bertad.

BIBLIOGRAFIA

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SOBRE LA PRESENCIA DE UN DELFIN DE RISSO GRAMPUS GRISEUS (CUVIER, 1812) EN LA COSTA

CANTABRICA (CETACEA, ODONTOCETI, DELPHINIDAE).

POR

M.a CONCEPCION PEREZ GARCIA

En el presente trabajo se realiza un estudio biom étrico y m or­fológico de un cetáceo hallado la mañana del día 8 de Junio de 1978 en la playa del Espartal, también llamada de Salinas, situa­da en el Concejo de Castrillón (Asturias), cuyas coordenadas de localización, siguiendo el sistema U. T. M. con precisión de 1 Km. cuadrado, son las siguientes: 30 T TP 6129.

Enterados de esta presencia el día 9 por la prensa, que por cier­to lo describían como cachalote y comunicaban que había sido retirado por el Ayuntamiento de Castrillón para proceder a su cre­mación o enterram iento, nos personamos en el lugar del emba- rrancam iento y pudimos com probar que efectivamente había sido enterrado. Realizamos las gestiones oportunas en el Ayuntamiento para su localización, siendo atendidos por el concejal D. Fermín Granda, gracias a cuya amabilidad pudimos localizar y desente­rra r el animal, comprobando que no se trataba de un calderón Globicephala melaena (Traill, 1809) como habiamos supuesto al observar la fotografía del periódico, sino de un Grampus griseus (G. Cuvier, 1812), conocido vulgarmente como Delfín gris o Delfín de Risso (Fig. 1). El ejem plar estudiado era una hem bra cuyas ca­racterísticas morfológicas más sobresalientes eran las siguientes:

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La cabeza estaba muy poco diferenciada del tronco y term ina­ba en un hocico desprovisto de pico (Fig. 2). La frente se elevaba casi verticalmente desde el hocico. La m andíbula superior, sin un solo diente, sobresalía 15 mm. con respecto a la m andíbula infe­rior. En esta últim a presentaba siete dientes distribuidos de la siguiente forma:

Rama m andibular derecha: 4.Rama m andibular izquierda: 3.Estos dientes eran cónicos, muy pequeños (véase tabla 1) y li­

geramente curvados en su extremo distal. Estaban colocados muy próximos uno de otro y todos en el extremo anterior de la m an­díbula.

Las aletas pectorales eran largas, estrechas y falciformes.La aleta dorsal, que estaba situada hacia la m itad del tronco,

era mas bien alta, puntiaguda y de forma triangular.

TABLA I

Media aritmética y desviación típica de la altura y el diámetro de la base de los siete dientes de Grampus griseus (G. Cuvier).

altura en mm. 12,57 0,79diámetro de la base en mm. 8,43 0,97

La aleta caudal con forma de media luna muy abierta presen­taba una hendidura media de 65 mm. de longitud entre los dos lóbulos de la cola.

El ejem plar presentaba una coloración gris oscura en la parte dorsal, gris más clara en las partes inferiores y llegaba a ser blan­quecina en la región ventral. La aleta dorsal y sobretodo la caudal y las pectorales tenían un color más oscuro, azul m arino o negro.

Difundidas por la superficie del cuerpo se observaron largas líneas blancas entrelazadas, semejantes a las que dejarían antiguas cicatrices. Dichas estrías parecen ser un carácter propio de la es­pecie.

Para la obtención de los datos biométricos se siguió el sistema internacional de K. S. NORRIS (1961); dichas medidas han que­dado reflejadas en la tabla 2, y se señalan además en los dibujos esquemáticos que se acompañan.

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161 —

Las citas españolas sobre este delfínido son muy escasas. CA­BRERA (1914) afirm a no conocer ningún caso comprobado de apa­rición de esta especie en las costas de la Península. No obstante por el hecho de ser relativamente frecuente en el M editerráneo, y habiendo sido citado en las costas de Francia e Italia, lo incluye en nuestra fauna en espera de su posible presencia en el Medite­rráneo Español.

Fig. 3.—Esquema de las medidas tomadas en la aleta dorsal, pectoral y caudal.

CASINOS y VERICAD (1976) recopilan para las costas españo­las, incluyendo el estrecho de Gibraltar y las islas Baleares, cuatro citas de Grampus griseus que reseñamos por orden cronológico a continuación:

1. BARCELO (1875) cita 3 ejemplares capturados en la bahía de Palma de Mallorca el día 10 de Julio de 1775.

2. RICHARD (1936) hizo una observación entre Barcelona y Sant Sebastiá Cape (Gerona), el 20 de Setiembre de 1904.

3. PILLERI y KNUCKEY (1967) observan a 4o 20' N y Io 30' E, el 29 de Julio de 1967, un grupo de 20 ejemplares nadando de Oeste a Este.

4. ALCOVER y MAYOL (m verbis) aportan o tra cita de For- m entor, Cala En Feliu (Mallorca), en la primavera-verano de 1969.

De estas cuatro referencias, la prim era parece ser dudosa, a tenor de los datos que da el autor de la misma, y así lo han consi­derado CABRERA (1914) y CASINOS y VERICAD (1976).

CASINOS y FILELLA (1973) en una comunicación presentada en el II Coloquio Español de Mastozoología, dicen que esta especie es probablem ente más frecuente de lo que los presentes datos de­jan entrever, y que es de esperar que un inventario exhaustivo de los cetáceos que varan en nuestras costas proporcionen datos que cambien com pletamente el panoram a actual en lo referente a esta especie.

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162 —

TABLA II

Medidas del ejemplar

1.—Longitud total (desde el extremo de la m andíbula superior a la parte más profunda de la hendidura entre los dos lóbulos de la aleta caudal), 3120 mm.

2.—Longitud desde el extremo de la m andíbula superior hasta la punta de la aleta dorsal, 1750 mm.

3.—Longitud desde el extremo de la m andíbula superior al ori­ficio nasal, siguiendo la línea media, 390 mm.

4.—Longitud desde el extremo de la mandíbula superior a la com isura bucal, 280 mm.

5.—Longitud desde el extremo de la m andíbula superior al centro del ojo, 380 mm.

6.—Longitud desde el extremo de la m andíbula superior hasta la inserción de la aleta pectoral, 560 mm.

7.—Longitud desde el extremo de la m andíbula superior hasta el punto medio del orificio genital, 2090 mm.

8.—Longitud desde el extremo de la m andíbula superior hasta el centro del ano, 2320 mm.

9.—Proyección de la mandíbula inferior sobre la superior (en este caso es lo contrario), 15 mm.

10.—Longitud del ojo, 55 mm.11.—Altura del ojo, 30 mm.12.—Longitud de la abertura genital, 240 mm.13.—Longitud de la abertura anal, 85 mm.14.—Longitud del orificio respiratorio, 60 mm.15.—Longitud de la aleta pectoral (desde la inserción anterior

hasta la punta), 640 mm.16.—Longitud de la aleta pectoral (desde la inserción posterior

hasta la punta), 470 mm.17.—Anchura máxima de la aleta pectoral, 190 mm.18.—Altura de la aleta dorsal (desde la punta de la aleta hasta

la base), 485 mm.19.—Longitud de la base de la aleta dorsal, 500 mm.20.—Anchura de la aleta caudal, 850 mm.21.—Distancia desde el punto más próximo del borde anterior

de los lóbulos de la cola, hasta la hendidura media, 220 mm.22.—Profundidad de la hendidura media entre los dos lóbulos

de la cola (si falta indicarlo), 65 mm.23.—Diámetro del diente más ancho, 10 mm.

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Fig. 1.—Ejemplar de Delfín de Risso Fig. 2.—Cabeza de Grampus griseus.Grampus griseus (G. Cuvier, 1812) varado en la playa de Salinas (As­

turias).

N

Fig. 5.—Localidades en las que ha sido citado Grampus griseus.

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Posteriorm ente CASINOS y FILELLA (1975) confirm an la pre­sencia de Grampus griseus en el Mediterráneo español con cuatro nuevas citas:

5. Una hem bra de 3000 mm. de longitud total em barrancada en E startit (Gerona), el día 4 de Abril de 1973.

6. Otra hem bra capturada a la altura de Sant Feliu de Guixols (Gerona), el 25 de Mayo de 1973.

7. Un macho de 2900 mm. de longitud total varado en Peñís- cola (Castellón de la Plana), el 6 de Junio de 1973.

8. Otro macho de 2750 mm. de longitud total em barrancado en la playa de las Arenas (Valencia), el 7 de Setiembre de 1973.

Con respecto a la costa atlántica portuguesa se conoce una cita referente a esta especie (TEIXEIRA, 1977) cuyos datos más re­presentativos son los siguientes:

9. Hembra de 3080 mm. de longitud total em barrancada en la playa de Carcavelos (Lisboa), el día 3 de Abril de 1977, y otras dos menos detalladas (TEIXEIRA, 1978).

Fig. 4.—Esquema explicativo de las medidas tomadas (según NORRIS, 1961).

Por la bibliografía consultada hemos comprobado que esta es la prim era cita de Grampus griseus para la costa Cantábrica y cos­ta atlántica gallega.

En la actualidad la Comisión de Cetología de la Institución Ca­talana de H istoria N atural continúa trabajando en el M editerrá­neo español, por lo que es muy probable que tengan en su haber algunas otras referencias concernientes a esas aguas.

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164 ~

RESUMEN

En la presente nota se cita un Delfín de Risso, Grampus griseus (G. Cuvier, 1812), varado en la playa de Salinas (Asturias) el día 8 de Junio de 1978. El ejemplar que se estudia es una hem bra de 3120 mm. de longitud total. Es la prim era cita de esta especie para la costa Cantábrica y costa atlántica gallega.

SUMMARY

First record of Grampus griseus (G. Cuvier, 1812) Risso's dol­phin, in the Spanish Cantabric coast.

A specimen of Grampus griseus of 3120 mm. of total length stranded at Salinas (Castrillón), North coast of Spain on 8 th June 1978 is described, some notes on the morphology and biom etric data are given.

AGRADECIMIENTOS

Agradezco a mi compañera F. Alvarez Marqués la desinteresa­da ayuda que me prestó en todo momento.

También quiero agradecer la colaboración de J. Fdez. Alcazar en las medidas realizadas.

(Recibido el 23 de Octubre de 1978)

Departamento de Zoología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo

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«DOS NUEVAS ESPECIES IBERICAS DE ONCHIDORIS (MOLLUSCA: OPISTHOBRANQUIA: DORIDACEA) CO­

LECTADAS EN ASTURIAS (1).

POR

J. A. ORTEA (2)INTRODUCCION.

Los Onchidorididae son una familia de Doridaceos Fanerobran- quios en la que, la mayor parte de las especies que la componen, llevan una vida bastante sedentaria sobre formaciones de briozoos incrustantes que constituyen su alimento.

Sus particularidades morfológicas y cromáticas, muy similares a simple vista a las del sustrato que colonizan, unidas a su rareza y reducido tamaño, son algunas de las dificultades mayores que plantea su recolección y por tanto su estudio.

Dentro de un amplio trabajo en preparación acerca de los Do- ridáceos del litoral ibérico, similar al que hemos publicado re­cientemente sobre los Sacoglosos (Ortea, 1977), hemos recolec­tado y estudiado hasta el momento seis especies de Onchidoris; una de ellas Onchidoris sparsa ha sido ya objeto de una publica­ción parcial (Ortea, en prensa) y otras dos, una que consideramos nueva y o tra desconocida en aguas ibéricas; son estudiadas en el presente trabajo.

Onchidoris pusilla (Alder y Hancock, 1845).Material: Playa de Artedo (Concha de Artedo, Asturias) (43°

30N; 06° 14W). Interm areal, niveles medios de m area (MWL), bajo

(1) Trabajo realizado gracias a una beca de la Fundación Juan Marcl para el estudio de especies y medios biológicos españoles.

(2) Del Departamento de Zoología de la Universidad de Oviedo.

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piedra con briozoos en zona de Himanthalia ; 9-3-1978, un ejem­plar de 4 mm. x 3 mm.; 20-9-1978, numerosos ejem plares sobre va­rias especies de briozoos incrustantes (Escherella sp., Microporella sp. y otros), mediolitoral (MWL) y prim eros niveles infralitora- les (LWS).

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Descripción:

Animal de forma oval, raram ente acorazonado, algo más largo que ancho (fig. I y LAM. I, fig. A). Coloración general blanquecina, pigmentada bastante uniformemente de pardo rojizo, apreciándose por lo general, tres o más grandes manchas pardo negruzcas por transparencia; las dos mayores casi centrales, situadas sim étri­camente respecto al eje mayor del cuerpo, una tercera más poste­rio r y cerca de la branquia; las restantes, cuando las hay, en dis­posición variable.

La pigmentación es en algunos ejemplares mucho más densa en la región cefálica. Entre los rinóforos, presentan a veces dos manchas pardo-rojizas, muy oscuras, que a simple vista parecen los ojos del animal, aunque estos están situados detrás de los ri­nóforos.

Cuerpo espiculoso, con las espículas dorsales que siguen la dirección del eje menor del cuerpo bien aparentes; algo menos las oblicuas a ellas y muy poco visibles las perpendiculares al borde del manto.

Tubérculos del manto (LAM. I, fig. D), globosos y de base ancha, poco numerosos. Los mayores miden unas 170 mieras y los res­tantes generalmente no superan las 125 mieras. Pueden presentar espículas en la base. Algunos tubérculos están ligeramente pe- dunculados.

En general, y excepto en el dorso, cada cuatro tubérculos (LAM. I, fig. G) delimitan una zona en la que existen por térm ino medio, unas 12 m anchitas pardo rojizas. Los tubérculos propiam ente di­chos, están muy pigmentados en la región cefálica y centro del dorso, volviéndose transparentes hacia el borde.

Rinóforo delgado y muy largo (1'15 mm.), de color blanqueci­no sem itransparente y con seis a nueve laminillas (LAM. I, fig. B y C). Abertura rinofórica rodeada por tres tubérculos, los dos an­teriores grandes (170 mieras), el posterior más pequeño (120 m i­eras). Cuando el rinóforo se retrae, los tres tubérculos taponan casi perfectam ente la abertura.

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Velo bucal sinuoso, partido (LAM. I, fig. F) y en ocasiones li­geramente pigmentado de pardo rosado en su borde más externo.

Pie tan largo como el manto, hendido superiormente. Visceras rojizas, visibles por transparencia en el pie. Orificios genitales en el flanco derecho. Flancos pigmentados a veces de punteado pardo rojizo, muy fino y uniforme, otras veces blancos.

Branquia form ada generalmente por 8 hojas unipinnadas (LAM.I, fig. E) de color blanquecino uniforme. Muy contráctiles.

Ano rodeado por un número variable de tubérculos, el ante­rior es el de mayor tamaño, en la mayor parte de los casos.

Discusión.

O. pusilla no puede ser confundido con ninguna de las espe­cies conocidas de Onchidoris.

Su velo cefálico, sinuoso y a veces pigmentado, jun to con los rinóforos y branquia blancos permiten entre otros caracteres, iden­tificarlo con facilidad.

O. pusilla era conocido con anterioridad desde Noruega e Islas Británicas hasta Roscoff (Francia). La presente captura amplía de form a considerable la distribución hacia el sur.

La especie es nueva para la fauna ibérica, conociéndose única­mente de Artedo, Asturias.

Ilustración.

LAMINA I

Fig. A. Onchidoris pusilla, vista dorsal de un ejem plar anormal. Fig. B. Detalle del rinófiro v área rinofórica.Fig. C. Esquema de los rinóforos y de la abertura rinofórica.Fig. D. Tubérculos del manto, representación esquemática.Fig. E. Area branquial y esquema de algunas hojas branquiales.

a= ano .Fig. F. O. pusilla, vista ventral, detalle del velo bucal.Fig. G. Detalle del manto.

Onchidoris reticulata n. sp.

Material: Playa de Artedo (Concha de Artedo, Asturias) (43° 30N; 06° 14W); interm areal, niveles medios de m area (MWL), bajo piedras con briozoos incrustantes en charco de marea. Un

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LAMINA I

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solo ejem plar recogido, 6'5 mm. x 4 mm. y designado como holo- tipo. Fecha de captura 9.3.1978. Tem peratura del agua en superfi­cie =13°C.

Descripción:

Forma típica de Doridaceo. Cuerpo de color blanquecino, pig­m entado de pardo-verdoso más intensamente en el centro y acla­rándose hacia los bordes. Desde los rinóforos y hacia atrás, pre­senta dos zonas despigmentadas a modo de bandas blanquecinas longitudinales; de estas bandas anteriorm ente citadas, surgen otras más pequeñas que se dirigen hacia los tubérculos y que enlazan unos tubérculos con otros dando una reticulación característica (LAM. II, fig. C, E) que enmarca a las manchas de pigmento pardo- verdoso. Hacia los bordes, se va haciendo cada vez menor la den­sidad de pigmento y por tanto, se hace cada vez más aparente y ancha la «reticulación» despigmentada (LAM. II, fig. Eb).

Cerca del borde, la pigmentación se reduce a unas puntuaciones negras muy espaciadas.

Cuerpo espiculoso, con espículas en disposición sim ilar a otros Onchidoris, unas centrales paralelas al eje menor del cuerpo, otras externas, perpendiculares al borde del m anto y entre estas dos series una tercera en disposición oblicua.

Tubérculos del m anto globosos, más o menos delgados y lige­ram ente pedunculados. Sus dimensiones oscilan entre 200-280 mi­eras (LAM. II, fig. D). Los tubérculos centrales presentan una ban­da de pigmento dorado-verdoso en el ápice; los marginales están despigmentados.

Area rinofórica muy llamativa. La zona despigmentada que ro­dea a cada rinóforo (LAM. II, fig. C) tiene un aspecto cuadrangu- lar con los ángulos dirigidos hacia delante. Entre los dos rinófo­ros se ven por transparencia cinco manchas negras (tres muy aparentes).

Abertura rinofórica (LAM. II, fig. F) protegida por dos tubércu­los que la taponan parcialm ente al retraerse el rinóforo.

Rinóforo de 1'40 mm., con diez laminillas y pigmentado con grandes manchas pardas.

Diez hojas branquiales, pigmentadas muy finam ente y de m a­nera uniform e de color crema sucio, sin manchas oscuras. Hojas en distribución circular (LAM. II, fig. G), la más anterior muy grande (1'625 mm.) llega extendida hasta la m itad del dorso.

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Región anal con cinco tubérculos, el mayor ocupa una posición posterior. Entre los tubérculos anales existe abundante pigmento pardo oscuro.

Pie tan largo como el manto y casi tan ancho. Lóbulo cefá­lico blanco y entero. Visceras rosadas visibles por transparencia.

No se ha hecho disección del único ejem plar recogido. Derivatio nominis: La especie es denominada O. reticulata por

el aspecto de la pigmentación del manto.Depósito: El holotipo se encuentra depositado en el Museo de

Ciencias N aturales de París.D is c u s ió n de O. reticulata:O. reticulata puede recordar algo a los jóvenes de O. bilame-

llata y en un principio suponíamos que se tra taba de un ejem plar de esa especie. Sin embargo O. reticulata está asociado con brio- zoos m ientras que O. bilamellata, se alimenta de Cirripedos (Ba- lanus spp.). Además, la forma y disposición de su aparato bran­quial, circular, pigmentado y con una gran hoja anterior, difiere bastante del de O. bilamellata más ancho que largo, sin pigm entar, y con hojas muy iguales provistas de pinnas de dos tam años al­ternos.

Igualm ente los rinóforos son diferentes, presentando O. reticu­lata dos tubérculos en la abertura rinofórica.

También se podría confundir con algún ejem plar del muy va­riable O. sparsa, pero la branquia y los tubérculos dorsales son diferentes.

A la espera de capturar un nuevo ejem plar que nos perm ita hacer disección, preferimos describirlo como especie independiente.

Ilustración: LAMINA II

Fig. A, B. Onchidoris reticulata n. sp. vista dorsal y lateral.Fig. C. Detalle del área rinofórica, representación esquemática

a = tubérculo, b=rinóforo.Fig. D. Tubérculos del manto.Fig. E. Detalle del manto. a=zona media, b=próxim o a los bordes. Fig. F. Rinóforo y abertura rinofórica.Fig. G. Hojas branquiales y región anal.Fig. H. Vista ventral esquemática del animal.

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LAMINA II

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RESUMEN

Dos nuevas especies ibéricas de Onchidoris, O. pusilla (Alder y Hancock, 1845) y O. reticulata n. sp. recolectadas en Asturias, se describen en este trabajo.

SUMMARY

Two new iberian speces of Onchidoris, O. pusilla (Alder y Han­cock, 1845) and O. reticulata n. sp. colected in the Asturias coast, north of Spain, are described in this work.

Agradecimiento.Nuestro agradecimiento al Dr. Malcolm Edm unds del Preston

Polytechnic por la crítica del manuscrito.

D epartamento de Zoología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo

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' D ir e c t o r del In s t it u t o * d e 'E s t u d io s ’A s t u r ia n o s :

DR. JOSE .EVARISTO CASARIEQp

1 D ir e c íó r Á d j u n í 'o'' d e P u b l ic a c io n e s :

- FROF, J. .A. 3ÍARTINEZ-A^VAR|:Z

CokRÉStONDENélA :

Instituto "de "Estudios rA’SturiaBOS

■ Palacio Conde de ¡Toreno ' Plaza de Porlier, s/n .

Apartado núm. 9.' ’OVIEDO '(España).

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I. D. E. A.

Bol. Cien. Nat.ar

I. D. E. A.