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 O L O ~ ¿ g ¿  l  M  ?  . . ¡ N  R ob  t  lanché LA  PIST MOLOGi o o s  tau

Blanche, Robert - La Epistemologia

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  • COLE C C I O~

    g;~;;Il~-,M;-?;'__--.., N.' 91

    Robert Blanch

    LAEPISTEMOLOGiA

    iOoikos-tau

  • LA EPISTEMOLOGA

  • EN LENGUA CASTELLANA

    N.o 91

    LAEPISTEMOLOGA

    POR

    RBERT BLANCHProfesor honorario en la Univer.Jad d. Toulouse

    ekes-tau, 8. a. - edicionesAPARTADO 5347 BARCELONA

    VILASSAR DE MAR BARCELONA - ESPAA

  • Traducci6n de A. Giralt Pont

    Primera edici6n en lengua castellana 1973

    Ttulo original de la obra:"L'PISTMOLOGIE"par Robert BlanchCopyright Presses Universitaires de France 1973

    ISBN 84-281-0228-7

    Depsito Legal: Bl.688-1973

    oikos-tau, s, a edicionesDerechos reservados para todos los pases de habla castellana

    Printed in Spain - Impreso en Espaa

    Industrias Grficas GarcaMontserrat, 1214 - Vilassar de Mar (Barcelona-Espaa)

  • PRIMERA PARTE

    VISIN DE CONJUNTO

    CAPTULO PRIMERO

    LOS ORGENES

    La palabra epistemologa, que literalmente signi-fica teorta de la ciencia, es de reciente creacin.

    Si la palabra es nueva, lo que designa tambinlo ser. Sin duda, cualquier filosofa incluye deter-minado concepto del conocimiento; por ejemplo,el Teaitetos de Platn ya expone, en sentido amplio,una teora de la ciencia, tal como lo indica su sub-ttulo, 7TP' 7TU:JT7]p:rS;. A partir del siglo xvm lapalabra ciencia tom un sentido ms estricto y mspreciso, el que entendemos cuando actualmentehablamos de la Academia de Ciencias, de la culturacientfica, de las aplicaciones de la ciencia, etc. Losantiguos filsofos podan intentar determinar en qucondiciones un conocimiento de la naturaleza debasatisfacer para poseer las caractersticas de certezantima y de validez universal, las nicas que per-mitan que se la considerara propiamente comouna ciencia. Pero el nico medio para saber ver-daderamente lo que sera esta ciencia, era ante

  • 6 LA EPISTEMOLOGA

    todo hacerla. An en el siglo XVII y tras el decisivoimpulso dado por Galileo, la nueva ciencia perma-nece insuficientemente desligada de la filosofa. ConNewton y Descartes la ciencia aparece bajo elnombre de Principios de la Filosofa. En Ingla-terra, hasta fines del siglo XIX la expresin naturalphilosophy seguir designando a la fsica. Inversa-mente, la palabra alemana ciencia (Wissenschaft)ha conservado siempre algo del sentido ms ampliocon el que antao se confunda con la de filosofa".

    Por consiguiente, aunque ofrezcan ms de unaobservacin interesante para el epistemlogo, nopueden considerarse obras de epistemologa el No-vum Organum ni la Gran instauracin de las cien-cias de Bacon, el Discurso del mtodo de Descartes,la Reforma del entendimiento de Spinoza ni laBsqueda de la verdad de Malebranche. Ya seacerca ms al sentido actual el libro IV del Ensayosobre la inteligencia humana de Locke y en especialla respuesta que le da Leibniz en sus NuevosEnsayos. En el siglo XVIII la obra que mejor pre-dice lo que ser la epistemologa es, sin dudaalguna, el Discurso preliminar a la Enciclopedia deD'Alembert. A comienzos del siguiente siglo se con-sideran precursores el segundo volumen de La filo-sofa del espritu humano (1814) de Dugald Stewart,el Curso de filosofa positiva (a partir de 1826) deAugusto Comte y el Discurso preliminar al estudiode la filosofa natural (1830) de John Herschel.Pero hasta el segundo tercio del siglo XIX no apa-

    1 Por ejemplo, la ciencia a la que apela la MetaJUlica futura que podr pre .. entarse como eieneia (Kant) o la Filosofa como ciencia rigurosa (Husserl), esevidentemente una ciencia distinta a la de 108 sabios. Por ello, cuando quierenprecisar 8U sentido ms restringido en que franceses e ingleses toman general-mente en la actualidad la palabra ciencia, los autores alemanes se ven obligadosa veces a buscar otro trmino. As, G. Frey (Philosophie und Wisseruehaf', p-gina 33, Stuttgart, 1970) distingue entre ""ienochafdiche y ien'i.'iache A ....agen.

  • LOS ORiGENES 7

    recen, y lo hacen de manera casi simultnea, lasdos obras fundamentales con las que, aunque lapalabra no existiera, podra comenzarse a hablarde lo que hoy llamamos epistemologa: una deellas se refiere a las ciencias formales, lgica y mate-mticas, la Wissenschaftslehre (1837) de BerhardBolzano, y la otra relativa a las ciencias de lanaturaleza, la Filosofa de las ciencias inductivas(1840) de William Whewel12.

    La palabra Wissenschaftslehre, que Bolzano men-ciona al comienzo de su obra, merece ser examinada.Literalmente corresponde en alemn a lo que quieredecir en un castellano inspirado en el griego epis-temologa: teora de la ciencia. Y sin embargo,ambos vocablos, el alemn y el castellano (o elingls epistemology) no son exactamente seud-nimos, habiendo conservado el primero de sus or-genes ms antiguos un sentido ms amplio que elque ha tomado el segundo, que se forj para de-signar una disciplina ms estricta. No siempre esmuy distinto del de la palabra Erkenntnistheorie,que significa teora del conocimiento en general ytiene, pues, un carcter mucho ms filosfico.Incluso se ha extendido ms, ya que hacia 1800Fichte eligi esta palabra Wissenschaftslehre paradesignar la exposicin -o mejor, las sucesivasexposiciones- de toda su filosofa.

    A pesar de que en la segunda mitad de su obraabarque un campo ms amplio, Bolzano considerala palabra Wissenschaftslehre en un sentido msconcreto, aquel en que Wissenschaft designa pro-opiamente el conocimiento cientfico, excluyendocualquier otra forma de conocimiento. Con gran

    2 Sobre la epistemologa de estos autores, Berg, J., Bolla",,', LDgie, Abnqvist& WikseIl, Estocolmo, 1962; y Blanch, R., L. raIDna/'me de Whewell, Alean,Pars, 1935.

  • 8 LA EPISTEMOLOG1A

    minuciosidad y rigor, su estudio se centra en no-ciones fundamentales de la l~ca, como las deanaltica y derivacin. As anuncia el estilo y anti-cipa algunos de los problemas que se encontrarnen nuestra poca en los trabajos de metalgica.Recordemos que actualmente, tras haberse for-mado para casos especiales las palabras metama-temtica y metalgica, se llama metaciencia alestudio que va despus de una ciencia y que tratade eUa, tomndola a su vez como objeto y pregun-tndose a un nivel superior sobre sus principios,fundamentos, estructuras, condiciones de validez,etctera. La epistemologa, que es una reflexinsobre la ciencia, con este ttulo entra a formarparte de la metaciencia y slo se distingue de estapor algunos matices: generalmente la metacienciase preocupa por tener el estilo y el rigor de la cienciay slo la practican los sabios especializados; mien-tras que la epistemologa, en relacin con la ciencia,es un poco ms amplia y todava conserva, a pesarde sus esfuerzos para atenuarlo, un carcter filo-sfico ms o menos marcado.

    Aunque engloben una teora de las matemticasque no tiene nada de original y en su momentoya se encontraba algo retrasada, las investigacionesde Whewell se centran esencialmente en las cien-cias inductivas. Su propsito era renovar el NovumOrganum teniendo en cuenta lo sucedido durantesu intervalo. Bacon crea haber trazado el programaque las ciencias inductivas deban seguir: pero,sea cual fuere su genio, no poda prever cmo ibanestas a formarse. Despus de ms de dos siglos depresenciar el desarrollo y la expansin de estasciencias, era hora de sustituir el concepto a prioride la naturaleza de las ciencias inductivas por unconcepto basado en el anlisis de los procedimientos

  • LOS ORGENES 9

    que estas ciencias inductivas emplearon. Whewellinaugura as el mtodo histrico-crtico que, parala epistemologa, ser una de las vas de aproxi-macin ms fructuosas. Trata directamente el estu-dio histrico y el crtico, y slo ante la amplituddel sujeto se decide a separarlos, publicando pri-mero la Historia que servir de base a lo que pocodespus ser la Filosofa de las ciencias inductivas,y manteniendo siempre un estrecho contacto entreambas, como indica el ttulo completo de la segunda obra, Philosophy of the inductive sciences,founded upon their history. De la escala de lasciencias intenta deducir, para cada una de ellas,las ideas fundamentales sobre las que se basay los procedimientos mediante los que se construye.

    Dos de las obras epistemolgicas ms significa-tivas, que pronto van a aparecer, seguirn el ca-mino abierto por Whewell3 En primer lugar la deAntoine Augustin Cournot, a quien no es exageradoconsiderar el mayor epistemlogo del siglo XIX.Tras su Essai sur les fondements de la connaissancehumaine et sur les caracteres de la critique philo:sophique (1851), su Trait de l'enchanement desides fondamentales dans les sciences et dans l'histoire(1861), por su planificacin e incluso por la expre-sin de idea fundamental que aparece en el ttulo,evidencia la influencia de Whewell, aunque en lla alusin a la historia sea menos sistemtica. Unode sus mritos es haber colocado en primer planoy entre estas ideas fundamentales la idea de azar,durante mucho tiempo considerada opuesta a la

    3 Junto a estas dos obras maestras hay que mencionar, al menos, los trabajosde Helmholtz, cuya re:8exi6n epistemol6gica se extiende por una amplia escala,y tambin, en el campo ms restringido de la fisiologa, la Introdue&wn a I'huletk 'a mdeeine exprimerdale de Claude Bernard. Sobre Cournot, De la Harpe, J.,De l'orMe el da hasard~ 'e rali.me eritique tI'A. A. Coumot" Vrin, Pars, 1936;sobre Mach, Bouvier, R. La pens. tI'Ernest Mcu::h, VQin d'Or, Ginebra, 1923.

  • 10 LA EPISTE~OLOGA

    idea de ley y ajena a la ciencia; de ella da unadefinicin que ser clebre: la interseccin de dosseries causales independientes. De esta manera pa-rece haber presentido la gran importancia que ibana adquirir en la ciencia contempornea los datosestadsticos y las probabilidades. Indudablementees menos directa la influencia de Whewell en Mach,que pertenece a la generacin siguiente. No obs-tante, su obra Die Mechanik und ihrer Entwicklung(1883), duradera y ejemplar, es tambin de inspira-cin histrico-crtica, tal como lo indica explicita-mente el ttulo de su traduccin francesa: Lamcanique, tude historique et critique de son dvelop-pement. En esta obra se encuentra una crticaexacta de los absolutos de Newton, critica que hapreparado, y en parte inspirado, la mecnica rela-tivista de Einstein. No hay que olvidar tampocoque, por influencia de Mach, va a surgir con elCrculo de Viena una de las principales corrientesde la epistemologa de este ltimo medio siglo.

    Hacia 1900, momento en que se ponen seria-mente en duda algunos de los principios de lo quepronto va a llamarse ciencia clsica, se desarrollael gran movimiento llamado de crtica de las cien-cias. Esta crtica, dirigida contra el dogmatismocientificista y llevada a cabo por autores de forma-cin cientfica, se centra esencialmente en la natu-raleza de las leyes y teoras de la fsica. Recordemostan slo los nombres de H. Poincar, P. Duhem,G. Milhaud y E. Le Roy en Francia, los de Machy Ostwald en Alemania y los de C. S. Peirce yK. Pearson en los pases anglfonos. En la mismapoca la crisis de los fundamentos abierta porlas antinomias de los conjuntos obligaba tambina los matemticos a preguntarse por los principiosde su ciencia; en este trabajo de elucidacin iban

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    a destacar G. Frege en Alemania y B. Russell enGran Bretaa. Debido a esta unin entre lo cien-tfico y lo filosfico, unin vivamente exigida porel mismo estado de la ciencia y que la especializa-cin cientfica debida al desarrollo de aquella habadistanciado cada vez ms, la epistemologa estabaconstituida como disciplina original, y de hechofue este estado el que iba a consagrar su nacimiento.

  • CAPTULO II

    EL MBITO

    Es difcil trazar las fronteras que separan laepistemologa de sus disciplinas ms prximas. Aligual que para cualquier prohlema de definicin,nos encontramos con una dificultad de vocahularioy, por lo tanto, de lihre decisin, que determina nolo verdadero y lo falso, sino lo conveniente. Paraemitir un juicio, hay que tener en cuenta el usoms extendido y el ms razonahle. Cuando amboscriterios concuerden, se intentar establecer la defi-nicin, la delimitacin del dominio ms recomen-dahle. Pero la dificultad est tambin en que, seacual fuere el sentido precisado de la palabra, lasfronteras que as se hahrn trazado continuarnsiendo imprecisas, puesto que los prohlemas de laepistemologa se centran a veces en mhitos quehahrn quedado fuera de dichas fronteras. Hay quetener en cuenta, por consiguiente, estas reservasal leer lo que viene a continuacin.

    1. - Epistemologa y teora del conocimiento

    En principio, la relacin de la epistemologa conla teora del conocimiento es la existente entrela especie y el gnero, limitndose la epistemologaa una sola forma de conocimiento: el conocimiento

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    cientfico. No obstante, la diferencia desaparececuando el gnero se ve reducido a una sola especie,como en los autores que conceden el nombre deconocimiento "tan slo al conocimiento cientfico,considerando el resto como un juego verbal sinalcance cognoscitivo. Esta era la actitud de losneopositivistas vieneses y la del posterior empiris-mo lgico. As, Carnap slo reconoce como vlidala teora del conocimiento cuando esta se reducea la epistemologa, y ms concretamente, al anlisislgico de la ciencia. En Francia, L. Rougier, queest de acuerdo en este punto con el empirismolgico, es autor de una obra titulada Trait de laconnaissance que, como l mismo dice, hubieradebido llamarse para ser ms exacta Structure dela connaissance scientifique; tal como afirma en laconclusin sobre La nouvelle thorie de la con-naissance, cree que hay un nico conocimiento:el cientfico.

    De ello puede deducirse que esta tesis es ya unatesis filosfica y no cientfica. Sin duda alguna, esla misma ciencia la que debe trazar sus propiasfronteras, aceptar o rechazar este o aquel tipo deespeculaciones. Hay falsas ciencias que hace yatiempo resolvieron este problema; Descartes sejactaba de que no le engaaban las promesas deun alquimista, las predicciones de un astrnomo,ni los embustes de un mago-. Pero no obstante,ya el mismo Descartes haca depender la cienciade la metafsica, del mismo modo que el rbol sealimenta por la raz. Actualmente es la cienciaquien debe decidir si otorgar o no un carcter cien-tfico a las investigaciones sobre la telepata, oincluso simplemente a la fisiognomona o la grafo-

    1 DiM:UTOO del mlodo. Primera Parte.

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    loga, y tambin a las disciplinas agrupadas bajoel nombre de ciencias normativas. Por el con-trario, no es un problema cientfico saber si hayono posibilidades de conocimiento ms all de laciencia. Esta cuestin deriva de una teora generaldel conocimiento, uno de cuyos objetos es situarel conocimiento cientfico entre otras formas deconocimiento. Existen, o no, procedimientos deconocimiento que sigan otros caminos que los dela ciencia? Algunos han aludido a facultades nointelectuales o parcialmente intelectuales como elcorazn, que tiene sus razones que la razn noconoce, o bien, la intuicin entendida como uninstinto iluminado por la inteligencia: ello jus-tificara la autenticidad de un conocimiento msticoo metafsico. Otros proponen encaminar nuestrasfacultades hacia otra direccin, hacia la intuicinde las esencias, fundando as una ciencia fenome-nolgica ms all de la ciencia factual. A pesar deque se rechacen estas pretensiones, nos hemos en-caminado, por ello mismo, hacia una determinadafilosofa del conocimiento.

    Admitiendo la separacin terica entre la epis-temologa y la teora del conocimiento, hay quereconocer que, efectivamente, la distincin nopuede observarse siempre. En primer lugar debidopuramente a razones de vocabulario; a falta de unsustantivo simple y adecuado que d origen a unadjetivo y un adverbio", la expresin teora delconocimiento puede reemplazarse fcilmente porunapalabra mucho ms cmoda: epistemologa.Se ha intentado solucionar el inconveniente idean-do la palabra gnoseologa, pero este neologismo

    2 Esta dificultad no existe en alemn debido a la aptitud de esta lengua aformar 'palabras compuestas, como Erkenmn'heo1'ie" con el adjetivo corres",pondiente.

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    no ha arraigado en absoluto; en italiano se usaa veces, pero en francs e ingls es muy raro,siendo una palabra pedante y casi inexistente enalemn si no es bajo el trmino clsico Erkennmis-theorie o Erkenntnislehre. As pues, se opone fcil-mente el punto de vista epistemolgico al ontol-gico, el dualismo epistemolgico del sujeto cono-cedor y del objeto conocido al dualismo ontolgicode alma y cuerpo, etc. En la confusin entre ambostrminos hay razones mucho ms profundas queun simple motivo de vocabulario. Se comprendeperfectamente por qu Piaget, por ejemplo, tomacomo sinnimos epistemologa y teora del co-nocimiento. Tanto en la evolucin de las socieda-des como en el desarrollo del individuo, la cienciay el espritu cientfico van formndose progresiva-mente sin llegar nunca a un lmite. En estas con-diciones cualquier tipo de epistemologa gentica,tanto si se trata de la historia de las ciencias comode la psicologa infantil, se ampla necesariamenteen una teora del conocimiento, ya que esta intentarecorrer todos los estadios de lo que actualmentese llama conocimiento cientfico; en otras palabras,considerar el conocimiento bajo determinadas for-mas que podemos considerar precientficas y a lasque no podemos negar un valor cognoscitivo, puestoque preparan los progresos ulteriores",

    a Aadamos que. efectivamente. la identificacin pura y simple de la episte-mologa con la teora del conocimiento, aunque actualmente no coincidan en laprctica, todava est latente en muchos autores que la admiten sin discusinalguna como si se tratara de algo suyo. As, el largo artculo que la Eneyclopedio01 philo",phy (1967) dedica a la epistemologa la define de la manera siguiente:La epistemologa, o teoria del conocimiento, es la rama de la filosot"1A que seocupa de la naturaleza y capacidad del conocimiento, de sus suposiciones y funda-mentos y del crdito que puede otorgrsele; le sigue una amplia exposicinhist6rica que parte de la Antigedad griega para llegar hasta los fil6sof08 ..devocabulario sencillo, pasando por santo Toms, Spinoza y Schopenhauer. En suedici6n de 1961. la Eooyelopedia 6ritannica define a la epistemologia casi con lasmismas pelabres: cEs la rama de la filosofa que se ocupa de los problemas dela naturaleza, de los lmites y validez del conocimiento y de la creencia. La

  • EL MBITO

    11. - Epistemologa y filosofa de la ciencia

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    Todava es mucho ms difcil establecer la dife-rencia entre la epistemologa y la filosofa de laciencia, debido a la elasticidad de esta ltimaexpresin. Si se toma en un sentido amplio, laepistemologa forma parte de uno de sus captulos,o bien, es una de las formas de practicarla. Uno delos autores de Lectures sur la philosophie de la sciencedistingue cuatro aspectos diferentes de filosofarsobre la ciencias el estudio de sus relaciones con elsabio y con la sociedad, el esfuerzo para situar a laciencia dentro de los valores humanos, las espe-culaciones que se hacen a partir de los resultadosobtenidos de la ciencia para desembocar en lo quems exactamente se ha llamado la filosofa de lanaturaleza, o sea, el anlisis lgico del lenguajecientfico. Despus de ello, confiesa tomar la ltimaacepcin, la nica que en efecto puede coincidircon lo que designa el nombre de epistemologa.

    Algunos van mucho ms lejos y salvan las dife-rencias entre ambas nociones. En efecto, deseandesligar a la epistemologa de todo prejuicio con lafilosofa y evitan, por ello, el uso de esta ltimapalabra. A ello se han inclinado naturalmenteaquellos que slo reconocen como nica forma deconocimiento el conocimiento cientfico, excluyendoas toda filosofa incapaz de someterse a un anlisiscientfico, y adems con la condicin de que estemismo anlisis se realice a travs de mtodos cien-tficos. Otras razones, independientes de una posi-cin antifilosfica, han actuado en el mismo sen-

    Ent:ielopedfa ilalfa.... IUltituye la palabra epiBlemologa por la de gno.oologfa.Al coutrario, La Ene,..lop",dia ..niver.aliB (1970), yendo al extremo opuesto.rechaza cualquier tipo de relaci6n eutre epistemologa y 6losofla.

    4 Feig1, H.; Brodbeck, M Rsading. in 'he philolOphy o/ .ciBnee, pAgI.3-7.Appletou Century Crofta, Nueva York, 1953.

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    tido. En la poca actual la epistemologa se alejacada vez ms de los filsofos para pasar a manosde los sabios. Una de las caractersticas de la epis-temologa actual es, pues, la progresiva aceptacinde sus problemas por los sabios especializados; nose debe a una moda pasajera, sino a que las recien-tes crisis que han sufrido las diversas ciencias y lasrevoluciones por las que han pasado han obligadoa aquellos que las practicaban a preguntarse porsus propios fundamentos. No es un juego de pa-labras decir, como Brunschvicg, que los progresosde la ciencia no son siempre progresivos, ya quetambin pueden ser reflexivos; en este mismo as-pecto G. Frey hace una distincin entre los progresoslineales y los circulares", Este progreso reflexivo ocircular ilustra el desarrollo contemporneo de lasepistemologas que pueden calificarse de internasy regionales: internas ya que estn elaboradas porsabios interesados; y regionales porque cada unaSe construye de acuerdo con las necesidades de unadeterminada ciencia. Desde principios de siglo, losmatemticos y no los filsofos se han preocupadopor eliminar las antinomias y resolver las crisisde los fundamentos; a travs de las vas y mediosdel formalismo logstico se reconocen las limitacio-nes internas de los formalismos. Sin embargo, elproblema de la relatividad de la longitud, duraciny velocidad lo han tratado los sabios, y cuandoBergson quiso intervenir -sus primeros estudiosse centraron, no obstante, en la mecnica- tuvomuy pronto que renunciar a ello. Poco despus,lleg a ridiculizarse ms de un filsofo al pretenderintervenir en la querella del indeterminismo en la

    6 Brunschvicg, L., L'",pirio,..e hamaine ella .a..... liU phy.~, pgs. 433-34;Frey, G., Philo.ophie ami Wi ..enat:hafl,pg. 25.

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    que se enfrentahan los fsicos de la teora de loscuantos.

    Por lo tanto, es cierto que la reflexin sobre laciencia, reanimada actualmente por los impedi-mentos que surgan en el interior de la ciencia,tiende cada vez ms a replegarse en una disciplinacientfica, al aludir por una parte, a un instrumentode precisin el lenguaje logstico, y, por otra, alintentar multiplicar sus relaciones con los hechos,sean estos de origen histrico o de origen psicoge-ntico. Sin emhargo, aunque uno intente limitarsea lo que es propiamente reflexin sobre la ciencia,no puede desprenderse por completo de una de-terminada filosofa.

    Primeramente se constata que, en efecto, algunasde las grandes epistemologas de nuestro tiempohan permanecido estrechamente asociadas a unafilosofa, tanto si la sugeran como si la confirmaban,determinndola: por ejemplo, Meyerson, Cassirer,Brunschvicg, Eddington, Bachelard y Gonseth.Junto, o mejor, sobre las epistemologas regionales,subsisten problemas de epistemologa general que,seguramente, pueden ser tratados por el sahio,pero que sohrepasan su privilegiada competenciade especialista. En un momento de extrema divi-sin del trahajo cientfico, una epistemologa in-terna puede ser al mismo tiempo general al re-currir a una relacin interdisciplinaria en la queel filsofo no puede ser sustituido, o bien, en la queel sahio es sustituido por el filsofo. Por ltimo,las. epistemologas internas y regionales difcilmentepueden dejar de tratar, tarde o temprano, proble-mas que podran calificarse de paracientficos porel hecho de que continan siendo el motivo deseparacin de los sahios cuyos mtodos no permitensu oposicin; estos problemas tambin podran

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    llamarse filosficos, puesto que forman parte de latradicin filosfica.

    Sin duda alguna, el retorno reflexivo sobre losprincipios y mtodos de una ciencia no ocurresiempre en una filosofa. As, la metamatemticade Hilbert o de G6del, que es un discurso sohre ellenguaje matemtico, acta de acuerdo con losmtodos formales, los de la lgica matemtica.Debido al indefinido desdoblamiento de la reflexin-pues cualquier metalenguaje puede tomarse a suvez como objeto de un metalenguaje superior-,y a medida que vayamos elevndonos en la jerar-qua de los metalenguajes, irn reapareciendo pro-gresivamente, en las discusiones entre sabios ybajo formas nuevas, viejos problemas filosficos;los sabios se separarn, como pobres filsofos, endos clanes que no llegarn a comprenderse en losdos sentidos de la palabra: ni ponerse de acuerdoen una solucin ni comprenderse entre s. Unejemplo particularmente instructivo nos lo ofrecenprecisamente las ciencias lgico-matemticas: du-rante mucho tiempo se enfrentaron las certezas a lasinterminables controversias, tema de los filsofos.En un determinado nivel de reflexin y en lo quemuy bien podra llamarse filosofa de su ciencia,reaparecen en los lgicos y matemticos discusio-nes sin salida entre platnicos y nominalistas; dis-cusiones que son tan diferentes por su contextoy argumento como por su viejo problema metaf-sico sobre el que se enfrentaron ya en la EdadMedia los realistas y nominalistas. Por un ladotenemos a Bolzano, Frege, Hermite, el Russell delcomienzo y el actual Church; y por otro, a Helm-holtz, los vieneses, Quine y Goodman6

    En su prefacio de Fondemenl. deo malmaliquu de Gonoetb (Blanchard.Pars, 1926). pgs. VIVII, J. Hadamard habla de 1011 cextraordinariOll retornos

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    Si se quiere distinguir a la epistemologa de laciencia, habr que hacerlo por una diferencia deextensin, ya que la epistemologa es una parte dela filosofa de la ciencia y, hoy ms que nunca, porsu espritu y mtodos; ser tambin porque se ex-tiende en una zona intermedia entre la ciencia y lafilosofa, llegando al lmite de ambas.

    IIJ. - Epistemologa y metodologa

    Hay que considerar a la epistemologa y me-todologa como dos disciplinas distintas y simple-mente conexas, o al contrario, incluir a la metodo-loga dentro de la epistemologa como uno de suselementos? El Vocabulario de Lalande las considerapor separado, En l se lee que la epistemologano es propiamente el estudio de los mtodoscientficos, que es objeto de la metodologa y formaparte de la lgica; sino que la epistemologa esesencialmente el estudio crtico de los principios,hiptesis y resultados de las diversas ciencias.As, la metodologa surge de la lgica, de la queseria una subdivisin. Actualmente esta divisinno es vlida, debido especialmente a razones his-tricas accidentales y ya muy pasadas de moda.Hacia 1900 en la enseanza universitaria francesa,se acostumbraba dar a la palabra lgica un sentidomuy amplio", Se la divida en dos partes: la lgicaque haba hecho sobre s mismo, constatando, con estupor y a propsito delaxioma sobre la eleccin de Zermelo, que UIl& controversia muy parecida a unacontroversia metafsica nace entre los matemticos, divididos en idealistasy empiristas (tal como le les llamaba entonces a 108 que actualmente se eenooenpor el nombre de platnicos y nominalistas).

    7 Quiz fuera un progreso en relacin a la extensi6n francamente inaceptableque se habla dado a esta palabra. Hasta mediados del siglo XIX. la ltima elasede los estudios Becundarios, la denominada clase de filosofa, le la Damabalgica. Por ms aberrante que pueda parecernoa actualmente. no deberamossorprendemos si, al consultar UD manual esoolar de l.6giea de aquella poca,viramos que era pura metafisica.

  • 22 LA EPISTEMOWGA

    general, que hace abstraccin de los objetos, mate-ria del conocimiento, y cuya parte principal es la l-gica formal; y la lgica especial o aplicada, que estu-dia los mtodos propios de cada una de las diversasciencias". La metodologa se hallaba incluida dentrode la lgica, como una de sus partes. Tal extensinde la palabra lgica ya no concuerda con lo quehoy conocemos por dicha palabra. Aunque se ase-meje a ella, la metodologa no le pertenece en ab-soluto. Por ello, no hemos credo conveniente aadiraqu una rbrica sobre epistemologa y lgica.

    Descartando la idea de que la metodologa formaparte de la lgica, hay que yuxtaponerla a laepistemologa? Es difcil hacer un estudio crticode los principios de las diversas ciencias, de suvalor y objetividad, como dice Lalande, sin pre-guntarse al mismo tiempo sobre la naturaleza yvalor de los procedimientos a travs de los cualesse forman las ciencias y llegan a un conocimientocientfico. Piaget destaca con razn que

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    mologa, relacionndola con las restantes ciencias.EH una de las ms amplias corrientes de la episte-mologa contempornea, la que surge del empirismolgico, se han multiplicado los estudios sobre lainduccin, sobre las condiciones de verificacin oconfirmacin de las proposiciones experimentales...sin pensar jams en encontrar un punto de se-paracin.

    Debemos situar, pues, a la metodologa dentrodel campo de la epistemologa, no dentro del de lalgica.

    IV. - Epistemologa y ciencias del hombre

    Las ciencias del hombre, como tales, ofrecen a laepistemologa uno de sus objetos. En principio, surelacin con estas ciencias es parecida a la quetiene con las ciencias matemticas o con las de lanaturaleza. En relacin con ellas la epistemologase sita en un nivel superior desde donde las do-mina; ciertamente, las domina desde un nivel mso menos alto. Puesto que la reflexin epistemolgicanace directamente de las dificultades del trabajocientfico, se mantiene todava muy cerca de loespecifico de este trabajo: por ejemplo, la episte-mologa interna de las matemticas se ve fuerte-mente influida por el espritu y mtodos de lasmatemticas y parece completamente ajena a lasciencias del hombre. Mientras que, por la mismarazn, los anlisis a que pueden someterse y lascontroversias con las que se enfrentan los historia-dores, psiclogos, economistas o lingistas sobrecmo abordar y conseguir sus estudios an estncompletamente influidos por las investigacionesmismas, objeto de estas ciencias. Pero, por su

  • LA EPISTEMOWGIA

    naturaleza se distinguen, del mismo modo que unametaciencia se distingue de la ciencia sobre la quetrata. Y mientras la reflexin se aleja de su objeto,abarcando un campo ms amplio, va desligndosepoco a poco de lo especfico de su objeto. La epis-temologa general, la relacionada con todas lasciencias, no afecta a las ciencias del hombre y, porello, parece que no tiene relacin alguna con lasmatemticas ni con la fsica.

    Pero las cosas no son tan sencillas. Podemospreguntarnos si en algunos aspectos, por un cam-bio completo de perspectiva, la epistemologa en sutotalidad no depender de las ciencias del hombre.

    En primer lugar se constata, efectivamente, queello se confirma en las instituciones sociales, almenos en Francia. Tanto en Academias, como enUniversidades, como en el CNRS, el lugar de laepistemologa est junto a las llamadas cienciasmorales o humanas. Bachelard ocupaba unpuesto en la Academia de Ciencias Morales y Pol-ticas y tena la ctedra de la Facultad de Letrasy Ciencias Humanas. Representa un atraso enlas instituciones, un fenmeno de supervivencia?No cabe duda alguna; pero tambin deben haberalgunas razones menos accidentales, ya que confrecuencia dudan aun los ms indicados para hacerciencia de la epistemologa. Cabe recordar queBrodbeck, por ejemplo, de entre las cuatro ma-neras de filosofar contaba con la ciencia y, por suparte, abandona el estudio de sus relaciones conel sabio y con la sociedad, considerando a la cienciacomo una actividad humana y un fenmeno social.Reichenhach asigna a la epistemologa tres tareassucesivas'vs la primera surge de la psicologa y

    10 Reiohenbaeh, B., E"perne. ami prediel>n. 1, UDivenity of ChieagoP....., 1938.

  • EL MBITO 25

    sociologa y se inscribe en el contexto del descu-brimiento; a continuacin, en el contexto de lajustificacin habra un trabajo de reconstruccinracional del proceso del descubrimiento; y porltimo, una tarea esencialmente crtica, ya comen-zada en la reconstruccin racional, pero ahoracompletamente desligada de sus relaciones con losfactores empricos del descubrimiento. La tareapropia del epistemlogo sera la tercera; pero estapresupone la segunda y esta a su vez a la primera.Si lo hemos entendido, hay dos maneras, una des-criptiva y otra crtica para tomar a la cienciacomo objeto de estudio: sea que exista a ttulo deorden psicolgico, sociolgico e histrico; sea quepretenda alcanzar una verdad impersonal e intem-poral.

    Podemos considerar ajenas a la epistemologa lahistoria de la ciencia y la psicologa del descubri-miento cientfico, ya que pertenecen a las cienciasempricas unidas al conocimiento de hechos queforman parte del marco espacio-temporal; mien-tras que el anlisis lgico de la ciencia es de otranaturaleza. Para determinar esta primera opcinhay que tomar inmediatamente una segunda: seacusar la separacin entre ambos rdenes deinvestigacin?; se admitir que la epistemologa,completamente distinta de la historia, psicologay sociologa, debe servirse, ms o menos amplia-mente, de informaciones que se le puedan propor-cionar? En el primer partido se han agmpado losepistemlogos unidos al empirismo lgico. Sus tra-bajos tienen por objeto lo que hoy llamamosciencia, es decir, la ciencia presente, lo que anulacualquier alusin a su historia pasada; en estaciencia se toma como objeto de anlisis todo loobjetivo, o sea, su lenguaje, lo que descarta cual-

  • 26 LA EPISTEMOWGA

    quier intrusin de elementos mentales. Esta ma-nera de entender a la epistemologa ha sido expe-rimentada; pero no por ello han sido cerradas lasdems vas de acceso. Acaso, limitar su anlisisa la ciencia del siglo, rechazando la manera cmoesta se ha ido construyendo, no hara que granparte de lo que le precede y le ha preparado,incluida la ciencia clsica, retornara a una prehis-toria de la ciencia, o al menos, a una especie deEdad Media cientfica? Y, por otra parte, no secorre el peligro de caer en un extremo nominalismoal considerar tan slo el significante, como si estese bastara a s mismo y no tendiera a un significado?

    Por ello, tambin se puede retroceder y, ya que laciencia es una obra del hombre, asociar a su an-lisis los datos que las ciencias del hombre puedandarle. Hay que otorgarle, en consecuencia, otroconcepto que se base en el anlisis epistemolgicode datos histricos o psicolgicos. Los epistem-logos franceses prefieren, a menudo, el caminoabierto por Whewell y Mach, sacando datos de lahistoria de las ciencias. Los autores que siguena Hegel o a Marx tampoco se olvidan del desarrollohistrico ni de las influencias sociales. Por otraparte, la ciencia ya no es propiamente lo que sedice en los libros; est en el espritu del que sabeleerlos, y, primero, en el de quien los ha escrito.La epistemologa slo debe hacer una historiolaanimoe, porque los pensamientos, al buscar la ver-dad, no se encadenan causalmente como hechos;no sabra desinteresarse totalmente de las estruc-turas mentales que favorecen o contraran la apari-cin de las ideas cientficas. R. Berthelot estudiala mentalidad astrobiolgica; L. Rougier carac-teriza las mentalidades ontolgica, animista,simbolista; R. Lenoble explica cmo el naci-

  • EL MBITO 27

    miento del mecanismo, o sea, el espritu cientficomoderno, ha exigido un esfuerzo muy difcil paradesligarse del naturalismo del Henacimiento-trestos trabajos, de orden histrico y psicolgico, noestn totalmente desligados del campo epistemo-lgico. Si en la segunda parte de su carrera G. Ba-chelard realiz, paralelamente a sus trabajos deepistemologa, investigaciones sobre la imaginacinpotica que le valieron el inters de un ampliopblico, no hay que olvidar tampoco que las haanticipado en una obra sobre La formation del'esprit seientifique, contribution a une psychanalysede la connaissance objetive12, en la que hace unanlisis de orden psicolgico con bases histricas.En esta obra precisamente ofrece una aproxima-cin sobre una de las nociones de la epistemologa:la de obstculo epistemolgico.

    Al igual que Piaget podemos pensar que, aunquesin establecer un estricto paralelismo entre onto-gnesis y filognesis, el estudio de las fases por lasque el nio pasa a la llamada edad de razn --enla civilizacin occidental es el momento en queel nio adquiere las estructuras intelectuales quele permiten un pensamiento cientfico-, a vecespuede provocar, por la experiencia, controversiasepistemolgicas sobre el origen de esta o aquellanocin cientfica, por ejemplo la de nmero; obien, la de este o aquel principio de causalidad.Todo ello se ver mucho ms claro en el captulosiguiente dedicado a las diversas nociones de laepistemologa.

    11 Berehelot, R., La pense de l'Asie d l'as'robiologie, Payot, Pars, 1938 (publi-cado primero en la Revue -de mtaphysique el de morale, 1932-37). Rougier, L.,Le. pamlogismes da ra&ionalinne, Alean, Pars, 1920; Lenoble, R., MersenrJeoala~e du meanume, Vrin, Pars, 1943.

    U Vrin, Parls, 1938.

  • 28 LA EPISTEMOLOGiA

    En cuanto al problema de las relaciones de laepistemologa con las ciencias del hombre, la posi-cin que nos parece ms adecuada es la siguiente:por una parte, no hay que limitar la epistemologaa un anlisis cientfico, lo que sera provechoso,pero nos dara un concepto reducido y parcial; hayque tener un campo de investigaciones ms amplio,siendo las principales investigaciones las que secentran en la construccin progresiva de la ciencia,nacimiento y desarrollo del espritu cientfico, inves-tigaciones por las que es indispensable recurrir a lasciencias del hombre. Por otra parte, no hay queclasificar a la epistemologa entre las ciencias delhombre ni colocarla en el mismo plano que algunasde las ciencias en las que ella es objeto, inclusosi en la prctica no es siempre clara la distincinentre el fin y los medios, entre el propsito delepistemlogo y las enseanzas que, para lograr sufinalidad, pide a la sociognesis y a la psicognesis.Los epistemlogos americanos aluden generalmenteen sus anlisis a las fuentes del lenguaje formali-zado: mas, por ello, no se debe considerar a laepistemologa como ciencia formal. Simtricamente,la frecuente alusin de los epistemlogos europeosa las fuentes de las ciencias humanas no parecerazn suficiente para incluir a la epistemologa endichas ciencias. En cuanto a los motivos de como-didad administrativa que estas nociones puedensuponer, evidentemente no deben figurar aqu.

  • CAPTULO 111

    LAS APROXIMACIONES

    I. - Aproximacin filosficay aproximacin cientfica

    Poco a poco la epistemologa se ha ido desligandode la filosofa y, ms exactamente, de la teoradel conocimiento cuando esta fue considerada, trasLocke y Kant, un prohlema previo a cualquierfilosofa.

    El punto de partida de la filosofa kantiana esun interrogante sobre la posibilidad de la ciencia;pero, por ello, no debe considerarse epistemlogoa Kant. En primer lugar, porque su anlisis de laciencia es muy poco circunstanciado, parndose aveces en determinadas nociones fundamentales con-sideradas necesarias y definitivas. Y en segundolugar, porque el prohlema de la posihilidad de laciencia no se trata en s mismo, sino como mediopara resolver el autntico problema: saber si sepuede otorgar a la metafsica el mismo carctercientfico que tienen la geometra de Euclides y lafsica de Newton. El ttulo del libro en el que seexpone popularmente La crtica de la razn puray cuyos dos primeros tercios se preguntan cmoson posibles la matemtica pura y la ciencia purade la naturaleza es, en este aspecto, perfectamenteexplcito: Prolegmenos a cualquier metafsica futura

  • 30 LA EPISTEMOLOGA

    que pueda presentarse como ciencia. Aunque lo pa-rezca anunciar el ttulo de las obras, no puedenrelacionarse con la epistemologa el Fondement del'induction de J. Lachelier ni la Contingence deslois de la nature de E. Boutroux. En ellas el anlisisde la ciencia se encamina hacia fines filosficos queno slo sobrepasan la filosofa de la ciencia, sinotambin la filosofia del conocimiento en general.

    Sin embargo, la epistemologa actual no puedeignorar totalmente las enseanzas de los antiguosfilsofos, por la razn de que, a menudo, hoy seencuentran bajo formas nuevas y precisadas enel estado actual de nuestro conocimiento viejosproblemas que ya antes se haban tratado. Lascontroversias contemporneas sobre el fundamentode las matemticas reactivan la querella de losuniversales y la denominacin de platonismo ac-tualmente se usa para designar una de las tesispresentes. Por otra parte, el empirismo lgico se haaplicado ampliamente para atacar la sntesis apriori de Kant; mientras que Piaget renueva suinterpretacin y Quine intenta establecer la sepa-racin rota entre lo analtico y lo sinttico. Por ello,ya no parece imposible, como algunos pretenden,distinguir propiamente una epistemologa filosfica,desvalorizada, y una epistemologa cientfica, lanica autntica.

    Evidentemente, en principio sera simplista esta-blecer esta doble separacin sobre el origen inte-lectual del epistemlogo. Algunos sabios se hanconvertido en filsofos, pasando sus nombres a lahistoria de la filosofa y no a la historia de la ciencia,como por ejemplo Cournot, Meyerson y Gonseth;otros, como Eddington y Jeans, han trabajado enextrapolaciones metafsicas bastante temerarias. Elmovimiento inverso es muy poco frecuente; el

  • LAS APROXIMACIONES 31

    filsofo actual ya no se arriesga a hacer epistemo-logia sin haber tenido antes una cultura cientfica,al menos en algn campo de la ciencia: J. Cavaillsen matemticas; P. Fvrier en fsica; y G. Can-guilhem en biologa. No hay que olvidar tampocoa los que ya desde un principio han adquirido estadoble cultura; asi lo vemos en el empirismo lgico,siendo este el caso del francs Bachelard. En generalhay que admitir que existen, por una parte, otrossabios de los que Kant llama cclopes porque lesfalta el punto de vista filosfico y, por otra, losfilsofos que tienen cierto afn por lo cientfico,

    Independientemente de cualquier problema per-sonal, deberamos basarnos en la manera cmo losepistemlogos realizan sus trabajos para dividirlosas en dos grupos. La dificultad estriba en que laepistemologia, al igual que un espectro, se extiendecontinuamente entre las amplias teoras del cono-cimiento y las especulaciones metacientificas msespecializadas. Si las primeras sobrepasan amplia-mente a la epistemologia porque se desarrollancon una filosofa, las segundas, al contrario, sereducen de tal manera que permanecen en el terrenode la ciencia: el teorema de Godel y el de VonNeumann tienen un capital inters para la epis-temologia, pero proceden ms de un trabajo cien-tilico que de la misma epistemologa. Entre ambosextremos los trabajos de epistemologia sirven deenlace en una cadena sin ruptura y sera arbitrariointentar determinar dnde comienzan y dndeacaban. Las dos grandes obras de L. Brunschvicg,Les tapes de la philosophie mathmatJue y L'exp-rience humaine et la causalit physique, se hanincluido unas veces en la epistemologia (Piaget)y otras han sido excluidas de ella (Rougier). Pidena la historia de las ciencias que precisen y confirmen

  • 32 LA EPISTE~OLOGiA

    una filosofa previamente concebida. Con E. Me-yerson, con G. Bachelard, nos acercamos a unaepistemologa independiente: Meyerson desembocaen una teora general del conocimiento, pero noparte de ella; en cuanto a Bachelard, su filosofainicial se debilita y se pluraliza bajo el efecto desus anlisis. Sin embargo, el empirismo lgico noest dispuesto a admitir tales trabajos en el campoepistemolgico debido a los lazos que mantienen,por su mtodo y tesis, con la especulacin filosfica.Pero, estos lazos no pueden romperse nunca?;el empirismo lgico est exento de cualquierfilosofa? Y, por otra parte, cul es la gran teo-ra cientfica que no tiene implicaciones filosficas?La teora de la gravedad universal ha divididodurante medio siglo a cartesianos y newtonianos.En matemticas las implicaciones filosficas semanifiestan en las discusiones sobre el fundamentodel anlisis infinitesimal, discusiones que han exis-tido durante todo el siglo XVIII para desembocar,en 1797, en la obra de Lazare Carnot cuyo ttuloes ya significativo: Rflexions sur la mtaphysiquedu cakul infinitsimal. En la fsica contempornea,segn se interprete el continuum espacio-temporalde la mecnica relativista como una espacializacindel tiempo o como una dinmica del espacio, ysegn se interprete el indeterminismo de la mec-nica cuntica como esencial o como la manifestacinde un determinismo oculto, uno penetra, se quierao no, en el campo filosfico.

    Ms que distinguir entre una epistemologa cien-tfica y una filosfica, quizs sera mejor distinguir,y an a condicin de preparar la transicin, entreuna aproximacin cientfica y una aproximacinfilosfica de la epistemologa, segn que el estiloadoptado se parezca ms al de los sabios o al de los

  • LAS APROXIMACIONES 33

    filsofos. Todava sera mejor distinguir entre loque se llama epistemologa interna y obligada yepistemologa externa y facultativa. Entendemospor epistemologa interna u obligada la que nacebajo los mismos pasos del sabio, la que es exigidapor problemas que se plantean en el interior de laciencia. En este punto el sabio, sin quererlo y casisin saberlo, hace epistemologa. La qutJ hemoscalificado de externa o facultativa es ya ms in-dependiente; se practica deliberadamente tras unadecisin arbitraria. Tiene un inters ms especulati-vo, cultivada por s misma como fin y no comomedio. En este sentido podemos calificarla de msfilosfica.

    II. - El anlisis directo o intemporal

    Una segunda divisin en las maneras de estudiarla epistemologa verifica la precedente. Puede cen-trarse el inters en la ciencia contempornea,estudiando su estructura actual desde un puntode vista esttico o sincrnico; o, al contrario, puedeseguirse la formacin y el desarrollo de la ciencia,considerndola desde un punto de vista diacrnicoo evolutivo. Segn trminos de Piaget, puedendistinguirse: mtodos de anlisis directo y mtodosgenticos.

    El anlisis directo, que no tiene en cuenta ladimensin t:emporal y trata a la ciencia tal comose presenta en la actualidad, es la aproximacin que,a menudo, han preferido los sabios, lo que es na-tural, pero no necesario.

    En este aspecto un ejemplo ilustre es el de HenriPoincar. Los diversos estudios recogidos en lascuatro clebres recopilaciones de Is Biblioteca des

  • 34 LA EPISTEMOLOGiA

    Filosofa Cientfica que tratan sobre las relacionesentre las matemticas y la lgica, sobre la natura-leza del razonamiento matemtico, sobre la rela-cin entre el espacio geomtrico y el de la repre-sentacin, sobre el significado de las teoras fsicasy la naturaleza de los principios y sobre el valorobjetivo de la ciencia, se basan esencialmentesobre el estado actual de la ciencia, aunque a veceshaya algunas alusiones al pasado. Un hecho dignode destacar y que explica que la obra epistemolgicade H. Poincar se haya desarrollado tan amplia-mente es el de que sus anlisis se hayan hecho, sipuede decirse, al desnudo, en lengua vulgar, conun mnimo de vocabulario tcnico cientfico. Elhecho es tanto ms importante por cuanto encon-traba a su disposicin un lenguaje muy preciso,elaborado cuidadosamente por Peano y Russell:el lenguaje de la lgica simblica. Adems, se sabeque, lejos de usarlo, ha adoptado una actitud franca-mente crtica a este respecto. Su oposicin a lafilosofa logstica inicial, es decir, a la reduccin delas matemticas a la lgica, le ha llevado a rechazaral mismo tiempo, y confundindola en el mismorechazo, la tcnica logstica; en otras palabras, harechazado el lenguaje simblico de mayor precisinque la logstica ofreca para el anlisis de la ciencia.

    Al contrario, debido a un uso sistemtico de lalogstica se distingue una de las corrientes msimportantes de la epistemologa contempornea: laque, partiendo de Viena, se ha extendido amplia-mente por Estados Unidos bajo la influencia de losemigrantes de Europa central. Una de las carac-tersticas del empirismo lgico reside en la. unin,aparentemente paradjica, entre una filosofa em-pirista, surgida del fenomenismo de Mach quebasaba en datos sensoriales todas las ciencias de la

  • LAS APROXIMACIONES 35

    realidad, y la filosofa logstica de Russell, en lainterpretacin que de ella daba Wittgenstein alver en la lgica un simple lenguaje, una forma puraque tan slo permite transformaciones tautolgicasdel discurso sin llevar por s mismo ningn tipo deconocimiento. Al intentar traducir en simbolismologstico, como lo hicieron los matemticos, todoslos enunciados cientficos, se les dar una expresinprecisa y adems se separar, por desprovistas desentido, todas las frmulas verbales que no puedansometerse a tal expresin. Naturalmente, hay quecompletar con las ciencias de la realidad el vocabu-lario lgico-matemtico que slo aporta la estruc-tura del discurso, es decir, una forma vaca, eintroducir smbolos que expresen los conceptospropios de cada una de estas ciencias.

    Aunque este mtodo de anlisis formal sea unelemento caracterstico del empirismo lgico, porello, no hay que asociarle indisolublemente todaslas tesis de esta teora filosfica. El uso del simbo-lismo logstico no implica necesariamente que seacepte la vacuidad del lenguaje lgico-matemticoni la separacin radical entre los enunciados ana-lticos y tautolgicos y los enunciados sintticos yempricos, ni el rechazo, por falta de sentido, de losproblemas metafsicos. Cuando menos, se debe alempirismo lgico el haber introducido el empleosistemtico, en epistemologa, del lenguaje logs-tico, y mostrado por el ejemplo su utilidad.

    III. - El anlisis histrico-crtico

    Hasta este momento el estudio logstico se haaplicado casi nicamente al anlisis de la cienciaen su estado no actual. Para la ciencia, como para

  • 36 LA EPISTEMOWGA

    todos los dems temas humanos, el presente slopuede entenderse gracias al pasado. La historiaofrece un buen medio de anlisis, separando porfechas y circunstancias de aparicin los diversoselementos que han contribuido a formar poco apoco las nociones y principios de nuestra ciencia.

    Por ejemplo, numerosos autores del sigl.,AXV:como D'Alembert, consideraban los principios dela mecnica; tal como los haba enunciado Newton,como verdades necesarias que se imponan al es-pritu por su propia evidencia, como los de geome-tra y aritmtica. No obstante, surgan dudas y laAcademia de Berln plante la cuestin de sabersi eran de verdad necesaria o de verdad contingente;en otras palabras, si su origen era a priori o emprico.Recurrir a la historia demuestra lo superficial quees la alternativa y da a la pregunta una respuestams matizada. Por una parte, tal como lo constataWhewell, nadie puede dudar, ya que es un hechohistrico, que estas leyes se hayan obtenido apartir de la experiencia. No cabe conjetura alguna.Conocemos el momento, personas y circunstanciasque estn ligadas a cada etapa de estos descubri-mientos. He dado cuenta de ello en mi Historias,Pero, esto no significa que, como lo afirma elempirismo, estos principios tengan por s mismosun espritu pasivo e indiferente ante lo que se lespresenta. Proceden de una determinada manerade interrogar a la experiencia, de plantearle pro-blemas y de interpretar sus respuestas; se produceeste dilogo por determinadas exigencias que semanifiestan permanentemente y a las que se puede

    1 Phiw.ophy of Ihe indtU:live ",,;ene.., 111, VIII, l. Esta constatacin planteaUD problema a Whewe1l, que contina considerando a estas proposiciones comoevidencias racionales. Resuelve la paradoja con una audaz teoria del progresode la evidencia y evolucin de la razn.

  • LAS APROXIMACIONES 37

    considerar, por ello, constitutivas de la razn:antes que nada, debido a la obstinada voluntad deencontrar de nuevo bajo los diversos cambios de losfenmenos una identidad, como conclua Meyerson,o al menos, una invariabilidad.

    Considerada as, la epistemologa se distingue dela historia de las ciencias en que esta es, en smisma, un medio y no un fin. Basada en la historia,su investigacin es esencialmente crtica: su fina-lidad es distinguir, gracias a los datos que le pro-porciona el estudio de su pasado, los elementos quehan contribuido a la formacin de la ciencia y delideal cientfico. Todava en este punto es difcilestablecer una clara separacin entre ambas disci-plinas. Por un lado acudir a la historia puede ser,para el epistemlogo, un hecho intermitente y oca-sional. Por otro, la historia de las ciencias oscilatambin entre ambos lmites. Objetivamente, se lapuede concebir como una recopilacin casi anecd-tica de nombres propios y fechas: ms que unaverdadera historia, quiz se trate de una cronologaque intenta ser inteligible. Esta historia, al ser unahistoria de ideas, no puede escribirse con el mismoestilo que el de una historia de acontecimientos,ya que los encadenamientos no son de la mismanaturaleza en ambos casos. Lo que, por metfora,se llama el movimiento de las ideas, no est regido,como el movimiento de los cuerpos, por una cau-salidad eficiente, sino orientada hacia esta finalidadque es la bsqueda de lo verdadero. Se trate deideas cientficas, morales, estticas, etc., su historiaslo puede escribirse partiendo desde su interior,si cabe. Precisamente por ello, la recurrencia tem-poral, que para describirla de una manera com-prensible proyecta sobre el pasado las luces delpresente, puesto que obliga a escribir de nuevo la

  • 38 LA EPISTEMOLOGA

    historia de cada generaclOn, es ms importantepara la historia de la ciencia que para la historiade los acontecimientos, tal como lo afirma Bache-lardo La historia de las ciencias, adems de pura-mente narrativa, es en algn grado filosfica. Enefecto, a veces se duda si considerar a tal autorhistoriador o epistemlogo. El caso es relativa-mente sencillo cuando son ms historiadores poralgunas de sus obras en las que, no obstante, lasconsideraciones filosficas no faltan, como Milhaudy Meyerson; y ms epistemlogos por sus trabajosen los que frecuentemente aluden a la historia.Puede suceder tambin que ambos elementos secompenetren tanto que slo el orden de exposiciny el titulo de los trabajos permiten distinguir entreun epistemlogo historiador como Meyerson y unhistoriador epistemlogo como A. Koyr.

    Podemos concluir, como algunos hacen, en queambas disciplinas se funden finalmente en una yque, del mismo modo que slo hay una historiaepistemolgica de las ciencias, recprocamente, haytan slo una epistemologa histrica2? Se com-prende perfectamente que esta absorcin de laepistemologa en la historia de las ciencias, historiaen la que el desarrollo temporal se entiende comomovimiento dialctico, est de acuerdo con unadeterminada filosofa. De esta manera se intentaque la epistemologa sea algo ms cientfica. Ahorabien, si mientras es posible se confiere a una dis-ciplina la objetividad cientfica, lo primero quedebe procurarse es desligarla de los elementos filo-sficos con los cuales quienes la cultivan todavano se han puesto de acuerdo; de no ser as, se vaa oponer un dogmatismo a otro. Cabe recordar de

    I Artlcu10 Epistemologa en la Eneyelop,.,dio U,,venalio. vol. VI. pg. 372.

  • LAS APROXIMACIONES 39

    nuevo lo que se ha dicho anteriormente sohre eltema de la penetracin del empirismo lgico en laepistemologa. Hay varios caminos de acceso a laepistemologa y varios tipos de comprensin.

    IV. - La epistemologa gentica

    Una de estas vas de acceso, parecida a la de lahistoria por tratar del estudio del conocimiento atravs de su futuro, tomndola no como un estadosino como un proceso, es la ahierta por Piaget yen la que l y su equipo han trabajado.

    Se haba preparado con numerosos trabajos quel, solo o en colahoracin, haba dedicado a lapsicologa del nio: la gnesis de las estructuraslgicas elementales, la gnesis de las ideas delnmero, la gnesis de la causa, la gnesis del azar...Efectivamente, la psicologa del nio, que estudiaa este en s mismo, es el medio en vistas a una psi-cologa gentica que husca una explicacin causalde los mecanismos intelectuales a travs del anlisisde su formacin. Y la psicologa gentica es a suvez una de las disciplinas fundamentales que con-tribuyen al estahlecimiento de una epistemologagentica; esta permite la transicin entre la psico-loga gentica y la epistemologa en general, queespera enriquecer con el estudio del desarrolloa".Por otra parte, la psicologa gentica se asemejaa la epistemologa histrico-critica porque tomael desarrollo del conocimiento en el momento enque comienza la historia de la ciencia. En estepunto la psicognesis completa a la sociognesis.

    a Piaget. Prefacio al Diclionnair. d'lpillmologi4 gbillique de A. M. Battro.PUF. Pars, 1965.

  • 40 LA EPISTEMOLlJ(;lA

    Incluso en sus comienzos, la ciencia aluda a no-ciones elaboradas por un pensamiento ya consti-tuido, y estas mismas nociones slo pueden com-prenderse gracias a una especie de embriologade la razn.

    Para instaurar y promover este tipo de inves-tigaciones que le preocupaban desde el comienzode su carrera, Piaget, tras publicar su Introduction.al'pistmologie gntique, fund en 1955 el CentroInternacional de Epistemologa Gentica, ligado ala Facultad de Ciencias de Ginebra. La organiza-cin de los estudios que en l se llevaron a cabo'estaba presidida por dos imperativos: el primero,asegurar una estrecha colaboracin entre psiclogosespecialistas del desarrollo gentico y lgicos es-pecialistas de la formalizacin, o sea, sabios dediversas disciplinas que se plantean problemas deepistemologa; el segundo imperativo era reducirestos problemas a formulaciones que puedan tra-tarse por medios de la psicologa experimental; y,por ltimo, desembocar en soluciones confirmadaspor la experiencia.

    Debido a esta alusin sistemtica a la expe-riencia, entendida en el sentido riguroso de expe-riencia cientfica, esta epistemologa gentica sedistingue de la simple intervencin de consideracio-nes genticas ms o menos elaboradas que puedenencontrarse en los trabajos anteriores de algunosepistemlogos. Los sabios que reflexionan sobre suciencia muchas veces aluden a estas consideracio-nes. Unas veces, se trata ms bien de reconstruc-ciones racionales arbitrarias que desembocan en

    Sus resultado. se publican en las PUF al ritmo de varios volm_ annale.con el titulo general de Elude. d'epislm%gie gnliqUfl y bajo la dineei6n deJ. Piaget. El nmero de volmenes aparecidos ba.ta abora se aproxima a latreintena. El primer volumen contiene UD exhaustivo estudio de Piaget referenteal programa y los mtodos de la epistemologla gentica.

  • LAS APROXIMACIONES 41

    tesis filosficas y no en resultados cientficos; porejemplo, Frege y RusselI hacen depender las nocio-nes y principios aritmticos de nociones y princi-pios puramente lgicos. Otras veces, acercndoseya al punto de vista de los psiclogos, se han de-jado influir, como Poincar, por sugerencias intros-pectivas, como si la introspeccin pudiera comu-nicar al sabio la formacin de sus nociones funda-mentales y principios bsicos. Y otras veces, hayquien intenta fundar una epistemologa realmentegentica en una psicologia; como F. Enriques.Pero esta psicologia a la que se alude ha pasadode moda actualmente, estando todava influida porla psicologia clsica. Contrariamente, el uso re-gular de procedimientos experimentales, como lospracticados por Piaget en sus trabajos sobre lapsicologia del nio, permite trasladar al terrenode la experiencia todos los problemas de episte-mologia relacionados con la gnesis. De esta ma-nera, en los debates en que, a nivel terico, se opo-nen las diversas teoras epistemolgicas, se podrcontrastar y sustituir una epistemologia de carc-ter cientfico por una epistemologia todava insu-ficientemente liberada de especulaciones de tipofilosfico. Por ejemplo, se podr distinguir lo justoy lo errneo de RusselI al hablar de la nocin denmero bajo sus dos aspectos cardinal y ordinal,de las nociones lgicas de clase y de relacin transi-tiva asimtrica. Tambin podr verse lo excesivoque resulta la brutal separacin establecida por elempirismo lgico, sobre todo en sus comienzos,entre el conocimiento emprico considerado comosimple constatacin sensorial, y el instrumentolgico-matemtico, considerado como simple ins-trumento lingstico.

    Otro elemento esencial de los trabajos del Centro

  • 42 LA EPISTEMOWGA

    de Ginebra es su carcter interdiseiplinario, Enprimer lugar, es muy natural, sobre todo en unmomento en que los problemas de epistemologatienden a especializarse e integrarse en las diversasciencias, que se pongan de acuerdo los sabios quese enfrentan con dichos problemas. El trabajo delpsiclogo es trasladar estos problemas, al menoslos que tratan de la gnesis, a un nivel experimentaly proporcionar as los medios para resolverlos deuna manera cientfica; adems de estos problemas,el psiclogo debe aprender de los sabios culesson y debe pedirles su control tal como los vayantrasponiendo. La colaboracin de los lgicos no esmenos indispensable debido a la estrecha depen-dencia de la gnesis con la estructura. La gnesisse hace por grados, cada uno de los cuales indicaun estado pasajero de equilibrio caracterizado poruna determinada estructura. Para fijar las etapasdel desarrollo es preciso que cada una de ellas seaobjeto de un anlisis estructural, que slo puederealizarse con precisin con el instrumento logstico.Pero colaboracin no significa confusin de tareas:la psicologa, ciencia de lo real, no debe interveniren cuestiones de validez formal; y la lgica, cienciaformal, no debe intervenir en cuestiones reales.

    Si hasta ahora el Centro de Ginebra no ha aludi-do a ningn historiador de las ciencias, aunque lahistoria de las ciencias, como la psicologa gentica,trabaje de acuerdo con la dimensin diacrnicay sea una ciencia de hechos, no se debe slo a quela investigacin histrica no estudia la misma etapade desarrollo, sino tambin a que se practica conmtodos distintos de los de la psicologa infantil,que han sido la base experimental en los trabajosde un Centro cuyo animador es precisamente unpsiclogo infantil. Pero entre la psicognesis y la

  • LAS APROXIMACIONES 43

    sociognesis hay un lazo estrecho, pues el estudiode la segunda es como una prolongacin del de laprimera. 'Tanto en un caso como en otro, el anlisisgentico debe someterse a un anlisis estructural.Paget" ilustra las relaciones que, en epistemologa,deben establecerse entre la aproximacin por an-lisis logstico, la aproximacin por psicologa ge-ntica y la aproximacin histrico-crtica, com-parndolas con las que en biologa han resultadopositivas entre la anatoma comparada, la embrio-loga y la teora de la evolucin.

    Al estudiar la epistemologa a travs de la psico-loga gentica, la escuela de Ginebra no excluyelos dems mtodos, a no ser que no satisfagan lasexigencias cientficas; colabora con estos mtodos,mostrando cmo articulan con el suyo propio.Los valiosos resultados que ya ha obtenido la episte-mologa gentica no impiden que se reconozca que,tal como lo indica el adjetivo que la especifica, sucampo slo coincide parcialmente con el de la epis-temologa general. En cierto sentido es ms estre-cho e incluso casi ajeno, ya que se le conoce en lasetapas precedentes a su ascensin en la ciencia.De ah la reaccin, molesta para Piaget, del em-pirismo lgico: vuestros estudios, se le objeta, soninteresantes, pero proceden de la psicologa y node la epistemologa. Y, por esta misma razn, sucampo es ms amplio, puesto que abarca el co-nocimiento general, considerado este desde su puntode partida y no en el momento en que accede alnivel cientfico. No es por azar, como ya se a visto,que Piaget considera de entrada a la palabra episte-mologa como sinnimo de teora del conocimiento.

    Una de las razones que, no obstante, ofrecen el

    P.,.,1Io1ogie e' pImologie. plig. 34. Gcmder. PufI. 1970.

  • 44 LA EPISTEMOLOGA

    gran inters de sus trabajos para la epistemologa,entendida en su sentido estricto como anlisis delconocimiento cientfico, es que sus trabajos elimi-nan determinadas ilusiones que ofreca un estudioestrictamente limitado al anlisis de dicho conoci-miento. Los psiclogos nos han hablado del retrasode esta toma de conciencia y nos han dicho quees muy difcil reconocer las nociones ms antiguas,siendo las ltimas que se esclarecen. La cienciase construye in medias res; slo poco a poco ydifcilmente vuelve de nuevo a sus principios, anali-zndolos. Si aceptramos sin crtica alguna el ordende aparicin histrico, podramos engaamos. Estacrtica terica se ver reforzada por los hechos alestar de acuerdo con la psicologa gentica. Porejemplo, la geometra mtrica ha precedido, pormucho tiempo, a la geometra proyectiva y a latopologa, mientras que su orden psicogentico esinverso y concuerda con un orden racional dedependencia. La mecnica clsica subordina lanocin de velocidad a las de espacio y tiempo,mientras que la mecnica de Einstein, cambiandola subordinacin, establece el orden que se constataen el desarrollo mental del nio.

  • CAPTULO IV

    LOS PROBLEMAS

    Los problemas' de la epistemologa se repartenen dos grandes grupos: los de carcter general, queabarcan la totalidad de las ciencias; y los propiosde cada grupo de ciencias ms o menos amplioo concernientes a una sola ciencia e incluso a unarama de una determinada ciencia. Por ejemplo, lahistoria de las ideas suscita, frente a la historia delos hechos militares y diplomticos, problemasepistemolgicos nuevos en cuanto a mtodos, natu-raleza de explicacin, etc. Pero rechazan esta divi-sin aquellos que, en su preocupacin por preservara la epistemologa de cualquier contacto filosfico,quieren limitarla a los nicos problemas de episte-mologa interna, problemas que cada sabio deberesolver en su especialidad y con sus propios medios.Para ellos la epistemologa es tan slo la agrupa-cin de epistemologas regionales ligadas cada unade ellas a una determinada ciencia o, al menos,a un grupo restringido de ciencias. Pero no habraepistemologa general, porque la Ciencia, en sin-guIar y mayscula, sera una invencin filosfica.

    Por ms respetable que sea esta preocupacinde rigor cientfico, se plantean problemas que con-ciernen, si no a la ciencia, al menos a las relacionesentre las diversas ciencias. La decisin de excluirlosde la epistemologa y de considerarlos problemasde la filosofa de la ciencia slo se justificara si

  • 46 LA EPISTEMOWGIA

    hubiera una clara frontera que separara ambosrdenes de trabajo y si, por otra parte, los sabios,como tales, se desinteresaran por completo de ellos.La misma pluralidad de las ciencias y su ince-sante proliferacin, con sus encabalgamientos yenlaces, no pueden satisfacer el espritu del sabio,quien no se contenta con una simple dispersin sinplantearse problemas de coordinacin. Actualmentese ha transformado el viejo problema de la clasi-ficacin de las ciencias, denominacin que poraquel entonces era bastante incorrecta. No se trataya de construir un sistema rgido e inmutable enel que cada ciencia tendra su lugar propio y defi-nido con sus diversos compartimentos y en dondeincluso se indicara, como en la clasificacin deAmpre, los lugares todava vacos para las cienciasfuturas. No es una clasificacin anloga a la de lasespecies vivientes o al cuadro de los elementosqumicos: las ciencias no se distinguen entre s pordiscontinuidades evidentes y absolutas como loselementos qumicos; sus transformaciones son infi-nitamente ms rpidas que las de las especiesvivientes. La clasificacin que a mediados del si-glo XVIII trazaba D'Alembert ya no es vlidaactualmente. Pero un cuadro siempre es necesario;se exige tan slo que sea manejable y abierto, querefleje el estado presente de la ciencia y admitacomunicaciones y reorganizaciones.

    Junto a este problema de coordinacin de con-junto, se plantea todava un problema generalconcerniente a las relaciones entre los dos grandesgrupos en que se distribuyen las ciencias. Aunqueno nos pongamos de acuerdo sobre su interpreta-cin, en general se admite la divisin entre lasciencias formales, por una parte, lgica y matem-ticas, y las ciencias de lo real, por otra. A partir

  • LOS PROBLEMAS 47

    del nacimiento de la matemtica racional uno sepregunta por el acuerdo aparentemente milagrosoentre sus explicaciones y las de la experiencia. Conel nacimiento de la fsica matemtica en la pocamoderna, el problema se ha planteado de una ma-nera ms aguda y todava ms hoy en da debidoa la aplicacin en conjunto de las ciencias de lamatemtica, que no es slo cuantitativa, sino tam-bin estructural, interesndose, como Descartes lopresenta, tanto por el orden como por la medida.Si este problema de aplicabilidad todava conservaun aspecto filosfico, quedan al menos a nivelestrictamente cientfico muchos problemas que re-sultan de la aplicacin efectiva. La importanciaque en la actualidad va adquiriendo la teora delos modelos puede proporcionarnos un vivo ejem-plo: se trata de una epistemologa general, aunsiendo una epistemologa interna. Pueden mencio-narse otros ejemplos ms tradicionales sobre pro-blemas de epistemologa general que permanecena nivel subfilosfico, especialmente los concernientesal anlisis de algunas nociones comunes a todas lasciencias o a la mayora de ellas. El matemtico,fsico, naturalista y lexicgrafo se sirven tambinde definiciones: basta distinguir, a partir de Aris-tteles, entre las definiciones de cosas y las denmero, o, como lo hace Liard, entre las defini-ciones geomtricas y las empricas? Para el mate-mtico la probabilidad es objeto de clculo; elfsico sabe que sus mtodos inductivos desembocanen probabilidades y considera a todas sus leyescomo probabilidades; el historiador se preguntasobre la probabilidad de los testimonios: se tratasiempre de una misma probabilidad en estas di-versas ciencias, o si no, cmo se organizan entres estos diversos sentidos?

  • 48 LA EPISTEMOWGA

    Si las ciencias son diversas y diversas las cuali-dades de espritu que cada una de ellas pide,algunas experiencias comunes caracterizan el esp-ritu cientfico en general: una es la exigencia deinteligibilidad que compara al sabio con el filsofo;otra, que lo relaciona con el ingeniero, es la exi-gencia de positividad, esto es, de posibilidad de uncontrol intersubjetivo. Cuando se intenta acatarlosescrupulosamente, ambos imperativos no concuer-dan siempre entre s y la tensin resultante deter-mina en el interior de cada ciencia un desacuerdosobre el ideal cientfico. Se le reconocer fcilmentebajo las diversas formas que adopta en cada ciencia.Quiz sea en las ciencias del mundo fsico dondese manifiesta ms claramente en las dos manerasde concebir las relaciones entre la parte tericay la experimental; o, lo que es casi lo mismo, elsignificado de las teoras: intentan profundizarnuestro conocimiento de los fenmenos buscando,detrs de las leyes, las causas explicativas, o bien,no son ms que una sistematizacin de un conjuntode leyes? Persiste este conflicto a lo largo de lahistoria tras la distincin que, desde Platn hastaCoprnico, existi entre la astronoma fsica queintenta explicar los fenmenos por sus causasocultas, y la astronoma formal que slo se enca-mina a salvarlas hasta las discusiones actualessobre la interpretacin del indeterminismo cun-tico, pasando por la rivalidad entre cartesianosy newtonianos a comienzos del siglo XVIII y luegoen el siglo XIX entre mecanicismo y energetismo consus repercusiones sobre la spera querella entre losqumicos partidarios de la representacin atmicay los de la representacin por eqnivalentes. Perotambin ocurre algo semejante en otras ciencias.El parecido intelectual se manifiesta entre el intui-

  • WS PROBLEMAS 49

    cionismo de Brouwer en matemticas y el fen-meno positivista en fsica; en biologa la oposicindel mecanicismo frente al vitalismo; en psicologa,la del behaviorismo frente a la reHexologa en lapsicologa entendida como hermenutica; en histo-ria, la oposicin de la historia de los aconteci-mientos con la historia explicativa o ms biencomprehensiva, que proceden de una dualidad enel ideal cientfico. Pero hay algo ms que un hechode epistemologa general y Meyerson se refiri a elloen su defensa contra el positivismo de lo que lllama realismo o causalismo.

    Por debajo de estos problemas y descendiendoun grado en la generalizacin hacia la especializa-cin, se encuentran aquellos que se relacionan conuno u otro de los dos grandes grupos de las cien-cias. Desde una poca reciente, la lgica, bajo sunueva forma de lgica simblica o logstica, figurajunto a las matemticas y en estrecha unin conellas: ello plantea bajo una nueva forma el pro-blema de la relacin entre ambas disciplinas. Actual-mente, cuando se estudia la naturaleza del razona-miento matemtico, ya no se intenta confrontarlacon el silogismo. Con la nueva lgica el problemaesencial es saber si la matemtica se puede reducira ella, lo que sera una manera de fundarla. Decualquier modo, cada problema de la epistemologamatemtica tiene su correspondiente en lgica ya la inversa. Quiz sera mejor decir que son co-munes a ambas ciencias: por ejemplo, el problemadel estatuto ontolgico de sus nociones o del corres-pondiente objetivo de sus trminos. Con facilidadpodramos plantearnos, en matemticas, el pro-blema de saber si los principios de la lgica expresanleyes del ser, normas del pensamiento o bien reglaspara la manipulacin de los smbolos; en otras

    "

  • 50 LA EPISTEMOLOGA

    palabras, si la lgica es una ciencia objetiva, nor-mativa, o bien un arte del clculo.

    Los problemas de epistemologa comunes a lasciencias de lo real se plantean en fsica de unaforma ejemplar; pues, al hablar de dichos pro-blemas, casi siempre se piensa en ella y se tomansus ejemplos. Emest NageIt divide estos problemasen tres segn afecten a la construccin de los con-ceptos, a la estructura de las explicaciones o a lavalidez de las conclusiones. Los problemas rela-tivos al mtodo experimental, y a la naturaleza yjustificacin de los procedimientos inductivos, ocu-pan evidentemente un lugar importante en dichosestudios. Uno se pregunta tambin sobre la fun-cin de las teoras, sobre la naturaleza de lasleyes y sobre la de los hechos, junto con la posi-bilidad de construccin y acuerdo que admiten.Se plantea as el gran problema de la unidad delas ciencias de lo real: pueden agruparse todasen un solo tipo fundamental, cuyo modelo mscompleto sera la fsica?; o estn irremediable-mente separadas en dos o tres ramas?

    Sobre este ltimo problema se relacionan, mso menos directamente, la mayora de los problemasque se plantean en las ciencias de la vida y en lasciencias del hombre, que son relativamente msrestringidas que las ciencias vistas hasta ahora.Efectivamente, aparecen conceptos fundamentalesque son completamente ajenos a los de la fsicay aparentemente irreductibles a ella. No se hablaslo de leyes abstractas, sino tambin de seres; setienen en cnenta los hechos y los valores. Induda-blemente, puede analizarse un ser como una inter-

    1 The .tructure o/ .cienee, problems in ,he logie o/ .cientifit: e:.t:planalion. Har-court, Beaee & World, Nueva York y Bur1ingame, 1961.

  • LOS PROBLEMAS 51

    seccin de leyes, pero eludimos asi su caractersticaesencial: la individualidad. Se pueden considerarlos valores como datos de hechos, pero estos hechosson de la misma naturaleza que la de los hechosque trata la ciencia del mundo fisico; abarcan no-ciones como las de tendencia, funcin, xito y fra-caso, normal y patolgico... , nociones todas ellasque gravitan en torno a la nocin de finalidad. Lapalabra atemoriza al bilogo, pero no puede rehusara la idea y le quita todo aquello que podra rela-cionarle con la conciencia o con la intencin: de lascausas finales de Aristteles a la teleonomiade Jacques Monod, pasando por lo que Goblotllama la conveniencia compleja; el recorrido eslargo. Todas estas nociones comportan un anlisisepistemolgico. El problema ms grave es sabersi estas nociones pueden finalmente, o hasta qupunto, interpretarse con el lenguaje de la fisica, ocuando menos ponerse de acuerdo con l.

    Con la aparicin de la conciencia clara, de laactividad voluntaria, del lenguaje, de los utensilios,luego de las sociedades politicas, de la religin, delarte, de la ciencia, surgen nuevos conceptos oideas fundamentales de las que todavia slo seencuentra un esbozo en las ciencias de la vida.De ahi surgen nuevos problemas; por ejemplo, eneste nuevo campo hay que sustituir la comprehen-sin por la expcacin?; las finalidades pueden,y de qu manera, considerarse causas?; en qumedida, o en qu forma, la aplicacin del instru-mento matemtico es posible y deseable? En elinterior de estas ciencias, que se agrupan bajo ladenominacin global de ciencias del hombre, seplantea la cuestin de su homogeneidad. Comunespor su objeto que es el hombre, no son muy dis-paratadas por sus estudios. La antropologa, a pe-

  • 52 LA EPISTEMOLOGA

    sar de su nombre, es un simple fragmento de ellas;la historia es cientfica, pero no es una ciencia enel sentido en que lo son la sociologa y la psicologa;las llamadas ciencias normativas son bastante dife-rentes de las otras para que a menudo puedan res-ponder al ttulo de ciencias; etc.

    Tambin en estas disciplinas surgen problemasrelativos a su jerarqua. Por varias razones y endeterminados momentos, una de estas disciplinase incluso una teora surgida de una de ellas presideel conjunto o se atribuye una funcin rectora. Enel siglo XIX, al que a veces se ha llamado el siglode la historia, esta no slo se desarrolla por smisma, sino que parece reinar en todas las partesen donde se habla del hombre; as lo han recono-cido, aunque cada uno a su modo, Cournot, Diltheyy tambin Marc Blochs, quien dice con humor: Elbuen historiador se parece al ogro; all donde huelecarne humana sabe que est su caza. En nuestrosdas la lingstica, por el xito de sus mtodos deestudio, toma, frente a sus ciencias ms cercanas,un valor ejemplar. Algunas teoras elaboradas enel interior de una de estas ciencias, como el mate-rialismo dialctico o el psicoanlisis, a veces sirvende principio general de explicacin para todos lostemas humanos.

    Esta insustanciosa e incompleta enumeracinpuede dar ya una idea sobre los problemas que laepistemologa trata y sobre su variedad. Para enri-quecerla hay que presentar algunos ejemplos, aun-que sea someramente: ser el objeto de nuestrasegunda parte. Nuestros dos primeros ejemplos sonde epistemologa general; los tres siguientes de

    I Apologie poor I'''ioloiro o.. lo mlier d'''iolorien, pg. 4, Colin, Per, 1949;oegn eete autor, ms que el pasado, el objelo de la "ieloria o. por naluralaa01 hombre.

  • LOS PROBLEMAS 53

    epistemologas algo ms especiales, ya que dos serelacionan con las ciencias formales y el otro conlas ciencias de lo real. Sin duda, se deseara des-cender un poco ms hacia la especializacin y aa-dir un captulo cuyos ejemplos hubiesen sido sa-cados uno de las ciencias de la vida y otro de lasciencias del hombre. Pero debamos detenernos enalgn punto en un libro de dimensiones limitadas.En el campo de las llamadas ciencias exactas, ma-temticas y fsica, los trabajos de epistemologahan sido los ms desarrollados y tamhin los msalejados de los problemas filosficos y de los pro-blemas que son el objeto mismo de la ciencia:razn suplementaria para darles preferencia.

    En la eleccin de nuestros ejemplos hemos pro-curado que sean de dos tipos, que slo se distinguenentre s por una diferencia de grado. Se constatarque algunos de nuestros problemas expuestos, losde los dos ltimos captulos, aunque no sean total-mente nuevos, al menos han tomado una formay extensin nuevas en la poca actual, mientrasque los dems estn ntimamente ligados a unalarga tradicin. Pues intentamos mostrar que, si laepistemologa contempornea presenta un nuevoespritu, no por ello est necesariamente desligadade su ascendencia filosfica.

  • SEGUNDA PARTE

    ALGUNOS PROBLEMASDE EPISTEMOLOGA

    CAPTULO V

    LA ORGANIZACIN DE LAS CIENCIAS

    l. - La unidad de la ciencia

    Ciencia, o ciencias? Mltiple por la pluralidadde sus objetos y por la diversidad de sus mtodos,la ciencia es una para el sujeto que la concibe.Segn se la considere bajo uno u otro de estos as-pectos, se hablar de su divisin o de su unidad.Al comienzo de los tiempos modernos, Descartesopone a la dispersin de las ciencias como asigna-turas que se ensean en las escuelas, la unidad delsaber en el espritu de quien las concibe. Todaslas ciencias no son ms que la sabidura humanaque permanece siempre una y la misma, por msdiferentes que sean los objetos a que se aplica,y que slo recibe como cambios de estos objetos alluz de todo lo que ilumnan-. El mtodo es uni-

    1 Regulre, 1, traduccin de G. Le Roy.

  • 56 LA EPISTEMOux;iA

    versal; la fsica engloba a la biologa y todo lo queen psicologa es comn al hombre y a los animales,como los sentidos, la memoria, la imaginacin y laspasiones. El auge de la ciencia en el siglo XVIIhace que esta no pueda ser concebida en su tota-lidad por un espritu en el que hubiera conservadosu unidad. Leibniz es el ltimo sabio universal.En el siglo XVIII la ciencia, entendida como con-quista intelectual personal, es sustituida por laenciclopedia, cuya finalidad es reunir los conoci-mientos extendidos en la superficie de la tierra, loque no puede ser hecho slo por un hombrea",Auguste Comte habla de este estado reconociendola divisin de la ciencia en seis ciencias funda-mentales y presentando su irreductibilidad comoesencial y definitiva y no accidental y provisoria.Todas las tentativas para relacionar una cienciacon la anterior y explicar as lo superior por mediode lo inferior son calificadas de materialistas ytambin, y con mayor motivo, los intentos de expli-cacin universal de los fenmenos por medio deuna ley nica. En cada una de las ciencias funda-mentales un tabique separa irremediablemente susdiversas ramas; por ejemplo, los cinco captulos dela fsica cuya separacin se basa en la heteroge-neidad de los fenmenos; tabiques que, sin em-bargo, admiten cierta colaboracin. Y, si hay diver-sidad debida a los objetos de estudio, hay unidaden cuanto al espritu cientfico, o sea, al conjuntode cualidades requeridas para toda investigacincientfica; cualidades resumidas en lo que Comtellama espritu positivo.

    A partir de Comte y con los acelerados progresosde la ciencia, cada una de las ciencias fundamen-

    Diderot, artleuIo cEncyclopdie en L' Eru:yclopUie.

  • LA ORGANIZACIN DE LAS CIENCIAS 57

    tales se divide a su vez en disciplinas particulares,entre las que se distribuyen los sabios al especiali-zarse en ellas", Pero, precisamente para remediaresta constante dispersin, se aspira a cierta unifi-cacin, y no, como lo crea Comte, a travs de lainstitucin de un cuerpo de especialistas de gene-ralidades cientficas, sino a travs de la unificacininterna de cada una de las grandes disciplinas:actualmente, el positivismo, al igual que en suconcepcin de las separaciones definitivas, se pre-senta, segn trminos de A. Lichnerowicz, como unestadio infantil de la ciencia. Bourbaki reagrupatodas las ciencias particulares llamadas, comn-mente, matemticas, como ya deca Descartes;luego, estas ciencias se han multiplicado, bajo launidad matemtica, en singular, diversificada tanslo por un nmero muy pequeo de estructurasque rigen una organizacin sistemtica. La fsicadel siglo XIX reagrupaba sus diversos captulos tra-dicionales, que surgieron debido a la heterogeneidadde las cualidades sensibles bajo la dualidad de lamecnica y electromagnetismo, de la fsica puntualy de la fsica de campo. La fsica del siglo xxreduce esta dualidad de los dominios a la comple-mentariedad de dos puntos de vista: el corpusculary el ondulatorio. Esta fsica, tras haber presen-ciado el desmoronamiento de la fsica clsica y elauge de la fsica relativista y de la cuntica en laque la fsica tradicional se presenta como una dege-neracin, intenta reunirlos dos extremos con laconstruccin de una teora unitaria de campo. Por

    3 No hay hombres que, por ejemplo, conozcan toda 1& fsica de su tiempo,como era el caso de Langevin, Cotton y Debye, ni incluso hombres que conozcanuna rama importante, digamos la tIsica nuclear, como Rutberford y .Jolct,Si se concede el ttulo de sabios a los hombres que tengan una, visi6n general deuna determinada disciplina, debe reconocerse que ya no hay sabios y que sloquedan cientficos, Magat, M., en Le Monde, 12 mayo 1971.

  • 58 LA EPISTEMOLOGA

    otra parte, se establecen relaciones entre las di-versas ciencias de una manera todava desconocidaen la poca de Comte, a medida que la crecientematematizacin de las ciencias se combina con losaxiomas de la matemtica. En este momento sereconoce la existencia, de una ciencia' a otra, deisomorfismos, o sea, de identidades de estructurabajo contenidos totalmente heterogneos. As estnrelacionadas como modelos de una nica y mismateora abstracta, teoras especficas aparentementemuy distanciadas entre s. Finalmente, se desarro-llan investigaciones interdisciplinarias que ya Comtehaba recomendado, pero que hasta hoy no se hanrealizado y no han adquirido un carcter muy dis-tinto del que poda otorgarles el dogmatismo posi-tivista. Ya no se intentan establecer conexiones,bastante excepcionales, entre ciencias prximascuyo estatuto permanecera, no obstante, fijo parasiempre como la constitucin de la qumica-fsicao de la ptica fisiolgica. Actualmente, las disci-plinas mixtas se convertiran casi en reglas. Lasciencias se multiplican, se comunican entre s, nose ponen fronteras; se unen las disciplinas msdistanciadas y en apariencia las ms disparatadas,como la ciberntica en la que cooperan la lgicabivalente, la teora de los circuitos elctricos y lafisiologa nerviosa. De este modo cada ciencia salede su aislamiento y se obtiene la unidad por mediode lazos, cada vez ms numerosos, entre todas laspartes del saber. La ciencia actual admite las rela-ciones imprevistas; tolera la convivencia entre ml-tiples y diversas reagrupaciones; acepta la continuareorganizacin; y, por su debilidad, se opone a larigidez positivista. Bajo las diversas aptitudes re-queridas para ser matemtico, bilogo o historia-dor, el espritu cientfico tiene siempre las mismas

  • LA ORGANIZACI6N DE LAS CIENCIAS 59

    caractersticas fundamentales, adems de las exi-gencias comunes de verificabilidad y objetividadque definen -en el sentido propio de esta palabra,limitan- el conocimiento cientfico ante las demsformas de conocimiento.

    Si a nivel de prctica cientfica se admite el idealde unificacin, a nivel terico el tema de la unidadde la ciencia ocupa un importante lugar en elempirismo lgico, en donde tiene un matiz filosficoms acentuado. De una manera aparentementeparadjica, concuerda con la tesis de la dualidadradical entre las ciencias formales, lgica y mate-mticas juntas, y las ciencias de lo real, conside-radas las primeras como un instrumento cientficoms que ciencias propiamente dichas, ya que nonos ensean nada del mundo. El problema de launidad de la ciencia slo se plantea en las cienciasde lo real en donde la unificacin se concibe noa nivel de sujeto, como en Descartes, ni a nivelde objeto, como en el materialismo tradicional,sino a nivel de lenguaje. No se quiere reconocerla irreducible especificidad de los conceptos funda-mentales de las diversas ciencias y se exige que sereduzcan todos los trminos que los expresan atrminos del lenguaje fsico.

    Al comienzo, Carnap present este fisicalismode una manera muy directa que, a pesar de latransicin del nivel ontolgico al lingstico, separeca mucho al materialismo de Comte, en elsentido de reduccin de lo superior a lo inferior: labiologa sera mecanicista, la psicologa behavio-rista, etc. Pues relacionaba todos los trminos cien-tficos con los de la fsica por medio de definiciones,lo que permitira excluirlos y traducir todas lasproposiciones de la ciencia a proposiciones de lafsica. La imposibilidad actual de reducirlo todo

  • 60 LA EPISTEMOLOGiA

    a dichas proposiciones ha hecho que Carnap adop-tara un tipo de unificacin mucho ms dbil, paral provisorio, y admitiera, a falta de la definicinde un concepto biolgico, psicolgico y sociolgico,su reduccin a un concepto fsico por medio deuna frase que determina el sentido del nuevo con-cepto, indicando las condiciones de la experienciapor la que sera puesto a prueba. El trmino asintroducido no puede ser eliminado; este es el casode las defiuiciones; y, en consecuencia, los enun-ciados en que dicho trmino figura no pueden con-vertirse en proposiciones en las que slo habran lostrminos anteriores. As pues, del lenguaje fsicohay que distinguir un lenguaje fisicalista, am-pliacin del anterior por la introduccin de nuevossignos adecuados gracias a la

  • LA ORGANIZACI6N DE LAS CIENCIAS 61

    cebida de los problemas fundamentales que lesdividen: pero ninguno de ellos rechaza el concepto,ms modesto, de la unificacin por medio de sntesisparciales, ni el reconocimiento de isomorfismo ni laformacin de lazos interdisciplinarios.

    11. - La divisin de las ciencias

    En su creciente dispersin las ciencias han per-manecido agrupadas en grandes conjuntos segnsus objetos de estudio, puntos de vista y mtodos.Es este un hecho que la epistemologa debe cons-tatar; no se pregunta por su significado ni por surelacin con el punto de vista terico.

    Podramos pedir a las instituciones oficiales quenos dieran una imagen objetiva de la distribucinde las ciencias en un momento dado de su historia.Pero, desgraci