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XENIA RIVERA, CLAUDIA CRUZ, CESAR FAUSTINO, DIEGO CORDOVA

BARRIOS DE SAN SALVADOR

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XENIA RIVERA, CLAUDIA CRUZ, CESAR FAUSTINO, DIEGO CORDOVA

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Durante los primeros siglos de la colonia, la Provincia y la ciudad de San Salvador ocuparon una clara posición subordinada respecto a la ciudad de Guatemala (Capitanía General de Guatemala), centro del poder español. Lo que explica la ausencia de una arquitectura urbana de carácter monumental. (Lindo, 1997)

San Salvador fue fundada en 1525. (Hubo una primera ubicación desconocida)

Se presume que la primera ubicación de la Villa de San Salvador, fue el antiguo poblado de Cuzcatlán (Amaroli, 1991). Núcleo de gran importancia política y religiosa durante la época precolombina.

Primera localización estable: Valle de la Bermuda, Ciudad Vieja.

En 1545 autorizada por la Real Audiencia de los Confines, se decidió el traslado de San Salvador a su actual ubicación “Valle de Quezaltepeque” o “Cuzcatlán”. (Barón castro, 1996).

“La Aldea” localizado en las vegas del río Acelhuate.

El 27 de septiembre de 1546, le fue concedido el título de ciudad. (Lardé y Arthés, 1918).

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Ordenanzas de Carlos I, de 1523, brindaron

un marco de ordenamiento y desarrollo

urbano. “Cuadrícula de Damero” trazo

geométrico con calles rectas y manzanas

cuadrangulares que definían espacios

públicos y privados.

Esta Cuadrícula se inicia por 1545 en el

espacio de la Plaza Mayor o Plaza de

Armas.

La distribución espacial reflejaba la

segregación social de sus habitantes, de

acuerdo a su relevancia política, social o

económica.

Con un un máximo de tres terremotos por

siglo, la ciudad se mantuvo en pie. La

distribución del espacio tuvo una línea de

continuidad proceso acumulativo de

edificaciones.

El crecimiento de la ciudad se organizó a

partir del sistema de barrios, alrededor de

las parroquias y en relación con la Plaza

Mayor.

Vista a “ojo de pájaro” de la ciudad de San Salvador. Libro

Azul, 1916.

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En la ciudad se establecieron tres conventos religiosos: Dominicos, Franciscanos y

Mercedarios.

- Franciscanos: Barrios La Ronda (La Concepción) y San José

- Dominicos: El Calvario y Santa Lucía

- Mercedarios: San Esteban, La Vega y Candelaria.

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El desarrollo urbano estuvo relacionado con la dinámica social y económica de los

pueblos indígenas localizados en sus alrededores procesos tempranos de

articulación entre las culturas española e indígena procesos de mestizaje y

sincretismo cultural.

La iglesia desempeñó un papel preponderante, normativo e integrador de la

sociedad colonial. En torno a las parroquias se organizaba no lolo la vida religiosa

sino también la vida civil, política y económica.

En los procesos urbanos coloniales se considera que en el siglo XVIII, fue clave para

las ciudades coloniales hispanoamericanas, ya que junto a las Reformas Borbónicas

se desarrolló un proceso de modernización sin precedentes que implicó

transformaciones en el Estado Colonial. Esto trajo consigo el pensar en las áreas

recreativas y en el embellecimiento de las ciudades.

Los Barrios de El Calvario, Candelaria y La Vega, participaban en la lucha política e

igualmente lo hacían en las festividades religiosas y cívicas. Los artesanos eran en

ese entonces el alma rebelde del país. (Revista Obrera en Vallecillos, 1964:303).

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Los devastadores terremotos de 1854 y 1873

provocaron transformaciones de la ciudad.

la Universidad Nacional (1841) tuvo que

reedificarse .

Después del terremoto de 1873, el presidente

Mariscal Santiago González, ordenó que la

reconstrucción de la ciudad debía hacerse

con materiales antisísmicos. Cambio de

adobe y calicanto por deployer y estructura

de hierro,.

En 1877, donde fuera la casa solariega de los

padres Aguilar, se construyó La Casa Blanca,

como sede del gobierno, de madera y

lámina, con dos pisos. Retomaba la idea de

una torre con reloj, el cual era un punto de

referencia urbano, un distintivo.

Es posible que los nuevos conceptos

arquitectónicos estuvieran reflejando los

cambios ideológicos: símbolos de distinción

y poder que antes los tenía la iglesia y que

ahora eran reivindicados por el Estado. en

1918 este edificio fue consumido por un

incendio.

En 1877, en la sede del antiguo Cabildo, se

construyó el Palacio Municipal. Incendio en

1919.

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Primer Palacio Nacional. 1868.

Casa

Blanca. 1877

Palacio Municipal. 1877.

Universidad Nacional. 1841.

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» La ciudad empieza a cambiar , se han dejado atrás las ataduras del régimen

colonial . La traza urbana, la organización barrial y la religiosa, propiciaron

espacios como nuevos escenarios de identidades modernas paralelas a la

construcción del Estado Salvadoreño.

Campo Marte Finales siglo XIX

Cuartel de

Artillería

Catedral 1888. Parque Barrios 1909.

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Construcción del Hospital

Rosales en 1891. Expansión

hacia el poniente.

Materiales de Bélgica.

Casa Ambrogi. 1875

Hotel Nuevo Mundo. 1920

Club Internacional. 1917.

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El barrio Concepción está delimitado geográficamente : al norte por el arenal Tutunichapa, al oriente por

Bulevar República Federal de Alemania, al sur por la 2°calle oriente, al poniente por la 8°avenida (sur y

norte) y la Avenida Cuscatancingo.

Se conoce que el barrio surge con la llegada de la virgen de Concepción, imagen que fue llevada al

lugar por un fraile miembro de la orden franciscana. La presencia de la virgen en ese lugar causó en la

población un sentido de identificación y apropiación, lo que incentivó a que ese lugar se nombrar: barrio

Concepción y a renombrar la calle de la Ronda a calle Concepción. En los inicios de la ciudad el barrio

no aparecía en los planos, de la red urbana, a medida que este se fue expandiendo el general Gerardo

Barrios lo asentó en su simbología y dibujo, no se sabe con exactitud cuál fue la fecha en que esto

ocurrió, lo único cierto de esto es que fue en el periodo de 1863- 1913.

El barrio Concepción ubicado al suroriente de la capital, se convertiría entonces en la puerta de entrada del comercio y producción que venía del

nor-oriente de la capital y del hermano país de Honduras. “El barrio de los zapateros” fue un renombre que conservó hasta poco antes de la guerra de 1979. Este renombre se debe a que el barrio era como una fábrica grande compuesta por pequeños talleres donde se fabricaban los zapatos y donde los capitalinos se abastecían del mejor calzado artesanal, además de ser comercializados en Honduras y Centro América. Esta industria decayó

cuando los norteamericanos introdujeron sus productos en el mercado y el calzado salvadoreño fue paulatinamente eliminado del mercado. Actualmente predomina el uso comercial, mezclado con el uso habitacional, puede observarse que los sectores con áreas verdes de uso público son casi nulos, a excepción del parque Centenario, que representa el sector más grande en cuanto a

espacios de recreación. En las periferias del barrio también existen comercios muy grandes como el mercado municipal “La Tiendona” y “La Constancia”.

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AVENIDA INDEPENDENCIA. 1920

EDIFICACIONES DE VALOR PATRIMONIAL

En este barrio se localizaba uno de los sectores más elegantes de la ciudad, a principios del siglo XX como lo

fue la Avenida independencia. Esta avenida fue un espacio fundamental para los procesos de socialización

e identificación de los capitalinos, era un paseo, que incorporaba un arriate y una serie de monumentos con

motivos neoclásicos ánfora, leones, minervas. La ubicación privilegiada de este barrio contribuyó a la

proliferación de prostíbulos y cantinas, otro evento que se puede destacar y que dio realce al barrio es; que

de este lugar de la ciudad salía el desfile de correo que anunciaba oficialmente el inicio de las fiestas

agostinas.

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la orden franciscana, quienes partir del siglo XVI fundaron el convento San Francisco, el cual fue cohesionando alrededor de toda una estructura espacial urbana,

socioeconómica y cultural que inicialmente se ubicaba en el barrio San José, permaneciendo ahí por muchos años y fue hasta que por orden del gobierno liberal de Morazán todas las órdenes religiosas fueron expulsadas del país, algunos de los frailes miembros de estas órdenes permanecieron en San Salvador, ejemplo de ello es el fraile Félix Castro quien salió del convento de los franciscanos y se fue a vivir a las inmediaciones de la calle la Ronda que en la actualidad se conoce con el nombre de calle concepción; el fraile Castro se llevó consigo la imagen de la patrona, la virgen de

la inmaculada concepción, con ayuda de los vecinos se erigió una ermita, que a pesar de ubicarse en un contexto político dominante, se constituye como el centro religioso- social más importante del barrio.

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En este barrio encontramos una intensa actividad comercial que se mantiene aún en la actualidad, también una tradición religiosa y política. Estas dos últimas menos

perceptibles hoy en día.

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El Barrio La Vega se encuentra entre uno de los Barrios mas antiguos de San Salvador, en el son muy populares las leyendas urbanas de hace varios años que se cuentan de

generación en generación; también es uno de los Barrios que representa mayor riesgo de inundación puesto que lo circunda el rio El Acelguate. En el Barrio La Vega nos encontramos con la famosa esquina de La Vega, una antigua trinchera que en la época de la guerra fue uno de los puntos claves para tener el control del municipio, por las noches en este lugar, niños jóvenes y adultos se reúnen para oír música, jugar a las cartas y comentar de diversos temas.

Ubicación del Barrio La Vega

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Vista aérea del Barrio la Vega en la actualidad.

Vista aérea del Barrio la Vega en

años atrás.

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La iglesia Candelaria, es una de las edificaciones de referencia del Barrio Candelaria, el cual se encuentra en el área considerada como el lugar donde fue el asentamiento de la ciudad capital en el año 1545. La iglesia fue construida el 2 de febrero de 1816 y fue remodelada en 1879, que por el estilo de construcción, podría atribuírsele a Don Pascacio González y Dolores Mejía, ambos constructores famosos de la época

Ubicación Barrio Candelaria.

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Iglesia Candelaria.

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Ubicación del Barrio San Esteban

El barrio San Esteban es uno de los primeros barrios de San Salvador, en el cual desarrolló una importante tradición de tipo religioso muy ligada a la del Barrio El Calvario. Este era testigo de una serie de procesiones y rituales fundamentales en la Semana Santa. El Barrio San Esteban tiene cierto valor simbólico cultural, pero con el paso del tiempo este ha perdido su valor cultural, lamentablemente hoy en día en esta área se trafica con drogas y tiene un alto índice delincuencial.

Además de las viviendas en deterioro que ahí se encuentran, esta la iglesia de San Esteban. No existe una fecha certera de cuando fue construida, pero se estima que inició como un oratorio a finales del siglo XVII. Para el año 1807, apareció en un plano de la ciudad, y para 1873 resultó destruida por un fuerte terremoto que asoló a San Salvador. También resultó severamente dañada por los terremotos de 1986 y 2001. El edificio está construido de madera y lámina traída desde Bélgica.

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Viviendas en el Barrio San Esteban

Iglesia San Esteban

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Es.

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TOMADA DE http://www.sansalvador.gob.sv

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El 27 de septiembre de 1984, fecha de conmemoración del 438 aniversario de otorgamiento del titulo de ciudad, el Concejo Municipal

de San Salvador, presidido en ese entonces por el Alcalde José Alejandro Duarte, presentó una reseña histórica, que redactara el

reconocido profesor e historiador salvadoreño Don Jorge Lardé Larín, titulada “Siete estancias de la Ciudad de San Salvador”, que relata

y recoge datos del desarrollo histórico de la ciudad desde su fundación.

SIETE ESTANCIAS DE LA CIUDAD DE SAN SALVADOR”

Por Profesor e historiador

Jorge Lardé Larín

CONMEMORACION CIVICA Al celebrar 438 años de la titulación de San Salvador como ciudad el Concejo de la metrópoli de los salvadoreños, de 1984 acordaron

denominar la antigua autopista Sur con el hermoso y sugestivo nombre de “Autopista Los Próceres” y descubrir, a partir de esa fecha, una

serie de bustos y estatuas representativa no sólo de los optimates de la independencia sino también de otros forjadores de la

nacionalidad salvadoreña, de aquellos varones ejemplares que desde la gesta heroica del Benemérito Padre de la Patria doctor José

Matías Delgado el 5 de noviembre de 1811

LA CONQUISTA En junio y julio de 1524 un puñado de soldados de ultramar al mando de Don Pedro de Alvarado penetró en el corazón de la Ciudad de

Cuscatlán, en cuyo centro ceremonial aquellos aventureros españoles hincaron enhiesto el Pendón de Castilla y la Santa Cruz.La alegría

de haber llegado a la metrópoli pipil, que al decir de un antiguo cronista “fue célebre por sus riquezas y el poderío de sus príncipes”, duró

apenas el fulgor de una aurora.

Ante los desmanes y tropelías de los invasores extranjeros los Cuzcatlecos se alzaron en armas y se replegaron a las montañas vecinas y

capitaneados por el tecu de la localidad: el cacique Atlacatl, guerrero tenaz y osado, valiente e invencible, iniciaron una guerra cruenta

en defensa de sus hogares y de la soberanía del pueblo.

¡Sólo diecisiete días logro permanecer aquí el soberbio Tonatiuh! Mal herido y en trance de muerte, con once caballos menos, con

muchos lisiados y sensibles bajas de españoles e indios auxiliares o amigos, sin apoyo logístico y afrontando otras circunstancias adversas

el conquistador ibero tuvo que reconcentrarse en Tecpan-Guatemala o Iximchée y dejar para una futura oportunidad la conquista de los

pueblos pipiles de El Salvador Precolombino, la conquista de un pueblo noble y generoso, “que supo ser el primero en la guerra pero

también el primero en la paz.

EL ACTO FUNDACIONAL. En 1525 llegaron a estas proximidades -allí, donde hoy está Antiguo Cuscatlán, a orillas de un maare o cráter de explosión llamado

"Puerta de La Laguna" el capitán don Gonzalo de Alvarado y un pequeño contingente de soldados que no sobrepujaba las cincuenta

unidades.

Traía la orden, de su hermano Don Pedro, de fundar en estas latitudes una colonia de españoles con el título de villa y el nombre de San

Salvador. Diego de Holguín era uno de los alcaldes ordinarios del nuevo burgo. La villa-campamento se estableció en el casco de Cuscatlán

alrededor del 1º de abril de 1525, pero más sobre los lomos de las cabalgaduras que sobre el inestable suelo de estas comarcas.

No sabemos, en verdad, quien fue el capellán de la columna fundadora; pero sí inferimos que la iglesia de la nueva colonia fue puesta

bajo la advocación o adoración del Santísimo Salvador del Mundo, cuya festividad litúrgica en memoria del milagro bíblico de la

transfiguración del señor en el Monte Tabor celebra la iglesia católica el 6 de agosto de cada año.

Pocos meses después, ante la imposibilidad de resistir con éxito la formidable insurrección indígena de recibir adecuados refuerzos, la villa

se despobló y sus moradores se trasladaron a Guatemala.

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REFUNDACIÓN DE LA VILLA En 1528 el teniente de gobernador y de capitán general Don Jorge de Alvarado envió una segunda expedición fundadora hacia "la

provincia de guerra", que los españoles habían identificado como "la provincia de cuscatlán".

Al frente de ella figuraba su primo hermano el Capitán Diego de Alvarado y 72 soldados, quienes después de vagar por estas tierras y

ante la imposibilidad de establecerse en la indómita Cuscatlán escogieron para asiento de la nueva urbe uno de los pajares menos

aparentes: el valle de La Bermuda, a unos 8 Km. Al sur del fuerte núcleo indiano de Suchitoto.

Aquí se refundó la villa de San Salvador el 1º de abril de 1528 y asieron la vara edilicia los alcaldes ordinarios Antonio de Salazar y Juan

de Aguilar; y ese mismo día, con los servicios eclesiásticos del cura Pedro Ximenez, todos juntos, unánimes y conformes dieron

advocación a la iglesia y la dedicaron a la Santísima Trinidad, "pareciéndoles que con esto tenían inmediatamente a Dios por

protector y amparo". Quince días tardaron en trazar calles y avenidas, la plaza, locales para iglesia y convento, y en demarcar solares

y adjudicarlos a los correfundadores de la villa.

El enclave cristiano de La Bermuda progresó en medio de los azares de la guerra y de otras vicisitudes. Los límpidos cielos de la

estación seca y los tormentosos y amenazantes de la estación de las lluvias vieron alzarse, sobre sólidas bases de piedra y calicanto, las

robustas columnas de añejos conacastes, las gruesas paredes de adobes con rafas de ladrillos y el campanario de la Iglesia de La

Trinidad, así como las viviendas de bahareque de los colonos europeos, más los pajuides o rancherías de los indios auxiliares o amigos.

En las afueras de esta extraviada atalaya de la civilización occidental se perfilaba el pequeño campo-santo, que a poco recibiría los

restos mortales de Pedro deLyaño y el artillero Diego de Usagre, los primeros vecinos del burgo sansalvadoreño que pagaron el tributo

a la Madre Tierra en estos ignotos dominios de Su Majestad el emperador Carlos V de Alemania y I de España.

LA ALDEA En 1639 los españoles, principalmente las fuerzas comandadas por los encomenderos mariscal Pedro Núñez de Guzmán y Antonio

Bermúdez, lograron, ¡por fin! Terminar con la férrea resistencia presentada por el cacique Atlacatl en las montañas y colonias de la

Cadena Costera.

Aquel héroe indígena, símbolo de la libertad y la soberanía de hombres y tribus, derrotado pero no vencido, por mucho tiempo

permaneció perdido y solitario en la espesura de boscaje, como los felinos guardianes y los iridiscentes quetzales; pero ahora en día su

espíritu aún sigue palpitando en los pechos de todos los hijos de El Salvador, como un canto de amor a la Patria.

Su estatua, vaciada en bronce por el hábil escultor Valentín Estrada, en lugar de estar arrinconada en un recodo capitalino, donde

nadie la admira ni mortal alguno puede inspirarse en ella, debería ornar esta Autopista "Los Próceres", porque Atlacatl es el símbolo de

todos los próceres conocidos y anónimos que han impulsado el destino de nuestra nación.

Si algún día encuentra asilo en esta espléndida vía citadina, en el pedestal destinado a soportar la representación en bronce del

caudillo de los cuzcatlecos, la patria debería inscribir la frase que espetó a los mensajeros de Pedro de Alvarado, cuando lo

intimidaron a la rendición: "SI QUEREIS NUESTRAS ARMAS, VENID A LLEVARLAS A LAS MONTAÑAS".

A raíz del inevitable fin de la resistencia indígena, los vecinos de la villa de San Salvador se fueron trasladando lenta, pacífica y

progresivamente del valle de La Bermuda al Valle de Zalcuatitán, que bautizaron con el plástico nombre de "Valle de Las Hamacas"; y

tales emigrantes se establecieron en las márgenes del río Acelhuate, en la hondonada comprendida entre las cuestas del Palo Verde y

de La Vega, donde construyeron un próspero villorio al que nombraron "La Aldea".

"La Aldea" progresó rápidamente, mientras la villa se extinguía. En La Bermuda llovía con exceso, los rayos abundantes incendiaban las

viviendas, el terreno era muy barroso, el paraje estaba al margen de las vías naturales de comunicación, y en la urbe ya sólo

quedaban sus autoridades municipales y contados vecinos. En cambio, "La Aldea" estaba ubicada en tierras feraces aptas para la

agricultura, cerca del mar y reunía otras condiciones indispensables a la formación de un gran centro de civilización europea.

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LA MUDANZA En 1545 las autoridades edilicias de la villa de San Salvador recibieron autorización de la Real Audiencia de los Confines, presidida por el Licenciado Alonso López de Cerrato, para mudar la colonia de La Bermuda al valle de Zalcuatitán o de las Hamacas. Transportando los archivos de la comuna, las imágenes campanas y otros objetos del culto sagrado, bántulos y animales domésticos, los últimos colonos emprendieron la fatigosa marcha a lo largo de las diez lenguas que separan a los dos mencionados lugares. Congregados todos los colonos en la explanada próxima y al norte de "La Aldea", en el borde de un extenso valle, se procedió al trazo de la nueva urbe. La plaza mayor o pública, llamada también plaza de armas y mercado, se fijó en donde hoy está el parque Libertad. La Iglesia Parroquial consagrada, ya no a la Santísima Trinidad como en La Bermuda sino al Santísimo Salvador del Mundo como en 1525, ocupó la manzana situada al Este de aquella plaza o sea donde hoy está la Iglesia del Rosario. Las Casas Consistoriales, estafeta de correos y cárceles públicas se edificaron en la manzana situada al Sur, hoy plazoleta de aparcamiento. En el frente de las manzanas ubicadas al Norte y Oeste, destinadas al comercio, se construirán amplios portales con arcadas mudéjar. LA CIUDAD En 1546, mientras se edificaba afanosamente la tercera villa de San Salvador, los procuradores Alonso de Oliveros y Hernán Méndez de Sotomayor, en nombre y representación del Cabildo salvadoreño gestionaban en España, para dicha población, el título de ciudad. Consecuencia de dichas gestiones fue que el 27 de septiembre de 1546 mientras el emperador Carlos V de Alemania y I de España se hacía fuerte en la plaza de Marheim, el Secretario de la Real Corona Juan de Samano presentaba en Guadalajara al infante don Felipe, el príncipe heredero, una Real Provisión expedida en nombre de su ausente y sacra cesárea majestad, documento por el cual se elevó a una lejanísima e insignificante villa de las Indias Occidentales a la jerarquía de ciudad de los reinos de España, "para que se ennoblezca y otros pobladores se animen a ir a vivir en ella".

PRIMER ALCALDE DE LA CIUDAD DE SAN SALVADOR Diego de Holguin, fue primer alcalde de la Villa de San Salvador, según consta en libros históricos, Don Pedro de Alvarado se presentó al cabildo de Guatemala, el 6 de mayo de 1525 a pedir se nombrará regidor a Francisco de Arévalo, en sustitución del Capitán Holguin, el cual se fue a vivir en la Villa de San Salvador, como su alcalde. Según el historiador salvadoreño Doctor Rodolfo Barón Castro señala que éste nació entre 1486 en un pueblo español llamado Tona o Sona. Y vino a América muy joven, instalándose en la Española, hoy Santo Domingo en el año 1506, desde donde participó en la fundación de otras poblaciones. San Salvador fue una de las primeras ciudades de la Real Audiencia de Guatemala, y de América y en el año que se denominó ciudad solo existían con el título Santiago de la provincia de Guatemala; Puerto Trujillo y Gracias a Dios en Honduras; Granada y León en Nicaragua. A mediados de 1551 se fundó el primer convento de Santo Domingo, dirigido por la Orden de Santo Domingo, dirigido por los frailes Tomás de la Torre, Vicente Ferrer y Matías de la Paz; en 1574 se fundo el de la Orden de San Francisco dirigido por el fraile Juan Vico y en 1625 el de La Merced, cuna de la independencia de Centroamérica. El 3 de junio de 1822, la Columna Imperial, a las ordenes del Gral. Manuel José Arce, derrotaron al invasor, después de ocho horas de sangrienta lucha en la batalla de Mejicanos, cuando San Salvador fuera sometida por las huestes imperiales al mando del Gral. Vicente Filísola. Caído el imperio mejicano, Centroamérica se constituyo en República Federal y El Salvador en uno de sus Estados, el 12 de junio de 1824 San Salvador fue erigida en capital del Estado de El Salvador. De marzo a septiembre de 1828, resistió invicta el sitio que le impuso el ejército federal. San Salvador fue capital de la Federación Centroamericana de 1834 a 1839 y fue destruida por el terremoto del 16 de abril de 1854 y Durante la colonia, los pueblos salvadoreños fueron destruidos por los desastrosos terremotos de 1575, 1592, 1625, 1648, 1719 y 1815. Después de la Independencia 1821, la población de la Ciudad de San Salvador residía en barrios en los alrededores a la Plaza Mayor, hoy Plaza Libertad y de la Plazuela Santo Domingo, Hoy Gerardo Barrios, El Barrio El Calvario, era el más populoso, Candelaria, La Vega, El Terrente, hoy Barrio San Esteban, La Ronda hoy Barrio Concepción, San José y Santa Lucía. CENTRO HISTORICO En el área donde hoy se encuentra la iglesia El Rosario, se edificó la primera parroquia, frente a ella se construyó la Plaza Mayor que después cambió su nombre a Plaza de Armas, luego Plaza Dueñas y actualmente Plaza Libertad. Frente a este parque se erigieron los portales con fines comerciales y en el estacionamiento del parque estaba el cabildo y los edificios públicos; en la periferia se instalaron las residencias de los españoles. De esta manera esta zona se convirtió en el centro de poder político, económico y religioso de la época. Posteriormente los edificios públicos y religiosos fueron instalados frente a lo que hoy es la plaza Gerardo Barrios (antes Santo Domingo) donde se construyó la Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional, pero la mayoría fue destruida por terremotos por lo que no ha quedado ningún vestigio de la época colonial, manteniéndose sólo las construcciones de finales del siglo XIX y principios del XX.