Asesinato Categorial Bauman

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  • 8/18/2019 Asesinato Categorial Bauman

    1/10

    EL SESIN TO C TEGORI L

    omo recordar ellegado del siglo xx

    E

     

    eI

    umbra de la era moderna. 1a

    naruraleza era considerada la fuente

    principal de incertidumbre a 1a que

    se enfrentaba

    1a

    vida humana. Inunda

    ciones y sequias, hambrunas que azota

    ban sin previo aviso, y enfermedades

    contagiosas que sepresentaban de im

    proviso, peligros todos elIos incalificables

    que acechaban

    en

    1a "naturaleza vir

    gen", eran

    os

    prindpales depositos de

    10 desconoddo y (como tal) temib1e.

    Para generar confianza. 1a era moderna

    recurrio al mito de 1a historia humana

    entendida como

    un

    relato de superacion

    propiciada por

    el

    ingenio,

    1a

    sagaddad,

    1a determinadon

    y

    1a

    1aboriosidad de

    os

    seres

    humanos (que utilizarian tales

    cualidades cual si de versiones depu

    radas de

    os

    cordones de las botas del

    baron de Miinchhausen se tratase): una

    superacion que

    os

    sacaria del fangal de

    1a

    condidon

    "natural", "precivilizada".

    Los corolarios de clicho mito eran la in

    quebrantab1e confianza en 1a capacidad

    humana

    de mejorar la naturaleza y 1a

    fe

    en 1a superioridad de

    1a

    razon sobre

    las

    "fuerzas naturales degas". La mas

    repulsiva e intolerable (con mucho) de

    todas

    las

    caracteristicas de

    1a

    naturaleza

    era el hecho de que su conducta azaro

    sa y aleatoria desafiaba

    las

    expectativas,

    eludia los contro1es y por

    10

    tanto, podia

    hacer aiiicos

    los

    planes humanos.

    La nodon de "orden dvilizado"

    constituia una forma de ver 1a condici6n

    humana desde 1a que todo aquello a 10

    que no se permitiera formar parte de di

    cho orden quedaba prohibido y elimina

    do.

    En

    cuanto el proceso civilizador

    comp1etase su labor, no quedarian rinco

    nes oscuros, agujeros negros de ignoran

    cia, areas

    grises de ambivalencia ni guari-

    22

    ZYGMUNT B UM N

    das inmundas en las que pudiera refu

    giarse 1a incertidumbre mas salvaje.

    De

    hecho, el Estado moderno tenia como

    objetivo gestionar los asuntos humanos

    mediante

    1a

    exclusion de todo aquello

    que resultara imposib1e de administrar y

    que, por

    10

    tanto, fuera indeseab1e.

    Yo

    madiria que 1a incertidumbre fue

    el

    con

    taminante

    prindpal

    y mas toxico que

    hubo que excluir del potencial orden

    creado por el hombre. Entre los objeti

    vos que justificaban el Estado moderno

    estaban una actividad de limpieza y un

    proposito de pureza.

    Me

    atreveria a afirmar que

    esa

    ten

    dencia del Estado moderno culmino a

    mediados del

    sig10

    pasado. despues de

    que buena parte de 1a centuria hubiera

    transcurrido bajo

    los

    auspicios de

    un

    in

    minente fin de 1a historia seglin esta se

    habia conocido hasta entonces: la histo

    ria como

    un

    libre juego de fuerzas des

    enfrenadas y descoordinadas.

    I holoc usto

    En

    1a decada de

    1940,

    a

    rm

    de

    los

    ru

    mores que

    se

    filtraban desde

    el

    otro

    1ado

    del frente acerca del asesinato

    en

    masa

    de judios

    por

    toda

    1a

    Europa ocupada

    por los nazis, alguien recupero el antiguo

    termino bib1ico "ho10causto" para refe

    rirse a 10 que estaba sucediendo. Se trata

    ba de

    un

    acto sin precedentes de los que

    se tuviera constancia historica y; por 10

    tanto, sin un nombre aceptado en nin-

    gUn

    diccionario. Hubo, pues, que acu

    nar uno nuevo para designar el acto del

    "asesinato categorial": la aniquilacion

    fi-

    sica de hombres, mujeres y nmos por su

    simple pertenencia (real 0 atribuida) a

    una

    categoria de personas indigna del

    orden pretendido y contra la que. por

    ese motivo, se dicta (por via sumaria)

    una

    sentencia de muerte.

    En mos

    posteriores el uso del termi

    no

    se

    ha

    ido amp1iando hasta abarcar

    tambien

    os

    numerosos casos de asesi

    natos

    en

    masa dirigidos

    contra

    grupos

    etnicos, radales 0 religiosos, asi como

    aquellos otros casos

    en

    los

    que

    el ob

    jetivo dcita 0 declarado era 1a supre

    sion de poderes y derechos 0 1a expul

    sion de un grupo de ese tipo, mas que su

    aniqui1acion total. Dada la enorme carga

    emocional del termino y

    1a

    condena eti

    ca casi universal de las acciones que de

    signa, muchos han buscado que

    se

    reco

    nozca el padecimiento que sufren como

    un

    nuevo caso de "ho10causto".

    De

    ahi

    que los tipos de dano infligido por un

    grupo humano contra otro que se

    han

    hecho merecedores de ser incluidos en

    1a

    categoria del holocausto se hayan exten

    dido con

    os mos

    mucho mas alia del

    campo semantico original del termino.

    En

    el habla popular, la palabra "ho

    locausto" suele ser actualmente inter

    cambiable con el termino "genoddio"

    (otra novedad lingiiistica del

    sig10

    xx).

    En

    1993. Helen Fein senalo que, entre

    1960

    y

    1979,

    se

    produjeron probable

    mente un minimo de una docena de ge-

    nocidios y masacres genocidas, entre cu

    yos casos se incluyen el de los kurdos en

    leak •

    os

    habitantes del sur de Sudan. los

    tutsis en Ruanda. los hutus en Burundi.

    los

    chinos [ ..] en Indonesia,

    os

    hindues

    y otros bengalles en

    el

    Pakistan oriental,

    los ache en

    Paraguay;

    numerosos pueblos

    en Uganda [

    . .r Desde el momento en

    que se escribieron esas lineas. 1a lista se

    ha ampliado considerablemente

    y;

    mien

    tras escribo estas, no muestra signo algu

    no de aproximarse a su limite final. El

    CLAVES DE RAZON PAACTlCA. N° 199

  • 8/18/2019 Asesinato Categorial Bauman

    2/10

    UCJ:Ji

    ILIN

    genocidio, segun definicion de

    Frank

    Chalk

    y Kurt Jonassohn, "es una for

    ma de

    asesinato unilateral

    en

    masa

    con el que

    un

    Estado u otra aurori

    dad pretende destruir a

    un

    grupo, tal

    como

    ese

    grupo

    y quienes

    pertenecen

    a

    el

    son definidos

    por

    los perpetrado

    res".

    En

    el

    genocidio,

    el poder

    sobre

    la vida se entrelaza

    con

    el

    poder

    de

    definir (0, para ser mas precisos, con

    el poder

    de eximir).

    Son muchas

    las

    guerras "ortodoxas" en las que el nu

    mero

    de victimas

    ha

    sobrepasado

    con

    mucho

    al de las que

    se han

    produci

    do

    en mas de

    un

    genocidio. Lo

    que

    distingue a

    este,

    pues, de los

    conflictos mas violentos y sangrientos

    no es la cifra de victimas, sino su na-

    turaleza

    monolOgica. En

    el genocidio,

    los blancos potenciales de la violencia

    son definidos unilateralmente y

    se

    les

    niega cualquier derecho a responder.

    Para la sentencia de pena capital -ve

    redicto

    contra

    el

    que no

    cabe recurso

    alguno- es prueba suficiente el sim

    ple hecho

    de

    haber sido acusado.

    N° 199 • CLAVES DE

    RA

    ZON

    rM

    C

    TlCA

    OONnw

    Si tal

    es

    la verdadera

    natural=

    de

    los actos genocidas, el significado actual

    de la palabra "holocausto" (por

    1

    gene

    ral, sinonima y, por 1 tanto, intercam

    biable con

    el

    termino "genocidio") guar

    da solamente una relacion indirecta con

    el

    significado del termino segun este

    aparece en

    la

    traduccion griega del

    Levf-

    tico, en e Antiguo Testamento, del que

    deriva. Ese antiguo vocablo

    fue

    recupe

    rado e invocado como metafora del ex-

    terminio nazi de los judfos probable

    mente porque sugerfa la exhaustividad de

    destrucci6n llevada a cabo. El termino

    griego 6MKUUOTO

  • 8/18/2019 Asesinato Categorial Bauman

    3/10

    EL

    ASESINATO CATEGORIAL

    racion

    de

    inapropiadaJi

    para

    el nuevo (y

    mejor) orden

    con

    el que se tenia previs

    to reemplazar laJi turbiaJi y desordenadaJi

    realidades presentes:

    el

    orden social de

    purado de todo

    aditivo,

    mancha

    e

    im

    perfeccion,

    que

    los gobernantes sobera

    nos se disponian a construir.

    Fue esa imagen

    de

    orden perfecto

    la

    que

    suministro los criterios utiliza

    dos para separ ar a los aptos

    de

    los

    no aptos :

    es

    decir, a los sujetos cUyaJi

    vidas

    meredan

    ser defendidas y mejo

    radas de aquellos

    que no

    podian ofre

    cer servicio concebible alguno a la for

    taleza del nuevo orden y que, sin em

    bargo, obstaculizarian la armonia de

    este.

    En

    la reivindicacion del derecho

    a incluir 0 a excluir del dominio de los

    derechos

    legales y los deberes eticos

    radicaba la esencia de la soberania del

    Estado

    modemo,

    el

    Holocausto

    (junto

    con

    las purgas masivas

    de

    los

    extranjeros

    de

    clase

    en la

    Rusia esta

    linista) fue,

    segun

    el actual consenso

    generalizado,

    la manifestacion mas ex

    trema y radical

    de

    esa reivindicacion.

    Los aJiesinatos

    en maJia han

    acom

    pailado a

    la humanidad

    a

    10

    largo de

    toda su historia. Pero esa version parti

    cular del asesinato categorial en masa

    que

    conocemos

    como

    el Holocausto

    habria sido inconcebible fuera del

    mar

    co de la sociedad moderna . Los aJiesina

    tos sistematicos llevados a cabo a

    1

    lar

    go de un periodo de tiempo prolonga

    do requirieron de una ingente cantidad

    de

    recursos y

    un

    frecuente ajuste de los

    procedimientos. Dificilmente habria si

    do

    posible sin inventos

    tan

    tipicamente

    modernos como la

    tecnologia indus

    trial,

    la

    burocracia (con

    su

    meticulosa

    division del trabajo), la jerarquia estric

    ta

    del

    mando

    y

    la

    disciplina, unidaJi

    ala

    neutralizacion de

    laJi

    convicciones per

    sonales (y etiCaJi) y la aJipiracion geren

    cial a supeditar

    la

    realidad social a

    un

    modelo predisefiado de orden: innova

    ciones todaJi ellas

    que

    tambien resulta

    ron

    ser las causas primordiales

    de

    los

    espectaculares exitos de la era moderna.

    Para

    erradicar una raza 0 una

    claJie que transmite

    su

    potencial des

    tructivo

    de una

    generacion a otra, es

    necesario reprimir las emociones y otraJi

    manifestaciones de individualidad

    hu

    mana, y so

    meter

    la conducta

    humana

    24

    al gobierno indiscutido de la razon ins

    trumental.

    La

    modernidad

    hizo

    posibfe

    ef Holocausto pero foe el gobierno totali-

    tario

    (0 10

    que es

    10

    mismo,

    una

    sobera

    nia

    total y absoluta)

    el

    que lleva

    f

    prdctica

    esa posibifidad.

    Hitler anuncio

    entr e vito res

    yacla

    maciones el advenimiento del Reich de

    los

    Mil Mos,

    que darla comienzo

    a

    partir de la eliminacion de

    la

    ultima

    unwertes

    Leben. Igualmente, y

    para

    si

    milar alegria

    de

    sus entusiastas en todo

    el

    mundo,

    Stalin proclamo que el final

    de la

    injusticia,

    de la

    opresion claJiista y

    las guerraJi de clases estaba a

    la

    vuelta

    de la esquina, esperando unicamente a

    que se desenmascarara y se ejecutara al

    Ultimo enemigo

    de

    la sociedad. a au

    sencia

    de

    clases

    en

    esra sociedad se

    10-

    graria fusilando 0 matando de hambre

    haJita el

    ultimo de

    los

    que

    destacaran y

    no encajaran en ese nuevo modelo. Po

    demos decir

    que

    ambas formaJi

    de

    to

    talitarismo del siglo xx exploraron los

    limites

    aCaJiO

    el caracter ilimitado?)

    del poder de exclusion soberano. Aus

    chwitz y Kolima fueron laboratorios

    en los que se estudiaron las fronteras

    de

    la

    maleabilidad humana y, sobre to

    do,

    se

    experimentaron y se sometieron

    a prueba los metodos mas eficaces para

    limpiar la sociedad

    de

    las

    contamina

    ciones mas revoltosaJi y mas generado

    raJi

    de incertidumbre.

    Los regimenes totalitarios die ron

    rienda suelta

    a

    una

    tendencia

    ya

    de

    por

    si propia de la soberania del Esta

    do moderno

    (que

    tanto

    para

    Max We

    ber,

    en

    los albores del siglo xx,

    como,

    mas adelante, para

    Norbert

    Elias, con

    sisua

    en

    el

    mono

    polio

    de

    los medios

    de coaccion ), hasta el

    punto

    de alcan

    zar cotas disparatadas,

    con la

    esperan

    za

    de

    que ella misma hallara sus

    pro

    pios lfmites (0,

    mejor

    dicho, de

    que

    demostrara su

    trascendibilidad

    ante

    todo limite existente

    0

    futuro). La

    aventura totalitarista

    no

    fue

    una

    abe

    rracion, un accidente de la historia

    que pueda

    despacharse

    explicandolo

    simplemente

    como una

    deformacion

    cancerosa de un -por

    10

    general- salu

    dable

    cuerpo

    politico moderno. Fue,

    mas bien, un intento sostenido de ex

    tender

    la

    forma

    fisica

    de

    ese

    cuerpo

    hasta

    su

    maximo potencial.

    sesinato categorial

    Durante

    el paJiado siglo, aproximada

    mente

    unos seis millones de judios

    y

    se

    gUn algunaJi versiones, cerca de un mi-

    llon de gitanos, acompailados de milla

    res y millares de homosexuales y de per

    sonaJi

    con

    discapacidad mental, fueron

    matados a tiros, envenenados e incinera

    dos

    por

    los constructores del Nuevo

    Or

    den Mundial

    disefiado

    por

    los nazis,

    simplemente porque

    no

    encajaban

    en

    el

    orden que estaba a punto de erigirse.

    No fueron laJi UnlCaJi victimaJi de

    laJi

    innumerables obras de

    consrruccion

    proyectadas y esparcidas

    por

    divers os

    rincones de la geografia mundial. Antes

    de ellaJi,

    un

    millon y medio de armenios

    fueron aJiesinados

    por

    ser las personas

    equivocadaJi

    en ellugar

    equivocado. A

    ellos los siguieron diez millones de -

    laks -granjeros (real 0 presuntamente)

    acomodados- de Ucrania, a quienes se

    maro de

    hambre

    por

    tratarse del

    tipo

    erroneo de personaJi, inadmisible en ese

    nuevo y maravilloso

    mundo

    de con

    formidad sin clases. Despues de ellos,

    millones

    de

    musulmanes fueron aniqui

    lados

    por

    ser considerados

    una mancha

    en

    un

    paisaje de uniformidad hindu, al

    tiempo que millones de hindues perdian

    la vida

    por

    ensuciar el paisaje de los

    musulmanes. Millones de personaJi fue

    ron

    destruidaJi

    por

    interponerse

    en

    el ca

    mino

    del Gran Saito Adelante chino

    0

    de la apacib1e, imperturbada y sencilla

    armonia

    de

    los cementerios con

    la que

    los jemeres rojos

    decidieron

    suplir el

    mundo

    desordenado, ruidoso y sucio de

    1a

    humanidad pura

    y dura. Todos los

    continentes del planeta

    han

    tenido sus

    hutus

    locales

    que han

    maJiacrado a sus

    vecinos tursis, y en codos

    ha

    habido tut

    sis nativos que

    han

    pagado a sus perse

    guidores con 1a misma moneda. Todos

    los continentes

    han tenido su dosis de

    Darfures, Sudanes, Sierra

    LeOllaJi, Timo

    res Orientales y BosniaJi.

    Lo

    que

    convirtio todos esos CaJiOS

    en aJiesinatos categoriales fue, para em

    pezar, la particularidad de que los actos

    mismos de 1a aJiignacion de laJi victimaJi

    a

    una

    categorla y la sentencia a

    muene

    de los miembros

    de

    esta baJitaran

    para

    sellar

    el

    destino de los sentenciados: no

    se requirio de ninguna o tra prueba de la

    culpabilidad de laJi victimaJi. a

    aJiigna-

    CLAVES DE RAz6 N PAACTICA ·N° 199

  • 8/18/2019 Asesinato Categorial Bauman

    4/10

    cion de categaria him

    caso

    omiso de la

    diversidad de caracteristicas personales

    de las personas asignadas y del grade de

    peligro que cada miembro individual

    del grupo condenado podia representar.

    Era irrelevante, por 10 tanto, desde

    el

    punto

    de vista de la logica asesina catego

    -

    rial, 10 viejas, jovenes, fuertes, debiles,

    geniales

    0

    malevolas que fueran

    las

    victi

    mas. Los futuros sentenciados no tenian

    por que haber cometido

    un

    delito puni

    ble para que

    se

    pronunciara un veredicto

    en su contra y se procediera a su ejecu

    cion. Tarnpoco era relevante para dicho

    veredicto que se aportaran pruebas de la

    mala

    conducta

    de los condenados, ni

    mucho menos alin que se midiera esta

    para permitir que el castigo fuera pro

    porcionado a la gravedad de la supuesta

    fechorfa. Y, a la inversa, nada de 10 que

    las victimas hicieran

    0

    dejaran de hacer

    podia reportarles el beneficio de la salva

    cion: nada podia eximirlas de

    un

    destino

    comun a la categoria a la que pertene

    dan. Como Raul Hilberg senal6 en una

    conocida apreciacion suya, la suerte de

    los judios europeos habia quedado ya

    decidida y sellada desde el

    momento

    mismo en que

    las autoridades nazis

    completaron sus registros censales de la

    poblaci6n

    judia

    y

    la

    separaron de los

    subditos alemanes corrientes estarn

    pando la letra J en sus pasaportes.

    En segundo lugar, 10 que hace de

    semejante acumulacion de cadiveres un

    caso de asesinato categorial

    es

    su unidi

    reccionalidad. El asesinato categorial es

    el

    opuesto exacto del combate, de una

    conrrontaci6n entre dos fuerzas, decidi

    das ambas a destruir al adversario, inclu

    so aunque una de ellas acme Unicamente

    en defensa propia tras haber sido provo

    cada, atacada y arrastrada al conRicto

    par la hostilidad del otro bando. El ase

    sinato categorial es, de principio a fin,

    una trama unilateral

    En

    el

    transcurso

    del asesinato categorial,

    las

    Imeas diviso

    rias entre los sujetos y los objetos de las

    acciones, entre

    el

    derecho a iniciar

    es

    tas

    y la obligacion de cargar con sus conse

    cuencias, entre

    el

    hacer y el padecer ,

    quedan trazadas con absoluta nitidez,

    son celosarnente vigiladas y

    se

    vuelven

    infranqueables. El asesinato categorial

    tiene como

    fin

    privar de sus vidas a los

    blancos humanos designados, pero

    tam

    99 ·CLAVES

    DE

    RAz N pR CTrC

    bien y a priori-expropiarlos de su hu-

    manidad, de la que

    es un

    ingrediente in

    dispensable (y, en

    el

    fondo, constitutivo)

    el derecho a la subjetividad, a la accion

    guiada por la propia persona.

    El Holocausto judie ha adquirido

    una

    posici6n de icono

    en

    la conciencia

    de la epoca,

    un

    lugar enterarnente pro

    pio. Podrfa decirse que destaca como

    paradigma

    0

    arquetipo de asesinato cate

    garial,

    0

    como ejemplo

    por

    antonomasia

    del mismo. Podrfa incluso afirmarse que

    se

    ha

    convertido por eso mismo en una

    denominacion genbica con la que

    se

    de

    signan las tendencias homicidas que tan

    a menudo dejan sentir su presencia y

    que con tan impresionante regularidad

    han venido estallando en

    el

    transcurso

    de la historia

    modema

    .

    a memori del p s do

    Hace cincuenta

    0

    sesenta ailos, se espe

    raba que el conocirniento mismo de los

    truculentos detalles del Holocausto

    im

    presionara hasta tal

    punto

    a la humani

    dad que la despertara de su somnolencia

    etica e imposibilitara asf nuevos genoci

    dios. No

    ha

    sido asf. Del mismo modo

    que ellegado del Holocausto ha inspira

    do una aversi6n general rrente a las lla

    madas soluciones finales , para muchos

    ha constituido tarnbien una tentaci6n

    de cara a probar las suyas propias. Mas

    de medio siglo despues, sigue alin abier

    to el problema de inmunizar la sociedad

    £rente a tales tentaciones genocidas.

    Dicho esto, a uno

    Ie

    habria gustado

    ailadir que, a raiz de tan incalificable ho

    rror y de la repulsi6n que sigui6 a su re

    velaci6n,

    el

    Holocausto judie marc6

    el

    principio de una era mas civilizada y hu

    mana en la historia de nuestra especie;

    que aunque la tendencia homicida con

    tinUa sin haberse secado del todo, las

    existencias actuales de espoletas necesa

    rias para detonarla son mas

    escasas

    que

    nunca, hasta el punto de que tal vez se

    haya

    abandonado

    su produccion

    definitivarnente. Pero, por desgracia, no

    podemos afirmar algo asf. El legado del

    Holocausto ha resultado ser demasiado

    complejo como para que todo

    eso

    fuera

    posible y pudiera afirmarse con

    un

    mi-

    nimo grade de conviccion.

    La

    logica de

    la convivencia humana no sigue los pre

    ceptos de la logica de

    la

    conciencia mo-

    ZYGMUNT

    BAUMAN

    ral,

    y la una y la o tra originan racionali

    dades radicalmente distintas.

    Es indudable que el Holocausto

    cambio la situaci6n del mundo, pero no

    necesariarnente en

    el

    sentido esperado y

    deseado. El Holocausto ailadi6 una con

    siderable dos

    is

    de informacion a nuestro

    conocimiento colectivo del mundo que

    habitarnos conjuntarnente, y era inevita

    ble que ese nuevo saber modificase nues

    tro modo de vivir en el y de concebir y

    narrar la experiencia pasada y las pers

    pectivas futuras de convivencia compar

    tida. Antes de que

    se

    produjera, el Holo

    causto era inimaginable. Para

    la

    mayoria

    de las personas, continuo siendo incon

    cebible incluso cuando ya estaba muy

    avanzado.

    Hoy en

    dia, es cliflcil figurarse

    un mundo

    que

    no

    contenga

    la

    posibili

    dad

    de

    un

    holocausto,

    0

    siquiera uno

    que este perfectarnente fortificado (no

    digarnos ya asegurado) £rente a la puesta

    en pclctica de dicha posibilidad. Todos

    hemos sido alertados al respecto y nadie

    ha retirado esa alerta todavfa.

    Ahara bien, ~ q u e significa vivir en

    un mundo permanentemente prenado

    del tipo de horrores representados por

    el

    Holocausto? recuerdo de este hace

    del mundo un lugar mejor y mas segu

    ro,

    0

    pear y mas peligroso?

    Martin Heidegger explicaba que

    el

    Ser (SeinJ equivale a

    un

    proceso de

    Wi

    e-

    derholung (recapitulacion) continua del

    pasado. El Ser

    no

    tiene

    ningun

    otro

    modo de ser y esto es

    tan

    aplicable a los

    grupos humanos como 10

    es

    a los indi-

    viduos humanos. Los dos aspectos de la

    identidad (individual

    y o

    colectiva) dis

    tinguidos por Paul Ricoeur, l ipstHte (la

    diferencia que raya en la unicidad) y la

    memete l

    a continuidad del yo, la iden

    tidad

    consigo

    mismo

    a 10 largo del

    tiempo), se entretejen hasta el punto de

    resultar inseparables, sin que

    ninguno

    de los dos sea capaz de sobrevivir por si

    solo. Cuando reunimos las observacio

    nes de H eidegger y de Ricoeur,

    se

    hace

    evidente

    el

    papel fundamental des em

    penado por la retenci6n del pasado a la

    hara de formar el presente individual

    0

    colectivo). Hoyes corriente afirmar que

    los grupos que pierden su memoria

    pierden tambien su identidad: que la

    perdida del pasado conlleva inextrica

    blemente

    la

    perdida del presente y del

    25

  • 8/18/2019 Asesinato Categorial Bauman

    5/10

    EL

    ASESINATO CATEGORIAL

    futuro.

    Si

    10 que est i en juego es la pre

    servadon de un grupo (es dedr, que siga

    siendo un valor que deba defenderse y

    apreciarse), el exito 0 el fracaso de tal

    empeno dependen del esfuerzo que se

    dedique a mantener viva

    esa

    memoria.

    Puede que eso sea cierto, pero

    10

    que es seguro es que no supone toda la

    verdad, pues la memoria

    es

    un arma de

    doble filo. Para ser mas precisos, es, al

    mismo tiempo, una bendicion y una

    maldidon. Puede mantener

    vivas

    mu

    chas

    cosas

    de valor marcadamente des

    igual para el grupo y sus convecinos. EI

    pasado es un saco de acontecimientos y

    la

    memoria nunca

    los

    retiene todos, co

    mo tarnpoco reproduce jamas en su for

    ma original e impecable (sea 10 que

    sea

    10

    que tales adjetivos quieran decir)

    aquello que retiene

    0

    recupera del olvi

    do. El pasado en su totalidad , el pasa

    do wie es ist eigentlich

    gewesen

    como

    realmente ocurri6 (y

    como, seglin suge

    ria Ranke, debia ser contado de nuevo

    por

    los

    historiadores), jamas vuelve a

    ser

    recuperado por la memoria (y si 10 fuera,

    esta seria una carga -antes que una ben

    didon- para los vivos).

    a

    memoria se-

    lecciona

    e interpret

    a

    y el

    que se

    selecciona

    y el

    como

    se interpreta son discutibles y

    son objeto de disputa continua.

    La

    resu

    rreccion del pasado, el mantener el pasa

    do con vida, solo puede conseguirse por

    medio del trabajo activo, la selecd6n, el

    reprocesamiento

    yel

    recidaje que lleva a

    cabo la memoria. Recordar

    es

    interpretar

    el pasado (0, para ser mas correctos,

    ex

    plicar una historia pensada para

    ser

    identificada con el curso de

    los

    aconteci

    mientos pasados). El estatus de ese rela

    to del pasado es ambiguo y esti aboca

    do a mantenerse

    asL

    Por

    un

    lado, los relatos

    se

    cuentan

    o se narran. No puede haber relatos

    0

    historias sin

    narradores

    de

    las

    mismas,

    y estos, como todo ser humano, son,

    como bien sabemos, susceptibles de

    cometer errores y de dejar volar la ima

    ginacion en algunos momentos. Errar

    es humano. Por otro lado, sin embar

    go, la idea misma del pasado evoca

    una cosa solida, pertinaz, definitiva,

    inalterable e irreversible, el epitome

    mismo de realidad que no podemos

    revocar ni hacer desaparecer a nuestra

    voluntad. Los narradores ocultan su

    26

    flaqueza humana tras

    la

    majestuosa

    grandiosidad del pasado, que, a dife

    rencia del veleidoso presente y del alin

    informe

    futuro, puede consagrarse

    (aunque sea contra la evidencia de

    los

    hechos, por asi decirlo) como realidad

    inamovible que no

    acirrUte

    disputa. El

    pasado tiende a ser planteado (aunque

    sea contrafactualmente) como la linica

    roca s6lida a la que aferrarse en medio

    de un torbellino de opiniones frigiles,

    eHmeras, movedizas y esquivas, que

    -

    lo son supuestamente verdaderas. 1n

    vocando

    la

    autoridad de su propio ma

    terial temitico, los narradores de la

    historia de

    10

    preterito pueden lograr

    que nos pase inadvertida la labor de re

    procesamiento que tuvieron que llevar

    a cabo para transformar ese pasado en

    una historia. La invocacion de la auto

    ridad del pas ado protege

    la

    interpreta

    cion frente a cualquier inquisidon que

    no sea

    bienvenida, y que es calificada

    entonces de indiscreta y enojosa. No es

    que la verdad se beneficie necesaria

    mente de ello, pero si que queda a sal

    vo (por el

    momenta,

    al menos) una

    sensacion de agradable bienestar :

    ese

    confort que se desprende de la creenda

    de estar en

    10

    cieno.

    Los muertos no tienen poder algu

    no para guiar

    la

    conducta de

    los vivos

    y menos alln para vigilaria

    y

    corregir

    la). Sin procesar, wie es

    ist

    e i g e n t l i ~

    gewesen

    sus propias vidas apenas po

    drian constituir ensenanza alguna para

    nosottos; para convertirse en lecciones,

    primero han de ser transformadas en

    historias.

    EI

    pasado no interfiere direc

    tamente en el presente: toda interferen

    cia viene mediada por una historia. El

    curso que dicha interferencia tome

    finalmente

    se

    decide en

    el

    campo de

    batalla de la memoria, donde

    las

    histo

    rias son los soldados y los narradores

    son los astutos

    0

    desventurados coman

    dantes de las tropas en liza. Las leccio

    nes a extraer del pasado son los princi

    pales premios en juego en dicha batalla.

    Sacralizaci n banalizaci n

    La contienda entre interpretaciones en el

    curso de la cual el pasado vuelve a fra

    guar con unos contornos visibles y con

    la significacion de experiencia vivida

    propia del presente, para luego ser reci-

    dado en forma de planes para el futuro,

    se libra, como recientemente ha senala

    do Tzvetan Todorov, en

    el

    estrecho paso

    que se abre entre dos trampas: la

    sacrali-

    zacion

    y la

    banalizacion.7

    El grado de

    peligro que se contiene en cada una de

    estas Ultimas depende de si

    la

    que

    esti

    en juego es la memoria del individuo 0

    la del grupo.

    Todorov admite que, en realidad,

    resulta necesario (inevitable, induso) un

    cierto nivel de sacralizacion (un proceso

    que convierte un hecho pasado en un

    acontecimiento linico, del que

    se

    entien

    de que es como ninglin otro vivido por

    nadie mas , y que, por consiguiente,

    condena toda comparacion de ese estilo

    a la categoria de sacrilegio) para que la

    memoria

    ejerza su

    funcion

    en la

    autoafirmacion de la identidad in ivi-

    dual.

    De

    hecho, para el sostenimiento

    de la ipseiti del yo personal es indispen

    sable la pervivencia de alguna que otra

    area de interioridad rernisa a toda comu

    nicacion: ciertas experiencias subjetivas

    centrales irreducibles, insolubles e inefa

    bles, inapropiadas para su transmision

    interpersonal. Sin

    ese

    nlldeo, no habria

    oportunidad alguna de tener una indivi

    dualidad genuina. La experiencia perso

    nal

    es,

    en

    el

    fondo,

    personal·

    como tal,

    resulta intransferible . EI rechazo (0,

    cuando menos, una cierta reticencia) co

    municacional puede ser una condicion

    sine

    qua

    non

    de la autonomia individual.

    Ahora bien, los grupos no son co

    mo

    los

    individuos, solo que mas gran

    des . Si razonaramos simplemente por

    analogia, ignorariamos la diferenda cru

    cial: a diferencia de los individuos que se

    autoafirman, los grupos viven a (t'

    aves

    de

    la comunicaci6n, el dialogo y el inter

    cambio de experiencias. Los grupos

    se

    constituyen

    compartiendo

    recuerdos, no

    impidiendo el acceso de cualquier extra

    no a los mismos.

    La

    verdadera naturale

    za

    de a experiencia del asesinato catego

    rial consiste en haber sido compartida y

    en que el recuerdo de la misma es para

    ser compartido y convertido en propie

    dad comlin: consiste, por decirlo de otro

    modo, en que

    sea

    defendida frente a la

    tentacion de la sacralizaci6n. En el

    caso

    de la memoria compartida de una expe

    riencia igualmente compartida y, sobre

    todo, compartida como victimas), la

    sa-

    CLAVES DE RAZON rRACTICA

    ·N

    199

  • 8/18/2019 Asesinato Categorial Bauman

    6/10

    cralizacion impide realrnente la posibili

    dad de comunicacion

    y

    con

    ello,

    la de

    acrecentar la sabiduria colectiva de las

    personas vivas. A simple vista, al negar a

    otros grupos el beneficio que pueden

    obtener del aprendizaje y la memoriza

    cion de

    la

    experiencia de otros, la sacrali

    zacion protege

    los

    intereses de

    los

    sacra

    lizadores. Pero las apariencias enganan:

    e

    ostensible egoismo de la sacralizacion

    es des cert do

    y, en ultima instancia,

    contraproducente y danino para los pro

    pios intereses del grupo que sacraliza.

    Si

    se ignoran

    0

    no se atienden debidamen

    te

    las

    lecciones comunes que

    se

    pueden

    extraer de la experiencia de un grupo (y

    que solo

    se

    pueden descubrir a traves de

    un

    intercambio comunicativo), las con

    diciones futuras de ese grupo estaran

    mal protegidas. Despues de todo,

    la

    su

    pervivencia y

    e

    bienestar del grupo de

    penden mas de

    los

    principios vigentes y

    de la red de dependencias en la que se

    halia inscrito dicho grupo que de

    10

    que

    este

    se haga por su cuenta a sf mismo y

    al resto de la mencionada red.

    La banalizacion sigue a primera

    vis-

    ta una ruta radicalmente opuesta a la de

    la sacralizacion, pero, sin embargo, aca

    ba teniendo mas

    0

    menos los rnismos

    resultados: niega, aunque sea de forma

    indirecta, toda originalidad a la expe

    riencia del grupo

    y

    con ello, despoja

    el

    mensaje de esta, a priori, del valor singu

    lar que podria justificar la necesidad de

    un

    diaIogo intergrupal. Como en e

    caso

    de la sacralizacion, aunque aupada sobre

    la fortaleza de

    un

    motivo presuntamente

    contrario, esa banalizacion no ofrece de

    seo

    ni animo alguno que invite (0 haga

    unirse) a una conversacion. Si el feno

    meno que

    un

    grupo conoce a traves de

    su propia experiencia continua repitien

    dose de forma aburridamente monoto

    na en la experiencia de

    casi

    todos los de

    mas, bien poco (0 nada) puede aprender

    un grupo de otro. Los

    casos

    pierden ese

    potencial iluminador que radica en su

    particularidad. Entre la multitud de

    ca-

    sos

    sirnilares

    0

    identicos,

    se

    pierde la pe

    culiaridad a partir de la cual puede

    aprenderse algo verdaderamente general

    y de universal importancia (a raiz preci

    samente de dicha singularidad). Parado

    jicamente, pues, la banalizacion sirve a

    los propositos de

    los

    sacralizadores, pues

    N° 1  ·CLAVE S DE RAZON r RAcrlcA

    potencia la sacralizacion, corrobora el

    supuesto buen tino y la logica de quien

    procede a tal prictica, e inspira un celo

    sacralizador alin mayor.

    Tanto la sacralizacion como la ba

    nalizacion separan a unos grupos de

    otros y

    los

    enfrentan entre

    S1

    Ambas ha

    cen que se entreguen a la introspeccion,

    pues arnbas reducen la importancia 0

    niegan el valor de supervivencia del dia

    logo intergrupal y del hecho de compar

    tir experiencias de grupo que tienden a

    vivirse

    separadamente mientras

    los

    miembros de ese grupo permanecen

    irremediablemente ligados entre

    S1

    Am

    bas

    hacen que el camino hacia esa union

    necesaria para proteger la supervivencia

    del grupo

    (y

    para hacer del asesinato ca-

    tegorial algo superfluo)

    sea

    mas duro y

    dificultoso, t l

    veL,

    incluso, intransitable.

    La

    sacralizacion y la banalizacion

    van de la mano. Todorov comenta el ca

    so de Richard Holbrooke, representante

    del Departamento de Estado norteame

    ricano

    en

    Yugoslavia, qui en accedio a

    conversar con

    las

    autoridades de Belgra

    do despues de que estas hubiesen sido

    acusadas de llevar a cabo un nuevo ho

    locausto en Bosnia y cito

    el

    precedente

    de Raul Wallenberg, quien, bajo el do

    minio nazi, dejo a

    un

    lado su bienestar

    personal a fin de salvar vidas. Todorov

    seiiala que, mientras que Wallenberg

    arriesgo la vida al optar por ponerse al

    servicio de las vlctimas

    y

    a t l fin, resis-

    tio frente a los todopoderosos perpetra

    dores de aquel crimen, Holbrooke, ac

    tuando en nombre (y a instancias) de la

    mas formidable hiperpotencia mundial,

    acudio a dar ordenes y pedir cuentas a

    personas rociadas a diario con los misi

    les inteligentes y

    las

    bombas de esa mis

    rna hiperpotencia. Clinton justifico la

    intervencion rnilitar en Bosnia citando

    la advertencia de Churchill contra la

    contemporizacion ante Hitler. Pero

    2de

    que valia aquella comparacion?,

    se

    pre

    gunta

    To doroV 2Era Milosevic una

    arnenaza para Europa comparable a la

    de Hitler en su momento?

    La banalizacion viene

    muy

    bien

    cuando

    se

    contempla la posibilidad de

    coaccionar a un adversario mas debil y

    cuando

    ha

    de promocionarse tal coac

    cion entre el publico en general presen

    tindola como

    un

    autosacrificio en lugar

    ZYGMUNT BAUMAN

    de como un acto de politica de poder.

    Sin banalizacion, la peculiaridad del cri

    men seria vista en si rnisma como algo

    cargado de significado etico. Pem debe

    de haberse perdido la oportunidad de

    extraer principios eticos universalmente

    vaIidos cuando alguien como Moshe

    Landau, presidente

    en

    1961 del tribu

    nal que juzgo a Eichmann,

    pudo

    26

    mos despues presidir la comision que

    legalizo

    el

    empleo de la tortura contra

    otros exponentes similares del odio a

    los judios: los palestinos de los territo

    rios ocupados.

    La

    banalizacion suple con la ilusoria

    sirnilitud de la deslealtad de los enerni

    gos otra sirnilitud que

    es

    la que realrnen

    te cuenta

    si se

    pretende extraer alguna

    leccion de una experiencia pasada: la

    si-

    rnilitud de las relaciones de poder y la

    moralidad (0 inmoralidad) de los actos.

    Siempre

    (y

    dondequiera) que una fuerza

    omnipotente ahoga las voces de los de

    biles y los desventurados en lugar de es-

    cucharlas, aquella se estara alineando del

    lado equivocado de la divisoria etica en

    tre el bien y el mal; la banalizacion es

    un

    intento desesperado (pero exitoso du

    rante

    un

    tiempo, mientras

    el

    fuerte siga

    siendo mas fuerte que el debil) de negar

    esa

    verdad. SoJo sobre la base de la uni

    versalidad etica podemos condenar al

    general frances Paul Aussaresses por

    las

    atrocidades que autorizO y alento contra

    los rebeldes aJ'gelinos, 0 a Bob Kerrey

    (ex

    senador estadounidense que fue lue

    go rector de universidad), acusado mu

    chos anos despues por

    un

    antiguo com

    panero de armas de haber perpetrado es-

    pantosas ejecuciones en masa en Viet

    nam cuando estuvo alii con la fuerza ex-

    pedicionaria de Estados Unidos. Una

    justicia que

    no

    sea igual para todos no

    merece ese nombre , nos recuerda Tzve

    tan Todorov. Y mientras no haya posibi

    lidades realistas de castigar a los matari

    fes de Chechenia

    0

    a quienes inspiraron,

    patrocinaron y pagaron desde Estados

    Unidos las violaciones de los derechos

    humanos en El Salvador, Guatemala,

    Haiti, Chile

    0

    lrak,

    0

    a los culpables del

    maltrato del que son objeto

    los

    palesti

    nos,

    0

    incluso a aquellos que, por la au

    toridad que detentan, son culpables del

    aval permisivo con el que han contado

    las tecnicas de interrogacion mas violen-

    27

  • 8/18/2019 Asesinato Categorial Bauman

    7/10

    EL ASESINATO CATEGORIAL

    tas jamas empleadas por la Agencia Cen

    tral de Inteligencia , queda confirmado

    el

    derecho del Estado a perseguir a sus

    propios ciudadanos 0 a

    los

    residentes de

    otras territorios dependientes, despues

    de que este impute y reparta entre las

    victimas las malvadas intenciones

    que

    justifican y absuelven al Estado de toda

    fechoria de su parte, pero, sobre todo, de

    aquellas que probablemente cometera.

    Se trata del mismo derecho que, exten

    dido allimite y exprimido hasta la Ulti-

    ma gota por los mandatarios nazis, re

    dundo en la catastrofe del Holocausto.

    Desafortunadamente, el derecho de

    los fuertes a hacer 10 que quieran con los

    debiles es otra de las lecciones de la era

    de los genocidas. Una leccion truculenta

    y aten'adora, sin lugar a dudas, pero no

    por ello aprendida, asumida y aplicada

    con menor ansia. Para estar lista para su

    adopcion, antes de nada, esa leccion

    ha

    debido ser despojada a conciencia de to

    da connotacion etica hasta dejarla en

    el

    puro esqueleto de un juego de supervi

    vencia de suma cero: "el mas fuerte sigue

    con vida .

    Que

    la deshumanizacion de

    las

    vfctimas sea algo que, a su Vel, des

    humaniza (y devasta moralmente) a sus

    victimizadores

    es un

    inconveniente til

    dado de menor (suponiendo que llegue

    siquiera a reconoeerse).

    La

    que importa

    es

    estar arriba y mantenerse arriba.

    Esta que

    es

    la mas aterradora e in

    humana de las lecciones que

    se

    extraen

    del genocidio se completa con el inven

    tario de penalidades que se pueden

    infljgir a los debiles a fin de afirmar la

    propia fuerza. Apresar, deportar, encerrar

    en campos de concentracion

    0

    forzar a

    poblaciones enteras a someterse a

    una

    penuria proxima a la del modelo del

    campo de concentracion, demostrar la

    inutilidad de la ley mediante la

    ejecu

    cion sumarisima de los sospechosos, en

    careelar sin juicio ni

    un

    plaza de conde

    na establecido, difundir

    el

    terror genera

    do por el castigo aleatorio y sin explica

    ciones: todos estos han sido metodos

    cuya eficacia (y, en consecuencia, cuya

    racionalidad )

    ha

    quedado ampliamen

    te demostrada.

    La

    lista podrfa ampliarse

    con

    el

    paso del tiempo. Nuevos y me

    jorados recursos escin ya en pruebas y

    se madiran al mencionado inventario si

    las superan satisfactoriamente: arrasar

    8

    con domicilios

    0

    distritos residenciales

    espedficos, arrancar olivares, enterrar

    cultivos ya sembrados, incendiar lugares

    de trabajo, aislar una casa de su explota

    cion agrfcola aledana mediante un

    mu-

    ro, asi como otros metodos de destruc

    cion de

    las

    Fuentes de subsistencia (ya de

    por s miserables) de esos agricultores.

    Todas estas medidas exhiben la propen

    sion autopropulsada y autoexaeerbadora

    a inRigir dano a otros y a convertirlos

    en

    victimas. AI tiempo que creee la lista de

    atrocidades cometidas, tambien 10 hace

    la necesidad de aplicarlas con aun mayor

    resolucion para evitar que las victimas

    no solo hagan oir su

    voz,

    sino que consi

    gan que

    se

    les escuche. Y cuando las vie

    jas estratagemas devienen en rutina y va

    borrandose el horror que han sembrado

    entre sus destinatarios en

    el

    pasado, ya se

    escin buscando febrilmente nuevas, mas

    dolorosas y ffi

  • 8/18/2019 Asesinato Categorial Bauman

    8/10

    bandos juegan al mismo juego. Ojo por

    ojo, diente por diente, golpe por golpe.

    Una of ns a solo

    puede

    saldarse of n

    diendo a su Ve a quien la ha cometldo

    (el dano solo se repara danando al

    damnificador). Hagas

    1

    que hagas, yo

    1

    igualare y

    1

    superare con mayor rabia

    e intensidad.

    El

    intercambio de golpes

    se

    convierte en una competicion de ensa

    fiamiento, indemencia y crueldad. m-

    bos bandos estin convencidos de que,

    cuanto mas despiadados y sanguinarios

    sean sus actos, mayor sera la probabili

    dad de que el adversario se 1 piense dos

    veces antes de arriesgarse a

    un

    nuevo

    golpe, y de que, finalmente, arroje la

    toalla. Yambos lados creen que

    si

    reba

    jan el tono

    0

    la intensidad de sus res-

    puestas

    (y

    no digarnos ya

    si

    se

    abstienen

    de responder), 1 Unico que conseguirin

    sera animar

    al

    adversario a golpear con

    aun

    mayor Furia. Pueden imaginarse

    igualmente el resto de la historia. Cuan

    do ambos bandos comparten esa creen

    cia, las posibilidades de romper la cade

    na son practicamente inexistentes. Solo

    la mutua destruccion de los rivales (0 su

    agotamiento absoluto) podria poner fin

    a la contienda.

    Las perspectivas no son buenas pa

    ra la

    humanidad

    mientras continuen

    funcionando esas dos cadenas viciosas.

    Cabria preguntarse, mas bien, como ha

    podido

    sobrevivir la especie

    humana

    hasta la actualidad dotada como venia

    de tan desastrosas inclinaciones. Pero el

    caso

    es

    que

    ha

    sobrevivido. Asi que, en

    paralelo a los peligros, debe de haber

    tambien esperanza. Debe de haber

    un

    modo de cortar

    esas

    cadenas esquismo

    geneticas, ,no?

    En

    el inicio mismo de la larga, in

    trincada y turbulenta historia de Europa,

    ya hubo quien se him esa misma pre

    gunta: concretamente, en

    1a

    trilogia de

    la Orestiada de Esquilo. En

    una

    de las

    obras, animada por

    el

    coro. Electra ansia

    vengar a su padre, asesinado por el

    amante de la madre de la propia Electra

    y llama a su hermano, Orestes, para que

    acabe con la vida de los asesinos. El coro

    esca encantado. Una

    nueva

    masacre

    acontece, con la que se cierra una cuenta

    de afrentas que estaban pendientes de

    respuesta para abrir otra nueva. AI final

    de la obra, confuso y desconsolado,

    el

    No 199 • CLAVES DE RAZON PAACTICA

    coro exclama: ~ C u i n d o remitira la mal

    dicion ancestral y recibira sepultura,

    consumida su furia? . Sin embargo, por

    desgracia, ya no queda nadie para res

    ponder.

    No

    es hasta la siguiente parte de

    la trilogia cuando

    se

    nos da una respues

    ta y esta viene de Atenea, diosa de la sa

    biduria: Juicio justo, sentencia justa,

    que concluye en una votacion igualada

    que no acarrea deshonra ni derrota .

    No se puede decir que el veredicto

    de Atenea haya sido obedecido a 1 largo

    de los mas de dos milenios de historia

    posterior: en innumerables ocasiones,

    ha

    sido ignorado;

    en

    muchas otras,

    flagrantemente quebrantado.

    Aun

    as ,

    ha

    continuado planeando sobre la histo

    ria europea en forma de doloroso repro

    che de nuestra conciencia que nos

    ha

    acuciado cada Ve que no hemos segui

    do el consejo de la diosa.

    Lentamente-y

    no sin desvios y repliegues varios-,

    se

    fue

    avanzando por la senda que iba desde el

    imperio de la venganza hasta

    el

    de la ley

    y la justicia: la forma por antonomasia

    de destrabar los eslabones de

    las

    cadenas

    esquismogeneticas. Un juicio justo,

    [una] sentencia

    justa"

    que no acarre[e]

    deshonra ni

    derrota"

    y que, por 1 tanto,

    permita que los adversarios dejen a

    un

    lado sus rencillas y convivan en paz,

    es 1

    que finalmente interrumpe la hasta en

    tonces interminable cadena de represa

    lias y venganzas.

    Las

    os I gicas

    del sesin to categorial

    Ryszard Kapuscinski, explorador infati

    gable de

    los

    mas famosos,

    los

    no tan co

    nocidos y

    los

    completamente ignorados

    escenarios de inflamacion sangrienta y

    sufi-imiento humano, amen de estudioso

    asombrosamente perceptivo de los

    conflictos que destrozaron el caracter in

    cipientemente humano de este mundo

    nuestro en rapida globalizacion, resumio

    asi el

    desafio al que nos enfrentamos co

    lectivamente y las truculentas conse

    cuencias que nos aguardan

    si

    no respon

    demos a el:

    iNo es el

    reduccionismo consistente en

    describir cada caso de genocidio de forma aisla

    da, como si estuviera separado de nuestra cruel

    rustoria

    y

    (en particular) de

    las

    desviaciones de

    poder en otras partes de nuestro planeta, un me-

    ZYGMUNT B UM N

    dio para eludir las

    pr

    eguntas mas brutales

    y u -

    darnentales para nuestro mundo,

    y

    los peligros

    que arnenazan a es

    te?

    Cuando los estallidos sucesivos del

    fienesi del asesinato categorial son sacra

    lizados como una tragedia privada de las

    victimas, de

    los

    descendientes de estas y

    de una herencia que

    es

    propiedad exclu

    siva de las primeras y de los segundos,

    pero, al mismo tiempo, son banalizados

    por

    el

    resto de la humanidad como

    si se

    tratara de una manifestacion lamentable

    pero omnipresente de la iniquidad

    0

    de

    la locura irracional humanas, acaban

    siendo imposibles la reflexion comparti

    da sobre los origenes de ese fienesi y la

    accion comtin destinada a neutralizarlos.

    Seguir el consejo y la advertencia de Ka-

    puscinski

    es

    una tarea sumamente apre

    miante, un i m p e r t i v ~ que no podemos

    desatender mas que a

    un

    elevado riesgo

    colectivo para todos nosotros.

    Podriamos comenzar por tratar de

    abarcar los mUltiples y variados

    casos

    de

    asesinato categorial dentro de dos varie

    dades en absoluto idiosincrisicas y

    si

    bastante comunes y generalizadas (cipi-

    cas

    incluso) de racionalidad instrumen

    tal.

    A pesar de sus peculiaridades diver

    sas, todos los casos contemporineos de

    asesinato categorial pueden clasificarse

    segtin si obedecen a uno u otro de dos

    tipos de logica, que, a falta de nombres

    mejores, podemos caracterizar aplicando

    la distincion que hiciera Ferdinand Ton

    nies entre Gesellrchaft (los agregados con

    tractuales e impersonales) y

    Gemeinschaft

    (las

    unidades primordiales),

    0

    entre "so-

    cial" y comunitario .

    Ninguno de esos dos tipos de totali

    dad que Tonnies distinguio y yuxtapuso

    hace ya mas de

    un

    siglo es actualmente

    un fenomeno natural

    0

    que simple

    mente nos venga dado (aunque ese ca

    dcter

    de dado era

    1

    que, segun

    el

    propio Tonnies, caracterizaba a la Ge-

    meinschaft

    y la diferenciaba de la

    Gesellr-

    chaft .

    En

    nuestro mundo de moderni

    dad l1quida, de

    dpida

    desintegracion de

    los laws sociales y de sus contextos tra

    dicionales, ambas totalidades son

    postu-

    ladas, primero, y han de ser

    constrnidas

    despues. Y su construccion

    es

    una labor

    que, de

    no

    afrontarse, de

    no

    asumirse

    conscientemente y de no llevarse a ter

    mino con decision, jamas

    se

    iniciaria ni,

    29

  • 8/18/2019 Asesinato Categorial Bauman

    9/10

    EL ASESINATO CATEGORIAL

    aun menos, se completaria por su pro

    pio impulso. En

    el

    mundo contempora

    neo, ni las comunidades ni las socieda

    des pueden ser otra cosa que logros:

    artefactos resultado de

    un

    esfuerzo

    productivo. El asesinato categorial es

    hoy en

    dla

    un

    subproducto,

    un

    efecto

    secundario 0 un producto de desecho

    de la producci6n de esas comunida-

    des y sociedades.

    La l6gica social del asesinato categorial

    es

    la de la construcci6n de orden.

    En el

    momenta de disenar la gran sociedad

    con

    la que se pretende reemplazar el

    agregado de 6rdenes locales incapaces de

    autorreproducirse de forma eficaz, cier

    tos segmentos de la poblaci6n acaban

    siendo inevitablemente clasificados co

    mo

    sobrantes : para ellos no se encuen

    tra espacio ninguno en

    el

    orden racio

    nalmente construido del futuro.

    El asesinato categorial, como el des

    herbar (0, en general, como toda actividad

    de limpieza a fondo 0 purificaci6n ),

    es

    una destrucci6n creativa. Eliminando

    todo aquello que esti fuera de sitio 0 no

    encaja (como los extranjeros 0 como

    cualquier unwertes Leben , se crea 0 se

    reproduce

    un

    orden. El orden sin

    clases

    de

    la

    sociedad comunista exigia

    la

    destruc

    ci6n de los portadores del germen de la

    desigualdad de clases; el orden de limpie

    za racial del Reich de los Mil Mos obli

    gaba a

    una

    limpieza exhaustiva del solar

    donde

    se

    llevaban a cabo las obras de cons

    trucci6n de dicho orden que liquidara

    todas

    las

    sustancias racialmente impuras

    y contarninantes. El vocabulario al servicio

    del genocidio puede haber variado de

    un

    lugar a otro, pero la pauta basica

    se

    ha

    venido repitiendo en mul titud de ocasio

    nes

    a 10 largo de la historia moderna, don

    dequiera que la acelerada construcci6n de

    un

    orden nuevo y mejorado fuese asu

    mida y emprendida por ciertos poderes

    del Estado moderno, dotados de lma fuer

    za

    y unos recursos aplastantes (por ejem

    plo, en la Camboya de Pol Pot, la China

    de Mao 0 la Indonesia de Suhano).

    La l6gica

    comunitaria

    , de manera

    muy

    parecida a la l6gica social,

    es un

    vastago

    plenamente legltimo de la condici6n

    moderna,

    por mucho

    que el parecido

    familiar pueda ser dificil de detectar en

    primera instancia.

    En

    vista de la rapidez

    con la que

    se

    derriten y acaban flotando

    30

    a la deriva todos los marcos establecidos

    y conocidos que servian para apuntalar

    la autoconfianza de la acci6n, la seguri

    dad de la posici6n social y la protecci6n

    del cuerpo y sus prolongaciones, una de

    las

    reacciones posibles y mas probables

    es

    la busqueda febril de

    un punto

    firme

    y seguro: un refugio hente a la ansiedad

    potenciada por

    el

    poco fiable y erratico

    escenario de la vida. Entre la cacofonfa

    de senales y la caleidosc6pica mutabili

    dad de panoramicas,

    cuando todo

    a

    nuestro alrededor

    se

    mueve, va a la deri

    va y cambia de rostra sin apenas avisar

    (0 sin avisar para nada),

    ese

    refugio pare

    ce hallarse en la uniformidad de la mis

    midad. Dada la actual ausencia de una

    jerarquia netamente definida de valores

    (sustituida

    por

    una competencia salvaje

    entre fines enmeros), ese refugio parece

    radicar en una leal tad sin reservas que

    anula e invalida todas las demas respon

    sabilidades, tan confusamente abundan

    tes como agotadoras. Cuando todo

    10

    demas se ha vuelto descaradamente

    artificial (una fubricaci6n de notoria pro

    cedencia humana y, por consiguiente,

    susceptible de ser deshecha par

    el

    hombre),

    el

    refugio parece cimentarse en

    una especie de compania que ningun

    hombre puede disgregar por la propia

    presencia primordial, natural , de esta,

    inmune a todas

    las

    elecciones humanas

    y resuelta a sobrevivirlas. La era moder

    na y, sobre todo, la era moderna liqui

    da)

    es

    una epoca de construcci6n comu

    nitaria intensa aunque poco concluyente

    (0, mejor dicho, intensa por el hecho de

    ser poco concluyente, y mas desesperada

    y dedicada por ese mismo motivo). Yes

    ta inspira sus propios asesinatos catego

    riales.

    Y

    sus casos

    proliferan a un ritmo

    acelerado, desde Bosnia y Kosovo hasta

    Ruanda y Sri

    Lanka.

    Como Rene Girard ha argumenta

    do y demostrado de forma convincente,

    es dificil que algo una y aglutine con

    mayor solidez a una comunidad recien

    ensamblada que

    el

    hecho de compartir

    la complicidad de un crinlen; de alll que

    el

    asesinato categorial de

    rm

    comunita

    ria difiera en varios y llamativos rasgos

    del de raiz social. Asi en contraposici6n

    directa con el tipo social de asesinato ca-

    tegorial (ejemplificado por el Holocaus

    to), en los actos genocidas inspirados

    por la construcci6n de una comunidad

    el enfasis recae en la naturaleza perso

    nal del crimen, en

    el

    hecho de matar a

    plena luz del dia y de que quienes 10 ha

    cen son unos asesinos de rostro y nom

    bre conocido para sus victimas y de que

    estas son familiares, amigos, conocidos

    0

    vecinos puerta con puerta con

    los asesi-

    nos. Para un asesinato categorial en

    nombre de la construcci6n de una co

    munidad, ni se necesita ni se aprueba la

    puesta en suspenso de

    las

    emociones;

    por consiguiente, se niega toda validez a

    la excusa de actuar obedeciendo 6rde

    nes .

    Debe quedar claro a todo

    el

    mun

    do que 10 t'mico que se interpondra en

    tre los perpetradores y

    el

    tribunal de crf-

    menes de guerra sera la comunidad pos

    tulada y a punto de ser construida, que

    s6lo la solidaridad continua y la lealtad a

    la causa comunitaria podrfan servir a los

    perpetradores de defensa cuando se les

    acuse de ser unos criminales. Las victi

    mas designadas no son mas que las he

    rrarruentas de la construcci6n comunita

    ria; los autenticos enemigos son

    los

    de

    nunciantes internos, los renegados 0

    simplemente, los mas tibios con la causa

    entre los individuos designados como

    hermanos dentro de la comunidad.

    Aqui se

    han

    presentado

    las

    variantes

    social y comunitaria del asesinato cate

    gorial como tipos puros , por asi decir-

    10 En la practica, sin embargo, la mayo

    ria de los casos de asesinato categorial

    contienen una mezcla de elementos de

    lila

    y otra, en proporciones variables, y

    deben ser ubicados en puntos interme

    dios entre los dos extremos tipico--idea

    les . Los tipos ideales aqui desarrollados

    10 han sido en calidad de recursos anali

    ticos, con el in de ayudar a la compren

    si6n de las principales fuentes de amena

    za

    genocida en nuestra sociedad moder

    na

    liquida. Mi argumento principal

    es

    que la lecci6n mas importante que po

    demos extraer dellegado del Holocausto

    es la

    necesidad de prestar detenida aten

    ci6n a dichas fuentes y de emprender

    una acci6n concertada para neutralizar

    las.

    La

    divisi6n, la separaci6n y la exclu

    si6n han sido y continuan siendo los

    instrumentos primordiales del asesinato

    categorial y, por mucho que dejemos

    volar la imaginaci6n,

    es

    imposible que

    puedan proponerse como medios vili-

    CLAVES DE RAZON

    PAA

    CTlCA ·

    199

  • 8/18/2019 Asesinato Categorial Bauman

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    dos para prevenirlo. La erradicaci6n de

    la tendencia genocida hace imprescindi

    ble la inadmisibilidad de los dobles rase

    ros, los tratamientos diferenciales y la se

    paraci6n con los que se labra el terreno

    propicio para una batalla por la supervi

    vencia en forma de juego de suma cero.

    Cualesquiera

    qu

    e sean los preceptos para

    la convivencia humana que haya que ex

    traer del largo historial de asesinatos ca

    tegoriales, 10 cieno es que s610 pod an

    ser universales

    Es

    imposible aplicarlos de

    forma selectiva, a menos que 10 que se

    pretenda

    sea

    su transformaci6n en

    una

    nueva apologia del derecho a imponerse

    de los mis fuertes.

    Este parece ser

    un

    imperativo cla

    ro, aunque no sea precisamente recon

    forrante.

    En

    el

    mundo

    actual, escenario

    de

    una

    globalizaci6n tan veloz como

    (todavia) descoordinada, la dependen

    cia

    mutua ha alcanzado ya una exten

    si6n global, algo que, sin embargo, no

    ha

    sido igualado

    por una

    sociedad 0

    unas instituciones de control politico, 0

    un

    sistema de derecho, 0

    un

    c6digo eti

    co

    vinculante) de parecida escala mun

    dial. La solidaridad de destino no ha

    generado hasta

    el

    momenta una solida

    ridad de sentimiento y de acci6n, y si

    gue sin estar ni mucho menos claro que

    es

    10

    que se necesita hacer y que puede

    hacerse para inducir a que

    se

    haga.

    Asi

    que el imperativo viene sin las instruc

    ciones de uso ni los instrumentos que

    tal uso podria precisar. Ahora bien, esa

    lamentable circunstancia

    no

    hace que

    aqueJ sea menos esencial 0 urgente: pa

    ra una persona moral, la incertidumbre

    en tomo

    a

    un

    curso de acci6n realista

    no

    es excusa para no hacer nada 0 para

    consolarse adoptando la postura de

    un

    espectador circunstante.

    Tal vez s610

    podamos ~ o ,

    mas

    bien, debedamos?)

    repetir

    10

    dicho

    por Kapuscinski:

    Dada

    la inexisten

    cia de mecanismos, de barreras lega

    les, institucionales 0 tecnol6gicas ca

    paces

    de

    repeler

    de forma

    efectiva

    nuevos actos de genocidio, nuestra

    unica defensa frente a ellos descansa

    en

    la elevaci6n

    moral

    de los indivi

    duos

    y las sociedades

    por

    igual,

    en

    una

    atenci6n constante y considerada

    a mandamiento am a a

    tu pr6jimo

    como a ti mismo .

    No 199 • CLAVES DE RAZON pRACTlCA

    Allector

    esceptico que dude de la

    eficacia de tal mandamiento rrente a

    los

    modemos tanques, helic6pteros, bom

    bas de relojeria y misiles inteligentes, y la

    intoxicante tentaci6n que tales ingenios

    despiertan en sus dueiios, podriamos

    decide que lilla lecci6n que la historia

    del asesinato categorial nos

    ha

    enseiiado

    mas alia de toda duda razonable es que

    amar

    al

    pr6jimo e inducir a este a que

    nos ame (aparte de sus otras virtudes,

    por ejemplo, morales) es el Unico servi

    cio razonable, efi= y duradero que

    los

    individuos y los grupos pueden prestar a

    su amor propio.

    Juicio justo, sentencia justa

    significa imperio de la ley: una ley igual

    para todos, una ley no partidista ni co

    rrompida. Las personas tienden a vivir

    en paz y a abstenerse de emplear la vio

    lencia cuando pueden dirigir sus quejas

    y

    sus

    rencillas a

    un

    poder en cuya inco

    rruptibilidad e imparcialidad

    pueden

    confiar. Pero

    en un

    planeta como el

    nuestro, en rapido y ca6tico proceso de

    globalizaci6n,

    ese

    poder brilla

    s610

    por

    su ausencia. Es un poder presente den

    tro de

    las

    fronteras de

    los

    Estados poHti

    camente soberanos, pero

    los

    daiios mas

    dolorosos se infugen actualmente desde

    ese

    espacio exterior a toda frontera,

    desde esa tierra de nadie, al mas puro es

    tilo del Salvaje Oeste, donde no hay mas

    raz6n que la de la fuerza , donde s610

    los mas fuertes se sientan a juzgar y don

    de s610 los mas debiles son castigados

    por

    sus

    actos. En nuestro mundo en

    vias

    de globalizaci6n,

    el

    poder ya no reside

    en la politica. EI poder coercitivo -eco

    n6mico y militar- ha rota

    sus

    cadenas

    politicas y deambula Iibre por el espacio

    planetario,

    al

    tiempo que la politica que

    podria embridar sus travesuras y que,

    de hecho, trat6 de domeiiarlas, con cier

    to exito, dentro de

    los Hmites

    fronteriws

    de los Estados nacionales) continua sien

    do local, como antes.

    En un mundo asi ninguna persona

    ni ningiln lugar se sienten protegidos ni

    seguros. Una vez mas,

    las

    cadenas es

    quismogeneticas asumen el control del

    destino humano. Y ahora son globales,

    envuelven todo el planeta y hacen triste

    mente inutiles

    las

    herramientas desarro

    lladas a 10 largo de los

    siglos

    para cortar

    las. Nuevamente,

    las

    Electras de hoy

    lla-

    ZYGMUNT B UM N

    man

    a sus hermanos a vengar las afrentas

    sufridas y a reparar la injusticia cometida

    contra sus seres queridos y a1legados,

    porque buscan

    -en vano-

    los poderes

    que podrian garantizarles unos juicios y

    unas sentencias justas. La voz celestial de

    Atenea sigue aguardando -esperanzada

    mente, pero todavia en vano- a ser oida

    en la Tierra globalizada.

    La competencia incontrolada por el

    uso de la violencia (una violencia cada

    vez mas desorbitada y abusiva) se ali

    menta

    del

    mismo

    desorden

    mundial

    que la competencia incontrolada por la

    obtenci6n de rentabilidades (unas renta

    bilidades cada vez mas desorbitadas y

    abusivas), 10 que aiiade ailn mas caos a

    este desordenado planeta. Aunque

    se las

    suponga enzarzadas en

    una

    guerra de

    desgaste, 10 cierto

    es

    que ambas compe

    tencias son estrechas aliadas: ambas es

    tan interesadas en la perpetuaci6n del

    desorden planetario, sin el cual no dura

    rian mucho, y ambas recelan de la posi

    bilidad de un control politico y de la

    instauraci6n del imperio de

    1a ley,

    a cuyo

    advenimiento no sobrevivirian.

    En un planeta en

    vias

    de globaliza

    ci6n, ninguna de

    las

    dos cadenas esquis

    mogeneticas que funcionan a escala pla

    netaria puede cortarse localmente.

    No

    hay soluciones

    locales

    a unos problemas

    de raiganlbre global. Las causas de la su

    pervivencia y de la justicia, tan rrecuente

    mente enfrentadas en el pasado, exigen

    hoy unas estrategias similares y tienden a

    converger en una sola: esa causa unificada

    no puede ser atendida y mucho menos

    realizada)

    a nivellocal ni a base de inicia

    tivas exclusivamente

    locales.

    Los proble

    mas globales

    s610

    tienen soluciones glo

    bales.

    En

    un planeta que

    se

    globaliza,

    los

    problemas humanos no pueden ser abor

    dados y resueltos mas que a traves de una

    humanidad solidaria.

    [Selecci6n del capItulo 2 de

    Mundo Consu-

    mo

    Etica

    del individuo en el mundo global.

    Paid6s, 2010.]

    Zygmunt

    auman es catedritico emerito de

    So

    ciologfa en

    las

    Universid ades de Leeds

    y

    Var

    sovia. Autor de

    La wltul tl

    co

    mo

    praxis

    ,

    Vidas des-

    perdiciada

    s

    y Vida

    Lfquid

    a

    31