Arnaldo Cordova Introduccion

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  • 7/29/2019 Arnaldo Cordova Introduccion

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    Introduccin.

    Crdova, Arnaldo.

    Ideologa de la revolucin mexicana.Ed. Era.

    Mxico, 1973. Pgs. 15 -- 38.

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    \t INTRODUCCIN

    t\H asta poca m uy reciente, entre los estud iosos d e la histo ria econ mica,social y p oltica de M xico era usual pen sar que el d esarrollo del p as par-ta de la d cada de los cuaren ta, o cuan do m uch o, d e las tran sform acio nesoperadas por el gobierno del general Lzaro Crdenas (1934-1940). Ene sta c on ce pc i n, C om o e s o bv io , e l d es arro llo s e id en tific ab a c on la ltim ae ta pa d e la in du stria liz ac i n q ue , e n e fe cto , c om ie nz a c on lo s a o s c ua re n-ta. C ada vez es m s claro , sin em bargo, si se to ma en cuen ta la glo balid addel pro ceso , que M xico se encuentra viviendo an la m ism a etapa hist-rica que com enz en 1876, ao de la ascensi6n al poder del general Por-firio D az, o inclu sive en 18 67, ao del triun fo de los republicanos so bree l S eg un do Imp er io .L os g rup os qu e tom aron el poder durante la R ev olucin de 191 0 a 19 171so stu vie ro n, n atu ra lm en te , y a n s ig ue n s os te nie nd o q ue e l p erio do n ac id ocon la R evo lucin co nstitu ye u na edad histrica en s m ism a, qu e h a trans-form ado radicalm ente al pas y q ue ha realizado, cum plidam en te, las as-piraciones que el pueblo m ~cano m anifest, prim ero, con la G uerra deIndependencia, despus, con la Reform a, y por ltim o, con la propia Re-volucin ; m ientras qu e el p orfirism o es juzgad o no s lo co mo una verd a-dera "Edad M edia" que niega nuestra historia, sino com o la m s grandetraicin a su sentido y a su significado, a sus hroes y a sus tradiciones,p rin cip alm en te a a qu ello s q ue h ic ie ro n p osib le la g esta lib era l d e m ed ia do sd el sig lo X IX .N o hay razones, desde lueg o, para id entificar ind iscrim inad am ente elpo rfirism o y la R ev olu ci6n. S us diferencias son no tables. P ero esto no es,por otra parte, argum ento sufIciente para abrir un abismo entre ambosfe nme no s h is t ric os , p ue s la s seme ja nz as , c om o p od r v ers e m s a de la nte ,s on m s n umer os as q ue la s d if ere nc ia s. - En -t n nin os d e.d e$ 1l.1 'm 1 I9 .sQCiaLyeconm ico , p ar a no hacer _l I1~n< ;i ns i.n .Q9cLel ement o que e s f undament al ,ta~~o_ .et.P9z:firi~m()(;()mo 111R~voluciI l. obedecen a lmis InQ pr9Ye~to h i st-fco: . !l d es ar ro ll o d el capi ta li smo . y si bien la R evolu cin ag reg6 una p ro-blem tica social que antes no se haba hecho presente o era sofocada pore l s is tema p oltic o d e la d ic ta du ra , la p ro n,o ci n d el c ap ita lism o s ig ue sie n-do el elem ento m otor de la vida social del pas. En efecto, el porfirism ono constituye ninguna "Edad M edia" de nuestra historia nacional ni es lacontinuacin diferida del rgim en d e la C olonia, com o tam bin se ha afir-

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    1 A cuyos exponentes a m enudo llam arem os "revolucionarios m exicanos" a lo largode este trabajo.15

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    mado, del m ismo modo que la Revolucin no es nicamente continuacindel liberalismo dedmonnico. El porfirisnw y la Revolucin son etapas delmismo proceso que consiste, por lo menos a partir de la Reforma, en unesful'rzo nacional que tiende a la consolidacin y al desarrollo del si~tem acapitalista..c*Los porfiristas estimaban que el mrito esencial ~J:I dictadura habacOII!:.idifin "U imponeuLQ{deoJ:n el.pal~._despus de m s de m edio siglode anarquta y de dispersin de los elementos sociales, que haba amena-zado con barrer de la faz del mundo a la nacionalidad mexicana. Los li-berales haban cum plido su misin histrica al abatir, m ediante luchas p.ro-longadas y cruentas, a los ele}nentos sociales conservadores y retardatariosque se o~naE -.s q~ e .fues~n los po-deres que se arrogara, podra sostenerse por tiempo mO;1mdo SI no .con-taba con el apoyo de quienes detentaban la riqueza. Aun estaban lejanoslos tiempos en que los gobernantes habran de servirse de l~s masas po-pulares como del fundamental punto de apoyo para desempenar su c;ome-tido, incluso en contra de quienes poseyeran la riqueza. El general Dlaz secuid de cubrir sus extraordinarios poderes con la observancia sim ulada delas leyes que no se adaptaban a sem ejantes poderes. En este sentido, y s ob retodo en relacin con la C onstitucin de 57, los gobiernos de Jurez y de Ler-do le haban abierto ya el camino; baste recordar la reinstauraci6n del Sena-do, com o contrapeso interno equilibrador del Legislativo, que Jurez pro-p uso y q ue L erd o lo gr . 'El sistema de privilegio, como rgimen en el cual el poder poltico seemplea directam ente para proteger y prom O\'er el capitalism o, se asent asen nuestro pasS9n la dictadura. m isma. Contra el privilegio se desenca-den la RevoluCin;. y de manera especial, en cuanto era privilegio de los17

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    grandes propietarios rurales, aunque stos no fueran, desde luego, los ni-cos que se beneficiaron del m ismo. LacIase.dominante dUl.ante el porfi-1:L rism o estuvo intcgrada~ !:_1os terratenien.tes, lo~grandesindustriales, co-m t;.!:ciantes v banq~os---y a..("lIm : SI" a gr-Cl@ !Q !h S.o~._unestatutoespecial. los inversionistas e~illems. Frente a la clase dominante se ex-tendan en el m osaico social del porfirism o los trabaiadores urbA nos__asa,la riado s, c ada v (:z m 3 n um e1O SO S a m edi~ ~_ qY ~-~ 9!!i~ rrolIa ban los ne go-cios; los artp!::m~ cada vez ms arruinados a consecuencia del m ismofen i1o; los can i'oes in os s in tierra, m ucho s de ellos expropiad os violenta-mente, sometidos por la fuerza al trabajo en las haciendas y que devinie-ron, poco a poco, el elemento social ms explosivo; y una masa cada vezms numerosa d e p e~, !e o~_ .P -! 9- -P i .e .t ar io sJ J ,U :al es .y urbanos al borde de la~ 4~ i nt ele ct u e s 9 ue P '~Q .!< ! .iw .J a- .Q ~ J:l .. y la falta de oportuni-dades en las ciudades y que, tambin con el tiempo, llegaran a ser los ver-daderos inspiradores y dirigentes de la oposicin al rgim en porfirista y dela propia Revolucin.: La funcin de la dictadura en el rgimen de privi-legio consisti no solam ente en abrir nuevas posibilidades de em presa paralos sectores que integraban la clase dominante, sino tambin en someter alas dem s clases sociales al servicio de los privilegiados, en la m ayora de loscasos, con sacrificio ostensible de sus propios intereses (la expropiacinforzada de los pueblos de Morelos por los terratenientes azucareros o depequeos propietarios por obra de las llam adas com paas deslindadorasde terrenos baldos, fue el ejemplo ms notable), y usando la violencia ili-m itada cuando alguno de los sectores sociales som etidos pretenda oponer-se al sistema de privilegio (la represin de las huelgas de Cananea y deRo Blanco fueron slo dos casos entre m uchos otros).L os es critore s pos itiv is ta s, q ue p rep araro n ide olgicam ente el adv enim ie n-to ~~ la dictadura, bajo ~ consignas com tianas de "orden y progreso",facIlItaron la labor de aqulla, al proporcionarle una justificacin histri-ca y filosfica de carcter naturalista, de acuerdo con la cual lo que sehaca, no slo responda a necesidades inmediatas de la sociedad, sino quelo impona la propia naturaleza, por encima de lo que los hombres pen-saran o desearan. En la naturaleza los seres son desiguales por necesidady los ms aptos en la lucha por la vida se imponen indefectiblemente a losms dbiles. Del m ismo modo, en la sociedad los ms aptos son llamadosa triunfar sobre los ms dbiles, con la particularidad de que los ms ap-tos son precisamente los poseedores. de la riqueza; la capacidad v aun laresponsabilidad social se m iden por l~ riqueza m isma. De tal uerte, elelemento verdaderamente activo, aqu~l del que depende sin lugar a dudasla buena marcha de la sociedad, aquel que junto con los medios materia-Jes detenta la educacin y la capacidad mental suficiente para entender los

    problemas de la sociedad en su conjunto y, por su~to, para gobernar-la es tambin el oue realmente representa a la sociedad, al pueblo, es la"~rdadera socied,{d" y el "pueblo verdadero". L as. dems clases socialesson slo una turba inconsciente que, como a los anunales, hay que some-ter mediante la violencia si es que no alcanza .. convencerse de que esnecesario aceptar el precfum inio de quienes poseen la riqueza, el m s altode los intereses sociales, y la cultura, la capacidad para dirigir.El desarrollodel capitalismo,sin em ' a.'Y~~ icon 3n.~ ~!" fuerza , a.!l-qu~ Uas JI1 asa s-de$ pw riad .a~ al cen tro de l e sc enan o .h is t ri co .d e. '"Mx ico. ~:E! te fe ct o, l a conver si n de mucho s ant iguos p ropi e-ta rio s ru ra le s e n tra ba ja do re s a sa la ria do s o , p eo r a n , e n p eo ne s a ca sIlla -dos, com o en la M esa Central del pas, que era la regin m ~ densamentepob lada, o bien el m antenim iento de obstculos ~ales y p?lu cos ~ara quem uchos m exicanos de espritu em prended or pud ieran abnrse cammo eco-nm icam ente com o suceda en el norte o en las zonas urbanas, creabanrefentim ien~ sociales que se agrandaban en la m edida en que el pas seunificaba con la am pliacin del m ercado a que daban lugar. la con struc-cin de nu evas vas de com unicacin, sobre todo de ferrocarnles, y la ex-p an si n d e lo s n eg oc io s. E l d es arro llo d el c ap ita lis mo ib a c n;a nd o r pi? ~-m en te la s c on dic io ne s m ate ria le s y e sp iritu ale s p ara q ue s urg te ra ~ n M ex I-co ese fenm eno tpico del m undo contem porneo que es la soc&~da~ demasas. Pero m ientras q ue en E urop a la so ciedad de m asas aco mpana siem -pre, au nque no en todo s lo s casos de m odo pacfico, a la liberalizac.in d.ela s re la cio nes s oc iale s h asta c ulm in ar c on la im pla ntac i n d el s ufra gio U nI-v ersa l e n M x ic o e l 'm an te nim ie nto d el p riv ileg io fo rz la irru pc i n d e la sm asas' en la p oltica n acional a travs d el cond ucto ~s ~Iigroso de tod osp ara u n s is tema p oltic o, e s d ec ir, p or la v a r ev olu ~n ar ta , d e s .u erte q ~esu aparicin signific, al m ism o tiem po, la desapancl n n ecesana del re-gimen establecido. .S in emb arg o, la s m as as p op ula re s a s ufr ie ro n, c omo u n e fe ct c? Im~~rta n-te de la polki'ca represiva d e la dictadura, una penn anente dIspem !l.?esus fuerzas y una incapacitacin consecu ente p ara plantear su ?'poS IC Ionpoltica o su insurgencia de clase a nivel nacional; su luch~ nacIO con ele sti gm a d el localismo, qu e im pidi que sus expo nentes p udIesen. h ablar anom bre de toda su clase social y, menos an, a nombre de l~ s oc Ie da d e n-tera. No es de extraar, por lo m ismo, que las masas trabajadoras no lo-graran en ningn momento constituir un rgano propi? de poder q~eresistiera los em bates de la lucha p oltica y q ue en p oco tIem po se co nv~ r-tie ra n e n ju gu ete d e o tro s g ru po s s oc ia le s .m e jo r p re Pr o:" ,-d o~para e~a mIS-m a lu ch a; n os re fe rim os a lo s se cto re s m ed Io s, y en p artIc ula r, a lo s ~ nte l:c-tu ales urban os (profesion istas y periodistas) y a l~ pequeos propIet anos

    2 P or sim ple c om od id ad y economa de lenguaje llamarem os a estos grupos "sec-tores medios" o "clases medias", sin que pensemos que el trmino es cientfica-mente adecuado, ni mucho menos.

    3 Trm iro' con' el cual nos referiremos en el cuno de este estudio a los traba-ja do re s a s< .la ria do s d e la s c iu da de s y a los campesinos sin tit:rra o a aquellos quelu eg o de la R ev oluci n la fue!"o n ad quiriendo .]9

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    rurales, fundamentalmente dd norte dd P:1:s, que desde UII pn!IClplOm ostraron una me.ior disposici611 para O I-ganizarse, a nivel nacional, encontra de la dictadura.Fueron exponentes de esos sectores medios, en efect.o, quienes primeroque to d.os ~~me?zaron a enjuici:1r nacionalmente a la dictadura y al rgi-~e,n de pnvllegl.o, planteando, a .la v~z, valores ide.olgicos que Juego ser-VI~lan de ~ndera a los rev.oluCl.onanos. En 1895 el abogado jaliscienseW lstan.o L UIS O rozco produj.o la prim era crtica del rgim en de .propiedade ? ,e l c an Jp o, . qu e r ec i n ~ hab a c onso lidad o b aj.o la proteccin y los aus-p iC IO S del g.o ble rn.o porfins ta; d enun ci 1.0 que l llam " feu dalis m.o rural"e~to es, la formac~n de enormes latifundios, a base de la expr.opiaci~vlO len~~ de autnticos cam pesinos y pequeos propietarios, que, negandoel espmtu de empresa que deca defender y promoven.el rgimen porfiris-ta , ~n su m ayor parte com prendan extensiones de tierra que quedaban sinc~ltlva~. Orozco lanz, al m ismo tiempo, para la posteridad revoluciona-a, el Ideal ~e la .pequea propiedad (suficiente para que el espritu deem preJa pudiera eJercerse) como el medio ms eficaz para lograr el ver-dadero progreso de la economa agraria de M xico. Desde entonces quedsealado el latifundismo Como el enemigo principal de la nacin mexica-na. Despus de Orozco, algun.os grupos de intelectuales, entre los que lle-garon a dest~car Camilo Arriaga y los hermanos Ricardo y Enrique Flores

    M agn, se dieron a la tarea de reivindicar las viejas posiciones polticasd el l ib er al ismo decim onnico (ellos m ismos com enzaron a llam arse "libe-rales" y a su bando "Partido Liberal"), exigiendo el respeto de las leyes,y . sob re t~~o, de la Constitucin de 1857, y la democratizacin del orga-msm .o pohtlco. Poco a poco estos grupos fueron ampliando sus demandaspol.t!cas, hasta in~luir en ellas la abolicin del latifundism o y la redistri-buclOn de la propiedad en el campo, y la exigencia de que se elevaran aley y se respetaran en CO?secuencia los derechos de los trabajadores urba-nos a una Jornada reduCida de trabajo y a mejores prestaciones econmi-a s. E s ta s r ei vi nd ic ac io ne s sociales fueron planteadas en uno de los docu-mentos ms importantes de la Revolucin M exicana antecedente directode la Constitucin de 1917 y verdade ro le gad o ideo l gico de l reform ism ode las revolu~ionarios m exican os, e l P rog ram a del P artido L iberal, de 1906.. En 1909, ~l ,Juez de pueblo, abogado como Orozco, Andrs M olina Enr-I quez, ~u bhc? su o.b:a. Los g randes p robl emas nac ional es , en la que, fundadoI en la fllosofla pOSitiV iSta de Spencer, com o lo haban hecho los m s conno-t ad .o s i nte le ctu al es p orf ir is ta s, h ad a u na i nte rp re ta ci n naturalista de la his-oria de M xico, para concluir en una crtica despiadad del iatiJundism o,com o feJ1~ meno. que deform aba a la so.c}edad m exicana e im peda su progre-SO,] al m ismo tiempo, en una aceptaclOn del gran papel que tocaba desem-p~nar al Estado (que d~ba ~r, como para los porfiristas, un Estado de go-bIerno . fuerte) en la dlrecclon de la e~onom a nacional. El positivism oempleado en contra del sistema deJa dictadura, tal y Como lo emple Mo~20

    lina Enrquez, volvera, despus de la cada de Madero, a f.o~ar partes ustanc ial de l b agaje ideolgic.o de los intelectuales que aC .om panaron a losr ev o lu c io na rios mex ic ano s .Es justam ente M adero, entre todos los oposit.ores al ~~m en del ~ene~1D az el caso m s sine-ular Proveniente de una rica fam lha de propletanosem'p ~n de do re s d e ~ "a hu a, cuyos negocios en la agri;ultura, la industria,el comercio y las finanzas se calculaban en aquella epoca. ~n ms~e . 30m illones de pestJS, don F rancisco l. M adero adop~ las po51C 1.ones pohbcasneoliberales de las clases medias y reuni a stas en torno suyo hasta C.ons-tituirlas en un m ovim iento de dimensiones nacionales. Sus banderas fue-ron: la democratizacin del rgimen, la defensa de la ~nstituci?n y dela legalidad, y la reivindicacin del principio de la pro;>ledad pnvada. y,en particular, del pe que o pro pieta ri.o em prende dor, pro VIS t.o de lo s m ediossuficientes para ejercer su espritu de empresa, Eran st~ banderas q~ecolm aban ampliam ente las aspiraciones de los sectores medios y que se CI-fraban en una sociedad de libre empresa, en la que ellos, se pensaba? t;n-dran el canJino abierto . A pasi.onado idealista poltico, M adero fascm o aesos sectores medios y a las masas, cada vez m s decididam ente .opuestos,tanto los unos como las .otras a la dictadura, la cual, despus de la llama-da "conferencia Creelm an", haba entrado en un periodo de crisis irrever-sible; el realismo poltico de que hacan ostentacin el dictador y s u~ ~ e-cuaces . y que se resuma en la mxim a de don Porli~~ ?e "poca. pohtlcay mucha administracin", y el hecho de que los poslt lVIStas adu je ran ~modo momento su dominio de la ciencia en el manejo de los asuntos socia-les tan slo para sancionar las peores atrocidades, debieron hacer su efec-to en las multitudes cuando M adero se diriga a ellas plantendoles pro-blem as que, com o el de la libertad poltica .o el del. respet~. del gob~ rnantea la ley, parecan ya olvidados y sepultad~ e? el tiempo. j S~raglO ~fec-tivo! j N o reeleccin!" fue el lema del movim iento 9ue de,rroco a la dicta-dura y a la cabeza del cual se colocab~ con los mejores tltulos, don ~ran-cisco I. Madero. El Plan de San LuIS, en el que Madero resumla suprogram a poltico, slo de m odo tangencial y secundari? se refer!a. al pro-

    blema de la tierra; los dems problemas soci~l~s parcelan no eXI~tlf o serslo un remedo de los grand~s problemas pohtlcos que el madensmo, s~s-citaba. La diflJ1>i6n que en muy breve lapso tuvo el modo de.~psar tlplCOde las Clases m edias mexicanas, facilit el triunfo de las posIciones dem o-crticas de Madero diriaidas tOdas, en lo inmediato, a un cambio del per-b , d donal administrativo del Estado y a una transformacin .de !os meto os ,egobierno. La dictadura (es decir, la opresin y el autontansmo) arareclaCOmo el verdadero mal del pas; el sistema social que ella defendla des-aparecera por s solo.S in em barl{O ' trasel m oyim ientodeM adero se alzaron tambi~ I~ ! ma-~as populars,' exIgido la liquidacin del privilegio,. la expropla~lO n dequienes haban despojado de sus tierras a los campesinos y de qUienes se21

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    haban enri< luecido m edrand~ desde el podert'L os historiadores han puestoya el ~cento en el caso especial del zap_atisT!!.1. ue surgi en una zona, elpequeno ,E st~do qe.;M o;elos,..donde el" p roceso de expropiacin de los pue-blos habla sido mas vIolento y donde los campesinos despojados exiO"anms amen~dores q~e ~n ningn otro lado la restitucin de sus tie~ras,La pres:?cla del ~Q.': ln ue nto z a~ ati st a f ue d .e ci si va ,. ~n efecto, para que laR ev,?luclO n no se !!I~ utnt !a - . ~Lp -X :QP !Q .. _Made ro ,p ar a q ue a l-gunos ~adeTlstas, en!re los que destac Luis Cabrera, se perataran de, lap:ofundldad que te?~a? los pro?lemas sociales a que haba dado lugar ladIctadura y de lo dlfl~ll que. ~T!,a contener a las m asas populares, particu-larm ent~ a los cam pesInos, lmutandose a operar simples m edidas de carc-t er p ol tI co , s in s ati sf ac er s us r eiv in dic ac io ne s.~I. gobiern!,. de M adero, que se haba constituido sobre un programapohtlco concIlIador, y en ello obedeca tambin a una tendencia manifes-tada por muchos de los exponentes de los sectores medios se lim it dehecho, a efectuar ciertos cambios de personal en la administr~in. Sin em-bargo: ~on _~I ~gim en m aderista se dio el m s im portante experim ento de-

    mo c~ at Ic o s ur gI do h as .t a - en to nc es ;n Mxico y el ambiente de libertad quelogro crear en poco tIempo ayudo a que las masas se movilizaran por susdemandas. Claro que todo ello contribuy tambin a la cada de Maderocomo .es bien sabido, pero no por obra de las masas, sino de los porfiris~t~ m lsmo~,. que, aun sin ?on Porfirio , ~ab3;n conservado todas sus posi-cIones pohtIcas com o precIO de su conV IV enCIa con el maderismo.. ~l art~ro_&()lpedeEsta?o- def~b~ro- de 1913, que dirigi el general por-fmsta Vlctox;ano Huerta y e.n el que perdi la vida don Francisco I.Ma-dero, prov~o un verdadero Impacto en los exponentes de las clases medias~~e I~ ?ablan hecho su caudillo. La democracia debi parecerles una ilu-slon .sllllestra, que haba que olvidar cuanto antes y para siempre. y estoe nlll~n modo e~ una suposicin gratuita; est avalada por todo el com-portam Iento postenor de. _los maderistas, que despus del golpe de Estadode H uerta. com enzaron a llam arse constitucionalistas. L a prim era ensean-z~ q ue d eJ ~b a el e xp erim en to d em ocrtico d e M ad ero era q ue n o se - po -dla const:u!r un. nuevo .~rganismo p?ltico si no se destrua de raz el apa-;ato adm llllstratIvo y m IlItar de la dIctadura; la segunda enseanza, la m sI~port:m te por el !ll~mento, era que para gobernar efectivamente no ha-bl a ~~ que cons.tItU lr un gobierno fuerte. De qu manera se habra deCO nStItU l~ ese gob~em o fuerte er~ algo cuya solucin sera una incgnita~r un tIempo m a:> . J?Q .II-Y enus tlano Carranz a, antigu o func ion ario porfi-nsta ~ luego partldano de M agero" _q ue se e rigi, c asi. inm ediatam entedesp~es de. l~ usurpacin, en jefe de ls revolucionarios, sera en adelanteel mas decIdIdo sostenedor de la idea, apoyndose fundamentalmente en su

    experiencia poltica durante el porfirism o. Q ue la m ~sn'a i~ea hubiese siuno de los primeros principios de la dictadura parecu? no Im portarI.es mcho a aquellos revolucionarios, ~m pujado~ com o se .vleron a con,qw star l~er de una vez por todas y Sin concesIones de mnguna especie al ene-nugo. . .La lucha contra H uerta, que dur un ao y m eses, SlTV Ipara que .105sectores m edios se reo rganizaran con nuevas ideas y co n una perspectIv adiferente, q ue en gran m edida adq uirieron en los cam po s ~e b ata lla . A lcom enzar la lucha sus dirigentes se encontraron ~n m asas disp~~ a I;>C-lear por problem as que M adero no haba entendido y que haba sido in-capaz, por lo m ism o, de resolver; lev an taron ejrcitos de la noche a la m a-ana y aprendieron m uy rpidam ente acerca del poder. que l~ masasp ue de n p ro po rc io na r c ua nd o s e h alla n m ov iliz ad as, es d CC lf, e n p ~e d e lu -cha por sus reiv indicaciones. P ero la g uerra co n~a H ue~ la hiC lel'O nl!,scam pesinos tam bin por su cuenta, creando caudillos surgIdos de ~ ml~-m os y planteando sus dem andas por su propia cuenta. La legendaria D I-visin del N one, com andada p or P ancho V illa, surgi de esa m anera, y ~lE jrcito L ibertado r del Sur, con E milian o Zapata a la cab eza, se consoh-d c om o fu erz a in de pe nd ie nte, c on u n p ro grama s oc ia l c ad a v ez m s a va n-zad o. E l viejo aparato po ltico del porfirism o se desplom hecho pedazosal embate de estas fuerza5 sociales desencadenadas. .Los ex ponentes d e las clases m edias surgieron enton ~~ , al frente de lose j rc ito s p op ula re s le van ta do s p or e llo s, c on u ~ p re st Ig Io de conduct or esp oltic os a n iv el n ac io na l. lv al'Q O bre g n, L ucIo B la nc o, S alv ad or A lv a-r~do , M anuel M . D iguez, A ntonio 1. V ilIarreal, B enjax n,n H ilI, ngelF lores y m ucho s m s, bajo la direccin poltica de V enustlano ~n za,dem ostraron ser dirigentes que en nada se parecan a M adero, en pnm ert rm ino , por que hab an f ormado un pode r ann .. .! .< !o ,qu ea9uL .DO ... Sl 1I JOonoqUis o o rg an iz ar ; p ero , a dem s, p orq ue h ab a n J ?u ~t o. e n J .u eg o.ll !l e st Ilo ,d ehacer poltica entre las masa~, que Madero ~ slqwera_tm~~ No solono mostraron ningn temor hacia l~s campesmos y los .fi:;i1iaJ Q~ ~r~a-nos, sino que sllpierop enrolarIos baJo su m ando, ~tendlend~ " ~_sus reIV l~-. dic acione s y pro me tind oles e jercer el pode r es pec Ialm ente ~ 4~ S~~IS-faccin a sus demandas. A ceptaron conducir la lucha con~Ja .usurpaclO n,bajo el liderazgo de Carranza y conform e ~ ~ Ia n d e. G ua da Ju pe , d oc u-m ento con el que el prop io C arranza se constItula ,e?:.~~ J et.e d el c on ~t it uc iona li smo , s in p lant ea r n ac iona lment .e l as x :e IV lndi caC J~~es ~opu la re s,pero a la cada de H uerta y ante la behgeranCla de los eJel'Clt05 .c~m 'pe-sinos de V illa y Zapata, con los que el enfrentam iento resultaba IneV I~a-ble, instaron a C arranza, y ste acept d e inm ediato, a lanzar. un p rogram ade reform as sociales con el cual pudieran m antener y am pliar su co?trolsobre las m asas y dar con xito la batalla a lo s villistas y a ~ os,~ patIstas.L os in te le ctu ale s q ue se gu a n a C arra nz ase ,~ nca rg aro n d e ~US tIflc ar e stan ueva poltica: M adero, dijeron entonces, llev a cabo una sunp le revolu-

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    oportunistas, vidan un periodo de profunda ('onlusio. hll'apac~~ < .le 101-mar un podt'r armado indt"peodientc y de proponer a la socIedad unpro~~ ram a inspirado en sus propios intereses de dase, fueron s\lperad~/aho'gados por fut'rl.as que se les imponan desde afuera: hasta que. 1-dieron unirse a los que consideraron ms fuertes, es denr, a los constltu-cionalistas.L os cam pesinos, fuera de sus prim itivo; program as a,grarios, que res~n-dan a intereses netam ente Jocahstas, lo um co que pedlan era la orgam za-cin de un ~biemo que aceptara satisfacer y respetar sus dema.ndas. Losconstiturion;listas hicieron fcil presa de los villistas y los zapat~stas, ~ u-sndolos de "reaccionarios", pues no planteaban re~orm as sociales,. SID Olnicam ente reform as polticas. La leg-islarin reform Ista :Iue ~roduJo elO 'obiemo de Carranza desde VeracnIz, entre la que destaco la celebre Leyde 6 de enero de 1915, sobre reforma ag:a~ju~to con la labor dema-O 'gica que llevaban a cabo los jefes constltunona!tstas cada vez que ocu-~aban una plaza, pronto hicieron su obra, en primer lug-ar~ en los cam~sde batalla, en los que los campesinos. fa~tos. de apoyo ~Ial, fueron am-quilados, y en seg-undo lugar. en la con~lenCla de la naClO n, que se, acos-tumbr rpidamente a aceptar la presenCIa de los nuevos am~ del jJalS. Laresistencia que V illa y Zapata pudieron m antener durante vanos a~os, des-pus del desastre m ilitar de 1915, habla suficientem ente d: su r algan: 'b repopular, pero el que no se hayan sostenido fuera de sus regiones de on~nh ab la t '; 'm b i n muy claro de la lim itacin invencible de s~ lucha. Su odIOa los terrateniente~ no se tradujo en una accin program tIca coherente e~contra del ca pitalism o. (en .real~ d~ ,d, era n a~ tite rratenieotes , pe ro nO'antI-capitalistas) y su loca11sm o Im pldlO que pudieran hacer frent.e al pro",ram areformista de los constitucionalistas y luchar por la conqUista del poderpoltico, objetivo que, en el fondo, ni siqui~ra se Il;garon a p~poner yque cuando lo tuvieron a su akance no supIeron que hac:r ~~n. d.L a destruccin de los ejrcitos cam pesinos en 1915 no sl:~m fC ?, em pero,la neutralizacin definitiva de las m asas populares. L a perslstenc~a de al~ u-nos focos rebeldes. fundamentalmente en las zonas en que hablan nacIdoaquellos ejrcitos, 'aparte de los problem as que acarreaba la liquidacin delos efectos de la !!Uerra civil en las ciudades v en el campo, planteaba alos consti~ucional'~ tas la necesidad de coritinu~r con una poltica de fuer-za, pero al mi~mo tiempo, abierta si~:npre a ~as r eivind ic a cion e s p opu la re s .DClrante un breve periodo la cuestlOn agrarIa estuvo, e.n el. centro de laatencin de los diri

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    realidad, y ello debi parecerles muy claro desde un principio a aquellosd!rigentes venidos de las clases m edias, m uchos de los conflictos que peri-dIcamente se abran entre las ma!'as trabajadoras y el poder poltico ins-taurado por el constitucionalismo obcdedan a los mtodos autoritarios de~obierno em pleados por don V enustiano Carranza. Por supuesto que aque-llos dirigentes ya ni siquiera ponan en discusin la necesidad del gobiernofuerte y en esto se- sentan profundamente ligados a Carranza; lo que em-pez a dividirlos de ste fue su tendencia cada vez ms acusada a separarel gobierno de la poltica de masas que hasta entonces les haba llevado altriunfo. Carranza, en efecto, deseaba un Estado no compromdido con nin-~n sector de la sociedad, y menos si se trataba de los trabajadores; lm Ismo reconoca la importancia del apoyo popular en su victoria m ilitary poltica, pero se negaba a hipotecar la autoridad del Estado a un ele-mento tan variable y tan incontrolable como le parecan las masas.L as diferencias entre C arranza y los dirigentes constitucionalistas llega-ron a su culm inacin en el Congreso Constituyente en 1916- a 1917, quese reuni en Q uertaro para elaborar una nueva C onstitucin.L c:>~__~gun-~os lograron una aplastante mayora entre los diputados al Congreso, queles perm iti imponer a fin de cuentas sus opiniones en contra de Carranza.A l hacer entrega de su proyecto de Constitucin reformada, el Primer Jefedel constitucion~lism o reivindic su concepcin de un Estado de Ejecutivofuerte, de inspiracin porfiriana. Sus propuestas _esenciales, en efecto, con-sistieron en lim itar las atribuciones del L egislativo, am pliando las del :Eje-cutivo, particularmente en lo referente a su capacidad para decretar me-d!dasadm inistrativas y proponer nuevas leyes, y estableciendo la eleccindIrecta del presidente como medio para prestigiarlo polticamente. Loslderes reform istas aceptaron la idea de Carranza, pero fueron mucho mslejos. Hasta entonces su actuacin se haba significado por el carcter ex-tremadamente pragmtico de sus soluciones polticas y de dos o tres ideasque haban sido capaces de expresar en torno a la naturaleza de la socie-dad mexicana y a las funciones del Estado en nuestro pas; su contactocon las masas embotaba su aptitud para la produccin ideolgica; susactos no estaban inspirados por ningn gran sistem a filosfico. L os filsofos

    del A teE~_o__d~_Ja_J uventud, que en las postrimeras del porfirismo sehicier?~ cl;bres .por. s.u J? lm ica en contra del positivism o, inspirados enel espm tuahsm o m tU lC lO ntsta, con excepcin de Jos V asconcelos, ni siquie-ra actuaron com o m ilitantes revolucionarios y, en general, no dejaron sentirinfluencia alguna de consideracin en la poltica de la Revolucin. El posi-tivismo fue el credo de los intelectuales que siguieron a Carranza y a losconstitucionalistas (Roque Estrada, Flix F. Palavicini, Antonio M anero,Carlo~ Trejo, Pedro Gonzlez Blanco, Andrs Molina Enrquez, PastorRoualx, etc.), pero esa filosofa sala a relucir nicamente cuando se tra-taba de just~fi.car .el pragm atism o de los dirigentes, sin que llegara a moti-var y a defmIr nmguno de los valores en que se fundaban sus acciones.26

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    Fuera de las aportaciones de Madero, que se cifraban en el principio dela propiedad privada no monoplica, en la idea ~el Estado de derecho yen el rgimen de libertades pblicas, aquellos antIguos exponentes de lasdases medias convertidos en lderes de masas armadas, no llevaban alConstituyente' ms bagaje ideolgicO que su experiencia p~ct~~. ~or s.uparte, los intelectuales no volvieron a aportar m un solo prm clplo Ideolo-g ic o o p ro gr am ti co ." .L a e xp erie nc ia p r ctic a d e q ue e ra n p os eed ore s d ~c t .~ los dm gentes re-fonnistas la necesidad de induir en la nueva ConstltuclO n, de alguna ~a -nera, las demandas de las masas, comprometiendo al Estado a garanti~in sti tu cio na lm en te l as re iv in di ca cio ne s p op ul ar es .- P: ~ esto, co?Io es faClladvertir, no poda sino m odificar la mism a con~epclO n carranclst31 del Es-tado fuerte haciendo de ste un ente mucho mas poderoso y temible. Pararealizar la ~fonna agraria, en efecto, no haba ~s r~medio que ~ar. alEstado, y en especial, a su ram a ejecutiva, la PresIdencia de la Repu~hca,un poder constitucional extraordinari? y pennan~nte sobre la prop~edadinmueble en el pas, por lo menos, mrentras la m isma reforma agra..la nose considerara concluida; ello equivala a hacer del Esta~o, aparte de une ficaz v erd ugo de lo s antiguos terra ten ien te s, ~ .r~ cto r m < ;o nte st ab le d eldesarrollo econmico del pas; para ello se modIfico el articulo 27 de laConstitucin. Por otra parte, a fin de garantizar que los derechos de los tra-bajadores urbanos fuesen respetados, pero lim itados a la vez, de m odo .queno pusieran en peligro al capital, se instituy, con el, artculo 123, un ~Iste-ma interclasista de relaciones en el que el Estado sena garante y, al mlSlDotiem po, rbitro inapelable de los derechos. de. cada una de ~as

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    Enrquez fue quien lTIt'jor aclar el asunto: l

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    C~a .u mn c, M an e R . G 6r~ l( "Z y o tro ~ J ~" 'c h.O !I , 1'1 I" 'l Io n a , fo rm a~ e l } ~ ~ o n ~ :pohtlco d~ e ste nue\'o pt.raudo dI" 1.1 11151 0111( ., ,i . r p or an ea d t ~

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    d l'f (,('J o s d e I,ro l ,i('dad ouc los cxtran Jeros ha b: 'll a( .I(II' " ' i t d 1, .. " ,rnt o an e s e af{{'\'olunoll y ('ra. de 11('1'110, una ley conflsl'atona; se l1

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    saa con que com batieron a los villistas y a los zapatistas, aparte de queluego lo reconoci(~ron sin ambagf>s, com o podr verse del material que pre.sentam os en este libro.En otra parte, hemos sintetizado del siguiente modo los rasgos caracte.rsticos del rgimen de la Revolucin Mexicana como r g imen popul is ta :En primer lugar, sigui una lnea de masas cuyo objetivo esencial eraconjurar la revolucin social, m anipulando a las clases populares m edian.te la satisfaccin de demandas lim itadas (tierra para hs campesinos,mejores niveles de vida para los trabajadores urbanos) ; ms tarde, entre1929 y 1938, las masas fueron enclavadas en un sistema corporativoproporcionado por el partido oficial y las organizaciones sindicales se-mioficiales y dentro del cual siguieron plantendose y resolvindose lasr efo rm as s oc ia le s.En segundo lugar, el nuevo rgimen se fund en un sistema de go.bierno paternalista y autoritario que se fue institucionalizando a travr,de los aos; en l se ha dotado al E jecutivo de poderes extraordinariospermanentes que prevn un dominio absoluto sobre las relaciones depropiedad (artculo 27 de la Constitucin) y el arbitraje de ltima ins-tancia sobre los conflictos que surgen entre las clases fundamentales dela sociedad (artculo 123). Del. autoritarismo derivado del carisma delcaudillo revolucionario, se pas con el tiem po al autoritarismo del cargoinstitucional de la Presidencia de la Repblica.En tercer lugar, el rgimen emanaGo de la Revolucin se propuso larealizacin de un m odelo de desarrollo capitalista, fundado en la defensadel principio de la propiedad privada y del propietario emprendedor yen la poltica de la conciliacin de las clases sociales, obligando a todoslos grupos a convivir bajo el m ismo rgimen poltico, pero procurandoen todo momento la promocin de la clase capitalista, de la cual se hizodepender el desarrollo del pas bajo la vigilancia y con el apoyo del nue-v o E s ta do .66 A . C r do va, La formacin del poder poltico en Mxico, Ed. Era, Mxico,1972, pp. 33-34. Por supuesto que no ignoramos que el concepto de populismo cadavez ms es considerado com o una categora de anlisis anfibolgica y genrica, quemuy a menudo se usa para designar realidades sociales profundamente diferentes.Sin em bargo, antes de decidim os a adoptar este concepto, busc& mos, sin xito, otrosque respondieran m ejor a las caractersticas de nuestra realidad social y po l ti ca .Consideramos, e'1tre otros, los de reformismo, que nos pareci limitado, por lapresen cia en M xico. de u n rg im en auto ritario ; bismarckismo, que no responde a lau nin con trolada entre pod er po ltico y m asas pop ulares q ue aqu encontram os; bona-partismo, empleado por primera vez por Trotsky para denom inar el cardenism o, peroQue tampoco responde por entero a la realidad mexicana, por lo menos, en los:.~~.rminos en que Marx defini la experiencia del bonaparti~m o: papel central qued es em pe a ro n lo s ele me nto s d escla sa do s, c om o e l lu mp en pr ole ta ria do y lo s c am pe sin osparcelarios sin unidad y sin intereses nacionales, un lder c2.rism tico que im pone.relaciones persona listas permanentes, antes y despus de la toma del poder. Por

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    E s ju stame nte e n e l a nte rio r c on tex to h is t ric o y p oltic o q ue se e nm a~ an ue stra in ve stig ac i n s ob re la id eo lo ga d e la c la se d om in an te e n M x tc obajo el rgim en de la Rev olucin M exicana.T Partiendo de ese contextos e p ue de n d efin ir la s c ara cte rs tic as e se nc ia le s d e la id eo lo ga d om in an te oideologa de la clase dom inante de la siguiente m anera: . .,1] El E stado es concebido com o el verdadero puntal de la o rgam zaclO ny del desarrollo m aterial de la sociedad. La insuficiencia de la econom ahace q ue se o torg ue a la poltica una absoluta eficacia para el desarroJIo.L os p orf iris ta s fu er on l os p rime ro s e n s os te ne rlo ;2] El concepto de la propiedad privada como forma.es~ca.de apro-piacin de lo s bienes m ateriales es sostenid o co mo el p noclpio ~ IC O de lao rg an iz ac i n s oc ia l. E n lo s p orfiristas s e e nc ue ntra c om o p ro pie da d n ec e-s ariamen te p riv ile giad a, e s d ecir, b ajo la p ro te cc i n ~ el. E st ad o, p ar a ~-ran tiz ar s u e fic ac ia e n e l p ro ce so d el d esa rro llo e co nomlc o; lo s re vo lu cIo -narios la concibieron com o propiedad lib re, pero sujeta a la po ltica q.ueel E stado im pone en el desarrollo. Para este efecto, n o en~ o~ traron ~.Jrm anera de asegurar el establecim iento de un verdadero regunen de hbreemp re sa o lib re c on cu rre ncia, q ue d efin id a c om o pequea prop iedad, perosuficiente, para prom over el capitalism o; m s tarde se d ej el concep!o depequea propiedad para d esig nar nicam ente la apropiacin de la tle~ ra,v olv i nd os e e n n om bre d el d es arro JIo e co nmic o d el p as , au nq ue p arc Ia l-m ente al ~stablecim iento del privilegio, ahora sobre la propiedad indus-tri al, :n ed ia nte u na p oltic a p ro te cc io nis ta q ue in clu ye e xe nc i n d e imp ue s-to s, d ep re si n d e lo s s ala rio s y p re sta cio ne s a lo s o bre ro s, e tc .;3] La ideologa dom inante, tanto co n el porfirism o com o C (;Oa R evo-lucin, se funda en la idea del atraso m aterial del pas, com o id ea rectorad el tip o de so luciones polticas q ue se d eben dar para procurar el desarro-llo . L as ideas dem ocrticas que en Eu ropa y en N orteam rica sirven paraotra parte, al adoptar el concepto de pOPlllismo, como lo han definido y uti~i-zado alg uno s soci6log os latinoam ericanos, para designar los fenm en os del vargU ls-mo, en el Brasil, o del peronismo, en la Argentina, lo modificamos con el fin designificar, no slo la gnesis del sistem a social, econ mico y poltico de la Revolu-cin Mexicana, sino adems, el proceso de institucionalizacin de dicho sistem a.El que en los casos de los pases sudam ericanos no hubiera lugar a una verdade~ainstitucionalizacin ha llevado a m uchos de los autores que los estudian a concebirt'1 populism o, en abstracto, com o un sistem a que es forzosam ente transitorio; el casomexicano probana que el populismo tambin puede ser un sistema permanente, atravs del cual la clase capitalista im pone su dom inaci6n en un pais subdesarrolla-00 y depend ien te .7 Definimos la ideologa de la clase dom inante como un m ovimiento colectivo deideas y valores o creencias, que de alguna m anera :nspira, define d irige la .co n-ducta y la acci6n de esa clase social en la realidad poltica, econm ica y so cia l yque se plantea la promocin, la defensa, la explicacin general y la justificacindel sistem a socia: im peran te. N uestr... concepcin de las clases 50ciales se funda enuna interpretacin de la teona de Marx que hemos esbozado brevemente en .otrolugar (cf., A . C'd()va,"Clase social y poder poltico en Mane", en ComunIdad,vol. IV , n. 20, M xic.o, agosto de 1969, pp. 457-465).- 35

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    co nstituir una w cit'd ad dt, hOlUbn~s lihres y un rgimen de derecho, sondM II n's ti . :i ad as p or s is tem a y s \~ !> 1, il ui da sP ?r v ~l or cs .Y m edidas pol~ t!c~ s dec ;u ,i cl er ('l II im 'n tc ll II 'n te p ra ': IIww 'o , q ue I In p~ lc an s lCm pr e ~I sac nflclO de1;, liJx'rtad dt' los ciudad.mos y aun de su bienestar matenal, en aras deun futuro desarrollo y de una futura sociedad libre; en una palabra: elatraso como realidad presente y el progreso como futuro;4] Los conceptos del orden y ~ las ins ~ituc ion es so cia les s e defin en siem -pre como necesidades que la ~ad es, m capaz de ~tabl~ce,r por su p~o-pa cuent, mediante su prctica espontnea en la Vida diana de los CiU-dadanos; se otorga entonces al Estado la m isin de i~ponerlos, contra lamcil'dad misma, para lo cual se le dota de un gobierno fuerte que esejercido por un gobernante rbitro, colocado por enci~a d~ los grupos queparticipan en el poder y dotado de facultades extraordm anas perm anentes.~ ..sta tambin fue una idea creada por el porfirismo y que pas, modifi-cada por la presencia de las m asas, al rgim en de la Revolucin; .5] De la idea del orden social y de la vida institucional (habitual, pac-fica y permanente) se deriva un modelo de conciliacin de grupos y cla-!eS sociales bajo la direccin y el arbitraje del gobernante, en el cual sesom eten y resuelven los conflictos de intereses de grupos, En el porfirism ola conciliacin aparece como el mtodo y el marco poltico que relaciona ypone de acuerdo a los diferentes grupos de intereses que integran la clasedom inante, con exclusin de las dem s clases sociales; en la poca revolu-cionaria el marco de la conciliacin incluye a todas las clases sociales yest dotado, adems, de un estatuto jurdico-constitucional (artculo 123de la Carta Magna) ;6] Las masas populares son aceptadas como un punto de apoyo esencialpara la poltica del desarrollo, hacindolas partcipes del bienestar econ-m ico m ediante el program a de reform as sociales y m ovilizndolas, con baseen ese programa, para someter y disciplinar a otros grupos sociales, sobretodo, en el periodo de consolidacin del nuevo sistem a, o encuadrndolasen organizaciones de clase que se adhieren al organismo del Estado y ques on, d e hech o, form acio nes corporativas ;7] La posibilidad de explosiones revolucionarias de las masas popularesse conjura permanentemente con el programa de reformas sociales y sedesprestigia en continuacin, en el seno de las propias masas, toda oposi-cin revolucionaria, poltica o ideolgica que sta sea (principalmente, porlo que toca a los movim ientos polticos marxistas), aduciendo la imagendel Estado que se debe al pueblo, a los trabajarlores, y que lucha contrauna "reaccin" (abstracta, intangible) que en ningn momento deja deamenazar las "conquistas" de la Revolucin, e!oto es, las reformas sociales.Ello, aparte de que jams se deja de cultivar un temor supersticioso enlos trabaj;dores hacia e1 podero sin lm ites del Estado y, en particular, del/{obernante;8] El atraso del pas sirve de fundamento, tambin, a una poltica exte-

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    rior que acepta la penetracin econm ica. del im l>:r~:l]ism o com o un~ ne-cesidad insoslayab]e del des;l.rrollo econm ico de M exlco, pero a cam bio deque el imperialismo, a su vez, acepte e] pape~ rector que el Estado debede sem pe ar en la econ om a naciona l. S e de sden an los e~ ectos d e~ or~ ad oresque tal penetracin acarrea al desarrollo y. ~te se concIbe en term mos des im ple a cum ulacin de riqu eza, com o c rec im Ie nto ; . ,9] En concomitancia con esta poltica, se ha formado ?na co~epclOnparticular del nacionalism o, com o ideologa y com o prCtica pohtlca .deldesarrollo uniform e e independiente de la nacin. Este desarrollo es ~stosiempre, para tal efecto, como un inters que es com~n a tod~ los miem-bros (las clases los grupos los ciudadanos) de la SO CIedad m eX Icana. Parasu defensa se o~orga al Est~do un papel fund~mental, a travs de su sectorpblico, y se reclaman diversos tipos de ~edldas, que van, des?: la. ;xpro-piacin y nacionalizacin de em pre,sas foraneas hast~ la ~ verslflcaclo~ delcom ercio exterior y la reglam entacin legal de las m vefSlo~ .extranJeras.Pese a ello el naciom~lismo mexicano no se plantea el rompmuento ~on. lapotenc ia dmina nte ; bu sca s olam eI~ .te con di~ io nes p tim as de neg ocIa cI ncon ena que salven la independencIa del pals; en otras palabras, es refor-mista y no revolucionario; .10] En trm inos generales y debido al escaso des;arrollo que expenm en-tan los grupos sociales en el pas y a su dependencIa respec:to del Estado,]a ideologa dominante, que responde absolutamente a los mtereses de laclase dom inante, no es expresada por I~ ex ponen tes d~ esa clase de modosistem tico y perm anente, sino que se deja, de pref~rencla, que la produzcany m anifiesten los grup?s polticos ?~ e de~entan dlrecta~:nte el poder delEstado m ediante soluCiones pragm atlcas hgadas a la pohtlca estatal. D esdeeste p~nto de vista, se puede observar, adem s, que ~os intelectuales al ser-vicio de la clase dominante o de los grupos que ejercen el poder, no sehan significado, como suceda en el ~rfirismo, como verdaderos produc-tores de ideologa, sino que se han lim Itado a la tarea d~ ?ar forma a laideologa dominante o de sugerir me~idas de ord:n tcmco que haganviable la poltica del Estado. Lo antenor, que es cIerto para todo el ~-riodo que inaugura la Revolucin Mexicana, debe complementarse, smembargo, con la importantsima excepcin 9ue en los l~ t:es lustrosrepresentan los pensadores tecnocrticos, qUl~nes no se han hmlta~o a latradicional aportacin de consejos tcnicos, S100 que se han convertIdo, en]a medida en que ellos m ismos participan en el poder, en creadores efec-

    t iv os d e i de ol og a . 'Para ]a comprensin de los lm ites impuestos a este libro, que recoge. laprim era parte de nuestra investigacin sobre la ideologa de la Revolu~lnM exicana, cabe hacer, en conchtsin, las siguientes observaciones particu-lares:El estudio incluye (captulo 1) una somera ~esea de la i?eologa ?elporfirism o; de ningn m odo pretende ser exhaustiva, com o en cierta m edIda3 7

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    in tenta serIo el resto de la obra, y tiene COIIIO nico '>hjetivo el de pre-sentar UII punto de comparacin de los valores ideolgicos revoluciona-rios, de los que es, al m ismo tiempo. su punto histrico de partida.El mbito histrico que cnmarca nuestra investigacin se sita entre1895, aiio en que escribe W istano Luis Orozco, y 1929, ao en. que se

    inicia el maximato y se funda el partido oficial. Hemos excluido del pre-sente volum en el anlisis de estos dos ltimos fenm enos, para reservarloscomo objeto de estudio de la segunda parte. La razn radica en que conla fundacin del partido oficial los grupos institucionales com ienzan su lu-cha con el hombre fup.rte, y ste va perdiendo paulatinamente sus atribu-ciones como rbitro de la poltica mexicana, hasta que es elim inado comotal en 1935. La segunda parte de esta obra cubrir el periodo de la insti-tucionalizacin.

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