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    972.86 V2972l

    Vargas Araya, Armando El lado oculto del Presidente Mora: resonancias de la GuerraPatria contra el filibusterismo de Estados Unidos (1850-1860) / Armando VargasAraya. 1a ed. San Jos, C.R. : Eduvisin, 2010. 432 p. ; 13 X 21 cm. ISBN: 978-

    9968-521-96-3 1. Costa Rica Historia. I. Ttulo.

    Armando Vargas Araya Sobre la presente edicin, Eduvisin.

    Primera edicin Editorial Juricentro 2007 Primera reimpresin Editorial Juricentro 2007

    Diseo de portada de Mara Fe Alpzar, taller de artes grficas MR&M, con base en elleo sobre tela de Gonzalo Morales Saurez. Imgenes suministradas por el autor.Maqueta y armado: Wagner Solrzano Morera, Editorial Eduvisin. Correccin detextos: Marta Guzmn Hidalgo, V&G Comunicacin Persuasiva. Produccin editorial:Lidia Marn Rodrguez, Editorial Eduvisin. Todos los derechos reservados. Esta

    publicacin no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en otransmitida por un sistema de recuperacin de informacin, en ninguna forma ni porningn medio, sea mecnico, fotoqumico, electrnico, magntico, electroptico, porfotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial.

    Impreso por Impresin Comercial G. N., S. A.

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    resonancias de la Guerra Patria contra el filibusterismo de Estados Unidos (1850-1860)

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    A la memoria de mis abuelos Luis Vargas Piedra y Malaquas Araya Salas, de quienesprovengo. A la esperanza de mis nietos Emmanuel Vargas Fruyani y Federico VargasUribe, en quienes me prolongo.

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    Mora uni su voz a la del pueblo. Hubo proclamas de hombre y guerra decidida paraafirmar la patria. En Santa Rosa, en Rivas, en San Jorge, en el San Juan, la vena delgran Lago, se vio a Caas el hroe y al campesino ejrcito luchando: los Garita, losRivas, los Valverdes y Arayas, los Vargas y Cervantes, los Barqueros y Vindas, losBarrientos y Arias Od sus apellidos! No suenan a tierra?... Todos son nuestra

    patria, todos son nuestro barro. Arturo Echeverra Lora (1956)

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    Tabla de contenidoNotas a la segunda edicin Presentacin: Don Juan Rafael Mora y la contencin delexpansionismo de Estados Unidos. Lic. Ral Aguilar Piedra Prlogo: Y t, quhiciste? Dr. Rodolfo Cerdas Cruz Prefacio: La Guerra Patria fue hace un cuarto dehora 33 24 19 15

    Primera parte: la guerraCapitulo 1 Los vastos horizontes del Presidente Mora Una portentosa dcada deprogreso Una nacin indispensable en las Amricas Capitulo 2 El trueno antes de latempestad: la colonizacin de Kinney El gambito tejano en la Mosquitia Un EjrcitoNacional moderno La batalla de las ideas 65 66 71 76 47 53 59

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    Capitulo 3 La respuesta de Costa Rica al reto del destino manifiesto La mano ocultatras el filibusterismo La estrategia militar de Costa Rica La cafetocracia se divide antela campaa Capitulo 4 El Presidente Mora lucha por la libertad de Hispanoamrica Elesplendor de Costa Rica en Santa Rosa y en Rivas Las irritaciones usamericanas y lasiniciativas bolivarianas El terrorismo de Walker y la quinta columna criolla Capitulo 5

    Estados Unidos reconoce la dictadura filibustera Walker agita con el espectro de unaalianza Costa Rica - Reino Unido Un coro de protestas se levanta contraWashington

    83 84 92 104

    109 112 123 128

    141 142 154

    Capitulo 6 Los triunfos de Costa Rica fulguran en Pars 159 Perspectivas francesas en

    torno a la Guerra Patria 161 Una iniciativa hispanoamericana ante el filibusterismo166

    Segunda parte: la diplomaciaCapitulo 7 La guerra al filibustero y el Tratado de Unin Hispanoamericana Unidad,prosperidad y paz Chile, Ecuador y Per impulsan la solidaridad El derecho de serrepblica independiente, libre y soberana

    175 175 177 182

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    Capitulo 8 El Presidente Mora alienta el equilibrio del Mundo de Coln Una oportunaresolucin del parlamento chileno Costa Rica enva misiones especiales a Chile y alPer El Presidente Mora reanuda la guerra contra el filibusterismo Capitulo 9 CostaRica y Guatemala lanzan el Tratado de Confederacin HispanoamericanaMancomunidad ante una amenaza constante La obstruccin de la liga

    hispanoamericana Ante el huracn anexionista y esclavizador Capitulo 10 Costa Ricaconvoca el Congreso Iberoamericano Una osada decisin de poltica exterior Unconvite que provoca La Segunda Independencia Nacional Capitulo 11 El triunfo de lalengua, la sangre y la fe de la raza latina El ejemplo ingls en tiempos de Alfredo elGrande Capitulacin de Walker: gloria de la latinidad Las proezas costarricensesCapitulo 12 La Repblica del Istmo Costa Rica yugula al filibusterismo Nicaraguapropone fusionarse con Costa Rica Que un nuevo Walker no vuelva a esclavizarnos

    187 188 192 198

    203 204 207 210

    213 214 216 223

    227 227 233 236

    243 244 252 256

    Tercera parte: el golpe y el crimenCapitulo 13 El gran desafo a la doctrina Monroe El sol de la Unin Hispanoamericana263 264

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    Costa Rica y Nicaragua, bajo la proteccin de Europa? El Presidente Mora y el

    general Lamar Capitulo 14 Mora, presidente de Centroamrica? Las flotas britnica yfrancesa en el istmo El ms infortunado error del Presidente Mora El ex PresidenteMora dice no, a Estados Unidos Capitulo 15 El Presidente Mora y el bautismo deLatinoamrica La latinidad como escudo ante el filibusterismo Un nexo del alma entreSan Jos, Pars y Venecia Capitulo 16 El atroz magnicidio de Puntarenas La errneadecisin de volver Dos crmenes de Estado El mundo civilizado se conmueve Eplogo:La terca fe patritica del Presidente Mora Antologa bsica Primera proclama Segundaproclama Alocucin a las tropas en Rivas Mensaje presidencial sobre el estado de laRepblica en 1856 Tercera proclama Cuarta proclama Mensaje presidencial sobre elestado de la Repblica en 1857 Fuentes y bibliografa

    266 274

    281 281 286 304

    313 316 320

    329 331 340 345

    351 363 364 365 366 368 377 379 381 389

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    Notas a la segunda edicin

    Esta nueva edicin de El lado oculto del Presidente Mora:

    resonancias de la Guerra Patria contra el filibusterismo de Estados Unidos (1850-

    1860), converge con el consenso entre el presidente del Poder Legislativo y los jefesde las fracciones parlamentarias para declarar Hroe Nacional a don Juan RafaelMora Porras, por ley de la repblica. Asimismo, coincide con la decisin del ConsejoSuperior de Educacinrgano constitucional director de la enseanza de incluir ellibro en las lecturas para colegios y liceos. Ambos acuerdos nacionalesque acreditanel parteaguas histrico aqu definido por el Dr. Rodolfo Cerdas en el prlogo seproducen mientras est en marcha el proceso de revisin de este manuscrito, yaagotadas la primera edicin y la primera reimpresin. El ejemplar que usted tiene ensus manos incorpora documentacin sobre la diplomacia de Espaa concerniente a lalucha contra el filibusterismo, referencias originales del libro que en 1857 public enSantiago el embajador de Chile en Centroamrica, y aspectos ms detallados de la

    correspondencia sobre Costa Rica enviada por los agentes diplomticos de EstadosUnidos. Se agregan criterios de doa Mara Amoretti, don Jos Figueres, don OtilioUlate, el Dr. Teodoro Picado Marn, el Dr. Clodomiro Picado Twight, y don Alberto F.Caas. Se aaden anlisis o datos emanados de obras aparecidas en nuestro pas, enEspaa, en Estados Unidos, en Mxico, en Nicaragua, en el Reino Unido y en laRepblica Dominicana. Se ampla el desarrollo de temas como las invasiones armadasde las tropas filibusteras al territorio costarricense, los designios de la quinta columnacriolla que actuaba en combinacin con los enemigos de la repblica, o latrascendencia de la poltica esclavista del rgimen pirtico en sus relaciones con laUnin Americana.

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    Se adicionan testimonios coetneos sobre la percepcin de la actitud complaciente

    que no el Gobierno federal pero si algunas autoridades de Estados Unidos mostrabanpara con aquellos conquistadores. Hay un prrafo nuevo sobre los nexos raigales de lapartitura y de la letra del Himno Nacional con el periodo de la Guerra Patria. En fin, enla antologa bsica aparecen siete textosalocuciones, discursos, proclamas delPresidente Mora. En el sitio web www.1856.info hay disponibles guas y materiales deestudio relacionados con nuestra epopeya.

    Dos animadas discusiones, a travs de la prensa plana y de la

    prensa digital, se han ocupado de algunos libros publicados en ocasin delsesquicentenario de la Guerra Patria. Baste decir, por ahora, que el objeto principal de

    este trabajo es sacar a la luz una documentacin riqusima relegada a veces por 150aos en archivos que ameritan una investigacin diligente sobre ciertas dimensionesexternas del conflicto blico y diplomtico que devino en crisol de la costarriqueidad.Por cierto, las observaciones pertinentes de la crtica, se atienden en las pginascorrespondientes de esta edicin ampliada y revisada. Al afirmar el derecho de lanacin costarricense a su existencia independiente, libre y soberana se niega,necesariamente, el proyecto expansionista en boga entonces. El Presidente Mora seagiganta y brilla ante el desafo filibusterotema de este libro, lo cual no excusa susgraves errores inaceptables en otras facetas de la vida pblicatema para unabiografa. Siempre es dable teorizar desde instrumentales metodolgicos tornadizos la mode, mas la verdad real de los hechos testarudos est ah. Toda teora es gris,

    adverta Johann Wolfgang von Goethe, y verde es el dorado rbol de la vida. LaHistoria se hace, no se imagina. Quedan orilladas, a la vera del sendero, ciertasdisquisiciones invencionistas uncidas a una versin obsoleta sobre acontecimientosy evoluciones narrados en estas pginas; vale decir, teoras modernistas oposmodernistas enyuntadas con visiones inverosmiles que se dan de bruces contra laevidencia. Esas elucubraciones generalmente procuraban limitar la libertad de cadaquien a tener ideas propias sobre personas y procesos vinculados con la construccinde nuestra sociedad.

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    Determinados discurrimientos solan guardar relacin, ms que con la historiografa,

    con la politizacin o el psicoanlisis. Quiz sean la Guerra Patria y el Presidente Moralos ms afectados por esa tentativa de censura que desdeaba cuanto se publicafuera de las pautas del dogmtico pensamiento nico arrojado por la leyenda suciaen decadencia. El Presidente Mora es forjador principal del prudente y sanonacionalismo costarricense, consolidado en la Guerra Patria, como doctrinaterritorial,no racial; inclusiva, no exclusiva; jus soli, no jus sanguinis que perfila el carcter y losintereses del pas, la cual fundamenta su existencia en trminos de lengua, cultura yreligin, acorde con la estructura de la sociedadentonces en acelerada transicin yla organizacin del Estadoan en construccin por ese tiempo. Sus hondas races,hincadas en un proceso complejo y prolongado, se afianzan en la respuesta a laamenaza del filibusterismo esclavista contra la identidad y los intereses nacionales.

    Sus objetivos son, primero, la independencia del Estado soberano; luego, la unidadnacional a travs de la incorporacin dentro de las fronteras de todos los grupospertenecientes a la nacin; despus, la difusin de las creencias que sustentan laconciencia nacional1. La nocin morista de identidad nacional trasciende Costa Rica yCentroamrica para abarcar la Amrica antes espaola, en una liga o confederacinde naciones iberoamericanas. Hay quienes rechazan el culto al hroe. Segn ellos, elsignificado de las luchas de liberacin ha de buscarse en el estudio de las estructuraseconmicas, las clases sociales y la coyuntura internacional, no en las accionesmilitares y las vidas de los libertadores. As escribe el historiador ingls John Lynchen el prefacio de su Simn Bolvar: a life (2006). Desde esta perspectiva, laafirmacin de [Thomas] Carlyle segn la cual la historia del mundo es la biografa de

    los grandes hombres se considera equivocada, y su idea de que la sociedad estfundada en el culto de los hroes, una curiosa exageracin. Sin embargo,Rodolfo Cerdas, Costa Rica en la encrucijada: globalizacin, identidad y democracia,San Jos: Juricentro, 2010, pp. 176-196. Vase, Adrian Hastings, The construction ofnationhood: ethnicity, religion, and nationalism, Cambridge & New York: CambridgeUniversity Press, 2000.1

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    la independencia de la Amrica espaola resulta incomprensible sin la presencia de

    los libertadores, y sin la intervencin de su autoridad personal es difcil explicar lahistoria posterior. En las acciones de Bolvarcomo en las del Presidente Mora esposible apreciar la dinmica del liderazgo, el poder de mando y los modos de gobernaren la diversa sociedad hispanoamericana, no toda la historia del periodo, pero s degran parte de ella2. Es ley de la vida el inexorable avance del conocimiento. En elmpetu de La Va Costarricense, se renueva y se robustece hoy la costarriqueidadante los efectos de la imparable globalizacin. Esta afirmacin de lo autctono nosignifica aislarse sino, con firmeza, abrirse ms provechosamente al mundo. Losorgenes enriquecen al presente, como el presente alimenta al porvenir: un revivir quees restaurar y conservar el patrimonio heredado, tradicin/transicin. Ser fiel al legadomorista es ser devoto de la llama, no de la ceniza. Este libro es resultado de un

    ejercicio de libertad, virtuosa fuente de la fecunda diversidad. Est escrito con unagran pasin costarricense y con recia esperanza en el porvenir de nuestra casa comnque es la patria defendida con su sangre y con su vida por los hroes de 1856-1857.A. V. A. Casa Baragu, Curridabat 2 agosto 2010

    Profesor emrito de Historia Latinoamericana en la Universidad de Londres, dondedirigi el Instituto de Estudios Latinoamericanos, el maestro John Lynch alecciona:Entre los historiadores acadmicos ltimamente se ha prestado demasiada atencina los conceptos y estructuras, y se han perdido de vista las personalidades detrs delos movimientos de independencia. Sin embargo, en Amrica Latina, sta esincomprensible sin la accin directa de los libertadores. De ellos podemos aprender

    sobre los modelos de liderazgo, sobre todo respecto de qu era lo que haba y qu eralo que era necesario para gobernar. En relacin con su biografa San Martn.Argentine soldier, American hero (2009), dice: No se puede pensar que San Martnno tuviera fallas. l mismo reconoci no haber sido lo suficientemente duro y quedebera haber fusilado a algunos de sus oficiales en altos cargos Juana Libedinsky,Bolvar le fall a San Martn al negarle soldados, La Nacin (Buenos Aires), 18agosto 2009.2

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    Presentacin Don Juan Rafael Mora y la contencin del expansionismo de EstadosUnidos

    Aproximarse al conocimiento de los hechos, es el ideal que

    persigue la investigacin histrica en sus diferentes enfoques. Es comprensible queexista diversidad de interpretaciones de un mismo acontecimiento, determinadas por lacorriente historiogrfica que las enmarca o bien, conforme el inters o punto de vistadel investigador. De ah la importancia y el cuidado con que debe emprenderse lalectura de obras que abordan un tema histrico determinado. En el caso costarricense,los estudios efectuados sobre el tema de la guerra librada contra los filibusteros en1856-1857, varan poco y son escasamente representativos, si se toma en cuenta elinters y la preocupacin que el Estado ha mantenido en conservar en la memoriacolectiva del pueblo, el recuerdo permanente de esta gesta heroica. Durante lasegunda mitad del siglo XIX y an la primera del XX, el conocimiento de la gestaheroica se debi ms a la tradicin oral y a la memoria periodstica que al resultado de

    estudios especficos. No hay que olvidar, como dice Jacques Le Goff, que el trnsitode lo oral a lo escrito es importante tanto para la memoria como para la historia3. Sinduda, la prensa escrita contribuye a la divulgacin de la gesta heroica de manerasignificativa. Cercana a los acontecimientos, constituye una autntica radiografa de lacotidianidad; ms alejada en el tiempo, recupera el testimonioJacques Le Goff, Pensar la Historia: modernidad, presente, progreso, Barcelona:Ediciones Paids, 1991, p. 54.3

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    de los an sobrevivientes, a fin de divulgar sus recuerdos como protagonistas de aquel

    hecho histrico. Quienes han escrito sobre el tema, de manera insistente centran suatencin en los asuntos poltico-militares del conflicto. Por lo general, son omisos encontextualizar esta experiencia histrica con una visin ms comprensiva de loshechos, ligados a aspectos geoestratgicos de la regin centroamericana. DonFrancisco Montero Barrantes y don Joaqun Bernardo Calvo Mora, son loshistoriadores autnticamente costarricenses que por primera vez tratan el temareferente a la guerra contra los filibusteros. Antes que ellos, lo hizo don LorenzoMontfar pero, si bien este autor de origen guatemalteco se ocup de escribir porencargo del Gobierno de Costa Rica el Walker en Centro Amrica (1887), su posicinideolgica lo convierte ante todo en un centroamericanista; de ah que este libroapareci tambin como tomo stimo de su extensa Resea Histrica de

    Centroamrica (1878-1887). Montero Barrantes y Calvo Mora publicaron sus trabajosen la dcada de 1890, formando parte de una obra general el primero (1894) ycolectiva el segundo (1897). En ambos casos, el tratamiento que dan al conflicto esesencialmente el de las acciones militares. Con el advenimiento del siglo XX, seobserv en nuestro medio un inters por conocer el punto de vista filibustero. ManuelJos Carazo Peralta traduce de manera parcial la Historia de los Filibusteros de JamesJeffrey Roche (1908). Unos aos ms tarde, don Ricardo Fernndez Guardia se ocuptambin de la traduccin al espaol del propio libro de William Walker, La Guerra deNicaragua (1924). Con motivo del centenario del nacimiento de don Juan Rafael MoraPorras, en 1914, don Faustino Vquez y don Manuel de Jess Jimnez publicaron eltomo de Documentos relativos a la Guerra Nacional de 1856 y 57 con sus

    antecedentes, en donde recopilan una muestra representativa de lo que fueron lasrelaciones de Costa Rica con el exterior a raz de la presencia filibustera en Nicaragua,no sin antes advertir que de lo escrito sobre el tema, el mayor inters lo ocupaba elaspecto militar de esa lucha, con desconocimiento de las acciones en

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    el campo diplomtico y civil. Estas palabras hacen eco en el Lic. Teodoro Picado que

    toma en consideracin lo observado por Vquez y Jimnez, en el momento de publicarsu trabajo, Antecedentes de la Guerra Nacional. Apuntes para nuestra historiadiplomtica (1922). A pesar de los pasos dados con la intencin de ver una facetadiferente de estos hechos histricos, los estudios que se publicaron en los aossubsiguientes continuaron planteando el asunto en su enfoque tradicional; es decir,con la atencin centrada en las acciones militares llevadas a cabo en Santa Rosa,Rivas y San Juan, tal y como lo haban planteado, desde la centuria anterior, CalvoMora y Montero Barrantes. En 1956-57, fue celebrado el Centenario de la Guerracontra los Filibusteros. En esta ocasin se dieron a conocer dos nuevas obrasreferentes a la presencia de William Walker en Nicaragua, su posterior expulsin delistmo centroamericano y la participacin asumida por Costa Rica en estos hechos

    histricos. Estas obras, particularmente importantes y significativas, son la de donArmando Rodrguez Porras, Juan Rafael Mora y la guerra contra los filibusteros (1955)y la de don Rafael Obregn Lora, La Campaa del Trnsito (1956). La primera centrasu atencin en el papel del Presidente Mora y su liderazgo en la lucha contra losfilibusteros, aunque lo narrado apenas llega a lo que fue la segunda batalla de Rivas;la segunda, es un estudio ms completo que le permite destacar la atencin prestadaa las acciones de la toma de los vapores de la va del trnsito, hasta ese momentopoco advertida en su verdadera dimensin. Ambos trabajos observan un progreso encuanto a la profundizacin del conocimiento histrico de este perodo, en el uso de lasfuentes documentales y en el mejor empleo metodolgico en su tratamiento, pero elenfoque de los asuntos militares del conflicto, continu. Para conocer de manera

    amplia la visualizacin del conflicto, dentro de un contexto que trascienda el habitualplanteamiento localista de la historiografa centroamericana, es muy importanteconsiderar aspectos como el anlisis de la estrategia geopoltica del momento, eldesafo de la doctrina Monroe y su complemento, el destino manifiesto, las relacionesde los pases centroamericanos en el consorcio de las naciones occidentales de lapoca.

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    An cuando algunos historiadores o estudiosos del tema del filibusterismo, pretenden

    hacer una distincin entre las actividades filibusteras como empresa privada y lapoltica oficial del gobierno estadounidense de la poca, sin duda alguna existenposiciones afines en cuanto a las intenciones expansionistas de ambos. Esto llev alos centroamericanos a procurar el apoyo de aquellos pases vctimas de la agresin obien, adversos a este tipo de actividad punitiva que, por las circunstanciaspresentadas, en el futuro podran afectarles la experiencia vivida por los pases delistmo. Don Armando Vargas Araya, de manera acuciosa, investig aspectos como losantes mencionados, los cuales plantea en el libro que hoy pone a disposicin delpblico. Hasta ahora, obras precedentes apenas si los mencionan, no obstante queevidencian los verdaderos alcances del expansionismo estadounidense de aquellapoca, frenado precisamente por la actitud valerosa, visionaria e incontestable del

    Presidente de Costa Rica, don Juan Rafael Mora Porras. Este libro, sin ser unabiografa del Presidente Mora, destaca en su planteamiento el papel estelar que tuvocomo protagonista del conflicto. A lo largo de su lectura, se pueden apreciar lasimportantes gestiones de su Gobierno en procura de defender y conservar lasoberana e independencia del pas. Apunta mucho lo que fueron sus esfuerzosparticularmente por detener el expansionismo de la nacin del norte, as como lasgestiones efectuadas en busca del apoyo de pases vctimas o propensos a la accinfilibustera. Controvertido el Presidente Mora? Por supuesto que s. Esto ha dadolugar a la adopcin de posiciones en donde se quiere ver nicamente el lado negativode su personalidad histrica pero, como deca el patriota cubano, Carlos Manuel deCspedes, el que no tiene detractores, no ha hecho nada en el mundo4. Por la

    manera de actuar ante el peligro que asechaba a las nacionalidades del istmocentroamericano, don Juan Rafael Mora Porras es un personaje que exige serestudiado con detenimiento por los bigrafos y los historiadores.

    Citado por Armando Vargas Araya, El Doctor Zambrana, San Jos: Editorial de laUniversidad Estatal a Distancia (en adelante EUNED), 2006, pp. 20-21.4

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    El autor del libro, en forma novedosa muestra el resultado de una investigacin seria,

    meticulosa, slida y bien sustentada en la amplia y variada bibliografa ydocumentacin, respaldada con un aparato referencial excelente que sirve de soportecientfico a esta obra. Sin duda, El lado oculto del Presidente Mora: resonancias de laGuerra Patria contra el filibusterismo de Estados Unidos (18501860), es unaimportante contribucin al mayor conocimiento del conflicto que signific la presenciafilibustera en Centroamrica; tambin un valioso aporte a la conmemoracin delsesquicentenario de esa gesta heroica. Ral Aguilar Piedra Director, Museo HistricoCultural Juan Santamara Alajuela, marzo de 2007

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    Prlogo Y t, qu hiciste?

    La excelente obra de Armando Vargas Araya que aqu se

    presenta, El lado oculto del Presidente Mora, constituye una revisin profunda y

    sustantiva del hecho ms relevante que registra la historia republicana de Costa Ricahasta el da de hoy. Su investigacin, sin embargo, nos brinda mucho ms que eso, yaque constituye un gran hito divisorio entre, de un lado, la desidia interesada, lamediatizacin calculada y la subestimacin deliberada de un pasado en que se nosmaleduc, minimizando los alcances y la significacin de los acontecimientos; y, deotro, la nueva, urgente y justa revaloracin de esos hechos, inevitablementeapasionada, moralmente vibrante ylo mejor de todo histricamente comprobada,que debe marcar, a partir de esta investigacin, el nuevo enfoque y la modernacomprensin de esa gran gesta liberadora de 1856 y de la figura seera del PresidenteJuan Rafael Mora. En una nacin campesina como la nuestra, modesta, inclinadahacia el trmino medio, adems de temerosa de todo posible exceso, quiz el uso tan

    definido y explcito de estos trminos radicales pueda parecer extremo. Pero estoyseguro de que no lo es, porque su radicalismo reside, a lo sumo, en el abordaje de losproblemas desde su raz. Por ello esta obra demuestra, hasta la saciedad, que lo quehasta ahora se acall y mediatiz fue el enorme eco histrico de aquellas gloriosasbatallas libradas por el Ejrcito Nacional costarricense, sostenidas no solo para liberara Nicaragua del yugo esclavista del aventurero William Walker, sino para trazarle lalnea surcomo bien dice el autor a las pretensiones expansivas del imperialistadestino manifiesto de Estados Unidos, que ya haba cercenado Mxico y apoderdosede la California.

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    Por razones que se adivinan bien calculadas, como analizar ms adelante, durante

    dcadas se subvalor y hasta aldeaniz la histrica y brillante conduccin poltica de lagesta antifilibustera del Presidente Mora, la cual, malvolamente, se redujo y opachasta hoy, por medio de semiverdades y mentiras enteras. Pero ahora resulta que laverdadera dimensin histrico-poltica de aquellos combates fue tan grande, que donArmando, hurgando aqu y all y encontrando en todas partes documentacin ytestimonios, ha logrado demostrar, prolijamente, que la gran obra de Mora no se limita triunfar en las heroicas batallas de Santa Rosa, Rivas y el Trnsito, sino queconstituye una hazaa que se proyecta mucho ms all del istmo y marc el destino yla ruta a la inmensa geografa hispanoamericana. Tanto as, que fue a partir de estemomento en que ese horizonte histrico-geogrfico recibi su nuevo nombre deAmrica Latina, que en su concepto y dimensin actualesinexistente hasta

    entonces, emerge incontenible al amparo de la gesta libertadora costarricense enNicaragua, gracias a un bardo colombiano que, admirado con ella, lo consagr en unpoema suyo, por cierto escrito en el digno marco de la Venecia que pintara ilCanaletto, su paisajista por excelencia. El libro se mueve simultneamente en variosregistros y niveles que se unen, se separan, se interpenetran y condicionanrecprocamente y los cuales, bueno es decirlo, el autor combina con maestra, solturay solvencia intelectual e investigativa de la ms alta calificacin. El nivel ms obvio einmediato es el local y centroamericano. Pero la investigacin es tan amplia yprofunda, que inevitable y naturalmente se asciende a un contexto mucho mayor,comenzando con los acontecimientos que, ya en ese momento, se precipitan al interiorde Estados Unidos. Son los instantes en que, como en la trama de una tragedia

    griega, se perfila la Guerra de Secesin y la lucha contra la esclavitud. Pero lasconexiones no acaban all. Porque con una envidiable nocin y manejo de loscontextos histricos, el estudio contina con las complejas y contradictorias relacionesy vnculos de la naciente y avasalladora potencia con Hispanoamricaa la que, comolo recuerda el autor, Hegel le vaticinara su futuro ya en 1822, en el inicio de unproceso que, comenzando con la doctrina Monroe, empiezan a afinarse las lneasmaestras de su destino ulterior. El gigante prueba y ensaya en su poltica exteriordando origen, en su momento, al destino manifiesto, la Big Stick policy, la Dollar

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    diplomacy, la Good Neighbour policy, etc. Es de aqu de donde surge el problema de

    sus relaciones con las grandes potencias europeas, en particular con Inglaterra,Francia, la euroasitica Turqua, de un lado, y Rusia de otro, muy en particular en esteperodo, cuando se produce la aparentemente lejana y ajena Guerra de Crimea, queocupa los aos de 1853 a 1856. La Guerra de Crimea, nos lo recuerda el autor,adems de ser la primera donde se utiliz el telgrafo para la corresponsala de guerray emergi la figura de Florence Nightingale y el cuidado de heridos y prisioneros, verssobre el control del Mar Negro y el tema clave de las rutas comerciales existentes yqu otra cosa era para todos ellos el istmo centroamericano y el Mar Caribe?. Conello, pues, se dio un tiempo, ignorado hasta hoy, en que el camino de la historia deCentroamrica pas por la lejana Crimea. Porque mientras las viejas potenciascoloniales se vean con las manos atadas all, el joven y pujante imperio tena sueltas

    las suyas aqu. Eso le brind un tiempo precioso, un cierto retardo ventajoso para s,que retrasaba la llegada de respetables fragatas inglesas y francesas, que despuspulularon en San Juan del Sur y en Greytown, como la Orion de 91 caones, Arrogant,con 47 caones, Victor, Intrepid, Pioneer y Hermes, con seis caones cada una,Imperiuse, Cossack y Tartar, con veinte caones cada una, Archer con 13 caones,Eurydice con 26 caones, etc. As, con su titnica labor, el Presidente Mora tambinresult defendiendo el derecho a existir de una pequea nacin en medio de unchoque de gigantes, a los que solo les preocupaban las vas de comunicacin, elcontrol del istmo, sus zonas de influencia y la eventualidad de un futuro canalinterocenico. Suerte grande que esto fue ayer y no hoy, porque en la actualidad noparecera hallar respuesta la pregunta de Omar Dengo sobre adnde estaba el

    Presidente Mora que marcara el rumbo de nuestra responsabilidad histrica. La guerracontra los filibusteros jefeados por Walker revivi en la regin los viejos ecos delproyecto de unin bolivariana, de cara a unos Estados Unidos de Amricainevitablemente expansivos, pero result no solo contempornea con la Guerra deCrimeacomo simple cuestin de calendario, sino que mantuvo con ella una relacintan profunda como oculta y condicionante. Y este preciso aspecto de incalculable valorhistrico, la investigacin se encarga

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    de sacarlo a la luz y darle todo el significado trascendente que le corresponde, lo cual

    es otro significativo aporte del investigador, puesto que, hasta hoy, se haba mantenidooculto, con uno y otro acontecer aislados, como si fueran hechos separados ydistantes, como aparentan ser a primera vista. En otro sentido, este hallazgo sirvepara evidenciar como lo que fue una parte indisoluble de la historia regional y mundialdevino, en manos de ciertos intereses espurios y romos, un incidente subalterno ysecundario, ocasionado de manera aislada por un grupo de aventureros enfrentadoscon un modesto tendero de aldea. Ciertamente, un caso de eurocentrismo promovidodesde la periferia, pero en la realidad nada inocente, ni en la intencin, ni en lasconsecuencias. Este empobrecimiento de un hecho de la mayor trascendenciahistrica para Costa Rica, para Centroamrica, para el subcontinente americano yhasta para las grandes potencias mundiales, tendra su lgica y explicacin propias.

    Parece responder a dos factores concomitantes de la mayor importancia e influencia:uno es interno y en correspondencia con el poder y el pobre papel que, en la guerracontra los filibusteros, tuvo cierta parte de la lite cafetalera nacional. Otro es externo yest relacionado con el malinchismo que gener la guerra fra en ciertos grupos depoder. Un aspecto de suyo interesante de la obra de Vargas Araya es que, uniendo ala riqueza de su aporte y su solidez investigativa, el hado feliz de la oportunidad, esuna clara contribucin a demostrar las limitaciones y debilidades conceptuales decierta moda intelectual, muy en boga en la llamada posmodernidad, que a mi juicioresulta altamente ideologizada, perniciosa para la comprensin de las nacionalidadesemergentes y empobrecedora para la comprensin de los fenmenos histricos ypolticos del surgimiento de las identidades nacionales, especialmente en lo que se

    refiere a los pases pobres y subdesarrollados. Segn esa visin, identidad ynacionalidad son el resultado de una invencin reservada a las lites dominantes y noel fruto objetivo de un conjunto de procesos socioeconmicos, polticos y culturalesreales, que les dan vida, significado y sustentacin. Sospechosamente,

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    siempre estos enfoques se corresponden con las pretensiones de intereses

    imperialistas que necesitan y buscan debilitar, cuando no abolir o deslegitimar, laidentidad y nacionalidad de pases pequeos y jvenes que se les oponen yreivindican su derecho a la autodeterminacin. Significativamente, es a estos aquienes se les aplica lo de la invencin de la nacionalidad, puesto que para los pasesgrandes, poderosos, imperialistas y neocoloniales, el concepto no tiene aplicacin. Nisiquiera lo tiene respecto a Estados Unidos de Amrica, tan joven y novel como lasotras naciones latinoamericanas. As, como que la invencin de la nacionalidad es unrecurso ideolgico ms, que se utiliza para menguar el concepto de nacin, cuando setrata de enfrentar polticas imperialistas y globalizadoras, no cuando el objetivo esimponerlas. Como se dijo, hay tambin un factor mediatizador interno, que ha jugadoun papel muy importante en la desvaloracin final de la lucha antifilibustera. Se trata

    de la actitud histrica de cierto sector de la lite cafetalera que, por dcadas, logrocultar dos conductas suyas tan ruines como antipatriotas: de un lado, su reticenciasemioculta a combatir la amenaza de William Walker, que ahora Armando Vargasilumina a toda luz; y, de otro, lo peor de todo, su horrendo crimencomo lo califica elautor al fusilar a Mora y a Caas, en uno de los homicidios ms oscuros de nuestrahistoria. Es tambin de esta conciencia culpable, oscilante entre la vergenza, elmiedo y la traicin, que nacen los esfuerzos por dar vida a una aldeanizacinempobrecedora de don Juan Rafael Mora, de su conversin folklrica en un simpletendero, sometido en todo al intelecto y la pluma de algn extranjero, ya francs, yaespaol o hispanoamericano en trnsitoArmando Vargas se cuida de ubicar, comonunca antes y con una claridad excepcional, el papel de cada quien, que le habran

    dictado no solo qu decir, sino qu hacer y cmo. A don Juanitonombre que noagrada al autor, para esta interesada corriente social, solo le queda la ambicin msbrutal, los negocios oscuros y el autoritarismo dictatorial. La infamia como medalla dela heroicidad histrica. El mito infame se derrumba irremediablemente con el estudio yanlisis histrico que se hace en la obra que se prologa y gracias a una slidasustentacin que acredita, paso a paso, cada afirmacin. No se adivinara, quizs,detrs de la exaltacin, por

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    lo dems merecida y justa, de Juan Santamara, un cierto esfuerzo malvolo y ruin de

    amenguar la gran figura de Juan Rafael Mora, inteligente, astuto, informado y culto, enel mezquino afn de diluir el crimen en una ancdota infortunada y no en laculminacin de un calvario que, ms que poltico y personal como se ha presentado,tiene el tinte rojo del conflicto social y de la emancipacin de clase contra el dominiode un sector oligarca que, de no haber encontrado despus de su crimen el freno delGeneral Guardia, de Gonzles Flores, de Caldern Guardia y de Figueres Ferrer,podra haber centroamericanizado, en el mal sentido del trmino, la sociedadcostarricense? El otro factor condicionante, de naturaleza externa y ms reciente, tieneque ver con los efectos de la guerra fra en Costa Rica y la intencin malinchista criollade querer ocultar, tras el expansionismo imperialista y esclavista presente en WilliamWalker y su aventura en Nicaragua, el deseo y objetivo estadounidense de garantizar

    su control sobre el istmo centroamericano y el futuro canal interocenico. Este aspectode la historia nacional, en su contexto regional, en el clima intelectual inhspito de laguerra fra, fue considerado como parte de un arsenal peligroso en manos deantiimperialistas de todo pelaje, desde los comunistas puros y duros, hasta los apristasy nacionalistas de todos los signos, como los que firmaron en Guatemala el Pacto delCaribe. Se mediatiz as, aunque esta vez por razones geopolticas de carctermundial y regional, la gesta de Mora, la naturaleza real del filibusterismo, el papel delgobierno usamericano y el significado y alcances de la derrota. Para no concederargumentos al comunismo, se maquill el papel de Estados Unidos en el conflicto de1856 y se anublaron los intereses concretos de las grandes potencias enfrentadas enla regin. No en vano la obra Fbula del tiburn y las sardinas del expresidente

    Arvalo, en absoluto de corte comunista o marxista, fue objeto de los ms fuertesataques, en coincidencia con una ultraconservadora conspiracin, nacional yextranjera, que le cost a Guatemala ms de medio siglo de doloroso calvario poltico-militar, del que apenas recin ahora se repone. Ambas vertientes, interna y externa, secombinaron, pues, para empobrecer un hecho histrico rico y aleccionador, que ahoraArmando Vargas saca a la luz y de qu manera! De aqu sale otra

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    de las claves en que est escrita la obra, que es una especie de contrapunto que se

    produce entre el texto y el aparato de notas y fuentes que, por su profusin, calidad,novedad y rigor, merece ser ledo por s mismo. No cabe aqu, acerca del valor yalcance de las notas y aclaraciones, ninguna mala interpretacin. No se trata, enabsoluto, de un alarde intil de erudicin. Es una sustentacin documental ytestimonial pertinente, inmediata y concreta, de cada cosa que se afirma; es un traerdocumentos, declaraciones e informaciones que, de manera sustantiva y oportuna,iluminan y hacen irrefutables los hallazgos, las rectificaciones y los argumentos que elautor introduce. Por ello puede afirmarse, sin temor a equivocarse, que en esta obrano solo hay trabajo, investigacin, detalles y hallazgos de la mayor importancia. Haypasin, amor y respeto. Pasin por una Patria que se desdibuja, cuando ms quenunca requiere reafirmacin de sus rasgos esenciales. Hay amor por el personaje, sus

    aportes, fortalezas y debilidades. Y hay respeto, no solo por l, sino por sus amigos,aliados y hasta adversarios; y, sobre todo, por la verdad histrica. Pese a ello, lalectura es fcil, fluida e inspiradora. Es de all de donde nace mi conviccin de queesta investigacin es un parteaguas histrico, a partir del cual habr una historia de laCampaa Nacional, muy respetable sin duda, valiosa, de gran trascendencia nacional,donde se reconoce la jefatura mediatizada de Mora, pero empobrecida por losintereses sociales ya referidos, e incapaz de dar nada ms de s misma; en suma, unaversin que es, en buena parte, la que hemos aprendido hasta ahora. Y habr otra,nueva, vibrante, profunda y viva, ms verdadera y ms frtil, que es la que surgeahora con esta obra, en la cual don Armando nos descubre nuevos mundos y otro ygigante Juan Rafael Mora, del que si bien nos honra ser compatriotas, por su estatura

    histrica ostenta el derecho de cuestionarnos ante cada reto, con el poeta: Y t, quhiciste? No vino a ti la palabra encendida para defender tu pueblo? Dr. RodolfoCerdas Cruz Centro de Investigacin y Adiestramiento Poltico Administrativo - CIAPASan Jos, marzo de 2007

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    Prefacio La Guerra Patria fue hace un cuarto de hora

    La

    victoria decisiva de Costa Rica sobre el filibusterismo de Estados Unidos el 1 de mayo

    de 1857, es el hecho ms prodigioso de nuestra existencia democrtica y republicana.Si el expansionismo territorial usamericano5 impera, desaparece la nacin soberanasurgida en 1821. A los 36 aos de la emancipacin del Imperio Colonial Espaol, elpas conquista a fuego y sangre su Segunda Independencia. En los albores delbicentenario de vida independiente, es posible constatar, con plena consciencia, elsignificado histrico del xito armado, diplomtico y poltico de la Costa Rica heroica.La derrota pudiera haber degradado esta patria a la condicin de Estado LibreAsociado, en el mejor de los casos: algo ms que una colonia, algo menos que unpas. El da nacional habra sido no el 15 de setiembre sino el 4 de julio. El efectodomin o de rplica, a la manera de los fenmenos telricos, quiz hubiera ampliadoese vasallaje hasta la Patagonia, como proponan los fundadores del experimento

    divino y mesinico en Amrica y sus propagandistas del troglodita dogmaUsamericano: neologismo ms eufnico que estadounidense, ms preciso queamericano y menos confuso que norteamericano; americanos somos todos loshabitantes de las Amricas desde la Tierra del Fuego hasta Alaska, norteamericanostodos los que habitamos desde Centroamrica hasta el Canad: el Mundo de Colncomprende dos continentes: Amrica del Sur y Amrica del Norte. Don GonzaloChacn Trejos acu el trmino en su folleto Costa Rica es distinta en HispanoAmrica; Usamrica para los usamericanos, San Jos: Trejos, 1969.5 6

    Unin Americana equivale a Estados Unidos.

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    del destino manifiesto7 o del nacionalismo radical del movimiento Young America8. El

    xito geoestratgico de Costa Rica refulge en el mundo porque asegura lasupervivencia de la cultura latina, la lengua espaola y la religin catlica en elHemisferio de Coln. El adversario vencido es nada menos que el anglosajonismousamericano y su creencia de ser un pueblo separado, innatamente superiorpor susangre ms que por sus instituciones, preordinado para llevar el buen gobierno, laprosperidad comercial y el protestantismo individualista a los continentes americanos yal planeta entero9. La hazaa de rendir al filibusterismo voraz y de atajar elexpansionismo avaricioso es honra de Costa Rica, de Centroamrica, deHispanoamrica y de la latinidad toda10. Es el pueblo costarricense liderado por suPresidente Constitucional don Juan Rafael Mora, quien derrota al filibusterismosiniestro en la esplndida batalla de Santa Rosa, en la briosa accin de Sardinal,

    Con minscula destino manifiesto porque apenas sube de frase periodstica a esloganpoltico pero sin cuerpo de doctrina propio como conjunto de conocimientos o teorasfundamentales de una ciencia o disciplina. Troglodita, por brbaro y cruel.7

    Young America: movimiento fundado en el espritu juvenil y emprendedorcaracterstico de la dcada de 1840 en Estados Unidos, que combina el universalismodemocrtico con un nacionalismo agresivo y la nocin del destino manifiesto, sobreuna plataforma de libre comercio, acceso a los mercados externos, anexionismoterritorial y apoyo al filibusterismo; constituido en faccin del partido Demcrata, pierde

    mpetu al concluir la Administracin Pierce en 1857 vase Merle E. Curti, YoungAmerica, American Historical Review, n. 32, October 1926, pp. 34-55.8

    Reginald Horsman, La raza y el destino manifiesto: orgenes del anglosajonismo racialnorteamericano, Ciudad de Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1985, p. 11.9

    Aquella hazaa conmovi al mundo entero y puso en peligro la independencia denuestros pueblosCon el lector, Comisin De Investigacin Histrica de laCampaa de 1856-1857, Crnicas y comentarios, San Jos: Imprenta Universal, 1956,

    p. 7. No abrigo el menor intento de confundir la campaa de la independenciacentroamericana con las campaas de Alejandro el Macedonio, [pero] no vacilo encolocarla entre los ms grandes y trascendentes [hechos de la humanidad] que handado aliento a los clarines de la fama Antonio Zambrana, Discurso pronunciado enla noche del 1 de mayo en el saln del Congreso Nacional, San Jos: Tipografa deVicente Lines, 1895, p. 5.10

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    en el heroico combate de Rivas y en las admirables acciones del ro San Juan11. Las

    fuerzas expedicionarias de El Salvador, Guatemala y Honduras coadyuvan en la etapafinal de la lucha, al igual que los combatientes nicaragenses, pero el que yugula ycorta el hilo de la vida a la falange filibustera es el Ejrcito Nacional de Costa Rica12.Este libro llama Guerra Patria y no Campaa Nacional a las gloriosas hombradas de1856 y 1857. La Patria Costarricense corona la consolidacin de su identidad nacionalen la lucha contra la usurpadora soldadesca usamericana13. La expresin campaanacional es una referencia anhelante a una nacin centroamericana que nuncaexisti en la realidad. Patria, adems, comprende el sueo moraznico de la PatriaGrande centroamericana y el ensueo bolivariano de la Patria Magnahispanoamericana. El presidente Alfredo Gonzlez Flores es quien primero denominaGuerra Patria al combate contra el filibusterismo

    La guerra del 56 ha sido la nica comprendida por la masa popular Vctor ManuelSanabria, Anselmo Llorente y Lafuente, primer obispo de Costa Rica, San Jos:Editorial Costa Rica (en adelante ECR), 1972, p. 189.11

    El aterrador filibusterismo es extirpado por el patritico sacrificio de Costa Rica que lehace la guerra hasta aniquilarlo John Bassett Moore, A great Secretary of State,Political Science Quarterly, vol. 30, n. 3, September 1915, p. 390. La primera partede la accin armada contra Walker, carg totalmente sobre los hombros de Costa Ricay de su gran Presidente J. Ricardo Dueas Van Severen, La invasin filibustera de

    Nicaragua y la Guerra Nacional, San Salvador: Secretara General de la Organizacinde Estados Centroamericanos, 1959, p. 147. Una vez decidida su participacin en laguerra, Guatemala tarda cinco meses para recibir su bautizo de fuego; El Salvadorcuatro meses. Costa Rica, en el trmino de un mes y siete das, sostiene tres batallasimportantes y sale victoriosa, despus de un recorrido de ms de 300 kilmetros. []

    Honduras decide mandar una insignificante columna de 300 soldados Marco A.Soto V., Guerra Nacional de Centroamrica, Guatemala: Editorial del Ministerio deEducacin Pblica, 1957, pp. 76-77.12

    La idea de una identidad americana se ha deshecho de inhibiciones conceptuales y

    ahora puede estudiarse como el surgimiento de comunidades imaginadas o inclusocomo el desarrollo del nacionalismo en la Amrica espaola de comienzos de la eramoderna John Lynch, Simn Bolvar, Bogot: Planeta, 2009, p. ix.13

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    deletreo, sus patrocinadores, sus financistas y sus colaboradores costarricenses

    cuya traicin se camufla an14. Aqu se narran las gallardas del Presidente Mora y suequipo de Gobierno en Centroamrica, en Hispanoamrica, en la Unin Americana yen Europa. Porque la Guerra Patria coloca a Costa Rica en un mapamundi marcadopor la Guerra de Crimea, conflicto que se percibe en el istmo en diversos aspectos. Lareina Victoria I y el emperador Napolen III, el primer ministro Palmerston y el papaPo IX, los gobernantes Pierce y Buchanan, los presidentes Castilla y Montt, losescritores Marx y Verne son parte de los personajes que aparecen en las pginassiguientes. Este libro es solamente una exploracin de algunas dimensiones externasde nuestra epopeya; no es un estudio enciclopdico sobre las campaas de 1856 y1857, o un anlisis detallado de la extraordinaria dcada morista, ni tampoco es unensayo biogrfico sobre el Presidente Morasus errores no se tapan, pero se muestra

    el lado encubierto del gobernante. Se necesitan la biografa del estadista, la edicinde sus discursos y proclamas, as como la obra moderna que, con metodologa yrecursos actuales, haga justicia a la Guerra Patria. El texto, que aspira a combinar lameticulosidad historiogrfica, el anlisis poltico y el oficio periodstico, est escrito enpresente histrico, con el afn de dar realidad vvida a hechos del pasado quedeterminan el presente y signan el porvenir15. En aquella crisis de civilizacin, elespritu salva a la nacin, en lucha contra elementos en apariencia ms poderosos. Silos quinientos aos de presencia europea en Costa Rica se comprimen en sesentaminutos, la Guerra Patria sucedi hace como un cuarto de hora.Alfonso Chase, La generacin del 56 Tribuna Democrtica, 4 enero 2007,www.tribunademocratica.com/2007/01/la_generacion_del_56.html

    14

    La sociedad costarricense vive una dinmica que encuentra en aquel procesohistrico un punto de referencia, un marco motivador, para las decisiones que comosociedad se deben de tomar. La coyuntura del presente exige de acciones claras ypatriticas; el ejemplo de los costarricenses que vivieron la lucha contra los filibusteroses un referente obligado e inspirador para la reflexin sobre el presente ManuelAraya Incera, La relevancia de los aspectos diplomticos de la Campaa Nacional,presentacin a Araya Incera (Editor), Relaciones internacionales y lucha contra losfilibusteros: Teodoro Picado Michalski y Rafael Obregn Lora, San Jos: ComisinNacional de Conmemoraciones Histricas, 2006, pp. 17-18.

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    La ortografa y la puntuacin se actualizan, aunque se conservan nombres

    geogrficos: Moracia por Guanacaste, Nueva Granada por Colombia, Tortuga porCrdenas. Los tiempos verbales de algunas citas se alinean en presente, sin afectar elsignificado. Los ministerios de Relaciones Exteriores, cualquiera sea su nombre, soncancilleras y cancilleres sus titulares; los ministros residentes y encargados denegocios, son embajadores16. Don Juan Rafael siempre es el Presidente Mora, noJuanito porque tampoco, adi!, se baja el piso a Tomasito o Rafaelito, Ricardito oCletitodon Juan Mora Fernndez es Jefe de Estado, no Presidente de la Repblica.Se procura llevar un orden cronolgico, aunque hay traslape temporal en algunoscaptulos. Las traducciones son del autor.

    ab

    Los tres primeros captulos contextualizan el amplio panorama

    de la Guerra Patria y la preparacin del Ejrcito Nacional para la defensa del pas. Ladimensin hispanoamericana de la lid se destaca a partir del captulo cuatro. Laincidencia del conflicto Reino Unido/Estados Unidos por el dominio del istmo es temadel quinto captulo. En el sexto, se enfatiza la tendencia europesta de laAdministracin Mora. Tres iniciativas de alianza defensiva hispanoamericana,consecuencia directa de la campaa contra el filibusterismo agavillado, se examinanen los captulos siete a once: el Tratado de Unin (Santiago de Chile), el Tratado deConfederacin (Washington) y la convocatoria del Congreso Iberoamericano (San

    Jos).

    Aqu se igualan los rangos diplomticos pues todava a mediados del siglo XIXnicamente a los emisarios de las grandes potencias se les otorgaba la categora deembajador, los dems Estadosincluida Costa Rica intercambiaban ministrosresidentes.16

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    Descabezado el filibusterismo turbulento, Costa Ricasin proponrselo forcejea con

    Estados Unidos, potencia hemisfrica emergente, al punto de desafiar la doctrinaMonroe, estrella polar de la poltica usamericana17. Esa pugna poltica, de especialsignificacin, es el tema de los captulos doce a catorce. La faceta menos conocida dela Guerra Patria puede ser su relacin con el bautismo de Amrica Latina, asunto quese trata en el decimoquinto captulo. Es a partir de esta reviviscencia de la lucha Davidversus Goliat, que la Amrica espaola recibe su nombre actual. El crimen de Estadoperpetrado en Puntarenas contra el paladn de la Guerra Patria, es el tema del captulodiecisis. La atencin se focaliza en los efectos internacionales y en las consecuenciashistricas de este infame asesinato de Estado. No es una minuciosa crnicainterpretativa sino un acercamiento al doble homicidio. Hay, en fin, un eplogo deconclusiones y perspectivas en que se procura extraer el espritu ntimo de aquellos

    grandes hechos del pueblo costarricense. Cabe anotar que los acontecimientos aquestudiados suceden entre 1850 y 1860. Su extrapolacin con otros periodos resultaraarbitraria, aunque ciertas lneas maestras persistan18. Costa Rica y Estados Unidoshan superado etapas y mantienen relaciones normales de dos repblicasdemocrticas.Con minscula doctrina Monroe, y no Doctrina Monroe a la usamericana, porque es unenunciado unilateral de poltica sin status internacional reconocido, cuyo significadocambia segn los requerimientos de Estados Unidos vase Frederick Merk, TheMonroe Doctrine and American Expansionism, 1843-1849, New York: Alfred A. Knopf,1966.17

    Un acadmico usamericano dice: Las fechoras de Walker resuenan en lasincursiones econmicas, militares y polticas de Estados Unidos en Mxico,Centroamrica, la cuenca del Caribe, las Filipinas, el Sudeste Asitico y otros lugaresdel mundo Brady Harrison, Agent of empire: William Walker and the imperial self inAmerican literature, Athens & London: The University of Georgia Press, 2004, p. 5. Alcierre de su libro (pp. 197-198), Harrison opina que el neoconservatismo militar delsiglo XXI evoca a Walker.18

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    Este

    trabajo es producto de una pesquisa de casi cuatro dcadas sobre la Costa Ricaprofunda, las races ms fuertes de la costarriqueidad, perfil propio de comunidad consavia de nacionalidad, cincelado en granito del Chirrip. Comenz con la lectura de laobra Dr. Jos Ma Montealegre (1968) del recordado don Carlos Melndez Chaverri,sobre la que conversamos a menudo cuando me desempeaba como jefe deredaccin del diario La Repblica y don Carlos diriga un suplemento de temashistricos. Por qu tanta mugre contra el Presidente Mora, Benemrito de la Patria yDefensor de la Libertad? En la Biblioteca Pblica de Manhattan, quinta avenida y calle

    42, consult peridicos antiguos en busca de reportajes sobre el filibusterismo y tomnotas en unos cuadernos, sin saber entonces para qu. Trabajaba como editor en ladivisin de servicios mundiales de la agencia de noticias The Associated Press (AP)en el Rockefeller Center hasta las cuatro, caminaba ocho cuadras y lea hasta las seiscuando coga el tren subterrneo F hacia Queens. Mi amigo y colega Gerardo BolaosGonzlez estudiaba una maestra en la Universidad de Iowa y le solicitaba copiasfotostticas de artculos acadmicos alusivos que an conservo. Tres aos resid enBuenos Aires, como editor latinoamericano de la agencia britnica de noticias Reuters,experiencia que me ayud a percibir el rol de Costa Rica en el continente y acontextualizar en su devenir histrico las heroicidades de 1856 y 1857. Despusestuve un ao como corresponsal jefe del diario mexicano Excelsior en la Casa Blanca

    y prosegu las averiguaciones en la Biblioteca del Congreso y en los ArchivosNacionales de Estados Unidos. Ms adelante me establec seis aos en Highgatemientras laboraba como director para Latinoamrica de Inmarsat, empresa operadorade una constelacin de satlites de telecomunicaciones mviles martimas, y mesumerg en la hemeroteca de la British Library en Colindale al norte de Londres.Armando, mi primognito, fue un eficaz investigador en los archivos nacionalesbritnicos de la Public Record Office en Kew al sur de la ciudad,

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    en los cuales se revis la correspondencia diplomtica Costa Rica/ Reino Unido del

    siglo XIX. Entre bromas y veras, en una de sus visitas acadmicas a Inglaterra, losamigos Marjorie Ross y Rodolfo Cerdas nos decan durante una excursin a Hay-on-Wye, que los resultados de esas tareas habran de aparecer bajo la autora de Vargas& Vargas. Adems de mltiples apuntes, acumul libros, fotocopias y microfilmes queojal tenga vida y condiciones para sacarles todo el jugo. En esta etapa, viaj muchopor Latinoamrica y, generalmente en tiendas de anticuarios, consegu libros tilespara descifrar el espritu epocal de la Guerra Patria. Volv a Washington, D. C. por dosaos como vicepresidente para las Amricas de ICO Global Communications,operador de una constelacin satelital de comunicaciones mviles personales, yadquir ms documentacin y microfilmes de toda la correspondencia diplomticaCosta Rica/Estados Unidos durante siglo XIX. La resea de esta saga autoral tiene el

    propsito de establecer que la investigacin base de este libro es un empeopuramente personal, sin atadura alguna a becas o donativos, instituciones ogobiernos. El trabajo se sustenta en un criterio independiente de escuelas, capillas ofamilias; como dice un ensayista francs, de cien partes o rostros que cada cosatiene, tomo uno de ellos, ya para lamerlo, ya para rozarlo o ya para penetrarlo hasta elhueso19. Lejos del terruo, un da decid que despus de mis cincuenta aosaplicara aficin, oficio y vocacin a escribir algunos textos concernientes al almacostarriquea, con la ilusin de aprehender algo de la quintaesencia del sercostarricense. Me motiva el deseo ciudadano de aportar un granito de arena a laurgente tarea de robustecer la costarriqueidad para, desde pilares slidos, tenderpuentes firmes hacia todos los rumbos en el imparable proceso de mundializacin:

    afirmar lo nuestro sin dejar de ser generosamente universales. Un hroe de la culturaexpuso: El pretrito debe conocerse y amarse, porque expresa una tradicin que nosvincula con la Patria que hicieron los egregios finados de la familia. [] Hay que or la

    voz de los prceres, voz de la Historia que gua a estas patrias por caminos mejores yms claros, porque marchan sin brjula, y

    19

    Michel de Montaigne, Ensayos, Madrid: Ctedra, 2006, t. 1, p. 369.

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    andan como a tientas, y estn como perdidos los pases que no apoyan un pie en la

    tradicin, que no consultan el testimonio autorizado de los mayores que ms supieronde los negocios de sus pueblos, y los amaron, y por mejorarlos se desvelaron20. Unpresidente de la Argentina ense: Los pueblos que olvidan sus tradiciones pierdenconciencia de sus destinos, y los que se apoyan sobre tumbas gloriosas son los quemejor preparan el porvenir. Un presidente de Estados Unidos aadi: La nacin quese olvida de sus defensores, muy pronto ser olvidada21.

    ab

    Deber, que cumplo gustoso, es comenzar las gratitudes con un

    reconocimiento principal a la institucin del Museo Histrico Cultural Juan Santamara,a cada uno de sus apreciables colaboradores y a su director general. Merecenmencin aparte la Sra. Dhamuza Coudin de Prez, el Sr. Ral Herrera Solano y el Sr.Antonio Vargas Campos. Muy noble ha sido su inters en esta iniciativa, su ayudacontinua y su desprendida cooperacin. Ennoblece a Alajuela alojar el nico institutodedicado en Centroamrica a mantener encendida la llama votiva del espritu nacional,el fuego sagrado que para nosotros es la costarriqueidad inspirada, hoy como ayer,en la Guerra Patria. En la familia Echeverra Lora, expreso mi gratitud a la Sra. doaNora Echeverra Lora y a la Sra. doa Marissya Pinto viuda de Pacheco, bisnieta ytataranieta del Mrtir de Puntarenas. Ellas cuidan con fervoroso cario los archivos ylas reliquias del Presidente Mora. Gracias, asimismo, al Dr. don Guillermo Pacheco

    Gurdin (q.e.p.d.) y a los hijos del recordado don Juan Rafael Echeverra Lora.

    20 Joaqun Garca Monge, Ante el Monumento Nacional, Repertorio Americano, 15setiembre 1921.

    Nicols Avellaneda, abogado y poltico argentino (1836-1885), ejerce la Presidencia dela Nacin de 1874 a 1880. Calvin C. Coolidge, abogado y poltico usamericano (1872-1933), 30 presidente de Estados Unidos.21

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    Agradezco la apertura y la colaboracin del Archivo Nacional, la biblioteca de la

    Asamblea Legislativa, la biblioteca de la Corte Suprema de Justicia, la biblioteca delMuseo Histrico Cultural Juan Santamara, la Biblioteca Nacional y el sistema debibliotecas de la Universidad de Costa Rica. La presentacin del Lic. don Ral AguilarPiedra a este trabajo es la culminacin de un apoyo constante, que desborda pormucho sus deberes de maestro y de servidor pblico. Ha sido liberal en compartirconmigo sus tesoros bibliogrficos particulares. Seguramente l conoce como nadie laliteratura nacional y extranjera atinente a la Guerra Patria. Ubicar este libro en lagalera de las obras sobre las hazaas de 1856-1857 es una distincin quecompromete mi gratitud. El generoso prlogo del Dr. don Rodolfo Cerdas Cruz expresacon brillo y bro conclusiones que l, con su reconocido intelecto patritico, est encapacidad de proclamar. La suya es una interpretacin autntica de las tesis centrales

    de este libro, sintetizadas con admirable autoridad magisterial. Propone importantestemas para el anlisis y el debate, como los irrefutables esfuerzos por amenguar yempaar la honra del Presidente Mora. Su obertura es una deferencia a nuestrarespetuosa y dilecta amistad de tres dcadas. Que Dios se lo pague! Mi primognitoArmando, me acompa y apoy en Inglaterra y en Estados Unidos durante laspacientes pesquisas de fondos archivsticos, bibliotecas y hemerotecas. Mientras lcursaba sus estudios superiores, me ayud con el servicio de prstamo de libros entrebibliotecas universitarias. Este es, hijo, fruto de aquellos esfuerzos conjuntos yalejanos en el tiempo. Agradezco sobremanera la comprensin, el apoyo y lassugerencias recibidos de la Licda. Mara Fe Alpzar, quien dise la portada; el seorescritor don Alfonso Chase, quien ley crticamente el manuscrito; el Lic. David Fallas

    Redondo, quien me remarc el vnculo de la Guerra Patria con la Guerra de Crimea ymarc el texto; el mster en Ciencias Polticas don Pablo A. Fonseca, quien me apoyen la investigacin documental; la historiadora seora doa Clotilde Ma ObregnQuesada quien ley el manuscrito, acompa el proceso de su preparacin, formulrecomendaciones y me permiti el acceso a publicaciones inhallables; el Lic. donCarlos A. Ramrez Aguilar, quien abri

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    puertas; la seora Helga Ocampo en la Biblioteca Nacional; el Lic. don Jorge Senz

    Carbonell, historigrafo de nuestra poltica exterior, quien revis el borrador, cuestionalgunos puntos y recomend mejoras sustantivas al texto; el Lic. don Juan ManuelVillasuso, quien ley con espritu acadmico y sentido crtico el manuscrito. Expresomi gratitud a quienes me proporcionaron libros difcilmente asequibles: la Sra. RebecaCaldern, en Estados Unidos; el Sr. Hernn Esquivel, en la Escuela de Derecho de laUCR; la Dra. Rosa Garibaldi, en el Per; la Sra. Claudia Kuzma, en el Uruguay; la Sra.Nuria Marn Ravents y el Sr. Antonio lvarez Desanti; la Sra. Mara Eugenia Petit y elSr. Ricardo Herrera Alliot, en el Ecuador; y el Sr. Adoniram A. Vargas, en la Florida. Miamigo fraterno, Dr. don Gerardo Trejos Salas, decidi la publicacinde la primeraedicin y la primera reimpresin con el prestigioso sello editorial de Juricentro ydirigi la produccin industrial del libro en pocas semanas. Don Marco Montoya ha

    dispuesto su distribucin por medio de la Librera Internacional. Mi esposa y amiga,Martica Guzmn, ley y reley el texto con nimo crtico; cada vez solicitaba menosdetalles, ms economa de palabras, claridad en la redaccin y firmeza en los juicios.Como es su costumbre, ella evit numerosos errores mos y me estimul parasuperarme. Nuestra hija Amanda critic los primeros intentos de nombrar el libro hastaatinar con El lado oculto del Presidente Mora. Gracias infinitas a todos quienes me hanapoyado tanto, a travs de las dcadas de este proyecto vital, en el que va un pedazode mi alma escrita. El nico responsable de cualquier desacierto, soy yo como autor.Este libro es para mis hijos Amanda y Alma, Carlos Alberto, Ernesto y Armando. A. V.A. Casa Baragu, Curridabat 20 marzo 2007

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    Captulo 1 Los vastos horizontes del Presidente MoraCosta Rica era don Juanito Mora. Elas Leiva Quirs (1929)

    Don

    Juan Rafael Mora asciende a la cspide del poder poltico a fines de 1849 y lidera aCosta Rica por una dcada. Merece el honor de acaudillar la Guerra Patria queconsolida la independencia. Con sus antecesores don Juan Mora FernndezprimerJefe de Estado y don Braulio CarrilloArquitecto del Estado completa la trimurtiseminal de la nacin. Al Presidente Mora le corresponde la responsabilidad heroica deextirpar de Centroamrica el filibusterismo22 esclavista; conducir a las FuerzasArmadas en la victoria sobre el destino manifiesto de Estados Unidos; y despertar laconciencia de la raza hispanoamericana de cara a la raza anglosajona23. Su ojo y sucoraje son determinantes en el proceso gensico del nombre y la identidad deLatinoamrica.

    Filibusterismo define a los aventureros que, a mediados del siglo XIX, organizaninvasiones militares irregulares desde Estados Unidos contra paseshispanoamericanos; la palabra se aplica originalmente a bucaneros o piratas que porel siglo XVII infestan el mar de las Antillas; llega al espaol a travs del francsflibustier, que a su vez proviene del ingls freebooter y ste del holands vrijbuiter (vrij,libre y buiter, saqueador).22

    Raza se usa aqu para significar casta o calidad del origen o linaje, o bien el gnerohumano como en la expresin raza humana, sinnimo de gente o pueblo, en unaacepcin de vocacin humanstica.

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    Pronto a cumplir 36 aos, es un avezado y prspero hombre de negocios: caf, caa

    de azcar, comercio, tierras y oro24. Autodidacta perspicaz, posee su propia manerade encarar y juzgar la vida, una Weltanschauung25 o visin del mundo; augura eldecoro de la repblica emancipada del Imperio Colonial Espaol 28 aos atrs. Hahecho en barcos de vela no menos de seis viajes comerciales a Francia e Inglaterra,Estados Unidos y Jamaica, Colombia y Ecuador, Chile y Per26. Establece relacionescon hombres importantes de Amrica y cuenta entre sus amigos, en Londres, alnaviero anglonormando William Le Lacheur y al empresario hannoveriano EdwardWallerstein; en Valparaso, al comerciante ingls John Thompson. Es el primertrotamundos que gobierna el pas y el primer cafetcrata elevado al solio presidencial.Lleva tres aos en procura del mando supremo. Candidato a senador en 1846, fueelecto constituyente y es uno de los firmantes de la Carta Magna del 47, enmendada

    hacia la autocracia al aoEs la plutocracia la que reina en Costa Rica, asientan en 1853 el economista MoritzWagner y el lingista Carl Scherzer, La Repblica de Costa Rica en la AmricaCentral, San Jos: Ministerio de Cultura, 1974, t. 1, p. 207. Su sobrino seala que donJuan Rafael llega a ser uno de los hombres ms ricos del pas. [] En 1848 es el

    agricultor ms grande, pues que puede cosechar de solo su finca de caf de Pavas,hacienda Frncfort, 7000 quintales de ese fruto; y como comerciante lo es tan engrande, que en ese mismo ao exporta para Inglaterra y Francia, en compaa de donVicente Aguilar, 30 000 sacos de caf Manuel Argello Mora, Pginas de historia:recuerdos e impresiones, San Jos: Imprenta de El Fgaro, 1898, pp. 19-20.24

    Weltanschauung es trmino alemn que significa mirar dentro del mundo, referido auna percepcin mundial amplia o al marco de referencia de una persona parainterpretar el mundo.25

    No ser tan iluso que pretenda se me considere entre los escritores de alguna notaen el Estado, porque es bien sabido que no poseo los conocimientos que con talintento son necesarios, anota don Juan Rafael al regreso de un viaje de negocios aJamaica Mentor Costarricense, 25 marzo 1843. La ortografa no es su fuerteresultams diestro con los nmeros que con las letras pero, dice el sabio Elas Jimnez

    Rojas, el aprendizaje de la ortografa depende poco de la voluntad. Hay personascondenadas a escribir siempre mal, y aptas sin embargo para llegar a serprofesionales de primera clase: abogados, ingenieros, qumicos, etc. revistaApuntes, 31 julio 1942, pp. 23-24.26

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    siguiente27. Parlamentario, result favorecido con el voto de los electores para

    Vicejefe de Estado. Ejerci la autoridad en dos breves interinatos, con acierto y vigortales que se enemist para siempre con el titular don Jos M Castro Madriz. Renuncien junio del 48 pero en noviembre del 49 el Congreso lo llam a la Vicepresidencia yen diciembre fue electo popularmente Presidente de la Repblica, por un trienio, paracompletar el periodo del dimitente Castro Madriz. Ser reelecto, por sexenios, en 1853y 185928. En su primera reeleccin, lo saluda el emperador Napolen III: La altaconfianza con que vuestro pas acaba de honraros es el premio de los eminentesservicios que le habis prestado29. Eclctico y pragmtico, confa en su experienciade entrepreneur o empresario de casta. Conservador moderado, el gobierno viene aquedarle como una extensin de sus quehaceres

    Y decir que Castro fue quien alist el Altar a Mora! Cleto Gonzlez Vquez, Elsufragio en Costa Rica ante la historia y la legislacin, San Jos: Editorial Costa Rica(en adelante ECR), 1978, p. 135. En 1848, por la va de la simple enmienda, el Dr.Castro emite realmente otra nueva carta en la cual se perfecciona la prepotencia delEjecutivo. Carrillo usurp sin duda el poder constituyente [] pero el Dr. Castro lo

    desnaturaliza para siempre Mario Alberto Jimnez Quesada, Desarrolloconstitucional de Costa Rica: soberana externa y relaciones entre el legislativo y elejecutivo en nuestra evolucin constitucional, San Jos: Juricentro, 1992, p. 142. Enestas reformas constitucionales se evidencia la influencia autocrtica del ex presidenteecuatoriano Juan Jos Flores, alter ego del Dr. Castro Madriz, a quien propone lapresidencia vitalicia Mark J. Van Aken, King of the night: Juan Jos Flores &

    Ecuador, 1824-1864, Berkeley & London: University of California Press, 1989, p. 238.27

    En comicios de segundo grado, gana 49 votos de 90 electores en diciembre 1849;obtiene 83 votos de 91 electores en abril 1853; logra 87 votos de 94 electores en abril1859 Clotilde M Obregn Quesada, El proceso electoral y el Poder Ejecutivo enCosta Rica, San Jos: Editorial de la Universidad de Costa Rica (en adelante EUCR),2000, pp. 143, 147, 155.28

    Carta del emperador de los franceses Napolen III a Juan Rafael Mora, Palacio de las

    Tulleras, 17 mayo 1854 Boletn Oficial [en adelante citado como BO] 12 octubre1854.29

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    particulares30. Asume retos y corre riesgos. Hombre de razn y de conciencia, es

    persona de actos, ms que de verbo. Encarna, a plenitud, el principio de autoridad: Elttulo de Jefe de la Nacin indica que nadie puede ser su colega31. Cree que elGobierno tiene dotes de padre del pueblo, [] debe vigilar constantemente por el

    bienestar general de la familia costarricense que le est encomendada32. Se rodeade parientes y de servidores leales. Busca consejeros de juicio y de influencia.Distingue lo trascendente de lo supletorio. Amigos y adversarios dicen que impera cualjefe supremo, cuando an perduran los vicios de la monarqua absolutista y delcoloniaje tricentenario33.Sus detractores lo critican, ahora incluso, porque a mediados del siglo XIX no existanfronteras claras entre lo particular y lo estatal. La persistencia de esta confusindeletrea lleva a la Asamblea Legislativa a aprobar, en 2004, la ley n. 8422 que

    norma, entre otros extremos, el deber de probidad, el fraude de ley, el rgimen dedonaciones y obsequios, e impone la obligacin de realizar una declaracin juradasobre la situacin patrimonial al inicio y a la conclusin del desempeo de cualquierfuncin pblica.30

    Jimnez Quesada, Desarrollo constitucional, p. 164. Las palabras del Presidente

    Mora son: Nunca hubiera aceptado el poder que me confiere el sufragio popular, si seme hubiese impuesto la condicin de no ejercerlo en toda su plenitud, esto es, si mehubiese sido preciso admitir y tolerar rivales de autoridad que se creyesen ms omenos autorizados por una Constitucin susceptible de servir alguna vez de arma a

    las pasiones hostiles y de pretexto al espritu de faccin. Me he mostrado celoso demis prerrogativas, no en provecho de mi posicin particular, bien lo sabis, no para misatisfaccin personal, sino en obsequio del bienestar de todos y del progreso materiale intelectual del pas Mensaje del Presidente de la Repblica al Congreso, LaGaceta, 7 mayo 1853.31

    Decreto XXVIII, Fija precio, durante cierto tiempo, al maz que se venda para elabasto pblico, 26 junio 1854. Sin maz no hay pas, piensa el Presidente Mora, quienfundamenta su decisin, entre otros, en estos razonamientos: Hasta hoy el Gobierno,respetando los principios generales de economa poltica, se ha abstenido de dictar

    medidas que restrinjan la codicia insaciable de aquellos que trafican con el hambre delpueblo. Las utilidades cuantiosas que sacan los revendedores de vveres, son unestmulo muy activo para que se aumente cada da el nmero de los que especulansin escrpulo en tan inhumana empresa. [NOTA: el tomo correspondiente de laColeccin de las leyes, decretos y rdenes expedidos por los Supremos PoderesLegislativo y Ejecutivo de Costa Rica, impreso en 1871 por disposicin de PoderEjecutivo en la Imprenta de la Paz, puede cotejarse para los aos 1849-1860 en labibliografa al final de este libro].32

    La tradicin autoritaria de la Colonia se continu despus de la Independencia, pues

    no tuvimos otra escuela poltica que la imperial de los Austrias y Borbones. Al pasar dela forma imperial de gobierno a la republicana, hubo ciertamente un cambio en el

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    ordenamiento poltico, pero el sujeto humano sigui siendo casi el mismo; salvo muycontados casos, se viva en la idea de que las cosas seguan iguales, slo que ahorase gobernaba en nombre del pueblo y no en nombre del rey Luis BarahonaJimnez, El ser hispanoamericano, Madrid: Grficas Uguina, 1959, p. 95. Hoy seconsidera que los aos transcurridos de 1750 a 1850 constituyen un periodo de

    transicin durante el cual las estructuras coloniales fueron lentamente sustituidas porestados-nacin Lynch, p. ix.33

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    Dos aos antes, contrae nupcias con doa Ins Aguilar Cueto, hija del ex Jefe de

    Estado don Manuel Aguilar Chacn; procrearn cuatro mujeres y dos varones. Tena21 aos cuando muri su seor padre y, como primognito, se responsabiliz de sussiete hermanas y dos hermanos34. Fallecida una de sus hermanas, protege tressobrinos, ya hurfanos de padre35. Traslada al gobierno sus virtudes de buenpaterfamilias, en talante patrimonialista36. Su estatura es de escaso metro consesenta. Grueso de contextura, relleno el rostro y el cuello corto. Cabello negropeinado hacia atrs y espesa sotabarba. Piel ligeramente morena. Frente despejada,de clara inteligencia. Cejas largas, mirada penetrante. Labio superior delgado, narizromana. Camina firme, lleva bastn con empuadura de marfil. Habla suave y directo.Duerme temprano, madruga y hace siesta. Catlico, va a misa. De maneras refinadas,viste a la francesa con zapatos de charol y, en ocasiones solemnes, usa un sencillo

    frac negro. Prefiere pluma, tinta y papel ingleses.

    Hijo de don Camilo Mora y de doa Ana Benita Porras, don Juan Rafael nace el 8 defebrero de 1814 en la Villa Nueva, hoy ciudad de San Jos, en una casa situada en laesquina diagonal noroeste del Parque Central. Sus hermanos son Miguel (casado conFelipa Montes De Oca), Jos Joaqun (con Dolores Gutirrez), Guadalupe (con JosM Caas), Ana Mara (con Jos M Montealegre), Mercedes (con Toribio Argello),Rosa (con Manuel J. Gutirrez), Eleodora (con Manuel Caas), Juana (con JosAntonio Chamorro), Virginia (soltera).34

    Mercedes viuda de Argello muere a los 29 aos de edad; hijos: David (fallecidosoltero), Manuel (casado con Mariana De Vars) y Dorila (con Eduardo Beeche Arana).El Dr. Toribio Argello, jurista y profesor de Filosofa, llega a Costa Rica viudo de doaDolores Argello y contrae segundas nupcias con la hermana del futuro PresidenteMora vase Constantino Lscaris, Desarrollo de las ideas filosficas en Costa Rica,San Jos: ECR, 1965, pp. 63-65.35

    Patrimonialismo es concepto de las ciencias polticas que define la enajenacin de losbienes pblicos por parte de los que ejercen el poder. Para Max Weber, se trata deldominio que un prncipe o seor ejerce sobre las masas de sometidos, ciudadanos

    domesticados y sbditos, mediante un aparato burocrtico integrado por favoritosfieles el soberano. Esta forma de autoridad que implica una relacin social de carctermarcadamente personal, no deja de ser inestable, y representa un serio obstculopara las posibilidades de una racionalidad econmica y poltica. Vase, GinaZabludovsky Kuper, La dominacin patrimonial en la obra de Max Weber, Ciudad deMxico: Fondo de Cultura Econmica, 1989. Acaso no fueron enjuiciados yencarcelados dos ex presidentes de la Repblica de Costa Rica por este vicio, acomienzos del siglo XXI?36

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    Afable por naturaleza, su fisonoma plcida expresa ms bondad que energa. Por el

    comercio minorista y el juego de gallos, conoce a fondo la psicologa de suscompatriotas. Ha servido a muchos y ha contribuido a que algunos pobres se hicieranricos. Por afecto, muchos lo llaman Don Juanito y, en el santuario del hogar, Tatica.Administra parejo el auge o el infortunio. Frugal e ilustrado37. Es obsesivo en laconsecucin de sus metas. No es sanguinario ni cruel. Cree en el equilibrio entrepersonas e intereses. Como todo gobernante, es proclive al halago palaciego38. Unode sus tres cancilleres dir que no carece de inteligencia cuando enunciapensamientos suyos. Recuerdo haberlo odo varias veces hablar en pblico conprecisin y oportunidad. [] La bondad de su corazn y el deseo del bien de su patria,

    le producen una popularidad que no se ha visto hasta entonces en Costa Rica39. Unescritor francs apunta: Todos los costarricenses son

    Agradable por su educacin, [] Mora no haba concurrido a las universidades niobtenido ttulos acadmicos, pero tena un talento claro y una penetracin asombrosa Joaqun Bernardo Calvo Mora (1852-1915), La Campaa Nacional contra losfilibusteros en 1856 y 1857: breve resea histrica. San Jos: Tipografa Nacional,1909, p. 4.37

    Sobre el fsico y el carcter de don Juan Rafael se ha consultado a ArmandoRodrguez Porras, Juan Rafael Mora Porras y la guerra contra los filibusteros, Alajuela:Museo Histrico Cultural Juan Santamara, 1986, pp. 31, 36, 71; Lorenzo Montfar,Memorias autobiogrficas, San Jos: Libro Libre, 1988, pp. 202, 207; Wagner y

    Scherzer, t. 1, pp. 199, 200, 243; Wilhelm Marr, Viaje a Centroamrica, San Jos:EUCR, 2004, p. 370; Francisco S. Astaburuaga, Repblicas de CentroAmrica: ideade su historia y de su estado actual, Santiago de Chile: Imprenta del Ferrocarril, 1857;Thomas Francis Meagher, Vacaciones en Costa Rica, Harper's Magazine (NewYork), 1860, en Ricardo Fernndez Guardia, Costa Rica en el siglo XIX: antologa deviajeros, San Jos: Editorial Universitaria Centroamericana, 1970, p. 398; Flix Belly,A travs de la Amrica Central: Nicaragua y el canal interocenico, en Costa Ricaen el siglo XIX, p. 534; Calvo Mora, pp. 1-6; Mximo Soto Hall, El gran caudillo, JuanRafael Mora, en Estudios biogrficos sobre don Juan Rafael Mora, pp. 7-8; GonzlezVquez, El sufragio, p. 130; Carlos Jinesta, Juan Rafael Mora, San Jos: Imprenta yLibrera Alsina (Sauter, Arias & Co.), 1929, pp. 10-11; Octavio Castro Saboro, Laude:

    evocacin de Mora. El hombre, el estadista, el hroe, el mrtir, San Jos: AcademiaCostarricense de la Historia, 1956, p. 9; adems, el testimonio de sus familiaressuprstites.38

    Lorenzo Montfar, Walker en Centroamrica, Alajuela: Museo Histrico Cultural JuanSantamara, 2000, pp. 213, 237. Los discursos que improvisa Mora en lasasambleas, ante el ejrcito y el pueblo, son lacnicos, pero tan claros, puros y castizosque deleitan a la vez que persuaden a los oyentes Julio Cordero, Estudio histricosobre la vida del eximio general don Juan Rafael Mora, benemrito de la patria yexpresidente de Costa Rica, infatigable luchador en la Guerra Nacional del 56 y 57,

    Guatemala: Talleres Gutenberg, 1915, p. 5.39

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    buenos, pero el presidente Mora es el mejor ciudadano de Costa Rica. He visto

    mujeres llorando al relatar sus actos de bondad con hombres que lo haban atacadodel modo ms violento. Esta bondad conmovedora le da un carcter singular, sinequivalente en ningn trono; pero as lo quieren todos los que no tienen rencorespersonales contra el gobierno40. Un ex Jefe de Estado testimonia que es popular,sagaz, comedido, honrado, enrgico, empresario, ejecutivo y de talento41.

    Una portentosa dcada de progreso

    La era morista

    es una dcada de excepcional progreso. Se fortalece el poder central del Estado, se

    reorganizan las fuentes de ingresos del Gobierno, se desarrollan instituciones jurdicasy polticas, se ampla la capacidad del aparato pblico como agente eficaz en laexpansin la agricultura de exportacin basada en el caf43. Un peridico de Francianota que las rentas de Costa Rica alcanzaban apenas, hace veinte aos, al guarismode 15 000 pesos y hoy da [1855] pasan de 500 00044. Sobresalen, la creacin de unbanco nacional de capital mixto, con capacidad de negocios en el exterior; eldesenvolvimiento de la salud pblica, la educacin y la cultura; la apertura de caminosy el aumento del comercio internacional, adems de varias decisiones econmico-sociales avanzadas, como fijar precios a los alimentos populares45. Dice42

    Flix Belly, El Istmo Americano Elas Zeledn Cartn (Seleccionador), Viajes por laRepblica de Costa Rica, San Jos: Ministerio de Cultura, 1997, t. 1, pp. 82-83.40

    Carta de Jos M Alfaro (1799-1856) a su hijo Jos Joaqun, estudiante de Derecho enGuatemala, fechada en 1854 Ricardo Fernndez Guardia, Cosas y gentes deantao, San Jos: Editorial Trejos Hermanos, 1939, p. 366.41

    Morista adjetiva mbitos y dominios que corresponden a circunstancias y hechosrelacionados con el Presidente Mora.

    42

    Carmen M Fallas Santana, lite, negocios y poltica en Costa Rica, 1849-1859,Alajuela: Museo Histrico Cultural Juan Santamara, 2004, pp. 1-5.43

    La Patrie (Pars), 14 julio 1855. En Costa Rica es donde va a construirse el primercamino de fierro que surcar parte del territorio centroamericano, anuncia el diarioparisino.44

    Bernardo Villalobos Vega, Bancos emisores y bancos hipotecarios en Costa Rica,1850-1910, San Jos: ECR, 1981, pp. 25-70; Francisco Montero Barrantes, Elementos

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    de historia de Costa Rica, San Jos: EUNED, 2006, t. 1, p. 287; Toms Soley Gell,Compendio de historia econmica y hacendaria de Costa Rica, San Jos: ECR, 1975,p. 41.45

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    un sabio que, con la sola creacin del banco, don Juan Rafael sobrepone su amor a

    la patria y sus anhelos democrticos, a los intereses de su propia clase, fazbrillantsima y an no estudiada de la vida del gran Presidente46. Costa Rica es unadependencia econmica virtual de Inglaterra, desde que comienza el comercio regulardel caf con el primer embarque a Londres en el emblemtico Monarch47. Diez aosdespus, las importaciones britnicas ascienden a 70% mientras que las de EstadosUnidos representanen segundo lugar 7%48. Como efecto inercial del fenecidorgimen de Castro Madriz, a comienzos de 1850, el embajador ante la Corte de SaintJames plantea, de nueva cuenta, la posibilidad de que la Corona Britnica establezcaun protectorado sobre Costa Rica, propuesta declinada a objeto de evitar un choquecon el Gobierno de Washington49. Al ao siguiente, se inician las relaciones oficialescon Estados Unidos, aunque el primer agente diplomtico usamericano no se

    acreditar aqu sino en 185850.

    46

    Rodrigo Facio, Estudio sobre economa costarricense, San Jos: ECR, 1975, p. 46.

    El Monarch no llega por acaso a Puntarenas el 18 de abril de 1843: trae 421 bultos demercadera consignada a Paulino Ortiz, Juan Bonnefil y Agapito Jimnez, incluidospantalones de algodn, dril de lino y loza. Parte hacia Londres en 10 octubre 1843 con5505 sacos de caf valorado en 44 040 pesos, 4255 sacos de William Le Lacheur y1250 de George Steipel, asimismo dos paquetes con cadenas de oro y plata, 80

    cueros, cuatro toneladas de concha perla (para hacer botones) y dos bultos dezarzaparrilla informacin proveniente de una investigacin que adelanta el autorsobre el Capitn Le Lacheur.47

    UK Foreign Office, Report of Mr. Vice-Consul Wallis on the Trade of Costa Rica for1853 and 1854 Parliamentary Papers, Blue Book LV, London, 1855, p. 35. AllanWALLIS es reconocido el 23 enero 1854 como vicecnsul de Su Majestad Britnica,con residencia inicial en Puntarenas.48

    Jorge Senz Carbonell, Historia diplomtica de Costa Rica (1821-1910), San Jos:Juricentro, 1996, pp. 164-165. Adems, estn muy adelantadas las negociacionesentre Londres y Washington sobre el Tratado Clayton-Bulwer que se firmar en 19abril 1850.49

    El embajador Felipe Molina firma en Washington con el canciller Daniel Webster, en 10julio 1851, un tratado de amistad, comercio y navegacin entre Costa Rica y EstadosUnidos, ratificado en enero 1852 y canjeado poco despus. Un nuevo lazo nos ligahonrosamente con la ilustre patria del inmortal Washington, anuncia el PresidenteMora al parlamento en mayo 1852 Carlos Melndez Chaverri (Compilador),

    Mensajes presidenciales de 1824-1859, San Jos: Biblioteca de la Academia deGeografa e Historia, 1981, p. 177.

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    El lado oculto del Presidente Mora

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    San Jos tiene 15 000 habitantes y 160 000 el pas. Los peridicos de Europa se

    reciben con el correo bimensual, a travs de los cuales el Presidente Mora ausculta laevolucin del mundo. Joven an, se entera del desmembramiento del antiguoVirreinato de Nueva Espaasegn un semanario capitalino por el atentado de laagregacin de [la repblica de] Tej