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ANÁLISIS CUANTITATIVO DE LA SEGREGACIÓN POR POBREZA EN EL NÚCLEO
GRAN RESISTENCIA-GRAN CORRIENTES. UNA MIRADA A TRAVÉS DEL ÍNDICE DE
PRIVACIÓN MATERIAL DE LOS HOGARES
QUANTITATIVE ANALYSIS OF POVERTY SEGREGATION IN THE CORE GRAN
RESISTENCIA – GRAN CORRIENTES. A LOOK THROUGH THE PRIVATION INDEX OF
HOUSEHOLDS
Aníbal M. Mignone
Profesor en Geografía. Docente de la Universidad Nacional del Nordeste
Instituto de Investigaciones Geohistóricas- Conicet
Departamento de Geografía de la UNNE
Domicilio: Av. Castelli 930
Tel.: 03722-450294
E-mail: [email protected]
María Alejandra Fantín
Doctora en Demografía. Docente de la Universidad Nacional del Nordeste
Instituto de Investigaciones Geohistóricas- Conicet
Departamento de Geografía de la UNNE
Domicilio: Av. Castelli 930
Tel.: 03722-424564
E-mail: [email protected]
Resumen: El Índice de Privación Material de los Hogares (IPMH) utilizado en el Censo Nacional de Población y Vivienda
de 2001, es un indicador complejo que permite medir las privaciones de los hogares en diferentes grados de
desagregación geográfica. Asimismo, al aplicarlos en las ciudades del Gran Resistencia y Gran Corrientes, muestra las
diferencias existentes según los tipos de privaciones y las disparidades en la distribución espacial del fenómeno en ambos
ámbitos urbanos.
El trabajo propone una comparación cuantitativa de la segregación por pobreza en el eje Gran Resistencia- Gran
Corrientes utilizando como principal fuente el IPMH. Se utilizan los índices que miden diferentes dimensiones de la
segregación, para reconocer si existe una desigual distribución de los hogares pobres, si los hogares carenciados se
distribuyen en unidades espaciales inmediatamente contiguas y por ende que ciudad tendría una mayor concentración de
áreas segregadas por pobreza.
Con esta investigación, se planea contribuir al conocimiento de la segregación por condiciones de pobreza, en
ciudades intermedias del Nordeste Argentino.
Palabras claves: segregación por pobreza- Índice de Privación Material de los hogares- ciudades intermedias
The Index of Household Material Privation (IPMH) used in the National Census of Population and Housing
2001 is a complex indicator to measure deprivation of households in different geographical disaggregation. Likewise,
when applied in the cities of Gran Resistencia and Gran Corrientes, shows the differences by type of deprivation and
disparities in the spatial distribution of the phenomenon in both urban areas.
The paper proposes a quantitative comparison of poverty segregation on the shaft Gran Resistencia- Gran
Corrientes used as the main source IPMH. Indices are used to measure different dimensions of segregation, to recognize
if there is an unequal distribution of poor households, poor households if the units are distributed in space and thus
immediately adjacent to city would have a greater concentration of segregated areas for poverty.
With this research, we plan to contribute to knowledge of poverty segregation in intermediate cities in Northeast
Argentina
Abstract: segregation by poverty, privation index household-intermediate cities
1. Introducción
El estudio de la segregación, ha suscitado el interés de diferentes disciplinas como ser la
geografía urbana y la sociología; sin embargo, la conceptualización es muy diferente según el campo
disciplinar. “En términos sociológicos, segregación significa la ausencia de interacción entre grupos
sociales. En un sentido geográfico, significa desigualdad en la distribución de los grupos sociales en
el espacio físico. La presencia de un tipo de segregación no asegura la existencia de otro” (Rodríguez
Vignoli, 2001:11).
Según Rodríguez J. y Arraigada, C. (2004:6), la desigual distribución de grupos sociales en el
espacio urbano, da cuenta de la presencia de la segregación residencial que se manifiesta de diversas
maneras: a) por la proximidad física entre los espacios residenciales de los diferentes grupos
sociales; b) la homogeneidad social de las distintas subdivisiones territoriales en que se puede
estructurar una ciudad, y c) la concentración de grupos sociales en zonas específicas de la ciudad.
Asimismo, el enfoque presenta diferencias de acuerdo con los lugares dónde se lo analice; así,
por ejemplo, la segregación de tipo residencial se asocia en el mundo anglosajón con espacios
culturales vinculados a cuestiones étnicas y migratorias; por lo tanto el parámetro de medición pasa
especialmente con razones asociados a fenómenos raciales. En cambio, en las ciudades
latinoamericanas la segregación residencial hace referencia a los vínculos territoriales entre los
estratos socioeconómicos, considerando la concentración de grupos que tienen características
socioeconómicas similares, por lo tanto, está más relacionado con los estudios de concentración
espacial de la pobreza.
En su conceptualización, se puede considerar que la segregación es el grado de proximidad
espacial o la aglomeración geográfica de familias u hogares de una misma categoría social (cf.
Sabatini, 2000). Por lo tanto, remite a las diferencias o desigualdades sociales que existen en el
espacio físico, dónde los sujetos se encuentran separados en categorías que presentan cierto grado de
distinción jerárquica o valorativa. A ello, se suma el hecho de existir una ausencia o escasez relativa
de mezclas socioeconómicas dentro de las unidades territoriales de la ciudad (cf. Rodríguez Vignoli,
2001). De esta forma, el concepto de segregación apunta a un fenómeno espacial que es
independiente de la distribución del ingreso y de las diferencias sociales, por mucho que la
segregación residencial esté relacionada con una y otras o que pueda incidir en ellas, por ejemplo
contribuyendo a aumentar las desigualdades (Sabatini y Sierralta, 2006).
Si bien numerosos autores han venido aseverando que la segregación residencial es un
fenómeno social que está en aumento (Rodríguez Vignoli, 2001), el objetivo del presente trabajo es
realizar una indagación empírica mediante al análisis la segregación residencial de los hogares
pobres localizados en los aglomerados del Gran Resistencia y Gran Corrientes para el año 2001, a fin
de reconocer las diferencias que existen entre ambos aglomerados.
En el núcleo bipolar del Gran Resistencia- Gran Corrientes1 la pobreza ha ido aumentando
progresivamente y si bien no alcanza los valores absolutos de aglomerados como el Gran Buenos
Aires, el Gran Córdoba o el Gran Rosario, su manifestación es importante en ambas ciudades, que
muestran una pobreza notoria con grandes conjuntos de población que tienen privaciones, un déficit
estructural en las viviendas y ausencia de los servicios básicos.
La escala de trabajo que permite alcanzar un mayor grado de desagregación espacial, son los
radios censales, considerando que esta unidad censal presenta homogeneidad, entendiendo que el
radio será homogéneo no por la similaridad de sus habitantes, sino porque un individuo que sea
elegido arbitrariamente tiene una característica determinada igual en todas las partes del área.
2- Los índices de segregación y sus dificultades metodológicas
Los indicadores de segregación surgen de la clasificación hecha por Massey y Denton (1988),
donde los autores proponen que la segregación se manifiesta a través de varias dimensiones como:
igualdad, concentración y agrupamiento. Para cada dimensión existe al menos un indicador básico de
medida y a través de su aplicación empírica se demuestra estadísticamente que las medidas obtenidas
por los diferentes indicadores son independientes entre sí (Lavía Martínez, 2008).
Para el análisis, se han utilizado los siguientes índices:
* Índices de igualdad - Índice de Segregación (IS)
- Índice de Disimilitud de Duncan (ID)
- Índice de Desigualdad Corregido por la longitud de
frontera (Dw)
- Índice de Desigualdad Corregido por la forma (D)
* Índices de concentración - Índice Delta (DEL)
* Índices de autocorrelación - Índice de Morán Global (I)
- Índice de Morán Local (Ii)
Estos índices facilitan el análisis sobre la concentración espacial de la población en un
determinado ámbito urbano, pero los indicadores cuentan con una serie de inconvenientes
metodológicos que se deben tener en cuenta al efectuar las mediciones. Una de las cuestiones va
asociada con el tipo de unidad territorial sobre la que se realiza la medición, porque aunque se
comparen las ciudades utilizando la misma unidad censal, en cada aglomerado varía el número de
unidades, el tamaño de las mismas y por lo tanto, el grado de homogeneidad interna de la variable
1 Las ciudades del Gran Resistencia y del Gran Corrientes forman el núcleo metropolitano bipolar más importante del
sistema urbano regional del nordeste argentino (Roccatagliata y Beguiristain, 1992:331).
utilizada. En consecuencia, se acepta que la elección de un tipo de unidad residencial básica utilizada
para medir la segregación en un caso concreto, afecta los resultados y la variabilidad de las medidas
que dan los índices. El efecto principal sería que cuanto más pequeñas y/o más internamente
homogéneas son las unidades, mayor segregación muestran los índices (cf. Lavía Martínez, 2008).
Otro factor está vinculado con la escala de análisis, en razón que al calcular los índices
necesariamente se requiere delimitar las áreas de medición, restringiendo la información a sólo una
escala espacial. Este es un problema metodológico de los estudios de segregación porque para
medirla, se debe definir el nivel de análisis de la información (departamento, fracción, radio censal,
barrio, etc.), condición que interfiere directamente en el fenómeno que se pretende medir (cf.
Sabatini y Sierralta, 2006).
Asimismo, cada dimensión de la segregación puede presentarse en distinto grado y la
combinación de las mismas varía en función del tipo de segregación que se trate y del ámbito y nivel
en que se mida. Es decir, las diversas formas en que puede manifestarse la segregación de un grupo
que está “aislado” son muchas y complejas. Por último, la interpretación de los resultados requiere
no solo el conocimiento de lo que se mide, también hay que considerar el ámbito y la realidad
concreta que se pretende medir, ya que formalmente no existe una escala de interpretación
preestablecida universalmente que permita definir a partir de qué valores un índice de segregación
reconoce condiciones de desigualdad territorial (cf. Lavía Martínez, 2008). A pesar de las
limitaciones mencionadas, se considera que los resultados obtenidos en esta investigación
exploratoria, permiten dar una aproximación cuantitativa de las condiciones de segregación de los
hogares pobres localizados en dos capitales del nordeste argentino.
La información estadística, inicialmente fue normalizada con el uso del software
REDATAM+SP desarrollado por CELADE- CEPAL que permite procesar la información contenida
en bases de datos comprimidas y muy extensas, como las provenientes de censos de población
completos2. Posteriormente, se efectuaron los cálculos de los índices de igualdad y concentración
utilizando el software Segregation, mientras que la autocorrelación global y local se obtuvo por
medio del Geoda 0.9.53.
3- Caracteres de la pobreza en el núcleo bipolar y su medición a través del IPMH
El fenómeno de la pobreza ha tenido en la región del Nordeste argentino (NEA), fuertes
manifestaciones tanto en las áreas rurales como en los ámbitos urbanos, sin embargo la pobreza
2 A través de los microdatos (en este caso datos de los hogares pobres), se pueden generar diversas tabulaciones para
cualquier área geográfica definida por el usuario. 3 Ambos programas permiten trabajar la información contenida a través de los Sistemas de Información Geográfica
(SIG).
urbana aparece actualmente como uno de las consecuencias más evidente de los efectos negativos del
modelo económico vigente en el mundo. La pobreza urbana parece reflejar las propias características
de la economía actual y sus modos de producción (Morley, 1998), al tiempo que manifiesta sus
rasgos sociales debido a que impide la integración de grupos de activos en el propio sistema
productivo, y también deja su impronta en el espacio urbano de las ciudades. Si bien las condiciones
más críticas de pobreza estructural se vinculan con el ámbito rural, no obstante son las ciudades
dónde la concentración espacial de la pobreza son mayores, magnificando la situación del fenómeno
en estos espacios.
A pesar de las diferencias en su contexto geográfico y de los disímiles procesos históricos del
conjunto Gran Resistencia- Gran Corrientes, se pueden identificar ciertas semejanzas en cuanto a la
evolución de la pobreza, similitudes que son más evidentes a partir de la segunda mitad de siglo XX,
cuando ambas capitales provinciales experimentaron un fuerte crecimiento, fundamentalmente por el
aporte de población procedente de la migración rural y de núcleos urbanos menores ante los
sucesivos períodos de crisis en las actividades agropecuarias y el resentimiento en las estructuras
económicas provinciales.
El fenómeno de la migración rural-urbana fue una de las principales formas de crecimiento de
la población en estas capitales, y aparece relacionado con el aumento de los barrios marginales o
asentamientos informales, a través de la modalidad de ocupación individual y colectiva de los
terrenos, sumados a procesos de movilidad territorial o de relocalización espacial intraurbana, que
también contribuyen a la expansión territorial (Mignone, 2008). Esto da lugar a las ocupaciones de
terrenos en la periferia o áreas de expansión de las ciudades capitales, transformándose en
verdaderos “bolsones de pobreza”.
Por otra parte, la instalación en los espacios que se encontraban suburbanizados o
directamente sin urbanizar, va a generar la especulación de las compañías inmobiliarias, que
provocan la ocupación a efectos de promover la posibilidad de expropiación de los terrenos (Norte,
26/11/94:13). Indudablemente, con la toma de tierras el valor del terreno ocupado se incrementa,
significando notorias ganancias para las compañías. Particularmente, en el último decenio han
aumentado el número de ocupaciones informales en terrenos privados, generando verdaderos
conflictos entre los propietarios legales, los nuevos ocupantes y los organismos estatales.
Por lo tanto, existe una fragmentación del espacio urbano en las dos capitales, dónde se
intensifican los contrastes entre los distintos estratos económicos y entre los grupos localizados en
áreas periféricas con respecto a las zonas centrales. Esta segmentación espacial va asociada con el
incremento de la segregación residencial, fenómeno que actúa como mecanismo de reproducción de
la desigualdad social y económica porque “aísla a los pobres” debido a que estos grupos al convivir
con la pobreza y tener pares pobres limitan sus horizontes de posibilidades y sus contactos y la
exposición a ciertos códigos, mensajes y conductas funcionales (Sabatini, 2000). No obstante, la
literatura nos remite que también puede existir una segregación no forzada, dónde la población de un
grupo social tiende a agruparse con el objeto de preservar su identidad y sus caracteres culturales4.
Asimismo, para poder reconocer las condiciones de pobreza, se utiliza el Índice de Privación
Material de los Hogares (IPMH), indicador que permite medir las privaciones de la población partir
de datos censales, identificando diferentes grados de carencia de los hogares.
La variable IPMH, utilizado a partir del censo 2001, reconoce a los hogares5 según su
situación respecto a la privación material considerando dos dimensiones: Patrimonial y Recursos
Corrientes. La incapacidad de los hogares para proveerse de uno u otro tipo de recursos es lo que
distingue entre los hogares con privación o sin ella. El primer aspecto, se vincula a la privación
patrimonial que afecta a los hogares en forma más estable y dada su característica de persistencia se
la considera de tipo estructural o crónico. En cambio, la privación de recursos corrientes puede variar
considerablemente en el corto plazo y está ligada más directamente a las fluctuaciones de la
economía6.
La combinación de estas dimensiones define cuatro grupos de hogares: aquellos que no
tienen ningún tipo de privación y tres grupos diferenciados según el tipo de privación que presentan:
sólo de recursos corrientes, sólo patrimonial y convergente7.
- Sin Privaciones (SP)
- Privación solo de Recursos Corrientes (PR)
- Privación solo de Recursos Patrimoniales (PP)
- Privación Convergente (PC)
El análisis relativo del IPMH para la capital chaqueña y correntina, indica un mayor grado de
pobreza por ingresos para el Gran Corrientes, mientras que las privaciones de tipo estructural y la
4 Por ejemplo, la segregación residencial de tipo socioeconómica tiene una faceta positiva, vinculado con dos
perspectivas: identitaria y funcional. Con la primera representación, se hace referencia al hecho que las personas
conviven con vecinos o “pares” a fin de preservar un conjunto de rasgos que forman parte del “ser profundo” de las
personas. Desde la situación funcional, se plantea que al residir con personas de la misma condición social, se accede a
“beneficios comunes”, pues se reducen los costos de transacción al basarse la interacción en códigos de comportamiento
y comunicación compartidos (Sabatini 2000, Sabatini et. al. 2001; Rodríguez Vignoli 2001). 5 Se entiende por hogares a los grupos de personas que viven bajo el mismo techo y comparten los gastos de
alimentación. Se excluyen las instituciones colectivas donde las personas viven bajo un régimen no familiar. 6 Para un análisis más detallado sobre la construcción del índice, ver los trabajos de Álvarez et. al. (2001); Álvarez
(2002); Gómez et. al. (2003). 7 La identificación de las personas en cierta categoría se establece a partir de las características del hogar al que
pertenecen.
pobreza extrema8 son superiores en el Gran Resistencia. (cuadro Nº 1). Fundamentalmente, la
localización está asociada con los hogares situados en la periferia de ambos aglomerados, vinculados
a los principales núcleos de expansión urbana, especialmente en barrios de reciente instalación, con
viviendas deficitarias, sin acceso a los servicios y población en su gran mayoría trabajadores
cuentapropistas o con empleos informales. Gran parte de estos conjuntos reciben asistencia a través
de los planes sociales, pero los ingresos son inferiores a la línea de pobreza y a la de indigencia
(Mignone, 2008).
Cuadro N º 1
IPMH en valores relativos según tipo de privación. Capitales del NEA, 2001
SP PR PP PC Total de hogares
Gran Ctes. 50,67 24,11 9,72 15,50 38400
Gran Rcia. 46,67 18,50 11,89 22,94 48127 Fuente: Elaboración propia según base de datos REDATAM+SP, 2001.
De esta forma, el Gran Corrientes tendría menores privaciones y el Gran Resistencia sería la
ciudad con mayores índices de pobreza. Sin embargo, los resultados no revelan el grado de
concentración espacial de hogares carenciados en ambas capitales, fenómeno que se intenta estudiar
a través de las diferentes dimensiones de la segregación.
4- La dimensión de igualdad
Un primer paso para medir la segregación, es por intermedio de los índices de igualdad. En el
estudio, inicialmente se utilizaron el índice de Segregación (IS) y el índice de Disimilaridad de
Duncan (ID). Ambos varían entre cero y uno, valores que corresponden respectivamente a una
distribución exactamente igualitaria y una distribución de máxima segregación. El valor de estos
índices se puede interpretar como la proporción del grupo minoritario que tendría que cambiar de
residencia o ser relocalizado para obtener una distribución igualitaria en las unidades territoriales
(Massey y Denton, 1998). La diferencia radica en que el IS compara la diferencia entre la proporción
de individuos del grupo minoritario y la proporción del resto de población, mientras que el ID
compara proporciones de dos grupos y no del grupo respecto al resto.
Sin embargo, tanto el IS como el ID de Duncan no permiten incorporar el componente
espacial en el análisis, entonces los resultados resultan sensibles a la configuración territorial de las
subunidades dentro de la ciudad (Martori y Hoberg, 2004). Por ello, surgieron otros indicadores que
incluyen la información espacial para poder calcularlo, como el Índice de Desigualdad corregido por
8 A la pobreza convergente se la denomina pobreza extrema por tener las dos dimensiones del IPMH.
la Longitud de Frontera y el Índice de Desigualdad corregido por la Forma, desarrollados a partir del
uso de los sistemas de información geográfica (SIG) y con la disponibilidad de contar con datos de
población georreferenciados.
El Índice de Desigualdad Corregido por la Longitud de Frontera [D(w)], tiene en cuenta la
diferencia de proporciones del grupo minoritario en las unidades de la ciudad que son contiguas, es
decir que es sensible a la presencia de clusters de subáreas que tienen una composición social
similar. Pero también considera que las posibilidades de interacción entre los grupos residentes en
unidades espaciales contiguas dependen de la longitud de la frontera que separa a las unidades
vecinas, interacción entre los individuos que se supone proporcional a la longitud de frontera común
(Wong 1993, 1999). Con este índice, subyace la idea que la interacción entre unidades disminuye el
nivel de segregación expresado en términos de la Disimilitud.
Asimismo, al incorporar los elementos de configuración espacial, también se debe considerar
la forma geométrica de los radios censales y por ello se utiliza el índice de Desigualdad corregido
por la Forma [D(s)]. En este caso, la forma de los radios afecta la probabilidad de interacción entre
individuos de diferentes grupos en unidades vecinas (Wong, 1993, 1999). La medida más sencilla
para el cálculo de la forma, es la relación entre perímetro y área, por lo tanto el cociente entre estas
dos magnitudes determina lo que se denomina compacidad de la unidad. La compacidad es mínima
cuando el cociente es máximo y a más compacidad menos probabilidad de interacción (Martori y
Heberg, 2004).
Cuadro Nº 2
Índices de igualdad según tipo de IPMH. Gran Resistencia y Gran Corrientes. Año 2001
Rec. Ctes. (PR) Patrimonial (PP) Convergente (PC)
G. Rcia. G. Ctes. G. Rcia. G. Ctes. G. Rcia. G. Ctes.
IS 0,249 0,218 0,363 0,379 0,513 0,500
ID 0,282 0,227 0,529 0,476 0,629 0,574
Dw 0,214 0,169 0,461 0,418 0,560 0,517
Ds 0,256 0,198 0,503 0,446 0,602 0,545 Fuente: Elaboración propia según base de datos REDATAM+SP 2001.
Los índices de igualdad (Cuadro Nº 2) revelan que la segregación aumenta conforme varía el
tipo de pobreza, siendo los hogares con Privación Convergente (PC) los que tienen una mayor
concentración espacial en ambas capitales, ya que es necesario redistribuir más del 50% de los
hogares con pobreza extrema para que no exista segregación. Por lo tanto, los hogares con carencia
extrema tienden a estar más segregados en el espacio urbano, lo que presuponemos, se asociaría a
una segregación impuesta por las condiciones socioeconómicas.
En cambio, la Privación por Recursos Corrientes (PR) segregaría menos que la Privación
Patrimonial (PP) probablemente por el fenómeno que miden: la primera está vinculada con el ingreso
de los hogares, por lo tanto con situaciones coyunturales que son dinámicas y fluctuantes; mientras
que la segunda está asociada con la vivienda, componente estructural sujeto a cambios lentos en el
tiempo y el territorio.
Otra observación de los datos, permite conocer que los resultados de los índices espaciales
son menores que los de la variante no espacial, debido a la corrección introducida. Esta situación
indica que el nivel de segregación se puede considerar sobrevalorado cuando los cálculos se basan
únicamente en los indicadores no espaciales (Martori y Hoberg, 2004). Sin embargo, como los
resultados más próximos al ID de Duncan corresponden al índice corregido por la forma (DS), más
completo por los elementos espaciales que incorpora, la sobreestimación puede ser menor que la
percepción inicial.
Una primera comparación según el índice IS, revela que el Gran Corrientes tiene un menor
grado de segregación, especialmente en la privación por recursos corrientes y la convergente (cuadro
Nº 2). Esta condición es relevante, porque el cuadro Nº 1 indicaba que el aglomerado tiene el mayor
porcentaje de hogares con privación de recursos corrientes, pero la distribución de estos hogares
sería menos concentrada en el interior de la ciudad9.
Por su parte, la segregación por pobreza convergente es alta para el Gran Resistencia, y posee
una de las “peores periferias” del NEA (Mignone, 2008), debido a la fuerte intensidad de la pobreza
y la alta concentración de los hogares en los extremos de ejido urbano resistenciano.
Con los índices de Disimilaridad de Duncan, el D corregido por la longitud de Frontera y D
corregido por la forma, se han comparado los hogares según el tipo de privación con respecto al
conjunto que no tienen privaciones. En el Gran Corrientes, la segregación se reduce en la pobreza
por ingreso, más aún con los índices espaciales, lo que estaría dando muestra de una “mayor
igualdad” en la distribución espacial entre los hogares pobres y no pobres de la ciudad, por lo menos
con los resultados obtenidos a nivel de los radios censales.
El Gran Resistencia mantiene una diferencia superior al 5% según los tipos de privaciones
(aún con los índices espaciales), y está marcando condiciones de fuerte segregación o
“hipersegregación” en la pobreza convergente, porque los valores superan el 60% de concentración
(Massey 1985). Se considera nuevamente, que esta situación se asocia a una condición de
segregación impuesta por la falta de medios socioeconómicos de los hogares, los que residen
primordialmente en la periferia norte y sur de Resistencia, así como en el extremo norte de
9 No obstante, es probable que puedan existir grupos de hogares pobres separados entre los radios censales que de forma
agregada, hacen desaparecer la segregación individual del grupo.
Barranqueras, el norte y suroeste de Fontana (Mignone, 2008). Estos espacios contienen un
importante número de asentamientos informales, en terrenos anegables periódicamente y con déficit
ambiental.
5- La concentración de los hogares con privaciones
Los indicadores de concentración permiten conocer acerca de la ocupación de un espacio
físico (superficie) por parte de un grupo de población en el medio urbano. En este caso, cuanto
menor sea la porción de espacio urbano ocupado por un grupo, más concentrado y segregado se
encuentra. Por lo tanto, es una medida que considera la densidad relativa del grupo en las unidades
espaciales en relación a su densidad media en el conjunto urbano (Massey 1988)
Para medir la concentración, se utilizó el índice Delta (Duncan, 1961 en Martori y Hoberg,
2004) que calcula la diferencia entre la proporción de la población de un grupo en cada unidad
respecto al total del grupo en la ciudad y la proporción de la superficie de cada unidad con el total de
la ciudad. También se puede interpretar como el porcentaje de población del grupo X que ha de
cambiar de residencia para obtener una distribución uniforme en toda la ciudad.
En el cuadro Nº 3, el índice Delta de Duncan (Del) marca diferencias importantes entre
ambas capitales. El Gran Resistencia supera ampliamente a la capital correntina en la PR y PC, ya
que por ejemplo, habría que mover el 57% de los hogares segregados con pobreza extrema para que
no exista segregación debido a que la proporción de este grupo en cada radio censal con respecto al
total del grupo en la ciudad es alta. Esto está marcando una condición de fuerte concentración
espacial de los hogares pobres, que presentan densidades altas en espacios críticos vinculados a los
nuevos barrios informales10
que rodean la periferia norte y sur de la ciudad, con un bajo nivel
educativo de la población y predominantemente con empleos informales o cuentapropistas (Meichtry
y Mignone, 2001).
Cuadro Nº 3
Índices de concentración y autocorrelación según tipo de IPMH. Gran Resistencia y Gran
Corrientes. Año 2001
Rec. Ctes. (PR) Patrimonial (PP) Convergente (PC)
G. Rcia. G. Ctes. G. Rcia. G. Ctes. G. Rcia. G. Ctes.
Del 0,601 0,425 0,404 0,573 0,571 0,431
Morán 0,285 0,243 0,431 0,441 0,500 0,468 Fuente: Elaboración propia según base de datos REDATAM+SP 2001.
10
A decir de Sabatini y Sierralta (2006), los grupos pobres son excluidos de ciertas áreas de la ciudad y empujados a
aglomerarse en las peores áreas de la ciudad por causa del precio del suelo, las políticas de vivienda social e incluso las
erradicaciones forzosas.
La mayor segregación de hogares con PP en el Gran Corrientes, indica que los hogares
residentes en viviendas deficientes tienen una compacidad menor según los radios censales,
revelando una mayor densidad de esta privación en las unidades territoriales.
6- La autocorrelación espacial y la pobreza en el núcleo Gran Resistencia- Gran Corrientes
La autocorrelación espacial permite medir la correlación de una variable consigo misma y
considera los atributos vinculados con aspectos espaciales. La autocorrelación espacial se basa en el
postulado que supone que en el espacio geográfico todo se encuentra relacionado con todo, pero los
espacios más cercanos están más relacionados entre sí que con los más alejados de acuerdo con el
principio de Tobler (Buzai y Baxendale, 2006).
Para medir la autocorrelación, se ha utilizado el Índice de Morán (I), en el cuál los valores
van de -1 a 1. Un índice de 1 indica una autocorrelación espacial positiva, un valor 0 indica un patrón
aleatorio y -1 indica una fuerte autocorrelación espacial negativa. El índice de Morán permite
vincular en forma conjunta la dependencia entre lugares próximos y valores de variables o atributos
que nos interesan (Velázquez y Cepeda, 2004).
Con este índice se puede contrastar la presencia de tendencias o estructuras espaciales
generales en la distribución de una variable sobre el ámbito urbano completo, logrando conocer la
tendencia al agrupamiento o a la dispersión de las unidades espaciales de acuerdo con las variables
analizadas11
.
Las capitales muestran una autocorrelación espacial positiva en las diferentes privaciones,
con marcadas diferencias entre las dos ciudades (Cuadro Nº 3). Destacamos el hecho de la alta
correlación por privación convergente en el Gran Resistencia (50 %); por lo tanto, existe una
contigüidad espacial en las unidades censales y se formarían “enclaves” con pobreza extrema. Como
se dijera anteriormente, la convergencia de situaciones en un mismo espacio puede primordialmente
estar sujeta a cuestiones socioeconómicas forzadas (falta de empleo, ingreso bajos), aunque también
podría deberse a los mecanismos de preservación de la clase social (Sabatini, 2003);lo que permitiría
reconocer que ambas condiciones podrían presentarse en la ciudad12
.
11
La matriz de pesos especiales construida en el Geoda 0.9.5, fue la “matriz de contactos binarios”, atendiendo a un
criterio de contigüidad de tipo Queen o Reina, con el cuál se concibe que serán vecinas de i las unidades que comparten
algún lado o vértice con i. 12
Los trabajos de Meichtry y Mignone (2001) y Mignone (2003, 2004), con relevamientos realizados en asentamientos
informales de la ciudad de Resistencia, indican que los migrantes del interior de la provincia a llegar a la ciudad, se
dirigen directamente al asentamiento como consecuencia de las redes sociales (generalmente por parentesco) formadas
entre la población migrante y la residente en el barrio informal. No obstante, se entiende que hace falta una mayor
comprobación empírica de este fenómeno.
Asimismo, se puede presuponer que se está produciendo el paso de una segregación de
primer tipo (concentración espacial del grupo pero con el espacio compartido con otros grupos) a una
de segundo tipo, que se caracterizaría por una homogeneidad de estos espacios, que con el correr del
tiempo tienden a aislarse físicamente de otros grupos sociales, mientras se mantienen fuertes otras
formas de integración social, como la laboral o la económica (Sabatini, 2003).
En el Gran Corrientes y siempre calculado por radio censal, existe una mayor autocorrelación
de la privación patrimonial, asumiendo entonces que la distribución de las viviendas deficientes de
Corrientes tiene una mayor contigüidad en las unidades territoriales. De manera opuesta, disminuye
en la pobreza por recursos corrientes lo que demuestra que estos hogares tienen una menor
contigüidad espacial y un grado de aleatoriedad en la distribución en las unidades censales. Esta
situación, sumado a los menores índices de igualdad y concentración, inicialmente dan pautas que a
nivel de radio censal no habría una fuerte condición de autosegregación de este conjunto de hogares.
Por su parte, el diagrama de dispersión13
es una herramienta gráfica fundamental para el
análisis de dependencia espacial en una serie y representa una línea de regresión cuya pendiente está
formada por las posiciones de cada unidad espacial en el sistema de coordenadas (Buzai y
Baxendale, 2006). En el diagrama de dispersión de Moran (cuadro Nº 4), se estandariza la variable a
analizar y se obtiene el retardo espacial de dicha variable estandarizada, representándose ambos
valores en un eje cartesiano. La pendiente de la recta de regresión es el valor del estadístico I de
Moran de autocorrelación espacial global, de forma que cuanto mayor sea el ángulo que forme ésta
con el eje de abscisas, más fuerte será el grado de autocorrelación espacial (Chasco Irigoyen, 2003).
Cuadro Nº 4
Diagrama de dispersión para la autocorrelación espacial según tipo de IPMH. Gran
Resistencia y Gran Corrientes. Año 2001
GRAN RESISTENCIA
GRAN CORRIENTES
Privación Recursos Corrientes
Privación Recursos Corrientes
13
En el eje x aparecen los valores estandarizados de la variable para cada unidad espacial y en el eje y se encuentran los
valores estandarizados del promedio de los valores de las unidades espaciales vecinas para la misma variable en el caso
de la autocorrelación espacial univariada (Buzai y Baxendale, 2006).
Privación Patrimonial
Privación Patrimonial
Privación Convergente
Privación Convergente
Fuente: elaboración según base de datos REDATAM+SP 2001.
La pendiente de la recta es más inclinada en la privación convergente lo que demuestra una
mayor autocorrelación espacial. Asimismo, el IPMH por ingresos corrientes tendrían una
segregación baja con autocorrelación que no es significativa, diferente a la privación por recursos
patrimoniales que reflejarían una segregación media dónde la autocorrelación es significativa,
mientras que en la privación convergente la segregación es alta y la autocorrelación significativa.
Con el I de Morán se obtiene un indicador global de autocorrelación de las variables
analizadas, aunque el grado de relación significativo entre estas y las unidades censales ocurre sólo
en determinadas zonas de la ciudad. Para esta cuestión, se recurre al Ii de Moran (Anselin, 1995),
indicador local de autocorrelación espacial (LISA) que tienen como objetivo que el estadístico
obtenido indique la presencia de subáreas de dependencia espacial dentro del espacio general dado14
.
14
El análisis espacial se realiza a través del reconocimiento de patrones locales de identificación espacial. Este método
descompone el índice I de Moran y verifica en cuánto contribuye cada unidad espacial a la formación del valor general,
Con la utilización del software Geoda 0.9.515
, se obtienen los clusters con presencia alta de
miembros de un grupo, pudiendo identificar zonas con una alta manifestación de hogares pobres
rodeados de áreas con presencia también alta de hogares en la misma situación (condición High-
High). A decir de Martori y Hoberg (2004), la detección de este tipo de situaciones en el espacio
urbano, puede ser de gran utilidad en la aplicación de políticas sociales que eviten los problemas
derivados de la segregación.
La descripción de la cartografía del Gran Resistencia16
, reconoce espacios puntuales con
privación por ingresos (plano Nº 1), que coinciden con el sector sur del municipio de Barranqueras,
especialmente en los barrios 110, 120, 150 y 200 viviendas; y en el ejido municipal de Fontana, con
los barrios Cacique Pelayo, Güemes, Belgrano y San Pantaleón. En cambio, en Resistencia se acota a
espacios puntuales como la porción meridional de los barrios Mujeres Argentinas y Villa Río Negro.
En el Gran Corrientes, la autocorrelación se acentúa hacia el sur, en los radios localizados
entre la avenida Maipú y la ruta nacional Nº 12 (barrios J. F. Quintana, Pirayuí y Ciudades
Correntinas). Por el norte, en las proximidades del casco central, aparece otro espacio con hogares
pobres por ingresos, que coincide con una gran proporción de barrios con estudiantes universitarios
provenientes de la región, que no son perceptores de ingresos al ser personas dependientes de
recursos17
.
Plano Nº 1
Autocorrelación local: IPMH Recursos Corrientes
permitiendo obtener un valor de significatividad para cada cluster formado por los valores similares de cada unidad
espacial y sus vecinos. 15
Con la opción Map Cluster de Geoda 0.9.5 se observan los lugares estadísticamente significativos según la correlación
espacial. 16
Los planos confeccionados con el Geoda 0.9.5 no tienen escala, porque el software no trae incorporada esta
herramienta en el programa. 17
Los estudiantes perciben estipendios de los padres y entonces el IPMH no los capta de manera adecuada, porque los
considera como perceptores de hogar desocupados y sin una remuneración fija (cf. Formiga y Prieto, 2006).
GRAN RESISTENCIA
GRAN CORRIENTES
Fuente: elaboración según base de datos REDATAM+SP 2001.
El Moran local correspondiente a la privación solo de recursos patrimoniales (plano Nº 2),
reconoce tres espacios en el Gran Resistencia. Toda la periferia norte del aglomerado, especialmente
en los barrios Don Santiago, Parque Autódromo, Villa Inmaculada, Villa Oro, entre otros lugares
caracterizados por viviendas construidas con materiales precarios, provisión de agua por canillas
públicas o fuera de las viviendas y deficiencias sanitarias. Caracteres similares tienen los barrios de
todo el cuadrante sur-suroeste (Vista Linda, Menem Junior, Villa Facundo, Don Andrés, Villa
Libertad, entre otros) y del noreste (asentamientos Vuelta de Obligado y Padre Fyrnys entre los más
representativos) de Resistencia.
En Corrientes, coincide con los núcleos históricos de pobreza localizados en el extremo norte
de la aglomeración (barrios Lomas del Mirador, Apipé); en los radios localizados al este de la ruta
nacional Nº 12, concurrente con los núcleos de expansión de la ciudad que se prolongan por la ruta
provincial Nº 5; por el cuadrante sur - suroeste aparecen en los barrios Ongay, Nuestra Sra. de
Guadalupe, San Antonio, Concepción, San Roque, así como las proximidades del área denominada
“La Arenera” (Patono) y cerca de “Astilleros Corrientes” (barrios Juan Vera y Galván).
En cuanto a la pobreza convergente (Plano Nº 3), la autocorrelación se acentúa más en toda la
periferia del Gran Resistencia, conformando un cinturón que principalmente envuelve la ciudad por
todo el cuadrante sur-sureste. A la distribución del mapa anterior, se agrega todo el sector norte de
Barranqueras (Villa María Cristina, La Toma y Villa Eva María), la parte norte de Fontana, así como
el municipio de Puerto Vilelas18
.
Plano Nº 2
18
Aquí realizamos una acotación: los radios de los extremos sur y del norte del Gran Resistencia tienen una gran
superficie; entonces la representación cartográfica de las variables pueden generar un fuerte impacto visual de la
segregación y ofrecer una lectura distorsionada al lector.
N
N
N
Autocorrelación local: IPMH Recursos Patrimoniales
GRAN RESISTENCIA
GRAN CORRIENTES
Fuente: elaboración según base de datos REDATAM+SP 2001.
En el Gran Corrientes, los radios con alta autocorrelación se localizan por el norte,
coincidiendo con los barrios Plácido Martínez, Pujol, Quinta Ferré; por el este de la ruta nacional Nº
12 en los barrios Cremonte, San Ignacio, José Ponce; y por el sur lo encontramos en los barrios
Irupé, Paloma de la Paz, Ongay, San Roque y Patono.
Plano Nº 3
Autocorrelación local: IPMH Convergente
GRAN RESISTENCIA
GRAN CORRIENTES
Fuente: elaboración según base de datos REDATAM+SP 2001.
7- Conclusiones
Según Rodríguez Vignoli y Arraigada (2004:19) en las ciudades latinoamericanas “la
segregación se perfila como un mecanismo particularmente importante en la reproducción de las
desigualdades socioeconómicas, el aislamiento de los pobres y la inseguridad ciudadana,
especialmente para los pobres”.
N
N
N
N
N
En los aglomerados analizados se puede concluir que no existe, espacialmente, una
distribución equitativa de los hogares con y sin privaciones; por el contrario, las diferencias son
marcadas en los dos ejidos, condición que se acentúa aún más a medida que el grado de privación se
acrecienta.
Por lo tanto, una primera apreciación permite reconocer que en ambas capitales, según los
cálculos realizados, hay un incremento de la segregación por pobreza según aumenta el grado de
privación. Esto revela que habría una condición de alta segregación relacionada con las condiciones
socioeconómicas de la población, dónde los hogares con extrema pobreza estarían agrupados y
situados en los extremos de los ejidos urbanos, sin servicios básicos y con amplio déficit ambiental.
De igual manera, la autocorrelación espacial crece positivamente a medida que la privación
se intensifica, dando lugar a enclaves o zonas de contigüidad espacial con pobreza extrema.
Por otra parte, los índices utilizados revelan una importante disparidad entre ambas capitales,
no sólo en los niveles de segregación sino también en las modalidades de segregación.
En el Gran Corrientes, los cálculos efectuados con los diferentes índices de igualdad,
evidencian una mayor equidad en la distribución espacial de los hogares con y sin privaciones. Por
otra parte, la concentración de estos hogares carenciados, no dan muestras de un fuerte
agrupamiento, por lo menos en lo que respecta a la superficie ocupada en términos de la cantidad
relativa de espacio físico. Así mismo, la autocorrelación espacial, si bien es poco significativa,
espacialmente estaría mostrando coincidencia con los núcleos históricos de pobreza o con las áreas
de expansión del ejido urbano correntino.
En cambio, en el Gran Resistencia la pobreza se manifiesta con mayor intensidad, generando
una mayor concentración espacial de los hogares con privaciones, evidenciando, en algunos casos, en
una situación de alta segregación. Asimismo se puede observar una mayor densidad de hogares con
privaciones por unidad censal y una mayor contigüidad de las privaciones en los radios censales,
especialmente en el cinturón o anillo contínuo, que rodea al aglomerado por el norte y el sur y que
notoriamente coincide con los asentamientos informales, cuya población posee bajos ingresos y
amplias dificultades en el acceso al empleo.
Si bien se reconoce que el estudio de la segregación por pobreza requiere de otros tipos de
enfoques complementarios que avalen los resultados obtenidos, los índices utilizados permiten
reconocer diferentes aspectos y características de la segregación de los hogares carenciados.
En definitiva, esta investigación supone una primera aproximación al estudio de la
segregación por pobreza en las capitales del NEA, condiciones que seguramente requieren de futuros
análisis a través de otros parámetros de medición y atendiendo a las particularidades del interior de
cada ciudad, situación que no siempre es posible de analizar por el grado de desagregación espacial
que tiene la información censal.
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