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Revista Latinoamericana de Psicología ISSN: 0120-0534 [email protected] Fundación Universitaria Konrad Lorenz Colombia Samudio, Jaime El comportamiento criminal en Colombia Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 33, núm. 1, 2001, pp. 59-71 Fundación Universitaria Konrad Lorenz Bogotá, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80533107 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Revista Latinoamericana de Psicología

ISSN: 0120-0534

[email protected]

Fundación Universitaria Konrad Lorenz

Colombia

Samudio, Jaime

El comportamiento criminal en Colombia

Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 33, núm. 1, 2001, pp. 59-71

Fundación Universitaria Konrad Lorenz

Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80533107

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REVISTA LATINOAMERICANA DE PSICOLOGÍA2001 VOLUMEN 33 - N° 1 59-71

ELCOMPORTAMIENTO CRIMINALEN COLOMBIA

JAIME SAMUDIO DíAZ*Universidad de Los Libertadores, Bogotá, Colombia

ABSTRACT

The main factors that influence criminal behavior are presented: pre-crimogenic (socio-historical andbiological factors), criminogenic 1 (pattems of child rearing), criminogenic 2 (in adolescence), andcírcumstantial (conditions that increase the probability of criminal behavior by means of facilitation).Several cases are described, including Colombian street children (gamines), the so-called "culture ofviolence", imrnigration, and so forth. The role of biological factors in crime is analyzed. Patterns of childrearing are given great importance, including wrong techniques of education, inconsistent discipline,punishment, neglect of the child, violent behavior at home, alcoholism andlor drug abuse by a parent. Acoherentpicture of the origins of criminal behavior emerges from these analysis, although the need of moreresearch work is pointed out.

Key words: Criminal behavior, patterns of child rearing, criminogenic factors, biological predispositionfor crime, Colombia.

RESUMEN

Se presentan los principales factores que influyen en el comportamiento criminal, que son de cuatroclases: precriminógenos (factores sociohistóricos y biológicos), criminógenos 1 (pautas de crianza),criminógenos 2 (en la pubertad y adolescencia) y citcunstanciales (condiciones que aumentan la probabi-lidad de la conducta criminal facilitándola). Se describen varios casos, incluyendo los "gamines" deColombia, la llamada "cultura de la violencia", la migración, y otros. Se analiza el papel de los factoresbiológicos en el crimen. Se les concede gran importancia a las pautas de crianza, que en el caso de los

* Correspondencia: JAIME SAMUDIO DIAZ,Facultad de Psicología, Universidad de Los Libertadores, carrera 16 n° 63A-68,Bogotá, Colombia.

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criminales incluyen técnicas inapropiadas de educación, disciplina inconsistente, castigo, poca atención ypoco interés por los hijos, comportamiento violento en el hogar, alcoholismo y/o abuso de drogas por parteal menos de uno de los padres. Se obtiene así un cuadro coherente de los orígenes del comportamientocriminal, aunque se enfatiza la necesidad de realizar más investigaciones sobre estos importantes temas.

Palabras clave: comportamiento criminal, pautas de crianza de los niños, factores criminogénicos,predisposición biológica al crimen, Colombia.

INTRODUCCIÓN

Son numerosos los factores que se ha encontra-do que se relacionan con el comportamiento crimi-nal. Generalmente dichas relaciones se señalan enforma cuantitativa, y con frecuencia se supone quesu grado de determinación depende de la medida dela asociación entre los factores relevantes.

En el presente trabajo he preferido usar eltérmino "crimen" de preferencia al término "deli-to", porque el primero se utiliza con frecuencia parareferirse a delitos graves. Éstos se considera que sonlos que ponen en peligro o dañan la vida de un serhumano. En este sentido es relevante recordar lareflexión de Beccaria (1964/1992):

"Otros escritores antes que yo han demostradoel evidente desorden que nace de no distinguir laspenas de los hurtos violentos de las de hurtos conengaño, estableciendo una absurda equivalenciaentre una suma de dinero y la vida de un hombre.Estos son delitos de diferente naturaleza".

El presente trabajo versa sobre la persona quecomete delitos graves o crímenes. Dicha persona esla causante del sentimiento de inseguridad queexiste en una comunidad. Parece que esa personaposee una problemática de personalidad que es másgrave, o al menos diferente, de la problemática queposee la persona que comete delitos leves o meno-res. A ésta última y a los delincuentes "de cuelloblanco" es preciso abordarlos en futuras investiga-ciones.

Sobre criminalidad en Colombia véanse Aca-demia Nacional de Medicina (1982) y Comisión deEstudios sobre la Violencia (1989).

En realidad es necesario distinguir siempre enla interpretación del comportamiento humano par-ticularmente, aunque es posible que no sólo enrelación con él, entre sus condicionantes y susdeterminantes. En tanto que éstos expresan relacio-nes necesarias, esenciales, que pueden ser interpre-tadas en términos de leyes dinámicas o, de acuerdocon otras perspectivas, leyes funcionales o causales,aquéllas, las condiciones del comportamiento dancuenta de su factibilidad, es decir, posibilitan suconstrucción, facilitándola o limitándola. Dicho deotra forma, los determinantes del comportamientodefinen su presentación con mayor o menos preci-sión. Por ejemplo, las determinaciones hereditariasdel instinto, las neurofisiológicas de los reflejos, lasde los condicionamientos clásico y operante sobrelas conductas.

Estas relaciones de determinación pueden serrepresentadas, según el caso, mediante leyes causaleso probabilistas.

Las condiciones del comportamiento (no con-fundirlas con los condicionamientos antes señala-dos) por el contrario no definen el comportamientoque se presentará sino que facilitan o dificultan laacción de los factores determinantes que en estecaso generalmente expresan la acción del sujeto delcomportamiento que, por consiguiente, es recono-cido como activo, creativo y responsable.

También las relaciones condicionantes pue-den frecuentemente representarse estadística-mente como leyes probabilistas cuando expresandisposiciones o tendencias en un grupo. Losfactores biológicos y culturales generalmenteinciden de esta manera sobre el comportamientohumano.

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La siguiente exposicion de los factores delcomportamiento criminal deben permitir el enten-dimiento más preciso de lo antes señalado.

CLASES DE FACTORES

Son cuatro claramente distinguibles por su inci-dencia en la constitución del sujeto criminal y de sucomportamiento:

l. Precriminógenos: condiciones sociohistóricasylo biológicas asociadas altamente con la cons-titución de los factores criminógenos, pero queno determinan su surgimiento.

2. Criminógenos 1: determinantes de la forma-ción de la personalidad infantil sociopatoide oprecriminal.

3. Criminógenos 2: condiciones de la formacióndel comportamiento criminal y de su orienta-ción vital en la pubertad y la adolescencia.

4. Circunstanciales: condiciones en que aumentala probabilidad de que realice el comportamien-to criminal en cuanto lo facilitan o estimulan.

Debe entenderse que los factores precri-minógenos solamente se realizan como tales cuan-do surgen en ellos los factores criminógenos 1, queéstos tienen su complemento en los factorescriminógenos 2, que, sin embargo, pueden realizar-se sin que los primeros hayan existido previamentey facilitando en tal caso la formación de un delin-cuente al parecer más rehabilitable que el constitui-do tempranamente y finalmente, en los factorescircunstanciales solamente existen para quien hasido formado bajo los factores criminógenos 1y/o 2.

FACTORES PRECRIMINÓGENOS

Los hay sociohistóricos y biológicos. Corno haocurrido también con otros factores, han sido seña-lados equivocadamente desde perspectivas sim-plistas y unilaterales corno "causas" de la delin-cuencia. Sin embargo, es claro que su presencia está

relacionada tanto en el criminal corno en el nocriminal, no solamente con el surgimiento del suje-to del crimen sino con el no criminal, la personaaceptablemente socializada y productiva. Aunqueestos factores aparecen altamente correlacionadoscon la existencia del crimen en estudios muy pocorigurosos, no es alta la probabilidad de que en ellossurja no obstante que representen las condicionessociohistóricas y biológicas más propicias entreéstas para su surgimiento. Esto que puede parecercontradictorio no lo es: las condiciones sociohistó-ricas y las biológicas no son relevantes para laconstitución del criminal, no guardan una relaciónnecesaria con ella, no son sus determinantes.

FACTORES PRECRIMINÓGENOSSOCIOHISTÓRICOS

Son (en un orden que atiende a su antigüedad):

a. El marginamiento del desarrollo económico ycultural.

b. El patriarcalismo o autoritarismo del padre.

c. La subcultura de violencia, inmoralidad y de-lincuencia (que llamaremos para abreviar[VINDE]).

d. La inmigración (cuando se habla de la delin-cuencia citadina).

Marginamiento del Desarrollo Económicoy Cultural

Aunque no contarnos con estadísticas sobre ladistribución de los agentes del crimen por estratosocioeconómico, al parecer es posible afirmar queen Colombia, al igual que en otras latitudes seconstituye ante todo en los estratos más pobres ymás marginados culturalmente. Más del noventapor ciento de los adolescentes internados en "ElRedentor" (Bogotá), provienen de estos sectores ode estratos medio en lo económico pero bajos en locultural. En esto se han basado interpretacionessuperficiales sobre el fenómeno delictivo en Co-

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lombia que lo suponen producto de la injusta distri-bución de la riqueza. Sin embargo, es fácilmentedemostrable que en iguales y aún inferiores condi-ciones de atraso e iniquidad, otras naciones presen-tan índices de criminalidad menores que los nues-tros. Según Losada y Vélez (1989) desde 1955cuando tenemos estadísticas que nos permiten com-parar la criminalidad en nuestro país con la de otros,Colombia aparece reiteradamente entre los diezpaíses con mayores homicidios. Esto no guardarelación ni con el desarrollo económico permanenteque caracteriza a este país ni con las desigualdadesen su distribución que no son comparables con las deotras naciones asiáticas, africanas y aún latinoame-ricanas. Por otra parte, si se atiende a la proporciónde delincuentes respecto del total de la poblacióncolombiana de condiciones económicas y cultura-les semejantes, es fácil concluir que en cualesquierade las condiciones existentes en el país sólo unaminoría opta por el comportamiento antisocial.

Gutiérrez de Pineda realizó en 1978 una inves-tigación concluyente al respecto. En cuatro ciuda-des colombianas comparó la familia con "gamín"con la vecina sin "garnín". Los resultados fueronelocuentes: las dos se diferencian en las pautas decrianza que realizan. Si el "gamín" tiene un procesoevolutivo frecuentemente conducente al delito, comoes sabido, en sus pautas de crianza encontraremosclaves importantes para el entendimiento de estaproblemática. A ellas nos aproximaremos comofactores criminó geno s 1.

¿Qué relación guarda el marginamiento deldesarrollo económico y cultural con el surgimientode pautas de crianza inadecuadas? Ninguna inexo-rable y determinante. En iguales condiciones demarginamiento coexisten muy variadas pautas decrianza. Sin embargo, es razonable entender que laproblemática planteada a las familias en estas con-diciones repercuta en sus relaciones internas en unamedida que estará mediada por la formación de susintegrantes, la cual aunque no es reducible a laeducación formal a que generalmente se hace refe-rencia principalmente como "desarrollo cultural"tampoco es separable de ésta. La formación formale informal de quienes establecen la dinámica de lasrelaciones familiares de la que es parte el conjunto

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de pautas de crianza, es decir, la formación de lospadres, debe ser entendida como variable relevanteen el proceso evolutivo del delincuente.

Entre las condiciones generales del sistemasocial y el individuo en formación siempre está lafamilia con su propia dinámica. La familia no essimplemente un canal, un transmisor de las influen-cias sociales, sobre el individuo. Puede y debe seruna opción para su identidad. A ella dedicaremosuna reflexión más adelante.

Patriarcalismo o Autoritarismo Paterno

La antropóloga Gutiérrez de Pineda (1988)anteriormente mencionada, permite con su estudiosobre patriarcalismo en el departamento deSantander (Colombia) ubicar el papel que ha tenidoen relación con los procesos de la criminalidad ennuestro país. Luego de caracterizar el patriarcalismoen una muestra amplia de familias de numerososmunicipios santandereanos, realiza una compara-ción cuantitativa de infanticidios, violaciones, mal-trato infantil y otros, con datos de Antioquia carac-terizada por la autora como región de bajoautoritarismo paterno. Las diferencias se destacanmuy significativamente. Sin embargo, la autora esconsciente de que el autoritarismo del padre, opatriarcalismo, forma parte de las tradiciones cultu-rales más amplias y más antiguas de nuestro país.

Aunque no todo patriarcalismo deriva en deli-tos como los antes mencionados, y sea por consi-guiente, conveniente el estudio de estas transicio-nes o, tal vez, del deterioro delincuencial delpatriarcalismo, conviene siempre señalar su incon-veniencia para la convivencia democrática. Losestudios de la personalidad autoritaria permiten versus analogías con el patriarcalismo no sólo en elmanejo de la autoridad sino en su conservadurismo.Los investigadores de la Escuela de Francfort (Ador-no y cols., 1950) pudieron determinar cómo lapersonalidad autoritaria es producto delautoritarismo y es condición contraria a la toleran-cia indispensable para el respeto al derecho ajeno yla convivencia democrática. La superación delpatriarcalismo que en concepto de Gutiérrez de

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Pineda (1988) se conserva esencialmenteinmodificado en nuestra sociedad es uno de losrequisitos de la superación de los actuales índicesde delincuencia y el logro de una mejor convivenciaen Colombia.

El patriarcalismo que como se ha entendido, nosiempre tiene manifestaciones delincuenciales, esuna condición cultural que puede manifestarse aun-que no necesariamente en las pautas de crianza quese han encontrado relacionadas con la formacióndel criminal de las que se hablará más adelante.

Subcultura de Violencia, Inmoralidady Delincuencia {VINDE}

Alejados de la idea imprecisa pero extendida deque en Colombia existe una "cultura de la violen-cia", aquí hacemos referencia a algo bastante preci-so aunque poco o nada estudiado: la existencia deuna subcultura relativamente consolidada confor-mada por familias y bandas de delincuentes que sereproducen y son a la vez escuela de formación denuevos integrantes. Al parecer su consolidaciónempezó en los años veinte en nuestro país. Elextenso estudio Historia del niño en Bogotá, reali-zado por Muñoz y Pachón (1989) transformadodespués en el libro más breve pero más sistemático:La niñez en el siglo XX (1992) permite observar quehasta la tercera década del siglo los menores huér-fanos abandonados o que por cualquier razón deja-ban su hogar se encontraban viviendo en las callescon voceadores, emboladores, mensajeros y otros,que les acogían y les orientaban en su nueva vidafacilitándoles la incorporación a alguna labor legí-tima. Por el contrario, a partir de esa tercera décadadel siglo XX empiezan a desaparecer en las callesestos habitantes bien socializados para serremplazados por delincuentes que acabaron impo-niendo su autoridad arbitraria en ellas. Las calles sehan convertido así inexorablemente para cada unode sus nuevos inquilinos en área de convivencia conel crimen y en su escuela para ingresar a él.

Las bandas o "parches" (véase García, 1998)han desarrollado características distintivas yesta-bles: jerga, manejos de la ropa y del cuerpo, valores

o antivalores y tras todo esto, su propia visión delmundo y su propio estilo de vida. Esto, no conviertea estas gentes en portadoras de una cultura diferentede la dominante sino en una subcultura improduc-tiva y que se mantiene y reproduce a expensas de ladominante como su rémora.

En la actualidad así como los voceadores, men-sajeros y limpiabotas se han integrado plenamentea la sociedad, los integrantes de "parches" vivenmayoritariamente en inquilinato s o en casas que aveces les son propias. De esta manera se reproducela actividad delincuencial y se consolida en sushistorias familiares. La superación radical de ladelincuencia no será posible sin el control y lareducción de esta subcultura que la nutre.

Las Inmigraciones

En las grandes ciudades como Bogotá es evi-dente que la mayor densidad delincuencial se pre-senta en las áreas de más reciente y masivainmigración: barrios Simón Bolívar, San Cristóbaly últimamente, la periferia de Soacha. Para analizarlas relaciones entre las inmigraciones y la delincuen-cia es necesario considerar dos interpretaciones in-dependientes, pero, a la vez, complementarias:

• El origen de la violencia: Losada y Vélez(1989) han precisado luego de determinar lasproporciones entre muertes violentas y pobla-ción:

"Al reflexionar sobre las características de lasregiones afectadas por mayor violencia relativa seconcluye que casi todas ellas son eminentementerurales. Los centros urbanos grandes de elevadaviolencia son la excepción" (pág. 123).

Si consideramos que en las grandes ciudades talviolencia es realizada en alta proporción porinmigrantes (aunque esto debe ser adecuadamentecomprobado) y en áreas de reciente inmigración laconclusión es obvia: la violencia tiene su origencampesino. Debe sin embargo, tenerse en cuentaque en el campo colombiano la distribución de laviolencia es muy desigual. Losada y Vélez elabora-

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ron en el mismo trabajo mapas de municipios yregiones con tasas de homicidios altas o muy bajas.Lo que sugiere que no todo el campo contribuye aesta problemática o no en igual medida. Entreambas clases de municipios y regiones los investi-gadores no encuentran otras diferencias evidentes.

En los municipios violentos existen conflictosmuy diversos y complejos, pero en relación con losmunicipios que se destacan como pacíficos señalan:

"No quiere afirmarse obviamente, que allí sedesconozcan los homicidios y menos que en esasregiones no existan los conflictos y aún los conflic-tos sociales graves. Pero, por razones no bien clarastodavía, el número de muertes por homicidio regis-trado en esas regiones arroja tasas singularmentebajas".

• La existencia de una crisis de inmigrantes:González (1982) al indicar el alto predominiode inmigrantes recientes entre delincuentesjuveniles españoles plantea la posibilidad deque la inmigración conlleve una crisis de iden-tidad. Nosotros hemos planteado para investi-gaciones que están en marcha la siguientehipótesis sobre las características de tal crisis:

1. Pérdidas de identidad relacionadas con el estatusy los papeles acostumbrados en la colectividadde origen y modificados o perdidos.

2. En los casos de emigración del lugar de origenforzada violentamente: ira y resentimientocontra los directos responsables y siemprecontra el Estado, responsable por acción uomisión.

3. Pérdida de la familia extensa.

4. Pérdida de las solidaridades comunitarias máspropias del campo que de las grandes ciudades.

5. Surgimiento de nuevas y a veces inalcanzablesexpectativas.

6. Sometimiento a nuevas e intensas exigenciaspsicológicas:

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o Manejo riguroso del tiempo.O Riesgos de la vida urbana.O Competencia.O Productividad.O Necesidad de adquirir nuevas capacida-

des laborales y dificultad para acceder aellas.

7. Mayor sensibilidad ante la crisis de valores ycon ello:

O Puesta en entredicho de institucionesestatales y religiosas antes aceptadasacríticamente.

O Formación de sincretismos valorativos queconjugan el pragmatismo con valores reli-giosos o esotéricos.

8. Baja en la autoestima.

Por consiguiente, el proceso de inmigraciónsignifica más que un cambio de ubicacióngeográfica: una crisis en la evolución de lafamilia y en la de sus integrantes que puede noser superada progresivamente pero con altafrecuencia es manejada adecuadamente y re-presenta una transformación cualitativa positi-va en la vida del inmigrante.

Sintetizando, la mayoría de las personas encondiciones como las antes señaladas no soncriminales aunque la mayoría de éstos tenganesas mismas condiciones. No obstante, es claroque en las condiciones opuestas es menos fac-tible la desmoralización lo mismo que elsurgimiento de las pautas de crianza que, comose verá más adelante, son determinantes de laformación del criminal.

FACTORESPRECRIMINÓGENOS BIOLÓGICOS

El psicólogo Hans J. Eysenck ha sustentado laexistencia de determinaciones biológicas sobre elcomportamiento criminal, (véase Eysenck 1965,1973). Tras largos estudios de numerosas variables

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ha llegado a considerar que existen dos dimensio-nes básicas de toda personalidad: extraversión-introversión y neuroticismo-estabilidad. La prime-ra da cuenta de la concentración de la actividadpsicológica del individuo en lo exterior a él, por unaparte o en sí mismo de otra. La segunda, como losnombres lo indican a su excitabilidad o inestabili-dad o por el contrario a su estabilidad o normalidad.

En estudios con psicópatas y delincuentes haencontrado Eysenck que más del 60% puntúan altoen extraversión y neuroticismo lo cual no es ajenoa personas normales pero se presenta en ellas enproporciones bastante menores que en los psicópa-tas y delincuentes.

El propio Eysenck ha reconocido el acuerdoentre sus planteamientos y viejas tradiciones sobrela personalidad;

"En sentido descriptivo, la concordancia entreestos estudios modernos y la vieja doctrina de lostemperamentos es de una exactitud sorprendente"(Eysenck 1965, pág. 71).

Esa tradición fue iniciada por Galeno quienplanteó la existencia de cuatro temperamentos:melancólico, colérico, sanguíneo y flemático; fuecontinuada luego por el famoso filósofo alemánInmanuel Kant y por Wilhelm Wundt, el padre de lapsicología científica, al finalizar el siglo XIX; alcomenzar el siglo XX, Alfred Adler destacó en lapersonalidad el continuo extraversión-introversióny finalmente Iván P. Pavlov, en los años 1930estableció la correspondencia entre los cuatro tiposbásicos del sistema nervioso (que había descubiertoinicialmente en sus perros de laboratorio) y elplanteamiento original de Galeno.

Eysenck ha informado de la existencia de índi-ces fisiológicos que caracterizan a quienes puntúanalto en neuroticismo: promedios superiores a losnormales en ritmo cardíaco, presión arterial, tempe-ratura corporal, sudoración, entre otros. Estos índi-ces expresan la acción relevante de la formaciónreticular responsable del nivel de activación tantodel propio sistema nervioso como del conjunto delorganismo.

Por otra parte estudios por fuera de esta tradi-ción como los de las argentinas Cardus, Delsino deGómez y Rebollo (1980) sobre disfunción cerebralmínima, llamada comúnmente entre nosotros"hiperquinesia" han dado cuenta de la presencia deeste síndrome en sujetos de actividades criminales.Este síndrome conformado por hiperactividad,compulsividad y problemas de atención, tiene suorigen en una disfunción todavía imprecisamenteconocida de la formación reticular.

Parece que su desatención o atención inadecua-da está relacionada con la vinculación de su porta-dor al crimen.

Es muy posible que el síndrome de disfuncióncerebral mínima y los estudios del neuroticismo-extraversión estén haciendo referencia a la mismarealidad. Sin embargo, esto requiere un cuidadosoestudio.

¿Cómo debemos interpretar las relaciones entreestos factores orgánicos y el comportamiento cri-minal ?En lo que fue la Unión de Repúblicas Socia-listas Soviéticas (URSS), los psicólogos, partiendode los estudios de Pavlov (1935) han diferenciadoentre temperamento y personalidad. Pavlov, quienno elaboró una concepción de la personalidad,entendió que los tipos de sistemas nerviosos, cons-tituyentes de los temperamentos tenían en los sereshumanos una influencia mediatizada por el "segun-do sistema de señales" esto es por el lenguajesimbólico. Los psicólogos de la Unión de Repúbli-cas Socialistas Soviéticas (URSS), a partir de losestudios de Vygostki y sus discípulos entiendenque la personalidad es una construcción del indi-viduo humano en condiciones sociohistóricas.La personalidad sería así propia de los sereshumanos en tanto que los temperamentos existentambién en otras especies. Nosotros comparti-mos este planteamiento.

Pero ¿qué relaciones existen entre tempera-mento y personalidad? Y en consecuencia ¿cuál esla influencia de aquél sobre el comportamientohumano? Strelau (1987) sustenta la formación en elindividuo de tendencias o disposiciones facilitadaspor las características temperamentales.

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Estas tendencias no se establecen inexorable-mente y las exigecias de la vida de relación soncondiciones que pueden o no facilitarlas. La perso-nalidad constituida por el individuo la expresará,pero esto debe entenderse con toda claridad: lascondiciones del sistema nervioso (temperamento)aportan características formales, pero solamente laformación en condiciones sociohistóricas (que sonprimero las familiares) constituirá unos u otroscontenidos. Tales características formales -inten-sidad de las reacciones, rapidez de sus cambios,principalmente- pueden servir a muy diversoscontenidos. El temperamento condiciona a la per-sonalidad del sujeto y a su comportamiento pero nolos determina.

FACTORESC~INÓGENOSl

Son las relaciones interpersonales, principal-mente las intrafamiliares que constituyen las llama-das "pautas de crianza", determinantes de la forma-ción de la personalidad infantil sociopatoide oprecriminal.

Las relaciones con sus padres y hermanos sonlas primeras vinculaciones del niño con la sociedady en ellas realiza la primera y fundamental forma-ción para la vida social más amplia.

Las relaciones intrafamiliares son las primerasrepresentaciones que el niño tiene de la vida socialy se convierten en su modelo de ésta. Sin embargo,la familia no debe ser entendida como una represen-tación reducida o miniaturizada de las relacionesque caracterizan el sistema social más amplio delque forma parte. Tampoco la familia es tan sólo uncanal neutro entre este sistema y cada uno de losindividuos que la integran que permite la transfor-mación y reproducción de sus influencias, comomodelos y exigencias. La familia es una organiza-ción social activa con su propia dinámica y eninteracción con el sistema social amplio que impli-ca interdependencias mutuas.

La familia moderna conlleva una diferencia-ción precisa entre lo público y lo privado (Bruner,1991) Yentre "nosotros" y "ellos" (González, 1982)

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que es normalmente constituyente de la identidad desus integrantes y que no se constituye o es deficienteen el mal llamado "hogar" del sujeto del crimen.

La familia como trasmisora pasiva de las in-fluencias sociales más amplias, en deterioro de susfunciones, fue encontrada por Adorno, Frenkel-Brunswik, Levinson y Sanford (1950), integrantesde la llamada Escuela de Francfort, al estudiar laformación de la personalidad autoritaria. Estafamilia caracterizada por su pasividad, su tradi-cionalismo y conservadurismo tampoco es la delcriminal.

La familia de éste no es canal pasivo de lasinfluencias sociales amplias que conviene señalar,no siempre son negativas, ni núcleo gestador deidentidad para sus integrantes. La familia del crimi-nal tiene características particulares que es necesa-rio entender concretamente.

Las pautas de crianza que han sido encontradaspor diversos autores (véase particularmente la revi-sión de Feldman, 1989) y por nosotros (véanseBernal, García y Reyes, 1994) relacionadas con laformación del criminal, dan cuenta esencial de lafamilia de éste. Estas pautas las denominamos aquípautas de crianza de alto riesgo criminógeno opautas de crianza sociopatógenas. Estas pautasestán conformadas por todas o la mayoría de lassiguientes características:

• "Técnicas de educación" que buscan la afirma-ción del poder de los padres mediante el uso delcastigo físico y/o la privación de objetos mate-riales o privilegios o la amenaza de castigo oprivación. Esos castigos son frecuentementeexcesivos y pueden incluir golpes con objetosespecialmente lesivos: leños, cables, machete("planazos"), o cualquier otro que está "a lamano"; quemaduras con cigarrillos, planchas,estufa, etc.; intentos de ahogamiento; aisla-miento del niño en la oscuridad o al aire libre,durante la noche, desnudo, atado a un árbol,dentro de la alberca del agua, etc.

• Disciplina laxa y errática (inconsistente). Lainconsistencia puede deberse a:

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o Incoherencia entre lo que dicen y exigenlos padres y lo que hacen.

o Falta de regularidad: lo que se castiga unasveces fuertemente, otras veces se des-atiende.

o Tratos diferenciales: a unos se les castigalo que a otros se les permite hacer. Cuandoexiste padrastrazgo esto implica discrimi-nación entre los hijos y los hijastros.

o Estimulación de la agresividad fuera delhogar pero supresión de ésta en el hogarcon castigos.

• Ataques verbales como la ridiculización y re-gaños continuos.

• Relaciones flexibles y excesivamente permi-sivas con la madre, particularmente.

• Poco uso del razonamiento y el elogio.

• Poco interés y poca atención por sus hijos,evidentes en la despreocupación por su progre-so educacional, su salud y su recreación.

• Separación o divorcio de los padres antes deque el niño tuviera seis años de edad.

• Riñas entre padres generalmente violentas.

• Mutuo rechazo entre padres e hijos.

• Alcoholismo o drogadicción por lo menos enuno de los padres.

• Algún padre con antecedentes delictivos e in-clusive una historia familiar con tradicionesdelictivas.

González (1982), distingue entre familias defi-cientes y nocivas. Éstas últimas presentarían casitodas las pautas mencionadas, las deficientes com-prenderían las pautas en diversa medida pero inclu-yendo siempre las dos últimas.

La mayoría de los autores relacionan de maneramecanicista a estas pautas con el sujeto criminal:éste aparece como producto de aquéllas.

Feldman, (1989) quien hace una revisión cuida-dosa de estudios sobre conducta criminal los clasi-fica, de forma que en concepto nuestro expresa esedeterminismo, en dos grupos: los que dan cuenta decondiciones que no facilitan la adquisición de acti-tudes y normas convenientes para la vida socialy los que dan cuenta de la adquisición de actitudesy conductas antisociales. Así el comportamientocriminal se supone producto de déficits o inade-cuaciones en el aprendizaje.

Otra posible interpretación del papel de talespautas es la que aquí se propone a partir de unaperspectiva constructivista. Al igual que Vygostki,Piaget, Bruner y otros psicólogos genéticos perotambién de Rogers y Kelly, de orientaciones "hu-manistas", se reconoce al sujeto en cuanto tal, esdecir, como ser activo ante sus circunstancias, eninteracción con ellas y construyendo así su posturaante ellas. La actividad del sujeto constituye el"significado" de las circunstancias para sí. Igualescircunstancias --desde la perspectiva de un terce-ro-- pueden constituir para sujetos diferentes signi-ficados también diferentes.

Las "circunstancias traumáticas" no existen, enconsecuencia, aunque sí las relaciones traumáticascon las circunstancias. Pavlov señaló las inciden-cias diferenciales de los tipos de sistemas nerviosossobre las reacciones de los individuos ante suscircunstancias y sobre el surgimiento de síndromespsicopatológicos en dependencia de ellas. Convie-ne revisar estas investigaciones.

Las pautas de crianza de alto riesgo criminógenoestán conformadas por las relaciones intrafarniliaresen que se forma el sujeto del crimen, esto es, por lasrelaciones entre él y sus padres (o padrastros), lasrelaciones entre éstos y las relaciones diferencialescon sus hermanos (o hermanastros). Constituyenlas circunstancias sociales en las cuales se realiza laexperiencia vital inicial del sujeto y, en medio de lascuales construye unprimer sentido de lo social para sí.

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En nuestro concepto tales elaboraciones desentido, así como las que la persona construye sobresus restantes relaciones con "el mundo" no sonajenas al proceso de la propia construcción delsujeto. Este no es tan sólo el organismo genotípicay fenotípicamente definido: es el resultado de suhumanización realizada en vínculos sociales. Losestudios de los niños ferales (Merani, 1978) y los degemelos (p. ej. Luria y Yudovich 1979) han dadocuenta con precisión de la inexistencia de las carac-terísticas del sujeto social ---del hombre- porfuera de las relaciones sociales y de sus variacionesen dependencia de ellas. En las relaciones con sussemejantes el individuo humano constituye un sen-tido de lo social para sí como parte del proceso desu propia estructuración como sujeto.

Las pautas de crianza de alto riesgo criminógeno,no obstante la denominación que les hemos dadoatendiendo a que no es posible afirmar que condu-cen, inexorablemente, al crimen, han sido encontra-das reiteradamente en delincuentes adolescentes yadultos. Por supuesto no fueron descubiertas enniños. Existen sin embargo, estudios en Colombiacomo el de Gutiérrez de Pineda (1978) relativo a"gamines" que dan cuenta de la presencia en estosniños de pautas de crianza esencialmente semejan-tes a las encontradas en la formación del delincuen-te e importantes trabajos de miembros del GEVIDde nuestra fundación que buscan sus rastros enniños y púberes. Su hallazgo inicial en adultosconlleva otro descubrimiento: sus consecuenciasprolongadas sobre las vidas de los sujetos a ellassometidos. Véanse Samudio Díaz y Marfn (1994);Casas, Clavijo y Leal (1994); y Palomino, Ríos ySamudio Díaz (1991).

La comparación de las pautas de crianza de altoriesgo criminógeno con las encontradas en la for-mación de los niños superdotados nos parece esen-cialmente esclarecedora de sus relaciones con eldesarrollo posterior. Lo encontrado en las familiasde niños superdotados por De Zubiría (1995) eselocuente: padres con altos niveles educativos yculturales, núcleos familiares estables y bien inte-grados, poca frecuencia de separaciones omadresolterismo, relaciones estrechas y cálidaspadres-hijos, demostraciones de interés permanen-

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te de los padres por sus hijos, carencia deautoritarismo y por el contrario estilo democráticoen las relaciones intrafamiliares que implica acuer-dos sobre normas que obliguen tanto a padres comoa hijos. Nos parece evidente: son pautas de crianzaesencialmente opuestas a las que veníamos anali-zando. La oposición delincuente-superdotado enlas pautas de su formación al parecer es tantointelectiva como afectiva y psicosocial. Los delin-cuentes (como hemos encontrado en los trabajoscomparativos de su desarrollo psicológico con nodelincuentes) son significativamente inferioresintelectualmente, afectivamente y en habilidadessociales.

La influencia prolongada de las pautas decrianza sobre las características posteriores de lossujetos exige una interpretación que supere a lasimple extrapolación mecánica de sus incidenciasen la infancia a otras etapas del desarrollo. Nor-malmente debe asumirse que los significados cons-truidos por el sujeto en la infancia con base en suvivencia de las pautas de crianza son premisas desu evolución posterior y a su vez deben tambiénevolucionar integradas a los nuevos contextos designificación elaborados sobre la experiencia am-pliada y mediante sus nuevas posibilidadescognoscitivas. Sólo suponiendo el completo es-tancamiento, la detención del desarrollo del suje-to, es posible asumir que los significados elabora-dos tempranamente han de conservarse intactos enotras edades. Sin embargo, tal vez sea lo másrazonable suponer que los sujetos del crimen,carentes de condiciones adecuadas para su desa-rrollo han de tender a permanecer ligados a supasado en mayor medida que quienes se forman encondiciones superiores (como señaló Obujovskien 1987, en relación con las psicopatologías engeneral) sin que esto impida su vinculación acontextos más amplios. La postura inicial ante supadre podrá convertirse así en la matriz de suposición ante la sociedad más amplia. El conflictocon los padres (o padrastros) se transformará enuna contraposición a "los otros" en general. Losestudios que actualmente realizan Alvis, Cuevas yGaona con nuestra dirección han de permitir avan-zar en el entendimiento de niños sometidos apautas de crianza de alto riesgo criminógeno.

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Para su investigación estas psicólogas crearonuna prueba exploratoria de la personalidadsociopatoide o precriminal que se expone más ade-lante. Esta prueba permite ubicar tempranamente enniños las características de personalidad que puedenser el fundamento de su contraposición antisocialfutura. Mediante esta prueba será posible diseñarprocesos reformatorios de estas características.

Finalmente, es necesario señalar, con las salve-dades debidas a las limitaciones de nuestro conoci-miento actual, que no sólo las pautas de crianzaantes señaladas pueden dar cuenta de la formacióndel criminal. González (1982) ha presentado esta-dísticas españolas que registran alrededor de 1% dedelincuentes huérfanos. Al parecer, como hemosvisto en un caso colombiano, el fracaso en lasadopciones con las inevitables derivaciones para laformación de la identidad del niño puede sustentarsu búsqueda de grupos de referencia, o lo que esigual de identidad, con el riesgo de encontrarlos enlas bandas o "parches". Esto exige estudios riguro-sos que deben proyectarse en el futuro.

FACTORES CRIMINÓGENOS 2

Pasemos ahora a referirnos a la segunda catego-ría de factores criminógenos. Actúan ante todo alfinal de la infancia y en la pubertad definiendo laorientación vital del sujeto en formación al tiempoque facilitándole la adquisición de los conocimien-tos y destrezas exigidos por la actividad criminal.Son tres:

• Problemas y frustraciones existenciales.• Identificación con el grupo delincuencial.• Influencia negativa de los medios de comuni-

cación social.

Problemas y Frustraciones Existenciales

De acuerdo con lo planteado anteriormente losadolescentes infractores tienen un desarrollo psico-lógico inferior a los sujetos que son semejantes enotros aspectos pero que no son delincuentes. Estedesarrollo está en dependencia al parecer de las

pautas de crianza previas. Harold Skeels, psicólogonorteamericano presentó estudios según los cualeslos niños con edades promedio de 19 meses recha-zados por sus padres y con un desarrollo intelectualinferior lograron incrementos muy relevantes enéste que posibilitaron vidas adultas esencialmentesatisfactorias luego de ser criados con el afecto deadultos retardados en su desarrollo residente en uncentro especializado (Skeels, 1966, citado por Ruchy Zimbardo, 1978). Pero en tanto no se den cambioscomo los mencionados en las condiciones de crian-za --que hasta ahora sólo han sido eficaces en niñospequeños- no es probable que el muchacho puedaevitar las consecuencias vitales de ellas derivadas:deficiencias en el rendimiento intelectual einadecuaciones para la convivencia social que im-plican con alta probabilidad:

• Fracaso escolar temprano. Sólo una minoríarealiza algunos estudios secundarios.

• Fracaso laboral: por deficiencias en producti-vidad y en relaciones sociales.

Frecuentemente estos fracasos están acompa-ñados si no precedidos de drogadicción y/o alcoho-lismo puesto que el muchacho por sus amistades ysus frustraciones pronto encuentra en estas sustan-cias satisfacciones alcanzables con alguna facilidad.

Identificación con el Grupo "Parche"

Los graves problemas de la familia del mucha-cho precriminal impiden que ésta sea sólidamentesustento de su identidad. Ésta será más gratamentedefinida en relación con el grupo de sus pares,muchachos con problemáticas existenciales análo-gas. La banda o el "parche" en los términos de losmuchachos de nuestras calles sustenta la identidadno satisfecha por la familia (véase García, 1998). El"parche" es una alternativa ante las deficiencias deésta.

En el "parche" se construye finalmente la iden-tidad delincuencial y se adquieren las destrezasútiles a esta alternativa vital. El "parche" representaa la subcultura de violencia, inmoralidad y delin-cuencia antes presentada y en consecuencia conlle-

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va la ruptura final del muchacho con otras opcionesen realidad para él inalcanzables. Sin embargo,debe recordarse que algunos muchachos desde tem-prano han hecho su ingreso en esta subculturadebido a que de ella forman parte sus familiares.

Influencia Negativa de los Mediosde Comunicación Social

No nos detendremos en este factor poco rele-vante no obstante ideas contrarias muy extendidas.

Estos medios contribuyen secundariamente a laconstrucción del delincuente y sólo cuando en él seha dado un desarrollo que les concede a sus mensa-jes un sentido que para otros no tienen. En estosmedios el muchacho puede encontrar conocimien-tos que contribuyan a la eficacia de sus actividadesdelictivas así como valores que pueden fortalecerlos suyos como el pragmatismo y la valoraciónpositiva de la violencia.

Factores Circunstanciales

Aunque no tienen incidencia sobre la constitu-ción del sujeto del crimen son relevantes en elcondicionamiento de la probabilidad con que serealicen sus comportamientos antisociales. Soncinco:

• Impunidad.• Financiación.• Influencia grupal.• Sobreexitación-depresión.• Incidentes.

l. Impunidad. En nuestro país ha sido sobresti-mado su papel en relación con el comporta-miento criminal y frecuentemente se le inter-preta como su causa fundamental lo que escompletamente erróneo de acuerdo con lo an-tes expuesto. La impunidad facilita las condi-ciones óptimas para la acción criminal pero noes su causa. Si se habla en términos de causasdebe entenderse que están en la formación delcriminal, en la problemática de su identidad

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sólo resuelta en la vida antisocial, en las defi-ciencias de su formación intelectual, afectiva ypsicosocial.

La reducción de la impunidad impide la accióndel delincuente lo cual conviene a la conviven-cia general pero no interviene sobre su consti-tución y reproducción permanente.

2. Financiación. La existencia de grandes or-ganizaciones del crimen en nuestro país haconducido a confusiones: al financiar lasacciones delictivas de los muchachos delárea en que se establecen esas organizacio-nes, éstos han adquirido una figuración queha permitido suponer equivocadamente quees la organización que los financia la respon-sable de su vinculación a las actividadesdelincuenciales. Tal responsabilidad, si estetérmino es válido, debe concederse a las pau-tas de crianza y a todo lo que contribuye a suconstitución.

3. Influencia grupal. Ha sido señalada la influen-cia del grupo delincuencial sobre la ejecuciónde las acciones delincuenciales de sus inte-grantes. Como estas acciones expresan la iden-tidad del grupo y de sus integrantes es bastantemás probable que se realicen cuando el grupoestá reunido.

4. Sobreexcitación-depresión. Las alteracionesen el estado regular de los sujetos sean debidasa drogas, alcoholo por el contrario a frustracio-nes dolorosas se convierten en condicionespropicias al activismo antisocial.

5. Incidentes. Causales o provocados son fre-cuentemente los desencadenantes inmediatosde la acción delictiva.

El conocimiento de estos factores circuns-tanciales posibilita el control social sobre elcomportamiento delictivo y por ello debe serprofundizado. Sin embargo, esto no debe ocu-rrir a costa de las actividades preventivas delargo plazo que puedan reducir la probabilidadde que constituya el sujeto del crimen.

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