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    Mesa:La cuestin del sujeto

    DE UN MATERIALISMO FILOSFICO RECIENTEMENTE INCORPORADO

    Roque Farrn

    Introduccin

    Consideramos que una de las principales deudas que tiene el pensamiento filosfico de

    Alain Badiou respecto de su maestro Louis Althusser, pasa justamente por haber

    despejado la cuestin de la prctica filosfica en calve materialista. El asunto ainterrogar aqu ser entonces cul podra ser la ndole singular de este materialismo, al

    incorporar Badiou variados dispositivos de pensamiento, entre ellos las matemticas, y

    conceptos problemticos para Althusser como son los conceptos de sujeto y verdad.

    Hay dos cuestiones principales que toma Badiou de Althusser: 1) la filosofa como

    prctica efectiva de intervencin; 2) la posibilidad de sta ltima de oscilar entre

    distintas condiciones no filosficas (i.e., polticas o cientficas). Sin embargo, respecto

    de esto mismo se plantean las diferencias entre el maestro y el discpulo; sea a partir delos distintos modos en qu conciben ambos cmo opera dicha intervencin (no slo

    tesis y demarcaciones, para Badiou, sino tambin matemas, poemas y toda una serie de

    heterogneos operadores conceptuales filosficos compatibles con lo que se elabora en

    el campo del arte, la ciencia, la poltica y el psicoanlisis); sea asimismo en la extensin,

    que se puede inferir de lo anterior, de las condiciones que convocan el pensamiento

    filosfico y sus modos complejos de articulacin.

    En este sentido, nuestra lectura de Badiou confronta con la de Bosteels y su intento de

    traducir las complejas operaciones badiousianas a la lgica del materialismo dialctico y

    a una sutura privilegiadamente poltica. Por ello, nuestra propuesta parte de otra lectura

    de Althusser e intenta articular, entre la necesidadlgica del materialismo dialctico y

    la contingencia propia del materialismo aleatorio, un materialismo nodal que aprehenda

    conjuntamente ambas modulaciones temporales. Para lo cual resulta necesario tomar la

    trada de los registros lacanianos: lo Real, lo Simblico y lo Imaginario anudados

    borromeanamente, adems de la consideracin de la temporalidad retroactiva en que

    acaecen tales anudamientos. As, la materialidad sutil que Lacan atribua en un primer

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    momento de su enseanza a la lgica significante, y que luego desplazar hacia la letra

    y el nudo borromeo, por nuestra parte la encontramos en la composibilidad filosfica

    que ensaya Badiou al anudar continuamente, con variados recursos conceptuales, los

    dems dispositivos de pensamiento o condiciones.

    La idea principal de esta ponencia, entonces, es presentar la esclarecedora lectura en

    calve materialista de Alain Badiou que nos ofrece Bruno Bosteels, en Badiou o el

    recomienzo del materialismo dialctico (Palinodia, 2007), y discutir con ella algunos

    ncleos conflictivos que surgen al pasar entre los llamados marxistas

    postalthusserianos. Dicha presentacin no ser exhaustiva ni pretender de modo

    alguno abarcar todas las consecuencias tericas que se desprenden de la misma, pero s

    pondr particular nfasis en el anlisis de aquellos tpicos que nos permitan efectuar

    una crtica rigurosa de la lectura propuesta por Bosteels y, a la vez, desplegar nuestra

    (im)propia perspectiva materialista de la filosofa de Alain Badiou, vinculada sobre todo

    al concepto de sujeto que all se trama; e, incluso, esbozar una aproximacin oblicua a

    una posible lectura contempornea de la operacin-Marx, inspirada en Althusser. Nos

    tocar mostrar as, que es en la complejizacin misma de la diferencia impura entre

    teora y prctica, donde se puede articular el materialismo que atae a una prctica

    conceptual filosfica. Por ello, nos parece ms conveniente introducir la nominacin de

    materialismo nodal ms que dialctico para pensar la singularidad de dicha

    praxis. En fin, la lectura aqu propuesta pretende contribuir a los debates terico-

    conceptuales en torno a la apropiacin, reformulacin y/o crtica de la filosofa marxista

    que se dan en la actualidad en torno a cierta tradicin de pensamiento que tambin se

    suele llamar post-althusseriana. Por consiguiente, no se ahondar tanto en los complejos

    conceptos badiousianos o althusserianos como en los cambios radicales y

    posicionamientos filosficos que stos implican respecto a otros discursos.

    I. La lectura dialctico materialista de Bruno Bosteels

    En Badiou o el recomienzo del materialismo dialctico, Bruno Bosteels se propone

    articular dialcticamente las dos partes principales en que se ha dividido la obra de

    Alain Badiou: el ser y el acontecimiento. Esta divisin del trabajo intelectual, que

    supone comentadores o crticos interesados o bien en la ontologa o bien en la teora del

    sujeto, podra considerarse una consecuencia casi natural del ttulo de su obra magna:El

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    ser y el acontecimiento. Pese a todos los recaudos tomados, finalmente, la escisin entre

    dos esferas de pensamiento habra prevalecido sobre las complejas articulaciones

    conceptuales desplegadas en los 37 captulos del libro. En este contexto, de incipiente

    recepcin badiousiana, la intervencin de Bosteels consiste en volver al libro quiz ms

    arduo de Badiou, Teora del sujeto (2009 [1982], para mostrar la articulacin dialctica

    y materialista de su pensamiento.

    Mi tesis es que esta articulacin [ser y acontecimiento] puede considerarse dialctica enun sentido que hoy en da resulta ms controversial e intempestivo que nunca. Eso es loque pierde de vista el lector que se centra o bien en las tesis ontolgicas o bien en lateora del sujeto, poniendo firmemente el ser por un lado y el acontecimiento por el otro

    (Bosteels, 2007: 10)

    De esta manera, Bosteels se encargar de remarcar sobre todo el modo en que los

    procedimientos genricos de verdad se producen en situacin, afectando al ser mismo y

    forzando al vaco estructural a dar cuenta de lo in-contado (mltiples genricos). No

    existe un mbito de pensamiento separado del otro, la distincin y divisin articulada

    entre ambos se da en un proceso dialctico. Por supuesto, todos estos motivos se pueden

    encontrar desarrollados exhaustivamente en El ser y el acontecimiento; sin embargo,

    parece que resulta muy difcil para los comentadores y crticos de Badiou pensar en

    simultaneidad los axiomas matemticos del ser en tensin articulada con las

    intervenciones subjetivas artsticas, polticas, amorosas y cientficas que aqul comenta

    y reelabora. Incluso el mismo Bosteels, en su afn de rescatar del olvido dicha

    articulacin pareciera reducirla al mbito poltico-filosfico, en lugar de dar cuenta de

    ella en el complejo campo del discurso filosfico propiamente dicho que incluye

    externamente multiplicidad de prcticas (no slo polticas). En fin, si bien su

    lectura est lejos de ser incorrecta, habra que situar con rigor el sesgo poltico que laorienta, al menos, si no se quiere menospreciar (como por momentos trasuntan algunas

    expresiones del propio Bosteels) el delicado trabajo filosfico de composibilitacin

    entre prcticas que lleva cabo Badiou enEl ser y el acontecimiento.

    Sostenemos pues, por nuestra parte, que el materialismo filosfico de Alain Badiou se

    trama, ms bien, en la heterogeneidad de hebras discursivas que componen su sistema,

    de cuyo complejo entrelazamiento resultan sus conceptos y, en especial, del modo

    solidario de su disposicin topolgica. A este punto de vista se aproxima Bosteels al

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    comienzo de su libro, cuando retoma la definicin materialista de la filosofa ofrecida

    por Althusser, aunque luego se termine diluyendo por el nfasis puesto en el desarrollo

    poltico:

    La filosofa produce una problemtica general, es decir, una manera de plantear -y portanto de resolver- los problemas que puedan surgir. La filosofa produce, en fin,esquemas tericos, figuras tericas que sirven de mediadores para superar lascontradicciones y de vnculo para ligar y cimentar los elementos de la ideologa(Althusser en Bosteels, ibid.: 17)

    De este modo, se puede circunscribir la diferencia entre materialismo e idealismo

    filosficos, en su compleja tensin interna, a partir de la distribucin topolgica de las

    distintas prcticas (tericas y no tericas):

    Podemos ya inferir no slo que la tendencia materialista se encuentra en una relacindesigual y asimtrica con el idealismo, sino tambin que, debido a esta desproporcin, ladefinicin impura de las prcticas tericas y su relacin de exclusin interna con otrasprcticas constituyen, juntas, la sustancia misma de toda filosofa materialista (Bosteels,ibid.: 18, cursivas nuestras)

    Dicha relacin de exclusin interna entre las diversas prcticas (polticas, cientficas,

    artsticas, etc.) seala, para nosotros, el principio topolgico bsico del nudo material

    que trama la prctica filosfica. Se entiende as que lo que est excluido internamente

    sea lo que impide el cierre absoluto de las distintas prcticas sobre s mismas (lo que

    conduce al idealismo) y, a su vez, posibilita la apertura problemtica hacia las dems. Y

    esto mismo dara cuenta de lo que define, para Badiou, la tarea de la filosofa

    materialista: composibilitar. Como tambin lo es, simultneamente, impedir suturas o

    reducciones entre los distintos procedimientos genricos, es decir, preservar su

    irreductible singularidad.

    Al marcar las diferencias entre algunos autores marxistas postestructuralistas, Bosteels

    sita tanto a la dupla Laclau-Mouffe como a iek del lado de la dialctica estructural

    idealista, mientras que Badiou representara un modo de pensar que reactiva la

    dialctica materialista stricto sensu. Los primeros solo llegaran a postular la idea

    (negativa) de imposibilidad de cierre del orden social, la causa ausente que opera o

    bien como vaco estructural/inconsistencia de lo simblico el caso de Laclau-

    Mouffe o bien como resto pulsional de goce que gira en torno de ese vaco el caso

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    de Lacan/iek. Una suerte de esttica estructural que imposibilitara cualquier

    transformacin radical de la situacin. En cambio Badiou planteara un paso ms

    respecto de la dialctica estructural idealista, esto es: la articulacin efectiva (positiva)

    de una nueva consistencia a partir del despliegue de un proceso subjetivo de verdad 1.

    Pero, en realidad, para ser justos con los autores mencionados, todos ellos intentan salir

    del mero sealamiento del vaco estructural adjudicado ms bien al desconstructivismo;

    el asunto pasara por evaluar qu recursos terico-conceptuales son movilizados en ello

    (lo vimos en el captulo VI). Laclau, por ejemplo, queda en cierto impasse entre su

    teora de la hegemona por un lado, que describe la simultnea necesidad-imposibilidad

    de constitucin del orden social, y la postulacin de una democracia radical por otro

    lado, que impida que una articulacin hegemnica se eternice en el poder. Sucede que

    es difcil explicar el cambio. Pues, sabemos bien que la imposibilidad de significacin

    absoluta (la inadecuacin significante/significado) remite siempre, es decir

    estructuralmente, a una significacin contingente y parcial; pero quien punta, quien

    determina el significante Amo, esa parte de la sociedad que contingentemente ostenta el

    poder y determina as la materialidad del sentido, puede ser siempre la misma (puede

    saberlo muy bien, pero aun as, tal es la frmula de la denegacin fetichista a la que

    es tan afecto iek).

    Por tanto, lo que faltara en dichas elaboraciones conceptuales es ms bien un tercer

    componente, que abra el juego de las marcaciones significantes y las desestabilice ms

    ac de su simultnea necesidad/imposibilidad lgicas. He aqu donde Laclau, sobre todo

    a partir de La razn populista (2007), apela en tanto recursos tericos al afecto y al

    objeto a; ambos trminos exportados desde el psicoanlisis para dar cuenta de una cierta

    corporalidad o consistencia diferencial de las polticas emancipatorias. Pensar estas

    nuevas consistencias ms all de las estructuras lgicas dominantes y sus juegosdiferenciales-equivalenciales, que remiten al lenguaje propio de cada situacin, requiere

    disponer de distintos recursos terico-conceptuales para darles cuerpo y materialidad

    (operacin que tambin efecta iek a partir de Visin de paralaje). De all la riqueza

    que se encuentra en el pensamiento filosfico de Badiou, por caso, al desplegar ste

    1 Aunque escrito varios aos antes de las obras clave de Laclau, Mouffe y Zizek, Teora del sujeto de Badiou seadelanta as a la deficiencia bsica de lo que desde entonces ha sido la doctrina que los une a todos ellos: su

    incapacidad para registrar la creacin de una nueva verdad consistente que trasciende el reconocimiento de lacarencia estructural, que slo es su causa ausente y evanescente (Bosteels, ibid.: 73).

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    mltiples operadores conceptuales y no slo de la lingstica o el psicoanlisis, sino

    tambin de las matemticas, la literatura, la msica, la arquitectura, el marxismo,

    etctera, a fin de darles cuerpo a las verdades que aparecen en situacin2 (motivo

    principal de Lgicas de los mundos). No se tratara por lo tanto, en relacin a estos

    autores afines, de evaluar epistemolgicamente quin lleva la razn, pues todos ellos

    comparten en definitiva un marco ontolgico (en) comn, sino de cmo logran dar

    cuenta desde su propia posicin en el campo: i) de la destitucin subjetiva; ii) de la de-

    suposicin de un sujeto al saber; iii) del descentramiento correlativo a las verdades; iv)

    de la des-totalizacin de los saberes; v) de la produccin de articulaciones conceptuales

    complejas en la dispersin epocal actual; vi) de atender a la singularidad-universal de

    los acontecimientos. Por slo nombrar algunas de las operaciones que hemos venido

    exponiendo a lo largo de la tesis, y suponemos comparten estos autores.

    Y as como Badiou nos propone enLgicas de los mundos leer Teora del sujeto a partir

    de las formulaciones ontolgicas de El ser y el acontecimiento, Bosteels invierte este

    orden de lectura al proponernos leer El sera travs de Teora colocando en un primer

    plano el legado marxista-althusseriano y su lenguaje poltico-filosfico. Esta lectura es,

    en efecto, muy productiva pues logra establecer una genealoga conceptual rigurosa de

    los planteamientos actuales en torno a lo poltico despejando, al mismo tiempo, de las

    crticas a Badiou algunos malentendidos simplificadores3. No obstante, consideramos

    que gran parte de los malentendidos proviene no slo de no entender la especificidad de

    la dimensin poltica post-acontecimental del pensamiento badiousiano, tal como

    remarca Bosteels, sino de no atender suficientemente la originalidad de los

    planteamientos ontolgicos, en su compleja imbricacin con lo acontecimental, que son

    desplegados en El ser y el acontecimiento y redefinen los trminos nodales en que

    suelen ser planteadas las problemticas heredadas del marxismo (la prevalencia de lascategoras econmicas), la filosofa (cuestiones ontolgicas) y el psicoanlisis

    (cuestiones subjetivas). No hay que perder de vista, entonces, la riqueza y singularidad

    2 Y esto va ms all de lo que pudiera sugerir cualquier enumeracin ms o menos profusa de disciplinas; pueshay un trabajo efectivo en la obra de Alain Badiou sobre cada uno de estos tpicos, en lugares centrales de sufilosofa y no como meros ejemplos o ilustraciones de sus conceptos. El ejemplo ms reciente es el papel quedesempean la arquitectura de Brasilia y/o la historia de Barbazul en sus versiones de cuento, pera yteatro en Lgicas de los mundos(2008 [2006]).3 Por ejemplo las crticas al dualismo entre ser y acontecimiento que ignoran la articulacin compleja de estosconceptos (ya mencionado); y la anticipacin badiousiana, en Teora del sujeto, al planteo de Laclau-Mouffe

    sobre el antagonismo como imposibilidad constitutiva del orden social (en alusin a la resistencia del reallacaniano a lo simblico).

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    que entraan las nuevas demarcaciones, tomas de posicin y decisiones de pensamiento

    presentes enEl ser y el acontecimiento (en fidelidad al estilo de pensamiento filosfico

    althusseriano ms que a su lenguaje) que amplan enormemente los recursos

    conceptuales y desplazan los nudos temticos prevalentes en los 60s y 70s

    (subordinados mayormente a la lgica cientfica y/o poltica). Fundamentalmente a

    partir de dos operaciones que efecta Badiou: 1) la postulacin de las matemticas

    como ontologa racional (una teora consistente de la inconsistencia) y 2) la elevacin

    del nmero de condiciones de la filosofa a cuatro (no slo poltica o ciencia, como en

    Althusser, sino tambin arte y amor).

    En esta compleja tensin entre los axiomas matemticos (ontolgicos) y los

    procedimientos genricos de verdad (condiciones) se traman multiplicidad de

    operaciones conceptuales que nos permiten recorrer los problemas clsicos de la

    filosofa, desde un punto de vista original y novedoso, sin desconocer por ello las

    deudas y herencias para con las distintas corrientes de pensamiento precedentes4. En

    este sentido, mientras Althusser pareciera pasar abruptamente de la mtica rigidez de las

    leyes de necesidad histrica (materialismo histrico), o de la estructuralidad de la

    estructura determinada por la causa ausente de un todo complejo ya dado

    (materialismo dialctico), a la pura contingencia de los tomos sociales cayendo en el

    vaco y encontrndose por mera casualidad (materialismo aleatorio); en Badiou, en

    cambio, el pasaje entre necesidad y contingencia se encuentra matizado a travs de

    mltiples y heterogneas operaciones conceptuales (nosotros le llamamos:

    materialismo nodal).

    Las crticas ms torpes a Badiou como bien dice Bosteels insisten no obstante

    sobre la divisin dicotmica entre el ser y el acontecimiento, ignorando as la

    complejidad temtica del sujeto, de la intervencin en que ste se constituye y, engeneral, de todo lo atinente a la dimensin post-acontecimental de una verdad qua

    procedimiento genrico. Bosteels rescata justamente Teora del sujeto porque all el

    concepto aludido aparece expuesto, de manera simple y contundente, en la escisin

    misma entre la determinacin del lugar estructural (P) y la fuerza (A). A partir de lo

    cual el sujeto es definido por la vuelta en torsin sobre la determinacin estructural, al

    4 As como en Spinoza, por ejemplo, entre la postulacin de Dios y la definicin formal por sus atributos se

    desplegaba todo el rigor demostrativo de la tica, en Badiou es necesario recorrer todas sus articulacionesconceptuales en torno a los procedimientos genricos de verdad para captar lo que implica la composibilidad.

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    desplazar su mismo emplazamiento o determinar su determinacin. En lugar de una

    simple oposicin/conjuncin externa, A y/o P, se da una compleja dialctica entre estos

    trminos: Ap (A) es la determinacin estructural de la fuerza, y A (Ap) indica el lmite

    que abre (y fuerza) la totalizacin estructural. La teora del sujeto de Badiou gira en

    torno a cmo, exactamente, entendemos su relacin dialctica de inclusin externa, ya

    sea como un supuesto estructural o como un proceso dividido (Bosteels, ibid.: 89). Tal

    como sostuvimos anteriormente, consideramos que es en la diferencia entre inclusin

    externa y exclusin interna donde se juega la clave (material) que articula la

    disyuncin problemtica entre la lgica del Todo y la lgica del no-Todo (ms que en la

    diferencia entre supuesto estructural y proceso dividido). Esto es, la posibilidad de

    pensar en y desde una totalidad abierta, sin lmites definidos, que incluya las

    multiplicidades externamente, partes extra partes, segn conexiones contingentes y no

    segn la lgica continente/contenido. Pensar, en fin, cmo se produce un sujeto-

    fixin5en el cruce de mltiples sujetos efectivos (reales). As, mientras Bosteels enfatiza

    el papel del forzamiento o torsin de la verdad sobre el saber (o del acontecimiento

    sobre el ser), sobre todo en poltica, lo que intentamos remarcar por nuestra parte es la

    materialidad misma de la prctica filosfica, en las mltiples torsiones conceptuales

    producidas entre diversos procedimientos genricos de verdad. O sea, la

    composibilidad.

    Pero la crtica ms fuerte de Bosteels a Badiou (al menos al de El ser y el

    acontecimiento) est en una nota al pie, donde manifiesta claramente que el

    malentendido sigue girando en torno a la singularidad de la lgica acontecimental:

    EnEl ser y el acontecimiento, Badiou adoptar y reformular esta definicin lacanianadel sujeto como aquello que un significante S1 representa para otro significante S2: unsujeto es, entonces, lo que un acontecimiento E1 representa para otro acontecimiento E2.Esto viene a demostrar la orientacin estructural-ontolgica, potencialmente equvoca,de esta obra ms reciente, cuya inevitable parcialidad debera ser suplementada con laorientacin topolgica de una (nueva) teora del sujeto (Bosteels, ibid.: 91-92, nota alpie 15)

    5 Con el doble sentido que le da Lacan a esta palabra: ficcin y fijacin (parcial). Es tambin nuestra forma deresponder a las paradojas suscitadas entre lo discursivo y extra-discursivo, lo textual y contextual (i.e.

    Foucault-Derrida); la incompletitud de cada prctica hace de exterior constitutivo relativo a otra, pero paracaptarlo hay que recorrer sus bifurcaciones e impasses.

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    Pero implica acaso el entreds acontecimental sealado por Badiou exactamente lo

    mismo que el entreds significante estructural de Lacan? Pues ciertamente no; ya que el

    primero define al sujeto activo que conecta lo mismo en lo real mediante un acto de

    invencin: trazos supernumerarios de acontecimientos dispares, translegales; mientras

    que el sujeto evanescente del significante slo alcanza a afirmar, en eclipse, las marcas

    estructurales que lo determinan quedando as en una suerte de melanclica letana ante

    la falta (lo mismo en lo simblico)6. Por eso pensamos que es ms productivo relacionar

    el entreds acontecimental badiousiano con el sujeto dividido del Acto lacaniano: el

    sujeto que se halla identificado a un significante, separado de la cadena, y no por eso

    menos dividido. Adems, en esto reside la novedad del sujeto introducido por Badiou:

    su definicin es eminentemente intervalar. No slo el sujeto, sino tambin el

    acontecimiento y la intervencin son definidos enEl ser y el acontecimiento de manera

    intervalar, en remisiones recprocas entre ellos que abren y articulan un nudo temporal

    de naturaleza eminentemente retroactiva.

    Hasta cierto punto, entonces, resulta tan intil como incierto intentar reducir los

    planteos de Lacan al paradigma dialctico estructural idealista, pues l mismo trabaj

    incansablemente sobre la materialidad de los procesos subjetivos a partir de distintos

    conceptos psicoanalticos forjados con aportes de las ms diversas disciplinas: filosofa,

    lingstica, lgica, topologa, etctera. El asunto clave, sostenemos, pasa ms bien por

    poder distinguir las diferentes prcticas y, a su vez, por el modo de intentar dar cuenta

    de ellas en otra instancia terica o de transmisin si se quiere. Pues Lacan trataba

    de seguir los procesos de subjetivacin que tenan lugar en los anlisis individuales, as

    como que Badiou intenta hacer otro tanto respecto los procesos subjetivos que tienen

    lugar en el arte, la ciencia, la poltica y el amor, en tanto verdades genricas cuya

    localizacin es siempre un mltiple singular que cuestiona el lugarmismo. En amboscasos, Lacan y Badiou evitan la formulacin de un metalenguaje nico y estabilizado,

    tarea a la que se aboca la filosofa idealista; por ello movilizan y reformulan mltiples

    conceptos a fin de seguir la singularidad de los procesos materiales concretos, a partir

    de los cuales una verdad se produce en situacin (en Acto). De hecho, Lacan tambin

    6 Lo mismo en lo real, lo simblico y lo imaginario aparece distinguido en Jean-Claude Milner, Los nombresindistintos (1999). En el contexto de la obra de Alain Badiou interpretamos lo mismo en lo real como laconexin de dos acontecimientos por fuera de la ley simblica (o en su forzamiento), lo que define una

    intervencin-sujeto; mientras que lo mismo en lo simblico seala la inercia propia de la ley de cuenta-por-uno.

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    plantea la posibilidad de una nueva consistencia que exceda la esttica estructural

    simblica a partir de lo real del anudamiento borromeo (algo que menciona el mismo

    Badiou en Teora del sujeto). Hay que tener en cuenta, entonces, la especificidad de

    cada dispositivo de pensamiento para no exigirle a uno lo que le corresponde al otro.

    Incluso sera interesante plantear aqu una inversin respecto a la disposicin habitual

    de los discursos psicoanaltico y filosfico. Algunos autores, partiendo del enorme

    respeto y consideracin que tiene Badiou por el psicoanlisis, han argumentado que este

    ltimo bien podra inscribirse como un procedimiento genrico ms (forzando la

    afirmacin badiousiana de que todo discurso contemporneo sobre el amor tiene que

    considerar lo elaborado por el psicoanlisis). No caben dudas que Badiou, por otra

    parte, recurre continuamente a frmulas lacanianas en sus conceptualizaciones

    filosficas. Sin embargo, hay que tener en cuenta tambin que ha calificado a Lacan de

    anti-filsofo o sofista, siguiendo la mencin de este ltimo sobre su prctica como anti-

    filosofa. Proponemos, pues, una reformulacin polmica de estas disposiciones tpicas.

    Y si la filosofa, tal como la concibe Badiou, pudiera considerarse in extremis un

    psicoanlisis de la cultura, un psicoanlisis radicalmente extendido hacia las

    producciones genricas de verdad? Pero, muy por el contrario de reducirse a un anlisis

    patologizante de las formas sociales, o centrado incluso en la bsqueda del origen

    mtico de stas, se tratara ahora de pensar lo que tiene lugarcuando se han roto los

    lazos de sentido prevalentes; es decir, las dinmicas heterotpicas que despliegan los

    sujetos de verdades materiales annimas y anmalas respecto de las situaciones

    establecidas, en lo que Badiou denomina procedimientos genricos de verdad. Hay

    algunos elementos fuertes que habilitan justamente esta lectura. Por ejemplo, la idea de

    que las verdades agujerean el sentido y que la filosofa, en consecuencia, las piensa

    conjuntamente por fuera de los saberes y lenguajes establecidos; acogindolas en suestricta singularidad, en lugar de prescribirles un lugar determinado y un deber serbajo

    el auspicio de un saber absoluto. En fin, la tica de las verdades de Badiou y la tica del

    psicoanlisis, resumida apodcticamente en la frase: no ceder en el deseo propio, son

    fuertemente compatibles en este punto. Se trata de un saber hacer allcon el impasse

    estructural puesto en acto, desplazado, y no una mera mostracin del vaco.

    Por otra parte, el pasaje entre necesidad y contingencia, as como la ruptura con la

    circularidad de ciertas formulaciones tericas y a su vez con la estabilizacin de un

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    metalenguaje, pueden ser pensados en filosofa a partir de la articulacin borromea de

    distintas consistencias discursivas propuesta desde el psicoanlisis lacaniano. Bastar

    con abrir los crculos conceptuales y extenderlos al infinito de su propia produccin y

    repensar, simultneamente, la idea de cruce (clinamen) al modo de una trenza. Entonces

    sern necesarios al menos seis movimientos de cruce alternados entre las consistencias

    discursivas para articular una consistencia borromea7. Si se corta un hilo el conjunto

    entramado no se sostiene ms, se desvanece. De este modo, cada discurso (como un

    hilo) pasar en algn punto por encima de otro de manera alternadalo que habilita las

    estratificaciones locales y las tesis metadiscursivas, i.e. las matemticas son la

    ontologa pero luego ese otro pasar por encima del primero, y as tambin suceder

    en relacin a un tercero y a un cuarto (como en un trenzado infinito). Por lo tanto no hay

    metalenguaje, como no hay discurso determinante en ltima instancia de la

    inteligibilidad de los dems (sutura); cada discurso cumple esa funcin en algn punto

    de cruce y hace a la consistencia nodal del conjunto virtualmente infinito. No

    necesitamos de la totalidad auto-contenida de un saber absoluto para pensar la

    articulacin, pues los crculos se encuentran escindidos, abiertos, basta con que se

    crucen alternadamente entre s para tejer una consistencia nodal, sin jerarquas

    estructurales rgidas y, en cambio, con una mxima solidaridad entre ellos. Desde

    nuestro punto de vista, la filosofa de Badiou puede considerarse materialista (en sentido

    lacaniano) ms precisamente por el modo de anudamiento en que articula los conceptos

    que por una concepcin dialctica de los mismos, aunque esta ltima no sea

    incompatible con la primera.

    Resulta extrao entonces que Bosteels no tome en cuenta las ltimas elaboraciones de

    Althusser en torno al materialismo aleatorio para pensar el pasaje entre necesidad y

    contingencia. S lo hace Badiou al mostrar cmo ste permanece, aun as, atadoaunque oscilando a un sistema de doble sutura entre dos condiciones privilegiadas:

    poltica y ciencia8. Aunque, por supuesto, la idea principal de la filosofa entendida

    como prctica efectiva de delimitacin de campos, posicionamiento, decisiones de

    7 Esta operacin topolgica, muy simple al menos para todo aqul que ha hecho una trenza, Lacan lamuestra en uno de sus seminarios: La trenza est en el principio del nudo borromeo. En efecto, por pocoque ustedes crucen de manera conveniente esos tres hilos, los reencuentran en orden en la sexta maniobra, yeso es lo que constituye el nudo borromeo (Lacan, 1989 [1976-77]).

    8 Vase el hermoso texto de Badiou dedicado a Althusser, en Pequeo panten porttil: Althusser, Borreil(2009:59-86).

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    pensamiento y tesis, ya est formulada claramente en Althusser: ser cientfico en

    poltica y poltico en ciencia. Se trata as de transferir elementos de mbitos

    heterogneos; de circular y atravesar los dispositivos discursivos a fin de

    desnaturalizarlos. Condicin histrica de extranjera y nomadismo de la filosofa. Por

    eso decimos que el materialismo nodal circunscribe lo real en doble sentido: i) en los

    procesos de indagacin que horadan los saberes y lenguajes propios de cada mbito, y

    ii) en la heterogeneidad de estos mismos procedimientos genricos entre s, habilitando

    cruces y transferencias de conceptos en un espacio de composibilidad filosfico no

    totalizable (por ende: interespacio).

    Althusser diferenciaba la dialctica marxista de la dialctica hegeliana precisamente a

    partir de la consideracin del todo complejo estructurado ya dado, en lugar del mtico

    origen de un principio simple (identidad del ser y la nada, por ejemplo). Es decir que la

    filosofa surge en el devenir de procesos histricos abiertos y complejos ya dados ya

    comenzados y no como pensamiento sobre el origen (toma el tren en marcha, dir

    Althusser9). El asunto clave aqu es que se abren dos vas diferentes de indagacin

    segn se coloque el acento sobre lo estructurado ya dado o sobre el complejo

    heterogneo y plural; o sea, la diferencia entre estructura y multiplicidad. Esto es lo

    que nos permite pensar con cierta rigurosidad el planteamiento filosfico de Badiou. De

    algn modo Bosteels, al privilegiar en cambio el esquema simple del sujeto, expuesto en

    Teora del sujeto, parece caer en la crtica que le diriga Althusser a Hegel (la

    contradiccin simple entre lo mismo y lo otro). Al contrario, pensar el concepto de

    sujeto en la complejidad de mltiples enlaces inter e intra-discursivos entre

    matemticas, poltica, poesa, psicoanlisis resulta ms consecuente con la

    concepcin dialctica materialista, ya que no busca aislar un principio simple sino

    pensar (en) el entramado complejo de relaciones que habilitan la construccin delconcepto, es decir, su sobredeterminacin. Por eso, ahora, le podemos llamar nodal a

    dicha prctica. Claro que tambin podramos ser ms comprensivos con Bosteels e

    inscribir su aporte crtico dentro de los usos demostrativos o polticos de la perspectiva

    filosfico-materialista, tal como hacan, por ejemplo, Marx y Engels con las categoras

    9 En Para un materialismo aleatorio (Althusser, 2002).

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    hegelianas10. Aunque no se tratara ya estrictamente hablando de una prctica terica,

    en sentido althusseriano.

    En definitiva, Bosteels intenta separar a la filosofa de Badiou de la identificacin

    simple con la ontologa matemtica y su comentario meta-ontolgico, pues ello

    piensa l retrotraera el materialismo dialctico planteado en Teora del sujeto a la

    dialctica estructural idealista. En esta ltima, sabemos, predomina la referencia a lo

    real como causa ausente y no como proceso activo e incesante de divisin, por lo tanto

    el riesgo reside all en definir los conceptos exclusivamente en referencia a las

    estructuras ontolgicas (axiomas y teoremas), cuasi negativamente, por lo que permiten

    o no pensar las matemticas. Sin embargo, el esfuerzo correlativo que realiza Bosteels

    por identificar la filosofa con los procesos post-acontecimentales puede incurrir en el

    error contrapuesto. No se percata que Badiou afirma, de todos los modos posbles, que la

    filosofa no se identifica con ninguno de los procedimientos genricos de verdad; ni

    tampoco, por supuesto, con la ontologa. Pues es, ms bien, el espacio topolgico de

    composibilidad entre las diferentes consistencias discursivas11. De all que Badiou

    trabaje con heterogneos operadores conceptuales: poemas, matemas, decisiones de

    pensamiento, tesis. Y esta modalidad de trabajo conceptual, insistimos, est desplegada

    a lo largo de todos y cada uno de los captulos deEl ser y el acontecimiento yLgicas

    de los mundos. En fin, la originalidad de Badiou no reside slo en pensar lo nuevo: el

    acontecimiento y la verdad como proceso de reestructuracin de la situacin y su

    estado, sino la multiplicidad de procedimientos genricos, en simultaneidad: la amplitud

    de miras que despliega en su dispositivo filosfico, cuya materialidad se teje de

    heterogneas consistencias discursivas (praxis), sin predominancias absolutas de

    ninguna de ellas por sobre las otras (sin suturas). Veremos a continuacin cmo esta

    modalidad de trabajo conceptual se puede aproximar retrospectivamente al materialismomarxista.

    II. Hacia otras lecturas de Marx (o la filosofa como prctica terica)

    10 Vase al especto La revolucin terica de Marx(Althusser, 2004: 165).

    11 Bosteels parece desplazarse de una sutura matemtica a una poltica, en la obra de Badiou: el mismomovimiento que identifica Badiou en la obra de Althusser.

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    Qu es el materialismo filosfico? Transvaloracin, afirmaremos, esto es: cruces entre

    distintos sistemas de valoracin. No se trata slo de invertir (valorar lo menos

    valorado), tampoco de instaurar un nuevo sistema de valores (o de no tener ninguno),

    sino de valorar fragmentos de un sistema segn los valores de otro; con lo cual ambos,

    en su mutua irreductibilidad, resultan transformados. As se trabaja con y desde las

    singularidades sintomticas de cada discurso, efectuando torsiones entre ellos. No es

    slo un trabajo sobre fragmentos particulares desestimados, ni con otros sistemas

    generales de valor sustitutivos, sino con y desde los cruces y torsiones entre subsistemas

    singulares.

    En este sentido, podemos decir que Badiou aprendi la leccin de Althusser: la filosofa

    no tiene consistencia en s misma (no es un sistema autocontenido), sino en sus

    condiciones. De all que se aplique a la lectura sintomtica de lapsus, vacos, excesos e

    impasses de los distintos discursos (praxis), efectuando anudamientos parciales entre

    ellos. La diferencia que marca Badiou respecto de Althusser, en este aspecto, es la

    multiplicacin de sntomas y terrenos problemticos a indagar y composibilitar; lo cual

    no nos parece que sea mera ostentacin de una erudicin incierta, sino que sita la

    posibilidad misma de la filosofa como pensamiento activo de su poca y no mera

    repeticin estril de otros discursos (de-suturada de cualquier identificacin plena con

    una de sus condiciones). Por ejemplo, como lo muestra la lectura de la teora

    matemtica de Paul Cohen segn el problema filosfico de los indiscernibles, tal es la

    operacin materialista transvalorativa que realiza Badiou en los ltimos captulos de El

    ser y el acontecimiento.

    Desde la ontologa nodal, si pensamos que las distintas prcticas, en tanto instancias del

    ordenamiento social, pueden ocupar alternativamente un lugar dominante o

    subordinado en relacin a las otras, entonces la determinacin en ltima instancia por laeconoma puede ser re-pensada como el efecto mismo del entramado el nudo entre

    ellas y no en el sentido de una instancia particular universalizada (contable). Este

    sera un modo de evitar la remisin circular de un concepto o prctica clave: ni esencia

    originaria simple (Hegel), ni trmino a doble funcin (Althusser-Marx), ms bien un

    nudo borromeo o trenza. Podemos hablar, entonces, de la existencia en un momento

    dado, en una coyuntura especfica, de dominancias locales/parciales (puntos de cruce),

    pero la determinacin global depender en ltima instancia del entramado mismo de

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    todas y cada una de dichas instancias (prcticas); es decir que cada una de ellas ser a su

    modo la ltima.

    Pero volvamos al concepto de sobretederminacin tal como lo empleaba Althusser, para

    entender mejor este complejo proceso de articulacin. Althusser comienza por

    explicitarlo tambin a partir de la idea de condicin: [Las] condiciones no son, en

    efecto, sino la existencia misma del todo en un momento determinado, o momento

    actual del hombre poltico, es decir, la relacin compleja de condiciones de existencia

    recprocas entre las articulaciones de la estructura de un todo (Althusser, 2004: 171).

    Entender dicha reciprocidad entre condiciones desde la mutua imbricacin de un nudo

    borromeo nos aclara bastante la naturaleza de aquel todo estructural complejo

    supuesto por Althusser para pensar el orden social (anudamiento complejo no

    totalizable o contable necesariamente). La propiedad ms simple del nudo borromeo es,

    como se sabe aunque jams se domine, que basta con que uno de sus cordeles se corte

    (y pueden ser stos infinitos) para que todo el entramado no se sostenga ms. As pues,

    si las revoluciones han ocurrido all donde se han dado un conjunto de

    condiciones/contradicciones especficas, se esclarece tambin la teora del eslabn

    dbil de Lenin, que comentaba Althusser; ya que si pensamos en una articulacin

    borromea, cualquier trmino es dbil, en el sentido de que si es cortado todo es

    deshecho (en donde tambin se puede or desecho como reverso excluido del todo).

    Por lo que se podra hipotetizar que, en un momento revolucionario, el nudo ontolgico-

    poltico por el que se sostiene un ordenamiento social se visibiliza y, por ende, puede

    ser cortado desde cualquier instancia local; en tanto todas y cada una de ellas es dbil y

    remite al conjunto articulado del que forma parte. El asunto clave no es slo cmo

    cortar el nudo, sino cmo rehacerlo de otro modo. Ambas operaciones, corte y sutura,

    son simultneas ya que si no fuera as slo habra pura dispersin (locura o muerte).Aunque hay que tener presente tambin que Althusser se limita a hablar de condiciones

    en sentido poltico, mientras que Badiou habla tambin de condiciones artsticas,

    amorosas y cientficas. Nosotros ahora pensamos, adems, que las condiciones en lugar

    de reflejar la contradiccin principal o el antagonismo, como deca Althusser12,

    12 Recordemos que si bien Althusser complejiza el economicismo marxista vulgar al distinguir en el todo-complejo-estructurado la instancia dominante de la determinante, no puede evitar que la economa prime en

    ltima instancia: Debido a que cada contradiccin refleja en s (en sus relaciones especficas de desigualdadcon las otras contradicciones, y en la relacin de desigualdad especfica entre sus dos aspectos) la estructura

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    presentan en torsin sobre s lo que disloca la estructura de presentacin lo real

    imposible. Pensar topolgicamente la distribucin y colectivizacin de estas

    tensiones/contradicciones dispares que constituyen al ser social, a partir del nudo

    borromeo, nos abre as mltiples posibilidades articulatorias, donde las subordinaciones

    necesariamente se invierten. En vez de reducirse slo al reflejo imaginario, pensamos en

    la imbricacin simultnea de los tres registros: diferencia y semejanza (imaginario),

    unicidad (simblico) e irreductibilidad (real). El ser-en-tanto-acontecer mltiple,

    heterogneo y sinultneo, es nodal. Althusser, inclusive, se acerca bastante a la nocin

    de nudo al indagar la contradiccin principal: Ella constituye el eslabn decisivo que

    es necesario detectar y atraer haca s en la lucha poltica, como dice Lenin (o en la

    prctica terica), para coger toda la cadena o, para emplear una imagen menos lineal,

    ella ocupa la posicin nodal estratgica que es necesario atacar para desmembrar la

    unidad existente (ibid.: 175). Vemos cmo Althusser se aleja de la idea de una cadena

    causal, lineal o rgida, y se aproxima a la articulacin compleja y flexible del punto

    nodal. Enfatiza tambin, all, el papel de la condensacin (metaforizacin) por sobre el

    papel del desplazamiento de dominante (metonimia).

    En Teora del sujeto Badiou tambin suturaba la filosofa a la condicin poltica. Las

    otras condiciones estaban a modo de ilustraciones, como bien seala Bosteels (ibid.:

    106). Por eso habra que remarcar que, en El ser y el acontecimiento, la revolucin de

    pensamiento que produce Badiou, como ya hemos dicho, no slo reside en nombrar a la

    matemtica ciencia del ser-en-tanto-ser (ontologa) sino en trabajar sobre y desde la

    estricta equivalencia de los distintos procedimientos genricos. Retomemos. Bosteels

    seala el peligro de que conEl ser y el acontecimiento, y la importancia brindada all a

    las matemticas, se retorne al idealismo propio de la dialctica estructural algebraica

    que denunciaba el mismo Badiou en Teora del sujeto (lo que denominaramos, conLacan, una predominancia de lo simblico). Sin embargo, parece que Badiou sigue la

    empresa althusseriana incluso ms all de la propia tradicin marxista. Pues, adems del

    nfasis puesto en los procesos post-acontecimentales que seala repetidamente

    Bosteels de lo que se trata es de captar la especificidad de la misma praxis filosfica,

    al anudar consistencias discursivas tan heterogneas entre s con el recurso de diferentes

    dominante del todo complejo en que ella existe, por lo tanto, la existencia actual de ese todo, y, por lo tanto,

    sus condiciones actuales, podemos hablar de condiciones de existencia del todo, refirindonos a lascondiciones existentes (Ibid.: 172, cursivas nuestras).

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    operadores conceptuales; consistencias que justamente, anudadas a partir de sus

    suplementos sintomticos, muestran su propia inconsistencia (o vaco inherente) y la

    posibilidad de articulacin de una nueva modalidad de consistencia que no remite al

    Todo (ausente o presente). Tal tarea de la filosofa acerca entonces a Badiou al

    pensamiento del todo estructurado complejo que intentaba articular Althusser con el

    objeto de evitar las simplificaciones y homogeneizaciones producidas por el abuso de

    los conceptos hegelianos en las lecturas de Marx (un peligro en el que puede recaer la

    lectura de Badiou propiciada por Bosteels, al enfatizar ste el esquema simple de

    subjetivacin presentado en Teora del sujeto; pues el asunto no es tanto remarcar el

    vaco o el exceso en el despliegue de los procesos, sino el pensar la heterogeneidad y

    complejidad implicadas en las articulaciones conceptuales propuestas filosficamente).

    Por lo tanto, si nuestro deseo crtico se inscribe en la estela de cierta fidelidad al

    pensamiento filosfico materialista, no es tanto la oposicin idealismo estructural vs

    materialismo dialctico lo que deberamos sostener, sino la composicin efectiva de

    conceptos filosficos acudiendo a distintos registros (real, simblico e imaginario) y

    procedimientos de verdad, en su anudamiento recproco y alternado, composible. As,

    que nos inscribamos en este modo de produccin terica no obedece a captar ncleos

    ideales inmutables, exportados por ejemplo de Europa, sino a estar dispuestos a

    reanudar los materiales disponibles, y sus posibilidades impensadas, en cada

    espacio/tiempo singular.

    En este sentido, y para retomar un tpico recurrente en los estudios sobre recepcin,

    podramos decir que las ideas estn siempre fuera de lugar (Schwarz). Y lo estn

    estructuralmente, pues, si en verdad lo son, las ideas cuestionan los lugares comunes de

    los lenguajes establecidos y sus significaciones estaadas. Podramos afirmar incluso

    que pertenecen al tercer gnero de conocimiento en Spinoza (lo veremos ms adelante),es decir, son singularidades universales que marcan el punto lmite de una situacin y, a

    la vez, permiten nombrar lo genrico en ella (son paradigmas). Podramos hablar

    tambin de distopa y distorsin pero, en verdad, quiz sea ms justo decir: heterotopa

    y torsin. Si parafrasemos a Zizek: lo real no es un agujero en el orden simblico (de

    las ideas), sino la torsin misma de dicho espacio. A lo cual deberamos agregar que

    hay, ms bien, torsiones en distintos puntos del espacio simblico. Pues, las ideas no

    reflejan mal o bien una realidad previamente constituida, como tampoco la crean

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    espontneamente; contribuyen, en todo caso, a circunscribir lo real imposible de cada

    situacin (su inconsistencia de base) para desplazarla en un proceso de construccin

    genrica (de indagaciones aleatorias) que, en parte, determina lo que llamamos

    habitualmente realidad, pero que tambin la excede y cuestiona permanentemente.

    Entonces, ms que de una cuestin de adecuacin o inadecuacin de las ideas a la

    realidad (o de distorsin o reflejo correcto), lo cual respondera a una concepcin

    especular del conocimiento y la accin, de lo que se trata es de tomar las ideas como

    instrumentos de uso para circunscribir lo que siempre queda por fuera del marco

    simblico, desplazado. En ese sentido, las ideas verdaderas son eternas, pero dicha

    constatacin performativa slo puede efectuarse retroactivamente a partir de mltiples

    histricos singulares e intervenciones concretas (sntomas o paradigmas). Es decir, las

    verdades son procesos genricos, no son a priori ni telos; se hallan ms bien en el

    medio, en intervalos y brechas sobre lo esttico-estatal (o sobre sus modificaciones

    regulares). Por otra parte, las verdades son para todos y cualesquiera (quodlibet), no

    hacen distinciones en base a particularidades de ningn tipo. En este sentido, podramos

    decir, la distorsin de las ideas no es un problema exclusivo de Latinoamrica; todos los

    grandes pensadores han elaborado sus teoras recurriendo a materiales simblicos

    provenientes de otras latitudes, tiempos y disciplinas, y la singularidad de sus

    respectivos aportes a la cultura universal ha residido, ms bien, en el modo original que

    han encontrado para anudar dichos materiales, en respuesta al malestar real de su poca.

    Es de sobra conocida, por ejemplo, la caracterizacin que hace Engels de la teora

    marxista en el Anti-Dhring: sta sera el producto resultante de la fusin entre la

    filosofa alemana, la economa inglesa y la poltica francesa. Pero, y si el verdadero

    materialismo de la filosofa marxista fuera, ms ac de tantas consideraciones

    historicistas o epistemolgicas, el nudo ontolgico resultante del entrelazamiento entreestos tres corpus discursivos? Por supuesto, seguimos aqu en parte la inspiracin

    althusseriana del materialismo aleatorio. No obstante, en lugar de tomos cayendo en el

    vaco pensamos en cuerdas (consistencias) trenzndose borromeanamente; tal como

    podemos apreciar, por ejemplo, en el paciente trabajo terico de Marx a partir de la

    elaboracin de distintos operadores conceptuales: ni pura necesidad histrica de leyes

    preestablecidas, ni pura contingencia de encuentros en el vaco. Cuando hablamos de

    consistencias discursivas no referimos tampoco a totalidades autoconsistentes

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    (esferas) que luego se reuniran necesariamente en una suerte de sntesis absoluta la

    Hegel, sino a las partes sintomticas que stas presentan, a veces sin saber: los ncleos

    problemticos de las prcticas tericas y no tericas. He all el trabajo material de Marx:

    encontrar huecos, puntos de falla, horadar los corpus de los saberes establecidos, en su

    ficcin de completitud, para anudarlos entre s (requisito indispensable para que se

    produzca un anudamiento: el agujero). Incluso es necesario romper con la idea de

    secuencia lineal. No es primero el encuentro de la falla discursiva y luego el enlace

    conceptual, pues precisamente la falla (lapsus o sntoma) se torna visible a la luz de la

    consideracin simultnea de los otros materiales discursivos que convergen en el

    anudamiento. No de sus diferentes perspectivas, que poco y nada tienen que ver entre

    s (qu tendra que aportar la mirada poltica socialista francesa a la economa

    cientfica alemana, o viceversa?), sino del uso crtico y creativo que el autor hace de sus

    respectivas categoras y elementos: proceso de extrapolacin y transferencia por el cual

    estos mismos resultan transformados y desnaturalizados. En este sentido, la ventaja de

    Marx sobre economistas clsicos, filsofos idealistas y polticos militantes, reside en su

    posibilidad de circulacin y articulacin compleja entre las diversas producciones

    terico-prcticas de su tiempoy de otros.

    Materialismo entonces, el de Marx, no slo en el sentido comn de que parta y se

    ocupaba de la actividad prctico-concreta de los hombres, sino en el sentido

    extraamente inclusivo en que l mismo era un prctico/terico que anudaba las

    elaboraciones sintomticas de los discursos que subtendan dichas actividades. Los

    presupuestos impensados, condiciones de posibilidad, singularidades y puntos

    sintomticos que torna visibles una lectura crtica como la de Marx, provienen de la

    capacidad de circulacin, atravesamiento y frecuentacin de distintos dispositivos

    discursivos. Los puntos de falla se tornan visibles en los propios trminos de cadadispositivo prctico-discursivo a partir de las suplementaciones y forzamientos que

    habilitan otras prcticas, pero los trminos que habilitan estos procesos crticos son

    esencialmente evanescentes, pues no permanece de ellos marca alguna (clinamen). Por

    ello, la sensibilidad de Marx para volver lo sensible especfico de un campo terico

    como la economa poltica en una relacin no sensible consigo misma, permite la

    inteligibilidad de dicho campo; pero tal torsin proviene de la circulacin entre distintos

    dispositivos, heterogneos entre s, que le permiten ver que los otros no ven que ven

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    (continuando con las parfrasis de la clebre frase althusseriana). La materialidad

    proviene as del cruce y anudamiento de prcticas tericas y no tericas; materialidad

    que activa, a su vez, la heterogeneidad constitutiva subyacente a la homogeneidad en

    que se despliega habitualmente toda prctica normal. En fin, las ideas as concebidas,

    deberan ser evaluadas en acto por su poder transformador y articulador de prcticas

    discursivas heterclitas, ms que por su capacidad reflejante de una supuesta realidad

    esttica.

    Lo real de la idea es el nudo mismo. Lo real no es ni una sustancia que permanecera

    eterna, fija e inmvil, en vaya a saber qu reino ideal platnico, ni tampoco es la

    evasiva regulacin trascendental kantiana que se sustrae eternamente a su propia

    aprehensin. Estas dos figuras de lo real dan cuenta ms bien de su abordaje imaginario

    y simblico, respectivamente. Lo real en tanto real, como nudo efectivo, consiste en la

    mutua imbricacin de lo simblico, lo imaginario y lo real. De lo real como pura

    multiplicidad inconsistente que slo habr sido en la suspensin retroactiva de una

    marca simblica, esencialmente abierta a otras marcas, incompleta; que, a su vez,

    resulta suturada ficticiamente por un imaginario cuyo exceso consiste en regular lo

    contable. De la horadacin mutua de cada uno de estos registros por los otros resulta

    una consistencia nodal: el materialismo de la idea13.

    13 Expresin que Badiou empieza a utilizar a partir de Lgicas de los mundos para continuar calificando su

    platonismo por medio del oxmoron; as como antes haba sido platonismo de lo mltiple ahora sermaterialismo de la idea.