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TERCER LIBRO DE AJEDREZ

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FREO REINFELO

TERCER LI.BRO DE

AJEDREZ

EDITORIAL BRUGUERA, S. A. Barcelona · Buenos Aires • Bogotó

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TÍTULO ORIGINAL:

FIFTH BOOK OF CHESS

SIXTH BOOK OF CHESS

VERSIÓN ESPAÑOLA DE

EDITORIAL BRUGUERA, S. A.

ADAPl'ACIÓN Y REVISIÓN DE

S~ RODRIGUEZ DE LOS RIOS

1.• EDICIÓN: ENERO • 1962

~RESO EN ESPAÑA • PRINTED IN SPAIN

·JI DEPOSITO LEGAL B 11.761 - 1961 (III)

@EDITORIAL BRUGUERA, S. A.· 1962

Impreso en los Talleres Gráficos de Editorial Brnguera, S. A. Mor¡,. la Nueva, 2 • Barcelona • UG2

N. R. B 13/62

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PRIMERA PARTE

COMO EXPLOTAR LA VENTAJA

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CAPITULO PRIMERO

EL BANDO QUE POSEE MAYORIA DE FUERZA DEBE VENCER

Nuestro fin principál es dejar sentádo que se debe ganar cuando uno se encuentra en una situación ventajosa, porque, en el juego de ajedrez, el bando que tenga mayoría de fuerzas debe resultar vencedor.

Ocurre en algunas ocasiones que, aun llevando ventaja, no se ha sido capaz de ganar. Vamos a tratar de ayudar a los que se encuentran en este caso. Desde el momento en que se tiene una fuerza adecuada, debe uno de ser capaz de ganar con ella.

Resulta sencillo prever que, cuando se tiene una Dama de ventaja, o una Torre, o aun un Alfil o un Caballo, la vic­toria será fácil. En las partidas serias, cuando un jugador pierde una pieza, sin compensación, se avizora el final y suele 1·endirse.

Pero imaginemos que la ventaja es «sólo» un Peón. Ganar un Peón es mucho más corriente que ganar una pieza. Y como todos sabemos, gran número de partidas importantes se deci­den por un Peón de más.

Muchas partidas de aficionados podrían asimismo ser decididas por la ventaja de un P_eón, si- y éste es un impor­tante <<Si» - el jugador asiduo de ajedrez supiera cómo hacer uso de un Peón de más.

Estos capftulos, en gran parte, hacen referencia a esta cuestión. Se verá cómo el Peón va aumentando considera­blemente de importancia, a medida que se aproxima la fase final de la partida~ En la apertura, cuando hay gran número

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de piezas sobre el tableco, un Peón de más puede parecer algo baladí; pero en los finales, con el Rey y quizá con un solo Peón como remanente contra el Rey, el Peón de más adquiere proporciones mucho mayores mientras, de una manera inexo­rable, avanza hacia la casilla de promoción.

He aquí descifrado. con una sola frase, el secreto del poder que entraña la posesión de un Peón de ventaja, a sa­ber : la facultad-que tiene de transformarse en Dama, u otra pieza, una vez alcanzada la octava fila. Aquí serán facilitados muchos ejemplos de este poder del peón. El estudio de estos ejemplos fa.cilité¡lrá ganar muchas más partidas; se apren-derá a ganar cuando 'se lleve tal ventaja. '

Elementos de mate

Los ejemplos básicos más señalados del uso de la mayoría de fuerza, son los mates elementales.

Con Rey y Dama contra Rey. Con Rey y Torre contra Rey. Con Rey y dos Alfiles contra Rey. Con Rey, Alfil y Caballo contra Rey. Estos mates son llevados a término sobre un tablero des­

pejado, es decir, sin otras piezas que las unidades mencio­nadas.

¿Por qué son importantes estos mates? Representan la fuerza mínima imprescindible para llevar

a cabo el mate, que puede realizarse cualquiera que sea el juego del adversario. El ajedrecista familiarizado con estos mates, advierte la existencia de un objetivo, mientras que el que no lo está necesariamente se encuentra en una posición desventajosa para asimilar la forma de conducir una partida de ajedrez hacia un final satisfactório.

Así, pues, el conocimiento de estos mates constituye el primer paso para la práctica concluyente del ajedrez y pro­porciona un objetivo claro a seguir.

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Mate con la Dama _,~

1 Las blancas juegan. Las blancas lle­van su Rey hacia el centro del table­ro, reduciendo el terreno libre del Rey negro y obligándole, con ayuda de algunas jugadas de Dama, a si­tuarse en el borde del tablero, don­de tendrá lugar el jaque mate.

1. R2A 2. R3D 3. D6A 4. D7R

R4D R4A R4D R3A

También es mate 8. D S C.

S. R4A 6. D7D 7. RSA 8. D7TD,

Mate con la Torre

mate

R3C R3T R4T

El mate con la Torre no resulta tan sencillo. Existen sus motivos, puesto que la Dama posee las ventajas combinadas de los movimientos de Torre y Alfil.

2 Las blancas juegan. De nuevo las blancas conducen su Rey al céntro del tablero y entonces tratan de reducir el terreno libre del Rey ne­gro, buscando su confinamiento en una banda.

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1. R2C 2. R2A 3. R3A

R.SD R5R R4R

4. R4A 5. TlRj: 6. R4D

R5R R4A R5A

Nótese lo acontecido en la jugada 4. Cuando los dos Reyes se enfrentan recíprocamente (horizontal o verticalmente), el jaque de la Torre reduce sensiblemente el área de movilidad del Rey negro. En fa próxima jugada las blancas repiten la maniobra. En consecuencia, el Rey negro ve reducido su ám­bito libre a tres casillas.

7. T1ARj. 8. R4R

R4C R3C

9. R5R 10. T 1 C R j.

R4C R4T

El Rey negro, ahora, se encuentra aislado en una banda del tablero. El fin está cercano.

11. R 4 A 12. R5A

R3T R2T

13. R6A R lT 14. R7A R2T 15. T 1 TRmate.

Este mate con Torre termina con las piezas en una posi­ción típica muy similar a la del mate efectuado con la Dama, como ha quedado expuesto anteriormente. Existe, sin embar­go, una importante diferencia: la mayor posibilidad de movi­mientos que posee la Dama, le otorga mayores alternativas en la elección de posiciones para dar el mate. No acontece lo mismo en el caso de la Torre.

Mate con los dos Alfiles

De la misma manera que la Torre es más débil que la Dama, el Alfil o el Cabállo son más débiles que la Torre.

Con un Alfil o un Caballo solamente no se puede dar el mate. De hecho, ni siquiera con dos Caballos se puede dar el mate.

Dos Alfiles, en cambio, pueden darlo. El procedimiento, aunque algo lento, resulta fascinante, pues nos permite vis­lumbrar las facultades de los Alfiles sobre un tablero des­pejado.

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3 Las blancas juegan. A diferencia de la Dama y la Torre, los dos Alfiles ;"='"~=--""" solamente pueden dar el mate en una de las cuatro casillas del rincón del tablero. El Rey negro está en esta posición bien situado para una resistencia prolongada.

1. AlR 2. R2C 3. A2AR

R6D R7R R6D

4. R3A 5. R4R 6. A4D

,R6A RSA RSC

Las blancas han hecho entrar en accwn a su Rey y la inmediata misión de éste es empujar al Rey negro hacia una banda. El procedimiento es lento, pero seguro.

7. Al D 8. A2AD 9. RSD

RSA RSC R4C

lO. ASAD 11. R 6 A 12. A 6 D

R3T R4T R3T

Las blancas han empujado al Rey negro hacia la banda. Adviértase la cooperación decisiva de ambos Alfiles. El obje­tivo de la fase final es obligar al Rey negro a que entre en la casilla 1 T D, para darle allí el mate.

13. A4 C D 14. R 7 A

R2T R3T

15. A 3D j. 16. ASAj. 17. A4Rmate.

R2T RlT

Las blancas desplazaron su Rey hacia el centro, forzando al Rey negro a ir hacia un lado, colocándole en situación pro­picia para eliminarlo. La cooperación de los Alfiles hace posi­ble, finalmente, el mate en la casilla del rincón.

1T

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Mate con Alfil y Caballo

Este mate es verdaderamente difícil y, hasta los ajedre­cistas con experiencia, se han encontrado en un aprieto á:l verse constreñidos a lograr este mate en SO jugadas.

l. C3Cj. 2. R4C 3. A 3 Aj. 4. C4D 5. R4A

R3A R4D R3D R4R R3A

4 Las blancas juegan. Para conseguir este mate se precisa la cooperación más estrecha posible entre las fuer­zas asediantes. El mate sólo podrá efectuarse en uno de los rincones de casilla del mismo color por el que circula el Alfil.

6. RSD 7. CSA 8. C6D 9. RSR

10. A4 R

R2A R3A R3C R2C R1C

Las blancas, con tenacidad, consiguieron al fin empujar al Rey negro hacia un lado. Su próxima ta:-ea será la de forzarle a entrar en ur.a de las casillas blancas del rincón: en su 1 T D. ¡Hay que tener paciencia!

11. R 6 A 12. C7Aj. 13. ASA 14. A 7 T 1s. es R

RlT Rle R1A R1R R1A

16. e 7 n j. 17. R6 R 18. R6 D 19. A 6 e J. 20. AS T

RlR RlD RIR RlD RlA

Las blancas han llevado a cabo la parte más ardua de su tarea; sin embargo, aunque el Rey negro está a sólo dos casillas del rincón, serán necesarias nueve jugadas más para dar por terminada aquélla.

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2L CSA RlD 25. A4Cj. RlC 22. e 7 Cj. RlA 26. ASA RlT 23. R6A RlC 27. CSA RlC 24. R6C RlA 28. C6 T j. RlT

29. A4 Rmate.

Una de las mejores maneras para familiarizarse con el valor de las piezas es practicar esws mates.

Por qué el bando con mayoría de fuerza debe vencer

De estos mates básicos colegimos, pues, que existe]} deter­minadas ventajas sustanciales que nos facilitan el camino para dar el mate. · · Sin embargo, una ventaja numérica tiene múltiples apli­

caciones. Tampoco tenemos que aguardar a que la mayoría de las piezas hayan desaparecido del tablero para vencer.

Por ejemplo: hemo:; aprendido cómo dar el mate a un solitario Rey con el propio y la Dama. Ahora bien, supon­gamos una partida que se inicia de la siguiente manera:

1. P4R 2.: C3AR 3. CxP

P4R C3AR CxP?

4. D2R 5. C 6 Aj. dsc. 6. CxD

C3AR?? A2R RxC

Las blancas han capturado la Dama blanca a cambio de ün simple Caballo.

¿Qué desarrollo tendrá el juego a partir de este momento? El valor preeminente de la Dama ha quedado eliminado con gran ventaja para las blancas. Hay que recordar la amplia esfera de acción de la Dama, sus ataques dobles y todas las potentes jugadas que puede realizar.

De una forma clara puede verse que las blancas pueden llevar a cabo toda clase de ataques, que las negras, debido á su considerable desventaja, no estarán en condiciones de contrarrestar adecuadamente. El poder de los ataques de las blancas será superior a la defensa que las negras puedan hacer.

Resumiendo: la ventaja inicial de las blancas, las condu· eirá a una situación ulterior todavía más ventajosa.

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También puede hacerse uso de esta ventaja de otra ma­nera. Cuantos más, cambios se efectúen, más cercano estará el final, en el que las negras no pueden tener ninguna espe­ranza: de escapar del mate. De modo que todo cambio ha de ser rehusado por las negras. Ante tales perspectivas, lo más probable es que las negras ante lo desesperado de la situa­ción opten por rendirse, admitiendo que el bando con mayo­ría de fuerza ha de resultar vencedor.

Supongamos ahora que uno de los bandos consigue la ganancia de una Torre. De nuevo, en esta circunstancia, bajo la amenaza: de cambios o bajo la tuerza opresiva de la ventaja numérica, el triunfo es fácil.

Imaginemos la ganancia de un Alfil o un Caballo. La situación sigue siendo la misma, a pesar de que ninguna

de estas piezas pueda conseguir el mate, sola, en el final. Durante la fase anterior de la partida, puede ejercer su potencia superior en muchos cometidos, como capturar peo­nes.

¿Capturar peones? Seguramente ello significa muy poco. Muchos jugadores, de poca experiencia, pierden los peones sin ningún remordimiento. Y, naturalmente, es absurdo pen­sar que un Peón pueda conseguir el mate.

Sin embargo, esta actitud de menosprecio, por muy gene­ralizada que esté, es un grave error, ya que el Peón posee la facultad de transformarse en Dama, o en cualquier otra pieza, al llegar a la octava fila. Así, pues, el Peón tiene un gran valor.

Entre expertos, 1~ ventaja de un Peón generalmente deci­de la suerte de la partida. Por ejemplo, en la gran compe­tición entre Alekhine y Capablanca, del año 1927, el primero ganó el campeonato mundial gracias a la ventaja de «Un simple Peón».

Esta misma ventaja podría resultar decisiva en las parti­das jugadas entre ajedrecistas más modestos si supieran cómo aprovecharse de la misma. El objetivo de este libro es tratar este problema, práctico y vital al mismo tiempo. Aprendiendo a vencer cuando uno lleva ventaja se aumentará considerablemente el número de las victorias.

Antes de estudiar algunos aspectos importantes de la ma~ nera de usar la ventaja ntJ.mérica, es necesario tener una idea clara sobre el valor de cada pieza en relación con las demás.

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Valor numérico de las piezas

En el primer libro de esta serie ya fue facilitada la tabla de • valores, que repetimos a continuación.

Dama 9 Puntos Torre S })

Alfil 3 » Caballo 3 ))

Peón 1 ))

Para una gran parte de los lectores, esta tabla de valores tendrá carácter de repaso, pero insistimos brevemente en lo que nos sugiere.

La Dama es con mucho el elemento más poderoso, del que uno no puede desprenderse, a menos de recibir a cambio una sólida compensación.

Dos Torres, que son el equivalente a diez puntos, son algo más poderosas que una Dama solitaria.

El Alfil y el Caballo, consideradas «piezas menores», están, cada una de ellas, valoradas en tres puntos. Puede por,,lo tanto cambiarse sin preocupación un Alfil por un Cab?,llÓ,. o un Céiballo por un Alfil. +

.· . Una Torre es más valiosa que upa pieza menor. ·cinco puntos contra tres puntos.

Asimismo, una Torre vale más que una pieza ·menor · y un Peón, conjuntamente (4 puntos).

Dos piezas menores (6 puntos) valen más que una Torre (S puntos).

Para jugar bien al ajedrez es esencial tener un . conoci~ miento perfecto del valor de las piezas.

Sin esto no puede saberse concretamente si se lleva o no ventaja en la partida. Por otra parte, el jugador que ignore el valor de las piezas no puede saber cuándo un cambio es deseable o no lo es.

Dijimos que, en conjunto, el bando que posee mayoría de fuerzas debe resultar vencedor en la mayoría de las oca­siones, o generalmente. Existen importante~ rawne~ para usar de una forma tan machacona estas frases fijas.

Lo triste del caso es que no siempre resulta vencedor el bando que posee mayoría de fuerzas. ¿Por qué?

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En primer lugar, se . dan ciertas posiciones teóricas de excepción (situación de tablas por ahogo, por ejemplo), en las cuales el bando que posee mayoría de fuerzas no triunfa. Por regla general, de todas formas, el ajedrecista de alguna experiencia y que sabe reaccionar con prontitud puede evitar tales decepciones.

Una segunda excepción a la regla de que el bando con mayoría de fuerzas debe resultar vencedor, descansa en la posibilidad de los sacrificios. Estos son movimientos brillan­tes en los que se entr:=gan piezas adrede con el deliberado propósito de obtener un,:¡ compensación adecuada o más que adecuada. ·

Veamos la siguiente posición como ejemplo.

5 Las blancas juegan. Las blancas juegan l. D )( P R j. ! !, una bo­nita ju~ada que fuerza l. ... P x D. 2. T 6 t\: mate.

Este es un buen ejemplo de «sacrificio». Normalmente, cuando un jugador pierde una pieza, se trata de un error. Pero cuando un jugador entrega su Dama, u otra pieza, por un Peón (y sabe lo que está haciendo), vemos que se trata de un «SacrifiCio», que reporta alguna ventaja.

Si se medita cuidadosamente., se verá que los sacrificios no son realmente una excepción a la regla de que el bando con mayoría de fuerza debe ganar. El sacrificio tiende a la consecución del mate o a la ganancia de material o a alguna otra ventaja. Por lo tanto, a pesar de que puede sorpren­dernos a menudo, existe en realidad un sistema bajo su apa­rente despropósito.

La tercera excepción a la regla de que el bando que posee mayoría de fuerzas debe ganar, es una excepción tristísima.

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Un jugador que lleva superioridad numérica debe triunfar; pero si desperdicia su ventaja, o no sabe cómo sacar provecho de ella, o permite que su adversario se libere de sus dificul­tades, es muy posible que se termine la partida sin que él haya logrado vencer.

Más adelante volveremos a ocuparnos de estas excepcio­nes, pero primero estudiaremos las técnicas para vencer cuando se posee mayoría de fuerzas.

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CAPITULO 11

LA IMPORTANCIA DE LA PROMOCION DEL PEON

La jugada más eficaz que puede realizar sobre el tablero de ajedrez- dejando aparte el mate- es conseguir el triun­fo de coronar un Peón.

Obtener una Dama a tan poco precio equivale a capturar la Dama del adversario.

Si consideramos de esta manera la promoción de un Peón, entenderemos por qué un Peón de ventaja es de tanta impor­tancia en las partidas de los buenos jugadores y el motivo por el cual también en nuestras partidas, debiera ser decisiva.

En los siguientes ejemplos veremos la importancia deci­siva de la coronación de un Peón.

• • ••• • • a • .-* • .•• 6 •••• ~- ·~ ~- '/.~ Juegan las blancas. En esta posi· a,.. ~ ~ 8 ción, las blancas tienen una des-rJ! m • • v_entaja de ~~~erial que, de no exis· •~ -~ ¡¡(1~ rihw~ trr la posrbrhdad de coronar el B R .'GJ". Peón, las obligaría a rendirse. Pero • 11 8 fl con l. P 8 R ( =. D) jaque, ganan la e • • a Torre y la partrda.

Algunas veces, la Dama recién creada es inmediatamente capturada, pero a costa de una pieza, lo que suele decidir.

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7 Juegan las blancas. Aquí las blan· cas coronan el Peón, que se trans· forma en Dama, que es capturada por la Torre negra, que, a su · vez, capturan las blancas, consiguiendo

:--...:::::=---=--==-~ · una ventaja decisiva.

Ya vimos antes que un Alfil o un Caballo, por sí solos no pueden forzar el mate. Pero si el Alfil o el Caballo tiene la colaboración de un solo Peón, puede conseguir la promoción de éste y ganar.

8 Juegan las blancas. Sin el solitario Peón blanco, esta posición termina­ría en tablas. Pero como el Rey ne­gro no puede mantener la defensa de sus Peones, éstos se pierden y el Peón blanco corona. l. R 4 C; R juega. 2. R x P seguido de 3. R x P y el Peón blanco avanza hasta la octava fila.

Los ejemplos expuestos nos muestran el enorme poder de la promoción del Pt.:ón.

Sin embargo, no tenemos que llegar a la conclusión que la promoción es fácil de practicar o es apropiada en cualquier período del juego.

En la apertura es muy raro poder coronar un Peón, ya que éste debe invertir varias jugadas para alcanzar la octava fila y por el gran número de piezas que hay sobre el tablero en las primeras fases del juego, las posibilidades de coronar un Peón son muy escasas.

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En el medio juego, las oportuni_dades de conseguir la pro­moción son algo más claras, aunque aquí el juego resulta complicado.

En el período final, cuando han sido cambiadas las Damas y son pocas las piezas que quedan sobre el tablero, la pro­moción empieza a ser el centro de gravedad de la lucha.

Suele acontecer en estas situaciones simplificadas del pe­ríodo final, que los Reyes tienen un importante papel, inter­viniendo en la lucha si:l temor a los ataques de las piezas mayores.

La movilidad de los Reyes en esta fase simplificada nos recuerda que los finales con Reyes y Peones solamente, son loJ finales más simples y por lo tanto los primeros que deben ser estudiados. Así, pues, vamos a ocuparnos de ellos.

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CAPITULO 111

FINALES DE REYES Y PEONES

En cierto sentido, los finales de Reyes y Peones son sen­cillos.

Las piezas sobre el tablero son muy pocas. Sólo quedan Reyes y Peones. Todas las demás han sido elimanadas.

Sin embargo, estos finales presentan situaciones pródigas en sutilezas. En este sentido no resultan nada sencillos.

Hay que familiarizarse con los finales de Reyes y Peones, porque algunos de ellos, como pronto veremos, se manifiestan en un orden clásico, que preludian la victoria.

Esto significa que, cuando se consigue la ganancia de un Peón, se está en camino de poder conseguir el cambio total de piezas, reduciendo la partida a un clásico final de Reyes y Peón, en que la victoria puede ser automática.

La amenaza de esta simplificación es una poderosa arma en las manipulaciones del juego.

Peones pasados

Todas las maniobras en la clase de finales que estamos viendo se relacionan con ·los Peones pasados : su creación y su avance hasta la casilla de promoción.

Un Peón pasado es aquel que no está obstaculizado en su avance por ningún Peón contrario. En los diagramas 9 y 10, las blancas tienen dos Peones pasados.

Algunos Peones pasados resultan especialmente poderosos como podemos comprobarlo en los siguientes diagramas.

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9 Peones pasados ligados. Los Peones pasados están ligados, es decir, es­tán situados en columnas adyacen­tes. Están en condiciones de apo­yarse recíprocamente sin la ayuda de su Rey.

He aquí un giro característico de juego que da la victoria a las blancas.

l. P6C R3A

Si l. ... RxP. 2. P 7 C y no puede evitarse que el Peón alcance la casilla de promoción.

2. R4A 3. RSR 4. P6A

R2R RlA RlC

5. P 7 Aj. 6. R6R 7. R7R

RlA R2C

El Rey blanco protege la casilla de coronación y pueden continuar con P 8 A (=D) jaque, con mate en pocas jugadas.

10 Peones distantes pasados. Los peo­nes blancos en esta posición se de­nominan aPeones pasados distanteS>> o «Peones pasados no ligados». En el grado de avance en que se en· cuentran estos Peones, son tan pode­rosos que puede coronar uno de ellos sin la ayuda de su Rey.

El juego puede continuar de la siguiente forma:

22 .

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l. P6C

Igualmente puede jugarse l. P 6 A.

l. 2. P6A

R3A R3R

3. PTA R2D 4. P7C

Y el Rey negro no puede impedir la coronación del Peón.

11 Las blancas juegan. El Peón pasado distante se corona por sí solo, sin la a~da del Rey.

1. P4T 2. PST

R2C R2A

3. P6T R2R 4. P7T

Y el Peón se corona sin dificultad. ,'. A través de estos ejemplos hemos visto el poder de los Peones pasados. Ahora nos referiremos a un concepto básico ep ajedrez, ,conocido por «oposición».

12 Las blancas juegan. Ambos Reyes es­tán en «oposición». Utilizamos este término cuando aquéllos se encuen­tran el uno frente al otro mediando una sola casilla entre ellos. El Rey que NO tiene que moverse dícese que «posee la oposición»,

23 _:

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En los finales normales de Rey y Peón, que ahora estamos estudiando, su procedimiento idóneo depende a menudo de «poseer la oposición».

Para facilitar nuestro estudio del diagrama que antecede, supongamos por el momento que son mano las negras. Estas juegan l. ... P 4 T D y las blancas responden con 2. P 4 T D 1

Los movimientos de Peones negros están prácticamente agotados y ahora las negras se ven obligadas a mover su Rey. Esto significa que las blancas tienen la oposición. El Rey negro debe ced'er posiciones.

¿Qué importancia tiene esto? Las blancas tienen un Peón de ventaja, el Peón de Rey que está pasado pero que, de momento, está bloqueado. Si se abre vía libre para este Peón, las blancas podrán avanzarlo, apoyado por su Rey, dirigién­dole hacia la casilla de promoción.

Y no solamente esto. Si el Rey negro cede su posición, las blancas pueden avanzar su Rey a S D. capturando los débi­les Peones de Alfil. He aquí lo que sucede.

2. 3. RSD

R2R R2D

4. RxP R3R 5. R4D!

Ahora las negras han de mover su Rey, dejando que las blancas jueguen 6. R X P. Entonces las blancas tendrán tres Peones de ventaja y poseerán un nuevo Peón pasado, el de Alfil de Dama. El avance de ambos Peones, apoyados por el Rey, asegura la victoria.

Hasta aquí todo resulta claro y convincente, pero recuér­dese que en la posición del diagrama 12 son las blancas las que tienen que jugar en primer lugar. Siendo mano han de proceder con sumo cuidado. ·

Supongamos, por ejemplo, que en la posición del diagrama las blancas comienzan con l. P 4 T ?, dando lugar a que las negras contesten l. ... P 4 T !

Ahora las blancas lo han estropeado. No pueden mover los Peones y ha de hacerlo el Rey. En otras palabras, las negras tienen la oposición. ·

¿Cuál es la consecuencia? Después que las blancas hayan movido su Rey perderán su Peón del centro y la partida terminatá en tablas.

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Volvamos a la posición del diagrama. Las blancas pueden ganar de la siguiente manera:

1. P3T!! P4T 2. P4T 1

Adviértase que toda la diferencia consiste en avanzar uno o dos pasos el P T. Ahora son las blancas las que tienen la oposición; el Rey negro ha de ceder posiciones. Las blancas juegan 3. R 5 D, con la continuación que ya hemos indicado anteriormente.

Es a esto a lo que nos referíamos al decir que los sencillos finales de Rey y Peón no son siempre tan «Sencillos», pero esta clase de sutilezas aumenta su atractivo.

13 ¿Quién es mano? Si juegan las ne· gras, las blancas ganan. S1 salen es tas, únicamente consiguen tablas En otras palabras: si las blancas lit:· nen la oposición, vencen. Si son la~ negras las que tienen la oposición, hacen tablas.

Esta es una de las posiciones importantes en los finales normales de Rey y Peón.

Si juegan las negras, he aquí lo que sucederá: ~

1. RlD 2. P7D R2R 3. R 7 A

Y en la prox1ma jugada las blancas coronarán su Peón. Si son las blancas las que mueven, no pueden ganar. Por

ejemplo:

1. p 7 j. RlD

Ahora la única jugada para defender el Peón es 2. R 6 D,

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pero esto da lugar a tablas, porque el Rey negro queda aho­gado.

Supongamos que la:; blancas intentan otro camino.

1. R6C 2. RSA

R2D RlD!

3. R6A RlA

Las negras han maniobrado con su Rey, manteniendo la óposición y la partida termina en tablas.

El principio esencial, pues, es que en los finales normales de Rey y Peón contra Rey, hay que asegurarse la oposición. El método para ello será explicado luego al exponer otros finales.

14 Las blancas juegan. Aquí también se encuentran las blancas con pro­blemas derivados de las tablas por ahogo. Si l. R 5 A; R 1 T. 2. R 6 A, y el Rey negro está ahogado. ¿Cómo pueden ganar las blancas?

En esta posición, las blancas tienen un Peón más de lo necesario para vencer. He aquí cómo resuelven su dificultad librándose · de las tablas.

1. P8T(=D)j. RxD 2. R6T!

Lo esencial. Las blancas poseen la oposición; el Rey negro ha de ceder.

2. RlC 3. p 7

De aquí podemos deducir una importante regla. Siempre que el Peón avanza has1a la séptima fila sin dar jaque (estan· do defendido por su Rey), el bando del Peón gana.

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Las negras han· de jugar ahora 3 .... R 2 A, después de lo cual, las blancas, continuando con 4. R 7 T consiguen que el Peón corone, ganando.

1S ¿Qué bando es mano? Cualquiera que sea mano, las blancas ganan, pues teniendo su Peón en la qum­ta fila, podrán avanzarlo cuando ha­yan perdido la oposición. Con este movimiento, obligarán al Rey ne­gro a perder la oposición.

Supongamos que en esta posición son las negras las que juegan en primer lugar. En tal caso éstas han perdido la oposición y su Rey ha de ceder terreno.

l. RlD 2. R7A

O, l. ... R 1 A. 2. R 7 D, con el mismo resultado.

2. R2D 3. P6Rj. RlD

Ahora las blancas continúan con 4. P 7 j. y no tienen nin­guna dificultad en coronar su Peón. . . Si en la posición del diagrama suponemos que son las blancas las que juegan. lo que sigue es extremadamente im-

, portante y debe ser estudiado hasta que se comprenda ple­namente.

Las blancas tienen que jugar su Rey y debido a ello tienen que perder la oposición.

l. R6D

(Adviértase que 1. R 6 A conduce a lo mismo).

l. RlD

27

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Las negras siguen teniendo la oposición, pero ahora las blancas tienen una jugada de reserva. ,

2. P6Rl RlR

El Rey negro ha de ceder. Ha perdido la oposición.

3. P7

El Peón ha avanzado hasta la séptima fila, sin dar jaque. Como sabemos ya, esto significa que el Peón coronará y las blancas ganarán la partida.

Un principio importante deducimos de la posición del diagrama 15, que es el siguiente: si el Peón no ha alcanzado la sexta fila, no se le debe hacer avanzar con demasiada premura. Hay que reservar esta jugada hasta el momento que sea necesario.

Apliquemos ahora lo que hemos aprendido.

16 ¿Tiene importancia ser mano en esta posición? No tiene importancia ser mano. Si juegan las negras, pier­den inmediatamente la oposición, y las blancas ganan sin dificultades. Si corresponde jt<gar a las blancas, éstas conservan la oposición con l.P4DI

La posición del diagrama no ofrece dificultad alguna para las blancas.

Si las primeras en jugar son las negras, las blancas rápi­damente consiguen paso para su Peón hasta la casilla de coronación. Por ejemplo:

1. 2. R6AI

R2R RlD

28

3. R6D 4. P4D 5. PSD

RlA RlD

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De nuevo las negras pierden la oposición: 5 .... R 1 R. 6. R 7 A, etc. O bien, 5 .... R 1 A. 6. R 7 R, etc., y el Rey blanco, en ambos casos, controla la casilla de promoción.

Si son las blancas las primeras en jugar, en la posición del diagrama, el desenvolvimiento es muy parecido.

l. P4DI 2. R6A 3. R6D 4. R 7 A

R2R RlD RlR R2R

5. p 5 6. p 6 7. P7

RlR RlA

Y de nuevo el Peón puede coronar y las blancas ganan. Existe aún un punto esencial que es necesario que conoz­

camos respecto a los finales de Rey y Peón. En el diagrama 16, el Rey blanco estaba en una posición

ideal: delante del Peón. Con el Rey al lado del Peón o detrás de él, el Rey del bando débil tiene más campo para maniobrar.

17 Las negras juegan. Las negras pue­den conseguir el empate, por la desfavorable situación del Rey blan­co. Las negras pueden mantener la oposición, en todos los casos, cual­quiera que sea mano.

Veamos primero el desarrollo del juego, siendo mano las negras. Pierden la oposición momentáneamente, pero pueden recuperarla en el momento preciso. Esto nos lleva a aclarar el procedimiento empleado en la posición del diagrama 13.

1. R4D 2. P4 R3Dl

Después de 2 .... R 5 ·A ?? 3. R 4 R ! las blancas ganan, porque las negras no pueden recobrar más la oposición. (Si 3 .... R 4 C. 4. R 5 D !.)

29

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3. R4R 4. P 5 D j.

R3R! R3D

5. R4D 6. RSR

R2D R2R!

Si 6 .... R 2 A ? 7. R 6 R y las blancas logran la oposición después de 7 .... R 1 D. 8. R 6 D. Entonces si 8 .... R 1 R. 9. R 7 A; o bien 8 .... R 1 A. 9. R 7 R gana de manera similar.

7. p 6 j. R2D 8. RSD

Una situación crucial para las negras. Si 8 .... R 1 A. 9. R 6 A. Las blancas consiguen la oposición y el triunfo. Lo mismo acontece después de 8 .... R 1 R. 9. R 6 R.

Pero las negras tienen una jugada salvadora.

8. RlDI 9. R6A

O bien, 9. R 6 R, con una continuación similar.

9. RlA

Ahora tenemos la posición exacta del diagrama 13, con los Reyes en oposición y tocándole jugar a las blancas. Como sabemos por el estudio sobre la posición del citado diagrama, el juego es tablas.

Del estudio sobre las posiciones en este capítulo, se des­prende cuáles son favorables en los finales de Rey y Peón, y cuáles son las posicionl:!s que deben evitarse.

También hemos visto la trascendencia de la oposición y el modo de sacar provecho de ella y la importancia que tiene poder tener en reserva alguna jugada de Peón.

Estas posiciones vale la pena que sean practicadas, prefe­riblemente con un amigo, con objeto de eliminar cualquier clase de error. Familiarizarse con estos finales es muy prove­choso y proporcionará la ganancia de muchas partidas.

30

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CAPITULO IV

FINALES CON UNA PIEZA DE VENTAJA

Los finales en los que se lleva una pieza de ventaja son generalmente ganados si se tiene uno o más Peones.

Si se posee una Torre y un Alfil (o una Torre y un Caballo) contra una Torre, cornentemente no puede ganarse. Puede acontecer, pero raramente, que el bando con mayoría de fuer­za consiga vencer gracias a algún detalle fortuito, pero po:r regla general estas posiciones acaban en tablas.

La presencia de Peones sobre el tablero da un giro radi­calmente distinto a dichas situaciones. Aunque no haya más que un solo Peón existe la posibilidad de coronarlo. A la consecución de este objetivo deberá dedicarse la pieza de ventaja.

A continuación veremos algunos ejemplos de estos finales, que nos enseñarán cómo puede ganarse en estas circunstan­cias.

Una obra maestra en la ejecución

18 Las blancas juegan. Las negras ti& nen t~es Peones de venta ja contra una p1eza de las blancas. En ciertas circunstancias, ello sería suficiente .para asegurar las tablas, pero no en . este caso, como lo demuestran las blancas con la eficaz y útil manio­bra de sus fuerzas. ·

31 -.

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Situaciones como estas suelen presentarse bastante a me­nudo sobre el tablero. He aquí los aspectos más sobresalien­tes del método afortunado de las blancas.

l. Las blancas deben valorar la pieza de ventaja que tienen.

Han de situar sus piezas en la forma más ventajosa; ame­nazar los Peones enemigos; provocar su avance (lo que les hará más susceptibles de ser atacados); forzarles a situacio­nes en las que cualquier cambio puede resultar lo más perju­dicial posible para ellos.

2. Las blancas han de emplazar su Rey en el área central (digamos en las casillas SR, ó SD, ó 4 AD, desde dondepuede aumentar la presión sobre el juego de las negras).

3. Las blancas han de evitar el cambio de Peones. Estos Peones pueden parecer insignificantes en el momento pre­sente, pero son candidatos a Dama, en potencia. Sin estos Peones, las blancas no pueden ganar. El cambio de Peones arruinaría la partida.

1. T3D

Situando la Torre en una columna abierta, en la que ten­drá la máxima movilidad.

1. P4TD 2. R2C!

El Rey se dirige hacia el centro.

2. R2C 3. R3A R3A

Las negras siguen el ejemplo con su Rey. Tratan de cus­todiar con él la mayor cantidad posible de casillas.

4. P4 T R!

Con objeto de evitar P 4 C j. cuando jueguen R 4 A. Una vez que las blancas han llegado hasta aquí pueden

planear una penetración ulterior más profunda, a su debido tiempo, con T 6 D j. y R 5 R.

Para aprender con el máximo provecho la enseñanza de

32

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este final, debe estudiarse la paulatina y fructífera conquista de terreno de las blancas.

4 .... T3C

Con objeto de proteger la tercera fila de una invasión eventual. 4 .... P 4 C parecería adecuado aquí, pero debilitaría el Peón negro de A R. El porqué y la razón de esto será aclarado muy pronto.

5. A2A

Las blancas pierden· el tiempo con la idea de realizar un ataque frontal contra el P A D, con T 3 A. Pero las negras están sobre aviso.

S. .. . R4R

Ahora las negras amenazan 6 .... P S A D. 7. T 3 A; R S D. Así, pues, las blancas intentan un camino distinto.

ó. A3C R3A 7. A4A

Ahora el Alfil no puede ser atacado y la Torre blanca entra en actividad.

7. P3T 8. R3RI

No 8. R 4 A ?; P 4 C j. ! cambio de Peones. El Peón blanco T R -va a ju~ar un pape! muy activo.

8 .... P4C

Inevitable. Si 8 .... T 3 A. 9. T 7 D con desagradables ame­nazas, tales como T 7 T D.

La próxima jugada de las blancas es la clave para el final. Creará al P T R, negro, una debilidad decisiva. Al mismo tiempo, todos los restantes Peones· negros serán futuros ob­jetivos.

33

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9. PS T! 10. T 7 D

T3A T3C

11. T7TR 12. T7Rj.

R4R R3D

Si 12 .... R 3 A. 13. T 7 A D, y las blancas ganan.

13. T6Rj. R2A 14. T 5 R!

Adviértase que 14. T 6 e también gana, pero la jugada efec­tuada está más de acuerdo con el plan de las blancas : faci­litar la penetración del Rey blanco.

14. . . . P 5 A R j. 15. R 4 R T3AD

Si 15 .... R 3 A. 16. T 6 R j.; R 2 A. 17. T 6 e seguido de R S D, y las blancas ganan.

16. T 7 R j. R 1 D

La alternativa, 16 . .. . R 3 e, permite 17. T 7 e, seguido de T 6 e y R S D.

17. T7eR 18. R SR

T3D TSD

19. AS D 20. R6D 21. T 8 C mate.

P6A R1A

El plan de penetración de las blancas ha sido llevado a cabo pulcramente.

Un final difícil

19 Las negras juegan. El juego de las negras en este final es muy siste­mático y su proceso extremadamen­te interesante. Este final exige mu~ cha paciencia y el lógico desarro· llo de las jugadas hace que aquél parezca sencillo. Las negras tienen el plan fundamental que las blan­cas no tolerarán un cambio de T~ rres.

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Si las Torres se cambian, las blancas se encontrarán desamparadas ante el avance del Rey y el Alfil negro hasta el punto que los Peones blancos se encontrarán indefensos. Entonces, a su debido tiempo, las negras coronarán el Peón que les queda.

Para comprobar lo dicho, sáquense del tablero ambas To­rres y efectúense unas diez jugadas.

El hecho que las blancas no puedan llevar a efecto el cam­bio de Torres sin perder la partida, confiere un gran poder a las negras. Ello significa que las negras pueden reforzar su posición convenientemente, ofreciendo el cambio de Torres.

Las blancas tendrán siempre que rehuir el cambio, cedien­do terreno en cada ocasión. Esto ofrece a las negras una base para una política de penetración gradual. Pero téngase presente que las negras no deben nunca permitir que se lleve a efecto el cambio de su único Peón.

Ahora bien, ¿cuál d~be ser el objeto de la presión de las negras? Sin duda, el Peón de Alfil blanco.

El mejor medio que tienen las negras para amenazarlo es situando su Torre en la séptima fila y su Alfil en S R ó 4 A R.

Esto reducirá a la Torre blanca a tma completa pasividad en la columna Alfil de Dama. Las negras podrán entonces avanzar su Rey con resultados decisivos.

l. 2. T8T 3. T8AD

TSR R4A T lR!

4. T7 A S. T 7TR 6. R3A

R3D A4e AST

Las negras amenazan · ... T 1 A D j. capturando el Peón. Esto obliga a la Torre blanca a situarse en la segunda fila.

7. T2T 8. T 2e

TSR R4A

9. T2T 10. R2 e

T6Rj. A4e!

A fin de apoderarse de la segunda fila blanca con ... T 7 R. El plan de las negras sigue progresando.

11. ,T8T 12 . . T8ADj.

T7R RSD

13. R 3 e 14. R2 e

35

ASAJ. A6D!

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Atajando doblemente al Peón blanco y con objeto de situar su Alfil en 4 A R, atacando también la Torre blanca.

ts. R3 e A4A 16. T 7 A TlR!

La retirada maestra de las negras con la Torre, amenaza un posible cambio de Torres, por ... T 1 A D. Esto revela el escondido propósito de las dos últimas jugadas de las negras.

Las blancas se encuentran en un aprieto para acertar con la buena jugada.

Si 17. T 7 C D; entonces 17 ... . T l. A D captura el infeliz Peón. Con otras jugadas de la Torre en la séptima línea, 17 . ... T 1 C D, j. gana el Peón.

17. P3Aj. R6D 18. T S T 1 C D j.

Obligando al Rey a abandonar la defensa del Peón, que ahora está perdido.

19. R 4 T 20. T 7 21. T 6

ASR R7A A6D

22. T S 23. RS 24. P4

ASA RxP T 1 T D j.

Las blancas abandonan. El juego preciso de las negras ha sido un triunfo de la lógica.

Victoria conseguida por los Peones pasados

Como sabemos, tres Peones tienen un valor que equivale, aproximadamente, al de una pieza menor. En los comienzos del juego, valoramos más una pieza, ya que las posibilidades de sernos útil es mucho mayor. Hacia el final, los Peones pesarán más en la escala de valores, especialmente si tienen ante sí la oportunidad de coronar y la situación resulta sim~ plificada.

En el final reseñado a continuación, los Peones son, sin duda, preferibles.

36

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20 Las blancas juegan. Las negras ba· san sti plan de juego en el hecho que el Rey blanco tiene que alejar· se del centro de la lucha, por el Peón pasado de T. Como consecuen­cia, los Peones negros ligados, apo­yados por su Rey, son demasiado para el Alfil.

l. RSC PSAR!

Las negras no pierden el tiempo. ¡Los Peones pasados hay que empujarlos adelante!

2. RxP 3. R4C

P6A RSA

4. R4A 5. RSD 6. A 7D

R6R P4T

En las jugadas suce;;ivas, las negras avanzan sencillamente sus Peones y, finalmente, coronan uno de ellos.

6. 7. ASC

P7A R6A

8. RSR 9. R4A

10. R 3R

Las blancas se rinden. Un desenlace instructivo.

3.7 -

R7C RxP P6C

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CAPITULO V

FINALES CON VENTAJA DE CALIDAD

La Torre contra un Alfil o un Cabaiio, generalmente garan­tiza la victoria. Sin embargo, la cosa no suele ser fácil y suele pasarse algún apuro o por lo menos hay que realizar una ardua labor. La victoria, con ventaja de calidad, no se alcanza por sí sola.

, la superiorid,ad de la Torre

21 Las blancas juegan. Las blancas lle­van ventaja de calidad por un Peón. Esto, naturalmente, motiva que el triunfo sea más dificultoso que si las negras no tuvieran un Peón de más. Todos los Peones blancos es­tán aislados, lo que les resta efec­tividad y las blancas tienen el pro­blema de sacar algún provecho de ellos.

Hay cierta compensación porque los Peones negros no están tampoco en muy buena formación. El Peón negro de Rey y los otros Peones de los flancos, necesitan la protección de pieza.

Estos «Peones retrasados» son débiles, porque no pueden ser protegidos por otros Peones, siendo vulnerables a los ataques de la Torre. Afortunadamente para las blancas, su Torre tiene una vasta esfera de acción: puede elegir entre tres columnas abiertas.

38

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Para ganar, contando con la superioridad de la Torre, necesitan las blancas aumentar su movilidad, creando nue­vas vías libres adicionales para la Torre, lo que puede con­seguirse con P 4 A D y P 5 A R. Esto creará puntos de acceso a la incursión invasora del Rey.

Las negras no tardarán en verse en un aprieto, debido a que su Rey y su Alfil se encu~ntran ligados a la defensa de los débiles Peones.

l. P4AD! R3A

O bien l. ... PxP, j. 2. RXP y las blancas dispondrán de una an1enaza duradera con R 5 e, o R 5 D, después de P 5 A R y el Gan1bio de Peones.

2. T se! A2R 3. PSAR!

Espléndido cronometraje. Obsérvese cómo ha aumentado la movilidad de las piezas blancas.

3. . .. P DXP j. 4. RXP 5. TXP

fxP A3A

Pese a que la posicición de las negras parece tan sólida como al principio, las blancas, de hecho, han realizado gran­des progresos.

Su próximo objetivo es un jaque con la Torre en la sexta fila, obligando al Rey negro a retirarse.

6. P4A 7. T S e D

R3D R3A

8. PSA

Las negras sienten cerrarse el lazo, puesto que si 8. .. .A 8 T. 9. T 1 e; A 3 A. 10. T 1 R, y las blancas están listas para la decisiva. 11. T 6 R j.

8. 9. TSR!

A4e A3A

10. T6Rj. 11. R se

R2A ASD

Las negras tienen su mejor posición defensiva, pero las blancas las obligan a elegir entre la pérdida de uno u otro Peón.

39

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12. T 6 ADj.

1 Magnífica jugada de final! La laboriosa defensa de las negras se viene abajo como

consecuencia de este golpe maestro, pues si 12 .... R 2 C. 13. T 4 A; A 7 C. 14. T 4 R; A 3 A. 15. T 6 R; A S D. 16. T 6 D y las blancas capturan un Peón.

12. 13. T 4A 1

R2D A4A

14. T4CR R2R

No pueden salvar el P C R.

15. TxP j. R3A 16. T 6 ej. 17. TxP T

RXP Abandonan

Ya no hay ninguna defensa. Seguiría 18. TxP.

Delicadas maniobras de la Torre

De la exposición de este final también puede aprenderse la manera de sacar una espléndida ventaja de la superior movilidad de la Torre.

22 Las blancas juegan. Este final pa· rece fácil a primera vista. Aparen· temente, las blancas sólo necesitan atacar el Peón negro con su Torre y Rey y jugar T x P (entregando la calidad por el Peón) para entrar en un final de Rey y Peón contra Rey. Pero la cosa no es tan fácil como parece.

t~ T7ARJ. RlR

40

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Lo mejor. Si 1. ... R 1 C. 2. R 6 A; A 5 D j. 3. R 6 C; A 6 R. 4. T 5 A ! y por la mala posición del Rey negro, las blancas ganan con facilidad. Podía seguir 4 .... A 7 A. 5. T 5 D (amenazando mate); A 5 C. 6. T 8 D j.; A 1 A. 7. T 8 R. ¡O cualquier otro movimiento de la Torre en la octava fila, se­guido de mate en la próxima jugada! Si 4 ... . A 8 A. 5. T 5 A D gana de la misma manera.

2. TSA

Ahora las negras tienen limitada la elección de su juego. Si 2 .... A 8 A ? 3. T 5 A gana. Y si 2 . .. . R 1 D. 3. T 8 A j.

alejando al Rey negro de tal modo que después de 3 .... R 2 A. 4. R 5 R; R 2 D. 5. TxP; AXT j. 6. RxA; R 3 R. 7; R 5 C y las blancas aseguran la promoción de su Peón.

2. ... A7D

Las blancas pueden ahora capturar el Peón con 3. R 5 R; R 2 R. 4. TxP ?; AXT j. Pero después de 5 .... R 3 A !, las negras ganan la oposición y consiguen tablas.

3. R6A!

Aprovechando la circunstancia de que las negras no pue­jen jugar 3 .... R 1 D, ó 3 .... R 2 D porque siguiría 4. T 5 D j.

3. RlA 4. T SA

Amenazando mate. Si las negras lo evitan con 4 .... R 1 R, entonces 5. R 7 e ! seguido de T 5 R j. y T 4 R y el Rey negro queda fuera de la columna de Rey, de tal manera que las blancas pueden jugar cómodamente R 6 e y R 5 A y capturar entonces el Peón negro con un sencillo final victorioso de Rey y Peón.

4. " ' Rle S. T 8 Aj. 6. R 7 A

41 .

R2T Abandonan

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Cualquiera que sea la jugada de las negras, las blancas jugarán 7. T 8 C R y 8. T 4 C, y después de la captura del Peón, las blancas quedan con final ganado.

Las maniobras de la Torre nos dan una clara idea del valor de esta pieza.

La lucha de los Peones pasados por la supremacía

23 Las blancas juegan. Las blancas tienen ventaja de calidad, pero un Peón menos. Su Rey está inmovili­zado a causa del Peón negro en sép· tima. Además, ha de vigilar ... R 6 D, 7 D ... R x P, seguido del avance del Peón del centro.

La Torre blanca está destinada a operar en la séptima fila, pero antes debe conseguir mejorar su situación para no de­jarse sorprender por las celadas de las negras, por lo tanto:

l. RlR! RXP 2. R2D

Ahora las blancas tienen mejor posición y se disponen a invadir la séptima fila.

2. ' ... P3TD 3. T7C A6D 4. T7 ÁD

Obligando a las negras a jugar el P T R, mientras el Alfil negro está abrumado por sus misiones defensivas. Las blan­cas utilizan -eficazmente la superioridad de la Torre.

4. 5. P4T 6. T7Rj.

P4TR RSR RSD

42

7. T6R! 8. T6 T 9. TxPTR

ASAD RSR RSA

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Las hábiles maniobras de la Torre blanca han obtenido buenos resultados. Las blancas se encuentran ahora en buena situación para iniciar el avance de su Peón pasado, pero no han de descartar la posibilidad de ... R 6 A y ... R 7 A, con lo que las negras podían renovar su amenaza de coronar un Peón.

10. T 5 e!

Las blancas cierran el paso al Rey negro en cualquier intento de éste para detener el Peón pasado, Las negras in· tentan, a la desesperada, su última oportunidad para contra­atacar.

10. 11. T 7 e

P5D P6D

12. P 5 T 13. T 7 R· 14. P 6 T 15. P7 T!

R6A R7A AlC

Muy diestro. Si 15 .... AxP. 16. T 7 A R j. seguido de TXA (pero no 16. TXA directamente).

15. 16. TxD

P 8 R (D) j. AXP

17. T 6 R Abandonan

-·,.t·u ~l,.~.¡-~;;;=.~-?::·

Las blancas han reducido a las negras a un:;v.4ii~~diÓ~ desesperada, en vista de la próxima T x P, seguido>del avance del Peón. ·· .:·-.

Victoria de la pieza menor

Cuando un jugador tiene la desventaja de la c·~.IféÍ·~. pero. tiene dos Peones como compensación, el juego pue~e.;cg¡!is~ derarse como igualado. Cuando los Peones son pasa.d&s:.:~~­hallan muy avanzados, la Torre se encuentra corrientemente en posición desventajosa.

43

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1. . T se j. 2. R2A

R7A R7R

24 Las blancas juegan. Las blancas se encuentran en apuros, debido a que sus fuerzas están desunidas. Su Rey tiene que detener uno de los Peones pasados; la Torre ha de detener al otro. El plan de las negras es entre· gar oportunamente el P C D, ase· gurando la coronación del otro.

3. T8Rj. 4. T 8AR

R8A P7 A

Ahora que este Peón está a punto de coronar, a las negras les queda solamente encontrar protección para su Rey contra los jaques de la Torre.

5. T7A 6. T7Rj.

R7R R6A

7. T 7 Aj. ASA!

Las blancas se rinden al no poder evitar la coronación del Peón.

Este ejemplo nos enseña que cuando los Peones pasados se encuentran muy avanzados y debidamente defendidos, hasta la Torre resulta impotente contra ellos.

44

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CAPITULO VI

FINALES DE TORRE Y PEON

Esta es una de las clases de finales que se presentan con mayor frecuencia. Por ello resulta valioso conocer algo más sobre las facultades de la Torre. Una de las posiciones de mayor rendimiento para la Torre es situada en la séptima fila libre. En esta fila, la Torre puede hacer estragos entre los Peones del adversario. La Torre puede desarrollar una gran tarea cuando se encuentra en filas y columnas libres de otras piezas.

Con el Peón pasado, es conveniente emplazar la Torre detrás del mismo, protegiendo el avance del Peón hasta la octava fila. -

En la defensa contra un Peón pasado, también es conve­niente situar la Torre detrás del Peón. Estando delante del Peón, la Torre de la defensa pierde gran parte de su movi­lidad, quedando sujeta al bloqueo del Peón.

En esta clase de finales, los Reyes también desempeñan una misión muy activa, protegiendo sus propios Peones o atacando a los del adversario.

Hay que recordar que con un Peón de ventaja, en un final de Torres y Peón- o Peones- puede reducirse al adversario a la impotencia amenazándole con el cambio de Torres, sim­plificando la partida hacia un sencillo final de Rey y Peón, que pueda ganarse fácilmente.

45

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Dos finales fundamentales

25 Las blancas juegan. La posición del diagrama tiene una importancia fundamental, ya que nos muestra una estructura esencial que puede conseguirse . a menudo con un Peón de ventaja. A fin de ganar, las blan­cas han de crear un espacio para su Rey y han de salvaguardarlo de los jaques de la Torre.

l. T 1 ADj. R2C

Las blanca~ necesitan una hábil preparación antes de tras­ladar su Rey y amenazar con la coronación del Peón.

Así si 2. R 7 D; T 7 D j. 3. R 6 R; T 7 R j. 4. R 6 D; T 7 D j. y las blancas nada consiguen por no poder evitar la repetición de los jaques.

2. T4A !! 3. R7D 4. R6R

T8A T8Dj. T8 Rj.

S. R6A 6. RSR 7. T4R!

T8Aj. T8Rj.

Ahora puede comprenderse la razón de las dos primeras jugadas de las blanca::;. Separaron al Rey negro y pueden cubrir con la Torre los jaques de las negras. Las · negras no pueden evitar que el Peón corone.

El final que sigue nos ilustra sobre una estratagema que a menudo resulta útil.

46

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26 Las blancas juegan. Las negras ame­nazan con llevar su Rey a la casi· Ha 2 e D, con objeto de capturar el Peón y de este modo conseguir ta· blas. Pero las blancas vencen gra­cias a un ataque fulminante.

1. TSTR!! TxP 2. T7Tj. Ganando la Torre.

Los peones p.(:lsados obtienen el triunfo

21 Las blancas juegan. De esta posi· ción se infiere que para ganar con un Peón de ventaja, hay que em· plear una táctica esmerada. El Peón está a punto de coronar, pero el Rey blanco está en jaque y la jllga· da R 8 R resulta inútil, por ... T 1 T, j. Las blancas tienen que retroceder con su Rey hasta la casilla 2 e R.

1. R6A

Si l. ... T 1 T. 2. T 8 A permite coronar al Peón, de ma­nera que las negras han de continuar dando jaques.

l. T 3T j.

Las negras esperan 2. R 5 R ? a lo que seguiría ... T 3 C R y ... R 3 T capturando el Peón. Pero las blancas llevan a cabo una estratagema.

47

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2. RSA

Si 2 .... T 3 C. 3. P 8 (=D); TxP. 4. T 7 T mate.

2. T4Tj. 3. R4A

Y si ahora 3 .... T 4 C R. 4. T 5 A ! gana.

3 .... T 5 T j. 4. R3A

Las blancas juegan muy ingeniosamente. A 4 .... T 5 C R, sigue 5. T 5 A j.; R 5 T (obligado) 6. T 4 R !, clavando la Torre y ganando.

4 .... T6Tj.

~

S. R2C 6. T2A!

T7T j.

-Las negras han terminado con los jaques. Su continuación es forzada.

6. TlT T8A

Naturalmente, las negras no pueden cambiar las Torres.

7. 8. R3A 9. R4R

T7T j. T 6T j. TST j.

Al fin el Peón puede coronar.

10. R5 D 11. R 6 A 12. R 1 e

T4Tj. T 3Tj. Abandonan

Este interesante final muestra cuán equivocados están al­gunos jugadores al pensar que los finales no permiten trazar un plan para un juego combinado.

En el siguiente ejemplo, sin embargo, las blancas realizan un juego completamente sistemático.

48

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l. R2A 2. R1 R! 3. R2D

P4T P4e R4A

28 Las blancas juegan. Adviértase có­mo la Torre blanca cierra el paso al Rey negro, evitando que se apro­xime al Peón blanco pasado. Por otra parte, el Rey blanco puede apo­yar activamente a este Peón.

4. R3D S. P4A 6. R3A

T1T T 1 D j. T1AD

Para impedir P S A, pero las blancas siguen avanzando de todos modos.

1. R4e 8. RST

T 1 e D j. T 1AD

9. RSe 10. R6 T

T 1 ej. T1AD

Ahora las blancas pueden colocar su Torre detrás del Peón.

11. T2AD 12. R 7C!

-29

R4R T4A

Las negras juegan. El triunfo. aquí es más difícil. Las negras tienen un Peón de ventaja, mas no tienen ninguno pasado, pero pueden conse­guir uno en el flanco de Rey.

49

13. R6 e Rinden.

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l. ... P4CR! 2. T 1 CR P5C

Si ahora 3. P 3 T R; T 1 C. 4. PxP; TxP y las negras han conseguido su Peón pasado.

3. T1AD T1D 4. T1AR T6Dj.

Muy difícil de contestar, pues si S. R 2 A; T 6 R. 6. T 5 A; T 7 j. 7. R 3 A; TxP T. 8. TxP j.; R 3 A. 9. T S A j.; R 3 C y los dos Peones ligados y pasados de las negras vencen rápidamente.

S. R4A 6. RSA 7. T SA

T S D j. TxP PST

8. T ST 9. PxP

10. RS D

P6C PxP T7

Como en el ejemplo anterior, el Rey del bando débil tiene interceptado el camino hacia el Peón pasado.

11. T S C 12. P 4 e

"

P7C R3A

13. T 8 e 14. T7 e 15. R4A

R4A T7Dj. RSA

Las-ñ1apcas se rinden, ya que el Rey negro apoyará el avance del Peón hasta la casilla de coronación.

Triunfo simplificado

Hemos hablado ya de los cambios cuando puede conse­guirse un final de Rey y Peón que deba 'ganarse. En el siguien­te ejemplo se demuestra cómo llevar a cabo la simplificación.

30 Las blancas juegan. Las blancas tie­nen un Peón del centro, pasado y la posibilidad de capturar el Peón de las negras, que · será débil.

50

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1. T 7 C j. R 1 A

Si l. ... R 1 R, para aproximarse al Peón blanco, éstas pueden jugar 2. T 7 C R, capturando el Peón de las negra!).

2. P6D .... Amenazando con 3. T 8 C j. y 4. P 7, forzando la promoción

del Peón.

2. RlR

Las negras luchan firmemente. Si 3. T 8 C j. ?; R 2 D. O si 3. T 7 C; T 3 R. 4. P 7 D j.; R 1 D y las negras -pueden hacer tablas.

Las blancas vencen sacrificando su Peón de ventaja y con­siguiendo un final de Rey y Peón contra Rey y Peón, ganado por las blancas.

3. T7Rj. TxT 4. PxT

Si ahora 4 .... RxP. S. R SR; R 2 A. 6. R 6 D; R 1 A. 7. R 6 R; R 2 C. 8. R 7 R; R 2 T. 9. R 7 A, capturando el Peón con un final ganado típico, como ya hemos visto en ejemplos anteriores.

4. R2D

Las negras están deseando S. R S R para entonces S . ... RxP, ganando la oposición y el Rey blanco no puede pene-trar hasta el Peón. · ·

S. R4R! RlR 6. RSD R2D

Si 6 ... . RxP. R S R ! obtiene la victoria.

7 P 8 ( =D) j. RXD 8. R6R Se rinden.

En el siguiente ejemplo también las . blancas vencen de un modo parecido, consiguiendo la simplificación, llegando a un final de Rey y Peón.

51 .

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... . ~ ••• • . ·'

-~· •*• • B.tB B.t ~ • u o 6 iW1 . . . '

B. B. H ~ .. "~ ." . .~. o • .. • • • • ~ ~

l. PSAj. RxP

31 Las blancas juegan. Los Peones blancos tienen poca movilidad y su Rey no tiene grandes posibilidades de realizar una misión activa. El curso lógico de la partida conducirá a las blancas a cambiar su avanza­do Peón de Alfil por el de Torre de las negras.

2. TxP j.

Las _blancas han logrado un posible campo de invasión para su Rey y han conseguido un Peón pasado.

2. 3. T8T 4. T8 e 5. R2e

R3e R4A " T 8A i., T8TD

6. P 5 T 7. r 3 e 8. T 3 T 9. R3A

T2T T2T R4e T3T

Después de 9 .... TxP. 10. TxT j.; R><T, las negras están p~.rcl~das. Esto será expliL:o.do más adelante.

10. T 1 T 11. R3e 12. T 4 T

R4A R4e R4A

13. T4Aj. R4e 14. T4ej.

Y aquí, también, si 14 .... RxP. 15. T 4 T j; R 4 C. 16. TxT; RxT, las negras están perdidas, como veremos más adelante. ·

14. 15. R 4 T 16. r 1 e

R4A T1T T1TD

17. P 6 T 18. r 3 e 19. T 3 T

T8TD T 8 T j. T8eR

Ahora, si las blancas juegan irreflexivamente 20. P 7 T ?, las negras consiguen tablas por jaque continuo, con 20 . ... T S ej., etc.

52

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20; T 3 A j.! 21 T3Cj.! 22. RxT

R3C TxT RxP

23. R4 e R3C 24. R4A

Ahora vemos por qué las blancas estaban tan deseosas de conseguir un final de Rey y Peón, sacrificando su Peón de ven­taja'. Si las negras intentan 24 .... P 4 A R. 25. R 5 R; R 4 C. 26. P 3 A; R 3 C. 27. P 4 A !, da la victoria a las blancas, puesto que las negras no pueden defender el Peón de Alfil.

24. 25. R5A

R2C R2A

26. P 3 A! Abandonan

Pues si 26 ... . R 2 R. 27. R 6 C; R 3 R. 28. P 4 A; R 2 R. 29. P 5 A, ganando el P A R negro. Y si 26 .... R 2 C. 27. R 6 R. lleva al mismo resultado. Un espléndido ejemplo de un eficiente plan preconcebido para un final

Dos Torres por cada bando

Los finales con las cuatro Torres no suelen ocurrir a me­nudo. De todas maneras, vale la pena tomar en considera­ción dicha posibilidad por el poder agresivo que constituye la estrecha colaboración entre dos Torres. Tómese el siguiente diagrama como un ejemplo. ·

32 Juegan las blancas. Para las blancas sería un gran error jugar l. T X T; T x T, puesto que las negras po­drían jugar ... R 2 R, y ... R 3 A apo­yando su Peón. Las blancas, por lo tanto, deben confiar en el poder ofensivo de sus Torres.

l. T4TD

53 '

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Esta inteligente jugi:lda amenaza con capturar ·una Torre con 2. T 8 T "D j .; R 2 R. 3. TxT j., etc.

Las negras se encuentran en un apuro, ya que si intentan l. ... TxP A D ??, reciben mate con 2. T 8 T j.; T 1 A D. 3. TxT, mate.

No resulta mucho mejor l. ... TxT. 2. T 8 T j.; R 2 R. 3. P X T, y el Peón se corona. "

Incluso la escapada l. ... P 3 C. 2. T 8 T j.; R 2 C, no sería una solución porque entonces 3. T (8 T) 7 T, obliga al cambio de todas las Torres y el Peón blanco llega a la octava fila.

l. TIA 2. T(4)7T

Y ahora, si 2 .... T 3 A, las blancas ganan con 3. T 7 D !, ya que su Peón de Alfil permanece inmune. De ahí puede seguir 3 .... P 3 C. ,fl. T (7 T) 7 C; P 4 T. 5. P 7 !; R 1 R. 6. T 7 T R, y las legras no tienen defensa contra 7. T 8 C D !

2. .:. T 4 A 3. TxP TxPAD , ~ 4. T7 T

ft.lllenazando mate. Las Torres tienen un enorme poder en la séptima fila, cuyo resultado es que las blancas capturen un segundo Peón.

4. R1C 6. P5T T6C 5. TxP T4CD 7. T 6 Cj. RlT

8. T6A

Amenazando mate.

8. TlC 11. T 8Aj. TlC 9. P6T TlC 12. TxTj. RxT

10. T (6) 7 A T3CR 13. T7R Abandonan

Las blancas pueden úbtener la victoria por una gran varie­dad de caminos.

Este ejemplo muestra nuevamente lo que venimos repic tiendo en este capítUlo, esto es, que la Torre desarrolla una enorme potencia en las filas y columnas abiertas.

54

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CAPITULO VIl

FINALES DE PIEZAS MENORES

En los finales de piezas menores, a menudo tiene lugar la lucha entre el Caballo y el Alfil.

Se ha discutido mucho sobre cuál de estas dos piezas debe ser la preferida. En los juegos de los maestros modernos, el Alfil es la pieza más popular, debido, principalmente, a que su esfera de actividad resulta de mayor efectividad. Los fina­les expuestos a continuación ilustran sobre la potencia varia­ble del Alfil en su lucha contra el Caballo.

El ágil Alfil

••. mi . • - W'~ M~

~~ &':~ ~ ~j¡ .~ A. ~ .. ~ ~J.Í! -

33 ' - ..;¡.. ~ • Las negras juegan. A pesar de que

1 • .u. ~ •

las negras tienen un Peón de ven- E. • ft M taja, parece que en principio tienen " M ~ ante sí una tarea de difícil resolu-¡• B B ft • ción, ya que su Rey no puede avan· B ~j • M zar y no parece que pueda haber . M>»'-* ;w,w Wffi-J¡; :a U?_a mejoría inmediata de la posi- 1• ftt:i~ f'~ r.-- . ~~ ·- - -~-~¡(:

La jugada correcta es 1. ... A 5 A !, cortando los movimien­tos del Caballo. Esto obliga al Rey blanco a desplazarse, de

55

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tal modo que a las negras les será factible capturar pronto otro Peón.

Como queda indicado, las negras obtienen la victoria rá­pidamente con l. ... A S A. De ahí puede seguir 2. R 4 C; R 4 D, y ahora las negras ' amenazan con una marcha devastadora: ... R S D; 6 D; 7 R, capturando el Caballo.

Las blancas no tienen otra posibilidad que 3. R 3 A, per­mitiendo 3 .... R 4 A, que captura el P A. Con dos Peones de ventaja, uno de ellos pasado, las negras vencen con facilidad.

Otro método para vencer es 3 .... P S R !, asegurando una fructuosa incursión ciel Rey negro. .

En el siguiente- dia:g"-fama, las blancas no solamente tienen un Peón de ventaja, sino que se trata de un lejano Peón pasado. La victoria puede que se haga esperar algo, pero es de una certeza absoluta.

1. R3A R2R

34 Las blancas juegan. El Peón pasado blanco divide las fuerzas negras. El Rey o el Caballo, o ambos, tendrán que impedir la promoción del Peón. Mientras tanto, las blancas invaden el flanco indefenso de Rey. En pri­mer lugar, deberán llevar el Rey hacia el centro del tablero.

2. R3R P3A

Requisito esencial antes de jugar ... R 3 D, pero ahora esté Peón constituirá un punto débil.

3. R4D 4. AlD

R3D C3C

S. A3A 6. P4T! 7. A4R!

ClA C2R

Ahora ,eL Caballo está vinculado a la defensa del Peón. El Rey negro no se atreve a moverse, ya que ello permitiría la

56

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penetración R S A. El Peón pasado paraliza al Rey negro. Por consiguiente, un débil movimiento de peones es forz¡1do.

Si los Peones negros se colocan en las casillas blancas, el Alfil resultará de una eficacia contundente, por ejemplo: 7 .... P 4 A. 8. A 3 A; C 1 A; 9. A S D; C 2 R. 10. A 7 A; R 2 D. 11. R S R, seguido de R 6 A, capturando todos los Peones.

Si, en cambio, 7 .... P 4 T. 8. P 3 C !; P 4 A. 9. A 3 A; C 1 A. 10. A S D; C 2 R. 11. A 7 A; R 2 D. 12. R S R, como ha quedado indicado anteriormente.

7. P4C 13. R4A C1C 8. PAXP PAxP 14. RxP C3A 9. PxP PxP 1S. A3A C2D

10. P6C! PSC 16. R4A R3D 11. P7C R2A 17. RSA R2R 12. RSR P6C 18. A6A ClC

19. ASC! Abandonan

Aunque las negras pueden impedir con su Rey que el P C R se corone, las blancas pueden llegar con su Rey hasta 7 A D, capturando el Caballo y coronar el P C D. ·

35 Las negras juegan. Las negras tie­nen un Peón de ventaja y a punto de promocionar. Una confianza ex­cesiva podría ser la causa de su ruina.

Si l. ... A 3 T (ó l. ... A 6 T). 2. P 6 C !; P 8 A ( =D) ?. 3. CxD; AxC ?? 4. P 7 C, y este Peón no puede ser detenido.

En la posición del diagrama, las negras, cautelosamente, juegan:

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l. ... P S!!

Ello abre una diagonal que permite al Alfil detener a tiem­po el Peón.

2. PXP 3. P6C

A3T P8(=D)

4. CxD 5. R3A

AXC

Si 5. P 7 C, las negras pueden jugar 5 .... A 5 A, y ganan.

S. A6T 6. PS R

Amenazando 7. P 7 C, seguido de la promoción.

6. / , A4A 7. P7 e A2T

Defendiendo su casilla 1 C D en el momento preciso. El resto es un típico final con una pieza de ventaja. Las negras, o bien capturan más peones, o bien entregan su Alfil a cam­bio de obtener un beneficio de otro tipo.

Por ejemplo: 8. R 4 R; R 2 A. 9. R 5 D; A 1 C. 10. P 6 R j.; R 2 R. 11. P 3 T; P 3 T, y las blancas pierden el Peón del centro.

8. R4C 9. R4A

10. R4 R 11. R 4 A 12. R 3 A 13. R2 e

P3T R2A R3R A1C RxP R5A

14. R 1 T 15. R 1 e 16. R 1 T 17. P 4 T 18. P8(=D)j. Abandonan

El ágil Caballo

R6A P4T A2T! R6C AXD

Es una equivocación menospreciar el Caballo, como mu­chos ajedrecistas modernos suelen hacer. Esta pieza puede algunas veces desarrollar un enorme poder, especialmente donde el contrincante tiene la mayoría de sus Peones, situa­dos en las casillas del mismo color por donde debe despla­zarse su Alfil.

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36 Las blancas juegan. De momento, ambos bandos están igualados en cuanto a material, pero pronto se romperá el equilibrio. El Alfil tie­ne ante sí la tarea imposible de de­fender cuatro Peones colocados so­bre casillas negras. Estos Peones, a su vez, privan de movilidad al alfil.

l. P6D!

Esto deja a las negras sin elección, ya que si 1. ... A 4 T. 2. P 7 D !; A 3 C. 3. C 6 T; R 2 R. 4. CxP !, venciendo.

2. PxP 3. CxP

Si ahora 2. R 2 R. 3. C 8 A j., seguido de 4. CxP, con una fácil victoria para las blancas debido a sus dos Peones ligados y pasados.

2 .... P3A 3. C4R!

La cláS¡'ca elegancia de los movimientos del Caballo es de­liciosa. El primer punto de este desplazamiento es que 3 . ... P 4 A, permite 4. CxP. El segundo punto es que las negras no pueden jugar ... A 6 A.

3. R2R 4. R 7C

Ahora vemos la principal idea del movimiento anterior del Caballo: las negras no pueden jugar ... A 7 A, para defender el Peón. Por lo tanto, las blancas capturan el Peón de Torre, consiguiendo dos Peones pasados y ligados, con una victoria técnicamente fácil.

59"

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Excepción a una excepción

El diagrama siguiente nos muestra un final con Alfiles de distinto color.

Dícese que los Alfiles son de diferente color, cuando uno de los bandos tiene un Alfil que se mueve por las casillas blancas, mientras que su contrincante tiene un Alfil que lo ha:e por las casillas negras.

Suele suceder, a veces, en tales finales, que la ventaja de un Peón, o aun de dos, no es suficiente para ganar. Esto es debido al hecho de qué el jugador con los Peones de ven­taja no domina las casillas a las cuales su Alfil no tiepe acceso.

l. DxD 2. A3D 3. R3A 4. A 1 e S. R4R 6. A2A 1. A 1 e 8. A2A 9. PxP

PxD! R4R A4A R3A P4T! P4e! A 3D PSe PxP

Las blancas juegan. Basándose en la característica de movilidad de los Alfiles de distinto color, las blan­cas llevan a cabo el cambio de Da­mas. Sin embargo, no tienen en cuenta que su Alfil quedará inmo­vilizado, sujeto a la defensa de su casilla 1 C D, evitando la corona­ción del Peón negro.

10. A 1 e 11. R 3 A 12. R 2 e 13. R 3 A 14. R 2 e 15. R 3 A 16. R2 e 17. A 4 R 18. AXD

P6e ASA R4R RSD R6A R7D R8A P 8 ( =D: RxA

Así, la coronación del Peón ha ganado una pieza de una manera clásica, dejando a las negras ante una fácil victoria.

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Partida premiosa

En el siguiente diagrama, vemos un memorable final de Caballo y Peón, en el cual el vencedor sortea varias astutas trampas.

38 Las negras juegan. Las negras tie­nen un Peón de ventaja. De todas maneras, parece que el Peón pasa· do es fácil presa. Y como veremos, pueden colegirse otros peligros de la posición. Sin embargo, las ne­gras pueden triunfar, sacrificando oportunamente su Caballo.

1. ... C6D!!

Pues si 2. CxC; P 7. 3. R 2 C; Rxe, y las negras capturan todos los peones blancos.

Y si 2. C 2 T; R 7 R. 3. R 3 e; R 7 D. 4. R X P; R 7 A !

2. e 3 e 3. R 1 D

es Rj. R6D

4. RxC RxP 5. e tT

Ahora las negras pueden recobrar la pieza con 5 .... R 7 e ? 6. R 2 D; RxC. Pero después de 7. R 1 A; R 7 T. 8. R 2 A, la partida es tablas.

5 .... RxPD! 6. e 2Aj. R6A

Todo esto está magníficamente jugado. Si ahora 7. CxP; R 7 C, atrapando al Caballo, que en esta ocasión puede ser capturado sin dificultad.

7. R 1 D 8. RlA

P7T PSD

61

9. e 1 T P6D 10. e 2A

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Tratan de engañar a las negras, ya que si jugaran 10. R 1 D; R 7 C sería definitiva.

10 . ... P4 A!

Naturalmente, no 10 .. .. PxC ?, ahogando al Rey. Después de 10 .... P 4 A !, las blancas se rinden, ya que

a H. PxP; PxC, seguido de ... P 8 T (=D), mate.

62:

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CAPITULO VIII

Otros tipos de finales

En este capítulo estudiaremos varios tipos de finales que son de algún modo más difíciles que los que hemos exami­nado hasta ahora. En cada caso, excepto en el último ejem­plo, uno de los jugadores tiene un Peón de ventaja. Y en cada caso, el método para vencer es altamente instructivo y de gran valor práctico.

Torres y piezas menores

En la posición del diagrama que sigue, se descubren deta­lles táctieos en abundancia que resultan interesantes, teniendo en cuenta las muchas piezas que han sido cambiadas.

39 Las negras juegan. A pesar del Peón de ventaja de las negras, las blan­-cas podrían tener aquí buenas opor­tunidades para luchar si las negras no poseyeran algunos inteligentes recursos tácticos a su disposición.

l.

63 ·.

P6A!

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Primer punto táctico. Si ahora 2. T 2 A R; TxC. 3. RxT; C 5 R j., seguido de ... CxT, con ganancia de una pieza.

2. T 1 T P7 A

Segundo punto táctico. Si 3. R 3 D; T 4 T R. 4. T 1 T; TxP! 5. TxT; P 8 (=D) j.

3. T 1 AR C4Aj. 4. R3D TxCj.

Tercer punto táctico. Las negras saldrán con una pieza de ventaja.

5. RxT C6R 6. TxP C8Dj.

Las blancas no tuvieron elección.

7. R4D 8. P4T

CxT ese

9. R4R Abandonan

P3T

Ya que si 10. R 4 A; C 3 A. 11. R S R; P 4 C. 12. PxP; PxP. 13. R 5 A; P S C ! Ahora las blancas no podrán nunca apresar el Caballo, puesto que el Peón negro se coronaría sin dificultad. Las negras, primero capturarán el Peón blanco y, finalmente, con su Rey apoyarán su Peón hasta la octava fila.

Las blancas, en el siguiente diagrama, tienen un Peón de ventaja y amenazados los restantes Peones negros. Por otra parte, todas las piezas negras se hallan en una incómoda posición defensiva. El problema de la defensa, en tales posi­ciones, es encontrar el modo de librarse de la opresión.

40 Las negras juegan. Las blancas es" tán bien preparadas contra 1 ... R 2 A, j. dsc., a lo que contestarían con 2. R 5 R; R 3 C. 3. P 4 C ! ; A 6 D. 4. A X P j. y 5. R 4 D. Así, pues, las negras intentan otro camino, pero las blancas tienen un buen plan a mano.

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1 A6D 3. RS R 2. A2 T. j. R2D,j.dsc.

Las blancas amenazan 4. A 1 91 éapturando el Peón de Alfil.

3. R2A

Si ahora 4. A 1 C; R 3 C. 5. P 4 C; AxP (gracias a 1. A 6 D).

4. R 5 D j. dsc. R3C S. TxP T j.!

La clave de la sutil maniobra del Rey.

S. RxT 7. RxP AXP 6. RxT A8C 8. P4C R2C

Con dos Peones de ventaja, la victoria ya no resulta difícil. Adviértase con cuánto cuidado las blancas sortean las difi­cultades que más tarde aparecerán.

9. PS C! 10. R4 e 11. P S A 12. P 6 Aj.

A8C A5R A6A RlA

13. RSA 14. P 6 e 15. RXA 16. P7Cj.

A7C AXP P4C Abandonan

Porque el Peón corona, seguido de mate en pocas jugadas. Pero adviértase que 16. P X P ? ?, da lugar a tablas por ahogo.

Finales de Dama y Peón

Es . notorio que estos finales presentan gran dificultad y que son también desesperames. El jugador que se en­cuentra en desventaja, en cuanto a material, a menudo debe soportar jaques en abundancia. Exige la mayor paciencia el poder sobrevivir a tal serie de jaques.

Puesto que estamos sólo interesados en los principios fun­damentales del procedimiento para vencer, estudiaremos dos finales de Dama y Peón, relativamente sencillos.

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l. D3D 2. R2R 3. R2D

P3A D 3 Rj. D4R

41 Las blancas juegan. Las blancas tienen un Peón de ventaja, pero lo más importante es que poseen dos Peones pasados ligados en el flanco de Dama. Ello significa que seguirán avanzando ambos Peones, aunque haya que entregar varios Peones del flanco de Rey durante el desarrollo del juego.

4. P4 CD! S. D2R 6. D3D

D7T D2A D7T

En este punto, I'&s blancas deciden llevar a cabo el avanc~ general de los Peones del flanco de Dama.

7. PSC DxPCj. 8. D2R! DxPT

Las negras, naturalmente, evitan 8 ... . DxD, que produce un final completamente perdido para ellas, debido a los Peones del flanco de Dama.

9. P6C

Las blancas han perdido su ventaja material, pero su Peón de Caballo resulta ahora una seria amenaza. Si ahora 9 .... D 1 A. 10. D 7 R j., seguido de 11. D 7 A D, fuerza la inmediata promoción del Peón.

9 .... D2D 10. D 4A

Buscando forzar el cambio de Damas con 11. D 7 A D, des­pués de lo cual el avanzado Peón de Caballo resultará decisivo.

10. 11. D 7 AD

R3C D3R

12. D 2 Aj. P4A 13. n 3 e 1

66

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De nuevo el siniestro astmto del final de Rey y Peón, que es mortal para las negras.

13. 14. P 1 e 15. R 3D

D4R D1e R3A

16. D6ej. 17. DxPT! 18. D7Tj.

R2R D4R R3R

Una exquisita variante es aquí 18. . .. R 1 A. 19. P 8 (=D) j. !; DxD. 20. D 8 T j. O bien 18. ... 19. D 8 T j. !; D xD. 20. P 8 ( =D) j. En ambos casos, las blancas capturan la Dama negra, en un ataque fulminante.

19. D 8 ej. 20. P8(=D)

R2R D6Rj.

21. R4 A 22. R S e

Las negras no tienen probabilidad de defenderse.

D6Aj. Rnden.

En el" siguiente ejemplo, el sistema para vencer es igual­mente interesante.

42 Las negras juegan. Las negras tie­nen un Peón de ventaja y está a la vista que sus esperanzas de ven­cer están puestas en su avanzado Peón T R. Para que este Peón ob­tenga el triunfo, es necesario de nuevo un ataque fulminante.

L ... . D4Dj.

Si ahora 2. R 4 A; P 7 T !. 3. D 2 A j.; R 2 e, y las blancas están perdidas, ya que no es posible 4. D X P; D 3 D j ., cap­turando la Dama.

Si 2. R 3 R; P 3 A, amenazando ganar inmediatamente, for­zando el cambio de Damas. Después . que las blancas eviten esta jugada, las negras pueden seguir con ... R 4 C, con una lenta pero segura victoria.

67

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2. R3C 3. R4T

D7Cj. P7T

4. D 3D j. 5. D 4 D j.

R2C P3A!

Y ahora las blancas ya pueden rendirse, pues si 6. D 7 T j.; R 3 C !, ó 6. D 7 D j.; R 3 T, y los jaques han terminado.

Da.ma contra Pe6n

Esto suena a juego de nifíos, pero en este caso especial, la tarea resulta ardua, a pesar de la enorme diferencia de material.

43 Las blancas juegan. Las blancas necesitan llevar su Rey cerca del Peón. Si el Peón estuviese me· nos avanzado, las blancas gana­rían con facilidad. Mortunadamente para ellas, las blancas tienen me· dios para vencer.

Existe sólo una manera de conseguir el triunfo : dar una serie de jaques que obliguen al Rey negro a situarse delante de su Peón, impidiéndole avanzar. He aquí cómo puede des­arrollarse el juego:

l. D 8Aj. R7T 5. DSC R7A 2. D 8 T j. R6C 6. D 4 Aj. R7D 3. D 7 Cj. R7A 7. D3C RSA 4. D6Aj. R7D 8. D3Aj. R8C

68

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Las blancas han c;onseguido obligar al Rey negro a colo­carse delante de su Peón. Esto da a las blancas un tiempo para acercar su Rey.

9. R3R 10. D 2A

R7T R8T

11. D4Tj. R8C 12. R2R!

Otra manera es 12. R 3 D, que también conduce al mate. 8

-~ 12. .. . R6 A 13. D 1 D mate

69

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CAPITULO IX {'

COMO SIMPLIFICAR PARA CONSEGUIR UN FINAL VICTORIOSO

La simplificación tiene dos aspectos. El jugador que tiene ventaja de material, quiere una par­

tida plácida, sin complicaciones, de manera que pueda pro­ceder a hacer uso de su material sin ser estorbado por cues­tiones marginales.

El jugador que está en desventaja, por lo que se refiere a material, naturalmente rehúye la simplificación todo lo que puede y, de la misma manera, busca complicaciones. Cuanto más sencilla es la posición, más asegurada tiene su derrota. Complicaciones, trucos, confusión, pueden darle su mejor oportunidad práctica.

Pero éste no es el único conflicto de la simplificación. El jugador que tiene ventaja material quiere simplificar

a base de cambio de piezas, especialmente la Dama. La Dama es la causante de las más grandes inquietudes en tales situaciones; su potencia de largo alcance puede dar lugar a alguna sorpresa desagradable.

Sin embargo, este mismo jugador, es contrario al cambio de Peones. Hemos observado esto en varios finales ya ex­puestos. Este deseo se basa en dos puntos.

Primero, necesita Peones como futuros candidatos a la promoción. Cuantos más Peones retenga, mayores serán sus probabilidades de coronar alguno de ellos.

No se interprete este punto demasiado al pie de la letra. No quiere ello decir que ha de estar uno esclavizado, atento

70 :'

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sólo a evitar todo cambio de Peones; sólo se quiere subrayar que es necesario cautela.

Segundo, el adversario, que está en desventaja de ma­terial, evitará el cambio de piezas todo lo que pueda, pero buscará el cambio de Peones allí donde le sea posible.

Cambio de Damas

Ahora veamos algunos ejemplos sobre el cambio de Da­mas, en el aspecto que estamos considerando.

44 Las blancas juegan. Las blancas tie­nen un Peón de ventaja, y, natural­mente, están deseosas de llevar a cabo el cambio de Damas. Esto es realizado directamente por medio de un jaque: 7. D 4 R j.

En el siguiente diagrama vemos también que un jaque produce el efecto deseado.

45 Las negras juegan. Las blancas tie­nen dos Peones de ventaja, pero tendrán que hacer frente a una , lar­ga serie de jaques en el futuro. Pero cuando las negras intentan l. ... D 4 C j., las blancas disponen de 2. D 2 R j ., forzando un final ganado de Rey y dos Peones.

71

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En la posición del diagrama 46, la rendición inmediata de las negras llega como algo sorprendente.

46 Las negras juegan. A pesar que las blancas tienen un Peón de ven­taja; no parece fácil para ellas man­tener éste.' Y se encuentran en una posición tan abierta, que las posi­bilidades de las negras de poder realizar jaque continuo son muy pn?metedoras.

iSin embargo, la rendición de las negras está bien cer­cana; como podremos ver a continuación por el desarrollo del -juego.

l. R2A

(O cualquier otra jugada del Rey en la segunda fila.)

2. D 7 D j.!

Si el Rey negro se sitúa -en la tercera fila, entonces 3. D 6 D j. obliga al cambio de Damas, después de lo cual, el Rey blanco captura el Peón negro y avanza su Peón C D hasta la coronación: Mientras tanto, el Rey negro está inmovilizado por el P T R blanco, que· no puede dejar que avance.

2. 3. D 8 Aj.!

RlC R2A

Obligando al cambio de Damas.

4. D7Cj.

Este es un buen ejemplo de técnica de simplificación. Naturalmente, no siempre es necesario tener la posibili-

dad de realizar jaques con objeto de obligar a los cambios para simplificar. Cualquier clase de amenaza decisiva, puede llevar a conseguir el mismo resultado.

72

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47 .•• •*• ~.t• ···~ ... Juegan las blancas. Las blancas tle- • · d M.&;-. A

nen un Peón de ventaja, y, por lo ·• i B 11 .. • tanto, desearían realizar un cambw B. ~- B. B. de Damas. No tienen la posibilidad • 8 ~--~ ~­de llevar a cabo un jaque, pem con .. A B .. · .. !~fta~o~ ~~~~sif~e f~:r~n~:~~ r:~ • ft • iJ. R. encuentra amenazada, no tienen las ' .ft.'.. m u .ft 6 negras nada que hacer mej'or que R ~-~ ~·-. ·~ 2 ... . D X D. y las blancas han con- d .l::;j,.. a . seguido su objetivo. ,

En la siguiente posición, también ocurre igual. Las blan­cas no disponen de ningún jaque, pero en cambio, tienen la posibilidad de llevar a efecto una amenaza igualmente efectiva.

l. 2. R2C 3. DxD

48 Las negras juegan. Las .blancas tie­nen un Peón de ventaja. Adepí.~s,

_, ....... ----.......... están en una posic~ón pre'ponderai1-te en vista de una amenaza de ma­

-·----""""'' .te con D 7 R, por lo tanto, fuerzan a las negras a buscar el cambio de

-="---...1 Damas.

D8Aj. DSA PxD

4. T7 AD 5. TxPA 6. T7 A

Tl C.D T3C T7C

Si la Torre negra se queda en la tercera fila, las blancas vencen avanzando los Peones del flanco de Rey, escoltados por el mismo:

73

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7. T6A TxPT 12. P3A P4TD 8. TxPA R .2C 13. P4T P3T 9. T6D T4T 14. PSC P4T

10. P4C TST 1S. PSA T8T 11. R3C T6 T j. 16. T7 Cj. Abandonan

Los Peones blancos avanzan irresistiblemente.

Otros métodos d'e simplificación

En' la pOsición del diagrama 49, vemos todo un arsenal de amenazas, utiiizadas por las blancas, para obligar a un final favorable y luego resolverlo victoriosamente.

49 Las negras juegan. De momento, el material está igualado. Sin embar­go, l<1s ,blancas tienen a su favor la desagradable amenaza de . T 8 D, ja­que, capturando la Dama negra. Si las negras intentan l. ... D S R, j. 2. P 3 A; D 6 R. 3. A 6 A !, gana. Y si l. ... D 3 R. 2. D 3 D ! , es deci­sivo.

En vista de estas variantes, las negras deciden entregar la Dama.

l. 2. T 8 D j.

TXA RxT

3. DxD

La Dama es, sin lugar a dudas, más fuerte que la Torre y el Alfil. La continuación de la partida es un magnífico ejem­plo del poder de la Dama.

La amenaza inmediata de las blancas es de 4. D S R, ata­cando la Torre. Si entonces 4 .... T 3 C. S. D 8 T j., captu­rando un Peón. Asimismo, después de 4. A 1 A. S. D 8 C j. Finalmente, si 4 .... T 1 C ? ?. S. D 8 C j., captura la Torre.

74

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3. .. . . T3C 4. D4R!

Amenazando capturar el P T D, con 5. D 8 C j., o el P T R, con 5. D 4 T j.

Las negras deben perder uno u otro Peón. ¿Cuál de ellos ha de conservar? El P T R, puesto que si pierden éste, las blancas conseguirán inmediatamente un Peón pasado. Este Peón pasado avanzará de inmediato, constituyéndose en una muy seria amenaza.

4. 5. D8Tj.

P3TR R2R

6. DXP j. R1A 7. P4 TD!

Una jugada inteligente. Las blancas amenazan con 8. P 5, aprovechando la circunstancia de que las negras no pueden jugar P X P, porque perderían el Alfil, y la continua­ción sería P 6 T, con un peligroso Peón pasado, que no tardaría en coronar.

7. 8. n 8 ej.

ASC R2C

9. D 5 R j. RlC 10. P4 A

Una buena jugada encaminada a desplazar la Torre de su fuerte posición en la tercera fila.

10. . . . T3R 11. D 5 C D AlA

Adviértase que 11. ... A 4 D, es una equivocación com­pleta, debido a 12. P 5 T !, y 13. P 6 T, con un victorioso Peón pasado.

12. P 5 A T3D 13. R 3A!

Las blancas trasladan su Rey al flanco de Dama. Intentan capturar el P C D.

13. . .. TSD 14. R 3 R

Cambiar Peones con 14. DXP; TxP, iría contra el prin-

75

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cipio de evitar el cambio de Peones. Esta captura haría extre­madamente difícil la victoria de las blancas.

14. . .. T5CD

Si, en cambio, 14 .... A 4 A. 15. D 8 R j.; R 2 C (tiene que proteger su P A), 16. D 5 R j., seguido de 17. DxT !, con una victoria fácil.

15. D 8 R R2C 16. R3 D RlC 17. R 3 A

Amenazando con la liquidación mediante 18. DXA j., se­guido de 19. RxT, etc.

17. . .. T5C

Tratan de evitar que el Rey blanco atraviese la cuarta fila. ~i 17 .... T 8 C. 18. R 4 A; T 5 C j. 19. R S D; T 7 C. 20. R 6 A, y mientras mantienen al P C D bajo ataque, avan­zan los Peones del flanco de Rey contra las debilitadas fuer­zas de las negras.

18. D 5 C A 4A

El juego está alcanzando su punto decisivo.

19. R 3 e

Ahora las negras están perdidas. Si 19 .... T S C j. 20. DxT !; AxD, y 21. RxA, etc. Si 19 .... A S D. 20. P 6 A !, amenazando con 21. D 8 R j.,

y 22. D X P j. Después de 20. . .. A X P. 21. D X P, y obtienen, por fin, el Peón pasado en el flanco de Dama.

Así, pues, las negras no tienen nada mejor que hacer que 20 .... R 2 T. Pero, entonces, 21. D S A j.; T 3 C. 22. D 7 D; AxP. 23. DxP j.; A 2 C. 24. D S A, es decisivo.

19. . .. R2C 20. P 5 T! Se rinden

76

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1)

Puesto que si 20 .... T S C j. 21. DxT; Axá 22. P 6 T !1, fuerza la coronación del Peón.

Un final magnífico, jugado con estilo maestro por las blancas. r

En la posición del siguiente diagrama, una maniobra, ex­tremadamente sutil, da la victoria a las blancas.

so Las blancas juegan. Dado que las blancas tienen un Peón de ventaja, parece a primera vista que la con­tinuación lógica es realizar el cam­bio de Damas y Torres, pero en este caso, las blancas no pueden ga­nar.

Si las blancas juegan l. DXD j.; RxD. 2. TxT j.; R X T, la simplificación a nada práctico conduce, porque el Rey blanco se encuentra encadenado por el Peón negro pa­sado de T D. Los Peones del flanco ¡:le Rey blancos, no pue­den ganar por sí solos, y por ello las blancas se yen obligadas a hacer tablas. .· ·· ·

.Sin embargo, las blancas pueden triunfar con un sutil movimiento de espera.

1. D6C!!

Ahora las negras no pueden jug~r l. ... R 1 A ? ?, debido a 2. T 8 C, mate. "

Ni tampoco pueden jugar l. ... D 2 D ? ?, por 2. T 8C j.; R 2 R. 3. D S C j., y mate a la próxima jugada.

Tampoco pueden desplazar su Dama muy lejos, por la contestación 2. D X P j. ,.

Por lo tanto, las negras sólo pueden efectuar una jugada de Peón.

Si juegan 1. ... P S T, entonces 2. R 1 A !. Si ahora 2 . ... P 6 T, las blancas cambian todas las piezas y entonces jue-

77'

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gan R 1 C, R 2 T, capturando el Peón y venCiendo fácilmente después .de R 4 C, S A, 6 D, etc; ·

Y si las negras juegan 2. . .. D 6 T j ., las blancas ganan con 3. R 1 C; D 2 R. 4 R 2 T; P 6 T (obligado). S. D xT j., etc;

1. ... P S C 2. PxP PxP

O bien 2 .... D x P j. 3. R 2 R; D 2 R. 4. D x T j.; DxD. S. TxD; RxT; 6. R2 D; R 3 C. 7. R 3 A, seguido de R 2 C, 3 T, 4, T y RxP.

3. Rl D! Se rinden

Lª§"_ neg:tªs Jtl:laiJ.dpnan la lucha porque si 3 .... P 6 C. 4. P X P, y las blancas, d~spués de las cambios, capturan con su Rey el Peón negro.

O bien, si 3 .... P 6 A, después de los cambios las blancas, co~)í;l maniobraR 1 A, 1 C, 2 T, 3 e y RxP.

51 Las blancas juegan. Las blancas tie­nen un Peón de ventaja, pero _ no pueden, de ningún modo, hácerlo valer en un final de T y P. Por lo tanto, deciden realizar la maniobra T 6 R seguido de T S R, forzando un victorioso final.

En el siguiente ejemplo, las blancas vencen a través de una serie de deliciosas estratagemas.

l. T6R R2D 2. TSR TxT 3. PXT

Si ahora 3 ... . R 3 R. 4. R 4 D; R 2 R. S. R S D; R 2 D. 6. P 6 j.; R 2 R. 7. R S R; seguido de 8. RxP, y las blancas ganan.

3. ... R2R!

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Poniendo una taimada trampa. Si 4. R 4 D; R 3 R, y las blancas no pueden ganar. Por ejemplo: 5. P 4 R ?; P 5 A !, y las negras capturan el

Peón avanzado. O bien, si 5. R 5 A; RxP. 6. RxP; R 5 R. 7. RxP;

RxP. 8. P 4 C; P 5 A, ambos bandos obtienen nuevas<Da­mas, con un final de tablas.

4. R3D

Ahora, a 4 .... R 3 R. 5. D 4 D, gana, como se ha mos­trado anteriormente.

4 . ... R2D 5. P4R!!

Si 5 .... PxP. 6. RxP; R 3 R. 7. R 4 D; R 2 R. 8. R 5 A, y las blancas entregan su Peón del centro, para capturar am­bos peones del flanco, con lo cual ganan.

5 .... P5A! 6. R2R!! R3R

La última esperanza de las negras. Después de la respues­ta 7. R 3 A ? ?; RxP, y las blancas pierden.

7. R 2 A ! ! R X P 8. R 3 A Abandonan

Puesto que tienen qne mover su Rey, permitiendo 9. RxP. Un emocionante y bello final. La posición del diagrama 52, que figura a continuación,

conduce a una habilidosa transición hacia un victorioso final de Rey y Peón.

52 Las negras juegan. El material está igualado, pero las negras pueden forzar un victorioso final de Rey y Peón. El primer movimiento de las negras es la clave del triunfo.

79

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l. 2. TxT

T SAj. TxT j.

3. · RXT 4. R2D

RxT R7C

Las negras continúan, cualquiera que sea la jugada de las blancas, con .. . R 6 C y ... R x P. Esto les proporciona un victorioso final de Rey y Peón, como ya sabemos por los ejemplos vistos.

Hasta ahora hemos estado hc\ciendo uso de valiosas reglas para ganar con ventaja de material.

Pero estas reglas no son leyes infalibles; son sólo reglas orientadoras, y tienen algunas excepciones.

En el próximo capítulo estudiaremos las más importantes.

80

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CAPITULO X

EXCEPCIONES: NO SIEMPRE SE VENCE CUANDO SE TIENE VENTAJA MATERIAL

Cuando un jugador ha trabajado duramente para conse­guir ventaja de material y luego se da cuenta de que, a pesar de ello, no puede ganar, sufre una honda decepción. Desde un punto de visto sicológico, resulta de gran ayuda fami­liarizarse con algunos casos comunes, en los que poseer ven­taja material no es suficiente.

Tal conocimiento tiene también un gran valor práctico. Si se está preparado para hacer frente a un peligro, es más fácil de evitar.

Alfiles de distinto color

Ya hemos visto algunos casos de este tipo de finales.

53 Las blancas juegan. A pesar de po­seer dos Peones de ventaja, las blan· cas se ven impotentes para vencer. Su dificultad estriba en que no do­minan las casillas negras. Sus Peo­nes no pueden avanzar y su ver.>· taja de material es una ilusión.

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Adviértase, de todas maneras, lo siguiente: Si los Peones blancos estuvieran separados, a gran distancia, digamos, por ejemplo un P A R y un Peón del flanco de Dama, entonces vencerían, puesto que las fuerzas defensivas estarían dividi­das, con el Rey negro bloqueando el avance de un Peón y el Alfil deteniendo al otro. Como ya sabemos, por ejemplos vistos en este libro, la defensa dividida está llamada a fra-casar.

En otras palabras, no hay nada dogmático sobre esta <<ex­cepción». Los Alfiles de distinto color pueden dar lugar a tablas, como pueden no dar lugar a ello. Todo depende de la posición del resto de las piezas. Esto explica que, en cier­tas posiciones (diagrama 37), con un Peón de ventaja se gane, y en otras (diagrama 53), con dos Peones de ventaja, no pueda ganarse.

Todavía otra <<excepción a la excepción», aparece en el final de Alfil y Peón (diagrama 40). En aquella posición, las blancas, con dos peones pasados y ligados, dominan las casi­llas de ambos colores.

Cuándo se pierde, tenie-nd.o ventaja de material

•••• R:tB •tt~t tB ~• at• •••• 54 •••• ~ ljlll ·~ ljWJJ lj Las blancas juegan. Las negras tie· • iJ, • • nen dos Peones más y calidad. Sin jt O • • "~ embargo, las blancas deben gan~r -· "~ W.B ~. W..~U po;que la cla~ada de la Torre anuta • • ii~::J. a a. e.s~a y parahza por completo la po·

SlCIOn.

1. TXT TXT 2. P4T R

Jugada para prevenir ... P 4 C, seguido de ... R 3 C, por lo cual las negras se libertarían, ganando.

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Las blancas deben mantener la posición. Este es el mé­todo para ganar.

2. P3T 3. R2C P4CR

Las negras confían en poder jugar ... R 3 C.

4. p 5! Abandonan

¿Por qué? Las negras no podrán jamás liberarse de la posición en que se encuentran. Tienen, por lo tanto, que limi­tarse a mover los Peones. Pronto o tarde, terminarán con el movimiento de los Peones y tendrán entonces que mover su Rey, perdiendo la Torre. · ··

Los Peones blancos resultaron tan eficaces, que el Alfil blanco ha valido más que la Torre negra.

En el diagrama 55, tenemos otro ejemplo de «zugzwang>>, vocablo alemán utilizado para describir aquellas situaciones en las que la obligación de jugar ocasiona un perjuicio.

SS Las blancas juegan. Esta excepción es realmente sorprendente. Si las negras tuvieran un Peón de venta­ja, el resultado sería tablas. Pero con dos Peones de ventaja, las ne­gras están .perdidas.

l. D7Rj.

Ante esto, las negras tienen una sola contestación, ya que si l. ... P 4 C. 2. D 1 R j., y mate en la próxima jugada. ·

1. ' ... D4C 2. D 4 Rj.! D5C

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Ahora viene la jugada que coloca a las negras ante el «ZUg· zwang»:

3. D3R!! Se rinden

De cualquier manera que jueguen las negras, son forzadas a una posición de mate. Por ejemplo:

3 .... P 4 C. 4. D 1 R j., y mate a continuación. 3 ... . D 4 C. 4. D 3 T, mate. 3 ... . D 4 A. 4. D 3- C, mate.

Tablas por ahogo

Hace siglos, cuando fue ideada la regla de tablas por ahogo, se la concibió, sin duda, como un castigo para juga· dores descuidados o ambiciosos. Hoy es, más que nada, un medio para que ingeniosos ajedrecistas desesperados se las arreglen para encontrar lo que a veces es la única salida en posiciones que estarían totalmente perdidas, sin este recurso.

56 Las blancas juegan. Ya hemos visto en otro ejemplo (diagrama 43) cuan· do tuvieron que luchar las blancas para ganar con una Dama contra tm simple Peón. En esta posición, el caso es más humillante, porque no hay manera de conseguir el triunfo.

El Rey negro se encuentra ahogado. Si la Dama se alej a para dar al Rey libertad de movimiento, entonces las negras juegan ... R 7 C y amenazan con coronar su Peón. La única manera que las blanca<> tienen para evitarlo, son nuevos ja­ques, con lo que se repetirá la posición de ahogo. Resultado : ¡tablas!

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57 Tablas. Si en la posición del diagra­ma se corrieran todas las piezas una , columna, las blancas vencerían fá­cilmente. Pero en esta posición, el Peón en la columna de Torre con el Rey contrario delante, el resul­tado es tablas, cualquiera que sea mano. )

Si son las blancas las primeras en jugar, el juego puede seguir:

l. PST RlC

Con el Peón en cualquier otra columna que no sea la de Torre, en la disposición en que se encuentran las piezas, las blancas ganarían, simplemente, avanzando su Rey hasta la séptima fila, con lo que se asegura la coronación del Peón. Con el Peón en la columna de Torre, esto es imposible, por­que el Rey blanco no dispone de espacio.

2. R6C 3. P6

RlT RlC

4. p 7 j. 5. R6T

RlT ¡Tablas!

Si son las negras las que juegan en primer lugar, el resul­tado es el mismo . ... . . . • • • • 58 it~ • • • U g • ~ Las bl~ncas juegan. ~on un Peón y •~ •~ !W'$ií;lf. • •;;z~ una preza de ventaja, las blancas B B. B. • ganan ~á~ilmente. l. A 5 D j ; ~ 1 C.

~·.~Jt· B. JI ~~prlMci; ~!t~· Ji: e~b;r~~. j~~~~ g • • ~ posición del sig~iente dia~rama •. con g • •. · .. ~ la mrsma ventaja de Peon y pieza, q JI R B las blancas tienen que, conformarse

:r:m 0 con tablas.

85

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••• • • • • • ft~ • • • •"f,• •.• • • • • . 59

E E E E . Tablas, cualquiera que sea mano. ~ ] .. • • Las blancas tienen la misma venta­• .. · • !'#.'. ~. ~ ja material que en el ejemplo ante-

.,.•~---.:::•=~"""-""'•-.· -"'"•""~"'"" --' r ior. ¿Cuál es la diferencia para - que esta posición sea tablas?

La diferencia entre las posiciones de los dos últimos dia­gramas consiste en que el Alfil blanco, en el primer ejemplo, se mueve por casillas blancas, y en el segundo ejemplo, por casillas negras. En el primer caso pueden desplazar al Rey negro, ppr medio de un jaque, de la casilla 1 T, y' en el segundo caso, nunca podrán conseguirlo.

En la posición del diagrama 59, si las blancas juegan de inmediato l. P 7, se ha llegado a una posición de tablas, ya que el Rey negro no tiene casilla para moverse. Cualquier otra maniobra, tampoco conduce al triunfo. Por ejemplo:

l. ASR

Y de nuevo se ha llegado a tablas. O bien:

l. RST 2. RSC

R2T RlT

3. R6C 4. ASR

Y las blancas nada pueden conseguir.

RlC Rl T!

Hemos visto, por consiguiente, que cuando la casilla de coronación es de diferente color de las casillas por la que se mueve el Alfil, el juego es tablas. Esto tiene aplicación única­mente en el caso que se trate de un Peón de Torre, y con las fuerzas, únicamente, de los ejemplos que estamos conside­rando: Rey, Alfil y Peón contra Rey.

Es muy conveniente familiarizarse con las excepciones que hemos señalado en el presente capítulo, para evitar sor­presas desagradables y poder apreciar, en su valor real, cier­tas posiciones.

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CAPITULO XI

LA CONFIANZA EXCESIVA ES PELIGROSA

Nada crea tanta confianza excesiva, en ajedrez, como la ganancia de material.

Y, recíprocamente, lo más desalentador es la pérdida de material debido a algún movimiento mal meditado.

Tales equivocaciones, cuando se cometen al principio, pue­den ser neutralizadas más adelante. Es aún posible remediar satisfactoriamente una equivocación cometida a mitád del juegó. Pero en el final, cuando el resultado del juego ya está a la vista, los errores de última hora, producto de la con­fianza excesiva, pueden resultar altamente penosos.

El elemento de sorpresa

La confianza excesiva genera el error cuando creemos que está garantizado el curso normal de la partida; cuando no precavemos un poderoso recurso infrecuente, como un jaque; un sacrificio, una posición de ahogo. Después, la víctima lo deplorará: «Pero, ¿quién hubiera imaginado que una jugada de aspecto tan tonto ... ?»

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60 Las negras tienen una pieza de ven­taja, pero se encuentran algo re­trasadas en el desarrollo. Advier­ten que su T D no puede ser capturada, debido a la réplica ... D X P T mate. Esto les da una tal seguridad que desdeñan la cui­dadosa (y victoriosa) jugada l.

.=.=a--....1 .. . T 2 T D.

En la posición del diagrama, las negras, confiadas, come­ten un grave error.

1. A2C??

Esperando 2. DxA; DxP T mate. Pero ...

2. TxPAj.!!

La brillante jugada, que las negras no tuvieron en cuenta.

2. RxT 3. DxAj. D2R

Si el Rey se mueve, Ias blancas capturan la Torre con jaque, y aún les queda tiempo para detener la amenaza de mate de las negras.

4. T 3ARj.!

La jugada que demuestra la firmeza de la combinación.

4. 5. DxT j. 6. DxDj. 7. T6A

RlR DlD RxD R2R

8. TxPC 9. T2C

10. T 1 e 11. T7TD

R2A RlR T6T Abandonan

Naturalmente, la enorme ventaja de material que las blancas tienen, ha de proporcionarles fácilmente la victoria.

88

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¡Tablas por Rey ahogado, en la partida de un experto!

Esto, en efecto, le ocurrió a uno de los más grandes aje­drecistas actuales; descuidó la lógica posibilidad de ahogo.

Sammy Reshevsky, en el torneo de candidatos para el Campeonato Mundial de 1953, y jugando con blancas, llegó a la posición del siguiente diagrama, con perspectivas de una fácil victoria.

61 Las blancas juegan. Con dos peones de ventaja, las blancas deberían vencer. Su continuación natural es l. T 8 T D, con una lenta pero se­gura victoria. En lugar de ello, des­cuidan por completo la posibilidad de tablas, por ahogo, jugando irre­flexivamente, como sigue.

l. T6AR?? T6Aj.

Ahora, si 2. R 2 R; TxP C. 3. TxP j., y las negras con­siguen fácilmente las tablas, ya que las fuerzas de las blan­cas. están demasiado mal emplazadas para valorizar el Peón de ventaja.

2. R2C TxP ej. Tablas

1

Si las blancas capturan la Torre, el Rey negro está ahcr gado. Si las blancas no toman la Torre, la continuación po­dría ser la siguiente:

3. R2T 4. R2C

T 6 T j. T6 CJ.

S. R2A 6. R2R

T6Aj. TxP

Así, pues, las blancas aceptaron las tablas inmediatamente.

89

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El que ríe el último

Con un Peón de ventaja, las negras conducían la partida confiadamente, llegándose a la posición del siguiente dia­grama.

62 Las blancas juegan. Las blancas atacan el Caballo, pero su Alfil de

-~·.:;::::,1 Rey también está atacado. Si las blancas juegan l. A X e, las negras contestan l. . o o T X A. Pero las ne­gras no han previsto otras posi-bi­lidades de las blancas.

l. ASAD!!

Ataca la Torre negra y amenaza mate con 2. A 8 A jo; R 1 C (o R 1 T). 3. A 6 T j. dsco, y mate en la próxima jugada.

l. ... A2R

Las negras intentan perder «Solamente» la calidad, pero, naturalmente, esto es suficiente para perder la partida.

2. AXT 3. PSA! 4. P6A!

AXA P6R CSR

5. T 8 R 6. A 4 A 7. P7 A

P4A A 3D AxPCj.

No importa lo que hagan las negras. El Peón de Alfil pa­sado, les costará una pieza.

8. R2C 9. T7Rj.

AxP R3A

10. TxA PSA 11. R 3 A Se rinden

Con una Torre de ventaja, las blancas pueden vencer a placer.

90

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Todo es bueno cuando termin,a. bien

Hacer hincapié en las equivocaciones derivadas de la con­fianza excesiva, sería una triste nota para acabar este libro. Así, pues, lancemos una última mirada a una situación en la cual el futuro ganador ha adquirido una confianza excesiva, pero puede todavía arreglárselas para reaccionar magistral­mente antes de que sea demasiado tarde.

63 Las negras juegan. Con tres Peones de ventaja, las blancas están com­prensivamente alegres con su posi­ción. Pero la fantástica jugada de las negras, pronto destruirá esta sensación de confianza excesiva.

l. T8Tj.?! 2. RXT PxP

Ni el Rey blanco ni su Torre, a lo que parece, pueden detener el Peón, que se convertirá en Dama.

De todas maneras, las blancas pueden salvar el juego. A la violenta jugada sorpresa de las negras, las blancas res­ponden con otra aún más efectiva y violenta sorpresa.

3. T SAR ft RxT 4. · P4CRj.!! RxP

Ahora, las blancas pueden parar el Peón.

S. R2C Abandonan

Las blancas, triunfalmente, han justificado la tesis de este libro: ¡ El bando que posee la mayoría de fuerza, debe resul­tar vencedor!

91

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SEGUNDA PARTE

COMO LUCHAR EN LA DEFENSA

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Esta parte del libro está completamente con­sagrada a la técnica del combate defensivo. Nos enseña los recursos que se pueden encontrar para una defensa, y proyectar la manera de organizar debidamente un contraataque.

Míster Reinfeld, una autoridad internacional en el mundo del ajedrez, ilustra su texto con mu­cos ejemplos instructivos, que facilitan su com­prensión. Y demuestra que, muchas veces, el jugador que está a la defensiva, puede sentirse satisfecho con una defensa factible, en lugar de engañarse a sí mismo, tratando de conseguir más de lo que las circunstancias le ofrecen.

Algunas veces, los planes de defensa se desvían o debilitan en un momento crucial, lo cual puede dar lugar a un colapso de la posición. Míster Reinfeld cree que mediante el estudio de estos fallos, así como por una buena ejecución de la defensa, se podrá aprender la manera de cuándo y cómo evitar un desastre.

Durante los años en que el lector se dedique a jugar al ajedrez, podrá encontrarse en muchas importantes ocasiones en las cuales el conoci­miento de estos capítulos le será de inestimable valor.

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CAPITULO PRIMERO

CONTRAATAQUE: COMO RESOLVER LA CRISIS

No hace mucho tiempo leí, en una revista, un artículo acerca del presidente de un club de beisbol, el cual es famoso por su espíritu combativo y agresividad. No me sorprendió enterarme que este presidente no tenía igual en cuanto a vociferar y chillar durante el curso de un partido. Pero en cuanto fallaba su equipo, este individuo parecía que «había perdido ya todo interés».

Lo mismo sucede con algunos jugadores de ajedrez. Ata­can, porque les ~usta hacerlo; se defienden porque no tienen más remedio.

Pero tendemos a realizar mal las cosas que nos disgus­tan.Y como suele disgustarnos la defensa, nos defendemos de un modo mezquino; sucediendo que muchos juegos que se pierden, podrían haberse ganado.

¿Quién no se ha detenido a pensar, que la habilidad en un juego de ataque, puede jugar un gran papel en la defensiva? Hay que olvidar la cree:p.cia general de que la defensiva sola­mente consiste en una maniobra pasiva, moviéndose con lentitud y siempre con el temor de recibir un golpe decisivo. , Muchas veces es posible aplastar al adversario atacante,

mediante la realización de un empuje vigoroso. Si se aplican los recursos disponibles con toda exactitud,

el atacado, a su vez, puede atacar. En una palabra, em-plear la defensa en una modalidad agresivá. He aquí cómo:

97

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Circunstancias para un contrajuego

Pondremos algunos ejemplos con objeto de poder darnos cuenta de la diferencia existente entre una defensa activa y una defensa pasiva.

En el diagrama 1 veremos, por ejemplo, lo que nunca haría un jugador pasivo.

l.

1 Las negras juegan. A primera vista parece que las negras pueden ganar una pieza con el doble ataque ... D 3 R j . El Alfil blanco está ata· cando la Torre negra. Estas, de un modo sencillo pueden salvarla con ... T 1 C. En su lugar jugaron como sigue.

D3 Rj.

Ahora si las blancas intentan salvar su Alfil mediante 2. A S R ? (defensa pasiva), perderán su Alfil después de 2 . ... P 3 A R.

Las blancas deben de encontrar la manera de realizar un contrajuego. .. ¡Una defensa activa! Por ejemplo:

2. D2R

La Dama negra queda clavada y de ·esta manera se ha salvado el Alfil.

Este es un ejemplo muy claro, en el cual las blancas se han enfrentado tomando una enérgica decisión. Tenían que encontrar el movimiento preciso, de otro modo su Alfil se perdería inmediatamente.

Pero algunas veces la crisis, aunque real, no resulta tan apremiante para la defensa. En tales casos resulta mucho más fácil enderezar un juego que parece perdido.

98

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El diagrama 2 ilustra esta posibilidad.

2 Las blancas juegan. Las blancas ne­cesitan salvar su P R, atacado, y· al mismo tiempo, conseguir un poten­te Peón en el centro, con P 4 R. ¿Es este un plan bueno o malo?

Las blancas juegan de un modo que parece lógico.

l. P4R PxP

Ahora las negras deben proceder con sumo cuidado. Si juegan torpemente, 2 .... C 2 R les quedará una posición sin esperanzas, después de 3. P 5 R; C (3A) 4 D. 4. C 4 R. Las blancas consiguen una magnífica posición de ataque con la columna abierta de A R, y con un potente Caballo centra­lizado, así como su Dama y Alfil dispuestos para una acción en el flanco de Rey. Y su T D puede también cooperar rápi­damente al ataque mediante T 2 T- T 2 A R.

De este modo se presenta la crisis. Las negras pueden jugar descuidadamente, cayendo en una posición defensiva irremediable, o bien, crear para las blancas una situación de debilidad.

2. CxPD

De este modo se gana un Peón y destruye el potente Peón del centro de las blancas y con ello su espléndida posición de ataque. Si ahora 3. P XC; D X P j. capturando la T D de las blancas.

Se ve, pues, que el vigoroso contrajuego de las negras ha resuelto su problema.

En el diagrama 3 se puede observar clara1ne:VJ.te cómo

99

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volvemos a una situación en la cual la crisis es drástica e inmediata.

La posición de las negras está tan enérgicamente amena­zada, que parece que su'.juego está completamente perdido .

•• ~. -~-BJ..E ~i1il ~ ~ . .

t•~· .. ~ • • [1tB • • B • ~ • • ~ . -~· o • ¡iiJ.í "' ~ Dftll • ¡¡ 1!1'* • • -~ , • < < 7.

..

3 Las negras juegan. Las blancas amenazan D X A, j. seguido de mate. También las blancas amena­zan ganar una pieza con T x A, o C X A. ¿Podrán las negras sos­tenerse en esta situación?

''~-

La mayoría de los jugadores no verán la manera de sal­varse en esta apurada situación. ¡ Pero existe un medio, si las negras están decididas a ponerlo en práctica!

El problema es el siguiente: ¿Cómo evitar el mate sin que sea a costa de la pérdida del Alfil?

Si existe un medio, debe estar fundamentado en una «con­traamenaza», por ejemplo, con una amenaza de mate y de este modo las negras encontrarán los recursos que precisan:

1. D3CR

Defendiéndose contra la amenaza de mate. Al mismo tiem­po, las negras, de un modo indirecto, defienden su Alfil por su amenaza de ... D 8 C D j. seguido de mate.

En otras palabras, las blancas deben estar ahora preve­nidas para evitar el mate, dando a las negras tiempo para salvar su Aliil.

De este modo puede verse cómo las negras, con su contra­juego, salvan una situación en la cual muchos jugadores hubiesen ya considerado el juego perdido.

100

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Cómo encontrar el fallo oculto

Los primeros pasos para llegar a ser un jugador diestro es el establecer una defensa con un espíritu agresivo.

Si el jugador procede de este modo le será posible encon­trar sutiles recursos defensivos, los cuales otro jugador nunca podría spñar.

Mediante el logro de un contrajuego activo, con frecuen­cia puede conseguirse la dispersión de las fuerzas atacantes, y aún más todavía, llegar a dominar al adversario.

El diagrama 4 nos ofrece un buen ejemplo que sirve de comprobación a lo manifestado.

4 Las negras juegan. La Dama negra está atacada, así como su P. D. Na­turalmente, hay que pensar prime­ro · en salvar la Dama. ¿Significará esto la pérdida del Peón? No cabe duda que se trata de una difícil situación para las negras.

Si juegan simplemente ... D 2 A, entonces las blancas con 2. D X P D ganan un Peón. 1

Si las negras juegan l. ... D 5 C, sigue 2. DxD; PxD. 3. C 6 C; T 1 C. 4. CxA; TxC y 5. TxP, de nuevo las blancas han ganado el Peón, sin compensación para las negras.

¿Tienen las negras que perder un Peón? Si están lo bas­tante alerta para: dárse' cuenta de lo que sucede, podrán jugar

l. D2A 2. DxPD

Ahora viene una sorpresa.

2. T 1 D !!

101

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¿Entrega de Dama?

3. DxD TxT j. 4. e 1 A AlD!

El plan excepcional de las negras consigue atrapar la Dama blanca, que no puede hacer nada mejor que capturar una pieza menor .. En este caso, las negras han conseguido la calidad por un Peón. Esta ventaja asegurará la victoria a las negras. · ¡

El juego de las negras en el ejemplo anterior es nota­blemente sagaz, pero la manera de defenderse las blancas en el siguie.g.te ejemplo, es todavía más fascinadora, especial­mente desde el punto de vista deportivo.

En la posición del siguiente diagrama, las blancas empren­den su defensa en un momento ya difícil y con la certeza de todos los espectadores, que las negras conducen una parti­da brillantemente vencedora.

~

S Las negras juegan. Aparentemente, la situación está igualada en lo que respecta a material. Pero la posi­ción de las negras es más amena· zadora, con una Torre en séptima, que es una fuerte amenaza. En cam· bio, las fuerzas blancas están dis­persas y la Dama no puede acudir a la defensa del flanco de Rey.

Bien conscientes de la fortaleza de su posición, las negras tratan de llevar a cabo una decisión ·en e¡ flanco de Rey.

l. DlA

Esta parece una jugada muy fuerte, ya que las negras amenazan con 2 ... . TxP C R j.

Si entonces 3. PxT; D 7 A j. seguido de mate. Si en su lugar se juega 3. R 1 T; TxP T j. 4. RxT; D 7 A j., etc.

¿Cómo pueden defenderse las blancas?

102

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Si aplican un juego puramente pasivo con 2. T 1 A R, las negras responderán con 2 .... TxT j. 3. DxT; D 4 A j. ganan-do el Caballo. ·

Esto dejaría a las negras con la ventaja de dos Peones y calidad y con un juego en vías de ganarlo.

Por lo cual, la mejor jugada que podrán realizar las blan­cas podría ser la siguiente:

2. AXT DXA

Aparentemente, las negras habían calculado muy bien las jugadas, ya que amenazan con 3 ... D 7 C mate.

Si las blancas juegan 3. D 1 A, que parece ser la ·única defensa, seguiría 3 .... T 7 C j. 4. DXT; DxT j. y S .... DxC. Y con dos Peones de ventaja las negras tienen una partida fácilmente ganada.

Pueden verse las alternativas de las blancas: o reciben mate- mate inmediato- o pierden el final (con una muerte lenta, con tortura). O bien ... , ¿tienen las blancas alguna salida?

¡Solamente hay la siguiente!

3. C6Aj. ¡Abandonan!

¿Cómo es posible que las negras abandonen cuando están a punto de conseguir el mate? ¿Por qué?

En primer lugar, si las negras juegan 3 ... . P XC, permitiría a las blancas continuar el ataque con 4. D 8 R j.; R 2 C. 5. T 7 D mate.

Si las negras juegan 3 .... R 2 A (o R 1 T. 4. D 8 Rmate). 4. D 8 R j.; RxC. ~~·· 6 D j.; R 4 C. 6. D 6 C mate !

También las negp · 'tl:'"í.<Úl jugar 3 .... DxC, pero seguiría 4. D 3 e j. ganando.~ ~~iY por consiguiente la partida.

El recurso uti ;:'~las blancas no es fácil de ver, y la causa es que P .... ,;.... . adores, amenazados de mate, ten­drían la necesaria irrl.~gi~ , ión para tratar de luchar con un brioso juego, en lugar' de;f .esignarse a un final sin esperanzas.

En el diagrama 6 se puede observar el mismo tema, de un modo más forzado. Las piezas blancas están muy bien situadas, pero su Dama está perdida. ¿Qué haría en tal situa­ción un jugador? ¿Abandonaría o esperaría la derrota final? ¿O intentaría encontrar una salida airosa?

103

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6 Las blancas juegan. La Dama blan­ca está perdida. ¿Cómo proceder? ¿Está el juego perdido o existe al· gún ,sutil recurso que permita ganar a las blancas?

La clave que puede justificar el movimiento de las blancas está en el hecho siguiente: el Rey de las negras se encuentra en una posición muy precaria, expuesto a los ataques de las Torres blancas.

¿Qué se hará, pues? Supongamos que las blancas efectúan un jaque descubierto:

l. C3Aj.dsc. RlA

Las negras podrían prolongar la defensa con l. ... A 2 D. Pero, ¿por qué hacer esta jugada renunciando a la captura de la Dama?

De este modo, nos encontramos en una crítica situación. ¿Qué podrán hacer las blancas ante Ia amenaza de perder la Dama?

2. e

Si ahora 2. ., .. P XC; Pero las negras no cejan.

2.

¿Qué hacer ahora?

104

se ha salvado.

AXD

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3. A6Rj. RlC 4. e 7 D J. RlA

¡Maravilloso! Las blancas han conseguido tablas por jaque continuo, sin más que mover su Caballo adelante y atrás. Su fe en la fortaleza de su posición ha sido justificada.

Pero esperemos ... este es un momento peligroso. Sería una lástima que las blancas, después de superado

el momento de peligro, se conformasen con tablas. ¿Hay algo más? Veamos.

5. C8Aj.dsc. RlC 6. T 8 D j. ClA 7. TxCmate.

La lucha osada y enérgica de las blancas fue muy bien recompensada. Pero se necesitó un gran valor para luchar como lo hicieron, dada la situación desesperada en que se encontraba su Dama.

Pero nótese esto, lo cual es típico: en lugar de darse a la desesperación, las blancas, con calma, se dan cuenta de la situación y hacen todo lo posible para utilizar aquellos fac­tores que puedan favorecerlas.

En este caso, fue la espléndida posición de ataque de sus piezas, aprovechada para aniquilar al Rey negro, con­siguiendo un feliz remate de juego.

Existe un punto oscuro: ¿cómo es posible que las blancas desencadenen un ataque tan poderoso sin disponer de la Dama? La respuesta ha sido dada de un modo parcial, ya que hemos visto que el Rey de las negras estaba ·muy ex­puesto, ante el ataque de las blancas.

Pero esto no es la respuesta completa, el elemento vital del triunfo está en que la Dama de las negras no se encuentra en una posición capaz de poder ayudar a la defensa.

Por esta razón la pérdida de la Dama de las blancas no se hizo sentir tanto, y además, por el ataque eficaZ desarro­~l,ado con el _;:~~~~~.de las piezas blancas. ,, , --: c;:¡·~~n:~~>,

~· En la po~ici'ó'ñ;t~~l diagrama 7, que veremos a continuación, todo se p;r,ese]l~ .;!JP tanto falaz.

~ "'~"" 105

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7 Las blancas juegan. Las negras tie· nen un Peón de ventaja, mientras que el desarrollo de sus piezas está algo retrasado. Al parecer, no hay razón· para preocuparse.

Las blancas, de un modo deliberado, han deseado esta situación, desde donde pueden atacar en condiciones muy ventajosas.

l. TxP?

La primera reacción de las negras puede ser de terror al considerar las consecuencias de la jugada: l. ... D X T. 2. P 6 D. Y el avance de este Peón abre formidables posibili­dades de juego a las blancas.

Si 2 .... D 2 C. 3. PxC; AxP. 4. AXA; DxA. 5. D 5 D j. ganando la T D negra.

O bien 2 .... D 1 D. 3. PxC; AxP. 4. AxA, ganando de la misma manera.

El mismo resultado aparece después de 2 .... D 3 A. 3. PxC; A 2 C R. 4. D S D j.; DxD. S. P 8 (==D) j. y ganan.

Las negras, a la desesperada, pueden intentar la jugada 2 .... TxP. 3. AxT. Pero las blancas recuperan su :Peón y quedan con una posición muy superior. ¡

Es muy útil el estudio de esta posición serenamente, pues es corriente que un jugador, al enfrentars_e con una situación poco atractiva en posibilidades, suela perder por completo l b ' ' 1 -. a ca eza. ·i: ; ;6 '~"[

Pero en este caso, el jugador de las negras, con admirable equilibrio, no duda en desencadenar un brioso contraataque, que deja a las blancas con un juego perdido. ··

1. C4A!!

106

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Una magnífica jugada, a la que han dado lugar las blancas, y que resta eficacia a la temida P 6 D.

Las negras amenazan ahora 2 .... DxT, ó 2 .... AXA, ó 2 . . . . C 6 R, y la iniciativa es arrebatada a las blancas.

Si las blancas intentan 2. TxA; TxT. 3. PXC; entonces, 3 .... AxA, quedando las negras con la ventaja de calidad.

Ahora bien, si 2. TxA; TxT. 3. AxA; entonces, la répli­ca 3 ... . C 6 R es contundente.

Las blancas tratan de revolverse, pero las negras perma­necen con el juego ganado.

2'. AXA DxT 3. A3 T C6R 4. D lA

Ahora las negras tienen dos maneras de proceder. Pueden jugar 4 .... D 2 D, atacando al Caballo, o también

4 .... D 2 C R, iniciando un ataque en el flanco de Rey. Ahora las negras, en la partida, eligen el segundo movi­

miento, pero esto, en realidad, no nos interesa en estos mo­mentos. Lo que nos interesa es que las negras, enfrentadas con un serio desafío, resuelven la crisis con un soberbio con­trajuego, que cambia el curso de la partida a su favor.

La consecuencia que podemos sacar de este capítulo es que una defensa pasiva puede llevar a una situación de derro­ta. En cambio, no sucede lo mismo cuando los movimientos defensivos son activos y agresivos.

No hay que quedar satisfecho con la realización de unas jugadas que sirvan solamente para rechazar un ataque, sino que es preciso que los movimientos sean capaces de apode­rarse de la dirección del ataque, dominando al adversario.

Los ejemplos dados en este capítulo lo confirman plena­mente.

107

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CAPITULO 11

RECURSOS DE LA DEFENSA. COMO SIMPLIFICARLA

Después de lo dicho sobre las ventajas de una defensa activa, debemos añadir algo para evitar excesivos entusiasmos.

Una actuación agresiva es seductora, pero téngase en cuenta que no siempre será posible. ¿Cómo proceder de no ser factible? ¿Dejarse desbordar por el ataque del adversario? ¿Podrá emplearse otro recurso contra el ataque enemigo?

Simplificación

POSQ$ \~e .. nosotros nos damos cuenta que una de las me­jores #.fmas contra un ataque es procurar el cambio de piezas.-, , <. ""·'-

Un a¡tªque . tiene éxito basado en las complicaciones y en la acción de piezas situadas en fuertes posiciones.

El juego se simplificará y será más sencillo cada vez que se logre apartar una pieza hostil, que puede causarnos daño,

Por encima de todo hay que tener presente que el propó­sito es reducir la intensidad del ataque adversario, es decir, aminorar el peligro a que se está expuesto.

Y debe recordarse esto: Si se dispone de un exceso de material, la simplificación puede ser en este caso más útil, pues no solamente suavizará el ataque, sino que llevará el juego a una etapa en que se pueda hacer mejor uso del ma· !erial remanente.

Para apreciar mejor lo dicho, estudiaremos algunos casos particulares.

108

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8 Las negras juegan. Las negras tie­nen ventaja de material, pero su si­tuación no es cómoda. ¿Cuál será su mejor línea de juego?

Las negras han de procurar el mayor cambio posible de piezas.

1. DST j.

Este movimiento deja a las blancas sin elección.

2. RXD C7 Aj.

Las negras continuarán. con 3 .... CxD y no tienen nada que temer, ganando con facilidad gracias a su material extra.

La situación en la posición del diagrama 9 es mucho más confusa. Las negras tienen una pieza por un Peón, pero su Torre de 1 D está atacada y no puede moverse. Pero esta Torre atacada es la clave de la defensa, defendiendo su Alfil. En resumen, las negras tienen ante sí un grave problema. ¿Cómo resolverlo?

9 Las negras juegan. Las negras, en esta posición, pueden jugar equivo­cádament~, con facilidad, ya que el momento es crítico y difícil. Por ejemplo, si l. ... A 3 R ? ? 2. D x T j.; e X D. 3. T X C, mate. o bien, 1. ... C 2 R. 2. D 6 D; C 1 A. 3. T X C ! y ganan.

109

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Tales precarias jugadas defensivas no conducen a nada. La manera razonable de defenderse en este caso es buscar la simplificación mediante cambios de piezas.

1. DxTj.!!

Esta jugada rompe el ataque.

2. DxD A S C!!

¡Espléndida jugada! Si ahora 3. AxT; AxD, y las negras siguen con una pieza

de ventaja y un juego fácil. O bien 3. DxT j.; CxD, con el mismo resultado. O también 3. DxA; PxD. 4. AxT, RxA, y de nuevo el

mismo resultado. En cualquier caso, las negras quedan con un juego claro,

con ventaja de una pieza. Y han aplastado el ataque blanco.

Cómo preparar la simplificación

Aunque la simplificación puede ser deseable en ciertas posiCIOnes, algunas veces puede requerir cierta preparación. Este el caso del siguiente ejemplo. Diagrama 10.

10 Las negras juegan. Las negras tie­nen dos Peones más que las blancas pero se encuentran en dificultades. Están expuestas a una doble ame­naza, y, además, deben prevenirse contra la jugada P 5 A. El hecho de

·=----~·· disponer de dos Peones más, indi­ca la forma en que deberán pro­

~::::---'='---=='---"="'---' ceder.

Las negras pueden ceder uno de los Peones extras, si de este modo pueden simplificar la situación. Si lo consiguen

11 o

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no estarán mucho tiempo sometidas al ataque y, lo que es más deseable, se encontrarán en condiciones de llegar a un quede. final de juego que deberán ganar por el Peón extra que les

La jugada de las negras es ahora clara:

l. D2A!

Las negras ofrecen el cambio del Alfil, amenazando ... AxA, y también ... D 3 C j. que forzaría el cambio de Damas.

2. AxA PxA

Nótese de qué manera tan sencilla se desarrolla el plan de las negras.

Si ahora 3. TxP; D 3 C j . 4. D x D; P x D. 5. Ax C; PxA. 6. TxP A R; TxP, y las negras deben ganar el final con su Peón de ventaja.

3. T(l R) 3 R

De este modo se evita momentáneamente el cambio de Damas.

3. T lAR!

¡Buena jugada! Libera el Caballo, que amenaza ... C 4 D. Esto obliga a retirar la Torre de las blancas de la casilla 3 R y entonces podrán jugar .. . D 3 C j . con el cambio de Damas.

Las negras han desconcertado a las blancas, impidiéndoles una buena continuación, con lo cual, las blancas no tienen nada mejor que hacer que recuperar uno de sus Peones. Así:

4. AxC 5. TxP

TxA TxT

6. TxT 7. DxD

D3Cj. PxD

Las negras han realizado sus propósitos. Mediante la sim­plificación han aliviado la presión sobre su juego. El ataque de las blancas está terminado y las negras ganarán el final.

En el diagrama 11 vemos que las negras se enfrentan con

111

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muchas más dificultades para una tarea defensiva. Tienen un Peón menos que las blancas, su Rey está inseguro y tienen la amenaza inmediata T X A.

11 Las negras juegan. ¿Cuál será el movimiento más satisfactorio de las

-...z::.""----"='--~~--' negras en esta dificil situación?

En lugar de una defensa pasiva, las negras encuentran un magnífico recurso :

l. PSe!

Esto amenaza con ... P 6 e, y así inducen a las blancas a simplificar.

2. TXA D3T j.

La jugada previa l. ... P S e ha preparado la posibilidad de esta contestación, que las blancas no han tenido en cuenta.

3. A3D 4. DxD

DxT RXD

5. PST P6e! 6. P6T

Un final excitante. Las negras calcularon bien, habiendo previsto que si 6. R 2 D (en lugar del último movimiento de las blancas) entonces jugarían las negras 6 .... P 7 e, ganando en seguida.

6. P4T! 7. P7T PST

La Torre de las negras es más ágil que el Alfil de las blan-

112

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cas, y los Peones ligados de las primeras son más amenaza­dores que el P T de las blancas.

Las negras tienen una espléndida ocasión de aplicar el juego de la simplificación. Aunque el final está cercano, este medio las favorece en todas las variantes.

Consideremos esta posibilidad: 8. R 2 D; P 6 T. 9. R 3 A; P 7 T. 10. R 2 C; T x A !! 11. P 8. (=D); T 8 D !

Si ahora 12. D 7 T j.; R 3 T, las negras ganan con ... P 8 T (=D) j. ¡Hermoso juego!

8. A4A

Ahora las negras pueden ganar con 8 .... P 7 C. 9. A 2 T; P 6 T. 10. A 1 C; T 1 T R. 11. R 2 D; l'XP ! y si 12. AxT; P 7 T, coronando un Peón.

Pero las negras tienen bastantes apuros y deciden jugar:

8. ... T 1 TR

La idea de las negras es que si ahora 9. A 8 C; podrían seguir con 9 .... P 7 C, forzando al Alfil a ir a 2 T, y entonces 10 .... TxP.

9. A3D P6

Las blancas abandonan, pues si 10. A 1 C; P 7 T. La deci­dida actitud de las negras ha hecho que, para ellas, el final del juego haya sido un placer. Todo por haber aplicado de un modo muy hábil la simplificación, ya que de este modo han neutralizado todas las posibilidades de ataque por parte de las blancas y se prepararon para, finalmente, ganar el juego.

Defensa paciente

La defensa agresiva es buena... si es posible realizarla. La simplificación es buena... si es posible aplicarla.

¿Pero cómo procederemos si no es posible emplear nin­guno de taies medios? En este caso hay que resistir, no afe­rrado a una defensa pasiva, sino que se debe estar, de un

'113

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modo constante, a la mira de poder aplicar en un momento dado, tanto la agresión como la simplificación.

De cómo el defensor puede alcanzar un resultado lisonjero, se muestra en la siguiente partida, la cual resulta más dificul­tosa que los ejemplos precedentes.

12 Las blancas juegan. Las negras tie­nen dos Peones más que las blan­cas, pero ante el ataque de éstas, no pueden aprovechar su ventaja

--=:::l....---!='---1 material.

Muchos jugadores en la situación de las negras ( diagra­ma 12) pensarían: «No queda otro recurso que atacar», pero no están preparadas para ello ni tienen tiempo para hacerlo por el fuerte ataque que conducen las blancas.

Desde luego si las blancas juegan L A XC (esperando 1. ... AXA), las negras contestan l. ... TxA, sin ningún temor. Pero las blancas juegan de una manera distinta.

l. AxP j.

Esto no es muy peligroso, pero las negras deben proceder con gran cautela.

l. .. . CxA

Las negras no temen 2. AXA; DxA. 3. T 4 T R; a pesar que tales jugadas parecen mortales, pues entonces las negras pueden jugar 3 .... D 3 A ! (amenazando mate en dos jugadas) y ganando tiempo para situar su Dama adecuadamente para la defensa.

2. T4 TR 3. TxC

AXA . A3T

114

4. TXA PXT S. DxPT

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Las blancas amenazan con 6. T 3 R, seguido por T 3 e j. seguido de mate. Pero las negras se han preparado contra este decisivo ataque.

5 . .. . T2C!!

Pero no S .... P 3 A ?? 6. D 6 e j.; R 1 T. 7. T 3 R, y las negras pueden abandonar.

6. T3R P3A 7. T3Cj. R2A

Nótese de qué manera las negras han combinado los deta­lles de su plan defensivo. Ellas no temen 8. T 7 e j. (o un movimiento similar) porque su Torre, en la casilla 2 e D, está defendida por su AlfiL Las negras han conseguido una defensa eficaz.

8. P4A 9. RlA

D 3 Cj. R1R

Las blancas abandonan.

10. P S A 11. T 6 e

P4R A4ej.

Ha sido este un ejemplo interesante de los recursos apli­cados por las negras en su juego defensivo.

En el diagrama 13, el problema para las negras es también muy difícil, aunque las circunstancias son algo diferentes a las del caso anterior. Ellas tienen un Caballo y un Peón de ventaja, pero su Rey está sin enrocar y está en una peligrosa situación. Y aún peor, las piezas blancas están todas desple­gadas en actitud agresiva, mientras las de las negras están muy retrasadas en el desarrollo.

13 Las blancas juegan. Las negras tie­nen el 11roblema de poder defender­se con éxito, a pesar de su retra­sado desarrollo. Si pueden realizar uno o dos movimientos, podrán completar su desarrollo y simplifi· car el juego.

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Como consecuencia, si las blancas quieren mantener eficaz­mente su ataque, deberán forzar la marcha y con unas cuan­tas jugadas la situación puede hacer crítica.

l. A3A T 1 CR 2. A6A A4C

Las negras deben liberarse lo antes posible.

3. TxC!?

Las blancas están esperando que las negras continúen por el siguiente camino: 3 .... CxT. 4. CxC; DxA. 5. CxT; D2C. 6.P4TR;AxP. 7.DxP;A4C. 8.DxPAR,ylas blancas han recuperado la pieza.

3. . .. AXA

Las negras no entran en la combinación, después de lo cual, las blancas deben retirarse y el cambio de piezas ha facilitado el juego de las negras.

4. T4R 5. P4 C R

A4C D3C

6. P4T R 7. DxP

AxP P3D

Las negras amenazan ... D X P j ., que fuerza a las blancas a comer uno o dos Peon·es. Pero el resultado es un cambio de Damas, con lo que mejora, aún más, la situación de las negras.

8. DXPA 9. TxD

DXD C4Rl

10. TxP T 11. TxC

CxA P3A

El juego de las negras es lento pero carente de peligro. Con las Damas fuera del tablero ya no pueden sentir temor.

12. e 7 A 13. T 4A

T1C A2R

14. T(4A)7A 15. TxAj.

RxC R3C

No es preciso seguir más allá el juego. Con una pieza de ventaja y el Rey en perfecta seguridad, las negras están se­guras de ganar.

116

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Es preciso que aprendamos un cierto número de técnicas para el juego defensivo. En la defensa es preciso estar muy alerta, y lo más agresivo posible.

Hemos podido observar la importancia de una simplifi­cación, con el cambio de piezas, para desarticular un ataque que parecía irresistible.

Mas no es esto todo. El defensor debe realizar un cierto número de movimientos para ganar tiempo hasta encontrarse seguro ante el peligro.

En el próximo Capítulo daremos cuenta de otra impor­tante faceta del juego defensivo. Se resaltará la premisa de que el defensor alguna vez puede tener éxito solamente por una limitación drástica de su objetivo.

Aunque esto parezca una paradoja, su aplicación y obser­vancia, sin embargo, evitará muchas veces la pérdida de la partida.

117

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CAPITULO 111

ACTUAR A MEDIAS ES MEJOR 'QUE NO HACER NADA

Queremos decir que conseguir medio punto es mejor que no lograr ninguno.

Un gran escritor una vez manifestó que, muchas veces, un maestro conseguirí<l más limitando sus ambiciones.

En esta observación hay una gran dosis de verdad. Cuando el adversario está atacando con un gran ímpetu,

y cuando uno se encuentra realmente apretado, uno se con­tentará .con poder escapar, aün con una pérdida. Un momen­to más tarde, cuando b presión ha cesado, se olvidan todos los apuros pasados y de un modo temerario se juega para ganar.

Algunos jugadores son aún más optimistas o, como noso­tros diríamos, más testarudos. Aun en las situaciones más difíciles, ellos insisten en el lema: «Todo o nada- ganar o perder».

Es muy frecuente que ellos pierdan precisamente, porque se niegan a conceder medio punto al adversario.

Establezcamos la siguiente premisa: Existen algunas si­tuaciones en que es difícil la defensa, y se hará bien en poder llegar a unas tablas. Con mucha frecuencia no querer darse por satisfecho con un empate, conduce a la derrota total.

Conseguir unas tablas en una situación difícil, es tan meritorio como ganar una partida. Los siguientes ejemplos demuestran la destreza que es necesaria.

118

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Tablas por jaque continuo

La posibilidad de dar continuamente jaques, es un recurso para conseguir tablas en una posición difícil o en aquellas que estaría perdida no existiendo el jaque continuo. Tal es el caso que se presenta en el di~grama 14.

14 Las negras juegan. Con un Peón de menos, las negras tienen ocasión de forzar unas tablas con un jaque continuo. El modo de conseguirlo es muy ingenioso.

l. 2. RxD

DxP j. T4Tj.

3. R3C 4. R4A

Y las blancas tienen que aceptar las tablas .

T4 Cj. T4Aj.

En este ejemplo puede verse claramente la utilidad de poder forzar unas tablas en una posición que, a la larga, estaría perdida. ¿Y quién puede dudar que las negras, des­plegando un depurado arte, han encontrado un magnífico recurso?

En el siguiente diagj·ama vemos que el defensor está en una situación todavía más desesperada.

15 Las negras juegan. Las blancas amenazan con la jugada D 7 C ma­te. Si las negras intentan defender­se con l. ... T 1 C ó l. ... C 3 C, en­tonces 2. D 6 A j ., forzando el ma­te. ¿Pueden las negras salvar el jue­go?

119

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Sin duda, la situación de las negras es desesperada. Pero nótese lo siguiente : Con objeto de planear su ata­

que, las blancas, previamente, han sacrificado una Torre. Con una Torre de más, las negras pueden ceder material para librarse del mate.

Veremos la única posibilidad :

l. ... C4A!!

¡Espléndida jugada! Si 2. P XC (otra vez amenazando ma­te), las negras ganan con 2 .... D xP j. forzando el cambio de Damas y, con la ventaja de la calidad, las negras deben ganar.

Con esta jugada, las negras han evitado el mate, y mien­tras tanto amenazan ... CxA, terminando con el ataque.

Pero en el supuesto que las blancas jugasen 2. A 3 T, con vistas a A XC y ganar, ¿cómo procederían las negras?

En el caso de 2. A 3 T, las negras pueden salvarse con 2 .... D 2 D !!

En este caso 3. DXD; CxD, equivale a que las blancas tengan que abandonar. Y si 3. PxA; DXD igualmente, las negras tienen un juego ganado.

Ante estas consideraciones, las blancas se deciden a con­formarse con tablas, que consiguen por un jaque perpetuo.

2. D6Aj. RlC 3. D S Cj. RlT

Tablas. Ambos jugadores deben estar satisfechos con este resultado. Las blancas hacen tablas a pesar de su inferioridad material. Las negras obtienen este resultado, a pesar de la fuerza del ataque blanco.

16 Las blancas juegan. Las blancas. han perdido dos Peones y tienen que arriesgarlo todo en el ataque. Las negras a duras penas pueden esca­par del desastre.

120

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En el diagrama 16, el juego es todavia más interesante. Las blancas son conducidas por Andersen, uno de los

mejores jugadores de ataque y las negras las juega Zuker­tort, uno de sus más brillantes discípulos.

Ambos maestros, dotados de un gran espíritu combativo, disponen siempre de magníficos recursos.

Las blancas continúan el juego con un brillante y extraor­dinario ataque.

l. DSC! D7D

Las blancas amenazaban, con su primera jugada, D 6 T, seguido de mate. Larespuesta de las negras evita esta jugada y a su vez amenaza con ... D X P mate. Las blancas encuentran un sorprendente recurso.

2. CSA!!

Una jugada con muchas posibilidades. Por ejemplo, si 2 .... DXA. 3. C 7 R j.; R 1 T. 4. TxP j.;

RxT. S. D 4 T mate. O bien 2 .... DxP j. 3. DXD; AXD. 4. C 7 R j.; R 1 T.

S. CxP j.; PxC. 6. P 7 j. dsc. seguido de mate. O 5 .... R 1 C. 6. C 7 R j.; R 1 T. 7. TxP mate.

Las negras sólo tienen la siguiente defensa:

2 . ... DxD

¿Están mejor las negras? Han ganado la Dama y están amenazando mate. Sin embargo, deben considerarse felices si consiguen tablas.

3. C7Rj. R1T 4. CxP j.!!

Como se ha visto antes, si las negras juegan ... PxC, o ... R 1 C, reciben mate, por consiguiente deben devolver la Dama.

4. DxC S. AxD

Y ahora si 5 .. .. PxA. 6. P 7 j. dese~ con mate.

121

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5 .... T7DI

Con una formidable contraamenaza. Las blancas pueden considerarse satisfecha> teniendo a su disposición un jaque continuo.

6. TxP j. RlC 7. T7Cj. Tablas.

Las negras no pueden evitar el jaque continuo. Esta partida es uno de los más interesantes ejemplos.

Otra modalidad de tablas

Los ejemplos dados de un jaque continuo, nos han mos­trado los sorprendentes resultados a que puede dar lugar una partida. Nos demuestra asimismo hasta dónde se puede lograr lo que parece a primera vista imposible.

El llegar en aquellas circunstancias a conseguir unas ta· bias, parece realmente milagroso. Un adversario, que es lo bastante diestro para ganarle material a uno, debe ser lo suficientemente hábil para no consentir unas tablas en una posición que debiera ganarse. Sin embargo, esto sucede con frecuencia.

Un caso extraordinario puede ser observado en el diagra­ma 17, en el cual las blancas, con dos Peones de más, permi· ten a su adversario que imponga las tablas.

17 Las blancas juegan. El Alfil de las blancas está atacado. Hay muchas maneras de librarse de esta ame· naza. ¿Qué será lo mejor?

122

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l. A3A??

La jugada ha sido una pifia imperdonable. El Rey negro no dispone de ninguna casilla adonde jugar.

1. ... D7 Aj.!! Tablas.

El Rey negro ·está ahogado, por lo cual 2. RxD, tablas y con cualquier otra jugada, las blancas no pueden evitar que la Dama negra siga jaqueando impunemente.

En la situación del diagrama 18, el juego se desarrolla aún más espectacular. En este caso se trata de un intento, no sólo de librarse de perder el juego, sino que se pretende ganarlo. Las negras proceden de un modo sumamente in· genios o.

18 Las blancas juegan. El plan de con­seguir la victoria, por parte de las blancas, conduce a que las negras empleen hasta el límite todos los recursos de que disponen. La pode­rosa situación de una de sus Torres en la séptima fila, proporciona a las blancas una ingeniosa idea para ga­nar.

1. TxC!

Esperando la continuación l. ... TxT. 2. CxP, con la do­ble amenaza de 3. T 7 T j. mate, ó 3. CxT.

Aparentemente, las negras están perdidas, pero encuentran una defensa maestra con la idea seductora de conseguir unas tablas. ·

1. ... T4T j.

Esta jugada es el fundamento del plan de las negras.

123

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2. RlC TxT 3. CXP T 8T j.

¡ El primer punto!

4. RxT TB Rj. 5. R2T T8TRj

El punto final. Después de 6. RxT, el Rey ne~ro está ahogado.

El siguiente ejemplo es del mismo modo divertido. En la situación del diagrama 19, las negras, al parecer,

se encuentran en una situación desesperada. Las blancas tienen cuatro Peones por la calidad y el Rey

negro está muy expuesto al ataque.

l. 2. RXT

19 Las negras juegan. La situación de las negras parece estar a pun~o para rendirse, pero ep.cuentran el camino para forzar las tablas. Esta partida ha sido jugada realmente en un torneo internacional.

TxPTRj. D3Rj.

3. D X D Tablas. ¡El Rey negro está ahogado!

Partida nula por repetici6n de jugadas

Este método de tablas no suele ser muy frecuente, pero ha dado lugar a algunos finales notables.

Implica una posición en la cual ambos jugadores se en­cuentran forzados a repetir las jugadas, pues el que no lo haga pierde.

El diagrama 20 es un buen ejemplo de ello.

124

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20 Las blancas juegan. Las negras amenazan con l. ... T x A j. 2. R x T; T 8 mate. Para librarse, las blancas tratan de liberar su Torre.

l. RlT D7R

Las negras han encontrado el modo de mantener la fuerza de su amenaza con 2 .... T o DxA j. seguido de mate.

Como las blancas no pueden jugar 2. TxD por 2 ... . TxA, mate, se ven obligadas a volver con su Rey.

2. R 1 e D6 R

Renovando Ia amenaza.

3. T lR! D7R 4. R 1 e D6R!

Tablas. Ningún jugador puede variar sus jugadas sin fata­les consecuencias. No hay solución.

El diagrama 21 ilustra la misma técnica, pero en una forma más atractiva.

21 Las blancas juegan. Las blancas tie· nen un Caballo y un Peón de venta· Ja, pero su partida parece perdiaa, ya que su Dama está amenazada y si abandona la columna de Caballo recibirán mate.

125

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Es cierto que las blancas no pueden mover su Dama, pero les será posible aplicar uno de los mejores recursos: el con­traataque.

l. TSe!

Una jugada maestra. Si l. ... DxT ó l. ... TxD, las blancas ganan. Igualmente pierden las negras si su Dama deja de defender la Torre o su casilla 2 e D, tarea que tiene que realizar simultáneamente.

l. T1R

Las negras renuevan su ataque. Ahora amenazan ... T 8 mate y ... DxT. Las blancas sólo encuentran un camino para librarse de tales amenazas.

2. T 1e! T 1 eR!

Naturalmente, en vista de su desventaja de material, las negras tienen que volver a su amenaza. Y del mismo modo, las blancas se ven forzadas a repetir su jugada.

3. T se 1 T1R 4. T 1 e TlCR

Tablas. La forzosa repetición de jugadas, por ambas par­tes, fuerza el empate.

Todos estos ejemplos han sido, a la vez, entretenidos e instructivos. Un juego nulo es perfectamente bien visto y un legítimo desenlace en una desesperada situación en que no existe otra solución mejor. Medio punto es más conve­niente que ninguno.

126

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CAPITULO IV

DEFENSAS DEFECTUOSAS

Acabamos de ver lo:; buenos resultados que pueden con­seguirse con la aplicación de una táctica seleccionada y hábil en una defensa. Pero, por propia experiencia, es sabido que una defensa puede convertirse en una cuestión muy embro­llada.

Una jugada magnífica puede venir seguida de otra lamen­table, que lleve a la catástrofe.

Es confortante e instructivo el estudio de ejemplos de unas buenas defensas. Pero aún es más instructivo ver ejem­plos de defensas defectuosas, y en las que sería factible evitar los errores. ·

El estudio de estos errores nos servirá de ejemplo para evitar, en nuestras partidas, caer en tales faltas y sus desas­trosas consecuencias.

El modo eficaz y el modo erróneo

L,a mayoría de las derrotas, en una defensa, provienen de que un jugador efectúa una jugada equivocada. Unas jugadas podrían clasificarse como salvadoras, mientras que otras son desastrosas.

Una mala elección en los movimientos conduce a la pér­dida de la partida.

127 .

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22 Las blancas juegan. El próximo mo­vimiento de las blancas está claro, pero no así el de las negras . Su me­jor respuesta sería l. ... O • O !. Pero la réplica que efectúan redun­da muy rápidamente en contra suya.

l. CxC PxC?

Esta jugada ha sido poco meditada, y es perjudicial para las negras, como las blancas lo prueban de un modo con­vincente.

2. DxC

Ahora las negras se dan cuenta, sorprendidas, que están acorraladas por tres sitios distintos. Ninguno de los Peones puede tomar la Dama, ya que ambos están clavados, y si 2 . ... PxA, sigue 3. DxT. La jugada 2 .... A- 2 D tampoco es sufi­ciente porque las blancas simplemente retrocederían con su Dama a 4 R 6 3 A.

De este modo, con una pieza menos, y sin posibilidad de recuperarla, las negras están perdidas sin esperanzas.

Volvamos a la posición del diagrama 22, y veamos cómo las negras debieron haber jugado. Después de l. C X e, la réplica razonable es l. ... 0- O! En este caso, con la retirada del Rey de la columna de Rey, las blancas ya no pueden jugar 2. D X e, y como el Caballo de las blancas, en la qtsilla 6 A D, no tiene escape, las negras recuperan la pieza.

Es cierto que las blancas pueden jugar 2. exP, ganando un Peón. Sin embargo, las negras pueden aún seguir luchan­do, pues queda mucho juego.

El simple enroque era, para las negras, el justo movimiento defensivo.

En el diagrama 23, las negras cometen parecidos errores.

128

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23

U .M.• n U -~· ~ . E A · lW.4ií BW ~- ~ • .¡¡¡¡, • . • irl.

• • ~:.t~~ w~ ~ ~ ~ •••• • ·~· 6 ft it 9 • D B Las blancas juegan. El Rey de las .-~ ¡¿¡M~~- ~~.iWííí§ ~·-.·. ~ negras está muy presionado, pero • ~ p

~~=~~" ~=~~- ~=~~~--~~ puede librarse con un buen juego. ~

Las negras están en un apuro, pero tienen defensa. Si, por ejemplo, l. T x T; C 6 A j. ! 2. R 2 C (siR 1 T; D 8 A mate); C 8 R j. con tablas por jaque continuo. Las blancas jugaron.

l. A 7 R j.! ? R3C??

Y las negras están perdidas. El resto es la agonia.

2. DxP j. 3. DxC

R4T PSA

4. A6D S. D 8 Rj.

PxP Abandonan

Pues si S .... R S T. 6. PxP j.; RXP T. 7. D S T mafe. Y si S .... D 3 C. 6. D 2 R j. y ganan.

Después de l. A 7 R j. la adecuada réplica de las negras debió ser, aunque pareciese peligrosa, l. .. . TxA. En este caso, si 2. D 8 A j. las negras pueden contestar 2 ... . T 2 A. Y después de la continuación 2. D 8 T j. las negras ahora no cometen error jugando 2 .... R 3 C, pues si 3. D x C; TxT. 4. DxT; D 8 C j. y el juego de las negras es perfectamente satis­factorio. Y si 3. T x T; C 6 A j. con jaque continuo, como ya hemos visto.

Las negras hicieron una elección equivocada y como con­secuencia perdieron la partida.

En la posición del diagrama ·24, el contraste entre la ma­nera justa de proceder y la errónea, resalta más.

129

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l. TxP ?? D3Cj.

24 Las blancas juegan. Jugando las blancas l. T X P ? ?, tienden una trampa que las negras pueden re­chazar de un modo incisivo. ¡ Pero las negras tienen ocasión de equi· vocarse!

2. R2C DXT??

Esto es totalmente malo. Las blancas dan mate en tres jugadas.

3. C7Rj. 4. DxP j.

RlT RxD

S. T 1 Tmate.

Las negras, después de l. TxP ??, debieron haber jugado l. ... A XC, atacando a la Dama y manteniendo la amenaza de ... D 3 C j., que ahora ya es buena porque ha desaparecido el Caballo. También las negras pueden efectuar el cambio A XC, después del jaque: l. ... D 3 C j. 2. R 2 C; AxC, con ganancia de pieza, pues el mate relárppago ya no existe.

La trampa

Uno de los peores errores es caer en la trampa que el adversario ha preparado de un modo deliberado. Nada, en efecto, es más conducente al despiste como la creencia de que nuestro adversario está de~pistado.

Nuestros sentidos nos ciegan hasta el punto de que no existen otras posibilidades que las. que vemos ante nuestros ojos.

Así, en el diagrama 25, las negras ven que pueden ganar una pieza. Antes de seguir adelante en la reflexión sobre las consecuencias, se aferran a la ganancia del Caballo.

130

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25 Las negras juegan. ¿Qué es lo que amenazan las blancas y cómo pue­den defenderse las negras de esta amenaza? ¿Deberán aceptar o re­chazar la captura del Caballo?

En la posición del diagrama, las blancas amenazan 1. C 6 R ! Si entonces l. ... PxC. 2. D 7 T j. y 3. DxA mate. Ahora bien, si l. ... AxA j. 2. RxA; PxC. 3. D 8 T j.; R 2 A. 4. T 7 T mate.

La jugada mejor para las negras parece ser: l. ... C 1 A, y si entonces 2. C 6 R ?; AXA j. 3. RxA; D 3 A j. y las negras evitan el mate y ganan una pieza.

En lugar de este modo, las negras lo hacen de un modo muy inocente. Creen que pueden capturar el Caballo y actúan sin tener en cuenta si es oportuno.

l. ... 2. D 8 T j.

AxC ?? AXD \

3. TxAmate.

Ahora está claro. El Caballo fue un simple cebo. En el diagrama 26 es aún más notorio lo que pucch ocurrir

cuando no se procede con cautela.

26 Las negras juegan. Las negras pue­den capturar la Dama blanca. ¿De­ben hacerlo? Como veremos, sería un grave error. Sin embargo, es excusable. Las negras calculan la segunda jugada de las blancas, pero no la continuación. Hay que reco­nocer que no era fácil prever.

131

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1. CxD 2. TxP j. R1T

Esto es lo que habían calculado las negras y no temen al jaque al descubierto, ya que el Alfil está atacado por el Caballo. Pero hay algo más.

3. T8Cj.doble!!

La jugada que no habían previsto las negras.

3. 4. TlCj.

RxT (forzoso) D4C

5. TxD mate.

En el diagrama 27, también el fracaso es perdonable por no haber previsto las intenciones en el ataque de las blancas. Pocas partidas se habrán jugado con tal sutileza.

27 Las blancas juegan. La primera ju­gada de las blancas está muy bien calculado para confundir a su opo­nente, que no sospecha nada.

l. C(2D)4A!!

Este lantástico movimiento probablemente tendrá su me­jor respuesta con l. ... A 3 A, creando un escape para el Rey, que lo necesitará, como pronto se verá. En lugar de pesar estas posibilidades, las negras capturan el Caballo.

l. PxC 2. DxCl!

Amenazando 3. DxP T j.; R 1 A. 4. D 8 T mate.

132

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2 . .. . PTxD

Las negras ven que después de 2 .... P AxD, las blancas fuerzan el mate con 3. AxP j.; R 1 T. 4. CxP mate. O 3 . ... R 1 A. 4. CxP j. P x C. S. T 8 T mate.

3. CxP

Amenazando mate con 4. T 8 T.

3. PXC 4. AxP j. RlA

Otras jugadas, como ... D 4 D o .. . A 3 R sólo sirven para retardar el mate.

5. T 8 Tmate.

No prever esta combinación es perdonable a las negras. Pero no podemos decir lo mismo con lo que ocurre en el siguiente ejemplo.

En la posición del diagrama 28, se observa una sólida defensa, pero las negras no se dan cuenta de que el bloqueo de la casilla 2 A R es necesario.

28 Las negras juegan. ¿Qué sucederá si las negras mueven su Torre de 2 A R? La posición de las blancas es más agresiva en general, pero las negras pueden defenderse man­teniendo el bloqueo de la casi· lla 2 A R. Pero no se dan cuenta de la importancia de esto.

l. T (2 A) 2 D?

Esto permite a las blancas abrir la diagonal 1 T D - 8 T R. lo que compensa suficientemente el sacrificio de calidad.

133

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2. TxC! PxT 3. P7Aj.

Abriendo la diagonal. Si primero 3. D X P, las negras po­drían bloquear el Peón.

3. TXP 4. DXP

Amenazando mate. Ahora podemos apreciar la potencia del ataque a lo largo de la diagonal.

4 . ... RlA S. D 7 ej.

Con esta jugada, las blancas fuerzan el juego. Si ahora 5 .... R 1 R. 6. D 8 ej.; R 2 R. 7. A 4 ej.; R 2 D. 8. TxT j. seguido de mate.

5. R2R 6. A4 ej. Abandonan

Las negras no tienen defensa. Si tratan de jugar 6 . ... T 3D; 7. TxT j.; AxT. 8. D S R j.; D 3 R. 9. AXT j.

O si 6 .... R 2 D. 7. TxT j. AxT. 8. DXA .mate. El rápido colapso de las negras viene después de haber

abierto las puertas al enemigo, levantando el bloqueo de la casilla 2 A R.

En este Capítulo hemos visto algunas de las maneras cómo puede equivocarse la defensa. Es la falta de atención, falta de espíritu agresivo lo que conduce a rendirse prontamente. La eterna vigilancia puede tener por premio la victoria en t:ma posición defensiva.

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CAPITULO V

EJEMPLOS PRACTICOS DE DEFENSA . .

Uria cosa es saber cómo defenderse y otra ser capaz de hacerlo con los medios que se tenga a disposición.

Por esta causa vamos a exponer una serie de juegos, en los cuales se pondrá de manifiesto las equivocaciones que pueden cometerse al principio del juego. Observaremos cómo tales errores conducen a una gran cantidad de dificultades.

Vigilaremos la posición crítica a que se ha llegado, y es­taremos en condiciones de juzgar si el jugador sometido a presión está o no en condiciones de poder resolver su pro­blema con éxito.

Estudiaremos modelos de «juegos completos», con lo que se podrá estar en condiciones de contraatacar de un modo más competente en el caso de una partida.

Defensa defectuosa

Primeramente veremos lo que sucede cuando un jugador se encuentra metido en un gran apuro y no sabe cómo salir de él.

Defensa irregular

1. P-4 R P3R 2. P4D P3CR?

Con esta jugada, las negras han cometido un error que puede conducirlas a la pérdida del juego.

135

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Para hacer ver por qué este movimiento es equivocado, nos haremos la siguiente pregunta: ¿Cuál será el segundo movimiento mejor para las negras?

Lo más razonable sería 2 .... P 4 D. En este caso, las negras luchan por el control de las casillas del centro. La disputa por este control es un empeño que hay que ganar, ya que el mismo propósito tienen las blancas.

Así, jugando 2 ... . P 3 C R ? las negras ignoran la lucha por el control del centro. Y sus piezas llegarán a estar faltas de movilidad, dispondrán de poco espacio y serán forzadas a agruparse en una formación defen?iva.

Jugarán sin desarrollar sus piezas y podrá verse cómo el apartarse de las normas será el fracaso del juego de las negras.

3. A3D 4. A3R

A2C C2R

5. C2R 6. C2D

P3C A2C

Las piezas negras no tienen ninguna perspectiva de juego activo.

El juego se desarrolla con arreglo a nuestro diagnóstico. La situación de las negras es muy apurada, y carecen de un plan positivo ventajoso. Aun estando en estas primera:'? juga­das, no tienen otro recurso que adoptar la defensa. No tienen ante sí ninguna perspectiva esperanzadora.

Pero las blancas, como puede verse, tienen un juego más libre y una elecCión de posibles iniciativas.

7. 0- O P4D

A esta jugada, las blancas responden con un avance agre­sivo.

8. PS R 0-0 9. P4AR P4AR

Una estrategia justa para las negras, desde el momento que su movilidad está limitada: juega para bloquear la si­tuación.

Y ahora las blancas tratarán de atacar y romper la barrera que han puesto las negras.

La idea defensiva es plausible. Desgraciadamente, el peso de la experiencia está contra ella. En ajedrez, es generalmente

136

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cierto que donde hay una voluntad hay un camino. Las blan­cas tienen más movilidad, tienen la iniciativa y tienen el fu­turo. Si proceden de un modo agresivo, salvarán los obs­táculos.

¿Será esto posible aun ante una sólida defensa? Sí, aun en estas condiciones. Pues en una situación defensiva donde las piezas del defensor estando juntas, amontonadas- como lo están en este caso- sus piezas no tienen mucho valor.

Como consecuencia, un sacrificio de material por parte del atacante, no involucra un gran riesgo.

Podrá observarse que los apuros del defensor son debidos a que no pueden desplegar sus amontonadas piezas muy rápidamente y lanzarlas al lugar de la lucha.

Como consecuencia, la situación de su Rey debe ser prote­gida, mientras sus intítiles piezas deben combatir ociosa­mente lejos del campo de batalla.

10. P 3 T R 11. R 2 T

C2D P4A

12. P 3 A 13. A2AD

PSA P3TD

Las negras están retozando con un ligero intento de contra­juego. Necesitan avanzar su P C D y tratar de forzar la aper­tura de una columna mediante un cambio de Peones.

Esperan, de este modo, distraer la atención de las blancas del flanco de Rey. Pero desde luego esta es una fútil espe­ranza, pues el correspondiente avance de las blancas en el flanco de Rey es mucho más agresivo.

De este modo vemos el máximo esfuerzo de un juego defensivo, con un intento de distraer la atención del atacante y mediante un hostigamiento de grado muy íntimo.

14. e 3 A P3T?

Este movimiento sirve de ayuda al enemigo. Los movi­mientos de Peón del enroque, debilitan la posición de las negras. Con su última jugada, las negras han minado el apoyó de suPe R.

Esto hace posible el sacrificio ganancioso de las blancas contra el punto débil.

Otra objeción al último movimiento de las negras es que se trata de una jugada sin la menor consistencia.

137

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Desde el momento que las negras han demostrado su propósito de contraatacar el flanco de Dama, deberían jugar ... P 4 C D. En lugar de esto, las negras han vacilado. No saben lo que se hacen ni saben lo que deben hacer.

En su ignorancia están derribando los pilares de su propia armazón defensiva.

15. P4 CR R2T 16. T 1 CR!

Las blancas, por el contrario, saben muy bien lo que les exige su posición. Están dispuestas a abrir columna en el flanco de Rey y han colocado su artillería pesada en la colum­na que se abrirá.

16. . .. T1CR 17. D 1 R C3AD

Aunque las negras pueden perder en cualquier momento, esto hace las cosas demasiado fáciles para su adversario.

Ya hemos visto que a partir de la jugada 14, el P C R de las negras se ha debilitado. En tal estado, el Peón no protege al Rey. «Debe ser protegido por las piezas».

Como consecuencia, el Caballo en 2 R estaba haciendo una labor útil, defendiendo el Peón.

18. e 4T' D1AR?

Otro error. El último movimiento de las blancas amenaza al débil Peón de Caballo Rey, el cual precisa de más protec­ción. 18 .... C 1 A sería Jo indicado.

Las negras han debilitado su posición de un modo irrepa­rable y sucumbirán ante un ataque aplastante.

19. exP e!! RxC

Si 19 .... D 2 A. 20. PxP; PxP. 21. e 4 T; e 2 R. 22. exP !; exc. 23. C 3 e ! Y las blancas ganan el Caballo clavado permaneciendo con ventaja material y con ataque aplastante.

20. PxP j. doble.

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Ahora las blancas irrumpen a través de la columna rle Caballo, lo que han preparado con sus jugadas, 11, 15 y 16.

Las negras tienen ya poco que elegir, pues si intentan 20 . . . . R 2 T, entonces 21. P X P j. dsc.

20. 21. PXP j.

R2A RxP

22: P 5 A j. 23. D 4 T j.

R2R RlR

El Rey negro está siendo atacado brutalmente. Las negra~ aún tienen más material que las blancas. Sin embargo, esto significa poca cosa darla la situación de las piezas blancas con todo su poder, mientras que las negras están obstaculi­zadas y con una actuación ineficaz, como ya habíamos pro­nosticado después de la jugada 9 de las negras.

24. P6A

Los acometedores Peones blancos tienen un irresistible poder dinártíico.

Si ahora las negras intentan 24 .... A 1 T, las blancas pue­den continuar simplemente con 25. TxT; DxT. 26. T 1 e R; D 1 A. 27. AXP. En este caso tienen un tercer Peón por la pieza y su ataque es arrollador.

24 .... AxP

Las negras ceden la pieza con objeto de detener el avance del Peón.

25. PXA TxT 26. TxT exPA

El Rey negro se encuentra ante el fuego cruzado de las piezas blancas.

27. A6ej. 28. A5Aj.

R2D RlR

29. AxP 30. T 1 e

DlT e teR

Como resultado de los errores, la defensa e~ defectuosa. Las negras sucumbirán.

Las negras han llegado al final de su camino. Las blancas

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anuncian ahora el mate en tres jugadas, con 31. A 6 e j.; R 1 A. 32. D 4 A j.; e 3 A. 33. Dxe mate.

Nótese la concentración de cuatro piezas blancas- Dama, Torre y dos Alfiles- contra el Rey privado de movimientos.

Las negras confiaban en la barrera del Peón para proteger al Rey de todo daño. Esta confianza estaba fundada en una idea equivocada: que permanecería así. Esto es la esencia de una mala idea defensiva.

Si el atacante está alerta y lo bastante agresivo, siempre encontrará la manera de romper una barrera puesta en su camino.

Cu(lndo . se está a la defensiva, la principal labor será vigi· lar todo movimiento mortífero que le pueden preparar. ¿Cómo? Una de las maneras es tratar de dar a las piezas. el máximo de movilidad, con el objeto de poder encontrarse en condiciones de contraatacar.

Si la situación no es apropiada para el contraataque, en­tonces la movildad es aún más necesaria. En tanto que las piezas de la defensa puedan disponer de libertad de acción, podrán acudir a la zona amenazada.

Por encima de todo, debe evitarse llegar a la situación de las negras, en la partida que hemos visto, después de sú. jugada 18, donde tres piezas, en el flanco de Dama nada hacen, en cuanto a la defensa de su Rey.

En la partida anterior no existe un apreciable esfuerzo defensivo. Las negras han cometido errores considerables en su defensa y esto les ha conducido al desastre.

En otras partidas veremos lo que sucede cuando el de­fensor realiza una buena labor.

Contrajuego gradual

El siguiente juego es característico. Las negras están en una situación deprimente, a consecuencia de su salida. Pero, como se verá, pronto se dan cuenta del peligro y se caneen; tran en tratar que sus piezas puedan moverse de un modo eficaz, procurando situarlas en las mejores casillas.

Habiendo aceptado un gambito, en la apertura, las negras disponen de un Peón de más. Pero no se dedican a conser­varlo, de un modo precario. Al llegar ya al sexto movimiento,

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. están dispuestas a cederlo. Esto es importante, pues muchos defensores han arruinado la partida, sin posible enmienda, por aferrarse a la idea de conservar con tesón su material.

Aun cuando las negras pierdan el enroque, no deben dés­mayar. El peligro será mínimo porque su marcha es satis­factoria. Como consecuencia, las blancas no podrán aprove­char la falta de enroque.

A su debido tiempo, las negras emprenderán el contra­ataque.

Este contraataque causará al adversario una verdadera sorpresa. Este es un juego que puede servir de ejemplo mu­chas veces. Parece, a primera vista, un juego decepcionante, porque las negras juegan tan bien que el trabajo de su defen· sa y contraataque parece ser una cosa sencilla. ¡Y no lo es!

l. P4R 2. C 3 AR

Gambito Evan.s

P4R C3AD

3. A4A 4. P 4 e D

A4A

Este es uno de 'los gambitos más interesantes. Las blancas ofrecen un Peón con objeto de establecer un fuerte centro de Peones y ganar tiempo para obtener una gran oportunidad de movimientos.

Si las negras no juegan cuidadosamente, pueden verse re­basadas por la iniciativa de las blancas.

4. AxPC

A la luz del comentario anterior, este es el momento de las decisiones. Las negras se encuentran ante una gran res­ponsabilidad, pero, como veremos por sus movimientos, se han dado cuenta de lo que se trama y se disponen a defen­derse.

5. P 3A A4T 6. P4D P3D!

Con su última jugada, las negras plantean a su adversario un problema difícil.

141

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La jugada 6 .... P 3 D ! es un buen movimiento, en el sentido técnico. Pero su impacto sicológico aún es mayor.

Por este movimiento, las negras conservan un Peón en el centro y preparan el desarrollo de su Alfil de Dama, lo cual es una gran cosa.

El movimiento tiene un profundo significado. Indica que las negras están dispuestas, ya en esta primera fase, a ceder el Peón extra.

Las blancas pueden recuperar el Peón con 7. PxP; PxP. 8. DxD j.; CxD. 9. CxP. Pero en este caso, se han cam­biado las Damas y con ello las posibilidades de ataque de las blancas. Las negras pueden continuar, simplemente con 9 .... A 3 R, con un prosaico final dé juego que, de un modo incomprensible, no tiene atracción para las blancas.

Las blancas, naturalmente, evitan esta posibilidad simpli­ficadora, pero es indudable que se encuentran sorprendidas por la revelación de que las negras están menos interesadas por la pérdida de material que por el éxito de su ataque de ruptura.

7. A 5 e R P3A s. n 3 e

El juego típico en un gambito: tratar de confundir al ad­versario con movimientos sorpresa.

Si las negras juegan 8 .... PxA, entonces 9. Axe (amena­zando mate).

8. .. . eR2R

Las negras hacen frente a la amenaza del mejor modo: desarrollando una pieza. 9. A 7 Aj.

Las blancas gastan un tiempo con objeto de forzar la pérdida del enroque de las negras. Generalmente, esto sería un grave defecto para la posición de la defensa, pero no en este caso, ya que las negras continúan defendiéndose con gran cuidado.

9 .... RlA 10. A 5 T

Amenazando D 7 A mate.

142

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Pero las negras deshacen fácilmente la amenaza, y al mis· mo tiempo consiguen espacio para su Dama. ~

10. .. . C3C 11. A 3 R D2R

Nótese cómo las negras, cuidadosamente, se van concen­trando para la maniobra de sus piezas.

12. o- o A3C 13. CD2D A3R!

¡Bien jugado! O la Dama blanca abandona la diagonal o tiene que jugar 14. P 5 D, con lo cual se cierra para el ataque.

14. P 5 D

Contrariamente a lo que parece, este avance no gana una pieza negra. ¡El contraataque es la respuesta!

14. 15. D 4 e

C4T A2D

16. P 4A C5A

Esto representa un marcado progreso para las negras. Las blancas se ven ahora impulsadas a juego de cambios,

lo cual da a las negras dos Alfiles contra Alfil y Caballo. Como se ve, los Alfiles de las negras llegarán a tener una

gran actividad, mientras que las piezas menores blancas os­cilarán buscando algo que hacer.

17. AxC PxA 18. e 4 T

Las negras amenazan ganar una pieza con ... P 3 C. Vemos cómo, poco a poco, 'las negras van pasando de la defensa al ataque.

18. ... D4R!

La situación de las negras ha mejorado notablemente. Han centralizado fuertemente a su Dama, atacando al Alfil de las blancas y también amenazando otras líneas.

Las negras, realmente, ahora fuerzan el paso, pues si 19.

143

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A 3 A; D 4 C !. 20. P 3 C; PxP. 21. P TxP; DxP j., y las blancas pueden abandonar con toda tranquilidad.

Duramente presionadas, las blancas han sido «estafadas».

19. A6C?

Es claro que si 19 .... PxA. 20. CxP j., ganando la Dama. Pero las negras no tienen por qué entrar en tal variante. El peligro real que tienen las negras ante sí, es si realizan el atrevido movimiento 19 .... D 4 C. A lo que seguiría 20. C (2 D) 3 A; D 3 T. 21. A 5 A, y con la descentralización de la Dama negra, el juego de las blancas mejoraría considera­blemente. En lugar de todo esto, las negras emprenden una notable combinación.

19. ... AxP j.!!

Forzando a las blancas a capturar, ya que no pueden per­mitir .. . Ax C. Y han de capturar con Rey, pues de hacerlo con la Torre, seguiría 20 .... D x T. ·

20. RxA DSDj. 21. R2 R

Otra vez las negras han forzado ·la réplica de las blancas, pues si 22, R 3 A; D 6 R mate, o si 22. R 1 R; DxT j.

21. ... AS C j.

Las negras deben estar muy seguras de lo que están haciendo, pues han sacrificado una pieza y su Caballo está bajo ataque. _

Si las blancas intentan 22. C (2 D) 3 A, seguiría 22 .... CxP, manteniendo una presión ganadora.

Una notable posibilidad sería 23. A 5 A; P 3 C R ! (no 23 . ... AxA ?? 24. CXD). 24. AxA; DxP j. 25. D 1 D; C 6 R j., seguido de ... DxD.

22. C(4T)3A PxA 23. DxC

Las negras tienen una pieza menos, por varios Peones,

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pero su Dama está en medio de la refriega, mientras que la Dama blanca está apartada.

23 .... TxP 24. T 1 cf? P4AR!

¡Hermosa jugada! Si ahora 25. PxP; T 1 R j. 26. R 1 D, y las negras pueden capturar la Torre con su Dama.

O: 25. PxP; T 1 R j. 26. R 1 A; D 6 D j. 27. R 2 A; D 7 Rmate.

25. DxPA D6Rj.

Forzando la réplica de las blancas, pues 26. R 1 D, permi­tiría ... DxT j.

26. R 1 A PxP

Pues si 27. CxT; D 7 R mate. Todo esto ha sido calculado por las negras con gran precisión y audacia.

27. DxPD j. RlC 28. CxP D6Dj.

Y las blancas abandonan. Si hubiesen jugado 29. R 2 A; DxC (3 A) j. 30. R 1 R;

D 7 R, mate. O bien 29. R 1 R; T 1 R !, y las blancas nada pueden hacer.

Si 30. CxT, ó 30. C (3 A) 2 D; D 7 R, mate. Este es un ejemplo de maestro, en el que se ve cómo el

defensor maneja sus piezas, consolida su posición y, gra­dualmente, emprende el contraataque.

Aun en el final del ataque de las negras, es un tributo para su .maniobra iniciada muy al principio. Debido al cui­dadoso impulso inicial, ha sido posible que cada pieza negra estuviese en su casilla precisa y en el tiempo debido.

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El preciado medio punto

En este juego también veremos la maravillosa defensa precavida y el contraataque realizado por las negraE .

En él se verá que el poder retirarse es una tarea muy difícil, y el realizarlo sin perder, es realmente algo notable, y el que lo realiza puede realmente sentirse orgulloso de ello.

Ga.mbito de Rey

l. P4R P4R 2. P4AR PxP

Las negras aceptan el gambito. Saben que para ellas es una dificultad y les representa una lucha defensiva muy dura.

Podrá observarse lo importante que es para un jugador la actitud adoptada en una apertura.

Si él comienza con indiferencia o ignorancia, puede ser aplastado por el gambito antes de que se dé cuenta de lo que está sucediendo.

Por otra parte, si él conoce lo que se trama, entonces se preparará desde un principio para una dura lucha. Como con­secuencia, las difíciles situaciones en que pueda encontrarse ya no serán una sorpresa para él.

Si se estudia con detenimiento esta partida, se verá lo importante que es adoptar esta actitud en el juego.

3. C3AR P4CR

Y este movimiento es también un riesgo calculado. Las negras defienden su avanzado Peón, el cual pronto caerá bajo el ataque. Sin embargo, en aras de esta protección, las negras debilitan el flanco de Rey, creando una brecha en la forma­ción de los Peones.

Más tarde, las blanc2s se aprovecharán de esta debilidad, para desencadenar un poderoso ataque. Pero las negras están bien preparadas para ello.

4. P4 TR

146

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Ahora el juego entra en una fase critica. Las blancas rom­pen la cadena de Peones de las negras, así como los Peones avanzados de las negras se encontrarán en peligro de ser capturados y, mientras tanto, la debilidad de las negras en el flanco de Rey persiste.

Si las negras, en un momento dado, enrocan en este lado, su Rey quedará expuesto al ataque.

4. PSe 5. e5R

Ahora las negras pueden defender su P e R con 5. P 4 T R. Pero después de 6. A 4 A; C 3 T R. 7. P 4 D. Las blancas, con su maniobra, habrán conseguido un fuerte centro y la certeza de la victoria. Las negras tendrían una penosa defensa, en una situación inferior.

De este modo, las negras realizarían una defensa pasiva, sin el menor ingenio.

Lo que precisan es: un sistemático desarrollo de manio­bra y contraataque. Así:

5. ... C3AR!

Las negras deben preparar el contraataque. Por la manio­bra del Caballo, las negras demuestran que el contraataque ·será la piedra de toque de su táctica, desde ahora.

El juego está muy complicado, ya que ambos jugadores luchan atacando.

6. A4A P4D 7. PxP A2e!

¡Más maniobra!

8. P4D e4 T

Las negras protegen el amenazado Peón y al mismo tiem­po tienden una trampa.

Si las blancas juegan 9. exP C, entonces 9 .... e 6 C, ¡da a las negras el juego ganado! Pues después de 10. T 2 T (ne­cesario para prevenir ... D X P T), y las blancas no tienen J;?~o.a jl,lga~.

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Por ejemplo, 11. R 2 A; Axe. 12. DxA; AxP j., seguido de mate.

0: 11. A 2 R; Axe, ganado. 0: 11. R 2 D; e SR j. 12. R 3D; Axe. 13. DxA; e 7 A j., ganando la Dama.

9. e3AD 0-0

Las negras no pueden dejar a su Rey en el centro, por eso enrocan. Pero, con sus Peones del flanco de Rey tan avanza­dos, pueden fácilmente encontrarse en una peligrosa situa­ción.

10. C2 R

Al final, se ganará el Peón del gambito, abriendo las co­lumnas en el flanco de Rey, al mismo tiempo.

Jugada a jugada, la situación cada vez se hace más crítica para las negras.

10. 11. PxP

P6A PxP

12. CxP P4e!

Esta es la clase de jugada que nos gusta ver, pues llega como una verdadera sorpresa. Es un movimiento· fuerte.

En este caso, la idea de 12. P 4 e l es dar a las negras un juego vigoroso sobre la diagonal que va desde 1 T D a 8 T K Así, si 13. AxP; DxP, con la posición prometedora para las negras, de acuerdo con sus propósitos de contrajuego.

Las blancas, con espíritu agresivo, prefieren optar por el ataque.

13. A 3 e 14. D 3D

A2e! ADXP

1s. es e 1 16. T 1 A

e3AR

Las blancas preparan el ataque con habilidad. Su inme­diata amenaza es 17. Txe, seguido de 18. DxP T, mate. Pero las negras encuentran un ingenioso contrajuego.

16. . .. TlR

Creando una casilla de escape para el Rey. Al mismo tiem-

148

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po, la Torre de las negras en 1 R está en una posición ame­nazadora, en la columna de Rey.

17. TxC!?

Aunque las negras no tienen la amenaza de un mate inme­diato, deben, no obstante, obrar con toda cautela y apro­vechar todos sus recursos.

La siguiente réplica de las negras es forzada, ya que no es posible ... D x T, a causa de AxA.

17. 18. DxPTj.

AxT R1A

19. exP!

Un movimiento brutal. Si las negras replican 19 .... Axe? ?, entonces 20. DXA, mate. Si juegan 19 .... D 2 R ? ? (amena­zando mate), las blanca:> juegan 20. A 6 T j., y mate a la próxi­ma jugada. Tampoco es útil 19 .... D 2 D ? ?, pues seguiría 20. A 6 T j.; R 2 R. 21. e S R j. dese., ganando la Dama.

A pesar del aspecto desesperado de la situación, las ne­gras encuentran una salida. ¡Un contrasacrificio!

19. ... TxCj.

¡Hay que maravillarse de la calma de las negras al enfren­tarse con tantos peligros!

· 20. RxT D2Rj.

Aquí se encuentra un punto sutil de la defensa de las ne­gras. Si ahora 21. R 1 A?; DxC! 22. A 6 T j.; A 2 ej. dese. ¡Y Ias negras tienen uní:l pieza de más!

21. R 3D!?

Un ingenioso movimiento conducente a despistar a las negras. Si 21. ... AxC ?. 22. A 6 T j.; R 1 R. 23. T 1 R; DxT. 24. DxA j., seguido de 25. DxA j., y las blancas tienen un ataque victorioso.

Pero las negras, después de 21. ... D XC !. 22. A 6 T j .;

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R 1 R. 23. T 1 R j.; A 2 R, tienen una defensa satisfactoria, con ventaja material.

En su intento por Ul.l activo contrajuego, las negras optan por un sutil recurso defensivo.

21. ... A5Aj.?l 22. AXA PXAj.

Si ahora 23. RxP, DxC j., forzando el cambio de Damas y quedando las negras con un final ganado.

23. R3A!

¿Jugarán las negras 23 .... DxC? Sería muy pobre la mentalidad de las negras si, solamente

por éonquistar una pieza, se decidiesen por la jugada 23 . ... DxC ?. A esta jugad<t seguiría 24. A 6 T j., y las blancas recuperarían la pieza con un juego ganado: 24 .... A 2 C. 25., D 8 T j., etc. O bien 24 .... R 1 (ó 2) R. 25. D 4 R j., ganando la Torre negra.

23 .... AXPj.!

Si las negras juegan 24. RXA, sigue 24 .... C 3 A j. 25. RxP; C 4 R j., y el ataque concentrado de las piezas negras es decisivo.

24. RXP A2C

Esta prudente retirada se impone, pues ·sería un suicidio jugar 24 .... DxC j. 25 DxD j.; RxD. 26. RxA, quedando las blancas con dos Peones de más y un final fácilmente ganado.

Después de esta retirada, la situación de las negras parece ser más sólida, mientras que se han debilitado las blancas.

Sin embargo, las negras, con dos Peones menos, no tienen muchas probabilidades de triunfo.

Ambos jugadores se deberán sentir satisfechos con tablas.

25. es e C3A 26. DSAj.

Si ahora 26 .... D 3 A ? ?. 27. C 7 T j.

150

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26. 21. n 6 ej.

RlR R2D

28. D S A j. Tablas

R1R

De común acuerdo, ambos jugadores dieron el juego por tablas, dándose cuenta que la discreción es la mejor parte del valor en esta situación.

A pesar del hecho que las negras perdieron la oportuni­dad de ganar en , el movimiento 21, este juego es digno de estudiarse. En efecto, el lapso de las negras da a la partida un sabor más realista y la hace más verosímil.

La principal impresión que se obtiene con este juego es que la dura lucha por un final honroso, es muchas veces más meritoria que la obtención de un juego ganado fácilmente, con una débil oposición.

Las negras deben permanecer alerta desde los comienzos de la partida hasta el final. El ganar tiempo solamente no parece evitar el desastre.

Con un juego semejante, puede sacarse la conclusión so­bre lo mucho que puede conseguirse armándose de paciencia y gran tesón, que se requieren para poder salir de una situa­ción dificultosa.

Defensa pasiva que. se co,nvierte en activa

Este caso es el más duro de todas las maniobras defensi­vas, en una partida de ajedrez. Transformar el carácter de la defensa, cuando todo parece depender de las decisiones del adversario. Pocos problemas, en ajedrez, son más intrincados. Pocos requieren más ingenio y más espíritu combativo, ya que obliga a enfrentarse con una ardua tarea, que requiere una gran voluntad.

Una labor difícil, pero no imposible. El principal reque­rimiento es saber darse cuenta de la verdadera situación y comprender lo que hay que hacer. Algunos jugadores están tan abrumados por la rutina que, estando a la defensiva, no les pasa por la imaginación el tratar de luchar adoptando una ofensiva fructuosa.

En el ejemplo que se indica a continuació11, la defensa está dirigida por un gran maestro. Aunque su posición, en su origen, está muy ahogada, lucha enérgicamente para resta-

151

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blecer una situación que le permita atacar, en lugar de de­fenderse simplemente.

El cambio llega de un modo repentino, hasta tal punto que, sorprendido su adversario, se desconcierta.

Gambito de Dama rehusado

1. P4 D P4D 2. P4AD P3R

Este movimiento es tan convencional que podemos, fácil­mente, olvidar sus consecuencias.

Con la jugada 2 ... . P 3 R, las negras adquieren la seguridad de tener un Peón en el centro. De esta manera impiden que las blancas ganen demasiado terreno en este, tan importante, sector del tablero.

Por otra parte, la jugada 2 .... P 3 R tiene un importante significado, ya que bloquea el movimiento del Alfil de Dama de las negras. De modo que en esta primera fase, las negras deben fijarse en este Alfil y darse cuenta que su limitación de movimientos puede causarles muchas desazones en el fu­turo.

El darse cuenta de los problemas con que se enfrenta un jugador, tan al principio de la partida, es de gran valor. Si uno se da cuenta de cuál va a ser su problema, ya tiene mucho adelantado para poder resolverlo.

Muchos jugadores han perdido el juego con las negras, en . esta apertura, precisamente porque estaban inconscientes de su situación defectuos-O\. Por lo cual jugaban plácidamente, sin hacer nada por liberar a su Alfil aprisionado.

3. C3AD C3AR 4. ASC CD2D

Ahora el aprisionamiento del Alfil de Dama de las negras parece estar peor que antes. Sin embargo, es un estado pro­visional de la cuestión.

5. P3R 6. C3A

P3A A2R

152

7. D2A 8. P 3 T D

0-0 TlR

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29 Posición después de 8. . .. T 1 R. La posición de las negras está extre­madamente ahogada. Una mirada a este diagrama nos muestra las difi­cultades con que tienen que enfren­tarse las negras. Las blancas tienen libertad y disponen de espacio. Las negras disponen de muy poca movi­lidad.

9. T lA PxP

Y ahora, con este cambio, retirando un Peón del centro, las negras dan a su adversario manos libres en el centro. Por ejemplo, les permite hacer tales movimientos como: 12. C 4 R ! y 17. P 4 R, con lo cual las blancas afianzan su posi­ción en el centro y consiguen una gran agresividad para su formación.

¿Significa esto que 9 .... PxP es un desatino? No del todo. Las negras tienen sus buenas razones para hacer este movi­miento. Es el paso preliminar para un cambio de piezas. El valor de tal cambio pronto se verá claramente.

10. AXP C4D 11. AXA DxA

¿Qué ha sucedido como consecuencia de este cambio de piezas?

Las negras han cambiado su precario Alfil de Rey por el activo Alfil de Dama de las blancas. Esto, ciertamente, re­presenta una mejora para el juego de las negras.

Además, como resultado del cambio, la Dama negra se encuentra ahora en la casilla 2 R, y esto es también una mejora.

Este ejemplo específico nos muestra por qué se aconseja que, en situaciones ahogadas, se busque el cambio de piezas, simplificando la posición.

De esta manera se pueden poner en marcha piezas inac-

153

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tivas y enfrentarlas con piezas activas del adversario. Esto es lo que ha sucedido en este caso.

12. e 4 R!

Siguiendo el razonamiento anterior, las blancas tratan de evitar otró cambio.

12. . .. e(4D)3A 13. e 3 e

Las negras siguen cavilando todavía sobre la manera de maniobrar con su Alfil.

En primer lugar, la jugada 13 .... P 4 R parece ser la res­puesta adecuada a todas las dificultades de "las negras, ya que les abre la diagonal de su aprisionado Alfil. Sin embargo, después de 13 .... P 4 R. 14. e 5 A, y las negras se encon­tratarán aún bajo presión, en una posición retrasada en des­arrollo y con pocas posibilidades.

Por esta razón, no realizan la jugada 13 .... P 4 R.

13. ... P4A!

Un excelente movimiento, que les promete, vagamente, la libertad para su Alfil, por un eventual ... A 2 D, y ... A 3 A. Pero el momento de la liberación está aún distante.

14. o- o 15. exP

PXP e3e

16. A2 T Tle

Parece un movimiento extraño, pero las negras no desean comprometerse con la jugada ... P 4 R.

No somos partidarios de los movimientos sin objeto, pero como compases de espera, estos movimientos son recomen­dables.

17. P 4 R

Este avance en el centro da como resultado limitar la mo­vilidad de las negras, asi ... e 4 D es imposible. Sin embargo, las negras pueden maniobrar con calma en el poco espacio que se les ha dejado.

t154

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17 .... TlD 18. T R 1 D A2D

¡Al fin el Alfil es liberado! Pero las negras aún están lejos de poder alcanzar la libertad.

19. P 5 R

A pesar de su apariencia agresiva, este movimiento abre posibilidades que las negras no tardarán en captar.

Sin embargo, el avance del Peón constituye una sutil t ram­pa, de posición. Si ahora 19 ... C 3 A 4 D, lo cual parece natural, las blancas replicarían con 20. C 4 R, seguido de C 6 D, con un juego poderoso.

Con el Caballo blanco firmemente afianzado en el cora­zón de la posición negra, éstas se encontrarían en situación muy apurada.

19. ... ClR!

Muy pocos jugadores harían este movimiento para man­tenerse en guardia contra el peligro de C 4 R, C 6 D.

20. A 1€ P 3 e Con la amenaza de mate, las blancas fuerzan a las negras

a debilitar su enroque.

21. D 4 R AST!

Por fin, la vigilancia de las negras es recompensada. El Alfil entra en juego agresivamente.

Desde luego, las blancas pueden replicar simplemente T 2 D, pero, sicológicamente, la liberación del Alfil es des~

agradable para ellas. Intentarán hacer retroceder al Alfil. Pero para conseguir

esto tienen que avanzar los Peones, con el resultado de crear puntos de invasión para las fuerzas negras. Esto será expli­cado en la nota siguiente.

22. P 3 CD A2D 23. P4TD

155

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Las blancas han rechazado el Alfil, pero por el avance de los Peones han abierto el flanco de Dama a una posible inva­sión de los Caballos negros. Más tarde, cuando el contra­ataque de las negras S¿!a como una riada, apostarán los Ca­ballos, agresivamente, en las casillas 5 C D y 6 A D.

Y todo esto, gracias a los movimientos de los Peones, que las negras han provocado astutamente.

23. C4D

Nótese lo siguiente: como resultado de los movimientos, de apariencia agresiva de las blancas, P 4 R y P 5 R, las ne­gras han sido capaces de apostar su Caballo en la casilla eterna 4 D.

Las cosas se están empezando a poner bien para las negras.

24. A 3D TDlA

Ahora amenaza ganar la calidad con C 6 A. (Véase la nota para el movimiento 23 de las blancas.)

25. A4A A3A 26. CXA PxC

Las negras han mejorado notablemente su posición. Han cambiado su baqueteado Alfil y su Caballo, en la casilla 4 D, en un fuerte baluarte.

27. T 3D C5C! 28. T 3AR T2A!

Preparando doblar las Torres en la columna abierta de Dama. El Caballo ha dejado la casilla 4 D para situarse en 5 C, que es aún más agresiva. Pero cuando precisamente las negras están a punto de salir de apuros, se les aparece un nuevo peligro;

29. P 4 T

Las blancas avanzan este Peón con objeto de debilitar el enroque negro. Las negras tienen que emprender una dura lucha.

~9. . .. T (2A) 2 D 30. P5T A D4C!

156

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¡Contraataque! Y amenaza de ... DxT.

31. T 1 R TSD!

eontrajuego en la columna abierta.

32. PxP! \

Ofreciendo su Dama. La idea es : 32. .. . T X D ? . 33. PxP A j.; R 1 A (forzado). 34. Pxe (=D) j. doble; RxD. 35. exT; Dxe. 36. e 6 D j.; R 2 R. 37. T 7 A j. Ahora, las negras deben entregar su Dama, y después de 37 .... DxT. 38. e X D; R X e, las negras quedan con un Peón menos y el juego perdido.

32. . .. PTXP

Las negras no aceptan el «sacrificio».

33. D 2 R T7D! 34. D 1 A?

La línea más juiciosa de juego sería 34. D 3 R, con una liquidación después del cambio de Damas. Pero las blancas, que han tenido la iniciativa durante la mayor parte de la partida, no pueden reconciliarse con la igualdad de juego, y éste es el punto básico de la partida.

30 Posición después de 34. D 1 A ? Las blancas amenazan ganar la ca­lidad con C 4 R. ¿Cómo se librarán las negras de esta amenaza?

34. ...

157

e7A!

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Las negras no hacen caso de la amenaza porque preten­den sacrificar su Dama.

35. e 4 R DXPR!

Ahora, al final, las negras se han cansado del papel de de­fensoras y toman la iniciativa. Si ahora 36. CxT; DxT, y las negras han ganado un Peón en el final del juego.

36. C6Aj. DxC 37. TxD CxT (3A,

¿Cuáles son las consecuencias de esta combinación de las -negras? Su Dama ha sido ampliamente compensada con To-rre, Caballo y Peón. ·

La misión principal de las negras, ahora, es atacar y cesar en la defensa.

38. T 1 A CSR!

Los caballos de las negras dominan el tablero. La ame­naza inmediata es: 39 .... T X P, forzando el final, en el cual las negras tienen dos Peones de ventaja.

Las blancas evitan este final sin esperanza, pero los Ca­ballos de las negras continúan su alegre marcha.

39. A2R CSD 40. A3A CXPA!

Ahora la amenaza es: 41. . .. CxA j. 42. PxC; T 8 D !, for­zando el final con ventaja negra.

Las blancas escapan a esto, pero los Caballos negros fuer­zan una decisiva penetración en la posición del Rey blanco.

41. D 4A C6D! 42. T 1 A C4R!

Las fuerzas negras, en un ataque decisivo, irrumpen en la posición del Rey blanco.

Las negras, ahora, no solamente están mejor de material, sino que sus fuerzas son más activas y conducen un ataque victorioso.

43. D 4 e 44. PxC

C(4R)XAj. 45. R¡T C7RJ.

158

CSAj.dsc.

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Las negras fuerzan al Rey blanco a retirarse a la primera fila. A las blancas no les gusta tener al Rey en esa fila, ame­nazado por la potente Torre negra en la séptima fila. Sin embargo, en el caso de 46. R 3 C, sigue 46 .. .. P 4 C !, amena- , zando 47 .... T 7 C, mate.

En esta variante, la; negras también ganan, si 47. T 2 A. Sigue TxT j. 48. RxT; C 6 D j., ganando la Dama.

Podrían escapar las blancas con 47. T 1 C R. Pero en este caso, las negras jugarían 47 .... T (1 D) 5 D !. 48. D 8 C j.; R 2 C. 49. D 5 R j.; P 3 A. 50. D 7 A j.; R 3 C. Ahora las negras están libres de jaques y continuarán con 51. ... C 4 T j. y 52 .... T 5 T, mate.

Estas variantes son notables porque las negras, haciendo uso de sus recursos de contraataque, inician su plan cuando las perspectivas son poco claras. Es decir, que las negras se benefician, por su táctica, de buscar buenas casillas para sus ·Caballos y doblando sus Torres en la columna de Dama.

Gracias a estos laboriosos preparativos, las negras son ahora dueñas de todo el tablero.

46. R 1 T T(7D)SD!

La Torre negra abandona su magnífico puesto en 7 D. Pero este control en la columna de Dama es un factor im­portante, que conduce a la victoria.

47. D 7 R R2C!

Este movimiento, de aspecto inocente, descubre de pronto que las negras disponen de otra columna abierta para sus maniobras.

Por una ¡::ruel ironía, han sido las blancas las que han abierto esta columna, mientras estaban realizando lo que creían un ataque ganador. (Véanse los movimientos 29, 30 y 32 de las blancas.)

La amenaza de las negras, en esta situación, es: 48 . ... T 1 T j. 49. R 1 C.; T 7 D. 50. T 2 A; C 6 T j., etc.

48. D 7 A

Atacando al Caballo, las blancas impiden la variante que

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se acaba de mostrar , pues las negras no pueden jugar ... T 7 D.

Sin embargo, dado que las piezas negras están tan bien colocadas, no hay dificultad en encontrar un camino dife­rente.

48. T (1 D) 4 D!

Obsérvese cómo el plan de ataque continúa desarrollán­dose admirablemente, teniendo como eje la columna abierta de Dama. Disponen de una operación combinada de sus tres piezas, que aplastarán a las blancas.

49. T 1 R T4CR!

Con la amenaza de ganar la Dama blanca, mediante ... C 4 D !, amenazando simultáneamente a la Dama y el mate con ... T 5 T. Por ejemp!o, 50 .... C 4 D. 51. D 2 T; T 4 T !, clavando la Dama.

Solamente la jugada de las blancas 50. T S R, parece ser de alguna utilidad, pero seguiría 50 .... T 8 D j. 51. R 2 T; T 7 C, mate.

50. DxPAD T1D! Abandonan

El último y plácido movimiento de las negras, deja a las blancas sin defensa contra la amenaza 51. ... T 1 T, mate.

¡Qué cantidad de cambios laboriosos han ocurrido desde el principio del juego hasta la crisis, convertida en un ata­que aplastante por parte de las negras! Esta partida es uno de los más instructivos ejemplos que se conocen de un cam­bio de una defensa pasiva a una ofensiva.

Hemos tratado esta partida con gran detalle porque crec.,'­mos que es de gran importancia para el estudio de cómo pueden resolverse los problemas de una manera práctica. En un juego de defensa con contraataque, el ideal es cambiar, como en este caso, en beneficio de la defensa las aparentes ventajas del atacante.

160

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CAPITULO VI

CUANDO YA NO HAY SOLUC!ON

En casi todas las partidas de ajedrez, llega un momento de crisis que debe ser reconocido. De una manera o de otra, un jugador arriesga algo. Si sabe lo que está haciendo, diría­mos que es «un riesgo calculado».

Si se comprende la naturaleza de esta crisis, si se da uno­cuenta de la manera en que se llegó a cierta línea de juego, si pudo preverse la naturaleza de la empresa que nos hemos echado encima y de las dificultades que la acompañan, todo ira bien. Pero si está ausente todo raciocinio, entonces el juego puede considerarse perdido, y con la defensa no se conseguirá nada.

Una de las cosas que hacen maestros a los grandes juga­dores es, precisamente, que se dan cuenta del momento en que <<no hay solución».

En la partida que sigue, el punto crucial no llega hasta el cuarto movimiento de las blancas, y si se estudia el juego, no cabrá duda que el jugador se dará perfecta cuenta de la crisis.

l. P4R 2. C3 AD

Gambito vien.és

P4R C3AD

3. P4A 4. P 4 D!?

PxP

Una de las formas más peligrosas del gambito que lleva a un punto sin salida, en cuanto al juego se refiere.

161

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Las blancas se apresuran a formar un amplio y potente centro de Peones, a costa de exponer su Rey a un ataque.

Esto hace que sea muy diferente, en este planteo, si el que juega con blancas es un inexperto, que no puede prever las peligrosas consecuencias de la réplica de las negras, o se trata de un maestro, que desde este momento se mantenga en guardia.

4. . ..

Con esta jugada, las negras llevan al Rey blanco a la Cll.·

silla 2 R, perdiendo el enroque y bloqueando al Alfil de Rey. Parece como si estuviera jugando un bisoño. Y precisamente porque el que conduce las blancas sabe que ha llegado a un punto crítico, hace que estas contrariedades se disuelvan como si nunca hubiesen existido.

5. R2R 6. C3A

P3D ASC

7. AxP 0-0-0 8. R3R!

Las blancas, sabiendo la importancia de cada movimien­to en su crítica situación, juegan haciendo uso de todos sus recursos. Para liberar su clavado Caballo, ahora amenazan con ... CxD, ganando una pieza.

Pero el movimiento del Rey tiene otro importante signi­ficado. Por ejemplo, protege al Alfil en la casilla 4 A, mien­tras, al mismo tiempo, permite que pueda jugar su A R.

8. 9. A2R

D4T D4T

10. P 3 T D AXC 11. RxA l

Las negras esperapan: 11. AxA; P 4 C R. 12. A 3 C; A 2 C. 13. C 2 R; P 4 T. 14. P 3 T; C 3 A, y las negras tienen buenas posibilidades de ataque.

Pero después del sorprendente movimiento del Rey, las blancas pueden responder a 11 .... P 4 C, con 12. P 4 C D, y después de 12 .... D 3 C, tienen 13. A 3 R, con potentes ame­nazas, tales como P 5 D, ó C S D, ó C 4 T.

11. 12. R 3 R

D4T j. DST

162

13. P 4 e D! 14. A 3 e

P4CR D3T

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La~ negras creen que tienen el ataque, pero se equivocan. Las blancas están montando un fuerte ataque sobre el fl~nco de Dama. Disponen también de una valiosa columna de A R para su Torre. El hecho asombroso es que su Rey se encu~n­tra a cubierto y seguro tras los Peones.

Las negras tienen sus fuerzas divididas y sin desarrollar, y su Dama se encuentra fuera de juego.

1s. P se 16. T 1 A R!

C(3A)2R e3AR

17. R2A 18. R 1 e

C3C D2C

Ahora no cabe duda que las blancas han superado la cr;sis. Su Rey ha enrocado artificialmente y está seguro, mientlas que el Rey negro se encuentra amenazado de desazones.

19. D2D 20. P4 TD

P3TR TlC

21. P 6 e!! 22. TxC!!

PTxP DxT

El juego de las blancas es muy fino. Por medio de 21. P 6 C ! !, fuerzan la apertura de una columna, que será utilizada en el ataque contra el Rey negro. Y con 22. T XC 1 !, eliminan una pieza negra que hubiera podido estorbar el avance del ataque. ·

23. A4Cj. 24. es D

RlC D2C

25. P 5 T

¿Es una buena defensa 25 .... P 4 C? Como es natural, la'.i blancas tratan de abrir línea contra

el Rey negro. Si las negras tratan de oponerse a estos propó­sitos con 25 .... P 4 C, las blancas tratarán de romper con 26. P 6 T; P 3 C. 27. P 7 j.; R 2 C. 28. P 8 (=D) j.; TxD. 29. TxT; RxT. 30. CxP A j.; R 2 C. 31. e 8 R; D 1 T (¡qué movimiento!). 32. D 3 A, y las blancas deben ganar.

25. . .. P4AR! 26. PTXP

Las blancas no toman en consideración el ataque a su Alfil y preparan el mate, empezando con 27. T 8 T j. !

26 .... PADXP 27. CxP

163

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Otra línea para ganar es: 27. D 3 A (amenazando con 28. exP, y 29. T 8 T, mate). Si entonces 27 .... T 1 A. 28. D 3 T decidiría en seguida.

27. e2R

O bien 27 .... R 2 A, permitiendo 28. D 3 A, con efectos aplastantes.

Una y otra vez nos debe maravillar la destreza de las blancas. Su Rey está perfectamente seguro, mientras que el Rey negro está expuesto a todos los golpes.

28. PxP

Sigue la amenaza. Esta vez es: 29. D 3 A; e 3 A. 30. T 8 T j.; R 2 A. 31. e 5 D j.; R 2 D. 32. P 6 A j. dsc., ganan­do la Dama.

28. D2A 29. P6A!!

Si 29 .... DxP. 30. D 3 A; C 3 A. 31. T 8 T j.; R 2 A; 32. e 5 D, mate.

Las negras pueden evitar esto, pero será a costa de tales pérdidas de material qne sería equivalente a abandonar.

29. 30. P 4 A 31. D 2 T 32. es D

e3A e2T e4e Dxe

33. PxD 34. D 7 T j. 35. T 1 ADj. 36. Txe, mate

exP R2A e3A

De este modo, se ha podido ver cómo el soberbio juego desplegado por las blancas, dándose cuenta de la crisis, ha salvado la partida y les ha proporcionado el triunfo.

Su vigilancia, capturando una pieza adversaria en el mo­vimiento 11, se realizó en el momento crucial de la lucha.

Muy pocos jugadores hubiesen visto aquella posibilidad sorprendente y que, en este caso, hizo cambiar por completo el juego. •

En la próxima partida, tenemos uno de los mejores ejem­plos de una crisis, la cual se desarrolla hacia el final de la apertura. Una vez que es alcanzado el punto crucial o peli-

164

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groso, cada jugador sabe exactamente cuál es su situación y debe hacer lo posible por vencer, evitando el fracaso.

Esta tensión se incrementa hasta un grado inconcebible, cuando cada jugador sigue el curso indicado para llegar a la predestinada conclusión.

l. P4D 2. P4AD

Gambito de Dama rehusado

P4D P3R

3. C3 AD 4. ASC

C3AR A2R

Es una apertura completamente distinta de la que hemos visto en el juego precedente. En ésta no se presenta ningún peligro inmediato para ninguno de los Reyes. Los objetivos de momento son imprecisos, y las posibilidades de llegar a un resultado son aún remotas.

S. C3A 6. T lA

CD2D 0-0

7. P 3 R P3CD

Con objeto de desarrollar su Alfil sobre la gran diagonal. La crisis, de un modo gradual, va adquiriendo forma.

8. PxP

Ahora, si las negras juegan su Caballo para recuperar el Peón, las blancas pueden dominar el centro, por medio de la jugada P 4 R, por ejemplo. Las negras recuperan el Peón, con su P R, con objeto de mantenerse firmes en el centro.

8. 9 A3D

PxP A2C

10. o- o P4A

Si en este punto, las blancas cambian peones, permitirán a las negras alguna libertad adicional. Por otra parte, las blan­cas necesitan centralizar un Caballo en la casilla S R. Para este propósito necesitan mantener el P D, en la casilla 4 D.

1

11. TlR PSA

.. 165

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Las blancas han pasado el punto crítico. Han permitido a las negras establecer «una mayoría de Peones en el flanco de Dama». Es decir, tres Peones negros contra dos Peones blancos, en dicho flanco.

Si las negras, de un modo sistemático, avanzan sus Peo­nes de este flanco, podrán obtener un Peón pasado que po­dría proporcionarles la victoria.

Las blancas, para contrarrestar este peligro, han de en­contrar compensaciones de alguna manera.

12. A 1 e 13. C5R!

P3TD P4e

14. P4 A 15., D 3 A

T 1 It ClA

Podrá observarse que las negras han puesto en movi­miento los Peones del flanco de Dama. ¿Cuál será el contra­juego de las blancas? Atacar el flanco de Rey. De este modo y desde ahora, se verá que las blancas tratan de organizar un ataque en el flanco de Rey.

Las negras necesitan preparar el avance de los Peones del flanco de Dama, pero también necesitan su tiempo para preparar una defensa adecuada de su Rey.

16. C2 R 17. AXA 18. AxC

e SR TxA PxA

19. D 3 e 20. e4 e 21. P 5 A

P3A RlT D2D

Ambos bandos realizan progresos, aunque las negras no se percatan de los peligros de su situación y están inclinadas a proceder más lentamt::nte.

22. TlA 23. T 4A

TlD D3D

24. D4T! TDl! /(.

Si las negras dispusiesen de tiempo suficiente, avanzarían los Peones del flanco de Dama. Las blancas deben atacar lo más rápidamente posible en el flanco de Rey. El modo de hacer esto, será abriendo líneas sobre el Rey, con el avance del pe R.

La continuación apropiada para las blancas será: 25. e 2 A (abriendo paso al Peón); A 4 D. 26. P 4 C R; P 3 T (evitando P 5). , 27. D 3 C (para poder jugar el P T R); P 5 C. 28.

166

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P 4 T R !, y las blancas estarán dispuestas a avanzar P 5 C, como un contrapeso a la amenaza de las negras sobre el otro flanco.

2s. e 3 A?

La jugada anterior de las blancas es un desacierto, ya que desprecia la posibilidad de avance del P C R. Aparte de esto, la movida del Caballo es una pérdida de tiempo, ya que las negras pueden desalojado con ... P S C.

2S. 26. C2A

A4D D3A

27. T 1 A 28. C2R

P5C D5T

Ahora las blancas están fuertemente presionadas. Para empezar hay la amenaza ... DxP.

29. e 4 e!

¡Muy bien! Si 29 .... DxP ?. 30. CxP; PxC. 31. DXP A jaque y ganan. Las negras deben precaverse contra esta ame­naza.

29 .... C2D 30. T ( 4 A) 2 A !

Otro, brillante recurso, el cual combina la amenaza en el flanco de Rey con la ddensa en el flanco . de Dama. Después de 30 .... DxP. 31. C 4 A; A 2 A. 32. C 6 C j.; AxC. 33. PxA, el ataque de las blancas debe tener éxito.

Por ejemplo: 33 .... P 3 T. 34. CxP T ! !; PxC. 35. DxP T j.; R 1 C. 36. T 5 A !, a lo que seguirá 37. T S T, decidiendo el juego a favor de l~s blancas.

O bien 33 .... C 1 A. 34. CxP !; PxC. 35. TxP; R 1 C. 36. T 7 A y ganan las blancas.

30. R1C 31. e 1 A P6A!

Así las negras obtienen el peligroso Peón pasado, cuya existencia se había profetizado cuando 11. ... P S A. Por este Peón la situación de las blancas es realmente desesperada.

167

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32. P 3 en 33. P 3 T R

D3A P4TD

34. e 2 T 35. P 4 e

PST PxP

De movimiento en movimiento, la tensión va aumentando. Las negras deben detenerse un momento, antes de proseguir su ataque, para jugar 36 .... P 3 T. Y después de 37. D 3 C; C 1 A. 38. P 4 T; C 2 T, las blancas son incapaces de jugar P 5 C. Y el ataque de las negras en el flanco de Dama conti­nuará su curso.

36. PxP TlT?

Este es el verdadero punto crítico para las negras. Al consentir el siguiente movimiento de las blancas, están abo­cadas a la derrota. ··

37. P se!! T6T 38. e 4 e!

Con este ingenioso y valeroso contraataque de las blan­cas, logran salvar el juego. Las negras ahora ganan un Peón, con lo cual consiguen dos Peones ligados y pasados. Estos necesitan pocos movimientos para alcanzar la octava fila.

38. . .. AXP

La jugada 38 .... T x P, invitando al cambio y conservando el Alfil para defender el flanco de Rey, no es suficiente. Por ejemplo 38 .... TxP. 39. CxT; AxC. 40. T 2 C R; R · l T. 41. PxP; PxP. 42. C 5 R; CxC. 43. PxC y ahora las blan­cas ganan después de 43 .... TxP. 44. D 6 T ! O bien 43 . .. . P 7 A. 44. P 6 R ! y ganan.

Pero después del último movimiento (38 .... AXP) las ne. gras esperan 39. CxA ?; TxC. 40. T 2 C R; T 7 C !

En su lugar, las blancas dejan de capturar el Alfil y ganan un tiempo valioso.

39. T 2 CR!

Si ahora 39 .... PxP. 40. DxP; R 1 A. 41. CXA; TxC. 42. P 6 A. y las blancas ganan.

168

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39. . . . RlT 40. PxP

Si las negras intentan 40 .. .. exP, entonces 41. e .5 R; D 1 R. 42., e 6 ej.

40 .... · PxP 41. exA! i

Ahora la ausencia del Alfil se hace sentir en 'la defensa de las negras.

41. ... Txe 42. e 6 T

Las blancas amenazan 43. T 8 e mate. Y si 42 . .. . T 1 R. 43. e 7 A mate.

42. ... T 2 e

La única defensa. Pero las blancas tienen todavía buenos recursos.

43. T x T RxT 44. D 3 ej.!

Y ahora si 44 .... R 1 A. 45. D 8 e j. y 46. DxT.

44. .. . Rxe 45. RlT!!

En caso de 45. T 4 A, las negras consiguen jaque continuo con 45 .... T 8 e j., etc.

45. 46. T 1 eR 47. D4Tj . 48. D4Aj.

D4D DxPA D4T D4e

49. TXD 50. D6Dj. 51. Dxe 52. D X P mate.

PxT R4T P7A

En estos dos brillantes juegos han podido observarse ejemplos de uno de los más importantes conceptos del aje­drez. El momento crítico que obliga a un jugador a continuar un cierto curso.

Se han visto las enormes ventajas que reporta a un juga­dor estar familiarizado con la teoría del punto critico.

T69

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No darse cuenta de la gravedad de encontrarse en este punto crítico, deja al jugador que tal hace a merced de su adversario.

Poseer este conocimiento, proporciona la claridad nece­saria para poder hacer uso de todas las armas disponibles en una defensa, cuando se encuentra un jugador sometido a una dura presión por un ataque enemigo.

\

110

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IN DICE

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PRIMERA PARTE

Cómo explotar lo ventaja

I. El bando que posee mayoría de fuerza debe vencer 7 --~;- ' '

II. La imp01·tancia de la promoción del Peón . 18

III. Finales de Reyes y Peones . 21

IV. Finales con una pieza de ventaja 31

V. Finales con ventaja de calidad . 38

VI. Finales de Torre y Peón 45

VII. Finales de piezas menores 55

VIII. Otros tipos de finales 63

IX. Cómo simplificar para conseguir un final victo-

~m ro X. Excepciones : no siempre se vence cuando se tiene

ventaja material 81

XI. La confianza excesiva es peligrosa . 87

173

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SEGUNDA PARTE

Cómo luchar en lo defensa

I. Contraataque. Cómo resolver la crisis . 97

II. Recursos de la defensa. Cómo simplificarla 108

III. Actuar a medias es mejor que no hacer nada . 118

IV. Defensas defectuosas 127

V. Ejemplos prácticos de defensa 135

VI. Cuando ya no hay solución . 161