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 Nancy Morejón Author(s): Judy Maloof and Nancy Morejón Source: Hispamérica, Año 25, No. 73 (Apr., 1996), pp. 47-58 Published by: Saul Sosnowski Stable URL: http://www.jstor.org/stable/20539891  . Accessed: 22/02/2015 00:08 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at  . http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp  . JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected].  . Saul Sosnowski is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Hispamérica. http://www.jstor.org

20539891

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Nancy Morejón, Poesía cubana

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  • Nancy MorejnAuthor(s): Judy Maloof and Nancy MorejnSource: Hispamrica, Ao 25, No. 73 (Apr., 1996), pp. 47-58Published by: Saul SosnowskiStable URL: http://www.jstor.org/stable/20539891 .Accessed: 22/02/2015 00:08

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  • Nancy Morej?n

    JUDY MALOOF

    ?Podemos comenzar hablando de tu infancia, de algunos recuerdos de cuando eras ni?a?

    S?. Mis recuerdos de infancia son muchos, incluso he estado tentada a es cribir sobre esos recuerdos porque pienso que es una etapa de mi vida muy particular donde se form? toda mi personalidad, como la de casi todo el mun

    do, ?no? Es un terreno lleno de misterio, de cosas m?gicas.

    ?En qu? parte de la isla naciste?

    Nacida y criada en La Habana. En mi infancia, La Habana, la ciudad, como creo que en toda mi vida, ha tenido una importancia muy grande. La Habana

    siempre tiene un lugar preponderante en esos recuerdos. Mi familia y La Ha

    bana, La Habana sonora, la sonoridad de la ciudad.

    ?Puedes describir algunas de las im?genes que evocas al pensar en tu ba

    rrio?

    Del barrio popular, Los Sitios, un barrio que tiene mucho folklore, barrio de

    grandes rumberos, despu?s te voy a contar algunos recuerdos interesantes. He escrito alguna cr?nica, algunos poemas, y algunas cosas sueltas, pero yo creo

    que es hora ya de que yo me siente a reflexionar, a traer esos recuerdos de una

    Nancy Morej?n es la autora de los siguientes poemarios: Mutismo, Amor, ciudad atribuida, Ri chard trajo su flauta y otros argumentos, Parajes de una ?poca, Octubre imprescindible, y Pie dra pulida. Entre sus trabajos de investigaci?n se encuentran: Recopilaci?n de textos sobre

    Nicol?s Guillen, Naci?n y mestizaje en Nicol?s Guillen y Fundaci?n de la imagen, una colec ci?n de ensayos sobre la cultura cubana y de cr?tica literaria sobre Mirta Aguirre, Jos? Lezama

    Lima, Gioconda Belli, Carlos Pellicer, L?ngsten Hughes, Jacques Romain, y Edward Brath

    waite, entre otros.

    Judy Maloof, doctorada por la Universidad de California-San Diego, es autora de Over Her Dead Body: The Construction of Male Subjectivity in Onetti. Actualmente se desempe?a como profesora de literatura latinoamericana y chicana en Ohio State University y prepara un libro de testimonios de mujeres cubanas y chilenas. Esta entrevista se llev? a cabo en julio de 1992 en

    Casa de las Americas (La Habana).

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  • 48 NANCY MOREJ?N

    manera sistem?tica para armar un corpus interesante de cosas. Y realmente no

    he tenido la oportunidad. No he tenido el tiempo de hacerlo, pero te dir?a que mi infancia no fue una infancia pl?cida, aunque fue una infancia llena de amor

    y yo, de hecho, soy una persona muy afectiva. Soy ?nica hija. Recuerdo mu cho el amor de mis padres hacia m?, mucho cuidado hacia m? y eso conforma el noventa y cinco por ciento del sentido de la seguridad que tiene uno. Era, bueno, hija de un hogar muy humilde; mi madre dej? de trabajar al casarse con

    mi padre. Ella fue una modista; tambi?n fue despalilladora de tabaco . Y mi

    padre, antes de casarse con mi madre, era marinero. Ya cuando nac? yo,

    despu?s de casado con mi madre, ?l se estableci? en el pa?s, no quiso viajar m?s, no naveg? m?s. Como dec?a ?l: "No voy a navegar m?s, me dije, porque naci? mi hija". Se convirti? entonces en un estibador de los muelles.

    ?C?mo era tu car?cter cuando eras ni?a?

    Yo era una ni?a introvertida, muy ensimismada, no porque sufriera, sino

    que ten?a un mundo interior. Yo recuerdo, por ejemplo, mirar hormigas; me gustaba coger los libros, de peque?a, y mirar, no le?a. Hay un detalle impor tant?simo: mi padre ten?a una biblioteca, muy pobre, muy sencilla, pero era un hombre aficionado a la lectura, a los libros.

    ?Tupadre ha sido una de las influencias m?s importantes en tu vida? ?Te transmiti? el amor por los libros, por la literatura, por las palabras?

    S?, definitivamente. Mi padre muri? ya en el a?o 87, para mi desgracia, y mi madre vive todav?a. Ellos eran sindicalistas y pertenecieron al primer Parti do Comunista; esa vida les dio el nivel acad?mico, el poco nivel acad?mico que adquirieron. Leyeron mucho, fueron autodidactas; yo creo que alcanzaron un refinamiento envidiable y muy elogiable tambi?n, porque eran personas nacidas de un mundo en donde eso no exist?a, ni era un derecho de ellos.

    Esto es muy admirable. ?Tuspadres eran religiosos?

    No, para nada. Mi padre, todo lo contrario, era un comunista. Yo me form?

    alejada de la religi?n por completo. Me criaron con el tab? natural que hab?a en esa ?poca en relaci?n con la santer?a y esas cosas.

    ?Te interesaron los libros desde muy ni?a?

    Yo tengo recuerdos de esa cosa ensimismada. Me gustaba mirar por las p? ginas los libros, imitar un poco a mi pap?. Antes de hablar yo esperaba la sali

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  • JUDY MALOOF 49

    da de la revista Bohemia. Los viernes llegaba a La Habana; cuando el tipo ven?a y tra?a el peri?dico yo lo esperaba: ten?a dos a?os. Bohemia fue una de las primeras palabras que pronunci?; la hablaba mal, dec?a "Gohemia". Y si no

    llegaba era un llanto. Hasta que despu?s, bueno, aprend? a leer en mi casa, con mi madre. Me ense?? las primeras letras, las primeras cosas, hasta que fui viendo que siempre tuve una que otra inclinaci?n intelectual. Yo esperaba ver una fila con un maestro en el colegio, el colegio que fue despu?s mi colegio, y yo me iba y mi mam? me agarraba. Me iba al colegio y de pronto me ten?an

    que traer del colegio para mi casa.

    ?Hubo alguna maestra o maestro que ejerci? una influencia especial en tu vida?

    S?, recuerdo mucho a la maestra que se llamaba Beba. No s? si existir? o no; creo que est? fuera del pa?s. Era mi maestra de Kindergarten. A los dos a?os hablaba, ya antes del a?o hablaba mucho. La palabra era importante para m? y entonces, a los dos a?os yo estaba en el Kindergarten y esa muchacha me ado raba. Recuerdo que ella me invit? a su casa alguna vez, fuera de las cosas de las clases, y mi mami me llev?. Pas? un d?a con ella, unos d?as con ella y su fa

    milia. Era una familia blanca, muy distinguida que viv?a por El Vedado. Fue mi primera incursi?n a El Vedado, que no olvidar? nunca porque fue muy agradable. Yo estaba muy nerviosa porque era como un... ?c?mo decirte? una deferencia ?no? en realidad, eso es.

    Entonces, la conciencia de clase y de raza se despert? en ti cuando eras

    muy joven. ?Quieres hablar un poco m?s de este proceso?

    Hubo un episodio en mi infancia que me marc?, pienso, para toda mi sensi bilidad en relaci?n con las razas. Yo era una estudiante muy destacada, me lle

    vaba diplomas y cosas de esas. Entonces, en este colegio privado, colegio Aca demia de la Plaza del que guardo gratos recuerdos, hubo un incidente

    importante. Hab?a que representar una obra. Yo estar?a en segundo grado, primero o segundo grado y hab?a que representar una obra para la ceremonia de graduaci?n. La historia es un cuento infantil donde estaba una gallina con unos pollitos. Era una historia, un argumento X, y hab?a un pollito malo, un

    pollito malo que sal?a de todos los c?nones, de todas las cosas, el pollito negro. Todos los pollitos segu?an a la gallina, que s? yo. Entonces me escogen a m?

    para ser el pollito negro. La conducta del pollito negro era como la oveja negra ?no? Y yo lo hice, pero me qued? muy traumatizada porque, dije, bueno, ?por qu? han pensado en m? si yo soy una estudiante tan buena, con tantos diplo

    mas, con tantas cosas? ?E hice el pollito malo!

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  • 50 NANCY MOREJ?N

    ?Qu? hicieron tus padres cuando les contaste?

    Ellos fueron a la escuela. Yo nac? en un lugar de mucha conciencia, de mucha sensibilidad para esos problemas. A partir de entonces, la directora

    comprendi? el error. Se dej? llevar por el color y por aquella cosa de que yo era de las pocas negritas que hab?a en la escuela, pero despu?s ella siempre tuvo mucho cuidado conmigo, tremendo cuidado. Hab?a muy pocos negros en ese colegio, hab?a dos o tres muchachas, recuerdo, dos o tres nada m?s

    hab?amos, hijos de m?dicos. Era una escuela privada que mi padre pagaba con much?simo esfuerzo, pero muy modesta porque era una escuela de barrio. Es taba en esa ?poca el Instituto Edison, estaba el Colegio-Academia Pitman, que eran escuelas privadas, pero al alcance de cierta clase, es decir, de empleados y gente que pod?a repi?ar su dinero para mandar a los hijos ah?.

    Aparte de este incidente, ?te acuerdas de haber sufrido el racismo?

    El problema no es que t? te sientas discriminada porque esas cosas son muy complejas. No son tan en blanco y negro como la gente las ve. Y yo no lo sent? por parte de mis amiguitos, porque eran ni?os tambi?n y los ni?os son ni?os. Los ni?os no son la sociedad. Y yo ten?a grandes amigos e iba con ellos a sus casas, qu? s? yo. Pero yo ten?a la sensaci?n de aislamiento, siempre fue una sensaci?n muy particular en m?. ?Estaba aislada! Puesto que no hab?a una gran cantidad de ni?os negros all?, ni mulatos siquiera.

    Y en tu barrio, ?s? hab?a?

    En mi barrio, claro, naturalmente. Era un barrio lleno de negros, de mulatos

    y de blancos tambi?n. En los ?ltimos a?os aqu? se ha desatado de alguna ma nera la teor?a de la marginalidad ?que yo considero totalmente falsa? que es una interpretaci?n oportunista de un pasado, que nadie puede probar, porque si yo te digo ahora y te hago una teor?a de la marginalidad, t? te la tienes que cre er porque no la viviste y no hay nada que pueda probarte lo contrario. Pero, por ejemplo, yo me form? en un mundo esencialmente popular, pero tambi?n compuesto por muchos blancos. No se puede decir que en esos barrios con viv?an solamente lumpen, all? conviv?an trabajadores. Mi mam? era una traba

    jadora y no puede plantearse que el marginal forma parte del lumpen proleta riado. Estas clasificaciones del marxismo son valiosas pero a veces tambi?n

    responden a situaciones y concepciones abstractas y ajenas. El lumpen-prole tariado que le sirvi? a Marx para crear su teor?a, no creo que haya sido para nada con el que yo conviv? en los a?os 40. All? tambi?n viv?an personas blan

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  • JUDY MALOOF 51

    cas con muchas dificultades econ?micas y con una conciencia tambi?n de eso, con una pertenencia de barrio. Con esto quiero decirte que tambi?n conoc? a

    muchas personas en la lucha por la vida, por cambiar esa sociedad. Y como mis padres eran personas excepcionales esa historia m?a es muy excepcional. Ellos estaban comprometidos, iban a reuniones, iban a cosas. Yo me form? en un mundo un poco alerta, con una conciencia un poco m?s despierta, una sen

    sibilidad para estas cuestiones y no una posici?n conformista. De todas man

    eras, yo guardo un recuerdo muy hermoso y a?oro mucho esos a?os. Te digo lo siguiente, una cosa de las que escrib?: evoco esos a?os y me doy cuenta que lo que m?s aflora en esos recuerdos es la sonoridad.

    ?Qu? tipo de sonoridad evocas? ?Tienes muchos recuerdos de la m?sica?

    S?, la m?sica, la guaracha. Porque, en realidad, yo me form? tambi?n en ese barrio rodeada de m?sicos talentos?simos. Por algo mi libro Richard trajo su

    flauta y otros argumentos [1967] es un homenaje a un gran m?sico que vivi? y que me acompa?? en mi infancia y que es mi familia literaria, Richard Egues, el flautista de la Orquesta Arag?n. Seguro que ya no es flautista de esa orques ta pero, bueno, todo el mundo lo conoce como el flautista de la Orquesta

    Arag?n, que tiene tantas cosas maravillosas como "El bodeguero", "El bom b?n chavo", y muchas cosas as?. Yo escrib? este poemario como un homenaje a las familias de ese corte, barrio, etc. Entonces, en alg?n momento de mi vida,

    mi madre me puso a estudiar piano y yo me negu?. Fui a las primeras clases, algunas clases de solfeo, pero, no, me negu?. Yo dec?a, me est?n reduciendo.

    Aqu? todo el mundo tiene que ser deportista, si puede, o m?sico, o enfermero.

    Tengo unas fotos, unas fotos de ocho a?os, vestida de enfermera. Yo, que hu

    biera sido un desastre con una persona en mis manos para curar y para inyec

    tar, yo que soy tan torpe para la cosa manual. Realmente era una locura ser yo eso. Me rebel?, me rebel? para mi mal, porque considero que yo hubiera sido un m?sico atendible, muy atendible, y creo que me hubiera realizado much?si mo m?s. Con esto quiero decirte que recuerdo. Por ejemplo, si estoy desvelada, vienen los cantos que yo escuchaba en la calle, de madrugada, coros de clave,

    preciosos coros de clave, rumbas sin tambores, rumbas tocadas con los cuerpos de la gente. La gente ven?a de una fiesta, de cosas en la calle y de pronto im

    provisaban a las dos de la ma?ana una rumba. Cada persona hac?a el golpe de un tambor y estaban los coros y la gente bailaba y yo recuerdo aquello. Debo

    decir, para serte franca, que mis padres, como teman ese af?n, ten?an esa sensi

    bilidad para la cosa pol?tica, para la vida social y todo eso, ellos estaban muy en guardia de que tambi?n hab?a un mundo lumpen, un mundo delincuencial y todo ese mundo, y me trataron de formar a m? con la mejor voluntad ? espaldas de esto. Yo lo comprendo, pero me cre? muchas limitaciones en una ?poca y

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    llevaba adentro muchas cosas que s?lo la revoluci?n despu?s liber?. Por ejem plo, hay una an?cdota maravillosa con mi t?o, mi t?o del alma, el t?o que yo

    m?s quise, Juan, que dicen que era un rumbero maravilloso. Yo lo vi bailar a ?l una vez y me marc? para toda la vida. Me llev? un d?a cuando ten?a tres o cua tro a?os. Me dijo: "Vamos, vamos a pasear." Y yo fui a pasear con mi t?o. Y de pronto estaba yo en una rumba enorme. ?Pero muy llena de gente! Una fies ta, la fiesta m?s sonora y m?s tremenda que recuerdo en mi infancia. Y me

    asust?, me impresion?, porque yo viv?a en el mundo de mi casa, que no era rui doso. En el mundo de mi casa no se hac?an esas cosas; all?, se le?a. Y yo estaba sentadita as? y de pronto empec? a llorar, no porque lo rechazara, quiz?s, ya que los ni?os a veces se comunican con el llanto. Y le dije: "?T?o, t?o, t?o, s? came de aqu?, s?came de aqu?, s?came de aqu?!". Llego a mi casa, llegamos los dos, y digo: "?Mami, mami, t?o me llev? para una fiesta de negros!". A m? me

    impresion? mucho. Me marc? toda la vida porque para m?, lo que representa la rumba como expresi?n de la m?sica cubana es una cosa realmente muy poderosa y s? que esa zona la hered? de la familia de mi madre, de mi t?o Juan, que era un rumbero maravilloso. Y se me iban los o?dos, ven?a una conga, por ejemplo, las congas llegaban y llegaban las olleras y llegaban las jardineras y llegaban... Pasaban, porque por ese barrio se hallaban las grandes comparsas tradicionales. Y yo, por dentro, con la necesidad de irme detr?s de la conga, la necesidad de participar en aquello. Sin embargo, bueno, despu?s del 59 estas cosas entraron a la categor?a de lo folkl?rico. Como dec?a Sarita G?mez, que era tan simp?tica: "Bueno, lo que pa' los negros es atraso, ustedes dicen que pa' los negros es atraso, que s? yo, no s?, cuando los blancos se interesan, en

    tonces es folklore". Si nosotros lo hacemos, no lo es. Son cap?tulos fundamen tales de mi formaci?n como escritora.

    Tambi?n escribes sobre la m?sica ?no? Acabo de leer un art?culo muy her moso que escribiste sobre Jos? Antonio M?ndez, el gran cantante de boleros.

    ?Ah s?, claro! Me afect? mucho esa muerte, que fue una muerte s?bita. Y escrib? uno de los art?culos m?s bellos que yo creo que he escrito. Tambi?n era un art?culo de condolencia para Richard, que era su hermano. Y me sali? muy bien, porque, a veces, cuando precisamente est?s m?s herido de una cosa, la cosa te conmueve m?s o no te funciona. Pero para m? la m?sica est? en mi lite ratura, es fundamental. La m?sica cubana, est? muy ah?...Por otra parte mi pa dre estudi? trompeta, estudi? bajo, pero nunca lleg? a ser un m?sico porque fue un hombre de una vida azarosa. En sus a?os de marinero tuvo muchos v?n culos con muchos grupos de jazz norteamericano. Mi padre no hablaba mucho. Era una maravilla de persona, no hablaba mucho. Pero un buen d?a as?, cuando estaba navegando ??l siempre usaba la palabra navegar? yo iba, all? en la

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    Louisiana, al lugar de ensayo de Louis Armstrong. Y lo conoc?. Yo iba, yo sab?a las horas, los horarios de ensayo, yo iba para o?rlo. Y me acuerdo tam bi?n que ten?a la sonoridad de la rumba, del mundo negro de los barrios. Pues ten?a el mundo del jazz, compartido, el jazz negro, el jazz norteamericano.

    ?En tu casa se escuchaban discos de jazz?

    S?, muchos. En esa ?poca, ya cuando yo era peque?a, ten?amos un tocadis cos RCA V?ctor, que ten?a un perro enorme. Era un fon?grafo, y Papi ten?a una colecci?n de discos. Papi tema las primeras colecciones del tr?o de Nat King Cole, que ?l, que era un hombre desprendido, prest? alguna vez a alg?n aficio nado y la persona nunca las devolvi?. Por la v?a de mi padre yo o? las grandes orquestas: Glenn Miller en los a?os de la Segunda Guerra mundial, Benny Goodman, bueno, todos, Armstrong, Frank Sinatra, Nat King Cole, los

    grandes, Count Basie, incluso Billie Holliday, todo el mundo, todo el mundo, no quiero mencionar m?s.

    ?Como adolescente te gustaba el rock'n roll?

    Como adolescente, ya como teenager, era muy propensa al rock. Era fan?ti ca, pero era rockera de veras. Pero, bueno, rockera de Elvis Presley, de Bill

    Haley y de Little Richard. Pero quiero decirte que estas dos manifestaciones de

    Afro-Am?rica, el jazz y el rock, tan importantes, estuvieron siempre muy pre sentes en mi formaci?n, en mi vida personal, y creo que de alguna manera yo las voy a desarrollar de una manera m?s profunda.

    ?Cu?les son algunos de tus recuerdos de la Revoluci?n Cubana?

    En medio de todos estos recuerdos tendr? que decirte que la revoluci?n no

    lleg? a m? de una manera ajena. Hay cosas que viv?amos. Conocimos el terror en los a?os 50, en los a?os en que mataban gente en las estaciones de polic?a cercanas, cosas as?. Aparec?an muertos, sonaban bombas en la noche. Yo re

    cuerdo eso mucho. Tuve mucha, mucha precocidad en ese sentido. Entonces, la revoluci?n triunfa y, bueno, fue como una carta de identidad, enorme. No sotros simpatiz?bamos porque est?bamos dentro de ella.

    ?Cu?ntos a?os ten?as cuando triunf? la Revoluci?n? ?C?mo te marcaron

    personalmente los cambios en la sociedad cubana despu?s de la Revoluci?n?

    Ten?a 14 a?os, justamente saliendo de la infancia y entrando en la adoles cencia. Y fue realmente un cambio de valores extraordinario. Una de las cosas

    que m?s me atrajo, independientemente de la reforma agraria, de la reforma

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  • 54 NANCY MOREJ?N

    urbana, fueron algunas alocuciones de Fidel, siendo primer ministro, en rela

    ci?n con la cuesti?n racial. Fue muy tajante porque empezaron los malestares de que por qu? los negros ten?an que entrar a tal sitio y a tal otro. Se decret? acceso libre a todas las playas, a los clubs, que se convirtieron despu?s en c?r culos de los sindicatos y cosas as?. Fue una etapa realmente hermosa donde se form? toda mi vida intelectual, ya en la universidad, porque en el 62 ingreso a la universidad. Toda la human?stica de entonces, que era realmente muy eficaz,

    una gran tradici?n, hay que reconocerlo as?. Ten?a, en algunos casos, una vo

    caci?n quiz? un poco euroc?ntrica. Por los a?os en que empezaron a descu

    brirse, empezamos a descubrir al Tercer Mundo, el mundo afro-asi?tico y todo ese mundo human?stico se abri? a estas nuevas fuentes. Y ese es el momento en que el Che hace publicar Los condenados de la tierra y Piel negra, m?sca ras blancas de Frantz Fanon. Se convoca a la conferencia tricontinental, Asia,

    Am?rica Latina y Africa. Eso colm? por completo mi vida. Creo que fueron a?os realmente muy hermosos.

    ?Te enfrentaste al machismo durante esta etapa de tu vida?

    Mi primer nivel de enfrentamiento al machismo no ftie en mi casa, no fue con mi padre, porque mi padre era un hombre de otro mundo. Era un hombre con un sentido de libertad. No me cri? como una se?orita. El era amigo de mis

    amigos; participaba en mi vida juvenil tremendamente. Yo le dec?a "tengo un novio". Y el participaba en mi vida, ?me entiendes? No me impon?a c?nones de conducta. Yo era dirigente estudiantil en la universidad y tuvimos una reu ni?n con el ministro de cultura actual, que era el ministro de educaci?n. Era el

    ministro m?s joven de la revoluci?n, el compa?ero Armando Hart, y fuimos a una reuni?n con ?l. Yo llegu? a mi casa a las cuatro de la ma?ana. Mi mam? estaba en bata de casa, desesperada, "Mira ni?a..." ?Y mi padre? Durmiendo.

    Te ten?a mucha confianza... ?Tus padres te apoyaban en tu trabajo pol?tico y tambi?n como escritora?

    S?. Los dos honrad?simos con mi condici?n de escritora. Yo empec? a es cribir a los nueve a?os. Es decir, ten?a mi mundo interior y en el momento que yo no lo pod?a hablar ni con mi padre ni con mi madre, iba y escrib?a, por la vocaci?n, que ellos no entend?an en aquel momento. Pero ellos se sacrificaban

    y conmigo eran de mucho apoyo; no tuve que combatir en mi casa. Hay casos

    de otras escritoras y escritores con hostilidad en la familia, porque dec?an: "?y eso para qu?, si esto no sirve para nada?" En mi casa, ya te digo, hab?a una sensibilidad siempre muy particular, un refinamiento en relaci?n con eso. Y yo tengo que ser honesta. Es una contradicci?n, bueno, est? bien. Pero yo no

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    puedo decir que yo viv? en un barrio marginal y que mi padre no me com

    prend?a y que mi padre era un chusma, porque no. No era as?, ?entiendes? En mi casa se le?an todos los peri?dicos, todas las revistas. Mis padres insist?an en

    que yo tuviera una formaci?n acad?mica, que fuera una profesional. Por ejem plo, Mami quer?a que yo estudiara para ser enfermera y le dije: "No, la medici na no me gusta."

    ?C?mo te incorporaste al proceso revolucionario?

    Creo que no me incorpor?, sino que estaba inmersa en el proceso revolucio nario. Empec? a formarme y me form? dentro de ?l y creo que he sido parte de ello por mi tradici?n familiar. Yo no lo recib? pasivamente sino que nosotros formamos parte de algo que era nuestro derecho. Entonces, creo que mi contri

    buci?n fundamental a la vida de mi pa?s est? vinculada a la literatura. Yo pien so que el primer deber de un escritor es escribir bien. Es muy importante. Si no eres un buen escritor o una buena escritora, es imposible que tus ideas, cuales

    quiera que fueran, tengan sentido. Pierden sentido, las mejores causas pierden sentido. A veces confundimos las buenas intenciones de la literatura de un au tor porque tiene una vocaci?n civil de lucha por cambiar la sociedad, ideas pre fijas acerca del socialismo, del comunismo, lo que fuera. Y entonces, cuando vamos a su literatura, nos defrauda porque realmente la literatura no puede ser, no ha sido nunca, un sumario de slogans, de consignas. Creo, por otra parte, que hay una pertenencia, hay algo as? que no puede zafarse de m? con mi pa?s, la cultura de mi pueblo. Porque ellos contribuyeron en alguna medida con sus ideales y sus sacrificios a formarme a m?. Y de alguna manera yo he podido, y

    me ha gustado, reciprocar eso. Pero lo he hecho en otros planos, como perio dista, haciendo un servicio cultural de diferentes formas. Sin embargo, la lite ratura siempre es algo que es mucho m?s complejo, muy dif?cil de definir. Es un proceso incluso irracional. Muchas veces me han preguntado que por qu? yo escribo y yo digo que no s?. Hay una necesidad de escribir y con eso basta. En este sentido es dif?cil decirte, yo escribo porque escribo, porque es una necesidad. Si el resultado de mi literatura es dar un servicio a una buena causa,

    magn?fico; me siento satisfecha. Y si no lo es, ya no puedo hacer nada porque de todas maneras no voy a arrepentirme de mi literatura, de las cosas que hago.

    Has hablado mucho de la influencia de la m?sica en tu formaci?n como creadora. En cuanto a la letra escrita, ?qui?nes han sido tus autores favoritos

    y las influencias literarias m?s importantes en tu obra po?tica?

    Me ha gustado mucho traducir. La poes?a francesa siempre ha sido para m? un gran remanso, pero la espa?ola tambi?n. Claro que con ella no puedo hacer nada, nada m?s que leerla, disfrutarla. T? no puedes hacer un ejercicio con los

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  • 56 NANCY MOREJ?N

    poetas de tu lengua. Yo tengo a tantos poetas a quienes les debo tanto. Le debo a Nicol?s Guillen, a Emilio Ballagas, a Roberto Fern?ndez Retamar, a muchos otros. Le debo a Paul ?luard, a Aim? C?saire, a Neruda, ?por qu? no?, a Valle

    jo, a Sabines, a Efra?n Huerta. A ellos les debo extraordinariamente. Y quiz? un poeta loco por ah?, argentino, de Buenos Aires...a Enrique Molina, le debo a

    Mario Benedetti tanto, a Nicanor Parra, ?por qu? no?, de alguna manera. Y en fin entre tantas cosas, a tantos boleros les debo, a tantas rumbas les debo cosas. Pero realmente en el plano de la poes?a, esos creo que son los autores m?s im

    portantes.

    Nancy, has escrito dos libros de cr?tica literaria sobre Nicol?s Guillen. Analizas los temas de la identidad, del mestizaje, y del sincretismo cubano en la obra de Guillen. ?Qu? ha significado su poes?a para ti, como poeta afro-cu bana, y para el pueblo cubano?

    He tenido el privilegio de conocer, tratar y estudiar a Nicol?s Guillen como

    algo m?o. Su verso, claro y sencillo, como bien quer?a Mart?, ha servido para despertar la conciencia del obrero, para denunciar resueltamente las manifesta ciones m?s sutiles o abiertas del prejuicio racial; en fin, para ser la voz de las

    m?s puras aspiraciones sociales, pol?ticas y art?sticas del pueblo cubano. Que no es s?lo de Cuba, sino del Caribe y el resto de Am?rica Latina. Guillen supo fundar la imagen del alma nacional creando una po?tica de la que son leg?ti

    mos pilares el verde y el azul antillanos, la guitarra, la palma, las maderas pre ciosas del monte, el lagarto, el rosal, la pajarita de papel.

    En tu obra ensay?stica, Fundaci?n de la imagen (1988), escribes sobre el proceso de la transculturaci?n cubana. Citas a Fernando Ortiz, quien afirma ba en su libro Contrapunteo cubano del tabaco y el az?car (1940): "La ver dadera historia de Cuba es la historia de sus intricad?simas tranculturacio nes-

    "

    ?Qu? significa la transculturaci?n en la cultura cubana?

    Transculturaci?n significa interacci?n constante; trasmutaci?n entre dos o m?s componentes culturales cuya finalidad inconciente crea un tercer conjunto cultural nuevo e independiente, aunque sus bases, sus ra?ces, descansen sobre los elementos precedentes. La influencia rec?proca de cada componente es de terminante. Nuestra cultura no es otra cosa que eso: una nueva cultura creada

    en funci?n de un irreversible mestizaje racial y cultural.

    ?Puedes hablar un poco del "per?odo especial, "

    es decir, de la situaci?n actual de crisis econ?mica y pol?tica aqu? en Cuba?

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  • JUDY MALOOF 57

    En estos momentos estamos atravesando momentos muy duros, de un gran aislamiento. Todo el mundo conoce el famoso desplome de los pa?ses socialis tas, la ca?da del muro de Berl?n, en fin, todos los acontecimientos que han ocurrido en el mundo desde el a?o 89. El mundo ha cambiado y como con secuencia de esos cambios en Europa Oriental, la Revoluci?n cubana se ha vis to afectada; est? en una situaci?n realmente muy dif?cil. Sin embargo, para los que tenemos un poquito de m?s edad, la situaci?n que estamos viviendo hoy, aunque creo que ha sido la m?s cr?tica, no es nueva en esencia, porque hemos estado resistiendo tantos a?os. Naturalmente, resist?amos en los a?os 60 y en los a?os 70 contra la potencia m?s grande del mundo, la administraci?n

    norteamericana correspondiente. Y hab?a los aliados de Europa socialista que ya no est?n. Por lo tanto, el momento es un momento realmente cr?tico y dif?cil. Yo creo que el momento, de todas maneras, no es de lamentarse. Es un

    momento de hacer, de contribuir a hacer y tratar de salir de esta circunstancia

    por nuestro propio esfuerzo, por nuestro propio trabajo. Es importante plan tearnos el concepto de la riqueza, aunque no la tengamos, pero en una parte nos hace falta, nos hace falta el progreso y en ese sentido creo que hemos esta do trabajando, estamos trabajando, siempre hemos estado trabajando.

    ?Cu?l es tu papel como escritora en este momento de crisis?

    Como escritora la cuesti?n es m?s dif?cil porque yo creo que a veces la situaci?n es de m?s tensi?n y las dem?s urgencias no se reflejan hasta muchos a?os despu?s. Yo no me atrever?a, por ejemplo, a escribir ning?n texto, nada, que estuviera vinculado a esa realidad, porque a veces la realidad es aparen

    cial, enga?a. Y pienso que hay que respetar la literatura de cada quien porque en la medida en que, quiz?s, alguien no pase a su literatura esa urgencia, debe ser

    respetado. Y que esa urgencia, sencillamente, la persona la asuma en su

    condici?n de ciudadano de un pa?s. Esa es mi interpretaci?n.

    ?C?mo ha afectado tu vida cotidiana el "per?odo especial"?

    Bueno, los apagones, claro, porque como buena escritora o mala o regular, un escritor por centrado que est?, por malo que sea, lee. Entonces la lectura se afecta porque, de pronto, tienes un apag?n, etc. Desde el punto de vista tec

    nol?gico, para realizar mi obra yo no tengo computadora. No he entrado en el marasmo de la computaci?n que creo que es muy ?til para la investigaci?n, para muchos ?rdenes. Pero creo que, exactamente para un poema, puedes es

    cribir en una computadora y es mejor, pero eso no determina para nada, ?ver dad? De manera que en ese sentido estoy un poco salvada. Estoy tratando de encontrar soluciones que nacen de mis ancestros cimarrones, de una cultura de

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  • 58 NANCY MOREJ?N

    resistencia. Pero creo que a?n en esa gran batalla tenemos que preservar la

    belleza, el derecho a la belleza, el derecho a las buenas costumbres y al refina

    miento, que es algo que a m? me parece sumamente importante.

    ?Se est?n valorando la cultura y la expresi?n art?stica durante este per?odo de tantas dificultades econ?micas?

    Hay muchos prejuicios en relaci?n con la cultura porque hay algunos tras nochados que piensan que la cultura no tiene una funci?n en momentos como ?ste. Me parece una conclusi?n fatal que alguien pueda creer que la cultura no tiene funci?n. La cultura siempre tiene funci?n en cualquier sociedad. Por eso te dec?a que es nuestro derecho mientras existamos, mientras podamos hacer

    una cultura; es una manera muy hermosa de resistir, la manera hermosa que nos toc? a nosotros de resistir.

    ?Qu? tipo de v?nculos y proyectos de ?ndole cultural tiene Casa de las Americas con los otros pa?ses del Caribe?

    Desde Casa de las Americas, una casa de la amistad, hemos hecho mucho por promover la cultura que se produce en lenguas metropolitanas. Comparti

    mos una experiencia hist?rica com?n y hemos tratado de que la Casa sea un

    puente de entrada, de vertir al espa?ol todas las literaturas y las culturas car ibe?as. Esa es una tarea fundamental que hemos tenido y que para m?, es una

    gran experiencia. Me ha enriquecido mucho porque hay una gran vocaci?n y ?se es mi trabajo. Yo no soy una escritora profesional, soy una escritora que trabajo aqu? y entonces es un trabajo que no me enajena, que no me aparta, sino que me complementa. Para m?, es una gran felicidad trabajar en Casa de las Americas.

    ?Cu?les son tus aspiraciones como mujer y, m?s espec?ficamente, como es critora afro-cubana?

    Hacer, poder hacer y crear un poco de bienestar, un poco de bienes cultura

    les, que son los que yo puedo crear. Bienes culturales. Seguir escribiendo

    poes?a, ensayos, confrontar ideas. Colaboro bastante en cr?nicas para publica ciones peri?dicas. Claro que en este momento esas cosas no son, no pululan tanto como en otro tiempo, porque hay una reducci?n sensible de papel por esta crisis y no hay tantas publicaciones. Pero bueno, a?n as?, como se quiera, yo sigo colaborando.

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    Article Contentsp. 47p. 48p. 49p. 50p. 51p. 52p. 53p. 54p. 55p. 56p. 57p. 58

    Issue Table of ContentsHispamrica, Ao 25, No. 73 (Apr., 1996), pp. 1-144Front MatterLa literatura como parodia en Jorge Luis Borges [pp. 3-13]Discursos desde el margen: Gombrowicz, Piglia y la esttica del basurero [pp. 15-33]El rapto de Keran y la silenciosa voz femenina en la literatura paraguaya [pp. 35-45]EntrevistasNancy Morejn [pp. 47-58]Jorge Teillier [pp. 59-68]

    RecuperacionesAutobiografas en el Ro de la Plata [pp. 69-82]

    PoesaPoemas [pp. 83-87]Rilke y Lou Salom visitan la pensin de Machado [pp. 89-91]

    FiccinResinas para Aurelia [pp. 93-102]El espectculo [pp. 103-109]La ciudad flotante [pp. 111-112]

    "Continuidad de los parques": Lo continuo y lo discontinuo [pp. 113-119]"Vaca Sagrada" de Diamela Eltit: Del cuerpo femenino al cuerpo de la historia [pp. 121-127]ReseasReview: untitled [pp. 129-131]Review: untitled [pp. 131-133]Review: untitled [pp. 133-134]Review: untitled [pp. 134-135]Review: untitled [pp. 135-137]Review: untitled [pp. 137-138]Review: untitled [pp. 138-144]

    Back Matter