Upload
viki-ardusso
View
568
Download
9
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Citation preview
1
2
Kisses and
Lies
Scarlet Wakefield
Book Two
Lauren Henderson
3
auren Henderson nació en Londres y vivió en
la Toscana y Manhattan, antes de regresar a
Londres para establecerse con su marido y
dos gatos gordos.
Ha escrito siete libros en la serie de misterio Sam
Jones, que ha sido una opción para una serie de
televisión americana, muchas historias cortas y tres
comedias románticas.
Sus citas guiadas de no ficción, Jane Austen´s
Guide to Dating, ha sido mencionada como una
opción para un film futuro del escritor detrás de
Ten Things I Hate About You y Ella Enchanted.
L
4
Los libros de Lauren han sido traducidos en más de
veinte idiomas. Con Stella Duffy, edito una antología
de mujeres-con mal comportamiento-e historias de
crímenes, Tart Noir.
Lauren se ha descrito como la Dorothy Parker y la
Betty Boop de la novela criminal. Sus intereses
incluyen clases en trapecio, gimnasia y comer
hidratos de carbono complejos.
Su página Web-site es: www.tartcity.com
5
La traducción de este libro es un proyecto del Foro My Adición Perfecta. No es, ni pretende ser o sustituir al original y no tiene ninguna relación con la editorial oficial. Ningún colaborador: Traductor, Corrector, Recopilador, Diseñador— ha recibido retribución material por su trabajo. Ningún miembro de este foro es remunerado por estas producciones y se prohíbe estrictamente a todo usuario del foro el uso de dichas producciones con fines lucrativos. My Adicción Perfecta anima a los lectores que quieran disfrutar de esta traducción a adquirir el libro original y confía, basándose en experiencias anteriores, en que no se restarán ventas al autor, sino que aumentará el disfrute de los lectores que hayan comprado el libro. My Adicción Perfecta realiza estas traducciones, porque determinados libros no salen en español y quiere incentivar a los lectores a leer libros que las editoriales no han publicado. Aun así, impulsa a dichos lectores a adquirir los libros una vez que las editoriales los han publicado. En ningún momento se intenta entorpecer el trabajo de la editorial, sino que el trabajo se realiza de fans a fans, pura y exclusivamente por amor a la lectura.
6
Portada ……………………………………1
Título…………………………………………2
Acerca del autor………………..….3
Aclaración………………………….……5
Índice………………………………….……6
Capítulo 1………………………………..7
Capítulo 2………………………………20
Capítulo 3………………………………30
Capítulo 4……………………………...45
Capítulo 5………………………………56
Capítulo 6………………………………72
Capítulo 7………………………………82
Capítulo 8………………………………93
Capítulo 9………………………….…106
Capítulo 10………………………….121
Capítulo 11……………………….…126
2 parte-Escocia…………….……133
Capítulo 12………………………….134
Capítulo 13………………………….147
Capítulo 14……………………….…155
Capítulo 15……………………….…172
Capítulo 16……………………….…178
Capítulo 17………………………….187
Capítulo 18………………………….204
Capítulo 19…………………………..217
Capítulo 20…………………………..229
Capítulo 21…………………………..240
Capítulo 22…………………………..254
Capítulo 23…………………………..262
A. del próximo libro…………...275
Staff……………………………………….277
Página del foro…………………..278
7
Traducido por Serenity953 Corregido por Anaizher
uéstrame algo! –dice Dan.
Se está riendo y sus ojos brillan de
excitación. Nunca antes había visto a
alguien tan hermoso. Podría mirarlo todo el día. Pero en cambio lo
beso. Por un instante todo es perfecto. Sus labios son tan suaves que
podría fundirme en ellos, siento el peso de sus brazos alrededor de
mis hombros. Mi primer beso. Nunca he estado tan cerca de un chico
en la vida. Mi mente alucina con las sensaciones, el sabor del
champán en la boca, el olor a jabón de limón, el almizcle de su piel…
me pongo a temblar de pies a cabeza. Mis piernas se debilitan como si
estuviera a punto de perder el sentido.
De pronto él ya no está.
Me tropiezo. Caigo y sigo cayendo. Sé cómo caer por la gimnasia pero
esto es diferente, estoy totalmente fuera de control, agitada y
temblando. Recorro kilómetros hacia abajo a través de un profundo
agujero, como Alicia en el País de las Maravillas. A mi alrededor la
piedra es fría y sopla un aire helado; hay un profundo sentimiento de
pérdida latiendo justo donde estuvo el calor del cuerpo de Dan. Ahora
estoy sola.
Caigo con un ruido sordo, el golpe me aplasta y me saca el aire. Es
tan grande mi dolor que grito. Entonces veo donde he aterrizado y
grito aún más fuerte. Es Dan. Está tirado debajo de mí y está frío
como una piedra.
Está muerto.
Mi beso lo mató.
Y la policía está golpeando la puerta para arrestarme.
– ¡M
8
– ¡Scarlett! ¡Scarlett!
Me despierto gritando, pero no sé lo que estoy diciendo.
– ¡Scarlett!
Mi tía Gwen, está golpeando la puerta. – ¡Estás gritando otra vez!
¡Despierta!
Tía Gwen acciona la cerradura y no está con seguro. Un error de mi
parte. Entra como una tromba en mi habitación. La oigo antes de
verla, no puedo abrir los ojos porque los siento pesados de sueño. Los
froto para poder abrirlos pero es difícil, todavía estoy aturdida por la
pesadilla.
Cuando logro abrirlos tengo que parpadear varias veces. Si tía Gwen
es un espectáculo aterrador de día, por la noche es como el monstruo
de un cuento de niños. El pelo levantado en picos como un puffball1,
la frente con verrugas, los ojos llorosos… Uf, acabo de salir de una
pesadilla y no quiero terminar deslizándome en otra.
–Scarlett –me grita aunque no lo necesita ya que está sobre mi cama.
– ¡Estabas gritando en sueños!
–Tenía una pesadilla tía Gwen –le digo todavía pestañeando. – Lo
siento si te desperté.
– ¡Tengo un día muy ocupado mañana! ¡Tengo que ser la vigilante de
las pruebas de geografía de cuarto!ーSólo la tía Gwen utilizaría una
palabra como vigilante a las (entrecierro los ojos para enfocar el reloj)
4:30 de la mañana.
–Ya te dije que lo siento –repito– no puedo evitar una pesadilla.
Ella resopló con incredulidad. Es un famoso ruido de la tía Gwen, he
escuchado a los estudiantes imitándola en los pasillos. No quería
ganarme un mal punto.
1 Puffball es un hongo blanco y liso con unos pelillos delgados que crecen desordenados y se alargan
hacia cualquier dirección. Están esparcidos por toda la cabeza del hongo.
9
–No puedo controlarlo –protesto– créeme, no puedo.
Tía Gwen sabe lo que pasó este verano. Sabe que un chico que me
estaba besando cayó muerto a mis pies.
¿Cómo puede esperar que deje eso de lado, como si nunca hubiera
sucedido?
Tía Gwen vuelve a resoplar, ahora más fuerte. A ella no le preocupa lo
que me pasó. Lo que quiere es dormir. Y me odia. Pero está bien, yo
también la odio.
–Esto tiene que detenerse –dijo refunfuñando en voz alta. – Ya he
tenido suficiente ¿me oyes?
Se da la vuelta y sale del cuarto. Oigo sus zapatillas arrastrándose por
el pasillo y un momento después la puerta de su dormitorio se cierra
de golpe. Esto tiene que parar. Es la única cosa en la que estoy de
acuerdo con tía Gwen. Simplemente no sé cómo hacerlo.
* –Es muy raro que comiences a tener esos sueños ahora –dijo Taylor
abriendo la pesada puerta de cristal de la cafetería con la facilidad de
una chica que hace cincuenta flexiones antes del desayuno. Entro y
me sigue, manteniendo la puerta abierta hasta que la persona detrás
de ella, un hombre con traje, la relevara de su tarea. Pero él no dijo
gracias. Taylor rápidamente soltó la puerta y ésta se regresó de golpe
sobre el señor del traje.
—De nada— le dijo.
Él estaba rojo como un tomate y a punto de perder el equilibrio
mientras luchaba con la puerta y para completar su humillación
ambas reímos mientras caminábamos hacia el mostrador.
–Creo que estoy soñando con Dan, porque ahora puedo hacerlo –le
digo– ¿Eso tiene algún sentido para ti?
–Mm, mmm. –Niega con la cabeza.
10
–Lo que quiero decir, es que antes pensaba que lo había matado yo
¿verdad? pero ahora sé que no es mi culpa que él haya muerto; tal
vez ahora me siento libre de soñar con él –trato de explicar.
Taylor, que por lo general no hace ningún tipo de exploración
psicológica profunda (ella es una chica de acción de principio a fin), se
ve como si de verdad estuviera pensando en esa teoría. Las oscuras
cejas pobladas se unen sobre sus ojos verdes en un gesto de
concentración y luego niega con la cabeza, haciendo que el corto
cabello oscuro parezca aún más salvaje, un gesto que hace
inconscientemente cuando está pensando.
–Fue una tremenda jugada –admite– un hombre cayendo muerto a tus
pies. Supongo que lo raro es que nunca antes soñaras con él.
– ¡Exactamente! Pero ahora si puedo.
En el cristal de espejos al fondo del mostrador veo al hombre del traje
de pie en la cola, detrás de nosotras. Nos mira horrorizado y se aleja
un poco. No puedo culparlo. No es exactamente el tipo de
conversación que esperas escuchar en Latte—Licious de dos chicas de
dieciséis años de edad ¿cierto?
Muerte, pesadilla, culpa y ¿delito?
Especialmente cuando una de ellas acaba de demostrar lo fuerte que
es. Más que tú. Taylor es una nadadora, naturalmente de hombros
anchos y todo el trabajo en la parte superior de su cuerpo hace que se
vea bastante intimidante y remata con los mechones de pelo que le
dan un aspecto más allá del deportivo. Yo hice gimnasia durante
años, así que estoy en buena forma también, pero por desgracia, no
me especializo en intimidar a la gente; soy curvilínea natural, con una
capa de grasa que Taylor no tiene. Esperarías de Taylor que pudiese
levantar su propio peso, pero te sorprenderías si yo lo hiciera, aunque
en realidad si puedo y fácilmente. Así que hacemos un equipo
bastante bueno, supongo. Taylor es el músculo obvio. De mi piensan
que lloraré por clavarme una astilla en la uña.
Me miro brevemente en el espejo. Me he esforzado hoy para nuestra
reunión, tengo rímel en las pestañas que resalta mis ojos azules y un
brillo de labios; me he puesto unos pendientes grandes de plata y
acomodé el pelo corto y oscuro de forma que me veo mayor de lo que
soy. Llevo una sudadera de cuello en V de cachemira delgada con
11
capucha de color rosa (el corte favorece mis pechos) y jeans ajustados
metidos en unas botas de cuero que hacen lucir mis piernas.
Me siento un poco cohibida porque la gente me está mirando, pero es
lo que pasa cuando te exhibes. No me he vestido muy arreglada
debido a que la última vez que lo hice pasaron cosas muy malas.
Me quedo en silencio mientras esperamos nuestro turno para ordenar
pensando en cómo mi vida ha cambiado en los últimos seis meses.
Hace seis meses yo estaba en una escuela diferente, St. Tabby, la que
está de moda, la escuela de niñas todo—inteligencia de Londres,
aunque mis dos mejores amigas y yo éramos probablemente las más
aburridas y fuera de moda de toda la escuela.
Hasta que Plum Saybourne, la princesa regente del St. Tabby me
invitó a una fiesta. Pensé que por fin había sido elegida y apreciada
como un ser especial. Pensé que Plum había visto que yo era lo
suficientemente bonita para unirme a su selecta corte de brillantes y
ricas aspirantes—a—Plum. Abandoné a mis dos mejores amigas para
unirme a la corte—Plum.
¡Qué tonta fui! Resultó que sólo había sido invitada por un chico de su
grupo al que yo le gustaba. Era su mejor apuesta para la fiesta.
Pero ahí estaba Dan McAndrew, el chico más guapo de la zona oeste
de Londres, capitán del equipo de cricket y delantero del equipo de
fútbol de su escuela, deslumbrante como el vocalista de la banda por
el que todas las chicas enloquecen y se aplastan unas a otras. Me
sirvió una copa de champán y me pidió que fuera a la terraza con él.
Yo estaba locamente enamorada de Dan McAndrew, desde que lo vi
por primera vez. Por supuesto. Nos sentamos en un banco, hablamos
y bebimos champán. Me pidió que le mostrara un poco de la gimnasia
que hacía, y me moví por toda la terraza ejecutando varios
movimientos y caminando con las manos, exhibiéndome a conciencia
para gustarle. Y funcionó. Porque él me besó.
Es la cosa más hermosa que me ha sucedido. Y la más terrible. De
pronto empezó a jadear en busca de aire y se desplomó en mis brazos.
Y murió. Una reacción alérgica. Las personas que padecen esta
enfermedad suelen llevar EpiPen, una especie de inyección para casos
de emergencia y si él la hubiera tenido encima se habría salvado. Pero
no la tenía.
12
Me culparon de su muerte aunque nadie supo cómo murió.
Me expulsaron de St. Tabby; la muerte de Dan estaba en todos los
periódicos y la directora odiaba a todos los periodistas que se
congregaban alrededor del edificio tomando fotografías de los
alumnos. Me enviaron de vuelta a la escuela donde estuvo mi abuela y
a nuestra casa de campo a las afueras de Londres. Wakefield Hall. Es
una prisión de mínima seguridad para niñas empollonas. Tengo que
vivir con mi tía Gwen que, como se ha visto, odia mis tripas.
Fue el peor momento de mi vida. Incluso peor que la muerte de mis
padres, puesto que no tengo muchos recuerdos de eso mientras que
tenía muy presente cada cosa acerca de Dan, de su muerte y lo que
sucedió después. No puedo olvidar.
Y entonces conocí a Taylor y comenzamos a investigar cómo murió
Dan realmente. Me colé en el apartamento de la chica que había
hecho la fiesta, Nadia Farouk y llegué a la conclusión de que alguien
había puesto aceite de cacahuate en las papas fritas que yo había
comido esa noche y cuando Dan me besó lo tomó de mis labios, lo que
provocó su violenta reacción alérgica. Alguien trató de envenenarlo y
terminé siendo el arma mortal.
Eso no me sentó bien. En el apartamento de Nadia leí su diario (no sé
por qué exactamente, solo fue algo que se me ocurrió pues habiendo
un asesinato de por medio se justifica la lectura de diarios) y ella
puso que vio el EpiPen de Dan, en el bolso de Plum la noche de la
fiesta. Eso significaba que Plum tenía que estar involucrada de alguna
manera en el complot para matar a Dan.
Taylor y yo lo hablamos y decidimos que necesitábamos la ayuda de
Nadia. Así que aquí estamos, tendiéndole una emboscada. Cuando se
crea una emboscada, se necesita un cebo. Miro mi reloj para
asegurarme de que el cebo no tarda en llegar.
–Todavía es temprano –dice Taylor al ver mi gesto–. Ella va a llegar.
– ¿Estás segura?
–Oh sí. Ella nos tiene más miedo a nosotras que a ellos.
13
–A veces parece… no lo sé, como si estuvieras en la CIA o algo así –
comento. Taylor sonríe.
–Gracias –dice. Y a la chica de detrás del mostrador– Dos cafés con
leche, leche descremada y poca espuma.
– ¿Disculpa…? –pregunta la pobre empleada de Latte—Licious
desconcertada. Es pelirroja, con un montón de pecas y una bonita
sonrisa que se desvaneció cuando Taylor comenzó a pedir su orden.
Se olvida que ahora vive en Inglaterra.
–Dos cafés con leche, por favor –remarcó hablando despacio– con
leche descremada si la tienes y poca espuma. Sí, creo que así está
bien.
–Ah claro, no hay problema –dice la chica sonriendo con alivio a
alguien que habla inglés como ella, pero de algún lugar de Nueva York
en Estados Unidos.
–Sigo recordándote –le digo a Taylor– que cuando intentas acelerar las
cosas ordenando súper rápido al estilo Nueva York, no haces más que
retrasar las cosas. Nadie entiende una palabra de lo que dices y tienes
que intercalar un montón de —por favor— y de —si no es molestia— y
cosas por el estilo para que te entiendan.
Taylor arruga la nariz haciendo una mueca.
–Los británicos son muy lentos –dice enojada.
Tomamos nuestros Lattes y encontramos una mesa escondida en la
parte más alejada, una mesa discreta, invisible detrás de la curva de
la barra y donde nadie podía vernos a menos que se pasearan por
todo el café buscando a alguien. Diez minutos más tarde entra el
cebo. Podemos verla porque estamos sentadas en un ángulo que nos
permite ver la entrada desde los espejos que están por todas las
paredes y era una de las razones por las que elegimos este lugar.
Taylor dice que la CIA lo clasificaría como lugar para citas.
El cebo se acerca a la barra, pide un café y cuando se lo dan se queda
mirando sin esperanza, como si estuviera esperando que alguien le
dijera qué hacer.
14
Y resume bastante bien lo que es Lizzie. Está en nuestra clase y no se
necesitan más de diez minutos para saber que es de esas chicas que
espera que otras personas le digan qué hacer. Si le dices que salte ella
ni siquiera pregunta qué tan alto. Lo hace. Luego probablemente se
queje de que su peinado se deshizo y de lo difícil que fue para sus
talones, pero antes de colgar por ahí su bolso Pucci, lo estaría
haciendo de nuevo.
Taylor comienza a levantarse pero yo me muevo más rápido. En el
estado de ánimo en que se encuentra va a asustar tanto a Lizzie, que
la pobre muchacha se disolverá en un charco de lágrimas sobre el
piso de la cafetería. Empujé hacia atrás la silla y fui a alcanzar a
Lizzie.
–Hola –le dije. Ella salta aunque nadie se lo pide.
–Estoy aquí –dice nerviosamente.
–Genial –le digo alentándola.
– ¿Dónde estabas? Te busqué y no te vi.
–Estamos escondidas por aquí –le digo llevándola a la sección que
Taylor y yo escogimos y sentándola en una mesa detrás de la
columna, de modo que una vez que Nadia se sentara en el lugar
vacante, estaría rodeada y no podría escapar. Hicimos un
reconocimiento preliminar del lugar la semana pasada, el escrutinio
tenía como objetivo asegurarse de que era un buen lugar para este
encuentro crucial. Es una cafetería grande y concurrida en Victoria,
cerca de una gran estación de trenes y autobuses, con mucha gente
entrando y saliendo y más durante una tarde de sábado; de manera
que siempre teníamos opción de mesas libres. Y ésta que conseguimos
me pareció una excelente opción. Nadia no escaparía.
Lizzi se sienta nerviosa y fija la vista en mí. Como de costumbre está
muy arreglada, los ojos cuidadosamente delineados, el pelo recién
teñido de rubio y un delicioso aroma a perfume caro. A primera vista
parece estar a la mitad de los veinte, pero si miras más de cerca notas
que es de mi edad o la de Taylor, solo que con más maquillaje en la
cara del que me he puesto en toda mi vida (ni siquiera estoy contando
a Taylor.
15
¡Me rompería el brazo antes de permitir que me acerque con un
aplicador de rímel!). Es el estilo del círculo de Plum donde todas se
arreglan mucho. A pesar de que va a Wakefield Hall, Lizzie se junta
con el grupo todo—inteligencia de St. Tabby, debido al hecho de que
su padre tiene grandes bolsas de dinero y Lizzie mucha ambición
social. Pero ella, como en todo lo demás, se esfuerza tanto que
exagera. El resultado es que la miran para abajo.
¿Quién puede respetar a alguien que se esfuerza con tantas ganas?
Lizzie descubre algo mirando sobre mi hombro y jadea.
– ¡Es ella! –Exclama– ¡Es Nadia!
Yo agacho la cabeza inmediatamente con la esperanza de que al estar
dando la espalda a la puerta, Nadia no me reconozca. Escaneo el
lugar. Me deslizo en el asiento opuesto a Taylor, que asiente con la
cabeza confirmando que Nadia llegó. A pesar de la calma, Taylor se
remueve un poco. Ha visto a Nadia sólo una vez en una operación de
vigilancia a través de Knightsbridge, pero no de cerca.
–Wow, se ve como una modelo. . . –Y suspira casi con nostalgia.
Yo eché un vistazo al espejo de la pared. Wow, de verdad. Hace mucho
tiempo que no veía a una chica de nuestro ambiente con esa pinta
(niñas de salón, ropa favorecedora que no estorba a las rodillas debajo
de los escritorios o a los codos sobre las pilas de libros o, en otras
palabras, nuestros jeans desaliñados con suéter). Había un mundo de
diferencia entre nuestros jeans y los delgados pantalones recortados
de Nadia, botas de ante hasta el tobillo y capas semitransparentes de
suéteres negros muy artísticos que cuelgan con elegancia de sus
piernas delgadas color marrón pálido. Su pelo brillante y oscuro se
mece sutilmente mientras camina. Nadia es tan pulida y brillante
como un Ferrari y mantener su apariencia cuesta probablemente lo
mismo.
Mira a su alrededor, ve a Lizzie y cruza el salón hacia ella. Sacando
una silla se sentó en la mesa.
16
Miro a Taylor, pero ella levanta la mano diciéndome que no sea
impaciente. Vemos como Nadia pone su bolsa sobre la mesa mientras
se acomoda en el asiento y cruza las piernas con un brazo sobre el
respaldo de la silla. Mira con altivez por todo el salón como si le
perteneciera la cadena entera de cafeterías.
No es que me impresione la forma en que lo hace. La actitud de Lizzie
es de extrema incomodidad, está jugueteando como loca con la
cuchara de café con la cabeza metida en la taza. Si Nadia se molestara
en leer las señales que Lizzie le estaba enviando con tanta claridad, se
daría cuenta inmediatamente de que algo estaba pasando.
Pero Nadia tiene la tendencia a ignorar aquello que ella cree, no le
afecta directamente. Lo que quiere decir que tal vez fue innecesario
que Taylor y yo tomáramos tantas precauciones. Nos deslizamos fuera
de nuestras sillas dejando nuestros cafés a medio tomar y nos
separamos para cruzar la estancia hacia nuestro objetivo, cada una
tomando diferente camino para pasar desapercibidas.
Taylor llega primero a la mesa y se sienta tomando una silla junto a
Nadia encajonándola entre ella y Lizzie. Nadia se vuelve a mirarla
claramente impresionada de que alguien se atreva a sentarse a su
lado sin ser invitado. Sus hermosos y brillantes labios se abren,
obviamente para dar a Taylor una severa reprimenda, entonces me
siento frente a ella y se congela con la boca abierta.
– ¿Scarlett? ¿Qué estás haciendo aquí? –dice completamente
sorprendida de verme. Y me parece ver algo más en sus ojos oscuros.
Creo que es culpa.
–Tenemos que hablar sobre tu nota no tan anónima –le digo
inclinándome para mirarla de cerca. Sus ojos vacilan. Sé que tengo
razón, es culpa. Ella sabe que yo no tuve nada que ver con la muerte
de Dan y nunca le dijo a nadie lo que había visto aquella noche, el
EpiPen en el bolso de Plum.
Nadia toma su bolso y comienza a pararse pero Taylor la empuja
hacia abajo poniendo una mano sobre su hombro. Nadia mira a
Taylor indignada.
17
– ¿Quién eres tú? ¿Cómo te atreves a tocarme? –sisea furiosa entre
dientes. No quería hacer una escena.
–Te vas a sentar aquí y vas a escuchar lo que Scarlett tiene que decir –
contesta Taylor con voz plana y sin inflexiones. Sonaba aterrador.
Nadia entrecierra sus ojos.
– ¡Tú! –Sisea mirando a Lizzie. – Tú me dijiste que tenías un secreto
sobre Plum que querías decirme. ¡Me tendiste una trampa!—Lizzie
hace una mueca de dolor.
–Me obligaron Nadia –dijo gimiendo– ¡Ellas me obligaron! ¡Yo no
quería!
Echo un vistazo a Lizzie para comprobar cómo la estaba llevando. Sus
ojos entornados en un gesto que remarca el delineador y el rímel, son
como dardos que apuntan de Nadia a mí. Puedo decir que no sabe de
qué lado ponerse y está tan confusa que tiene todos los síntomas de
alguien que está a punto de llorar: la boca fruncida, las mejillas
ruborizadas y los ojos inundados de agua.
Malo, malo, malo. La última cosa que necesitamos es a Lizzie
lanzándose a una escena que nos desvíe, posiblemente con resultados
fatales, de conseguir la información que tiene Nadia. Tomo una rápida
decisión y le hablo con simpatía.
–Lizzie ¿Por qué no te vas? Te ves muy molesta.
–Me siento atrapada en el medio. –Lizzie solloza agarrando su bolso.
Mira a Nadia para comprobar si está de acuerdo en que se vaya. Ella
simplemente se encoge de hombros, me queda claro que no siente la
necesidad de su apoyo. Agradecida, Lizzie salta de la silla y sale
corriendo realmente abrumada.
Wow, de verdad no le gustan los conflictos.
No tiene ni idea de que tengo conexión con la muerte de Dan. Desde
luego no se lo he dicho, pero me pregunto si Plum y Nadia sí la tienen.
He hablado con ella en la escuela y estoy segura de que es totalmente
inocente, no sabe que yo soy La Chica Del Beso De La Muerte.
18
No creo tampoco que Plum y Nadia hablen con ella en lo absoluto:
simplemente la usan por sus tarjetas de crédito platino y el hecho de
que su padre es dueño de un montón de restaurantes y clubes de
moda. Y en todo este tiempo desde que la conozco, nunca ha tenido
nada en las manos más allá de las páginas de moda del periódico o
una revista de lo mismo. Por sus pláticas, es obvio que utiliza la
televisión y el Internet para ver sus programas favoritos de América,
todo sobre chismes y elegancia. No creo que sepa ni siquiera de que se
trata la noticia. No me extraña que nunca haya relacionado mi salida
de St. Tabby con la misteriosa muerte de Dan.
Cuando Lizzie sale, Nadia empuja la silla y se pone de pie, otra vez.
–Me voy también y mejor que no me detengan –amenaza. – No tengo
ningún interés en nada de lo que tengas que decir. Sobre todo porque
me tienes aquí bajo falsas pretensiones. —Esta vez Taylor no la toca.
Simplemente la mira y habla en voz baja.
– ¿Ah sí? Trata de salir de aquí y vamos a llamar a la policía para
decirle que tú sabes que la muerte de Dan fue un asesinato. —Puse
mi teléfono sobre la mesa.
–Tengo el número del inspector que me interrogó aquí –le miento.
Nadia se hubiera quedado blanca si no tuviera piel aceitunada. En vez
de eso la sangre huyó de sus mejillas, bajo el labial cuidadosamente
aplicado, la veo palidecer. Se sienta muy despacio, como mi abuela
cuando se resentía por la edad.
–No sé de qué estás hablando –murmura, pero está claro que puso en
marcha su sistema automático de negación. No hay convicción en su
voz.
–Oh si, si sabes. –Me inclino sobre la mesa y le clavo una mirada
dura. No puedo creer que esté haciendo esto: estoy intimidando a
Nadia Farouk. En el tiempo que estuve en St. Tabby, era ella la que
podía intimidarme con una sola mirada desdeñosa. Pero lo hago. Está
funcionando.
19
–Yo… –Nadia comienza, luego su voz se apaga y baja la vista a las
manos que se mueven nerviosas sobre la mesa. Juega con sus
pulseras (de oro, como las que llevan todas las niñas del Medio
Oriente), el metal amarillo contrasta sobre su piel cappuccino.
Taylor comienza a decir algo pero levanto una mano y milagrosamente
ella se calla. Esta es mi batalla. Tengo que luchar por mí misma, no
siempre contaré con Taylor para ser mi músculo. Sin importar lo bien
que juegue el papel.
–Tienes quince segundos para empezar a hablar –le digo tratando de
alcanzar mi teléfono– después de los cuáles estaré marcando al
inspector. La miré fijamente de nuevo.
–Y no trates de mentir –agrego– sabemos que viste el EpiPen de Dan,
en el bolso de Plum la noche de la fiesta.
El silencio cae.
Nadia se ve completamente sorprendida por un momento pero luego
suspira, un suspiro largo y profundo, como si quisiera sacar un peso
de su cuerpo.
–Está bien –dice– te diré todo lo que sé.
Por la forma en que lo dice, le creo. Taylor y yo nos inclinamos hacia
delante expectantes.
–Pero a cambio –continúa con un borde ligeramente sarcástico– ya
que eres la chica detective súper—espía, quiero que hagas algo por
mí…
20
Traducido Corregido y por Mayte008
ace seis meses me estaba vistiendo para una fiesta. Y
ahora aquí estoy, haciendo exactamente lo mismo, pero
con una gran diferencia en el mundo. Hace seis meses, yo
estaba desesperada por parecer tan bonita como fuera
posible, para encajar con Plum y el grupo de Nadia, y atraer al chico
con el que había tenido un flechazo desde el principio de los tiempos—
Dan McAndrew.
Bueno, todos sabemos lo que resulto.
Hace seis meses, era todo sobre el placer. Ahora, es solo negocios. Me
miro en el espejo y veo que mi mandíbula se pone rígida con
determinación. Tomo un segundo para reorganizarme. La última vez
que me puse este maquillaje hace mucho—lo han adivinado—hace
seis meses. Y fue en esta misma boutique de Notting Hill que me
enseñaron como vestir y pintarme para estar guapa sin parecer un
payaso.
Yo era una estudiante más dispuesta. A diferencia de Taylor, quien,
como era de esperar, se negaba absolutamente a llevar ningún tipo de
maquillaje de que sea.
— ¿Sólo un poco de rímel? — La vendedora persuadía—. ¡Realmente
va a hacer esos ojos verdes resalten!
La mirada de Taylor era el equivalente visual de un gruñido. Tengo
que dar a la chica unos puntos importantes por su persistencia.
— ¿Y tal vez sólo un poco de colorete? —continúa—. Tengo estas
barras de gel grandes. Apenas lo notarás.
H
21
—Entonces, ¿cuál es el punto? — Taylor rompió.
—Taylor— le digo suavemente —tienes que mezclarte un poco. No
puedes ir a una fiesta en un club de moda y parecer—un—
apareciendo…
Yo no soy tan valiente como la vendedora claramente, porque Taylor
volvió la mirada hacia mí, y no me atreví a terminar la frase, sentí sus
ojos saltar agudos en satisfacción sin la ayuda de ningún rímel.
—Es todo acerca de la individualidad en la actualidad— dice la chica
alegremente—. Nadie está tratando de hacer que te parezcas a nadie,
sino a ti misma ¿de acuerdo? Pero sólo ve lo que hace esto. . . .
Y ella realmente se atrevió a acercarse con una brocha rechoncha con
rubor color palo de rosa y dibujo una línea en cada uno de los
pómulos de Taylor. Estaba sorprendida cuando ella saco su mano de
nuevo, con la muñeca todavía intacta. Pero, milagro de los milagros, lo
que hiso, por Taylor fue a su pesar, ella estaba mirando su imagen en
el espejo, y tanto como yo puede ver el colorete había hecho una
mejora pequeña pero significativa. Le ha dado un toque de color a su
piel blanca irlandesa. Taylor tiene características tan fuertes que
nunca será bonita, pero, con su un infierno de cejas refinadas y
pómulos, además de esos ojos verdes largos, podría verse realmente
sorprendente, si se hubiera puesto hacer la mejor de sus miradas. Y
se empujara el pelo de la cara un poco.
—No está mal— Taylor admitió a regañadientes, y para mi regocijo,
ella realmente empujo el pelo de la cara, como si oyera mi voz en su
cabeza. O se dio cuenta de que en realidad tenía un rostro digno de
mirar.
— ¿Quieres probar un poco de rímel? — La chica sugirió.
—Bueno. . . tal vez. . . —Taylor murmuro, ruborizándose bajo el
colorete.
Me aleje, sintiendo que Taylor preferiría no tenerme de testigo y
hacerla ver vulnerable. Sinceramente, creo que prefiere que la vea
siendo torturada, que aprendiendo a aplicarse el rímel.
22
En el espejo de cuerpo entero fijado en las paredes de color azul
pálido, me revise a mí misma. Estoy usando un top de capas, no muy
diferente del que Nadia había usado ayer en la cafetería. (No lo hice
porque me pusiera a copiarla, la dependiente lo escogió para mí, lo
que viene a demostrar cómo es Nadia y la moda.) Es una especie de
color blanquecino, con hilos de plata que lo atraviesa, y es tan
delicado que estoy nerviosa que podría destrozarlo con cualquier
movimiento brusco, pero es increíblemente bonito y me hace sentir
glamorosa y sexy, pero no como si estuviera mostrando mucha o
demasiada piel, o por el escote, o cualquier cosa que pudiera hacerme
sentir avergonzada. Se trata de mis caderas y por debajo de ellas estoy
usando una minifalda de gamuza gris, mallas plateadas de ganchillo,
y botines con un montón de correas y hebillas que tintinean al
caminar y honestamente me hacen sentir un poco tonta, pero eso, me
han asegurado que son lo que todo el mundo lleva en este momento
preciso de moda. Mi cabello se tira a un lado en una cola de caballo, y
la dependiente me dijo que comprara unas pinzas para el cabello para
que yo pudiera girarlo en un gran rizo suelto cayendo sobre mi
hombro derecho.
No tengo ningún tipo de maquillaje todavía, y creo que me veo muy
bien ya. No me he visto a mí misma vestida así, desde la noche de la
fiesta de Nadia. Y mientras hay una parte de mí que siente un poco de
vergüenza en admitirlo, me gusta.
De repente, me encuentro deseando que Jase pudiera verme ahora.
Jase Barnes es el nieto de Ted Barnes, el jardinero jefe en Wakefield
Hall, donde vivo ahora. Más importante, Jase Barnes es el chico
increíblemente hermoso en el que yo, no puedo dejar de pensar
cuando no estoy pensando en Dan. No tengo mucha experiencia
cuando se trata de estas cosas románticas, pero creo que Jase podría
tener un poco de algo por mí. Esto se basa únicamente en el hecho, de
que no exactamente se alejó cuando lo bese recientemente.
Niego con la cabeza frenéticamente, con la esperanza de que voy a
bloquear todas las imágenes de ese beso con Jase de mi mente. Taylor
y yo tenemos una misión importante esta noche, y yo necesito estar
lista para ello. Tan pronto como me centro sólo en eso, veo una
diferencia en mí desde hace seis meses antes.
23
Entonces, yo estaba con los ojos abiertos, sin poder creer que en
realidad parecía bastante a la moda, lo suficientemente capaz de
encajar con Plum y su círculo social de Nadia, suficiente como para
que la gente no se riera y señalara en el momento en que entramos
por la puerta.
Ahora, he besado a un chico, y lo sostuve mientras moría en mis
brazos. He sido culpada por ello, y estoy en medio de una batalla para
demostrar que su muerte fue a manos de alguien más. No es de
extrañar que haya un aspecto más duro en mis ojos.
—Hey— Taylor dice bruscamente, apareciendo detrás de mí en el
espejo.
Ella no está la mitad de vestida como yo, se negó rotundamente a
ponerse en una falda. De hecho, no creo que Taylor posea una. Sólo
sé que ella tiene piernas en vez de prótesis, porque la he visto hacer
su trabajo en pantalones cortos. Pero está usando pantalones
vaqueros de corte bajo que muestran su estómago, plano debido a
miles de abdominales, y una camiseta rojo brillante con bordados en
oro mate sobre un hombro.
La dependiente fue capaz de conseguir que Taylor empujara el pelo
detrás de las orejas, y de alguna manera se veía pocos años más
grande y mucho más sofisticada. Por el tono de su voz avergonzada,
me di cuenta de que Taylor se sentía bien también. La elogie.
—Te ves bien— le digo.
—Tú también —Taylor responde.
Nos miramos la una a la otra en el espejo por un momento.
— ¿Esto va a costar un montón de dinero? — Taylor dice.
—Dos toneladas— le digo. Ella rompe en una sonrisa.
—Lo conseguiremos corazón de los fondos fiduciarios, ¿no?
De acuerdo a Nadia era simple. Pues bien, el trato era simple. La
historia detrás de él no lo era.
24
*
—Siento que voy a vomitar, ¿de acuerdo? —dijo ella, bajando la voz,
por lo que tuve que esforzarme para oírla, sobre el ruido de copas y
charla en la cafetería llena de gente. Para alguien que estaba mirando
hacia nosotros con tanta audacia, ella se negaba a cumplir con
nuestros ojos ahora: estaba jugueteando con sus brazaletes de oro, la
mancha de pelo brillante que cae sobre su cara.
—No soy bulímica ni nada— continuó — lo que pasa es que no lo hago
todos los días. O algo como esto todos los días.
Hizo una pausa aquí, como si se atreviera a desafiarnos, pero no hizo
ningún comentario de Taylor ni a mí. Sin querer sonar demasiado
fría, no estábamos allí para salvar a una chica rica mimada de su
propio problema de baja autoestima: estábamos allí para resolver un
asesinato. Con tipo de carácter prioritario.
—A veces como demasiado poco y eso sólo ayuda— Nadia continuó,
todavía a la defensiva—. Todo el mundo me felicitó cuando perdí peso
cuando me dio la gripe, pero empecé a reponerlo de nuevo, y entonces
me di cuenta de sí sólo, ya sabes, de vez en cuando
— ¿Qué quieres que hagamos? — Rompió Taylor en impaciencia—.
¿Limpiar después de haber terminado de vomitar?
Nadia sacudió la cabeza, y sus grandes ojos oscuros de lápiz persa,
brillaron como azabaches dagas a Taylor.
—Bueno, gracias por la simpatía— susurró ella, volviendo su hombro
en Taylor—. ¿Sabes lo que se siente en el St. Tabby, Scarlett? Todo el
mundo es tan terriblemente competitivo—. Ella hizo una mueca—. No
te imaginas el tipo de cosas que pasan.
Parecía estar esperando que contestara algo, por lo que conteste, en
una voz tan simpática como pude:
— ¿Ah, sí? ¿Cómo qué?
—Como la grabación que me hicieron— susurró Nadia de nuevo. —
¿Te imaginas?
25
— ¿Alguien te filmó vomitando? — le pregunté con incredulidad.
Ella asintió con la cabeza. Incluso bajo las brillantes luces de la tienda
de café, que me lavaban y a Taylor por fuera y nos daban sombras
oscuras bajo los ojos, pero la piel de Nadia era de oro y
resplandeciente. No podía dejar de admirarla, incluso mientras me
preguntaba si podría detectar un indicio de algo amargo y ácido en su
aliento.
—Plum hizo— dijo en voz baja—. En su teléfono. Nos sentíamos como
si nos hubiéramos excedido en el desayuno y pensamos que sería
mejor, ya sabes, vomitar—. Susurró la última palabra—. Entramos en
el cuarto de baño que hacerlo juntas y yo fui primero. No tenía ni
idea de lo que estaba haciendo, quiero decir, ¿por qué crees que
alguien te filmaría? Y entonces, al día siguiente, ella me lo mostró.
Dijo que era sólo una broma, pero le roge que lo eliminara, y dijo que
no lo haría, y desde entonces, cuando no estoy de acuerdo con ella,
hace este gesto, como si estuviera pegando un dedo por la garganta, y
sé que está diciéndome que si no hago lo que quiere, va a mostrárselo
a todos.
—Entonces, ¿qué quieres que haga? — Preguntó Taylor, frunciendo el
ceño en confusión.
— ¡Tráemelo de regreso! — Levantó la voz Nadia histéricamente—.
¡Quiero que me lo devuelvas!
Me di cuenta de que algo anormal estaba haciendo Taylor a Nadia, así
que le pregunté a Taylor si iba a buscar unos lattes más para
nosotros.
—Bien— dijo Taylor bruscamente, obviamente molesta, que yo le
hubiera enviado a hacer un recado en el medio de nuestro juego de
poder. Una vez que Taylor estaba fuera del alcance del oído, mis
sospechas se confirmaron.
—Tu amiga es muy, muy marimacho— dijo con desaprobación—. Y
completamente sin clase.
26
Entrecerré los ojos en ella—. Eso es muy gracioso viniendo de una
chica que vomita en el baño sobre una base regular.
Nadia parecía casi impresionada por mi regreso. Ella me miró bien,
por primera vez, uno de arriba a abajo, con una encuesta exhaustiva
como las chicas de St. Tabby, que sólo le otorga a las chicas que cree
que son sus rivales de alguna manera.
—Has cambiado, Scarlett. Te has vuelto diferente.
—Tuve que hacerlo— dije simplemente. Nadia asintió.
—Debe haber sido muy duro— dijo—. Dan, quiero decir—. Por
primera vez, Nadia reveló una expresión simpática. Aun así, no había
manera de que estuviera bajando la guardia frente a ella.
—No era un barril de risas— le dije con brusquedad. Nadia levantó las
cejas—. Bueno, cuando me acuerdo de ti en St.—Tabby's
— ¿Qué es exactamente lo que quieren que hagamos sobre Plum? —le
corte. Nadia miró un poco sorprendido de que me había atrevido a
interrumpir lo que sin duda iba a ser una cuenta humillante de lo que
es un cobarde que solía estar en la escuela. La única vez que me puse
de pie frente a Plum, fue cuando estaba limpiando mis cosas de mi
armario, y eso no era exactamente mi comportamiento típico de allí.
Además, ella me intimidaba con un grupo grande de chicas a su
alrededor, lo que realmente me llevó a ello.
—Quiero que robes el teléfono— espetó ella—. Para poder eliminar ese
video.
La miré fijamente, desconcertada.
—Plum lo tendrá cargado en su computadora— señalé.
Pero Nadia estaba sacudiendo la cabeza con tanta fuerza que sus
pendientes temblaban con reflejos de oro a través de su pelo negro
azulado.
27
—Plum ha tenido su ordenador hackeado antes— explicó—. Hasta
ahora no mantiene nada realmente privado de ella. Quiere el control
total de ese video, por lo que no lo envío a cualquier otra persona que
podría hacerse con él. Entonces no sería capaz de, ya sabes, una
especie de mantenerlo por encima de mi cabeza.
—Un amigo— le dije secamente.
Los ojos de Nadia se estrecharon, y empezó a decir algo, pero se lo
tragó.
— ¿Cómo se supone que vamos a robar su teléfono? — Le pregunté—.
Plum me conoce, y después de la última vez que la vi, estoy bastante
seguro de que ella no me deja cerca de ella.
Me había metido en un armario de Plum. No me duele ni nada, y ella
tenía su cuadrilla entera que se agrupaba a mí alrededor, a
intimidarme, pero Plum no se veía exactamente con lo que justificara
mis acciones. Nadia estaba buscando en blanco.
—Y además, el teléfono debe ser realmente precioso para ella, si sigue
con cosas incriminatorias en el— añadí, pensando en voz alta—.
Hmm, ¿cómo podemos hacer que esto funcione?
Yo tamborileaba los dedos sobre la mesa, que siempre me ha ayudado
a pensar, aunque sabía que era molesto para los demás. Nadia, sin
embargo, tuvo el buen sentido de no quejarse: después de todo, mi
cerebro daba vueltas rápidas en un intento de ayudarla.
— ¡Lo sé! —exclamé con el tiempo—. Voy a distraerla, y Taylor puede
tomar el teléfono. Al verme será una distracción, sobre todo después
de un gran tiempo pasado. Ella va a escupir sangre con la vista de
mí. Vamos a tener que trabajar en algún lugar en que podemos
hacerlo, Taylor puede acercarse a su bolso sin que ella lo notara. Y sin
ser descubierta—: Yo añadí—. Obviamente, lo último que queremos es
que Taylor ser arrestado por robar.
—Bueno, nos vamos esta noche de fiesta… —sugirió Nadia, un poco
dubitativa.
—Perfecto— le dije con firmeza.
28
Mi cerebro me dijo que esto sería una gran oportunidad—en un lugar
oscuro, lleno de gente, Plum probablemente borracha y por lo tanto,
menos propensa a notar su teléfono desapareciendo. Y, además, era
sorprendente, mientras que el hierro estaba caliente. Yo estaba en el
fuego para seguir adelante con la solución del asesinato de Dan.
Mis nervios, sin embargo, estaban gritando en protesta. La idea de ir a
discotecas yo ¡DISCOTECAS! —en cualquier tipo de lugar que era un
lugar de reunión habitual para niñas como Plum y Nadia me llenó de
terror total y absoluto miedo. Esto estaba a kilómetros fuera de mi
alcance. Tragué saliva, diciendo a mis nervios que se callaran.
— ¿Quizás Taylor estaría de acuerdo con eso? — dijo Nadia
dubitativa, volviéndose a mirar por encima a Taylor, que nos estaba
observando cuidadosamente en la línea de la recolección del café.
—Taylor— le dije a Nadia, volviéndose para mirarla directamente a la
cara, —quiere ser un investigador privado.
— ¿Un qué?
—Un investigador privado. Ella lo toma realmente en serio. Ella hará
cualquier cosa que tenga que hacer, para conseguir que el trabajo este
hecho.
—Si consigues el vídeo de nuevo, así lo puedes eliminar— dijo Nadia,
juntando las manos en una especie de oración—: Voy a hacer todo lo
posible por ayudarte, Scarlett. Lo que sea.
Sus grandes ojos oscuros muy abiertos e implorantes.
— He ayudado ya, ¿no? — Me recordó—. Te dejo Lizzie esa nota,
porque me sentía culpable que todo el mundo te estaba todavía
culpando a ti. Por favor, Scarlett. Consigue el vídeo para mí. Y te diré
todo lo que sé, acerca de esa noche. Te lo prometo.
Yo le creí. Porque yo estaba segura de que existía el vídeo—de Nadia y
que no haría algo que embarazoso. Así que estaba segura de que ella
haría lo que pudiera para ayudarnos.
29
E incluso después de que la hubiera ayudado, estaba igualmente
segura de que íbamos a tener la verdad de ella sobre la noche en que
Dan murió, porque si ella rompía su promesa, iríamos con Plum y le
decíamos que Nadia fue quien organizó todo para que nosotros le
robáramos el teléfono y borrar ese video. Y no quiero saber lo que
Plum le haría a Nadia si lo sabía. Su ira sería terrible.
Por supuesto, Nadia podría tratar de mentirnos. Pero yo confiaba en
mí y en Taylor para detectar si estaba mintiendo, y presionarla para la
verdad. Taylor, como ella misma dice, tiene un magnífico radar
detector. Mientras estaba tamborileando los dedos, estaba pensando
en esto. Lo he comprobado ahora, y en mi mente, y lo colgué en
conjunto. Asentí con la cabeza a mí misma, satisfecha con mis
cálculos. Después de todo, no era como si Nadia nos hubiera pedido
hacer algo malo. Nos gustaría tomar el teléfono, y si Nadia estaba
diciendo la verdad, nos gustaría encontrar ese vídeo, borrarlo para
ella, y asegurarnos de que Plum, conseguía su teléfono lo antes
posible. Eso era todo.
¿Cómo podría posiblemente ir mal?
30
Traducido por serenity953 Corregido por Anaizher
staba tan oscuro en Coco Rouge como me lo imaginaba. Y
aún más. Por primera vez en mi vida estoy totalmente
segura de entender la expresión ¨No puedo oír mis
pensamientos¨ Si este lugar existiera en un dibujo
animado le agregarían la expresión ¨ ¡Boom! ¡Boom! ¡Boom!¨ encima
del dibujo, con líneas onduladas alrededor, para mostrar como
tiembla todo el edificio por el volumen de la música que se escucha.
El suelo palpita por debajo de nuestros pies como si estuviera pisando
un corazón gigantesco. Y la decoración es como estar también dentro
de un corazón, las paredes de un rojo brillante, el tapizado de felpa
carmesí y la alfombra púrpura oscuro. Y no puedo apreciar nada más,
es decir, el club ya está abarrotado de jóvenes ricos un poco mayores
que nosotros, vestidos para matar, usando lentes de fantasía y
ahogados en cocteles caros.
Taylor y yo cruzamos una mirada, no sé cuál de las dos se ve más
asustada. Pídenos subir una cuerda o saltar de una ventana o
contrabandear en un ático y vamos a hacerlo sin dudar. Pero
vestirnos y actuar como alegres Chicas Antro… eso es un verdadero
desafío. Siento que todo el mundo a nuestro paso me mira y se ríe
porque me veo mal. Y por la forma en que Taylor está apretando la
mandíbula y trata de pasar desapercibida se siente exactamente igual.
Me obligo a observar a mí alrededor con la parte racional de mi
cerebro, esa que todavía no es presa del pánico. Me doy cuenta que lo
que llevamos puesto encaja muy bien aquí. Taylor con los pantalones
vaqueros de corte bajo bordados, camiseta y corte de pelo desgreñado
E
31
al estilo DIY2, parece un poco demasiado Indie para este grupo, solo le
falta llevar una guitarra. Pero su imagen desgarbada y fresca hace que
todos los demás parezcan exagerados.
Mi falda corta y el top en capas largas son perfectos, puedo ver a una
chica al otro lado del salón con un vestido que se parece mucho a mi
top, cayendo de uno de los hombros igual que el mío.
Siempre me siento cohibida de salir con lo que siento como un
montón de maquillaje: rímel, lápiz de labios, delineador, rubor; pero
entras en un lugar como éste y te das cuenta de lo corta que te
quedaste en comparación con las demás. Me gusta mi lápiz labial rojo
pero me hubiera gustado ponerme más delineador. Hay un montón de
chicas aquí que llevan más maquillaje que ropa. Los chicos están en
pantalones vaqueros y camiseta y se ven un poco sosos en
comparación con ellas.
No es mi tipo de lugar, la música no me gusta, muchos bajos
retumbando a un volumen insoportable y todo lo que oigo parece más
de lo mismo; los chicos, demasiado estrafalarios para ser sexy, todos
tienen la cara rosada y carecen de mentón.
Fue ridículamente fácil entrar. Llegamos con Lizzie hasta la cinta de
terciopelo que atraviesa y bloquea la entrada y un hombre, todo de
negro, levantó la cinta y le dio el paso. Así de simple. Lizzie la atravesó
como si lo hubiera estado haciendo toda su vida, (lo cual es probable
teniendo en cuenta que su padre es socio de aquí) y la seguimos
tratando de fingir lo mismo, aunque fallamos estrepitosamente. Creo.
Había pasado tanto tiempo en St. Tabby viviendo los desagradables
juegos y tejemanejes del círculo de Plum, que una parte de mi seguía
creyendo que esto era una trampa en venganza por atraer a Nadia
esta mañana a la cafetería y que Plum y Nadia nos estarían
esperando después de haber conspirado junto con Lizzie para
humillarnos, riéndose de nosotras por pensar que podríamos estar en
un lugar tan sofisticado como Coco Rouge.
Bueno, no era una trampa. La Operación Borrado Video Vómito está
positiva y definitivamente en marcha.
2 DIY= Do-It-Yourself= hazlo tú mismo.
32
Sombrías, seguimos a Lizzie a través del club atascado de gente,
pasamos una serie de cuartos que se abrían uno tras otro llenos de
gritos agudos y juguetones, tocando canciones muy sexys.
Las chicas de espaldas empujando el trasero en la entrepierna de los
chicos, imitando a los bailarines de los videos de hip—hop, los chicos
riéndose a carcajadas.
–Si pudieran verse a sí mismos –me dice Taylor al oído.
Le hice una mueca como respuesta. Nadie me obligará a bailar eso, lo
juro ante mí misma. Moriría antes de ser uno de esos chicos blancos
tratando de fingir que son negros. Es total y completamente
vergonzoso. (Ah sí… ¿He mencionado que todo el mundo aquí es
blanco? Todo el mundo. Es literal. Las únicas personas negras aquí son
los porteros). Pero la música es toda de negro sexy, R & B3. Muy
extraño.
Estamos detenidas por un grupo particularmente ruidoso de niñas
que bailan, todas con el pelo largo y brillante, lanzando sus enormes
pendientes y derramando Martini de todos los colores con una
indiferencia absoluta. Nos costó trabajo pasar a través de ellas
tratando de no empaparnos con el líquido volador naranja, no puedo
dejar de mirarlas. Se ven falsas: tienen toneladas de maquillaje y su
ropa (costosa, Versase en lugar de la imitación callejera), es tan
exagerada que en vez de sexy se ve vulgar. Pero todas son, sin lugar a
dudas, fantásticamente hermosas, borrachas y tambaleantes como
están. Recuerdo algo que leí alguna vez que decía que si piensas de
alguien que se ve de plástico, lo que realmente estás pensando es que
es más bonita que tú. Hasta ahora entiendo lo cierto que es.
Como estoy distraída pierdo de vista a Lizzie y sucumbo al pánico. De
repente este Club oscuro y rojo se siente como el infierno en la tierra.
Sin Lizzie, sin nuestra misión, no encajo aquí en absoluto. Taylor y yo
sólo somos un par de chicas normales, ni la mitad de bonitas ni de
plástico como aquí. Doy vueltas alrededor tratando desesperadamente
3 R & B =Rhythm and Blues. Música de origen afroamericano que mezcla jazz, gospel y blues.
33
de encontrar a Lizzie y entonces alguien me agarra por el hombro y
me empuja. Es Taylor.
– ¡Rodeando la esquina! –grita.
Efectivamente, Lizzie está en la habitación de al lado, de pie delante
de otra cinta de terciopelo como si fuera otro gorila comprobando otra
lista. Honestamente hay más seguridad aquí que en algunos
aeropuertos. Ella se vuelve y nos hace señas a Taylor y a mí como el
gorila anterior y cuando llegamos suelta la cinta. Una chica a mi
derecha mueve los ojos repasándome de arriba a abajo, la veo cómo
revisa mi equipo entero. Gracias a Dios me siento cómoda con faldas
cortas o cualquier cosa corta, de verdad. Después de hacer gimnasia y
salir con un leotardo durante años puedo estar totalmente cómoda
con lo que sea.
La chica me mira ahora realmente con envidia mientras caminamos,
lo terrible es que se siente muy, muy bien. No solo estamos en un club
donde la gente todavía está haciendo cola para entrar, ahora estamos
en el santuario interior, el área VIP. Nadia y Plum son ardientes,
jóvenes y en el caso de Plum, con un título honorable (su padre es un
upeer). Se fotografían en fiestas para W y Tatler y un montón de otras
revistas que hablan chismes de las estrellas. Son el centro de
atención. Así que entran gratis y traen a su gente y el club es aún
más exclusivo porque ellos están aquí. La sección VIP no está
escondida, está en una plataforma elevada sostenida por un par de
escaleras pequeñas, así que todo el mundo puede ver que Plum y su
grupo están aquí y se sienten especiales por estar en el mismo lugar.
A pesar de que no se les permita entrar hasta donde están.
Es un sistema muy extraño.
Pero yo lo entiendo. Hasta cierto punto. Porque aunque sé que no
debo, no puedo evitar sentirme genial por estar en la zona VIP. Y si
tiene ese efecto en mí (alguien que no estudia las revistas como si
fueran una biblia de información sobre cómo vestir, dónde ir y con quién
me conviene que me vean), debe ser mucho más poderoso en una
persona que sí está al tanto. Como Lizzie, que definitivamente irradia
orgullo y emoción mientras corre por las escaleras hacia el privado
donde Plum es la celebridad de la corte. Taylor y yo nos escurrimos
sentándonos en una mesa lateral mucho menos visible que la de
Plum, que por supuesto era la más céntrica de toda la zona.
34
—Es ella –le digo asintiendo con la cabeza hacia Plum. Tengo la
espalda vuelta hacia ella y dudo que vaya a identificarme, el lugar es
muy apartado y por la breve mirada que le lancé, sé que ya está muy
alegre.
Uf, cómo la odio. Cuando estaba en St. Tabby, Plum o me ignoraba o
se reía de mí, de mi falta de mi sentido para la moda. Se burló de mis
pechos cuando de repente crecieron. Solo se fijó en mí, cuando se lo
pidió Simón y ella quería hacerle un favor, así que le dijo a Nadia que
me invitara a su fiesta. Para Plum yo era un trozo de carne para
arrojar a un chico que quería hacer feliz, porque al parecer Simón
tiene más dinero que Dios. Y cuando Dan murió, Plum gritó que yo
era una asesina, afirmó que había sido su novia y condujo a toda su
corte de St. Tabby a una campaña sistemática para enviarme odiosos
escritos y correos electrónicos que tenían como meta que me odiara a
mí misma, incluso más de lo que ya lo hacía.
Estoy muy contenta de que Nadia me haya dado la oportunidad de
frustrar a Plum de alguna manera. Incluso si es una leve venganza,
por todo el dolor que ella me causó.
– ¿La que está en el centro con las lentejuelas? –quiso confirmar
Taylor.
Asentí.
–Wow –dice Taylor. – En mi tierra siempre se ha dicho que las chicas
inglesas son zarrapastrosas pero todas éstas parecen de Upper East
Side4.
– ¿Qué es eso?
–Princesas –dice Taylor sin aclarar mucho.
–Realmente hay una condesa allá arriba –le digo– la rubia. Sophia Von
Und Zu Impronunciable.
Taylor levanta las cejas.
–Nunca antes había visto a una condesa –dice–. Se lo contaré a mis
amigos, se van a divertir.
4 Upper East Side: Zona elegante y exclusiva de New York situada a un lado del Parque Central.
35
– ¡Ross! ¡Simón! –chilla Plum muy fuerte, la oigo incluso por encima
del clamor de la charla y el auge de la música. Pero aunque no se
esforzara, estoy horriblemente familiarizada con la voz de Plum. La
oigo gritando en mis pesadillas
¡Lo has matado!
Me giré aún más para que los chicos que venían subiendo la escalera
no vieran mi rostro.
–Ese es Simón. El del pelo rubio. –le digo a Taylor en un siseo
inclinándome sobre la mesa. Ella recuerda rápidamente.
–Al que le gustabas, ¿el que pidió que te invitaran a la fiesta para que
pudiera salir contigo?
Asentí.
–Y el otro Ross, piensa que el mundo gira en torno a él –agrego– ¿Está
todavía lleno de manchas?
–Como si tuviera sarampión.
Taylor lo sigue con la mirada.
–Bien, ya llegaron a la mesa de Plum –dice– y nadie está mirando para
acá.
–Genial –siseo de espaldas. – Ahora tenemos que encontrar la forma
de conseguir el teléfono de Plum.
En ese momento escuchamos un estruendo de cristales rotos justo
detrás de mí, ambas saltamos. Con disimulo echo un vistazo y veo a
Plum subirse a la mesa. Las lentejuelas resultan ser un mini—vestido
que, tengo que admitirlo, con su extrema delgadez y un rostro tan
elegante se le ve realmente bien, con mi figura llena de curvas me
vería como puta tratando de enganchar a un futbolista por una noche,
para luego vender mi historia a los tabloides. El cabello es castaño
cortado en capas, los ojos verdosos oscurecidos por el delineador con
labios brillantes y pálidos.
36
Un estilo de los sesenta y realmente le sienta bien. Todo parece
adaptarse a Plum. No puedo evitar sentir envidia. La gente a su
alrededor está aullando de emoción y vitoreándola.
– ¡Vamos Plum! ¡Vamos Plum! –Ross está gritando con una voz
aguardentosa que sugiere que ya está en la papelera.
– ¿Quién quiere ver mi ropa interior? –grita Plum jugueteando
provocativamente con el borde de su vestido corto.
–Yo no –dice Taylor mirándome con incredulidad.
– ¡Te haré sangrar! –grita Ross con la cara completamente roja, ahora
del mismo color que las manchas.
Todo el mundo está mirando a Plum. Está bailando, que no es poca
cosa teniendo en cuenta que sus tacones deben ser de doce
centímetros de alto y todavía quedan algunas copas sobre la mesa.
Moviéndose de un lado a otro hace un par de flexiones sacando las
nalgas (que funcionaría mejor si esa parte que enseña fuera digna del
nombre), lanzando las caderas hacia atrás y hacia adelante. Taylor
moría de risa.
–Oh mi Dios –dice sollozando de risa– este baile es el mayor fraude
que he visto en mi vida.
Pero yo la interrumpo porque de repente tuve una idea brillante.
–Taylor —digo con urgencia– ¡Métete debajo de la mesa!
– ¿Por qué? –desconcertada deja de reír.
– Nadie conoce mi cara excepto Lizzie y Nadia y ellas no van a decir
nada. Eres tú la que...
– ¡No, no me voy a esconder! ¡No bajo esta mesa!
La contradigo con impaciencia.
–Sí. ¡Para obtener el teléfono de Plum! ¡Agárralo de su bolso!
37
La mayoría de las chicas se asustan con una propuesta así. No Taylor.
Ella está siempre a la altura de la situación y comprende al instante lo
que quiero decir:
1) Plum está sobre la mesa.
2) Todos los demás están de pie a su alrededor aplaudiendo y
vitoreándola.
3) Están todos borrachos y colapsando de risa.
4) Toda su atención se centra en Plum.
Por lo tanto nadie va a notar a Taylor pasando a hurtadillas en medio
de ellos, o en caso de que lo hagan, están tan borrachos que no se
darán cuenta de lo que están viendo.
–Bolso Marc Jacobs café, grandes hebillas, edición limitada con MJ en
ellas, forma de barril y dos correas laterales grandes –recita con total
seriedad.
Me muerdo el labio para no partirme de risa y ofenderla. Taylor está
tan fuera de moda que lo mismo podría estar hablando de la
combinación de una caja fuerte que está a punto de abrir
subrepticiamente. Hoy habíamos tenido que buscar una foto del bolso
en internet para asegurarnos de que lo reconocería. Ella estudió
minuciosamente esa foto como si estuviera memorizando una fórmula
secreta y de hecho lo logró.
–Eso es todo –le aseguro. –Nadia dice que Plum carga con ella a todas
partes porque es una edición limitada.
Taylor voltea los ojos al techo brevemente pidiendo clemencia: no tiene
tiempo para personas que se preocupan por una bolsa de edición
limitada. Pero claro, ella no es la propietaria de un bolso de mano
único.
–Bien. Aquí voy –dice ella poniéndose de pie. – Vigila mi espalda.
–Si pasa algo, voy a montar un numerito –le prometo. Y lo digo en
serio, aunque lo único que puedo pensar para llamar la atención de
Plum es gritar que su baile es peor que el de una niña de cuatro años
de edad. Eso debería bastar.
38
Pero es el peor de los casos. Si Plum me ve aquí y luego su teléfono
desaparece, está obligada a conectar los dos incidentes y vendrá por
mi trasero. Lo cuál es la última cosa con la que quiero lidiar. Así que
espero que la distracción no sea necesaria. Mis dedos están cruzados
con tanta fuerza que los estoy dejando sin circulación.
Me vuelvo para mirar a Taylor deslizarse a través de la multitud. Ella
se inclina como si se le hubiera caído algo y entonces ya no está,
simplemente desapareció. A pesar de tener grandes hombros y
muchos músculos, Taylor se mueve con mucha agilidad y ni siquiera
se notó una brizna de inquietud entre la multitud que tenía a su
alrededor cuando se agachó.
Mientras tanto, Plum sigue dando un espectáculo a los de la mesa con
todo lo que tiene, moviéndose y sacudiéndose, el pelo largo le vuela de
un lado a otro mientras gira la cabeza de una manera que, estoy
segura, vomitaría las tripas si tuviera alguno de esos Martini de
colores en el estómago. Sus piernas flacas suben y bajan y cuando
baja se pone en cuclillas para mover el trasero, lo que provoca el grito
de los chicos, estoy bastante segura de que todo el que está frente a
ella se irá feliz, porque tal como prometió, a todo el mundo le enseñó
las bragas. No entiendo qué tiene de sexy que parezca que estás a
punto de ir al baño, incluso su rostro está todo torcido como si
estuviera estreñida, pero es evidente que hay mucho sobre ser sexy
que no conozco porque todo esto le va fantástico a la multitud.
Plum está a medio camino de sacar de nuevo el culo cuando sucede.
Hasta ahora, la situación ha sido bastante controlada: la gente de
Plum se amontona alrededor de la mesa para mirarla y los plebeyos
miran hacia arriba para ver lo que está pasando, pero nadie más
parece molesto, aunque me doy cuenta de que los gorilas que
custodiaban la zona VIP están mirando hacia el reservado y hablando
por los auriculares.
Luego, todo se va al infierno en una canasta de mano.
Se ve como la mesa se inclina bajo los pies de Plum. Ella vacila. La
expresión de su cara cambia de estreñida a alarmada. Se tambalea y
decide poner el culo sobre la mesa y las piernas disparando al aire. La
mesa se inclina drásticamente. Las bebidas se van volando. Todo el
mundo grita y salta hacia atrás.
39
Oh Dios mío ¿y si Taylor esta debajo? Olvídense de ser descubiertas
¡podría lesionarse seriamente!
Me pongo de pie y corro hacia la mesa, todos los razonamientos sobre
ser reconocida por Plum olvidados en mi preocupación por Taylor. Al
empujarme contra la multitud veo a Nadia junto a la mesa con las
manos extendidas. Parece que está tratando de estabilizarla. Ross
está llegando para ayudar a Plum que está tratando de ponerse en
pie, pero en ese momento la mesa se inclina drásticamente y sus
tacones resbalan sobre la superficie, probablemente con todo el
alcohol derramado. Ella hace un medio trompo espectacular agitando
los brazos y mirando a la nada como esquiador drogado. A pesar de la
gravedad de la situación empiezo a reír (no puedo evitarlo) y alguien a
mi lado empieza a reír también, rápidamente todo el grupo está
aullando de risa.
Ross ha agarrado a Plum por un brazo y la está arrastrando fuera de
la mesa, pero ella se resbala y gira sobre el brazo que la sostiene con
los pies pataleando al aire. La gente empieza a gritar y agacharse
porque sus largos tacones, como látigos puntiagudos, están
aterradoramente cerca de ellos. Me agacho también, en parte para no
ganarme un tacón en la cara (me doy cuenta de que Plum lleva botines
como los míos, lo que demuestra el buen trabajo de la dependienta que
me los vendió) y por otra parte quiero localizar a Taylor. Es un país
libre para todos, se supone, sin embargo hay muchos cadáveres aquí
abajo conmigo, no puedo ver nada en absoluto. Trato de arrastrarme,
pero alguien me golpea en la espalda y me atoro.
Un sonido profundo está creciendo por encima de la mesa y de
repente hay un movimiento que empuja y empuja. Aterrorizada,
consigo ponerme en cuclillas para pararme, voy a ser pisoteada y no
sé cómo logro ponerme a la altura de la mesa otra vez; veo a varios
porteros con la cabeza y los hombros más altos que los demás, sus
grandes y negros brazos llegan a despejar el área. Uno de ellos grita:
– ¡Todo el mundo atrás! ¡Atrás ahora mismo!
Todavía no he visto a Taylor, lo cual me está poniendo frenética por su
seguridad. Trato de deslizarme bajo el brazo del gorila delante de mí,
pero él me agarra y me empuja de vuelta rudamente.
40
Y justo en ese momento, al otro lado de la zona que están tratando de
despejar, medio escondida detrás del hombro de otro corpulento
gorila, veo una mata de pelo rubio, rizado y desordenado. Debajo del
pelo una cara rosada y blanca, los ojos redondos por la sorpresa, la
boca igual de abierta y cuando sus ojos se encuentran con los míos
los labios se mueven silenciosos.
– ¿Scarlett?
Oh Dios. Es Simón. Simón, que estaba enamorado de mí y me invitó a
esa fiesta fatídica en que mi vida se desvió por completo del carril
seguro y sensato en el que había estado funcionando hasta ese
momento.
Simón, que trató de hablar conmigo en la fiesta pero fue despachado
por Dan. Simón, que sigue llamándome —Scarlett— y luchando por
conseguir pasar más allá del gorila que lo detiene, lo que sería
gracioso si la situación no fuera tan grave, porque es como ver a un
chihuahua tratando de luchar contra un rottweiler.
Mi única esperanza es salir de aquí ahora mismo y rezar para que
Simón piense que cometió un error. Por lo menos he tenido la
presencia de ánimo para no darle a entender que lo reconozco. Me
deslizo de nuevo hasta que estoy completamente oculta detrás de la
enorme masa del gorila junto a mí y entonces comencé a caminar
volviendo sobre mis pasos, bajé las escaleras fuera de la zona VIP. Voy
al fondo del salón para permitirme una última mirada al caos
haciendo furor arriba en el reservado. Uno de los gorilas ha agarrado
a Plum y parece una rana marchando por las escaleras. Sé que
debería irme al infierno rápidamente, pero no puedo resistirme a
esperar un momento para ver qué sucede después.
– ¡No se baila sobre las mesas! –El gorila está gritándole a Plum–
¡Reglas de la casa! ¡No se baila sobre las mesas!
– ¿No sabes quién soy? Le gritaba Plum furiosa.
– ¡Podrías ser la princesa Beatriz y aun así no podrías bailar sobre la
mesa! –el gorila levantó los brazos hacia ella.– Ahora te calmas, ¡o
estará prohibida tu entrada en este lugar de por vida!
41
Ross corre escaleras abajo y empieza a decir algo al gorila. Lo veo con
la mano en el bolsillo de la chaqueta y me imagino que busca su
cartera tratando de sobornarlo para que no saque a Plum. De mala
gana, me doy la vuelta. Todavía no puedo ver a Taylor en la zona VIP,
así que me meto en un salón lateral y saco mi teléfono tecleando
frenética el texto.
¿Ets bn?
No hay respuesta. Espero por lo que parece una eternidad. A estas
alturas, todo el mundo ha oído hablar de que ha habido un motín en
el área VIP y la gente ha inundado el arco que conduce hacia ella,
pero un par de gorilas aparecen y bloquean el camino.
Unas pocas personas salen, pero Taylor no. Estoy en ascuas por
ahora, todo tipo de escenas me cruzan por la cabeza: ella lesionada,
atrapada debajo de la mesa o sorprendida llevando el bolso de Plum y
arrastrada por los gorilas que llaman a la policía. El corazón me late
con fuerza como loco, me suda la mano con la que sostengo el
teléfono. Se siente como horas antes de que por fin mi teléfono vibre
con un mensaje y apuñalo el botón con tanta urgencia que golpeó el
equivocado y me lleva siglos volver al menú, luego al texto y ver por
fin el mensaje.
Encuéntrame afuera.
Oh, gracias a Dios. Yo arraso a través de la multitud, lo cual es difícil
porque todo el mundo está caminando hacia el otro lado, pero lo hago
a fuerza de mucho empujar y empujar, corro escaleras arriba hacia
fuera, paso por debajo de la cinta de terciopelo y permanezco allí por
un minuto, sin saber qué camino tomar, hasta que tengo una idea
genial y me volteo jadeando hacia el portero.
– ¿Dónde está la puerta de atrás?
Mira hacia la derecha. Me arranco corriendo como puedo con estos
zapatos de tacón y justo cuando doy vuelta en la esquina del edificio
alguien me agarra y grito dándome la vuelta.
42
– ¡Corre! –me dice Taylor y ambas nos disparamos de nuevo hacia el
frente del club, donde Taylor, que fue más rápida que yo porque no
llevaba tacones, hace parada a un taxi que acaba de llegar con un
grupo de asistentes a la fiesta. Ella agarra la puerta que no acaba de
cerrarse y la termina de abrir incluso antes de que al taxista le diera
tiempo de encender la luz naranja: Taxi.
Nos hundimos en el asiento, jadeando en busca de aliento.
–Los gorilas comenzaron a sacar a todos por la parte trasera –jadea
Taylor. – De repente me di cuenta de que Plum podría verte.
– ¿Hacia dónde señoritas? –nos interrumpe el conductor del taxi
volviéndose a mirar a través de la abertura en el vidrio. Es bastante
viejo, tiene el pelo plateado y la cara alegre– ¿Hacia su próxima fiesta?
–No, hemos terminado por esta noche –dice Taylor.
–Ah, qué pena –dice haciendo un chasquido con la boca–, dos mujeres
bonitas como ustedes deberían estar bailando hasta el amanecer.
Me río, sobre todo al ver la expresión horrorizada de Taylor por haber
sido llamada mujer bonita. Registro el bolso y saco la hoja de papel en
la que he escrito la dirección de Lizzie y se la leo.
–De acuerdo –dice poniendo el coche en marcha– A Casa Santiago ¡y
no ahorraré caballos!
Miro a Taylor.
– ¿Te encuentras bien?
–Sí y no –dice Taylor que sigue manteniendo la voz baja–. Tengo el
teléfono y he eliminado el video, eso está todo hecho, pero hay una
situación con los bolsos de mano.
– ¿Qué?
Taylor suspira.
43
–Edición limitada, mi culo. Había dos bolsas exactamente iguales en
la mesa –dice con un suspiro. – Cuando Nadia vio el EpiPen de Dan en
la bolsa de Plum, podría haber cometido un error. Podría no haber
sido la bolsa de Plum después de todo.
– ¿Dos? –Estoy tan incrédula que apenas me sale la voz.
Taylor asiente con gravedad.
– ¡Oh, Dios mío! –Exclamé– eso quiere decir…
–Sí –Taylor había tenido más tiempo para pensarlo que yo–. Podría ser
que alguien más y no Plum, tomara el EpiPen de Dan.
Me le quedo mirando con el corazón hundido.
–Es horrible –susurro.
Taylor asiente triste con la cabeza. Volví a caer en la esquina del taxi.
Me siento miserable. Veinte segundos atrás estaba volando. La
Operación OBVV había ido estupendamente, estábamos en el camino
correcto para averiguar todo lo que Nadia nos dijo y cada vez más
cerca de resolver el misterio del asesinato de Dan. Y ahora parece que
estamos en el punto de partida de nuevo.
Podría no ser Plum quien mató a Dan. Y me doy cuenta de que quiero
que Plum sea la culpable. Plum es una perra, tiene lógica que sea una
asesina. Incluso tenía un motivo. Estaba realmente interesada por
Dan, le dijo a la gente que era su novia, lo cual fue absolutamente
una mentira. Si estaba celosa de que él ligara sería una buena razón
para matarlo… ¿no? Pero ahora que lo pienso mejor, tengo que
admitir a regañadientes, que tal vez ella no fue la que lo hizo. La
manera en que Dan murió fue muy astuta. Envenenamiento por
papas fritas bañadas en aceite de cacahuete. Puestas a su alcance. No
veo a Plum llevando a cabo un plan tan astuto. Lo más probable,
conociendo su forma de ser, es que apuñalara a alguien en un
arranque de mal genio, o lo aventara desde un acantilado y luego
alegara que fue su culpa por haberla provocado.
44
Todo lo que yo creía saber a ciencia cierta acaba de desplomarse. Me
hundo más en el rincón del asiento haciéndome una pelota. No
estamos más cerca de resolver el asesinato de Dan de lo que
estábamos al principio de la noche.
Todo esto para nada.
Estoy tan decepcionada que podría estallar en lágrimas.
45
Corregido por Traducido y Mayte008
ala de Cañón— Taylor grita y se lanza a sí
misma en el aire, brazos envueltos alrededor
de sus rodillas. Un segundo después hay un
chapoteo enorme que temporalmente me
ciega. Me pongo de mal humor secándome los ojos y parpadeo, veo
que vierte agua sobre el borde de la piscina y por el canal de drenaje
del mármol. Las ondas de choque con el impacto de vuelta a mí
alrededor, se siente como si Taylor hubiera desplazado la mitad del
agua en la piscina.
No estoy de humor para balas de cañón. Para ser honesta, la obsesión
de Taylor con estas es molesta para mí. Todavía estoy bastante
deprimida por el hecho de que pensé que estaba cerca de resolver el
asesinato de Dan, y ahora estoy de vuelta al punto de partida de
nuevo. Está bien para Taylor, ya que no es personal para ella. Pero
esto significa que todo en el mundo para mí, me acaba de asestar un
golpe demoledor. Realmente creo que Taylor podría ser un poco más
simpática. En cambio, ella no se da cuenta de que estoy remando en
torno a la poca profundidad de la corriente, desanimada y apática.
Ella se ha salido de nuevo del agua para otra bala de cañón. Me doy la
vuelta, así no me da de lleno el agua esta vez.
—Bola de Cañón— grita de nuevo, justo antes de otra media tonelada
de agua que se dispara fuera de la piscina a su paso. Supongo que no
es su culpa, que investigar la muerte de Dan no es tan importante
para ella como lo es para mí. Para algo que Taylor hace para aliviar el
aburrimiento aplastante de la vida en la prisión de Wakefield Hall, de
Seguridad Máxima y por supuesto, una gran oportunidad para
—B
46
entrenar las habilidades de IP5 que quiere mejorar. A veces se olvida
de que para mí, esto es mucho más que una manera de matar el
tiempo.
Me limpio la espuma de su impacto fuera de mi pelo y reflejan que al
final, yo soy la única persona que realmente puede confiar en uno al
cien por ciento. Eso es sólo normal, supongo. Estamos solos al final.
Pero no me gusta reconocerlo.
De repente, viendo a Taylor retozar alrededor de la parte más
profunda de la alberca, una oleada de profunda soledad se apodera de
mí. ¿Estoy sobre—confiando en ella? Tal vez soy yo, si el hecho de que
ella no está centrándose en esta decepción tanto como yo lo estoy,
esto me molesta tanto. Tal vez necesito inclinarme menos a Taylor y
estar más en mis propios pies. Estaba tan feliz por hacer amistad con
ella, porque cuando la conocí, mis viejos amigos me habían
abandonado (mi culpa, así que no debería quejarme). Taylor no tiene a
nadie más:
Es como mucho, una extraña en Wakefield Hall como lo soy yo.
Después de la desconfianza y la hostilidad inicial, es increíble lo
rápido que nos hemos unido. Pero, ¿precipité las cosas demasiado?
¿Tengo que conseguir más equilibrio en mi vida y no asumir que Taylor
siempre estará ahí para mí?
Uf, demasiadas preguntas y todos ellas miserables. Buceo bajo el
agua para quitármelos de encima, nadando lentamente a lo largo de la
parte inferior por la parte menos profunda, deseando poder quedarme
aquí para siempre y nunca tener que subir, para hacer frente a los
problemas en la superficie.
Lo creas o no, estamos en el sótano de la casa de Lizzie. Lo cual,
además de la piscina climatizada, cuenta con un cine privado, sala de
juegos y por lo que sé, una bolera y pista de tenis también. Cuando
nos dimos cuenta de que tendría que permanecer en Londres esta
noche, porque no podíamos salir por la noche a un club nocturno el
sábado y volver a la escuela a las dos de la mañana—Lizzie se ofreció
a hospedarnos. Nos tomó a ambos por sorpresa ya que, para ser
5 IP: Investigador Privado
47
honesto, realmente no hemos sido tan amables con ella. Pero ella
estaba muy excitada por la idea.
—Lizzie realmente no tiene amigos, ¿verdad? — Taylor dijo antes—.
Cuando le pregunté a la señorita Fournier, si podía pasar esta noche
en lo de Lizzie, sonaba más feliz que Lizzie porque tenía a alguien que
se quedara con ella, yo tenía a alguien a visitar.
—Honestamente, yo podría haber dicho a mi tía Gwen, que me estaba
quedando con un pedófilo que conocí, cuando me recogió en la
sección de ropa interior de Marks and Spencer, y ella ni se inmutó—,
le dije con amargura.
—Sí, pero tu tía Gwen te odia— señaló Taylor con franqueza brutal.
—Ella no cree que gran parte de lo de Lizzie, tampoco. Ella olió
cuando le dije que me estaba quedando con ella. Y cuando le dije que
era una amiga nuestra, sé que ella no me creyó.
Taylor se encogió de hombros. —Bueno, tal vez estamos más cerca.
—Eso es muy triste. Deberíamos ser más amables con ella.
Taylor pretendía hacerme callar, pero debajo de ese exterior duro es
un corazón ligeramente más suave, y ella en realidad era bastante
amable con Lizzie, esta tarde con orgullo nos enseñó nuestras
habitaciones. (Sí, tenemos una cada una y son enormes, y las dos son
en suite. Todo esto en Chelsea, el barrio más caro de todo Londres. El
padre de Lizzie, claramente tiene más dinero que Dios.) Sin embargo no
nos dimos cuenta que había una piscina, Lizzie estaba demasiado
absorta en mostrarnos sus bolsos y armarios para zapatos, además de
su habitación de vapor y jacuzzi.
Encontramos a Lucía, la ama de llaves rumana, cuando regresamos
del club.
— ¿Quieres algo de comer? — Preguntó ella, con cara de piedra,
cuando habíamos terminado de disculparse por hacerla levantar y
dejarnos entrar:
—Está bien. Es mi trabajo. Señorita Lizzie— dice.
—No, está bien— le dije con tristeza, dando patadas Taylor, que
siempre quiere algo de comer. Pero yo sabía que si decía que sí, Lucía
48
tendría que conseguir para nosotros y tenía claramente que
levantarse de la cama que dejó ella estaba en bata y zapatillas y sus
ojos eran borrosos con el sueño.
— ¿Quieren tomar algo? — preguntó Lucía—. ¿Ver una película en el
cine? ¿Nadar?
—Lo siento— dije sin comprender—debo haber oído mal, pero yo
pensé que usted dijo…—cinco minutos después, la puerta del
ascensor se abrió y ping, Lucía nos ha llevado a través de un pasillo
con azulejos. Abrió una puerta. Y nosotros abrimos la boca.
—Toallas allí. Ropa para nadar. Sauna allí — señaló ella, aunque nos
quedamos cautivados también por la nube de vapor que se elevaba
delicado del agua azul brillante de la piscina, para centrarse
realmente en sus direcciones. —Toilet también— Indicó el otro lado de
la piscina, que se encuentra en rosa pálido con tintes de mármol—
.Detrás de las columnas.
Aquellos eran de mármol también, por supuesto.
—Muchas gracias— dijo Taylor con fervor.
—No hay problema. —Lucia realmente esbozó una leve sonrisa—.
Ustedes son chicas buenas. No borrachas. No huelo bebidas cuando
ustedes hablan.
—Um, gracias— dije, profundamente agradecido de que no había
tenido un cóctel en Coco Rouge.
Lucía se volvió para irse.
—Ustedes quieren beber agua ahora— dijo por encima del hombro—.
Para el sauna.
—Sí, Lucía— nosotros dijimos a coro.
Nade bajo el agua, deseando que mi tía Gwen se pareciera más a
Lucía. No me importaría un poco de amor duro. Y Lucía era mejor
para mí, que la tía Gwen lo ha sido toda mi vida.
—Muéstrame cómo haces para girar alrededor tan rápido, en ese salto
mortal que haces en la cama elástica— Taylor, tirando de ella fuera de
49
la piscina con una suave flexión de su poderosa parte superior del
cuerpo.
—Realmente no estoy sintiéndome como ella— murmuro, flotando en
el agua.
— ¡Oh, vamos, Scarlett! — Taylor se pone las manos en las caderas—.
¡Sé que esta noche fue decepcionante, pero estamos en una piscina
privada, tiene para animarte un poco!
Ahora me siento como que estoy siendo miserable y arrastrando a
Taylor conmigo. Sintiéndose culpable, le enseñare.
—Hay que hacerlo con estética lo más rápido que se pueda. Coloca los
brazos hacia abajo como si estuvieras lanzando una pelota, y cuando
llegan al suelo, las rodillas deben estar metidas apretado el pecho.
—Lanzar una pelota— dice Taylor, levantando los brazos por encima
de su cabeza y tratar de hacerlo. — ¡Está bien, aquí voy!
Ella corrió hacia el borde de la piscina, salta, se repliega y en ese
preciso instante, una voz surge de la nada, saltando alrededor de los
azulejos y mármol tan fuerte que se mete, Taylor da la voltereta y va
completamente fuera de control.
— ¿Está usted en la piscina? — Dice la voz.
Taylor echa los brazos, no sé por qué, pero se detiene por completo en
su vuelta, y ella aterriza boca abajo en la piscina, con los brazos
extendidos a lo ancho y todavía con las rodillas dobladas contra el
pecho. Me río con tanta fuerza que me doblo. La expresión de shock
total de nuevo me hace reír aún más fuerte. Y ni siquiera me siento
mal riendo sobre ella. Después de todo, no hace un minuto que me
estaba dando una conferencia sobre la necesidad de tener ánimo.
— ¿Está usted en la piscina?
— ¡Aaaah! — Taylor jadea para respirar, tosiendo fuera del agua. Para
mi vergüenza, esto es de alguna manera incluso más divertido que el
golpe que se dio de vientre. Tal vez sea porque nunca había visto a
Taylor ser otra cosa que una maniática del control físico por completo
de sí misma.
— ¿Está usted en la piscina? —La voz vuelve a preguntar.
50
— ¿Quién diablos es usted? — Taylor grita. Su cara esta color rojo
brillante: está literalmente furiosa.
— ¡Soy Lizzie!
— ¡Deja de gritarnos! — Taylor le grita.
— ¡Lo siento, es el portero! ¡Esto hace que todo suene muy fuerte! ¡Voy
a bajar!
Lizzie irrumpe por la puerta unos minutos después, toda emocionada.
Apuesto a que Lucía habría olido bebida en su aliento.
— ¡Hey! — dice, sonriendo—. ¿Están disfrutando de la piscina? ¿No es
genial? Y ¿qué pasa con esa escena en el club? ¿No fue una locura?
¡Plum tuvo un colapso completo! ¡Yo estaba asustada, pero fue
realmente emocionante, también! ¿Y cómo les fue en su misión de Alto
Secreto? ¿Les ha parecido todo bien?
—No realmente— le digo, suspirando—. Resultó ser mucho más
complicado de lo que nos dimos cuenta.
— ¡Oh, eso es una vergüenza! — Lizzie se ve realmente decepcionado
en nuestro nombre—. Lo sé, ¿por qué no hacemos un poco de
palomitas de maíz? Y podemos tener cacao con Baileys y menta con
malvaviscos en ella ¡Ese es mi favorito! —Ella aplaudió con sus
manos llena de alegría, como una niña pequeña—. Voy a arrancar la
máquina de palomitas de maíz. Nos vemos en mi sala de estar. Tomen
el ascensor hasta el tercer piso y giran a la izquierda, hasta el fondo
del pasillo. ¡Oh, esto va a ser muy divertido!
—Nunca pensé que esas palabras saldrían de mi boca— dice Taylor
cuando se golpea la puerta que se cerró detrás de Lizzie— pero tengo
que decir que, a veces, ser amigo de Lizzie parece como un muy buen
negocio.
Naturalmente, el vestuario de la piscina está bien provisto de batas y
de toalla mullidas, zapatillas y una variedad de tipo spa, así que diez
minutos más tarde estamos acurrucadas en frente de un fuego
rugiente en el salón de Lizzie, con tazas de menta caliente, y el cacao
ligeramente alcohólico en nuestras manos, un tazón de palomitas de
maíz entre nosotros, y el sonido muy reconfortante del estallido de
otro lote cocinándose de palomitas en la máquina.
51
Esto es vida.
O lo sería, si no hubiera sentido, muy poco a poco como se me
apretaba un nudo en mi estómago, que es el recordatorio perpetuo de
que tengo la muerte de Dan encima. Ese nudo está siempre conmigo,
pero a veces no lo siento tanto como con los demás. En este momento,
es como una piedra en el estómago, dura y fría, porque estoy muy
decepcionada por esta noche. Pero también, estoy disfrutando mucho
de esta intimidad, y mi cacao es tan delicioso que está compitiendo
con el nudo por la atención. Es extraño un sentimiento desgarrado
como este.
Esa es otra razón por la que estoy tan interesada en resolver el
asesinato de Dan. Quiero ser capaz de sentir sólo una sensación a la
vez. Quiero deshacerme de la piedra en el estómago.
—Me siento como si estuviéramos en una estación de esquí en
Colorado— comenta Taylor, soplando en su bebida.
—Es acogedor, ¿verdad? — dice Lizzie—. A veces hago mi cacao y lo
tomo en el jacuzzi para ver la televisión. Eso es precioso también,
aunque no se puede ver el fuego. Entonces, ¿cuál era el problema esta
noche? —continúa, tan feliz de sentirse ella que está en el centro de
algo, que sus ojos brillan como faros.
Aquí está la cosa: no podemos decir nada Lizzie importante, ya que
ella simplemente lo balbucea a todo el mundo que conoce en un
esfuerzo por mostrar lo que está en nuestra confianza.
Ella lo sabe por supuesto, que algo está pasando entre nosotros y
Nadia, algo secreto y complicado e importante. Sin embargo, todos los
involucrados la han mantenido completamente en la oscuridad. Pero
Taylor y yo tuvimos una rápida lluvia de ideas abajo, y decidimos que
no había un tema en el que Lizzie en realidad podría ser de ayuda. Es
su especialidad, después de todo.
Suspiro. —Suena tonto— le digo— pero Nadia quería nuestra ayuda.
Tú veras, hay un chico que le gusta, y ella piensa que le gusta. Sólo
que ella no está segura. Y un par de noches atrás, estaban en un
club, y ella estaba sentada con el bolso Plum, junto a ella…
52
—El Marc Jacobs, edición limitada de…— Lizzie interrumpe
emocionada, ansiosa de mostrar que sabe el armario de Plum.
—Exactamente. Y ella piensa que este chico pensó que era su bolsa,
de Nadia, y puso en él una nota para ella.
Esta parte de la historia es muy débil. Quiero decir, ¿quién deja notas
en la actualidad? Sigo hablando con rapidez antes de Lizzie empiece a
darse cuenta de que no acaba de tener sentido.
—Sólo la cosa es, que no era la bolsa de Plum, después de todo, ella
se confundió, porque bastantes muchachas tienen la misma bolsa, al
parecer, pero ella no se dio cuenta. Así que realmente quiere averiguar
quién tiene la misma bolsa y ver si alguna de ellas recibió una nota en
ella que no era para ella.
Busco dudosamente a Lizzie: ¿caerá realmente en esto? Yo no tenía
tiempo para llegar a una mejor historia. Por suerte, los cócteles en
Coco Rouge y Baileys lo tienen disuelto, una pizca de sentido común
que podría haber poseído.
— ¡Eso es tan romántico! — respira—. Y ahora él no sabe que ella no
consiguió la nota, así que puede ser, que piense que no le gusta. . . .
es algo así como Romeo y Julieta, ¿no es así?
—Um, sí— dije, inclinando mi cabeza hacia un lado y tratando de
hacer que mis ojos se vean brumosos. Esto también significa que hay
que evitar que capture los ojos de Taylor, que no creo que sea una
buena idea, si quiero seguir siendo convincente.
Deja un momento y luego dice pensativa:
—Supongo que no tienes ni idea de quién más tiene esa bolsa,
¿verdad?
Lizzie casi salta hacia arriba y hacia abajo de alegría, su cacao Baileys
brinca peligrosamente, cerca del borde de su taza.
— ¡Por supuesto que sí! — dice con entusiasmo—. ¡Sofía tiene uno!
ella sólo lo recibió el mes pasado, su hermana se lo dio porque estaba
aburrida de él, pero Sophia realmente le gusta, ella lo lleva a todas
partes, aunque en realidad no vaya con lo que lleva puesto. . . .
53
—Sophia Von Und Zu ¿Qué—?
—Sí, es gracioso, porque tú sabes cómo Plum odia cuando la gente
tiene lo mismo que ella, es una especie de regla, no tener nada de lo
mismo, ¿verdad? Sino, Sophia realmente, realmente quería mantener
la bolsa, y al parecer, cuando llegó a la escuela con ella — Lizzie deja
su taza y se inclina hacia adelante en su sillón de terciopelo, toda
emocionada a decirnos lo que ella considera una pieza fundamental
de chismes —ella lo puso debajo de su silla, para que Plum no lo viera
enseguida. Y luego Sophia invito a Plum para que mañana llegara con
ellos a su casa cuando viajen. Lo que es increíble, al parecer, es como
un castillo todo en Austria y se ve como algo salido de un cuento de
hadas, y la familia de Sofía son muy, muy elegantes y fantásticamente
bien conectados, de modo que Plum ha estado muriéndose por
conseguir una invitación allí durante mucho tiempo. Así que, por
supuesto, ella dijo que sí. Y luego Sophia se inclinó para sacar su
bolso y todo el mundo lo vio por primera vez. Y al parecer, todo el
mundo estuvo absolutamente en silencio como muertos, pero Sophia
había invitado sólo a Plum a quedarse, así que Plum, ya sabes, no
hiso algo al respecto. Era algo así como un trato, ¿me entiendes?
—Sí, lo creo. Bien, así que Sophia tiene uno— yo repetí—. ¿Alguien
más tiene el mismo saco?
Lizzie estaba asintiendo vigorosamente—. Lucy tiene uno. Los ojos de
Lucy Raleigh.
—Lizzie hiso cara de cachorrito, como la hacen todas cuando se
menciona el nombre de Plum. Lo cual es interesante, porque nunca
he visto mirar a Lizzie como esta, nadie más que a Plum.
— ¿Quién es Lucy Raleigh? — Taylor pide.
— ¿Tú no lo sabes? — Lizzie estaba incrédula—. Ella es, como, muy
bonita y fresca. Está en las niñas de San Pablo. Ella estaba en el club
esta noche, ¿la viste? Ella estaba llevando una camiseta de D & G,
hecha para Lou, y vaqueros— se detiene por un momento,
entrecerrando los ojos y termina triunfante—una chaqueta de Guess.
Creo que era Guess—añade a conciencia—. Creo que ella fue la
primera persona en tener una de esas bolsas. No la he visto con ella
durante mucho tiempo, sin embargo.
54
Sophia estaba en la fiesta en que Dan murió, pero eso fue hace seis
meses, y de acuerdo a la historia de Lizzie, su única hermana
recientemente le dio la bolsa. Así que está fuera de peligro. Yo tengo
que decir, me ha parecido muy difícil de creer que Sofía tuviera algo
que ver con el asesinato de Dan. Yo solía estar en la clase de historia,
lo mismo que ella en St. Tabby, y como un resultado, sé que Sofía
estuvo alrededor. Organizar algo tan complicado sería impensable
para ella, la tensión mental la pondría en estado de coma durante
semanas.
— ¿Y nadie más tiene una de esas bolsas? — Taylor pide. Lizzie niega
con la cabeza.
—Nadie que conocemos. No hicieron muchos.
Bueno, eso es definitivo. Si hay un tema en el que Lizzie es una
experta es en bolsos. De repente, la comodidad de la sala de estar de
Lizzie se vuelve sofocante. Tengo una idea. Los ojos de Taylor están
brillantes: Puedo ver que siente exactamente lo mismo. Lucy Raleigh.
Quién va con las niñas de San Pablo. Y es muy bonita y fresca.
¿Podría tener nada que ver con el asesinato de Dan?
Oh, hay una cosa más que aclarar.
— ¿La hermana de Sophia, anda mucho con Plum en lo absoluto? —
Le pregunto, sólo para asegurarme de que no hay posibilidad de que
la hermana estuviera en la fiesta de Nadia.
Lizzie se ve sorprendida.
— ¡Dios, no! Ella es mucho más mayor. ¡Ella esta, casada!
Bueno, que gobierne la hermana, lo que significa que puede
concentrarse por completo en esta Lucy Raleigh. Mi estado de ánimo
ha mejorado por el momento: tenemos una pista real para
enfocarnos. Y en el taxi, me habló de sospechas reales de Plum. Tal
vez me equivoque, pero pensándolo bien, yo tengo mis dudas, de que
carezca de carácter Plum, para llevar a cabo esta complicada y astuta
trama. Plum es todo acerca de la confrontación directa. Tal vez, si
puedo encontrar más información acerca de Lucy Raleigh, va a
resultar que ella es mucho más el tipo para matar a alguien, en la
clase de manera en que Dan fue asesinado. . . .
55
— ¿Así que piensas que tal vez Lucy recibió la nota que estaba
destinada a Nadia? — dijo Lizzie.
Nuestras expresiones completamente en blanco, nos expondría a los
mentirosos totales, si no fuera que se tratara de Lizzie. Realmente
tenemos que trabajar sobre nuestros reflejos, si queremos ser espías
súper detectives, muchacha.
— ¡Sí! — digo, varios latidos demasiado tarde, cuando Taylor
interviene con una serie de guiños demasiado entusiastas.
— ¡Oh, espero que ella se reúna con él!— suspira con nostalgia
Lizzie—. ¡Suena muy romántico!
56
Traducido por Tersa Manzano
Corregido por Deyanira
os codos fuera de la mesa, Scarlett. Y siéntate
más derecha.
Me estremezco, horrorizada al darme cuenta
de que he cometido un error tan básico como apuntalar los codos
sobre la mesa, mientras estoy en el almuerzo con mi abuela. Debo
haber estado a millas de distancia.
—Lo siento, señora Wakefield —murmuro.
Mi abuela ha decretado que mientras soy una alumna de Wakefield
Hall, tengo que llamarla señora Wakefield en todo momento, para que
nadie piense que tengo tratamiento especial de parte de ella. En cierto
modo entendería que fuera sólo en público, ya que después de todo,
es la directora, pero tener que llamarla señora Wakefield también en
privado es muy extraño.
—Así que, cuéntame de los amigos que estás haciendo aquí —me
cuestionó la abuela.
Acabo de pinchar algunos guisantes y estoy masticando diez veces
antes de tragar, una regla en la que mi abuela insiste para una buena
digestión. Así que tengo unos segundos antes de responderle.
—Um, soy amiga de Taylor McGovern principalmente —digo
finalmente.
— ¿La chica americana con los padres arqueólogos? —dice la abuela,
pero en realidad no es una pregunta.
—L
57
Ella sabe todo de las chicas de la escuela desde el momento en que
dan el primer paso a través de las puertas de Wakefield Hall. Se
rumorea que tiene expedientes sobre todos y no me sorprendería en
absoluto descubrir que es verdad.
Asiento con la cabeza y luego recuerdo que eso no se considera una
respuesta suficiente.
—Sí, es ella. Es muy deportiva. Trabajamos juntas un poco.
Mi abuela asiente con la cabeza y corta otro bocado de pollo. Todo es
comida blanda, de nuevo debido a su digestión. Pollo cocido,
zanahorias cocidas, guisantes y patatas.
¡Ah!
Bueno, al menos es mejor que la comida escolar, es el único consuelo
de tener que pasar cada domingo al mediodía con mi abuela en su
comedor privado, sentada con la espalda recta y con los codos fuera
de la mesa, la práctica de las artes de la conversación amable y los
buenos modales.
Es muy difícil hacer las dos cosas al mismo tiempo, me parece.
Mire a mí alrededor ya que mi abuela mastica su pollo. Ella tiene todo
un conjunto privado de habitaciones que eligió cuando fue
convirtiendo Wakefield Hall en escuela y naturalmente, tomó los más
bonitos. El comedor está en el viejo invernadero, por lo que tiene un
techo de cristal y en parte paredes de cristal. Cuando llueve es muy
dramático sentarse aquí y ver el agua verterse hacia abajo, sobre el
techo, sintiéndose segura y cálida por dentro. La carpintería está
pintada en color verde claro y hay grandes plantas en vasijas de
porcelana dispuestas en nichos que rodean la habitación: como todo
lo que mi abuela hace, es sencillo y elegante. Lo utiliza para grandes
cenas en la escuela, con gobernadores y padres especialmente
favorecidos (ricos / con títulos / influyentes), lo que significa que la
mesa es lo suficientemente grande como para dar cabida a veinte
personas.
Siempre es extraño estar sentada en un extremo de la misma,
nuestros dos sitios puestos con esmero con la familiar porcelana
58
Minton6, la vajilla con monograma de plata y copas de cristal con
agua, con una gran extensión de madera pulida que se extiende lejos
de nosotras, ocupado sólo por los brazos de los candelabros de plata
fijados a intervalos regulares.
Me hace sentir increíblemente tímida. Lo ocasiona mi abuela, porque
tiene el perfecto control de sí misma. Tiene el pelo blanco, en un
pulcro corte corto, es siempre suave y elegante, mucho más
inteligente que el moño en la parte posterior de la cabeza de las viejas
damas. Sus ojos son brillantes y azules y pueden ver todo, sobre todo
las cosas que no quiero que vea. Lleva un juego doble de falda de lana
pastel y nunca la he visto sin su collar de perlas y pendientes. Son
recuerdos de familia, que es una de las razones por las que siempre
los usa y el otro es que las perlas se deben usar tan a menudo como
sea posible, ya que obtienen su brillo de los aceites de la piel. Eso es
lo que dice mi abuela, así que debe ser cierto porque ella siempre
tiene razón. Cada movimiento que mi abuela hace es preciso y nunca
dice una palabra que no quiere decir.
Puedes ver por qué es intimidante tener que pasar cada domingo a
mediodía con ella, ¿no?
— ¿Y cómo van progresando tus estudios? —pregunta.
Me retorcí. Esto es tan difícil, cuando tu abuela es tu directora,
también, ¿cómo puedo responder a esto? Entonces tuve un golpe de
inspiración.
—Estoy muy atrasada en latín —digo. —Ya me di cuenta de que se
enseña mucho mejor aquí que en St. Tabby.
Los oídos de mi abuela se pincharon con interés.
— ¿En serio? —dijo con una naturalidad que era casi tan creíble como
un gato que te dice que acaba de dormir fuera de una ratonera por
casualidad.
6 Thomas Minton (1765 – 1836) es un ceramista inglés. Fundó Thomas Minton & Sons en Stoke-on-
Trent, Staffordshire, que se convirtió en una empresa de fabricación de cerámica con una gran reputación internacional. Famosa por la producción de loza y la porcelana en 1798. Sus productos son principalmente vajilla doméstica estándar sobre todo en la transferencia de azul impreso o barro pintado y China, incluyendo el motivo de sauce (willow pattern, supuestamente creado por Minton) cada vez más popular, y en el 1820 objetos de porcelana fina ornamentales.
59
—Cuéntame más.
—Oh— me lancé, a masticar y tragar un pedazo de zanahoria —nada,
de verdad. Es que todas las chicas de aquí están muy por delante de
mí. Todos han estado escribiendo en latín por años. En St. Tabby, en
su mayoría se traduce, no hacíamos más que escribir.
Mi abuela posó el tenedor y se limpió los labios con la servilleta de lino
con monogramas.
—No tenía ni idea de que los estándares eran tan deficientes allí —
dice contenta.
Asiento con la cabeza, con los ojos abiertos.
—No me di cuenta hasta que llegué aquí —le digo, puede ser que
exagere un poco, pero no importa. La abuela se lanzó a una exquisita
conversación de consejos para los exámenes y los programas de
estudio modernos en general y de los perezosos de St. Tabby en
particular, lo que nos llevó todo el tiempo a la eliminación de nuestros
platos principales, siguiendo, con la crema de grosellas para postre y
café (servido en tazas de porcelana tan finas que casi se puede ver a
través del café, siempre estoy con miedo de romperlas).
St. Tabby es una de las mejores escuelas de niñas en el país y para la
abuela haber encontrado una grieta en su armadura le había hecho
absolutamente feliz su día. Somos una familia competitiva, los
Wakefield.
Me felicité por haber encontrado un tema de conversación en el
almuerzo en el que mi abuela felizmente pudiera hablar durante
horas. Voy a buscar otra cosa que criticar la próxima semana acerca
de St. Tabby. Y entonces sólo tengo que sentarme, asentir con la
cabeza y evitar en lo posible tener que practicar el arte de tener una
conversación educada.
Este placentero estado de ánimo duró hasta el final de los pisos
privados de la abuela, por la elaborada escalera central y por la gran
puerta principal de Wakefield Hall. Una vez en el aire fresco, sin
embargo, mi estado de ánimo cambió, no importa lo difícil que trate de
60
mantener esta sensación de euforia. Siempre es difícil para mí cuando
tengo que volver con la tía Gwen.
Lucho contra los sentimientos de envidia hacia Taylor todo el tiempo.
Debido a que Taylor no vive en Wakefield Hall. Al igual que el resto de
las chicas, ella no se aloja aquí. Ella tiene un hogar adecuado para
volver, uno acogedor donde la gente está feliz de verla y donde
probablemente está tomando su desayuno.
Incluso Lizzie, cuyo padre nunca está, tiene ese palacio para vivir y a
Lucia quien alterna mimos y un cariño persistente para ella. Mientras
que para mí, eso es todo. Una habitación proporcionada a
regañadientes para mí por la tía Gwen, quien actúa pretendiendo que
no existo. Y no puedo decir nada de esto a Taylor. Sería mucho,
demasiado, yo la pobre—pequeña—huérfana.
No suelo pensar en mis padres, porque no hay ningún punto y
además, era muy joven cuando murieron para recordarlos bien. Sólo
tengo fragmentos de memoria, como las que muestran las diapositivas
pasadas de moda que se ven a veces en el cine, donde se proyecta una
imagen brillante durante unos segundos antes de que alguien haga
clic en algo y cambie a otra diapositiva.
Estoy por el camino ahora, casi en casa de la tía de Gwen, que en
realidad es la casa del guarda, está metida en un nido de árboles al
lado de la entrada principal. Me pregunto si me siento lo
suficientemente fuerte como para ir por mi caja especial, donde
guardo las cosas que me recuerdan a mis padres. Fotos de nosotros,
de cuando era pequeña. Mi libro de bebé. Una bufanda de punto que
mi mamá hizo para mí. No está en buen estado, tiene una gran
cantidad de puntadas rotas, pero a mí me parece realmente
entrañable, porque ahora es obviamente basura tejida, pero persiste
de todos modos, porque era para mí.
Quito el soporte de ciprés que oculta la puerta de la entrada de la
casa y mientras camino alrededor de él, la casa está ya la vista, salto
y casi dejo caer mi bolso y todos los pensamientos de cualquier cosa
son borrados de mi mente por lo que está justo delante de mí.
Jase Barnes está sentado en el muro del jardín. Está muy sexy con
una camisa de color naranja brillante y pantalones vaqueros negros.
Él debe estar esperándome.
61
Oh mi Dios. ¿En qué me he metido?
La semana pasada, me colé en el piso de Nadia. Que es cuando
averigüe que Nadia vio el EpiPen de Dan en lo que ella creía era el
bolso de Plum, cuando resolví que Dan fue envenenado por el aceite
de maní en las patatas fritas. Corrí todo el camino de vuelta desde el
camino de Wakefield, muy emocionada por mis dobles
descubrimientos que no podía esperar para decirle a Taylor todo lo
que sabía. Alguien mató a Dan. Realmente no fue mi culpa que Dan
muriera. Y eso a su vez, significaba que podía besar a un chico sin
tener miedo de que pudiera caer hacia abajo, muerto a mis pies, al
igual que Dan lo hizo.
Así que cuando corrí de regreso a la escuela por la noche y vi a Jase
Barnes por la sala comedor, el magnífico Jase Barnes, del que todas
las chicas de la escuela deben estar enamoradas, pero que
sorprendentemente parece interesado en mí, lo perseguí como un
perro. Corrí tras él y lo hice detenerse, puse mis manos sobre sus
hombros, levanté la mano y lo besé... y entonces, gracias a Dios
gracias a Dios, me escapé directamente después sin rondar por ahí
para no avergonzarme aún más.
Aaah. Me ruborizo de solo recordarlo.
Pero por lo menos él no murió.
Lo cual es bastante obvio ya que está aquí, en carne y hueso,
saltando de la pared cuando me vio por lo que no pude evitar esperar
con entusiasmo. Sus brillantes y relucientes ojos dorados. Espero que
él no crea que vaya a tirarme a sus brazos de nuevo. No creo que este
completamente fuera de mí en estos momentos.
—Um, hola —dije, caminando hacia él, porque tengo que hacerlo, ya
que se interpone entre la casa del guarda y yo, orando con cada fibra
de mi cuerpo, que no esté tan roja en este momento, que me parezca a
un tomate con ropa.
—Hey —dice y yo creo que es totalmente injusto que él sea del color
de los caramelos con interior blando y centro de chocolate que recibo,
es muy agradable, no puedo decir si él está ruborizándose también.
62
Pasa su mano sobre el cuero cabelludo, lo que es totalmente
innecesario, porque su cabello está completamente cortado en
pequeños rizos oscuros, así que tal vez eso es una especie equivalente
del chico a sonrojarse.
Estamos de pie y nos miramos el uno al otro durante un largo tiempo.
Estoy cambiando de un pie a otro, tratando de encontrar las palabras
para decir que estoy en un apuro y necesito ir dentro con la tía Gwen,
porque sinceramente, estoy deseando que él no haya venido a
buscarme. Por supuesto, me siento halagada, pero esto es demasiado
confuso para mí para hacerle frente en estos momentos.
—Me gusta tu traje, dice finalmente, sonriendo.
Automáticamente me miro a mí misma, inmediatamente me
impresiono de horror, porque me olvidé por completo de que estoy
usando la ropa adecuada para el almuerzo con mi abuela, de acuerdo
con sus reglas muy estrictas. Que son: una falda plisada marrón, un
jersey azul marino, medias y zapatos cómodos (no botas, que no son
para ser usados con faldas). Sin maquillaje, ni caso tiene seguir.
Sólo parece que viaje al tiempo, a la década de 1940.
—Acabo de tener un almuerzo con mi abuela —me las arreglo para
explicar, seguro que me sonrojé aún más. Estoy maldiciendo el hecho
de que prácticamente cada vez que veo a Jase, estoy bien, domingo
por la mañana desaliñada o domingo de almuerzo—mojigata. ¿Por qué
no puedo estar bien vestida como estaba ayer cuando me choque con
él, solo más de una vez?
—Es muy, um —comienza.
— ¿Elegante? —sugiero.
—Bueno, esa es una forma de decirlo —dice, sonriendo aún más.
—Tengo que comprar ropa sólo para verla —me encuentro diciendo,
así que no creo que ninguna de estas cosas sean realmente algo que
recomiende—. Nunca me pongo algo como esto el resto del tiempo.
— ¿Ni siquiera los zapatos? —dice, manteniendo una cara seria, así
que creo que por un momento se lo toma en serio y miré hacia abajo
63
a mi zapatos de cuero de color marrón, una especie de mocasines con
talón grueso antes de darme cuenta de que está bromeando.
—Oh, sí, estoy de acuerdo. —Me encantan estos, lloro cuando tengo
que sacármelos.
—Yo lloraría si me los tuviera que poner —dice Jase y ambos nos
echamos a reír.
Quise decir hola, tener una conversación rápida y luego ir a dentro
tan pronto como pudiera. No quiero ser grosera con Jase, por
supuesto que no. Es absolutamente precioso y aunque no lo conozco
muy bien, me ha gustado lo que he visto de él. Definitivamente quiero
estar más con él, llegar a conocerlo, besarlo de nuevo... pero sólo
cuando la nube oscura de la muerte de Dan, que todavía se cierne
sobre mi cabeza, se aleje flotando para siempre. Por horrible y egoísta
que parezca, me gustaría ser capaz de ocultar a Jase lejos en un
armario para que ninguna otra chica puede llegar a él y luego
invitarlo cuando esté lista para jugar con él. Pero Jase no es una
muñeca. Una muñeca no podía hacerme reír a pesar mío, o
engañarme en medio de una conversación divertida cuando yo solo
quería decir un rápido hola y adiós. Estoy más confundida que nunca.
—Um, me preguntaba —comienza Jase y luego se detiene. Se aclara
la garganta—. Um... ¿estás lista para cualquier cosa en este
momento? —me pregunta.
—Bueno, tengo un poco de tarea que hacer... —digo, podría morderme
la lengua. ¿Qué aburrido suena eso? Y no era eso lo que estaba
preguntando, lo sé.
—Ah —dice, mirándome decepcionado y mueve sus pies como si
fuera a irse. —Pero eso no te tomará todo el día...
—Me oigo agregando rápidamente. —Sólo tengo, um, un par de horas
de trabajo que hacer.
Lo cual es una mentira total. No puedo creer que esas palabras
salieran de mi boca. A pesar de mis mejores intenciones, no podía
soportar la vista de él alejándose decepcionado.
Debo ser la chica más débil de voluntad en el mundo.
64
—Ah, bueno —dice con entusiasmo, con una sonrisa encantadora
iluminando su rostro—. ¿Tal vez quieras ir a ver una película o algo
más tarde, cuando ya no tengas nada que hacer? Hay el nuevo James
Bond en Princebury, se pone a las cuatro.
—He estado esperando para ver esa —le digo.
—Cool —responde—. ¿Nos vemos a las tres y media?
Asiento con la cabeza, todavía sintiendo que debería retirarme. Juré
que no me involucraría con un chico de ninguna manera hasta que
hubiera resuelto el misterio de la muerte de Dan. Pero ahora, al
menos tu sabes que no fue tu culpa que Dan muriera, dice una voz
un poco perversa dentro de mí. Tú no lo mataste, estás a salvo.
¿Por qué no deberías ir a ver una película con Jase, sólo una vez?
—Usa jeans y una chaqueta de abrigo —dice, sonriéndome—. Es un
buen día, pero hace un poco de frío en la motocicleta. Voy a estar
esperándote por las puertas principales.
Voy en moto a ver una película con Jase Barnes. No puedo creer esto.
Con dedos temblorosos, busco en mi mochila la llave de la puerta. La
idea de ir en moto con él, es tan deslumbrante que momentáneamente
borro cualquier duda que podría haber tenido. Me dejé entrar y corro
escaleras arriba a mi cuarto, arrojando mi mochila en la cama y
tirando para abrir mis cajones, en busca de un traje para usar.
Ese color rosa oscuro con capucha de cachemira, sería perfecto, el
suficiente estilo casual como para parecer que no he tenido
demasiados problemas, pero que se adapta muy bien. Y los
pantalones vaqueros que llevé a la emboscada con Nadia van
realmente bien. Puedo meterme las botas de nuevo. De repente me
doy cuenta de que estoy planeando exactamente el mismo atuendo
para impresionar tanto a Nadia como a Jase.
¿Eso es raro, o irónico?
¿O sólo significa que no tengo la suficiente ropa Cool y sexy como
muchas chicas?
65
Miro el reloj: es la 1:30. Tengo dos horas antes de reunirme con Jase.
Por un segundo, me pregunto si debo pedirle permiso a la tía Gwen
para salir con él en la motocicleta y luego decido que estoy siendo
ridícula: A la tía Gwen no le importaría si le dijera que iba a salir con
un grupo entero de Ángeles del Infierno para hacer un poco de
adoración al diablo. Mientras yo esté de vuelta para el pase de lista en
la cena.
Pero antes de que pueda llegar a tener demasiado entusiasmo ante la
idea de aferrarme a Jase como costra a través de las calles, siento un
nudo grande en la parte posterior de mi garganta. Recuerdo cuan
emocionada estaba cuando Dan me sonrió detrás de la barra en casa
de Nadia. Así que en lugar de escoger qué aretes usar, estoy sentada
frente a mi computadora, en busca de Lucy Raleigh. Eso tiene sentido,
¿no es así?
¡Biip! ¡Biip!
Estoy tan concentrada en mi investigación en línea, que olvidé por
completo que había puesto mi alarma para que pudiera estar segura
de que tuviera tiempo para vestirme y maquillarme antes de reunirme
con Jase. Apago la alarma sin siquiera apartar los ojos de la pantalla
de mi ordenador. He estado buscando en todos los sitios de redes y
tengo un montón de información aquí.
Hechos cruciales aprendidos acerca de Lucy Raleigh hasta el momento:
1) Ella es realmente muy bonita: tiene el pelo liso y rubio, ojos
redondos y azules y piel de porcelana. Sus características la hacen
lucir muy inocente, pero esta vestida tan moderna y formal, que
acaba con esa aura sofisticada como la de Plum. Creo que es incluso
más fotogénica que Plum, también apuesto que a Plum no le gusta
eso mucho.
2) Todos sus amigos son intimidantes y guapos, hasta el momento,
basta de mirar demasiado.
3) Plum es amiga de ella en línea, al igual que Nadia y todas las
chicas del grupo de Plum en St. Tabby. Pero leyendo entre las líneas
de los mensajes dejados, no suena como que estén muy cercanos,
más bien son una especie de aliados tácticos en la batalla por saber
más de moda que cualquier otra persona.
66
(Por suerte para mí, Lizzie no es amiga en línea con Nadia, Plum, o
Lucy, así que estoy segura en ese frente. Aun así, es un poco frío saber
hasta qué punto estas chicas están usando a Lizzie, como Plum me
había usado a mí y eso me hace sentir un poco horrible por usar a
Lizzie demasiado. Sin embargo, soy rápida para recordarme a mí
misma que el uso de Lizzie es un medio para un fin y que una vez que
termine todo esto, puedo tratar de redimir mi carácter.)
4) Lucy tiene un novio llamado Callum, pero parece que no le gusta
ser fotografiado. Hay un montón de fotos de Ross y Simón y los chicos
que bailan en la noche de baile del Coco Rouge, brazos se envolvían
alrededor de Lucy, Plum y Nadia, sonriendo como locas a la cámara,
pero no puedo encontrar ninguna de Callum. Su avatar es un
personaje de caricatura que no reconozco, se parece un poco a un
indio—punk, con un fondo de cuadros.
5) Callum tiene un solo perfil y no ayuda que nunca haya llenado la
mayor parte de él. Sólo dice su edad, diecisiete, que vive en Ayrshire,
Escocia y la música que le gusta, sobre todo de bandas de las que
nunca he oído hablar, con el mismo tipo de ilustraciones de indio—
punk como su avatar. Sus amigos apenas han publicado ningún
mensaje aparte de unos cuantos holas iniciales. Obviamente Callum
es una de esas personas que crean una página para ellos mismos y
rápidamente se dan cuenta que no están tan en ello y no se molestan
en mantener el ritmo.
6) Pero lo más importante, es que hay una gran cantidad de mensajes
del día después de la fiesta de Nadia. Todo el mundo está
preguntándole a Lucy que es lo que ella y Callum están haciendo,
pero Lucy no ha respondido a ninguno de ellos. Callum no estaba en
la fiesta, tomo nota. Hay varios comentarios directos después
preguntando cuándo va a venir a Londres y si Lucy lo ha visto, así
que claramente está en otra parte, en Ayrshire, tal vez, si es allí donde
vive. Sin embargo, es curioso cómo todo el mundo parece estar muy
preocupado por Lucy y su novio, como si tuvieran un vínculo muy
fuerte con Dan.
Me quedo mirando las fotos de Lucy por un tiempo, hojeándolos hasta
que veo una de ella en un vestido negro sin espalda, ella está mirando
a la cámara sobre un hombro, posando sexy, para mostrar su espalda
67
desnuda. Sólo hay una pequeña cadena que sostiene el vestido junto
a la parte posterior de la cintura. Suerte la de ella, no tiene que llevar
un sujetador todo el tiempo.
Me siento, cuando tengo un destello de memoria, tengo una sensación
muy fuerte de que la he visto antes en alguna parte. Aprieto los ojos
cerrados, tratando de captar las imágenes parpadeantes que se
acaban de disparar a través de mi subconsciente. Muchachas en
vestidos sin espalda, riéndose, sentadas en algún lugar, en un bar,
¿era en el Coco Rouge? No, hace más tiempo que eso.
Pero yo nunca he ido a bares de moda, por lo que debe haber sido, en
la fiesta de Nadia. Ahí es donde vi a Lucy. Ella estaba sentada con
otra chica al final de la barra. Ella estaba riendo y coqueteando con
Dan mientras el preparaba el cóctel que iba a beber.
Y cuando comí las patatas a la inglesa, que habían sido mezcladas
con aceite de cacahuete, yo estaba sentada en el bar y también Lucy
estaba allí, en una posición perfecta para haber deslizado el plato de
patatas fritas delante de Dan, esperando que comiera un poco.
Esto no prueba nada. Pero Lucy era la sospechosa más probable de la
muerte de Dan.
Sin embargo, ¿qué motivo iba a tener para matarlo?
Tomé mi móvil y llamé a Nadia, para la prometida conversación en la
que ella tiene que decirme todo lo que sabe acerca de la noche en la
que Dan murió en su ático. Tengo un montón de preguntas para ella
ahora.
Diez minutos más tarde, bajé mi móvil y me moví en mi silla,
totalmente desconcertada. Nadia resultó ser de ninguna ayuda en lo
absoluto. Lo único que he establecido es que ella no tiene
absolutamente ninguna idea de lo de las patatas fritas. Cuando le
pregunté si había notado a Plum ir detrás de la barra durante la
fiesta, Nadia estaba tan sorprendida que estaba claro que no tenía ni
idea de por qué le estaba haciendo la pregunta.
Por supuesto, me preguntó por qué quería saber si Plum había tenido
la oportunidad de traer el aceite de cacahuete y las patatas fritas con
el médico. Si no hubiera sido tan frustrante, me habría reído de la
respuesta de Nadia.
68
— ¿Por qué Plum estaría detrás de la barra? —dijo, claramente
sorprendida de lo que estaba diciendo—. ¡Las chicas no sirven las
bebidas en las fiestas, los chicos hacen eso!
—Um, bien —dije con cautela— pero no sé, tal vez haya alguna
razón, ella puede haber obtenido para sí misma un vaso o algo.
— ¡Dios, no! Le pediría a alguien conseguirlo para ella. Ella podría
servirse una copa, si había una botella abierta sobre la mesa, pero eso
es todo. La mayoría de las chicas ni siquiera abrirían las botellas,
porque arruinan las uñas.
—Cierto.
—Quiero decir, honestamente —dice Nadia, bastante entrada en esta
explicación ahora, de todas las chicas de la fiesta, Plum sería la
menos probable que hiciera algo como ir detrás de la barra y
conseguir algo. Sería muy inusual. Te diré algo, si lo hubiera hecho,
todo el mundo se habría dado cuenta. Quiero decir, Plum no hace
estas cosas por sí misma, ¿sabes? Ella consigue gente para hacerlo
por ella.
— ¿Y si llegó temprano? —pregunté, agarrándome a un clavo
ardiendo. Tal vez si había estado andando con Nadia en las etapas
tempranas de la tarde, podría haber llegado a la barra y adulterado
las patatas fritas antes de que alguien llegara.
— ¡Oh, por favor! —Dijo Nadia en un tono condescendiente por mi
estupidez—. A Plum le gusta hacer su entrada. Nunca llega a ninguna
parte temprano.
—Por supuesto —dije, sintiéndome como un idiota—. Um, ¿y qué
pasa con Lucy Raleigh?
— ¿Sabes de Lucy Raleigh? —Nadia sonaba muy escéptica, por
supuesto. ¿Cómo podría una chica como yo asociarme con una diosa
como Lucy?
—No me hagas ninguna pregunta, Nadia —espeté—. Eso no era parte
del trato.
69
Nadia estuvo en silencio durante un par de segundos.
—No —respondió con el tiempo—. Lucy es como la Plum de St. Paul.
Ella no levanta un dedo tampoco.
— ¿Tenía un bolso Marc Jacobs con ella? —le pregunté—. ¿Como el
que tiene Plum?
— ¡Oh Dios mío, tienes razón! —exclamó Nadia, tan fuerte que tuve
que sostener el teléfono lejos de mi oído—. ¡Me olvidé totalmente de
que Lucy tiene uno también! Hizo una pausa. —Tu sabes, Scarlett,
pensé que había visto el EpiPen de Dan en la bolsa Plum esa noche,
pero tal vez me equivoqué. Es decir, hasta que lo has mencionado
ahora, no me había acordado de Lucy...
La voz de Nadia se fue apagando. Ella no sabía que yo había leído su
diario, por lo que probablemente se sentía como si acabara de hacer
una confesión que innecesariamente arrojaría sospechas sobre
alguien más poderosa que ella. Nadia se recuperó rápidamente con
destreza, sin embargo. Sin duda algo que aprendió de ser amiga de
Plum.
—Olvida lo que dije. Lucy no tenía ningún rencor contra Dan, si es eso
lo que quieres decir. Ella nunca le hubiera hecho daño, debido a
Callum.
Interesante. Mi mente escéptica dio un salto sobre Lucy y aterrizó en
su novio.
— ¿Qué quieres decir con eso? ¿Eran Callum y Dan cercanos? —le
pregunté, cubriendo todas las bases que podía imaginar.
Nadia se echó a reír.
— ¡Um, sí! Todo el mundo sabe lo cercanos que eran. Dios, Scarlett.
¿Cómo puedes ser tan despistada?
Me estremezco. La columna vertebral que había crecido de lo que
Nadia había dicho había sido cortado por la mitad con este
comentario malicioso. Hice una pausa por un segundo para ganar
compostura, pero los cortes de Nadia siguieron de nuevo.
70
— ¿Eso es todo lo que querías saber? —Dijo, con un tono de orgullo
en su voz—. Llego tarde a una cita con mi masajista.
La más mínima culpa que Nadia pudo haber sentido en la cafetería no
parecía existir.
—Espera, no he terminado.
—Claro que sí —dijo Nadia, sonando molesta—. Me tengo que ir.
—No te olvides, Nadia. ¡Taylor y yo te hicimos un favor enorme! —Era
mi turno para sonar molesta—. No creo que una endeble
conversación telefónica sea suficiente para pagar eso, ¿no crees?
Por alguna razón, esto hizo reír a Nadia. No era una risa muy
agradable, sin embargo. Sonaba como si, de alguna manera, ella
pensara que tenía una puntuación superior a la mía.
—Eso es verdad, Scarlett. Probablemente aún te deba algo. Tú y tu
amiga fueron increíblemente útiles —dijo antes de colgar.
Un escalofrío de inquietud viajó hasta mis brazos mientras escuchaba
el sonido de su risa resonar en mis oídos.
¡Biip! ¡Biip!
Mi alarma se disparó de nuevo, debo haber golpeado el botón de
pausa. Y tengo suerte de haberlo hecho, porque cuando miré la hora
me di cuenta de que tengo una hora y media para encontrarme con
Jase.
Me siento allí, mirando fijamente la pantalla de la computadora con
las imágenes de Lucy saliendo con sus amigos y me pregunto si estoy
haciendo lo correcto, involucrándome con Jase, cuando aún estoy así
de envuelta en el asesinato de Dan con todas sus sucias y
posiblemente peligrosas consecuencias.
Contemplo encontrar a Jase y sólo decirle que tengo mucha tarea esta
tarde. Entonces recuerdo que tengo dieciséis años. Y tengo que
construir algo para mí misma, que no está conectado a Dan de
ninguna manera... o de lo contrario me voy a perder por completo.
71
Lentamente empujo mi silla hacia atrás del escritorio, decidiendo que
incluso las adolescentes en misiones de venganza deben salir de vez
en cuando.
72
Traducido por Jesica
Corregido por Malú
stoy aferrada a la cintura de Jase mientras tejemos sin
esfuerzo a través de los vehículos de movimiento lento.
Una cosa acerca de haber hecho gimnasia todos estos
años, quiere decir que no soy una chica gritona en una
moto por la alta velocidad, cuando no puedo ver que Jase sabe
exactamente lo que está haciendo. Estoy segura de que va
adicionalmente parado para tratar de impresionarme, porque eso es lo
que los niños hacen, pero nunca toma un giro tan rápido que a mí me
asuste, o corta peligrosamente cerca de un coche.
Esto es aún más divertido que la película de James Bond—porque en
la película emocionante, aunque lo fuera, no llegó a bloquear mis
manos alrededor de la cintura de Jase. Yo esperaba que él tomara mi
mano, o pusiera su brazo alrededor de mis hombros, pero no lo hizo,
lo cual fue un poco decepcionante. Sin embargo, sabía que nos
íbamos a subir a la moto de nuevo al final de la misma y él me
devolvió la mirada mientras me sentó en el asiento y puse mis brazos
alrededor de él.
No puedo creer que esté haciendo esto, pero estoy imaginándome que
Jase y yo acabamos de conocernos. Y que algunos malos han
comenzado a disparar contra nosotros, así que tenemos que ir en su
motocicleta y huir de la escena. Ellos nos persiguen, pero somos
demasiado rápidos e inteligentes para ellos. El genio de caminos
rurales es un borrón de farolas por el reborde pasando, un destello de
luz amarillenta amargo tras otro, los coches que telefoneamos, no
quiero que esto termine. Cierro los ojos y me inclino directamente en
Jase, arrugando su chaqueta de cuero contra mi cara, su loción para
después de afeitar es fresca y con olor a manzanas, dulce y deliciosa,
bajo la loción para después de afeitar su propio olor, lo que es aún
más delicioso, más oscuro, no como las manzanas en absoluto.
E
73
Estamos frenando.
Hemos parado.
Miro a mi alrededor, aturdida. Me toma un poco de tiempo para
darme cuenta de dónde estamos, porque, a pesar de ser la casa de mi
familia, nunca he usado este camino en mi vida.
Jase pone una mano enguantada hasta el casco y desliza el panel
hacia arriba. Está oscuro, pero puedo ver que él se está riendo.
—No quieres bajar, ¿no? — Que está diciendo—. Realmente te gusta la
moto.
Me doy cuenta de que no puede bajar hasta que lo haga yo. ¡Qué
idiota soy! Me bajo más torpemente de lo que quería, Jase patea el
pedal de la motocicleta, balanceando una pierna por encima y
bajando. Él se quita el casco, yo hago lo mismo con el mío, con la
esperanza de Dios que mi pelo no esté demasiado aplastado abajo.
—Eres un fanático de la velocidad, ¿verdad? — Él pone su casco hacia
abajo en el asiento de la motocicleta, se extiende por el mío.
—Me encanta ir rápido— le confieso, entregándole el casco.
Él lo toma, lo pone al lado del suyo, de alguna manera lo hace tan
rápido que mi mano está todavía fuera y la sostiene que—oh, ya veo lo
que él hizo, él tomó el casco con la mano derecha y al mismo tiempo
entró con su mano izquierda para sostener la mía, eso es realmente
suave. Jase Barnes está sosteniendo mi mano, la está tirando, muy,
muy suavemente, pero lo suficiente para que me encuentre dando un
paso pequeño hacia él.
Tengo que decir algo. No sé por qué, pero yo sí. Porque si yo no digo
algo, no sea que, lo que podría suceder a continuación, en el silencio,
es demasiado para mí en este momento. Tengo miedo de que me vaya
a besar, no estoy lista. Todavía no.
—La película fue muy bien— le digo alegremente, como si no lo
hubiéramos dicho ya lo mucho que me gustó.
— ¿Qué es mejor, la película o el paseo en motocicleta? — me
pregunta.
74
Ni siquiera tengo que pensar en eso.
—Oh, definitivamente el paseo en motocicleta. Por supuesto.
El rostro de Jase se suaviza en la sonrisa más hermosa.
— ¿En serio?
—Sí, me encantó— lo confieso—. Fue muy Cool. Siempre he querido ir
en moto.
—Es una gran manera de moverse alrededor, si estás en el campo.
Pero mi familia no me dejaba tener una, no en una eternidad. Mi
abuela quedaba completamente terminada cada que lo mencionaba.
Ahorré y ahorré hasta que finalmente conseguí una cuando tenía
dieciocho años. Pero todavía no es feliz por ello.
— ¿Valió la pena la espera? — le digo, casi al azar.
—Por supuesto— dice sonriendo—. La primera vez que fui a dar una
vuelta no pude dejar de sonreír todo el día. Literalmente. Me veía
como un payaso. Mi abuela me decía que iba a atrapar moscas en la
boca si no tenía cuidado.
Me río de la imagen.
—Estabas bastante bien, considerando que era tu primera vez—
añade.
— ¿En serio? — Dios, tengo que dejar de decir eso. Que sueno como
un idiota. Pero estoy tan abrumada por estar tan cerca de él que es
difícil para mí no conseguir ninguna palabra en absoluto, mucho
menos una oración completa. Y todavía estoy luchando con el
pensamiento de que, tal vez debería decir adiós ahora, e irme, antes
que las cosas se hagan más intensas que esto.
—Sí— Jase confirma—. No gritaste o dijiste que vaya más lento. Y te
lo tomaste muy bien.
Su mano apretó suavemente la mía, y me derretí un poco.
75
Hemos llegado a los terrenos de Wakefield Hall a través de la puerta
trasera, por la carretera de servicio. Jase se estacionó detrás de la
cabaña de su familia, donde la familia Barnes han vivido por
generaciones. Luces de destello a través de su fisura en las cortinas,
lo que permite a los rayos de luz dorada a través de las ventanas. Más
allá de la cabaña se alza la gran mayoría de Wakefield Hall, el edificio
principal oscurecido desde este ángulo por el bloque moderno, e
incluso la iluminación de los pasillos está lo suficientemente lejos,
suavemente desdibujada por la niebla de la noche, lo que parece
acogedor y atractivo —luz en la oscuridad, calor en el frío.
Está completamente silencioso, además de nuestra respiración y el
crujido de la chaqueta de cuero de Jase. Hace frío aquí, pero me
caliento cuando pienso en cómo todo el mundo está dentro, ya sea
estudiando o esperando para la cena. Soy la única chica en esta
escuela parada afuera en la oscuridad, con un chico cuya mano
enguantada se aprieta alrededor de la mía.
Me estremezco por muchas razones que no podía mencionarlas todas,
no sé si sentarme con un papel y un bolígrafo en este momento y
hacerlo. Jase y yo estamos más cerca ahora, porque ha dado un paso
hacia mí, puedo sentir su aliento en mi frente, el cuero de su
chaqueta rozando la parte delantera de mi cuerpo.
Y entonces lo hago. Miro hacia arriba. Sabiendo lo que va a pasar si lo
hago.
Su aliento en mi cara. Hay una suave ráfaga de mentol, yo creo que,
¡no es justo! ¿Cuándo obtuvo una menta? pero me parece un poco
tonto quejarme de ello.
Lo siguiente que sé es que sus labios están en los míos, y no puedo
pensar en nada más.
Estoy tan contenta que me puse las botas con los tacones de tres
pulgadas, aunque me pareció que pudo hacer que sea difícil subir y
bajar de la moto.
Pero debí haber estado secretamente esperando esto, debí haber
pensado que si Jase me besara, y yo en los entrenadores, sería mucho
más baja que él, sería torpe. . . mientras que ahora, aunque mi cuello
se estiraba un poco, puedo alcanzarlo y poner mis brazos alrededor de
su cuello, tirando de él aún más cerca, sintiendo su cuerpo hacia
76
abajo en toda la longitud del mío. Él coge su respiración y muerde el
labio y realmente se empuja contra mí, así que casi tropieza, me
encuentro atrapada en él, enganchando el pie en su pierna para que
no se caiga, de alguna manera él me sostiene aún más fuerte, casi no
puedo respirar, pero no me importa, es como que estoy respirando su
aliento en lugar del mío. . .
Jase afloja una mano de la parte baja de mi espalda y empuja el
cabello de mi cara. El cuero de su guante contra mi piel es muy sexy,
por alguna razón, no sé por qué, recupera el aliento y el aviso de que
estoy inclinando mi cabeza, empujándolo en su mano como un gato
cuando le acaricio. Él saca su mano, me congelo, pensando que he
hecho algo mal.
Todavía soy muy nueva en esto, así que sin experiencia, tengo miedo
de lo que acaba de aparecer.
¿Era eso demasiado?
Jase se quita el guante con los dientes, no queriendo sacar la otra
mano de su agarre firme en mi espalda. Me sonrojo de placer mientras
su mano, desnuda ahora, llega a mi cabeza, empujando hacia atrás el
pelo, enredándose en él, acariciando hacia abajo, jugando con él,
mientras se inclina para besarme de nuevo. Me encuentro a mí misma
yendo de puntillas para encontrarme con su boca rápidamente, sin
querer esperar hasta esa fracción de segundo antes de que sus labios
toquen los míos. Me encantó la sensación del guante de cuero, pero
su mano desnuda es tan cálida cuando la envuelve alrededor de mi
cabeza. Es tan maravilloso sentir el contacto de piel a piel que me doy
cuenta de que quiero más de él. Saco mis guantes detrás de su
cabeza, uno por uno, dejándolos en el suelo, sin hacer caso a donde
aterrizan. Ahora puedo correr mis manos sobre su cabeza, la piel
suave y cálida de su cuello, deslizando los dedos hacia abajo para que
pueda sentir el borde de su suéter, colocándolas debajo.
Deja caer sus manos a mi cintura, sintiendo bajo mi chaqueta,
tirando de mi suéter, mi camiseta, tocando mi espalda desnuda, yo
grito y salto por el choque simultáneo del aire frío en mi piel y el calor
de sus manos.
Él no entiende, retrocede un poco hacia atrás para poder mirarme.
—Lo siento— murmura—. ¿Demasiado?
77
—No... Sí. . .
No sé qué decir. La cabeza me da vueltas. No puedo obtener ninguna
palabra en absoluto. Quiero tirarlo más cerca y besarlo de nuevo,
sentir sus manos en la parte baja de mi espalda, enroscarme en torno
a él. Pero al mismo tiempo. . . Quiero huir. Estoy muy confundida por
mis propios sentimientos.
Para mi horror, de repente me encuentro a mí misma recordando mi
beso con Dan. Es lo último que quería hacer, estalla en mi mente
ahora mismo, pero no puedo evitarlo. Sé que fue hace seis meses
atrás, pero no recuerdo a Dan siendo suave, estaban bien los besos.
Jase está haciendo que todo parezca tan fácil. Quiero que toque mi
piel desnuda, parece tan natural y correcto. Y yo no recuerdo haber
tenido esa sensación con Dan, pero luego, Dan y yo estábamos
besándonos sólo por un tiempo tan corto, casi no nos conocíamos en
absoluto. Mientras que Jase y yo hemos estado hablando de manera
intermitente durante un tiempo, haciéndonos reír el uno al otro, la
construcción de un tipo de conexión, sentados apoyados uno contra el
otro en su moto. . . .
Me tenso porque mi cerebro está insistiendo en hacer una serie de
comparaciones horribles entre Dan y Jase, al igual que un equipo que
ejecuta un programa que anula todo lo demás y no se detendrá, no
importa cuántos botones presione.
Jase no entiende mi tensión repentina. Él tira de los dobladillos de mi
camiseta y el suéter para que caigan hacia abajo, cubriendo mi
espalda de nuevo.
Frota mi espalda a través de la tela, trazos enérgicos, no es sexys
ahora, a pesar del hecho de que yo sé que él piensa que he
endurecido por el frío, no es un recuerdo del pasado de un niño
muerto, estoy muy agradecida por su cuenta de que podía estallar en
lágrimas. No está siendo agresivo, él respeta mis sentimientos, a pesar
de que lo que ha leído está equivocado.
Los recuerdos de Dan gracias a Dios comienzan a desvanecerse. Mi
cuerpo se relaja en los brazos de Jase cuando mi cerebro vuelve a la
actualidad. Él me está mirando, con preocupación en sus ojos.
— ¿Más caliente? — dice—. Lo siento, es muy frío aquí en octubre.
78
—Sí— me las arreglo.
Miro hacia arriba, mirándolo a los ojos, al verlo con una sonrisa en mi
cara. No, no es una sonrisa. Una sonrisa idiota. Sé que si me viera en
un espejo ahora mismo me moriría de vergüenza. Bajo mi cabeza para
que no pueda ver lo estúpida que me veo.
—Está bien— dice Jase, inclinándose hacia abajo. Él susurra en mi
oído—: ¿Scarlett? Estoy feliz también.
Mis brazos se aprietan alrededor de su cuello, apoyo mi cabeza en su
hombro mientras nos abrazamos. Por un momento me siento muy
fuerte, envuelta en sus brazos, eso suena como algo salido de una
novela romántica.
Una campana suena a lo lejos.
— ¿Es para ti? — Jase pregunta en mi pelo.
Me río.
—Sí, es el anillo que mi abuela especial hace por mí. Ella sube al
campanario y lo toca ella misma.
—Atrevida— Él me hace cosquillas en las costillas—. ¿Sabes lo que
quiero decir? —Suspiro.
—Sí— le digo, de mala gana alejándome de su calor. Levanto la vista
hacia él—. Es la campana de la cena, me tengo que ir.
—Esa campana sangrienta— dice Jase, aunque con diversión en lugar
de la ira.
— ¿Supongo que tienes la escuela toda la semana? —Asiento con la
cabeza.
—Pero a medio plazo se inicia el viernes— le informo—. No voy a estar
tan ocupada entonces.
—Cool. ¿Tienes un móvil?
—Por supuesto que lo tengo— digo, un poco ofendida. ¿Cómo
protegida piensa que soy?
79
Él saca su teléfono y le doy mi número.
—Te mandaré un mensaje— dice— y entonces tendrás el mío—. Se
aclara la garganta—. Incluso me podrías enviar una copia del texto
para decir que lo tienes.
—Creo que puedo manejar eso— le digo coquetamente.
Wow. Eso salió a la perfección. Sé que lo hice, porque me da una
sonrisa sexy y dice:
—No te esfuerces, ¿quieres? — Da una sonrisa muy agradable, muy
jocosa, y vuelvo con:
—Voy a tener cuidado. ¿Sabes lo delicada que soy?
Eso hace que Jase se eche a reír, él me ha visto haciendo gimnasia en
el Great Lawn y sabe que si hay una cosa que no soy, es delicada. Y
entonces los dos saltamos, porque la puerta de la casa de los Barnes
se abre tan rápido que se golpea contra la pared exterior, y una voz de
hombre grita:
— ¡Jasón! ¿Eres tú?
La risa desaparece de la cara de Jase tan rápido que ni siquiera la veo
pasar.
—Sí, papá— le devuelve la llamada, con una voz plana—. Ya entro.
El padre de Jase aparece en la puerta delantera. Con la luz detrás de
él, es difícil verlo con claridad, pero es una forma robusta, con
grandes hombros fornidos, nunca me hubiera imaginado que él era el
padre de Jase por ver su silueta, aunque Jase tiene buenos hombros
musculosos, él es mucho más largo y más ligero.
—Bueno, no te acechan en la ronda fuera, ¿verdad? — le grita su
padre, estoy muy sorprendida al notar que sus puños se aprietan a
los lados. Su actitud general es amenazante, no entiendo por qué.
¿Por qué parece que lo que Jase y yo hacemos sea tan malo? ¿Por qué
le haría estar enojado?
80
Porque él realmente está enojado. Agacha su cabeza hacia adelante,
como si estuviera mirando a nosotros, sin querer, me encuentro
vacilando hacia atrás.
—No estábamos al acecho, papá— protesta Jase.
—Oh sí, lo estabas. ¿Quieres ver eso? Tengo tendencia a pensar que
eres un gitano y disparar un par de tiros en ti y lo poco agrio que
tienes por ahí contigo.
— ¡Papá!
— ¡Ya me has oído!
El Sr. Barnes llega a agarrar la manija de la puerta, mientras lo hace
le puedo ver por un momento a la luz desde el interior de la
habitación. Él es de cara roja, con el pelo gris corto y rizado, una nariz
que parece rechoncha e hinchada. Sus ojos son pequeños y hundidos
en bolsas de carne: no es muy gordo, pero parece poco saludable, un
poco como un cerdo. Un cerdo enojado. No veo ningún parecido a Jase
en absoluto. Gruñendo por el esfuerzo, él entra de nuevo en el
interior, cerrando la puerta detrás de él con un golpe que hace chirriar
los goznes en señal de protesta.
Bostezo en Jase, sorprendida por lo que he oído. Él no me mira a los
ojos, sin embargo, esta incómodo. Estamos en silencio durante un
rato. Estoy esperando a que dijera algo, explicando el mal humor de
su padre, pero él no lo hace.
En lo último, porque no puedo soportar el silencio por más tiempo, le
pregunto:
— ¿Qué es un gitano?
—Como un gitano— Jase murmura—. Es una palabra que usan por
aquí. No estamos interesados en ellos. Bueno, papá no está. Odia a
los gitanos.
Me aclaro la garganta—. ¿Tu papá tiene un arma?
—Una escopeta, sí. Para asustar a los cuervos. Papá acaba de
bromear acerca de usarlo en las personas— añade la defensiva.
81
Pero no creo que él lo hiciera. Y tampoco, se lo puedo decir, a Jase.
—Siento lo de. . . — Empieza, pero se desvanece.
Yo sé que él está hablando de su papá me llamara un poco agrio.
—Está bien— le digo rápidamente, agachándome para agarrar mis
guantes—. Debería irme, estoy muy tarde para cenar ya.
Se ve muy agradecido.
—Te mando un texto, ¿no? — dice.
—Cool.
Gracias a Dios que tengo que salir corriendo para llamar a la cena
dominical. Tengo la sensación de que Jase quiere que me vaya lo
antes posible, entiendo por qué. Corro a andar por el camino que
conduce al comedor, todavía conmocionada por lo que acaba de
suceder. El papá de Jase es horrible.
Debe ser tan desagradable para Jase. Pienso en que tiene que ir a esa
casa ahora por su propia cena, la imagen que evoco es horrible.
Espero que al menos su madre está bien, pero tiene que ser terrible
para ella también, casada con un hombre que es un matón, que grita
cosas increíblemente grosera a personas que ni siquiera saben que no
han hecho nada malo a él.
¡Y hablarle a Jase así delante de mí! Eso fue horrible de él.
No hay nada bueno de ser un huérfano. Nada. Pero a veces, te
encuentras con un padre que es tan desagradable que sólo por un
poco de tiempo, no puedes dejar de pensar que ser un huérfano no
puede ser la peor suerte del mundo después de todo.
82
Traducido por Jesica
Corregido por Malú
gh, coliflor con queso para la cena otra
vez— Taylor se queja—. Yo voy a tirarme
pedos toda la noche.
—Tú y todos los demás— le digo con
tristeza—. El comedor ya estaba un poco maloliente.
—Domingos por la noche son los peores para la cena aquí— dice
Taylor—. ¡No puedo creer que tengamos que comer algo que se llama
polla manchada!
—Se llama manchado a causa de las pasas en ella— le explico,
siguiéndola hasta la escalera.
—Sí, pero ¿por qué es polla? — Taylor está mordiendo las escaleras
más rápido que yo. No sé cómo puede moverse tan rápido con una
panzada de queso y coliflor al vapor y pudín.
—No tengo idea. Pero polla no es una palabra grosera en Inglaterra.
Nos dirigimos hacia el pasillo y entramos en la habitación de Taylor.
Ella se arroja en el suelo, yo colapso en la cama.
—Estoy muy llena— dice ella, sosteniendo su estómago—. Me siento
mal.
—Yo también—. Hago una pausa—. Um. Lo siento por eso.
—Lo siento por la peste—¡Oh, Scarlett!
—U
83
Taylor se levanta y empieza a abanicar el aire con furia.
—Lo siento mucho— murmuro—. Esto siempre me pasa con la coliflor.
Y coles de Bruselas. Lo siento. Voy a abrir una ventana.
—Jesús. Ewwwww.
—Lo siento. Realmente lo siento. Voy a ir al el pasillo la próxima vez.
—Es mejor—. Se ríe—. Wow, eres tan afortunada que no tenías coliflor
con queso antes de ir a tu cita con Jase. ¿Te imaginas sentada en la
sala de cine y encima una tormenta de pedos?
Puedo sentir la sangre que sale de mi cara en ese escenario aterrador.
—Oh Dios mío— le digo—. No podía haber ido.
— ¡No, no podrías! — Taylor está rodando por el suelo, ella se reía tan
fuerte—. ¿Te imaginas? — Se pone un acento Inglés falso—. Oh, mi
querido Jase, lo emocionante de estar finalmente a solas contigo'—Sí,
Scarlett, yo también he soñado con este momento, mi amor'—Sí,
¡Bésame, Jase! Abrázame fuerte en tu varoniles y fuertes brazos.
En realidad estoy bastante impresionada con la capacidad de Taylor
para parodiar las novelas románticas, pero no puedo demostrarlo,
porque estoy muy ocupada agarrando una almohada y atacándola.
Sorprendentemente, apenas se defiende, porque ella se está riendo
tan fuerte. Me estoy riendo también, por supuesto, pero Taylor es la
histeria absoluta. Así que tengo la ventaja, que normalmente no lo
hago, porque ella es tan fuerte como un buey. Yo le pego con la
almohada mientras ella grita:
—Mi amor, ¿qué es ese olor terrible? Es como si una alcantarilla
explotara en el cine.
— ¡Taylor! ¡Scarlett! — Alguien grita detrás de nosotros.
Me vuelvo a mirar por encima de mi hombro. Es Lizzie. Ella se ve
frenética. Antes de que pueda preguntarle cuál es la emergencia, sin
embargo, ella arruga la nariz.
84
—Ew, ¿qué es ese olor? — pregunta—. Huele como a los desagüe.
¿Tienen un retrete bloqueado o algo así?
— ¡Sí! ¡Sí! —Taylor solloza de risa—. ¡Sí!
Le puse la almohada sobre la cara y me senté en ella.
— ¡No! —Taylor le grita desde debajo de la almohada—. ¡No es su
trasero! ¡Saca esa cosa de encima, es un arma mortal!
Ella me empuja fuera con un cambio de gran alcance de los hombros.
— ¡Dios mío! — le digo débilmente, mis risas desvaneciéndose como
punta de ella, sintiendo una sensación familiar en mi cuerpo más
bajo—. Um. . .
— ¡Oh no, Scarlett! — Taylor se lamenta—. ¡No de nuevo! ¿Lizzie,
tienes ambientador o algo así?
—Tengo algunas velas perfumadas.
—Consíguelas— dice Taylor—. ¡Ahora! — Y cuando Lizzie no se ha
movido, Taylor ruge como un sargento mayor—: ¡Ve! ¡Ya!
Lizzie corre por la puerta como un perro asustado.
—Estoy realmente sor…— empiezo de nuevo.
—Guárdalo, Chica Pedo— Taylor se rompe—. Es mejor esperar que
esas velas sean lo suficientemente fuertes. O estarás sentada en el
pasillo para el resto de la noche.
— ¡Tienes que ver esto! — Lizzie casi llora de emoción, llamándonos a
agruparnos alrededor de su ordenador portátil. Ella ha estado
muriendo por mostrarnos lo que hay en la pantalla, pero Taylor no la
dejó hasta que ella encendió las velas y las puso en el alféizar de la
ventana. Están quemando bien, debo admitir, que parecen estar
haciendo un buen trabajo de cubrir Mis Emisiones Tóxicas. Ugh.
Estamos viendo YouTube. Por encima de la pantalla en negro las
palabras la dieta es para los pobres.
85
Lizzie hace clic en el botón de reproducción y se inicia el clip.
Es Plum.
Mi corazón se hunde. Yo estaba disfrutando tanto de esta noche,
haciéndome la tonta y estúpida con Taylor, los recuerdos de mi
encantadora cita después del mediodía con Jase llenando mi mente.
Durante unas horas, he estado como una chica normal: riendo con mi
mejor amiga, siendo objeto de burlas por un tipo que podría estar
empezando a la fecha. Desde que rompió mi laptop cerrada, ha sido el
mejor momento que recuerdo durante mucho tiempo.
Y ahora, estoy viendo a Plum, se me cayó hacia atrás en el mundo de
St. Tabby, la muerte de Dan McAndrew, todo lo que he conseguido no
pensar en esta tarde.
Dejé escapar el aliento en un largo suspiro de pesar.
Plum está tumbada en un sofá grande, una sonrisa satisfecha en su
rostro. La calidad de la película es realmente mala (me imagino que
fue tomada en un teléfono móvil) y el sonido no es muy bueno
tampoco, pero puedo ver claramente la cara de Plum, mientras ella se
sienta con la espalda recta, con movimientos rápidos apoya su larga
melena castaña, se mantiene detrás de su cabeza con una mano en la
nuca de su cuello. Con la otra, que extienda su mano pidiendo algo en
la mesa de cristal delante de ella, la cámara se inclina para
capturarlo. Ella sostiene lo que parece un lápiz, no, es una paja, una
paja corta. Se lo pone a la nariz. Ella se inclina sobre la mesa hasta
que se cierne sobre él. Y luego hay un sonido de oler y ella es una
especie de raspado de la paja contra la superficie de cristal de la
mesa.
— ¿Puedes creerlo? — Lizzie respira.
Plum pone la gota abajo, se sienta de nuevo, inclina la cabeza hacia
atrás, limpiando debajo de la nariz y oliendo de nuevo. Luego va por
un paquete de cigarrillos, toma uno grande, lo enciende.
—Dios, eso es bueno— murmura—. Coca—Cola y cigarros. La mejor
dieta del mundo.
86
Alguien fuera de la cámara hace un comentario y se ríe de Plum.
—Dios, no. Hacer dieta es para los pobres — dice.
Y, debido a que esa es la línea de fondo perfecto, la pantalla se queda
en negro.
Nos miramos la una a la otra en estado de shock. Me inclino hacia
delante para comprobar el nombre del usuario de YouTube que pone
el clip, pero es sólo un revoltijo de letras y números, diseñados para
hacer que sea imposible adivinar la identidad del cartel.
—Tres chicas diferentes me enviaron el enlace en los últimos cinco
minutos— dice Lizzie, su voz mucho más alta de lo normal.
Es evidente que la conexión de Lizzie con el círculo Plum es cada vez
más fuerte, es sin duda preocupante. Ella es algo así como una
bomba de tiempo de esa manera.
— ¿Quién lo puso? — Le pregunto.
Ella niega con la cabeza, su rostro blanco. Yo le creo. Estaría ella
impulsivamente si lo supiera.
—Nunca un momento aburrido con esta Plum, ¿no? — dice Taylor.
Mi teléfono zumba, yo salto. Un texto acaba de llegar para mí. Estoy
muy enfocada en lo que acabamos de ver en la computadora portátil
de Lizzie que inmediatamente pienso que es de alguien en St. Tabby,
hablándome del clip de Plum. Mi corazón salta, con la esperanza de
que sea Luce o Alison, mis dos mejores amigas de St. Tabby, que son
todavía, por lo que yo sé, están furiosas conmigo porque me deshice
de ellas para ir a esa fiesta fatídica de Nadia, donde me besó Dan y
murió. Si Luce o Alison han decidido ponerse en contacto, lo que sería
increíble. Agarro el teléfono.
Pero es un número que no reconozco. Hago clic en él.
HOLA AHORA TIENES EL MÍO. ASÍ QUE USALO. @ CU EL FIN DE
SEMANA. JB
87
Wow.
¿Cómo podía haber olvidado que Jase iba a mandarme un texto? Yo
estuve sentada durante toda la cena en ascuas, esperando a que mi
teléfono zumbara.
Mi cara debe estar rebosante de felicidad. Taylor me mira y adivina
inmediatamente que el texto es de él. Ella levanta los ojos al techo con
el alma y pone ambas manos sobre su corazón, imitando el latido
rápido. Lizzie no se da cuenta de nada: está demasiado involucrada en
el drama de haber visto en línea a Plum drogándose y riéndose de ella.
— ¡Ella está en tales problemas! — Lizzie dice, respirando con
dificultad por la emoción. — ¡Ouch!
Ella agarra a su teléfono, que suena con un fuerte tintineo de una
melodía pop.
— ¡Lo sé! — Llora. — ¡Sí, lo sé! ¡Increíble! ¡Ella está en tales problemas!
. . . ¡Sí, lo sé!
Taylor y yo rodamos nuestros ojos la una a la otra. Esto va para toda
la noche.
—Ooh, tengo otra llamada entrante. . . aguanta. . . — Lizzie
balbucea—. Sí, lo sé. . . ¡Increíble! . . . Sí, todo el mundo debe de
haberlo visto ya. . . .
—Voy a ir a ver a la tía Gwen— digo, de pie.
— ¿Quieres leer su texto, trescientas millones de veces y luego pasar
horas para decidir qué escribir de nuevo— dice Taylor con una
precisión mortal.
—No, no lo creo— le digo sin convicción.
—Mentirosa— dice Taylor amablemente. Ella sacude la cabeza ante
Lizzie—. No podemos dejarla aquí. No voy a tenerla sentada en mi
habitación toda la noche vamos —¡Sí, lo sé! — ¡Increíble!
88
—Su acento Inglés se está poniendo muy bueno— le digo a
regañadientes—. Lizzie. . . — ella está tan absorta en su conversación
que no me escucha. Recojo su portátil, lo cierro, se lo doy a ella,
sacudiendo la cabeza en la puerta. Ella lo toma y me sigue fuera,
todavía lejos parloteando con entusiasmo. La oigo todo el pasillo, a
pesar de que estoy yendo en la dirección opuesta.
Me escabullo por las escaleras, tengo prisa por volver a la tía Gwen
(nunca lo llamo hogar, porque no lo es). Taylor tenía razón. Yo quiero
leer el texto de Jase una y otra vez, aunque tal vez no trescientos
millones de veces, luego agonizar sobre qué texto escribir.
Pero al caminar hacia atrás, me doy cuenta de lo mucho que el vídeo
de Plum realmente me ha jodido. No puedo dejar de pensar en Dan
ahora, de esa forma obsesiva que solía hacer cuando recogí todos los
artículos sobre su muerte y los hice llegar escondidos en algún lugar
seguro, donde nadie podía tocarlos (a excepción de la sangrienta
Taylor, que es). Tengo esta necesidad incontrolable de rifle a través de
la pila de periódicos y revistas de nuevo, aunque yo no lo he hecho en
mucho tiempo. Mi instinto me dice que voy a encontrar algo allí, pero
no sé por qué. Me estoy volviendo loca.
Abro la puerta delantera calladamente. Hay una luz encendida en la
sala de estar: Tía Gwen debe estar viendo la tele. Pero incluso si no lo
estuviera, yo no quería entrar y acurrucarme en el sofá. Es la casa de
la tía Gwen tanto que no me siento en casa en cualquier lugar, pero
en mi habitación.
Subo las escaleras, mis emociones como una mezcla en este punto a
partir del día que he tenido. Sigo oyendo la ridícula voz de Nadia,
llamándome despistada, burlándose de mí porque no sabía que
Callum y Dan eran cercanos. Lo cual me hace pensar aún más que
voy a descubrir un vínculo entre ellos en algún lugar de mi surtido
trenzado de artículos. Hurgo en mi escritorio, quito un panel en la
parte posterior de uno de los cajones (mi nuevo escondite, gracias a
Taylor), agarro mi carpeta, paso a través de los artículos uno por uno.
Estoy rechinando los dientes para poder detener mi corazón latiendo
con fuerza. Cada vez que veo a mi alrededor los encabezados (16—
años de edad, menor de edad que no puede ser identificado por
razones legales) Mi pulso se acelera.
89
En el centro de la pila, tengo el obituario de Dan. Está un poco
arrugado, así que lo aplano con la mano. Leí cada palabra con
cuidado. Es como si estuviera viendo esto con nuevos ojos y sin los
recuerdos.
Cuando llego a la última frase, me quedo en eso, mis piernas
totalmente entumecidas. Mi mandíbula apretada queda abierta y mi
corazón late ferozmente. Debido a que mi corazonada milagrosa
realmente ha valido la pena.
Daniel McAndrew es sobrevivido por sus padres, del Castillo
Airlie, Ayrshire, una hermana, Catriona de 21; un hermano,
Callum de 17
Callum y Dan eran hermanos.
Dejo caer la carpeta en mi escritorio, mi cabeza dando vueltas como
las ruedas de la moto de Jase. No tengo ni idea de qué hacer. Por un
segundo, creo que puedo tratar de reunirme con Lucy Raleigh, pero
rechazo la idea casi de inmediato. ¿Hasta que me llevaría? Incluso si
utilizara a Lizzie o Nadia para llegar a ella, Lucy probablemente no es
lo suficientemente estúpida como para revelar cualquier motivo que
ella o, Dios no lo quiera, Callum, podrían tener para matar a Dan.
Estoy teniendo problemas para respirar, así que voy al baño y me
salpico agua fría en la cara. En realidad nunca he hecho esto antes,
pero la gente lo hace en la televisión todo el tiempo. Es incluso más de
una sorpresa de lo que esperaba. El frío repentino del agua me calma
y me trae un momento de claridad. Y, mirándome a mí misma como el
agua gotea por mi rostro, una idea comienza a formarse en mi mente
de lo que mi próximo paso podría ser.
Alcanzo una toalla y me seco la cara, la idea cada vez más clara y más
clara, como el ajuste de la lente de la cámara para llevar un objeto en
foco. Pero mientras mejor lo veo, más alarmantemente terrible es.
¿Si funciona, tengo que lidiar con las consecuencias?
Voy a probar el primer paso, creo. Sólo el primer paso.
90
Entonces voy a decidir más adelante, una vez que he terminado, si me
siento lo suficientemente valiente como para seguir adelante y
terminar lo que he empezado.
Camino de vuelta a mi habitación, sentándome en mi mesa de trabajo,
tomo unas cuantas hojas de los efectos de escritorio antiguo que mi
abuela, quiero decir, señora Wakefield—se había impreso para mí
cuando cumplí dieciséis años.
Estimada Sra. McAndrew, escribo, mis dedos temblorosos cuando
escribo en mi mejor letra cursiva.
Espero que no crea que sea demasiado extraño que me dirija a
ustedes, pero yo pensé que era mejor dejar pasar algún tiempo
antes de que me pusiera en contacto. Tenía muchas ganas de
hablar con usted de la investigación, pero estaba tan molesta,
pensé que podría perturbarla aún más.
Realmente espero que esta carta no le moleste demasiado,
tampoco. Pero yo sentía que debía estar escribiendo porque Dan
me dijo algo antes de morir y era acerca de usted y su familia.
Me gustaría decirle todo lo que dijo. Además, tengo algo que le
pertenecía a él que me gustaría darle de nuevo a usted. Si
pudiera conocerla a usted y su familia y hacer eso, sería genial,
increíble realmente agradable.
Me siento durante siglos, mirando el papel vitela pesado. Esto está
resultando muy difícil de escribir. Todas estas mentiras. Y aunque me
digo a mí misma que, al constatar cómo Dan murió, estoy haciendo lo
que sus padres seguramente querrían, ¿qué pasa si resulta que la
verdad de su muerte es algo que sería mucho mejor que nunca han
conocido?
Me estremezco.
Sería muy amable de su parte si me deja. Estoy teniendo un
momento muy difícil con lo que pasó, como debe serlo también
para ustedes. Siento que tal vez por reunirme con usted y su
familia el hermano de Dan y su hermana, y hablar de ello, todos
nos sentiremos mejor después, aunque es raro y difícil.
91
Mi número de teléfono, dirección y correo electrónico están por
debajo. Por favor, póngase en contacto conmigo cuando pueda.
Puedo llegar hasta su domicilio si eso es más fácil. Espero que
diga que sí.
Mis mejores deseos Muy atentamente,
Scarlett Wakefield
Me quedo mirando la tinta negra por un rato, pensando en lo que esto
significa. Estoy inclinada por una invitación para reunirme con los
McAndrews— la familia del niño que murió en mis brazos. Recuerdo
que el Sr. y la Sra. McAndrew en la investigación, aunque no podía
verlos, estaban tan molestos. La Sra. McAndrew lloraba todo el
tiempo, el señor McAndrew podría haber sido tallado en una sola
pieza de granito. ¿De verdad estoy considerando sentarme con ellos
cara a cara y hablar con ellos? ¿Incluso si es la única oportunidad que
tengo de acercarme a Callum y Lucy?
Leí la carta.
No creo que lo expresara todo tan bien como me gustaría, pero van a
tener que hacer. Dios, creo que fue lo más difícil que he tenido que
escribir, más fuerte incluso que el ensayo Tácito de la semana pasada,
lo que tensa el cerebro tanto que pensé que la sangre iba a brotar de
mis dos oídos.
Estoy tratando de no pensar en el hecho de que, si este se retira y me
entero de que Callum no está implicado en ningún caso, a través de
su novia Lucy incluso, que sería noticia terrible para los McAndrews.
Sé que puede ser una posibilidad, aunque terrible. Pero ni por un
momento me hace pensar que debo parar aquí, mientras pueda, con
el conocimiento de que no tengo ninguna responsabilidad por la
muerte de Dan además de haber comido accidentalmente lo malo y
besarlo después.
92
No puedo dejar, sin embargo. Tengo que seguir adelante. Tengo que
saber la verdad aunque me queme y todos los involucrados con ella.
Dan murió en mis brazos. Voy a hacer lo que pueda para averiguar lo
que pasó. Se lo debo a él.
Y tal vez cuando me entere de la verdad, voy a dejar de tener
pesadillas.
93
Traducido por Jesica Corregido por paumupi310
aylor! ¡Ningún rebote! ¿Cuántas
veces tengo que decírtelo? — grita la
señorita Carter. La última parte es
evidente que no es pregunta, como
ella no espera una respuesta, pero continúa: — ¡Esto es básquet! ¡No
hay rebote en el básquet!
— ¡Lo siento, señorita Carter! — Taylor grita, empujando el pelo hacia
atrás. Su rostro se ondula en un gesto enorme, sus cejas oscuras
bajan tanto que apenas puedo ver sus ojos.
—Estás en Inglaterra ahora— dice la señorita Carter, no es necesario,
porque Taylor es muy consciente del país en el que está.
—Sharon Persaud rebota en básquet— murmuro a Taylor en un
intento de animarla.
Al igual que yo, Sharon Persaud tiene un área delantera bien
desarrollada, pero a diferencia de mí, Sharon claramente no ha
tomado la molestia en resolver que debe llevar un minimizador y un
sostén deportivo para detener sus tetas balanceándose alrededor
como un par de naranjas haciendo malabares por una persona ciega.
El efecto en realidad se suma a un pavor general de Sharon en los
deportes de tono—no sólo ha sacado a alguien los dientes delanteros
de al menos una niña con su aterrador palo de hockey lavanda, pero a
medida que se abre camino hacia ti, sus tetas parecen armas extra,
rebotan violentamente en todas las direcciones.
— ¡T
94
Taylor ni siquiera suelta una risita por mi broma. Ella toma muy en
serio los deportes de equipo. Lo cual no lo hago, no en la misma
forma.
Pasé años y años haciendo gimnasia, que es realmente competitivo
por supuesto, pero a pesar de que técnicamente estás en un equipo,
cuando cuenta que es sólo tú y sólo tú ahí en las barras o en el
tatami. Yo lo prefiero así: depender de nadie más que de mí misma,
tratando de mejorar y dar mi mejor rendimiento. Es curioso, porque
Taylor es en realidad más solitaria que yo. Pero ella ama los deportes
de equipo, por lo que ella está tratando muy duro para sobresalir en el
básquet. A pesar de que, debido a que está acostumbrada al
baloncesto, ella sigue tratando de botar el balón. . . .
— ¡Práctica derecha, a la red! — La señorita Carter sopla su silbato.
— ¡Equipo Azul, estiramientos, equipo rojo, tiros de práctica! Cinco
minutos cada equipo y luego cambiar otra vez. ¡Adelante, chicas!
Taylor y yo, vestidas con tabardos azules sobre nuestras camisetas y
faldas de gimnasia, corremos hacia el lado de la cancha de baloncesto
donde el resto del equipo azul se dirige a tramos.
— ¿Frente divide? — Taylor sugiere. Nos sentamos una frente a la otra
en el asfalto frío, nuestras piernas. Puse mis pies contra la parte
interior de sus muslos y cierro los antebrazos. Me inclino hacia atrás,
tirando de ella hacia mí.
—La nariz al suelo— canto, —nariz pegada al suelo. . .
— ¡Ay! — Taylor dice que yo le tire hacia adelante, más recto y más
recto.
—Tienes suerte de que no estoy sentada en la espalda— le digo. —
Ricky, mi entrenador de gimnasio, solía venir y no hacer eso.
Sinceramente, a veces pensé que me iba a dividir, pesaba tanto.
— ¡Scarlett, Taylor! — Una voz familiar gritó débilmente.
Taylor tira de mis brazos, así que estoy sentada en posición vertical
nuevamente.
95
— ¿Adivina quién? — susurra. — ¡Es la chica más necesitada en el
mundo!
—Hay que ser agradable, ¿de acuerdo?
Vuelvo la cabeza para mirar a través de la red que rodea a la corte
cuando Lizzie corre hacia nosotras a través de la hierba de los campos
de hockey.
—Todo lo que hacen es intimidarla y obligarla a hacer cosas que no
quiere hacer.
—Sí, bueno, ella es como un labrador que mi tía solía tener. Mis
primos eran realmente tacaños con ese perro, ellos le darían un pie y
se burlarían de ella y tirarían de las orejas, él todavía correría tras
ellos, meneando la cola. Porque preferiría tener la atención negativa
que ninguna en absoluto— dice Taylor cínicamente.
— ¿Podría ser más deprimente?
— ¡Plum ha sido expulsada! — Grito Lizzie. — ¡Plum ha sido
expulsada!
Ella se estrella en la red y cuelga allí, aferrándose a ella con las dos
manos, jadeando como, bueno el labrador del que Taylor estaba
hablando. Para ser honesta, sería una comparación justa.
— ¡Acabo de oírlo! ¡Venetia me acaba de mandar el mensaje! ¡Plum ha
sido expulsada! — Ella jadea.
— ¿Debido al video de YouTube? — Taylor pide.
Lizzie asiente con la cabeza, sin aliento. La gente de buena sociedad
finalmente está dejando en ella lo suficiente y dando chismes reales,
lo que es, obviamente que ella está buscando información. Esto no es
bueno. Sin embargo, tengo que fingir que no estoy preocupada por
esto.
96
—Bueno, aunque St. Tabby no estaría exactamente interesado en uno
de sus alumnos que se está filmando consumiendo drogas— le digo.
— ¡Eso no es todo! — Lizzie ha recuperado algo de aliento, lo
suficiente como para que le permita espaciar sus palabras un poco
más. — ¡Fue Nadia! ¡Nadia puso ese clip en YouTube!
Taylor y yo nos miramos la una a la otra. Puedo ver que ella está
procesando esta información tan rápido como yo, llegando a la misma
conclusión.
—No puede ser una coincidencia— dice Taylor. Niego con la cabeza.
— ¿Que no puede? — Lizzie le pregunta ansiosamente. Pero cuando
no se contesta, ella se precipita: — ¡No puedo creer que Nadia hiciera
esto a Plum! ¡Es como si estuvieran en guerra ahora! ¡Quiero decir,
ellas eran las mejores amigas! ¡Pero Venetia dijo que era ella quien lo
hizo! ¿No es increíble?
Un silbido sopla prácticamente en mi oído.
— ¿Qué está pasando aquí? — La señorita Carter brama de nuevo, no
es realmente una pregunta. — ¡He dicho tramo, no chismes! ¡Lizzie
Livermore, deje de distraer a Taylor y Scarlett ahora mismo o te haré
trotar alrededor de los campos de hockey!
Lizzie se aleja de la red inmediatamente, ojos y boca abiertos con
horror ante la idea de que la haga correr y que todos se echen a reír.
La Srta. Carter sopla su silbato otra vez.
— ¡Cambio, chicas! ¡Azules tirar, estirar los rojos! Y Taylor—
—No rebotes— una corte completa de niñas gritan atrás.
— ¿Sabes lo que esto significa? — Taylor dice mientras caminamos de
regreso a la escuela después de la práctica básquet.
97
—Nadia nos utilizó— le digo. —Ella nos llevó a limpiar ese video desde
el teléfono de Plum y luego puso el vídeo que tenía de Plum.
—No hay duda— dice Taylor. —Deben de haber estado en este
enfrentamiento mexicano.
— ¿Enfrentamiento mexicano?
—Es como si estuviera cada una sosteniendo una pistola a la otra, por
lo que ninguna de los dos quiere disparar porque entonces el otro
también lo haría.
— ¿Por qué mexicano? — Estoy tan desconcertada por las expresiones
americanas de Taylor como ella está por nuestro inglés.
—No tengo idea. Pero bueno, eso es probablemente lo que sucedió—.
Asiento con la cabeza.
—Eso explica por qué Plum no mostró el video a cualquiera. Yo nunca
creí que ella no lo habría enviado a algunas personas. Así que
supongo que Nadia no podía mostrar a nadie el clip de Plum
drogándose, no hasta que haya eliminado el video de Plum. —Taylor
me mira.
— ¿Estás enojada con Nadia? —Me lo pensaría.
—Bueno, sí, porque se siente como la mierda ser utilizado— le digo. —
Y además, si te hubieran pillado pasando la bolsa a Plum, habrías
estado en problemas reales.
— ¡Ja! ¡Como si me hubiera quedado atrapada! — Taylor dice
creídamente.
—Pero honestamente— admito —Plum siempre ha sido una vaca
absoluta para mí. No puede estar demasiado molesta por que ella
tenga su merecido.
Plum es una persona horrible. Y ella sólo obtuvo lo que se merecía.
98
Quiero decir, no hay nadie en ese video haciéndola tomar drogas, o
decir que las dietas son para los pobres. . . .
—Entonces, ¿qué? ¿Es justicia dura? — Taylor pide.
—Supongo que sí— le digo dubitativa. —Pero todavía no es correcto.
No es de extrañar que Nadia se echara a reír como un desagüe cuando
ella había respondido a todas mis preguntas. Ella consiguió lo que
quería, no tenía nada tan útil que nos diga a cambio. Y como que nos
mintió, cuando no nos dijo por qué quería que eliminemos ese video
de su vómito.
Taylor rompió con una sonrisa.
—No te preocupes— dice ella. —Yo lo limpié del teléfono de Plum. Pero
lo envié al mío. Tenemos la suciedad de Nadia en cualquier momento
que quieras.
Me atragante.
— ¡Eso es horrible! — Digo.
—Pero brillante— dice Taylor complacida. —Soy un genio del mal.
En su triunfo, automáticamente suelta el balón que está llevando, de
inmediato se ve horrorizada.
—Algún genio del mal— bromeo — ¡ni siquiera puedes jugar básquet
correctamente!
Entonces veo como Taylor hace una apropiación para mí, profiriendo
amenazas terribles sobre mi cabeza y rebotando fuera de la pared más
cercana. Por el rabillo del ojo veo a alguien, como Taylor hace otra
apropiación de mí, me lanzo en un giro llamativo y completamente
innecesario, arremetiendo lo suficientemente lejos, para no patear a
Taylor en la cara, mientras regreso con ella. Aterrizo en el borde
cubierto de hierba y ruedo fácilmente. Me pongo de pie de nuevo en
un par de segundos, como vengo diciendo, Taylor, suena muy
indignada:
99
— ¡Por Dios, Scarlett! Sólo estaba jugando. No iba a hacerte daño ni a
nadie.
Luego ve a Jase, se da cuenta por qué me estaba mostrando. Él está
de pie debajo de un grupo de olmos, una carretilla y una escoba
apoyada un poco lejos, como para sugerir que él nos vio acercarse y
salió a nuestro encuentro.
—Escape agradable— me dice, sus ojos brillando tenuemente. —Me
preguntaba si necesitabas ayuda.
Me río. Uf, es el tipo de risa, que yo sólo hago con chicos, lo odio.
Nunca sueno tímida o patética con las chicas.
—No, ella no es tan difícil como parece— le respondo.
—Sí, lo soy— dice Taylor, indignada.
Jase se ríe.
—No me gustaría estar en una pelea contigo— le dice a Taylor, que
completamente le gana.
—Jase, se trata de Taylor— digo, luego me pregunto si no debería
haberlo hecho al revés. ¿Suena como que Jase es más importante
para mí que Taylor?
—Hey —dice ella, ruborizándose sólo muy ligeramente. —Um, nos
hemos visto antes, en el laberinto.
Me gustaría que Taylor no hubiera mencionado eso, porque cuando
Jase nos encontró en el laberinto, Lizzie estaba sollozando y
estábamos paradas sobre ella, la interrogábamos duramente sobre el
anónimo.
—No fue tu culpa— nota, la cual resultó ser de conveniencia de Nadia.
100
Yo trato de empujar a Taylor para conseguir que deje de hablar de
ello, pero las puntas de sus orejas se han puesto rosas, así que parece
como si se hubiera dado cuenta por sí misma.
—Eso fue hace años— le digo alegremente, tratando de restar
importancia a la misma.
Ugh.
Me pongo a jugar con mi pelo, de los nervios, se dan cuenta con
horror que lo puse en racimos de hoy, que como siempre, han ido
rizado del clima húmedo. Es una vieja costumbre de la gimnasia,
porque si lo haces rollos hacia adelante o hacia atrás, una cola de
caballo en la mitad de tu cabeza te golpeas en el suelo y escarbas,
mientras que racimos nunca se ponen en el camino de nada. Pero
racimos—en particular—rizado me hace parecer de trece años de
edad. Además, no estoy usando ningún tipo de maquillaje y estoy en
una camiseta blanca, falda marrón, gimnasio y tabardo azul pálido en
la parte superior. Es el más feo equipo que hayas visto. Espero que
Jase recuerde cómo me veía en nuestra cita.
Detrás de nosotros, pude oír el torrente de jugadores del básquet
riendo y susurrando, ya que pasaban por el camino que lleva de
vuelta a los vestuarios. Realmente no los culpo, debería estar
haciendo lo mismo.
Apenas nos ven los hombres de por aquí en absoluto, aparte del pobre
Sr. Theobald, el profesor de matemáticas, que por muchas razones
diferentes no cuenta como un hombre de una manera significativa.
Jase Barnes es como el obsequio a un montón de gatos muy
aburridos y frustrados.
Y yo soy la chica que se para cuándo va a volver a la práctica de
básquet. Ojalá me sintiera más digna y menos culpable. Hay tantas
cosas de mí que no sabe. Si se enterara de todo, ¿podría él todavía
mirarme como si estuviera a punto de empujar a un lado a Taylor y
darme un beso?
101
—Tu padre es el jardinero aquí, ¿verdad? — Taylor le pregunta
educadamente. Jase sonríe, sus dientes blancos intermitentes.
—Sí, mi padre y su padre antes que él. Estoy siguiendo sus pasos, se
podría decir. Tengo mi año sabático ahora, así que estoy barriendo las
hojas y ahorrando para viajar. Entonces comienzo en la universidad
agrícola del próximo año.
—Oh, genial —dice Taylor con entusiasmo.
Aunque me gusta mucho que Taylor parece aprobar a Jase, soy muy
consciente de que la señorita Carter no permitirá de ninguna manera
hablar a un niño durante el horario escolar, incluso si él está
autorizado a trabajar aquí. Y la señorita Carter no puede estar muy
lejos detrás de nosotros en el camino. . . .
—Hay que ponerse en marcha— le digo, haciendo una mueca. —
Nuestra maestra de educación física es muy estricta.
Aunque esto no es nada más que la verdad, diciendo que tengo que ir
parece impulsar a Jase en algo más que una conversación.
—Entonces, me preguntaba. . . ¿Qué haces después? — me pregunta,
mirando a través de mí.
He estado haciendo tan bien el ser Cool, ahora me clavo las uñas en
las palmas de las manos, para recordarme que no brote la emoción.
No pensé que vería a Jase hasta el viernes, a medio plazo hemos
enviado mensajes de texto un par de veces y una especie de acuerdo
para reunirnos a continuación y aquí me está pidiendo reunirse
conmigo hoy. Tiene que ser muy aficionado a verme. Mi cuerpo se
inunda con calor por el pensamiento, a pesar de que probablemente
no debería hacerlo.
— ¿Después de la escuela?
—Sí —Jase dice, cambiando de pie y bajando la mirada, como si no
se preocupara de un modo u otro por lo que diga. Pero yo sé que lo
hace. — ¿Estás libre?
102
Yo realmente consigo ser lo suficientemente fría como para convertir a
Taylor y la miró inquisitivamente, como si le estuviera preguntando si
estoy libre o no. Ella capta rápidamente lo que estoy haciendo y le
dice:
—No tengo nada planeado—. Miro hacia atrás a Jase.
—Está bien, entonces, soy libre— le digo casualmente, aunque mis
palmas están resbaladizas por el sudor.
—Fantástico—. Su cara se ilumina. — ¿Quieres ir a dar un paseo por
el lago?
—Está fuera de los límites— le digo con cautela. —Hay una puerta,
siempre cerrada con llave. —Jase sonríe y da palmaditas a su bolsillo.
—Tengo la llave— dice. —Pensé que podría tener un poco de ya sabes,
tiempo por nuestra cuenta. . . .
Oh, Dios mío, no puedo creer que él dijera eso en absoluto, mucho
menos delante de Taylor. Creo que está claro que él y yo, no sólo
vamos a tener una charla sobre el clima. Debo estar sonrojándome
furiosamente por ahora. Y no quiero decir que no.
—Me gustaría ver el lago— me las arreglo, como si ésa es la única
razón por la que estoy aceptando su invitación. —No he estado allí
desde que era pequeña.
Dios, esto es tan vergonzoso. Es como que estoy admitiendo que
quiero estar a solas con él para que podamos besarnos de nuevo.
Olvidé mirarlo a los ojos, mi cabeza se agachó tan abajo ahora que
apenas puedo verlo en absoluto. Ya sé que dije que no me creo que
deba pasar el rato con él demasiado hasta que la muerte de Dan se
haya resuelto, me refiero al cien por ciento.
Pero el problema es, eso es cuando no estoy con él. Cuando él está de
pie frente a mí, pidiéndome que fuera, todas mis buenas resoluciones
se derriten como lo hice en sus brazos la otra noche.
103
— ¿Nos vemos a las cuatro en la puerta? — sugiere.
—Um, sí.
Estoy desgarrada entre darle una enorme sonrisa y disolverme en el
suelo con vergüenza absoluta. Estoy más que aliviada cuando siento a
Taylor agarrando la parte de atrás de mi tabardo y tirando de mí lejos,
justo a tiempo, cuando la voz de la señorita Carter se puede escuchar
en el camino detrás de nosotras, diciendo a las chicas que llevan la
red de las bolas que se dieran prisa y parecieran animadas.
— ¡Oh mi dios, tienes una cita secreta con un muchacho súper—
caliente! —Murmura Taylor.
—Lo sé— murmuro de nuevo. Estoy decidida a no mirar por encima
del hombro para echarle un último vistazo, por mucho que me muero
de ganas. —No puedo creer que me viera en este tabardo estúpido. —
Taylor hace una mueca.
—Lo sé, bruto. . . . Pero bueno, probablemente estaba mirando las
piernas de todos modos. — Ella me da un codazo. —Eso lo hizo rodar
hacia adelante, probablemente vio tu ropa interior también.
— ¡No digas bragas! Es extraño y espeluznante. Decir bragas.
Estoy ruborizada por todas partes. No había pensado en Jase viendo
mis bragas marrones grandes de gimnasio (parte del muy anticuado
uniforme de educación física) cuando hice la puesta al día. Yo solo
estaba vencida con el solo deseo de lucirme.
— ¡Jase vio las bragas! ¡Jase vio las bragas!
Canto Taylor, hasta que no pude soportarlo más y le grite maldiciones
terribles, persiguiéndola todo el camino de regreso a los vestuarios,
que al menos deja algo de la cabeza de vapor de agua que se acumula
en mí, ante la idea de ver a Jase esta tarde por el lago.
Esa no es la única cabeza de turco que ha ido acumulando, sin
embargo. Porque yo no he dicho a Taylor sobre la carta que envié a la
Sra. McAndrew ayer.
104
No sabía si iba a pensar que era una buena idea, pero no es por eso
que no se lo dije.
Es más claro que nunca ahora que me estoy inclinando demasiado en
Taylor. Ella hizo todo el trabajo duro de conseguir el teléfono de Plum
y el ordenamiento de ese video. Incluso pensó en enviar las pruebas
de cargo de nuevo a sí misma, que es probablemente por qué hace un
buen socio. Taylor está siempre ahí, más que dispuesta a ayudar, tal
vez, la suerte como yo de tener una amiga como ella, voy a confiar en
ella tanto que no puedo hacer nada por mi cuenta.
Sé que los motivos de Taylor son sólo lo mejor: quiere ser una
investigadora privada, por lo que esta es una buena práctica. Está
aburrida hasta la muerte aquí en Wakefield Hall, ayudarme es una
gran aventura. Y, ahora que nos hemos convertido en cercanas, ella
quiere que pare de resolver el misterio de la muerte de Dan por mi
propio bien.
Pero nunca le pregunté a Taylor para que me ayude. Vio que era un
secreto que estaba tratando de desentrañar, irrumpiendo en el
derecho y debo admitirlo, me salvó de un destino peor que la muerte,
siendo arrestada por mi profesor, de forma terrible cuando estaba
totalmente fuera de los límites. Sin embargo, nunca decidí tenerla
como pareja: ella acaba de empezar a actuar como tal. Y cada vez
más, me preocupa que debido a que es tan buena en eso, porque bien
podría ser mejor que yo, no voy a probarme a mí misma que, si Taylor
no estuviera, que pudiera manejar esto por mi cuenta.
¿Podría incluso haber llegado hasta aquí sin ella? No sé. Y ese es un
pensamiento aterrador, porque si yo no lo sé, ¿qué dice eso de mí?
¿No significa eso que no soy tan inteligente, fuerte y valiente, como
creo que soy, o quiero ser? Si realmente somos por nosotras mismas,
al final, entonces tengo que pelear mis propias batallas, ¿no? Las
realmente importantes, por lo menos.
En este momento, creo que cuanto más yo, sólo yo, soy responsable
de averiguar quién mató a Dan y por qué, más me voy a sentir que me
he ganado el derecho a seguir adelante y poner todo detrás de mí. Y
pasando de la muerte de Dan es la cosa más importante en mi vida.
105
No puedo consultar con Taylor sobre cada cosa.
Ella es tan fuerte y confiada, podría tomar todo lo largo sin siquiera
proponérselo. Esta es mi investigación, mi lucha, necesito tomar el
control.
Pero sé que no va a verlo de esa manera.
106
Traducido por Jesica
Corregido por Mayte008
s tan hermoso— le digo sin aliento—. No
he estado aquí durante años y años.
No puedo ver a Jase, que está cerrando la
puerta detrás de nosotros, pero puedo
escuchar un acento en su voz, cuando él dice—; Sí, es precioso, ¿no?
me parece una vergüenza que nadie llegue a usarlo. Tu abuela viene
aquí a veces. Oops, lo siento— se corrige cuando se le para junto a
mí—la Señora Wakefield, debo decir.
Me río—. No, está bien. Ella se enfada conmigo cuando no la llamo así
también.
Jase me mira con incredulidad—. Tu abuela te hace llamarle señora
Wakefield?
Pongo una cara—. En el período lectivo, sí. Ella dice que si no lo hago,
la disciplina bajará.
—Así es. Tu abuela podría estar en un estado de coma y aun así no se
le escaparía la disciplina—. Jase da una carcajada.
Es terriblemente cierto. Pero al mirar a Jase, de pie en la pequeña
cuesta que conduce a la brillante superficie del lago, los pensamientos
de mi abuela piadosamente desaparecen de mi mente, la emoción del
momento es demasiado para mí como para pensar en nada negativo.
Es un día glorioso de otoño, los árboles de roble que rodean el lago
son de tonos profundos de color rojizo y dorado, como los incendios
tranquilos. Los sauces llorones inmersos en el agua, son exactamente
—E
107
como los recuerdo, sus ramas se doblan con tanta elegancia que
parecen bailarines que se inclinan sobre el agua.
Y el propio lago, con su fuente central de delfines saltando, es uno de
los lugares más relajantes que he visto en mi vida. Hay algo en el agua
todavía brillando en el sol que instantáneamente te hace sentir en
paz.
O lo haría si no tuviera a Jase de pie junto a mí, y cada terminación
nerviosa de mi cuerpo no estuviera saltando, preguntándose cuándo
va a besarme de nuevo. . .
—Solíamos ir a navegar por el lago— lo recuerdo—. Yo y mi papá.
—El cobertizo está allí— Jase dice, señalando un pequeño edificio en
la misma piedra gris como la balaustrada que rodea el borde del lago.
—Oh, sí. Wow, todo se ve mucho más pequeño ahora.
— ¿Qué edad tenías cuando venías aquí con tu papá?
—Sólo unos cuatro años.
—No me extraña que parece más pequeño, ¿eh? — dice. Y, para mi
sorpresa, lo siento a él tomando mi mano—. Les extrañas mucho,
¿verdad? ¿A tus padres?
No sé cómo responder a eso. Nadie me hizo esa pregunta, que yo
pueda recordar. Estoy sorprendida de que Jase lo esté pidiendo, en
realidad. Y estoy muy tocada.
Me aclaro la garganta.
—No puedo decir que los echo de menos, supongo. Ellos murieron
cuando era muy pequeña. Creo que he hecho una especie de
recuerdos de mirar las fotos, si sabes lo que quiero decir. Pero echo de
menos tener padres. Mi vida sería muy diferente si estuvieran vivos.
Jase me aprieta la mano.
—Y puedo ver en las fotos que me amaron— le digo, para mi horror.
¿Por qué estoy diciéndole esto? Las lágrimas son pinchazos en mis
ojos cuando digo las palabras.
108
—Así que, um, eso estaría bien.
No debo llorar. No debo llorar. Me suena bastante patético como es.
Miro al futuro, parpadeando rápidamente y respirando
profundamente, gestionando, casi, para que mis lágrimas estén bajo
control.
—Lo siento mucho— Jase dice después de unos momentos—. Yo no
debería haberte preguntado.
—No, está bien—. Tomo otra respiración profunda—. Nunca nadie me
pregunta acerca de mis padres, así que me gustó lo que hiciste.
—No puede ser muy divertido para ti, vivir con ‘Viejo Scratchface’ —
dice Jase.
Me vuelvo hacia él, sintiéndome segura de hacer eso ahora ya que
tengo mis lágrimas bajo control.
— ¿Cómo le has llamado?
Él me sonríe, imperturbable—. ‘Viejo Scratchface’. Tu tía. Eso es lo
que yo solía llamarla cuando era pequeño. Nunca me permitió estar
en los terrenos de Hall adecuados, tuvimos que mantener a nuestro
jardín. Pero yo solía colarme en ocasiones, a explorar, Dios, ¡ella iba a
arrancarme en una tira si ella me agarraba! Solía tener pesadillas con
ella, te digo la verdad.
Me río.
—Scratchface— le digo con admiración—. Eso es perfecto para la tía
Gwen—. Me doy cuenta de algo—. Es por eso que nunca nos hemos
visto antes, cuando éramos pequeños. Debido a que no se te permitió
en cualquier lugar de las instalaciones. Yo ni siquiera sabía que había
otro niño aquí.
—Supe de ti— Jase dice—. Te vi paseando por todo el lugar, en
realidad. Pero nunca dejé que me vieras cuando yo estaba estudiando,
porque entonces realmente me metería en problemas. Con mi papá
también. No fraternizar con los Wakefield, son demasiado elegantes
para la gente como nosotros, eso es lo que siempre decía.
109
Oh querido, Jase ha mencionado su padre. Puedo decir que no era mi
intención, no después del incidente un par de noches atrás, pero
ahora está todo tenso. Él todavía tiene que avergonzarse de ello,
porque su mano se desliza fuera de la mía. Ahora es mi turno de
sentir lástima por él acerca de sus padres.
Sintiendo que tenemos que cambiar el tema a algo mucho más ligero,
camino por la ladera hasta el borde del lago, salto a la balaustrada. Es
sólo alrededor de un pie de altura, lo suficientemente amplia como
para caminar a lo largo fácilmente.
—Me gustaría que pudiéramos venir más aquí — le digo con
nostalgia—. Podríamos comprar algunas embarcaciones y fila o batea,
o algo así.
Jase corre cuesta abajo y salta a mi lado.
—Es toda la salud y la seguridad ahora, ¿no? — dice, para llegar a mi
mano de nuevo, su tristeza momentánea olvidada—. No se puede
hacer nada, porque si algo saliera mal a alguien te demandarían.
—Eso es realmente estúpido— le digo.
—Bueno, tal vez deberías cambiar las cosas. Habla con tu abuela—.
Jase me mira—. Todo esto será tuyo algún día, debes tener algo que
decir en lo que pasa.
Yo miro hacia él.
—Ni siquiera puedo pensar en eso ahora mismo—. Me quedo en el
lago. Supongo que sería propietaria de todo esto el primer día. Pero la
responsabilidad se siente completamente abrumadora como un abrigo
enorme echado sobre los hombros, uno que es demasiado pesado para
mí, apenas puedo ponerme de pie en ella, mucho menos caminar.
—Lo siento— Jase dice, apretando mi mano—. Yo sólo te estoy
asustando completamente, ¿verdad?
Asiento con la cabeza.
—Scarlett…
110
Es tan lindo escucharlo decir mi nombre que involuntariamente me
vuelvo hacia él y sonrió. El sol está detrás de mí, la luz se funde en
sus ojos, convirtiendo su ámbar liquido en piscinas de oro. Al igual
que la luz del sol me derrito mirándolo. Su mano apretando la mía es
cálida y fuerte, en su palma puedo sentir los callos de toda la
jardinería que ha estado haciendo. Levanta la otra mano para
protegerse los ojos del sol, yo digo, estúpidamente:
—Es muy brillante, ¿no es así?
Jase se limita a sonreír. Da un paso hacia mí, me encuentro tomando
uno hacia él, hasta que estoy casi tocándolo. Baja la cabeza, yo
inclino la mía hacia arriba. Es como un baile, estamos tan bien
coreografiados. Sus labios tocan los míos y nos besamos, muy
suavemente. Mi corazón salta en mi pecho como si Taylor estuviera
jugando al baloncesto con él. Soltamos las manos del otro, como si
estuviéramos coreografiados. Llevo mis brazos hasta su cuello y los
brazos de Jase se bloquean alrededor de mi cintura. Tiramos uno a
otro más cerca. Es el turno de nuestros pies, Jase debe haber ido un
poco más lejos del borde de la balaustrada, porque él se tambalea, lo
que me hace tambalear. Lo siguiente que sé es que hemos roto los
brazos de distancia el uno del otro, porque los necesitamos para
equilibrarnos.
Estoy bien, si hay algo a lo que yo estoy acostumbrada a después de
años de gimnasia, es el equilibrio, la balaustrada es mucho, mucho
más amplia que una barra de equilibrio. Pero Jase realmente se
tambalea por un par de segundos, agitando los brazos violentamente
en el aire, no puedo evitarlo, empiezo a reír. Y ésta no es una risa de
niña a niño, es una completa, mira a la tonta reírse.
En un esfuerzo para no caer en el lago, Jase se inclina camino hacia
el otro lado, en lo que él salta y tiene que saltar de nuevo sobre el
césped. Él me está mirando, me doy cuenta de que está un poco
enfadado. Trato de dejar de reír.
—Lo siento— le digo—. Sólo te veías un poco gracioso.
111
—Estoy mucho más alto que tú— dice malhumorado—. Es más difícil
de equilibrar cuando eres más alto.
Salto demasiado, porque no quería que se quedara mal humor.
—Hice barra de equilibrio por mucho tiempo— le digo, esperando que
esto salve su orgullo herido—. Puedo mantener el equilibrio sobre
cualquier cosa.
— ¿En serio? — Su rostro se aumenta en una sonrisa enorme—.
¡Vamos, entonces!
Coge mi mano y tira de mí a correr. Nos rasgar a través de la hierba,
alrededor de la amplia curva del lago, más allá de un cúmulo caído de
sauces llorones que arrastran las hojas en el agua, todo el camino
hasta el otro lado, donde un roble grande y majestuoso está de pie
cerca de la orilla del agua.
Jase agarra una rama y se balancea a sí mismo, buscando agujeros
de nudos en el tronco con los pies. Puedo decir que a este árbol subió
muchas veces antes, porque él conoce el camino tan fácilmente como
si estuviera subiendo una escalera. Estoy justo detrás de él, con
cuidado de evitar a sus pies. Wow, los pies de los hombres son tan
enormes, Jase, en sus instrucciones, parecen barcos. Llega un
tenedor y se extiende a ambos lados, alcanza una mano para
ayudarme a levantarme. Pero no la tomo.
—Estoy bien— dije, agarrando una rama por encima de mí y dejando
que tome todo mi peso mientras camino por el tronco a una rama que
puedo estar de pie.
—Tú no me necesitas, ¿verdad? — dice, no hay decepción en su voz,
así como la aprobación a regañadientes.
Se supone que lo necesitan, me doy cuenta. No tengo que ser lo
suficientemente fuerte para subir este árbol grande por mi cuenta.
Pero no quería tomar su mano, quería hacerlo todo por mí misma.
Ricky, nuestro entrenador de gimnasia, detectaba si realmente lo
necesitaba: había que ver como un halcón para asegurarse de que
estaban bien, pero nunca acaba de ayudarle en aras de ayudarte. Pero
entonces, Ricky era nuestro entrenador. Mientras que Jase podría, tal
vez, algún día, ser mi novio. Hay una gran diferencia.
112
¿Y tal vez es bueno que alguien, que algún día podría ser tu novio te
quiera ayudar?
Pero por ahora estoy de pie en la rama, por lo que es demasiado tarde.
Le sonrío, gracias a Dios, él me devuelve la sonrisa.
—Ese es uno— dice, sonriendo—. ¿Quieres probar el equilibrio
correctamente? Solía caminar por ahí cuando era más pequeño.
Miro hacia abajo la rama donde crece lejos del árbol. Amplio y robusto
aspecto, se extiende sobre el agua. Wow. Eso sería emocionante.
— ¿Es esto un reto? — pregunto.
—Sí. Me pareció oír que acabas de decir que puedes mantener el
equilibrio sobre cualquier cosa— dice, con los ojos brillando.
—Está bien— le digo— ¿qué gano si lo hago?
—Cualquier cosa que quieras.
—Y ¿qué es lo que se obtiene si yo no lo hago? — le pregunto,
sabiendo ya la respuesta.
—Tienes que darme un beso.
— ¡Ewww! — digo—. ¡Qué asco! ¡Yo no quiero tener que hacer eso!
Por primera vez, me estoy permitiendo a disfrutar realmente de esto.
La burla y el coqueteo. Es incluso más divertido de lo que parece en
las películas y en la televisión, porque en la vida real, tienes que subir
con el mismo diálogo, hay toda una carga de adrenalina al tratar de
ser gracioso e inteligente y una especie de sexy, empujar a alguien
fuera a acercarlos.
Qué es lo que estoy haciendo ahora. Me di cuenta que cuando me dijo,
incluso en broma, no quería besar a Jase, que le dio ganas de darme
un beso más.
113
Está sentado en el tenedor del árbol, con las piernas amplías y las
hojas colgando por delante de su cara, un brazo enroscado alrededor
de una rama, sonriéndome, puse mi barbilla en el aire y de pie con la
espalda recta, respiré hondo y solté el aire, nunca se debe contener la
respiración mientras te balanceas, hace que el cuerpo se ponga
nervioso, le doy la espalda a él, dispuesta a lo largo de la rama.
Deseo que no llevara formadores. Estoy acostumbrada al equilibrio
con los pies descalzos, los entrenadores no me permiten sentir la
superficie por debajo de ni la mitad de bien.
Una rama sobresale. Me agacho y muevo la cabeza debajo de ella,
pasos lentos firmes, cuando salgo el panorama completo el lago se
extiende ante mí, un manantial de plata brillando en el sol. Me
gustaría que la fuente de mármol en el centro se encendiera. Hay algo
tan hermoso sobre el agua jugando en una fuente. Pero la visión es
aún lo suficientemente bonita para hacerme recuperar el aliento. Me
quedo ahí, sumergida. Y un torrente cálido de orgullo que me llena.
Este es el lago de Wakefield Hall, por motivos de Wakefield Hall, un
día probablemente, será todo mío. No puedo imaginar a mi abuela
dejando a la tía Gwen, ella es tan mala con la tía Gwen, haciéndola
vivir en la casa del guarda pequeño, tratándola como cualquier otro
profesor.
Sentiría más pena por la tía Gwen si no fuera tan mala conmigo a su
vez.
Soy Wakefield, creo, aquí es donde pertenezco. Mi tatara—tatara—
abuelo construyó este lago, un día tal vez, lo voy a heredar. Y si lo
hago, voy a encender la fuente todos los días y ver el agua salir de la
boca de los delfines y en el cielo…
— ¿Qué demonios está pasando?
Totalmente sorprendida, salto y casi caigo al agua.
Miro hacia abajo. Hay un hombre que está debajo de mí, con las
manos en las caderas. Su cara es de color rojo brillante con rabia:
está mirando hacia mí, con los ojos hinchados. Un gesto en las
ranuras de la furia.
114
Yo sé quién es el sonido de su voz airada y su postura, con las manos
en puños a su lado. Pero nunca me hubiera imaginado de otra
manera que él era padre de Jase. Él no se parece en nada a él. Nada
en absoluto.
— ¡Papá! — Jase grita—. Es Scarlett! Ella…
Pero el señor Barnes totalmente lo ignora.
— ¡Baja de ahí de inmediato, poco tarta! — grita mientras que llega
arriba y agarra las hojas inferiores de la rama en la que estoy de pie.
Luego hace su mejor esfuerzo para sacudirla.
El Sr. Barnes debe estar loco, creo. Completamente loco para hacer
algo tan estúpido. Porque incluso alguien tan capacitado y tan hábil
como yo en la barra de equilibrio no puede mantenerse en pie,
mientras que algún maníaco está sacudiendo la rama en la que estoy
de pie. En una fracción de segundo, evalúo mis opciones. No puedo
correr hacia abajo de la rama, no con él temblando. Si me caigo hacia
atrás, puedo romper mi cabeza, o aterrizar en el suelo y realmente me
dolería. Lo único seguro es que hacer. . .
La rama se mece peligrosamente por debajo de mí. Un pie se escapa
de mí.
—Scarlett— Jase grita desesperadamente.
Con el otro pie, aparto la rama, zambulléndome hacia adelante.
Mientras vuelo por el aire, me doy cuenta de que no tengo
absolutamente ninguna idea de la profundidad del lago. Sé que
puedes remar en él, lo que significa que tiene que estar a unos metros
de profundidad, espero y rezo, porque por ahora estoy totalmente
comprometida con mi inmersión, apuntando hacia el centro del lago,
evitando la fuente…
Golpeé el agua. El frío me impresiona como una bofetada. De
inmediato, el agua se baja en mi ropa, al segundo siguiente mis
manos explotan en el fondo del lago. Aterrorizada de que mi cabeza va
a ser la siguiente, me las arreglo para alejarme en una especie de salto
mortal, rebotando en la parte inferior.
115
Mis pesadas, acuosas extremidades voltean mi cabeza, chapoteo y
aterrizo con torpeza, con torpeza, pero más o menos segura.
Tengo mis pies debajo de mí y de pie, tragando aire. Llego hasta
empujar el pelo de mi cara, mis brazos ponderados por el agua con la
ropa puesta. ¡Mi suéter de cachemira encantador que mi abuela me
dio, que me puse para parecerle bonita a Jase! Espero que todo esté
bien. Y entonces pienso lo idiota que soy, incluso por recordar mi
suéter en un momento como este. Echo un vistazo a la orilla del lago.
Jase saltó del árbol y corre hacia mí. Su padre lo agarra, luchan
juntos.
Jase está gritando — ¡Papá! ¡Vamos! ¡Tengo que ver si está herida!
—Ella va a estar bien— el Sr. Barnes grita—. ¡Ella se lo buscó, yegua
poco tonta! ¡Bailando alrededor de esa rama, mostrándose por ti!
—Me atreví a Jesús, ¿por qué te importa el por qué lo estaba
haciendo? — Jase lucha por liberarse de las garras de su padre—.
Podrías haberla matado, papá, estúpido sanguinario…
— ¡No me hables así! — brama su padre, levantando una mano.
Jase lo agarra por la muñeca, parando el golpe. Ellos están allí, fuerza
contra fuerza, encerrados en una extraña clase de estasis. No me
muevo bien. Me quedo de pie en el medio del lago, observándolos, sin
poder creer lo que veía. No se puede entender por qué el señor Barnes
está actuando de esta manera.
Jase de repente suelta la muñeca de su padre y patos. La fuerza
acumulada en el brazo de su padre le hace volar hacia delante, sobre
la espalda doblada de Jase, él llega a la hierba cuando Jase se hace a
un lado y corre hacia mí. Debería moverme. Estoy hasta mi pecho en
agua fría, helada, pero estoy aquí y veo a Jase mientras da un salto
volando y aterriza en el lago.
— ¡GAAH! — grita, sacudiendo la cabeza, las gotas de agua que vuelan
de sus rizos apretados—. Frío— él camina hacia mí, dando pasos
largos tanto como le impide el agua, así que es como verlo caminar en
cámara lenta.
116
Detrás de él, su padre está llegando a sus pies.
— ¡Jase Barnes! ¡Vuelve aquí ahora mismo!
— ¿Estás bien? — Jase hace un llamamiento urgente para mí—.
¿Scarlett?
Miro mis manos, que son pastoreadas y acaban de empezar a sangrar
un poco contra las raspaduras en la parte inferior aproximada del
lago. El agua debe estar disminuyendo el sangrado un poco, así que
tal vez el daño no será tan malo. No se ve terrible. Pero entonces,
probablemente estoy en estado de shock.
—Creo que sí— le respondo.
—Te tiraste— dice.
—Lo hice deliberadamente— explico— para que no me golpeara la
cabeza.
—Dios, pensé que te habías golpeado algo en el agua. . .
Su rostro está tan ansioso, tan preocupado, que a pesar del drama y
la locura de la situación en la que no puede dejar de sentirse feliz está
tan preocupado por mí.
—Jase— su padre aún está gritando desde la orilla del lago—. ¡Aléjate
de ella!
—Papá, ¿sabes quién es? — Jase dice, lentamente volviéndose a
mirarlo—. ¡Se trata de Scarlett Wakefield! ¡Nieta Señora de W! ¡Si
alguien tiene derecho a estar aquí, ella lo hace!
Por un momento, creo que todo se va a resolver. El Sr. Barnes, de pie
tan exagerado mirando hacia nosotros, con los puños en las caderas,
con la cara roja e hinchada, va a darse cuenta de lo que es un error
terrible que ha hecho pensar que Jase había traído una de las chicas
Wakefield Hall para un lugar que esta tan estrictamente fuera de los
límites. Él va a pedir disculpas, penetrando una mano para ayudarnos
a salir del agua. Él va a…
117
— ¡Sé exactamente quién es! — grita—. ¡Scarlett Wakefield! — Apunta
hacia mí—. Si alguna vez te veo rondando mi hijo otra vez, yo no
respondo de mis actos. ¡Aléjate de él, o será peor para ti!
Eso es todo. Eso realmente es. Doy zancadas a través del agua,
sorprendida por lo rápido que me estoy moviendo, la ira da energía
extra para las piernas. Me agarro a la barandilla y me lanzo fuera del
estanque con un silbido de las inundaciones de agua de mi ropa, el
lago atrapar a mis entrenadores completamente empapados y se
niegan a dejar ir hasta que golpearlo con el pie lejos de mí. Subo y de
pie en la balaustrada, donde soy más alta que él: no voy a saltar sobre
la hierba, donde él pueda ser una torre sobre mí.
—Esta es mi tierra— le digo—. Mía y de mi familia. Soy Wakefield, no
eres más que un matón. Y cuando usted me dice qué hacer en mi
tierra, es ir demasiado lejos—. Levanto un brazo empapado y apunto
hacia él—. Si alguna vez me amenaza de nuevo, si alguna vez se me
acerca de nuevo, voy a decirle a mi abuela y obtendrá su despido—.
Estoy tratando de recuperar el aliento después de mi carrera cerca por
el lago, pero puedo oír la gravedad que suena, no obstante—. No creas
que no lo haré, porque lo haré. Lo juro por Dios que lo haré.
El Sr. Barnes me está mirando con su boca abierta. Miro hacia atrás,
los ojos entrecerrados, negándose a dejar que me intimide. Por último,
murmura algo que estoy segura de que no quiero oír, se aparta.
—Jase— él grita por encima del hombro—. Cierra con llave y vuelve a
la casa. ¡Todavía tengo unas palabras para ti!
Está caminando. Yo lo he hecho. Lo he superado. Pero cuando miro a
Jase caminar al otro lado del lago, sé que lo he hecho a un costo
elevado. Porque Jase no me mira a los ojos. Con el fin de hacer frente
a su padre, tuve que recordar que ambos Barnes que no son iguales
aquí. Soy Wakefield, los Barnes son los jardineros que han trabajado
para mi familia por generaciones. Nosotros no somos iguales a todos.
Yo culpo a Plum por comportarse como una princesa mimada, pero
¿no es eso lo que hice? Bueno, no exactamente puede ser echado a
perder, pero ¿no acabo de utilizar mi estado de princesa?
118
Con mi rango, intimidé al Sr. Barnes, aunque sin duda necesitaba ser
intimidado, todavía se siente como una victoria pírrica, ya que pude
haber arruinado todo entre Jase y yo. Si había algo para arruinar, por
supuesto. Debido a que su padre psicópata podría haber tenido éxito
en hacerlo todo por su cuenta, incluso antes de que saltara sobre mi
pedestal y comenzara, por la ley.
Jase y yo nos separamos después de que cierra la puerta. Camino por
el camino que me llevará alrededor de las canchas de tenis, detrás de
unos setos. Con suerte, voy a estar escondida todo el camino de vuelta
a casa de la tía de Gwen.
No me vuelvo a mirar a Jase. ¿Cuál sería el punto? Desde luego, no
estará volviéndose a mirarme.
Me dirijo a la casa, mis pies tan mojados que finalmente me quito los
calcetines y los entrenadores y los llevo. El camino es de asfalto
áspero bajo mis pies, pero apenas me doy cuenta. No puedo creer lo
mal que esta tarde ha resultado.
¿Cómo pudo pasar esto? ¿Cómo es posible que algo tan agradable fuera
tan rematadamente mal? ¿Por qué al padre de Jase, le importa tanto
que estemos saliendo juntos?
La cabeza me da vueltas con preguntas y no tengo manera de
contestar a ninguna de ellas. Me dan ganas de llorar. Quiero
acostarme en mi cama y echarme a llorar, nunca dejar de llorar. No
puedo dejar de preguntarme si el señor Barnes sabe acerca de mí y la
muerte de Dan.
¿Podría haber oído a mi abuela y la tía Gwen hablar de ello? ¿Es por
eso que no me quiere alrededor Jase? Podría entenderlo, supongo.
Pero eso no explica su increíble hostilidad, o el hecho de que podía
haberme matado cuando él sacudió la rama en la que estaba de pie.
No era como si me pillara besando a Jase y me arrastrara fuera de él,
después de todo. Eso tendría sentido. Pero ponerme en mucho peligro,
es una locura.
Mi teléfono suena mientras me dejo en la puerta de entrada, yo arriba,
corro más rápido de lo que nunca he hecho, pensando que podría ser
Jase.
119
Nadie más se me llama: no tengo amigos, pero Taylor, ella no quiere
arriesgarse a interrumpirme en medio de mi cita con Jase. Estoy
contando los anillos desesperadamente mientras me lanzo arriba, hay
cinco y medio antes de que vaya al correo de voz. Me caigo en mi
habitación y arrebato el teléfono a las cuatro y suena una y media. No
hay tiempo suficiente para ver quién me ha llamado, lo suficiente
como para la respuesta del pulgar en el botón. Responder y decir, sin
aliento.
— ¡Hola!
— ¿Es. . . Scarlett Wakefield?
Es la voz de una mujer. No es Jase. Me muerdo las lágrimas y digo:
—Sí— preguntándome quién puede ser.
—Scarlett. . . —ella toma una respiración larga y lenta—. Esta es
Flora McAndrew. Madre de Dan. Mi marido y yo recibimos tu carta
por correo de esta mañana, hemos estado hablando sobre las cosas.
Quiero sentarme, pero no puedo, no sólo porque estoy empapada y
goteando en el piso. Estoy totalmente picada y me golpeó mientras voy
al cuarto de baño, el teléfono sujeto a la oreja, porque no quería
perderme ni una palabra que la Sra. McAndrew de lo que decía. No
puedo creer que me estuviera respondiendo tan pronto: envié la carta
sólo ayer por la mañana. No esperaba nada de ella durante al menos
un día más o menos, siempre asumiendo que ella decidiera volver a
mí en absoluto. El puesto de primera clase debe ser mucho mejor de
lo que pensaba.
—Fue. . . bueno saber de ti—. Su voz con acento escocés vacilante—.
Nos preguntábamos, bueno, lo que escribiste sobre el deseo de
reunirte con nosotros, hablar de sus últimos minutos, realmente tocó
la fibra sensible de mí. Sé que te vi en la investigación, pero
estábamos tan abrumados por la pena que apenas estuvimos en todo
lo que dijiste. Y si tienes algo de Dan que te gustaría devolvernos a
nosotros. . .
120
Me siento en el borde de la bañera, agarrando mi móvil con fuerza,
como lo hice con el cuerpo inerte de su hijo.
—Así que nos preguntamos— ella continúa — ¿te gustaría venir aquí
por unos días? ¿Para el castillo? El hermano y la hermana de Dan
estarán de vuelta para un medio plazo, podrías reunirte con ellos y
quizás responder a cualquier pregunta que puedan tener sobre Dan—
ella trago duro, pero se recuperó a sí misma —¿sobre los últimos
momentos de Dan?
No puedo decir nada. Mi garganta se cerró temporalmente.
— ¿Scarlett? — la Sra. McAndrew pregunta, sonando muy nerviosa—.
¿Te gustaría venir? Pensé que este viernes hasta el próximo lunes, un
fin de semana largo. O tal vez tienes planes de medio plazo ya. . .
A través de un acto de Dios, por fin encuentro mi voz.
—No— dije, tragando saliva—. No tengo planes.
Yo tampoco tengo tiempo para pensar si puedo o no seguir adelante
con esto, que es lo que me dije a mí misma que haría antes de enviar
la carta a los McAndrews. Honestamente, pensé que sería capaz de
tomar el siguiente paso, pero ahora estoy insegura y asustada.
Nada de eso importa, sin embargo, porque la madre de Dan está
esperando pacientemente una respuesta.
Mis dientes están charlando con intenso frío y la ansiedad, pero
espero que ella no lo escuche que cuando digo:
—Muchas gracias por invitarme, la Sra. McAndrew. Realmente me
gustaría ir.
121
Traducido por LadyPandora
Corregido por Dracanea
izzie Livermore? —Mi abuela me
mira, con los labios ligeramente
fruncidos, con una mano
levantada y girando las perlas de
su collar—. No estoy muy segura de aprobar esta nueva amistad,
Scarlett. Es una chica muy agradable, pero una seguidora, no una
líder. Y no tiene cerebro ni inteligencia.
—No es realmente una amistad, lady Wakefield— le corrijo.
¡Error! ¡Beep beep! ¡Error! Mi abuela se enderezo ante eso.
— ¿No es realmente una amistad? ¿Entonces por qué, después de
estar con ella el sábado pasado por la noche, te propones pasar la
mitad de las vacaciones también con ella? —inquirió, estrechando sus
ojos azules.
Me recobre rápidamente.
—Ella es muy amable conmigo, y echo de menos Londres— digo
convincente—. Pero sobre todo— miro hacia otro lado, como si fuera
difícil para mí decir la siguiente parte—. Principalmente es porque
puedo decirle a la tía Gwen que no me quiere alrededor. En realidad
no creo que le gustara que esté dando tumbos por la casa durante
una semana sin ir a la escuela. Está acostumbrada a tenerlo para ella
sola. Pensé que sería más fácil para ella si me iba un tiempo.
He estado diciendo esto sobre todo para un retrato de un antepasado
Wakefield en un miriñaque, con su pelo en rizos poco halagadores,
sosteniendo una sombrilla y un perro pequeño y pareciendo más bien
— ¿L
122
incómodo, que cuelga en la pared del fondo de la oficina de mi abuela.
Siempre es extraño observar los retratos de la familia, ya sea porque
son la viva imagen de mi abuela o de mí. Lo que significa que me
parezco más a ella de lo que pienso.
Ouch, eso es un pensamiento aterrador. Echo un vistazo a mi abuela,
imaginándola con mi edad, con mis rizos oscuros. Sin embargo Es
imposible. No puedo imaginármela un día más joven de lo que es
ahora. ¿Y mis ojos tienen de verdad ese tono brillante de color
turquesa? No lo creo. Los míos son más pálidos, más aguamarina. Y
mi piel no es tan pálida como la suya, la de abuela es tan blanca como
una hoja de papel. No cabe duda de que tiene un color más llamativo
que yo.
Para mi sorpresa, en realidad veo que su expresión se suaviza. Ha
dejado de girar sus perlas, lo que siempre es una buena señal.
—Ya veo—dice lentamente, como si lo estuviera diciendo más para sí
que para mí.
—Taylor McGovern se queda aquí estas vacaciones porque sus padres
están todavía en su asentamiento arqueológico y no puede ir a
visitarlos. Así que cuando Lizzie me invito, pensé…
Mi abuela tiene una mano pálida y arrugada.
—No hace falta que me des detalles, Scarlett— dice. —Puedes
quedarte con Lizzie.
—Gracias ab… ¡Señora Wakefield!—Exclamo con entusiasmo.
Entonces me pregunto si he sonado demasiado interesada en la
perspectiva de pasar mis cortas vacaciones con Lizzie. Pero mi abuela
no lo sospecha: parece un poco triste, la verdad.
— ¿Scarlett?—Añade cuando estoy a punto de salir de su oficina.
Sosteniendo la puerta, miro hacia atrás. Sentada detrás de su enorme
escritorio de caoba, mi abuela debería ser pequeña en comparación.
Es el escritorio que perteneció a los hombres Wakefield, hecho en la
época victoriana, con una parte superior de cuero tachonado verde,
ahora muy descolorido. Los escritorios para las mujeres de la época
123
eran cosas pequeñas, con tapas abatibles y una serie de bonitos y
pequeños casilleros para invitaciones de fiestas y facturas de
modistas. Lo sé, porque la abuela tiene también uno de esos.
Pero, sentada detrás de ese monstruo de escritorio, en una silla
giratoria muy moderna, la abuela parece la reina de los exámenes. Su
pelo blanco está brillando, su chaqueta azul pálido con botones de
nácar queda perfectamente con la una blusa blanca prístina. Es una
versión moderna de todos los Wakefields de los retratos. La oficina
está forrada en caoba y pintada de rojo oscuro donde no hay paneles
de revestimiento: se supone que debe imponer, así los padres y las
niñas que se portan mal que son convocados ante la directora quedan
intimidados tan pronto como entran. Pero eso es sólo un extra. Mi
abuela no necesita esta opción para ser imponente. Ella puede
manejar todo eso por su propia cuenta.
— ¿Sí?—digo casi esperando unas palabras de consuelo hacia mí,
teniendo que vivir con la tía Gwen.
—Sólo asegúrate de no empezar a dejarte influenciar demasiado por
Lizzie Livermore—dice con firmeza, ajustando unos papeles sobre el
escritorio—. Es una chica muy tonta, frívola y sin nada en la cabeza,
está demasiado preocupada por la moda y la frivolidad. Y su padre es
el colmo de los nuevos ricos. No es un vínculo que quiera para mi
única nieta.
—No, señora Wakefield—digo respetuosamente, cerrando la puerta.
No puedo evitar sonreír para mis adentros. Mi abuela es realmente
tan dura como unas botas viejas. Era de esperar que soltara un
comentario como ese al final, justo cuando pensaba que había bajado
un poco la guardia.
Sólo espero haber heredado la mitad de su templanza.
Por suerte la cosa fue bien con mi abuela. Porque podría haber ido tan
mal como lo había sido con Taylor. Se pone furiosa cuando le hablo de
la invitación de la señora McAndrew
Ya he visto antes a Taylor enojada, pero no de esta manera. Hace
unas semanas, realmente no me conocía, y no era personal. Ahora, lo
es.
124
— ¿Cómo no me dijiste que estabas escribiéndote con ella?—me
gritó—. Se supone que debemos ser compañeras. ¡Estamos en esto
juntas!
—Trata de entender, Taylor. Sólo tengo que hacer esto por mi cuenta
durante un tiempo —le explico.
Los puños de Taylor están descansando en sus caderas y sus piernas
plantadas con la misma firmeza a un par de metros de distancia.
Todos sus músculos parecen desorbitados, y Taylor tiene un montón
de músculos. Esta frunciendo tanto el ceño que sus cejas oscuras y
gruesas están a punto de unirse. La ira hace que parezca una versión
de dibujos animados de sí misma.
—No estoy diciendo que debieras haberse sentado conmigo para
escribir la carta—continúa — ¡pero al menos podrías haberme dicho
que se la ibas a enviar! O te enteraste de que Callum es el hermano de
Dan. ¡Jesús!
—Lo siento—le digo—. Mira, no sé qué estuviera pasando de ti a
propósito ni nada de eso. Después de leer la esquela, sólo se me
ocurrió escribirle, me senté, lo hice y lo envió de inmediato, eso es
todo...
—Todavía podrías habérmelo dicho— insiste.
Me siento muy culpable. Taylor me ha ayudado mucho en tratar de
averiguar quién mató a Dan y se puso a sí misma en la línea de fuego
por mí varias veces. Incluso se arriesgó a rebuscar en el bolso de
Plum, cuando si alguien la hubiera pillado, hubiera sido arrestada.
Por un momento, me pregunto si dejarla fuera de esto era
absolutamente necesario.
—Pensé que éramos un equipo—dice con furia —. Pensé que sentías
lo mismo. La miro sin poder hacer nada.
—No sé si siempre puedo comportarme como un equipo en esto—dejo
escapar. —Ni siquiera conociste a Dan, Taylor. No estabas allí cuando
murió. Pero yo sí. Soy a la que estaba besando, besos, todo el mundo
piensa que tuve algo que ver con su muerte. Esto es muy personal
para mí y necesito un poco de espacio para llevarlo por mi cuenta.
125
Hago una pausa para recobrar el aliento, sorprendida por lo que estoy
diciendo. Nunca me he dado cuenta de esto antes, no tan claramente,
pero ahora que se ha puesto en palabras me doy cuenta de lo cierto
que es. Le ruego que lo entienda.
—Al menos podrías haberme preguntado si podía ir a Escocia con
ustedes—se queja Taylor.
— ¡No podía hacer eso!—Exclamo—. Sólo vamos a ser la familia. Sería
ridículo preguntar si puedo llevar a una amiga.
—Lo que sea—dice con frialdad—. Que te lo pases bien en escocia
resolviendo el misterio. —Ella le da un giro desagradable a lo suyo, y
no puedo culparla—. No te molestes en enviar una postal —añade con
sarcasmo.
Luego Taylor McGovern, mi única amiga de verdad, se da la vuelta y
dando zancadas se aleja.
126
Traducido por Jesica
Corregido por Mayte008
olpe de silbidos. La gente grita y golpea las puertas. Yo
casi esperaba ver bocanadas de vapor rodando por la plataforma. Hay algo acerca de un largo viaje en tren que me hace pensar en una escena de una película, el tren
saliendo de la estación, un viaje comenzando que puede cambiar tu vida. Debería estar colgando por la ventana, diciendo adiós a alguien con un pañuelo en la mano. Pero no hay nadie en la
plataforma para despedirme, porque le dije a Lizzie que me iba, después de su ronda de quejas por mi comportamiento, casi me volvió
loca.
Ella cree que me voy a quedar con los amigos de St. Tabby que mi abuela no aprueba, razón por la que tuve que usarla como cubierta. Me dio a entender que había un niño involucrado, que por supuesto
tiene su corazón latiendo sentimental con extra fuerza y, naturalmente, explicó por qué tenía que organizar una estancia
clandestina en Escocia a espaldas de mi abuela. Debo decir que no he encontrado aún una mentira que Lizzie no se tragará.
Lamento que Taylor no me dijera adiós con la mano. O, mejor aún, estuviera sentado en una litera encima de la mía. Pero dudo que
Taylor siquiera oyera mi nombre mencionado por el momento sin escupir.
Me parece tener un don especial para alejar a mis amigos.
Las sacudidas del tren en movimiento. Sé que no son pistones y
motores de vapor y hombres paleando carbón en fuegos al aire libre ya, pero se siente así como por un momento, como el carro vibra y cruje bajo mis pies. Me siento en mi lugar y miro por la ventana
mientras el Caledonian Lowland Express, sale con lentitud de Euston Londres, luces brillando naranja y negro contra el cielo de
medianoche oscuro.
G
127
— ¡Boletos por favor!
Me levanto y lucho por un momento con la captura de mi puerta de
mi cubículo, finalmente logrando abrirla. Un conductor se queda ahí,
la correa de la máquina expendedora de billetes esforzando a través de
su estómago. Él mira el billete y dice:
— ¿Viaja sola?
Asiento con la cabeza. Él hace un sonido raro. No sé lo que significa.
—El desayuno para pasajeros de primera clase se cocina a las seis en el coche salón— dice—. Si quieres algo de comer ahora, es mejor que hacer pistas para el buffet en diez minutos o menos. Nos vamos a
quedar sin sándwiches, te puedo decir que para nada.
—Tuve la cena ya— le digo.
Murmura nuevamente—. Sensata— dice—. Un par de paradas antes de Glasgow, pero no hay nada de qué preocuparse. Te voy a dar un
golpe a las siete, antes de entrar. Asegúrese de que está bien.
Administro una sonrisa a modo de agradecimiento. Él arroja hasta su máquina expendedora de billetes, que se ha deslizado por debajo de su barriga, se contonea en el pasillo. Cierro la puerta y vuelvo dentro
del compartimiento. La cama está toda inventada, mi maleta está guardada. Me puse el pijama, me lavo los dientes en la cuenca, me
voy a dormir. Pero no estoy cansada. Me vuelvo a sentar y miro por la ventana. Nos dirigimos al norte de Londres, la concentración del centro de la ciudad se ilumina decolorándose. Tenemos toda la espina
dorsal de Inglaterra, algunos de Escocia, que se desplazaran hasta que lleguemos a Glasgow a la mañana siguiente.
Estoy loca por estar haciendo esto. Estoy loca por ir en absoluto, por
supuesto, pero en la escala más estrecha de las cosas, estoy loca por ir a Airlie en el coche—cama en la noche, lo que significa dos trenes, porque hay un cambio de estación en Glasgow a las siete de la
mañana, cuando voy a estar trasnochada con el sueño. Podría haber volado al aeropuerto Prestwick y conseguir un taxi desde allí al
castillo de Airlie: eso es lo que la Sra. McAndrew sugería.
Pero no podía enfrentarme a eso. Sería un corto vuelo—estaría allí en una hora. De alguna manera, necesitaba más tiempo para el viaje, más tiempo para aclimatarme a la situación terrible en la que me
estoy metiendo. Cuando encontré la cama durante la noche, me pareció perfecto. Lizzie dijo que sería romántico. Pero entonces, Lizzie es una idiota.
128
¿Cómo puede ser romántico, cuando estoy sola en una sola litera?
Por lo menos me puedo permitir un compartimiento de primera clase, así que no tengo que compartir. Casi no uso mi fondo fiduciario, de
todos modos nunca, la secretaria de mi abuela, que recibe las facturas de mi tarjeta de crédito de emergencia, plantea una queja sobre mi
gasto. A veces me pregunto qué tan alto podía ir, antes de que lo hiciera.
Busco mi teléfono. Pero entonces recuerdo lo que será el tiempo. Quiero llamar a Taylor, pero ya es demasiado tarde, no sé si hubiera
hablado conmigo de todos modos.
Traté de hablar con ella después de nuestra fila, pero ella no reconoció mi existencia. La llamé y le envié un correo electrónico en un esfuerzo
por encontrar otro camino, pero ella me borró. Y luego, para el próximo par de días, me sentí abrumada con la organización de mí misma para el viaje al Castillo de Airlie, que se resuelve en el tren
hasta Ayr, preguntándome qué llevar. Pensé que podría llamar a Taylor una vez que estuviera allí, para decirle lo que estaba pasando, pedirle consejo. . .
Pero realmente me gustaría llamarla ahora. Me siento muy sola de
repente, meciéndome suavemente de lado a lado en este compartimento de tren, viajando por todo el camino a Escocia por mí
misma.
Saque mis jeans y me deslice bajo las sábanas, sin molestarme en poner el pijama. No puedo lidiar con estar desnuda en este momento, ni siquiera por el poco tiempo que me llevaría a desnudarme mientras
estoy cambiando. Ni siquiera me lavo los dientes. Apago la luz y me encuentran allí en la incómoda cama dura, pensando en lo que voy a
enfrentar mañana por la mañana.
Está Callum McAndrew, hermano de Dan, que podría ser responsable de la muerte de Dan. Ese es un pensamiento horrible, pero alguien asesino a Dan, el camino parece conducir de regreso a su familia.
Lucy, la novia de Callum, estaba en la fiesta—Nadia vio el EpiPen de Dan, en lo que bien podría haber sido el bolso de Lucy. Hubiera sido
muy fácil para Lucy, conseguir el EpiPen de Dan de él. Todo lo que tendría que hacer sería sólo preguntarle si podía verlo por un minuto, solo por curiosidad, a continuación, crear una distracción pequeña y
—olvidarlo— y devolverlo.
129
Revisé el perfil en línea de Lucy de nuevo, descubrí que ella vive en Ayrshire también, así que espero que vaya a estar alrededor, saliendo
con Callum mientras estoy allí.
Aunque tengo un par de nuevos sospechosos, el motivo aún no está claro.
¿Por qué alguien ha querido matar a Dan?
Cuando pensé que era Plum quien lo había matado, su motivo era
increíblemente débil, para ser sincera, cuanto más pienso en ello, menos veo a Plum como una asesina furtiva. Plum nunca hace nada sin una audiencia. Sería completamente fuera de carácter para ella
secretamente planear y ejecutar un plan listo para matar a alguien y nunca decir nada al respecto. Como he dicho antes, si Plum iba a
cometer un asesinato, había de apuñalar a alguien o empujarlos de un edificio en frente de una multitud de personas y luego anunciar en voz alta que todo era culpa de ellos en primer lugar.
Y Nadia está segura de que Plum nunca se fue detrás de la barra.
Es mucha, demasiada coincidencia, para pensar que la persona que
tenía el EpiPen de Dan en su bolso de mano no es la persona que lo mató. Esta fue un bien orquestado, un cuidadosamente elaborado
plan. Así que, con Plum, parece cada vez más improbable como sospechosa, Lucy Raleigh con su conexión a Callum, es la mejor posibilidad que tengo.
Mi cerebro está corriendo mucho con toda esta especulación que estoy
segura de que no será capaz de conciliar el sueño. Cierro los ojos, e inmediatamente el movimiento de balanceo del tren, más el cansancio
y el estrés de los últimos días, la punta de mi cuerpo y me caigo en un sueño tan fácil como apagar la luz nocturna.
Me despierto en un pánico a las pocas horas, ya que el tren me está moliendo y los ruidos cambiantes me han dado una pesadilla
horrible. Entonces recuerdo que nos paramos en una estación llamada Carstairs, donde el Express de tierra baja se divide en dos direcciones, una para Edimburgo, y uno para Glasgow. Una vez que
me acuerdo, me aseguró que no he dormido por completo y terminó en algún apartadero del ferrocarril en las Highlands.
A pesar de que lo había querido así, no es divertido hacer esto por mi
cuenta. Tengo que cuidar de mí misma todo el tiempo, en lugar de tener a alguien conmigo para ayudarme y animarme.
130
Me duermo de nuevo con el pensamiento de autocompasión, que me sacude y da vuelta sin descanso. Estoy más que dispuesta a
levantarme a las seis y tropezar por el pasillo hasta el coche comedor. En realidad es bastante agradable y pasado de moda y creo que el camarero siente un poco de lástima por mí, porque él me pregunta si
quiero algo más, llenado mi café y jugo, me da rollos, extra tocino y cruasanes. Los nervios y la codicia hacen comerme la porción. Al final
me resbala tres mini—paquetes de galletas de mantequilla, diciendo:
— ¡En caso de que tenga hambre más tarde, entonces! — con un guiño.
Para entonces yo ya estoy tan zumbante en un potente cóctel de café, la carne de cerdo frito, el azúcar y los carbohidratos complejos que
hacen frente a la llegada a Glasgow y el cambio en el tren de Ayr sin mucho pánico. Sobre todo porque el revisor se asegura de que no sé
qué plataforma lo voy a hacer. Todo el mundo está en una especie de cuidar de mí ahora, es bonito, eso me hace sentir un poco menos sola a las cinco de la mañana. Pero a medida que los pequeños locales de
tren resoplan abajo hacia Ayr, parando cada cinco minutos en otra estación local de poco, todos los pensamientos de soledad se
desvanecen como las inundaciones de emociones mucho más apremiantes.
Miedo.
¿Qué demonios he hecho? ¿Qué tengo que esperar?
Todos los McAndrews me van a odiar, no los culparía si lo hicieran. Además, como extra incentivo para conocer a los McAndrews, he
dicho a la Sra. McAndrew que tengo algo de Dan y quería devolverle, lo cual era una mentira total. Estoy apostando a que pueda colarme
en la habitación de Dan y pescar algo para darle, pero ¿que sí que no sale? ¿Qué si la habitación de Dan se ha limpiado?, o ¿qué pasa si alguien me pilla en eso? ¿Debo fingir que lo dejé en casa? Pero
entonces, ¿qué debo decir que fue?
A las nueve estoy en tal estado de nervios que tengo serias consideraciones de no bajarme del tren en absoluto, sólo quedarme
quieta hasta que lleguemos a donde termina y trabajar en cómo volver a Londres a partir de ahí lo más rápido posible.
—La siguiente parada es en Ayr— el altavoz crepitante dice—. Ayr siguiente parada. Por favor tome todas sus pertenencias consigo
cuando salga el tren.
131
En mi elevado estado de nervios, suena como si estuviera diciendo:
—Abandonen la esperanza todos los que están dispuestos a morir— mis manos estaban temblando realmente cuando tire abajo de mi
maleta de la rejilla de arriba.
El tren resopla en la estación de Ayr y da un tirón, gimiendo, en su fin. Las puertas tardan tanto en abrir que me encuentro con la
esperanza que haya un mal funcionamiento, y no van a abrir en absoluto, tendremos que pasar a la siguiente parada.
Pero entonces, con un silbido viejo y cansado, finalmente se deslizan abiertas y cargo mi maleta a la plataforma, levanto el asa y tiro en la
dirección en que todos los demás están yendo, hacia la salida, mi corazón late tan rápido y fuerte es casi desequilibrante.
La Sra. McAndrew dijo que alguien vendría a mi encuentro en la
estación, pero no dijo quién. Tal vez él o ella estarán con un cartel que diga NIÑA DEL BESO DE LA MUERTE escrito en él. ¿No sería eso
impagable?
Sin embargo, cuando salgo por la puerta, veo a mi escolta de
inmediato, pero sí una toma doble porque en realidad no creo lo que estoy viendo. Está apoyado contra un coche, con las manos en los
bolsillos de los vaqueros. Es alto, de hombros anchos y piernas largas, vestido con un viejo suéter de punto jersey que una vez fue probablemente un color crema y ahora está tan descolorido que es
casi incoloro. Los vaqueros son igualmente viejos y maltrechos, sus botas de trabajo están manchadas de barro. Tenía el pelo castaño oscuro muy corto y sus ojos son de color gris, el color del agua del
lago, bordeado con oscuras pestañas tan espesas que si fuera una niña, uno pensaría que él estaba usando máscara de pestañas. Sus
cejas oscuras se tiran hacia abajo, su mandíbula tensa y hosca, con los hombros encorvados.
Él no quería venir, puedo decirlo inmediatamente.
Esa observación me viene a la cabeza una fracción de segundo antes de que yo sienta que mis piernas empiezan a ceder bajo mis pies. La
cabeza me da vueltas. No puedo respirar. Alguien detrás de mí exclama mientras comienzan a contraerse, pero no puedo entender lo
que están diciendo.
132
Todo lo que puedo ver es a Dan. Dan McAndrew, el chico que murió el verano pasado después de que le di un beso.
El fantasma de Dan McAndrew, está apoyado en el coche, mirando
como si él prefiriera estar en cualquier parte menos aquí.
Y entonces mis piernas ceden por completo, todo se vuelve negro, no puedo ver nada.
Ni siquiera el fantasma de Dan.
133
134
Traducido por LadyPandora
Corregido por ista
stoy acostada en algo tan suave que es así como me
imagino que sería flotar en una nube. Suave y flexible y
muy, muy profundo. Me siento millas abajo, mimada en
capas y capas de nubes mullidas. Mis párpados son tan
pesados que es como si tuvieran un peso sobre ellos. No podía abrir
los ojos, pero podía oír voces. Fuertes voces, pero no a mi lado. De
alguna manera amortiguadas.
— ¡No puedo creer que nadie se lo dijera!
—Yo pensaba que lo sabría…
— ¿Cómo lo iba a saber?
—Podría haber sabido…
—Alguien debería habérselo dicho de todos modos, sólo para
asegurarse…
Una tercera les interrumpe, mucho más baja, pero silenciando a los
otras dos.
— ¡Queréis dejar de pelear!—sisea—. ¡Estás justo en frente de la
habitación de la pobrecilla!
Algo Cruje. Una puerta abriéndose. Oigo pasos y me obligo a abrir los
párpados, parpadeando ante la luz. Veo pequeñas flores, montones y
montones de borrosas flores azules sobre un fondo blanco. Las flores
se enfocan, llenando mi visión. Trato de girar la cabeza y descubro
que puedo, mientras hago que las flores se deslicen hacia los lados y
E
135
veo una habitación. Una ventana grande con unas pesadas cortinas
azules, pisos de madera y una alfombra de color azul pálido al lado de
la cama.
Los pasos me alcanzan. Es una mujer con una falda de pana y un
jersey verde. La cama debe ser muy alta, porque puedo ver parte de su
cuerpo a pesar de que aún no pueda mover la cabeza.
—Oh bien—dice con una voz muy reconfortante—. Estás despierta. La
doctora dijo que viniera a ver cómo estabas. Se preocuparía si
estuviese inconsciente mucho más tiempo. Al parecer te golpeaste la
cabeza un poquito cuando te caíste.
— ¿Inconsciente?—Me las arregle para decir.
—Oh, sí querida, te desmayaste. Justo en medio de la estación.
Causando una conmoción, que no puedo contarte. ¡Pobrecita!
Puso algo en la mesa junto a la cama.
— ¿Te encuentras bien para sentarte, chica?—Preguntó.
Asiento con la cabeza. Se inclina hacia delante y me ayuda,
poniéndome almohadas detrás de la espalda, así que estoy apoyada.
—Eso está mejor, ¿no? Te he traído una taza de té, ¿piensas que
podrás tomar un poco?
—Sí, por favor.
Ella llega a la mesita de noche, coge una pequeña bandeja y la pone
en mi regazo. Hay una taza de té con leche, una taza grande y un
platito y en otro plato hay lo que parecen unas rodajas de chocolate.
Tomo el té y lo bebo tan rápido que me sorprende.
—Sedienta, ¿no?—dice la mujer, sonriendo—. Come algo. Son
milhojas, las hice yo misma. La doctora dice que necesitas azúcar. Por
el choque.
Obediente, tomo un pedazo de trozo de chocolate y lo muerdo. Hay
caramelo bajo el chocolate y galletas de mantequilla debajo. Está
delicioso.
136
—Delicioso, ¿eh? Buena chica. Té y galletas de mantequilla, no hay
nada como eso para estar como nueva cuando se tiene un choque.
Escucharla está siendo muy relajante, un flujo suave de palabras y
tengo la sensación de que no necesita que le responda. Pero ahora
todo vuelve a mí: el chico que vi justo antes de desmayarme. Dan,
apoyado en el coche. Vi el fantasma de Dan. La taza tintinea en el
platillo y es un milagro que no la dejara caer. La mire con pánico.
—Vi...— balbuceo—. Vi...
—Oh, nena, viste al hermano gemelo de Dan, Nadie te dijo que tenía
un hermano gemelo, ¿verdad? fue el amo Callum al que viste en la
estación, no un fantasma. Eso es lo que estabas pensando cuando te
desmayaste, ¿no es así?
Dejé el vaso en la bandeja y estalle en lágrimas histéricas. Lo
siguiente que sé es que ella aparto la bandeja y se sentó en la cama,
abrazándome. Solloce en su hombro lanudo, un gran torrente de
sollozos que soy completamente incapaz de controlar.
—Moira, ¿está bien?—dice otra mujer.
—Ella acaba de tener la sorpresa de su vida, Sra. McAndrew—
responde la mujer que me abrazaba, Moira—. Pero ahora sabe que fue
al amo Callum a quien vio, estará haciéndolo mucho mejor. ¿No,
nena?
Asiento con la cabeza en su hombro, que ahora mismo está
completamente húmedo.
— ¿Scarlett?
Levanto la cabeza y arrastro torpemente la manga de mi propio suéter
por mis ojos. La Sra. McAndrew, la madre de Dan, está de pie junto a
la cama.
137
La recuerdo de la investigación. Sería imposible olvidarla porque su
colorido es muy llamativo. Parece como sacada de un cuento de
hadas, no una persona de verdad, de carne y hueso. Es muy delgada,
de piel blanca y pelo rojo. Sus ojos están ligeramente inclinados y
verdosos.
También recuerdo al señor McAndrew, era grande y oscuro, sus
rasgos todos arrastrados y caídos de la pena. Me doy cuenta de que
Dan y Callum lo deben haber heredado de él, al menos físicamente,
porque era alto, de hombros anchos, al igual que sus hijos.
Callum no estaba allí en la investigación, por supuesto. No podría
haber dejado de fijarme en él, ¿no? Aunque el rostro de la señora
McAndrew esta demacrado y cansado, puedo decir que me mira con
preocupación.
—Scarlett, soy Flora McAndrew—dice, su acento escocés es mucho
más ligero que el runrún de Moira—. Lo siento mucho, nadie te ha
hablado de Callum. Creo que todos dimos por hecho que ya sabías
que Dan tenía un hermano gemelo...
Negué con la cabeza.
—Lo hecho, hecho está—dice Moira y me entrega un pañuelo—.
Suénate la nariz, nena.
— ¿Te encuentras mejor?— me pregunta la Sra. McAndrew mientras
estoy tocando la bocina con el pañuelo—. Debe haber sido un shock
terrible, ver a Callum así.
—Sí, gracias— le digo, bajando el pañuelo. —Ella maneja una especie
de sonrisa en mí.
—Has tenido un largo viaje hasta aquí, querrás lavarte y cambiarte.
¿Por qué no te dejamos sola un ratito? Moira ha deshecho tus maletas
y guardado toda la ropa. Hay un baño justo al lado y tienes toallas
limpias en el armario. ¿Por qué no te das una ducha, o lo que quieras,
y vienes abajo cuando estés lista?
138
Me doy cuenta de que me pica el cuero cabelludo y probablemente
huela un poco mal. Ella tiene toda la razón, realmente me tengo que
lavar.
—Gracias—le digo de nuevo.
Moira se levanta y me sonríe. Ella tiene el pelo de color rojo brillante,
tan brillante que debe ser teñido, cortado al estilo de Bob Raggedy, un
poco como una muñeca. Pero a partir de las líneas de su cara, ella
debe tener al menos cincuenta o sesenta años.
Curiosamente, el color del pelo le sienta bien. Tiene los ojos azules,
muy brillantes y ahora están centelleando en mí. Es una sonrisa real,
a diferencia de la de la Sra. McAndrew, que sin duda está forzada.
No culpo a la Sra. McAndrew por no ser capaz de sonreírme como es
debido, reflexiono mientras las dos mujeres salen de la habitación,
cerrando la puerta tras de sí con mucho tacto. No sé si me gustaría
sonreírle a la chica que podría haber matado a mi hijo, aunque no
fuera su intención. Pero una cosa positiva ha salido de mi desmayo al
ver al hermano gemelo de Dan. Por pura casualidad, he llegado al
castillo Airlie como víctima, que necesita ser atendida. Alguien que
necesita compasión, en lugar de la desconfianza que cabe esperar
teniendo en cuenta las circunstancias.
Recuerdo las voces que escuché antes de que Moira entrara. Nadie se
dio cuenta de que no sabía que Dan tuviera un gemelo idéntico, así
que nadie pensó en decírmelo. No fue su culpa, pero significaba que
me llevé un susto terrible y tenía que estar atenta. Así que están
empezando con el pie equivocado conmigo y eso me da mucho
margen de maniobra adicional. Estoy en una mejor posición para
hacer preguntas de las que estaría de otra manera. Mientras salgo de
la cama y empiezo a tirar de mi arrugada y ligeramente moliente
ropa, me doy cuenta de que, aunque es bastante extraño, ver el
fantasma de Dan es lo mejor que podía haberme pasado.
Espero que mi ropa este bien. Tanto Moira como la señora McAnrew
llevaban faldas y una línea de suéteres un poco pasados de moda, del
estilo de vivimos en el campo y unos cómodos y prácticos zapatos
robustos.
139
De hecho, es el tipo de cosas que me pongo para comer con mi abuela,
pero no traje ninguno de esos vestidos aquí. He decidido ponerme un
par de pantalones vaqueros (azul oscuro, no negro, porque se supone
que no hay que vestirse de negro en el campo), un suéter gris oscuro y
una brillante camiseta azul que es casi del mismo color que mis ojos.
Y pendientes de turquesa. Creo que me veo bastante elegante sin ser
demasiado elegante, pero por lo que sé, lo había entendido al revés. Es
muy difícil pensar que ponerse cuando te vas a quedar con gente que
no conoces tan bien. Si te equivocas, es obvio que no encajaras y
entonces, no serán realmente tan amables contigo durante el resto del
tiempo que pases allí.
Cruzo los dedos para hacerlo bien.
Pero puede que nunca sea un problema, ya que puedo fallar en
encontrar las escaleras y ser abandonada aquí, en este pasillo para
siempre.
—Ven abajo cuando estés lista. — Suena tan fácil, ¿no es así? Pero he
estado vagando por el pasillo durante diez minutos, en busca de una
escalera y todavía no he encontrado ninguna. Este lugar continúa
eternamente. Pensé que iba a encontrar un camino por el pasillo
cuando giré a la izquierda y se convirtió, durante varios metros, en
una especie de galería, con pequeñas ventanas con vistas al rico
paisaje exterior de un pantano verde. Pero al final de la galería, no hay
nada más que otro pasillo interminable del que cuelgan cuadros, igual
que los de mi habitación. Hay puertas a cada lado que estoy
demasiado nerviosa para abrir.
Sin embargo tengo que seguir adelante. Cerré la puerta de mi
dormitorio detrás de mí y nunca reconoceré cuál de todas es. No
puedo volver, incluso aunque quisiera.
En la planta baja, oigo voces, pero no puedo averiguar en dónde
están. Aun así, creo que me estoy acercando. Al final de este pasillo,
gira a la izquierda otra vez, eso es extraño. Me siento como si
estuviera entrando en un círculo. Y entonces la perspectiva se abre
inesperadamente a un aterrizaje enorme. He encontrado la escalera y
está duplicada.
140
Dos alas anchas de escaleras talladas en roble antiguo, alfombradas
en un patrón muy descolorido pálido azul y rojo, bajan en picado a la
gran sala de abajo, volviendo a reunirse y luego uniéndose a un
descenso dramático final de la sala.
Esta es la escalera de Scarlett O'Hara. No estoy vestida para esto.
Debería estar usando una falda de crinolina y con un enorme
ventilador.
Me detengo en la parte superior del ala más cercana a las escaleras,
despertando mis nervios por la horrible tarea de hacer este descenso
para reunirme con los McAndrews, cuando una puerta se cierra de
golpe por debajo de mí y una voz de chico grita:
— ¡Esto es una mierda! ¡Ella no debería estar aquí!
Me congele.
—Callum, por favor... —oigo pasos apresurados, tacones de mujer
haciendo clic en el piso de madera.
— ¡Tuve que ir a recogerla y ponerla en el coche!— grita Callum
McAndrew, el hermano gemelo de Dan—. Ni siquiera quería hablar
con ella. No deberías haberme hecho ir a recogerla en la estación.
—Pensé que sería más fácil para ti, habrías tenido un poco de tiempo
a solas con ella.
—Bueno, te has equivocado, mamá, ¿no?—dice con amargura.
—Oh querido—se lamenta la señora McAndrew—. ¡Espero no haber
cometido un terrible error! Pensaba que todo el mundo se acercaría
para conocerla y hablar de Dan... y ella dijo que tenía algo que quería
devolvernos...
— ¡Me importa un bledo lo que tenga de Dan!— grita Callum—. ¿Qué
tiene? Apenas lo conocía. ¡Y todo eso del acercamiento es ridículo,
mama! Sabes que todos pensamos que es ridículo. ¡Nadie la quería
aquí, excepto tú!
141
—Tu padre pensó:… —comienza a decir débilmente la Sra. McAndrew.
—Papá va a estar de acuerdo con todo lo que digas, mamá. Lo sabes.
Catriona y yo siempre pensamos que era una gilipollez invitarla.
Estoy abrumada por el impulso de huir y esconderme en mi
habitación durante los próximos dos días. El nivel de hostilidad de
Callum McAndrew hacia mí, es realmente intimidante.
Pero entonces pienso en mi abuela, sentada detrás de ese escritorio
enorme, su columna tan recta como si estuviera hecha de acero. Mi
abuela, que se hizo cargo de Wakefield Hall cuando mi abuelo murió,
y sin ayuda de nadie lo convirtió en una escuela para evitar que se
vendiera a la familia. Nunca ha huido de una pelea en toda su vida. Si
he heredado algo de ella, aparte del estilo Wakefield, espero que sea
ese valor. Tengo que empezar a bajar las escaleras, también podría
enfrentarse con lo peor tan pronto como sea posible.
Lentamente, de mala gana, doy un paso hacia abajo y luego otro y
otro, sin que mis zapatillas hagan ruido sobre la alfombra.
— ¿Cal?
A pesar de esta nueva voz está apagada, es una niña, sin duda menor
que la Sra. McAndrew. Debe ser la hermana, Catriona.
Oigo como se abre una puerta y otra serie de pasos. Estirándome
sobre el borde de la balaustrada, la veo cruzar el enorme hall de
debajo de mí. Es como un gigantesco salón, con una chimenea en el
otro extremo que es lo suficientemente grande como para asar a un
caballo entero. El suelo de piedra está parcialmente cubierto aquí y
allá con alfombras que llenarían una habitación normal, pero en este
enorme espacio, parecen alfombras pequeñas junto a la cama. Hay
grupos de sofás, tapizados en terciopelo y grandes motivos florales y
un montón de mesas auxiliares sosteniendo candelabros de plata y
jarrones de flores.
142
La muchacha teje su camino alrededor de un par de sillones de
aspecto antiguo y respaldo alto y la veo con claridad: bonita, rubia,
delgada, vestida con pantalones vaqueros y un suéter blanco, con el
pelo recogido en una floja cola de caballo. Aunque es la forma de
vestir en el campo, los vaqueros son del último corte y se adaptan a
ella a la perfección, mientras que su suéter, con la cintura alta,
elástica y las hombreras elegantemente hinchadas, obviamente seria
caro y hecho por alguna joven promesa del diseño. Parece como si
debiera oler a perfume delicado y sutil de los que sólo están
disponibles en unas cuantas boutiques sofisticadas.
—Está muy enojado, Lucy—dice la Sra. McAndrew y no
innecesariamente.
Agudizo los oídos. Lucy Raleigh, ¡la novia de Callum!
Wow, definitivamente valió la pena venir a Castillo Airlie. En mis
primeros minutos aquí, ya la he encontrado. Un alivio corre a través
de mí. Obviamente esta visita, va a ser tan dolorosa como estar
acostada en una cama de clavos, pero no será para nada.
Lucy dice con voz preocupada.
—Cal, cariño...
Ella desaparece de mi vista por debajo. Todos deben estar al pie de la
escalera.
—Ojalá no hubiera venido nunca aquí—dice Callum
encarnizadamente—. Ojala se hubiera dado un golpe en la cabeza
cuando se desmayó y…
— ¡Callum!— explota una voz de hombre, tan profunda que aún
resuena en este gigantesco espacio, al igual que sus pasos pesados en
el suelo de madera —. ¡Ya es suficiente!
Me giro sobre mis talones. La última cosa que quiero hacer es entrar
en una pelea entre Callum y quien supongo que es su padre.
143
Un recuerdo de Jase lidiando con su padre, se escupe en mi mente y
aunque no puedo imaginar que Callum y su padre vayan a llegar a las
manos, ese recuerdo es tan terrible que me dan ganas de salir
corriendo hasta que cualquier conflicto esté terminado. Veo a Jase,
tan claramente que eso me trae un nudo a la garganta. Lo recuerdo
luchando con su padre en la orilla del lago cubierta de hierba. Lo
recuerdo vadeando a través de las aguas poco profundas, su cara
inflexible y enojada, para comprobar si yo estaba bien. Recuerdo sus
suaves labios sobre los míos.
Y entonces empujo hacia abajo esos recuerdos, tirándolos a la basura.
En estos momentos tengo que concentrarme en Dan. Pensar en Jase
me distraerá y me debilitaría, los chicos parecen tener ese efecto, ya
me he dado cuenta. Cada cosa a su tiempo. Primero tengo que lidiar
con los McAndrews y resolver el asesinato de Dan. Entonces puedo
prestarle atención a la idea de por qué el padre de Jase es tan hostil
hacia mí y ver si puedo volver a ganarme a Jase.
Callum y su padre están gritándose el uno al otro y el tema de su
argumento, definitivamente no quiero bajar y enfrentarse a eso.
Decido subir de nuevo a hurtadillas hacia arriba hasta que todo
acabe, estoy segura de que puedo dar marcha atrás en las escaleras
alfombradas sin que nadie en la sala de abajo se entere. Pero, al mirar
hacia arriba, veo movimiento en la galería que hay encima de mí.
Alguien está ahí. Y me verá si salgo corriendo.
Estoy atrapada.
Así que respiro hondo y bajo el resto de la escalera, hasta el punto
donde se da un giro de noventa grados, se fusiona con la otra ala de la
escalera y se convierte en una de doble anchura, con un dramático
descenso hasta el pasillo.
Ahí están todos, en la base de la escalera. La Sra. McAndrew, delgada
y pálida, con esa cabeza llameante de pelo rojo; sus manos largas y
blancas están cruzadas entre sí como si estuviera escurriéndolas. El
Sr. McAndrew, sé que es él, porque lo reconozco de la investigación.
Más viejo y canoso en las sienes a pesar de que es el, ahora que lo veo
otra vez me doy cuenta de lo mucho que se parece a Dan y a Callum.
144
Y ahí está Lucy, llegando a tocar a Callum en el brazo, tan guapa y de
aspecto inocente, con su piel de porcelana y sus grandes ojos azules,
que es difícil de creer que el EpiPen de Dan pudiera haber estado en
su bolso cuando fue asesinado.
Por último, invoco a mi coraje y miro a Callum, el gemelo de Dan.
Frunciendo el ceño con furia, sus oscuras y fuertes cejas unidas, sus
ojos verde—gris brillantes y los brazos cruzados sobre el pecho.
Curiosamente, a pesar de su parecido con Dan es extraño, ahora
puedo ver la diferencia entre ellos. Dan estaba tan feliz y
despreocupado, interesado por encantar a todo el mundo, siempre
esbozando una sonrisa. A Callum parece que nunca la haya
importado en toda su vida lo que pensaran de él y no va a empezar a
importarle ahora.
Mis zapatillas crujen en un escalón especialmente desgastado,
gruñendo y chirriando. Inmediatamente Todo el mundo me mira con
sorpresa.
Hablo de hacer una entrada espectacular.
Callum se recupera primero.
— ¡No deberías estar aquí!—grita, apuñalándome con un dedo en un
gesto que me deja ninguna duda de lo que quiere decir. Estoy de pie, a
pocos pasos, así que tiene que inclinar la cabeza hacia atrás para
mirarme, pero todavía me siento muy intimidada por su agresión.
No le respondo. En parte porque no puedo pensar en que decir, pero
en parte debido a que es una experiencia intensa estar tan cerca de la
viva imagen de Dan, quien fue el primer chico que besé. Sus labios,
como los de Dan, están llenos y rosas, sus pestañas largas y gruesas.
Pero su aura es tan diferente. Dan era fácil y accesible y su hermano
está erizado como un puercoespín.
—Deberías hacer las maletas y marcharte ahora mismo—continúa
diciendo, en tono furioso.
—Callum, ¡la chica es nuestra invitada!— le grita su padre, enfadado
con él, pero Callum ya está dando vueltas, caminando con furia al
otro lado del pasillo.
145
Lucy me lanza una mirada nerviosa y sale corriendo detrás de él.
Me las arreglo para descender los últimos escalones hasta el nivel del
suelo, aunque mis piernas se tambalean por los nervios. El Sr. y la
Sra. McAndrew sólo me miran. A pesar del recordatorio del padre de
Callum sobre sus maneras de tratar a un invitado en la casa, me doy
cuenta por los rostros, de que ninguno de ellos esta exactamente
contento de que este aquí.
Entonces oigo pasos por encima de mí, corriendo a la ligera por las
escaleras. De hecho tiemblo a la espera de alguien más que pudiera
echarme de la casa. No puede ponerse peor, ¿no?
—Catriona—dice la Sra. McAndrew, mirando hacia arriba—. Tu
hermano acaba de hacer una escena terrible.
Una niña de unos pocos años mayor que yo llega al final de la escalera
y me tiende la mano.
—Hola —dice—. Soy Catriona McAndrew. Tú debes ser Scarlett.
Lamento lo de Callum, siempre ha sido un poco adicto al drama.
Si Callum y se asemejan a su padre, (o se asemejaba, en el caso de
Dan), Catriona McAndrew era misteriosamente como su madre:
delgada, de aspecto casi frágil, aunque su agarre en mi mano es lo
suficientemente fuerte. Tiene el mismo pelo rojo llameante, recogido
en una coleta apretada y llena de pecas sobre el puente de la nariz,
sorprendentemente bastantes contra su piel pálida. Pero parece
mucho más segura que su madre y en realidad me está sonriendo.
—No pasa nada—me las arreglo para decir—. Me refiero a que lo
entiendo.
—Te enseñare un poco los alrededores, ¿vale?—dice—. Este lugar es
un verdadero laberinto.
—Gracias, Catriona—dice su madre, agradecida.
146
—Buena chica—añade su padre.
—Vamos—dice Catriona, tirando suavemente de mi mano—. Por aquí.
Probablemente se podría hacer con un poco de aire fresco. Vamos a
empezar por salir a la calle y mirar el foso.
Asiento con la cabeza y la sigo.
Sólo espero que no esté planeando empujarme.
147
Traducido por Jesica
Corregido por Anaizher
aquí está el mar –dijo Catriona haciendo un gesto
grandilocuente.
A pesar de haber escuchado el rugido de las olas tan
pronto como cruzamos el puente, no tenía idea de
que el Castillo de Airlie estuviera asentado en la ladera de un
acantilado, con una caída en picado hacia el Mar de Irlanda. El
puente levadizo se encuentra en el extremo más alejado del castillo,
cuya mole se levanta en triángulo con dos lados largos y uno corto
con un patio central. Recorrí los tres lados buscando una escalera.
Parece interminable. Mi habitación no está del lado que mira al mar,
pero me hubiera gustado; no puedo imaginar una vista más
impresionante. Me asomo y jadeo ante lo imponente que es.
El Mar de Irlanda está golpeando las rocas con rabia por debajo de
donde estoy, las olas rompen dejando una espuma blanca grisácea
con una fuerza constante y tan implacable que me hace consciente de
lo poderoso que es el mar. Al cabo del tiempo, esta fuerza desgastará
el acantilado en el que ahora estamos y caerá al mar. Desaparecerá.
Doy un paso atrás.
Catriona ha sido muy amable, pero podría ser su forma de darme
seguridad y en mi descuido, empujarme por el borde. Mi temor por el
foso se esfuma al ver que el agua es poco profunda, Catriona dice que
ahora solo es un —elemento decorativo—.
–Y
148
Pero si me empujara, no habría manera de que sobreviviera al golpe
contra las rocas filosas.
Ella se ríe.
–No te preocupes, estás lo suficientemente segura conmigo –dice–.
Pero tal vez no deberías caminar por aquí con Callum.
–Realmente me odia –le digo con tristeza– y supongo no se le puede
culpar.
– ¡Oh, vamos! Todos sabemos que no fue tu culpa que Dan muriera—.
Yo la miro sorprendida.
– ¿Tú lo crees? –le pregunto con los ojos desorbitados. Nadie me lo
había dicho antes, o por lo menos no tan directamente.
Ella se vuelve y me mira directamente, el pelo rojo azotado por el
viento le revolotea sobre la cara. Levanta una mano para atraparlo y
echarlo hacia atrás.
–Por supuesto. Fue un accidente horrible.
Me muerdo la lengua para no decirle la verdad. Aceite de cacahuate
en las papas fritas, lo suficiente para provocarle un ataque
anafiláctico mortal y sin EpiPen. No había manera de salvar la vida.
Sin embargo no puedo decirle nada de esto. Catriona suspira,
volviéndose para mirar al mar de nuevo. Lleva un jersey y un pantalón
desteñido y viejo de pana que debería ser poco elegante, pero cuelga
de sus caderas estrechas de una manera que ciertamente, hace que
la pana se vea elegante.
– ¿Verdad que es hermoso? –dice– Creo que es la vista más
maravillosa del mundo.
–Es impresionante.
En realidad la veo más cruel que hermosa pero tampoco se lo digo.
149
El mar plateado golpeando el acantilado y el pantano desnudo
alrededor de nosotras parece un paisaje austero y dramático,
suavizado sólo por el pasto verde empapado bajo mis pies. El castillo
detrás de nosotros es igual de rudo, construido con piedra gris; en
cada una de las esquinas del triángulo hay una torre adornada con
ventanas estrechas desde las cuales en el pasado, los arqueros
habrían lanzado sus flechas a cualquiera que estuviera tratando de
sitiar la fortaleza.
–El foso era mucho más ancho –dijo Catriona leyendo mis
pensamientos con desconcertante exactitud. – Era mucho más difícil
apuntalar las escaleras contra la pared. Y hay aberturas ocultas que
llegan hasta arriba para derramar aceite hirviendo sobre la cabeza de
ese alguien que se las arreglará para plantar su escalera. Este castillo
nunca fue tomado por ninguna persona. Es inexpugnable.
–Wau –dije mirando las paredes de piedra desnuda– es… intimidante.
No estoy segura de que sea la palabra correcta, pero cuando miro a
Catriona veo que se sonroja de orgullo.
–Lo es ¿verdad? –Dice con entusiasmo. – Mucha gente piensa que el
Castillo de Airlie es un poco, bueno, desnudo. Pero es uno de los
pocos castillos que nadie logró sitiar con éxito. Aunque te parezca
extraño, estoy muy orgullosa.
– ¿Tu familia lo construyó? –le pregunto imaginando a los
antepasados McAndrew con el aspecto de Dan y Callum, usando
faldas escocesas y combatiendo a los posibles intrusos con espadas,
algo así como los Highlander.
Catriona no me ha leído la mente esta vez. Se abraza como si el viento
frío que venía del mar se le hubiera colado hasta los huesos.
Comienza a caminar hacia el castillo.
–Una rama distante de la familia lo construyó en el siglo XIII. Pero
sólo tuvo hijas y el castillo estaba condicionado.
Tengo que acelerar el paso para mantenerme a su lado. Parece que
tuviera prisa, pero seguía explicando.
150
–Eso quiere decir que sólo puede pasar a un heredero masculino –
aclaró. – Así que pasó de una rama a otra hasta que finalmente llegó a
mi abuelo.
–Es una mierda –le digo– quiero decir, eso de —condicionar—. Mi
padre era un barón, pero como sólo tenía una niña, el título se perdió.
No es que yo quiera un título pero no me parece justo, ¿no estás de
acuerdo?
–No, no –dice Catriona con una sonrisa simpática.– ¿Estás interesada
en la historia Scarlett?
–Um, sí –le digo aunque es una pregunta muy general. Está tratando
de ser amable conmigo, mucho más que Callum y definitivamente voy
a estar de acuerdo en todo lo que me pida para tener un aliado en el
Castillo de Airlie.
– ¿Te gustaría ver la exposición de retratos de la familia? –Habla con
tanto entusiasmo que solo hay una respuesta posible.
–Me encantaría.
No puedo evitar sentir que Catriona es increíblemente fría para ser
alguien cuyo hermano murió hace seis meses. Está actuando más
como guía turística que como hermana desconsolada. Pero teniendo
en cuenta el drama presente con el resto de su familia tal vez sólo es
un mecanismo de defensa, tal vez también, está tratando de
equilibrar las emociones exaltadas de los otros McAndrews.
Y me encanta que se porte como si yo fuera solamente un invitado que
necesita la gran gira por el castillo. Lo prefiero a Callum
apuñalándome con el dedo y gritándome que no debería estar aquí…
– ¿Estás bien? –Me pregunta curiosa– Te has quedado muy silenciosa.
Tiene razón, no he hablado durante años. Catriona ha llevado toda la
conversación mientras caminábamos por la galería, narrando los
retratos de los Tudor, antepasados de los McAndrew, desde los
volantes y jubones, chaquetas de raso, bordados y encajes hasta los
oscuros trajes victorianos.
151
Pero lo que ha estado manteniéndome silenciosa es el parecido tan
extraño que comparten muchos de los hombres. Es como ver a Dan.
Dan por todas partes. El rostro que yo conocía tan bien, pero que sólo
miré de cerca durante una breve noche. Ahora puedo mirarlo tan
cerca como desee y el tiempo que yo quiera. Sólo tengo que visitar esta
galería con su piso de caoba haciendo eco en las paredes verde
botella, adornadas con imágenes de Dan en cada traje histórico que
pueda imaginar.
–Es que… –no puedo continuar, tomo asiento en una mullida saliente
pegada al grueso muro de piedra debajo de la ventana, probablemente
para facilitar la vista al Mar de Irlanda.
Me imagino que es muy relajante por la sensación que dan los viejos y
pesados vidrios mientras te acurrucas para ver el mar golpeando en
las rocas del acantilado.
–Es sólo que muchas de estas pinturas se parecen a Dan –digo por
fin.
–Oh Scarlett, lo siento mucho. –Catriona llega hasta mi lado y se
sienta. Todo en el Castillo de Airlie es a lo grande, hay un montón de
espacio en el mirador para nosotras dos. Catriona toma mi mano.
–No lo pensé… –mira a todo lo largo de la galería. – Estoy
acostumbrada a la cara McAndrew como puedes ver. Para mí, no se
trata solo de Dan. Es papá y Callum, también el abuelo cuando estaba
vivo –me sonríe. – ¿Conocías bien a Dan? ¿Cuánto tiempo habían
estado saliendo?
Oh, esto es vergonzoso.
–Um, no salíamos ni nada –admití abrazando mis rodillas. –
Realmente nos acabábamos conocer.
– ¿Fue entonces como esos casos de amor fulminante? –pregunta
Catriona.
152
–No sé lo que era –le confieso. – Nosotros estábamos… estábamos
hablando en ese momento y de pronto nos besamos; unos segundos
más tarde colapsó.
–Debe haber sido terrible –dijo Catriona con simpatía.
–No debes ser tú la que me consuele –le digo. – Yo apenas lo conocía
pero era tu hermano; es mucho más difícil para ti.
–Pero, sabes… de hecho tenías verlo tú misma.
–Bueno, bueno ¡que lindas se ven las dos juntitas! –una voz femenina
interrumpió la conversación.
Aturdida, levanté la cabeza en dirección a la voz, ni Catriona la oyó
acercarse. Debíamos haber estado muy absortas en nuestra
conversación.
–Lucy –dice Catriona mirándola tan sorprendida como yo.
–Déjame adivinar –dice Lucy– vas a crear un gran teatro sobre lo
fantástico que era Dan ¿Cierto?
He visto sus fotos y antes la había visto por un momento cruzando
por el pasillo. Pero de cerca Lucy Raleigh es incluso más bonita de lo
que pensé. Su piel es suave como la seda, con nariz respingada y boca
rosada, parece la chica de uno de esos anuncios de champú con
ingredientes naturales por el pelo de corte recto largo, rubio y liso que
brillaba igual que los aretes de diamantes que colgaban de sus oídos.
Desprende el mismo tipo de confianza que la Princesa Plum y su
corte, esa que da el ser rica, hermosa y privilegiada. Es la novia de
Callum McAndrew, que aunque es hostil conmigo, es sin duda un
chico muy guapo y de familia acomodada.
Entonces ¿Por qué teniendo todas estas ventajas está mirándome como
si yo fuera una mierda de perro embarrada en sus carísimos zapatos?
153
–Yo no conocía bien a Dan –le respondo escogiendo mis palabras con
cuidado, no quiero que me atrape en una mentira. – Pero realmente
me gustaba. De hecho, él le gustaba a todo el mundo…
Catriona movía la cabeza asintiendo pero Lucy me interrumpió con las
manos en las caderas.
– ¿A todo el mundo le gustaba? –Resopla indignada– ¡Dios, si tan solo
supieran! Seguramente les gustaba porque era tan hipócrita que le
decía a la gente lo que quería oír, ni más ni menos. Dan hacía o decía
cualquier cosa para conseguir lo que quería.
–Lucy, por favor – comenzó Catriona. Pero Lucy no dio ninguna
tregua.
–Ni siquiera conocías a Dan –dijo dirigiéndose a mi.– Hablaste con él
durante cinco minutos y luego lo seguiste a esa terraza donde te llenó
de elogios para poder besarte. Hizo lo mismo con todas las chicas que
conoció. No se la pusiste difícil ¿cierto?
–Lucy, páralo ya –le advirtió de nuevo Catriona. Pero ahora sí puedo
hablar por mí misma. La ira me aflojó la lengua.
– ¿Por qué eres tan desagradable? –exigí. – ¿Por qué haces esto?
–Porque quiero que sepas que Dan era una escoria –insistió Lucy. Los
ojos azules parpadeaban. – Es posible que hayas creado una fantasía
romántica pensando que, si viviera, estarían juntos. ¡Ja¡ ¡Ja!
Catriona saltó.
–Lucy, estás llegando demasiado lejos.
Pero por más horrible que suene, no quiero que Lucy se calle. Si estás
investigando un asesinato, tienes que estar dispuesta a escuchar un
montón de cosas que no te gustan. Lo sabía desde el principio. Y si lo
que Lucy dijo es verdad, la perspectiva se vuelve muy interesante y
puede ayudar a descubrir quién lo hizo.
154
– ¿Y qué tiene que ver contigo? ¿Por qué te tomas el trabajo de ir por
ahí aclarando cosas? –la reté con la esperanza de provocarla aún más.
Ella mordió el anzuelo y lo mordió con fuerza.
–Alguien tiene que hacerlo –insistió– incluso ahora que Dan ha
muerto nada ha cambiado. Todo el mundo sigue diciendo que Dan
esto, que Dan lo otro, pero Callum vale cien veces más que…
– ¡Lucy! –retumbó una voz al final del pasillo. El eco de las zancadas
avanza por la galería y golpea con fuerza la madera pulida.
Callum McAndrew está a la vista.
Me quedo sin aliento. El ceño fruncido que vi antes en su rostro no es
nada comparado con el de ahora. Sus ojos verde—gris están tan
brillantes por la ira que pienso que me quemarán las chispas. Punto
para Lucy: Callum es completamente opuesto a Dan. Siempre vi a
Dan feliz, sonriente y encantador, como Lucy lo describió, mientras
que su hermano parece tener un perpetuo ceño fruncido. Es como si
una nube de tormenta se hubiera plantado en el pasillo.
Desee con toda el alma que Taylor estuviera aquí para cuidarme la
espalda. Ella cuadraría los hombros y la espalda y le montaría un
ceño del mismo tamaño que el de él. Solo con verla hacer eso me
sentiría mil veces mejor.
O a Jase. Tener a Jase a mi lado me haría sentir totalmente segura.
Tengo que apartar la debilidad y la confusión. Yo elegí entrar sola en
la guarida del enemigo y voy a asumir las consecuencias. Puedo
defenderme, ya lo he hecho y en peores circunstancias.
Valientes palabras.
Viendo el modo en que Callum se acerca, trago saliva y me preparo
para lo que viene.
Una cosa es segura: habrá un montón de gritos.
155
Traducido por Strongberry
Corregido por Malú
ué es lo que sucede aquí?— Callum
McAndrew gritó. Él dibuja el nivel de
su novia y copea alto. El pesado
cuadro enmarcado en madera de la
pared de color verde oscuro el cual no se puede sacudir solo porque
un chico de 17 años camino por el pasillo. Pero se siente como si lo
hiciera. La furia de Callum es tan poderosa que se está desplazando
mucho aire en la galería. Debo tener mucho coraje de parte mía, para
quedarme exactamente donde estoy, en lugar de contraerme de nuevo
en el alfeizar de protección del asiento de la ventana.
Lucy lo miró implorante.
—Cal, solo te estaba defendiendo— ella dijo.
—Dios, Lucy, ¿porque no puedes dejar esto en paz?— Callum
chasqueó.
— ¡Porque no es justo!!— ella protestó, sonando de pronto muy joven.
Callum gruñó.
—Justo— él dijo amargamente. —Nada es justo.
Él está de pie al lado de un retrato del ya muerto McAndrew con una
chaqueta de terciopelo y una falda escocesa, ambas manos puestas en
frente de él, empuñando una espada, bajo una nube de tormenta
severa en el cielo gris detrás de él, un golpe de un relámpago
dividiendo a un árbol de roble están en el fondo de la pintura.
—¿Q
156
El difunto McAdrew, el que fue pintado claramente de un muy mal
genio, es la esculpida imagen de Callum, desde las oscuras cejas
hasta los ojos gris verdosos y la mandíbula tercamente establecida,
incluso la postura de los hombros y las piernas plantadas
suficientemente amplias como para soportar la tormenta que se
avecina. De pie aquí, tan aliviado de que….
Y pienso en Dan, el hermano gemelo de Callum, muerto y enterrado y
Callum de pie aquí, tan vivo que un rayo prácticamente repite en el
aire alrededor de él.
Callum tiene razón. Nada es justo.
Él volteo hacia Catriona.
—Y tú no deberías estar alentándola.
Catriona, un poco intimidada por la pronta presencia de Callum, se
inclina hacia atrás en el asiento de la ventana, envolviendo sus brazos
alrededor de sus rodillas, y suspira:
—Cal, no puedes estar rondando como policía viendo que es lo que
todo el mundo habla. Scarlett acaba de llegar. Claro que quiere hablar
de Dan, es por eso que ella está acá.
— ¡Más vale que ella no esté diciendo nada malo sobre el! —Callum
estrecha sus ojos contra los míos amenazadoramente.
—Si te molestas en decirme una palabra, me podrías preguntar que
he estado diciendo— le chasqueé, es verdaderamente molesto que él
esté hablando como si no estuviese aquí—. Yo no tengo nada negativo
que decir acerca de tu hermano.
Inesperadamente, Callum se cubrió la cara con sus manos —no puedo
hacer esto— gimió—. Mamá y papá – todos hablando sobre Dan y se
supone que seamos capaces de – Dios, a veces deseo haber sido yo el
que hubiese muerto. De verdad lo hago.
Él se dio la vuelta y se oyó un sonido como si estuviese llorando.
157
Horripilante, no puedo mover ni un músculo. Sé que la mayor
humillación para alguien como Callum McAndrew, debe ser estar a
punto de estallar en lágrimas delante de su novia, su hermana y la
chica que cree que mató a su hermano.
—Cal, ven conmigo. —Lucy puso su brazo alrededor del hombro de él
y lo guió de vuelta al corredor.
—Solo dile que se aleje de mi ¿Okay?— Callum dijo en una voz espesa
con lágrimas—. ¿Por favor? Solo dile que se aleje de mí.
Ellos se desvanecieron en la esquina de la galería. Estoy desgarrada
ante la compasión por el dolor obvio de Callum y la ira de su actitud
hacia mí. Las nuevas emociones están saliendo: puedo sentirme
erizada. No he estado exactamente buscando que salgan de Callum, y
que él lo esté haciendo suena como si lo estuviera siguiendo a través
de todo el castillo, apartando mi indeseada compañía hacia él.
Miro a Catriona, la cual está todavía enroscada, con las manos
alrededor de sus rodillas. Podría ser una postura a la defensiva, pero
parece más cómoda que asustada. Tengo el presentimiento de que
Catriona ya ha visto esta escena (sin mi participación, por supuesto)
más seguido en estos meses desde la muerte de Dan. Ella me devuelve
la mirada, con una combinación entre una mueca y una sonrisa.
—Lucy y Callum habían estado saliendo desde hace tres años—
explicó—. Ella de verdad lo protege.
—Puedo ver eso.
Catriona sonríe, una sonrisa de verdad por esta vez.
—Sí, ella no lo hace exactamente un secreto, ¿cierto? Creo que se
pone nerviosa muchas veces. Pero la muerte de Dan puso a Lucy a
toda marcha – ella mima a Cal, como una mamá gallina. — Ella mira
pensativamente.
158
—Es raro – yo no pensé que ellos estaban muy bien antes de que Dan
muriera. De hecho, estaba segura que ellos iban a terminar. En
realidad, ellos no tienen mucho en común. Pero ellos se han acercado
más desde entonces. Es como si su muerte los hubiese juntado—. Ella
tirita. — Todo en esta familia se desmoronaba antes de que muriera
Dan. Esta es la única manera en que ya no clasificamos las cosas.
Yo confirme.
—Es exactamente la manera que es para mí también. Exactamente.
Nos sentamos en silencio por un momento, cada una de nosotras nos
perdimos en nuestros pensamientos.
—Lamento lo de Lucy que fue tras de ti, Scarlett— ella dijo
eventualmente.
Yo me encogí los hombros—. Nunca pensé que venir hasta acá sería
fácil.
Eso es suficientemente verdadero. Pero tampoco había pensado que
tan difícil iba a ser.
Le di un vistazo a Catriona. Ella de verdad se ve que siente lastima
por mí. Así que me arriesgué y le hice la pegunta que me moría por
hacer desde que se ofreció a traerme al Castillo Airlie.
— ¿Piensas que podría ir a su habitación?
*
Me paré en la mitad de la habitación de Dan, en uno de los pocos
parches del suelo que no estaban completamente cubiertos de cosas
al azar y giro alrededor suavemente, sorprendida por lo que estoy
viendo. No sé exactamente qué era lo que estaba esperando, pero no
era esto.
159
Catriona dijo que la habitación de Dan había estado justo como él la
había dejado cuando se fue a Londres esa última vez, porque su
madre no podía soportar que alguien lo tocara, por lo cual yo no
estaba asumiendo que estaba ordenada en un 100%.
Lo crean o no, nunca había estado en la habitación de un hombre. La
verdad tenía un escalofrío de emoción mientras Catriona me
acompañó por el pasillo y señaló una puerta para indicar que era la
habitación de Dan, el chico del cual había estado enamorada desde
hace unos años, el único chico que había besado. Y ahora entro a su
mundo, viendo como vivía, donde dormía, cuál de sus cosas eran las
favoritas. Pienso que la única razón por la cual yo estoy acá es porque
él está muerto. Eso es exactamente, morboso. Puedo hurgar aquí
tanto como quiera: Dan nunca vendrá para agarrarme. Puedo espiarlo
y saber sus secretos, pero esto no tiene sentido porque él no está vivo
como para que estos secretos importen.
Aunque, investigando la habitación lo mejor que pueda, honestamente
pienso que Dan no tenga algún secreto. Es como si todo lo que tenía
estuviese expuesto públicamente.
En realidad, parece como si accidentalmente dejó nitroglicerina en la
habitación y el contenido entero explotó en su habitación y se quedó
en las paredes.
No sé ni por dónde empezar a describir la habitación de Dan. A pesar
de eso, la habitación es grande y obtiene mucha luz de las dos
ventanas, hay una humedad, aquí huele a rancio, probablemente de
las pilas de ropa sucia y los zapatos mal olientes que adornaban toda
la habitación como si Dan se hubiese desvestido girando muy rápido,
así que su ropa fue despedida de su cuerpo en todas las direcciones.
Los mapas están fijados en todas las paredes en el espacio entre las
estanterías: Londres, Nueva York, Ámsterdam, Paris, Tokio. Dan
claramente tenia sueños de viajar alrededor de todo el mundo,
saliendo del área rural de Escocia.
Hay montones de CDS, tambaleantes torres construidas a mano y
videojuegos de la misma manera que estaba la otra torre, con una
caja de juegos en la esquina al lado de la TV vieja.
160
Varias guitarras con mucho polvo encima apoyadas contra las
paredes, con sombreros viejos encima de las cabezas de las guitarras.
Esto debería verse muy Cool, pero en realidad pienso que es un poco
pretencioso, como si Dan hubiese copiado algo que vio en una revista.
Se siente prohibido. Estoy avergonzada por él.
Hay un panel de corcho en la pared del fondo, sobre el escritorio. Yo
camine hacia él, casi girando el pie en algo que se desliza lejos de mí,
al acecho debajo de una pila de pantalones viejos.
El panel tiene artículos, entradas de cine, talones de boletos para
conciertos de bandas: Powderfinger, African Soul Rebels, Placebo,
Papa Roach y unos llamados Translucnet Frogs of Quuup. ¡Caray!
En la pared además del panel de corcho hay unos carteles,
arrancados y desaparecidos: Spiderman, uno para la otra película de
Batman, también hay un calendario europeo de la Ferroviaria sobre
el montón de cosas en el escritorio, está muy manoseado y grasiento
por el uso.
Miro alguno de los libros, muchos de cómics de Calvin y Hobbes,
libros de arte y grafitis. Están todos demasiado golpeados. Yo no creo
que Dan tenga cuidado con los libros que le pertenecen. En el tope de
la pila de cómics, veo un teléfono celular atractivo y recogido. Es una
TARDIS miniatura del doctor Who, del programa de televisión, una
pequeña caja azul policial en un plástico transparente. Es solo un tipo
de cosa que estoy buscando: algo pequeño que Dan me prestó que lo
quiero devolver, mi artículo de portada extra para llegar al castillo de
Airlie. Y aun cuando alguien haya estado en la habitación de Dan
cuando murió, hay tanto desorden aquí que no hay manera de que
ellos recordaran haber visto este amuleto en su escritorio. Lo deslice
por mi bolsillo. Entonces, noté algo más en el tope de la pila de libros:
una librería de tarjetas ID, laminadas, con la foto de Dan en ellas. Yo
lo levanté y miré la foto. El cabello de Dan descansaba sobre la frente
en la manera en la que siempre lo llevaba y me hacía ruborizar, y solo
ver esta imagen me provocó la misma reacción física en estos
momentos.
161
Yo moví mis dedos sobre la tarjeta, leyendo que es lo que decía el
estampado: El nombre de Dan, su dirección de Londres, su fecha de
nacimiento. Es en octubre. Ese mes. Yo saque mi teléfono del bolsillo
de mis jeans y revise la fecha de mi calendario: no, no había cometido
un error. El cumpleaños de Dan es el próximo martes 19. Lo que
significa que también es el cumpleaños de Callum, probablemente el
más importante, el cumpleaños más excitante que nadie más pudo
haber tenido. Y Callum lo celebrará solo, por primera vez en su vida.
De repente me siento un poco más simpatizante con los arranques de
ira de Callum de lo que era hace media hora.
Dejé su ID y miré alrededor de mí una vez más, tratando de no entrar
en pánico. Porque estoy asustada que el cuarto de Dan me vaya a
derrotar. Hay tanto desorden aquí que ni sé por dónde empezar.
Tengo el talismán, que es por lo que he venido, pero parece bastante
estúpido tener la oportunidad de mirar al alrededor buscando pistas
potenciales y no tomarlas. Empecé a caminar hacia la cama y escuche
un chasquido cerca de mi pie. Cuando miro hacia abajo, me di cuenta
que era un viejo despertador que acababa de romper. Ni siquiera lo
noté.
La cama es tan repugnante –me senté sobre ella y después salté
inmediatamente. Las sabanas huelen como si no se hubiesen lavado
en décadas, el cual, considerando que Dan murió hace 6 meses,
debería ser verdad. Apuesto, que por el estado de la habitación, eran
bastante malolientes desde antes que él se fuera para Londres.
Esta es la clase de cosas que no te dejan salir con chicos otra vez.
Me encontré a mí misma firmemente esperanzada de que la
habitación de Jase no sea así. No puedo pensar en Jase ahora mismo,
no puedo pensar en Jase…
Me inclino hacia la cama y miro debajo de ella. Pilas de revistas sobre
guitarras, una gran caja de zapatos que contenía un par de
Timberlands nuevas, nunca fueron usadas. Nada de lo que
posiblemente pudiera ser llamado una pista.
162
Me enderecé de nuevo y noté, en la mesa que estaba al lado de la
cama un par de cajas que se destacaban del resto. Ellas tenían una
letra negra escrita y una insignia amarilla que yo he visto en las
prescripciones de las botellas de la tía Gwen. Cogí una y la abrí. Está
llena de EpiPens (EpiPen o Epinephrine es un químico que estrecha los
vasos sanguíneos y abre las vías respiratorias en los pulmones). Solo
uno de esos hubiera salvado la vida de Dan.
Me di cuenta, de ese pensamiento extraño, que después de la
investigación de la muerte de Dan revolviendo completamente sobre el
misterio de las desaparición de las EpiPens y en cual maleta estaban,
cuando verdaderamente yo no había visto una.
Cada EpiPen esta empacado individualmente en una caja más
pequeña. Tomé una píldora y la saqué de su contenido. Es un plástico
claro con etiquetas brillantes en ella. En el interior es una pluma
corta, más ancha que mi pulgar, con un tapón gris por un lado y una
punta de color negro por el otro.
Inclinándola, se puede ver que la aguja se sale de la punta de color
negro. Solo la pones en tu cuerpo, le quitas la tapa y presionas y la
aguja te inyecta con una salvadora dosis de adrenalina. Nada podría
ser más sencillo.
Si tienes tu EpiPen a salvo en el bolsillo de tus pantalones, donde se
supone que debería estar…
Haciendo lo mejor para respetar la memoria de la cara de tortura de
Dan, sus manos frenéticamente escarbando en los bolsillos de los
jeans buscando su medicina, puse de nuevo la medicina en la caja y
la cerré. Devolviéndola a la caja más grande. Cierro la tapa y vuelvo a
colocarla en la mesita de noche. Suspiro profundamente, alejando
todo mal pensamiento que tengo fuera de mi cabeza. Cierro los ojos
por un momento tratando de centrarme y cuando los abro, estoy
mirando la estantería ubicada al lado de la cama, están amontonados
sin orden alguno libros CDs y varios cosas de material electrónico: un
reproductor MP3, una cámara digital y una cámara Polaroid…
163
Mmm...., Yo ni siquiera sabía que todavía hacían cámaras Polaroid.
Inclinándome, me doy cuenta de que hay un par de paquetes de
películas para la cámara apoyada junto a esta, aun sin envolver y
bastante nuevas.
Parece un poco extraño que Dan tuviera una cámara digital y todavía
comprara rollos para una Polaroid. ¿Para que la necesitaría? Me
arrodillo en la cama y llego hasta la plataforma en donde está apoyada
la Polaroid. La tomo y la miro. No hay mucho polvo —no hay manera
de que lo tenga, habiendo un montón de libros. Esta cámara se ha
usado más recientemente que otras cosas en la habitación. Llego a la
parte que esta atrás de donde estaba la cámara en busca de algunas
fotos. Nada.
Exploré lo estantes, pero no encuentro nada parecido como un álbum
de fotos. No es que espere que Dan tenga algo organizado. Hay un par
de cuadernos, me escabullí hasta ellos buscando fotos sueltas, pero
solo encontré notas que parecían para un proyecto de investigación.
Me acosté de nuevo en la cama —por ahora me estoy acostumbrando
al olor y la viscosidad de las sabanas y miro alrededor de la habitación
sintiéndome sin esperanza. Yo podría estar aquí todo el día, viendo
todo y todavía no poder encontrar unas fotos Polaroid: que no ocupan
mucho espacio, ropa y pilas de revistas llegan hasta lo más alto del
colchón en algunos lugares: todos ellos podrían tener Polaroid en el
interior y hay un viejo baúl de vapor en el piso de la cama además de
un enorme armario, ambos de los cuales, me imagino, estaban
rellenas con muchas cosas de Dan que estallarían si los abriera…
Cierro mis ojos e intento pensar que haría yo. ¿Dónde pondría esas
fotos que había tomado? ¿Probablemente cerca de la cámara, para
que moverlas a otro lugar? Y si fueran solo fotos casuales o amigos
saliendo, estarían a la vista, o algunas de ellas estarían clavadas en el
tablero de corcho. Pero no lo están, lo que sugiere que Dan no las
quería en una exhibición pública.
Entonces, por esta lógica, estarían escondidas en algún lugar cerca
de la cámara.
164
Abrí mis ojos de nuevo, mirando directamente en la estantería en la
cual destacaba la cámara. Hay un par de libros de tapa dura
inclinados al lado en donde estaba, manteniéndola en su lugar por el
reproductor MP3. Una llamada Schott’s Original Miscellany, y la otra
llamada White Wings Over Vienna.
De Schott’s Original Miscellany he oído que: es una colección de
hechos extraños, el tipo de cosas que les gustan a los chicos. White
Wings Over Vienna, sin embargo, es algo que no suena como un libro
que un chico de 17 años de edad leería. También, tampoco suena
nada como los títulos del otro libro en la habitación de Dan: no es una
novela gráfica, o un tomo de no ficción con grafitis o logos de la calle.
Me arrodillo y tiro de ella fuera de la plataforma, curioseando acerca
de su contenido.
Y en cuanto lo hago, lo agito abierto hacia mí y algo cae encima de la
cama. Es una fotografía Polaroid.
Me siento de nuevo en la cama, abriendo el libro, y de inmediato me di
cuenta porque el titulo era tan incongruente. Dan lo debió haber
elegido simplemente porque era del tamaño adecuado, y muy sólido,
no porque estaba interesado en el tema.
Aunque no se puede saber hasta que lo abres, la parte central de las
páginas se han cortado con una navaja, dejando una sección interior
grande, lo suficientemente grande como para ocultar lo que no
quieren que la gente encuentre. Drogas, tal vez o dinero. Pero en este
caso, es una pila de Polaroid. De unas chicas medio desnudas.
No sé qué es lo que estaba esperando, pero esto en serio me tiene en
shock. Arroje las fotos fuera en la cama y les di vuelta con cautela,
avergonzada, sintiéndome un poco sucia solo con mirarlas. No es solo
el hecho de que las chicas no están usando mucha ropa. Eso todavía
es embarazoso. Pero no tan mal como esto.
Ellas estas de verdad posando como las mujeres de las portadas de
las revistas para hombres, sus dedos en los labios, sus botones
desabotonados, sus manos apretando sus pechos.
Ewww.
165
Esto está tan mal. No debí haber buscado esto. Llego a una particular
foto obscena de una chica tendida de espaldas, enganchando un dedo
en su tanga y tirándola hacia abajo, poniendo mala cara a la cámara,
y en realidad siento un rubor en mis mejillas antes de darme cuenta
que es Plum.
Dios. La miro más cerca. Plum prácticamente no tiene nada de senos
– ellos lucen como dos huevos fritos aplanados. No es de extrañar que
ella estaba celosa de las mías cuando salieron a principio de este año.
Ha de ver usado un Wonderbra todos los días.
Entonces me sentí rara por estar estudiando minuciosamente tan de
cerca una foto de una mujer prácticamente desnuda. Me deslicé a
través de los Polaroid para ver si reconocía a alguien más.
Ahí está Sofía, la condesa que va a San Tabby y se junta con las
amigas de Plum, acostada boca abajo, empujando hacia atrás su
cabello con su brazo blanco carnoso, mirando incómodamente, como
si ella quisiera estar en algún otro lado, pero no en la cama con una
cámara en su cara. Creo que otra cara se me hace familiar, una chica
que salió con ellos esa noche en el Coco Rouge, una mona flaca con
una gran sonrisa la cual está feliz de estar posando como Sofía estaba
incomoda.
Y –Dios Mío— creo que esa es Nadia, aunque su espalda esté en la
cámara no le puedas ver la cara. Pero esos brazos delgados y morenos
claro, tenía colgado un brazalete de oro, el levantamiento de esa masa
de pelo negro azulado de la nuca de su cuello… lucen como Nadia.
Ella está de pie en el baño, completamente desnuda. No me extraña
que no mostrara su rostro. Algunas otras chicas habían hecho lo
mismo – esconder sus rostros en las almohadas, o se giraban así Dan
no podía tomar su rostro con la cámara.
Pero, en cuanto llego al final de la pila, veo a una chica en particular
de la cual estoy segura que hubiera deseado no haber volteado la
cara al lente. Es Lucy.
166
Mire sorprendida en la Polaroid –hay tres de ellas en una especie de
secuencia áspera. Cara muy bonita, Lucy, con sus redondos ojos
azules y nariz respingona, es inconfundible. Ella está en ropa interior
como la mayoría de las otras fotografías de Dan y el fondo luce como
si ella estuviera acostada en la cama de Dan. Sus piernas están
arriba en el aire, apoyadas en la pared en pose pinup y ella tenía un
cigarrillo en una mano y una copa de vino en la otra. Ella inclinó la
cabeza hacia atrás para dejar su rastro de su rubio cabello largo sobre
la almohada en una maraña desordenada, sexy. Ella se ve muy
atractiva, pero también muy consciente de sí misma, como si
estuviera mintiendo, como si practicara esto delante de un espejo para
llegar a verse exactamente perfecta.
Aquí no hay una explicación inocente para estas fotos. Lucy, al decir
de todos, ha estado saliendo con Callum durante mucho tiempo y
estas parecen relativamente recientes: el cabello de Lucy, su
maquillaje hasta la sofisticación de su pose, todo indica que estas no
hubiesen podido ser tomadas unos años atrás, digo, antes de que ella
y Callum se juntaran.
Entiendo ahora porque Lucy era tan apasionada sobre la cuestión del
carácter de Dan contra Callum. Cuales fueran las circunstancias bajo
las cuales estas fotos han sido tomadas, ella debió habérselas pedido
de vuelta y Dan debió negarse.
Y pienso que entiendo la respuesta a mi pronta pregunta – porque
Dan tenía una cámara Polaroid tan buena como una digital. Apuesto
que se las arregló para convencer a muchas de ellas para posar para
una Polaroid, en lugar de una cámara digital o un teléfono móvil, ya
que estos solo hacen una sola foto. No puedes postear una Polaroid en
un sitio web o mandarlas a alguien con el click de un botón.
Solo hace sentir a la chica que es verdaderamente especial la besa y le
da algo de tomar y gradualmente la convence de que se quite la ropa,
saca la cámara, es solo una o dos para mirarla detenidamente, porque
ella luce tan bonita y quiere tenerla consigo aunque ella no esté a su
alrededor…
Yo tirité.
167
¿Pude haber sido esta yo? ¿Pude haber hablado con él hasta quitarme
la ropa y posar para Dan, justo como todas estas chicas? ¿A cuántos
chicos le habrá mostrado estos trofeos?
Cinco minutos después, estoy cruzando el puente levadizo una vez
más, pero esta vez por mi cuenta. Tengo que cruzar el Castillo Airlie.
Se siente como una trampa para ratas, siendo yo la rata, corriendo
por los pasillos, saltan en mi propia sombra, no se siente seguridad en
ninguna parte.
No me refiero a inseguridad en el sentido en que alguien va a estar en
la esquina y en cuanto pase va a mutilar mi cabeza –aunque haya un
montón de espadas que cuelgan decorativamente en las paredes y
Callum se ve lo suficientemente molesto como para ejercer una en mi
dirección. No, me refiero que he tenido muchos shocks por un solo
día. Esta mañana, me desmayé. Es apenas la hora del almuerzo, y ya
he aprendido, gracias a Lucy y luego a mis descubrimientos muy
desagradables en la habitación de Dan que probablemente Dan solo
me miraba como otra muesca en el cinturón, otro trofeo que
recolectar.
Ugh, esas Polaroids. Tirite en el momento en que pensé en ellas. Tirite
en el pensamiento de mi misma, risueña en un par de copas de
champán, comprometiéndome a hacer algunas poses sexys para la
colección de Dan. Es todo esto muy fácil de decir que no harás algo;
aunque me gustaría pensar que soy suficientemente fuerte como para
resistir, mi breve experiencia con Dan y luego Jase me ha mostrado
que un chico sexy puede hacer girar su cabeza de una manera que te
hace sentir borracha aunque estés totalmente sobria.
Qué pasaría si yo estuviera borracha, y Dan me pidiera que hiciera
algo que yo sabía que no quiero hacer, pero el querer complacerlo le
ganaría a mi resistencia, ¿es porque tenía miedo de perderlo? Tal vez
eso fue lo que les paso a esas chicas. Aunque tengo que decir que
muchas de ellas lucen más que feliz de estar posado para una
cámara. Plum en particular estaba definitivamente dudando.
Sin concienzudamente decidí que mis pies me lleven, me encuentro
siguiendo el rastro del viento que pasa por el castillo.
168
Giro a la derecha, un camino que conduce a un recinto amurallado
que debe ser donde parquean los carros, a la izquierda, y es una larga
extensión de macadam sin un final a la vista, perdida en un soporte
grueso de los árboles más allá de la hierba pantanosa que crece
profusamente en torno al castillo. Como era de esperar, me dirijo
hacia la izquierda, cada instinto me dice que tome la dirección que
lleva fuera de aquí, lejos del Castillo Airlie y de los secretos más
horribles que pueda contener.
Desearía poder seguir caminando. Si tuviera mi cartera conmigo,
estaba casi segura que la tenía. Que tentación sería, simplemente
seguir caminando hasta que llegue a la carretera, parar un coche,
preguntar por el camino a la estación, esperar el próximo tren de
vuelta a Glasgow y luego a Londres y nunca mirar atrás.
Dejar el misterio de quien mato a Dan para que otro lo resuelva. Yo sé
que no fue mi culpa, ¿y eso verdaderamente importa? Y ahora he visto
lo que Dan era capaz de hacer, mi celo de resolver este rompecabezas
de su muerte ha disminuido un poco.
Debo admitir…
He caminado muy enérgicamente, necesitando ejercicio físico para
aclarar la sensación que se arraigan en la piel que ha estado picando
en mí, desde que descubrí las Polaroids, y he llegado al bosque que vi
desde el castillo. El viento se siente más directamente desde aquí y es
más frío, la espesura de los árboles bloquean el débil sol de otoño.
Inclino mi cabeza hacia atrás y veo que los árboles de ambos lados
han comenzado a crecer juntos, reunidos en lo alto, formando una
especie de toldo que cierra el cielo plateado pálido. La humedad se
envuelve alrededor de mis hombros, y cualquier luz que se filtra a
través de las hojas es verde oscura y sombría.
Perfecto. Me puse fuera en la carretera, en el mantillo que cubre el
suelo de la arboleda.
Está cubierta de hojas húmedas, y yo me acuclillo y las aparto hasta
despejar un espacio de tamaño decente de tierra húmeda, barro
oscuro y fértil.
169
Luego extraigo las Polaroids de mi bolsillo, junto con el encendedor de
Dan, que fue otra cosa que saqué de la habitación, y uno a uno con
cuidado para mantenerlas todas al mismo tiempo que puedo sobre el
parche de tierra borrado, les prendo fuego y miro como se rizan,
ennegrecen y se queman los fragmentos. Huele horrible. Había otra
razón por la cual tenía que ir afuera: no quería estar haciendo esto en
el baño y tener al aspersor preguntándose porque hay un asqueroso
olor a acre, sin mencionar el humo negro exudando por debajo de la
puerta. Trabajo a mi manera a través de la pila de fotos. Pero dejo las
de Plum y Lucy para el final.
Vacilo cuando les llega su turno, debatiendo si debería quemarlas en
absoluto:
¿Qué diría Taylor, que las guarde?
Las de Lucy podrían ser una prueba, después de todo, si fue Lucy
quien mato a Dan, una parte de su motivo podría ser odiarlo
suficiente como para quererlo muerto y supongo que lo mismo podría
decirse de Plum. Además ¿podría mantener las de Plum por si algún
otro día intenta hacer algo contra mí de nuevo, al igual que ella
mantuvo ese video clip de Nadia? Tal vez es débil y estúpido de mi
parte por querer quemarlos.
Pero hay una vulnerabilidad de ellas en estas fotos, no importa que
tanto este haciendo sus poses porno, que me avergüenzan y me dan
ganas de deshacerme de ellas. Nadie debería tener fotos como estas de
ellas mismas en las manos de su enemigo. Ni siquiera Plum.
Yo decido comprometerme. Voy a quemar todas menos una Polaroid
de cada una de las chicas. Y si resulta que ni Plum ni Lucy tenían
nada que ver con la muerte de Dan, entonces quemare esas también.
Pero el riesgo de que pueda necesitar una de estas fotos para
evidencia es demasiado alto para mí, para correr. No es solo sobre mí,
después de todo: es sobre capturar al asesino. Incluso si la victima ha
resultado ser una especie de fotógrafo semi—porno serial, que todavía
no sería justificación para matarlo.
170
Meto dos de las fotos en el bolsillo de los jeans otra vez,
abrochándome la solapa de seguridad. Entonces tomo una de la
pequeña pila restante, mantenida hacia arriba y le prendo fuego por la
esquina.
Se arruga poco a poco, la fusión se derrite en sí mismo, las imágenes
de Plum bajándose los calzones y Lucy, con las piernas en el aire se
desvaneció para siempre y se disolvió. Me siento mucho mejor cuando
un pequeño trozo negro trata de caer al suelo del bosque, sé que tomé
la decisión correcta. Cojo el siguiente y mantengo presionado el
encendedor hacia ellas ansiosamente – y luego el siguiente, y el
siguiente—. Cuando todas ya se han ido, me siento casi tan liviana
como un pájaro en vuelo. Y sé que cuando he quemado las dos
últimas, el lanzamiento será más grande.
Desearía poder hacerlo ahora.
Empujo las hojas de nuevo sobre el lugar y las desordeno un poco a
su alrededor, así podría decir que ninguna vez ha sido perturbado,
entonces me levanto y miro a mi alrededor. Tomo una respiración
larga y profunda, pensando en la clase de química y el proceso de la
fotosíntesis: los árboles lo toman el oxígeno, lo limpian de la
contaminación y crean aire puro del bosque. Siento que estoy
refrescando mis pulmones, me purifican de todo lo que acabo de ver,
haciéndome limpia de nuevo.
Y luego, de la nada, la sonrisa de Jase apareció en mi cabeza, y
suspiro. No ha estado en contacto conmigo después de nuestro día en
el lago. Ni siquiera un mensaje de texto para preguntar si estoy bien o
dándome las gracias por no decirle a mi abuela acerca de lo que su
padre loco hizo.
Entonces, ¿eso es todo? ¿Lo que estaba empezando con Jase ha
terminado antes de que realmente empezara? Siento punzantes
lágrimas en mis ojos y parpadeo de nuevo. Por lo menos esta —
relación—, a falta de una expresión mejor, tuvo un final mejor. Por lo
menos nadie murió.
Pienso volver a Wakefield Hall después de esto, ¿qué le diría si lo
vuelvo a ver?
171
Y luego salto de nuevo al presente, porque, ¿Cómo puedo pensar en
volver cuando todavía tengo mucho que hacer aquí? un apretado
calendario, bueno, una cosa es segura: no voy a estar pidiendo
quedarme más tiempo.
Gracias a Dios me iré antes del cumpleaños de Callum, al menos.
Me doy cuenta que tan horrible seria para Callum: la emoción normal
que se siente tener 18 son todos destruidos, la emoción de cada
cumpleaños arruinado, porque cada cumpleaños a partir de ahora
también será un recordatorio terrible de su hermano gemelo muerto.
Sin importar que no pueda soportar verme, la chica que piensa mato a
su hermano, o por lo menos tenía algo que ver con el misterio de su
muerte. Probablemente siento exactamente lo mismo.
Aclaré mi garganta, y el sonido es como un shock en el callado bosque
que me asusta, aunque sea un sonido que yo haya hecho. Tirité, y era
un reflejo puramente primitivo, el miedo de estar sola en el bosque,
aunque no estoy muy perdida, estoy solo a unos pasos de distancia de
la unidad. Un coche puede venir en cualquier momento.
Pero no lo hará. Porque no hay nada por aquí, nada sino bosque y
pantano y el Castillo de Airlie, lejos detrás de mí, y me gustaría
escuchar un carro a kilómetros de distancia, pero ningún carro viene.
Estoy sola en este bosque lleno de árboles, el sonido de mi respiración
es el único ruido además del viento que calla la sobrecarga de las
hojas y el roce ocasional de un aterrizaje de un pájaro sobre una
rama.
Y entonces lo oigo: una ramita, que se rompe tan fuerte como un
disparo de pistola. Seguido casi de inmediato por lo que suena como
un disparo de escopeta. No había saltado tan alto desde que hacia
gimnasia. Doy un gran salto y me escondo detrás del tronco más
grande que puede haber aplanando mi espalda contra él, trato
desesperadamente de controlar mi respiración y evitar hacer algún
ruido. Espero locamente estar completamente paranoica. Porque la
alternativa es mucho, mucho peor.
Eso significaría que hay alguien.
172
Traducido por Jesica
Corregido por Dracanea
i espalda se presiona con tanta fuerza al árbol que puedo
sentir cada trozo de corteza áspero pegado clavándose en
mi columna vertebral. No me importa. Me aplano aún
más fuerte contra el tronco y me hago respirar por la
nariz para mantenerme lo más silenciosa posible. Incluso en este
clima húmedo, las hojas de arriba se están secando para el otoño,
crujen en el viento, cosas secas muertas cayendo lentamente al suelo.
Mis oídos se esfuerzan mucho para escuchar cualquier sonido a mi
alrededor que se sienta como que están señalando en las esquinas.
Las aves terrestres en las ramas, gorjeando suavemente entre sí. Más
hojas se mueven ligeramente por encima de mi cabeza. Nada más.
Y luego, otra oportunidad. Más cerca ahora, suena, en este bosque
tranquilo, increíblemente ruidoso. Sus ecos reverberan a través de los
árboles, seguidos inmediatamente por el ruido mismo volumen de las
aves que se han asentado en las ramas por encima de mí despegando
en una nube de aleteos de plumas, graznando ruidosamente.
Esta vez, estoy tan asustada que no salte. No creo que me las arregle
para respirar por más tiempo. Tengo un frío sudor y mis manos están
húmedas, pero estoy demasiado asustada para moverme hasta acabar
con ellas en las piernas de mi pantalón. Mi corazón late como un
timbal, tan fuerte que es difícil para mí escuchar sobre él. Así que
cuando escucho el susurro de las hojas, aunque no sé de dónde viene.
Pero estoy bastante segura de que no es lejos.
No puedo quedarme aquí. Si alguien está cada vez más cerca,
acechándome, voy a ser un blanco fácil. Miro lo que estoy usando:
entrenadores, pantalones jeans azules oscuros y suéter gris. Me tiro
M
173
hacia arriba el cuello del jersey y me meto más de la parte superior de
mi camiseta para ocultar de este último el color azul brillante.
Bueno: soy todo-tonos oscuros ahora, no hay nada que me haga fácil
de reconocer. Y es una suerte que sea morena. Una rubia sería mucho
más visible.
Entonces inspecciono el terreno. Está densamente cubierto de hojas
que están protegidas lo suficientemente por las ramas de los árboles
por encima para no estar húmedas por la lluvia y la humedad, lo que
significa que van a crujir cuando camine sobre ellas. Cualquier
persona que puede acechar me con una escopeta (oh Dios, no te
preocupes, Scarlett, no te asustes) escuchará exactamente dónde
estoy.
Llego hasta su lugar y me agarro a una rama, tiro de mí misma en un
columpio. Meto mis piernas en mi pecho y llego a la alza en una bola,
juzgando el momento hasta que esté a la altura adecuada para poner
mis piernas hacia delante en un salto, dejándome ir de la rama
cuando el salto me lleva hacia adelante, las piernas disparando, todo
mi cuerpo volando por el aire en una larga fila, de vuelta arqueando
los brazos hacia atrás. Y la tierra donde estaba destinada, por las
raíces de un árbol cercano, lo suficientemente cerca al tronco de modo
que no hay hojas caídas puestas allí, he bajado bastante en silencio.
Mis pies primero. Entonces mis rodillas se doblan, mis rondas
posteriores, en cuclillas, con las manos tocando el suelo y respiro por
la nariz tan silenciosamente como me sea posible.
Escucho de nuevo. Nada.
Me amontono un poco hacia delante hasta que mi nariz y un ojo se
pegan hacia fuera alrededor de la parte del árbol. Veo troncos de los
árboles, el alquitrán negro de la carretera, el oro y el rojo y el marrón
de las hojas caídas. Nada más. No destellos de color que no tienen
cabida en un bosque.
Sin brillo de la luz en un cañón de escopeta.
Hay un árbol muy cerca de éste. Tomo una respiración profunda y
hago un salto rana grande, aterrizando en una posición en cuclillas de
nuevo y logrando despejar las hojas caídas. Tengo que moverme, pero
174
por lo menos estoy limitando mi visibilidad. Sólo los colores oscuros—
hasta llegar a comprobar que el azul de la camiseta no se muestra.
Y estoy haciendo el menor sonido posible. Alguien me podría esperar,
después de un par de disparos, huiría en pánico, esparciendo
ruidosamente en mi estela, o congelándome de miedo en mi escondite.
Estoy haciendo algo, que los pueda confundir. Yo realmente, realmente
espero que los confunda.
Este árbol está demasiado lejos del siguiente para que salte, sin
embargo. Miro hacia arriba en lugar y formo un plan. Subiendo por el
tronco, con la ayuda de todos sus nudos y grietas, no es demasiado
difícil, aunque, como siempre, me gustaría estar descalza. Me gustaría
tener el dolor de la piel desnuda contra la corteza áspera y
desagradables ramitas cualquier día, por la seguridad de saber que mi
dedo del pie de goma entrenador no va a salir de un lugar que me he
metido porque no tengo suficiente tracción o control. Por lo menos
tengo las manos desnudas. Llego a la rama que quiero y correteo a lo
largo de ella como una ardilla, a cuatro patas, moviéndome
rápidamente, entonces me levanto, tomo la rama del árbol que viene,
lanzo hacia arriba, usando mi fuerza superior del cuerpo y mis
abdominales de cirugía estética por mi parte inferior del cuerpo y el
swing de mis piernas hacia el tronco, donde cuelgan, escarban,
milagrosamente encontrando un punto de apoyo. Me deslizo hacia
abajo del tronco, haciendo una mueca cuando mi suéter se captura en
un nudo grande, la tierra está bastante en silencio en su base.
Miro hacia atrás. Estoy bastante lejos de donde empecé ahora.
Entonces oigo algo que me hiela la sangre. Es un chasquido metálico
pesado, débil pero inconfundible. Nunca he visto a nadie que vuelva a
cargar la escopeta en la vida real, sólo en las películas. Así que tal vez
es sólo mi imaginación morbosa lo que me lo está causando a pensar
que lo que acabo de oír, era alguien rompiendo el cañón de la escopeta
en su lugar, después de haber cargado en dos cartuchos más.
Tal vez me estoy imaginando que soy el objetivo. Tal vez alguien acaba
de salir a fotografiar pájaros o conejos o disparar a las personas
independientemente en Escocia en Octubre, sólo estoy yo trabajando
en un frenesí, porque después de todo, alguien ya ha matado a un
175
hijo de esta familia y se salió con la suya, ahora puede estar tratando
de hacer lo mismo conmigo.
¡Bang! Otro disparo. Los pájaros chillaban y las hojas se dispersan. La
toma era esta vez más cerca, estoy segura de ello: los ecos duran más.
Miro a mi alrededor con desesperación. El bosque sigue al rojo vivo,
pero aun cuando llegué al final sería incluso peor: volver al castillo
por un gran prado abierto, lo que hace que sea mucho más fácil para
alguien apuntar hacia mí y luego decir que fue un accidente de caza
terrible. Al menos en el bosque, tengo un montón de refugio. Siempre
y cuando no se llegue alrededor del árbol donde yo estoy agachada y
me ponga un barril de perdigones en el estómago.
¡Bang! Los fuegos del segundo barril. Olvidándome de mis manos
sudorosas— ahora mi cuerpo entero está pegajoso por el terror. El
sudor de pánico es horrible: se siente como que el miedo te está
derritiendo, debilitándote, hasta que estás paralizado con ello, tus
músculos demasiado húmedos para moverse.
Tengo que hacer algo. No puedo ser atrapada aquí como una rata en
una trampa. Y también tengo miedo, sé que si no me muevo ahora,
pronto será demasiado tarde.
Así que comienzo a subir. Esta vez voy más y más, pululando por el
árbol tan silenciosamente como puedo, cada vez más alto, hasta que
las ramas están adelgazando tanto que no se siente seguro poner mi
peso sobre ellas. Me acuño en un tenedor en las ramas y me muevo
alrededor con cautela hasta que consigo estar tan cómoda como
pueda. Lo cual no es muy cómodo en absoluto.
Son las dos de la tarde ahora. A las cinco, va a estar oscuro. Puedo
bajar entonces y hacer mi camino de regreso al castillo al amparo de
la oscuridad. Si tengo que esperar tres horas en un árbol, aun
temblando de frío y con ramas clavadas en mi espalda, elegiré
definitivamente esto sobre la opción B—posiblemente identificaré a un
asesino armado con una escopeta.
El Castillo de Airlie está detrás de mí y hacia la izquierda. Puedo
entender la extensión gris del Mar de Irlanda frente a mí, a mi derecha
el disco termina fuera de los bosques, a través de una extensión del
176
más pantanoso prado y el roble ocasional, redondeando una colina
que se eleva en donde pierdo la vista de la misma.
El dosel de hojas debajo de mí es tan denso que no puedo ver nada
por debajo de mí en el bosque, no importa lo mucho que mire hacia
abajo. De vez en cuando pienso en echar un vistazo a algunos
movimientos, pero nada que pueda identificar. Aun así, si no los
puedo ver, no me pueden ver.
Rompo una ramita que está tratando de enterrarse en la pierna, me
acomodo para una larga espera.
No estoy exactamente somnolienta o cansada, pero hay algo acerca de
estar sentada durante un periodo de tiempo que hace que tu gesto de
cabeza y tus ojos quieran cerrarse. Por eso, cuando el sol rompe
brevemente a través de la cubierta de nubes, veo un destello de luz
solar golpeando metales raros a lo lejos, tengo que parpadear y
frotarme los ojos y enfocar de cerca para asegurarme de que estoy
viendo lo que creo que estoy viendo.
No alguien que se ejecuta con una escopeta, el sol brillaba fuera del
barril. Nadie podía moverse tan rápido. Es un coche, viniendo por el
camino. Hacia el Castillo de Airlie. Lo que significa que tendrá que
pasar a través de este grupo de árboles.
Estoy fuera del tenedor que estoy metiendo en mí misma y
balanceándome de una rama a otra, como Tarzán, sólo apuesto a que
sus manos eran mucho más que la mía callosa de hacer esto sobre
una base diaria. Estoy pelando mi palma—voy a tener callos después,
puedo decirlo. Pero en este momento, hay tanta adrenalina fluyendo a
través de mí que no siento ningún dolor, sólo una esperanza
desesperada.
Yo atada al suelo del bosque, recupero el aliento, empezando a
moverme cautelosamente de un árbol a otro, agachándome sobre lo
que no son un blanco fácil, en dirección todo el tiempo en la dirección
de la unidad. Hago una pausa detrás de un roble ancho, esperando,
escuchando, confiando en mi oído porque no puedo arriesgarme a
poner mi cabeza por el tronco en caso de que la persona con la
escopeta me vea.
177
Durante un tiempo, no oigo nada, me pongo a pensar que tal vez el
coche va de otra manera, que yo no podía ver desde mi posición en el
árbol, me da miedo: si lo hace, entonces realmente podría estar en
problemas, porque probablemente he hecho suficiente ruido como
para que el tirador pueda averiguar dónde estoy—
¡Oh, gracias a Dios!
El rugido de un motor reverbera a través de la madera. Salgo
disparada frente al vehículo y permanezco allí agitando los brazos
frenéticamente, con la esperanza que haya habido tiempo suficiente
para que el conductor me vea. . . .
Es un gran y destartalado LandRover, azul pálido, con barrotes de la
parte delantera para ayudar a pastorear ovejas o algo así. Todo lo que
sé, es que esas barras me miran increíblemente aterradoras viniendo
hacia mí rápidamente por el camino. Pero no tengo otra opción. Me
quedo donde estoy, aterrorizada, pero decidida, agitando en semáforo
loco con mis brazos. El LandRover se detiene en un chirrido alrededor
de dos centímetros de mi cara y la cabeza del señor McAndrew se sale
de la ventana mientras le grita:
—Scarlett! ¿A qué demonios estás jugando, señorita?
Sus cejas se dibujan hacia abajo al igual que Callum, que está
frunciendo el ceño tan furiosamente. Y honestamente puedo decir que
nunca he estado tan contenta de ver a nadie en mi vida.
178
Traducido por Jesica
Corregido por Dracanea
uién disparaba un arma de fuego por
el paseo hoy? — El Sr. McAndrew
bramó como las tormentas sobre el
puente levadizo y en el Castillo de
Airlie. Sigo pisándole los talones, medio saltando para mantenerme al
día con él mientras acelera con furia a lo largo del corredor y en el
Gran Salón.
— ¡Todo el mundo! ¡En el Hall! ¡Ahora! —da palmadas con sus manos.
— ¿Lachlan? —La Sra. McAndrew viene corriendo por la escalera
principal, con voz ansiosa—. ¿Qué tiene de malo?
— ¿Qué tiene de malo? —Mr. McAndrew grita —. Lo que pasa es que
alguien estaba disparando una escopeta en los árboles por la unidad
de hoy, de acuerdo con Scarlett. Lo que está estrictamente prohibido,
porque todos sabemos lo peligroso que es. Alguien podría estar
caminando allí. ¿O qué tal si lo golpea un coche?
— ¿Mr. Mac? — dice Moira, que entraba por una puerta en la parte
posterior de la sala, limpiándose las manos enharinadas en un
delantal—. ¿Qué es todo el alboroto y fastidio ahora?
Su cabello está sobresaliendo, me imagino que ella lo ha estado
empujando hacia atrás con las manos enharinadas, pre—limpias,
porque tiene una raya blanca en la parte delantera, que la hace
parecer involuntariamente cómica.
El Sr. McAndrew levanta la mano y no perentoriamente, a la espera de
que más personas lleguen. Puedo oír a alguien en la galería ya, por
—¿Q
179
supuesto, a los pocos segundos aparece Catriona, con una gran bata
de felpa envuelta a su alrededor.
— ¿Papá? ¿Qué es? Podía oírte gritar desde la ducha— dice ella,
inclinándose sobre el balcón.
— ¿Dónde está tu hermano? —El Mr. McAndrew pregunta, su
mandíbula apretada.
Catriona se encoge de hombros. —Fue a dar un paseo con Lucy, creo.
— ¿Se llevaron un arma?
—Ni idea, lo siento.
— ¡Papá! —una puerta detrás de nosotros golpeó y Callum McAndrew
avanzó en el salón. Me doy cuenta de que lo encuentro cada vez más
molesto. ¿Por qué no puede simplemente caminar como una persona
normal? Él parece estar perpetuamente rodeado por una nube oscura.
Lleva una chaqueta de tweed verde sobre un gran suéter crema Arran
y vaqueros antiguos, casi exactamente lo que su padre tiene, pero de
alguna manera se las arregla para hacer que se vea corriente, lo cual
es molesto, también.
— ¿Qué diablos es esta fila?
— ¿Estabas disparando por la unidad en este momento? —dice su
padre, frunciendo el ceño a Callum.
Callum lo mira sorprendido. —Por supuesto que no. Yo acababa de
salir a dar un paseo.
— ¿Qué pasa con Lucy?
Callum deja caer su mirada, de repente parece mucho más joven. —
Tuvimos una pelea— murmura—. Ella se fue a casa.
—Lucy no dispararía por el variador, Lachlan— dice la Sra.
McAndrew—. Todo el mundo sabe que no es seguro.
—Bueno, alguien le dio un susto desagradable a Scarlett — dice el Sr.
McAndrew.
180
— ¿Ella estaba caminando en el bosque? – pregunta Callum lanzando
una severa mirada sobre mí—. ¿Vestida así? ¿En octubre? ¡Qué idiota!
—Callum McAndrew! –dice Moira, antes de que sus padres puedan
ponerse en primer lugar—. La muchacha es de Londres, ¿qué sabe
ella de juego de disparos? ¿Alguien se molestó en decírselo? ¿Lo
hiciste?
Los ojos de Callum parpadean, pero no dice nada. Moira se vuelve
hacia mí.
—Siempre hay que llevar algo brillante cuando estás caminando por el
bosque en el otoño, Scarlett— dice ella, sonriéndome—. O es probable
conseguir un salpicado de perdigones por alguien después de un
faisán bien regordeta o dos.
Cuando Moira dice mi nombre, me acuerdo de cómo Dan dijo que me
convenía. Él fue la primera persona que dijo eso. Yo siempre me había
sentido avergonzada por ello, pensando que era el nombre de una
heroína, una muy hermosa, yo no podría vivir a la altura. Incluso
desde entonces, he sido mucho más aguda en ser llamada Scarlett.
Incluso en el caso de Lucy y Dan nos fuimos después de una chica
que decía que sí a él, me dan calor dentro de pensar en él me
alabándome así.
—Aunque si ella está caminando a lo largo de la unidad, debe estar
perfectamente a salvo en todo caso— el señor McAndrew bramó—. Voy
a revisar la sala de armas ahora. Y si encuentro algo que falta, no
habrá mucho que pagar.
Él acecha al cruzar el salón, su mujer lo miraba, con la frente blanca
ondulada con preocupación.
Estoy un poco demasiado preocupada. Porque no puedo dejar de
notar que el señor McAndrew va hacia lo que parece ser la misma
puerta que acaba de entrar a través de Callum. . . lo que significa que
Callum, a pesar de su negación, provenía de la dirección de la sala de
armas. Miro a Callum, cuya madre está poniendo su brazo alrededor
de él.
181
¿Es capaz de disparar contra mí? ¿Por qué haría algo así para que me
aleje de aquí? ¿Y por qué iba a querer que me vaya? Él no estaba en la
fiesta de la noche que Dan murió, a todas luces, pero Lucy podría
haber estado actuando para él.
Y entonces algo que me llama tan fuerte que es casi como un golpe.
Debió ser el idiota de Callum que me llamó, como no haber pensado
en ello antes.
¿Quién era el mayor de los dos Callum o Dan?
¿Cuál de ellos habrían heredado Castillo Airlie si Dan no hubiera
muerto?
—Ay, ese sería Dan— dice Moira, amasando a la distancia, en una
grande, más bien picada, taza de porcelana, restos de masa adheridos
a los nudillos—. Pero usted sabe, nunca se preocupaba por la tierra
como Mr. Callum. Es una cosa terrible de decir, pero siempre era
Callum quien debería haber sido el más viejo. Todo el mundo lo sabe.
Se metió en el orden equivocado, no hay duda al respecto.
Moira está paralizada contundente. Bostezo en ella desde mi asiento
en un taburete alto de madera, me hizo un gesto para que yo la
siguiera a la cocina. Ella ve mi reacción y se echa a reír.
— ¡Ouch, no hay andarse por las ramas conmigo! — dice—. Ya te
acostumbrarás a él muy pronto. Te digo, Master Callum ama el
Castillo Airlie. Lo lleva en la sangre.
—En realidad no he visto ese lado de él en absoluto— le digo, creo que
es bastante discreto y diplomático conmigo, teniendo en cuenta que
sólo he visto un solo aspecto de Callum: uno fuerte, enojado.
Considero que tal vez esto se debe a que Callum estaba metido hasta
el cuello en el plan para asesinar a Dan y está gritando en mí un
sentimiento de culpa, tal vez también para dejar claro que él es un
hermano afligido, no un asesino a sangre fría. Esto es escalofriante,
pero es sólo especulación.
Suspiro. Necesito mucho más hechos.
182
—Mmm, me imagino— comenta Moira—. Bueno, tienes que tomar mi
palabra para ello. Si tomaras a Mister Callum del Castillo de Airlie, le
rompería el corazón ahí mismo. Mister Callum y la señorita Catriona,
ambos viven por ser McAndrews en el Castillo de Airlie.
—Catriona me mostró la vuelta de esta mañana — ofrezco
voluntariamente—. Ella era realmente agradable sobre él.
— ¡Ouch, ella tiene los modales en la familia, no hay duda de eso! —
Moira dice, riendo—. ¡Y mucho cerebro! Es una estudiante de
arquitectura, ¿lo sabías? Una chica tan brillante. Mantiene sus cartas
cerca de su chaleco, también, esto es la señorita Cat. Mister Callum
es un ser terrible para decir lo que está en su mente sin pensar en ello
primero. La señorita Cat, ahora, piensa en todo lo que antes de decir
una palabra. Va a llegar lejos, esa chica.
Moira impulsa sus nudillos hacia abajo en la masa, de forma experta
trabajando el aire en ella. Sus manos son muy fuertes. Puedo ver
como los músculos de sus antebrazos se mueven mientras se amasa
el contenido de la taza.
—Al igual que Mister Dan, ahora que pienso en ello— continúa—. Él
es un político nato. Muy encantador, Mister Dan—. Ella sonríe con
nostalgia—. Y siempre dispuesto a decir lo que nadie quería oír.
Pero no pudo ocultar que él era el único McAndrew que nunca le
gustó aquí, no podía esperar a llegar a las luces brillantes de Londres.
—Es por eso que él estaba en la escuela allí. Vivir con la hermana de
la señora Mac, ir a todas las partes allí, consiguiendo su cara en las
revistas. Bueno, ya lo sabría, ¿no es cierto? — ella levanta la vista de
su trabajo y me evalúa con una mirada brillante rápido—. Beba su té,
ahora. —Ella asiente fijamente a mi taza llena, que ella insistió en
hacer por mí—. Pobre gurul, todas las sorpresas que has tenido hoy.
¡Debes estar bastante destrozada!
Me toma un poco de tiempo para darme cuenta de que —gurul— es la
forma de Moira de pronunciar —niña.
183
Tomo el té y sorbo de él cautelosamente. Moira ha puesto en la
cuchara cerca de la mitad de una taza de azúcar en ella.
—Desde que Dan murió— le digo francamente —ha sido una sorpresa
tras otra. Supongo que me estoy acostumbrando a ellas.
Moira chasquea la lengua.
—Eres demasiado joven. Eres demasiado joven para esto— dice con
tristeza—. ¡Míranos aquí! Deberíamos estar planeando para la fiesta
de su vida en este momento, tener la casa llena de gente, no estar
abatidos gritándonos el uno al otro. . . .
— ¿Te refieres a Dan y Callum cumpliendo los dieciocho años? —
pregunto, bebiendo más té. Es terriblemente dulce, pero en realidad
está haciendo que me sienta mejor.
Moira asiente.
—Tuvimos una maravillosa fiesta de décimo octavo de Catriona—
suspira—. Un enorme ceilidh en el Gran Palacio, una banda tocando,
tenía cuatro niñas en el pueblo sólo para que me ayuden con la
comida ¡bailaron hasta el amanecer! Y por supuesto, para los gemelos,
habría sido aún mayor, con la existencia de dos de ellos.
Deja de amasar la pasta y se aparta, enjugándose las lágrimas lo que
parece con la manga de su suéter.
—Es difícil creer que Dan se ha ido ¿sabes? — dice a través de la
lana—. Me digo a mí misma que nunca voy a verlo caminar por esa
puerta otra vez con su sonrisa pícara, acercándose a darme un abrazo
y luego robarse unas galletas cuando piensa que no estoy mirando.
Pero no es fácil. No es fácil.
Miro alrededor de la cocina para dar Moira algún tipo de privacidad.
Es una habitación enorme, con corrientes de aire, con un rango
enorme de hierro negro en el muro de un lado, una campana de hierro
igualmente gigantesco encima de ella. Varias cacerolas y ollas se
establecen en la parte superior, burbujeando, Moira me advirtió en
términos terribles a tener cuidado al pasar cerca de él, ya que es muy
fácil quemarse en ella.
184
Las paredes están pintadas de azul pálido, que debe haber sido hace
mucho tiempo, ya que está muy deteriorado y manchado ahora, en el
techo, por encima de las gran mesa de madera maltratada, es un
sistema de poleas y varillas de madera cubiertos con secar la ropa y
paños de cocina. Es calentito, los olores de la cocción, es con mucho,
la habitación más cómoda que he visto hasta ahora en el Castillo de
Airlie, incluso si es del tamaño de un hangar para aviones.
¡Buzz! Yo salto.
Estoy tan terminada con todo lo que está ocurriendo hoy en día que
por un momento no me doy cuenta que las vibraciones extrañas
efervescentes que estoy sintiendo en mi lado en realidad vienen de mi
teléfono. Un texto sólo entró ¡Jase! Pienso instintivamente, tengo que
pararme alcanzándolo inmediatamente. Dios, así que espero que sea
él. Estas personas, que luchan todo el tiempo, este castillo de enorme
eco, por no hablar de jugar al gato y al ratón con una escopeta de esta
tarde. Me vendría bien ser abrazada por Jase, sintiendo su calor,
siendo brevemente envuelta en sus fuertes brazos y fingir, como una
heroína débil de un cuento de hadas, que tiene un primer chico hará
que todo está bien.
Ya sé que no funciona así. Sé que tienes que luchar tus propias
batallas. Pero sólo por unos minutos, no hay nada que me gustaría
más que pretender que los abrazos de Jase resolverían todos mis
problemas.
Moira no se ha dado cuenta de mi salida. Alcanzando un pañuelo de
papel, se suena la nariz como una trompeta, empuja el tejido en la
manga del suéter, regresa a su amasado. Termino mi té en un sorbo
grande, en lo alto de la subida de azúcar, bajo del taburete y pongo mi
taza en el fregadero profundo que corre a la mitad de la longitud de la
cocina.
—Creo que podría ir a acostarme en mi cuarto por un rato— le digo.
Moira asiente con la cabeza vigorosamente.
—Esa es una idea genial— dice ella—. La cena es a las ocho, como
siempre. Te dan un poco de descanso. — Ella indica una puerta al
fondo de la cocina.
185
—Sube la escalera de servicio. Pasa través de eso, sube las escaleras
en frente de ti a la segunda planta, a través de la puerta de bayeta—
cubierta, gira a la izquierda y tu habitación es la tercera a la derecha.
Más fácil que pasar por el Gran Comedor, probablemente no vas a
chocar con nadie. ¿Lo cual es probablemente la última cosa que
quieres hacer ahora, eh, gallina?
Me sonrojo. —Bueno, um. . . — murmuro.
Moira niega con la cabeza. —Mister Callum todavía respira fuego—
dice con tristeza—. No estoy diciendo que era lo correcto para la
señora Mac para hacer aquí, menos ahora. Pero una vez que entraste
en el Castillo Airlie como invitada, así es como debe ser tratado.
Me tenso, preguntándome dónde va con esto. ¿Va a decir que me debo
ir? Porque de repente me doy cuenta de que, a pesar de todo el drama
y molesto aquí en el Castillo de Airlie, por no hablar de ser acosada
por la tarde, yo definitivamente no me quiero ir: tengo la sensación de
que la clave para el misterio de la muerte de Dan está aquí, entre
estas personas. Y tengo que quedarme hasta que lo encuentre.
—No contigo ahora — dice ella—. Descansa un poco. ¡Por lo menos se
te abrirá el apetito con todo lo que caminaras! Estoy elaborando sopa
y trucha para la cena, con patatas de avena, por lo que tendrás
mucho que comer.
Murmuro un gracias y me dirijo a la puerta que me señaló. A mitad de
las escaleras, sin embargo, echo mano a mi teléfono, mi corazón salta
justo a los ojos del pequeño sobre amarillo en la parte superior de la
pantalla que dice que tengo un mensaje. Lo desbloqueo y hago clic en
el icono de un movimiento rápido, hay que decir algo realmente
horrible sobre mí, que tengo emociones mixtas increíblemente cuando
veo el mensaje.
Debería estar en la luna, que no he perdido a otro amigo. Pero estoy
desgarrada, aunque yo soy muy curiosa acerca de su significado,
estoy destruida porque Jase todavía no se ha puesto en contacto
conmigo.
En mi pantalla están estas palabras:
186
ENCUENTRAME DONDE ESTÁN LOS COCHES APARCADOS LO
ANTES POSIBLE. LOTES 2 DILE U. ¡ESPERA OK UR! T
¿Taylor está aquí? ¿En el Castillo de Airlie? ¿Cómo es eso posible? Yo
me lanzo por las escaleras de nuevo y miro a mi alrededor. Hay una
puerta al final del pasillo que se ve como si fuera a llevar fuera. Sé
dónde los coches están aparcados, porque ahí es donde el señor
McAndrew dejó el LandRover en la tarde. Y sé también que hay otro
puente sobre el foso en la parte trasera del castillo, para las entregas
de cocina, porque lo vi cuando Catriona y yo estábamos en nuestro
caminar esta mañana. Me pellizco por el pasillo, una vez más
agradecida por mis entrenadores que me permiten moverme casi en
silencio, levanto el pestillo de la puerta.
Lo empujo. Se abre en una amplia sala con pavimento de piedra que
debe ser la despensa, ya que está llena de estanterías llenas de latas y
paquetes de comida. Puedo ver otra puerta más a lo largo del muro
que debe conducir a la cocina, luego, al otro lado de la habitación, es
una gran puerta de madera con un corte más pequeño en él.
¡Bingo!
En un instante me estoy tirando del pestillo. Cruje un poco, pero me
palanca hacia arriba lo más suavemente posible y lo fracturo abierto.
El aire frío golpea a través de la abertura. He encontrado la manera de
salir.
187
Traducido por: Strongberry
Corregido por Deyanira
a está oscuro. Oscurece temprano en Escocia cuando la
primavera está en camino. La puerta de la despensa se
abre hacia un puente ancho de concreto. Yo me lancé sobre
él e hice rápidamente un inventario de la geografía del
Castillo de Airlie, giré a la izquierda en la orilla cubierta de
hierba que bordea el foso. Hay un camino muy trillado a lo largo de
ella y yo corro alrededor, manteniendo un ritmo constante hasta que
la vieja pared de ladrillo de las antiguas caballerizas, donde los carros
están guardados, se pueden ver. Luego bajé la velocidad hasta que mi
respiración se normalizó, y tan cerca para que nadie me pudiera
escuchar jadeando y me di cuenta de que alguien se acercaba.
Ahí había alguien en el establo, alguien que no era Taylor. Después de
mi susto de esta tarde, estoy tomando precauciones.
Camino por el amplio arco de piedra, cuidando de no hacer ningún
sonido. Está completamente oscuro aquí. Me paro en el centro del
establo, mirando todo mí alrededor. Débiles destellos de luces salen
del metal de los carros, pero es una noche nublada, con apenas la
luna brillando a través de las nubes y las sombras son pozos de
negro, completamente impenetrable.
El frío de aquí es húmedo, una piedra sin calefacción, con un ligero
olor a moho. Es muy raro.
— ¿Taylor? — susurro.
Hay un revuelo de movimientos en el más alejado rincón del establo.
Volteo a mirar y veo la cara de Taylor asomándose en las sombras lo
que parece más una ilusión óptica.
Y
188
En cuanto camina hacia mí, la veo porque está usando una camisa de
cuello-tortuga negra y jeans negros, lo que hace que su cuerpo sea
invisible en el fondo oscuro.
Parece un gato búlgaro o un ninja. Muy genial —y adecuado para un
encuentro secreto en la oscuridad. Supongo que esa es la excepción a
la regla de no-negro-en-la-ciudad.
— ¡Aquí! —ella me respondió susurrando, su rostro brillando, pálida
y misteriosa.
—Ven, vamos afuera.
— ¿Afuera? —respondí desconcertada, hasta cuando la seguí de
vuelta hacia el arco. Taylor chasqueó la lengua.
—Allí alguien puede acercarse sigilosamente hacia nosotras —explicó,
guiándome hacia la parte trasera del establo—. Desde ahí podremos
ver a cualquiera acercarse desde millas. Lo deduje mientas te estaba
esperando.
—Buena esa —dije respetuosamente, antes de recordar que ella no
debería estar en ningún lugar cerca del Castillo Airlie—. ¿Pero qué
estás haciendo aquí? —continué—. ¿Cómo es que pudiste entrar?
—Volé hasta Ayr, abordé un taxi a la aldea Airlie, encontré
alojamiento y desayuno (B&B), renté una bicicleta —Taylor corta de
forma breve—. Le dije a la amable señorita en el B y B que me
encontraría con mi mamá y mi papá y nos íbamos a recorrer la zona
por mis vacaciones de medio curso. Luego dije que había recibido una
llamada de ellos, diciendo que estaban atrapados en su excavación en
Turquía debido a que su documentación no estaba en orden.
Los padres de Taylor le han dado un gran fondo de contingencia para
emergencias… supongo que ésta cuenta como una. Admiro la manera
tan astuta que ella usa la verdad, para hacer mentiras tan plausibles
como sea posible.
—Supongo que tengo un par de días más antes de que empiece a
asustarse de que mis padres no se están presentando —dice Taylor—
pero tú te iras en un par de días, ¿cierto? Así que deberíamos estar
cubiertas.
189
— ¿Pero qué estás haciendo tu aquí?
Ella encogió los hombros. —Estaba muy aburrida en la escuela sin ti.
Prácticamente todos van a sus casa para sus vacaciones de medio
curso. Además, pensé las cosas y decidí que, si bien yo… tal vez…
exageré un poco antes, no iba a escuchar que tú decías que
necesitabas venir aquí sola. Lo que una chica en una situación como
la tuya necesita, es un respaldo. — Ella alzó sus cejas. —Y,
considerando lo que pasó esta tarde, diría que tenía razón, ¿cierto?
— ¿Viste lo que pasó esta tarde? —mi voz se subió y Taylor
instantáneamente hizo una seña con la mano para que bajara la voz,
recordándome mantenerla baja.
—Yo estaba en bicicleta a lo largo del camino —ella explico en voz
baja—. Pensé que si alguien me detenía, solo diría que era una
turista y aparecí en las vías desde la nada. Llegué a este tipo de mini
bosque, y justo cuando llegué oí un disparo, y pensé que mejor era
ponerme en cubierto. Así que me bajé de la bicicleta e hice algo así
como asomar la cabeza por unos cuantos árboles para ver lo que
estaba pasando. Te vi haciendo unos de tus movimientos gimnásticos
sobre unas ramas de árboles. Lo primero pensé era que estabas
tratando de impresionar a algún chico —le saqué la lengua, lo que
ella ignoro— pero entonces oí otro disparo, y ya sabes, en cierto modo
me puse a pensar que alguien podría estar detrás de ti. Así que me
escabullí un poco.
— ¿Viste quién era? —mi corazón late con fuerza. Qué descanso seria
si Taylor pudiera identificar al tirador.
—Algo así —susurró ella.
— ¿A qué te refieres?
— ¡A que no vi su rostro! Él llevaba un gorro de cazador y una
chaqueta de cuadros. Y esa persona no era definitivamente alta.
— ¡Ugh! —me hundí en la decepción—. Bueno, no pudo haber sido el
señor McAndrew, porque él estaba conduciendo en el camino y me
encontró. Y no puede ser Callum, porque él es aún más alto que eso.
190
Aclaré mi garganta… —Dan
—Maldición, verdaderamente desearía haber podido ver siquiera el
perfil de esa persona.
Me di cuenta de que hay una pieza de la información sobre Callum, de
lo que ella es aun inconsciente.
—Oh mi Dios, Taylor. No vas a creer esto, pero… Dan era
verdaderamente el gemelo de Callum. Me desmayé cuando lo vi. Su
cumpleaños es pasado mañana.
— ¿Qué? —Le di a Taylor un breve resumen de los eventos recientes.
Ella estaba estupefacta.
—Wow. Bueno, hemos reducido el campo un poco, ¿no? —
pregunta—. Ahora sabemos que probablemente era una mujer la que
te disparó. —Sacudo la cabeza.
—Hay muchas más mujeres que hombres en el castillo—. Cuento con
los dedos—. Catriona: estaba en la ducha cuando volví, pero supongo
que podría haber corrido de vuelta antes que el señor McAndrew se
presentara, aunque sería apretado. Moira salió de la cocina, pero una
vez más, podría haber entrado por la puerta trasera y simplemente
espolvorearse un poco de harina en el cabello para que se viera como
si estuviera trabajando duro para hacer pan. (Yo realmente no quiero
que sea Moira, ella ha sido tan buena conmigo.) Después está la señora
McAndrew, ella bajo las escaleras pero ella pudo fácilmente sólo subir
y bajar de nuevo. Y Lucy. —Hago una pausa—. Lucy no estaba en los
alrededores, pero ella no pudo haber tomado un rifle del cuarto de
armas, porque se desaparecería y el señor McAndrew lo notaría.
Aunque ella pudo haber traído uno de su casa.
Taylor me está mirando expectante. Le doy un rápido resumen de
quien es cada uno de ellos, como han estado actuando desde que
llegué aquí y las Polaroids que encontré en la habitación de Dan. Ella
asiente con la cabeza al final.
—Entonces Lucy es la principal sospechosa en todos los frentes —se
plantea la hipótesis.
191
—Supongo. Ella parece bastante enojada conmigo y desprecia a Dan,
no es sorprendente.
—Los chicos pueden ser tan asquerosos —dice Taylor con disgusto.
—Y las chicas pueden ser tan estúpidas—. Hablado de eso, Taylor
explota conmigo cuando le digo que he quemado casi todas las fotos.
— ¡Te dejo sola durante dos segundos y tú haces algo tan tonto! —
exclama—. Debiste haber mantenido todas las fotos, por si acaso.
Yo sonrío. —Sabía que dirías eso, genio del mal. Pero no podía. Me
sentí muy mal por ellas. —Me toco el bolsillo de la parte de atrás de
los vaqueros de nuevo, sintiendo las fotos a salvo abotonados en mi
bolsillo—. Me quedé con una de Plum y Lucy, sin embargo.
Taylor giró sus ojos. Incluso en la oscuridad de la noche, veo lo blanco
de sus ojos brillantes.
—Eres una blanda —dice con frustración.
No puedo dejar de reír. —Realmente te extrañé —admití—. Estoy tan
contenta de que estés aquí.
Taylor arrastra sus pies. —Bien —dice con brusquedad—. Porque
pensé que podrías estar verdaderamente enojada conmigo
mostrándome así. Ya sabes, metiendo las narices donde no me
querían.
Empecé a decir algo, pero ella me calló.
—Y yo quería decir, entiendo que esto es realmente importante para ti,
¿Ok? Lamento haber exagerado un poco. Puedo ser mandona algunas
veces.
— ¿Algunas veces? —Taylor finge un puñetazo en el estómago.
—Lo digo en serio, sin embargo, estoy contenta de que estés aquí —lo
digo con sinceridad.
192
—Yo también —dice sonriendo— Escocia es bastante feroz, así como
este castillo.
— ¡Oh Dios! —Taylor me ha hecho recordar otra pieza del
rompecabezas, le informé sobre los comentarios de Moira sobre
Callum, siendo un mejor heredero en el Castillo de Airlie que Dan.
Ahora Lucy tiene una rival, o tal vez una cómplice, en la categoría más
probable, sospechoso.
— ¿Todos en la familia piensan eso? —preguntó Taylor.
—Eso sonó así, desde lo que dijo Moira.
—Huh. Entonces alguien lo pudo haber matado para asegurarse que
sea Callum, porque ¿había que cuidar el lugar, mientras que Dan
estuviera en la tierra? Taylor sugiere.
—Esta persona Moira, ¿tal vez? Es decir, un castillo puede costar una
tonelada de dinero para funcionar y ponerse al día… la mayoría de las
personas no viven en ellos nunca más, ¿verdad? Los hacen hoteles o
algo así. Así que tienes que amar este lugar de verdad para no
venderlo y hacer una fortuna y luego solo ir de fiesta. ¿Y si alguien
tenía miedo de que Dan lo hiciera si lo heredaba?
—Sí, pero él nunca lo heredaría si su padre no muere, ¿cierto? —
dije—. Eso siempre funciona así.
— ¿Pero no dijiste que cumpliría 18 años en un par de días?
Tal vez cuando ellos cumplen 18, el obtiene una suma de dinero para
gastar, o algo y eso significaría ¿que el estado estaría en bancarrota?
¿O tal vez llega a hacer copropietario y él podría vender parte de ella?
Yo me quedé boquiabierta delante de Taylor, a pesar de que apenas
puedo distinguir sus rasgos.
—Esa es una teoría muy buena, Taylor —digo con admiración.
193
Ella hace un ruido sonriendo.
— ¡Estoy en llamas! —dice con aire de suficiencia.
—Necesito ver una copia de la voluntad, o el hecho, o lo que sea que
explique cómo funciona la cosa de la herencia —le digo lentamente—.
Voy a tener que averiguar donde lo guardan.
— ¿Cómo vas a hacer eso? —Taylor preguntó curiosamente.
Hice una mueca. —No lo sé, y tampoco tengo mucho tiempo para
descubrir cómo hacerlo. No hay manera de que me dejen quedar más
tiempo, hasta el martes, no con el cumpleaños de Callum y Dan.
—Cueste lo que cueste, Scarlett —dice con gravedad—. Has llegado
hasta aquí—. Asiento con la cabeza y agacho la vista para mirar el
reloj.
—Opps, debería volver, está cerca la hora de cenar, y no quiero que
nadie venga a buscarme. —Trago saliva—. Taylor, muchas gracias
por haber venido. Ya sabes, no me di cuenta lo sola que me sentía
aquí hasta que apareciste, significa mucho para mí tener a alguien
que esta de mi lado
Me rompe como Taylor pretende amordazarse y vomitar en los
arbustos.
—Estoy tratando de ser amable —le dije con frialdad.
—Bueno, entonces no lo hagas. Me están dando ganas de vomitar. Te
cuido la espalda, ¿de acuerdo? Estamos bien.
Nos miramos la una a la otra por un momento. Quiero darle un gran
abrazo, pero Taylor no es sentimental en lo absoluto: ella preferiría
odiar. En su lugar, le doy una palmada en el hombro y ella me
devuelve una bofetada. Es trágico, somos como un par de chicos
—Te veré pronto — dice.
194
— ¿Estarás bien regresando sola?
—Claro. Yo también debería ponerme en marcha, la señora
Drummond me gritará si llego tarde para la cena.
—Suena como a la escuela.
Taylor sonríe. —La comida es mucho mejor—. Dice alegremente.
Ella se dirige a recuperar la bicicleta desde donde la ha escondido
detrás de los establos, y corro de nuevo al puente principal. Moira
podría bien, estar saliendo y entrando de la despensa mientras está
cocinando la cena, y no quiero despertar sus sospechas por
descubrirme entrando de vuelta cuando había dicho que iba a tomar
una siesta.
Cruzo el foso y empujo la enorme puerta tallada en madera, decorada
con mucho hierro forjado para que sean casi imposibles de romper,
incluso con ariete.
El pestillo se levanta fácilmente, esto es campo profundo, donde la
gente no bloquea la puerta, hasta que se van a la cama por la noche.
Pero mientras empujo la puerta, inesperadamente choca contra algo,
y he oído un:
— ¡Ay!— cuando hace contacto.
Entonces la puerta se abrió desde adentro, y Callum McAndrew
aparece en la puerta, mirándome ceñudamente. Supongo que el shock
que me causaba con su parecido a Dan está desapareciendo, ya que el
primer pensamiento de mi cabeza es, Dios, ¿no tiene ninguna otra
expresión facial?
—Tú me golpeaste —dijo injustamente.
—No fue mi intención. Estaba abriendo la puerta.
—Bueno, estaba caminando por el pasillo. Yo no esperaba a nadie a
estas horas de la noche.
195
—No es tan tarde.
— ¿Qué estabas haciendo afuera, de todos modos? —demanda una
explicación.
Pienso en decirle sobre su propio negocio sangriento, pero de alguna
manera siento que hemos antagonizado suficiente cada uno.
—Quería un poco de aire fresco —le digo—. He tenido un día un poco
raro, así que pensé en salir y mirar las estrellas.
Para mi sorpresa, su cara se suavizó, y yo brevemente vislumbre una
sonrisa familiar.
—Lo hago a veces, también —dice—. Tengo que decir, tú no eres una
cobarde, ¿verdad? Volviendo a salir a la oscuridad cuando recibiste
un disparo esta tarde.
—Yo no dije que me habían disparado —corregí—. Yo solo dije que
había alguien que estaba disparando en el bosque, y que tenía miedo
de ser golpeada.
Lo miré justo en los ojos, aunque tenga que inclinar la cabeza hacia
atrás para hacerlo. Cuando conocí a Dan en la fiesta, estaba en
tacones altos, prácticamente al nivel de sus ojos. Ahora estoy en mis
entrenadores7 y Callum se asoma hacia mí. Pero le sostengo la mirada
a pesar de que me pone nerviosa, y no en el buen Jase Barnes
sentido.
—Vamos —me hace señas—. Te voy a mostrar donde se pueden ver
las estrellas sin la penosa oscuridad de afuera. La última cosa que
queremos es que caigas en el foso. Eres propensa a los accidentes.
Callum da vuelta y camina por el pasillo, claramente esperando a que
le siguiera. Si bien una parte de mí dice que es como si estuviera
tratando de ser amable, otra parte de mí se pregunta si Callum
McAndrew me puede engañar a caer en un calabozo debajo del piso.
7 Entrenadores: tenis
196
(He oído que algunos castillos escoceses tienen de esos, los
terratenientes escuchaban los gritos de sus enemigos que mueren de
hambre mientras ellos comían su cena.) Pero lo dudo. Por lo que he
visto de Callum, él no tiene miedo a la confrontación cara a cara.
Sería mucho más probable tirarme al foso que hacer algo disimulada
o solapadamente.
Él está abriendo una puerta en la pared del fondo del pasillo y la
sostiene abierta para que yo siga. Obediente entré, observo que
cuando no me está gritando, tiene los modales de un caballero. Y
luego jadeo.
Estoy de pie en el patio central, escondido en el centro del castillo de
Airlie. Pero la palabra patio no le hace justicia. Tiene un borde de
piedra ancho, pero el centro es de césped de hierba, oscuro y
exuberante en el aire nocturno. Las luces de las ventanas del castillo
forman una piscina de diamantes de oro sobre la hierba. Y sobre
nosotros el cielo lleno de brillantes estrellas. Es un jardín oculto
mágico.
— ¡Es tan hermoso! —no pude evitar la exclamación. Me giré hacia
Callum—. Y también se siente más cálido aquí, ¿o estoy loca?
—No, siempre se siente el aire más suave aquí —dijo—. O lo hace
para mí, al menos.
Callum frota su mano sobre el cuero cabelludo.
—Pasé mucho tiempo aquí cuando era más joven —dice—. Sólo
jugando o diciéndome a mí mismo historias inventadas acerca de lo
que podría haber sucedido aquí. He leído todo acerca la historia Airlie,
todo lo que caía en mis manos.
Fue sitiada en 1300 por el Rey Eduardo I-Inglés, ¿lo sabias? Eso fue
durante la guerra con nuestro Rey Jhon. —Sonríe, al ver mi
expresión en blanco—. La guerra de Corazón Valiente —añade—.
Aunque en la película hizo muchas cosas diferentes. Sin embargo, el
Sir William Wallace, ese es el chico del Corazón Valiente, escribió en
1300 que el castillo Airlie era “un castillo tan fuerte, que no temía el
asedio”.
197
¿No es asombroso? Está construido como escudo, tres lados y dijo que
era un “escudo perfecto en diseño y función” y que él nunca había visto
un castillo situado más finamente. Por supuesto quería decir
“finamente situado” en el sentido de ser inexpugnable, no es que fuera
masivamente hermoso ni nada. Pero aun así es sorprendente que
fuera mencionada muy atrás en la historia.
Se interrumpe repentinamente.
—Estoy siendo muy aburrido, ¿verdad? —dice agachando la cabeza en
un gesto de vergüenza—. Lo siento. Las chicas odian cuando hablo de
batallas y asedios, al parecer. Uno pensaría que habría aprendido a
estas alturas —me decía Dan a menudo.
—Estaba muy interesada, en realidad —le digo y no es nada más que
la verdad—. Me encanta todo este tipo de cosas.
— ¿Historia? —pregunta Callum.
—Bueno sí, pero las batallas y los asedios también. Habría odiado
vivir en esas épocas, sin embargo —dejé escapar—. Nadie me
hubiera dejado pelear. Sería tan miserable estar escondida dentro del
castillo mirando a los hombres yendo a luchar y no poder hacer nada
por mí misma.
Callum se ríe suavemente.
— ¡Oh! Habrías podido organizar la defensa. Verter aceite sobre los
invasores, empujando sus escaleras en las paredes…
—Eso suena muy divertido —admito.
Para mi sorpresa, me descubro sonriéndole a Callum y para mi
horror, siento algo dentro, que se funde y se derrite. Callum no tiene
la suavidad de Dan o su accesibilidad. Su cabello es más corto que el
de Dan, por lo que no cae seductoramente sobre su frente, haciéndote
querer recogerlo y empujarlo hacia atrás. Sus hombros están
colocados en un ángulo recto, su postura es recta como la de un
soldado, Callum carece de la postura fácil de Dan, su flexibilidad. Te
hace sentir cada centímetro de su altura.
198
Pero a través de la suave penumbra derramándose a través de la
puerta entreabierta y la iluminación de arriba en las ventanas, puedo
ver lo guapo que se ve.
—Hablando de aceite hirviendo, a veces encendemos antorchas aquí
en el patio, si vamos a tener grandes fiestas —dice Callum—. Es
fantástico, todo el castillo se ilumina y se ve tan hermoso. Deberías
verlo así.
Entonces se da cuenta de lo que ha dicho, y contiene su respiración.
Yo también.
Pero no quiero hacerle saber, que soy consciente de que su
cumpleaños y el de Dan se acerca, en caso de que resulte que Lucy
mató a Dan para que él pudiera heredar el castillo.
Esto es escalofriante.
Yo actualmente me lo estoy imaginando como un asesino de sangre
fría de su hermano gemelo. En ese momento, de pie junto a él, esto
parece muy poco probable.
Sin embargo, alguien mató a Dan, lo sé a ciencia cierta.
Y hasta ahora, Callum tiene el mayor motivo de todo lo que yo sé. Más
que Lucy odiando a Dan, porque le había tomado fotos sexys. La
herencia de un castillo que vale una fortuna, no puedo imaginar un
motivo más grande que eso. Aunque por supuesto, si Lucy mató a
Dan, así Callum podría heredar, eso sería dos pájaros de un solo tiro.
Pero ¿sabe Callum lo que hizo Lucy? Puede que él sea inocente, ¿o
podía haber planeado todo y alejarse de Londres en una fiesta para
dale una coartada sólida?
De repente me asusto que le pueda adivinar qué sé sobre su
cumpleaños 18. Si el mató a Dan, y piensa que sospecho de él, yo
podría estar en un verdadero peligro, mi cerebro se despierta,
pensando en algo para decir que cambie el rumbo de la conversación
del peligro potencial de una fiesta, pero Callum se pone en primer
lugar.
199
—Sé que mamá te ha invitado aquí para que pudiéramos hablar de
Dan —el deja escapar—. Eso es lo que decía ella. Ella quiere hablar
de él todo el tiempo, y el resto de nosotros… bueno, yo solo salgo de
su habitación inmediatamente cuando empieza, porque no me gusta
que me vea llorar. Creo que papá siente lo mismo, pero él tiene que
quedarse.
No estoy realmente segura de cómo responder, así que me quedo en
silencio, sólo lo observo con atención.
Él continúa: —desde que Dan murió, ella sólo ha leído libros sobre el
duelo. Honestamente no creo que esto esté ayudando mucho.
—Sin embargo, no sé qué sería de ayuda, sin embargo —digo,
preguntándome porque estoy tratando de consolarlo en estos
momentos—. Tiene que ser horrible, no importa como lidies con eso.
Siento la mirada de Callum en mí, buscando mis ojos. Una especie de
corriente eléctrica entre nosotros, y me estremezco.
— ¿Cómo te va? —me pregunta—. Sobre Dan, quiero decir. Debió
haber sido difícil para ti.
—Así fue —admito, y no puedo dejar de sospechar del porque él
finalmente me mostraba cierta simpatía. Aun así, yo también estoy
aliviada de que esté siendo amable conmigo—. Realmente horrible. No
me di cuenta de lo que estaba pasando, y era tan terrible. Y me sentí
muy mal por no poder ayudarlo.
— ¿Tú no sabías de su alergia?
Niego con la cabeza. —Yo no lo conocía desde hace mucho tiempo —le
confieso.
—Él no le dijo a mucha gente —dijo Callum sombríamente—. Estaba
un poco avergonzado por ello. Lo que era estúpido, porque no era su
culpa, ya sabes, pero ese era Dan.
Estoy perpleja.
200
— ¿Qué quieres decir?
—Oh —él hace un sonido que es como un suspiro y una risa al
mismo tiempo. —Dan tenía esa cosa de no querer parecer débil.
Siempre fue así, incluso cuando era pequeño. Tuvo que ser el hombre
grande.
—Todos en la escuela lo admiraban.
—Sí, todos amaban a Dan —dijo Callum, y por lo que puedo decir,
no hay amargura en su voz en absoluto: el suena sincero, alegre de
que su hermano era tan querido.
—Tú también, ¿cierto? —el continuó.
Gracioso, él está mirando muy lejos ahora, como si la respuesta no
fuera tan interesante. Estoy contenta de que este oscuro y él no pueda
verme ruborizarme.
—El verdaderamente me gustaba.
—Él habría enamorado a los pájaros de los árboles —señala
Callum—. Eso es lo que Moira siempre decía de él. No como yo.
Miro hacia arriba con nerviosismo, pero veo que está sonriendo.
—Está bien. Dan era encantador y yo soy el del mal humor —dice—.
No tienes que decir nada. No he sido exactamente tan amable contigo.
De hecho, he sido horrible contigo. Es solo que…
—Lo entiendo —le interrumpí, sobre todo porque me siento como si
estuviera a punto de decir algo blando que me haga bajar la
guardia—. Tú eras su gemelo.
—Todavía no puedo creer que no sabías nada de eso —dice Callum.
Niego con la cabeza.
—Traté de agarrarte —añade—. Cuando te desmayaste, quiero decir.
No soy un completo bastardo. Siento que haya sido demasiado tarde.
¿Tu cabeza todavía te duele?
201
Niego con la cabeza de nuevo. —No es tan malo. Tengo algunos
analgésicos si los necesito.
—Caíste lentamente —dijo él, recordándolo—. Tus rodillas cedieron y
luego retrocediste un poco, como si te estuvieras sentando, y entonces
simplemente te derrumbaste. Yo pensé como que te ibas a sentar en
tu maleta cuando ibas cayendo, probablemente rompió tu caída.
—De verdad me debí haber visto muy estúpida —digo, no pude evitar
estar un poco consternada por esta vívida descripción de mi teatro.
—No en realidad… bueno, tal vez un poco… —él realmente está
sonriendo ahora—. Estabas totalmente colapsada y no tenías señales
de volver. Tuve que quitarme la chaqueta y apoyar tu cabeza, para
que no escucharas los rebotes a tu alrededor.
— ¿Quién me llevó a mi habitación? —pregunto sonrojándome.
—Yo por supuesto —dice.
Me retorcía por dentro. Él sabe lo mucho que peso, que humillante.
—Siento si estaba muy pesada —murmuro.
—No lo estabas —dice casi con coquetería—. No eres más que una
cosa pequeña. —El me mira—. Apenas llegas hasta mi hombro.
Callum pone su mano y ejecuta una línea desde su hombro hasta la
parte superior de mi cabeza. Tiene razón, no soy más alta que eso.
Pero cuando su mano roza mi cabeza hay un salto repentino de mis
terminaciones nerviosas, como una pequeña descarga eléctrica, y veo
que sus ojos se abren un poco como si él lo hubiese sentido también.
Por un breve instante, su mano se detiene en un rizo de mi cabello.
No me di cuenta de lo cerca que estaba parado de mí. Tal vez, he dado
un paso pequeño hacia él sin quererlo, porque podría alagar mi mano
y tocarlo muy fácilmente con un pequeño movimiento de la mano. Me
pregunto porque la lana de su suéter se siente como, como si
estuviera duro…
202
Sé que es mi turno de hablar, pero no puedo pensar nada que decir.
Lo que sea, es decir, que no me avergüence. Sólo me quedé parada
mirándolo, me siento realmente confundida. El sólo se queda ahí
mirándome, por lo que parece ser un tiempo muy, muy largo. Puedo
oír su respiración lenta y suave. Puedo sentir mi corazón golpeando
un tambor en mi caja torácica, un maltrato a los huesos.
— ¿Callum? —la voz de una mujer que lo llamaba fuertemente,
estaba amortiguada por los gruesos muros de piedra. Debe ser
Catriona.
—Cal, ¿Dónde estás? —espero que Callum responda, pero para mi
sorpresa, no lo hace.
— ¿Cal?, ¿Cal? —la voz es cada vez más y más fuerte. Oigo pasos
ahora—. Cal —ella aparece en la puerta abierta, y la luz detrás de ella
y su brillo me dice que es rubio. Lo que significa que no es Catriona.
Es Lucy.
Ella camina hacia afuera en el patio. No puedo dejar de pensar que si
yo fuera Callum, no me gustaría que mi novia estuviera gritando en
un lugar como éste. No es exactamente digno para ella, y le hace
parecer un poco infantil, como si ella fuera su madre y lo estuviera
persiguiendo para hacer su tarea o algo así.
—Aquí estás —dice Lucy, finalmente señalándolo. Y cuando empieza
a caminar hacia él, me ve.
— ¿Qué está sucediendo aquí? —exclama.
—Nada, Luce —dice Callum, con tono resignado—. Scarlett y yo
estábamos hablando.
—Pensé que podríamos ir a cenar y tal vez jugar billar con tu padre —
dice ella fríamente—. Pero veo que estas ocupado en este momento.
—En realidad, Lucy —dice con impaciencia— Scarlett y yo tuvimos
una conversación.
203
—Es hora de cenar —ella chasquea—. En caso de que estén
interesados. Voy a decirle a Moira que ya vienen.
Lucy da la vuelta y entra al castillo. Callum me mira. Es un momento
incómodo.
—Lo siento —murmura—. Puede ser un poco…
Su voz se apaga. Es la primera vez que veo a Callum McAndrew
avergonzado. Lo hace parecer realmente humano. De verdad me gusta
de esta manera si no estuviéramos en estas circunstancias.
—Ella… yo… —dice y entonces el me mira, suspirando y frotándose
la mano con fuerza sobre su cabeza de una manera que se le rizaría el
cabello si lo tuviese largo. Con el tiempo dice —te veré allí— y se va.
Lo veo entrar al castillo. Necesito un momento para recuperar el
aliento y sentar cabeza, mi pulso se acelera. Eso fue realmente
extraño. Yo podría haber jurado que Callum y yo estábamos en ese
estado de animación suspendida donde estábamos a punto de
besarnos.
Esto es muy raro. Yo no podría lidiar con besar a Callum,
simplemente no podría.
Por otro lado esta Jase y luego está el pequeño detalle de que él era el
hermano gemelo del chico cuyo asesinato estoy investigando… y la
posibilidad de que Callum podría tener algo que ver con eso.
Tomo una respiración profunda y hago una solución definitiva, nunca
estar a solas con Callum McAndrew de nuevo.
204
Traducido por Jesica
Corregido por Aldebarán
a cena fue un desastre. No como la comida, que fue
fantástica, Moira es una cocinera de clase mundial. Estoy
totalmente llena, en parte porque las corridas de hoy me
han puesto completamente hambrienta, en parte debido a
la tensión nerviosa de estar sentada enfrente de Callum, con Lucy a
su lado mirándome, me hizo bajar la cabeza, concentrada en mi plato,
y pinche la comida hacia mi boca como si fuera un autómata auto—
alimentándome.
Moira, que no se sienta con la familia, pero sirve la comida, me sigue
ofreciendo más y yo sigo tomando. Ella dice lo bonito que es que tenga
un apetito saludable. Murmuro algo entre bocado y bocado.
Debe quedar claro a la Sra. McAndrew que su intento de encontrar un
cierre al haberme invitado aquí no es un gran éxito hasta el momento.
Ella trata atraerme preguntándome por mí misma, pero ya que tengo
una vida enormemente aburrida, no llegará muy lejos. Lucy habla
enfáticamente a Callum acerca de personas que nunca he conocido,
durante toda la cena, cuando hemos tenido un poco de pudín, un
poco ruibarbo, tan bueno que ahora estoy convencida de que el
personal de Wakefield Hall de catering, está utilizando algún
ingrediente completamente diferente en lo que reclamo es migas de
ruibarbo.
La Sra. McAndrew se levanta y dice que todos vamos a través de la
Gran Salón por café, así Moira puede limpiar nuestros platos de
pudín. Pero Lucy inmediatamente insiste en que ella y Callum no
quieren café y se van fuera a jugar al billar, por lo que es muy claro
que no estoy invitada.
L
205
Lo cual está bien, ya que no quería ir de todos modos. Me pregunto,
sin embargo, si puedo tomar fotos de todo el mundo en mi teléfono
móvil, aunque creo que les parece un poco extraño, es después de la
cena, todo el mundo (excepto Lucy) se ha suavizado un poco con la
gran cantidad de fantásticos alimentos. Debidamente rompo la
compañía reunida; Moira, llegando a recoger los platos, se incluye,
sorprendentemente se siente halagada por la petición. El mejor
deporte de Catriona, me da una sonrisa agradable.
El Sr. y la Sra. McAndrew miran comprensiblemente incómodos, sin
expresión, Callum se queda mirando el teléfono. Lucy frunce el ceño,
pero ella es tan fotogénica que a pesar de sí misma, la foto sale tan
bien que una agencia de modelos firmaría con ella de inmediato al
verla.
Una vez que Lucy y Callum salen, el resto de nosotros entra en el
Gran Salón. Moira ha colocado una bandeja con café y galletas, nos
sentamos alrededor de la chimenea. Se dibuja bien, con un registro
central en el que el tamaño de un pequeño árbol ardiendo y
crepitando, situado en una cama de piñas en llamas.
La Sra. McAndrew sirve el café, mientras todos ponemos nuestras
tazas abajo en las mesas laterales para que se enfríe lo suficiente
como para beber, meto la mano en mi bolsillo y saco el talismán del
teléfono móvil.
—Um —empiezo con vacilación. — Escribí en mi carta que tenía algo
de Dan que quería darle de nuevo a usted. No es mucho, pero aquí
está…
Para mi sorpresa, Catriona lo reconoce inmediatamente.
—Eso es la TARDIS de Dan —dice cogiéndolo de mi palma extendida.
Le encantaba esto. A veces él hacía sonar su teléfono solo para poder
verlo parpadear y girar… ¿recuerdas, mamá?
Ella se lo da a su madre, quien lo toma en silencio. El Sr. McAndrew,
sentado a su lado en el sofá grande, pone su brazo alrededor de sus
hombros.
206
—Él amaba esto —dice su padre. —Pensé que estaba roto, sin
embargo. ¿No estaba quejándose él de eso, Flora? —Él da a sus
hombros un apretón cariñoso.
—Oh, eso es correcto —Catriona está de acuerdo. — No daba vueltas
más, él estaba muy molesto al respecto.
Ella me mira inquisitivamente. Me doy cuenta de la razón del porque
el talismán estaba en la habitación de Dan: lo había quitado porque
no funcionaba. Pero no puedo tenerlos preguntándome por qué tomó
un amuleto roto de regreso a Londres y luego procedió a dármelo.
Pienso rápidamente.
—Debe haberlo arreglado —digo— porque estaba funcionando cuando
se la puso a mi teléfono. Pero, ya sabes, hace seis meses, no podría
estar funcionando ya a estas alturas. Yo no lo he usado desde que...
um... —me calmo, sin querer decir —él murió— completamente.
La Sra. McAndrew sigue guardando silencio, mirando hacia abajo al
talismán en su mano.
—Lo siento mucho —digo sintiéndome horrible en el engaño—.
Supongo que no debiera haberlo solo guardado.
—No, hiciste lo correcto, Scarlett —la Sra. McAndrew dice finalmente.
Una lágrima empieza a rodar por su mejilla—. Es bueno para
recordar…
Su voz se apaga mientras alcanza la manga de la chaqueta y saca un
pañuelo, secándose los ojos. Catriona se levanta, se acerca y besa la
parte superior de la cabeza de su madre.
—Me voy a mi habitación ahora —dice—. Tengo algunas cosas que
hacer en la computadora. Te quiero.
Cruza el salón enorme y corre ágilmente a la escalera principal. La
oigo que va por el pasillo, y luego, en la distancia, una puerta al
cerrarse. Recuerdo lo que dijo acerca de Callum al salir de la
habitación cuando su madre empezó a llorar. Al parecer, no es el
único.
207
—Gracias, Scarlett —el Sr. McAndrew dice sobre la cabeza de su
esposa, asintiendo gravemente hacia mí—. Pasamos mucho tiempo
pensando en Dan, pero evitando hablar de él. Es bueno tener los
recuerdos felices.
La Sra. McAndrew seca sus ojos y llega a mí con la mano que no
sostenía el pañuelo. Torpemente, me inclino hacia delante de mi sillón
mullido y tomo su mano. Ella le da a la mía un suave apretón. Estoy
horrorizada ante lo frágil que es la suya: Puedo sentir las
protuberancias y las articulaciones de los huesos con toda claridad a
través de la carne delgada que los cubre, ellos parecen demasiado
delicados para soportar el peso de sus anillos.
—Gracias —dice ella dirigiéndome una sonrisa, aunque sus ojos
todavía están húmedos—. Sé que es solo un pequeño artículo de Dan,
pero nos ha hecho recordar lo divertido que era.
Wow, pienso. Elegí bien cuando tomé ese talismán. Aunque quizás,
pensándolo bien, nada de Dan que no había visto en mucho tiempo
habría desencadenado esta respuesta. Debe haber tantos recuerdos
que bullían bajo la superficie, esperando para subir.
—Yo…
La Sra. McAndrew empieza a decir algo más, luego se detiene. Me
siento mirándola, esperando. Pero poco a poco, con horror, me doy
cuenta de que nada va a salir. No hay palabras, de todos modos. Ella
hace un ruido horrible al tragar, como un pez tratando de respirar
agua y solo consiguiendo aire, luego literalmente, como si alguien la
ha convertido en un par de grifos, sus ojos se inundan de lágrimas
que se vierten por sus mejillas en una lámina de agua. Nunca he visto
nada igual. Estoy congelada en mi asiento con vergüenza e
impotencia, porque sé que no hay nada que pueda hacer para que la
situación sea mejor.
—Flora, querida —el Sr. McAndrew comienza.
En un movimiento tambaleante pero decidido, se pone de pie,
agitando a su marido.
208
Cubriendo su rostro con el pañuelo, ella camina nerviosamente al otro
lado de la sala, sus tacones tocando en las partes expuestas del suelo
de piedra. A medio camino de la escalera, se rompe en sollozos
terribles. No quiero volver a oír a nadie llorar así nunca más. Es,
literalmente desgarrador.
Miro fijamente, miserable, al señor McAndrew, cuyo rostro se ha
vuelto gris. Se ve de pronto muy viejo.
—Lo siento mucho... —murmuro, cuando la Sra. McAndrew, llorando,
empieza a subir las escaleras.
Niega con la cabeza hacia mí.
—No es tu culpa —dice con tristeza—. No es tu culpa en absoluto.
Flora quería que vinieras. Solo espero en Dios que tenga razón, y esté
ayudando a sanarla. Me preocupa que solo estemos abriendo las
heridas en su lugar.
No sé qué decir. Solo sostengo mi cabeza.
—Si solo hubiera tenido su EpiPen con él —dice el Sr. McAndrew
cansado—. Nunca lo dejaba fuera de su vista. Pero hemos estado una
y otra vez, una y mil veces, y nunca he sido capaz de averiguar por
qué él no lo tenía esa noche. Tengo que dejar de hacer esa pregunta—.
Suspira—. Nunca habrá una respuesta, solo voy a seguir
torturándome si no me doy por vencido.
Me gustaría mucho decirle todo al señor McAndrew. Pero no puedo. A
la menor insinuación de que yo sospecho de Callum, o Lucy, actuando
para él, me arrojarían fuera del castillo en el acto.
—Tengo que ir a verla —dice, poniéndose de pie.
Asiento con la cabeza, solo soy una carga para la familia de Dan en
duelo. No tengo otra opción.
—Sr. McAndrew, estaba pensando —comienzo— ¿tal vez podría
mostrarme los alrededores del castillo un poco mañana? Si no está
ocupado. Me gustaría aprender un poco sobre la historia de los
McAndrew y, um, como era la vida de Dan aquí.
209
He estado practicando en mi cabeza durante toda la cena, pero suena
un poco débil ahora que salgo con ello. Pero mi petición cae muy bien
con el Sr. McAndrew, cuyos ojos se iluminan realmente a la
sugerencia.
—Qué bien —dice—. Te puedo mostrar dónde Dan jugó cuando era un
niño, sus lugares favoritos.
—Me gustaría eso.
—Excelente. Mañana por la mañana, entonces.
El Sr. McAndrew camina hacia la escalera, moviéndose lentamente,
como un hombre viejo. Bebo mi café, espero para subir y desaparecer
a lo largo del corredor. Les dejo diez minutos después de que ha
desaparecido de la vista, luego me dirijo a la escalera también, y en la
parte superior tomo la dirección en la que creo que Catriona fue.
Siento un desagradable nudo en el estómago como consecuencia de
haber trastornado tanto a la Sra. McAndrew, casi como un dolor
físico. Estoy tratando de decirme que ella querría saber quién mató a
su hijo, sobre todo al ver lo mucho que llora por él, pero sé que es un
poco ingenuo de mí.
¿Qué pasa si me entero de que fueron Callum y Lucy conspirando
para hacerlo, por lo que podían heredar? Este descubrimiento
probablemente mataría a la Sra. McAndrew.
Pero no puedo parar. No cuando estoy tan cerca de la línea de meta.
Escucho música viniendo de más abajo en el pasillo, un fresco sonido,
música electrónica estridente que espero sea de Catriona. Suena como
el tipo de cosa que ella escucha. Llego a la puerta y escucho en esta
por un momento: no hay voces, lo que se espera que signifique que no
es Callum y Lucy. Y cuando llamo, es la voz de Catriona la que canta:
— ¡Adelante!
La abro y pongo mi cabeza por la puerta. Catriona está sentada en un
escritorio, de espaldas a mí, hace algo en su computadora.
210
Entrecerrando los ojos para ver lo que es, lo identifico como un
modelo arquitectónico en 3—D, tengo que admitir que estoy
sorprendida de lo lista que es. Después de la escena de abajo, yo
hubiera pensado que estaría masajeándose con unos amigos,
escribiendo sobre lo difícil que es la vida aquí, con su madre llorando,
su hermano enojado conmigo, su novia tirando bamboleos cada dos
segundos. Pero no, ella vino hasta aquí y empezó a trabajar en algo
claramente bastante complicado y grabado en su cerebro. Aunque
estoy impresionada, no puedo dejar de encontrar esto un poco frío.
Pero tal vez ella está acostumbrada a los escenarios por ahora, y esta
es su manera de separarse a sí misma de ellos. Me recuerdo a mí
misma que han pasado seis meses desde la muerte de Dan: Catriona
debe estar terriblemente acostumbrada al enojo de su hermano y su
madre rompiendo en sollozos. Supongo que no puedo culparla por
decidir que, si todo el mundo va a ceder a sus emociones, ella va a
empujar las suyas lejos y centrarse en sus estudios.
Todavía no puedo evitar pensar, que me habría llamado a un amigo,
sin embargo, en lugar de jugar con modelos de computadora.
— ¿Te importa si me quedo contigo un poco? —pregunto—. Tus
padres se fueron, yo realmente no creo que sería bienvenida en el
billar jugando con Callum y Lucy.
Y yo quiero preguntar muchas cosas acerca de Callum y Lucy, y esta
parece ser la oportunidad perfecta.
—Por supuesto. —Catriona guarda todo en lo que ella está trabajando
y gira en su silla.
—Oh wow. —No puedo dejar de mirar con asombro cuando entro en
su habitación—. Esto es increíble.
Es una habitación enorme, hermosa, con mucho que ver, pero la pieza
central es una enorme cama con dosel, sus postes macizos y
fuertemente tallados, adornados con pesadas cortinas de terciopelo
verde. La miro sorprendida.
211
— ¿No es maravilloso? —suspira Catriona—. Me encanta tanto. Creo
que es mi cosa favorita en el mundo. Anda, echa un vistazo por
dentro.
Escalo, todas las camas en el Castillo de Airlie son tan altas que un
niño necesitaría escaleras para llegar a ellas, estiro la cabeza hacia
atrás. A la vez veo lo que ella quería decir. El techo interior de los
cuatro postes se cubre con más terciopelo verde, atrapado en un
remolino central, como un dosel. Soy devorada por la envidia de esta
cama. Te sientes como una princesa al acostarte en ella todas las
noches, las cortinas de terciopelo, cerrando el mundo.
—Es como estar dentro de una caja de bombones muy elegante —
digo.
—A veces, cuando está lloviendo, yo simplemente descanso allí y
extiendo mis libros y hago todos mis estudios en la cama —dice ella—.
Es una maravilla.
Ella sonríe, pero luego su expresión es sobria mientras pregunta:
—Por lo tanto, papá y mamá ¿están bien?
—No realmente —admito culpablemente. He manipulado esta familia
tanto tiempo, estoy empezando a sentirme realmente mal por ello—.
Tu mamá estaba bien al principio, pero luego ella realmente comenzó
a llorar y se fue arriba.
—Oh Dios —Catriona hace una mueca—. Ella cree que puede tratar
con ello, pero no puede, de verdad. Pobre papá se limita a seguirla
alrededor con nerviosismo, tratando de cuidar de ella. Estamos todos
muy preocupados por ella, en realidad. Moira cree que está a unos
pasos de una crisis nerviosa, Moira siempre tiene la razón.
No sé qué decir a esto, así que miro alrededor de su habitación en su
lugar. Tiene una espesa y pálida la alfombra rosa y crema, las paredes
son de color verde pálido con delicados estampados negro y blanco
colgando de ellos, todo muy elegante. Catriona tiene un tocador junto
a la ventana, uno adecuado con un espejo con alas plegables a cada
lado, un montón de espacio para el maquillaje y las cremas y cepillos,
una silla a juego en frente de ella.
212
Más allá, en una esquina, un sofá de color verde pálido, que tiene una
pequeña mesa de café frente a ella. Y su escritorio, además de la
computadora, tiene una impresora y un escáner también. Todo se
mantiene increíblemente limpio y ordenado, que estoy segura que es
Catriona: ella parece un tipo de persona muy precisa y organizada.
—No puedo creer lo grande que tu habitación es —digo.
Se ríe. —Incluso tengo un estudio al lado para mis dibujos, mi propio
cuarto de baño a través de esa puerta. —Ella apunta a la misma—.
Mamá y papá me pusieron aquí después de que me puse demasiado
grande para el cuarto de los niños, porque ellos dijeron que no sería
justo hacerme compartir un baño con dos chicos. Suerte, ¿eh? Pero
debes tener un montón de espacio en el que estás, ¿no? Durante la
cena, decías que Wakefield Hall es realmente grande.
—Lo es, pero mi abuela cerró gran parte de ella cuando mi papá
murió —le explico.
—Oh, eso es triste. Pero va a ser abierto de nuevo algún día, ¿no es
así?
—No lo sé —le digo—. Tal vez.
Ella inclina la cabeza hacia un lado y la cola de caballo rojo se inclina
junto a ella, acurrucándose en un hombro.
—Estoy estudiando para ser un arquitecto en Edimburgo. Tal vez iré a
Wakefield Hall y ayudaré a restaurarla hasta que todas las
habitaciones viejas sean hermosas otra vez.
—Eso suena muy bien —digo por cortesía, pero no podía estar menos
interesada en lo que Catriona está estudiando. Tengo información que
necesito hacer palanca para extraer de ella. Pero Catriona tiene una
mente de una pista. Ella es como Lizzie de esa manera.
—Voy a hacer mi tesis sobre el Castillo Airlie, por supuesto. Este lugar
necesita mucho trabajo. —Ella hace una mueca, sus ojos verde gris
arrugándose hasta rendijas divertidas.
213
A diferencia de sus hermanos, cuyos ojos, aunque exactamente del
mismo color, son sorprendentemente grandes y gruesos con borde
negro con pestañas, los pómulos de Catriona igualmente inclinados.
Con su piel blanca — muerto y el pelo en llamas, se ve ligeramente
rusa, o tártara, al igual que su madre.
—Es un poco de una ruina vieja que se desmorona, de verdad —
continúa—. La cañería es victoriana, el calentamiento es un desastre,
es horrible con las corrientes de aire.
—Mi espalda quedó terriblemente fría en la cena —admito.
Ella frunce los labios. —Apuesto a que tu frente se puso muy fría
también. Lucy estaba haciendo su mejor mirada de reina de hielo
hacia ti. Dios, ella me molesta. Me preocupa que ella tenga su gancho
hasta el momento en Cal y nunca los saque de nuevo.
Wow, tal vez no voy a tener que hacer nada de palanca para Catriona
después de todo.
—Ellos han estado saliendo por años, ¿no? —digo, inclinándome hacia
adelante para mostrar mi interés.
Catriona se inclina hacia delante, conspiratoriamente.
—En realidad, ella hizo una jugada por Dan en una etapa, pero él no
tenía ninguna. Y no creo que alguna vez se dio cuenta de Cal. Dan no
era en absoluto el tipo de tener una novia estable, todavía no, de todos
modos. Así que no había nada que hacer allí. Pero ahora que Cal
hereda… bueno, Lucy nunca va a dejarlo ir. Estoy segura de que por
eso fue después de Dan en el primer lugar.
Mis ojos se abren. — ¿Quieres decir...?
Pero no es necesario hacer la sugerencia: Catriona ahí ya, está
asintiendo con la cabeza fuera.
—Ella está enamorada de la idea de ser la dueña del Castillo de Airlie
—dice—. Apuesto a que ella bailó de alegría cuando Dan murió. ¡Dios,
lo que se transmite ella se daría! Esto lleva a pensar.
214
— ¿Por qué está por aquí todo el tiempo? —pregunto—. Es casi como
si ella vive aquí.
—Lo sé. —Catriona pone los ojos en blanco—. Espantoso, ¿no? Su
padre vive en el pueblo. Tiene una bonita casa allí, pero ni la mitad no
de grandiosa como esta. Es un estilo de su país de origen, han
conseguido un gran lugar en Londres, también. Un montón de dinero,
pero no mucha clase.
Catriona suena muy parecida a mi abuela a veces, creo.
—Lucy dice que ella no se lleva bien con su madrastra —Catriona
continúa.
— ¿Ella es una perra? —pregunto.
—Bueno, de eso se trata. Ella parece perfectamente inofensiva para mí
—dice Catriona—. Creo que Lucy se inventa historias acerca de su
madrastra para obtener la simpatía de mami y Cal y darle una excusa
para estar por aquí todo el tiempo. Lo cual, como has señalado, lo es.
—Ella suspira—. Sigo diciéndome que Cal se irá a la universidad y
sembrara un poco de avena silvestre, conocerá a alguien más, no hay
nada de qué preocuparse. Pero estoy segura que Lucy le seguirá
dondequiera que vaya. Y Cal es el tipo leal, es una lástima. Es leal a
Lucy ahora, aunque estoy segura de que él puede ver la pesadilla que
ella puede ser. Quiero decir, ella ni siquiera fue invitada a la cena, y
aquí va otra vez, ¡apareciendo y simplemente esperando que Moira
coloque un lugar para ella! Mamá dice que ella siempre es bienvenida,
¡pero Lucy se comporta como si ella ya viviera aquí! Moira le odia —
añade inesperadamente.
— ¿En serio? —amplío mis ojos—. ¿Por qué es eso?
—No creo que ella sea lo suficientemente buena para Cal en absoluto.
No quiere verla manejando al Castillo Airlie… Dios, no. Moira siempre
quiso que Cal heredara, ya sabes.
—Algo me dijo —le digo.
215
— ¿En serio? Debes gustarle —comenta Catriona—. Moira pensó que
Dan nunca se establecería aquí, y estoy segura de que ella tenía
razón. Dan era un auténtico playboy. Siempre prefería estar en
Londres que pegado aquí en el medio de la nada, así es como él lo vio.
Cuando mamá y papá llegaron a Londres después de que Dan murió,
Moira se reunió con ellos, al parecer, lo primero que dijo fue: —Es una
tragedia para el McAndrews, pero una bendición para el Castillo de
Airlie—. Mamá estaba tan enojada que hizo que Moira tomara el
primer tren a casa.
Me centro en la parte más importante de toda esta historia, la parte
que es una pista.
— ¿Moira estaba en Londres cuando Dan murió? —le pregunto, mis
oídos aguzando.
Catriona asiente. —Visitando a sus primos. Ellos viven allí. Pero
nunca vio a Dan. Él estaba demasiado ocupado haciendo fiestas. Y
todos sus amigos eran como Lucy, ¿sabes? Me reuní con ellos un par
de veces. Todos solo interesados en disponer de las últimas cosas
interesantes antes de que estuvieran en las revistas. Estaban en esta
total competencia por conseguir cosas primero y mostrarlas fuera en
los clubs en King’s Road. Y cuando alguien más tenía uno también,
ellos lo tiraban a cualquier persona que lo tomaría y salían a comprar
algo nuevo en su lugar. Eran completamente superficiales. Había una
chica, Plum… Dios, ella era una snob horrible. Yo la odiaba. Ella más
o menos manejaba a casi todo el grupo.
—Yo solía estar en la escuela con ella —le digo—. Ella es tan
desagradable que ni siquiera puedo decirte.
—Estoy segura. Así que puedes ver por qué no quiero que Cal se
establezca con alguien que es amigo de gente así. Ugh. Ella llenaría el
castillo con ellos e invitaría a fotógrafos de Tatler. Horrible.
Catriona hizo muecas para indicar la cantidad de las aflicciones
mentales de ella. Puedo ver lo molesto que sería. Pero no puedo verla
exactamente asesinando a Dan para evitar que trajera a Plum y ella se
instalara en el Castillo Airlie sobre una base regular, como motivos
para ir, eso es lo más débil que jamás he oído.
216
¿Y Moira? ¿Moira, que estaba en Londres cuando Dan murió? ¿Podría
Moira de alguna manera haberse infiltrado en la fiesta de Nadia y
envenenado las patatas a la inglesa, en un intento de matar a Dan
para que Callum heredara el Castillo Airlie? ¿No habría sobresalido
ella como un pulgar dolorido?
Bueno, creo con aire de suficiencia, que ya he planificado la manera
perfecta para descubrir eso...
217
Traducido por Jesica
Corregido por Aldebarán
s bueno que algunos jóvenes todavía estén
interesados en la historia —dice el Sr.
McAndrew sobre su hombro.
Él me conduce por una escalera de caracol
de piedra angosta, sus palabras rebotan en las paredes, haciendo que
su voz suene hueca y resonante. Hay algo honesto y farol en él que me
gusta. Se puede decir lo mucho que echa de menos a Dan por la
tensión en la mandíbula, la tristeza en sus ojos. Él realmente amaba a
su hijo.
No me importaría tener un padre como el señor McAndrew.
—Estoy haciendo historia nivel A. —Miento. Maldita sea, he dicho
tantas de ellas, estoy perdiendo la pista.
—Bueno, si estás estudiando algo que ver con las batallas y asedios,
esto debería ser muy útil —dice mientras llego a la parte superior de
la escalera.
—Wow —Miro a mi alrededor. Estamos en la parte superior de una de
las torres en las esquinas del Castillo de Airlie, la vista de los
pantanos y el mar de Irlanda más allá, es espectacular.
—Mira —El Sr. McAndrew dice, apuntando a las ventanas—. Todos
son estrechos, por lo que los arqueros podían disparar a los atacantes
sin miedo de que se dispararan a sí mismos. Sólo tenían espacio
suficiente para una ballesta y un poco de espacio para la vista de su
objetivo.
—E
218
Asiento con la cabeza apreciativamente, agarrándome el estómago.
Me llené en el desayuno más que nunca, y esta escalada directamente
después me hace sentir un poco mareada. El Castillo de Airlie en
realidad tiene una habitación solo para el desayuno. Está al lado de la
cocina y tiene una gran cantidad de servidores de plata todos
alineados contra una pared, como en un hotel, si levantas las tapas
hay huevos revueltos, tocino, arenques (eww), patatas fritas y tomates
a la parrilla. Yum. Además, había tostadas, mantequilla, cinco tipos
de mermelada en la mesa, grandes jarras térmicas de café y té. A
pesar de ser muy temprano, el Sr. McAndrew había dicho que
estuviera lista a las nueve, así que bajé a las ocho y treinta y comí
tanto que apenas puedo respirar. Gran error.
— ¿Les vertían el aceite hirviendo desde aquí también? —pregunto.
Se ríe. —Imagínate llevando un tanque de aceite por las escaleras
estrechas. No, eso estaba en el nivel inmediatamente inferior. Te
mostraré.
Se dirige hacia abajo a la escalera de nuevo. Yo sigo, maldiciendo el
impulso que me llevó a hacer eso. Yo solo quería estar quieta y digerir
durante un tiempo. Oh, bueno, si el señor McAndrew va a caminar
conmigo alrededor de todo el castillo, por lo menos me ayudará a
aliviar parte de mi desayuno. . . .
Está en el pie de la escalera, mirando con entusiasmo.
—A Dan le encantaba todo acerca de los asedios —dice—. Todos los
niños lo hicieron. Ellos jugaban recreando durante días y días y a la
soga en todos sus amigos. Mira, aquí está una de las ranuras del
petróleo.
Estaba indicando el suelo de piedra del pasillo, justo debajo del
alféizar de la ventana. Miro hacia abajo y amplio mis ojos. Es una
depresión profunda con una inclinación hacia abajo, hacia la pared,
por lo que podría luchar con un gran barril de aceite caliente en su
posición y luego volcarse por lo que sus contenidos se iban inundando
abajo en el valle.
—Solía ser abierto al exterior, por supuesto —el señor McAndrew está
diciendo.
219
—Así que si los invasores se encontraban en las escaleras contra la
pared, el aceite se derramaba en la cabeza. Pero estaban tapiadas
hace mucho tiempo, debido a corrientes de aire. —Él se ríe—. Dan
estaba muy decepcionado. Era un niño muy sanguinario. Gracias a
Dios que estaba cerrado todo, o él habría estado vertiendo cosas ahí
abajo todo el tiempo.
—Suena como si fuera un montón de diversión —digo.
—Oh, él era un bribón realmente. Nunca serio durante un momento,
ese era Dan.
Pienso sobre el Dan que brevemente conocía, siempre riendo y
bromeando, parecía no tener ninguna preocupación en el mundo, no
puedo evitar una sonrisa al recordarlo.
Luego pienso en esas fotos que encontré en su habitación, trofeos de
las chicas con las que había estado, mi sonrisa se desvanece.
— ¿Te gustaría ver las mazmorras? —pregunta—. Los niños solían
jugar allí mucho también. Y son bastante espectaculares, en una
especie de miedo de paso. Un montón de cuentos escabrosos acerca
de ellas.
Él se ve tan entusiasta que me es imposible decir que no.
—Me encantaría —digo—. Realmente me gustaría ver lo más posible,
en realidad.
El Sr. McAndrew me sonríe.
—Sabes —dice— he pensado en algo que estoy seguro de que te
gustará ver.
El Sr. McAndrew abre una puerta verde cubierta de filtro verde y la
sostiene para mí. Bajamos un par de tramos de escaleras de atrás y
en un pasillo empedrado. Estoy tratando de mantener un mapa del
castillo en mi cabeza, solo para tener la más remota idea de dónde
estoy, pero luego se empuja a abrir otra puerta y salimos en una
esquina de la Gran Sala. Esto me toma completamente desconcertada,
ya que ni siquiera recuerdo notar una puerta en la esquina antes. Por
lo general tengo un buen sentido de la orientación, pero el Castillo
Airlie completamente me confunde.
220
—Vamos a meternos en la oficina de bienes en nuestro camino —dice
el Sr. McAndrew—. Creo que lo que encontrarás que vale la pena el
desvío.
Cruzamos la sala y pasamos por una puerta de caoba, al otro lado de
la chimenea. Más allá es una puerta más, el Sr. McAndrew mete la
mano en el bolsillo y saca un llavero.
—Nunca estoy aquí en los fines de semana —dice—. Tengo reuniones
aquí con mi agente, que es quien realmente dirige la finca, pero esta
se mantiene bajo llave fuera del horario de oficina. —Él me sonríe
mientras hojea el llavero, encuentra una llave Chubb, y abre la
puerta—. Ya verás por qué.
Empuja la puerta abierta y la sostiene para mí.
—Así que, ¿te gusta la joyería, Scarlett? —El Sr. McAndrew se ríe para
sus adentros—. Pregunta tonta, ¿verdad? Todas las chicas como
joyas.
—Um sí, supongo —digo, sin saber por qué me pregunta esto.
El Sr. McAndrew cruza la habitación y me lleva por una pintura al
óleo grande de un ciervo en la bahía, dejando al descubierto un gran
conjunto de seguro negro en la pared. Empieza a tocar el violín con la
combinación, su ancha espalda ocultando la cerradura, lo que me da
tiempo para mirar alrededor de la habitación.
Hace más frío aquí dentro, como si no se calentara en los fines de
semana. Más pinturas al óleo cuelgan de las paredes, sobre todo, que
puedo decir, aquellos que no se consideran lo suficientemente buenos
para ser colgados en las áreas más públicas de la casa. Hay un
enorme y viejo escritorio cubierto de cuero, con relieves en oro
igualmente desvanecidas alrededor de los bordes de la piel. Es tan
grande que se parece más a una mesa, con un par de sillas talladas,
una a cada lado, para que dos personas puedan sentarse y trabajar
en él cara a cara. Un espejo de marco dorado cuelga sobre la mesa, su
cristal plateado descolorido y manchado con la edad.
A mi lado hay un par de grandes cofres de madera con cajones, pero
los pechos son muy amplios y los cajones son muy estrechos.
221
Me deslizo un poco y veo que está lleno de documentos y grabados
antiguos. Mis ojos se abren: si tengo que buscar a través de todos
estos cajones y leer el contenido, podría estar aquí durante días. Hay
un montón de carpetas de tarjetas de color café en la mesa, las
escaneo rápidamente. Nada parece relevante para mí, todas son
cuentas y facturas. Pero, más allá de la mesa, me doy cuenta de otra
puerta, y, tan silenciosamente como me sea posible, cruzo la
habitación y empujo abriéndola. Es un almacén sin ventanas llenas
de archivadores: por encima de ellos están incorporados en los
estantes de funcionamiento hasta el techo, repletos de cajas
etiquetadas. Esto es exactamente lo que estoy buscando.
Detrás de mí, oigo que el señor McAndrew está quitando algo de la
caja fuerte, cuando él se dio la vuelta estoy de vuelta por la recepción
de nuevo, con mi expresión más inocente en la cara. Él sostiene una
caja de cuero rojo oscuro, que supongo que a partir de lo que acabo
de decir tiene joyas en su interior. Espero que brillen cuando la abre,
las facetas de luz del diamante en huelga, sino que hay un brillo
pálido, sutil. Jadeo. Es un collar de perlas: tres líneas de enormes
perlas blancas con lo que parece una piedra de la luna en el centro
bordeado de diamantes, se sienta allí en su lecho de terciopelo negro,
brillando como la luna en el cielo nocturno.
El Sr. McAndrew, al ver mi expresión, se ríe otra vez.
—Espectacular, ¿no? —dice—. Ellas han estado en la familia por
generaciones. Son traspasados a la esposa del actual laird. Flora casi
nunca los usa, sin embargo. Tal vez para una Reunión del Norte de
vez en cuando.
Debo haber parecido en blanco, porque añade:
—Este es un baile con Danzas Highland, sobre todo. Toneladas de
diversión y muy buen ejercicio, estás saltando por toda la noche. Los
tenemos aquí a veces, en el salón de baile.
Una expresión de tristeza tal momentáneamente se asienta en la cara,
que yo sepa, sin que se lo dijeran, que piensa que si Dan todavía
estuviera vivo, estarían teniendo un baile por su cumpleaños y el de
Callum.
222
Suspira, como si estuviera empujando la idea lejos de él y dice:
—La esposa de Callum los heredará algún día. Espero que vaya a
usarlos más de lo que Flora lo hace. Flora piensa que son demasiado
grandes para ella… ella es de huesos muy finos. Y Catriona tiene la
misma estructura, por lo que nunca ha cuidado de ellos tampoco.
Deberíamos guardarlos de nuevo, supongo. Las perlas se deberían
usar, ya sabes.
—Mi abuela dice eso —dije, contenta de que tener algo que aportar al
tema—. Ella casi nunca se quita las suyas. Ella dice que necesitan el
aceite en su piel para mantenerse brillantes.
—Buena chica —dice el Sr. McAndrew, sonriendo hacia mí—. Me
alegra ver que algunos miembros de la generación más joven saben
sobre el cuidado de las cosas bellas. Lucy siempre está detrás de mí
para pedir las perlas de una Reunión del Norte, pero lamentablemente
tengo que decir que no. Cuestan mucho para asegurar, estamos
cubiertos solamente si un miembro de la familia los está usando.
¿Quieres probarlas?
Sin palabras, solo puedo asentir. Coge la hebra triple de perlas, viene
detrás de mí, las coloca alrededor de mi cuello, haciendo clic en el
corchete cerrado en mi nuca.
— ¡Pesan mucho! —exclamo imprudentemente. Se siente como una
libra de peso alrededor de mi cuello, frío y pesado y suave como la
seda. Me observo a mí misma en el espejo que cuelga sobre el
escritorio, ampliando mis ojos. A pesar de que llevo un suéter y jeans,
sin maquillaje, las perlas me transforman. Mis ojos son grandes y
oscuros y luminosos, mi piel, pálida por la falta de sol, brilla en la luz
reflejada de las perlas, mi pelo, apilado en la parte superior de mi
cabeza con un clip de plata grande, casi parece, en el deslucido vidrio
del espejo, como si se trata de un buen estilo, como si yo hubiera
tenido mi cabello arriba para que pudiera ir a un baile.
Mi mano se levanta para tocar el collar. No puedo creer lo mágico que
es. De un solo golpe, me hizo hermosa.
223
—Te ves muy bonita, Scarlett —dice el Sr. McAndrew con brusquedad.
—Mi abuela dice que debes usar las perlas cercanas a la cara —digo—
porque son muy halagadoras.
Él se ríe. —Mi madre solía decir la misma cosa —dice— pero lo que
quería decir era que te hacen lucir más joven. No es algo que está en
necesidad de este momento. —Él me sonríe—. Bien, será mejor que
las tome de ti antes de que te acostumbres demasiado a ellas.
¡No! Grito en el interior. ¡No quiero dejarlas ir! Pero permanezco allí a
regañadientes mientras el señor McAndrew deshace el broche. Las
perlas se deslizan lentamente de mi cuello, pesadas y resbaladizas,
como si no me quisieran dejar ir tampoco.
—Hay una tiara que hace juego, también —añade, enrollando
cuidadosamente las perlas de regreso a su nido de terciopelo. Al ver
mi expresión, se echa a reír—. ¡Cierra la boca, jovencita, o atraparás
moscas en ella!
Veo en el espejo lo que él quiere decir… estoy boquiabierta ante la
idea de mí misma usando el collar y coronado con una tiara de perlas.
Me vería como una princesa. O Audrey Hepburn en My Fair Lady. Pero
aunque las perlas son increíblemente distractoras, los engranajes de
mi cerebro siguen girando, la elaboración de lo que tengo que hacer
para conseguir el acceso a los archivadores…
—Las mujeres y las joyas… es como una droga, ¿no es así? —bromea
el Sr. McAndrew, tomando la caja de la joyería de nuevo a la caja
fuerte. Tan pronto como se da la vuelta, mi mano sale como una
flecha, rompiendo una tira de tarjeta en una de las tapas de carpetas
de tarjetas, eligiendo una en la parte inferior para que nadie se dé
cuenta enseguida de que está rota.
El Sr. McAndrew cierra la puerta y gira el cierre de bloqueo.
—Incluso las chicas jóvenes —continúa— llevadas a un museo y
caminaran directamente pasando cada exposición y otra para arrullar
y cacarear sobre las cosas brillantes.
224
Está bien, se está burlando de mí, pero es en una buena manera. Se
siente un poco como algo que tu padre diría en broma. Me gusta
bastante. Nadie me habla así. Y mientras él lo hace, estoy doblando
rápidamente la tira de cartulina de ida y vuelta sobre sí misma, por lo
que es una tira doblada de pliegues de acordeón.
Cuelga la foto de nuevo sobre el seguro y se vuelve hacia mí. Palpo de
la hoja doblada de la tarjeta en la mano derecha.
—Bueno, no hay nada más que ver aquí —dice—. Solo documentos
aburridos ¿Quieres ver las mazmorras ahora?
—Oh, sí —digo con entusiasmo, siguiéndolo hasta la puerta. Como de
costumbre, la sostiene para mí. Empiezo a pasar por ella, luego me
detengo y exclamo:
—Oh, ¿tienes un gato? Me gustan los gatos.
— ¿Un gato? no —dice el Sr. McAndrew, desconcertado.
Señalo por el pasillo.
—Estoy segura de que vi algo moverse por allí... No pudo haber sido
una rata, ¿verdad?
Como esperaba, este instantáneamente galvaniza al Sr. McAndrew. Se
dispara a andar por el pasillo, dejando caer la puerta contra mí,
cuando lo hace tomo la hoja doblada y la presiono en la lengüeta de la
cerradura de la puerta de modo que los pliegues se abren un poco,
creando una especie de básico primavera. Entonces alivia la puerta
cerrada, rogando desesperadamente que este truco, que he leído en
un libro hace años, en realidad vaya a funcionar. Es muy afortunado
para mí que esta sea una cerradura de resorte, en lugar del tipo Yale,
donde la lengua de metal se desliza hacia atrás y hacia adelante
cuando la llave se da la vuelta.
—Aquí no hay nada que yo pueda ver —dice el Sr. McAndrew, de
regreso por el pasillo—. ¿Estás segura de que viste algo, Scarlett?
—Creo que lo hice —digo, frunciendo la frente— pero tal vez era solo
una sombra.
225
— ¡Dios, espero que sí! —dice alegremente—. Siempre hay una
preocupación por las ratas aquí, con el foso, ya sabes. Realmente,
deberíamos tener gatos, o un par de gran terriers, son geniales para
delatar, ya sabes, pero Flora no puede soportar los animales
pequeños. Gracioso, ella es más feliz en un caballo, pero no puede
soportar algo más pequeño. Muy extraño. Cerraste la puerta, ¿verdad?
Buena chica. Bien, a la derecha las mazmorras. Y esperemos que no
veamos ninguna rata ahí abajo. Tenemos a la gente de control de
plagas sobre una base regular, pero nunca es una garantía al cien por
cien…
Se pone en marcha por el pasillo, sin dejar de hablar, yo le sigo,
echando un vistazo por encima del hombro a la puerta del despacho.
Solo espero que la pieza de la tarjeta funcionara, que la lengua de la
cerradura esté realmente detenida por la tarjeta para que no pueda
deslizarse hacia adelante y fije la puerta cerrada. Porque si la tarjeta
no ha funcionado, la puerta está bloqueada, no solo no voy a ser
capaz de volver a entrar, pero el señor McAndrew o su agente van a
darse cuenta de lo que traté de hacer en el momento de abrir la
puerta de nuevo y que el trozo de cartón caiga al suelo a sus pies.
No vemos u oímos ninguna rata en las mazmorras, gracias a Dios,
porque son lo suficientemente horrible sin ellas. Húmedo y con eco y
muy oscuro, ya que el foso circula todo el camino alrededor del
castillo, no hay ningún lugar que la ocasional parrilla se podría
colocar en la tierra para dar un poco de luz natural. Hay electricidad
improvisada por aquí, pero es bastante débil, hay sombras de miedo
por todas partes. Solo puedo agradecer que el señor McAndrew no sea
el tipo de persona que piensa que es gracioso ocultarse y luego saltar
sobre mí, porque creo que realmente me haría pis del miedo si alguien
fuera tan desagradable como para hacer eso aquí.
—No puedo imaginarme jugando aquí de niña —le confieso, mirando a
mi alrededor en las paredes de piedra y las losas de piedra muy
erosionadas bajo nuestros pies, húmedas y desgastada por siglos de
uso, probablemente por pobres prisioneros que dejaron morir de
hambre aquí—. ¿No estaban ellos asustados todo el tiempo?
Se ríe.
226
—Creo que Catriona las utilizaba para dar a los chicos un mal rato
cuando eran más pequeños —dice—. Sabía traerlos hasta aquí para
jugar al escondite. Ya sabes, cuando eres pequeño, ser unos pocos
años mayor es una gran ventaja. Ella los dominaba sin piedad.
Esto nos lleva perfectamente a lo que realmente quiero preguntar
acerca de: sus personajes.
— ¿Cómo eran cuando estaban pequeños? —pregunto a medida que
caminamos pasado una serie de celdas de piedra.
—Bueno, Catriona era una exploradora real —dice el Sr. McAndrew—.
Ella debía conocer cada centímetro del lugar tan bien que podía
extraer de la memoria. No me sorprendió que creciera para querer ser
arquitecto.
—Ella parece interesada en la modernización de Castillo de Airlie —
ofrezco como voluntariamente, recordando de Catriona los
comentarios acerca de la calefacción y las corrientes de aire.
—Ouch bueno —dice el señor McAndrew con una sonrisa— es joven y
entusiasta, bendita sea. Pero no es ella la que va a decidir. Las niñas
se casan y se van, Scarlett. Esa es la forma de la misma. Son los
hombres los que heredan. Siempre ha estado aquí, siempre lo será.
No puedo evitar erizarme.
—Yo voy a heredar Wakefield Hall —digo con firmeza—. Realmente no
sé qué voy a hacer con él, pero sé que no me voy a casar e irme.
Él me sonríe.
—Wakefield Hall no puede ser implicado, entonces —dice—. El
Castillo Airlie pasa por la línea masculina. Así que siempre hay un
McAndrew en el Castillo de Airlie. Y ahora será Callum. Le encanta el
Castillo Airlie tanto como a Cat, pero para él es más acerca de la
historia, la tierra. Preservar el legado McAndrew. Dan… —él
suspira—. Bueno, Dan era en realidad el menos interesado en el
castillo. Tal vez fue porque él sabía que iba a heredar un día, él lo
daba por sentado un poco, tal vez. Me gustaba pensar que iría a
Londres, sembraría su avena salvaje, volvería a instalarse aquí.
Conocería a una chica local agradable, formaría una familia.
227
Se aclara la garganta y mira su reloj.
— ¡Dios mío, son casi las once! Es el servicio de la mañana. ¿Eres un
feligrés, Scarlett?
—No realmente —lo admito.
—Eso está bien. Flora está esperando por mí, sin embargo. Se ha
convertido en mucho más observadora acerca de la iglesia desde
entonces… —se aclara la garganta—. Bueno, de todos modos. Tengo
que irme.
Nos abrimos paso a través de las entrañas del castillo, emergiendo
cerca de la puerta principal. Al acercarnos, veo a la Sra. McAndrew de
pie justo fuera de ella, en el puente levadizo, mirando su reloj.
—Lo siento, cariño —dice su marido, caminando hacia ella y la besó
en la mejilla.
—Vamos a llegar tarde —ella se preocupa. Sus ojos parecen
extrañamente fuera de foco, me doy cuenta, su voz es un poco
tambaleante.
—No te preocupes —su marido dice bruscamente, sin parecer darse
cuenta de que ella está en un estado extraño—. El vicario esperará
por nosotros. ¿No acabamos de dar una gran donación para
reconstruir el campanario?
Él extiende su brazo hacia ella, ella se inclina sobre él, y caminan a
través del puente levadizo. Doy un par de pasos hacia el puente
levadizo también, a las afueras de las puertas de madera grandes, me
quedo viéndolos cruzar el foso y caminar por el camino a la cochera.
El viento agita el agua del foso, da vueltas un poco a los cimientos del
castillo. Me quedo allí hasta que el Land Rover sale a través del arco
de piedra y lejos por el camino.
228
Espero hasta que ha desaparecido en la arboleda en la que alguien me
disparó ayer por la tarde, espero cinco minutos más después de eso,
solo para estar segura de que ninguno de ellos ha olvidado nada y
tiene que volver corriendo por ello, escuchando el traqueteo del motor
del jeep viejo se va desvaneciendo, hasta que no queda nada solo los
sonidos del agua que se mueve suavemente por debajo de mí, la brisa
levanta las hojas de los árboles.
Y entonces me doy vuelta y entro en el castillo una vez más.
Estoy tan nerviosa que me pierdo por lo menos dos veces tratando de
encontrar el Gran Comedor de nuevo, a pesar de que debería haber
sido muy fácil por ahora. Pero una vez que lo alcance, la puerta que
da al pasillo de la oficina es inconfundible. Me deslizo a través de ella
y encuentro la puerta de la oficina principal. Con el corazón
desbocado, empujo en ella, suavemente al principio, y luego, cuando
no cede, mucho más fuerte.
La puerta se desliza abierta. Estoy dentro.
229
Traducido por Mayte008 Corregido por Maia8 Dracanea
erré la puerta detrás de mí, asegurándome de que no
quedara abierta y después salí corriendo a través de la
habitación y hasta el almacén. Los estantes recorrían todo
el camino alrededor de la sala, a la derecha hasta el techo y
por encima de los archiveros con viejas cajas de cartón apiladas aquí
y allá, con pilas polvorientas de libros antiguos. Que Dios me ayude
si el copia fiel es uno de estos, porque nunca lo encontraría.
La mayoría de las etiquetas de las cajas son incomprensibles para mí,
pero las escaneo de forma secuencial, en busca de algo que sobresalga
y entonces a mitad del alfabeto, me encuentro con LEGALES, mi
corazón da saltos. Saco el cajón y empiezo a rebuscar entre las
categorías. Lamentablemente, parece lleno de cartas sin fin, del
abogado de los McAndrews al procurador, acerca de los fideicomisos,
codicilos, declaraciones catastrales y un montón de cosas que no
entiendo y espero realmente que no tengan secretos, ya que soy
incapaz de comprenderlos.
Pero con el tiempo me encuentro con una sección marcada como FIEL
/ ESCRITURA DE FIDEICOMISO y saco la carpeta con entusiasmo,
llevándola hasta la mesa principal en la oficina y la abro, con cuidado
de no alterar el orden de los diversos documentos que contiene.
Una vez más, hay un montón de cartas con la firma de abogados, con
el papel cada vez más amarillo por el tiempo, con fechas que cada vez
son más y más antiguas, la clara impresión de una computadora
cediendo a los saltos secos de mecanografía.
A pesar de que entrecierro los ojos obedientemente a cada uno, no
puedo ver que tengan alguna relación con la cuestión fundamental, de
C
230
cómo la herencia del Castillo Airlie funciona. Miro mi reloj.
¡Dios, me he pasado media hora aquí ya! ¿Cómo pude usar tanto
tiempo? ¿Y cuánto dura un servicio en la iglesia?
Probablemente una hora, creo. Agrego un mínimo de diez minutos,
por cada lado de la unidad para llegar a la Villa Airlie y todavía tengo
un poco de tiempo. Pero toma fuera otros diez minutos esperar al jeep
desaparecer y luego hacer mi camino hacia aquí, y quitar otros diez
minutos para apartar todo y llegar lo suficientemente lejos de la
oficina, para no plantear sospechas y eso quiere decir que sólo tengo
media hora aquí. Y ya he tenido treinta minutos, se han pasado
volando y en ellos no he encontrado nada de utilidad cuales quiera...
Con los dedos temblorosos por la prisa, hojeo el resto de la carpeta,
esperando desesperadamente encontrar lo que necesito. Y ahí está,
justo en la parte de atrás de un sobre de plástico, escrito a
mecanografía vieja y tambaleante, fechado el 20 de abril de 1924 y
titulado:
COPIAR FIEL / ESCRITURA DE FIDEICOMISO, PARA CASTLE
AIRLIE, AYRSHIRE PREPARADO PARA LORD MCANDREW BAJO
SU REQUERIMIENTO.
Lord, lo sé, es el título del señor McAndrew. Es como lord, en Escocia
y esto significa que eres dueño de una finca. Y como lord, que ha
pasado de generación en generación. Cuando el Sr. McAndrew muera,
Callum será el próximo Lord McAndrew.
Leo todo el COPIA FIEL, son sólo tres páginas, pero la redacción legal
es increíblemente densa y complicada. Luego comienzo y escaneo a
través de él de nuevo. Estoy sólo en la segunda lectura cuando llego a
la parte crucial y leo la frase por lo menos tres veces, antes de que
entienda plenamente lo que significa. Es muy larga, al igual que todas
las oraciones legales en documentos, parece ser.
Mi cerebro está tan concentrado que se siente torcido en un puño
diminuto. No creo que haya trabajado tan duro en nada en toda mi
vida.
231
El Castillo Airlie y su tierra y el dominio, serán entregados
PARA EL USO del presente Lord McAndrew durante su vida, sin
impugnación por tiempo; con el resto PARA EL USO del
primogénito y cada uno de los hijos de Lord McAndrew de
acuerdo a la antigüedad y género masculino de cada hijo; con
disposición, sin embargo, de que si dichos herederos varones, no
alcanzan la mayoría de edad, que para los efectos del presente,
implica que será definida como la edad de dieciocho años, la
finca antes mencionada pasará con el resto, a ser USADA por la
primer hija de los Lores McAndrew en función de su antigüedad
y los herederos en el nombre de cada hija, con la condición de
que tales herederos tomarán el nombre McAndrew para heredar.
Mi corazón late con fuerza, con lo que creo que he descubierto. Pero
es tal la formulación retorcida, que no puedo confiar completamente
en mi propio juicio. Tengo una pluma y un pedazo de papel en el
escritorio y copio la frase, lentamente, minuciosamente, con una doble
y triple comprobación, para asegurarme de que he transcrito cada
palabra, cada oración, exactamente en el orden correcto.
Y justo en ese momento, oigo a alguien fuera de la puerta.
Me congelo en mi posición, con la pluma en mi mano, como si
estuviera jugando un juego de estatuas musicales yo sola. Mis oídos
se agudizan, desesperadamente tratando de escuchar si la persona
fuera está de paso, porque espero eso fervientemente, o si está a
punto de entrar, lo que sería el peor de los escenarios posibles.
Durante unos treinta segundos, hay un completo silencio. Pero
podría haber jurado que oí pasos silenciosos sobre las losas de piedra
del pasillo, deteniéndose fuera de la puerta de la oficina. Miro a mí
alrededor, de forma rápida evaluando los posibles lugares para
esconderme. Detrás de una puerta, siempre es bueno, pero puedo ver
desde aquí las dos puertas y las dos se abren al ras de la pared, lo
que significa que no habrá ningún espacio detrás de ellas para
meterme. Meto la pluma en el bolsillo, cierro la carpeta tan
silenciosamente como me es posible, preparándome para moverme si
tengo que hacerlo.
232
El silencio sigue siendo total. Estoy empezando a respirar de nuevo
cuando llega el sonido más ominoso, en estas circunstancias, que
pudiera oír.
Es una llave que se inserta en la cerradura.
Me muevo tan rápido que probablemente dejo un rastro de vapor en
mi movimiento. Cuando se abre la puerta, estoy hecha un ovillo en el
mejor escondite que puedo encontrar.
No puedo ver nada más que una pequeña pieza de mucho polvo y
telarañas en la pared. No hay manera de que pueda girar la cabeza lo
suficiente para ver quién acaba de entrar en la oficina. Y dado el
caso, aprieto los ojos cerrados y rezo para que no me vean.
Oigo pasos, de una suela de goma, que podrían ser de cualquiera.
Espero que sea alguien que acaba de llegar y consiga algo que
necesita, lo que significaría que habrían de agarrarlo y salir
inmediatamente.
Aunque, en un fin de semana, con el señor y la señora McAndrew en
la iglesia, no puedo imaginar quién podría ser. . . .
Los pasos caminan lentamente alrededor de la oficina. Oigo una silla
que se mueve, lo que probablemente significa que él que ha venido,
busca debajo de la mesa. Estoy increíblemente agradecida de que no
decidiese ir allí, porque esa fue mi primera idea.
No hay otro lugar para esconderse en la oficina principal. Los pasos se
acercan ahora, vienen a través de la sala de presentación. La puerta
se abre, contra la pared, como si estuvieran comprobando que no
hubiera nadie escondido detrás de ella.
El polvo llega a dónde estoy escondida, se está levantando a mis fosas
nasales. El interior de mi nariz tiene picazón. Estoy luchando contra
un poderoso impulso de estornudar.
A continuación, los pasos se detienen y hacen una especie de crujido
sordo, lo que me indica que su dueño está de pie en medio de la sala,
volviéndose, examinándola.
233
Yo engrapo mis labios y contengo la respiración. Si no respiro, no
puedo estornudar. Realmente espero que sea cierto. Mi pecho palpita
por el esfuerzo de controlar la picazón en la nariz, que por ahora se ha
vuelto tan poderosa que se siente como que podría explotar en
cualquier minuto.
Por un breve segundo lugar, me pregunto quién está de pie tan cerca
de mí, tan cerca que tal vez podría incluso dar un paso más y
extender la mano y tocarme y entonces el pensamiento me hace
entrar en pánico, por lo mucho que me aprieto tan fuerte, estoy
apretando todo mi cuerpo en este momento, luchando contra el
impulso de estornudar con todo lo que tengo.
Oigo pasos otra vez. Mi corazón salta en mi pecho con miedo. Y
entonces me doy cuenta de que están retrocediendo. Se mueven de
nuevo a la oficina otra vez. Todavía no estoy fuera de peligro: si
estornudo ahora, todavía me escucharía. Hago un trago enorme, de
saliva, lo que parece que ayuda.
Y entonces escucho la puerta de la oficina cerrarse de nuevo,
poniendo el seguro, haciendo clic en su lugar.
Mi mano derecha está apretada debajo de mi pecho y tomo el riesgo de
retorcerme hacia arriba, hasta llegar a mi cara, así mi dedo índice y el
pulgar pueden sujetar el puente de mi nariz. Lo aprieto con tanta
fuerza que trae lágrimas a mis ojos, pero el dolor parece detener
cualquier impulso de estornudar.
No me muevo por lo menos durante cinco minutos. Quien acaba de
llegar aquí, todavía podría estar en el interior: podría haber cerrado la
puerta, para hacerme creer que era seguro salir desde mi escondite. O
podría estar esperando en el otro lado de la puerta, para ver si oía
ningún movimiento en el interior de la oficina.
Cierro los ojos y trato de ir a Zen, haciendo caso omiso de los gritos de
mis músculos acalambrados y el dolor de mi nariz. Respiro
lentamente, suavemente, tomando pequeños sorbos de aire a través
de mis labios, luchando contra el impulso de toser cuando las
partículas de polvo gotean en mi boca.
234
Lo intento, en realidad, para relajarme lo más posible, porque sé por
la gimnasia, que es mucho más fácil de sostener una posición, cuando
te relajas en ella, que cuando estás tenso. Finjo que me estoy
durmiendo.
No sé cuánto tiempo esperar. El tiempo suficiente para asegurarme de
que no hay nadie en la habitación conmigo: Estoy segura de no haber
oído movimiento por ahora. Lo suficiente como para correr el riesgo de
que cualquier persona de pie fuera de la puerta escuchando ha
decidido que se trataba de una falsa alarma y se ha ido.
Poco a poco, dolorosamente, me relajo. Mis pies se han dormido, lo
que no es bueno, porque los necesito para estirar. Me las arreglo para
extender mis piernas un poco, a lo largo del estante y girar los tobillos
en círculos, haciendo una mueca ante la sensación, hasta que creo
que es seguro poner mi peso sobre ellas. Entonces las muevo hacia el
aire, las bajo y agarro el borde de la plataforma con mis manos, más
abajo, caminando por los bordes de los estantes debajo de mí, como si
fueran los peldaños de una escalera.
Gracias a Dios, quien creó estos estantes era un buen carpintero.
Cuando estaba entrando en pánico en la oficina, el único escondite en
el que podía pensar en que podría tener alguna oportunidad de no ser
capturada, fue agarrar el estante más alto en el rincón más oscuro de
la sala de presentación, llegar tan rápido como pudiera y hacerme
una bola, bajo el techo, esperando que a nadie se le ocurriría mirar
tan alto.
La gente en general no lo hace, en mi experiencia. Siempre es mejor
ocultarte en lo superior que en la inferior. Son mucho más propensos
a mirar debajo de los escritorios, que en el estante superior de una
alacena.
Puedo recuperar la carpeta de dónde la escondí, bajo una vieja caja de
cartón. Saco el trozo de papel en el que he copiado lo que creo que es
la frase crucial, lo doblo, y lo pongo en mi bolsillo. Luego, tan
silenciosamente como puedo, abro el cajón D—H del archivador
marcado como LEGAL y vuelvo a insertar la carpeta en el lugar
correcto. Cierro el cajón y voy en silencio por la sala de presentación,
en la oficina, hacia la puerta.
235
Y entonces estoy esperando, escuchando, durante un par de minutos,
antes de que me atreva a girar la perilla de la cerradura y abrir la
puerta.
Estoy conteniendo la respiración. Mi pulso late con fuerza, tatuado
con fuerza en el hueco de mi garganta.
No hay nadie allí.
Literalmente, me hundo de alivio. Mis rodillas chocan por un
momento, me siento tan tambaleante como un cachorrito, dando sus
primeros pasos. Y entonces me repongo y echó a andar por el pasillo,
no de nuevo al Gran Salón, por si acaso alguien está sentado en un
sofá, leyendo una revista allí, a la espera de ver si alguien sale por la
puerta que lleva a la oficina. Voy en la dirección contraria, sin idea de
a dónde podría llevarme este pasillo y no me preocupa tanto tampoco.
Tiene que ir a alguna parte, después de todo. Voy a seguirlo y
encontrar la salida del Castillo de Airlie.
Después de todo por lo que he pasado, encontrar la salida no puede
ser un gran reto, ¿no?
Tengo unos agonizantes veinte minutos esperando detrás de los
establos, antes de que Taylor finalmente aparezca en su bicicleta. Ella
jadea, con las mejillas encendidas, su nariz sudorosa, lo que significa
que estaba realmente abatida: Taylor está en tan buena forma que
sólo muestra signos de esfuerzo físico real cuando ha ido mucho más
allá de lo que la mayoría de la gente consideraría un ejercicio normal.
— ¿Qué es eso? —jadea, balanceando una pierna de la bici, y
poniéndola fuera de ella, apoyándola contra la pared del establo en
un sólo movimiento practicado. Le entrego mi transcripción.
—Lo copié del archivo —explico.
— ¿Qué es lo que dice?
—Léelo y dime lo que piensas. Quiero asegurarme de que lo hice bien.
No necesita tanto tiempo, para que Taylor absorba su significado. Ella
tiene un cerebro como una trampa de acero.
236
—Oh Dios mío —dice ella, levantando la cabeza del papel—. Esto es
horrible. —Asiento con la cabeza con tristeza.
—Si no hubiera herederos varones, o mueren antes de cumplir los
dieciocho años, una hija puede heredar —digo.
—Es una laguna, de verdad. Y luego continúa a través de sus hijos,
pero tienen que tomar el apellido McAndrew. Así que siempre hay un
McAndrew en el Castillo de Airlie —agrego, recordando mi
conversación con el señor McAndrew en las mazmorras.
— ¿Así que una hija no puede heredar de otra manera? —Niego con la
cabeza.
—Revisé el resto del documento. Parecía que la propiedad sólo se
transmite a través de la línea masculina, al pariente próximo. Eso
significa que sus hijos no podían heredar tampoco.
—Sexista —dice Taylor con enojo—. ¿No es Catriona la mayor?
—Sí.
— ¡Por lo tanto, debe ser ella quien hereda! —niego con la cabeza.
—Se la salta y va a los chicos.
—A menos que se mueran antes de alcanzar la mayoría de edad —dice
Taylor, leyendo el escrito—. Me pregunto por qué ponerlo en el
documento.
—Tal vez, cuando lo redactaron, sólo había hijos, pero todos estaban
enfermos —sugiero, después de haber tenido algo de tiempo para
pensarlo—.Ya sabes, propensos a morir jóvenes. Había un montón de
mortalidad infantil en aquellos días, creo que más niños murieron
jóvenes que los que llegaron a la edad adulta. Y ellos tenían miedo de
que no hubiera nadie en su familia para heredar el castillo. Así que
querían asegurarse de que si todos los hijos jóvenes morían, tendría
que pasar a una de sus hermanas, en vez de salir a la familia
inmediata de un primo lejano.
237
—Es tan buena como cualquier otra teoría —dice Taylor, encogiéndose
de hombros—. ¿Y dónde está Callum?
—No lo sé.
—Bueno, tenemos que encontrarlo. —Es la primera vez que he oído
nunca una nota de pánico en la voz de Taylor.
—Es su cumpleaños pasado mañana, ¿verdad?
—Sí, pero, ¿cómo puedo enfrentarlo y decirle lo que pensamos? ¡No
tengo pruebas! No puedo comenzar a lanzar acusaciones a su
alrededor. Y si nadie me cree, podría ser realmente peligroso.
La cara de Taylor cae.
—Tienes razón.
—Creo que conozco una forma. Además de esto, por supuesto. —Toco
en el pedazo de papel—. Ayer por la tarde, llamé a Nadia.
— ¿Qué hiciste qué?
—Quería saber quién estaba en la fiesta cuando Dan murió. —Taylor
se encoge de hombros.
— ¿Y? Ella no pudo haberlo visto a todos.
Ella mueve el papel hacia mí.
—Tienen cámaras de seguridad en el pasillo en la casa de Nadia —
digo—. Arriba de las escaleras, en las afueras del ascensor. —Taylor
inmediatamente se repone.
— ¿Crees que gravaron todo esto?
—Está todo computarizado. Los archivos de seguridad lo respaldan. Al
parecer lo guardan durante un año. Tienen toneladas de respaldos y
los padres de Nadia son realmente paranoicos. Eso es lo que ella me
dijo. Además, dijo que cree que significa que no puede llevar más
chicos, porque ellos se darían cuenta.
238
—Bueno, eso es bastante tonto —comenta Taylor.
—Exactamente. Ella sólo va a lugares que tienen chicos. Pero de todos
modos, dijo que miraría las copias de seguridad y quiero saber si
alguien de las fotos que le envié se muestra ahí.
— ¿Qué fotos?
Yo muevo mi teléfono.
—Tomé fotos de todo el mundo. ¿Inteligente o qué?
—Bien pensado —dice Taylor con respeto—. ¿Le dijiste que habíamos
eliminado el video de ella vomitando? —Ahora es mi turno de
encogerme de hombros.
— ¿Cuál es el punto? Ella no nos creería. Nadie confía en nadie.
Básicamente, hasta que consiga algo de mí o de ti, tenemos la
ventaja. Podemos hacer que Nadia nos favorezca, siempre y cuando
nosotros la empujemos.
—Será mejor que nos baste, con que ella no consiga algo de nosotros
—dice Taylor con gravedad.
Hago una mueca. No es un pensamiento agradable.
—Debes llamarla ahora —indica Taylor—. Dile que lo consiga, si no lo
ha hecho ya.
— ¿Yo? —Ella me mira—. ¿Qué hay de ti? ¿Qué vas a hacer?
—Voy a volver al castillo —digo—. Tengo una idea sobre algo que
podría encontrar en la habitación de Catriona.
—Ten cuidado, Scarlett —me advierte Taylor— Dan ya ha sido
asesinado y te han disparado. Esto se está poniendo peligroso.
Ella tiene razón.
239
Pero el testamento no es suficiente. Es solamente un motivo, no una
prueba.
Y pruebas es lo que necesitamos desesperadamente en estos
momentos.
240
Traducción mayte008
Corregido por Dracanea
e escapo de nuevo dentro del Castillo Airlie, a través de la
puerta de la despensa y hasta las escaleras traseras.
Puedo oír a Moira, con las cacerolas de la cocina hacer
ruido alrededor, pero me las arreglo para evitarla y
regreso a las escaleras de servicio que están cubiertas con una vieja
alfombra esponjosa que amortigua mis pasos. Llego al segundo piso
sin tropezar con nadie y con cautela empujo la puerta que lleva al
pasillo principal.
Cruje abriéndose suavemente y me deslizo a través de ella, fácilmente
entrando en el lugar. Todavía no hay nadie: la casa se siente
extrañamente desierta. Me pego por el pasillo hasta el otro extremo,
hasta donde se encuentra la habitación de Catriona. Doy varios golpes
en la puerta y no obtengo respuesta. Doy vuelta a la manija y entro,
sin querer llamo por su nombre a Catriona, en caso de que ella este
cerca y alertar en su atención.
Ella no está allí. Cierro la puerta sin hacer ruido y corro por la
habitación, lanzándome hacia el enorme armario antiguo abierto de
Catriona, que es casi tan grande como toda mi habitación con la tía
Gwen. Ella me mostró su contenido brevemente ayer por la tarde, pero
no tuve una mirada cercana a nada, sólo lo suficiente para admirar
los bastidores de calzado, construidos a un lado, las barandillas de
ropas largas y los estantes en el otro lado con los bolsos y otros
accesorios cuidadosamente dispuestos.
Catriona en realidad no tiene muchas cosas, no como Lucy, quien
apuesto que sus cajones rebosan y sus armarios están repletos con
M
241
equipo de diseño. Así que es fácil encontrar lo que estoy buscando en
los estantes de bolsos.
Ahí está: una bolsa de Marc Jacobs, de piel castaña, con una gran
hebilla de edición limitada, con MJ en ella en forma de barril, con dos
correas laterales grandes.
La saco y revuelvo su interior. No estaba realmente esperando
encontrar el EpiPen de Dan en su interior y por supuesto, no estaba
ahí. Pero hay otras cosas. Una barra de labios. Algunas mentas para
refrescar el aliento. Una fractura pendiente. Un pequeño mapa
doblado de Londres A—Z. Una postal de alguien llamado Fitz, un
envió de sus vacaciones en Cerdeña. Un libro de bolsillo llamado El
Manantial, con un pedazo de papel doblado, que sirve como un
marcador. Abro el libro y saco el papel, sólo para estar completamente
segura.
En él está escrito:
Cat — ¿quieres esta bolsa? la perra de Plum, acaba de
comprarla también. ¡Sólo la he tenido dos semanas! ¡Dios, la
odio! consérvala si quieres o sólo la das a la tienda de caridad,
en Airlie, a mí no me importa.
Tan cabreada.
Luce x x
Giro el papel. Es un recibo para un facial del salón donde Lucy se lo
había hecho, en el que está escrito la fecha de su tratamiento. Hago
un cálculo rápido como un rayo: casi un mes antes de la muerte de
Dan. No me puedo imaginar a Lucy, manteniendo recibos viejos, por
ninguna cantidad de tiempo sólo lo ponía de patitas en la calle y no
los ordenaba en sus bolsillos.
Así que debe haber escrito esta nota, poco después de la fecha en el
recibo. Lo que significa que ella le dio la bolsa a Catriona, semanas
antes de la noche de la fiesta de Nadia.
Reconstruí la cronología.
242
Lucy compró la bolsa y sin duda se la mostró de vuelta a todo el
mundo, emocionada por tener la más reciente edición limitada,
publicada en todas las revistas de bolsas.
Se habría dado cuenta al instante, de que Lucy era la dueña de: la
última Marc Jacobs, incluso sin que nos dijeran: Lizzie tiene una
memoria enciclopédica de trivial de moda.
Pero entonces Plum logró obtener uno también y eso hizo que Lucy se
pusiera tan furiosa, que le dio la bolsa a Catriona, en lugar de tener la
misma como Plum.
(Lucy, debe estar absolutamente llena, porque esta bolsa, debe haber
costado una fortuna y apenas si se ha utilizado, podría haberla
vendido en eBay y conseguir la mayor parte de lo que pagó por ella.)
Así, en la noche de la fiesta de Nadia, la bolsa estaba en posesión de
Catriona. Doy vuelta a la bolsa por encima y la examino. Es de un
color castaño oscuro, brillante y pulido, su solapa decorada con los
postes de oro. Tiene unos botones como tacos debajo también, por lo
que no recibe el sucio, cuando lo pones abajo: los tacos tocan la
superficie no la bolsa, así cuando la usas no tocas lo sucio. Así que la
parte inferior es lisa y sin manchas.
Pero no puedo decir lo mismo de la parte posterior de la bolsa. Hay
que mirarla de cerca para verlo, porque la mancha es pequeña y débil
y no mucho más oscura, que el color marrón del cuero, pero sin duda
existe. Ha penetrado en la piel lo suficiente, para que yo la vea ahora.
Puse mis dedos en el interior en el revestimiento de la bolsa. Es de un
material de color beige pálido, pero cuando muevo mi mano, hasta el
lugar donde se tiñe la piel exterior y tira el forro, puedo ver que hay
una gran mancha en ella. Se ve grasoso.
Hay algún residuo blanco a su alrededor, como si alguien intentara
sin éxito limpiarlo. Puse mi nariz para olfatear y aunque no hay olor,
no esperaba uno de hace seis meses, pero pensé que debía intentarlo
de todos modos.
Grasa. Aceite. Aceite de cacahuete.
243
Pienso en la botella de aceite de maní, que encontré escondido en un
armario, detrás de la barra plana de Nadia. Alguien trajo la botella de
aceite de cacahuete, así que podrían envenenar las patatas fritas, que
esperaban que Dan quisiera comer.
Y lo sacaron, poniendo la botella en el armario, porque no podían
arriesgarse, a que el aceite se encontrara en su posesión, en el caso de
que su plan saliera mal.
Estire la abertura de la bolsa de Marc Jacobs, lo que confirma que,
como yo pensaba, hay un montón de espacio, para poner una botella
de aceite de maní dentro. Y si llegara a haberse volcado en la bolsa y
si el sello de plástico no era perfecto, podría haberse filtrado un poco
por su cuello y así un poco de aceite, podría haber filtrado fuera. Lo
suficiente como para manchar las paredes y filtre a través de la piel y
mancharla, también.
Prueba, que si alguien analiza esta mancha, es que aceite de maní, se
colocó en este bolso. Me pregunto si quien trajo la botella de aceite de
cacahuete lo limpió después. En ese momento yo pensaba que lo
tenía. Pero todavía sería digno de comprobación, si la policía lo tomará
en serio. Y tal vez, ahora que estoy acumulando todas estas pruebas,
lo harán. . .
En ese momento escucho un ruido en el pasillo y salto sobre un pie
en el aire por la sorpresa. Deslizando la bolsa de nuevo en el estante,
cierro la puerta, empujando la nota en el bolsillo de mis jeans.
Miro a mí alrededor frenéticamente, por un lugar para esconderme. Al
lado del armario esta la puerta al estudio de Catriona: me deslizo
dentro, dejando la puerta entre abierta y pongo el ojo a ella.
La puerta del dormitorio se abre y alguien entra en juego ¡Oh Dios, es
Catriona! Me muevo lejos de la puerta, preguntándome si voy a ser
capaz de esconderme detrás de ella, si entra en su estudio,
esperando que no se vaya a quedar en su habitación por mucho
tiempo. . . .
Entonces me doy cuenta de que su caminar parece extrañamente
inestable. Cruza la habitación hasta la ventana y cuando se gira para
mirar por ella, me doy cuenta con gran alivio de que no es Catriona
después de todo. Es la Sra. McAndrew, de regreso de la iglesia.
244
Son tan parecidas, el pelo rojo, la complexión delgada, pero es
espeluznante ver lo que tú piensas que es una joven de veinte años
de edad y después te das cuenta de todas las líneas y arrugas en la
cara, como una película de terror, donde la edad de alguien cambia
delante de tus ojos.
— ¿Catriona? —dice, pero no como si estuviera esperando encontrar a
su hija aquí. Es como si estuviera haciendo una pregunta, de la que
ella ya sabe la respuesta. Ahí está esa rareza misma en su voz, de la
que me di cuenta antes, sobre el puente levadizo. Ahora, sin su
marido que le ofreció su brazo, ella se tambalea y se agarra de las
cortinas de la ventana para atraparse a sí misma. Oh mi Dios. Creo
que la señora McAndrew está borracha.
—Catriona — dice de nuevo y entonces comienza a llorar.
Me parte la cabeza. La visión de su dolor es demasiado para mí. Fui
invitada aquí, al Castillo Airlie, por la señora McAndrew. Me siento
increíblemente culpable. Quiero ir a ella y darle un abrazo, dejarla
llorar en mi hombro, pero el choque de mí presencia, en lo que ella
cree que es una habitación vacía, puede hacer las cosas aún peor.
Soy probablemente la última persona que quiere ver, de todos modos.
Soy un recordatorio a pie, de cómo su hijo murió en circunstancias
misteriosas, que deben hacer aún más difícil para ella soportar.
Aunque si Taylor y yo estamos en nuestra teoría de quien mató a Dan
y por qué, probablemente la única cosa peor para la Sra. McAndrew,
que su muerte sigua siendo un misterio que para ella, que saber la
verdad detrás de él. . . .
Oigo movimiento y miro hacia atrás, a través de la puerta
entreabierta a la habitación. La Sra. McAndrew, está haciendo su
camino de regreso a través del cuarto, tropezando cuando se va. Se
detiene frente a la puerta del pasillo y saca algo de su bolsillo.
Es un frasco. Toma un sorbo de él, se limpia los labios y suspira con
satisfacción, deslizando el frasco de nuevo en el bolsillo de su
pantalón nuevo. Cuando sale de la habitación, está caminando
realmente mejor, como si todo lo que bebió la hubiera recompuesto.
245
Esto es muy, muy triste.
Espere unos minutos antes de bajar a la puerta abierta. La Sra.
McAndrew no está a la vista. Rodeo por la escalera principal,
demasiado impaciente para doblar de nuevo hacia las escaleras de
siervos, corriendo por dos o tres pasos a la vez. Al comprobar la bolsa
en el armario de Catriona, me he convencido más que nunca, de que
Callum puede estar en peligro en estos momentos.
Sólo que, debido a la disposición extraña del Castillo de Airlie, acabo
teniendo que correr en torno a dos lados del castillo, con el fin de
llegar a la cocina. Debería haber tomado la parte de las escaleras de
atrás después de todo. Estoy respirando más rápido cuando irrumpió
en la cocina.
—Moira, ¿has visto a Callum en cualquier lugar? —exijo. Moira me
mira, sorprendida.
— ¡Scarlett! ¿Por qué tienes tanta prisa, gallina? —pregunta—.
Espera acabas de conseguir la última rebanada de pastel del molde
—. Ella sostiene un tazón de porcelana, inclinándolo sobre un molde
metálico con una mano y raspando con una espátula con la otra.
—Chocolate y frambuesa — dice ella—. El favorito del amo Callum.
—Tengo que encontrarlo — le digo con urgencia—. ¿Sabes dónde
está?
—Tomó una pistola, después del desayuno — dijo Moira, abriendo la
puerta de hierro del enorme horno marca Aga. Una gran corriente de
calor se derrama, pero Moira ni se inmuta por completo. Ella deposita
el molde y cierra la pesada puerta de hierro de nuevo.
—dijo que quería hacer un poco de tiro al plato.
— ¿Dónde iría si quisiera hacer eso?
Moira levanta las cejas al oír la prisa en mi voz. Pero ella no me
pregunta qué está pasando, sólo asiente con la cabeza hacia la puerta
de la cocina, diciendo—: Por ahí, gira a la izquierda y camina a lo
largo del acantilado. Vas a ver las ruinas por delante, donde era el
antiguo castillo. La arcilla del tiro al plato, está delante de la vieja
torre en ruinas. Tú te lo pierdes.
246
—Gracias, Moira —digo y corro hacia la puerta.
Nunca he sido tan feliz en mi vida de que estoy en forma. Hago un
sprint a través del puente de hormigón y para cuando me doy cuenta
estoy corriendo por el sendero del acantilado, no troto, estoy en plena
carrera. Esta más allá de lo que pensé, pero mantengo mi ritmo,
rápido y constante. Me escucho incluso jadeando para respirar, si no
fuera por el sonido de las olas, al romper contra el acantilado allá
abajo y los gritos de las gaviotas, dando vueltas sobre mi cabeza, en
picada y buceando para pescar los peces. No puedo oír nada más que
el mar y los pájaros, ni siquiera el sonido de un disparo de escopeta.
Lo cual no significa, por supuesto, nada en absoluto.
Finalmente veo la primera señal de las ruinas del castillo: piedra gris,
medio oculta por un árbol de roble enorme. Se trata de una torre,
como dijo Moira y es tan sorprendente, que me quedo viendo,
olvidándome de ver a mi paso. Tropiezo con una piedra en el camino y
casi salgo volando. Me salvo a mí misma, con un salto enorme torpe,
aterrizando con ambos pies.
Me paro y estudio la torre. Estoy casi debajo ahora. Y es más que una
torre, en realidad: hay una gran parte del antiguo castillo restante que
la rodeaba, aunque en una triste condición. Las malas hierbas crecen
entre las piedras y parece como si el roble creciera demasiado cerca
de la torre para su seguridad, ya que una de sus ramas parece haber
crecido a través de una de las paredes.
Ando, más lento, alrededor de la torre, mirando a las paredes
existentes del antiguo castillo. Estoy buscando e tiro al plato, pero
antes de encontrarlo, oí un disparo. Desde arriba de mí.
Los pájaros vuelan por encima de donde han estado ocultos en el
árbol de roble, gritando el uno al otro, batiendo sus alas con fuerza. Y
mi teléfono vibra en mi bolsillo. Tengo un mensaje entrante. De
Taylor.
¿DÓNDE ESTÁS?
Escribo el texto frenéticamente, mis dedos temblorosos por los
nervios:
247
TRATANDO DE ENCONTRAR A CALLUM
El texto de Taylor casi llega de inmediato:
NO ENVÍAS UN MENSAJE DE SEGURIDAD A CAM, AHORA
Puse el teléfono en silencio. Estoy dando vueltas ahora a las paredes,
buscando la manera para subir en la torre. Finalmente, una brecha
en la pared. Me lanzo a través de él y me encuentro en una herbosa
área abierta que alguna vez debió haber sido la sala principal del
castillo, porque todavía aquí están los tocones de los pilares de piedra
a lo ancho, lo suficientemente amplios como para soportar un gran
techo abovedado.
Y al frente de mí esta la base de la torre. Mi teléfono vibra contra mi
cadera. Me arrastro hacia fuera y apuñalo un botón, para ver mi
mensaje entrante. La ventana se abre. Miro fijamente, horrorizada, en
la foto de frente a mí.
Es Moira, sonriéndome por encima de la pila de platos que está
llevando. El rostro de Moira apareció en las cámaras de seguridad de
Nadia. Moira estaba en la fiesta en que Dan murió.
Entonces, ¿cómo encaja Catriona en todo esto? Tal vez Callum, no
está en peligro en lo absoluto. ¿O está tratando de matar a Moira a
Callum también, así Catriona puede heredar?
Me dirijo a lanzarme de nuevo al Castillo Airlie. Y luego otro disparo
suena, en lo alto de la torre. No puede ser Moira allá arriba hay una
forma en que podía haber llegado aquí antes que yo, no conmigo
corriendo a tope.
Vacilo. Podría ser Callum el que está arriba, apuntando a las aves.
Hay una explicación perfectamente inocente por los disparos. Y
mientras Callum y Moira no se encuentren, nada malo puede ocurrir.
Tengo que volver al castillo.
Sólo estoy limpiando las paredes de las viejas ruinas, cuando mi
teléfono vibra de nuevo.
248
LO SIENTO, LO SIENTO, FOTO ENVIADA MAL, AQUÍ ESTÁ LA
CORRECTA.
Y hay una foto adjunta. Hago clic en ella y lo que veo me asusta
tanto, que dejó escapar un pequeño grito. No es la foto que tomé de
Moira y le envié a Nadia, para que pudiera compararla contra la
cámara de seguridad.
Es una de Catriona.
Giro en redondo y corro de regreso a la torre tan rápido, que ni
siquiera siento el suelo bajo mis pies. Hay un hueco oscuro en su
base, que ya cerca de ella, se resuelve en una estrecha entrada, que
conduce a una escalera de caracol de piedra.
Empiezo a correr hasta un saliente flexible de piedra, que se convierte
bajo la suela de mis zapatos tenis en un par de escaleras. En mi
estado de nervios, suena como una bola de demolición, estrellándose
contra una pared. Me paro en seco, apoyada de bruces contra la pared
de piedra detrás de mí, sólo me permito la respiración para
aliviarme lentamente, en silencio a través de mi nariz, aunque mis
pulmones están respirando con alivio.
Por encima de mí, oigo una voz, pero no puedo distinguir si es hombre
o mujer y mucho menos a identificarla. Me parece oír pasos, también,
pero cerca de la torre al borde del acantilado y el ruido de las olas
golpeando por debajo de nosotros y los gritos lastimeros de las
gaviotas, son lo suficientemente altos, como para que sea difícil para
mí, distinguir cualquier otro sonido.
Lo que podría trabajar en mi favor. No puedo oír lo que está pasando
ahí, pero espero que quien sea que esté allá arriba, no me oiga bien.
Para estabilizar mi respiración, me dedico a subir las escaleras,
teniendo más cuidado en los escalones que se desmoronan. Esta torre
no es exactamente segura: hay grandes grietas en las paredes. Pero
los pasos parecen mantener mi peso lo suficientemente bien y no
tengo otra opción. Tengo que seguir subiendo.
De repente, un rayo de luz incide en el pozo de la escalera de caracol.
Tengo que estar cerca de la parte superior.
249
Con cautela, me agacho y me desplazo hasta los últimos peldaños. Y
entonces levanto la cabeza de a poco, hasta que mi línea de visión, es
apenas en el nivel del suelo.
Veo, primero que todo, pies. Botas, Jeans. . . Inclino mi cabeza hacia
atrás, mirando el cuerpo. Es Callum. Él está de pie más lejos de mí de
lo que yo esperaba y me doy cuenta de que la torre no es sólo una
escalera, que hay un nivel superior de todo aquí, que no podía ver
desde el suelo, probablemente porque estaba oculto por los árboles de
roble.
Tras él hay una pared de piedra en ruinas, por lo que puedo decir. Y
no es de extrañar que se desmorone aquí, el techo ha desaparecido
por completo. Nada más que cielo arriba.
Hay una escopeta apoyada en la pared junto a Callum. Sus brazos
están a los lados, pero hay una gran ventana a su espalda y por la luz
que vierte a través de él, no puedo ver la expresión de su rostro.
—Si esto es una broma, es enfermiza —dice, sonando completamente
incrédulo— ¡No puedo creer que hagas esto!
—No es una broma — dice una voz detrás de mí. — ¡Solo es así, Cal!
— ¡Estás loca! ¡Te has vuelto completamente loca!
Callum toma un par de pasos hacia delante y detrás de mí, un
disparo resuena. Los ecos ensordecen en la sala de piedra y agacho la
cabeza, pongo las palmas de mis manos sobre mi cabeza, aterrorizada
por los rebotes. Callum salta de nuevo, gritando algo que se pierde en
el ruido de la explosión.
Parece una eternidad para que el ruido se apague. Espero hasta que
sea seguro, de que no hay una bala que rebota en la piedra, antes de
levantar la cabeza de nuevo. Callum da un paso más atrás, aterrado
más allá de las palabras.
250
—Simplemente salta, Cal. Todo habrá terminado antes de que lo
sepas.
Catriona se lanzó hacia adelante, casi al nivel de las escaleras ahora.
Sólo tengo que inclinar la cabeza para verla. Ella tiene una escopeta
en sus brazos, apunta directamente a Callum.
—Cat, no lo entiendo — suplica Callum, frotándose las manos
violentamente sobre su cráneo—. Por favor, ¡dime lo que está
pasando! ¿Es algún tipo de juego? Si lo es, no es sangrientamente
divertido, ¿de acuerdo?
—Jesús, Callum! —Catriona grita. — ¡No hagas que te dispare!
— ¿Por qué? ¿Por qué me dispararías? —su hermano grita de nuevo.
—Porque sólo puedo heredar el Castillo Airlie, si estás muerto — dice
Catriona furiosamente—. Aunque soy la mayor de los tres de
nosotros, no podía heredar, porque yo soy una chica. ¿Sé que no te
parece lo más injusto del mundo? ¿No es así? ¿O simplemente lo
damos por sentado que debes conseguir el Castillo Airlie, porque eres
un niño?
—Pero Cat, no iba a conseguir el Castillo Airlie tampoco — señala
Callum desesperadamente — porque Dan es –era —media hora mayor
que yo. ¿Cómo es eso justo tampoco?
— ¡Yo soy mayor que los dos! ¡Dos años mayor! ¡Debería haber sido
para mí! —grita Catriona.
Callum se cubre la cara con las manos.
—Jesús, Cat —dice—. No tenía ni idea de que te sentías así. Te lo
prometo, no tenía ni idea. Nunca dijiste una palabra.
—No habría habido tenido ningún punto — dice—. No hubiera
cambiado nada. Se lo comenté a mi padre una vez y ¿sabes lo que
dijo? ´Las chicas se casan y van a vivir con sus maridos Cat, así es
como funciona' ¡Bueno, yo nunca me voy a ir del Castillo Airlie! Nunca.
251
Voy a hacerlo perfecto, voy a hacer todo el trabajo que necesite
hacerse y que papá y mamá, han dejado de lado todos estos años.
—Cat, sólo baja el arma, ¿de acuerdo? —Callum suplica—. No estás
en buen estado. Por favor, baja el arma y vamos a hablar de esto —.
Dio un paso hacia ella, con la mano extendida.
—Te voy a disparar si das un paso más, Callum — Catriona apunta—.
Juro que lo haré. He ido demasiado lejos para detenerme ahora.
— ¿Qué quieres decir? —Callum mira a su hermana, con los ojos
llenos de rabia—. Oh, Dios mío ¿Dan? No podrías haberlo hecho. Eso
fue un accidente, ¿verdad? —Catriona da una risa seca y
desagradable.
—Correcto — dice—. Fue un accidente, en realidad, lo creas o no. Fui
junto a esa fiesta con un grupo de amigos de Lucy y puse aceite de
maní en cada plato de patatas a la inglesa que pude encontrar. Era
tan fácil. — Ella soltó una risa horrible de nuevo—. Yo sólo goteaba
un poco de aceite en cada plato, antes de que sirvieran las patatas
fritas, entonces las agite un poco con la mano, para que no tuvieran
algún rastro de aceite sobre ellas. Nadie se fijó en mí. Yo no soy una
de su grupo y lo único que quería hacer era beber y fumar y bajar la
cara lo más rápido posible. No le importó un pepino lo que estaba
haciendo.
Oigo su posición que cambia ligeramente, moviendo sus pies sobre
las losas de piedra.
—Eran las patatas fritas favoritas de Dan, las azules que amaba —
dice—. Yo las traje a la fiesta. Estaba segura de que volvería a comer
algo y por supuesto, como todos hemos dicho desde el principio de los
tiempos, que sólo hace la más mínima traza de aceite, para enviar a
Dan a un shock anafiláctico, ¿no?
—Pero no— dice Callum débilmente.
252
—Así es, no lo hizo. Scarlett comió algo en su lugar. La vi en el bar,
hablando con él. Entonces, cuando ella lo besó, ella todavía tenía un
poco de aceite de maní en la boca, lo que fue suficiente, para
provocar el choque. Increíble, ¿no? Me hizo las cosas mucho más fácil
para mí — añade—. Todos los ojos estaban puestos en ella. Nadie
siquiera miró a las patatas fritas. No podría haberlo planeado mejor.
—Cat —Callum comienza. Su voz suena horrible ahora, áspera por la
sorpresa.
—Y esto va a ser un accidente, también — interrumpe Catriona—. Tú
estabas aquí disparando y el suelo cedió por la ventana. Todo se
desmorona de todas formas, todo el mundo creerá eso.
— ¿Y si yo no saltara? —Callum le pregunta con voz ronca, sonando
tan dudoso que puedo decir que todavía no cree que va a hacer que lo
haga.
—Entonces te voy a disparar, como he dicho y te dejare sangrar. Hare
que parezca que tropezaste y te disparaste a ti mismo, con tu propia
arma. Eso va a ser una muerte mucho más desagradable, Cal. Yo
saltaría si fueras tú.
—Nadie va a creer que yo sería tan torpe — dice Callum con furia.
— ¿Qué más van a pensar? ¿Qué te dispare? —ella se ríe, una risa
amarga bastante desprovista de cualquier diversión—. Vamos, voy a
ser su único hijo. Me creerían cualquier cosa, antes de que pudieran
pensar que te maté a ti y a Dan!
—No vas a obtener el castillo de todos modos, Cat, incluso si yo
salto — dice Callum, sonando frenético.
—Oh, sí, lo haré — Catriona dice con frialdad—. Hay una cláusula en
el testamento del fideicomiso. Si todos los herederos varones mueren
antes de alcanzar la mayoría de edad, el Castillo de Airlie pasa a
cualquier sobreviviente hermana. Sólo me di cuenta de eso hace seis
meses, pero empecé a hacer planes inmediatamente. Tenía que lograr
que se hiciera antes de su cumpleaños XVIII.
253
Da un paso más hacia Callum. Si va a hacer que parezca que se
disparó por accidente, tendrá que pegarle un tiro a quemarropa. Y eso
va a tratar de hacer, estar lo suficientemente cerca, y la podía a solo
extender la mano y agarrarla del tobillo. Sopeso las probabilidades.
Si la tumbo, el arma podía dispararse y cualquiera de nosotros podría
salir herido. Pero si no lo hago, va a matar a Callum.
Callum todavía puede tener algunas dudas sobre la seriedad de la
determinación de Catriona para matarlo. Yo no lo hago. Callum el
hermano de Dan, quien murió en mis brazos. Lo sé, más que nadie,
Catriona que ya ha asesinado a un hermano. No dudara en matar a
Callum ahora.
Tengo que correr el riesgo.
Levanto mi brazo derecho y lo muevo hacia fuera a través del suelo,
alcanzando el tobillo de Catriona. Pero cuando mis dedos tocan su
bota, da un paso más. Mi captura se pierde por una fracción de
segundo. Caigo extendida sobre la piedra fría, cuando Catriona
dispara el arma. La explosión es tan cerca que algo golpeando en la
cabeza. Mi cerebro está girando con las reverberaciones del impacto.
Cuando chasquee mis ojos se abren de nuevo, veo el polvo suspendido
en el aire, virutas finas de piedra de donde Catriona disparo y un
rebote cayendo al suelo.
Pero no veo a Callum. Sólo el vacío donde estaba parado.
Un terrible grito rebota en las paredes que se desmoronan en el aire.
Soy yo. Yo soy la que está gritando.
254
Traducido por Jesica
Corregido por Dracanea
presurando a mis pies y corriendo a través del suelo
hasta el lugar donde vi por última vez a Callum,
empujando a Catriona pasadola en mi camino. Era
llevarla abajo o averiguar qué pasó con Callum, eso no es
opción. Tengo que ver a Callum, o lo que queda de él.
Me levanto cortando un pie descalzo antes de caer a la muerte. Oh mi
Dios. Yo no entendía muy bien por qué Catriona estaba diciendo a su
hermano que saltara, ya que la torre no es tan alta. Pero este antiguo
edificio se apoya sobre los acantilados, hay una caída en picada hacia
abajo en la pared que hace tiempo ha desaparecido. Estoy al borde, el
suelo de piedra desmoronándose por debajo de mí, mirando las rocas
de abajo y el mar gris golpeando con fuerza, espuma blanca
espumosa, surgiendo hasta los dientes afilados de los acantilados.
Pero lo que no veo es el cuerpo de Callum acostado allí. Mi corazón
late con fuerza. Y entonces escucho algo, un movimiento justo debajo
de mis pies. En un instante, caigo de rodillas y estiro la cabeza sobre
el borde.
Callum está colgado allí, ambas manos alrededor de un bloque de
piedra que sobresale de la pared. Sus ojos se abren al ver mi cara
aparecer justo encima de la suya.
—Scarlett— se las arregla.
— ¡Espera, Callum!
Miro hacia abajo. No hay lugar para que él salte nada más que roca
desnuda debajo de él. Detrás de mí, oigo el sonido de una escopeta
que se acumuló. Gire redondo.
A
255
Catriona está apuntando el arma hacia mí. Nunca miré la punta de
una escopeta antes, mucho menos cuando está dirigida a mi pecho.
La visión de los dos barriles de color negro brillante es la cosa más
espantosa que he visto en mi vida.
—Tú también—dice, mirando fijamente a los ojos—. Vas por el borde
también. Salta.
Me recuerdo acostada en la cama de Catriona anoche, riendo y
bromeando con ella. Pensando en lo bonito que era, lo normal. Anoche
estaba casi segura de que era Lucy quien había matado a Dan, por el
amor de Callum.
Ahora te miro a los ojos rasgados grises Catriona y me pregunto cómo
podría haberme gustado. Porque todo lo que veo ahí es una verdadera
locura, aterradora.
Me preparo. Voy a saltar dos pasos, golpeo el suelo en un rollo,
pateando las piernas fuera de ella. Sé que puedo hacerlo. Ella no va a
esperar lo rápido que puedo llegar a ella. Nadie que no haya visto un
gimnasta esprintar hacia ellos se da cuenta de lo que es una cabeza
de velocidad que puede alimentar hasta desde un principio. Voy a
estar en ella antes de que lo sepa, tan pronto como estoy en mi puesta
al día, voy a estar por debajo de los cañones de los fusiles. Si se van,
va a disparar por encima de mi cabeza. Y Callum, colgando muy por
debajo del nivel del suelo, estará a salvo de cualquier bala perdida.
Puedo cambiar mi peso a los pies, levantando ligeramente, a punto de
echarse a la perfección la acción
—¡Scarlett! ¡Ayuda! —Callum grita desesperadamente. Y escucho un
aterrador sonido de deslizamiento, al igual que las uñas deslizándose
por un bloque de piedra.
No tengo otra opción. Tengo que ayudarlo. ¿De qué sirve hacer que yo
acabe con Catriona si Callum está cayendo a su muerte debajo de
nosotros?
Me dejo caer en el suelo en un solo movimiento, arrastrándome por el
borde, colgando mis brazos a alcanzarlo.
256
Una de sus manos se deslizó sobre el bloque y está llegando arriba,
agitando el aire, tratando de obtener un control sobre algo. Me agarro
y cavar mis dedos con fuerza en los músculos de su antebrazo. Su
mano se cierra tan bien sobre mi brazo.
Wow, es fuerte. Sé que puedo tirar de él, sé que puedo, si Catriona
sólo nos dejara solos.
— ¡Oh, qué dulce!— Catriona se burla—. Viste a un hermano morir y
ahora puedes verlo por una segunda vez ¿Quién te gusta más,
Scarlett? ¿Dan o Callum? Dan era el encantador, pero vale la pena
Callum dos veces de él, ya sabes. Pregúntale a cualquiera.
Para mi horror, veo la cara de Callum, volcada hacia la mía,
deformada de dolor mientras ella se burla de mí. Las lágrimas
asomaban a sus ojos cuando Catriona insulta a Dan. Siento su agarre
deslizarse un poco, sus dedos se deslizan por una fracción hacia mi
muñeca y me tomo una respiración profunda, profunda, agarrarlo con
más fuerza, lo lance hacia arriba con cada átomo de fuerza en mi
cuerpo.
— ¡Adelante!— Le grito salvajemente hacia él, a la derecha en su cara,
esa cara que es tan guapa como la de Dan, pero tan diferente al
mismo tiempo, tan llena de una fuerza que nunca Dan cultivo.
— ¡Ya te tengo! ¡No voy a dejarte ir!— Le doy otro recorrido, con una
mano en la excavación de una grieta en el suelo de piedra, el otro
arrastrando un peso muerto de Callum, el lats por el lado de mi brazo
y la espalda gritando en protesta, hasta que de pronto me doy cuenta
de que no es un peso muerto ya.
De alguna manera, lo he levantado lo suficiente para que él se las
arreglará para encontrar un punto de apoyo que se está dando mucho
de su peso corporal. La presión sobre mi brazo se afloja lo suficiente
para que pueda darme el lujo de llegar a mi otro brazo hacia abajo
ahora, sin necesidad de aferrarme a la tierra para salvar la vida,
Callum, al ver al instante lo que estoy haciendo, suelta el embrague
en el bloque de piedra y la mía agarra su lugar.
257
Dios, que es pesado. Aprieto los dientes y lo levanto hacia arriba,
apretando los músculos del estómago con fuerza para ayudar a mi
regreso a soportar el esfuerzo. Siento a Callum llegar más alto, me
siento a conseguir un equilibrio mejor en cualquier grieta en la roca
por debajo de él ha encontrado para moler su bota, tengo una oleada
de entusiasmo, sabiendo que puedo tirar de él hacia arriba. Puedo
salvar su vida al igual que no podía salvar a Dan.
—Oh no— Catriona dice sobre mí—. ¡No, no, no! ¡Lo siento, pero no he
venido hasta aquí para echarme atrás ahora!
Y siento el cañón de la pistola, el frío y duro, contra mi sien.
—Déjalo caer— dice ella—. Déjalo caer y te prometo que no te voy a
matar.
Debe pensar que soy la tonta más grande en el mundo si ella aún
imagina que me la creo. Pero apenas puedo llamar a su farol. Las
prensas barril se estrechan contra mi sien. Me estremezco, a pesar de
mí misma, mis manos sobre Callum aflojan por un segundo.
—Hazlo— me dice él.
Sus ojos están mirando directamente a los míos. Gris y claros y
tratando de decirme algo, frenéticamente, con todo lo que tiene.
—Hazlo— repite—. Está bien.
Él comienza a soltar su agarre en mis antebrazos y grito: — ¡No! ¡No!
No voy a dejarte ir — y aprieto mis manos sobre él para
convulsivamente que puedo sentir mi cuerpo superior entero
temblando de la tensión.
— ¡Entonces yo lo voy a hacer!
La voz de Catriona se eleva a un tono alto, que suena a un loco grito.
Ella arrastra el cañón de la escopeta de mi frente. El alivio de haberlo
pasado es intenso, pero es inmediatamente reemplazado por el miedo
de lo que va a hacer a continuación. A pesar de que apenas puedo
levantar la cabeza con la cepa de la participación de Callum, estiro el
cuello hacia atrás lo suficiente para verla desde abajo.
258
Se cierne sobre mí, su sombra cae sobre nosotros, ella invierte la
escopeta, agarrándolo por los barriles, y la levanta por encima del
borde del abismo, a punto de llevar las acciones sobre mí y las manos
entrelazadas de Callum.
Cierro los ojos y aferrándome a él con cada átomo de la fuerza que me
queda, aunque sé que no servirá de nada. Estamos completamente
vulnerables.
Miro hacia abajo a Callum otra vez, mira fijamente hacia mí. Ha
dejado de tratar de dejar de mí ahora. Y de alguna manera, estamos
mirando el uno al otro, todo lo que puedo ver es los ojos grises de
Callum, espesamente bordeadas de oscuro sedoso pestañas, con los
establecido bajo sus oscuras cejas fuertes. Me doy cuenta por primera
vez que tiene motas de oro-verde en sus iris grises, como los chips de
mica que captan la luz, un momento de calma absoluta pasa entre
nosotros, me deja entrar en pánico. Para ese momento, ese largo
momento, no pienso en otra cosa que mirar hacia abajo a los ojos de
Callum.
Espero el golpe de Catriona por venir, aferrarme tan fuerte como
pueda con él.
De repente, la cara de Callum abajo se ilumina, pero no en la
expresión. La sombra sobre nosotros se ha levantado. Catriona se ha
movido. Y en ese instante, algo cae pesadamente sobre mi pie, y oigo
señales de lucha, un cañón de la escopeta golpes de piedra, jadeos y
gruñidos y aterrizar de puños en carne.
No tengo tiempo para mirar a su alrededor, no hay tiempo para hacer
nada más que concentrarme, con fuerza, arrastrando a Callum arriba.
Cierro mi espalda y acurrucándome en mis abdominales, con todo lo
que tengo y lo que no, arrastro lejos de los brazos de Callum en una
serie de tiempo, milagrosamente poderoso, un tirón que se ejecuta
derecho por mis hombros, en la espalda y mis tendones, mientras mis
dedos desesperadamente cavan en el suelo de piedra escarbando un
punto de apoyo, lo que me obliga a permanecer allí y no empujar
sobre el borde.
259
Puedo sentir los cordones en el cuello de pie con el esfuerzo terrible,
mis dientes de bloqueo juntos en una mueca. La cara de Callum
debajo de la mía se cuela en un rictus de concentración mientras
balancea su cuerpo hacia arriba y se acerca a la pared, con las manos
para sostenerlo, más y más alto hasta que él tiene lo suficientemente
alto como para agarrar el borde de la pista y usar sus poderosos
brazos y los hombros para empujar sobre sí mismo.
La escopeta se dispara detrás de mí.
Yo grito, aunque estoy tan agotada por el esfuerzo de tracción de
Callum con la seguridad de que todo lo que sale es un graznido poco
seco.
Callum se arrastra en el suelo a mi lado, jadeando como si estuviera
corriendo una carrera de obstáculos. Él me agarra, acariciando sus
manos arriba y abajo de mi cuerpo, sus ojos desorbitados.
— ¡Scarlett! ¿Estás bien? Scarlett!
Asiento con la cabeza sin decir nada. Todo mi cuerpo se está
quemando con la agonía de forzar mis músculos más allá de sus
límites naturales, pero creo que lo sabría si hubiera recibido un
disparo.
¿O lo haría? Con la cantidad de adrenalina a través de mí, ¿podría
realmente saber? ¿Y Callum saber si le habían disparado? La idea me
asusta tanto que me siento y lo escaneo con él mismo pánico, con los
ojos desorbitados de pánico. No puedo ver nada de sangre en él,
gracias a Dios. . . .
Suena loco, pero estamos tan intensamente concentrados en sí,
después de lo que acabamos de pasar, que no es hasta que nos hemos
asegurado de que los dos estamos sanos y salvos que se me ocurre
mirar a nuestro alrededor. Catriona está tendida en el suelo, boca
abajo, a varios metros de nosotros. El cañón de la escopeta es sólo
visible por debajo de ella. Y al otro lado de la habitación, el cuerpo en
un ángulo extraño en la pared, la cabeza torcida ahí, es:
— ¡Taylor!
260
Salto a mis pies, todo el dolor olvidado, corriendo a través de la
habitación. Si Taylor está herida por salvar nuestras vidas, nunca me
lo perdonaré.
—Taylor— me arrodillo a su lado. —Taylor, ¿estás bien? ¡Taylor!
Tomo su cabeza entre mis manos y giro suavemente, mi corazón latía
de miedo. Por favor, por favor, dime que no ha roto el cuello.
Los ojos de Taylor se abren de golpe como alguien de una película de
terror que vuelve a la vida. Grito de nuevo, algo que estoy haciendo
demasiado mucho esta tarde, pero de nuevo, todo lo que producen es
un graznido ronco.
— ¡Ay!— dice enojada—. ¡Deja de torcerme!— ella pone sus manos
debajo de ella y se levanta para arriba—. Me duele la espalda mucho—
se queja.
Pero de repente hay un aullido de Callum, redondo tan crudo y herido
que giro, aterrorizada de que de alguna manera se ha dado cuenta de
que, después de todo, le han disparado.
Está arrodillado junto al cuerpo de su hermana. Él le dio la vuelta,
ella está mintiendo en sus brazos, con la cabeza dejándose caer hacia
atrás sobre su brazo en un ángulo tan extraño como Taylor estaba.
Pero Taylor no tenía una enorme mancha roja en su pecho, una
mancha que parece que se está extendiendo hacia fuera cuando yo
miro, horrorizada, a Callum. Él pone una mano en su cuello,
buscando el pulso. Y veo en su expresión, a la vez horrorizada y
también, muy aliviado, que no puede encontrar uno.
Catriona ha muerto.
Me levanto y camino lentamente hacia Callum, tan lento como si
estuviera caminando por el agua, porque mi cuerpo está gritando de
dolor. Y cuando llego, me arrodillo a su lado y pongo mi brazo
alrededor de él. No sé lo que estoy esperando, pero se vuelve hacia mí,
con torpeza, con el cuerpo de Catriona, se inclina sobre mí y coloca
sus dos brazos alrededor de mí. Su cabeza se hunde hasta que está
apoyada en mi hombro.
261
Con la otra mano, acaricio el pelo, el pelo sin afeitar
conmovedoramente corto, me tomo el peso de él en mí, sosteniéndolo
mientras solloza contra mí, con lágrimas mojando mi suéter que yo
me echo a llorar. El alivio de finalmente deja la guardia baja, llorando
mi corazón, mientras que Callum y sosteniéndolo entre sí, es
increíble.
Taylor está tan blanca como una hoja mientras mira al cuerpo de
Catriona.
—Me agarró y trató de golpearme con el arma. Me agaché y se disparó
y me mandó a volar. . . —ella dice—. Traté de alejar el arma lejos de
ella, pero ella no la soltaba, entonces ella cayó contra él y se disparó.
No fue mi intención. . .
—No fue tu culpa, Taylor— me las arreglo para decir a ella—. Nos
salvaste la vida. No fue tu culpa.
Tomo mi mano de la cabeza de Callum y se la ofrezco a ella. Haciendo
una mueca, ella hace su camino a través de nosotros y se arrodilla
junto a nosotros, mirando a Catriona, sosteniendo mi mano.
No puedo estar segura, porque sé lo mucho que Taylor lo odiaría si
alguna vez la veo en llanto. Así que, deliberadamente, miro hacia otro
lado.
Pero estoy bastante segura de que se están vertiendo lágrimas por su
rostro también.
262
Traducido por Jesica
Corregido por Hanna Marl
eo el desvío hacia el aeropuerto Prestwick más adelante,
miro por encima de Callum como el Land Rover reduce la
velocidad y facilita el acceso al carril de la izquierda. Hay
mucho ruido en el jeep para tener ningún tipo de
conversación que no implique gritar. Este es un modelo muy viejo que
Callum me dijo con orgullo ha estado —en la familia— desde hace
treinta años. Parece que está sujeto con cinta adhesiva y bandas
elásticas. Callum maneja con mucha confianza, pero luego, sospecho
que ha estado conduciendo alrededor de la finca desde que tenía
catorce años, al igual que la mayoría de los niños del país.
Es un gran alivio el no ser capaz de hablar por el momento. Ha habido
mucho de qué hablar en las últimas veinticuatro horas: médicos, la
policía, los McAndrews, contando la misma historia una y otra vez,
como me fui a dar una vuelta y me encontré con Callum, cómo
decidimos subir en la torre y hacer un poco de tiro al blanco, como
encontramos a Catriona allí, víctima de un accidente fatal, obviamente
habiendo tropezado y caído sobre su propia arma. Sólo Moira,
habiéndome visto en tal prisa por encontrar a Callum una hora antes,
sabe que hay más en esta historia que eso, pero ella no ha hablado.
No sé cuánto es lo que Moira sospecha, en todo caso, pero desde luego
no dijo una palabra a la policía sobre mí pareciendo angustiada o
desesperada por encontrar a Callum. Y la policía, claramente se llenó
de simpatía por la pobre familia McAndrew, con dos terribles tragedias
tales sucediendo en el corto espacio de seis meses, estaban más que
dispuestos a tomar mi palabra y la de Callum de lo que encontramos
en la torre, llevando el cuerpo de Catriona en una camilla.
V
263
Dijeron que es muy poco probable que se haga una investigación, e
incluso si existiera no necesito volver al castillo de Airlie.
Yo no tengo nada que decirle al juez de instrucción que Callum no
pueda: cualquier cosa que diría sería una corroboración línea—por—
línea de su historia.
No voy a volver aquí otra vez. He estado involucrada en muchas de las
tragedias de esta familia. La vista de la Sra. McAndrew en la audiencia
de que un segundo hijo suyo había muerto en un accidente horrible
era casi imposible de soportar. No creo que alguna vez realmente se
recupere.
El Sr. McAndrew parece un fantasma de sí mismo, gris y descolorido,
su pelo en realidad estaban varios tonos más blancos durante la
noche. Callum, creo, está todavía en estado de shock. No sé si
realmente asumió que su hermana mató a su hermano y trató de
matarlo, todo para que ella pudiera heredar el Castillo Airlie. Ha
estado tan ocupado diciendo mentiras y tratando de cuidar a su
madre que no ha tenido mucho tiempo para sí mismo.
Y hemos tenido ninguna utilidad para los demás. Lo que pasó fue tan
horrible que nuestros ojos están todavía amplios y asustados. El
recuerdo de mirar el uno al otro, seguro que los dos estábamos a
punto de morir, es increíblemente vívido. Casi no podía conciliar el
sueño anoche, levanté barricadas en mi puerta desde el interior con la
cómoda, aunque yo sabía que esta noche fue la primera en el castillo
de Airlie que no podía estar en peligro, debido a que el asesino de Dan
había muerto. Me senté temblando y susurrando a Taylor en el
teléfono. Hablamos medio a través de la noche sobre nada en
absoluto, sólo para oír la voz de otra persona, de un amigo, para no
sentirme sola después de lo que había pasado por la tarde. Pobre
Taylor tuvo que volver y pasar la noche en el B y B por sí misma. No
importa lo mucho que lo intentamos, no pudimos pensar en una
historia plausible que cubriera su presencia en la escena. Yo quería ir
a pasar allí la noche con ella, pero todos decidimos que sería
demasiado extraño. Y teniendo en cuenta lo desesperadamente que
estábamos tratando de hacer pasar la muerte de Catriona como un
accidente de caza freak, lo último que quería era que cualquier
persona de cualquier tipo de circunstancias sospechosas que podrían
llevar a pensar que había más a la historia que estábamos contando.
264
Taylor me preguntó anoche, o tal vez en las primeras horas de la
mañana, si me hubiera gustado no haber comenzado en el camino
para investigar la muerte de Dan. Y tuve que decir que no, porque si
no lo hubiera hecho, Callum estaría muerto también. De una manera
terrible, que hace que todo sea muy sencillo. No puedo tener ninguna
queja. Como señala Taylor, ¿quién sabe si incluso Catriona se habría
detenido en apenas matar a sus hermanos? ¿Quién puede decir que,
después de haber salido con dos asesinatos, ella no habría crecido
impaciente al no heredar el castillo tan pronto como ella quisiera,
volviendo su atención a su padre?
Confié en Taylor para ser capaz de mirar la peor de las posibilidades
claramente en la cara.
No, yo tenía razón para querer averiguar quién mató a Dan, a pesar de
que mi búsqueda comenzó siendo sólo un intento de limpiar mi
nombre. Miro hacia atrás a la joven ingenua que, hace seis meses,
besó a un hombre por primera vez, sólo para verlo caer muerto a sus
pies, la chica que fue un participante pasivo en su propia vida, estoy
asombrada al darme cuenta que casi no la reconocí. He llegado muy
lejos desde entonces, he aprendido mucho sobre mí misma y lo que
puedo hacer.
Me gusta mucho lo que soy ahora. Me gusta esta Scarlett. Soy fuerte y
puedo pensar en mis pies, puedo ser astuta cuando lo necesito. Soy lo
suficientemente valiente como para besar a un chico y lo
suficientemente divertida para bromear con él. Pero, ¿por qué mi
crecimiento hacia arriba tiene que ser a un costo tan alto? ¿Por qué
Dan tuvo que morir? ¿Por qué Taylor tiene que causar la muerte de
Catriona, incluso por accidente, por qué Callum tiene que saber que
su hermana estaba tratando de matarlo?
Me estremezco. Tengo que dejar de preguntarme este tipo de cosas.
Porque otra cosa que he aprendido es que algunas preguntas no
tienen respuestas satisfactorias, pedirlas es como golpear tu cabeza
contra una pared de ladrillo hasta que estás sangrando.
Con mucho choque y el rechinar de engranajes, Callum ralentiza el
Land Rover en la rampa y tira de ella hasta detenerse frente a la
entrada de salida.
265
Espero que él salte y arrastre mi maleta por la espalda, pero él se
queda dónde está, volviéndose a mirarme.
—Scarlett... — comienza, aclarándose la garganta—. No sé qué decir.
—Está bien—murmuro, avergonzada—. No sé qué decir.
—Pero hay cosas que tengo que decirte— insiste—. Yo fui un hijo de
puta contigo desde el momento en que llegamos. No te quería allí y lo
deje muy claro—. Él tensa su mandíbula, obviamente, no disfruta de
esta disculpa—. Y resultó que eras la única persona que estabas
realmente de mi lado.
—Bueno, yo estaba…
—Tratando de averiguar la verdad acerca de Dan— dice, terminando
la frase—. Y estabas en lo correcto de no decirle a cualquiera de
nosotros lo que estabas haciendo. No lo hubiera creído hasta que fue
demasiado tarde. Me has salvado la vida—. Él me mira, sus ojos
llenos de emoción—. Nunca podré pagarte por ello.
—Está bien. En definitiva— digo con torpeza.
—Y eso no es todo—. Se frota la mano por la cabeza. — ¿Esa tarde,
cuando estaba en el bosque por la unidad, pensabas que alguien
estaba disparándote?
Oh mi Dios, me parece, si Callum está a punto de decirme que era él,
no creo ser capaz de manejarlo.
—Fue Lucy— confiesa. —Ella me lo dijo anoche. Ya sabes, ¿cuándo
ella vino y peleamos?
Asiento con la cabeza. No nos sentamos a cenar anoche, solo
sándwiches que Moira acababa de hacer y los pusieron en la sala de
desayunos por si alguien tenía hambre. Que en su mayoría, por
supuesto, no fue así. Pero Lucy fue a ver cómo estaba Callum,
tuvieron una pelea que culminó en gritos, con Lucy asaltando afuera y
gritándole a Callum por la escalera principal.
266
Me quedo mirando Callum ahora, incapaz de creer que era Lucy quien
me disparaba en los árboles. Desde el momento en que me di cuenta
de que Catriona había matado a Dan, asumí que era Catriona quien
había hecho eso, también, aunque no podía entender por qué ella
habría querido dispararme.
—Ella dijo que estaba celosa de ti— admitió Callum.
No entiendo.
— ¿Celos de mí? — dejo escapar.
Callum se ruborizó.
—Ella dijo que no le gustaba la forma en que te miraba— murmuró.
Oh. Me siento muy sonrojada.
—Así que rompí con ella tan pronto como me lo dijo—
continuó—. Quiero decir, ¡eso es una locura, ella podría haberte
matado! Y se puso muy furiosa cuando rompí con ella—. Suspira—.
No tenía ni idea de que era capaz de cualquier cosa por el estilo. Dijo
todas estas cosas como si ella estuviera segura de que habías estado
husmeando en la habitación de Dan, en la oficina de mi padre, era
realmente paranoica acerca de ti.
Yo no dije nada. No voy a decirle a Callum que Lucy tenía razón: que
yo estaba husmeando, que ella no es tan paranoica como Callum
piensa. Porque si Lucy está loca como para tomar una escopeta y
empezar a disparar en mi dirección, ella no es la clase de persona con
la que Callum, ni nadie, debería salir, no debo hacer nada para
alentarlo a verla en una luz mejor.
—Oh Callum, siento mucho que esto haya sucedido ahora— le digo
sin remedio—. Es horrible que hayas tenido una ruptura por encima
de todo lo demás.
Puedo sentir lo solo que Callum está, después de haber perdido a su
hermano y hermana, ahora sin novia para consolarlo.
267
Se encoge de hombros. —No tenía otra opción, dice con tristeza.
Nos sentamos en silencio durante un minuto más o menos, entonces
alguien detrás de nosotros hace sonar su bocina. Callum salta del
Land Rover y arrastra la maleta de la parte trasera. Voy hacia abajo,
un poco más lento de lo normal, porque estoy adolorida por todas
partes, y me uno a él en la acera.
—Gracias de nuevo, Scarlett— dice, mirándome, sus ojos grises muy
graves.
—Está bien— murmuro, completamente avergonzada.
Él levanta una mano para detenerme.
—Te debo algo a partir de ahora. Me refiero a eso. Te prometo que si
alguna vez necesitas ayuda, dondequiera que estés, puedes
preguntarme y yo vendré. Esa es una promesa. Siempre puedes
contar conmigo.
Levanto la vista hacia él, sin palabras. Y luego se agacha, pone sus
manos sobre mis hombros y me besa, muy suavemente, en los labios.
Estoy tan conmocionada y sorprendida que solo estoy ahí parada
mientras él me sostiene cerca de su beso. Estoy demasiado
confundida para besarlo de nuevo: no es su similitud con Dan
(aunque eso ha desvanecido considerablemente, más he llegado a
conocer a Callum, más he averiguado sobre Dan). Y está Jase,
también, el negocio pendiente con él. Si este fuera Jase, estaría
besándolo de nuevo con todo lo que tenía, que es en parte debido a
Jase que no puedo responder a Callum, porque estoy tan confundida
ahora de lo que siento.
Nunca supe antes de que pudiera ser atraída por dos chicos al mismo
tiempo. Ahora sé que puedo. Me siento como si estuviera atada a la
curva de aprendizaje más pronunciada en el mundo, yo no sé cuándo
es que alguna vez se detendrá.
268
Probablemente debería estar empujando a Callum lejos, pero no lo
hago. No puedo. Este beso es increíblemente reconfortante de alguna
manera: muy dulce, muy suave. Es tan bueno estar cerca de alguien,
que me mantengo contra su cuerpo, que lo aprecio, soy consciente de
que no tengo ni idea de cuándo voy a conseguir esta clase de confort
otra vez. Todo lo que puedo oír es la respiración de Callum, lo único
que puedo sentir es sus manos sobre mis hombros, sus cálidos labios
contra los míos. Levanto una de mis manos para acariciar su cabeza,
su pelo corto suave, y me digo que es para calmarlo, aunque creo que
he estado esperando para correr la mano por su pelo corto que desde
que lo vi.
Y mientras lo hago, creo, como una puñalada fría se clava en mi
corazón, la voz de la razón y la cordura: Nunca haré esto otra vez.
Nunca besaré de nuevo a Callum McAndrew. Nunca lo tocaré nunca
más, nunca, en toda mi vida.
Pero nunca dura. El mundo mete en su camino de regreso, te guste o
no, su presencia todo cambia.
—Sabes que no puedo… — Callum empieza, pero yo muevo mi cabeza.
Sé que no puedo. ¿Cómo podría hacerlo? Incluso si no fuera por Jase
y mis sentimientos hacia él. El hermano de Callum murió después de
besarme. Vi a la hermana de Callum tratar de matarlo, no me
menciona. Demasiadas cosas terribles han sucedido entre la familia
McAndrew y yo.
Me agacho para agarrar el mango de mi maleta. No puedo mirar más a
Callum. La primera vez que lo vi, lo único que podía ver era a Dan.
Pero ahora la cara de Dan se ha disuelto de mi memoria, sustituido
por la de Callum. Esos minutos de vida o muerte que pasé la
celebración de Callum sobre el borde de esa caída, mirando a su cara,
nunca me dejará.
Me aparto de él y camino a través de las puertas automáticas en la
terminal. Estoy decidida a no mirar hacia atrás, pero a pocos pasos,
no puedo evitarlo. Me balanceo hacia atrás y miro por encima de mi
hombro, esperando que no siga ahí.
269
Él está. Me mira alejarme. Levanto una mano hacia él. Y a medida que
levanta la mano para decir adiós a cambio, él me sonríe, una sonrisa
tan dulce que las lágrimas en mis ojos pinchan y tengo que tragar
realmente duro.
Es la primera vez Callum McAndrew me ha realmente sonreído. Y será
la última.
Taylor me está esperando en la cafetería. Ella se ve tan agotada como
me siento, como si hubiera dormido en su ropa. Hay círculos oscuros
debajo de los ojos y su piel, por lo general una gruesa blanca lechosa,
es de color grisáceo, como si hubiera estado en un sótano durante
días, sin luz natural. Lleva pantalones de cintura baja de combate y
un grueso suéter Arran que compró en el pueblo, hay una pequeña
mochila apoyada en la silla, probablemente contiene nada más que
cambios de ropa interior y calcetines, además de su cepillo de dientes.
Típico de Taylor viajar muy ligera.
La expresión de ella, cuando alcanza a verme, está consternada.
— ¿Qué pasó? —pregunta ella, saltando hacia arriba—. Te ves como si
alguien más haya muerto.
—Callum sólo me dio un beso de despedida— me las arreglo.
—Oh, no— dice Taylor, protestando de inmediato—. No puedes…
—Lo sé, lo sé— digo, con cansancio.
Taylor se sienta de nuevo, empujando un café hacia mí.
—Te tengo un pan de jengibre con leche— dice ella—. Creo que es
posible que necesites levantar el ánimo.
Esta es una subestimación deliberada que, a pesar de mi miseria, no
puedo evitar esbozar una risita. Puedo sentarme y tomar un sorbo de
mi café con leche.
Taylor hace una mueca.
270
— ¿Qué se siente en el castillo esta mañana?
—Moira estaba dando vueltas limpiando las botellas de bebidas en el
bar en el Gran Salón— le digo con tristeza, —porque la Sra.
McAndrew estaba muy borracha anoche. Moira no dijo nada, pero
estoy segura de que era así para que la Sra. McAndrew no pueda
apoderarse de alcohol nunca más.
Taylor frunce el ceño.
—Escuché al señor McAndrew esta mañana, estaba haciendo los
preparativos del funeral— sigo —por lo que creo que significa que no
habrá una investigación. Sonaba horrible—. Trago aire.
—Catriona va a ser enterrada junto a Dan.
—Eso es acogedor— Taylor comentó, creo que eso es muy poco serio
por su parte, pero lo dejé pasar.
— ¿Y sabes que te dije que Callum y Lucy tuvieron una gran pelea
ayer? — acabo—. Me dijo hace un momento que rompió con ella.
Los ojos de Taylor se ampliaron.
—Él no perdió mucho tiempo— dice—. Romper con Lucy anoche y
besarte esta mañana.
—Taylor, por favor. No fue así. Al parecer fue Lucy quien disparo
contra mí en el bosque ¿puedes creerlo? Yo estaba segura de que era
Catriona, pero no, era Lucy. Ella quería asustarme para que me fuera.
—Hermana loca, la madre borracha, loca ex—novia— dice Taylor
burlonamente—. A Callum le gustan los locos, ¿eh?
—Taylor— digo, realmente cerca de cruzar la línea con ella ahora.
— ¡Lo siento!— Su cara se arruga. Nunca la había visto así antes, ella
en realidad parece que podría estar a punto de llorar.
271
—Tuve pesadillas durante horas acerca de Catriona tirada toda
cubierta de sangre… no creo que realmente durmiera mucho en
absoluto. Me despertaba, pero volvía a dormir y empezaba a soñar con
ella por todas partes de nuevo. . . . ¡Sé que estoy haciendo grietas
estúpidas, pero me estoy volviendo loca!
Extiendo la mano y tomo la suya, sujetándola con fuerza. Puedo ver
que ella está tratando de contener las lágrimas. Nos sentamos un rato
en silencio, la mandíbula de Taylor trabajando cuando traga duro,
asfixiada por el nudo en la garganta.
—No fue tu culpa— le digo de nuevo.
Es curioso cómo esa frase sigue apareciendo. Espero que Taylor
encuentre consuelo en ella, como una vez lo hizo.
Taylor es todavía incapaz de hablar, pero aprieta mi mano con tanta
fuerza que casi es doloroso.
—Y… — No me atrevo a decir lo siguiente, si bien es verdad.
—Fue lo mejor que me pudo haber pasado. Para todo el mundo. ¿Qué
pasa si Catriona no hubiera muerto? Se habría negado todo.
Habríamos tenido que llevarlo todo a la policía. Incluso si ella se
condenara, piensa en el juicio, todo lo que viene de fuera, sería mucho
peor para su familia que su muerte en lo que piensan que fue un
trágico accidente.
Taylor asiente con la cabeza lentamente, la presión sobre mi mano se
afloja un poco.
—Me gustaría que no hubiera sido y— dice en la voz más débil que
jamás la he oído usar.
—Me has salvado la vida— le digo. —Callum y yo habríamos muerto
sin ti.
—Todavía no lo puedo creer— dice Taylor, con la voz todavía pequeña.
272
—Investigaste cosas, sabías que alguien fue asesinado, pero aun así
es increíble cuando te encuentras cara a cara con un asesino.
—Lo sé. Todavía no lo puedo creer.
—Los pasajeros del vuelo de once hasta cuarenta y cinco a Londres
Gatwick, el vuelo ya está listo para el embarque en la puerta diez—,
dice una voz por el altavoz. —Los pasajeros del vuelo de once hasta
cuarenta y cinco a Londres Gatwick, el vuelo ya está listo para el
embarque en la puerta diez.
—Supongo que eso significa que es hora de volver a casa— dice
Taylor.
Nos levantamos y Taylor lanza su mochila sobre sus hombros.
Entonces miramos la una a la otra, haciendo caso omiso de la
llamada de embarque que sigue saliendo por los altavoces, damos un
paso hacia la otra y chocamos en el abrazo más grande que nunca.
Nos envolvemos los brazos alrededor de nuestros cuerpos y
prácticamente exprimimos a la otra hasta la muerte, como dos boas
en un combate a muerte. Nuestro abrazo de maratón dice todo lo que
no estamos diciendo en voz alta, es exactamente lo que tanto
necesitaba. Cuando finalmente nos separamos, en ambas nuestros
ojos están un poco húmedos.
Tomo mi café con leche. Probablemente frío por ahora, pero todavía
podía ver con el subidón de azúcar.
—Nunca pensé que diría esto— dice Taylor mientras nos dirigimos
hacia la línea de seguridad —pero estoy realmente ansiosa por volver
a la escuela ¿sabes?
—Oh, lo sé, yo también— le digo, mi tono sincero—. No hay nada que
hacer, sino trabajar.
—No dramas mortales— añade Taylor.
—Sólo comer queso de coliflor.
273
—Tirándonos pedos como drenajes.
—Aburriéndonos realmente.
—Oh, vamos, tienes un tipo magnífico que te espera al regresar a la
escuela— Taylor me contradice cuando mostramos nuestros
pasaportes y tarjetas de embarque y de archivo en la línea de espera
para la máquina de escáner.
Pongo los ojos en blanco.
—Sí, claro. ¿Por cuánto tiempo es el vuelo?
—Una hora y cuarto.
—Bueno, será mejor empezar con la actualización de Jase ahora,
entonces. Hay mucho que decirte.
Taylor gestiona una media sonrisa hacia mí. De ninguna manera es
su mejor sonrisa o más grande, pero es un comienzo, es mucho mejor
que el aspecto que tenía hace unos minutos.
—Siempre hay algo que se te pasa, Scarlett— dice ella.
—No más, lo juro—. Mi boca se acurruca un poco en una sonrisa
mientras agarro mi pequeña maleta y la pongo en la cinta del escáner.
—Honestamente, quiero llevar una vida muy aburrida de ahora en
adelante.
—Correcto— dice Taylor, ampliando su sonrisa por el momento. Se
retuerce sus hombros, deslizando las correas de su mochila—. Nos
volveríamos locas en un mes, lo sabes.
Estamos sonriendo la una a la otra ahora correctamente.
—No, de verdad— insisto—. Lo digo en serio.
274
Vacío mis bolsillos en la bandeja de plástico pequeño y paso por el
arco sin ninguna señal sonora, no alarmas, no drama. Ahí lo tienes.
Es un comienzo. Y como ya he puesto mi teléfono y las llaves y las
monedas sueltas de nuevo en mis pantalones vaqueros y levante mi
bolsa de los rodillos en el otro lado de la cinta, veo caminar Taylor por
el arco a su vez. Ella sigue sonriendo al pensar en nosotras llevando
vidas aburridas. Un funcionario de seguridad dice algo y ella asiente
con la cabeza, siguiéndolos hacia un lado.
—Control aleatorio— ella me dice—. O tal vez simplemente no les
gustan los estadounidenses.
El funcionario de seguridad sonríe mientras comienza trazando líneas
a lo largo del cuerpo de Taylor con su varita. Y tengo una oleada de
gratitud de que Taylor sea mi amiga, tan poderosa que siento un
nudo en mi garganta.
Me clavo las uñas en las palmas de las manos en un esfuerzo por no
llorar, es lo último que cualquiera de nosotros necesita. No más
lágrimas.
En su lugar, recojo el teléfono de Taylor y el cambio, lanzo su mochila
sobre un hombro, caminando hacia una fila de asientos para esperar
por ella. Mira por encima para comprobar que tengo sus cosas, pero
es sólo un reflejo: no necesita realmente.
Taylor sabe que tengo su espalda, yo sé que tiene la mía. Si alguna
vez tenía alguna duda acerca de esto, después de Castillo de Airlie
fueron arrasadas. Somos un equipo, siempre lo seremos. Pase lo que
pase a partir de ahora, se sabe a ciencia cierta.
Y en este momento, eso es más que suficiente para mí.
275
Con el asesinato de Dan McAndrews finalmente detrás de ella,
Scarlett tiene grandes esperanzas para un nuevo comienzo en
Wakefield Hall, la escuela de élite inglesa que su abuela dirige.
Lamentablemente, esas esperanzas se desvanecieron cuando su
némesis, la infame Plum Saybourne, es transferida a la escuela. Plum
no pierde el tiempo en voltear a las compañeras impresionables de
Scarlett en su contra. Scarlett se ha ocupado de la desagradable Plum
antes, y ella puede manejar a su archienemiga muy bien, hasta que
Plum pone su mirada en la mejor amiga de Scarlett, Taylor y el nuevo
novio, Jase. Entonces Scarlett está más que dispuesta a luchar por lo
que es legítimamente suyo. Las cosas se ponen peor después de que
Scarlett, se ve envuelta en una misteriosa muerte en el
campus. Scarlett se ve obligada a investigar porque quiere proteger a
alguien cercano a ella. Ella nunca se imagina que vaya a descubrir
secretos relacionados con el accidente fatal de sus padres, hace
muchos años. . . .
276
Scarlett, pensó que el asesinato de Dan McAndrew estaba en el
pasado, pero cuando ella y sus compañeras llegan a Edimburgo para
una excursión de una semana, se sorprende por sus viejas enemigas
de St. Tabby que están visitando la zona, en un viaje de campo
también. Aún más sorprendente, que Callum, el gemelo sobreviviente
de Dan, se encuentre en la zona - y su trato frío, la deja a Scarlett
preguntándose qué ha cambiado, sobre todo cuando una serie de
ataques, hace creer que hay alguien fuera buscándola por sus errores
del pasado.
¿Callum nunca le haría daño, sin embargo?
¿Qué hará Scarlett, por sus sentimientos conflictivos por Callum,
ahora que Jase no está aquí?
Aún más inquietante, ¿por qué es que su confidente más confiable,
Taylor, está actuando distante y desdeñosa?
277
Moderadora: Kachii Andree, Mayte008 Traductoras: Serenity 953, tersa Manzano, Jesica,
Lady Pandora, Strongberry, Mayte008
Moderadora: Kachii Andre, Mayte008
Correctoras: Anaizher, Deyanira, Malú, paumupi310, Dracanea, Ista, Maia, Hanna Marl,
Mayte008
Mayte008
Francatemartu
278
Traducido, corregido y diseñado en: