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Año XVíI.-^Núm. 4.933
sis^^!mm^i¡iísmí-ju!xmmsm3simBmti^a!mee^aem
Sábado 3 de junio de 1933
A BENEFICIO DEL CRUCERO UNIVERSITARIO DEL MEDITERRÁNEO
ií Q cv¿ue pasa en e conferencia
Gasset
1 mun profeso.!
di el teatro
do?", segunda Ortega y
ñol - ™ — > ^
iZjSpai Ayer, a las siete de la tarde, y
ante un numeroso auditorio, diser-ga y .Gasset sobre el tema: " ; .üué ga y Gasset sobre el tema: ";.Qu6 pasa en el mundo? (Algunaa observaciones sobre nuestro tiempo.)" E r a la segunda conferencia de las organizadas en el teatro Español por la Facultad de Filisofia y Le-írr.6 a ueneacio del crucero universitario por el Mediterráneo.
He aqui, con la mayor amplitud posible, un extracto de su conferencia. Dice aeí:
"Señoras y señores: I^a conferencia anterior nos dejó ante el análisis del tercero de los hechos extraños: El de la subversión de la juventud como tal. Allá por el año 19 hioo yo el pi'imer trabajo sobre ella. El primero, y se publicó en un periódico. Deispués he tratado otra vez el tema, y también para uno de ésos libro.<i míos que seguramente no publicaré. Pues bien, de ese libro quiero leer a ustedes esto: "Me parece, de todas formas, que nuestra época se caracteriza por un predominio de lo joven, debido posiblemente a consecuencias de la guerra. Es un predominio que se realiza muy de prisa, este de la sustitución, por la juventud, del hombre moderno. No sé si es un fenómeno pa.sajero, o un fenómeno que caracteriza a la época. Tampoco he de opinar has ta qué punto será ello posible. Ha habido en la Historia otras épocas que se han caracterizado también por la hegemonía de lOcs jóvenes, aunque no de un modo tan exclusivo.
En Grecia la vida se organiza en torno al efebo, que cantaban °n todo momento con la inspiración necesaria de los viejos. Sócrates y Alcibiades sintetizan con exactitud la pareja dinámica de ese tiempo. Él joven Alcibiades tr iunfa; pero a condición de obedecer a ¡a norma del viejo Sócrates. Roma, en oambio, prefiere al viejo y somete al país a la jerarquía del Senado, de sus miembros, los .senadores, o sea loe padres de familia. Repase el lector el panorama europeo. El romanticismo, como subversión contra el pasad-o inmediato, tuvo el mi-s-mo significado. 331 ti-iunfo de la Juventud revolucionar ia b z o tabla rasa de Aos prejuicios sociales. Pero tarabién enton-CBH ese i-evolucionarismo juvenil e ra sólo el ejecutor da viejas ideas de-sarrolladag ya durante dos siglos. Nadie como Robespierre podía representar cae "camouflage" de lo viejo. El mal del siglo enton-cee era la desgana d«l joven y el desplstamionto de lo viejo. Todas las generaciones del siglo XT.X aí3-piraban a que sus hombree fuesen viejos. Compárese, por ejemplo, con las jóvemes del siglo actual. Si darnos un paso a t rás caemos en el siglo XVIII, que es el ."iiglo del entusiasmo por loa de-crépátoB y que a-dmlTa ©n Voltaire también a un viejo vívi-ente.
Al llegar *' siglo XVII, hemos de preguntarnos necesariamente: ;, Dónde estaban los jóvenes en estos tiempos? Todos parecen tener allí cuarenta años. De Niñón se admira indudablemente su madurez completa; pero nunca su juventud. Interesa la teología y las polémicas de los jesuítas. Como en todos los siglos anteriores, la Juventud admiraba a los maduros. L a vida social, los usos y costumbres se ajustaban al tipo de vida de ellos. El joven se había de con-t en tar con las zurrapas o tenía que lanzarse a la calaverada. No tenía mas remedio. Bl traje mismo e ra de viejos y los jóvenes tenían qUB vestir como ellos.
El joven actual vive con tal denuedo, con ta l impebu, que le importa poco lo demás. Hoy el hom-Ijre y la mujer maduros viven con la impresión de que no tienen derecho a existir. Imitan, por tanto, a los jóvenes y visten, viven y gozan como ellos, puesto que todo es tá cortado a la medida de aquéllos. E n toda Europa la existencia social es de forma que sólo puedan vivir los jóvenes y la ma,sa. Los mayores y las m.inoría.s de selección están fuera del régimen de vida impuesta por ellos. La juventud y la m.asa se aísocian para di.s-frutar de todo los creado". Esto, que se ha oído expresar como una situación dramát ica y que he expuesto en un libro mío, es la rea-3idad. Al leerles estos párrafos quer ía hacer la experiencia de confrontarlos con los hechos más recientes. Sin embargo, parece que ya no se t ra ta de la realidad del momento actual.
El juvenilismo empieza a re t i rar
sus usos de muchos aspectos de la vida, entre ellos de las zonas artísticas. E n cambio, se acusa en la política de ciertos pueblos. Yo he de recordar incluso la invocación a la juventud del himno "Gio-vinezza", de la actual Italia fascista, Y a propósito: no creo poder apreciar la situación actual de Italia, y estimo que muchos diagnósticos que sobre ella se hacen no son acertados; pero es indudable un decrecer del entusiasmo fascista. E n cuanto a Alemania, se espera cada día un encrespamiento de esa pasión política, que responde al tipo de su juventud.
Un fenómeno quiero hacer ob-.servar, porque es realmente desla-cable. Mientras el mundo se embarcaba en el ar te joven, dos naciones hubo que hicieron imposible la subversión juvenil y la del Estado. Es tas dos naciones son Ingla terra y Francifi, que consti-tuj'en la espina dorsal de Europa y que ahora y siempre han constituido la Europa verdadera. Así. ante estos hechos, que hicieron deser tar a todos los países, ellos es-tui'ieron en la brecha y con la tensión suficiente para, manos a la obra, hacer frente a las subversiones en todos los órdenes, es decir, en el arte, e.n la ciencia, etc. De esto había que hablar rancho; pero tengo prisa y no quiero entretenerme y entretener a ustedes. Y hoy quienes, con esa ligereza actual, hablan de que esos países están en decadencia... Pero no quiero discutir estas cosas, y he de hacer constar nuevamente que «sos paisets resistieron con firmeza toda clase de movimientos de esta índole. Es curioso también que el juvenilismo y todas estas formas de política se inventaron en Francia, así romo la acción directa, los grupea de asalto, el sindicalismo e incluso las teorías re3taur.adoras o tradi-cionalistas de derecha; pero también es cierto que Franc ia las inventó y la.s exportó; es decir, que las eliminó.
Esto, señores, demuestra esa iu-tmbordinación de la juventud y su intervención en todos ',os e::traño3 movimientos políticos que hoy se producen. No son cosas de floreo o ganas de irse por las ramas, porque quiero ir directamente a la raíz de eetcs hechos. Vamoe, pues, a considerar sus caracteres comunes. Porque lo más sustantivo de ellos es lo que tienen de común, en lo que ofrecen los siguientes caracteres:
1.° Romper con el formulismo político, y especialmente con las formas de democracia política. In-solidaridad coa el pasado y revo-lucionarismo de marcado carácter joven.
2." Crear u n a realidad política de tal forma como si antes de ellos no hubiese existido nada. El comunismo, por ejempüo, lleva su ambición en este aspecto haeta el extremo de pretender crear u n nuevo ciclo económico que, por lo visto, no existía antes que él.
3." Tendencia a hacer política dogmática, de credos, que imponer a los demás. Conquúsía del Es tado por un grupo, o por una masa, sea como sea, sin contención alguna ante la legalidad ni ante el derecho y sal tando además por encima de éete. Técnica de asalto al Poder público en la política.
4.» T o d o s e s t o s movimientos coinciden en no tener una teoría general del Estado. Asi eí fascismo no la tiene, y el nacionalsocialismo dice que el estado de lucha actual no le permite ni le concede tiempo a pensar en teorías ni programas concretos de doctrina. El comunismo es aun más claro, porque aunque sus jefes sean viejos y se hayan entusiasmado con el marxismo, si nos fijamos en las discrepancias que mantiene con el socialismo, se advierte en seguida que son gentes que han detestado todas las teorías para dar una importancia primordial a la acción.
5." Dueños de'. Estado, se proclama que el Es tado en su política debe absorber todo y acaparar integramente a la sociedad. Desaparecen entonces las dilerenciae en. t re sociedad y Estado. El hombre se estatifica o socializa.
Señores: Gomo no tengo inclinación a ninguna beatería, ni i.nclu-so a lo que yo he llamado beatería de lia cuiltu.ra, como no creo en normas iintaaigiiblea en la Historia, no he de asustarme de nada de e-s-to. Al cc'nirau-io, advierto que las
palabras que con sobriedad quiero dirigiries no tienen otro signúflca-do que el jUi.:ito, por lo que no ha-,£;o aspa\'ÍE.ntoi3 de nada. No seria correcto taimpcco que yo aprovechase estes momentos para expre-sariea nni.s ideas pcíítiicais. Sólo quiero que mis pailebras sea.n to jo lo cJa.i'as que eis memester. Y para esa cilairidad he de expoiner que todas esas ideas so'n las m,á6 c.pues> tas a aquella.3 de las que eiemipie vivió Europa. Comunóüimo y fas-cii imo, al querer destnair la deano-craci.a liberal y tráturarja, pretenden destrufur precisamente lo más g-enuinaniente europeo, porque lo e.<pecííico da Europa, frente a óticos ti'pos de sociedad, es la de-moeraeia liberal. La verdad es que la E d i d Media misma fué tan demócrata y tain liberal copmo el siglo pa.sado, sólo que lo fué a su manera, como pudo. No ee puede ajustar la libertad a las formas que tuvo e.n e.l siglo XIX, y que ecín la.s siuperiorcs hastja aihora co-ncciidas; pero esa suipericuMaid no preafuipone que puedam estarr muertas y qU'B no seam eompatitoloj con la eituaeión del miundo. Claro que la democracia liberal no es a veces la urna, el sufragio, ni paaía-me'n'tai'ijsmo o manchesterisimo. I-«i palabra liberal se invenía en El3-paña, donde no preo'cnipó nunca su for'mu'iiemo. Luego debe haber algo más que fóiimula política en ella. Euro¡>a se adalaintó en la or-ganízacióai de eítadcis nncionales, y estado na.ciiional eigniflca la adhe--ilóm espontánea de todos los que viven bajo eiu autoridad. Y de aquí el signii'flcado del Poder en Euio-pa, qU'e no es iimponeirse uno a todos. eíBo ejeirciCiio de la autoridad oointainido ccn todos. E.rja 6.3 la, verdadera ciencia política: deseo de contar cea tcdOiS. Lo demás son fónmula'S mecámieas. que se ui.ian o no, y que a veces se a r rumban. Es por e,;to por lo que más se oponen comunismo y íaisci'Simo, que mandan en uno ain cortar com él, y es que no íes caibe otra cosa en la cabeza, como no le caba ail africano, o ajl per..a, o a.l sudanés. Así se da ei caso de ItaJia, que llega a de.=enX]).ci;va.r nada mcaios que el Imperio rcmamo.
Cuando se advirtió que la democracia en Europa o con sentido europeo no era sino ese deseo político de contar con todos llevaba esto unas dosis de libjraJismo. Esa e.statificación de! hombre fué la m i . sión del mundo antiguo, del Imperio romano, y por ello es absurdo que cuando veamos algo claro se nos proponga esto. Y conste que yo no q u k r o prejuzgar nada. Como dije que el ar te joven podía tener razón al protestar contra el ar te tradicional, como dije que el culto al cuerpo era excEsivo, lo mismo digo ahora respecto de la política. Es to se explica por los tres grandes pecados en la gobernación del Estado, que son:
1.» Los pus.blos que no la habían hecho tuvieron sus revoluciones para modificar el Estado. Y éste era copia servil de instituciones de otro.s tiempos, de otros países, de Inglaterra , Francia, de donde se to- ' man las formas democráticas. Hay responsabilidad personal, política o de los pueblos siempre que ee copia, y es por ello por lo que hay necesidad de inventar. Y hay una invención vital que no es una petulancia, por la cual la vida mía, la de ustedes o la de ese pueblo, en todo lo que no sea vivir por sí y no, con arreglo a la pauta o a los patrones de otros, es aniquilarse y, en definitiva, desvivirse de lo suyo. Por eso, fuera de Ingla terra y Francia, las instituciones copiadas ds allí fueron verdaderas farsas históricas.
Pesa, señores, sobre el hombre un imperativo de originalidad, de invención, necesaria para su vida, y sobre todo para la de los pueblos.
2." Otro error consistió en dejar subsistir arcaicas experiencias, con título liberal a veces. E n un siglo como el pasado se llegó a decir que la libertad era indefinida, ilimitada, cua.ndo en realidad lo que no se constriñe en límites no es nada por querer serlo todo. Hace muchos años invité a los liberales a que hiciesen algo por limi tar la libertad; pero no meliicie-ron caso, como no se me ha hecho nunca. Todos lo.s caminos hisíóri-cos quedaron en mano de quienes habían de hacer peligrar la democracia liberal, y asi se explica el triunfo tan extraño de ciertas teorías. Porque todos esos movi
mientos de úl t ima hora no son solamente políticos, vuelvo a repetir. Rezuma en ellos una negación absoluta de las formas políticas y vitales de Europa, y por eso le he dedicado el otro día t an ta extensión, porque a simple vista se nota que no es cuestión baladí. No hay que decir que lo que pasa en el mundo no es cubismo, dadaísmo, fascismo o comunismo, sino algo más hondo y ante lo cual todo resulta pura anécdota. Yo quisiera decirlo bien, y no sé si podré, porque claro es que no pretendo llevar la verdad en el bolsillo. Yo quisiera contestar a esto de <'. Qué pasa en el mundo? Pido un crédito a vuestro interés.
Nuestra vida, señores, que eis! lo único que tenemos, la única realidad, consiste en que Un ente ha de scstenioreie en un miedlo ajeno, desconocido, extraño y por fuerz.i hostil, y el hombre, pera sostenerse en él, está forzado a tener que hacer a:lgo. La vida es forzosamente lo que hay que hacer, y da, por tanto, mucho "quehacer". Tenemos, por tanto, necesidad de saber lo que ee el hombre y cómo S'° m.ueve. El ho^mbre tiene unas crsenoias, poique ni aun el escép-tico carece de ellas, ya que e?.t.-í en la creencia de q«je todo es d.u-doso, y esa duda es una creencia por tanto, una realidad sobre lo que le rodea. El hombre así está en un mar de dudas y éste es eu paisaje peor, puesto que es un mar en el que no se hace pie y en el que el escéptico es oree perdido. Pues bien: existe un sistema de creencias bá.siCBG de las que vive el hombre. Así, el hombre antiguo estaba seguro de que vivía en un m.',indo natural . Cuando pierde esa creencia ee encuentra perdido, y esto S'Upone también el hundimiento de aquella cultura y de aquel ciclo histórico. D? allí sale el cristianismo. Bl hombre de la Edad M = d:ia vive de la fe o creencia en Dios, que es, en definitiva, creer en algui'en por encima die todo. Por eso San Agustín, claramente, dice que la fe es primero creer a DioS, y después, creer en Dios.
Pues bien: el hombre vuelve a encontrarse perdido en el Renacimiento; había perdido la fe en la naturaleza del hombre antiguo, la fe en ei Dios d ' i Hombre de la Edad Media, y sólo tenía fe en el hombre mismo. En el siglo XIV Pe t r a rca vive la idea de la gloria, que hoy noe parece ridicula. Como la vida no tie.ne sentido, t r a s cendencia, S.3 h a c e energía. Es aquello que Ario.sto glosa de vivir con resolución. La vida política entonces es la lucha por conqui.s-tar ai Poder. Se escribe ."«obre la técnica de asalto al Poder y su retención. E s el maquiavelismo, como ocurre ahora con esos nuevos movimientos políticos y que se Ve lo mismo en Trotsky quo en Malaparte. Hay que atreverse a decir que este Renacimiento, t an lleno de atractivos, fué un momento de rebarbarización, porque .siempre que hay crisis hay etapas de barbarismo. -^sí en EUorencia, en Roma, con César, con Alejandro, que llenan sus existencias históricas de asesinatos y violencias.
Se empiezan después a descubrir ciertas nuevas activida.des intelectuales, que explican los secretos de la Natura;!eza. Tras la física de Galí'leo, el hombre estudia císirto.s heChOB naturales y se admira en ellos. Viene laNuova Scien_ Z!a. Gal'iieo descubre taniibién ciertas leyes en su taller de Florencia. La técnica y la fuerza empiezan a actuar sobre la Naturaleza. Súbitamente una nueva fe tuvo creyentes, Ei hombre cree en la i'azón, en la inteiligenoia humana, y piensa que lo rea.l, lo univei-sal, es la cultura. Así vivió durante tres siglos. E s natural entonces que dominaran en el mundo loe intelectuales y que ee creyera que esa fe era definitiva. Lo curioso entonces es que el hombre hace experiencias con sus opiniones. Le produjo un deslumbramiento tal su descubrimiento y se cegó ante la razón, lo que es desde luego una, cosa justa, explicable, y que se disculpa fácilmente. Pero había de llegar el momento de comprender que todo aquello tenía límites y que la razón no podía resolver todos 'los problemas que rodean al hombre. Son los tiempos de los grandes descubrimientos científicos. Pero al llegar aquí se produce un hecho curioso y que yo he citado en uno de mis libros. Es un dato estadístico. E n doce S'iglos Europa no había, pasado de una población de ciento sesenta millones, y de 1800 a 1914 pasa a cuatrocientos sesenta, j - ,
En un solo siglo se triplica la población de Europa. Estos datos indica.n que la vida europea tenia forzosamente que cambiar. Advienen al mundo unas masas que tienen derechos y muchos medios para adquirirlos, por medio de una serie de téonica.s sencillísimas. Bien fácil es manejar un automóvil y no creer que la cultura, la inteligencia, la razón, tengan que hacer nada. El hombre del siglo
pasado se creyó que estaba solo en el Universo y cae en el idealismo, que es el gran pecado de la Edad Moderna. El hombre no creyó en una realidad eterna que está por encima de él. Yo he de recordar ahora palabras de otra conferencia mía reciente, en Granada. Me parece bien claro—dije—que el entusiasmo por la inteligencia decrece. Es un hecho innegable o una realidad dura. Las consecuencias han sido esa especie de odio "pro-fesionis" actual, y sobre todo, que la hora del intelectual haj'a pasado en todos los órdenes. Alguien desde Alemania, lo negó, y el pobre anda hoy de la Ceca a la Meca, porque es judío y no le dejan vivir en su patria. La política hoy se debe a que las nuevas generaciones no quieren tener razón, no por que no la tengan, sino porque les tiene sin cuidado el tenerla o no. No quieren la idea de las cosas, sino las cosas mismas. No se estima
al que las piensa, sino al que las quiere. En definitiva, que se prefiere la voluntad sobre la inteligencia.
La voluntad, ¿será una nueva diosa, como la razón? La acción directa, la violencia, son formas del culto a la libertad, Pero ¿.será la libertad norma estable? ;.Y el voluntarismo como doctrina? Lo que es cierto es que el hombre perdió la fe en la cultura en casi todo el mundo, si se exceptúa el caso de Francia e Inglaterra. El descendiente de Descartes, el idealista del último siglo, cree que pensar es suficiente al hacerlo por sí. La potencia intelectual se traslada a la volitiva, como si se resistiese el idealismo a morir y adoptase otras formas para resistir. Por tanto, las nuevas generaciones se encontrarán con que en lugar de crear, de descubrir, de inventar, se nutren de un pasado y de una tradición agonizantes."
LA ACCIÓN DE LOS EXTREMISTAS
El anarcosindicalistsi aseislnado.— había cometido dichos atracos en Se acusal» a la víctima de halier sido confldeinte de la Policía. SEVILLA 2 {4 t.).—El Juzgado
número 1 ha continuado las diligencias que comenzó anoche con motivo del suceso desarrollado en una taberna de la plaza del Pu-marejo. Esta mañana se practicó una inspección ocular en dicho establecimiento. Acerca del resultado de esta diligenoia no ha llegado a los periodistas ninguna noticia.
De la victima de este nuevo atentado social, Germán González Céspedes, se dice que en más de una ocasión había prestado servicios de confidencia a la Policía, no obstante estar fichado en la Comisaría como anarcosindicalista y como atracador y pistolero.
Al ser reconocido el cadáver de Germán en el h0.9pit.al, se comprobó que tenía tres heridas de bala con orificio de entrada por la espalda: dos en la cabeza y una en el cuello.
El herido Norberto López Rosal mejora, dentro de la gravedad de su estado, on la sala de Manlraerrat del hospital donde se encuentra.
El dueño de la taberna y dos de lo? jugadores que formaba.n la partida con Germán y Norberto. han declarado que oyer'on dos o tres deacairgas hec-has por cuatro o cinco piístolais. La madre del muerto ha declamdo también que acababa de entrar en su casa cua.ndo oyó los disparos, y que al salir de nuevo a la calle para informarse de lo que ocurría, vio huir por la calle de Patricio .Sáez a varios hombres, pero que no podía precisar el número.
Haríta. las doce de la noche, minutos antes del suceso, eil veoínda-rio (le las casas dé te calle de Patricio Sáez había permanecido sentado a la pue.rta de las mismas y ello demuestra que los autore.« del atentado estuvieron aguardando la ocasión propicia psra. llevar a cabo sus designios. (Febus.)
Extremista peligroso detenido MALAGA 2 (3,15 t.).—La Guar
dia civil de Marbella h a detenido a Mateo Grima Aja, afiliado a la F . A. I. Parece que se t r a t a de un extremista peligroso. H a eido traído a Mála.ga y ha ingresado en i.", cárcel a disposición del gobernador. (Febus.)
En Zaragoza es detenido el individuo que aUí organizó la fabricación de bombas. ZAR-^GOZA 2 (2,15 t ) .—Des
agentes de Vigilancia, por orden de la Dirección general de Seguridad, llegaron a Zaragoza para realizar un servicio secreto al que se concedía gran importancia. Dicho servioio consistió en detener a un individuo llamado José Co.9ta, y la noticia ee ha conocido en Zairago-za TK>r una información que en Ba.rcelona facilitó a la Prensa el jefa superior de Policía. El mencionado José Costa, con el nombre de Juan Balar, alquiló en ésta un piso bajo en la calle de Mallorca, y en dicho piso es donde montó la fabricación de bombas, :;on algún cómplice más. También usó el nombre de Marcelo Carreras . Se le concede gran importancia a la detención, porque parece que este individuo era el compañero de Vicente Larra laga y Antonio Tiener^ en cuvas habitaciones se enoontra. ron días passjdos bombas y municiones. Se interrogó al detenido, y parece ser que será trasladado no sabemos fi a Barcelona o Madrid. (Febus.)
Un atracador que acusa a sus cóm-plloes
BARCELONA 2 (2.30 t.).—En las declaraciones prestadas por Plácido Calve!, que se presentó espontáneamente el día 31 declairándo-ee autor de varios atraoce, dijo que.
unión de sU hermano Luciano y de otro individuo llamado Bis-marck Solé Sedó, que también están detenidos.
Convocados en la Jefatura de Policía los perjudicados, parece ser que han reconocido a los detenidos como autores de dichos atracos.
Los tres detenidos serán puestos a disposición del Juzgado en unión dél dinero ocupad'O a cada uno de ellos.
Detención de un comunista libertario
H a sido detenido Arturo Parera , de cuarenta y tres años, significado por sus ideas anarquis tas y por haber tomado parte activa en los actos organizados pro comunismo libertario.
niiigencias por el hallazgo de una bomba
Acerca de la bomba encontrada en el portal de la casa núm. 207 de la calle de Balmes se ha podido averiguar que fué arrojada por un sujeto de unos treinta años que vestía elegantemente un traje gris. Parece ser que iba dirigida contra el inquiüno D. Ramón Canela, que tenía un conflicto con los obreros del almacén de papeles y que ha sido resuelto por el Ju ra do mixto a favor del patroíio.
Atraco írustra.do
BARCELONA 2 (2,30 t) .—Al pasar por la calle de Perecán José Solell e Ignacio Castellarnáu. fueron abordados por unos desconocidos, que amenazándoles con pistolas les pidieron el dinero que llevaban. Los atracados Rieron gritos pidiendo auxilio, y acudieron unos guardias, que lograron detener a los atracadores Eloy Castro Ibá-ñez y Ramón Bayona. Han ingresado en los calabozos del Juzgado, habiéndose dictado contra ambos auto de procesamiento y prisión sin fianza.
El primero de los detenidos dijo que hace cuatro días que había llegado a Barcelona desde su pueblo con el propósito de tra.bajar de albañil, que es su oficio. (Febus.)
Terroristas detenidos GRANADA 2 (12 n.).—La Guar
dia civil, prceiguiendo su investigación sobre las explosiones últimas, se personó en la casa número 6 de la calle de Cisneros, donde vive Ricardo Rada González, y procedió a un registro que resultó infructuoso. Sometido Ricardo a un extenso interrogatorio, incurrió en varias contradicciones, y al final confesó que había formado par te de los grupos extremistas que colocaron petardos en varios sitios. Después dijo que había entregado al detenido Cañete, en el paseo de Trieste, un petardo, que fué colocado en el edificio de la Audiencia. Rada, ingresó en la cárcel, y poco des.pués la Policía detenía a Manuel Ontveros , de dieciocho años, tintorero, q u i e n también negó haber participado e>n la campaña terroris ta; pero luego se confesó autor de la colocación de un artefacto en uno de los lavabos del cinematógrafo Nacional el pasado año.
Dijo que esíe petardo había sido hecho con una lata de conservas y se lo entregó en la Plaza Nueva Antonio Gómez Serrano, que falleció hace poco a consecuencia de las heridas recibidas cuando colocaba una bomba en un portal de la calle del Pino.
Manuel Ontiveros, después de firmar su declaración, ingresó en la cárcel. (Febus.)
Teléfono de EL SOL, 32610 ,
TEMAS CON VARIACIONES
LA «MEDEA» DE MERIDA
Un buen día—de esto hace algunos años—, al azar de su "viaje entretenido" por los escenarios de España, Margari ta Xirgu saltó de su coche, en tanto el "chauffeur" tomaba gasolina. Al pie de la carretera, un cartel a la entrada del pueblo corroboraba la grandeza de las ruinas evidentes en una primera ojeada: Marida. La viajera curiosa aventuró unos pasos descuidados, a t ra ída por unas piedras ingeíites.
Se dio a gr i tar con alegría infantil;
— ¡Un teatro griego! ¡El teatro rom_ano!
No, no pudo ser mayor la emoción de D. José Ramón Mélida y D. Maximiliano Macias, descubridores del teatro de Eméri ta Augusta, cuando a la busca de restos arqueológicos dispersos, un golpe de pico hirió la piedra de un escalón más bajo en la gradería de las "Siete sillas", revelando el tesoro yacente bajo t ierra de siglos. En el grito emocionado de la actriz reencarnaba la inspiración de la tragedia antigua. Desde entonces, siempre que Margari ta Xirgu recordaba su representación memorable de la "E lek t r a" en el Parque de Chapultepec, de Méjico, o al darse de nuevo a la heroína de Sófocles, revivida por Hoffmannsthal, en el Retiro do Madrid, o en el teatro griego de Montjuich, en Barcelona, el deseo iba en pos de su imaginación al teatro romano de Mérida: "¡Allí sí que...!" Abandonaba luego el proyecto como un sueño imposible: "Esas cosas las pueden hacer en I tal ia o en Grecia." Es decir, allí donde un Estado vigilante de la cultura pat r ia o un mecenas pródigo salvan las dificultades de la taquilla, abierta a todo vulgo y rutina.
Pero hay luces de aurora. Se proclama, la República. Pasa por el ministerio de Instrucción pública y Bellas Artes D. Marcelino Domingo, iniciador de una política do propulsión estética. Le sucede don Fernando de los Ríos. Adelantan., ee los músicos con sus demandas, y provee el ministro a las prim.eras necesidades — mal satisfechas—del a r le lírico nacional. Quiere luego, siquiera sea a manera de tímido ensayo, contribuir al renacimiento del teatro dramático. Dota a los estudiantes de La Barraca. P i de proyectos a los autores y a los ar t i s tas ; habla, aconseja, instiga, acucia, asiste.
Después de una representacióii ejemplar del "Clavijo", en conmemoración de Goethe, a que ha prestado el ministro el concurso de su elocuencia, habla con Margari ta Xirgu de la posibilidad de unas representaciones clásicas. En el ánimo de la actriz prende rápido el fuego de aquel deseo inspirado en su descubrimiento del teatro de Mérida. Don Fernando de los Ríos sugiere la idea de una tragedia de Séneca, cuyo nombre insigne, tenido en poco por la tradición de los grandes críticos, renace ahora en los medios cultos de Eluropa al fulgor de una reivindicación de su poesía dramática.
La suerte está echada. Margarita Xirgu hace culminar sus planes para el Español en esa representación de Séneca. í& fortuna de sus andanzas escénicas une de nuevo él prestigio de su nombre de actriz a la maestr ía del más grande actor español. Enrique Borras encabeza con ella el cartel del teatro capital de la República. Cuando su compañera le participa su propósito, halla en su amigo, coempresario y maestro la más decidida y entusiasta voluntad de colaboración.
A raíz del estreno de "El oti-o", de Unamuno, la Xirgu y Borras solicitan del poeta, profesor de let ras clásicas, la traducción de la "Medea", de Séneca. El autor del "Sentiniiento trágico de la vida" toma el honroso encargo con tal empeño, que en dos semanas da cima al propósito, lográndolo magníficamente.
Hecha la propuesta al ministerio, por ver de obtener su ayuda.
1» consignació-n pre-con cargo a la '^"ns g ^ . ^ . ^^ vista para ensayo» e la ^ ^^^.,_p novadoras d s l t e a t . ^ ^ ^ ^ acuerd^ Supenor de la ^ ^^^i„^ y el suovoncionai el e.i^ jdo, con ministro aprueba « ' f l g repetirla obligación de que ^ a f / ^ a -se en Sa.gunto, Barceio ^ drid. Los o ' - f ^ S ' f . c t a s su condón Bartolomé Per^z Ca.as ^ ^ _ curso personal al iren^- ^^^.^.^ questa Filarmónica para 1 ^^^^^ y los coros, quo han " la con una interpretación «'f^l^^ji,. evocación necesaria a Miguel Xirgu, experimentado rador de -I^a prudencia - 1 - ^ ^ , , ier", "El auto de la» . ^ujjra " L a ' s e r r a r , a d e l a V e i . . f ; ,
los figurines del 7 ^ \ \ " carro arrebatador de ^^^dea. ^ ^ ^
Después se apresuran a ^
la colaboración i n d . s P - a W e B , D. Ricardo Orueta, d;^e="' , ^tf lias Artes, cuya ^ensibil dad-J^ j , j a de su competencia al m ^^ ^^, entusiasmo toda idea ^°°^^\^^i&\-José Ramón Mélida y ^- j j . liano Macia,s, directores de . ^ , cavaciones de Mérida, de i ^ !a emoción alentadora sena > ^^ por sí bastante compensad ._, esfuerzo en revivir la re cultural de que fué temP'o
¡rne del teatro
ligiosia»; sobef
en"' bio la ruina insif ritense. , , ^.1 tn-
El Patronato Nacional de^ ^ . rismo, y en primer termino - ^ ,. sidente, D. Enrique ja rnos . ^ ^ calde de la ciudad, sede po-^^ ¿,;. una fiesta escénic;v anual, ^^^.
r el distrito, en «"• .. putados por tribuyen, cada cual en la e'. :fera <
•se"' l'^e la repr«,¿, sus actividades, a H'^^ — yério
tación de la "Medea" ^," .j, pro-haga del domingo 18 de 3" - j^,; ximo una fecha fastuosa^
ñola- de anales de la escena espai ,j, ^ He asistido al p r t a e r en^.^
voz de Margari ta Xirgu i '^ jg. Borras en el teatro ^^V°J^' per-va severa vastedad y acus • ^^^^^. ifecta hacía más solemnes Ja ^ ^^t cía de público más ""'"^.-ntes !'
de sus pocos acomP-n ^^e„. el „ - «-- . .„, mor dos o tres curioso» dv.i ^
favorecidos por la oca- ___^ j,e t o ' - rtU
No sabré contar, por ma.= de intentarlo otro
la emot buen D. Maximili
- ...en" día, w • ' f^,\ inefaí^'s
trasmitir, la emoción »' - ^ Maximiliano Macia ;
zador de piedras insignes y y "^'^'^
do de Bellas Artes en ^ P^ , fíela de Badajoz, ante el P . ^^ ta"' mulacro de la representa-- -• «
sus sue' tas veces evocada en - - ^ arqueólogo despierto fre ^,
se
que yacían.
columnas levantadas, a s ^^^^¡ t' crutadores. del polvo s
Agitada asai industriales taxistas
12 ^''"'í' E n el salón de actos dc ^(.--^
dad La Única se celeor ^ .j,á„- una asamblea general a gr t r ia de, "taxis", convocada t^t^^ Sociedad Madrileña de r ' o...
fiicto de Automóviles de Aia^^g, 3O dar cuenta del ccnfiíc mayo último y de las conc luíil' o»'
que han de elevarse des.
a las au ;or d''
1 e« Al pretender hablar f^^^&i<^-t dente de la Sociedad o-^ ue ' . del acto D. José « "« ' / ^ t aT < destituido del cargo V°l .- mo»' plicado en el movimiento^ ^^.j
quico del pasado a g ° f °¿alo- K^-jo un formidable ^«canda<^^,^otrj^
de la asamblea ProtesiJ'e' par*jfff; otra se mostró favores--- j ^ hablase. A propuesta a'= y er-. tiva, ee le impidió haWa-^^gpe^ del salón entré las f ' '^!f asam*' ^ vas de la mayoría de ^¿ ¿.^á^a ..
la 5rV„ V "'••' El presidente de la ^^ y - . cuenta del pasado oonm ^^¿0 j, gió duras censuras al >• QMCJ „, Tráfico, Sr. Talanque-r, a ^^flic^, só de ser el causante " tobus^-j? Se "le denunció que lo^ a U ^ ^ ^ t O los que los congresista»^ ¡j u ,
ros iban a ir a -'^'^^'^..niciP*!' !' han sin autorización m"„,.oba°\ f' ta denuncia fué comp.^^^tie , cuando los "taxistas ^^ a. j t prohibiría la círcu!ao!on_^^j,¡in
llega" coches, vieron que guardias de asalto y bre los conductores a<' les. Niega el orador Q"- i,]e\- ., directiva esté en manos .^g.jiy tos comunistas ni se dej ,jj|cO-' otra clase de elementos 1 ^
L O S M A E S T R O S DE LA H I S T O R I E T A TOROS EN MADRID, por Martínez áej^ ( P E L Í C U L A E N T R E S O L Y S O M B R A )
2 de .junio de 1933.
Beneficio de! Montepío do Toreros.
Ocho toros de doña Concepción de la Concha Sie
r ra de Sarasúa.
.a,LG.\BEÑO, C H I C U E-LO, Vn.L,4LTA Y OR
TEGA
ha corría fué un fr-aai-so económico, pue ni Or-
tdga, base der carté; ni "Chioiíelo", ni Vülarta reunieron gente pa jagá un tute. La pea entrada del uño. Home, ino se ha podio busca otros torero que interesen tná, ya que a ésto nadie quiere verlo f
"Aryabeño", que rejoneaba, llenó la ?j(ti-5w.—ya décimo que estaba x>asia- de aire carnpero, de garbo (is caballista, de toreo a ca-ballo... (Ortega se fijó mucho.) Despué, pie a tierra, mató a .•*«. dos toro pronto y bien, y se le aplaudió. Y aliora viene lo grande. "flagrada Virgen der Carinen, Madre der Dio verdadeio", porque esto e pa que lo tante-n los siego, qui-son los i3r¡-!c.>o que lo jyneden cíes?, cantando porque no vieron ki rorria. ¡Qué mieo er de "Chicuelo"! ¡Qué ola a "fónico pa jergone" er de Ortega! Br primero de "Chicuelo" mnrió er pobre no nía que de cuatro iylnrha.s'o hugendo y n)M estoca Hugcrí-lo inás iíod.rrif, por aquello de que ki firtiinr! xr U> frai/i ma' ensayao. Sw se-gund') fué ma, itfortnnno, pue ^nurió sin enterarse. Primera le pinclié er diestro, p<i sabe ói estaba, duro o blando, y vien
do que estaba duro, lo cogió descuidao y lo descabelló vivo, ¡Qué infamia! ¡Hasé esto con un toro tan serio, tan respetuoso y tan infalí! Y despué de esto, ni un pase, ni un lance, ni na. ¡Y eso que con er capole se colocó unas cuanta vese en "or-••sai", a ve si podía tira er pego der lan.ie con los dos jne junto! ¡Figúrense ustede cómo nos pondriamo los tre o cuatro que habíanlo en la plasa!
Ortega, con er capote, no e que ha perdió er .sitio: es que cita metió en una intrincada serva. No sabe pa qué puede í7crui eso. ¡Y pídele a Dio que no haga su sélebre quite por farole, porque entonse está jjerciío en un time! A sit primero le dio tres pinchoso echándose fuera y una pufialá muy bonita; pero como er toro era manso y er torero peleó un poco con e por la cara, la gente 110 se indignó der to. Er fracaso grande fué en el úrtimo, que era un toro suave, m,uy pa,itueño; y, ¡claro!, a una persona desente así, quiso pegarle pata y haserle esa faen<i que hiso Ortega er dia der debú, y que despué ha segii'o hasiendo en to los toro, y la gente se indisnó. El hombre, en vi,<!ta. de eso, intentó torea por naturale, y como no sabe, se descubrió. Se llevó itr toro a los medio, despué ar tersio, y despué... lo mató. Y la gente vengó ar muerto to lo que pudo. Villarta. con capoté y muleta, no se estiró mucho, y me párese que hiso bien, porque si Villarta se estira un poco ma... Mató de do estoca de valiente y dio la vwrta ar ruedo en su segundo. Totd: Que fué er meió er niño de los clávele. Los toro, bikn presentao y man.turrone, aunque salió arguno, como el úrtimo, pa torearlo bien. ¡Y no saben na los que se quedaron en sus casa!
OBELITO
AlKai)eño sacnndo a sil primer toro del chiquero con la garrocha.
En el cuarto toro. ¡Fisa, morena, nlsa con gra«t»t
Un buen pase del Algabcño a su primero.
l a clájúca "puñalá" del joven Chicuelo.
Kubichi en un gran par al toro de Cliicuelo.
prio»«^
p^:fj^ -• El cuarto toro, con desp' „gr
"¡Crearán estos malage «í"®,/t«; que yo sea grajids vengo a '^fní"' rero pa haserle gasto ar Tsiot"^''
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