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Homilía en la Misa de la celebración del VIII Centenario de la Consagración de la Catedral Hermanos en el Episcopado Excmo. Cabildo Metropolitano Excmas. e limas. Autoridades Sacerdotes, miembros de Vida Consagrada y laicos Miembros de la Archicofradía del Apóstol Santiago Televidentes y Radioyentes Peregrinos llegados a Santiago Hermanos y hermanas en el Señor El VIII Centenario de la Dedicación de la Catedral, edificio sacro, casa de Dios y casa de los hombres, con su misterioso encanto y su simbolismo, nos ofrece la posibilidad de hacer una reflexión sobre el misterio del templo. La unción con el crisma de las doce cruces cuyas leyendas hemos recordado, configuró litúrgicamente el carácter sagrado del templo que nos acoge hoy, "símbolo y hogar visible de la comunidad diocesana, presidida por el Obispo, que tiene en ella su cátedra"1. Cátedra que es "signo del magisterio y de la autoridad del pastor de la Iglesia particular y signo de la unidad de los creyentes en la fe que anuncia el Obispo como pastor de su rebaño"2. En este día de júbilo nuestra manifestación no es otra que decir: ¡A Ti, Señor, te alabamos, te bendecimos y te damos gracias! Porque Dios nos ayuda y el Apóstol Santiago. 1 JUAN PABLO II, Homilía, junio de 1993. " Ceremonial de los Obispos, 42.

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Homilía en la Misa de la celebración del VIII Centenario dela Consagración de la Catedral

Hermanos en el EpiscopadoExcmo. Cabildo MetropolitanoExcmas. e limas. AutoridadesSacerdotes, miembros de Vida Consagrada y laicosMiembros de la Archicofradía del Apóstol SantiagoTelevidentes y RadioyentesPeregrinos llegados a SantiagoHermanos y hermanas en el Señor

El VIII Centenario de la Dedicación de laCatedral, edificio sacro, casa de Dios y casa de los hombres,con su misterioso encanto y su simbolismo, nos ofrece laposibilidad de hacer una reflexión sobre el misterio deltemplo. La unción con el crisma de las doce cruces cuyasleyendas hemos recordado, configuró litúrgicamente elcarácter sagrado del templo que nos acoge hoy, "símbolo yhogar visible de la comunidad diocesana, presidida por el Obispo,que tiene en ella su cátedra"1. Cátedra que es "signo delmagisterio y de la autoridad del pastor de la Iglesia particular ysigno de la unidad de los creyentes en la fe que anuncia el Obispocomo pastor de su rebaño"2. En este día de júbilo nuestramanifestación no es otra que decir: ¡A Ti, Señor, tealabamos, te bendecimos y te damos gracias! Porque Diosnos ayuda y el Apóstol Santiago.

1 JUAN PABLO II, Homilía, junio de 1993." Ceremonial de los Obispos, 42.

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Nuestra Catedral, símbolo de la vida religiosa,cultural y social, ha sido siempre una casa habitada no sólopor los diocesanos sino también por miles y miles deperegrinos que a lo largo de toda su historia han venidopara venerar la Tumba del Apóstol Santiago y hacermemoria de la Tradición apostólica. La fiesta de laDedicación nos recuerda que este templo es un lugar deoración: "los alegraré en mi casa de oración", dice la Escritura,y un ámbito de encuentro con Dios donde percibimos suamor y su misericordia que nos llenan de gozo: "Dichososlos que viven en tu casa alabándote siempre" (Ps 83).

"Mi trono es el cielof la tierra el estrado de mis pies.¿ Qué casa me vais a construir, dice el Señor, o qué lugar para quedescanse? (Hech 7, 49). El templo es una parábola de nuestraexistencia que vive la tensión entre la lejanía y la intimidadcon Dios, entre el misterio y la revelación, entre el tiempo yla eternidad. Su belleza y armonía, destinadas a dar gloria aDios, nos invitan a nosotros, limitados y pecadores, aconvertirnos para formar un "cosmos", una construcciónbien ordenada, en estrecha comunión con Cristo, elverdadero Santo de los Santos.

"¿No sabéis que sois templos de Dios y que elEspíritu de Dios habita en vosotros. Si alguno destruye estetemplo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo deDios es santo, y este templo sois vosotros?" (ICor 3,16-17).San Agustín nos exhorta a que "cuando recordemos laConsagración de un templo, pensemos en aquello que dijoSan Pablo: 'Cada uno de nosotros somos un templo del

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Espíritu Santo'. Ojalá conservemos nuestra alma bella ylimpia, como le agrada a Dios que sean sus templos santos.Así vivirá contento el Espíritu Santo en nuestra alma".

En esta fiesta hacemos referencia al lugarconcreto del culto comunitario a Dios. La adoración enespíritu y en verdad si bien no se circunscribe o se limita aun lugar, tiempo o fórmula, necesita un ámbito exterior demanifestación de la comunidad que celebra su fe y alaba aDios. Como meta de peregrinación nuestra catedraltambién ofrece el patio de los gentiles, espacio abierto queinvita a todo el mundo a rezar al único Dios. En este sentidoa nosotros nos toca purificar el templo como a Jesús en sutiempo, quitando "aquello que es contrario al conocimientoy a la adoración común de Dios, despejando por tanto elespacio para la adoración de todos". La universalidad depresencias en nuestra catedral hace que vivamos laexperiencia de ver que como en tiempo de Jesús aquellosgriegos, muchos que peregrinan, quieren ver a Jesús.

Cómo no subrayar la realidad viva de lacomunidad cultual de los fieles bautizados, piedras vivasque forman el templo de Dios, fundamentado en Cristo,piedra angular. "Vosotros como piedras vivas, entráis en laconstrucción del templo del Espíritu, formando unsacerdocio sagrado para ofrecer sacrificios espirituales queDios acepta por Jesucristo'7 (IPe 2,5). Por medio del culto elpueblo fiel entra en comunión con la realidad del misterioque sobrecoge y fascina. El culto verdadero es unarespuesta de fe a la revelación de Dios, vivida en fidelidad a

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su voluntad y en solicitud fraterna con los demás. Buscar aDios es encontrar también a los hombres.

En medio del templo esperamos la entradasalvadora de Cristo. Su paso y su presencia han sido unaconstante en nuestra historia. En Jericó, Zaqueo no lograbaver a Jesús entre tanta muchedumbre. También hoy algonos impide ver y sentir esa presencia. En la escenaevangélica se nos da la clave en términos de altura y deabajamiento. De altura, porque Zaqueo se deja ganar elcorazón por el deseo de ver a Jesús y, como era pequeño deestatura, se adelanta y sube a un árbol. No hay salida parauna mirada baja, desesperanzada, resignada a sus límites,carente de creatividad. La repetida frase "no queda otrasalida", es muchas veces un pretexto que sirve paranarcotizar las conciencias. Echamos en falta altura humanay espiritual para afrontar el reto religioso, cultural, social,económico y político en nuestra sociedad, y padecemos lacortedad de miras que nos dificulta ver el paso de Diosentre nosotros. Pero el milagro acontece: Zaqueo se elevasobre su mediocridad y encuentra la altura donde subirse.Porque del dolor y de los límites propios es de donde seaprende mejor a crecer.

No optó por la resignación frente a susdificultades, buscó la altura desde donde ver mejor, y sedejó mirar por el Señor. Sí, dejarse mirar por el Señor, paraliberarnos de tantos prejuicios, ideologizaciones y modasrelativistas que insensibilizan ante el dolor propio y el delos demás, y que nos impiden escuchar la llamada del Señor

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a bajarnos de nuestras autosuficiencias, de los personajesinventados por el afán de poder y riqueza, de la trampamontada sobre nuestros pobres complejos. El acoge lasalvación: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porqueel Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que estabaperdido" (Le 19,10). Esto le lleva a reparar el mal cometidoy a compartir. Como él escuchemos la llamada a bajar alcompromiso paciente y constante de cada día, sinpretensiones posesivas sino con la urgencia de lafraternidad y de la solidaridad. El camino es sencillo: volveral Evangelio, dejarnos mirar como Zaqueo, y no disfrazarnuestros límites.

O pórtico da Gloria indícanos que do templomaterial e da comunidade cultual que constitúe o Poboperegrino de Deus transcendemos á realidade definitiva, áliturxia perenne da nova Xerusalén que é a patria esperada.Este é o lugar do perfecto e eterno encomio ao Deus un etrino. Alí xa non haber á santuario "porque o seu templo é oSeñor Deus, que todo o sostén, e mailo Año" (Ap 21,22). Poriso traemos á nosa memoria as palabras de Paulo: "Non vosaxustedes ao mundo presente. Transformádevos, máis ben,pola renovación da mente, para que poidades coñecer cal éa vontade de Deus: o bo, o que lie agrada, o perfecto" (Rom12,1-2). Que o Apostólo Santiago cuxa imaxe preside estetemplo, nos axude a entender a dignidade con que Deusnos dotou polo bautismo, e estimule e apoie os nososesforzos para ser verdadeiros templos de Deus. Amén,