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Terapia Asistida por Caballos: nueva propuesta de clasificación, programas para personas con discapacidad intelectual y buenas prácticas - Revista SIGLO CERO

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terapia asistida por caballos: nuevapropuesta de clasificación, progra-mas para personas con discapaci-dad intelectual y buenas prácticas

[Equine assisted activities: a new classification proposal, programs for per-sons with intellectual disability, and good practices]

Víctor Arias*, Benito Arias** y Raquel Morentin***

*EQTerapia, Palencia; **Universidad de Valladolid y ***Universidad deSalamanca

El propósito de este artículo es presentar una alternativa al método declasificación tradicionalmente utilizado en el ámbito de las terapiasecuestres, alternativa en la que, siguiendo los avances en materia de cla-sificación en discapacidad, sustituimos el criterio “tipo de discapacidad”por el criterio “necesidades concretas” y “deseos y metas” de la personaque acude al servicio de terapia asistida por caballos. Otro de nuestrospropósitos es contrastar las buenas y malas prácticas que afectan a la cali-dad de un servicio de terapia ecuestre, en materia de cualificación profe-

sional de los terapeutas, normas de seguridad durante la terapia, sistemas deevaluación y control, y malas prácticas y creencias erróneas que pueden afectara la efectividad de la terapia y la seguridad del jinete con discapacidad.

Palabras clave: hipoterapia, equinoterapia, equitación terapéutica, equitaciónadaptada, terapia asistida por caballos.

resu

men

The aim of this paper is to introduce a new classification method inequine assisted therapy, alternative to the traditional one. In this pro-posal, we replace the classification criterion “disability type” with “indi-vidual needs” and “wishes and goals” of the person who assists to equineassisted activities. Another goal of the present work is to summarizesome of the most significant good and bad practices related to quality ofservice in equine assisted therapy/activity: therapist´s training, assessmentand intervention programs, and bad practices or wrong beliefs wichmight negatively affect both to therapy effectiveness and security of the

rider with a disability.

Key Words: hippotherapy, equine assisted therapy, equine assisted activities,therapeutic riding.

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introducción ■ ■ ■

Ya Hipócrates y Jenofonte recomenda-ron la equitación como medio para paliartanto trastornos del cuerpo como delestado de ánimo (Davies, 1988), comosiglos después lo hicieran Galeno dePérgamo, Hieronymus Cardanus,Mercuriates o Lord Thomas Sydenham(AZE, 2004). Tras la I Guerra Mundial sur-gieron los primeros programas de rehabi-litación por medio de la monta a caballo,en este caso para heridos de guerra. Perono fue hasta los años cuarenta cuandosurgió el verdadero interés científico eneste campo, al establecerse en Alemanialos primeros estándares de tratamientopara personas con parálisis cerebral(Gross, 2006).

Durante los años 50 los logros de LizHartel dieron gran publicidad a los efec-tos terapéuticos de la monta, momento apartir del cual la terapia asistida porcaballos comenzó a extenderse porEuropa y Estados Unidos1. El primer cen-tro especializado en abrir sus puertas, en1958, fue el The Pony Riding for theParalysis Trust, en Inglaterra (NARHA,1988); la práctica de las equine assistedactivities se extendió por Canadá yEstados Unidos hasta la fundación de TheNorth American Riding for theHandicapped Association (NARHA) en1969, que actualmente aglutina a más de500 centros especializados en equitaciónterapéutica en toda Norte América, conmás de 42.000 usuarios (Engel, 1998). En1991 se fundó en Bélgica la Federation ofriding for the disabled international(RDI), encargada de auspiciar los congre-sos internacionales sobre terapias ecues-tres.

Actualmente existen programas deTerapia y Educación asistida por caballos(en adelante TEAC) en Inglaterra,

Francia, Italia, Alemania, Bélgica,Dinamarca, Finlandia, Holanda, Noruega,Suecia, Austria, España y Portugal (Engel,1998), si bien en diverso grado de evolu-ción. El creciente auge de las terapiasecuestres y su progresiva profesionaliza-ción ha llevado a su reconocimiento porparte de organizaciones como la OMS,que, en sus últimas recomendaciones,incluye la equitación como actividaddeportiva beneficiosa para personas conpatologías físicas, psíquicas y sociales(Ernst, 2007), o como la AmericanPhysical Therapy Association y laAmerican Occupational TherapyAssociation, que informan de los efectosterapéuticos de la equitación (Scott,2005).

En España existen programas de TEACen todas las comunidades autónomas, sibien aun son pocos los que siguen lasnormas de funcionamiento, buena prácti-ca y cualificación profesional aceptadasinternacionalmente. Esta escasez de pro-gramas con metodología de trabajo ade-cuada puede deberse a varios factores:en primer lugar, a la relativa “juventud”de la TEAC en España. En segundo, yhasta donde tenemos constancia, a la noexistencia de una federación nacional ocolegio profesional fuerte que, a lamanera de países como Estados Unidos,Inglaterra o Francia (Engel, 1998), agluti-ne a la mayor parte de centros de terapiadel país, marque estándares de calidaden la práctica y exija cualificación profe-sional suficiente a sus afiliados como con-dición previa al ejercicio de la terapia.

No obstante, ya existe en España laposibilidad de obtener el título universi-tario de experto en EquitaciónTerapéutica y experto en Hipoterapia2.Ello, junto a la apertura de nuevos cen-tros dirigidos por profesionales titulados,está haciendo que la TEAC en Españaavance poco a poco hacia la seriedad,

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dignidad y reconocimiento de la que estaprofesión hace tiempo que goza en otrospaíses.

clasificación tradicional de las tera-pias ecuestres y sistema de clasifica-ción alternativo ■ ■ ■

La terapia asistida por caballos, o equi-noterapia, es una terapia complementa-ria a las ya existentes (fisioterapia, psico-terapia, terapia ocupacional, programasde entrenamiento en habilidades socia-les, educación especial, etc.) que utiliza alcaballo como mediador para mejorar lacalidad de vida de las personas con disca-pacidad intelectual, física o sensorial,problemas de salud mental o problemasde adaptación social (Romerá, 2006). Enel Congreso Internacional de EquitaciónTerapéutica (Toronto, 1988) se definieronlos límites que marcan los tipos de tera-pia ecuestre (y que fueron posteriormen-te aprobados por la RDI en 1991): hipote-rapia, equitación terapéutica y equita-ción adaptada (en adelante utilizaremoslas siglas TEAC o la denominación “tera-pias ecuestres” para referirnos a ellas enconjunto):

La hipoterapia es un conjunto de técni-cas rehabilitadoras complejas aplicables aun gran número de cuadros discapacitan-tes, especialmente del aparato locomotor(Ernst, 2007). La hipoterapia está indica-da para personas quienes, por lo severode su discapacidad, apenas pueden ejer-cer acción alguna sobre el caballo(Romerá, 2006).

La equitación terapéutica está dirigidaa personas con discapacidad que puedenejercer algún tipo de acción sobre elcaballo, ya sea en la monta, pie a tierra oen ambas situaciones. En este caso laenseñanza de los principios básicos de la

equitación sirve como vehículo para eltratamiento de problemas físicos, lamodificación de comportamientos inade-cuados, y el entrenamiento en habilida-des cognoscitivas y sociales.

La equitación adaptada se entiendecomo el deporte ordinario de la equita-ción, si bien con las adaptaciones instru-mentales y de entrenamiento de caballoy jinete adecuadas a las necesidades con-cretas de la persona con discapacidadque monta, ya sea por mero recreo o convistas a la competición.

Esta clasificación es la que se utiliza ofi-cialmente desde que fuera aprobada en1991, con variaciones que incluyen otrasactividades como el volteo terapéutico, elenganche3 y la equinoterapia social. Sinembargo, a nuestro juicio esta clasifica-ción resulta en la práctica vaga, difusa, ypoco operativa: en un escenario real,pocos jinetes con discapacidad se ajustansatisfactoriamente a ninguno de los tiposde terapia que hemos definido.

Por otra parte, se trata de un sistemade clasificación que utiliza como criterioel tipo de discapacidad del jinete (Gross,2006), en lugar de un análisis personali-zado de las necesidades, grado de auto-nomía y potencialidad del mismo. Esto nodeja de ser trato injusto para la personacon discapacidad, toda vez que su inclu-sión en uno u otro programa depende,en gran parte, de una etiqueta diagnósti-ca. Por último, y aunque se preconice elcarácter multidisciplinar de la TEAC(Engel, 1998; NARHA, 1988), dicho siste-ma de clasificación induce a encuadrar alos profesionales, de nuevo, en funcióndel tipo de discapacidad: de la medicinapara la hipoterapia (discapacidad física) yde la educación y la salud mental para lamonta terapéutica (discapacidad intelec-tual o sensorial, problemas de aprendiza-je o conducta, etc.), independientemente

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de que las necesidades de la persona pue-dan referirse en la realidad a todos losámbitos, no sólo a los déficits directa-mente asociados al tipo de discapacidadque presenta.

Pero de igual modo que se ha avanza-do en los sistemas de clasificación en dis-capacidad, pasando de etiquetas diag-nósticas a necesidades concretas deapoyo (Schalock y Verdugo, 2007;Verdugo, 2003), lo mismo creemos ha deocurrir en el campo de las terapias ecues-tres y la equitación como deporte adap-tado. Podemos proponer un modeloalternativo en el que el criterio de clasifi-cación no sea el tipo de discapacidad deljinete, sino sus necesidades concretas,traducidas en objetivos específicos agru-pados en cuatro áreas generales:

1. Rehabilitación física

2. Rehabilitación psicológica

3. Educación, modificación de conducta yentrenamiento en habilidades cogniti-vas y sociales

4. Ocio, deporte y calidad de vida

De esta forma, el criterio tipo de disca-pacidad desaparece, sustituido por obje-tivos de tratamiento asociados a deseos ynecesidades concretas, resultado de unanálisis individualizado de las característi-cas personales del jinete con discapaci-dad. Obviamente, es deseable que convi-van objetivos de diversos ámbitos, lo queposibilita un servicio integral y ajustado alas necesidades reales del individuo. Elcriterio “necesidades concretas” es diná-mico, y es de suponer que, si la interven-ción es efectiva, dichas necesidades varí-en a lo largo del tiempo; ello, acompaña-do de un buen sistema de evaluación,facilita la adecuación constante de laintervención a las necesidades del jinete.

De esta forma, independientemente decuál sea el diagnóstico del jinete con dis-capacidad, los límites de actuación estánsólo marcados por las características indi-viduales de la persona, pudiendo escogerel terapeuta sus objetivos y “herramien-tas de trabajo” a partir de ese criterio enlugar de encontrarse supeditado a loslímites y técnicas fijados a priori por unau otra modalidad de terapia. El hecho depermitir que los límites dependan de lascaracterísticas individuales de la personaen lugar del tipo de tratamiento aumen-taría sin duda la flexibilidad de la terapia,su dinamismo y su ajuste a las necesida-des reales del jinete con discapacidad.

buenas y malas prácticas en tera-pia y educación asistida por caba-llos ■ ■ ■

A continuación expondremos breve-mente los beneficios generales que sepueden esperar de un programa de TEACbien planificado y dirigido, así como losobjetivos y métodos de trabajo adecua-dos para los jinetes con discapacidadintelectual. Después, describiremos laestructura básica correcta de una sesiónde terapia, incidiendo en las buenas prác-ticas en cuanto a evaluación y control, ynormas de seguridad. Por último, expon-dremos las condiciones cuyo cumplimien-to asegura la calidad de profesionales ycentros de TEAC, para finalizar descri-biendo algunas de las malas prácticas ycreencias erróneas más comunes.

Beneficios de la TEAC

Si no se da contraindicación médica, lascondiciones de seguridad son adecuadas,y la sesión está dirigida por un profesio-nal cualificado, la TEAC está indicadapara personas con discapacidad, enfer-medad mental, trastornos del comporta-

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miento, problemas de aprendizaje, o ries-go de marginación social4. La TEAC, porotra parte, hace de la equitación undeporte posible para personas que por sudiscapacidad, ven limitado su acceso aotro tipo de actividades deportivas.

El caballo al paso transmite al jineteestímulos en forma de impulsos de ritmovariable que se desarrollan en las mismasdimensiones del espacio y con un patrónsimilar a la marcha humana (NARHA,1988), lo que es especialmente útil en eltratamiento de disfunciones neuromoto-ras, tales como la parálisis cerebral. Asímismo, el caballo genera más calor que elcuerpo humano, cuya transmisión ayudaa la relajación de la musculatura inferiordel jinete y la liberación del cinturón pél-vico (Gross, 2006), facilitando así la reali-zación de diversos ejercicios de rehabili-tación física. Por otra parte, practicar laequitación –no importa con qué grado deindependencia- mejora el equilibrio, lafuerza, la resistencia, el tono muscular yla coordinación (Engel, 1997); la montacomo estrategia de rehabilitación físicase caracteriza además por exigir del suje-to una posición activa, en cuanto quedebe esforzarse por reajustar su posturade forma continua a fin de compensar losmovimientos del animal (Simard, Caron,& Skrotzky, 2003); por último, la montatambién genera sentimientos de inde-pendencia, confianza y bienestar (Engel,1997).

Con los elementos que ofrece la montay el trato con el caballo y su entorno, elterapeuta entrenado puede trabajarsobre muchos objetivos distintos, desdela rehabilitación física, la psicomotricidady la integración sensorial, hasta el entre-namiento en habilidades sociales y lamodificación de conducta. La magnitudde los efectos terapéuticos dependerá delas condiciones de trabajo, la formacióndel terapeuta y características del caba-

llo, la correcta evaluación de las necesi-dades concretas del jinete, y la adecua-ción a los objetivos perseguidos por elresto de profesionales de la salud y laeducación que trabajen en ese momentocon la persona.

La TEAC se desarrolla además al airelibre y en entornos naturales, acrecentán-dose en el jinete con discapacidad la per-cepción de participar en una actividadnormalizada, y no en una terapia (una delas funciones del profesional de TEAC esactuar a favor de tal normalización); espor esto que la TEAC propicia la prácticade actividades de integración social enforma de situaciones de ocio o trabajodonde el objeto de interés (el caballo) seacomún a los participantes con y sin disca-pacidad. También la TEAC es válida comoterapia ocupacional para adultos, al ofre-cer la posibilidad de desarrollar una acti-vidad de complejidad graduable, motiva-dora, con sentido en sí misma, y querequiere de la asunción de responsabili-dades por parte del participante.

TEAC para las personas con discapa-cidad intelectual

En palabras de Alois Podhajsky, “laequitación está en unión íntima con elarte de vivir: muchos de sus principiospueden, en todo tiempo, servir de reglasde conducta”. Aunque los primerosmodelos de terapia ecuestre se diseñaroncomo método de rehabilitación en perso-nas con discapacidad física (Britton,1991), la ampliación de la TEAC al ámbitode la psicología y la educación ha propi-ciado el desarrollo de programas integra-les para atender necesidades relaciona-das con todos los tipos de discapacidad.

En el caso del jinete con discapacidadintelectual, el objetivo primordial de laTEAC es el aumento en la autonomía dela persona sobre las tareas que se estén

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llevando a cabo. La estructura de lasesión debiera ser lo más similar posible ala de una clase normal de equitación: lim-pieza del caballo, selección del equipo demonta, y trabajo en la pista. Insistimos enque el objetivo es que el jinete sea lo másautónomo posible: ello incluye que eljinete con discapacidad intelectual aban-done el rol de “persona cuidada” paraadoptar el de cuidador, en este caso delcaballo: es el jinete el responsable de queel animal esté limpio, bien cuidado y listopara ser montado. Las tareas de cuidadodel caballo son secuenciales, su estructu-ra apenas varía, y en general se desarro-llan en varios pasos que pueden ejecutar-se por separado; estas características lashacen propicias para introducir técnicasde entrenamiento como el moldeado y elanálisis de tareas, y permiten variar lacurva de aprendizaje y la complejidad dela demanda, de modo que cualquier jine-te pueda alcanzar el éxito en su ejecucióny prepararse para abordar tareas máscomplejas.

Por otra parte, aunque las tareas decuidado del animal sean por lo generalmecánicas, su motivo es el bienestar deun ser vivo, por lo que poseen un fuertecomponente afectivo y de empatía, asícomo sentido en sí mismas: este hecho setraduce, cuando se logra el estableci-miento de relaciones efectivas entre eljinete con discapacidad y el caballo, enun elemento de fuerte motivación intrín-seca para la tarea. Las actividades concaballos son también propicias al trabajoen grupo, con la oportunidad de trabajarsobre las habilidades sociales, la comuni-cación y la conducta relacional, así comosobre el sentido de la responsabilidad (esfrecuente que, en trabajo de grupo, losjinetes con discapacidad veteranos actú-en como tutores de los “novatos”).

Tras el cuidado del caballo, en la montaen pista o en el exterior, además de los

beneficios físicos que conlleva practicar laequitación, también podemos trabajaraspectos como la autonomía, las habili-dades sociales, la responsabilidad, habili-dades de afrontamiento y técnicas derelajación, la integración sensorial, el len-guaje o la psicomotricidad. Es deseableque, independientemente de cuáles seannuestros objetivos terapéuticos o de edu-cación concretos, el aumento en la auto-nomía del jinete lleve a la asunción porparte del mismo a mayores responsabili-dades y situaciones en las que deba haceruso de su libertad de elección: el aumen-to en la autonomía debe ser acompaña-do por una reducción en la intensidad delcontrol que el terapeuta ejerce sobre loque ocurre durante las sesiones, dandooportunidad al jinete para gestionar supropio comportamiento. El momento demayor autonomía se da cuando el jinetecon discapacidad es capaz de conducir sucaballo sin asistencia del guía.

La TEAC se puede también adaptarcomo terapia ocupacional de ocio paraadultos con discapacidad intelectual. Laactividad con caballos cumple los requisi-tos básicos que la terapia ocupacionaldebe cumplir para ser efectiva (Pierce,1998):

1. Que la ocupación sea atractiva o dese-able para el usuario.

2. Que sea integral, es decir, que el usua-rio llegue a percibir la ocupacióncomo algo cotidiano o normalizado,fuera de un contexto especial de tra-tamiento.

3. Que la ocupación se ajuste a unasmetas significativas para el usuario,que tenga sentido y finalidad para él.

En el caso de la TEAC, el sentido o fina-lidad de la ocupación se refiere, por unlado, al disfrute de una relación afectiva

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positiva con un animal, y, por otro, a lamonta como actividad de ocio, gratifi-cante en sí misma. Montar a caballo esuna de las actividades de ocio que másresponsabilidad, aprendizaje y trabajoprevio requieren, en forma de higienedel animal y su habitáculo, alimentacióndel caballo, y conocimiento y cuidado delequipo de monta. La normalización a laque se refiere Pierce (1998) equivale eneste caso a la obligación, para la personacon discapacidad intelectual, de hacerseresponsable del cuidado del animal comocondición previa al disfrute de la monta,de igual forma que la mayor parte de losjinetes sin discapacidad. Este tipo de acti-vidades, cuando están bien planificadas ydirigidas, no sólo promueven en la perso-na la diversión y el bienestar, sino tam-bién el crecimiento personal, los senti-mientos de competencia y propia valía, lamejora de las habilidades físicas, cogniti-vas y sociales, y la calidad de vida.

El programa de terapia asistida porcaballos: buenas prácticas

Estructura típica de una sesión

Una sesión de TEAC se desarrolla enaquellas zonas de la hípica donde semonta normalmente: la pista de doma, lapista redonda, la pista cubierta o elcampo. En una sesión de equitación tera-péutica participan (Engel, 2006):

1. El líder o guía, quien lleva al caballosujeto del ramal.

2. Los acompañantes laterales, que cami-nan junto al estribo, dando apoyo físi-co al jinete en caso de ser necesario.

3. El terapeuta.

Excepto en el caso de los jinetes conmayor autonomía, el número mínimo deprofesionales en una sesión de TEAC ha

de ser de dos (el líder y el terapeuta) y unmáximo de cuatro (líder, terapeuta yacompañantes laterales), para una sesiónindividual de terapia. El terapeuta puedeocupar un lugar junto al estribo, montaren back-riding5, o actuar a una distanciamayor, detrás, delante o junto al caballo.

Salvo en excepciones en que la afecta-ción del jinete sea muy severa y/o losobjetivos concretos de la terapia se refie-ran casi por entero a la rehabilitación físi-ca, el principio fundamental que ha deguiar la sesión es el de la autonomíacomo meta: es el jinete quien debe, hastael máximo de sus posibilidades, intentarcontrolar al caballo (Davies, 1988), sinque terapeuta, guía o acompañantespresten a la persona más apoyo que elque estrictamente necesite. Como esobvio, para que el jinete alcance unaindependencia cada vez mayor, se han decuantificar con precisión los apoyos con-cretos necesarios para la monta, redu-ciendo y eliminando los que vayan resul-tando innecesarios gracias al entrena-miento.

La estructura general de una sesión deequitación terapéutica no se diferenciaen gran medida de una clase de equita-ción ordinaria: el jinete ha de comenzarpor sacar a su caballo de la cuadra, paraluego cepillarlo, buscar y colocar el equi-po de monta, e ir a la pista. Por lo gene-ral y salvo los cuadros más incapacitantesa los que antes nos referimos, esta estruc-tura es válida para cualquier jinete condiscapacidad, variando la cantidad, eltipo y la intensidad de apoyos que se leprestan para cumplir dichas tareas. Elterapeuta debe especificar en su plan deintervención el uso que va a hacer sobrelos elementos de una sesión ordinariapara alcanzar los objetivos terapéuticos,e incidir en la realización de ciertas tare-as que, por sus características, resulten enmayor beneficio para el jinete.

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Tras la preparación del caballo, llega elmomento de montar. La monta se puederealizar desde tierra, desde una platafor-ma móvil, o desde una rampa: la decisiónsobre qué medio utilizar no depende dela comodidad del mismo, sino de la inten-sidad de apoyo que la persona con disca-pacidad requiera, respetando el principioque dicta prestar el mínimo apoyo nece-sario. La sesión se puede desarrollar en lapista (rectangular o redonda) o en campoabierto, en circuitos más o menos delimi-tados. El tipo de actividades a realizardependen de los objetivos definidos trasla evaluación, y varían desde ejercicios derelajación y estiramiento, hasta juegos,volteo6, rutas por terreno irregular opráctica de los principios de la equita-ción. El aire más utilizado es el paso, sibien es posible pasar al trote o incluso algalope, si no existe contraindicaciónmédica y el jinete ha adquirido suficienteautonomía en la monta.

La TEAC, por otro lado, no sólo ha deincluir actividades de monta. Es de igualforma importante el papel de las activi-dades pie a tierra con el caballo, como elcepillado, la preparación del equipo,manejo del caballo por el ramal, trabajocon riendas paralelas o juegos pie a tierraen la pista redonda.

Evaluación, control y efectividad deltratamiento

Montar a caballo tiene efectos terapéu-ticos. Pero para poder darle a aquelloque hacemos la denominación de terapia–sufijo que, por otra parte, solemos apli-car a las actividades más peregrinas-, hade tener estructura definida, control,objetivos concretos, y disponer de instru-mentos de evaluación adecuados.

Los objetivos de la TEAC pueden ser tanvariados como lo son las necesidades delos jinetes con discapacidad. Podemos

trabajar sobre el estado físico general, elcontrol de tronco y la diferenciación esca-pular; podemos realizar ejercicios deintegración sensorial y psicomotricidad;podemos entrenar en habilidades cogni-tivas como la memoria y la resolución deproblemas; podemos aprovechar el movi-miento de balanceo y el calor corporaldel caballo para facilitar la relajación deun jinete con espasticidad. Podemos tra-bajar sencillamente sobre el ocio sano ylibremente elegido, la calidad de vida ylos sentimientos de propia valía. En defi-nitiva, las posibilidades de actuaciónteniendo como mediador al caballo sonamplias, pero deben someterse a ciertascondiciones para resultar efectivas:

1. Ha de existir un proceso de evaluacióncon garantías de objetividad; si no selleva a cabo tal proceso, no es posibleestablecer objetivos ni verificar el cam-bio. Teniendo en cuenta que la TEAC esen esencia una actividad deportiva quese desarrolla en entornos naturales, lamejor manera de obtener datos duran-te las sesiones es aplicando la metodo-logía observacional, de manera similara como se realiza en la investigación enel ámbito del deporte (Anguera, 1998;Hernández Mendo, 2005). Así, el obje-to de evaluación en este caso será elcomportamiento observable del jinete.La primera fase de evaluación requiereemplear las primeras sesiones en llevara cabo una observación discrecional dela ejecución en un abanico amplio detareas; de los resultados obtendremosnuevos objetivos de evaluación, demayor especificidad, y que por lo gene-ral requieren de instrumentos de reco-gida de datos objetivos (por lo generalfilmaciones en video) combinados consistemas de clasificación de comporta-mientos observables, como inventariosde conducta y matrices de interaccio-nes. Es importante que una parte de laevaluación se dedique a determinar la

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autonomía del jinete con discapacidaden la monta y el trato general con elcaballo, ya que el aumento en la auto-nomía es siempre un objetivo de inter-vención deseable; la mejor manera dellevar a cabo esta evaluación es regis-trar qué apoyos concretos requiere eljinete para cada tipo de actividad quese lleve a cabo (para lo cual habremosde disponer de un sistema de codifica-ción adecuado), así como observar, a lolargo del tiempo, si el entrenamientoha tenido efectos sobre la presencia eintensidad de tales necesidades deapoyo.

2. La TEAC ha de ser tan integral como loson las mismas personas que acuden aella: aunque toda terapia haya detener objetivos específicos, no se ha dedescuidar ninguna de las dimensionesde la persona (física, conductual, inte-lectual y relacional). No se puede,como mencionamos antes, suponerque las necesidades de un individuo serefieren sólo a los déficit derivadosdirectamente del tipo concreto de dis-capacidad que presente.

3. La TEAC debe ser segura, y no deparara los jinetes experiencias negativasproducidas por un mal control de lasituación, el uso de animales inadecua-dos o el desconocimiento de quien diri-ge la sesión. No obstante, ello no signi-fica actuar con temor ni sobreprotegera la persona con discapacidad, ni estáreñido con la búsqueda constante dela mayor autonomía posible para eljinete.

4. Las necesidades, y sobre todo los dese-os del jinete con discapacidad estánpor encima de cualquier objetivo tera-péutico; la motivación intrínseca deri-vada de una actividad placentera es unimportante motor del cambio en laTEAC: es preciso respetar el temor que

en una persona puede generar un ani-mal con una presencia tan poderosacomo el caballo, no forzar comporta-mientos, y dejar que sea el jinete quiendecida hasta dónde quiere llegar.Hacer lo contrario supone, en la mayorparte de las ocasiones, una mala expe-riencia y el abandono prematuro de laterapia.

Criterios de calidad para un serviciode terapia asistida por caballos

Si la terapia asistida por caballos la lle-van a cabo terapeutas específicamentepreparados para ello, no implica más ries-gos que cualquier otra terapia que utiliceun deporte (Gross, 2006). En países comoEstados Unidos, Francia, o Inglaterra, laTEAC se encuentra plenamente integradaen el área de rehabilitación, de modoque para poder ejercerla existe la obliga-ción de tener estudios superiores enmedicina o educación, formación univer-sitaria específica en TEAC, y conocimien-tos de equitación (Engel, 1998). No ocu-rre así en España, donde cualquierapuede, a título privado, ejercer “equino-terapia” sin disponer de formación algu-na, general o específica.

Como mencionamos al principio de esteartículo, uno de nuestros objetivos esfacilitar criterios de calidad para quecualquier persona con discapacidad o sustutores legales puedan buscar un serviciode TEAC con garantías. Para que un servi-cio de TEAC pueda considerarse acepta-ble, ha de cumplir al menos los siguientesrequisitos:

1. Quien dirija la terapia ha de poseer, almenos, estudios superiores en algunarama de la salud o la educación (medi-cina, fisioterapia, enfermería, psicolo-gía, pedagogía, psicopedagogía, edu-cación especial, etc.). Es muy recomen-dable buscar profesionales que además

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hayan recibido formación específica,en forma de estudios de postgrado deal menos un año de duración en hipo-terapia o equitación terapéutica. En elcaso de personas con discapacidad físi-ca severa que requieran hipoterapiacomo medio de rehabilitación física,con back-riding y manipulación com-pleja de extremidades, es indispensa-ble que el terapeuta sea médico o fisio-terapeuta. Por último, el terapeuta, yespecialmente la persona que guía elcaballo han de ser jinetes y tener cono-cimientos sobre el comportamiento delcaballo7.

2. Los jinetes deben llevar siempre elcasco, excepto en el caso de que se décontraindicación médica, como porejemplo ocurre en algunos casos dehidrocefalia (Gross, 2006). El ambientede trabajo debe ser tranquilo, y han deseguirse las pautas de seguridad bási-cas del trato con caballos y la circula-ción de personas y animales. Los caba-llos de TEAC deben haber recibidoentrenamiento específico para estetipo de tareas, y no mostrar taras físicasni de comportamiento. Además, el cen-tro o persona que lleve a cabo la TEACdebe disponer de un seguro de respon-sabilidad civil que cubra su actividadprofesional, y cuyo texto debe estar adisposición de sus clientes.

3. El terapeuta ha de conocer a la perfec-ción las contraindicaciones médicaspara la práctica de la monta a caballo,y ante cualquier duda razonable, exigiruna autorización médica previa al ini-cio de las sesiones. Hay síntomas quedescartan la posibilidad de montar acaballo, o la realización de ciertos tiposde ejercicios una vez montado; noconocer tales contraindicaciones puederesultar en lesiones graves para el jine-te. Por otra parte, el momento de mon-tar es delicado, especialmente en jine-

tes con movilidad reducida: hechoscomo no conocer la manera correctade hacer una transferencia, desde elsuelo, la silla de ruedas o la rampa,pueden resultar en un perjuicio para ladignidad del jinete, cuando no en acci-dente o lesión.

4. En el caso de ofrecer sesiones de montabajo la denominación de “terapia”, elterapeuta debe seguir el procesocorrecto que define a su actividadcomo tal, y dar al jinete o a sus tutoreslegales, firmados y por escrito, losresultados de la evaluación, el progra-ma de actividades y los objetivos a con-seguir, y un registro de la evolución dela terapia a lo largo del tiempo (eva-luaciones posteriores).

Por último, comentaremos brevementealgunas de las creencias y malas prácticasmás habituales, cuya presencia puedederivar en baja efectividad de la terapia eincluso en riesgo de lesión:

“El caballo es un terapeuta”

El caballo no es un terapeuta. El caballono alberga la intención de curar ni debeneficiar de forma alguna a quien lomonta; tampoco es capaz de dirigir unasesión de terapia, de establecer objetivosni de evaluar su consecución. En terapia,el animal ha de estar entrenado paracorregir los defectos motóricos y conduc-tuales del jinete (Ernst, 2007), pero siem-pre bajo la dirección del terapeuta. Setrata sin duda de un hecho obvio, pero lacreencia en él persiste y lleva, como diji-mos, a no poca gente a ofrecer “terapia”sin control alguno y sin ser poseedores deformación general y específica previa,esperando que el peso de las sesionesrecaiga por entero sobre los hombros delcaballo, y los resultados positivos de laactividad aparezcan por sí solos.

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“La equinoterapia consiste en dar pase-os a caballo”

Moverse a lomos de un caballo es labase a partir de la que se desarrolla laterapia, no la terapia en sí, por lo que,como ya mencionamos, es indispensablela presencia de un profesional que dirijala sesión.

Por otra parte, es posible definir objeti-vos específicos, únicamente relativos a lamonta a caballo. Sin embargo, la TEAC esen esencia una terapia de apoyo, y comotal ha de articularse con el resto de tera-pias o servicios a los que acuda el jinete,de modo que los objetivos que se impon-gan en un programa de TEAC ayuden alcumplimiento de los objetivos del restode profesionales que prestan servicio alcliente. Pongamos como ejemplo el casode una persona con discapacidad física aquien su fisioterapeuta esté entrenandoen el uso de muletas; un objetivo deapoyo en TEAC podría ser mejorar el con-trol de tronco y la potencia muscularmediante ejercicios específicos de monta,a fin de facilitar en lo posible el trabajode dicho fisioterapeuta en relación alobjetivo “caminar con muletas”. Por elloes indispensable que el profesional deTEAC se ponga en contacto con el restode profesionales que tratan a su cliente,que averigüe los objetivos de rehabilita-ción o educación que persiguen, y diseñesu propio programa de intervención demodo que su trabajo ayude al cumpli-miento de dichas metas. En resumen, laprincipal virtud de la TEAC estriba en supotencia para servir de apoyo a terapiasya en marcha: llevar a cabo terapia deforma aislada al resto de tratamientosque recibe el jinete con discapacidadequivale a renunciar a buena parte delbeneficio que el jinete podría recibir dela terapia asistida por caballos.

“Este caballo lo montan hasta los niños”

o “Este caballo está sometido”

Estas frases, típicas, pueden definir a uncaballo manso, pero en ningún casobasta para un caballo de terapia. Un ani-mal ha de poseer ciertas cualidades físicasy temperamentales específicas para optara trabajar como caballo de terapia, y esun error creer que cualquier caballo sirve:por desgracia, en no pocas ocasiones laaparente mansedumbre de un caballoesconde un verdadero síndrome de inde-fensión aprendida: un caballo de estetipo provocará, tarde o temprano, unaccidente.

El buen caballo de terapia no estásometido: confía en la persona que leguía y trabaja de buen grado. Se tratatambién de un caballo desensibilizado aestímulos extraños tales como gritos uobjetos, pero tremendamente sensible alas indicaciones de su guía. Por tanto, elcaballo de terapia ha de recibir un entre-namiento específico. Dentro de esteentrenamiento, la doma natural resultamuy eficaz a la hora de conseguir uncaballo tranquilo, confiado y despierto.Debe tener también una configuraciónfísica adecuada, y ninguna tara comocojera, ceguera, dolor o movimientosirregulares o poco elásticos (Gross, 2006),ya que podría resultar en incomodidadpara el jinete e incluso en perjuicio, espe-cialmente en el caso de personas con dis-capacidad física.

conclusiones ■ ■ ■

La Terapia Asistida por Caballos llevacasi sesenta años practicándose enEuropa y Estados Unidos; creemos queeste hecho la libra de ser calificada comomoda pasajera. El mundo del caballo y laequitación está más cercano y accesibleque nunca a las personas con discapaci-dad, y cada vez más jinetes con necesida-

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des especiales se benefician de los efectosterapéuticos de la monta y de la prácticaadaptada de la equitación; así mismo, elgrado de profesionalización ha aumenta-do de forma lenta pero constante, requi-riéndose ya en ciertos países titulaciónuniversitaria específica para poder ejer-cer la TEAC, tal y como esperamos que enel futuro ocurra en España.

Sin embargo, hay mucho que mejorar ymucho camino que recorrer. La falta decontrol sobre la actividad profesionallleva con frecuencia a la mala práctica. Enlo que respecta a España, sería deseablemayor unidad en forma de organizaciónnacional de terapeutas y centros, organi-

zación que contase con la fuerza suficien-te para convertirse en sello que asegurela calidad profesional de sus afilados y sir-viera de plataforma para la formulaciónde proyectos de mayor alcance que losprogramas locales. Por otra parte, los queejercemos la equinoterapia como profe-sión sabemos de sus efectos positivos,pues los presenciamos día a día; sinembargo, la TEAC adolece de falta deinvestigación que demuestre con datoslos principios en los que se sustenta, obien genere métodos de intervención fia-bles y potentes. La organización y lainvestigación son por tanto los principa-les retos para alcanzar mayores cotas dereconocimiento y profesionalidad.

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1 A causa de la polio, Hartel quedó en silla de ruedas. Ello no le impidió ganar la medalla de plata en doma clásica en lasolimpiadas de Helsinky de 1952 y Melbourne de 1956.

2 Universidad de Vic (Barcelona), Universidad Complutense de Madrid, Universidad Rey Juan Carlos (Madrid), y EscuelaUniversitaria Gimbernat (Barcelona).

3 Conducción de carros tirados por caballos o ponis.

4 Como algunos ejemplos de casos en los que la TEAC está indicada: Autismo, síndrome de Down sin inestabilidad atlan-to-axial, retraso mental, síndrome de Rett, síndrome de Angelman, otros trastornos generalizados del desarrollo, proble-mas de conducta, problemas de aprendizaje o de la atención, problemas del lenguaje, TDA-H, parálisis cerebral, cifosis,escoliosis menor de 40º, hidrocefalia, esclerosis múltiple, hemiplejia, paraplejia, discapacidad sensorial, trastornos de laalimentación, o esquizofrenia. En cuanto a las personas en riesgo de marginación social, existen programas de activida-des asistidas por caballos para niños internos en centros de acogida, así como actividades ocupacionales para adultos enprisión.

5 Monta gemela en la que el terapeuta cabalga sobre la grupa, detrás del jinete, prestando apoyo para el mantenimien-to de la postura correcta y la realización de diversos ejercicios de rehabilitación física.

6 Actividad que consiste en la monta sin silla (con cinchuelo y manta), en círculos con el caballo a la cuerda, que se puederealizar individualmente o en grupo y que incluye la realización de diversos ejercicios de gimnasia encima del caballo.

7 Nos referimos al término inglés horseman, con frecuencia manejado en el ámbito de la doma natural, que implica nosólo el conocimiento de la equitación sino también el del manejo correcto del caballo pie a tierra, de su entrenamiento,saber distinguir y reaccionar ante sus estados de ánimo y ser capaz de interpretar y reproducir sus señales de comunica-ción.

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