8/7/2019 Jonas Cap 6
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Pensar sabre Dias
,
"
mundo acarrea. Al mismo ti~m 0 "' .
instruccion sobre 10 que d pesta se mega a dar cualquier1 1 po ernos 0 no podemos he os, ya que los «valores» como {uente de un d b h acer c?nnen espacio algun 1 1 y e er acer no tre-conocilniento sol~ en e a. e~o esasi porque la finalidad de su
ser. Nues tro sent id :X!ge una o~tnna selec tiva y reducida del
.dad del conoc imiento m~ra l nos d ice qre no puede ser la totali-
do material misrno
Y i ~ :~qudlerfapara a comprensi6n del rnun-
d. es e uera ya que en ell . .
e mterioridado subjetividad es un h ch . . a ex.srenc»
:~~~ ~~~:: ':~~~: ~:~~i:c~::;~tu~~~~z::~:~:~~v;a ca~;:e~:~~min im Ii I . J e e atenerse a la ontologia
. a tsta , q ue es e secret'l de su exiro. Ma s lafl f'un pnncipio fue la parrera de.la '.. lDSO ia, que en
;:d~eg~!~ ~~: s~o~!;~e:.d~;, ~e~;~~T!~ ~~~~~~;re:d~re~:r:i::~:;
aquellos momentos en C9{ ~r 0 que realmenrs sucedio en
vision de l mu d y que s~c l? ,e l)taron las base s de lanuevan o. en este sentido me h id
pena la reflexion de II p b. a parecr 0que val ia la
concedamoslo, en y por ~,::s:~.:;~:~o~isct~~:e;:c~:~n~edemas,
i, II.
!
'/.1
.\ .
134
6
LA FUNDAMENTACJ6N ONTOL()GICA DE
UNA ETICA CARA AL FUTURO
«Erica caraal futuro» no designa una etica en eJfuturo -una
etica futura que podrfamos inventar ahora para nuestros dcsccn-
dientes-, sino una etica actual que Sf ocupa de l futuro, qUl' tram.
de proiegerlo para nuesrros descendicntes de las consccucn-
cias de nuestras acciones en elpresente . Esro se ha vuclto ncccsa-
rio porque nuestro cornporramiento actual ba jo c l s ign a de un a
tecnica glob al se ha convcrtido en ran significarivo para el futuro,
y en un sentido tan perjudicial, que b rcsponsabilidad c r i c : l im-
pone tener en consideracion en nuestras decisiones coridinnas "I
bien de los posteriore s a fccrados , a los que no les podemos pre-
guntar por su opinion. La responsabllidad se derive para noso-
tros detmancra inintencicnada de la pura dimension del poder
que ejercemos a diario al servicio de 1 0 inmediaro, pero que de-
jamos repercutir sin quererlo sobre tiernpos venideros lejanos.
Es necesario que nuestra responsabilidad sea tan grande COIllO
nuestro poder y que abarque, como "SlO, re do el futuro de lnhu-
manidad en la Tierra, En ningun ticrnpo anter ior tuvimos raurc
poder-que ademas y a l a f ue rz a esta constanternentc en accion-
y tanta responsabi l idad como hoy. S610 por media de nuest ros
conocimientos podernos hacernos cargo de ella.
Necesitarnos conocer do s casas: objerivamcnte las causas fi -
sicas, subjetivarnente los fin es hum an os. L a etica de l futuro esrft
muy presente en sus norrnas, es dccir que no es un tema de la fu-
turolog ia , pero necesi ta la futurologia -Ia proyeccion a l fu turo
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,ifII
I
I
Pcnsar sobre Dios
cicntfficamente instruida de 10 que nuestra actuacion presente
puede causar- para poder ocuparse del futuro no ciegamente,sino con la mirada puesta en el. Conocemos b. futurologfa del
deseo imaginado bajo el terrnino de utopia; la futurologia de la
aduertencia, en cambro, es algoque aun debemos aprender para
dorninar nuestros potenciales desenfrenados. Pero esta futuro-
logia s610 puede advertir a aquellos que, ademas de conocer la
ciencia de las causas y los efectos, tengan tambien una imagen
del ser humano que implique un deber y a la que experimenten
como alga confiado a su propia proteccion, .
El deber requiere sentimientos para que sea cumplido de
buen grado, pero tambien existe sin sentimientos, porlo que ha
de tener su justificacion propia e independiente. A ello ap'unta la
expresi6n no muy corriente de «ontologica», que aparece en el
titulo. POI' tanto, voy a decir primero algunas palabras sobre 1 0que significa «fundamentaci6n ontologica», Pongo como ejern-
plos dos enunciados con una logica justificatoria diferente y,/
por tanto, de grados diferentes de verdad. «Tenernos que co-
mer»; «dcbernos trabajar para tener comida». EI que tengamos
(lUC comer tiene su razon ontol6gica en nuestra disposicion
existencial como seres metabolizantes, pues s610 existimos en
virtud del intercarnbio ininterrumpido de materia con el mundo
exterior. El hecho de que debamos trabajar para poder comer
tiene sus razones externas y variables precisamente en aquellas
condiciones del mundo exterior (naturaleza y sociedad) bajo las
que los alimentos nos resuitan disponibles. Mientras que la ne-
cesidad ontologies del tener que comer" es incondicional y no
admire ninguna excepcion, la necesidad condicionada por lascircunstancias del deber trabajar admire, como se sabe, excep-
clones: los privilegios, la riqueza 0, en general, unos «ingresos
s in t ra baj ar « nos pueden liberar de ella,
" U D , a. _ [~ 1 _ . Q _ c \ ~ I 1 } _ ~ .! 1 , te C ! 9 n SJntSJ16gic,!t(<:2,!p.<?..E,deLt~~er que co-
mer) es e l recurso a una"propie4a4 .9~.~per~enece insep~~~i?.!~
mente al se r de la cosa, como el metabolismo al organismo, don-
de la propiedad incluso pertenece exclusivamente a esta y a
ninguna otra cosa, es decir, donde la alirrnacion de que «todos
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La doctrina del se c yde la moral
los organismos son metabolizantes» tiene la misma validezque .
la de que «todos los seres metabolizantes son organismos». La
diferencia se puede ilustrar tam bien en una misma propiedad. Elque Socrates es mortal, porque todos los seres humanos son
mortales, es una demostraci6n empfrica cuya certeza tiene el:
mismo alcance que la certeza acerca de «todos» los seres .hu-
manos en el pasado y en el futuro. La afirrnacion de que Socrateses mortal porque la mortalidad forma parte de la existencia
humana es una fundamentacion ontologie a que es valida a p r io -
ri , si se entiende correctamente la «existencia human a» que aqui
se toma como base. (Esta diferencia no coincide conla diferen-
cia entre juicios sinteticos y analiticos.)
Vemos asi que hay estados de hecho ontol6gicamente fun-
dados y, por tanto, fundamentacjones ontologicas para la enun-
ciacion de tales estados de hecho. Pero ;es un deber tambien' . 1 '
un estado de hechoz ~Podernoederivar un «debes hacer eso» de un--'--'- ...'-J~.---..'-.------'"-------~----.----'".~.'''..
( : ' < l : ~ L ! ! _ s ? ? l ~Podemos derivar Ia:validez de un precepto de la ver-
dad de un saber? {Tiene sentido hablar de un valor en sf mismo
y de su caracter vinculante? En resumers, ~existe una fundamen-
tacion ontologica para el concep to de responsabilidad y para el
derecho deexigirla a nosotros? En estas preguntas se trata, en ul-
timo termino, del E!..~bl_(:rn!ld~,~qliy.unp_uem,dQgi~Q.9._!';.L$~r3J.
deQ~~ser y, por tanto~si ha:.y-una-ohj.et~idad.dd"'.mQr.aj. La res-
puesta a estos interrogantes sera seguramente para siempre .mo-
tivo de pole mica. Pero con esta cohcesion misma ya se admite la
pregunta y esta incluso se impone, para que siga la polernica y
no se archive prematuramente la cuestion, es decir antes del final
del tiernpo. Inmunizado de esta manera contra expectativas irra-
cionales y tambien contra decepciones inevitables, me introduz-
co con cierta alegrfa en el campo ahora solitario, dispuesto a en-contrarme en el con la metafisica, tantas veces dada por muerta,
Porque es rnejor permitir que esta nos seduzca a sufrir una nue-
va derrota que dejar de escuchar del todo su canto, Para la fun-
damentacion de una etica cara al futuro doy por sentada, de an-
temano, mi fe rnetaffsica. EI ser, por su testimonio des! mismo,
no solo manifiesta 1 0 que es, sino tambien 1 0 que Ie debemos,
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137
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Pensar sobre Dios
~amb~en la e tica posee una base onto16gica. Esta base tiene va-
nos ruveles, e l mas cercano a nosotros se sinia en el ser humano
mismo pero, mas aIla de este, en el fundamento del ser en gene-
ral . Voy a cornenzar por nosotros mismos.
'El ser h~mano es el. ~nico ser conocido por nosotros que
puede asumir responsabil idad, Al poder teneria, Ia tiene. La ca-
pacidad para Ia responsabil idad signi fi ca ya e l est ar suje to a su
precepto: ~Ipoder mismo conlleva e ldeber . La capac idad para Ia
resp,onsabih~ad, que es una capacidad etica, se basa en Iacapaci-
ta~lOn ontologies del ser humano de elegir a par tir de su conoci-
ml~~to y suvol~nt 'ad entre alternativas de actuacion, La respon-
sabil idad es, por tanto, complementar ia a Ia f ibertad. Es elpeso
de la liber tad de un suje to queacnia. Soy responsable de mi ac to
como tal (1 0 mis.mo que de su omision), y ello con independencia
de SI hay algmen que -ahora (J) posteriormente- me pueda hacer
responsable de "J . La responsabil idad existe, en eonsecueneia
con 0 sin Dios, y evidentemertte mas todavia con 0 sin tribuna-
les te rrenos. No obstante , edemas de ser responsables de algo,
sO,mo~~esponsables ~n!ealg~, ante una instancia que nos obl iga
a Jusnflcarn~s ..Esta mstancra, co~o ~e dice cuando se deja de
creer en la divina, es la concienci l moral. Pero con ella s610 se
desplaza Ia preguma a Ia siguient~, a'saber, ide donde la con-
cle~cla moral torna su s crite rios, par medio de que Fuentes se au-
tonzan sus veredictos? (An~~quien 0 que somos enronces res-
ponsables en nues~ra concienci a mora l? Traremos de indagac si
no se puede deducir tal vez del «de» del ser responsable t ambien
su «ante que».
~e 1 0 que soy responsable son obviamente las consecuencias
de m~s,actos, en l a . r :nedidaen que afec tan a un sec, de modo que
e lobje to real de mi responsabil idad es este ser mismo afeetado
por" mi, Pero esto s610 tiene un sentido etico si este ser tiene
algun v.a~or: ~n[e a un ser indi£ereotU!L§J:!_Y. .9W.LP.~t~_do res-
ponsabil!Za~me d e . todQ,JQwg)l_e_:~.qiih~<\J.~_il._geeif.CJ.lle_po~.ng;,
respon~a?,'lida~a. Ahora bien, si (y cuando sea que) se da
Iacondicion preVla-eambien de caracter ontologico- de que algiin
ente nene valor, entonces su ser es ta dotado de una pre tension
138
Ladoctrina del ser y de la moral
que se dirige a rni. Puesto que 3. craves de c~tc scr particular rne
vee apeiado po r el valo r del ser en SlI rotal idad, rcsuua que I.: '.sc
todo aparece no s610 como aquello de 10que t r~eht lgu responsa-
ble en par ti cular con mi acruar en cada caso, slll o.como oqucllo
ante 10cual soy responsable desde siemprc con nu po?cr 80":(\,1;1.1',
porque el valor de esc todo tiene un derecbo sobr,e Il'U.Con e~w
queda expresado que desde e 1 ser de las cosas nnsmas =uo solo
de l avoluntad deun Dios ereador persona l a favor de e11., - puedc .emanar un precepto que'l ;serefiere ami., . . ,
En primer lugar y de manera muy gc:ner~l.e~«reten~se ~\1111))
o el «derecho sabre rn i» es una exigenclU dirigida a n11 percvp-
cion y ademis a mi respeto. PU f medic de nuestra p~rc-~pt',ion
todos estarnos comprometidos can redo \0 qut ' se define C?I'nU
valor, es dec ir , tenemos ese compromiso t an s610 como SLljt'LOS
meramente contemplativos. Mas, el misruo concepto de «valor»
implica que t iene un derecho inmanente a realiza~sc. ,L a que ,ex-
presa es que s'!.e.xisten(ia es prefcribl~ a 511 aus~ncl~. Esto cssun-
plemente inherence al «bien» e~1s~mI51110, y 10 pnmero .~~en~ e
exige alpercibirlo es el reconoamzento abstractO de su pllvlie.glO
deser . La exigencia de un ser deva lor se vuelve concreta precis a -
mente a ldir igirse a rni en tanto suje to practico, cuando (a) ,es te
ser es vulnerable como siempre 10cs lo vjvjente en su caJ.tlr.:Hhd
esencial; y (b) cuando esta como tal en el ambito de 1111actLl~-
cion, expues to a mi poder , sea por casualidad 0\ de mancra mas
obligato ria aun, por m i propia eleccion Entonces rcsult~, que [a
llamada general de todo ser val ios_o y percr.:cd,ero 5e rebc,rc: de
manera muy actual a mi y se convler~c par~ lUI en un preccpt?Expuesro a rn i poder, el s er es ta a\ ml s~110 nempo conitJ.do a ( ','l
En est a s ituac i6n esta natura lmente sujeto a una escala de vale
res , s iempre que tengamoS que tomar u~a ~ecis ion entre valcrc
(es decir a favor a en contra), como cas~s iempre ocurrc por .l~
condiciones de 1areal idad. El heche nusmo de actuar t arnbie :
nos hace culpables- .Vemos asi que la responsabil idad t iene que versela,s s .empr
yen cada caso can e l s~r, que no. 5610de ~anera paS1V<l, C~~D
obje to cambiante de 1111actuar, s ino tamblen de mantra acnv:
D9
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Pcnsar sobre Di n s
como sujeto permanence de una apelaci6n dirigida a mi, me re-
cucrdn mi debe r. E I acto singular se hace rcsponsable del ser de
una U otra cosa; vel ser de l todo en su integridad es la instancia
ante la cual ti en e" q ue r es po ns ab ili za rs e. M as , e l a cto m i sm o pre-
stlpone libertad, de modo que ~~.!.~~p~)flsabilid"cl.§~..~ncuentr!,
COIllO m cd ia cio n e ti ca entre los do s pol os ont.o]Qgi,m •.ei.de. . la li . ::
bertad y el del valor del ser. Es complementaria con respecto a
uno y orro y es la funci6n comun de ambo s . Esto es fundamen-tal para 1 0 que es en su esencia la responsabilidad tal como yo la
entiendo.
Par su alcance, sin embargo, es decir por todo aquello a 10
que sc extiende, es una [uncion de nuestro poder y proporcional
a este. Porque la rnagnitud de nuestro poder determina'[a medi-
da en que podemos afectar a la realidad con nuestra actuacion.
De ahf que la responsabili dad crece ton el poder.
La extension del poder es tam bien la extensi6n de sus efectos
hacia el futuro. De clio se sigue que laresponsabilidad natural-
mente devenida, que tenemos e n todo caso, queramos 0no, solo
la podemos poner en practice cuando nuestra prevision de las
consccuencias se desarrolla de manera proporcional, ~~P.5,~tO. id e al , e l a lc an c e de nuestra previsi6n deber ia ser . i w _ ' ! l " I.exten-sion de la cadena de las consecuencias, Pero, par much~;'~azo-
nes, un tal conocimiento del futuro no es posible en el ambito
humane y de la vida. Por supuesto que un mayor poder con tie-
ne de hecho tambien may or e s conocimientos, puesto que es el
fruto y la aplicacion de estos ulrimos, 1 0 que significa que con
cst c poder tambien han aumentado sus metod os, la precision yel alcance de los conocimientos anticip~torios. Pero este aumen-
to no va al mismo paso con la extension de los efeaos del poder
mismo, y cuando se trata de proyecciones al futuro - tanto mas
cuanto mas lejos avanzan- siempre queda un excedente de con-
sccucncias incalculables con respecro a 1 0 que se puede saber y
prever. Ta l vcz siemprc fue asi , tambien cuando se disponia de
.unpoder mucho mas modesto, perc quizas por su grado modes-
to se pod fan arriesgar conjeturas, adivinaciones y apuestas por
1 0 desconocido. Ahara ya no es asf. En la actualidad, eI poder
140
La doctrine d el se r y d e l a m o ra l
humano y su excedente con respecto a todo conocimiento anti-
c ipado seguro de las consecuencias han adoptado ta les dimen-
siones que ya e I mero ejercicio cot idiano de nuestras capacida-
des -del que se constituye la civilizacion modern. de manera
rutinaria y de l que vivimos codos- se esta convirtiendo en un
problema etico,
L1egamos asi a la situaci6n ac tual y a los deberes de una e tica
cara a] futuro apropiada al presente, y a partir de aqui nuestro
discurso se concre tiza mas. EI aumento del poder , del que antes
hablaba, serefiere evidentemente a 1 a tecnica moderna. Sin pun-
ta de comparacion supera cuantitativa y cualitacivamente todo
10 que los seres humanos pudieron hacer has ta ahora con lana-
turaleza y can elias mismos. No hay que extenderse mucho so-
bre ello, como tampoco sobre el j 1efho de que la tecnica tiene un
doble rost ro , que puede girarse hac ia e I rna! jr hacia e I bien, que
incluso 1 0 bueno mismo '1uel~ont iene puede convert irse en mal
por el mero crec imiento y que esprec isamente por su magnitud
que !a t ecnica afecta a ldes tine de toda la humanidad en est a Tie-
rra hasta un futuro muy lejano. De todo ello, aunque no hace
mucho tiempo, se tiene conoiencia con una claridad crec iente .
Para la fundarnentacion deuna eti ca cara a! futuro, que se vue lve. did' h . h t, \necesana a causa e 0 IC 0 -una etica que se ace responsable '
del futuro de Ia humanidad-, resultan de 10 antes mencionado
dos puntos de partida 0tareas ant icipatorias: 1.Maximizar elco-
nocimiento de la s consecuencias de nuestra actuaci6n y rnaximi - '
zarlo con miras a como estas consecuencias determinan y arne-
nazan el destine de la humanidad futura; .y 2 .. a la luz de esteconocimiento, es dec ir de 10 nuevo sin precedentes que podria
ser , e1aborar un nuevo saber de 10 que debe .se rY 10 que no debe
ser, de 10 que sepuede admit ir Y 10que se debe evita r; 0 sea, en
ultimo termino y pos itivamente un saber sobree! bien, sobreloque el ser humano debe ser. Para ell a puede ayudar precisamen-
te e l aspec to antic ipatorio de 10 que no debe ser, pero que ahora
parece por primera vez posible. Lo primero es el conocirniento
practice, 1 0 segundo un conocimiento de Ips valores. N ecesira-
mos ambos como brujula hacia e l futuro.
141
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Pensar sobre Dios
Con respecto a lprimer pun to -e l precepto de l amaxima in -
[ormation · sobre l as consecuencias previsibles a la rgo plazo de
nuestra acruac i6n colect iva- , quie ro remit ir a 10que he dicho en
v~rias ocasiones.? y s610 subrayo de ella que aqui hay que com-
binar la capac idad ci entif ica de la deduccion con I. vivacidad de
la imaginacion para que los conocimientos ant icipatorios ganen
poder sabre nues tro compor tamiento. Para comenzar , este co-
nac imiento anric ipatorio debe trat ar de superar la distanc ia que.1 0 · separa de nues tro poder , que se le ha adel antado y escapado,
para que podamos someter a una crftica, desde sus efectos mas
lejanos, sus rnetas a corto plazo, en sfmismas tal vez no cornpro-
metedoras. De esta manera, una futurologia seria, tal como la
exige lafinalidad de laresponsabil idad, seconvierte en una rama
especi fi ca de l a investi gac ion c ienri tica, que hay que culr ivar
const antemente y que requie re la colaboraci6n de numerosos
especialisras de las mas diversas'disciplinas. El confront~r nu~s-
t~~,~!?_~~~e sfm~sffio, c?n la sfntesis de s ~ s~f;;to~ f~~~-r'!~'~Y"A~a ~ese~bori~~ili>=Y.:i,-~~ge~I()~des( ! I J i s l t l P - : - E I
~~~~~J! i i iu~~; j~~~;: :~.~t~~if : ; i tgJ~~~~~:J:~~~~sotroS:JV~E!~~£!ll;I.Ci.6n..de.lo~ve.fli~er~._L.a..ri>i6.nde l fulJ!rulservicio ..deJa.e.tICa.deLfuturo.uen.e, ..I>Qr..t'illtQ•.una funcion inte-
k®a1.-Y.21J;a.t,!ttQQ.gn.al.£.Q!ltl.~q~ehe ..i~Huir. eJ e ! : ! ! ~ ; l ' ! i o'l!l.~.lfJg_y~..@u_.lad. 0 que-es preciso evi tar debe apa-
recer para suscitar nue~tro espanto y la comprensi6n causal,
entrenada en su deducc ion, debe benef ic ia r su evit ac ion. Sabre
el papel del sentimiento en est a ta rea tendre que hacer todaviaun comentario mas adelante.
L.aotra tarea ant iciparoria c?~cide plenamente con e l plan-
t earmento de la cues tion .ontologlca a l a que esta dedicada esta
mdagac~6n: u?a doctrina del ser humano que nos diceque es 1 0
buena en sentido humano, 10 que el ser humano debe ser, 10 que
es importante en su caso y 10que le conviene; pero que junto
9. Vease, por ej emplc, Hans Jonas, Technik, Medizin und EthikFrancfort/M. 1985, pp. 64-66. '
142
Ladoctrio3 del scr }'de b tl\M:l1
•
con ello tarnbien nos dice 10 que ,,~ debe ser, 10 quelo dcgrada y
desfigura. N ecesitam os este saber para poder vigilar que 1 0 b u c-
no humane -desde siempre en peligro por su natura!cza- .n~ S( !
convierta en victi rna de la ternpestad del desarrollo recnologico.
L_o~.prli~g_S_~9..~~uev~?s,. £ . .:,~?)o, bueno es antiguo.Tenemos que "extracr el saber de 10 bueno humane de b,
esenc ia de 10humano. Para conocer a csta renemos dos hH: !l1(~S:
la historia y la metafisica. La historia nos ensefia ~o,q.ucel ser hu-mana puede ser, es decir la arnplitud de sus, pOSlblhdadc:: ; ; to(~tJ
10 que hay en el que se debe conservar y que so puede des truir .
Porque en su his toria «ei ser humane» ya seha mostrado en ""
mementos mas altos y mas bajos , en su grande~a y su mezquin-
dad, en 10 sublime y 10 ridicule. Hay que ob)e:ar a todos los
suefios utopicos references a un ser humano «aut~ntIco» y ((yet~-
dadero» que habrfa que esperar, crear, ~acer pO~lblc 0 pro~uclr
ala fuerza -suefios politico-antropo16g,cos de l final de los nvm-
pos que s610pueden lIevarnos a la desgracia -, que «el scr hurna-
no» ha exist ido como ta l desde siemprc en toda csta escala dcsde
10 que hay que evi tar hasta 10 insuperable. De ello aprendemos 10
que vale I. pena en el ser humane, es decir que d e h ec h o vale la
pena y que nuestra esencia esdigna de un iururo. c?~crctamc.'ntt '
en tanto oportunidad siempre nueva de su postbdldad para lo
bueno (y asegurar es tapos ib i l idad es rodo 10 que podernos trntnr
de hace,r). .Perc 5610la merafisica, can Sll saber roralrnente dlfcrent~ de
la esencia , que no es fenomenol6gicot sino ontol6gico, nos II1S-
truye sobre la raz6n de 10 verdaderamente ~~mano '! del ~eberser del ser humano. En el presente la metajisica est. filosofica-
mente desprest igiada , pero no podemos prese indi r de c l~ay re-
nemos que arri esgarnos a practi carla de nuevo. Poi-que solo e lla
puede decirnos pa r qu e el ser humano rcalm~~tc de~t' set ', C'S de-
cir par que no se puede provo,car 0 permmr pas lvamente s ,u
desaparicion: y tarnbien c6mo debe '" para honr~r y no des~:lh-
dar la raz6n de su deber ser. La razon, el «por que», que obliga a
la humanidad a la existencia, prohfbe en primer lugar el SUICldlO
ffsico de la espec ie (no hay , en cambia, imperarivo bio16gico a l-
143
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Pcnsar sobrc Dios
guno que 1 0 prohfba); la misrna razon, en tanto raz6n del «como»
que obi iga a lahumanidad a una dcterminada cualidad de vida'
es decir quc llena el mere «que» can un «como», prohfbe, por
tanto. t arnbien e l asolamiento animico de esta existencia. Sin
em bar~o, con ambas peligros nos arnenaza el ciege progreso de
1 a tec ni ca. De a hi que necesiternos nuevarnente u n a metafisica
que nos proteja can su vision contra laceguera.}'leces~tar fa metaffsica, si n embargo, aun no significa tener-
la, y 1 0 crerto e s que rcsulra mas extrafia que nunea a nuestra
manera positivism de pensar. Huelga decir que ni yo tampoco
la poseD. Un comienzo modesto para acercarnos a ella podria
ser, en mi opinion, Ia afirmacion con la que hernos situado en
11050[ros rnisrnos eI comienzo de nuestro intento de furid.amen-
racion. La afirmaci6n decia: El ser humano es e l unico ente co-
nocido por nosotros que puede asumir responsabiiidad. Este
«podcr- 10entendemos de rnanera inmedia ta como algo mas
que una mera constatacion ernpirica , Lo entendernos como una
caracterfstica distintiva y dec isiva de 1a esencia del ser humano
y d e su equiparnienro existencial. Con esta constaracion tene-
mo~, por tan to, un cnunc iado de la antropologfa [iloscfica, cs
decir de la ontologfa del ente «ser hurnano», y precisamente asi
tencrnos y a un enuneiado de Ia metaffsica, aunque de momenta
sol o de ia me tafisica de l ser humano. Veamos c omo podemos
avanza r desde aqui. Ta l vez de ia manera siguienre: No sol o re-
, c?l1ocemos inmcdiatamente el caracter esencial de esta especifi-
cidad humana ,de ser capaz de asumir responsabilidad, tambienreconocemos inmediata c intuitivamente en esta un valor. Su
apari ci6n en e l mundo no afiade simplemente un valor mas al
~aisaje d el seT, que ya anteriormente era rico en seres vivienres,
si no que supera rodo io hasta entonce s e xistente por medio de
a lga que 10.tr~nsciende genericarnente. Esto representa un au-
menta cualitativo del contenido de valor del ser en general, can
rcspecto del cual hemos afirmado que en ult imo terrnino este es
la instanci a ante Ia que sornos responsables, La e apac ida d de
responsab il idad -edemds de obl igarnos a e je rcerla en cada caso
frcntc a los objetos cambiantes de nuestro actuar- se convicrte
144
La doctrine d e l s e r 'y d e l a m o r a l
asi tambien en su propio objeto, porque el hecho de teneria
obl iga a ga rant iz ar I acont inuidad de sup:esencia en el mund~.
Esta presencia esta vinculada a la existencia de creaturas c~~ac1-
tada s de esta manera . Por e llo Ia capac idad de re sponsablh~ad
como tal obliga a sus respectivos portadores a hacer posible
Ia existencia de portadore s fu tu ros . Para que no de~apa rezca Ia
responsab il idad del mundo -as f r eza su precepto mmanente-- ,tambien en el futuro deben existir seres humanos. De esta rna-
nera, detras de sus objetos cont ingentes y siempre cambiantes,
Ia responsabilidad a pa re ce tambien siempre c om~ su proplo
objeto ontol6gico, aunque este solo l leguea tener importancia
en el easo de una amenaza ontica. Pero S1 se da este caso, en
funcion de ella misma y de su propia presencia en elser, debe
convertir la conservaci6n de su repr-esentacjon en el mundo en
su causa pr io ri ta ria. La prime ra ' !or ld ic ion para garan tiza r e s~a
representaci6n es la existencia f isica de seres hurnanos, es d~c~
de una humanidad.y de ahi~ideriva precisamente Ia proh,b~-
c ion de un suicidio fi sico de I i humaa idad 0e l precepto de eVI -
tarlo. Pero esto solo es 10primero. ~~ijJ~~_!!o.!.:,::!..,,~
perder la.sap.aeid~g_ Q!ltoI.s.gica. .9 .e..r<::>pbnsabilidad,..ra::disp.oo."cionp;ieo16gica p"r_a_~I.\~_~~}!1\a..p.pses.i.6n.ins.egl!_l:iI..y.!9!2..hl~l9-
;iea~ente ~<!9. ': '! ! :il!~.9. ' :' ' ' . J?, '! .~sk.~.!y_~.! '_. .ruor4f'!~.! '_,fQl~stly}-
mente, aunque Iaip.,~lig~.!lJ;!a.Hkyl...!!..g9L'LL$1~~
pg:t;:~.lIa..sigu.Qpn:'yjY.i£!lIjg_'_Qn,I.~§'lIj.!;.t9.§..QiQ!.P_gi.cos.Por e so,
el ser r esponsab le de Ia eapae idad . de. r~sponsab il idad , en f~n-
cion de ella rnisma y de su supervi ve ncra e n e l mundo, no soloinc luye e l ser-ahi, sino rambien e l ser-asi de los seres humanos
futures, de tal manera que el estado de esta existen" !a no haga
que Iacapacidad de re sponsab iI ida,d <; incu lada ~ Ia hbe: tad del
sujeto) acabe por desconocerse a51 rmsrna . Aqui ent ra ria en VI-
gor e l princ ip ioantes invocado de que e l ecorno • .~e Ia existen-
cia no debe contradecir a Ia raz6n de Ia obhgac lOn hac ia e lla.
Semejanres situaciones pueden d,, :,se , prov?cada_s desde dentro
y de sde fuera, c omo 10 i lustran ci ertas a nnutopia s, como Ia de
Aldous Huxley, Brave New World, en Ia que los seres huma-
nos, despoja dos de su noblez a, sigue n viviendo hast ante e on-
•
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http://slidepdf.com/reader/full/jonas-cap-6 8/12
Pensar sobre Dios
fonablemeI)te. B. F. Skinner, e n Mas alld de libertad y digni-
dad, incluso !lega a predicar una ta l utopia.
Lo que hemos inten tado e labora r ha sta aquf e ra ladeduccion
me ta fl sica de una de te rminada re sponsab il idad obl igatoria -I aresponsabilidad por el futuro del ser humano-- a partir de los
fenomenos de la re sponsabi lidad misma . Aparentemente se t ra ta
de un «argumento ontologico» circular que se propene sentar
algo como ex isren re ext rayendolo de una carac te rls tica formal :
la deduccion, a partir de la capacidad de responsabilidad, de la
r esponsab il idad obliga to ria para conservar la capacida d de re s-
ponsabilidad en general, donde esta ultima es 10originariamentedado en la experiencia .
Precisamente este hecho de la experiencia subya cente pre-
serva nuestro argumenm del engino circular logieo, que es pro-
pio a la conoc ida ;demost raci6rt ontologies» de la existeneia
de Dios. S e g ri n e s te t ipo de demo~ 't ra cion, del mero concepto de
Dios, que incluye neee saria y esencialmente una existencia (no
contingente), e s decir, de la eesencia» conceptual, re sultaria ne-
cesar iamente'su exisrencia electiva. Al COntrar io de este procedi-
miento, la capacidad de respollsabilielad, sobre la que se cons-
truye nuestro argumento, primero eSrl\dada en la experienc ia; y
si de su eseneia se deduc e luego algo'rna; -entre otras cosas el
deber de perpetuar su propia e(,istencia-, aunque se trate, en
e fecto, de la conclusion de una exis'~encia exigida a partir de una
esencia, esto nosignifies, s in embargo, una conc lusion c ir cularde una existencia dada a part ir de una esenc ia , Por tan to , nues troargumento no es vacfo,
Pero tampoco es una prueba, pue sto que esra sujero a deter-
minados presupuestos axiomaticos no demostrados, a saber,
que la capacidad de responsabilidad es en "'I misma un bien, es
decir algo cuya presencia es superior a su ausencia; y que exis-
ten, en gene ra l, <valores 'en sf mismos» anclados en el ser, de
modo que este ultimo es objetivamenteporrador de un valor,
Especialmente para el primer axioma nos hemos rernitido a
laintuicion inmediata, Mas, la validez de una tal intuicion puede
ser cuest ionada e incluso cua lqu ie r individuo puede nega r tene r-
146
La doctrine de l ser y de la moral
'I I Y cada cual es libre en considerar los «valo-la a ruve persona. eferencias meramente subjctivas, condi-
res» en ge~er~l como pr 0 or las circunstancias, Especialrncnte
cionadas blOlogd,camente Pb'l'd d (al igual que rod as las otras
I timiento e responsa 1 1 a ,
c sen 1 .. d Ideber ser) so 10 puede entender comuformas de espejismos e I", be
C d' '" para fines favorecida por la evo UClOn, qu," c-una isposicion , . r sf misma eviden-ne ficia la supe rvivenc ia de la e specie y qU? po , , , la
a esta especie un privilegio supenur p.tr.t ernente no otorga I' otra disposicion para fines pre-
ivencia que a cua qUler I'd' ,superVl ,. '~ N 'abe duda de que e 111 rvi-
~:n~ep:~tf:~~:re:fo~~i:~ea~~:ao~~~e~~ al <~;:~a~:;:r::i~~ml~
jante programacion b l? log lca III tam~ 10 el im ulso sexualotras dotes evolucionarias como, por eje ~, P
ble esta
. . ni mucho menos aun es POSl e qu <oellmpu!so agres~v~e com iten tantas otras, ie imponga un
disposicion, con I q p inuid J de la existencia de la' iso con la iziea de una continui a ,compr~mlso con, 1 . a No es m as que una dctermina-
humanidad postenor a d~t:~~aciones de facto no rienen que
c ion ent re o tra s, y las No se les puede atribuir el carac-cumpl ir fo rzosamente su tar ea .
rer ~ un debe~e refutar realrnente esta cornbinacion entre bio-
, 0 se sub i ivisrno de valores (c on la que se puede conectarlogismo y su jen 1 , hi '. ) 5'010 se puede objetar quef:icilmente el relativismo istorico r . ornaticas no demostradas,
ll b"H
se basa en prermsas axi ,e a tam Ie" d deralle Creo que las nuase aqui no las pue 0comentar en .. . -: .aunqu , d hacen mas justicia a l fenorneno «se restan algo rnejor pensa;s J al ser en general. Pero, a fin de
humane» ~n su lntegn n~ , ~ede hacer mas.que justiticar raze-
cuentas , rru argumento P ne con su fuerza persuaSJ-bl a option que se propo ,
na emente un , , flexi No tengo nada me-. como eleccion a qUlen re exiona,
va mterna, , I d' hacer una metafisica futura,jor que ofrecer, Tal vez 0po ra Las dos amenazas rnenciona-
Pero volvamos a n~estr~ ~ema. •d I trofiarniento existen-
das -Ia de la aniquibcl0nl, fisica y Ilam:daerna macrotecnica , la
'I entran Imp icitas en a , Jcia - se encu ia l 'f' y direc tarnente neganvo c e' Ipotenc r catas tro lCO . I '
pnmera por e , ica) I segunda por su potencia maru-esta (como la guerra atonuca , a
147
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Pensar sabre Dies
pulador positive. Por ejemplo, por medio de la automatizaci6n
de todos los trabajos, del control de la conducta psicol6gica y
biologica, de formas de poder totalitario e incluso por medio de
un rccondicionarniento generico de nuestra naturaleza, este po-
tencial manipulador puede llevar a la incapacitaci6n etica, Fi-
nalmente, con respecto a la destrucci6n del medio ambiente con
tecnicas perfectamente pacfficas y en principio utiles a la burna-
nidad =una apocalipsis lenta y de puntillas en lugar de lanuclear
insrantanea-, la amenaza fisica misma se couvierte en amenaza
existencial, si al f inal nos encontramos con una miseria global
que ya s610deja en pie el imperative de la pura supervivencia
dispensado de toda responsabilidad.
Con ello volvernos al otro desideratum para la Iundarnenta-
cion de una etica cara alfuturo bajo e l signo de la tecnica, elco-
nocimiento de los contenidos objetivos de la «Iuturologia», que
antes hcmos comentado brevemente, Deciamos de el que debe
despcrtar en nosotros el sentirruento adecuado para motivarnos
a actuar con responsabilidad. Sobre este lado emocional de una
vision del futuro moralmente exigida conviene decir algunas pa-
labras.
Sipensamos en primer lugar, tal como seimpone, en eldesti-
no de todo el planeta condicionado por los seres humanos, que
se nos presenta desde elfuturo, entonces elsentimiento adecua-
do sera una mezcla de miedo y culpa: miedo, porque la mirada
hacia adelante nos muestra algo horrible; culpa, porque somosconscicntes de ser nosotros misrnos la causa que provoca tal ho-
rror , Pero, ies posible que nos de miedo algo terrible que ya no
nos afecta a nosotros misrnos, sino.'\"a generaciones futuras?
Como es sabido, 1 0 puede hacer ya la tragedia que vemos en el
teatro, y en comparaci6n con esta, aqui se afiade al «miedo» la
«cornpasion» anticipatoria con las generaciones venideras call-
denadas ya ahora. Adernas, estamos expuestos a esta compasi6n
sin la proteccion del eonsabido caracter ficticio que nos brinda
el espectaculo escenico. EI realismo de una advertencia futu-
rol6gica no protege nuestros sentimientos, Pero, sobre todo, es
la acusaci6n, inherente a la culpa, de que las generaciones veni-
148
deras seran nuestras victimas, la que hace moralmente imposible.
el distanciamiento egoista del sentimiento, que 10 muylejano
suele permitir en otras circunstancias, «[Esto no puede serljNo
podemos permitir lo! jNo es lfcito que hagamos tal cosa!», nos
grita e l horror alos oidos ante 1 0 que vemos, Nos sobrecogen el
miedo altruista por los que vendran mucho despues que noso-
tros, el arrepentimiento anticipado frente a ellos y lavergiienza
de nosotros mismos como puro reflejo de ladecencia y del sen-
tirniento comunitario como especie , aunque no haya sanci6n
metafisica alguna. Sin embargo, esta seintuye en ese reflejo yen-
cuentra en aquellos sentimientos espontaneos los aliados natu-
rales de su exigencia, Por eso mismo es preciso que los resulta-
dos sombrios de la futurologia cientifica se divulguenlo mas
ampliarnente posible, Porque, ~fill de cuentas, no deja de ser el
ya comentado «imperative ontologico» del deber ser de la hu-
manidad -clararnente compjendido 0 vagamente sentido- el que
nos prohibe tajanternente I~actitud del «despues de nosotros,
jque venga e l diluvio!», que ya pelf si mismoes despreciable.
Bajo lavigencia de este imprativo (cornla que muchos estaran de
acuerdo incluso sin su justificaci6n), la responsabilidad de nues-
tro poder seconvierte en una norma vinculante.
La funci6n del poder en todo este contexto escomplicada y
en parte paradojica. Por un lado' eslacausa de.la desgracia terni-
da y al mismo tiempo e l unico-medio de su posible evitaci6n,
porque esta requiere los mayores esfuerzos por parte delos mis-mos conocimientos que generan este poder nefasto, Al combatir
los efectos reforzamos la causa, Donde antes habra un. senti-
miento natural de triunfo, que acompafiaba la posesi6n, el dis-
frute y, sobre todo, el crecimiento autogenerado de este poder,
ahora ha aparecido el miedo, Lo que nos angustia yano esla na-
turaleza, como antes, s ino precisamente nuestro poder sobre
el la; y tememos por ella y' POf nosot ros. Nuestro poder: fue
nuestro servidor y se ha convertido en nuestro amo. Debemos
ponerlo bajo nuestro control , un control que hast . ahora no te-
nemos, a pesaf de que ese poder esplenamente obra de nuestros
conocimientos y de nuestra voluntad. Los conocimientos, lavo-
f
tr
II \.
I
La doctrina del ser y d e 1 3mo r al
149
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Pensar sobre Dies
untad y e l poder son colectivos b"iobre elias, Solo pueden ej 'IYI
tamlen 10debe ser el control
ejercer a as pode 'bI'jue debe ser un control politico res pu lCOS,~s decir.enso de toda la sociedad I ' Y
Ieso reqUiere un amplio con-
, , ' a argo p azo.
Mas, !cual seria e l contenido de e t)~dria Begar a el? Se t rata ria de la a r ~e c?nsenso, Ycomo se
eras dentro de nuestras b p a acton de severas renun-. costum res cons ..!Sdecir, de una disminucio d I urrustas extravagantes,cidental» de los iiltim ,n e tan celebrado nivel de vida «oc-
as ttempos cuy id d 'desperdicios son los principales dul a~1vo~aC1a Junto can susambiental global T bi , P , es e la amenaza rnedio-
, am len se reque 'precariedad economica al nna un consenso sabre la, , ' menos temporal q Icion consumista conllev " dema ' ue una ta reduc-
b I' aria, y a emas seria pr '
so re a intervencion pub!' 'I f ,eclso un consensocion, medida a l: i que pod I:a e~, a es era pnvada dela reproduc-
poblacion, Todas estas ' na,o,, ,, :garno: e~problema de lasabre-" irucratrvas seran mel dibl I'Clan se volvera tanto rna'sd ' u 1 es, y a situa-
" ura cuanto mas t dpar 1a simple verdad de gue una T' 1" ar e se emprenden,, , lerra imitada e ' ibl -~onun creclfile~ d --1---:------'- smcompat\llli:_tima palab;;-P~r f:lci! !L Q, Y apnmera Slgueteniendo latil-
siendo del todo -enigma~~eIpa:ezct comprender esto, aiin sigue
b" a como se puede obt I '
apro acion para estas rest" . . , t . . ener a necesanariccrones'necesar ~sostenerla en tiernoos diffcil N bias, y como se puede
r- I es. a ca e duda d I 'comparablemente rna'sf' 'I LI ~ , e que resu ta in -
d
aCI.rundarnentar a I' '
ca e laresponsabil idad cole ti I f ruve teonco una eti -, c Iva cara a utu I he:intentado aqui, que sefialar los cami ro, con:
o~ emos
obstante, la fundamentaci ' nos para su realizacion. No, Ion mlsma como t d 'Junto can la formacion de I " oque e atencion,sib ilidad, que pueden c a concrencia y la educacion de la sen-
, omenzar a parti d fupract icada bajo el signa de est f d r ~ una turologiasignifican un primer paso. a ,un arnentacion, en todo caso
En cuanto a la vertiente del eli r 'recnologico para el f uturo I P, ~ °hque consntuye el poder
p anetano asta a h h 'en cuenta en primer Iugar fectos ora emos tenidosus e ectos sabre I di bisabre las condiciones exteriores d I' e me ro am rente,efectos que solo de ma indi e a vflda [utura, es decir, unos
nera in irecta a ectan alser humano rnis-
150
La doctrina del ser y de la mura l
mo, aunque pueden,llegar a ser catastroficos a nivel global. De
manera inmediata este podertiene que ver can objetos no huma-
nos (como basta ahara roda la tecnica can excepcion de I. medi-
cina). En las estimaciones sabre como sepodria modificar nega-
nvamente el estado de estOSa nivel global-par ejemplo, cuales
sedan los limites criticos de los niveles soportables, hasra que
extremos podemos ir todavia en una u otro ambito-Io mas irn-
portante son unos criterios cuantitativos can respecto de los
cuales en buena medida seguimos en la incer tidumbre, Per0,
ademas, en los ult imos ~empos han surgido tecnologias
que
tambien cienen par objeto directamente el set humano mismo yque afectan el ser de personas, Esro plantea cuestiones cualirati-
vas para las que las cifras no juegan ningun papel y sabre las que
hay que decidir s in esperar hasta que tengamos alga aSIcomo
una ciencia medioambiental integral, par muy importante que
sea para resolver de manera realmcnte competente lascuestioncs
cuant itat ivas de I. ecologis- Donde se trata de nuestro propio
ser, essuficiente elsaber del que disponemos en rodo momento
acerca de su esencta, que nos indica que es10bueno en sentido
humano y nos da lacerteza sabre 10que lees contrar io, Me rc-
f iero sabre rodo a los desarrollos en elambito de I . biologia bw-
mana can .sus posibilidades practicas total mente nuevas que
ofrece, par ejemplo, a la medicina, Las «fact ibil idades . que en
este campo ya son realidad a son previsibles, .fectan el cornieo-
zo y el final de nuestra vida, nuestro nacimiento, duraci6n de
vida y muerte, e incluso nuestra const itucion heredi taria, Por
eso toean cuestiones ultimas de nuest ro ser en tanto seres hurna-
nos : el concepto del «bonum humanum», el sent ido de vida y
muerte, la dignidad de la persona, la integridad de laimagen del
ser humano (en sentido religioso, de la imago Dei), A preguntas
de estaindole debemos responder a laluz deuna concepci6n v a -
lida del ser humano (no desdc una que ocasionalmente pueda
ser vigente en algun momento), y para ello neccsitamos nueva-
mente la metaf ls ica, Pero esta vez no s610prccis.mos una me-
taHsica formal, como la que hemas intentado definir antes, gue
nos dice par que elser humano debe ser en general y que rene-
'\
\151
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Pensar scbre Dios
mos la responsabilidad por su existencia, sino una metaffsica
material, de contenido, que preserva el ser del que somos res-
ponsable de desfiguraciones muy concretas. Desde la perspecti-
va de esta metafisica podemos plantear cuestiones de la tecno-
log!a aplicada alser humano tarnbien de manera anticipatoria y a
nivel categorico, esdecir con independencia de juegos de acerti-
jo con cifras hipoteticas y de las complejas causalidades globalesque dorninan los elecros de nucstra actuacion a gran escala.
Aqui, donde ya un ejernplo singular puede decir toda suverdad
a partir de su eseneia, laconfrontacion de una etica cara alfuturo
con la tecnica puede adelantarse mucho a la capacidad tecnolo-
gica actual y !levar a juicios vinculantes, Asi, la mera regia ernpi-
rica de la «heuristica del rniedo», que significa hacer caso, ante
pronosticos oscilantcs, a laprevision que mas serveramente ad-
vicrte de arnenazas, queda susti tuida aqui por el juicio seguro y
totalmente independiente de los calculos de Ia magnitud de las
consecuencias, que decide que una u otra cosa -no importa sien
dimensiones mayo res 0menores- no debe suceder de ninguna
manera, Si, por ejernplo, el jugar con la substancia hereditaria
del ser humano es en sfmismo un sacrilegio, entonces 1 0 esya e I
primer y unico intento y no solo su practica en masa, que en
OtrOS campos tal vez pod ria ser elcriterio alevaluar las devasta-
cioncs tecnol6gicas y de cxperimentos biologicos arriesgados.
En este caso, en cambio, la investigaci6n misma no podria tener
I" libertad de hacer tales experirnentos y ni siquiera de propo-
nersc como meta (es dccir, como objeto de investigacion) lama-
nipulacion genetica del ser humano. Lafibertad de fa ciencia, tan
al t a rnente apreciada, toparia aqui cob una barrera limitadora
tanto de sus medios como de sus f ines.
Tocamos, por tanto, eldestine de lal ibertad en la mirada ha-
cia adelantc de nuestra etica del futuro. Su discusion, que no de-
bernos esquivar, parece provocar rnalentendidos. Debido a mi
pronostico arnonestador de que lapresion creciente de una crisis
ccologica mundial no solo disrninuira los niveles de vida, sino
que tambicn reducira las l ibertades dernocraticas hasta que f i-
nalmcnte solo quedara una tirania que tratara de salvarnos, se
152
La doctrina del ser y d e l a m o r al
me acuso de defender ladictadura para solucionar nuestros pro-
blemas. Quiero pasar por alto hasta que punto seconfunde aquf
la advertencia con la recornendacion. Pero he dicho, en efecto,
que una tal tirania seria mejor que el ocaso, de modo ·que ante
esta alternativa la aprobe eticarnente, y ahora debo defender este
punto de vista, que sigo manteniendo, ante eltribunal que yo
mismo he instaurado con elargumento principal de este ensayo.,Acaso no me contradigo a mi mismo con la defensa de la
supervivencia £isicaal precio de la libertad? iNo decfamos que
la libertad es la condicion de lacapacidad de responsabilidad, y
esta la razon por la cual la humanidad debe seguir existiendo?
Podemos hacer , sin embargo, esa concesion ter rible a la pri-
macia de lasupervivencia fisi~adesde laconviccion de que la ca-
pacitaci6n ontof6gica para la libertad -inseparable de la esencia
hurnana- no se la puede extinguir realmente, sino solo deste-
rrarla ternporalmente del (!sp~'tiopublico. Esta conviccion ·pue-
de apoyarse en experiencias bien conocidas. Virnos que incluso
en los sistemas coercitivos mas totalitarios lacapacidad de liber-
tad de algunos se mantuvo invencible, Ide manera que reavivo
nuestra fe en el ser humano. Esta £e nos permite esperar con
razon que -mientras sean seres humanos los que sobreviven-
con ellos tambien sobrevivira la 'imagen de Dios, esperando en
secreto su nueva hora. En £uncio~ de la salvacien fisica, esta es-
peranza -que aqui tiene prioridad sobre elmiedo- permite que
nos conformemos, si fuera necesario, incluso con una pausa en
lalibcrtad en cuanto a los asuntos exteriores de lahumanidad.
Bien entendido, esta era una consideracion del peor de los
casos, y la tarea prioritaria en este momento de la historia mun-
dial es precisamente el no permitir que se produzca y e I preser-
varnos de el. Uno de los deberes mas nobles y autoirnpuestos
del principio de responsabilidad es , en efecto, prevenir la futura
necesidad de una privacion de lalibertad con actuaciones plena-
mente libres en e I presente. De esta manera conservamos elma-
yor espacio de accion para nosotros y tambien para nuestros
descendientes. Pero 1 0 que esta enjuego esalgo mas que esto. Se
trata de lacontinuidad de todo el milagro terrestre de la Crea-
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Pensar sobre Dios
cion, del que nuestra existencia humana solo es una parte y ante
el que se inclina el'respeto humano tarnbien sin «fundamenta-cion». Tarnbien aquf podemos dejar que la fe preceda ala razon;
perc>la fe necesita a esta ( fi d es quaerens intellectumi, y la razon
la ayuda 1 0 mejor que puede con argumenros, y 1 0 hace sin saber .
y ni siquiera preguntando en que medida la determinacion de la
actuacion depende de su exito 0su fracaso. Con esta confesiontermino mi intento onrologico.
L1\I,
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I, .
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'I I.
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10 .1
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154