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Revista de Neuro-Psiquiatría ISSN: 0034-8597 revista.neuro.psiquiatria@oficinas- upch.pe Universidad Peruana Cayetano Heredia Perú DE LEÓN, OVIDIO A. LA VOZ DE LA LOCURA EN ARTAUD, HÓLDERLIN y EL QUIJOTE: UN ENFOQUE HERMENÉUTICO Revista de Neuro-Psiquiatría, vol. 69, núm. 1-4, 2006, pp. 51-61 Universidad Peruana Cayetano Heredia Lima, Perú Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=372039389005 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Revista de Neuro-Psiquiatría

ISSN: 0034-8597

revista.neuro.psiquiatria@oficinas-

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Universidad Peruana Cayetano Heredia

Perú

DE LEÓN, OVIDIO A.

LA VOZ DE LA LOCURA EN ARTAUD, HÓLDERLIN y EL QUIJOTE: UN ENFOQUE

HERMENÉUTICO

Revista de Neuro-Psiquiatría, vol. 69, núm. 1-4, 2006, pp. 51-61

Universidad Peruana Cayetano Heredia

Lima, Perú

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=372039389005

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LA VOZ DE LA LOCURA EN ARTAUD, HÓLDERLIN y EL QUIJOTE:UN ENFOQUE HERMENÉUTICO

THE VOICE OF MADNESS IN ARTAUD, HOLDERLIN AND THE QUIJOTE:A HERMENEUTIC FOCUS

OV/DIO A. DE LEÓN'

RESUMEN

La enfermedad psicótica conlleva profundas alteraciones de las funciones mentales. Aque­llos que la padecen encuentran dificil interpretar correctamente la realidady los que los rodeanllegan a resignarse al hecho de que la comunicación inter-subjetiva se torna imposible. A pesarde los indiscutibles avances científicos, la Psiquiatría aún se muestra incapaz de entender estostrastornos a cabalidad El estudio de individuos superdotados que sucumben a la psicosis ofrecela esperanza de profundizar, a través de sus expresiones artísticas y literarias, en la naturalezaesencialmente humana del desorden. En este trabajo analizamos someramente la obra de dosinsignes literatos y un personaje literario que, a pesar de su trastorno psicótico, han producidoobras literarias de significado universal. Discutimos luego la interpretación de sus comunicacionesliterarias, desde una perspectiva hennenéutica, con la esperanza de que el estudio de los textosliterarios arroje luces sohre el entendimiento de la experiencia psicótica.

PALABRAS-CLAVE: Trastornos psicóticos. Psiquiatría. Personajes literarios

ABSTRACT

Psychotic illness proloundly disturbs mental functions. Those who suffer these illnessesfind it difficult to correctly interpret reality and Ihose who surround them ahandon themselves tothe notion Ihat meaningful inlersubjeclive communication with them is impossible. The study 01artistic and literary productions 01superendowed individuals who succumb to psychotic illnessmay throw some lighl on Ihe qinlaessentiality human nalure ollhese disorders. We discuss Iheinlerprelation ollheir literary workfrom a henneneutic perspective.

KEY WüRDS: Psychotic disorders. Psychiatry. Analysis of literary characters.

• Profesor de Psiquiatría, Director de los Programas Clínicos y de Investigación Psiquiátrica. Hospital de la Universidad de Il1inoisen Chicago, 912 S. Wood Street, Chicago, Il1inois [email protected]

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INTRODUCCIÓN

La Psiquiatría es la especialidad médicaque confronta a sus practicantes, probable­mente más que ninguna otra actividad huma­na, con el hecho de que el lenguaje conceptualfilosófico y su derivado, el lenguaje conceptualde las ciencias modernas, son sólo algunas delas innumerables perspectivas que existenen la sociedad. El ser humano mantiene undiálogo infinito y constante consigo mismo.Esta conversación interna, y la inclusión deotros en ella, lo introducen al mundo de laexperiencia, determinan sus convicciones yorientansu conducta en el mundo. Este diálogointerior incluye sin duda las ideas científicasmodernas, su base inductiva y su fundamentomatemático. Pero este entendimiento no agotalos conceptos que el individuo se forma desí mismo y del mundo, ni podemos asumirque el volumen de conocimientos verificadoscientíficamente constituye la aproximaciónexclusiva a la verdad. El ser humano poseemodos de experiencia que yacen fuera delámbito de la ciencia. La contemplación deuna obra de arte nos acerca a una verdad queno alcanzamos de ninguna otra manera. "Elarte -decía Artaud- no es la imitación de lavida, sino la vida es la imitación de un principiotrascendental con el que el arte nos pone encomunicación".! La inefable experiencia delarte constituye el argumento indiscutible queexige del saber científico el reconocimiento desus propios límites. ¿Cómo podemos utilizarlos modos de la experiencia que se encuentranfuera del discurso de la ciencia, tales como elarte y la literatura, y a través de los cuales unaverdad carente de verificación científica tam­bién se comunica? La enfermedad mental nosofrece una oportunidad invalorable, aunquepocas veces aprovechada, para profundizarnuestro entendimiento de la locura mediantela interpretación de los textos literarios. Enotras palabras, ¿cómo puede adueñarse eldiscurso literario de la experiencia psicóticay convertir esa agobiante realidad en unaexpresión de valor estético?

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La utilización del arte, sobre todo laliteratura, para ahondar en el conocimientode la enfermedad mental presenta problemasde gran complejidad teórica. En primer lu­gar, nos preguntamos si la creación artísticaconsigue captar la esencia del fenómenopsicopatológico, revelarlo a los que aquellaaprecian, ahondar en aspectos de esa realidadque el método científico no alcanza; o si por elcontrario, la obra literaria representa una fic­ción, un invento, una apariencia que no reflejade manera caballa realidad psicopatológica.En segundo lugar, de manera muy importante,surge la incógnita de si el enfermo mental, entanto que autor o personaje literario, consigueexpresar con fidelidad su verdad, destruir losestereotipos que otros Usan para definirlo,elevarse por encima de su alienación y hacerseresponsable de su existencia.

Michel Foucault2 inicia este debate al se­ñalar que la locura ha carecido de voz propiay la Psiquiatría ha establecido un monólogopor medio del cual la cordura se refiere a lalocura apoyada en el silencio de ésta última.Hasta el Renacimiento -continúa Foucault-laexperiencia de la locura se confunde en mediode la confrontación entre los poderes secretosdel mundo y la voluntad divina. Bajo la críticaque Cervantes hace de las novelas de fantasía~según Foucault- subyace una ansiedad quetrata de discernir las relaciones entre 10 realy lo imaginario, así como la comunicaciónconfusa entre la invención fantástica y el deli­rio. La voz de la locura en la obra cervantinaes ciertamente delirante pero también lo escuerda, virtuosa, espiritual, y se hace eco delos más altos ideales humanos. Gradualmenteel desarrollo de la ciencia y su verdad positivaamordazan la locura en presencia de un cono­cimiento que cree saber mucho acerca de ella,pero que en realidad sabe muy poco. Ingram yFaubert3 parecen coincidir con Foucault luegode revisar las obras de una serie de autorescuyas representaciones del enfermo mentalcorresponden más a los requerimientos de susrespectivas agendas que a la propia voz de la

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locura. Estos autores, también han revisadola obra de escritores a quienes se les ha con­siderado enfermos mentales y han concluidoque ellos mismos no han tenido otro remedioque unirse a la corriente.

El análisis que Foucault hace del temaoriginal, incisivo y penetrante. Foucault uti­liza el método arqueológico para demostrarcómo ciertos enunciados sociales poseenhomogeneidad, ordenamiento, organizaciónjerárquica y articulación tempora1.4 Nosproponemos en este trabajo deslindar si elsilenciamiento de la locura es determinadopor una imposición social, o por la imposi­bilidad de expresar mediante el lenguaje elentendimiento propio. En los párrafos quesiguen describiremos primero la lucha de lalocura contra la razón clásica que la amordazahasta dejarla sin aliento en la voz de dos de losmás caracterizados literatos que a la vez pa­decieron de una enfermedad mental: Artaudy HOlderlin. Seguidamente la interpretaciónque hacen tres insignes filósofos y literatosde la voz del Quijote. Estas descripciones nosservirán de apoyo para analizar, desde unaperspectiva hermenéutica, la forma cómoel lenguaje poético describe la experienciapsicótica.

a. Antonin Artaud (1896-1948), el notableliterato francés, es internado en un hospitalmental cerca de Marsella por primera vezen 1915 y dado de alta luego de algunosmeses. Es nuevamente hospitalizado variasveces entre 1817 y 1920, y entre 1937 y 1946se le mantiene permanentemente recluido.Sus obras literarias incluyen ensayos, obrasde teatro, diatribas, cartas, todo lo cual loestablece, más que como el autor de obrasliterarias acabadas, como una presencia esté­tica en Europa. Sus escritos recogen a partirde 1921 su sentido de enajenación mental.Cuando Jacques Riviere se niega en 1923a publicar en la Nouvelle Revue Fram;aisesus poemas, Artaud le escribe, entre otrascosas, y en defensa de su obra: "Propongo

la existencia de mis poemas. Estas figurasdel habla, estas expresiones retorcidasque usted me reprocha, las conozco y lasacepto. Ellas surgen de la profunda incer­tidumbre de mi pensamiento. Me consideroafortunado cuando esta incertidumbre noes reemplazada por la absoluta inexistenciade la cual algunas veces sufro".l La locuraparece expresarse aquí, a través de Artaud,sin temores, sin vergüenzas, sin turbaciones,sin miedo a la deshonra. Sin embargo de allíen adelante Artaud se propone producir arteque fuera al mismo tiempo anti-arte. Estaestratagema no le impide ser reconocido comoel más notable cultor de la poesía en prosa dela lengua francesa desde Rimbaud. Artaud sepronuncia contra la función represiva del con­cepto de locura. Para él los locos son héroesy mártires del pensamiento, apasionados ensus convicciones, compenetrados con su in­dividualidad, alienados socialmente, mas nopsicológicamente. Artaud es consciente de laalienación crónica de su propia conciencia, sedebate entre su sentido de parálisis intelectualy su increíble capacidad expresiva: "Siempreme hasorprendido la obstinación de la menteque se empeña en pensar en términos de di­mensionesy espacios, en determinar estadosarbitrarios de las cosas para poder pensar,en meditar en segmentos, en cristaloides,de modo que cada modo de ser permanezcafijado a su punto inicial, para que el pensa­miento no esté en inmediata e ininterrumpidacomunicación con las cosas.... "1

b. FriedrichHOlderlin (1770-1843) es conside­rado uno de los más grandes poetas alemanes.Heidegger' lo llamó "el poeta de los poetas".Su educación en el Seminario Luterano deStift fue esmerada, donde fue compañero decuarto de Hegel y Schiller. Su enfermedadmental, de la cual jamás se recupera, se iniciaen 1802. Holderlinconsideralapoesía "la másinocente de las ocupaciones" y el lenguaje "eldon más peligroso dado a los hombres". Aligual que la de Cervantes su obra ha sido exa­minada desde el punto de vistapsiquiátrico, en

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su caso nada menos que por Jaspers.6 La obrapoélica de HOlderlin ha sido analizada por E.E. George7 tomando como punto de partida elexamen de la armonía de las ideas, los aspec­tos estructurales de la obra poética y el efectoque logra en sus lectores. George aplica lateoría de la información y utiliza definicionesy operaciones matemáticas rigurosas que almismo tiempo pueden comprenderse en formaintuitiva. Analiza de este modo la estructurapoética y calcula matemáticamente aspectosde la obra tales como la presencia de materialirrelevante que tiende a destruir el mensaje,la independencia estadística del mensaje, larepetición de elementos o redundancia, lapresencia de conjuntos sintácticamente rela­cionados importantes para expresar las ideas ylos aspectos entrópicos, o sea la tendencia a laorganización o a la diferenciación dentro delsistema de la obra poética. George considerala producción poética previa al inicio de laenfermedad y aquellos trabajos realizadosposteriormente cuando los poderes mentalesdel poeta habían comenzado a fallar. Algunoshan sugerido que la competencia poética deHOlderlin se atrofia desde poco antes del ini­cio de su enfermedad mental. Es cierto quesu trastorno mental y la pérdida de SusetteGontard destruyen en pedazos el mundoclásico de su inspiración. Los resultados deGeorge indican, no obstante, que las piezasde ese mundo sobreviven a pesar de que laestructura que las conecta se trastoca, y enlos poemas posteriores se observa cómoestos fragmentos se integran dentro de unnuevo orden. La nueva mitología que surgeno obedece a la pérdida de claridad mental;por el contrario, se observa una gananciasignificativa en tanto que la mutación de susideas permite la maduración plena de su ':4rsPoetica".

DON QUIJOTE

Pasemos a examinar brevemente cómoalgunos pensadores han enjuiciado la novelacumbre de Cervantes8 en lo que se refiere a

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la relación entre la expresión estética y elfenómeno real, en este caso, lo que conside­ran esencial de su enajenación. Por razonesde espacio nos limitaremos a discutir lasaportaciones de tres grandes pensadores,Hegel, Lukács y Ortega y Gasse!. Confesemosaquí que esta caprichosa limitación surgedel prejuicio con que iniciamos este trabajo.Nos interesa especialmente profundizar enla experiencia del arte y en la conciencia es­tética, en tanto que pretenden ahondar en laesencia del trastorno mental. ¿Es o no ciertoque la conciencia estética constriñe nuestraexperiencia de la obra de arte, tal como laconciencia histórica limita nuestra facultadde abrazar la experiencia histórica? No sepuede discurrir por estos caminos sin referirsea la Estética, la obra magistral de Hegel, queobligatoriamente deben considerar los que deestos menesteres se han seguido ocupando, ytanto Lukács -el joven-como Ortega y Gasseteran conocedores profundos de aquél.

a. Hegel9entiende 10 auténticamente real comola absoluta correspondencia entre la realidad ysu concepto. Se trata de la profunda sustanciade la naturaleza, y el espíritu que mora enella, es presencia y existencia; y durante sudevenir, permanece por sí misma en ella mis­ma. Según Hegel el arte libera el verdaderocontenido de los fenómenos, los desembarazade su mera apariencia y encuentra sus esenciasmás allá de la experiencia sensorial inmediata.Hegel inscribe El Quijote, correctamente, enel género épico-romántico. El avance de lostiempos miraba con desdén las exageracio­nes fantásticas de la caballería andante y susconceptos de honor, amor y fidelidad de laépoca medieval. Ese mundo es ridiculizadoante nuestros ojos, primero por LudovicoAriosto en su Orlando el Furioso (1532) yluego por Cervantes. Ariosto nos divierte conel relato de aventuras fantásticas al punto de lafrivolidad, la banalidad y la bufoneria. Hegelafirma que Cervantes, por su parte, desarrollael aspecto romántico. Don Quijote posee unanaturaleza noble que se ve sumergida en la

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locura de tanto leer historias de la caballeríaandante. Se trata de una mente aislada desu realidad social que se propone crear unorden utilizando las fementidas artes de lacaballería andante. En su locura Don Quijotees un corazón totalmente seguro de sí mismoy de su empresa, o aún mejor, afirma Hegel,"su única locura es permanecer tan segurode sí mismo". La falta de reflexión acerca delobjeto de sus acciones se combina con unapersonalidad adornada de grandes virtudesque preserva su verdadera dignidad y elevasu carácter por encima de sus falsos objetivos,mientras que lo accesorio e intrascendente sedisipa en forma jocosa.

b. LukácslO escribe su Teoría de la Novela en­tre 19l4y 1915. Su distanciamiento de Hegelno se debe a lo estético sino a lo social. Mien­tras Hegel considera que el espíritu humanoutiliza el arte para satisfacer la necesidad deliberarse de las restricciones de la sociedad,Lukács define la novela como la imagen espe­cular de un mundo desarticulado. Fiel a estaconcepción, Lukács sostiene que El Quijote,con su mezcla particular de poesía e ironía,de lo sublime y lo ridículo, de divinidad ymonomanía, está indisolublemente ligado almomento histórico de su creación. El mismotipo de estructura mental se podriamanifestarde modo diferente en otro tiempo sin alcanzarel mismo significado épico. Don Quijote esel primer soldado en librar la batalla de la in­terioridad contra la vulgaridad prosaica de lasociedad. Su certidumbre interior enfrentadaa la actitud de la sociedad en su contra motivaque sus diferencias con la realidad se tomenmisteriosas e irracionales, el héroe desdefialo que ha alcanzado en su vida porque susobjetivos son más trascendentales. Busca latrascendencia no en la contemplación de lodivino, sino en la exaltación del bienestarhumano: deshaciendo agravios.

c. Ortega y Gassetl1 sostiene que el querer serél mismo es la heroicidad del Quijote, es loque define su carácter, es lo que caracteriza

su locura. "Serán las aventuras vahos de uncerebro enfermentación, pero la voluntaddela aventura es realy verdadera. Ahora bien,la aventura es una dislocación del ordenmaterial, una irrealidad. En la voluntadde aventuras, en el esfuerzo y en el ánimonos sale al camino una extraña naturalezabiforme. Sus dos elementos pertenecen amundos contrarios: la querencia es real,pero lo querido es irreal ". Ciertamenteque Don Quijote no anda en su juicio, perodeclararlo demente no resuelve el problema.La locura del Quijote es la cordura de lahumanidad; jamás hubo gigantes, pero enalgún momento el hombre pensó que loshabía. ¿Qué de la justicia? ¿No es acaso unespejismo cultural? La vida del Quijote esuna perpetua resistencia y un perenne dolor.Cada aventura que emprende es un esfuerzoingente para arrancarle a la humanidad sushábitos malsanos. Hegel, Lukács y Ortegay Gasset coinciden en que la esencia de lalocura del Quijote es la exaltación de suinterioridad, la insistencia en ser él mismo,la firmeza de su seguridad en sí mismo, 10cual en términos psiquiátricos representael autismo. A esta pérdida de la aberturaal mundo exterior se afiade la ego-anajoresiy la quiebra de las categorías, conjunto queHonorio Delgadol2 denomina "atelesis" parareferirse a la alteración funcional fundamen­tal de la esquizofrenia.

DISCUSIÓN

Las ciencias que estudian los fenómenos na­turales y los objetos que se presentan a nuestrassensaciones, no tienennecesidad de comprobarque ellos existen, sólo de explicarlos. De mododiferente, la Psiquiatría estudia entidades quemuchos se preguntan si realmente existen. Seexpresa la duda si la idea de la esquizofrenia,en tanto que es producto de la mente humana,sea una intuición puramente mitológica cuyocontenido carece de realidad independiente­mente propia.u Esta duda genera la necesidadde determinar científicamente si existe alguna

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correspondencia entre esta idea y su naturalezaesencial. Lo que se presenta a nuestra concien­cia son elementos de la conducta humana y susexpresiones verbales que estudiamos con el finde adquirir una idea general y una aproxima­ción preliminar que nos acerque a conceptosde naturaleza abstracta y contenido universal.La utilización de los métodos de las cienciasnaturales nos pennite relacionar la conductadel enfermo con las alteraciones funcionalesdel sistema nervioso. Los que transitamoseste camino muchas veces olvidamos que alenfrascarnos en el estudio de la esquizofrenialo hacemos de modo temático, es decir presu­ponemos que la existencia de la enfermedadha sido demostrada. En realidad no nos quedaotro modo de estudiar seriamente el problema.Este punto ha sido tratado elocuentemente porHoracio Fábrega14 desde una perspectiva etno­médica, quien persuasivamente argumentaquela descripción de los síntomas de la esquizofre­nia deriva de preconceptos culturales y socialescaracterísticos de la cultura occidental.

El arte, contrariamente, pertenece a unaesfera distinta del pensamiento. La obrade arte se presenta a nuestros sentidos demanera imaginativa e intuitiva y la apre­hensión de su significado requiere de unórgano diferente del que usa el pensamientocientífico. La obra artística no se encuentraaherrojada a la regularidad de las leyes de laciencia ni permanece atada en los rinconesdel pensamiento abstracto. Su voluntad eslibre, su realidad es vigorosa, su producciónes inagotable, su coraje no se detiene, comoel de la ciencia, ante la crítica formal. Laciencia sólo se ocupa de 10 que es inherente­mente necesario y suficiente; el arte iluminay vitaliza los conceptos científicos, de porsí opacos y sombríos, y los reconcilia conla riqueza sin límites de la realidad. El arteno confina su consideración de los objetos alordenamiento y la clasificación sino que hurgaen su naturaleza interna, y sólo en relacióna ese proceso esencial descubre, a través dela expresión estética, el contenido profundo

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y el significado necesario y suficiente delfenómeno. El pensamiento conceptual, portanto, no es ajeno a la expresión artística; éstasatisface las necesidades más fundamentalesdel espíritu humano sin excluir la ciencia,la que no puede tampoco menospreciar lasesencias reveladas por el arte. En realidad, laliteratura es el lugar donde el arte y la cienciaconvergen.

La motivación de este trabajo es explorarhasta qué punto el arte permite hablar a la locu­ra, a ella misma, sin que el lenguaje de la razónintervenga, sin que la Psiquiatría se inmiscuyapara internarla, o como decía Foucault para"capturarla a través del conocimiento".Jacques Derrida15 discute lúcidamente ladificultad de enfrentar esta tarea sin caer enla trampa tendida por el objetivismo ingenuoque pretende hablar de la locura, de su prístinae inaccesible pureza, utilizando los conceptosque usaron los jueces que la sentenciaron alsilencio. Para Derrida los mejores intérpretesde la locura serían aquellos que precisamentela traicionan, los que para articular su defensasólo pueden hacerlo mediante el uso del len­guaje de la razón. Foucault, consciente deeste problema, señala que la mayor dificultadde esta empresa es el lenguaje. El lenguajetendría que renunciar a la sintaxis de la razónpara articularse a sí mismo. Es que, como loseñala Derrida, ellogos es la primigenia raízde ambas, la cordura y la locura, lo que lleva aconsiderar que el origen del silenciamiento noocurrió en la edad de la razón, como 10 supusoFoucault, sino que data desde el nacimientode logos en la antigua Grecia. Si ello es así,no es el Cogito cartesiano el que decreta, en laPrimera Meditación,161a expulsión de la locuradel ámbito del pensamiento: ".. .a no serque meempareje a algunos insensatos, cuyo cerebroestá tan turbio y ofuscado por los negros va­pores de la bilis que afirman de continuo serreyes, siendo muy pobres..... ? Mas los talesson locos; y no menos extravagante seríayo sime rigieraporsus ejemplos", Si bien la locuraes una amenaza para el conocimiento, no 10

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es para la existencia: "pienso, luego existo",aun si carezco de la razón cuando pienso. Elpensamiento no sólo reconoce la locura, sulibertad, su posibilidad, sino que también laprohija. No le falta razón a Derrida cuandoafirma que la locura "no es humana, en elsentido de realidad antropológica, es másbien metafisica y demoníaca", es el productodel engaño del cual nos hace víctimas, segúnafirma Descartes, "cierto genio o espíritumaligno". No resulta pues extraño advertirque, en el instante que la locura se piensa así misma, atribuye su propia alienación a laintervención de un poder maligno. La cordurano se separa de la locura en el instante de laexperiencia máxima del Cogito: ambas sepronuncian.

El discurso crítico y el discurso clínico hanseguido trayectorias paralelas, sino divergen­tes. Los elementos comunes de su origen, desu porvenir y de su contenido, esencialmenteidénticos, no impiden que sean profundamen­te incompatibles. Si lográramos desentrafiarlas estructuras psicológicas y poéticas queenlazan ambos discursos, aún no podríamosreducir la distancia que los separa.17 En elinstante que el discurso estético, en su afánreivindicativo en contra del reducimientoclínico, representa la vivencia de la locura,sólo logra describirla simplemente comoun ejemplo, en su acepción de caso o hechosucedido, mas no de conducta digna de imi­tación. De igual modo, por más certero quesea el análisis que el psicopatólogo nos brindedel personaje literario, sin importar que seaficticio como el Quijote, o real como Artaudse describe a sí mismo, llegaremos a la mismaejemplificación: pobre Don Quijote, pobreAntonin Artaud. Sería un error interpretarlas descripciones escrupulosas y precisas delas experiencias psicóticas de estos personajescomo un análisis clínico.

Este camino ha sido emprendido pordiversos autores, tratando de deslindar si laexpresión literaria y la verdad científica se

unimisman. Vallejo Nájeral8 analiza cuidado­samente los aspectos clínicos de la enfermedadmental del Quijote y llega a la conclusión quese puede hacer el diagnóstico de una paranoiasecundaria que emerge de los complejosafectivos consecutivos a la lectura de loslibros de caballería. Carlos Varo19 se pre­gunta si Cervantes alcanzó el conocimientopsiquiátrico de la lectura de textos médicosdisponibles en su época, entre ellos los de labiblioteca de su padre, pero concluye que laverdadera maestra de Cervantes fue la vida.Gutiérrez Noriega20 analiza profundamentelos aspectos psicológicos y psicopatológicosde la obra de Cervantes, y afirma, con razón,que el acierto de Cervantes "consiste en lainvención de grandes figuras representativasque reproducen tan fielmente y con tal varie­dad de detalles las características de ciertostipos psicológicos o de ciertos desórdenesmentales, que parecen verdaderas observacio­nes directas de la realidad y a la vez denotanuna capacidad muy notable para captar loque es fundamental en cada caso y 10 que essusceptible de abarcar hechos generales".

Laplanche'l estudia la obra poética de Hol­derlin desde una perspectiva psicoanalíticae interpreta su psicosis como una lucha poremanciparse del objeto materno y una búsque­da del padre en la figura de Schiller, a quienHOlderlin admiraba. Concluye sin embargoque Holderlin es un caso excepcional queno puede generalizarse ya que, "es un poetadebido a que indaga en su obra acerca de laesquizofrenia y a la vez indaga en ésta porser un poeta". Ya vimos por los resultadosde George que Holderlin parece distinguirsepor destacar la univocidad del lenguaje de lalocura y el de la poesía. Holderlin inicia ladiscusión de la esquizofrenia como un pro­blema universal y concibe la vivencia de laenfermedad como una dimensión que abre laposibilidad de entender realmente la verdaddel ser humano. Según Holderlin, el modo deproceder del espíritu poético involucra la diso­lución de todas las palabras y modos de expre-

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sión usuales. El poeta debe hallarse inmersoen todas sus sensaciones y experiencias acercadel mundo interior y exterior, mirar aquelloque es nuevo y desconocido sin aceptar nadaque esté dado como un hecho, sin comenzarde nada positivo. sin decir nada antes que ellenguaje aparezca espontáneamente para él,como el reflejo imaginario de una realidadinexistente. ¿No es éste el modo de procederdel espíritu del esquizofrénico?

Es posible pensar que tan pronto el clíni­co se apropia, articula, e interpreta aquelloque sólo El Quijole o Artaud pueden testifi­car, se desvanece la verdad al separarse elpensamiento de la vida. El clínico sintetizaapuradamente la variedad de la existencia ygenera teorías que no consideran plenamentelo particular y lo individual. La representa­ción del literato sufre un destino opuesto.La individualidad es descrita en detalle l conpasión, con interés, es tratada como un fin ensí misma. Veamos un ejemplo de lo anterioren la voz de Artaud (págs. 191-194, Trad. delautor): "Lo que deseo es confrontar al menosuna vez en mi vida esepunto delpensamientodonde luego de eliminar las ilusiones máscomunesy las tentaciones del lenguaje utilizomi mente absolutamente desnuda, clara, sinambigüedad o confusión posible". Artaudsugiere que la vivencia de la locura es prever­bal, ':4 la vista del fracaso del habla internarecurrimos a la conciencia pura, donde elmalestar comienza, donde la angustiantelocura es mezcla de sensibilidad, de formas,de palabras, de direcciones, de sensacionesy de acentos. Si este silencio fuera natural,todo estaría bien, pero esta conciencia, quenormalmente no se rodea de formas ni depalabras, muestra su absoluta confusión alrevelarse vacía y privada de su sustancia".y luego agrega, "No es el habla ni la mentelo que está enfermo, es el ser, el ser total, yaque luego del silencio, surge la necesidad deincluir algo, no importa qué, que se levantade laprofundidaddel inconsciente, y ese algose seca y se desmineraliza de inmediato". Lo

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anterior parece indicar que más allá del len­guaje, tácitos, inexpresos, soterraños, existenlos supuestos desde los cuales la locura pugnaporhablarnos. Si esto es así, la locura sería unente ontológico cuyo discernimiento requiereque nos esforcemos por asegurar que nues­tros preconceptos, como lo propone Hegelprimero y Heidegger22 después, correspondena los entes ontológicos mismos. El problemacon esta noción es que la comprensión dela experiencia, en este caso la experienciapsicótica, se orienta claramente hacia laciencia: la experiencia es válida sólo si seconfirma. El método científico se esfuerzapor objetivar la experiencia, y al hacerlo ladespoja de toda historicidad. Si concebimosque la experiencia se origina en la subjetividadpuramente trascendental del ego dejamos delado l como lo señala Gadamer,23 que la ad­quisición de la experiencia está íntimamenteligada al lenguaje e ignoramos el hecho deque la experiencia es un proceso dialécticoque pertenece a la naturaleza histórica del serhumano. No se trata, como pensaba Hegel,que la experiencia una vez adquirida cesay una forma superior del conocimiento esalcanzada. La experiencia, según Gadamer,se opone ineluctablemente al conocimiento,en tanto que se orienta permanentementehacia nuevas experiencias que nunca llegana igualar el conocimiento definitivo. Artaudhurga en su experiencia psicótica con la es­peranza, a la final frustrada l de "desnudar sumente", de recurrir a la "conciencia pura", desobreponerse al fracaso de su '''habla interna",en resumen de negar su historicidad que eslo que en definitiva enferma su "ser total". Elpoeta pugna por derrotar la locura, aunque seaporun instante, eliminando las ilusiones y lasconfusiones sin poder discernir la diferenciaentre experiencia e "insight", o sea, no lograpenetrar y liberarse de aquello que lo engañay esclaviza, sólo consigue expresar su relaciónconsigo mismo y con la sociedad. Artaudreconoce que su intento por comprender ydominar la locura fracasa, pero la declarapoéticamente y la defiende.

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Es importante en este punto aclarar elenfoque hermenéutico del problema, Enprimer lugar, entender la expresión literariarequiere comprender el contenido del trabajo,pero es necesario también entender el signi­ficado de la obra desde el punto de vista delautor. El requisito básico para lograr estacomprensión es el entendimiento previo queel lector tiene de la materia. Esta condiciónformal de todo entendimiento no excluyeuna tensión entre aquello que resulta fami­liar y lo que nos parece extrafio en el texto.No se trata sin embargo de un movimientocircular entre autor y lector que terminacuando el texto es entendido perfectamen­te. Heidegger tiene razón cuando describeque este movimiento circular se encuentrapermanentemente determinado por el enten­dimiento previo y la tensión no se resuelvea favor de un conocimiento completo. No setrata de un círculo formal, no lo es tampocoobjetivo o subjetivo, es el encuentro entredos tradiciones que no se superponen porcompleto. Se trata, como lo señala Gadamer,de un evento histórico.

Maurice Blanchot24 acepta sentirse ten­tado a comparar lo que nos dice Artaud ylo que nos dice Holderlin, pero se contiene.Esta revisión nos ha servido, como a Blan­chot, para resistir la tentación de generali­zar. Cada poeta es único. Cada paciente estambién singular. Artaud nos habla de undolor psíquico insoportable que se encuen­tra extraftamente ligado a su pensamiento.Cuando el sufrimiento es tan extremo quela capacidad de sufrir se extingue el pen­samiento puede por fin expresarlo. Pero elacto de pensar en este momento se transfor­ma otra vez en sufrimiento, y como tal esinenarrable. Como psiquiatras quisiéramosencontrar en sus descripciones el análisis desu estado psicológico, pero no lo hallamos.Sólo nos revela de modo exquisitamentepoético la batalla épica que libra contrauna enfermedad que invariablemente loderrota. Aquel que trata de clasificar estas

experiencias en términos científicos pierde elderrotero. También lo pierde el que intentacomprobar que Don Quijote delira cuandocree que la venta es un castillo y los cuerosde vino tinto son gigantes. Este método, eldel objetivismo histórico, oculta sus precon­ceptos, ciertamente no arbitrarios, pero nomenos fundamentales. Si bien este métodoevita apropiarse de los hechos "relevantes"del pasado en forma caprichosa, en realidadsimula una objetividad que depende exclusi­vamente de la legitimidad de las preguntasque se formula. La iluminación del textoliterario no puede alcanzarse por completo,no por limitaciones de nuestra capacidadcognitiva, sino debido a la esencia históricadel ser. El conocimiento de la locura a travésde los textos literarios, surge de su esenciahistórica, está constituida de aquello queHegel llama "sustancia" y que determina suconducta, limita sus posibilidades, conformasu tradición. Lo que nos interesa descubrircon el método hermenéutico es aquello que,en la medida de su subjetividad, sustanciala locura. Si nos limitamos a interpretar lostextos desde el punto de vista puramentepsicológico, entenebramos lo que hay defundamental en la experiencia humana.

El texto y su interpretación, desde el puntodevistahermenéutico, se mantienen siempre entensión y la aproximación a la verdad consiste,no en reducir esa tensión, sino en descubrirla,transformarla en el tema del discurso. El Qui­jote esencialmente, como personaje literarioejemplifica esa tensión. Como diría Gadamer,la conciencia del Quijote no se mantiene in­móvil, reducida, estrecha, limitada dentro desu propio horizonte. El genio de Cervantes esprecisamente hacer que Don Quijote transpon­ga horizontes, siempre consciente de su tra­dición histórica, siempre dueño de su verdad.Es por ello que Don Quijote se eleva a la másalta universalidad y es capaz de expresar unavisión superior. No nos sorprende entoncesel hecho de que Cervantes logre describir contanto acierto los tipos psicológicos, tal como

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lo apunta certeramente Gutiérrez Noriega.Cervantes, de ese modo, se anticipa tres siglosa la filosofía hermenéutica.

La locura como concepto es un enteontológico. Ella pertenece a la época de lametafísica que concebía el Ser como el de­positario de toda subjetividad. En la cienciaencontramos un cómplice insospechableque, dando un giro singular, define el ente

clínico como el depositario de toda objetivi­dad. Son los actores de carne y hueso y lospersonajes literarios, los que denuncian estacomplicidad entre la filosofía y la ciencia;aquéllos mediante la llaneza e insulsez desus historias clínicas, éstos con su elevadaexpresión poética. Ellos son los que exi­gen que sus nombres de pila sean inscritoscomo los protagonistas trascendentales delquehacer médico.

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