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Artículo Estudio del acoso psicológico en la universidad pública de Galicia A study of mobbing among the staff in the university of Galicia M.ª ÁNGELES LÓPEZ-CABARCOS 1 EDUARDO PICÓN-PRADO 2 PAULA VÁZQUEZ-RODRÍGUEZ 2 RESUMEN El objetivo de este trabajo es la caracterización de los procesos de acoso psicológico entre el personal de administración y servicios de la universidad pública de Galicia. Para ello, se ha seleccionado una muestra formada por 321 personas, de las cuales un 8,7% manifiestan ser víctimas de mobbing. Los resultados señalan una incidencia semejante entre los hombres y entre las mujeres. Los tipos de comportamientos más frecuentes tienen que ver tanto con la esfera personal como con la profesional, y las atribuciones causales más señaladas por las víctimas se refieren a aspectos relacionados con la organización del centro y el deterioro del clima laboral. Las víctimas señalan como principales consecuencias del mobbing aspectos relacionados con la salud psicológica y emocional, siendo la estrategia más empleada para enfrentarse a estos ataques la pasiva, es decir, no hacer nada. ABSTRACT The aim of this study is the characterization of the processes of mobbing among admin- istration and services staff in the University of Galicia. A sample of 321 subjects was sur- Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 2008, vol. 24 n.º 1 41 Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones - 2008 Volumen 24, n.º 1 - Págs. 41-60. ISSN: 1576-5962 Fecha de Recepción: 26-07-2006 Fecha de Aceptación: 04-08-2008 1 Universidad de Santiago de Compostela. Departamento de Organización de Empresas y Comercialización. Facultad de Administración y Dirección de Empresas. [email protected] 2 Unidad de Psicología del Consumidor y Usuario. Universidad de Santiago de Compostela. Facultad de Psi- cología. [email protected] 3 Departamento de Organización de Empresas y Comercialización. Universidad de Santiago de Compostela. Facultad de Administración y Dirección de Empresas. [email protected]

v24n1a03 Estudio Del Acoso en Una Universidad

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    Estudio del acoso psicolgico en la universidad pblica de Galicia

    A study of mobbing among the staff in the university of Galicia

    M. NGELES LPEZ-CABARCOS1EDUARDO PICN-PRADO2

    PAULA VZQUEZ-RODRGUEZ2

    RESUMEN

    El objetivo de este trabajo es la caracterizacin de los procesos de acoso psicolgicoentre el personal de administracin y servicios de la universidad pblica de Galicia. Paraello, se ha seleccionado una muestra formada por 321 personas, de las cuales un 8,7%manifiestan ser vctimas de mobbing. Los resultados sealan una incidencia semejante entrelos hombres y entre las mujeres. Los tipos de comportamientos ms frecuentes tienen quever tanto con la esfera personal como con la profesional, y las atribuciones causales mssealadas por las vctimas se refieren a aspectos relacionados con la organizacin del centroy el deterioro del clima laboral. Las vctimas sealan como principales consecuencias delmobbing aspectos relacionados con la salud psicolgica y emocional, siendo la estrategiams empleada para enfrentarse a estos ataques la pasiva, es decir, no hacer nada.

    ABSTRACT

    The aim of this study is the characterization of the processes of mobbing among admin-istration and services staff in the University of Galicia. A sample of 321 subjects was sur-

    Revista de Psicologa del Trabajo y de las Organizaciones, 2008, vol. 24 n. 1 41

    Revista de Psicologa del Trabajo y de las Organizaciones - 2008Volumen 24, n. 1 - Pgs. 41-60. ISSN: 1576-5962

    Fecha de Recepcin: 26-07-2006 Fecha de Aceptacin: 04-08-2008

    1 Universidad de Santiago de Compostela. Departamento de Organizacin de Empresas y Comercializacin.Facultad de Administracin y Direccin de Empresas. [email protected]

    2 Unidad de Psicologa del Consumidor y Usuario. Universidad de Santiago de Compostela. Facultad de Psi-cologa. [email protected]

    3 Departamento de Organizacin de Empresas y Comercializacin. Universidad de Santiago de Compostela.Facultad de Administracin y Direccin de Empresas. [email protected]

  • veyed. Results show that a significant percentage of workers perceive themselves as victimsof mobbing regardless the gender. The most frequent types of behaviors have to do withboth the personal and the professional spheres. The victims causal attributions refer toaspects related to the organization and deterioration of the work climate. As main conse-quences of mobbing, victims point out aspects related to the psychological and emotionalhealth being the passive strategy (no reaction) the most used to protect themselves fromthese attacks.

    PALABRAS CLAVE

    Mobbing, bullying, Acoso psicolgico, Universidad.

    KEY WORDS

    Mobbing, Bullying at work, Psychological harassment,University.

    Estudio del acoso psicolgico en la universidad pblica de Galicia

    42 Revista de Psicologa del Trabajo y de las Organizaciones, 2008, vol. 24 n. 1

  • INTRODUCCINEl acoso psicolgico en el trabajo ha

    sido objeto de estudio desde la dcada delos 80 por numerosos investigadores,siendo los trminos ms empleados parahacer referencia a este tipo de conductaslos siguientes: mobbing (Leymann, 1996;Zapf, Knorz y Kulla, 1996), emotionalabuse (Keashly, 1998), harassment(Bjrkqvist, sterman y Hjelt-Bck,1994; Brodsky, 1976) y bullying (Einar-sen y Skogstad, 1996; Einarsen, 1999;Rayner, 1997; Vartia, 1996). En Espaase emplea, indistintamente, el trminomobbing y acoso psicolgico en el traba-jo para hacer referencia a este tipo deprocesos.

    Leymann (1996) define el mobbingcomo:

    Comunicacin hostil y desprovistade tica que es administrada de formasistemtica por uno o unos pocos indi-viduos, principalmente contra un nicoindividuo, quien, a consecuencia deello, es arrojado a una situacin desoledad e indefensin prolongada, abase de acciones de hostigamiento fre-cuentes y persistentes (definicin esta-dstica: al menos una vez por semana) ya lo largo de un prolongado perodo(definicin estadstica: al menos duran-te seis meses) (p. 168).

    Adems de definir el concepto, Ley-mann (1996) define 45 actividades carac-tersticas de mobbing en funcin de lasconsecuencias sobre la vctima. Estas acti-vidades se clasifican en cinco grandes gru-pos que, en forma de cuestionario, consti-tuyen el denominado LIPT (LeymannInventory of Psychological Terrorization).Son los siguientes:

    1. Acciones dirigidas a limitar la capa-cidad de la vctima para comunicar-se libremente. Se niega a la vctimala posibilidad de comunicarse ade-cuadamente, se le silencia, se diri-gen ataques verbales sobre la cali-dad de su trabajo, se le amenaza ver-balmente, etc. En resumen, a la vc-tima se le niega el derecho a expre-sarse o hacerse or.

    2. Acciones dirigidas a limitar el con-tacto social de la vctima. No se ledirige la palabra a la vctima, presio-nando a los testigos para que tampo-co lo hagan, se le limita el acceso ala informacin y se le asla fsica-mente de los compaeros.

    3. Acciones dirigidas a destruir sureputacin personal. Se somete a lavctima a todo tipo de chismes, bur-las y risas sobre su persona, sobre sufamilia, orgenes, etnia, raza, formade hablar o actuar, etc.

    4. Acciones dirigidas a limitar o des-acreditar su actividad laboral. Seasigna a la vctima tareas muy pordebajo o muy por encima de suscapacidades profesionales, no se leasigna tarea alguna, se critica enexceso cualquier tipo de error o falloque comete en el desempeo de sutrabajo, se cuestiona su capacidadprofesional, etc.

    5. Acciones dirigidas contra la saludfsica de la vctima. Se asigna a lavctima trabajos peligrosos, se leagrede, se le ataca fsicamente osexualmente, etc.

    Como se puede observar, en algunoscasos las conductas de acoso se traducen

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  • en ataques verbales o fsicos, pero habi-tualmente se trata de actuaciones muchoms sutiles como el aislamiento o laexclusin del grupo, la minusvaloracindel desempeo o la bsqueda de situacio-nes ridiculizantes (Leymann, 1996; Zapfet al., 1996).

    Estos comportamientos provocan en elindividuo numerosas secuelas fsicas ypsicolgicas estrs, ansiedad, depresin,insomnio, etc.- (Bjrkqvist, sterman yHjelt-Bck, 1994; Brodsky, 1976; Di Mar-tino, Hoel y Cooper, 2003; Leymann,1996), que redundan en un mayor nivel deabsentismo laboral, un incremento de lasbajas laborales, un descenso en la produc-tividad del individuo y un empeoramientode la satisfaccin laboral (Einarsen y Rak-nes, 1997; Hoel, Einarsen y Cooper, 2003;Hoel, Sparks y Cooper, 2001; Kaufer yMattman, 1998; Keashly y Jagatic, 2003;Quine, 2001). Adems, existen otros cos-tes de difcil cuantificacin, pero de indu-dable existencia, que son los asociadoscon la destruccin personal de la vctima,la desmembracin del grupo y de toda laorganizacin, la prdida de ilusin y espe-ranza, e, incluso, de la propia vida (Lpez-Cabarcos y Vzquez-Rodrguez, 2003).

    Si bien el trmino mobbing es utilizadopara hacer referencia a cualquier actuacinnegativa llevada a cabo contra un objetivopreviamente elegido, Leymann (1996)establece que para que una vctima demobbing sea considerada como tal, laduracin mnima del ataque debe ser, almenos, de seis meses y suceder, al menos,una vez a la semana. As, se excluyen con-flictos pasajeros u otro tipo de problemasderivados de las relaciones interpersonalesen el entorno laboral que, si bien puedendaar a las personas, no constituyen con-ductas de acoso psicolgico.

    Datos recientes sobre la incidencia delmobbing reflejan que afecta a un 5% de lostrabajadores europeos y a un 2.8% de losespaoles (Parent-Thirion, Fernndez-Macas, Hurley y Vermeylen, 2007). Porsectores, el educativo ha sido sealado ennumerosos estudios como uno de los msafectados por los procesos de mobbing,oscilando la tasa de afectados entre el 7,8%de la ltima Encuesta Europea de Condicio-nes de Trabajo (Parent-Thirion et al., 2007),el 12% obtenido por Di Martino et al.(2003) y por Paoli y Merlli (2001), y el15,6% obtenido en el estudio de Hoel yCooper (2000). Dentro del sector educativo,la educacin superior ha recibido una espe-cial atencin por parte de los investigado-res. Bjrkqvist, sterman y Hjelt-Bck,(1994) fueron los primeros en analizar elmobbing entre el personal universitario,obteniendo una tasa de afectados del 21%.En Espaa, Justicia (2003) calcula que un11% de los trabajadores de la Universidadde Granada son vctimas de acoso psicol-gico en el trabajo. En un estudio posterior,Justicia, Bentez y Fernndez de Haro(2006) obtienen una tasa de afectados del9,31% en dos universidades andaluzas. Estasimilitud en las tasas de incidencia contras-ta con los resultados obtenidos por Piuel(2004), que sita la incidencia del mobbingentre el profesorado universitario encuesta-do en un 51,67%, y por Buenda (2003) quecifra en un 43,36% el porcentaje de acosa-dos en una muestra de empleados universi-tarios de la Universidad de Murcia.

    El objetivo general del estudio es lacaracterizacin de los procesos de acosopsicolgico entre el Personal de Adminis-tracin y Servicios de la universidad pblicade Galicia, lo que supone analizar: 1) laincidencia de los procesos de acoso psicol-gico entre el Personal de Administracin yServicios del Sistema Universitario Galle-

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  • go, 2) las conductas infringidas a las vcti-mas, 3) las atribuciones causales que hacenlas vctimas de las conductas sufridas, (4)las consecuencias de estas conductas sobrela salud de la vctima, y (5) la respuestahabitual de la vctima ante tales conductas.

    MTODOParticipantes

    Este estudio forma parte de una investi-gacin ms amplia sobre mobbing entre elPersonal de Administracin y Servicios(PAS) y el Personal Docente e Investigador(PDI) de las tres universidades pblicas deGalicia (Santiago de Compostela, Corua yVigo). En este trabajo se incluyen los resul-tados obtenidos para el colectivo de PAS.

    El universo de estudio est formadopor un total de 2.517 personas, de las cua-les responden a la encuesta un total de321. Esto supone una tasa de respuestadel 12,6%, similar a la obtenida en otrosestudios de mobbing en la universidad(Buenda, 2003; Cox y Goodman, 1995;Justicia et al., 2006). La muestra est for-mada por 129 PAS (40,19%) de la Uni-versidad de Santiago de Compostela(USC), 91 (28,35%) de la Universidad deVigo (UVI) y 101 (31,46%) de la Univer-sidad de A Corua (UDC). Del total de lamuestra, 99 personas son hombres(30,84%) y 222 son mujeres (69,16%).Casi la mitad de la muestra 153 perso-nas- tienen edades comprendidas entre los33 y los 42 aos de edad (47,7%), 199personas estn casadas o viviendo enpareja (63%) y 212 cuentan con estudiossuperiores (67%). En cuanto a su perfilprofesional, 178 personas pertenecen a lacategora de funcionarios (55,45%), 135personas pertenecen a la categora laboral

    (42,06%), y 8 personas no proporcionaneste dato (2,49%).

    Instrumentos

    Se ha elaborado un cuestionario pararecoger todos aquellos aspectos sobreacoso psicolgico de inters para la pre-sente investigacin, adems de una seriede datos sociodemogrficos generales parapoder efectuar los cruces de variables. Laprimera parte del cuestionario consta de13 preguntas relativas a: universidad ycampus de pertenencia, centro o departa-mento de pertenencia, sexo, edad, estadocivil, nivel de estudios, categora profesio-nal, tiempo de experiencia en la universi-dad y tiempo de experiencia en el puesto.La siguiente parte consta de cuatro blo-ques: 1) identificacin de las vctimas, 2)identificacin de las conductas sufridas, 3)atribuciones causales, 4) consecuenciassobre la salud de la vctima, y 5) respuestade la vctima ante los ataques.

    Identificacin de las vctimas (3 tems).Para identificar a una persona como vcti-ma de mobbing se ha empleado la defini-cin de Leymann (1996): Comunicacinhostil y desprovista de tica que es admi-nistrada de forma sistemtica por uno ounos pocos individuos, principalmentecontra un nico individuo, quien, a conse-cuencia de ello, es arrojado a una situa-cin de soledad e indefensin prolongada,a base de acciones de hostigamiento fre-cuentes y persistentes (definicin estads-tica: al menos una vez por semana) y a lolargo de un prolongado perodo (defini-cin estadstica: al menos durante seismeses). La definicin va seguida de lasiguiente pregunta a la que la personadebe contestar afirmativa o negativamen-te: Teniendo en cuenta esta definicin,

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  • cree que es usted actualmente vctima deuna situacin de acoso psicolgico en eltrabajo?. Al igual que en otros estudios(Einarsen y Skogstad, 1996; Einarsen,Raknes y Matthiesen, 1994; Eriksen yEinarsen, 2004) se ha empleado el auto-diagnstico como medida del mobbing,mtodo considerado por algunos investi-gadores como el ms vlido para medir laexposicin percibida a este tipo de con-ductas (Einarsen, 2000; Salin, 2001), aun-que conduzca a una valoracin conserva-dora del nmero de vctimas, ya que pare-ce detectar, comparado con otros mtodos,slo aquellos casos ms severos de mob-bing (Zapf y Einarsen, 2003).

    Adems, se han incluido otras dos pre-guntas relacionadas con la identificacin delos procesos de mobbing. En la primera, seha pedido a los encuestados que indiquen sihan sido vctimas de mobbing en el pasado(proceso finalizado en el presente) dentrode la universidad, el tiempo de duracin delproceso y las repercusiones del mismo (e.g.Prejubilacin, Traslado a otro centro,Traslado a otro campus). En la segunda,se pide a los encuestados que indiquen sihan presenciado en su entorno laboralalgn caso de mobbing (s, hace menos deun ao; s, hace de uno a tres aos; s,hace ms de tres aos; no).

    Identificacin de las conductas sufridas(46 tems). Se ha empleado un listado de46 conductas elaborado a partir del LIPT-60 de Gonzlez de Rivera y Rodrguez-Abun (2003) y de la escala Cisneros(Piuel y Oate, 2002, 2003). Para cadaconducta el encuestado debe sealar lafrecuencia con la que sufren cada una deellas (entre 0 nunca- a 4 diariamente-).

    Atribuciones causales (24 tems). Esca-la creada a partir de los trabajos de Piuel

    y Oate (2002, 2003), de Bjrkqvist,sterman y Hjelt-Bck (1994) y Vartia(1996), donde las vctimas deben sealarpara cada tem su grado de acuerdo o dedesacuerdo (s, en parte, no) (e.g. Porenvidia, Por ser diferente a otros, Por-que quieren desembarazarse de m).

    Consecuencias sobre la salud (42tems). Se han medido mediante la adapta-cin al espaol del cuestionario de medidade mobbing de Lazzari (2001). El encues-tado debe indicar con qu frecuencia hasufrido cada uno de los sntomas descritos(nunca, alguna vez, habitualmente, siem-pre) (e.g. Estoy nervioso e irritable,Siento una profunda angustia cuando voyhacia mi trabajo, Tengo insomnio).

    Respuesta de la vctima (11 tems). Seha medido a travs de una adaptacin dela escala propuesta por Piuel y Oate(2003). Se han descrito las posibles accio-nes que pueden llevar a cabo las vctimasde mobbing clasificndolas en respuestasactivas y asertivas, pasivas, agresivas,evasivas y de denuncia (e.g. Hablar conel agresor intentando solucionar el proble-ma, No hacer nada, Actuar de manerasimilar a la del agresor, Huir, poner tie-rra por medio, Ponerlo en conocimientode la organizacin).

    No se han analizado las propiedades psi-comtricas de las escalas debido a que nohan sido elaboradas con una intencin diag-nstica, sino ms bien exploratoria, con elobjeto de conocer mejor las caractersticasdel mobbing en el contexto universitario.

    Procedimiento

    El primer paso para llevar a cabo elestudio consisti en contactar con los

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  • gerentes de las tres universidades paraexplicarles los objetivos de la investiga-cin, y solicitarles el permiso para comu-nicar a toda la comunidad universitaria larealizacin del mismo a travs de las listasde distribucin (por e-mail). Una vez obte-nidos los respectivos permisos se llev acabo un primer aviso a principios de mayode 2003, en el que se indicaban los objeti-vos del estudio, la confidencialidad y ano-nimato de los datos, y el procedimiento derecogida de los mismos. Al da siguientese procedi a enviar todos los cuestiona-rios por va postal. En la USC el envo sellev a cabo por el sistema de correo inter-no de la universidad, mientras que en laUVI y en la UDC se contact con un pro-fesor que siguiera este mismo procedi-miento en su universidad. La recogida dedatos se realiz entre los meses de mayo yjunio de 2003. A principios de junio seenvi un nuevo mensaje recordatorio atravs de las listas de distribucin de lastres universidades. En el cuadro de ins-trucciones que figuraba en la propiaencuesta se indicaba la forma de reenviarel cuestionario cubierto. En la USC elcuestionario se reenvi por correo internoa los propios investigadores, mientras queen la UVI y en la UDC las personas decontacto fueron los mismos profesores querealizaron el envo.

    Los datos han sido analizados medianteel paquete estadstico SPSS 14.0.

    RESULTADOS

    Incidencia del mobbing

    Un 8,7% del PAS que forma la muestramanifiesta estar padeciendo procesos deacoso psicolgico actualmente en su pues-to de trabajo. Su perfil se corresponde

    mayoritariamente con el de una mujer(60,7%), de entre 28 y 42 aos (75,6%),casada o viviendo en pareja (71,4%), conestudios superiores (50,0%) y funcionaria(70%). No se han encontrado diferenciassignificativas entre las vctimas y las novctimas en ninguna variable de tipo so-ciodemogrfico y laboral.

    Hasta un 11,5% de los PAS entrevista-dos manifiestan haber sido vctimas demobbing en el pasado. La duracin mediadel proceso de acoso fue de 36 meses(s

    x=35,18) y las repercusiones ms comu-

    nes fueron el traslado a otros centros detrabajo (26% del total) e incluso el cambiode actividad profesional (12%). Tambintuvo consecuencias en la salud del acosa-do, puesto de manifiesto a travs de susbajas laborales intermitentes (12%).

    Por ltimo, resulta interesante constatarque hasta un 38,7% de los entrevistadosmanifiestan haber observado en algnmomento procesos de acoso psicolgicoen su entorno laboral prximo, y un 15,0%han sido testigos de conductas de acosodurante el ltimo ao, porcentaje queprcticamente dobla al de personas quemanifiestan ser ellas mismas vctimas deacoso.

    Manifestaciones del acoso

    Las manifestaciones de acoso psicol-gico ms frecuentes son: no transmitirinformaciones tiles (66% de los acosadossealan padecer esta conducta); no hablarni reunirse con el acosado (53,6%); lesio-nar la autoestima (53,6%); controlar enexceso el trabajo de la vctima (46,4%);infravalorar su esfuerzo profesional(46,4%); criticar exageradamente su traba-jo (46,4%), evalundolo negativamente

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  • (42,9%); desacreditar a la vctima delantede otros (42,9%), amplificando nimieda-des y acusndola de errores y fallos difu-sos (42,9%).

    El anlisis desglosado por sexo aparecerecogido en la Tabla 1, junto a la diferencia

    porcentual para cada categora entre lasmenciones de hombres y de mujeres. Comopuede observarse, las mujeres tienden amencionar en mayor medida que los hom-bres aspectos como las crticas y evaluacio-nes negativas de su trabajo, junto a las bro-mas y calumnias deliberadas que minan

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    Tabla 1. Principales diferencias en las manifestaciones de acoso psicolgico entrehombres y mujeres

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    profundamente su autoestima y su relacincon el grupo. Los hombres, por el contra-rio, parecen estar ms preocupados por lasrepercusiones ms cognitivas y profesio-nales del acoso, es decir, que no se les reco-nozca profesionalmente y que se limitensus posibilidades de ascenso profesional deforma malintencionada. El escaso tamaomuestral impide confirmar estadsticamentetodas estas diferencias, excepto para el casode esta ltima manifestacin (X21 = 4,043; p= 0,044). Por otra parte, puede observarsetambin que determinadas conductas rela-cionadas con el acoso sexual estn lejos deproducirse de forma residual, especialmen-te entre las mujeres acosadas.

    Una de las variables que est ms aso-ciada con la incidencia de determinadas

    conductas de acoso es el grado de estabi-lidad laboral que tiene el trabajador. Aun-que en general el PAS funcionario no sediferencia estadsticamente del que no loes respecto a la incidencia general delacoso, s es cierto que el PAS con mayorprecariedad e inestabilidad laboral mani-fiesta sufrir significativamente conductastales como aislamiento fsico (X21 =4,352; p = 0,037), asignacin de tareasabsurdas (X21 = 5,891; p = 0,015), crticas(X21 = 4,299; p = 0,038) y evaluacionesnegativas de su trabajo (X21 = 10,296; p =0,001), infravaloracin del esfuerzo per-sonal (X21 = 4,299; p = 0,038), gestos des-preciativos (X21 = 5,891; p = 0,015), eincluso ataques a sus convicciones polti-cas y/o religiosas (X21 = 11,152; p =0,001) (ver Tabla 2).

    Tabla 2. Principales diferencias en las manifestaciones de acoso psicolgico entrefuncionarios y no funcionarios

  • Atribuciones de los procesos de acosopsicolgico

    En cualquier caso, de un total de 24opciones posibles, los motivos ms sea-lados por el PAS para justificar los proce-sos de acoso psicolgico que estnsufriendo son fundamentalmente elambiente malsano del centro (44,4% demenciones) y su organizacin (40,7%).Tras estas atribuciones de tipo organiza-cional aparecen otros aspectos ms referi-dos a caractersticas personales del acosa-do, como determinados comportamientosde la vctima que piensan que molestan alacosador (44,4%), especialmente su bri-llantez y buenos resultados profesionales(33,3%), lo que genera celos y envidias endeterminadas personas de su entorno(25,9%) (ver Tabla 3).

    Segmentando en funcin de las princi-pales variables de tipo sociodemogrfico ylaboral no se han encontrado diferencias

    estadsticamente significativas entre unosgrupos y otros.

    Efectos y consecuencias sobre la salud

    Del listado de 42 posibles efectos sinto-mticos del acoso psicolgico sobre lasalud, los ms citados por las personas quemanifiestan ser vctimas son la irritabili-dad y nerviosismo (60,7% de los acosadospadecen este trastorno), sensacin deinjusticia laboral (60,7%), evitacin desituaciones que le recuerden el acoso psi-colgico, angustia e impotencia (53,6% demenciones cada uno). Un menor nmerode vctimas sealan tambin consecuen-cias de tipo fsico como dolores muscula-res (53,6%), problemas de sueo (50,0%)y fatiga (46,4%) (ver Tabla 4).

    Se han encontrado interesantes indica-dores de posibles lneas diferenciales entresegmentos especficos. Por ejemplo, las

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    Tabla 3. Atribuciones ms comunes que hacen los encuestados de las actitudes yconductas hostiles

  • mujeres tienen sentimientos de culpa enmayor medida que los hombres (X21 =4,941; p = 0,026), lo que es congruentecon el tipo de manifestaciones del acosoque muestran las acosadas. Por otro lado,el PAS que no es funcionario muestramayores sentimientos de impotencia antesu situacin injusta (X21 = 4,636; p =0,031), lo que se traduce en un cuadro cl-nico distintivo caracterizado por una signi-ficativa mayor presencia de dolores en elpecho (X21 = 4,352; p = 0,037), insomnio(X21 = 4,636; p = 0,031) y disminucin dela libido (X21 = 4,636; p = 0,031).

    Tipo de respuesta de la vctima

    La respuesta ms frecuente de las vcti-mas de acoso es la pasiva (no hacer nada),

    seguida de la activa y asertiva (hablar con elacosador) y la de denuncia inicial (ponerloen conocimiento de los superiores jerrqui-cos, comit de empresa y/o sindicatos). Sinembargo, ninguna de las vctimas ha llega-do a materializar sus quejas en una denun-cia formal. Tampoco se ha llegado a darninguna respuesta agresiva (ver Tabla 5).

    No se han detectado diferencias signifi-cativas en ninguna de las respuestas entrelas diferentes variables de segmentacinconsideradas (sexo, edad, categora profe-sional).

    DISCUSINLos resultados de nuestro estudio sea-

    lan que el 8,7% del PAS que forma la

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    Tabla 4. Efectos sintomticos ms comunes del acoso psicolgico sobre la salud

  • muestra manifiestan ser vctimas de proce-sos de acoso psicolgico actualmente ensu puesto de trabajo. Esta tasa de afecta-dos es similar a la obtenida en algunosestudios de mobbing sobre una muestra deempleados universitarios. Es el caso delestudio de Justicia (2003) con un porcen-taje de vctimas de mobbing del 11%, o elde Justicia et al. (2006) con una tasa deafectados del 9,31% (el 20,9% pertenecenal colectivo de PAS). Sin embargo, es sig-nificativamente inferior a la tasa de afecta-dos recogida en el estudio de Bjrkqvist,sterman y Hjelt-Bck (1994), en el queun 24% de las personas encargadas de lasactividades de administracin, economa yservicios (PAS) estn afectadas por proce-sos de mobbing; o en el estudio de Buen-da (2003) donde el porcentaje de PASafectado representa un 37,8% de losempleados de la muestra que manifiestansufrir este tipo de procesos.

    Adems, los resultados del trabajo indi-can que no existen diferencias estadstica-mente significativas entre las vctimas y

    las no vctimas en ninguna variable de tiposociodemogrfico (sexo, edad) ni laboral.

    La mayora de los estudios sobre laincidencia de mobbing en cualquier colec-tivo analizan las diferencias que existenentre el grupo de vctimas y el de no vcti-mas en base a la variable sexo, no exis-tiendo una opinin unnime sobre si lasmujeres estn ms afectadas por este tipode procesos que los hombres, o viceversa.Algunos autores, entre los que nos encon-tramos, no encuentran diferencias signifi-cativas en relacin a esta variable entre lasvctimas y las no vctimas de mobbing(Einarsen y Skogstad, 1996; Leymann,1996; Vartia, 1996; Rayner, 1997; Hoel yCooper, 2000; Justicia, 2003; Cox yGoodman, 2005, entre otros); mientrasque otros sealan que el sexo femenino esacosado en mayor medida que el masculi-no (Bjrkqvist, sterman y Hjelt-Bck,1994; Justicia et al., 2006; Piuel, 2004;Salin, 2003; Moreno-Jimnez, Rodrguez-Muoz, Garrosa, Morante y Rodrguez,2005, entre otros). Incluso, en el estudio

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    Tabla 5. Respuestas ms comunes de la vctima de acoso

  • de Bjrkqvist, sterman y Lagerspetz(1994) el 25% de los participantes men-cionan el gnero como una posible raznpara el proceso que sufren.

    Lo mismo sucede con la variable edad,donde en funcin de las franjas conside-radas se obtienen o no diferencias signifi-cativas. En un estudio llevado a cabo enNoruega (Einarsen y Skogstad, 1996) yque comprende catorce sectores de activi-dad, entre ellos la Universidad, se evi-dencia que existen diferencias significati-vas entre las vctimas por razn de edad.As, los empleados de ms de 50 aospresentan ndices de acoso mayores quelos empleados menores de esa edad,excepto en algn sector (como el de laUniversidad) donde esta tendencia seinvierte. Otros estudios (Einarsen y Rak-nes, 1997; Felson, 1992) siguen esta lti-ma pauta, de tal modo que si bien existendiferencias significativas por razn deedad, son los trabajadores ms jveneslos que sufren en mayor medida los pro-cesos de mobbing. Tambin Justicia et al.(2006) seala como colectivo ms afecta-do a las personas de entre 25 y 45 aos.La falta de homogeneidad en los interva-los de edad empleados impide sacar con-clusiones al respecto.

    Del mismo modo, las personas quemanifiestan sentirse vctimas de mobbingno presentan diferencias significativas encuanto a su perfil profesional funcionarioy laboral-, coincidiendo as con los resul-tados obtenidos para el mismo campo deanlisis por Justicia et al. (2006). Estosautores afirman que el mobbing no afectaa los grupos profesionales con mayor ines-tabilidad laboral y/o menor experiencia,tal y como defiende Piuel (2001), sinoque afecta a todos por igual con indepen-dencia de su categora profesional.

    En general, las conductas de acoso psi-colgico se pueden agrupar en dos catego-ras, una formada por ataques hacia la per-sona y otra relacionada con el desempeodel trabajo (Einarsen y Hoel, 2001). Ennuestro estudio las conductas ms frecuen-tes sealas por las personas que manifies-tan ser vctimas de mobbing tienen porobjeto limitar la posibilidad de la vctimapara comunicarse adecuadamente, provo-cando as la exclusin de sta del grupo y,consecuentemente, el aislamiento social(ataques hacia la persona); as como redu-cir su ocupacin laboral y su empleabili-dad mediante la desacreditacin profesio-nal (ataques relacionados con el desempe-o de las tareas). Estos resultados coinci-den en parte con los obtenidos por Einar-sen et al. (1994) que sealan que el aisla-miento social, la exclusin, el descensodel trabajo y del esfuerzo, y las bromas einsultos sufrido son las conductas deacoso sufridas en mayor medida por lasvctimas de su estudio. Por su parte, Vartia(1991) establece como principales con-ductas las calumnias, los chismes y losrumores sobre la persona, la exclusinsocial, el otorgamiento de pocas o muchastareas, las crticas continuas al trabajo y alos resultados, la violencia fsica y lasinsinuaciones sobre el estado mental de lavctima. Si se comparan los resultadosobtenidos en nuestro estudio con los resul-tados de los estudios espaoles en el mbi-to universitario no se observan muchasdiferencias. As, Buenda (2003) sealacomo principales manifestaciones delacoso psicolgico la distorsin de las pala-bras o del trabajo de la vctima, la evalua-cin injusta o sesgada (negativamente) deltrabajo desempeado por sta y los rumo-res y calumnias sobre su persona; mientrasque Justicia (2003) seala que ocultarinformaciones relevantes a la vctima,infravalorar su trabajo y no tener en cuen-

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  • ta su opinin son las conductas de acosopsicolgico que se suceden con mayor fre-cuencia. Justicia et al. (2006) tambin pre-senta resultados muy similares, sealandocomo conductas ms frecuentes la oculta-cin de informacin, la exclusin social,la infravaloracin del esfuerzo y trabajorealizado, o el impedir a la vctima la rea-lizacin de ciertas actividades.

    Aunque dentro de las listas de conduc-tas empleadas para medir el mobbingsiempre se recogen comportamientos rela-cionados con las amenazas fsicas, la vio-lencia fsica directa o el acoso sexual,estos comportamientos casi nunca se sit-an entre las conductas ms sealadas porlas vctimas. De hecho, la incidencia de laviolencia fsica y el acoso sexual es anec-dtica en la mayora de los estudios emp-ricos sobre mobbing. Los resultados delestudio de Einarsen y Raknes (1997) sea-lan que slo un 2,5% de los trabajadoresde la muestra sufrieron amenazas o ata-ques fsicos, mientras que en el estudio deMikkelsen y Einarsen (2001) el porcentajede vctimas afectadas por actos de violen-cia fsica o acoso sexual fue del 1,2%. EnEspaa, Gonzlez de Rivera y Rodrguez-Abun (2006) indican que slo el 2,6% delos trabajadores de su estudio afectadospor mobbing refieren sufrir ataques fsicosdirectos, mientras que el 11,4% recibenamenazas de ataques fsicos. Por su parte,Piuel y Oate (2006) sealan una inci-dencia de la violencia fsica del 1,4% deltotal de trabajadores que participaron ensu estudio, mientras que el porcentaje deacosados sexualmente alcanza el 2%. Estosignifica que aunque en ocasiones se pro-ducen ataques o amenazas fsicas y sexua-les, la mayora de las conductas caracters-ticas de los procesos de mobbing se refie-ren a actos de violencia psicolgica, deexclusin, y de perjuicio social y laboral

    para el trabajador (Piuel y Oate, 2006;Zapf, Einarsen, Hoel y Vartia, 2003).

    El anlisis de las conductas sufridas enfuncin de la variable sexo revela que lasmujeres de nuestro estudio sufren enmayor medida que los hombres aspectosrelacionados con las crticas y las evalua-ciones negativas de su trabajo, as comobromas y calumnias. Los hombres parecensufrir conductas ms relacionadas con lafalta de reconocimiento profesional y lalimitacin malintencionada de un ascenso.Estos resultados parecen estar en contra-posicin con los obtenidos por Vartia(1993), donde las mujeres sufren en mayormedida conductas indirectas de mobbing,(rumores o aislamiento social), mientrasque los hombres son objeto de conductasms directas (amenazas o crticas). Otrode los anlisis llevados a cabo se relacionacon las conductas sufridas en funcin de lacategora laboral. Al contrario que en lavariable sexo, aqu s se encuentran dife-rencias estadsticamente significativasentre los dos perfiles analizados funcio-narios y laborales-. Los resultados indicanque el personal laboral manifiesta sufrir enmayor medida que el personal funcionarioconductas de exclusin social, evaluacinnegativa, injusta y sesgada del trabajo, ygestos despreciativos.

    Otro de los aspectos analizados en estetrabajo tiene que ver con las razones esgri-midas por las vctimas para explicar lasconductas sufridas. Los resultados delestudio indican la existencia mayoritariade dos tipos de atribuciones, las de tipoorganizacional (organizacin del centro yambiente laboral malsano) y las de tipopersonal (envidia, obtencin de resultadossuperiores a la media, el deseo de desem-barazarse de la vctima o el hecho de queciertos comportamientos de la vctima

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  • molesten al agresor). Una de las atribucio-nes mencionadas ms interesantes (por elsector analizado) es el hecho de quererdesembarazarse de la vctima, bien porquemolesta su comportamiento o bien porquequieren el puesto para otra persona. En elsector pblico (y la universidad lo es) estono resulta sencillo debido a la estabilidadlaboral que supone trabajar en este sector,seas funcionario o personal laboral. Estehecho puede provocar una sensacin deimpotencia y rabia en el agresor y ser eldesencadenante del proceso de mobbing.Bjrkqvist, sterman y Hjelt-Bck (1994)determinan que las razones que se ocultantras los episodios de acoso psicolgico enel trabajo se centran ms en aspectos detipo personal como son la envidia y lacompetitividad por el puesto. Tambin losestudios espaoles sobre mobbing en launiversidad establecen como una de lasprincipales razones del acoso la envidia(Buenda, 2003; Justicia, 2003; Justicia etal., 2006). El anlisis de estas atribucionescausales y la necesidad de conocer deforma objetiva el porqu del mobbing hallevado a numerosos investigadores aplantear distintas lneas de investigacinsobre los antecedentes del mismo (Einar-sen, 2000). Dos de esas lneas se centranprecisamente en el anlisis de los aspectosorganizativos (Leymann, 1996) y persona-les como causa de este tipo de procesos(Brodsky, 1976).

    Sea cual fuere el origen o motivo queest detrs de las conductas sufridas porla vctima, los efectos sobre su salud sondevastadores. Depresin, ansiedad, an-gustia y sensacin de impotencia son lasprincipales consecuencias sufridas por lasvctimas de acoso psicolgico de nuestroestudio. Bjrkqvist, sterman y Hjelt-Bck (1994) aaden a las anteriores laagresividad, e identifican relaciones sig-

    nificativas entre estas consecuencias yser vctima de mobbing. Al igual quenuestro estudio, el de estos autores tam-bin encuentra entre las vctimas deacoso sntomas claros de insomnio, ner-viosismo, apata, falta de concentracin omelancola. Adems, establecen que lasvctimas de acoso psicolgico en el traba-jo muestran sntomas claros de estrspostraumtico (PTSD). Buenda (2003)seala la tristeza, la irritacin y el nervio-sismo como efectos que se presentan conmayor frecuencia entre los empleadosuniversitarios afectados de este tipo deconductas. Por su parte, Justicia (2003)ampla un poco ms el anlisis y estudialos efectos del acoso en cuatro reas:salud emocional, actividad profesional,relaciones sociales y salud fsica. La con-secuencia que se produce con mayor fre-cuencia en la salud emocional es la ansie-dad, mientras que en la actividad profe-sional es la desmotivacin laboral. Elprincipal problema en el rea de las rela-ciones sociales son los problemas con loscompaeros, y el efecto ms frecuente enlo que a salud fsica se refiere es elinsomnio. Justicia et al. (2006) empleatambin esta clasificacin y seala lasalud emocional como el rea ms afecta-da entre las vctimas de su estudio. Aun-que resulta claro que este tipo de proce-sos afecta fsicamente a las personas (e.g.temblores, trastornos endocrinos, nuseas,hipertensin, dolores musculares, etc.),los efectos psicolgicos son ms graves.La sensacin de impotencia, de aislamien-to y de injusticia ante su situacin perso-nal, y la necesidad de buscar situacionesque le eviten recordar el problema que letoca vivir, se convierten en sentimientosinevitables, existiendo una fuerte correla-cin entre la exposicin al mobbing y laaparicin de este tipo de problemas emo-cionales (Hoel, Faragher y Cooper, 2004).

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  • Incluso, Lewis (2004) menciona la sensa-cin de vergenza que sienten las vcti-mas de su estudio (empleados universita-rios) ante la situacin sufrida.

    Ante una situacin de mobbing, lasestrategias de afrontamiento del problemadesde la ptica de la vctima son muydiversas. En nuestro estudio, la estrategiaelegida mayoritariamente por las vctimases no hacer nada (pasiva), hablar con elacosador (activa y asertiva), y ponerlo enconocimiento de la organizacin o losrganos de representacin sindical(denuncia inicial). Justicia (2003) obtieneresultados idnticos, siendo la pasividad(evitar a los acosadores y aislarse) la estra-tegia por la que optan mayoritariamentelas vctimas de su estudio.

    Resulta curioso que en ningn caso lasquejas de las vctimas se materialicen enuna denuncia judicial. Suponemos queesto se debe a la dificultad de obtenerpruebas objetivas de los ataques, impres-cindibles en un juicio de estas caractersti-cas. El hecho de que en ningn caso lasvctimas decidan abandonar la organiza-cin como una forma de escapar del pro-blema puede estar relacionado con laseguridad laboral que reporta trabajar enel sector pblico, bien como funcionario obien como personal laboral.

    Los resultados obtenidos en nuestroestudio han de ser tomados con cauteladebido a las limitaciones que presentan.La principal limitacin del estudio eshaber considerado un universo de estudiomuy amplio, que unido a lo delicado deltema a tratar ha provocado que la tasa derespuesta no haya sido excesivamente ele-vada, lo que condiciona la explotacin delos datos. Adems, la mayora de losaspectos analizados se refieren nicamen-

    te a las vctimas por lo que, por un lado, elnmero de datos se reduce significativa-mente, y, por otro lado, los resultadosobtenidos se basan nica y exclusivamenteen el autodiagnstico de las vctimas (sub-jetivos), inconveniente habitual en losestudios de este tipo y que ya ha sidosealado por varios autores (Rayner yHoel, 1997; Einarsen, 2000). La segundalimitacin hace referencia a la dificultadpara comparar este estudio con cualquierotro realizado en sectores o colectivossimilares, debido bsicamente a dos razo-nes: 1) la ausencia de una definicin demobbing generalmente aceptada por lacomunidad cientfica; y 2) el empleo dedistintos tipos de instrumentos metodol-gicos y de recogida de los datos. Una ter-cera limitacin incluye otros problemasderivados del tipo de investigacin reali-zada: cuantitativa, descriptiva y transver-sal.

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