TRANSFORMANDO EL SISTEMA DE NACIONES … · Joseph E. Schwartzberg: Un activista de la paz y la justicia toda su vida, Joe ha liderado muchas organizaciones, especialmente aquellas

GUÍA DE ESTUDIO Y DISCUSIÓN

para

TRANSFORMANDO EL SISTEMA DE NACIONES UNIDAS:

DISEÑOS PARA UN MUNDO FUNCIONAL

Autores:

Joseph E. Schwartzberg Director Emérito, The Workable World Trust

y

Nancy J. Dunlavy Directora, The Workable World Trust

Traducida por Florencia Gor

The Workable World Trust

2017

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Esta Guía de estudio y discusión, publicada por The Workable World Trust, es un suplemento de:

Schwartzberg, Joseph E.: Transforming the United Nations System: Designs for a workable world. Tokyo: United Nations University Press, 2013 y su versión en español Transformando el Sistema de Naciones Unidas: Diseños para un mundo funcional. Institute for Global Policy – Workable World Trust, 2017.

Declaración de Principios de The Workable World Trust: The Workable World Trust busca concebir, promover y difundir ideas que conduzcan al establecimiento de un “mundo funcional,” un mundo en el cual: el estado de derecho (un derecho vinculante y establecido democráticamente)

sustituye a la ley de la fuerza; las personas, no los estados o monarcas, son reconocidas como la máxima

fuente de soberanía; los problemas globales llevan a soluciones globales ecológica y

económicamente sustentables; el bien del planeta prevalece sobre el bien de las naciones individuales; los derechos humanos fundamentales son sacrosantos; a pesar de las imperfecciones inevitables en el sistema de gobernanza, la

flexibilidad sistémica proveerá razón para tener esperanza en el progreso y mejoramiento humanos continuos.

Agencias con las que el Trust está afiliado:

- World Federalist Movement – Institute for Global Policy (Movimiento Federalista Mundial – Instituto para Políticas Globales): organización asociada (AO)

- Citizens for Global Solutions (nivel nacional y de Minnesota): cercana relación de trabajo

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- Minnesota Alliance of Peacemakers: uno de varios miembros fundadores - World Government Research Network (Red de Investigación por el Gobierno

Mundial): miembro - Center for United Nations Constitutional Research (Centro para la

Investigación Constitucional de Naciones Unidas): co-fundador - Campaña por una Asamblea Parlamentaria de Naciones Unidas: miembro del

comité directivo

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DEDICACIÓN Este trabajo está dedicado a todas aquellas personas que

reconocen ser ciudadanos del mundo y que, mediante sus palabras

y acciones, buscan promover la justicia universal.

RECONOCIMIENTOS

Queremos reconocer aquí nuestra profunda gratitud a dos viejos amigos y colegas, los Dres. Michael M. Andregg y Ronald J. Glossop. Michael editó meticulosamente cada unidad de esta guía de estudio y ofreció críticas perceptivas y constructivas a lo largo de la misma. Ron también leyó el manuscrito completo aportando valiosas observaciones. Agradecemos también a Florencia Gor, quien tradujo el texto del inglés al español y a Fernando Iglesias, quien revisó la traducción para garantizar su exhaustividad y precisión.

JES and NJD

LOS AUTORES

Joseph E. Schwartzberg: Un activista de la paz y la justicia toda su vida, Joe

ha liderado muchas organizaciones, especialmente aquellas relacionadas al

federalismo mundial. Fue uno de los fundadores en 1995 de la Minnesota

Alliance of Peacemakers. Luego de obtener su Doctorado, enseñó en la

Universidad de Pennsylvania (1960-64), la Universidad de Minnesota (1964-

2000), y la Universidad Jawaharlal Nehru (Nueva Delhi, 1979-80). Un autor

prolífico, sus especialidades académicas fueron Asia del Sur y geografía política.

En 2009 fue premiado con el título de Profesor Emérito Internacional Distinguido

en la Universidad de Minnesota. Joe se retiró como Director de The Workable

World Trust el 23 de Diciembre de 2016, y ejerce ahora como Director Emérito.

(Para detalles adicionales ver pp. xv-xvi del libro original.)

Nancy J. Dunlavy: Nancy se educó en Ciencias Bibliotecarias en la Universidad

de Minnesota, y trabajó como bibliotecaria de referencia por más de 25 años,

tanto en la Universidad de Minnesota como en Honeywell. Ha sido miembro de

Soka Gakkai International, una comunidad budista socialmente comprometida,

desde 1972. Ha iniciado y organizado numerosos eventos en Minnesota relativos

a asuntos medioambientales y de paz. Nancy fue nombrada Directora de The

Workable World Trust el 23 de Diciembre de 2016.

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Prefacio

Desde la fundación de las Naciones Unidas en 1945, se ha hablado muchísimo sobre la reforma de su Carta y sus métodos de trabajo, pero se ha hecho muy poco al respecto. De hecho, la Carta de las Naciones Unidas fue diseñada para prevenir reformas que pudieran disminuir el poder de las mayores naciones victoriosas en la Segunda Guerra Mundial, conocidas como el P-5: China, Francia, la Unión Soviética (ahora Rusia), el Reino Unido y los Estados Unidos. Ese arreglo ha funcionado razonablemente bien para esos poderes. Pero repetidos fracasos por parte de la ONU en lidiar eficazmente con problemas globales tan importantes como las armas de destrucción masiva, el genocidio, las migraciones en masa, el cambio climático y las pandemias globales han fortalecido significativamente la determinación de ciudadanos ilustrados del mundo de reformar, o mejor aún, transformar, el presente sistema.

¿Pero cómo? Un problema es que la mayoría de las propuestas de reforma son declaraciones generales de lo que se necesita con pocas especificaciones respecto a los detalles y la viabilidad de las reformas en cuestión. En contraste con tales propuestas, Transformando el Sistema de Naciones Unidas: Diseños para un mundo funcional, publicado por la United Nations University Press, provee detalles informados y lógicamente fundamentados con respecto a decenas de propuestas de reforma.

Este libro no es una lectura liviana. Muchos lectores por lo demás bien formados saben poco sobre cómo funciona la ONU, o por qué, demasiado a menudo, no funciona. Pocos, sin embargo, verán a la ONU de la misma manera luego de terminar el libro. Más de unos pocos se sentirán motivados para hacer lo que esté en su poder para promover propuestas específicas de reforma o incluso una transformación total del sistema de la ONU. Nuestro deseo es que el libro y nuestra guía acompañante – pronta a estar disponible en árabe, chino, inglés, francés, alemán, japonés, ruso y español – faciliten discusiones mundiales sobre las importantes propuestas de reforma contenidas aquí.

Esta Guía no debe ser considerada un sustituto del libro en sí mismo, el cual es más matizado y completo. Pero le permitirá al lector concentrarse de forma más enriquecedora en las ideas claves y las propuestas del libro. Recomendamos que los lectores lean capítulos específicos en el libro, de a uno o dos a la vez, y sólo después consulten esta Guía. Los lectores pueden también anotar sus pensamientos en un diario o, mejor aún, participar en un grupo de lectura y discusión para facilitar un estudio más profundo.

La edición inicial en inglés del libro fue publicada en 2013. Desde entonces, en nuestro mundo en rápido cambio, varios asuntos globales problemáticos han adquirido preponderancia. Creemos, sin embargo, que ninguno de los cambios es de tal naturaleza como para invalidar cualquiera de los argumentos presentados. Por el contrario, imparten una mayor urgencia para la acción creativa.

Con deseos de un mundo más funcional, Joseph E. Schwartzberg y Nancy J. Dunlavy

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TABLA DE CONTENIDOS

Dedicación ……………………………………………………………………..... iv

Reconocimientos…………………………………………………………………. iv

Los Autores...…………………………………………………………………….. iv

Prefacio ………………………………………………………………………….. v

Tabla de Contenidos……………………………………………………………. vi

Unidad 1: Introducción…………………………………………………………. 1

“Repensando la Soberanía” ……………………………………………... 6

Unidad 2: Reforma de la Asamblea General………………………………... 9

Unidad 3: Una Asamblea Parlamentaria Mundial………………………...... 12

Unidad 4: Reforma del Consejo de Seguridad…………………………....... 16

Unidad 5: Del ECOSOC al ESEC ……………………………………………. 20

Unidad 6: Un sistema de Derechos Humanos creíble…………………….. 24

Unidad 7: Un sistema judicial fortalecido …………………………………... 28

Unidad 8: Coordinación de agencias especializadas, comisiones y

fondos especiales de la ONU……………………….………………………….

31

Unidad 9: Mejorando los recursos humanos……………………………….. 34

Unidad 10: Involucrando a la sociedad civil: ONGs y otros actores no

estatales…………………………………………………………………………….

38

Unidad 11: El problema del financiamiento…………………………………. 41

Unidad 12: Mantenimiento de la paz, consolidación de la paz y

desarme…………………………………………………………………………….

45

“La Responsabilidad de Proteger” (RdeP)……………………….…… 53

Unidad 13: Hacia un planeta sustentable y un patrimonio común

ampliado……………………………………...……………………......................

55

Unidad 14: Una nueva arquitectura de gobernanza global………………. 60

Unidad 15: Llegando…………………………………………………………….. 66

Reflexiones finales…………………………………………………............. 70

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Recursos suplementarios……………………………………………………… 72

1

Unidad 1: Prefacio e Introducción (pp. xxi-xxvi, 1-12)

Principios Fundamentales (pp. xxi-xxii)

ESTADO DE DERECHO (RULE OF LAW) La fuerza de la ley debe sustituir a la ley de la fuerza.

INTERDEPENDENCIA GLOBAL Nuestro planeta es un organismo interdependiente. Lo que las naciones hacen en su propio territorio afecta a menudo seriamente a otras naciones, para bien o para mal. La naturaleza no respeta fronteras.

SOLUCIONES GLOBALES Los problemas globales requieren soluciones globales.

CONSECUENCIAS DE LA SOBERANÍA La soberanía nacional implica no solo derechos nacionales, sino también responsabilidades nacionales. El significado de soberanía es muy debatido y ha cambiado a lo largo del tiempo. En la p. 239, encontrarán una excelente declaración del ex Secretario General Kofi Annan. Ver también la discusión “Repensando la Soberanía” al final de esta Unidad.

DERECHOS HUMANOS Todos los humanos son conferidos de derechos políticos, civiles, económicos y sociales, tal como está expresado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

RESPONSIBILIDAD DE PROTEGER Cuando las naciones fallan en proteger los derechos de sus ciudadanos, la comunidad internacional tiene la responsabilidad de hacerlo.

PREGUNTAS:

1. Discutan el significado de cada uno de estos seis principios. Para cada uno, ¿estás de acuerdo o en desacuerdo? ¿Por qué?

2. ¿Es alguno de estos principios potencialmente peligroso? ¿Por qué?

2

Nuestro mundo cambiante (pp. xxii-xxiii)

Desde la fundación de la ONU en 1945, hemos visto:

1. un gran aumento en el número y la importancia de agencias internacionales y regionales;

2. globalización económica y social, con roles mucho mayores para actores no estatales, especialmente las MNCs (corporaciones multi-nacionales, según su acrónimo en inglés) y ONGs (organizaciones no gubernamentales);

3. la subversión de culturas locales;

4. nuevas voces, especialmente entre los jóvenes, demandando justicia política, económica y social; y extensión del terrorismo cuando esas voces son ignoradas;

5. una revolución en la comunicación tecnológica, permitiendo la propagación prácticamente instantánea de nuevas ideas e información a todas partes del mundo.

Nota: Hemos mantenido intencionalmente la lista de cambios breve aquí, sin mencionar el cambio climático, la proliferación de armas de destrucción masiva y otros importantes procesos que no se refieren directamente a la arquitectura de gobernanza global.

PREGUNTAS:

1. ¿Cuáles son las implicancias de los cambios mencionados arriba?

2. ¿Cuáles son las desventajas de esos cambios?

3. ¿Cómo podemos protegernos contra “consecuencias no intencionales” perjudiciales?

4. ¿Qué otros cambios importantes demandan nuestra atención?

5. ¿Pueden las naciones por sí solas afrontar este ritmo de cambio de manera adecuada? Si la respuesta es no, ¿por qué no?

3

Alternativas para los ricos (el “Norte global”) (p. xxiii)

Aquí algunas posibilidades:

Opción A: Aislacionismo acompañado de nacionalismo, protegiendo únicamente los propios intereses nacionales y confiando solamente en el poderío militar para controlar a enemigos potenciales.

Opción B: Patronazgo de naciones pobres, alocando una pequeña parte de los recursos propios para las necesidades del mundo (suficiente para mantener a otros como clientes dependientes, pero insuficiente para provocar cambios importantes), co-optando y apoyando a las elites nacionales.

Opción C: Globalismo, trabajar en pos de los cambios necesarios en nuestro sistema de gobernanza global para promover democracia y justicia.

Alternativas para los pobres (el “ Sur global”) (p. xxiii)

Aquí algunas posibilidades:

Opción A: Aceptar con fatalismo la continuación de la injusticia global y adoptar políticas admisibles para los poderosos.

Opción B: Demandar justicia de manera violenta (con la consecuente probabilidad de ser doblegado).

Opción C: Globalismo, trabajar en pos de los cambios necesarios en nuestro sistema de gobernanza global para promover democracia y justicia.

PREGUNTAS:

1. ¿Qué clase de mundo le entregaremos a nuestros niños si las naciones ricas y/o pobres no eligen la opción C?

2. En lugar de esperar una 3° Guerra Mundial o alguna otra catástrofe global que nos convenza de instituir cambios importantes en nuestro sistema de gobernanza, ¿cómo podemos reunir ahora la voluntad necesaria para generar ímpetu para hacerlo?

4

Utopía o “funcionalidad”? (p. 3)

Un mundo perfecto no es alcanzable, pero un “mundo funcional” lo es. El libro presenta decenas de propuestas detalladas para mejorar la gobernanza global a través de procesos pacíficos y evolutivos. El objetivo no es crear una “utopía” irreal, sino más bien – en la medida de lo posible – establecer un mundo en el que la fuerza de la ley suplante a la ley de la fuerza, un mundo comprometido con la justicia y con el desarrollo continuo pero sostenible.

PREGUNTAS:

1. ¿Cuáles son, en tu opinión, los objetivos mínimos que deben ser alcanzados para hacer de nuestro mundo uno “funcional”? ¿Es suficiente cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU? Si la respuesta es no, ¿qué objetivos adicionales deben cumplirse?

2. Si pudieras provocar un solo cambio en nuestro actual sistema de gobernanza global, ¿cuál sería? ¿Y si pudieras ocasionar dos? ¿O tres? (El libro ofrece decenas de posibilidades).

3. ¿Cómo decidiríamos en la secuencia óptima de reformas necesarias? ¿Hay algún plan obviamente lógico que deberíamos seguir? ¿O deberíamos reaccionar simplemente a los nuevos cambios a medida que van surgiendo?

Cuestiones de diseño y perspectiva (pp. 2, 5-8)

Una de las ideas clave en el libro es que el diseño de las agencias de toma de decisiones contribuye en gran medida a la calidad y legitimidad de las decisiones que toman. Pero, por decirlo suavemente, hay muchos grandes problemas en la forma en que la ONU fue diseñada por los grandes poderes en 1945 y en las formas en que se han agregado nuevas agencias desde entonces. En todo el sistema de la ONU las unidades principales de toma de decisiones son las naciones individuales. Pero estas varían enormemente entre sí en cuanto a población (ver figura 1.1 del libro), riqueza, cultura y orientación política, más aún que dentro de una misma nación. Al momento de la fundación de la ONU, la perspectiva dominante en la Carta era la de las naciones poderosas del mundo occidental (hoy vistas como el

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“Norte global”), pero la mayoría de los miembros de la ONU, por lejos, son naciones del “Sur global”.

PREGUNTAS:

1. ¿Son las diferencias entre miembros de la ONU tan grandes que es irreal intentar encontrar maneras en las que pueden trabajar juntos de manera justa y eficaz? ¿O debemos deshacernos del sistema entero y empezar de nuevo desde la base? ¿Como fundamentarías tu respuesta?

2. Las decisiones – no vinculantes, excepto las del Consejo de Seguridad – se toman actualmente en la base de “una-nación-un-voto” más allá de las diferencias de poder entre naciones. ¿Podría diseñarse algún tipo de sistema(s) de votación ponderada para resolver este problema? ¿Cómo crees que esto podría funcionar?

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Repensando la soberanía Si bien los asuntos tratados en la siguiente discusión se mencionan brevemente en el trabajo original del autor, ameritan pensamiento y discusión sustanciales para permitir a los lectores entender mejor el contexto para otras discusiones a lo largo de esta Guía de Estudio.

El Artículo 2 de la Carta de la ONU declara: “La Organización está basada en el principio de la igualdad soberana de todos sus Miembros”. La firme adherencia a este principio, especialmente por parte de naciones políticamente débiles, ha probado ser uno de los mayores impedimentos a la reforma de la Carta. Pero ¿es éste principio aparentemente simple, originado con la Paz de Westfalia en 1648 –luego de la devastadora Guerra de los Treinta Años en Europa, y posteriormente diseminado por los poderes coloniales alrededor del mundo—aún óptimo para nuestro complejo e interdependiente planeta? Nuestra respuesta es sin dudas “no”.

De hecho, el significado de soberanía ha sido y sigue siendo sujeto de calurosos debates. Por ejemplo, ¿quiénes deberían ser los legítimos propietarios de la soberanía? En el siglo XVII, era creencia general que los monarcas (“soberanos”) gobernaban con poder absoluto y por derecho divino. Las Revoluciones americana y francesa, sin embargo, promovieron la visión de que la soberanía pertenece al pueblo y que todos los ciudadanos eran iguales y merecedores de los mismos derechos. Por supuesto, esta noble visión difería – y aún difiere – de la realidad política. De manera práctica, la habilidad de ejercer soberanía (i.e. gobernar) en la mayoría de las naciones que claman ser repúblicas democráticas es delegada constitucionalmente en los legisladores – algunos designados y otros electos– que pueden o no estar ejerciendo sus poderes libremente.

En la mayoría de las naciones del mundo, el gobierno central es el propietario exclusivo de la soberanía, aún si los gobiernos locales pueden ser otorgados el poder revocable de legislar en varios asuntos. Pero en veinte naciones, aquellas con constituciones federales, la soberanía está irrevocablemente dividida entre el gobierno central y las unidades territoriales que la componen (estados, provincias, cantones, etc.), cada una ejerciendo poder constitucionalmente delegado para legislar respecto a asuntos específicos (asuntos externos, comercio internacional, educación, salud, etc.) Muchas de las naciones más poderosas, pobladas, grandes y/o diversas son federaciones: los EE.UU., Canadá, México, Brasil, Argentina, Nigeria, Alemania, Rusia, India, Pakistán, Australia, etc. También lo son varios estados pequeños pero altamente exitosos como Suiza. En total, las federaciones dan cuenta del 37% de la población mundial, 46% de su Ingreso Nacional Bruto (INB) y 52% de su área territorial.

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Cualquiera sea el tipo de gobierno de una nación – en un espectro desde realmente democrático a autocrático – el sistema westfaliano de soberanía le otorga a esa nación el derecho a gobernar exclusivamente sobre un área específicamente delimitada. Los intentos por parte de agencias externas, incluso aquellas dentro del sistema de las Naciones Unidas, de reducir legalmente este derecho (entre otros) son casi siempre considerados inaceptables. Las naciones buscan celosamente preservar su irrestricta soberanía. Si bien el sistema westfaliano funcionó más o menos bien por momentos, las amenazas actuales a la seguridad y sustentabilidad global implican una necesaria reconsideración de nuestra adherencia a la idea de soberanía nacional sin restricciones en el mundo contemporáneo.

A pesar de que el sistema westfaliano en teoría empodera a las naciones para controlar el flujo de personas, bienes, servicios, dinero e ideas a lo largo de sus fronteras, en la práctica éstas lo hacen mediocremente. Casi siempre se encuentran maneras de evadir regulaciones gubernamentales cuando se trata de lavado de dinero, migrantes, mercancías del mercado negro, drogas, tráfico sexual, propaganda, armamento y otros “males”. Adicionalmente, el tráfico de influencia detrás del telón por lo general permite a agentes de gobiernos extranjeros y corporaciones poderosas e inescrupulosas influenciar políticas nacionales en maneras profundamente indeseables.

PREGUNTAS:

1. ¿Por qué las naciones adhieren tan tenazmente al anticuado modelo de soberanía westfaliana?

2. ¿Crees que la ONU debería tener el poder de sancionar legislación

vinculante con respecto a un grupo selecto de asuntos? De ser así, ¿cuáles deberían ser esos asuntos y por qué? ¿Cómo y bajo qué circunstancias podría expandirse la lista de asuntos? (Este tema será explorado en las Unidades 2 y 3).

3. ¿Deberían las naciones soberanas estar sujetas a jurisdicción

internacional y a la imposición de sanciones punitivas cuando ciertas actividades dentro de sus fronteras (p.ej. contaminación de la atmósfera y aguas subterráneas) tienen serios efectos adversos en otros países? Si respondiste sí, ¿cuáles podrían ser esas sanciones? (Este tema será discutido en las Unidas 7 y 12).

8

4. ¿Podría el modelo federal de soberanía compartida dentro de naciones como los Estados Unidos o India ser aplicado a nivel global, con una división constitucional de poder legislativo y otros poderes gubernamentales entre un gobierno central mundial y los gobiernos de naciones individuales? (Si bien el libro no discute esta pregunta, es algo en lo que todos los ciudadanos del mundo deberían estar pensando).

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Unidad 2: Reforma de la Asamblea General (pp.

13-34)

¿Por qué es importante? (pp. 13-

15)

La Asamblea General (AG) es el principal órgano deliberativo de la ONU. Su membrecía, actualmente 193 naciones (originalmente 51), es prácticamente universal, dando cuenta del 99,6% de la humanidad. Cada nación miembro tiene un voto. A pesar de su universalidad, la asignación de poder en la AG no logra reflejar la distribución de poder en el mundo fuera de la ONU en sí. Muchas resoluciones de la AG son meros ejercicios de posturas políticas. Son no vinculantes, se les confiere poco respeto y se las desobedece rutinariamente. Se necesita con urgencia un sistema de toma de decisiones más racional y realista.

Asuntos clave (pp. 15-20)

A medida que la membrecía de la AG se fue expandiendo, su orientación política cambió. Sus primeros años fueron marcados por la oposición entre los bloques Oriental y Occidental; pero la descolonización, principalmente en los 60s, llevó a confrontaciones más frecuentes entre el Norte, económicamente poderoso; y el Sur, numéricamente preponderante, más poblado pero políticamente débil. La dominación inicial de los Estados Unidos y sus aliados ha declinado ininterrumpidamente. El bloque de países en desarrollo conocido como el G-77 (ahora 131 naciones) puede ahora reunir la mayoría de dos tercios necesaria para ganar votaciones en un amplio rango de asuntos. Pero el poder de veto ejercido por uno o más de los cinco poderes líderes (P-5) en el Consejo de Seguridad nulifica generalmente las decisiones no vinculantes de la AG. En asuntos considerados para ellos importantes, las naciones poderosas frecuentemente apelan a tácticas cuestionables: sobornos, amenazas, sanciones económicas, etc. para influenciar los votos de los económicamente débiles.

Posibles soluciones (pp. 21-32)

1. Implementar un sistema eficaz de votación ponderada basado en principios razonablemente justos y políticamente aceptables. (pp. 20-25)

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Condiciones necesarias:

basado en principios claros y válidos

relativamente simple

determinado objetivamente

aplicado de manera igualitaria a todos los miembros

flexible (respondiendo automáticamente a cambios demográficos, económicos y políticos)

matizado

“realista” (guardando una relación significativa con la distribución de poder fuera de la arena de la ONU)

Principios básicos, cada uno con el mismo peso, a ser incluidos en una fórmula de votación ponderada:

democrático/demográfico (i.e., población)

capacidad económica para ser efectivo, (basado en las contribuciones al presupuesto de la ONU) (asignadas en proporción directa al INB; discutido en detalle en el Capítulo 11).

Igualdad legal/soberana de naciones, todas las naciones cuentan de la misma manera.

PREGUNTAS:

1. ¿Crees que la votación ponderada basada en una simple fórmula matemática producirá una distribución mejor y más justa de poder que el actual sistema de una-nación-un-voto? ¿Por qué estás de acuerdo o en desacuerdo con esta premisa?

2. Las condiciones para la votación ponderada mencionadas arriba, ¿son necesarias y suficientes para el propósito buscado? Si la respuesta es negativa, ¿qué agregarías o eliminarías?

3. ¿Por qué supones que los tres principios básicos mencionados arriba fueron asignados el mismo peso? En particular, ¿cómo ves la “igualdad soberana de naciones”?

4. Si objetaste que las tres consideraciones en la fórmula recomendada tuvieran el mismo peso, ¿podría una condición de reconsideración periódica de los pesos resolver tus inquietudes?

5. ¿Deberían considerarse también otros factores medibles? De ser así, ¿cuáles recomendarías?

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2. Dotar a la AG con una capacidad limitada para aprobar resoluciones legalmente vinculantes, en lugar de restringirla solamente a un rol recomendatorio. (pp. 25-32)

El rol de la AG estaría limitado a asuntos importantes de preocupación global o internacional. La adopción de resoluciones relevantes requeriría la aprobación de las naciones con un peso de votación combinado de al menos dos tercios de los presentes con capacidad de voto y con una población combinada de al menos la mitad de todas las naciones presentes y con capacidad de voto. En algunos asuntos (p.ej. autorización de operaciones de mantenimiento de la paz) se podrían requerir súper-mayorías.

PREGUNTAS:

1. ¿Por qué es importante la habilidad de aprobar resoluciones vinculantes? ¿Cómo afectaría la soberanía nacional?

2. ¿Puede una resolución ser verdaderamente “vinculante” si la ONU no tiene capacidad efectiva de imposición?

3. Si bien la implementación de las recomendaciones de este capítulo resultarían en un aumento de las cuotas de la ONU para prácticamente todos sus miembros, también habría recompensas económicas significativas. ¿Cuáles podrían ser esas recompensas?

4. ¿Qué otros beneficios podrían derivarse de los cambios propuestos para las naciones miembro y el mundo en general?

5. ¿Cómo puede convencerse a las naciones miembro de la ONU, cada una con sus intereses particulares y visión mundial cortoplacista, de apoyar los cambios propuestos? (Esto será discutido en profundidad en la Unidad 15).

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Unidad 3: Una Asamblea Parlamentaria Mundial (pp. 35-58)

¿Por qué es importante? (p. 35)

Las palabras iniciales de la Carta de la ONU son “Nosotros los pueblos”, pero en ningún otro lugar de la Carta se menciona el rol de las personas, sí el de los gobiernos. Esta visión convencional de que las personas son representadas por medio de sus respectivos gobiernos nacionales es con frecuencia inválida. En la práctica, ha habido un profundo “déficit democrático”.

Asuntos clave (pp. 35-37, 51, 52)

Actualmente, la ONU no posee un órgano verdaderamente legislativo. La Asamblea General puede ser considerada una proto-legislatura. Tiene una capacidad deliberativa y consultiva, pero no puede promulgar legislación vinculante. Representa a los estados-nación, más que a las personas. Si la AG se convirtiera en una cámara de un órgano bicameral, cuya segunda cámara, la Asamblea Parlamentaria Mundial (APM), representando a los ciudadanos -- análogo al Senado y Cámara de Representantes de los EEUU, respectivamente -- la creación resultante permitiría a la ONU proveer voces a aquellos cuyas vidas son impactadas por sus decisiones. Una APM, observó Boutros Boutros-Ghali, “podría revigorizar nuestras instituciones de gobernanza global con legitimidad, transparencia y accountability sin precedentes”.

Con una APM y otras reformas establecidas, podríamos anticipar un mundo en el cual personas de diferentes naciones estarían más inclinadas a escuchar y aprender las unas de las otras, en el cual los estados serían menos proclives al conflicto violento, y en el que una ONU revitalizada sería capaz de responder mejor a las necesidades de todos los habitantes de la Tierra.

OBSTÁCULOS A SUPERAR:

El alto número de estados miembro de los que deberían elegirse

representantes

La distribución extremadamente sesgada de su población y capacidad

económica

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El número extremadamente grande de electores que serían

representados por parlamentarios individuales

La diversidad de sus idiomas y culturas

La amplia variación entre naciones con respecto a sus experiencias

pasadas y prácticas actuales de gobernanza democrática

Es poco probable que se llegue a un acuerdo dentro de la ONU sobre la necesidad de una APM sin presión sustancial y persistente de la sociedad civil sobre los gobiernos de las naciones miembro más progresivas. Esas naciones, a cambio, deberían liderar los esfuerzos de promoción de una APM dentro de la AG, cuyo consentimiento por una mayoría de 2/3 sería esencial. (Nótese que no se necesitaría aprobación del Consejo de Seguridad – p. 37)

PREGUNTAS:

1. ¿Son justificadas las críticas al déficit democrático en el sistema de la ONU? ¿Por qué opinas a favor o por qué en contra? En el último caso, ¿estás de acuerdo con que una APM podría ser eficaz en la resolución de dicho déficit?

2. ¿Podría una APM darle una voz a las minorías, incluyendo a los grupos indígenas, en la ONU? ¿De qué manera?

3. ¿Cómo podría una APM impartir transparencia, efectividad y legitimidad dentro del sistema de la ONU?

4. ¿Qué preocupaciones pueden llegar a bloquear o estancar la creación de una APM? ¿Sería la creación de una APM una amenaza a la soberanía nacional?

5. Si imaginamos una membrecía universal, ¿qué influencia tendrían los estados no democráticos? ¿Debería restringirse la participación a delegados de naciones democráticas? ¿Cuáles son los argumentos a favor y en contra?

6. ¿Cuánto tiempo podría llevar persuadir a una mayoría de 2/3 en la AG de que una APM sería beneficiosa? ¿Qué acciones pueden realizar las organizaciones de la sociedad civil y las naciones miembro más progresivas para promover esta idea?

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El libro propone el siguiente enfoque evolutivo:

Etapa 1 (pp. 37-43): Un órgano consultivo con parlamentarios (Miembros del Parlamento Mundial -- MPMs) elegidos por los gobiernos nacionales

Un órgano tal sería una solución de corto-plazo, políticamente oportuna, sesgada a favor de los estados demográficamente pequeños y las principales naciones donantes. El número de asientos asignados para cada país sería determinado en base a población, cuotas pagadas a la ONU (en proporción al INB) y el principio de “igualdad soberana de naciones”. Se esperaría que las naciones miembro con más de un asiento asignen sus asientos con apropiada consideración de la división partidaria de sus legislaturas. La APM en esta etapa tendría solamente poderes consultivos y de recomendación. Etapa 2 (pp. 43-54): Un órgano popularmente electo con competencia legislativa gradualmente creciente

Proponemos un sistema de “proporcionalidad decreciente” para determinar el número de asientos para cada nación. En dicho sistema el número de electores por cada legislador aumenta a medida que aumenta la población de una nación.

Etapa 3 (pp. 54-56): Un sistema mayormente democrático (una-persona-un-voto), en el cual las fronteras nacionales son frecuentemente ignoradas y el número de electores por MPM es aproximadamente el mismo para cualquier país

El mundo entero estaría dividido en un conjunto de “campos electorales”, cada uno con entre cuatro y diez asientos popularmente electos ocupados de acuerdo a algún sistema pre acordado de representación proporcional. Algunos de estos campos consistirán de porciones de ciertas naciones, otros incluirán una única nación y algunos combinarán un número de pequeñas naciones vecinas.

PREGUNTAS:

1. Si cuestionas el atractivo y viabilidad del enfoque evolutivo del libro para la creación de una APM, con tres etapas de desarrollo, ¿cuál es la alternativa que sugieres y por qué crees que sería preferible?

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2. ETAPA 1: ¿En qué medida considerarías la representación por parte de miembros de parlamentos nacionales, o de individuos elegidos por los gobiernos nacionales, un avance deseable?

3. ETAPA 1: ¿Cuánto poder debería ser entregado a una APM en la etapa inicial de su existencia? ¿Debería estar autorizada a promulgar legislación vinculante? ¿O debería solamente jugar un rol consultivo? ¿Cómo justificas tu opinión?

4. ETAPA 2: ¿Por qué aceptas (o no aceptas) la idea de “proporcionalidad decreciente” (pp. 46-51)? ¿Por qué aceptas (o no aceptas) la idea de “representación proporcional” (pp. 51-52) para partidos políticos dentro de las delegaciones de naciones con más de un asiento?

5. ETAPA 2: ¿Qué se requeriría para aumentar las credenciales democráticas de la APM a un punto tal que se le otorgue un rol, junto con la AG, en la redacción y promulgación de legislación vinculante?

6. ETAPA 3: ¿Crees que los campos electorales multi-asiento propuestos son un objetivo deseable y alcanzable?

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Unidad 4: Reforma del Consejo de Seguridad (pp. 59-86)

¿Por qué es importante? (pp. 59-60)

El Consejo de Seguridad (CS) es la agencia bajo más escrutinio de la ONU. En contraste con la AG, sus decisiones son, en principio, legalmente vinculantes. Pero, debido a la falta de un mecanismo permanente de aplicación, las decisiones del Consejo son con frecuencia desobedecidas. Esto lleva al descrédito de todo el sistema. Aún más, las injustas ventajas disfrutadas por los poderes del P-5 -- membrecía permanente en el Consejo y poder de veto -- crean un doble estándar en la accountability (i.e., rendición de cuentas, ver cap. 3 nota 1) y ocasionan un resentimiento extendido entre otras naciones. El Consejo ha sido, sin embargo, una pieza instrumental para evitar la 3° Guerra Mundial y para contener o prevenir numerosos conflictos regionales. De ser trasformado apropiadamente, podría ser un garante clave de la paz.

Asuntos Clave (pp. 59-67)

Representatividad y legitimidad en declive El CS consistía originalmente de once miembros -- cinco miembros permanentes (el P-5: China, Francia, la Unión Soviética, el Reino Unido y los Estados Unidos) más seis miembros elegidos por mandatos no renovables de dos años. El CS representaba por lo tanto más de un quinto de los 51 miembros originales de la ONU, y tres quintos de su población total. A medida que nuevos miembros se unieron a las Naciones Unidas, la representatividad de la membrecía del CS declinó sustancialmente.

o La proporción del P-5 en relación a la población total de la ONU, tanto de miembros de la ONU como del mundo en su totalidad, declinó sustancialmente (de 63% a 28% y de 39% a 28% respectivamente), sin una disminución proporcionada en el poder institucional del P-5.

o El CS actual consiste de los miembros del P-5 más diez miembros no permanentes adicionales. Estos 15 miembros representan menos del 8% de la membrecía total.

Los miembros no permanentes del CS son seleccionados de acuerdo a una “distribución geográfica equitativa”. Pero, más allá de su origen regional, se guían fundamentalmente por percepciones de su propio interés nacional.

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El proceso de selección está altamente politizado, con insuficiente consideración al mérito.

Los votos de las naciones muy pequeñas con asientos no permanentes (p.ej. Malta) cuentan igual que los de los gigantes demográficos (p.ej. India), sin relación alguna a su peso en el escenario mundial.

Problemas con el poder de veto del P-5:

El status especial otorgado al P-5 es totalmente contrario a las realidades de poder contemporáneas. Alemania y Japón han sobrepasado a Francia, el Reino Unido y Rusia en poder económico, y se espera que India y Brasil lo hagan pronto.

El poder de veto otorgado a los miembros del P-5 los inmuniza de facto de censuras significativas de la ONU por actos en detrimento de otros en la comunidad global o por ofensas atroces dentro de sus propias fronteras. Este doble estándar disminuye la legitimidad moral de la ONU y es cada vez más cuestionado por todas las demás naciones.

Debilidades de otras propuestas de reforma El CS ha sido objeto de más recomendaciones de reforma que cualquier otra entidad de la ONU. Sin embargo, las decenas de propuestas no consiguen abordar adecuadamente las debilidades centrales del CS. Se enfocan de manera miope en 1) cuántos nuevos asientos deberían agregarse, 2) si otras naciones ameritan asientos permanentes, y, 3) en tal caso, con qué nivel de poder de veto (de tener alguno). No critican la división regional anacrónica del mundo para la elección de miembros no permanentes, y no proponen poner un fin al veto.

PREGUNTAS:

1. ¿Por qué podría un Consejo de Seguridad con menos de 15 asientos ser más eficiente que un Consejo con 15 o más asientos?

2. ¿Por qué un CS máximamente representativo es un objetivo que vale la pena?

3. ¿Existe algún argumento válido para retener los privilegios especiales del P-5?


1. Un CS universalmente representativo con 12 asientos regionales, cada uno con un voto ponderado determinado matemáticamente (pp. 67-82)

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Las regiones deberían tener una población, extensión territorial y/o grado de importancia económica tal que la legitimidad de su representación en el CS no sea seriamente cuestionada.

Hasta cuatro de las regiones podrían consistir de una única nación poderosa, en base a una fórmula propuesta (discutido abajo).

En la medida de lo posible, el resto deberían ser ensambles de estados más o menos similares, pero no necesariamente contiguos. El ensamble de regiones debería ser creado de manera de maximizar la homogeneidad regional interna respecto a factores tales como cultura, religión, idioma, intereses económicos y experiencia histórica compartida. Cada región multinacional nominaría una lista de entre 2 y 5 candidatos, y de cada lista la AG elegiría a los representantes del CS.

Cada región concebirá su propio conjunto de reglas de toma de decisión por las que sus representantes deberán guiarse.

Si bien la AG especificaría la composición inicial de las regiones multinacionales, las naciones individuales tendrían derecho posteriormente a transferirse de una región a otra. Las naciones podrían también ser parte de dos regiones, con su peso en la toma de decisiones dividido equitativamente entre ambas, de manera que su contribución total a las decisiones del CS sea la misma que si estuvieran en una sola región.

Los votos regionales ponderados serían calculados mediante una fórmula basada en población, contribuciones pagadas a la ONU y una constante (8,33%) significando que la perspectiva global de cada una de las 12 regiones merece el mismo respeto.

El libro destaca (pp. 72-73) que, en base a las condiciones globales actuales, tres naciones podrían calificar como regiones de nación única: los Estados Unidos, China e India. También demuestra (Tabla 4.1) que la fórmula lleva a resultados de votación ponderada que reflejan razonablemente las disparidades actuales del mundo real en cuanto a poder y capacidades de una región a la siguiente. Además la fórmula arroja un balance razonable entre el Norte global (cinco regiones con un peso combinado de 45,3%) y el Sur global (siete regiones con un peso combinado de 54,7%).

PREGUNTAS:

1. ¿Tiene sentido la propuesta del libro? ¿Por qué sí/no? ¿Qué resistencia encontraría?

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2. Revisa las páginas 71-77, discutiendo el impacto en cada región de este sistema propuesto de votación ponderada basada regionalmente. ¿Qué regiones verían esta propuesta favorablemente? ¿Cuáles son más factibles de oponerse?

3. ¿Cuáles son las ventajas de permitir a naciones individuales formar parte de dos regiones (p.ej., el Reino Unido como parte de Europa y la Liga de Westminster)?

4. ¿Qué pasos serían necesarios para que la propuesta del libro sea aceptada e implementada?

2. Eliminando el veto: El anacrónico y moralmente indefendible poder de

veto debería ser abolido. Si bien una abrumadora mayoría de naciones miembro de la ONU apoyaría una reforma tal, los poderes del P-5 la resistirían. Sugerimos escenarios posibles para su implementación, ya sea mediante un solo acto audaz o en etapas. Acentuar el peso de votación del P-5 en una AG reformada y

empoderada podría ser un intercambio funcional a cambio de la pérdida de poder de veto en el CS.

Aplicar la votación ponderada en la AG y el CS, lo que aumentaría la legitimidad de las decisiones de la ONU, contribuyendo así sustancialmente a la promoción de un mundo más honesto, justo y ordenado.

Durante un período transicional, se podría aumentar gradualmente el número de naciones del P-5 cuyos votos disidentes se requerirían para bloquear resoluciones del CS, y estrechar a la vez el rango de asuntos a los que el veto podría aplicar.

PREGUNTAS:

1. ¿Qué argumentos ofrecen el P-5 y algunas otras naciones en defensa de la retención del veto?

2. ¿Estás de acuerdo o en desacuerdo con que eliminar el veto es realmente posible? ¿Por qué sí/no?

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Unidad 5: Del ECOSOC al ESEC (pp. 87-100)


El Consejo Económico y Social (ECOSOC) es una de las agencias centrales contempladas en la Carta de la ONU. Aunque uno podría suponer que jugaría un rol más importante en la mejora de la condición humana, especialmente en el Sur global, funciona ineficientemente y sus logros han sido modestos. Gran parte de su mandato nominal ha sido apropiado por la AG a la cual está operativamente subordinado. Se puede argumentar que el rol principal del ECOSOC hoy es proveer un portal a través del cual las agencias no gubernamentales internacionales (ONGIs) son acreditadas al sistema de la ONU.

Cuando la ONU fue creada después de la 2° Guerra Mundial, la paz era el imperativo primordial y los asuntos medioambientales no eran acuciantes. Hoy, el calentamiento global, la desertificación, la deforestación y la extinción de especies son preocupaciones principales. Las condiciones económicas y sociales de nuestro planeta son impactadas en gran medida por los grandes cambios medioambientales.

Un Consejo Económico, Social y Medioambiental reconstituido podría ser una agencia de gran importancia para el cambio creativo.

Asuntos importantes (pp. 88-93)

Incompetencias funcionales:

El trabajo del ECOSOC es llevado adelante principalmente por un elaborado pero confuso surtido de comités, paneles, grupos de trabajo, etc., cuyas funciones superpuestas no son compatibles con los problemas globales contemporáneos.

El medioambiente no es considerado parte del mandato del ECOSOC, y ninguna parte del ECOSOC aborda específicamente estos asuntos.

La coordinación entre el ECOSOC y las varias otras agencias especializadas de la ONU lidiando con los mismos asuntos es, en el mejor de los casos, endeble.

Muchas de las funciones del ECOSOC son atendidas más a fondo por la AG. El ECOSOC funciona cada vez más en la sombra de la AG, y se ha ubicado en el rol de conducto de información en lugar de iniciador o coordinador proactivo de cualquier acción significativa.

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El ECOSOC es frecuentemente esquivado por los grandes poderes, quienes generalmente prefieren trabajar con las instituciones de Bretton Woods (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, etc.), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y el G-6, G-7, G-8 y G-20 (en orden de formación) en asuntos de mayor importancia.

El hecho de que el ECOSOC se reúne en sesión plenaria por solo dos breves períodos en el año (un total de aprox. 40 días) reduce su efectividad.

Representatividad y legitimidad cuestionables: A pesar de su relativa insignificancia en comparación con el CS y la AG, el ECOSOC es la única agencia de la ONU que ha sido objeto de dos reformas de la Carta, con el aparente objetivo de que su membrecía fuese más representativa. La primera (en 1966) aumentó su membrecía de 18 a 27 y la segunda (en 1972) a 54. Como en el caso del CS, la membrecía se asigna entre cinco caucus regionales, con entre 6 y 14 miembros por región, basado en el número de naciones y no en población o poder global. El patrón de membrecía a lo largo del tiempo es estrambótico y sesgado a favor de estados pequeños. Como en otros órganos de la ONU, los estados miembro priorizan sus propias necesidades por sobre aquellas de la región, y ni hablar de las necesidades mundiales.


1. Un ECOSOC/ESEC universalmente representativo

Tal como con el CS, las regiones deberían tener una población, extensión territorial y/o grado de importancia tal que la legitimidad de su representación en el ECOSOC/ESEC no será seriamente cuestionada. Se sugieren doce regiones.

Los (alrededor de) sesenta asientos deberían ser repartidos regionalmente de acuerdo a una fórmula matemática.

Un grupo de naciones miembro relativamente importantes – en base a una fórmula ponderada, teniendo en cuenta población y contribuciones al presupuesto de la ONU – tendrían asientos individuales con votos ponderados.

Dentro de cada región, los asientos remanentes serían ocupados con un método similar al recomendado para regiones multi-nacionales en el Consejo de Seguridad, con una lista de candidatos presentada por la región y elecciones en la AG; estos asientos tendrían todos la misma cantidad de votos.

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La distribución regional de asientos y la determinación de pesos de voto se ajustarían periódicamente según cambios en la población, las contribuciones a la ONU (en base al INB) y el mapa político.

2. Asuntos funcionales

Para minimizar la redundancia sistémica, un ESEC reformado debería tener mayor responsabilidad respecto a asuntos económicos, sociales y medioambientales, y deberían establecerse nuevas líneas de autoridad entre éste y la AG (del mismo modo que con la APM si se crea dicho órgano).

El ECOSOC/ESEC permanecería en sesión por plazos mucho más largos que los actuales.

Cada caucus regional formularía sus propias reglas de procedimiento y lineamientos para instruir a los representantes regionales.

Las asambleas regionales para discutir asuntos de importancia global tendrían la ventaja, al presentarse ante el ESEC, de facilitar discusiones de asuntos esencialmente regionales; y deberían por lo tanto promover la integración regional.

PREGUNTAS:

1. ¿Por qué un ECOSOC máximamente representativo y la representación regional ponderada son objetivos que merece la pena perseguir?

2. Las naciones ricas tienden a esquivar el ECOSOC debido a sus varias debilidades, incluyendo el poco realista sistema de una-nación-un-voto (pp. 89-90). Trabajan en cambio a través de las instituciones de Bretton Woods, la OCDE, el G-20, etc. La influencia global de estas agencias externas ha aumentado incesantemente – a pesar de las críticas sobre su falta de transparencia, input inadecuado del Sur global, y membrecía cerrada – socavando por lo tanto la autoridad de la ONU. ¿Qué opinas sobre las instituciones de Bretton Woods, OCDE, G-20? ¿Crees que el ESEC propuesto en el libro le ayudaría a recuperar influencia global significativa en asuntos económicos? ¿Por qué si/no?

3. ¿Cuánto poder debería tener el ESEC en comparación con la AG? ¿Por qué?

4. Admitimos que nuestras propuestas para elegir representantes al ESEC y distribuir pesos de votos son complicadas. ¿Se te ocurren maneras de simplificar el sistema que arrojarán una distribución razonablemente justa y funcional de poder? ¿Cuáles?

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5. (p. 98): El sistema propuesto, creemos, contribuiría a la integración regional y global, llevaría a un alto grado de transparencia, aumentaría la habilidad de las naciones débiles para pararse colectivamente ante presiones políticas inapropiadas de los más poderosos, y presenta casos para una mayor equidad global. ¿Son estos objetivos importantes? ¿Estás de acuerdo con que el sistema propuesto llevaría a estos resultados?

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Unidad 6: Un Sistema de derechos humanos creíble (pp. 101-117)


Las Revoluciones americana y francesa de finales del siglo XVIII pusieron en marcha un proceso inexorable de expansión de derechos humanos. La promoción de los derechos humanos estaba entre las preocupaciones originales de la Carta de la ONU; y, desde su concepción, la ONU ha dado enormes pasos en el progreso de esta causa primordial. La Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), adoptada por unanimidad en 1948, es uno de los documentos aspiracionales más impresionantes de la civilización, y proveyó un camino para la adopción de otros convenios y tratados de derechos humanos. La Corte Penal Internacional y varios tribunales ad hoc fueron creados para lidiar con los criminales responsables de genocidios, limpieza étnica, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra. En muchas naciones se instituyeron comisiones de derechos humanos y defensores del pueblo. Se establecieron además una multitud de ONGs de derechos humanos, muchas de las cuales han recibido status consultivo en la ONU. Por lo tanto, se puede ahora hablar de la existencia de un sistema de derechos humanos complejo.

Sin embargo, este “sistema” es rudimentario y tiene serias fallas. La performance de la ONU ha sido con frecuencia inadecuada al tratar con atroces violaciones de derechos humanos. Se necesitan reformas significativas. Un sistema de derechos humanos mejorado y empoderado es imperativo para el futuro de la civilización humana.


1. Si bien los “derechos humanos” son ampliamente considerados como universales e indivisibles, las interpretaciones de su significado varían profundamente. Esto queda demostrado por dos pactos (ver p.102). El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos fue promovido principalmente por las democracias occidentales y se enfoca en derechos individuales. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales fue promovido por el bloque liderado por la Unión Soviética y la mayoría de los estados recientemente descolonizados de

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Asia, África y las regiones del Caribe y el Pacífico y se enfoca en comportamientos gubernamentales inmensurables.

2. La proliferación de la burocracia de derechos humanos ha resultado en numerosas ineficiencias y un despilfarro sustancial, al mismo tiempo que ha fracasado en poner fin a genocidios como el de Ruanda y violaciones de importantes derechos por parte de muchos gobiernos.

3. Las designaciones con motivación política han permitido la aplicación inadecuada de estándares, un alto grado de politización y una frecuente arbitrariedad del proceso de toma de decisiones. La hipocresía es común.

4. El monitoreo de derechos humanos por parte de países individuales nunca ha sido uniforme, integral ni sistemático. Las revisiones periódicas, iniciadas en 2006, han sido excesivamente tolerantes, alabando a los estados cuando la situación no lo ameritaba.

5. Los estados han perseguido la membrecía en el Consejo de Derechos Humanos no con fines de fortalecer los derechos humanos sino para volverse inmunes a las críticas.


Las decisiones sobre derechos humanos deberían basarse en principios establecidos y no en consideraciones de política parroquial. La influencia moral debería fluir desde la conformidad de los argumentos personales hacia el espíritu y letra de la ley y el atractivo de esos argumentos para nuestra humanidad compartida. Se recomienda:

1. Un Consejo de Derechos Humanos fortalecido, que podría: a. Elevar al CDH de su actual posición de órgano subordinado a la

AG a la de órgano principal de la ONU; b. Elegir a los miembros del CDH como individuos en base a sus

calificaciones (integridad personal, experiencia legal en derechos humanos y experiencia en trabajar con asuntos de derechos humanos);

c. Asegurar que las perspectivas de todas las principales regiones y tradiciones de fe son representadas;

d. Exigir un balance de género más equitativo en la membrecía del CDH (dado que las ofensas contra las mujeres son, presumiblemente, los abusos de derechos humanos más generalizados, la perspectiva femenina parece especialmente importante);

e. Proveer voces para los pueblos indígenas;

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f. Garantizar inmunidad política y asilo a los delegados por acciones tomadas durante la performance de sus tareas

2. El número de miembros del CDH debería ser lo suficientemente grande para asegurar representación de todos los principales actores estatales y regionales, y lo suficientemente pequeño para ser eficiente. Nuestro libro recomienda 36 asientos, elegidos de la siguiente manera:

1 hombre y 1 mujer por cada una de las 12 regiones

1 hombre y 1 mujer para representar a los pueblos indígenas

Diez asientos elegidos en general de las 9 regiones multi-nacionales (si bien es políticamente deseable tener representación de todas las regiones, hay amplias diferencias respecto a la situación de derechos humanos entre regiones. Parece justificable elegir una proporción sustancial de asientos de una lista de candidatos generales).

3. Un rol más prominente para la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, alocando más recursos fiscales y humanos

4. Mayor monitoreo de derechos humanos 5. Reportes más regulares y detallados sobre derechos humanos por parte

de organizaciones regionales, naciones individuales y ONGs 6. Mayor empleo de sistemas legales (ver Unidad 7) para juzgar disputas de

derechos humanos 7. Recurrir más a menudo a sanciones de la ONU contra los violadores

atroces de derechos humanos 8. En situaciones extremas y, como último recurso, la aplicación del uso

de la fuerza honrando el principio de “responsabilidad de proteger” (RdeP) (RdeP será tratado en más detalle en la Unidad 12).

PREGUNTAS:

1. Algunos de los criminales más atroces de derechos humanos han servido múltiples mandatos en el Consejo de Derechos Humanos, protegiéndose así de cualquier escrutinio serio. Un Consejo reformado, como propone nuestro libro, permitiría a todas las naciones, más allá de su récord en materia de derechos humanos, ser representadas en el Consejo (la mayoría por región). ¿La propuesta del libro provee los necesarios frenos y contrapesos para compensar esta debilidad sistémica? ¿Es posible que algunos países con récords negativos en derechos humanos mejoren como resultado de su participación en el Consejo? Si la respuesta es afirmativa, ¿cómo?

2. ¿Estás de acuerdo con que el CDH debería tener un balance de género

y dos asientos designados a representantes de los pueblos indígenas?

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¿Tiene sentido para ti el razonamiento detrás de la idea de tener diez

asientos elegidos en general? ¿Hay otras poblaciones específicas que

crees deberían ser representadas?

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Unidad 7: Un sistema judicial fortalecido (pp. 118-136)


Toda sociedad organizada depende de: a) leyes, para definir estándares mínimos de comportamiento; b) cortes, para resolver pacíficamente las disputas que incluyen asuntos legales; y c) un sistema de aplicación efectiva de la ley. Las leyes y su aplicación son tratadas en las Unidas 6 y 12 respectivamente; aquí nos enfocamos en las cortes, un nexo hasta ahora subdesarrollado entre ambas en el nivel global.

Comienzos modestos (pp. 119-131)

No fue hasta 1907, cuando se estableció la Corte Permanente de Arbitraje en La Haya, que hubo un órgano judicial capaz de resolver disputas legales internacionales. Sin embargo, ese órgano (aún en funcionamiento) no fue una verdadera corte sino un grupo de árbitros disponibles, según necesidad, para mediar o arbitrar disputas (en su mayoría relativamente pequeñas) entre dos estados predispuestos. Una Corte Permanente de Justicia Internacional fue también establecida en la Haya en 1921, pero carecía de jurisdicción obligatoria y capacidad de aplicación, y se puede argumentar que no fue nunca exitosa en prevenir una guerra o establecer la base para una paz duradera entre estados rivales. Su sucesora, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), establecida en 1945 como una agencia clave del sistema de Naciones Unidas, padeció de los mismos defectos. Sin embargo, su membrecía es prácticamente universal ya que ser miembro de la ONU convierte a una nación, ipso facto, en miembro de la CIJ. La CIJ también es notable por incluir a jueces de todas las principales culturas y sistemas judiciales del mundo y, aunque tarde, a un número de jueces mujeres. Además de arrojar veredictos teóricamente vinculantes (pero usualmente ignorados) en casos “contenciosos”, la CIJ puede aportar “opiniones consultivas”. Estas últimas poseen una sustancial fuerza moral, a pesar de no ser legalmente vinculantes.

Además de la CIJ, el período posterior a la Segunda Guerra Mundial evidenció el nacimiento de otras instituciones judiciales internacionalmente constituidas. De particular importancia fue el establecimiento en 2002 de la Corte Penal Internacional (CPI). Su Estatuto tiene 124 naciones adherentes (a 2016). Basada en La Haya e independiente de la ONU, la CPI es la primera corte permanente en someter las acciones

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de individuos a persecución criminal, instituyendo así una nueva norma global: ninguna persona, sin importar su rango, debería estar por encima de la ley. Pero, a pesar de este cambio pionero, la CPI trabaja muy lentamente. Ha expedido solo 39 acusaciones, y solo cuatro sentencias han sido impuestas al momento de escribir esta guía. Más aún, ha sido criticada por un obvio doble estándar al enfocarse casi exclusivamente en crímenes cometidos en África e ignorar los presuntos crímenes de líderes del Norte global. Ni los Estados Unidos, ni Rusia ni China son miembros. Por ende (a 2016) tres naciones africanas (incluyendo Sudáfrica) han declarado su intención de retirar su adherencia al estatuto de la CPI.

La globalización ha expandido la necesidad de regular actividades económicas y otras actividades trasnacionales, y ha llevado a la creación de cientos de agencias globales y regionales especializadas. La más prominente de estas es la Organización Mundial del Comercio (OMC) con 164 naciones miembro en 2016. Fundada en 1995 –por fuera del sistema de la ONU- las naciones que adhieren a ella dan cuenta de la vasta mayoría de la producción y el comercio mundiales. El mandato principal de la OMC, la liberalización del comercio internacional, resulta inevitablemente en numerosas disputas legales. Para resolver estas disputas la evidencia es revisada en secreto por “órganos de apelación” asignados, y las decisiones dictadas, basadas en tratados relevantes, son casi universalmente respetadas a pesar de la ausencia de mecanismos formales de aplicación.

Recomendaciones (pp. 131-134)

1. Durante las próximas décadas se debe expandir en gran medida la infraestructura judicial mundial. Se necesitan:

a. cortes para adjudicar disputas políticas transnacionales en las principales regiones y sub-regiones del mundo.

b. cortes especializadas para lidiar con disputas de derechos humanos, disputas medioambientales, disputas económicas, etc.

c. jurisdicción universal obligatoria para la CIJ y un alcance más amplio respecto a ofensas criminales.

d. acceso ampliado a arbitraje por parte de agentes no-estatales (organizaciones intergubernamentales (OIs u OIGs) y ONGs internacionales).

2. Hacer de la CIJ una corte de apelaciones, limitando el número de casos a disputas que no pueden ser resueltas al nivel regional o por una corte especializada apropiada.

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3. Donde sea practicable, dividir la CIJ en cámaras, permitiéndole así aumentar su número de casos.

4. Establecer el principio de que las decisiones de la corte en casos contenciosos serán vinculantes y ejecutables.

5. Recurrir con más frecuencia a la CIJ y cortes regionales para obtener opiniones consultivas.

6. Si las circunstancias lo permiten, codificar el derecho mundial, regional y sub-regional.

7. Emplear más mujeres en el poder judicial.

PREGUNTAS:

1. Las recomendaciones mencionadas arriba no serán ni económicas ni fáciles. ¿Cuáles son los principales obstáculos a superar al momento de implementarlas? ¿En qué formas podrían los beneficios de hacerlo justificar la inversión? ¿A qué recomendaciones debería dárseles prioridad de acción?

2. Algunas sentencias que son “legales” no son necesariamente justas (ver últimos párrafos de la p. 131). ¿Cómo debería abordarse este problema?

3. El libro menciona críticas percibidas de la actual CPI (pp. 124-5). ¿Son justificadas estas críticas? Si la respuesta es sí, ¿crees que la implementación de las recomendaciones del autor resolvería este problema? Si crees que no, ¿qué otros cambios sistémicos recomiendas?

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Unidad 8: Coordinación de agencias especializadas, comisiones y fondos especiales de la ONU (pp. 137-150)


El alcance de actividades dentro del sistema de la ONU se ha expandido enormemente más allá del foco inicial en la paz y la seguridad. Un amplio rango de actividades son ahora llevadas a cabo por una constelación de agencias especializadas globales y en su gran mayoría autónomas. (Por ejemplo, las personas vuelan de manera más segura hoy debido a la existencia de la Organización de Aviación Civil Internacional; la Agencia Internacional de Energía Atómica salvaguarda el poder nuclear y monitorea programas de armas; etc.) La expansión y dispersión geográfica en aumento de estas agencias se ha dado de manera ad hoc, sin seguir un plan pre-ordenado y sin ninguna lógica respecto a por qué ciertas actividades están bajo la dirección de agencias centrales de la ONU mientras otras son agencias especializadas esencialmente autónomas. Aun así, muchas de estas agencias han estado entre las más exitosas y apreciadas del sistema de la ONU.

Asuntos Clave (p. 153)

Si bien son efectivas, la prolífica y geográficamente diversa colección de agencias ha provocado una extensa redundancia, serias brechas y/o énfasis inapropiado en las agendas de las agencias constitutivas, coordinación inadecuada de las actividades de las agencias, y financiamiento inadecuado e impredecible (dado que muchas de estas agencias son financiadas por estados miembro de la ONU, fundaciones u otras fuentes privadas). Otros problemas incluyen líneas confusas de responsabilidad y reporte, transparencia y accountability insuficientes, la prevalencia de hipocresía política y dobles estándares, y sistemas poco realistas de toma de decisiones.


Consolidación de agencias con mandatos relacionados (ejemplos en la p.

141).

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Transferencia de ciertas actividades a agencias centrales de la ONU

(ejemplos en las pp. 141-2).

Una distribución más racional de sedes centrales para mayor eficiencia

y coordinación (p. 142; el libro sugiere Nueva York, Ginebra, Washington DC

(instituciones de Bretton Woods), y La Haya (Corte Mundial / CPI)).

Oficinas regionales para mejorar la coordinación entre las diversas

agencias (sugerencias incluirían Nairobi para África al Sur del Sahara; El

Cairo para la Liga Árabe; Beijing para China; Tokio para Asia del Este; Ginebra

para Europa; Nueva Delhi para India; Moscú para Rusia y algunos de sus

vecinos; Bangkok para el Sudeste Asiático; Teherán para Asia Occidental;

Vancouver para la Liga de Westminster; y Montevideo – entre muchas otras

posibilidades– para América Latina y el Caribe).

Planeamiento central más efectivo, con mayor transparencia y

accountability, y con canales más abiertos para la comunicación entre

agencias dentro del sistema de la ONU y con ONGs interesadas en sus

agendas.

Mejor coordinación con y entre centros regionales y nacionales, y entre

agencias de la ONU y varios ministerios gubernamentales dentro de los

países donde trabajan.

Votación ponderada apropiada dentro de las agencias. Si bien la fórmula

apropiada para cada agencia variará en base a las funciones que la

agencia realiza, las decisiones de cada agencia recibirían más respeto si

fuesen alcanzadas mediante fórmulas de votación realísticamente

ponderada.

o Balance óptimo entre las preocupaciones e intereses de los

stakeholders (las personas) y los shareholders (los accionistas, en

este caso las naciones que controlan y/o pagan las cuentas para

variadas actividades). (Por ejemplo, la fórmula – p. 148 – para votación

ponderada en la Organización de las Naciones Unidas para la

Alimentación y la Agricultura (FAO) debería incluir términos de población

[consumidores], número de personas empleadas en el sector agrícola

[productores], valor de la producción agrícola, y – en deferencia a la

práctica tradicional de la ONU – existencia como estado soberano).

o Las fórmulas deberían arrojar resultados que sean matizados y

flexibles (ajustables a través del tiempo como se ha justificado).

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PREGUNTAS:

1. El libro recomienda que las sedes para la multitud de agencias de la ONU y afiliadas se centralicen en Nueva York, Ginebra, Washington y La Haya, para lograr mayor eficiencia y coordinación. Sin embargo, el autor observa (pp. 139-140 y 142-3) que muchas de estas agencias actualmente tienen sus oficinas en ciudades alrededor del mundo, y los países anfitriones querrán proteger lo que ven como un reflejo de su significancia política. Ninguna de estas ciudades sede se encuentran en el Sur global. ¿Puede la lógica de “eficiencia y coordinación” superar la resistencia desde el Sur? ¿No deberían hacerse algunas excepciones (por ejemplo, ubicando la sede del Fondo de Población de las Naciones Unidas en África, que tiene por lejos las tasas de crecimiento poblacional más rápidas del mundo)?

2. Las fórmulas de votación ponderada presentadas en el libro son sugerencias funcionales, no soluciones indiscutibles. ¿Qué fórmula cambiarías, y por qué?

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Unidad 9: Mejorando los recursos humanos (pp.

151-164)


La calidad de los recursos humanos es clave para el funcionamiento exitoso de cualquier burocracia. Muchas de las fallas del sistema de la ONU pueden atribuirse a deficiencias en las formas en que su personal ha sido reclutado, ubicado, utilizado o promovido. El libro propone un conjunto de ideas funcionales que llevarían a una administración pública basada en el mérito que sería generalmente considerada como aceptablemente equitativa con respecto al balance de género y la distribución geográfica de posiciones en todos los niveles de empleo.


Desde su concepción, la ONU ha experimentado serios problemas a la hora de reclutar, promover y retener al staff de la Secretaría y de otras agencias, y dificultades para garantizar que el personal esté a la altura de los estándares requeridos. Cómo la ONU puede deshacerse eficazmente de personal incompetente y corrupto presenta un serio problema diplomático. La Carta de la ONU (Artículo 101, párr. 3) requiere que los miembros del staff demuestren “los estándares más altos de eficiencia, competencia e integridad”, que “no busquen ni reciban instrucciones de ningún gobierno u otras autoridades externas a la Organización (Artículo 100).” Sin embargo, las designaciones son con frecuencia resultado de manejos políticos (especialmente de los poderes del P-5). Las violaciones a los ideales de la ONU son frecuentes y a menudo atroces.

La Carta de la ONU (Artículo 101, párr. 3) declara la “importancia de reclutar personal en una base geográfica tan amplia como sea posible”. Pero prácticamente todos los puestos de “servicio general”, así como muchos puestos profesionales, son excluidos de este requisito. Cuando el balance regional es siquiera considerado, las regiones reconocidas difieren marcadamente de agencia en agencia. Los países desarrollados tienen alrededor de la mitad de los puestos de personal profesional, a pesar de dar cuenta de menos de un cuarto de la población mundial.

Para muchos empleados de la ONU, vivir la buena vida en Nueva York tiene más atractivo que servir a los ciudadanos del planeta.

Las mujeres están significativamente sub-representadas en todos los niveles de la ONU.

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La Comisión de Administración Pública Internacional (CAPI o ICSC) fue formada en 1974 para establecer un sistema común para la ONU y sus agencias afiliadas respecto a la contratación, salarios y condiciones de empleo del personal profesional. Sin embargo, no todas las agencias aceptan su mandato. Las agencias de Bretton Woods, como ejemplo principal, mantienen sus propias reglas, proveyendo salarios más altos y más beneficios que los permitidos bajo la jurisdicción de la CAPI, impactando así negativamente tanto en la retención del talento de más alto nivel en la ONU como en la moral general.


Guía para personal administrativo de nivel junior:

En las secretarías de la ONU y sus agencias afiliadas, la lealtad primordial es presumiblemente para con las instituciones globales, por lo que el número de puestos afiliados con naciones miembro individuales no debería ser una preocupación importante. Por otro lado, es importante que personas de diversas perspectivas y orientaciones culturales sean representadas. Esta diversidad deseable puede obtenerse a través de un sistema basado en representación mediante las principales regiones y sub-regiones del mundo.

o Se sugieren nueve regiones, cada una comparable respecto a población, importancia global y tamaño, y cada una ampliamente reconocida por su coherencia económica, cultural y/o política.

o El porcentaje de personal tomado de cada región caería dentro de un rango basado en población y una constante de 1/9 del total (11,1%).

o Para obtener la representación geográfica más amplia, se sugieren “sub-regiones” de reclutamiento dentro de las nueve regiones.

En principio, “mérito” sería definido como “inteligencia inherente y potencial para el desarrollo”. En la práctica, como en la mayoría de las demás burocracias, puede que no siempre sea posible respetar al máximo este ideal subjetivo.

Una Comisión de la Administración Pública de las Naciones Unidas debidamente empoderada y políticamente neutral jugaría un rol central en el reclutamiento. Esto presupone un financiamiento mejor y más fiable (como se recomienda en el Capítulo 11).

Todos los nuevos empleados pasarían el primer año entrenando bajo los auspicios de una Academia Administrativa de la ONU (ver Capítulo 12).

Cuatro meses del entrenamiento inicial tendrían lugar en una locación “estresante” en el terreno, y la alternación periódica entre oficinas

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centrales y puestos “en el terreno” sería condición para el empleo y ascenso.

Para generar mayor equidad de género, se sugieren rangos porcentuales (desde 45-55% en general, a 35-65% para sub-regiones y agencias menores).

Guía para puestos de nivel senior: El libro recomienda que el mérito sea el determinante principal de los puestos de nivel senior (directores de agencia, sub-secretarios generales y secretarios generales adjuntos). Se respaldan las siguientes propuestas:

Todas las vacantes al nivel de director y superiores serán publicadas alrededor del mundo, con requisitos específicos y rigurosos expresados con claridad.

La veracidad de los currículums será determinada por un órgano de la ONU debidamente autorizado, y los currículums vetados estarán a disposición de todos los miembros de la AG.

Ningún puesto será reservado para países o regiones específicos, y no habrá un orden predeterminado de rotación entre regiones.

Podría haber un requisito que estipule que los ocupantes sucesivos de puestos específicos no provengan de la misma región del mundo, y/o que el puesto deberá ser alternado entre naciones desarrolladas y en desarrollo.

La votación de la AG para seleccionar a quienes ocupen cargos del más alto nivel deberá ser secreta.

PREGUNTAS:

1. El libro declara (p. 152) que “la Secretaría de la ONU y sus organizaciones afiliadas han tenido que lidiar con numerosos … asuntos que contribuyeron a una moral baja … [tal como] la dificultad de encontrar personal para misiones en el terreno en locaciones indeseables, corrupción, los efectos colaterales de los abusos sexuales reportados …, y continuas presiones de reforma impuestas sobre varias agencias por aquellos que pagan la parte más sustanciosa de las cuentas …” ¿Cómo ayudarían las propuestas del libro a rectificar estas debilidades?

2. ¿Estás a favor de los requisitos sugeridos (p. 157) de que el personal 1) pase aproximadamente cuatro meses de su año inicial de entrenamiento en un terreno estresante, y 2) deba alternar periódicamente entre las oficinas centrales y los puestos en el terreno en los años subsiguientes? ¿Por qué si o no?

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3. El libro reconoce (p. 161) que ocupar los cargos de nivel senior basándose principalmente en el mérito comprobable (no potencial) beneficiaría a aquellos más privilegiados, p.ej., candidatos masculinos de países desarrollados. ¿Te preocupa esto? ¿Recomendarías otras consideraciones para esos cargos del más alto nivel?

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Unidad 10: Involucrando a la Sociedad Civil: ONGs y otros actores no estatales (pp. 165-184)


Citando a Kofi Annan: “Una sociedad civil fortalecida promueve una ciudadanía responsable y hace que las formas democráticas de gobierno funcionen mejor. Una sociedad civil débil permite gobiernos autoritarios, lo cual mantiene a la sociedad debilitada”. La legitimidad y efectividad de las decisiones y políticas aumenta cuando son respaldadas por consejos de expertos y cuando los stakeholders o partes interesadas, actuando individualmente o en coaliciones, sienten que han tenido una voz significativa. El asesoramiento sólido es especialmente importante en nuestro mundo cada vez más complejo e interconectado. Como era de esperarse, en décadas recientes el número de organizaciones no gubernamentales (ONGs) especializadas establecidas para lidiar con problemas globales urgentes (el medioambiente, los derechos humanos, etc.) ha crecido a grandes pasos y se estima que actualmente supera el millón. De estas, más de 250.000 con un mandato internacional son conocidas también como ONGIs. Por arriba de las 3.000 ONGs han sido acreditadas a la ONU por vía del ECOSOC. Se unen al coro las voces de los grupos de intereses especiales (p.ej., trabajo organizado), las poderosas corporaciones multi-nacionales ((MNCs), las fundaciones multi propósito, los medios, las sociedades profesionales, las organizaciones basadas en la fe, y otros componentes de lo que se refiere en líneas generales como sociedad civil. Cómo traer un ápice de orden a la cacofonía de voces en competencia es el desafío principal abordado en esta Unidad.


Aunque decididamente positiva en términos generales, la proliferación de agencias también trae aparejados algunos aspectos negativos para el sistema de las Naciones Unidas:

1. El exceso de información producida es en su mayoría indigerible, con frecuencia inconsistente, redundante o a veces incluso errónea.

2. Las agendas de las ONGs suelen estar en oposición unas con otras (p. ej. agencias “pro-vida” y “pro-elección” (“pro-choice”) con respecto al aborto y los métodos anticonceptivos).

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3. Valiosas ONGs del Sur global no tienen generalmente los números y los recursos financieros y profesionales para competir por influencia con grandes ONGs del Norte global; esto es particularmente evidente en importantes conferencias internacionales (sobre medioambiente, población, derechos humanos, etc.) y en el Foro Social Mundial.

4. ONGs y agencias de apoyo de la ONU suelen enfrentarse a alianzas de poderosas MNCs y gobiernos amistosos del mundo empresarial (p.ej. en oposición a la OMC, dadas sus políticas presuntamente anti-medioambientales y anti-obreras).

5. Muchas ONGs son, por una variedad de razones, de mérito dudoso, entre ellas las inciertas “GONGOs” (organizaciones no gubernamentales organizadas por el gobierno).

6. Corporaciones y fundaciones pudientes e irresponsables pueden hacer uso de su poder financiero para inclinar prioridades y programas de agencias particulares del sistema de la ONU hacia su propio beneficio.

Posibles Soluciones (pp. 172-182)

1. Se proponen cinco “consejos de coordinación de la sociedad civil” (CCSC) auto-financiados, cada uno de los cuales abordaría: derechos humanos, el medioambiente, desarrollo, paz y seguridad, y gobernanza democrática.

La participación en la elección de y el trabajo en uno o más CCSC estaría abierto a cualquier ONG bajo la condición de que paguen pequeñas cuotas de membrecía, obedezcan el código de conducta del consejo y completen reportes anuales de actividades.

La falta de cumplimiento de dichas condiciones podría resultar en la expulsión de la ONG del CCSC.

Las ONGs podrían organizarse en coaliciones ad hoc para tratar asuntos específicos o conjuntos de asuntos (p.ej., derechos de las mujeres, derechos de los pueblos indígenas).

Los reportes y propuestas de las coaliciones serían enviados a los CCSC apropiados, los cuales los juntarían y organizarían para luego enviarlos, según sea necesario, a la agencia apropiada de la ONU (p.ej. CDH).

Cada CCSC sería responsable por flujos de información de doble vía entre los órganos apropiados de la ONU y las organizaciones de la sociedad civil (OSCs).

Las opiniones y reportes disidentes podrían quedar registrados.

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Las agencias de la ONU evaluarían los reportes recibidos desde el CCSC, actuando cuando sea deseable y posible, y los enviarían, con sus propias recomendaciones, a otras agencias de la ONU interesadas.

El peso de votación de cada ONG participante dependerá de una fórmula que tome en cuenta su presupuesto anual, el número de países en los que opera, y su status (de tener alguno, según asigna el ECOSOC/ESEC) como agencia acreditada en la ONU.

La proporción o share de cada región principal del mundo en la membrecía de cada CCSC dependerá de una fórmula que tome en cuenta la población de la región y los pesos acumulados de las ONGs miembro. En conjunto, esta medida aumentará el poder relativo del Sur global.

Las ONGs en países con INBs por encima del promedio mundial deberán ayudar a subsidiar la participación de ONGs de países pobres de acuerdo a una escala móvil de ingresos.

2. El sector privado empresarial debería ser incorporado cada vez más en planes de desarrollo locales mediante los “pactos globales” (PGs), negociados voluntariamente entre uno o más países anfitriones, una o más MNCs y una o más agencias de la ONU.

Los PGs serían ad hoc, variando enormemente en escala, tipo y duración.

Los PGs deberán seguir códigos establecidos de conducta, completar reportes anuales y aceptar supervisión por parte de una agencia apropiada.

Las firmas participantes que incumplan notoriamente con las normas establecidas podrán resultar excluidas de la lista de PG.

PREGUNTAS:

1. ¿Cómo trabaja la ONU actualmente con la sociedad civil, y cómo podrían mejorarse esas interacciones en el relativamente corto plazo?

2. Actualmente, no hay nada ni remotamente parecido a los propuestos CCSCs. ¿Crees que un sistema así de complicado podría funcionar? ¿Se considerarían justas sus recomendaciones? ¿Serían sabias? ¿Cómo podría fomentarse la justicia y sabiduría en dichos consejos?

3. El sistema de Pactos Globales ya está bien establecido y ha tenido algunos grandes éxitos. ¿Pero no representa quizás una amenaza inaceptable a modos locales de producción y gobernanza? De ser así, ¿qué cambios son necesarios?

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Unidad 11: El problema del financiamiento (pp.

185-206)

¿Por qué es importante? (pp. 185, 203)

Cómo financiar de la mejor manera la variedad de tareas confiadas al sistema de la ONU ha sido una de las principales preocupaciones desde la fundación de las Naciones Unidas. Aún no se ha abordado sistemáticamente cómo compartir la carga de manera más justa y efectiva. Además, los niveles de financiamiento siguen siendo mucho menos que suficientes para la performance efectiva de muchas de las funciones de la ONU. Las diferencias en los niveles nacionales de contribuciones varían sustancialmente de un presupuesto bienal al siguiente. La determinación y justificación de estas diferencias polariza a la ONU en líneas Norte-Sur, creando una atmósfera de desconfianza generalizada. Adicionalmente, el ratio entre las cuotas adeudadas y el presupuesto total ha aumentado sustancialmente. Por lo tanto, el sistema ha encontrado oportuno el depender cada vez más de contribuciones voluntarias, creando potenciales problemas cuando las agendas de los donantes y de la ONU divergen. Mientras tanto, la magnitud de desafíos que requieren la atención del sistema de la ONU se ha expandido de manera dramática. Se necesita un sistema simple, equitativo y efectivo – uno que esté preparado para enfrentar demandas fiscales futuras.


Mecanismos financieros: La más importante de las pocas funciones para las cuales la Asamblea General ejerce autoridad vinculante es la aprobación del presupuesto de la ONU y la distribución de gastos entre sus miembros. El Secretario General y la Secretaría de la ONU tienen la responsabilidad de planificación; la AG tiene la obligación de discutir, recomendar cambios en, y aprobar el presupuesto. Esto involucra a varios comités y juntas, por lo que la redundancia es moneda corriente.

El presupuesto regular: El presupuesto regular (excluyendo los fondos para mantenimiento de la paz, agencias afiliadas y proyectos especiales) ha sido siempre notablemente bajo. Para el bienio 2016-2017 fue solamente de $5,4 billones. En términos reales el presupuesto regular apenas se ha más que duplicado a lo largo de un período de 36 años (1971-2007) – una tasa de crecimiento anual de sólo el 2%. Sin embargo, en términos reales el presupuesto para el bienio 2016-2017 es 3,5% menor que el de 2014-2015.

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Para determinar las cuotas de cada nación miembro se han usado fórmulas matemáticas complicadas, basadas ampliamente en la presunta capacidad de pago. Éstas nunca han sido aplicadas uniformemente, y se modifican con frecuencia. A pesar de disparidades enormes en las contribuciones, la ONU se aferra a la ficción legal de la igualdad soberana de naciones y otorga a todos los miembros la misma cantidad de votos en la AG y la mayoría de las agencias. La enorme desconexión entre el pretexto diplomático de igualdad y el reconocimiento político de desigualdad detrás de escena contribuye a una tensión perenne entre los grandes y los pequeños, los ricos y los pobres.

Los EEUU siempre han pagado la parte más grande, como es apropiado en base a su INB; pero presiones del Senado americano han llevado a reducir este porcentaje (ahora 22%, muy por debajo de la porción americana del PIB mundial). En consecuencia, Japón, las naciones más ricas de la UE y Canadá, Australia y Nueva Zelanda han tenido que compensar el déficit de financiamiento resultante.

La porción del P-5 del presupuesto total ha decrecido constantemente desde su pico inicial del 71%, a pesar de que estos cinco países retienen el poder de veto en el Consejo de Seguridad. Esta continua retención de poder es vista con desaprobación por muchos sectores.

Los pagos atrasados han sido endémicos a lo largo de la historia de la ONU; y el ratio entre éstos y el presupuesto total ha aumentado sustancialmente en décadas recientes. Un estado con una deuda equivalente a dos años de sus obligaciones puede perder su derecho a voto. Muchos estados (incluido los EEUU por momentos) han pagado lo justo y necesario de sus cuotas atrasadas para evitar la pérdida de sus derechos de voto en la AG.

El presupuesto del mantenimiento de la paz: El financiamiento para misiones de mantenimiento de la paz ha sido llevado adelante en una base ad hoc. Se han concebido numerosas fórmulas, con menor predictibilidad o regularidad aun que para el presupuesto regular. En las últimas varias décadas el presupuesto de mantenimiento de la paz ha superado ampliamente en crecimiento al presupuesto regular. Sin embargo, el nivel de gasto real fluctúa marcadamente; los pagos atrasados para los costos impredecibles de peacekeeping han sido mayores que aquellos para el presupuesto regular. El fracaso a la hora de responder adecuadamente (como en Ruanda, Darfur, etc.) ha acentuado un estrés político severo y un sufrimiento desmedido en las poblaciones afectadas y son manchas enormes en el récord de las Naciones Unidas. El actual “no-sistema” solo garantiza demoras.

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Contribuciones voluntarias: El volumen y las fuentes de financiamiento voluntario son altamente impredecibles. Las contribuciones provienen abrumadoramente de naciones pudientes. A lo largo del último cuarto de siglo, el financiamiento voluntario ha estado cerca de o apenas por encima del doble del financiamiento prorrateado. Los usos posibles de este financiamiento son en su mayoría establecidos por la principal nación donante o por agencias privadas. El oficial de Naciones Unidas Iqbal Haji nota “esta situación es equivalente a una “ONU a la carta”… [posibilitando] a un grupo de países… financiar actividades bajo el sello de la ONU, que están en concordancia con sus prioridades nacionales.”

Posibles Soluciones (pp. 197-204)

El libro sugiere eliminar los presupuestos múltiples que la AG debe establecer en la actualidad y sustituirlos por un único presupuesto consolidado. Se proponen los siguientes lineamientos:

1. Aplicar para todas las naciones, sin importar cuan ricas o pobres, una tasa uniforme, baja y asequible basada en sus respectivos INBs (0,1% de su INB).

2. Los ingresos acumulados deberían ser más que suficientes para cubrir todos los costos de las funciones actualmente llevadas adelante por el sistema de la ONU, no solo a través de los fondos recaudados en los presupuestos regular y de peacekeeping sino también para las agencias especializadas y actividades posibles gracias a contribuciones voluntarias.

3. Establecer una cuenta de fondos en custodia con el superávit resultante para ayudar a la ONU a hacer frente a emergencias futuras no previsibles.

4. Aceptar contribuciones voluntarias solamente si se proveen con el entendimiento de que el donante no podrá determinar o influenciar excesivamente el liderazgo o la agenda de las agencias o programas a financiar.

5. Incluir los pagos a la ONU como uno de los varios elementos en la fórmula de votación ponderada.

6. Ante la falta de pago por parte de un país de sus obligaciones de financiamiento, responder mediante la reducción proporcional automática de su voto ponderado.

7. Cobrar interés por los pagos presupuestarios atrasados a tasas claramente especificadas.

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PREGUNTAS:

1. El libro discute la difícil relación entre los EEUU y la ONU en términos de sus cuotas adeudadas (págs. 188-91, 201). La mayoría de los estadounidenses se sorprenderían al enterarse de que los EEUU, de hecho, paga un porcentaje menor de su ingreso anual que todas las demás naciones desarrolladas. Las críticas mal informadas de la ONU son comunes en los EEUU. ¿Qué impresión tenías del financiamiento de la ONU y la relación de tu propio país con la ONU antes de leer este libro (este capítulo en particular)? ¿Ha cambiado ahora?

2. ¿Qué opinas del sistema presupuestario propuesto por el autor? ¿Cuáles son sus ventajas/desventajas en comparación a la propuesta “tasa Tobin” en transacciones financieras no productivas (ver pp. 197-98)?

3. El libro (pp. 200-202) lista varios argumentos probables, pero dudosos, en contra de la implementación del sistema presupuestario propuesto: la falta de un diseño impositivo progresivo; un presupuesto de Naciones Unidas significativamente mayor que podría llevar a un “gobierno socialista mundial”; contribuciones significativamente mayores para la mayoría de las naciones; regulaciones para la aceptación de contribuciones voluntarias; etc. ¿Puedes pensar en otras objeciones probables? ¿Cómo responderías a los críticos de estas propuestas?

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Unidad 12: Mantenimiento de la paz, consolidación de la paz y desarme (pp. 207-249)

Nota del editor: Dado que esta unidad se relaciona con un capítulo muy extenso, diverso e importante, los grupos de discusión se beneficiarán probablemente si lo abordan en dos reuniones.


La seguridad – “salvar a generaciones sucesivas del flagelo de la Guerra” – ha sido la preocupación principal de las Naciones Unidas desde su concepción. Aun así, más de 50 millones de personas – en su abrumadora mayoría civiles – han fallecido en, o como resultado directo de, guerras inter-estatales o civiles desde la conclusión de la Segunda Guerra Mundial. Claramente, no se ha alcanzado un éxito satisfactorio en la persecución de este objetivo primordial de la ONU. Cómo mejor mantener la paz y, más recientemente, como construir paz han sido fuente de intensos y a veces mordaces debates en la ONU. Las cuestiones de guerra, paz y desarme sin dudas permanecerán siendo prominentes en los años venideros. Se han presentado muchas propuestas de reforma en seguridad; pero la existencia de dos conjuntos de reglas, una para el P-5 y otro para el resto del planeta, parece – incorrectamente – ser un obstáculo insuperable. En esta Unidad consideramos varias innovaciones clave con el potencial de mitigar sustancialmente la frecuente inhabilidad de la ONU para actuar efectivamente cuando es requerido. Una, ya adoptada (pero que aún necesita refinamiento) es el principio de la “Responsabilidad de Proteger” (RdeP, ver el cuadro de texto al final de esta Unidad). Otras propuestas en el libro son un Cuerpo de Paz de las Naciones Unidas (CPNU) y un Cuerpo de Reserva Administrativa de las Naciones Unidas (CRANU).

Asuntos clave: Mantenimiento de la paz y consolidación de la paz (pp. 208-224)

Si bien ha habido un número impresionante de éxitos en iniciativas de mantenimiento de la paz autorizadas por la ONU, han habido también numerosos fracasos. Aquí nos enfocamos principalmente en los últimos.

1. A pesar de que el Artículo 33 de la Carta de la ONU delinea un amplio rango de métodos no militares para lidiar con amenazas a la paz, se ha

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recurrido inadecuadamente a su uso, provocando así la agudización o deterioro de los problemas hacia el punto de conflictos violentos.

2. El número de conflictos significativos en el mundo excede por mucho la actual capacidad de los mecanismos regionales y de las Naciones Unidas para abordarlos.

3. La resolución de conflictos a través de la intervención de organizaciones regionales también ha sido inadecuada.

4. La formulación de resoluciones del CS para autorizar operaciones de mantenimiento de paz (OMPs) suele ser boicoteada por consideraciones geopolíticas globales o regionales.

5. Las OMPs autorizadas por el CS son raramente financiadas adecuadamente, y las naciones miembro han sido lentas a la hora de proveer el personal requerido para una misión.

6. Los mandatos de las misiones autorizadas no son lo suficientemente claros, y las estrategias de salida no se mencionan o a veces ni siquiera se formulan.

7. La regla general de la ONU que requiere neutralidad en una OMP ha permitido que se cometan atrocidades (p.ej., en Srebrenica) en manos de una o más partes en disputa.

8. Ha habido un marcado cambio en los países que proveen el personal militar (especialmente después del fracaso de las misiones lideradas por estadounidenses a Somalia en 1991-95). Los oficiales de peacekeeping provienen ahora masivamente del Sur global, y muchos están pobremente entrenados y equipados.

9. Las actividades criminales (incluyendo ventas de armas y graves ofensas sexuales) por parte de las fuerzas de mantenimiento de la paz se han vuelto cada vez más comunes.

10. Los intentos por parte de países del Norte global de establecer brigadas de reserva de despliegue rápido para apoyar a la ONU no han sido adecuadamente apoyados; y las naciones contribuyentes en dichos esfuerzos han reservado su prerrogativa soberana de retirarse de misiones cuando lo consideran oportuno.

11. El financiamiento y otras formas de apoyo para la Comisión de Consolidación de la Paz, establecida en 2005, han sido especialmente escasos.

12. La aplicación inicial de fuerza militar en Libia bajo el principio de RdeP fue mucho más allá del mandato establecido por el CS y ha tenido consecuencias catastróficas y persistentes.

13. El fracaso del CS en aplicar la doctrina de RdeP en muchas otras áreas además de Libia ha ocasionado acusaciones de dobles estándares, manchando aún más la ya desfavorable imagen del CS.

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La frecuente inhabilidad o reticencia de la ONU para responder satisfactoriamente a las amenazas a la paz ha llevado (desde 1990) a numerosas operaciones militares que no están bajo el control de Naciones Unidas. En particular, los Estados Unidos ha asumido cada vez más el rol de policía mundial, gastando impactantes sumas en incursiones militares en países que se supone presentan amenazas ya sea para los EEUU o sus aliados. Su pregonada “guerra global contra el terrorismo” ha llevado a la devastación de Afganistán e Irak y la muerte de cientos de miles de civiles inocentes. Existe una desconfianza profunda y generalizada en los motivos de los EEUU y sus aliados.

PREGUNTAS:

1. El Artículo 33 de la Carta de la ONU declara que las partes de una disputa, dentro de o entre naciones, deberían buscar soluciones mediante “negociación, indagación, mediación, conciliación, arbitraje, acuerdo judicial, recurriendo a agencias o arreglos regionales…” ¿Por qué ha sido este consejo ignorado con tanta frecuencia? ¿Qué podría mejorar la probabilidad de utilizar estos métodos diplomáticos?

2. El libro discute los pros y contras de utilizar sanciones (p. 210). ¿Cuándo crees que las sanciones están justificadas y en qué forma? ¿Hay sanciones buenas y malas? Si crees que sí, ¿qué las distingue?

Posibles soluciones: Mantenimiento de la paz y Consolidación de la Paz

Un desafío continuo es la multiplicidad de conflictos civiles o regionales

propagándose simultáneamente (Asuntos #2 y 13 arriba). Se necesita algún

tipo de sistema para priorizar el involucramiento de la ONU, así como

reformas de corto y largo plazo.

En el corto plazo, la ONU debe recurrir cada vez más a la diplomacia

proactiva, depositar más confianza en los órganos regionales como

intermediarios promotores de paz, y aplicar sanciones específicas

sensatamente cuando sus esfuerzos y los esfuerzos regionales son

rechazados. Cuando ninguna de estas medidas pacíficas es suficiente, los

poderes del P-5 deben abstenerse de usar el veto al tratar con violaciones

serias al derecho internacional (genocidio, limpieza étnica, crímenes de

guerra y crímenes contra la humanidad).

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Se necesita un uso mayor y más imparcial del principio de RdeP, y se deben

observar los cuidados necesarios para prevenir su mal uso (p. 219).

Permitiendo un tiempo razonable para los arreglos transicionales (pp. 231-32 and 234-236), se conciben dos agencias clave: a) un Cuerpo de Paz de las Naciones Unidas (CPNU), y b) un Cuerpo de Reserva Administrativa de las Naciones Unidas (CRANU). Éstas se detallan debajo.

a) Cuerpo de Paz de las Naciones Unidas (pp. 224-232):

Una fuerza de elite, de base totalmente voluntaria, abierta a hombres y mujeres calificados (y apropiadamente seleccionados) de todas partes del mundo.

Una fuerza bajo comando directo de las Naciones Unidas, excluyendo la posibilidad de que naciones individuales retiren a sus tropas.

Una fuerza permanente lo suficientemente grande para hacer frente, con poca antelación, a las amenazas más previsibles a la paz.

Una fuerza emplazada en múltiples bases en países predispuestos de tres comandos regionales y funcionando en los idiomas (inglés, francés y español) más prácticos para la región en cuestión.

Además de entrenamiento básico (incluyendo herramientas de negociación y sensibilidad cultural), durante el período de servicio al CPNU se impartirá entrenamiento especializado útil tanto para actividades militares como de post-servicio.

Las fuerzas estarán ligeramente, pero bien, equipadas, lo suficiente para mantener el orden, pero no para involucrarse en grandes operaciones ofensivas.

Hasta que el CPNU tenga su propia capacidad, el apoyo logístico esencial deberá ser provisto, en arrendamiento, por naciones capaces.

El personal del CPNU estará completamente involucrado en actividades de consolidación de la paz en países anfitriones durante los períodos en que no tengan una asignación militar. (Estratégicamente, la consolidación de la paz es un objetivo más importante que el mantenimiento de la paz)

Los mandatos de servicio limitados evitarán la emergencia de una clase militar amplia y aumentarán el número total de jóvenes beneficiados por el servicio al CPNU.

Ante la recepción de un llamamiento de emergencia formal por parte de una mayoría simple de los miembros del CS (sin importar si esa mayoría incluye o no a miembros del P-5), el Secretario General estaría autorizado a iniciar el despliegue rápido de una fuerza limitada –digamos hasta 10.000 tropas – por un período que no excederá los seis meses. Este suministro de emergencia recomendado le permitiría a la ONU darle

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la credibilidad pendiente al principio de RdeP. Para mantener una fuerza del CPNU autorizada por el SG más allá del período de despliegue inicial se requeriría autorización del CS.

Los costos de establecer y mantener el propuesto CPNU excederían sustancialmente los de todas las operaciones de mantenimiento de paz actuales de la ONU. Si bien estos costos podrán parecer prohibitivos al principio, palidecen en comparación con los desembolsos militares nacionales alrededor del mundo. También deberían compararse los costos probables del CPNU con los vastamente mayores gastos de guerra que podría evitar, no meramente los costos de operaciones militares sino también los costos incalculables de vidas perdidas, propiedad destruida, y degradación medioambiental masiva. Adicionalmente, muchos beneficios fluirían de las funciones no militares del CPNU. La comunidad global necesita liberarse de su avaro modo de respuesta ante inminentes amenazas de violencia.

b) Cuerpo de Reserva Administrativa de las Naciones Unidas (pp. 232-36):

La experiencia indica que los problemas endémicos que resultaron inicialmente en la necesidad de una OMP dada llevan con frecuencia a la recurrencia de conflictos o amenazas a la paz poco después de la retirada de las fuerzas de la ONU. La debilidad de la infraestructura administrativa local es una causa principal de estos colapsos. Un CRANU competente podría mitigar en gran medida este problema.

El CRANU tendría las siguientes características:

Su personal estaría compuesto principalmente de hombres y mujeres altamente capaces, en mitad de su carrera, voluntarios y provenientes del Sur global.

El reclutamiento y manejo de los voluntarios estaría basado en un memorándum de entendimiento entre la Secretaría de la ONU y los países de los que provienen los voluntarios. El alistamiento individual tendría una duración no menor a diez años.

El personal del CRANU actuaría como un cuerpo de reserva de servidores públicos especialmente entrenados, disponibles con breve aviso, para asumir el manejo de tareas administrativas necesarias en áreas donde las OMPs estén en marcha o hayan concluido recientemente y donde la infraestructura administrativa esté destruida.

El entrenamiento del personal del CRANU tendría lugar en una Academia Administrativa de las Naciones Unidas durante un período de varios años, e incluiría un plan de estudios central básico, cursos sobre funciones administrativas específicas, y profunda inmersión en la

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historia, idioma y cultura de regiones específicas del mundo donde hay más probabilidad de que se necesiten OMPs. También obtendrían experiencia especializada en temas como finanzas, manejo personal, derecho, administración policial, sanidad y salud pública, tecnología de las comunicaciones, entre otros.

En el terreno, el personal del CRANU trabajaría bajo dirección de la OMP local. Su función sería la de entrenar a sus sucesores, trabajando así para dejar ellos su puesto de trabajo tan rápido como sea posible.

Los voluntarios serían alentados a tomar cursos de actualización cada cierto tiempo para mantener y mejorar sus aptitudes.

PREGUNTAS:

1. Revisa las sugerencias del libro (pp. 209-10) sobre la necesidad de priorizar y resolver proactivamente los muchos conflictos globales significativos propagándose simultáneamente alrededor del mundo. ¿Cómo podrían nuevas políticas tales ser presentadas e implementadas?

2. ¿Puede una fuerza de mantenimiento/consolidación de la paz formada por voluntarios de alrededor del mundo ser funcional? (Considere la Legión Extranjera Francesa y otros ejemplos históricos).

3. ¿Se puede confiar en que la ONU por sí sola proveerá el liderazgo hábil y cohesivo para producir resoluciones globalmente legítimas a conflictos locales donde diferentes poderes mundiales apoyan a los lados opuestos?

4. Aún con la fuerza total sugerida de 300.000 el CPNU sería incapaz de detener un conflicto armado entre dos grandes poderes. Sin embargo – quizás debido al miedo a las ADM (armas de destrucción masiva o “destrucción mutua asegurada”) o algún otro daño inevitable causado por armas “convencionales” poderosas – no ha habido guerra entre dos o más grandes poderes desde la confrontación de China y los Estados Unidos en Corea. A la luz de estos hechos, ¿crees que aun valdría la pena crear un CPNU?

5. Los costos de implementar y mantener un CPNU serían sustanciales, excediendo por lejos los presupuestos actuales de mantenimiento de la paz de la ONU. ¿Te convencen los argumentos sobre el ratio de costo/beneficio presentados en este libro (pp. 229-31)? ¿Cómo podría superarse la esperada resistencia del complejo militar-industrial?

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6. ¿Cuáles son los pros y contras de establecer el CRANU? ¿Qué ventajas significativas ves, aun si la mayoría de los voluntarios del CRANU nunca son llamados a ejercer servicio activo?

Asunto clave: Control de armas y desarme (pp. 236-39)

Nuestro planeta ha vivido bajo el espectro de guerra nuclear desde 1945. Hemos atravesado períodos donde la amenaza de guerra fue particularmente alta (p.ej. la crisis de los misiles en Cuba en 1962), y hemos visto el número de poderes nucleares aumentar de uno a nueve. Como resultado de esto, la mayoría de las personas hoy están tan acostumbradas a una amenaza que saben son incapaces de contener, que su respuesta prevalente es la de negación. Lo mismo es válido respecto a otras armas de destrucción masiva (ADM), especialmente armas biológicas. Aun así, ha habido numerosas negociaciones bilaterales y multilaterales intermitentes con el objetivo de controlar armas nucleares y otras ADM. Comenzaron con el Plan Baruch de los EEUU en 1946 para poner todas las armas y tecnología nucleares bajo control de la entonces nueva Comisión de Energía Atómica de las Naciones Unidas. Sin embargo, la propuesta fue hundida por la URSS debido a la sugerida insistencia en inspecciones externas, que hubiera violado la soberanía soviética. En 1961, un conjunto aún más completo de acuerdos fue negociado entre John McCloy (EEUU) y Valerian Zorin (URSS), solo para ser rechazado por desconfiados halcones en ambos lados de la Guerra Fría. Se puede decir que el pacto nuclear más importante es el Tratado de No Proliferación Nuclear de 1970; pero cuatro de los nueve poderes nucleares actuales (India, Pakistán, Israel y Corea del Norte) se negaron a firmarlo. La amenaza de catástrofe nuclear persiste y puede estar en aumento.

Recomendación: Control de armas y desarme

El libro defiende la abolición total de las ADMs (nucleares, biológicas y químicas) y el establecimiento de regímenes de inspección efectivos, basados ampliamente en los acuerdos McCloy-Zorin y otras propuestas más recientes.

La imposibilidad de alcanzar un acuerdo funcional tiene poco que ver con la ausencia de una agencia apropiada de supervisión de la ONU. Más bien, el problema básico es la falta del nivel de confianza requerido en un mundo aun dominado por un ethos tribal. Esto puede estar derivado de nuestra herencia biológica, pero la agresividad ha sido sublimada en un número de países y comunidades amantes de la paz.

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Aun así, hay apoyo mundial, ciudadano y gubernamental para el desarme nuclear. Las redes de ONGs mantienen sus esfuerzos hacia la reforma. Respecto a la contienda biológica y química, se han alcanzado acuerdos destacables que han sido en su mayoría respetados. La sociedad civil ha sido eficaz en la promoción de apoyo para un tratado prohibiendo las minas anti-personales (tratado no firmado, sin embargo, por los EEUU, Rusia, China e India). Estos avances deberían esperanzarnos. La sociedad civil puede y debe continuar trabajando colectivamente para prohibir las ADMs en general.

Asunto Clave: Terrorismo (pp. 239-242)

El terrorismo ha emergido como uno de los principales asuntos globales desde los traumáticos eventos del 11 de septiembre de 2001. Si bien continúa siendo abordado principalmente a nivel nacional, también se ha vuelto una preocupación significativa para varias partes del sistema de la ONU. Uno debe, sin embargo, reconocer una paradoja fundamental: que el “terrorista” de un lado es frecuentemente el “luchador por la libertad” del lado opuesto.

Recomendaciones: Terrorismo

1. Adopción de un enfoque más deliberativo al confrontar el terrorismo, con mayor cooperación internacional e inter-regional y mayor uso de INTERPOL (la Organización Internacional de Policía Criminal).

2. Mayores esfuerzos de abordar las condiciones de injusticia de raíz que crean y sostienen a las redes terroristas.

PREGUNTAS:

Este capítulo indica que las organizaciones de la sociedad civil han sido las más efectivas en promover esfuerzos de desarme nuclear/ADM.

1. ¿Qué ONGs conoces que estén trabajando en estos asuntos? ¿Cuáles son sus posturas y sus campañas actuales?

2. En el clima político actual, ¿qué anticipas respecto al éxito de los esfuerzos de desarme nuclear/ADM? ¿Qué acciones y posturas son más importantes en este momento?

3. Eventos de baja probabilidad – incluyendo la guerra nuclear – tarde o temprano suceden. Si no eliminamos o reducimos vastamente las

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armas nucleares, ¿cuál supones será la esperanza de vida de nuestro planeta?

La Responsabilidad de Proteger (RdeP) (pp. 219-21)

La siguiente discusión se relaciona a asuntos que se estaban desarrollando mientras la edición original en inglés de este libro entraba a imprenta.

Consciente del fracaso de las Naciones Unidas en prevenir el genocidio de Ruanda en 1994, en el cual aproximadamente 800.000 civiles inocentes fallecieron en alrededor de tres meses, y recordando otros comportamientos genocidas, como la masacre de bosnios en Srebrenica en 1991, el gobierno canadiense estableció una Comisión Internacional sobre Intervención y Soberanía Estatal (ICISS según su acrónimo en inglés), cuyo reporte en 2001 articuló por primera vez el principio radical de “Responsabilidad de Proteger” (RdeP). Destacamos ese principio aquí porque – junto con la creación de la Corte Penal Internacional en 2002 (Unidad 7 de esta Guía) – cambia nuestra forma de entender la soberanía nacional, desafiando la visión tradicional de que los gobiernos pueden actuar con impunidad y hacer lo que deseen dentro de las fronteras nacionales. Más bien, la RdeP proclama que la soberanía confiere responsabilidad tanto como derechos, específicamente la responsabilidad de proteger la población de una nación de violaciones atroces a sus derechos humanos. Aún más, llama a la comunidad internacional a asumir esa responsabilidad, posiblemente incluyendo el uso de la fuerza, cuando un gobierno dado no es capaz o no está dispuesto a hacerlo.

Luego de mucho debate, el principio de RdeP fue incluido en el Documento Final de la reunión cumbre de la AG en 2005. Pero ese documento no incluyó un conjunto de advertencias de la ICISS que tenían la intención de prevenir abusos en el nombre de la RdeP. Entre esas advertencias había estipulaciones de que la intervención con uso de la fuerza sería aplicada solamente: a) para prevenir pérdidas de vida o limpieza étnica a gran escala (en lugar de por otros motivos políticos), b) como último recurso (i.e., cuando la diplomacia ha fracasado), c) cuando hay perspectivas razonables de éxito, y d) cuando las consecuencias no sean peores que las de la inacción.

Si bien fue mencionada en varias resoluciones del CS en el período 2006-2009, no fue hasta 2011, durante la llamada “Primavera Árabe”, que la idea de la RdeP pasó por su primera gran prueba. En ese año, un levantamiento popular en Libia fue severamente suprimido por el entonces dictador, Muammar al-Qaddafi, y existía una amenaza creíble de violencia masiva

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adicional. En la ausencia de una fuerza de la ONU capaz de reestablecer el orden, el CS le confió la tarea a una coalición de la OTAN liderada por los EEUU, la cual rápidamente excedió su mandato, destituyendo a Qaddafi y violando la mayoría de las advertencias de la ICISS. El bombardeo aéreo y los combates por tierra entre fuerzas pro y anti Qaddafi resultaron en decenas de miles de muertos y un éxodo de entre un cuarto y un tercio de la población de Libia (en su abrumadora mayoría trabajadores inmigrantes). La guerra civil – que ahora involucra a numerosas milicias – continúa actualmente bajo condiciones de anarquía.

No ha habido ninguna autorización del uso de la fuerza invocando la RdeP desde el fiasco libio, a pesar de la existencia de numerosas naciones – en su mayoría aliadas de los EEUU – con regímenes represores comparables al de Qaddafi. Esto ha provocado acusaciones a la ONU de aplicar un doble estándar y volverse un vehículo del neo-colonialismo. Las repercusiones son generalizadas, especialmente en el Sur global. Claramente, el principio bien intencionado de la RdeP necesita ser más trabajado si se espera que sobreviva y proteja a aquellos para quienes fue diseñado.

PREGUNTAS:

1. Si estuviera en tus manos la decisión, ¿cuándo considerarías apropiado intervenir con el uso de la fuerza en los problemas de otra nación?

2. ¿Existe alguna razón por la que sería apropiado que otras naciones interviniesen, pacíficamente o no, en los problemas de tu nación?

3. ¿Cómo modificarías y fortalecerías las advertencias que buscan prevenir el abuso del principio de la RdeP y crear condiciones para asegurar que no ocurra ningún abuso?

4. La creación de un Cuerpo de Paz de las Naciones Unidas (CPNU), tal cual se propuso antes en esta Unidad, ¿ayudaría a resolver algunos de los problemas mencionados en torno a la RdeP?

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Unidad 13: Hacia un planeta sustentable y un Patrimonio Común expandido (pp. 250-295)


Las sociedades y las economías se guían por paradigmas que la mayoría de la gente acepta como verdad heredada y a los que suelen adherir mucho después de que la validez de esos paradigmas se vuelve problemática. Este capítulo examina dos paradigmas cada vez más disfuncionales que necesitan ser revisados o reemplazados. El primero, la noción de que el crecimiento económico es bueno ipso facto, debe ser suplantado por la creencia de que el crecimiento futuro debe ser sustentable. No se puede tener crecimiento continuo en un sistema finito sin destruir ese sistema. Segundo es la creencia en que todos los espacios o cosas deberían estar bajo el control exclusivo de estados soberanos y que, dentro de un estado, todo puede ser considerado como commodities o productos sujetos a la propiedad individual. En muchas situaciones, esta idea debe ceder el paso al principio de patrimonio común, que consiste en que porciones de nuestro medioambiente no pueden ser apropiadas y deben ser consideradas como pertenecientes a la humanidad entera. La sustentabilidad y el principio de patrimonio común son soluciones centrales a los mayores problemas de nuestro tiempo.


Desarrollo sostenible

Solo recientemente el mundo comenzó a aceptar, con frecuencia a regañadientes, la naturaleza finita y frágil de su base de recursos. Esto es especialmente cierto respecto a las reservas de petróleo, cuyo control ha provisto la generalmente malinterpretada razón de ser para tantos conflictos en Medio Oriente y otros lugares. Pero la reserva de minerales y, más importante, de tierra cultivable, también es limitada. No hay garantías, a pesar de grandes avances científicos en productividad agrícola, de que la producción de alimentos podrá mantenerse al ritmo del crecimiento poblacional. Las guerras por el agua, un recurso que la mayoría de las personas en las sociedades afluentes han siempre dado por sentado, son cada vez más probables. En algunos lugares (p.ej. Sudán) dichas guerras ya están en camino.

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En gran parte del mundo, la agencia humana está degradando grandes franjas del entorno natural esencial para el mantenimiento de ecosistemas saludables y básicamente de la vida humana. En ningún lado es esto más evidente que en el desmonte generalizado de selvas tropicales en aras de ganancias de corto plazo para las industrias forestales, los hacendados y granjeros antes sin tierra. La extinción o el diezmo de especies de plantas y animales es rampante y aumenta rápidamente. El incremento en las temperaturas atmosférica y oceánica está causando el derretimiento masivo de glaciares, el descongelamiento de hielos perennes y la destrucción de arrecifes de coral. La amenaza que presenta el aumento de los niveles oceánicos es incalculable.

Las conferencias auspiciadas por la ONU ya han abordado estos problemas de muchas formas, así como lo han hecho la sociedad civil y la academia. Abundan las recomendaciones inteligentemente formuladas y practicables. En 2015, la AG adoptó un conjunto de 17 “Objetivos de Desarrollo Sostenible”, incluyendo 169 metas específicas (http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/), a ser alcanzadas globalmente (no solo en naciones en desarrollo) para el año 2030. El problema es que, ante la ausencia de mecanismos de aplicación significativos, la cruzada por ganancias económicas de corto plazo siempre supera al sentido común y el bienestar económico de largo plazo. La humanidad continúa en su curso auto-destructivo. Los Bienes Globales

Ni los estados ni los individuos privados deberían disfrutar de un derecho irrestricto a hacer lo que sea que deseen respecto a recursos que no crearon, especialmente cuando sus acciones tienen consecuencias medioambientales adversas para otras partes de nuestro planeta compartido. Por consiguiente, se necesita reconocer la aplicabilidad de un principio de “patrimonio común” respecto a la atmósfera, el espectro electromagnético, los altos mares, la Antártida, la luna y el espacio exterior. Estos deberían ser compartidos y administrados por toda la humanidad y, en la medida en que su uso genere riqueza, esa riqueza debería ser compartida equitativamente.

De hecho, ya existen varios tratados que conforman con el principio de patrimonio común. La Antártida, por ejemplo, ha sido una región de cooperación notablemente efectiva entre naciones, aún aquellas que han sido adversarias en otras áreas. La cooperación multinacional en el espacio, especialmente entre los EEUU y Rusia, también ha sido destacable. Otros tratados han tenido resultados menos exitosos. Por

http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/

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ejemplo, las negociaciones basadas en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar resultaron en la capitulación a las demandas territoriales de estados costeros por una “zona económica exclusiva” de 200 millas náuticas (ZEE), en lugar de maximizar la porción del océano sujeta al principio de patrimonio común. Y hasta ahora no se ha compartido consecuentemente la riqueza derivada de los bienes.

Tampoco ha emergido ningún consenso respecto a cuánto debería extenderse el principio de patrimonio común. ¿Debería, por ejemplo, ser aplicable a maravillas naturales tales como el Gran Cañón, las Cataratas de Victoria, el Gran Arrecife de coral en la costa australiana y cientos de otros sitios designados como “patrimonios de la humanidad”? ¿Y qué pasa con las creaciones culturales como la Gran Muralla China, el Taj Mahal en India, el Machu Pichu en Perú, y la ciudad de Venecia, considerada de “espectacular valor universal”? ¿Y con la atmósfera de la Tierra, que preocupa no solo por lo que los humanos depositan en ella sino también por su rol como el medio a través del cual viajan las señales de telecomunicaciones? Finalmente, ¿qué pasa con los códigos genéticos de genomas humanos, de plantas y animales, cuyos componentes son de potencial valor médico para humanos en todas partes? ¿Quién debería tomar las decisiones cruciales de qué puede ser clasificado como “propiedad intelectual” y cuan amplias o vinculantes esas decisiones deberían ser? ¿Cómo podemos asegurar que las decisiones sean respetadas?


1. Ampliar y fortalecer el mandato del ECOSOC, reformado como ESEC (Consejo Económico, Social y Medioambiental) (como se discute en la Unidad 5), aumentando en gran medida su habilidad para coordinar y monitorear las políticas de otras agencias de la ONU y, en particular, los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La formulación de políticas necesitará:

a. reconciliar las demandas de los “stakeholders” o partes interesadas con perspectivas marcadamente diferentes:

i. aquellos que prefieren decisiones basadas en el mercado y aquellos inclinados hacia una planificación gubernamental;

ii. estados industrializados y relativamente poco industrializados;

iii. ricos y pobres; iv. estados con democracias seculares y teocracias;

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v. estados bajo severo estrés medioambiental y estados relativamente libres de dichas preocupaciones.

b. aceptar las implicaciones en políticas públicas derivadas de evidencia científica.

c. promover un ethos que ponga el bienestar global y la equidad intergeneracional por delante de los intereses cortoplacistas de naciones con legados ricos en recursos y de gigantes corporativos.

d. establecer un sistema creíble de sanciones para los violadores de las reglas (pero aplicar las sanciones solo como último recurso).

2. Establecer un Consejo de Patrimonio Común de las Naciones Unidas conformado por expertos elegidos por la AG (junto con la APM si dicho órgano ya existiera), para servir sólo con capacidad consultiva. Los miembros del Consejo representarían a todos los principales sectores de la comunidad científica (ciencias biológicas, ciencias físicas, ciencias sociales), humanidades [incluyendo derecho y teología], y el sector privado). Adicionalmente, serían seleccionados de todas las principales regiones del mundo, incluyendo representantes de comunidades indígenas, estados sin litoral o pequeños estados insulares, y respetarían un balance de género.

3. Establecer un principio internacional de “expropiación” delicadamente considerado, permitiendo a la ONU regular y gravar el uso de porciones del ambiente (especialmente en los océanos y la atmósfera) de interés vital para la supervivencia humana.

PREGUNTAS:

1. La adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible indica que el sistema de la ONU (y la mayoría de sus naciones miembro) han reconocido finalmente la importancia de la sustentabilidad en la administración futura de las economías mundiales. Pero una cosa es apoyar la sustentabilidad y otra muy diferente es realmente implementar los cambios de políticas necesarios, con monitoreo estricto para evitar su incumplimiento. ¿Qué será necesario para persuadir a las sociedades/economías individuales de que realicen los ajustes necesarios, y cómo puede la ONU contribuir a ese esfuerzo?

2. En años recientes, muchas fuerzas políticas y MNCs han rechazado evidencia científica respecto a asuntos medioambientales. ¿Cómo podría el sistema de la ONU abordar de la mejor manera este problema?

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3. El crecimiento poblacional afectará la sustentabilidad y el establecimiento de bienes comunes de muchas maneras. Enumera aquellas que consideres más importantes.

4. Las ideas de establecer bienes comunes globales y un derecho global de expropiación están entre las recomendaciones más revolucionarias presentadas en el libro. Sin dudas serán acaloradamente refutadas, a pesar de que la Antártida, la atmósfera, gran parte de los altos mares y el espacio exterior son considerados bienes comunes globales. ¿Puedes concebir un principio general, o un conjunto de principios, especificando qué espacios pueden o no convertirse en bienes comunes globales y cómo mejor se podría gobernar esos espacios?

5. Una cosa es establecer un bien común en espacios no habitados (como la Antártida), pero es muy diferente al tratar con espacios poblados bajo la soberanía de un estado en particular, o con el genoma humano. ¿Crees que deberíamos considerar extender la idea de los bienes comunes a estos nuevos dominios? ¿Cuándo sería el momento de considerarlo?

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Unidad 14: Una nueva arquitectura de gobernanza global (pp. 272-290)

Nota del editor. Para facilitar el pensamiento y la discusión, el rango de asuntos abordados en esta Unidad va más allá de aquellos tratados en el Capítulo 14 (aunque todos los asuntos son discutidos en algún lugar del libro).


Este capítulo demuestra la posibilidad de organizar la multitud de agencias existentes y propuestas discutidas en los capítulos 2 a 13 en lo que podría convertirse en un sistema coherente y funcional de gobierno democrático federal mundial. Tal sistema no crearía una utopía, sino más bien un mundo que es lo suficientemente funcional para sostener una existencia decente para la vasta mayoría de la humanidad. Es dudoso que cualquier intento de menor escala pueda hacerlo.

Si bien el libro reconoce la muy baja probabilidad de que el sistema futuro de gobernanza global será diseñado exactamente como se indica aquí, esperamos que el modelo ideado genere discusiones creativas y conduzca a refinamientos de las propuestas ofrecidas.


Debajo notamos solo unos pocos de los muchos aspectos problemáticos del actual sistema mundial de gobernanza:

1. La ONU es una confederación voluntaria de estados, en lugar de una verdadera y permanente federación. Carece totalmente de (o posee solo en forma embrionaria) los atributos de un gobierno federal viable.

2. Como regla general, las decisiones de la ONU son no vinculantes y pueden ser ignoradas con impunidad.

3. Los enlaces entre varias agencias del sistema de la ONU no están desarrollados adecuadamente.

4. En la mayor parte del mundo las organizaciones regionales emergentes son usadas de manera inadecuada.

5. La voluntad de ciudadanos comunes y la experiencia disponible en las organizaciones de la sociedad civil son generalmente ignoradas en la toma de decisiones de la ONU.

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6. La ONU carece de un verdadero poder ejecutivo; el rol fundamental del Secretario General es el de administrador; solo por default – y de manera muy limitada – el SG puede ejercer liderazgo político significativo.

7. La ONU carece de mecanismos adecuados de planeamiento y financiamiento.


Recomendamos un potencial sistema funcional de gobernanza global (Fig. 14.1, p. 275), un sistema constitucional de gobierno democrático y federal mundial. Este incluiría:

una clara división de poderes entre las ramas ejecutiva, legislativa y judicial del gobierno;

un sistema de frenos y contrapesos entre las tres ramas para prevenir acumulación excesiva de poder por una de ellas;

sistemas de votación ponderada que reflejen realísticamente la distribución verdadera de poder en el mundo, pero que se muevan progresivamente hacia el objetivo de “una-persona-un-voto”;

una división de las competencias legislativas entre los niveles central (federal) e inferiores (regional, nacional y local) de gobierno, por medio del cual, de acuerdo al “principio de subsidiariedad”, las tareas legislativas son realizadas por agencias competentes en el nivel gubernamental más bajo posible;

voces significativas para la sociedad civil;

transparencia y accountability gubernamentales máximas;

una capacidad de recaudar ingresos suficientes para mantener el sistema;

mecanismos por medio de los que el comportamiento criminal de grupos e individuos pueda ser identificado y apropiadamente sancionado.

A continuación se resumen los componentes del sistema propuesto:

Campo I: Agencias centrales especificadas constitucionalmente con mandatos generales u “ómnibus”, extendido a todos los dominios que ocupan a la ONU.

Consejo Ejecutivo: formado por un número selecto de individuos

(recomendamos 12), elegidos por la Legislatura de entre una lista de

candidatos seleccionados regionalmente. (Las funciones recomendadas

están enumeradas en la p. 276). Un poder ejecutivo plural, con presidencia

rotativa entre los miembros del Consejo; esto evitaría la ascendencia de

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cualquier región, bloque político o nación singular (ver pp. 284-86 y cap.

4).

Legislatura (empoderada para promulgar legislación vinculante limitada

a un rango restringido de preocupaciones verdaderamente globales):

o Asamblea General: representando estados, incluyendo futuras

federaciones regionales (ver cap. 2)

o Asamblea Parlamentaria Mundial: representando personas (ver

cap.3)

Corte Internacional de Justicia: El órgano judicial supremo. Juristas

nominados por el Comité Ejecutivo y aprobados por la Legislatura.

Juzgaría solamente casos considerados de gran importancia global.

Secretaría: funciones administrativas de la ONU. Encabezada por un

Secretario General electo. Funciones administrativas y ceremoniales,

facilita la ejecución de decisiones y programas de otras agencias de la

ONU, traducciones, facilitación del enlace entre agencias de la ONU y

entre agencias internas y externas.

Las agencias fuera del Campo I están clasificadas en cuatro ámbitos operativos: de seguridad, del bienestar humano, económico y medioambiental.

Campo II: agencias centrales especializadas. Especificadas constitucionalmente. (pp. 277-79) Incluiría el Cuerpo de Paz de las Naciones Unidas (CPNU) (cap.11), la Corte Penal Internacional (cap.7), el Consejo de Derechos Humanos (cap.6), el ESEC (cap.5) y el Consejo del Patrimonio Común de las Naciones Unidas (CPCNU) (cap.13). Una Comisión Electoral aseguraría la legitimidad de las elecciones a nivel global, y una Junta de Auditores examinaría las cuentas financieras de todas las entidades dentro del sistema de la ONU, creando así más transparencia y accountability en todo el sistema. También se recomiendan una Corte Económica y una Corte Medioambiental.

Campo III: agencias no-centrales de la ONU (pp. 279-84): Varias agencias especializadas (p. ej. OMS, UNESCO, OIT, etc.) para coordinar y realizar las tareas necesarias.

Interacción entre campos III y IV (pp. 286-88): Consejos de coordinación representando a las agencias de la sociedad civil legalmente fuera de la ONU, pero cada vez más influyentes en la toma de decisiones dentro de la ONU. Cada uno de estos Consejos (cap.10) se encargaría de examinar, sopesar y consolidar las preocupaciones principales de grupos de ONGs trabajando en conjuntos de asuntos relacionados (paz y seguridad,

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derechos humanos, gobernanza democrática, desarrollo y el medioambiente). Además, se mejorarían los Pactos Globales (cap.10), por medio de los cuales entidades no gubernamentales (principalmente corporaciones) pueden cooperar con agencias de la ONU para promover objetivos de desarrollo.

Organizaciones de nivel regional o inferior (no indicadas en la Fig. 14.1) también jugarían un rol importante en la resolución de asuntos no globales.

A lo largo del libro, hemos indicado posibles soluciones a una multitud de problemas estructurales y operativos. No sugerimos, sin embargo, que haya ninguna secuencia perfecta para alcanzar los cambios recomendados. La trayectoria del cambio dependerá en parte de los eventos mundiales que están en gran medida fuera del control humano, así como de las acciones y agendas de los futuros líderes globales. Aun así, ofrecemos aquí algunas recomendaciones respecto a unas pocas iniciativas posibles de alta prioridad:

1. Una Asamblea Parlamentaria Mundial (cap.3). En la era de flujos de información masivos e instantáneos, se está volviendo más y más difícil para los líderes políticos ignorar la voluntad expresada del público al que supuestamente sirven. Una APM bien diseñada puede proveer expresiones legítimas de esa voluntad, aún si solamente, al comienzo, en una capacidad consultiva. También podría servir como un catalizador para cambios más profundos.

2. Mejor capacidad de generación de ingresos (cap.11). Es poco lo que puede alcanzarse sin contar con financiamiento seguro. La ONU podría escapar de su rol de suplicante eterno a un puñado de las naciones más ricas del mundo (lo que normalmente favorece el status-quo) y recaudar al menos el doble de sus ingresos actuales, gravando a las naciones miembro tan poco como el 0,1% de su INB, para empezar, y aumentando esa cantidad gradualmente a medida que el sistema de la ONU expanda su capacidad de utilizar los fondos eficientemente.

3. Un Cuerpo de Paz de la ONU (cap.12). El desencanto en aumento para con la ONU y la reversión a políticas nacionalistas provienen en gran medida de la incapacidad del CS de ponerse de acuerdo en medidas de mantenimiento de la paz en lugares como Siria o de los mínimos resultados positivos de muchas misiones autorizadas que no contaban con los recursos suficientes. La provisión, a través de un CPNU de elite, de respuestas robustas a conflictos de alto perfil podría revertir esta tendencia y conducir a nuevas iniciativas de reforma.

4. Un mecanismo de planeamiento adecuado. Al enfrentar una cantidad de amenazas y desafíos, la ONU ha respondido periódicamente autorizando

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comisiones encargadas de realizar recomendaciones para cambios sistémicos. Si bien los reportes resultantes típicamente han tenido considerable mérito, no logran desafiar el defectuoso paradigma del sistema westfaliano de estados soberanos en el que se basa el sistema actual. El debate debería reabrirse y necesita prolongarse por un período de varios meses, sino años, por parte de un grupo de personalidades estatales y académicas altamente respetadas dispuestas a priorizar los intereses mundiales de largo plazo por sobre los intereses cortoplacistas de sus propias naciones. Si la ONU es incapaz de asumir tal esfuerzo, entonces los miembros progresivos de la sociedad civil deberán tomar la delantera.

PREGUNTAS:

1. ¿Por qué un sistema de frenos y contrapesos es un aspecto esencial de los planes para un gobierno democrático federal mundial?

2. Si el mundo se quedara corto y no llegara a la instancia de crear un gobierno mundial, ¿podría aún funcionar adecuadamente en las generaciones/siglos por venir?

3. Si fuera a existir un gobierno mundial, ¿podríamos garantizar que sería/se mantendría razonablemente democrático? ¿Cuánto importaría si algunas naciones no cumplen inicialmente con las expectativas democráticas? ¿Qué métodos han logrado contener la tiranía en el pasado?

4. ¿Puedes pensar en casos reales en los que estados no democráticos han evolucionado pacíficamente hacia la democracia? ¿Cómo sucedió?

5. Si fuera a existir un gobierno mundial, ¿tendría que ser federal por naturaleza? Fundamenta tu opinión.

6. ¿Por qué las “Declaraciones de Derechos” son esenciales en constituciones funcionales?

7. ¿Cuáles son los pros y contras de establecer un poder ejecutivo plural? (p. 284)

8. ¿Cuánta energía deberían dedicar los activistas comprometidos globalmente en promover competencias gubernamentales a nivel regional?

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9. ¿Deberían las organizaciones internacionales poderosas como la OMC, la OCDE y las instituciones de Bretton Woods pertenecer al paraguas de la ONU a efectos de facilitar el planeamiento programático? Si la respuesta es afirmativa, ¿cómo?

10. ¿Consideras que las cuatro iniciativas recomendadas arriba (APM, mejor financiamiento, Cuerpo de Paz de las Naciones Unidas y mejor planeamiento) son las más probables de recibir apoyo sustancial? ¿Le restarías importancia a alguna de las cuatro? ¿Hay otras iniciativas que consideres especialmente prometedoras? En caso que sí, ¿por qué?

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Unidad 15: Llegando (pp. 291-305)


Aunque prácticamente todas las personas anhelan ser libres del flagelo de la guerra, el terrorismo, la pobreza y las catástrofes ecológicas, existe aún muy poco compromiso de trabajar por dichas causas. Hace falta un sentimiento ampliamente compartido de urgencia. Por lo tanto, nos movemos cada vez más hacia el desastre colectivo. Esto puede y debe ser revertido. Debemos acopiar la voluntad, sabiduría y espíritu cooperativo requeridos. ¡Y debemos hacerlo muy pronto!

A lo largo del libro, hemos presentado una veintena de propuestas de reformas sustanciales del actual sistema de gobernanza global que creemos son necesarias para permitirle a la humanidad superar los riesgos provenientes de un mundo cada vez más interconectado e interdependiente. La humanidad no tiene otra alternativa válida más que planear para el futuro. Pero ningún plan de reforma, sin importar cuan lógica y meticulosamente presentado sea, tendrá mucho valor si no es apoyado por una masa crítica de tomadores de decisiones y engendra en ellos la voluntad de involucrarse en acciones significativas. En esta Unidad de nuestra Guía de Estudio mencionamos algunos obstáculos básicos en el camino del cambio y algunas maneras de superarlos.

Asuntos Clave: (pp. 292-303)

El clima político doméstico: La política a nivel global y local están inevitablemente entrelazadas. En gran parte del mundo, sin embargo, se le da muy poca importancia a la política global. En particular, la pregunta que más surge en muchas elecciones democráticas es “¿Qué es lo mejor para nuestro país?” en lugar de “¿Qué es lo mejor para nuestro planeta compartido?” Las MNCs enormemente pudientes – especialmente aquellas vinculadas al llamado “complejo militar-industrial” en los EEUU y su equivalente en una pequeña cantidad de otros grandes poderes – dominan el sistema político en un grado excesivo y tienen poca consideración por el rol potencial del sistema de la ONU. Los intereses financieros dominan muchas instituciones clave. Por lo general, los medios son cómplices. Reina el nacionalismo.

El sistema educativo: El apoyo al nacionalismo – en su mayoría benigno, pero con frecuencia ultranacionalista o “patriotero” – también caracteriza

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a la mayoría de los sistemas educativos. Desde los primeros años de escuela, los niños son indoctrinados en una lealtad incuestionable al Estado. Esto sucede en la mayoría de los estados democráticos así como en las autocracias como Corea del Norte. No hay en general un ethos de lealtad a la Tierra y a todos sus habitantes. Los planes de estudios minimizan la importancia de la historia, geografía y culturas de las áreas fuera del propio país.

Sociedad civil: Si bien el número y la influencia de las organizaciones de la sociedad civil (OSCs) ha aumentado a grandes pasos durante el último medio siglo, no se ha concebido aún una manera por la cual integrar eficientemente su sabiduría y experiencia dentro de nuestro sistema de gobernanza global. Además, la sociedad civil sigue dominada por el Norte global y carece de accountability democrática.

Inercia y esclerosis del actual sistema de las Naciones Unidas: Las deficiencias del actual sistema de la ONU para responder a los grandes cambios globales son notorias y no son accidentales. La Carta fue escrita de manera de dificultar las enmiendas, preservando así el control absoluto por parte del P-5 sobre la organización e impidiendo cualquier reforma estructural de gran envergadura. El casi universal método una-nación-un-voto para la toma de decisiones es totalmente irrealista.

Falta de coordinación en las iniciativas de reforma: Dadas las dificultades citadas arriba, es poco sorprendente que, en la mayor parte del mundo, las iniciativas de reformar el sistema de la ONU hayan ganado muy poca tracción. Si bien se pueden encontrar grupos pequeños con una agenda de reforma en una cantidad de países, especialmente en el Norte global, no hay líderes ampliamente respetables (más allá de, se podría decir, el Papa Francisco) u ONGs abogando enérgicamente por un sistema de gobernanza global eficazmente reformado.


En los párrafos precedentes hemos intentado presentar una sincera reflexión de la multiplicidad y magnitud de los obstáculos en el camino hacia la creación de un mundo funcional. Más allá de cuán formidables puedan ser esos obstáculos, estamos convencidos de que una reforma fundamental es necesaria y que si no se toman acciones oportunamente, presenciaremos enormes perjuicios en sufrimiento humano y daños medioambientales. No hay un lugar obvio por donde comenzar. La naturaleza, más que la agencia humana, puede determinar nuestras prioridades. Las catástrofes pueden forzar el cambio. ¿Pero por qué

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deberíamos esperar a la próxima catástrofe para empezar a poner nuestra casa en orden? En respuesta a los desafíos mencionados arriba, ofrecemos la siguiente estrategia multidimensional y de largo plazo para el cambio:

Mejorar el clima político y económico doméstico para facilitar las labores de reforma: Debemos de alguna manera crear – o restaurar – un equilibrio viable entre las preocupaciones de política doméstica e internacional y entender los nexos entre ambas. Los ciudadanos deben recuperar el control político hoy en manos de las MNCs y oponerse al complejo militar-industrial. Las leyes deberían permitir a los medios expresar opiniones políticas poco populares sin miedo a la represalia.

Establecer un sistema de educación global y promover el desarrollo de un ethos cosmopolita: Las escuelas deben enseñar y promover un ethos o ética global, en el que todas las personas se reconozcan como miembros de una única familia humana, ciudadanos de un hogar planetario común y guardianes del bienestar de las generaciones futuras. Los sistemas educativos deben ser sustantivamente revisados y “desparroquializados”. Debe cultivarse el arte del pensamiento crítico. Deberían expandirse enormemente las oportunidades de experimentar personalmente y aprender de culturas extranjeras (incluyendo el dominio de idiomas).

Crear redes efectivas de la sociedad civil: Deben formarse redes efectivas de OSCs con agendas relacionadas y encontrar maneras por las cuales sus voces colectivas y su experiencia puedan recibir reconocimiento efectivo (ver la propuesta para consejos de coordinación de la sociedad civil en el Capítulo 10.) Se debe además resolver razonablemente el problema de la brecha Norte-Sur con respecto a la efectividad de las OSCs.

Reformas clave del sistema de la ONU: Varios cambios clave pueden servir como catalizadores para poner en marcha el motor de la reforma. Diseñar un sistema simple y confiable de recaudación de ingresos puede mejorar en gran medida la capacidad de las agencias de la ONU y restaurar la confianza en la ONU en su totalidad. El establecimiento de una Asamblea Parlamentaria Mundial debería, con el paso del tiempo, proveer un fórum para las voces de ciudadanos comunes y hacer presión en líderes democráticos en potencia en pos de las reformas necesarias. La adopción de votación ponderada realista en las agencias de toma de decisión debería impartir credibilidad y un sentido de justicia a las decisiones tomadas. La creación de un Cuerpo de Paz permitiría revertir la costosa e ineficaz carrera armamentística mundial.

Forzar alianzas estratégicas: Si bien las OSCs probablemente lideren el camino, deben asegurar el apoyo de naciones democráticas progresistas,

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reconocidas y confiables tanto del Norte y Sur globales. Solo ellas tienen la base legal para presentar reformas ante la AG, el CS, la (propuesta) APM y otras agencias de la ONU. Reclutar organizaciones regionales también debería probarse políticamente útil. Un apoyo activo de ganadores del Premio Nobel y otras reconocidas personalidades estatales senior (preferiblemente retiradas), filósofos, científicos, líderes religiosos (e instituciones basadas en la fe) y otros formadores de opinión pública podrían ser invaluables.

PREGUNTAS:

1. Hemos limitado nuestra lista de “posibles soluciones” a cinco temas de alta prioridad, aunque muchos otros hubieran sido posibles. ¿Estás de acuerdo con nuestra selección? En caso negativo, ¿qué deberíamos haber agregado o quitado?

2. Si fueras pro-reforma de la ONU y un poderoso formador de opinión pública, ¿a cuál de nuestras cinco áreas de reforma dedicarías más atención? ¿Por qué?

3. ¿Es el cambio incremental la forma preferida de proceder, o es necesario un cambio masivo? ¿Cuáles son los pros y contras de ambos enfoques?

4. ¿Cómo podrían los cambios demográficos globales promover o

impedir los esfuerzos de reforma de la ONU?

5. Dadas las tendencias y periódicas contra-tendencias en el mundo, tal como las observas, ¿cuál crees es una fecha razonable para alcanzar alguna aproximación del “mundo funcional” que imaginamos?

6. Supongamos que hay ciertos países que no desean formar parte del proceso de reforma. ¿Debería el resto del mundo seguir adelante sin ellos, asumiendo o esperando que los recalcitrantes eventualmente se incorporen? En tal caso, ¿cuál, en tu opinión, debería ser la masa crítica necesaria para avanzar? ¿Por qué?

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REFLEXIONES FINALES

Nuestro planeta es un organismo complejo e interdependiente.

Los problemas globales requieren soluciones globales.

El mundo es mi país, todos los seres humanos son mis hermanos, y hacer el bien es mi religión. – Thomas Paine

La ley de la fuerza debe someterse a la fuerza de la ley.

La soberanía nacional implica responsabilidades así como derechos.

Todos los seres humanos son creados iguales y provistos de derechos humanos inalienables.

El gobierno debería ser de la gente, por la gente y para la gente.

La paz duradera requiere justicia. La justicia requiere derecho vinculante y aplicable. El derecho justo requiere un gobierno democrático.

Por lo tanto, la paz duradera global requiere un gobierno democrático global.

La capacidad del hombre para la justicia hace posible la democracia; pero es la inclinación del hombre a la injusticia lo que la hace necesaria. –

Reinhold Niebuhr

Cuando se intenta cambiar un sistema político de larga data, habrá inevitables reveses; pero esos reveses pueden ser superados.

El diseño de las agencias de toma de decisiones afecta la calidad y legitimidad de sus decisiones. Sistemas globales bien diseñados deberían

ser acuerdos de compromiso que tomen en consideración los intereses de diversos actores en el escenario global. Esto se puede alcanzar

mediante fórmulas realistas de votación ponderada.

SI bien la utopía está fuera de nuestro alcance, podemos crear un mundo funcional y progresivamente mejor.

No es porque sea difícil que tenemos miedo a actuar; es porque tenemos miedo a actuar que es difícil. – Séneca

Querer es poder (Where there’s a will, there’s a way).

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De aquí en adelante, la política exterior de cada nación debe ser juzgada en cada punto por una consideración: ¿Nos lleva a un mundo de ley y orden o nos lleva de nuevo a la anarquía y la muerte? – Albert Einstein

Nada es más poderoso que una idea a la que le haya llegado su momento. - Victor Hugo

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RECURSOS SUPLEMENTARIOS

El volumen de literatura impresa y digital sobre el sistema de las Naciones Unidas, y más ampliamente sobre gobernanza global, es enorme, excesivamente diverso y en rápido crecimiento. Si bien nos encantaría proveer a nuestros lectores con un menú generoso de los trabajos disponibles, hemos encontrado aquí más conveniente presentar una lista limitada de trabajos fácilmente accesibles en inglés, escritos en su mayoría para lectores generales – incluyendo estudiantes de secundaria y universitarios – y publicados en los últimos diez años. Afortunadamente, varios de estos trabajos contienen excelentes bibliografías que permitirán a los lectores explorar más profundamente aspectos particulares de la gobernanza global, así como del sistema en su totalidad.

TRABAJOS IMPRESOS

Fasulo, Linda: An Insider’s Guide to the UN, third edition (Una guía de la ONU desde adentro, tercera edición). New Haven, CT: Yale University Press, 2015. Un entretenido y bien ilustrado recuento de los métodos de trabajo y los logros de la ONU y sus agencias especializadas.

Jolly, Richard; Emmerij, Louis; Weiss, Thomas G.: UN Ideas that Changed the World (Ideas de la ONU que cambiaron el mundo). Bloomington, IN: Indiana University Press, 2009. Un resumen de quince volúmenes previamente publicados del Proyecto Historia Intelectual de las Naciones Unidas indicando, tema por tema, la evolución del pensamiento de la ONU sobre las políticas a perseguir; y evaluando los éxitos y fracasos en el camino.

Weiss, Thomas G.: “What Happened to the Idea of World Government?” (“¿Qué pasó con la idea de un gobierno mundial?”) (Discurso Presidencial durante la 50° Convención de la Asociación de Estudios Internacionales, 16 de Febrero de 2009); publicado en International Studies Quarterly, 53, pp. 253-271. Narra el dramático ascenso del movimiento por un gobierno mundial, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, su empinado declive durante la Guerra Fría, la negativa a incluirlo como materia respetable para el diálogo académico, y su reciente resurgimiento como asunto de seria consideración.

Weiss, Thomas G.: What’s Wrong with the United Nations and How to Fix It, third edition (Qué está mal con las Naciones Unidas y cómo arreglarlo, tercera edición) Malden, MA: Polity Press, 2016. Esta obra, escrita por el experto líder en los EEUU sobre temas de la ONU, ofrece un diagnóstico de las

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muchas limitaciones del sistema y prescribe un conjunto de medidas prácticas y alcanzables para eliminarlas o mitigarlas en el relativamente corto plazo.

Weiss, Thomas G. and Daws, Sam (eds.): The Oxford Handbook on the United Nations. Oxford: Oxford University Press, 2007. Un trabajo de referencia enciclopédica que contiene 40 capítulos y 48 autores expertos; aborda las premisas teóricas subyacentes al sistema de la ONU, la estructura y trabajo de los principales órganos, las actividades primordiales, las relaciones de la ONU con otros actores, y las perspectivas de reforma.

RECURSOS EN INTERNET

http://www.un.org/ El sitio web de la Organización de las Naciones Unidas provee una cobertura confiable, actualizada regularmente y fácil de digerir de noticias, estadísticas y otros datos, en múltiples idiomas. También sirve como un eje de conexión entre varias agencias afiliadas, cada una de las cuales tiene un sitio web propio.

http://www.un.org/news/ Centro de Noticias de la ONU, con los titulares de último momento sobre las Naciones Unidas.

https://www.theguardian.com/world/unitednations Noticias relacionadas a temas que ocupan a la ONU, provistas por el periódico británico The Guardian.

http://www.wfuna.org/ Federación Mundial de Asociaciones de las Naciones Unidas, “una organización global sin fines de lucro representando y coordinando una membrecía de más de 100 Asociaciones de las Naciones Unidas (ANUs) nacionales y sus miles de constituyentes. Guiados por nuestra visión de una Naciones Unidas que sea una fuerza poderosa para afrontar los desafíos y oportunidades comunes globales, la FMANU trabaja para fortalecer y mejorar la Organización de las Naciones Unidas”.

http://wfm-igp.org/ World Federalist Movement – Institute for Global Policy (Movimiento Federalista Mundial – Instituto para Políticas Globales), “una organización sin fines de lucro y apartidaria comprometida con alcanzar paz y justicia globales a través del desarrollo de instituciones democráticas y la aplicación del derecho internacional”.

http://acuns.org/

http://www.un.org/

http://www.un.org/news/

https://www.theguardian.com/world/unitednations

http://www.wfuna.org/

http://wfm-igp.org/

http://acuns.org/

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Consejo Académico sobre el sistema de las Naciones Unidas, “una asociación profesional global de instituciones educativas y de investigación, académicos y profesionales activos en el trabajo y estudio de las Naciones Unidas, las relaciones multilaterales, la gobernanza global y la cooperación internacional”.

http://wgresearch.org/ World Government Research Network (Red de Investigación por un Gobierno Mundial), “Promoviendo el diálogo académico sobre integración global”.

http://wgresearch.org/annotated-bibliography/ El sitio web del World Government Research Network incluye una excellente bibliografía comentada.

http://en.unpacampaign.org/ Campaña por una Asamblea Parlamentaria de las Naciones Unidas, “una red global de parlamentarios, organizaciones no gubernamentales, expertos y ciudadanos involucrados que defienden una representación democrática de los ciudadanos del mundo en las Naciones Unidas” (ver Unidad 3).

http://worldcitizen.wikia.com/wiki/World_Federal_Government Este artículo discute la idea de un gobierno democrático federal mundial. Incluye los principios, historia y potenciales beneficios, así como respuestas a críticas comunes (ver Unidad 14).

http://wgresearch.org/

http://wgresearch.org/annotated-bibliography/

http://en.unpacampaign.org/

http://worldcitizen.wikia.com/wiki/World_Federal_Government

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TRANSFORMANDO EL SISTEMA DE NACIONES … · Joseph E. Schwartzberg: Un activista de la paz y la justicia toda su vida, Joe ha liderado muchas organizaciones, especialmente aquellas