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año 1 • núm. 8 • octubre 16 de 2012

Tintero de las Musas 8

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“Donde existe lo desconocido, existe aún la esperanza”, dice Thornton Wilder en sus famosísimos Idus de Marzo. Tal vez sea esto lo que nos lleva a hacer de nuevo nuestra tercera revista: la gana de que usted, querido lector la lea, y le llene de simpatía y de interrogantes. Les presentamos este nuevo esfuerzo de nuestras musas.

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Directorio:EDITORAGilda Montaño HumphreyACUARELASBenito Nogueira Ruiz

DiseñoHelí López Sandoval

AMMPE Delegación Estado de México y Vicepresidencia Nacional

Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y EscritorasWorld Association of Woman Journalist and Writers

Association Mondiale de Femmes Journalistes et Ecrivians

año 1 • núm. 8 • octubre 16 de 2012

2 Editorial

4 Irma Fuentes* el periodismo ¿Un o un estado de ánimo?

8 Graciela Sanatana Benhumea LA SOCIEDAD DEL SOL DE TOMÁS CAMPANELLA

12 Gilda Montaño Humphrey LOS PARADIGMAS DE LA HISTORIA

16 Maricarmen Aguilar Franco Más de sor Juana Yo. La peor… peor de todas

20 Gloria Diazgonzález de Libien ¿Que por qué quiero a mi escuela normal?

22 Graciela Sanatana Benhumea como una enredadera con nidos y cocuyos

26 Gilda Montaño Humphrey Poemas 28 Maricruz Castro Ricalde diario de una pasión ¿otra película para chicas?

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Editorial

“Donde existe lo desconocido, existe aún la esperanza”, dice Thornton Wilder en sus famosísimos Idus de Marzo. Tal vez sea esto lo que

nos lleva a hacer de nuevo nuestra tercera revista: la gana de que usted, querido lector la lea, y le llene de simpatía y de interrogantes. Les presen-tamos este nuevo esfuerzo de nuestras musas.

En este nuevo número, les comentamos de la ruptura de un viejo pa-radigma y el de la anticoncepción de la mujer. Pasaron muchísimos años y por supuesto sucesos. Gilda Montaño insiste: Felizmente y con muchas vicisitudes, llegaron los años cincuentas y fue cuando se obtuvo el hallaz-go en México de la píldora anticonceptiva. Habremos de recordar que fue el Doctor Jorge Martínez Manantou quien en 1951 descubrió para el mundo entero los anticonceptivos hormonales, hecho que revolucionó bio-psico-social y culturalmente a la mujer hasta ese momento. Sin em-bargo, dicen los libros de texto de la Secretaría de Salud, que México goza del privilegio de haber sido la cuna de la anticoncepción hormonal; en octubre de 1951, George Rosenkranz, Carl Djeerassi y Luis E. Mira-montes, lograron la síntesis de la noretisterona. Con ese descubrimiento, se inicia la era de la píldora anticonceptiva y de la anticoncepción hormo-nal como una posibilidad al alcance de millones de mujeres.

Graciela Santana vuelve a entusiasmar a su público, haciendo una investigación –de nuevo—de la vida de un hombre de excepción: Tomás Campanella. ¿Qué quién fue este hombre y cómo en el transcurso del tiempo y la distancia logra subyugarnos con su prodigiosa inteligencia multicultural y multidisciplinaria? Ella nos lo relata. Campanella ense-ñaba que se tiene que llegar a un nuevo orden mundial, barriendo las tiranías, los sofismas y las hipocresías. Considera que, puesto que la humanidad es una, uno debe ser el Estado que la gobierne, y este Es-tado visible tiene que modelarse en el Gobierno invisible que ya existe. Por lo tanto, tendrá que existir una estructura piramidal, con una figura ‘solar’ que unifique en sí la autoridad espiritual y el poder temporal. Filósofos-sacerdotes deben asistir a este Rey. Tres serán las funciones del Estado, reflejo de la triple “primalità”: …seguridad, educación, y trabajo y producción…

Por supuesto que la revista se la llevan dos de las antiguas, impeca-bles y estupendas periodistas mexicanas. Una, que ha sido nuestra, y que desde hace cincuenta y tantos años, escribe sus famosas “Crinolinas” con el nombre de Maricel: ella es Gloria Diazgonzález de Libien… La otra, la famosa Irma Fuentes, que ya también con cincuenta años en la historia del periodismo nacional, e iniciadora de la AMMPE, nos regala su escrito. Una habla de su famosísima Normal Superior: Esas épocas de mi vida estudiantil fueron las mejores de mi juventud. No pensaba yo más que en estudiar y aunque no fui alumna brillante… gozaba enormemente de mi

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escuela… La otra, del periodismo, como acontecer nacional: El Sueño resulta, por ello, un poema al conocimiento humano, un asomo maravi-

Nos hemos dado a la tarea de presentarles a cada una de las musas. Ahora la descripción la hace Graciela Santana, quien se da a la tarea de escribir y describir a Gloria Diazgonzález de Libién, llena de amor en estos términos: Hablo desde el fondo de mi corazón y con emoción pro-funda, de esta gran hermana, amiga, compañera maestra, periodista, mujer noble, mujer buena, a la que ni los avatares de la vida, ni la edad, ni las -a veces- adversas circunstancias, han podido doblegar, porque es como su nombre, una flor gloria enredadera perenne, de tallo firme y de raíces muy hondas…

Maricarmen Aguilar Franco, termina su ensayo de Sor Juana y La peor, peor de todas. La libertad, dice, es asunto más de la voluntad que de la sapiencia. Podéis sentirlo como yo, cuando escribí “Primero Sueño”, en el

Filotea de la Cruz.Tenemos como cierre con broche de oro, la interpretación de la pelí-

cula Diario de una Pasión, que hace Maricruz Rivera y que es una película romántica, de ésas que los espectadores poco conocedores encasillarían como una cinta más “para mujeres”. Cuenta la historia de amor de una joven rica y bella con un chico igual de bello, pero pobre. La narración corre en dos niveles: el del presente, en donde un anciano (Robert Powell) le lee un libro a una mujer mayor (Rowlands) que sufre Alzheimer y el del pasado, que no es sino la trama del libro que está siendo leído.

Total… con nuestros escritos:

Abrimos el almaderrumbamos penaresnos declaramos propietarioso genuinos compradores

O tal vez nos conformamoscon hacer sonar el aldabón

Usted decide.

Gilda Montaño Humphrey

Habremos de recordar que fue el Doctor Jorge Martínez Manantou quien en 1951 descubrió para el mundo entero los anticonceptivos hormonales, hecho que revolucionó bio-psico-social y culturalmente a la

mujer hasta ese momento.

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el periodismo¿Unoficioounestadodeánimo?

Irma Fuentes*

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El simple hecho de nacer es, creo firmemente, adquirir voluntaria-

mente o por fuerza una serie de com-promisos y de riesgos que sólo ter-minarán al morir. Y cuando entre aquellos se adopta al periodismo como forma de vida, ambos factores se multiplican exponencialmente.

Porque el periodismo puede ser un ofi-cio o un arte, pero no puede dejar de ser una vocación irreductible; si no lo es, deja de ser periodismo para convertirse en ocupación de diletante, en simple relato más o menos bien escrito, según el caso.

Porque el periodismo es, Tiene que ser un estado de ánimo, una pasión que con-vierta a quien lo ejerce en esclavo devoto de sus prácticas, de su disciplina, de sus ritos, de sus ansias de llegar a la verdad… El periodista necesita saber, descubrir su universo para sentir el enorme placer de describirlo… Y en búsqueda de ello, dor-mido o despierto analiza lo que observa, toma nota, interpreta y resume en un pá-rrafo mental sus hallazgos… que servirán de base para la investigación vital.

Porque el periodista, en el fondo está consciente de que lo que cree saber es so-lamente una fracción de lo que existe… que todo está ligado a todo y, por tanto, no basta un dato aislado sino que requiere conocer todo el entorno, su origen, su re-lación con otros hechos y, sobre todo “lo no dicho”, lo que se oculta en lo aparente. Sólo así podrá aproximarse no a la verdad, que bien sabe que no alcanzará como tal, sino a una explicación aceptable…

En esa búsqueda, se va aislando, pos-pone la reunión con los amigos, la compa-

El Sueño resulta, por ello, un poema al conocimiento humano, un asomo maravillado hacia el misterio; un acercarse al saber filosófico, pero también al científico.

ñía de su familia y queda sin más interlocuto-res que los del “gremio”, colegas o informantes. Ahí abreva otras teorías, nuevas explicaciones que le dejan más preguntas y en solitario, vuelve a buscar datos, les da vuelta hasta que cansado, a veces duerme… sólo para despertar con la certeza de que no importa cuántos esquemas se formule, la verdad final se le escapa…

Pero en el ínterin, tropieza con retazos y despojos de lo que llaman “realidad”… y se da cuenta con angustia de que si ésta, terri-ble como parece se sobrepone a la verdad es quizá, más por piedad que por vicio; porque si aquella desnudara su real ser, produciría un impacto tan terrible que nin-gún ideal por fuerte y sólido que fuera, pa-saría la prueba del valor.

¿Por qué… cómo explicar la ferocidad de las guerras del Siglo XX y, peor aún, los genocidios en Camboya, en Vietnam y después en las naciones africanas, en Chile y en Argentina, en Bosnia y Serbia, por citar algunos? ¿Y cómo describir el motivo que las provocó?, ¿y el de las te-rribles invasiones a países del Medio Oriente? Una respuesta suave y digerible sería que fueron motivadas para controlar

* Decana del Periodismo en este país. Fundadora de la AMMPE Nacional.

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los energéticos… Entonces, ¿qué se esconde tras la bien planeada estra-tegia mundial de la venta de drogas y de la criminalidad?

¿Bastará con atribuir todo eso a la ambición de unos cuántos o a su afán de dominio porque sí? ¿A quién bene-fician en la realidad esas acciones cri-minales, a qué gobiernos, al gobierno en la sombra del que tantos hablan sin precisar quién lo integra ni cómo ejerce su poder?

Sobre todo, otra pregunta que está en el aire, en nuestro aire… ¿por qué razón se asesina a tantos periodistas en tantísimos lugares del mundo? Méxi-co no es ajeno a ello, por el contrario, aquí ya baten récord sus homicidios. ¿Por qué matar al “mensajero”, qué descubrieron que resultaba tan peligro-so para quienes ordenaron su secues-tro, tortura y masacre?

Hasta hace unos días, sumaban ya 2.271 los periodistas asesinados en el mundo en los últimos 20 años… Fueron víctimas de asesinatos selectivos, ata-ques con bombas o incidentes de fuego cruzado mientras realizaban su trabajo, según informa la Federación Interna-cional de Periodistas, (FIP).

Tan sólo en México, en los últimos 11 años y medio, han muerto asesi-nados 80 periodistas, al parecer, por los cárteles de la droga o en enfrenta-mientos de éstos con el Ejército. Ocho de esos colegas cayeron en lo que va de este año.

Otros muchos sufren acoso y reci-ben amenazas constantes contra su vida en Veracruz, Tamaulipas, Chi-huahua y otros lugares, por cuenta de las mafias y los empleados asociados

a ellos. Pero el colmo, fue la agresión sufrida por el director de “Milenio”, Car-los Marín víctima más reciente o más vi-sible de ese lumpen del que hablaba su tocayo Marx, advirtiendo de la peligrosi-dad de perder su control. El hecho fue que la turba izquierdista lo asaltó cuan-do iba a su trabajo, lo llenó de insultos y de babas. por el único “crimen” de ejercer su oficio.

No creo que Andrés Manuel se tome la molestia de leerme… Pero si lo hicie-ra, querría recordarle aquella charla-en-trevista sostenida con él en Villahermo-sa, en la que hablaba de ideales de lucha y de trabajo, de limpieza y de ho-nestidad. Le recordaría, como harían sus padres si estuvieran, que hay que hay que alejarse de las malas amista-des, sobre todo de aquéllas enfermas de resentimiento, que quieren cobrarse las verdes y las maduras con cualquiera, y sacar… la castaña, no con la mano del gato, sino con la del Peje…

Darle una ojeadita a Carlos Marx --del que esos malos amigos dicen ser muy “cuates”, sería bueno para ti, Andrés Ma-nuel-- y otra a don Jesús Reyes Heroles, cuando prevenía de evitar que manipu-lándolo en su beneficio, zarandeen a al ‘México Bronco’, que sólo requiere un desliz para lanzarse a los brazos del con-flicto. Tú ya estás en la Historia de Méxi-co, lo has ganado a pulso, pero no te confíes, porque si te equivocas quedarás más cerca del golpista Huerta que de Juárez o de Carlos Madrazo a quien tanto me juraste querer y admirar.

—Yo debí ser su hijo –me dijiste enton-ces–. Si sigues pensando lo mismo, hónra-lo con acciones patrióticas que mantengan la estabilidad en el país.

Esas épocas de mi vida estudiantil fueron las mejores de mi juventud. No pensaba yo más que en estudiar y aunque no fui alumna brillante… gozaba enormemente

de mi escuela…

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LA SOCIEDAD DEL SOLDE TOMÁS CAMPANELLAGraciela Sanatana Benhumea

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Parte I. Política

Campanella enseñaba que se tiene que llegar a un nuevo orden mundial, ba-

rriendo las tiranías, los sofismas y las hi-pocresías. Considera que, puesto que la Humanidad es una, uno debe ser el Esta-do que la gobierne, y este Estado visible tiene que modelarse en el Gobierno Invi-sible que ya existe. Por lo tanto, tendrá que existir una estructura piramidal, con una figura ‘solar’ que unifique en sí la au-toridad espiritual y el poder temporal. Fi-lósofos-sacerdotes deben asistir a este Rey. Tres serán las funciones del Estado, reflejo de la triple “primalità”:

…seguridad, educación y trabajo y pro-ducción, que son también herramientas de formación interior. Entre aquellos que “empiezan una vida filosófica” (…), “y sólo entre ellos, se deberá evitar la pro-piedad privada, porque alimenta el egoís-mo del hombre, y “cada cosa será en co-mún”, así como lo prescribía Platón en La República tan sólo para los Guardianes”.1

Enamorado de esta aspiración, Campa-nella intentó realizar este ideal político con un núcleo de personas seleccionadas. Pero se ilusionó mucho sobre la naturaleza hu-mana, no preparada para ciertas experien-cias. Algunos de sus seguidores lo traicio-naron y su proyecto fracasó.

Pero él no fracasó, ya que superó con va-lentía las terribles pruebas a las que fue sometido, dejando a la posteridad un ex-

traordinario ejemplo de victoria filosófica de un caballero que se enfrenta con las prue-bas del destino sin doblegarse ni quebran-tarse, y que recobra fuerza y valor para se-guir plasmando su ideal.2

Gobernado por la ansiedad universal de la innovación, seguro de tener una misión, in-agotable en su obra, extraordinariamente educado, Campanella escribió su utopía con la fuerza imparable de “un volcán en erup-ción”. En ella, sueña con una gran reforma político-espiritual que recomponga las ruptu-ras del interior del cristianismo y reconstruya el imperio universal de la Iglesia. El instru-mento de esta unificación debería haber sido la hegemonía española, o, al decaer ésta, la monarquía francesa. Pero esa unificación de-bía ir acompañada de una reforma, por parte de la Iglesia, de los fundamentos de su dog-ma, corrompido, según él, por el aristotelis-mo escolástico. La república de Campanella se presenta como un hallazgo de la filosofía y de la razón humanas para demostrar que la verdad evangélica está de acuerdo con la na-turaleza. La idea que Campanella tiene de la política, fundada en una visión ético-religiosa y cósmico-mágica, se opone decididamente a Maquiavel o y a los teóricos de la razón de Estado, manifestando ese singular cruce de lo viejo y de lo nuevo que es un rasgo carac-terístico de toda la obra de este pensador

El fundamento de la construcción de La Ciudad del Sol está siempre en la religio natu-ralis, que afirma la vinculación universal de las cosas, raíz de la conversión del amor sui indi-vidual en un amor de Dios padre universal y en una hermandad de todos los hombres sus

1 Los motores ocultos del Renacimiento Cortesía de Nueva Acrópolis España (www.nueva-acropolis.es), p. 105.2 Reale Giovanni y Antisieri Darío. Historia del pensamiento filosófico y científico, t. III (http://www.nueva-acropolis.es/filiales/libros/Varios-Los_motores_ocultos_del_Renacimiento.pdf), pp. 97-105.

Campanella escribió su utopía con la fuerza imparable de “un volcán en erupción”. En ella, sueña con una gran reforma político-espiritual que recomponga las rupturas del interior del cristianismo y reconstruya el imperio

universal de la Iglesia.

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hijos. El amor sui egoísta, codicioso, con-vertido por su avidez insaciable en enemis-tad y lucha entre los hombres —única for-ma reconocida por Maquiavelo en su convicción de la maldad natural del hom-bre— es una deformación de esa naturale-za originaria que se manifestó en la edad de oro primordial, cuyo retorno próxi-mo Campanella anuncia, con la renovación de la hermandad universal.

No desconoce, por cierto, el dominio ac-tual del egoísmo; más bien, se anticipa a Hobbes en observar la tendencia de la codi-cia humana hacia una extensión y multipli-cación ilimitada: ‘el alma humana es casi infinita in intelligendo et appetendo, y no sabe quedarse en la igualdad y la medi-da’ (Discorsi universali cit.); ‘quien es dueño del mundo codicia por consiguiente otros mundos’ (Dialogo politico cit.); y por eso hay siempre guerras. Pero Campanella se antici-pa también a la superación de la teoría de Hobbes, realizada después por Pufendorf y Spinoza mediante el reconocimiento de una exigencia de solidaridad humana que actúa en el propio impulso de conservación, el que exige una cooperación recíproca y una confluencia de energías entre los hombres, para la satisfacción de su anhelo de eleva-ción y desarrollo progresivo. La formación de la familia y del Estado (observa Campa-nella) demuestran ya que frente al egoísmo, que las teorías pesimistas consideran sin li-mitación o reparo posible, hay la posibilidad de una “conversión del amor sui en concien-cia de solidaridad, y así se abre el camino a la visión de un porvenir de paz y concordia, en que terminarán las guerras y el acero de las espadas se convertirá en arados”.3

La república de Campanella se presenta como un hallazgo de la filosofía y de la razón humanas para demostrar que la verdad evan-gélica está de acuerdo con la naturaleza. La idea que Campanella tiene de la política, fun-dada en una visión ético-religiosa y cósmico-mágica, se opone decididamente a Maquia-velo y a los teóricos de la razón de Estado, manifestando ese singular cruce de lo viejo y de lo nuevo que es un rasgo característico de toda la obra de este pensador que propone una sociedad comunista ideal en la que el poder está en manos de hombres sabios y sacerdotes. Con esto podemos ver qué tan influyente fue la Iglesia sobre Tomás Campa-nella. La imaginaria y fantástica Ciudad del Sol contribuyó a desarrollar una ideología progresista y a estimular el progreso social.

En cuanto al régimen político, todos los mayores de veinte años toman parte en las asambleas en las que cada cual puede expo-ner sus objeciones a ciertos ordenamientos. Las leyes son breves y claras. Para castigar los delitos se toma en cuenta la ley del Talión. No se instruyen largos procesos, ni existen cárce-les, como no sean para prisioneros de guerra. No hay verdugos, sino que es el pueblo el que ajusticia a los condenados a muerte. Los ma-gistrados, investidos de autoridad sacerdotal, asumen también el ministerio de la religión; reciben las confesiones de los ciudadanos, vi-niendo de este modo a conocer los vicios más frecuentes, los cuales procuran evitar.

El ministerio de los poetas es aceptado con tal de que en sus creaciones no mez-clen la mentira.4

Tomás Campanella / La Ciudad del Sol.

3 Campanella, T. La Monarquía del Mesías, cap. X, p. 39.4 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/campanella.html

La república de Campanella se presenta como un hallazgo de la filosofía y de la razón humanas para demostrar que la verdad evangélica está de acuerdo con la naturaleza

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Apenas en este siglo recién pasado, se demostró que la mujer tenía la misma capacidad que el hombre. En el renacimiento, existe la idea de

que la mujer es el sexo débil e inferior al hombre. Ella tiene asignadas ac-tividades específicas, sin poder aspirar o acceder a nada más.

Con la llegada del Siglo de las luces -hacia finales de 1600 y principios de 1800- las ideas liberales comienzan a predominar por toda Europa, estableciendo los derechos igualitarios de la mujer y el hombre. Esto ge-nera un choque de ideologías.

LOSPARADIGMASDElamujeren LA HISTORIA

Gilda Montaño Humphrey

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Se da el desarrollo de las ideas libera-les, como la Revolución Francesa y la Ame-ricana. Surgen principios de sistemas polí-ticos nuevos, la monarquía y el absolutismo se terminan y los conceptos de Estado y Nación, comienzan a proliferar por todo el mundo. Comienza a hablarse de Estados y de Naciones, ya no de Reinos.

La idea de Khun es que dentro de un universo en donde todos concuerdan con una misma idea existe un consenso, y cuando alguien demuestra que esa idea es falsa, provoca una revolución en el conocimiento de las cosas, las teorías y los métodos.

Entonces somete a discusión y análi-sis diversas categorías y conceptos para que esa verdad que el científico busca comprobar, sea aceptada por todos: se rompe el paradigma. Entonces se esta-blece el enigma que se desconocía. Se hace un nuevo paradigma. Khun estable-ce niveles de cómo es posible ir rom-piendo éstos.

Entonces, debemos definir qué es el ser mujer. Y explicar cómo ha sido con-siderado el género femenino pre-esta-blecido de los grandes científicos, en este sentido y a lo largo del tiempo. Y quién o quiénes han sido capaces de romper con los paradigmas a lo largo de la historia. Como ejemplos práctico-históricos tenemos a Sor Juana como habíamos dicho.

Pasaron muchísimos años y por su-puesto sucesos. Felizmente y con mu-chas vicisitudes, llegaron los años cin-cuentas y fue cuando se obtuvo el hallazgo en México de la píldora anticon-

ceptiva. Habremos de recordar que fue el Doctor Jorge Martínez Manantou quien en 1951 descubrió para el mundo entero los anticonceptivos hormonales, hecho que revolucionó bio-psico-social y cultu-ralmente a la mujer hasta ese momento. Sin embargo, dicen los libros de texto de la Secretaría de Salud que México goza del privilegio de haber sido la cuna de la anticoncepción hormonal; en octubre de 1951, George Rosenkranz, Carl Djeerassi y Luis E. Miramontes, lograron la síntesis de la noretisterona. Con ese descubri-miento, se inicia la era de la píldora anti-conceptiva y de la anticoncepción hor-monal como una posibilidad al alcance de millones de mujeres.1

En la comunidad científica el paradig-ma que prevalece respecto a la mujer, es entendido bio-psico-socialmente. Pero no sólo eso: en la actualidad la mujer está inmersa en un campo nuevo abier-to: el económico, el cultural, el social.

En la medida en que más científicos sociales de distintas disciplinas han evolucionado, utilizan el conocimiento de género para acercarse a los distin-tos problemas propios de cada una de sus especialidades. Entonces, se va ge-nerando una especie de teoría explica-tiva pertinente aceptada por una gran parte de la comunidad científica. En-tonces entenderemos quién la genera y sobre la base de qué. La teoría que se-para a la mujer del género.

La idea, o sea el paradigma surge cuando una teoría es más utilizada por todos. A la vez, se convierte en más exi-tosa, porque tiene gran consenso de los

En la comunidad científica el paradigma que prevalece respecto a la mujer, es entendido bio-psico-socialmente. Pero no sólo eso: en la actualidad la mujer está inmersa en un campo nuevo abierto: el

económico, el cultural, el social.

1 Secretaría de Salud. El Derecho a la libre decisión en salud reproductiva, México, 2002, p.23.

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científicos. Mayor aceptación porque se va a tener mayor acuerdo y por lo tanto surge un reto importante: si esta funcio-na, hay que seguirla o hay que romperla para crear otra. Por supuesto que se pueden cuestionar los fundamentos es-tablecidos sobre la cuestión al género que se ha dado por siempre. Los de ciencia básica no están de acuerdo.

Es propio de la sociología del conoci-miento el estudio de cómo se genera el mismo. ¿Cómo es que somos? ¿Por qué somos así? Una teoría es exitosa en la me-dida en que es utilizada por miembros de distintos ámbitos de la comunidad científi-ca. El paradigma es una teoría exitosa en la medida en que va abarcando más discipli-nas y tiene más apariencia de cientificidad.

Cuando se hace análisis de género, existen dos paradigmas de la organiza-ción: el de la teoría clásica, y el de la teoría científica. Entonces, hay que buscar des-de la estructura de género, quién es el ideal de paradigma dentro de estos dos paradigmas. Esto desde el punto de vista de género. Si se está pensando sólo en hombres, ¿por qué no toman el punto de vista de género?

Por ejemplo, éstos son buenos en la medida en que se acepta un trabajador –hombre o mujer- con las características suficientes para poder desarrollar el traba-jo que está establecido. El problema es que se hace a un lado al trabajador mujer porque se pre-establece -paradigma- que es diferente en sus condiciones sociales, políticas, educativas y culturales al hom-bre. Porque el rol que se ha establecido para las mujeres es el de amas de casa y criadoras de sus hijos.

Por eso no hay lugar dentro de los pa-radigmas de la administración. La organi-

zación es una modalidad de la adminis-tración para la mujer. El paradigma de la administración se puede incorporar la di-ferencia de género en la administración general.

En síntesis el que detrás de un mode-lo ideal de los paradigmas es el hombre, ser humano impersonal entregado a la empresa y desligado a la familia: éste debe ser el máximo exponente de la or-ganización.

¿Por qué no pensamos que todos los programas establecidos para la mujer des-de el gobierno y organizaciones no guber-namentales, deben ser entendidos desde la perspectiva de qué les podemos noso-tros dar a ellas? ¿Qué es lo que necesitan de nosotros para que ellas establezcan la diferencia en sus vidas?

Esto viene arrastrándose de culturas orientales y occidentales que en este mo-mento están insertas dentro del marco de la globalización. En este momento de vida, en pleno siglo XXI, algunas mujeres en Afganistán estén siendo matadas por no reunir los paradigmas establecidos al-rededor de los hombres Talibanes que ex-presan su furia por querer quedar bien con su único Dios. Para muchas culturas, la mujer debe estar en su casa, y es la variable únicamente de reproducción so-cial. El hombre es la variable de la orga-nización económica, de la producción.

La ideología es decir: esto es científico y lo tomo en cuenta. Pero también pode-mos decir: esto no es cierto. Proponer y tratar de entender que una nueva verdad que es conocida durante siglos y no men-cionada, es que las mujeres no están ca-pacitadas: la ausencia de capacitación es un producto social. Tampoco están edu-cadas sino sólo para hacer su rol de re-

En síntesis el que detrás de un modelo ideal de los paradigmas es el hombre, ser humano impersonal entregado a la empresa y desligado a la familia: éste

debe ser el máximo exponente de la organización.

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productoras sociales. Reproducir la po-breza que existe en el mundo, es grave. Y esto obedece a principios distintos, a dis-tintos productos de culturas locales.

Hay cuestiones que sirven para tratar de entender el lugar en donde estamos parados y con qué técnica estamos inves-tigándolas. La idea es que ésto, como cualquier cosa del conocimiento pueda te-ner un espacio en nuestras vidas y herra-mientas para aprender a usarlas.

Esa es la utilidad que le sirve a una organización. Si yo sé que le puede

servir más mi trabajo a las mujeres y a la organización que represento y en la que trabajo, mi meta está cumplida. Es cuestión superada. Analizar si las uso, si este trabajo me dota de poder o no. O es simbó-lico todo.

Pero si yo puedo resolver los pro-blemas por la organización a la que pertenezco y usar el poder que tengo para hacer algo por ellas, la organiza-ción sirve y yo también. Entonces, el trabajo valió la pena.

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MásdesorJuanaYo. La peor… peor de todas

Maricarmen Aguilar Franco

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Vivid, y vivid discreto,que es sólo vivir felice:que dura y no vive,quien no sabe apreciar que vive…

Si no sabe lo que tiene,ni goza lo que recibe,en vano blasona el jaspe,el don de lo incorruptible.

La libertad es asunto más de la voluntad que de la sapiencia. Podéis sentirlo como yo, cuando escribí “Primero Sueño”, en el que refiero tam-bién, de distinta manera, parte de mi Respuesta a Sor Filotea de la Cruz.

Quizás por ello no tengo agrado en que muchos otros que por mi la-mentan, cuando refieren mi despojo de bienes y preciados tesoros, o de mi enclaustramiento conventual; ¡os aseguro!, no sufrí como suponen tantos, cuanto mayor pena sí sentía, cuando en mi cabeza había más cabello que ideas y conocimiento, por lo mismo lo cortaba y era ley para mí de mí, que en tanto no lograse en mis propósitos aprender de alguna cierta ciencia, en tanto crecían mis cabellos a tanta distancia, bien calcu-lada en tiempo y medida, volvería a cortarlos en reprimenda por mi rude-za y desatino.

Pero algunos de ahora estudian y lamentan en asegunes, de his-torias mías y sobre mi pesar supuesto, que si bien lo fue, no en tanto grado, cuando arrebataron palabra escrita y leída a mi ser, y en culpa depositan a hombres y mujeres , o la Corona, la religión e historia, y abundan que fue por mi condición de mujer, por el mítico peso de Eva y La Malinche, dicho y escrito esto por Carmen Beatriz López- Portillo de Tovar; igual consigna Aureliano Tapia Méndez, quien con-fiéreme a descargos Autodefensa espiritual de Sor Juana, editada por la Universidad de Monterrey en 1981.

Muy cierto: defensa emprendo y sostengo de mi misma y mis anhelos de ese y todos los tiempos, sobre todo de mis apetencias intelectuales, y cuida-do pongo con igual enjundia para enaltecer mi condición de mujer, para li-bertad y conocimiento garantizar; de la igualdad como derecho, igual me sostengo, en tanto siga la diferencia, sobre todo si es injusta o carente de equilibrio; pero no reparo en angustias, ni cuando hube de prescindir de mis cuatro mil libros y mis muchos otros enseres de saber y complacencia, mis cartas geográficas, varios instrumentos científicos y de música; pero no me limitaron, ¡lo juro!, encontré otra fuente de saber en la contemplación de la naturaleza, como un volumen de mayor sapiencia, más directo, claro, preci-so, sin fallidas interpretaciones, ¡justo la obra de Dios a mi pleno ver y en-

La libertad es asunto más de la voluntad que de la sapiencia. Podéis sentirlo como yo, cuando escribí “Primero Sueño”, en el que refiero también, de distinta manera, parte de mi Respuesta a Sor

Filotea de la Cruz.

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tender, para tocarla, aprenderla, admirarla, estudiarla, analizarla, com-partirla, disfrutarla, deshilvanarla en humildad y asombro encuclillado!

Igual volqué atenciones y curiosidades en la cocina, ese sitio que ustedes compañeras han relegado, casi hasta el olvido, tomándolo como quehacer molesto, fastidioso, donde yo harto me satisfice y me recuerda frase alusiva de Argensola: “Que bién se puede filosofar y aderezar la cena”, a lo que añadí desde lejano entonces: “Si Aristóte-les hubiera guisado, mucho más hubiera escrito”.

Pero no sólo en ello hay gozo, con guisar, disfrutar y aprender de la cocina, donde quien quiera se convierte en alquimista; hay placeres en tantos más deberes propios, que desde niña me inculcaron, no por ello se evitó ni truncó mi aprender, y bien lo refiere Eliseo Lugo Plata en su Libro de mí, en que me presenta en todos mis momentos, desde mi na-cimiento y un tanto antes, hablando de los míos y los paisajes de mi pue-blo natal, Nepantla, municipio de este estado de México, donde es cronis-ta permanente Luis Rublúo Islas, quien también mucho a mi grato ha dicho y escrito con voz sabia y conocedora de esta su servidora “Yo, la peor de todas”.

Celda de privilegio tuve en el convento Jerónimo, (aunque antes quise ser descalza de la orden del Carmen) y a mi seguían en cercanía amista-des de influencia y poder, pero a 1690 una cierta traición inmerecida, dijese de unos, fue vil trampa del obispo de Puebla Manuel Fernández de Santa Cruz, por una crítica por mi escrita y llamada “La Carta Atenagóri-ca”, de consecuencia nefasta fue, Y meses después de elegido y severo enclaustramiento envíe el primer día de mayo de 1691 mi “Respuesta a Sor Filotea de la Cruz”.

Ahí desborde mi alma y recuerdos todos de vida, con defensa no sólo a mi sed de saber y estudio, también a mi condición (y cómo si estorbo) de ser mujer, por ello escribo: “y esto es tan justo que no sólo a las mu-jeres, que por ineptas están tenidas, sino los hombres, que por sólo serlo piensan que son sabios, se había prohibido la interpretación de las sagradas letras, en no siendo muy doctos y virtuosos y de ingenios dó-ciles y bien inclinados…”

No olvido tampoco pugnar por el estudio, entonces prohibido a las mujeres:

¡Oh cuántos daños se evitaran en nuestra República si las ancianas fue-ran doctas como Leta, y que supieran enseñar como manda San Pablo y mi padre San Jerónimo”.

Pero entiéndase en sentido, tono y modo mis quejas, por todas y mi misma, pero no en letargo… ¡nunca!… Sino en progreso de propia bús-

Pero no sólo en ello hay gozo, con guisar, disfrutar y aprender de la cocina, donde quien quiera se convierte en alquimista; hay placeres en tantos más deberes propios, que desde niña me inculcaron, no por ello se evitó ni truncó mi

aprender…

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queda, en salva de obstáculos, en tanto aceptaba con decoro, no para apuntar y pedir me los quitasen. En ello sigo con mis letras, símbolo de empeño y deseo, no más quejas, ni escollos para limitar lo ya libre del propio entendimiento y darse a sí mismas la conquista desde dentro, don-de nace el deseo y la fuerza para ser y hacer cuanto queréis y podéis, sin importarles ni el cómo ni cuándo, mucho menos acusando aquel, aquello o aquesto de no poder.

Sea pues para vosotras este otro empeño de mi ya humilde e insignifi-cante legado. Con mi pasión y entrega, Yo, la peor de todas, R. M. Juana Inés de la Cruz, Fénix de la América; glorioso desempeño de mi sexo; hon-ra de la nación de este que fue en su principio llamado Nuevo Mundo y me hizo argumento de las admiraciones y elogios del Antiguo. Nacida el día 12 de noviembre del año de 1651 a las once de la noche. Quien Recibió el Sagrado Hábito del Máximo D´S´S´ Gerónimo en su Convento de la Ciu-dad de México, de edad de 17 años. Fallecida en domingo, el 17 de abril del de 1699 de edad de 44 a´. Cinco meses, cinco días y cinco horas. Au-xiliada esta vez con la debida licencia, previo permiso solicitado con res-peto y acordado para el gusto y pluma de la María del Carmen Aguilar Franco, nacida en un julio del pasado siglo a este apenas comenzado y dicen XXI. Crecida ella y sabida en este, el mismo estado de México donde hace más de tres siglos naciera yo, donde avecina ella desde años mozos, llegada de donde vio su luz primera y yo fenecí.

Yo, la peor, peor de todas…

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¿Queporquéquieroamiescuelanormal?Gloria Diazgonzález de Libien

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Recuerdo el silencio apacible de las noches en los dormitorios amplios,

gigantescos, espaciosos y con grandes ventanales de mi escuela normal. El resguardo de las ‘prefectas’ en cada es-quina del salón-dormitorio. Allí se escu-chaban con nitidez las respiraciones profundas y relajadas de las alumnas que en ‘brazos de Morfeo’ a veces ha-cían ruiditos raros. Fueron curiosas ex-periencias. Recuerdo que una compa-ñera que sufría de insomnio, se dedicó a clasificar los diferentes resoplidos nocturnos. Nos hizo reír mucho su pun-tada oportuna y chistosa.

Esas épocas de mi vida estudiantil fue-ron las mejores de mi juventud. No pen-saba yo más que en estudiar y aunque no fui alumna brillante… gozaba enorme-mente de mi escuela: de todos sus ane-xos y rincones; de todas las clases; de momentos deportivos, recreativos y de arte y cultura. Como jóvenes, éramos mis amigas y yo cándidas, candorosas e ino-centes. Era una incesante alegría vivir en esa mi escuela tan querida.

Seguramente alguna vez fui rebel-de, no lo dudo. Otras, quizá desobe-diente y berrinchuda. Pero en general fui moldeable, respetuosa y hasta creo que dejé una huella indeleble de alumna correcta y educada. Me tengo que echar mis porras, de otro modo, mi escuela no me hubiera permitido que muchos años después regresara con gran ímpetu a apoyarla en los exi-tosos años de restauración, para recu-perar su esplendorosa imagen dete-riorada por el tiempo.

Sería injusto terminar este recuento invaluable de mi cariño hacia mi escue-la sin tomar en cuenta aquellos ‘Bailes

de Aniversario’ y los de ‘Graduación’ que constituyeron especial entusiasmo tanto en el alumnado normalista, como en la so-ciedad misma de Toluca.

A finales del mes de septiembre, se celebraba el tradicional ‘Baile de Aniver-sario’ de la institución educativa. El bole-taje para entrar a ese gran acontecimien-to juvenil, se ponía difícil pues como en el futbol, hasta había reventa. Ya se ima-ginarán: las chicas normalistas eran muy asediadas y tenía a sus galanes que las acompañarían a la danza en una noche de ‘encanto y ensoñación’.

En estos bailes había también la co-ronación de la ‘Reina de la simpatía y belleza’, así que todo mundo deseaba asistir con sus mejores galas. Recorda-mos a varias reinas: Irmita Granados: chula; Lolita Reynoso: hermosa; Ana Luisa Salazar: fina y elegante; Elba Mon-roy: cautivadora; Yolanda Muñoz Sama-yoa: encantadora; Graciela García: rom-pe corazones; Javiera Carbajal: graciosa y alegre; Yolanda Salgado que enamora-ba con sus ojos verdes y larga caballera a la Godiva y muchas más…

En cambio los bailes de graduación eran más bien de la generación que se despedía de la escuela en su calidad de graduados y asistían solamente con sus invitados y familiares, pero no dejaban de tener su atractivo especial.

Ambos acontecimientos sociales nor-malistas eran amenizados por las mejores orquestas de la época al estilo de las gran-des bandas estadounidenses. Se podía bailar con todos los ritmos, y al final de ‘cachetito’ con las más románticas y acari-ciadoras piezas musicales.

¡Ah! Que tiempos idos… pero bien vividos.

Esas épocas de mi vida estudiantil fueron las mejores de mi juventud. No pensaba yo más que en estudiar y aunque no fui alumna brillante… gozaba enormemente

de mi escuela…

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Decía un antiguo poema español que “a buen juez, mejor testigo”. Y justa-mente como testigo de la historia toluqueña es que acepté expresar en

esta fecha especial, estas líneas que surgen de la más sentida y sincera conjun-ción de remembranzas, afectos y largas luchas sociales, culturales y de género, compartidas en los últimos tiempos con una gran señora, pionera y Decana de las mujeres periodistas, profesora emérita de la Centenaria y Benemérita Es-cuela Normal para Profesoras a la que coadyuvó a darle tan noble título y a colocar su nombre con letras de oro en el congreso local, además de mante-nerla en perfecto estado de conservación como el edificio artístico e histórico que es, en su carácter de Presidenta del patronato de dicho plantel.

(Llueve ahora, golpean las gotas de la lluvia el techo y parecen cruzar ante mí sobre el teclado de la máquina. Escribo. Escucho música instrumental y tocan ahora Luces en el Puerto, Candilejas y Beguin the Beguin, música po-pular de la época que evoco). Hablo desde el fondo de mi corazón y con emoción profunda, de esta gran hermana, amiga, compañera maestra, pe-riodista, mujer noble, mujer buena, a la que ni los avatares de la vida ni la edad ni las -a veces- adversas circunstancias, han podido doblegar, porque es como su nombre, una flor gloria enredadera perenne, de tallo firme y de raíces muy hondas enclavadas en su natal Chapultepec y nutridas con la savia de sus ancestros ilustres como don Prisciliano Díazgonzález y de su propio señor padre don Francisco Díazgonzález Espejel, conjugadas con la alegría y el optimismo de su señora madre doña Carmelita Vidal, veracruzana de origen de quien heredó, sin duda, el carácter, la belleza y la gracia.

Gloria, con los racimos azules y blancos de su generosidad y su talento, alcanzó a Toluca desde su adolescencia y le engalanó sus escuelas, sus mu-ros, sus páginas, con la enseñanza y la crónica social que ha sido como las faldas de amplios vuelos de nuestra juventud toluqueña: una crinolina ador-nada con olanes almidonados, moños color caramelo, finos encajes y alegres cascabeles que cumplen ya más de medio siglo en un perfecto estado de conservación, constancia y tesón.

Gloria Díaz González Vidal, Gloria de Liben por esponsales, introducida al mundo de la tinta y el papel por su señor tío, el reconocido intelectual don Alfonso Sánchez García, a quien coloquialmente ella le dice “ mi tío Mosco”, ha caminado por más de medio siglo entre las páginas de varios diarios toluqueños, abriendo camino entre los zarzales, contra viento y marea, como testigo de todos los aconteceres cotidianos de un conglome-rado social: nacimientos, bautizos, comuniones, bodas, sepelios, eventos políticos y culturales, siempre tomando nota, siempre aportando --como cronista social--, datos vivos a la historia misma de esta querida ciudad capital, que la adoptó como a una de sus mejores y más queridas hijas, a la que hoy el Conservatorio de Música del Estado de México entrega este homenaje y la Medalla al Mérito.

comounaenredaderaconnidosycocuyosGraciela Sanatana Benhumea

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Pero, antes de eso, en aquellas tardes provincianas en que se escapaba de su Rancho Vista Hermosa al cerro de su pueblo, desde donde podía ver el caserío como un nacimiento, mientras aspiraba el olor del pericón y el aire fresco del anochecer, cuando después de jugar entre los árboles y las plantas silvestres, miraba el guiño tierno de la estrella, a la que confundía con los cocuyos que se le pegaban en la blusa, Gloria quizá no soñaba el destino que le esperaba después de trasponer el umbral de su querida escuela Normal. Dejó su pueblo como se deja un novio antiguo y encontró en la ciudad nue-vos rostros, nuevos espejos, nuevos retos, nuevos transeúntes, otros perso-najes y se amigó con las nuevas personas y se vio en los espejos y acometió los retos y con su innegable liderazgo moral, sembró por doquier afectos, lealtades y reconocimientos de unos y de otros.

Maestra y periodista por vocación participó con el Profesor Mosquito, con Al-fonso Solleiro Landa, Rodolfo García Gutiérrez y Moisés Ocádiz, en aquellos años, en la fundación del periódico “El Mundo”. Combinaba sus trabajos como profesora de la escuela Villada por la mañana como “seño Glo” con las columnas de sociales por la tarde, que sentada ante la máquina de escribir firmaba como “Maricel” o como “La Condesa de la Fernandera”, sus seudónimos favoritos.

“El Mundo” era su mundo y allí fue que encontró a su pareja de toda la vida, el entonces cronista deportivo, después funcionario público y hoy em-presario Simón Libién Kaui, con quien ha formado una pareja ejemplar y el más vivo ejemplo de que al lado de una gran mujer, siempre hay un grande hombre y viceversa. Y como en los cuentos de hadas tuvieron tres hijos Su-sana, Simón y Linda y vivieron felices muchos, muchos años.

Para quienes tuvimos la suerte de conocerla en sus años juveniles, Gloria era como esas “muchachas de película que entran en la pantalla como un arco iris y le sonríen a uno”. Así la conocí cuando yo tenía ocho años y ella cantó “Los Mirlos” para aliviarme de una bronquitis. La dejé de ver seis o siete años y en 1957 o 58, como mi Colegio, el Montessori, estaba cerca de su periódico, mis amigas y yo la veíamos de lejos con admiración como a la Luisa Lane de nuestra época: la periodista que conquistó a Supermán y quisimos ser como ella. Y aquí estoy, siguiéndole los pasos y compartiendo con ella estos inolvida-bles momentos de homenaje cabal.

Hoy, en tiempos de madurez, con caminos paralelos en el arduo honor de la tipografía que es el periodismo, en la docencia y en las luchas culturales y sociales, como asociadas del conspicuo Ateneo del Estado de México, alma máter de las asociaciones culturales de la entidad; de la Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y Escritoras y de la Ilustre y Benemérita Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; encontramos en la maestra Díazgonzález a una de las más entusiastas y joviales compañeras, consocias y activistas.

Como buena sembradora, la simiente que Gloria ha sembrado, dio siem-pre frutos. Sus profesores, sus compañeras de generación, sus exalumnas,

Para quienes tuvimos la suerte de conocerla en sus años juveniles, Gloria era como esas “muchachas de película que entran en la pantalla como un arco iris y le sonríen a uno”. Así la conocí cuando yo tenía ocho años y ella cantó “Los Mirlos” para aliviarme de una bronquitis.

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las integrantes del Patronato normalista, la siguen y la estiman. La recono-cen. En la cosecha de su vida se han dejado ver los pergaminos, las distincio-nes, los premios y los homenajes, el Sor Juana Inés de la Cruz, el Laura Méndez de Cuenca, el de Maestra Emérita de su Normal, el del Ayuntamiento de Toluca, el de los Periodistas del Valle de Toluca y los próximos del Ateneo del Estado de México, de la Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y Escri-toras, que nunca serán suficientes para reconocer el tesón y ejemplar empe-ño de tan dilecta señora.

Señora que ama a Toluca, ama a su Normal, ama a su familia, ama a sus hermanas Martha y María del Carmen; ama el recuerdo de sus padres y el de Esthercita, ama a sus amigos, pero sobre todo, esta Gloria que ha tenido el don de engalanarnos a todos nosotros con el afecto de sus flores y cautivar-nos entre sus ramas para siempre, porque ama profundamente la vida, y eso nos devuelve a todos la fe, el asombro y la emoción por la vida misma. Larga vida a la emérita maestra y periodista Gloria Díazgonzález Vidal de Liben.

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I

Es como si uno caminaraen la noche de tempestady viera una luz a lo lejosque ilumina la nostalgia

Si el canto del grillono se oyeel leve sonidonos asusta

Abrimos el almanuestra casaderrumbamos penaresnos declaramos propietarioso genuinos compradores

O tal vez nos conformamoscon hacer sonar el aldabón

II

Acabo de descubrirteadentro del pensamientoSol floridoAgua claraMar adentro

Transparencia colocadaAl final del universoAcabo de descubrirteAl otro lado del espejo

Poemas

Gilda Montaño Humphrey

III

A la vuelta de la esquinael fantasmacon el ojo bien abierto aguardarecoge el viento dentrosiente viva la nostalgia

Con el miedo de sentirse rezagadoabre las pestañas del encantotransforma el huevo en avese apega al alma de inmediato

Brincasaltatransforma al unísonola hermosura decaída de año nuevovierte la tinta en el goterose disfraza de bellezaen el invierno

Lo veo por la ventanadel silenciosaco la mano para hacer mil señasle pido que regrese se incorporemientras se sumergeen soledad nocturna

IV

El sol cae sobre el senderootra tarde se refleja por la vidavientos nuevos nos reúnen

El ala toca levemente la subsistenciael ojo fija de nuevo sus olvidos

Sólo sientoyo desnuda me asoleo

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diariodeunapasión¿otrapelículaparachicas?

Maricruz Castro Ricalde

The notebook (EU, 2004). Dirige: Nick Cassavetes. Con: James Garner, Gena Rowlands, Ryan Gosling y Rachel McAdams

Una de las películas románticas más cono-cidas de la última década es Diario de una

pasión (The Notebook, 2004). El año de su lanzamiento fue un éxito en la taquilla que se vio acrecentado cuando comenzó a circular para ser rentada y ser vista en casa. El filme constituyó el verdadero lanzamiento de Ryan Gosling, quien a partir de ese momento no ha dejado de aparecer en títulos de gran atractivo y comenzó a ser nominado para recibir pre-mios de actuación de peso. Sin embargo, en el momento de su producción no se esperaba tal acogida. Se le asignaron alrededor de treinta millones de dólares de presupuesto y en un lustro quintuplicó las ganancias. ¿Qué aspectos intervinieron para que un producto diseñado para una audiencia (la femenina, so-bre todo) de una edad esperada (chicas “casa-deras”) rebasara las expectativas?

Las denominadas “películas para chicas” (chick flicks) son una fórmula muy conocida y muy trabajada dentro de la industria cinemato-gráfica. Ha cambiado a lo largo del tiempo (no es lo mismo Love Story estrenada en 1970 que las recientes Sex and the City) y sus resultados son dispares. Por ejemplo, la carrera cinemato-gráfica de Katherine Heigl está basada en his-torias muy parecidas y desde cuya concepción se han previsto los halagadores resultados en la recaudación monetaria: Ligeramente emba-razada, 27 Bodas o La cruda verdad. En todas ellas hay un protagónico femenino en busca del verdadero amor. Por un motivo o por otro, éste se le ha escapado. Después de alguna re-lación fallida, lo encuentra en donde menos lo

Se requiere fuerza de voluntad para luchar por una vida libre de violencia

espera. Otro argumento muy socorrido en este género es el de la moderna Ceni-cienta: una chica poco agraciada se con-vierte en una joven deslumbrante. A la manera del patito feo, Drew Barrymore deja de ser la burla de la preparatoria para convertirse en su reina (en Jamás Besada); la “nerd”, la antipática y desali-ñada Kat (Julia Stiles), logra enamorar a quien se le había acercado (Heath Led-ger) a raíz de una apuesta en Diez cosas que odio de ti; o la torpe y deslucida Mia Thermopolis conquista a los súbditos de la ficticia Genovia después de clases in-tensivas de etiqueta y una exhaustiva la-bor de embellecimiento, en Diario de una Princesa.

Diario de una pasión, sin embargo, no cae en estas dos líneas típicas de los fil-mes para chicas y opta por explorar el me-lodrama. Es decir, situaciones conflictivas que, finalmente, se resuelven con éxito. Pero en el recorrido para que los protago-nistas puedan consumar su amor, en The Notebook se intenta ir un poco más allá y tocar, de manera colateral, otros temas. La historia amorosa, por lo tanto, sin ser el eje central, se ve apuntalada por una tra-ma mucho más rica y compleja. Me parece que la labor del director, Nick Cassavetes y la elección de su pareja protagónica tuvo mucho que ver con ello.

Cuando en 1996, un treintañero Nick Cassavetes estrenó Unhook the Stars, los críticos extrañaron el drástico cambio de registro. Hijo de uno de los grandes pre-cursores del cine independiente esta-dounidense, John Cassavetes, y de la ex-traordinaria actriz Gena Rowlands, la

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apacible trama de su primer filme parecía apuntar hacia el deseo de emprender una di-rección completamente diferente a la de las cimbreantes tramas de las películas de su pa-dre. Cuando un año después, dio a conocer She’s so lovely, la crítica ya no supo qué opi-nar. La historia y las intensas actuaciones de Sean Penn, Robin Wright-Penn y John Travolta estaban mucho más cercanas a Faces y A Wo-man under the Influence, dos de los títulos más recordados de su progenitor. En ninguno de los casos, las películas fueron un imán de taquilla y tal vez eso provocó una laguna silen-ciosa en la carrera de Nick, quien ha desplega-do una mucho más constante (aunque también discreta) trayectoria como actor. Su reaparición en John Q, en el año en el que su protagonista Denzel Washington obtuvo el Oscar con The Training Day, no sólo le ganó cierta confianza entre los productores, sino que confirmó uno de sus mejores talentos: la selección de su elenco. Diario de una pasión no fue la excep-ción. La inclusión de Gena Rowlands en el pa-pel estelar (tal y como sucedió en su opera pri-ma) tampoco es fruto de la casualidad.

The Notebook es una película romántica, de ésas que los espectadores poco conoce-dores encasillarían como una cinta más “para mujeres”. Cuenta la historia de amor de una joven rica y bella con un chico igual de bello, pero pobre. La narración corre en dos nive-les: el del presente, en donde un anciano (Robert Powell) le lee un libro a una mujer mayor (Rowlands) que sufre Alzheimer y el del pasado, que no es sino la trama del libro que está siendo leído. El filme parecería cum-plir con las reglas del caso: correcto y tradi-cional. Algo hay de ello, en el desarrollo de la vieja idea del amor que todo lo puede, todo lo vence (barreras sociales y económicas, ri-val guapo y adinerado, distancia y tiempo de por medio). Su principal riqueza, obviamen-

te, descansa en las características que lo apartan del cliché: por un lado, la intertextua-lidad que establece con la película de su fa-moso padre, A Woman under the Influence. Los seguidores de John Cassavetes gozarán al notar las semejanzas, pero al mismo tiem-po, el giro que Nick le imprime a esta cinta. Si la historia de John es la de una mujer, cuya neurosis la va destruyendo y haciendo trizas su matrimonio, la de Nick recrea cómo la es-peranza amorosa puede traer de vuelta a esa misma mujer (Rowlands como intérprete en ambas películas) de las tinieblas de la enfer-medad mental. Por el otro, el contrapunto de la relación juvenil con el de la devoción oto-ñal, tal vez más conmovedora, igual de au-téntica. Propuesta a contracorriente que nie-ga la existencia de la pasión en la madurez para divulgar que, después de “cierta” (adje-tivo tan impreciso como falaz) edad, las rela-ciones interpersonales siempre cambian.

Si John Cassavetes es descarnado en sus filmes, Nick en esta ocasión eligió que todo (fotografía, iluminación, el resto de los ele-mentos de la puesta en escena) trabaje en favor del romance. Satura la fotografía de co-lor (rojos y naranjas, tonalidades cálidas y en-volventes) para transmitir la textura de una época añorada (los años cuarenta en el sur estadounidense). No sólo son los años de la juventud, el amor y las grandes pasiones, sino también el de un país diferente, aún no marcado por las guerras (la Segunda, Corea, Vietnam). Las interpretaciones de Rowlands y James Garner son sobresalientes, pero los jóvenes Gosling y McAdams también salen muy bien librados. En síntesis, The Notebook no es una película excepcional, pero sí un producto fílmico bien hecho, mejor actuado y más propositivo de lo que parecería a simple vista. Una variante que permite apreciar, con otros ojos, ese cine hecho “para mujeres”.

Cuenta la historia de amor de una joven rica y bella con un chico igual de bello, pero pobre. La narración corre en dos niveles: el del presente, en donde un anciano le lee un libro

a una mujer mayor que sufre Alzheimer…

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