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GLOSARIO MPAA 2011.2012 Fundamentos del proyectar Marta Montecucco

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GLOSARIOMPAA 2011.2012 Fundamentos del proyectar Marta Montecucco

ACCIÓN ACTION

ACTION

En el principio fue la Acción.

Johan Wolfgang von Goethe

1a

¡Oh, si uno solamente pudiera escribir! Después, quizá se podría pensar. Primum scribere, deinde philosophari, dice una ingeniosa salida de Nietzsche.

Gaston Bachelard

Acción anterior a la reflexión

2a

C.B. Macpherson: Miss Arendt, ¿está afirmando realmente que es incompatible ser teorico de la política y estar comprometido? ¡Seguro que no!

Arendt: No, pero se está en lo cierto cuando se afirma que pensar y actuar son cosas distintas, hasta el punto de que, si se desea pensar, hay que retirarse del mundo.

Macpherson: Pero para un teórico de la política, para un maestro y para un escritor de teoría política, enseñar o teorizar es actuar.

Arendt: Enseñar y escribir son algo más que pensar. El pensar en sentido estricto es distinto; en esto Aristóteles tenía razón. […]Todos los filosofos modernos tienen, en alguna parte de su obra, una frase algo apologética que reza como sigue: “Pensar es también actuar”. ¡Oh, no, no lo es! Y afirmar tal cosa tiene algo de deshonesto. Quiero decir, enfrentémonos a los hechos: ¡no es lo mismo! Al contrario, para pensar debo mantenerme alejada de la participación y el compromiso.

Hannah Arendt

Cuando se hace no se puede pensar y cuando se piensa no se puede hacer

3a

Muchos ejercitativos tales como “permitir”, “autorizar”, “delegar”, “ofrecer”, “conceder”, “dar”, “sancionar” y “consentir”, en realidad nos comprometen a una línea de acción. Si digo “Declaro guerra” o “Repudio”, el propósito de mi acto es comprometerme personalmente con cierta línea de acción. La conexión entre un ejercitativo y comprometerse es tan próxima como la que hay entre significado e implicación. Es obvio que designar y poner un nombre son actos que nos comprometen, pero diríamos más bien que éstos confieren o dan potestades, derechos, nombres, etc., o bien que los cambian o los eliminan.

John Austin

Ser persona es hablar

4a

La separación entre las ciencias y la filosofía es el resultado de una clasificación artificial, y esta separación de reflexión y acción limita la comprensión de lo que hacemos como seres humanos en nuestra vida real y perjudica nuestro entendimiento de los distintos mundos que generamos en nuestro vivir, como también el entendimiento de todo lo que pasa con nosotros y dentro de nosotros cuando vivimos estos distintos mundos. Y esto ocurre porque al separar ciencia y filosofía nos privamos de la posibilidad de reflexionar adecuadamente sobre los supuestos de nuestro quehacer. Como científicos creemos que estas reflexiones son irrelevantes porque solo cuentan los hechos, y como filósofos creemos que necesitamos verdades últimas, y no una pragmática de hechos materiales.

Humberto Maturana

5a

La doctrina que yo les presento es justamente lo opuesto al quietismo, porque declara: sólo hay realidad en la acción; y va más lejos todavía, porque agrega: el hombre no es nada más que su proyecto, no existe más que en la medida en que se realiza, no es, por lo tanto, más que el conjunto de sus actos, nada más que su vida.

Un hombre no es otra cosa que lo que él se hace.

Jean Paul Sartre

El hombre es digno cuando proyecta su propio futuro

6a

Nunca sé de antemano que colores voy a utilizar. Mientras trabajo no juzgo lo que estoy pintando sobre el lienzo. Cada vez que empiezo un cuadro me siento como si me estuviera arrojando al vacío. Nunca sé como voy a caer. Sólo después, comienzo a evaluar con más exactitud el resultado de lo que he hecho.

Pablo Picasso

Nadie sabe lo que tiene que hacer hasta que no lo está haciendo

7a

FICCIÓN FICTION

FICTION

La verdad tiene la estructura de la ficción.

Jaques Lacan

1f

Pero la ficción no solicita ser creída en tanto que verdad, sino en tanto que ficción. Ese deseo no es un capricho de artista, sino la condición primera de su existencia, porque sólo siendo aceptada en tanto que tal, se comprenderá que la ficción no es la exposición novelada de tal o cual ideología, sino un tratamiento específico del mundo, inseparable de lo que trata. Este es el punto esencial de todo el problema, y hay que tenerlo siempre presente, si se quiere evitar la confusión de géneros. La ficción se mantiene a distancia tanto de los profetas de lo verdadero como de los eufóricos de lo falso.

Podemos por lo tanto afirmar que la verdad no es necesariamente lo contrario de la ficción, y que cuando optamos por la práctica de la ficción no lo hacemos con el propósito turbio de tergiversar la verdad. En cuanto a la dependencia jerárquica entre verdad y ficción, según la cual la primera poseería una positividad mayor que la segunda, es desde luego, en el plano que nos interesa, una mera fantasía moral. Aun con la mejor buena voluntad, aceptando esa jerarquía y atribuyendo a la verdad el campo de la realidad objetiva y a la ficción la dudosa expresión de lo subjetivo, persistirá siempre el problema principal, es decir la indeterminación de que sufren no la ficción subjetiva, relegada al terreno de lo inútil y caprichoso, sino la supuesta verdad objetiva y los géneros que pretenden representarla. Puesto que autobiografía, biografía, y todo lo que puede entrar en la categoría de non- fiction, la multitud de géneros que vuelven la espalda a la ficción, han decidido representar la supuesta verdad objetiva, son ellos quienes deben suministrar las pruebas de su eficacia. Esta obligación no es fácil de cumplir: todo lo que es verificable en este tipo de relatos es en general anecdótico

2f

y secundario, pero la credibilidad del relato y su razón de ser peligran si el autor abandona el plano de lo verificable.

La ficción, desde sus orígenes, ha sabido emanciparse de esas cadenas. Pero que nadie se confunda: no se escriben ficciones para eludir, por inmadurez o irresponsabilidad, los rigores que exige el tratamiento de la verdad, sino justamente para poner en evidencia el carácter complejo de la situación, carácter complejo del que el tratamiento limitado a lo verificable implica una reducción abusiva y un empobrecimiento. Al dar un salto hacia lo inverificable, la ficción multiplica al infinito las posibilidades de tratamiento. No vuelve la espalda a una supuesta realidad objetiva: muy por el contrario, se sumerge en su turbulencia, desdeñando la actitud ingenua que consiste en pretender saber de antemano cómo esa realidad está hecha. No es una claudicación ante tal o cual ética de la verdad, sino la búsqueda de una un poco menos rudimentaria.

Juan José Saer

Verbalizar la fantasia

Este acto de escribir hace surgir un mundo nuevo cuya estructura es la del lenguaje. Y este mundo ficticio, obtenido por el ejercicio de la escritura, opone su estructura propia a la de nuestro mundo, y de tal manera lo pone en duda. La literatura es lo que dice al mundo: ¿eres lo que pretendes ser? O, si se quiere, nos lo hace ver mejor, casi como si nos lo revelara. La literatura es lo que pone en duda al mundo, sometiéndolo a la prueba del lenguaje.

Jean Ricardeau

Lo que se hace hay que recubrirlo con palabras

3f

Fabricar una narración de la vida

Ser persona es proyectar

En efecto, en la lectura de relatos, sean estos de ficción o históricos, el mundo del lector y el mundo del protagonista del relato se entrecruzan, y el poder de inteligibilidad del texto escrito sirve para que la intriga del relato afecte la sensibilidad y el conocimiento de los lectores a partir de un proceso muy complejo de intertextualidad. No todos los lectores se afectan del mismo modo, pero gracias al texto escrito, los lectores entre ellos pueden intercomunicarse estos diferentes “afectos”, que son diferentes, pero no arbitrariamente diferentes. Simultáneamente, este mismo relato entrecruza permanentemente ficción y realidad en la vida real de cada día, reconstruyéndose continuamente la frontera o el límite entre ambas dimensiones fundamentales de la existencia humana, como son la realidad histórica y la ficción.

El proyecto, como el relato, contiene toda la complejidad del cruce entre ficción e historia real, pero esta vez enfocada a la construcción y uso del territorio.

Josep Muntañola

4f

La ciudad y la arquitectura son relatos que se conjugan en el pasado. Pero el relato sobreentiende la narración que se articula como interpretación.

Paul Ricoeur

No se puede predecir el futuro, sino proponer un presente alternativo basado en el pasado

5f

Lo que no se estructura en forma narrativa se pierde en la memoria

Frederic Bartlett

No se puede predecir el futuro, sino proponer un presente alternativo basado en el pasado

6f

El propósito que lo guiaba no era imposible, aunque sí sobrenatural. Quería soñar un hombre: quería soñarlo con integridad minuciosa e imponerlo a la realidad. Ese proyecto mágico había agotado el espacio entero de su alma.

Soñó un hombre íntegro, un mancebo, pero éste no se incorporaba ni hablaba ni podía abrir los ojos. Noche tras noche, el hombre lo soñaba dormido.

Ese crepúsculo soñó con la estatua […].Ese múltiple dios le reveló que su nombre terrenal era Fuego […] y que mágicamente animaría al fantasma soñado, de suerte que todas las criaturas, excepto el Fuego mismo y el soñador, lo pensaran un hombre de carne y hueso. Le ordenó que una vez instruido en los ritos, lo enviaría al otro templo […] para que alguna vez lo glorificara en aquel edificio desierto. En el sueño del hombre que soñaba, el soñado se despertó.

Gradualmente lo fue acostumbrando a la realidad.

Comprendió con cierta amargura que su hijo estaba listo para nacer – y tal vez impaciente-. Esa noche lo besó por primera vez y lo envió al otro templo […]. Antes (para que no supiera nunca que era un fantasma, para que se creyera un hombre como los otros) le

Ficción de uno mismo es la generación de multiples “yo”

7f

infundió el olvido total de sus años de aprendizaje.

Al cabo de un tiempo […] lo despertaron dos remeros a medianoche: no pudo ver sus caras pero le hablaron de un hombre mágico en un templo del Norte, capaz de hollar el fuego y de no quemarse. El mago recordó bruscamente las palabras del dios. Recordó que de todas las criaturas que componen el orbe, el fuego era la única que sabía que su hijo era un fantasma.Temió que su hijo meditara en ese privilegio anormal y descubriera de algún modo su condición de mero simulacro. No ser un hombre, ser la proyección del sueño de otro hombre […] es natural que el mago temiera por el porvenir de aquel hijo, pensado entraña por entraña y rasgo por rasgo, en mil y una noches secretas.

En un alba sin pájaros el mago vio cernirse contra los muros el incendio concéntrico. Por un instante, pensó refugiarse en las aguas, pero luego comprendió que la muerte venía a coronar su vejez y a absolverlo de sus trabajos. Caminó contra los jirones de fuego. Estos no mordieron su carne, estos lo acariciaron y lo inundaron sin calor y sin combustión. Con alivio, con humillación, con terror, comprendió que el también era una apariencia, que otro estaba soñándolo.

Jorge Luis Borges