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En 1831 un joven de 23 años llamado Charles Darwin zarpó desde Inglaterra en un viaje que resultó fundamental para el desarrollo de la biología moderna, y de nustra compresión como seres naturales. A Darwin pertenece la primera formulación científica del modo cómo los organismos, incluido el ser humano, claro, evolucionan y proceden unos de otros.

TEMA 2: EL ORIGEN DEL SER HUMANOA

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Índice

introducción

2antes del evolucionismo

3

conclusiones a las explicaciones mítico-religiosas

5

las teorías científicas: el evolucionismo

6

evolucionismo antes de Darwin

6darwin

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teoría sintética de la evolución

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el descentramiento del hombre moderno

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peculiaridades biológicas del ser humano

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línea evolutiva antes del homo

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la línea evolutiva homo

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texto en fotocopiadora: Perez Tapias.

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O0.- Introducción

Buscamos nuestro origen ¿Cómo hemos concebido nuestro origen a lo largo de la historia? ¿Qué han dicho las distintas explicaciones (mítico-religiosas, filosóficas o científicas) sobre el ser humano? ¿Venimos de otras especies, o hemos aparecido en el mundo tal cual somos? ¿Cómo ha llegado el cuerpo humano a ser lo que es? ¿Tenemos unos orígenes no sólo humanos? ¿Qué causas han originado al ser humano que ahora somos? ¿Fue nuestra aparición espontánea o evolutiva? ¿Cuál es el primer antepasado conocido (del que se hayan descubierto restos) de la humanidad?

En un libro titulado La historia más bella del mundo (Rosnay, p.63) se hace una comparación interesante que os cuento. Imagina que tienes una película en la que se han recogido minuto a minuto todos los millones de años del universo. Ahora proyectamos toda esa película a “cámara rápida”, durante doce horas. “Si se convierten, dice, los cuatro mil quinientos millones de años de nuestro planeta en un sólo día […] nuestros antepasados sólo surgen en los cinco minutos antes de las doce de la noche y se les duplica el cerebro en el último minuto del día. ¡La revolución industrial sólo ha comenzado hace una centésima de segundo!”.

Este Tema 2 trata, en general, de dar una explicación de de esos cinco últimos minutos, advirtiendo que las causas de esos cinco están en todo lo anterior.

La naturaleza es un problema para el ser humano: plantados ante el inmenso universo, los interrogantes no son pocos. Pero no es menos problemática la misma la naturaleza

humana. Somos un gran interrogante para nosotros mismos, en muchos sentidos. Este “gran interrogante” ha sido abordado desde perspectivas distintas, desde cada una de las cuales se ha desarrollado todo un modo de entenderse la vida humana en general.

En concreto, en este tema, nos vamos a detener en el siguiente problema: ¿cómo ha llegado el ser humano a ser como es actualmente? A esta pregunta no sólo se ha contestado desde la ciencia, sino que es uno de esos interrogantes clásicos que han derramado ríos de tinta.

En la primera parte del tema recogemos las explicaciones mítico-religiosas sobre el origen del ser humano que estuvieron vigentes ¡hasta el siglo XIX! Me detengo a continuación con los precedentes del evolucionismo y Darwin,

posteriormente. Este será el momento en que pueda abordarse la hominización. Aquí examinaremos aquellos rasgos fisiológicos que hacen de una determinada especie una especie humana.

El tema no estaría completo si no nos enfrentamos a la controversia que puede suponer la caída del teleologismo platónico-cristiano desde una concepción azarosa (como la darwinista) del proceso evolutivo.

Texto

Texto: Marvin Harris, Introducción a la antropología, p.23.

La antropología es el estudio de la humanidad, de los pueblos antiguos y modernos y de sus estilos de vida. Dada la amplitud y complejidad del tema, las diferentes ramas de la antropología se centran en distintos aspectos de la experiencia humana. Algunas de ellas estudian la evolución de nuestra especie, denominada científicamente Homo sapiens, a partir de especies más antiguas. Otras investigan cómo el Homo sapiens ha llegado a poseer la facilidad exclusivamente humana para el lenguaje, el desarrollo y diversificación de los lenguajes y los modos en que las lenguas modernas satisfacen las necesidades de la comunicación humana. Otras, por último, se ocupan de las tradiciones aprendidas de pensamiento y conducta denominadas cultura, investigando cómo surgieron y se diferenciaron las culturas antiguas, y cómo y por qué cambian o permanecen iguales las culturas modernas.

¿Existen razas humanas diferentes?

No existen individuos “pura sangre”. El moderno Homo sapiens es una especie polimófica integrada por muchas poblaciones reproductoras.

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Texto: Génesis: 1,2

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas. Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz.Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad;y llamó Dios a la luz «día», y a la oscuridad la llamó «noche».

Y atardeció y amaneció: día primero. Dijo Dios: «Haya un firmamento por en medio de las aguas, que las aparte unas de otras.» E hizo Dios el firmamento; y apartó las aguas de por debajo del firmamento, de las aguas de por encima del firmamento. Y así fue. Y llamó Dios al firmamento «cielos».

Y atardeció y amaneció: día segundo. Dijo Dios: «Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en un solo conjunto, y déjese ver lo seco»; y así fue.Y llamó Dios a lo seco «tierra», y al conjunto de las aguas lo llamó «mares»; y vio Dios que estaba bien. Dijo Dios: «Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas y árboles frutales que den fruto, de su especie, con su semilla dentro, sobre la

tierra.» Y así fue. La tierra produjo vegetación: hierbas que dan semilla, por sus especies, y árboles que dan fruto con la semilla dentro, por sus especies; y vio Dios que estaban bien.

Y atardeció y amaneció: día tercero. Dijo Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años; y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra.» Y así fue. Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas; y púsolos Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra, y para dominar en el día y en la noche, y para apartar la luz de la oscuridad; y vio Dios que estaba bien. Y atardeció y amaneció: día cuarto. Dijo Dios: «Bullan las aguas de animales vivientes, y aves revoloteen sobre la tierra contra el firmamento celeste.» Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo animal viviente, los que serpean, de los que bullen las aguas por sus especies, y todas las aves aladas por sus especies; y vio Dios que estaba bien; y bendíjolos Dios diciendo: «sed fecundos y multiplicaos, y henchid las aguas en los mares, y las aves crezcan en la tierra.»

Y atardeció y amaneció: día quinto.Dijo Dios: «Produzca la tierra animales vivientes

de cada especie: bestias, sierpes y alimañas terrestres de cada especie.» Y así fue. Hizo Dios las alimañas terrestres de cada especie, y las bestias de cada especie, y toda sierpe del suelo de cada especie: y vio Dios que estaba bien. Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra. Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.» Dijo Dios: «Ved que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; para vosotros será de alimento.Y a todo animal terrestre, y a toda ave de los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida, toda la hierba verde les doy de alimento.» Y así fue. Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien.

Y atardeció y amaneció: día sexto. Concluyéronse, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato, y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera. Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho. Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados

1.- Antes del evolucionismo:teorías religiosas y científicas

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SSalmo 33 IPSE DIXIT ET FACTA S(U)NT IPSE MAN(N)DAVIT ET CREATA S(U)NT,

(«Él lo dijo, y todo fue hecho. Él lo mandó, y todo fue creado»)

El Bosco representa así el momento de la creación.

Puedes ir viendo en la pintura el trabajo diario de Dios.

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El mito de Prometeo

• En el diálogo Protágoras Platón pone en boca de éste una recreación del mito de Prometeo. Como el hombre, se cuenta allí, nace indefenso comparado con la fortaleza y equipamiento natural de los animales, Prometeo concedió el fuego a los hombres, que es símbolo del progreso técnico. Pero aún así los hombres son incapaces de convivir y colaborar entre sí. Zeus, temiendo que la especie sucumbiera, pues no creaban los hombres ciudades y estaban dispersos, envió a Hermes para que les llevase dos virtudes morales: aidós y dike. Con ello pretendía Zeus crear lazos de amistad y de unión entre los hombres. Dike es el sentido de la justicia y aidós es el sentimiento moral, la vergüenza, la conciencia. Pues bien, estos dones llegan a todos los hombres, pues que todos participen de ellos es la condición de posibilidad de que existan ciudades. Con todo, ni el propio Zeus puede asegurar que sean universales, ya que no formaban parte de la naturaleza original humana.

Texto: Platón. Protágoras. 320d-322e

“Hubo una vez un tiempo en que existían dioses, pero no había razas mortales. Cuando también a éstos les llegó el tiempo destinado a su nacimiento, los forjaron los dioses dentro de la tierra con una mezcla de tierra y fuego. Y cuando iban a sacarlos a la luz, ordenaron a Prometeo y Epimeteo que los prepararan y les distribuyeran las capacidades a cada uno de forma conveniente. A Prometeo le pide permiso Epimeteo para hacer él la distribución: ‘Después de hacer yo el reparto, dijo, tú lo inspeccionas’ (...).

Se le acercó Prometeo, que venía a inspeccionar el reparto, y vio a los demás animales que tenían cuidadosamente de todo, mientras el hombre estaba desnudo y descalzo y sin coberturas ni armas (...). así que Prometeo, apurado por la carencia de recursos, tratando de encontrar una protección para el hombre, roba a Hefesto y Atenea su sabiduría profesional junto con el fuego —ya que era imposible que sin el fuego aquélla pudiera adquirirse o ser de utilidad a alguien— y, así, luego la ofrece como regalo al hombre. De este modo, pues, el hombre consiguió tal saber para su vida (...).

Puesto que el hombre tuvo participación en el dominio divino a causa de su parentesco con la divinidad, fue, en primer lugar, el único de los animales en creer en los dioses (...). En un principio habitaban los humanos en dispersión y no existían ciudades. Así que se veían destruidos por las fieras (...). Pero, cuando se reunían, se atacaban unos a otros, al no poseer la ciencia política, de modo que de nuevo se dispersaban y perecían.

Zeus, entonces, temió que sucumbiera toda nuestra raza, y envió a Hermes que trajera a los hombres el sentido moral y la justicia, para que hubiera orden en las ciudades y ligaduras acordes de amistad.

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1.- Intervención divina.

El ser humano ha sido creado, bien desde una materia caótica primigenia (tradición griega), bien desde la nada (tradición judeo-cristiana), pero siempre porque los dioses han querido.

Es importante reparar en esta diferencia fundamental entre el mundo griego y la tradición judeo-cristiana. Para ésta existe un principio y un fin de la historia. Dios creo el mundo desde la nada. Antes de que dios ordenase la creación nada había. Se concibe así la historia del cosmos como lineal: una línea de tiempo finita, con un inicio y un final.

Sin embargo, la “nada” lo existe para los griegos. Su concepción del tiempo es circular: un ciclo de repeticiones constantes. De manera que la intervención divina en la creación se limita a ardenar (cosmos) el desorden (caos) primitivo. Antes que nada existió caos, dicen ellos: luego lo que hubo no era sino materia sin forma alguna.

2.- Fijismo.

Desde esta perspectiva se cree desde el principio el ser humano, y así también el resto de los seres que pueblan la tierra, han sido tal cual hoy lo vemos. No se plantea la posibilidad de su evolución desde otros seres distintos. Si vemos las características que tienen hoy los seres humanos, no hay por qué pensar que pudo ser de otra forma en algún tiempo. Los mismos seres, con idántica estructura han poblado del mismo modo la Tierra.

Hay que intentar no confundir fijismo y creacionismo, pues se puede ser creacionista pero no fijista. En este caso se creería que un ser divino ha creado la naturaleza, y también que, una vez creada, ha habido en ella evolución. Este era el caso de Lamarck, por ejemplo. Linneo (1707-1778) era, sin embargo, creacionista y fijista.

3.- Teleologismo.

No somos como somos por casualidad sino que hemos sido moldeados de acuerdo con la idea que nuestro creador quería llevar a cabo. El cosmos no es cosmos sin la intervención de un artesano, pues la materia no llega por sí sola al estado actual. ¿Alguien pensaría al ver la mesa que está ante mis ojos, que ha resultado ser una mesa espontáneamente, es decir, que sus hierros y madera se han ordenado por sí solos dando lugar a una mesa? Si parece clara la respuesta negativa, ¿cómo cabría pensar algo distinto respecto al cosmos? Tal es la idea teleologista: el cosmos es producido por una intervención racional, es decir está moldeado según una idea.

El teleologismo aparece claramente desde Platón y Aristóteles, aunque estos se quejaban de que los sabios anteriores a ellos no lo habían sino.

4.- El ser humano se concibe como protagonista del universo.

Amado por los dioses, atendido con mimo por los creadores, el hombre es centro del universo. No es sólo una parte más de un organismo, sino su núcleo a partir del cual todo ha de girar, para servirle y darle placer.

Conclusiones a las explicaciones mítico-religiosas

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Pantocrator (izquierda) y Zeus (derecha)

El atributo pantocrátor (del griego panto-krator = todopoderoso), se aplicó a Zeus en la mitología griega. En la cultura cristiana se utiliza para referirse al Dios Padre omnipotente o a Cristo.

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IN2.- Explicaciones científicas: el evolucionismo

Antes de Darwin

Lo curioso de estos mitos

y explicaciones es que se mantuvieron prácticamente intactos hasta el siglo XVIII con el desarrollo de la geología, y se pusieron realmente en tela de juicio a partir de XIX con el desarrollo de la biología moderna Es cierto que las explicaciones cosmológicas de los presocráticos resultan muchas veces armónicas con la biología actual. Pero también es verdad que estos autores fueron olvidados o, en el mejor de los casos, no tenidos en cuenta durante mucho tiempo. Por ejemplo, decía Anaxágoras que la Tierra es infinitamente vieja, y, sin embargo, hasta las teorías del geólogo Hutton (1726-1797) estuvo aceptada la idea de que la edad de la Tierra podía calcularse, con la Biblia en la mano, contando las generaciones sucesivas desde Adán, lo cual daba una edad aproximada de 6000 años (actualmente se habla de una antigüedad ¡de unos 4.000.000.000 años!)

Car von Linné (1707-1778) es conocido por haber ideado el sistema actual de nomenclatura para las especies o grupos de organismos. En su libro Species Plantarum (1753) describe cada especie de planta

conocida en su época. Pues Bien, mientras Linné está dedicado a esta empresa exploradores de África y el Nuevo Mundo regresaban con nuevas plantas desconocidas. Linné las añadió pacientemente pero no alteró ni su idea de que fueron creadas por Dios en su sexto día de trabajo, ni la de que habían permanecido fijas desde entonces. Es de sobra conocido que fue Darwin el fundador de la teoría moderna de la evolución, que vino a proponerse como alternativa al creacionismo y al fijismo. No obstante, no fue el primero en sugerir que los organismos cambian (evolucionan) a lo largo del tiempo, aunque sí que lo fue

en ofrecer una teoría completa con suficientes datos. En el siglo XVIII el francés Buffon (1707-1788) ya insinuó que a partir de la creación divina de distintivas criaturas “hay familias menores concebidas por la Naturaleza y producidas por el Tiempo”. Otro que dudaba de que las especies fueran fijas y no cambiasen era Erasmus Darwin (1731-1802), el abuelo de Charles. Sugirió que los animales pueden cambiar en respuesta a su ambiente y que su progenie puede heredar estos cambios. Decía que un oso polar es un oso “común” que por vivir en el Ártico se ha modificado y ha pasado estas modificaciones a sus oseznos.

El descubrimiento de América

Además de todas las implicaciones sociales, económicas, o políticas, tuvo importantes consecuencias en el mundo de la ciencia natural. Se descubrieron nuevas especies, tanto animales como vegetales, desconocidas en el Viejo Mundo. El mundo, que parecía perfectamente conocido y explicado siglos atrás, se abría nuevamente a la observación y a la admiración.

Nace la ciencia moderna

Se produce otro hecho que marcará la historia cultural posterior: el nacimiento de la ciencia moderna. La ciencia consiguió emanciparse de saberes tradicionales, filosóficos o religiosos, y lo hizo gracias a un método adecuado. Sólo quedará que la ciencia naciente, surgida en el campo de la física, la astronomía y las matemáticas, pase a dedicarse al estudio de los seres vivos.

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El lamarquismo es la primera teoría

global de la evolución biológica. Se encuentra expuesta en la obra Filosofía zoológica, obra del naturalista Jean-Baptiste de Monet Lamarck (1744-1829). Las tesis esenciales de su teoría evolucionista eran las siguientes:

1.- Hay una progresión gradual desde unos organismos más simples a otros más complejos.

2.- El mecanismo por el que se producen los cambios graduales en las especies es la adaptación al medio ambiente por medio del uso y desuso de determinados órganos. Ejercitar los órganos permite el desarrollo y la perfección de los mismos. De aquí surge la

célebre afirmación de Lamarck: ‘la función crea el órgano’. Un órgano utilizado frecuentemente se desarrolla más que si no se utiliza, es decir, tiende a hipertrofiarse y, si no se utiliza, se atrofia.

3.- Las transformaciones individuales adquiridas por el uso o desuso se transmiten a los descendientes. De esta manera se explicaría la aparición de nuevas especies: las ganancias morfológicas individuales (hipertrofia) pasan a las generaciones siguientes, mientras que desaparecen los órganos no utilizados (atrofia).

El ejemplo que solía poner Lamarck era el de las jirafas; éstas tienen el cuello tan

largo por la necesidad de adaptación en un determinado momento de la evolución (al tener que alimentarse de árboles altos), pasando esta modificación a las generaciones siguientes.

Este era el punto flaco de la teoría, pues la genética demostraría después que los caracteres adquiridos no se transmiten a los descendientes.

No obstante, hay que reconocer que Lamarck fue el primer científico que admitió que todos los seres vivos provienen unos de otros mediante sucesivos cambios a lo largo de las generaciones, y fue, también, el primero que intentó explicar de manera científica el mecanismo del cambio evolutivo.

Darwin decía de Lamarck que era un “naturalista justamente célebre”

Lamarckla herencia de los caracteres adquiridos

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(Izquierda)

La jirafas han desarrollado su cuello de manera que que son capaces de comer de las ramas más altas, a las que no llegan otras especies. (derecha)

Jean-Baptiste de Monet Lamarck (1744-1829)

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En 1831, con 23 años, Charles

Darwin zarpa desde Inglaterra en el Beagle. Este viaje se convertiría, con el tiempo, en el más importante de la Historia de la Biología.

Darwin había abandonado la carrera de medicina y era candidato reacio a formar parte del clero. Fue un estudiante mediocre, apasionado cazador y jinete, coleccionista de coleópteros, moluscos y conchas, botánico y geólogo aficionado.

Fitz Roy, el capitán del Beagle, lo invita a viajar con él en un trayecto alrededor del mundo que durará cinco años. Aprovechó esta oportunidad para profundizar en sus conocimientos de historia natural.

Mientras el Beagle descendía por la costa atlántica de América del Sur, atravesaba el Estrecho de Magallanes y ascendía por la costa del Pacífico, Darwin viajaba a pie por el interior del continente y exploraba los Andes a pie y a caballo. Esto ocupó tres años del viaje.

El momento, con todo, crucial para la historia de la ciencia, de este viaje será el mes que pasa Darwin en las Islas Galápagos. La diversidad y variedad que vio, en concreto, de tortugas y pinzones en cada una de las islas acabó “obsesionándole”. “¿Eran los seres vivos de cada isla el producto de una creación especial separada?” (Curtis, p. 6)

Poco después del regreso de su viaje leyó el tratado de Thomas Malthus

que apareció por primera vez en 1798, en el que este advertía que, si la población humana seguía incrementándose tan rápidamente, en poco tiempo sería imposible alimentar a todos los habitantes de la Tierra. Darwin vio que esta conclusión es válida no sólo para la especie humana, sino para todas las especies.

Así, después de este viaje se dedicó Darwin al estudio y desarrollo de de sus teorías, refugiado en una casa en la campiña inglesa. No será este un tiempo empleado en vano, pues sus teorías cambiarán radicalmente nuestra visión de la vida y de nuestro lugar en el mundo.

El origen de las especies será el libro que recogerá estas ideas revolucionarias. Es curioso el hecho de que pasaron veinte años desde el viaje hasta la publicación del libro. ¿Por qué se demoró tanto Darwin? Se especula al respecto sobre si las creencias religiosas de Darwin y su familia no hacían a éste temeroso de las implicaciones que podía llevar consigo su teoría.

Thomas Robert Malthus (abajo)

Es conocido principalmente por su Ensayo sobre el principio de la población (1798), en el que se expone el principio según el cual la población humana crece en progresión geométrica, mientras que los medios de subsistencia lo hacen en progresión aritmética. Así, llegará un punto en el que la población no encontrará recursos suficientes para su subsistencia (catástrofe maltusiana).

La teoría de Darwinel origen de las especies

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Tras leer a Malthus, como

decíamos en el punto anterior, Darwin extiende su idea al resto de las especies. Por ejemplo, si tomamos una pareja de cualquier especie, y mantenemos la hipótesis de que dicha pareja tuviese dos descendientes y que cada no de ellos tuviera a su vez otros dos, y así sucesivamente hasta la generación 64, en dicha generación tal especie tendría trillones de individuos. No hay posibilidad de que todos sobrevivan, ante la limitación de recursos.

Sin embargo, a pesar de esa tendencia de los individuos de las especies a multiplicarse, lo que de hecho sucede es que el número de miembros de las especies permanece aproximadamente constate.

De estos dos hechos fundamentales deduce Darwin la idea de “lucha por la existencia”. Dice Darwin que en la naturaleza se produce una lucha por la supervivencia en la que no todos los individuos sobreviven. La lucha por la supervivencia es la que equilibra el número de individuos de la especie.

En esa lucha por la existencia, sólo aquellos individuos que son capaces de adaptarse al medio en virtud de sus características, es decir, sólo los más aptos, vivirán, mientras que los demás perecerán.

Pues bien, Darwin entiende por “variaciones” el conjunto de caracteres que individualizan a los organismos de una especie: talla, peso, color, forma de los ojos, pelo, características de la piel, capacidad reproductora, resistencia al calor o al frío, velocidad en la carrera, etc. En efecto, su argumento sostenía que algunas de estas variaciones naturales de los individuos eran más ventajosas que otras en cuanto a la supervivencia y a la reproducción de los individuos de una

especie respecto a otros que no disponían de tales variantes en determinados medios.

Así pues, se produce lo que Darwin denominó “selección natural”, un proceso que provoca la expansión de las variantes útiles y la eliminación de las menos útiles. De este modo, la selección natural se convertía en el motor del proceso y cambio en la evolución de las especies. Aclara Darwin que la selección natural no es la causa de las variaciones, sino que es el resultado de ellas, es decir, que actúa sobre ellas.

Siguiendo con el ejemplo de las jirafas, en su descendencia habría jirafas con el cuello largo y otras con el cuello más corto. Dentro de la población de jirafas, los ejemplares con el cuello largo podrían alimentarse mejor, de forma que su reproducción sería más efectiva y dejarían más descendencia. Por el contrario, las jirafas con el cuello corto tendrían más dificultades para alimentarse, por lo que vivirían menos tiempo. Puesto que el grupo de jirafas de cuello corto tendría una mortalidad muy superior al pasar el tiempo necesario, la población estaría compuesta solamente de jirafas de cuello largo.

La acumulación de pequeñas variaciones favorables a lo largo de grandes periodos de tiempo explicaría el origen de las especies conocidas. Se van incrementando gradualmente las variaciones favorables hasta que desemboca en la aparición de una nueva especie.

Darwinla selección naturalD

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TEXTOEn las cortezas de los abedules de las Islas Británicas vive una mariposa nocturna denominada científicamente ‘Biston betularia’.Esta mariposa tiene un color blanco plateado, moteado de negro, que le permite enmascararse muy bien sobre las cortezas de los abedules en que abundan los líquenes y escapar así a sus depredadores, aves en su mayoría. En las regiones industriales de Inglaterra se produjo un aumento en la frecuencia de una forma mutante negra de esta mariposa. El mutante negro era muy raro cuando se observó por primera vez en 1849, pero hacia finales del s.XIX se había convertido en la forma más común en la región fuertemente industrializada de Manchester y Liverpool. Durante la misma época pudo apreciarse que, a causa del aire contaminado de esta región, los líquenes murieron y las cortezas de los abedules ennegrecieron de hollín.

1.- ¿Cómo podrías explicar en términos de selección natural el aumento de la frecuencia del mutante negro de Biston betularia en las zonas industriales y la disminución de la variedad original de

¿Podemos dudar —recordando que

nacen muchos más individuos de los que acaso puedan sobrevivir

— que los que tienen ventaja, por ligera que sea, sobre otros tendrán más probabilidades de sobrevivir y

reproducir su especie?

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Textode Charles Darwin

“Dado que se producen más individuos que los que pueden sobrevivir, tiene que haber en cada caso una lucha por la existencia, ya sea de un individuo con otro de su misma especie o con individuos de especies distintas, ya sea con las condiciones físicas de la vida (...). Viendo que, indudablemente se han presentado variaciones útiles al hombre, ¿puede acaso dudarse de que, del mismo modo, lleguen a aparecer, en la grande y compleja batalla de la vida, variaciones útiles a los organismos en el transcurso de muchas generaciones sucesivas? Si esto ocurre, ¿podemos dudar —recordando que nacen muchos más individuos de los que acaso puedan sobrevivir— que los que tienen ventaja, por ligera que sea, sobre otros tendrán más probabilidades de sobrevivir y reproducir su especie? Por el contrario, podemos estar seguros de que toda variación perjudicial, por poco que lo sea, tiene que ser rigurosamente eliminada. A esta conservación de las diferencias y variaciones favorables de las que son perjudiciales, la he llamado yo selección natural”.

Ch. Darwin. El origen de las especies.

Recepción de la teoría de Darwin.La iglesia

La reacción de la Iglesia ante la nueva teoría fue especialmente virulenta, puesto que aparentemente contradecía dos afirmaciones de la Biblia: que Dios había creado a las especies separadamente y que había forjado al hombre a su imagen y semejanza. Durante muchísimos años la Iglesia combatió la evolución, a la que tildaba de nueva herejía. Sólo cuando las pruebas científicas fueron tan evidentes que resultaba absurda su negación, la Iglesia aceptó algunos principios de la teoría evolutiva. Sin embargo hay día continúa rechazando ciertas consecuencias de la teoría por entender que la existencia del alma (principio teológico de su doctrina) no puede explicarse evolutivamente. Para explicarla, los teólogos afirman que Dios intervino directamente en el proceso de bifurcación entre el simio y el ser humano dotando a éste, en ese preciso instante, de alma.

El 24 de octubre de 1996 el Papa Juan Pablo II reconoció que la teoría del evolucionismo es “más que una hipótesis”.

La prensa y la política

Aunque en El origen de las especies Darwin no afirmaba que el hombre descendía directamente del mono, la prensa se encargó de popularizar el fenómeno. Darwin se vio sometido a una tremenda campaña de ridiculización: se le caricaturizaba con su calva y sus espesas cejas colgando de un árbol, pero con el cuerpo de un simio de larga cola; los bufones le parodiaban en el teatro; sufrió las burlas de los políticos en el Parlamento... Se cuenta como anécdota que la mujer del obispo de Worcester, tras enterarse por la prensa de la Teoría de la evolución, exclamó: “Esperemos que no sea cierta, pero, de serlo, deberemos rogar para que nadie se entere”.

Para algunos, admitir la transformación de las especies significaba la destrucción de todas sus creencias. Los partidarios de la lectura de la Biblia al pie de la letra se empeñan, aún hoy en día, en negar la evolución, y tienen todavía cierto poder

para imponer sus ideas en ciertos países. En los EEUU, por ejemplo, la batalla contra la evolución cobró grandes proporciones en los años veinte (el llamado "juicio del mono"). En 1924, la cámara de representantes de Tenessee aprobaba, por unanimidad, una ley que proclama: "En la Universidad o escuela normal o cualquier escuela pública financiada entera o parcialmente con fondos del Estado, queda prohibido enseñar una teoría que niegue la historia de la creación divina del hombre, tal como la enseña la Biblia, y propagar en su lugar que el hombre desciende de un orden inferior de animales". Actualmente, en Arkansas; Florida y Texas la doctrina creacionista ha sido incluida en los programas escolares. En California no se puede enseñar la teoría de la evolución a título de teoría científica, sino como mera teoría no probada. Ronald Reagan, en 1980, durante su campaña presidencial, decía: si se enseña evolución en las escuelas públicas, entonces habrá que enseñar también la historia bíblica de la creación”.

TextoA. I. Oparin. El origen de la vida.

“La religión cristiana, lo mismo que todas las demás religiones del mundo, sigue sosteniendo hoy día que los seres vivos han surgido y surgen de golpe y enteramente formados, por generación espontánea, a consecuencia de un acto creador del ser divino, sin ninguna relación con el desarrollo de la materia.Sin embargo, al profundizar en el estudio de la naturaleza viva, los hombres de ciencia han podido establecer que esa generación espontánea y repentina de seres vivos no se produce en ningún lugar del mundo que nos rodea. [...]Vemos, pues, que el "hecho" mismo de la generación repentina de seres vivos, que los teólogos de distintas religiones trataban de explicar como un acto en el que el espíritu vivificador daba vida a la materia inanimada y que constituía la base de todas las teorías religiosas del origen de la vida, resultó ser un "hecho" inexistente, fantasmagórico, asentado en observaciones falsas y en la ignorancia de sus interpretadores”

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Darwin no aclara del todo los mecanismos

de la herencia y de la génesis de la variabilidad de una especie. Es decir, se trataba de explicar por qué los hijos se parecen a sus padres y por qué ningún individuo es exactamente igual a otro. La principal laguna de la obra de Darwin es la carencia de una explicación adecuada sobre cómo se producen las variaciones y cómo tales variaciones se transmiten a generaciones futuras. Esta carencia explica que Darwin no conoció las leyes de Mendel, formuladas sólo cinco años después de la publicación de El origen de las especies. Para dar respuesta a estas preguntas tuvo que nacer una nueva ciencia: la Genética, cuyo padre fue G. Mendel (1822-1884).

De lo que se trataba era de unificar las aportaciones de Darwin por un lado y los descubrimientos en el ámbito de la genética de Mendel por otro. Y eso será lo que Th. Dobzhansky, E. Mayr o G. Simpson entre otros realizarán en la segunda mitad del s. XX, dando lugar a lo que conocemos como “Teoría sintética de la evolución”.

Desde los años 30 en adelante el evolucionismo genéricamente se ha conocido como teoría sintética de la evolución, que se formula como tal entre 1936-47 sintetizando significativamente las ideas del evolucionismo de Darwin y la genética de poblaciones y la teoría cromosómica de la herencia en el individuo. La teoría sintética recoge y enriquece el legado científico de Darwin.

Teoría sintética de la evolución

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WIN Los procesos de variabilidad y mutacion son aleatorios

En todos los organismos vivos hay un proceso de producción de nuevas células. Este proceso puede ser de dos tipos: “mitosis” y “meiosis”. La piel, por ejemplo, está constantemente regenerándose, y es por mitosis como se regeneran completamente esas células perdidas. Date cuenta, por cierto, de que la regeneración de tu piel es siempre idéntica, de manera que no cambiamos de color de piel mientras ésta se regenera, sino que unas células viejas se sustituyen por otras idénticas, pero nuevas. Por meiosis, sin embargo, surgen nuevas células, igual que en la mitosis, pero, en este caso, (1) incompletas y (2) no del todo idénticas a las de origen .

(1) Decimos que son incompletas porque sólo son la mitad de una célula normal, lo biólogos las llaman “haploides”, pues solo tienen la mitad de la pareja que es un cromosoma. Les falta, pues, su media naranja. Esta “deficiencia” es lo que las hace células “reproductoras”. Para lo que ahora nos interesa reproductoras significa que están dispuestas a “ligar” con alguien que sea complementario, o sea, que tenga lo que les falta. Todas las células reproductoras son, pues, “incompletas” y tienden a completarse. Están solas y no saben vivir solas, así que necesitan buscar a su complementario. Un ejemplo de este tipo de células “haploides”, a las que se llega por meiosis, son los espermatozoides y también los óvulos. Los biólogos las llaman “gametos”; por eso a la meiosis se le llama también “gametogénesis”. Piensa ahora, por un momento la cantidad de espermatozoides distintos que fabrica un hombre durante toda su vida. Ahora piensa en la cantidad de óvulos distintos que fabrica una mujer durante toda su vida. Ahora intenta imaginar cuántos hombres y mujeres fértiles y, con ellos, espermatozoides y óvulos, podrá haber en un periodo digamos de 10 años. Si no estás cansado, ahora imagina toda la historia de la humanidad, con todos sus espermatozoides y óvulos distintos, de hombres y mujeres distintos, a los que surge la posibilidad de reproducirse. ¡Es agotador! La variabilidad en los individuos que pueden darse es inmensa, pero de hecho es así.

(2) Además, el proceso de meiosis favorece la variabilidad de otra manera. Piensa en que al material hereditario de la célula lo llamamos “cromosoma” o ADN. Habitualmente las células tienen sus cromosomas por parejas. En el caso del ser humano cada célula tiene 23 parejas de cromosomas. En el dibujo adjunto, para simplificar, sólo tienes 1 pareja de cromosomas. Las células haploides de las que venimos hablando, hemos dicho que son incompletas, y que lo son porque sólo tienen la mitad de la pareja que es un cromosoma. Éste se ha partido quedando incompleto, y el asunto es que, antes de partirse ha estado emparejado tanto tiempo con su pareja que, ya se sabe “dos que duermen el mismo colchón, se vuelven de la misma condición”. Quiero decir que los cromosomas se enrollan, se mezclan, podemos decir que hasta se “superenrollan” hasta que al final se mezclan tanto que uno “se acaba dejando la piel” en el otro, dando lugar a múltiples posibilidades combinatorias, según como queden, al final, al separase. Por esto podemos decir que los gametos no son totalmente idénticos a las células originales, como pasaba en la mitosis.

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El significado de la teoría de la

evolución no es sólo científico, sino también cultural. No es una teoría más, junto a otras teorías científicas, sino que está poniendo en crisis muchos de los presupuestos que han vertebrado la cultura occidental. Las implicaciones que, para la ciencia, el pensamiento y la cultura en general, tiene el planteamiento evolucionista todavía hoy día no han sido asumidas del todo.

La difusión del

darwinismo repercute en el modo de ver el universo y de situar al ser humano en él. Supone, pues, un cuestionamiento radical y profundo de nuestro tradicional antropocentrismo, que nos lleva a una nueva autocomprensión de nosotros mismos: el hombre es una especie animal más y la vida humana es, en su nivel más radical, vida biológica. Desde esta perspectiva, la teoría evolutiva de Darwin entronca con el heliocentrismo de Copérnico y la teoría de la personalidad de S. Freud. Los tres suponen un duro golpe al narcisismo del ser humano, que se creía dueño y señor de la creación; cuestionan las pretensiones humanas de superioridad sobre el resto de la naturaleza, así como el sometimiento

asociado a tales pretensiones. El ser humano ya no ocupa un lugar central en el universo, pues la Tierra ha dejado de ser considerada el centro del universo para ser vista como un planeta más (esta es la lección de Copérnico); pero el hombre ya no es centro ni siquiera de sí mismo, de su propia conciencia, pues está dominado por impulsos que no puede controlar y de los que tampoco es consciente (esta es la enseñanza de Freud); y tampoco es distinto

del resto de los animales, pues procede de ellos y es uno más en la naturaleza (es la lección que nos enseña Darwin).

Pero además de lo dicho, el evolucionismo plantea otro interrogante fundamental: ¿hay algún principio u orden interno que haya regido todo el proceso evolutivo?, o ¿es más bien la casualidad y el azar la que ha conducido a tan espectaculares resultados? Para muchos, la evolución no es algo que se haya producido casualmente, sino que existe una finalidad que ha conducido el proceso evolutivo, y esa finalidad no es otra que la aparición del ser humano, verdadero objetivo final de este proceso. El objetivo último de la evolución es generar un ser capaz de pensar y de preguntarse por sí mismo y por la realidad. Esta teoría es la que se conoce como ‘principio antrópico’.

La teoría evolutiva de Darwin entronca con el heliocentrismo de Copérnico y

la teoría de la personalidad de S. Freud

Conclusionesa la teoría evolucionista. El descentramiento del hombre moderno

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LA EVOLUCIÓN FUTURA

En los últimos tiempos han aparecido numerosos artículos en revistas que especulan sobre cómo será físicamente la población de un futuro lejano. Para ello utilizan la Teoría de la evolución, planteándose qué órganos evolucionarán más y qué otros se atrofiarán por resultar innecesarios. Casi todos sus autores presentan un ser humano de cabeza gigantesca como fruto de un crecimiento cerebral. Sin embargo, otros autores asocian la evolución humana con el desarrollo de la inteligencia artificial, proponiendo como modelo un robot con rasgos mentales humanos. Unos y otros pertenecen todavía al género de la ciencia-ficción. Los científicos saben que la evolución está sujeta a tantísimos factores, y entre ellos a numerosos que dependen exclusivamente del azar, que resulta imposible predecir con certeza cuál será la evolución futura de nuestra especie.

(Izquierda)

Para nuestro comportamiento consciemte es sólo el producto de un mundo inconsceinte. No somos pues dueños de nuestros impulsos. Igual que un iceberg.

(Derecha)

El descentramiento por la vía del cosmos.

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Hominización y humanización

Antes de analizar el proceso de evolución del ser

humano y los rasgos diferenciadores que van a configurar sus características actuales, es preciso aclarar dos conceptos fundamentales: hominización y humanización.

“Hominización” hace referencia al proceso mediante el cual el ser humano ha llegado a constituirse como especie independiente desde un punto de vista biológico. El ser humano presenta una serie de rasgos biológicos y físicos específicos, que estudiaremos a continuación, que lo hacen diferente del resto de los seres vivos. Cómo se fueron configurando estos rasgos que acabaron por modelar al ser humano es lo que se pretende recoger bajo el denominado proceso de hominización.

Junto a este término suele hablarse también de humanización, para hacer referencia a las características más culturales y menos físicas o biológicas que caracterizan al ser humano.

No obstante, es necesario tener presente que estos dos procesos (hominización y humanización) no se pueden entender de forma aislada, sino que, antes bien, es necesario entenderlos como una interrelación entre lo biológico y lo cultural. Podríamos decir que son dos caras de la misma moneda.

Peculiaridades biológicas del ser humano.

La reflexión filosófica sobre el hombre y su cultura cuenta con un hecho que es obligado atender: la humanidad, como especie biológica que es, se ha configurado a lo largo de un complejo proceso evolutivo. Los humanos constituyen una singular especie animal, que no por su singularidad deja de ser “animal”.

Trataremos a continuación de exponer los principales rasgos que configuran a la especie humana desde una perspectiva biológica, pero que al mismo tiempo marcan el tránsito entre lo que hemos llamado proceso de hominización y humanización.

Aparte de los datos paleontológicos, geográficos e históricos, los datos aportados por la biología muestran un parentesco incontrovertido entre el hombre y los simios. La semejanza proteica entre el hombre y el chimpancé es del 99%, igual que la semejanza cromosómica, y la semejanza genética es del 93%. Esto no significa que vengamos de los monos, pero sí que tenemos antepasados comunes.

Sin embargo, existe una serie de peculiaridades específicas del ser humano que le permiten despegarse, tomar distancia, con respecto a sus antepasados, incluso con los más directos. Veremos a continuación alguna de esas peculiaridades:

La adopción de la posición erecta (bipedismo)

Esta peculiaridad trajo como consecuencia que se produjera un considerable aumento de los miembros inferiores. Respecto a los brazos, su longitud se redujo considerablemente, y mientras en su posición habitual los brazos de los simios alcanzaban el suelo, en el ser humano, por el contrario, llegan hasta la mitad de los muslos.

El bipedismo influyó también en la configuración de los pies. El pie humano es esbelto y se encuentra dotado de una perfecta estructura que favorece el equilibrio y la marcha. Posee una forma curva, los huesos del talón y del tarso se han hecho más potentes, y se apoya en el suelo el antepié y el calcáneo, lo que permite, por una parte, alargar enormemente el paso y, por otra, una gran flexibilidad, armonía y destreza en el mantenimiento del equilibrio. En los simios el pie es plano y no está capacitado para soportar por sí solo el peso del cuerpo. La marcha de los simios se realiza sobre sus cuatro extremidades.

Otra modificación esencial se produjo en la pelvis. La pelvis de los póngidos es enormemente alargada y estrecha, lo que impide una posición erguida duradera, mientras que la del ser humano es corta y ancha. En ella descansa todo el peso del cuerpo, que se transmite de forma equilibrada a las piernas.

Respecto a la columna vertebral, ésta se une al cráneo por su parte superior y a la pelvis por su parte inferior. En los póngidos, la unión de la columna con el cráneo se realiza por la parte posterior de éste. Por eso en ellos, y en la mayoría de los mamíferos, la cabeza "cuelga" hacia delante. En el ser humano, la unión se realiza por la posición central, y la cabeza se encuentra en perfecto equilibrio con la columna vertebral.

Otra consecuencia del bipedismo fue la liberación de la mano de su función sustentadora y marchadora, dejándola dispuesta para la realización de nuevas tareas. Desde esta perspectiva, nos encontramos que la mano humana, comparada con la de los simios, es corta y ancha y posee un dedo pulgar oponible a los demás, lo que permite realizar movimientos de extensión, flexión y presión con facilidad.

La liberación de la mano de su función aprehensora y sustentadora permitió especializarse como órgano para asir, portar, manejar,… los diversos objetos e instrumentos.

Al mismo tiempo, la boca se liberó de la inmensa variedad de funciones y tareas que había realizado hasta ahora: cortadoras, aprehensoras, manipuladoras,…

La desaparición de estas funciones de la boca hizo que se fuese reduciendo progresivamente la longitud, el grosor y la musculatura de los labios y el tamaño del hocico, es decir, se redujo el prognatismo. (Prominencia exagerada de mandíbulas y dientes). La disminución de las mandíbulas trajo paulatinamente el desarrollo del mentón.

Las modificaciones en la boca afectan también a los dientes, que se hacen más pequeños. En efecto, en el ser humano la potencia y el tamaño de los dientes disminuye, gracias a la capacidad manipuladora de la mano y al uso de

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N instrumentos y de diversas técnicas (cocción y cocinado de los alimentos, por ejemplo).

Todas las modificaciones anteriores llevan consigo la desaparición del aspecto de fiereza y el surgimiento del rostro humano.

Desarrollo del cerebro

La posición erecta, la liberación de la mano, la forma de la columna vertebral y todas las modificaciones siguientes guardan una profunda relación con el tamaño y desarrollo del cerebro: sólo un ser que camina completamente erguido puede tener un cerebro tan desarrollado, y viceversa. Se suele decir que el ser humano es el que mayor cerebro posee. Lo adecuado es decir encéfalo. Sin embargo no es cierto, pues es mayor el encéfalo de la ballena o el elefante. Ahora bien, lo realmente importante es lo que los investigadores llaman "índice de encefalización", es decir, la relación entre el peso encefálico ideal de una especie (el peso encefálico que debería tener en función de su tamaño y en relación con las demás especies) y el que realmente tiene (valor encontrado). El ser humano es, en efecto, el que mayor índice de encefalización posee.

La mayor complejidad del cerebro influye en el uso y fabricación de utensilios e instrumentos, en un nivel muy diferenciado del de los animales superiores, usando un instrumento para fabricar otro,…

Lenguaje

Y, finalmente, un aspecto clave, diferenciador con respecto al resto de especies animales: el lenguaje. La adquisición del lenguaje está favorecida por todo el conjunto de características analizadas hasta aquí. La disminución de las mandíbulas y de los dientes favorece la aparición y el desarrollo del aparato fonador. Como veremos en temas posteriores, las características del lenguaje humano difieren cualitativamente de todos los sistemas de comunicación animal.

También desde el punto de vista sexual existen importantes diferencias. Hablamos, por ejemplo, de la ausencia de celo en las hembras, la existencia de un período de menstruación, la producción de una sola cría por parto, la protuberancia permanente de las mamas independientemente de los períodos de lactancia…

Finalmente, señalaremos algunas peculiaridades de carácter etológico, vinculadas al aprendizaje, la crianza y a las relaciones sociales del hombre con respecto a sus antecesores. Cabe mencionar la prolongación de la gestación, la mencionada escasez de crías por parto en los primates y en el hombre, y el largo período de crianza y de relación madre-cría. Desde el punto de vista del aprendizaje, los primates como chimpancés y gorilas tienen una gran capacidad para aprender por imitación, pero una notable ausencia de imaginación. Igualmente podemos señalar la aparición de relaciones sociales ya entre los primates. Así, el reparto de bienes, como por ejemplo la comida, da lugar a las consiguientes relaciones sociales. De hecho, existe una importante diversidad de comportamiento social en los grandes monos, dándose una división del trabajo entre los sexos: hembras recolectoras y machos cazadores. Por último, en cuanto a la alimentación pasan de herbívoros a omnívoros, pero hay una cierta preferencia carnívora en los humanos. Esta preferencia, unida a la ausencia de mecanismos de defensa y ataque, conlleva la necesidad de fabricar ropajes y armas y de colaborar a la hora de procurarse la caza.

En suma, existen muchas peculiaridades anatómicas, fisiológicas y conductuales comunes al hombre y a los primates, pero hay otras muchas, especialmente las conductuales de tipo cultural, que nos diferencian de todos ellos.

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La línea evolutiva anterior al género homo: ardipithecus y australopithecus.

Kamoya, experto en encontrar restos fósiles (dice que los fósiles le hablan desde las piedras), sostiene un resto fósil de tres extraños dientes, sólo remotamente humanos, y dice “seguramente procedemos de aquí”. Estamos en Kenya, en un lugar llamado Kanapoi, junto al Lago Turkama. Nuestros antepasados proceden de Africa, y el Lago Turkama proporcina un registro fósil muy rico. Junto a este lago han aparecido los restos fósiles de homínidos más antiguos. Los homínidos somos nosotros y nuestros antepasados desde que nos separamos de los simios.

El resto que sostiene Kamoya en sus manos tiene 4,1 millones de años. Hasta 1994 los científicos tenían escasas evidencias de la existencia de homínidos anteriores a 3,6 millones de años. Lucy, una Australopithecus afarensis de 3,16 millones de años, hallada en 1974 en Etiopíá, era el registro fósil homínido más antiguo encontrado. En 1978 se encontraron también unas huellas de antepasados de Lucy de 3,56 millones de años, en Laetoli, al sur del Lago Turkama. Pero como digo, hasta 1994 no había más evidencias que éstas. Ahora en Kanapoi los restos encontrados deben de pertenecer a un precedente de Lucy, una especie distinta , anterior, que ha sido denominada Australopithecus anamensis. De aspecto más simiesco,

es muy posible que esta especie

diera lugar al afarensis.Mientras todo esto sucede en

Kanapoi, al mismo tiempo, un paleoantropólogo llamado Tim White, de la universidad de California, anunciaba la aparición de unos nuevos restos fósiles, de unos 4,4, millones de años, en Aramis, Etiopía, al norte del Lago Turkama. Había hallado dientes y un brazo de un animal, que, supuso, tenía que ser bípedo. Luego se sumarían a estos restos un esqueleto parcial. Al principio se pensó que estos restos podían ser una nueva especie de australopithecus al que se llamó ramidus (“raiz”). Pero pronto se advirtió que estos restos eran lo suficientemente diferentes a los encontrados hasta ahora como para ubicarlos en un nuevo género: el Ardipithecus, que significa “simio terrestre”. Apareció así el Ardipithecus ramidus.

La cosa está así, pues, por ahora. Los restos más antiguos de homínidos corresponden al Ardipithecus ramidus. A estos le siguen los restos de hominido de Kanapoi, el Australopithecus anamensis, al que a su vez siguen los restos de Australopithecus afarensis (la familia de Lucy). Hay, no obstante, otros géneros de australopitécinos de los que se han descubierto restos y en los que no nos vamos a detener aquí. Son, por ejemplo el bahrelghazali, el africanus, el aethiopicus, el boisei y el robustus.

Los homínidos y los simios africanos parten de un antepasado común. Seguramente vivía en los bosques y trepaba a cuatro patas y se clgaba de los árboles por sus brazos. En un momento crucial un grupo de estos antepasados dio el primer paso crucial en el camino evolutivo hacia la humanidad: desarrollaron el hábito de caminar sobre dos piernas. No sabemos con seguridad por qué se convirtieron en bípedos, pero esto supuso cambios anatómicos tan profundos que marcó la separación entre los homínidos y los simios.

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La línea evolutiva del género homo:

Uno de los grandes misterios de la paleoantropología es saber cuándo, dónde y cómo el Homo reemplazó al Australopithecus. Éstos tienen cuerpos simiescos y cerebros más pequeños que los Homo, pero caminaban erguidos. Parece que una especie de Australopithecus, aunque aún se discute cuál, evolucionó hasta convertirse en el primer Homo.

Hace dos millones y medio de años, los primeros Homo ya mostraban características humanas: aumento del tamaño cerebral, fabricación de herramientas y una dieta de alta calidad. Sólo por poner un ejemplo piensa que el volumen del cerebro del australopiteco alcanzaba entre 400 y 500 centímetros cúbicos, mientras que los primeros especímenes de Homo presentan volúmenes de 600 y 700 centímetros cúbicos.

Las herramientas de piedra más antiguas que se conocen se labraron hace 2,6 millones de años. El proceso de fabricación era sencillo: chocaban una piedra contra otra hasta conseguir un borde afilado con el que conseguían cortar aquello que no podían sólo con los dientes. El uso de estas herramientas seguramente coincidió con el aumento del tamaño cerebral de los homínidos. El problema es que todavía no se han hallado suficientes restos fósiles de Homo tan antiguos como aquellas primeras herramientas tan antiguas.

El caso es que aún no hay suficientes restos fósiles de los primeros Homo. Durante muchos años, los primeros fósiles de Homo fueron catalogados como Homo habilis. Recientemente se han dibujado nuevos árboles genealógicos que incorporan otra especie, el Homo Rudolfensis, que puede proceder del habilis. También han aparecido Homo erectus fechados en 1,8 millones de años. El erectus es una pieza fundamental pues tiene ya prácticamente culminados los cambios que habían empezado hacía dos millones de años. Algunos científicos quieren, por cierto, crear una ramificación en el erectus, llamada ergaster. De modo que parece que el árbol genealógico del Homo empieza a estar tan poblado como el de los australopitecos.

Nadie sabe en qué momento dejaron de existir los erectus y comenzaron a aparecer los homo sapiens. Si mediaron especies de europeos como el antecessor y hasta qué punto convivimos y compartimos la cultura con los neandertales. Pero lo que sí que es claro es que es apasionante el conocimiento de nuestro origen biológico, que tendrá que dar paso, en la siguiente unidad, al

estudio de nuestra realidad natural, eso que llamamos nuestra segunda naturaleza.

EL

GÉ

NE

RO

HO

MO

Cara a cara con Lucy

• TEXTO: Donald G. Johanson•• “Un día abrasador de 1974

encontramos a Lucy. Lo primero que vimos fue su codo sobresaliendo de entre los sedimentos, pero rápidamente identificamos el hueso como de un homínido, un miembro del árbol genealógico humano. Regresamos a toda prisa al campamento en nuestro Land Rover, tocando el claxon, y en seguida nos dimos cuenta de que habíamos encontrado algo más que un codo. Lucy, a quien bautizamos así por una canción de los Beatles muy popular en el campamento (Lucy in the Sky with diamonds), pertenecía a una nueva especie de antepasados de los humanos, que en 1978 denominamos Australopithecus afarensis.

• Datada en hace más de tres millones de años, Lucy era el fósil de homínido más antiguo y completo que se había encontrado jamás. Media poco más de un metro y presentaba unas características simiescas y humanas a la vez. Los largos brazos le colgaban a ambos costados como los de un simio, pero los huesos de las piernas y de la pelvis indicaban que caminaba erguida sobre sus dos piernas”.

>ÁRBOL DE FAMILIA DE LOS HOM

ÍNIDOS

Todas las personas somos prim

ates que pertenecemos a la especie H

omo sapiens, el único hom

ínido que subsiste en la tierra. La postura erguida y la marcha bípeda supusieron

la separación con los antepasados de chimpancés y gorilas. La Paleontología H

umana intenta conocer las relaciones de fam

ilia de los distintos especimenes descubiertos, bajo

el principio de que existen cambios a través del tiem

po, posiblemente por selección natural, y de que hay rasgos tanto ancestrales com

o derivados, así como específicos de un

grupo o compartidos. La evolución biológica de nuestra especie continúa, pero es la evolución cultural el m

odelo que ahora predomina en nuestra especie.

>LOS PRIMEROS

HOMÍNIDOS

Entre 4 y 6 m.a. se reconocen en

África unos fósiles que pueden ser la

base de los homínidos. Viven en

zonas arboladas comiendo hojas y

frutas. El bipedismo puede que

surgiera como adaptación para llevar

objetos y para alimentarse. En los

australopithecuslos brazos se acortan,la colum

na y piernas se verticalizan,la cadera se ensancha. El cráneo creceen altura y la cara se reduce.

EL GÉNERO HOMO

La creación de instrumentos provoca el

surgimiento de diferentes especies, cada una de

ellas ocupando nichos sociales y ecológicosespecíficos. Todas presentan un gran crecim

ientoencefálico y dieta om

nívora.

>ATAPUERCAA

tapuerca es clave para conocernuestro pasado. Sus sedim

entosalcanzan 1,2 m

.a. y presenta restos deH

. antecessor, heidelbergensisy sapiens.Su estudio ha perm

itido proponer elorigen africano del prim

ero, y sucarácter de nudo para las especiesposteriores, la neandertalización deheidelbergensisy la divergencia denuestra especie.

>LOS PARANTHROPUSH

ace 2,5 m.a. el clim

a es enA

frica más seco y se am

plíanlas sabanas. Surgen nuevasform

as, más grandes que los

australopithecus, que seespecializan en la ingesta defrutos, tubérculos, sem

illas yalim

entos en general duros,que com

plementan con

termitas y pequeños anim

ales.Sus cráneos y dientes sonvolum

inosos, con crestasagital y grandes m

aseteros.

La evolución humana

>DIBUJOS:JESÚS QUINTANAPALLA| DIARIO

DELOSYACIM

IENTOSDELA

SIERRADE

ATAPUECA