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t.bTRANS NÚM.12· 2008
ARTicULO BIBLIOGRÁFICO . 291-298
StylisficApproaches fo Translation .Jean BOASE-BEIER
Manchester: St Jerome, 2006 (colección TranslationTheories Explored, ro), q6 págs.
Josep Marco
UniversidadJaume 1
Con este libro, la colección antes conocida comoTranslation Theories Explained y ahora denominada Translation Theories Explored da un pasomás en su afán de trazar mapas que ayuden alestudioso -profesor, estudiante o profesionalaorientarse en la tupida selva en la que se ha convertido la traductología. Estrictamente hablando,sólo debería haber una teoría de la traducción,que consistiría en una especie de condensacióno summa de 10 más comúnmente aceptado de lasdistintas aproximaciones. Sin embargo, es biensabido que en las ciencias humanas -y la traductología no es ninguna excepción- proliferanlos modelos, los paradigmas diversos, y es estolo que justifica el plural del título. Además, estacolección da cabida no sólo a las teorías strictosensu, sino también a la fertilización mutua entredisciplinas, por 10 que, al lado de volúmenes
dedicados, por ejemplo, al enfoque funcionalista,al polisistémico o al culturalista en cualquiera desus manifestaciones (feministas, poscolonialistas,etc.), encontramos otros que giran en torno a larelación entre traducción y lingüística o entretraducción y crítica literaria.
De ello se sigue, pues, que la publicación deeste volumen en el seno de esta colección seaaltamente pertinente, ya que da carta de naturaleza a la relación entre la traductología y unadisciplina como la estilística, híbrida donde lashaya, que -en el mundo anglosajón al menosgoza de entidad propia, en el sentido de que hadado lugar a materias en el currículo universitario, a asociaciones de investigadores (la Poeticsand Linguistics Association) , a publicaciones propias (Language and Literature), etc. En su formulación más básica o prototípica, la estilística
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no sería otra cosa que el estudio de los textosliterarios (aunque el espectro podría ampliarsetambién a los no literarios) con las herramientaspropias de la lingüística, entendida en el sentidomás amplio, y sin que ello suponga en absolutorenunciar a las aportaciones de otras disciplinas afines como la teoría literaria o la propiatraductología, o de ciencias como la psicología,la sociología, la antropología y cualesquieraotras que puedan considerarse relevantes. Laestilística tiene mucho que aportar al estudiode los textos en general y al de los literarios enparticular; por lo tanto, encierra el potencialde iluminar problemas que conciernen tanto atraductores como a traductólogos. La obra dela profesora Boase-Beier, de la Universidad deEast Anglia (Norwich, Reino Unido), pone elénfasis en estos problemas, verdaderas zonas deintersección entre los intereses de la estilística ylos de la traducción y la traductología.
ESTRUCTURA Y CONTENIDO DE LA OBRA (1):
DEL ESTILO, LA ESTILÍSTICA (COGNITIVA),
LAS TEORÍAS CENTRADAS EN EL LECTOR Y
LAS DECISIONES DEL TRADUCTOR
El libro consta de una introducción, cincocapítulos, una conclusión y la bibliografía.El capítulo 1, titulado «The Role of Style inTranslation», parte de la cadena comunicativaque vertebra el acto de traducción, en la queintervienen el autor del texto original (TO), ellector del TO, el autor del texto meta (TM) yellector del TM. La autora indica que su estudiova a basarse en los dos agentes intermedios, esdecir, el lector del TO y el autor del TM, queconvergen en la figura del traductor. Por lotanto, las perspectivas del estilo que le interesanson dos: el estilo del TO y sus efectos sobre ellector / traductor, y el estilo del TM en tantoque expresión de las opciones tomadas por el
TRANS. REVISTA DE TRADUCTDLOG1•'" ¡l.,..autor / traductor. Una vez establecido 1
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reflexión traductológica nuevas herramienta .A continuación, en el epígrafe siguiente' 1
autora introduce la noción de universal de e' Ud
lo, que estará muy presente a lo largo de la braYa se sabe que el concepto mismo de univer al-tanto si es estilístico como lingüístico o dttraducción- es problemático porque pone elénfasis en lo que los humanos compartimo • \atenúa y rebaja -sin negarla, obviamente- Idiferencia cultural. Para postular la idea de louniversales, hay que partir casi necesariameOlcde una actitud mentalista, y la autora de e 1
libro es buena prueba de ello, pues se alinea 011
la llamada estilística cognitiva, según la uallofenómenos de comunicación, los textos), enúltima instancia, su estilo son manifestacionede la mente. Es la mente la que rige la codificación y descodificación de las representa ionedel mundo inherentes a los textos.
Más adelante, la autora aborda la noción decontexto, a propósito de una de las carenciamostradas por la estilística más temprana: uexcesivo formalismo, la consideración nula oinsuficiente del contexto a la hora de analizarun texto, ya sea original o traducido. SegunBoase-Beier, la noción de contexto debenaincluir al menos los aspectos sociológicos, hitóricos e ideológicos de la génesis del texto Joaspectos psicológicos de la producción e interpretación de textos, los aspectos pragmáti oy, finalmente, el papel del lector. La noción decontexto permite a la autora realizar una piruer.lintelectual osada pero en absoluto inverosímil.
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le permite neutralizar la supuesta incompatibilidad entre la estilística social y la estilísticacognitiva, al argüir que lo social y lo psicológicosiempre interactúan, posición defendida también por otros autores, como Fowler. El contexto tiene componentes sociológicos, psicológicosy pragmáticos; el contexto, podría decirse, estáa la vez dentro y fuera, en el sentido de que esalgo así como la suma de circunstancias sociales, psicológicas y pragmáticas pertinentes parala producción e interpretación de textos, o deactos comunicativos en general.
Finalmente, en la última sección del capítulo,la autora se enfrenta a la vieja cuestión de lasdiferencias de lengua y cultura entre las comunidades y los efectos que dichas diferenciaspueden tener sobre la comunicabilidad de lossignificados. Como se sabe, hay aquí dos posiciones extremas: la universalista, que insiste enlo que los humanos compartimos por debajo ymás allá de los abismos culturales aparentes quenos separan, y la representada por la hipótesisSapir-Whorf, que, en su versión fuerte, negaríatoda posibilidad de comunicación entre culturasdistintas, dado que cada lengua y cada culturaimponen y comportan una visión del mundodistinta. El relativismo cultural llevado a sumáxima expresión puede ser tan poco operativo -y, cabría añadir, tan difícil de demostrarempíricamente- como el universalismo aultranza. Pues bien, también aquí la profesoraBoase-Beier tiende puentes y cancela dicotomías, en este caso a través del concepto dedesfamiliarización, tomado de los formalistasrusos. El valor adicional, o rasgo distintivo, deldiscurso literario es precisamente ése: que noshace ver el mundo de un modo distinto, noslo hace extraño, con el fin de que nos replanteemos lo que sabemos de él, el modo comolo percibimos, el modo como nos percibimosa nosotros mismos, y así podamos cambiar. Si
esto es así en cualquier cultura, pues, es la función desfamiliarizadora lo que define al textoliterario y, al tiempo, contrarresta las diferenciasculturales. Pero la autora da un paso más en suargumentación: si esto es así, como decimos, lostextos literarios traducidos serán más literariosque los no traducidos, puesto que la literaturatraducida, al utilizar elementos de dos códigosdistintos, al moverse en un terreno intermedio,en un tercer espacio, será más desfamiliarizanteque la literatura no traducida. La hipótesis essugerente y, desde luego, digna de ser tenida enconsideración, debatida y contrastada, puestoque la mayoría de generalizaciones sobre latraducción que circulan por la bibliografíaespecializada no apuntan en ese sentido, sinoen el contrario, al afirmar que las traduccionesson más simples, más explícitas y, sobre todo,más convencionales que los textos no traducidos.Parece claro que lo convencional no contribuyea desfamiliarizar.
El capítulo 2, «Theories of Reading andRelevance», incide en el papel central del traductor en tanto que lector y en el argumentode que el significado no reside en el texto de unmodo inmanente, sino que es construido por ellector. Esta consideración de partida justifica elhecho de que las teorías del título del capítuloa las cuales se remite la autora de manera reiterada sean principalmente, aparte de la estilísticacognitiva, la llamada teoría de la recepción y lade la relevancia. La línea argumental es aquí denuevo conciliadora, puesto que, si bien la autoramarca distancias muy explícitas respecto decorrientes crítico-teóricas -como el formalismo ruso o el New Criticism norteamericanoque orientan el proceso de lectura y análisis aldescubrimiento de la intención del autor, esaespecie de llave maestra que nos abriría laspuertas de la interpretación correcta del texto,alcanza un cierto equilibrio al sugerir que el sig-
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nificado es construido por el lector, sí, pero queun cierto grado de intencionalidad por parte delautor no puede negarse, ya que de otro modolos textos literarios se volverían irrelevantes, alestar al mismo nivel que los signos naturales.Las huellas dejadas por un animal que se acercaa beber a un arroyo, por ejemplo, carecen detoda voluntariedad; es evidente que los textosliterarios no son generados de ese modo. Elequilibrio entre los dos extremos aludidos noes equidistante, como se ve, pero da fe de unesfuerzo conciliador.
Las teorías centradas en el lector a las quese ha hecho referencia más arriba aportan unaserie de ideas y argumentos pertinentes parala traducción. Por ejemplo, y para empezar, elpapel complementario de las explicaturas y lasimplicaturas. Las explicaturas son los significados de primer orden que residen en el léxicoy la sintaxis, mientras que las implicaturas y,sobre todo, las llamadas implicaturas débiles(Montgomery et al., 2000) son los significados (no derivables de las capas más aparenteso superficiales) que residen en aspectos másrecónditos como la alusión, la ambigüedad, lospatrones formales, etc. Boase-Beier identificaestos aspectos, globalmente considerados, con elestilo, que se convertiría así en lo que Lecercle(1990) llamaba el residuo (remainder) , aquelloque no es estrictamente racional y a veces secapta por debajo del umbral de la conciencia.Otra manera de referirse a estos rasgos delestilo, en términos de la teoría de la relevancia,son las denominadas pistas comunicativas (com
municative clues: Gutt, 2000), es decir, pistas quepueden llevarnos hacia la intención comunicativa del autor. Desde el punto de vista de lo quees constitutivo del discurso literario, si la literatura destaca por su apertura a las inferenciaspor parte del lector, argumenta Hatim (2001),entonces la traducción literaria debería preser-
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var dicha cualidad y no cerrar el texto a a U. . h que amterpretaclOnes ca erentes con lo que e .b d 1 .. al' per l-
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o pnnClplO de relevancla óptima, según el ualtendemos a alcanzar la máxima eficacia comunicativa con el menor coste posible (en euantdificultad de procesamiento), la segunda e ri tsegún la autora, por el principio de relevang¡ ,
•.. amaxlma, que conslste en un esfuerzo por pantdel lector por captar el mayor número po ibltde efectos aun a costa de una mayor inver iÓI
de tiempo y de procesamiento. El tradu tordebe no sólo buscar estos efectos activamentecomo lector, sino reproducirlos en el texto meta,no por un prurito de fidelidad, sino para qucel lector meta pueda establecer con su texto dmismo tipo de relación activa que elleetor ddoriginal. Todo esto configura una situación qucpodría resumirse, parafraseando a la autora, enlos siguientes términos: el traductor intentarecrear no un significado que se pueda sometera la dicotomía verdadero / falso, sino un e tadocognitivo al cual sólo se puede llegar a travé delas implicaturas débiles, que cumplen la fun ionde pistas comunicativas; recrear dichas pi ta ,que vienen a constituir el estilo, en el texto metaprovocará un mayor esfuerzo de procesamientoen el lector meta, quien, no obstante e o, eregirá por el principio de máxima relevan lae intentará captar los efectos deseados por 1Jrecompensa que ello supone. Ésta, por supue to, es una visión idealizada tanto del tradu rorcomo del lector, pero sirve de punto de referencia de lo que podría ser la comunicación literaria con textos traducidos.
En el capítulo 3, «The Translator's Choice -,la autora se enfrenta con la noción de elección,tan íntimamente ligada a la de estilo. Sin embar-
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go, por estilo no hay que entender solamente laelección de una manera de decir algo entre todaslas disponibles, sino también la «conceptualización» que subyace a las elecciones particulares.Esta noción más amplia del estilo permite afirmar que las opciones estilísticas son indicativasde un determinado talante o personalidad, deuna manera de ver el mundo, con implicaciones ideológicas y, por 10 tanto, morales. Aquíes donde surge de nuevo el concepto de mindstyle, o estilo mental, de Fowler, del que ya se hahablado más arriba. Sin embargo, Boase-Beieracota el alcance de esta noción cuando propone que por mind style se entienda no la visióndel mundo de un personaje, narrador o autorimplícito (como daba a entender Fowler), sino laexpresión de dicha visión del mundo, es decir, lavisión del mundo tal como se manifiesta a travésde las opciones estilísticas.
La autora indica (54) que el estilo del textooriginal es sólo una de las restricciones queoperan sobre las elecciones estilísticas realizadaspor el traductor. Por 10 tanto, el poder del textooriginal no es un poder absoluto. Esto enlazaperfectamente con los postulados de las teoríasfuncionalistas de la traducción, por 10 que noes extraño que a continuación Boase-Beier serefiera precisamente a la función de la traducción como otra de las restricciones que actúansobre el traductor. En este punto, la discusión secentra en la conocida dicotomía de Nord entretraducción documental y traducción instrumental, dicotomía que la autora juzga inadecuada, sila aplicamos al caso del estilo en la traducciónliteraria, ya que -arguye- una traducciónraramente es documental o instrumental en suintegridad. De hecho, se trata de una cuestiónde grado: hay traducciones más documentales yotras más instrumentales. No sólo eso: las traducciones literarias alcanzan la instrumentalidad siendo documentales, es decir, en virtud de
su relación con un original. En este paso final,la autora da muestras de nuevo de su afán conciliador y ecléctico, superador de oposiciones ydicotomías.
En el contexto de las decisiones tomadas porel traductor, Boase-Beier se refiere a continuación a la distinción establecida por Gutt entretraducción directa e indirecta, según la cual portraducción directa hay que entender aquellaque intenta preservar no sólo el contenido, sinotambién el estilo, mientras que la indirecta selimita a interpretar el original, sin parecersenecesariamente a él. El estilo, para Gutt, no sonlas propiedades formales sino 10 que éstas representan: las propiedades estilísticas, en el marcode esta aproximación, no son más que pistascomunicativas que el lector debe interpretar.
En la última sección de este capítulo, laautora habla de la translational stylistics (Malmkjaer, 2004), o estilística de la traducción, quese ocupa de estudiar el estilo de las traduccionescomo algo distinto del estilo de las obras originales. De hecho, esta concepción del lenguajetraducido puede relacionarse con la teoría delos polisistemas y, más recientemente, con losestudios de traducción basados en corpus, unade cuyas pioneras es Mona Baker. El estilo deun traductor puede ser individual, pero tambiéncolectivo; y el hecho de que las traduccionesmuestren rasgos comunes y distintivos permitede nuevo considerar que la traducción literariaes un tipo de texto literario independiente, diferente tanto de los textos no traducidos como deotros textos traducidos. Finalmente, también seexamina, en relación con los textos traducidos,la oposición establecida por Venuti (aunqueel concepto no es originalmente suyo) entreextranjerización y jamiliarización. La autoramuestra un interés especial, tanto en este puntocomo en otras partes del libro, por marizar lapostura de Venuti, para quien (según Boase-
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Beier) extranjerizar no significa necesariamentemantenerse cerca del texto original, sino traducir de modo desfamiliarizante. La extranjerización puede ser mimética, pero no tiene porqué serlo siempre, y, fuera de contexto, es difícildeterminar si una opción tomada en el textotraducido es extranjerizante o familiarizante.
ESTRUCTURA Y CONTENIDO DE LA OBRA (2):
DE LA AMBIGÜEDAD, EL FOREGROUNDING,
LA METÁFORA Y LA ICONICIDAD (O LA
LITERARIEDAD HECHA CARNE TEXTUAL)
El capítulo 4, «Cognitive Stylistics and Translation», reviste sin duda un carácter central eneste libro, ya que en él la autora desgrana lasimplicaciones para la traducción del enfoqueestilístico adoptado, el cognitivo. A estas alturasdel libro, dichas implicaciones no son ningunanovedad, porque ya han sido aludidas anteriormente, pero aquí las encontramos recogidas demodo sistemático e integradas en un tipo deanálisis estilístico relevante para la traducción.El punto de confluencia entre la estilística cognitiva y los intereses del traductor y del traductólogo es lo que Kiparsky (1987) denominó categories ofliterariness, o categorías de la literariedad.Se trata de aspectos del estilo que parecentener una realidad psicológica discernible, porlo que se podría postular que se asientan sobreuna base universal, si bien sus manifestacionesobedecen también a condicionantes culturales eincluso individuales. En lo que resta de capítulo, la autora examina cuatro de estas categoríaso aspectos: la ambigüedad, el ftregrounding, lametáfora y la iconicidad.
La ambigüedad, a la luz de la perspectivaadoptada, es definida como un estado cognitivoen el que coexisten varias interpretaciones posibles sin cancelarse mutuamente. Se afirma quelos huecos, los vacíos, forman parte de nuestro
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entramado COgllltlVO, y que en cien1 . 'd d 1 fi o madia creatlvl a es e es uerzo de la m
, ente pollenar esos vaClOS. Además, los hueco '. rl · J b' d ( a tI' .lne szstema ue usque a seeking system) I d'. . , d . ,) leI,
actlvaClOn esplerta una gran expecta '.. IOn CIlos humanos e mcluso en otros animale . E Ibúsqueda lo que produce placer.
~l concepto de ftregrounding, que sirve pardeslgnar el hecho de que un determinado ra "o aspecto textual se sitúa en primer plano, dmanera que destaca sobre un fondo má ¡ndcfinido, entra en contradicción con una de lacaracterísticas que suelen atribuirse a lo textotraducidos: la neutralidad, entendida Omfluidez o legibilidad. El uso de patrone (fóI1Icos o del tip~ ,que sea). basados en el principIOde la repetlclOn constltuye un ejemplo lar.de ftregrounding. Dichos patrones no tienclúnicamente un objetivo mnemotécnico ¡noque crean además una ilusión de verdad, y aqules donde radica su trascendencia estilí tica.Según la autora, el traductor debe intentar rearen el texto meta (sobre todo si se trata de unpoema) una convergencia de patrones, e de ir,un nivel de formalización tan alto como le eaposible, aun teniendo en cuenta que no todalas lenguas ofrecen el mismo potencial para Iftregrounding.
La metáfora es uno de los concepto quemayor atención han recibido en la lingüísticacognitiva y, por consiguiente, en la estilísti adel mismo signo. Se parte de algunas ideas muconocidas del cognitivismo, como por ejemploque la metáfora no es ninguna anomalía, comose consideraba en otros modelos de descripciónlingüística, sino un recurso muy productivoque consiste básicamente en proyectar sobredominios más desconocidos o abstractos laexperiencia más cercana. En este sentido, lomás cercano que tenemos los humanos es nue tro propio cuerpo, por lo que se argumenta que