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Traducciones de María Brandán Escalante, psicóloga. Tel. 09-1008332. [email protected] . Traducción 4b (1/3) para el 27-04-2009 Selekman, Matthew D. Working with Self-Harming Adolescents Chapter 2 (Improvisational Systemic Interviewing: Crafting and Selecting Meaningful Questions) & Chapter 4 (Changing the Family Dance: Solution-Oriented Therapeutic Experiments and Strategies) CAP. 2 Entrevista 1 Sistémica Improvisacional: Confeccionando y Seleccionando Preguntas Significativas La música es tu propia experiencia, tus propios pensamientos, tu sabiduría. Si no la vives no va a salir de tu propio instrumento. - Charles Parker La interrogación o entrevista sistémica improvisacional es de muchas maneras análoga a los estilos de juego y la expresividad creativa de los artistas de jazz. Nos damos permiso para tomar riesgos, desarrollar y abordar las preocupaciones de los clientes al responder con curiosidad, introduciendo nuevas tramas, e invitándolos a liberarse a sí mismos de las trabas que lleva implícita su sintonía familiar saturada de problemas. Gary Klein, un psicólogo cognitivo y autor de Las Fuentes de Poder: Cómo la Gente Toma Decisiones, ha provisto sustento empírico para el uso de la improvisación, la intuición, la imaginación, la metáfora, y la narración de historias para el proceso de resolución de problemas. Usando los métodos naturalistas de investigación de campo, Klein y sus colegas estudiaron el proceso de toma de decisiones de los bomberos, pilotos, enfermeras de las salas de emergencia, líderes militares, operadores de plantas nucleares, y profesionales del ajedrez. El equipo de investigación identificó siete habilidades cognitivas que estos profesionales altamente talentosos poseían que los ayudaban a tomar decisiones de vida o muerte para resolver problemas con poco margen de error bajo una presión extrema. Estos son: Patrón de reconocimiento, conciencia de la situación, identificación de anomalías, identificación de puntos de palanca y la improvisación, identificación de los eventos que ya han ocurrido (el pasado) o son más probables de ocurrir (el futuro), identificación de las diferencias que son demasiado pequeñas para que los novatos las noten, y el examen crítico de las propias limitaciones (Klein, 1998). Klein y sus colegas observaron que estos profesionales habilidosos podían ver la película en grande y los patrones cuando estaban involucrados en el desarrollo de las tareas. Los profesionales usaban su intuición para detectar la tipología de los patrones y para determinar si una anomalía que ellos observan o de la que han escuchado hablar, justifica una rápida intervención, o no. Se ha observado a los profesionales identificando magníficamente los propios puntos de palanca u oportunidades para improvisar, y han sido capaces de abordar las tareas creativamente. Ellos usaron simulación mental o visualización para transportarse hacia el futuro y evaluar los riesgos potenciales o problemas con una intervención que deseaban probar o un proyecto que estaba a punto de ser implementado. Klein

Selekman, Cap 2 Cap 4. Preguintas Significativas

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Selekman, Cap 2 Cap 4. Preguintas Significativas

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Traducciones de María Brandán Escalante, psicóloga.

Tel. 09-1008332. [email protected].

Traducción 4b (1/3) para el 27-04-2009 Selekman, Matthew D. Working with Self-Harming Adolescents Chapter 2 (Improvisational Systemic Interviewing: Crafting and Selecting Meaningful Questions) & Chapter 4 (Changing the Family Dance: Solution-Oriented Therapeutic Experiments and Strategies)

CAP. 2

Entrevista1 Sistémica Improvisacional: Confeccionando y Seleccionando Preguntas Significativas

La música es tu propia experiencia, tus propios pensamientos, tu sabiduría. Si no la vives no va a salir de tu propio instrumento.

- Charles Parker

La interrogación o entrevista sistémica improvisacional es de muchas maneras análoga a los estilos de juego y la expresividad creativa de los artistas de jazz. Nos damos permiso para tomar riesgos, desarrollar y abordar las preocupaciones de los clientes al responder con curiosidad, introduciendo nuevas tramas, e invitándolos a liberarse a sí mismos de las trabas que lleva implícita su sintonía familiar saturada de problemas.

Gary Klein, un psicólogo cognitivo y autor de Las Fuentes de Poder: Cómo la Gente Toma Decisiones, ha provisto sustento empírico para el uso de la improvisación, la intuición, la imaginación, la metáfora, y la narración de historias para el proceso de resolución de problemas. Usando los métodos naturalistas de investigación de campo, Klein y sus colegas estudiaron el proceso de toma de decisiones de los bomberos, pilotos, enfermeras de las salas de emergencia, líderes militares, operadores de plantas nucleares, y profesionales del ajedrez. El equipo de investigación identificó siete habilidades cognitivas que estos profesionales altamente talentosos poseían que los ayudaban a tomar decisiones de vida o muerte para resolver problemas con poco margen de error bajo una presión extrema. Estos son: Patrón de reconocimiento, conciencia de la situación, identificación de anomalías, identificación de puntos de palanca y la improvisación, identificación de los eventos que ya han ocurrido (el pasado) o son más probables de ocurrir (el futuro), identificación de las diferencias que son demasiado pequeñas para que los novatos las noten, y el examen crítico de las propias limitaciones (Klein, 1998). Klein y sus colegas observaron que estos profesionales habilidosos podían ver la película en grande y los patrones cuando estaban involucrados en el desarrollo de las tareas. Los profesionales usaban su intuición para detectar la tipología de los patrones y para determinar si una anomalía que ellos observan o de la que han escuchado hablar, justifica una rápida intervención, o no. Se ha observado a los profesionales identificando magníficamente los propios puntos de palanca u oportunidades para improvisar, y han sido capaces de abordar las tareas creativamente. Ellos usaron simulación mental o visualización para transportarse hacia el futuro y evaluar los riesgos potenciales o problemas con una intervención que deseaban probar o un proyecto que estaba a punto de ser implementado. Klein

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(1998) llama a este proceso de pensamiento un “premortem”. Finalmente, estos profesionales extremadamente habilidosos tenían habilidades increíbles de observación y escucha y podían detectar cambios sutiles o pequeños mientras estaban ocurriendo y notaban anomalías o cosas que no estaban ocurriendo en las situaciones en las que estaban trabajando y que estaban intentando manejar (Klein, 1998).

En este capítulo, presentaré un estilo improvisacional de interrogación o entrevista sistémica. Discutiré una variedad de formas en que los terapeutas pueden interceptar sus habilidades naturales creativas en el proceso de entrevista y presentar varias categorías de las preguntas terapéuticas.

MOVIMIENTOS O GIROS TERAPÉUTICOS IMPROVISIONALES EN EL

PROCESO DE LA ENTREVISTA

Los terapeutas pueden hacer tres movimientos improvisacionales en el proceso de entrevista para ayudar a co-crear posibilidades con los clientes: reflexión espontánea, curiosidad, y el uso de la imaginación. Después de discutir cada uno de estos movimientos o giros terapéuticos, presentaré cinco categorías principales de las preguntas que el terapeuta puede usar para ayudar a co-crear historias determinadas por la solución con los clientes más pesimistas.

Reflexión Espontánea

Como terapeutas podemos reflejar espontáneamente las ideas, metáforas, e historias que entran en nuestras mentes durante nuestras conversaciones terapéuticas con los clientes. Schon (1983) se refiere a esta actividad como reflexión en acción. De acuerdo a Schon, la reflexión en acción es la habilidad para mantenerse activo e improvisar en el medio de una acción sin tener que parar y pensar. La naturaleza y los contenidos de las reflexiones espontáneas del terapeuta son infinitos; los terapeutas deben permitir que su creatividad corra salvajemente. Por ejemplo, los terapeutas pueden ofrecer construcciones alternativas tentativas de la historia problemática de la familia, compartir una idea insólita que acaba de pasar por su cabeza, contar una historia, o hacer una broma que exagera o pone en paralelo la mirada sobre el problema que tiene el cliente o su situación, compartir una cita famosa que calza justo con la situación problema de la familia o les ofrece una sabiduría importante, o preguntarse en voz alta cómo una figura histórica famosa, un personaje popular de cuentos como Harry Potter, o una familia popular de televisión o película podría abordar o intentar solucionar dificultades similares. En algunos casos, este tipo de uso improvisional puede alterar dramáticamente las creencias restringidas o anticuadas sobre un adolescente auto-destructivo o sus situaciones problema. Cualquier cambio en su forma habitual de ver sus dificultades puede ayudar a trastocar los improductivos patrones de interacción de la familia y puede tener un impacto positivo en el comportamiento del adolescente auto-destructivo también.

El siguiente caso ejemplo con Rhiannon, una chica caucásica de 17 años, ilustra el profundo impacto y los efectos de larga duración que puede tener una reflexión espontánea bien oportuna, para ayudar a un cliente auto-destructivo a re-escribir la historia de su problema opresivo. Los padres de Rhiannon

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estaban divorciados y por varios años ella había vivido con su padre, con su madrastra, y sus hijos. En el momento de la sesión de consulta familiar, Rhiannon se había mudado de vuelta con su madre Judy, a quien se le había concedido la custodia de Rhiannon. Rhiannon tenía una larga historia de abuso de alcohol, marihuana, metanfetaminas, y de auto-lesionarse para manejar su angustia y dolor emocional. Le estaba yendo muy mal en la escuela, estaba juntándose con un grupo de pares negativo, y a en varias ocasiones no había cumplido con las reglas de su madre. Rhiannon y su madre estaban recibiendo tratamiento en los servicios de gestión de casos de una clínica de la familia y el niño en su comunidad.

Matthew: ¿Las auto-lesiones son debido a que estás enojada o es que

estás intentando reconfortarte? Rhiannon: Sí, es mejor que llorar. Si me pongo triste, puedo cambiar eso

en rabia rápidamente… y después de cortarme me siento mejor. Matthew: ¿Hay alguien que te haya herido en el pasado de alguna forma u

otra? Pudo haber sido físicamente o verbalmente, pero algo que haya tenido un impacto fuerte.

Rhiannon: Si, mi… Judy: … su madrastra –mucha agresión verbal. La insultaba por cualquier

cosa. Si ella venía de algún lugar, ella decía, “¡La pequeña princesita está de vuelta!” De manera muy humillante.

Rhiannon: Yo nunca iba a hacer nada bueno, según ella. No podría sacar buenas notas, ni ir a mi grupo de divorcio. No había nada que yo pudiera hacer. Yo era esta simple “princesita”, la señorita “sabelotodo” con ella. Bien, entonces me convertí en mí misma –¡Un pedazo de mierda! ¡Yo no era nada!

Judy: ¡Hasta llegaba a decir que Rhiannon era quien estaba causando todos los problemas entre ella (su madrastra) y su padre!

Matthew: ¡Caramba! ¡Había cargas con culpas y muchos reproches! Rhiannon: Ella quería que yo limpiara como la Cenicienta, entonces yo

limpiaba, y después ella se enojaba porque estaba alrededor de ella mucho tiempo, y ella no quería mirarme. Y entonces yo me iba a mi cuarto. Después peleábamos porque yo me pasaba mucho tiempo en mi cuarto, entonces ella decía que yo era una holgazana y no ayudaba en la casa. No era algo que ella se lo guardara para sí misma, sino algo que toda la familia sabía.

Matthew: ¿Cómo fue que tu padre no te protegió? Judy: Ella también usaba un tipo de psicología inversa con ella. Ella le

decía, “¡supongo que le dirás a tu padre!” Bien, Rhiannon entonces intentaba demostrarle lo contrario no diciéndole a su padre todo esto.

Matthew: (Como escuché cuidadosamente la historia difícil y dolorosa de Rhiannon, empecé a reflexionar-en-acción) Sabes, me pregunto si dejar de auto-lesionarte no sería de alguna manera una forma de cerrar la puerta del pasado y las cosas horribles por las que has pasado y permitirte de una vez moverte en una dirección diferente con tu vida.

Rhiannon: Uh… Nunca pensé en eso (pausa). Matthew: Como parece que la auto-lesión está vinculada o asociada a las

cosas horribles que continúan pasándote. Rhiannon: Si, está como asociado en mí…como, cuando vivía ahí y ella

me criticaba o lo que fuera y yo simplemente iba y me cortaba. Ahora, cada vez que me enojo, es como un instinto, sólo voy y me corto. (Larga pausa,

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respondiendo otra vez a mi reflexión espontánea). Nunca había pensado en eso.

En este punto, se tornó demasiado claro que el comportamiento de auto-

lesión de Rhiannon era simbólico o un recordatorio doloroso de su horrible pasado. La mantenía siendo prisionera de su pasado. Su historia dolorosa estaba llena de situaciones de doble vínculo, de culpa, de falta de conexión y de apoyo de las figuras parentales clave, y había sido forzada a silenciar la expresión de sus sentimientos, particularmente su rabia. Las auto-lesiones funcionaban con ella porque le daban el control que carecía en esta situación “fuera de control” de la nueva familia ensamblada. La reflexión espontánea que compartí con Rhiannon no sólo era aceptable para su sistema de creencias, sino que también fue una valiosa forma de mirar su historia problemática.

Curiosidad

El uso de la curiosidad permite a los terapeutas obtener una innumerable

cantidad de posibles explicaciones para una situación problema de una familia y buscar el patrón de cómo hacer coincidir las miradas sobre el problema de los miembros de la familia y los profesionales que están ayudando. El terapeuta también debe ser curioso sobre cómo los factores de género, la cultura, y los factores sociales juegan un rol en el desarrollo y la mantención de la situación problema. Al adoptar una postura terapéutica de curiosidad, podemos examinar críticamente nuestras premisas propias y la toma de decisiones. Operando como un súper detective curioso en el proceso de entrevista, intento no permitirme el quedar amarrado con ninguna pista importante, explicación, o gran estrategia de solución que pueda venirme a la mente mientras estoy todavía en conversación con la familia.

Patricia, una joven caucásica de 14 años, y su familia habían sido referidas por Jan, la trabajadora social de la escuela de Patricia, por su comportamiento de auto-lesiones (cortes), signos de depresión, y problemas de bulimia. Patricia también se juntaba con un grupo de pares que era “conflictivo”. Jan era una clínica experimentada y sentía que había “mucho más de la historia de Patricia, que lo que sabíamos hasta este punto”. Me sentí curioso sobre lo que Jan quería decir con su afirmación y le pedí que la elaborara más. Ella respondió que ella sospechaba que estaba sucediendo algo con Patricia y su familia que no estaba siendo discutido en sus sesiones individuales juntas. Por ejemplo, cada vez que ellas discutían su relación con su padre, Patricia “cambiaba el tema”. Otra vez, adopté la postura de curiosidad con Jan y exploré con ella cuales eran sus pensamientos sobre esto. Ella dijo que sospechaba que su padre podía haber sido abusivo con Patricia de alguna manera en el pasado. Le pregunté si ella había hecho alguna insinuación o dado algún signo de esto. De acuerdo a Jan, Patricia había mencionado numerosas ocasiones que sus padres peleaban mucho en frente de ella y su hermana de 8 años Amanda. También le pregunté si sabía si las peleas de sus padres llegaban a escalar hacia episodios de violencia. Aparentemente, Patricia no había indicado que alguna vez haya habido violencia mientras sus padres discutían.

Uno de los principales gatillantes de la decisión de Jan de derivar a Patricia hacia mí fue que los profesores la habían descubierto tomando

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laxantes y vomitando en el baño. En sesiones individuales con Jan, Patricia había reportado un “patrón regular de atracones y vómitos2” así como también “cortarse los brazos y el abdomen”.

Sid (el padre), Elizabeth (la madre), y Patricia estaban presentes en la primera entrevista familiar. Jan no pudo asistir debido a que su horario de trabajo se lo impidió. Después de reunirse con cada miembro de la familia y abordar las fortalezas y recursos, exploré con la familia cuales eran sus pensamientos de porqué la asistente social de la escuela creía que era importante que buscaran una terapia familiar conmigo en este momento. La siguiente transcripción empieza con nuestra conversación sobre el proceso de derivación y la idea de Jan de que ellos busquen una terapia familiar.

Matthew: ¿Qué es lo que creen que le dio a Jan la idea de que deberían

asistir a sesiones de consejería familiar? Elizabeth: Bueno, yo se que Jan y algunos de los profesores de Patricia

se preocuparon por los cortes de Patricia, sus vómitos y el uso de laxantes… yo también estaba preocupada cuando Jan me dijo lo que estaba ocurriendo. ¿Es normal para las chicas adolescentes hacer este tipo de cosas?

Matthew: ¿Es la primera vez que ha escuchado sobre este “tipo de cosas” con Patricia o esto ha pasado alguna vez en la casa?

Elizabeth: No que yo sepa… Querida, ¿tú haces esto en casa? Patricia: Algunas veces… lo hago cuando no hay nadie. Sid: ¿Y porqué lo haces querida? Patricia: Laurie y Candace (sus amigas) lo hacen. Es raro –realmente me

siento bien después de vomitar. Matthew: Me da curiosidad, Patricia, ¿hay algo que esté pasando en tu

familia o en tu vida justo en este momento que encuentres realmente duro para que aguante tu estómago?

Patricia: Si. La última gran pelea que tuvieron mis padres… realmente me asusté. Mi padre agarró una silla y la rompió contra la pared. No sé… Quiero decir, me dije a mí misma, ¿qué pasará si se las agarra con nosotras? Algunas noches sólo me siento en mi pieza y empiezo a cortarme en el abdomen y brazos así puedo alejar mi mente de todo esto.

Matthew: ¿Qué piensan ustedes dos de lo que acaba de decir Patricia? Sid: (enojado) ¡Eso ocurrió hace como un año! Realmente me salí de mis

cabales. Había sido descendido en mi trabajo ese día y estaba realmente ofuscado. Y más encima, Elizabeth empezó a provocarme y a hacerme enojar.

Elizabeth: (interrumpiendo) ¿Estás cortándote los brazos y el abdomen?!!!! ¿Cuándo empezaste a hacer eso? ¿No te preocupa esto Sid?

Sid: Estaba hablando. No me interrumpas. Matthew: (En lugar de permitir que este intercambio se vaya de las manos,

decidí interrumpir esta interacción negativa.) ¡Parece que ese día fue difícil de digerir para todos ustedes! (Dirigiéndose a Patricia) Patricia, las cosas han empezado a acalorarse con tus padres ahora, entonces pienso que este es un buen lugar para que me des la chance de hacer el intento –tú ya has corrido tu carrera contra el miedo. Ve a tomar aire en la sala de espera unos momentos.

Con algunas familias, los síntomas de los adolescentes o los problemas

pueden ser metáforas de eventos familiares provocadores de ansiedad, relaciones en la familia, o un problema de los padres. En esta entrevista

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familiar inicial con Patricia, yo me mantuve particularmente curioso sobre cuáles eran los principales estresores en su vida que eran más difíciles de “digerir” para su estómago. Esto relacionó su bulimia y su comportamiento auto-lesivo con el comportamiento agresivo del padre y la amenaza de violencia, sus problemas relacionados con el trabajo, y las dificultades maritales de sus padres. Durante nuestra entrevista de una hora, Patricia compartió conmigo que su catastrófico temor era que un día su padre realmente “se saliera de sus cabales” e “hiriera a alguna de nosotras”. Esta importante pieza de información fue parte de la historia “no dicha” de Patricia, la que la asistente social de la escuela estaba tratando de descubrir. A medida que observaba las interacciones de la familia, me di cuenta de que los padres no sólo estaban desconectados entre ellos, sino que de Patricia también. Patricia había encontrado que tanto la compulsión por la comida, la provocación del vómito y los cortes eran efectivas estrategias de afrontamiento de sus temores y de los problemas maritales de los padres.

Cuando los padres empezaron a mostrarme su interacción destructiva, yo vi esto como una gran apertura terapéutica para cruzar el puente hacia la relación marital de los padres. También usé esto como una oportunidad para relevar a Patricia de cargar con el peso de intentar salvar a su familia de la destrucción. Usé la metáfora de una carrera de postas y que me pasara su bastón para que yo tomara la misión de intentar ayudar a sus padres y prevenir un futuro desastre familiar. Después de que había enviado fuera a Patricia y de que empecé a abordar las preocupaciones de los padres sobre la relación, yo fui capaz de establecer un contrato con ellos para trabajar en sus asuntos matrimoniales. También establecí un “contrato de no violencia” con ellos. Antes de concluir nuestra sesión, cada miembro de la familia aportó con tres cosas constructivas que cada uno podía hacer si sentían el surgimiento de la violencia o si se sentían inseguros.

Uso de la Imaginación

Una forma poderosa de ayudar a los adolescentes auto-destructivos y sus

familias a sentirse libres de sus realidades saturadas de problemas es usar las preguntas de imaginación (Epston, 2000; Selekman, 1997). Muchos de mis clientes al comienzo se sienten sobrepasados por las dificultades, han perdido su espontaneidad y ganas de jugar, y están perdidos para encontrar soluciones. Las preguntas de imaginación los impulsan hacia una nueva realidad en donde nada y todo es posible. ¡Creo que a cada familia le gusta la sorpresa! Esto es bastante evidente por la manera en que los miembros de la familia sonríen, se ríen, y se quedan intrigados con el uso de mis preguntas que hacen titilar sus poderes imaginativos. Una vez inmersos en el proceso imaginativo, los miembros de la familia empiezan a generar ideas creativas de resolución de problemas, junto con ideas e importante información sobre sus pasados exitosos.

Cuando me encuentro con los miembros de la familia en sesiones iniciales, me tomo el tiempo para aprender sobre sus intereses personales y hobbies, los deportes que les gustan, los tipos de libros que les gusta leer y porqué, y cuáles de sus celebridades y personajes favoritos están en los temas de actualidad, en la televisión o en películas, en deportes profesionales, en historia, y en los libros que les gusta leer. Después de asegurarme esta

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importante información, puedo intercalar mis preguntas de imaginación con los nombres de estas celebridades clave y personajes y sus narrativas personales para capturar el interés de la familia y co-crear posibilidades con ellos.

Las preguntas de imaginación también tienen un efecto liberador en el terapeuta ya que no hay fórmulas ni reglas para usarlas. El terapeuta es libre de usar sus propias capacidades creativas. Algunos ejemplos de preguntas de imaginación son los siguientes:

- “Si tú fueras Harry Potter por un día, ¿cómo utilizarías tus poderes mágicos con tu familia para mejorar las cosas en casa?”

- “Si todos nosotros termináramos atrapados en una isla desierta en el Océano Pacífico, ¿qué fortalezas y qué talentos descubriría de su hija y de ustedes como familia que nos ayudarían a sobrevivir la odisea?”

- “Imaginemos que logramos que a tus padres les gusten de verdad tus más preferidas melodías de Korn. ¿Cuáles serían esas melodías? ¿Qué efecto tendría su gusto por estas melodías en la relación que tienes con ellos?”

- “Si tú fueras un nuevo personaje de la teleserie Friends, ¿de qué personaje serías hermano? ¿Cómo actuarías? ¿Qué cualidades personales le gustarían más de ti al elenco original?”

El siguiente caso ejemplo demuestra cómo las preguntas de imaginación

pueden ayudar a crear posibilidades en una situación de estancamiento. Había visto a la joven Caroline de 17 años dos veces con su familia por su problema de auto-lesiones, abuso de marihuana, y malas notas en la escuela. Yo era el séptimo terapeuta que habían visto por estos problemas en un período de 3 años. Los padres estaban muy pesimistas acerca de la habilidad de Caroline para asumir una “responsabilidad” y “cambiar”. Durante nuestra sesión de una hora con la familia, Caroline había compartido que sus padres ponen “mucha presión” para que ella se “saque buenas notas”. Para Caroline, la marihuana y los cortes que se infringía la ayudaban a “apagar” las voces de los padres en su cabeza diciéndole que “haga la tarea” y que “era una buena para nada”. Ella estaba siendo constantemente comparada con su hermana más grande Merredith, quien tenía una “historia exitosa” en la universidad. Mis intentos en las primeras dos sesiones para hacer que los padres presionaran menos a su hija Caroline y dejaran de culparla no condujeron a ninguna parte. Los métodos tradicionales de terapia breve focalizada en las soluciones no estaban funcionando.

La transcripción de más abajo fue tomada de nuestra tercera sesión y empieza con mis preguntas de imaginación hacia la familia. En la sesión estaban presentes Caroline, su padre Paul, su madre Janet, el asistente social de la escuela que los había derivado, Sam, y Marci, la profesora de arte de Caroline [el otro inspiracional (Anthony, 1987)] con quien ella había tenido una conexión significativa.

Matthew: Imaginemos que nos hemos quedado varados en una isla

desierta en el Pacífico del Sur, no había un alma a la vista. ¿Qué fortalezas y talentos descubriría yo de Caroline y de su familia que nos ayudarían a sobrevivir a esta terrible experiencia?

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Sam: (mirando a Caroline) Bueno, Caroline tiene un muy buen sentido del humor. Ella aportaría con el buen ánimo.

Janet: Tienes razón, a pesar de todos tus problemas, Caroline puede ser muy graciosa y sacarme una buena sonrisa de vez en cuando.

Marci: Caroline es muy creativa y es muy hábil con sus manos. Quizá ella diseñaría una nueva forma de salvavidas o dispositivo de flotación con su padre.

Paul: Yo recuerdo que el año pasado fuimos a un viaje de campamento en familia y vino una terrible tormenta que se llevó por completo nuestro set de camping. Fue Caroline, no mi hijo mayor Peter, quien se ofreció a ayudar a arreglar la carpa y a limpiar.

Caroline: (mirando a su padre y sonriendo) ¡Recuerdo aquel viaje en carpa! ¡Qué lío! Yo estaba de tan mal humor. Nuestras cosas se volaron por todos lados. Peter no ayudó ni un poquito.

Janet: ¡Qué odisea que fue ese viaje de camping! Yo creo que llovió tres de los cinco días que estuvimos allí. Caroline se portó de maravilla. No se quejó ni una sola vez. Fue Peter quien constantemente decía que quería irse y nos tiraba mala onda.

Matthew: Pareciera que Caroline puede asumir responsabilidades cuando las cosas se ponen duras para la familia. Mamá, papá ¿pueden pensar de que forma Caroline sería más útil para ustedes en la isla desierta?

Paul: Ella probablemente me ayudaría a encontrar comida en la isla…y como dijo Marci, trataría de ayudarme a construir una balsa parque podamos salir al mar.

Matthew: Imaginemos que Caroline continua evolucionando y se convierte en una gran líder familiar y es instrumental al ayudar a todos ustedes a sobrevivir esta odisea, y los hace llegar a casa a salvo. Como padres, ¿cómo habría cambiado su mirada de Caroline y su relación con ella?

Paul: La vería siendo una joven adulta responsable. No le gritaría más. Probablemente daríamos unos largos paseos en bicicleta como lo hacíamos antes.

Janet: Ella haría sus tareas sin que tuviésemos que recordárselo. Nosotros disfrutaríamos la compañía mutua otra vez.

Matthew: Caroline, ¿Qué diferencia habría para ti cuando vuelvas de la isla y tus padres hayan dejado de gritar y de recordarte que hagas la tarea?

Caroline: No discutiríamos tanto. Yo sería más feliz. Haría la tarea sola, al no estar estresada porque ellos me lo recuerdan.

Matthew: Déjame preguntarle algo a tus padres. ¿Cómo se darían cuenta de que Caroline, realmente ha cambiado después de la experiencia de la isla desierta?

Paul: Si le pidiéramos hacer algo, como ayudarnos en la casa, ella lo haría sin peleas ni tener que recordárselo. Ella haría sus tareas sin decir una palabra.

Matthew: Si tuvieran que elegir una de estas dos cosas para que Caroline cambie primero, la de mayor prioridad, ¿Cuál sería?

Janet: El que Caroline se hiciera cargo de la situación de su tarea. Paul: Estoy de acuerdo. Por medio del uso de las preguntas de imaginación, fui exitoso en

movilizar el sistema de tratamiento hacia una realidad más abordable.

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Finalmente, fuimos capaces de establecer una meta de tratamiento realista. Pude negociar con los padres y Caroline un contrato quid pro quo en relación con el asunto de las tareas escolares. Caroline descubrió que al cumplir los deseos de sus padres ella podía tener algunos privilegios, como llegar a casa una hora más tarde durante las salidas nocturnas de fin de semana.

PREGUNTAS TERAPÉUTICAS PARA USAR CON CLIENTES

PESIMISTAS Con algunas familias, uno o los dos padres y hasta posiblemente el

adolescente auto-agresivo no responden bien al uso de la pregunta del milagro en el proceso de entrevista. Aún después de muchos esfuerzos por parte del terapeuta para invitar a los miembros de la familia a entretenerse con la idea de cómo estos milagros harían las cosas distintas en sus vidas, alguno de ellos sigue siendo pesimista o sigue dando respuestas del tipo “Sí, pero” y “No creo en los milagros”. Para cooperar con estos miembros de la familia que son más difíciles, el terapeuta necesita prepararse, aún en la mitad de la pregunta del milagro, para cambiar y hacer alguna de las siguientes preguntas (Berg & Gallagher, 1991; Selekman, 1993, 1997):

- “Su situación suena demasiado dura por ahora. Me da curiosidad, Mamá y Papá, ¿qué pasos han dado ustedes para evitar que esta situación con su hija empeore y se les vaya de las manos?”

- “¿Cómo es que eso ha sido de ayuda? ¿Piensan que su hija estaría de acuerdo?”

- “¿Qué están haciendo que parezca estar ayudando a seguir adelante y no darse por vencidos?”

- “¿Cuál sería un indicador que les diría que su situación está mejorando aunque sea un poquito?”

El siguiente caso ejemplo de Tasha, una joven de 16 años originaria de la

antigua Unión Soviética, ilustra como las preguntas de estrategias de afrontamiento (Berg & Gallagher, 1991; Berg & Miller, 1992; Selekman, 1993, 1997) no sólo pueden ayudar a crear posibilidades cuando los miembros de la familia se están sintiendo estancados y están pesimistas, pero también pueden elicitar por parte de la familia las estrategias de afrontamiento y de resolución de problemas pasadas y presentes, que pueden ser usadas para fortalecer a la familia y empoderarla.

Tasha y su familia habían migrado hacia los Estados Unidos desde la antigua Unión Soviética cuando ella tenía 6 años. Su hermana de 12 años Tatiyana era una estudiante brillante que obtenía la más altas calificaciones. Según lo que decían los padres, el comportamiento de Tasha había cambiado dramáticamente cuando ella cumplió los 15 años. Sus notas en la escuela “bajaron mucho”, empezó a “abusar de la marihuana”, se “escapaba por la ventana de su pieza para salir a carretear” y su madre la “había descubierto en su pieza cortándose y quemándose”. Beth, la asistente social de la escuela, había derivado a Tasha y su familia hacia mi consulta, después de que había “hecho marcas severas con quemaduras de cigarro en su brazo derecho”. Aparentemente el director de la escuela también estaba involucrado en el proceso de referencia y había hablado con María, la madre de Tasha, después

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del incidente de la quemadura. Beth describió a la familia como “altamente resistente” y se sabía que “habían abandonado el tratamiento cuando Tasha decidió no asistir más a la terapia”. La argumentación de Beth era que Tasha tenía todo el poder en la familia. Ella también mencionó que Tasha y su familia habían estado en tratamiento tres veces antes. De acuerdo a Beth, Tasha había “desperdiciado” sus sesiones de consejería semanales varias veces durante el pasado mes.

Habiendo trabajado con un número de familias Rusas en el pasado, había encontrado que lo que a menudo es encontrado por los profesionales de ayuda como “comportamiento resistente” tenía más que ver con el significado cultural de ser enviado a “terapia” en la antigua Unión Soviética. No solo hay un tremendo estigma asociado a ir a terapia –esto es, debes estar “loco” o ser demasiado “malo”- sino que también hay un gran alto grado de temor de ser encerrado en una institución, especialmente cuando una autoridad gubernamental te está enviando a tratamiento por algo malo tuyo o de tu familia. Aunque la asistente social de Tasha no estuviera representando al gobierno, los padres estaban muy tensos y nerviosos porque los habían derivado hacia mí. Mi experiencia clínica trabajando con familias Rusas me ha enseñado que es crítico tomarse el tiempo para abordar sus miedos, preocupaciones y asuntos de estigma que puedan tener sobre el ser referidos a terapia, de una forma respetuosa y sensible culturalmente antes de emprender una discusión sobre cómo les gustaría abordar la terapia.

Boris (el padre), María y Tasha estaban presentes en la primera sesión

familiar. Beth también fue a nuestra primera entrevista familiar. La transcripción de la sesión empieza con el final de mi pregunta del milagro.

Boris: No creo que ella vaya a cambiar. La terapia no ha funcionado. A ella

no le importa. Todo lo que quiere es estar con sus amigos e ir a discotecas. No le interesa si no va a la universidad.

Maria: Si, no creo en los milagros. Hemos intentado todo y nada ha funcionado. Gastamos mucho dinero en el último psicólogo… ¿Cuál era su nombre, Tasha?

Tasha: Dr. Swenson. No sé porqué le siguieron pagando. ¡De todas maneras no fui nunca!

Maria: Si, ese es el problema. Ella no va a sus citas. ¡Ella no quiere ayudar! Ya no sé que hacer con ella.

Tasha: ¡Porqué no salen de encima mío! Ustedes saben que odio ir a consejería. Es una pérdida de tiempo.

Matthew: Los escucho claramente –cuan frustrados se sienten con su situación y con las anteriores terapias que no han funcionado. Díganme, ¿qué han hecho ustedes para evitar que su situación siga empeorando?

Boris: Bueno, he ofrecido ayuda a Tasha con su tarea de matemática. Pienso que es una de las clases en las que le está yendo mal. Pero ella nunca está en casa, entonces ¿cómo puedo ayudarla?

Matthew: ¿Es eso diferente para ti, cuando te haces el tiempo para intentar ayudarla con su tarea escolar?

Boris: Si, supongo. He sentido que me doy por vencido con ella. Tasha: He apreciado los momentos en que me has ayudado. He estado

intentando llegar a casa temprano últimamente.

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Maria: Eso es verdad. Últimamente has estado viniendo a casa a la hora. Matthew: ¡Caramba! ¿Eres conciente, Tasha, de cómo has sido capaz de

lograr eso? Tasha: Estoy cansada de mis padres gritándome todo el tiempo. Odio ver

a mi madre llorar. Matthew: (mirando a los padres) Pareciera que su hija tiene un lado muy

sensible y preocupado. ¿De quién heredó esos rasgos? Maria: (todos sonriendo) Probablemente de mí. Soy la más llorona de la

familia. Matthew: Maria y Boris, ¿pueden ustedes dos pensar en otras cosas que

estén haciendo últimamente que ayuden a Tasha a ser más responsable? Boris: Pienso que estoy gritando menos. De hecho, justo el otro día vía a

Tasha haciendo su tarea por motus propio. ¡No tuvimos que decirle que la hiciera!

Matthew: ¡Guau! ¿Quiere decir que está siendo más responsable con su tarea últimamente? ¿Cómo estás logrando eso Tasha?

Tasha: Esta es la cuestión… Si ellos no me gritan y no me presionan demasiado, a mí me va mejor.

Cooperando mejor contra el pesimismo de los miembros de la familia a

través del uso de las preguntas sobre estrategias de afrontamiento (Berg & Gallagher, 1991; Berg & Miller, 1992; Selekman, 1993, 1997), yo fui exitoso al obtener un mejor apuntalamiento terapéutico y elicitar algunos cambios pre-tratamiento generados por los clientes. Hubo un giro importante en la mirada inicial de los padres hacia Tasha como una persona irresponsable y que no quería cambiar hacia tener más esperanza y observar sus esfuerzos recientes para ser más responsable. Tasha también señaló que los padres estaban haciendo las cosas de diferente manera para que ella fuera más responsable: no “gritándole” todo el tiempo, ni “presionándola” con sus tareas.

En mi sesión a solas con Tasha, descubrí que ella se cortaba, se quemaba los brazos, y abusaba de la marihuana como una forma de controlar su estrés. Ella sentía que sus padres “la presionaban mucho” para que fuera “igual de buena estudiante” que su hermana más chica. Tasha sentía que ella podía lograr ser mejor en la escuela si sus padres no “la presionaran tanto”. Yo ofrecí trabajar para cambiar el comportamiento de sus padres si ella estaba dispuesta a continuar haciéndose cargo de su tarea sin que se lo recordaran. Fuimos capaces de establecer un contrato quid pro quo entre ella y sus padres acerca del asunto de sus tareas. Alenté a los padres a continuar evitando la tentación de gritar y de recordarle a Tasha que hiciera la tarea.

Preguntas Pesimistas

En situaciones clínicas en donde los miembros de la familia no pueden

identificar ninguna estrategia de afrontamiento ni de resolución de problemas y que son altamente pesimistas, uso las preguntas pesimistas (Berg & Gallagher, 1991; Berg & Miller, 1992; Selekman, 1993) en un intento por cooperar mejor con ellos. A menudo estos miembros de las familias están desmoralizados por sus opresivos problemas y han experimentado múltiples experiencias de fracaso en anteriores tratamientos. Ellos tienen poca esperanza en que la terapia actual vaya a ser distinta de las otras. En el contexto de cooperación

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con el pesimismo de los padres, puede ser bien valioso encontrar qué han hecho ellos en el pasado para resolver otras dificultades con su adolescente. Este programa exitoso de los padres puede ser adaptado para el área del problema presentado y puede servir como una forma de promover la esperanza en padres altamente pesimistas. Las siguientes son ejemplos de preguntas pesimistas:

- “¿Qué es lo que los mantiene activos? ¡Algunos padres en su situación ya habrían mandado hace mucho tiempo a su hijo a un internado!”

- “Ustedes han estado en terapia muchas veces antes. ¿Cómo es que todavía no han tirado la toalla?”

- “¿Qué hace que estén dispuestos a darle a la terapia una nueva oportunidad?”

- “¿Cuál sería la cosa más pequeña que su hija podría hacer la próxima semana que le daría a ustedes una pizca de esperanza de que las cosas podrían empezar a ponerse un poquitito mejor?”

- “Cuando ella logre eso, ¿qué cosas serían diferentes para ustedes?”

Latisha, una joven afro-americana de 16 años, me fue derivada por la asistente social de la escuela por cortarse, conflicto con sus profesores, y malas notas. Latisha había tenido una extensa historia de tratamientos, que incluían dos admisiones psiquiátricas por comportamiento suicida. Deborah, la asistente social de la escuela, mencionó que ella sospechaba que las hospitalizaciones estaban relacionadas con su comportamiento de cortes y que ella no era realmente suicida. Estas admisiones habían ocurrido mientras ella era una novata en la escuela secundaria. Latisha vivía con su madre y con su abuela materna. Ella había nacido fuera del matrimonio y no veía a su padre desde que era una guagua pequeña. Uno de los mayores estresores con los que luchaba Latisha era ser una más del puñado de afro-americanos que había en la escuela. Ella encontraba muy difícil hacerse amigos debido a que las pandillas eran muy unidas, y ella le había dicho a Deborah que sus pares tenían “actitudes racistas”. Latisha también se sentía “muy sola” en la escuela.

Latisha había compartido con Deborah que ella se cortaba “para no herir a otra gente”. Aparentemente ella había sido suspendida varias veces en los años anteriores por “pelear con sus pares”. Deborah también reportó que la madre de Latisha, Sabrina, estaba agotada con todos los problemas de su hija en la escuela y “no estaba muy entusiasmada” con el hecho de haber sido enviada a terapia otra vez.

Deborah, Sabrina, y Latisha estaban presentes en la primera entrevista familiar. Ni Sabrina ni Latisha pudieron visualizar la ocurrencia de ningún milagro en su situación. La madre no podía identificar ninguna estrategia de afrontamiento ni de resolución de problemas que funcionara ni en el presente ni en el pasado con Latisha. Latisha no podía identificar ninguna estrategia adaptativa de afrontamiento que usara para evitar cortarse o lastimarse a sí misma.

Matthew: Ustedes han visto a seis terapeutas antes que a mí, ¿porqué

están dispuestos a darle a la terapia una nueva oportunidad? Sabrina: Para ser honesta con usted, realmente pienso que esto no va a

funcionar. Nada ha funcionado en el pasado. En verdad, estoy aquí porque

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Deborah pensó que podría ser una buena idea. Yo pienso que esto es una pérdida de tiempo.

Matthew: Antes de escuchar la historia de Deborah sobre lo que llevó a derivarlos hacia aquí, yo me preguntaba si dentro de todos los terapeutas que vieron antes, ustedes se percataron de algo que ellos pudieran haber pasado por alto acerca de su situación o cualquier cosa importante que subestimaron o no abordaron en profundidad que yo debiera saber.

Sabrina: Bueno, la mayoría de los terapeutas sólo vieron a Latisha. Yo fui incluida muy pocas veces en las entrevistas. No aprendí nada sobre cómo abordar su comportamiento. Piense que, no creo que los terapeutas ni siquiera hayan ido a la escuela ni se encontraran con nadie de los que estaban teniendo problemas con ella.

Latisha: No me gustó ninguno de ellos. Algunos me preguntaban si había sido abusada en casa o cosas por el estilo. Ellos intentaban decirme qué hacer. ¡Odio ir a terapia!

Matthew: Seré curioso, Latisha, ¿qué fue que los terapeutas no te escucharon y que estabas tratando de decirles que pudiera ser de ayuda para mí saber sobre tu situación?

Latisha: ¡Cuán difícil es ir a una escuela de muchos blancos! A veces siento que voy a saltar encima de alguno, pero no quiero que me suspendan. Muchas niñas son ricas y malcriadas y piensan que son mejores que una. Algunas veces me siento ofendida por ellas.

Matthew: ¿Qué dicen esas chicas o qué hacen que te hacen sentir ofendida?

Latisha: Algunas veces me miran raro, me ignoran cuando estoy tratando de hablarles, o se alejan de mí.

Matthew: Imagino que debe ser bien difícil ser afro-americana en una escuela donde la mayoría son blancos. ¿Tienes alguna amiga afro-americana en la escuela?

Latisha: Sólo una, Loretta. Matthew: ¿Y ella se siente igual que tu? Latisha: Sí, hemos hablado de eso algunas veces. Sabrina: Yo sé que eso es un problema. Tuvimos que mudarnos aquí

desde la ciudad. Es más cerca de mi trabajo. Latisha tiene que entender que tenemos que hacer que funcione aquí la cosa.

Deborah: Sólo me gustaría compartir con ustedes que yo trabajé con otros estudiantes afro-americanos que se sentían igual que ustedes, Latisha. Muchos chicos blancos de los suburbios pueden ser realmente mala onda y ser parte de pandillas muy cerradas. Muchos nunca han vivido en comunidades integradas.

Matthew: Latisha, ¿cómo podemos Deborah y yo ser útiles para abordar esta difícil situación?

Latisha: No sé. Quiero decir, ustedes dos no pueden darme amigos. Ustedes no pueden enseñarles a esas chicas a ser menos racistas.

Deborah: Me gustaría que me hagas saber cuando piensas que tus compañeros te están tratando de manera discriminadora. No toleraré eso.

Sabrina: Yo trato con gente racista todo el tiempo. No me gusta tampoco. Pero yo no ando amenazando a la gente, ni cortándome a mí misma.

Matthew: Sabrina, ¿qué tipo de cosas haces tu para enfrentarte o combatir el racismo?

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Sabrina: En el pasado les he llamado la atención sobre eso. Usted sabe, les señalo que están discriminando cuando lo están haciendo, se los digo. No hace nada bien estar amenazando a la gente.

Matthew: ¿Qué te ha frenado de hacerte daño a ti misma? Sabrina: Mi madre me enseñó “a ser fuerte y estar orgullosa de mí misma,

no ser débil” (mirando a Latisha) Creo que no he compartido eso contigo nunca antes.

Matthew: ¡Esas palabras son fuertes y sabias! ¿Te gustan esas palabras Latisha?

Latisha: (sonriendo y mirando intrigada) Si, me gustan. Cuando empezamos nuestra sesión, tanto Latisha como su madre

estaban desinteresadas en esta nueva experiencia de consejería. El simple hacho de dar a Latisha mucho espacio para compartir su historia sobre que se habían saltado los anteriores terapeutas abrió la puerta para que revelara cómo sus anteriores terapeutas estaban estrechamente focalizados en las “causas de su comportamiento” que ellos no escucharon sus preocupaciones acerca del racismo en su escuela y cuán alienada se sentía ella. Aparentemente todos los terapeutas anteriores de Latisha habían sido blancos. Exploré con Latisha y su madre si ellas se sentían bien trabajando con otro terapeuta blanco otra vez. Ninguna mencionó que les preocupara eso.

Otro punto de quiebre en la sesión fue el poner a Sabrina en el rol de experta sobre cómo enfrentar o abordar a la gente racista. No sólo dio grandes sugerencias, sino que también compartió con Latisha por primera vez palabras valiosas de sabiduría que su propia madre le había dado para enfrentar el racismo. Este fue un momento brillante en la sesión. Recomendé a Latisha que experimentara decirse a sí misma “se fuerte y orgullosa de ti misma, no débil” cada vez que experimentara comentarios racistas o se sintiera con ganas de cortarse. Tanto Latisha como su madre pensaron que esto era una gran idea. Ambas acordaron que querer luchar con alguien o cortarse a sí misma eran “signos de debilidad”. Deborah y yo también compartimos con Latisha que serviríamos como sus defensores al abordar el problema del racismo en la escuela.

Preguntas Invertidas

En mi experiencia clínica con adolescentes, frecuentemente uso

preguntas invertidas (Selekman, 1997) para atrapar la sabiduría del adolescente sobre lo que sus padres pueden hacer de diferente manera para obtener su cooperación al seguir sus reglas, completar sus tareas, y sacándose buenas notas en la escuela, así como también lo que los padres pueden cambiar sobre ellos mismos para funcionar mejor tanto indivudalmente como en pareja. Otra ventaja de usar las preguntas invertidas es que ayudan a desafiar las creencias no útiles de los padres sobre las dificultades de sus adolescentes y la falta de habilidad para hacerse responsables. Finalmente, poner al adolescente en el rol de experto consultor (Selekman, 1993) puede ayudar a tener una relación cooperativa y fortalecer la alianza con el terapeuta. Algunos ejemplos de preguntas invertidas son:

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- “¿Tienes algún consejo para tus padres acerca de cómo pueden hacer para que tú seas más responsable?”

- “¿Qué piensas tú que tus padres pueden hacer para discutir menos?” - “¿Tienes algún consejo para tus padres sobre cómo estresarse menos?” - “¿Cuál es la primera cosa que tus padres pueden hacer de diferente manera que pueda ayudarlos a todos a llevarse mejor?”

- “¿Hay algo que tus padres hagan que realmente te saca de las casillas y que te gustaría que yo trabajara con ellos para que lo cambien?”

Flora, una joven precoz latina de 15 años, fue referida a terapia por una

crisis, por Paula, la asistente social de su escuela, después de que un profesor había observada cortes profundos en forma de vías de tren en los brazos de Flora. Al parecer de Paula, cuando Flora fue enviada por primera vez a su oficina ella estaba “llorando mucho” pero no pudo identificar lo que le causaba sus lágrimas. Ella llamó a los padres de Flora para buscarla inmediatamente y que la llevaran a la oficina para una evaluación de emergencia. Aunque Flora había estado saliendo con un grupo de chicos “problemáticos”, esta era la primera vez que Paula veía a Flora lastimarse los brazos de esa manera. En el pasado, Flora había visitado la oficina de Paula una vez por “cortarse en el baño de las mujeres” y haber faltado a clase. Paula también sospechaba que Flora estaba experimentando con drogas.

En la sesión inicial estaban presentes Flora, su padre Juan, y Christina, su

madre. Paula no pudo llegar a la sesión. La atmósfera en mi oficina era la de un funeral. Todos parecían tan preocupados y deprimidos.

Matthew: Lo denso de este ambiente me hace sentir como si

estuviésemos en un funeral todos juntos. ¿Qué es lo que no está siendo dicho, que ustedes piensan que yo debo saber?

Flora: Bueno, la otra noche mis padres tuvieron una gran pelea y… (Mirando a su padre) mi padre está planeando mudarse hoy.

Matthew: ¿Es algo nuevo para tu padre el querer mudarse fuera de la casa?

Flora: Sí. Esta fue una de sus peores peleas. Mi hermano más chico estaba realmente asustado. Yo tuve que consolarlo.

Juan: Flora, si yo hubiese sabido que estabas tan preocupada por mi mudanza fuera de la casa, no lo haría.

Christina: Las cosas no están bien entre tu padre y yo. Le pedí que se fuera. Realmente no está funcionando. Te he dicho eso antes.

Matthew: Flora, has hecho un muy buen trabajo al mantener a tus padres juntos. Ellos están aquí de tu lado, juntos. ¿Tienes algún consejo para tus padres sobre cómo pueden ellos pelear menos e intentar hacer que las cosas funcionen?

Flora: Ellos siempre pelean por dinero. Quizá ellos deban pedirle a alguien más que les maneje su dinero.

Juan: Ella tiene razón, peleamos mucho por el dinero. A Christina le gusta mucho usar la tarjeta de crédito.

Matthew: Flora, ¿tienes alguna otra útil idea para tus padres?

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Flora: Ellos necesitan aprender cómo pelear menos. Una vez vieron a un terapeuta por un par de veces pero no los ayudó. No es bueno para nosotros escuchar a los padres amenazarse con el divorcio todo el tiempo.

Christina: (empezando a llorar) Tienes razón. Flora: (llorando) Papá, ¿por qué no abrazas a mamá y la cuidas? Matthew: Christina y Juan, ¿Estarían dispuestos a verme a mí a solas? La crisis de Flora en la escuela era un intento desesperado de mantener a

la familia junta. La ponerla en el rol del experto consultor, ella aportó con un muy buen consejo par sus padres sobre cómo podrían mejorar su relación matrimonia. Durante la mayoría de las sesiones individuales con Flora, ella compartió conmigo que el hecho de cortarse la consolaba cuando ella estaba estresada por las intensas peleas de sus padres y los problemas personales. Ella dijo que la sangre tibia corriendo por sus brazos tenía un “efecto calmante” en ella. Aparentemente, su madre frecuentemente la iba a apoyar. Christina tenía muy pocas amigas y su familia vivía en Venezuela. Similarmente, Juan tenía pocos amigos y su familia vivía en Bolivia. La falta de un sistema fuerte de apoyo pone demasiada tensión en la relación matrimonial. Me sentí muy agradado de que los padres estuvieran de acuerdo en trabajar conmigo e intentar salvar su matrimonio. Cuando compartimos esta noticia con Flora, ella pareció aliviada. Flora también estuvo de acuerdo en trabajar conmigo para intentar formas más adaptativas de abordar los estresores en su vida. Finalmente, para ayudar a abordar la sensación de soledad de los padres, los contacté con una asociación de comunidades latinas que brindaba funciones sociales y apoyo para adultos, jóvenes y familias.

Preguntas Conversacionales

Algunas veces en el proceso de entrevista los miembros de la familia

muestran una fuerte necesidad de compartir elementos importantes de sus historias de problemas. Es crítico que los terapeutas “estén cercanos” a los miembros de la familia en la conversación terapéutica y les de mucho espacio para compartir sus preocupaciones. De allí la importancia de hacer preguntas conversacionales abiertas (Andersen, 1991; Anderson & Goolishian, 1988; Selekman, 1993, 1997) para elicitar las piezas faltantes del puzzle familiar. Al preguntar desde una posición de “no saber” en contraposición con la de “saber con anticipación” nos ponemos a nosotros mismos en la posición de aprender y evitar ser editores de narrativas (Anderson, 1993). Algunos ejemplos de preguntas conversacionales que pueden surgir en el proceso de entrevista son las siguientes:

- “En el camino hacia aquí hoy, ¿hubo algo que te dijeras a ti mismo que no hablarías conmigo en la entrevista?”

- “Si esa historia no dicha fuese compartida, ¿quién sería el más aproblemado con ella?”

- “¿En qué no hemos focalizado la atención y podría hacer alguna diferencia si lo incluyéramos en nuestras conversaciones?”

- “Si hubiera una pregunta que estuvieras esperando que te haga mientras estemos trabajando juntos ¿Cuál sería esa pregunta’”

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Preguntas Externalizadoras Los miembros de las familias que han sido oprimidos por sus problemas

por un largo período de tiempo pueden describir sus problemas como desempoderantes y desmoralizadores para ellos y tener vida propia. Una opción terapéutica que los terapeutas pueden buscar para este tipo de situaciones familiares es la externalización del problema (White, 1995; White & Epston, 1990). La externalizacion del problema presente debe ser basada en las descripciones de los miembros de la familia acerca del problema –esto es, su lenguaje o sus creencias sobre el porqué existe el problema. Una vez que el terapeuta presenta la nueva descripción co-construida y objetivizada del problema de la familia, el o ella necesitan escuchar cuidadosamente y observar las conductas verbales y no verbales de los miembros de la familia que dejan ver que esta construcción alternativa de su situación problema es aceptable para ellos o se acerca a sus formas de ver las cosas.

Después de revisar con la familia la influencia del problema (White, 1988; White & Epston, 1990) o las variadas formas en que el cliente identificado, los padres, los hermanos, los pares, y los otros significativos aceptan las invitaciones que hace el problema para interactuar de formas improductivas con el otro, el terapeuta puede empezar a explorar con todos los miembros del sistema del problema, qué es lo que han hecho en el pasado y lo que hacen en el presente para enfrentarse al problema. Las útiles estrategias de auto-diálogo y de resolución de problemas que utilizan durante esos momentos son llamados resultados únicos (White, 1988). Un tipo de pregunta externalizadora, la pregunta de resultado único, puede elicitar en los miembros de la familia sus narrativas de competencia, lo que puede ayudarlos a fortalecer la nueva, y preferida historia libre del problema que desean construir sobre ellos mismos. Por ejemplo, Diane, una antigua clienta mía, decidió un día tomar un riesgo positivo con su madre: En lugar de irse rápidamente a su pieza después de la escuela y pasarse la navaja por los brazos, ella habló con su madre sobre cuán deprimida se sentía después de ser rechazada por un grupo popular de pares en la escuela. Este resultado único generado por el cliente es lo que White (1995) llamaría un “momento brillante” para el cliente. En el pasado, Diane no sólo habría subido a su cuarto y se habría cortado cuando se veía sobrepasada por sus emociones, sino que su madre tampoco habría estado disponible para escuchar las preocupaciones de su hija. Diane a menudo confesaba esta queja de su madre en tanto las sesiones individuales como en las grupales. Sin embargo, con este resultado único, Diane reportó en nuestra sesión familiar que su madre fue “muy amorosa y la apoyó mucho” y aparentemente la “escuchó de verdad”. La madre indicó en nuestra sesión familiar que ella estaba muy agradada de que ella pudiera ser una “gran ayuda para Diane” y cómo juntas habían vencido exitosamente “los esfuerzos de la presión por cortarse” por arruinar este “momento brillante” (White, 1995). Ante el gran logro de la familia, yo respondí alentándolos y amplificando y consolidando dicho logro.

Algunos ejemplos de preguntas de resultado único (White, 1995, 1988; White & Epston, 1990) son:

- “¿Qué palabras te susurra “el corte” al oído que hace que termines hiriéndote a ti misma?”

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- “¿Han habido algunas veces en las que últimamente cuando el “corte” haya estado dando vueltas, tus padres hicieran algo que funcione para prevenir que tú te vuelvas vulnerable a esa invitación del “corte”?”

- “¿Qué hicieron para lograr mantener fuera “esto” que se lleva lo mejor de ti?”

- “¿Qué te dices a ti misma para sobreponerte al “corte” y no permitirle que te presione?”

- “A medida que continúas frustrando al “corte” y no caes en sus inteligentes maneras de engañarte, ¿cómo te ves a ti misma de diferente en contraposición a cómo te veías a ti misma antes cuando eras una víctima del “corte”?”

Jill, una joven caucásica de 17 años, fue referida a mí por su asistente

social de la escuela, Bob. Bob y Jill habían estado trabajando juntos desde que Jill estaba en segundo año de la escuela media. De acuerdo a Bob, Jill había “perdido totalmente el control” de sí misma con su “comportamiento auto-lesivo” y otra vez estaba ocasionalmente teniendo atracones compulsivos con la comida y provocándose el vómito, un problema que Bob en conjunto con un psicólogo en práctica privada y un psiquiatra estaban viendo para el abordaje de la medicación, que había ayudado a estabilizar durante un año a Jill. Aunque Jill no estaba tomando más el antidepresivo o viendo al psiquiatra y al psicólogo, Bob había estado viéndola una o dos veces por semana desde que empezó el año escolar. El estaba muy preocupado de que Jill pudiera terminar “matándose accidentalmente” mientras se cortaba sus muñecas o ante-brazos. Aparentemente, Jill era una estudiante de honor que “era muy dura con ella misma” cuando se sacaba menos nota que un 7. Bob me señaló por teléfono cuan “perfeccionistas” eran sus padres durante sus interacciones pasadas con ellos. El padre de Jill era un hombre de negocios muy exitoso. Su madre era una escritora free-lance. Bob sospechaba que el comportamiento auto-lesivo de Jill estaba relacionado con “toda la presión” que los padres ponían en su hija para ser una estudiante estrella.

Jill, su padre, Gerald, su madre, Cassie, su hermana de 12 años, Marjorie, y Bob asistieron al encuentro inicial familiar. Marjorie también era una estudiante estrella. Después de tomarme el tiempo para conectarme con cada miembro de la familia, empecé la entrevista invitando a Bob a compartir su historia de involucramiento con Jill y para clarificar el evento gatillador que lo llevó a referirla hacia mí para una terapia familiar. Mientras Bob compartía sus preocupaciones sobre la conducta de Jill de “brutalmente atacar su cuerpo con las navajas” y su temor de que ella se pudiera eventualmente quitar la vida, los padres de Jill reaccionaron con diferentes niveles de preocupación. El padre no mostraba absolutamente ninguna reacción emocional y parecía más preocupado por tener que faltar a una reunión importante de negocios con un cliente. Cassie, por otro lado estaba muy consternada con el reporte de Bob y por escuchar que Jill “no tenía control” de su conducta auto-destructiva. Jill describía su comportamiento de cortarse como si fuera un monstruo cazando todos los estragos que había en su vida. En lugar de cambiar de rumbo y hacer la pregunta del milagro (de Shazer, 1988) en un intento por establecer metas con la familia, decidí evitar ser un editor de narrativas y darle a Jill y su madre el espacio suficiente para el diálogo sobre la seriedad de los cortes y elicitar su emocionalidad sobre tener que declararse a favor de atacarlos juntas. La

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familia estaba madura para intentar externalizar (White & Epston, 1990) el problema de los cortes. Sabiendo que Gerald era un antiguo apoyador3 estrella en el equipo de fútbol de la universidad, decidí usar metáforas y lenguaje de fútbol como una forma de engancharlo e involucrar sus servicios para apoyar los esfuerzos de la hija para liberarse de las garras de los cortes.

Matthew: Parece que los cortes son como un titiritero y tu eres el títere,

Jill. Jill: Así es como me siento a veces. Cuando estoy realmente estresada

hay algo que realmente se apodera de mí –voy a mi cuarto, saco la navaja y empiezo a cortarme. No tengo control en ese momento. Puedo cortarme por una hora o más. Estoy como en otro mundo…Me siento entumecida.

Matthew: Esto debe sonar insólito para todos ustedes, pero problemas como los de “los cortes” son como hipnóticos: Ellos te ponen en trance y te hacen hacer cosas de las que no estas plenamente conciente que estás haciendo y no te deja resolver el problema. ¿Cómo te gustaría trabajar con tu familia, Bob, y conmigo para ingeniarnos un plan para ir en contra de la inducción al trance poderoso de “los cortes” para que podamos estar a cargo de ellos versus “los cortes” a cargo de tu mente?

Jill: Si, lo que ustedes puedan hacer para ayudar, será muy apreciado. Cassie: Mi vida, ¿porqué estás lastimándote? Jill: Pienso que es todo lo de la presión. Estoy siempre pensando que no

estoy haciendo las cosas lo suficientemente bien en la escuela para ustedes. Quiero decir que siempre escucho a papá decir que tengo que traer puros siete.

Gerald: Esos sietes te van a llevar a Harvard y Stanford. Jill: ¿Ven lo que digo? Todo lo que te importa son mis logros académicos,

¡no te puede importar menos que yo esté estresada y que me corte diariamente!

Cassie: Por supuesto que tu padre se preocupa por tu bienestar, querida. Matthew: Aquí hay un buen ejemplo de cómo “los cortes” están tomando

el control de esta familia. Otras familias con las que he trabajado en donde los “cortes” estaban sacando lo mejor de ellos también cayeron en las trampas de culparse entre ellos, tomar partido, y el perfeccionismo, lo que es este caso en particular.

Cassie: ¿Qué podemos hacer para ayudar a Jill ahora? Matthew: Jill, ¿qué pueden hacer tus padres de diferente manera para

ayudarte a sobreponerte a “los cortes” y no permitirles que te manejen? Jill: Bueno, pienso que si pudiéramos hablar sobre otras cosas, que no

fueran sólo las notas en el colegio, no me estresaría tanto. Matthew: ¡Bingo! Pienso que le dieron justo en el blanco. No se imaginan

cuantas niñas jóvenes y sus familias con las que he trabajado, han sido victimizadas por los “cortes”, la bulimia, las drogas. Como les mencioné antes, los cortes son primos cercanos de estos otros y les encanta presionar a los miembros de la familia estresados.

Cassie: Jill, ¿puedes pensar en otra cosa que tu papá y yo podemos hacer para que te sientas menos estresado?

Jill: No sé… eh… ¿podemos también darle un poco menos de tiempo de discusión al tema de la elección de universidad?

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Gerald: Se que estas estresado y quiero ayudarte con el tema de “los cortes”, pero muy pronto tendrás que enviar la carta de aceptación a la universidad que elijas.

Matthew: Este es un gran ejemplo, Gerald, de cómo has aceptado una invitación de “los cortes” a sacar el tema de algo relacionado a los estudios, lo que a su vez, llevará a Jill a sentirse estresada o a tener una interacción negativa contigo. No hay duda de que para que tengamos éxito venciendo a “los cortes”, esto tiene que ser un esfuerzo de equipo. Gerald, tu mencionaste antes que solías ser un apoyador en tu equipo de fútbol en la universidad. Como un apoyador, ¿qué técnicas utilizabas en los juegos que te ayudaban a hacer muchos tacles?

Gerald: Bueno, usaba mucho los temblores de antebrazos, algunas veces me giraba rápidamente para sacarme a los atacantes, y mantenía mis piernas moviéndose hacia el que llevaba la pelota y todo mi cuerpo estaba en dirección hacia él.

Matthew: ¡Qué bueno que nunca haya tenido que enfrentarte cuando jugaba en la universidad! ¡A mí me gustaba jugar bien al final para estar lo más lejos posible de tipos como tú! Gerald, ¿estarías dispuesto a vestirte de nuevo con la ropa de tu equipo para ayudar a Jill a ganarle el juego a “los cortes” así están fuera para este semestre?

Gerald: ¡Absolutamente! ¿Qué quieren que haga? Matthew: Cuando el asunto de “los cortes” esté dando vueltas y esté

tratando de rodearte y enredarse en tus piernas, invitándote a sacar temas de conversación relacionados con la escuela con Jill, quiero que le des un temblequeo de antebrazo y cambies de tema. Piensa en Jill como tu compañera de juego. Son “los cortes” los que debemos taclear fuerte para que se lastimen y que queden a un lado, temerosos de volver al juego en contra de tu familia.

Lo que demostró ser más efectivo para ayudar a Gerald a engancharse en

el esfuerzo de cambio fue el uso del lenguaje futbolístico y las metáforas. Al utilizar su experticia como jugador de fútbol estrella (como apoyador), el lenguaje clave del fútbol, y su amor por el juego, fue capaz de enganchar a Gerald para liderar a su familia hacia una eventual derrota de Jill contra el problema de “los cortes”. Una vez que las interacciones en la familia mejoraron y Jill dejó de cortarse, el problema de la bulimia se estabilizó también.

Como ilustran los variados casos ejemplos en este capítulo, la interrogación sistemática improvisacional ayuda a soltar las creencias rígidas de las familias, irrumpir en contra de las interacciones improductivas de la familia, y puede efectivamente elicitar la experticia de los miembros de la familia y acentuar sus capacidades auto-sanadoras. Las preguntas oportunamente hechas pueden también generar nuevos significados y ayudar a los sistemas de tratamiento en situaciones de impasse a destrabarse. Finalmente, cuando las familias son interrogadas de esta manera, los terapeutas son libres para trascender cualquier regla particular de modelo de terapia, seguir sus instintos más ocultos sobre la selección de una categoría de preguntas, y utilizar su propia creatividad para crear preguntas únicas, personalizadas y significativas que se expanden en todo el proceso terapéutico.

Cap. 4

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Cambiando el Baile de la Familia: Estrategias y Experimentos

Terapéuticos Orientados a la Solución

En el ajedrez humana, todos los movimientos son posibles. - Miriam Schiff

Los problemas de los adolescentes auto-destructivos pueden ser bastante

complejos y desafiantes para resolver. A menudo, los patrones de soluciones intentadas y las miradas anticuadas sobre el problema que tienen los miembros de la familia del adolescente, los amigos, y los profesionales involucrados, suelen rigidizarse. Así, el sistema de soporte vital para el problema (White, 1985) del comportamiento auto-lesivo se mantiene intacto y toma vida propia. Esto significa que los experimentos terapéuticos y las estrategias de solución necesitan ser abordados en todos los niveles del sistema en el que el comportamiento auto-lesivo está ocurriendo, está siendo comunicado, o está siendo mantenido inadvertidamente a pesar de que todos los involucrados hagan sus mejores esfuerzos para estabilizarlo.

Otra área importante para abordar que quizá requiera atención terapéutica es la desconexión del adolescente de los miembros clave de la familia, pares, y personas involucradas que representan a sistemas más amplios. La investigación indica que los adolescentes que están emocionalmente desconectados de sus padres corren un mayor riesgo de desarrollar síntomas internalizados como el comportamiento de auto-lesión, dificultades alimenticias, y comportamiento de abuso de sustancias (Papini & Roggman, 1992). Muchos adolescentes auto-destructivos han expresado sus preocupaciones sobre sentirse emocionalmente desconectados e invalidados en varios contextos sociales en los que interactúan. En estas situaciones clínicas, el terapeuta puede utilizar estrategias de construcción de conexión para acercar a las figuras parentales clave, los hermanos, los pares, y los profesionales de ayuda involucrados de formas más significativas. Los experimentos de construcción de la conexión y los rituales pueden ser usados tanto dentro como fuera de la sesión dependiendo de las necesidades únicas y las metas de los clientes.

En este capítulo, primero discutimos sobre los más importantes experimentos de construcción de la conexión y los rituales que pueden ayudar a fomentar un sentido de pertenencia en las relaciones claves de la familia y las extra-familiares para el adolescente auto-destructivo. Algunas de las prácticas de construcción de la conexión que presento aquí se derivan de métodos y rituales de sanación de Nativos Americanos. Luego, presento varios experimentos terapéuticos para realizar dentro y fuera de la sesión y estrategias de solución que pueden efectivamente desestabilizar las interacciones familiares improductivas con el cliente, así como también cambiar las creencias viejas de los miembros de la familia sobre éstas. Se brindarán lineamientos prácticos para cuando seleccionar un experimento terapéutico o un ritual en particular y cómo implementarlos.

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PRÁCTICAS DE CONSTRUCCIÓN DE CONEXIÓN

La conexión es el resultado positivo del tiempo pasado con otras personas de tal manera que se construyen relaciones fuertes, de apoyo y significativas (J. Clarke, 1990). Los adolescentes que están involucrados en relaciones interpersonales sólidas y significativas con la familia y otros contextos sociales sienten una fuerte sensación de lugar o sentido de pertenencia en estas relaciones. Algunos adolescentes auto-destructivos ansían conectarse con un padre distante o involucrado sólo superficialmente, o con un hermano con quien puede tener una relaciones conflictiva o tensas, o con un par o grupo de pares al que pretenden pertenecer. En los contextos familiares, muchos adolescentes auto-destructivos tienen que luchar con miembros de la familia que están muy ocupados, padres que están emocionalmente desgastados y trabajan durante muchas horas, y un contextos cultural mayor que alienta a los miembros de la familia a priorizar el trabajo, el juego, la televisión y las pantallas del computador por sobre el pasar tiempo juntos como familia. De acuerdo a J.B. Miller y Stiver (1997):

Nuestras nociones fundamentales de quienes somos no se forman en el proceso

de separación de los otros. Es más, la meta no es para el individuo crecer fuera de las relaciones, sino dentro de ellas. A medida que la relación crece, el individuo crece más. (p.27).

En situaciones en las que escucho decir al adolescente auto-destructivo,

que el padre o la madre que está más cercano a él, o ambos, o un hermano, tienen una desconexión o son más distantes emocionalmente o están involucrados sólo superficialmente en la relación, suelo proponer los experimentos o rituales de construcción de la conexión que mencioné antes. El proceso de construcción de la conexión no se limita sólo al nivel de familia, sino que puede incluir los contextos de pares, miembros de la familia extendida, profesores y otros adultos importantes en la vida del adolescente auto-destructivo. Hay seis experimentos y rituales de construcción de conexión que pueden servir como catalizadores para crear relaciones positivas y significativas en la familia y otros contextos sociales.

Narración de Historias Familiares (Storytelling familiar)

No hay una mejor actividad de construcción de conexión, que el poner a

los miembros de la familia a compartir extractos o capítulos de sus historias personales entre ellos. Esto puede también involucrar que los miembros de la familia compartan entre ellos los eventos clave de sus días o que los padres, o abuelos, compartan eventos memorables de su niñez, momentos difíciles de sus vidas, o cómo se pudieron sobreponer a la adversidad y la sabiduría que adquirieron a partir de aquellas experiencias. Las historias sirven de vehículos para mantener las tradiciones familiares: Éstas imparten sabiduría valiosa, nos hacen más concientes de nuestras raíces, mantienen las generaciones vinculadas estrechamente, y generan una sensación de comunidad o colectividad.

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En una cena del Día de Gracias, mi hija de 8 años, Hanna, les estaba haciendo muchas preguntas a mis padres sobre su propia niñez y cómo eran ellos cuando chicos. Me sentí tan a gusto, y conmovida por el hecho de que mis padres compartieran sus historias personales con Hanna. Y puedo afirmar que ella también estaba gozando este momento brillante de conexión significativa con mis padres. Mi madre había pasado mucho tiempo hablando sobre sus padres y todo lo que ella apreciaba de ellos. Ella también señaló a Hanna que su padre Ruso esperaba que ella y sus hermanas siempre fueran a la mesa vestidas prolijamente y lindas, con el cabello bien peinado. Después de escuchar esto Hanna dijo, “¿Porqué era tan importante eso?” Tanto mi esposa y yo estuvimos contentos de descubrir que estábamos criando una “feminista” que a una temprana edad ¡ya estaba desafiando las asunciones patriarcales sobre cómo deben lucir y actuar las mujeres!

El dar espacio para el ritual familiar cotidiano o para contar historias es una forma altamente positiva en que los miembros de la familia pueden permanecer conectados uno con otro de manera significativa. Mi experiencia clínica me ha indicado que uno de los mejores contextos para contar historias familiares es a la hora de la cena. Otro momento útil para que los padres compartan sus historias con sus hijos adolescentes es durante los tiempos de sesión en que están uno a uno. Yo aliento a los padres a compartir tanto dentro como fuera de las sesiones los juicios y tribulaciones de su propia adolescencia, particularmente experiencias similares que hayan tenido como adolescentes y cómo se las arreglaron para enfrentarse y sobreponerse a la adversidad. Esta sabiduría valiosa de los padres puede proveer al adolescente auto-destructivo con ideas útiles que pueden empezar a implementar inmediatamente para ayudarlos a resolver sus dificultades.

Adolescentes Aconsejando a los Padres

El hacer que los adolescentes aconsejen a los padres –invitarlos a

compartir su experticia y sabiduría con sus padres- puede acentuar las fortalezas del adolescente. Esta estrategia de construcción de conexión es también particularmente útil cuando los adolescentes reportan sentirse desconectados de uno o de ambos padres o cuando ellos ven o se relacionan consigo mismos como irresponsables, incompetentes, o psicológicamente incapacitados. Empoderar al adolescente de esta forma puede desafiar la mirada antigua o saturada de problemas de los padres, mejorando las comunicaciones familiares.

Kathleen, una adolescente caucásica de 16 años quien había estado auto-lesionándose sacándose cabellos, tenía una muy pobre relación con su padre. El único momento en que Kathleen y su padre interactuaban era cuando abordaban temas relacionados con los problemas de la escuela cuando ella tenía problemas con su madre. El padre estaba mucho más activamente involucrado en la vida de su hijo de 12 años, Zack, por su fuerte interés mutuo en los deportes.

Una de las mayores fortalezas de Kathleen era su habilidad para el diseño, la costura y el tejido de sus propias prendas de vestir. En una de nuestras sesiones de terapia familiar, decidí proponer el experimento de poner a Kathleen a cargo de enseñarle a su padre a coser. Aparentemente, el padre estaba constantemente perdiendo los botones de sus camisas y pantalones y

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llevando la ropa a la tintorería del vecindario para que los enmendaran. Con serias dudas acerca de su habilidad para dominar esta tarea, el padre de mala gana aceptó realizar el experimento. En un modo amoroso y en tono de apoyo, Kathleen le aseguró a su padre que el aprendería en una semana a coser. En nuestra siguiente sesión familiar, el padre reportó alegremente que había aprendido exitosamente a coser y ¡había encontrado que Kathleen era una “maestra maravillosa”! Tanto el padre como Kathleen mencionaron que habían pasado momentos alegres mientras estaban trabajando juntos. Con la ayuda de este experimento de construcción de conexión, Kathleen y su padre se volvieron más cercanos, sus interacciones se volvieron más positivas, y el padre encontró el balance para pasar el mismo tiempo sólo con cada uno de sus hijos.

Haciendo Coreografías y Esculturas Familiares Orientadas a la Solución Históricamente, la coreografía y la escultura de la familia (Duhl, Duhl, &

Kantor, 1973; Papp, 1983; Papp, Silverstein & Carter, 1973; Satir, 1972) han sido empleadas por los terapeutas familiares experienciales como una poderosa y altamente efectiva herramienta para ayudar a las familias a salirse de ellos mismos y obtener una meta-visión de sus formas destructivas de interacción, de sus choques, y de sus rígidos roles conductuales. La estrategia más común de escultura familiar es pedirle al adolescente auto-destructivo que se ponga a sí mismo en el centro de la sala y guíe al terapeuta para posicionar a cada uno de los miembros de la familia en términos de su cercanía emocional y distancia para con él. Después hago que el o ella se use como un barómetro emocional a medida que yo la acerco a cada miembro de la familia y le pido que me diga que pare cuando ella empieza a sentirse incómoda. En este punto, es útil explorar con él o ella porqué es difícil moverse físicamente más cerca con los miembros de la familia más distantes. Esto puede llevar a la revelación de conflictos no resueltos o secretos familiares con ciertos miembros en particular. Un tiempo más prolongado debe dársele al adolescente auto-destructivo para procesar su propia escultura.

El siguiente paso es pedirle al adolescente que esculpa la familia de la manera que le gustaría que estuviera en términos de cercanía y distancia. El terapeuta puede preguntar al adolescente cómo es que este nuevo arreglo haría una diferencia para él y para los otros miembros de la familia. Este formato simple de escultura familiar ayuda a los terapeutas a identificar interacciones específicas de mantención del problema. Puede ser usado como parte del proceso de establecimiento de metas, cuando el terapeuta está en un impasse con la familia, o cuando el terapeuta sospecha que puede haber secretos familiares. Cuando se usa la escultura o la coreografía familiar como parte del proceso de establecimiento de metas, he pedido a los adolescentes que dramaticen cómo lucen los miembros de la familia y de qué forma interactúan en sus imágenes de milagro ideal para ayudarlos a pensar en nuevas secuencias de solución en las interacciones de la vida diaria.

La coreografía familiar (Papp, 1983; Satir, 1972) agrega movimiento y más drama a la escultura de los miembros de la familia. Los soportes pueden ser usados como metáforas para las dificultades de relación. Con la coreografía familiar, la oficina de los terapeutas se transforma en un teatro de Broadway para que la familia baile. Los miembros de la familia a menudo la pasan muy

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bien con este ejercicio y tienen valiosos insights sobre sus pasos poco productivos en este baile juntos.

Por ejemplo, Jaime, una muchacha caucásica de 14 años que estaba cortándose y quemándose a sí misma, hizo una coreografía familiar en nuestra tercera sesión de terapia familiar. Hasta este punto, Jaime sentía que la terapia “no estaba funcionando” porque sus padres “aún no cambiaban”. Jaime había estado cortándose y quemándose por casi un año y culpaba a sus padres por este problema debido a que “nunca la escuchaban” y que estaban más “casados con sus trabajos” que con ella y su hermana de 12 años, Jill. La primera coreografía familiar de Jaime gráficamente mostraba claramente los principales problemas familiares de sus padres priorizando sus carreras por sobre sus hijas. Ella se posicionó junto a Jill en la otra punta de la sala en frente a sus padres. Jaime me hizo poner dos sillas en la punta de la sala donde estaban sus padres y dio la instrucción de que sus padres giraran alrededor de cada silla en círculos. Las sillas representaban sus carreras. No hace falta decir, que los padres estaban bastante shockeados con la coreografía de Jaime y no se habían dado cuenta de que la situación familia-trabajo se había puesto tan mal. Después de procesar la primera coreografía de Jaime, le pedí que nos mostrara cómo le gustaría que luciera la familia. Jaime hizo que sus padres dieran cinco vueltas juntos alrededor de ella y de Jill, y después separados, dieran un círculo en cada una de las sillas, y después repitieran la secuencia entera. Al final de esta sesión familiar altamente productiva, los padres recibieron el mensaje que necesitaban para poner los límites necesarios entre la vida familiar y la vida de trabajo. Dos sesiones más tarde, Jaime no sólo había dejado de cortarse y quemarse, sino que los padres también le preguntaban a Jaime y Jill que les gustaría hacer como familia y estaban más disponibles el mismo tiempo con cada una de sus hijas.

La Caja del Halago

En el ajetreo del diario vivir, los miembros de la familia a menudo se

olvidan de demostrar regularmente el aprecio por las pequeñas cosas que hacen el uno por el otro diariamente. La investigación sobre las fortalezas familiares ha indicado que mostrar aprecio es una de las seis características importantes de las familias fuertes (DeFrain & Stinnett, 1992; Stinnett & O´Donnell, 1996). El no reconocer los esfuerzos de los miembros de la familia para ser de ayuda, para dar apoyo, para compartir el aprecio de uno por el otro, y para interesarse en la vida del otro puede promover el conflicto y la distancia emocional y puede aminorar las conexiones de la relación con el tiempo.

Cuando trabajo con adolescentes auto-destructivos y familias que reportan muchas interacciones negativas como la culpa y la crítica, propongo el experimento de “la caja del halago” como una forma de mejorar la comunicación familiar. Les pido a los padres que encuentren una caja de zapatos vieja o cualquier caja pequeña con una tapa removible. El siguiente paso es hacer una pequeña ranura en la tapa de la caja. Cada día los miembros de la familia deberán escribir un halago hacia el otro y ponerlo en la caja de los halagos. Después se leen los halagos, o después de la cena, o en otro momento destinado a eso en la tarde. Los miembros de la familia se turnan para tomar la caja y leer los halagos de uno y otro. Si hay halagos particulares

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que sorprenden gratamente a los miembros de la familia o los emocionan de manera positiva y poderosa, hago que los miembros de la familia pongan el halago en un lugar significativo de sus piezas. De esta manera los miembros de la familia pueden usar los papelitos con el halago como un constante recordatorio de que están conectados entre ellos de una manera significativa, aún en la mitad de un conflicto. El siguiente caso ejemplo demuestra cómo el experimento de la caja del halago puede crear posibilidades en una familia que está luchando con dificultades crónicas de comunicación.

Karen, una muchacha caucásica de 16 años que iba a la secundaria, había estado cortándose y lidiando con la bulimia durante 2 años. Ella había estado yendo a diferentes terapias desde 8vo. Básico. Dos de los estresores familiares más importantes eran las “constantes peleas” de sus padres y que ellos constantemente la “culpaban” a ella. De acuerdo a Karen, sus padres estaban constantemente comentando sus “malas notas” y cómo ella “no cumplía con sus deberes lo suficientemente bien”. Ellos frecuentemente le recordaban cuan “magnífico estudiante” era Jonathan, su hermano mayor, quien iba a una prestigiosa universidad de la Liga de la Hiedra. En nuestras primeras dos sesiones familiares, los padres estaban muy pesimistas acerca de la posibilidad de que Karen cambiara y yo experimentaba una gran dificultad en establecer metas de tratamiento pequeñas y realistas con ellos, aún usando las preguntas del milagro, de estrategias de afrontamiento, preguntas pesimistas, y de escala de sub-cero. También intenté externalizar (White, 1995) el “patrón de culpabilización” que parecía tener vida propia en la familia. Esto también fue inútil.

En nuestra tercera sesión de terapia familiar decidía proponer a la familia el experimento de la caja de los halagos. Primero le confesé a la familia que estaba claro para mí que estaban sintiéndose desmoralizados por la falta de progreso en nuestro trabajo juntos y el fracaso de los anteriores tratamientos que tampoco hicieron ninguna diferencia. Cuando exploré con los miembros de la familia cuán seguido se halagaban o reconocían el aprecio de uno por el otro, ningún miembro de la familia pudo pensar en ningún momento específico en el pasado reciente en que ninguno de ellos haya reconocido al otro. Por primera vez en nuestras sesiones juntos, la culpa cesó y se cambió el foco de Karen como el problema dirigiéndose hacia los problemas familiares de comunicación. Le señalé a la familia cómo el uso de la caja del halago puede cambiar los problemas de culpabilización y de desempeño escolar. También predije que como una familia ellos estaban a punto de incurrir en un terreno desconocido y que mientras implementaban el experimento podía haber algunas explosiones que normalmente ocurren cuando las familias están en el camino pedregoso del cambio.

Después de una semana, la familia traja la caja de los halagos para que viera y oyera algunos de los halagos significativos que habían recibido unos y otros. El ánimo de la familia parecía ser mucho más positivo. De hecho, Karen parecía menos deprimida y más esperanzada en que las cosas podían continuar mejorando con su familia. Ella había recibido un halago de su padre por obtener un 4 en un examen difícil de matemáticas. En el pasado, el habría pegado el grito en el cielo por no haberse sacado ¡al menos un 5 o un 6! La mamá de Karen había felicitado a Karen por tener una “mejor actitud” con la escuela y había reconocido ver a Karen haciendo su tarea varias veces. Karen felicitó a sus padres por “intentar pelear menos” durante esa semana. Ella se

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arriesgó y les confesó a sus padres cuán feliz la hacía esto y cuanto la ayudaba a no cortarse ni comer compulsivamente o provocarse el vómito para consolarse. A continuación de la revelación de Karen, los padres me preguntaron si estaría dispuesto a verlos para una terapia de pareja. Una vez que los padres hicieron un compromiso por mejorar su relación, Karen dejó de cortarse y de comer compulsivamente y provocarse el vómito.

La Varita de la Palabra

En la cultura Nativa Americana, la palabra de cada miembro de la tribu era

respetada. Mientras estaban sentados en el círculo sagrado, los mayores les daban la palabra a los otros mediante una varita, como si fuera un micrófono. La persona que hablaba se iba al centro del círculo. El o ella contaría su verdad, sin intentar influenciar o vender a nadie ninguna idea en particular. Cada persona representaría su único punto de vista. Con el corazón y la mente abiertos, aquellos que escuchaban miraban al centro del círculo en llamas. Antes de que cada miembro de la tribu hablara con la varita de la palabra, él o ella dirían: “Yo soy ____________ y voy a hablar”. Cuando finalizaban de hablar diría: “Yo soy ___________ y he hablado”. La varita de la palabra enseñaba a los miembros de la tribu sobre las opciones y elecciones de cada uno, y les mostraba que cada miembro de la tribu tenía puntos de vista únicos que debían ser honorados y respetados (Lee, 1998).

La estrategia de la varita de la palabra es particularmente útil con familias en las que ocurren muchas culpabilizaciones, interrupciones, y lectura de pensamiento. Algunos adolescentes auto-destructivos creen que sus voces no son escuchadas y se sienten invalidados. La varita de la palabra puede ayudar a enseñar a los miembros de la familia a cómo escucharse los unos a los otros y respetar la perspectiva única del otro. Cuando se implementa esta estrategia, le explico a la familia el propósito de esta varita de la palabra y cómo puede ser beneficioso para ellos. Después pongo las sillas en círculo y pongo una velita en el centro sobre una pequeña mesa. Cuando un miembro de la familia recibe la varita de la palabra, el o ella habla hacia el centro del círculo y comparte algún asunto o preocupación. Los otros miembros de la familia mirarán hacia la llama de la vela en silencio, escuchando cuidadosamente lo que está diciendo el elegido con un corazón y una mente abiertos. Después de experimentar con esta estrategia en la oficina y procesarla, le pido a la familia que lo implemente en su casa usando la varita de la palabra como una forma de proveer un contexto estructurado y seguro para que los asuntos cotidianos sean discutidos cuando sea necesario.

Las varitas de la palabra pueden ser compradas en tiendas de Nativos Americanos u otras tiendas de especialidades. En algunos casos, he pedido al adolescente que cree su propia varita de la palabra, particularmente si sé que le gusta el arte y las manualidades.

Generando Nuevas Conexiones con los Pares y los Otros Inspiracionales Algunos adolescentes auto-destructivos tienen dificultades para no

cortarse o quemarse porque sus amigos más cercanos también están involucrados en este tipo de comportamiento y son parte del sistema de soporte vital del problema (White, 1985). Estos adolescentes argumentan que

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si ellos dejaran de asociarse con sus amigos no tendrían un sistema de apoyo. Cuando este es el caso, propongo traer clientes antiguos que solían auto-lesionarse para servir como un nuevo grupo de apoyo de pares para el adolescente. El par que ya ha superado el problema puede proveer al cliente una valiosa sabiduría, consejos prácticos sobre como dejar de auto-lesionarse, y creativas y efectivas estrategias de afrontamiento para abordar los estresores como distrés emocional en la familia, problemas en la escuela y con los pares. Antes de traer los pares consultantes, obtengo un consentimiento escrito del adolescente y sus padres para contactarse con el o los clientes anteriores. También obtengo la aprobación de los padres de los clientes anteriores para participar en el proceso de tratamiento. Le explico las reglas de confidencialidad para todas las partes involucradas.

En algunos casos, el adolescente auto-destructivo puede reportar sentimientos de no tener ningún adulto que se interese por él y que sea receptivo en su familia inmediata o extendida con quien poder conectarse para guía y apoyo emocional. Uno o ambos padres pueden estar lidiando con asuntos propios de problemas matrimoniales, de salud mental, de abuso de sus rancias o de enfermedades físicas, lo que contribuye a la desconexión. El adolescente puede también sentir que le falta conexión significativa con los adultos en la escuela o en su comunidad. En estas situaciones (y con el consentimiento parental), puedo ofrecer conectar al adolescente con un adulto inspiracional (Anthony, 1987) con quien he colaborado en el pasado. Además de ofrecer apoyo valioso externo y sabiduría al adolescente, el otro inspiracional puede servir como un defensor o protector para el adolescente en la escuela si éste es un profesor o un entrenador.

EXPERIMENTOS TERAPÉUTICOS DENTRO DE LA SESIÓN Y

ESTRATEGIAS DE TRATAMIENTO EN EQUIPO

Muchos experimentos terapéuticos pueden ofrecerse a las familias para alentarlos a usar sus poderes de la imaginación, creatividad y otras fortalezas y recursos. De manera similar a las estrategias de construcción de conexión, los experimentos terapéuticos presentados aquí pueden ayudar a fortalecer las relaciones familiares, abrir la puerta a las posibilidades, y empoderar a los miembros de la familia para lograr sus metas. Las estrategias terapéuticas de equipo pueden ser empleadas con los casos que están estancados.

Máquina del Tiempo Imaginaria

El experimento de la máquina del tiempo imaginaria puede ser usado en

cualquier etapa del tratamiento (Selekman, 1997). Introduzco el experimento explicando: “Imaginen que tienen una máquina del tiempo aquí. Pueden ir en ella y llevarla a cualquier tiempo que deseen. ¿Dónde irían? ¿Con quién se encontrarían? ¿Qué estarían haciendo juntos? ¿Cómo estaría esa persona vestida? ¿Qué colores ven? ¿Qué escuchan? ¿Están tocando algo? ¿Cómo se siente? ¿Cómo huele? Si están comiendo algo con esta persona o con esta gente, ¿cómo sabe?” Para ayudar al adolescente auto-destructivo a vivenciar esta experiencia de viaje en el tiempo, es crítico que el terapeuta le haga utilizar todos los sentidos e incluya mucho detalle de color y movimiento.

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En situaciones clínicas en donde una conexión importante ha sido rota entre el adolescente auto-lesivo y uno de los padres, haré que él o ella retrocedan en el tiempo y se dirijan hacia un lugar (una experiencia específica donde hayan estado a solas con esta persona o un evento familiar) en donde haya experimentado una conexión emocional mucho más sólida con alguno de los padres en particular. Después de haber detallado esta experiencia significativa involucrando todos sus sentidos, le hago elegir las acciones más importantes, las cualidades, o los ingredientes que están ocurriendo en la experiencia de la relación en el pasado que ella desea reincorporar a la relación actual. El próximo paso es poner a discutir al adolescente con su padre o madre solos o en compañía de otros miembros de la familia sobre cómo pueden empezar a implementar lo que ha funcionado en el pasado dentro de la relación. Hacer esto en compañía de la familia puede brindar la oportunidad al terapeuta de utilizar la experticia de los miembros de la familia sobre cómo maximizar el potencial para ser exitosos en el mejoramiento de su relación familiar aproblemada.

Dawn, una joven caucásica de 17 años, fue referida hacia mí por cortes y bulimia. La fuente de referencia también reportó que Dawn había expresado por años que ella se sentía emocionalmente desconectada de su padre. El padre asistía a las reuniones de Alcohólicos Anónimos diariamente y había estado sobrio hacía ya 3 años. Como una forma de intentar de acercar a Dawn y su padre, hice que ella hiciera un viaje imaginario en la máquina del tiempo hacia atrás, cuando ella sentía una fuerte sensación de pertenencia en su relación con su padre. Una vez que Dawn llegó a su destino, le pedí que describiera en gran detalle todo lo que experimentaba usando todos sus sentidos. Dawn viajó en el tiempo a la edad de 10 años, cuando ella estaba sentada en frente de la chimenea abrazada a su padre escuchándolo contarle un cuento. De acuerdo a Dawn, esta era su actividad favorita en la noche co su padre durante toda su infancia. Cuando le pregunté porqué había seleccionado ese momento en particular de su vida, Dawn señaló que su padre había empezado a alejarse de ella y del resto de la familia unas semanas después de este momento tan especial con él debido a que su “problema con el alcohol empezó a empeorar”. Dawn agregó que ahora las reuniones de A.A. y sus amigos de A.A. monopolizaban el tiempo para estar en familia. El padre parecía muy preocupado por las apreciaciones de Dawn y se acercó hacia ella y la abrazó. Primero validé las emociones de Dawn y después re-etiqueté positivamente el dilema del padre al señalar cuanto “el estaba tomando todas las medidas posibles ahora para proteger su sobriedad por el bien de la familia”. Dawn y su madre encontraron aceptable mi nueva construcción acerca de la explicación de la situación del padre; sin embargo, vociferaron su gran deseo de que el les dedicara más tiempo a ambas. Ellas también requirieron que el volviera a demostrar su anterior cualidad positiva de ser “más afectivo” con ellas. Después de escuchar cuidadosamente las peticiones de la familia, el hizo un fuerte compromiso para remediar estos problemas.

Máquina Imaginaria de Rayos X de Emociones

El experimento de la máquina imaginaria de Rayos X de emociones es

particularmente útil con adolescentes auto-destructivos que tienen quejas somáticas o problemas para expresar sus sentimientos o pensamientos

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(Selekman, 1997). También he tenido mucho éxito usando este experimento en situaciones en las que siento la presencia de historias no contadas de la familia o secretos. Los adolescentes auto-agresivos que son aprendices visuales responden muy bien a este experimento. Empiezo el experimento compartiendo co la familia lo siguiente: “Imaginen que tengo aquí una máquina especial que puede mostrarnos a través de rayos x, cómo lucen sus emociones. Antes de que la prenda, me gustaría que tú (el adolescente auto-agresivo) seleccionaras un miembro de la familia para dibujar el contorno del cuerpo en este largo papel que está en el suelo. Cuando prenda la máquina, me gustaría que dibujes sus emociones, como tú crees que son. Puedes elegir donde poner sus emociones en el cuerpo. Después que dibujes sus emociones, me gustaría que digas una historia sobre sus sentimientos.”

Una vez que el adolescente ha dibujado sus sentimientos y los ha reflejado a cabalidad en su dibujo, invito a los miembros de la familia a hacer preguntas y ofrecer su retroalimentación al cliente. El dibujo del adolescente auto-agresivo puede tener un profundo impacto en las miradas sobre el problema de los miembros de la familia y en la forma en que interactúan con él o con ella. Los miembros de la familia pueden aprender cosas sobre el cliente que nunca antes se imaginaron. El terapeuta necesita reflejar sus propias ideas desde una posición de no saber y evitar dar interpretaciones definitivas (Anderson & Goolishian, 1988).

Famosos Invitados como Consultores

Cuando trabajo con familias que están sintiéndose muy estancadas y

parecen haber perdido su espontaneidad y ganas de jugar con el otro, introduzco el experimento del famoso invitado consultor. Le pido a cada miembro de la familia que haga una lista de tres personas famosas que les gustan o que han admirado siempre. La gente famosa puede ser una figura histórica, un atleta profesional, celebridades de la farándula, escritores o líderes espirituales. Una vez que los miembros de la familia han generado sus listas individuales, les pido que compartan sus listas entre ellos. Después le presento a la familia la hipotética situación de imaginar cómo abordarían estas personas famosas su problema y cómo influenciarían en su pensamiento al traer nuevas ideas para resolverlo. Hago que los miembros de la familia intenten firmemente ponerse dentro de la cabeza de los famosos pensando en cada uno de sus talentos únicos, metáforas relacionadas con su línea de trabajo, y áreas de experticia. Cuando están muy involucrados en este proceso mental, los miembros de la familia a menudo generan algunas estrategias muy creativas de resolución de problemas. Después de que han sugerido dos o más estrategias, invito a la familia a elegir cuales estrategias quieren implementar en casa como un experimento.

Tara, una muchacha japonesa de 16 años y su familia fueron referidos a

mi consulta por su comportamiento de cortarse y quemarse. Los padres fueron nacidos y criados en Estados Unidos. El padre de Tara era cirujano de corazón y pocas veces estaba en su casa debido a su demandante agenda de trabajo. Cuando Tara tenía contacto con su padre, a menudo chocaban por hablar de las malas notas en el colegio, su vestimenta gótica, y sus elecciones de amistad. La madre estaba muy preocupada por el problema de los cortes y las

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quemaduras de Tara. Un mes antes de nuestra primera sesión de terapia familiar, el padre de Tara había arreglado todo para hospitalizar a Tara por lo que él creía que era un comportamiento suicida. Una semana después de salir del hospital, Tara empezó a cortarse y quemarse otra vez. De acuerdo a Tara, el estilo de interactuar de su padre consistía en gritarle y quitarle sus privilegios por largos períodos de tiempo sin ningún espacio para la discusión. La familia pasaba poco tiempo junta como grupo. Cuando los miembros de la familia estaban en la casa, todos hacían cada uno lo suyo o surgía alguna pelea entre Tara y su padre, lo que a menudo finalizaba en un episodio de auto-agresión.

En nuestra segunda sesión de terapia familiar, la madre y Tara alegaron querer mejorar la forma en que los miembros de la familia interactuaban entre sí y querían ver a la familia pasar más tiempo juntos y de mejor calidad. El padre estuvo de acuerdo en que a él tampoco le gustaba cómo estaba la situación familiar. Debido a que la familia parecía estar plagada de interacciones negativas y dificultades de resolución de problemas, les hice intentar el experimento del consultor famoso invitado como una manera lúdica de trabajar juntos como grupo. Tara seleccionó a Marilyn Manson como su consultor invitado principal. El padre seleccionó a Clint Eastwood y su esposa seleccionó a Michelle Pfeiffer. De acuerdo a Tara, Marilyn Manson les recomendaría a ella y su familia que se pongan “de cabeza” a solucionar su problema y que no paremos hasta que no esté resuelto. Tara también creía que él le recomendaría a su padre que le diera más voz a ella en su relación para no terminar con el mismo tipo de relación difícil que él, ya adulto, tiene ahora con sus padres. Clint Eastwood recomendaría que el padre tuviera “mejor tino” en cómo y cuándo interactuar con Tara. Por primera vez, el padre hizo contacto visual con Tara y compartió cómo, el también quería que las cosas cambiaran en su relación. El padre también compartió con Tara que Clint le diría a él que “había estado usando demasiado la pistola 365 magnum con ella”, con las consecuencias drásticas y los períodos largos en que él la castigaba. La madre sintió que Michelle Pfeiffer le insistiría en tener “más armonía familiar, respeto y afecto”. Cada miembro de la familia estuvo de acuerdo testear las ideas que habían tenido durante la próxima semana. Al final de la sesión, felicité a la familia por el excelente trabajo que habían hecho con el experimento y por trabajar tan bien juntos. La familia volvió una semana más tarde muy contenta con los resultados positivos que habían tenido con sus estrategias de solución creativas y auto-generadas.

Collage Mural Familiar

Cuando trabajo con familias que carecen de espontaneidad y humor o que

pasan muy poco tiempo involucradas en actividades entretenidas familiares, propongo el experimento del collage mural familiar. Como grupo, se le pide a la familia que creen un mural que refleje cómo les gustaría lucir como familia en el futuro. Además, las imágenes y letras recortadas de las revistas, también podían dibujar y pintar en el papel del mural. Una vez que han completado su obra maestra familiar, les hago reflexionar sobre su creación y sobre qué aprendieron de la experiencia los unos con los otros. En este punto en la sesión, le presento a la familia mi bola de cristal imaginaria y hago que cada miembro mire en ella y describa los pasos futuros que ella o él ven al grupo dar

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para hacer esta imagen familiar futura una realidad. También recomiendo a la familia que encuentren un lugar en su casa para colgar su obra maestra.

Interrogando al Problema y a la Solución

Una vez que el problema del adolescente ha sido externalizado, una

opción terapéutica lúdica y divertida para usar es pretender o hacer de cuenta que el adolescente “es el problema” en la sesión de terapia familiar (Epston, 1998, 2000). El terapeuta juega el rol de un reportero del New York Times cubriendo la historia del problema. La entrevista es como sigue: ¿Cuál es la razón del problema para acechar a este adolescente y su familia?, ¿Cuáles son sus sueños y deseos?, ¿Cuáles son sus tácticas para con la familia y el adolescente?, ¿A quién le ha lavado el cerebro dentro de la familia, para poder entrar y salir cuando quiere? La segunda parte de la entrevista cubre lo siguiente: ¿En qué momentos el adolescente, los miembros de la familia, y los profesionales de ayuda involucrados se han sobrepuesto exitosamente al problema y no le han permitido al problema rondar entre ellos? ¿Qué cosas específicas hacen el adolescente y su familia para frustrar al problema? ¿De qué formas el problema se reinventa para otra vez influenciar las vidas del adolescente y la familia? A lo largo del proceso de interrogación, los miembros de la familia son libres de hacerle preguntas al problema también. Finalmente, hago que el adolescente y su familia procesen sus propios insights obtenidos acerca del problema y su situación.

Una variante buena de este experimento en la sesión es pedir al adolescente que haga el rol de su estrategia de solución más potente. De manera similar, interrogo a la estrategia de solución personificada. Le hago las siguientes preguntas: ¿De qué formas estás poniendo a Jane más a cargo de sí misma versus el problema estar a cargo de ella?, Gracias a ti, ¿de qué maneras está mirándose Jane a sí misma de manera diferente ahora? En una escala del 1 al 10 siendo el 10 muy seguro, ¿cuán seguro te sientes de poder hacerle frente a los intentos de parte del problema por volver a influenciar a Jane? ¿Tienes idea de las cosas que puede hacer Jane para aumentar tu presencia en su vida?, ¿Puedes pensar en algo que Jane, sus padres, o los profesionales de ayuda involucrados puedan hacer para desempoderarte o quitarte las fuerzas? Este experimento es particularmente útil para consolidar las ganancias o aprendizajes del adolescente, para identificar tempranamente las potenciales recaídas o debilidades de las estrategias de solución implementadas, y para prevenir recaídas.

Equipo de Reflexión

El método del equipo de reflexión consultor fue desarrollado por el

psiquiatra Noruego Tom Andersen como una forma respetuosa y colaborativa de trabajar con las familias (Andersen, 1991, 1995). La naturaleza de la situación problema de la familia determina qué formato de equipo de reflexión utilizar. El formato más común involucra tener a dos o tres colegas primero observando la sesión desde la sala de observación (de la sala espejo que tiene un micrófono) y escuchando lo que se dice en la sala de terapia. Aproximadamente a los 40 minutos de sesión, el equipo cambia de sala con el terapeuta y la familia para que la familia y el terapeuta puedan ver y escuchar

Traducciones de María Brandán Escalante, psicóloga.

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la conversación de 7 minutos en la que presentarán diferentes miradas de la situación problema de la familia. Las reflexiones de los miembros del equipo deben ser presentadas de una manera tentativa –esto es, no como explicaciones definitivas. Después el equipo y la familia y el terapeuta cambian salas otra vez, y el terapeuta invita a la familia a reflexionar sobre la conversación del equipo. Es muy raro que un buen equipo de reflexión no provoque cambios en las miradas sobre el problema de los miembros de la familia y sus formas improductivas de interactuar. El terapeuta también es liberado de sentirse estancado, ya que recibe ideas frescas de sus colegas. Encuentro que este enfoque de equipo es particularmente útil cuando trabajo con padres que se aferran a creencias rígidas sobre el adolescente o en casos en que tengo la sensación de que pueden haber secretos familiares.

Otro formato de equipo de reflexión que me gusta usar, es traer a los amigos más cercanos, o los más preocupados, o invitar a un adolescente auto-destructivo rehabilitado para compartir su sabiduría y experticia con la familia y conmigo (Selekman, 1993, 1995b). Si el adolescente y sus padres están trabados en un conflicto intenso acerca de ciertos asuntos, los amigos que están observando la sesión detrás del espejo pueden cambiar de sala con la familia y conmigo y compartir cómo ellos han resuelto similares dificultades con sus padres. En situaciones en las que los padres tienen muchas preguntas sobre el comportamiento auto-lesivo en general y cómo frenarlo, el adolescente rehabilitado puede dar muchas respuestas al compartir su historia personal y cómo tuvo éxito para frenar este comportamiento problemático. Como resultado de esta intervención poderosa de un par, los padres tienen más compasión y empatía con las luchas de sus hijos o hijas y los clientes aprenden algunas estrategias prácticas para estabilizar el comportamiento auto-lesivo.

Por ejemplo, hice que Rhonda, una joven caucásica depresiva de 15 años que frecuentemente se cortaba, invitara a Paul, uno de sus amigos más cercanos a la sesión familiar, como un par consultor. Paul también había tenido problemas de depresión y se había cortado diariamente. Los padres de Rhonda le hicieron preguntas a Paul sobre el grupo de pares negativos con quienes solían estar involucrados, porqué se cortaba, y le pidieron consejos para su hija. Paul señaló que todo el grupo de pares estaba lidiando con el asunto de la depresión. El solía cortarse para “manejar del estrés” y como una forma de auto-castigo. Paul también recomendó que Rhonda debiera llenar su tiempo libre, tomar clases de guitarra con él, e inscribirse en un club deportivo. Gracias al apoyo de Paul, finalmente fui capaz de hacer que Rhonda se comprometiera a seguir mis recomendaciones previas acerca de que estructurara sus horas después de la escuela con actividades positivas y saludables como tocar algún instrumento o ir a algún club.

El Debate Terapéutico

En casos en los que me estoy sintiendo estancado en el tratamiento, las

interacciones familiares y las creencias son complicadas, y pareciera haber ganancias secundarias para que el cliente identificado continúe haciendo síntomas, el debate terapéutico (Papp, 1983) puede ofrecer soluciones. El formato de equipo de debate terapéutico implica hacer que dos miembros del equipo que han estado observando entren a la sala a los 30-40 minutos aproximadamente. Un miembro del equipo se pone del lado de los padres

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mientras el otro se pone del lado del adolescente. Los miembros del equipo representan cada posición acerca de los dilemas de cambiar las miradas sobre el problema y las formas de interactuar. El terapeuta y los miembros de la familia son libres de incluirse en el debate en cualquier momento. Con la ayuda del grupo de debate terapéutico, las creencias rígidas de la familia y los patrones establecidos de interacción pueden ser alterados, y los miembros de la familia pueden asumir riesgos importantes como el revelar secretos familiares.

Una variación del formato del grupo de debate terapéutico es tener un tercer miembro del equipo representando el problema (la descripción de la familia acerca del problema) y unirse al proceso de debate. Esto provee una perspectiva única desde adentro-mirando hacia afuera a través de los ojos del problema. Externalizar el problema (White, 1995) en esta forma ayuda a sacar el foco del adolescente como el problema de la familia o el chivo expiatorio, a diluir las creencias e interacciones familiares que no son de ayuda, y a unificar a los miembros de la familia como un grupo para derrotar el problema. El siguiente caso ejemplo ilustra cómo el hecho de tener a un miembro del equipo representando al problema en el debate terapéutico, puede ayudar dramáticamente a alterar las interacciones familiares negativas y las miradas saturadas de problemas del cliente.

Recientemente, en el contexto de un taller que estaba haciendo en una agencia de servicio familiar, participé de una sesión de consulta en vivo de terapia familiar con Colleen, una joven de 16 años que había estado quemándose a sí misma diariamente durante los pasados 6 meses. Los tres años anteriores, Colleen había estado luchando con la bulimia. Jim, el terapeuta, había estado trabajando con Colleen y su familia durante un año y medio y se estaba sintiendo bastante estancado. Antes que Jim, Colleen había visto otros dos terapeutas por sus dificultades con la bulimia y su bajo rendimiento escolar. Tom y Kendra, sus padres, también estaban en la sesión de consulta. Los padres estaban desesperados por no saber cómo manejar el comportamiento auto-lesivo de Colleen. Billy, el hermano de 8 años de Colleen, no podía asistir a la sesión porque estaba hospitalizado después de haber sido operado de la columna. El había nacido con espina bífida y fue descrito como frágil y enfermizo y requería un gran monto de atención por parte de sus padres. De hecho, la mayor queja de Colleen con sus padres, era que pasaban poco tiempo con ella y que frecuentemente no cumplían sus promesas, como darle los privilegios que merecía.

En lugar de co-liderar la sesión de consulta con Jim, pedí ser miembro del equipo como el comportamiento de “quemarse” de Colleen en el debate terapéutico. Dos de los miembros del staff de la agencia, se propusieron voluntariamente tomar las partes de Colleen y sus padres, respectivamente en el debate. En la mitad del debate terapéutico, compartí mis pensamientos como un representante de las miradas del comportamiento de “quemarse” acerca de la situación de la familia de Colleen. Le dije a la familia y a los miembros del equipo: “Yo represento la rabia y frustración de Colleen. Pienso que ella se siente quemada. Ella tiene poco tiempo con sus padres y cuando ellos hablan, sólo hacen promesas que no son capaces de cumplir. Debería empacar y llevar mis bártulos fuera de esta familia si los padres empiezan a darle más atención y privilegios, que es lo que quiere Colleen”. Colleen respondió abruptamente a mis comentarios diciendo: “Si, ¡ha entendido! Así es exactamente como me

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siento”. Su respuesta parecía indicar que yo tenía razón y le di en el blanco con mis pensamientos sobre su situación. El mayor punto de quiebre en la sesión después de la respuesta de Colleen a mi reflexión fue cuando sus padres le preguntaron cómo podían ellos satisfacer mejor sus necesidades. Hasta le preguntaron a Colleen qué le gustaría hacer de divertido como una familia el fin de semana que venía por delante. Cuando hice un seguimiento con Jim un mes después, el mi dijo que Colleen había dejado de quemarse a sí misma, no estaba comiendo compulsivamente y provocándose el vómito, estaba teniendo más privilegios y sus padres estaban pasando mucho más tiempo con ella.

EXPERIMENTOS TERAPÉUTICOS PARA FUERA DE LA SESIÓN

Los miembros de la familia pueden implementar una variedad de

experimentos en casa y en otros contextos sociales. Aquí discuto cuatro de las más importantes tareas terapéuticas focalizadas en la solución que uso frecuentemente con adolescentes y sus familias. Esto es seguido por una discusión de dos experimentos terapéuticos de construcción de conexión que pueden abrir la puerta para que los miembros de la familia hablen de “lo no dicho” (Anderson & Goolishian, 1988) y puedan fomentar una conexión emocional más profunda entre ellos.

La Sorpresa Secreta

El experimento de la sorpresa secreta es particularmente útil en

situaciones en las que ya está ocurriendo un comportamiento de excepción en el adolescente (O´Hanlon & Weiner-Davis, 1989). Mientras nos encontramos a solas con el adolescente, le pido que piense en dos sorpresas positivas que pueda dar durante la próxima semana para realmente descolocar a sus padres. Me gusta pedirle al adolescente que busque una sorpresa para cada uno. El adolescente no tiene porqué decirle cuáles son las sorpresas –ellos tendrán que adivinar. Cuando nos volvemos a encontrar con la familia, comparto con los padres que la próxima semana van a experimentar algunas sorpresas agradables. Y los aliento a sacar sus lupas imaginarias y, como Sherlock Holmes y Miss Marple, traten de adivinar cuáles son esas sorpresas. Los miembros de la familia no deben comparar sus impresiones hasta nuestra próxima cita. Algunas veces hago el proceso a la inversa y les pido a los padres que sorprendan al adolescente.

Tareas de Observación

Me gusta usar tareas de observación (Gingerich & de Shazer, 1991;

Molnar & de Shazer, 1987) cuando estoy trabajando con padres que están en una etapa contemplativa de la viabilidad para el cambio (Prochaska, 1999) o que constantemente critican se las habilidades parentales entre ellos. También les pido a los padres que se pasan mucho tiempo quejándose sobre el comportamiento de los adolescentes que den un paso atrás, y que durante una semana, todos los días, lleven un registro de cualquier signo pequeño de comportamiento alentador de parte de su hija. Esto a menudo ayuda a que ellos hagan importantes descubrimientos.

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De manera similar, hago que los padres que están en conflicto entre ellos, cada uno se tome una semana para tomar nota diariamente sobre todo lo que hace el otro padre en relación con el adolescente y con los otros hijos que crea que ha sido de ayuda, efectivo, o realmente inteligente. No deben comparar notas hasta nuestra próxima cita. Este experimento es bastante efectivo para resolver los conflictos y unir a los padres como equipo.

Hacer Algo Diferente

Cuando trabajo con padres que han incurrido en “más de lo mismo” con

respecto a las estrategias de soluciones intentadas con sus hijos adolescentes, propongo el experimento de hacer algo diferente (de Shazer, 1985; Gingerich & de Shazer, 1991). Las maneras de interactuar más problemáticas de los padres con sus adolescentes son: los padres asumen demasiada responsabilidad por el adolescente, los padres constantemente se ven atrapados en luchas de poder con el adolescente sobre quien está a cargo, y los padres están demasiado desconectados emocionalmente. Presento la siguiente lógica a los padres cuando introduzco la idea de hacer las cosas de diferente manera con el adolescente: “Sus hijos ya tienen la clave. Ellos pueden saber con sólo mirarles la cara y escucharles el tono de voz qué es lo que va a ocurrir después. Entonces, durante la próxima semana, cada vez que tu hijo/a te invite a tomar alguna responsabilidad por él o ella, o te provoque para reaccionar, quiero que hagan algo “tirado de los pelos”, loco, diferente de lo que usualmente hacen”. Los padres a menudo se divierten mucho con este experimento y obtienen respuestas conductuales muy creativas. Además de interrumpir los patrones de mantenimiento del problema de interacción entre el adolescente y sus padres, este experimento ayuda a los padres a ser más flexibles y menos reactivos, y fortalece sus habilidades reflexivas.

Una variante de este experimento es hacer que el adolescente haga el experimento respondiendo de diferente manera con sus padres cuando él se siente frustrado con ellos, o provocado, o alentado a tomar parte de un padre en contra del otro. En un contexto escolar, le pido al adolescente que sorprenda a un profesor en particular al responderle de diferente manera, cuando se siente enojado o frustrado. Les pido a los profesores con los que estoy colaborando que experimenten haciendo cosas diferentes con los clientes adolescentes como una forma de reducir el conflicto y mejorar sus relaciones.

Patricia, una joven Cubana de 17 años que estaba cortándose a sí misma, estaba constantemente siendo presionada a actuar como referí en las peleas maritales. Cada padre intentaba que ella se pusiera de su parte. Este patrón de interacción de mantención del problema también ocurría en nuestras sesiones de terapia familiar. Estaba claro que Patricia era la salvadora de la familia. Mientras estábamos a solas con Patricia en nuestra segunda sesión de terapia familiar, ella reveló sus temores de que los padres se divorciaran y explicó cuan devastador sería eso para ella y sus hermanas. La apoyé y le pedí a Patricia que trajera a sus padres a la terapia. Exploré con Patricia si ella se sentía bien si yo me hacía cargo de intentar ayudar con las dificultades matrimoniales de sus padres. Patricia no tenía problema de dejar esta rol que estaba asumiendo desde hacía rato. Como un experimento, le recomendé a Patricia que cada vez que uno de sus padres intentara meterla en sus discusiones o se sintiera

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tentada de frenar sus discusiones, ella hiciera algo diferente de lo que siempre hacía. Patricia tuvo las siguientes tres diferentes respuestas: Se levantó y se fue a su cuarto y puso la música tan fuerte que no los escuchaba, les dijo que sus problemas matrimoniales no eran de su incumbencia, o llamó a una amiga para que la apoyara o la contuviera. Con la ayuda de Patricia, fui capaza de hacer que los padres estuvieran de acuerdo en trabajar conmigo en sus problemas maritales.

Hacer de Cuenta que el Milagro Ha Ocurrido

El experimento de hacer de cuenta que el milagro ha ocurrido es

particularmente útil cuando muy pocas o ninguna excepción está ocurriendo (de Shazer, 1991; Gingerich & de Shazer, 1991). Me encuentro solo con el adolescente y le pido que elija dos días de la semana para hacer de cuenta que se involucra en dos de los tres comportamientos milagrosos para sus padres. Estos comportamientos fueron discutidos previamente en la sección de la interrogación con la pregunta del milagro (de Shazer, 1988). Mientras se está fingiendo estar involucrado en el comportamiento milagro, ella debe estar atenta a cómo reaccionan los padres con ella. También señalo al adolescente que hacer este experimento puede ayudar a llevarse mejor con sus padres y hacer mucho más fácil la negociación de privilegios que ella quiere.

Una variación de este experimento es hacer que los padres finjan involucrarse en el comportamiento milagro identificado por el adolescente y que presten atención a cómo responde el adolescente cuando ellos lo están haciendo. En general uso esta variación del experimento en mis grupos de padres orientados a la solución (Selekman, 1990).

La Caja de Preguntas

El experimento de la caja de preguntas es particularmente útil en

situaciones en las que parecen haber historias familiares no dichas o secretos que pueden estar contribuyendo a la mantención de los síntomas del adolescente y los patrones problemáticos de interacción. Cuando ofrezco este experimento a las familias, capto su curiosidad al preguntarles si algún miembro de la familia alguna vez se ha preguntado si hay alguna historia familiar desconocida o cosas ante las cuales sienten curiosidad de situaciones familiares a lo largo de las generaciones, con sus familias actuales, o con miembros de la familia extendida. Después les pido a los padres que encuentren una caja de zapatos vieja o una caja pequeña y le hagan una ranura en la tapa. Durante el período de una semana, todos los días los miembros de la familia deberán escribir en un pedazo de papel cualquier pregunta que tengan sobre el drama familiar o de alguno de los miembros de la familia extendida o sobre sus relaciones complicadas o sobre algo que necesiten más información. Los miembros de la familia tienen la opción de firmar en los pedazos de papel o permanecer anónimos.

La familia trae la caja de preguntas la siguiente sesión. Hago que cada miembro a su turno saque ciegamente una pregunta de la caja y la lea en voz alta. El poder de este experimento terapéutico es que viola las reglas familiares no dichas acerca de que “hay algunas cosas de las que no hablaremos”. Los miembros de la familia que han estado albergando potentes secretos “de los

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que no se puede hablar” son liberados de tener que llevar esta tremenda carga emocional. Una vez que el secreto de la familia es revelado, la familia y yo resolvemos el problema juntos sobre cómo manejar mejor esta situación.

Por ejemplo, Gabriella, una muchacha portorriqueña de 14 años quien estaba cortándose y disociando, había dejado en la caja la siguiente pregunta: “Mamá, ¿porqué no me dejas visitar a mi tío Ricardo nunca más?” Después de que María, la madre, escuchara esta pregunta leída por su marido en nuestra sesión familiar, ella inmediatamente pidió encontrarse conmigo a solas. Antes de hacer esto, primero quería ver cómo el padre, Gabriella, y su hermana más pequeña se sentían sobre mi reunión a solas con su madre. Ningún miembro de la familia tuvo objeciones de que yo me entrevistara a solas con María.

Durante esta entrevista, dejé en claro a María que no conservaría ningún secreto que tuviera que ver con una situación matrimonial, con abuso sexual o físico de los miembros de la familia, o que contribuyeran a las dificultades de Gabriella. La madre empezó a llorar y reveló que no había tenido contacto con Ricardo porque él había abusado de Gabriela cuando ella tenía 5 años. Aparentemente, Gabriela no recordaba este evento. María había descubierto a su hermano en dicho acto. El padre también sabía lo que había ocurrido y había prohibido a cualquier miembro de la familia tener contacto con Ricardo. No se había denunciado nada a la policía o a la agencia de protección infantil del estado. Llamé al padre y compartí con los padres que yo estaba obligado a reportar cualquier abuso infantil en la línea gratuita del estado. Después de hacer la llamada y hacer que los padres hablaran con el trabajador de la línea de atención al teléfono, los padres estuvieron de acuerdo en contestar la pregunta de Gabriella y revelar este secreto familiar. Les brindé mucho apoyo, contención y empatía a Gabriella y sus padres. También les señalé que no es poco común que las víctimas de abuso sexual se corten o disocien. En futuras sesiones, involucré al sacerdote amigo de la familia para apoyarme en mis esfuerzos por ayudar a esta familia a sanar y sobreponerse a su culpa, y activamente colaborar con el trabajador de protección de la infancia para abordar el caso.

Búsqueda de la Visión Familiar4 En casos en los que el adolescente está añorando una conexión

emocional más fuerte con padres involucrados sólo superficialmente, propongo el experimento de la búsqueda de la visión familiar. El padre y el adolescente primero tienen que seleccionar un destino montañoso o aislado en el que puedan tener su experiencia de búsqueda de la visión. Le pido a la familia que lleve sacos de dormir, agua, un set de tambores de los Nativos Americanos, alguna ropa extra, una ofrenda para el creador, y un kit de primeros auxilios. El adolescente pondrá cuatro piedras grandes equidistantes unas de las otras, formando un círculo sagrado. Ellos tienen que situarse en el centro de este círculo sagrado entre las cuatro piedras. Después de hacer el círculo, tienen que dar gracias a la tierra y la naturaleza por darles ese lugar especial para tener su búsqueda de la visión (Linn & Linn, 1997).

El siguiente paso para la búsqueda de la visión familiar es que tanto el adolescente como el padre o la madre imploren por la visión. Deben hablar desde el corazón hacia el Creador. Mientras llaman a sus visiones, ellos

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escuchan y miran cuidadosamente cualquier comportamiento animal inusual, cambios repentinos en el área, o cambios en las formaciones de las nubes o constelaciones de estrellas sobre su círculo sagrado. A veces, las visiones vienen en forma de sueños (Lee, 1998). Una vez que el adolescente y su padre hayan experimentado sus visiones, son libres de compartir sus experiencias personales únicas y significativas con el otro. El poder de este ritual familiar maravilloso es que provee un contexto perfecto para la sanación de viejas heridas emocionales y la reconstrucción de relaciones padre-adolescente.

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Notas de traducción

1 Interviewing: Entrevista o interrogación. Se usará indistintamente en este texto. 2 Binging and Purging: No me queda claro si estas fases de la bulimia (el atracón o la compulsión a comer desmesuradamente, y luego el vomitar o “purgar”) se usan con las palabras en inglés directamente. 3 Linebaker: Apoyador es un puesto de fútbol americano que forma parte de la defensa. 4 Vision Quest: En idioma inglés, es la imploración de la visión y consiste en alejarse de lugares habitados y buscar zonas apartadas donde el buscador pueda permanecer varios días en un retiro para reflexionar. En esta situación suelen producirse fenómenos visionarios que están relacionados con la vida futura del individuo y que, en muchas ocasiones, parecen cumplirse. Es un ritual de nativos norteamericanos.