SansovaL_la transición en chile

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    VISIN CASTELLSIANA DE LA TRANSICIN CHILENA.

    ALGUNAS REFLEXIONES.Carlos Sandoval Ambiado

    Entrada al tema

    Es indudable el aporte de Manuel Castells a la sociologa, a la economae incluso a la ciencia poltica. Sus trabajos sobre sociedad civil y movimientospopulares son de enorme valor y de necesaria consulta. Su visin sobre loscambios culturales y la emergencia de las nuevas tecnologas, lo hanconvertido en un referente obligado para quienes buscan comprender e

    interpretar la realidad.

    Y a pesar que sus editores y bigrafos dicen que Castells no tienepretensiones de influir con sus trabajos, la realidad no refleja aquellasopiniones porque toda su obra se encuentra plagada de veladas sugerenciasque incitan a pensar y a actuar en un determinado sentido; dentro del espritude lo podramos llamar un "optimismo crtico" que modera el entusiasmo por lapositiva transformacin social debida a las tecnologas de la informacin con lacerteza de la continuidad de las desigualdades econmicas.1

    Es ese optimismo crtico el que nos lleva a dialogar, de forma nopresencial, con Manuel Castells sobre su visin y anlisis de la transicin

    poltica a la democracia en Chile.

    Para este objetivo recurrimos a su trabajo titulado Globalizacin,desarrollo y democracia: Chile en el contexto mundial. Nuestro cometido secentra en el captulo III: El modelo democrtico Chileno.

    Ha sido preocupacin centrar aqu nuestra conversacin porque, de unau otra forma, Castells nos ofrece una visin (no podra ser distinto) optimistade lo que ha sido el perodo (inconcluso?) de transicin poltica de nuestropas. Visin, que desde nuestra ptica adolece de una exagerada certidumbreque, ni por muy intensa que es a momentos, no logra contagiarnos.

    No buscamos refutar al profesor Castells, queremos dialogar con susdichos: diagnstico, conceptos y propuestas. Y en esta pltica exponer nuestramirada, la que se construye desde una experiencia vital. Primero comociudadano, enseguida como profesional de la Educacin y, tercero (no siendo loms gravitante) como un individuo que est convencido de la necesidad de

    1http://www.publimatic.com/hacecuerpo.php?d=nuevosrumbos&numart=923&numedi=2002-07-

    01&seccion=especial%20manuel%20castells

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    aportar a la construccin un nuevo Proyecto Socia, Cultural, Poltico yEconmico, como continuidad de la lucha por profundizar la democracia.

    1. El modelo democrtico chileno de desarrollo: algunos reproches

    econmicos y polticos.

    La exposicin la inicia colocando nfasis en lo que cree que es uncontraste, entre Chile y el resto de Amrica Latina. Esa diferencia se debera aque nuestro pas habra crecido de manera sostenida entre 1984 y el 2004, conuna leverecesin en 1999 (p.57)

    Lo que no dice el escrito castellsianoes que el crecimiento de 1984 enadelante, no es otra cosa que la recuperacin relativa respecto de la brutalcrisis econmica desatada a inicio de la dcada del ochenta. No podemosborrar de la memoria que el colapso de la economa, llev al pas a mostrar unacesanta por sobre el 25%. Y a pesar de esa sostenida carrera de crecimiento, el

    flagelo que golpeaba a los trabajadores -- la cesanta -- no pudo serrelativamente dominado, sino hasta varios aos ms tarde.

    Tambin se olvida que esa leve recesin, de fines de los noventa, elev ladesocupacin a un nivel que roz los dos dgitos; situacin de la que an elpas no se recupera plenamente.

    Para verificar la aplicacin exitosadel modelo chileno y los efectos queste tiene en el empleo, nos remitiremos a comparar las cifras oficiales del ao1990 (momento en que la Concertacin asume la responsabilidad de gobernar)

    y con el ao 2004 (es decir catorce aos de administracin concertacionista)

    Los datos2son:

    1 Entre 1990 y 2004 la fuerza de trabajo crece en 1.469.030 personaslo que representa en trmino porcentuales un 23,1%.

    2 Entre 1990 y 2004 la fuerza de trabajo ocupada crece en 1.337.370personas lo que representa en trmino porcentuales un 22,8%.

    3 Entre 1990 y 2004 la fuerza de trabajo desocupada crece en 129.670personas lo que representa en trmino porcentuales un 26,3%.

    4 La tasa de desocupacinpromedioentre 1990 y el 2004 es de 7,45%

    con un peack de 8,9% en el ao 1999. Esta cifra en trminos absoluto da unamedia de 428.885 personas afectadas por la desocupacin y, por consiguiente,con escasas posibilidades de participar en el consumo.

    2 Estadsticas de Trabajo y Previsin. Compendio de Estadsticas, pgina 115. Instituto Nacional de

    Estadsticas. Ao 2005.

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    As vemos, entonces, que la aplicacin exitosadel modelo no se reflejanecesariamente en la generacin de empleos, que permitan a un considerablenmero de chilenos y chilenas gozardel crecimiento econmico.

    A lo anterior debemos sumar el hecho que la desocupacin (al ao 2004)superaba el 8% en cinco regiones: Tarapac (8,2%), Atacama (8,2%),

    Valparaso (10,7%), Bo-Bo (8,5%) y Metropolitana (8,2%)

    Debemos tomar en cuenta que las tres ltimas regiones mencionadasson las que concentran el ms alto nmero de poblacin y concentra la mayoractividad industrial, comercial y financiera. Es decir seran los sectoresgeogrficos ms dinmicosen la actividad econmica.

    Ms adelante nuestro autor expresa que la experiencia chilena en losaos noventa demuestra la posibilidad de crecimiento econmico con integracinen sus beneficios de la gran mayora de la poblacin, aun de forma desigual, enel marco de la nueva economa global3y sta posibilidad fue fruto de laaplicacin de una variantedel sistema neoliberal: democrtico liberal

    incluyente, cuya caracterizacin sera la de un modelo de desarrollogestionado a partir de un Estado democrtico resultante de la libre eleccin delos ciudadanos y que, aun manteniendo los mecanismos de mercado como formaesencial de asignacin de recursos, implementa polticas pblicas encaminadasa la inclusin del conjunto de la poblacin en los beneficios del crecimiento4.

    Una definicin generosamente amplia nos puede llevar a serios erroresde apreciacin. Lo primero que deseamos advertir es el riesgo de confundirEstado con tipo de gobierno. Para el perodo que cubre el anlisis castellsianono logramos descubrir un Estado democrtico en Chile, sin perjuicio dereconocer regularidad en los torneos electivos de autoridades.

    Creer que un Estado es democrtico porque los ciudadanos eligenlibrementea parte de sus autoridades es, al menos en el caso de Chile,confundir la realidad con los deseos. No podemos negar que la mayoraciudadana anhel (y aun pretende) una democratizacin del Estado chileno.Pero sta aun (al ao 2006) no se logra plenamente.

    Efectivamente en nuestro pas, desde 1990 en adelante, tenemos unprocesode democratizacin del Estado, lo que no significa que ello se hubieselogrado plenamente. Los obstculos que ha tenido dicho transito han sidoenorme. Podramos mencionar muchos escollos, no obstante existe uno que esel determinante en la lentitud en alcanzar los logros deseados. Nos referimos ala Constitucin Poltica de 1980 que consagr muchas casamatasdel

    autoritarismo pinochetista. Veamos solo algunas de ellas:

    1 Sistema Electoral que instala el binominalismo haciendo desapareceruno de los componentes consustnciales a un Estado democrtico (al menosdemo-liberal) como es la representacin de las minoras.

    3 Globalizacin, desarrollo y democracia: Chile en el contexto mundial. Castells, Manuel. Pgina 57.

    Fondo de Cultura Econmica.4Op. Cit. Pgina 58.

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    2 Composicin del Poder Legislativo cuyo rasgo esencial son losSenadores designados, que evidencian una castracin de la soberanaciudadana.

    3 Inamovilidad de los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadasque expres la desconfianza de los uniformados hacia el poder civil en el

    Gobierno, elegido por la mayora ciudadana5. Slo en las postrimeras delgobierno de Lagos se puso trmino a esta autonoma relativade las FF. AA.para generar sus mandos superiores.

    4 La presencia de un supra podercomo era el Consejo de SeguridadNacional que tena la capacidad de representarleal Ejecutivo inquietudes entpicos de la poltica nacional.

    Esta situacin que, con 16 aos de gobiernos concertacionistas, aun nose correga plenamente no habla precisamente un Estado democrtico, como loestima el profesor Castells.

    Siguiendo con el discurso castellsianose afirma que el modelo estambin incluyente porque establece mecanismos de negociacin y consulta conlos actores sociales, buscando la elaboracin de polticas econmicas y socialesmediante un consenso con los representantes de los distintos grupos deintereses en la sociedad6.

    En este punto de la discusin con el autor, tenemos ms preguntas queafirmaciones, todas ellas originadas en la cotidianeidad profesional yciudadana.

    Veamos algunas de nuestras interrogantes.

    1 En el marco de la libertad de asociacin sindical(mximadel modeloneoliberal aplicado al mundo organizacional de los trabajadores yconsiderando que histricamente la fortaleza del mundo laboral radica en suunidad qu posibilidades tienen los trabajadores, tanto a travs de lasgrandes representaciones, como a nivel local (empresa) de llegar en buenascondiciones para concurrir a la construccin de un consenso?

    2 Considerando que la legislacin laboral permite en caso de huelga,pasado un perodo de tiempo (ms de 15 das) de paralizacin, que elempleador pueda hacer ofertas individuales a los trabajadores en conflicto,Qu posibilidades reales tiene la organizacin sindical de sostener deadecuadamente una negociacin (con el fin del consenso) si est expuesta

    legalmentea ver erosionada sus fuerzas? Ms an si adicionamos el hechoque el promedio de desocupacin, durante ms de una dcada, se mantiene

    5 Slo con acuerdo del Consejo de Seguridad Nacional (COSENA), el Presidente de la Repblica poda

    remover de su cargo a alguno de los Comandantes en Jefe o al Director General de Carabineros.

    www.lasemanajuridica.cl/LaSemanaJuridica/747/article-4373.html.6Globalizacin, desarrollo y democracia: Chile en el contexto mundial. Castells, Manuel. Pgina 57.

    Fondo de Cultura Econmica. Pgina 59.

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    bordeando el 7,5 %. A los ojos de los trabajadores conflictuados aparece (comodira el sabio alemn) el fantasma del ejrcito de reserva.

    3 Observando las rgidas e inalcanzables exigencias constitucionalespara los efectos de cambiar o modificar leyes qu posibilidades tiene laConcertacin de lograr acuerdos con el resto del espectro poltico qu estn

    seriamente comprometidos con el orden heredado del rgimen militar?Ejemplos de los efectos de esta situacin, que genera una especie deimpotencia poltica, tenemos varios. Recordemos slo uno: los denodadosesfuerzos por cambiar el sistema electoral binominal, cuyos resultados hansido permanentemente frustrantes.

    Bajo estas interrogantes es posible pensar que no necesariamente laintencin poltica va a corregir las inequidades que siembra el sistemaneoliberal, aunque ste sea democrtico e incluyente.

    2. Los dos modelos chilenos de desarrollo: visin dicotmica de unmismo tipo de Estado.

    Para explicarnos los dos modelos (excluyente e incluyente) Castells nosofrece una periodizacin:

    a) Perodo dictatorial que se extiende entre 1974 y 1989. En este lapsodistingue dos sub-perodo. Uno que va de 1974 a 1983 y; el otro, entre 1984 y1989.

    b) Perodo de transicin y consolidacin democrtica que cubre entre losaos 1990 y 2003.

    La intencin casttelsianaes comparar, desde una perspectiva

    econmica, ambos perodos. En esta comparacin, segn Castells, seobservan resultados muy superiores, tanto en lo econmico como en lo social delmodelo democrtico. En especial, la inflacincae del 27,3% en 1990 al 4,7% en1998 y al 2% en 2003; el desempleo desciende de 15% en 1984-89 al 7% y luegoal 9% en 99-03. El salario realsobre un ndice 100 en 1970, pasa del 93 en1973 a 103 en 1984-89 al 180 en 1999-2003. El ritmo ms alto de crecimiento(7,8%) se da en 90-98, para caer al 2,3% en 99-03, aun situndose por encimade Amrica latina y del promedio mundial, para repuntar al 5,9% en 2004. Portanto hay, en lo esencial ruptura de tendencia entre los dos perodos, el de ladictadura (1974-1989) y el de la democracia (1990 en adelante) aunque elmodelo democrtico se construya sobre las bases de algunas de las polticasliberales anteriores7. Aunque la cita fue extensa, la creemos necesaria para

    dialogar con el autor.

    Queremos expresar nuestra disensin, en cuanto a que viviramos unperodo democrticoa partir del ao noventa. En realidad nos conformamoscon la idea de que se abre un nuevo perodo histrico, con carcter deprocesoque busca construir un nuevo tipo convivencia democrtica; en la que se

    7Op. Cit. Pgina 63

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    procura darle un papel ms gravitante al Estado frente al Mercado a travs dealgunas regulaciones. stas se manifiestan fuertemente en lo que podramosllamar (groseramente) el mercado escolara travs de la reforma Educacional,proceso que se inicia a principio de los noventas basndose en las ideas depromociny regulacin.

    Entrando a las variables econmicas, que analiza Castells, y eligiendosus propios datos vemos que:

    1 Efectivamente disminuy la inflacin (IPC). El perodo 1974-1989indica un promedio de 45,7%. En cambio entre 1990 y el 2005 el promedioalcanz a 7,9%. No obstante debemos advertir que el presentar cifrasenormemente globales pueden (sin maa intencin) llevarnos a serios engaos

    y confusiones. Si bien la inflacin descendi notablemente en el perodoincluyente, ello no significa que hubiese sido fruto de un proceso sostenido. Dehecho, durante los dos primeros aos del gobierno de don Patricio Alywin elndice inflacionario se mantuvo por sobre el ltimo registrado bajo la dictaduramilitar: en 1984 el IPC fue de un 19,5%, el de 1990 alcanz un 24,5% y, el de

    1991 lleg a un 17,1%. Como elemento de curiosidaddebemos recordar(adems) que durante el primer ao del gobierno de Ricardo Lagos, el procesoinflacionario tuvo un repunte, saltando de un 2,4% anual (1999) a un 4,4%(2000)8.

    Lo que buscamos aportar es que, reconociendo el xito de la polticaanti-inflacionaria de los gobiernos concertacionistas, creemos necesariotrabajar con mayor precisin los datos estadsticos.

    2 En cuanto a la variacin de los salarios (recogiendo los datos queCastells entrega) se registra entre el ao 1991 y 1996 un incremento promedio(variacin anual) de 3,58%. A su vez el perodo que media entre 1997 y 2003 la

    variacin promedio de los salarios reales fue de 1,91%. Como datoscomplementarios mencionemos que la inflacin promedio fue de 11,2% (para elprimer perodo) y de un 3,4% (para el segundo)

    Si cruzamos ambas variables en estos dos sub-perodos, vemos que hayuna coincidencia entre el incremento de los salarios y el aumento inflacionario

    y; al inversa, al disminuir el incremento salarial, la inflacin disminuyeprogresivamente

    Es evidente, en la primera fase, la recuperacincontinua de la capacidadde compra para los asalariados. No obstante aquella tendencia se quiebra apartir del ao 1997 y se sostiene en el tiempo hasta el ao 2004, cayendo

    abruptamente al ao siguiente. Al parecer el control inflacionarioconcertacionista se basara en mantener restringido el acceso al consumo y enun incremento de la explotacin de la fuerza de trabajo. Un informeinternacional lo expresa del siguiente modo:

    8 IPC histrico 1960 a agosto de 2006. Instituto Nacional de Estadsticas.

    http://www.ine.cl/ine/canales/chile_estadistico/estadisticas_economicas/ipc/1928_2005/series_anteriores.php

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    Los salarios medios mensuales reales registraron un aumentoreal de 0.6% en 2003 y de 1.9% en 2004, pero se contrajeronfuertemente en 2005, cayendo -1.9%. Con ello se sigue abriendola brecha entre los aumentos de productividad laboral y lasremuneraciones reales. Por su parte, los salarios mnimos reales,que haban crecido 1.4% en 2003 y 2.9% en 2004, aumentaron

    1.8% en 20059.

    En resumen, al subdividir el perodo de administracin concertacionista,podemos observar que existe un mejoramiento salarial en la primera etapa,respecto de la ltima fase del perodo dictatorial. Pero que a partir de la crisisde 1996, baja el incremento de los salarios, lo que coincide plenamente con elcontrol inflacionario.

    3 En relacin al crecimiento econmico, antes de entrar a los dichos deManuel Castells, queremos compartir las expresiones de las Naciones Unidad,

    respecto de verdadero efecto causado por el crecimiento econmico, bajo lalgica del modelo neoliberal.

    El desarrollo econmico en los decenios recientes ha sido enorme.Desafortunadamente, la riqueza y la prosperidad se hangenerado de forma desigual. Esta desigualdad est provocandolos problemas sociales y la inestabilidad poltica en casi todas lasregiones del mundo. El fin de la guerra fra y la rpida integracinde la economa mundial no han resuelto los problemaspersistentes de la pobreza extrema, el endeudamiento, elsubdesarrollo y los equilibrios comerciales10

    El crecimiento econmicoes uno de los conceptos que ms controversiadesata entre especialistas. Nos somos neutrales: la cita refleja nuestrapreocupacin por el encandilamiento que producen altas cifras econmicas,especialmente en el crecimiento. Al parecer el fulgor de los guarismos, nosimpide ver aspectos negativos del modelo, especialmente a la inequidad deacceso al beneficio.

    No obstante, es absurdo desconocer una montaa: efectivamentenuestro pas creci a ritmos notables en las ltimas dcadas. Cmo nuncaantes, el PIB mostr durante el perodo concertacionistas cifras auspiciosas,que bordeaban el 7% anual (De Gregorio, Jos. 2004)

    La curva de crecimiento prcticamente muestra una ruptura verticalascendente partir del ao 1985 (De Gregorio, Jos. 2004) de modo que se hapropuesto dividir el siglo en dos perodos, antes y despus de 1985. Mientras

    9 Chile. Informe de empleo para el ao 2005. Gerhard Reinecke y Jacobo Velasco. Pgina 4. Oficina

    Internacional del Trabajo (OIT). Oficina sub-regional para el Cono Sur de Amrica latina.. Santiago, julio del

    2006.10 Desarrollo Econmico. Boletn del Centro de Informacin de las Naciones Unidas. Temas de Inters.

    http://www.cinu.org.mx/temas/desarrollo/des_econ.htm.

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    desde 1900 hasta 1985 el PIB por habitante creci en una modesta tasa anualde 0,9 por ciento, la tasa media de crecimiento anual para todo el siglo fue 1,5por ciento, gracias a una fuerte alza en la tasa de crecimiento despus de 1985.El crecimiento se desaceler nuevamente durante 1998, y las repercusiones dela crisis asitica y una fuerte crisis de liquidez nacional produjeron una cada enel producto de 0,8 por ciento en 1999. Desde entonces el crecimiento fue ms

    lento. Por esto mismo, a veces se identifica al perodo 1985-1997 como la "pocadorada" de Chile, durante el cual el crecimiento promedi un 7,1 por ciento anualy el ingreso por habitante se duplic11.

    Sin embargo ese bruido ciclo, al parecer, se rompe desde 1997 enadelante, toda vez que el crecimiento se ha mantenido en cifras muy pordebajo del perodo anterior -- entre 2% y 5% seala Jos de Gregorio (DeGregorio. 2004) -- convirtindose esta situacin en preocupacin permanentede autoridades, empresarios y especialistas. Por ello se pregunta de Gregorio siaquella poca dorada fue un momento pasajero o Chile puede retomarritmos y niveles de crecimiento, semejantes a aquel ciclo (sobre el 7%)

    Tabla 1. (Fuentes: Globalizacin, desarrollo y democracia Chile en elcontexto Mundial. Castells, Manuel. Quin crece cuando Chile crece?Claude, Marcel. Columna en Portal Radio Universidad de Chile)

    Ao90

    91 92 93 94 95

    96

    97 98 99

    2000 01 02

    03

    04

    05

    Crecimiento

    3,7 8

    12,3 7

    5,7

    10,6

    7,4

    6,6 3,2

    -0,8 4,5 3,4 2,2

    3,3

    6,1

    6,3

    poca

    "dorada" poca "gris"

    Media

    7,6

    Media 3,5

    Al leer las cifras de la tabla nos embarga una inquietud: ser como elrelato bblico de la interpretacin que hizo Jos, del sueo del faran?: sietevacas gordas y siete vaca flacas.

    Al estudiar las cantidades registradas en la Tabla 1fcilmentepercibimos que el gran ciclo econmico concertacionista, se puede subdividiren dos pocas: la dorada (as la llama De Gregorio) y la gris. La hemosllamado de este modo porque si bien en algunos aos, Chile, alcanz nivelessuperiores al resto de Amrica Latina, ello no significa que internamente se

    11Documento de trabajo nmero 298. De Gregorio, Jos. Pgina 6. Banco Central de Chile. Diciembre

    2004.

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    hubiese estado contento con los resultados. Especialmente para los queestaban acostumbrados (el empresariado) a logros ms promisorios.

    En resumen el modelo neoliberal incluyente, al menos visto en el largoplazo, no resulta tan exitoso como lo muestra el autor. De hecho es posibledetectar dos perodos que aparecen contradictorios: uno muy bullente, el otro

    no tanto. Sin perjuicio de lo expresado anteriormente, a partir del ao 2004 seproduce una notable alza del crecimiento econmico. Podra ser indicativo deun quiebre de tendencia. Pero an es muy prematuro emitir juicios, ms ancuando al momento de escribir este artculo, la preocupacin entreempresarios y economistas es creciente, llegando uno de ellos a hablar demediocridad econmicay derechamente de desaceleracin12

    3. Los eventos13del modelo incluyente.

    Como lo dijera una autoridad poltica, el modelo neo-liberal incluyentemuestra algunos eventos. Los que no dejan de ser preocupacin y molestiaciudadana. De todas las debilidades, tres son las ms evidentes: las polticas

    de salud, de educacin y de vivienda.

    Qu nos expresa Castells en torno a las polticas sobre vivienda?Recordando datos del censo 2002 nos ensea que existen mejoras sustancialesde las condiciones de vivienda e infraestructuraas como del equipamiento delhogar en electrodomsticos, televisin, radio, telfonoscon ms del 72% de loshogares propietarios de sus viviendas y las migraciones rurales-urbanas se handetenido (el 85% de la poblacin est ya urbanizada) aunque la concentracinmetropolitana se mantiene: Santiago reduce poblacin, pero en beneficio delGran Santiago14.

    En esta afirmacin hay impresiones claves que debemos rescatar y

    discutir. Vemoslas de forma sucesiva:

    1 Mejoramiento sustancial de condiciones de vivienda einfraestructura. Para pocos es un misterio los graves problemas de viviendaque afectan especialmente a los sectores de menores ingresos. A tal extremolleg esta situacin que motiv al nuevo gobierno concertacionista a re-plantearse las polticas habitacionales.

    La Presidenta de la Repblica, Michelle Bachelet, dando a conocer losnuevos lineamientos de la poltica habitacional del Ministerio de Vivienda dijoCuando termine mi Gobierno tendremos mejores ciudades, barrios ms

    12 Todo indica que este comportamiento mediocre de la economa chilena lleg para quedarse .

    Entrevista al economista Sebastin Edwards. Seccin Negocios. Diario La Tercera. Domingo 10 de

    septiembre del 2006. Chile.13Alusin a los dichos de la seora Intendenta de la Regin Metropolitana, bajo el gobierno del abogado

    Ricardo Lagos, para referirse a los innumerables hoyos que presentaban las calles y avenidas de Santiago

    Metropolitano.14

    Globalizacin, desarrollo y democracia: Chile en el contexto mundial. Castells, Manuel. Pginas 63 y67. Fondo de Cultura Econmica.

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    humanos y viviendas ms dignas. Aqu estar para que me lo recuerden y aquestar tambin para mostrar la tarea cumplida

    El manejo exclusivo de cifras, para probar que un determinado modeloes exitoso puede obedecer a un auto-engao. No ponemos en duda losargumentos cuantitativos de Castells. Lo que no significa que compartamos su

    visin exitista del las polticas habitacionales en el marco del modeloincluyente.

    Lo que podramos llamar anecdotario trgico de las polticas urbanasvadesde viviendas insoportablemente pequeas (construcciones de 12 a 25 mts2)pasando por destrucciones viales (cadas de puentes y deterioro de carreteras)hasta la demolicin de viviendas por la mala calidad de su construccin.

    Abandonar todo a la lgica del mercado puede traer funestasconsecuencias para la vida humana. Que prime la raznde la ganancia, de lautilidad comercial, del abaratamiento de costos (una de las formas deincrementar las ganancias) en definitiva del lucro, puede atentar contra la

    naturaleza social del individuo. Aun ms grave es, cuando el Estado sepigmenta con el raciocinio mercantil. En alguna medida es lo que ha ocurridocon las polticas habitacionales y de urbanizacin bajo el modelo incluyente.No son pocas las crticas: gran parte de los problemas habitacionales yurbanos de nuestras ciudades no son exclusivamente materia de polticahabitacional. Su raz est en la pobreza, en la desigualdad poltica y econmica,en la entrega al mercado de decisiones polticas y de poltica urbana15.

    Se suma a lo anterior, la poltica de erradicacin de los llamadoscampamentos, que en la prctica se ha convertido en la creacin de ghettos depobreza, con los consiguientes vicios sociales: delincuencia, alcoholismo,narcotrfico, prostitucin etc.

    En suma, el modelo neoliberal democrtico incluyente en lo referido apolticas habitacionales y urbanizacin, si bien desde la perspectivacuantitativa impresiona como exitoso; desde el prisma de la calidad no lo estanto. Al menos en lo que afecta a los sectores ms empobrecidos.

    Al preguntarle a Castells sobre la educacin, nos dice se observatambin una mejora sustancial del nivel educativoAs, la escolaridadpromedio de la poblacin pas de 7,6 aos a 8,5 aos. La Educacin bsicaaumenta en un 20% y era prcticamente universal a finales de los noventa. LaEnseanza Media entre 14 y 17 aos llega a una cobertura del 90%. Lacobertura en educacin superior se duplica y en el grupo de 20-29 aos, el

    23,7% en 2002 haban accedido a algn tipo de estudios superiores habanaccedido a algn tipo d estudios superiores. La educacin parvularia aumenta

    15 Polticas habitacionales. Entrevista a Alfredo Rodrguez, vicepresidente de Asuntos Internos del Colegio deArquitectos e integrante de la comisin de Vivienda. Portal del Colegio de Arquitectos. www.colegioarquitectos.com

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    un 26% con respecto a 1990, y las personas de 45 a 59 aos aumentan suescolaridad en casi dos aos16.

    El optimismo de Castells no logra contagiarnos. Y esa incapacidad decontaminar con su satisfaccin, se debe -- insistimos -- a un anlisismarcadamente cuantitativo.

    A menos de dos aos de las radiantes expresiones de Castells, se instalen Chile la conviccin de que la Educacin no satisfaca las necesidades denios y nias del pas, a pesar de los enormes esfuerzos desplegados por losgobiernos de la Concertacin. Esa certeza, creada por la masiva, constante yorganizada protesta de los escolares, llev a la creacin de una abultadaComisin Asesora de Educacin para la Presidencia de la Repblica, queestudiara las distintas alternativas de solucin para el enorme problema.

    Cules son los problemas que denunciaron las movilizacionesescolares? Los hay mltiples y diversos. Pero creemos que el ms importante yque llev a la protesta escolar, fue el actuar permanentemente inconsulto de

    las autoridades polticas.

    Amn del sentido marcadamente tecncrata y parcial que se ha dado alproblema de la Educacin. Ya para el ao 2003 (ao incluido en el anlisis deManuel Castells) el profesor Orlando Mella nos adverta El rumbo actual de lareforma educacional se asemeja a un barco que perdi la brjula, apoyndoseslo en medidas tecnocraticas que implican el bombeo de recursos como laJornada Escolar Completa o Enlaces, no logrando los niveles de calidadeducativa que el pas necesita, substancialmente respecto de poder entregarmejor calidad a la educacin destinada a los ms pobres y especialmente, sinque se tenga un proceso integral de reforma educacional, sin que se tenganmedidas interrelacionadas y con metas y objetivos compartidas por los actores

    del sistema educativo. Ms adelante agrega No es posible por tanto el concebirque el sistema educacional chileno pueda desarrollarse y obtener resultados sinconsiderar qu est ocurriendo en otros sectores. Implica que no se puede haceruna reforma educacional sin que la sociedad en su conjunto est en proceso detransformacin. As, pensar que se pueden lograr mejores resultados escolares,mejorando una escuela en un sector popular, sin que al mismo tiempo tenganlugar medidas conducentes a intervenir en el sistema en su conjunto, vale decircon medidas que afecten positivamente ese sector popular en sus dimensionessignificativas: vivienda, seguridad ciudadana, trabajo etc. Es un espejismo ydespilfarro de recursos. Especialmente si tenemos en cuenta que como lo sealala investigacin educativa, un porcentaje muy alto del resultado en matemtica oen otra materia, est determinado de antemano por el contexto socioeconmico.En otras palabras, si se mantiene un contexto econmico adverso, lo que laescuela puede hacer es muy poco17.

    16 Globalizacin, desarrollo y democracia: Chile en el contexto mundial. Castells, Manuel. Pgina 65.

    Fondo de Cultura Econmica.

    17La necesaria reforma de la Reforma Educacional. Mella Orlando. Pginas 2 y 3. Revista Digital Umbral

    2000 No. 12 Mayo 2003 www.reduc.cl

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    Es extremadamente difcil negar, los ingentes recursos invertidos enEducacin durante los gobiernos concertacionistas18. Mltiples lneas deaccin se han implementado. La ms importante fueron los Proyectos deMejoramiento de la Calidad y Equidad de la Educacin (MECE) dirigidos tantoa la Enseanza Bsica como Media. Estos Programas estuvieron destinados aelevar la calidad de la enseanza y el aprendizaje en las escuelas y liceos, tanto

    particulares subvencionados como municipalizados, de todo el pas. Se sugiripor parte del Ministerio de Educacin un cambio organizativo al interior de lasUnidades Educativas, con el fin de aumentar la participacin en la gestineducacional. Adems se implement una profunda reforma curricular,actualizando Planes y Programas de Estudios. Se entregaron elementosinformticos, conectividad a la red y capacitacin a los docentes. Se mejoraronsustantivamente las remuneraciones docentes y se legisl para el sector. Enresumen una tarea titnica, cuyos resultados se esperaron expectantes.

    No obstante, los efectos no han sido los esperados. Ao a ao losresultados de la prueba SIMCE despiertan fuertes polmicas entre polticos,empresarios e investigadores educacionales. En fuentes gubernamentales

    existe conciencia que los resultados de medicin de la calidad educativareflejan de algn modo la inequidad del sistema econmico. As, verbigracia,estudios ministeriales argumentaban el ao 2002 que los resultadosmejoraban a medida que aumentaba el nivel socioeconmico de los escolares19.

    Otro lado el gremio de los docentes protesta permanentemente por lafalta de participacin y la solucin de problemas como la llamada deudahistrica. Los Alcaldes, responsables mximos de la educacin a nivelcomunal, se quejan constantemente de la falta de recursos, debiendo subsidiarcon dineros municipales las actividades escolares. Incluso, no son pocos losque amenazan con devolverlos establecimientos escolares al Ministerio deEducacin.

    Otra de las debilidades del sistema educativo es la escasa coberturapara nios en edad preescolar (4 aos). Como promedio en los pases OCDE,cerca del 63 por ciento de los nios de 4 aos o menos, en relacin a la poblacinde esa edad, estn matriculados en algn programa escolar En el caso deChile, esta tasa llega al 23 por ciento, es decir, 1 de cada 5 nios de 4 aos ymenos est matriculado en algn programa educativo20. Este dato, de por sipreocupante, fue recogido en el ao 2002, es decir despus de 12 aos degobiernos concertacionistas y casi un decenio de iniciada la ReformaEducacional.

    18Segn la Ficha Tcnica N 3 de enero del 2000, el gasto pblico en Educacin (entre 1990 y 1999) seincrement en un 159%. Departamento de Estudios y Estadsticas. Ministerio de Educacin. www.mineduc.cl19Indicadores de la Educacin en Chile 2002. Departamento de Estudios y Desarrollo de la Divisin de

    Planificacin y Presupuesto del Ministerio de Educacin. Pgina 65. www. mineduc.20

    Op. Cit.. Pgina 102. www. mineduc.cl

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    Esta grave situacin, llev al gobierno de la doctora Bachelet aimplementar lneas de accin, que implicaran la creacin de decenas jardinesinfantiles, en los primeros meses de su gobierno.

    Para concluir en este tpico recordemos algunos hechos recientes.Durante el ao (mayo-junio) en curso, a lo largo de todo el pas, los escolares

    de Enseanza Media colocaron ante los ojos de los chilenos, de autoridadespolticas, de parlamentarios, de empresarios, de docentes etc. Su enormemalestar por el tipo de Educacin que estaban recibiendo. Fue lo queinsistentemente llaman rebelin de los pinginos, como si fuera un problemaque slo ellos sienten o perciben, cuando en realidad sin la complicidad de lafamilia el xito de las movilizaciones habra sido ms costoso. Puede, por tanto,deducirse que tras la conviccin de los estudiantes est la opinin de suspadres.

    Frente a este factor, el gobierno ha buscado crear complicidad obligadaentre los padres y as constreir las movilizaciones de los estudiantes. A estoapunta las acciones judiciales emprendidas por las autoridades, para que sea

    la familia la que se haga responsable (econmica) de los efectos de lasprotestas estudiantiles.

    Cules fueron o son las exigencias (reivindicaciones) de los escolares?Lo primero que pusieron en cuestin fue la Ley Orgnica Constitucional dela Enseanza(ltima ley promulgada por la dictadura militar) por medio de lacual se consagra la llamada libertad de enseanza. Los estudiantes exigen lisa

    y llanamente su derogacin. Esta pretensin escolar no es menor. Se trata, nims ni menos, de uno de los paradigmas del neoliberalismo en el sistemaeducativo y que sintetiza la tarea y el ideario neoliberal del rgimen militarpara el sector. En ella, donde al Estado se le reserva solo el papel desubsidiaridad, se consagra la posibilidad que sean privados quienes asuman laresponsabilidad de gestionar la tarea educacional de los chilenos. Porconsiguiente, la peticin de los estudiantes busca derrumbar el andamiajelegal que permite mantener la empresa privada (con apoyo financiero delEstado) de la Educacin.

    A lo anterior debemos sumar, el pedido de poner fin de lamunicipalizacin, otra herencia de la dictadura militar y que la Concertacinno ha tocado en sus programas de gobierno, salvo algunas exigencias yregulaciones como la presentacin anual de los PADEM (Plan Anual deDesarrollo Educativo Municipal)

    Luego fue exigido el trmino del financiamiento compartido,impuesto por primer gobierno concertacionista. Estefinanciamiento compartidoconsistente en el cobro, por parte del establecimiento educacional, de unarancel mensual a las familias por el servicio educativo que reciben sus hijos.Esta iniciativa concertacionista, naci bajo la lgica de que los dinerosdestinados a la Educacin no eran un gasto, sino una inversin. Porconsiguiente los padres debapor el bien de sus hijosdestinar parte de losingresos a cancelar dichas mensualidades.

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    No discutiremos la esencia de este pensamiento, de este tipo derazonamiento. Ms bien decimos compartirlo en su sustancia: la educacinamerita el mximo de inversin, si queremos tener menos injusticia social yms progreso para las personas, en este caso los chilenos y chilenas.

    Lo que no compartimos es la forma y a quienes se aplic esta

    disposicin: fue una accin absolutamente discrecional emprendida por elMinisterio de Educacin; es decir no hubo consulta a los docentes, tampoco alas organizaciones de Apoderados.

    En la prctica esta medida buscaba llevar dineros frescosa losestablecimientos educacionales particulares subvencionados, pero no a losmunicipales, pues stos estaban impedidos por ley el cobrar arancelesmensuales a sus estudiantes.

    Es decir, esta disposicin estuvo dirigida a fortalecer la empresa privadade la educacin, sin que sta lograra muestra claramente resultados acordecon las exigencias de la sociedad chilena y correspondiente a los ingresos

    percibidos por parte de los Sostenedores de establecimientos particularessubvencionados.

    Las crticas al sistema de financiamiento compartido no slo vienen delos escolares. Tambin los docentes tienen su opinin, la que podemos resumiren los dichos del vice-presidente del Colegio de Profesores, Daro Vsquez. Estedirigente seala (al responder sobre las exigencias que debieran hacerse alsector particular subvencionado) la necesidad de regular el dinero que ellosestn recibiendo de las familias chilenas, el financiamiento compartido. Hasta elao 2003 - no tenemos la ltima cifra- stos establecimientos reciban 162 milmillones de pesos Y quien controla en que invierten esa plata? Se va a losbolsillos de los sostenedores y de los dueos de tales colegios? Se suponen que

    ellos instalaron colegios porque iban hacer un aporte a la educacin,entrecomillas. Uno sabe que con esto van a lucrar. Eso es lo que hay quecambiar, el sentido de lucro de la educacin! Nadie niega que si esta genteinvierte un capital tenga una ganancia razonable. Todos tenemos que vivir dealgo, pero tambin el sistema tiene que exigirles buenos rendimientos. Laverdad es que nadie le hace absolutamente ninguna exigencia a estossostenedores. Incluso hay dueos de colegios que nadie los conoce. Construyenuna escuela, contratan gente que la dirija y chao. Ellos reciben la subvenciny ya. Si se suscitan problemas en los establecimientos, los arreglan desde sucasa El sistema educacional chileno no puede seguir funcionando as!21

    Siguiendo con las demandas escolares, stas incluyen la reformulacinde la Jornada Escolar Completa. Esta medida, en conjunto con elfinanciamiento compartido, es de exclusiva responsabilidad de los gobiernosconcertacionistas. La queja ms frecuente de los escolares es que la extensinde la jornada escolar ha significado, en la prctica, ms de lo mismo. Por eso

    21Educacin con Camisa de Fuerza. Entrevista realizada al vice-presidente del Colegio de Profesores,

    Daro Vsquez., realizada por Galy Chvez encargada del Departamento de Comunicaciones del PIIE. Mayo

    2006. http://www.piie.cl/entrevistas/dario_vasquez.htm

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    que concluyen reivindicando la necesidad de tener una educacin de calidadpara todos.

    Por lo visto, al menos en este mbito, el necesario consenso socialparaque el modelo neoliberal democrtico incluyente siga funcionando, se habraroto o probablemente nunca existi y se cre una figura artificiosa de

    acuerdosen torno a la aplicacin de medidas tecnocraticas.

    Otro agujerodel modelo demo-incluyente, dice relacin con latransformacin de la estructura productiva. El autor nos ofrece variasafirmaciones, las que examinaremos de manera sucesiva.

    Castells asevera que ha habido una cada del empleo agrcola, quereduce la ocupacin minera e industrial en beneficio de crecimiento delempleo de serviciosaunque el peso del empleo en el comercio, tpico de laeconoma tradicional ha crecido y se sita en un nivel alto (22,5%) losservicios financieros, caractersticos de las actividades informacionales, son losque ms han crecido, pasando de un 5,8% a un 11,2%. Sin embargo, los

    servicios comunitarios y sociales, de baja productividad, continansiendo el sector ms empleador (26,3%.) Por tanto se trata de una economade servicios, pero todava con un sesgo hacia actividades de menorproductividad22. No discrepamos de esta afirmacin. Lo que nos preocupa sonlas caractersticas del tipo de economa que se ha construido en Chile.

    Los datos entregado por Castells23en cuanto a la baja sistemtica delempleo en agricultura, minera e industria (perodo 1992-2002) y por otro elalza en el sector servicios, nos mueve a un par de interrogantes y algunasreflexiones.

    Como l lo reconoce, nuestro pas sigue presentando caractersticas de

    una economa tradicional; es decir una fuerte presencia de los sectores menosproductivos en la tasa de empleo.

    A cunto asciende porcentualmente el empleo menos productivo?: a un26,3%. Dicho de otra forma, despus de casi tres dcadas de aplicado elmodelo (tanto incluyente como excluyente) neoliberal, ms de un cuarto de losempleos chilenos son los menos productivos. Con esta tendencia, deincrementarse el empleo en los mbitos menos productivos de la economa(como viene registrndose desde 1992 en adelante) qu posibilidades tieneChile para competir en el marco de los TLC?

    Siguiendo el camino trazado por el autor, nos cabe analizar otros

    aspectos relacionados con la estructura del empleo. Pero lo haremos desde unaperspectiva cualitativa, sin perjuicio de los aspectos cuantitativos.

    Castells afirma que hubo -- en el perodo -- una clara ascensin de losempleos de mayor calificacin, ocurriendo lo mismo en los empleos de menor

    22 Globalizacin, desarrollo y democracia: Chile en el contexto mundial. Castells, Manuel. Pgina 67.

    Fondo de Cultura Econmica.23Op. Cit. Pgina 68

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    calificacin24. Qu significa esto?, tal como seala el autor, se genera unafuerte polarizacin laboral, con la consiguiente brecha en la participacin de larenta, que de mantenerse la tendencia, sta se har cada vez ms profunda,con la secuela de frustraciones, producto de lo poco justo que es el modelo.Dicho de otro modo, el crecimiento econmico con equidad, no pasara de serms que una frase para la retrica.

    A mayor abundamiento, al hablar de empleo no calificado,necesariamente nuestra vista se vuelca al hecho que en sta apreciacin, seencuentran aquellos trabajadores pertenecientes tanto a la actividad formalcomo la informal. Los rasgos ms significativos de este tipo de trabajo son laprecariedad, la temporalidad, la ausencia de condiciones adecuadas deltrabajo, fragilidad de la previsin social individual, fracaso evidente de laeducacin y, en definitiva, el fortalecimiento del circuito de la pobreza. Porconsiguiente, si se incrementa el empleo no calificado, se incrementa lapobreza.

    Otra variable escogida fue el Producto de Ingreso Bruto (PIB) per cpita,

    el que habra aumentado (entre 1989 y 2003) en un 90%. Esta cifra llev aCastells a asegurar que nuestro pas consolid su desarrollo entre 1990 y200325. Nada ms optimista. Quizs ms que el mostrado por las propiasautoridades polticas chilenas.

    Sabemos que el PIB representa la suma de todos los bienes y serviciosfinales producidos en un pas durante un ao, ya sea por nacionales o porextranjeros residentes y que es un indicador que sirve para comparar el nivelde bienestar que tienen distintos pases. Pero para medir con mayor precisinel bienestar de un pas hay que relacionar el PIB con su poblacin. Es decirconvertirlo enper cpita. Este convertir en per cpita significa dividir todo loproducido por la cantidad de habitantesque tiene el pas. Pero no implica queen la realidadse distribuya de forma igualitaria lo producido.

    Si bien Chile presenta, segn datos entregados por el FMI, una cifra dePIB per cpita de alrededor de los 10 mil dlares (unos 5,3 millones de pesos)anuales, ello no implica que cada habitante hubiese tenido acceso a bienes yservicios finales medidos en ese monto. La cifra es, al menos, un tantoengaosa. Ms an si tomamos en cuenta que en ese PIB per cpita se incluyelo producido por empresas extranjeras residentes, las que por normalmentesacan sus ganancias del pas (de lo contrario no entenderamos la pugna porlegislar sobre el royalty para el sector minero)

    Pero adems tenemos que la distribucin de aquellas riquezas se hacecada vez ms inequitativa, la brecha entre ricos y pobres es ms profunda, noslo en trminos de familias sino adems en personas.

    Si consideramos los ingresos monetarios (medio para acceder a losbienes y servicios) podemos percatarnos que la desigualdad se profundiza. En

    24Op. Cit. Pginas 68 y 6925Op. Cit. Pgina 90.

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    estudios recientes26se clarifica que existe una diferencia entre los ingresosfamiliares de los estratos sociales altos respecto de los ms bajos; pero no sloaquello, tambin sucede que la participacin de aquellos ingresos, en trminosde persona, la diferencia se torna negativa entre las personas de menoresrecursos. Ello, entre otros factores, porque la familia de los deciles superioresel ingreso monetario es mayor y contiene menos integrantes. Esto es un poco

    lo que ocurre con el PIB de pases con menor poblacin.

    Adems debemos razonar, con el fin de observar la reproduccin de lapobreza, que los ingresos familiares son la totalidad de lo que sus integrantesaportan. Por consiguiente, como es la constante en las familias de menoresrecursos, en aquel ingreso familiar estn los aportes de la mujer y de los hijos,que han debido disponerseal mercado laboral, sacrificando (en el caso de loshijos) perspectivas de estudio. Esto no ocurre en el sector de altos ingresos.

    Por lo consiguiente afirmar que hay consolidacin del desarrollo (y nosolo crecimiento econmico) refleja enorme audacia.

    Parece desmentirse, pero a medias, el propio Castells al r4econocer quea pesar de esta consolidacin del desarrollopersisten enormes desigualdades.Pero aqu surge, de nuevo, el perfil optimista del autor asegurando que si bienla economa tiende a acentuar la desigualdad, la poltica tiende acorregirla27.

    Entre las desigualdades reconocidas, Castells menciona la educacinuniversitaria colocando nfasis en la calidad y financiamiento de sta. Enaquellas desigualdades incluye el centralismo metropolitano (que concentra elmayor progreso comunal) el sistema provisional privado que est sometido alas vicisitudes del mercado (generando incertidumbre entre los afiliados) yporque no cubre la totalidad de la fuerza de trabajo.

    No obstante este defectoque le detecta al sistema provisional planteaque aun as, en este tema esencial ha habido progresos: el porcentaje decubiertos sobre la fuerza de trabajo en 1989 era del 56,81% y pas al 72% en2002, al tiempo que el porcentaje de los acogidos al sistema antiguo disminuadel 8,1% al 2,9% de modo que en 2002 el 75,44% estaba cubierto28.

    A estas alturas no sabemos si el autor sufre de un optimismo exageradoo derechamente est desplegando denodados intentos por alterar la realidad.

    Reducir el problema de la desigualdad educacional, a problemas decobertura de pensiones o diferencias regionalesen la educacin universitaria,

    es al menos una irresponsabilidad. Chile ha vivido un proceso dedescomposicin de la Educacin desde 1978 (fecha de las llamadas directivas

    26 Distribucin del Ingreso y pobreza en Chile. Schatan, Jacobo. Director del Centro de Estudios

    Nacionales de Desarrollo Alternativo (CENDA). 200427 Globalizacin, desarrollo y democracia: Chile en el contexto mundial. Castells, Manuel. Pgina 73.

    Fondo de Cultura Econmica.

    28Ibd.

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    presidenciales) en adelante y, que la Concertacin con toda su polticareformista definida como un proceso, no ha podido detener ni resolver. Todoslos niveles educacionales (bsico, medio y superior) muestran seriasdeficiencias, que se registran en las pruebas de medicin aplicadas al sistemacon periodicidad y despiertan encendidos debates respecto del futuro de laEducacin. La reciente iniciativa gubernamental (fruto de la rebelin

    pingino) evidencia que las debilidades del sistema educativo ameritan ms detres frases para ser resueltas.

    En el mbito de la previsin, el autor abordando el tema de formaglobal, nos muestra como prueba de progreso la ampliacin de la cobertura enel sistema nuevo y la disminucin en el antiguo. Olvida, por ejemplo, que en loreferido a las jubilaciones, a partir de principios de la dcada del ochenta,todos los trabajadores deban afiliarse slo al nuevo sistema de AFP. Porconsiguiente es obvio que aumentase el nmero de afiliados y disminuyese enel sistema central-estatal. Ahora bien, si nos remitimos slo a la cifraentregada por el autor (cobertura de un 75,44% total) podemos concluir, conno escasa alarma, que hay un 25% de trabajadores que no tendrn ingresos

    mnimos, por consiguiente ser el Estado el que asuma el costo de mantencinrelativa de aquellos chilenos.

    Pero ms all de los asuntos cuantitativos, nos preocupa revelar una delaspeculiaridadesdel sistema previsional: es el nico negocio en un modeloneoliberal (incluyente o excluyente) que no slo se impide que sus financistaslo controlen, sino adems que no posean ninguna representacin, posibilidadde gestin, ni menos de decisin. Ms an, es un negocio en el que se cobraalfinancista por entregar su dinero. sta situacin es en contra de toda lgicacapitalista.

    4. Caractersticas del modelo de desarrollo democrtico liberalincluyente: el hexgono poltico de los gobiernos concertacionistas.

    Castells caracteriza al modelo sealando que el crecimiento se basa enuna economa abierta, liberalizada de forma creciente en los intercambios, noobstante asegura que hay una intervencin estratgica del Estado para losefectos de regular la macroeconoma, el juego crediticio y el comercio exterior.Adems se reserva para si (el Estado) la facultad de asignar recursos que seorienten al gasto social, es decir en funcin de las necesidades ms urgente delos sectores deprivados29.

    Cinco lneas polticas son las que configuran el modelo chileno, segnCastells: la estabilidad institucional obtenida mediante un sistema democrticolegitimado por la voluntad popular; mantencin de las reglas del juegoeconmico; apego a la estrategia anti-inflacionaria; incremento del gasto social(educacin, salud y vivienda); la creacin de un sistema de relaciones laboralesms acorde con la situacin democrtica. Esto se logr a travs de una reformaa la legislacin laboral consensuada con el sector empresarial (dialogoConfederacin de la Produccin y el Comercio con los trabajadores organizados

    29Op. Cit. Pginas 74 a 76

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    en la CUT, a principio de los noventa) y; por ltimo, el papel regulador queasumira el Estado para intervenir en situaciones que efectivamente loameritaran. Ejemplo notable de este accionar es el control de los capitalesgolondrinas30.

    sta es la matriz poltico-ideolgica de los Gobiernos Concertacionistas,

    cuya base central es la mantencin del modelo econmico a travs delconsenso y de la legitimacin poltica construida sobre la base de los torneoselectorales. No se detecta, al menos en los dichos del autor, alguna intencinde cambio sustantivo en las reglas del juego.

    No obstante los xitos relativos que el autor reconoce en el procesochileno, an no concluida una dcada de administracin concertacionista, elpas se top con una fuerte crisis econmica, que pareci cuestionar el modelode crecimiento. Sin embargo, asegura Castells, esta crisis fue limitada, porquesi bien cay el PIB al 0,8% (1999) ste tuvo al ao siguiente una brusca alzatopando el 4,2%.

    Si bien es cierto el gobierno de turno (Ricardo Lagos) reaccionaumentando el gasto pblico, generando empleos, entregando subsidios a lasempresas para nuevos empleos, abriendo procesos acelerados de acuerdoscomerciales internacionales, no menos cierto es que las tasas de crecimientono han alcanzaron ( y aun no alcanzan) los niveles de la dcada de los noventa.Pero debemos agregar a este bache que el PIB no necesariamente (como lohemos dicho en prrafos anteriores) representa un mejoramiento de lascondiciones de vida de todos los chilenos o, dicho de manera ambiciosa, nogarantiza equidaden la reparticin de la riqueza.

    Castells cree que sta crisis econmica fue un choque psicolgico parala sociedad chilena acostumbrada a un permanente crecimiento econmico.

    Ms aun, siguiendo a un cientsta social chileno, hace suyo el carctersociolgico que tendra la crisis del umbral del nuevo milenio, lo que vendra adar cuenta de un dficit cultura de los chilenos. Esta crisis de carctersubjetivose debera al drama dictatorial y sus polticas de debilitamiento de lasestructuras clsicas de apoyo y solidaridad ante eventos crticos.

    Hemos subrayado los dichos del autor porque los creemos importantespara entenderlo mejor. Al parecer su optimismo lo lleva a deslindarresponsabilidades de la crisis, hacia la dictadura por una parte y hacia lospropios chilenos por otra. No es el modelo econmico el que falla, en realidad --asegura -- el pas no slo se recupera, sino sigue creciendo en niveles porsobre los dems pases latinoamericanos. La dificultad radicara entonces en laincapacidad de la sociedad chilena para asumir la contingencia por tresrazones:

    a) El sentimiento de pertenencia nacional debilitado.

    b) La creciente individualizacin de la vida personal y;

    30Op. Cit. Pgina 76

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    c) La escasa importancia de la poltica para los chilenos.

    Estos tres elementos estaran dando cuenta del dficit cultural(mencionado en prrafo precedente) que llev a la sociedad chilena a estarimpedida de actuar como sujeto31.

    En cierto modo [dice Castells] el fin de la certidumbre del desarrollo y laapertura creciente de la sociedad y de la poltica, permitieron poner a debate loscaminos y fines del propio desarrollo. Pero una sociedad reducida a launidimensionalidad del crecimiento como forma de significado va perdiendo suscapacidades de imaginar los contenidos reales de los debates, las utopasmovilizadoras de la prctica cotidiana32.

    Creemos descubrir en estas palabras, a pesar de fijar responsabilidadesen sitios distintos al modelo, una crtica a las consecuencias que acarrea laaplicacin a ultranzas del modelo neoliberal. La carencia de utopas, laintensa individualizacin de las personas, la ausencia de una trama social o deuna complicidad que permita enfrentar dificultades colectivamente, la

    insuficiencia y confusin en los verdaderos contenidos del debate, en definitivala inexistencia de un proyecto alternativo son las secuelas de la aplicacin delmodelo.

    Por ello Castells visualiza una contradiccin: Chile necesitadeseconomizarla vida colectiva, pero ello solo lo puede lograr con unaprosperidad relativa y con una distribucin de las riquezas ms equitativa. Deesto arranca la necesidad de un nuevo pacto que de sustentabilidad al modeloeconmico. En otra forma de decir, Chile necesitaba de un nuevo Proyecto quele diera permanencia al modelo econmico. Ya se haba hecho conanterioridad33.

    5. Los tres mbitos de sostentabilidad(sic)del modelo neoliberaldemocrtico incluyente.

    Despus de haber distinguido dos tipos de neoliberalismo: autoritarioexcluyente y democrtico incluyente, Castells fija tres dimensiones desostenibilidad del sistema: lo social, lo ecolgico y lo econmico. Al parecer elautor olvida mencionar la sostenibilidadpoltica, que al parecer dependerade las tres anteriores.

    1. La dimensin social.

    Segn el autor la sostenibilidadsocial se lograra porque el modelo se

    plante como re-distributivo e incluyente, lo que sera una condicin bsicapara la estabilidad social. Es decir para que no existieran revueltas,alzamientos, protestas, huelgas etc. que generaran conflictos y porconsiguiente se abrira un cuadro de inestabilidad social y, por cierto poltica.

    31Op. Cit. Pginas 79 a 81

    32Op. Cit. Pgina 80.33Op. Cit. Pgina 81.

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    El destino de esa re-distribuidad incluyentesera la formacin de capitalhumano mediante educacin, salud, y condiciones de vida, adems de ampliarel mercado interno34.

    Dicho de otro modo la intencionalidad de re-distribuir de modoincluyente sera el desarrollo de las personas por medio de la educacin, la

    salud y condiciones de vida(ste ltimo concepto no es caracterizadadebidamente por el autor)

    Aquella re-distribuidad permitira lograr la legitimidad necesaria paraconsolidarse el sistema. Esa legitimidad arrancara de un consenso, el queslo se puede alcanzar mediante un reparto no demasiado injusto(elennegrecido es nuestro) de la riqueza generada. Castells reconoce que en esesentido (reparto no demasiado injusto) ha habido progresos sustancialesentre 1992 y 2002sobre todo en Educacin, vivienda, infraestructura yequipamiento del hogar.35

    Sin perjuicio de estos avances o progresos, Castells nos advierte el

    peligro que representa la existencia de cuestiones fundamentales, que no hansido resueltas. As denuncia, por ejemplo, la enorme desigualdad de losingresos. Pero esta disparidad sera de menor efecto entre las capas demenores ingresos, mediante servicios sociales de salud y educacin, seguro decesanta y subsidios36.

    Hasta aqu, una exposicin altamente coherente, en la que impresionael autor por su franqueza y transparencia para presentar sus ideas.

    El afn de distinguir un nuevo tipo de neoliberalismo (democrtico-incluyente) es con el fin de marcar diferencia con el impuesto por la dictaduramilitar chilena. Es decir, el neoliberalismo no sera consustancial a modelos

    polticos excluyentes; tambin existen posibilidades de concebirlo,administrarlo en un sistema poltico de corte democrtico. O al menos bajogobiernos elegido directa y universalmente. A as lo descubriramos en laeterna transicin chilena.

    Avanzando sobre la sostenibilidad de la dimensin social el autorvisualiza siete situaciones que se deben superar:

    a) La distribucin desigual

    b) Los malos resultados de la educacin

    c) La insuficiente atencin de salud primaria

    d) Servicios pblicos ineficientes

    e) Previsin para la vejez no garantizada desde el sector pblico.

    34Op. Cit. Pgina 83

    35Ibd.36Ibd.

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    f) Necesidad de una poltica social y educativa ms completa para losnios (por el creciente ingreso de la mujer a la vida laboral)

    g) Y la persistencia de cierto anacronismo (divorcio y aborto)

    Segn Castells las debilidades sealadas se superaran a travs de unmayor esfuerzo presupuestario desde el sector pblico, as como una reformade la relacin entre produccin y redistribucin, entre productividad y capitalhumano, y entre competitividad y cohesin social. Pero tambin requiere depolticas de consenso y participacin, as como de reformas legislativas quemodernicen las instituciones al mismo nivel que al aparato productivo. Ahorabien, toda esta serie de medidas requiere ms crecimiento, no menos, y mayorgeneracin de riqueza, porque el bienestar social es caro37.

    Dicho en otra forma, la solucin es posible de encontrar al interior delsistema. Lo importante es que exista ms intervencin reguladora, por parte

    del Estado, que permita avanzar en reformas para la superacin de losproblemas de aquellos instantes (ao 2003)

    No hay duda que se ha avanzado de la fecha a hoy. Por ejemplo, bajo elgobierno laguista se legisl sobre el divorcio, sin perjuicio del enorme debatevalrico que se extendi y extiende a otros mbitos de la vida de los chilenos,como la educacin sexual para nios y jvenes, los mtodosanticoncepcionales de emergencia, derechos civiles para minoras sexuales etc.

    No obstante otros aspectos no han sido tocados. La pregunta es qudificulta el avance de manera concreta y no slo con intenciones, sobre ladesigual distribucin, la precariedad de la atencin en salud, los malos

    resultados en educacin, la necesaria reforma previsional y el deficitarioservicio pblico?

    La creciente, a veces invisibilizada, movilizacin social del presente aohace urgente tomar iniciativas reformistas o derechamente sustituyentes. De locontrario se corre el riesgo de una intensificacin de la protesta social.

    Lo interesante, ms bien gravitante es el sentido que debieran tomaraquellas iniciativas. Amn de la legitimidad que deben poseer. La tentacin delcamino tecnocrtico puede ser un riesgo que puede llevar a concebir frmulasaltamente rechazables por el mundo social. Por ejemplo la propuesta dereforma previsional que, a poco de ser levantada, gener fuerte impugnacin a

    raz de la intencin por disminuir (gradualmente) la edad de jubilacin para lasmujeres. En el mismo marco cabe la forma de resolver la paralizacin escolarde mayo: creando una comisin, que en este caso fue multitudinaria quizscon el objetivo de cristalizar una participacin ms amplia de los sectoresinvolucrados en el sistema educacional chileno.

    37Op. Cit. Pgina 85

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    A estos problemas se suman los de la salud, los de vivienda, los delsector pblico. Cada uno de estos sectores tienen sus propios protagonistas.As tanto los trabajadores de la salud (primaria municipal y del Servicio desalud) como los trabajadores del sector pblico y los docentes han levantadomovilizaciones que en nada hacen pensar que existe una aproximacin a lasostenibilidad social.

    2. La dimensin medio-ambiental.

    En orden, poltica medio-ambiental, a pesar del optimismo castellsianoal expresar que se ha superado la estrategia destructiva de recursos naturalescaracterstica de los ochentacomo muestra podra citar el ejemplo, de ampliarepercusin internacional durante la dictadura, de la produccin de harina depescado para la exportacin mediante la trituracin directa de la pesca dearrastre sin seleccin previa de la pesca capturada. O la tala indiscriminada delos bosques del sur. O la contaminacin incontrolada de las aguas por los

    vertidos minerosmuchos de estos casos extremos han pasado a sercontrolados mediante la presin del movimiento ecologista y las polticas deconservacin del gobierno democrtico. La contaminacin atmosfrica deSantiago, que alcanz niveles de alta peligrosidad durante los ochenta, hadisminuido ostensiblemente38.

    No se trata de estar negando todo, sin otorgar nada de validez a losplanteamientos del autor. Pero, desafortunadamente la realidad es distinta a loque se lee en su trabajo.

    Si bien la tala del bosque nativo ha sido controlada, no se puede decir lomismo de la contaminacin producida por empresas dedicadas al rubro de la

    celulosa (CELCO) cuyas repercusiones llegaron hasta a miembros del altotribunal de justicia que fueron acusados constitucionalmente por notableabandono de deberes. La pugna contra esta empresa no slo ha involucrado agrupos ecologistas y polticos llamados bancada verde; en este ltimo tiempose han movilizado un numerosos grupo de trabajadores de la pesca artesanal.

    A pesar de las iniciativas de las autoridades, los niveles decontaminacin medio-ambiental urbana, siguen siendo un problema para losciudadanos. Por ejemplo, los habitantes de Santiago han tenido que vivirexpectantes a las restricciones de movilizacin privada, como a las campaasde salud en invierno (fruto de las enfermedades respiratorias)

    Pero las dificultades por la contaminacin ambiental no son exclusivasde Santiago. Por el contrario, se suman a este club Talcahuano, Temuco,Calama y Valdivia. Dicho de otra forma, las dificultades medioambientalestienden a replicarse a medida que el modelo econmico se expande.

    3. La Sustentabilidad econmica.

    38 Globalizacin, desarrollo y democracia: Chile en el contexto mundial. Castells, Manuel. Pgina 86.

    Fondo de Cultura Econmica.

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    La premisa castellsianapara el xito del modelo chileno es la necesariacapacidad para desarrollar ms competitividad en un mercado que exige cadavez ms valor agregado a los productos. Esta idea-fuerza es la que conduce laargumentacin de Castells. En ese sentido descubre y ofrece tres factores delos que dependera la sostenibilidad econmica del pas: (a) mantener unaeconoma abierta; (b) flexibilizar el mercado financiero pero manteniendo el

    control sobre los capitales golondrina y; (c) fortalecer la investigacin, porconsiguiente la Educacin.

    Reconociendo el autor que se verifican muchos avances en lo referido agastos en tecnologa e investigacin, amn del incremento del nmero deingenieros y cientficos advierte que la mera creacin de infraestructura noincide en el desarrollo si no hay innovacin e internalizacin de las nuevastecnologas por parte de las empresas y si no existe una poblacin laboral quecuente con los instrumentos culturales para manejar la informacintecnolgica que se genera. Esto significa que si se desea un alto crecimientoeconmico, con una obvia redistribucin, slo ser posible iniciando unatransicin hacia un modelo informacional de desarrollo39. Al respecto nos

    ilustra con dos experiencias, que advirtiendo las diferencias reales con Chile,es posible detectar algunos mecanismos que seran de utilidad para nuestropas. No s referimos a las experiencias de Silicon Valley y Finlandia. Culesseran esos mecanismos y elementos susceptibles de aprovechar?

    1. La innovacin. Este elemento (afirma Castells) requiere de polticaspblicas, de instituciones que se orienten al desarrollo de la innovacin

    y del pas que no estn motivadas exclusivamente por las ganancias acorto plazo.

    2. Calidad de la educacin universitaria y su coordinacin con lasempresas. Esto exige un esfuerzo pblico (del Estado) para crear ymantener universidades, las que deben desarrollar programas deinvestigacin armnicos con los cambios que se esten dando.

    3. Es fundamental en una economa informacional la Educacin y lascondiciones de vida de los trabajadores. Esto se lograra, entre otrascosas, por medio de un trabajo estable, elemento que en Finlandia fueproporcionado por el Estado.

    A partir de estos tres elementos, Castells desprende algunas tareas paranuestro pas. Veamos sus sugerencias:

    1. Produccin de conocimiento y talentos que estn dirigidos a personas

    que sean susceptibles de convertirse en emprendedores o en fuerza de trabajoinnovadora.

    2. Cooperacin cientfica con empresas multinacionales y universidades.

    39Op. Cit. Pgina 95.

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    3. Becas para postgraduados para ir al exterior a especializarse con laconsiguiente garanta de regresar al campo laboral chileno

    4. Atraer empresas multinacionales especialmente de transferenciatecnolgica, tal como se hace en China.

    Se desprende de estas tareas que hay dos elementos que permitiranviabilidad a este proceso de transicin: un mejoramiento de la Educacin (entodos los niveles) y una accin ms decidida del Estado en asuntosrelacionados con la innovacin. Y as lo explicita Castells indicando tres puntosesenciales: (a) mejorar la cualificacineducativa y las condiciones de trabajo delos profesores; (b) regulacin y acreditacin de la enseanza privada(basndose en la calidad) y; (c) educacin para adultos40. Es decir Estado yEducacin seran las piedras angulares de cualquier intento por transitarhacia un modelo de desarrollo informacional.

    6. Silicon Valley, Finlandia: modelos repicables?

    Si bien las experiencias de Silicon Valley y Finlandia han sido exitosa.Ello no significa que puedan replicarse en otros lugares, especialmente enaquellos pases que an se encuentran lejanos al umbral del desarrollo.

    Lo ocurrido en Silicon Valley y Finlandia se debe a peculiaridades, queen Chile no se dan. Por ejemplo en el primer caso encontramos la capacidad deatraer conocimientos, ya sea desde otras zonas de Estados Unidos o desde elexterior o, la posibilidad de aprovechar las potencialidades que ofrece laindustria blica. Chile no tiene ni la capacidad econmica para ofertar buenossalarios a profesionales ni una industria armamentista orientada al exterior.

    En el segundo caso (Finlandia) es determinante la presencia de un

    Estado de Bienestar que adems de preservar fuentes laborales de buenacalidad para sus trabajadores, debiera tener la voluntad de arriesgarsecomofinancista. Chile no tiene, desde mediados de la dcada de los setenta, unEstado con espritu benefactor. Por el contrario, el rasgo principal del tipo deEstado que poseemos es ser cada vez ms pequeo y de escasa maniobra.Adems nuestro pas no presenta una economa poderosa que permitafinanciar un Estado Benefactor

    La novedad que podra encontrarse bajo los gobiernos Concertacionistasque han ido delineando un Estado (especialmente en Educacin) de carcterregulador y promotor; pero siempre dejando la responsabilidad mayor enmanos de privados. De esta breve caracterizacin desprendemos que es poco

    posible repetir en Chile procedimientos, mecanismos y factores de las dosexperiencias mencionadas.

    Ahora bien, vamos sobre las tareas propuestas por Castells. Sedesprende de los dichos del autor, que es la Educacin el motor gatillante de

    40Op. Cit. Pginas 107 a 111

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    las transformaciones para un proceso de desarrollo informacional. Segn lapropuesta casttelsianaseran tres las vertientes en las que se debe actuar:

    (a) cualificacineducativa y condiciones de trabajo docente;(b)regulacin y acreditacin de la enseanza privada(c) educacin para adultos

    Trataremos de abordar de forma conjunta porque estn directamenterelacionadas con la Educacin.

    Reconociendo los esfuerzos iniciales de los gobiernos concertacionistas,no podemos dejar de decir que el tipo de propiedad y las caractersticasadministrativas de los establecimientos educacionales (municipalizados,particulares subvencionados y privados) relativizan al extremo la posibilidad dealcanzar niveles de inversin adecuados.

    Tanto los colegios municipales como los particulares subvencionados(que son los que agrupan a la mayor parte de la poblacin docente y escolar)alegan precariedad econmica extrema. Ms an argumentan y reclaman que

    los docentes negocian y arriban a acuerdos con el gobierno central, pero queson ellos (como Sostenedores) los que deben financiar dichos acuerdoslaborales. Por su parte los colegios privados (que son una minora) mantienencondiciones laborales que permiten un adecuado desarrollo profesional yeducativo. Los instrumentos de medicin, aplicados a unos y otros, dan cuentade esta realidad, registrando los mayores logros pedaggicos en la reducidarea de la educacin privada.

    Con relacin a la acreditacin (en este caso de las Universidades) sesigui la poltica de los consensos, de modo que solo se logr una legislacinque consider solo la voluntariedadpara que la Universidades se acreditasen,lo que coloca nuevamente en manos de los empresarios de la Educacin la

    responsabilidad de decidir respecto de las exigencias que la sociedad chilena yel desarrollo econmico estn demandando.

    Por ltimo, la educacin o re-educacin de los adultos parece estar enuna brutal decadencia. El Estado no tiene una subvencin especial opreferencial para que los adultos puedan terminar sus estudios o en su defectoactualizarse en trminos educacionales. La matrcula de adultos en losestablecimientos educacionales (especialmente municipalizados) ha descendidofuertemente. Las razones son mltiples, pero la que ms incide es laeconmica. El aporte estatal no supera los 18 mil pesos mensuales. Siconsideramos que la subvencin a la matricula de Educacin Bsica y Mediaen promedio bordea los 30 mil pesos mensuales (promedio por asistenciamedia mensual) cifra que ha sido considerada como exigua, resulta obvioconcluir que el monto de la subvencin para adultos inhibe a cualquierempresario de la Educacin. De una u otra forma podramos estimar que setrat de corregir esta situacin con el Programa Chile Califica, destinado a laescolarizacin de adultos centrifugados del sistema. Sin perjuicio de reconocerel esfuerzo desplegado en este programa, es susceptible de recibir objecionespor la calidad que muestra (por ejemplo clases no presenciales y monitoreadasperidicamente)

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    Otro camino de re-calificacin de la mano de obra ha sido los distintosprogramas que sostiene el SENCE (Servicio Nacional de Capacitacin yEmpleo) como las franquicias tributarias y las becas de capacitacin. Laprimera subsidia a la empresa (dependiendo del costo de la planilla anual) y, lasegunda es un beneficio directo al trabajador que busca capacitarse. Lasobjeciones que se le han efectuado al primer programa dicen relacin con la

    generacin de una sostenida inequidad al financiar durante el ao 2005 a losdos quintiles de mejor ingreso41.

    Por lo argumentado pensamos que para abordar las vertientesplanteadas por Castells, amerita reformas estructurales en la Educacin queconsideren aspectos curriculares, laborales, tecnolgicos, financieros y,especialmente de gestin y administracin y, por qu no decirlo? depropiedady de controlsobre el sistema educacional chileno.

    7. Aproximacin a conclusiones o conocimientos construidos.

    El profesor Manuel Castells nos entrega una periodizacin de los

    ltimos treinta aos de la historia nacional que permitira, segn susexpresiones, reconocer dos tipos de modelos: excluyente e incluyente.Diferenciacin que estara sancionada por la incorporacin ciudadana a lageneracin de las autoridades del pas. A partir de esta etapa (que cubre ellapso 1990-2003) se podra dar paso a una segunda fase de desarrollo, para locual se necesita integrar crecimiento econmico y calidad de vida, procurandosustentabilidad simultnea en la dimensin social, ecolgica y econmica42.

    Esta confianza castellsiana se afirma en la hiptesis de que en estaprimera etapa, el modelo (incluyente) habra tenido xito (en nuestra opininrelativo) en tanto logr avances sustantivos en aspectos como competitividad einsercin en el mercado mundial; as como en aspectos sociales, polticos y

    econmicos.

    En lo referido al mundo social se habra disminuido notablemente lapobreza, llegando el 2006 aproximadamente a un 20%, lo que contrasta concasi el 35% que dej como herencia el rgimen dictatorial. No obstantedebemos precisar que desde el ao 2003 en adelante no ha habido aplicacinde encuesta Casen que nos permita actualizar cifras. No obstante se afirma43que los logros obtenidos son, al menos, modestos, ya que en trminosporcentuales estaramos presentando el mismo guarismo registrado en el ao1970.

    En lo poltico, considerando que Castells se suma a la legin de

    estudiosos y polticos que han dado por finalizada la transicin, no basta que elpoder de las autoridades polticas tenga un origen electivo o que cuente conuna alta aprobacin ciudadana, como para estimar que se est viviendo enplena democracia. Por el contrario hay muchos regmenes no democrticos que

    41http://www.derechotributario.cl/franquicias.htm#senc. Jossie Escrate, ex Directora de SENCE.42

    Globalizacin, desarrollo y democracia: Chile en el contexto mundial. Castells, Manuel. Pgina 112.Fondo de Cultura Econmica.43Los Pobres no pueden esperar. Gonzalo Vial Correa. Columna de La Segunda. 16 de octubre 2006

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    cuentan en la formacon origen en torneos electorales y, por cierto, con altastasas de aprobacin.

    Es necesario escudriar en los distintos pasadizos del laberinto delpoder, caracterizarlos y evaluarlos para los efectos de arribar a conclusionesque digan relacin a si el sistema es democrtico plenamente o est solo en

    construccin.

    En Chile permanecieron (y algunas persisten) durante aosherramientas poltico-institucionales que para nada dibujaron un marcoplenamente democrtico. Slo por nombrar algunas: el Consejo de SeguridadNacional, la inamovilidad de los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas,los Senadores designados. Actualmente (a pesar de su recurrente discusin)persiste el sistema electoral binominal que margina a un considerable sectorde la ciudadana.

    Aunque el autor indica como signo democrtico del sistema la existenciade medios de comunicacin escrita con dismiles orientaciones, no podemos

    dejar de sealar que la existencia e influjo social ha sido precaria, tanto por elescaso tiempo de emisin como por el insignificante tiraje que tuvieron.

    La hegemona del mercado comunicacional, tanto escrito comoaudiovisual, sigue en manos de grandes empresarios que ideolgicamente seubican en la vereda ms conservadora de la sociedad chilena.

    Por ltimo tenemos la Educacin como pivote del modelo que el profesorCastells no ofrece. Los ltimos acontecimientos estudiantiles, los magrosresultados en las mediciones de calidad y algunos pequeos pero seerosescndalos en el sector, nos indicaron (e indican) que el sistema educacionalchileno sufre de serios problemas. A tal extremo se ha tomado conciencia de

    esta situacin que, a pesar de los Planes de apoyo y Reforma Curricularimplementados por los tres gobiernos anteriores, le ha cabido al gobierno de ladoctora Bachelet la responsabilidad de reconocer que amerita un cambioprofundo el marco educacional chileno. A esto se debe la reciente creacin deuna Comisin Asesora.

    En sntesis, pensamos que los logros de los gobiernos concertacionistasson relevantes, al compararlos con las condiciones sociales, econmicas,polticas al momento de asumir en 1990. Pero los avances no han permitido,satisfacer plenamente las expectativas de los chilenos. Por ello que aloptimismo del autor sera conveniente adobarlo con un poco de cautela.

    Santiago, despuntando la primavera del 2006.

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    Informacin disponible en el sitio ARCHIVO CHILE, Web del Centro Estud ios Miguel Enrquez, CEME:http://www.archivochile.comSi tienes documentacin o informacin relacionada con este tema u o tros del sitio, agradecemosla enves para publicarla. (Documentos, testimonios, discursos, declaraciones, tesis, relatos cados,informacin prensa, actividades de organizaciones sociales, fotos, afiches, grabaciones, etc.)Enva a: [email protected]

    NOTA: El portal del CEME es un archivo histrico, social y poltico bsicamente de Chile. No persigue ningn finde lucro. La versin electrnica de documentos se provee nicamente con fines de informacin y preferentementeeducativo culturales. Cualquier reproduccin destinada a otros fines deber obtener los permisos quecorrespondan, porque los documentos incluidos en el portal son de propiedad intelectual de sus autores oeditores. Los contenidos de cada fuente, son de responsabilidad de sus respectivos autores, a quinesagradecemos poder publicar su trabajo.

    CEME web productions 2003 -2007

    Fuentes consultadas.

    Estudio Econmico de Amrica Latina y el Caribe, 2003-2004. CEPAL,septiembre 2004.

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    http://www.derechotributario.cl/franquicias.htm#senc. JossieEscrate, ex Directora de SENCE.

    Globalizacin, desarrollo y democracia: Chile en el contextomundial. Castells, Manuel. Pgina 86. Fondo de Cultura Econmica.

    Distribucin del Ingreso y pobreza en Chile. Schatan, Jacobo.Director del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (CENDA).2004

    Educacin con Camisa de Fuerza. Entrevista realizada al vice-presidente del Colegio de Profesores, Daro Vsquez., realizada por GalyChvez encargada del Departamento de Comunicaciones del PIIE. Mayo 2006.http://www.piie.cl/entrevistas/dario_vasquez.htm

    Indicadores de la Educacin en Chile 2002. Departamento deEstudios y Desarrollo de la Divisin de Planificacin y Presupuesto delMinisterio de Educacin. Pgina 65. http://www. mineduc.

    La necesaria reforma de la Reforma Educacional. Mella Orlando.Pginas 2 y 3. Revista Digital Umbral 2000 No. 12 Mayo 2003 www.reduc.cl

    Polticas habitacionales. Entrevista a Alfredo Rodrguez, vicepresidentede Asuntos Internos del Colegio de Arquitectos e integrante de la comisin deVivienda. Portal del Colegio de Arquitectos. www.colegioarquitectos.com

    Todo indica que este comportamiento mediocre de la economachilena lleg para quedarse. Entrevista al economista Sebastin Edwards.Seccin Negocios. Diario La Tercera. Domingo 10 de septiembre del 2006.Chile.

    Documento de trabajo nmero 298. De Gregorio, Jos. Pgina 6.Banco Central de Chile. Diciembre 2004.

    Desarrollo Econmico. Boletn del Centro de Informacin de lasNaciones Unidas. Temas de Inters.http://www.cinu.org.mx/temas/desarrollo/des_econ.htm.

    Chile. Informe de empleo para el ao 2005. Gerhard Reinecke yJacobo Velasco. Pgina 4. Oficina Internacional del Trabajo (OIT). Oficina sub-regional para el Cono Sur de Amrica latina.. Santiago, julio del 2006.

    IPC histrico 1960 a agosto de 2006. Instituto Nacional deEstadsticas.http://www.ine.cl/ine/canales/chile_estadistico/estadisticas_economicas/ipc/1928_2005/series_anteriores.php

    Estadsticas de Trabajo y Previsin. Compendio de Estadsticas,pgina 115. Instituto Nacional de Estadsticas. Ao 2005.

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    Las diversas opciones frente a la inamovilidad de Comandantes enJefe de las FF.AA.www.lasemanajuridica.cl/LaSemanaJuridica/747/article-4373.html