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Publicación Historias Taller de Literatura 2014
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Departamento de Español English Department
Editores: Blanca Hernández Matthew Jones
Camille Lynch Javiera Vildósola
Cristóbal Zilleruelo
Diseño editorial: José Manzanares
Ilustración: Beatrice Steele
Contacto: [email protected]
Marzo 2015
INTERTEXTO Camille Lynch
LOS TAMBORES PALPITANTES Cristobal Zilleruelo
LA SONRISA Damian Narbona
LA IMAGEN EN EL ESPEJO Javiera Vildósola
PALABRAS Stefano Piroddi
FUEGO ROJO Damian Narbona
C.A.N. 1940 Florencia Noguera
DESCRIBE AN ALIEN Fernanda Castillo
NUMBER 1 WRITING Camille Lynch
THE DECADENCE OF SOCIETY AND THE CORRUPTION OF THE
AMERICAN DREAM Lorenzo Bevilacqua
Welcome to Ruta Literaria, Craighouse School’s literary magazine. Started in 2013 by students and the English and Spanish Departments, this is the place where members of our community can read and publish fiction, poetry and non-fiction of the highest quality.
In this our 2nd edition, we’re publishing outstanding texts from the 2014 academic year. The categories are poetry, short fiction and non-fiction.
This year we’re using a new online format, publishing written work, illustrations and graphic literature on our new blog.
We’d like to take this opportunity to thank the student editors, those who submitted work, and also to Beatrice Steele for her illustrations.
We’d like to invite the whole of the Craighouse community to enjoy this magazine, and we hope to see many new faces in the editorial team next year.
We look forward to reading your submissions!
Editorial Team
Editorial
Bienvenidos a Ruta Literaria, la revista literaria de Craighouse. Fue fundada en el año 2013 por los alumnos de Senior y los Departamentos de Lenguaje e Inglés. Ruta literaria es un espacio donde los miembros de nuestra comunidad pueden leer y publicar textos literarios y no literarios como relatos, poemas o artículos de opinión.
En esta segunda edición publicamos los textos destacados del año académico 2014. Las categorías trabajadas fueron poesía, cuento y texto no literario.
Este año estamos utilizando un nuevo formato en línea, publicando trabajos escritos y literatura gráfica en nuestro blog. Nos gustaría aprovechar esta oportunidad para agradecer a los editores y a Beatrice Steele por su colaboración.
Finalmente, nos gustaría invitar a toda la comunidad Craighouse a disfrutar de esta revista y esperamos ver muchas caras nuevas en el equipo editorial del año 2015.
¡Estamos a la espera de sus textos!
Equipo Editorial
Editorial
INTERTEXTO
EL camino ondeante que atravesaba por el bosque como una arteria, irrigando el cuerpo, se encontraba un nido de pinos, grueso e impenetrable. Cualquiera que lo hubiese intentado cruzar, seguramente, se perdería para nunca más ser visto. Todos menos una persona. Alguien cuya cabaña se encontraba enterrada en el corazón del bosque, escondida por pinos y robles, lejos de toda distracción.
Aquella persona era una mujer solitaria, encontrando compañía en los animales, los árboles, las pieles de conejo y ciervos cazados y en la leña que cortaba para vender en el pueblo cada cierto tiempo.
Pero la tranquilidad había cesado. De repente, encontró uno de sus ciervos arrojado en la tierra, su cuerpo degollado y su interior escapando de su vientre en un desorden sangriento.
La mujer que vivía en la cabaña tomó el hacha y su cuchillo, preparando una pequeña cesta con pan y queso. Tomó su largo pelo rubio en una trenza y se puso la capa roja, aquella que le había sido regalada por su abuela hace diez años.
Salió de su casa cerrando con llave. El lobo había vuelto.
Camille Lynch
INTERTEXTO
LOS TAMBORES PALPITANTES
Los escucho ¿Por qué los escucho? Me vuelven loco ¡No es que sea loco! Ni se te ocurra pensarlo… NO ESTOY LOCO. Te digo que no lo pienses, sé que lo estás pensando ¡No!. Te digo. Di que no estoy loco. DILO. Piensa que ¡¡¡¡NO ESTOY LOCO!!!! Eso. Muy bien. Bueno, sigamos con mi…Bienjirijillo. Bien. Okey. Yo. No. Loco. Bien. Bacán. Bien.
Los tambores, siempre sonando, nunca parando. Siempre los he escuchado ¿Desde cuándo, preguntas? ¿No? Sí, sí lo preguntas. No te hagas el leso, porque yo… ¿qué? ¿LOCO me llamaste? ¿No? Bueno. Bien. Bueno. Bacán. Tum, tum, tum.
Siempre sonando… Nunca parando…
Inspirado en “Corazón delator” de Edgar Allan Poe
Cristóbal Zilleruelo
LOS TAMBORES PALPITANTES
LA SONRISA
Su sonrisa perfecta era desesperante. Esas perlas cada vez brillaban más y me seguían a todas partes.
Damián Narbona
LA SONRISA
LA IMAGEN EN EL ESPEJO
Se mira al espejo porque no entiende cómo su cuerpo está en esa superficie y se pregunta ¿Por qué estoy allí? ¿por qué estoy en dos lugares a la vez? Sigue admirando un cuerpo que según ella no es el suyo y se pone a pensar: recuerda lo que le contaron cuando era apenas una niña.
“los espejos nos muestran lo que desearíamos ser”
Resuena dentro de su cabeza en la suave voz de su abuela y gira frente al espejo y ve cómo el vestido abraza sus curvas y piensa que ella no es así en la “vida real”, pero como se supone que ella sabe cuál es la “vida real” ¿Es acaso la vida que tiene esa gemela atrapada tras el grueso vidrio o es la vida que ella llevará en su futuro desconocido?
Entre tanto pensar y pensar frente al espejo, su imagen se ha ido languideciendo. Esa gemela que antes tenía la cabeza derecha, ahora s ele ha caído y descansa con su barbilla pegada hacia el pecho con los ojos fijos en el suelo. Parece dormida, pero no lo está, porque al segundo después sus ojos la miran llenos de odio y resentimiento. La gemela agarra la silla en la que solía estar sentada y rompe el espejo. Lentamente, pedazos de su cuerpo van cayendo hacia el piso como si hubiera estado dibujada en el espejo.
¿Cómo algo o alguien podría haber retratado a la perfección sus movimientos si estaba petrificada en el suelo? Ahora es imposible distinguir qué pedazos correspondían a la gemela y cuáles eran del propio espejo. Pero de pronto todo se volvió más claro. Ella también se encuentra en el suelo, su cuerpo cortado y sangriento por los pedazos de espejo, comienza a preguntarse qué hace allí pero antes de que pueda formular una conclusión, se cierran sus ojos.
Javiera Vildósola
La imagen en el espejo
palabras
En el vientre de las palabras nace el ser humano. Su destino recae en la madre que lo ama. Si de vuelta la ama, en sus palabras notará. Si por el contrario, la odia, si vida ofuscará. Un destino entendible a la luz de la verdad. Que en palabras escribió y a la luz sirvió.
Stefano Piroddi
Palabras
fuego rojo
La pasión del poeta
es fuerte, intensa e inextinguible,
firme y derecha.
El poeta sin pasión arde
en las llamas de la vergüenza
y la crueldad es su religión
y la mujer su salvadora, oh
los practicantes sufren al perderla,
tanto que ni la más hábil de las
profetizas del verso podría salvar
sus almas.
Damián Narbona
fuego rojo
c.a.n. 1940
Nací dentro de una caja mohosa y blanda, el cartón estaba arrugado y lleno de agujeros por donde podía observar cómo las personas iban de un lado a otro con un rápido andar y sin tomar la mínima atención a la cajita que tanto me había servido. Si bien no era muy cómoda, era el refugio de mis hermanos, de mi madre y mío, y a pesar de todo no necesitábamos nada más. Las cuatro paredes que nos rodeaban nos mantenían juntos y podíamos sentir nuestro calor y compartirlo, lo que era de mucha ayuda cuando nuestra madre salía a buscar algo de comer, ya que sin ella, un desgarrador frío nos rodeaba junto con una brisa helada que penetraba fácilmente la caja por los pequeños agujeros que esta tenía.
Cuando mi madre salía, no tardaba mucho en volver, pero cada vez que se iba, una sensación de preocupación se apoderaba de mí, esperando que volviera lo más pronto posible y que el mundo se quedara en una pausa protectora hasta que regresara sana y salva. Ella nos protegía de los peligros exteriores y nos decía que no debíamos salir sin su permiso, pero solo había una cosa que no podía detener, varias veces por día abrumadores estruendos resonaban por las calles y alarmaban a la gente, corrían en todas las direcciones, pasando a llevar nuestra caja y sacudiéndola de un lado a otro, mientras todo se volvía oscuro y se hacía cada vez más difícil respirar. Recuerdo claramente las reacciones de mi madre, nos rodeaba, entregándonos su calor y protección, pero a mi parecer todos ahí sabíamos que eso no era suficiente para detener lo que sucedía, era algo que iba más allá de lo remotamente imaginado, una fuerza enorme que destruiría todo lo que nos rodeaba si así lo deseaba.
Una tarde mi madre salió en busca de algo para comer y nos dijo, igual que todas las veces que se iba, que nos quedáramos ahí y la esperáramos, que volvería pronto. Esa tarde una sensación aún más extraña me invadió, solo quería que ella regresara y no importaba si eso implicaba que esta vez no comeríamos nada, ya habíamos soportado eso varias veces antes y esta vez no sería diferente. Me acerqué rápidamente a uno de los agujeros y miré al otro lado, una extraña niebla gris inundaba las calles y los edificios, de los cuales muchos de ellos ya no estaban en pie y dejaban entrever lo que algún día habían sido, cálidas construcciones donde la gente vivía o simplemente iba a trabajar y pasaban horas charlando de diversos temas con compañeros y amigos.
Recuerdo claramente haber visto alejarse a mi madre, pero ya era demasiado tarde, no podía salir a detenerla, se encontraba demasiado lejos de nuestro refugio y salir me traería un buen sermón cuando ella estuviera de vuelta. Pocos minutos después de perderla de vista, un
c.a.n. 1940 (cuento)
horrible sonido hizo rebotar el aire, mis oídos zumbaban y mi única reacción fue acurrucarme junto a mis hermanos y esperar. La tierra se sacudió, por un momento pensé que la caja caía por un enorme bache, nos golpeábamos fuertemente contra las paredes de la caja y de un momento a otro, ya no me encontraba bajo su protección. Me golpeé fuertemente la cabeza contra el pavimento y poco a poco fui perdiendo lucidez.
Cuando desperté, todo estaba muy silencioso, miré hacia todos lados en busca de mi madre y mis hermanos, pero no pude encontrarlos. Me quedé quieto unos minutos más para poder recobrar fuerzas y comencé a caminar en busca de mi familia, vagué por una larga calle observando atentamente cada detalle del horroroso escenario, todo era escombros, había personas tiradas en las calles y cada vez se me hacía más difícil avanzar entre los restos de casas y edificios. Desde lejos, percibí un extraño ruido y desvié la mirada hacia su origen. Una enorme máquina se acercaba aplastando fácilmente todos los escombros que tanto me habían estorbado el camino. Cada uno de los trozos de cemento, de madera quemada y de vidrio crujían bajo las extrañas ruedas de la máquina. Ante esta situación, me escondí detrás de una pared medio caída y no pude evitar extrañar el refugio que compartía con mis hermanos y mi madre. La máquina se encontraba cada vez más cerca y con ella, una multitud de hombres que vestían igual caminaban con paso firme observando minuciosamente lo poco que quedaba ya de las construcciones. El sonido de sus pasos y sus voces se encontraba cada vez más cerca de mí y mi corazón latía desesperadamente en el intento de convencerme de que no me encontrarían y se seguirían su camino. Me sobresalté cuando noté que uno de los hombres estaba más cerca de lo que había pensado y en ese mismo instante intenté salir de allí lo más rápido posible, al parecer no fue una buena idea, una de las pequeñas piedras del montón en que me encontraba, cayó liberando un pequeño ruido, casi inaudible, pero que bastó para que el hombre se diera vuelta y se quedara mirándome fijamente.
Me quedé quieto y lo observé atentamente mientras al parecer, por su expresión, pensaba en qué iba a hacer conmigo. Era alto y robusto, vestía el mismo uniforme verdoso de sus compañeros, unas botas que le llegaban hasta la rodilla, un casco y en su cintura tenía ajustado cinturón con varios bolsillos y objetos colgando. Fijé mi mirada en su mano, un largo rifle apuntaba al piso, esa extraña sensación que tenía cuando mi madre salió volvió a mí. El hombre levantó lentamente el arma y, con algo de duda, me apuntó fijamente. Quedé paralizado, suspiraba y me miraba fijamente, movió lentamente su dedo y luego de un segundo en donde sentí que mi mundo se pausaba, apretó el gatillo.
c.a.n. 1940 (cuento)
Se escuchó un sonido ensordecedor, que rebotó en el silencioso ambiente durante unos segundos más, mientras varios fragmentos de la pared en la que me refugiaba cayeron sobre mí. Me sacudí, y una nube de polvo junto con algunos trozos de cemento se elevaron y quedaron en el piso. Comencé a retroceder lentamente, mientras el hombre se acercaba a paso firme hacia mí, me levantó y cuando me di cuenta, ya me encontraba junto a ese desconocido sobre la ruidosa máquina que tanto espanto me había causado. Intenté liberarme de sus brazos, pero fue en vano. Miré hacia todos lados con la última esperanza que tenía de encontrar a mi madre y hermanos, pero solo divisé cientos de hombres idénticos a mi captor, que al parecer ignoraban mi presencia. Luego de un largo trayecto, llegamos a lo que sería mi hogar durante varios meses más. Un prolongado edificio de un verde similar al de los gruesos uniformes que ahora tanto veía y que al parecer, serían lo único que vería durante un largo tiempo. Me encerraron en una pequeña habitación vacía donde, ya sin siquiera poder pensar en lo que me depararía el futuro, me recosté en una esquina y en esa habitación silenciosa, sentí cómo mi magullado cuerpo me recordaba con pequeños latidos de dolor, lo que me había sucedido horas antes. Luego de unos minutos caí bajo un pesado sueño, el cual de cierta forma me reconfortaba, ya que tan solo pensar en lo que me había sucedido a mí y a mi familia, en dónde y cómo estarían en ese momento, me provocaba un escozor en los ojos que me exasperaba. Desperté sobresaltado con el ruido de alguien cerrando violentamente la pequeña puerta que se encontraba en frente y me quedé mirando fijamente el plato de comida y el agua que acababan de dejar junto a ella. Durante un segundo pasó por mi cabeza la idea de desconfiar y dejarla, pero luego de escuchar el fuerte rugido de mi estómago, decidí que si algún día quería salir de ahí y encontrar a mi familia, debía recuperar fuerzas. Los días pasaron, lentos y monótonos, no hacía nada más que comer y dormir, y de vez en cuando me dejaban salir y dar una vuelta en un reducido espacio cercado, donde el hombre que me había traído en sus brazos se acercaba y jugaba conmigo unos minutos. Esos eran los momentos en donde ya no veía en él esa frivolidad que vi cuando me apuntó con su arma, se veía como un hombre cálido, en esos minutos era capaz de olvidar el dolor que me embargaba y centrarme en esa suerte de amistad que entre él y yo había nacido. Pronto la monotonía se volvió un sufrimiento, dejaron de darme comida y pasaban varios días en donde lo único que escuchaba eran los quejidos de mi dolorido estómago. Solía escuchar las protestas de mi único amigo, exigiendo que me dieran comida y señalando que esta no era la manera de hacer las cosas, día tras día fuertes discusiones se escuchaban entre él y sus
c.a.n. 1940 (cuento)
compañeros, pero luego de unas semanas pareció darse por vencido y no protestó nunca más, ni tampoco volvió a jugar conmigo. Luego de pasar unos días sin comer me sacaban y me ponían un pesado chaleco grisáceo que me recordaba a esos misteriosos cinturones llenos de bolsillos y de objetos, a los cuales aún no conseguía encontrares alguna utilidad. No podía evitar la desbordante alegría que me inundaba cuando uno de los hombres uniformados se acercaba con un plato de comida, pero para mi decepción, solo alardeaba de ella delante de mí y se alejaba, dejándome en medio de la desesperación, intentando saltar la cerca para poder arrebatarle la comida de las manos y salir corriendo sin rumbo alguno. Con el pasar de los días mi rutina cambió, a pesar de que seguían sin darme comida, ya no sufría tanto, ya que fácilmente podía ir en busca de ella. Cada vez que llegaba la hora de comer, ellos me llevaban al terreno cercado que tanto detestaba, uno de los hombres me mostraba la comida y la disponía bajo de una de esas enormes máquinas que me habían traído a ese infierno, habrían la puertecilla y yo corría hacia ella, a través de metros y metros de una rocosa y muerta superficie, que parecía no tener fin. Cada vez que lograba llegar a la comida, me sentía satisfecho, no protestaba, ya que eso era claramente mejor que morir de hambre como antes.
Un día, un hombre me sacó y me condujo a un pequeño camión del mismo distintivo verde de todo el lugar, fue ahí en donde me volví a encontrar con mi amigo. Evité concentrarme en el sentimiento de tristeza que me causaba pensar en que algún día me había dejado solo en este repugnante lugar. Nos sentamos juntos y recorrimos el camino lleno de leves hendiduras y rocas que nos hacían tambalearnos y golpear suavemente nuestros cuerpos, sintiendo nuestro calor, un sentimiento de tranquilidad me embargó, era como si esa serenidad fuera a durar para siempre. Pero no fue así, pronto llegamos a un lugar que me recordaba al de mi nacimiento, los hombres corrían de un lado a otro, con las caras embarradas y gritando órdenes entre ellos.
Mientras nos bajábamos del camión el cielo se volvió oscuro y mis oídos retumbaron como la primera vez, trayéndome horribles recuerdos de lo que me había sucedido. El silencio que vino después me aterrorizó, quería salir corriendo pero mi compañero me sujetó fuertemente y nos dirigimos a una zanja, donde juntos esperamos lo que vendría después. La tierra comenzó a sacudirse y con ello, un enorme estruendo resonó por todo el lugar. Las cenizas inundaron el ambiente y muchos de los hombres que se encontraban allí resultaron heridos, quemados y varios corrían con sus ropas en llamas. Yo miraba espantado este escenario
c.a.n. 1940 (cuento)
mientras mi compañero me sujetaba protectoramente. Nos quedamos ahí varios minutos más, esperando a que todo se calmara un poco. Cuando el estruendo cesó, vimos que las personas corrían con camillas y medicinas. Nos resguardamos ahí durante un largo rato, escuchábamos los constantes disparos y gritos. Uno de los hombres se acercó y nos dijo algo, mi compañero asintió y nos dirigimos junto a él justo detrás de un montón de escombros, desde donde observamos cómo numerosas máquinas, que yo había visto tantas veces, se acercaban. Mi amigo, por alguna razón que hasta ese momento desconocía me tomó la cara y me miró fijamente a los ojos, no como la primera vez que nos vimos, sino que con un leve sentimiento de tristeza. Lo miré y noté que por su mejilla corría una pequeña lágrima que llegó a su mentón y desapareció, movió suavemente los labios y dijo algo que apenas pude escuchar, “lo siento”.
Yo llevaba mi pesado chaleco, el cual ya me había acostumbrado a usar y que no representaba ninguna carga para mí, me ayudó a acomodarlo y me dejó ir. Recuerdo cada segundo transcurrido, las máquinas avanzaban imparables destruyendo todo a su alrededor, cualquier persona normal pensaría que estaba asustado, pero no fue así. Esas armazones de metal me atraían, corrí como nunca lo había hecho, sentí que el viento rozaba mi cuerpo y pelaje. Cerré los ojos por un segundo y me dejé llevar, mis cuatro patas se movían con una coordinación enorme y sin trastabillar con los escombros como antes lo habían hecho, eché mis orejas hacia atrás y levante levemente el hocico. Cuando ya me encontraba cerca de la máquina, la examiné, las mismas alargadas ruedas de siempre y la misma singular armazón de metal que le otorgaba ese aspecto tan imponente. Me acerqué y me metí debajo de ella, en ese momento mi mundo se pausó, sentí mi respiración agitada, las patas me temblaban y mi lengua se movía fuera de mi boca con jadeos constantes. Sentí que el dolor se liberaba, todo lo que me había ocurrido, mi miserable vida, el ser alguien sin importancia para nadie, se desvanecía por completo y dejaba un espacio para una nueva oportunidad, una oportunidad para escapar de este mundo que no me pertenecía y que todos los que vivían en el estaban lejos de poder controlar algún día.
Florencia Noguera
c.a.n. 1940 (cuento)
describe an alien
I entered the room and I saw this tremendous figure, I just had to blink one more time because I couldn´t believe what was in front of me. It had this sparkling eyes, I could say they were the size of my head. I took a step forward to make sure I was actually not imagining something. Just to make sure it was real, it felt real but not for the last time I pinched my self. The colour of its skin was light blue like the sky and it also had coarse skin. I assumed it was an Alien, correction she was an Alien. I figured that she was a girl because she had this special dress. It caught my attention. It was black with a grey strip of fabric, a crossed crystal clear cloth in the arms and legs. Her shoes were made of leather, I mean it looked like leather maybe it was just another type of fabric that existed in her planet. She seemed like she would cause no harm. I stopped for one second and I thought about this movie, it was horrifying the guy thought the same thing that the outer space creature was not harmless. At the end the men died. In that moment I was freaking out, it felt like my pumping heart was just going to come out of my chest. This creature walked! In my opinion I expected something more… more… marvelous, like it slithering or flying through the sky. I took the decision to go and talk to her; it didn’t seem like the cleverest decision I had made in my short life. In those 3 steps and 10 seconds picking up my heavy feet off the ground, I was trying to say something smart I don’t want her to just take my head off by just saying foolish, futile, lifeless words. I said, “Hi.” I thought that was the best introduction. It answered, “y!p#”. What is that!! I thought, and in slow words I said, “No space language”. So she answered back “OK”. I seemed really stupid… she spoke English!. My curiosity was calling me I just wanted so badly to go and make conversation, I mean if you saw that in your room what would you expect? My legs started moving by themselves. I just couldn’t stop them; her terrifying, enormous big eyes were looking at me like I was the stranger here. My legs were one step ahead from my mind so I just had to think fast. I obeyed my legs and started talking: “Just wondering… who are you? Well I mean what are you?. No offence you know I am very new at this whole thing finding a space or from wherever you are alien or whatever you are.” Wow I thought. Human legs and arms started crawling out of her terrifying body. Her immense eyes started looking like mine. “What are…” a knife came out of her back… slashhh!!!!! I woke up breathing heavily I thought every thing was a dream so I touched my neck; red, my hands were red. All the memories started coming back. This is really weird I thought, this wasn’t just a scary nightmare but it wasn’t the end either. I looked out the window… it was just the beginning
fernanda Castillo
Describe an Alien
number 1 writing
Rain splattered from the 8 o'clock sky onto the pavement, incessantly whispering to passerby. The flood of pedestrians, relieved to finally get out of their stuffy offices, crowded over the crosswalk, their already hurried demeanor increasing due to the wet rain which began to soak through their long, dark coats.Out of this conglomerate of people, stepped out a man, dressed in a coat identical to all the others, topped off with a tilted fedora which shadowed his relatively ordinary face, and made his way towards an empty street which branched off the busy avenue.
The loud footsteps of the people exiting the governmental building grew more and more distant as the man advanced through the wet, dark, empty street, illuminated by a couple of flickering red, green or blue signs which announced the presence of a dodgy bar, motel or another type of business, all closing by now. They did not close just because of the time, but also to protect themselves from the Rebels, which would scatter out of their hiding places and take over the city at night, much like the rats who were beginning to exit their filthy sewers and swarming to the fresh piles of garbage, taken out of buildings by unwilling teenagers, who quickly scurried back into their homes to avoid the Rebels and their rodent counterparts.
The man calmly walked down the street, one gloved hand on his leather briefcase and the other in his pocket, dim brick buildings surrounding him on both sides.
The sound of his coworkers at the avenue had died down by now, either because he had walked far enough, or because they had walked away from him. It depended on the point of view of whoever was watching, in this case, a bony, sallow-faced man in his early 20s, hidden behind a large dumpster belonging to a Chinese restaurant. 'Dodge' was what they called him, his Rebel name. Before he had been known by some common name he had long forgotten now, a name his birth parents had given him, not that he cared much to remember them either. His life before joining the Rebels was meaningless to him now.He stood behind the dumpster, sniffing the rainy air every so often, his shabby and overly large coat hanging on his thin frame. One of his hands fiddled with a barely smoking, shrunken, stale cigarette butt, pondering whether to smoke it or not. He peeked from behind the dumpster, checking if the government worker was close yet. He then saw him cluelessly walking down the street, his precious briefcase in hand.Oh how he'd love to get that briefcase and all that information in it. With the perfect timing and precision, it could be possible.
number 1 writing
He tossed the damp, greying cigarette aside and cautiously put his hand in his pocket, his spidery fingers wrapping around a tiny metal sphere, no bigger than the greasy red pimple on his chin. He hid behind the dumpster, waiting for the time to strike. The other man suddenly stopped walking, sniffing the air, the smell of burnt tobacco filling his nostrils. He suddenly stiffened up, as the sudden realization that he might not be alone dawned upon his face.
Dodge cursed to himself, fighting against the urge to kick over the dumpster in frustration. The government worker nervously began to search around in his pocket, eventually pulling out a small, circular case. He removed the leather glove from his right hand, proceeding to open the case and carefully remove a dripping, translucent contact lens. He stretched his right eyelid with one hand, and inserted the lens with the other. He blinked several times until the lens fell into place.Anxiously looking around him, he whispered in the lowest voice he could muster. "Rev-reveal." He stammered.He jerked his body back, startled at what the lens had shown him.Dodge sighed and stepped out from behind the dumpster, his arms outstretched and the small sphere lodged tightly between his thumb and forefinger. "Look govie, I just want the case, So hand it over, and no harm done, eh?" He spoke in a thick Rebel accent, which made him hard to understand for others. "You're not getting it. Now let me pass.""Mate, you don't seem to understand. Give me the damn case." Said Dodge, his tone changing from relaxed to menacing. The sphere grew warmer in his twisting fingers."Please let me go. I won't report you!" The man anxiously looked around for signs of other people.Dodge rolled his eyes. "You asked for it."As soon as he took a step forward, the man shouted.Dodge lunged at him, throwing him to the floor, pinning his arms behind him with one hand, and covering his mouth with the other."Dammit shut up!" Dodge hissed, his narcotic stained breath making the man nauseous. The man took this opportunity to throw his head back against Dodge's nose, cracking it. Dodge released his mouth, grasping his bleeding nose. "Rebel!" Screamed the man.Dodge threw himself at him, sending him onto the hard asphalt.
number 1 writing
"I told you to shut up!"He pricked a tiny hole into the sphere with his nail, and shoved it into the mans ear.
An expression of pure terror reigned over the man's face for half a second, interrupted by a sudden 'pop'. Suddenly his ears began to bleed profusely, blood pouring all over the pavement.The man's screams lasted very little, the sphere's effect causing immediate death. Dodge grabbed the briefcase and stood up, clasping his bleeding nose with one hand."Oi! you!"Dodge sprinted away from the voice, not daring to turn his head to look.His mind was a rush of thoughts, how his collecting of the case would finally achieve some changes, how his Clan Parent would reward him with a handsome amount of coke, even thoughts of his rank being raised.
The Rebel cause was moving forward!
Camille Lynch
number 1 writing
the decadence of society and the corruption of the
american life
The$New$York$Times$|$Opinion$
The decadence of Society and the corruption of the American Dream May 24th 1925
Have you ever been invited to a party at Jay Gatsby’s house? Well, I have, and you would not be so amazed if you really understood the true sense under the parties.
Last weekend, I went to a party at Jay Gatsby’s house, in West Egg. At the beginning, it was amazing. As you enter Gatsby’s home, you find yourself inside probably one o f the l a rges t mansions in all the East Coast. It is astounding; you see big shining lamps hanging on the ceiling, huge table with King-like banquets, and servants who behave as perfectly as you could imagine. However, as the night goes on, people start getting drunk, and transform into people that nobody understands, except other drunk people.
After more or less two hours of partying, people start to lose control. The first reason, obviously, is the fact that they get drunk, and do not realize what they are doing. The second reason is that they are at a stranger’s house, who does not care about crazy
Opinion
Image by Sara Martins
partying as long as his guests enjoy the night. As I was completely sober, I could observe the event objectively, and what I saw that night drove me absolutely mad.
People expressed the true essence of contemporary human society in this party. They talked complete nonsense, behaved as animals, did not care about the image they were showing to the world. If you got close enough to listen to a random conversation, you would hear about the thoughts of a hollow upper class that does not know about any other social group but itself. People like Tom Buchanan, a rich man who lives in East Egg in a huge mansion, talk as if they had a speech prepared for every night (and I can't say they really do not have it). He speaks about the human civilization splitting into races, making white people superior to other races. I mean, how can one person think like this in contemporary times? I cannot understand how a high-class person from New York City can have thoughts of this kind. This is an example of how all the advances in technology and science threaten dumb men like him, because he just worries about his look, but simply cannot understand the things he reads.
If we analyze these behaviors much deeper, we can see the true decadence of modern society. The first characteristic is the corruption of the American Dream. Our host, Jay Gatsby, is a lonely man who needs to organize parties every weekend to get some company, and is apparently only worried by material possessions. This clearly shows that the American Dream has turned people to search for happiness inside things and objects, and not in having a family, for example. The American Dream was not created to make people turn away from their natural needs of love and affection and use objects to fill this gap. I believe Jay Gatsby is the true image of decadence in the modern world, not in the sense of monetary success, but in the sense of human success. He lacks a past, he can never feel satisfy simply because he searches for an identity inside material things, and this is exactly what our perverse economic system wants us to do.
Materialism is what I am talking about, and has turned into a principal idea, which belongs to the global idea of the American Dream. The fact that Gatsby does not socialize much in his own parties, and the fact that he lives in a huge mansion but has got no family, shows that he has been looking to find success and happiness through material things and ostentation, demonstrating the fact that the American Dream is becoming totally corrupted. People are starting to want objects, and money, but they do not realize that they will never feel satisfied; because you cannot have enough of what you don't need!
Opinion
The American Dream was supposed (in my opinion) to make people feel hungry for success and work towards it; to have a good family and a good work. However, as I said before, this does not longer seem to be how people see the American Dream nowadays. This, as I said before, is the expression of the evil plan that big companies have been preparing, for people to engage in consumerism that will be impossible to stop. Thus, companies will control the world and our lives forever after.
Also, he shows the hollowness of the upper class. Rich people of modern times don't seem to know about anyone but themselves, which was strongly shown by Tom Buchanan and his thoughts of superiority not only towards other races, but also towards lower class people. Gatsby exposes the same way of thinking; he invites people and does not even talk to them! I believe is totally disrespectful to behave like this, and I also think this behavior is the reflection of a person who is arrogant, feels superior and exclusive towards his guests.
I believe society (in general) is in decadence. I don’t see the happiness in the streets that I could see before the Great War. People seem to be looking for momentary things, such as lovers, possessions, big houses, but are forgetting about the true sense of life; having a family and sons you can teach to how to carry the world on. It is so sad that this is happening, and people are just accepting it as the new reality of the modern times. Maybe some day in the future this materialistic behavior is going to cost our country an economic crisis, which I don’t want it to happen, but the behavior people is having nowadays is definitely going to impact our society with pitiful consequences. All I can say, is that if we keep going like this, money and companies will rule the world.
Lorenzo Bevilacqua
Opinion
