Ricardo Mendez-dinamica Capitalista

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  • Arie! Geografa Ricardo Hnde~

    GtodralittOnmitiLa lgica espacial de

    capUalismo globa

    Editorial Ariel, S.ABarcelol1

    -------- ...y ..".----------------.,....----

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    CAPTULO 3

    DINMICA CAPITALISTA, CRISISY REESTRUCTURACIN TERRITORIAL

    1. Transformaciones recientes en la economa mundial

    El paso del tiempo, con la perspectiva que otorga sobre la multitud dehechos y situaciones heterogneas que salpican la vida cotidiana de las per-sonas y las sociedades, permite encontrar a veces regularidades y deducirtendencias capaces de dar cierto sentido a la masa informe de datos y ob-servaciones disponibles, ms all de su simple enumeracin descriptiva. Ental sentido, cualquier aproximacin actual a la evolucin registrada por laeconoma mundial en el ltimo medio siglo puede constatar la sucesin dedos fases con caractersticas ntidamente diferenciadas, situadas a ambos la-dos de un punto de ruptura que corresponde al inicio de los aos setenta.

    1.1. USA Rl'PTURA EN LA EVOLUCIN ECONMICA

    Desde el final de la segunda guerra mundial y hasta esa fecha, la eco-noma de los pases desarrollados estuvo dominada por una espiral de creci-miento que permiti mantener unas tasas de aumento del PIB cercanas al5 % anual acumulativo (hasta el 6 % en el caso de la industria). Este fuer-te ritmo resultaba coherente con una situacin de pleno empleo, al mante-ner tasas de paro en torno al 2-3 % (paro friccional. por transicin entre em-pleos distintos), y con la llegada de inmigrantes procedentes de pases peri-fricos. tanto en Europa occidental como en Estados Unidos. En el planoeconmico, ese perodo de bonanza se correspondi con un intenso procesode industrializacin que justificaba la identificacin de los pases o regionesindustrializados con los desarrollados, mientras en el plano sociopoltico su-puso una progresiva consolidacin del Estado del bienestar, la negociacincolectiva y una relativa paz social.

    ~1uy distinta era, no obstante, la situacin padecida por unas reas sub-desarrolladas del mundo en pleno proceso de descolonizacin y aquejadaspor males endmicos (hambre. pobreza, escasez de inversiones productivas,desempleo y subempleo, dependencia exterior y graves desigualdades inter-nas. etc.), acentuados en ocasiones por una verdadera explosin demogrfi-

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    HG.3.1. Evolucin anual del PIB.r la lasa de paro en Espa11a.I971}995.(Fl'E~TE: II'E.)

    dad, as como frecuentes maniobras especulativ~s por part~ de un capital. ~i-nanciero que tiende a imponer sus ritm~s ~IcapItal productIVO. La evolucIOnregistrada por las tasas anuales de cr_eCH~lIent~d~l PIB y los nIveles ~e ~e-sempleo en Espaa entre 1971 y 199~ (vease.fg. ".1), con bruscas oscilacIO-nes en el primer caso y otras de menor amplitud en el segundo a.nte s~ ten-dencia al aumento, son buen exponente de esta nueva era de la lI1certldul11-bre anunciada por Galbraith (1981) ... , .

    Pero lo ocurrido con todo este conjunto de mdIca~o~es no es ~mo refle-jo de un cambio estructural profundo en la base economIca, qu~ }lene en ~aglobalizacin de la produccin y los mercado~, la nueva r~vol.~cIOn te~n.olo-gica sustentada en la informacin, y la creCIente hberahzaclOn propicIadapor el abandono de algunas funciones regu~adoras antes ostenta?~s p,or. elEstado, sus principales vectores, capaces de Impulsar una renOVaCI?n rapId.ae intensa en las estrateCJias competitivas de las empresas. Algunas Simples CI-fras pueden servir co;;o llamada de atencin ~a~a fenm:nos .c1ave de lanueva geografa econmica. a abordar en los proxlmos capitulas.

    _ Los flujos financieros internacionales crecieron desde 1l8.0~0 millo-nes de dlares en 1975 a 1.194.000 millones en 1990: en tanto las cifras delcomercio internacional experimentaban una tendenCIa paralela, aunqu~ me-nos acentuada, desde los 2,5 billones de dlares anuales de promediO, en1970-1979, a los 5,1 billones alcanzados entre 1990-1994 ..

    _ Los gastos mundiales en investigacin y desarrollo (1 + D). Impu~-sados por la irrupcin de la sociedad informacional, pasaro? de 208.00~ m~-llones de dlares en 1980 a 453.000 en 1990, en tanto el numero de Clent!-

    ca. pero en donde la nueva situacin de independencia poltica y el inicio delos programas de ayuda al desarrollo, auspiciados por los organismos inter-nacionales, parecan abrir nuevas ventanas de oportunidad. Entre ambos ex-tremos. algunos pases latinoamericanos (Brasil, Argentina, Mxico, Chile),con mercados interiores de cierta entidad, y que haban llevado a cabo re-formas sociales y polticas en aos precedentes, consolidaron procesos de in-dustrializacin orientados a lograr una progresiva sustitucin de las impor-taciones por produccin nacional, configurndose as como espacios semipe-rifricos en el escenario internacional.

    De manera generalizada, en el interior de los diferentes pases ese cre-cimiento econmico se produjo de forma muy selectiva en el espacio, favo-reciendo intensos procesos de concentracin o polarizacin espacial, tantode las actividades y la riqueza producidas, como de la poblacin y el empleo,en favor de determinadas regiones, siendo las grandes aglomeraciones urba-nas el paradigma de las tendencias concentradoras en curso.

    El inicio de la dcada de los setenta supuso la quiebra progresiva de esemodelo en algunas de sus caractersticas esenciales, con la entrada en unanueva fase que dura ya un cuarto de siglo y que ha supuesto cambios pro-fundos en la lgica econmica y territorial dominante. Aunque el ao 1973fue para muchos el punto de ruptura entre ambos perodos, como momentoen que la subida de los precios de la energa tras el conflicto rabe-israel de-sencaden la llamada crisis del petrleo, existen numerosas evidencias detransformaciones previas, que no hicieron sino acelerarse en esa coyuntura,por lo que parece conveniente relativizar su significado en una perspectivaestructural de largo plazo.

    Muchas son las novedades ocurridas desde entonces en el funciona-miento del sistema productivo y en su organizacin espacial, que sern ob-jeto de atencin en los diversos captulos de este libro. pero pueden sea-larse ahora algunos indicadores del cambio que resultan expresivos por com-paracin con los rasgos apuntados para el perodo precedente.

    Una primera seal de los nuevos tiempos viene a ser la reduccin en lastasas medias de crecimiento anual del PIE, que, de representar el 4,9 % enla OCDE entre 1960-1973, descendieron al 2.4 % de promedio en los cator-ce aos siguientes, tasa que se mantiene en 1995 (1.7 % para la industria en-tre 1985-1992). Como contrapunto, las cifras de desempleo en ese segmentode 25 pases privilegiados crecieron de forma casi continua hasta alcanzar los35 millones de parados en 1994 (apenas 8 millones en 1970), lo que repre-senta una tasa media superior al 8 % que, adems, se resiste a disminuir enlos aos de mayor dinamismo econmico ante la progresiva disociacin queregistran las trayectorias de la produccin y el empleo, debido a la incorpo-racin masiva de mejoras tcnicas y a la consiguiente elevacin de la pro-ductividad del trabajo, lo que provoca un paro estructural que se constituyehoy en reto esencial para nuestras sociedades.

    Ese menor dinamismo global se ve tambin alterado por unas oscilacio-nes cclicas de corta duracin que acentan sus ragos extremos, lo que se tra-duce en una sucesin cada vez ms rpida e impredecible de coyunturas ex-pansivas y recesivas que favorecen un cierto ambiente general de inestabili-

    Evolucin PIS (%)

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    E Tasa de paro (%)_ Evolucin PIS ('%l

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    Tasa de paro (%)-~ 30!iJ 25

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    ficos dedicados a esas labores creca de 3.920.754 a 5.223.614 en el mismoperodo.

    En resumen, vivimos una etapa de cambios en que la mundializacineconmica, los bloques regionales, el aumento de ]a sensibilidad hacia e] de-terioro eco lgico, la cooperacin y la distensin entre el Este y e] Oeste trasdcadas de confrontacin y guerra fra dibujan un nuevo escenario para en-tender I? eco~oma y e] territorio.

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    ese esquematismo puede intentarse un agrupamiento de las mltiples tesisexpuestas durante estos aos en tres grandes lneas argumentales.

    2.1. PERSPECTIVAS NEOLlBERALES DE LA CRISIS ECONMICA

    Factores externos

    1. Aumento en pretiO de la energa I2. Comoelencia de nuevos pases I

    industriales (NIC)3. Crisis del sistema monetario

    internacional

    Factores internos1. Aumento de costes salariales2. Cargas fiscales/financieras

    excesivas para las empresas3. Rigidez de mercados:

    intervencionismo4. Desempleo 1ecnolg"lco

    Los enfoques neo liberales, que encuentran su fundamento terico en laeconoma neocIsica. pueden considerarse los dominantes en nuestro entor-no, tanto por la difusin otorgada a muchos de sus argumentos como por suinfluencia directa sobre las polticas econmicas ensayadas desde hace casiveinte aos para lograr una recuperacin del crecimiento y la estabilidadque caracterizaron a los perodos anteriores.

    El supuesto de partida, apoyado en una extensa argumentacin terica,radica en la tendencia espontnea de la economa de mercado a generar si-tuaciones de equilibrio siempre que los mecanismos de competencia regulenadecuadamente el libre juego de la oferta y la demanda, por lo que la apa-ricin de crisis debe relacionarse con un mal funcionamiento de tales meca-nismos reguladores, o con la influencia de factores externos al sistema, quealteran su normalidad y generan distorsiones que exigirn procesos de rea-juste. Desde tal perspectiva, las crisis que se han sucedido desde los iniciosde los aos setenta deben considerarse como resultado de una combinacinde accidentes y errores, tal como sealaron Piore y Sabel (1984). que puedensistematizarse del modo que propone el esquema de la figura 3.2:

    - Una primera causa de los desajustes debe vincularse con diversasperturbaciones ajenas al sistema productivo, que se iniciaron con las bruscassubidas en los precios del petrleo que tuyieron lugar en 1973 y 1979, cau-santes de una elevacin en los costes empresariales y una prdida en la re-lacin de intercambio ostentada por numerosas empresas y sistemas pro-ductivos nacionales/regionales. El aumento de la competencia internacionalpropiciado por la emergencia de nuevos pases industriales, que presionande forma creciente en los mercados de diversos productos, apoyndose enunos costes salariales muv inferiores, o los desajustes de un sistema moneta-rio internacional que desde 1971 abandon el sistema de tipos de cambio fi-jos adoptado en Bretton Woods y lo sustituy por otro de cambios fluctuan-tes, son.las razones ms habituales, a las que posteriormente se incorporaronotros factores coyunturales, como la guerra del Golfo en 1991.

    - No menos importancia, y mayor continuidad, habran tenido todauna serie de factores internos impulsores del desajuste econmico, entre losque la referencia al excesivo aumento de los costes salariales en relacin a laproductividad, o el paralelo reforzamiento de las cargas fiscales asociado almantenimiento del Estado del bienestar. generador de un excesivo gasto p-blico que contribuye a elevar la inflacin y encarecer el dinero, resultan al-gunos de los ms repetidos.

    - La rigidez de unos mercados de productos y factores demasiado in-tervenidos, que reaccionan tarde y mal frente a las rpidas alteraciones delentorno, o el impacto ejercido por un cambio tecnolgico acelerado, que a

    '"Crisis econmicaDiferencias territoriales segn:

    Estructuras socioeconmicasActuacin de agentes sociales

    '"Efectos sobre el sistema productivo1. Reduccin de

    beneficios/excedentes2. Menores tasas de inversin3. Freno de la producin y

    desempleoI 4. Estancamiento del consumoI privadoL5. Dficit pblico e inflacin

    '"Polticas pblicas1. Ajuste:

    Control monetario Liberalizacin de mercados Ahorro energtico

    2. Liberalizacin: Mercados de trabajo Mercados de capital Mercados de productos

    3. Modernizacin: Innovacin tecnolgica Reconversin industnal Fomento de exportaciones

    FIG.3.2. Explicaciones neoliherales de la crisis econmica.

    corto plazo destruye puestos de trabajo sustituidos por mquinas (~unque, alargo plazo, pueda generar saldos positivos), son los argumentos baslcos quecomplementan a los anteriores.

    Todo este conjunto de factores. que actuarn con diver~a intensidad :egnlas estructuras socioeconmicas heredadas por cada terntono. lo que explIca sudistinta grayedad segn pases y regiones. generan una crisis ?e oferta que re-percute. sobre todo, en las actividades productivas, al redUCir los ex~edentesempresariales. impulsando una espiral recesiva que limita el .esfuerzo mv~rsoral disminuir las expectativas de beneficio y, con ello, la capaCidad productiva yel empleo, con la consiguiente retraccin de la demanda y el consumo.

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    Como consecuencia de todo ello, las soluciones neoliberales para en-frentar ]a crisis y lograr una salida que restablezca la normalidad anterior seorientan en tres direcciones complementarias. Por un lado, se proponen pol-ticas de ajuste, de carcter restrictivo. dirigidas a limitar ]a oferta monetariay. con ello. la inflacin. moderar los incre~entos salariales y el gasto pblico,o conseguir un mayor ahorro y diversificacin de las fuentes de energa. Porotro, en la tensin existente entre e] Estado y el mercado se apuesta-de for-ma decidida por este ltimo. propiciando un progresivo abandono de algunasfunciones tradicionales de la intervencin pblica (privatizacin de empresasy servicios pblicos. flexibilizacin de los mercados de capital y trabajo. re-duccin de subvenciones a las empresas y los territorios, del gasto social. et-ctera). Con carcter complementario, suele tambin plantearse una polticade modernizacin productiva, favorable a la reconversin de sectores madu-ros, e] impulso del esfuerzo tecnolgico y el fomento de las exportaciones.

    2.2. LA BSQUEDA DE REGULARIDADES: TEORAS CLAsICAS SOBRE CICLOSECONMICOS Y CRISIS CAPITALISTAS

    Pese a su indudable hegemona actual, esta visin neoclsica de las cri-sis econmicas, en la que el territorio apenas tiene ningn significado, fuecuestionada desde el siglo pasado por tres de los pensadores que mayor in-fluencia han ejercido sobre la economa contempornea: Marx, Schumpetery Keynes .. Karl Marx. ya en El .Manifiesto comunista (J848) y. ms tarde, en El ca-

    pital (1867), fue el primero en sealar el carcter peridico y regular de ta-les fenmenos al plantear la idea de que la competencia intercapitalista y labsqueda de la plusvala fuerzan un crecimiento constante de la producciny ]a productividad. mientras el conflicto capital-trabajo por el reparto del ex-cedente, con la retencin de parte del mismo en manos de determinados gru-pos sociales, impide que el consumo crezca a igual ritmo. El resultado ser]a aparicin de crisis de sobreproduccin, que desaniman la inversin em-presarial e inician as un movimiento recesivo en el que se destruye siste-mticamente no slo una parte considerable de productos elaborados, sinoincluso de las mismas fuerzas productivas va creadas mediante cierres em-presariales, desempleo, guerras, etc. El a~mento de tales contradicciones,causante de crisis cada vez ms extensas y violentas conducira, segn l,a la autodestru~cin del propio sistema capitalista y a su superacin me-dJante la evolUCIn hacia una sociedad de tipo socialista.

    Por su parte. Joseph Schumpeter. en obras como Ciclos de negocios(1939) o Capitalismo, socialismo y democracia (1942). tam bin insisti en e]carcter cambiante y discontinuo del crecimiento econmico en el capitalis-mo corno consecuencia de los nuevos bienes de consumo. de los nuevos m-todos de produccin y transporte. de los nuevos mercados. de las nuevas for-mas de organizacin industrial que crea la empresa capitalista. Existirn.pues. fases peridicas en las que se produce una aceleracin de los cambioscomo resultado de la incorporacin masiva de innovaciones tecnolgicas,

    que traen consigo efectos de destruccin creadora a] provo~ar. una serie demejoras en el funcionamiento del sistema. ~s.como el surgll1!l~nto de nue-vas actividades v negocios rentables que ehmman otros tradlclOna]es, peropermiten la apa;ici; de un perodo de prosperidad ha;ta. que ~u di~~sin yprogresivo agotamiento reduzcan e] dinamlsm?, econom~co. sltuaCl(:~n queslo volver a superarse con una nueva revo]uclOn tecnologlCa, cuyo Impul-so consideraba un eficaz remedio contra las crisis.

    En esos mismos aos, marcados tambin por un acusado malestar eco-nmico que tuvo su exponente ms significativo en e] crack de la Bolsa deNueva York, en 1929, John Maynard Keynes, en su Teora general de la ocu-pacin. el inters y el dinero (1936), destac la tende~cia al des7mp]eo cr-nico en la economa capitalista, agravado en determmados penodos por eldesajuste entre ]a produccin global y la deman~a agregada (priv.ada y p-blica) de la sociedad, sealando. en consecuenCia, la convemenCla de unamavor intervencin de] Estado en las economas para atenuar las fases de-pre'sivas de] ciclo econmico mediante e] aumento de l~ d~manda p.b.lica(infraestructuras, viviendas, servicios socia]es ... ) y e] co~slgU1ente cr~clm~en-to de] empleo, cuando ]a demanda privada se muestra mcapaz de dmamlzarel sistema productivo.

    Transformadas por la experiencia acumulada desde entonces, y adapta-das para responder a las peculiaridades. ~e ]a si~u~dn vivi.d~ en a~os re-cientes, estas teoras clsicas sobre las cnS1Seconomlcas contmuan orientan-do algunas de las propuestas actuales de mayor inters. entre las que puedenseal;rse dos lneas argumentales bsicas. ms all de las mltip]e.s matiza-ciones que introducen los diversos autores y las escuelas de pensamiento quehan abordado tales cuestiones.

    2.3. OLAS DE INNOVACIN, CICLOS ECONMICOS Y MODELOS TERRITORIALES

    ste es el caso de los enfoques neoschumpeterianos relacionados con lateora de la innovacin, que, adems de desarrollar las propuestas pionerasdel economista austriaco, han permitido incorporar una \ertiente territorialexplcita a la argumentacin general. a] identificar la existencia de .una geo-l(rafa de ]a innovacin que define y diferencia cada uno de los CIclos que~larcan la historia conocida del capitalismo (Hall, P. y Prestan, P., 1988).

    El punto de partida es la afirmacin de que la evolucin econmica ~nel capitalismo est sometida a oscilaciones y discontinUlda~es que mantie-nen una cierta regularidad de carcter cc]co. Aunque eXJsten otras pro-puestas de ciclos e~onmicos de distinta duracin, desde las ondas I~gsticasde larga duracin (150-300 aos) propuestas por Cameron, a l~s CIC~OS?ecorta duracin (5-10 aos) identificados por Jutglar, ]a de mayor mteres ne-ne a ser la planteada por Nicolai Kondratiev en 1925. Este economista ruso.tras un minucioso anlisis de la informacin estadstica disponible. plante laexistencia de ciclos con una duracin aproximada de 40-50 aiios, que se su-cedan desde el inicio de ]a 'lJimera revolucin industria] hacia 1780. Encada una de esas ondas largas" o ciclos Kondratiev, a perodos de crecimien-

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    Tasas crecimiemo/benefjcio

    FIG. 3.3. Ciclos economicos de Kondratier)' olas de 1I10l'Gcin de Afensch.

    junto a la aparicin de nuevos sectores y productos con mercados en expan-sin, da origen a una fase de crecimiento econmico, concentrado inicial-mente en empresas, ramas y territorios pioneros, y que tiene como contra-partida la desaparicin de actividades y empresas obsoletas. junto al declivede regiones y ciudades antes prsperas pero mal adaptadas al nuevo ciclotecnolgico, lo que justifica la alusin hecha por Schumpeter a la innovacincomo proceso de destruccin creadora.

    En tal sentido, Mensch, en su libro Estancamiento en la tecnologa(1975) establece una relacin entre la existencia de olas de innovacin, quese han sucedido en el tiempo, con momentos de mxima intensidad en la in-corporacin de cambios tcnicos, y el inicio de las correspondientes ondaslargas (fig. 3.3). As, en el origen de la primera onda larga deben situarse dosinnovaciones clave como fueron la generalizacin del carbn como principalfuente de energa y la introduccin del telar mecnico movido por vapor. Amediados del siglo pasado. el desarrollo del transporte (ferrocarril, barco devapor), de la comunicacin a distancia (telgrafo) y de la fabricacin de ace-ro por el procedimiento Bessemer fueron innovaciones que ejercieron un si-milar efecto impulsor. tal C0l110 la nueva revolucin energtica (electricidad,hidrocarburos), del transporte (automvil, camin), las comunicaciones (te-lfono) y en la organizacin de la produccin (fabricacin en serie o fordis-ta) hicieron a comienzos de nuestro siglo. El desarrollo de la petroqumica yde nuevos materiales (plstico. aluminio), junto al transistor, que encaminlos primeros pasos de la electrnica y posibilit la expansin de los mediosde comunicacin (radio, televisin), o la generalizacin dei transporte areo.establecieron el nuevo contexto tecnolgico que domin las ltimas dcadas.Como seala Freeman.

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    !82 GEOGRAFA ECON~IICA DIl'..\'vllCA CAPITAliSTA, CRISIS Y REESTRUCTURACIl' TERRITORIAL 83informacin (informtica, telecomunicaciones), junto a nuevos modelos deorganizacin productiva (especializacin flexible), lo que otorga un eviden-te protagonismo a las polticas tecnolgicas (investigacin y desarrollo, for-macin, transferencia de tecnologa) destinadas a su fomento,

    Junto a innovaciones-clave, sectores-clave y ciertas formas hegemnicasde organizacin de] trabajo, cada ciclo se caracteriza tambin por e] predo-minio de determinados modelos de organizacin territorial coherentes conese contexto, existiendo fases de transicin, como ]a que hemos vivido en losltimos tiempos, en las que se aceleran los cambios, Se modifica as la in-fluencia relativa de los diversos factores que inciden sobre la localizacin delas empresas, propiciando fenmenos de concentracin o desconcentracinespacial selectiva segn el momento, al tiempo que las actividades maduras,necesitadas de abaratar sus costes ante el gran nmero de competidores y elescaso dinamismo de su demanda, tendern a desplazarse hacia espacios pe-rifricos que se convertirn en exportadores netos, frente a la mayor espe-cializacin de los espacios ms desarrollados en actividades innovadoras, si-tuadas en sus primeras fases de desarrollo, tal como plantea la teora sobreel ciclo de ,ida del producto, Al mismo tiempo, varan los pases y regionesque lideran cada una de las revoluciones tecnolgicas, ]0 que trae consigouna modificacin en la distribucin espacial de centros, periferias y semipe-riferias, as como en el tipo de relaciones que los vinculan, con la consi-guiente alteracin de] mapa geopoltico mundiaL segn destaca la teora delsistema mundial (Taylor, P.L 1985), aspectos todos ellos que podrn ser de-tallados en epgrafes posteriores al analizar las sucesivas etapas histricas dedesarrollo del sistema.

    2.4. EL CARCTER ESTRUCTURAL DE LAS CRISIS CAPITALISTAS

    Un ltimo tipo de interpretaciones. que comparten con las anteriores laaceptacin del carcter cclico y previsible de las crisis capitalistas. pero di-fieren en ]a identificacin de sus causas y consecuencias. son las que algunoscalifican como enfoques crlico5. Bajo esa denominacin genrica se integranvisiones diversas: relacionadas con 'el estructuralismo. er neomarxismo. -o ladenominada escuela de la regulacin, que, ms all de sus diferentes argu-mentos, mantienen una propuesta interpretativa bastante prxima que per-mite ofrecer una panormica sinttica, aunque simplificada, de los procesosen curso (Aglietta, M .. 1979; Aglietta. M. el al.. 1981; Amin, S. el al., 1983:Palazuelos, E., coord .. 1988; Storper, M. y Wa!ker. R., ] 989; Moulaert, F. vSwyngedouw, E., 1991: Boyer, R., 1992) ..

    El punto de partida es la aceptacin de que la lgica de funcionamien-to del capitalismo genera un proceso de crecimiento discontinuo. jalonadopor rupturas o crisis peridicas que no pueden valorarse. por tanto, comoanomalas frente al normal funcionamiento del ,istema. sino que tienen uncarcter estructural y endgeno. En tal sentido. crecimiento y crisis apare-cen como fenmenos ntimamente ligados, constituyendo la forma misma

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    del desarrollo de las fuerzas productivas en e] modo de produccin capita-lista (Dockes, P. y Rosier, B., 1981, 14).

    Los desajustes que tienen lugar entre el aumento constante de la pro-duccin. impulsada por la competencia, frente a] crecimiento ms moderadoy discontinuo de] consumo, influido por el reparto socia] del excedente, sonuna primera causa que nos remite a explicaciones ya lejanas en el tiempo.Adems, la necesidad de expansin constante en busca de nuevos mercadosde consumo, trabajo o capital, resulta tambin un factor de inestabilidad alpropiciar una alteracin frecuente de las condiciones competitivas. Final-mente, mientras en las fases de crecimiento y pleno empleo las relacionesentre capital y trabajo por el reparto del excedente tienden a favorecer la ca-pacidad negociadora de este ltimo, los perodos de crisis -al elevar el de-sempleo y ]a incertidumbre- permiten recomponer esas relaciones en be-neficio de las estrategias del capitaL En consecuencia, las crisis reflejan elagotamiento progresivo de un modelo de acumulacin incapaz de mantenersu rentabilidad inicial, que impulsa una transformacin del sistema en la quese eliminan aquellas empresas, actividades y empleos menos eficientes ycompetitivos. y se sustituyen por otros nuevos. con los elevados costes socia-les que esto acarrea, adems de configurarse un nuevo modelo productivo,de relaciones socio]aborales v de organizacin territorial acorde con las nue-vas exigencias. En todo caso: y frente a cualquier pretensin mecanicista, nodebe olvidarse que cada territorio responde de manera especfica y diferen-ciada a esos procesos de carcter estructural en funcin de sus caractersti-cas internas y la diversa capacidad mostrada por sus agentes sociales e insti-tuciona]es para enfrentar los cambios.

    Pero esa diversidad de respuestas locales no debe ocultar la existenciade tendencias globales que diferencian el funcionamiento de las actividadeseconmicas y su organizacin espacial segn momentos histricos. Segn lateora de la regulacin. las grandes crisis inauguran una fase o un modo dedesarrollo. constituido por un rgimen de acumulacin. que se define comoel conjunto de regularidades que aseguran una progresin g.eneral y relati-vamente coherente de la acumulacin del capitaL es decir. que permitenreabsorber o extender en el tiempo las distorsiones y desequilibrios que nacenpermanentemente del proceso mismo (Boyer. R.. 1992.53) Ypor un modo deregulacin. tendente a reproducir las relaciones sociales fundamentales me-diante el establecimiento de normas, compromisos o valores comunes.

    Esto traer consigo un conjunto de cambios interdependientes en loselementos ya identificados en ]a figura 2.1:

    - la tecnologa dominante y la desigual importancia de los factores deproduccin. que constituyen los recursos materiales disponibles;

    - las formas de organizacin y funcionamiento (interno/externo) ca-ractersticas de las empresas;

    - la divisin tcnica, social y espacial del trabajo a diferentes escalas;- el contexto po]tico-institucional en que se desarrolla la actividad

    econmica v el marco de relaciones laborales:- la distribucin espacial de las actividades segn la importancia de los

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  • 84 GEOGRAFA ECONMICA DlI'MICA CAPITALISTA, CRISIS Y REESTRUCTURACIN TERRITORIAL 85

    diversos factores de localizacin, as como sus redes de relaciones y la in-tensidad de los contrastes resultantes, componentes esenciales de los mode-los de organizacin territorial.

    Desde tales supuestos explicativos, lo ocurrido en los ltimos tiempossupone el final de una fase histrica, la del capitalismo monopolista o for-dismo. y la transicin hacia otra nueva identificada como de capitalismo glo-bal o neofordismo, que introduce novedades en las estrategias empresariales(globalizacin, innovacin, descentralizacin. relocalizacin ... ), al tiempoque reordena tanto la geografa de la produccin como la del consumo.

    Antes de analizar con cierto detenimiento las caractersticas fundamen-tales que definen ese perodo de reestructuracin productiva y espacial, ascomo las tendencias que hoy parecen dominantes, resulta conveniente unbreve recorrido por etapas histricas anteriores, con objeto de perfilar me-jor las novedades que introduce el momento presente, frente a las inercias ypermanencias de un pasado que sigue siendo necesario para interpretar unaparte importante de las realidades econmicas y territoriales. Entre las di-versas periodizaciones existentes, todas aquejadas de inevitables simplifica-ciones, la que diferencia un capitalismo mercantil o preindustrial surgido enEuropa occidental hace aproximadamente cinco siglos, de un capitalismo in-dustrial que se consolid en estrecha asociacin con la primera revolucinindustrial, de un capitalismo monopolista surgido a principios de nuestro si-glo y consolidado con la segunda revolucin industrial. y de un capitalismoglobal hoy emergente. puede resultar de utilidad para esbozar el dinamismodel sistema.

    3. Capitalismo mercantil y modelos territoriales dispersos

    Aunque existen diferentes interpretaciones de carcter histrico sobrelos orgenes del capitalismo. resulta ampliamente mayoritaria la opinin quesita su inicio hacia el ao 1500 en algunas reas de Europa occidental. des-de donde se difundi con posterioridad hasta abarcar hoy la prctica totali-dad del mundo. En una primera etapa, el desarrollo de este sistema econ-mico se produjo en un contexto estructural definido por toda una serie decondicionamientos, necesarios para entender sus principales caractersticas ylos modelos de organizacin territorial asociados.

    3.1. LA DEBILIDAD DE LOS RECURSOS PRODuCTIVOSy LA DIVISIN DEL TRABAJO

    El primer rasgo destacable de ese largo perodo histrico puede vincu-larse al carcter incipiente de la tecnologa disponible, poco capaz an de li-berar a la poblacin de las restricciones impuestas por el medio natural que.junto con la historia, resultaban la clave de las diferencias regionales exis-tentes.

    En ese marco, la tierra y el trabajo humano eran an los factores deproduccin esenciales. por lo que su posesin o contra] resultaban las clavesdel poder econmico y social, en tanto los excedentes acumulados y la ca-pacidad de inversin se mostraban bastante limitados. tanto por la escasaproductividad del trabajo, como por el destino de buena parte de esos exce-dentes a bienes suntuarios o al gasto militar. para defender o expandir el te-rritorio de los incipientes Estados-nacin surgidos en esa poca. Por su par-te, las fuentes de energa necesarias para poner en funcionamiento las acti-vidades productivas se caracterizaban por su diversificacin, dispersin es-pacial y escaso potencial. sin que ninguna de las existentes (agua. viento. ma-dera, fuerza humana o animal) alcanzase una preeminencia capaz de favo-recer por s sola una concentracin significativa de actividades en ciertasreas.

    Tales condiciones generales en relacin a los recursos materiales dispo-nib]es convergen con una escasa divisin del trabajo y unas relaciones socia-les marcadas por una fuerte jerarquizacin y escasa movilidad. El predomi-nio que an mantenan las economas cerradas o de autosubsistencia, de m-bito local, en cuyo interior se llevan a cabo la prctica totalidad de activida-des encaminadas a producir los bienes necesarios para la supervivencia, quese consumen tambin en el mismo lugar, supona una limitada especializa-cin de tareas en su interior. Las diferencias ms acusadas en el reparto deltrabajo eran consecuencia, muchas veces, de las relaciones de gnero entrehombres y mujeres en cuanto a la distincin, poco marcada an, entre tareasproductivas y de reproduccin social.

    Al propio tiempo, el escaso desarrollo de las infraestructuras deltransporte terrestre. con redes muy poco densas, de mala calidad, sin ape-nas jerarquizacin y con frecuentes problemas de inseguridad. junto a me-dios de comunicacin lentos, de escasa capacidad y, por tanto, costosos, li-mitaban la mayor parte de los intercambios dentro de un radio de accinbastante reducido, obstaculizando la formacin de mercados regionales ynacionales capaces de impulsar la especializacin producti\'a de los territo-rios. Por contra, la primaca del transporte martimo para las grandes dis-tancias, complementado por la navegacin fluvial en ciertas reas, viene aser la base explicativa del dinamismo comercial y la prosperidad de nume-rosas ciudades-puerto (Venecia, Amberes. Amsterdam. Hamburgo, Lu-beck, Londres. Liverpool. Lisboa. Sevilla, Cdiz. Marsella ... ), donde sur-gen los primeros atisbas de una verdadera economa capitalista abierta alintercambio.

    Finalmente, la intervencin pblica sobre la actividad econmica puedeconsiderarse, genricamente, como escasa, si bien en ciertos perodos y lu-gares deben mencionarse actuaciones destacadas de fomento econmico.que van desde la proteccin frente a la entrada de productos exteriores o elcontrol del comercio con las colonias americanas y del ndico, incorporadasal sistema capitalista como periferias proveedoras de ciertos recursos (meta-les preciosos, especias ... ), a la promocin de las manufacturas nacionalespropuestas por los planteamientos mercantilistas. o la regulacin de los gre-mios y corporaciones de artesanos.

  • 86 GEOGRAFA ECO"MICA DIl'A~1JCA C.-\PITALlSTA. CRISIS y REESTRl'CTUR-\CIl' TERRITORIAL 87

    3.2. ECO:"OMAS AGRARIAS y PROTO:"OLSTRIALlZAClN

    Tal como han sealado historiadores como Fernand Braudel (1984,10~5). o lnmanuel Wallerstein (1979, 1984, 1988), en sus numerosos y biendocumentados estudios sobre este perodo. las actividades econmicas se es-lructuraban en tres niveles bsicos, complementarios. pero cia. "mente jerar-quizados y diversos en sus manifestaciones espaciales: .

    - En primer lugar. debe destacarse una amplia base constituida poruna mayora de la poblacin y los territorios dedicados. de forma casi exclu-siva. a las actividades agrarias relacionadas con el autoconsumo.

    - Sobre ella apar~ce una economa de intercambio, con centro en lasciudades y sus reas prximas, donde tambin tiene lugar un cierto desarro-llo de la artesana y la manufactura. guiadas ya todas ellas por los mecanis-mos de compraventa en el mercado.

    - En la cspide se asienta una economa ms compleja, controlada porun nmero muy limitado de banqueros, comerciantes y empresas mercanti-les, que desarrollan su actividad en negocios mucho ms variados y lucrativos (comercio internacional, finanzas ... ). as como en mbitos territorialesmucho ms extensos.

    Se produce as la coexistencia de las rigideces, inercias y torpezas deuna economa an elemental. con los movimientos limitados y minoritarios,aunque vivos y poderosos. de un crecimiento moderno. Por un lado estn loscampesinos en sus pueblos. que viven de forma casi autnoma, prctica-mente autrquica: por otro. una economa de mercado y un capitalismo enexpansin, que se extienden como una mancha de aceite, se van forjandopoco a poco y prefiguran ya este mismo mundo en el que vivimos. Hay. porlo tanto, al menos dos universos, dos gneros de vida que son ajenos uno alotro, y cuyas masas respecti\'as encuentran su explicacin. sin embargo. unagracias a la otra (Braudel. F.. 1985, 14).

    Puede intentarse un dibujo ms preciso de esos diferentes tipos deactividades, que responden tambin a diversas lgicas productivas y terri-loriales.

    El primer rasgo a destacar es. sin duda. el dominio ejercido en la granmayora de regiones del mundo por una agricultura de subsistencia que des-lina lo esencial de su produccin al autoconsumo, y que ocupa a ms de trescuartas partes de una poblacin que, en un 90 % de los casos, reside en reasde carcter rural. El objetivo de satisfacer necesidades diversas, que van des-de la alimentacin o el combustible a la produccin de fibras textiles. justifi-ca que el policultivo sea norma habitual. porque adems permite un escalo-namiento de labores y cosechas. con la consiQuiente disminucin de los ries-gos. La diversidad d~ condiciones ecolgica; y la necesidad de adaptarse asus ritmos, junto a los contrastes heredados en la propiedad de la tierra o lapresin demogrfica sobre el suelo, explican la gran diversidad de estructuras y paisajes agrarios. as como de cultivos y aprovechamientos. No obstan-le. en este ltimo aspecto debe destacarse la secular importancia de los ce-

    ii1~

    reales (trigo, arroz. maz, cebada o centeno. segn regiones del mundo).plantas esenciales en la configuracin de la dieta alimentaria, a las que des-de el siglo XV]]] se unir la patata. tras su definitiva difusin por el conti-nente e~ropeo procedente de Amrica.

    No obstante. como recuerda Molinero (1990. 119). al hablar de lossistemas agrarios tradicionales cabe pensar en una gran diversidad de si-tuaciones: pero con unos rasgos comunes definidos. sobre todo. por elatraso tcnico. La escasez de utillaje, que mantiene al trabajo humanocomo protagonista indiscutible en las labores.del campo. trae consigo unabaja productividad general y un reducido lllve] de excedentes, que aundisminuven de forma dramtica en los aos de malas cosechas. generandocon ello' un frgil equilibrio que frena el crecimiento de una poblacin su-mida an en un rgimen demogrfico primitivo caracterizado por altas ta-sas de natalidad y mortalidad. a las que se suman ciertas crisis de subsis-tencia peridicas (hambres. epidemias, guerras).

    Tan slo en reas con buenas comunicaciones por su cercana a puertO"de embarque, o en torno a las ciudades. surge y se desarrolla una agricultu-ra de mercado con caractersticas muy diferentes. La mavor intensificacinde los cultivos v, sobre todo. una creiente especializacin en algunos pro-ductos de fuerte demanda (cereales, vino, lana, algodn. caa de azcar. .. )son los rasgos principales de una act\'idad que, adems de a Europa, afectaa ciertas reas tropicales de colonizacin europea localizadas sobre todo enAmrica, que recurren con frecuencia al uso de la esclavitud o la servidum-bre para asegurarse una mano de obra suficiente y en condiciones rentables.

    Mucho menor es la importancia de las actividades de transf'ormacin.asociadas con los talleres artesanos y las grandes manufacturas que realizanel trabajo sin apenas divisin de tareas y muy incipientes atisbos de mecani-zacin, 'con una localizacin bastante dispersa. pero en la que ya se apreciacierta diferenciacin jerrquica segn caractersticas de las empresas y ramasde actividad:

    - Lo que ms abunda son los minsculos talleres familiares dedicadosa mltiples oficios (zapateros, herreros. molineros. alfareros. ebanistas. curti-dores. sastres, cuchilleros. etc.). que producen bienes bsicos para la pobla-cin. lo que justifica su presencia tanto en las reas rurales como urbanas.:\'0 obstante, ya es visible una incipiente especializacin de determinadasciudades en la produccin de bienes de lujo (carruajes. bordados. porcelana.cristal. orfebrera ... ). destinados a unas elites (nobleza. clero. burguesa urbana) distribuidas en un radio bastante mayor.

    - Como contrapunto. una parte de la artesana rural aparece asociadaal conocido como sistema de trabajo a domicilio (pl/lIing-ollt system o ver-lagss\'Stem), controlado desde las ciudades por algunos comerciantes que en-tregan la materia prima v compran toda la produccin (calzado. productostextiles, de ferretera. etc:) para venderla en el mercado. obteniendo los 111a-\ores beneficios como intermediarios y prestamistas .. - Un ltimo tipo de localizacin. ms selectiva que las anteriores. es 1;,de algunas grandes ;lanufacturas (pai10s. tapices. papel. tabaco. armas. asti-

    y-----

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    D1~MICA CAPITALISTA. CRISIS Y REESTRL'CTURACIl\ TERRITORIAL 89

    l]eros ... ). a veces con varios cientos o miles de operarios. muchas veces decarcter estatal o real, concentradas espacialmente a lo largo de ros v cana-les, junto a puertos, o. en grandes ciudades. donde existen ~ventaias especfi-cas p.ara su ImplantaCIn: energa hidrulica. mayor facilidad de transporte,amplIos mercados de consumo y trabajo. etc.

    Puede hablarse. por tanto. de una protoindustrializacin en ciertas re-giones europeas (Kellenbenz, H .. 1981: Kriedte. P.. Medick. H. v Schluem-boeden . .T..1986), que contaban con actividades de transformacin ms nu-merosas y especializadas, frente a la dispersin general de la artesana dedi-cada a producir bienes de primera necesidad c'(m destino al entorno local,apenas Integrada an en la lgica capitalista.

    3.3. CIL'D.A,DES CO\lERClALES y ENCLAVES FINANCIEROS

    Pero junto con las actividades productivas. la implantacin de una eco-noma de mercado supuso el desarrollo progresivo de toda una serie de ac-tividades ligadas al intercambio que. al ig~al que las anteriores. tambinn:ostraron una notable variedad. lo que permite establecer una tipologa b-sIca. aSOCIada a pautas de localizacin especficas en cada caso.

    Las formas ms elementales y de mayor antigiiedad son el comercio am-b~lante y los mercados peridicos. de mbito local o. a lo sumo, comarcal. li-mitados al intercambio de bienes bsicos entre campesinos que an dedicanlo esenCIal de su produccin al consumo de la unidad familiar. generando avece.s un pequeo e~c~dente para la venta. La aparicin de las tiendas, pro-g!es]vamente. espeClahzadas. a partir del siglo X"ll en el interior de villas vCIudades de CIerto r~ngo, que permiten el intercambio continuo y se agrupa~con frecuencla en cIertas c.alles comerciales. suponen un nivel superior dedesarrollo que. por esa mIsma razn. parece haberse limitado al mundoeurop~o e islmico. junto. a algunos ejemplos aislados en la India o Japn.

    U n tercer tlpO_de actIVIdad comercial tiene lugar en las ferias especiali-zadas (ganado. panos y telas. especIas ... ). celebradas una o varias veces ala? en lugares que. por.su po.sicin ~ buenas comunicaciones. son propiciosal mte.rcamblO a larga dIstancIa; dommadas ya por mercaderes dedicados enexclUSIVa al comerci~ mayorista. cuentan con ejemplos tan significativoscomo Amberes. LeIpzlg. Frankfurt, Prato o Medina del Campo. que tuvieronuna deSIgual evolucin segn fueron desplazndose las reas de mayor di-namIsmo econmico y poblacional en direccin al noroeste de Euroa a lolargo. del tiempo. El escaln ms elevado de la pirmide del intercal~l bio 10constItuyen las .Bolsas, de carcter permanente y limitadas a unas pocasgrandes plazas fInanCIeras y mercantiles. en su mayora ciudades portuarias(Amsterdam. BrUJas. Amberes, Londres. Pars. Burdeos, Gnova. VeneC'a.Senlla. Barcelona ... ). donde se negocia con letras. pagars. ttulos de]a deu-da. papel moneda o metales preciosos. contratndose todo lo relacionadocon el comercio exterior. los seguros martimos y los crditos. Aqu se sitanlos centros de poder fundamentales de esta economa-mundo capitalista en

    formacin, localizados primero en el Mediterrneo y ms tarde en el mar delNorte.

    Si. tal como se ha afirmado en ocasiones, el capitalismo y la navegacinde altura cimentaron la supremaca econmica y geopoltica de Europa en elperodo que Mackinder denomin la era colombina. entre los siglos XVI vxx. estas ciudades fueron el verdadero cora:.n del sistema (Attalr 1.. 1991 j.

    4. Transformaciones econmico-espaciales asociadas a la primerare\"olucin industrial

    Desde finales del siglo XVIll y comienzos del siouiente la economamundial se vio envuelta en uno de los perodos de tra~sform~cin que hansacudido cclicamente su evolucin, asociado en este caso al inicio de la ca-lificada habitualmente como revolucin industrial. Pese a las dudas sobre laadecuacin de ese trmino para un proceso que

  • 90 GEOGRAFA ECO"~lICA DI"AMICA CAPITALISTA. CRISIS Y REESTRUCTCRACl" TERRITORIAL 91

    la diversidad anterior. que favoreci una progresiva localizacin de activi-dades extracti"as y de transformacin junto a los yacimientos. Unido aesto, la creciente mecanizacin del trabajo. iniciada en la industria de hi-lados de algodn con la introduccin del telar mecnico. supuso un im-pulso complementario al aumento de la capacidad productiva. as como elsu rgimiento de toda una serie de nuevas actividades motrices en rpidaexpansin. como la siderometalurgia. el textil-confeccin. la fabricacinde maquinaria, armamento pesado o material de transporte. que se con-virtieron en las claves para el crecimiento econmico de los territorios.

    En este ltimo aspecto. la aplicacin de la mquina de vapor a otrosusos. con el surgimiento del ferrocarril en los aos treinta y su posterior ex-pansin, seguido ms tarde por el de la navegacin a vapor. hicieron posibleuna verdadera revolucin del transporte. que aument exponencialmente lacapacidad de desplazamiento para las personas y las mercancas. con unafuerte reduccin de los gradientes de coste en funcin de la distancia. Esaelevacin de la movilidad potencial ampla las reas de mercado para nu-merosos productos y refuerza la competencia interterritorial. consolidandoun proceso de especializacin. hasta entonces muy incipiente. que no ha he-cho sino reforzarse con el paso del tiempo. El descubrimiento del telgrafoen esos mismos aos ejerci un efecto similar en la comunicacin a larga dis-tancia. aunque tanto en este caso como en el del ferrocarril la dependenciade unas infraestructuras poco flexibles. limitadas a una serie de lneas y no-dos. favoreci la progresiva concentracin espacial de aquellas empresas queoperaban en mbitos extralocales en los principales puntos de interconexin,en particular las estaciones ferroviarias y puertos.

    Tanto la ampliacin de la competencia como la creciente necesidad deinversiones de capital -que se convirti en el factor de produccin esen-cial- favorecieron el inicio de un proceso generalizado de concentracinempresarial. que no slo afect a la industria pesada. necesitada de grandesinstalaciones y equipos, sino tambin a otros sectores en auge como las com-paas mineras y ferroviarias o las sociedades financieras. as como a la cre-ciente relacin entre banca e industria. mientras en los restantes el predo-minio de la pequea empresa sigui siendo casi absoluto. lo que ha permiti-do calificar este perodo como de capitalismo competitho.

    El incremento de la divisin tcnica. social y espacial del trabajo fue larespuesta a todo ese conjunto de cambios que acaban de esbozarse. Por unaparte. frente 31 trabajo artesanal caracterizado por ser polivalente y exigir uncieno perodo de aprendizaje. la fragmentacin de tareas asociada a la me-canizacin permiti descualificar muchas de ellas al reducirlas a movimien-tos simples y repetitivos, especializados. lo que de paso tambin facilit lamovilizacin masiva de poblacin rural sin apenas formacin para cubrir lacreciente demanda de las fbricas (Coriat. B.. 1979). El consiguiente desa-rrollo del proletariado urbano y la burguesa industrial como -lases antag-nicas y emergentes en la estructura de las sociedades que se industrializaban,frente a la estabilizacin o retroceso de la nobleza. el clero. la burguesamercantil o el campesinado. contribuy a definir un nuevo marco de rela-

    ciones sociales caracterizado por una mayor movilidad interclasista. al tiem-po que por fuertes contradicciones entre capital y trabajo.

    Como una consecuencia de todo lo anterior. la progresiva especializa-cin funcional de los territorios acentu los contrastes observables a dife-rentes escalas, tal como puede deducirse de los datos incluidos en los cua-dros 3.1 y 3.2. En el plano internacionaL el desplazamiento del centro degravedad econmico y geopoltico en direccin a Gran Bretaa, con Lon-dres como metrpoli central de la economa-mundo. se sum a la incorpo-racin posterior de otros pases del noroeste de Europa. Estados L'nidos y.ms tarde. Japn, como pases semiperifricos en proceso de industrializa-cin acelerada durante la segunda mitad del siglo, al tiempo que se ,amplia-ba la periferia capitalista tras la expansin colonial europea en Africa yAsia. Los datos de Maddison (1986) sobre las tasas de crecimiento del PIEentre 1820 y 1913. correspondientes a los pases ms desarrollados del mo-mento. ponen de manifiesto la hegemona inicial del Viejo Continente y elprogresivo trasvase de los mayores ritmos de crecimiento en direccin alcontinente americano (vase cuadro 3.1).

    En el interior de los pases. la oposicin se estableci de forma progre-siva entre las regiones que se incorporaban de forma decidida al proceso in-dustrializador y las que quedaron al margen, convertidas en reserva de manode obra, productoras de materias primas y alimentos, adems de mercadosde consumo secundarios para los productos manufacturados. divisoria quetambin marc de modo cada vez ms visible la relacin campo-ciudad. Lasestimaciones de lvarez Llano recogidas en el cuadro 3.2 permiten consta-tar el declive constante que regiones como Andaluca. Castilla y Len o Ex-tremadura experimentaron en su participacin dentro del PIB espaol a lolargo del siglo XIX (del 49,6 % en 1800, al 40.3 % en 1907). como contra-punto al dinamismo de otras como Catalua. el Pas Vasco. Madrid o Valen-cia (del 18,4 al 29.6 % en el mismo perodo). donde se concentraronlas escasas iniciativas industriales que tuvieron xito en nuestro pas (N a-dal, 1.. 1975).

    Finalmente. en cuanto a la regulacin institucional de la actividad eco-nmica. la mayora de gobiernos puso en prctica todo un conjunto de me-didas tendentes a eliminar los posibles obstculos legales al capitalismo in-dustrial (desaparicin de los gremios, las aduanas interiores, o la servi-dumbre) y proteger la naciente industria nacional mediante la implanta-cin de aranceles impositivos a la entrada de productos manufacturadosdel exterior. slo rechazados por las autoridades britnicas que defendie-ron un mayor librecambismo favorable a sus intereses como potencia in-dustrial hegemnica. El establecimiento de diversas formas de control so-cial para fr-enar los conflictos nacientes en ciertas reas urbano-industria-les, frente a la inexistencia de polticas de promocin directa y unas polti-cas de ordenacin que slo en casos contados enfrentaron los problemasderivados del hacinamiento en las ciudades fabriles (planes de reforma in-terior v ensanche, ordenanzas sobre actividades nocivas o peligrosas ... ).compl~tan el escenario en que se desarrollaron las diversas actividadesproductivas.

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    92 GEOGRAFA ECO~MICADIl"AMICA CAPITALISTA, CRISIS Y REESTRUCTURACIN TERRITORIAL 93

    Cl'ADRO 3.1. CrecimiflllO del PIE en paises desarrollados. 18201979 (Iasas anuales medil/sj

    a. Incluye Cantabria y La Rioja.h Excluidos Madrid y Albacete.c. Incluye Albacete. -

    FrE'-TE: R. Ah',uez Llano (l986) y Banco Bilbao Vizcaya.

    Pases J82(JJ8iO ]870J9]3 ]9]3N50 J95U-JlJ73 1973-1979

    Alemania 2.0 2.6 1.3 6.0 2AA ustraJia 3.2 2.1 4.7 2.5Austria lA 2A 0.2 5.4 :.1S Igica 2.7 2.0 1.0 4.1 2.3Ca nad :.8 2.9 5.2 3.2D in amarca 1.9 2.7 2.5 4.0 2.1Estados l'nidos 4A 4.1 2.8 3.7 2.7Finlandia :.0 2.4 4.9 2.3Francia 1.4 1.7 1.0 5.1 :.0Gran Bretaa 2A 1.9 1.3 3.0 1.3Holanda 2A 2.1 2.4 4.6 2.4I1llia 1.5 lA 5.5 2.5Japn OA 2.5 1.8 9.7 uNoruega 2.2 2.1 2.9 4.0 4ASuecia 1.6 2.8 2.8 3.8 1.8Suiza 2.5 2.1 2.0 4.5 -OA

    TOJaI 2.1 2.5 1.9 4.9 2.5

    FLE!\TE: A. Maddison (JY~6).

    CI.ADRO 3.2. Participacin de las regiones espaolas en el PIE. 18001993

    ce AA. ]800 j91J7 ]960 ]973

    Catalua 8.3 lOA 18.7 20.1Madrid 2A 5.9 11.7 14.6Andaluca 24.7 20.8 13.7 12.6C. Valenciana 5.7 8.9 9.7 9.6Castilla-Len' 19.7 14.8 10.3 8.5Pas Vasco 2.0 4A .5 7.6Archipilagos :.7 2.3 4.0 5.6Galicia 5A 6.4 6.0 5.4Aragn 5.7 5.7 :.9 3,4Castilla la Nueva" 8.8 9.2 :.6 3.2Asturias 2.4 1.9 3.8 ' ,Murcia' 2.4 ~.3 2.8 2.7Extremadura 5.2 4.7 2.8 1.9"Ja\'arra 3.6 1.3 1.5 1.5

    19

  • 94 GEOGRAFA ECO:-;MICA DINMICA CAPITALISTA. CRISIS Y REESTRLJCTl'RAClN TERRITORIAL 95

    ]ands en Gran Bretaa: Ruhr v Sarre, en Alemania; Valonia en Blgica: Nor-te-Paso de Calais v Alsacia-Lrena en Francia: Silesia en Polonia: ApaJachesen Estados Cnid~s; Asturias y Vizcaya en Espaa...). que sirvieron comobase al desarrollo de una importante industria transformadora, resultan sumejor exponente.

    - Un segundo foco de atraccin fueron los puertos y nadas principa-les de las redes ferroviarias, convertidos en puntos de ruptura de carga don-de las mercancas deben trasvasarse de un medio de transporte a otro, lo quese evita en caso de realizar all mismo su transformacin. Los puertos delAtlntico Norte (Londres. LiverpooL Hamburgo, Bremen. El Havre, Bilbao.\'ueva York ... ). el espacio ocenico con mayor densidad de trfico, se con-rtieron as en asiento de numerosas industrias que operaban en mercadosde mbito multirregionaL

    - Por su parte. las ciudades tambin reforzaron su atractivo comomercados de consumo y trabajo hacia los que afluan unos contingentesmigratorios en aumento. El resultado fue la instalacin de una industria Ii-ge;a y diversificada. destinada a cubrir las mltiples demandas de una po-blacin cada vez ms numerosa y con mayor capacidad de compra. pese alos grandes contrastes sociales existentes en su seno, al tiempo que unaparte de la industria rural tradicional inici su declive. En palabras deBerry (1975, 21). en el transcurso del siglo XIX apareci un nuevo tipo deciudad. basada en la productividad, la poblacin masiva y la tecnologa in-dustrial .

    Adems de incorporar de forma decidida las actividades productivas. lasciudades mantuvieron tambin su funcionalidad como centros de intercam-bio. provisin de servicios y asiento del poder. dentro de sistemas urbanoscada vez ms interdependientes y jerarquizados. El resultado fue una estruc-tura interna progresivamente compleja, que en el caso de las grandes ciuda-d~s-fbrica contrapona los espacios ferroviarios. industriales y obreros. aque-jados con frecuencia por problemas de hacinamiento. insalubridad y esca,ezde equipamientos. a las reas residenciales del centro y de unos ensanchescada vez ms extensos. ocupados por la burguesa y las nacientes clases me-dias. con unos niveles de calidad urbanstica y ambiental muy superiores.

    5. El modelo productivo fordi~ta y el reforzamiento de la concentracine~pacial

    En la transicin del siglo XIX al xx tuvo lugar una nueva fase de cam-bios profundos y rpidos a la que muchos identifican con la segunda revolu-cin industrial. origen de un largo perodo que entra en crisis desde el iniciode los aos setenta. Entre las diversas denominaciones que lo identifican, lareferencia al capitalismo monopoli~ta o al rgimen de acumulacin fordistason dos de las ms habituales.

    Tras una primera fase de ruptura e inestabilidad, que culmin con la cri-

    sis desencadenada en 1929 y que afect en buena medida al decenio posterio:.el final de la segunda guerra mundial supuso el inicio de un perodo de crecI-miento econmico acelerado v estable. especialmente sentido en el mundo de-sarrollado. pero que tambin 'afect parcialmente a otras reas. As. por ejem-plo, segn Maddison. las tasas anuales de crecimiento del PIE en los act~alespases de la OCDE. que haban sido del 2.5 % entre 1870-1913. descendIeronal 1.9% de promedio anual entre 1913-1950. para luego alcanzar el 4,9 % en-tre 1950-1973. llegando hasta un espectacular 9.7 % en el caso de Japn y un6 % en la Repblica Federal de Alemania. que tomaron el relevo de ~st~dosUnidos tal como muestra el cuadro 3.1 (Maddison, A.. 1986). Esa redlstnbu-cin del crecimiento no fue menos intensa en el interior de los pases y as. porejemplo. en el caso espaoL Catalua, Madrid, Pas Vasco y Valencia alcanza-ron va el 51.9 % del PIE espaol en 1973 (29.6 % en 1907), frente al retroce-so cnstante experimentado por las regiones interiores, pues las dos Castillas,Andaluca v Extremadura vieron reducida su participacin conjunta al 26.2 %,frente al 49.5 % de principios de siglo (vase cuadro 3.2).

    Pero ms all del simple crecimiento econmico medido en trminoscuantitativos. lo que aqu interesa destacar son los cambios tecnolgicos,productivos. sociolaborales e institucionales ~ue marcaron el ~e.rodo" aso-ciados a una organizacin espacial caracterstIca cuyos rasgos baslcos aun SI-guen presentes -en bastantes aspectos de la realidad actuaL

    5.1. CAMBIOS TECNOLGICOS Y PRODUCCIN EN SERIE

    Los primeros aos del siglo xx est~vieron domi~ados, co~~ los actua-les. por una patente aceleracin en el ntmo de camblO tecnologlCO. que al-canz su cenit entre 1930 y 1960, perodo en que se concentraron una terce-ra parte de todas las innovaciones bsicas generadas a partir de 1800 segnestimacin de Freeman, Clark y Soete (1985).

    El primer componente de esa revolucin tec~olgica fu~., de nuevo. ,lamodificacin de la base energtica. con la progresIva sustltuclOn del carbonpor nuevas fuentes ms baratas y fciles de movilizar. como I?s. hidroc~rbu-ros \' la electricidad. Se inici as una era de consumo energetlco masIVo aesca-Ia mundial. con cifras que aumentaron de forma casi exponencial desdelos 760 millones de toneladas equivalentes de carbn (TEC) en 1900. a los2.006 millones de TEC en 1940, los 4.296 millones en 1960 y los 9.670 millo-nes en 1980. Al tiempo. la hegemona del carbn, que generaba casi el 90 %de la energa consumida a principios de siglo, desapareci desde co:?ienzosde los aos sesenta. para reducirse al 30 % del consumo total en 19/3. CIfraya muy inferior al 63 % representado. por los hid:ocarburo~. En ese m~-mento, las bruscas subidas de los preclOs del petroleo supusIeron una):;n-mera llamada de atencin respecto a los lmites de este modelo energellcobasado en una explotacin intensiva de recursos no renovables. .

    No menos importante fue la nueva revolucin del transporte aSOCIada aldescubrimiento del motor de combustin, que permiti el rpido desarrollode la industria automovilstica y. ms tarde, de la aeronutica, lo que supuso

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    una nueva contraccin de las distancias medidas en tiempo y costes. Las me-joras no menos profundas en los medios de comunicacin que supusieronprimero el telfono, ms tarde la radio y, por ltimo. la televisin, ejercieronun efecto similar al facilitar la informacin a larga distancia de forma ins-tantnea. sin olvidar su impacto sobre los modos de vida, o la difusin depautas culturales y de consumo de forma cada vez ms rpida y generaliza-da. Como complemento de lo anterior, estos aos vieron tambin el surgi-miento de toda una serie de nuevos materiales de creciente uso, como el alu-minio, los plsticos. las fibras sintticas o el material elctrico, bien repre-sentados entre las industrias matrices del perodo: automvil, petroqumica,qumica ligera, electrodomsticos, mquinas-herramienta, aeronutica, etc.

    Pero tan importante al menos como la aparicin y difusin de nuevosproductos en el mercado fue la generalizacin de una serie de cambios en losprocesos productivos que modificaron las anteriores formas de hacer y orga-nizar en numerosas empresas. La primera novedad supuso una creciente ra-cionalizacin del trabajo segn los principios propuestos por Taylor, tenden-tes a lograr la mxima fragmentacin y especializacin de la actividad del tra-bajador manual en operaciones elementales y repetitivas, con control detiempos y movimientos, junto a una evaluacin constante de los rendimientospara as elevar su productividad. Este sistema, conocido como t3)'Jorismo,confluy en el tiempo con la difusin de nuevos sistemas de organizacinproductiva cuyo origen suele situarse en las factoras Ford de Detroit a par-tir de 1913, por lo que se les ha identificado con el fordismo. Estn basadosen una completa mecanizacin de las tareas, la produccin en serie de gran-des volmenes de objetos iguales, y la integracin de las diversas etapas delproceso de trabajo en un flujo continuo, a lo largo de una lnea o cadena deproduccin/montaje. que se desplaza a un ritmo constante (Corial. B., 1979).

    Las crecientes inversiones de capital necesarias para poner en funcio-namiento estos grandes centros productivos y obtener as las economas deescala asociadas a la produccin masiva favorecieron una concentracin em-presarial cada vez mayor y la formacin de oligopolios en numerosos secto-res. Buen ejemplo pueden ser las llamadas siete grandes compaas del pe-trleo (Exxon. Shell, Mobil, Texaco, British Petroleum, Gulf Oil y StandardOil of California), que en 1973 controlaban el 70 % de la extraccin mundialy el 56 % del refino, cifras que haban llegado a ser del 88 y 77 % en 1940,antes de que apareciesen compaas nacionales en numerosos pases pro-ductores. Puede afirmarse, por tanto, que la gran empresa fue la solucinque se dio a los problemas organizativos creados por el surgimiento de latecnologa de produccin en serie (Piore. M. y Sabe!. c.. 1990,107), frentea la posicin cada vez ms subordinada de las pequeas empresas.

    5.2. NUEVA DIVISIN DEL TRABAJO E INTERVENCIN DEL ESTADOEN LA ECONOMA

    El reforzamiento de la divisin del trabajo fue una de las consecuenciasvisibles de todo lo anterior. Junto a la gran fbrica. donde se llevan a cabo

    todo tipo de tareas integradas verticalmente. realizadas por trabajadores especializados. los grandes almacenes por secciones y los edificios de oficina,divididos en departamentos se convirtieron en el modelo ptimo de eficiencia caracterstico de la nueva era. La expansin de las clases medias urbana5asociada sobre todo al desarrollo de la burocracia, tanto en la administracipblica como en las empresas privadas, fue la principal novedad desde 1,perspectiva de las relaciones sociales.

    Mayor inters geogrfico tuvo el establecimiento de una nueva divisiinternacional del trabajo o de la produccin, con Estados Unidos como vrtice econmico y geopoltico, slo contrarrestado por la competencia poltico-militar de la Unin Sovitica tras la consolidacin de la bipolaridad posterior a 1945. v con Nueva York como metrpoli en la economa-mundo deperodo. Junt con Estados Unidos. tanto la Comunidad Europea surgid:tras el Tratado de Roma (1957). como un Japn recuperado del desastre blico, ocuparon una posicin de privilegio en el escenario econmico internacional. al tiempo que otras regiones se incorporaban de lleno al proceso industrializador en posicin de semiperiferias (Europa meridional, Australia:Nueva Zelanda. Cono sur latinoamericano y Mxico), manteniendo un fuerte proteccionismo exterior y una clara primaca de los sectores productorede bienes de consumo destinados al mercado interior. que slo en faseavanzadas cedieron su posicin a la fabricacin de bienes de equipo. El resto de pases. integrantes de lo que el demgrafo francs A. Sauvy calific(como Tercer Mundo y en muchos casos de reciente creacin como resultad,de un proceso descolonizador, mantuvieron una economa primario-exportadora. con amplios segmentos de su poblacin activa vinculados an a la agricultura de autoconsumo, y ajenos, por tanto, a los circuitos econmicos internacionales. junto a una posicin de clara dependencia en el comercio internacional (Mndez. R. y Molinero, F., 1984). Se acentu as una desigualdad en cuanto a capacidad econmico-productiva y niveles de bienestar di>frutados por la poblacin de los diferentes pases y regiones, cimentada eiunas relaciones de intercambio desigual que pueden resumirse con slo dorasgos:

    En 1970. el 74 % de las exportaciones correspondientes a los pasesubdesarrollados se dirigan hacia los desarrollados y estaban compuestas e'un 80 % por combustibles, minerales y productos agrarios, cuyos precios s'devaluaron un 30 % respecto a los de los productos industriales entre 195ry 1970 (Palazuelos, E. et al. 1990).

    - En correspondencia con ese tipo de especializacin, los pases dTercer Mundo apenas representaban el 5 % de las exportaciones mundialede manufacturas en 1973.

    Al margen. en buena medida. de la economa-mundo capitalista se martuvieron todo un conjunto de pases que, liderados por la Unin Sovitica:ms tarde. por China. desarrollaron unos sistemas de planificacin centralzada que buscaban la sustitucin del mercado por un organismo estatal dplanificacin encargado de establecer los criterios bsicos de actuacin.

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    F1G. 3.4. Distribucin de la renta por habitante segn pases a comienzos de los aos ochenta.(FUENTE:R. Mndez y F. Moiinero, i984.)

    ....

    i'!IDiares

    !MasO.,04BO524110480\'1 26215240 , 3,1 26206561210 Menos oe 656 f

    x Mu"do = 2 f2C olares , ,\

    partir de un predominio de la propiedad pblica de los medios de produc-cin sobre la iniciativa privada (Molina, M" 1983), Eficaz en las primeras fa-ses para romper algunos de los obstculos institucionales al crecimiento deestos pases y movilizar sus recursos productivos, al tiempo que se asegura-ba el acceso de su poblacin al trabajo y a diversos servicios colectivos, el sis-tema se enfrent a crecientes dificultades para gestionar economas cada vezms complejas y difundir la innovacin tecnolgica al tejido empresarial, loque acab provocando su crisis,

    Un ltimo aspecto a considerar es el referido a la regulacin institucionalvigente en el seno de las sociedades capitalistas, aspecto para cuya compren-sin debe tenerse en cuenta la presin externa ejercida por la existencia de eseotro modelo poltico-econmico que pugnaba por alcanzar la hegemona,

    Por una parte. el intento de evitar nuevas crisis como la de 1929 gene-raliz la intervencin pblica en la economa mediante la aplicacin de po-lticas keynesianas y socialdemcratas tendentes a mantener una elevada de-manda de infraestructuras y servicios pblicos, asegurar el control de los sec-lores estratgicos y regular el funcionamiento de los mercados, incluido el detrabajo (negociacin colectiva, salario mnimo",), Dentro de esta corrienteintervencionista, la planificacin econmica y territorial de carcter indicati-vo, destinada a promover el desarrollo de ciertas actividades y regiones atra-sadas, evitando al tiempo algunos efectos indeseados del crecimiento incon-trolado. tambin se generaliz en un buen nmero de pases.

    5.3. LA REORGAi\'IZACl-'; ESPACIAL DE LAS ACTIVIDADES PRODUCTIVAS:PROCESOS DE CONCENTRACIN-DIFUSIN

    Como consecuencia de todo lo anterior. los procesos de polarizacin es-pacial observables desde los inicios del proceso de industrializacin se in-tensificaron. cualquiera que sea la escala espacial que se considere.

    Por un lado, los procesos de crecimiento acumulativo ahondaron la bre-cha existente entre unos pases desarrolladosindustrializados en plena ex-pansin y otros sumidos en el subdesarrollo. que en 1973 reunan cuatroquintas partes de la poblacin y slo generaban una quinta parte de la ri-queza mundial. tras el fracaso generalizado de los programas de cooperacinpuestos en prctica desde los organismos internacionales para romper losbloqueos estructurales que frenaban su crecimiento (Mndez, R. y Moline-ro, F., 1984; Martnez Peinado, 1., 1990), El mapa sobre distribucin de larenta por habitante en el mundo al inicio de los aos ochenta resulta unbl' J1exponente de esa divisoria (vase fig. 3.4),

    En el interior de los pases industrializados, los efectos derivados de laseconomas externas de aglomeracin. que sern estudiadas en el captulo 7.favorecieron unos efectos similares en favor de las principales aglomeracio-nes urbanas y regiones ms desarrolladas. que atrajeron buena parte de lasinversiones realizadas tanto por empresas industriales, como de servicios orelacionadas con la construccin, Puede afirmarse, por tanto, que la gran

    empresa. la gran fbrica y la gran ciudad se convirtieron en el exponente pa-radigmtico de esa fase de desarrollo capitalista.

    Pero la propia concentracin de efectivos en unos pocos puntos del te-rritorio acab provocando un aumento de los costes y. con ello, el inicio demovimientos de traslado de viviendas. fbricas, comercios y ciertos servicios.que dieron origen a la formacin de reas metropolitanas constituidas poruna serie de ncleos satlites en torno a una metrpoli central, as como deejes de crecimiento a lo largo de las principales vas de transporte rpido.Esa modificacin en los mapas que reflejan la distribucin de la poblacin,las empresas y el empleo intensific la articulacin y la especializacin terri-torial, dando origen a situaciones ms complejas.

    En ltimo trmino, dentro de las reas rurales pertenecientes al mundodesarrollado continu el proceso de desagrarizacin y emigracin hacia lasciudades. acompaado por un retroceso paralelo de las actividades comer-ciales y de ciertos servicios tradicionalmente ubicados en pequeas ciudades.que ahora se enfrentaron al declive por falta de demanda para sostenerlos,No obstante. esa tendencia generalizada no debe ocultar un intenso procesode capitalizacin llevado a cabo por numerosas explotaciones agrarias, quemodernizaron su funcionamiento para adaptarlo a las exigencias de una agri-cultura capitalista dominada, cada vez en mayor medida. por la gran escalay la especializacin de cultivos, Al tiempo. otras reas rurales prximas a lasgrandes ciudades o ubicadas en entornas naturales favorables se vieron afec-

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    FJG.3.5. Componemes de la reestructuracin productiva en la tercera revolucin ndustrial.

    6.1. REESTRUCTURACIN PRODUCTIVA, REVOLUCl'" TEC"OLGICAy DESREGULAClN

    contemporneo, puede intentarse ahora un breve recorrido por las principa-les transformaciones en curso. con objeto de mantener la lnea argumentalde anteriores apartados y servir de introduccin al anlisis ms pormenori-zado de los restantes captulos,

    Tal como plantea el diagrama de la figura 3,5, lo primero que define lasituacin de los ltimos aos es una expansin de las fuerzas productivas.con la nueva revolucin tecnolgica que, a diferencia de las anteriores, nosupone la sustitucin de la base energtica, sino que est centrada en la ge-neracin y difusin de nuevas tecnologas de informacin. Adems de per-mitir el surgimiento y rpida expansin de nuevas actividades motrices quese apoyan en la microelectrnica. el rasgo que mejor las define es su carc-ter intersticial, es decir, su capacidad para afectar todo tipo de actividades.influyendo de forma directa sobre el volumen y caractersticas de los pues-tos de trabajo. as como sobre su distribucin.

    El propio cambio tecnolgico impulsa algunas de las transformacionesms significativas en la organizacin de las empresas, que redefinen el modode acumulacin dominante. As. al tiempo que facilita la ampliacin de unosmercados que adquieren, de forma creciente, una dimensin global, contro-lados por grandes grupos empresariales, hace tambin menos elevados loscostes de coordinacin entre establecimientos de la misma empresa y de

    MOdo de regulacin! Crisis de polticas keynesianas vs. liberalizacinI _ Privatizacin de empresas pblicas

    - Reduccin de Subvenciones y gasto pbliCO- Desregulacin de mercados

    Prioridad a competitividad sobre equidadi Descentralizacin poJiticoadministrativa

    i Divisin del trabajo Aumento de segmentacin intraempresarial: (empresas-red): Descentralizacin productiva (redes empresas)I Creciente especializacin funcional delterritorioI Nueva divisin espacial del trabajo

    Reestructuracin del 4-----sistema productivo . ------

    Fuerzas productivas materialesRevolucin tecnolgica (NTI)Nuevos sectores matrices (telemtica, 'nuevos materiales, servicios avanzados) 1I

    Prioridad de tecnologa y capital sobretrabajo y recursos naturales

    Modo de acumulacin Globalizacin de mercados Concentracin empresarial Segmentacin/flexibilizacin productiva Aumento de la competencia entreempresas y entre terri1orios

    tadas por un cambio de funciones, abandonando progresivamente las de ca-rcter productivo por las de ocio y turismo para los residentes urbanos.

    Esta organizacin de los sistemas productivos y los territorios, que du-rante algn tiempo pareci inmutable y bien adaptada a los intereses de losagentes sociales dominantes, es la que comenz a entrar en crisis hace ya uncuarto de siglo, inicindose entonces un proceso de cambio que ha supuestola transicin hacia nuevas formas de organizacin hoy ya vigentes, si biencon elevados costes econmicos y sociales que, como siempre, han sido so-portados por los territorios de forma muy desigual.

    6. Hacia una nueva era neofordista de capitalismo global

    Tal como se recordaba al inicio del presente captulo, hace ya ms dedos dcadas que el modelo que acaba de esbozarse comenz a dar sntomasde agotamiento, inicindose as un nuevo perodo de transformaciones es-tructurales que permiten afirmar hoy el comienzo de una nueva etapa en laevolucin histrica del sistema. As, desde los aos setenta se convive coti-dianamente con la inestabilidad y la incertidumbre econmica, rompindosela trayectoria de la fase de auge basada en la estabilidad, el crecimiento y lamejora del bienestar social de los pases industrializados. Esta fase de crisisest llamada a modificar profundamente la vida de los ciudadanos. la eco-noma y el contexto internacional (Palazuelos. E .. coord .. 1988, 11). sin ol-vidar sus efectos geogrficos, a los que aqu se presta atencin preferente,En tal sentido, las transformaciones econmicas. tecnolgicas y sociolabora-les exigen tambin la implantacin de una nueva lgica espacial. que afec-ta tanto los criterios de localizacin de las empresas, como las ventajas com-petitivas con que cuentan las regiones y ciudades para impulsar su desarro-llo. exigiendo en consecuencia nuevas polticas de intervencin sobre el te-rritorio.

    Tal como recuerda Amin (1994), segn la perspectiva terica desde laque se interpreten tales cambios, este perodo histrico que ahora se iniciase define de forma distinta: desde la sociedad postindustrial de la que hablanlos enfoques evolucionistas, al rgimen de acumulacin postfordista o flexi-ble, sealado por los tericos de la regulacin, el neofordismo de que hablanlas teoras neoindustriales, la tercera re\'olucin industrial o la sociedad in-formacional que proponen las visiones neoschumpeterianas, hasta el capita-lismo global de influencia neomarxista. Autores como Drucker hablan, in-cluso, de una sociedad postcapitalista. denominacin que resulta ms difcilde sostener cuando se constata que la lgica del beneficio, la competencia yla concentracin siguen marcando los parmetros esenciales del cambio ac-tual, si bien con unas manifestaciones externas distintas a las de perodos an-teriores, que obligan a renovar las investigaciones realizadas hasta el pre-sente.

    Sin entrar ahora en un debate que desborda las simples diferencias ter-minolgicas para insertarse en la distinta visin del cambio socioeconmicoy espacial que ofrecen algunas de las principales corrientes del pensamiento

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    Reestructuracin delsistema productivo

    F1G. 3.6. ESIraregias empresariales de respuesta y rip(;log de espacius5egln dinamismo aonmico (adaptado de W. Slohr. 1986).

    "Estrategias empresariales de respuesta

    dad en que opera. Tal como intenta reflejar la figura 3.6. que adapta unaidea original de St6hr (1986), esas estrategias competitivas pueden agrupar-se en dos grandes conjuntos, segn impliquen o no una modificacin de suspautas de localizacin.

    Una parte de las empresas intenta responder a los retos actuales me-diante un esfuerzo de innovacin tendente a reducir sus costes. elevar suproductividad o mejorar ]a calidaddiferenciacin de sus productos o servi-cios. Con frecuencia, a esto se suma una ampliacin de sus mercados en bus-ca de nuevos clientes, junto a una creciente divisin y especializacin de lasoperaciones que realizan, a veces acompaada por una descentralizacin detareas hacia otras empresas. En otros casos, por contra, adoptan estrategiasdefensivas que pueden suponer su cierre o la reduccin de su capacidad yempleo, la precarizacin de sus condiciones laborales para abaratar costes, o,incluso, su desplazamiento a] mbito de la economa sumergida o informal,a] margen de la legalidad vigente.

    Pero existe otro conjunto de empresas que, junto con, o a] margen de

    Regiones perdedoras

    1. reas rurales deprimidas(economa extensiva, baja renta,desequilibrio poblacinrecursos ...)

    2. reas industrializadas en declive3. Espacios marginales de escasa

    accesibilidad

    "

    Con cambio de localizacin

    1. Aelocaiizacln de actividades Traslado del establecimiento Ampliacin (nuevo establecimiento)

    2. Redistribucin espacial de ~areasentre centros de trabajo de la empresa

    3. Apertura de nueva empresa en reasemergentes

    "Regiones ganadoras

    1. Grandes ciudades alobalesy reas metropOJitaas

    2. Otros espacios innovadores(tecnpos. distritos industriales ...)

    3. Ejes de desarrollo urbanoindustrial4. reas !ursticas y de agricultura

    intensiva de exportacin

    Sin cambio de localizacin

    1. Ampliacin de mercados2. Innovacin de procesos, producloS

    o gestinlorganizacin empresarial3. Segmentacin productiva y

    descentralizacin externa4. Cierre o reduccin de empleo y/o

    capacidad productiva5. Precarizacir. laboral y/o paso a

    la economia sumergida/informal

    transaccin entre empresas diversas, con ]0 que se potencia ]a segmentaciny descentralizacin de los procesos, realizados en lugares diversos, pero in-terconectados mediante redes de flujos materiales e inmateriales.

    La consecuencia directa es una profundizacin en ]a divisin del traba-jo. tanto en el seno de la empresa como en sus relaciones con e] exterior. quese refleja en un funcionamiento cada vez ms sistmico e interdependiente,afectado por una competencia creciente que tambin modifica las relacionesinterterritoria]es. Al mismo tiempo, en e] marco de la nueva economa-mun-do que, tras e] hundimiento de los sistemas de planificacin centralizada,abarca ya la prctica totalidad de] planeta, tiene lugar una reorganizacin delos mapas econmicos ante la redistribucin de inversiones, empleos y valoraadido, generadora de nuevas formas de desigualdad territorial, de carc-ter ms c"Ualitativo que cuantitativo, que recla;na unos nuevos indicadorespara su correcto anlisis. La progresiva superacin de la dicotoma agricul-tura-industria como clave interpretativa del desarrollo desigual, ante la. ge-neralizacin de los procesos de terciarizacin econmica y las crecientes in-terre]aciones industria-servicios, exige hoy un esfuerzo de bsqueda para en-contrar nuevos criterios que permitan identificar los contrastes esencialesexistentes entre los sistemas productivos.

    Pero si la reestructuracin econmica iniciada en los aos setenta trajoconsigo un cambio de la realidad observable y de las teoras que buscan suinterpretacin, no ha sido menor su influencia en e] plano poltico-institucio-na] v sobre las relaciones sociales. La oleada neoliberal. con su cuestiona-mie~to general de la intervencin del Estado sobre la eco~oma, a la que acu-san de generar rigideces e ineficiencias, ha supuesto una progresiva liberali-zacin de los mercados. tanto de productos como de factores. una reduccindel sector pblico mediante las privatizaciones. y un mayor control del gasto,con efectos directos sobre la inversin y los servicios sociales que han am-pliado los contrastes en el acceso al bienestar, tanto en e] interior de nume-rosas sociedades desarrolladas. como entre las diversas regiones del mundo.

    En el plano de las polticas territoriales, la primaca que hoy se concedea] fomento de la competitividad sobre el principio de equidad interterrito-rial, junto a una tendencia creciente a la descentralizacin de las decisiones.que aumenta las competencias de unos gobiernos regionales y locales msprximos a los ciudadanos. pero tambin con menor capacidad de negocia-cin y control frente a los grandes grupos transnacionales, suponen un nue-vo marco para la intervencin que condiciona los objetivos prioritarios y losmtodos aplicados.

    6.2. ESTRATEGIAS EMPRESARIALES Y REORGAl']ZACIN ESPACIAL

    Ese nuevo contexto estructural, an en proceso de definicin. estableceun marco general donde se plantean las estrategias empresariales de res-puesta tendentes a asegurar la supervivencia o, en su caso, el crecimiento dela firma mediante e] incremento de su capacidad para competir en los mer-cados actuales. cualquiera que sea su estructura interna o el sector de activi-

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    las estrategias anteriores, utiliza el territorio como herramienta estratgicapara enfre~tar con ms posibilidades de xito la nueva situacin. Si en unoscasos esto se traduce en una re localizacin de sus centros de trabajo. contraslado a otras reas o bien con la apertura de nuevos establecimientos quepermiten ampliar sus reas de actuacin. en .otros lo que se produ.ce es unaredistribucin interna del empleo y las aCl1vldades. que se ]erarqUlzan y es-pecializan segn las condiciones e~i:tentes en cada ter:-itori? (costes y cu.ali-ficacin de la mano de obra. serVICIOSavanzados, eqUIpa mIentas tecnologI-cos, proximidad a mercados de venta ... ). Finalmente, una parte de las nue-vas empresas que inician su vida activa buscarn desde el primer momentouna localizacin en aquellas reas con me.iores condiciones actuales para lalocalizacin, sin interesarse ya por espacios de mayor tradicin. aquejadospor procesos de obso]escencia y declive ...

    Este contexto de cambio estructural y de estrategIas empresana]es derespuesta es el que da sentido a las alteraciones visibles en ]a organizacinespacial de la actividad econmica. con la nueva distribucin de regiones ga-nadoras y perdedoras, segn la denominacin popularizada por Benko y LI-pietz. Entre las primeras parecen situarse las grandes ciudades ?]oba]es don-de se concentran los servicios de mayor valor y rango InternacIOnal. Junto alos espacios innovadores (desde las tecnpolis a ciertos distritos industrialesde pequeas empresas que operan en red). los ejes de desarrollo industria]v las reas tursticas o de agricultura intensiva de exportacin, por citar tan~lo las ms importantes. Etre las segundas. a las reas rurales tradicional-mente deprimidas por estar dominadas por sistemas agrarios de baja pro-ductividad, con desequilibrios entre recursos y poblacin (subpoblamiento odensidad excesiva). as como graves dficit de equipamiento, que suelenacentuarse en espacios marginales poco accesibles a los principales centrosde actividad. se suman ahora las regiones industrializadas en declive. espe-cializadas en actividades poco dinmicas o que se trasladan hacia espaciosperifricos de menores costes.

    Aunque esquemtico en su formulacin. este diagrama permite ofreceruna panormica integradora de buena parte de las investigaciones actuales engeografa econmica. identificando tres tipos de temticas complementarias:

    a) La primera corresponde al impacto territorial de los procesos dereestructuracin del sistema productivo. que intenta analizar las consecuen-cias geogrficas de la mundializacin econmica. la revolucin tecnolg.ica.la nueva re!!ulacin de los mercados de trabajo. los procesos de descentrah-zacin y f1e~ibilizacin, o la creciente importancia que adquieren hoy las re-des de transporte y telecomunicacin en ]a \ertebracin del territorio ..

    b) La segunda, de mayor tradicin en geografa. se preocupa por In-vestigar las tendencias de localizacin que hoy prevalecen. tanto en elcaso ~de las acti\'idades agrario-extractivas. como industriales o de sen'i-cios, resultado directo del efecto ejercido por esos procesos sobre las de-cisiones de las empresas, interesndose por identificar las caractersticasde los mapas resultantes a diferentes escalas y los principales problemasderivados.

    e) La ltima. consecuencia de las dos anteriores. aborda la cuestindel desarrollo desigual asociado principalmente con la organizacin espacialde la actividad econmica, centrando su atencin en establecer sus factoresexplicativos, sus diferentes manifestaciones y los indicadores que mejor l?er-miten reflejarlo, as como las polticas ms adecuadas para hacer compatIbleel crecimiento econmico, la equidad social o territorial. y la sustentabilidadambiental.

    Cualquier pretensin de agotar la pluralidad temtica y de enfoquesque caracteriza a la actual geografa econmica est condenada al fracaso.No obstante, esta triple perspectiva puede dar cuenta de buena parte de losdebates ms vivos del momento y de las lneas de investigacin que mayorinters parecen despertar en los ltimos aos. por lo que sirve como hilo ar-gumental a los restantes captulos del libro. destinados a proponer una In-terpretacin de las tendencias dominantes y sus manifestaciones espacialesen este perodo de capitalismo global que ahora se inicia.

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