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Revista luminar no.7 2012

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Page 1: Revista luminar no.7 2012
Page 2: Revista luminar no.7 2012
Page 3: Revista luminar no.7 2012

¿QUÉ DICE EL SILENCIO EN

SU ELOCUENCIA CALLADA?

En la búsqueda espiritual las

palabras señalan, no guían ni enseñan. En la práctica espiri-

tual, cuando escuchas las pa-

labras buscas en sus sonidos

la luz que ilumine tu sendero. ¿No buscas acaso en el signifi-

cado de las palabras la revela-

ción de la verdad y de la reali-dad de lo que realmente eres

más allá de tu cuerpo-mente?

Sin embargo, ¿es posible que las palabras te guíen y te ense-

ñen la experiencia de lo divi-

no? ¿Es decir, cómo pueden las palabras guiarte hacia

Dios? ¿Y cómo las palabras

pueden guiarte y enseñarte sobre aquello que no ves, so-

bre aquello que no to-

cas ni oyes? ¿Cómo podrían las palabras

develar lo que no es

perceptible, lo que es ininteligible? ¿Cómo

pueden vislumbrar las

palabras la Luz y el amor de tu Corazón?

¿Cómo podrían las

palabras revelarte

aquello que es en ti pero que no sabes que

es?

Ramana Maharshi dice: “El silencio es elocuencia incesante”. “El silencio es la elo-cuencia más alta.” ¿Qué dice el silencio

en su voz inaudible? ¿Qué dice el silencio

en su elocuencia calla-

da? El silencio que

resuena detrás de la voz es lo que estás

buscando. El silencio

que se oye detrás del sonido de la palabra

es lo que estás bus-

cando.

En lo espiritual lo

que guía y enseña es el silencio. En lo es-

piritual lo que guía y

enseña es lo que muestra y demuestra

el silencio.

Cuando stás en si-lencio, en paz y

amor, lo inaudible se

revela, se muestra, alumbra, guía y en-

seña. En silencio

oyes el sonido de la

totalidad; en silencio escuchas la palabra

divina que significa

absolutez. En el si-lencio oyes el nom-

bre de Dios pronun-

ciando tu nombre con su nombre. En el

silencio sientes el

amor de Dios aman-do en tu amor con su

amor. En el silencio

piensa la Mente uni-

versal pensando en tu mente con su

mente.

EDITORIAL

REVISTA LUMINAR Nº 7, [email protected] Julio 2012

Año 1, Nº 7

LUMINAR Nº 7

Editorial

Algo de nada

Día a día con Baghaven,

Ramana Maharsi

3 4 5

Yo soy eso, Sri Nisarga-

datta Maharaj

Enseñanza en Sedona,

Ranjil Maharai

Símbolos, Alan Watts

6 7 11

La alegría sin objeto,

Jean Klein

17

Wen Tzu

U.G. Krisnamurti: una

vida biografía, Mahesh

Blatt

15 17

El comer y el beber,

Khalil Gibran

La poderosa inmovilidad

de un espíritu inmortal,

Anandamayi

18 19

Poemas haikus

La carta del jefe Seatle

Una vida zen, Sayen

Shaku

20 21 22

Tao

Imperfección, Tzuen LF.

Ggett

26 26

Contenido:

Título Original: Revista Luminar

© 2012

Responsable:

Vidal Portugal

Diseño de cubierta:

Vidal Portugal

Compaginación textos e ilustraciones:

Manuel Antonio Magia Andina

Edición: julio de 2012

Impresión digital

Printed in Bolivia

Dirección electrónica:

WWW.sinenomini@gmailcom

Átomo del carbón

“¿No buscas acaso en el

significado de las palabras la revelación de la verdad y de la realidad de lo que realmente eres más allá de

tu cuerpo-mente? ”.

Page 4: Revista luminar no.7 2012

¿Cómo se escucha el silencio?

¿Cómo entiendes con lo que no se oye? Nada más calma tu mente,

tu respiración y tu cuerpo, y en

silencio ve lo que se ve sin ojos, es-

cucha lo que se oye sin oídos, en-tiende lo que se comprende sin pen-

samientos, y sobre todo, ama lo que

se ama sin intenciones ni motivos. Entonces oirás a Dios en el viento,

en el susurro del agua, en la voz del

prójimo, en todo lo que suena y re-suena en el universo. Entonces

verás a Dios en la mirada de un ni-

ño, en los ojos de un perro y en el

vuelo del ave. Entonces verás, escu-charás y sentirás a Dios en todo.

Sólo así y desde ahí podrás verte y

escucharte y amarte en lo que es y está más allá de tu cuerpo-mente y

en tu cuerpo-mente. Sólo escuchan-

do en el silencio y viendo

en la oscuridad ves, escu-chas y amas al prójimo

como a ti mismo. Dios no

está en la lejanía, en un trono inalcanzable, Dios

está en ti y en todo lo que

ves, sientes y escuchas. Nada más tienes que ver-

lo con los ojos que miran

a través de tus ojos.

V.G.P.D.

“Entonces verás,

escucharás y sentirás

a Dios en todo”.

Página 4 LUMINAR Año 1, Nº 7

ALGO DE NADA

Una vez, durante un viaje, el maestro Zen

Zenko vio un templo en ruinas que

consideró que debía ser restaurado.

Dado que no tenía recursos materiales

propios, escribió en un gran cartel «Este

mes, el día tal, el peregrino y maestro

zen Zenko se autoincinerará. Los que

donen el dinero para la leña, podrán

venir a verlo”. Y puso el cartel en todas

partes. Pronto la gente del pueblo sintió

curiosidad y empezaron a llover las

donaciones.

El día señalado, la gente abarrotó el templo para ver cómo encendían la hoguera. Zenko estaba sentado sobre

la pira, preparando su inmolación. Dio instrucciones para que encendieran la hoguera a su señal.

En aquel momento, Zenko se puso a meditar en silencio durante un largo rato. De pronto, levantó la

mirada al cielo y asintió con la cabeza. Luego se dirigió a la multitud diciendo-. «¡Escuchad, escuchad!

¡Hay voces en las nubes! Justo cuando iba a extinguirme, todos los santos dijeron: «Es demasiado pronto

para que abandones este mundo profano. Tendrás que aguantarte y quedarte en este mundo un tiempo

para salvar vidas. Así que hoy no puedo continuar con mi incineración».

Luego cogió el dinero que habían donado y gracias a él pudo restaurar el templo abandonado.

Au

rora

bo

rea

l

Page 5: Revista luminar no.7 2012

DÍA A DÍA CON BAGHAVAN, RAMANA MAHARSHI

Mr. Joshi.: ¿Debo preguntarme «¿Quién soy yo?» sin darme res-puesta alguna? ¿Entonces quién va a contestarme? ¿Qué actitud debe tener la mente en el mo-mento de hacer la pregunta? ¿Qué es ese yo por el que pre-guntamos, el Sí mismo o el ego?

Bhag.: En la pregunta «¿Quién soy yo?», el yo es el ego. La ver-dadera cuestión es cuál es la fuente o el origen de ese ego. No

necesitas tener ninguna actitud especial en la mente para hacer esa pregunta. La única acti-tud que necesitas es abandonar la actitud de ser un cuerpo con tal forma, tal nombre, etc. Pero no se necesita nin-guna actitud sobre tu naturaleza real. Siempre existes tal cual eres, por-que tú eres real y no una actitud.

Mr. Joshi: No puedo mantenerme fijo en esa pregunta porque tengo muchas cosas que hacer, y cuando estoy traba-

jando olvido la pregunta.

Bhag.: Cuándo estas trabajan-do, ¿dejas de existir? Existes siempre, ¿no es cierto?

Mr. Joshi: Pero sin el sentido de ser el hacedor, el trabajo no puede ser realizado.

Bhag.: Sí puede ser realizado. Ese es el trabajo sin apegos mentales. Ese trabajo se reali-

za incluso mejor que cuando lo hacías con el sentimiento de ser el hacedor.

Mr. Joshi: Pero no comprendo qué trabajo debo hacer y cuál no debo hacer.

Bhag.: No te preocupes por eso. Quieras o no quieras, harás lo que tienes que hacer.

___________________________

1. En todo el párrafo se está jugando con dos términos: Bhava que significa naturaleza, y bhavana que significa lo que se superpone o añade a la naturaleza, lo que la protege. La traducción de actitud es muy libre, pero hemos seguido lo que dice el diario.

“El individuo se confina a sí mismo a los límites del cuerpo o de la mente cambiantes, los cuales derivan su existencia del Sí mismo inmutable”.

Página 5 LUMINAR Año 1, Nº 7

RAMANA MAHARSHI

Átomo 36

Page 6: Revista luminar no.7 2012

Áto

mo

Int: ¿Dónde comenzamos?

Mah: Todo lo que yo sé es que todo lo que depende, no es real.

Lo real es verdaderamente inde-

pendiente. Puesto que la existen-cia de la persona depende de la

existencia del mundo y está cir-

cunscrita y definida por el mun-

do, no puede ser real.

Int: No puede ser un sueño, cierta-

mente.

Mah: Incluso un sueño tiene exis-

tencia, cuando es apercibido y go-

zado, o padecido. Todo lo que usted piensa y siente tiene ser. Pero pue-

de no ser lo que usted cree que es.

Lo que usted piensa que es una persona puede ser algo completa-

mente diferente.

Int: Yo soy lo que sé que yo soy.

Mah: ¡Usted no puede decir que

usted es lo que usted piensa que

es! Sus ideas sobre usted mismo cambian de día en día y de momen-

to en momento. Su imagen de us-

ted mismo es la cosa más cambian-te que usted tiene. Es sumamente

vulnerable, y está a merced de

cualquier recién llegado. Una priva-

ción, la pérdida de un trabajo, un insulto, y su imagen de usted mis-

mo, a la que llama su persona, cam-

bia profundamente. Para saber lo que usted es, debe investigar y saber

primero lo que usted no es. Y para

saber lo que usted no es, usted debe observarse cuidadosamente, recha-

zando todo lo que no está necesaria-

mente con el hecho básico: «yo

soy».* Las ideas: Yo nací

en un lugar determinado,

a una hora determinada, de mis padres, y ahora

soy fulano, que vive en,

casado con, padre de,

empleado por, etc., no son inherentes a la sen-

sación de «yo soy». Nues-

tra actitud usual es de «yo soy esto». Separe con-

sistente y perseverante-

mente el «yo soy» de «esto» o «eso», y trate de sentir

lo que significa ser, sólo

ser, sin ser «esto» o «eso». Todos nuestros hábitos

van contra ello y la tarea

de combatirlos es larga y

dura a veces, pero una clara comprensión ayuda

mucho. Cuanto más cla-

ramente comprenda que en el nivel de la mente

usted sólo puede ser des-

crito en términos negati-vos, tanto más rápida-

mente llegará al final de

su búsqueda y realizará

su ser ilimitado.

“Una privación, la pérdida de

un trabajo, un insulto, y su

imagen de usted mismo, a la

que llama su persona, cambia

profundamente”.

Página 6 LUMINAR Año 1, Nº 7

YO SOY ESO, NISARGADATTA MAHARAJ

NISARGADATTA MAHARAJ

Page 7: Revista luminar no.7 2012

ENSEÑANZAS EN SEDONA, RANJIT MAHARAJ

Cadena de átomos

Maharaj: Estados Unidos. En-

tonces él dice, «¡oh! ¿Qué está diciendo? Está diciendo insensa-

teces». Él no quiere aceptarlo. De

la misma manera, el maestro dice que usted es Él, pero no puede

aceptarlo. ¡Qué le vamos a hacer!

Acéptelo al menos. Diga eso, ¿eh? Sea la totalidad del universo, us-

ted es el universo, usted controla

el universo, así se lo digo. Pero

debido al cuerpo, ha devenido muy pequeño. Así pues, si se

comprende a usted mismo aquí,

entonces todas las esclavitudes de esto, todo desaparece. Los

santos no hacen nada, todos

ellos funcionan lo mismo que una persona simple, pero ellos

rompen las paredes de la igno-

rancia, nada más. Si alguien rompe la pared, usted dirá, «¡oh!

¿Qué hace? ¡Es mi casa! ¿Qué derecho tiene a romper la pared?»

Pero los santos dicen, «quiero

abrirle a usted; así pues, rompo las paredes. Usted no es el cuer-

po, no es la mente, no es el cono-

cimiento, no es la ignoran-

cia». Así pues, ¿de quién es esta pared tan fuerte? De la

persona ignorante. El santo

no hace nada, él solo dice que todo es falso, délo por

hecho. Al menos acéptelo, y

vea qué resulta de ello. Pero usted dice, «lo que he recibi-

do está bien. Pero no quiero

escuchar al maestro. Él

quiere romper las paredes de mi mente». ¡Qué le vamos

a hacer! Cuando la muerte

viene, todo desaparece, ¿o no? ¿Qué puede usted

hacer, dígame? Comprenda

lo que dice el maestro y tra-te de aceptarlo. Si usted va

a la escuela, todos los profe-

sores enseñan. El que acep-ta, vuelve a su casa y hace

sus deberes. Ese obtiene el

primer lugar de la clase,

¿no? De la misma manera, al menos acepte algo de lo

que el maestro dice, y una

gota puede hacer un océano, ¿por qué no? Así pues,

compréndase a usted mismo

primero, «quién soy yo», com-prenda «yo no soy el cuerpo,

yo no soy la mente», délo por

hecho. Usted no es los pen-samientos, ¿cómo puede us-

ted ser su mente? Su pensa-

miento cambia siempre, ¿o no?

¿Cómo puede usted ser una mente?

Usted olvida también el conocimien-to; así pues, ¿cómo puede usted ser

el conocimiento, dígame? Ningún

conocimiento y ninguna ignorancia, y eso es la realidad final. Todo viene

sobre la pantalla, toda la película

ha venido sobre la pantalla. ¿De qué

se inquieta la pantalla por eso? La pantalla no ha sido tocada, ¿no?

Después de mostrar mucho, la pelí-

cula ha terminado, se dan las luces y la pantalla está tan blanca como

siempre. Sea la pantalla, no acepte

nada. ¿Por qué no? Debido a que ello no es verdadero. Si hubiera sido

verdadero, entonces usted lo acep-

taría, ¿no? Olvide todo, usted es Él. Así pues, de lo que el maestro dice,

guarde en su mente al menos algo.

Si el médico le da una medicina,

tómela, tome al menos una dosis.

“El santo no hace nada, él solo dice que todo es falso, délo por hecho”.

Página 7 LUMINAR Año 1, Nº 7

RANJIT MAHARAJ

Page 8: Revista luminar no.7 2012

Si usted no toma la medicina,

entonces la enfermedad no se detiene. ¡Qué le vamos a hacer!

Así pues, uno debe compren-

der, ésta es la cosa.

¿Alguna otra pregunta?

Tenga dudas. Si no hay dudas,

entonces, ¿cómo puedo hablar

yo?

Devota que asiste a Maharaj: Maharaj dice, «tenga dudas. Si no hay dudas, entonces, ¿cómo puedo hablar yo?» (Risas).

Maharaj: ¿Por qué va usted al médico? Usted tiene alguna

enfermedad, y entonces va.

Usted va a los abogados, ¿por qué? Hay algún punto que us-

ted no puede resolver, y entonces

va al abogado. Así pues, aquí son

las dudas, ¿no?

¿Sí?

Interlocutor: ¿Es la comprensión «yo soy Él» parte del sueño?

Maharaj: Sí, es una parte del sueño. Deje la comprensión. Us-

ted es Él. Esa es la diferencia,

ahí está la diferencia sutil. Com-prender «yo soy Él» es también…

(Maharaj mueve la cabeza como

diciendo que eso es solo regular). ¿Dónde está usted? ¿Quién es

usted? Cuando usted no es,

¿cómo puede ser Él? Él es, de

acuerdo; yo solo puedo decir pa-labras. Usted no existe. Cuando

usted existe, dice, «yo soy Él»,

pero eso es también ilusión. Olvi-de eso. Yo no existo nunca, Él

existe. Ahora ya no hay ninguna

palabra para hablar, pero yo ten-go que hablar. «Yo soy Él» es

también una ilusión, délo por

hecho. ¿Quién es usted? ¿Dónde está su existencia? Es un sueño.

En un sueño usted deviene algo,

pero cuando despierta usted mis-

mo dice que todo era falso, que todo era nada, que todo era una

ilusión, ¿de acuerdo? ¡Adelante!

«Yo soy Él» es la ilusión más

grande o la ignorancia más grande. El conocimiento es la

ignorancia más grande, délo

por hecho. Si no hay conoci-miento, nada de todo esto

acontece. Usted estaba dur-

miendo profundamente, sin hacer nada, ¿no? Entonces vie-

ne un pensamiento, y usted ve

la totalidad del sueño. ¿Quién

ha sido el hacedor? ¿Quién lo ha hecho y dónde ha aconteci-

do? ¿Y quién era usted en ese

tiempo? Usted estaba durmien-do profundamente, no estaba

haciendo nada y, sin embargo,

todo ha acontecido, usted ha experimentado todo. Cuando

despierta, dice, «esto no es ver-

dadero». Así pues, lo que usted ve y percibe no es verdadero, es

un milagro del ojo, un milagro

de los ojos. Solo este conoci-

miento es la cosa. Si usted olvi-da el conocimiento, la realidad

está ahí, siempre ahí. No diga,

«yo soy Eso». «Yo soy Él» es una parte de la ignorancia, délo por

hecho. Cuando el conocimiento

no existe, ¿cómo puede usted ser Él? Para eso no hay pala-

bras. En caso contrario, todo

esto será verdadero. Cuando usted dice una palabra, es una

palabra, nada más.

Todo esto, esta ilusión quiere

eso. «Yo he devenido Él, yo sé

todo ahora», esto también es

ignorancia, délo por hecho. Así

pues, el conocimiento es la ma-

yor ignorancia. Si no hay

ningún conocimiento,

¿entonces? ¿Qué queda? El co-

nocimiento trae todo, la acu-

mulación viene por el conoci-

miento solo.

“”Así pues, lo que

usted ve y percibe no

es verdadero, es un milagro del ojo, un

milagro de los ojos”.

Página 8 LUMINAR Año 1, Nº 7

Átomo

Page 9: Revista luminar no.7 2012

El conocimiento es también un

pensamiento. Si usted compren-de, entonces está fuera de la

tumba de la ignorancia; de otro

modo, no. La realidad es olvida-da, y entonces viene un pensa-

miento y usted recibe el sueño.

Entonces acontece todo, y en-tonces dice, «yo soy Eso». ¿Cuál

es el significado de ello? ¿Quién

es usted? En este momento us-

ted es el sueño del creador, y en ese sueño usted sueña que ha

recibido el nacimiento. Así pues,

usted hace otro sueño. Y en este sueño usted está también en el

sueño. Usted estaba en el sue-

ño, se vio a usted mismo en el sueño, ¿no? ¿Me sigue? Usted

no existía, no existe ahora; así

pues, ¿cómo puede decir «yo soy Él»? «Yo soy Él» es una parte de

la ilusión.

Interlocutor: Entonces, ¿despertar del sueño es parte del sueño?

Maharaj: Sí, sí. Cuando usted

despierta y piensa en el sueño,

¿en qué le hace daño a usted ahora? Suponga que usted mata

a alguien en el sueño, ¿está us-

ted conforme con eso aquí? Us-ted dice, «¿cómo he podido

hacerlo?» La persona que estaba

allí no tenía existencia y usted que lo vio tampoco tenía ningu-

na existencia. Así pues, yo no

permanezco. «Yo soy Él» es tam-bién una ilusión. ¡Qué le vamos

a hacer! (Risas). Olvide «yo», na-

da más.

Interlocutor: Entonces, si todo esto es un sueño y la vida sigue y nada importa realmente, en-tonces ¿por qué molestarse con esta enseñanza?

Maharaj: ¿Por qué molestar-

se con la cosa? Usted está siempre en la miseria, usted

se siente siempre a usted

mismo, pero se olvida de usted mismo. No hay ningu-

na necesidad de saber. Si

usted no despierta del sue-

ño, entonces ¿qué ha hecho usted, eh? Suponga que us-

ted muere en el sueño, el

que está durmiendo no muere, ¿eh? ¿Cuál es la uti-

lidad de saber, eh? ¿Por qué

saber? Conocer el nacimien-to es nada; comprenda eso,

y eso es conocimiento. Com-

prenda que nada es verda-dero, y eso es conocimiento,

nada más.

Interlocutor: Le he escuchado decir dos veces esta noche, «el sueño del creador». ¿Quién es este creador?

Maharaj: El creador mismo

está en el conocimiento. Él

viene, ¿de dónde?, de la ig-

norancia (Risas). Lo que viene de la

ignorancia, ¿cómo puede ello ser verdadero? El sueño viene y deviene

algo, ¿quién lo hace, eh? Usted se

inquieta siempre, no diga que usted no se inquieta. ¿Cuál es la utilidad

de todo? Todo es una ilusión, pero

usted toma la ilusión por verdadera.

Así pues, el maestro hace que usted comprenda que todo es una ilusión,

nada más. En primer lugar, usted

no quiere aceptar. ¡Qué le vamos a hacer! «¿Cómo puede usted ser ilu-

sión y cómo puedo yo ser Él?» Cuan-

do usted dice que «yo soy Él», usted lo ha oído de alguien, ¿eh? ¿Cuál es

su experiencia? ¿Puede usted decir

que «yo soy Él»? ¿Puede usted decir «yo soy el creador del mundo»? ¿Eh?

Las personas realizadas dicen, «yo

soy el creador del mundo, vamos; lo

que acontece y lo que no acontece es mi elección».

“Todo es una ilusión, pero usted toma la

ilusión por verdadera”.

Página 9 LUMINAR Año 1, Nº 7 áto

mo

Osho

Page 10: Revista luminar no.7 2012

Comprenda, nada más. Se

requiere comprensión, y en-

tonces usted es siempre feliz. «No hay nada, yo también

estoy de acuerdo», dirá usted entonces. Entonces, ¿por qué

inquietarse por nada, eh? Usted se inquieta a cada mo-

mento, debido a que usted se ha olvidado de usted mismo,

ese es el punto principal.

¡Qué le vamos a hacer! Su-ponga que alguien dice,

«¿quién soy yo?» ¿Qué dirá usted? «Usted es un tonto»

«¿Adónde voy yo entonces si le pregunto a usted?»

«Váyase al infierno», dirá él

(Risas).

Él no dirá, «vaya al cielo». Cuando usted Le olvida,

¿cuál es el significado de

eso? ¡Nada! El olvido es lo peor. Esta pregunta ha veni-

do, de manera que yo tengo que hablar mucho sobre eso,

¿eh? El maestro habla, pero

usted no quiere escuchar debi-

do a que ha recibido el amor de la ilusión, el amor de «yo», el

amor de la mente, nada más. ¡

Qué le vamos a hacer! Así

pues, todo es ilusión y no hay nada. Solo Él es verdadero. Pa-

ra Él no hay ninguna defini-ción, ninguna palabra. Todas

las palabras retroceden (de Él),

todas las palabras vuelven a cero. Ellas vienen de cero y

vuelven a cero. Así pues, el Se-ñor Krishna dice, «yo soy ahí de

dónde todas las palabras retroceden, yo soy más

allá de eso». Así pues, sea, vaya más allá de ce-

ro. Es una vía sagrada,

nadie puede seguirla, el mecanismo se detiene

ahí.

Todo viene de cero; pero,

sin embargo, usted ve muchas cosas aquí, ¿no?

Usted ve muchas cosas en el sueño, ¿dónde

están? Cuando usted duerme profundamente,

usted olvida, olvida su cuerpo, su mente.

¿Dónde existen? Así

pues, todo es ilusión. La realidad es la realidad, y

todo es ilusión, nada más. Hay dos cosas en el

mundo, y mi maestro di-jo, «rompa en pedazos la

cosa, machaque la cosa,

haga dos pedazos, lo que es verdadero y lo que no

es verdadero», nada más. La comprensión le trae a

usted mismo felicidad, ¿no? Usted es siempre fe-

liz, usted no se inquieta nunca por nada. Todo el

mundo es Él, ¿por qué in-

quietarse? Usted mismo se inquieta siempre, ¿no? El

dinero está en el banco, pero usted se inquieta

porque no está con usted, ¿eh? Así pues, lo que es

nada, usted se inquieta mucho por lo que es nada.

Si el maestro le hace a us-

ted la realidad, si el maes-tro da la realidad, enton-

ces viene la comprensión.

“Todas las palabras

retroceden, todas las

palabras vuelven a

cero”.

Página 10 LUMINAR Año 1, Nº 7

RANJIT MAHARAJ

Átomos

Page 11: Revista luminar no.7 2012

POSTURA EN MEDITACIÓN ZAZEN

SÍMBOLOS

«La razón para meditar es que la mayoría de las personas civilizadas han perdido el contacto con la realidad. Confunden el mundo tal como es con el mundo tal como ellos piensan, tal como hablan de él y lo describen. Porque por una parte está el mundo real y por otra todo un sistema de símbolos — referentes a este mundo— que llevamos a nuestra mente. Son símbolos, muy muy útiles; toda la civilización depende de ellos. Pero, como todas las cosas bue-nas, tiene sus desventajas, y la principal desventaja de los símbo-los es que los confundimos con la realidad, de la misma manera que confundimos el dinero con la auténtica riqueza y nuestro nombre, la idea y la imagen que tenemos de nosotros, con noso-tros.»

Alan Watts

Entonces sea dondequiera que usted es. Ser o no ser es

su elección. Así pues, para las personas ignorantes la

cuestión es siempre ser o no

ser. Para la persona realiza-da no queda ninguna cues-

tión, ni ser ni no ser. Cuando todo es nada, ¿qué ser y qué

no ser? Sea fuera del círculo de la ignorancia, nada más.

La ignorancia provoca mu-

chos problemas, ¿no? Mu-chos problemas. Olvide la

ignorancia, olvide su conoci-miento.

El conocimiento trae el ego y

todo; así pues, olvide el co-nocimiento. Usted es Él, na-

da de qué inquietarse. Mi maestro escribió «La Llave

Maestra de la Auto-realización». Es la llave ma-

estra. Uno debe tener la llave maestra para abrir la puerta,

nada más. Abra la puerta,

usted es Él, usted es el due-ño. Pero usted no abre la

puerta. Así pues, las perso-

nas realizadas dicen que todo es nada. ¿Por qué

hablan? Ellos hablan para los que están en proble-

mas. Ellos tienen muchos

problemas, están muy in-quietos; así pues, las per-

sonas realizadas hablan algo; de otro modo, no hay

ninguna necesidad. El agua no dice nunca «ven a

mí, yo soy agua». El que

esté sediento, irá. Así pues, el que dice, «yo soy

un maestro», no es un ma-estro, délo por hecho, ¿eh?

Es una ilusión, todo es uno; así pues, ¿a quién

enseñar y a quién no en-señar? ¡Adelante! Sea fue-

ra del círculo de la igno-

rancia y del conocimiento, de los dos. Cuando uno

muere tiene que entrar en este caos. Se necesita a

alguien para que lo saque; de otro modo, usted vuelve

a la puerta y entra de nue-

vo en este círculo. ¡Qué le vamos a hacer! Las perso-

nas realizadas dicen que el mundo es solo un caos.

Es realmente un caos con diversiones, así se lo digo.

El que comprende no deja de comprender nunca. El

que comprende dice que

esto es realmente un caos con diversiones. Lo mismo que la

araña hace su propia casa con su saliva, así nosotros carga-

mos con todas estas cosas,

¿eh? Así pues, si es posible, sea fuera del círculo de la ig-

norancia. Compréndase usted mismo, y entonces es feliz,

¿eh?

¿Alguna pregunta más? ¿Sí?

Interlocutor: ¿Maharaj?

Maharaj: ¿Sí?

Interlocutor: Usted habla de romper la mente. ¿Cómo? ¿Dónde voy yo a romper la mente?

Maharaj: A uno que duerme,

¿cómo le despierta usted?

Interlocutor: ¿Perdón?

Maharaj: A uno que está dur-miendo, ¿qué tiene que hacer

usted para despertarle?

“Las personas realizadas dicen que el mundo es solo un caos”.

Página 11 LUMINAR Año 1, Nº 7

Auro

ra b

ore

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Page 12: Revista luminar no.7 2012

NISARGADATTA MAHARAJ SÍMBOLOS

Interlocutor: ¿Para despertarle? ¿Qué hago yo?

Maharaj: Para despertarle, sí,

¿qué hace usted?

Interlocutor: Sacudirle.

Maharaj: Usted dice, «¡ehh

(zarandeándolo)! ¡Arriba!»

Interlocutor: ¿Así es como rom-po yo la mente? ¿Sacudiéndola?

Maharaj: Usted le sacude (al

que duerme), ¿o no?

Interlocutor: Sí.

Maharaj: El que duerme, el muchacho está durmiendo y

no se levanta. «¡Vamos, vamos,

arriba!» Entonces él se levanta,

¿o no?

Interlocutor: Sí.

Maharaj: Así pues, aquí lo mismo. ¿Qué significa desper-

tar a la mente? El maestro

despierta su mente. ¿Qué sig-nifica mente? Significa su pen-

samiento. Usted no es el pen-

samiento. El maestro le des-pierta a usted de eso. Usted lo

toma por verdadero, ese pensa-miento. El maestro dice, «¡no!»

Así pues, él despierta su men-

te, nada más. Entonces usted puede ver que todo es pensa-

miento. Uno le despierta; el muchacho o la persona que

está durmiendo, se levanta, ¿no? ¿Y entonces? Él hace to-

do, nadie tiene que decirle na-da. De la misma manera aquí

también; el maestro le despier-

ta, usted no es la mente, no es el pensamiento. ¿Entonces qué

deviene usted? El maestro le despierta de esta manera, el

maestro le hace a usted Él. Eso es todo; así se lo digo, nada

más. Cuando usted despierta a su hijo, nuevamente él se duer-

me por la noche. El que es des-

pertado por el maestro no duerme nunca, délo por hecho.

¿Cómo puede la ignorancia vol-ver de nuevo a él? Si alguien

saborea un té caliente y se quema aquí (Maharaj se señala

los labios), él siente una sensa-

ción ardiente, ¿o no? ¿Me si-

gue?

Interlocutor: Sí.

Maharaj: Té caliente, sí;

muy caliente, y usted lo toma. Entonces viene una

sensación ardiente, ¿o no? Y entonces alguien le da a

usted yogur, y usted dice, «¡ahhh!» (lo sopla) y lo to-

ma. ¿Me sigue?

Interlocutor: Sí.

Maharaj: Yogur, si usted lo toma. Pero usted siente

(Maharaj se toca los la-

bios), usted sabe, usted hace «¡ahhh!» (lo sopla). De

la misma manera, si la mente es despertada,

¿entonces? Entonces us-ted verá todo como una

ilusión, nada más. Lo que quiera que sea, usted olvi-

da. Si el despertar viene,

usted olvida todo y va a su

propia cosa.

“Cuando usted despierta a

su hijo, nuevamente él se

duerme por la noche. El

que es despertado por el

maestro no duerme

nunca”.

Página 12 LUMIN Año 1, Nº 7

Vía láctea

Page 13: Revista luminar no.7 2012

Si el maestro rompe su mente,

entonces usted hará todo, ¿por qué no? Usted compren-

de eso. La comprensión viene,

¿entonces? Por una pequeña equivocación, ha devenido la

criatura más pequeña del mundo. Si una pequeña com-

prensión viene, ¿entonces? Usted ha recibido el poder

más grande del mundo, ¿en qué le toca? Usted es Él. Así

pues, el maestro despierta su

mente, ese es el significado de ello. Mente significa pensa-

miento. Todo el mundo fun-ciona con el pensamiento; las

gentes son llamados hombres o mujeres, ¿por qué? Ellos

funcionan con la mente, por eso devienen hombres. Y el

que mima a la mente es mu-

jer, nada más. ¿Qué significa mimar? Comprenda. El que

mima a la mente es una mu-

jer, nada más.

Interlocutor: (Habla a la devota que asiste a Maharaj) ¿La mente es una mujer? Devota que asiste a Maharaj:

El que mima a la mente.

Maharaj: La mente es mu-

jer, sí (Risas). En otro caso, los dos son uno. Usted tam-

bién, el hombre también

ama a la mente, nada más. Usted mima a la mente,

«¡oh! Muy bonito, muy boni-

to», nada más. Es la defini-

ción de la mente hacer que usted comprenda, nada

más. El despertar de la

mente, sí. El maestro le despierta a usted, nada

más. Ahora el deber de us-

ted es comprender. Si usted no comprende, ¿entonces?

Proseguir con lo que está

ocurriendo está bien, nada más. Uno debe cambiar la

mente. Eso es llamado el

cambio de mente. Así pues,

el maestro cambia su men-te, nada más. Usted dice

que todo es verdadero, que

mí mismo es verdadero. El maestro dice que usted no

es, que usted no existe. Él

dice, «¿quién es usted para existir?» Eso es llamado

cambio de mente, nada

más. Usted deviene Él, y dice, «¡oh!, es mí mismo», y

éste es el cambio de mente

más grande, ¿o no? Eso es

llamado el despertar. El cambio

de mente es eso. Así pues, el ma-estro le despierta a usted por la

comprensión que le da. Com-

prenda, nada más. Así pues, des-pués de comprender, todo el

mundo adora al maestro solo,

délo por hecho, ¿a quién adorar entonces? ¿Por qué se requiere

adorar al maestro? Porque él da

la comprensión verdadera. Que el

maestro despierte su mente sig-nifica que él hace la cosa más

grande del mundo. No es fácil

despertar a la mente. El maestro le hace a usted Él. Usted despier-

ta a su hijo, ¿para qué? Para que

muera un día. Usted despierta a todos para morir un día, ¿no?

Cuando el maestro le despierta,

no hay ninguna muerte para us-ted, ningún nacimiento para us-

ted. Eso es llamado el despertar

real. En otro caso, muchas gen-

tes despiertan, ¿cuál es el signifi-cado? Despiertan para morir un

día. Así pues, uno debe tener la

comprensión. Si la comprensión viene, entonces usted será el más

grande de los más grandes. Cuan-

do alguien sale, ellos dicen, «¡oh! No olvides tu monedero; olvida

todo, pero no olvides el dinero».

Así pues, no se olvide de usted mismo; en caso contrario, usted

estará en la caja falsa, ¿eh? Así

pues, el maestro le despierta a

usted. Él debe ponerle a usted en la caja verdadera, y ponerle de tal

manera que usted no pueda salir

de ella nunca. Usted es él, délo

por hecho. ¿Sí?

“Todo el mundo funciona

con el pensamiento”.

Página 13 LUMINAR Nº 7

Año 1,

Áto

mo

Page 14: Revista luminar no.7 2012

LA ALEGRÍA SIN OBJETO, JEAN KLEIN

NISARGADATTA MAHARAJ SÍMBOLOS

La sensación corporal me parece

un medio excelente para hacerle

más fácil este acercamiento. Trate

usted de descubrir su cuerpo, de dejarle vivir por sí mismo y no

gobernado por un yo sometido a

la continua alternancia repul-

sión/atracción, agresión/defensa.

Primero, usted ha de comprender

que no podemos perseguir una idea y, al mismo tiempo, dejar

vivir una sensación corporal, no

podemos aprender varias percep-ciones o conceptos simultánea-

mente.

Cuando dirigimos nuestra aten-

ción hacia nuestro cuerpo en el

cual se alojan todas las agresio-

nes, defensas, reacciones, dejemos que se imponga a nosotros esta

sensación sin visualizarla en su

forma, dejemos que emerja, que se abra. Podemos hacer constatacio-

nes muy variadas, por ejemplo,

una falta de uniformidad, pienso en ciertas partes del cuerpo que

son pesadas, en otras que son

huecas, vacías, calientes o frías, comprimidas; todo esto es un resi-

duo de las reacciones del yo. Se

puede ver cuán difícil es captar la

simultaneidad de los componentes del cuerpo: sentiremos sea la fren-

te, sea el rostro, sea la espalda,

sea la parte trasera de la cabeza, los riñones, las extremidades infe-

riores o superiores, una tras otra,

pero, para obtener una sensación global, no debemos dirigir la aten-

ción.

Si experimenta algunas dificulta-des para lograr esta simultanei-

dad, deje su cuerpo hablar, tiene

todavía en usted mismo una ten-sión por detectar, una tensión que

debe eliminarse por sí misma. Pa-

ra lograrlo, haga que su cuerpo

abandone sus límites hasta que se dilate totalmente en el espacio.

Cuando tenga conciencia de su

corporalidad, extiéndase para po-der disolverse sistemáticamente

en su entorno. Notará cómo las

distintas capas ceden, se abren.

Algunas partes van a oponer re-

sistencia y lo notará usted. Si divi-

dimos nuestro cuerpo en pensa-miento, sentimiento y voluntad, se

puede hablar efectivamente de

tres pisos: la cabeza que es el ele-mento pensador, si así podemos

hablar (claro está, pensamos con

todo nuestro cuerpo, pero el

pensamiento se aloja de modo predominante en la

cabeza), mientras el senti-

miento está en el tronco y la voluntad en las extremida-

des inferiores y superiores.

Estas extremidades que son los elementos acción, volun-

tad, a las cuales pertenece

también la mandíbula,

están acostumbradas a co-ger, asir y por una observa-

ción muy aguda podemos

darnos cuenta de ello y per-mitirlas que suelten. Para

que todas estas partes vuel-

van a encontrar su vida propia como cuerpo tiene

usted que amar mucho a su

cuerpo.

Cuando usted consigue esta

sensación de vacío y se

siente perfectamente exten-dido en la vacuidad que le

rodea, esto es todavía un

objeto de su atención que se

ha «cultivado» es un soltar.

Ocurre que esta vacuidad

se elimina también, que la

atención dirigida hacia los objetos se traslada hacia la

observación y que sólo per-

manece en una posición atenta. No estamos atentos

a algo sino a nuestra aten-

ción. Entonces no queda nadie, ya no hay volumen,

ni duración. Esta presencia

a sí mismo es una vivencia y el «estar en ninguna par-

te» se le presentará durante

el día, en sus diferentes ac-

tividades.

“Cuando dirigimos nuestra

atención hacia nuestro cuerpo en

el cual se alojan todas las

agresiones, defensas, reacciones,

dejemos que se imponga a

nosotros esta sensación sin

visualizarla en su forma, dejemos

que emerja, que se abra”.

Página 14 LUMINAR Año 1, Nº 7

Jean Klein

Page 15: Revista luminar no.7 2012

La

o T

se

WEN - TZU

Lao Tse dijo:

Existe algo, un todo indiferencia-do, que antes de los cielos y la

tierra. Sólo tiene imágenes abs­

tractas, ninguna forma concreta. Es profundo, oscuro, silencioso,

indefinido; no oímos su voz.

Asignándole un nombre, lo llamo

el Camino.

El Camino es infinitamente ele-

vado, insondablemente profun-

do. Abarcando el cielo y la tierra, recibiendo de lo que no tiene for-

ma, produce una corriente que

fluye intensa y ampliamente sin desbordarse. Opaco, se sirve de

una clarificación gradual me-

diante la calma. Cuando se apli-ca, es infinito y no tiene día ni

noche; pero cuando es represen-

tado, ni siquiera llena la mano.

Es reducido, pero puede expan-

dirse; es oscuro, pero puede ilu-

minar; es flexible, pero puede ser firme. Absorbe lo negativo y emi-

te lo positivo, manifestando así

las luces del sol, la luna y las

estrellas.

Gracias a él son altas las monta-

ñas, son profundos los océanos,

corren los animales, vuelan los pájaros. Gracias a él vagan los

unicornios, remontan el vuelo

los fénix, siguen su curso las estrellas. Garantiza la supervi-

vencia mediante la destrucción,

la nobleza mediante la bajeza, y

el avance mediante la re-

tirada. En la antigüedad, los Tres Augustos alcan-

zaron el orden unificador

del Camino y permane-cieron en el centro; sus

espíritus vagaron con la

Creación, y así reconfor-taban a todo el mundo en

los cuatro cuadrantes.

De esta manera, el Cami-no produce el movimien­

to de los cielos y la esta-

bilidad de la tierra, giran-

do incesantemente como una rueda, fluyendo sin

cesar como el agua. El

Camino se encuentra en el principio y en el fin de

las cosas: cuando se le-

vanta el viento, se con-densan las nubes, ruge el

trueno y cae la lluvia, res

­ponde como un concierto

sin fin.

Devuelve lo esculpido y lo pulido a

la simplicidad. No se las ingenia para hacerlo, sino que se funde

con la vida y la muerte. No se las

ingenia para expresarlo, sino que

comunica virtud. Conlleva en sí una felicidad pacífica que no tiene

orgullo, y así alcanza la armonía.

Existen infinitas diferencias cuan-do el Camino facilita la vida: ar-

moniza la oscuridad y la luz, regu-

la las cuatro estaciones y armoni-za las fuerzas de la naturaleza.

Humedece el mundo vegetal, im-

pregna el mundo mineral. Los ani-males salvajes se hacen grandes,

sus pieles lustrosas; los huevos de

los pájaros no se rompen, los ani-males no mueren en el seno ma-

terno. Madres y padres no sufren

la pena de perder a sus hijos, los

hermanos no experimentan la tris-teza mutuamente. Los niños no

quedan huérfanos, las mujeres no

enviudan. No se ven signos at-mosféricos de mal agüero, no se

producen robos y bandolerismo.

Todo esto es aportado por la

virtud interna.

El Camino natural incesante

da nacimiento a los seres, pero

no los posee; engendra la evo-lución, pero no la gobierna.

Todos los seres nacen depen-

dientes de él, pero ninguno sabe cómo agradecérselo; to-

dos mueren a causa de él, pe-

ro ninguno puede quedar re-sentido por ello. No se enri-

quece por el almacenamiento y

la acumulación, ni se empo-

brece por el desembolso y el

disfrute.

Es tan inasible e indefinible

que no puede ser imaginado; no obstante, aunque sea inde-

finible e inasible, su función

es ilimitada. Profundo y miste-rioso, responde a la evolución

sin forma; triunfante y efecti-

vo, no actúa en vano. Se en-rosca y se desenrosca con fir-

meza y flexibilidad; se contrae

y se expande con oscuridad y

luz.

“Existen infinitas

diferencias cuando el Camino facilita la vida: armoniza la oscuridad y la luz, regula las cuatro estaciones y armoniza las

fuerzas de la naturaleza” .

Página 15 LUMINAR Nº 7

Año 1, Nº 7

Page 16: Revista luminar no.7 2012

Átomos

NISARGADATTA MAHARAJ SÍMBOLOS

Lao Tse dijo:

Quienes sirven a la vida se adaptan a los cambios cuando

actúan. Los cambios surgen de

los tiempos; quienes conocen los tiempos no se comportan de ma-

nera fija, por ello digo: «Los cami-

nos pueden ser guías, pero no senderos trazados; los nombres

pueden ser designados, pero no

etiquetas fijadas.»

Los escritos se producen median-

te palabras, y las palabras proce-

den del conocimiento; los intelec-tuales no saben que ellos no

constituyen un camino fijado. Los

términos que pueden ser designa-dos no forman libros que puedan

ser atesorados. Las personas ins-

truidas llegan una y otra vez a un

callejón sin salida; esto no es tan bueno como mantenerse centra-

do. Acaba con el escolasticismo, y

no habrá preocupaciones; pon un final a la sagacidad, abandona el

conocimiento, y la gente se bene-

ficiará muchas veces.

Los seres humanos son tranqui-

los por nacimiento; ésta es la na-

turaleza celestial. Al sentir las cosas, actúan; esto es deseo na-

tural. Cuando las cosas vienen a

ellos, responden. Éste es la ac-ción del conocimiento. Cuando el

conocimiento y las cosas interact-

úan, surgen las preferencias y las

aversiones. Cuando las preferen-cias y las aversiones están forma-

das, el conocimiento va hacia las

cosas externas \ no puede retornar-se al ser; de esta manera desapare-

ce el diseño celestial.

Por consiguiente, los sabios no sus-tituyen lo celestial por lo humano.

Externamente evolucionan con las

cosas, pero internamente no pier-

den su verdadero estado. Así, quie-nes realizan el Camino regresan a

la clara tranquilidad. Quienes des-

cubren el secreto de las cosas aca-ban sin tener estratagemas. Ali-

mentan la inteligencia mediante la

calma, unifican el espíritu mediante la abstracción, y se dirigen a la

puerta de la nada.

Quienes siguen el cielo viajan con el Camino; quienes siguen a los

humanos se mezclan con lo vulgar.

Por ello, los sabios no dejan que los negocios perturben al mundo y no

permiten que los deseos con­

fundan los sentimientos. Hacen lo

que es apropiado sin argu-

cias; se confía en ellos aun-que no hablen. Tienen éxito

sin pensar en él, logran sus

metas sin estratagemas.

Por lo tanto, cuando están

arriba, la gente no lo toma a

mal; y cuando no están al

frente, los demás no les ata-can. Todo el mundo recurre

a ellos, los traicioneros le

temen. Como ellos no lu-chan con nadie, nadie se

atreve a luchar con ellos.

“Los seres humanos son

t r a n q u i l o s p o r

nacimiento; ésta es la

naturaleza celestial”.

Página 16 LUMINAR Año 1, Nº 7

Page 17: Revista luminar no.7 2012

U.G. KRISHNAMURTI

U.G. KRISHNAMURTI: UNA VIDA BIOGRAFÍA, MAHESH BHATT

"No tengo ningún mensaje para la humanidad" U.G.

"¿Por que una biografía mía?" preguntó U.G. la primera vez

que le expuse mi deseo de escri-

bir la historia de su vida. "¿Dime, como harías para escri-

bir la biografía de una persona

que dice que no tiene ninguna historia que contar? Si la histo-

ria de mi vida nunca es contada,

el mundo no será peor por eso. Para aquellas personas que se

deleitan leyendo biografías mi

historia seguramente los defrau-

daría. Si ellos están buscando algo en mi vida para cambiar

sus vidas y mejorarlas, pierden

su tiempo. Tú puedes encajar mi vida perfectamente en esa rima

para niños "Solomon Grundy"

que, en resumen, es la historia tuya, mía y de todos. No hay na-

da más que decir que eso."

"¿Que eres tú U.G.?" le preguntó hace diez años a la hora de al-

muerzo la dama de 84 años, Va-

lentine deKerven. Ella ha estado con U.G. por unos veinte años.

La mayoría de nosotros en la

mesa la mirábamos fijamente.

Su pregunta es la misma pre-gunta que se hacen todos aque-

llos que han entrado en contacto

con U.G. El amigo que sirvió de instrumento para que yo cono-

ciera a U.G. había estado en ese

dilema durante años, intentando deducir "quien" o "que" es U.G.

Sus esfuerzos se frustraban a

cada paso. Así que un día deci-dió hacer esa pregunta al I-

Ching. El recibió la respuesta

siguiente: 'Él no es un guru, ni un sacerdote, ni un maestro. No

tiene interés en iluminarte y de

hecho no intenta hacer nada. Arde brillante con pasión y sin

propósito. Esta tan perdido sin ti

como tú lo éstas sin él. Su luz muere si tú no la reflejas, tu vida

es oscura sin su luz.' Yo podría

agregar que la pasión de U.G. ciertamente no es la de un evan-

gelista.

El 9 de julio de 1967, en Suiza, en su cuadragésimo noveno

cumpleaños, U.G.murió. ¿Qué

provocó su muerte? ¿Qué lo de-

volvió a la vida? "Yo no sé. No puedo decir nada sobre eso, por-

que el que experimentaba estaba

acabado. No había ya nadie en absoluto para experimentar esa

muerte" dice U.G. El insiste en

que fue una muerte completa-mente física y no psicológica.

Desde ese punto su vida ya no

estaba bajo su mando ni había allí ninguna entidad controlado-

ra. "Con lo que he quedado es

con una clase de combustión. La

llama todavía arde. Si estas as-cuas agonizantes de vida tendrán

algún impacto en otros o en la

sociedad no es de mi incumben-

cia".

Aquí quizás por primera vez en la

historia de la humanidad tene-mos a un hombre que habla de

la iluminación como un estado

neurobiológico del ser. El dice que es un estado absolutamente

libre de implicaciones religiosas,

psicológicas o místicas. Esto re-presenta un concepto totalmente

nuevo, un nuevo acercamiento

genuino y fresco a la experiencia.

U.G. también se ríe de lo sagra-do, de lo religioso y particular-

mente de la idea de la

"iluminación". Para los apasiona-dos religiosos, sus chocantes de-

claraciones son del todo inacep-

tables. A ellos les parece que es un hombre sabio en su propia

presunción. Aún así lo que dice

tiene una tremenda importancia para aquellos que están buscan-

do la iluminación. U.G. no da

conferencias ni escribe libros. Además, dice enfáticamente

"Si usted está buscando a al-

guien que le de la iluminación, ha venido donde el hombre

equivocado ".

El brillo de los mil ayeres que pasé con U.G. arde aun dentro

mío. Todo arte nace quizá de

la compulsión arrolladora de compartir con alguien, en

algún lugar, de algún modo

las intensas experiencias del

corazón. Cada artista conserva profundamente dentro de sí

una fuente de la que, a lo lar-

go de su vida, saca lo que es y lo que dice. Y cuando la fuente

se extingue, el trabajo marchi-

ta y se desmorona.

El hombre es intrínsecamente

un narrador de historias. Vive

rodeado por su propia historia

y las historias de los demás.

“Si usted está buscando a alguien que le de la iluminación, ha venido donde el hombre equivocado”.

Página 17 LUMINAR Nº 7

Año 1, Nº 7

Page 18: Revista luminar no.7 2012

EL COMER Y EL BEBER, KHALIL GIBRÁN

NISARGADATTA MAHARAJ SÍMBOLOS

Entonces, un viejo que tenía

una posada dijo: Háblanos del

comer y del beber.

Y él respondió:

Ojalá pudierais vivir de la fra-gancia de la tierra y, como plan-

ta del aire, ser alimentados por

la luz. Pero, ya que debéis ma-tar para comer y robar al recién

nacido la leche de su madre pa-

ra pagar vuestra sed, haced de ello un acto de adoración. Y

haced que vuestra mesa sea un

altar en el que lo puro y lo ino-cente, el buque y la pradera se-

an sacrificados a aquello que es

más puro y aún inocente que el

hombre. Cuando matéis un ani-mal, decidle en vuestro corazón:

«El mismo poder que te sacrifi-

ca, me sacrifica también; yo seré también destruido. La mis-

ma ley que te entrega en mis

manos me entregará a mí en manos más poderosas. Tu san-

gre y mi sangre no son otra co-

sa que la savia que alimenta el

árbol del cielo.»

Y, cuando mord-

áis una manzana, decidle en vuestro

corazón: «Tus se-

millas vivirán en mi cuerpo. Y los

botones de tu ma-

ñana florecerán en mi corazón. Y

tu fragancia será

mi aliento.

Y gozaremos jun-

tos a través de

todas las estacio-

nes.»

Y, en el otoño,

cuando reunáis

las uvas de vues-tras vides para el

lagar, decid en

vuestro corazón:

«Yo soy también una vid y mi fruto

será llevado al lagar. Y, como vino

nuevo será guardado en vasos eternos. » Y, en el invierno, cuan-

do sorbáis el vino, que haya en

vuestro corazón un canto para cada copa. Y que haya en ese can-

to un recuerdo para los días

otoñales y para la vid y para

el lagar.

Página 18 LUMINAR Año 1, Nº 7

Khalil Gibrán

Page 19: Revista luminar no.7 2012

Anandamayi

LA PODEROSA INMOVILIDAD DE UN ESPÍRITU INMORTAL, ANANDAMAYI

Dulce Madre, no entendí "la po-

derosa inmovilidad de un espíri-

tu inmortal".

¿Qué es lo que no entendiste?

¿Que un espíritu inmortal tiene una poderosa inmovilidad? Ya

contiene el significado de por sí.

Un espíritu inmortal es necesa-riamente inmóvil y poderoso, por

el hecho mismo de que es in-

mortal.

Pero entonces Sri Aurobindo di-ce: "Su regla (del Guîtâ) no es el

dominio de la mente sobre los

impulsos vitales, sino la podero-sa inmovilidad de un espíritu

inmortal."

Sí. Pero es una consecuencia, hijo mío; debes leer la frase des-

de el principio si quieres enten-

der... ¡Ah! (dirigiéndose a un

discípulo) " Give me the light and the book." (Madre busca)

Ahí esta, dice: "El Guîtâ apunta

a un absoluto sin mezclas, sin

compromiso, a una con-

versión, una actitud que cambia todo el

equilibrio del alma. Su

regla no es el dominio de la mente sobre los

impulsos vitales, sino la

poderosa inmovilidad de

un espíritu inmortal."

Esta claro como el

agua. El Guîtâ exige la poderosa inmovilidad de

un espíritu inmortal -

todo lo otro es acceso-

rio. Lo que la Guîtâ quiere, es que el espíri-

tu tenga consciencia de su in-

mortalidad y como consecuencia

tenga una poderosa inmovilidad.

Porque es un hecho, es así.

Cuando el espíritu es consciente de la inmortalidad, llega a una

inmovilidad hecha en totalidad

de potencia. La inmovilidad. Es decir, ya no se mueve, pero es

una inmovilidad potente que es

una base para la acción, es decir que todo lo que hacemos se apo-

ya sobre esa poderosa inmovili-

dad, todopoderosa, del espíritu

que es inmortal.

Pero, sin embargo, no hay ningu-

na explicación que os pueda dar

eso; hay que tener la experiencia. Mientras no tenemos la experien-

cia, no podemos entender lo que

quiere decir... Y para todo es lo

mismo: la cabeza, ahí, el pe-

queño cerebro, no puede en-tender. Desde el momento que

tenemos la experiencia, enten-

demos - antes no. Se puede tener una especie de imagina-

ción, pero no es entender. Pa-

ra entender hay que vivir. Cuando seas consciente de tu

espíritu inmortal, sabrás lo

que es su poderosa inmovili-

dad - no antes. Si no, son so-

lamente palabras.

No entiendes como se puede

ser inmóvil y poderoso a la vez, ¿eso es lo que te molesta?

Pues yo te respondo que la

mayor potencia está en la in-movilidad. Es la potencia so-

berana.

“Por una pequeña equivocación, ha

devenido la criatura más pequeña del mundo”.

Página 19 LUMINAR Nº 7

Año 1, Nº 7

Page 20: Revista luminar no.7 2012

POEMAS HAIKUS

Allí donde haya personas,

También habrá moscas y

budas.

KOBAYASHI ISSA

La alondra canta

Todo el día, y el día

No es lo bastante largo.

BASHO

Pensamientos tejidos

de algodones,

Mujer del solsticio de verano.

KIMIKO ITAMI

Y hay una pequeña aplicación

superficial que a lo mejor enten-derás. Si alguien viene a insultar

o decir cosas desagradables, si

vibramos al unísono de esa ira o de esa mala voluntad, nos senti-

mos totalmente débiles y despoja-

dos, y generalmente hacemos tonterías. Pero si logramos guar-

dar en nuestro interior, y espe-

cialmente en su cabeza, una

completa inmovilidad que se nie-ga a recibir esas vibraciones, en-

tonces al mismo tiempo sentimos

una gran fuerza, y el otro no pue-de molestaros. Si se permanece

tranquilo, incluso físicamente, y

que la violencia se acerca y si sois capaces de permanecer muy

tranquilo, muy silencioso, muy

inmóvil, pues, eso tiene un poder no solo sobre vosotros pero tam-

bién sobre el otro. Si no tenéis to-

das esas vibraciones de respuesta

interior, si podéis permanecer ab-solutamente inmóvil en vuestro

interior, en todo, tiene una acción

para así decirlo inmediata sobre el

otro.

Esto te da una idea de lo que es

el poder de inmovilidad. Y es un

hecho corriente, que puede pro-ducirse todos los días; no es

una gran cosa de la vida espiri-

tual, es una cosa material, exte-

rior.

Hay un poder formidable en la

inmovilidad: la inmovilidad

mental, la inmovilidad senso-rial, la inmovilidad física. Si

podéis permanecer como una

pared, absolutamente inmóvil, todo lo que el otro envía le será

devuelto automáticamente. Y

tiene una acción inmediata. Puede parar el brazo del asesi-

no, entiendes, tiene esa fuerza.

¡Sin embargo no hay que pa-

recer inmóvil y por dentro

estar hirviendo! Eso no es lo que quiero decir. Quiero de-

cir la inmovilidad integral.

“Hay un poder formidable en la

inmovilidad: la inmovilidad

mental, la inmovilidad sensorial,

la inmovilidad física”.

Página 20 LUMINAR Año 1, Nº 7

Au

rora

Bo

rea

l A

uro

ra B

ore

al

Page 21: Revista luminar no.7 2012

El Gran Jefe Blanco de Was-

hington nos envía el mensaje de que quiere comprar nues-

tras tierras. Pero, ¿cómo es po-

sible comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Nosotros

no comprendemos esta idea. Si

no somos dueños de la frescura del aire, ni del reflejo del agua,

¿cómo podréis comprarlos?

El Gran Jefe Blanco de Was-hington nos envía también pa-

labras de amistad y de buena

voluntad. Esto es muy amable por su parte, pues sabemos

que él no necesita de nuestra

amistad. Sin embargo nosotros

meditaremos su oferta, pues sabemos que si no vendemos

vendrán seguramente hombres

blancos armados y nos qui-

tarán nuestras tierras.

Nosotros tomaremos una decisión.

El Gran Jefe Blanco de Washington podrá confiar en lo que diga el Jefe

Seatlle, con tanta seguridad como

en el transcurrir de las estaciones del año. Mis palabras son como las

estrellas, que nunca tienen ocaso.

Cada partícula de esta tierra es sa-grada para mi pueblo. Cada brillan-

te aguja de pino, cada grano de

arena de las playas, cada gota de rocío de los sombríos bosques, ca-

da calvero, el zumbido de cada in-

secto... son sagrados en memoria y

experiencia de mi pueblo. La savia que asciende por los árboles lleva

consigo el recuerdo de los pieles

rojas.

Los muertos de los hombres blan-

cos olvidan la tierra donde nacieron

cuando parten para vagar entre las estrellas. En cambio, nuestros

muertos no olvidan jamás esta tie-

rra maravillosa, pues ella es nues-tra Madre. Somos parte de la tierra

y ella es parte de nosotros. Las flo-

res perfumadas, el venado, el caba-llo, el gran águila, son nuestros

hermanos. Las cumbres rocosas,

los prados húmedos, el calor del

cuerpo de los potros y de los hom-

bres, todos somos de la

misma familia. Por todo

ello, cuando el Gran Jefe Blanco de Washington nos

comunica que piensa com-

prar nuestras tierras exige mucho de nosotros. Dice

que nos reservará un lugar

donde podamos vivir agra-dablemente y que él será

nuestro padre y nosotros

nos convertiremos en sus hijos. Pero, ¿es eso posible?

El Gran Espíritu ama a

vuestro pueblo y ha aban-

donado a sus hijos rojos. El envía máquinas para ayu-

dar al hombre blanco en su

trabajo y construye para él grandes poblados. Hace

más fuertes a vuestro pue-

blo de día en día. Pronto inundaréis el país como ríos

que se despeñan por preci-

picios tras una tormenta inesperada. Mi pueblo es

como una época en regre-

sión pero sin retorno. So-

mos razas distintas. Nues-tros niños no juegan juntos

y nuestros ancianos cuen-

tan historias diferentes. El Gran Espíritu os es propicio

y en cambio, nosotros esta-

mos huérfanos.

“Somos parte de la

tierra y ella es

parte de nosotros”.

Página 21 LUMINAR Año 1, Nº 7

Jefe Seatle

Carta del Jefe Seatlle, (Lago Washington, Junio de 1854)

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Nosotros gozamos de alegría al

sentir estos bosques. El agua cristalina que discurre por los

ríos y arroyos no es solamente

agua, sino también la sangre de nuestros antepasados. Si os ven-

demos nuestras tierras debéis

saber que son sagradas y que ca-da reflejo fugaz en el agua clara

de las lagunas narra vivencias y

sucesos de mi pueblo. El murmu-

llo del agua es la voz de mis ante-pasados. Los ríos son nuestros

hermanos que sacian nuestra

sed. Ellos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si

os vendemos nuestras tierras

debéis recordar esto y enseñad a vuestros hijos que los ríos son

nuestros hermanos y que, por

tanto, hay que tratarlos con dul-zura, como se trata a un herma-

no.

El piel roja retrocedió siempre

ante el hombre blanco invasor, como la niebla temprana se re-

pliega en las montañas ante el sol

de la mañana. Pero las cenizas de

nuestros padres son sagradas, sus tumbas son suelo sagrado, y

por ello estas colinas, estos árbo-

les, esta parte del mundo es sa-grada para nosotros. Sabemos

que el hombre blanco no nos

comprende. El no sabe distinguir una parte del país de otra, ya que

es un extraño que llega en la no-

che y despoja a la tierra de lo que desea. La tierra no es su hermana

sino su enemiga, y cuando la ha

dominado sigue avanzando. Deja

atrás las tumbas de sus padres sin preocuparse. Olvida tanto las

tumbas de sus padres como los

derechos de sus hijos. Trata a su

madre, la tierra, y a su herma-

no, el aire, como cosas para comprar y devastar, para ven-

derlas como si fueran ovejas o

cuentas de colores. Su voraci-dad acabará por devorar la tie-

rra, no dejando atrás más que

un desierto.

Yo no sé, pero nuestra raza es

diferente de la vuestra. La sola

visión de vuestras ciudades tortura los ojos del piel roja.

Quizá sea porque somos unos

salvajes y no comprendemos.

No hay silencio en las ciudades de los blancos. No hay ningún

lugar donde escuchar cómo se

abren las hojas de los árboles en primavera o el zumbido de

los insectos. Quizá sea sólo

porque soy un salvaje y no en-tiendo, pero el ruido de las ciu-

dades únicamente ofende a

nuestros oídos.

¿De qué sirve la vida si no po-

demos escuchar el grito solita-

rio del ave chotacabras, ni las querellas nocturnas de las ra-

nas al borde de la charca? Soy

un piel roja y nada entiendo,

pero nosotros amamos el sua-ve rumor del viento, que acari-

cia la superficie del arroyo, y el

olor de la brisa, purificada por la lluvia del medio día o densa

por el aroma de los pinos. El

aire es precioso para el piel roja, pues todos los seres com-

parten el mismo aliento: el

animal, el árbol, el hom-bre..., todos respiramos el

mismo aire. El hombre blan-

co parece no notar el aire que respira. Como un mori-

bundo que agoniza desde

hace muchos días, es insen-

sible a la pestilencia.

Pero si nosotros os vende-

mos nuestras tierras no deb-éis olvidar que el aire es pre-

cioso, que el aire comparte

su espíritu con toda la vida

que mantiene. El aire dio a nuestros padres su primer

aliento y recibió su última

expiración. Y el aire también debe dar a nuestros hijos el

espíritu de la vida. Y si no-

sotros os vendemos nues-tras tierras, debéis apreciar-

las como algo excepcional y

sagrado, como un lugar don-de también el hombre blan-

co sienta que el viento tiene

el dulce aroma de las flores

de las praderas.

Meditaremos la idea de ven-

der nuestras tierras, y si de-

cidimos aceptar será sólo

con una condición: el hom-

bre blanco deberá tratar a

los animales del país como a

sus hermanos. Yo soy un

salvaje y no lo entiendo de

otra forma.

“El hombre blanco parece no

notar el aire que respira. Como un moribundo que agoniza desde hace muchos días, es insensible a la

pestilencia”.

Página 22 LUMINAR Año 1, Nº 7

Page 23: Revista luminar no.7 2012

«Por la mañana, antes de vestirte, quema incienso y

medita. Retírate a una hora fija. Come a intervalos re-gulares, con moderación y sin llegar nunca al punto

de saciedad. Recibe a tus invitados con la misma acti-

tud que tienes cuando estás solo. Cuando estés solo, mantén la misma actitud que al recibir invitados.

Observa lo que dices y, digas lo que digas, ponlo

en práctica. Cuando se te presente una oportuni-dad, no la dejes escapar. Sin embargo, piénsatelo

siempre dos veces antes de actuar. No te lamentes

por el pasado. Dirige tu mirada hacia el futuro. Mantén

la intrépida disposición de un héroe y el corazón cariñoso de un niño. Al acostarte, duerme como si

se tratara de tu último sueño. Al despertarte, sal in-

mediatamente de la cama como si tirases un par de

zapatos viejos.»

Soyen Shaku

Yo he visto miles de bisontes

pudriéndose, abandonados por el hombre blanco tras matarlos

a tiros desde un tren que pasa-

ba. Yo soy un salvaje y no puedo comprender que una máquina

humeante sea más importante

que los bisontes, a los que noso-tros cazamos tan sólo para se-

guir viviendo. ¿Qué sería del

hombre sin los animales? Si los

animales desaparecieran el hombre también moriría de gran

soledad espiritual. Porque lo que

suceda a los animales, también pronto ocurrirá al hombre. To-

das las cosas están relacionadas

entre sí. Lo que afecte a la Ma-dre Tierra, afectará también a

todos sus los hijos.

Enseñad a vuestros hijos lo que

nosotros hemos enseñado a

nuestros hijos: la tierra es nues-tra madre. Lo que afecte a la tie-

rra, afectará también a los hijos

de la tierra. Si los hombres blan-

cos escupen a la tierra, se escu-

pen a sí mismos. Porque no-

sotros sabemos esto: la tierra no pertenece al hombre, sino

el hombre a la tierra. Todo

está relacionado como la san-

gre que une a una familia.

El hombre blanco no creó el

tejido de la vida, sino que simplemente es una fibra de

él. Lo que hagáis a ese tejido,

os lo hacéis a vosotros mis-mos. El día y la noche no

pueden convivir. Nuestros

muertos viven en los dulces

ríos de la tierra, regresan con el paso silencioso de la pri-

mavera y su espíritu perdura

en el viento que riza la super-ficie del lago. Meditamos la

idea del hombre blanco de

comprar nuestras tierras. Pero, ¿puede acaso un hom-

bre ser dueño de su madre?

Mi pueblo pregunta: ¿qué quiere comprar el hombre

blanco? ¿Se puede comprar

el aire o el calor de la tierra, o

la agilidad del venado? ¿Cómo podemos nosotros

venderos esas cosas, y voso-

tros cómo podríais comprar-las? ¿Podéis acaso hacer con

la tierra lo que os plazca,

simplemente porque un piel

roja firme un pedazo de papel y se lo

entregue a un hombre blanco?. Si nosotros no poseemos la frescura del

aire, ni el reflejo del agua, ¿cómo

podréis comprarlos? ¿Acaso podréis volver a comprar los bisontes, cuan-

do hayáis matado hasta el último?

Cuando todos los últimos bisontes hayan sido sacrificados, los caballos

salvajes domados, los misteriosos

rincones del bosque profanados por el aliento agobiante de muchos hom-

bres blancos y se atiborren de cables

parlantes la espléndida visión de las

colinas...¿dónde estará el bosque? Habrá sido destruido. ¿Dónde estará

el águila? Habrá desaparecido. Y esto

significará el fin de la vida y el co-mienzo de la lucha por la superviven-

cia.

Pero vosotros hombres blancos cami-naréis hacia el desastre brillando glo-

riosamente, iluminados con la fuerza

del Gran Espíritu que os trajo a este país y os destinó para dominar esta

tierra y también al hombre piel roja.

El Gran Espíritu os dio poder sobre los animales, los bosques y los pieles

rojas por algún motivo especial que

no comprendemos.

“ Lo que afecte a la tierra,

afectará también a los hijos

de la tierra”.

Página 23 LUMINAR Año 1, Nº 7

Aurora boreal

UNA VIDA ZEN

Page 24: Revista luminar no.7 2012

Ese motivo es también para

nosotros un enigma. Quizás lo comprendiéramos si supié-

semos con qué sueña el hom-

bre blanco, qué esperanza trasmite a sus hijos en las

largas noches del invierno y

qué ilusiones bullen en su imaginación que les haga an-

helar el mañana. Pero noso-

tros somos salvajes y los sue-

ños del hombre blanco nos permanecen ocultos. Y por

ello seguiremos distintos ca-

minos, porque por encima de todo valoramos el derecho de

cada hombre a vivir como

quiera, por muy diferente que

sea a sus hermanos.

No es mucho realmente lo

que nos une. El día y la no-

che no pueden convivir y no-sotros meditaremos vuestra

oferta de comprar nuestro

país y enviarnos a una reser-

va. Allí viviremos aparte y en paz. No tiene importancia

dónde pasemos el resto de

nuestros días. Nuestros hijos vieron a sus padres denigra-

dos y vencidos. Nuestros gue-

rreros han sido humillados y tras la derrota pasan sus días

hastiados, envenenando sus

cuerpos con comidas dulces y fuertes bebidas. Carece de

importancia dónde pasemos

el resto de nuestros días. Ya

no serán muchos. Pocas horas más, quizás un par de

inviernos, y ningún hijo de

las grandes tribus que antaño vivían en este país y que aho-

ra vagan en pequeños grupos por los

bosques, sobrevivirán para lamentar-se ante la tumba de un pueblo, que

era tan fuerte y tan lleno de esperan-

zas como el nuestro.

Pero cuando el último hombre piel

roja haya desaparecido de esta tierra

y sus recuerdos sólo sean como la sombra de una nube sobre la prade-

ra, todavía estará vivo el espíritu de

mis antepasados en estas riberas y en estos bosques. Porque ellos ama-

ban esta tierra como el recién nacido

ama el latir del corazón de su madre.

Pero, ¿por qué he de lamentarme por

el ocaso de mi pueblo? Los pueblos

están formados por hombres, no por

otra cosa. Y los hombres nacen y mueren como las olas del mar. Inclu-

so el hombre blanco, cuyo Dios cami-

na y habla con él de amigo a amigo, no puede eludir ese destino común.

Quizás seamos realmente hermanos.

Una cosa sí sabemos, que quizás el hombre blanco descubra algún día

que vuestro Dios y el nuestro son el

mismo Gran Espíritu. Vosotros quizás pensáis que le poseéis, al

igual que pretendéis poseer nuestro

país, pero eso no podéis lograrlo. El

es el Dios de todos los hombres, tan-to de los pieles rojas como de los

blancos. Esta tierra les es preciosa, y

dañar la tierra significa despreciar a su Creador. Os digo que también los

blancos desapareceréis, quizás antes

que las demás razas. Continuad en-

suciando vuestro lecho y una

noche moriréis asfixiados por vuestros propios excremen-

tos.

Nosotros meditaremos vues-tra oferta de comprar nues-

tra tierra, pues sabemos que

si no aceptamos vendrá se-guramente el hombre blanco

con armas y nos expulsará.

Porque el hombre blanco, que detenta momentánea-

mente el poder, cree que ya

es Dios, a quien pertenece el

mundo. Si os cedemos nues-tra tierra amadla tanto como

nosotros la amábamos, pre-

ocuparos por ella tanto como nosotros nos preocupába-

mos, mantened su recuerdo

tal como es cuando vosotros los toméis. Y con todas vues-

tras fuerzas, vuestro espíritu

y vuestro corazón conservar-la para vuestros hijos y

amadla como El Gran espíri-

tu nos ama a todos nosotros.

Pues aunque somos salvajes sabemos una cosa: nuestro

Dios es vuestro Dios. Esta

tierra le es sagrada. Incluso el hombre blanco no puede

eludir este destino común.

Quizás incluso seamos her-

manos. ¡Quién sabe!

Gran Jefe Seatlle.

“El Gran espíritu nos

ama a todos nosotros.

Pues aunque somos

salvajes sabemos una

cosa: nuestro Dios es

vuestro Dios”.

Página 24 LUMINAR Año 1, Nº 7

Átomos

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TAO

Página 25 LUMINAR Año 1, Nº 7

IMPERFECCIÓN

«Deja que la redonda perla de tu

carácter tenga una irregularidad.

Si es demasiado perfecta, rodará

muy fácilmente.»

TREVOR LF.GGETT

Caminando en la floresta,

no mueve la hierba;

Al entrar en el agua,

no produce rizo.

Page 26: Revista luminar no.7 2012

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Revista Luminar. Edición electrónica. Año 1, Nº 7, julio de 2012 Publicación mensual editada por Vidal G. Portugal D. Licenciado en Filosofía, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Mayor de San Andrés. C.P. LP-B.

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