Revista Internacional - Nuestra Epoca N°4 - abril 1966 - Edición Chilena

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  • 8/9/2019 Revista Internacional - Nuestra Epoca N°4 - abril 1966 - Edición Chilena

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    REVISTANTERNACIONAL

    N ° 4 - 1966 PRECIO E° 0,50

    E L N U E V O P L A NQ U IN Q U E N A L D E L A U R S S

    L A I C O N F E R E N C I AT R I C O N T I N E N TA L , p o r L e o n e l S o t o

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    COLABORANEN ESTE

    NUMERO: M I T K O G B I G O B O VMiembro del Buró Político y secretario del Comité Centraldel Partido Comunista BúlgaroF B I E D B I C H E B E B TMiembro del Buró Político del Comité Central del PartidoSocialista Unificado de Alemania

    A L D O T O K T O B E L L A

    Miembro de la Dirección del CC del Partido ComunistaItaliano

    A LVA B O VA S Q U E Z

    Miembro de l Comité Ejecutivo y del Secretariado delComité Central del Partido Comunista de Colombia

    J E A X B L TJ M EMiembro de l Buró Político y secretario del ComitéCentral del Partido Comunista de Bélgica

    L I O X E L S O T O

    Miembro del Comité Central de l Partido Comunistade Cuba

    P A V E L A U E B S P E B G

    Jefe de la Sección Ideológica del Comité Central delPartido Comunista de Checoslovaquia

    S Y L A V E S T E R Z A W A I) Z K IProfesor y doctor en Ciencias Jurídicas [Polonia]

    A X A T O L I E F I 31 O VMiembro correspondiente de la Academia de Cienciasde la URSS y director del Instituto de Economía anexoa la Comisión de Planificación de la URSS

    V A D I 31 K I E I C H E X K O

    Economista soviético

    G U I B E I A N I S I M O V

    Economista soviético

    M A S O O D A L I K H A NPublicista hindú

    A t L I S L E P PA N E NPeriodista finlandés

    A Z I Z A L - H A J JPublicista irakí

    Y U R I Z H U K O V Y V I C T O B M A I E V S K IComentaristas de P r a v d a

    A N D B E A S K A X X A U K O <

    Periodista chipriota3 I I J A J L L E B E D E V

    Periodista soviético

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    LA I CONFERENCI

    TRICONTINENTAp o r L i o n e l S o t o

    P OR primera vez en el acontecer interna-cional, se han reunido, para deliberar yacordar acciones conjuntas, los repre-

    sentantes de las fuerzas revolucionarias y pro-gresistas de la zona geográfica más convulsa ycombatiente de la hora actual. Emisarios polí-ticos venidos de 82 países, en número de másde 600 [512 delegados y 141 observadores einvitados], inauguraron en La Habana, capitaldel único territorio libre de América, la I Con-ferencia de Solidaridad de los pueblos de Asia,África y América Latina, más comúnmente co-

    nocida como la Conferencia Trícontinental.Tal como expresa la Resolución Política Ge-neral de la Conferencia, la elección de Cuba co-mo sede de la Conferencia Tricontinental «es elreconocimiento más alto de la importancia de suRevolución y la significación que tiene para lospueblos de los tres continentes»; y que «Cuba,por su relativa pequenez, su ubicación geográ-i ica próxima a Estados Unidos y en una zonarodeada de gobiernos títeres de los imperialis-tas yanquis y, por tanto, hostiles, a miles demuías del campo socialista, del que recibe elmás firme apoyo, prueba con su Revoluciónt r iunfan te frente a todas la s agresiones realiza-das o fomentadas por Estados Unidos, quecuando hay un pueblo decidido a defender has-ta con la vida su libertad e independencia, con

    dirección firme e indoblegable, la Revolu-ción es posible e invencible».

    Así, pues, la elección de La Habana comoel lugar apropiado para la Conferencia del mo-

    ;nto de liberación del «tercer mundo», im-.-.ba desde el mismo instante de su decisión>;to revolucionario. En el centro de las Amé-•; . en la otrora «área reservada» de los im-

    s yanquis, en abierto desafío de suspresiones y amenazas, se reunió la Conferen-

    Cuba, como sede, se alza a la altura de los-.pos y simboliza el nuevo espíritu de inde-

    pendencia y progreso social, que se extiendecomo purificadora llamarada, y que convertiráen cenizas a los imperios.

    ANTECEDENTES

    La historia de las luchas de los pueblos deAsia, África y América Latina abarca siglos.Muy diversas son sus tradiciones y muy com-plejos los caminos recorridos. Los años que vande los siglos XV al XIX, presentan el panora-ma de las aventuras colonialistas de España,

    Portugal, Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Ho-landa, Alemania, Japón, Italia, Rusia, EstadosUnidos. La barbarie colonialista ejercida porlas clases burguesas, en alianzas con feudales yreaccionarios de toda laya, trajo a cientos denaciones inenarrables sufrimientos, y la distor-sión del desarrollo de las mismas, destruyendoen muchos casos milenarias culturas; f renan-do siempre el avance económico, cultural y so-cial de los pueblos oprimidos. Cada poder co-lonial dejó su huella de sangre y extorsión; suscaracterísticas y sus influencias culturales, so-ciales y políticas. Pero, por. sobre la diversidadde los dominadores, hubo algo que fue comúnpara los pueblos oprimidos: la brutalidad ram-pante; el crimen, la explotación inmisericordede seres humanos; el saqueo de los recursosnaturales de sus países; la humillación y el des-precio de sus nacionales; la discriminación ra-cial; en una palabra: el afán de lucro elevadoa institución suprema por los personeros de lasciases dominadoras.

    Ha sido el ansia de libertad, de independen-cia y soberanía, de búsqueda incesante de susdestinos nacionales, lo que ha unido en la his-toria a los pueblos de África, Asia y AméricaLatina, como contrapartida ineludible frente ala explotación extranjera. No importa el desco-nocimiento mutuo de sus tradiciones, de sus ri-

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    HONEL S O T O

    eos legados culturales, de sus heroísmos, de sussufrimientos. Un hilo ha unido a estos tres con-tinentes que aflora con potencia demoledora ennuestros días y que constituye la dinamita so-cial de las grandes transformaciones del pre-

    sente.• Los finales del siglo pasado trajeron, con lapotenciación económica monopolista del capi-talismo, los vientos del imperialismo norteame-ricano. Quiso la historia que el coloso imperialde nuestros días, los Estados Unidos, marca-ran el paso de la depredación y sojuzgamientode los países coloniales. El primer trueno mo-nopolista se hizo rapiña concreta en la inter-vención de los Estados Unidos en la guerra li-beradora que librara el pueblo de Cuba en elaño 1898. Cuba, Puerto Rico, Filipinas, caye-ron en la alforja norteamericana. Y así se inició

    el siglo XX.La historia del imperialismo, tal como lo de-finiera Lenin, hunde sus raíces en las viejasexacciones colonialistas, y no hace más que agra-var todos su s males heredados y todas las mons-truosidades de aquéllas. Se repartió el mundoentre unos cuantos países imperialistas, con losimperialismos yanqui, británico, francés y ale-mán a la cabeza.

    En América Latina, la independencia políti-ca del viejo colonialismo español y portuguésquedó mayoritariamente decidida en el primertercio del siglo XIX, en los momentos en que

    emergía la fuerza del capitalismo norteameri-cano, con la consustancial tendencia expansio-nista que llevaba adentro. Después de 1898, conexcepción de los vastos territorios robados aMéxico y el apoderamiento de Puerto Rico, quequedó cautivo, y sin soberanía formal siquiera,el panorama latinoamericano se presentó comoel de creciente penetración económica y cul-tural de Estados Unidos, hasta lograr éste laimplantación de su control sobre la economíay la vida política de los países a la manera quehoy se denomina neocolonialismo, o sea, laficción de una independencia en el papel y la

    subordinación real de los países de AmericaLatina a los designios imperialistas. Las viejasburguesías y las clases semifeudales de Améri-ca Latina se arrodillaron para entregar la in-dependencia política que las grandes masas decampesinos y de la naciente clase obrera lati-noamericana conquistaron a fuerza de sangrey sacrificios.

    Así se convirtió América Latina en el solaraparentemente tranquilo y supuestamente parael eterno despojo. Fue, pues, América Latina elcentro operacional casi exclusivo del imperia-lismo yanqui antes de la segunda guerra mun-

    dial.De otra parte, en Asia y África, los imperia-lismos británico, francés y japonés, principal-

    mente, sentaban sus reales flagranternente co-mo usurpadores de las aspiraciones nacionalesde sus pueblos, ejercitando, en nombre de unahipócrita misión civilizadora, el más cruel delos dominios. Presentaron a los pueblos afro-

    asiáticos, despersonalizados, como salvajes y se-misalvajes; como pueblos decadentes e incapa-ces de sobrellevar sus destinos, si no era cmuleta imperial.

    Pero las leyes de la historia se abrieronmino. Se desgajó la inmensa Rusia de los za-res del árbol capitalista; y de aquella cárcel d;pueblos y por paradoja, semicolonia anglo-fran-cesa, surgió el vivificante hálito de la Revción de Octubre de 1917: el primer Estado so-cialista.

    La crisis del colonialismo entró en su netapa en la década del cuarenta. Sin duda al-guna los propósitos esquilmadores y egoístas delas clases burguesas-imperialistas que desenca-denaron la segunda guerra mundial no previe-ron las consecuencias de sus actos, de la sión del imperio alemán contra la URSS. Laguerra antifascista tuvo que hacerse bajo el sig-no de la lucha por la democracia y la libertady, además, pelearon en ella millones de obre-ros y campesinos. La derrota^ del bloque fas-cista y la lucha antifascista y antiimperialista delos pueblos dieron un golpe demoledor altema imperialista m un dial: y si bien el rialismo de Estados Unidos emergió como lacabeza de la reacción y el gendarme interna-cional, sus socios ingleses y franceses y sus con-trincantes alemanes, italianos y japoneses fue-ron reducidos por la dialéctica de la misma ac-ción entre imperialistas.

    Surgieron la s democracias populares europy la República Democrática Popular de Corea.Se aceleró la marcha de la Revolución Ccomo consecuencia inmediata de la hecatombe,y se produjo el triunfo decisivo de esa Revo-lución y el nacimiento de la República PopularChina. El pueblo vietnamita sacudió el yugoe hizo frente a los intentos de reconquista delimperialismo francés, hasta llegar a la victoriade Dien Bien Fu. Numerosos pueblos de Asiay de África se alzaron a la lucha en una u otraforma y lograron la soberanía estatal. Y1959 se produjo la victoria de la •Cubana. En 1960 se inicia la lucha del pueblode Vietnam del Sur por la libertad, que ha pro-ducido páginas de las más heroicas cu;dan recordarse. Y en 1962 se corcrbate de más de siete años de los patrio:gelinos, que no es más que la historia de unpueblo pequeño que vence al imperialismo fran-cés, apoyado por la OTAN

    Recorriendo de ese modo la histeria, se vecómo en lo que va de siglo se ha • j tejiendouna madeja de acciones enfiladas a b

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    1A I CONFERENCIA XKICONTINENTAL

    n de la liberación nacional y social de lasnaciones subyugadas. Y que en ese proceso, las

    guardias revolucionarias de los distintos pue-. y muchos pueblos, asimismo, van cobran-la conciencia de la necesidad de la alianza

    los oprimidos contra los opresores; de launidad de los pueblos contra sus verdugos.Hasta hace unos años, la historia al uso y

    la noticia diaria se referían a esta o aquellagran potencia. Actualmente se habla de nume-rosos pueblos cuyos perfiles eran borrosos o to-talmente desconocidos para la opinión pública.En el futuro la historia se escribirá de maneradistinta.

    La Conferencia Tricontinental es, por tan-to , la culminación de un movimiento históricoque se proyecta como un alud en las presentescircunstancias.

    ACERCAMIENTO TRICONTINENTAL

    Después de la segunda guerra mundial, losimperialistas norteamericanos comprendieron encierta medida los cambios sociales acaecidos, ytrataron de afianzar su poder, primeramente enAmérica Latina, y así, fundaron en 1948 la Or-ganización de Estados Am ericanos, que teníaun mezquino antecesor desde el siglo pasadoen la denom inada Unión Panam ericana. Aúnmás, en 1947 Estados Unidos concertó en Ríode Janeiro con los gobiernos de América La-t ina, un llamado «Tratado de Asistencia Recí-proca», especialmente encaminado a la «defen-sa de l hemisferio» frente a o que ellos deno-minaron «agresiones extracontinentales», y queen realidad se refería al aplastamiento de lasluchas revolucionarias de los pueblos.

    Mientras tanto, en Asia, como resultado dela sacudida de posguerra, se efectuaba en Nue-va Delhi, en marzo de 1955, el Congreso delos Pueblos Asiáticos; y un mes más tarde, lahistórica Conferencia de Bandung, que reunióa los jefes de Estados y de gobiernos de 29 na-ciones de África y de Asia, y que formuló lostrascendentales y conocidos principios de Banr

    dung.En África el agrupamiento de los elementosMucionarios y progresistas de ese continentelenzó a perfilarse en la Conferencia de Man-

    chester de 1945, y tuvo su expresión más aca-bada en la Primera Conferencia de todos" los

    -blos de África, efectuada en Ghana, en el1958. Indudablemente han sido alientos de

    sideración para el movimiento african o ya el movimiento de liberación nacional a

    Revolución Egipcia de 1952; la gran epopeyala guerra patriótica que libró el pueblo de_elia; la resistencia heroica del pueblo de Ke-

    nia: el surgimiento de las repúblicas de Gha-na y Guinea; la lucha armada en las colonias

    portuguesas de Guinea, Angola y Mozambique;las luchas del pueblo congolés [Leopoldvillel.El impulso unificador de los pueblos de Áfricase expresó en la constitución por parte de losEstados más progresistas de ese continente de

    la Organización de la Unidad Africana en 1963.El papel de vanguardia de los continentes deÁfrica y Asia en la lucha anticolonialista sematerializó en la celebración de la Primera Con-ferencia de Solidaridad Afro-asiática que tuvolugar en El Cairo [República Árabe Unida], dediciembre de 1957 a enero de 1958, y de esareunión nació la Organización para la Solidari-dad de los Pueblos Afro-asiáticos, que ha ren-dido frutos valiosos durante ocho años.

    Como expresa el informe político presentadopor el Comité Internacional Preparatorio de laConferencia Tricontinental: «En América Lati-na», el triunfo en 1959 de la Revolución Cu-bana entraña un viraje esencial en el desarrollode la lucha antiimperialista, que se traduce enel fortalecimiento de los movimientos revolucio-narios existentes y en la extensión y hondurade la conciencia de la lucha de masas. Puedeaseverarse que a partir de ese m agn o suceso,la estrategia del imperialismo yanqui en esa par-te del m undo está co ndicionada por el cursoascendente de la Revolución Cubana, que con-movió los cimientos del sistema de l imperialis-mo yanqui en América y, destruyendo dogmasde fatalismo geográfico, reveló la nueva corre-lación de fuerzas en el mundo y demostró las

    posibilidades de lucha y triunfos revolucion a-rios de los pueblos en este continente, convir-tiéndose en una firme base de apoyo de las lu-chas de los pueblos africanos, asiáticos y lati-noamericanos per «u autodeterminación, inde-pendencia y soberanía.

    El conjunto de estos antecedentes y circuns-tancias determinan que el amplio y pujante m o-vimiento de solidaridad afro-asiática tienda sumano a América Latina, y se examinen y cons-taten las características similares de las luchasy vicisitudes de los tres continentes, sometidosa la misma política de explotación, agresión eintervención de las potencias imperialistas y co-lonialistas, así como las particularidades naci-das de condiciones históricas, económicas, so-ciales y culturales diversas.»

    En ese sentido no debemos olvidar que la Se-gunda Declaración de La Habana expresa:«¿Qué es la historia de Cuba sino la historia deAmérica Latina?» «¿Qué es la historia de Amé-rica L atin a sino la historia de As ia, África yOceanía?» «¿Qué es la historia de estos pue-blos sino la historia de la explotación más des-piadada y cruel del imperialismo en el mundoentero?»

    Fue en la cuarta sesión del Consejo de So-lidaridad de los Pueblos Afro-asiáticos, celebra-

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    L I O N E L S O T O

    da en Bandung, en abril de 1961, donde porprimera vez se planteó la idea de organizar laConferencia de Solidaridad de los Tres Conti-nentes. Abril de 1961 fue el mes y año en elque se produjo la agresión imperialista de Pla-

    ya Girón, aquella victoria histórica del pueblocubano sobre el imperialismo yanqui. A la men-cionada reunión de Bandung asistió un observa-dor cubano. En diciembre de ese mismo año,el Comité Ejecutivo de la Organización de laSolidaridad de los Pueblos Afroasiáticos, re-unido en Gaza [Palestina], aprobó una resolu-ción llamando a preparar la convocatoria de unaconferencia de los pueblos afro-asiáticos y la-latinoamericanos. M ás adelante, durante la ce-lebración de la Tercera Conferencia por la So-lidaridad de los Pueblos Afro-asiáticos, efec-tuada en Moshi [Tanzania], en 1963, y a la

    cual asistió como o bservado r un delegado deCuba, fue formulada la invitación del PrimerMinistro del Gobierno revolucionario de Cuba,Comandante Fidel Castro, en la cual se ofrecíaa La Habana como sede de la Primera Confe-rencia de Solidaridad de los Pueblos de Asia,África y América Latina. Allí se constituyó elComité Preparatorio de la Conferencia, que de-bía estar integrado por 18 miembros de los si-guientes países: Argelia, Guinea, Marruecos, Re-pública Árabe Unida, Tanzania, África del Sur,República Popular China, India, Indonesia, Ja-pón, Unión Soviética y Vietnam. En la cuartaConferencia de Solidaridad Afro-asiática, quese efectuó en Winneba [Ghana], en 1965, fueelegida Gh ana en sustitución de M arruecos, yaque al movimiento revolucionario de ese país sele asignó la Presidencia del Comité Preparato-rio, en la meritoria personalidad política de ElMahdi Ben Barka.

    Posteriormente, en la sexta reunión del Con-sejo de Solidaridad Afro-asiático, celebrada enArgel, se decidió convocar a los 12 miembrosafricanos y asiáticos para la constitución ulte-rior del Comité Preparatorio. En abril de 1964,en El Cairo, se efectuó esa reunión y se acep-taron los siguientes países de América Latinacomo miembros del Com ité Prep aratorio: México,Venezuela, Guatemala, Chile, Paraguay y Cuba.Y finalmente, en la Conferencia de Winnebase decidió definitivamente celebrar la I Confe-rencia de Solidaridad de los Pueblos de Asia,África y América Latina, en La Habana, a prin-cipios de enero de 1966, para que coincidieracon el séptimo aniversario de la Revolución Cu-bana.

    Y esa I Conferencia tuvo lugar desde el lu-nes 3 de enero hasta la mañana del sábado 15de enero de 1966. Su reunión de clausura tuvolugar en la noche del sábado 15 y las palabrasfinales estuvieron a cargo del Comandante Fide'

    Castro, Primer Ministro del G Revolu-cionario de Cuba.

    La Co nferencia Tricontinental, c i e sussesiones plenarias iniciales, c las si-guientes comisiones de trabajo: Comisión PoYi-

    tica, la que se desglosó en una Comisión Polí-tica de carácter general y tres subcomisiones: deAsuntos Candentes, sobre Vietna/i c eiColonialismo y Neocolonialismo; C e: Or-ganización; Comisión Económica; Comisión So-cial Cultural.

    LA COMISIÓN POLÍTICA

    La Comisión Política fue la comisión que másasistencia atrajo de todas las constituidas. Casitodos los países estuvieron represantados perma-nentemente en ella.

    La Comisión Política que trató asuntos de crácter general, no comprendidos en las subco-misiones, aprobó resoluciones detalladas sob rel apoyo a la Revolución Cubana; en condena-ción de las fuerzas «interamericanas de paz»,de la OEA, del acuerdo adoptado por la Cá-mara de Representantes de los Estados Unidos;de denuncia del imperialismo germanooccidental y de los pactos y bases militares; sobre lasemana internacional de solidaridad; sobre elcaso Ben Barka; sobre los derechos humanolos negros norteamericanos; sobre la lucha rgvo-lucionaria de los pueblos de Colombia, Venzuela y Perú y sobre otros problemas específicos.

    La subcomisión de Asuntos Candentes apro-bó resoluciones sobre la República Dominica-na, el Congo [L], Angola, Guatemala, Áfricadel Sur, Zimbabwe [Rhodesia del Sur], Corea,Cambodia, Chipre, Laos, Perú, Guinea «Portu-guesa» e Islas de Cabo Verde, Palestina, M o-zambique, Sur del Yemen. En todas ellas seenfoca la situación de los países mencionadoscon la explicación de sus cuestiones más cterísticas .

    La subcomisión sobre Colonialismo y Neoco-lonialismo acordó una resolución general sobrecolonialismo y neocolonialismo y resolucionessobre Guadalupe y Brasil.

    La subcomisión sobre Vietnam aprobó reso-luciones sobre Vietnam, una resolución gene-ral sobre el Comité Tricontinental de Apoyo aVietnam y una resolución sobre el Fondo In-ternacional de Ayuda a Vietnam.

    La Resolución Política G e-La Resolución neral es un .:e lasPolítica General múltiples r. : ro-

    badas por a Polí-tica y sus subcomisiones, y c un .a-lioso documento de orientador :on res-pecto a las cuestiones r . larealidad internacional. La Resolución Política

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    LA I CONFERENCI TEICONTINEXTAL

    General , después de explicar los motivos de so-lidaridad y de intercambio de experiencias que hanmotivado la I Conferencia de los tres continentes yde subrayar hechos victoriosos de la lucha de lospueblos, como la batida al imperialismo yanqui

    en Vietnam, el triunfo de Argelia y el fortale-cimiento de la Revolución Cubana, destaca loshechos históricos del último medio siglo que máshan influido en el desarrollo del movimiento li-berador, de la siguiente manera: «La Gran Re-volución Socialista de Octubre; el triunfo de laRevolución China; la formación del sistema so-cialista mundial: las gloriosas victorias contrala dominación colonial en África y Asia y elt r iunfo de la Revolución Cubana en el Conti-nente americano son hechos que han creadonuevas condiciones y circunstancias propiciaspara la lucha liberadora de los pueblos».

    La Resolución, aunque exponiendo que notodos los pueblos se encuentran al mismo nivelen su lucha por la liberación, afirma la exis-tencia de condiciones objetivas en los tres con-tinentes para el desenvolvimiento de la lucharevolucionaria, y que frente a la represión vio-lenta de los imperialistas que tiene lugar en nu-merosos países, los pueblos de los tres conti-nentes tienen el derecho de responder con laviolencia revolucionaria, tanto en lo que se re-fiere a la conquista de la independencia nacio-nal como al logro de la liberación, y señala quelos pueblos «deben recurrir a todas la s formasmás enérgicas, entre las cuales la lucha armadaes una de las formas superiores para obtener lavictoria final». El papel de las vanguardias re-volucionarias antiimperialistas es destacada enla misma como el de aquellos grupos políticosque tienen la ineludible responsabilidad de li-derear la Revolución, ya que no sólo el pres-tigio de esas vanguardias está en juego, «sino lapropia razón de existir» de las mismas.

    La Resolución denuncia el grandísimo cinis-mo de los imperialistas, que acusan a los pue-blos de que su lucha por la liberación es el re-sultado de factores e influencias exteriores, talcomo sucede en Vietnam, Santo Domingo, Co-lombia, Chipre y otros lugares; así como elpretendido derecho de la Cámara de Represen-tantes norteamericana que ha aprobado la in-tervención de Estados Unidos en cualquier paísde América Latina que les venga en ganas a

    imperialistas. Por otra parte, allí se procla-ma que los países progresistas y los movimien-

    revolucionarios darán ayuda consecuente eadicional a los pueblos en su lucha de li-ción, o que sufran la agresión imperialista.

    La Resolución condena el hecho de que las-iones Unidas hayan sido utilizadas por el

    imperialismo yanqui, en muchas ocasiones, «co-mo instrumento de su política agresiva, como:1 Congo, Corea y Santo Domingo».

    Resoluciónsobre colonialismoy neocolonialismo

    La Resolución en diversos párrafos desta-ca puntos tales como la importancia particularque tiene el desarrollo de la solidaridad con lospueblos latinoamericanos que luchan por mediode las armas, ya que cada golpe que se le dé

    a los Estados Unidos en América Latina «in-fluye decisivamente en el debilitamiento del im-perialismo norteamericano»; la existencia delcolonialismo colectivo en África del Sur; y elvigoroso apoyo a la lucha sin par del pueblovietnamita, que tanto representa para el movi-miento revolucionario en el mundo.

    La Resolución sobre co-lonialismo y neocolonia-lismo tiene verdadera tras-cendencia para la defini-ción de estos fenómenos

    en la actualidad y para la localización de losfocos m ás importantes de perturbación del pro-greso social y de más honda polarización de lalucha revolucionaria. Después de af irmar quevivimos en la época del derrumbe del sistemacolonalista del imperialismo, en la época del des-pertar y del renacimiento de los países de Áfri-ca, Asia y América Latina, define que: «el im-perialismo es el resultado del dominio en lospaíses capitalistas desarrollados de los cárteles,trusts y consorcios financieros, que tienen co-rno fin principal y último la obtención de lamáxima ganancia, una de cuyas fuentes másimportantes es el saqueo y la explotación delas colonias y de los países neocoloniales».

    Aquí se señala cómo las primeras víctimasde a política neocolonialista fueron los paí-ses latinoamericanos que, en su mayor parte,obtuvieron la independencia política en el si-glo pasido y que fueron, posteriormente, víc-t imas de la penetración del imperialismo britá-nico, y del francés en menor escala, ¡jara pasarluego al dominio predominante del imperialis-mo norteamericano; y como en África y Asia,después de la independencia de una serie depaíses, los imperialistas británicos y francesesrealizan acciones similares.

    El imperialismo se alia y apoya para su do-minación en las viejas clases dominantes bur-guesas y latifundistas, y crea todo un aparatode poder en el que el terror se combina con lacorrupción y las dádivas. Las diferencias reli-giosas, culturales, raciales e ideológicas de lasmasas oprimidas son utilizadas para exacerbarla división en el seno de los pueblos.

    La brutalidad desnuda del viejo colonialis-mo ha sido sustituida en numerosos países pormedios sutiles, por nuevas formas de domina-ción colonial, es decir, por un colonialismo denuevo tipo o neocolonialismo.

    La Resolución sobre colonialismo y neoco-lonialismo indica algunos rasgos capitales delneocolonialismo:

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    8 1LIONEL S O T O

    —El surgimiento del colonialismo colectivo,o sea, la acción coordinada de varios imperia-lismos contra el movimiento de liberación delos pueblos, tales como en el Congo, y ante-riormente en Argelia, y la «explotación conjuntade las riquezas naturales de los países asiáticosy africanos por los monopolios norteamericanos,británicos, franceses, germanooccidentales y ja-poneses».

    Y, en ese marco, la utilización de las alian-zas militares para aplastar lo s movimientos re-volucionarios, como la OTAN en el caso de Ar-gelia y de las colonias portuguesas; la OTASO,en Laos y Vietnam, Asimismo, se dice, los im-perialistas yanquis han logrado utilizar la ONUpara fines neocolon ialistas, como en el Congoy Corea. Los imperialistas, «ante el avance delmovimiento liberador, se aprestan a la defensade sus intereses comunes de clases».

    La Resolución trae el ejemplo del colonialis-mo colectivo que representa el Mercado ComúnEuropeo, que se asemeja a lo hecho en Amé-rica Latina por los Estados Unidos, por el usode un sistema preferencial en el comercio, enel que los integrantes del MCE «aseguran ven-tajas aran celaria s par a los producto s indu stria-les que exportan a dichos países africanos, asícomo ventajas para la inversión de sus capita-les. Los principales beneficiarios de esa políti-ca son los imperialistas franceses y germanooc-cidentales».

    —Cada ve/ se hace mayor la participación delos Estados imperialistas en las inversiones enÁfrica, Asia y América Latina, principalmentebajo la form a de «a yud a», lo que constituye«una nueva forma de exportación de capitales».Esa «ayuda» está destinada a fortalecer las po-siciones de los monopolios y, generalmente, sepresenta como préstamo, que conlleva altas ta -sas de intereses. Mediante un préstamo tal seobliga al Estado que lo recibe a comprar bie-nes a los monopolios del país prestamista, quevende los objetos de comercio a precios muchasveces exorbitantes.

    —La utilización de los organismos crediticiosinternacionales es parte de la política de expan-sión de los imperialistas, y muy especialmentede los imperialistas norteamericanos, puesto quelos Estados Unidos controlan esas instituciones.El Fondo Monetario Internacional, el Banco In-ternacional de Reconstrucción y Fomento, elBanco Interarnericano de Desarrollo y otros pres-tan servicios a la política imperialista. La suti-leza en este caso radica en que los Estados Uni-dos pueden imponer condiciones y no apare-cer haciendo esas funciones. Los créditos seconceden para la construcción de obras que son

    de importancia para

    la política

    del imperialis-

    mo y no para necesidades básicas del país. Unejemplo muy notable, entre otros, se refiere a

    lo sucedido con respecto a la represa de Aen la República Árabe Unida. En América La-tina son bien conocidos lo s l lamados planes deestabilización» impuestos por el Fondo Mone-tario Internacional.

    La Resolución convoca el apoyo militantepara las luchas de los pueblos en tres diciones :

    —Con respecto a los puebles que combatenpor lograr su liberación de la opresión colotales como: Angola, Mozambique y Guinea lla-mada Portuguesa; de San Tomé. Príncipe ycolonias españolas; de Aden y Omán en Ara-bia del Sur; de Kalimantán y Malaya [inclu-yendo Singapur]; de Puerto Rico: de la Gua-yana Británica; de Guadalupe.

    —Orientando la solidaridad activa y d inámi-ca con los países que sufren la agresión de losimperialistas; en este sentido el punto crucialde atención es Vietnam, '¡que es el centro de lalucha actual contra el imperialismo norteameri-cano». La solidaridad debe e xten ders e a Laosy Cambodia; a Cuba; a la República Domini-cana; a la República Democrática Popular deCorea; al Congo [Brazzaville]: Ghana, GuMalí y Tanzania.

    —Apoyando las lucha s de liberación nacional, especialmente en aquellos países donde selibra una lucha armada como en Venezuela,Colombia, Guatemala, Perú. Omán . Congo [L].

    La Resolución proclama que ante la violen-cia a rmada del imperialismo, es un derechoy un deber de los pueblos agre didos em pla violencia revolucionaria^. Y afirma que lospaíses de los tres continentes deben dar todosu apoyo moral, así como la ayuda material,política y diplomática a los movimientos revo-lucionarios en lucha armada y política . Porotra parte, denuncia la creciente política de losgolpes de Estado reaccionarios en América La-tina, África y Asia, de lo cual hay numerososejemplos. Finalmente, de manera rotunda, de-clara que: «el colonialismo y el neocoloniaHs-rno constituyen el cáncer m ás grande de la hu-manidad contemporánea'».

    La subcomisión sobre YietSobre Vietnam narn aprobó una resolución

    sobre este tema, en la quedestaca el inmenso heroísmo, la inquebrantablevoluntad de vencer y los éxitos impresionantesdel pueblo vietnamita, que se enfrenta al pode-río yanqui, y expresa que la C a «haprestado particular atención al problema d; Yiet-nam, problema centra l de la C qu e:«la conciencia humana se encuentra profunda-mente asqueada y violentamen te indignada an-te los crímenes bárbaros de genocidio ce losagresores norteamericar.

    La Resolución denuncia las hipócritas ma-niobras de los Estados en su térm i

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    LA I CONFERENCIA IRICONTINENTAL

    de «ofensiva de paz», «voluntad de paz» y «ne-gociaciones sin condiciones», y exige el estric-to cumplimiento de los acuerdos de Ginebra de1954, así como apoya la declaración del 5 deenero de 1966 de la República Democrática deVietnam, y la declaración del 6 de enero de 1966del Comité Central del Frente Nacional de Li-beración de Vietnam del Sur, así comolo s cinco puntos contenidos en la declaracióndel 22 de marzo de 1965 del Frente Nacionalde Liberación de Vietnam del Sur, y los cua-tro puntos expresados en la declaración del 8de abril de 1965 del Gobierno de la RepúblicaDemocrática de Vietnam; y expone que: «LaConferencia considera que estos son la sola yúnica plataforma justa para la solución del pro-blema de Vietnam». Un punto decisivo en esadirección es la retirada inmediata de Vietnamdel Sur de todas las tropas norteamericanas yde los países satélites.Igualmente, se decidió crear el Comité Tri-continental de Apoyo al pueblo de Vietnam, quet iene como objetivo fundamental «movilizar, or-ganizar, coordinar e intensificar los movimien-to s de solidaridad, de apoyo y de ayuda al pue-blo vietnamita en todos los aspectos, moral-político, material y económico, incluyendo laayuda con voluntarios y armas en el marcode cada país, de cada continente y triconti-nental». La sede de este comité se encuentraen La Habana.

    La Comisión Política de la Conferencia de-cidió tratar la proposición presentada por la de-legación de la Unión Soviética sobre la cons-titución de un «-Fondo Internacional de Ayudaal Vietnam» anexo al antes mencionado Comi-té Tricontinental, para que se estudie el ladooperativo de éste.

    La Comisión Política apro-Sobrc la bó, de igual modo, otrascoexistencia resoluciones que tienen granpacífica importancia, entre ellas una

    nítida definición de la co-existencia pacífica.

    La resolución sobre la coexistencia pacíficaexpresa que ésta «se refiere exclusivamente alas relaciones entre Estados de diferentes regí-menes sociales y políticos», eliminando todaduda sobre la coexistencia entre clases socia-les explotadas y explotadoras y sobre la coexis-tencia de pueblos oprimidos por el imperia-

    o con sus opresores. Del mismo modo pro-clama el derecho a la revolución social de los

    - Dios y el respeto a los principios de auto-. rminación de las naciones, y afirma que:.ndo los Estados democráticos y progresis- a brindan su ayuda más decidida a los pue-

    agredidos, están salvaguardando la vigén-

    Jel principio de coexistencia pacífica».Esta definición teórica del principio de la co-

    existencia pacífica tiene una enorme importan-cia para precisar el alcance político de este tér-mino tan traído y llevado, y que ha servido de re-fugio para desviaciones ideológicas en el cam-po del movimiento revolucionario al concedér-sele un contenido, por parte de elementos re-formistas, de quietud, de status quo, de esta-blecimiento de nuevas esferas de influencia, de,en fin, paralización de la voluntad liberadorade los pueblos y de sus vanguardias revoluciona-rias.

    La Comisión Política acor-Mensajes do un Mensaje a la clase

    obrera y a los movimien-tos populares de Europa y América del Norte,en que se destaca la lucha de la clase obreraen los países capitalistas desarrollados por susderechos y a la que invita a estrechar los lazosde solidaridad con los pueblos y movimientosde liberación de África, Asia y América La-t ina con el lema de que «nuestra lucha es uní*sola y el enemigo es el mismo», y de que la li-beración en estos continentes «acelerará la eman-cipación de los sectores oprimidos en los paísescapitalistas». Asimismo, decidió enviar un men-saje de saludo y aliento al pueblo de los Es-tados Unidos en el que se af i rma que «es in-dudable que la guerra de Vietnam está contri-buyendo a despertar las conciencias»; y en queexhorta a la población norteamericana a inten-sificar la lucha contra la guerra de agresiónal pueblo vietnamita, por los derechos civilesde la población negra, y a estimular las «accio-nes concretas en este sentido».

    COMISIÓN ECONÓMICA

    La Resolución General aprobada por la Co-misión Económica representa indiscutiblementeun resumen de posiciones comunes para los pue-blos que han logrado la independencia y paralos pueblos que luchan por su liberación nacio-nal y social y contra el neocolonialismo. En losconsiderandos de la resolución se explica cómoel progreso técnico no ha llegado a gran nú-mero de países de los tres continentes; cómoen muchas partes en la agricultura y en otrasramas de la producción se trabaja con escasaproductividad, debido al atraso técnico; cómose requiere un aporte superior de fuerzas detrabajo calificadas; cómo se ceba el imperialis-mo en los países subdesarrollados, establecien-do una economía de monoproducción de artícu-los no manufacturados; y cómo los imperialis-tas han utilizado los préstamos en calidad deinstrumentos de penetración económica y desubordinación política. La resolución estableceque es preciso destruir las viejas estructuras feu-

    dales y semifeudales; realizar una verdadera Re-forma Agraria, que liquide las viejas estructu-

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    ras feudales y semifeudales y fomente el des-arrollo de la agricultura y la ampliación delmercado interno, así como la capacidad de ex-portación del país dado.

    La resolución proclama la adhesión de la Con-ferencia «a los principios de la eliminación dela explotación del hombre por el hombre, a tra-vés del desarrollo no capitalista y su culmina-ción en el socialismo, de acuerdo con las condi-ciones concretas de cada país», y más adelantese refiere a cuestiones programáticas generalesdel desarrollo, como son: «a] el control racio-nal de los recursos naturales básicos, b] la na-cionalización de la banca y de las empresas vi-tales para la economía nacional, c] el controlestatal sobre el comercio exterior y los cam-bios, y d] el crecimiento del sector público»,que se constituyen entre las más vitales de lalucha antiimperialista y en factores decisivos pa-ra el desarrollo económico.

    En otra disposición, la resolución proclamaque los países liberados «deben desarrollar suseconomías nacionales basándose en sus propiasfuerzas», y con la «utilización eficiente y racio-nal de la ayuda del campo socialista y de lospaíses antiimperialistas más desarrollados». Porotra parte, igualmente señala el papel de la pla-nificación económica como indispensable paraofrecer un cuadro armónico del desarrollo.

    En un punto que tiene enorme significaciónhoy en día, la resolución expresa: «la necesi-dad de poner fin a la fluctuación constante delos precios de los productos básicos y de fijar,de forma equitativa, esos precios, de tal mane-ra que estén racionalmente relacionados con losprecios de los productos industriales». En estesentido debemos recordar que esta cuestión serefiere, en cierta medida, a lo que ha venido allamarse actualmente «el deterioro de los tér-minos de intercambio», o séase, la venta de ma-teria prima o semielaborada a precios bajos alos países desarrollados a cambio de productosde la industria de esos países que tienen pre-cios altos. No es necesario decir que los máxi-mos exponentes de esta política comercial in-ternacional son los imperialistas, particularmen-te los imperialistas de Estados Unidos. Y espor esto que la comisión se manifestó por uncomercio internacional basado «en precios jus-tos y acuerdos a largo plazo», o lo que es lomismo, un trato justo en las relaciones entrepaíses de mayor y menor desarrollo, así comopor el establecimiento de medidas preferen-ciales generalizadas y no recíprocas, en favorde los países subdesarrollados sin sxcepción.

    La resolución reitera un concepto políticoque tiene trascendencia económica, y que estápresente en muchos documentos de la Confe-rencia, y es el que se refiere a que es necesa-rio allegar a los movimientos «de los países que

    luchan con las armas en la mano ayuda econó-mica, financiera y material, de todo tipo, in -clusive armas y municiones, para liberta: a supaís y consolidar la paz del mundo».

    COMISIÓN SOCIAL CULTURAL

    La Comisión Social Cultural abordó cuenes relativas a los países que luchan por sberación y a los países liberados. Aprobó unaresolución general y ocho resoluciones especficas que se encuentran resumidas en la mcionada resolución general. La introducción dela resolución general enfoca, fundamentate, la acción de la lucha por la liberación enlos países subyugados, y se refiere a los culturales de pueblos antiguos, como los deEgipto, la India, China, Japón, Vietnam, Cam-bodia, Indonesia; los de Zimbabwe, Benin, Congo, Malí y Ghana en África Negra; los deca del Norte y del mundo árabe, que han dejadoimportantes huellas en la cultura universal. Amismo, se refiere a las culturas precolombinas:azteca, maya, de les incas. Ccn respecto a aque-llas milenarias culturas afirma: « la acción co-lonial, en su brutalidad mercantilista, privó aestas diferentes culturas de toda posibilidad dedesarrollo y renacimiento».

    La Resolución general destaca la explotaciónferoz, la miseria, el hambre, la discriminaciónracial de que han sido víctimas los pueblo

    los tres continentes, y expresa que: « la mismalucha armada es un hecho cultural que movi-liza, a través de una praxis heroica, los recur-sos seculares, las fuerzas emocionales, las impaciencias y las aspiraciones de cada pasiático, africano y latinoamericano, dápleno acceso a la fecundidad cultural perd

    La resolución más general de esta Comisiónes la que trata sobre la penetración cultural eideológica del imperialismo. En ella se denun-cia cómo el imperialismo trata de corromper laconciencia nacional de los pueblos mediante laimplantación de su decadente cultura. E

    pecial, revela los manejos de l imperialismo yan-qui a través de sus torrentes de propaganda im -presa, radial, cinematográfica, y el uso por par-te de éste de los llamados «centros culturales yde la política de «intercambio cultural y coope-ración». Los llamados «cuerpos de paz», gruposyanquis de elementos al servicio de la CÍA quese hacen pasar por «técnicos», «sociólogos», etc.y que, bajo ese disfraz, penetran en muchos pases, fueron duramente condenados.

    La Comisión recomendó librar una batalla in -mediata para expulsar los elementos de la cul-tura imperialista del seno, tanto de los blos que luchan por su liberación, comoaquellos pueblos liberados o con independenciaestatal que ven penetrar la influencia cultural

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    iLA I CONFERENCIA TKICONTINENTAI,

    de los imperialistas como un arma poderosa delneocolonialismo.

    La Com isión aprobó tam bién resolucionesparticulares sobre la revolución cultural en lospaíses, liberados del yugo imperialista; sobre larevolución científico-técnica, y sobre la forma-ción de cuadros nacionales, cuestiones íntima-mente vinculadas entre sí.

    Sobre la revolución cultural, la resolución re -comienda estudiar los puntos esenciales de ellay que se refieren: «a] eliminación del analfabe-tismo y elevación del nivel de instrucción gerie-ral de la población; b] impulso a la enseñanzacientífico-técnica de carácter secundario y supe-rior; c] fomento de las artes y la l i teratura; d]estímulo a las actividades escolares y no escola-res de educación física y deportes; e] organiza-ción de la instrución política revolucionaria de

    la población de la nueva sociedad liberada y , espe-cialmente, de la clase obrera y de los campesi-nos».

    Con respecto a la revolución científico-técnicase af irma: «no puede consolidarse la revolu-ción social si no se realiza la revolución técnicay si no se pasa a un estado superior del des-arrollo económico».

    La revolución científico-técnica es una con-dición sine qu a non del desarrollo económicoy la Comisión la estimó desde el ángulo edu-cacional, o sea, el lado form ativo de cuadrostécnicos. La resolución sobre la formación de

    cuadros nacionales vertió su atención sobre laformación de los cuadros de índole económico-administrativa; técnico-científica de la agricul-tura y de la industria; científicos superiores; in-vestigadores; docentes; culturales y políticos.

    La Comisión aprobó, igualmente, una reso-lución sobre el patrimonio cultural y científico,en la que se explica cómo los pueblos de Áfri-ca, Asia y América Latina «han pagado concreces su cuota de contribución a los logroscientífico-técnicos de las metrópolis imperialis-tas», y cómo las propias necesidades del des-arrollo exigen promulgar el derecho al libre uso

    esas conquistas del pensamiento y de la cien-La resolución establece «la abolición de to-los derechos de autor que beneficien a los

    .nismos mercantiles monopolistas», aunque:rva la posibilidad de compensar a aquellos^res que dan su obra al progreso de la hu-

    manidad. Esta resolución es altamente revolu-aria y t iende a poner a disposición de lasanidad el acervo científico-técnico de los- e s imperialistas, poseedores de gran des-

    arrollo técnico e industrial.La Comisión aprobó, del mismo modo, reso-

    sobre la seguridad social, sobre la saludpública y sobre ¡a educación física, los deportes

    .-creación, que contienen los principios5 y revolucionarios en estos dominios

    que harían llegar a las grandes masas popula-res los beneficios de estas imprescindibles acti-vidades del poder público. Estas resolucion esplantean muy certeramente el bienestar, la pre-vención de enferm edades, la protección de lavida del trabajador y su familia.Este grupo de resoluciones, ciertamente, serefieren a los países liberados, revolucionarios,pero estimamos que por comprender mucho dcontenido de cualquier revolución social dnuestros tiempos es, asimismo, un programa yun acicate valiosísimos para los m ovimientorevolucionarios que combaten por la libertad opor encauzar la política de los países reciente-mente independizados que se debaten entre ebloqueo imperialista y la penetración económco-social del neocolonialismo. Estas resolucio-nes reco gen principios realizables, experiencia

    nacionales de los pueb los liberados y nuev aideas en desarrollo, en una forma sistematizaday capaz de inspirar, por la nobleza de susorientaciones y la claridad y justeza de sus ex-posiciones, a los revolucionarios y patriotas ququieren un futuro luminoso para sus pueblos.

    La Comisión también aprobó mociones sobrela cooperación cultural tricontinental, en la quese detallan métodos encaminados a establecerel nexo cultural entre los pueblos. Asimismo,aprobó recomendaciones sobre la coordinaciónde las actividades de los organismos sociales delos tres continentes, en los que se expresan elapoyo al «IX Festival de la luventud y de losEstudiantes por la Solidaridad, la Paz y la Amis-tad»; y el estímulo a las relaciones con la Fe-deración Democrática Internacional de Mujeresy con la Federación Sindical Mundial, así co-mo métodos de solidaridad con pueblos comlos de África del Sur y Zimbabwe.

    COMISIÓN DE ORGANIZACIÓN

    La Comisión de Organización aprobó una solaresolución que tiene un gran significado, puestoque ella expresa la conclusión más importantede la Conferencia, a saber, el organismo tricon-tinental. En ella se establece la constitución dla Organización de la Solidaridad de los Pue-blos de Asia, África y América Latina[OSPAAA] que tiene como objetivos «unir, co-ordinar e impulsar la lucha de los pueblos deÁfrica, Asia y América Latina contra el impe-rialismo, el colonialismo y el neocolonialismo,encabezado por el imperialismo norteam erica-no», así como prestar ayuda efectiva a los mo-vimientos de liberación nacional y a los pue-blos liberados de los tres contine ntes. LaOSPAAA deberá aplicar los acuerdos y méto-dos adoptados en la Conferencia.

    La Resolución establece que la OSPAAA ten-drá un Secretariado Ejecutivo, integrado por un

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    secretario general y 12 secretarios, cuatro porcada continente, y que su sede temporal será laciudad de La Habana. Este Secretariado Ejecu-tivo pondrá en práctica la II Conferencia de So-lidaridad de los Pueblos de Asia, África y Amé-rica Latina, que tendrá lugar en 1968 en la ciu-dad de El Cairo [República Árabe Unida], lacual Conferencia determinará la sede defini-tiva de la Organización. El Secretariado Ejecu-tivo, igualmente, supervisará el funcionamientodel Comité de Asistencia y Ayuda a los mo-vimientos de liberación nacional.

    Al corresponderle a Cuba el gran honor deelegir el secretario general, el Buró Político delPartido Comunista de Cuba designó al CapitánOsmany Cienfuegos, presidente de su Comisiónde Relaciones Exteriores y miembro de su Co-mité Central, para ocupar el cargo mencionado.

    La resolución también se refiere a la creacióndel Comité de Asistencia y Ayuda a los movi-mientos de liberación nacional y de lucha con-tra el neocolonialismo. Este Comité está cons-tituido por 12 miembros, entre ellos un presi-dente, un vicepresidente y un secretario. Susobjetivos son los de promover la solidaridadactiva y «aplicar los métodos y emplear los me-dios que sean necesarios para dar efectiva vi-gencia y eficaz práctica a los objetivos funda-mentales de la organización, especialmente losque proponga la lucha armada como legítimadefensa contra la violencia imperialista».

    ORGANIZACIÓN LATINOAMERICANADE SOLIDARIDAD

    Aunque la creación de la Organización La-tinoamericana de Solidaridad [OLAS] no es unaactividad referida a la Conferencia Tricontinen-tal, es algo tan íntimamente vinculado a aqué-lla, que puede bien considerarse como una de-rivación de l espíritu y los acuerdos de la Con-ferencia Tricontinental. Una vez terminada laConferencia, todos los integrantes de las 27 de-legaciones latinoamericanas celebraron el domin-

    go 16 de enero una reunión a la que asistió elPrimer Ministro de Cuba, Fidel Castro, y losmiembros del Buró Político del Partido Comu-nista de Cuba, y decidieron unánimemente cons-tituir la OLAS con sede en La Habana. Esteorganismo continental celebrará en 1967 laI Conferencia de Solidaridad de los Pueblos dela América Latina. En dicha reunión, presidi-da por el Comandante Pedro Medina Silva, delFrente de Liberación Nacional de Venezuela,vicepresidente por la América Latina de la Con-ferencia Tricontinental, se constituyó el ComitéOrganizador. Quedó integrado por los movi-

    mientos revolucionarios de Brasil, Cuba, Colom-bia, Gua yana Británica, Guatemala, México,Perú, Uruguay y Venezuela, y tendrá la tarea

    de orientar los trabajos de la nueva organición en estrecha cooperación con los ComitésNacionales de cada país. Los Comités Naciona-les de cada país deben estar integrados por lossectores antiimperialistas más activos y de realrespaldo popular. La OLAS —como expresa elcomunicado que se dio a conocer después desu constitución— vinculará su acción y la delos organismos que en ella participan a las acti-vidades de la Organización Tricontinental.

    La creación de la OLAS responde a una muysentida aspiración de los pueblos de AméricaLatina; a la necesidad de unificar la s tácticasy estrategia revolucionarias en la parte del mun-do donde el imperialismo yanqui es más seble y, por lo tanto, capaz de desarrollar la másalta agresividad para impedir las luchas libdoras.

    L DECL R CIÓN GENER LDE L CONFERENCI

    La Declaración General de la Conferencia esel documento más importante de la misma, yen ella hallan expresión sintética las cuestionesmás esenciales formuladas en el conjunto volu-minoso de resoluciones de la Conferencia Tcontinental y que fue como la definiera el Co-mandante Fidel Castro en el discurso de clau-sura de la Conferencia: «la más profunda, lamás amplia y la más radical de cuantas se hanelaborado y acordado en una Co nferencia desta índole».

    La Declaración General de la Conferenciaafirma que: «los pueblos que han logrado abo-lir la opresión y la explotación del hombre porel hombre instaurando la socialismo constitu-yen, por su ejemplo y por su ayuda, un im-pulso valioso en la lucha de los pueblos opri-midos por el imperialismo». No es posible du-dar de la voluntad progresista de la amplísrepresentación de la fuerza revolucionaria de lostres continentes que aprobaron esta categóricaafirmación.

    Otra idea capital de la Declaración Generalexpresa que: «en la medida en que avance elmovimiento de liberación de los pueblos de Asia.África y América Latina, la clase obrera y lossectores progresistas de las naciones capitalis-ta s podrán ayudar de una manera más efectivay directa a ese movimiento». Esta expresión es-tá calzada por las pruebas que aporta la movi-lización cívica del pueblo norteamericano, querefleja en sentido creciente la protesta contrala guerra que libran los Estados Unidos en Vnam . La lucha de los pueblos de Asia, Áfricay América Latina por la liberación constituye

    un motor del desarrollo de la conciencia y,tanto , de la realización de acciones progresy revolucionarias en los países capitalistas des-

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    LA I CONFERENCIA TEICONTINENTAL

    arrollados de Europa y en los Estados Unidos.El crecimiento de la ola revolucionaria en lospaíses capitalistas desarrollados, a su vez, con-tribuirá al avance de las posiciones en favor dela liberación nacional en todo el mundo.

    La Declaración General es un documento aestudiar y recoge, como dijimos, las más im-portantes cuestiones debatidas en las comisio-nes de trabajo.

    La Declaración expone, una vez más, rotun-damente: «el derecho de los pueblos a oponera la violencia imperialista la violencia revolucionaria» y el combate fundamental contra elimperialismo yanqui, cabeza del imperialismo,el colonialismo y el neocolonialismo mu ndiales.La Declaración exhorta al mantenimiento de unesfuerzo coordinado, ta l como se logró en laConferencia, para la realización de las proyec-ciones fundamentales de la misma.

    La Declaración General de la I Conferenciade Solidaridad de los Pueblos de Asia, Áfricay América Latina termina con un párrafo ins-pirador, tomado directamente de la II Decla-ración de La Habana : « Esta gran human idadha dicho basta y ha echado a andar, y su mar-cha de gigante no se detendrá jamás hasta con-quistar su definitiva liberación.»

    CONCLUSIONES

    El Comandante Fidel Castro, en su discursode clausura de la C onferen cia, expuso qu e:«frente a todos lo s augurios del imperialismo,frente a todos sus pronósticos, que revelaban lagran esperanza de que esta Conferencia conclu-yera en nada, de que esta Conferencia, giran-do alrededor de los problemas del movimientocomunista internacional, estaba llamada a divi-dirse v estaba llamada a un rotundo fracaso, haocurrido lo que tal vez menos o quizás nuncaesperaron: que la Conferencia haya sido un éxi-to , que en esta Conferencia se haya creado unorganismo de carácter tricontinental, que hayaarribado a acuerdos que recogen las aspiracio-nes m ás sentidas de los pueblos que luchan porsu liberación, que se haya creado un Comité deAyuda a los movimientos de liberación. Y nosólo eso: algo que incuestionablemente duelemucho a los imperialistas, y es que Cuba hayasido escogida como sede del Secretariado Eje-cutivo de la Organización hasta tanto se celebrela próxima C onferen cia Tricon tinental».

    Es incuestionable el clamoroso triunfo de lasmás grandes aspiraciones- de unidad combativade los movimientos revolucionarios de los tre?continentes, que cuajaron en los documentos, lasresoluciones y en las consecuencias prácticas in -mediatas de la C onferencia Tricontinental.

    La Conferencia demostró que es posible lo-grar la unidad de las fuerzas revolucionarias al-

    rededor de una serie de objetivos fundamenta-les que se resumen en los propósitos revolucio-narios de la liberación nacional y social de lopueblos de los tres continentes.

    La decisión unitaria de los movimientos re-

    volucionarios en su lucha liberadora halló co-m unida d de criterios en la apreciación unánimde que es el imperialismo yanqui el enemigomás brutal y feroz de los pueblos, el baluartereaccionario a derrotar como garantía del avan-ce liberador y del progreso social de la huma-nidad.

    La Conferencia Tricontinental lleva implícitaen sus resultados la reafirmación del principiode autodeterminación de los países y de sobera-nía nacional y, por consiguiente, el derecho delos pueblos a realizar los cambios revoluciona-rios que estimen convenientes, sin intervenciónextranjera. Los

    lemas de

    independencia y da

    autodeterminación nacionales son pilares pode-rosos del mo vimiento revolucionario tricontinen -tal.

    La Conferencia Tricontinental definió líneasmuy concretas, tanto en lo referente al conte-nido político, económico y social-cultural de laRevolución —o lo que es igual, el aspecto pro-gramático de la misma— como a la combativi-dad, a los métodos y acciones de ¡os pueblospara conquistar, en lucha sin cuartel, su liber-tad, específicamente mediante el uso de las ar-mas.

    La línea trazada por la II Declaración de LaHabana —aprobada el 4 de febrero de 1962—encontró su vínculo y continuidad históricos enla s reiteradas afirmaciones de la Conferencia enfavor de la lucha armada, que como respuestaa la violencia sangrienta, a la opresión crimi-nal y antidemocrática de los imperialistas ennumerosos países de Asia, África y AméricaLatina, han de transitar sus pueblos.

    El movimiento revolucionario tricontinentalestimó la lucha del pueblo de Vietnam y la so-lidaridad efectiva y práctica con esa lucha co-mo la cuestión central del combate de la huma-nidad progresista en nuestros días; como el nudom ás decisivo que contiene efectos trascendenta-les para el triunfo liberador en la batalla fun-damental contra el imperialismo yanqui. EnVietnam se expresa en su forma más concen-trada el choque de las fuerzas del progreso yde la reacción.

    La Con ferencia Tricontinental refleja unanueva etapa, superior, del movimiento liberadoide los pueblos, en la que confluyen histórica-mente las corrientes nacional-liberadoras y so-cialistas para la creación de una nueva Asia,una nueva África y una nueva América Latina,es decir, para la promoción de un nuevo mundodonde la eliminación de la explotación del hom-bre pof el hombre sea una realidad total.

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    Este movimiento liberador será un acicate yun contribuyente estratégico —sin duda algu-na— para la realización de las revoluciones so-ciales en los países capitalistas, en un procesoen el que ambos fenómenos sociales estarán ín-timamente relacionados, lo que exige la accióncoordinada de los revolucionarios de los trescontinentes con las vanguardias de la clase obre-ra de los países opresores. Por otra parte, lospueblos oprimidos por el imperialismo han se-llado ya su alianza de activa unión y mutuasolidaridad con los países del campo socialista,los cuales pueden ofrecer un conten político,económico y militar a los imperialismos y ex-tender, de ese modo, un brazo vigoroso de ayu-da moral y material a los movimientos libera-dores.

    No puede hoy concebirse cosa alguna en es-cala internacional sin tener en cuenta, en lugarcimero, al movimiento liberador de los tres con-tinentes. La política de las organizaciones revo-lucionarias nacionales e internacionales tiene queadecuarse a la existencia de ese formidable mo-vimiento.

    A pesar del corto tiempo trans curr ido desla celebración de la Conferencia Tricontinentaya se han alzado voces num erosas contra sus

    acuerdos, contándose como abanderados de esasposiciones a los imperialistas yanquis y a susagentes embozados o descarados, y muy señala-damente, a su «ministerio de colonias», o sea,la OEA; a todos los reaccionarios; a los revi-sionistas; a los reformistas; a los agentes encu-biertos de la CÍA, que vociferan consignas ul-traizquierdistas; a los revolucionarios arrepenti-dos o acobardados; a toda la gama de servido-res directos o indirectos del imperialismo, quehan salido a combatir las esclarecedoras ideasde la Conferencia Tricontinental. Y es que te-men un hecho previsible: que las ideas revo-lucionarias de la Conferencia Tricontinentestén haciéndose realidades y que estamos envísperas de una proliferación extraordinaria delas acciones políticas de todo tipo por parte delos pueblos, y, muy en especial, de la lucha ar-mada, del combate frontal por la libertad.

    La marcha de gigante de cientos de millde seres humanos, hasta hace poco humilladoy explotados, ¡no se detendrá jamás

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    TEORÍA Y PRACTICA DE LA CO NSTRUCC IÓN SOC IALISTA

    Modificación de la estructurade clase de la sociedaden el curso de la construccióndel socialismo

    p o r M i t k o G r i g o r o v

    Desde la fundación del Partido ComunistaBúlgaro han transcurrido más de siete .de-cenios. Colocado al frente de la clase obre-

    ra y de todos los trabajadores, nuestro Partidonido luchando consecuentemente durante

    todo este tiempo contra

    el capitalismo

    y el fas-. por el triunfo del socialismo y por laucción de la sociedad comunista sin cla-

    - c ¿ . Tras muchas dificultades y vicisitudes, suabnegada lucha contra el viejo régimen y por

    ficación de una sociedad nueva, más per-se ha visto coronada por el éxito. En la

    -lica Popular de Bulgaria ha t r iunfado to-tal y definitivamente el régimen socialista.

    El derrocamiento del capitalismo y la cons-ón del socialismo y del comunismo vanBañados de profundas transformaciones enructura de clase de la sociedad. El análisisí,ta-leninista de estos cambios en cada eta-la construcción del nuevo régimen tiene:iorme importancia para el desarrollo de lossocialistas, pues puede indicar la solución

    .orrecta de las tareas del momento y pre-irnos de posibles tendencias erróneas.

    La experiencia de la URSS y de otros paísesstas en orden a la reestructuración social.lase de la sociedad tiene también una im-cia primordial para los partidos marxis-

    tas-kninistas que actualmente luchan por eltriunfo de la revolución socialista. Tarde o tem-prano llegará el momento en que la tarea deedificar el socialismo se plantee, con todos sus

    -les y com plejos problemas, ante todos lospueblos.

    a est ruct ura de clasede la ugari a burguesa yla línea de nuest ro Part ido

    A partir de 1878, después de la liberación deBulgaria del yugo turc o, la sociedad búlgarafue adquiriendo gradualmente la estructura ca-racterística del capitalismo. El proletariado y laburguesía se convirtieron en las clases funda-mentales de la sociedad. En 1939, el núm erode obreros industriales se acercaba a los 100mil. Tam bién había obreros asalariados en laagricultura y en otras ramas de la economía.A pesar de su reducida cuantía numérica, elproletariado de nuestro país, por su situación enla producción y en la vida social, fue ocupandogradualmente su puesto de vanguardia de todoslos trabajadores en la lucha por el derrocamien-to del capitalismo y la implantación del Poderpopular.En el curso del desarrollo capitalista, la bur-guesía búlgara se fue consolidando y fortale-ciendo también como clase. Aun constituyendouna pequeña parte de la población [menos del10%], era dueña de los principales medios deproducción y a sus manos iba a parar la partefundamental de la renta nacional. Desempeñabael papel de lacayo y cómplice de los monopo-lios capitalistas extranjeros, siendo un obstáculopara el desarrollo de la economía nacional. Elderrocamiento del poder de la burguesía era unanecesidad histórica de la evolución social delpaís.Una particularidad característica de la estruc-

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    tura de clase de la sociedad búlgara anterior ala revolución era la existencia de una numerosapequeña burguesía, integrada por campesinospobres y medios, pequeños comerciantes, arte-sanos, etc. Estas capas, que ocupaban una si-

    tuación intermedia entre la burguesía y el pro-letariado, daban muestras de inconsecuencia po-lítica y vacilaban.

    Los ideólogos de la burguesía búlgara inten-taron demostrar que en el país no existía unproletariado desarrollado, que por eso no habríalucha de clases ni, en consecuencia, partido pro-letario ni terreno apropiado para el socialismo.Analizando las relaciones sociales en Bulgariay las tendencias de su desarrollo, el fundadorde] partido marxista en Bulgaria, D. Blagoev,demostró ya en 1891 que en nuestro país ha-bía terreno abonado para el capitalismo. «Y por

    cuanto el capitalismo tiene abonado el terreno,no cabe duda de que también lo tiene el socia-lismo».

    El partido marxista búlgaro veía que su basesocial estaba en el proletariado, cada vez másnumeroso, y con él nutría fundamentalmente susfilas. «Clase contra clase», tal era enton ces ladivisa de los marxistas revolucionarios búlgaros[ios socialistas «estrechos»], la cual expresabael profundo revolucionarismo de nuestro Parti-do, su intransigencia de clase hacia la 'burgue-sía y los conciliadores de tipo reformista. Sinembargo, esta consigna, que orientó el trabajo

    del Partido hasta el período de su bolcheviza-ción, tenía algunos aspectos negativos. El fun-damental era la incomprensión del papel revo-lucionario de los campesinos, principal aliadodel proletariado. Poco a poco nuestro Partidofue comprendiendo que no podría cumplir sumisión histórica —llevar a cabo la revoluciónsocialista y liquidar a las clases explotadoras—si no lograba crear una alianza sólida de todaslas fuerzas progresistas y democráticas.

    Nuestro Partido comienza a elaborar una es-trategia y una táctica de lucha de clases cien-tíficamente fundamentadas, leninistas, bajo el

    influjo de la Revolución de Octubre. En suCongreso de 1919, el Partido toma el nombrede Partido Comunista, acuerda adherirse a laInternacional Comunista y plantea" como tareainmediata la conquista del Poder y el estableci-miento de la dictadura del proletariado. Dosaños más tarde, el Partido promueve la con-signa de la alianza obrero-campesina, dirigidapor la clase obrera, como una premisa indis-pensable para la victoria. Pero los acontecimien-tos posteriores mostraron que el Partido no sehabía liberado plenamente de una serie de ideasdoctrinarias y sectarias sobre el proceso revo-

    lucionario.El 9 de junio de 1923 un golpe de Estadofascista derrocó al Gobierno de la Unión Agra-

    ria Popular Búlgara [UAPB], que dirigía el des-tacado demócrata republicano Alexandr Stam-boliiski. La dirección del Partido Comunista, quesubestimaba el carácter democrático del gobno de la Unión Agraria, no penetró en la esen-

    cia de los acontecimientos del 9 de junicomprendió el carácter fascista del golpe de Es-tado y ocupó una posición neutral, suponieque lo que había sucedido era la sustitución deturno de un gobierno burgués por otro. Estaactitud aisló temporalmente al proletariado desu aliado natural, los campesinos, impidió alPartido Comunista movilizar a las amplias ma-sas trabajadoras de la ciudad y del campo paraluchar contra el fascismo e hizo que se pra una oportunidad extraordinariamente favo-rable para derrotar a las fuerzas monarco-fas-cistas, para conquistar posiciones sólidas en la

    lucha contra el capitalismo.En las condiciones de la dictadura monarco-fascista, el Partido se orientó firmemente hala cohesión de todas las fuerzas antifascistas.Bajo su dirección, les obreros y los campesinosbúlgaros organizaron en septiembre de 1923 laprimera insurrección antifascista del mundo, cu-yo objetivo era implantar en Bulgaria el Poderobrero y campesino. Y a pesar de habeaplastada, la insurrección mostró la esentipopular del capitalismo } -orno y cons-tituyó un importante jalón en el robustecito de la alianza obrera y campesina.

    Venciendo la resistencia c. ^ortunistasde derecha y de izquierda, les comunistas supieron aprovechar de 1923 a 1944 las de lucha más diversas: legales y extralegales,pacíficas y armadas, parlamentarias y extrapar-lamentarias. La riqueza de formas y métodosde lucha, la rápida sustitución de unos por otrosen dependencia c n. permitieron alPartido dirigir con audacia la lucha de las ma-sas tanto en los períodos de auge revoluciona-rio como en los de predominio de la reAun cuando lo s comunistas búlgaros jamás re-nunciaron a cualquier posibilidad de utilizar los

    medios legales y pacíficos, en más de una oca-sión tuvieron que luchar con las armas mano para defender la libertad del pueblo. Porpropia experiencia saben que en determinadascondiciones la renuncia a la lucha armadvale a una capitulación política, a una traicióna la causa revolucionaria. Pero su experienciamuestra, al mismo tiempo, que la lucha arma-da sólo resulta adecu ada en las condiciones decrisis profunda de los círculos gobernantes y deauge revolucionario de la clase obrera y de la smasas populares. Orientarse a la lucha armadacuando faltan estas premisas, no es sino cae

    un aventurerismo que puede conducir al movi-miento revolucionario a graves derrotas.El VII Congreso de la Internacional Comu-

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    Modificación de la estructura de clase de la sociedad en el curso de la construcción del socialismo 17prestó una ayuda inapreciable a nuestroj en su labor por asimilar el leninismo.rar el dogmatismo y sectarismo de algu--• sus dirigentes. El Partido desarrolló una

    gran actividad en favor de la creación de un- Popular Único, así como para lograr laj sindical, reforzar los vínculos con lisy acrecentar su papel en la vida políticaís. Los comunistas búlgaros llevaron am gran trabajo para atraer a los partidos

    democráticos pequeño-burgueses y burgueses al. Popular, sobre todo a la Unión Agraria\T Búlgara y al Partido Socialdemócrata.; peras de la Segunda Guerra Mundial el; Popular se había transformado en una

    gran fuerza política con gran influencia entre•rabajadores.

    La Segunda Guerra Mundial y la incorpora-ción de Bulgaria a la coalición hitleriano-fas-cista crearon, a pesar del terror, nuevas y másfavorables premisas para el fortalecimiento delFrente Popular Único, para ensanchar la basesocial de la lucha contra el fascismo. Por ini-ciativa de Jorge Dimítrov se planteó la tarea defundar un amplio Frente de la Patria. Por todoel país se comenzó la formación de comités ile-gales del Frente de la Patria. Las victorias delEjército Soviético sobre las hordas del fascismoalemán dieron impulso a la lucha antifascista de

    Bajo la dirección del Partido se organi-zó en Bulgaria un potente movimiento guerri-llero.

    En los momentos en que se ampliaba la luchade masas democrática y antifascista, cualquiermanifestación de sectarismo y dogmatismo, lafalta de fe en las posibilidades de las fuerzasdemocráticas antifascistas o la incapacidad paraaplicar u na política flexible podían aum entarlas dificultades en la labor del Partido y limitarla amplitud de la lucha. La realización de lastareas democráticas era para el Partido una eta-pa necesaria e importante de la lucha que noalejaba, sino aproximaba el triunfo de la revo-lución socialista. Al mismo tiempo, el Partidoconsideraba que también en esas condiciones eraun imperativo conservar su independencia ideo-lógica y orgánica. El Partido no se diluyó ene movimiento democrático general, no perdiósu carácter clasista proletario, actuó como lavanguardia de la clase obrera y como exponen-te de sus intereses y objetivos fundamentales yfinales. Esto le permitió, al surgir las favorablescondiciones internacionales creadas ante todopor las grandiosas victorias del Ejército Sovié-

    < b r e los intervencionistas hitlerianos, hacertriunfar la lucha del pueblo.

    El 9 de septiembre de 1944, como resultadode la insurrección armada del pueblo, dirigidapor la clase obrera y su partido, el poder po-

    pasó en Bulgaria a manos de los traba-

    jadores de la ciudad y del campo, lo que mar-có el comienzo de la revolución socialista yabrió el camino a la construcción del socialismoen Bulgaria.

    Formas y ritmos delas transf ormaci onessoci ales y de clase

    Una vez instaurado el Poder popular, la his-toria planteó ante el Partido el problema deacabar con la gran propiedad capitalista, basesocial del fascismo y la reacción. «No se pue-de l iquidar de una manera radical y definitivael fascismo —decía Jorge Dimítrov—• si no seatenta contra la dominación del gran capital; nose pueden asegurar los derechos democráticosde los trabajadores si el gran capital conservsu omnipotencia política y económica.»

    Nuestro Partido abordó la solución de esteproblema de una manera creadora, teniendo encuenta la situación concreta y la correlación delas fuerzas de clase y políticas. Uno de los gran-des méritos de su política fue que después dela victoria tampoco ignoró las posibilidades dlas fuerzas democráticas, no rompió la alianzaestablecida con ellas en los años de la luchaantifascista. Al contrario, nuestro Partido conti-nuó reforzando la dictadura del proletariado ba-jo la bandera de l Frente de la Patria, en es-trecha alianza con todas las fuerzas democráti-cas y an tifasc istas . Esto aceleró el proceso revolucionario y facilitó la realización de las trans-formaciones sociales históricamente necesarias.

    En la lucha por consolidar el régimen demo-crático-popular y en la construcción socialistadesempeña un importante papel el principal alia-do de nuestro Partido, la Unión Agraria Popu-lar Búlgara, que ayuda a los trabajadores delcampo influenciados por ella a incorporarse alrégimen cooperativista, al socialismo. Tras unaacertada valoración de las enseñanzas de la his-toria y de los éxitos alcanzados por la alianzaobrero-campesina, la UAPB dio un importantepaso adelante en su desarrollo ideológico-poh-

    tico, renunciando a la anticientífica ideología dlos estamentos y a la pretensión de establecerun Poder campesino «autónomo» sin obreros eincluso contra ellos. Se liberó de las ilusionessobre la posibilidad de construir una sociedadjusta sin atentar contra las bases del régimencapitalista. La UAPB aceptó los principios dela lucha de clases y el programa de construc-ción de la sociedad socialista; reconoció la fun-ción de vanguardia de la clase obrera y el papeldirigente que la historia había asignado al Par-tido Comunista en la vida política del país. Susdirigentes y militantes participan activamente enla vida político-social y en todos los organismode Poder y de gobernación del país. También

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    es ampliamente conocido el importante papeldesempeñado en el plano internacional por laUAPB, que goza del respeto y la confianza delos partidos y movimientos democráticos delmundo entero.

    En las condiciones específicas creadas en elpaís inmediatamente después de la victoria de larevolución, condiciones en las que continuabaexistiendo la clase capitalista [si bien limitada sufuerza económica y política] y seguían predo-minando los pequeños propietarios, el Partidono podía hacerse ilusiones respecto a una posi-ble «reconciliación» con las clases arrojadas delPoder ni contar con que éstas renunciarían asus planes de restauración. En efecto, contandocon una gran ayuda del imperialismo, la claseexplotadora derrocada aspiraba a restablecer portodos los medios su dominación, a estrangularla democracia y a impedir el progreso. Por esoel Partido se mantuvo alerto y enseñó al pue-blo a manifestar la máxima vigilancia ante lasmaquinaciones del enemigo de clase. Los orga-nismos del Poder popular descubrieron las con-juras de la reacción y con m ano firme, apo-yándose en la legalidad revolucionaria, las hi-cieron abortar. Bajo la dirección del Partido, elEjército fue depurado de los oficiales reaccio-narios. Fueron desenm ascarados los dirigente sde partidos democráticos que se habían puestoal lado de las fuerzas contrarrevolucionarias yt rataban de impedir la consolidación del nuevorégimen. Esto no sólo no debilitó, sino que, porel contrario, reforzó la alianza de las fuerzasdemocráticas bajo la bandera del Frente de laPatria y elevó el papel de éste en el desarrolloprogresivo del país.

    El Poder popular no podía ni debía expropiara los capitalistas inmediatamente después deitriunfo de la insurrección popular. En primerplano figuraban entonces tareas democráticas yantiimperialistas de extraordinaria importancia:la consolidación del régimen democrático-popu-lar y de la alianza de todas las fuerzas demo-cráticas y antifascistas del país, la participaciónde Bulgaria en la guerra al lado de la coaliciónantihitleriana, la lucha por conservar la inde-pendencia nacional y restablecer la economíadel país, etcétera.

    El Partido aplicó en este período una políticade limitación del poderío económico de la clasecapitalista. El filo de esta política estaba diri-gido en primer lugar contra el gran capital es-peculador y la parte fascistizada de la burgue-sía. En este sentido la confiscación de los bie-nes de los criminales fascistas y de los especu-ladores tuvo gran importancia. Lo mismo pue-de decirse del rescate por el Estado de algunasimportantes empresas industriales, de la implan-tación del monopolio estatal sobre el tabaco ylas bebidas alcohólicas y del control obrero en

    las empresas. Con ello quedaron limitadas lasposibilidades de la burguesía de oponerse a lapolítica económica del Gobierno populaexplotar a los t rabajadores y se fue creando yampliando el sector socialista en la economíanacional. La nacionalización de la industripitalista y de los bancos, realizada en dibre de 1947, condujo a la supresión de la bur-guesía urbana como clase.

    Ya en los prim eros años que siguiertriunfo de la revolución se tomaron importantmedidas para limitar y suprimir a la clase de laburguesía rural, a los campesinos ricos explota-dores; se realizó la reforma agraria, fue resca-tada la maquinaria agrícola, etc., lo que minóseriamente el poderío económico de la burgue-sía rural. Para la realización de estas medida?el Partido se apoyó en la alianza de los obre-ros con los campesinos pobres y medios y enla ayuda fraternal de la Unión Agraria Popu-lar Búlgara.

    Pero la pequeña producción mercantil ria seguía entrañando la posibilidad de uarrollo de las relaciones económicas capitalis-tas. El Partido comprendía que sólo la coope-ración agrícola podía conducir a la socializa-ción de los medios de producción en el campoy a asegurar el desarrollo del campesinala senda del socialismo .

    La existencia de una pequeña burguesía muynumerosa requería del Partido una gran flexi-bilidad en su política de reorganización y de clase de la sociedad. Para llevar a la pe-queña burguesía al cauce del socialismo el Par-tido buscaba formas y métodos que permmantener y consolidar la alianza de todostrabajadores. Comprendía que la aplicación demétodos coercitivos respecto a los pequeños pro-pietarios podía crear grandes dificultades de ín-dole económica y política y causar un serio dañoa la construcción del socialismo. Por eso, latransformación de la pequeña burguesía se reali-zó de manera prudente y gradual, sin exapresuramientos, pero también sin demora. De-cimos que también sin innecesaria demora poque el Partido comprendía perfectamente queel retraso infundado en la transformación socilista de los pequeños propietarios de la cy del campo frena irremediablemente el ritmodel desarrollo socialista del país.

    Los campesinos po bres y medios consen Bulgaria la masa fundamental de la pequeñaburguesía. Su paso a la senda del socialismoera un problema complejo del desarrollo socilista. Este problema fue resuelto felizmente enmenos de 15 años. Los campesinos ricos ex-plotadores opusieron una tenaz resistencia a lastransformaciones socio-económicas en el cam-po. Tan sólo cuando la política de limitaciónlogró debilitar sus posiciones económicas, redu-

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    Modificación de la estructura de clase de la sociedad en el curso de la construcción del socialismo 19ciéndolos a la condición de campesinos medios,cuando en el agro triunfó el sistema coopera-

    íue cuando en su masa fundamental co-menzaron a valorar con un criterio realista lasolidez del Poder popular y de la cooperaciónproductiva agraria. Esto permitió al Partido unnuevo planteamiento de la actitud hacia los cam-pesinos ricos explotadores. Se autorizó el in-greso de éstos en las cooperativas agrícolas, pe--c sin derecho a ser promovidos a cargos dedirección. La experiencia demostró el aciertode estas medidas del Partido, que dieron a losantiguos campe sinos ricos explotadores la posi-bilidad de fundirse con la clase de los campe-sinos cooperadores y trabajar en régimen co-

    rativista.Teniendo en cuenta el apego tradicional de

    ¡os campesinos pobres y medios a la tierra, fuepreciso encontrar una forma de socialización delos medios de producción que hiciese innecesa-ria la nacionalización de la tierra como primerpaso hacia la reestructuración socialista del agro.En nu estro país esta fo rma tomó cuerpoen las haciendas cooperativas de trabajo agrí-cola [HCTA], en las que quedaron socializadosles medios de producción, pero se mantuvo elderecho de los campesinos a la propiedad pri-vada de la tierra. Una expresión de este dere-cho era la distribución de una parte de los in-gresos de las HCTA en forma de renta de latierra aportada por los campesinos a la coope-rativa.

    Las HCTA han recorrido un largo camino¿n su desarrollo, en el curso del cual se hanido perfeccionando constantemente las formasdel principio socialista de distribución, se haacrecentado el interés material de los coopera-dores y se han elevado su s ingresos proceden-te s del trabajo. Por decisión de las asambleasgenerales de los cooperadores, la parte corres-pondiente a la renta de la tierra ha ido dismi-nuyendo, hasta terminar por renunciar a ella.Así. pues, el desarrollo económico-social de lascooperativas agrícolas ha confirmado plenamen-te la notable previsión de Jorge Dimítrov de que

    a medida que los campesinos pobres y mediosse fuesen incorporando a las HCTA, y con eldesarrollo de las estaciones de máquinas y trac-tores, la supresión del arriendo de la tierra yla rebaja —y más tarde la supresión— de larenta de la tierra en las cooperativas [por de-cisión de los propios campesinos cooperadores|,se resolvería prácticamente el problema de laracionalización de la tierra, quedando ésta enusufructo perpetuo de los campesinos trabaja-

    La cooperación resultó ser también una for-ma ap ropia da para la transformac ión económi-

    ::-sccial de la pequeña burguesía urbana: arte-sanos, etc.

    La utilización en amplia escala de la coope-ración en la lucha por la transformación socia-lista de los pequeños propietarios se vio facili-tada por cuanto en el país existían viejas y ri-cas tradiciones cooperativistas. Ya antes de lavictoria de la revolución socialista, las coope-rativas [sobre todo las de consumo] estaban muydifundidas en Bulgaria. Los campesinos y lapequeña burguesía urbana veían en ellas un me-dio para defender sus intereses fren te al grancapital. El Partido siempre prestó un gran apo-yo al movimiento cooperativista y luchó contrala ofensiva del capital y sus propósitos de supeditar las organizaciones cooperativistas a los in-tereses de los grandes capitalistas. Al conver-tirse en partido gobernante, el PCB, apoyándoseen estas tradiciones, pudo utilizar al máximolas posibilidades de la cooperación en interés deldesarrollo progresivo de la sociedad. Y al pro-ceder así se rigió por la tesis de Lenin de queel contenido social de la cooperación se deter-mina por las relaciones económicas imperantesen el país. Nuestro Partido, que se daba per-fecta cuenta de que la cooperación no podíacambiar automáticamente de carácter, luchócontra las tendencias mercantilistas y explotadoras de determinadas organizaciones cooperativistas, tendencias heredadas del capitalismo,y desarrolló y af irmó el contenido socialista delmovimiento cooperativo.

    Así, pues, llevando a cabo una lucha conse-cuente, basada en los principios del marxismo-leninismo y en la experiencia soviética y tenien-do en cuenta las condiciones concretas del país,el Partido Comunista Búlgaro logró modif icarradicalmente la estructura social y de clase denuestra sociedad.

    El soci alismo tri unfantey las clases

    Como resultado del triunfo del socialismo, la srelaciones sociales y de clase adq uirie ron enBulgaria un nuevo carácter. Desapareció parasiempre la clase capitalista. Se ha t ransformadola numerosa pequeña burguesía de la ciudad ydel campo. Ha sido superada la dispersión so-cio-económica de los camp esinos. Estos for m ancon la clase obrera, las dos clases fundamenta-les de nuestra sociedad. La alianza de los obre-ros y los campesinos ha adquirido