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EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 1
217
TEMOR Y ESPERANZA ¿CUÁL ES NUESTRA
ACTITUD? Editorial
LA DEFENSA MORAL DE LA LIBERTAD
ECONÓMICASamuel Gregg
LA INVERSIÓN SOCIAL PRIVADA DE
LA SOCIEDAD CIVIL Y DE LAS EMPRESAS
Ludovico Videla
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PRESA
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EMPRESAOtoño 2015
SUMARIO 2 Editorial Temor y esperanza ¿Cuál es nuestra “actitud”? 6 Reportajes El desafío de ser “Luz del mundo
y sal de la tierra” Jorge Mejía 12 Empresa El futuro del management Ernesto Gore 16 Sociedad La Inversión social privada
de la sociedad civil y de las empresas Ludovico Videla 20 Opinión Responsabilidad ética Guillermo Ceballos Serra 22 Doctrina La aventura del siglo XXI El anuncio del Evangelio en la economía Alejandro Preusche 26 Empresa La Empresa B Una tendencia que ya hizo
pie en la Argentina Fernanda Mierez, Soledad Noel,
Carolina Gherghi y Constanza Connolly 28 Doctrina Cristianismo, libertad
y espíritu emprendedor Mario Silar 30 Doctrina “La defensa moral de la libertad económica
debe ser fortalecida y profundizada” Samuel Gregg 34 Management Vivir la vida con sentido Marcelo Vázquez Avila 36 Campo Biotecnología, una herramienta estratégica María Beatriz Giraudo 42 Reflexión Más negociación y menos “negociados”
en la política de nuestro país Tomás Donovan 45 Testimonio Bajo Fuego Roberto Moldes 51 Reflexiones El Sabor del Saber Gerardo Carchio 52 Testimonio El amor a nuestros hermanos Enrique Shaw
EMPRESA
Tarifa ReducidaConcesión Nº 1453
Franqueo PagadoConcesión Nº 1277
Número 217Marzo / Mayo 2015
Publicación de ACDE Buenos AiresAsociación Cristiana de Dirigentes de Empresa
Afiliada a la Federación ACDEUNIAPAC de Argentina
DirectorEduardo Aceiro
Consejo de RedacciónCelso Enrique Arabetti
Gabriel AramouniCarlos E. Barrio y Lipperheide
Pablo BevilacquaCarlos Garaventa
Héctor Mario Rodríguez Mariela Gallotti
Consejo EditorialAdolfo AbláticoLuis M. Bameule
Enrique Del CarrilHoracio Diez
Gabriel Mayor
EditorEduardo Otsubo
Asistente de DirecciónHernán Alberro
IlustracionesLucas Meszaros
Premio Santa Clara de Asís 2002
Los artículos reflejan el punto de vista del autor y no necesariamente
el de ACDE
Registro Propiedad Intelectual: 5176567
Precio del ejemplar: $40.- (S/envío postal)
Suscripción por 4 números(cuatro números, incluye envío postal) Buenos Aires, Interior: $ 150.- Países Limítrofes: U$S 60.- Resto de América: U$S 70.- Europa: U$S 80.- Suscripción estudiantes: $ 80.- Suscripción donación: $ 300.-
Publicación propiedad de ACDE Buenos Aires
Bolívar 425 - (C1066AAI) Buenos Aires
República ArgentinaTel./Fax: (54 11) 4331-0251
E-mail: [email protected]
E d i t o r i a l
Página 2 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
Temor y esperanza¿Cuál es nuestra “actitud”?
“Jesucristo, Señor de la Historia, te necesitamos.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda”.
(Oración de la Conferencia Episcopal Argentina).
Los acontecimientos que estamos viviendo nos producen temor. Ya nos hemos referido, en un editorial anterior, a este sentimiento tan contradictorio que puede derivar en el miedo paralizante o, por el contrario, en la esperanza activa y constructiva.
Un hecho que llena de estupor a la ciudadanía fue la aparición, sin vida, del cuerpo del Fiscal Nisman unas horas antes de su cita en el Congreso para explicar su denun-cia contra la Presidenta de la Nación, el Canciller y otros dirigentes políticos afines al Gobierno. De alguna forma, este hecho es la confirmación de un proceso marcado por circunstancias graves que nos recuerdan épocas nefastas de nuestro pasado: la inflación galopante, la inseguridad, la inoperancia de las instituciones republicanas y el auge del narcotráfico, que nos refleja trágicamente en otras sociedades destruidas por ese flagelo.
Sin embargo, el mayor temor surge del enfrentamiento provocado entre “ellos” y “noso-tros”, pronombres plurales que se utilizan para indicar al enemigo en forma genérica, sin identificaciones claras; procedimiento propio de los autoritarismos populistas que se tra-duce en descalificaciones, persecuciones y ostracismos injustos. La historia demuestra que un sistema basado en el terror paraliza y tienta a la inacción por cobardía, para “pasar des-apercibido”. Con el silencio se busca transar con lo “políticamente correcto” para evitar la venganza que, en el campo empresario, implica la condena a la paralización impuesta por un Estado intervencionista, dueño absoluto de instrumentos regulatorios inconstituciona-les o, directamente del atropello y la arbitrariedad.
Frente a este temible panorama, los cristianos tenemos la vir tud de la Esperanza, que no es una entelequia ni conformismo ingenuo. Por el contrario, es la conciencia clara de contar con la promesa “que no defrauda” para construir un mundo mejor alcan-zable, sustentado en valores evangélicos. Ante la tentación maniquea del “ellos” y del “nosotros” -de la cual hoy nos consideramos víctimas pero en la que fácilmente po-demos pasar a ser victimarios-, Cristo nos enseña, en la Parábola del trigo y la cizaña (Mt. 13, 24-52), que respetemos a quienes piensan diferente y que no nos considere-mos los “puros” dueños de la verdad. Es a Él a quien le toca separar el “trigo” de la “cizaña”. Sepamos también reconocer las buenas ideas y realizaciones de ocasionales adversarios. Construyamos sobre lo hecho, y no esperando crear un “nuevo ciclo” o
E d i t o r i a l
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 3
refundar una “nueva Argentina”, sin perjuicio de trabajar para corregir errores y supe-rar nuestros atávicos defectos.
A la tentación del fanatismo que privilegia la acción rápida, sin límites, para obtener resul-tados que se creen loables, Cristo opone su respuesta a los fariseos: “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” (Mc. 12:17). Allí nos indica el camino del respeto a la ley; el afianzamiento de las instituciones; la construcción de una, siempre falible, Justicia humana, basada en la independencia de jueces honestos capaces de pronunciar la “última palabra” en la interpretación de la Constitución y las leyes.
En 1983 los argentinos decidimos embarcarnos en la democracia y abandonar las sistemá-ticas interrupciones signadas por gobiernos “de facto” que, en diferentes épocas históricas, fueron llamados por todas las expresiones ideológicas o políticas. Pero nos falta superar el caudillismo y el desprecio por la Constitución y las leyes. Nos falta afianzar el sistema re-publicano basado en el mutuo control de los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Esos son los valores que deben guiar nuestra acción. No basta que los añoremos en aná-lisis acertados, ni que los prediquemos insistentemente entre nuestros amigos y extraños. Los diagnósticos y la prédica son necesarios, pero no suficientes. Se requieren actitudes colectivas y personales, de cada uno y de nuestras organizaciones, tendientes a lograr
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esos objetivos. En definitiva: “hacer Política” con mayúscula que, sin descartar la adhesión personal a partidos o sectores ideológicos que nos representan, implica encarar acciones concretas de compromiso en nuestros ambientes.
ACDE es fundamentalmente una “Asociación”; o sea, un lugar donde los dirigentes empresarios nos reunimos, en el diálogo y respeto por nuestras diferencias, para impulsar, en Argentina y en la Iglesia misma, cambios de actitudes que lleven a desa-rrollar un ambiente propicio para la empresa privada. Porque estamos firmemente convencidos que “emprender” es vocación de servicio a los demás y es la llave para combatir la pobreza y la exclusión.
Estamos en un año electoral. Desde 1983 hemos votado en muchas ocasiones pero no se han remediado nuestros tradicionales defectos. Algunos se han agravado. Ello demuestra que es necesario algo más que ser conscientes del voto para elegir a aquellos que nos inspiran confianza y para castigar a quienes han hecho de la mentira un hábito. Debemos cambiar el típico conformismo o desilusión luego del acto electoral. Nuestra actitud cons-tante de “emprender” y arriesgar, aun en la adversidad, debe llevarnos a una insistente y continua preocupación por instaurar la República. Sin mesianismos ni revoluciones, sim-plemente con nuestra voz, nuestra acción cotidiana y la dedicación a la cosa pública del, quizás, poco tiempo que nos deja el trabajo y la familia. ACDE es una noble herramienta que convoca a todos sus socios a la acción. El escaso tiempo de cada uno, se suple con el aporte del otro y el trabajo en equipo.
“Varones galileos no os quedéis mirando al cielo” (Hechos 1:11), le dijo el Ángel a los apóstoles en oportunidad de la Ascensión, y ellos salieron a predicar la Buena Nueva por el mundo. La Esperanza no es estática sino todo lo contrario. Su dinamismo nos impone cambiar la queja y el conformismo por la Acción. Esta es la ‘actitud’ que nos impone este año, especialmente a los dirigentes de empresa cristianos y ciudadanos responsables. “Existir es insistir”, nos recuerda el sabio filósofo Santiago Kovadloff. Seamos constructores de “sentido” para nuestros hijos, para los que están tan mal, para nosotros.
Así, frente al temor, con esperanza, conscientes del deber, no dejemos de preguntarnos: ¿Y yo, qué hago?
Página 6 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
R e p o r t a j e s
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El desafío de ser “Luz del mundo y sal de la tierra”“La gran responsabilidad del cristiano es hacer entrar la esperanza como pueda por esa capa de impenetrabilidad tan gruesa que pueden tener el hombre y la sociedad. En esto seremos luz y sal de la tierra. Y recordemos que cuando no se ve ninguna solución obra la esperanza, porque los motivos están a otro nivel, que es el nivel del hombre profundo y de la fe”.
Recordamos en esta edición las palabras de Monseñor Jorge Mejía, durante la entrevista que concediera a nuestra revista durante una de sus visitas a la Argentina.
El 9 de diciembre pasado llegó la noticia de su partida. A pesar de sus responsabilidades en la Curia Romana, Mejía siempre fue una persona muy cercana a ACDE. Fue él mismo quien nos animó a postular a Enrique Shaw como modelo de empresario santo.
En esta edición transcribimos parte del reportaje realizado.
Jorge Mejía
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Fue allá por noviembre del año 1999 cuan-do acordamos el encuentro. De paso por Buenos Aires -en una de sus contadas visitas desde Roma- su hermano lo alojaba en su apacible casa de zona norte. Y allí iniciamos el diálogo para EMPRESA.
Mejía fue un hombre sumamente cono-cedor de la organización eclesiástica en el Vaticano. Y me lo hizo saber al instan-te, cuando en pocos minutos me contó acerca de la dinámica de la Curia Roma-na. Desde el año 1986 había sido nom-brado Arzobispo titular de Apolonia. Y hasta su jubilación se desempeñó como Archivista y Bibliotecario de la Santa Iglesia Católica.
La cercanía del fin de la década obligaba en aquel tiempo a una revisión de las asignaturas pendientes. Mons. Mejía fue muy claro: “Como cristianos estamos llamados a trabajar en la tarea de res-ponder de manera solidaria y eficiente a estas demandas y a ser luz del mundo y sal de la tierra.
Su mirada era esperanzadora “No hay apo-calipsis inminente, sino que siempre existe la posibilidad, la realidad y la exigencia de un nuevo camino”, enfatizaba.
Un optimismo contagioso que lo llevó a invitar a ACDE a iniciar formalmente en el Vaticano el proceso de canonización de Enrique Shaw como primer santo empre-sario (ver recuadro).
En 2013 Jorge Mejía tuvo una descom-pensación cardíaca que lo obligó a una internación en la clínica romana Pío XI. Recuerdo hoy la sorpresiva presencia del recién electo Papa Francisco para visitar a su amigo. Un año después, en los inicios del mes de diciembre, nos llega la noticia de su par tida.
En esta edición, y a manera de homena-je, compartimos par te de la entrevista realizada.
¿Cuáles son, a su criterio, aquellas asignatu-ras pendientes que nos deja este tiempo?
Jorge: - Son muchas, pero señalaría tres
esenciales: una, la más general, está referi-
da a la globalización. Es primordial enten-
der cómo se lleva adelante, y de qué mane-
ra se tiene en cuenta, el predominio de la
política sobre la economía –y no a la inver-
sa- y fomentar la igualdad de las naciones,
para que no existan naciones globalizantes
y naciones globalizadas.
La segunda asignatura pendiente, más con-
creta pero muy seria, es la referida al desem-
pleo. Una problemática que existe en todo
el mundo. La falta de trabajo no tiene una
solución inmediata, crece día a día y llega a
gente más joven; pero aun así hay que ex-
hortar, a los responsables políticos y econó-
micos, a encontrar vías de solución.
La tercera asignatura pendiente que remar-
caría se focaliza en el tema de la misión de
los hombres, en el hacia dónde vamos y qué
es lo que queremos lograr. Estamos inmer-
sos en una gran desorientación y esta rea-
lidad trae aparejada, entre otras cosas, una
preocupación apocalíptica por lo que viene.
R e p o r t a j e s
Mejía: “Aceptar con alegría la iniciativa de
nuestro Padres nos acerca al desafío más importante de nuestra
vida: ser imagen de Cristo”.
Página 8 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
¿Cómo hacernos fuertes frente a esta visión?
- Estando muy convencidos de los valores a
los cuales adherimos. Esta actitud implica
entender que la vida -la propia y la ajena-
es un valor, en todas las etapas y estadios.
Implica también estar convencidos de que
los derechos son fundamentales y que
nuestro deber es promoverlos en todas las
medidas y en toda la escala, no unos a ex-
pensas de otros ni de manera desigual.
Al mismo tiempo debemos reconocer que
los derechos no tienen sentido sin los de-
beres. Newman aportaba al respecto una
definición sumamente interesante: los dere-
chos son los instrumentos para cumplir con
los deberes.
¿Cuál es el mensaje de esperanza que brin-da la Iglesia?
- En primer lugar, di-
ciendo que las cosas
no se acaban, que
no se trata de un
apocalipsis inminen-
te sino que siempre
existe la posibilidad,
la realidad y la exi-
gencia de un nuevo
comienzo. Para esto
está el jubileo, que
plantea el empezar
de nuevo, desde la
conversión de cada
uno, porque la mise-
ricordia de Dios no se queda esperando sino
que viene al encuentro de la gente.
Otro motivo y contenido de esperanza es
la actitud ante los tremendos problemas
cuya solución no se ve siempre en el plano
de lo técnico; como, por ejemplo, el fracaso
del modelo estabilidad más crecimiento
económico, que recién mencionábamos. No
consiste en decir otra clave, sino en plan-
tear que los problemas humanos tienen
solución y que tenemos que luchar para
encontrarla.
La base de todo el mensaje de esperanza es
que el misterio de Dios en Jesucristo opera
en la historia y la conduce de un modo que
no somos capaces de prever, pero con la cer-
teza de que está, y eso obra a nivel de la fe.
La Iglesia hace un llamado muy fuerte a la solidaridad para este nuevo tiempo
- En Sollicitudo rei socialis se presenta a la
solidaridad como una virtud, y no solamen-
te como un acto o una serie de actos, sino
como algo constitutivo y permanente de
una persona y que, en el plano social, se
traduce del mismo modo en actos, en gestos
y en orientaciones sociales.
El gran desafío de la solidaridad es que no
sea posible la coexistencia de una sociedad
mundial y una local desiguales. Eso destru-
ye el tejido social y debe superarse, no sola-
mente porque es el segundo mandamiento
de la ley de Dios sino porque es la condición
de existencia misma de una sociedad. Los
hechos de violencia a los que asistimos co-
tidianamente hablan de una sociedad rota;
una realidad que no podemos admitir.
Hablamos de una Iglesia evangelizadora y universal en su mensaje al mundo. ¿Cuál debe ser el perfil del pastor para este nuevo tiempo?
- Hace unos días recordaba justamente la
vida de San Gregorio Magno. Podría afirmar
que el perfil de pastor debe asemejarse a él.
Gregorio era un monje benedictino y en
su momento aceptó que el Papa lo enviara
como emisario a Constantinopla. En un
tiempo de lucha de poderes con un Imperio
Bizantino que tendía a dominar Italia, Gre-
gorio dejó su monasterio para ocuparse de
esta tarea. Luego fue elegido Papa, aceptó
esta responsabilidad que alteraba una vez
más su vida monástica y tuvo que enfren-
tarse a los bizantinos por un lado y a los
R e p o r t a j e s
Los derechos no tienen sentido sin
los deberes. Newman aportaba al
respecto una definición sumamente
interesante: los derechos son los
instrumentos para cumplir con los
deberes.
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bárbaros por otro. Pero en lugar de “llorar
sobre las ruinas” buscó soluciones.
Este perfil de pastor significa que se debe
mirar ante todo las exigencias del Reino de
Dios, que apuntan a que cada uno pueda
responder a lo que el Padre quiere.
¿Cuál es el camino que debe recorrer el cristiano? ¿Cómo ser esa luz del mundo y sal de la tierra que habla el Evangelio?
La misión del cristiano es muy difícil y sim-
ple a la vez: ser “imagen” de Jesucristo.
• Que cada uno, a su modo, sea fiel a la ini-
ciativa divina.
• Que proclame lo que hay que proclamar
contra viento y marea.
• Que tenga muy presentes las miserias hu-
manas, que son espirituales y materiales,
como lo hizo Jesucristo. La gente iba a
pedirle perdón; a los que estaban enfer-
mos, los curaba; llegó hasta a devolver la
vida. Nosotros, los cristianos, no podemos
actuar los milagros de Jesús. No obstante,
se hará lo que nuestros pobres medios
nos permitan. Por eso el juicio al cristiano
estará basado, por supuesto, en si amó
hasta el fin; pero también en si dio de co-
mer al hambriento y de beber al sediento,
como puede leerse en Mateo 25.
El camino del cristiano es un camino de
cruz; cómo se realiza, depende de la situa-
ción concreta de cada uno; de lo que Dios,
que toma la iniciativa, le ayuda a hacer y
de la respuesta que es capaz de dar. Pero lo
cierto es que el camino del cristiano no es
un camino fácil ni conocido y está marcado
por el sufrimiento.
La gran responsabilidad del cristiano es ha-
cer entrar la esperanza, como él pueda, por
esa capa de impenetrabilidad tan gruesa
que pueden tener el hombre y la sociedad.
En esto seremos luz y sal de la tierra. Y
recordemos que cuando no se ve ninguna
solución, obra la esperanza, porque los mo-
tivos están a otro nivel, que es el nivel del
hombre profundo y de la fe.
¿Y el camino del hombre de empresa cris-tiano?
- Es el llamado a la santidad en el trabajo.
El trabajo es la manera humana que po-
seemos para realizarnos pero, además, el
trabajo tiene también una dimensión de
cruz porque tiene un aspecto de dificultad
intrínseca, ya sea porque cuesta seguirlo
todos los días con un ritmo y un horario,
sufrir lo que pasa allí, luego regresar y estar
TestimonioCARDENAL JORGE MEJÍATodos los hombres del pueblo de Dios, el 9 de diciembre de 2014,
sentimos profundamente la partida a la casa del Padre de ese gran
sacerdote que fue Jorge Mejía.
Su intensa vida religiosa, tanto en nuestro país como en la Santa
Sede, lo tuvo como protagonista de los grandes acontecimientos que
transcurrieran en el siglo XX, como en los pocos años vividos en este
nuevo siglo.
Siempre se mantuvo estrechamente ligado a ACDE, su amistad con
Enrique Shaw hizo que la misma se prolongara, pese a la temprana
muerte de Enrique.
Es sus frecuentes viajes a Buenos Aires, no dejaba de estar en contacto
con nosotros, los hombres de ACDE.
Siendo Director Ejecutivo de ACDE, me tocó organizar el Foro Almuerzo
del 12 de setiembre de 1996, en el que Mons. Jorge Mejía nos habló
acerca de “El desafío del empresario cristiano en el tercer milenio”.
En medio de su magnífica exposición, algo sorprendió a todos.
Hizo pública la invitación a que ACDE promoviera la causa para la
canonización de Enrique.
Nos dijo, dirigiéndose a Cecilia: “Aquí está su esposa quien por muy
pocos años compartió ese camino de santidad de Enrique, sé que algún
día tendremos un empresario santo”.
Agradezco a Dios que me tocara vivir y participar de ese momento casi
profético.
Recemos y pidamos al Señor para que así sea.
Celso Enrique Arabetti
Página 10 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
R e p o r t a j e s
bien en el hogar, en el que otros miembros
-el cónyuge, por ejemplo- también trabajan.
Incluso el tiempo de la jubilación, el de des-
pués del trabajo, es un elemento que crea
problemas, por no saber qué hacer con él.
El trabajo se ha convertido en una parte tan
importante de la vida que nos hace pensar
que terminó ocupando demasiado lugar.
Hay una dimensión de la persona que no
se satisface y es la misma dimensión que
debiera florecer tanto cuando trabaja como
cuando no.
El dirigente tiene una responsabilidad inelu-dible con el capital social de la empresa: su gente
- Hay una responsabilidad directa, ya que
del dirigente de empresa depende mucha
gente. La responsabilidad por este capital
social significa que uno considera a esos
empleados como personas de la cuales hay
que ocuparse.
Existe una relación que va mucho más allá
de la relación laboral. Si bien no hay que
convertir a la empresa en un ámbito de
beneficencia, los documentos pontificios
apuntan a afirmar que la empresa es una
comunidad de personas, no solamente un
lugar donde uno dirige y otros ejecutan.
¿Cuál es la presencia de María?
María es el modelo de todo cristiano, porque
encarna la persona más notable en cuanto
a su respuesta a la iniciativa divina. Ella es
Inmaculada antes de iniciar su vida terres-
tre; nosotros también somos pensados por
Dios, no preservados del pecado original,
pero si seguramente de muchos pecados
durante nuestra vida. María es el modelo de
lo que un cristiano debe siempre mirar: la
iniciativa de Dios, para responder a ella.
Finalmente, ¿qué experiencia ha recogido de su vida sacerdotal?
- Yo he tratado siempre de ser fiel y he estado
muy contento con lo que hacía. Un sacerdote
alguna vez me dijo: “No entiendo si a vos te
han dado siempre cosas que te gustan, o lo
que te dan a hacer te gusta”. Hacer las cosas
con alegría y con simpleza es el consejo que
siempre comparto con los más jóvenes. Acep-
tar con alegría la iniciativa de nuestro Padres
nos acerca al desafío más importante de
nuestra vida: ser imagen de Cristo.
Eduardo Otsubo
Mejía: “La base de todo el mensaje de esperanza
es que el misterio de Dios en Jesucristo opera en la historia y la conduce de un modo que no somos capaces de prever, pero
con la certeza de que está, y eso obra a nivel
de la fe”.
Página 12 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
E m p r e s aE m p r e s a
No hay caso. Cuantos más años cumplo,
más frecuente es que me pidan que escriba
sobre el futuro; en este caso, sobre el futuro
del management.
Yo, que no logro descifrar el presente, por
no hablar del pasado, al intentar escribir so-
bre el futuro me acuerdo de Keynes comen-
tando que aunque nos preparamos para
enfrentar lo inevitable, lo que sucede es lo
inesperado.
Es entonces cuando me resigno a no pro-
nosticar y comienzo a pensar, ¿cómo ha-
cemos para prepararnos para enfrentar lo
inesperado? ¿Qué significa el management
en una época en la que lo que sucede es lo
que no hemos podido prever?
La función del management es ayudar a construir sentido
Hubo una época en que el management
consistía en decirle a la gente lo que debía
hacer. Esto tenía que ver con un mundo en
donde la producción era mucho más com-
pleja que la venta y las empresas eran “fá-
bricas” cuyo desafío era hacer bien y barato
aquello que ya sabían cómo hacer.
La imagen taylorista de organizaciones pira-
midales con empleados a los que no se les
pagaba para que pensaran sino para que hi-
cieran, organizaciones cuya forma surgía de
un diseño técnico y cuyo motor era la obe-
diencia, era congruente con ese contexto.
Decirle a la gente qué es lo que debe hacer,
cómo debe hacerlo y cuándo debe hacerlo
es cada vez más difícil en las organizacio-
nes contemporáneas. Hay dos grandes razo-
nes para que esto sea así. En algunos casos,
porque la gente a nuestro cargo suele saber
más que nosotros y, en muchos otros, por-
que pocas veces sabemos de antemano qué
es lo que hay que hacer.
Generar bienes o servicios en un mundo hi-
percompetitivo exige grados muy elevados
de especialización y, consecuentemente,
de integración. Eso obliga a que la función
de supervisión esté centrada en lograr la
arquitectura de grupos que por su especia-
lización tenderían a dispersarse. Reunir dis-
tintas prácticas para enfrentar problemas
El futuro del managementPara el autor, la configuración de organizaciones complejas, impulsadas por gente relativamente autónoma, lleva necesariamente a la visión de un management que, más que decirle a la gente qué debe hacer, le ayude a entender el contexto y los elementos críticos que es necesario enfrentar.
“Aunque hablamos mucho de estrategia, las crisis organizativas que suelo ver, y no sólo en empresas, no son crisis de estrategia, son crisis de sentido”, afirma.
Consciente de que la primera función del management es ayudar a construir sentido, y que el sentido se construye acercando las distintas prácticas que pueblan la organización, Gore nos invita a replantear muchos de los principios básicos del management, profundizando, en este artículo, en dos: la estrategia y el liderazgo.
Ernesto Gore
Ernesto Gore es profesional y académico dedicado al desarrollo de las organizaciones. Actúa como consultor, docente e investigador. Es profesor en la Universidad de San Andrés desde su fundación. Ha desempeñado funciones directivas en la universidad y en empresas. Su último libro es El próximo management, acción, práctica y aprendizaje, publicado por Granica en 2012.
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 13
nuevos genera conocimientos tan recientes
para la gente como para el supervisor. Obli-
ga a un estilo de management más centrado
en construir sentido en forma conjunta que
en dar órdenes.
Es importante retener esta idea: la primera
función del management es ayudar a cons-
truir sentido, y el sentido se construye acer-
cando las distintas prácticas que pueblan la
organización.
Aunque hablamos mucho de estrategia, las
crisis organizativas que suelo ver, y no sólo
en empresas, no son crisis de estrategia,
son crisis de sentido. Esto obliga a replan-
tear muchos de los principios básicos del
management. Solamente como muestra, nos
centraremos aquí en dos de ellos: el de es-
trategia misma y el de liderazgo.
Replanteando el concepto de estrategia
La estrategia suele ser descripta como una
definición de los objetivos a largo plazo de
la organización, de tal manera que permi-
ta elegir los cursos de acción y la mejor
adjudicación de recursos para lograr esos
objetivos.
Se suele entender que la estrategia surge
de una elaboración racional, hecha en un
punto central de la organización, y que su
función es alentar a hacer ciertas cosas y
desalentar otras, buscando los mejores ca-
minos. Aunque todo esto es inobjetable, hay
muchas dudas de que la estrategia siempre
surja del ápice de la organización, disociada
de la ejecución, y también sobre en qué me-
dida condicionará la acción de la gente. Esto
último en dos sentidos: si efectivamente la
condiciona y si, sobre todo, frente a lo ines-
perado, una estrategia muy rígida no devie-
ne más en una atadura que en una ayuda.
Por otra parte, está el riesgo de que la nece-
sidad de orientarse rápidamente hacia los
mejores cursos de acción se convierta en
una búsqueda de eficiencia operativa, que
es justamente lo que la estrategia no debie-
ra ser. Aunque la eficiencia es importante,
una estrategia exige mantener la atención
en la necesidad de ejecutar aquello que sea
prioritario: hacer lo que se debe hacer, aun-
que sea de modo imperfecto, más que en
hacer espléndidamente lo que no suma.
Hay una historia, que cuenta Karl Weick,
que permite enfocar esta cuestión de la
estrategia desde otra mirada. Se refiere
a un grupo de soldados quienes, en unos
ejercicios, se perdieron en los Alpes. Como
oscurecía y se acercaba una tormenta, la
situación era peligrosa. Muy preocupados,
comenzaron a buscar qué podían tener en
sus mochilas y uno de ellos encontró un
mapa. Con las linternas consiguieron ilumi-
nar bien la hoja, intentaron ubicar dónde
estaban e infirieron un posible camino. Así,
llegaron hasta un refugio y, al día siguiente,
con la claridad, a la base. Una vez en ella,
tranquilos y recuperados, volvieron a mirar
su mapa y descubrieron que no era de los
Alpes sino de los Pirineos.
Es probable que la gran diferencia entre
la realidad cotidiana y esta historia esté
en que hoy el gerente ya sabe que usa un
mapa que no sirve.
E m p r e s aE m p r e s a
Gore: “Hace falta mirar nuevamente la organización que nos
rodea y volver a ver lo que tantas veces hemos
visto, pero desde otro lugar: desde la lógica del explorador que, aunque
no sepa lo que busca, sabe cuándo lo ha
encontrado”.
Página 14 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
También sabe que, una vez que el mapa lo
ayude a ponerse en movimiento, junto con
su gente, va a ir encontrando el camino. Al-
guien le hizo notar a Weick que era de gran
ayuda que el mapa fuese de una cadena
montañosa y no de Disneylandia, por ejem-
plo. Lo cual es cierto y es importante. El
mapa facilita pautas muy generales y una
intención, lo que no es poco. Lo que el mapa
no puede crear es decirle a la gente qué
debe hacer en cada momento y cuáles son
los pasos adecuados para cada situación,
porque eso requiere respuestas adaptativas
casi imposibles de prever.
Los mapas, como
las estrategias y los
planes, animan y
orientan a la gente;
pero una vez que la
gente comienza a ac-
tuar genera nuevos
hechos, adecuados
al contexto real que
enfrenta, que ayu-
dan a entender qué
es lo que ocurre, qué
es lo que necesita
ser explicado y cómo
seguir adelante. La
estrategia gana car-
nadura cuando es
parte de una opera-
ción inteligente.
Todo jefe hoy en día sabe demasiado bien
que el mapa no es suficiente para llegar.
En el breve relato de los soldados, el mapa
refuerza la intención de llegar, marca un
rumbo general e impulsa a la acción colec-
tiva con un sentido de búsqueda: “Volver a
la base”. El resto depende de la calidad de la
operación.
No debiera entenderse, a partir de esto, que
creemos que es posible orientar una orga-
nización sin una idea general o sin planes.
En la práctica, una estrategia es una teoría
sobre qué ha hecho exitosa a la organiza-
ción y qué la hará exitosa en el futuro. Si
tratamos a la estrategia como una teoría o,
mejor aún como una hipótesis, la estaremos
sometiendo a prueba frecuente con la reali-
dad, y eso es bueno.
El liderazgo y la autoridad
Además está el problema del liderazgo. Es
usual que me encuentre con organizaciones
que dicen tener una “crisis de liderazgo”.
Cuando comenzamos a revisar lo que su-
cede, lo que se suele encontrar no es una
crisis de liderazgo. El liderazgo está sano y
rozagante, la que está en crisis es la auto-
ridad que resulta incapaz de canalizarlo.
Dicho de otra manera: los que mandan no
logran coordinar reglas de juego claras y,
por miedo a perder control, tienden a ver
las iniciativas de la gente solamente como
transgresiones, nunca como posibilidades.
El liderazgo no es una posición, ni un es-
tatus ni un cargo. Ninguna organización
puede nombrar líderes, solamente puede
nombrar jefes, gerentes, directores o como
quiera llamarlos, pero los líderes no surgen
a dedo, son emergentes.
Tampoco es una tarea fija, alguien puede
-aun sin autoridad- liderar algo en cierto
momento, tomar iniciativa y marcar un cur-
so de acción, que se extinguirá cuando la
circunstancia cambie.
Debemos acostumbrarnos a dejar de pensar
el liderazgo como la confluencia perma-
nente en ciertos vértices (que coinciden con
el organigrama) para verlo más como una
constelación de respuestas improvisadas e
imprevistas a los problemas que surgen.
Si prestamos atención, veremos en la organi-
zación el liderazgo distribuido: una cantidad
inesperada de líderes momentáneos, que
aparecen y desaparecen, como luciérnagas
en la noche, solucionando cosas que nadie
había pensado que iban a ocurrir ni que ellos
iban a enmendar. Algunas pocas de esas
respuestas espontáneas resultan exitosas,
Debemos acostumbrarnos a dejar
de pensar el liderazgo como la
confluencia permanente en ciertos
vértices (que coinciden con el
organigrama), para verlo más como
una constelación de respuestas
improvisadas e imprevistas a los
problemas que surgen.
E m p r e s aE m p r e s a
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 15
se afincan, y se convierten en líneas de tra-
bajo y, en algún momento, son instituidas y
pasan a ser una estrategia. Como la mayor
parte de los intentos son eliminados por no
ser adecuados o por mudanzas del contexto,
la organización necesita mucha iniciativa
y muchos destellos de liderazgo para poder
enfrentar las circunstancias.
El problema del liderazgo no es si existe o
no, siempre existe. El problema es que la
autoridad haga lo que debe hacer: guiar,
contener y fijar reglas de juego claras. Si te-
nemos gente bien formada y con una edu-
cación generalista, y si la organización guía,
contiene y fijas reglas de juego claras, el
liderazgo aparecerá y rotará todo el tiempo,
a veces encarnado en quienes tienen auto-
ridad y a veces en quienes no la tienen. El
problema es conseguir que las autoridades
no teman al liderazgo, porque suelen ma-
tarlo; y ese es el problema.
Un management para la comprensión
Esta configuración de organizaciones com-
plejas, impulsadas por gente relativamente
autónoma, lleva necesariamente a la visión
de un management que, más que decirle a la
gente qué debe hacer, le ayude a entender
el contexto y los elementos críticos que es
necesario enfrentar.
Parafraseando a Mintzberg, la inteligencia
del estratega puede no consistir solamen-
te en anticiparse a todo, también puede
consistir en entender cuándo no es posible
predecir lo que el futuro nos traerá y saber
cómo comenzar, decidiendo y avanzando en
la medida de lo necesario.
Nadie sabe tanto de antemano como para
no necesitar aprender en el camino, nadie
sale a caminar sin tener una idea remota de
adónde quiere ir.
La función del management es ayudar a la
gente a entender la organización, a com-
prender la complejidad y a manejarse en
ella. De la misma manera en que David
Perkins definió el aprendizaje de nuestra
época, el aprendizaje pleno, como un apren-
dizaje para la comprensión, el próximo
management es un management para la com-
prensión.
Hace falta mirar nuevamente la organi-
zación que nos rodea y volver a ver lo que
tantas veces hemos visto, pero desde otro
lugar: desde la lógica del explorador que,
aunque no sepa lo que busca, sabe cuándo
lo ha encontrado.
E m p r e s aE m p r e s a
Reunir distintas prácticas para enfrentar
problemas nuevos genera conocimientos tan recientes para la gente como para el
supervisor. Obliga a un estilo de management
más centrado en construir sentido en forma conjunta
que en dar órdenes.
Página 16 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
E m p r e s aS o c i e d a d
La Inversión social privada de la sociedad civil y de las empresas“Como sociedad deberíamos tratar de mutar el modelo clientelista actual a un modelo de inversión social moderno, transparente, eficiente y personalista. La ayuda debe servir para elevar a las personas y dotarlas de herramientas para superarse”, señala Ludovico Videla.
El autor subraya el valor de la Inversión Social Privada (ISP), calificándola como más flexible, cualitativa y eficiente que la pública; rescata a las empresas, como los mejores agentes de colaboración en el campo de las acciones de inversión social, y promueve una serie de medidas legislativas, impositivas y de gestión que permitan fortalecer esta inversión y su alcance hacia quienes más lo necesitan.
La inversión social privada
Nunca es suficiente volver a destacar lo im-
portante que es la Inversión Social Privada
(ISP). Concretar la ISP significa volcar recur-
sos privados a objetivos de bien común. La
educación, la salud, la cultura, los valores
democráticos, sociales y religiosos se ven
favorecidos por estas acciones que realizan
diferentes instituciones, como las empresas,
las fundaciones y las asociaciones civiles.
A diferencia del Estado, cuya respuesta a las
demandas sociales está siempre dentro de
la lógica de su propia organización y su pro-
pia cultura, es decir burocrática, genérica y
material, la inversión privada es más flexi-
ble, cualitativa y eficiente.
Warren Buffet decía que es más fácil ganar
dinero que donarlo con eficacia. Esto es la
principal preocupación de las instituciones
privadas, porque los recursos son escasos y
se sustraen a la producción o al consumo,
para ayudar a los demás. Hay un evidente
costo de oportunidad, y una vinculación di-
recta entre el recurso y su aplicación.
En el Estado, al menos en la experiencia
argentina, es complicado evaluar resultados
de las acciones sociales y las oficinas de
recaudación no se sienten comprometidas
con el destino del gasto y su rendimiento.
“Es un problema del Parlamento”, dicen los
secretarios de ingresos públicos.
En el sector de la sociedad civil, hay más
flexibilidad para captar las diferencias cua-
litativas en los problemas sociales que en
las agencias estatales. Por ejemplo, lograr
la elevación y la autoestima personal es
muchas veces la condición necesaria para
salir de la pobreza y la exclusión. Esto no
se resuelve con un Plan o regalando una
vivienda, requiere un modo de intervención
distinto.
A medida que la sociedad avanza, se
vuelve más compleja y desafiante. Hay
muchas oportunidades pero también
muchos riesgos y peligros para las perso-
nas. La gran tentación para conducir a la
sociedad ha sido siempre la falsa unidad
que ofrece el totalitarismo. Vaclav Havel,
humanista, ex presidente y líder de la
Ludovico Videla
Director Ejecutivo de la Fundación Bunge y Born. Presidente del Grupo de Fundaciones y Empresas.
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 17
E m p r e s aS o c i e d a d
resistencia anti comunista checa dice: “El
elemento fundamental y más legítimo de
la democracia es la sociedad civil. Aunque
el totalitarismo pueda coexistir con la
propiedad privada, incluso con la empresa
privada, jamás podrá coexistir con una
auténtica sociedad civil”.
Pero la evidencia señala que la sociedad
civil en la Argentina es débil por diversas
razones; por consiguiente, la ISP es escasa e
insuficiente.
Por ejemplo, si observamos el gráfico adjun-
to se comprueba que la ISP es sólo de 0,04%
del PBI, cuando en otros países oscila alre-
dedor de 0,70% del PBI y en Estados Unidos
llega a 1,67% del PBI.
Los números están disponibles en la web
y, en el caso argentino, fue necesaria la in-
tervención de un Juez, para que la AFIP nos
diese información fragmentaria de las do-
naciones privadas que corresponden a 2012.
Y esto es parte de nuestro problema, no hay
transparencia ni estímulo para el sector, por
lo que los resultados son pobres.
Si observamos un comparativo de donacio-
nes entre la Argentina y Estados Unidos,
llama la atención el peso gravitante de las
personas en el país del norte y de las em-
presas en nuestro caso.
Los que saben de fundraising, siempre dicen
que muchas donaciones pequeñas vencen a
las grandes, porque persisten en el tiempo y
permiten planear las acciones con una ade-
cuada estrategia.
Nuestra estructura, basada principalmente
en la acción de las empresas, se realiza por
responsabilidad social, pero como es lógico
está atada al ciclo de los negocios. En la
crisis, cuando tal vez más se necesita, la ISP
decae por las restricciones que impone el
mercado a las empresas.
¿Por qué no avanzan las fundaciones y
asociaciones civiles? En primer lugar hay
que destacar que la legislación es anti-
cuada y no alcanza a recoger las grandes
diferencias entre las instituciones. Por
ejemplo, son asociaciones civiles tanto los
clubes de futbol -que ostentan deudas y,
supongo, ingresos millonarios- como mo-
destas organizaciones que atienden pro-
blemas locales o de enfermedades muy
concretas. La AFIP y la Inspección de Jus-
ticia imponen igual carga a la institución
sin considerar su tamaño; el resultado es
la desaparición de la esfera regulada de
muchas de las pequeñas.
Un funcionario de la AFIP me explicaba
que se había logrado depurar el padrón de
instituciones de cincuenta mil iniciales a
sólo 9,9 mil actuales, de las que sólo 7,6 mil
tienen exención del Impuesto a las Ganan-
cias y 0,7 mil pueden otorgar deducción a
terceros. Cuando yo le comenté que eso era
una purga que debilitaba la sociedad civil,
me explicó que mejoraba el control.
Sin duda, si el objetivo es el control cuanto
menos instituciones existan más fácil será
controlar pero menor será la ISP, ya que
requiere por sobre todo un gran espacio de
libertad.
Videla: “Lograr la elevación y la autoestima
personal es muchas veces la condición necesaria
para salir de la pobreza y la exclusión. Esto no se
resuelve con un Plan, o regalando una vivienda,
requiere un modo de intervención distinto”.
Página 18 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
La nueva instancia electoral permita quizás
revisar un poco la legislación para hacerla
más amigable y cercana a las realidades
actuales. Eso favorecerá a la ISP y con ello a
todo el país.
Reformas a encarar
En primer lugar, hay que promover el com-
promiso del público con las instituciones
sin fines de lucro. Ello implica varias cosas.
Sin duda la difusión de las acciones más
valiosas y ejemplares contribuiría positiva-
mente. Pero también deberían colaborar las
empresas telefónicas y de tarjetas de crédito,
facilitando pequeñas donaciones para ins-
tituciones, sin cargo. Esto es muy común en
muchos países del mundo y aquí todavía no
se ha logrado. El conseguir que pequeños do-
nantes hagan aportes mensuales continuos
es una contribución fenomenal, e implica un
profundo cambio de la cultura filantrópica.
El Estado debe modernizar la legislación. En
primer lugar deben ampliarse los modelos
de fundaciones, distinguiendo entre las fa-
miliares, las con beneficiarios específicos y
otros modelos normales, en otras legislacio-
nes que enriquecen al sector.
En este sentido debería existir una mayor
flexibilidad en los legados por sobre la he-
rencia “legítima” con destinos específicos de
bien común, no para beneficiar a relaciones
especiales.
También nos parece indispensable una re-
gulación especial para las asociaciones de
menor cuantía, que les permita funcionar
dentro del sistema recibiendo donaciones y
evitando la asfixiante regulación actual que
no sirve para mucho. La Inspección debería
modernizarse y ofrecer transparencia, y
toda la información de que dispone, publi-
cando en digital todos los balances que reci-
be. Es increíble que un registro público esté
cerrado a la consulta sin restricciones.
Con respecto al Impuesto a la Ganancia,
creo que los cambios deben ser profundos.
Es imperioso aumentar la deducción por
donaciones estableciendo un primer tramo
de pagos a cuenta. Es de primera importan-
cia hacer participar a la gente, con la po-
sibilidad de transferir sus deducciones del
Impuesto, destinándolas a instituciones de
la sociedad civil transparentes.
El fastidio del público, con el Impuesto a
la Ganancia, es que siente que el dinero
termina financiando micros
y militantes para llenar actos
partidarios, o subsidios sociales
de los que no se sabe nada. Si
el público pudiese dirigir su im-
puesto a favorecer a la sociedad
civil, exigiendo por supuesto
total transparencia y eficiencia,
las cosas podrían ser diferentes.
La deducción debería ser al
menos el 25% de la ganancia
imponible, como sucede en Eu-
ropa y Estados Unidos. También
no tiene sentido que el destino
sin restricciones sean los políti-
cos, dejando librado al criterio
burocrático y fiscalista de la
AFIP las donaciones para edu-
cación, salud o cuestiones cul-
E m p r e s aS o c i e d a d
BAJOS INGRESOS Y ESCASAS DONACIONES Año 2012.
%PBI
1,8
1,6
1,4
1,2
1
0,8
0,6
0,4
0,2
0
45000
40000
35000
30000
25000
20000
15000
10000
5000
0
1,67
0,73 0,72 0,69
0,04
40.000
31.00029.000
26.000
7.919
EE.UU. R.U. Canadá Australia Argentina
Ing. anual p/p-USD
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 19
turales artísticas o sociales. En este campo,
la arbitrariedad de la AFIP es legendaria.
Finalmente, debe habilitarse a las funda-
ciones e instituciones sin fines de lucro a
desarrollar cualquier actividad con la sola
condición que los recursos recaudados se
vuelquen a su objeto específico de bien co-
mún y sin favorecer a directivos o gerentes.
La restricción por actividad es obsoleta y
sujeta a las manifiestas arbitrariedades de la
AFIP. En el mundo, hay un enorme desarrollo
de empresas sociales y otras instituciones
-fundaciones y asociaciones- que adminis-
tran escuelas, hospitales, casas de atención a
enfermos, ancianos, moribundos, gente de la
calle, drogadictos y otros semejantes. La ven-
taja de estas organizaciones, es que pueden
atender con un alto grado de personaliza-
ción a los hermanos sufrientes, a los niños, a
los discapacitados y a los enfermos.
Conozco una institución que brinda ayuda es-
colar y de salud a miles de niños en el partido
de La Matanza. Se financia con donaciones y
con una panadería en la que trabajan jóvenes
y adultos discapacitados. ¿Tiene sentido gra-
var con la presión tributaria formal, superior
al 56% de los ingresos, a esta actividad?
La sociedad civil reemplaza con gran ventaja
al Estado y además es más eficiente y ahorra
muchísimos recursos. Sería muy interesante
medir lo que representa este ahorro.
Hay otro aspecto que debe cambiarse re-
ferido a las empresas. Si bien su actividad
de inversión social se realiza a través de
donaciones a la sociedad civil, o a través de
fundaciones vinculadas, en algunos casos
son acciones que realiza la misma empre-
sa. Estas acciones deberían ser registradas
adecuadamente en los balances, para poder
mostrar la magnitud del aporte. Hay algu-
nas restricciones legales e impositivas que
debería despejarse.
Es interesante señalar que para muchas
instituciones internacionales, los mejores
agentes de colaboración en el campo de las
acciones de inversión social son las empre-
sas, por su eficiencia su capacidad de admi-
nistración y control, y la transparencia de
sus balances auditados.
Conclusión
Los que transitamos los caminos de la so-
ciedad civil en su acción de inversión social,
observamos un potencial notable, que algu-
na vez fue una realidad y que decayó con el
avance del estatismo.
Como sociedad deberíamos tratar de mutar
el modelo clientelista actual, en el que la
Presidente anuncia aumentos a jubilados
fijados por la ley, o entrega viviendas y
subsidios como si fuesen otorgados con su
patrimonio personal, a un modelo de inver-
sión social moderno, transparente, eficiente
y personalista. La ayuda debe servir para
elevar a las personas y dotarlas de herra-
mientas para superarse.
Cabría preguntar a los defensores del es-
tatismo social actual, como es que por dé-
cadas se han gastado enormes montos de
recursos, destinándolos a supuesta ayuda
social, y los carenciados en valores absolu-
tos y relativos son cada vez más. Hay más
pobres hoy que hace veinte o treinta años.
Evidentemente, este no es el camino del de-
sarrollo social.
E m p r e s aS o c i e d a d
A diferencia del Estado, cuya respuesta a las
demandas sociales está siempre dentro de
la lógica de su propia organización y su
propia cultura, es decir burocrática, genérica
y material, la inversión privada es más flexible,
cualitativa y eficiente.
Página 20 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
En el 2002 salieron a la luz una serie de es-
cándalos financieros de gran magnitud que
concluyeron con la quiebra, o severos daños
patrimoniales, para un gran número de
organizaciones, predominantemente en los
Estados Unidos.
No se trató de simples empleados desleales
de una organización, se trató de los mismí-
simos líderes de dichas corporaciones, fun-
dadores, presidentes, CEO, directores finan-
cieros, responsables de unidades de negocio
que estafaron la fe pública, a accionistas,
empleados, pensionados y fiscos nacionales,
todo en beneficio personal.
Así fue que desfilaron por los tribunales:
Kenneth Lay (fallecido poco después del
escándalo), Jeff Skilling (condenado a
veinticuatro años, recientemente reduci-
dos a catorce), Andrew Fastow (seis años),
todos de Enron; Bernard Ebbers (veinticin-
co años) de Worldcom; Dennis Kozlowski
(veinticinco años) de Tyco; y tantos otros
señalados como modelos de ejecutivo,
alabados en todos los ámbitos del mundo
de los negocios.
Las sociedades reaccionaron siguiendo el
modelo estadounidense de la ley Sarban-
nes – Oxley (SOX), generando legislaciones
muy similares con un espíritu común:
transparencia, regulando la independencia
y monitoreando las compañías de auditoría,
regulando las relaciones entre ejecutivos y
la corporación, la exactitud de la contabili-
dad; definiendo y agravando las sanciones
por delitos penales, protección de los de-
nunciantes, etc.
Opinión
Guillermo Ceballos Serra
Abogado, Máster en Economía y Ciencias Políticas. Profesional de
Recursos Humanos, Profesor de grado y posgrado en la Universidad Católica
Argentina (UCA), Escuela Superior de Economía y Administración de
Empresas (ESEADE) y Universidad de Palermo (UP).
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 21
Responsabilidad ética
La búsqueda de la transparencia es, en defini-
tiva, la búsqueda de un freno a la impunidad.
También es una demanda de concreción de
integridad, es decir, coherencia entre los va-
lores corporativos que se predican y los com-
portamientos reales de las organizaciones y
sus ejecutivos.
En esta pretensión de integridad se en-
cuentra el corazón del capital ético de las
organizaciones que actúa en tres áreas: a)
un ámbito mandatorio donde se imponen
modos de actuación (auditoría, exacti-
tud del reporting, gestión de denuncias y
toma de decisiones), b) otro ámbito donde
se establecen guías de acción (códigos de
conducta, políticas) y c) otra área donde se
promueven conductas (estilo de liderazgo,
capacitación en valores, conocimiento de
normativas y de los códigos de conduc-
ta). *Basado en el programa de Integrity &
Compliance de Novartis.
Es evidente que muchas organizaciones han
sufrido fraudes, a pesar de la existencia de
normas, del compromiso de cumplimiento de
los códigos de ética renovado periódicamente
y de contar con activos comités de ética. Esto
no invalida que todas estas medidas sean úti-
les y necesarias.
Quizás una reflexión de Peter Drucker pueda
orientarnos: “La alta gerencia nunca debería
contratar a un directivo basado sólo en su
inteligencia”, esto es efectivamente así. Pero
basados en este pensamiento, podríamos
agregar que no deberíamos contratar a nadie
(cualquier jerarquía o posición) basado sólo
en la inteligencia y, sin duda, deberíamos ba-
sarnos, entre otras características, en la cali-
dad ética de las personas.
No existe un termómetro que mida la cali-
dad ética de las personas, pero claramente
un buen reclutador puede indagar con las
preguntas adecuadas, análisis de casos e
hipótesis de trabajo, descubriendo así la exis-
tencia de los principios éticos por los que el
postulante guía su persona, del mismo modo
que intentamos detectar la presencia de una
u otra competencia.
Evidentemente, si la integridad de las per-
sonas no funciona, las normas, códigos de
conducta y las normativas jurídicas pueden
violarse, por ello además de verificar los va-
lores personales de los candidatos debe pro-
moverse una cultura corporativa donde no se
premien ni se toleren las discrepancias entre
las conductas y los principios o valores que
se proclaman.
Definitivamente, los ejecutivos tienen que
tener claro que maximizar los intereses del
accionista no se refiere exclusivamente a las
utilidades, sino a la equilibrada atención a
todos los stakeholders que son quienes, en
definitiva, garantizarán la continuidad de la
empresa en el tiempo.
Por último, quisiera recordar que un libro
escrito ya hace veinte años, Empresas que per-
duran (Built to last), de Collins y Porras, refleja
que las empresas triunfadoras, y que vivieron
al menos cincuenta años, no tenían como ob-
jetivo principal solamente ganar dinero, sino
dejar una huella en sus sociedades y explici-
tar su razón de ser.
Página 22 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
E m p r e s aD o c t r i n a
La aventura del siglo XXI
El anuncio del Evangelio en la economía“El Papa Francisco convoca a los laicos, que desarrollamos nuestras vocaciones en el ámbito de las empresas, a que nos comprometamos decididamente con la solución de la exclusión y de la pobreza. Él sabe que si comenzamos a pensar, a dedicar nuestras capacidades y recursos a resolver estas problemáticas, esto mismo abrirá nuestros corazones, y dejaremos de privilegiar el reinado del dinero en nuestras vidas”, subraya Preusche, a partir de una movilizadora reflexión sobre Evangelii Gaudium.
El autor se plantea y nos plantea: ¿Cuál es nuestra ambición de ser mejores, de dar a la sociedad más de lo que hemos dado hasta ahora? ¿Estamos dispuestos a “dejarlo todo” para seguir a Jesús? ¿Queremos ser perfectos o simplemente nos conformamos con estar cómodos? Y sostiene que la verdadera actitud frente al llamado del Papa será una respuesta personal a ser más.
Alejandro Preusche
“El Reino de los Cielos se parece a aquel
hombre que descubre un tesoro en un
campo; va, vende todo y compra el cam-
po”. Así me he sentido al reflexionar sobre
la Evangelii Gaudium y sobre los mensajes
que constantemente nos da el Papa con
su propia vida y ejemplos. Pero debido a
las limitaciones propias de mi formación
profesional, y al modo en que desarrollo
toda mi vida, esta tarea no ha sido senci-
lla. Me costó descubrir el tesoro que tenía
en mis manos. Podría decir que el mapa
para encontrar ese tesoro estaba escrito
en un “lenguaje” o con unos “símbolos”
que no me resultaban del todo familiares.
El énfasis que señala Francisco en la po-
breza es determinante para entender este
mapa.
Solo partiendo de esto es que se puede
comenzar a entender lo que el Santo
Padre nos está diciendo. Pero, para ello,
para comprender ese lenguaje, tengo que
reconocer, con creciente humildad, que sé
muy poco lo que significa ser pobre y, por
eso, debo dejarme llevar por sus trazos
y sus palabras. Porque si las mismas me
chocan y me producen un cierto rechazo
inicial, lo que el Papa me pide es que en
lugar de mirar hacia otro lado, las asuma
con confianza.
Él nos exige una gran “entrega” para se-
guir adelante. Por eso solo de rodillas
frente a la Cruz de Cristo, es que podemos
cargarnos de confianza para el camino a
emprender. Si así lo hacemos, descubri-
remos que esta exhortación que se nos
formula nos abre caminos insospechados
para darle más sentido a nuestras acti-
vidades; el verdadero sentido que deben
tener. Si así lo hacemos, encontraremos el
verdadero tesoro de descubrirnos a noso-
tros mismos en nuestra relación con Jesús
Alejandro Preusche es ex presidente de ACDE.
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 23
a través de nuestro prójimo. Este es el lla-
mado que el Santo Padre nos ha formula-
do para que vayamos a las periferias. Ahí
está el verdadero tesoro.
Su mensaje es evangélico, no económico
En realidad, él no critica a la economía ni al
mercado en sí mismos, sino a la ideología
del mercantilismo, que convierte en mer-
cancías a personas, a empresas y al mismo
mundo.
El Santo Padre da la clave de lectura y de
análisis de la realidad, y de nuestra misma
capacidad de respuesta. Él señala que el
gran problema es que este sistema está
sustentado, en la práctica, en una inver-
sión de términos que resulta fatal: el dinero
prima por encima de las personas y el dinero go-
bierna en lugar de servir. A tal punto esto es
así, que afecta incluso nuestra capacidad
de entender lo que está pasando, porque
estamos condicionados por esa primacía
del dinero, en el que hemos puesto todas
nuestras aspiraciones y esperanzas, nues-
tras tranquilidades y ocupaciones.
Nos propone un cambio radical de mentalidad
Si es tan dominante en todo lo que ha-
cemos, ¿cómo modificar ese paradigma
de vida que tenemos? Él, que como buen
hijo de la Iglesia, que “es maestra de ca-
ridad” (San Juan Pablo II), conoce muy
bien los corazones de la gente (“cómodos
y avaros”), y nos urge a centrarnos en los
pobres para encontrar la salida a nuestra
propia “pobreza”.
El Santo Padre urge a los católicos a
modificar esta situación sin pérdida de
tiempo. Para ello, convoca a los laicos
para que desarrollemos nuestras voca-
ciones en el ámbito de las empresas, a
que nos comprometamos decididamente
con la solución de la exclusión y de la
pobreza.
Él sabe que si comenzamos a pensar, a
dedicar nuestras capacidades y nuestros
recursos a resolver los problemas de la
pobreza, esto mismo abrirá nuestros co-
razones y dejaremos de privilegiar el rei-
nado del dinero en nuestras vidas.
Por esto, lo que el Papa propone no es un
programa político, ni es producto de una
ideología, como se ha querido interpre-
tar incorrectamente. No, lo que él postu-
la es que el futuro de la humanidad esté
signado por haber puesto al hombre en
el lugar central. Y señala que el foco de
este cambio de paradigma del desarrollo
de la humanidad este centrado en los
pobres. Es decir, vivir en una verdadera
cultura de la solidaridad. ¿Lo podremos
hacer?
E m p r e s aD o c t r i n a
Preusche: “Solo mediante la toma de conciencia de que debemos pensar en el “otro” (diríamos en el
prójimo más frágil) es que las actitudes y conductas
podrán comenzar a modificarse”.
Página 24 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
Nos anima a adoptar una estrategia innovadora: ser emprendedores de un nuevo orden
El Santo Padre nos
propone pensar de
modo sistemático
en la pobreza. Por-
que hacerlo nos
obliga a ser creati-
vos, a salir de nues-
tra zona de confort,
a ver con otros ojos
la realidad de to-
dos los días, a usar
nuestros recursos
de otros modos. Él
nos habla de ser
emprendedores y
nos da pautas de
pensamiento estratégico. Si bien deja las
soluciones específicas en nuestras manos,
nos da la brújula y el mapa, nos orienta y
nos señala el premio a alcanzar.
Poniéndolo en términos habituales para
el manejo de las empresas, tenemos que
colocar a los pobres y marginados, a los
vulnerables y frágiles en un lugar destacado
entre los así llamados stakeholders o grupos
de interés a los que debemos atender desde
la empresa.
Debemos repensar las estrategias del de-
sarrollo de las actividades empresariales,
en base a cuatro principios: 1) que el todo
es superior a las partes; 2) que la realidad
es superior a la idea; 3) que la unidad es
mejor que el conflicto; y 4) que el tiempo
prevalece sobre el espacio. Propongo incluir
a los pobres en el todo, en la realidad, en la
unidad y en el tiempo.
Tenemos antecedentes cercanos
Ya existen numerosos ejemplos que nos
animan a lanzarnos a esta aventura.
Forman parte de la historia empresaria
aquellos ejemplos de verdaderos empre-
sarios que hicieron carne en su tiempo
lo que luego se fue plasmando como
principios de la Doctrina Social de la
Iglesia.
No podemos dejar de mencionar dos
ejemplos muy cercanos y de nuestro país:
Enrique Shaw y Julio Steverlynck. Ambos
hicieron empresa con la actitud, la alegría
y los efectos que el Papa Francisco hoy
esta reclamando de todos. ¿Nos pode-
mos imaginar que sería de nuestro país
si hubiésemos tenido muchos ejemplos
como los de ellos? Ellos dejaron desarro-
llo integral en sus empresas y regiones, a
pesar de los contextos críticos en los que
operaron. Pero, además, avanzaron deci-
didamente en el camino de conversión
personal y de santidad que el Papa propo-
ne para todos. Sus ejemplos perduran, y
es de esperar que sirvan como referencia
para muchos.
Por eso, la verdadera actitud frente a la
Evangelii Gaudium tiene que ser una res-
puesta personal al llamado del Papa a ser
más. ¿Cuál es nuestra ambición de ser
mejores, de dar a la sociedad más de lo
que hemos dado hasta ahora? ¿Estamos
dispuestos a “dejarlo todo” para seguir a
Jesús? ¿Queremos ser perfectos o simple-
mente nos conformamos con estar cómo-
dos? Porque lo que Francisco, “el Papa que
no se olvida de los pobres”, nos propone
es muy inspirador pero a la vez requiere
de una convicción elevada para poder
emprender el camino; un camino que no
sabemos muy bien como será. Él nos da
todos los elementos como para que lo
hagamos. ¿Estamos dispuestos a salir a la
aventura?
Hace algunos años, desde ACDE lanzamos
una iniciativa que se denominó: “Crear Ri-
queza Incluyendo Socialmente”. La misma
apuntaba a proponer modelos de inclu-
sión apalancando los enormes recursos de
todo tipo de las empresas. Debo admitir
que esta buena iniciativa no prosperó en
ese momento. La Exhortación del Papa
E m p r e s aD o c t r i n a
Tenemos que colocar a los pobres y
marginados, a los vulnerables y frágiles
en un lugar destacado entre los así
llamados stakeholders o grupos de
interés a los que debemos atender
desde la empresa.
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 25
puede darle un nuevo impulso. Estoy con-
vencido de que la sociedad en general, no
ya solo los mercados de referencia, será la
que convalidará los modelos empresarios
del futuro. Pero lo que más me alienta
a pensar en múltiples desarrollos es la
cantidad de jóvenes profesionales que
quieren dedicarse a emprender en estas
nuevas formas de hacer empresa. Esto se
está convirtiendo en “tendencia”.
La pobreza, la vulnerabilidad, la fragili-
dad, el cuidado de los recursos no reno-
vables, las hipotecas intergeneracionales
deberían ser motivo de sustancial debate
desde el comienzo de la educación.
Solo mediante la toma de conciencia de
que debemos pensar en el “otro” (diría-
mos en el prójimo más frágil) es que las
actitudes y conductas podrán comenzar a
modificarse.
Al encuentro con Jesús
Hay tres conclusiones principales que se
destilan de todo lo que nos dice el Santo
Padre a los empresarios en la Evangelii Gau-
dium:
1) No pongamos el dinero en el centro de
nuestras vidas,
2) Seamos más coherentes asumiendo un
compromiso personal para que “el siste-
ma” no nos insensibilice,
3) Demos a nuestras actividades y capaci-
dades un sentido de mayor trascenden-
cia al incluir a los más vulnerables de
nuestra sociedad.
Y lo más importante es que, haciéndolo así,
alcanzaremos la verdadera alegría del en-
cuentro con Jesús.
E m p r e s aD o c t r i n a
El Santo Padre nos propone pensar de modo sistemático en la pobreza. Porque hacerlo nos obliga a ser creativos, a salir de nuestra zona de confort,
a ver con otros ojos la realidad de todos los días,
a usar nuestros recursos de otros modos.
Página 26 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
Empresa
En los últimos tiempos, se señala al co-
mercio y por consiguiente a las empresas
como responsables de varios de los pro-
blemas de sustentabilidad que sufre el
planeta. En respuesta a esta situación, y a
los efectos de revertir esta imagen, la em-
presa ha ido incorporando enfoques so-
ciales, éticos y medioambientales como la
responsabilidad social empresarial (RSE).
A pesar de estas acciones, las empresas
tienen aún mucho camino por recorrer
si quieren adquirir el verdadero protago-
nismo que les compete en el desafío de
tomar acciones por la sostenibilidad.1
En este camino de ser protagonistas del
cambio, se vislumbra el nacimiento de
un nuevo modelo de negocio integrado
a propósitos sociales y ambientales. Este
espíritu de cambio propone a las empre-
sas el focalizarse en la creación de valor
económico a largo plazo (por oposición a
la rentabilidad a corto plazo), produciendo
al mismo tiempo valor social.
Asimismo, nociones como el de capita-
lismo consciente, negocios inclusivos,
negocios de triple impacto, consumo res-
ponsable, son cada vez más difundidos
y aceptados en nuestra sociedad. Todos
estos temas comienzan también a ser
importantes puntos de la agenda pública
de los gobiernos y, por otro lado, del ám-
bito académico (hoy las más importantes
escuelas de negocias del país ofrecen es-
pecializaciones y capacitaciones en estas
materias).
En la Argentina, esta tendencia hacia una
economía más sustentable se ve en el
movimiento de las Empresas B (o B Cor-
porations, del término en inglés Benefit
Corporations) que llegaron al país y a Amé-
rica Latina de la mano de Sistema B2. Las
Empresas B son empresas que:
• Integran el lucro con soluciones sociales
y ambientales, maximizando el valor
para todos los públicos de interés (em-
pleados, proveedores y la comunidad) y
no solo para sus accionistas.
• Consideran a los rendimientos financie-
ros como una herramienta indispensa-
ble para lograr sus objetivos, pero no su
única razón de existencia.
• Sus objetivos sociales y medioambienta-
les se encuentran incorporados en sus
estatutos (en su misión), siendo estos
exigibles (no ya voluntarios).
En la actualidad existen 1.020 Empresas B
(100 de ellas en Sudamérica y 30 de ellas
en Argentina), en 34 países, de 60 diferen-
tes industrias (comunicación & marke-
ting, consultoría, educación, construcción,
inmobiliaria, diseño, etc.).
Frente a ello nos preguntamos: ¿Cuál se-
ría el encuadre legal en la Argentina para
las Empresas B?
En nuestro país, las personas jurídicas
pueden organizarse bajo tres sectores: a)
El privado (las sociedades comerciales);
b) El público; y c) El tercer sector (aso-
ciaciones civiles o fundaciones). Es decir
que el sistema actual está fragmentado
dado que las organizaciones privadas
deben optar por organizarse como una
ONG o como una sociedad comercial. Es
por ello que para que las Empresas B, que
Fernanda Mierez,
Soledad Noel,
Carolina Gherghi y
Constanza Connolly
Abogadas y Co-fundadoras del Grupo Jurídico B, que
tiene por objetivo principal redactar un proyecto de ley para dar protección
legal e impulsar el desarrollo de las Empresas
B en la Argentina.
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 27
1. Diez años después, el Pacto Mundial sigue siendo la mayor iniciativa mundial de sostenibili-dad empresarial. United Nations Conference on Sustainable Development o Rio + 20 fue convocada para obtener un compro-miso político renovado en favor del desarrollo sostenible. En 2007, la Conferencia Internacio-nal del Trabajo de la OIT presentó un programa para orientar la promoción de empresas sostenibles. Un estudio de la Sloan Shcool of Management del MIT y Boston Consulting Group, realizado a empresas de distintos sectores de EE.UU., concluye que sie-te de cada diez empresas trabajarán decididamente en políticas de sostenibili-dad en 2011.
2. Sistema B es una organización que impulsa la creación de empresas que utilizan la fuerza del merca-do para resolver problemas sociales y ambientales. www.sistemab.org/
La Empresa BUna tendencia que ya hizo pie en la Argentinatienen un fin de lucro y al mismo tiempo
fines sociales o ambientales, puedan tener
el más adecuado contexto para fomentar
su desarrollo, será conveniente que se lleve
adelante en Argentina un ajuste del orde-
namiento jurídico, a través de una Ley de
Empresas B.
Los tres aspectos fundamentales que dicho
proyecto de Ley deberá contemplar, para
estar alineado a los conceptos globales de la
Empresas B del mundo, son los siguientes:
(I) El propósito empresarial de crear un
impacto material en la sociedad o en
el medio ambiente. Es decir: la redefi-
nición del interés social para este tipo
de Empresas B que no será ya exclusi-
vamente la maximización de utilida-
des sino también la creación de valor
social, incorporando a la noción de
interés social a los diferentes actores
de la sociedad.
(II) La forma en que el administrador
de un Empresa B debe conducir el
negocio, ya que en la toma de deci-
siones deberán considerar no solo el
interés de sus socios sino también
el de los demás grupos de interés o
stakeholders, como así también sus
propósitos u objetivos sociales y
medioambientales. Esto significará
que los socios no podrán solicitar
a los administradores que adopten
decisiones que contravengan dichos
intereses, ni pretender hacerlos res-
ponsables por anteponer el cumpli-
miento de estos deberes al de maxi-
mización de las utilidades.
(III) La obligación de reportar a terceros
independientes, bajo estándares de
transparencia, sobre su compor-
tamiento social y ambiental, para
acreditar que cumplen su propósito
empresarial.
Finalmente, pensamos que en el proceso
de evolución hacia este nuevo modelo de
negocio sustentable, que aporta al bienestar
de la comunidad toda, el Estado debería ser
llamado a tener un rol activo, para apoyar el
desarrollo de este nuevo modelo de empre-
sa. Dicho apoyo podría estar dado, mediante
incentivos y facilidades de acceso al crédito,
considerándolas en las contrataciones y
compras públicas, entre otras acciones.
Sin duda alguna estamos frente a un cam-
bio de paradigma y una nueva mirada hacia
una economía más inclusiva, y las Empre-
sas B son uno de los actores fundamentales
de este proceso de cambio ya que reúnen
esas características donde conviven el lucro
con el impacto social y ambiental.
Página 28 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
E m p r e s aD o c t r i n a
Cristianismo, libertad y espíritu emprendedor
Mario Silar
Sin duda, la Iglesia es una institución de
características muy singulares. No resulta
extraño que quien pretende comprenderla
desde una lógica meramente humana suela
quedar envuelto en la perplejidad. La Iglesia
es una Institución de “perplejidades”. En
ella, por ejemplo, la virtud de la obediencia
no implica subestimar el valor de la liber-
tad; el espíritu de servicio no está reñido
con el deber de “ser perfectos”, como lo es
Dios Padre; la vida de retiro y soledad no
reniega un ápice del carácter social y comu-
nitario de la persona; la Misericordia y la
Justicia se integran armónicamente; y así se
podría continuar.
Un punto que despierta especial confusión
en la cultura contemporánea es el modo en
que los cristianos están llamados a vivir la
pobreza, sin que ello implique destruir las
condiciones institucionales que permiten
crear riqueza. En efecto, la Iglesia, al tiempo
que enseña el valor del desprendimiento y
de la pobreza como virtud, ha sido y es un
factor civilizador y de desarrollo científico-
tecnológico ampliamente reconocido por
la mayoría de los estudios historiográficos
recientes.
El Papa Francisco ha insistido en que la
Iglesia no es una ONG. En efecto la vocación
de servicio de la Iglesia se enriquece con
otras causas y otros fines que no son con-
tradictorios con una recta promoción del
ser humano en el orden natural, pero que
se inspiran en una concepción del hombre
que trasciende el horizonte meramente
histórico-temporal. El hombre tiene valor
de eternidad, es hijo de Dios, creado y redi-
mido por Él.
Cuando el Papa Francisco convoca a los
cristianos a dirigirse con valentía a los már-
genes y a las periferias de la existencia, lo
hace en la convicción de que en esas perso-
nas, apartadas de los canales que definen el
éxito social en la actualidad, se puede pro-
ducir un encuentro renovado con el Rostro
de quien inspira la vida cristiana.
La crisis económica de 2008, y su esce-
nario posterior, conocido como la época
de la Gran Recesión, ha vuelto a poner
de manifiesto -particularmente en los
países desarrollados- la fragilidad de las
condiciones de bienestar que las socie-
dades habían logrado alcanzar. Al mismo
tiempo, en muchos de estos países no ha
disminuido la brecha desigual entre los
más favorecidos de una sociedad y los
que viven en la marginalidad.
Paralelamente, los niveles de endeuda-
miento y de gasto social -generado por el
Estado de bienestar en los países desarro-
llados- se comportan como una auténtica
espada de Damocles, que pende sobre
la calidad de vida de las generaciones
futuras. Finalmente, la hipertrofia del
Estado de bienestar ha revelado un perfil
preocupante: el progresivo debilitamiento
de la solidaridad en el seno la sociedad
civil como consecuencia de la inevitable
burocratización que supone la gestión
gubernamental en sociedades complejas.
Por todos estos motivos, cada vez son más
Mario Silar es General Manager de EBEN – European Business Ethics Network, e investigador senior del Instituto Acton. Este texto fue la base de la exposición realizada en la Semana Acton, en Buenos Aires (18 de marzo de 2015).
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 29
las voces que alertan de la
inviabilidad del actual modelo
de bienestar.
Asimismo, esta delicada co-
yuntura obliga a pensar nue-
vamente el auténtico signifi-
cado de la libertad económica,
y su importancia como medio
para mejorar la calidad de vida
de los seres humanos. En este
contexto, un actor social que
vuelve a atraer la atención es
el empresario o emprendedor.
Recientemente, el pensamien-
to de la Iglesia ha dado pasos
importantes en aras de ofre-
cer una imagen más precisa
de la importancia que tiene
el espíritu emprendedor para
la mejora de las condiciones
de vida de los seres humanos.
Además de las apreciaciones
que ofrecía el Compendio de la
Doctrina Social (2005), el reciente documen-
to del Pontificio Consejo “Justicia y Paz”, La
vocación del líder empresarial (2012) ha dado
un paso explícito en señalar el carácter
vocacional que puede inspirar la vida
empresarial en los cristianos. Como toda
vocación, la vocación emprendedora nece-
sita de un marco institucional sólido y de
condiciones de libertad genuina que per-
mitan desplegar todo el potencial creativo
que anida en los seres humanos.
En este marco, el Acton Institute -un
Think Tank con sede en Grand Rapids (EE.
UU.)- y el Instituto Acton -con sede en la
Argentina- dedicados a promover una so-
ciedad de personas libres y virtuosas, está
celebrando una serie de encuentros en
distintas regiones del globo para explorar
con mayor detalle la relación entre liber-
tad religiosa y libertad económica, y su
implicancia para el aliento de la vocación
emprendedora. El primer encuentro tuvo
lugar en abril de 2014 en la Pontificia Uni-
versidad Gregoriana de Roma; el segundo
se llevó a cabo en noviembre pasado en
Washington DC. El tercer encuentro, bajo
el título “Libertad religiosa, política y eco-
nómica, una e indivisible. El cristianismo
y los fundamentos de la sociedad libre”,
ha reunido a expertos de los Estados Uni-
dos y de Europa, en la ciudad de Buenos
Aires, en la sede la Universidad Católica
Argentina, el pasado 18 de marzo.
Bien sabe la Iglesia que las palabras mue-
ven, pero los ejemplos arrastran. No sólo es
importante articular el marco conceptual
que permita revalorar al empresario en
armonía con la vida cristiana sino tam-
bién ofrecer ejemplos de carne y hueso de
quienes han encarnado esta armonía. En
este sentido, si se eleva a los altares figuras
señeras como la de Enrique Shaw, o la de
otros empresarios hoy todavía desconocidos
para el gran público -pero que fueron testi-
monio valiente del desafío que supone ser
testigos del Evangelio en medio del mundo
de los negocios-, se daría un salto cultural
casi sin precedentes en lo que hace a la re-
lación entre vida cristiana, libertad y espíri-
tu emprendedor.
E m p r e s aD o c t r i n a
Silar : “No sólo es importante articular el marco conceptual que
permita revalorar al empresario en armonía
con la vida cristiana sino también ofrecer ejemplos
de carne y hueso de quienes han encarnado
esta armonía”.
Página 30 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
E m p r e s aD o c t r i n a
“La defensa moral de la libertad económica debe ser fortalecida y profundizada”Samuel Gregg es Director Académico del Acton Institute de los Estados Unidos y autor de libros como "Becoming Europe", o "The Tea party Catholic". Durante estos últimos años, hemos publicado artículos de su autoría en la revista EMPRESA. Su presencia en nuestro país, participando de la semana Acton, nos dio la oportunidad de intercambiar algunas preguntas que compartimos con nuestros lectores.
Samuel Gregg
Actualmente está teniendo fuerte difusión la propuesta del economista suizo Christian Felber sobre la economía del bien común. ¿Podría señalar su opinión sobre los usos y abusos que ha sufrido la noción de bien común, y de manera especial con posterio-ridad a la crisis de 2008?
Samuel- Existe una tendencia en Occi-
dente y en América Latina de asociar la
expresión “bien común” con el Estado,
el Estado interventor o incluso con al-
gunas formas de socialismo. Esto se ha
hecho mucho más notorio después de
la crisis internacional de 2008. En rigor,
sin embargo, el bien común no se puede
traducir en un programa político concre-
to. Después de todo, el bien común es la
suma total de las condiciones que permi-
ten a la gente, bajo su propia voluntad,
vivir el desarrollo humano.
Pero el Estado no deja de jugar un rol en el despliegue de estas condiciones….
- Obviamente, pero su capacidad para ha-
cerlo está condicionada por el hecho de que
si son las personas las que deben prosperar,
deberán, en algún momento, tomar libre-
mente sus propias decisiones. Esto es lo que
enseña el principio de subsidiariedad. No se
trata tanto de la eficiencia sino del respeto
a la capacidad de las personas para tomar
sus propias buenas decisiones. Por lo tanto,
mientras el Estado tiene un rol clave en el
desarrollo y sostenimiento de las condicio-
nes esenciales para el bien común -tales
como el mantenimiento del estado de dere-
cho, la seguridad nacional, una red básica
de seguridad social- otros elementos son
responsabilidad de otros grupos y actores
sociales. Después de la crisis de 2008, mu-
chas personas han perdido de vista estas
verdades básicas.
En uno de sus trabajos “The Commercial Society”, sostiene que si bien el comercio no constituye el horizonte total de la exis-tencia y fin de la vida humana, es el medio que permite a millones de personas salir de la pobreza. ¿Cuáles son los desafíos que debe enfrentar la sociedad comercial en este tiempo?
- El desafío fundamental que enfrenta la
sociedad comercial es el de su legitimidad
básica. El comercio, los negocios y las insti-
tuciones que favorecen la libertad económi-
ca están, en la actualidad, ante constante
ataque, con muchas personas observándo-
las como peligrosas.
La sociedad comercial, económicamente
hablando, superará siempre a sus rivales.
En la versión digital de Empresa podrá acceder al video de la exposición realizada en la Semana Acton.
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 31
Sin embargo, el argumento moral en favor
de la libertad económica debe ser forta-
lecido y profundizado. Los defensores de
la economía de libre mercado son muy
buenos ofreciendo argumentos desde un
punto de vista económico, pero suelen
ser muy poco sólidos a la hora de articu-
lar argumentos de tipo ético-moral. Esto
debe cambiar.
El pontificado de Benedicto XVI ha sentado sólidas bases para mirar con nuevos ojos esta armonía entre gobierno limitado, liber-tad económica y religiosa. ¿Cuál cree que será el legado del Magisterio de Benedicto en estos temas?
- El legado de nuestro querido y valiente
Benedicto XVI –quien considero ha sido un
gran Papa, seguramente proclamado algún
día Doctor de la Iglesia– nos recuerda, en
este tema, su crítica a aquellos que ven al
Estado como una vía de salvación temporal;
y también su insistencia de que, además del
estado y del mercado, se necesita una socie-
dad civil sólida. Es cierto que otros pontífi-
ces ya han dicho esto en el pasado, pero po-
cos lo han hecho con la fuerza intelectual y
la rotundidad de Benedicto XVI. Él también
nos provee de una soberbia advertencia so-
bre los peligros del utopismo; los cristianos,
por diversas razones, son proclives a caer en
esta tentación.
Finalmente, Benedicto XVI dedicó una aten-
ción considerable al tema de la ley natural
en el contexto de la Doctrina social de la
Iglesia: necesitamos con urgencia que más
pensadores católicos, y cristianos en gene-
ral, apliquen las ideas de la ley natural a
temas de economía y gobierno.
Esta es una demanda que viene remarcando últimamente…
- Ciertamente. Porque creo que la vida inte-
lectual católica en el mundo, con excepción
de unos pocos sitios, no se encuentra en
buena forma, especialmente en temas re-
lacionados con la economía y la naturaleza
del gobierno. Tengo que decir que esto suce-
de, en particular, en Europa occidental.
¿Ha pensado en cuál puede ser la enseñan-za, desde una perspectiva sobrenatural, que puede tener para la Iglesia, el hecho de que el actual Papa Francisco posea una cultura argentina-rioplatense?
- No conozco el pensamiento de Su Santi-
dad en multitud de temas, pero considero
que tener un Papa que provenga de un país
afuera de Europa es importante. Creo que
esto es un recordatorio del carácter univer-
sal de la Iglesia, cosa que solemos olvidar
algunas veces.
Cuáles serían las razones por las que Argen-tina no puede dar un salto de calidad insti-tucional que le permita superar los proble-mas endémicos vinculados a la corrupción, tanto a nivel público como privado?
- Es muy difícil para una persona, ni qué
hablar para un país, deshacerse de hábitos
largamente arraigados, a menos que haya
E m p r e s aD o c t r i n a
Gregg: “El desafío fundamental que enfrenta
la sociedad comercial es el de su legitimidad
básica”.
Página 32 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
incentivos para hacerlo. Posicionarse en
contra de la corrupción es bueno per se, y
una opción moral a favor del bien y en con-
tra de la corrupción es esencial. Pero tomar
esta decisión se hace mucho más difícil
cuando abundan regulaciones y barreras
que dotan a los funcionarios públicos de
un amplio poder discrecional para obtener
recursos mediante sobornos y otras formas
ilícitas de pago.
En síntesis, una mayor desregulación y una
reducción en el peso de “los guardianes”
debe ser una parte de cualquier política de
anticorrupción. Como consecuencia, se ha-
ría cada vez más difícil para la gente pedir
sobornos.
Finalmente, se vuelven a escuchar cada vez más, entre los actores políticos de Europa e Iberoamérica, propuestas de tinte colec-tivista pero que gozan de la capacidad de ilusionar a la ciudadanía con un futuro mejor y más justo. ¿Qué aconsejaría ante este escenario?
- Un simple consejo es recordar que no se
debe perder de vista lo esencial. En lugar
de preocuparse por las nimiedades de la
política cotidiana, deberíamos dedicar
más tiempo a la lectura y sumergirnos
en los clásicos imperecederos que hicie-
ron de la civilización occidental lo que
es. Las ideas contenidas en la mente de
grandes pensadores como Cicerón, To-
más de Aquino, San Agustín, Tocqueville
y Edmund Burke siguen estando vigentes
en la actualidad y constituirían un po-
deroso antídoto contra el populismo y el
pensamiento perezoso que caracteriza no
solamente una larga porción de la clase
política actual, sino también a la mayoría
de las universidades.
La política, la legislación y las políticas
públicas son importantes pero no son ab-
solutamente importantes. Más aún, si estos
elementos no se apoyen en sólidas ideas
acerca de Dios y el hombre pueden llegar a
ser muy destructivas.
Robert Sirico, fundador del Acton Institute, junto a Samuel Gregg durante la
Semana Acton
E m p r e s aD o c t r i n a
Página 34 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
Management
Cada época trae sus
propias neurosis, y
esta es una época de
neurosis de índole
espiritual. La socie-
dad de consumo, la
violencia, las guerras,
la situación de crisis
económica, el exceso
de información hacen
que el ser humano
pierda el sentido de
su existencia y vivencie el vacío espiritual.
Ante esos hechos, que se nos presentan
como amenazas, vivir nuestra vida con un
sentido es una alternativa. La mejor alter-
nativa. Podemos escoger ver la vida con el
propósito de encontrar un motivo y seguirlo.
Más allá de la mera diversión. En contra de
huir de los problemas, o de magnificarlos
viéndonos atrapados por ellos, se trata más
bien, de encontrar un por qué me pasa esto,
y para qué me debe estar pasando. Como
motor de cambio y mejora. Es como si tu-
viéramos goteras en la casa. Una alternativa
es lamentarnos; otra, echarle la culpa a la
lluvia o repararlo sin pensar. Pero cuando se
repite el problema, tenemos crisis diferen-
tes, una tras otra: "cuando no me pasa esto,
me pasa lo otro...", o podemos plantearnos
que por algo será que tenemos goteras. Y
podemos meditar sobre ello, encontrar dis-
tintas soluciones, llevar a cabo reparaciones
más profundas en nuestro Ser, y de esta
manera, mejorar notablemente. Posterior-
mente, las crisis cobrarán un sentido de
oportunidad, de mejora; y por eso es que
ocurren. Esta elección, este modo de ver la
vida, es lo que aboga la Psicología positiva
y la Logoterapia y también, cada vez más,
desde los aportes de la neurociencia, lo que
nos hace felices; es el camino a través del
cual perseguimos un objetivo, encontrarle
un propósito a lo que estamos haciendo, no
ya de conseguirlo.
Francesc Torralba en su libro sobre el sentido
de la vida nos dice: «Para dotarla de sentido,
no hace falta tener muchas interacciones,
ni conocer muchas personas, ni disfrutar de
una gran vida social. Lo único que hace falta
es profundizar en los vínculos, ir al fondo y
darse cuenta de los misterios que esconde
el otro y que, solamente, si se exploran con
delicadeza, querrá mostrarlos. No es la canti-
dad de relaciones lo que da sentido a la vida,
sino la calidad de vínculos, la exquisitez del
trato que somos capaces de dispensar». Para
poder tener vínculos de calidad, para poder
ayudar a una persona que está viviendo un
momento agonizante y traumático, es nece-
sario hacerlo resurgir al mundo de los seres
vivos. Y esto no es posible si no hay un pro-
ceso de construcción de sentido. Entonces sí
que hay porqués.
Cuando tenemos la capacidad de traducir
en palabras, en representaciones verbales
susceptibles de ser compartidas, las imáge-
nes y emociones experimentadas; cuando
posibilitamos otorgar sentido a todo, las
volvemos a integrar a nuestra comunidad
de vida, les conferimos humanidad. Esta
construcción de sentido permite recuperar
el sentimiento de pertenencia a un grupo
que ampara las mismas palabras, las mis-
mas imágenes y las mismas explicaciones.
¿Podré algún día ser feliz a pesar de todo lo
que me ha pasado? Sí, por supuesto.
Marcelo Vázquez Avila
Prof. De Comportamiento Humano en la
Organización Instituto Internacional San Telmo,
Sevilla, España
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 35
Vivir la vida con sentidoLa resiliencia se edifica sobre este otorga-
miento de sentido. Dar un sentido a la vida
constituye un elemento esencial que permi-
te a la persona que ha padecido una agre-
sión sobreponerse a sus dificultades.
Cuando la búsqueda de sentido tiene un des-
enlace favorable, entonces, la persona herida
puede avanzar en su proceso de transforma-
ción. Al contrario, si esta búsqueda continúa
indefinidamente sin respuesta, sólo encontra-
remos una herida que nunca cicatrizará: la
sensación de desasosiego y el dolor persistirá
por mucho tiempo.
Hay una historia muy conocida, pero no por
ello menos clarificadora, sobre la impor-
tancia de poseer un sentido que se atribuye
al escritor y poeta francés Charles Péguy:
«Charles iba en peregrinación a la catedral
de Chartres. En el camino se encontró un
hombre picando piedras, malhumorado y fu-
rioso. ¿Y usted que está haciendo?, pregunta
el escritor. Ya lo ve, pico piedras. Tengo sed,
me duele la columna, lo perdí todo, soy una
subespecie humana que hace este trabajo
miserable. Siguió caminando y se encontró
con otro hombre picando piedras, quien
frente a la misma pregunta, le contesta: Yo
me gano la vida con este trabajo, estoy rela-
tivamente satisfecho. Repite la pregunta a
una tercera persona, que sonriente y ufana
le dice: Aquí estoy, construyendo una cate-
dral». Esa misma piedra desprovista de sen-
tido acaba teniendo todo el significado del
mundo si se lo sabemos otorgar
Víktor Frankl es un claro ejemplo de perso-
na resiliente. Frankl decía que cada época
trae sus propias neurosis, y que esta es
una época de neurosis de índole espiritual.
La sociedad de consumo, la violencia, las
guerra, la situación de crisis económica, la
tecnología hacen que el ser humano pierda
el sentido de su existencia y vivencie el va-
cío espiritual.
Víktor Frankl nacido en Viena en el marco de
una familia judía, fue hecho prisionero por el
régimen nazi juntamente con su esposa y sus
padres en el otoño de 1942, y fue deportado al
campo de concentración de Theresienstadt.
En 1944 fue trasladado a Auschwitz y Dachau.
Sobrevivió a ese horror cuando fue liberado el
27 de abril de 1945 por el ejército norteameri-
cano. Su esposa y sus padres murieron en los
campos de concentración.
Después de su liberación, vuelve a Viena y
escribe el libro: El hombre en búsqueda de sen-
tido donde describe su vida como prisionero.
En esta obra reconoce que, incluso, en las
condiciones más extremas de deshumani-
zación y sufrimiento, el ser humano puede
encontrar un sentido a su existencia. Más
aún, en los campos de concentración, quien
perdía el sentido de la vida tenía pocas posi-
bilidades de sobrevivir. “Una persona que se
proyecta hacia un sentido, que ha adoptado
un compromiso por él, que lo percibe desde
una posición de responsabilidad, tendrá
una posibilidad de supervivencia incompa-
rablemente mayor en situaciones límite que
la del resto de la gente normal”.
Si conocemos el porqué de nuestra vida, podre-
mos soportar todos los «cómos» a los cuales esta-
mos sometidos. El sentido devuelve a la persona
inmersa en situaciones trágicas a abrirse a los
aspectos positivos de la existencia.
Página 36 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
E m p r e s aC a m p o
Biotecnología, una herramienta estratégica“La ciencia debe jugar un rol vital para dar respuesta a una mayor demanda de alimentos seguros a una población en aumento que está viviendo un cambio climático, para lo que se necesita una intensificación sustentable de la agricultura. Los cultivos transgénicos están dentro de las herramientas que prometen satisfacer estos objetivos”, sostiene Giraudo.
La presidenta de Aapresid profundiza en los avances de la biotecnología vegetal y su contribución a aliviar muchos de los problemas arraigados de las naciones pobres, como el hambre, la malnutrición, las enfermedades y la degradación del medio ambiente.
Y advierte que sólo mediante la cooperación y el entendimiento mutuo entre los sectores públicos y privados, bajo un sistema regulatorio asentado en la ciencia, será posible captar y desarrollar el verdadero potencial de esta tecnología para crear una sociedad habitable y ambientalmente estable.
María Beatriz Giraudo
En Aapresid, desde su fundación, trabaja-
mos para dar respuesta al dilema que se
plantea la humanidad: producir alimentos
o cuidar el ambiente. Nosotros “impulsa-
mos sistemas de producción sustentables
de alimentos, fibras y energía a través de la
innovación, la ciencia y la gestión del cono-
cimiento en red”. Producimos en cantidad y
calidad, mientras cuidamos el ecosistema;
es el Ecoprogreso. Promovemos la adopción
del sistema de siembra que incluye las
buenas prácticas agrícolas (BPA), las que
sostenidas en el tiempo nos dan certeza de
producción sustentable. La biotecnología es
una herramienta estratégica para lograrlo,
una propuesta revolucionaria que se afian-
za día a día en el país y en la región suda-
mericana.
La biotecnología es la utilización de orga-
nismos vivos para la obtención de produc-
tos de interés o servicios útiles para el hom-
bre. Su origen es muy antiguo. El pan y el
vino son ejemplos de alimentos elaborados
gracias al uso de microorganismos. Luego,
con el avance de la ingeniería genética, se
desarrollaron microorganismos transgéni-
cos que han servido para la producción de
fármacos, enzimas, otros insumos para la
industria, tolerancia a adversidades, etc. Los
pocos animales transgénicos que se desa-
rrollaron hasta hoy con éxito han servido
para la investigación, y se prevé que servi-
rán también para la producción de fárma-
cos. (Alimentos transgénicos: mitos y realidades.
Edgardo Ridner ... [et.al.].,1a ed. Buenos Ai-
res: Nutrición y Salud, 2008).
Así, la biotecnología lleva una larga historia,
que se remonta a la fabricación del vino,
del pan, del queso y del yogur. El descubri-
miento de que el jugo de uva fermentado se
convierte en vino, que la leche puede con-
vertirse en queso o yogur, o que se puede
hacer cerveza fermentando soluciones de
malta y lúpulo fue el comienzo de la biotec-
nología hace miles de años. Aunque en ese
entonces los hombres no entendían cómo
ocurrían estos procesos, podían utilizarlos
para su beneficio. Estas aplicaciones consti-
tuyen lo que se conoce como biotecnología
tradicional, y se basa en la obtención y utili-
zación de los productos del metabolismo de
ciertos microorganismos.
María Beatriz (Pilu) Giraudo es madre de Manuel y Felipe. Ing. Agrónoma, productora y consultora. Quinta generación de productores agropecuarios en el país. Presidente de Aapresid..
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 37
Los científicos actualmente comprenden en
detalle cómo ocurren estos procesos bio-
lógicos, lo que les ha permitido desarrollar
nuevas técnicas a fin de modificar o copiar
algunos de dichos procesos naturales para
poder lograr una variedad mucho más am-
plia de productos a través de la “ingeniería
genética”, para modificar y transferir genes
de un organismo a otro.
Por ingeniería genética también, INDEAR
-Grupo Bioceres- en Rosario, fabrica la
quimosina, enzima clave para la fabri-
cación del queso, que evita el empleo
del cuajo en este proceso. La ingeniería
genética también es hoy una herramien-
ta fundamental para el mejoramiento
de los cultivos vegetales. Por ejemplo, es
posible transferir un gen proveniente de
una bacteria a una planta, tal es el ejem-
plo del maíz Bt (resistente a insectos). En
este caso, estos bacilos del suelo fabrican
una proteína que controla las larvas de
un insecto que normalmente destruye
los cultivos de maíz. Al transferirle el gen
correspondiente, hoy el maíz fabrica esta
proteína y por lo tanto resulta refractaria
al ataque del insecto. (ArgenBio).
Objetivos y aplicaciones de la biotecnología vegetal
Así como la ingeniería genética se emplea
para introducir genes en las bacterias, para
que produzcan medicamentos o enzimas
industriales, también sirve para incorporar
nuevos genes a las plantas con el fin de me-
jorar los cultivos. El empleo de la ingeniería
genética o transgénesis en el mejoramiento
vegetal es lo que se denomina agrobiotec-
nología o biotecnología vegetal. Sus objeti-
vos consisten en aumentar la productividad
de los cultivos contribuyendo a una agri-
cultura sustentable, que utiliza los recursos
respetando el ambiente y pensando en las
generaciones futuras.
También se propone mejorar los alimentos
que derivan de los cultivos vegetales, elimi-
nando sustancias tóxicas o alergénicas, mo-
dificando la proporción de sus componen-
tes para lograr alimentos más saludables o
aumentando su contenido nutricional. Otra
aplicación de la biotecnología vegetal es el
empleo de las plantas como birreactores, o
fábricas para la producción de medicamen-
tos, anticuerpos, vacunas, biopolímeros y
biocombustibles.
Estos objetivos y aplicaciones pueden agru-
parse como sigue1:
• El mejoramiento de rasgos agronómicos
(input traits), como ciertas caracterís-
ticas morfológicas (tamaño del grano,
altura de la planta, etc.), resistencia a
plagas y enfermedades (virus, insectos,
hongos, etc.), tolerancia a herbicidas
o a condiciones ambientales adversas
(salinidad, heladas, sequía, etc.). Son
ejemplos de estas mejoras, los cultivos
que actualmente se comercializan en
el mundo: soja, maíz, algodón y canola,
tolerantes a herbicidas; maíz, algodón y
soja resistentes a insectos, papaya resis-
tente a virus, entre otros.
E m p r e s aC a m p o
Giraudo: “La ciencia debe jugar un rol vital para dar respuesta a
una mayor demanda de alimentos seguros a una
población en aumento que está viviendo un
cambio climático, para lo que se necesita una
intensificación sustentable de la agricultura”.
1. Fuente: www.argenbio.org
Página 38 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
• La mejora de características relacionadas
con la calidad (output traits), a través de la
modificación en las vías metabólicas y la
composición de los cultivos. Dentro de es-
tas aplicaciones se encuentran:
• La generación de alimentos más saluda-
bles y seguros, como aceite de soja con
una composición específica de ácidos
grasos, maní hipoalergénico y arroz con
niveles aumentados de pro-vitamina A (el
conocido arroz dorado).
• La obtención de mejores alimentos para
animales, como pasturas más fáciles de
digerir, y maíz con mayor contenido de
aminoácidos esenciales.
• Las mejoras de
los cultivos para
determinadas aplica-
ciones industriales,
como granos con
más aceite o con di-
ferente composición
de ácidos grasos,
madera con menos
lignina para la fa-
bricación del papel.
También pueden in-
cluirse en este grupo
las frutas con madu-
ración retardada.
• Los cambios en las
propiedades de las
plantas para fitorre-
mediación (la reme-
diación de suelos y
aguas contaminadas
usando plantas).
• Las modificaciones en las características
decorativas de las plantas ornamentales
(color y duración de las flores, calidad del
césped, etc.).
• El empleo de las plantas como fábricas de
moléculas de interés industrial, como an-
ticuerpos, vacunas, enzimas, etc.
Por una regulación asentada en la ciencia
Terminar con la inseguridad alimentaria,
el hambre y la malnutrición, es una prio-
ridad ética y global. Nuevas tecnologías
de alto impacto (biotecnología, bioforti-
ficación, nanotecnología) ofrecen intere-
santes oportunidades para aumentar la
productividad agrícola, mejorar la calidad
alimentaria y nutricional de las cosechas,
al mismo tiempo que cuidan el ambiente.
Sin embargo, la ciencia y la tecnología
solas no pueden erradicar el hambre y la
malnutrición; el poder de las agrotecno-
logías se fortalece a través de políticas e
instituciones afines. Al mismo tiempo, si
se bloquean las innovaciones agrícolas el
desarrollo también se interfiere, el ham-
bre y la pobreza se perpetúan.
La seguridad alimentaria involucra aspectos
físicos, económicos, sociales y ambientales
para una dieta balanceada y agua limpia
para cada habitante. El arroz dorado es un
perfecto ejemplo de cómo la regulación
impide el desarrollo de buenos productos
públicos de cultivos genéticamente modifi-
cados.
Por tal motivo se argumenta la necesidad de
cambiar los sistemas regulatorios, actual-
mente basados en “interpretación y emocio-
nes”, y se propone la base de una regulación
asentada en la “ciencia “. Este arroz dorado
ofrece una solución a miles de muertes y
enfermos que surgen anualmente como
consecuencia de la avitaminosis A, ha su-
perado las barreras de numerosas patentes
y ha mostrado ser un evento seguro para el
ambiente y la salud de los consumidores,
constituyendo una tecnología de bajísimo
costo para el productor arrocero y los me-
nos favorecidos que basarían sus dietas en
este producto.
Frente a este ejemplo tan claro, su descubri-
dor, el Dr. Potrykus, opina con firmeza que
si no se cambia el sistema regulatorio sobre
una base científica, la realidad del sistema
E m p r e s aC a m p o
El primer trigo transgénico del mundo
es un hito en lo que se refiere a
tolerancia a sequía y salinidad, pero
fundamentalmente porque es una
tecnología que están desarrollando
investigadores argentinos del Conicet,
la Universidad Nacional del Litoral
(UNL) y el Grupo Bioceres, empresa
creada por productores Aapresid en
sus inicios.
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 39
actual se constituye en un crimen contra la
humanidad.
Muchos coinciden que la revolución verde
del siglo pasado, que condujo a un enorme
incremento de la productividad de los cul-
tivos, se profundiza en estos días por los
avances en el comportamiento de las plan-
tas frente a la sequía y por la eficiencia en
el uso del agua disponible.
En este punto, el primer trigo transgénico del
mundo es un hito en lo que se refiere a tole-
rancia a sequía y salinidad, pero fundamen-
talmente porque es una tecnología que están
desarrollando investigadores argentinos del
Conicet, la Universidad Nacional del Litoral
(UNL) y el Grupo Bioceres, empresa creada
por productores Aapresid en sus inicios.
Asimismo, también la “genómica nutricio-
nal”, disciplina de la biología moderna que
estudia las vías bioquímicas, los procesos
fisiológicos de la absorción y movilización
de minerales y vitaminas que son necesa-
rios en las plantas para sostener la salud
humana.
En este sentido, se plantea la distribución
desigual de micronutrientes en los tejidos
de las plantas y, a partir de ello, surge el
concepto de biofortificación, que es el
enriquecimiento en minerales y vitami-
nas de los tejidos vegetales consumibles,
cosa que puede ser lograda por ingeniería
genética. Un ejemplo, es el caso del hierro
en arroz para contrarrestar anemias im-
portantes.
Es conocido que las plantas contienen mu-
chos compuestos de diversa naturaleza que
pueden resultar tóxicos o alergénicos para
la población, especialmente si estas plantas
son utilizadas para el consumo. Se han de-
sarrollado tecnologías de transgénesis que
degradan o inactivan tales compuestos para
evitar el daño al consumidor. En otros casos,
el fitomejoramiento logró reducir esas sus-
tancias a niveles no tóxicos.
Sin lugar a dudas, existe preocupación por
los efectos directos e indirectos de los culti-
vos transgénicos sobre la biodiversidad. La
preservación de la biodiversidad es de gran
importancia para los seres humanos y para
E m p r e s aC a m p o
El sistema de producción sudamericano, basado en la siembra directa y conjunto de buenas
prácticas agrícolas que sólo es implementado
en el 8% de la superficie cultivable global.
Página 40 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
nuestras perspectivas en el futuro, pero
los problemas ecológicos de tales cultivos
no difieren de manera determinante de los
problemas asociados con la agricultura en
general. En este sentido, se destaca el siste-
ma de producción sudamericano, basado en
la siembra directa y el conjunto de buenas
prácticas agrícolas, que sólo es implemen-
tado en el 8% de la superficie cultivable
global.
Definitivamente, la
no adopción de cul-
tivos transgénicos
debido a los graves
riesgos ambientales
y de salud que ellos
traen aparejados
obedece a “mitos y
desconocimiento”,
que no tienen res-
paldo en la eviden-
cia científica. Una
de las limitaciones
a una mayor adop-
ción de los cultivos
transgénicos las
presentan los países
importadores de alimentos, en particular
la Unión Europea, quienes tienen políticas
muy estrictas al ingreso de materias primas
y alimentos derivados de organismos gené-
ticamente modificados. Mientras que otras
regiones (países pobres o en vías de desa-
rrollo) pueden encontrar en estas tecnolo-
gías una herramienta para aliviar el hambre
y la baja calidad alimenticia.
Acuerdos entre los sectores público y privado
¿Qué significado tiene la propiedad intelec-
tual en el contexto del desarrollo interna-
cional?
La propiedad intelectual no debe ser ni te-
mida ni aceptada ciegamente, sino que debe
ser manejada para maximizar los beneficios
de la innovación para toda la sociedad, espe-
cialmente para los pobres. Los derechos de
propiedad intelectual son un compromiso y
una solución imperfecta, lo que representa
la búsqueda del equilibrio entre el dominio
público y la propiedad de la concesión.
Se enfatiza la importancia de lograr acuerdos
entre el sector público y el privado para lograr
desarrollos basados en proyectos de ingenie-
ría genética que beneficien a la sociedad, en
particular a los que presentan mayores ca-
rencias. La fortaleza de la investigación prove-
niente del sector público con sus fondos y en
escala con la experiencia de los aspectos co-
merciales del sector privado hace posible una
sólida sociedad para satisfacer el objetivo.
El Consejo Nuffield de Bioética publicó en
1999 y en 2004 informes sobre el uso de
cultivos transgénicos, luego de analizar los
efectos sobre el ambiente y el bienestar de
la vida humana. Dos conclusiones principa-
les se destacan en ambos informes:
• La primera, que la política hacia los cul-
tivos transgénicos respete el análisis de
caso por caso, sin presunción general a
favor o en contra.
• La segunda conclusión es que cuando hay
razones para un uso responsable de los
cultivos transgénicos, es un imperativo
moral ponerlo a disposición de los países,
fundamentalmente de los que están en
vías de desarrollo.
En la Argentina, la conformación de insti-
tuciones (CONABIA), que establecieran y
garantizaran un marco regulatorio sólido,
facilitó las evaluaciones y el respaldo polí-
tico que estratégicamente promovió la eva-
luación, liberación y adopción de cultivos
transgénicos en el país.
Si bien se debate acerca de la superposición
de la producción de alimentos con la de
biocombustibles, una mayor inversión en
la mejora genética de las plantas y en las
prácticas agrícolas promueve el crecimiento
de los rendimientos de grano y la capacidad
E m p r e s aC a m p o
La no adopción de cultivos
transgénicos, debido a los graves
riesgos ambientales y de salud que
ellos traen aparejados, obedece a
“mitos y desconocimiento”, que
no tienen respaldo en la evidencia
científica.
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 41
de satisfacer la demanda de alimentos y de
biocombustibles al mismo tiempo.
La ciencia debe jugar un rol vital para dar
respuesta a una mayor demanda de alimen-
tos seguros para una población en aumento
que está viviendo un cambio climático,
para lo que se necesita una intensificación
sustentable de la agricultura. Los cultivos
transgénicos están dentro de las herramien-
tas que prometen satisfacer estos objetivos.
La biotecnología vegetal ha producido nume-
rosos avances que pueden contribuir en modo
significativo a aliviar muchos de los problemas
arraigados de las naciones pobres, como el
hambre, la malnutrición, las enfermedades y
la degradación del medio ambiente.
Permanentemente surgen nuevos desafíos
y responsabilidades para continuar con el
trabajo y la investigación en esta dirección.
Sólo mediante la cooperación y el entendi-
miento mutuo será posible captar y desa-
rrollar el verdadero potencial de esta tec-
nología para crear una sociedad habitable y
ambientalmente estable.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio se
enfocan en mejorar las condiciones de salud,
del estatus socioeconómico y la educación
por la lucha contra la pobreza, del hambre y
las enfermedades, del aumento de oportuni-
dades educativas y la creación de una aso-
ciación para el desarrollo mundial.
En cada uno de esos temas, se discute el rol
de la biotecnología de plantas, entre los que
se destacan la producción de más y mejo-
res alimentos (aun logrados en condiciones
ambientales adversas), la generación de
vacunas orales producidas en plantas y la
producción agrícola sustentable (cuidado
del ambiente).
E m p r e s aC a m p o
Página 42 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
Reflexión
En su libro Mejor que la mayoría, Lawrence
Susskind y Francisco Ingouville nos con-
cientizan sobre las falencias de las demo-
cracias occidentales tradicionales a la hora
de generar acuerdos que realmente re-
presenten los intereses del conjunto de la
sociedad. En efecto, el principio fundacio-
nal de la mayoría como método de repre-
sentación política suele ir en desmedro de
las prioridades de las minorías, generando
conflictos y baja calidad en la implemen-
tación de los acuerdos. Suele promover
luchas de poder entre los partidos por ob-
tener dicha mayoría, en vez de enfocarse
en los verdaderos fines de la democracia.
Suponer que la igualdad de derechos y
provisiones constitucionales balancearán
dicho desfasaje es una premisa ingenua y
utópica. Los últimos años de la política ar-
gentina han evidenciado los efectos de una
polarización maniquea del poder, dejando
una sociedad dividida, en la que éxito para
las distintas facciones significa someter al
bando contrario.
Arend Lijphart, reconocido politólogo y
padre del consociativismo, pensaba que el
consenso, en lugar de la mayoría, es el ver-
dadero motor de las democracias maduras.
Partiendo del análisis de sociedades pro-
fundamente divididas e inestables, consi-
deraba que la democracia tradicional, cen-
trada en las mayorías, reforzaría el proceso
de fragmentación cívica, generando resen-
timiento en las minorías y abusos de poder
en las mayorías. La clave, según Lijphart,
está en lograr traducir en las esferas políti-
cas formales la estructura de parcialidades
políticas inherentes a la comunidad. En
Tomás Donovan
Consultor en Ingouville; Nelson & Asoc. Profesor de
Negociación, Universidad Torcuato Di Tella.
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 43
Más negociación y menos “negociados” en la política de nuestro paíslugar de fomentar la competencia electoral
entre las partes (o pretender unificar las
diferencias), se procura asegurar la repre-
sentatividad de cada una de las facciones
políticas, en un ambiente de reglas claras
que promueve el diálogo y la búsqueda del
bien común.
Dicho sistema establece cuatro condi-
ciones estructurales vitales: primero, ge-
neración de una gran coalición ejecutiva
(la idea es que en la identidad del poder
ejecutivo confluyan el conjunto de los
actores políticos, compartiendo la respon-
sabilidad); segundo, se utiliza el modelo
de representación proporcional (todas las
partes de la comunidad tienen acceso a
su respectiva porción de gobernabilidad,
en función al número de votos obtenidos);
tercero, autonomía de gestión (cada una de
los subgrupos políticos tiene independen-
cia sobre asuntos culturales inherentes a
su condición); y cuarto, capacidad de veto
para las minorías (para que el desbalance
en el poder legislativo no replique el pro-
blema de las mayorías de las democracias
tradicionales).
Lo interesante de dicho diseño político es
que obliga a las partes a negociar creativa-
mente y a pensar en conjunto sus diversos
intereses, más que a competir agresiva-
mente por “sillas en las bancas”. El princi-
pio de proporcionalidad asegura que todas
las voces estén presentes en el debate
como piezas constitutivas de una gran coa-
lición rectora mientras que la capacidad de
veto vela por los intereses de las minorías
en términos de efectividad de decisiones
y fuerza a las mayorías a contemplar sus
prioridades y encontrar soluciones inno-
vadoras que trasciendan las diferencias
iniciales. Recordemos que la negociación
(a pesar de su mala prensa etimológica en
la Argentina) es el arte de generar y desa-
rrollar variables no evidentes en una mesa
de trabajo con el otro, es la capacidad de
manejar con calidad la tensión entre di-
ferencia y dependencia de una manera
que genere valor y cuide las relaciones. El
sistema consociativo de Liphart fomenta
dicha corriente de negociación y desalienta
la mentalidad regateadora, cortoplacista,
distributiva y reactiva.
Para terminar, no es mi interés sugerir con
este artículo la conveniencia de un sistema
democrático consociativo en la Argentina
(pues dicho modelo funciona ante la pre-
sencia de divisiones étnicas profundas,
más que ante fragmentaciones políticas
circunstanciales). Sí creo que en la clase
política del futuro necesitamos represen-
tantes que sepan manejar las diferencias
con mayor calidad y responsabilidad. Que
puedan negociar y generar consensos que
agreguen valor a la sociedad, con alto nivel
de implementación de políticas en el largo
plazo. Que busquen el bien común por so-
bre la conveniencia personal o partidaria.
De lo contrario, seguiremos pagando el
altísimo costo de las rencillas políticas, el
resentimiento y la corrupción.
Página 44 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
E m p r e s aTes t imon io
Bajo FuegoDesde el 2006, se conmemora el 2 de abril, en nuestro país, el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas. Una fecha que recuerda el día en que las Fuerzas Armadas Argentinas desembarcaron en las Islas Malvinas con el objetivo de recuperar el territorio administrado por el Reino Unido.
La decisión geopolítica del desembarco en las Islas es un tema que divide aguas. Los derechos soberanos sobre las mismas y la definición estratégica de una negociación, que para muchos analistas debe atender todo el Atlántico Sur y el territorio antártico, ameritan distintas opiniones.
Pero en esta edición de EMPRESA, no quisimos poner el foco en aquellas cuestiones, sino compartir el profundo y fuerte relato, basado en numerosas historias reales de la guerra, de un socio de ACDE, que participara como oficial de Infantería de Marina en Malvinas.
Para aquellos que vivimos esos meses de 1982, su lectura vuelve al presente sentimientos, situaciones y recuerdos propios o cercanos del conflicto; para los más jóvenes, leer estas líneas es una manera de conocer y honrar la historia de muchos otros y desconocidos jóvenes que pusieron su cuerpo, entregaron su corazón y dieron su vida en combate.
En definitiva, este texto de Roberto Moldes no hace más que enfrentarnos, despejado de todo velo, al rostro humano de la guerra.
Roberto Moldes
Hacía dos días con sus noches que las posi-
ciones estaban bajo fuego; obuses, morteros
y misiles sacudían rítmicos e infatigables
las precarias trincheras. Aquí y allá el repi-
queteo de las ametralladoras indicaba los
asaltos del enemigo.
Extenuados, hambrientos, pasados de frío,
miedo e impotencia, en un pozo cavado en
una loma baja que dominaba la planicie,
estábamos Agustín, el Sargento Rosales y
otros seis soldados operando un grupo de
dos ametralladoras pesadas. A pocos me-
tros se encontraba el jefe de la sección y
varios soldados con la radio; al otro lado, el
segundo grupo ametralladora.
Cuatro meses atrás había ingresado como
recluta a ese regimiento de correntinos y,
en pocas semanas, superada la desconfian-
za inicial hacia el porteño -el único en el
cuartel, casi un extranjero para ellos, todos
curtidos y baqueanos- me habían adoptado
como uno más, integrándome en sus con-
versaciones, llevándome los días de franco
a sus casas, a comer en familia, a las peñas,
a pescar al río. Mientras tanto, yo intentaba
aprender guaraní, bailar chamamé y hasta
gritar el sapucay, generando estallidos de
afecto entre mis compañeros que compe-
tían por brindarme su hospitalidad.
La mañana del dos de abril, formados en el
Patio de Armas, recibimos la comunicación
del Jefe de Regimiento: una fuerza de des-
embarco había reconquistado Malvinas y el
país estaba en guerra con Inglaterra.
Enseguida un inconcebible murmullo re-
corrió las filas y el sargento Rosales, con
una sonrisa que presionaba por romper los
límites de su cara, exclamó entre dientes:
Roberto Moldes es Contador Público. Director de B.A. Technology. Ex director de Price Waterhouse Coopers. Socio de ACDE. Fue oficial de Infantería de Marina en 1982. El presente relato es una ficción, basada en numerosas historias reales de la guerra, extraído de un libro del que es autor, que se encuentra en proceso de publicación.
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 45
“Ahora que la Argentina entró en guerra,
¡Corrientes la va a defender!”.
Un par de horas después, el regimiento
estaba formado en la plaza de Mercedes,
rodeado de toda la población, escuchando
los discursos del coronel, el intendente y el
cura, en un ambiente abiertamente festivo.
Al romper filas, la excitación se desbordó.
Los vecinos nos abrazaban y felicitaban, an-
cianos y niños, hombres y mujeres, amigos
y desconocidos amalgamados por una emo-
ción común. Se armaban corrillos especu-
lando con la operación de desembarco que
había triunfado y con el futuro, la evolución
de la guerra.
A mí me parecía que no era razonable una
guerra con Inglaterra y también me resul-
taba poco serio que un país pasara de acos-
tarse preocupado solamente por los proble-
mas cotidianos y domésticos a amanecer
en guerra. Pero en ese momento, el fervor
de los correntinos me contagió y también
fui uno más participando entusiasta en los
debates, juntando noticias, imaginando glo-
rias, dispuesto a escribir la historia.
Los días que siguieron fueron de alborozo
y desorden. El regimiento estaba en estado
deliberativo, se presentaban voluntariamen-
te soldados que habían sido dados de baja
en los meses pasados, a los que el Jefe de
Guardia devolvía a sus casas por carecer de
órdenes de reclutamiento.
Cuatro días después se corrió la voz que
iban a alistar una compañía para enviarla
a la Patagonia, y todos nos zambullimos en
las especulaciones y en el deseo de que la
suya fuera designada. Finalmente comuni-
caron que la elegida era la Compañía C. Con
gran decepción, pasamos esos días persi-
guiéndolos, como perritos falderos, en sus
tareas de alistamiento.
Sin embargo, antes que ellos partieran, llegó
la orden de movilizar a todo el regimiento.
Más que contentos, trabajamos con ahínco
en la preparación de los equipos para el tras-
lado. Una semana más tarde, una larga co-
lumna de camiones, jeeps y camionetas, car-
gados con municiones, carpas de campaña y
repuestos, arrastrando acoplados, cocinas de
campaña, tanques de agua y cañones, partió
hacia el sur. Mientras nosotros, mochila, fusil
y casco, nos trasladábamos en micros de tu-
rismo al aeropuerto de Corrientes.
En una variopinta flota de panzones aviones
de transporte militar y cómodos aviones
comerciales de pasajeros, abandonamos
la subtropical Corrientes, apretada por los
grandes ríos, surcada por miles de peque-
ños arroyos y bañados.
Una escala y seis horas más tarde, aterrizá-
bamos en la árida meseta patagónica. Me-
seta desnuda, sin árboles; de clima helado y
viento irascible. El cielo gris era deprimente,
pero lo absorbíamos con entusiasmo, conta-
giados del ánimo general.
Durante dos semanas erramos de barraca
en barraca sin órdenes precisas, viendo con
E m p r e s aTes t imon io
Moldes: "La mañana del dos de abril,
formados en el Patio de Armas, recibimos la
comunicación del Jefe de Regimiento: una fuerza de desembarco había
reconquistado Malvinas y el país estaba en guerra
con Inglaterra".
Página 46 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
envidia la actividad frenética que se desple-
gaba en la base aérea.
La inacción incu-
baba malestar, en
el que cobraba re-
levancia la comida
desordenada; los
alojamientos impro-
visados por los que,
cada pocos días, se
nos desplazaba; el
rigor de la intempe-
rie y la actitud cada
vez más ceñuda de
los jefes. Las rondas
de mate dejaron de
ser esos encuentros
cálidos en que com-
partíamos proyectos,
anécdotas, bromas,
y pronto se transfor-
maron en amargas
sucesiones de lamentos, quejas y reproches.
El primer día despejado desde nuestra lle-
gada, se alistó el regimiento para desplazar-
se a la que sería nuestra posición definitiva
cerca del Estrecho de Magallanes, para pro-
teger la retaguardia de las bases operativas
del continente. Por la tarde embarcamos en
los camiones y partimos.
El frío, los barquinazos, los incómodos
asientos de madera y el hambre apenas en-
gañada por la ración de rancho volante reci-
bida antes de partir, no nos dejaban dormir
pese al cansancio y al silencio mustio que
reinaba en el camión.
En medio de la noche, la larga columna se
detuvo. Pasada media hora en esa oscura
inmovilidad, quebrada solamente por el
murmullo de los motores encendidos de los
vehículos, y una que otra tos, se asomó el
Jefe de Sección autorizándonos a bajar a es-
tirar las piernas, pero sin alejarnos.
Salimos a la oscuridad desierta para des-
entumecer la osamenta y tratar de matar
el tedio de horas sentados sin movernos.
Se encendieron cigarrillos y se bebieron
tragos de ginebra de las petacas que to-
dos llevábamos en el bolsillo. Por sobre
nuestras cabezas, un cielo tan lleno de
estrellas como jamás habíamos visto en
nuestras vidas.
El Sargento Rosales se alejó hacia un grupo
conformado por el Jefe de Compañía y los
Jefes de Sección, cuatro vehículos más ade-
lante en la columna. Lo vimos agregarse a
la conversación, y regresar con sonrisa tor-
va y mirada entusiasmada.
"Parece que volvemos, hubo cambio de pla-
nes. Los de arriba andan bastante despista-
dos, pero ahora nos quieren en las islas. ¡Já,
nos vamos a quedar fuera del estofado!",
dijo con tono eufórico, lanzando a conti-
nuación un largo aunque apagado sapucay
que resonó en la noche oscura y silenciosa,
como el graznido triunfal de un ave mitoló-
gica.
El ánimo arriba del avión era efervescente.
Nos enredábamos en breves conversacio-
nes, ajenos a la incomodidad de los largos
asientos de malla y el insoportable es-
truendo de los cuatro motores de hélice. La
mayoría veía por primera vez el océano y se
impresionaban por su inmensidad, el color
y su energía que, aun desde la altura, se
intuía en los penachos blancos e intermina-
bles de las crestas de las olas.
Estábamos ansiosos por llegar y entrar en
acción. No había miedo sino inconscien-
cia entusiasta; nadie pensaba en la muer-
te sino en la gloria, en la aventura. Solo
unos pocos, los más perezosos, pensaban
en el frío, en la incomodidad, en la intem-
perie. El Sargento Rosales, en cambio, via-
jaba serio, reconcentrado. Probablemente,
él sí pensara en la muerte, en las heridas
del cuerpo y del alma que nos esperaban
en la inhóspita turba de las islas. Por su
parte, el teniente se mantenía ajeno al
clima entusiasta del grupo, moviéndose
activo a lo largo del avión, verificando
E m p r e s aTes t imon io
Habíamos tenido enfrentamientos
esporádicos con patrullas inglesas, y
sabíamos que ese era el preludio de
un ataque pero, por alguna razón, mi
mente había bloqueado la inminencia
de esa certeza, desplazándola a
un futuro que, tal vez medido en
segundos, estaba infinitamente lejos.
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equipos, cambiando algunas pocas pala-
bras con cada uno de nosotros.
Tres días después de aterrizar, tras una
marcha fatigosa por caminos en parte fan-
gosos, en parte congelados, arrastrando
nuestros bártulos bajo la lluvia, llegamos
a ese caserío aislado, en medio de una pla-
nicie insulsa de matas pardas, pegada a un
mar tan hermoso como amenazante, despo-
jado de horizonte por el contorno de la isla
al otro lado del canal.
Mojados, doloridos y ateridos, nos distri-
buimos por el lugar y, tras establecer un
mecanismo de guardia rudimentario, nos
desplomamos bajo la escasa protección de
las carpas.
El tiempo siguiente fue de actividad intensa.
Luego de cuidadosos reconocimientos, nos
asignaron las zonas y entonces comenza-
mos a construir las posiciones defensivas:
profundos pozos dónde comer y dormir a
cubierto de la vista y de la trayectoria de
balas y esquirlas, las posiciones avanzadas,
las de la primera y de la segunda línea de
defensa.
Estaba cavando para construir el primer pozo.
La tierra de la superficie, húmeda, salió con
facilidad, pero en la tercera palada pareció que
golpeaba con una piedra, en lo profundo la tierra
estaba congelada y conformaba una masa sólida
como granito. Golpeé extrayendo pequeños terro-
nes, hasta romper la pala y hacerme ampollas y
llagas en las manos.
Lloré de cansancio, de dolor, de impotencia; tenía-
mos que hacer mucho más que lo posible con los
medios que disponíamos.
Se me había roto la suela de una bota y la hume-
dad, a veces el agua, me entraban por la planta
del pie enviando aguijones de frío a todo el cuer-
po; en vano los papeles con que remedaba una
plantilla, las medias que cambiaba dos veces por
día, siempre mojadas. Inútil el agua caliente con
que trataba de restaurar la temperatura del pie
cada vez que mudaba las medias.
Comía con ansiedad la comida caliente que re-
cibía una vez al día, en el horario que llegara,
aunque no alcanzara a templar mi cuerpo. Las
raciones frías que consumía como complemento
no compensaban el hambre ni el frío.
No habían llegado
las cocinas de cam-
paña, ni la reposi-
ción de uniformes
y equipo porque
el buque en el que
venían no pudo
superar el bloqueo.
Tampoco habían
llegado los cañones
ni los vehículos. Los
oficiales se veían
taciturnos y pre-
ocupados; hacían
reconocimientos,
mediciones y reu-
niones, supervisaban la construcción de las
trincheras, discutían planes. Nuestro estado
físico y anímico se deterioraba.
En esos días que se sucedían grises, el sar-
gento Rosales fue la columna que nos sos-
E m p r e s aTes t imon io
Comía con ansiedad la comida caliente
que recibía una vez al día, en el horario
que llegara, aunque no alcanzara a
templar mi cuerpo. Las raciones frías
que consumía como complemento no
compensaban el hambre ni el frío.
Página 48 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
tuvo. Se multiplicaba ayudándonos a cavar,
animándonos, mandándonos a descansar
cuando estábamos a punto de desfallecer, y
gritándonos amenazador cuando tenía que
sacar de nosotros un esfuerzo extra.
Una tarde de fines de mayo, la guerra se
acercó para sacudirnos la modorra.
Como en sordina, oímos el eco lejano y fu-
rioso de truenos que se encadenaban uno
detrás de otro sin intervalo: era el estruen-
do de las bombas. ¡Los ingleses habían des-
embarcado!
Durante tres días, los
ataques aéreos a la
cabeza de playa se
sucedieron cada dos o
tres horas. Mis nervios
se tensaban durante
cada bombardeo, pero
con mucha más inten-
sidad, en el silencio
que los seguía, me
acosaba la ansiedad
por saber qué habría
pasado: ¿Estarían allí
todavía?, ¿habrían
logrado detenerlos o
vendrían sobre nosotros furiosos y vengativos?
Sentía cómo una prensa poderosa me apretaba
desde el abdomen y me oprimía el pecho quitán-
dome el aire. Quería hablar y escuchar las res-
puestas que nadie tenía.
Finalmente la frecuencia de los ataques menguó.
El ejército inglés estaba allí, cerca, del otro lado
de las bajas colinas de la isla.
El primer cañonazo que estalló en el campo raso
frente a nosotros, me sorprendió.
Habíamos tenido enfrentamientos esporádicos
con patrullas inglesas, y sabíamos que ese era
el preludio de un ataque, pero por alguna razón,
mi mente había bloqueado la inminencia de esa
certeza, desplazándola a un futuro que, tal vez
medido en segundos, estaba infinitamente lejos.
Las bombas cayeron a nuestro alrededor durante
más de cuatro horas. Me aterrorizaba el silbido
que parece anunciar, con su volumen creciente,
que tu pozo es su destino. Me aturdía el estruendo
del estallido, me desquiciaba la lluvia de esquirlas,
piedras y tierra, y me angustiaba la impotencia de
permanecer pasivo, sin poder hacer nada, acurru-
cado en el fondo del pozo, esperando que el caño-
neo termine o que una bomba nos alcance.
Inmediatamente después comenzó el
ataque de infantería. Desde retaguardia,
nuestros morteros dispararon sus granadas
que explotaban, no muy lejos, al frente, en
donde las figuras pequeñas de los soldados
enemigos corrían o se tiraban al suelo, bus-
cando alguna protección, y volvían a saltar
en una breve carrera. Cuando llegaron a
las marcas que habíamos distribuido en el
campo, comenzamos a disparar nuestras
ametralladoras.
Observábamos cómo los disparos impac-
taban en la tierra, marcando líneas que
queríamos fueran infranqueables; eventual-
mente vimos a alguno caer y, en seguida,
otro de los suyos salir a descubierto para
rescatarlo.
Los disparos de sus ametralladoras busca-
ban nuestras posiciones, picando a nuestro
alrededor como las dentelladas de un perro
que aferrado por la cadena intenta morder-
te sin alcanzar. Pero, en algún momento, lo
logró; y, a pocos metros, uno de mis compa-
ñeros estaba tirado en el piso, la cabeza col-
gando con un agujero en el casco y un surco
de sangre sobre la cara, los ojos abiertos,
fijos, muertos.
Ese primer contacto con la muerte me produjo
el efecto de una bomba con espoleta de retardo,
golpeó pero no estalló inmediatamente. Su ima-
gen quedó en mi retina mientras disparaba pro-
vocando en mi mente pensamientos fragmenta-
dos: “No va a reír más; no va a poder abrazar
a sus viejos; ya no va a tener novia, ni casarse,
ni tener hijos…”, que fueron acoplándose hasta
despertar mi conciencia: “¡Es la muerte! ¡Es la
muerte real, de él, de otros! ¡Es la mía! Estamos
E m p r e s aTes t imon io
Como en sordina, oímos el eco
lejano y furioso de truenos que se
encadenaban uno detrás de otro
sin intervalo: era el estruendo de
las bombas. ¡Los ingleses habían
desembarcado!
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muriendo y matando. ¡No puede estar sucedien-
do, no tiene quicio!”.
Dos veces los rechazamos y cada vez que-
damos más aturdidos, más extenuados,
indiferentes al displicente cañoneo con el
que nos agotaban durante el intervalo entre
los ataques. Insensibles, mecánicamente,
estábamos resistiendo la virulencia de ese
tercer embate.
Parecía que nuestro sector era el foco del
ataque. Disparábamos sin intervalos, aun a
riesgo de fundir el cañón de nuestras ame-
tralladoras.
Un cohete impactó y destruyó la segunda
ametralladora de nuestro grupo e hirió a dos
soldados. El sargento Rosales gritando que no
dejáramos de disparar, se arrastró hasta ellos
para hacerles las primeras curaciones y des-
pués le ordenó a los tres que estaban ilesos
que se retiraran con los heridos a retaguardia.
A nuestro costado, el teniente, herido en un
brazo y en una pierna, a través de la radio
daba instrucciones de tiro a los morteros;
un disparo casual o certero atravesó su cas-
co y lo mató. Cinco minutos después caía
también el soldado que lo reemplazó con la
radio.
El sargento Rosales, gritando para hacerse
escuchar sobre el estruendo de las armas
ordenó: "A mi orden, nos retiramos a la se-
gunda línea. Aseguren la ametralladora y la
munición con el primer pelotón. En orden,
un pelotón apoya; el otro retrocede.
Luego de asegurarse que todos estábamos pre-
parados continuó: "¡Primer pelotón, ahora!".
Cargando la ametralladora, nos levantamos
e hicimos una rápida carrera hacia atrás,
mientras el sargento y el segundo pelotón
nos cubrían disparando rabiosamente.
Sentí una puntada caliente que se clavaba en
mi pierna, rodé y quedé tirado mirando al cielo.
Estaba terminando de entender que había sido
alcanzado por un disparo cuando Agustín cayó
sobre mí, también herido. Las heridas no nos
impidieron arrastrarnos escasos metros hasta el
lugar donde los otros dos ya estaban en posición
para apoyar la retirada del segundo pelotón.
Les hicimos señas que estábamos preparados
y el sargento nuevamente ordenó: "¡Primer pe-
lotón, fuego! ¡Segundo pelotón, ahora!".
El segundo pelotón salió de los pozos y co-
rrió zigzagueante mientras nosotros dispa-
rábamos frenéticamente para cubrirlos.
E m p r e s aTes t imon io
Página 50 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
Cuando habían cubierto la mitad de la
distancia, el sargento Rosales cayó herido.
El resto del pelotón llegó a las posiciones,
pero el sargento quedó tendido. Lo veíamos
moverse pero no lograba desplazarse; nos
llegaba con claridad su quejido.
Me incorporé para rescatarlo y una lluvia de dis-
paros me obligó a estamparme contra el suelo;
otros dos lo intentaron con el mismo resultado.
El sargento agonizaba y moría en la tierra de
nadie. Era una muerte cruel, flemática e innece-
saria, que se ensañaba sobre ese hombre, ante
nosotros, inútiles espectadores.
Sentí una fuerte presión en la cabeza. Los oídos
tapados dejaban pasar con nitidez las voces y
los ayes, los ojos pujando fuera de sus órbitas
percibían con precisión cada forma y cada movi-
miento, parecía que estaba aislado del resto del
combate y todo sucedía ralentizado.
Percibí el movimiento de Agustín a mi lado y giré
hacia él. Al cruzar la mirada, a través de sus ojos
percibí el sentimiento, leí su pensamiento y supe lo
que iba a hacer, como si la sangre de su herida que
se había derramado sobre mí y corría por mis venas
me hiciera sentir dentro mismo de él.
El hombre se había revelado contra la bestia, y la
voluntad contra el abatimiento.
Reconcentrado, diligente pero sin apremio, dejó a
un lado su fusil, se sacó las botas y las medias,
se quitó el casco y lo arrojó lejos, se desprendió
de cada una de sus prendas hasta quedar com-
pletamente desnudo, y alzando los brazos se
incorporó.
Bajo la luz de las bengalas que mantenían ilu-
minado el campo de batalla, sobre el suelo negro,
su cuerpo blanco y despojado se recortaba ana-
crónico.
Comenzó a avanzar hacia el jefe agonizante. A
su alrededor las armas se silenciaron, el poder
que emanaba de su gesto las había neutralizado.
Fueron escasos minutos en que una cápsula de
humanidad aisló a un pequeño grupo de solda-
dos que debían matarse entre sí, devolviéndoles
su condición.
Agustín llegó donde yacía el sargento Rosales, se
agachó, lo levantó y regresó con él en los brazos.
Las lágrimas rodaban por mis mejillas.
E m p r e s aTes t imon io
EMPRESA 217 - OTOÑO 2015 Página 51
E m p r e s aRef lexiones
El Sabor del SaberGerardo Carchio
Las palabras Sabor y Saber tienen el mismo
origen; esto nos enseña que en principio la
capacidad de aprender estuvo indeleblemente
vinculada a un proceso intensamente corpo-
ral, nutritivo y alimenticio. No hay ninguna
duda que desde el punto de vista de la super-
vivencia, nuestro organismo precisa mucho
más de las proteínas y de los carbohidratos
que de las ideas y los conceptos. Sin embargo,
tampoco cabe ninguna duda que nuestra ca-
pacidad para procurarnos el pan contiene una
alta dependencia de la capacidad de aprendi-
zaje que hayamos alcanzado en la vida. Sea
este aprendizaje intelectual o vivencial.
Es también comprobado por la neonatología,
que un bebe amamantando logra una for-
taleza mucho mayor que aquel alimentado
a biberón. Y mucho más significativo aún
es que aquellos bebes que fueron nutridos
con el amor de sus madres adquirían mucho
mayor peso que los que incluso atendidos
con leche materna, lo eran en ambientes
hospitalarios sin ser alzados o abrazados.
¿Por qué toda esta introducción? ¿Qué tiene
que ver el saber con el sabor? Si nuestros pro-
cesos de aprendizaje están fuertemente ancla-
dos a las relaciones interpersonales y, si el sa-
ber y el sabor por saber están tan íntimamente
unidos, nuestras capacidades para sintetizar
el conocimiento , nuestro alimento intelectual,
será muy diferente si el mismo es brindado
desde el amor, con una presencia activa, en
una relación contenedora, que si el mismo fue
ofrecido desde un biberón electrónico (com-
putadora) o cualquier otro medio que no esté
atravesado por una persona humana.
Mientras en uno probablemente seamos ca-
paces de adquirir informaciones, en el otro
lograremos cambios transformacionales,
metabólico-intelectuales que lleven a ese
individuo a un profundo proceso de fortale-
cimiento intelectual.
Nuestros procesos educativos están cada vez
más distantes del cuerpo y mucho más cerca
de la mente. Hemos localizado erróneamente
el aprendizaje en un espacio cerebral. “No
puedo estudiar, no me da la cabeza”, versa un
común latiguillo con el cual queda bloqueada
toda posibilidad de apetito intelectual y la po-
sibilidad de probar distintos sabores del saber.
La era de la hiperconectividad ha desconecta-
do el mensaje de su mensajero. Ha privilegia-
do la palabra por encima del tono, lo explícito
por encima de lo implícito, la Mayúscula por
encima de la expresión emocional. Ha borrado
los climas, hogar en el que se cuece el apren-
dizaje. Aprender en tanta distancia es tan
absurdo como comer con una foto y creer que
nos hemos alimentado.
Los humanos hemos logrado sobreponernos a
muchísimas adversidades. Hemos sido capa-
ces de remontar innumerables barreras para
lograr estar cerca, pero nuestra ineludible
estructura corpóreo-emocional nos condicio-
na sanamente a un vínculo inalámbrico que
determina gran parte de nuestra economía
emocional-intelectual. Solo este ancestral wi-
fi, que constituye las relaciones intensamente
integrales en cuerpo, emociones, intelecto y
valores, es la garantía de un saludable proceso
de comunicación y aprendizaje.Gerardo Carchio es psicólogo y psicoanalista especializado en desarrollo y cambio organizacional y Coaching ejecutivo individual y grupal. Profesor de las cátedras de Liderazgo (Master en Administración de Negocios) y de Gestión del Cambio (UCEMA). Ex Director de RRHH. Johnson & Johnson Medical para el Cono Sur.
Página 52 EMPRESA 217 - OTOÑO 2015
El amor a nuestros hermanos
Debo servirme de mis relaciones humanas como es-
calones para elevarme hacia Dios. Tengo, para ello,
que ser benevolente, amable, paciente, suave con
todos los seres humanos, y, sin herir a nadie, ser un
tabernáculo que irradie amor a cuantos me rodean,
no debiendo aplastar nunca a ninguno de ellos; por
el contrario, elevarlos si es posible.
Debo mortificarme con el objeto de ser más útil al
prójimo, y no exasperarme por cuanto diga o haga
un ser humano.
Por principio no hablaré mal de nadie. Muchas veces
me sucede que conociendo mejor y hablando más
tranquilamente con la persona que había criticado,
he cambiado de opinión a su respecto y moderado
el juicio que me inspiraba. Debo, pues, mortificar la
lengua. Y negarme yo mismo para poder darme ínte-
gramente a mi prójimo.
Debo mantener una atención sonriente que haga flo-
recer las buenas cualidades de quienes me rodean.
Cuanto más me creo amado por Dios, más me siento
capaz de amar al prójimo, y de devolver a Dios amor
por amor, dándole la única correspondencia que Él
pide: amor a nuestros hermanos.
Enrique Shaw Primer presidente de ACDE.
Reflexiones
Testimonio
En la versión digital de Empresa podrá acceder al video realizado por ACDE sobre la vida de Enrique Shaw.
C
M
Y
CM
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CY
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K
Aviso VIP_A4.ai 28/04/2009 11:07:08 a.m.