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Poemas, Versos, Refranes, Leyendas y Bombas

Ilse Gonzalez Alpuche

16/08/2012

Informatica II

El que por su gusto muere que lo entierren parado.

No comas pan frente a los chimuelos.

El que se apendeja dios lo deja.

Te pego porque te quiero.

Pégame, pero no me dejes.

A palabras necias oídos sordos.

A caballo regalado no se le mira el diente.

Agua que no haz de beber déjala correr.

Al mal paso, darle prisa.

Al que no le cuesta, lo vuelve fiesta.

En la llama mi nombre

en el sol mi apellido

dentro de mi corazón

llevo un amor escondido

Tu carita es un jardín

tus labios son una rosa

en el centro de mi corazón

eres la flor mas hermosa

Tu amor me quema

No quiero estar contigo

Rompamos este esquema

Quedemos como amigos.

Dos ositos en la nieve

no se pueden resbalar

2 amores que se quieren

no se pueden olvidar.

Cuando vayas al cerro

Y te encajes una espina,

Acuérdate de los besos

Que nos dimos en la esquina.

En la puerta de mi casa hay una mata de ruda cada que pasa mi suegra se pedorrea como burra.

Cuando pase por tu casa

Me aventaste un limón

El limón me cayó en la cara

Y el jugo en el corazón.

Que bonito reloj tienes ha de ser de marca cara por eso dicen tus amigas que a ti nunca se te para

Al pasar por un panteón me gritó una calavera si no me lo vas a dar, enséñamelo siquiera.

Como tu eres mariposa y yo tu amigo Turix cuando tu quieras preciosa yo te rasco tu pirix.

En la ciudad de Aguascalientes, hay haciendas que tienen un poco mas de 200 años, muchas familias como la Cisneros, visitan estas haciendas para pasar pequeñas temporadas. Su costumbre era reunirse en el comedor para compartir los alimentos, en una ocasión, escucharon extraños ruidos, de repente se apareció sobre la mesa flotando, una mujer ya de edad avanzada y vestida de negro, les grita, LARGENSE TODOS DE AQUI, MALDITOS SEAN TODOS…

Todos los días Doña cande asistía a misa a las 6 de la mañana

en una iglesia cercana al parial, su hijo que entonces tenía 6

años la acompaño aquel día, había poca gente estaba casi a

oscuras no se como, pero súbitamente una monja apareció

entre nosotros, mi madre no lo noto me senté inquieto el

habito no dejaba verle la cara, manos, ni pies de la monja, la

monja empezó a moverse hacia el altar de la iglesia entonces

descubrí que no caminaba iba flotando yo solo pude gritar

“Mira mami” al escuchar los gritos de terror aquel ser voltio

intempestivamente a ellos y reclamo “acaso yo no tengo

derecho a estar en la casa de Dios”.