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Edición No: 85 Enero/2015 Sumario *De portada… -Colombia: Declaracion politica del plenario sindical nacional *FSM por dentro… -Declaration XII th World Congress of Trade Unions of Public Service Employees and Allied (TUI-PSEA) *Acontecer sindical… -Colombia: ¡Los presos políticos no son! De nuestra América… -Acotaciones sobre el golpe frustrado en Venezuela, por Atilio Boron *Dossier… -A un año del inicio de las guarimbas: En defensa de la Revolucion Bolivariana y Chavista, por Katu Arconada *Por el mundo… -La educación pública como garantía de desarrollo, porAlina M. Lotti -Conspirar en Estados Unidos, por Atilio Borón -Honduras: Alianza ¿para la prosperidad de quiénes? *Mundo económico… -Huracanes económico contra Venezuela, por Hedelberto López -Las transnacionales y el PIB, por Hedelberto López Para comunicarse con nosotros por favor escribanos a: [email protected] Para conocer más de nosotros acceda a: www.fsmamerica.org www.wftcentral.org DECLARACION POLITICA DEL PLENARIO SINDICAL NACIONAL, REALIZADO POR FSM – COLOMBIA. Los cambios en la situación internacional recientes, en medio de la crisis cíclica, estructural e internacional del Capitalismo constituyen un asunto de cardinal interés para las organizaciones sindicales afiliadas a la FSM-Colombia. Teniendo en cuenta que dicha crisis se amplia y profundiza, descargando sus efectos destructivos sobre los trabajadores y las masas populares, con más impuestos, para favorecer al gran capital financiero parasitario. Aparte de la cuestión tributaria, se mantiene unos bajos salarios, queriéndose eliminar el salario mínimo, aunque ya en la práctica se ha impuesto remuneraciones por debajo de éste, en el proceso productivo industrial y agrario, comercial, de servicios y entidades del estado. La contratación laboral es cada vez más precaria y flexibilizada, extendiéndose a amplios sectores populares, sin prestaciones, ni seguridad social; cada vez se destruye más el aparato productivo e industrial, se agudiza el abandono a los campesinos en su defensa de la soberanía alimentaria sin ningún apoyo económico, ni técnico, ni de asesoría, en una política de destrucción de la producción nacional para darle curso a la importación de alimentos en masa y de productos fabriles elaborados y así maximizar las ganancias y la acumulación capitalista nacional e internacional. A medida que se recrudece y amplía la inversión internacional y el despojo imperialista, la política de las potencias capitalistas se tornan más agresivas; sea que se lleve a cabo por la vía de las imposiciones económicas o militares o a través de presiones “diplomáticas”. En Oriente Medio, América Latina y el corredor fronterizo con la Ex Unión Soviética, se concentran las principales fuerzas terroristas del imperialismo, conformadas por tropas de ocupación y asalto, tanto estatales, como paraestatales, un ejemplo, los mercenarios de Al Qaeda o el “Estado islámico, paramilitares. La ofensiva del gran capital nacional e imperialista para resolver la crisis que los invade, es la alternativa de la guerra, combinando todas las formas de violencia tanto económica, de confrontación bélica, diplomática y por lo tanto, es declarada a muchos países, organizaciones y pueblos del mundo como ha venido aconteciendo en Ucrania, Libia, Palestina, Afganistán, Siria, Irán, Venezuela, Colombia, Cuba y Rusia, para solo citar unos cuantos, chantajeando con sanciones económicas y de sabotaje a los mercados, sanciones financieras, de divisas y propiciando el caos y la desinformación, etc. Esta criminal política imperialista ha conducido al rechazo y a cierto aislamiento, particularmente del gobierno yanqui e Israelí y trata de corregir algunos entuertos, estableciendo relaciones limitadas con la Isla de la Libertad-Cuba, pero a la vez adelanta nuevas guerras imperialistas, para mantener su papel en un mundo unipolar, a través de OTAN, frente a un mundo multipolar, que se organiza y se enfrenta a las potencias occidentales como es la BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y los países no alineados, liderados por la República Bolivariana de Venezuela.

Revista AL 85

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Edición No: 85 Enero/2015

Sumario

*De portada… -Colombia: Declaracion

politica del plenario sindical nacional

*FSM por dentro… -Declaration XII th World Congress of

Trade Unions of Public Service Employees and

Allied (TUI-PSEA)

*Acontecer sindical… -Colombia: ¡Los presos

políticos no son!

De nuestra América… -Acotaciones sobre el

golpe frustrado en Venezuela, por Atilio

Boron

*Dossier… -A un año del inicio de

las guarimbas: En defensa de la

Revolucion Bolivariana y Chavista, por Katu

Arconada

*Por el mundo… -La educación pública

como garantía de desarrollo, porAlina M.

Lotti -Conspirar en Estados

Unidos, por Atilio Borón

-Honduras: Alianza ¿para la prosperidad

de quiénes?

*Mundo económico… -Huracanes económico contra Venezuela, por

Hedelberto López -Las transnacionales y el PIB, por Hedelberto

López

Para comunicarse con nosotros por favor

escribanos a: [email protected]

Para conocer más de nosotros acceda a:

www.fsmamerica.org www.wftcentral.org

DECLARACION POLITICA DEL PLENARIO SINDICAL NACIONAL, REALIZADO POR FSM – COLOMBIA.

Los cambios en la situación internacional recientes, en medio de la crisis cíclica, estructural e internacional del Capitalismo constituyen un asunto de cardinal interés para las organizaciones sindicales afiliadas a la FSM-Colombia. Teniendo en cuenta que dicha crisis se amplia y profundiza, descargando sus efectos destructivos sobre los trabajadores y las masas populares, con más impuestos, para favorecer al gran capital financiero parasitario. Aparte de la cuestión tributaria, se mantiene unos bajos salarios, queriéndose eliminar el salario mínimo, aunque ya en la práctica se ha impuesto remuneraciones por debajo de éste, en el proceso productivo industrial y agrario, comercial, de servicios y entidades del estado. La contratación laboral es cada vez más precaria y flexibilizada, extendiéndose a amplios sectores populares, sin prestaciones, ni seguridad social; cada vez se destruye más el aparato productivo e industrial, se agudiza el abandono a los campesinos en su defensa de la soberanía alimentaria sin ningún apoyo económico, ni técnico, ni de asesoría, en una política de destrucción de la producción nacional para darle curso a la importación de alimentos en masa y de productos fabriles elaborados y así maximizar las ganancias y la acumulación capitalista nacional e internacional.

A medida que se recrudece y amplía la inversión internacional y el despojo imperialista, la política de las potencias capitalistas se tornan más agresivas; sea que se lleve a cabo por la vía de las imposiciones económicas o militares o a través de presiones “diplomáticas”. En Oriente Medio, América Latina y el corredor fronterizo con la Ex Unión Soviética, se concentran las principales fuerzas terroristas del imperialismo, conformadas por tropas de ocupación y asalto, tanto estatales, como paraestatales, un ejemplo, los mercenarios de Al Qaeda o el “Estado islámico, paramilitares.

La ofensiva del gran capital nacional e imperialista para resolver la crisis que los invade, es la alternativa de la guerra, combinando todas las formas de violencia tanto económica, de confrontación bélica, diplomática y por lo tanto, es declarada a muchos países, organizaciones y pueblos del mundo como ha venido aconteciendo en Ucrania, Libia, Palestina, Afganistán, Siria, Irán, Venezuela, Colombia, Cuba y Rusia, para solo citar unos cuantos, chantajeando con sanciones económicas y de sabotaje a los mercados, sanciones financieras, de divisas y propiciando el caos y la desinformación, etc. Esta criminal política imperialista ha conducido al rechazo y a cierto aislamiento, particularmente del gobierno yanqui e Israelí y trata de corregir algunos entuertos, estableciendo relaciones limitadas con la Isla de la Libertad-Cuba, pero a la vez adelanta nuevas guerras imperialistas, para mantener su papel en un mundo unipolar, a través de OTAN, frente a un mundo multipolar, que se organiza y se enfrenta a las potencias occidentales como es la BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y los países no alineados, liderados por la República Bolivariana de Venezuela.

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De portada… El estado Colombiano ha declarado la ilegalidad y reprimido las huelgas Obreras, campesinas, de servicios y de empleados estatales, quienes se oponen a la brutalidad del régimen, a la explotación y despojo de las riquezas naturales en el marco de la aplicación de los Coloniales TLC, destruyendo la cultura ancestral, la agricultura, el aparato industrial, contaminando y secando las fuentes de agua, destruyendo la naturaleza y el medio ambiente, lo que ha generado el desplazamiento, amenaza y muerte de pobladores, líderes y activistas sindicales, populares y sociales, por parte de la fuerza pública, de fuerzas paraestatales de extrema derecha, con el apoyo y financiamiento de varias transnacionales que han sido denunciadas.

La crisis de la salud para los trabajadores y sectores populares es cada vez más costosa y de baja calidad, en la cual no se diagnostica la enfermedad en la mayoría de las consultas, ni se suministran medicamentos preventivos y curativos, sino calmantes o analgésicos que agravan la enfermedad de los pacientes y lo que menos les importa a las EPS e IPS privadas, es atender y mejorar la calidad de la atención médica de quienes aportamos, ya que se disminuyen sus ganancias. La educación padece los mismos síntomas, deteriorándose más su calidad, pues a los estudiantes no se les enseñan ciencias sociales, historia, geografía, etc., sino la tecnocracia para que sirvan de esclavos en las industrias, maquilas, entidades, minas, servicios, agricultura, entre otros. Así mismo se impone la subcontratación de mano de obra precarizada; un pueblo ignorante es un pueblo dócil de manejar a su antojo.

La crisis del petróleo, del carbón y otros minerales, por los bajos precios y la explotación del petróleo por el sistema “Fracking” (fracturación hidráulica), en varios Países, tienen como finalidad crear una situación inmanejable en los Países Petroleros y derrumbar gobiernos democráticos del Alba, Unasur y la Celac, que resisten las imposiciones imperialistas, más acentuadas en algunos de ellos como Venezuela, Ecuador, Irán y Rusia, pero a la vez esta medida se viene contra los pueblos de los Países imperialistas como en EE.UU., donde han perdido o van a perder el empleo, un cuarto de millón de trabajadores. El Gobierno Colombiano diseño su presupuesto 2015, en base a los recursos financieros del petróleo, con los precios de mitad del año pasado y ahora enfrenta un déficit de 12 billones de pesos y según las declaraciones y ordenes de los organismos de dominación imperialista (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) “OCDE” y el lacayo y sumiso Gobierno Nacional, ese faltante será descargado sobre los trabajadores activos y pensionados, aumentando la edad de pensión, igualando la edad entre hombres y mujeres, gravando con impuestos las pensiones, aumentando el IVA y extendiéndolo a otros productos de la canasta familiar, e imponiendo gravámenes a los salarios, entre otras medidas oligárquicas, encaminadas a pagar hasta el último centavo de la impagable deuda externa, de 98 mil millones de dólares. El nefasto régimen colombiano compra y prepara los tanques y aviones de guerra contra el pueblo colombiano y latinoamericano, que resistirá esta ofensiva del gran capital nacional e imperialista. Pese a la baja de los precios del petróleo, la gasolina en Colombia se mantiene un 50 % más cara que en EE.UU.

La Federación Sindical Mundial FSM-Colombia, se solidariza con los pueblos agredidos por la voracidad imperialista en general y en particular con el pueblo y Gobierno Bolivariano de Venezuela que es ofendido por a injerencia imperialista de sabotaje y a través de dinosaurios expresidentes fascistas. Esta ofensa también va dirigida contra los demás pueblos del Alba, con el pueblo Palestino, con el gobierno Argentino, con el pueblo Brasileño, con el pueblo Puertorriqueño, contra la lucha del pueblo y la clase obrera Griega, el cual ha sido vil mente agredido por la troika imperialista. Así mismo, hace un llamado a los trabajadores y al pueblo colombiano a enfrentar unidos y movilizados como un solo hombre o mujer, las medidas económicas, sociales y de represión anunciadas por el régimen oligárquico colombiano que entre más se habla de Paz más se arman para la guerra e instala bases militares Yankees en Colombia; por la Integración de nuestra América, a apoyar con movilización la salida política y negociada del conflicto social y armado que padece nuestro País por más de 50 años, que se discute en la Habana entre el Gobierno y las FARC-EP, hacia una nueva Colombia en Paz con justicia social, democrática, soberana, independiente e incluyente, impulsando la Asamblea Nacional Constituyente, las constituyentes temáticas y sectoriales, el cese el fuego bilateral, la participación en las movilizaciones del 9 de Abril, el 1° mayo, contra la guerra, el militarismo y el fascismo que quieren imponer los sectores ultraderechistas encabezados por Uribe Vélez y el

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Imperialismo, en solidaridad con los trabajadores que enfrentan conflictos como Pacifi Rubiales, Drummond, Glencore, Gecolsa, Anglo Gold Ashanti (la kedahda), las transnacionales financieras, entre otros monopolios Nacionales e imperialistas y el repudio al nefasto papel que ha jugado el ministerio del trabajo en favor del gran capital contra los trabajadores en conflicto, así como las posiciones patronales asumidas por los cooptados y traidores del movimiento sindical unidos al Uribismo, para favorecer los intereses de Pacifi Rubiales, contra la USO y otras organizaciones sindicales luchadoras. Movilizarnos para exigir la libertad de los presos políticos, sindicales y populares, en cabeza de nuestro entrañable dirigente campesino y popular Hubert Ballesteros G.

FEDERACION SINDICAL MUNDIAL y LAS 33 ORGANIZACIONES SINDICALES PARTICIPANTES EN EL PLENARIO SINDICAL NACIONAL; BOGOTÁ 6 Y 7 DE FEBRERO DE

2015.

FSM por dentro...

DECLARATION

World Federation of Trade Unions (WFTU)

XII th World Congress of Trade Unions of Public Service Employees and Allied (TUI-PSEA)

Social Functions of the State — in the service of the workers and people

In defense of rights of the Public Service Employees

The workers and peoples of the world have been confronted with the profound consequences of the worsening of the crisis of the capitalist system, which in the recent past has had its greatest expression since the 1930s, as a result of the intensification of exploitation and growing financialization of the economy. Processes that are the direct and intrinsic result of the development of capitalism, along with intensification of tendency in the decline of profit rates and concentration of capital.

The worsening of the crisis of the capitalist system laid bare once again its irremediable contradictions, and its now confronted with long periods of economic stagnation, fall in investment in production and deceleration of prices. The rapid growth in unemployment, reaching historic levels in various regions of the world, is reflected in a mass of unemployed workers, the majority of which without social protection. A situation that serves the interests of capital, that uses the threat of unemployment to blackmail workers, lower wages, withdraw labor rights, and weaken negotiating power in collective bargaining.

Faced with unprecedented levels of unemployment — mostly in the capitalist poles —, economic retrocession, and increases in public and private debt, capital and the government in its service have found a new opportunity to deepen the offensive against workers and the popular masses, imposing a social and civilizational retrocession with successive attacks on rights, collective contracts and the class based trade-union movement, enlarging the already the substantial sectors of the population who live in the risk of poverty and worsening misery and social exclusion.

The reconfiguration of the State and the destruction of public services

The reconfiguration of the State, increasingly placing it in the service of big capital, is clearly one of the great objectives of capitalist governments. The so-called "social State", created after World War II as a response to the progressive advances in the Soviet Union towards building socialism, and which guaranteed important advances in the social and economic development in the countries where it was installed, rapidly became a target to kill after the fall of the USSR.

The social functions of the State — including Education, Health and Social Security —, and the principles of universality, solidarity and non-payment, are the result of the will, demands and struggle of workers and populations and are therefore their inalienable right. These principles allowed widening access of basic and non basic education to the popular masses, and the access to the highest levels of education to the children

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of workers; allowed universal access of the population to quality health care in case of disease, but also improvement in its prevention, in public health, and in the development of health sectors that potentiate the general improvement of living conditions; the replacement of wages in case of their loss due to disease, maternity, unemployment and old age, guaranteeing that no one who found himself in a situation of total or partial loss of wages were left to live in misery. To the social functions of the State one can also attribute the responsibility of disseminating and democratizing culture, art, improving mobility, aid in housing, aid in childhood, old age and the handicapped with public equipment, although with some insufficiencies given the population in need. Globally, the social functions of the State allowed important social and economic developments, representing a key role in decreasing the existing social inequalities, and its destruction has implied a civilizational set backwards and worsening the living conditions of workers and peoples.

The destruction of these worker's and people's conquests, despite being framed in a process that has been occurring for more than two decades, has had new qualitative and quantitative advances in the last years, using as arguments the sustainability of the social security systems, budget consolidation and the reduction of sovereign debts. In the case of the European Union countries, the approval of treaties and directives that are deeply against the interests and aspirations of peoples has served to crush their rights and conquests in benefit of big companies, with their respective governments handing over national sovereignty on a platter to an antidemocratic and neoliberal directorate.

The privatization packages have been horizontal to all countries in retrogression. First, with the privatizations of strategic sectors of the economy and development, like the energy sector (electricity, gas, fuels), the communication sector, including the postal service and telecommunications, the transport sector (air, rail, maritime and road transportation , as well as their respective infrastructures). The privatization of these public services meant that State monopolies were transferred to private monopolies (or almost monopolies), guaranteeing the accumulation of colossal profits to their shareholders, frequently foreign. The total dependence of populations upon the goods and services rendered — electricity, gas, telecommunications, etc. —, and the enormous investments already made by the states (and paid by taxes) in order to install and, more recently, modernize their distribution networks (with levels of coverage of the populations that can vary from country to country), in addition to having guaranteed profit, also allows that capital freely decide rate increases, reduction in coverage of services and decay in their quality, and to reserve services to those who can pay high bills.

But capital did not want to merely possess the strategic sectors of the sovereign economies. Therefore, governments opened the doors to the social functions of the State: health, education and Social Security.

The governments of capitalist countries have sought to deteriorate these social functions through progressive and substantial cuts in their budgets, by closing infrastructures (schools, hospitals, health centers, offices) and proximity services, with serious losses to populations, specially those far from the great urban centers. Children now travel dozens of kilometers to attend public school; the sick take more than an hour to reach the nearest emergency services. Social benefits have suffered significant reductions, and increased bureaucracy is used as an obstacle to access benefits: note the low the coverage of unemployment benefits given the high number of workers without a job.

In Europe, particularly in countries that suffered the intervention of the Troika (IMF, ECB and European Commission), the essential public services have begun to rupture as the result of constant budget cuts, and lack of human and material resources. The emaciation of public services also occurs through profound attacks upon the Public Administration workers. The decrease in the number of workers, either by lay-offs, either by not renewing retired workers; the withdrawal of rights, with wage cuts, frozen career progressions, blocks to collective bargaining and contracts, and limitations on the right to strike (considering that in many countries the right to strike is totally denied to public employees); in increase in working hours and work overload; the precariousness of thousands of workers with temporary contracts while performing permanent functions are some of the offensives of governments. Simultaneously, the aim to demonize work in in public careers, passing responsibility of poor service onto the workers, in order the divide the working class and the people — when in reality the public employees and public companies are doubly penalized with the monthly pillage of their wages and will less, worse and more expensive public services.

There is no doubt that the decay of the social functions of the State is singularly aimed towards its privatization. The governments that crush the financial, human and material resources in health and education, that crush social benefits, are the same that then say that public services are unsustainable and incapable of responding to the needs of the population, in order to then hand them over to private companies — leaving the more disfavored at the mercy of charity and assistentialism.

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The transformation of the State into a minimal state for the workers and peoples and maximum state for capital, a state always ready to financially sustain big banks and multinationals, with either direct injections of cash or with multiple tax benefits that allow them to be exempt from any taxation. The reinforcement of the instruments and mechanisms of repression — the remanescente function of the neoliberal State —, the large packages of privatizations (expunging the State of its instruments for economic intervention), the gradual but accelerated process of loss of sovereignty and national independence, the vast body of legals norms that penalize the working class; call rights, guarantees and liberties into question; and aim to satisfy the insatiable hunger for more exploitation and more profit.

The role of the class trade union movement in defense of public services

The class trade union movement, deeply committed with the struggle of workers in defense of their rights and public services, plays an irreplaceable role against the advance of capital. The bosses, using all the instruments at their disposal, will deepen the exploitation of workers, attacking conquests, liberties and guarantees of the peoples in order to maintain their dominance and fatten their pockets.

The reinforcement of the unity and cohesion of workers in their mass and class trade unions in the work place, as well as in their regional and international structures within the WFTU, is therefore fundamental to the development of demands, struggles and the consciousness of the working class, and in particular the workers in the public services and companies. This reinforcement also presupposes the unity in action of all workers and the struggle against reformism and bourgeoisie ideology.

Regarding demands, the actions of trade-union organizations affiliated in the TIU-Public Services, should involve, while respecting the particularities of each country:

1. The demand of modern, efficient, quality, universal and free public services that answer the real needs of workers and the populations, against their externalization or privatization, recusing their use towards the accumulation of profits by an oligarchy;

2. The demand to recall all the norms damaging the rights of public administration workers in the countries were they were imposed;

3. The demand for improvement in the working and living conditions of the public administration workers, namely by improving their wages and work schedule, making them compatible with their personal and family life;

4. The end to precariousness of work contracts and for guarantees of stability in public jobs that guarantee its independence relative to capitalist governments, either in the central, regional and local administration, wither in the state business sectors;

5. For the rights to exercise trade-union freedom (of association, reunion, demonstration, participation, etc.) in all the workplaces and the right to collective bargaining and contracts;

6. For the implementation of social policies that respond to the interests of peoples and workers for a more just distribution of wealth, with the rejection of social assistentialism;

7. For the rejection of all neoliberal and austerity policies that in several parts of the world aim to destroy labor and social rights of workers and peoples;

8. For the struggle towards peace and internationalist solidarity, against war, militarism, aggressions, interferences and blockades that attack the interests of workers and peoples — in defense of national sovereignty, so that peoples freely decide their destiny.

The newly elected leadership of the TUI must meet and put forward a plan of action of solidarity and support of the struggle of public service workers all over the work, that will be based on the guidelines of this document voted by the XII Congress of the TUI of Public Service Workers and Allied.

Kathmandu, February 2015

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Acontecer sindical…

Colombia: ¡LOS PRESOS POLÍTICOS NO SON

TERRORISTAS! ‘Para los ojos y oídos del poder siniestro todos estamos bajo sospecha’

Los aparatos de propaganda del Establecimiento difunden y refuerzan con claros intereses políticos que los presos políticos son delincuentes que revisten altos grados de peligrosidad, rotulando la mayoría de veces sus conductas como terrorismo lo que genera censura y proscripción por parte del conglomerado social. Quienes gracias a la efectiva propaganda negra de los áulicos del Sistema son víctimas de medidas violatorias de sus derechos humanos pisoteando cotidianamente su dignidad y sometiéndoles a la más cruel ignominia. ¿Pero quiénes son en realidad los presos políticos? Pues son hombres y mujeres que tomaron la valiente decisión de oponerse a la injusticia, a la opresión, a la explotación. Hombres y mujeres que asumieron el riesgo de denunciar los crímenes del Estado, sus políticas que profundizan la marginación y exclusión de amplios sectores de la Sociedad en beneficio de una pequeña minoría parásita que se forra los bolsillos a costa del sufrimiento y miseria del Pueblo. Las y los presos políticos no son enemigos de la Paz ni de la Democracia, no son en su mayoría miembros de organizaciones alzadas en armas ni enfermos de sangre y violencia. Son defensores de Derechos Humanos, líderes sociales, activistas sindicales, maestros, representantes del campesinado pobre y medio, trabajadores estatales, indígenas, afrodescendientes, activistas de la comunidad LGTBI, intelectuales progresistas, en fin un amplio número de hombres y mujeres comprometidos con la defensa de las libertades democráticas, críticos enérgicos de la desigualdad social y de la cultura de la muerte. Quienes han sido víctimas de la persecución sistemática de quienes no quieren que las cosas cambien, que se mantengan intactas las estructuras de poder que benefician a unos pocos. Muchas y muchos de ellos han sido procesados por el aparato de justicia acusados falsamente de hechos punibles que los vinculan de manera amañada a grupos alzados en armas, son señalados de manera mentirosa de pertenecer a células guerrilleras, preparar o manejar explosivos, cometer atentados terroristas, afectar la concordia y armonía social. Presentados ante la opinión pública –manipulada por los medios masivos de comunicación- como terroristas, lo que justifica que se violen sus garantías constitucionales y legales a un juicio justo, imparcial y que se les materialice el Debido Proceso. Son condenados de antemano por la prensa hablada y escrita quienes dictaminan quiénes son los ‘buenos’ y quiénes son los ‘malos’. Medios que enlodan la reputación de quiénes se oponen a los planes de dominación y explotación mientras se muestran benignos o complacientes con delincuentes de ‘cuello blanco’, homicidas, genocidas y esos sí verdaderos terroristas que en los campos y barriadas urbanas marginales siembran a su paso la muerte, la desolación, el sufrimiento de centenares de miles de personas. Llamamos a no seguir haciendo eco de las campañas ideológicas y políticas que muestran las luchas de los sectores oprimidos y explotados como terrorismo, que propician un clima social y político para que se repriman todas las expresiones organizadas o no de cuestionamiento a los males del Sistema, que favorece que se hostiguen, persigan y sancionen a quienes ponen en tela de juicio la capacidad y voluntad de las clases dirigentes por resolver los graves problemas que aquejan a las amplias masas del Pueblo, que abogan porque se reprima legal o extralegalmente a quienes bregan por construir un nuevo modelo social, económico y político donde aprovechando las innumerables riquezas con las que se cuenta y todos los avances científicos y tecnológicos se satisfagan las necesidades y carencias de la humanidad en su conjunto. Debemos empeñarnos en ser solidarios y defender la vida e integridad de todas y todos aquellos quienes construyen un mundo mejor, oponernos a cualquier iniciativa que pretenda en el terreno político y jurídico de procesarlos como terroristas y deslegitimar así su lucha y compromiso políticos. Negarnos a todas las cruzadas por desconocer el carácter de presos políticos de todas y todos aquellos que han sido encerrados en mazmorras infrahumanas, reducidos al olvido y la censura como una estrategia amañada para desincentivar los esfuerzos por organizarse para defender los derechos y libertades democráticos. No podemos mostrarnos indiferentes frente a las luchas que desde diversos sectores sociales, obreros, campesinos, estudiantiles, indígenas, libran por la justicia y la libertad. No podemos guardar silencio cuando equipos entrenados para reprimir atacan inmisericordemente las expresiones de descontento por la quiebra de la producción rural, la carencia de servicios públicos, el aumento de los impuestos, la pésima calidad de las vías de comunicación, la falta de empleo, la represión contra los jóvenes y los desplazados y otros. Causando graves heridas e incluso hasta la muerte de quienes se expresan políticamente o no. Casos como el homicidio del joven grafitero Diego Felipe Becerra y los estudiantes Óscar Salas y Nicolás Neira han quedado en la impunidad, gracias al manto que tienden los amigos y defensores del Sistema que los tildó en su momento de terroristas, vándalos, desadaptados sociales y hasta delincuentes. Y con ello justifican

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que quienes protestan, realizan mítines, marchas, portan pendones, banderas, realizan grafitis deben ser reprimidos y exterminados. Las y los presos políticos son defensores de la Vida y de la Sociedad y por eso merecen nuestro reconocimiento, respeto y solidaridad. ¡Los presos políticos no son terroristas! ¡Las luchas del Pueblo no son terrorismo!

SUBDIRECTIVA ASDECCOL BOGOTÁ

Por el fortalecimiento del control fiscal público y social POR LA DEFENSA DE LA FUNCION SOCIAL DEL ESTADO Y DEL CONTROL FISCAL PUBLICO COLOMBIANO

De nuestra América…

Acotaciones sobre el golpe frustrado en

Venezuela

Por Atilio A. Boron, Investigador Superior del Conicet y Director del PLED.

Hace poco más de un año la derecha fascista venezolana lanzaba una nueva ofensiva dirigida a provocar la “salida” del presidente Nicolás Maduro. La “salida” era un eufemismo para designar una convocatoria a la sedición, es decir, la destitución por medios violentos, ilegales y anticonstitucionales del mandatario legal y legítimamente electo por el pueblo venezolano. Esta iniciativa fue rodeada por un halo de heroísmo por la prensa de derecha de todo el continente, que con sus engañifas y sus

“mentiras que parecen verdades” -según la perspicaz expresión de Mario Vargas Llosa- intentó concretar una audaz de operación de alquimia política: convertir a un grupo de sediciosos en épicos “combatientes de la libertad”. Todo esto, naturalmente, fue alentado, organizado y financiado desde la Casa Blanca que a la fecha aún no ha reconocido el triunfo de Maduro en las elecciones presidenciales del 14 de Abril del 2013. Washington ha sido en cambio veloz como un rayo para bendecir la elección de Otto Pérez Molina, un general guatemalteco involucrado en una macabra historia de represión genocida en su país; o para consagrar la elección de Porfirio Lobo en un fraudulento proceso electoral urdido por el régimen golpista que destituyó al presidente legítimo José Manuel “Mel” Zelaya y sumió a Honduras en un interminable baño de sangre. Pero una cosa son los amigos y otra muy distinta los enemigos o, mejor dicho, los gobiernos que por no arrodillarse ante los úkases imperiales se convierten en enemigos. La República Bolivariana de Venezuela es uno de ellos, al igual que nuestra Cuba, Bolivia y Ecuador. Al desconocer el veredicto de las urnas Washington no sólo transgrede la legalidad internacional sino que, además, se convierte en instigador y cómplice de los sediciosos cuya obra de destrucción y muerte cobró la vida de 43 venezolanas y venezolanos (en su gran mayoría chavistas o miembros de los cuerpos de seguridad del estado).

En estas últimas semanas Estados Unidos ha redoblado sus esfuerzos desestabilizadores, pero levantando la apuesta. Si antes procedía a través de una pandilla de sediciosos que en cualquier país del mundo estarían en la cárcel y sentenciados a cumplir durísimas condenas, hoy desconfía de sus peones venezolanos, toma el asunto en sus propias manos e interviene directamente. Ya no son aquellos obscenos paniaguados del imperio, tipo Leopoldo López, María Corina Machado o Henrique Capriles los que impulsan la desestabilización y el caos, sino la propia Casa Blanca. Un imperio “atendido por sus dueños” que descarga una batería de medidas de agresión diplomática y sanciones económicas que se montan sobre la campaña de terrorismo mediático lanzada desde los inicios de la Revolución Bolivariana hasta llegar, en los días pasados, a promover un golpe de

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estado en donde las huellas de la Casa Blanca aparecen por todos lados. Respondiendo a esas imputaciones la vocera del Departamento de Estado Jen Psaki dijo que eran “ridículas” y que “los Estados Unidos no apoyan transiciones políticas por medios no-constitucionales. Las transiciones políticas deben ser democráticas, constitucionales, pacíficas y legales.” Es obvio que la vocera es una mentirosa serial y descarada o, hipótesis más benévola, padece de una grave enfermedad que le ha borrado la memoria de su disco duro neuronal. Para repararlo bastaría con invitarla a que vea un despacho de la CBC News que muestra a una de sus superiores, la Secretaria de Estado Adjunta para Asuntos Euroasiáticos, Victoria Nuland, conversando amablemente con los neonazis que ocupaban la Plaza Maidan de Kiev y exigían la renuncia del Presidente Viktor Yanukovich, cosa que lograron pocos días después luego de una serie de violentas acciones. Más tarde las bandas neonazis del Pravy Sektor atacaron un local sindical en Odessa donde se agruparon los opositores al golpe perpetrado en Ucrania, le prendieron fuego y quemaron vivos una treintena de personas mientras desde afuera disparaban contra quienes trataban de huir del edificio en llamas. Esos bandidos, alentados por Washington con la presencia de Nuland, actuaron al igual que los criminales del Estado Islámico cuando capturaron a un piloto del avión caza jordano, lo encerraron en una jaula y le prendieron fuego. Esto fue una atrocidad incalificable, lo otro un lamentable incidente que apenas si mereció un comentario del Departamento de Estado. Por último, habría que recordarle a la desmemoriada vocera que fue el propio Presidente Barack Obama quien dijo que Estados Unidos "en ocasiones tuerce el brazo a los países cuando no hacen lo que queremos". Venezuela desde 1998 no hace lo que Washington quiere, y por eso trata de torcerle el brazo con una parafernalia de iniciativas dentro de las cuales ahora vuelve a incluirse, como en el 2002, el golpe militar.

Algunos podrían objetar que la denuncia del gobierno bolivariano es alarmista, infundada y que no hubo tentativa golpista alguna. Quienes piensan de ese modo ignoran (o prefieren ignorar) las lecciones de la historia latinoamericana. Estas demuestran que los golpes de estado siempre comienzan como acciones puntuales, aparentemente insensatas y alocadas de un grupo, y que no deben ser tomadas en serio. Es más: se suele acusar a los gobiernos que desbaratan o denuncian este tipo de actividades-¡que son el embrión del golpe de estado!- como irresponsables que llevan zozobra a la población viendo fantasmas donde hay tan sólo un pequeño núcleo de fanáticos que desean llamar la atención de las autoridades. En todo caso, ¿cómo olvidar la labor preparatoria de la derecha venezolana cuando pocas semanas atrás invitó a los ex presidentes Andrés Pastrana, Felipe Calderón y Sebastián Piñera para visitar a Leopoldo López, con el pretexto de participar en un foro sobre el empoderamiento de la ciudadanía y la democracia? O cuando da a conocer un comunicado conjunto firmado por los principales líderes fascistas venezolanos: Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma, oportunamente fechado el 14 de Febrero y que luego de un diagnóstico apocalíptico de la realidad venezolana termina diciendo que “ha llegado la hora del cambio. El inmenso sufrimiento de nuestro pueblo no admite más dilaciones.” En todo ese comunicado sólo se utilizan los términos que son marca registrada de la Casa Blanca: “transición, cambio de régimen” sin la menor alusión al referendo revocatorio, dispositivo institucional de recambio de gobierno previsto por la constitución chavista e inexistente en los países de los ex presidentes arriba mencionados, pese a lo cual se acusa a Venezuela de ser un “estado totalitario” a la vez que los países que no disponen de semejante cláusula son caracterizados como ejemplares democracias, cuyos presidentes pueden ir a la República Bolivariana a dar lecciones de democracia. ¿Por qué no se alude a ese recurso? Porque ni Washington ni sus secuaces piensan en un cambio dentro de la legalidad. El libreto imperial es el recambio violento, estilo Libia o Ucrania o, en el mejor de los casos, un “golpe parlamentario”, como el que derrocó a Lugo, o en uno “judicial”, como el que precipitó la caída de Zelaya. ¡Olvídense de la constitución!

Recapitulando: tenemos la voluntad de Washington para acabar con el proceso bolivariano, como lo hicieron en tantos otros países; están también las tropas de choque locales, la derecha fascista o fascistoide que cuenta con un impresionante apoyo mediático dentro y fuera de Venezuela; y apareció también la vanguardia golpista que fue descubierta y desbaratada por el gobierno de Maduro. La técnica del golpe de estado enseña que hay que proceder metódicamente: siempre se comienza con un pequeño sector que toma la delantera y sirve para probar los reflejos del gobierno y la correlación de fuerzas en las calles y los cuarteles. Nunca son la totalidad de las fuerzas armadas y el bloque sedicioso quienes salen al ruedo y, al

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unísono, se sublevan en masa. No fue eso lo ocurrido en contra de Salvador Allende en Chile. Fue la Infantería de Marina la que a primeras horas de la mañana del 11 de Septiembre ocupó las calles de Valparaíso, desencadenando una reacción en cadena que terminó con el golpe de estado. Lo mismo ocurrió con el derrocamiento de Juan Perón en la Argentina de 1955, cuando una guarnición de Córdoba se levantó en armas. Y otro tanto se verificó en el Ecuador el 30 de Septiembre de 2010, cuando se produjo la insubordinación de la Policía Nacional que retuvo durante más de unas 12 horas en su poder al presidente Rafael Correa. La inmediata reacción popular abortó el golpe, impidiendo que la vanguardia golpista recibiera el respaldo militar y político necesario para que el proceso rematara en el derrocamiento del presidente ecuatoriano. La inacción o la subestimación oficial ante lo que al principio aparece como una manifestación extravagante, minúscula e inofensiva de una patrulla perdida es lo que termina desencadenando el golpe de estado.

Cabría preguntarse por las razones de esta desorbitada reacción del imperio, evidenciada no sólo en el caso de la República Bolivariana sino también en Ucrania. La respuesta la hemos dado hace tiempo: los imperios se tornan más violentos y brutales en su fase de decadencia y descomposición. Esta es una ley sociológica comprobada en numerosos casos, comenzando por la historia de los imperios romano, otomano, español, portugués, británico y francés. ¿Por qué habría de ser la excepción Estados Unidos? Máxime si se tiene en cuenta que la decadencia norteamericana –reconocida por los principales estrategas del imperio- va acompañada por una rápida recomposición de la estructura del poder mundial, en donde el fugaz unipolarismo norteamericano que brotara de las ruinas de la Unión Soviética –un infantil espejismo alentado por Bill Clinton y George W. Bush y sus inefables asesores- y que anunciaba con bombos y platillos el advenimiento del “nuevo siglo americano” se deshizo como un pequeño pedazo de hielo arrojado en las ardientes arenas del Sahara. Ahora el imperio tiene que vérselas con un mundo multipolar, con aliados más tibios y reticentes, tributarios cada vez más desobedientes y enemigos cada vez más poderosos. En ese contexto Venezuela, la primera reserva de petróleo del planeta, adquiere una importancia esencial y la reconquista de ese país no puede demorarse mucho más. O, como dice el comunicado golpista de la derecha, “sin más dilaciones.”

Una última referencia tiene que ver con los blancos escogidos por los frustrados golpistas para realizar sus bombardeos. Aparte de edificios gubernamentales clave la lista incluía las instalaciones de Telesur en Caracas. Se comprenden las razones detrás de este siniestro plan pues tantos los golpistas como sus instigadores, de afuera y de adentro del país, saben muy bien el fundamental aporte de Telesur en informar desde una perspectiva nuestroamericana y en despertar y cultivar la conciencia antiimperialista en la región. Producto de la visión estratégica del Comandante Chávez, que concibió a esa empresa pública multinacional como un instrumento eficaz para librar la gran batalla de ideas en la que estamos empeñados, su gravitación internacional y su credibilidad no han dejado de crecer desde entonces. Su programación tiene un notable contenido informativo y educativo, y la capacidad de quienes allí trabajan ha permitido que millones de personas en todo el mundo puedan comprobar las mentiras propaladas por los medios del establishment. Mencionaremos sólo dos casos, de los tantos que podrían escogerse: el informe sobre el golpe de estado en contra de Zelaya, minuciosamente omitido por la televisión del sistema y cuando ya no podían ocultarlo lo tergiversaban; y el desenmascaramiento de la noticia que decía que la aviación de Gadaffi estaba bombardeando posiciones de indefensos civiles en la ciudad de Bengasi, cabecera de playa de la OTAN en su proyecto, desgraciadamente culminado exitosamente, de matar a Gadaffi y destruir Libia. Mientras toda la prensa internacional mentía alevosamente Telesur fue el único medio que durante cuatro días dijo la verdad que luego todos debieron reconocer. Que no hubo bombardeos y que los supuestos civiles indefensos eran en realidad una sanguinaria pandilla de mercenarios lanzados al saqueo y el asesinato por Estados Unidos y sus compinches europeos. Por eso los fascistas tenían a esa empresa como objetivo a destruir. Y esto es un timbre de honor del cual los colegas y amigos de Telesur pueden enorgullecerse. Habría sido motivo de preocupación que hubieran desestimado a Telesur en sus planes golpistas. Pueden decir, con orgullo, el Quijote: “ladran Sancho, señal que estamos cabalgando.”

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Dossier…

A un año del inicio de las guarimbas

En defensa de la Revolucion Bolivariana y

Chavista

Por Katu Arkonada *Claro siempre estarán los enemigos del país, afuera y adentro, tratando de minar la moral nacional, pero aquí le estamos demostrando quiénes somos nosotros. Como dijo Bolívar una vez: “soy el hombre de las dificultades”. Nosotros somos sus hijos, somos el pueblo de las dificultades, mientras más difícil nos las pongan, más grande seremos.* *Comandante eterno Hugo Chávez*

El 12 de febrero de 2014 se ponía en marcha la llamada por la oposición venezolana “Operación Salida”, que consistía en un plan de desestabilización del gobierno para forzar la renuncia del Presidente Maduro en 120 días. Esta operación tuvo su expresión más violenta en las guarimbas, que dejaron decenas de muertos y centenares de heridos durante los meses que se siguieron. Un año después, a casi 2 años de la muerte del Comandante Chávez, en un 2015 con elecciones parlamentarias en Venezuela y tras haberse conocido el diseño de una “Operación Salida 2”, es momento de hacer un balance de la revolución bolivariana desde una perspectiva histórica y en su coyuntura actual, la etapa del chavismo sin Chávez.

*Venezuela, los continuos saltos adelante* Porque Chávez no era solo Chávez. El Comandante era la plasmación y cristalización de todo un pueblo. Decenas de luchas sedimentadas en un militar nacionalista del mismo color que los sectores populares venezolanos. Chávez se nos murió antes de tiempo, sin duda, pero quizás tenía que ser así de tanto que se adelantó a su tiempo, él y el heroico pueblo venezolano. El alzamiento zapatista de 1994 suele marcar el inicio de la lucha contra la globalización capitalista, pero ya en 1989 se producía el Caracazo como primera respuesta de las clases populares venezolanas, de los más desfavorecidos, contra la imposición del neoliberalismo. Al igual cuando hablamos de las insurrecciones que posibilitaron un nuevo ciclo posneoliberal en América Latina solemos pensar en los levantamientos indígenas en Ecuador o la Guerra del Agua (2000) y del Gas (2003) en Bolivia, pero ya el 4 de febrero de 1992 se producía en Venezuela un levantamiento cívico-militar que nos dejaba el famoso “Por ahora…” del Teniente-Coronel del ejército Hugo Rafael Chávez Frías. El por ahora se transformó en un ahora que barría el fin de la historia y ponía en marcha en 1999 el primer gobierno nacional-popular del cambio de época latinoamericano, mucho antes de que en 2003 llegaran al gobierno Lula y Néstor Kirchner. Venezuela continuaba adelantándose al tiempo histórico y sufría en 2002 el primer golpe de estado del siglo XXI, mucho antes de los intentados en Bolivia (2008) y Ecuador (2010), además de los consumados en Haití (2004), Honduras (2009) y Paraguay (2012). Asimismo y bajo la conducción de Chávez junto al otro gran arquitecto de la integración latinoamericana llamado Fidel Castro, se funda el ALBA en 2004 también mucho antes que nacieran otros instrumentos como Unasur (2008) o CELAC (2011). De nuevo Chávez en 2005 se adelanta a la historia y antes incluso que ganaran las elecciones por primera vez Evo Morales en Bolivia o Rafael Correa en Ecuador, define como Socialismo del Siglo XXI el proyecto político de la revolución bolivariana,

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adquiriendo lo nacional-popular un horizonte socialista. El 5 de marzo de 2013, y tras haber realizado un último servicio a su patria, dando la vida en una campaña electoral que ganó ya gravemente enfermo, Chávez se nos va y a la vez se nos queda para siempre. *El chavismo sin Chávez* Pero Chávez no solo se adelantó a la historia, sino que nos legó el chavismo como identidad colectiva de todo un pueblo, identidad que sintetiza una gramática constituyente que refundó un Estado y cristalizó en una nueva cartografía de la emancipación. Esta identidad política sobre todo, pero también económica1 <http://www.rebelion.org/noticia.php?id=195348#sdfootnote1sym>, es una resignificación de la herencia bolivariana con raíces profundas en Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez, que se construye sobre la base de la incorporación de los sectores populares al Estado haciendo coincidir, por primera vez en la historia venezolana, los intereses de una nación, hasta ahora al servicio de las elites políticas y económicas, con los de todo un pueblo. Cuando Chávez jura sobre la moribunda Constitución venezolana y abre paso a un proceso constituyente, inaugura el cambio de época en América Latina. Del Consenso de Washington se pasa a un consenso posneoliberal que, a diferentes ritmos e intensidades, transforma Nuestra América. El nuevo Estado venezolano otorgó derechos sociales, económicos y culturales a quien nunca tuvo derechos. Pero como la gente no come ideología, lo hizo además mejorando sus condiciones materiales de vida. Hoy en día la inversión social en Venezuela se ha duplicado desde 1999 y supera el 60% del PIB. Esta redistribución de la riqueza implica que del 49% de la población que vivía en la pobreza en 1999 se ha pasado al 19% en 2013, a la vez que se reducía la pobreza extrema del 21% al 5’5%. Ya en 2005 la UNESCO declaraba a Venezuela territorio libre de analfabetismo y hoy la tasa neta de escolaridad primaria ha subido del 86% al 93%, al mismo tiempo que se ha incrementado en más del 100% los centros de salud, que han pasado de 5.360 en 1998 a 13.731. También durante el chavismo el índice de desnutrición ha pasado, según la FAO de Naciones Unidas, del 13’5% a menos del 5%, y la Gran Misión Vivienda ha entregado, solo desde 2011, más de 600.000 viviendas a los sectores más necesitados. En Venezuela hoy se puede envejecer con dignidad pues durante el neoliberalismo los pensionados no llegaban a 300.000 personas y hoy superan los 2’5 millones de venezolanos y venezolanas. Se calcula en unos 650 mil millones de dólares la inversión social entre 1999 y 2013, lo que ha permitido a Venezuela escalar del 0.662 al 0.748 en el Índice de Desarrollo Humano del PNUD de Naciones Unidas. Todos estos avances se han hecho además ampliando los márgenes de la soberanía popular y la democracia, no solo la representativa sino la participativa; y delineando una nueva Geopolítica Bolivariana que se sustenta sobre la integración latinoamericana y las relaciones Sur-Sur como forma de reforzar la transición a ese mundo multicéntrico y pluripolar que deje atrás los esquemas imperiales y coloniales del capitalismo. Pero además de todo lo anterior construido durante una revolución, que como todas las revoluciones sufre avances y retrocesos y es hija de las tensiones creativas a las que constantemente empujaba el Comandante, Chávez nos dejó una brújula para pensar el proceso venezolano y el mundo actual hoy, el Plan de la Patria2 <http://www.rebelion.org/noticia.php?id=195348#sdfootnote2sym>. Un plan que desde la defensa de la Independencia Nacional propone seguir construyendo el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI como alternativa al modelo salvaje del capitalismo, convirtiendo a Venezuela en una potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la gran potencia naciente de América Latina y el Caribe; todo ello dentro de la nueva geopolítica internacional y contribuyendo a defender a la humanidad y la naturaleza de la agresión capitalista. *Guerra económica* Pero toda revolución se constituye como tal enfrentando a su vez una contrarrevolución, que hoy en Venezuela adopta la forma de guerra económica y mediática. Venezuela afronta hoy el desafío de enfrentar la guerra económica organizada por una burguesía parasitaria que se quiere apropiar de la renta petrolera, por unas elites económicas que

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especulan sin invertir en desarrollo productivo. Todo ello ejecutado con la complicidad, cuando no ayuda directa, de Estados Unidos y sus aliados en la región. La burguesía venezolana demanda dólares a una tasa preferencial del Estado venezolano para importar productos que después vende en hasta 10 veces su valor, cuando no acapara para inflar artificialmente las necesidades de la población o desvía a Colombia vía contrabando. Por si todo lo anterior no fuese suficiente, la Presidenta del Banco Central de Venezuela Edmée Betancourt calculó en 20.000 millones los dólares a tasa preferencial obtenidos en 2012 por “empresas de maletín” (fantasmas), cálculo que el Presidente Maduro eleva a 60.000 millones a lo largo de los últimos años. Una parte de esos mismos dólares fueron vendidos más tarde en el mercado negro, multiplicando varias veces la ganancia en un ejercicio especulativo de manual. Ante este escenario, es urgente un nuevo sistema cambiario acompañado de una política monetaria y de precios que necesariamente debe ir de la mano de una reforma fiscal para que paguen más los que más tienen, a la vez que se tomen medidas contrainflacionarias. Es normal la cautela del gobierno para unificar bandas cambiarias pues los especuladores siempre indexarán la brecha cambiaria, pero el recién creado Sistema Marginal de Divisas (Simadi) parece un paso en la dirección correcta. También hay que confiar en la madurez del pueblo venezolano y entrar de una vez por todas a un debate sobre la subvención de la gasolina. Venezuela pierde cada año aproximadamente 12.500 millones de dólares por el subsidio, vendiendo a 0’07 bolívares el litro que le cuesta producir a PDVSA 2’7 bs. Este debate a su vez tiene que enmarcarse en uno más amplio sobre el modelo de desarrollo y el cambio de matriz productiva. Es obvio que mientras sea más barato importar que producir cualquier alimento o producto manufacturado, no se va a salir de la lógica extractivista. Pero a la vez este debate no puede caer en falsos maniqueísmos posmodernos que desechan el análisis del sistema-mundo y del imperialismo. Si hoy hay guerra económica en Venezuela es porque el imperialismo acecha sus reservas de petróleo, las más grandes del mundo, con en torno al 20% del crudo petrolero que existe en todo el mundo. A esta guerra económica se le suma una campaña de contrainsurgencia mediática que busca deslegitimar los logros de la revolución bolivariana mediante la manipulación y la mentira. Todo el 2014 pudimos asistir a un vergonzoso espectáculo de manipulación por parte de las grandes corporaciones mediáticas que comenzó en esta última fase con las guarimbas, y en este 2015 la periodista estadounidense Eva Golinger ha hecho una brillante cronología de esta campaña de terrorismo mediático en su “Golpe en tiempo real”3 <http://www.rebelion.org/noticia.php?id=195348#sdfootnote3sym>. *Maduro como catalizador del chavismo sin Chávez* El principal perjudicado de esta campaña de guerra económica y mediática ha sido el pueblo venezolano sin ninguna duda, pero punto de mira ha tenido como primer objetivo Nicolás Maduro. A ningún hijo se le puede pedir que sea exactamente como su padre, pero es claro que el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela es un digno heredero y continuador del legado del Comandante. Ante una nueva derecha que combina golpe duro con golpe blando, Maduro ha encarnado perfectamente la figura gramsciana del puño de hierro en guante de seda, ejerciendo poder ante la guerra de posiciones, de asedio continuado, a la que es sometido por la oposición fascista venezolana. Oposición que hoy en día está desarticulada y fragmentada pero seguro seguirá combinando estrategias golpistas con el intento, legítimo, de derrotar al chavismo en las elecciones parlamentarias de finales de año. Maduro tiene una cualidad fundamental, que es la humildad de quien la historia ha colocado en un lugar que no había buscado, y la capacidad por tanto de aceptar la crítica. Siguiendo las palabras de Chávez pronunciadas el 12 de enero de 2012, *“La verdadera política requiere veracidad. ¿De qué lado está la verdad, aunque no nos guste?”, *el Presidente Maduro dio un paso adelante en agosto pasado y durante la entrega del Premio Libertador de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, nos pidió crítica y autocrítica a la vez que se mostró duro con todos los rasgos del Estado burgués aun presentes en Venezuela como la corrupción,

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burocracia e ineficiencia, probablemente los principales problemas que tiene que enfrentar la revolución bolivariana en estos momentos. Pero construir una nueva cultura de izquierda basada en una ética de la honestidad no es fácil y exige de la intervención directa de los militantes chavistas así como de una gran sensibilidad oficial para facilitar las denuncias, en palabras de Claudio Katz4 <http://www.rebelion.org/noticia.php?id=195348#sdfootnote4sym>. Hay espejos cercanos en los que mirarse, como Bolivia, donde existe, el primero de América Latina, un Ministerio de Transparencia Institucional y Lucha contra la Corrupción. *Desafíos 2015-2019* Si bien la lucha contra la ineficiencia y la corrupción es un desafío inmediato y estructural, hay mucho camino por recorrer pero queda claro que hay chavismo sin Chávez. Un chavismo como proyecto político emancipador, de pueblos y de personas, que tiene como reto y horizonte la transición al socialismo. Ni las comunas por si solas, a pesar de ser un hito de participación popular, construyen un Estado post capitalista, ni tampoco las empresas estatales por si solas son socialistas, pero tanto la estatización de las empresas como las comunas son hilillos de socialismo, pasitos en esa larga marcha llamada transición. La forma del socialismo en Venezuela dependerá también, como dice Michael Lebowitz5 <http://www.rebelion.org/noticia.php?id=195348#sdfootnote5sym>, de la lucha de clases, no sólo con la burguesía, sino también al interior del mismo chavismo, algo similar a lo que expresa el Ministro de Cultura (ex Ministro de Comunas) Reinaldo Iturriza cuando afirma6 <http://www.rebelion.org/noticia.php?id=195348#sdfootnote6sym> que debemos *“Identificar, por ejemplo, cuándo y cómo permitimos que una ‘nueva clase’ creciera al amparo de la revolución, y cuándo y cómo ella misma terminó siendo un obstáculo para liberarnos de las amarras de la economía rentista.”* Chávez constantemente citaba al húngaro István Mészáros, Premio Libertador de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, y su concepto de *“sistema del capital postcapitalista”,* es decir, sistemas/sociedades/países que a pesar de tener rasgos postcapitalistas (como la URSS), no consiguieron romper con el *“sistema de metabolismo social del capital”, *la triada conformada por las dimensiones capital, trabajo y Estado, un metabolismo incontrolable y destructivo. Son claros los rasgos postcapitalistas, no solo postneoliberales, sino también socialistas, en Venezuela, a la vez que se convive con el viejo Estado burgués que no ha sido demolido del todo y con modos de producción capitalistas dentro de un sistema mundo capitalista. En la medida en que se vaya modificando y sustituyendo ese metabolismo social del capital es que podremos hablar de un otro modelo, que en Venezuela adopta la forma de Socialismo Bolivariano del Siglo XXI. Socialismo Bolivariano que debe ser reforzado mucho más allá del gobierno y del Estado, y en ese ámbito tanto el PSUV como el Gran Polo Patriótico, que pronto celebrará su Congreso, son herramientas fundamentales para ello como parte de la construcción de un liderazgo colectivo que arrope la figura de Maduro durante los próximos años. Lo colectivo acompañado siempre de la formación política de cuadros y bases, porque como escribe Luis Britto7 <http://www.rebelion.org/noticia.php?id=195348#sdfootnote7sym>, revolución sin ideología es piñata ante la cual la gente se arrodilla hasta que se acaban los caramelos. Con estas tensiones y los desafíos planteados, solo queda seguir avanzando, como Chávez y como Lenin antes, combinando pragmatismo cuando sea necesario con la voluntad honesta de seguir profundizando y radicalizando el proceso, a veces limando y suavizando las contradicciones, a veces agudizándolas. Venezuela ahora mismo es un dique de contención ante las agresiones del imperialismo que salvaguarda a otros procesos en la región, por lo que es tarea de todos y de todas defender la revolución bolivariana. La unidad, unidad y más unidad que reclamaba el Comandante Chávez pasa por la defensa irrestricta del pueblo y gobierno venezolano, que recordemos ha construido una revolución pacífica pero no desarmada. Frente a la propaganda armada del

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imperialismo y sus lacayos locales, construyamos una trinchera de solidaridad repleta de ideas bolivarianas y chavistas, antiimperialistas y socialistas. ** En recuerdo y homenaje a las víctimas de las guarimbas* Por el mundo…

La educación pública como garantía de

desarrollo Por Alina M. Lotti Aunque pertenecen a áreas geográficas y contextos diferentes, el uruguayo Fernando Rodal, el nicaragüense Fredy Franco, y el español Pedro Polo comparten criterios de avanzada en cuanto al logro de una educación gratuita, de calidad y para todos. Una vez más, congregados en La Habana con el propósito de participar en uno de los foros organizados como parte de Pedagogía 2015, los sindicalistas abordaron la situación educativa actual, cuando existen más de 700 millones de adultos analfabetos y 57 millones de niñas y niños no escolarizados. Al referirse a la Confederación de Educadores Americanos (CEA), que encabeza por un segundo mandato y hasta el 2018, Rodal dijo que hoy esta organización se encuentra en una nueva etapa gracias a la unión alcanzada, lo cual constituye un elemento poderoso para defender con firmeza la educación, un derecho universal. Integrada por una membresía de más de 5 millones de personas, sobre todo de los países de América del Sur, la CEA (Cuba también ocupa una de sus vicepresidencias) enfrenta esa tendencia a la fragmentación que muchas veces es promovida desde los círculos de poder para evitar que los trabajadores se articulen y emprendan tareas comunes. Por lo tanto, quiere crear un lugar en la diversidad, donde todos tengan cabida con un objetivo único: la defensa de la educación pública como garantía del desarrollo. Dos voces unidas pese a la distancia Fredy Franco, quien dirige la Federación de Sindicatos de Trabajadores Universitarios de Centroamérica, América y el Caribe y, además, la Federación de Profesionales Docentes de la Educación Superior de Nicaragua, apuntó que en la región hay dos realidades. Por un lado, señaló, países que avanzan de manera progresista en términos de financiamiento a la educación, el mejoramiento al acceso y la calidad. En tanto, otros muestran retroceso por las políticas neoliberales, tal es el caso de Honduras, donde continúa la violencia y la represión contra los educadores, los universitarios, los periodistas y los campesinos. Franco precisó que se trata de un contexto diverso, ante lo cual los trabajadores deben luchar por sus derechos. “En este mundo complejo, caracterizado por una revolución científico técnica y el desarrollo impetuoso de las telecomunicaciones, las organizaciones sindicales deben tener, como nunca antes, una mayor capacidad para asumir los retos del progreso, y representar mejor los intereses de los educadores”, enfatizó. Con total claridad de cuál es el rol a desempeñar, Pedro Polo, del Sindicato Educativo en las Islas Baleares, y también asesor de la CEA, refirió los orígenes de la escuela de formación para dirigentes sindicales, creada por él 25 años atrás donde reside, en Palma de Mallorca. En aquel entonces, contó, había maestros en paro, sin trabajo, y también vio la necesidad de que el currículo escolar tuviera en cuenta las características de las localidades; ello se hace muy difícil, pues el profesor tiene poco tiempo.

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Así surgió la idea de conformar unidades didácticas para abordar temas de interés para las comunidades, como la xenofobia, el neoliberalismo. A ese empeño se sumó el sindicato con la incorporación de muchos voluntarios. A la pregunta de cuál es el principal problema de los educadores españoles, Polo respondió de un tirón: “¡El propio Gobierno!, pues ha ido dejando caer la enseñanza, creando problemas en el sector, recortando el número de profesores, los salarios, las becas para los alumnos, las ayudas para los comedores escolares; ha masacrado hasta nuestra propia lengua”. Un tema ineludible Como en otras ocasiones, la condena al bloqueo imperialista contra Cuba estuvo presente en estos testimonios, enriquecidos ahora por la noticia que el pasado 17 de diciembre recorrió el mundo acerca del posible restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos. Al respecto, el presidente de la CEA opinó: “Inmediatamente de haberse producido el anuncio oficial expresamos nuestra inmensa alegría; sobre todo por la liberación de los compañeros que estaban encarcelados injustamente. No solo se reivindicó un aspecto político de la lucha en Cuba, sino también el sentido de lo humano, al retornar ellos con sus familiares. “En cuanto a las relaciones entre ambos países, esto ha sido un paso de avance, y quizás lo más difícil esté por venir. El bloqueo sigue siendo un tema central y debe ser eliminado para luego conversar seriamente sobre un asunto que trasciende el permiso para poder viajar, y debe apuntar hacia un restablecimiento pleno y respetuoso entre dos naciones”. Admirado por la resistencia, valentía y dignidad del pueblo cubano, el dirigente sindical aseguró que Nicaragua también comparte con satisfacción ese acontecimiento. “Lo primero —consideró— es la suspensión del bloqueo, el principal obstáculo que tiene Cuba para su desarrollo, también una violación de los derechos humanos. “El presidente norteamericano Barack Obama reconoció el fracaso de esa política imperialista, entonces esperamos que adelante lo necesario en los años que le quedan en el poder. “Asimismo, como se ha dicho, Cuba debe ser borrada de la lista de países patrocinadores del terrorismo, pues Estados Unidos no tiene autoridad moral para calificar así a una nación que ha brindado ayuda solidaria a muchos países del mundo”, enfatizó. Convencido de que más temprano que tarde el bloqueo será eliminado, Franco alertó acerca de otras estrategias de la política imperialista. “El pueblo cubano debe prepararse —subrayó— para los nuevos escenarios y otros tipos de agresiones”. Por su parte, el representante del sindicalismo español catalogó como positivo lo acontecido sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. “Hay una cuestión importante que Estados Unidos no tiene presente y es que los derechos son individuales, colectivos y de pueblos, y la gran potencia solo ha mirado los de algunas personas. “Ante esta nueva coyuntura hay que esperar, ver si se toma una serie de acuerdos y, sobre todo, respetar el derecho de las naciones a su autodeterminación, y eso pasa por levantar el bloqueo económico, comercial y financiero. Ellos que hablan del libre mercado, no deben obstruir las relaciones de Cuba con quienquiera, ya sean empresas o países. Esa es su potestad”. Por el mundo…

CONSPIRAR EN ESTADOS UNIDOS

Por Atilio A. Boron, Investigador Superior del Conicet y Director del PLED

Toda la prensa hegemónica y los “intelectuales bienpensantes” (al decir de Alfonso Sastre) acusan al gobierno bolivariano de tiránico y totalitario por haber apresado a Antonio Ledezma, alcalde metropolitano de Caracas. Tuvo suerte este personaje, porque le hubiera ido mucho peor si lo que hizo en Venezuela: participar en una conspiración para derrocar por medios violentos al gobierno, lo hubiese hecho en Estados Unidos. A continuación, algunos antecedentes de utilidad para contextualizar su detención y, de paso, la de Leopoldo López, otro que cuenta con iguales o peores antecedentes que Ledezma.

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En efecto, la legislación de Estados Unidos considera como un crimen federal cualquier acto de un nacional que “organice, ayude o intente organizar una sociedad, grupo o conjunto de personas que enseñan, promueven o alientan el derrocamiento o destrucción del gobierno.” Para que se configure esta figura penal no es necesario que el plan urdido por los conspiradores sea llevado a la práctica. Basta con haberlo concebido. En virtud de esta legislación, en 1981 Oscar López Rivera -un líder independentista de Puerto Rico y veterano de la Guerra de Vietnam- fue declarado culpable y condenado a 70 años de prisión por conspiración sediciosa y otros delitos. Después del primer atentado contra las Torres Gemelas, en 1993, las investigaciones condujeron a la detención de Omar-Abdel Rahman -un invidente clérigo musulmán, nacido en Egipto y residente en New Jersey- y nueve otras personas, todas acusadas de “conspiración sediciosa” por estar involucradas en un plan supuestamente destinado a librar una guerra terrorista contra los Estados Unidos y su gobierno. Los inculpados no llegaron a concretar sus propósitos pero se los condenó por haber puesto en marcha un complot destinado a tal fin. La evidencia: se los sorprendió manipulando sustancias explosivas en un garaje de Queens. Pese a que el clérigo ciego mal podría haber participado en la preparación de las bombas que supuestamente se colocarían en las Torres Gemelas fue acusado de ofrecer una justificación religiosa a los conspiradores. Todos fueron condenados en 1996, y a Rahman el juez Michael Mukasey le impuso una condena de prisión perpetua. Después de los atentados del 11 de Septiembre del 2001 y con la aprobación de la Ley Patriota (Pub. L. No. 107-56, 115 Stat. 272) se acentuaron las prerrogativas del Ejecutivo para perseguir a quienes el presidente considere han planeado, autorizado, ayudado a realizar o realizado actos hostiles o ataques en contra de Estados Unidos y su gobierno.

Ledezma apoyó abiertamente el golpe de estado de Abril del 2002 y luego el paro petrolero de 2002-2003. Fue un activo promotor y protagonista del “Plan Salida”, del 2014, cuyos desmanes y guarimbas sembraron la destrucción en el país y provocaron la muerte de 43 venezolanos. Y en los últimos días se involucró de lleno en la propuesta de “cambio de régimen”, abogando por el derrocamiento y reemplazo extraconstitucional del gobierno de Nicolás Maduro. Por su participación en el golpe del 2002 y el paro petrolero Ledezma estaría sirviendo una condena de 20 años en los Estados Unidos, y no podría haber proseguido su carrera política como lo hizo bajo la “tiranía chavista”, como con evidente perversidad gustan decir él, Leopoldo López y Corina Machado. Curiosa tiranía esta que permite que conspiradores sediciosos actúen libremente, compitan por cargos públicos, dispongan de ilimitado acceso a la prensa y difamen a diario a las autoridades legítimamente constituidas del país, convocando a tales efectos la ayuda y el apoyo de terceros países, lo que en Estados Unidos agravaría las penas. La magnanimidad de la revolución bolivariana le permitió a Ledezma seguir disfrutando de todas las garantías del Estado de Derecho y, bajo ese amparo, promover arteramente la violación del orden constitucional. Esto no lo podría hacer hecho en Estados Unidos. Pero ya sabemos que Washington padece de esquizofrenia aguda: quien sería condenado por sedicioso puertas adentro se convierte en un heroico “combatiente de la libertad” cuando sus crímenes los perpetra contra un gobierno que no es de su agrado y al que trata de destruir apelando a cualquier recurso.

Por el mundo…

Honduras: Alianza ¿para la prosperidad de quiénes?

Nuestra Palabra, Editorial Radio Progreso

Es una cosa muy buena que desde Estados Unidos se vuelvan los ojos para buscar respuestas a las causas que origina el fenómeno de la migración. Como también es una buena oportunidad que el gobierno de los Estados Unidos logre aprobar una suma de mil millones de dólares, solo para el primer año, como asistencia para buscar respuestas a la situación de deterioro que cada vez va más para peor.

Lo que despierta dudas, sospechas y preocupaciones es que un porcentaje alto de esa ayuda que se busca aprobar esté condicionado a la política de seguridad, especialmente de los Estados Unidos, porque eso significa que sigue pesando en las mentes y los corazones de los funcionarios de los Estados Unidos que los niños y niñas y familias migrantes son ante todo un problema de seguridad, del cual hay que protegerse. Y que esta realidad de los migrantes se ponga a la par

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de la política de seguridad de lucha contra el narcotráfico que tan intensamente se impulsa en nuestro país.

Todavía más preocupante que las élites empresariales y políticas de Honduras, El Salvador y Guatemala aprovechen la crisis migratoria creada en gran parte por sus erradas políticas a lo largo de las últimas tres décadas para que el gobierno de los Estados Unidos les suelte millonadas para potenciar sus inversiones en menoscabo de la mediana, pequeña y microempresa y para que se construya la infraestructura que las multinacionales necesitan para transportar sus productos que proceden primordialmente de la industria minera extractivista y en general de la explotación con escaso control de los bienes naturales.

¿Acaso se puede confiar en una Alianza para la prosperidad cuya implementación recae en los mismos sectores que tienen una alta cuota de responsabilidad en el deterioro, en la corrupción, impunidad y en la violencia en Honduras? ¿Qué signos de cambio han mostrado como para confiar en ellos? ¿Se puede confiar en un plan como el millonario que se quiere aprobar sin la presencia decisiva de los migrantes, en cuyo nombre y sufrimiento se puso en marcha dicho plan? ¿Acaso se puede confiar en un plan que se formuló a espaldas de la sociedad, en oficinas de organismos multilaterales y que tiene como eje la inversión de capitales pero no tiene claridad de responder al cincuenta por ciento de desempleados y la necesidad de reactivar el campo en base a una fuerte reforma agraria y no solo en inversión en la agroindustria?

Son muchas dudas, muchas preguntas, muchísimas preocupaciones, ¿qué dice la población migrante? ¿De estas cumbres como la que se celebra en Tela, acaso salen acuerdos para escuchar a las víctimas y a quienes trabajan directamente con ellas, no solo para salir en los medios, dar limosnas o para campañas políticas?

El deterioro hondureño y del triángulo norte de Centroamérica es un asunto de profunda crisis de humanidad y el resultado de políticas erradas y centradas en ganancias para unas pocas personas. Este deterioro no se resuelve solo con dólares, por muchos que sean, ni se resuelve con proyectos económicos conducidos por las élites. Este deterioro no se resuelve con políticas asistencialistas ni priorizando la seguridad basada en militares. Este deterioro exige transformaciones profundas, nuevos liderazgos y un protagonismo directo de los migrantes y de los sectores de la mediana, pequeña y microempresa, así como de los sectores de la sociedad civil.

O la Alianza para la prosperidad se abre a todos los sectores, especialmente los más afectados por las políticas económicas productoras de desigualdad, o las millonadas de dólares harán más fuertes y poderosos a los actuales corruptos e impunes que residen en los gobiernos y en las altas élites empresariales. Ese panorama es para ponernos a temblar porque en nombre de los pobres se haría más fuertes a los grandes ricos. Y la esperanza de los dólares hace que mucha gente se quede viendo solo una parte de este plan, y no acabe de ver bien el peligro que acecha.

Mundo económico…

Huracanes económico contra

Venezuela Por Hedelberto López Blanch Estoy seguro que después de Cuba, que ha resistido 56 años, no hay ninguna otra nación de América Latina que haya sufrido y resistido una guerra económica, política y mediática tan violenta como la que le han impuesto a Venezuela. El ataque contra la Revolución Bolivariana por parte de la oligarquía criolla bajo la dirección y el apoyo de Estados Unidos se ha dirigido hacia todos los sectores de la economía con la participación de los medios de comunicación de la derecha encargada de inventar y divulgar constantes campañas difamatorias. Desde que en 1999 el presidente Hugo Chávez llegó al poder, no ha pasado ni un solo momento en que las fuerzas de derecha conspiren para tratar de derrocar al gobierno (encabezado a partir

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de abril de 2013 por Nicolás Maduro) pese al apoyo mayoritario del pueblo al sistema boliviariano. Venezuela se ha convertido en el punto de mira de la política estadounidense para intentar doblegar la resistencia que ha surgido por toda América Latina contra las políticas hegemónicas que las distintas administraciones norteamericanas han mantenido sobre la región desde hace más de un siglo. Chávez y Maduro, con políticas nacionalistas en beneficio del pueblo, han logrado junto a Cuba (que durante 56 años ha ofrecido un ejemplo de resistencia, independencia soberana y de ayuda solidaria desinteresada) levantar a los pueblos de la región que están dando la batalla por la verdadera independencia que soñaron Bolívar, O¨Higgins, San Martín, Martí. La desesperación de la Casa Blanca se incrementa al poseer Venezuela la mayor reserva de petróleo en el mundo; haber recuperado esa fuente de riqueza que antes era extraída por las transnacionales y llevada principalmente hacia Estados Unidos; impulsar con esos dividendos numerosos programas sociales que han bajado abruptamente la pobreza en el país, y a la par ofrecer a la población educación, salud y otros servicios gratuitos. Contra Caracas se han utilizado las más disímiles acciones que van desde impulsar la oposición derechista interna, el fallido golpe de Estado y el intento de colapsar la producción petrolera, hasta las acusaciones sobre supuesta violación de los derechos humanos o de falta de democracia. En sus planes, la Casa Blanca acusa a Venezuela de ser un país “terrorista”, participar en el “narcotráfico”, apoyar a las guerrillas colombianas y de todo cuanto pueda tratar de desprestigiar internacionalmente al gobierno bolivariano. Con motivos de crear un malestar general dentro de la población, las fuerzas de derecha en concordancia con empresarios privados y contrabandistas pagados, han lanzado desde hace meses una fuerte ofensiva para crear desabastecimiento de alimentos y productos de primera necesidad dentro del país, pese a las grandes sumas de dinero que el gobierno dedica a la compra de mercancías. El contrabando de alimentos y derivados del petróleo venezolano hacia Colombia se acrecentó con la actuación de mafias que las sacaban por los disímiles pasos existentes a lo largo de la frontera. El gobierno lanzó una fuerte ofensiva y muchas de esas acciones fueron controladas. Ahora el desabastecimiento de productos se realiza por empresas distribuidoras privadas que los acaparan en grandes cantidades para crear malestar en la población. En línea directa con esa política desestabilizadora, en diciembre de 2014, Estados Unidos decretó medidas económico-financieras contra la República Bolivariana, y a principios de febrero de este año impuso otras para ir cerrando el cerco económico contra el gobierno de Maduro. La justificación de Washington fue la presuntamente violación de los derechos humanos por parte de Caracas durante las protestas violentas registradas en el país en el primer semestre de 2014. Estas fueron convocadas por la oposición nacional dejando un saldo de 43 fallecidos y más de 800 lesionados y según denuncias del gobierno, los sectores ultraderechistas que las protagonizaron recibieron financiamiento por parte del Departamento de Estado norteamericano. Resulta completamente contraproducente que Estados Unidos, luego de comprender que su política de sanciones y bloqueo llevada a cabo contra Cuba durante más de 50 años, ahora emprenda nuevas sanciones económicas contra Rusia y Venezuela simplemente porque esos países no aceptan las presiones y la política de Washington. Ante estas acciones desestabilizadoras, las organizaciones progresistas recién surgidas en la región como Unasur y Celac, y otras internacionales como la de los Países No Alineados han dado pleno apoyo a la Revolución bolivariana. Recientemente, Maduro proporcionó al secretario general de Unasur, Ernesto Samper "datos e información, alguna muy confidencial" de "elementos muy preocupantes" y pronunciamientos de portavoces del Pentágono y del vicepresidente de la nación norteña, Joseph Biden, relacionadas con el decursar de la Revolución Bolivariana. En este contexto, se conoció que el Strategic Studies Institute, (SSI), un órgano del Pentágono, indicó que Venezuela ocupa un lugar central en el control estratégico de América del Sur y la parte sur del Caribe. El petróleo, su ubicación geográfica privilegiada, sus recursos humanos y físicos, y su posición equidistante de las potencias transatlánticas, han convertido a Venezuela en un eje trascendental de la política exterior de Estados Unidos. Una reciente encuesta realizada por la firma privada Hinterlaces señaló que el 84 por ciento de los venezolanos responsabiliza al empresariado local de la situación de acaparamiento, especulación y contrabando impuesta al país y considera que el Gobierno debe poner mano dura

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contra los culpables de la crisis generada por la guerra económica impuesta por la extrema derecha. Lo que no pueden aceptar la oligarquía nacional y el gobierno estadounidense es que Venezuela forme parte de los nuevos cambios progresistas que han tenido lugar en América Latina, que ya ha dejado de ser el patrio trasero de Washington. Mundo económico…

Las transnacionales y el PIB Por Hedelberto López Blanch Durante largos años y mediante amplia propaganda de los medios de comunicación occidentales dominados por el gran capital, se creó la imagen de que las inversiones de compañías transnacionales eran de enorme beneficio para los países y pueblos de América Latina y el Caribe. Otro mito era que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en esos países estaba directamente relacionado con la satisfacción de las necesidades de los pueblos. Pero en realidad, las políticas neoliberales impuestas en las últimas décadas en la región, que permitieron amplias dádivas, facilidades y un descontrol total de los gobiernos sobre esas compañías, abrieron las puertas para el saqueo de sus riquezas. Innegablemente que las inversiones extranjeras son necesarias para el desarrollo pero deben realizarse con estricto control y sin permitir convenios leoninos en contra de la mayoría de la población. Un informe de Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), señaló que los beneficios que esas empresas obtuvieron de sus operaciones en la región se multiplicaron por cinco y pasaron de 20 425 millones en 2002 a 113 067 millones en 2011. De ese año hasta el 2014, las ganancias y extracción de capitales por las transnacionales aumentaron en algunos países de la región como México, Colombia y Perú gobiernos que continúan adoptando amplias políticas neoliberales, pero disminuyeron en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Argentina o Brasil que ejercieron mayores controles sobre sus riquezas nacionales. La Cepal indica que esas empresas envían a sus casas matrices una proporción de sus utilidades superior (55 %) a la que reinvierten en los países de la región donde fueron generadas (45 %). Varias Organizaciones No Gubernamentales aseguran que extraen de los países hasta el 70 % de las ganancias y solo dejan unas migajas a los gobiernos. El crecimiento tan marcado de estas utilidades, asegura el organismo regional, tiende a neutralizar el efecto positivo que produce el ingreso de la inversión extranjera directa sobre la balanza de pagos. Recordemos que esa situación ha sido posible debido al control que a partir del siglo XX ejerció Estados Unidos sobre América Latina, a la cual le impuso gobiernos dóciles que otorgaban (algunos aún lo hacen), enormes territorios, exenciones tributarias, facilidades para las explotaciones mineras, de agua, de biodiversidad, a la par que se profundizaban las afectaciones al medio ambiente, la salud de los pobladores y se desprotegía a la fuerza laboral. Solo en la década de 1990 y 2000 se deforestaron 467 000 kilómetros cuadrados en América Latina para destinarlos a la agroindustria, explotaciones mineras, plantas de celulosa o hidroeléctricas entre otras, y ya en 2005 la deforestación de la Amazonia brasileña era de unos 680 000 kilómetros cuadrados. Numerosos han sido los desastres provocados al medio ambiente por las transnacionales y entre los países y las poblaciones que más lo han sufrido aparecen Guatemala, Honduras, Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador y Brasil. En el caso de estos dos últimos países, la estadounidense Chevron, ocasionó enormes desastres ecológicos por el derrame indiscriminado de petróleo y materiales contaminantes, y con la ayuda de tribunales internacionales controlados por el gran capital, la compañía se niegan a resarcir los daños. Y es que cuando un país reclama compensación por las afectaciones, suspende permisos de exploración o explotación a las empresas mineras, estas acuden a tribunales internacionales donde son exoneradas o premiadas con millonarias multas que les imponen a los países demandados.

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El especialista Manuel Pérez Rocha, coordinador de la No Gubernamental Red para la Justicia en la Inversión Global de Washington, señaló que acudir a tribunales como el Centro de Disputas Relativas a Inversiones (Ciadi), del Banco Mundial, “es un negocio redondo, porque finalmente las compañías sacan el dinero que ni siquiera llegaron a invertir”. En cuanto al PIB, en muchas naciones su aumento no esta directamente relacionado con la satisfacción de las necesidades sociales de los habitantes los cuales padecen altos índices de pobreza y desprotección. Claro que en eso influyen varios factores como son las políticas socio-económicas que esgrimen los diferentes Estados y gobiernos, la desigual distribución de las riquezas y la abundante extracción de ganancias por parte de las transnacionales. El PIB se mide por el valor total de la producción corriente de bienes y servicios finales dentro del territorio nacional durante un período de tiempo determinado, que generalmente abarca un trimestre o un año y se calcula según el precio de los factores o el precio de mercado. Al calcular su crecimiento por el accionar de la producción de bienes y servicios, no se mide la satisfacción de las necesidades de la población, el nivel de bienestar ni la extracción de capitales que abandonan el país por medio de las compañías foráneas sin que sean reinvertidos nuevamente en la economía. Solo dos ejemplos resultan esclarecedores. Perú ha crecido un 6 % en los últimos 10 años mientras el 10 % de la población adinerada es 50 veces más rica que el 20 % más pobre; cerca del 60 % de sus habitantes están catalogados como pobres; el 40 % carece de acceso al agua potable y el 70 % a los servicios sanitarios; uno de cada tres niños sufre desnutrición. Otro caso es México que con crecimiento promedio de 3 % en la década pasada, más del 50 % de sus habitantes (58 millones) se hallan en estado de pobreza, sin poder acceder a los indispensables servicios sociales. Esto ocurre mientras compañías transnacionales como Exxon, Chevron, Schlumberger, Halliburton, Petroleum Corp, Velvet Energy LTD y TLP Energy, extraen sus reservas petroleras e incrementan sus capitales. Con estos pocos datos podemos analizar cuáles son los riesgos y los supuestos beneficios que ofrece el accionar de las transnacionales a los pueblos latinoamericanos.

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