Remembranzas y Reflexiones Autobiográficas de Emilio Ribes

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Se narra la biografia profesional mediante los recuerdos personales más significativos y las reflexiones teóricas que ocurrieron en distintas etapas.Palabras clave: teoría de la conducta, interconductismo, psicología, autobiografía, Emilio Ribes.

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    Remembranzas y reflexiones autobiogrficas*

    Emilio Ribes Iesta**Universidad de Guadalajara-Universidad Veracruzana

    2010: Publicacions de la Universitat de Valncia2010, vol. 31, nm. 1 (marzo) 31-50 Valencia (Espaa). ISSN: 0211-0040

    Resumen

    Se narra la biografia profesional mediante los recuerdos personales ms significativos y las reflexiones tericas que ocurrieron en distintas etapas.

    Palabras clave: teora de la conducta, interconductismo, psicologa, autobiografa, Emilio Ribes.

    Abstract

    A professional biography is narrated through the most significant personal memories and theoretical reflections that took place at different times.

    Keywords: behavior theory, interbehaviorism, psychology, autobiography, Emilio Ribes.

    A pesar de que no soy un seguidor de las ideas de Freud, s estoy firmemente

    convencido de la importancia de las experiencias de la niez y la adolescencia tem-

    prana. No tiene nada de extrao que un conductista (en un sentido muy amplio del

    trmino, como espero demostrarlo en este escrito) argumente sobre la importancia

    de la educacin primera en la vida, pues si la memoria de los psiclogos no es frgil,

    todos recordarn el dictum de John B. Watson sobre el particular. Claro est, una cosa es destacar la influencia decisiva que tiene la primera parte de nuestra vida en muchos

    * A la memoria de Jos Guardiola Torrijos, amigo entraable y, presente o ausente, acompaante

    infaltable de mi vida.

    ** Correspondencia: Instituto de Psicologa y Educacin Agustn Melgar y Juan Escutia. 91100 Xalapa,

    Mxico. E-mail: .

    ni con la ausencia se olvidanlos recuerdos de una historia...

    (Los Chiles Verdes, son jarocho)

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    sentidos y, otra, suponer que esta experiencia inicial imprime un rumbo fatal a nuestro destino psicolgico.

    Por qu planteo la importancia de la niez y la infancia en la vida posterior? Porque estoy persuadido de que una gran parte de mis valores, criterios de vida, e incluso capacidades, son el fruto de la fortuna que tuve al poder convivir de manera estrecha con mis padre, madre y abuelo materno hasta el inicio de mi adolescencia. De cada uno de ellos aprend y, en esa medida, hered gustos, hbitos, y formas de ser y pensar que, al reflexionar retrospectivamente, se me muestran como el fundamento de mi condicin actual. Por este motivo, me conceder la libertad de narrar, de manera breve, aquella parte de mi vida previa a mi contacto formal y directo con la psicologa. Mi biografa no es ajena a la de mi familia ms cercana. En lo que toca a mi biografa acadmica y profesional, no incluir citas con informacin detallada contenida en otras publicaciones. Sin embargo, enlistar una bibliografa final que podr ser consultada con estos propsitos.

    LOS ORGENES

    Vi la primera luz el 24 de junio de 1944 en Barcelona, en una finca modernista construida por Muntaner, que ahora es museo del deporte y que, en aquella poca, era una clnica privada del Dr. Pere Figarola, en la que mi to homnimo, Emilio Ribes Sol (compaero toda la vida del tambin mdico Josep Trueta), atendi mi nacimiento y el de mi hermano gemelo que no sobrevivi. Mi nacimiento no se dio en las mejores circunstancias: mi padre, Felipe, haba salido de prisin haca poco menos de un ao. Por ser miembro de la CNT y partidario de la derrotada Repblica Espaola, despus de ser inicialmente condenado a muerte, sufri encarcelamiento durante cuatro aos y medio en Girona y en Barcelona. Al salir de prisin, estuvo desterrado en Montblanc, y nunca se le permiti trabajar en su profesin, como msico.

    Mi padre, hijo de un barbero (tambin de nombre Felipe), naci en 1900 en el barrio de la Ribera. Trabajando como aprendiz de barbero y asistente de contable en los recin inaugurados almacenes El Siglo (en la calle Pelai), se coste sus estudios de piano en la Academia Granados-Marshall (que hasta hace poco diriga Alicia de la Ro-cha), bajo la direccin del ltimo. Al trmino de sus estudios, fue reclutado y enviado a Marruecos en 1920 a la desastrosa, en todos sentidos, Guerra del Riff. A su vuelta en 1922, reinici sus estudios de piano, con Alexandre Rib. Fue maestro de piano de mi madre, Mara Iesta Poch, que viva con los abuelos Flix y Conxita, en una torre majestuosa, que todava existe en la parte baja de las Tres Cruces del Parque Gell, la Villa Conxita. Con el advenimiento de la Repblica mi padre y madre contrajeron matrimonio, y se trasladaron a Olot donde mi padre haba obtenido por oposicin la direccin de la Escuela Municipal de Msica, dependiente del Conservatorio del Liceo.

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    All nacieron mi hermana Conxita y mi finado hermano Miquel, y con el estallido de la Guerra Civil, mi padre perdi la oportunidad de encargarse de la ctedra de piano del Conservatorio del Liceo, ganada por oposicin meses antes.

    Mi vida en Barcelona transcurri en la casa que vivamos en la calle Larrard, al

    pie del Parque Gell. En abril de 1947, gracias a las gestiones de mosen Enric Masana,

    distinguido musiclogo jesuita amigo de mi padre, mi abuelo Flix, ya en Mxico,

    reclam a mi padre y familia. Nos trasladamos a nuestro nuevo pas, como ltimos

    miembros del destierro espaol generosamente acogido desde 1937 por Lzaro Cr-

    denas. Llegamos en barco (el Magallanes) hasta La Habana y, de all, en avin hasta la

    ciudad de Mxico. Nos trasladamos a vivir a Cuernavaca (70 Km. al sur de la capital)

    donde resida mi abuelo Flix, recin enviudado. Yo tena un poco menos de tres aos

    de edad, y mi nica lengua era el cataln. El castellano lo aprend en Mxico al tiempo

    que mantena el cataln como lengua materna en la convivencia familiar.

    Mi padre estableci una academia de piano en la propia casa, de modo que tuve

    el privilegio de tener siempre a mi lado a mi padre todo el da. No slo eso. Fue tam-

    bin mi maestro de piano. A los tres aos, al mismo tiempo que asist a la educacin

    preescolar, mi padre me ense a leer y transcribir msica, as como los rudimentos de

    la tcnica pianstica. No me cabe duda alguna, que ese aprendizaje temprano molde

    mis capacidades generales y me puso en ventaja a mi paso por la escuela. Una prueba

    de ello es que, alejados de teoras psicolgicas sobre la maduracin y el procesamiento

    de informacin, a los 3 aos me ensearon en la escuela a leer el alfabeto con el mtodo

    fontico, como lo dicta el mejor de los sentidos, el sentido comn. El aprendizaje de

    los sonidos de cada una de las letras del castellano aunado al aprendizaje de la lectura

    de la partitura, me permiti comenzar a leer sin ayuda las caricaturas que aparecan en

    los suplementos dominicales del peridico. Esta fue mi primera constatacin, conmigo

    como protagonista, de la importancia del medio cultural, de la participacin activa

    de los padres en la educacin, y de la primaca del sentido comn en el aprendizaje y

    el desarrollo psicolgico.

    De mi padre aprend la honestidad, la entereza moral, el disfrute de las artes y el

    conocimiento, la austeridad, la lealtad y fidelidad a los principios, y la importancia de

    la disciplina en el trabajo: el genio se cultiva, no emerge por generacin espontnea.

    De mi madre aprend la solidaridad, la persistencia, el valor del esfuerzo, y la irona.

    De mi abuelo aprend el gusto por el buen comer, el disfrute de las relaciones sociales,

    la aficin al ftbol (junto con mi padre) lo que me convirti en seguidor del Toluca

    y el Bara desde hace 55 aos y el placer de viajar (mis primeras visitas a Veracruz,

    el ltimo puerto del Mediterrneo, a decir de Carlos Fuentes). Mi paso por la escuela

    formal fue vertiginoso. A los 5 aos ingres a la escuela primaria, curs dos aos en

    uno (3o y 4o), y a los 10 aos inici mis estudios de secundaria y bachillerato, los que

    termin a los 15. Hasta los 11 aos segu estudiando el piano, particip en 4 recitales

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    colectivos de la Academia de mi padre (el ltimo tocando la Sonata K 331 nmero 11 de Mozart), e incluso me inici como docente, colaborando con mi padre en la enseanza inicial del piano con algunos nios menores que yo. Hasta esa edad cont tambin con un tutor, seis horas semanales, para apoyar mis estudios en el bachillerato.

    EL PRIMER CONTACTO CON LA PSICOLOGA

    La psicologa nunca fue parte de mi vocacin natural. Incluso ya concluidos mis estudios sopes la posibilidad de dedicarme a la msica, una de mis vocaciones de niez y adolescencia temprana, junto con la qumica, la arqueologa y la diplomacia. Sin embargo, razones coyunturales, entre ellas una pelcula cuyo ttulo guardar en secreto, me llevaron a inscribirme en la recin fundada carrera de psicologa de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM) en 1960. Tena 15 aos (tres menos que la generalidad de los estudiantes que ingresaban a la universidad) y me traslad a vivir sin mi familia a la ciudad de Mxico, en compaa de algunos amigos del bachillerato de Cuernavaca. Mis padres se mudaron a la ciudad de Mxico 7 meses despus.

    Ingres a la UNAM en el ao en que se formaliz el primer programa de licen-ciatura en psicologa en Mxico, aun cuando dicho programa se ofreca desde 1958. La psicologa en Mxico, cmo en muchos otros pases de tradicin latina, formaba parte de los estudios de losofa y/o de pedagoga, y haba sido mal apropiada, en parte, por la psiquiatra y el psicoanlisis. De hecho, los docentes del programa no eran psiclogos, por la simple razn de que estos no existan en Mxico. Mis profesores fueron lsofos (tomistas), pedagogos, economistas, psicoanalistas, psiquiatras, endocrinlogos, si-logos, anatomistas, abogados e ingenieros. En ese contexto, estuve a salvo de recibir una formacin eclctica, como ahora sucede lamentablemente con los estudiantes de psicologa, pues la enseanza se dispersaba, por as decirlo, en disciplinas distintas a lo que era la psicologa cientca de la poca. Los nicos contactos con temas com-partidos con la psicologa experimental tuvieron lugar en los cursos de psicosiologa, endocrinologa, y una breve exposicin a Pavlov, &orndike, Ebbinghaus y la psicologa de la Gestalt en un semestre de psicologa experimental.

    Los estudios de psicologa se ofrecan en la Facultad de Filosofa y Letras, que en ese tiempo, caldo de cultivo del `68, era un centro universitario de confrontacin de ideas y de expresin de las vanguardias polticas y artsticas en Mxico. Las nume-rosas horas que pas en el caf de la facultad junto con, ahora personajes (algunos ya fallecidos), como Carlos Monsivis, Adolfo Snchez Rebolledo, Carlos Pereyra, Juan Garzn, Carlos Flix, Vctor M. Alcaraz, Carlos Vidali, Armando Bartra, Hugo Hiriart, Paul Leduc y otros ms, no slo ayud a congurar y consolidar mi pensamiento y accin como hombre de izquierda (que no de partido), sino que, adems, estimul mi inquietud y curiosidad por los ms diversos campos del quehacer humano. El caf

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    de la facultad fue para m una autntica escuela informal en el ms estricto sentido de la expresin.

    Durante mis estudios en la UNAM form parte de dos grupos, uno, el Csar

    Vallejo que representaba a la izquierda universitaria y, otro, el Galileo Galilei integrado

    por estudiantes de psicologa empeados en transformar la psicologa en una disciplina

    cientfica. Este grupo estuvo formado, entre otros, por Vctor M. Alcaraz, Antonio

    Gago, Serafn Mercado, Luis Duarte, Renato Ravelo y Lauro Bonilla. Conscientes

    de que la universidad no nos proporcionaba una formacin cientfica en el campo

    de la psicologa, decidimos proponer al entonces Rector de la UNAM, el eminente

    cardilogo Ignacio Chvez, una reforma del plan de estudios y la creacin de un Ins-

    tituto de Investigaciones Psicolgicas. Con dicho propsito, tuvimos interminables

    reuniones en un caf durante un ao, consultando programas de las ms importantes

    universidades anglosajonas (Harvard, Stanford, Princeton, Yale y otras) para elaborar

    nuestra proyecto. Como resultado, no slo logramos presentar el proyecto al Rector

    de la UNAM, sino que nos percatamos tambin de cun grande era nuestra ignorancia

    respecto de la psicologa cientfica. Mi primera experiencia con el dilogo socrtico

    fue durante la reunin con Ignacio Chvez, en aquella poca en que los rectores eran

    acadmicos genuinos y accesibles, y no vivan rodeados de un protocolo desmedido.

    El Rector nos concedi la razn, pero a la vez nos mostr la poca viabilidad de nuestra

    propuesta dada la carencia de autnticos psiclogos en Mxico.

    Como resultado, adopt una serie de decisiones complementarias. Primero, junto

    con algunos compaeros del grupo y otros ms interesados en la psicologa experi-

    mental, formamos un seminario autoformativo basado en el recin traducido libro

    de Teoras del Aprendizaje de E. Hilgard. Fue nuestro primer contacto con la teora

    del condicionamiento y con las complejas de teoras de Hull y Spence, entre otros.

    Segundo, me incorpor a un proyecto de investigacin transcultural sobre formacin

    de conceptos en nios, coordinado por Riley Gardner, de la Fundacin Menninger en

    Kansas. Mi primer contacto con la investigacin fue colaborando en el experimento

    de tesis recepcional de Serafn Mercado. Nos trasladamos por varios das a Guadalajara

    en 1962, y aplicamos la prueba de Clasificacin de Objetos de Goldstein, modificada

    por Riley Gardner. Dicho estudio formaba parte de un intento de obtener evidencia

    experimental, a partir del concepto de control cognoscitivo desarrollado por George

    Klein, respecto de lo que Rapaport y otros denominaron la esfera libre de conflicto del

    Yo. Se planteaba la posibilidad de integrar la teora psicoanaltica del Yo, los estudios

    sobre control cognoscitivo, y los avances recientes sobre el funcionamiento del sistema

    nervioso central y la teora del aprendizaje. Participar en dicho proyecto, estimul mi

    inters por la teorizacin psicolgica y, como consecuencia, realic mi tesis recepcio-

    nal, supervisado por Riley Gardner, sobre el problema de la atencin selectiva en el

    control cognoscitivo. Me percat igualmente de la importancia del concepto de estilo

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    para el anlisis de las diferencias individuales. En tercer lugar, comenc a explorar la posibilidad de realizar estudios de postgrado en el extranjero, con tal fortuna que, con el apoyo de Robert Singer, tena ya la aceptacin condicional para ingresar al programa doctoral de la Universidad de Stanford a finales de 1964. No obstante, jugaba tam-bin con la posibilidad de volver a estudiar desde un principio la licenciatura en la Universidad de la Habana, dnde esperaba poder encontrar una visin objetiva de la psicologa integrada al proceso de cambio social que experimentaba en ese momento Cuba. Esta posibilidad era a su vez estimulada por el reencuentro de mi padre en 1962, en nuestra casa en Mxico, con su ex discpulo Alfredo Davins, un ingeniero aeronutico, combatiente en la Guerra Civil Espaola, quin colaboraba directamente con Ernesto el Che Guevara en el Ministerio de Industria en Cuba. Sin embargo, tal como lo dice Saramago, las decisiones lo toman a uno. A finales de 1963, Vctor M. Alcaraz fue contratado por la Universidad Veracruzana en Xalapa, para colaborar en la recin fundada Clnica de Conducta y como docente en los cursos de psicologa en la Facultad de Pedagoga, Filosofa y Letras. En enero de 1964, habiendo concluido mis estudios en la UNAM, y con 19 aos de edad, me trasladaba con Antonio Gago a Xalapa para incorporarme a la docencia y a la evaluacin clnica. Este era mi segundo trabajo, pues en 1963 labor como psicmetra en la Escuela Nacional Preparatoria # 2 de la UNAM, lo que me acab de convencer de la precariedad conceptual y meto-dolgica de la psicologa.

    EL INICIO DE LA AUTOFORMACIN

    Xalapa represent la posibilidad de concretar el proyecto del Grupo Galileo Galilei, planeando y poniendo en prctica una licenciatura en psicologa desde la perspectiva de la ciencia experimental. El desafo, sin embargo, era mayor. Tena-mos el impulso, la motivacin, la pasin por hacerlo, pero ramos conscientes de que, simultneamente, necesitbamos someternos a una seria y rigurosa disciplina autoformativa que nos capacitara, en movimiento, para llevar a buen fin nuestro plan.

    Xalapa fue el periodo ms importante de mi vida en todos los sentidos: laboral, personal, social, afectivo y formativo. Sin lugar a dudas, en Xalapa consolid una acti-tud frente a la psicologa que ha caracterizado mi posterior andar por la disciplina. Sin embargo, debo destacar que tambin fue un periodo de transicin difcil, complejo, y que requiri de un gran esfuerzo de aprendizaje y de adaptacin a mi nuevo papel de profesor, en circunstancias en las que todos mis alumnos eran mayores que yo. Debo confesar que en esa poca era menor de edad (la mayora de edad a los 18 aos se legisl en 1969) y que, de ser burocrticamente rigurosa, la universidad pudo haber exigido el permiso de mis padres para trabajar. Afortunadamente no fue as, y fue suficiente

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    afirmar que tena la edad requerida (que cumpl repetidamente durante dos aos) y dejarme crecer el bigote, para enfrentar los nuevos desafos.

    El primer ao en Xalapa fue muy rico en experiencias. Inici, traumticamente

    como ocurre en todo inicio, el proceso de autoenseanza de la psicologa al mismo

    tiempo que tena que ensearla a otros. Mi primer curso fue el de Psicologa del

    Aprendizaje, y durante dos semestres me concentr en las teoras del condicionamiento,

    comenzando por Pavlov y terminando con la teora de Hull-Spence, despus de revisar

    a $orndike, Guthrie, Tolman y Skinner. Mi paso por la Clnica de Conducta fue ms

    bien testimonial, pues a mi falta de preparacin en el manejo de pruebas diagnsticas

    proyectivas y psicomtricas, sumaba mi desconanza respecto de la concepcin misma

    de dicho campo de accin, despus de haber experimentado durante ao y medio en

    1960 y 1961, como asistente, la irracionalidad y autoritarismo de la prctica psiquitrica

    en el antiguo hospital para enfermos mentales de la Ciudad de Mxico (el Manico-

    mio de La Castaeda). En ese primer ao establec una amplia red de amistades con

    los protagonistas de la vida intelectual de la universidad: lsofos, mdicos, fsicos,

    matemticos, antroplogos, pintores, msicos, lingistas y literatos. Debo destacar la

    inmensa fortuna que tuve de conocer y cultivar la amistad (todava viva) de Francisco

    Gonzlez Aramburu, nio de Morelia trasterrado a Mxico tambin como parte

    del exilio espaol. De Paco, como lo llamamos todos cariosamente, no solo aprend

    mucho de su erudicin sobre los ms diversos temas y campos del conocimiento, sino

    que rearm en m la importancia de los ideales y actitud moral que compartieron

    todos aquellos que lucharon por la Repblica Espaola. Con Paco no solo aprend a

    disfrutar de la cocina de autor (preparaba un plato original para los nuevos invitados:

    en el caso nuestro fue Puerco al psiclogo!), sino que despert en m el inters por

    cocinar. Fue, adems, el Celestino que intermedi la relacin con Lucha, mi actual

    esposa y amor de mi vida.

    Aspectos personales aparte, 1964 fue el ao de gestacin y preparacin del proyecto

    para crear una licenciatura en psicologa orientada experimentalmente. Con Vctor

    M. Alcaraz y la asesora de Serafn Mercado (quin se incorpor en 1965 a Xalapa)

    elaboramos un proyecto de plan de estudios, inspirado en el que habamos presentado

    al Rector de la UNAM siendo estudiantes. Durante 1964 hicimos todas las gestiones

    para fundar la Facultad de Ciencias de la Universidad, con tan buena suerte que en

    febrero de 1965 Psicologa ofreca un programa de licenciatura novedoso en todos

    sentidos, el segundo en el pas, y formaba parte de la Facultad de Ciencias al lado de

    Fsica y de Matemticas, con la posterior incorporacin de Biologa. La exigencia de

    autoformacin aument en este nuevo periodo, no slo en lo que toca a la amplitud

    de nuevo conocimiento y nmero de lecturas, sino tambin a la necesidad de ir con-

    formando un punto de vista terico que diera coherencia al alud de informacin que

    intentbamos incorporar diariamente.

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    El grupo de profesores creci, y cada uno de nosotros procur especializarse en un campo de la psicologa. A m me correspondi la enseanza de la psicologa del aprendizaje y la motivacin y, por consiguiente, la responsabilidad de ofrecer las

    primeras prcticas de laboratorio. Tenamos un laboratorio rudimentario que cons-

    truimos con el auxilio de un ebanista, consistente en laberintos en T, en Y, y una caja

    de salto de discriminacin de Lashley. Tambin disponamos de una caja de Skinner

    de elaboracin casera, manual, donada por la Universidad de Texas. Justamente con

    esta caja realic el primer condicionamiento operante de una rata (de nombre Tiritis

    Trotis!) en Mxico, y probablemente en un pas de habla latina (excluyendo quiz a

    Brasil). El procedimiento funcion y entren a la rata a apretar primero la palanca con

    la cabeza y despus normalmente con la pata delantera. Este acontecimiento retrata

    nuestra actitud frente a la psicologa: ramos capaces de hacer, por vez primera delante

    de nuestros estudiantes, lo que nunca se nos haba enseado. Este arrojo y avidez de

    conocimiento caracterizaron esos primeros aos en Xalapa, compensando la anemia

    acadmica que caracteriz nuestra formacin universitaria tradicional.

    La redaccin de la tesis de licenciatura, con la asesora de Riley W. Gardner, fue

    mi primera tentativa por integrar un punto de vista terico coherente de los fenmenos

    psicolgicos. La teora psicoanaltica del Yo fue el nodo de interrelacin de los procesos

    psicolgicos bsicos, con los avances de la poca sobre los sistemas reticulares de activa-

    cin y el sistema lmbico, los aportes de las psicologas cognoscitivas (principalmente

    Piaget y Vigotsky) y las teoras del aprendizaje. Este proceso me permiti percatarme

    de que las diferentes teoras tenan horizontes de visibilidad emprica distintos y que,

    por consiguiente, algunas teoras tenan ms poder sistemtico y heurstico que otras.

    Impartir clases me ofreci la posibilidad de profundizar en las diferentes versiones de

    la teora del condicionamiento y, progresivamente, adoptar como marco terico a la

    posicin formulada por O.H. Mowrer en 1960 en sus dos obras Learning theory and

    behavior y Learning theory and the symbolic processes. Mowrer resolva los problemas

    lgicos de la teora de Hull-Spence, a la vez que abordaba de manera sistemtica los

    problemas de la cognicin y las interacciones sociales. Me convert en un conductista,

    e inici mis primeras estudios experimentales (con Serafn Mercado, Florente Lpez y

    Francisco Barrera) intentando examinar fenmenos de la percepcin y la categoriza-

    cin en trminos de procesos de reforzamiento. En 1966 invitamos a O.H. Mowrer a

    ofrecer unas conferencias en la universidad, y le siguieron otros distinguidos acadmi-

    cos como Teodoro Ayllon, Sidney W. Bijou, Harry Harlow y Daniel E. Berlyne. En

    solo dos aos, los miembros del Grupo Xalapa, como se nos conoci, nos habamos

    convertido en los psiclogos mejor informados sobre cada uno de nuestros campos de

    especializacin. Fue el momento de consolidar dicha formacin cursando postgrados

    en el extranjero y, en mi caso, opt por estudiar con D.E. Berlyne, en la Universidad

    de Toronto. Berlyne era una figura particularmente atractiva porque conjugaba el

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    conocimiento de la teora del aprendizaje (incluyendo a Mowrer), con una erudicin sorprendente sobre la psicologa sovitica, la neurofisiologa moderna y su inters por la conducta epistmica y la integracin de las aportaciones de Piaget.

    MI ENCUENTRO CON SKINNER

    En 1967, apenas celebrado el Primer Congreso Mexicano de Psicologa, de cuya organizacin y operacin me responsabilic, y recin casado en mi primer matrimonio con Silvia, part hacia Toronto haciendo varias escalas en el viaje: el congreso de la Asociacin Psicolgica Americana en Washington, la Fundacin Menninger en Topeka para visitar a Riley Gardner, y la Universidad de Illinois en Champaign-Urbana, para visitar a O.H. Mowrer y a Sidney W. Bijou.

    Estando en casa de los Bijou, me plante resolver mis dudas sobre las limitacio-nes de la aproximacin de Skinner, respecto de las que sostenan los neohullianos (Mowrer, Logan, Bandura). Me reun una noche con Bijou, y le cuestion acerca de la interpretacin de una serie de fenmenos desde la perspectiva de la teora operan-te. Bijou respondi a cada una de mis interrogantes de manera segura y sistemtica, convencindome de que la teora operante no solo era capaz de abordar los diversos

    fenmenos psicolgicos en trminos de conducta, sino que tambin contaba con una poderosa metodologa experimental y la posibilidad de aplicarla a un gran nmero de problemas sociales cotidianos. Esa conversacin cambi por completo mi perspectiva sobre la psicologa. No slo eso, cambi tambin mis planes de vida y mi dedicacin acadmica en la Universidad de Toronto. Mi visin sobre la psicologa haba cambiado radicalmente y me percat de los problemas y limitaciones de la investigacin orientada con base en el diseo de grupos y de confirmacin de hiptesis (o del rechazo de la hiptesis de nulidad). Fui sorteando de la mejor manera mis cursos en la universidad (no siempre con fortuna: en la maestra figura mi nico curso reprobado!), aprovech aquellos seminarios que podan contribuir a mi formacin en el condicionamiento

    operante, y me dediqu a estudiar por mi cuenta los textos cannicos de Skinner: !e

    behavior of organisms, Schedules of reinforcement y Verbal Behavior. Tuve la oportunidad

    de cursar un seminario con Martin Wall sobre el recin publicado libro de Honig sobre

    conducta operante, y trat de examinar crticamente las posiciones que se exponan en

    los otros cursos, algunos de los cuales eran sobre condicionamiento clsico y operante,

    impartidos por G. Biederman, R. Furedy y G. Walters. Mi tesis de maestra fue sobre

    conducta epistmica y desde un principio anticip que el diseo no era idneo para

    estudiar preferencias de tipos de estmulos (placenteros versus interesantes). El resultado

    fue un efecto menor de tipo estadstico, y un comentario crtico a la fundamentacin

    metodolgica del experimento. Curs la maestra en 9 meses, aunque posteriormente

    tuve que escribir un ensayo tipo Psychological Review sobre los programas temporales

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    de reforzamiento para acreditar el Proseminario Mixto que no haba aprobado. En

    abril de 1969 reciba mi grado de Maestra por correo, como corresponde a la eciencia

    canadiense.

    A pesar de ello, disfrut mi estancia en la civilizada Toronto y en la universidad. Aprend lo que significa estar en una institucin acadmica con altos estndares y el

    respeto y reconocimiento que tienen los acadmicos distinguidos. En aquella poca

    estaban en Toronto, adems de D.E. Berlyne (quiz el ltimo erudito de la disciplina),

    Abraham Amsel, B. Murdock y E. Tulving, todos ellos figuras destacadas en sus campos.

    Mi relacin con Berlyne fue especialmente grata. Al concluir mis cursos, renunci a

    una beca doctoral en la Universidad de Oslo, para realizar estudios sobre pensamiento

    con Per Saugstad. Decid regresar a Xalapa y proseguir mi proceso autodidacta. Volv a

    Xalapa en mayo de 1968, ao pletrico en acontecimientos. Entre otros, me toc ser

    protagonista de la primera reivindicacin sindical de los trabajadores y acadmicos de

    la Universidad Veracruzana frente al gobierno del Estado de Veracruz, y ser participante

    activo en el movimiento estudiantil del 68 reclamando la democratizacin del pas.

    Desde el punto de vista personal, el retorno a Xalapa signific poner en prctica

    todo lo que haba aprendido en Toronto y, por vez primera, tratar de dar coherencia a

    mi actividad como docente, desarrollar investigacin de manera sistemtica, y demostrar

    la aplicabilidad del condicionamiento operante en la solucin de problemas sociales.

    La posibilidad de hacerlo fue facilitada, al menos en parte, por los inicios de lo que

    se convertira en el Centro de Entrenamiento, Educacin Especial y Rehabilitacin

    (CEER) de la Universidad. A finales de 1967, Florente Lpez y Francisco Barrera co-

    menzaron un programa de educacin especial con tcnicas conductuales, siguiendo el

    modelo que haba expuesto Bijou en su visita a Xalapa. De 3 o 4 nios con retardo en

    el desarrollo que se atendan pocas horas en un espacio improvisado de la Clnica de

    Conducta de la propia Facultad, en 1969 se tena una poblacin de aproximadamente

    30 nios. Estos asistan durante 6 horas a instalaciones especialmente diseadas en un

    anexo del Hospital Infantil de Xalapa, que se cedi para estos propsitos, y en el que

    reciban su entrenamiento acadmico los estudiantes de licenciatura y maestra. En el

    CEEER comenc a disear programas de entrenamiento para remediar deficiencias en

    el desarrollo, a la vez que se planearon estudios simultneos de investigacin. Constat

    que el dominio de la teora bsica del condicionamiento permita elaborar programas y

    tcnicas a nivel aplicado. En esta poca, el programa de psicologa de Xalapa era el ms

    prestigiado en Amrica Latina. El periodo entre 1968 y 1971 fue un periodo fructfero

    de aprendizaje y consolidacin intelectual y profesional, fortalecido por la docencia en

    la Maestra en Modificacin de Conducta, primera en un pas no anglosajn, en la que

    participaron profesores visitantes como Sidney Bijou, Charles Ferster, Todd Risley, Jay

    Birnbrauer y otros, y con estudiantes extranjeros y provenientes de la capital. En 1970,

    al tiempo que naci mi primer hijo Sebastin, aprovech una estancia en la Universidad

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    Revista de Historia de la Psicologa, 2010, vol. 31, nm. 1 (marzo)

    de Illinois con Bijou, para escribir mi primer libro (y primero original tambin en la especialidad en una lengua no inglesa) sobre Tcnicas de modificacin de conducta: su aplicacin al retardo en el desarrollo, en el que sistematizaba desde la perspectiva de la teora bsica los procedimientos de modificacin de conducta, y divulgaba los progra-mas desarrollados en el CEEER. En 1971, por razones extraacadmicas, me traslad a la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM) en la ciudad de Mxico,

    no sin antes haber organizado en Xalapa el primero de once simposios internacionales

    sobre modificacin de conducta, que despus tuvieron como sedes a la propia ciudad

    de Mxico, Panam, Caracas, Riberao Preto, Lima y Bogot.

    MI DESENCUENTRO CON SKINNER Y LA BSQUEDA DE COHERENCIA

    Con el respaldo acadmico y personal de Luis Lara Tapia me incorpor al Colegio de Psicologa de la UNAM en el periodo en que se dio su transicin de la Facultad de Filosofa y Letras a una Facultad independiente de Psicologa en 1973. En ese momento me poda caracterizar como un psiclogo operante radical, purista, convencido del poder y comprensin de la teora para examinar los fenmenos de la conducta animal y humana, y desarrollar aplicaciones en todos los mbitos sociales. Congruente con esa manera de pensar, empleaba los conceptos y procedimientos de manera rigurosa, y me planteaba problemas de investigacin y de interpretacin que pusieran a prueba mis convicciones. En 1973, me responsabilice de organizar el programa de maestra y doctorado en Anlisis Experimental de la Conducta de la UNAM, ubicado en una sede externa a la Ciudad Universitaria, en la zona colonial de Coyoacn. Instalamos por vez primera un laboratorio de investigacin en conducta animal, con equipo automatizado, e incorporamos a todos los colegas que regresaban con postgrados de Estados Unidos y Canad (Vctor Colotla, Eli Rayek, Florente Lpez, Arturo Bouzas, Jaime Hermann) y profesores extranjeros (Joao Claudio Todorov, Pere Juli, Tom Garrett, Tom Lovitt).

    En este periodo comenc a investigar sistemticamente aspectos de desarrollo (imitacin, lenguaje) y de conducta animal (programas temporales de reforzamiento). Pero algo ocurri que me hizo dudar de la fortaleza de mi posicin terica e iniciar un nuevo proceso de evolucin conceptual decisivo. Ese algo fue la visita de William Schoenfeld a nuestro programa, quin sostuvo un seminario con el grupo de profesores. Empleando nuevamente el mtodo socrtico de argumentacin, Schoenfeld, cuestion la solidez lgica de los conceptos de la teora del condicionamiento en general y, en particular, de la teora operante. La oportunidad de conversar con Schoenfeld en sus repetidas visitas a Mxico, y mi acercamiento a la obra de Kantor, nuevamente aconse-jado por Bijou, me llev a reflexionar de manera continuada sobre como conservar el

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    Revista de Historia de la Psicologa, 2010, vol. 31, nm. 1 (marzo)

    avance que representaba el conductismo como superacin del dualismo, a la vez que se reemplazaba el paradigma del condicionamiento como modelo terico de la psicologa. Mi conocimiento personal de J.R. Kantor, como resultado de su invitacin al primer congreso mexicano de anlisis de conducta, que organizamos en Xalapa en 1974, fue otro factor que determin el curso de mi pensamiento. Durante diez aos, hasta su fallecimiento en 1984, me reun repetidamente con Kantor en su casa de Chicago o en Mxico, y pude conversar con l sobre innumerable dudas acerca de los problemas tericos de la psicologa.

    En 1975, falleci mi padre y naci mi segundo hijo, Juan Cristbal. Adems, fund

    y sali a la luz el primer nmero de la Revista Mexicana de Anlisis de la Conducta (que

    contina publicndose), y la UNAM me ofreci la oportunidad de disear el currculo y coordinar el programa de psicologa en su nuevo campus del norte del rea metropolitana, Iztacala. Esta fue una experiencia decisiva en mi vida, porque confront la necesidad de disear un plan de estudios conceptualmente coherente, que se impartiera bajo los mismos principios que sus contenidos, y que se vinculara de manera explcita con una concepcin acerca de la aplicacin social del conocimiento. Me plante la necesidad de eliminar el eclecticismo, formular un plan coherente, de carcter conductista, buscando una nueva forma de integrar tericamente los conceptos y fenmenos, con una metodologa conduc-tual de enseanza centrada en el aprendizaje de conductas significativas, y concibiendo a la psicologa como una ciencia que desprofesionaliza su conocimiento, y no como una interdisciplina de naturaleza aplicada con un encargo social concreto. La psicologa se aprendi en seminarios, tutoras, bibliotecas, laboratorios, centros de servicio, escuelas y la comunidad. El proyecto y sus resultados estn descritos en un libro sobre el particular (La enseanza, investigacin y ejercicio de la psicologa: un modelo integral). Se trat de una experiencia intensa y estimulante, en que aprend a pensar en grupo los problemas, a la vez que transmita las soluciones tanto a profesores como estudiantes concretando las situaciones de enseanza-aprendizaje, adecuando los procesos administrativos de la universidad a las peculiaridades del nuevo programa, con 250 profesores (la mayor parte de ellos novatos) y 2400 estudiantes. Fueron cuatro aos de esfuerzo por crear una nueva manera de concebir, ensear y aplicar la psicologa, y tres aos adicionales dedicadas a evaluar y reflexionar crticamente las desviaciones, los fallos y las dificultades para cambiar las prcticas de pensamiento disciplinar y de enseanza.

    A partir de 1973 comenc a ser invitado para dar cursos, conferencias, participar en congresos en Amrica Latina, Estados Unidos y Europa, lo que me permiti difun-dir mis puntos de vista, adicionalmente a las publicaciones. Tambin tuve contactos puntuales con programas aplicados, de modo que particip en el INFONAVIT en un programa de arquitectura conductual para el diseo de unidades habitacionales, y en la Secretaria de Salud en la evaluacin y planificacin de programas generales de salud, entre otros. Un acontecimiento importante, fue mi primer retorno a Barcelona en

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    1976 (durante la balbuciente transicin a la democracia). Reconoc Barcelona como si hubiera vivido todo el tiempo all, y fue el inicio de visitas repetidas, tanto por motivos acadmicos como puramente personales. De hecho, durante una estancia sabtica en

    1983 en que asesor los Servicios de Educacin Especial de la Generalitat, aprovech para escribir el libro que condensa mi punto de vista sobre la psicologa (Teora de la conducta: un anlisis de campo y paramtrico), culminacin del proceso que se inici en mi primer encuentro con Schoenfeld. Durante esas visitas establec fuertes lazos personales con Ramn Bays, Rafael Moreno y Josep Roca, y pude influir, tangencial-mente, en algunos sectores de la psicologa espaola.

    En este periodo, tuve la oportunidad de conversar personalmente con Skinner

    en dos ocasiones, una durante una conferencia que ofrec en la Universidad de West

    Virginia en 1976 y, otra, en ocasin de la Reunin Europea sobre Anlisis Experimental

    de la Conducta organizada por Marc Richelle en Liege en 1983. Las conversaciones

    fueron extremadamente gratas, y trataron sobre todos los temas posibles, menos sobre

    psicologa. Skinner era un hombre de gran cultura, y ms que un simple aficionado a

    la msica y la literatura, pero durante mis reuniones con l tuve la sensacin de que, al

    contrario de lo que me ocurra con Schoenfeld, no haba mucho de que hablar respecto

    de la psicologa. Skinner transmita la actitud de que todo estaba ya resuelto.

    A partir de 1980 me apart administrativamente del programa de psicologa en

    la UNAM-Iztacala, y dediqu la mayor parte de mi tiempo a las actividades de investi-

    gacin y al postgrado. En 1980 se inaugur la UIIICSE, un centro de investigaciones

    interdisciplinario en el propio campus de Iztacala que plane y dise con el propsito

    de insertar a la psicologa en los programas de investigacin. Coordin el proyecto de

    aprendizaje humano, en el que comenzamos a desarrollar las primeras preparaciones

    experimentales planteadas directamente desde el nuevo modelo terico. En 1985 se

    present la oportunidad de crear un instituto de investigaciones en la Universidad de

    Guadalajara, bajo el auspicio del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa y el apoyo

    de la UNAM. Este era un viejo proyecto, que se iba a concretar en Santiago de Chile

    en 1973, pero que fue cancelado por el golpe militar en contra de Salvador Allende. Por

    razones diversas el proyecto no culmin hasta 1991, en que me traslad a la Universidad

    de Guadalajara para fundar el Centro de Estudios e Investigaciones en Comportamiento

    (CEIC), el primer centro dedicado exclusivamente a la investigacin bsica del com-

    portamiento animal y humano, no slo en Mxico, sino en muchos pases.

    LA CONSOLIDACIN TERICA Y DE UN PROGRAMA DE INVESTIGACIN

    Adems de las responsabilidades y actividades requeridas para organizar y operar

    el CEIC, el periodo que inici en 1991 me oblig, en cierto sentido, a sistematizar

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    Revista de Historia de la Psicologa, 2010, vol. 31, nm. 1 (marzo)

    y profundizar en mi postura terica. A la vez tuve que enfrentar el desafo de disear

    nuevas preparaciones experimentales acordes con las categoras, conceptos y preguntas

    planteadas a partir del modelo de campo desarrollado a partir de las propuestas de

    Kantor.

    El nuevo proyecto acadmico en la Universidad de Guadalajara no se limit ex-clusivamente al desarrollo de un amplio programa de investigacin. Su complemento natural fue la creacin de un programa doctoral de investigacin bsica en Ciencia del Comportamiento, de naturaleza tutoral y centrado totalmente en el estudiante y el diseo y adaptacin de instalaciones apropiadas para estos propsitos. La fundacin y publicacin en 1992 de Acta Comportamentalia, la revista latina de anlisis de la conducta, fue otro aspecto destacado del proyecto, as como la celebracin peridica del Simposio Bienal sobre Ciencia del Comportamiento, inicialmente organizado en la UNAM en 1982. Tambin se iniciaron dos foros cientficos que despus tuvieron lugar en otras sedes. Uno fue el Coloquio de Psicologa Interconductual en 1992 y, otro, tambin en el mismo ao, el Congreso Internacional sobre el Conductismo y las Ciencias de la Conducta, este ltimo por iniciativa de Peter Harzem, amigo entraable con el que compart innumerables horas de cuestionamiento a la psicologa actual. Este fue un congreso inolvidable con la presencia, como conferencias magistrales, de William Schoenfeld, Fred Keller, Murray Sidman, William Estes y Willard Quine. En 1993, en el marco de un simposio conmemorando los ochenta aos de la publicacin por J.B. Watson del llamado Maniesto Conductista, la Universidad de Guadalajara otorg el Doctorado Honoris Causa a William N. Schoenfeld, tres aos antes de su fallecimiento. Del mismo modo, en ocasin del Quinto Congreso Internacional sobre el Conductismo en Xalapa, la Universidad Veracruzana otorg el mismo honor a Sidney W. Bijou (quin falleci en 2009 a la edad de 100 aos).

    Permanec 18 aos en Guadalajara. La creacin y consolidacin del CEIC no fue fcil, a pesar de los apoyos recibidos de la universidad. Como en todos los pro-yectos humanos hubo periodos de turbulencia o de estancamiento. Aparte de haber logrado conjuntar y formar un grupo de investigadores con orientacin conductual, aunque con diversos intereses y puntos de vista, lo ms significativo de esta etapa fue la maduracin de conceptos tericos, el abordaje sistemtico de nuevos problemas y la elaboracin paulatina de nuevas preparaciones experimentales que, sin desvincu-larse de la tradicin conductista de origen, se adecuaran a las maneras de categorizar y plantear preguntas en el marco de una teora de campo. En pocas palabras, fue un periodo de construccin y consolidacin de un programa de investigacin terica y experimental de otra manera de concebir los fenmenos psicolgicos y su comprensin cientfica. Parte de este esfuerzo fue la terminacin, en 1995, de mi disertacin doc-toral en filosofa (despus de haber concluido los cursos formales en 1981), centrada en el anlisis crtico histrico conceptual de la influencia cartesiana en el paradigma

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    Revista de Historia de la Psicologa, 2010, vol. 31, nm. 1 (marzo)

    del reflejo en psicologa, y su incorporacin por Skinner en el abordaje del lenguaje (entre otros problemas). La disertacin se public en 1999 con el ttulo de Teora del condicionamiento y lenguaje: un anlisis histrico y conceptual. A mi modo de ver, en esta obra se muestran las limitaciones lgicas de la teora del condicionamiento para comprender los fenmenos del comportamiento, y se justifica la necesidad de buscar un modelo propio de la psicologa, lo que fue la aportacin fundacional de J.R. Kantor

    a la psicologa.

    En esta etapa renov mi inters inicial de los 80s por los textos originales de

    Aristteles (principalmente los Tratados del alma), en los que se bas la formulacin

    kantoriana, y el anlisis conceptual de los trminos y expresiones del lenguaje ordinario,

    tal como lo desarrollaron Austin, Ryle y Wittgenstein. Tengo la absoluta certeza de

    que el ncleo de la indefinicin de la psicologa reside en dos problemas fundamen-

    tales. Uno, es la carencia de una concepcin adecuada de lo psicolgico, a partir de

    lo biolgico y de lo social, que no sea reduccionista o dualista. Otro, la falta de rigor

    en el uso de los trminos como conceptos, y las violaciones lgicas que se cometen al

    confundir a los trminos psicolgicos del lenguaje ordinario con entidades, actividades

    o acontecimientos no observables (la transformacin de los fenmenos mentales del

    habla cotidiana en una mitologa causal oculta y trascendente: la mente). Por ello,

    me aboqu a dos tareas indispensables en el teorizar. Una, fue trazar histricamente las

    confusiones conceptuales de la primera formulacin de lo psicolgico por Aristteles

    (formulacin por dems correcta, paradjicamente). Otra, fue realizar un anlisis fun-

    cional sistemtico de los trminos psicolgicos tradicionales, para delimitar sus mltiples

    sentidos en el lenguaje ordinario y, de este modo, como lo expresa Wittgenstein, diluir

    su falsa significacin como trminos tcnicos en las diversas teoras psicolgicas. Estas

    dos tareas no procuran como resultado una teora, pero si evitan las confusiones y las

    pseudoteoras que plagan a nuestro proyecto de ciencia.

    La publicacin en 1985 de Teora de la conducta: un anlisis de campo y paramtrico

    (TC) no constituy un punto terminal. Por el contrario, TC represent la formulacin

    de un programa de investigacin terica y experimental que tuvo su pleno desarrollo

    en esta etapa en Guadalajara.

    En primer lugar, mis intereses se centraron en refinar los conceptos del modelo de

    campo, especialmente los referidos a las funciones, al medio de contacto y al desarrollo

    de medidas molares. En segundo lugar, ampli el horizonte de la teora a los problemas

    de las interacciones sociales como relaciones interindividuales bajo un medio de contacto

    institucional, el anlisis del desarrollo en trminos de interacciones didicas y la concep-

    cin de toda conducta humana como conducta mediada por el lenguaje como medio de

    contacto, el estudio de la individuacin (personalidad) como resultado biogrfico en la

    forma de estilos interactivos, y las extensiones del modelo a problemas interdisciplinares

    como los de la educacin, el conocimiento cientfico, y la salud, entre otros. En tercer

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    Revista de Historia de la Psicologa, 2010, vol. 31, nm. 1 (marzo)

    lugar, una preocupacin fundamental en este periodo (no satisfecha plenamente) fue disear preparaciones experimentales sensibles a los problemas empricos conceptuados por la teora de campo. Con la colaboracin de Dan Sussman, exdiscpulo de Schoenfeld, logramos que Coulburn Instruments construyera un prototipo (que patent sin darnos crdito...) de una cmara experimental (de un metro cuadrado) que midiera en dcimos de segundo el desplazamiento continuo de un roedor as como sus posturas, adicionalmente a las respuestas ante mltiples operandos y fuentes de estmulo ubicables modularmente. Este sistema ha permitido el anlisis molar del comportamiento en distintas dimensiones (esfuerzo, persistencia, direccin, variacin, logro y preferencia), haciendo innecesario una interpretacin en trminos de eventos discretos de respuesta. Por otra parte, se disearon una diversidad de procedimientos variantes de la igualacin de la muestra, empleando respuestas lingsticas, que han permitido evaluar las interacciones entre diversos niveles de relacin en situaciones categorizadas tradicionalmente como de aprendizaje complejo, formacin de conceptos, solucin de problemas, pensamiento simblico, etc. Se dise igualmente un conjunto de tareas para evaluar los estilos interactivos en tiempo real, para identificar consistencias individuales frente a situaciones contingenciales estructuradas. Del mismo modo, se elabor una preparacin experimental para el estudio en tiempo real de interacciones sociales entre individuos, involucrando relaciones de poder, de intercambio y de sancin. De manera menos sistemtica, se disearon preparaciones experimentales para el estudio de juicios estticos, creencias y el ajuste conceptual o categorial.

    Esta etapa fue pletrica de actividad y logros y confirma que la actividad cientfica no corresponde a individuos aislados. La ciencia, como prctica, corresponde a grupos que comparten un inters comn, con perspectivas diversas en ocasiones, pero con el compromiso de formar a los aprendices de la ciencia, quienes constituyen en realidad el catalizador que estimula, auspicia e integra dicho proceso. As mismo, me coloc, a pesar de todos los reconocimientos, en la difcil situacin de ser un outsider peculiar de la psicologa, al no ubicarme conceptualmente en ninguna de las modas tericas prevalecientes, ni dentro del conductismo dominante ni dentro de las posiciones cognoscitivas. No me sera difcil realizar experimentos de acuerdo a lo normalmente aceptado, pero, aunque sera profesionalmente ms exitoso, mi vida acadmica no sera intelectualmente gratificante. Gracias a ello, he debido desarrollar una extraa habilidad para publicar, expresando mis argumentos y hallazgos en forma tal que no sugieran la ruptura que realmente representan. Esto me persuade que ciencia y poltica no son tan lejanas una de otra!, y que la psicologa es una autntica Torre de Babel.

    LTIMA TRANSICIN Y GRAN FINAL

    En el momento en que escribo estas lneas, me encuentro en lo que, supongo, es la transicin a lo que ser mi etapa final, por muchas razones. En ocasin del Doctorado

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    Revista de Historia de la Psicologa, 2010, vol. 31, nm. 1 (marzo)

    Honoris Causa que me otorg la Universidad Veracruzana en 2008, se me abrieron las puertas para regresar a Xalapa y construir un nuevo programa de investigacin, ahora con un grupo ms compacto y cohesivo de colegas vinculados a la teora de campo. Este programa, vinculado con un doctorado en Ciencia de la Conducta (Aprendizaje Humano), contempla completar lo iniciado en Guadalajara, por un lado, y enfrentar un sinfn de problemas tericos y experimentales que estn solo esbozados por lo logrado hasta el momento. Este proyecto se suma a una oportunidad de probar la pertinencia de una teora de la conducta para cambiar, en modo y en sustancia, las prcticas educativas desde su inicio. Con el apoyo de una fundacin privada, estoy inmerso en el diseo de un sistema alternativo de educacin, desde el nivel preescolar hasta el preuniversitario. Es un proyecto que no solo representa desafos tcnicos de diversa ndole, sino que adems pone a prueba, da a da, a nuestras concepciones tericas y sociales. Es, sin embargo, el cumplimiento de un sueo: hacer de la educacin una circunstancia ldica y esttica, a la vez que se forma a individuos competentes disciplinar y socialmente.

    La vida acadmica no es, como algunos piensan, idlica. No est exenta de envi-dias, deslealtades, vanidades, intolerancia, simulacin, mediocridad, y muchas otras manifestaciones de la naturaleza humana. Sin embargo, he tenido la suerte, despus de todo, de vincularme al conocimiento de la psicologa como un proyecto de vida, con todo lo que ello implica. Nada puede superar el goce esttico de los logros que acompaan a la prctica terica y experimental bien encaminada, ni a la satisfaccin tica de poder transmitir a los estudiantes una actitud crtica y coherente sobre el conocimiento. Esto justifica de sobra seguir en el camino.

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