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See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/326301159 Principios de Neuroeducación Física Book · July 2018 CITATIONS 0 READS 1,890 1 author: Some of the authors of this publication are also working on these related projects: Neuropsychology for education View project Physical exercise and cognitive function View project Fernando Maureira Cid Universidad Católica Silva Henríquez 90 PUBLICATIONS 155 CITATIONS SEE PROFILE All content following this page was uploaded by Fernando Maureira Cid on 10 July 2018. The user has requested enhancement of the downloaded file.

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Principios de Neuroeducación Física

Book · July 2018

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Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

Neuropsychology for education View project

Physical exercise and cognitive function View project

Fernando Maureira Cid

Universidad Católica Silva Henríquez

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SEGUNDA EDICIÓN

FERNANDO MAUREIRA CID

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Fernando Maureira Cid

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© Fernando Maureira Cid

Principios de neuroeducación física

Segunda Edición

ISBN formato papel: 978-84-685-2491-7

ISBN formato pdf: 978-84-685-2492-4

Impreso en España

Editado por Bubok Publishing SL

Julio, 2018

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Capítulo 1: Neurociencia y educación

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Fernando Mauriera Cid

Es PhD. en Educación, con especialización en

neurociencia. Autor de más de 80 artículos científicos

y ocho libros sobre neurociencia, neuropsicobiología,

ciencias cognitivas, metodología de la investigación y

estadística.

Profesor de la Escuela de Educación en Ciencias del

Movimiento y Deportes, Universidad Católica Silva

Henríquez. Santiago de Chile.

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Capítulo 1: Neurociencia y educación

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Dedicado a mis hermanas

Miriam y Yessenia

a mis padres

Fernando y Nidia,

a mi amor

Elizabeth

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Capítulo 1: Neurociencia y educación

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7

El presente libro viene a cubrir un vacío

histórico que ha existido en la formación de

profesores. En efecto, en pleno siglo XXI las

escuelas de pedagogía de nuestro país carecen de

la enseñanza sistemática de contenidos referidos a

la neurociencia. Esta política educativa ha

generado grandes problemas en las escuelas pues

los profesores, de los diferentes niveles y disci-

plinas, deben enfrentar la realidad educativa con

métodos de enseñanza que van, muchas veces, en

el sentido opuesto al crecimiento y la evolución del

sistema nervioso de los escolares.

Actualmente el currículo de la educación

física en el mundo ha ido evolucionando hacia tres

áreas fundamentales, a saber: los deportes, las

asignaturas pedagógicas y asignaturas de carácter

biológico relacionadas con la salud y el rendi-

miento. Estas áreas que convergen a un tronco

común llamado motricidad, que actúa a través de

sus contenidos: tales como la psicomotricidad,

desarrollo motor, aprendizaje motor, control

motor, entre otros, los que constituyen un eje

ordenador de la disciplina.

El devenir histórico de la educación física en

Chile ha tenido como consecuencia que mayori-

tariamente quienes han impartido estas asignaturas

troncales, son profesores derivados de especialida-

des deportivas o de áreas biológicas. No ha habido,

por falta de especialización, un salto cualitativo en

la perspectiva disciplinar. Hay escasas publicacio-

nes de desarrollo, habilidades o comportamiento

motor en nuestro país, lo que evidencia que los

ramos troncales de las carreras no están tributando

para que haya una comprensión a cabalidad la

conducta motriz humana. En cierto modo, se han

vuelto ininteligibles. A mi juicio, el denominador

común de este problema es que los académicos no

han sopesado el valor integrador de la neurocien-

cia en la educación física. Si bien es cierto, hay un

vasto conocimiento de modelos teóricos de la

motricidad, de fisiología del aparato locomotor, la

neuroanatomía, de técnicas deportivas y entrena-

miento, estos son enseñados en forma aislada, a

modo de compartimientos estancos, sin considerar

el eje fundamental que constituye la comprensión

del sistema nervioso en la explicación conducta

humana.

Este libro permite integrar conocimientos

actualizados de la neurociencia y de la educación

física. Es una revisión completa que explica en

detalle el funcionamiento y las funciones de los

diferentes núcleos del sistema nervioso. Es una

guía bibliográfica esencial para estudiantes de pre

y postgrado de educación física, pues saber de

neurociencia posibilita discernir lo que se esconde

tras cada conducta motriz y nos permite conocer

los fenómenos subyacentes del aprendizaje.

Permite entender el fenómeno de la plasticidad y

por lo tanto la modificabilidad que poseemos los

seres humanos.

Debemos alegrarnos de que el autor, Dr.

Fernando Maureira, haya realizado esta obra, la

que viene a constituirse como la aparición del

“eslabón perdido” de la Educación Física en Chile.

Tengo el privilegio de conocerlo hace muchos

años, he visto su crecimiento académico, el que ha

sido exponencial. Fernando, hijo de la educación

pública, ha puesto su inteligencia y esfuerzo al

servicio de la educación física. Eso se evidencia en

su gran cantidad de publicaciones y en la

formación de jóvenes investigadores. Con

Fernando he podido realizar todas las conversa-

ciones de educación física que no se realizan en los

centros universitarios, y aunque en algún

momento de esta historia fui su profesora,

realmente he sido yo quien ha aprendido de él. En

cada encuentro me sorprende con sus nuevos

trabajos, libros y proyectos.

Mg. Prof. Valentina Bahamondes

Catedrática del Departamento de Educación

Física, Deportes y Recreación. Universidad

Metropolitana de Ciencias de la Educación.

Santiago de Chile

Julio de 2018

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Capítulo 1: Neurociencia y educación

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La segunda edición de Principios de

Neuroeducación Física es una introducción a la

neurociencia y a los avances en investigación de los

efectos del ejercicio físico sobre la percepción

(propiocepción, audición y visión), los sistemas de

regulación (sueño, motivación y emoción) y fun-

ciones cognitivas (atención, planificación, memoria

y aprendizaje), estableciendo un vínculo entre la

practica física y el funcionamiento del sistema

nervioso.

Este libro puede ser utilizado tanto como

guía general del funcionamiento y estructura

cerebral, así como un texto que explica de manera

clara y sencilla las bases neurales que subyacen a

importantes procesos que constituyen nuestra

compleja vida psíquica y que, por ende, dan origen

a nuestra conducta. Pero sin duda, el mayor aporte

es relacionar todo lo anterior con un ámbito

fundamental en el quehacer del profesional de la

educación física: el movimiento y el ejercicio físico.

¿Es posible que la práctica de ejercicio físico

mejore el desempeño atencional, de memoria o

control emocional?, ¿la condición física se relaciona

con el aprendizaje y la resolución de problemas?,

¿es suficiente la aplicación de una sola sesión de

entrenamiento o es necesaria una intervención

durante varios meses para notar mejoras en las

funciones cerebrales? Todas estas preguntas abren

un mundo de estudio que dan cuenta del efecto de

la practica física que va más allá del rendimiento

deportivo, la estética o la composición corporal, un

ámbito donde se entremezcla lo motriz y lo

cognitivo.

La primera vez que se utilizó el concepto de

Neuroeducación Física fue el año 2014 en la

primera edición de este libro, desde entonces lenta-

mente se ha ido incrementando su uso mediante

otros textos, cursos, conferencias, etc., y esperamos

que en el futuro se continúe por el camino

científico a través de la investigación, que

conduzca a nuestra disciplina a tener una fuerte

base en la neurociencia aplicada al movimiento.

Algunas características que se han mante-

nido de la primera edición del libro son: la descrip-

ción neuroanatómica y neurofisiológica de cada

proceso perceptivo, motriz y cognitivo, de manera

que el estudiante o profesional de la educación

física pueda comprender y relacionar a cada

instante su experiencia del mundo y el entorno

con una distintiva actividad cerebral; el avance

progresivo desde los fundamentos microscópicos

del funcionamiento del sistema nervioso, hasta el

estudio global de circuitos y regiones cerebrales

que permiten diversas funciones mentales; y la

descripción de diversos estudios que dan cuenta

de los efectos del ejercicio físico sobre cada una de

las funciones cognitivas estudiadas, de tal manera,

de dar cuenta de la profunda relación que existe

entre la educación física y otras áreas del

desarrollo del ser humano.

En esta nueva edición se incluye un capítulo

sobre las técnicas más utilizadas para el estudio

del sistema nervioso, de manera de entender como

se avanza en la generación del conocimiento sobre

funciones tan complejas como el aprendizaje; dos

capítulos donde se analiza el control del movi-

miento, con la implicancia de la corteza cerebral,

el cerebelo, los ganglios basales, etc.; un capítulo

sobre las funciones ejecutivas donde se estudia la

planificación, control de impulsos, fluidez mental,

etc.; secciones sobre trastornos emocionales y del

estado del ánimo, síndromes prefrontales y

adicciones; una sección sobre el BDNF y sus

efectos sobre la neuroplasticidad (base del apren-

dizaje), el cual puede ser estimulado por el ejerci-

cio físico; y un gran número de nuevos estudios

que avalan los efectos beneficiosos de la practica

física sobre la actividad cerebral.

Espero que esta nueva edición de Principios

de Neuroeducación Física constituya una herramien-

ta para el estudio y entendimiento del sistema ner-

vioso y del enorme campo de acción que tiene la

educación física en la mejora cerebral y a través de

ello, de la calidad de vida de las personas.

Santiago, Julio 2018

Fernando Maureira Cid

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Capítulo 1: Neurociencia y educación

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Introducción 21

PARTE I

SISTEMA NERVIOSO:

DE LA NEURONA AL CEREBRO 23

Capítulo 1.

Neurociencia y educación 25

Capítulo 2.

Técnicas de estudio del sistema nervioso 35

Capítulo 3.

Células del sistema nervioso 43

Capítulo 4.

Potenciales de membrana y sinapsis 53

Capítulo 5.

Neuroanatomía del sistema nervioso

periférico 67

Capítulo 6.

Neuroanatomía del sistema nervioso

central 77

PARTE II

SENTIDOS Y CONTROL DEL

MOVIMIENTO 95

Capítulo 7.

Sentidos somáticos y ejercicio físico 97

Capítulo 8.

Audición y ejercicio físico 109

Capítulo 9.

Visión y ejercicio físico 119

Capítulo 10.

Componentes básicos del sistema

motor 137

Capítulo 11.

Control neural del movimiento 151

PARTE III

SISTEMAS DE REGULACIÓN Y

FUNCIONES COGNITIVAS 161

Capítulo 12.

Sueño y ejercicio físico 163

Capítulo 13.

Motivación y ejercicio físico 175

Capítulo 14.

Emociones y ejercicio físico 187

Capítulo 15.

Atención, funciones ejecutivas y ejercicio

físico 203

Capítulo 16.

Memoria, aprendizaje y ejercicio físico 219

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Capítulo 1: Neurociencia y educación

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13

INTRODUCCIÓN 21

PARTE I

SISTEMA NERVIOSO:

DE LA NEURONA AL CEREBRO 23

_____________________________________

CAPÍTULO 1

NEUROCIENCIA Y EDUCACIÓN 25

1.1 Sistema nervioso 25

1.2 Breve historia de la neurociencia 28

1.3 Aprendizaje y cerebro 30

1.3.1 El aprendizaje es un proceso

biológico 30

1.3.2 Interrelación de disciplinas 31

1.4 Neurociencia y educación física 32

CAPÍTULO 2

TÉCNICAS DE ESTUDIO DEL

SISTEMA NERVIOSO 35

2.1 Invasividad, espacio y tiempo 35

2.2 Estudio de microestructuras del

sistema nervioso 35

2.2.1 Microscopio óptico 36

2.2.2 Microscopio electrónico 37

2.3 Estudio eléctrico de las neuronas 38

2.3.1 Electrofisiología 38

2.3.2 Electroencefalografía 40

2.3.3 Magnetoencefalografía 40

2.4 Imagenología 40

2.5 Optogenética 41

CAPÍTULO 3

CÉLULAS DEL SISTEMA NERVIOSO 43

3.1 La neurona 43

3.2 Citología de la neurona 43

3.2.1 Soma neuronal 43

3.2.2 Dendritas 45

3.2.3 Axón 46

3.3 Transporte axonal 47

3.4 Clasificación de las neuronas 48

3.4.1 Clasificación según su estructura 48

3.4.2 Clasificación según su función 48

3.4.3 Clasificación según su

neurotransmisor 48

3.5 Las glías 49

3.5.1 Clasificación de las glías 50

CAPÍTULO 4

POTENCIALES DE MEMBRANA Y

SINAPSIS 53

4.1 Impulso nervioso 53

4.1.1 Potencial de reposo 53

4.1.2 Potenciales locales 54

4.1.3 Potencial de acción 54

4.1.4 Período refractario 55

4.1.5 Conducción del potencial de

acción 56

4.2 La sinapsis 56

4.2.1 Sinapsis eléctrica 56

4.2.2 Sinapsis química 57

4.2.3 Clasificación de las sinapsis 58

4.2.4 Sumación 59

4.2.5 Redes neurales 60

4.2.6 Neurotransmisores 61

4.2.7 Receptores 61

4.2.8 Principales neurotransmisores y

sus respectivos receptores 62

CAPÍTULO 5

NEUROANATOMÍA DEL SISTEMA

NERVIOSO PERIFÉRICO 67

5.1 Divisiones del sistema nervioso 67

5.2 Planos anatómicos en el estudio del

sistema nervioso 67

5.3 Sistema nervioso periférico 68

5.3.1 Nervios raquídeos o espinales 68

5.3.2 Nervios craneanos 71

5.3.3 Sistema nervioso autónomo 73

5.3.4 Ramas del SNA 75

CAPÍTULO 6

NEUROANATOMÍA DEL SISTEMA

NERVIOSO CENTRAL 77

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14

6.1 Meninges y líquido cefalorraquídeo 77

6.2 Médula espinal 78

6.3 Tronco encefálico 80

6.3.1 Bulbo raquídeo 80

6.3.2 Protuberancia anular 80

6.3.3 Mesencéfalo 81

6.4 Cerebelo 82

6.5 Diencéfalo 83

6.6 Sistema límbico 84

6.6.1 Complejo amigdalino 86

6.6.2 Área septal 87

6.6.3 Formación hipocampal 87

6.6.4 Giro de cíngulo 87

6.7 Ganglios basales 87

6.8 Corteza cerebral 87

6.8.1 Lóbulos cerebrales 87

6.8.2 Capas celulares de la corteza 89

6.8.3 Áreas de Brodmann 90

6.8.4 Cortezas sensitivas y motoras 90

6.9 Tractos cerebrales 90

6.10 Sistemas moduladores difusos 92

PARTE II

SENTIDOS Y CONTROL DEL

MOVIMIENTO 95

_____________________________________

CAPÍTULO 7

SENTIDOS SOMÁTICOS Y EJERCICIO

FÍSICO 97

7.1 Receptores y estímulos 97

7.1.1 Clasificación de los receptores 97

7.1.2 Campos perceptivos 97

7.1.3 Propiedades de un estímulo 98

7.2 Sentidos somáticos 99

7.2.1 Propiocepción 99

7.2.2 Propiocepción y ejercicio físico 100

7.2.3 Nocicepción 100

7.2.4 Nocicepción y ejercicio físico 101

7.2.5 Temperatura 101

7.2.6 Tacto 101

7.3 Vías espinales ascendentes 103

7.4 Sentidos somáticos y ejercicio físico 105

7.4.1 Mapas somatosensitivos 105

7.4.2 Modificación de los mapas

somatosensitivos 106

CAPÍTULO 8

AUDICIÓN Y EJERCICIO FÍSICO 109

8.1 El oído: audición 109

8.1.1 Oído interno 109

8.1.2 Ondas sonoras 109

8.1.3 Proceso de audición 111

8.1.4 Anatomía funcional de la cóclea 111

8.1.5 Activación de las células

ciliadas 113

8.2 El oído: equilibrio 114

8.2.1 Equilibrio estático 114

8.2.2 Equilibrio dinámico 115

8.3 Oído y ejercicio físico 115

CAPÍTULO 9

VISIÓN Y EJERCICIO FÍSICO 119

9.1 Estructura y función del ojo 119

9.1.1 Función de la pupila y

cristalino 120

9.1.2 Estructura de la retina 121

9.1.3 Fototransducción en la retina 122

9.2 De la retina a la corteza visual 124

9.3 Corteza visual 126

9.3.1 Corteza visual primaria 126

9.3.2 Cortezas visuales extraestriadas 128

9.3.3 Visión del color y corteza V4 129

9.4 Movimiento oculares 130

9.5 Capacidad visual 131

9.5.1 Agudeza visual 131

9.5.2 Visión periférica 131

9.6 Capacidad visual y ejercicio físico 132

CAPÍTULO 10

COMPONENTES BÁSICOS DEL

SISTEMA MOTOR 137

10.1 Introducción al control del

movimiento 137

10.2 Unidades motoras 138

10.3 Unión neuromuscular 139

10.3.1 Estimulación de la fibra

muscular 140

10.3.2 Estructura de la fibra

muscular 140

10.4 Contracción de la fibra muscular 143

10.5 Movimiento reflejos 143

10.5.1 Clasificación de los reflejos 144

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Capítulo 1: Neurociencia y educación

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15

10.5.2 Motoneurona alfa y células de

Renshaw 146

10.5.3 Huso neuromuscular 146

10.5.4 Órgano tendinoso de Golgi 147

10.5.5 Reflejo rotuliano y de extensión

cruzado 147

CAPÍTULO 11

CONTROL NEURAL DEL

MOVIMIENTO 151

11.1 Movimiento rítmicos 151

11.2 Vías espinales descendentes 152

11.2.1 Vía lateral 152

11.2.2 Vía ventromedial 153

11.3 Núcleos del tronco encefálico 154

11.4 Movimiento voluntario 155

11.4.1 Retroacción y anticipación 155

11.4.2 Circuito entre la corteza motora y

los ganglios basales 156

11.4.3 Circuito entre la corteza motora y

El cerebelo 158

PARTE III

SISTEMAS DE REGULACIÓN Y

FUNCIONES COGNITIVAS 161

_________________________________________

CAPÍTULO 12

SUEÑO Y EJERCICIO FÍSICO 163

12.1 El sueño 163

12.1.1 Etapas del sueño 163

12.1.2 Sueño MOR 165

12.1.3 Alternancia de sueños MOR y

no-MOR 165

12.1.4 ¿Para qué dormimos? 166

12.2 Ciclos circadianos 166

12.2.1 Control del sueño 166

12.2.2 Sustancias que inducen sueño 168

12.2.3 Filogenética del sueño 169

12.2.4 Experimentos con privación de

sueño 170 12.3 Efectos del ejercicio físico sobre el sueño 171

CAPÍTULO 13 MOTIVACIÓN Y EJERCICIO FÍSICO 175

13.1.1 Componente fisiológico de la

motivación 175

13.1.2 Componente cognitivo de la

motivación 176

13.1.3 Componente motor de la

motivación 177

13.1.4 Motivación en el contexto social

humano 177

13.2 Sistema neural del placer 178

13.2.1 Neurobiología de la adicción 178

13.2.2 Regiones cerebrales asociadas a

diversos consumos de drogas 180

13.3 Motivación, adicción y ejercicio

físico 182

CAPÍTULO 14

EMOCIONES Y EJERCICIO FÍSICO 187

14.1. Aclaraciones semánticas 187

14.2 Neuroanatomía de las emociones 188

14.2.1 Núcleo amigdalino y

emociones 188

14.2.2 Corteza frontal y emociones 189

14.2.3 Miedo 190

14.2.4 Ira y agresividad 190

14.2.5 Tristeza 191

14.2.6 Alegría 191

14.2.7 Emociones sociales 192

14.3 Reconocimiento emocional 193

14.4 Alteraciones de las emociones y los

estados de ánimo 194

14.4.1 Trastorno de ansiedad 194

14.4.2 Depresión 194

14.4.3 Trastorno bipolar 196

14.5 Emociones, estados de ánimo y ejercicio

físico 197

CAPÍTULO 15

ATENCIÓN, FUNCIONES EJECUTIVAS Y

EJERCICIO FÍSICO 203

15.1 La atención 203

15.1.1 Neuroanatomía de la

atención 203

15.1.2 Tipos de atención 204

15.2 Trastornos atencionales 206

15.2.1 Mutismo acinético 206

15.2.2 Síndrome confucional 206

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16

15.2.3 Heminegligencia atencional 207

15.2.4 Trastorno por déficit

atencional 208

15.3 Efectos del ejercicio físico sobre la

atención 209

15.4 Funciones ejecutivas 211

15.4.1 Neuroanatomía de las funciones

ejecutivas 211

15.4.2 Tipos de funciones ejecutivas 212

15.5 Alteraciones de las funciones

ejecutivas 213

15.5.1 Síndrome prefrontal

dorsolateral 213

15.5.2 Síndrome prefrontal

orbitofrontal 214

15.5.3 Síndrome prefrontal medial o del

cíngulo anterior 214

15.6 Funciones ejecutivas y ejercicio

físico 214

CAPÍTULO 16

MEMORIA, APRENDIZAJE Y EJERCICIO

FÍSICO 219

16.1 La memoria 219

16.1.1 Memoria de corto plazo 220

16.1.2 Memoria explícita 220

16.1.3 Memoria implícita 221

16.2 Neuroanatomía de la memoria 223

16.2.1 Memoria explícita 223

16.2.2 Memoria implícita 225

16.3 Bases biológicas del aprendizaje 226

16.3.1 Habituación y sensibilización 226

16.3.2 Condicionamiento clásico 227

16.3.3 Neuroplasticidad 227

16.3.4 Experiencia y

neuroplasticidad 228

16.3.5 Potenciación a largo plazo 229

16.3.6 De la expresión de CRE a la

neuroplasticidad 231

16.4 Efectos del ejercicio físico sobre la

memoria y aprendizaje 233

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Capítulo 1: Neurociencia y educación

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17

Figura 1.1 Evolución del sistema nervioso 26

Figura 1.2 División anatómica del sistema 27

Figura 1.3 La corteza frontal 27

Figura 1.4 Diferentes áreas del cerebro

que trabajan en la realización

de diferentes acciones 28

Figura 1.5 La frenología asociaba diferentes

regiones del cerebro a diversas

conductas 29

Figura 1.6 Algunas de las áreas cerebrales

descritas por Brodmann

en 1909 29

Figura 1.7 Resonancia magnética funcional 30

Figura 1.8 Disciplinas que integran la

neuroeducación 31 Figura 2.1 Escala de tamaños utilizados

en biología celular y molecular 36

Figura 2.2 Partes del microscopio óptico 37

Figura 2.3 Microscopio de transmisión

electrónica 38

Figura 2.4 Microelectrodos 39

Figura 2.5 Diferentes formas de patch

clamp 39

Figura 2.6 Esquema de la ubicación de

electrodos en el cuero

cabelludo y de las ondas más

características del EEG 40

Figura 2.7 Las técnicas de imagenología

cerebral nos permiten obtener

información estructural (RMn)

o funcional (RMf o PET) del

sistema nervioso 41

Figura 2.8 Optogenética 42

Figura 3.1 Principales estructuras de una

neurona 44

Figura 3.2 Citoesqueleto de una neurona 45

Figura 3.3 Membrana plasmática 46

Figura 3.4 Esquema de las espinas

dendríticas de una neurona 46

Figura 3.5 Transporte axonal 47

Figura 3.6 Tipos de neuronas según su

estructura 49

Figura 3.7 Esquema de un astrocito 50

Figura 3.8 Oligodendrocito 50

Figura 3.9 Células de Schwann 51

Figura 3.10 Células ependimarias y

microglías 51

Figura 4.1 Diferencia de concentración de

iones dentro y fuera de la

membrana neuronal 54

Figura 4.2 Esquema de canales iónicos 54

Figura 4.3 Etapas del potencial de acción 55

Figura 4.4 Período refractario 55

Figura 4.5 Conducción saltatoria 56

Figura 4.6 Sinapsis eléctrica 57

Figura 4.7 Sinapsis química 57

Figura 4.8 Algunos tipos de sinapsis

químicas 58

Figura 4.9 Sumación espacial y temporal 59

Figura 4.10 Esquemas de los procesos de

divergencia y convergencia

en redes neurales 60

Figura 4.11 Esquema de un canal con

receptor ionotrópico 62

Figura 4.12 Esquema de un canal con

receptor metabotrópico 62

Figura 5.1 Plano coronal, sagital y horizontal

en el estudio del cerebro 68

Figura 5.2 Plexo cervical 69

Figura 5.3 Plexo braquial 69

Figura 5.4 Plexo lumbar 70

Figura 5.5 Plexo sacro y plexo coccígeo 70

Figura 5.6 Vía sensitiva y motora de un

nervio raquídeo 71

Figura 5.7 Dermatomas 72

Figura 5.8 Nervios craneanos 73

Figura 5.9 Nervio del sistema autónomo 74

Figura 5.10 Rama simpática y parasimpática

del sistema nervioso

autónomo 75

Figura 6.1 Meninges 78

Figura 6.2 Ventrículos cerebrales 78

Figura 6.3 Médula espinal 79

Figura 6.4 Meninges de la médula espinal 79

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Fernando Maureira Cid

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18

Figura 6.5 Tronco encefálico 80

Figura 6.6 Esquema del cerebelo 81

Figura 6.7 Capas celulares del cerebelo 82

Figura 6.8 Diencéfalo 83

Figura 6.9 Núcleos que constituyen el

tálamo 84

Figura 6.10 Núcleos hipotalámicos 85

Figura 6.11 Sistema límbico 85

Figura 6.12 Principales vías del sistema

límbico 86

Figura 6.13 Ganglios basales 88

Figura 6.14 Lóbulos cerebrales 89

Figura 6.15 Cuerpo calloso 89

Figura 6.16 Capas de la corteza cerebral 90

Figura 6.17 Áreas de Brodmann en la

corteza cerebral 91

Figura 6.18 Principales cortezas cerebrales

sensitivas 91

Figura 6.19 Organización somatotópica 92

Figura 6.20 Tractos cerebrales 92

Figura 6.21 Sistemas moduladores difusos 93

Figura 7.1 Campos perceptivos 98

Figura 7.2 Las vías sensitivas están

constituidas por tres neuronas 99

Figura 7.3 Terminaciones libres de dolor 100

Figura 7.4 Terminaciones de temperatura 101

Figura 7.5 Receptores cutáneos del tacto 102

Figura 7.6 Ubicación de los diversos

receptores en la piel 102

Figura 7.7 Vías espinotalámicas 103

Figura 7.8 Vía de tacto y presión 104

Figura 7.9 Vías espinocerebelosas 104

Figura 7.10 Vías de información articular 105

Figura 7.11 Vías de información cutánea y

estados de conciencia 105

Figura 7.12 Mapa sensorial de la corteza

cerebral 106

Figura 7.13 Representación somatotópica

de la mano en la corteza

cerebral del mono 107

Figura 7.14 Modificación del mapa

somatosensorial 107

Figura 8.1 Estructuras del oído 110

Figura 8.2 Estructura del oído interno 110

Figura 8.3 Estructura de la cóclea 111

Figura 8.4 Ondas sonoras 111

Figura 8.5 Transmisión del sonido en el

oído 112

Figura 8.6 Cóclea 112

Figura 8.7 Célula ciliada del órgano de

Corti 113

Figura 8.8 Membrana basilar 113

Figura 8.9 Los canales iónicos de los

estereocilios 114

Figura 8.10 Ubicación de la corteza auditiva

primaria 114

Figura 8.11 El utrículo y sáculo 114

Figura 8.12 Cresta acústica 115

Figura 8.13 Diferencias de la estabilidad de

equilibrio 116

Figura 8.14 Relación entre obesidad central y

pérdida auditiva 116

Figura 9.1 Estructuras del globo ocular 120

Figura 9.2 Refracción de la luz en lentes

cóncavas y convexas 120

Figura 9.3 Acomodación 121

Figura 9.4 Estructura de la mácula y la fóvea

de la retina 122

Figura 9.5 Estructuras de los bastones y

conos de la retina 122

Figura 9.6 Células que componen la

retina 123

Figura 9.7 Blanqueamiento 123

Figura 9.8 Campos visuales en la retina 124

Figura 9.9 Zonas monoculares y binocular de

la visión 125

Figura 9.10 El núcleo geniculado lateral 126

Figura 9.11 Vías visuales ipsilaterales y

contralaterales 126

Figura 9.12 Cortezas visuales 127

Figura 9.13 Campos receptivo de V1 127

Figura 9.14 Diagrama de un corte de corteza

visual primaria 128

Figura 9.15 Vía visual ventral y dorsal 128

Figura 9.16 Diagrama de las vías

visuales 129

Figura 9.17 Las neuronas del área MT 129

Figura 9.18 Tasas de disparos de neuronas

del área temporal inferior frente

al reconocimiento de rostros 130

Figura 9.19 Los movimientos sacádicos 131

Figura 9.20 Test de Snellen 131

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Capítulo 1: Neurociencia y educación

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19

Figura 9.21 Evaluación de la visión

periférica 132

Figura 9.22 Grado de visión periférica en

conductores de buses 133

Figura 10.1 Músculo y tendón del bíceps 137

Figura 10.2 Principales movimientos

generados por la musculatura

esquelética 138

Figura 10.3 Ejemplo de músculo agonista,

sinergista y antagonista 139

Figura 10.4 Placa motora 139

Figura 10.5 Receptor de acetilcolina 140

Figura 10.6 Potencial en la fibra muscular 141

Figura 10.7 Estructura de la fibra

muscular 142

Figura 10.8 Miofibrilla 142

Figura 10.9 Estructura del sarcómero 142

Figura 10.10 Moléculas de actina, troponina y

tropomiosina entrelazándose 143

Figura 10.11 Proceso molecular de contracción

muscular 144

Figura 10.12 Contracción muscular 145

Figura 10.13 Reflejo 145

Figura 10.14 Huso neuromuscular 146

Figura 10.15 Órgano tendinoso de Golgi 147

Figura 10.16 Reflejo miotático inverso 148

Figura 10.17 Reflejo rotuliano 148

Figura 10.18 Reflejo de extensión cruzado 149

Figura 11.1 Fases de la marcha humana 152

Figura 11.2 Esquema de los semicentros 152

Figura 11.3 Vías corticoespinales 153

Figura 11.4 Vías de musculatura flexora y

extensora 153

Figura 11.5 Vías retículoespinales 154

Figura 11.6 Ubicación de las vías espinales en

la médula 155

Figura 11.7 Núcleos del tronco encefálico rela-

cionados con el movimiento 155

Figura 11.8 Fases del movimiento

voluntario 156

Figura 11.9 Circuito corteza/ganglios basales

basales 157

Figura 11.10 Circuito de la activación/inhibi-

ción de los ganglios basales en

una actividad motriz 157

Figura 11.11 Regiones funcionales del

cerebelo 158

Figura 11.12 Vía de las neuronas del

vestibulocerebelo 159

Figura 11.13 Vías del espinocerebelo y

cerebrocerebelo 159

Figura 12.1 Etapas del sueño 164

Figura 12.2 Hipnograma 165

Figura 12.3 Feed-back del sistema

tálamocortical 166

Figura 12.4 Núcleos del tronco encefálico

relacionados con los estados de

sueño-vigilia 166

Figura 12.5 Sistema de vigilia 168

Figura 12.6 Sistema del sueño 168

Figura 12.7 Núcleo circadiano 169

Figura 12.8 Estudio de privación de sueño en

ratas 170

Figura 13.1 Circuito de activación que da

origen al componente

fisiológico 176

Figura 13.2 Circuito de regulación del

componente cognitivo de la

activación 176

Figura 13.3 Circuito de regulación del

componente motor de la

activación 177

Figura 13.4 Desarrollo de la dependencia a

drogas 178

Figura 13.5 Sistema dopaminérgico

mesocorticolímbico 179

Figura 13.6 Estructuras implicadas en las

adicciones a diferentes

drogas 181

Figura 13.7 PET del cuerpo estriado 182

Figura 14.1 Estructuras del sistema

límbico 188

Figura 14.2 Circuito nervioso de las

emociones 188

Figura 14.3 Conexiones de la amígdala

cerebral y otras regiones

del cerebro 189

Figura 14.4 Regiones cerebrales implicadas

en el miedo condicionado 190

Figura 14.5 Sonrisa de Duchenne 192

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20

Figura 14.6 Reconocimiento emocional 193

Figura 14.7 Esquema de la actividad cerebral

en una persona normal y otra que

sufre depresión mayor 195

Figura 15.1 Regiones subcorticales y corticales

implicadas en la atención 204

Figura 15.2 Circuito atencional 205

Figura 15.3 Cortezas cerebrales que rodean el

cuerpo calloso 207

Figura 15.4 Hemiespacios atencionales 207

Figura 15.5 Heminegligencia atencional 208

Figura 15.6 Maduración del cerebro 209

Figura 15.7 Regiones de la corteza frontal 211

Figura 15.8 Regiones de la corteza

frontomedial 212

Figura 15.9 Phineas Cage 213

Figura 15.10 Áreas de Brodmann relacionadas

con diversos síndromes

prefrontales 214

Figura 16.1 Clasificación de la memoria de

largo plazo 221

Figura 16.2 Habituación y sensibilización 222

Figura 16.3 Condicionamiento clásico 223

Figura 16.4 Estructuras subcorticales

relacionadas con la memoria

explícita 224

Figura 16.5 Circuito hipocámpico en la

memoria explícita 224

Figura 16.6 Esquema de las vías que

permiten la memoria

explícita 225

Figura 16.7 Vía del AMPc en la

sensibilización 226

Figura 16.8 Vía de la PKC en la

sensibilización 227

Figura 16.9 Deprivación sensorial 228

Figura 16.10 Potenciación a largo plazo

temprana 230

Figura 16.11 Potenciación a largo plazo

tardía 230

Figura 16.12 Neuroplasticidad 232

Figura 16.13 Efectos del ejercicio sobre el

hipocampo de rata 233

Figura 16.14 Vía de señalización del

IGF-1 234

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Capítulo 1: Neurociencia y educación

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21

La educación del siglo pasado basó su

quehacer sobre las diversas teorías que generó la

psicología en relación con el aprendizaje. Sin

embargo, una nueva ciencia que surgió a principios

del siglo XX comenzó a ocupar el lugar que otrora

ostentaba la psicología: la neurociencia. Esta

disciplina se encarga de estudiar las funciones del

cerebro y su relación con la conducta, constitu-

yéndose actualmente como uno de los principales

pilares del avance y desarrollo de nuestra

comprensión del cerebro.

Los avances logrados en estas décadas por la

neurociencia nos dejan sin aliento, logros en

desarrollo embrionario neural, en identificación y

descripción de estructuras y funciones de neuronas

y glías, en la comprensión de los fenómenos de

percepción como el tacto, la visión, el gusto, etc. y

sobre todo de las funciones cognitivas que

permiten nuestra relación con el entorno y otros

individuos: la motivación, atención, emociones,

memoria y aprendizaje.

Todas estas actividades cerebrales que pare-

cían sólo misterios hace un siglo, hoy se muestran

con una comprensión mucho más clara en relación

con sus orígenes y funcionamientos. El siglo XXI

será sin duda el siglo del cerebro, ya que la

comprensión de lo que somos y lo que podemos

ser sólo es posible a través de nuestro conocimiento

de ese pequeño órgano de 1.400 gramos donde se

produce toda nuestra conducta.

Si todo nuestro proceso de aprendizaje

ocurre mediante las actividades de conjuntos de

neuronas ¿no sería lo más lógico que la neuro-

ciencia fuese el pilar sobre el cual se erigiese el

sistema educativo? El área docente no puede dejar

de lado los avances que se han logrado sobre

nuestro cerebro, comprender su funcionamiento

está íntimamente vinculado con la metodología a

utilizar durante la enseñanza. La neuroeducación

ha surgido de la necesidad de los docentes por

mejorar el sistema escolar y universitario, una

disciplina que recién comienza y que resulta

fundamental si queremos avanzar en este ámbito

tan importante del desarrollo humano.

Dentro del quehacer docente la educación

física ha sido relegada a la actividad deportiva y

casi ha pasado a ser un mero distractor en el

curriculum escolar. En el último tiempo el aumen-

to de enfermedades crónicas no transmisibles

producto del sedentarismo de nuestras sociedades

comienza poco a poco a dar un lugar importante a

la actividad física y sus profesionales, como una

manera efectiva de combatir esos males de la

sociedad moderna. Sin embargo, la actividad física

posee un potencial que va más allá del bienestar y

belleza corporal, ya que representa un factor

protector del cerebro y está íntimamente rela-

cionado con las capacidades cognitivas: la activi-

dad física beneficia el funcionamiento cerebral,

mejora la atención, la motivación, la percepción y

en definitiva el aprendizaje. Esto hace patente la

necesidad urgente de que los profesionales de la

actividad deportiva puedan conocer, comprender

y basar su quehacer profesional en el conoci-

miento del cerebro: el ámbito de la educación no

sólo física, sino también cognitiva.

El presente libro es un intento de

fundamentar una neuroeducación física, una dis-

ciplina que una los conocimientos y logros alcan-

zados por la neurociencia con la educación física,

para dar un nuevo enfoque a la actividad física de

nuestros países, basada en la mejora de la calidad

de vida a través una mejora de la actividad

cerebral.

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Capítulo 1: Neurociencia y educación

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25

________________________________________________________________________

El sistema nervioso es el órgano más com-

plejo que poseemos, comprender su función es sin

duda, el desafío más grande del hombre y de la

ciencia moderna. Durante el siglo pasado, los avan-

ces logrados en biología han permitido compren-

der muchos aspectos que parecían enigmáticos o

sin explicación. El desarrollo de la genética nos

permitió explicar la maravilla de la transferencia de

características de un individuo a su progenie, ade-

más de entender cómo se regula el funcionamiento

biológico; la biomedicina ha generado avances

excepcionales en el conocimiento y control de

enfermedades y la neurociencia nos ha permitido

conocer una pequeña parte de los procesos que

subyacen a la conducta.

Esta última es un conjunto de disciplinas que

abarca desde la anatomía microscópica hasta las

funciones cognitivas, pasando por la neuroanato-

mía, la genética, la biología molecular, la bioquími-

ca, la inteligencia artificial, etc. (Kandel, Schwartz y

Jessel, 2001).

Las implicancias de conocer cómo funciona

nuestro cerebro son enormes en todas las discipli-

nas de la vida, desde la economía hasta la medici-

na, incluyendo la psicología, la sociología, el

marketing, el arte, las comunicaciones y la educa-

ción, por nombrar sólo algunas.

Es en este último ámbito donde creemos que

la neurociencia puede convertirse en la base cientí-

fica que el sistema educativo necesita. La educa-

ción moderna debe basarse en los hallazgos

alcanzados por la neurociencia para orientar el

trabajo pedagógico desde la base que la sustenta:

los procesos cerebrales que subyacen al aprendi-

zaje.

Sobre ese tema versa el presente libro, pero

con un matiz especial, las implicancias de un área

particular de la neurociencia sobre la educación: la

neurociencia cognitiva. Para esto comenzaremos

con una breve visión del sistema nervioso, el

aprendizaje y la educación, para luego interrela-

cionar estos conceptos.

1.1 SISTEMA NERVIOSO

El sistema nervioso (SN) está formado por

dos tipos de células llamadas neuronas y glías.

Estas células se conectan entre sí formando el

tejido nervioso, como una enorme red de miles de

millones de unidades. Este tejido permite la activi-

dad senso-motora, es decir, permite al organismo

captar un estímulo del ambiente (por ejemplo, un

sonido) y con ello generar una respuesta motriz

(girar la cabeza en dirección al sonido). Esta acti-

vidad es realizada como una forma de mantener la

homeostasis funcional del organismo, ya que

resulta fundamental conocer nuestro entorno y los

otros sistemas vivos en él para lograr la supervi-

vencia. Si un ser vivo detecta la comida (estímulo

sensorial) debe lograr alcanzarla y esto se hará

desplazando un segmento o el total de su cuerpo

hacia el alimento (actividad motriz).

El sistema nervioso sólo está presente en

organismos pluricelulares que necesitan moverse,

de ahí que las plantas carezcan de él. En organis-

mos unicelulares (que tampoco poseen sistema

nervioso, ya que están constituidos por una sola

célula) existen actividades moleculares que podría

decirse suplantan las actividades nerviosas. Así

una bacteria posee un complejo sistema de

proteínas y enzimas que producen el movimiento

de los flagelos con los cuales pueden acercarse a la

comida o huir de predadores (Alberts, Bray, Hop-

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26

kin, Johnson, Lewis, Raff, et al., 2011).

El sistema nervioso aparece filogenéticamen-

te en organismos marinos llamados cnidarios (Fig.

1.1) y posteriormente en las medusas, en donde

observamos una red de nervios que entrecruzan

todo el cuerpo del animal con sistemas simples de

reflejos que se activan por sensaciones que generan

respuestas motoras básicas. El sistema nervioso

sigue evolucionando en los platelmintos (gusanos

planos, como las planarias), los anélidos (gusanos

anillados, como las lombrices) y los artrópodos (in-

sectos, arácnidos, crustáceos, etc.) que poseen gan-

glios que conectan nervios como centros de proce-

samientos de información. Finalmente, los verte-

brados (peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos)

poseen un ganglio de gran tamaño ubicado en la

región craneal, que cumple con el rol de centro

regulador de sus complejas actividades senso-

motoras.

Mientras más antiguo es el organismo, filo-

genéticamente hablando, más difuso parece su red

nerviosa, donde resulta difícil distinguir una es-

tructura de otra, pero a medida que avanzamos

hacia los vertebrados podemos notar claramente

las divisiones estructurales del sistema nervioso.

En los seres humanos distinguimos un

sistema nervioso central y uno periférico (Fig. 1.2).

El sistema nervioso central (SNC) está com-

puesto por la médula espinal, el tronco encefálico,

el cerebelo y el cerebro. Aquí es donde se procesa

la información y donde ocurren las funciones

cerebrales más complejas como la planificación del

movimiento, las emociones, la atención, la memo-

ria y en el caso de los seres humanos, el lenguaje.

El sistema nervioso periférico (SNP) está

compuesto por un conjunto de nervios que salen

de la médula espinal y poseen una vía sensitiva

(que envía información de la piel y las vísceras ha-

cia el SNC) y una vía motora (que envía informa-

ción relacionada con el movimiento a la muscula-

tura).

Las funciones cognitivas como el aprendiza-

je, la memoria, la reflexión y el pensamiento son

procesos que ocurren en la corteza cerebral, un

Figura 1.1 Evolución del

sistema nervioso. Los

cnidarios (hidra) poseen una

red nerviosa difusa, los

platelmintos (planaria)

poseen cordones nerviosos,

los artrópodos (hormiga)

poseen ganglios nerviosos.

Finalmente, los vertebrados

(gato y ser humano) poseen

encéfalo, médula y nervios

periféricos.

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Figura 1.2 División anatómica del

sistema nervioso. La médula

espinal, el tronco encefálico, el

cerebelo y el cerebro forman el

sistema nervioso central, en cambio

los nervios raquídeos y craneanos

forman el sistema nervioso

periférico (sacado de Maureira y

Flores, 2016, pág. 34)

Figura 1.3 La corteza

frontal. Esta área es característica de los

organismos más evolucionados. En los

primates parte de ellas

ha evolucionado como

corteza prefrontal, lugar

relacionado con la planificación y

reflexión.

conjunto de neuronas que se ubican en la parte

externa del cerebro y que posee áreas específicas

donde ocurren cada uno de estos procesos. En la

corteza de los mamíferos existe una zona nueva

llamada corteza frontal que es el lugar de funcio-

nes más complejas relacionadas con la resolución

de problemas. Dentro de esta clase de vertebrados,

los primates (sobre todo el ser humano) ha desarro-

llado una zona conocida como corteza prefrontal

(Fig. 1.3), que corresponde a la parte anterior del

encéfalo y resulta ser la estructura más evolucio-

nada del sistema nervioso, en este lugar se realiza

la planificación, razonamiento y el control de

impulsos.

Resulta interesante constatar cómo cada

acción que realizamos posee un correlato de activi-

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28

dad cerebral específica. De esta forma existe una

especialización de diversas regiones de nuestro

cerebro para trabajar en tareas específicas (Fig. 1.4).

De ahí también que el daño en una región particu-

lar del cerebro ya sea por hemorragia o un tumor,

provocará un deterioro en una región física del

encéfalo, que conllevará un trastorno en algún

ámbito particular de la conducta.

1.2 BREVE HISTORIA DE LA NEUROCIENCIA

A finales del siglo XVIII Franz Joseph Gall,

un neuroanatomista alemán propuso que toda la

conducta surgía del cerebro y que existían regiones

específicas de éste relacionadas con cada facultad

mental humana, creando un mapa de 35 regiones,

las cuales crecían con su uso (Fig. 1.5). Esto recibió

el nombre de frenología (Kandel et al, 2001). Si

bien esta idea carecía de toda base empírica sirvió

para centrar las investigaciones conductuales en la

corteza cerebral y para estudiar el cerebro como

un órgano dividido en diferentes regiones con

diferentes funciones (Escera, 2004).

Si bien Flourens, en la década de 1820,

realiza experimentos que parecen plantear la idea

de una actividad global de la corteza cerebral para

cada conducta, los trabajos de Paul Broca sobre

una región de generación del habla (1863), de Carl

Wernicke sobre una región de comprensión del

lenguaje (1874), de Eduard Hitzig y Gustav Fritsch

sobre la corteza motora del perro (1870) y de John

Jackson sobre la epilepsia y hemiplejia (1864) mos-

traban una división funcional del cerebro.

Figura 1.4 Diferentes áreas del cerebro que trabajan en la realización de diferentes acciones. Nótese que al pensar una

palabra actúan las regiones de leer y escuchar además de una gran área de la corteza frontal (Modificado de Kandel et al.

2001).

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Capítulo 1: Neurociencia y educación

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29

Figura 1.5 La frenología asociaba diferentes regiones del

cerebro a diversas conductas. 1=Comparación;

2=Causalidad; 3=Tiempo; 4=Benevolencia; 5=Imitación;

6=Alegría; 7=Música; 8=Veneración; 9=Espiritualidad;

10=Ideales; 11=Constructividad; 12=Esperanza;

13=Nobleza; 14=Relación; 15=Alimentación;

16=Firmeza; 17=Conciencia; 18=Precaución;

19=Secreto; 20=Destructividad; 21=Autoestima;

22=Aprobación; 23=Continuidad; 24=Amistad;

25=Creatividad; 26=Amor conyugal; 27=Incapacidad;

28=Amor parental; 29=Amabilidad.

En 1888 el español Santiago Ramón y Cajal

demuestra que el tejido nervioso está compuesto

por neuronas y que estas no se encuentran conec-

tadas como un tejido continuo, sino que necesitan

comunicarse entre ellas mediante un proceso cono-

cido posteriormente como sinapsis. También estab-

lece que estas conexiones son específicas y que el

flujo de corriente en la neurona se mueve desde las

dendritas hacia el axón. Estos descubrimientos se

conocen como la doctrina neuronal. Sus trabajos de

morfología celular, realizadas con técnicas de

tinción (utilización de colorantes específicos que

permiten resaltar estructuras celulares vistas en un

microscopio), le valieron junto a Camilo Golgi, el

premio nobel de medicina o fisiología el año 1906.

Los descubrimientos de Cajal se consideran

el inicio de la neurociencia moderna (Duque, Barco

y Peláez, 2011).

En 1891 Wilhelm Von Waldeyer, anatomista

alemán, utiliza el término neurona para hacer refe-

rencia a las células nerviosas descubiertas por Cajal

y en 1897 Charles Sherrington, neurofisiólogo in-

glés, denomina sinapsis a la forma de conectarse

de una neurona con otra (Kandel et al, 2001). En

1909 Korbinian Brodmann describe 52 áreas de la

corteza cerebral (Fig. 1.6), clasificadas según su

citoarquitectura (manera en que se organizan las

células para formar una estructura).

Los estudios en neurociencia avanzan nota-

blemente a partir de 1929 con la utilización del

electroencefalograma por el neurólogo alemán

Hans Berger (técnica que permite medir la activi-

dad eléctrica de la corteza cerebral) y por la inven-

ción del microscopio electrónico por parte de los

físicos alemanes Max Knoll y Ernst Ruska en 1932.

En 1949 Donald Hebb publica The organiza-

tion of behavior (la organización del comporta-

miento) donde explica cómo es posible que los

fenómenos psicológicos más complejos surjan de

la actividad del cerebro. También establece la

actualmente conocida como Ley de Hebb, base de

la plasticidad sináptica (y del aprendizaje

hebbiano) y que plantea que una sinapsis se

incrementa si ambas neuronas se activan muchas

veces en forma simultánea.

En 1950 Karl Lashley, psicólogo estadouni-

dense, postula que la memoria está distribuida por

todo el cerebro, generando una teoría global de la

actividad cerebral, sustentado sobre la acción en

masa (actividad conjunta del cerebro) y el princi-

pio de equipotencialidad (cuando una región del

cerebro es dañada otra región podría realizar esa

actividad). Sin embargo, descubrimientos poste-

riores (como el de Brenda Milner en 1957 con

relación a la función del hipocampo en la memo-

ria) reafirman la especialización funcional de las

diferentes regiones del cerebro.

En 1969 se acuña el término Neurociencia y

se funda la Society for Neuroscience en Estados

Unidos.

Figura 1.6 Algunas de las áreas cerebrales descritas

por Brodmann en 1909.

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Fernando Maureira Cid

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30

En 1973 el neurocientífico inglés Timothy

Bliss y el fisiólogo noruego Terje Lomo publican la

primera descripción de la potenciación a largo

plazo (PLP o LTP, por sus siglas en inglés) la base

neurobiológica del aprendizaje.

Los trabajos realizados por el neurofisiologo

canadiense David Hubel y por neurobiólogo sueco

Torsten Wiesel durante la década de 1960 y 1970

mostraron la alta especialización en las neuronas

de la corteza cerebral frente a la estimulación

visual, en base a una compleja organización

neuronal. Estos descubrimientos sobre la organi-

zación de la corteza son considerados como los

más importantes desde Ramón y Cajal.

En 1990 el japonés Seiji Ogawa desarrolla la

resonancia magnética funcional (RMf) técnica que

permite obtener imágenes del cerebro mientras se

realizan diferentes tipos de actividades cognitivas,

con esto se amplía el estudio funcional del sistema

nervioso en sujetos vivos (Fig. 1.7).

El estadounidense Eric Kandel recibe el año

2000 el premio nobel en medicina o fisiología por

sus descubrimientos sobre las bases celulares,

moleculares y genéticas de la memoria y el apren-

dizaje.

En el año 2010 el estadounidense Karl

Deisseroth es premiado por el desarrollo de la

optogénetica, técnica que combina métodos genéti-

cos y ópticos que permite encender y apagar gru-

pos de neuronas en el cerebro.

Figura 1.7 Resonancia magnética funcional. Esta

técnica permite estudiar la actividad del cerebro

representó un enorme avance para la investigación de la

conducta humana

1.3 APRENDIZAJE Y CEREBRO

La comprensión del fenómeno del apren-

dizaje resulta fundamental a la hora de establecer

estrategias de enseñanza para generar un propicio

ambiente que permita el proceso de aprender.

Durante el siglo XX, el entendimiento del

aprendizaje sufrió modificaciones vertiginosas

desde la base de diversas disciplinas, sobre todo la

psicología. Sin embargo, desde mediados del siglo

pasado, la neurociencia comienza a ocupar el

lugar central en las teorías que explican el

complejo proceso del aprendizaje. El gran logro de

esta disciplina es relacionar el cerebro con las

funciones cognitivas más importantes (Maureira,

2010). Nuestro sistema nervioso, con toda su

compleja funcionalidad, se convierte en el eje

central para comprender nuestra conducta.

Desde esta perspectiva, la educación tam-

bién debe ser afectada por esta revolución cientí-

fica, ya que el aprendizaje (ahora entendida como

una función cerebral) es el centro de toda la

estructura educativa.

“La Neurociencia no sólo no debe ser

considerada como una disciplina, sino que es el

conjunto de ciencias cuyo sujeto de investigación

es el sistema nervioso con particular interés en

cómo la actividad del cerebro se relaciona con la

conducta y el aprendizaje” (Salas, 2003: 156).

El encéfalo es una red de más de cien mil

millones de neuronas que se interconectan gene-

rando nuestras percepciones y funciones cogniti-

vas, por lo tanto, el primer paso para entender

nuestra mente es comprender como se conectan y

comunican las neuronas (Kandel, Schwartz y

Jessel, 1997). Además, esas mismas conexiones

pueden cambiar su estructura con la experiencia,

en un fenómeno conocido como plasticidad sináp-

tica, que es la base del aprendizaje.

Para Campos (2010) la neurociencia repre-

senta para el docente, una forma de conocer cómo

se aprende, se registra y evoca la información. Así,

a partir de ese conocimiento se pueda mejorar las

experiencias de aprendizajes para los estudiantes.

1.3.1 El aprendizaje es un proceso biológico

Desde el siglo XVIII se ha intentado rela-

cionar las actividades cognitivas con la actividad

del cerebro, ya sea desde una mirada global (las

funciones mentales son resultados de la actividad

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Capítulo 1: Neurociencia y educación

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total del cerebro) o desde una mirada regional

(cada función cognitiva es el resultado de la

actividad de regiones específicas del cerebro).

Actualmente, se acepta que las funciones más

básicas son generadas por regiones específicas del

cerebro, en cambio las funciones más complejas

dependen de interconexiones y actividades en

conjunto de variadas regiones del encéfalo

(Damasio y Geschwind, 1984; Kandel, et al., 1997,

2001).

Para la neurociencia el aprendizaje es el

proceso por medio del cual un organismo adquiere

conocimiento sobre el mundo (Campo-Cabal,

2012). Este proceso ocurre mediante la plasticidad

cerebral (capacidad que tienen las neuronas para

cambiar su forma o la manera de comunicarse

entre ellas). Si bien, parece que el aprendizaje es

resultado de una actividad global del cerebro,

existen regiones más importantes en este fenóme-

no (amígdala cerebral, hipocampo, cerebelo, corte-

za frontal, etc.).

Para Maturana y Varela (1984) el conoci-

miento es un proceso cognitivo que abarca todo el

organismo y su vivencia, es todo hacer que realice

un organismo, desde el moverse para alcanzar su

alimento o compañero reproductivo, hasta las

acciones que realizan nuestros sistemas inmuno-

lógicos al atacar un agente patógeno. En palabras

de Bateson (1972) la vida misma es un proceso de

conocimiento.

De todo esto se desprende que el aprendi-

zaje es toda acción que realicemos en un ámbito

determinado y que corresponda a una nueva forma

de actuar. Así, cuando un estudiante puede dar

una respuesta basada en un hacer (físico o cogni-

tivo) que representa una acción que antes no perte-

necía a su repertorio de respuestas, podemos afir-

mar que aquel estudiante ha adquirido un nuevo

conocimiento.

Los aprendizajes estructurados en sistemas

formales, como la educación escolar o universita-

ria, se basa en funciones cerebrales que permiten al

estudiante adquirir ese nuevo conocimiento. El

movimiento voluntario, el sueño, la motivación, las

emociones, la atención, la memoria son algunas de

las funciones cerebrales necesarias que actúan

durante el aprendizaje en el aula.

En cada una de estas actividades existen

millones de neuronas que interactúan se comuni-

can e incluso modifican su estructura para permitir

al organismo adquirir ese nuevo conocimiento.

Conocer las bases celulares y moleculares

del aprendizaje, la función de núcleos neurales y

como se estructura nuestro sistema nervioso

representa una mirada nueva hacia un fenómeno

cognitivo muy complejo, que resulta ser la base

fundamental de nuestra sociedad.

Conocer el cerebro puede ayudar estructu-

rar nuevas estrategias de enseñanza-aprendizaje,

tomando en cuenta las actividades cerebrales

como la base que el docente necesita para orientar

de mejor manera su actividad.

Para Aparicio (2009) la comprensión de

cómo funciona el cerebro repercute en la mejora

de las habilidades del docente para enseñar y

permite diseñar estrategias de aprendizaje ade-

cuadas y que eliminen prácticas obsoletas.

1.3.2 Interrelación de disciplinas

Cada disciplina posee un área en particular

de trabajo, un objeto de estudio propio. Sin

embargo, es importante y necesario que cada

disciplina se nutra de los avances alcanzados en

otras áreas, de manera de complementar su

quehacer. Es así como surgen la bioquímica, la

fisicoquímica, la biofísica, etc., disciplinas que se

interrelacionan generando nuevas líneas de

investigación y conocimiento.

De la misma forma desde hace un tiempo

viene emergiendo una nueva ciencia, la neuro-

educación, como una línea de pensamiento que

Figura 1.8 Disciplinas que integran la neuroeducación

(Modificado de Campos, 2010).

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Fernando Maureira Cid

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32

tiene por objetivo unir los conocimientos del cere-

bro y el aprendizaje con la psicología cognitiva y la

pedagogía de manera que se origine nuevas

metodologías de aprendizaje basados en el funcio-

namiento cerebral (Campos, 2010).

Durante los últimos veinte años las disci-

plinas que más han logrado un desarrollo, expre-

sado como investigaciones y artículos científicos

son en orden decreciente la biomedicina, la

genética, la física, la neurociencia y la ecología. Por

su parte, la educación se encuentra entre las

disciplinas con menos avances, además de poseer

una escasa relación con otras disciplinas. Todo esto

lleva a proponer que la neuroeducación presenta

una posibilidad enorme de trabajar de mejor ma-

nera el proceso de enseñanza-aprendizaje.

El conocimiento de la plasticidad cerebral,

de las funciones cognitivas, del rol del ambiente y

de las generalidades e individualidades de nuestro

sistema nervioso que es inherente a nuestra manera

de aprender, la importancia del lenguaje no verbal,

de la motivación, de la atención y la memoria, etc.,

son factores que influyen y serán determinantes

para los docentes en su proceso de enseñanza

(Maureira, 2010).

1.4 NEUROCIENCIA Y EDUCACION FISICA

La educación física debe tener como finali-

dad la educación del movimiento como una herra-

mienta para mejorar la calidad de vida de las

personas, orientada principalmente al ámbito de la

salud y del desarrollo de funciones cognitivas. El

primer punto es la línea que está tomando fuerza,

dejando atrás una educación física orientada

únicamente al rendimiento deportivo. Ahora el

entrenamiento es un sistema para mejorar las

cualidades físicas (velocidad, fuerza, resistencia y

flexibilidad) para lograr un mejor desempeño en la

vida diaria, al mismo tiempo de constituirse como

una herramienta poderosa para regular los índices

de obesidad y composición corporal. Sin embargo,

la actividad física orientada hacia el desarrollo de

habilidades cognitivas aún no representa una línea

importante, ya sea por la poca producción cien-

tífica (actividad que debiese ser desarrollada por la

misma educación física) o por la falta de conoci-

miento de los mismo profesionales del área con

respecto a los efectos que tiene la actividad física

sobre la actividad cerebral.

Para Reyes (2009) el movimiento, el pensa-

miento y la conducta están íntimamente relacio-

nados. Para Salas (2003) el movimiento es crucial

en el aprendizaje, motivo por el cual la educación

física se convierte en una herramienta del

aprendizaje no sólo motor, sino también de otros

aspectos cognitivos.

El aprendizaje motor está determinado (en

parte) con el sueño, las emociones, la motivación,

etc. (Bear et al. 2006). Pero también existe una

influencia del trabajo motriz sobre esos factores,

por ejemplo, el sistema límbico (que se relaciona

con las emociones) presenta proyecciones hacia la

corteza motora (relacionada con el movimiento)

de ahí que existe una regulación de la primera

sobre la segunda. Pero también, existen vías que

van de la corteza motora al sistema límbico, por

tanto, hay acciones motrices (como la manera de

respirar) que influyen en las emociones (Bloch,

2008).

Dunn, Trivedi & O'Neal (2001) asocian la

actividad física a una disminución de la depresión

y ansiedad. Sostroem (1984) documenta la relación

entre ejercicio físico y autoestima. Gall (2000)

muestra que la actividad física aumenta el ren-

dimiento académico y Ferreyra, Di Santo, Morales,

Sosa, Mottura & Figueroa (2011) observaron que

los procesos atencionales mejoraban tras la

realización de actividad física. Erickson, Voss,

Prakash, Basak, Szabo, Chaddock, et al. (2011)

muestran que el ejercicio físico aumenta el tamaño

del hipocampo (estructura relacionada con la

memoria) en adultos mayores.

Las bases neurales de la memoria y el

aprendizaje, la plasticidad cerebral, la forma como

recibimos y procesamos la información, etc., son

herramientas útiles que entrega la neurociencia

para orientar el proceso de enseñanza. Dentro de

la nueva línea de investigación cerebro-

aprendizaje, postulamos una disciplina especial

que llamamos neuroeducación física, la cual

permite establecer relaciones entre los conoci-

mientos de la neurociencia y la actividad motriz.

Desde ahora la labor de los profesionales de la

educación física no sólo se enfoca al desarrollo de

las capacidades motrices de manera tal de mejorar

el desempeño deportivo, sino que sirve como

herramienta para optimizar los procesos cogniti-

vos que subyacen a todo aprendizaje.

Esta nueva realidad hace patente la nece-

sidad del profesor de educación física de conocer

estructural y funcionalmente el sistema nervioso

con todas las implicancias que ello conlleva, mane-

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Capítulo 1: Neurociencia y educación

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33

jar los conceptos relacionados con actividades cog-

nitivas como la atención, emociones, memoria,

motivación, lenguaje, aprendizaje, etc. Una nueva

mirada del aprendizaje motor ha comenzado, don-

de el profesional de la actividad física es el protago-

nista que debe ser capaz de dar cuenta de todos

los beneficios que su profesión conlleva, ya que

ahora su disciplina se debe convertir en el foco

central de toda la educación formal.

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